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Después de la final del Grand Prix en Barcelona, Otabek Altin se sentía orgulloso de los logros de Yuri Plisetsky, sabía que el momento había llegado. Jamás imaginó lo que estaría por suceder en el Banquete esa noche fría.
Otabek se encontraba a unos metros más adelante frente a la barandilla del balcón, imponente, con su cara al viento y su vista fija en la luna, parecía decidido y Yuri se acercó hasta posicionarse a su lado y admirar lo que sus ojos veían.
Una vez que el Kazajo se percató de la presencia del que se había convertido en algo más que un amigo, algo más que un oponente a vencer, se dio la vuelta para ver esos ojos de los cuales se había enamorado la primera vez que los vio.
-Yura…- soltó en un suspiro en el cual dejó salir el aire que parecía estar conteniendo en sus pulmones.
-Beka, ¿Qué haces aquí?- Cuestionó Yuri con su mirada fija en su nuevo amigo. -¿Qué es eso tan importante de lo que querías hablar conmigo?-
El Kazajo reunió el valor que le hizo falta para después agachar su mirada y decir en un susurro
-Yura, yo, yo…- indeciso, jugaba con sus dedos en los bolsillos del pantalón de su traje. –Quería hablarte, de… de mis sentimientos hacia ti.- Soltó por fin lo que todo ese tiempo en Barcelona y desde tiempo atrás cuando conoció al rubio, había mantenido en secreto.
Yuri quedó estático en su lugar, no pudiendo o no queriendo comprender a consciencia de lo que le hablaba su amigo, sorprendido porque a pesar de considerarse a sí mismo un adulto, no sabía cómo actuar frente a una declaración de esa magnitud.
-Beka, yo… yo, lamento no poder corresponder a lo que me dices, apenas soy un chiquillo y no comprendo estas cosas del amor, si es que debo llamarlo así.- decía un Yuri nervioso, temiendo herir los sentimientos del que ahora consideraba su mejor amigo.
Honestamente Otabek no esperaba esa respuesta de Yuri, pero antes de que pudiera emitir una palabra, el rubio se le adelantó.
-Yo, te considero mi mejor amigo, pero no sé lo que siento en realidad, es decir, me gustas y mucho pero, no quiero arruinar lo que apenas estábamos comenzando, sé que soy muy difícil de tratar e incluso me apena decirlo, hasta ahora tu eres mi único amigo.- El rubio hablaba tan rápido que a Otabek se le hacía difícil seguirlo, por eso, o por el gran nudo que se le estaba formando, que dolía y mucho, como el mismo infierno.
No se arrepentía de haber quedado expuesto frente a Yuri, su Yura, lo único que le aterraba era que el menor no quisiera saber más nada de él. Le rogaba a cualquier deidad que por lo menos lo dejara seguir cerca suyo y no alejarlo por miedo, así que no le quedó de otra más que poner una falsa sonrisa en su rostro y decirle a Yura que no había problema alguno, que tal vez el tiempo lograría poner las cosas en su lugar.
-Quita esa cara Yura, tampoco es para tanto, escuché alguna vez que el amor es complicado, que unas veces perdura, pero otras veces duele.
Ambos regresaron al banquete, el rubio un poco confundido y el Kazajo totalmente destrozado esperando que nadie se diera cuenta de lo que había ocurrido, mientras en su mente ya se veía llorando por el rechazo del ruso, aun así debía ser fuerte y no incomodar a su amigo, volviendo a mencionar nada de lo que hablaron antes.
3 años después…
Otabek Altin se había mantenido en contacto con su amigo ruso, tal parecía que su confesión en el banquete no había ocurrido o que había sido una mala jugada de su mente siniestra.
Yuri se encontraba emocionado, porque su amigo le dijo que iría a verlo a San Petersburgo y pasaría dos semanas de vacaciones con él y los demás chicos. El rubio no había podido olvidar la confesión de su amigo, incluso las palabras que Beka había dicho al final, habían despertado sentimientos en él, los cuales lo asustaron en ese momento, pero no pudo olvidarlo, en cambio había decidido que sería él quien tomaría la iniciativa de decirle a Beka o más bien, confesarle lo que sentía, que ahora era él quien había despertado en su corazón esos sentimientos y que podía corresponderle como el Kazajo se merecía.
Lo que no sabía Yuri, era que el destino nos puede abofetear de frente y destruir toda la voluntad que tenemos.
Antes de que el Kazajo arribara a San Petersburgo, Mila, quien hasta el momento se había mantenido a distancia de Yuri, lo cual al ruso le daba algo de mala espina, se acercó a éste un poco nerviosa, y le extendió un sobre color marfil que tenía las iniciales O y M, entrelazadas en una perfecta caligrafía en tonos dorados, pero lo que realmente llamo su atención fue la sortija que la pelirroja portaba en su dedo anular izquierdo.
-¿Qué quieres bruja?- fue lo que salió de los labios de Yuri al ver a una Mila silenciosa frente a él sosteniendo el sobre frente a su rostro. Yuri no tenía intenciones de dejarse llevar por la cantidad de escenarios negativos que se desplegaban en su cerebro, pero lo que dijo Mila, una vez que le entregó el sobre, lo dejó todo más que claro.
-Lo siento Yuri.- y sin decir más, dio media vuelta y se alejó por el pasillo que daba hacia la salida de los vestidores de la pista en la que el equipo ruso practicaba.
El rubio siquiera se dignó a ver el sobre o a husmear en su contenido, lo arrugo en un puño y con su corazón destrozado, lo boto en el basurero más cercano y salió del lugar, dejando en ese basurero los pedazos de su voluntad y su corazón junto a ese sobre.
Un año después…
Estaba a punto de celebrarse la final del campeonato mundial, en esta ocasión seria en Montreal, Canadá la sede de la competencia.
Un Yuri Plisetsky con la dignidad renovada y un ego más alto que el Empire State, se abría paso entre la multitud del Aeropuerto, llevando consigo su equipaje e ignorando a cualquiera en su camino.
Fue recibido por un animado Yuuri y su ahora esposo Nikiforov.
-Yurio, te esperábamos con ansias, ¿que ha sido de ti en estos años?, nos tenías muy preocupados.- soltó Yuuri en cuanto el ruso menor se paraba frente a ambos, dando un saludo seco y con su mirada afilada de siempre. Ahí estaba ese Yuri Plisetsky que todos conocían, el de antaño.
Se había alejado de los torneos grandes, después de su debut senior, nadie sabía de él a excepción de una persona, una de la que nadie sospecharía que estaría tan cerca como para saber lo que ocurría en su desmoronado corazón, alguien que estaba encantado de estar al lado del tigre de hielo de Rusia.
-Tsk… Estuve por ahí, mejorando Katsudon, para patearte el trasero.
Yuri sabía que Nikiforov no participaría en el cuatro continentes, era el turno de Plisetsky poner en alto el nombre de Rusia, pero estaba ahí de todos modos, como entrenador y apoyando a su ahora esposo Katsuki. Por lo que en esta ocasión participarían Jean Jaques Leroy en casa, Yuri Plisetsky representado a Rusia, Yuuri Katsuki representando a Japón y por supuesto Otabek Altin representando a Kazajstán.
Poco antes de ir a su habitación en el hotel cercano al estadio donde se llevaría a cabo la competencia, Yuri había visto a Otabek solo, fuera del hotel fumando un cigarrillo, ¿desde cuándo Beka fumaba?. No lo pensó más y se acercó a hablar con él.
Se paró a su lado, indeciso, ¿Cómo es que en todo ese tiempo que había estado trabajando en su dolor y recobrar la confianza, se había ido al caño, con solo estar al lado de Beka?
El kazajo se dio cuenta de la presencia a su lado y su sorpresa fue tal que expulsó en una tos violenta el humo que tenía acumulado en los pulmones.
-Escuché que te casaste.- soltó al fin el rubio.-Hola Beka-.
I heard that you're settled down
That you found a girl and you're married now.
I heard that your dreams came true.
Guess she gave you things I didn't give to you.
A Otabek nadie le dijo que tenía que estar preparado en algún momento de su vida para enfrentar de nueva cuenta al chico que tenía ante él. Nunca se esperó que los sentimientos que creía enterrados, se alzarían a una velocidad vertiginosa, reclamando haber sido olvidados en el fondo de su corazón.
Old friend, why are you so shy?
Ain't like you to hold back or hide from the light.
I hate to turn up out of the blue uninvited
But I couldn't stay away, I couldn't fight it.
I had hoped you'd see my face and that you'd be reminded
That for me it isn't over.
Yuri Plisetsky no se daría por vencido, al menos quería hacerle saber que había estado dispuesto a confesarle sus sentimientos, el día que Mila le entregó la invitación para su boda.
-Yura- salió su nombre en un jadeo involuntario por parte del Kazajo, provocando en Yuri un estremecimiento y sacudiendo su cabeza con una sonrisa, queriendo restarle importancia al asunto de que Beka no le haya contado sus planes con Mila.
Never mind, I'll find someone like you
I wish nothing but the best for you too
Don't forget me, I beg
I'll remember you said,
"Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead,
Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead"
-No importa Beka, no tienes que disculparte o nada de las mierdas que tienes en la cabeza, estoy bien en serio- le dijo Yuri al kazajo mientras por dentro sentía una revolución y las ganas incontrolables de lanzarse a sus brazos y no dejarlo ir jamás.
You know how the time flies
Only yesterday was the time of our lives
We were born and raised
In a summer haze
Bound by the surprise of our glory days
-Solo vine aquí para hacerte saber que todo está bien, que aunque me alejé, nunca te olvidé, aún sigo guardándote un gran cariño- Otabek no sabía que responder ante las palabras de Yura, sabía que tenía que responder algo, pero simplemente las palabras no salían. Quería tomarlo ahí mismo y salir huyendo de todo y de todos, olvidarse del mundo y dejar libre todo lo que su corazón guardaba y creía haber superado.
I hate to turn up out of the blue uninvited
But I couldn't stay away, I couldn't fight it.
I'd hoped you'd see my face and that you'd be reminded
That for me it isn't over.
Never mind, I'll find someone like you
I wish nothing but the best for you two
Don't forget me, I beg, I remember you said Sometimes it lasts in love, but sometimes it hurts instead, yeah
-Perdóname Yura, tengo que decirlo, aunque no desees una disculpa, sé que te la debo- al fin encontró lo que quería decirle al rubio frente a él y tomando su mano se atrevió a preguntar lo que tanto temía escuchar. – ¿Puedo preguntarte algo?- Yuri afirmó con un movimiento de su cabeza, el cual hizo que a su cabello deslizarse y ocultar uno de sus ojos, como aquella vez en Barcelona.
Nothing compares
No worries or cares
Regrets and mistakes
They are memories made.
Who would have known how bittersweet this would taste?
Otabek se tomó un momento para acomodar las palabras en su cabeza y poder formular bien su pregunta, ya que temía que esta sería su única oportunidad.
-¿Ibas a corresponderme?, quiero decir, aquella vez que prometí ir y pasar las vacaciones contigo a San Petersburgo, ibas a corresponder a mis sentimientos al fin ¿cierto?- Yuri no pudo contener la sorpresa de la pregunta, ¿pero qué diablos? Se decía internamente.
-Yura, por favor respóndeme, es importante para mi saberlo, porque no sabes la cantidad de noches y días que me desgasté tratando de llegar a esta conclusión.
Never mind, I'll find someone like you
I wish nothing but the best for you
Don't forget me, I beg
I'll remember you said,
"Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead".
Yuri en lugar de responder, solo pudo formular una frase a petición en respuesta:
-Beka, regálame ésta noche, seamos solo tú y yo esta noche, por favor…
Otabek dio un suave apretón a los dedos de Yuri, y lo jaló con él, lejos del lugar en el que se encontraban.
-Puedo darte el mundo entero en éste momento si me lo pidieras Yura, mi Yura.
