Actions

Work Header

Más que un sirviente (SidLink)

Chapter 7: Capítulo 6: Zafiro.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Capítulo 6: Zafiro.

Cuando la bestia divina Vah Naboris comenzó a moverse Riju pensó que podía llorar, tapo su boca con ambas manos mirándola rugir en todo su esplendor dirigiéndose a la posición que, según las leyendas que le contaban cuando era más pequeña, debía haber tenido desde hace mucho tiempo. Cuando por fin lanzó un rayo rojo dirigido al castillo de Hyrule no pudo evitar emocionarse hasta el punto de las lágrimas viendo a sus Gerudo alzar las armas y gritar emocionadas llenas de júbilo y alivio, casi desgarrándose la garganta de la emoción.

Los segundos pasaron y la figura de Link comenzó a materializarse, sintiendo que temblaba bajo corriendo las escaleras y se lanzó a su cuello aun temblando. El guerrero se tenso al principio, pero terminó por tomar a la chica por la cintura apretándola contra su cuerpo con cariño.

—Gracias por todo Link— Dijo Riju con lágrimas en los ojos mientras se abrazaba al campeón — El pueblo Gerudo estará siempre en deuda contigo. Link, como matriarca de las Gerudo te concederé todo lo que me pidas.

El rubio asintió, a decir verdad, no quería nada, no merecía nada, ni siquiera las gracias, sólo estaba cumpliendo su deber. Separó a Riju y secó sus lágrimas con los dedos.

《No necesito nada 》 sonrió 《más que tu amistad》

La niña lanzó una fuerte carcajada.

—No fuera yo el príncipe Zora porque me pides casarme contigo.

Link retrocedió cubriendo su rostro avergonzado ante la risa de Riju y su guardia.

《Pensándolo bien, si quiero algo; quiero que olviden que les conté eso》

— ¡Petición denegada! — Dijo la matriarca y el guerrero pensó que quizá no habría sido buena idea contarle aquello.

La fiesta que dio Riju fue gloriosa, las Gerudo danzaban en bailes violentos con sus armas como si fueran un accesorio más, lanzándolas al aire o dejándolas caer y saltando para esquivarlas, las espadas volaban por los aires y eran atrapadas en medio de aquellas danzas que a veces parecían más bien combates con música. Link pensó que era totalmente diferente a los zora.

Si hubo algo que no le gusto tanto era que la gastronomía Gerudo incluye demasiada fruta, incluso en la carne, si bien, no era del todo desagradable no era algo a lo que pudiera acostumbrarse.

En algún punto de la noche Link se canso de la música estridente, el alcohol con olores más dulces que un perfume y las mujeres gritando con fuerza y fue a dar a los techos de la ciudadela, recostándose en el canal de agua que mantenía la temperatura estable mientras miraba al cielo, escuchar el sonido del festejo como si fuera algo lejano le relajaba y poco a poco fue cerrando sus ojos.

— Es curioso como el agua te llama— Hablo la matriarca desde arriba obligando al campeón a abrir los ojos.

Link vio cómo la niña se quitaba las sandalias y se sentaba al borde mojándose los pies con el agua del canal.

— ¿Pensabas en tu tiburón?

《No es mi tiburón》repuso avergonzado.

—¡Oh por favor! En cuanto aplacaste la ira de Vah Naboris querías salir corriendo a sus brazos, de no ser porque te pido que te quedes te habrías ido con él.

El espadachín se rió sonoramente, sabía que Riju tenía razón.

La chica lo miro hasta que dejó de reír, la risa de ese hombre era hermosa y aquello despertó su curiosidad, se escuchaba como una risa normal pero forzada, la curiosidad la invadió, sabía que de estar ahí su guardia no se atrevería a semejante acto de imprudencia, pero ahora estaba sola con el campeón.

— Link, tengo curiosidad— Hablo dulcemente— ¿Por qué no hablas? Por lo que veo puedes reír bien.

El mencionado suspiro, de hecho, era algo que recordó llegando con el clan Yiga. Definitivamente no era algo de lo que quisiera hablar, pero no podía negarse a los deseos de la matriarca, miro al firmamento con un suspiro, como intentando concentrarse en las estrellas mientras hablaba.

《Cuando mis padres me entregaron al cuartel de soldados de Hyrule… me hicieron una modificación》 Riju frunció el ceño 《 ellos cortaron algunas de mis cuerdas vocales》

La pelirroja se levantó aterrada, casi como un reflejo, al sentir un escalofrío recorrer su cuerpo.

Mutilación. Sabía que en aquel entonces, en una época que ella consideraba troglodita, a los soldados de la familia real se le realizaba alguna clase de mutilación. A veces olvidaba que Link nació, creció y vivió en aquella época troglodita que consideraba tan ajena a ella y a su reinado.

—¡¿Qué? ¡¿Pero por qué te hicieron eso?!

Riju sentía que temblaba, pero Link se miraba tan tranquilo.

《Por quién soy. Cuando se dieron cuenta de que era el salvador de la profecía me hicieron esto》

—No lo entiendo.

Y era verdad, la matriarca se imaginaba lo imponente que sería Link dirigiendo un ejército, dando órdenes a diestra y siniestra a sus tropas, gritando comandos de guerra e instrucciones. No entendía porque le quitarían la voz a un soldado tan hábil como Link.

《Es un símbolo 》 Link se incorporó tocando su garganta 《 un recordatorio de que no tengo ni voz ni voto, que solo soy un sirviente al servicio de la princesa Zelda. 》

Riju pateó el suelo con furia y las gotas de agua mojaron un poco a Link, pero él no se quejó. Nunca se quejaba.

— ¡¿Me estás diciendo que esa estúpida de Zelda permitió que te hicieran esto?! ¡¿No se le ocurrió en ningún momento detener esa barbarie?!

《Tranquila 》 Link se sentó al estilo indio y le hizo un ademán para que respire《Eso fue cuando yo tenía 7 años, ella era demasiado joven para dar una orden y ni siquiera nos conocíamos. Nos conocimos a los 15 años, muchísimo tiempo después》

Riju pensó que todo aquello era una injusticia , si había alguien que merecía hablar era el campeón Hyliano.

Esa noche Riyu lloró por Link, lloró por la injusticia, lloró por como lo mutilaron únicamente para dejarle claro su lugar. Y el guerrero tuvo un Flashback mientras la abrazaba. El estaba sentado en la sombra de un árbol con las piernas abiertas y entre ellas Zelda lo abrazaba sentada, llorando desconsolada sobre su pecho mientras gritaba “perdón, perdón, te juro que de haberlo sabido…” pensó que de conocerse, la gerudo y Zelda compartirían muchísimos valores e ideales.

Miro al cielo, mientras abrazaba a la pequeña matriarca contra su pecho. Ojalá algún día ellas dos pudieran conocerse.

***

A la mañana siguiente Riju se levantó lo más temprano que pudo, necesitaba ver a su amigo y despedirse adecuadamente, después de todo era su salvador.

Por poco y no llega a la posada pues Link ya tenía la tableta Sheikah en sus manos dispuesto a teletransportarse.

— Link— gritó al verlo, el espadachín volteo y la saludo — ¡Por poco y no llego! ¡Ya te ibas! ¡y sin despedirte!

El rubio rió avergonzado y luego corrió hacia ella.

《No es una despedida, regresare》

—¡No, si tu tiburón te come primero!

La risa de del campeón resonó con fuerza.

《No creo, él es puro de corazón》

—¡Por Hylia Link! — dijo ella — Ya activaste su bioluminiscencia ¡La tienes muy fácil a partir de aquí!

《No se de que hablas》

—No seas modesto , es cuestión de tiempo para que empiece a cortejarte, debes estar preparado, durante siglos el cortejo zora ha sido tema de debate en todas las demás razas, ellos lo mantienen como…

《Hablo en serio》 Dijo mirándola interrogante 《No se a que te refieres》

La matriarca ladeo la expresión.

—Bioluminiscencia… cuando él brilla… así se llama

Link hizo una expresión, como si dijera “Eso ya lo sabía” y a la gerudo le pareció adorable.

—¿Link, sabes que significa la bioluminiscencia en un zora?

El mencionado se sonrojo, desviando ligeramente la mirada《¿Qué está excitado?》

Y esta vez fue Riju quien rió sonoramente.

—¡Por las diosas! ¡No! — Parecía que la risa de la niña no fuera a parar — ¡¿Acaso no aprendiste nada en la escuela?!

《No, realmente no》 la risa de la matriarca se detuvo lentamente 《Por mi posición no tuve una buena educación, solo leer y escribir para recibir información en el frente, soy un soldado, solo la nobleza recibe educación con los hylianos》

Conforme las palabras surgían de las manos de Link la sonrisa de Riju se desvanecía hasta solo ser una línea recta en sus labios. ¿Es que el hyliano no entendía la gravedad de lo que estaba diciendo? ¿No era capaz de ver lo que estaba mal en toda esa situación?

Con furia tomó al hombre de la túnica.

—¡Escúchame bien! ¡Cuando encuentres a la maldita Zelda vas a decirle que erradique esas injusticias! ¡Si no lo hace yo y mi ejército nos levantaremos contra ella y la sacaremos a patadas del trono!

—¡Aaaah! — Gritaron las Gerudo de la plaza alzando sus armas indicando que estaban de acuerdo.

《Estoy seguro que lo hará》 Dijo Link y Riju lo soltó 《”Princesa Zelda”, no Zelda》

— Ella será una princesa, pero yo soy una matriarca. Ella es quien me debe respeto a mi.

Por un momento, mientras Link la veía voltear y dirigirse a las escaleras del trono, el guerrero miró a Urbosa, Riju era dignamente descendiente de ella.

—Ahora ven, debemos explicarte mucho de los zora.

Para la sorpresa de Riju Link no había recibido siquiera educación primaria formal, si Link sabía cosas era únicamente por lo inteligente que era, sabía de todo cuanto le fuera útil, esa manía de ir leyendo cuanto documento llegaba a sus manos le había permitido adquirir una cantidad abismal de conocimiento. Adicional a su enorme sentido común adquirido a base de prueba y error. La joven se preguntó morbosamente ¿Cuánto podría haber aprendido Link de haber tenido educación?

“Solo una herramienta” Repitió en su mente con tristeza mirando a Link leer rápidamente un manuscrito de la bioluminiscencia zora. Quizá, sólo quizá, aquel ritual de cortar sus cuerdas vocales, y negarle el conocimiento era por miedo, quizá la corona de Hyrule vio todo el potencial que tenía Link y les aterró que se revelara y diera un golpe de estado. Pero descarto esos pensamientos tan rápido como llegaron a su mente “De todas maneras, todos los de esa época están muertos, no tengo a nadie a quien preguntarle”

Riju se encargó de explicarle a Link que los zora no “brillan” a voluntad, sino que es un rasgo evolutivo que les permite encontrar una pareja adecuada.

—Pero aun así, es muy difícil que pase, muchos zora se casan pero jamás presentan bioluminiscencia con sus parejas.

《¿Viven en matrimonios sin amor?》

—La bioluminiscencia no tiene nada que ver con el amor, hubo un rey zora, el abuelo del actual rey, que se casó, pero siglos más tarde su bioluminiscencia se presentó con una de sus guardias. Su esposa la desterró por celos. Pero se dice que el rey amó y veneró a su esposa hasta el final de sus días, hay leyendas que cuentan que el y la guardia solo intercambiaron 2 palabras a lo largo de toda su vida.

El mayor solo alzó una ceja, mirando el documento, donde había una representación de varios zora, con sus escamas cubiertas de oro, dando ese efecto brillante sobre las hojas que, al parecer, no era posible replicar con ningún tipo de tinta.

《¿Entonces… no sirve para nada?》

—Lo que pasa es que es tan poco usual que ningún zora la está esperando. Si lo hicieran podrían vivir una vida entera sin enamorarse, casarse y tener hijos. Su especie se extinguiría al cabo de unas pocas generaciones. Además, sólo significa que encontraste a tu pareja ideal, no necesariamente que vayas a amarla. El amor es algo que se construye Link, no algo que nace de la nada. Pero con la bioluminiscencia es seguro que al menos “sepas por dónde empezar”

Link recapacito sobre la afirmación de su amiga, Riju lo miró y sonrió enternecida.

— Pero te diré algo, yo creo que Sidon y tu podrían hacer una buena pareja, tienen buena química y él brilla contigo, estoy segura que lo mantendrá en cuenta — Riju vio cómo el hombre se sonrojaba hasta las orejas — Ahora ve con él.

Las mejillas de Link se sonrojaron de una forma linda. La matriarca sonrió enternecida rezándole internamente a las 3 diosas por el amor de su amigo.

***

Los ojos de Link se deleitaron unos minutos con la belleza del dominio zora, aun en la cámara del santuario se veía la riqueza y el esplendor de la arquitectura zora. El guerrero no sabía que tan moral era comparar a todos los demás dominios con ese, pero definitivamente era el lugar que más le gustaba.

—¡Link! ¡Mi héroe! — Escucho la masculina voz del príncipe y sintió las piernas temblar, para su suerte no tuvo que sostenerse mucho tiempo, pues los fuertes y fornidos brazos del príncipe lo rodearon despegándolo del suelo, Link se abrazó al mayor con fuerza — ¡Estaba tan preocupado por ti! ¡Cuando la bestia divina se movió y no viniste pensé que…!

Le dio dos palmaditas al príncipe indicándole que definitivamente no podía comunicarse si no se le permitía usar sus manos, el príncipe entendió y se separó un poco, Link sintió que la sonrisa del monarca le movía el corazón.

《Te dije que regresaría》

Sidon sonrió con cariño mientras dejaba a su amigo en el suelo, casi vibrando de la emoción.

—¡Daré la noticia, debemos comenzar a festejar!

“¿Otra fiesta?” pensó el Hyliano, prueba de la prosperidad de los zora era la enorme cantidad de fiestas y celebraciones que tenían.

—Por favor, quédate esta noche en el dominio, déjame recompensarte por estar salvando Hyrule.

《Solo cumplo mi deber》 pero sus mejillas ardieron de una forma agradable, cosa que hizo que el estómago de Sidon temblara. Quería tocar al Hyliano. Quería volver a tocarlo como la vez de la cueva.

Lastimosamente no había sido posible debido a la guerra. La bestia divina Vah Naboris había sido más compleja que Va Ruta, por lo que el guerrero apenas había podido pasar tiempo con él, y en las lunas rojas, a pesar de que se veían, el rubio pasaba más tiempo durmiendo sobre su pecho, mientras él se encargaba de dar vueltas en el estanque, buscando más arrullarlo que otra cosa.

La planeación de la fiesta fue viento en popa, y es que cada día Link se sentía más conectado a los zora, incluso con los niños quienes lo miraban con cariño, la comunidad lo incluía de una forma que el menor no recordaba haber sido incluido en ninguna comunidad Hyliana. Si tenía que ser honesto podría decir que ese tipo de convivencia sería imposible si la familia real Hyliana siguiera viva.

Poco a poco el dominio comenzó a verse más hermoso, las burbujas con aroma se alzaban gloriosas en todas partes, las luciérnagas brillaban hermosas mientras la comida comenzaba a ser puesta sobre las mesas.

Link era llevado de un lado a otro por el príncipe mostrándole todo cuanto se ponía en el dominio, los zora sonreían al verlos juntos.

Los zora comenzaban a cuchichear entre ellos la buena relación del príncipe Sidon con el héroe de Hyrule, desde hacía un tiempo existía el rumor de que ambos podrían llegar a ser pareja y aunque el rumor al principio fue tomado como un grano de sal pronto fue adquiriendo fuerza, había incluso apuestas donde se proponía el tiempo en el que el príncipe solicitaría comenzar el cortejo al fuerte Hyliano que con toda seguridad traería la prosperidad a la región.

Aquellos cuidados chismes y rumores no tardaron en llegar a los oídos del rey, quien miraba enternecido desde lo alto del castillo como su hijo iba de un lado al otro jalando al Hyliano de la mano mientras este trataba de seguirle el ritmo con una sonrisa.

La opinión pública es como la marea, y el soldado parecía dominarla al igual que un tiburón. Aunque el rey tenía la teoría de que el Hyliano no era consciente de su propia habilidad.

—Probablemente Link es más listo de lo que pensamos en un principio.

—Su alteza, pero hay que recordar que el cuerpo de los hylianos-

—Tonterias Muzun — Habló el rey — Los Hylianos podrán vivir menos que nosotros, pero en 100 años nosotros no hemos movido este mundo como ese pequeño Hyliano que probablemente no viva más de un siglo.

Muzun no dijo nada, aun cuando vio al pequeño rubio acercar un bocado de comida a los labios del príncipe en un acto lascivo que el príncipe aceptó encantado, los jóvenes de ahora no tenían respeto alguno por las tradiciones.

—¿Qué sabe el de gobernar un dominio tan glorioso como el dominio zora? — Habló el consejero poniendo las manos atrás — Si apenas sabe leer.

—Muzun — Lo regaño el rey, haciéndolo callar.

Link se sentía feliz entre tanta comida, Mirta le hablaba animadamente de cómo, cuando ella era solo una renacuajo Link le ayudó a perderle miedo al agua del mar llevándola a Ona Ona de contrabando junto a la princesa Zelda. Escuchar las historias que los zora tenían que contar sobre él iba poco a poco quitando aquella bruma agobiante que había en su cabeza, poco a poco los recuerdos fluían y ver la estatua de la princesa Mipha se volvía algo más nostálgico.

—¿Qué piensas? — habló el príncipe regresando junto a él con un enorme salmón en las manos. — ¡No es momento de estar melancólico! ¡Domaste a una bestia divina Link!

El chico asintió masticando

《Pensaba en ella》 Dijo señalando a la estatua de la princesa 《Me habría gustado… ojala hubiera sido mas fuerte en ese entonces》

Sidon sonrió tristemente y jalo a Link de la mano, como ya parecía costumbre, lo llevó hacia una de las pequeñas plazas en los pasillos aéreos del dominio, su amado parecía brillar con luz propia en aquel lugar, era como si el azul de las gemas luminosas irradiara a su paso. Se detuvo al llegar a la parte más alta y se recargo en la barandilla cómodamente, Link no tardó en imitarlo.

— ¿Sabes? Cuando pasó todo eso, yo apenas era un renacuajo, realmente no entendía del todo lo que pasaba — el zora hablo con una voz suave como la seda, tan tranquila que Link sintió como si hubiera practicado aquellas palabras durante todo un siglo. — Ella se entristecía cuando tu no venias a las celebraciones aunque te invitáramos.

El hyliano lo recordaba, recordaba tener varias invitaciones guardadas bajo de su cama en las trincheras del castillo, aquel lugar que fue destruido y del que ya no debía quedar ni polvo, en ese entonces él pedía a la princesa permiso para asistir, sin embargo Zelda se lo negaba una y otra vez, por lo que nunca pudo asistir a aquellas majestuosas celebraciones y tenía que conformarse mirando a la ventana de su habitación, no podía ver el castillo zora, pero podía imaginarlo, glorioso e iluminado.

《Bueno, ahora puedo asistir》Una risa escapó de sus labios 《La última vez nos emborrachamos ¿Lo recuerdas?》

La comodidad del príncipe se fue a la borda, salto del susto mientras jadeaba.

—¡N-No…! ¡E-Es decir-! ¡Santa Hylia! — Las mejillas del príncipe ardían en una hermosa sangre azul, el recuerdo de Link sobre sus piernas, borracho de deseo y alcohol, rogándole más contacto era algo con lo que había tenido que lidiar todas las noches desde que ocurrió, levantándose como si apenas tuviera 70 años con sus erecciones perfectamente llenas de sangre dispuestas a introducirse en el pequeño Hyliano.

Esa situación había escalado de una forma vergonzosa, pues el príncipe se veía incapaz de llegar al clímax del placer sin pensar en las piernas del Hyliano abiertas para él mientras su piel se pintaba con su propia sangre víctima de las mordidas que solo él podía ofrecerle. Se había encontrado a sí mismo fantaseando con morder toda la piel del Hyliano mientras se masturbaba, cosa aterradora considerando que sabía que no podía morderlo, no debía marcar a nadie hasta el día de su primera unión. Pero joder, marcar la suave piel que el menor le ofrecía era… tentador.

《¡No te avergüences!》 Dijo entre risas 《Fue algo de borrachos, no pasa nada》

—¡¿Cómo puedes decir eso tan a la ligera?! — Decía aun cubriendo sus rostro con las manos como si aquello pudiera protegerlo de la vergüenza. — ¡E-Eso…! ¡N-No debió pasar así!

Un suave “Ohhh” salió de los labios del menor, los pasos del Hyliano se escucharon en el lugar, era como si el dominio zora se hubiera quedado callado para escuchar la conversación entre el héroe y el monarca, y dado los rumores que crecían y crecían, el monarca pensaba que quizá aquel silencio no era del todo producto de su imaginación. Sintió las pequeñas manos del Hyliano sobre sus antebrazos y cedió finalmente dejando su rostro expuesto a la mirada color del mar que poseía el hombre frente a él. El menor sonreía de una forma que le sacaría un suspiro a más de una persona, incluyéndose, mientras lo miraba parado de puntitas tratando de no parecer tan pequeño, pero lo era.

《¿Como debió haber sido entonces?》 Los ojos del Hyliano brillaron con curiosidad y deseo, cosa que no fue pasada por alto por el príncipe de los Zora, quien apenas podía respirar ante lo que pasaba.

—¿C-Cómo dices?

《Me refiero》 se acercó otro paso a el, parpadeando lentamente totalmente consciente de lo que hacía. 《No te molesta haberme besado mientras estaba borracho, te molesta que estuviera borracho ¿O me equivoco?》

El mayor trago saliva, hipnotizado por la belleza del Hyliano, por aquellas pestañas que parecían diseñadas específicamente para sacarle suspiros mientras el Hyliano hacía solicitudes. Su mirada dorada siguió la rosada lengua del hombre frente a el que humedeció sus labios de una forma coqueta e incluso erótica.

《Bueno, no estoy borracho ahora》

Y el cerebro de Sidon hizo corto circuito, o al menos así lo sintió él mientras sus escamas se iluminaban como si de una luciérnaga se tratara, escucho suspiros a su alrededor, pero no pudo desviar la mirada de los azules y profundos ojos de Link que ahora reflejaban los colores de su bioluminiscencia con intensidad en una danza de colores brillantes que hacían que sus ojos parecieran vórtices de luz que impedían que su vista de fijara en otro punto que no eran ellos.

Poco a poco sus cuerpos se fueron acercando, lentamente, como imanes lejanos que poco a poco se atraen, casi con miedo a lo desconocido pues ambos sabían que una vez desatada cualquier cosa que pasara entre los dos no habría cómo regresar a lo que alguna vez fue.

—Diosas— Jadeo con la voz ronca por el deseo, tomó a Link de la cintura, cargándolo para que sus rostros quedaran a la misma altura, el deseo de acorralarlo lo hizo pegar la espalda del Hyliano contra una de las columnas que mantenían en piel el pasillo y así lo hizo, Link suspiro sintiendo el frío en su espalda mientras miraba al príncipe con los ojos oscurecidos — ¿Estás seguro que quieres esto?

《Más que nada》 3 palabras fueron suficientes para acortar la distancia entre sus cuerpos, el príncipe acorraló a Link contra la columna de piedra luminosa y los labios del Hyliano fueron atacados por los labios del zora.

En un beso desesperado donde ambos buscaban a toda costa la profundidad, el deseo carnal les impedía que fuera de otra manera, ambos se deseaban con locura, con la locura que implicaba a un sirviente y a un miembro de una monarquía tan bien posicionada como la de los zora.

Link enredó sus brazos en el cuello del príncipe impidiendo que este se alejara, la lengua del monarca se enredaba en la suya y podía sentirla arrancarle gemidos rotos mientras ambos saboreaban la saliva ajena.

Sidon no se quedaba atrás, sus manos hambrientas tomaron posesión rápidamente del cuerpo del más joven, introduciéndose bajo la túnica en busca de un mayor contacto, la suave piel del Hyliano le pedía a gritos ser marcada por sus dientes, pensó que incluso era un insulto no marcar aquella piel así como seria un insulto no comerse una fruta acuosa perfectamente madura.

La falta de aire los hizo separarse por fin, ambos jadearon viéndose a los ojos, la sonrisa del campeón se torció en una sonrisa victoriosa que solo provocó que el príncipe volviera a unir sus labios con desesperación, como si lo hubieran deshidratado y la saliva ajena fuera un elixir capaz de regresarle su fuerza vital.

《¿Este es mi premio por derrotar a la bestia divina?》 Habló sonriendo y sosteniéndose del trapecio de su amado, quien solo rio mientras sentía que temblaba de la felicidad.

—Si, creo que sí.

《Es un gran premio》 Hablo con honestidad.

El sonido de un chiflido hizo que salieran de su ensoñación, un estruendoso PUM dio inicio a los fuegos artificiales. Sidon sonrió mirándolos brillar en el cielo, casi con los mismos colores de su bioluminiscencia. Y antes de darse cuenta él rubio se le había escabullido entre las manos, sonriendo victorioso como quien escapa de las manos de la muerte.

《Veamos los fuegos artificiales, es la primera vez que veo unos》 indicó el menor, señalando al cielo.

Y Sidon sentía que le diría que sí a todo. Tomó la mano de Link y ambos se dispusieron a mirar los fuegos artificiales.

El rubio podía decir que esos fueron los fuegos artificiales más hermosos que vio en toda su vida. Su corazón le latía en la garganta mientras su cerebro era más consciente que nunca de su mano, siendo tocada por la mano del príncipe como si aquello fuera lo más normal. De hecho se sentía de esa manera.

Poco a poco la bioluminiscencia de Sidon se fue apagando, hasta que los fuegos artificiales fueron lo único que brillaba en la reflectante superficie del palacio zora.

Los fuegos artificiales se vieron opacados luego de dos horas, y entonces la música volvió a sonar inquieta, invitando a los zora a danzar en el agua. Con gran emoción Sidon pidió a Link bajar para bailar.

《Yo no sé bailar como ustedes》 Dijo preocupado mirando a los zora saltar y dar vueltas en el aire como si aquello fuera natural, el hyliano solo podía pensar en la fuerza descomunal que deberían tener en la cintura para poder mover todo su peso en el aire como si fuera tan fácil como mover una pluma.

— ¡Te enseñaré! ¡no te preocupes!

“No creo que sea el problema aprender” pensó el rubio asintiendo no muy seguro antes de comenzar a ser jalado por el príncipe.

Bajar las escaleras fue algo nuevo para Link, ambos tenían todas las miradas sobre ellos, el rubio noto que aquello no inmutaba al príncipe, quizá décadas de ser el centro de atención lo había desensibilizado a las miradas inquisitorias.

—Voy a pedir una canción— Hablo en príncipe con una sonrisa mientras Link miraba a su alrededor incómodo — Por favor, ponte tu armadura Zora.

El príncipe se alejó rápidamente y el guerrero sonrió tímidamente tomando su tableta Sheikah para ponerse su armadura.

—Tú — Habló bajo él un pequeño zora tomando su túnica, El rubio respingo, notando cómo el niño le sonreía — hueles de nuevo como el príncipe ¿Eres su esposo?

Las mejillas del guerrero se sonrojaron mientras sus labios se abrían en un jadeo sorprendido.

—¡Larita! ¡No de nuevo! — Gritó la madre del pequeño corriendo hacia él y tomándolo en sus brazos — ¡Lo lamento tanto Sr. Link! ¡Aún no tiene idea de reglas sociales!

《No es problema》 manoteo con vergüenza volteando a la tableta como si fuera algo exageradamente interesante.

—¡Lo sentimos! ¡Nos retiramos!

Link sintió que el corazón se le saldría con aquella interacción. Pero decidió ignorar al pequeño y seguir vistiéndose.

Por su parte el príncipe miraba desde lejos al hyliano ser interrogado por el pequeño, no mentiría diciendo que no le agradaba la idea de tener su aroma marcando a ese hombre, de hecho, le resultaba exageradamente cautivante la idea de que todos en la fiesta fueran conscientes de que había besado al hyliano al sentir el aroma de su saliva en los labios del rubio.

—¿Bailara su canción, su alteza? — preguntó Basun mirándolo con una sonrisa amplia, casi orgullosa. Sidon asintió y su capitán de guardia se dispuso a pedir la canción del príncipe, no sin antes tocar su hombro con orgullo — Estoy verdaderamente feliz por usted, príncipe. El campeón hyliano es alguien excepcional, con la virtud necesaria para enriquecer nuestro reino. No podría imaginar a nadie más digno de estar a su lado.

—Gracias Basun, significa mucho viniendo de ti, has sido mi amigo desde que tengo memoria — Hablo el príncipe con honestidad.

—¿Cuándo lo anunciará a todo el dominio?

—¿Anunciar que? — preguntó extrañado el príncipe.

—Anunciar que comenzó el cortejo con el campeón hyliano, por supuesto.

Ah, eso.

Sidon se sentía un verdadero estúpido por pasar por alto todas las tradiciones de su tierra por verse consumido por el deseo hacia aquel adorable hyliano que le hacía revolotear el estómago. ¡Claro que quería comenzar a cortejar a Link! ¡Claro que quería marcarlo! Pero joder, tener al joven hyliano tan dispuesto a entregarse a él, tan cómodo con la idea de pertenecerle físicamente le hacía imposible pensar claramente.

Y para su mala suerte Basun lo noto

—Hey… no me irá a decir que no ha comenzado el cortejo ¿Verdad?

—Ahora que lo mencionas…

—¡Su alteza! ¡Esto va contra todas nuestras tradiciones sagradas! ¡El cortejo debe preceder cualquier muestra de intimidad! ¡Todos en el dominio dan por hecho que usted ya ha comenzado el cortejo pero que solo falta anunciarlo!

—¡No hemos hecho nada inapropiado! —se defendió Sidon, aunque su cara se tiñó de un azul más profundo.

—No puedo creer que mi príncipe sea un adúltero… — Hablo con pesar el guardia — ¿Que pensaran las diosas de nosotros? ¡Al menos hubiera cubierto su olor! ¡Usted huele al campeón hyliano! ¡Todo el mundo pensara que-!

—¡Y pensaran bien! — Dijo Sidon con una sonrisa — Definitivamente quiero cortejarlo, y claro que voy a hacerlo mi príncipe, solo necesito tiempo para-

—¡Entonces mantenga la distancia apropiada! —Bazun cruzó los brazos con firmeza—. Príncipe, si desea hacer las cosas correctamente con el campeón, hágalas bien desde el principio. Todo el reino quiere verlo feliz, y el campeón ha sido muy bien recibido por nuestro pueblo. No decepcione al dominio.

—Tienes razón, tienes razón —admitió y su cara se torno completamente azul—. No necesitabas recordármelo. Definitivamente quiero hacer las cosas como corresponde con él.

Con esas palabras resonando en su mente, Sidon se dirigió hacia donde Link esperaba, decidido a bailar su canción y comenzar el cortejo de la manera apropiada.

La música comenzó a fluir por todo el dominio, una melodía ancestral que hacía eco entre las cascadas cristalinas. Los zora se agruparon en las plataformas superiores y los bordes de las piscinas naturales, con los ojos brillando de emoción al presenciar este momento histórico ¡Y es que el príncipe y él campeón Hyliano eran en definitiva la sensación en aquella fiesta!

—Link —dijo Sidon, extendiendo su mano hacia el hyliano—, ¿me concederías el honor de este baile?

Link miró hacia las cascadas rugientes, luego hacia los zora que se lanzaban graciosamente desde las alturas, ejecutando piruetas perfectas antes de sumergirse en las aguas turquesas.

《Sidon, yo... no sé si podré hacer eso 》admitió, señalando hacia los bailarines que parecían volar entre el agua y el aire.

La sonrisa de Sidon se suavizó hasta convertirse en algo tierno y comprensivo.

—No necesitas ser perfecto, mi querido héroe. Solo necesitas confiar en mí.

Tomó la mano de Link con delicadeza y lo guió hacia el borde de la cascada principal.

—Los bailes zora no se tratan solo de la técnica —murmuró cerca del oído de Link, su voz era apenas audible por encima del rugido del agua—. Se tratan de la conexión, de moverse como uno solo con tu pareja y con el agua que nos da vida.

Link asintió, aunque Sidon podía sentir el ligero temblor en su mano.

—¿Confías en mí? —preguntó Sidon, y sus ojos dorados se quedaron fijos en los azules de Link.

《Siempre》respondió Link sin dudarlo.

Se lanzaron juntos. Sidon sostuvo firmemente a Link mientras caían, girando lentamente en el aire. Link no pudo evitar reír de pura alegría cuando sintió la libertad del vuelo y el agua salpicando suavemente su rostro.

Al sumergirse, Sidon nunca soltó su mano, guiándolo en movimientos fluidos bajo el agua. Cuando emergieron, Link estaba sonriendo de una manera que hizo que el corazón de Sidon se saltara un latido.

《¡Eso fue increíble! 》Firmo Link, el agua goteando de su cabello dorado le daba un aspecto casi erótico.

Desde el agua los zora aplaudían y vitoreaban, charlando entre ellos en el idioma que los zora solo eran capaces de hablar dentro del agua.

—¡Miren a nuestro príncipe! —gritó una anciana zora—. ¡Finalmente ha encontrado a alguien digno de su corazón!

—¡El campeón y el príncipe! —corearon otros—. ¡Qué hermosa pareja hacen!

Sidon sintió que su pecho se llenaba de orgullo y felicidad. Atrajo a Link un poco más cerca en el agua.

—¿Listos para otro salto? —preguntó, pero esta vez su voz llevaba una promesa de algo más profundo

Link lo miró con ojos brillantes, sin entender del todo el significado de esas palabras.

《Estoy listo, Sidon. 》

Y mientras se preparaban para el siguiente salto, todo el Dominio Zora los observaba con amor y celebración, sabiendo que estaban presenciando el nacimiento de una historia de amor que se convertiría en leyenda.

***

Sidon sentía que podía salírsele el corazón, tocaba sus labios como si aún pudiera recordar los de Link, su suavidad, su color. Se recordó a sí mismo bailando con el Hyliano, haciéndolo saltar a través de la cascada, dejando que el agua empapara su hermoso cabello rubio y viéndolo reír al caer nuevamente en sus brazos, en esos momentos todo lo que podía pensar era en que quería pasar su vida entera con él.

No había duda y no había cómo dar marcha atrás: se había enamorado completamente de ese joven Hyliano.

Su mente comenzó a proyectarle imágenes de cómo sería su vida a su lado y era maravilloso. Necesitaba iniciar el ritual de cortejo ya, su corazón explotaría si su amado le permitía besarlo nuevamente sin haberlo marcado como suyo con su olor. También estaba el tema social. Los zora lo animaban silenciosamente a comenzar una relación seria con el campeón Hyliano, sonriéndole con más fuerza al verlo juntos. Estaba claro que Link era una joya andante que enriquecía cualquier lugar donde se parará. Evidentemente habría guerras por la mano del campeón hyliano si Hyrule estuviera en otra posición.

Estaba claro que debía comenzar el cortejo. Pero ¿Cómo carajos le propondría eso? parecía ser más sencillo invitar a Link a un encuentro sexual casual que pedirle cortejarlo, pero El monarca no quería algo casual con el guerrero, quería algo eterno, que aún después de morir sus súbditos siguieran contando la leyenda de su amor, pero ¿Como carajos era el cortejo Hyliano? Había leído tanto acerca de los Hylianos pero aún tenía tantas dudas. En los libros solo hablaba de sus métodos de reproducción, los anticonceptivos que usaban y sus métodos abortivos pero en ninguna parte decía cómo se cortejaban.

Sidon llegó a pensar que el cortejo Hyliano era algo tan íntimo que lo guardaban sagradamente en sus palabras, traspasando este conocimiento de padres a hijos de generación en generación y pidiendo guardarlo con el mayor celo posible hasta llegar a la edad adecuada para comenzar a buscar parejas sexuales. Se vio tentado a preguntar a los hylianos que llegaban al palacio como turistas amistosos, pero le pareció tan grosero como tentador.

Temió que tal vez las perlas no sean suficientes, en la cultura zora para dar inicio al cortejo se regala una perla tan costosa como el zora sea capaz de encontrar. Él tenía su perla, heredada por sus padres, una perla rosada extremadamente cara y difícil de encontrar, pero Sidon quería que no quedará lugar a duda que el cortejo había comenzado. Su mente creaba miles de escenarios donde Link aceptaba la perla, pero en su cultura aquello era más bien poco para comenzar con un cortejo.

¿Debería regalarle una propiedad? Jamás había visto, leído o escuchado de un Hyliano preocupándose por la vivienda, quizá aquella era la razón. ¿Quizá la vivienda debía ser proporcional con el valor del Hyliano? Decidió que de ser así debía regalarle a Link cuando menos un castillo.

—Eso podría tardar meses — Hablo Basun entre cerrando los ojos, como visualizando el tamaño de la construcción — No, años, me refiero, la propia planeación, los planos y la organización de los acabados podría tardar al menos un año su majestad, ¿Cree que el campeón Hyliano permanezca soltero tanto tiempo?

No, definitivamente no, se dijo, era obvio que, ahora que Link había encontrado la ciudadela Gerudo recibiría muchísimas invitaciones indecorosas diariamente, y aunque la riqueza de las Gerudo no era comparable con la riqueza de los zora, era más que obvio que su cuerpo militar era superior al de ellos. Si Link buscaba desposarse como estrategia militar era obvio que escogería casarse con una hermosa Gerudo.

Debía actuar ya.

— Majestad — Habló Basun mirando como el príncipe se quedaba mirando a la nada, estresado — ¿No cree que con solo pedírselo está bien? Me refiero, el señor Link es muy consciente de su posición, estoy seguro de que no espera algo muy rebuscado en estas cosas, me atrevería a decir que siquiera espera que usted se lo pida.

“Su posición”

“Su posición”

“Su posición”

El príncipe sintió su cuerpo calentarse ante tal afirmación, miró a su capitán de la guardia con una mirada fría.

—¿Y se puede saber de qué posición debe ser consciente Link?

—Usted sabe a qué me refiero — Basun no bajó la mirada — Sabe mejor que yo que Link es un sirviente de la corona Hyliana, ante los suyos no es más que una herramienta del castillo.

— ¡No vuelvas a decir eso! — Exclamó el príncipe apretando los puños — En el dominio zora Link es tan libre como tu, Basun.

—Eso lo sé yo. ¿Pero lo sabe él? — Sidon respingo por un momento — Su vida entera gira alrededor de la profecía, estoy seguro de que él se siente tan libre como una espada. — el monarca desvió la mirada, Basun tenía razón, Link se sentía un sirviente, se lo habían implantado en la cabeza, los fantasmas de su pasado le impedían verse a sí mismo como una persona libre y con derechos. — Aun así, también estoy seguro de que está enamorado de usted, puedo ver como lo mira.

—¿D-De verdad?

—Si, se puede ver desde el espacio, príncipe —Ambos rieron un poco más tranquilos— Solo pídale comenzar el cortejo y ya, estoy seguro de que aunque intente negarse al final terminara aceptando. Después de todo, se ve que es justo lo que desea, aunque sea en el fondo de su corazón.

Sidon sonrió entristecido. Esperaba que algún día, en el futuro, Link fuera consciente de lo poderoso, valioso y maravilloso que era, lucharía cada segundo de su vida para hacer que esto sucediera. Agradeció a Basun y regresó a paso veloz a su habitación con la convicción por los cielos.

Decidió utilizar el siguiente festival para pedirle al Link ser cortejado.

***

Link comenzaba a sentirse muy a gusto con las miradas de los zora, quienes ahora lo miraban orgullosos. Era una mirada curiosa, como si poco a poco se hubiera convertido en parte de los suyos. No podía negar que se sentía muy a gusto con los Zora, quizá incluso más a gusto que con los propios hylianos.

—Tú hueles al príncipe Sidon — lo detuvo un niño— ¿Por qué? ¿Tú no eres una…?

 —¡Keyo! ¡Eso no se pregunta! — dijo su madre jalándolo— Lo siento muchísimo.

El rubio miro a la madre regañar a su hijo, sin entender muy bien la situación, olió discretamente su túnica, no, definitivamente si olía a que la había lavado ¿A qué se habrá referido el niño?

 No pasó mucho tiempo antes de que Sidon llegara a él corriendo y lanzándose a abrazarlo tirándolo contra el piso.

—¡Link, mi amigo! ¡Qué bueno que viniste!

El príncipe se separó un poco dejándolo hablar.

《No me perdería el festival de la marea roja por nada》

Sidon se levantó dándole la mano para ayudarle a levantarse, Link noto la mirada de lo zora sobre ambos. También miro el rostro del príncipe, azul, en un Hyliano aquello significaba una clara falta de oxígeno, pero con el tiempo había aprendido que, valga la redundancia, el príncipe tenia la sangre azul, por lo que parecía que estaba sonrojado de una forma dulce.

《¿A qué hora será?》Pregunto tratando de no ver directamente a los ojos del príncipe, quizá vería en sus propios ojos lo encantado que estaba por verlo sonrojado al verlo, La dulce fantasía de que aquel azul en las mejillas del heredero al trono fuera por él le hacía sonreír.

—¡Oh! comenzará a las 4, ahora se está organizando todo.

 El zora miro como las cejas del menor se alzaron sin entender del todo la situación.

《¿Y por qué me dijiste de venir tan temprano?》

Entonces Sidon sonrió, su corazón golpeaba en su pecho como el galope de un caballo salvaje, no le sorprendería tener un infarto, pero no era el momento, Tomó la mano de Link entre las suyas y sonriendo su voz salió como un suspiro, casi una súplica.

—Acompáñame.

***

Link podría volverse adicto a ser llevado en la espalda de Sidon, la velocidad que alcanzaba era increíble, como ser jalado por 50 caballos pura sangre. El zora lo llevaba al mar a una de las cuevas subterráneas que había bajo Ona Ona.

El menor jamás se imaginó que hubiera tanta vida debajo del agua, tantos colores, sus ojos ardían por el agua salada y sus pulmones se sentían apretados dentro de él por la profundidad pero con la mano Sidon le Indicó que estaban por llegar a su destino, la presión del agua lo obligaba a pegar su pecho contra la enorme y trabajada espalda del príncipe, agradeció a la madre naturaleza por brindar aquella deliciosa presión al agua pues, entre más cerca estuviera su cuerpo del cuerpo del príncipe más feliz sería.

Pocos segundos después miró una luz sobre ellos y cuando Sidon entró pudo respirar con un “Waaah” profundo tratando de llenar sus pulmones de oxígeno.

 Tosió un poco antes de poder abrir sus ojos y quedar sorprendido, frente a él en aquella burbuja de Agua cientos, no, miles de Zafiros se incrustaban en las paredes de la cueva, había tantos que a Link le costó un poco no comenzar a calcular cuánto valía esa cueva en rupias. Debían haber suficientes zafiros para construir el castillo de Hyrule únicamente con aquella hermosa piedra preciosa.

Había algunos que habían sido tallados con rústicas formas de corazón, que de algún modo daban un toque encantador al lugar, como si, a pesar de ser una mina subterránea, tuviera cierto encanto místico y romántico.

—¿Te gusta? — la voz de Sidon le regresó a la realidad. Miro al príncipe, su piel roja se tornaba de un hermoso tono tornasol, como si el rojo y el morado se disputarán quien prevalecía sobre la piel del príncipe. Link pensó que Sidon jamás se había visto más guapo que en esa ocasión.

《Es impresionante》 el mayor lo dirigió a la orilla permitiéndole sentarse, Link se lamentó de no ponerse la armadura zora, su túnica estaba húmeda 《¿Es una mina?》

Sidon negó con la cabeza— Por su ubicación, no se puede extraer sin comprometer la estabilidad de la población de Ona Ona. Las excavaciones podrían provocar un colapso que hundiría toda la aldea en las profundidades.

El rubio se había sentido tentado a sacar la tableta sheikah para verificar qué tan abajo de Ona Ona Estaba pero si su amigo lo decía debía ser cierto, Link sintió las manos ajenas posarse en su cintura y le dirigió una mirada, el príncipe lo miraba con ternura, como si el rubio fuera lo más lindo que él había visto en todo el mundo, cosa que hizo sonrojar al Rubio, quien solo atinó a sonreír.

—Link —la voz de Sidon adquirió un tono reverente, casi ceremonial—, este lugar es sagrado para mi raza, el corazón mismo de nuestras tradiciones más ancestrales. Y espero... con todo mi ser espero que pronto sea igual de importante para ti.

Los ojos del mencionado se abrieron como platos. Su boca se secó instantáneamente. De repente, como piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente, todo cobró sentido: el viaje misterioso, las cuatro horas específicas para las que había sido citado, los corazones grabados en aquella cámara subterránea, el brillo romántico de las caracolas luminosas. “Esto... esto es una declaración de amor.” Pensó en pánico.

El oxígeno pareció abandonar sus pulmones. Un mareo lo envolvió con tal intensidad que pensó que podría desmayarse allí mismo.

 —Mi querido Link —continuó Sidon, y su voz se volvió aún más suave, como terciopelo líquido—, estaré eternamente en deuda contigo. No solo salvaste al dominio zora de la calamidad, no solo nos devolviste la esperanza de que Ganon pueda ser derrotado. Tú eres la luz que atraviesa la oscuridad de esta guerra interminable, eres la melodía que nuestros corazones habían estado esperando escuchar durante décadas de silencio y dolor.

Por un momento doloroso, la realidad lo golpeó como una bofetada helada. “Habría sido muchísimo más fácil que me pidiera sexo casual,” pensó con amargura. “O incluso una relación sin nombre, sin compromisos. Eso... eso podría haberlo aceptado sin sentirme tan miserable.”

Porque no sentía que mereciera esto. ¿Cómo él, de entre todas las criaturas del mundo, podía ser digno de estar lado a lado con un príncipe tan maravilloso como Sidon? Jamás lo merecería, ni en un millón de años, ni en mil reencarnaciones. Habría aceptado algo casual sin dudarlo, porque era todo lo que sentía merecer, todo lo que podía ofrecer sin sentirse como un impostor.

Pero ahí estaba Sidon, mirándolo con esos ojos que parecían forjados de oro líquido y luz de estrellas, ojos que sentía que podían desnudar su alma con un simple parpadeo.

—Por eso, mi amado Link —y la forma en que pronunció "amado" hizo que Link sintiera que podría disolverse— me gustaría dedicar cada latido de mi corazón a honrarte y venerarte por toda la eternidad. Me sentiría bendecido por las diosas mismas si me concedieras el privilegio de tenerte a mi lado como mi compañero de vida, como mi alma gemela.

El rostro de Link se encendió como un amanecer carmesí. Sidon tomó sus manos con una reverencia casi religiosa, y Link se avergonzó profundamente de lo diminutas que parecían entre las del príncipe. Sidon acercó las manos de Link a su rostro y besó cada dedo como si fueran reliquias sagradas.

—Permíteme... —su voz se quebró ligeramente por la emoción— permíteme alabarte cada mañana como se alaba a la aurora, permíteme desearte por las noches como las flores desean la lluvia. Permíteme dedicarte cada canción que escuche, cada verso que se escriba, cada poema que nazca del amor verdadero. Permíteme construir mil palacios en tu honor, esculpir tu nombre en las montañas más altas. Bendíceme con tu amor, Link, y yo moveré los océanos y cambiaré el curso de los ríos eternos si así lo deseas.

Link sintió que las lágrimas se agolpaban en sus ojos, su cuerpo temblaba pero Sidon no detectó rechazo en su expresión, solo una abrumadora confusión de emociones.

—Quédate a mi lado, mi luz, mi salvación —continuó Sidon, su voz era ahora un susurro ardiente—. Como mi compañero, como mi pareja, como mi amante, como la otra mitad de mi corazón. Y te juro por el nombre de mis ancestros que no te daré menos que mi devoción eterna, mi amor incondicional y cada fragmento de mi ser.

Las lágrimas finalmente se derramaron por las mejillas de Link. Diosas, eso había sido devastadoramente hermoso, tan malditamente perfecto que le dolía. Deseaba tatuar cada palabra en su corazón para no olvidarlas jamás, pero... todo esto no podía estar bien. Definitivamente debía estar mal.

Se movió, soltando suavemente las manos de Sidon.

《Pero… pero yo no soy un miembro de la realeza》

 —Yo me encargaré de que lo seas— renegó Sidon, venía preparado para ese tipo de alegaciones, Pensó aumentar el salario de su guardia, el maldito se encargó de prepararlo bien para cualquier alegación que el rubio tuviera para ofrecerle— Si eres mi pareja, si me permites cortejarte tu posición será tan elevada como la mía.

《No creo que a tu gente le guste eso, no te quiero meter en problemas políticos》

— Mi pueblo te ama, Link. Estarán más que orgullosos de que quien los protegió se convierta en parte de nuestra familia real.

《No soy digno Sidon》 dijo Link con lágrimas amargas, Sidon tomó su rostro y limpio con sus pulgares las lágrimas en el rostro de la espadachín 《Mereces una princesa, yo soy un sirviente, ni siquiera soy libre》

—La esclavitud no existe en el dominio zora —declaró Sidon acercándose más—. Ante los ojos de mi pueblo, ante las leyes de mi reino, eres tan libre como yo. Y no amo a ninguna princesa, Link. —Sus ojos dorados se intensificaron— Te amo a ti. Solo a ti. Siempre te he amado solo a ti.

El corazón de Link prácticamente explotó en su pecho. Jadeó asustado pero no tenía dónde escapar, estaba acorralado entre Sidon y una pared de zafiros relucientes. Aterrado por la intensidad de sus propios sentimientos, se escondió contra el pecho del príncipe.

Era demasiado. Quería decir que no, que esto era imposible, que era una locura.

Pero mentiría. Al contrario, quería gritar que sí con cada fibra de su ser. Quería pertenecer a Sidon, al dominio, quería ser parte de algo hermoso y eterno. Pero no merecía ese sí, no merecía nada de lo que Sidon le ofrecía tan generosamente. No tendría nada equivalente que ofrecer a cambio. Esto era incorrecto, inmoral, indigno de un príncipe.

Y lo deseaba con una desesperación que lo aterraba.

《Tu padre》 Dijo sobre el vientre de Sidon tratando de que sus manos tocaran su abdomen para que pudiera sentir sus señas, 《Él se opondrá, te hará casarte con alguien con una buena posición, alguien con sangre real》

—Antes de ser mi rey, él es mi padre y me ama incondicionalmente —respondió Sidon con convicción absoluta—. Jamás me obligará a casarme con alguien a quien no amo. Soy toda la familia que le queda en este mundo, y mi felicidad es lo único que realmente le importa.

Link sentía que podría morir ahí mismo. La yuxtaposición brutal de emociones lo desgarraba: la tristeza de saberse poca cosa, la felicidad imposible de que Sidon lo quisiera a pesar de todo, la ira de recordar que no era más que un sirviente glorificado, la vergüenza de su voz quebrada por las torturas de la corona hyliana, la alegría surreal de tener a un príncipe prácticamente suplicándole por su amor.

Todo era tan abrumador que sentía que podría ahogarse en su propio mar de sentimientos contradictorios.

《No soy de tu raza》 dijo 《Ni siquiera soy una mujer》

—Nadie de mi raza, y tampoco ninguna mujer en todo Hyrule, me ha hecho sentir lo que tú despiertas en mí —respondió Sidon tomando su rostro y obligándolo a mirarlo a los ojos—. No hay nadie, en este mundo o en cualquier otro, más digno que tú de estar a mi lado. No existe nadie tan noble, tan valiente, tan hermoso por dentro y por fuera. Eres exactamente quien quiero, Link. No una versión ideal de ti, no una fantasía, sino tú, exactamente como eres en este momento.

Sidon cerró la distancia entre sus labios, y Link sintió que se derretía completamente al ser besado por el príncipe. ¿En qué me estoy metiendo? Pero no tenía manera de procesar pensamientos coherentes mientras sentía la lengua hambrienta de Sidon explorando su boca, sus manos fuertes rodeando su espalda, su corazón latiendo al ritmo desbocado de un caballo al galope.

Cuando Sidon se separó, Link quedó jadeando y temblando como una hoja.

—Por favor —susurró Sidon contra sus labios—, déjame cortejarte como te mereces. Déjame amarte como has soñado ser amado.

Maldita sea, sí, pensó Link, aún sintiendo que las piernas le temblaban traicioneramente. Eso era trampa, pura y simple. No podía negarse a nada después de un beso como ese, después de sentir el alma misma de Sidon fundiéndose con la suya.

Link sabía que si se negaba en ese momento se arrepentiría toda su vida, se condenaría a una existencia de "qué habría pasado si...". Asintió lentamente, y su mente traidora le susurró: Después de todo, ¿quién soy yo para ir contra los deseos de un príncipe?

Sabía que era una mentira que se decía a sí mismo para justificar lo que realmente quería. No era obediencia ciega lo que lo motivaba. Era amor puro, desesperado, aterrador en su intensidad.

La sonrisa de Sidon se amplió hasta iluminar toda la caverna mientras abrazaba a Link con reverencia.

—Te juro por mi honor que no te arrepentirás jamás de esta decisión.

“No soy yo quien podría arrepentirse” Pensó Link aun mareado por lo que acababa de pasar, noto como las manos de Sidon se enredaban entre las suyas, un peso desconocido se presentó en su mano.

《¿Que es-?》

Sidon no lo dejó terminar la pregunta, devoró sus labios una vez más. Este beso se tornó profundo y desesperado, como si Sidon buscara transmitirle a través del contacto físico exactamente cuán amado, cuán preciado, cuán irreemplazable era para él.

La cabeza de Link daba vueltas cuando finalmente se separaron. Bajó la mirada a sus manos y sus ojos se abrieron hasta parecer imposibles.

Una perla rosa perfecta, tan grande como el ojo de un dragón, reposaba en sus palmas. Estaba engarzada en hilos de oro blanco que se extendían hasta formar un collar de una elegancia sobria pero innegable.

—La idea inicial era hacerlo completamente de oro macizo —explicó Sidon, su voz teñida de nerviosismo—, pero después de considerarlo cuidadosamente, pensé que sería incómodo para ti llevarlo durante tus largas jornadas fuera del dominio. La practicidad debe acompañar a la belleza cuando se trata de ti, mi zafiro.

Nuevamente las lágrimas surcaron las mejillas de Link. No era idiota; había visto esa misma perla en los retratos de la biblioteca, adornando el cuello de la abuela de Sidon, de su madre, de generaciones de reinas zora. No solo tenía un valor monetario incalculable, sino que había pertenecido a la familia real durante milenios. Era historia viva, tradición hecha joya.

Y ahora estaba en sus manos temblorosas.

《Gracias》 Logró articular luego de un momento de silencio, poniéndose el hermoso collar y prometiendo cuidarlo con su alma. 《Yo… no se que decir… esto… es demasiado hermoso, demasiado… 》

—No tienes que decir nada —murmuró Sidon, acunando sus mejillas con una ternura que podría hacer llorar a los dioses—. Solo permite que este collar sea el símbolo de mi promesa: que mientras lleves mi corazón junto al tuyo, nunca estarás solo, nunca dudarás de tu valor, y nunca tendrás que enfrentar la oscuridad sin saber que alguien te ama más que a la vida misma.

Link cerró los ojos, sintiendo el peso reconfortante de la perla contra su pecho, justo sobre su corazón acelerado. En ese momento, rodeado por el resplandor etéreo de la caverna, sostenido por los brazos del hombre que acababa de prometerle el mundo, Link finalmente se permitió creer que tal vez, solo tal vez, merecía ser feliz.

 

Notes:

Mientras yo viva la realeza de Hyrule tendrá un hater!! Jajajjajaa es que me acuerdo de que cuando juegue BOTW si chocaba mucho con muchas cosas, la pinché Zelda (igual la amo) que nomas no dejo a Link hacer su puto trabajo, a la gente que nomas no hacia nada contra los monstruos jajajaja al rey de Hyrule, a la persecución de los Sheikah, ay no, de verdad que dije “Hay que plasmarlos como lo que son, burgueses de mierda que estaban dispuestos a usar a un niño de 5 años como herramienta contra literalmente un demonio” porque recordemos que según el canon, a los 5 años el padre de Link (también un soldado) vendió a su hijo al cuartel de Hyrule, lo que solo me indica una cosa: Como soldado ni siquiera tenía un sueldo digno que le permitiera mantener al su familia y se vio orillado a vender a su hijo para asegurarle mínimo alimento diario.

¡Qué coraje me da! Siento que se habla muy poco de esto.

Jajajaa perdón por hablar demasiado de mi frustración, pero es parte fundamental de la historia jajajaja es el contraste entre el trato que se le da a Link en el dominio zora y el que se le da en Hyrule.

Jsjsjsjs las amo.

Próximo capitulo: 08 de septiembre.

Besitos en el deste.

Dulce de Luna.