Chapter Text
1. Amor.
Meng Yao era un recurso importante en las fuerzas de la Secta Nie. Sobre todo desde que Nie MingJue lo había promovido a ser su segundo al mando.
El chico había demostrado tener aptitud para el puesto, volviéndose el soldado más eficiente en su Ejército.
Cada día, Meng Yao se preguntaba qué era lo que podía hacer para ayudar aún más al Líder de Secta Nie y para mejorar la eficiencia de su trabajo. Ya lo ayudaba en las batallas, con el papeleo, en el entrenamiento, incluso para la limpieza, servir el té y a veces hasta para cocinar. Le había ayudado en casi cada aspecto de su vida, salvo en uno. Uno que nunca había contemplado y que no habría notado de no ser por aquella vez en la que ambos se quedaron llenando papeles hasta muy entrada la noche.
Nie MingJue estaba trabajando cuando de pronto comenzó a sentir una pequeña incomodidad dentro de sus pantalones. ¿Cómo era posible que estuviese teniendo una erección en ese momento? No había ninguna razón aparente, pero era justo decir que hacía muchísimo tiempo que no satisfacía esa necesidad en particular.
El hombre se encontraba sentado frente al escritorio en su oficina, moviendo ligeramente las piernas para frotar un poco su creciente miembro. Agradecía que Meng Yao acabara de salir por un poco de té para ambos y mientras aprovechó el momento para intentar calmarse, pero por alguna razón ahora estaba tan duro que comenzaba a doler.
Había tomado una decisión. Cuando Meng Yao volviera, le diría que era la hora de irse a dormir y entonces se daría un tiempo para liberar la presión.
Meng Yao volvió unos minutos más tarde con una bandeja en las manos, tetera y tazas sobre ellas.
-El té está listo, Líder de Secta Nie -dijo y puso la bandeja sobre el escritorio.
-Gracias -respondió Nie MingJue tomando una de las tazas y dándole un sorbo-. Creo que ya hemos trabajado mucho por hoy. En cuanto termines tu té, puedes ir a descansar -dijo. Tenía tanta prisa por deshacerse del chico, que se bebió el resto del té casi en un trago.
-Es extraño que el Líder de Secta Nie quiera dejar de trabajar tan pronto. ¿Quizá se agotó demasiado en el entrenamiento de ésta mañana? -especuló. Nie MingJue negó con la cabeza.
-Sólo creo que has trabajado mucho en estos últimos días. Por favor ve a descansar.
-No merezco tanta amabilidad de su parte -respondió Meng Yao haciendo una reverencia. Al levantar la cabeza, había una sonrisa en su rostro-. Entonces recogeré esto y me iré a dormir -dijo y puso su propia taza de vuelta a la bandeja, pero cuando rodeó el escritorio para alzar la taza de Nie MingJue, pudo ver el gran aprieto en que se encontraba su comandante.
Nie MingJue y Meng Yao intercambiaron una mirada, incómoda para el primero y perfectamente normal para el segundo, hasta que Nie MingJue rompió el silencio, aclarándose la garganta.
-Ya puedes retirarte -dijo en el tono más neutral que pudo. Meng Yao clavó la mirada en la entrepierna de Nie MingJue.
-Líder de Secta Nie... Si quiere yo puedo ayudarlo con eso -dijo de pronto Meng Yao. Nie MingJue sintió un poco de enojo ante el atrevimiento de su subordinado, pero no tuvo tiempo de responder porque el chico ya se había acercado a acariciar su erección por encima de la ropa.
-¡¿Qué crees que est-...?! Ngh -gimió al sentir la firme mano presionándose contra su miembro.
-Líder de Secta Nie -dijo Meng Yao. Ni él mismo sabía por qué había actuado de esa manera. Sentía mucha gratitud ante el hombre y quería pagarle de alguna forma. Además quería ganarse su favor en cada manera posible-. Mi deber es ayudarlo en lo que necesite -explicó-. Así que con gusto haré esto.
Nuevamente, Meng Yao no esperó una respuesta. Desabrochó la faja del hombre con rapidez, abriendo la túnica y dándole un mayor acceso a sus pantalones.
Nie MingJue intentó levantarse de la silla, pero Meng Yao lo empujó de vuelta a ella, acorralándo al hombre entre el pequeño mueble y su cuerpo.
Con una mano sobre el hombro de Nie MingJue, Meng Yao llevó su mano disponible hacia abajo por el torso de su comandante y se metió entre sus pantalones sin dudar. En cuanto su mano entró en contacto directo con el palpitante miembro, sus dedos se envolvieron con maestría a su alrededor.
Nie MingJue perdió toda la energía para protestar en cuanto sintió la agradable presión de la mano de Meng Yao.
El chico comenzó un placentero movimiento de arriba hacia abajo, primero lentamente. Después, el ritmo se volvió más rápido y el agarre más firme. Durante todo ese tiempo, Meng Yao se quedó sujetando a Nie MingJue por el hombro; ambos se miraban fijamente con intensidad.
La respiración de Nie MingJue comenzaba a ser agitada, pero luchaba con todo su ser para no gemir ante el contacto, mordiéndose el labio.
-Ngh... Meng... Yao... Basta -dijo con dificultad. Sin embargo, la respuesta del chico fue acelerar el ritmo de su mano para masturbarlo aún más rápido.
Por alguna razón, Nie MingJue no podía apartar la mirada de los profundos ojos del chico mientras cedía y se dejaba hacer por él.
Meng Yao aceleró por última vez el ritmo de su mano, negándose a apartar la mirada de los ojos del hombre, observándolo cerrar sus orbes en cuanto alcanzó su clímax y se vino en la mano del chico.
Al sacar la mano de sus pantalones, notó que todos sus dedos estaban llenos de semen. Meng Yao jugó con el pegajoso líquido ante la incrédula mirada de Nie MingJue, quien de pronto se había quedado mudo.
Meng Yao sonrió de lado y simplemente caminó hacia la puerta, aún jugando con el líquido en sus dedos. Al llegar a ella, se giró y sonrió como siempre lo hacía.
-Creo que ahora ya podrá descansar de verdad -dijo y lamió su dedo medio frente a Nie MingJue justo antes de salir.
Nie MingJue por fin exhaló un suspiro y dejó caer todo su peso sobre la silla. Sus hombros, que habían estado tensos, se relajaron y cayeron.
Echó la cabeza hacia atrás y se sintió tan relajado que apenas y pudo lograr ponerse de pie, medio arreglar su ropa y tambalearse hasta su habitación. Al llegar, ni siquiera se cambió de ropa. Sólo se dejó caer en la cama y casi al instante se quedó dormido.
Meng Yao por su parte, en cuanto salió de la oficina se precipitó a su habitación, con cuidado de no derramar el semen que aún había en su mano. En cuanto entró cerró el pestillo, se bajó los pantalones para liberar la erección que comenzó a tener cuando observó el rostro de placer de su comandante y se tiró sobre su cama.
Había tenido oportunidad de observar el torso de Nie MingJue a detalle, pero lo que más le ponía había sido sentir el, había que decirlo, enorme pene de Nie MingJue entre sus dedos. Siempre había tenido una pequeña atracción hacia su comandante, pero no había sido hasta ese momento que se dio cuenta de que el hombre era digno de desear, con un cuerpo capaz de exitarlo de esa manera con sólo tocarlo.
Utilizando los restos de semen en su mano como lubricante, Meng Yao se dedicó a atender su propia erección, pensando en Nie MingJue mientras se masturbaba.
Estuvo así bastante tiempo. Ya se había venido dos veces y su erección se negaba a ceder. Había terminado boca abajo sobre su cama, amortiguando sus gemidos contra su almohada.
Finalmente, durante una ronda más de placenteras caricias, Meng Yao recordó el lascivo rostro de placer de Nie MingJue al llegar al clímax y entonces se vino con fuerza contra su cama, soltando un sonoro gemido a pesar de que su voz era amortiguada por la almohada.
A la mañana siguiente, ambos se despertaron un poco inseguros sobre cómo actuar con el contrario. Meng Yao creía que ahora que su mente estaba clara, Nie MingJue estallaría en enojo contra él y lo echaría de sus fuerzas. Nie MingJue estaba un poco confundido porque haber visto a un Meng Yao tan asertivo como el de anoche había sido un poco impactante, por no mencionar que estaba completamente avergonzado por haber sido descubierto en ese estado.
Nie MingJue ya estaba sentado en su escritorio, trabajando, a primera hora del día. Meng Yao llegó a los pocos minutos, entrando tímidamente al lugar. Ambos intercambiaron una mirada incómoda durante un par de segundos.
-Buenos días -dijo Nie MingJue por fin.
-Buenos días, Líder de Secta Nie - Meng Yao devolvió el saludo un poco inseguro.
-¿Por qué te quedas ahí? Este papeleo no se va a hacer sólo -dijo Nie MingJue en su voz demandante de siempre y Meng Yao sonrió.
-Lo siento, Líder de Secta Nie. En seguida comienzo a trabajar -respondió el chico y ocupó su silla al otro lado del escritorio, justo frente a Nie MingJue.
Al final, ambos habían decidido actuar como si nada hubiera ocurrido realmente. Aunque en verdad, ambos pensaban en ello cada noche, cada vez deseando más y más obtener un poco más del otro.
La siguiente oportunidad se les presentó un par de meses después, una noche mientras trabajaban nuevamente en la oficina.
Meng Yao se levantó para ir a preparar el té y Nie MingJue se quedó esperándolo mientras terminaba de llenar el papeleo. La situación era tan parecida a la vez anterior que Nie MingJue no pudo evitar recordarlo. Al pensar en la mano de Meng Yao tocándolo y la intensa mirada en su rostro al hacerlo, lentamente comenzó a excitarse. Dejó el pincel a un lado, cerró los ojos y se presionó el puente de la nariz tratando de alejar esos pensamientos de su mente, apoyando sus codos sobre el escritorio.
Justo en ese momento, Meng Yao volvió a la oficina con las tazas de té y la charola. El hombre también había estado pensando en aquella ocasión y secretamente esperaba que todo se repitiera una vez más.
-¿Demasiado cansancio, Líder de Secta Nie? -preguntó-. Tal vez deberíamos parar ahora e ir a dormir -ofreció mientras se acercaba hacia el escritorio.
-Tal vez después de terminarnos el té -respondió Nie MingJue aún con los ojos cerrados. Luego de un suspiro se levantó de su posición y se recargó por completo en el respaldo de su silla.
-No me diga que de nuevo está teniendo "problemas", señor -bromeó Meng Yao.
-... -al no recibir respuesta, el chico abrió los ojos con sorpresa.
-¿Líder de Secta? -preguntó. Su mirada viajó hacia abajo, pero el escritorio bloqueaba su visión. Meng Yao había fantaseado con que algo así volvía a ocurrir, pero nunca creyó que pasaría de verdad. En la impresión del momento dejó caer la bandeja de sus manos. Todo se estampó contra el suelo, haciéndose pedazos-. ¡Lo siento! -exclamó y se agachó inmediatamente a recoger los pedazos de las tazas y la bandeja.
Estando arrodillado en el suelo se concentró en recoger los pedazos de las cosas, gateando ligeramente para alcanzar las partes que habían volado más lejos.
Moviéndose en el suelo, apartó su propia silla para recoger un pedazo de taza que había aterrizado cerca de ella. Desde ahí tuvo la perfecta visión de la entrepierna de Nie MingJue a través del escritorio.
Si bien el bulto no era tan grande como la vez pasada, era evidente que algo estaba sucediendo por ahí. Y aún si ese no hubiera sido el caso, ante la visión de esa parte del cuerpo de su comandante, Meng Yao tomó la decisión de dar un paso más y hacer algo respecto al deseo que había estado reprimiendo por meses, pero al que quería dar rienda suelta justo ahora sin importar las consecuencias.
Gateando por debajo del escritorio llegó hasta las piernas de Nie MingJue, quien dio un pequeño brinco al ver emerger al chico por ahí, pues no lo esperaba para nada. Arrodillado frente a él, Meng Yao levantó la mirada y lo miró inocente.
-Líder de Secta Nie, le dije que yo quería ayudarle en todo lo que pudiera. Incluso en esta clase de cosas -dijo puso sus manos sobre las piernas del hombre, acariciándolas con suavidad, haciendo círculos que se acercaban cada vez más a sus ingles.
-Tsk... -Nie MingJue chasqueó la lengua, pero él mismo había deseado eso por mucho tiempo, sólo que no se atrevía a decirlo.
Al ver que el hombre no había protestado y que sus caricias comenzaban a despertar el miembro de Nie MingJue, Meng Yao le separó las piernas con fuerza y sus manos continuaron su camino, presionándose con especial descaro en la entrepierna del hombre.
El suave bulto de carne lentamente comenzaba a ponerse más duro. Nie MingJue se permitió soltar leves gruñidos de placer y se dejó hacer. Incluso se levantó un poco del asiento cuando Meng Yao comenzó a tirar de sus pantalones para bajarlos por completo.
Con su pene completamente expuesto, Nie MingJue cerró los ojos con vergüenza. Al ver el enorme miembro frente a él, Meng Yao se relamió los labios, lo tomó con ambas manos y comenzó a masajearlo en círculos, luego, de pronto se detuvo.
Nie MingJue abrió los ojos y miró hacia abajo para averiguar qué era lo que había ocurrido, topándose nuevamente con la intensa mirada del chico. Meng Yao sonrió de lado y, sin apartar la mirada del hombre, lamió su miembro de la base a la punta y lentamente comenzó a meterlo en su boca.
-¡Nhg...! -al sentir su pene dentro de la cálida y húmeda cavidad, Nie MingJue dio un respingo y gimió ligeramente, cerrando un ojo por el esfuerzo de contenerse.
Meng Yao apartó la mirada por fin, concentrándose en el pedazo de carne que ahora degustaba. Movía la cabeza de arriba a abajo, haciendo sonidos de succión. Las veces en las que sacaba el miembro de su boca era solamente para agacharse y lamer los testículos, jugueteando con ellos y luego volviendo a introducir toda la erección para continuar sus movimientos de arriba a abajo.
El cálido pene palpitaba y crecía cada vez más. Meng Yao comenzó a jugar con los testículos mientras aumentaba el ritmo de su boca.
Nie MingJue había estado deleitándose con el rostro del chico mientras se lo chupaba, pero al sentir que estaba a punto de venirse, puso las manos sobre los hombros de Meng Yao intentando detenerlo.
-Ngh... Espera... -dijo-. Me voy a... ¡Ahhh! -gimió con fuerza cuando la lengua del chico comenzó a hacer círculos alrededor de la punta de su miembro y al mirarlo nuevamente, Meng Yao le devolvió la mirada, como si estuviera sonriendo de lado continuó su labor unos segundos más hasta que Nie MingJue se vino en su boca.
Meng Yao se tragó toda la escencia del hombre conforme fue saliendo. Al apartar su boca, un hilo de semen escurrió por su labio. Con el dedo medio de su mano derecha, Meng Yao limpió el rastro y lo lamió, metiendo todo el dedo en su boca, chupándolo de forma sugerente.
Sin embargo, al bajar la mirada, se dio cuenta de que la erección de Nie MingJue no se había ido por completo.
-Creo que todavía tengo trabajo que hacer -comentó Meng Yao comenzando a a desabrochar su faja, deshaciéndose de su ropa lentamente y revelando que él mismo estaba completamente duro -. Tal vez debamos probar con otro orificio para ver si eso logra satisfacer al Líder de Secta Nie -dijo con voz sugerente. La vez pasada se había quedado con ganas de tener "un poco más" de Nie MingJue, ¿por qué no aprovechar ahora?
-Meng Yao, no... -comenzó a protestar Nie MingJue, pero el chico puso el dedo índice sobre los labios de hombre para acallarlo. Luego, terminó por qutiarle la faja y la túnica.
-¿Quiere quedarse toda la diversión y dejarme en este estado? -señaló su entrepierna. Nie MingJue debía admitir que el chico tenía un punto, y más aún, sentía verdaderas ganas de poseer a Meng Yao de aquella manera, sólo que ni en sus más locas fantasías se le habría ocurrido que eso podría pasar de verdad.
-... -Nie MingJue asintió en silencio y Meng Yao sonrió ampliamente mientras se sentaba sobre el escritorio y abría las piernas completamente, apoyando sus pies (ahora desnudos) sobre las piernas de Nie MingJue, dándole al hombre una muy buena vista de su cuerpo.
-La verdad es que nunca antes he hecho esto -admitió algo avergonzado. La verdad era que Nie MingJue tampoco; ni siquiera con una mujer-. Pero creo recordar haber leído que esto se debe preparar un poco antes de meterle nada -comentó ligeramente sonrojado mientras con los dedos de su mano izquierda separaba un poco su entrada.
-¿Qué clase de libros has estado leyendo, Meng Yao? Tal vez no te doy suficiente trabajo -dijo Nie MingJue sonriendo de lado, saliendo por fin de su estado mental de incredulidad. El chico se sonrojó con fuerza. "¿Honestamente? Cualquier cosa que me ayudara a ampliar mis fantasías con el Líder de Secta Nie" pensó.
-De toda clase -respondió y comenzó a lamer los dedos de su mano derecha.
Cuando creyó que sus dedos estaban lo suficientemente húmedos, los llevó hasta su entrada, frotándola un poco nervioso. Cuando comenzó a meter uno de sus dedos, no creyó que fuera a ser tan doloroso, así que rápidamente se apresuró a sujetar su miembro con la mano izquierda, comenzando a masturbarse.
Ante el quejido de dolor, Nie MingJue se levantó un poco en su asiento con preocupación y estiró una mano hacia el chico. Sin embargo, Meng Yao soltó su pene y levantó la mano, indicándole que se detuviera.
-N-no. Por favor -pidió-. Usted sólo dedíquese a observar por ahora -dijo, pues una de sus fantasías recurrentes era que él se masturbaba frente a Nie MingJue mientras el cuerpo del hombre reaccionaba y se excitaba ante la vista. Quería comprobar si Nie MingJue sentía aunque sea un poco de atracción hacia su persona y ver si lograba provocarle una erección. Lo que él no sabía era que Nie MingJue había estado así desde un comienzo por pensar en él.
Meng Yao continuó masturbándose mientras movía su dedo de adentro hacia afuera y en círculos. Cuando comenzó a acostumbrarse a la invasiva sensación, decidió probar metiendo un dedo más. Nuevamente sintió dolor, aunque no tanto como antes.
Nie MingJue lo observó cerrar sus ojos con fuerza mientras su rostro se ponía aún más rojo y jadeaba un poco más. Su miembro no tardó en comenzar a despertar ante el rostro que para él se veía tierno. Ni qué decir del vuelco que dio su corazón al dirigir su mirada hacia los dedos del chico que ahora hacían movimientos de tijera, dilatando poco a poco su esfínter.
MengYao continuó acariciando su miembro cuando metió un tercer dedo que sí le causó más dolor. Sin embargo, sabía de primera mano que el pene de Nie MingJue no era precisamente pequeño, así que debía acostumbrarse rápidamente a la sensación si pretendía poner todo eso dentro de él.
Por alguna razón el dolor, lejos de hacerle perder el entusiasmo, lo estaba excitando más. Tal vez sí era un poco Masoquista como todos decían.
Cuando sintió que por fin estaba listo, se detuvo. Estaba tan concentrado en lo que hacía que se había olvidado de comprobar si Nie MingJue estaba reaccionando un poco. Al levantar la mirada, abrió los ojos con sorpresa al notar lo duro y firme que estaba el miembro del hombre.
Nie MingJue respiraba con dificultad y luchaba con todo su ser por no comenzar a tocarse él solo, pues quería disfrutar cada pequeña sensación que le provocara el cuerpo de Meng Yao. Sin embargo, su palpitante pene comenzaba a demandar su atención. Al ver esto, Meng Yao sonrió con lascivia.
-Creo que alguien no puede esperar más -dijo, poniéndose de pie y acercándose hasta Nie MingYue, se sentó sobre sus piernas, frente a frente y sus erecciones se rozaron, mandando una descarga de corriente por todo su cuerpo.
Meng Yao comenzó a mover la cadera en círculos, causando una placentera fricción entre sus miembros. Cuando finalmente no pudo soportarlo más, se levantó un poco, movió su cuerpo hacia el frente y con una mano se sujetó al hombro de Nie MingJue mientras que con la otra comenzó a acomodar el pene del hombre en su entrada. Bajó un poco su cuerpo, introduciendo la punta en su interior y entonces Nie MingJue sujetó sus muslos, impidiendo que bajara más.
-E-espera -habló con dificultad por la excitación que sentía-. No tienes que hacer esto por mí -dijo-. Recuerda que esos tontos ya tienen un mal concepto de ti por tu origen. No quiero darles más razones para que piensen que es cierto lo que dicen -Meng Yao soltó una suave risa.
-Muchas gracias por su preocupación, Líder de Secta Nie -dijo-. Pero no estoy haciendo esto sólo por ayudarle. Debo confesar que también estoy haciendo esto porque quiero -eso era más o menos como confesar que le gustaba ¿no? ...bueno, en realidad no importaba; ya habían llegado hasta ahí y no planeaba detenerse ahora.
Pero al parecer, a MingJue sí que le importaba, pues se había quedado completamente sorprendido ante lo dicho. Desde un principio la única cosa que no terminaba por dejarlo tranquilo era que no le gustaba para nada la idea de tener sexo con una persona sin sentimientos de por medio, sólo por el hecho de llevar a cabo las reacciones físicas naturales. Honestamente no entendía por qué había hombres que incluso pagaban por algo así.
Pero ahora, a la luz de las nuevas circunstancias, quizá debía dejar que las cosas siguieran su curso. Él sabía que le tenía un gran aprecio a Meng Yao y que sentía una fuerte atracción física hacia él, eran sentimientos suficientes para considerar el acostarse con él. Pero lo que lo tenía intranquilo era que pensaba que el chico estaba haciendo todo eso simplemente por ayudarle. Era todavía más inquietante para él pensarlo, pues el joven ante él estaba a punto de entregarle su virginidad, así que debía asegurarse. Su rostro se ensombreció.
-¿Estás insinuando que te gusto o sólo lo dices por el calor del momento? -preguntó con voz grave. Por alguna razón, Meng Yao se puso nervioso.
-Y-y-yo... En realidad me siento muy atraído por el Líder de Secta Nie -admitió-. No se lo había dicho porque no quería que sintiera asco por mi culpa -dijo un poco triste.
-¿Desde cuándo? -preguntó con su voz firme.
-Líder de Secta Nie, no creo...
-¡¿DESDE CUÁNDO?! -exclamó Nie MingJue.
-¡Desde antes incluso de la vez pasada! -respondió MengYao alarmado por el grito-. Creo que en aquella ocasión también me aproveché de la situación como ahora -dijo sintiendo todo su ánimo decaer. Ahora por fin le parecía completamente incorrecto lo que estaba haciendo. Intentó ponerse de pie, pero Nie MingJue lo sujetó firme en su lugar, con la punta de su pene aún dentro de Meng Yao-. ¿Líder de Secta Nie? -preguntó el chico en tono confundido.
-No quería tener relaciones con una persona sólo porque sí -dijo por fin suavizando su voz. Aquello tranquilizó al chico-. Si este es el caso, entonces lo permitiré -agregó, soltando por fin los muslos del chico.
Meng Yao abrió los ojos con sorpresa y clavó la mirada fijamente en los penetrantes ojos del hombre. ¿A caso él también estaba admitiendo que le gustaba? No lo podía creer.
Sin embargo, al acercar su rostro ligeramente al de él, Nie MingJue no retrocedió. Meng Yao volvió a acercarse más, a dos centímetros de besarlo, pero de nuevo se detuvo inseguro. Nie MingJue rodó los ojos bufando con frustración y finalmente él avanzó los dos centímetros restantes uniendo sus labios en un beso que incluso podría parecer inocente de no ser porque un poco de su cuerpo ya estaba profanando el del chico.
Al separarse, Meng Yao miró con sorpresa los ojos de Nie MingJue. De pronto, su mirada se llenó de emoción y se lanzó a besar nuevamente al hombre, ésta vez, de forma salvaje. Abrió ligeramente su boca y de pronto la cavidad se vio invadida por la lengua de Nie MingJue, quien hacía el beso cada vez más demandante.
Meng Yao no quiso perder ante él y su lengua comenzó a luchar con la de Nie MingJue, dejándose llevar por completo por todas las sensaciones que el contacto le provocaba.
Un sólo beso bastó para que toda la excitación volviera a sus cuerpos, recordando por fin la posición en la que se encontraban.
Meng Yao se separó de Nie MingJue con un hilo de saliva uniendo sus bocas, respiraba con dificultad y sus ojos ahora estaban nublados de placer. Comenzó a bajar su cadera lentamente, sintiendo cómo era penetrado poco a poco.
-¡Ngh...! ¡Ah! -gimió mientras sentía como el pene de Nie MingJue se abría paso en el interior de su cuerpo, provocándole dolor y placer a la vez-. Es tan grande... -gruñó cuando el miembro estuvo por completo en su interior. Se aferró a los hombros de Nie MingJue y enterró su rostro en el hueco entre el cuello y el hombro de su comandante.
-Y tú eres tan estrecho... -respondió MingJue con voz ronca al sentir como su pene era engullido por completo por el esfínter de Meng Yao. Al cabo de unos minutos, Meng Yao se sintió listo para comenzar a moverse de arriba abajo, auto-penetrándose con gusto. Nie MingJue lo sujetó por la cintura, tratando de darle un poco más de estabilidad y firmeza a sus movimientos.
-Quiero, ngh, que... el Líder de Secta Nie... me destroce por completo -gimió Meng Yao con la voz llena de placer, intercalando gemidos con sus palabras. Al escucharlo hablar, Nie MingJue se excitó aún más y no creía que fuera posible. Su miembro se ensanchó un poco más en el interior de Meng Yao-. ¡¡Ngh..!! Justo así, Líder, de, Secta, Nie... -dijo, penetrándose en cada palabra. Nie MingJue lo sujetó aún más fuerte y comenzó a embestirlo, siguiendo el ritmo marcado por las caderas del chico-. ¡Ah! -Meng Yao gimió al sentir que el pene ahora estaba llegando verdaderamente adentro con las embestidas de Nie MingJue.
Meng Yao levantó la cabeza hacia el cielo mientras abrazaba la cabeza de Nie MingJue contra su pecho. En esa posición, Nie MingJue tuvo la perfecta vista de la erección de Meng Yao y sin dudarlo ni un poco, soltó su cintura con una mano y comenzó a masturbar al chico.
-¡Ngh! Líder de Secta Nie, Líder de Secta Nie... -suspiraba Meng Yao al sentir el firme agarre de la gran mano del hombre. Nie MingJue aprovechó que Meng Yao había vuelto a sujetarse de sus hombros para despegar su mejilla del pecho del chico y comenzó a lamer uno de sus pezones, sin dejar de embestir-. ¡Más! ¡Más, por favor! -suplicó.
-Como gustes... -gruñó Nie MingJue, dejando de sujetar el pene del chico y volviendo al firme agarre alrededor de su cintura. Comenzó a tirar de él hacia abajo con cada estocada, provocando que los únicos sonidos en la habitación fueran el de sus cuerpos chocando entre sí con fuerza y los gemidos y gruñidos de placer que proferían ambos. Las cálidas paredes de Meng Yao lo apretaban de una forma exquisita, provocándole sensaciones que nunca antes había tenido. Cuando Meng Yao se inclinó un poco hacia adelante, recargando un poco más de su peso en el torso del hombre, el ligero cambio de posición hizo que las estocadas de Nie Ming Jue golpearan el punto justo detrás de su próstata, llenándolo de placer.
-¡¡Ahí!! -exclamó y Nie MingJue lo sujetó con firmeza para mantenerse golpeando ese punto-. Mmm, sí... Justo ahí -gemía Meng Yao.
-Ngh... Men Yao -llamó Nie MingJue, que estaba al borde de alcanzar el clímax-. Me voy, a, a... Ngh... Correr...
-Dentro... Hágalo dentro, por favor -pidió-. Quiero ser suyo, y de nadie más, ¡ah! -suplicó entre gemidos. Nie MingJue aceleró el ritmo de sus embestidas y terminó por venirse dentro del chico. Y al sentir el cálido líquido derramándose en su interior, Meng Yao se vino en el vientre de Nie MingJue con un sonoro gemido mientras se abrazaba con fuerza a la cabeza del hombre y su espalda se arqueaba a causa del orgasmo-. G-gracias... -dijo respirando de forma agitada, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba por fin, dejándose caer sobre las piernas de Nie MingJue. Ambos trataban de recuperar el aliento cuando Meng Yao se inclinó a besar a Nie MingJue nuevamente.
-¡Esp-Espera! -exclamó Nie MingJue-. Aún sigo dentro de ti y me excitas tanto que... -comenzó a explicar algo avergonzado por decir esa clase de cosas-. Si me besas justo ahora, en esta posición, no habrá servido de nada lo que acabamos de hacer -dijo, esperando que eso explicara lo que quería decir. Meng Yao soltó una risita juguetona.
-A mí no me molestaría -dijo comenzando a mover su cadera en círculos para estimular el miembro de Nie MingJue que seguía dentro de él-. Después de todo, estoy lleno de mi lubricante favorito -dijo al recordar cómo se había masturbado con el semen de Nie MingJue. Al escucharlo decir eso su líbido comenzó a despertar una vez más. Meng Yao sonrió complacido al notar como Nie MingJue comenzaba a ponerse duro en su interior-. Mmm, sí. Justo así, Líder de Secta Nie -dijo y tomó las manos de Nie MingJue, llevándolas hasta su pene y poniéndolas a su alrededor-. Por favor -pidió, pero Nie MingJue ya había vuelto firme su agarre e intentaba provocarle una erección al chico.
Esa noche pasaron un par de horas más en eso, disfrutando de la compañía y el cuerpo del contrario, dejando salir por fin esa frustración sexual que habían contenido por meses.
Se preguntaban por qué no habían hecho algo así desde antes y luego de ese día, cada vez que alguno sentía deseos de tener sexo, simplemente comenzaba a provocar al otro. A veces era Meng Yao y a veces era Nie MingJue. Otras cuantas veces eran ambos.
Habían encontrado una manera cómoda y segura de poder liberar esa clase de tensiones y ambos estaban bien con lo que hacían. Aunque habían acordado siempre hacerlo en la oficina, pues era el único lugar en que podían estar juntos, solos y sin levantar sospechas de nadie.
Sin embargo, no todo dura para siempre.
Aquella ocasión llevaban ya casi cinco meses con su común acuerdo de sexo cuando, una tarde, Meng Yao entró a la oficina con el único propósito de tener relaciones con su comandante. En algún punto en ese tiempo habían dejado de tomarle importancia a la hora del día en que hacían esa clase de cosas, aunque por lo general lo hacían en la noche o en la madrugada, había veces en las que lo hacían en la tarde o a veces incluso a primera hora de la mañana.
Esa tarde, como sea, Meng Yao llegó con ese propósito fijo en su mente e incluso había venido preparado.
Entró y cerró la puerta con fuerza; Nie MingJue apenas y levantó la mirada de la hoja que estaba llenando y luego continuó con su labor. Men Yao caminó con pasos firmes hasta estar de pie al lado de Nie MingJue. Con una patada suave giró la silla, poniendo a Nie MingJue de frente a él. El hombre enarcó una ceja y lo miró.
-Quiero que me lo meta tan fuerte y tan profundo que no pueda dirigir el entrenamiento de mañana -dijo Meng Yao. Sabía que a Nie MingJue le gustaba cuando le hablaba sucio, pero era un truco que se guardaba para ocasiones especiales en las que llegaba a la oficina con muchas ganas de obtener lo que quería. Como era el caso.
-Estoy ocupado -respondió Nie MingJue señalando los papeles sobre el escritorio. Meng Yao se sentó sobre sus piernas y fue directamente a lamer y morder su lóbulo y su cuello.
-Mmm... ¿Por favor? -pidió en un ronroneo-. Lo quiero dentro de mí, AHORA -dijo. Nie MingJue suspiró.
-Bien, pero recuerda que tú lo pediste -respondió. La verdad se estaba haciendo el difícil porque sabía que cuando Meng Yao estaba así de deseoso, las cosas siempre terminaban un poco intensas y le gustaba provocarle.
Nie MingJue levantó a Meng Yao y lo puso sobre el escritorio, comenzando a besarlo de forma salvaje. Su boca descendió por su cuello mientras desataba el nudo de la faja en la túnica del chico abriéndola ligeramente del pecho y dejando suaves besos nuevamente por su clavícula y hasta llegar a su pezón, el cual comenzó a lamer lentamente, succionándolo de vez en cuando y lamiendo en círculos a su alrededor. Meng Yao gruñó con impaciencia.
-Arrgg... ¿Es mucho pedir si se apura? -dijo impaciente Meng Yao. Nie MingJue soltó una suave risa.
-Lo siento, pero tú llegaste a mi oficina de la nada mientras lo único que hay en mi cabeza es terminar de llenar esas formas.
-¿Si le hago una mamada cambiaría de opinión? -preguntó.
-Sí. Eso tal vez serviría -respondió Nie MingJue fingiendo desinterés mientras desamarraba su faja y abría su túnica. Meng Yao se bajó de un salto del escritorio y le arrancó los pantalones con prisa, lo empujó de vuelta a la silla y se arrodilló frente a él, tomando el suave pedazo de carne entre sus manos-. Sólo ponlo duro si quieres que tenga la misma prisa que tú -dijo.
-Pan comido -habló Meng Yao sonriendo de lado y metiéndose el miembro entero en la boca, comenzando a mover la cabeza de arriba abajo mientras que su mano comenzaba a jugar con los testículos del hombre. Efectivamente, Nie MingJue no tardó en comenzar a ponerse duro. Al dejar de succionar, Meng Yao levantó la mirada-. ¿Eso es suficiente? -preguntó.
-Sí -Nie MingJue levantó a MengYao y lo volvió a poner sobre el escritorio, besándolo profundamente. Sus lenguas jugeteaban un poco mientras Nie MingJue le quitaba la túnica a Meng Yao.
De nuevo comenzó a besar y lamer su torso, aunque ésta vez sus acciones eran más apremiantes.
Sin dudarlo, metió las manos en el pantalón del chico, sintiendo lo duro que estaba. Apretó la erección y comenzó a masturbarlo mientras Meng Yao comenzaba a gemir. La verdad era que ya estaba así de excitado incluso antes de llegar a la oficina, así que no tardó mucho en correrse.
Nie MingJue tomó un pedazo de tela que usaba como pañuelo y se limpió la mano.
-No esperaba que terminaras tan rápido, Meng Yao -comentó fingiendo decepción.
-¿Bromea? -preguntó el chico y se bajó ligeramente el pantalón. Su pene estaba semi-erecto-. Le dije que lo quiero adentro -dijo con lascivia-. Necesito sentir su pene adentro y afuera una y otra vez hasta que me llene -Nie MingJue sonrió de lado. Le gustaban esos momentos en los que ambos se dejaban llevar por sus deseos, sacando la parte más oscura de sus seres.
Rápidamente y aún más excitado por las palabras, Nie MingJue le arrancó los pantalones a Meng Yao y levantó sus piernas para toparse con algo muy peculiar. En la entrada del chico había una bola de metal liso brillante, finamente pulido.
-Pero ¿qu-...? -preguntó Nie MingJue y comenzó a tirar de la bola de metal, revelando que aquella cosa tan extraña se extendía y continuaba en el interior de Meng Yao, aunque no era tan ancho como la bola que, Nie MingJue suponía, funcionaba como una especie de mango, para evitar que el artefacto se fuera más adentro de lo planeado. Al extraerlo por completo notó que la punta de la cosa de metal estaba redondeada y se asemejaba muchísimo a un pene-. ¿Qué diablos es esto? -preguntó. Meng Yao sonrió de lado.
-¿Le gusta? Yo lo inventé y yo mismo lo forje -dijo-. Es para prepararme antes de venir a verlo y así no tengo que esperar a que termine de dilatarme -explicó. Con razón tenía tanta prisa. Quería venir a presumir su nuevo juguete-. Aunque aún está en fase experimental. No sé si de verdad cumple su función ¿Quiere ayudarme a averiguarlo? -preguntó con inocencia-. ¿Por qué no me penetra y averiguamos si funcionó? -Nie MingJue en cambio tomó la semi-erección del chico y comenzó a masturbarlo-. Ngh... Líder de Secta Nie ¿Qué, ngh, es lo que hace?
-¿Y a ti qué te parece que hago? -preguntó Nie MingJue-. Poniéndote completamente duro para poder penetrarte y tener algo con qué distraerte en caso de que no funcione -entre sus gestos de placer, Meng Yao logró sonreír al escuchar que de alguna forma se preocupaba por él. Nie MingJue dejó de acariciarlo al sentir que estaba suficientemente duro y entonces puso su miembro en la entrada de Meng Yao, jugando con él, pues a veces parecía que por fin lo iba a meter y luego de pronto lo alejaba-. No lo sé... ¿De verdad te lo ganaste? Me estás usando como tu sujeto de pruebas sin decírmelo de antemano... -gruñó en el oído del chico con voz sugerente.
-¡Por el amor de...! -exclamó Meng Yao, pero se detuvo para apartar a Nie MingJue. Se volvió a bajar del escritorio y arrojó al suelo todo lo que había sobre él al pasar su brazo. Luego se giró hacia Nie MingJue, lo tomó de los hombros y lo lanzó al escritorio, dejándolo recostado sobre él. Aunque era pequeño, tenía fuerza suficiente en los brazos como para hacer algo así. Al final, lo único que quedó sobre el escritorio fue Nie MingJue y el amigo metálico de Meng Yao, el cual aún tenía en su mano cuando fue arrojado de esa manera-. Esto es lo que quería ¿no es así? -preguntó Meng Yao trepándose al escritorio de un salto, alineando su trasero con la erección de Nie MingJue-. Le encanta verme hácermelo a mí mismo ¿o no? -dijo comenzando a auto penetrarse-. Mmm... Sí. Parece que mi aparato funciona -comentó al sentir cómo engullía casi por completo el pene de Nie MingJue sin mucho esfuerzo y se movía de arriba abajo, con las manos apoyadas en el musculoso abdomen del hombre.
-Pero aún así sigues sintiéndote tan estrecho -dijo MingJue moviendo lentamente su pelvis con el ritmo que marcaba Meng Yao.
-Ngh... Líder de Secta Nie -gimió-. Tal vez termine reemplazándolo por mi pequeño amigo... -dijo entre jadeos-. Al menos, ngh, él no se divierte a costa mía... -Nie MingJue frunció las cejas y con la mano empujó el pedazo de metal lejos del escritorio.
-Pero tu pequeño amiguito no puede darte todo lo que yo te doy ¿o sí? -dijo el hombre y flexionó las rodillas para poner fuerza y levantar su pelvis con todo y el peso de Meng Yao sobre él. La acción causó que lo penetrara profundamente, pues ahora todo su miembro estaba dentro de él.
-¡¡NGH!! ¡No! ¡Ah! El pene del Líder de Secta Nie es el mejor ¡Ah! -exclamó Meng Yao al verse invadido por completo. Nie MingJue sonrió con satisfacción y continuó embistiendo a Meng Yao de esa manera-. ¡Oh! ¡Sí! ¡Líder de Secta Nie! -gemía el chico-. Es tan grande... Me encanta.
-¿Qué tanto te gusta? -preguntó Nie MingJue sin dejar de embestir.
-Mmm... Mucho... Es mi cosa favorita en el mundo -respondió Meng Yao bajando su pelvis lo más que pudo para dejarse invadir por completo.
-Entonces, disfrútalo -dijo Nie MingJue y dio un fuerte empujón-. Porque es, ngh, sólo para ti -dijo y volvió a embestir con fuerza-. Dale el uso que más te guste... Ngh...
-¿De verdad? -preguntó son una sonrisa y se relamió los labios. Dejó de apoyarse en el abdomen de su comandante y recargó sus palmas en las rodillas flexionadas de Nie MingJue levantándose hasta el punto que el miembro del hombre casi sale de su cuerpo y volviendo a bajar hasta lo más profundo. Repitió el movimiento una y otra vez, cada vez más y más rápido hasta que no pudo más y se vino en el aire. Su semen aterrizó en el abdomen de Nie MingJue, quien después de embestirlo un par de veces más, se corrió en su interior, arqueando la espalda al momento del orgasmo y después dejándose caer por completo en el escritorio. Meng Yao se recostó sobre el pecho de Nie MingJue sin importarle que ahora su propio cuerpo estaba manchándose con su semen-. ¿Líder de Secta Nie? -llamó. Ambos aún jadeaban para recuperar el aliento, pero el ritmo del pecho de Nie MingJue, así como el latido de su corazón (que ahora estaba junto al oído de Meng Yao) habían comenzado a relajar al chico.
-¿Sí? -preguntó.
-Te quiero... -dijo de pronto y se quedó congelado en su lugar, aguantando la respiración temeroso de la respuesta del hombre.
-Yo también -dijo y besó suavemente la cabeza del chico.
Meng Yao sonrió ampliamente al escucharlo y por fin dejó salir el aire que estaba conteniendo. Sin problema podría quedarse dormido ahí mismo en completa paz. Pero sí hubo un problema, y ese era que uno de los discípulos de Nie MingJue había abierto la puerta sin siquiera llamar antes, pues al parecer tenía prisa.
-¡Líder de Secta Nie! -exclamó. Ambos hombres sobre el escritorio miraron hacia la puerta con pánico. El chico miró a su alrededor y notó que el suelo estaba lleno de hojas de papel, pinceles, un pisapapeles y prendas por todos lados. Al notar la posición en que estaban, su rostro se puso completamente rojo-. ¡LO SIENTO! -exclamó cubriendo sus ojos para salir corriendo del lugar, cerrando de un portazo.
-Mierda... -dijo Nie MingJue-. Lo siento -se disculpó. Meng Yao sonrió con tristeza y negó con la cabeza.
-Mmm. Fue mi culpa por no cerrar la puerta. Además yo fui quien se lo pidió, Líder de Secta Nie -dijo con suavidad.
-No te preocupes. A la primera que escuche que vuelven a hablar sobre ti, les va a ir mal -dijo firme. Meng Yao sonrió de lado.
-Gracias -dijo sinceramente.
Luego de ese día, Nie MingJue sólo le había dado trabajo en la oficina a Meng Yao. Él mismo se había asegurado de supervisar los entrenamientos con mano firme, asegurándose de que nadie hablará o dijera nada al respecto.
Meng Yao siguió comandando misiones y ataques sin ningún percance y durante dos semanas ni él ni MingJue tuvieron problema alguno. Al menos hasta que regresó un escuadrón de cultivadores que Nie MingJue había mandado a apoyar a Lan XiChen en una batalla cerca de Gusu un día antes del incidente del discípulo en la oficina.
Cuando los hombres llegaron, Meng Yao paseaba en el jardín cerca de las oficinas de Nie MingJue bastante cerca de un grupo de discípulos que charlaban alegremente. Había un muro hecho de arbustos que separaba a los hombres y a Meng Yao, por lo que ellos no notaron la presencia del segundo al mando de Nie MingJue.
Los recién llegados se acercaron a los hombres que charlaba en el jardín sin percatarse de que Meng Yao los escuchaba.
-¿Por qué están todos de un ánimo tan extraño? -preguntó uno de los que habían vuelto.
-Qué suerte, ya que ustedes se fueron no se enteraron de lo que pasó -respondió otro. Luego bajó la voz-. Hace un par de semanas, ese discípulo, Shen, encontró al Líder de Secta Nie teniendo sexo con Meng Yao en su oficina -al notar que los chicos hablaban de él, Meng Yao se acercó al muro de plantas y comenzó a escuchar la conversación.
-¡¿Qué?! -exclamó otro de los recién llegados.
-¡Shhhh! -exclamó el resto.
-Lo siento -susurró-. ¿Y entonces qué ocurrió? ¿Por qué nadie más se ha enterado de nada? -en ese momento, Nie MingJue se encontraba en el segundo piso y casualmente salió de su habitación cuyo pasillo daba al jardín, justamente detrás del grupo de hombres. Desde donde él estaba, podía ver a los discípulos a un lado del muro de hojas y a Meng Yao del otro. Llamó su atención que el chico tenía el semblante triste, así que se quedó quieto y también comenzó a escuchar.
-¡¿Bromeas?! El Líder de Secta Nie nos ha mantenido completamente vigilados para no decir nada -dijo uno.
-Además, si el mundo de la cultivación se entera de que nuestro Líder de Secta es un manga-cortada, como discípulos de su Secta ¿eso cómo nos deja? -agregó otro.
-Tienes razón... -concordó el que había preguntado.
-Pero ¿quién iba a decir que Meng Yao se ganaría el favor del Líder de Secta de esa manera? -comentó otro con sorna-. De haber sabido que eso era lo que le gustaba al Líder de Secta Nie, me le hubiera adelantado -bromeó y todos rieron.
-Cierto, cierto -dijo otro-. ¿Pero por qué lo ha mantenido a su lado todo este tiempo? -se preguntó.
-Debe ser que hace unas muy buenas mamadas -respondió uno más, haciendo un ademán sacudiendo su mano frente a su boca. Los demás volvieron a reír.
-Seguramente Meng Yao lo engatuzó y el Líder de Secta Nie lo mantiene con él porque siempre le deja clavárselo en el trasero -comentó otro y todos dijeron cosas como "Sí, eso debe ser" y demás.
-O tal vez debe tener un trasero muy bueno. Le pondré atención la próxima vez que lo vea -de nuevo todos estuvieron de acuerdo.
-Para mí que seguramente por eso lo promovió a lugarteniente. Para tener un pretexto para encerrarse en su oficina con él -comentó otro más. Mientras más hablaban, el semblante de Meng Yao cada vez se tornaba más triste.
-Supongo que esas deben de ser las ventajas de ser el hijo de una prostituta. De seguro aprendió buenas habilidades de su madre para lograr llegar a lugares altos de esa manera -comentó otro. Nie MingJue había estado sintiendo mucho enojo al escucharlos hablar, pero eso último había sido la gota que había derramado el vaso. A Meng Yao le había sucedido algo parecido porque había rodeado el muro de hojas completamente listo para decirles unas cuantas cosas. Sin embargo, en ese momento, Nie MingJue cayó entre Meng Yao y los discípulos. Su sable, Baxia, estaba desenvainado y Nie MingJue lo sujetaba de la empuñadura con la punta hacia abajo, la cual se había clavado en el suelo cuando saltó del segundo piso.
-Buenas tardes -saludó. Los discípulos palidecieron y se quedaron mudos.
-Líder de Secta Nie... -murmuró Meng Yao, quien sólo podía ver su espalda.
-Por casualidad paseaba en el segundo piso cuando escuché su plática -dijo Nie MingJue. Su tono amable era lo más perturbador-. Y ya que dicha plática me incluía, me tome la molestia de bajar y aclararles un par de cosas -comentó-. Primero que nada, la razón por la cual Meng Yao es mi segundo al mando es porque es el único de entre todos ustedes, bastardos, que es capaz de llevar el cargo; es un cultivador habilidoso, es un buen recurso, es eficiente, sabe hacer su trabajo mejor que nadie y sobre todo es una buena persona -dijo tajante-. Y segundo, la razón por la que salgo con él es una completamente diferente a lo que dicen. Y nada tiene que ver su trabajo con nuestra relación -dijo-. Así que les voy a pedir que dejen de hablar así de mi novio -al escuchar la plabra "novio", todos abrieron los ojos con sorpresa; sin embargo, el más impactado de todos era Meng Yao, que seguía detrás de él-. El hecho de que tengan tanto tiempo para decir estupideces quiere decir que tienen demasiado tiempo libre. Así que les informo que a partir de mañana todos se deben presentar en el campo de entrenamiento a primera hora del día para una sesión especial conmigo -su tono era severo, incluso algo amenazante, por lo que los hombres se habían quedado en completo silencio sin siquiera atreverse a respirar muy fuerte. Luego, Nie MingJue se dio vuelta hacia Meng Yao y su tono se suavizó mientras metía el sable a la vaina-. A-Yao, vamos -tomó su mano y comenzó a alejarse por el jardín, en dirección al bosque. Nie MingJue nunca llamaba de esa manera ni siquiera a su hermano HuaiSang, por lo que los hombres se quedaron estáticos en su lugar incluso después de que se fueron, pues estaban impactados, pensando en que no sólo le había llamado por su nombre, sino que además había agregado el prefijo "A" antes de él.
Meng Yao se dejó arrastrar un par de pasos, con la mente aún divagando en las palabras de Nie MingJue. Al reaccionar, se detuvo, provocando que Nie MingJue se volteara a verlo.
-Líder de Secta Nie, no tenía que fingir de esa manera para protegerme -dijo y bajó la mirada.
-¿Fingir? Disculpa, pero ¿qué parte de todo lo que dije te pareció fingido? -preguntó alzando una ceja.
-L-la parte sobre ser novios e incluso llamarme "A-Yao" -comentó avergonzado.
-Antes te dije que yo no tenía sexo con las personas sólo porque sí -dijo simplemente como explicación-. Aunque si para ti todo esto es sólo sexo y no quieres nada más, está bien -agregó.
-¡No! No, no, no. Sí quiero... -levantó el rostro sonrojado, pero su mirada de pronto se tornó triste-. Pero ellos tenían razón. Llegamos a este punto sólo porque yo lo engatuzé para satisfacerlo. Además, yo también creí que el Líder de Secta Nie sólo me permitía seguir con esto porque le gusta todo lo que le hago... Incluyendo las "mamadas" y "dejar que me lo clavé en el trasero" -dijo, citando las palabras que habían utilizado los discípulos. Nie MingJue suspiró.
-¿Crees que te habría dejado llegar tan lejos y continuar haciéndolo si ese fuera el caso? ¿Qué tan bajo crees que soy? -preguntó un poco dolido.
-¡Nada de eso! -exclamó el chico alarmado y luego volvió a bajar la mirada-. Es sólo que... Siempre que hacemos esa clase de cosas, soy yo quien termina haciendo todo el trabajo, como si le obligara a hacerlo... Es porque el Líder de Secta Nie pocas veces toma la iniciativa... -dijo triste. Nie MingJue sonrió de lado.
-Creí que sabías lo mucho que me gusta que te lo hagas tú solo -dijo y Meng Yao se sonrojó aún con la cabeza gacha-. Está bien. Entonces tomaré la iniciativa -dijo y se acercó a besar al chico, sujetando su cabeza con ternura y enredando sus dedos en el cabello de la nuca de Meng Yao. Al separarse del beso, el chico estaba completamente rojo. Nie MingJue comenzó a besar su cuello.
-¡E-e-espere! ¡¿Aquí?! -preguntó Meng Yao algo alarmado.
-Estoy tomando la iniciativa -dijo Nie MingJue con esa voz ronca que siempre le causaba escalofríos de emoción en la espalda a Meng Yao-. Así que ésta vez tú harás todo lo que yo te pida y como te lo pida -susurró en su oído. Meng Yao tembló ligeramente y sólo pudo asentir un par de veces mientras sentía cómo su corazón se aceleraba.
-P-pero vamos a otro lugar -pidió y se dio vuelta para alejarse. Sin embargo, Nie MingJue lo rodeó con sus brazos por detrás, recargando su barbilla sobre el hombro del chico.
-Aquí -dijo.
-¿Y-y sí a-alguien nos ve? -preguntó nervioso mirando hacia todos lados.
-Entonces sólo verán como el Líder de Secta Nie acosa a su lugarteniente porque no hay ninguna manera en la que en ésta posición puedan decir que me estás seduciendo -explicó. Su aliento chocaba con la oreja de Meng Yao y comenzaba a excitarlo.
-Per-... ¡! -Meng Yao iba a protestar justo cuando Nie MingJue comenzó a acariciar su torso y metió una mano por su túnica, acariciando su pecho mientras lamía su lóbulo y su cuello, arrancándole pequeños suspiros-. Ngh... Líder, de Secta, Nie... N-no aquí -pidió, pero en realidad el también estaba completamente emocionado de hacer algo así en medio del bosque.
-Esto no parece opinar lo mismo -dijo Nie MingJue y comenzó a acariciar el miembro de Meng Yao por encima del pantalón. Su pene estaba semi-erecto.
-P-Por supuesto que no... Son, ngh, reacciones naturales del cuerpo -dijo. Nie MingJue tenía la mano derecha dentro de la túnica de Meng Yao, jugueteando con su pezón; su mano izquierda acariciaba el miembro ahora endurecido por sobre los pantalones, pero no tardó en meterla dentro de la prenda para poder masturbar al chico libremente. Mientras sus manos estaban ocupadas haciendo eso, Nie MingJue besaba el cuello de Meng Yao.
-Oh. Entonces, ¿eso quiere decir que reaccionarías así con cualquiera que te toque de ésta manera? -preguntó Nie MingJue hablando más lento de lo normal-. Eso es triste -dijo.
-N-no. ¡Ngh! -respondió Meng Yao-. No existe nadie, ¡ah!, que me excite tanto, como el Líder de Secta Nie, mmm... -dijo el chico mientras jadeaba. Nie MingJue sonrió.
-Eso es bueno -habló-, porque mira cómo me pones sólo con dejarme tocarte -dijo. Sus manos dejaron de acariciar a Meng Yao, sujetaron la cintura del chico y entonces Nie MingJue tiró de él con fuerza para que su trasero se pegara completamente a su pelvis.
Todo lo que Meng Yao pudo sentir fue la firme erección chocando contra su cuerpo. Inconscientemente empujó su trasero más hacia atrás y comenzó a moverlo un poco, frotándose contra el duro miembro.
Nie MingJue comenzó a moverse de atrás hacia adelante, disfrutando del contacto aún por sobre la ropa.
-Líder de Secta Nie -habló Meng Yao con lascivia, recordando que habían acordado hacer lo que Nie MingJue pidiera-. ¿Cómo lo quiere hacer? -preguntó deseoso. En respuesta, el hombre lo llevó un poco más cerca de un árbol y gruñó con voz grave.
-Inclínate -ordenó. Meng Yao se agachó como si estuviera haciendo una reverencia y se sujetó del tronco del árbol para no caer hacia adelante. Nie MingJue se inclinó sobre el chico, abrazándolo y pegando el rostro a su cuello. Inhaló con fuerza y su nariz se vio invadida por el olor del cabello de Meng Yao-. ¿Lo quieres? -preguntó comenzando a masturbar al chico nuevamente.
-Mmm, sí... -respondió-. Por favor. Lo quiero dentro -pidió con voz suplicante. La mano de Nie MingJue dejó de tocarlo y se dirigió hasta la boca del chico.
-Lame -dijo simplemente. Sin pensarlo dos veces, Meng Yao se metió los tres dedos a la boca y comenzó a lamerlos con lujuria, jugueteando con su lengua.
Mientras el chico lamía sus dedos, Nie MingJue aprovechó su mano disponible para bajar el pantalón del chico hasta sus muslos. Cuando sintió que los dedos estaban suficientemente húmedos, los sacó de la boca del chico.
Meng Yao miró por sobre el hombro y Nie MingJue le devolvió la mirada, sonriendo de lado cuando metió en su propia boca los dedos que recién habían sido humedecidos por la boca de Meng Yao. El chico se sonrojó.
Nie MingJue puso sus manos en el firme trasero del chico y separó sus nalgas para poder ver por completo su entrada.
-Mmm... Eres tan perfecto -dijo y su mano mojada se dirigió a la entrada mientras la otra seguía separando la carne-. Aquí voy -dijo y comenzó a meter un dedo lentamente. Meng Yao gruñó un poco y dio un respingo al sentir la invasión.
Nie MingJue trataba de ser lento y preparar bien al chico, pero es que la mera situación lo excitaba demasiado. Dejando de lado que estaban en el bosque en donde cualquiera podría verlos, era la primera vez que lo hacían en esa posición; era también la primera vez que lo hacían con la ropa puesta y que lo hacían mientras Meng Yao obedecía las órdenes del hombre. Nie MingJue no podía evitar sentir que estaban haciendo algo completamente sucio y muy, muy pervertido.
Metió un segundo dedo en el interior de Meng Yao y el chico gimió en una mezcla de placer y dolor.
Los dedos de Nie MingJue se movían en círculos y en tijera, tratando de dilatar bien la entrada del chico.
-Ngh... Líder de Secta Nie... Por favor, póngalo dentro -habló Meng Yao-. Ya no puedo esperar.
-Pero aún no termino de prepararte bien. Te dolerá -respondió el hombre con preocupación.
-No importa... Por favor... -pidió.
-...Bien -accedió. Sacó sus dedos y bajó su propio pantalón lo suficiente como para liberar su miembro de la prisión de tela. Como no sentía que hubiera preparado bien al chico, dejó caer un poco de saliva sobre su pene y la esparció en toda su longitud. Aunque la acción le parecía muy sucia, no quería lastimar a Meng Yao más de lo necesario.
Con un poco de duda sujetó su miembro y lo puso en la entrada del chico, presionando lentamente y metiendo sólo la punta.
Meng Yao siseó de dolor, pero su pene palpitó con excitación cuando esa sensación punzante recorrió toda su espalda. ¿Quién lo diría? Después de todo sí era un masoquista porque en serio estaba disfrutando ser penetrado de forma dolorosa.
Nie MingJue se detuvo al escuchar al chico.
-Te dije que no estabas listo -su voz sonaba preocupada, pero entonces Meng Yao comenzó a empujar su pelvis hacia atrás, permitiendo que el pene de Nie MingJue entrara un poco más.
-Arrgg... No se detenga -dijo y se empujó un poco más hacia atrás-. ¡Ahhh!
Viendo que el chico deseaba continuar, Nie MingJue siguió empujando su cuerpo lentamente, sintiendo cómo su miembro era recibido por el apretado interior de Meng Yao.
Cuando por fin estuvo completamente adentro, los ojos de Meng Yao estaban rojos mientras el chico trataba de contener sus lágrimas de dolor.
Se quedaron así por un buen rato, Meng Yao inclinado y sujetándose del árbol y Nie MingJue sujetando la cintura del chico, impaciente por la señal de que podía moverse.
Finalmente, Meng Yao comenzó a mover su pelvis de atrás hacia adelante y Nie MingJue comenzó a penetrarlo en un rítmico vaivén.
Pronto, la velocidad no fue suficiente para ambos, así que Nie MingJue comenzó a moverse más rápido mientras tomaba la erección de Meng Yao y la masturbaba al ritmo de sus estocadas.
Meng Yao se sentía más apretado que otros días, y con el juicio nublado por el placer, Nie MingJue buscó una manera de aumentar aún más la presión sobre su miembro. Así que levantó a Meng Yao de su posición, poniéndolo completamente recto. La espalda del chico chocaba contra su pecho y la nueva posición había apretado aún más el esfínter.
-Ngh. Delicioso -dijo. Meng Yao abrió los ojos con sorpresa y se sonrojó avergonzado. La posición en que se encontraba le permitía sentir aún mejor lo enorme que era Nie MingJue y le encantaba, así que se dejó hacer.
A pesar de que la presión alrededor de su pene ahora era más fuerte, Nie MingJue sintió que no alcanzaba a penetrar a Meng Yao lo suficientemente profundo. Volvió a inclinar al chico contra el árbol y sujetó su pierna derecha para levantarla, sujetándola por el muslo. El pantalón de Meng Yao quedó colgando en su tobillo izquierdo.
-Mmm. Más. Más -pedía Meng Yao al sentir que el miembro de Nie MingJue se clavaba aún más profundo en su interior. Las estocadas no habían parado ni un segundo desde que Nie MingJue había comenzado el primer vaivén de movimientos y aún así, Meng Yao deseaba más. Quería obtener todo de ese hombre y hacerlo solamente suyo.
Nie MingJue escuchó las súplicas del chico y dio un par de pasos al frente, enderezándolo nuevamente y entonces tomó la otra pierna de Meng Yao para levantarlo por completo. Ahora Meng Yao estaba totalmente a su merced y dependiendo solamente de la fuerza y velocidad con la que Nie MingJue lo movía de arriba abajo.
-¡Ngh! ¿Aún te parece que me estás obligando a hacer esto? -preguntó el hombre.
-N-no. P-pero, ngh, Líder de Secta Nie -habló el chico con dificultad-. Si de verdad no es así -comentó entre jadeos-, ¿por qué nunca lo hemos hecho de frente? -Nie MingJue se detuvo al instante.
-¿Qué? -preguntó.
-S-Sí. Nunca lo hemos hecho de frente. Ya sabe, como la posición tradicional para tener sexo -comentó-. Y tampoco lo hemos hecho nunca en su habitación o en la mía... -Nie MingJue puso las piernas del chico de vuelta en el suelo.
-¿Eso es lo que te preocupa? -preguntó alzando una ceja.
-Es que... Esas son cosas que definitivamente no se harían con una prostituta, sino con una pareja y... No puedo evitar sentir que... ¡¡Ngh-!! -Meng Yao se vio interrumpido cuando Nie MingJue salió de él abruptamente.
-Vístete -ordenó mientras se subía los pantalones y ocultaba su erección dentro de ellos.
-¿Qué? -preguntó Meng Yao quien había quedado muy cerca de llegar al clímax y ahora sentía su palpitante miembro exigiéndole terminar con eso que estaba haciendo.
-¡Que te vistas! -exclamó Nie MingJue y Meng Yao comenzó a subirse los pantalones con prisa mientras asentía a gran velocidad.
-¡S-sí, señor! -respondió. Apenas y sus pantalones estuvieron medio arreglados, Nie MingJue tomó su mano y comenzó a tirar de él en dirección al cuartel-. ¿Líder de Secta Nie? Es-¡Espere! ¿A dónde me está llevando? -preguntó completamente nervioso. Los cultivadores y discípulos que pasaban a su alrededor los miraban con curiosidad y extrañeza.
-¿A dónde más? A mi habitación -dijo tajante.
-A su ¡¿qué?! -exclamó. Las personas a su alrededor que alcanzaron a escucharlos se sonrojaron con fuerza y desviaron la mirada, haciéndose a un lado para dejarlos pasar.
-¿No es a donde querías que fuéramos? -preguntó Nie MingJue arrastrando al chico por el pasillo del edificio hasta llegar a su habitación. Al entrar, cerró la puerta sin olvidar asegurarla y luego arrojó a Meng Yao a la cama para comenzar a quitarse su túnica. El chico se quedó quieto, mirándolo perplejo un momento-. ¿Qué esperas? -preguntó Nie MingJue y entonces Meng Yao reaccionó sacudiendo la cabeza y comenzando a desvestirse.
Ambos arrojaron la ropa a diestra y siniestra sin importarles en dónde caía.
Nie MingJue se acercó a la cama y se arrodilló en ella. Recostó a Meng Yao y tiró de él, pasando las piernas del chico por sobre las propias y acercando su miembro, aún duro, a la entrada de Meng Yao. Sin dudarlo mucho comenzó a penetrarlo. La espalda de Meng Yao se curvó al sentir la invasión.
Nie MingJue empujó su cuerpo hacia adelante, con las manos apoyadas a cada lado de la cabeza de Meng Yao, mirándolo directamente a los ojos.
-Ahora estás en mi habitación y te lo estoy haciendo de frente -dijo-. ¿Tienes alguna petición más? -preguntó. Meng Yao negó con la cabeza-. Bien. Quiero que dejes de pensar todos esos sinsentidos y que creas que hago todo esto sólo porque deseo tu cuerpo o porque "me estás ayudando a liberar tensión" -dijo-. Hace unas semanas te dije que te quería, pero no era cierto -los ojos de Meng Yao se abrieron con sorpresa-. La verdad es que me enamoré de ti. Te amo -los ojos del chico se llenaron de lágrimas y entonces se abrazó al cuello de Nie MingJue.
-También lo amo, Líder de Secta Nie -dijo con voz temblorosa.
-MingJue -dijo-. Quizá en el trabajo siga siendo tu Líder de Secta, pero aquí, en esta habitación y como tu pareja, sólo soy MingJue -Meng Yao sonrió al escucharlo y asintió con la cabeza.
-Está bien, MingJue -sus labios cosquillearon al decir el nombre de forma tan personal y privada. El hombre sonrió y comenzó un vaivén de movimientos, enterrándose con fuerza en el cuerpo de Meng Yao como nunca antes-. ¡Ah! ¡Ahhh! MingJue... ¡MingJue! -el chico tomó su dolorosa erección y comenzó a masturbarse mientras con el otro brazo seguía sujetándose al cuello de Nie MingJue-. Mmm... Ya no, puedo, más... -gimió. Ambos se habían quedado al borde del orgasmo y se encontraban en una situación parecida.
-Ngh... Juntos... -respndió Nie MingJue mientras penetraba a MengYao aún más fuerte. El chico soltó su cuello y se recostó por completo en la cama, mirando directamente a los ojos del hombre y acariciando su mejilla con ternura mientras su cuerpo se sacudía con cada estocada.
-MingJue. Te amo -dijo.
-Y yo a ti, A-Yao -respondió Nie MingJue y se inclinó para besar al chico. Meng Yao había comenzado a llorar de nuevo y tras un par de embestidas más, mientras aún se besaban, ambos se corrieron al mismo tiempo con fuerza, Nie MingJue en el interior de Meng Yao, y Meng Yao entre su abdomen y el del hombre. Su orgasmo fue tan fuerte que ambos rompieron el beso para soltar un gemido sonoro. Habían alcanzado el éxtasis de tal forma que incluso su eyaculación fue más prolongada de lo habitual, causando que el semen en el interior de Meng Yao comenzara a derramarse a pesar de aún estar lleno con el pene de Nie MingJue.
Nie MingJue salió de él por fin y se recostó a su lado. Meng Yao se recostó sobre su pecho al instante y Nie MingJue lo rodeó con su brazo.
-A partir de este momento, cada vez que queramos tener sexo será aquí. Un escritorio no es suficientemente cómodo para mi novio -dijo. Meng Yao asintió-. De hecho, me gustaría mucho que te mudaras a esta habitación conmigo. No quiero que pienses que me avergüenza estar contigo ni mucho menos. ¿Te parece bien?
-Sí -respondió el chico enterrando el rostro en el pecho de su novio. De pronto, Meng Yao estiró su mano y sujetó el pene de Nie MingJue, el cual aún estaba pegajoso por el semen, y comenzó a masturbarlo.
-¿Meng Yao?
-¿Puedo pedirte un favor? -preguntó el chico volteando a verlo. Nie MingJue asintió con confusión-. ¿Me lo puedes volver a hacer en cuatro? -preguntó-. Me gustó que me tuvieras a tu merced y... Me gustó cuando me penetraste sin terminar de prepararme -admitió algo avergonzado. Nie MingJue luchó por no soltar una risa divertida, pero no pudo evitar sonreír.
-Si eso es lo que quieres, está bien -dijo disfrutando del contacto de la mano de Meng Yao sobre su pene-. Siempre y cuando tú me hables sucio -dijo y desvió la mirada. Los ojos de Meng Yao se iluminaron. Nie MingJue no sólo no le había juzgado por su extraña petición, sino que incluso había admitido su pequeño gusto culposo de que le hablara de esa manera, demostrándole que confiaba en él y que podía sentirse seguro de decir lo que sentía.
-¡Por supuesto! -dijo el chico feliz, sentándose y dedicándose a estimular el miembro que sujetaba-. Aunque, antes de eso... Hay una cosa más que me sigue molestando -confesó-. No me atreví a decirlo antes para no arruinar el momento, pero hay algo que sigue rondando por mi cabeza y no me deja en paz -dijo. Nie MingJue detuvo la mano del chico y preguntó serio.
-¿Qué pasa?
-¿Por qué nunca me lo has hecho con la boca, a pesar de que yo siempre lo hago para ti? -soltó-. Te avergüenzan mucho ese tipo de cosas ¿no?
-Un poco -admitió y se levantó de la cama. Sentó a Meng Yao en la orilla y se arrodilló frente a él -. Pero si es esto lo que quieres, lo haré para ti. Sólo tienes que pedirlo -dijo y abrió las piernas del chico. Meng Yao tuvo una semi-erección tan sólo con ver a Nie MingJue arrodillado frente a él.
Nie MingJue tomó el pene de Meng Yao con una mano y lo lamió de la base a la punta, limpiando con su lengua todo rastro de semen por el que pasó. Se quedó quieto unos segundos, pensando en cómo debía proceder y al final optó por sólo meter la punta en su boca, moviendo la lengua en círculos a su alrededor.
La sensación era completamente nueva para Meng Yao, así que se estremeció y sujetó el cabello de Nie MingJue por reflejo.
Nie MingJue metió lentamente el resto del miembro en su boca y lo sintió crecer y endurecerse dentro de él.
-¡Oh, Dioses! -exclamó Meng Yao y apretó su agarre en el cabello de Nie MingJue. El hombre gruñó de dolor-. Lo siento -dijo y soltó el agarré, apartando cariñosamente el cabello en el rostro de Nie MingJue. El hombre estaba tan concentrado en moverse de arriba abajo que ni le prestó atención. Meng Yao sonrió divertido.
Ya que era MingJue quien siempre lo penetraba a él, técnicamente, su pene seguía siendo virgen. Al menos hasta ahora que por fin había profanado la cavidad bucal del hombre.
Al sentir la cálida y húmeda nueva sensación envolviéndolo por completo, Meng Yao no tardó en estar a punto de alcanzar su clímax.
-Ngh. MingJue. Para. Me voy a-... ¡! -Nie MingJue recordó que una situación muy parecida había ocurrido la primera vez que Meng Yao se lo hizo con la boca y entonces movió su mano hacia los testículos del chico para comenzar a jugar con ellos.
El chico no pudo resistir más y se corrió en la boca del hombre.
Nie MingJue tragó con un poco de dificultad el semen y al instante sacó el pene de su boca, limpiando los residuos con el dorso de su mano.
-No tenías que hacer eso -dijo Meng Yao.
-Pero tú lo haces por mí - respondió, levantando todo el cuerpo sobre sus rodillas para estirarse más cerca del rostro de Meng Yao y lo besó. El chico aceptó gustoso el beso, aún con el sabor salado que éste le había dejado.
Al separarse, Meng Yao se puso de pie y gateó sobre la cama, quedando en cuatro y con el trasero hacia el rostro de Nie MingJue.
-MingJue, métemelo. Quiero sentir tu enorme pene destrozándome ahora mismo -dijo.
Nie MingJue sonrió de lado al escucharlo y se puso de pie al instante. Había tenido una semi-erección desde que Meng Yao lo había empezado a masturbar, pero al escucharlo hablar así, comenzó a endurecerse cada vez más.
Se acercó hasta el trasero del chico y comenzó a meter uno de sus dedos, aprovechando el semen que había en su interior como lubricante. Sin embargo, Meng Yao lo detuvo.
-N-no. No me prepares -pidió-. Sólo ponlo dentro -Nie MingJue asintió y sacó su dedo, sujetando firmemente su miembro en la entrada del chico. Metió la punta solamente y Meng Yao siseó-. ¡Ah! Duele -su pene comenzó a endurecerse al sentir el dolor-. No te detengas -dijo. Nie MingJue pensó que, si de todos modos le estaba causando dolor a Meng Yao, mejor no prolongarlo mucho tiempo. Sujetó firmemente la cintura del chico y lo penetró de una sola vez-. ¡¡Ahhhh!! -exclamó Meng Yao al sentir la repentina invasión. Un par de saladas gotas salieron de sus lagrimales y se quedaron atascadas en sus ojos. Esta vez, Nie MingJue no esperó y comenzó a moverse-. Arrggg... Duele mucho. Ngh. No pares, MingJue -dijo Meng Yao. Un dolor punzante recorría su espalda desde su esfínter, pero al mismo tiempo estaba sintiendo mucho placer-. ¡Más fuerte! ¡Métemelo más profundo! -exclamó-. Quiero que tu pene me llene hasta que olvide mi propio nombre.
-¡Ngh! Meng Yao... Eres tan estrecho -dijo MingJue embistiendo un poco más fuerte.
-Y tú eres enorme, ah, destrózame -dijo y Nie MingJue comenzó a empujar dentro aún con más fuerza, comenzando a golpear el punto detrás de la próstata del chico-. Ngh, sí, ahí, ahí, ¡Oh, Dioses! -Nie MingJue soltó su agarre con una mano y sujetó el miembro del chico en su mano; con su pulgar comenzó a masajearlo en círculos en la cabeza del pene-. Tira de mi cabello -pidió Meng Yao de pronto.
-¿Disculpa? -preguntó Nie MingJue.
-Qué tires de mi cabello -pidió, enunciando cada palabra con énfasis. Nie MingJue se encogió de hombros y su mano se aferró al cabello del chico, tirando de él no muy fuerte, pero tampoco despacio-. Mmm, sí... -gimió y Nie MingJue sintió como el pene en su mano se ensanchaba aún más y se ponía más caliente.
-¿Lo disfrutas mucho? -preguntó.
-Ngh, sí... -respondió Meng Yao. Entonces, Nie MingJue tiró un poco más de su cabello-. ¡Ahhh...! -gimió el chico. Nie MingJue siguió masturbándolo y embistiéndolo al tiempo que daba pequeños tirones al cabello del chico. Con un par de embestidas más, Meng Yao se vino en la mano de Nie MingJue y dejó caer su pecho en la cama, con el trasero firmemente levantado hacia Nie MingJue. Su erección no había desaparecido por completo, así que con un par de caricias más de Nie MingJue, volvió a ponerse duro-. Métemelo más fuerte. Córrete adentro y márcame como tuyo. Mmm... Hazme sólo tuyo, MingJue -dijo llevando su mano hasta su erección, sujetándola por encima de la mano de Nie MingJue, entrelazando sus dedos con los del hombre-. No pares, MingJue -dijo sintiendo que se iba a correr por quien-sabe-cuántas-veces en ese día. Era verdad que sólo Nie MingJue podía excitarlo de esa manera.
Nie MingJue soltó el pene de Meng Yao y lo dejó que continuara masturbándose solo. Sujetó firmemente su cintura y comenzó a embestirlo cada vez más rápido y más fuerte, y a los pocos segundos sintió cómo se liberaba con fuerza en el interior del chico, lanzando su cabeza hacia atrás cuando alcanzó el orgasmo. Mientras dejaba salir todo su semen, se deleitó escuchando gemir a Meng Yao, quien luego de unos segundos sacudiendo con fuerza su erección, se vino con un gemido bastante audible.
Nie MingJue salió del chico y se dejó caer sobre la cama, respirando de forma agitada. Meng Yao estaba más o menos igual, sólo que seguía boca abajo, con el trasero levantado y su mano aún se aferraba con fuerza a la sábana.
-Estás hecho un desastre. Ve a tomar un baño -dijo Nie MingJue. Meng Yao levantó su pecho de la cama y gateó hasta Nie MingJue, dejándose caer sobre él. Luego lo besó tiernamente.
-Ven conmigo -pidió en tono infantil. Nie MingJue sonrió de lado y negó con la cabeza.
-¿Qué voy a hacer contigo? -preguntó sonriendo.
-Lo que quieras -dijo el chico. Era una pregunta retórica, así que Nie MingJue no esperaba una respuesta. De pronto, sintió que sus mejillas se pusieron calientes. Meng Yao soltó una risita juguetona-. Te ves muy hermoso cuando te sonrojas -dijo y lo volvió a besar. Luego se puso de pie y tiró de Nie MingJue para sentarlo-. Ven. Báñate conmigo -pidió y caminó hacia la puerta en donde estaba la tina privada de Nie MingJue-. Hay partes de mi cuerpo que yo no puedo lavar solo -dijo y guiñó un ojo. Nie MingJue sonrió con emoción y lo siguió sin dudarlo.
Al final, Meng Yao sí se mudó a su habitación. Luego de ese día se habían vuelto bastante cariñosos. O al menos hasta donde podían dar las capacidades de Nie MingJue.
Pasaron así un mes más hasta la visita de Lan XiChen en la reunión con algunos líderes de Secta.
Cuando Lan XiChen le informó a Meng Yao que la Secta Jin estaba reclutando gente, aunque el chico no quería apartarse de Nie MingJue, tampoco podía hacer a un lado su deseo de ser reconocido por su padre.
Nie MingJue deseaba que Meng Yao permaneciera a su lado, pero tampoco podía negarle su destino al chico. Así que esa misma noche hizo una carta de recomendación dirigida a Jin GuangShan. Y al día siguiente vio partir al chico que se había robado su corazón, sin tener la mínima idea de que la próxima vez que se vieran, conocería el verdadero rostro de Meng Yao. Ese que estaba dispuesto a asesinar a sus propios compañeros sólo por conseguir su objetivo.