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Waiting for Superman

Chapter 8: “Die With a Smile”

Notes:

¡¡¡Han pasado 4 años!!! Nunca pensé que actualizaría una historia luego de estar un poquito más de 4 años ausente.
Que puedo decir, la vida paso…para variar.

Mi pobre Penny es la representación perfecta de “Tu Fan” de Mafalda Cardenal, al menos en todo lo que representa Theo. Pero ahora es Jason quien esta ayudando a mi pobre niña con todo y obvio llego a mi la canción perfecta para los dos y para esta parte.

Así que este capitulo esta dedicado a Bruno Mars con Lady Gaga y la joya que es “Die With A Smile”

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

J&P

 

Cap. 8 “Die With a Smile”

 

Caminar tras las empousai sin ser notados era un trabajo más difícil de lo que sonaba. Pero ambos lo estaban haciendo genial. Se escondían tras montículos de roca y bebían cada tanto del río de fuego que los mantenía en el mejor estado posible, al menos sus heridas habían desaparecido.

 

—Bueno Grace, definitivamente sabes como hacer una cita interesante para una chica— bromea tratando de que el miedo en su mente se disipe un poco

 

—Ya verás Jackson, está será la mejor maldita cita de tu vida

 

Penny no puede evitar sonreír un poco al ver los resplandecientes ojos azules del otro semidios brillando intensamente. Probablemente el río de fuego tenia algo que ver, pero Penny prefería pensar que era todo Jason.

 

A pesar de todo, esta agradecida de estar ahí con Jason.

 

Nunca se lo diría al hijo de Jupiter, pero su sola presencia ayudaba a mantenerse equilibrada. Había algo en lo profundo de ese lugar que parecía llamarla. Podría ser el mismo Cronos que estaba tratando de tentarla una vez más.

 

Y Penny odiaba sentir que tenia la razón, seguir a las empousai les condujo hasta un enorme acantilado que conducía a una sombría llanura gris con una variedad de árboles negros, unos más tétricos que otros.

 

A las empousai se les unieron otros monstruos, todos en la misma dirección.

Las puertas de la muerte.

 

Hasta donde Penny podía ver, el río de fuego continuaba hasta casi la mitad de la llanura antes de volverse un río de aguas negras.

 

—¿Podríamos intentar volar?

 

La idea de Jason era buena, pero una mirada de Penny al cielo le desaconsejo.

 

—No lo creo, mira allá— señala las extrañas sombras que atravesaban los gases de nubes rojas en el aire —No sabría si son furias u otro tipo de criatura— mira nuevamente el camino que tenia por delante —lo mejor seria seguir como hasta ahora

 

Jason no dice nada, toma la mano de Penny y le da un ligero apretón antes de reanudar la marcha. Han perdido de vista a las empousai, que eran sus principales guías, pero no había que ser un genio para saber que todos los monstruos se dirigían hacia ese paramo oscuro.

 

Con algo de dificultad debido al cansancio y al hambre lograron bajar hasta el páramo.

 

Con curiosidad Penny se agacha y pasa su mano por la tierra, es cálido y suave, con temor hunde un poco su mano dándose cuenta que lo que esta sintiendo bajo la suciedad y los residuos es piel…

 

Asqueada de para rápidamente. Puede sentir como algo los observa, es una sensación que ha tenido desde que estaban cayendo. Algo oscuro y malévolo mirándolos, viéndolos caminar por entre filosas rocas que bien podrían ser costillas rotas…

 

Es entonces que Penny recuerda que están en el Tartaro y que el Tartaro era una entidad…una que fue amante de Gea hacia tantos eones.

 

—Aquí estamos expuestos

 

Las palabras de Jason distraen la mente de Penny. Un suspiro de alivio se le escapa, después de todo no esta sola en ese terrible lugar. Pero una mirada al chico le hace darse cuenta que no es la única que se dio cuenta de donde realmente están. Los ojos de Jason miran en todas las direcciones, su moneda gira sin control entre sus dedos. Parece listo para defenderse solo que no parece saber de dónde vendrá el ataque.

 

—Sigamos

 

Siguieron caminando, pero sin importar cuanto avanzaran no podían ver a las empousai ni a ningún otro monstruo.

 

Era claro que estaban entrando en una trampa.

 

De golpe, aparecieron cinco empousai.

 

—Penny Jackson- silbó la que parecía ser la líder —he estado esperando por mucho tiempo este momento

 

—¿La conoces?— la pregunta de Jason hizo que el cerebro de Penny recordara la misión de rescate de Artemisa

 

—Creo que si…

 

Obviamente eso no era lo correcto para decir. Si había algo que odiaran los monstruos más que cualquier cosa, era que los ignoraran.

 

Con un chillido espeluznante la empuosai líder carga contra Penny mientras sus amigas se encargan de distraer a Jason.

 

La lucha fue rara. Las empousai estaban sedientas de sangre, anhelaban matarlos y no paraban de repetir que acabarían con ellos y llevarían sus cuerpos ante Gea.

 

Pero fueron fáciles de eliminar.

 

Penny no entendía. No le costo mucho eliminar a la líder antes de saltar en ayuda de Jason. Noto como las empousai temblaban un poco al notar sus tatuajes romanos, pero eso no debería haber sido suficiente para lograr intimidarlas.

 

Aun así, ninguno iba a quejarse. Acabar con los monstruos de forma rápida y sin heridas siempre era la mejor opción.

 

Una vez acabaron con todas, tomaron un respiro de cinco minutos y continuaron con su camino. Esta vez más atentos para que no los volvieran a emboscar.

 

El camino los llevo hasta la cima de una colina. Ahí un anillo de columnas de mármol negro rodeaba un altar.

 

—¿Un altar?— musita Penny sorprendida

 

—Pero que dios pondría su altar aquí…

 

—Debe haber caído en algún derrumbe Grace

 

Adentrarse en aquellas ruinas los baña de una sensación de seguridad.

 

Fue esclarecedor. Ninguno se había percatado que sus sentidos les estaban gritando constantemente sobre el peligro que corrían, pero ahí, entre esas viejas y destruidas ruinas estaban a salvo.

 

Penny deja que sus ojos recorran el lugar hasta dar con una cabeza. Esta bellamente tallada, la expresión en el rostro es picara, sus cabellos parecen estar agitados por el viento…

 

—Es un templo para Hermes

 

Jason la mira con curiosidad, pero Penny no explica nada.

 

Ella podría decir que reconoció el rostro del dios. Que reconoció las facciones como las mismas que había visto en varias caras dentro del campamento griego y en pocas dentro del romano…pero la verdad sea dicha, ella vio a Luke en esa piedra.

 

Dioses, extrañaba a Luke. Había sido un maldito idiota con toda su idea de hacer pagar a los dioses, pero cada vez que se encontraba con Penny siempre la ayudaba de una u otra forma.

 

Esa vez, en el barco, la Princesa Andrómeda, Luke la dejo escapar con Blackjack. Cuando estaban en la cima de esa montaña salvando a Artemisa, nunca desenvaino su espada contra ella.

 

Luke había sido un ligero enamoramiento al principio antes de volverse en su hermano. Era quien la consolaba cuando lloraba pensando que su madre había muerto por Hades. Era quien la ayudaba a aprender a leer griego cuando Annabeth se exasperaba por su falta de interés.

 

Luke había sido su todo de una forma platónica.

 

Pero Penny había sido más que eso para Luke.

 

¿Me amabas Penélope?

 

Penny aun sueña con esa pregunta. Lo último que le pregunto Luke antes de morir. A ella le hubiera gustado decirle que sí, le hubiera encantado que su corazón le perteneciera a él en vez de a Theo.

 

Mil veces se pregunto que hubiera sido si…

 

Pero vivir en los hubiera no la llevaría a ningún lado.

 

—Alguna vez te dije que Octavian me recordaba a Luke Castellan

 

—uhmm…— Jason parece desconcertado —No lo creo…uhm…mi…mi hermano menciono a Luke una vez, dijo que fue el recipiente de Saturno…

 

—Luke era un hijo de Hermes…

 

Penny paso el siguiente par de horas hablando de Luke y todo lo que represento y lucho por conseguir. Le explico a Jason como Luke, Annabeth, Theo y Grover hicieron su camino hasta el campamento la primera vez. Le hablo de la misión fallida de Luke. Del resentimiento. De su propia llegada al campamento con la seudo muerte de su madre. Le hablo de como en aquella primera misión un dios bajo a cuidarle y casi suplicarle que salvara a su hijo.

 

—A veces creo que Hermes nunca me perdonara la muerte de Luke— musita Penny antes de mirar a la estatua destruida —pero…ahí veces como ahora que siento que todo ha quedado atrás y que su ayuda llegara en honor a su hijo…

 

No dicen nada más. Se sientan uno junto al otro y casi sin darse cuenta se quedan dormidos. Hay una atmosfera de tranquilidad en ambos, es como si supieran que dentro de esas ruinas nada los dañara. Como si la bendición del dios de los caminos y de los viajeros los protegería en su marcha.

 

Tiempo después despiertan ante el olor de pizza quemada.

 

Ante sus ojos, como si de un milagro se tratara. Una llamarada de humo sale del altar, de ahí son expulsados varias cosas. Uvas, carne asada, cacahuates, M&M y la tan mencionada pizza.

 

—Esto sabe a la comida del campamento— dice Penny mordiendo un poco de la carne asada —Debe ser hora del almuerzo

 

—Me siento algo mal comiendo ofrendas que eran para un dios— responde Jason, su convicción romana lucha contra su hambre sobre lo que es correcto, pero teniendo en cuenta en lugar donde están…su hambre gana

 

Luego de saciarse se disponían a continuar.

 

—¿Crees que si quemamos algo aquí llegara hasta allá?

 

La pregunta de Jason es lógica. Penny solo puede encogerse de hombros porque no tiene idea si las cosas funcionarían así.

 

—Vale la pena probarlo

 

No tenían papel, ni donde escribir. Así que Penny rompió un poco de la camiseta morada de Jason, coloco varios M&M azules dentro junto con una botella de agua vacía envolviéndolo lo mejor que pudo. Jason logro hacer algo de fuego luego de golpear algunas rocas y lo prendieron. Vieron como el humo se alzaba y su “ofrenda” desaparecida.

 

Penny esperaba que llegara al campamento y lograran descifrar que intentaba decirles que seguían vivos. Si Rachel lo miraba…si alguien de la cabaña de Atenea lo veía…incluso Clarise tendría curiosidad y trataría de comunicarse con quieres estaban en el barco…

 

Solo podían esperar.

 

Con pesar abandonaron su zona segura. Continuaron su camino sin saber si estaban en la dirección correcta o no. En algún momento se internaron en lo que parecía ser un bosque.

 

—Lo sientes

 

Penny asintió. Tanto Jason con ella habían notado las formas que los seguían en el aire desde que entraron en ese bosque. Sus sentidos estaban en alerta máxima sin saber a que se enfrentarían.

 

No tuvieron que esperar mucho hasta que el primer monstruo cayo directamente a cinco metros de ellos.

 

La criatura parecía casi exactamente igual que una Furia, una bruja arrugada con alas de murciélago, garras de bronce, y ojos de un rojo brillante. Llevaba un vestido hecho jirones de seda negro, su rostro estaba retorcido como el de una abuela demoníaca con ganas de matar.

 

—¿Qué son?

 

La pregunta fue contestada por una voz en el aire.

 

Soy Arai, la representante de las maldiciones.

 

Una gran cantidad de figuras comenzaron a descender, cada una igual a la anterior. Como si de clones se tratara.

 

Hemos venido a maldecirlos…vengando a los vencidos.

 

Penny no entiendo lo que significaba hasta que sintió como comenzaba a sangrar de sus lados.

 

—¡Penny!— exclamo Jason corriendo a su lado antes de escupir sangre y sentir como su estómago se abría —¿Qué…?

 

—Yo mate a Gerión de una forma parecía a esta— explica señalándose —Nos herirán de la misma forma en que matamos a los monstruos

 

Estas en lo correcto Penélope Jackson

 

La voz vuelve a retumbar por todo el lugar mientras las feas brujas siguen rodeándolos.

 

Cada uno de esos seres los maldijo en su último aliento. Ninguno descansa ansiando su venganza. Ellos están aquí esperando por ustedes, buscándolos, persiguiéndolos. Gea tiene un precio por sus cabezas, pero aquí…Aquí todos quieren atraparte Penélope…Seremos misericordiosas si nos dices como quieres morir…Corte de cabeza como medusa, ahogamiento como las gorgonas, apuñalada como Cronos…hay tantas alternativas para ti…

 

Quemaduras como de soplete, apuñalamientos, raspones, dolores inmensurables.

 

Eran algunas de las cosas que ambos semidioses sentían mientras trataban de huir. Casi no tenían fuerzas y a duras penas podían blandir sus espadas para acabar con los clones.

 

Pero no parecía haber una salida. Sin embargo, no todo estaba perdido. Sea la suerte semidios o no, ambos lograron tropezar con lo que parecía ser un acantilado, su caída los llevo fuera del bosque hacia lo que parecía ser un pantano amarillento.

 

Jason a duras penas pudo ponerse de pie.

 

—¿Penny?

 

Penélope sentía como si quisiera llorar, todo su cuerpo se sentía en llamas. Podía sentir como algo oscuro y venenoso recorría sus venas. No podía hablar ni moverse.

 

Solo podía oír como la voz de Jason se volvía cada vez más desesperada.

 

¿Es así como moriría?

 

En algún lugar del tártaro envenenada por sangre de Gorgona. Escuchando a su casi novio suplicar por su vida.

 

Poco a poco el sonido se va apagando. Hay un retumbar fuerte, pero Penny no puede reconocerlo. Siente como mueven su cuerpo antes de ya no sentir más. Luego de lo que parecen horas, cree sentir como vierten algo en su garganta.

 

Luego la tan odiaba oscuridad se la traga.

 

La oscuridad trajo un sueño.

 

Un campo verde, tan verde y brillante que parecía sobrenatural.

 

—Hermoso verdad

 

La voz desconocida y al a vez conocida la desconcierta. A su lado se ha parado un chico, alto y resplandeciente. La luz del sol es tan fuerte que le impide ver su rostro.

 

—¿Dónde estoy?

 

—Físicamente en un gran peligro…pero mentalmente podría ser que estas a salvo…

 

—No puedes hablar más claro

 

—Lo estás haciendo bien Penny— susurra el extraño —Soporta un poco más para que logres salir de ese lugar. Te están esperando afuera. Tu mensaje llego, Clarisse ha organizado una reunión con los romanos en tu nombre

 

—Nunca pensé que Clarisse fuera la diplomática

 

—Extrañamente se opuso a que los Stoll quemaran Nueva Roma para saber tu paradero— una risa suave se escapa de su boca —Tienes que vivir Penélope

 

—Lo haré

 

—El tiempo se acaba— musita mientras las luces se van aclarando dejando ver unos suaves cabellos dorados acompañados de unos resplandecientes ojos azules con una singular cicatriz

 

—Luke…

 

—Solo estoy aquí para decirte que tu mensaje llego— susurra —Cuídate Penny

 

La sonrisa de Luke era tal y como Penny la recordaba. Cálida y amorosa, como la de un hermano que siempre estará ahí para ti.

 

Penny solo puede cerrar los ojos y al abrirlos ya no esta ese cielo azul sino un techo hecho de huesos y piel.

 

Con cuidado se sienta notando que esta en una cabaña hecha del mismo material del techo. Jason esta dormido a su lado y una figura gigantesca esta sentada en una silla al lado de la cama.

 

—Penélope Jackson— saluda tranquilamente —Soy Damasen, el gigante nacido para oponerse a Ares…

 

—Uhmm…sirve de algo que lo golpeara por ti…

 

—Tus hazañas son conocidas por aquí— se burla el gigante —Todo monstruo erradicado por tu espada tiene historias que contar…y cada uno de ellos esta tras tuyo. Mi madre quiere tu sangre y mi padre quiere que perezcas aquí para poder devorarte.

 

—¿Y qué es lo que tú quieres?

 

—Aun no lo sé— le tiende una mochila con lo que parecen ser provisiones —de momento tu compañero me ha convencido de los ayude un poco. Los he curado y aquí tienen algunas cosas que los ayudara a sobrevivir.

 

Se escucho un rugido a lo lejos que despertó a Jason de golpe.

 

—Mi viejo enemigo ha regresado— dice Damasen poniéndose de pie —Es hora que partan, aquellos a los que han derrotado cada vez están más cerca

 

—Gracias

 

—No me lo agradezcas hija de Poseidon

 

Penny ve al gigante salir por su puerta parándose frente a lo que parecía un feroz Drakon.

 

—Debemos irnos

 

Jason la jala y la saca por una puerta trasera. No miran atrás mientras corren, pueden escuchar el choque entre el gigante y el drakon, pero se fuerzan por continuar.

 

No podían parar, aun no.

 

Entonces la oscuridad se dispersó y frente a ellos había un claro con un campo de polvo y piedras. En el centro, a unos veinte metros de distancia, estaba arrodillada la figura macabra de una mujer, con la ropa hecha jirones, sus piernas escuálidas, con la piel curtida verde. Tenía la cabeza inclinada mientras sollozaba en silencio, el sonido hacia añicos todas las esperanzas que ambos semidioses pudieran tener.

 

—¿Quién…?

 

—¿Quiénes son ustedes que osan interrumpirme?— Exclama la mujer entre toses de lamento —¡Oh madre mía, oscura noche la tuya que me maldices para entretener a los mortales!

 

—¿Eres una diosa?

 

—¡Soy una deidad!— tose fuertemente —Más antigua que el Tártaro mismo— gruñe con dificultad —Mi madre es la noche y mi padre el caos. Soy la miseria misma que ha reinado desde el principio

 

—Si, mira estamos algo perdidos— dice Penny algo dudosa —Sabrás que camino debemos tomar para ir a las puertas de la muerte…estamos un poco contra el tiempo

 

La mujer los mira de manera espeluznante.

 

—Las puertas de la muerte— repite socarrona —Claro que sé cómo ir— ríe estrepitosamente antes de ser interrumpida por su propia tos —síganme mortales y les mostrare el camino

 

Jason y Penny se miran. Ambos saben que debe ser una trampa, pero no les queda más opción que seguir a la extraña mujer.

 

La mujer los condujo hasta lo que parecía un acantilado. Ahí les explico que estaban en el limite con el reino de su madre y más debajo de eso estaba el reino de su padre. Les dijo que era lo más profundo que alguna vez ha llegado un mortal.

 

Y que claro, ahí seria su tumba. Sacrificios para la noche.

 

Tanto Penny como Jason comenzaron a pelear. Sus cuerpos ya no parecían suyos, se veían como un par de cadáveres con movimiento.

 

Tal vez sea por la formación mas intensa en el lado romano, pero Jason tenia un movimiento más fluido que la propia Penny.

 

Y eso le estaba pasando factura.

 

Penny apenas podía moverse y lo único que desea era un poco de agua para acabar con esa lucha de una vez.

 

—Van a alimentar a la oscuridad eterna— dijo Akhlys —Morirás en los brazos de la noche

 

Penny podía escuchar a Jason gritar mientras luchaba. Tenia que ayudar de alguna forma, si tan solo hubiera agua…

 

Casi como una pequeña luz lo sintió. Pequeños arroyos que corrían bajos sus pies.

 

Pero no era agua.

 

Era veneno.

 

El veneno era líquido. Si se movía como el agua, debe ser agua parcialmente. Tenia algo de sentido, un sentido retorcido pero lógico, al fin y al cabo.

 

Penny recordó algo de la charla sobre el cuerpo humano que le dieron en la escuela. El cuerpo humano es principalmente agua.

 

Recordó extraer agua de los pulmones de Jason de vuelta en Roma. Si pudo controlar eso, entonces ¿por qué no otros líquidos?

 

Era una locura. Pero el Tártaro tiene sus propias reglas. Fuego era potable. El suelo era el cuerpo de un dios oscuro. El aire era ácidos y semidioses se podría convertir en cadáveres humeantes.

 

¿Por qué no intentarlo? No tenía nada que perder.

 

Miró a la inundación veneno invadiendo por todos lados. Se concentró tan fuerte que algo dentro de ella pareció quebrarse, como si una bola de cristal se había roto en el estómago.

 

El calor fluyó a través de ella.

 

Concentro todos los gases venenosos a su alrededor para que volaran directo hacia la diosa.

 

Un lago venenoso comenzó a formarse creando olas pequeñas que se convertían en riachuelos.

 

—¿Qué esta pasando?— Akhlys chilla desconcertada.

 

—Veneno— responde Penny con una frialdad que no cree haber soltado nunca —En eso te especializas ¿no?

 

Penny podía sentir un poder nunca antes pensado. Era enorme y controlado solo por ella.  

 

Necesitaba más.

 

 

Imaginó la nariz y la garganta de la diosa llenándose de agua. La ve comenzar a toses con más fuerza. Penny hace que el río de veneno coche contra sus pies hirviéndolos lentamente.

 

—Penny

 

El susurró urgente de Jason se pierde en el mar de sentimiento que tiene la hija de Poseidón.

 

Con ese poder nadie nunca podría lastimarla. No Gea, no Cronos, ningún dios, ningún mortal.

 

Nadie.

 

Sin detenerse hace retroceder a la diosa hasta el borde del acantilado. Penny no puede evitar sonreír al ver cuan aterrorizada estaba la diosa.

 

—Por favor…— suplica Akhlys —Por favor…

 

Penny no quiere parar. Quiere ahogarla en su propio veneno. Quería ver que tanta miseria podía tomar.

 

—¡Penny!

 

Esta vez la exclamación de Jason va acompañada de un cálido abrazo.

 

El calor del cuerpo del romano aleja levemente la frialdad que se estaba adueñando de Penny.

 

Sus ojos verdes chocan con el azul eléctrico y puede notar el pánico en ellos.

 

Jason estaba aterrado.

 

Extrañamente no de ella…sino por ella.

 

Podía notarlo. Había visto ojos mirarla con terror y no eran los mismo que veía ahora. Jason parecía temer que se perdiera en esa nueva sed que estaba sintiendo.

 

Con un suspiro angustioso, Penny voltea a ver a la diosa nuevamente.

 

—Vete— masculla con furia

 

La diosa no espera otra palabra. Cuando el veneno retrocede, ella sale dispara hacia algún lugar.

 

Penny mira con algo de lastima como el veneno se va evaporando con forme la diosa se aleja.

 

—Es mejor así— susurra Jason abrazándola con más fuerza —Algunas cosas deben permanecer lejos de nuestro control

 

Penny sabe que tiene razón. Nunca es bueno cuando un semidios se pierde en sus instintos, en sus deseos.

 

Aun así, no esta segura si toda la experiencia que acaba de vivir es la que hace descender la temperatura.

 

Penny retrocede, alejándose de la orilla y jalando a Jason con ella cuando siente una presencia saliendo del abismo.

 

Una figura enorme sale de la oscuridad. Posee unas hermosas alas negras, un látigo hecho de estrellas y un carruaje jalado por caballos sombra vampiros.

 

Es Nyx quien esta frente a ellos. Su vestido era negro vacío, mezclado con los colores de una nebulosa espacial, como si las galaxias estuvieran naciendo en su corpiño. Su rostro era difícil de ver a excepción de los puntitos de sus ojos, que brillaban como los cuásares.

 

El carro de la diosa fue hecho del mismo material que la espada de hierro Stygian de Nico di Angelo, y tirado por dos caballos negros masivos, todos a excepción de los colmillos de plata punta. Las piernas de las bestias flotaban en el abismo, pasando de sólido a humo mientras se movían.

 

Los caballos gruñeron y mostraron sus colmillos. La diosa fustigó su látigo, una delgada franja de estrellas como el diamante de púas y los caballos se echaron hacia atrás.

 

—No mis niños— dice en un tono suave acampanado —Esos sacrificios no son para ustedes

 

—¿Vas a matarnos?— pregunta Jason tontamente

 

—Debería hacerlo— responde la entidad. Penny nunca había sentido un poder tan grande como el de Nyx —Pero estoy curiosa— su mirada se dirige a Penny —Controlaste lo que no debías controlar. Ciertamente explica porque el inútil de Cronos y la arrogante Gea se interesaron en ti— se mueve levemente y señala al abismo —Prueba una vez más tu fe, Penélope Jackson, salta y atraviesa mi palacio hacia las puertas de la muerte. Si lo logras te dejare vivir…de lo contrario serás comida para mis hijos

 

Penny observa como varias otras figuras se van formando bajo las alas de Nyx.

 

Con fuerza toma la mano de Jason. Ambos se miran una vez más.

 

—Jason…

 

—Siempre a tu lado recuerdas

 

Ambos saltan hacia el abismo.

 

Corren a pesar del dolor que estaban sintiendo en las piernas. No se detienen ni voltean a ver a la gran cantidad de monstruos que han empezado a perseguirlos.

 

No saben a qué está jugando la diosa, pero es mejor no tratar de desentrañar sus divinos deseos.

 

Continúan corriendo hasta atravesar un río lleno de lamentos que los llama a rendirse. Pero no paran, lo cruzan con bastante sufrimiento llegar a lo que parece ser una salida. Ante ellos se extendía un valle, un ruido en pleno auge vino de todo el paisaje, como si un trueno hiciera eco debajo de la tierra. Bajo las nubes venenosas, el terreno ondulado brillaba morado con rojo oscuro y líneas de la cicatriz azules.

 

—El corazón del Tártaro— Penny a duras penas puede creer lo que sus ojos ven

 

El centro del valle estaba cubierto de una fina pelusa negro de puntos picantes. Ellos estaban tan lejos, que les tomó un momento darse cuenta de que estaba mirando a un ejército, miles, quizás decenas de miles de monstruos, se reunieron alrededor de una punta central de la oscuridad.

 

Era demasiado para poder ver los detalles, pero no tenían ninguna duda de lo que era la punta. Incluso desde el borde del valle, podían sentir su poder tirando de sus almas.

 

—Las puertas de la muerte— dice Jason con asombro, como si le costara creer que lo lograron

 

Pero…¿Y Nyx?. Penny voltea, pero tras ella solo hay oscuridad. Ya no hay monstruos ni entidades siguiéndolos. Supone que la diosa cumplió su palabra.

 

Caminaron, aun con esa extraña apariencia de cadáver que por alguna razón evitaba que los notaran. Una ventaja sin duda alguna.

 

Mientras caminaban bordeando la gran cantidad monstruos escucharon que totos los gigantes habían atravesado las puertas. Que los titanes se estaban preparando para seguirlos luego de guiar a los grupos de monstruos que se iban a unir a la lucha.

 

De alguna forma ambos llegaron hasta el final. Vieron las puertas custodiadas por dos titanes.

 

Crios e Hyperion.

 

—¿Crees que Crios quiera matarme luego de que lo aniquile en la última guerra?— consulto Jason

 

—Tanto como Hyperion querrá matarme a mi— responde Penny con sorna

 

Desde su sitio pueden ver como Hyperion grita llamando a otro grupo de monstruos.

 

Una docena de ciclopes de acercaron, entregando lo que parecían ser pases y siendo absorbidos por las puertas de la muerte.

 

Crios apretó el botón que señalaba para arriba en el ascensor, las puertas se cerraron, pero el titan no quito el dedo del botón.

 

Tanto Penny como Jason contuvieron el aliento. Crios no quitaba el dedo del botón, no lo hizo hasta que el ascensor sonó marcando el fin del viaje.

 

Alguien debía quedarse.

 

Se miran. Los dos piensan lo mismo. Ambos quieren quedarse para que el otro salga.

 

—¡JAPETUS!

 

El grito de los titanes llama la atención de los semidioses. Ven como un tercer titan se acerca desde el otro lado.

 

—Bob— susurra Penny asombrada. Lo último que sabia del viejo titan era que estaba trabajando en el castillo de Hades. Ella, Nico y Theo lo habían enfrentado hacia un tiempo provocando que callera al río Lethe y olvidara sus recuerdos. De ahí que se llamara Bob en vez de Japetus.

 

—¿Quién?

 

—Historia larga— responde Penny mirando como los titanes comenzaban a interactuar —Versión corta. Nico, Theo y yo nos enfrentamos a Japetus hace tiempo e hicimos que olvidara sus recuerdos en el río Lethe. Lo nombre Bob y Nico le consiguió trabajo en el castillo de su padre

 

—¿Le consiguieron trabajo a un titán?

 

—Como Bob no le hacía daño a nadie, pero…no sé qué hace aquí…

 

Aun así, no podían quedarse donde estaban. Con cuidado fueron caminando hasta donde vieron unas cadenas atando el ascensor. La lógica dictaba que eso liberaría parte del control de las puertas de la muerte…o que arruinarían el ascensor, de cualquier forma, Gea salía perdiendo.

 

Pero antes de que pudieran golpear las cadenas una fuerte explosión los manda a volar.

 

Lo que sea que los cubriera dándoles un aspecto de cadáver se ha desvanecido. Hyperion y Crios se han convertido en polvo debido a la explosión, de alguna manera Bob o Japetus ha logrado sobrevivir.

 

—Malditos Idiotas

 

Una voz atronadora suena por todo el lugar. Es oscura y profunda, antigua como ninguna otra.

 

—Titanes— se burla la voz con desdén —Creaciones imperfectas y débiles

 

Frente a las puertas de la muerte el aire se ha oscurecido y solidificado. Un ser aparece irradiando maldad pura. Botas de hierro negro, piernas cubiertas por lo que parece ser piel quemada y por una falda hecha de huesos ennegrecidos. En la superficie de la coraza del guerrero, caras oscuras aparecieron y sumergidos-gigantes, cíclopes, gorgonas y Drakons-all presionando contra la armadura como si tratara de salir. Los brazos del guerrero estaban desnudos, músculos de un color púrpura brillante. Manos tan grandes como grúas.

 

Lo peor de todo era la cabeza, un casco de roca y metal trenzado sin forma particular, sólo los picos dentados y parches pulsantes de magma. Todo su rostro era un torbellino, una espiral hacia la oscuridad.

 

—Tártaro

 

El susurro aterrado de Penny recibe como respuesta una risa siniestra del ser. A su lado Jason apenas logra mantener los ojos fijos en la entidad.

 

—Esta forma es una pequeña manifestación de mi poder— responde el ser con malicia —No suelo involucrarme con cosas tan insignificantes…pero sorprendentemente ustedes han llegado demasiado lejos

 

—¿Gracias?— Penny dice sin estar segura de si debía responder o no

 

—Agradecidos deben estar— concuerda el ser —Será un honor para ustedes, pequeños semidioses— ríe ocasionando que todo retumbe a su alrededor —Ni siquiera los Olímpicos eran dignos de mi atención. Pero ustedes…ustedes se llevarán el gran honor de ser destruimos por mí ¡por el propio Tártaro!

 

Penny sabia que había muchas posibilidades de morir joven debido a que era una semidiosa. Pero prefería que su muerte sea menos memorable. Tal vez atorándose con una galleta, tropezando en alguna montaña…o de vejes mirando el atardecer en Nueva Roma junto a Jason y a ese famoso chocolate romano.

 

Era vagamente consciente de que el ejército de monstruos gira alrededor de ella, pero los monstruos se mantuvieron a distancia, esperando que el Tártaro actuara o dictara como debían seguir.

 

El primordial flexionó los dedos, examinando sus propias garras negras pulidas. No mostraba expresión alguna, pero enderezó sus hombros como si estuviera contento.

 

—Ah, que maravilla es tener una forma física— mueve levemente sus manos —de esta manera puedo destriparlos yo mismo

 

Penny quería decir algo, exclamar que el Tártaro no podría con ellos. Pero la intensidad de la maldad pura era tal que no podía ni moverse.

 

Casi sin darse cuenta, por primera vez desde que su madre le confeso que era la hija de un dios…Penny se sintió derrotada.

 

Entonces soltó su espada.

 

El ruido sordo de Anaklusmos al caer parece dictar lo siguiente.

 

El Tartaro alza la mano, como si fuera a desvanecernos con un simple chasquido.

 

Jason de alguna forma ha logrado moverse hasta pararse frente a Penny. Pero no aguantara mucho. El aura malévola del Tártaro es tan fuerte que las piernas del romano están temblando, en cualquier momento caerá.

 

—Puedo oler su miedo, su derrota— inhala el ser —es un olor maravilloso. Veo el atractivo de tener un cuerpo físico. Tal vez cuando termine con ustedes salga a encontrarme con Gea.

 

Por extraño que parezca lo que sigue es algo impensable.

 

Japetus, el titan convertido en Bob, ha saltado para enfrentarse al Tártaro.

 

—¡Corran!— grita el titán sacando a los semidioses del entumecimiento que los envolvía

 

—Qué crees que estás haciendo Japetus

 

—¡Mi nombre es Bod!— rugió el titan en respuesta al Tártaro —¡Y he venido a salvar a mi amiga!

 

El Tártaro grita con furia ocasionando que todo el cuerpo de Penny tiemble mientras Jason se tapa los odios con fuerza.

 

Bob gritó en desafío. Cargó y metió su lanza en el costado del primordial, justo debajo de su coraza.

 

Tártaro rugió. Él dio un manotazo en Bob, pero el Titan se retiró de su alcance. Bob extendió sus dedos. Su lanza se liberó del cuerpo del Tártaro regresando a su mano.

 

—Usted va a morir primero, Japetus— gruño el Tártaro golpeando su puño contra su coraza —Después, voy a añadir tu alma a mi armadura, donde se disolverá lentamente, una y otra vez, en la agonía eterna.

 

Bob volteo a ver a los semidioses.

 

—Yo me encargare del Tártaro— dijo con una confianza que Penny creía que debería tener —ustedes vayan a las puertas

 

—¿Encargarte de mí?—  se río el ser con crueldad —Eres sólo es un Titán, ¡un niño menor de Gea! Voy a hacerte sufrir por tu arrogancia. Y en cuanto a tus pequeños amigos mortales— hizo un ademan al ejército de monstruos —¡Destruirlos!

 

La sola orden provoco dos reacciones.

 

Que los monstruos cargaran contra ellos.

 

Y que los instintos semidios se activaran de golpe. Penny levanto su espada y se enfrento al primer grupo de monstruos que los alcanzo mientras Jason blandía su espada cortando las cadenas que sujetaban las puertas.

 

Las puertas se estremecieron y luego se abrieron con un agradable “Ding”.

 

Bob continuaban luchando con el Tártaro, logrando atacar y esquivar mientras permanecía lejos de sus garras. Obviamente era una ventaja que el ser no estuviera acostumbrado a luchar con un cuerpo humanoide.

 

Más monstruos corrieron hacia las puertas. Una lanza voló más allá de la cabeza de Jason. Él se volvió y clavó su espada en una empousai, entonces se lanzó a las puertas que comenzaron a cerrarse.

 

Mantuvo las puertas abiertas con un pie mientras luchaba evitando que los monstruos ingresaran.

 

—¡Penny!— grito llamando su atención —¡Rápido, vamos!

 

Penny se reunió rápidamente con Jason. Ambos se colocaron hombro con hombro luchando contra los monstruos que se acercaban.

 

—Tienes que entrar en el ascensor— dice Jason mientras decapita una empousai —Mantendré el botón presionado para que puedas lograrlo

 

—Cierra la boca Grace— gruñe Penny en respuesta —Nos mantendremos juntos recuerdas— acaba con un joven ciclope —lo juraste, no puedes romper un juramento

 

—Eres tan terca

 

—Y tú tan idiota si piensas que voy a dejarte aquí

 

A pesar de todo se sonríen.

 

Para ambos está claro que uno va a tener que quedarse y solo están posponiendo el momento lo más que pueden. Cada uno pensando en la forma de hacer que el otro entre en el ascensor.

 

La situación era tan patéticamente triste, que era casi gracioso.

 

La multitud de monstruos avanzó hacia adelante, gruñendo y maldiciéndolos con furia. Mientras tanto, los ataques de Bob eran cada vez más lento. Tártaro estaba aprendiendo a controlar su nuevo cuerpo.

 

Bob carga, bramando de rabia, pero Tártaro tomó su lanza y de un tirón se la quita. Pateó a Bob cuesta abajo, ocasionando que golpeara a un grupo de telkhines.

 

El Tártaro parecía dispuesto a matar a Bob en ese momento.

 

Pero a lo lejos se escucharon chillidos y gritos que provenían de un auge constante de boom, boom.

 

Al otro lado del ejército de monstruos un Drakon extendia su cuello soltando su aliento venenoso que llenaba el campo de batalla con el olor a pino y jengibre, moviendo su cola verde moteada y acabando con un batallón de ogros.

 

Montado en la espalda estaba un gigante de piel roja con flores en sus trenzas de color óxido, un justillo de cuero verde, y una lanza de costillas de Drakon en la mano.

 

—¡Damasen!— exclamo Jason asombrado

 

—Jason Grace, he decidido tomar tu consejo y elegir mi propio destino— anuncio el gigante dándoles una mirada antes de dirigir su atención a su padre —Padre, ¿usted deseaba un rival más digno?— pregunta con calma —Yo soy uno de los gigantes de los que tan orgulloso estás. ¿Querías que fuera más como mis hermanos? Anhelante de destrucción y caos. Pues bien, empezaré por destruirte a ti

 

Damasen apuntó con su lanza y cargo.

 

El ejército monstruoso le invadió, pero el Drakon aplastó todo a su paso, barrio su cola y roció veneno mientras Damasen clavó su lanza en el Tártaro, lo que obligó al primordial a retirarse como un león acorralado.

 

Bob fue cojeando hasta las puertas. Icor dorado fluía de las heridas en los brazos y el pecho. Su traje de conserje colgaba en jirones. Su postura se ha torcido y encorvado. A pesar de todo, él sonreía, sus ojos de plata brillante con satisfacción.

 

—Entren— ordeno —mantendré pulsado el botón

 

—Bob…cómo…

 

—Nico Di Ángelo lo dijo— confeso el titan —Dijo que Bob antes había sido un mal titan que se enfrento a él, al hijo de Zeus y a Penélope, hija de Poseidón— sonrió levemente —Nico dijo que Penny no dejo que el hijo de Zeus me matara, me dio un nuevo nombre y me permitió vivir…aquí estoy pagando mi deuda

 

—No debías…

 

—Entren semidioses…tal vez algún día podremos volver a vernos y saludar a las estrellas entre todos— Se coloca frente a ellos, acercando su gran mano al botón —Regresen al mundo mortal, su destino es poner fin a la locura de Gea

 

A lo lejos el Tártaro y Damasen protagonizaban una obra llena de golpes y gritos. No era algo en lo que algún semidios pudiera participar.

 

Jason agarró el brazo de Penny. Él la arrastró hasta la cabina del ascensor. Tenía un último vistazo al Drakon sacudiendo un ogro como un títere, Damasen golpeando las piernas de Tártaro.

 

Bob se coloca en su posición. Listo para mantener su mano en botón.

 

Los paneles se estaban cerrando.

 

Cuando una forma humanoide a medio construir se abalanza cortado uno de sus brazos.

 

—¡Sal Penélope Jackson!— brava una profunda voz —¡Sal y enfrenta tu castigo por destruir mi recipiente!

 

Era Cronos.

 

Su cuerpo no había vuelvo a formarse pero su odio y resentimiento pudieron darle una forma que de alguna manera podría matarlos.

 

Bob se lanza a luchar contra su hermano.

 

Ya nadie esta tocando el botón.

 

—Jason…

 

—Juntos recuerdas— responde en un susurro mirándola fijamente a los ojos —Estaré a tu lado sin importar nada

 

Penny siente como las lágrimas se acumulan en sus ojos.

 

¿Es así como morirían? ¿Habían llegado tan lejos para nada?

 

—No me dejes Grace

 

—Nunca

 

Por un segundo parece no hay nada más que ellos. Se siente como si estuvieran solos en medio de una gran nada. A lo lejos se escucha el bramido de los monstruos. Los furiosos choques entre el Tártaro y Damasen. La intensa lucha desatada entre Cronos y Bob. Pero nada de eso importa.

 

Penny puede ver como los ojos de Jason brillan. La electricidad se refleja en sus azules pupilas. No importa la suciedad o la sangre seca que hay en él. Para Penny, Jason nunca había lucido más apuesto que en ese momento. Y es ahí cuando supo que quería pasar el resto de su vida con él. Que sin importar nada lo daría todo.

 

No esta segura si fue ella quien lo sujeto primero o fue él. No es como si importara.

 

El beso que comparten dice muchas de las cosas que Penny ha callado y que Jason viene gritando desde hace un tiempo. ¿Importar? No, la verdad es que no importa nada más que el sentir cálido que los invade. No importa nada más que la sensación de que es correcto. Que a pesar de todo se tienen el uno al otro y que si todo acaba ahí no habría arrepentimientos.

 

—Te amo Penélope Jackson— susurra Jason cuando se separan. Sujetando la mano de Penny y besándola mientras junta sus frentes

 

—También te amo Jason

 

Jason sonríe feliz. Como si no estuvieran en medio del mismo abismo a punto de ser destrozados por un centenar de monstruos, titanes y primordiales enojados.

 

Sonríe como si no hubiera nada de que preocuparse. Lo cual hace que Penny se relaje.

 

Jason la sujeta con un poco más de fuerza antes de que fuertes corrientes de aire la lancen contra el lado contrario del ascensor.

 

Sin dejar de sonreír Jason se queda tras las puertas y aprieta el botón.

 

—¡Jason!— chilla Penny sin poder soltarse de los vientos que la mantienen acorralada —¡Prometiste que estaríamos juntos!

 

—También te jure que serias siempre mi prioridad

 

Penny deja de luchar. Recuerda el encuentro que tuvieron fuera del templo de Venus.

 

“Juro por el Estigio que mi prioridad siempre serás tú y que sin importar lo que pase siempre me mantendré a tu lado”

 

Un trueno a lo lejos resuena, como si supiera que Jason esta cumpliendo con su juramento.

 

—No…— susurra Penny dejando que las lágrimas caían libremente

 

—¡JASON!

 

Los puños de Penny chocan con la puerta.

 

El ascensor se cerro y Jason nunca dejo de sonreír.

 

Penny podía sentir como su cuerpo se entumecía. No importaba cuanto golpeara las puertas, estás no se abrían. Escuchaba gritos a lo lejos y por el dolor que estaba sintiendo en su garganta, suponía que los gritos provenían de ella.

 

En algún momento siente como su cuerpo es expulsado. Cae en una caverna rocosa. A su alrededor puede ver a sus amigos que dejo en el Argos II. Por alguna razón Reyna está con ellos.

 

Todos lucen desgastados y maltratados.

 

Hay una diosa en medio de ellos.

 

Penny la mira y puede sentir la misma energía que rodeaba a Crios e Hyperion, a Cronos y Bob. La diosa frente a ellos es más titan que diosa.

 

Puede sentir la furia luchando por salir de su cuerpo. No hay agua cerca pero su cuerpo la encuentra en lo profundo.

 

—Cálmate hoja de Poseidón— ordena la diosa con cautela —Tu enojo no es conmigo. Dirige tu furia hacia la verdadera culpable. Gea te espera— manteniendo la calma dirige su mirada hacia una sorprendida Hazel —Condúcelos fuera de aquí hija de Pluton

 

Con eso desapareció.

 

Nico es el primero en reaccionar. Corre hacia Penny y la sujeta antes de que caiga al piso por la fatiga.

 

Rápidamente logran evacuar la cueva y regresar al Argos II en silencio.

 

Nadie dice nada, pero todos tienen la misma pregunta en su mente.

 

Una vez el barco esta en el aire, todos se sientan junto a Penny en la sala de conferencias.

 

—¿Dónde está mi hermano Penélope?

 

La pregunta de Theo causa reacciones mixtas. Si bien Reyna, Annabeth y Piper parecen querer saber la respuesta. Los demás pueden deducir lo que paso y no desean hacer que Penny reviva algún recuerdo lamentable.

 

—Penélope…

 

—Dónde crees que esta— responde Penny en un gruñido —Todos lo sabíamos desde un principio, alguien debía quedarse para que las puertas estuvieran cerradas en ambos lados

 

—Y tenía que ser Jason

 

Penny puede oír las exclamaciones molestas de todos ante las palabras de Theo.

 

Por primera vez desde el desastre con el hijo de Zeus, se siente con fuerzas para poder mirarlo a los ojos. Así que lo hace.

 

No esta segura de porque lo hace, pero utiliza el agua condensada en el aire para formar una espera que rodea la cabeza de Theo.

 

Ve como comienza a ahogarse. Escucha como los demás le suplican que pare. Annabeth la golpea en el brazo tratando de detenerla, pero no para hasta que tiene a Theo luchando por conseguir aire en sus pulmones. Solo entonces lo suelta.

 

Ve a Annabeth correr a ayudarlo.

 

—Si pudiera te cambiaria por él

 

Es lo único que dice Penny antes de caminar hasta su cabina designada.

 

Una vez ahí cierra con seguro su puerta y deja que todo su dolor fluya.

 

No sabe cuanto tiempo pasa. En algún momento su cuerpo ya no tiene más fuerzas y la sumerge en la oscuridad absoluta.

 

J&P

Notes:

Iba a dejarlo cuando las puertas se cierran tras Jason pero pensé en escribir un poquito más.

Ojalá la siguiente actualización no tarde otros 4 años XD

Espero les haya gustado.
Nos leemos.