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Samuel García Domínguez, detective

Chapter 8: Mírate en el espejo, Samuel

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

P.O.V. SAMUEL

Estoy sentado en mi escritorio en la agencia de papá. En mi mano derecha tengo la fotografía de la habitación de Marina el día en el que la mataron en la que aparecen las zapatillas blancas de Marina. En mi mano izquierda tengo la fotografía del día que arrestaron a Abel Romano donde muestran las mismas zapatillas como evidencia. Ese hombre fue arrestado semanas después del asesinato. ¿Cómo llegaron esas zapatillas a la casa de Romano?

Dos fotografías que no coinciden. Solo una persona puede darles sentido y solo una persona puede llevarme a esa persona.

La puerta se abrió y entró Claudio Martínez, el mejor amigo de papá y abogado de oficio.

-Claudio Martínez-le digo sonriéndole-el hombre al que quiero ver ¿Puedo prepararte un café?

-La amabilidad en ti, ahijado, es aterradora-me dice-¿Vas a venderme una rifa o algo así?

Que bien que me conoce.

-Algo así-le respondo-quiero que me consigas una reunión con Abel Romano.

Una carcajada seca sale de su boca.

-Estos adolescentes locos de hoy-me dice con humor-las cosas que hacen: videos de Tik Tok, fiestas electrónicas, visitas a condenados a cadena perpetua…

-Hablo en serio, tú eres su abogado-le digo serio.

-Interesante pero cuando alguien confesa un crimen, es condenado y se niega a apelar, el término adecuado es “ex abogado”-me aclara él.

-Pero aun así puedes arreglar una cita-le digo.

-Sólo él decide a quien recibe y hasta ahora no recibió a nadie-me con tono perezoso.

-Excepto a ti-le digo señalándolo-su adorado abogado.

-Sí, yo-me dice- su defensor público de €20 la hora. Los abogados criminalistas más prestigiosos del país se ofrecieron a defenderlo gratis y él me prefirió a mí. Reprobé derecho criminal y sé que eso es malo.

Tomo las fotografías y se las paso.

-Mira estas fotos-le digo-¿te parecen esas las mismas zapatillas?

-Si-me responde sin mucho interés.

-Una es del cuarto de Marina Nunier cuando la mataron-le explico- y la otra de la casa de Romano cuando lo arrestaron ¿Por qué volvería a robar un par de zapatillas semanas después?

-¿Por qué está loco?-me dice Claudio-comienzo a pensar que no fue tu papá quien me invitó a venir.

Ah, sí, le mentí que mi padre quería hablar con él para que viniera. Se pone de pie para marcharse.

-Deja que yo hable con Romano y yo decidiré si está loco o no-le digo con seguridad.

-Escribe una carta exponiendo tu caso-me dice-y se la daré y negaré cualquier relación con lo que haces.

-Gracias, Claudio-le digo mientras uso mi adorable sonrisa que según mi padre la utilizo cuando quiero algo.

-Te dirá que no-me advierte.

-¿Seguro?-le digo-a la mayoría de las personas les cuesta mucho decirme que no.

-Si lo hicieran se ahorrarían muchos problemas-me dice y se marcha.

Si la gente me dijera que no, yo me ahorraría muchos problemas.

********

P.O.V. CARLA

Es la hora del almuerzo en Las Encinas y como siempre estoy sentada con mis amigos, los cuales hablan de cosas que ciertamente me aburren.

A mi lado está Lu quien no participa de la conversación porque está mirando con resentimiento como Guzmán y Nadia charlan un par de mesas más allá. Ya hablé con ella muchas veces sobre que debe dejar ir a Guzmán, pero es demasiado testaruda. Está empeñada en culpar a Nadia por todo cuando en realidad su relación con Guzmán estaba aún más condenada que la mía con Polo.

Conmigo y Lu también están Ari, Polo, Patrick, Iván y un muchacho llamado Miguel. Es alguien que me parece muy aburrido y poco interesante y está evidentemente interesado en Ari, aunque ella no parece notarlo

A veces pienso que es peor, si aburrirme en Las Encinas o volver a casa donde solo presenciaré las discusiones de mis padres.

Lo peor es que en el caso de ellos discutir es innecesario. Mi padre no dejará de verse con otras mujeres y mi madre no lo abandonará definitivamente. No sé si espera que él cambie o alguna estupidez por el estilo. Teo Rosón es un muy exitoso empresario, y para un hombre de su edad es bastante guapo, es seguro que muchas mujeres iban a perseguirlo. Y él no está muy interesado en respetar sus votos matrimoniales. Mi madre no es mejor, se aísla de su realidad con eventos sociales, vino y pastillas para no enfrentar su realidad. Pero no se divorcian, todo sea por las apariencias. Ahora más que nunca creo que hice bien en separarme de Polo. Si hubiéramos seguido juntos nuestro futuro hubiera sido convertirnos en los nuevos Teo y Beatriz.

Mis amigos siguen con su conversación aburrida mientras me entretengo observando a las otras mesas. En una de ellas veo a Samuel con sus amigos. Rebe, el hermano de Nadia y Ander que ahora es su novio. Parecen muy divertidos en su conversación. Quizás le estén preguntando a Samuel por algún caso en el que haya trabajado junto a su padre. Sé que la vida de Samuel no era muy buena desde la muerte de Marina, pero seguramente es más emocionante que la mía.

A regañadientes yo debía reconocer que Samuel tiene un don para la investigación. En los pasillos de Las Encinas se hablaba del investigador adolescente. Samuel había pasado de ser uno de los chicos más populares siendo amigo de Marina y novio de Ari a ser un paria del que todos se burlaban a ser alguien intimidante al que convenía no hacer enojar.
Reconozco que esa faceta de detective duro y sagaz lo hace más atractivo. Claro, jamás lo reconoceré en voz alta. También es arrogante y vengativo. Yo misma me encargue de hacerle la vida imposible junto con algunos de mis amigos después de la muerte de Marina. Y aun así, él aún estaba de pie y luchando. Envidio su fortaleza.

-¿Ya respondieron al Test de la pureza?-preguntó Patrick emocionado.

-¿Qué es eso?-preguntó Polo.

-Es un link que nos enviaron a todos los estudiantes de Las Encinas donde nos preguntas por nuestras experiencias sexuales-explicó Patrick –puedes sacar un máximo de 100 puntos y mientras menos puntos saques más zorra eres.

-¿Y cuánto sacaste tú?-preguntó Polo en broma-¿5 puntos?

-Me ofendes Polito-dijo Patrick-fueron 4 puntos.

-Ya me imagino a miss Palestina obteniendo 100 puntos-dijo Lu con rencor.

A esto me refiero. Quiero a mis amigos, pero son muy aburridos en ocasiones hablan de estas cosas tontas. Es evidente que este test lo hizo algún bromista de esta escuela solo para divertirse un rato. La vida sexual de los demás no tiene nada de interesante.

-Salió hace pocos días-dijo Patrick-así que puede que haya algunos que nos sepan nada aún.

-¿Y cómo es asunto?-preguntó Lu sorprendentemente interesada.

-Entras al enlace, pagas € 10 y respondes las preguntas-explicó Patrick.

-Yo creo que, si necesitas de una encuesta para saber que eres una zorra, entonces tienes muchos problemas-bromeó Ari y todos reímos, aunque Miguel rio con más fuerza de forma exagerada.

Patético.

********

P.O.V. REBE

Hoy vino Samu para otra lección de boxeo. Había comenzado a enseñarle como una forma de acercarme a él y fomentar nuestra amistad, pero sospecho que Samuel lo hizo en un principio para aprender a pelear porque le será útil en su vida de detective. No puedo quejarme. Ha sido divertido ayudar a Samu en sus diferentes casos. Incluso lo considero mi mejor amigo, pero él no de los que es muy demostrativo.

Sin embargo, en nuestra amistad hay una barrera invisible que el propio Samuel se encarga de poner. El nunca habla de ciertas cosas, pero noto como se tensiona cuando alguien menciona a Marina Nunier, a Guzmán o a Ariadna Blanco.

No soy tonta. Conozco la historia de Marina Nunier y su asesinato. Toda España conoce esa historia. Pero Samuel es muy hermético con ese tema. Aunque también es así con su ex novia y muchas cosas más. Escucho a las personas hablar de Samuel y no puedo hacer encajar esas cosas con lo que yo conozco de él.

Seguimos entrenando mientras charlamos. En un momento Samuel comienza a reír y no puede parar.

-¿De verdad pagaste para hacer el Test de la Pureza?-me dice riendo.

-Quería saber que tan zorra soy-le digo riendo-¿Por qué no lo haces tú?

-Solo he estado con Isadora-me dice Samuel sonriendo, pero noto que se tensa un poco al decirlo-mi vida sexual no es muy interesante.

-Ella era una narco-le respondo.

-Así me gustan las mujeres-me dice bromeando-rubias, ricas y criminales.

Yo me rio de la broma, pero en ese momento mi madre entra a nuestro improvisado gimnasio en mi casa.

-Rebeka ¿Puedo hablar contigo? -me lo dice en un tono duro que no suele utilizar.

Noto que mira con cierta dureza. Quizás escuchó su broma de las rubias criminales.

La acompaño hasta la cocina.

-¿Qué ocurre?-le pregunto.

-Cariño-me dice-me preocupa un poco que pases todo tu tiempo con Samuel García Domínguez.

-¿De qué hablas?-le pregunto confundida y algo molesta.

-He escuchado cosas muy negativas de esa familia-dice mi madre y creo entender por dónde viene el asunto.

Mi madre trabaja como contadora en la constructora de Ventura Nunier y es probable que ahí no tengan un buen concepto de la familia de Samuel.

-Y en la escuela he escuchado cosas negativas de Samuel-le respondo-pero he convivido con él desde el primer día de clases y sé que lo que se dice de él es mentira. Es una excelente persona.

Ella me mira sorprendida, pero en realidad la sorprendida soy yo. Nunca pensé que mi amdre sea una de esas personas que se creen automáticamente lo que le dicen.

-Es mi amigo-le digo-y tu una prejuiciosa.

-Rebe-me dice armándose de paciencia-ahora que estamos en Madrid podemos armar una nueva vida estable. Podemos comenzar de nuevo desde la muerte de tu padre. Y no me gustaría que tu círculo social se limite a Samuel García Domínguez.

-Tengo otros amigos-le respondo-y no dejaré a Samuel.

La dejo con la palabra en la boca y vuelvo con mi amigo.

Cuando llego al gimnasio veo a Samuel guardando sus guantes de box y una toalla en su mochila listo para marcharse.

-¿Ya te vas?-le pregunto confundida.

-Si-me dice-no quiero causarte una pelea con tu madre.

Mierda. Debí imaginarlo. Es obvio que se daría cuenta. Esa es una de las cosas que más admiro y a la vez me perturban de Samuel: que nada se le escapa.

-Solo se deja llevar por cosas que se dicen por ahí-le digo-pero yo no hago lo mismo.

-Lo sé Rebe-me dice-tranquila, no estoy enojado. Estoy acostumbrado a que la gente no sea fan de los García Domínguez. Por hoy demos terminada la práctica.

Se marcha y yo me siento peor que nunca.

*********

P.O.V. SAMUEL

Ingreso a Las Encinas para una nueva jornada escolar, pero más bien parece que he entrado en un psiquiátrico. Todos pelean con todos y se gritan furiosamente. Esquivo distintos grupos de discusiones y capto algunas expresiones interesantes:

-Eres una puta.

-¿Tuviste sexo con el novio de tu mejor amiga?

-Así que si me engañaste en las últimas vacaciones.

No tengo idea de que hablan y porque de repente la vida sexual de todos parece ser muy importante ahora.

De pronto aparece Rebe y me abraza.

-Llegamos al pandemónium, colegui-me dice riendo.

Yo también me rio, aunque no entiendo realmente.

-¿Qué sucede aquí?-le pregunto.

-¿No lo sabías?-me dice-todos los test de la pureza de los estudiantes de Las Encinas han sido expuestos. Si pagabas €30 extras puedes publicar los resultados de quien tú quieras.

Así que no solamente puedes cuantificar tu promiscuidad, sino que también exponerla.

Veo que muchos de los casilleros de los estudiantes tienen pintados números que no entiendo que son. Rebe parece leerme el pensamiento.

-Algunos graciosos pintaron en los casilleros los puntajes que sacó cada uno-me explica ella.

Esto parece un manicomio con gente gritando, llorando y riendo. Rebe se va por otra dirección y yo voy a mi casillero. Guardo algunos libros que por ahora no necesitaré cuando unos casilleros más allá veo algo que me llama la atención.

Nadia está claramente frustrada y enojada tratando de limpiar la puerta de su casillero. Cuando me acerco veo que alguien le pintó el número 17 muy grande. Nadia trata de borrarlo, pero no puede.

¿Nadia sacó un 17 en su test de la pureza?

-¿No te sienta bien la fama?-le pregunto en broma-deberías aprender de Kim Kardashian.

-Ay, Samu, ya no sé qué hacer-me dice apenada-escribieron esto aquí. Me mandan pornografía y llaman a mi casa preguntando cuanto cobro.

-Que hijos de puta-susurro.

-Nunca he estado con nadie-me dice alterada-y ni siquiera he hecho el test de la pureza.

-¿Y te adjudicas los 17 puntos de alguien más?-le digo bromeando-eres la Thomas Édison del mundo del sexo adolescente.

-Si esto llega a oídos de mis padres me van a matar-me dice alarmada-no sabes lo estrictos que son.

No conozco a los padres de Nadia y Omar, pero él siempre evita hablar mal de ellos, eso siempre me llamó la atención.

Me acerco al casillero de Nadia y huelo la pintura del 17 que escribieron ahí y la huelo. ¿Es esmalte de uñas?

-Nadia, tranquila-le digo-quien puede creer algo así de ti. Y si fuese verdad es solamente asunto tuyo. ¿Quieres que descubra quién publicó tu test?

-¿Lo harías?-me dice ilusionada-pero no me debes nada.

-Pero eres mi amiga y casi la única persona buena en este puto colegio-le respondo-tengo la teoría que esta mañana te pusiste a cantar y unos pajaritos trenzaron tu cabello y los animalitos del bosque te ayudaron con los quehaceres domésticos.

Me sonríe y siento que está un poco más tranquila.

-Hola Nadia-dice Guzmán apareciendo de repente-hola Samu.

Noto cierto brillo en los ojos de Nadia y creo que sería un error si quedo aquí como tercera rueda.

-Buenos, yo los dejo-les digo y me voy.

********

Me encuentro con Omar en las duchas después de Deportes. Nadia me dijo que su hermano es un experto en computadoras. No sabía eso, pero supongo que sus conocimientos pueden ser útiles para mí.

-Oye Omar-le digo mientras nos duchamos-quería preguntarte algo.

-Dime Samu-dice él.

-Necesito que me expliques como alguien pudo hacer lo de la publicación de los test de la pureza-le digo-no entiendo cómo pudo pasar.

Omar parece muy confundido por eso.

-La verdad es que yo tampoco lo sé muy bien-me responde mi amigo-cuando entramos a Las Encinas a todos nos asignan un correo electrónico. Yo soy [email protected], tu eres [email protected] y así con cada uno. A los correos de todos los estudiantes de las encinas nos llegó el link para el test de la pureza.

-¿Cómo alguien pudo conseguir los correos de todos?-le pregunto.

-Eso no lo sé-me dice.

-¿Y sabes cómo funciona el test de la pureza?-le pregunto.

-Ander me contó que para permitirte hacer el test debes pagar y luego aparecen las preguntas-me explica Omar-pero para publicar los resultados debes tener la contraseña de tu correo electrónico.

Eso no tiene sentido. Muchas personas se han visto perjudicadas por la publicación de esos resultados por lo que no tiene sentido que quieran publicar sus propios resultados.

-¿Tu hiciste el test?-le pregunto.

-Nadia y yo venimos en transporte público-me dice riendo-no podemos perder €40,00 haciendo el test de la pureza.

No sé cómo seguir con las investigaciones. ¿Cómo averiguar cómo alguien obtendría las contraseñas de otra persona?

-Quizás debas hablar con Ariel, el tipo de soporte técnico de Las Encinas-me dice Omar-viene todas las mañanas hasta el mediodía.

-¿Cómo sabes los horarios del tipo de soporte técnico?-le pregunto riendo.

-Cuando lo veas lo entenderás-me dice sonriendo-pero no se lo cuentes a Ander.

********

-¿Por qué hacemos esto?-me pregunta Rebe-¿No te sientes tonto?

Estoy frente a ella dándole la espalda a una pared en su casa y sonrío como un desquiciado mientras señalo algo que está detrás de mí, aunque Rebe solo ve su pared de color blanco. Ella está con mi teléfono y debe tomarme una fotografía.

-Ya te lo dije-le recuerdo- es para un caso.

-Sí, pero no me dijiste para qué caso-me reclama ella.

Por supuesto que no se lo diré. Si supiera que investigo la muerte de mi ex mejor amiga pensaría que soy un desquiciado.

-Es algo tonto, sin importancia-le respondo y noto que mi respuesta no le gustó.

La investigación del asesinato de Marina es algo solo mío. Incluso me cuesta compartirlo con papá.

Rebe me toma la fotografía y me devuelve el teléfono.

-Voy al baño-dice Rebe y se marcha.

Me quedo observando la fotografía por un instante. Creo que me servirá si hago bien el montaje. Espero que Romano se lo termine creyendo.

Escucho que por la ventana de la sala se cuela una discusión que me llama la atención. Me acerco y veo a Sandra, la madre de Rebe. Está discutiendo con un hombre que reconozco. No sé su nombre, pero sé que alquila una habitación en casa de Rebe.

-Hace meses que no pagas el alquiler-se recrimina Sandra.

-Tranquila-le dice él con una desagradable sonrisa-estoy pasando por una época mala.

-No es mi problema-dice Sandra-debes irte, esto no da para más.

-No te alteres-le dice él-todo se mejorará, lo prometo.

El hombre se va dejando a Sandra muy enfadada.

********

Decidí seguir el consejo de Omar y visitar al tipo de soporte técnico de Las Encinas. Comencé a tramar una nueva teoría. Evidentemente los estudiantes de las Encinas no publicarían sus test de la pureza. Incluso la mayoría puede que no hicieran el test, pero se publicaron resultados de esas personas. Eso significa que les robaron las contraseñas a muchos estudiantes, y como el único que tiene acceso fácil a todas las contraseñas es el de soporte técnico, hablar con él es el paso evidente a seguir.

La puerta de la oficina está abierta así que entro sin tocar.

-Hola, busco a Ariel-digo y lo que veo frente a mí me sorprende.

Cuando se piensa en un experto en computadoras pensamos en un tipo obeso y extraño. El que está frente a mí parece un actor de cine o algo así. Ya veo porque Omar anda seguido por aquí.

-Hola, yo soy Ariel-me dice con acento italiano.

-Necesito tu ayuda-le digo-mi amiga Rebe cumple años y me gustaría darle una sorpresa. Quisiera que cuando ella abra su correo electrónico le apareciera automáticamente mi saludo. Como un mensaje pre configurado.

-No podrás hacer eso sin su contraseña-me dice sin entender.

-Exacto-le digo sonriendo-¿me la podrías dar?

El ríe un poco antes de responder.

-Lo siento, pero no puedo darte las contraseñas de otros estudiantes-me dice.

Ok, tiene ética aparentemente. Veamos si su moral flaquea ante la codicia.

-Oh, perdón-le digo-¿se supone que debo pagarte o algo así?

Saco mi billetera, pero él me detiene.

-Lo siento peor no puedo-me dice-pondría en riesgo mi trabajo.

Está bien, no quiere dinero. Entonces él no vendió las contraseñas de otros. Pero aun así no tiene sentido. Él es la única persona que tiene en su poder las contraseñas de todos.

¿Y si hubiese sido él (lo cual no tiene sentido) porque querría crear un caos entre los estudiantes?

********

Cuando llego a casa decido dejar de pensar en la exposición de las ficticias vidas sexuales de mis compañeros y concentrarme en escribir la carta para solicitarle a Abel Romano una entrevista en la cárcel.

Comencemos.

“Estimado señor Romano

¿Por qué mintió haber matado a mi mejor amiga cuando en realidad usted nunca la había visto ni tenía un motivo real para hacerlo?

Con amor, Samuel García Domínguez.

Pd: consiga un mejor abogado”

Bien, basta de bromas. Es evidente que no puedo darle mi verdadero nombre. Él sabe quién es mi papá y como él nunca creyó en su culpabilidad. Si está mintiendo debe ser por una razón muy importante y si lee el apellido García, no me dirá nada. Debe creer que soy alguien más.

Aquí me será útil la fotografía que le pedí a Rebe que me tomara. Aparezco yo sonriendo a la cámara y señalando a algo que está detrás de mí. Sin embargo, Abel Romano verá una fotografía un tanto diferente. Me verá a mí, pero en un fondo diferente. Recorté mi imagen y la puse en una fotografía de un cartel al costado una carretera que dice
“Bienvenido a Macastre”. Romero nació en ese pueblo y pensé que mi alter ego podría tener eso en común con él. Tal vez la nostalgia pueblerina me ayude.

“Estimado señor Romano

Mi nombre es Itzán Escamilla, tengo 22 años y soy graduado en criminología de la Universidad Complutense de Madrid. Además, soy de su pueblo natal, Macastre. Me gustaría mucho que me concediera una entrevista para que podamos conversar de cuestiones referidas al caso policial que lo tuvo como protagonista. Si usted accediera me ayudaría mucho en cuanto un estudio que estoy realizando.

A la espera de una pronta y favorable respuesta, lo saludo atentamente”

Anexo la fotografía que acabo de fabricar y listo.

Por supuesto que sé que esta carta va dentro de otro sobre que tendrá escrito mi nombre real y mi teléfono. Eso es para no tener problemas cuando me pidan mi identificación en la cárcel. A Abel Romano solo le darán el sobre con mi carta.

Ahora si voy a averiguar por qué se auto inculpó por la muerte de Marina.

********

Un nuevo día y una nueva y hermosa sorpresa. He respondido el test de la pureza. No recuerdo haberlo hecho, pero resulta que lo hice. Lo dice mi correo electrónico.

Lo admito. Gasté €50,00 para poder leerlo. Con un puntaje de pureza de 21/100 puedo decir que me iré al infierno como el lujurioso pecador que aparentemente soy. Según este cuestionario que en teoría yo respondí, me he acostado con todo el equipo de natación de las Encinas (hombres y mujeres) estando drogado. Ah, y me acuesto con mi sugar mommy de 57 años para que ella me pague la universidad en el futuro. El falso Samuel García se divierte más que el verdadero…

Lo único que saco de todo esto es que alguien obtuvo mi contraseña de mi correo electrónico como estudiante de Las Encinas. Habían atacado a Nadia, ahora me atacan a mí, aunque estoy acostumbrado. Pero yo no soy como Nadia. Yo no me escondo ante los rumores maliciosos sobre mí. Yo soy de los que devuelven el golpe el doble de fuerte.

********

De nuevo en Las Encinas me propongo averiguar qué tan fácil es que alguien obtenga la contraseña de otra persona.

Lo primero que hago es ir a consultar con Ariel.

-Hola-le digo-necesito tu ayuda.

-Claro-me dice-¿en qué te puedo servir?

-Alguien ha averiguado mi contraseña y necesito cambiarla ¿se puede? -le digo.

-Claro-me dice algo fastidiado-pero que esto sirva para que aprendan que no deben usar de contraseña el nombre de novias o fechas de aniversarios, sino que deben ser combinaciones de letras, números y signos arbitrarios para que a otros les sea difícil adivinarlo.

-Sí, claro, tienes toda la razón-le digo fingiendo inocencia.

Se sienta frente a su computadora y me mira.

-¿Cuál es tu contraseña que averiguaron?-me pregunta.

-Mi contraseña es P3GH87!A-le respondo. Por supuesto que mi contraseña no sería algo fácil de adivinar. Ignacio García entrenó bien a su hijo.

Él levanta la mirada y creo que piensa que estoy loco o algo así.

No importa, ahora sé que existe una computadora dentro de Las Encinas desde la que se pueden modificar las contraseñas de cualquiera. Eso significa que alguien con la suficiente habilidad podría haberlo hecho. Lo más probable, otro estudiante, el mismo que inventara el Test de la Pureza.

Camino por los pasillos de Las Encinas buscando a Nadia. Leí muchos de los test publicados, pero noté que, de todos, los que quedaban peor parados éramos Nadia y yo. Necesito hablar con ella para preguntarle si sospecharía que alguien quisiera hacerle daño. Aunque me cuesta pensar que alguien pueda odiar a Nadia, debe ser la mejor persona de todo este colegio.

Al caminar por aquí escuch0 que algunos se ríen de mi por ese estúpido cuestionario. Ni siquiera me inmuto ante eso porque ya estoy acostumbrado a que se hable mal de mí.
Para Nadia esto debe ser terrible.

Llego al lago de Las Encinas, quizás Nadia esté por aquí. Últimamente la veo conversando mucho con Guzmán aquí. Camino un poco y me encuentro con un grupo conformado por Carla, Polo, Malik y Ari. Decido ignorarlos, pero la voz de Polo me detiene.

-Samuel-me dice-leímos tu test de la pureza. Estoy claramente impresionado por tu historial sexual. Veo que no tienes límites. ¿Quién será tu próxima presa? ¿La señora de la limpieza?

Podría ignorarlo, pero eso no sería divertido. Le daré la respuesta que sé que a Polo más va a cabrear.

-No sé Polo-le respondo-últimamente he sentido cierto interés por las marquesas.

El rostro de Polo adquirió una tonalidad verdosa muy chistosa. Malik parece sorprendido por mi respuesta y Ari algo molesta. Carla sonríe bajando la mirada. Bueno, al menos a alguien le ha causado gracia.

No espero su respuesta y sigo caminando peor no encuentro a Nadia por ningún lugar. Veo a Omar besándose con Ander a la orilla del lago.

-Omar ¿has visto a tu hermana? -le pregunto.

-No ha venido hoy, Samu-me dice algo triste- mis padres se enteraron lo del test de la pureza de ella y se enojaron mucho. Además, ella no quiso venir hoy porque no quería aguantar las risas y los comentarios de todos.

Bien, ahora estoy aún más decidido a encontrar al hijo de puta que hizo esto.

********

Desayuno con papá antes de irme a Las Encinas y él a Investigaciones García. Como siempre Poni está acostado a nuestros pies mientras yo le doy comida cuando papá no está mirando.

-¿Cómo va la escuela? ¿eres simpático con tus compañeros? -me pregunta mi padre con humor.

-Claro que si-me respondo con descaro-si no me crees pregúntale a Polo.

Suena el timbre y sé que es Rebe. Acordamos que yo la llevaría a Las Encinas hoy. Papá abre la puerta y saluda cálidamente a Rebe. Sé que papá quiere mucho a Rebe. Creo que le gusta que yo tenga algún amigo después de perder a Marina.

-¿Qué onda Rebe?-le digo.

-Pésimo-dice mi amiga.

-¿Qué sucede?-le digo. Parece molesta y decaída.

-El inquilino de mi madre nos está dando varios dolores de cabeza-dice mi amiga.

Recuerdo lo que vi ayer en casa de Rebe a Sandra discutir con ese tipo.

-Deberías hablar con mi papá-le digo a Rebe-es especialista en poner en su lugar a los imbéciles.

-¿Podría?-dijo Rebe.

-Claro-dijo papá-antes de ir a la agencia pasaré por tu casa.

-Gracias-dijo Rebe aliviada-mamá llamó a la policía, pero dijeron que no podían hacer nada.

-No me sorprende-dijo papá.

********

P.O.V. IGNACIO

Llego hasta la casa de Rebe siguiendo la dirección que me dijo Samu. Por lo que me dijo Rebe el tipo vive en un departamento en el piso superior.

Me quedo en planta baja y toco el timbre. La puerta se abre y me abre una mujer que debe ser la madre de Rebe.

-Buenos días-le digo sonriendo-busco a la señora Sandra Ávalos.

-Buenos días-dice ella sonriendo-yo soy Sandra.

-Un gusto-le respondo-me llamo Ignacio García, soy investigador privado y el padre de Samuel.

La mirada sonriente de la mujer cambia radicalmente. Samuel me contó que trabaja en la constructora de Ventura Nunier así que no me sorprende. No debe ser fan de los García.

-Rebe me contó el problema que tiene con su inquilino y que la policía no le ofreció una solución-le digo, quizás su practicidad sea más fuerte que sus prejuicios.

-Le agradezco su ayuda-me dice con cierta dureza-pero yo me ocuparé de ese tema.

-Está bien-le digo-fue un gusto conocerla.

Me marcho sin decir nada más. No es bueno presionarla para aceptar mi ayuda. Cuando llego hasta su buzón veo que tiene dos entradas: una para la familia de Bormujo Ávalos y otra para Walter Toledo.

Bien, ya tengo un nombre.

********

P. O. V. SAMUEL

La pobre Nadia ha faltado al instituto otra vez. Esta vez sí iré a verla después de clases. Debe dejar de prestarle atención a lo que se diga de ella. Si yo le hubiera prestado atención a lo que se decía de mi tendría que haberme suicidado hace tiempo.

Mi teléfono suena indicándome que me están llamando.

-Hola-digo.

-¿Es usted el señor Samuel García Domínguez?-me dice una voz femenina.

-Si, soy yo-digo confundido.

-Lo llamo desde la prisión de Soto del Real-me dice y todo mi cuerpo se tensiona al instante-quería avisarle que el interno Abel Romano ha aceptado tener una entrevista con usted.

Mi respiración comienza a acelerarse y me obligo a mí mismo a calmarme.

-Eso es fantástico-le digo.

-Se le ha concedido el horario de las 4 pm este viernes-me dice la mujer-el señor Romano acepta la entrevista siempre y cuando no sea filmada ni grabada…

La mujer me sigue diciendo otras cosas, pero yo solo puedo pensar en que conseguí una entrevista con el hombre que confesó haber matado a Marina.

********

Llegué a casa de Nadia y tuve que mentirle a su madre que venía a dejarle las tareas que se había perdido porque si no, no me dejaba entrar. Omar ya me había dicho lo estrictos que son sus padres peor no pensaba que tanto. Aparentemente no les agrada la idea de que un chico visite a Nadia. Guzmán no la tendrá fácil.

Por lo menos al llegar al dormitorio de Nadia descubro que está resfriada así que no solo faltó por las cosas desagradables que se dicen sobre ella. Pero al hablar solo un poco con ella me doy cuenta que sigue muy afectada.

-Mis padres están más estrictos que nunca, Samu-me dice casi llorando- todo lo que dice en la escuela de mi los ha alterado. Quieren demandar al colegio y revisando mis cosas encontraron una carta que un chico me escribió hace como un año. Decía ciertas cosas eróticas y eso los alteró.

Escuchando como son sus padres no me sorprende que Omar no quisiera decirles que es gay y que su hermana mayor haya escapado de esta casa.

-No sé cómo lo soportas, Samu-me dice.

-¿Soportar que?-le pregunto confundido.

-Todas las cosas horribles que se dicen de ti-me dice-siempre escucho lo que la gente habla sobre ti y aunque no me creo ninguna de esas cosas siempre pienso que yo no lo soportaría. ¿No te molesta lo que la gente dice de ti?

Sí, pero nunca dejaré que ellos lo sepan.

-No-le respondo-aprendí a endurecerme y vengarme. Te aconsejo que hagas lo mismo.

-No sé si pueda-me dice ella.

-Puedes-le digo-yo te extraño allí, Rebe también y…creo que Guzmán también.

Noto cierto rubor en su rostro lo que me causa gracia, pero al menos la hice reír.

********

P.O.V. REBE

Acompañé a mamá a la tienda y ambas cargamos muchas bolsas con comida para llenar nuestras alacenas. Al parecer, las compras distrajeron a mamá de los problemas con ese imbécil del inquilino. Yo hubiera ido a golpearlo, pero mamá me detuvo.

Mamá abrió la puerta y al entrar a casa un fuerte olor nos golpeó.

-¿Qué es eso?-pregunto yo tapándome la nariz.

-¡Es gas!-dice mi alarmada.

Mierda. Saco un pañuelo y lo coloco en mi rostro tapando mi nariz y boca y corro hacia la cocina. Como lo pensé las hornallas de la cocina están abiertas.

Rápidamente las cierro y corro hacia afuera antes que el gas del ambiente me haga daño. Cuando llego al jardín junto a mi madre lo primero que hago es aspirar una gran bocanada de aire fresco.

-¿Qué mierda fue eso?-dijo mi madre.

-Es evidente mamá-le digo molesta-el imbécil de Walter dejó abierto el gas. Seguro como forma de decirnos que dejemos de molestarlo.

-Debemos llamar a la policía-dijo mi madre.

-Ya lo hicimos y dijeron que no podían hacer nada-le digo muy molesta-que debemos iniciar acciones legales. Y ya sabes cuánto tardará eso y mientras tanto él seguirá en nuestra propiedad.

Ahora quiero matar a ese hijo de puta y también estoy molesta con mamá por negarse a aceptar la ayuda del padre de Samu.

Decidimos no pasar la noche en casa, para dejar que el gas se fuera por completo porque si no sería peligroso. Decidimos pasar la noche fuera de casa. Es nuestra propiedad y ese hijo de puta sigue ahí mientras que nosotras debemos actuar como exiliadas.

Mamá fue al apartamento de una amiga de su trabajo, pero era un lugar pequeño. Le dije que no había problema, que tenía dónde quedarme. Así es como estoy en la puerta del hogar de Samu buscando asilo por esta noche.

Cuando toco el timbre pasan unos segundos en los que escucho a Poni ladrar y luego la puerta se abre.

-¿Rebe?-me dice Samu claramente confundido.

-¿Puedo usar tu casa de hotel por esta noche?-le digo algo tímida.

-Por supuesto-me dice y se hace a un lado para dejarme pasar.

Solo así. No me preguntó qué había pasado ni porqué recurría a él. Simplemente dio por sentado que recurrir a él fue lo indicado. En Las Encinas muchos hablan mal de él, pero no conocen este lado de Samuel, el que ayuda a los demás, incluso a su pesar.

Poni me recibe moviendo la cola, feliz de verme y yo me agacho a saludarlo.

-¿Qué sucede?-nos pregunta Ignacio apareciendo.

-Rebe necesita donde quedarse esta noche-dice Samu.

Aún sigo sorprendida que no me pregunte nada. Si hay alguien en el mundo al que le gusta saber cosas ese es Samuel García Domínguez. Me siento en el deber de informarles aunque sea.

-El inquilino de mi madre dejó el gas abierto en la casa y debemos dormir en otro lado esta noche, por si acaso-les digo.

-¿no ibas a hablar con la señora de Bormujo?-le pregunta Samu a su padre.

-Fui a su casa y le ofrecí mi ayuda, pero ella decidió ir por otras opciones-dijo el padre de Samu-y no quería cruzar ningún límite.

Esa es una diferencia entre Samuel y su padre que no había notado: Samuel no tiene límites.

Samuel mira a su padre como si no lo conociera.

-Samu-dijo Ignacio-me acordé que debo encargarme de algo en la oficina. Pasaré la noche afuera.

-Está bien-dijo Samuel.

-Pueden pedir una pizza-dijo-y duérmanse temprano, mañana tienen escuela.

-¿Temprano?-pregunta Samuel-yo pensaba que podríamos tener una pijamada.

-¿Una pijamada?-le pregunto a Samuel riendo.

-Tú sabes-me responde hablando de forma soñadora-charlar hasta tarde, pintarnos las uñas y charlar sobre ese chico especial que nos quita la respiración.

Rio con fuerza mientras veo que Ignacio sonríe agachando la mirada y se marcha.

-Si quisiera eso hubiera ido con Omar-dije-pero le dije a mamá que me quedaba en casa de Carolina.

-¿Quién es Carolina?-me pregunta Samu.

-Mi amiga imaginaria que inventé para que mamá no se moleste porque paso la noche aquí-le digo a Samu y me siento una mierda.

Ellos me ayudan y yo los niego frente a mi madre. Noto cierta tristeza en Samuel, pero no me reclama nada.

-Carolina no tiene ojos tan bonitos como los míos-dice Samuel sonriendo

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P. O. V. IGNACIO

Tomo un té tranquilamente. El hombre sigue durmiendo frente a mí. No puedo decir que me gustara hacer esto, pero este tipo de hombres no entienden de otra manera. Además, la policía y la justicia no están dispuestos a ayudar.

-Walter…-digo en un suave susurro.

Estoy en la habitación de este hombre en la propiedad de Rebe y su madre. Este hijo de puta no solo es una mierda de persona, sino que también les debe varios meses de alquiler a Sandra. Averigüé sus antecedentes y me enteré de algunas cosas bastantes interesantes sobre él.

Walter Toledo tiene antecedentes en estafas, agresiones a ex parejas y robos. No me da culpa ayudar a Rebe con esto.

-Walter…-vuelvo a decir.

Ahora si despierta y al verme da un brinco en la cama.

-¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí? -me pregunta asustado.

-No importa quién soy-le digo-y en cuanto a qué hago aquí es para avisarte que te vas a mudar de aquí y nunca volverás a ver a la señora de Bormujo ni a su hija.

-Yo vivo aquí-me respondió-no pienso irme.

Sin embargo, noto temor en sus palabras. Es muy valiente con una mujer soltera y su hija adolescente, pero, al parecer, contra un hombre adulto no es tan osado.

-Es media noche-le digo-te doy seis horas para juntar tus cosas y marcharte.

-No me voy a ir-me dice, aunque no se atreve a mirarme a la cara.

-Seis horas, muchachón-le digo y me marcho.

********

Regreso a las 6:00 am y lo encuentro dormido. Bien, yo le avisé.

Agarro un jarrón vació que está sobre una mesa y lo aviento contra una pared haciendo que ruidosamente se rompa en cientos de pedazos.

El despierta alterado.

-¿Qué sucede?-dice alarmado.

-Ya pasaron las 6 horas-le digo-hora de marcharte.

-Ya te dije que…-comienza a decir, pero no lo dejo terminar.

Estás entado en la cama y es delgado sin mucha fuerza. En un rápido movimiento lo tomo del cuello y lo levanto hasta hacerlo chocar contra la pared en la que está apoyada la cama. Lo sujeto del cuello.

-Empacarás, dejarás el dinero que tengas en la mesa de la cocina para compensar un poco lo que le debes a Sandra y te marcharás para nunca regresar-le digo en el oído-¿entendiste?

Le cuesta respirar, pero asiente con desesperación para que me quede claro que me entendió.

********

Regreso a casa y preparo el desayuno para Samu y Rebe. Ellos llegan a la cocina.

-¿Nos preparaste el desayuno?-me dice Samuel sonriendo.

-No lo hagas parecer como si nunca hiciera estas cosas-le respondo-me harás quedar mal con Rebe.

Rebe sonríe.

-¿Alguien vio mis llaves?-dijo Rebe-no las encuentro.

Meto las manos en mis bolsillos y saco las llaves y se las doy.

-Mira qué casualidad, yo las tenía-le digo.

Rebe está muy confundida, pero Samu sonríe y niega con la cabeza.

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P. O. V. SAMUEL

Decidí pedirle ayuda a Omar y sacar provecho a sus habilidades informáticas que, según Nadia, él tiene. Necesito que Omar me ayude a saber cómo las contraseñas de los estudiantes de Las Encinas fueron descubiertas.

Omar me dice que primero debo abrir mi propio correo electrónico en mi computadora pero al poner mi contraseña no sucede nada.

-Omar-le digo-¿qué ocurre? ¿alguien cambió mi contraseña?

No sé qué hace Omar, pero en la pantalla aparece un recuadro.

-Tu correo electrónico ya está abierto-me dice Omar.

¿Por qué? ¿Acaso alguien está suplantando mi identidad?

-Aquí dice que tu correo está abierto desde el colegio Las Encinas-dice Omar confundido.

Ambos nos ponemos de pie y salimos corriendo. No necesitamos hablar para saber lo evidente. El único lugar del colegio en el que se pueden utilizar computadoras libremente es la clase de periodismo.

Justo en ese momento suena la campana que indica el inicio del receso y todos los estudiantes comienzan a salir de sus salones.

Cuando llegamos a la clase de periodismo ya no hay nadie. Mierda, hubiera sido fantástico encontrar a esa persona in fraganti.

Sin embargo, algo me llama la atención. Una de las computadoras sigue encendida. Nos acercamos a ella. En el apuro de marcharse no cerraron mi correo electrónico. Miro el buzón de salida y observo un correo que se envió hace 15 minutos. Y el destinatario fue…mierda, fue Ari. Esto no puede ser bueno.

-Alguien envió un correo a mi ex novia haciéndose pasar por mí-le digo a Omar.

-¿Ariadna Comenford?-me dice Omar y lo miro extrañado que sepa sobre ella y yo-ustedes son famosos. La gente aún habla de ustedes.

Leo el correo y al finalizar quiero que la tierra me trague.

“Querida Ari, aun te amo. Nunca dejé de hacerlo. Debo decirte que cuando salíamos yo tenía una enfermedad venérea. Espero no haberte contagiado nada.”

-Omar, si te compadeces de mí me matarás-le digo a mi amigo.

¿Quién querría hacerme esto para hacerme quedar mal con Ari? Asumiendo que aún le importo algo a Ari.

-Creo que ella sabrá que tu no escribiste eso-me dice Omar.

Mierda.

Cuando me dispongo a apagar la computadora, en la pantalla se abre una ventana de chat.

-Alguien quiere hablar conmigo-le digo a Omar.

“Sigues ahí?”

-No Samu-me dice Omar emocionado-esa persona cree que tú eres la persona que estaba aquí antes de que llegáramos.

-Omar, te besaría si eso no fuera a molestar a Ander-le digo bromeando, pero aun así muy emocionado.

“Si, sigo aquí” le respondo.

“No puedo esperar a verte nuevamente esta noche como arreglamos. Te extraño. No puedo esperar a tenerte conmigo otra vez junto a la Cabaña del Lago” ¿una historia de amor?
Puedo utilizar eso.

Si esta persona estaba conversando con quien le mandó ese mail a Ari, eso significa que este misterioso interlocutor puede saber cómo se descubrieron las contraseñas de los estudiantes.

“Necesito la contraseña del correo electrónico de alguien” le digo esperando que esto resulte.

“Otra más? Jajajaja. Pensé que ya te había dado muchas” me responde.

Le sonrío a Omar. Creo que llegó el momento de otra misión de vigilancia.

********

Es muy común que muchas parejas vengan en sus vehículos a follar cerca de la Cabaña del Lago. Incluso yo he venido aquí en una ocasión con Isadora.

Los que se van a encontrar son la persona que obtenía las contraseñas y la persona que se las solicitaba. Omar me dijo una cosa que resulta evidente, pero en la que no había pensado: solo una persona en Las Encinas tiene un acceso irrestricto a las contraseñas de los demás. El de soporte técnico de las Encinas, Ariel.

Estoy con mi cámara lista para tomar las fotografías que necesito. Me acerco al automóvil de Ariel tratando de no hacer ruido. Cuando estoy lo suficientemente cerca comienzo a sacar fotografías furiosamente captando con quien está follando.

Una vez que termino me alejo corriendo a mi propio automóvil y me marcho a casa.

********

Al día siguiente en el instituto espero junto a su casillero a la amante de Ariel. Tengo en mis manos las fotografías que tomé. Creo que me servirán para ilustrar mi punto.

La veo llegar, con esa seguridad que la caracteriza. Esa odiosa mueca de superioridad en su rostro se borra al verme. Estoy apoyado en su casillero y ella se acerca extrañamente temerosa a mí.

-Hola Lu-la saludo sonriendo.

Como no me responde nada decido seguir hablando.

-Cualquiera pensaría que después de que descubrí el fraude electoral que hiciste habrías aprendido a no meterte conmigo-le digo-pero insistes en hacer estupideces. Tu tenacidad es admirable.

-Yo no te hice nada-me dice nerviosa y en voz baja-yo solo publiqué el test de la musulmana.

-¿Porque harías eso?-le pregunto.

-Porque estoy segura que Guzmán me dejó para poder estar con ella-dice la mexicana-y no se la dejaré tan fácil. Ella me quita a mi novio y yo le quito su reputación de inocente y perfecta.

-Supongo que tus métodos para obtener esas contraseñas fueron bastante cuestionables-le digo y le muestro las fotografías en las que se la ve follando con Ariel en su automóvil.

Su cara de espanto resulta graciosa.

-Viendo estas fotografías no entiendo como en el Test de la pureza sacaste un 65/100-le digo-es decir, por lo que se ve hay respuestas que podrías haber contestado que sí. Por ejemplo, “pregunta numero 35: lo hiciste con alguien de otro continente?” no hace falta responder dado que tú eres mexicana y él es italiano. Por cierto, te felicito, tienes unas piernas buenísimas.

Su cara se pone roja y casi quiero reír.

-Eres un cabrón-me dice enfadada.

- “Pregunta 55: ¿Se la tocaste en la oscuridad?”-recito y levanto una de las fotografías-una imagen vale más que mil palabras.

Ella me quita las fotografías para impedir que algún curioso que pase las pueda ver.

-¿Qué es lo que quieres?-me dice-esto fue contra Nadia, no contra ti.

-Al igual que con Nadia, publicaste un test que yo jamás respondí-le digo.

-No fui yo-me dice rápidamente.

-Lu-le digo-¿por qué insistes en hacerme enfadar?

-Lo juro, no fui yo-me dice-yo solo publiqué el test de Nadia.

Por alguna razón le creo.

-¿Quién publicó el mío?-le pregunto directamente.

-Fue ese chico llamado Miguel que a veces se sienta con nosotros-me dice.

Lo conozco. Siempre quiso formar parte del grupo de los chicos populares cuando yo era parte de él. Tenía una particular aversión hacia mi aunque nunca supe por qué.

-¿Por qué?-le exijo a Lu.

-Porque a él siempre le gustó Ari-me explica-y sabe que ella sigue enamorada de ti. Por eso le envió ese correo electrónico a Ari.

Por el momento no ahondaré en ese último detalle, no quiero hacerlo por ahora.

-Así que Miguel, Ariel y tú crearon el Test de la Pureza para joder a la gente…-le digo.

-¿Qué?-pregunta ella extrañada-nosotros no fuimos. El Test ya existía, nosotros solo conseguimos las contraseñas.

-Tu amante tiene 23 años (ni siquiera hablaré de lo erróneo de eso jurídicamente hablando) y se mete en estos asuntos tontos de adolescentes-le digo a Lu con mal humor.

-Ariel ni sabe lo que es el Test de la pureza-me dice Lu-solo nos dio esas contraseñas.

-Listo Samu-la voz de Rebe interrumpe mi conversación Lu.

Cuando Lu mira a Rebe ve que ella estaba detrás de una columna con su teléfono en alto filmando nuestra conversación.

-Muchas gracias Lu-le digo burlista-fue un placer charlar contigo.

Lu se queda petrificada del terror mientras Rebe y yo nos vamos.

********

A la hora del almuerzo hice que, desde un correo electrónico fantasma, Rebe mandara el video de la no intencionada confesión de Lu. Todos en el colegio estaban medio locos por eso. Vi Guzmán discutir con Lu y a Miguel todos lo miraban mal.

Nota mental: la próxima vez acordarme de quitar del video la parte en que hablan de los supuestos sentimientos de mi ex novia por mí.

Claro que no se las dejaría pasar. Se metieron con Nadia que nunca le hizo nada a nadie.

La duda que aún está instalada en mi cerebro es ¿Quién inventó el test de la pureza?

A la mañana siguiente llego a Las Encinas emocionado. Ahora todos saben que esos test de Nadia y mío no eran realmente nuestros y por la tarde tengo la entrevista con Abel Romano dónde le preguntaré lo que deseo saber sobre la muerte de Marina.

Me bajo de mi coche y veo llegar un llamativo automóvil de color verde como un loro. Me sorprendo al ver que de él se bajan Omar y Nadia. Supongo que ya no sufrirán con el transporte público como Omar se quejó el otro día. Solo Omar puede comprar un coche así.

Una idea hace que me paralice en donde estoy y una sonrisa se dibuja en mi rostro. Solo se me ocurre una persona en Las Encinas que pudo inventar el Test de la Pureza por sus conocimientos en informática. Para hacer el Test y publicarlo había que pagar. Omar trabaja en la tienda de sus padres, no puede comprarse un automóvil. Ahora tiene uno.

Comienzo a reír. No puedo enojarme con alguien que tiene un auto así.

Nadia se acerca a mí con una sonrisa radiante en su rostro.

-Creo que te falta utilizar una capa como los superhéroes o andar en un caballo blanco-me dice ella contenta-gracias Samu.

-Me gusta más verme como un antihéroe-le digo sonriendo.

-De repente todos se acercan a mí de nuevo diciéndome que jamás creyeron esas cosas sobre mí-me dice-no es que importe.

-Qué raro-le digo-nadie se acerca a mí.

-Es porque te tienen miedo-me dice Nadia.

-Entonces algo estoy haciendo bien-le respondo con cinismo.

Nadia me mira de forma extraña, aunque aun sonriendo.

-¿Endurecerme? Fue un buen consejo, lo necesitaba-me dice-Quizás quieras repensar la parte de vengarte. Tú si tienes amigos, Samu.

Ella se marcha al interior de Las Encinas y me deja pensando en eso último que me dijo, pero rápidamente mi atención se centra en Ari quien llega junto a Patrick.

Me acerco a ella y en ese momento Patrick nos deja.

-Hola, Ari-le digo-¿podemos hablar?

-Sí, Samu-me dice sonriendo.

-Solo quería aclararte que no envié ese correo-le aclaro-no tengo una venérea y ya no estoy enamorado de ti.

No sé si eso es cierto, pero debo decírselo.

Ella parece un poco confundida.

-Bien-me responde- porque yo tampoco estoy enamorada ni nada de eso.

-Nunca creí que lo estuvieras-le digo y eso parece ponerla un poco triste.

-¿De verdad no tienes una venérea?-me dice-porque tengo algo raro en mi labio…

Su broma me hace reír y juntos entramos a Las Encinas charlando.

Cuando entramos pasamos junto a Guzmán y Nadia y escucho a ella decir:

-Sí, me gustaría salir contigo.

La cara de felicidad de Guzmán no tiene precio.

********

P. O. V. IGNACIO

En la agencia de investigación no hay mucho movimiento aun esta mañana. Estoy en la cocina preparándome un café cuando escucho que la puerta se abre y cuando voy hasta ahí me sorprendo al ver a la madre de Rebe.

-Hola señora de Bormujo-le digo.

-Hola señor García-me dice sonriendo tímidamente-por favor llámeme Sandra.

-Entonces usted puede llamarme Ignacio-le respondo y eso la hace sonreír aún más.

-Quería hablar con usted para disculparme por haber sido grosera con usted-me dice-y agradecerle lo que hizo. Rebe me dijo que mi inquilino no se fue porque tuvo un repentino de conciencia.

-No hay nada que agradecer-le digo-fue un gusto ayudarla.

Debo reconocer que cuando no está enojada es una mujer bastante atractiva.

-Estaba haciendo un café para mí-le digo-¿quiere acompañarme?

Ella lo piensa un poco.

-Me encantaría- me responde sonriendo.

********

P. O. V. SAMUEL

Dejo mi automóvil en el estacionamiento de la prisión. Llevo en las manos todo lo que necesito.

Los guardias me revisaron y luego me dejaron entrar. Uno de ellos me escoltó hasta el sector en donde se dan las conversaciones con los internos. Me siento junto a una mesa frente a un cristal.

Veo que del otro lado aparecen un guardia escoltando a quien vine a ver. Abel Romano se sienta frente a mí y me sonríe.

Es el mismo rostro que vi cientos de veces en televisión y en internet. El hombre que confesó el crimen de Marina. Lo noto algo desmejorado.

Me sonríe y ambos tomamos los teléfonos junto a nosotros para poder hablar.

-Itzán, gusto en conocerte-me dice.

-Quiero agradecerle señor Romano-le digo-por su tiempo.

-Siempre es agradable charlar con alguien de mi pueblo-me responde y no deja de sonreír. Eso me inquieta un poco. -¿Qué edad tienes Itzán?

-Veintidós-le respondo.

Vuelve a sonreír.

-Bueno-dice-¿sobre qué quieres preguntarme?

Saco de mi morral las dos fotografías que muestran las zapatillas de Marina en su cuarto y luego cuando lo arrestaron en su casa. Él se coloca sus anteojos para observar mejor las imágenes.

-Encontré estas fotografías en internet-le explico-creo que prueban que usted no tomó las zapatillas de Marina Nunier. Serían prueba suficiente para obtener otro juicio.

-¿Por qué querría otro juicio cuando puedo tener todo esto?-bromea señalando todo el lugar.

¿Qué le sucede? Decido ser un poco más frontal.

-Alguien tomó esas zapatillas de habitación de Marina Nunier y las dejó en su casa-le digo-usted jamás vio a Marina Nunier ¿por qué confesó el crimen?

Su sonrisa se borra inmediatamente y su expresión me asusta.

-¿Qué necesita Ignacio García para dejar todo cómo está?-me dice con enojo y yo siento que mi corazón comienza a latir cada vez más rápido-¿Quieres saber cómo aplasté los sesos de tu amiga?

Mi respiración comienza a acelerarse.

-Sé quién eres Samuel García Domínguez-me dice sonriendo con maldad-conocí a tu madre cuando ella visitaba la oficina de Benjamín Blanco y yo hacía remodelaciones ahí.

Quisiera romper ese vidrio y golpearlo, pero con todas mis fuerzas me contengo.

-No te creo-le digo evitando sollozar.

Se inclina sutilmente y me mira a los ojos.

-Eres un joven con mucho empeño-me dice apoyando sus manos en la mesa-eso no lo sacaste de la pobre Pilar. Lo que te convierte en el hijo de tu padre.

No hijo de puta, no te metas por ese lado.

-Mi padre trató de salvar tu vida- le digo apretando los dientes.

-Hablo de tu verdadero padre-me responde sonriendo con malicia-Piénsalo, Samuel. Eres un joven muy atractivo. Mírate en el espejo, Samuel. ¿Eres el hijo de un policía regordete y calvo o del rey y la reina del baile?

Ninguna palabra puede salir de mi boca. Noto que tengo un ligero temblor que no puedo controlar.

Abel Romano borra su sonrisa, se levanta y se marcha escoltado por un guardia.

Otro de los guardias me acompaña hasta la puerta. Solo se escuchan nuestros pasos.

Ya afuera, en el estacionamiento, el sol de la tarde me golpea. Entro a mi automóvil y me siento frente al volante. Miro al frente agarrándolo, pero sin encender el vehículo. Por fin las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas y comienzo a tener espasmos por mis histéricos sollozos.

Notes:

Sé que Carmuel se hace esperar, pero por favor tengan paciencia.