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Samuel García Domínguez, detective

Chapter 2: Triángulo amoroso en Las Encinas

Summary:

Nuevo capítulo. Ahora Samuel comenzará a ver lo que no concuerda en la muerte Marina.

Chapter Text

La bulliciosa fiesta en casa de la familia Montesinos estaba repleta de gente. Una fiesta en la que participan los estudiantes de Las Encinas. Aunque para ser más precisos participan los estudiantes de las Encinas que no sean becados.

Lu besaba apasionadamente a su novio quien parecía estar pensando en cualquier otra cosa.

-Me rindo cabrón-dijo Lu con mal humor y dejó a su novio solo y regresó a su fiesta.

Ya estaba cansada de buscar formas de vincularse con Guzmán. Lo sentía más distante que nunca y no sabía qué hacer. Siempre creyó que las personas más peligrosas para su relación con Guzmán eran Marina y Samuel. Lu se había ganado fácilmente a los padres de su novio pero con su hermana fue un caso distinto. Marina y Lu nunca pudieron llevarse bien. La chica siempre le había dicho a su hermano que estaría mejor con otra chica y en muchas ocasiones Lu sintió miedo que Guzmán la escuchara. Samuel era más discreto que Marina con sus opiniones sobre Lu pero nunca se gustaron por lo que Lu sospechaba que el castaño podría en cualquier momento hablarle mal de ella. Carla siempre le decía que era paranoica, pero Lu sabía muy bien que las personas a las que Guzmán más escuchaba eran Marina y Samuel.

Luego de la muerte de Marina y que Samuel fuera marginado del grupo Lu creyó que su relación con Guzmán sería más fuerte que nunca. Y por un tiempo lo fue. El dolor de Guzmán lo hizo refugiarse en ella quien estaba preparada para reconfortarlo. Pero eso no duró mucho ya que con el pasar de los meses Guzmán y ella se alejaban cada vez más aunque nunca terminaban su relación oficialmente.

-Termina con él y búscate a alguien que te quiera y te respete-le dijo Carla.

Claro, cuando tienes a todos babeando por ti como era el caso de ella era fácil pensar así. Pero ella amaba a Guzmán y se aferraría a él con uñas y dientes.

-Termina tú con Polo-le respondía Lu-es evidente que lo de ustedes está muerto.

-Lo nuestro está mejor que nunca-dijo Carla de forma totalmente inexpresiva.

Eso último Lu lo dudaba. No creía que su relación estuviera en su mejor momento porque si lo estuviera no hubieran incluido a Cristian Varela en ella. Porque sí, Cristian no solo follaba con Carla y Polo sino que también estaba incluido en la relación. Y aunque Carla afirmara que la inclusión de Cristian había mejorado su relación con Polo, Lu sabía que era un desesperado intento de esos dos por salvar su relación la cual hacía mucho había caído en el tedio y la monotonía. La relación de Carla y Polo era historia, solo faltaba que ellos dos lo admitieran.

Por eso es que Cristian era el único becado que estaba siempre con ellos y, por lo tanto, estaba en la fiesta esta noche. Por culpa de Carla y Polo todos debían soportar a Cristian Varela quien era insoportable y vulgar.

Lu vio como Carla reía junto a Cristian y Polo y decidió irse en la dirección contraria. Aunque tampoco deseaba volver con Guzmán en este momento ya que seguía molesta. A lo lejos vio a Ari y Patrick charlando con una hermosa joven rubia que ella no conocía y decidió acercarse a charlar con ellos.

********

Cristian contaba uno de sus chistes tontos pero Polo parecía encontrarlos muy divertidos. Carla, quien antes se hubiera reído también, ahora solo lo hacía por compromiso. Había sido emocionante al principio. Se sintió muy moderna de tener una relación de tres personas. Lo necesitaba, o eso creía. El vínculo con Polo se había ido deteriorando tan gradualmente que cuando se dio cuenta ya no sentía que hubiera nada que la uniera a él más que el simple hecho de estar juntos efectivamente.

La química sexual entre los tres que la emocionó inicialmente fue rápidamente remplazada por una silenciosa competencia entre Polo y Cristian. Polo esperaba volver a ser el único hombre en la vida de Carla en algún momento y Cristian esperaba reemplazar a Polo como el novio oficial de la rubia.

Esa tensión entre ellos ya le estaba colmando la paciencia. Pero debía soportar porque Polo era su novio y Cristian aun la divertía en ocasiones.

Pensaba en otros chicos con los que pudiera salir si no estuviera con Polo o Cristian. Guzmán, Iván, Valerio, Samuel… ¿Samuel? La idea la hizo reír. Ella saliendo con Samuel era una idea demasiado loca, jamás sucedería. Se odiaban mutuamente. Fueron amigos desde los 12 años en que ambos entraron a Las Encinas pero la muerte de Marina cambió eso. El padre de Samuel fue tras Ventura Nunier y todos se pusieron en contra de los García. Ahora no lo soportaba y mantenían una relación basado en agresiones sarcásticas mutuas.

********

Lu se acercó al grupo y vio más de cerca a la hermosa rubia que acompañaba a los Blanco Conmenford.

-Hola-dijo la mexicana.

-Lu-dijo Ari-te presentamos a una amiga nuestra. Ella es Isadora Artiñán.

-Hola bebé-saludó la rubia. Por el acento Lu notó que no era española. Creía que era argentina.

-Comenzará a estudiar en Las Encinas con nosotros-explicó Ari.

-Los padres de Isa son amigos de los nuestros-comentó Patrick-nos conocemos desde niños.

-Bueno-dijo Lu fingiendo simpatía-será un placer tenerte en nuestro grupo.

********

En la oficina de Ignacio García, su hijo Samuel archivaba un reciente caso que había resuelto se padre. Una mujer los había encontrado para encontrar a su ex esposo quien hace meses no pagaba la manutención de sus hijos y estaba desaparecido. Ignacio lo encontró y lo llevó ante la justicia.

Samuel sentía orgullo por su padre. Aun cuando lo corrieron de forma deshonrosa de la policía él seguía haciendo justicia en su rol de investigador privado. Todo ese mundo de la investigación privada había atrapado a Samuel. Desde la muerte de Marina fue lo único que lo hacía olvidarse del dolor.

Su padre estaba con Claudio en su oficina charlando. Debe ser una charla sobre un caso. Samuel lo deducía porque su padre había cerrado la puerta.

Le respondió un mensaje a Rebe cuando la puerta del despacho de su padre se abrió. Ignacio y Claudio salieron y se dirigieron directamente hasta Samuel.

-Samu-dijo Ignacio-necesitaré ayuda con un caso.

-Por fin-dijo Samuel emocionado-ya me estaba aburriendo de solamente contestar el teléfono y archivar los casos cerrados.

-No es nada espectacular-dijo Ignacio-solo quiero que averigües cosas de un compañero de tu colegio.

- ¿Conoces a Nano Gonzáles? -preguntó Claudio.

-Sé quién es-dijo Samuel lo que era simplificar demasiado el vínculo que lo unía a Nano desde que él y su pandilla lo salvaron de Polo y sus amigos.

-Su madre trabaja como sirvienta en la mansión de los Benavent-explicó Ignacio-o lo hacía dado que fue despedida y denunciada por los Benavent por el robo de tarjetas de crédito de su propiedad. Se han realizado compras con esas tarjetas de crédito y algunas de esas cosas compradas estaban en casa de los Gonzáles.

-Conozco a Marta Gonzáles-dice Samuel-y no puedo creer que haga algo así

-El fiscal tampoco lo cree-dijo Claudio-él piensa que fue su hijo dado que tiene antecedentes con algunos delitos menores.

- ¿Y por qué la imputan a ella? -dijo Samuel.

-No tienen pruebas contra Nano-explicó Claudio-por lo que joden a ella para presionar a su hijo.

Samuel consideró esa táctica del fiscal como algo despreciable.

-Claudio es el abogado de Marta-le dijo Ignacio a su hijo-y nos contrató para probar que fue Nano así liberen a la madre. ¿Crees que puedes hablar con Nano y averiguar algo?

Samuel asintió.

- ¿Tienes una lista de los gastos que se hicieron con la tarjeta? -pregunta el joven.

Esto no ponía feliz a Samuel. Ahora debía demostrar la culpabilidad de la persona que anteriormente lo había ayudado.

********

P.O.V. SAMUEL

El problema de ser amigo del líder de una pandilla es que al final del día sigue siendo el líder de una pandilla. No quiero creer que Nano inculpó a su propia madre en la estafa con las tarjetas de crédito pero definitivamente lo creo capaz de hacer ese fraude.

Llego hasta la casa de Nano y veo estacionada en la vereda la motocicleta de Nano. Está distinta a como la recordaba. Tenía una pintura nueva y estaba totalmente remodelada. Bien Nano, me estás haciendo el trabajo más fácil. Uno de los gastos cargados a las tarjetas de crédito robadas era en un taller de pintura para motocicletas. Nano, Cristian y otros becados que están en su pandilla van a las Encinas en sus motocicletas, lo que contrasta con los caros automóviles de los estudiantes de Las Encinas, los cuales muchos son conducidos por choferes. Mientras miro detenidamente la motocicleta una voz me sorprende.

-La mayoría de los que se acercan tanto a mi motocicleta no acaban bien-me dice Nano.

-Me contrataron a mí y a mi padre para probar que tu madre es inocente-le digo.

-Y supongo que quieres probar que fui yo-me dice Nano cruzando los brazos visiblemente enfadado.

-Nano-le digo molesto-tu madre está presa y perdió su trabajo en casa de los Benavent.

- ¿De verdad?-me dice con sarcasmo-no me había dado cuenta. Y dime Samuel ¿Cómo podría haber conseguido yo esas tarjetas?

-Cualquier día en que fuiste a buscar a tu madre cuando terminara con su jornada de trabajo-le digo-mira Nano, la policía realmente no cree que fuera tu madre quien lo hizo, pero es la única sospechosa oficial.

-Y creen que fui yo y como no pueden llegar hasta mí joden a alguien que creen inocente-dice Nano con odio.

No puedo juzgarlo por pensar así. Lo que está haciendo la policía es despreciable. Utilizan a una mujer inocente para golpear a su hijo.

- ¿Los culpas por pensar que fuiste tú? -le digo-tienes antecedentes Nano.

-Entonces supongo que también deberíamos creer sin cuestionamiento las cosas que se dicen de ti-me dice Nano con veneno-como que espías en secreto a Ariadna Blanco, a Guzmán Nunier y cosas así.

Quiero golpearlo por decir algo así, pero me contengo.

-Aun cuando fuiste marginado por esos pijos-me escupe Nano-sigues siendo uno de ellos. Vete de aquí Samuel, no me interesa tu ayuda.

Me cierra la puerta en la cara. Lo peor de todo es que le creo que él no haya sido.

********

Un nuevo día en el infierno, quiero decir Las Encinas. La psicóloga que trabaja en el colegio me ha sugerido que tome otra clase, una en la que me relacione más con las personas. Lo que menos deseo es relacionarme más con las personas de Las Encinas pero al menos me puedo librar de otra clase que realmente no me gustaba. Aunque últimamente he pasado mucho tiempo con Omar, Nadia y Rebe, especialmente esta última quien me ha dado lecciones de boxeo las cuales disfruto bastante. De paso llevo a Poni a que vea a Rebe quien lo quería mucho. Tener amigos nuevamente ha sido una experiencia extraña. Me había acostumbrado a estar solo. Al menos esto hacía mi estancia aquí un poco menos pesada.

Estoy en la oficina administrativa del instituto esperando que me asignen mi nuevo horario pero la secretaria tiene una velocidad de trabajo que es inversamente proporcional a mi apuro.

A la par mía se para una chica, al parecer también esperando. Decir que es atractiva es quedarme corto. Es hermosa. Rubia, con hermosas piernas resaltadas por sus botas de color rosa y con bellos ojos azules. Ella me miró y me sonrió de forma coqueta.

-Hola-me dijo-me llamo Isadora.

-Samuel-le digo sonriéndole.

Nos miramos unos instantes sin quitarnos la vista el uno al otro. La sonrisa pícara y coqueta de ella me tiene hipnotizado.

-Aquí está tu horario Samuel-me dice la secretaria entregándome una hoja de papel y rompiendo el encanto.

No le digo nada a Isadora al irme pero le sonrío.

-Adiós, bebé-me dice y siento el rubor correr por mi rostro.

********

La nueva clase a la que me han asignado es Periodismo. Supuestamente para que me vincule más con la gente. Cuando llego me presento ante la profesora.

Las Encinas posee un periódico virtual donde los estudiantes escriben absurdas historias que supuestamente le interesan a los demás. Miró al salón que está lleno de computadoras. Para mi mala suerte en esta clase también están Carla, Polo, Guzmán, Lucrecia y Ari. Afortunadamente Nadia también toma esta clase así que no estaré completamente solo. Todos me ponen mala cara excepto Nadia que parece tan aliviada como yo y Guzmán quien evita mirarme.

-Bien Samuel-me dice la profesora-¿Por qué has sido asignado a esta clase?

-La consejera me envió-le explico-dice que soy poco apasionado y que estoy desconectado de mis compañeros.

-¿Y es verdad?-me pregunta.

-No soy poco apasionado-le respondo y ella me mira raro.

Parece que la puse nerviosa con mi respuesta lo que me causa gracia pero trato de no reírme en este momento.

-Bien Samuel-me dice ella-hay varios artículos que deben escribirse. Puedes elegir. O también puedes tomar fotografías.

-Tengo experiencia como fotógrafo-le digo aunque no le aclaro que es porque suelo tomárselas a infieles por pedido de sus conyugues.

-Perfecto-dice la profesora-pero al ser tu primer trabajo en el periódico puedes tomar fotografías y alguien más escribirá la historia. Ven conmigo.

La sigo y le toca el hombro a alguien que nos está dando la espalda. Maldigo mi suerte cuando me doy cuenta que es Guzmán.

-Guzmán-dice ella-te presento a Samuel. Él te ayudará con tu artículo.

Guzmán parece sumamente incómodo, pero afirma con un movimiento de su cabeza.

-Debemos ir hasta Getafe-me explica mi ex amigo-puedo llevarte en mi automovil.

-Puedo ir solo-le digo rudeza y él me mira nervioso.

El vuelve a afirmar pero ninguno de los dos dice nada más.

********

En el almuerzo sigo obsesionado con el caso. Tiene todo el sentido del mundo que la policía piense que es Nano el culpable. Aunque para saberlo bien debo saber si él tiene más cosas que se han comprado con las tarjetas. Les conté a mis amigos del caso pero ellos también creen que fue Nano.

-No hay pruebas que fuera Nano-les digo.

-Pero es la opción más probable-dice Nadia-y la que tú debes investigar.

Sé que ella tiene razón pero aun así algo no me convence.

-Algo no encaja les digo-miro a Omar-ayúdame.

-¿Recuerdas que ese tipo y sus amigos me ataron a un mástil?-me dice el musulmán.

-Que rencoroso eres-le digo bromeando.

-Él tenía su motocicleta recién pintada-me dice Rebe-y tú la viste.

-Eso no es prueba suficiente-le digo-además, algunas cosas no son objetos. Por ejemplo, hubo una reservación en el Neptune Grand.

-Ese hotel es carísimo-dice Omar.

Eso último que dijo Omar me llamó la atención. Tiene sentido que Nano usara las tarjetas para pintar la motocicleta pero lo del hotel me desconcertaba. Nano podría llevar a una mujer al hotel pero ¿a un lugar tan opulento? No se imaginaba a Nano yendo a un sitio así ni siquiera pudiendo pagarlo.

Cuando veo detalladamente los recibos de las tarjetas de crédito veo el horario en que se hicieron muchas de las compras. Algunas eran en horarios de clase. Las Encinas tenían una política estricta de no usar móviles durante las clases ¿Cómo pudo hacer esas compras entonces?

¡Ya lo sé!

Salgo corriendo y mis amigos me miran como si estuviera loco. Miro a todos lados hasta que encuentro a Ander charlando con Iván. Sin importarme tomo a Ander del brazo e Iván nos mira extrañado.

-Es urgente, necesito tu ayuda con un caso-le digo al hijo de la directora.

-¿Ahora les dices “casos”?-me dice Ander riendo.

Lo miro con carita de niño tierno y él termina cediendo.

-¿Qué necesitas Samuel?-me dice exhalando pesadamente.

-Que me consigas los registros de asistencia de Nano Gonzáles a todas sus clases de las últimas dos semanas-mi mira un poco apabullado, pero lo interrumpo antes que hable-como hijo de la subdirectora podrás entrar a la oficina de tu madre sin que nadie sospeche.

Al final Ander acepta y se va pero me dice que lo espere allí. No me había dado cuenta pero Iván sigue aquí.

-¿Cómo estás Samuel?-me dice después de un rato.

-Bien-le respondo cortante.

Lo cierto es que de todos los pijos él era el que mejor me había tratado desde que mi amistad con ellos ha terminado.

-¿Sabes?-me dice triste-no tenemos que llevarnos así.

Lo dice la persona que insultó a mi familia porque mi padre acusó a Ventura Nunier.

-El otro día acompañaste a Polo y otros para golpearme en grupo-le reclamo y de pronto parece avergonzado.

-En realidad solo Polo quería golpearte-me aclara.

-Supongo que tú y los otros lo iban a hacer por solidarizarse con él-le respondo con sarcasmo y baja la mirada.

En ese momento llega Ander con un papel y sé que consiguió lo que pedí.

-Gracias, gracias, gracias-le digo y me voy.

Cuando miro el registro de asistencias de Nano veo que esos días no faltó al colegio ni un solo día. Muchas de las compras se hicieron en horas de clases ¿Cómo pudo hacerlo? Aunque…existe una clase en la que nos dejan utilizar los teléfonos e incluso hay computadoras allí mismo que podemos usar libremente: periodismo. Pero Nano no toma esa clase. Lo lógico es que lo hiciera desde allí dado que hacer las compras desde su móvil sería dejar un rastro que fue él, aunque creo que es más inteligente que eso. Aunque existe otra posibilidad…

Polo odia a Nano desde que me ayudó esa ocasión. La madre de Nano trabajaba como sirvienta en la mansión Benavent y Polo pudo aprovechar eso. Yo aún no tomaba esa clase pero debo confirmar que Polo estuvo en esas clases en los momentos en que se hicieron los gastos. No será difícil. Polo es fácil de engañar, aunque si está con Carla será más complicado, ella si es astuta.

********

En clase de periodismo me dedico a escribir cosas sin sentido en la computadora mientras todos a mi alrededor hablan. Veo como Guzmán es muy cercano a Nadia últimamente. Aparentemente Lu lo notó también y su expresión de fastidio lo demuestra. De pronto escucho algo que me llama la atención.

-¿Así que tus madres despidieron a la mamá de Nano?-le pregunta Carla a Polo. Extrañamente parece triste por eso.

-Con lo de las tarjetas se demostró que es difícil encontrar buen personal de servicio-dijo Polo con una petulancia que dan ganas de golpearlo.

-¿Sabían que las estadísticas dicen que el 40% de los robos dentro del hogar los cometieron familiares y amigos de las víctimas?-les digo en voz alta sin mirarlos pero cuando lo hago Polo está rojo de la rabia.

Por el contrario, Carla me mira inexpresiva. Sé cómo piensa. Su cerebro es como una computadora siempre analizando y recolectando datos. En eso nos parecemos. Solo en eso.

-Ya veo tomaste esta clase solo para darnos datos estadísticos que a nadie le interesan-me dice Polo lo que le respondo con una sonrisa de superioridad. Espero a que Carla reaccione y sé que ella dirá algo, pero más inteligente de lo que dijo su novio.

-Di la verdad Samuel-me dice la rubia y mira a Ari que más allá charla con la profesora-tomaste esta clase para estar más cerca de Ari.

Su tono burlista, lejos de molestarme, me motiva a continuar la pelea.

-No, estoy aquí para estar cerca de ti-le respondo sonriendo y levanto una ceja.

Parece sorprendida por mi respuesta, pero divertida. El que no se ve contento es Polo. Parece que mi interacción con su novia le incomoda. No veo por qué. Dado que deja que Cristian Varela se la folle lo mío con ella es un juego de niños.

-De hecho podría unirme a la clase de Deportes de ustedes del cuarto periodo de los martes-les digo-así podremos estar juntos.

Polo se ríe como si yo hubiera dicho una estupidez.

-A esa hora en ese periodo tenemos esta clase-me dice con arrogancia-ya que vas a tomar esta clase deberías aprenderte los horarios.

-Si-le digo-error mío.

Polo no se dio cuenta pero veo por su expresión seria que Carla sí. Sabe que no me equivoqué realmente. Creo notar en ella algo parecido al respeto al mirarme.

********

Llego emocionado a la oficina de papá. Cuando entro veo a papá junto a Claudio y sin saludarlos comienzo a hablar.

-No fue Nano-digo-revisé la lista de gastos y cuando se hicieron y en la mayoría Nano estaba en clases donde no podía utilizar su móvil ni un ordenador. Quien sí tuvo la oportunidad es Leopoldo Benavent…

-Samu-dice mi padre pero lo ignoro.

-…él odia a Nano y tuvo más oportunidades de hacer todo…

-Samu-insiste mi padre.

-¿Qué?-le digo impaciente.

-Retiraron los cargos contra la madre de Nano-dice mi padre.

No entiendo nada lo que está sucediendo.

-Nano confesó-me explica Claudio y mi ánimo cae al suelo.

********

Al día siguiente no veo a Nano por ningún lado pero si veo llegar a su mejor amigo Cristian en su motocicleta de color rojo la cual luce mejor de como la recordaba. Le preguntaría donde está pero eso ya lo sé, la policía lo arrestó ayer.

Hoy debo ir hasta Getafe con Guzmán para realizar nuestro artículo. Es solo para cubrir un evento en la universidad de allí. Algo bastante aburrido pero supongo que la profesora quiere hacerme comenzar con algo simple. Al menos tengo mi propio automóvil. No es caro pero tiene cuatro ruedas que giran y con eso me basta. Al menos así evito ir junto a
Guzmán. Ya es suficiente que tenga que hacer esto con él.

Mientras camino hasta el estacionamiento veo que alguien camina al lado mío.

-Hola-me dice Isadora. Realmente es hermosa. Con todo lo que me pasó desde la muerte de Marina y el hecho de mi repentina ruptura con Ari no había pensado mucho en mujeres. Isadora es nueva y por lo tanto está libre de toda mi historia en Las Encinas.

-Hola Isadora-le digo sonriendo.

-Es bueno encontrarte nuevamente-me dice ella-quería hablar contigo.

Cuando iba a responderle descubro que las cuatro ruedas de mi coche están pinchadas. Mierda, mierda, mierda.

-¿Es tu automóvil?-me pregunta la rubia.

Miro que a lo lejos de dónde estoy con Isadora están Polo, Lu, Cristian y otros mirando a donde estoy y se están riendo. Hijos de puta.

-Puedo ayudarte -me dice Isadora-puedo pedir que arreglen todo.

Cuando voy a responderle aparece Ari que básicamente arrastra a Guzmán con ella.

-Samuel-dice Ari mirándome fijamente-Guzmán puede llevarte. Después de todo tienen que hacer este artículo juntos.

Hace meses que Ari no me habla y ahora lo hace de pronto cuando me ve hablando con Isadora. La rubia parece confundida por todo esto.

-Si Samu, puedo llevarte en mi auto-dice Guzmán.

-Veo que conociste a mi amiga Isadora-dice Ari-pero deberían irse rápido sino no llegarán a tiempo al evento y no podrán escribir el artículo.

Isadora parece molesta por la interrupción pero cuando me mira trata de sonreír.

-Si es algo importante deberías ir Samu-me dice y el “Samu” lo dice con tanta carga erótica que me sonrojo y Ari se ve molesta mientras que Guzmán parece querer reír-ve tranquilo, yo haré que arreglen todo.

-Muchas gracias-le digo sonriendo. Sigo a Guzmán en silencio y solo espero que esto no sea demasiado incómodo.

********

Nos dirigimos a Getafe con Guzmán en su automóvil, aunque lo reconozco como el viejo vehículo de Marina. Guzmán tiene la vista fija en el camino y ninguno de los dos dice nada, lo que vuelve todo esto tanto o más incómodo de lo que esperaba.

Si alguno no dice algo en los próximos cinco segundos saltaré del automóvil como en esas pésimas películas de Rápido y Furioso. Cinco, cuatro, tres…

-Esa canción le gustaba a Marina-dice Guzmán.

Es cierto. Sonaba “Lovefool” de The Cardigans. Incluso había un video por internet y en el que Marina y yo cantábamos esta canción cuando estábamos en su habitación. Una cosa tonta que hicimos para reírnos un rato. El recuerdo me saca una sonrisa.

-Si, lo recuerdo-le digo-hay un video de nosotros cantándola.

-Si-se ríe Guzmán-recuerdo que me daban celos porque Marina acaparaba toda tu atención.

Eso me llama la atención.

-Yo era amigo de ambos-le digo con una ligera acentuación en “era”.

-Sí, pero ella te monopolizaba-dijo Guzmán.

-Hubiera esperado que te pusieras celoso de un chico que pasaba tanto tiempo con tu hermana-le digo en broma.

-Ningún chico podía hacer sufrir a Marina sino que era a la inversa-dice Guzmán-si no me crees pregúntale a Iván.

Eso era cierto. La relación de Iván y Marina era tumultuosa. Rompían y regresaban muchas veces. Podían ser los más enamorados o los que más se odiaban. Marina no temía buscar a otros chicos pero Iván siempre estaba detrás de ella.

En este mismo automóvil Marina me advertía sobre que tuviera cuidado con Amanda Blanco Conmenford.

“La conozco desde que nací, Samu. Es una bruja. Su familia y la mía son amigas desde hace muchos años. De todos sus hijos a la única que realmente quiere es a Ari y por eso te odia. Eres su novio y ella te ama.”

Supongo que esa vieja advertencia de Marina ya no importa porque ya no estámos juntos.

Mis recuerdos sobre Marina son interrumpidos por la realidad. Vamos por la autopista y vemos un grupo de policías que custodian a reos que deben recoger basura al costado. Uno de ellos es Nano quien me ve en el automóvil de Guzmán.

********

Guzmán tomo notas e hizo entrevistas mientras yo tomé fotografías del evento. Odio no tener mi propio automóvil y depender del de Guzmán pero al menos hemos logrado llevarnos bien en todo esto. Extrañaba a Guzmán como amigo. Aunque tampoco me hago ilusiones, nuestra vieja amistad no regresará jamás.

De pronto una patrulla de policía nos siguió con sus luces encendidas. Guzmán se vio extrañado pero no asustado. Frenó el coche y unos segundos después un policía se acercó a la ventanilla del conductor.

-¿Algún problema oficial?-dijo Guzmán.

-Si-dijo el policía-este automóvil tiene multas pendientes que no ha pagado. Por favor, bajen del coche.

Ambos bajamos y cada uno llama a su propio padre para que nos busque. Cuando termino de hablar con mi padre escucho que Guzmán sigue hablando con el suyo.

-…si, es por una vieja multa de Marina, de ese día…-dijo Guzmán-…está bien, te espero.

Seguimos esperando por un tiempo y Ventura es el primero en llegar. Cuando me ve se tensa un poco pero aun así me saluda.

-Samuel-me dice a modo de saludo.

-Señor Nunier-le respondo muy incómodo pero afortunadamente veo el automóvil de mi padre y me dirijo rápidamente ahí. Lo que menos necesitamos todos es que mi padre y Ventura se encuentren ahora.

Subo rápidamente al automóvil y saludo a mi padre.

Después de un rato de viajar en silencio mi padre pregunta:

-¿Tú y Guzmán volvieron a ser amigos?

-Solo era una tarea del colegio.

Ver a Ventura me obliga a volver a pensar en ciertas cosas. Oponernos a los Nunier nos ha convertido en parias a ambos, destruyó a nuestra familia. Apoyé a mi padre incondicionalmente y en el camino sacrifiqué todo lo demás. Creí en mi padre cuando decía que Abel Romano no es el asesino de Marina aunque él lo haya confesado. Ya ni siquiera sé si es verdad. Quizás dejé de lado mi vida y a mis amigos por un error de juicio de mi padre. Es una decisión con la que vivo a diario. De pronto se me ocurre algo.

-¿Podemos pasar el hotel Neptune Grand?-le digo a mi padre-quiero investigar el gasto que se hizo ahí con las tarjetas de los Benavent.

-Pensé que el caso estaba cerrado y que el culpable ya había confesado-dice mi padre y noto en su expresión como se da cuenta de lo que acaba de decirme y lo que puede disparar en mí.

Lo miro con dureza. Él más que Nadie debe saber que una confesión no necesariamente implica culpabilidad.

-Está bien-me dice papá-podemos dar una vuelta y ver que hay por ahí.

Le sonrío y veo como papá se pone contento. Desde que yo era niño él hacia lo que fuese por verme sonreír y aun ahora que tengo 16 años nada ha cambiado.

********

Papá me lleva de la mano casi arrastrándome y entramos juntos a la recepción del Neptune Grand. La joven recepcionista parece entre sorprendida y asustada.

-Quiero ver al gerente ahora-dijo mi padre a la joven y al ver que no reaccionaba le gritó-¡Ahora!

La muchacha reacciona haciendo hacia atrás bruscamente. Ella parece realmente estar asustada de mi padre.

-¿Podrías dejar de gritar por favor?-le digo a mi padre-asustas a la recepcionista.

-¿Así que el problema ahora soy yo?-me responde él indignado.

Lo miro muy enojado.

-Déjame hablar a mí-le digo y ahora me dirijo a la recepcionista-buenas noches señorita. Me llamo Leopoldo Benavent. Hace algunas semanas me hospedé aquí en este hotel y pagué con una extensión de la tarjeta de crédito de mis padres-hago un silencio y la miro con cara de apenado-la historia es que, y aquí viene la parte vergonzosa, vine con una chica a la cual no recuerdo. No vuelvo a beber tequila. Esa persona me dejó ahí y me robó la tarjeta e hizo muchas compras. Quería preguntarle si usted me podría brindar una filmación de ese día cuando reservé el cuarto. Aquí tiene el resumen de la tarjeta.

La chica parece desconfiada pero toma el papel.

-Veré que puedo hacer-me dice y desaparece tras una puerta.

Mientras espero mi padre vuelve a hablar.

-¿Lo hice bien o crees que exageré con el grito?-me pregunta.

-Creo que funcionó-le digo y luego río-ella parecía asustada.

Unos minutos después la recepcionista aparece nuevamente.

-Lamento no poder ayudarte-me dice apenada-pero solo guardamos grabaciones de seguridad por 10 días así que no tenemos video de cuando tu viniste. Pero pudimos recuperar un listado detallado de tus gastos en el hotel y copias de los recibos.

-Muchas gracias señorita-le digo y ella me sonríe y vuelve a ver a papá con expresión de temor.

Salimos de ahí con papá y al ver los recibos sonrío.

-Adivina quien firmó el recibo del servicio a la habitación de la noche en que se alquiló una habitación con la tarjeta de los Benavent-le digo a mi padre- fue Carla Rosón Caleruega, la novia de Polo.

Los atrapé.

********

Al día siguiente estaba en Las Encinas charlando con Rebe.

-¿De verdad puedes probar que fueron Polo y la marquesa?-me preguntó mi amiga.

-Será fácil probar que Carla está involucrada-le explico-ella firmó los recibos del servicio a la habitación. Lo que me falta probar es que Polo está implicado. Pero no me preocupa. Polo no tiene cerebro como para hacer crímenes difíciles de resolver. Con Carla será más complicado pero por suerte tengo pruebas contra ella. Polo no durará mucho más.

Tengo que entrar a la clase de periodismo en unos minutos y puedo arrinconarlos allí. Claro, las familias de Carla y Polo tienen tanto poder que podrían escaparse de esto pero con liberar a Nano me conformo. Además, de ese modo les demuestro que no son tan intocables como creen. Claro que la confesión de Nano complica las cosas pero cuando diga que lo hizo para que liberaran a su madre. Pero sé que aún no es suficiente para cerrar el caso.

A lo lejos veo como Cristian saluda a Carla con un beso en los labios y Polo se les une. Parece que Cristian se hizo un nuevo tatuaje. Hizo que le dibujaran una fea calavera en su brazo cerca de su hombro. Carla miraba el tatuaje de forma coqueta y Cristian lo mostraba con petulancia. Polo parecía sentirse algo aparte de la situación.

Es definitivo, hundiré a estos hijos de puta.

Bien entro a clase de periodismo veo a Polo sacando unos libros de su mochila.

-Sé que fuiste tú-le digo.

-Para lo que me preocupa-me respondió.

-Debería-le respondo-pronto podré probar que tu robaste las tarjetas de crédito de tus madres. Ya probé que Carla utilizó la habitación alquilada con las tarjetas. La muy tonta firmó ella misma los recibos. Yo que tú me apuraría a confesar. Sabemos que no durarás mucho Polo. Nunca fuiste muy inteligente.

Polo parece impactado por lo que le dije y eso me llena de satisfacción.

********

En el almuerzo como siempre me siento junto a Rebe, Omar y Nadia.

-Vamos Fara-dice Rebe-admite que te gusta el vikingo.

Nadia se sonroja lo que nos hace reír a Omar y a mí. Si esto es así Lu estaría molesta, genial.

-Rebe, no digas esas cosas-dijo la musulmana, recatada como siempre.

-¿Por qué no?-dijo Rebe-he charlado en algunas ocasiones con él en el trabajo de mi madre. Es agradable.

La madre de Rebe, llamada Sandra, era contadora y trabajaba en la empresa constructora de los Nunier. Rebe había visto a Guzmán ahí en algunas ocasiones. Él la reconoció de Las Encinas y comenzaron a charlar. Se llevan bastante bien aunque ella sabe que el tema de los Nunier es algo incómodo para mí. A diferencia de los hermanos Shanaa o de mí, Rebe no es una becada aunque exactamente no es de una familia rica. Hace unos meses el padre de Rebe murió en un accidente de tránsito y el seguro de vida les dio una suculenta suma de dinero a ella y su madre. Sandra decidió invertir una parte y otra parte la usó para pagar la educación de su hija en Las Encinas. Así que Rebe está un lugar intermedio entre los pijos y los becados. Aunque ella prefiere a los becados claramente.

En ese momento llegó Isadora que sorpresivamente se sentó en nuestra mesa. Todos sus amigos ricos miraban esto y claramente no les gustaba pero a ella parecía no importarle.

-Hola bebés-nos dice a todos aunque su mirada está puesta solo en mí.

-Hola rubia-dice Rebe y todos los demás la saludamos también.

-Parece que tus amigos están molestos por algo-dice Omar captando lo mismo que yo.

Ella mira a donde están los demás. Lu y Polo se ven molestos. Ari parece inexpresiva pero solo me mira a mí. Afortunadamente a la rubia parece no importarle.

-Ya se les pasará-dijo para no darle importancia y luego me dirá directamente a mí-pero vine porque quería hablar contigo específicamente.

Mis amigos hacen un esfuerzo bastante inútil por no reír y hacer comentarios y yo intento no matarlos. Eso no me ayudaría para conseguir una beca para la universidad.

-Esta noche haré una fiesta en mi casa-me explica-e invitaré a todos los amigos que hice aquí y me encantaría que vos estés ahí. Y también tus amigos por supuesto.

Rebe y Omar parecen emocionados por la idea y Nadia afirma con su cabeza para mostrar que está de acuerdo.

Quiero decir que sí. Es decir, es una chica hermosa que ha venido con evidentes intenciones a invitarme a una fiesta. Pero algo me detiene. Ella es genial pero sus amigos no. No puedo vincularme con ella y que después el contexto destruya lo que sea que haya entre nosotros.

-No se…-empiezo a decir.

-Por favor-me dice-tienes que ir. Además, tus amigos ya están emocionados con la idea.

Me sonríe con picardía y por unos instantes me pierdo en sus hermosos ojos azules.

-Lo pensaré-le digo. Parece decepcionada pero lo acepta, sabe que por el momento es la mejor respuesta que puedo darle.

 

-Está bien-nos dice-espero verlos a los cuatro allí. Les enviaré un mensaje con los detalles.

Cuando se va me quedo un rato pensando. Quisiera ir y conocerla más. Hacía mucho que na chica no me llamaba tanto la atención. Pero aún no he superado del todo la ruptura con Ari. Aun siento algo por ella.

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P.O.V. POLO

Lo que dijo Samuel me tenía intranquilo. Claro, hablamos de Samuel García Domínguez. Ese chico era capaz de muchas cosas. Podía inventar mentiras que hundan a los demás pero ya no estoy seguro que él mienta realmente.

Yo jamás llevé a Carla al Neptune Grand. Pero si lo que Samuel decía era cierto…

Carla estaba más allá charlando con Lu y Ari. Dejó su bolso aquí en la mesa. Sé que no debo hacer esto pero…

Veo que sigo distraída. Saco su teléfono y veo rápidamente sus llamadas y mensajes. Tiene muchísimos de Cristian. Si bien Cristian, Carla y yo estábamos los tres juntos, esto significa una sola cosa: Cristian y Carla se han estado viendo ellos solos a mis espaldas.

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P.O.V. SAMUEL

Decidí investigar un poco más y revisar los otros gastos de las tarjetas. Amenazar a Polo se sintió bien pero en parte fue estúpido. Le hice saber lo que sé de él y Carla y eso puede motivarlos a cubrir sus huellas.

Pude rastrear la mayoría de las compras y algunas son poco probables que fueran hechas por Nano. Un gasto al que no le había prestado atención antes llama mi atención. Fue hecho en un lugar llamado “Estigia” aunque la factura no especifica a qué se dedica ese lugar. Pero tiene una dirección…

Lo bueno es que no necesito ir hasta allí. Con hacer una búsqueda rápida en internet puedo averiguarlo. Pongo en el buscador el nombre del lugar y la dirección y…bingo, lo tengo. “Estigia” es… un lugar donde hacen tatuajes y colocan piercings. Ese fue el último cargo hecho a la tarjeta. No recuerdo que Nano tuviera un tatuaje, no uno que pudiera ver al menos.

De pronto me doy cuenta. El tatuaje, la pintura de la motocicleta, el hotel donde fue Carla. Ahora sé lo que realmente sucedió.

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Suena la campana que anuncia el fin de la jornada escolar y salgo rápidamente. Cristian va al estacionamiento a buscar su motocicleta y por suerte está solo. Perfecto, es hora de hacer mi jugada. Me acerco a él y hablo.

-Bien, Cristian-le digo-ahórrame tiempo y dime todo lo que sucedió con las tarjetas de crédito de los Benavent. Y qué rol cumple la marquesa en todo esto.

-No tengo idea de qué hablas-dice Cristian molesto y se apresura e encender su motocicleta pero yo le quito las llaves de la mano.

-Sé que fueron tú y Carla los que hicieron esos robos-le digo-y Polo sabe que ella fue al hotel con alguien y, aun con lo estúpido que es, no tardará en darse cuenta que quien estaba con ella eres tú. Estaban los dos solos sin él. Lo que supongo que rompe su triple pacto sexual supongo.

-¿Crees que me importa que él lo sepa?-me dice con arrogancia. Bueno, al menos ya no lo negará.

-¿Quiero saber lo que tú y Carla hicieron?-le exijo.

-Carla no sabe cómo pagué todas esas cosas-me dice-aunque quizás ya se dio cuenta.

Saber eso me saca un poco de mi eje. Estaba convencido que Carla estaba involucrada en esto. Sin embargo, Cristian tiene razón en algo. Aunque Carla no participara del fraude debió haberse dado cuenta en algún momento. Cristian es un becado y sin embargo la llevó a restoranes y hoteles y ella debió preguntarse cómo él pagaba todo eso.

-Bueno-le digo-si Carla no tiene nada que ver entonces eso simplifica la historia que me estoy imaginando.

-¿Por qué no me cuentas qué te imaginas?-me desafía.

-Bien, aquí va lo que creo que sucedió-digo-un día fuiste a casa de Polo para hacer esas cosas innombrables que haces con él y Carla. Ese día la madre de Nano no está allí y e piden que hagas el favor de sacar una bolsa de basura. Y, ahí están: solicitudes vírgenes pre aprobadas de tarjetas de crédito a nombre de las madres de Polo. Usaste las tarjetas de los Benavent para salir a escondidas con Carla Rosón Caleruega y darle las cosas a las que ella está acostumbrada porque crees que en igualdad de condiciones te escogerá a ti por sobre Polo. Y quien asume la culpa es tu mejor amigo.

Su rostro cambia radicalmente.

-No quise que eso pasara-me dice-Nano es como mi hermano.

-Tu hermano-le recalco- recoge basura junto a la autopista.

-Tengo un plan para liberarlo-me dice-y Carla y yo estaremos juntos, sin Polo.

La risa seca más cínica del mundo sale de mi boca, lo que lo hace enojar.

-No la conoces-me dice con odio.

-Créeme, la conozco. Carla jamás se quedará contigo, la conozco-le advierto- Sólo le gustan las emociones fuertes. Pero jamás renunciará a Polo o a su cómoda vida por ti.

Realmente parece herido pero se hace el duro.

-Ella me ama-me dice pero no parece muy convencido.

-¿Entonces por qué cada vez que la miro es Polo el que la está abrazando?-le pregunto.

Decide no responderme nada y le devuelvo sus llaves y se marcha en su motocicleta.

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Estoy en casa de Nano junto a su madre. Los pequeños hermanitos de Nano están en la habitación con sus videojuegos. Ella parece aliviada aunque ansiosa.

La puerta se abre y entra Nano con una sonrisa. Su madre corre hasta él y lo abraza con fuerza.

-Hijo, Hijo -dice ella entre sollozos. Él se aferra a su madre y veo que hasta tiene ganas de llorar pero se contiene.

-¿Tienes hambre?-le dice su madre como suelen hacer cuando quieren consentir a sus hijos. Me recuerda a mi madre pero alejo esa idea de mi cabeza rápidamente. No quiero pensar en eso ahora.

-Mucha-dice él y su madre va rápidamente a la cocina.

Nano y yo esperamos hasta ver que su madre está ocupada como para escuchar lo que hablaremos.

-Supongo que te debo a ti este reencuentro con mi familia-me dice Nano-gracias, Samuel. Realmente puedo contar contigo cuando hace falta.

Me siento bien por esto. No solo por el hecho de que alguien inocente salga en libertad, sino porqué se lo debía a Nano por salvarme de Polo y sus amigos.

-Nano-comienzo a decir-un juez a dictado una orden de captura para Cristian.

Fui a la policía y conté todo y presenté las pruebas que tenía. Liberaron a Nano y ahora la policía busca a Cristian. Nano no parece feliz con esta situación. A pesar que lo liberaran se ha enteado de lo que hizo su mejor amigo.

-Polo también lo sabe-le digo-él y sus amigos lo están buscando.

-No son los únicos-me dice él y sé lo que significa. La pandilla de Nano también estaba buscando a Cristian.

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P. O. V. OMNISCIENTE

Cristian Varela estaciona su vehículo en frente a la mansión de los Rosón Caleruega. Era una casa hermosa, como su dueña. Al principio se unió a Carla y Polo por puro interés, por regalos y privilegios que tendría por estar con ellos y porque Carla era la chica más caliente que había conocido. Claro, debía estar con Polo también pero un precio justo a pagar por estar con Carla. Además, estaba seguro que Carla terminaría dejando a Polo para estar con él. Era una relación acabada, aburrida. Creía que Carla en algún momento ella se daría cuenta y elegiría a Cristian quien es mucho más hombre que ese pijo desabrido.

Sacó su teléfono y marcó el número de Carla. Rápidamente ella atiende.

-Carla, hermosa-dice Cristian-estoy afuera esperándote.

-Cristian debes irte rápido de aquí-le dice ella con urgencia.

Cristian no lo entiende al principio hasta que los ve aparecer. De entre los arboles de la casa Rosón salen Polo, Guzmán, Ander, Patrick, Iván y Valerio.

Cristian retrocede unos pasos. Siente la amenaza que esos chicos son para él. Ve por las ventanas que Carla está desde dentro mirando todo con muchos nervios. Ahora Cristian lo entendía, ella le estaba advirtiendo lo que sucedería.

-¿Crees que puedes quedarte con mi novia?-le dice Polo.

-Tu novia ya me prefiere antes que a ti-le dice Cristian con burla.

-Si así fuera Carla saldría en este momento y trataría de defenderte-dice Polo.

Cristian la mira y finalmente se da cuenta. Lo que siente por ella lo siente solo él. Todo el grupo rodea a Cristian y Valerio y Guzmán sujetan a Cristian contra el suelo. Cuando Polo iba a golpearlo se escucha el rugir de muchos motores. Todos levantan la visión y ven a Nano y su pandilla aparecer en sus motocicletas. Cuando estacionan Nano es el primero en quitarse el casco y mira directamente a Polo. Por unos instantes su mirada se detiene en Iván pero rápidamente retorna a Polo.

-Este es nuestro territorio-dice Polo-aquí no pueden hacernos nada.

Los amigos de Polo no están seguros de eso. La banda de Nano los supera en número.

-Hablemos-le dice Nano a Polo.

Polo se siente desconcertado, pero acepta. Valerio y Guzmán mantienen a Cristian sujeto contra el suelo.

Alejados del resto, Nano y Polo hablan pero los demás no pueden escuchar nada de lo que dicen. La conversación no dura mucho y rápidamente Polo regresa.

-Suéltenlo-dice Polo sorprendiendo a todos.

-Polo pero ¿Qué carajo…? -dice Guzmán pero Polo lo interrumpe.

-Déjenlo-dice el joven-no vale la pena.

Nadie entiende nada pero Guzmán y Valerio hacen lo que pide su amigo. Cristian se pone de pie y va con sus amigos.

-Gracias amigos, gracias-les dice y rápidamente se sube a su propia motocicleta.

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La pandilla estacionó sus motocicletas en un parque cercano a su barrio. Todos bajan y Cristian es el primero en hablar.

-Nano, compadre-dijo-eres mi mejor amigo, eres mi hermano ¿lo sabes verdad?

Nano no quería mirarlo pero al final lo hace.

-Estás fuera-dice Nano con fuerza.

-Nano, no…-comienza a decir Cristian desesperado.

-Estás fuera de la banda y fuera de mi vida-dice Nano

-Nano, hermano, por favor-dice Cristian, pero Nano solo se da la vuelta y se aleja caminando.

En ese momento la pandilla de Nano rodea a Cristian y comienzan a golpearlo. El primer golpe en el estómago deja a Cristian sin aire y luego le siguen muchos golpes más.

-¿Estás bien?-le pregunta Félix a Nano. Félix era el tercero al mando en la banda detrás de Nano y Cristian. Aunque ahora solo estaba por debajo de Nano.

-Estoy bien-dice Nano-por favor, detenedles antes que se les vaya la mano.

Félix asintió y fue con sus amigos.

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-¿Por qué lo hiciste?-exigió saber Polo-Establecimos que esto es algo que haríamos siempre juntos.

Carla no parecía triste, solo exhausta.

-Lo siento mucho Polo-dijo ella con sinceridad.

Polo la miró y volvió a ver a esa chica de la que se enamoró hace tanto tiempo, esa persona a la que se aferraba a pesar de todo.

-Polo…-dijo Carla-llegó la hora que aceptemos la realidad.

-¿De qué hablas?-dijo él pero en el fondo sabía lo que le diría.

-Meter a Cristian en la relación, que yo me viera a solas con él…-dijo la rubia-es evidente que lo nuestro está muerto. Quiero terminar.

Polo la abraza rápidamente.

-Carla esto fue solo u error-dijo él desesperado-sé que podemos solucionarlo.

-No Polo-dijo ella con contundencia-lamento haber dejado que llegara tan lejos, pero esto se terminó.

Las lágrimas comienzan a salir de los ojos de Polo. Podría decirse a sí mismo que esto lo sorprendió pero eso sería mentir.

-¿Es por Cristian?-dijo Polo-¿te enamoraste de él?

Carla lo mira con tristeza pero sabe que esto debía pasar.

-No-dijo la hija de la marquesa-no lo amo, pero tampoco a ti.

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P.O.V. SAMUEL

Unas semanas antes de la muerte de Marina, ella y yo conseguimos el contacto de un hombre que hacía identificaciones falsas. Le pedimos que nos hiciera algunas, sobre todo porque queríamos poder pasar a los clubes que solo permitían entrar a mayores de edad. La idea era hacer una simple travesura. Esas locas ideas que tenía Marina comúnmente. Como Marina era muy controlada por sus padres hicimos que las enviaran a la que era por ese entonces mi casa. Llegaron una semana después de su muerte.

Una tenía la fotografía de Marina. Su ladina sonrisa, sus ojos azules y sus rizos rojos la mostraban más viva que nunca, tan diferente a como la vi por última vez. Como una broma privada Marina hizo que en la identificación falsa le pusieran el nombre “Carla Rosón Caleruega”. Río al recordarlo. Aunque la de ella no es la única. La identificación que tiene mi foto dice que tengo 18 años y que mi nombre es Guzmán Nunier Osuna. No le dijimos nada a los otros porque sabíamos que se negarían. Además, yo era el único amigo que realmente nunca juzgaba a Marina, por eso se sentía tan cómoda conmigo.

Nunca utilicé esta identificación falsa, hasta ahora. Era domingo y fui a la estación de policía. Los fines de semana no estaban la mayoría de los policías que suelen estar durante la semana. Mejor para mí porque no quería que nadie me reconociera. Por ser hijo de Ignacio García era bastante conocido entre los policías de Madrid. Utilicé la identificación que decía que yo soy Guzmán Nunier para pagar la vieja multa de transito del día en que Marina murió.

El recibo tenía una copia de la multa y una fotografía que una cámara fotográfica tomó del momento de la inflación. La hora de la multa decía que sucedió el día que Marina murió a las 6:02 p.m. la hora oficial de la muerte de Marina es 4:01 de ese mismo día.

Llevo 30 minutos mirando la multa de tránsito. La cámara captó a Marina pasando un semáforo en rojo a las 6:02 p.m., dos horas después de su supuesta hora de muerte. No sé qué es lo que me perturba. Si ver una fotografía de Marina sonriendo el último día de su vida o saber que Ventura Nunier, su esposa Laura Osuna, o ni siquiera Guzmán tienen ahora una coartada firme. Mi padre tiene razón, el caso no es firme. La muerte de Marina está muy lejos de estar resuelta.