Chapter 1: Una Semana
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El Sollozo de un Sándalo
Una semana
Jiang Cheng arriba a Cloud Recesses montado en Sandu.
Desciende en el vestíbulo principal, ejecuta un sello con la mano derecha y envaina la espada con destreza. El cárdeno de su mirada austera se desliza por todo el jardín zen, vislumbrando la armonía del lugar.
La puerta del pabellón que conduce a la biblioteca está abierta. Se pueden apreciar diversos sonidos emergiendo del recinto. Jiang Cheng se pregunta internamente si ahí se llevará a cabo la reunión o en el estudio del líder de secta.
No lo piensa mucho y decide comenzar a caminar en aquella dirección. Cruza el jardín zen, camina, ascendiendo las escaleras de madera, manteniendo su recta actitud, cuando distingue de soslayo por el rabillo de su ojo derecho tres figuras delineándose en la montaña trasera que queda ubicada a un costado del pabellón de la biblioteca.
Curioso, se acerca, observando por el borde.
Se esboza pronto la efigie de Lan WangJi sentado alrededor de una insana cantidad de conejos blancos y negros. Lan WangJi está sentado, su túnica blanca ondea al compás de la suave brisa fría. Está de espaldas, no puede vislumbrar su expresión, pero sí puede ver lo que está haciendo.
Está apilando los conejos sobre un mocoso de no más de tres años, ¿cuatro quizás? Frente a esa pila de conejos hay otro niño, se ríe, aplaudiendo la acción de Lan WangJi.
—¿Papá… así creceré? —la voz dubitativa del niño se deja entrever, insegura.
Jiang Cheng se pregunta internamente cuándo Lan WangJi tuvo oportunidad de concebir a un niño si estuvo suspirando hasta hacía poco por Wei WuXian.
—Mhn, eso dijo Wei Ying.
—Oh… —baja la mirada, los conejos saltan sobre él, acomodándose.
El otro niño que está a salvo de las extrañas muestras de atención de Lan WangJi, exclama—. ¡Ya verás, A-Yuan! ¡Crecerás tan alto como Hanguang-Jun!
Jiang Cheng frunce el ceño, Lan WangJi asiente, solemne—. Mhn.
Luego de unos dubitativos segundos, el pequeño niño, A-Yuan, alza su mirada y el gris de sus ojos brillantes se posan en los de su padre.
—¿Cuándo podré ver a mamá para mostrarle lo mucho que he crecido?
A Jiang Cheng se le dispara el corazón. Sus labios se separan ligeramente.
¿Qué carajo—
Unos golpecitos sobre su hombro izquierdo casi hacen que su alma abandone su cuerpo, huyendo despavorida. Se gira con el corazón desbocado, encontrándose la efigie imponente de Lan Xichen y su mirada amable.
—¿No te parece adorable el hijo de WangJi? Se llama Lan Yuan.
Jiang Cheng sólo piensa en una cosa: qué carajo.
Chapter 2: Qué carajo
Summary:
Jiang Cheng no deja de pensar en la eventualidad pasada.
Notes:
No puedo evitarlo, realmente quiero actualizar esto todos los días.
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El Sollozo de un Sándalo
Qué carajo
En medio de dos cuerpos, uno ataviado en las túnicas de la secta Yunmeng Jiang y otro poseedor de un hanfu ceremonial, ese que lo cataloga como secta Gusu Lan, hay una mesa de madera que sobre su superficie, tiene dos tazas de humeante té medicinal. Jiang Cheng no lo ingeriría de no ser porque se recuerda constantemente que debe ser cortés.
El líder de secta frente a él sostiene la taza con ambas manos, dándole un suave sorbo en el proceso. Jiang Cheng hace lo mismo con la suya, casi haciéndole sacar una mueca de disgusto cuando el insípido sabor del té medicinal pasa por su garganta.
Se contiene como puede. Lan Xichen le regala una mirada de simpatía que resiente.
—Si no es de su agrado, no se esfuerce líder de secta, Jiang Cheng.
Está tentado a bufar, pero se contiene con ímpetu. Terco, vuelve a darle otro sorbo.
—No es necesario —dice, a duras penas.
Asiente, pero no acota más. La mueca de simpatía desaparece siendo sustituida por un semblante más serio, digno de una apariencia de líder.
—Sé que apenas ha transcurrido cerca de tres años desde lo sucedido en la Campaña SunShot, y aún debemos lamentar nuestras pérdidas, pero Gusu ya está en proceso de reparación para acoger a los nuevos discípulos.
Explica, su mirada parda fija en su serio semblante. Jiang Cheng asiente, en el fondo sabiendo quién fue el auspiciador de que Cloud Recesses fuera construido desde sus cimientos en tan poco tiempo.
—¿Cuándo podré traer a los discípulos que el maestro Lan Qiren instruirá?
Lan Xichen esboza una sonrisa, al parecer contento con su decisión.
—Una vez que los elija, la siguiente semana se estará extiendo formalmente la invitación.
Vuelve a asentir, bebiendo el líquido restante en el fondo de su taza. Ya se acostumbró a la idea de aquel horrible te.
Lan Xichen continúa, luego de beber en silencio:
—Incluso puede quedarse en Cloud Recesses el tiempo que desee para que supervise la efectividad del nuevo tratado.
En ese momento, Jiang Cheng parpadea, posa su mirada sobre el semblante sosegado del líder de la secta Gusu Lan y casi sin pensarlo, asiente, más efusivo que antes. Eso le gana una sonrisa de su parte, pero Jiang Cheng no piensa en ello, en realidad, su mente evoca el extraño momento vivido hacía unas horas atrás.
Sí, ese momento donde sus cárdenos contemplaron al hijo de Lan WangJi.
… y de Wei WuXian. Está seguro que esa “mamá” era Wei WuXian.
Frunce el ceño. Lan Xichen inquiere:
—¿Sucede algo líder de secta, Jiang Cheng?
—No. Sólo pienso a quiénes traeré.
La mentira no le molesta emitirla. Eventualmente tendrá que hacerlo.
Cuando deje de pensar por qué carajo sigue rememorando a Lan WangJi apilando conejos sobre el mocoso llamado Lan Yuan.
Notes:
Ahí vamos...
Espero que les haya gustado.
Chapter 3: La confusión posee matices dorados
Summary:
Jiang Cheng quiere practicar el noble arte del suicidio.
Notes:
No sé cómo diablos irá esto pero me gusta ksakajsjk
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El Sollozo de un Sándalo
La confusión posee matices dorados
Es interesante la forma en cómo Jiang Cheng consiguió, en menos de una semana, obtener diez discípulos que cumplan con sus estándares para el ingreso a Gusu. Si lo considera con detenimiento, nunca había trabajado tan rápido.
Incluso le dio oportunidad de ir a Lanling Jin para ver cómo se encuentra Jin Ling.
Decir que el mocoso es un fastidio de proporciones titánicas es quedarse corto.
Y de alguna forma, resulta un consuelo para Jiang Cheng que Jin Guangyao lo cuide mientras él se encarga de terminar la restauración de su secta, y de su clan. Aunque eventualmente tendrá que cuidar a Jin Ling para que Jin Guangyao comience apropiadamente su gestión como Jefe Cultivador ahora que la muerte de Jin Guangshan les ha tomado por sorpresa, Jiang Cheng mientras tanto, aprovechará el tiempo para enviar los discípulos escogidos a Gusu.
Esboza una sonrisa que se congela a medio camino. No tarda en desaparecerla para dar paso a un ceño fruncido, demostrando la absoluta contrariedad que comienza a padecer.
¿Por qué carajo acaba de sonreír?
Niega con la cabeza, desconcertado. Sigue volando en dirección a Gusu con el séquito de discípulos tras él. No tarda pronto en divisar en el muelle a Lan Xichen esperando junto a… Jiang Cheng parpadea, encontrándose la efigie pálida de Lan WangJi.
Francamente, se ve lamentable. Aunque aún conserve el aire de jade, ese del cual Gusu se siente tan orgulloso, Jiang Cheng vislumbra a través de su máscara con absurda facilidad. Casi resulta insultante contemplar a este Lan WangJi, émulo del ayer.
Wei WuXian con su muerte le arrebató la esencia que compuso a Lan WangJi.
Aquella que en su momento llegó a admirar.
Apenas llega a la superficie del muelle, desciende de Sandu y la envaina, pronto esbozando una reverencia en ademán de respeto al líder de la secta Gusu Lan y a su hermano menor. Ambos le corresponden, aunque Jiang Cheng se percató de que Lan WangJi fue más rígido en su actuar. El desconcierto nubla su mirada unos segundos, pero pronto la desvanece.
Posa sus orbes cárdenas sobre el semblante sosegado de Lan Xichen y habla—: los discípulos escogidos están presentes, confío en que se le dé un entrenamiento adecuado.
Lan Xichen asiente, junta sus manos y responde—. No se preocupe, líder de secta Jiang, así se hará. Por favor, le pido en nombre de la secta que se quede una semana con nosotros para que supervise el adecuado transcurso de la disciplina.
De soslayo da una mirada a Lan WangJi, encontrándose con que también lo está observando.
No tarda en dar un impetuoso asentimiento, demasiado impetuoso diría.
La siniestra y muy amable sonrisa de Lan Xichen le indica que comprendió.
Jiang Cheng se quiere inmolar al sol apenas tenga la oportunidad.
Chapter 4: La vida y sus causalidades
Summary:
Jiang Cheng sigue pensando que el noble arte del suicidio debe ejecutarse.
Notes:
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El Sollozo de un Sándalo
La vida y sus causalidades
Sorprendentemente, al tercer día, los discípulos se adaptaron muy bien al estricto clima de Cloud Recesses. Salvo las inverosímiles cuatro mil reglas, Yunmeng Jiang y Gusu Lan no distan mucho en aptitudes.
A diferencia de los discípulos, Jiang Cheng, sin embargo, es otro asunto completamente distinto.
El problema no es la disciplina, el problema no es pararse al alba y seguir la rutina; ni siquiera supone inconveniente la insípida comida y el agrio té medicinal. No. Jiang Cheng tiene otro tipo de inconveniente.
Este es más… emocional.
Sí, emocional. Jiang Cheng se siente desconcertado y no halla la razón. Eso, le disgusta, lo llena de molestia. Quiere agarrar a Sandu o a Zidian y destrozar unos cuantos árboles para mermar el estrés que le genera no saber por qué se siente de esa forma.
La única ventaja del asunto es que él sí sabe el epicentro de su problema, qué lo origina.
Casualmente, el epicentro de su desdicha, camina lentamente por el jardín zen ubicado en el vestíbulo principal. Camina muy, muy lentamente. Parece que cada paso dibujado le costara un enorme esfuerzo realizarlo. A cada costado de su cuerpo hay dos menudas figuras saltarinas.
Bueno, una salta, la otra camina en sosegado silencio, intentando emular a su padre.
Sí, el epicentro de su desdicha es el segundo Jade de Lan, Lan WangJi. Muchos se preguntarán por qué, incluso hasta él mismo se pregunta por qué.
¿Por qué te quedas contemplándolo más tiempo del necesario cuando pasa por tu lado? ¿Por qué no dejas de pensar en aquel niño llamado Lan Yuan que lo sigue e insiste en llamarlo papá aun cuando Lan Xichen aclaró que no es su hijo? ¿Tendrá que ver con Wei WuXian?
A Jiang Cheng ya no le interesa lo que Wei WuXian tenga que ver. Realmente no. Al menos eso intenta decirse, pero sus cárdenos no pueden evitar contemplar la efigie de Lan WangJi, cada día, más desgastada.
¿Acaso nadie percibe cómo cada día le cuesta un poquito respirar? Ese hombre sólo vive por aquel niño llamado Lan Yuan.
En ese punto de la caminata de Lan WangJi, cuando llega al final del pasillo para descender las escaleras e ir a la montaña trasera, Jiang Cheng lo ve esbozar una mueca de dolor apenas su pie conecta con el primer escalón.
Frunce el ceño y abre la boca.
—¡Ah, ahí estás!
En ese momento, Jiang Cheng enmudece, gira su cabeza en dirección al pasillo izquierdo que se esboza al costado contrario por donde Lan WangJi se perdió, contemplando ahora la efigie presurosa de Jin Guangyao.
Para ser un recién nombrado Jefe Cultivador, deja mucho que desear.
La túnica ambarina de la secta Lanling Jin ondea al compás de su presuroso caminar. En sus brazos, carga a un lloroso Jin Ling de tres años que se aferra a su cuello como si su vida dependiera de ello. Los ojos de Jin Guangyao están imbuidos en preocupación.
—Es una fortuna haber venido aquí primero, me ahorras el viaje a tu secta —es lo primero que suelta cuando llega frente a él.
Jiang Cheng le da un bufido a modo de saludo que Jin Guangyao corresponde con una sonrisa tensa.
—Sé que aún faltan dos días para entregarte a A-Ling, pero debo viajar de emergencia a Leling y no confío en nadie más —susurra. En ese momento, Jin Ling alza el rostro de donde lo tenía escondido, y cuando ve a Jiang Cheng, extiende sus pequeñas manos en ademán de que lo sujete, su rostro está fruncido y sus labios forman un mohín.
Corresponde la mueca infantil, pero lo agarra, y Jin Ling no tarda en aferrarse a él como un Koala, enterrando el rostro en su cuello. Jin Guangyao esboza una sonrisa divertida.
—¿Qué? —Jiang Cheng espeta y Jin Guangyao niega con la cabeza.
—Dejaré en la oficina de Er-Ge lo necesario para el cuidado de Jin Ling —dice, dando unos pasos hacia atrás para otorgarle una reverencia en despedida—. Nos vemos en un mes, ¡cuídalo bien!
Con eso se gira, volviendo a caminar, presuroso, pero esta vez con más gracia, demostrando que los mocosos son quienes le quitan la formalidad al asunto. Sin embargo, no piensa en eso, Jiang Cheng no tarda en exclamar.
—¡¿Un mes?!
En ese momento, Jin Ling se asusta por el grito y comienza a llorar.
Oh, bueno, qué mierda.
Notes:
Espero que les esté gustando... Pronto vuelvo con más.
Chapter 5: La austeridad también se manifiesta en llanto
Summary:
Parece que es más complicado ser tío que ser papá.
Notes:
Actualización~~ disculpen la tardanza c;
Veremos más interacción de tío Cheng cuidando a Jin Ling.
(See the end of the chapter for more notes.)
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El Sollozo de un Sándalo
La austeridad también se manifiesta en llanto
En llanto interno
—Me disculpo, ZeWu-Jun —murmura Jiang Cheng, meciendo en sus brazos a un lloroso Jin Ling.
Aunque puede comprender la premura de Jin Guangyao, Jiang Cheng lo detesta inmensamente por haberle entregado el paquete dos días antes de lo previsto. Sinceramente, que sean los únicos parientes vivos del niño no le da derecho a usar su tiempo como mejor le convenga.
Lan Xichen realiza una venia, esbozando una suave sonrisa—. No se preocupe, líder de secta Jiang Cheng, comprendo que su deber familiar se antepone. De todas formas, cuando termine, si aún permanece el deseo en su corazón, puede retornar y seguir evaluando el progreso de sus discípulos.
Aparte de Jin Guangyao, Jiang Cheng también odia con mucha impetuosidad a Lan Xichen. Pese a que es un excelente líder, no puede evitar tenerle rencor porque él no es estúpido. Aparenta serlo, muy noble, muy dispuesto. Toda esa fachada de amable deferencia esconde oscuras intenciones.
Jiang Cheng lo conoce, y sabe que Lan Xichen tiene conocimiento de su pequeño secreto.
Aprieta los labios, afianza el agarre sobre Jin Ling que ha comenzado a hipar ahora con su rictus lleno de mocos y saliva escondido en su torso, manchando la prístina túnica de líder, y como puede, esboza una reverencia que Lan Xichen corresponde ocultando su semblante divertido.
Lo odia.
—Marcharé entonces.
—Lo esperamos —dice, con tanta intención que Jiang Cheng no sabe si lo hace por burla o porque de verdad espera sacar algo de toda esa situación.
¿Lan Wangji sabe la clase de hermano que tiene?
No quiere pensar en eso. Y no en él.
Sin responder, gira sobre sus pies, caminado hacia el jardín zen. Consideraría irse en un bote en vista de que va pesado con el bolso preparado por Jin Guangyao para un mes exacto y Jin Ling en su brazo derecho. El niño se afianza como un koala a una rama, sus delgados y pequeños brazos se enrollan alrededor de su cuello como una cobra, Jiang Cheng agradece que aún no tenga suficiente fuerza.
No. Se irá en Sandu. Puede arriesgarse y esperar que Jin Guangyao no se entere del inminente peligro que supone exponer al heredero de Lanling Jin.
Bah, sólo será un viaje. Jin Ling aún está pequeño y todo posible trauma que se genere en el camino, desaparecerá de su cabeza con el pasar de los días. Así se forman los hombres del mañana.
Con su mano libre ejecuta un sello para desenvainar a Sandu y monta sobre ella equilibrándose con confianza. El peso extra supone una molestia menor a la que pronto se acostumbra. Decidido, se eleva por los aires con el índigo firmamento sobre su cabeza, pronto comenzando a volear en dirección a Yunmeng.
Llega a Yunmeng en poco tiempo. Jin Ling está extasiado por el viaje, salta sobre su cuerpo y se afianza a su cuello, gritando y balbuceando como nunca. Jiang Cheng se permite esbozar una sonrisita triunfal pensando en cómo Jin Ling disfruta estando con él.
Desciende de Sandu, la envaina y camina por el muelle hasta la entrada de su secta. Jin Ling pronto reconoce su segundo hogar y no tarda en exclamar:
—¿Tío Yao? —inquiere. Jiang Cheng sabe lo que está preguntando.
—Más tarde lo veremos —miente y Jin Ling asiente, confiando plenamente en él.
Ingresa por los grandes portones, no se molesta en saludar a los discípulos que le esbozan una reverencia profunda en ademán de respeto y camina por el campo de entrenamiento, sube las escaleras llegando pronto hacia el vestíbulo donde le deja a una sirviente el equipaje de Jin Ling para el mes.
—Prepara el baño de A-Ling.
—Sí.
Habiendo transcurrido un tiempo apenas prolongado, al parecer Jin Ling decide que “más tarde lo veremos”, es junto en ese momento.
—Quiero ver a tío Yao.
—Más tarde lo veremos.
—Pero…
No tarda en posar su mirada austera sobre el rictus infantil que pronto adquiere un matiz asustadizo.
—Más tarde —sentencia, tajante.
Jin Ling asiente, sus labios se fruncen, un mohín se dibuja a la par de sus mofletes se hinchan. Los ojos ámbares se cristalizan y Jiang Cheng no tarda en emitir un resoplido.
Será un largo mes.
Notes:
Espero que les haya gustado, nos vemos en otro cap ;u;
Chapter 6: La amargura sabe a sangre
Summary:
Jiang Cheng quiere conservar aquello, aun cuando sepa que es imposible hacerlo.
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El Sollozo de un Sándalo
La amargura sabe sangre
Jiang Cheng tiene veintidós años. Pronto cumplirá veintitrés. La idea de contraer matrimonio y así una mujer noble, dedicada, lo ayude a criar a Jin Ling para que Jin Guangyao y él se dediquen a sus asuntos de secta, pasó por su mente una que otra vez.
A medida que Jin Ling crece, la idea se refuerza en su mente y ya no le parece tan descabellada.
En su habitación privada, hay un espejo grande, el cristal ovalado con diseños de lotos que se superponen en las esquinas de este, refleja su imagen austera, imponente. Otorga la sensación de estar contemplando a un líder, a un regente.
Al menos, eso quiere que las personas crean al verle.
Pero ahora, cuando el ocaso perece sobre el horizonte, tiñendo el firmamento en añil oscuro, opaco, y cada discípulo se encierra en su habitación luego de un extenuante entrenamiento; y cada sirviente se prepara para la limpieza nocturna y posterior trabajo que realizarán al alba, Jiang Cheng deja aquella fútil apariencia de líder, ingresa a su pabellón privado, situándose frente a ese cristal que lo dibuja, apenas difuso en los bordes.
Mientras se desviste, Jiang Cheng se contempla; mientras se quita la capa de tela que compone su hanfu elaborado de líder de secta, Jiang Cheng ve las cicatrices que adornan su cuerpo ya deslucidas por los años transcurridos, por la guerra; mientras desanuda las trenzas que sujetan con firmeza sus hebras ébano, Jiang Cheng no hace más que ver aquel líder que intenta ser, y no es.
El alba nace todos los días, sus rayos ambarinos calientan su rictus ensombrecido y Jiang Cheng abre los ojos pensando en cómo será su vida y en cómo la vivirá, sabiendo en el fondo que no lo hará, pues siempre estará el pensamiento de trabajar en el resurgimiento de su secta, de su clan, de A-Ling.
Porque es lo último que queda de su hermana.
Lo último que tiene de Wei WuXian.
Es el último fragmento familiar lleno de inocencia que conserva.
Es la última inocencia de Jiang Cheng.
Y debe protegerla.
Un gimoteo quebranta sus pensamientos, haciéndole salir de este de forma abrupta. Gira un poco hacia la derecha y observa por sobre su hombro, al fondo, donde está la cama, cómo un pequeño bulto amarillo soñador rueda sobre la superficie acolchada. Debe estar soñado, y no debe ser algo bueno. Hay un ceño fruncido que desquebraja su semblante infantil, tiñendo de nebulosidad su inocencia.
Jiang Cheng rápidamente termina de desvestirse, se coloca una túnica de seda para dormir y apaga la lámpara blanca ya moribunda, cerniendo en penumbras su morada.
Los gimoteos de Jin Ling aumentan en intensidad y de dos grandes zancadas está situado a un costado de la cama. Jin Ling duerme en el medio, retorciéndose en sueños. Jiang Cheng se sienta sobre el borde, inclinándose levemente sobre su pequeño cuerpo trémulo. Las hebras de sus cabellos caen a cada costado de su rostro y la punta de estas acarician las mejillas níveas.
En ese momento, Jin Ling abre los ojos, el ceño fruncido no desaparece, pero sus ámbares asustadizos se posan sobre su rictus preocupado y aquella expresión se desvanece para dar paso a una de asombro.
—¿Mamá?
Jiang Cheng se congela, sus ojos cárdenos se amplían y sus labios comienzan a temblar. Traga saliva varias veces. Jin Ling lo observa y el candor de su mirada esperanzada enfría su alma, congelando su espíritu quebrantado.
Y sin embargo… Jiang Cheng se halla asintiendo.
Para él hubiera sido sencillo, mortalmente sencillo, desdeñar la idea y decirle que “no”; pero Jin Ling ha agarrado su mano, afianzándose a esta como si no fuera una extremidad sino un muñeco suave que lo protege de los demonios que habitan en la oscuridad.
Ahora está dormido. No hizo falta más que un sencillo asentimiento de su parte para creerse la mentira, confiando plenamente en él. Y aunque Jiang Cheng sabe que hizo una acción no condenable, la amargura tiñe su paladar, el sabor de la sangre se acentúa y… está consciente que ese resabio pertenece a su lengua mordida.
Pudo haberlo apartado. Pudo haberle dicho la verdad y prepararlo para una realidad.
Pero, ¿podría?
Jin Ling es ese último vestigio de inocencia, desea conservarlo con ahínco.
Al menos… un poco más.
Notes:
Espero que les haya gustado. Para el próximo veremos un poco más de acción (?).
Chapter 7: Misteriosas planificaciones
Summary:
Jiang Cheng retorna a Gusu con un plan en mente.
Notes:
Disculpen la tardanza. Ahora sí vamos entrando en materia con respecto a lo que quiero planificar. No será una trama complicada, sólo situaciones políticas, tratados sencillos, surgimientos de sectas y un romance que se quema a fuego muuuuy lento xD
Debo decir que esto se salió del formato drabble. Este capítulo particularmente me ha quedado de 1k. Qué decepción u.u pero bueno procuraré que los otros sean cortos... ;U; lo siento muchísimo.
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El Sollozo de un Sándalo
Misteriosas planificaciones
Ha transcurrido un mes, y finalmente llegó la misiva de Lanling Jin.
En esta especifica el punto de reunión, él puede elegir el día de la siguiente jornada en vista de la intempestiva forma en la que Jin Guangyao dejó a Jin Ling. Sería lógico que ahora la disposición perteneciera a Jiang Cheng.
Cuando Jiang Cheng contempla dónde se llevará a cabo la entrega del paquete, no se sorprende, tampoco frunce el ceño, ni mucho menos se entusiasma. En realidad, lo primero que pasa por su mente es que cierto líder de secta tiene la mano metida en esto. Jiang Cheng debe tener una conversación con su persona para evitar que se haga ideas equivocadas.
Pero, la emoción de ir a Cloud Recesses burbujea tenuemente en su torso.
Le solicita a un sirviente un pergamino y tinta, procediendo a elaborar su afirmación en la misiva, especificando que irá a Cloud Recesses con Jin Ling, dos lunas después de ese día, con el atardecer apuntando al cielo. No se hace expectativas respecto a su estadía, sabe de primera mano que ya no existe un motivo de peso para permanecer en un lugar que tiene todo asegurado con respecto a la estancia de sus discípulos.
La siguiente reunión formal que compete a todos los líderes de secta se llevará a cabo en Buyetian Cheng el próximo invierno. Coordinará las nuevas leyes que se instaurarán en el mundo del cultivo. Con Jin Guangyao como nuevo Jefe Cultivador, se espera que la tiranía de Wen Ruohan sólo sea un mal pasajero.
No tiene motivos para permanecer en Gusu, lo sabe.
Sin embargo, Jiang Cheng se encuentra así mismo coordinando con los ancianos sobre lo que se hará en los días que no estará… de ser el caso.
Por fortuna, la buena gestión de Jiang Fengmian permanece, acentuándose con su orientación. Los ancianos de Yunmeng Jiang no tienen por qué renegar una mala decisión, pues el pueblo alrededor está satisfecho. No ha habido avistamiento de cadáveres feroces y los pocos que salen, son casos aislados que los mismos discípulos resuelven antes de que la eventualidad se trasforme en una molestia.
A pesar de que a Jiang Cheng le importa muy poco la opinión de unos veteranos insoportables, está consciente de que, si quiere seguir manteniendo el puesto como líder y que su palabra siga siendo ley, debe tenerlos contentos. Así que durante la última noche junto a Jin Ling, pese a que este ya está dormido con la cabeza enterrada en su regazo, Jiang Cheng comienza a idear un plan que tenía tiempo esbozándose en su mente.
Comenzó como algo pequeño e insignificante. No es diestro en el arte de la economía. Jiang Cheng suele dejarle esas decisiones al consejo, pero percibió que su idea tomaría mejor forma si hablara con Lan Xichen y Jin Guangyao. Una alianza económica entre sectas reforzaría la región e impediría que pequeñas sectas quisieran unirse para desestabilizar una vez más al mundo del cultivo.
Así que, para mermar la paranoia de los ancianos, Jiang Cheng expuso la antesala de un nuevo proyecto que está planificando; pero para ello necesita la colaboración del clan Lan: la excusa perfecta y permanecer tiempo indefinido fuera de Yunmeng sin que el consejo estuviera juzgando cada paso que da. Con ello, reafirmará su posición como líder.
Una sonrisa siniestra se bordea en sus labios al compás que la mano derecha se entrelaza en las hebras lisas de Jin Ling. Pero esta se desvanece un poco, mermando la emoción que le generó el saber que pronto se separará de su sobrino.
Si logra convencer a Jin Guangyao… ¿podrá dejar que Jin Ling se quede con él? Será un peso extra en su tiempo, pero sabe qué el tiempo es un concepto abstracto en su vida y Jin Ling crecerá con la rapidez de un parpadeo. No puede permitirse perder esos momentos.
No puede.
Con el ocaso comenzado a perecer en el horizonte, Jiang Cheng marcha a Gusu. Esta vez decide irse en bote y evitar que Jin Guangyao lo vea volando en Sandu con Jin Ling gritando eufóricamente en brazos.
Seguro que, si lo ve, morirá de la impresión.
El viaje en bote es lento, tedioso. Jin Ling está absolutamente contrariado, los redondos mofletes se hincharon y su labio se torció en una mueca de disgusto. Tiene los brazos cruzados sobre su pequeño torso, y por un momento, le recuerda al insoportable de Jin Zixuan. Las ansias por meterle un coscorrón casi lo invaden.
Resopla, afianza el agarre sobre Jin Ling y este se queja, pero su contrariedad no se transforma en llanto, para su alivio.
La noche está comenzando a ganar terreno sobre el firmamento carmín, tiñendo en matices oscuros el escarlata y Jiang Cheng finalmente arriba a Cloud Recesses con un Jin Ling dormido en sus brazos. Al final, la contrariedad se transformó en cansancio.
Para cuando Jiang Cheng llega a la entrada, Lan Xichen y Jin Guangyao lo están esperando. El primero posee una amable sonrisa perenne en su semblante; el segundo, mantiene una expresión tranquila, pero sus ojos manifiestan ligera desazón.
Desazón que se desvanece rompiéndose en una mueca de alivio cuando ve llegar a Jiang Cheng. El primero en dar un paso hacia adelante para descender las escaleras es Jin Guangyao. De tres estilizadas, pero rápidas zancadas, se sitúa frente a Jiang Cheng.
—El paquete —es lo primero que suelta Jiang Cheng y la sonrisa aliviada en el semblante de Jin Guangyao se deforma a un ceño desaprobatorio.
—No le digas así, Jiang Cheng.
Sin embargo, Jiang Cheng sabe que a Jin Guangyao le hace gracia que llame a Jin Ling de esa forma. Es lo que parece: un paquete. Gracioso, pero a la vez es triste.
Luego de unos momentos, Jiang Cheng logra despegarlo de su cuerpo, entregándoselo con un evidente alivio que no se molesta en ocultar. Jin Ling no pierde tiempo en afianzarse como un koala, enterrando el rostro en el cuello de Jin Guangyao para continuar su siesta. Lan Xichen más adelante, carraspea.
—Bienvenido sea, líder de secta —deferente como siempre, Lan Xichen lo saluda, esbozando una reverencia que Jiang Cheng corresponde con un cabeceo—. Por favor, acompáñenos a cenar. El Jefe Cultivador desea darnos unos anuncios.
Jin Guangyao es rápido en girarse para contemplar a Lan Xichen. El Jefe Cultivador, en medio de ambos, es una presencia dispar, se puede ignorar fácilmente su procedencia como Jefe debido a su embelesamiento, y a pesar de eso, Jiang Cheng frunce el ceño.
Porque el Jefe Cultivador se ha girado con pasmosa rapidez y Jiang Cheng no se perdió de la estúpida sonrisa que adornó su rostro cuando posó su mirada sobre Lan Xichen.
Qué asco.
Chapter 8: Cena familiar
Summary:
Cuando se practica el arte de la austeridad, Jiang Cheng debe saber que nunca se puede olvidar a los niños.
Notes:
Ahora sí voy entrando en materia y aviso que meteré a los mocosos haciendo travesura para más placer u3u
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El Sollozo de un Sándalo
Cena familiar
Se llegó a susurrar en el pasado que la cena familiar de los Lan no difería mucho de sus banquetes.
En su momento, cuando Jiang Cheng era niño, soñó con ser parte de las inmensidades que arropaban a Cloud Recesses creyendo que gente de tan celestial apariencia debería profesar ostentosas ceremonias.
Cuán equivocado estuvo.
Jiang Cheng quiere decirle a su yo del pasado que deje esos sueños infantiles.
Contempla la mesa frente a él, la comida sobre la superficie dispuesta para la cena y entiende por qué Wei WuXian lloró tanto en su momento. Aunque la cena familiar de los Lan, de alguna forma destila elegante austeridad, está tan embargada en pesadumbre que parece más un funeral.
Lo único ligeramente entretenido en ese momento son las tres pequeñas figuras sentadas frente a él. Por algún motivo, decidieron sentar a Jin Ling aún somnoliento, en medio de los dos pequeños Lan que lo contemplan como si fuera una cosa extraña.
Al costado derecho de ellos, está sentado Jin Guangyao y Lan Xichen. Jiang Cheng lo observa beber su té medicinal en silencio. Sabe que es agrio, en demasía agrio, aun así, su semblante no cambia. E incluso está sincronizado con Lan Xichen para ingerirlo al compás.
—¿Cómo te llamas? —en voz baja, el niño llamado Lan Jingyi inquiere.
Se ha inclinado hacia a un lado sobre el cuerpo de Jin Ling. Asustado, Jin Ling parpadea, crispándose cuando nota cómo Lan Jingyi invade su vista y no tarda en fruncir el ceño, alzando el labio en desdén.
—¿Qué? —espeta en voz baja, petulante.
Jiang Cheng aprieta los labios, desviando rápidamente la mirada cuando ve en ese momento cómo Jin Guangyao abre los ojos, desciende la taza de té y contempla a Jin Ling de soslayo, luego lo observa a él con una ceja ligeramente enarcada.
Ambos saben que lo está emulando.
Ante la respuesta de Jin Ling, Lan Jingyi no parece amedrentado. En realidad, sus pardos se posan sobre Lan Yuan que sí está concentrado en ingerir el té. Para ser un niño de tres años y medio, sabe comportarse adecuadamente como un Lan.
—A-Yuan —Lan Jingyi lo llama en voz baja—, está roto, A-Yuan.
Lan Yuan desciende la taza de té y la coloca sobre la superficie de la mesa. Abre sus orbes, enfocándolos sobre la efigie pueril de Lan Jingyi. Jin Ling yace en medio, el rictus de rebajamiento desapareció para dar paso a una mueca de confusión.
—No está roto, A-Yi. No quiere hablar.
Las cejas de Jin Ling se alzan y la mueca de confusión se acentúa.
—¿Qué?
Jiang Cheng está tentado a sacar a Jin Ling de los dos mocosos porque ya puede contemplar cómo la cabeza de Jin Ling comienza a calentarse.
El joven Jingyi, rueda los ojos, un bufido ruidoso emerge al compás y parece ser que ese es el límite de Lan Qiren, porque pronto carraspea con medida fuerza. El ceño fruncido yace perenne en su semblante austero demasiado joven.
Es inmediato cómo la voz molesta de Lan Qiren puede poner en asustada rectitud a Lan Jingyi que apenas lo escucha, se sienta correctamente bien en su asiento. Lan Yuan también se sienta con educación y Jin Ling vuelve a observarlos, girando la cabeza rápidamente para intentar comprender que está sucediendo, pero transcurren eternos segundos y al final, derrotado, posa la mirada sobre Jiang Cheng que yace al frente, más perdido y desconcertado que antes.
—¿Tío?
—Silencio.
Jiang Cheng muerde el interior de sus mejillas cuando ve cómo Jin Ling esboza una mirada de asombro en dirección a Lan Qiren por haberlo mandado a callar. Jiang Cheng lo contempla, también en el proceso barriendo sus cárdenos hasta posarlo sobre Jin Guangyao que mira a Jin Ling en silencio. Sus cejas rehílan apenas, demostrando las ansias que tiene por reír.
Lo conoce, al idiota le divierte el pasmo de Jin Ling.
Así como lo entretiene a él.
Al final, parece Jin Ling no puede soportar tanto tiempo en silencio sin manifestar su contrariedad porque ahora posa su mirada sobre Jin Guangyao.
—Pero…
—He dicho, silencio.
Lan Qiren masculla, ahora su atención se posa sobre Jin Ling que no tarda en inclinarse hacia Lan Jingyi en busca de apoyo, pero el otro se encoge visiblemente para escapar fuera de la mirada fulminante.
Él puede ser una persona que posea la austeridad como una segunda naturaleza, un segundo nombre, una segunda existencia; pero contemplar a Jin Ling tan desconcertado, ofendido y contrariado a causa de un extraño que lo manda a callar sin que sus tíos hagan algo por impedirlo, termina de romper el semblante impertérrito de Jiang Cheng.
Un bufido emerge de su boca. Rápidamente se convierte en un tosido y alza su mano, cubriendo la mitad inferior de su rostro en un vano intento por disimular la carcajada que quiso salir en su lugar.
Sabe que ha fallado miserablemente cuando Lan Qiren le regala la mirada más decepcionada que puede reunir un hombre que intenta lidiar con tres mocosos de tres años. Jin Guangyao y Lan Xichen están al fondo y Lan Xichen ni siquiera mira a Lan Qiren a los ojos porque el único vestigio presente de control se manifiesta en su mano trémula sosteniendo la taza de té.
Jiang Cheng emite un tenue suspiro. Jin Ling está ceñudo frente a él y ahora ha cruzado los brazos a la altura de su torso, una mirada de infinita ofensa que no lo ayuda a permanecer serio. Jiang Cheng sabe que debe ver a otro punto del salón para evitar que su máscara de líder se desmorone por completo.
Gira la cabeza a su costado derecho, hallándose la efigie de Lan WangJi a su lado, sentada en correcto mutismo. Contrario a la creencia popular, se esperaría que Lan WangJi esté degustando el té en silencio, pero en cambio, Jiang Cheng se encuentra con el rictus circunspecto de Lan WangJi y sus orbes dorados contemplándolo.
¿Cuánto tiempo ha estado vislumbrándolo?
Chapter 9: Amarga sorpresa envuelta en cárdeno
Summary:
Jiang Cheng nunca ha pretendido ser un émulo de aquel ayer desolado; pero, inevitablemente, termina siéndolo.
Notes:
Disculpen la tardanza, tuve una lesión en la mano y me prohibieron escribir. Así que avanzaré lento.
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Chapter Text
El Sollozo de un sándalo
Amarga sorpresa envuelta en cárdeno
Por algún extraño motivo que aún quiere desconocer, Jin Guangyao se quedó a cargo de Jin Ling cuando salieron de la cena familiar. El congee glutinoso y el té amargo desvanecieron su apetito por los próximos días.
La idea de beber algo que enardezca el picor en su garganta pasa de forma fugaz por sus pensamientos sombríos.
Pero, el Xu Shi se cierne pronto y Jiang Cheng es conducido por los impolutos pasillos envueltos en crepitantes lámparas níveas hasta el extremo norte, dónde están ubicadas las habitaciones de los distinguidos invitados.
Lo dejaron en el mismo pabellón de la misma de la última vez. Cuando Jiang Cheng ingresa, incluso puede percatarse que los mismos adornos de su secta yacen decorando cada espacio en sutil armonía. Como anfitriones, intentan otorgarle una vaga sensación a su hogar
Aunque no es necesario, Jiang Cheng lo aprecia.
Camina alrededor del recinto que será su morada de ahora en adelante, descubriendo el conjunto de túnicas violetas que dejó la vez pasada. Aunque Jiang Cheng no considera nada de aquello su hogar, la calma que envuelve Cloud Recesses lo sosiega al punto de que la molestia acontecida a causa de su consejo, sólo sea un mal tratable.
Jiang Cheng no pierde tiempo en desnudarse para darse un baño apropiado y colocarse la túnica de seda blanca que utilizará para dormir.
Aseado, su cabello humedecido oscila al compás de sus movimientos decididos. De un impetuoso movimiento se lanza a la cama, quedando boca arriba. La oscuridad cierne su pabellón en penumbras, acompaña al silencio que intenta superar el sonido acompasado de su respirar y pronto Jiang Cheng comprende que no podrá dormir como un Lan.
Frunce el ceño, lanza un suspiro al aire y retiene la maldición que amenazó con pugnar de sus labios fruncidos por la irritación.
No puede dormir y lo primero que piensa es en salir para buscar algo de licor que adormezca su mente.
Casi quiere reír ante la ironía del asunto. Un recuerdo lejano del pasado insiste en llegar a su mente, pero Jiang Cheng no tarda en asesinarlo.
No quiere pensar en él.
Y, sin embargo, lo hace: termina pensando en algún método ineludible que lo ayude a silenciar los salvajes sentires y esos frenéticos pensamientos.
Al final, Jiang Cheng rompe una regla y termina quebrantando la calma de su pabellón, abriéndolo.
Ataviado en una túnica oscura que apenas logra cubrir decentemente la interior de seda, se escabulle por los oscuros pasillos. No irá a la ciudad de Caiyi por licor. Una regla quebrantada es más que suficiente. Lo único que Jiang Cheng desea es escapar.
Perderse un instante, como cuando su secta era lo único que importaba. Tantos días trabajando para esta, llegaba un punto donde el agobio era tal que necesitaba desvanecerse de aquellas responsabilidades asfixiantes.
Fueron en esos momentos donde no le tocaba cuidar a Jin Ling, que Jiang Cheng solía dejar a un lado su austeridad, ese porte de líder y decidía usar nada más una túnica oscura sin emblema. En esos momentos, Jiang Cheng hacía a un lado la corona, soltaba su cabello y permitía que este respirara libremente al son de la brisa y de la luna ambarina, única testigo de sus pesares nocturnos.
Para Jiang Cheng, solía ser una costumbre desdibujar de su mente esa rigurosa idea de líder, al menos una vez cada jornada, se perdía entre los matorrales que arropan los límites de la ciudad y se contentaba con yacer recostado a un tronco raído, bebiendo hasta que el amanecer asesinara los destellos plateados de la luna impoluta, único acompañante junto a los pensamientos fantasmales que nunca lo abandonarán.
Podría hacer lo mismo en Cloud Recesses, pero comprende que, aunque desee emular aquel íntimo ritual, no son las mismas circunstancias ni las mismas comodidades. Si un guardia lo captura, perderá la cara.
Al final, termina perdiéndose en el bosque frente a él. No muy lejos de los límites ni de su morada, pero sí lo suficientemente apartado como para otorgarse el vacío sentimiento de soledad.
Cuando corre, sus pies descalzos se hunden en la grama húmeda. La neblina perenne enfría sus mejillas arreboladas por la rápida caminata. Los mechones desiguales a cada costado de su semblante se adhieren a la piel nívea húmeda por el clima templado, aumentando el resplandor cárdeno de sus orbes.
Finalmente, sus pies lo detienen al borde de un risco. Hay un lago que se esboza frente a él y a su costado derecho hay unas escalinatas de piedras que lo conducen al final de aquel claro sinuoso. Con lentitud, comienza a descender las escaleras luego de un ligero titubeo.
La superficie fría de las piedras lo crispa, pero ignora aquella circunstancia a favor de seguir descendiendo. Hay una suave brisa nocturna que mece sus túnicas y también sus hebras sueltas. El vasto e impoluto bosque de Cloud Recesses arropa con su elegante sutileza las maravillas que la naturaleza crea.
Jiang Cheng siempre valoró aquello más que cualquier cosa hecha por las manos humanas.
Llega al final de las escaleras y ahora puede contemplar el lago con mayor detenimiento. Jiang Cheng parpadea y gira su cabeza a un costado derecho, pero pronto se queda congelado cuando atiende las sosegadas notas de un guqin solitario resonando sobre el silencio cruento.
Gira en dirección al sonido y comienza a caminar hasta esa tonada como si hubiera sido hipnotizado por el cántico de un hechizo.
El sonido lo conduce hasta el borde del lago donde una base de piedra se deja entrever a la derecha. En esa base de piedra hay una efigie sentada con las piernas cruzadas. Sobre sus muslos tiene un guqin oscuro. Sus dedos impolutos, largos y estilizados, tocan lentamente las cuerdas tensas en tonadas solitarias que acongojan su alma.
Jiang Cheng continuaría observando a Lan WangJi tocar esa triste tonada, sintiendo cómo desborda todo su espíritu quebrantado en esas notas deliberadamente impuntuales, pero su vista se desvía a lo que yace flotando frente a él.
Es el amuleto perteneciente a la secta Yunmeng Jiang.
Sus ojos se abren y el corazón comienza a palpitarle con velocidad.
Tentativo, da un paso hacia adelante; pero grave error: la grama cruje bajo su pie descalzo y Lan WangJi cesa el cántico desolado de aquel guqin, interrumpiendo el hechizo que mantenía suspendido en el aire aquel amuleto, este cayendo con un sonido tintineante.
Lan WangJi gira con rapidez hacia su izquierda, encontrándose pronto con la mirada cárdena en una amarga sorpresa que le apretuja el abdomen. Un desagradable resabio llena su boca de saliva.
Aunque Lan WangJi no haya dicho algo, Jiang Cheng puede sentir que ha cometido el peor de los pecados.
Notes:
Inquiry es fanon, pero lo emplearé en este fic porque lo necesito.
Mi HC con Jiang Cheng es que sus responsabilidades como líder de secta lo agobian y siempre buscará de escapar al menos una vez a la semana para olvidarse de todo eso y beberá. Ese hábito lo cogió de Wei WuXian y no se lo puede quitar aunque lo desee. Este HC lo verán reflejado en mis fics.
Chapter 10: Sonata nocturna
Summary:
Algunas veces, la ignorancia puede ser una virtud; pero en el caso de Jiang Cheng, es una incomodidad subyacente.
Notes:
Me encanta meter a los Juniors. Ya quiero que se incluya Ouyang Zizhen u3u
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Sonata nocturna
Cárdeno, antes austero, ahora se encuentra huidizo gracias al resplandor ominoso de aquellos dorados que penetran su alma. Por primera vez, Jiang Cheng siente la imperiosa necesidad de excusarse, pero no lo hace, porque la parte racional de su juicio dicta que su proceder no fue inadecuado.
Frunce el ceño, buscando una valentía que ya no percibe, pero que sabe emular en los momentos de tensión y abre la boca, sin embargo, Lan WangJi es más rápido.
—Está prohibido deambular luego del toque de queda.
Hay un pasmo momentáneo que nubla su mente, ahuyentando la frase que amenazó con exteriorizar; y Jiang Cheng en ese momento agradece silenciosamente que Lan WangJi sea tan impasible como siempre.
—No deambulo —masculla, luego de un rígido silencio.
Jiang Cheng puede percatarse de cómo Lan WangJi enarca lentamente una ceja, pero el sutil ademán se desvanece pronto y sólo queda esa fugaz remembranza de que le otorgó una expresión disímil a la usual.
No sabe a qué conclusión llegar.
—Estás deambulando —acota a los segundos. Las manos sobre el guqin se posan con cuidado a cada costado, pero Jiang Cheng puede ver cómo sus orbes doradas observan cada tanto el amuleto caído frente a él—. Si obtengo un esclarecimiento, no reportaré el hecho.
Jiang Cheng parpadea, luego una expresión incrédula se asienta en su semblante. ¿Lan WangJi le está dando una salida?
Por supuesto que desea darle una salida. Al igual que él, Lan WangJi ha roto una regla y quién sabe cuántas más, por lo que sería un buen trato mantener el silencio y actuar como si aquella circunstancia nunca tuvo lugar.
Abre la boca, dispuesto a decirle que ambos pueden ir a perder la cara frente a Lan Qiren, a Lan Xichen y a los ancianos por una estupidez como salir del pabellón, pero un crujido al momento que unos suaves silbidos se atiende al momento. Jiang Cheng gira sobre sus pies al compás que Lan WangJi alza su mano derecha y una mota añil se esboza en la punta de su dedo índice. Zidian crepita con intensidad, alumbrando en destellos violáceos el cruento poder que está a nada de emerger.
—¿Quién es está ahí? —espeta con brusquedad en ademán amenazador.
Pronto, de los matorrales, emergen tres pequeñas figuras aún envueltas en la túnica que usaron durante el día. Jiang Cheng parpadea, luego frunce el ceño.
—¿Qué hacen aquí?
Tras él, puede sentir la tensión de Lan WangJi cerniéndose. Seguramente no debe ser agradable ver a su hijo modelo despierto, trémulo, pero intentando ser valeroso encubriendo los cuerpos de Jin Ling y Lan Jingyi.
Lan Jingyi aprieta la mano de Lan Sizhui, al otro costado, Jin Ling hace lo mismo, escondiendo su cuerpo de la ira de su tío.
—Buscamos al tío de Jin Ling —Lan Jingyi balbucea, observándole. No hay temor en su mirada parda cuando se encuentran, pero apenas percibe que Lan WangJi yace tras él, retorna una vez más a esconderse en la espalda de Lan Sizhui.
—¿Para qué me buscan? —aún la brusquedad yace en su modular, pero la curiosidad comienza a emerger.
Lan Jingyi niega con la cabeza, luego observa a Jin Ling, como queriendo decirle que es mejor confesar. Aún escondido, Jin Ling balbucea:
—No, tío Cheng. No encuentro a tío Yao…
Jiang Cheng parpadea alzando las cejas, pero estas no tardan en retornar a su posición habitual.
—¿Cómo? ¿Desapareció del pabellón? —el desconcierto sustituye el enojo. No está comprendiendo nada.
Más valiente, Jin Ling termina de emerger tras un tenso Lan Sizhui. Sus ambarinos pueriles se encuentran con los de Jiang Cheng, observándole con ligero temor.
—Me dormí… pero desperté y todo estaba frío.
Entonces… Jin Guangyao se largó dejando solo a Jin Ling en el pabellón. ¿El insufrible estúpido también quebrantó una regla? Oh, no puede dejar pasar la situación.
Tiene que buscarlo. Con suerte puede injuriarlo y Jin Guangyao no tendrá excusa alguna para desdeñar su reclamo.
Da un paso hacia adelante en dirección a las tres pequeñas figuras que no tardan en tensarse.
—A-Ling, vamos a buscar a tu irresponsable tío.
Despavorido, asiente con un cabeceo. Jin Ling nunca duerme solo y Jin Guangyao lo sabe. Sin embargo, cuando va a soltar la mano de Lan Sizhui, Lan WangJi habla tras él.
—No retornes —susurra. Jiang Cheng gira al momento, encontrándose con su ceño fruncido y los labios apretados. Lan WangJi lo observa con fijeza—. Es mejor que no lo busques.
Jiang Cheng abre la boca, pero luego la cierra. Termina de girar completamente y comienza a caminar en dirección a donde yace Lan WangJi sentado, situándose a un costado.
—Sabes algo que yo no —no es una pregunta, es una exigencia que necesita dilucidar, pero Lan WangJi tiene los labios apretados y Jiang Cheng conoce esa expresión, ni siquiera bajo tortura dirá algo.
Lanza un resoplido al aire que se pierde en el clima húmedo del ambiente. Hay un suave viento que oscila, moviendo sus cabelleras sueltas. Lan WangJi aún lo está observando y Jiang Cheng piensa si debería retornar con Jin Ling a su pabellón, esperar que nazca el alba y encarar a Jin Guangyao.
Pero… mientras tanto, Jiang Cheng también está consciente de que Lan WangJi no lo dejará marchar sin antes asegurarse de que no irá a buscar a Jin Guangyao.
Algo está ocultando… necesita saber qué.
—Bien —espeta, cruzándose de brazos—. ¿Qué propones?
Lan WangJi deja de observarlo y pasa a contemplar las tres figuras tras Jiang Cheng.
—Debemos dormirlos.
… Al final, Jiang Cheng termina sentado con las piernas cruzadas frente a Lan WangJi.
Al costado derecho tiene enterrado en su costilla a Jin Ling, mientras que, al izquierdo, sorprendentemente, lo está abrazando Lan Jingyi. Ambos aún siguen despiertos, escuchando con atención la suave canción entonada por Lan WangJi.
Esa vez, las notas puntuales son diferentes a la canción anterior. La tonada es más dócil. De vez en cuando intercala en rápidos tintineos que da la sensación de estar saltando sobre las nubes. A esa tonada, la acompaña el suave barítono de Lan WangJi y Jiang Cheng nunca pensó que su voz podría percibirse tan sutil bajo esa profundidad cerniente.
Una parte de Jiang Cheng quiere alabar su voz, pero lo contempla tan concentrado en su actuar que sus labios se sellan sin él poder evitarlo. Ambos brazos rodean los pequeños hombros de los niños situados a cada costado, Jiang Cheng los ve de soslayo parpadear, intentando mantenerse despiertos para seguir deleitándose con la sonata nocturna, pero son niños y las horas de sueño son más largas que las de un adulto.
Lan Sizhui está sentado a un costado de Lan WangJi y aunque intenta mantenerse correctamente erguido, al final termina desfalleciendo, su mejilla recostada al brazo de su padre. Eso le indica a Jiang Cheng que Jin Ling y Lan Sizhui se perdieron en el mundo de los sueños.
Sus ojos se encuentran unos momentos con los de Lan WangJi. Tan diestro en el arte de tocar el guqin, no necesita saber qué cuerdas palpa para comprender que esa es la nota adecuada.
Los niños están dormidos, la luna ya no se percibe entre las nubes circundantes…
Y Lan WangJi nunca dejó de tocar.
Notes:
El summary debería decir: cómo dormir a tu sobrino para saltar la talanquera al Hanshi y no morir en el intento.
Espero que les haya gustado. Nos veremos en unos días.
Chapter 11: Amanecer escabroso
Summary:
La mente de Jiang Cheng le sigue insistiendo que es un buen momento para morir.
Chapter Text
Amanecer escabroso
A Jiang Cheng le costó mucho esfuerzo abrir los ojos la mañana de ese día en el que estuvo despierto gran parte de la madrugada, gracias a la fantástica idea de Lan WangJi acerca de dormir a los niños.
Sinceramente, el hecho de que los mocosos hayan salido en búsqueda del irresponsable de Jin Guangyao no tiene por qué afectarle a él.
… Sólo que sí lo hace porque Jin Ling ahora no se quiere despegar de su tío Jin Guangyao. ¿Y él? Bien, gracias por preguntar.
Ahora tiene que contemplar cómo Jin Guangyao carga a un lloroso Jin Ling a medida que los otros dos mocosos Lan le siguen el paso. Por alguna extraña razón que no desea comprender, están en una expedición hacia la frontera que conecta el territorio de Qishan con el de Gusu por una falla en la barrera, impidiéndole así tener la reunión que desea para exponer la idea con la que vino en mente.
Por eso, en ese momento, se encuentra sujetando dos pequeñas manos a cada costado de su cuerpo. La mano de Lan Jingyi y la de Lan Sizhui. No comprende cómo sucedió eso. Jiang Cheng no se lleva bien con los niños, está certificado oficialmente que no los soporta, a duras penas puede con su sobrino y ahora está sujetando las manitos de dos mocosos cuya procedencia no tiene nada qué ver con él, ni familiar ni política.
Frunce el ceño, observa las tres figuras frente a él. Lan Xichen lidera la comitiva hablando silenciosamente con Jin Guangyao que carga a un dormido Jin Ling luego de tanto llorar. Lan WangJi está tras ellos a una prudente distancia. Jiang Cheng tiene la sensación de que inhibe su vista al frente con premeditación y alevosía.
Aprieta los labios, intenta apresurar el paso, pero pronto Lan Jingyi tropieza y no tarda en hacer vocal su contrariedad:
—¡Líder Jiang Cheng, por favor vaya más lento! —exclama con su voz aniñada.
Lan Sizhui inclina la cabeza hacia adelante y observa a La Jingyi, negando con la cabeza.
—A-Yi, no molestes al líder Jiang Cheng. Él ayuda a caminar por el piso mojado…
Contiene un resoplido, rodando los ojos. Increíble, ahora se siente mal. Uno lo hace enojar y el otro sentir culpable.
Si bien el suelo está húmedo y el terreno fangoso cuyo desnivel se torna más pronunciado, dificultando el paso incluso para un adulto como él, Jiang Cheng es incapaz de comprender por qué Lan Xichen decidió traer a los mocosos en esta expedición.
Al parecer… hizo vocal sus pensamientos porque pronto la voz de Lan WangJi llega:
—Ya están en la edad de comprender lo que sucede en torno al clan.
Conciso, ha medido su explicación. Una que Jiang Cheng no necesitaba. Pero, a pesar de que pudo decir eso, cuando alza su rostro y se encuentra que Lan WangJi ha decidido caminar cerca de él, a unos pasos de distancia, siempre observándolo de soslayo, no puede evitar rememorar la madrugada cercana, esa donde por primera vez lo escuchó tocar el guqin de esa forma, cantando una nana.
Jiang Cheng también recuerda que, rememorando esa nana cantada, sus sueños nunca estuvieron tan tranquilos como en ese momento.
El hecho de que piense en esa sentencia tan escabrosa le impide mantener la mirada con valentía.
Por primera vez en su vida, Jiang Cheng pide sopor a las deidades que nunca creyó.
Hasta que… inesperadamente llega.
—A-Yuan, A-Yuan, el líder Jiang Cheng tiene la mano suave como mi mamá; ¡puede ser tu madre también!
Notes:
Cuando tenga oportunidad dejaré unas notas sobre la evolución de este fic. Nos vemos.
Chapter 12: Todos son extraños, menos Jiang Cheng
Summary:
Si la gente creía que Jiang Cheng es extraño, no ha conocido a Lan Xichen y Jin Guangyao.
Notes:
¡Actualización! Disculpen la tardanza, he estado bastante ocupada en el trabajo. Espero que les guste.
Debo decir que voy a participar para el primero de febrero en el mes de Jiggy y probablemente no tenga tiempo de actualizar, aunque Sollozo de un Sándalo la tengo avanzada, se me olvida xD Sería bueno que me recuerden.
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Jiang Cheng se percata que alcanzaron los límites de Cloud Recesses cuando el sol del mediodía calienta sus mejillas. Esa eventualidad hubiera resultado difícil llevarse a cabo dentro de la morada del clan Lan debido a la perenne neblina, pero ahora que siente su cuerpo cálido embargarse gracias al astro en las inmensidades, rememora su estadía en Lianhua Wu, inevitablemente añorándolo.
Transcurre un tiempo indefinido en la expedición, hace mucho que Lan Sizhui y Lan Jingyi decidieron que confiar su integridad física en él resultaba mucho más atenuante que encargarla a Lan WangJi. Ahora, está situado en una gigantesca base de piedra que le permite contemplar un vasto firmamento cerúleo en las inmensidades y bajo el abismo frente a sus orbes asombradas.
Abre los ojos, en sus orbes deslucidas se esboza el océano más índigo que Jiang Cheng ha contemplado en su vida. Habituado al verde lago de Yunmeng, comprende por qué Jiangsu es tan yermo en su poder.
El asombro cuartea su mueca austera, la punta de la nariz escoce y el corazón comienza a latirle con velocidad. Los vientos que trae el este consigo ascienden por el acantilado, revoloteando el flequillo ébano a cada costado de su semblante pasmado y Jiang Cheng sabe que, si desenvaina en ese momento a Sandu, decidiendo montar en esta, poseyendo como único acompañante el índigo firmamento, reirá como nunca antes deseó hacerlo.
Su torso se apretuja ante una sensación desconocida, las manos se aprietan hasta formar un puño y en ese momento parpadea, alejando la emoción disímil para contemplar las palmas. Resulta inevitable para él tocarlas, dejándose embargar por la suavidad que despiden estas.
Frunce el ceño. La ilusión de hace un momento se cuartea en su mente, no es más que un lejano recuerdo grato ahora que piensa en el porqué de ese advenimiento.
Recuerda ejercer trabajo de campo. Usar a Sandu y Zidian crean callos y bifurcaciones desiguales en sus dedos, pero por algún extraño motivo estos se hallan deslucidos gracias al tiempo. Luego de la guerra, los años venideros si bien no fueron tiempos de paz y sosiego, empuñar sus armas para la batalla ahora se ha convertido en una remembranza.
Las cacerías nocturnas forman parte de un pasado añorante. Ahora el Jefe Cultivador está creando nuevas reformas para hacer de las cacerías nocturnas un evento disfrutable y no la antesala a un desastre, pero tres inviernos ha transcurrido, el cuarto se cierne pronto y los líderes de secta comienzan a resentirlo.
Entre ellos, él.
—Jiang Cheng.
Quien lo llama es Jin Guangyao. Difumina los pensamientos contrariados y gira para contemplar a Jin Guangyao acercándose a él. Ya Jin Ling está despierto y Jiang Cheng puede ver de soslayo cómo conversa con un exaltado Lan Jingyi. En medio de ellos, Lan Sizhui busca mediar, alzando los brazos en aspavientos calmos.
—¿Qué sucede? —inquiere, su ceño fruncido perenne, pero su modular distando de la expresión habitual.
Jin Guangyao esboza una sonrisa ladina, hablando:
—A-Yi dice que tienes las manos suaves —susurra, invadiendo su espacio personal para dar un paso más al frente y sujetar una de sus manos, palpándola con su dedo.
Jiang Cheng se tensa, siendo imposible predecir el movimiento para apartarse. Esta acción tan disímil a la personalidad de Jin Guangyao lo pasma. Quiere alejar su extremidad y gritarle por su osadía; no permite que nadie lo toque, pero está tan congelado observando a Jin Guangyao contemplar su mano con fascinación mal disimulada que su mente se rompe.
—Qué—
—Oh, vaya, sí las tienes suaves.
Decide que podría indignarse y nadie le reclamaría.
—¿Entonces el líder de la secta Jiang Cheng sí las tiene suaves? —de repente, Lan Xichen inquiere, acercándose.
Lo contempla, alzando un poco el rostro para encontrarse con su suave sonrisa. Lan Xichen estira sus manos y comienza también a tocar la mano que Jin Guangyao sostenía un momento atrás y ahora Jiang Cheng es incapaz de comprender qué carajo está sucediendo.
—Definitivamente, sí las tiene suaves —dice Lan Xichen luego de un tiempo en contemplación, observando a Jin Guangyao que asiente en un cabeceo efusivo, ampliando la sonrisa—. Pero no más suaves que las de A-Yao…
Jin Guangyao niega con la cabeza, una suave risa saliendo al compás.
—Por favor, Er-Ge, al contrario. Realmente mis manos son un desastre, tocar el guqin crea callos.
—A-Yao siempre tan modesto e incapaz de aceptar un elogio.
—¿Le debo recordar a Er-Ge, que hasta disculparse apropiadamente, este líder no aceptará más elogios?
¿Qué carajo?
—… Ah, ¿sabes quién es poseedor de unas manos duras y ásperas al punto de que duelen cuando palpan? —magistralmente Lan Xichen cambia la conversación, desviando el rostro de la expresión tensa que esbozó Jin Guangyao, posando su mirada parda sobre un punto tras Jiang Cheng—. ¡WangJi, ven!
Hay unos movimientos tras él, la grama cruje y pronto Lan WangJi se sitúa a su costado. Jiang Cheng parpadea como un búho encandilado por la luz de una lámpara.
—WangJi, extiende tu mano —Lan Xichen instruye.
Acata pronto, e indiferente, extiende su extremidad al centro de los cuatro cuerpos con la palma mirando hacia el cielo. Jin Guangyao es el primero en posar sus dedos sobre ellas, sorprendiéndose por lo áspero del tacto.
—Oh, vaya, el guqin ha dañado mucho los dedos. En la Torre Koi tengo un ungüento, sirve para aligerar la tensión. Puedo traerlo en mi próxima visita.
Férvido, Lan Xichen asiente.
—Sería maravilloso, A-Yao. Las manos de WangJi deben permanecer impolutas.
—Mhn.
Hace muchos segundos atrás, por su salud mental, dejó de pensar en lo extraño y espeluznante del asunto cerniente. Eso, hasta que Lan Xichen posa su mirada candorosa sobre él y Jiang Cheng comienza a atemorizarse.
—Líder Jiang Cheng, ¿por qué no toca la mano de WangJi para que comprenda su textura?
Frunce el ceño, e incapaz de contenerse, espeta:
—No.
—¿Por qué no?
—No hay un motivo.
—¿Para usted siempre debe haber un motivo que le inste a realizar sus deseos?
—…
Pronto, Jiang Cheng comprende por qué Jin Guangyao y Lan Xichen se llevan tan aterradoramente bien.
Chapter 13: La sensatez es subjetiva
Summary:
Las primeras veces no siempre serán las más adecuadas.
Notes:
Disculpen la tardanza, espero que les guste uwu
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
La sensatez es subjetiva
Jiang Cheng no ha vuelto a abrir la boca luego de que aquella extraña acción pasada, donde todo el mundo se manoseó, quedando pronto en el olvido. Teme que, si Lan Xichen o incluso Jin Guangyao posan su atención sobre él, alguna otra extrañeza tenga lugar.
Su paciencia no está para ser tentada hoy.
—Deberíamos llevar a los chicos de cacería nocturna —susurra Lan Xichen a un costado de Jin Guangyao.
Luego del evento pasado, la seriedad se instauró en el grupo y ahora ambos están frente a la barrera. El terreno perteneciente a Qishan es vasto y yermo. La barrera que los separa debe fortificarse cada cierto tiempo y ahora Jiang Cheng contempla a Lan Xichen utilizar a Liebing imbuir energía espiritual para así evitar alguna desafortunada eventualidad.
Lo contempla fruncir el ceño, Liebing ahora yace a un lado de él, guardada en su funda.
Jin Guangyao a su costado, inquiere.
—¿Sucede algo, Er-Ge?
—¿En qué dirección tenemos a Yueling?
—Suroeste. Ya pasamos el territorio de Yueling —quien anuncia eso, es Lan WangJi.
Jiang Cheng no comprende lo que está sucediendo así que debe permanecer en silencio, estudiándolo todo. A pesar de ello contempla de soslayo a los niños que comenzaron a jugar como si estuvieran en una batalla usando ramas como espada.
—Tenemos a Qishan a un día de distancia, pero la frontera de su territorio aún no ha sido clasificada —susurra, más para sí mismo; pero pronto gira y encara a Jin Guangyao con seriedad—. Siendo Jefe Cultivador, ¿cuándo anunciarás que Qishan es territorio neutral?
Los párpados de Jin Guangyao descienden al igual que su cabeza, pareciera que está ofreciendo su cuello al líder de la secta Gusu Lan. Jiang Cheng no comprende cómo esa diferencia de poder tiene lugar.
Él jamás se humillaría de esa forma si fuera Jefe Cultivador.
Frunce el ceño, conteniéndose de soltar un bufido despectivo.
—El Concejo aún no decide la fecha de la siguiente Conferencia de Discusión.
—¿No acordamos en que sería en invierno?
—Así es —concede Jin Guangyao con un cabeceo. Sus párpados aún siguen caídos—. Espero que el Concejo apele a mi decisión para fijar que la Conferencia de Discusión se lleve a cabo cada invierno.
El silencio se instaura, pero dura lo mismo que un parpadeo, aunque la tensión subyacente haya quedado en el aire. Lan Xichen emite un suspiro tenue y en ese momento alza ambos brazos, sujetando los hombros de Jin Guangyao en un apretón afectuoso.
—Me disculpo, he puesto mucha presión sobre los hombros de A-Yao —susurra, pero Jin Guangyao niega con la cabeza.
—¡No! Er-Ge tiene razón. Si no declaramos Qishan territorio neutral probablemente los cadáveres feroces que quedan en la frontera sean un problema mayor.
Lan Xichen asiente, Jiang Cheng pronto comprende aquel juego de poder.
Aprieta los labios y gira cuando percibe que Lan Xichen ha apartado a Jin Guangyao, comenzando una silenciosa conversación en la distancia. Él no tiene mucho que hacer salvo esperar que lleguen a un acuerdo para continuar su camino.
Desciende el terreno inclinado con cuidado y llega hasta la base de piedra donde los niños continúan jugando. Pero ajenos a la presencia de Jiang Cheng, ignoran todo a su alrededor en pos de seguir aquel juego.
Jiang Cheng no se molesta en seguirlos observando, más concentrado en aguardar que termine aquella íntima conversación. Sin embargo, una rama crujiendo tras él lo desvía de su línea de pensamientos, haciendo que gire para encarar la presencia que está cerca de él.
Se encuentra a Lan WangJi tras él, su estampa imponente contemplándolo en silencio. Para Jiang Cheng resulta inevitable compararlo con el Lan WangJi de la madrugada, ese que cantó la nana.
Diferentes, pero semejantes en una plenitud particular.
—Debemos marchar —dice, caminando hasta situarse frente a él—. Ellos tardarán. Deben seguir examinando la barrera para evitar que los cadáveres feroces ingresen.
Jiang Cheng asiente, comprendiendo. Realmente no tiene mucho qué hacer ahí. Podría estar invirtiendo su tiempo en algo más productivo como hablar con Lan Qiren acerca del progreso de sus discípulos y los preparativos para exponer el nuevo proyecto de economía.
Gira, comenzando a caminar en dirección a los niños.
—Dejen de jugar, retornemos a Cloud Recesses —anuncia cuando llega, y sólo luego de que Lan Jingyi y Jin Ling se quejan por el hecho, dejan las ramas secas en el suelo, comenzando a correr por el terreno desnivelado. Jiang Cheng frunce el ceño y exclama—. ¡No corran y caminen a un lado!
Al final, Jiang Cheng lidera la comitiva mientras los tres niños yacen en el medio caminando despacio, pero manteniendo una conversación alegre en voz baja. Quien cierra la marcha, es Lan WangJi, al igual que él, siempre vigilante.
El vasto terreno que arropa a Cloud Recesses y el territorio de Yueling pertenece al clan Lan. De alguna forma, han ido expandiéndose silenciosamente sin que el concejo mayor amoneste. Desde la caída del Sol, la secta Gusu Lan ha mantenido limpio el territorio del centro y la frontera marítima de cadáveres feroces. Es por eso que no son censurados.
Jiang Cheng debe aprender de esto.
Concentrado estaba en sus pensamientos que no se percata del cambio en el ambiente hasta que la mano de Lan WangJi se posa sobre su hombro derecho, deteniéndolo. Jiang Cheng se tensa, girando para encararlo, pero Lan WangJi no lo está observando si no que contempla el bosque circundante frente a él.
—¿Escuchaste eso? —inquiere en voz baja. Los tres niños se arrinconan tras Lan WangJi.
Jiang Cheng posa su mirada en la dirección que Lan WangJi está observando con el ceño fruncido, pero sinceramente él no ha escuchado nada salvo el viento silbando alrededor.
Eso, hasta que ve una sombra pasar de soslayo, encerrándolos en un círculo.
Lan WangJi se pone en posición de combate y Jiang Cheng alza la mano que contiene a Zidian. El cárdeno electrificante envuelve su extremidad.
Un sonido siseante se escucha tras ellos. Los niños no tardan en gritar y Jiang Cheng gira con rapidez encontrando, a los niños señalar en la dirección contraria donde tres cadáveres feroces corren a una velocidad inhumana.
Sabe que puede asesinarlos sin esforzarse, pero…
—¡Mamá!
Esa es la primera vez que Jin Ling ve un cadáver feroz.
Chapter 14: Luz en la oscuridad
Summary:
No importa qué edad tengas, el dolor siempre es real. Y más el emocional.
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Luz en la oscuridad
Derrotar a los tres cadáveres feroces fue sencillo. Para Jiang Cheng no supuso esfuerzo alguno y está consciente que, de no ser porque debía proteger las tres pequeñas figuras aterrorizadas, los hubiera partido por la mitad en un abrir y cerrar de ojos.
Lamentablemente, Jiang Cheng no puede regodearse de la efímera victoria que supone asesinar cadáveres feroces porque ahora está cargando con un lloroso Jin Ling aún conmocionado por la eventualidad reciente.
Por suerte Jin Guangyao y Lan Xichen se acercaron para revisar que en las zonas aledañas no hubiera presencia de más cadáveres feroces o algún espíritu que buscara ánimo de posesión y Jiang Cheng olvidó todo, incluso de los preparativos que expondría en la reunión para la propuesta del proyecto, ahora enfocando toda su atención en Jin Ling.
Jiang Cheng y Lan WangJi cargaron los niños y corrieron de vuelta a Cloud Recesses. Entregó a Lan Jingyi a sus padres y él desapareció con su propio vástago, encerrándose en el Jingshi bajo la mirada escrutadora de Jiang Cheng.
Cree que no se ha dado cuenta. Obviamente lo hizo.
Si bien los cadáveres feroces no dieron batalla, Jiang Cheng pudo percatarse que los movimientos de Lan WangJi, antes estilizados y llenos de absoluta confianza, ahora diferían, émulo fantasma de un pasado que ya no parece existir. Incluso Jiang Cheng se atreve a afirmar que lo vio esbozar una mueca de dolor cuando giró con el guqin en su distintivo ataque de onda espiritual.
Frunce el ceño, pero pronto la palma de su mano derecha acaricia con suavidad la pequeña espalda trémula. Los sollozos mermaron hasta que no son más que hipidos entrecortados. Jiang Cheng suspira, exasperado, aunque no puede evitar preocuparse por la circunstancia. Jin Ling es llorón en demasía, pero nunca ha estado tan inconsolable.
No piensa más en el incorrecto caminar de Lan WangJi, ni siquiera en su mueca de dolor o en cómo intentó aparentar algo diferente, enfocándose mejor en su sobrino. Camina con él hasta su habitación, preparándose mentalmente para lo que vendrá.
El día transcurre, la noche muere, el toque de queda se cierne y Jin Ling no se despegó de Jiang Cheng, ni siquiera para bañarse lo soltó y Jiang Cheng tuvo que maniobrar con una mano para ducharlos a ambos, incluso vestirlos con las túnicas para dormir. No se pudo secar el cabello adecuadamente, a duras penas lo logró con Jin Ling.
Moverlo, o siquiera sugerirle que se quede tranquilo para él poder acomodarlo, desencadenará una nueva oleada de llanto que lo estresará. Si bien Jiang Cheng desaprueba en demasía su actitud, esta vez, por ser una ocasión especialmente sorpresiva para su mente de casi cuatro años, lo deja pasar.
Pero eso no quiere decir que no se canse menos rápido o repentinamente tenga una paciencia infinita.
Ya puede sentir cómo un dolor de cabeza surge lentamente…
El toque de queda se anuncia con un ominoso sonido que se debe atender con cuidado. Jiang Cheng ya lo conoce, y no acata al hecho. La tercera comida del día queda olvidada en su mente, incluso pensar en alimentar a Jin Ling a pesar de que él es estricto con el hecho, queda en segundo plano. Su mente es un estanque de nebulosidad y tiene que dormir pronto para poder digerir el asunto con su sobrino.
—Vamos a dormir.
Sabe que Jin Ling no le responderá, pero una parte de Jiang Cheng desea rellenar el espeso silencio surgente ante el extraño mutismo que generó la impresión pasada. Con cuidado lo acuesta, pero Jin Ling a pesar de tener unos delgados brazos, se afianza como un koala y Jiang Cheng termina maniobrando la posición en la que dormirá, ahora estando boca arriba con Jin Ling enterrado en su cuello.
La zona se siente húmeda.
Alza su brazo derecho y emite un destello tenue de su energía espiritual para apagar la lámpara que crepita tenuemente en la esquina, sumiendo la habitación en penumbras. Percibe cómo Jin Ling se estremece, apretando el agarre que tiene alrededor de su cuello y la otra mano va a acariciar la espalda rehilante, intentando imbuir consuelo.
Cierra los ojos y suspira.
Será una noche larga.
La luna está alta en el firmamento nocturno, casi desaparece por las nubes circundantes y la neblina perenne que arropa a Cloud Recesses. Aún falta para que amanezca y ni él ni Jin Ling pudieron cerrar los ojos para dormir.
En algún punto de la madrugada, Jin Ling comenzó a llorar, llamando desconsoladamente a una madre que no recuerda, su propio dolor uniéndose al de Jiang Cheng.
—Mamá… mamá…
Jiang Cheng es grande, no tiene lágrimas para llorar, pero escuchar a Jin Ling de esa forma lo hizo consciente de su propia soledad y ahora su corazón retumba con molestia, apretujando su torso de forma incómoda a medida que los tremores de Jin Ling se tornan insoportables.
Frunce el ceño. La comisura de sus ojos pica de repente y pronto se incorpora de la cama, tomando por sorpresa a Jin Ling que momentáneamente deja de llorar y saca el rostro de su cuello para observarlo con curiosidad.
La vista que lo recibe le apretuja un poco más el torso.
Ya ni siquiera se le ven sus ojitos de lo hinchados que están. Es un desastre total de mocos y lágrimas.
Alza su mano y agarra la manga de la túnica, limpiando rápidamente su rostro.
—Mira qué desastre, me estás llenando todo de mocos.
Jin Ling no responde, continúa viéndolo con esa expresión perdida que él solía esbozar cuando no sabía qué hacer con su vida. Jin Ling es pequeño, ni siquiera debería verse así. Debería verse feliz. ¿Pero cómo puede estarlo sin sus padres? ¿Cómo?
Una parte de Jiang Cheng desea acortar la distancia y besar su frente, así, tan natural, como Jin Guangyao lo hace, pero es tan estúpido que siempre termina arrepintiéndose sabiendo que Jin Ling lo observará con tristeza. Por eso se detiene, desvía la mirada como un cobarde y resopla.
—Tío…
—Vamos a ver a las libélulas en el estanque.
Eso, al menos gana una sonrisa en Jin Ling.
—¡Sí! —exclama, alzando sus brazos. Su alborozo es repentino, tan genuino, que no puede evitar sonreír con alivio—. ¿Podemos llevar a A-Yuan y A-Yi?
… y no tarda en desvanecerlo para fruncir el ceño.
—¿Por qué?
—Porque ellos también tienen miedo.
Carajo.
¿Tiene que despertar a Lan WangJi para ver unas jodidas libélulas?
Notes:
EN EL PRÓXIMO CAPITULO EMPEZARÁ LO BUENO AAAAAAAAHHH me emociono jkskjs
Chapter 15: Aprendiendo
Summary:
Pensar en el bienestar de Jin Ling siempre le enseña algo nuevo.
Notes:
¡Disculpen la tardanza! No tengo perdón de Dios xD mi excusa es que he pasado por mucho (?). No quiero hacerles perder tiempo con mi drama, disfruten.
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Aprendiendo
Jiang Cheng es consciente de la regla que está rompiendo en ese momento cuando sale de su pabellón privado con un Jin Ling emocionado en brazos. Sus pies descalzos pisan con cuidado la madera fría. La brisa nocturna acaricia las mejillas apenas curtidas por el sol de Yunmeng, ahora tornándose pálidas debido a su estancia en Cloud Recesses.
Contempla el paisaje que se esboza frente a sus orbes grises. El pabellón privado donde reside tiene un pequeño jardín zen que se enlaza al pasillo principal, conduciéndolo al comedor del clan y a las habitaciones de los discípulos. Posee una buena ubicación y gracias a que no ha habido delegaciones de otras sectas queriendo irrumpir la calma de Cloud Recesses, Jiang Cheng no se ha visto en la obligación de compartir el ala de los invitados.
Afianza el agarre sobre Jin Ling. Aunque alborozado, el pequeño comprende que debe mantenerse en silencio si no quieren ser descubiertos.
Y, sin embargo, el mocoso se atreve a preguntar en un susurro excitado:
—Tío Cheng… ¿A-Yi y A-Yuan?
Jiang Cheng niega con la cabeza. Desciende las escaleras de puntillas, cruza el jardín, camina rápido por el pasillo y llega al final donde las escalinatas de piedra se esbozan. Sin preámbulo comienza a descenderlas, buscando ese camino conocido que encontró la otra vez para ir al estanque del norte.
—No podemos despertar a Hanguang-Jun para buscarlos. Será inapropiado —intenta explicar, observando a Jin Ling de soslayo, notando pronto cómo su semblante pueril se llena de un mohín adusto ante la negativa. Jiang Cheng resopla en voz baja, aumentando la velocidad—. Si no estás de acuerdo, entonces me devuelvo…
Hace ademán de querer girar para retornar al pabellón, pero Jin Ling aprieta el agarre en su cuello.
—¡No! —exclama, pero una mirada airada de Jiang Cheng le hace bajar la voz—. No tío Cheng… vamos a ver las libélulas…
Asiente, esboza una fugaz sonrisa ladina y reanuda su marcha, pronto encontrando el camino pedregoso que descubrió la vez pasada cuando la ansiedad casi lo carcomía y decide internarse una vez más por este, esperando, casi con desazón, que Lan WangJi no esté ahí para recriminarle con su voz impersonal y críptica la regla que él también quebranta.
Camina con cuidado posando la planta límpida de sus pies sobre las rocas delgadas, heladas gracias a la humedad del bosque. Hay una suave neblina sinuosa que se esboza bajo sus pies, cubriendo todo el suelo fangoso. En sus brazos, Jin Ling se da la oportunidad de contemplarlo todo, maravillado por la vista.
el suave cántico del bosque silbando. Las hojas verdes moviéndose al compás de la brisa nocturna. El viento helado, pero sosegador, mece lentamente sus hebras desiguales como una suave caricia de mariposa. Jiang Cheng puede contemplar el rictus pueril de Jin Ling manchado con las lágrimas ya secas del llanto anterior; en la comisura de sus párpados aún hay rosetones carmesíes, pero en sus orbes ambarinas hay un resplandor emocionado que arrincona la tristeza pasada, haciendo que Jiang Cheng se sienta orgulloso de sí mismo.
Quizás, Jiang Cheng no sea el tío ejemplar. No es como Jin Guangyao que conoce cada expresión desoladora en Jin Ling y sabe qué palabras decir o qué caricias utilizar para alejar esos fantasmas del pasado que lo azotan en momentos donde él comprende que su familia nunca será igual a la de los demás.
Si bien tiene dos tíos, sabe que nunca serán como sus padres. El reemplazo es inadmisible y ambos adultos son conscientes que Jiang Cheng no es Jiang Yanli y Jin Guangyao no es Jin Zixuan. Aun así, los dos se esfuerzan por rellenar esos vacíos, esas tristezas; pero el experto de la circunstancia es Jin Guangyao. Lidiar con Jin Ling siempre ha sido su trabajo. El trabajo de Jiang Cheng es tratar de inyectar algo de juicio, disciplina y la correcta actitud de futuro líder.
Émulo de su madre, Jiang Cheng, hasta ese momento donde la vulnerabilidad de Jin Ling se manifiesta en quebradizos instantes, siempre procuró criar a su sobrino bajo las exigencias de su secta, esperando que Jin Ling comprendiera su actuar.
Jin Ling es Joven Maestro. Tiene un futuro siniestro por delante. Es adecuado y comprensible que se prepare para los advenimientos… pero, justo en ese momento, Jiang Cheng cae en cuenta de algo: ¿cómo puede inculcarle una vida llena de desdicha a un niño que lo ha perdido todo? Si bien Jiang Cheng amó a sus padres con cada fibra de su ser, una parte de él resiente la idea de haberse envuelto educado en un régimen tan firme y caótico, dejándole nada más que una secta para alzar nuevamente.
Sin familia… salvo un niño tan quebrantado como él.
Si bien aprecia que su madre haya sido inflexible, resiente la falta de cariño. Jiang Cheng se hubiera conformado con simples palabras de aliento, quizás de vez en cuando un abrazo de consuelo cuando los terrores nocturnos lo azotaban; o tal vez sencillas palabras de sosiego en los momentos donde el llanto se tornaba incontrolable.
A Jiang Cheng le hubiera gustado poder escuchar que llorar está bien, es correcto. Limpia el alma de los pecados y secretos frustrados.
Pero ahora, para Jiang Cheng llorar es un recurso innecesario que no puede permitirse. Así como otras tantas cosas en su vida. Y si es así, y si lo resiente y lo desdeña, ¿por qué actúa con Jin Ling de esa forma?
Una libélula solitaria vuela con lentitud frente a ellos y Jin Ling exclama un chillido alborozado.
—¡Ah! ¡Tío Cheng! ¿Lo viste? ¡Libélula!
Observa a su sobrino: ya no hay rastros de aquellos fantasmas susurrándole con protervidad, y repentinamente se siente feliz de verlo así. Jiang Cheng no quiere que Jin Ling sea como él. Quizás en el transcurso sea complicado abandonar más de dos décadas de rigurosa existencia, pero al igual que Jin Ling, él también está aprendiendo.
—Lo vi. ¿quieres ver de dónde nacen las libélulas?
Jin Ling gira su cabeza y lo observa, extasiado.
—¿Dónde nacen?
—Ellas nacen de la alegría de los niños —miente, pero Jin Ling no tiene por qué saberlo. Le gusta ver su mirada sorprendida, sin comprender, pero ansiando saber, aunque aún no sea capaz de dilucidar todo lo que su tío le dice—. Cuando un niño está feliz, más libélulas nacen. ¿quieres ver de dónde salen?
—¡Sí!
Hace mucho abandonaron la tranquilidad de Cloud Recesses. Están acercándose al límite norte e inconscientemente, ha comprendido que sus pasos, una vez más, lo conducen al estanque donde encontró a Lan WangJi.
Lo termina de confirmar cuando se encuentra cerca de un pequeño risco y las mismas escaleras pedregosas se extienden a un costado.
La neblina en este punto es más sinuosa pero aun así el claror de la luna escondida entre las nubes níveas permite vislumbrar el lago. Jiang Cheng frunce el ceño, sintiéndose inquieto de repente.
¿Si baja las escaleras… se encontrará nuevamente con Lan WangJi…?
Una parte de Jiang Cheng está a la expectativa y la otra… ansía devolverse.
—Tío Cheng… —llama Jin Ling de pronto, sacándolo de sus pensamientos—. Las libélulas…
Ah, sí, por esa mierda no se puede devolver.
Chapter 16: Libélulas
Summary:
Para Jiang Cheng, Lan WangJi es como una libélula.
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Libélula
No sabía que podía sentir temor ante ese acaecimiento anterior pensado, cuando al descender las escaleras de piedra, se encuentra, burlesca, la efigie etérea de Lan WangJi sentado al final sobre la base de piedra.
Sentado en posición de loto con el guqin sobre él, sus manos descansan, casi con reverencia, sobre la madera pulida de la base mientras que sus dedos níveos, largos y estilizados, palpan las tensas cuerdas, atendiéndose de vez en cuando notas sollozantes que poseen un matiz vivaz.
A diferencia de la vez pasada, Lan WangJi no se encuentra solo. Frente a él está la figura de su hijo, sentado al igual que Lan WangJi con los ojos cerúleos muy abiertos, contemplando con fascinación venerable la forma en cómo su padre toca el guqin, de tanto en tanto deteniéndose sólo para darle una medida instrucción con suave, pero profunda voz.
Jiang Cheng aguarda en silencio, casi hipnotizado, contemplando la forma en cómo alrededor de Lan WangJi todo parece mimetizarse en un único punto de concentración, enfocándose exclusivamente en él y la menuda presencia que intenta emularlo con pasión y admiración.
El viento silba tenuemente, las hojas verdes y pardas son transportadas en una danza oscilante. Hay una suave brisa fría que lame sus mejillas arreboladas. El palpito de su corazón se sincroniza al son de la brisa susurrante y pronto, bajo el pasto que arropa sus pies, tenues libélulas van liberándose de su sopor, encontrando finalmente el camino en medio de la bruma oscurecida por la noche circundante.
Vuelan, tambaleándose, buscando llegar a la orilla del lago.
En ese momento, Jin Ling exclama, señalando con su pequeño dedo a una libélula que se alzó, volando más rápida que las demás.
—¡Libélula, tío Cheng!
Y Jiang Cheng parpadea, sintiendo cómo ese extraño momento de expectativa tensión se desquebraja de su mente. La exclamación profesada por la voz excitada de Jin Ling atrae la mirada de Lan WangJi y Lan Yuan. Jiang Cheng observa con el corazón encogido cómo el rictus impasible de aquel Lan se posa sobre su cuerpo. Nada en este indica sorpresa o animadversión, mas en sus orbes doradas resaltan la sentencia de que ya era consciente de su presencia.
Sin embargo, otro es el caso con Lan Yuan que no tarda en incorporarse con alborozo de su asiento, y alza una mano en dirección al niño que carga. Jin Ling no pierde tiempo en hacer notoria su excitación y comienza a removerse en sus brazos, buscando que Jiang Cheng lo baje. A regañadientes lo hace, viendo cómo sale corriendo hacia donde está Lan Yuan, lanzándose a sus brazos.
Pronto vislumbra que Lan Sizhui observa a su padre, esperando que él asienta para poder hacer esas cosas que suelen hacer los niños y casi al segundo Lan WangJi le concede el beneplácito con un cabeceo. Sólo ahí Lan Sizhui es feliz de exhibir la alegría que supone ver a Jin Ling.
—A-Ling, estás aquí... Sólo falta A-Yi… —Lan Yuan dice, sonriente. Jin Ling se aparta del abrazo y se sienta a su costado, asintiendo.
—¿Dónde está A-Yi? Seguro está asustado. Debemos buscarlo —Jin Ling insiste, observándolo, pero Lan Yuan niega con la cabeza.
—A-Yi está con sus padres.
Jin Ling parpadea y en ese momento Jiang Cheng sabe que debe acercarse para evitar incomodidades, aunque los orbes doradas de Lan WangJi sobre su persona lo pongan nervioso.
—¿Padres?
Lan Yuan asiente.
—Sí, amigos de tío Qiren.
—Oh… no sabía que… —la voz de Jin Ling se apaga y no tarda en fruncir el ceño. Jiang Cheng casi ve, con ansiedad, cómo sus esfuerzos por distraerlo se van al carajo. Sin embargo, Lan Yuan no tarda en agregar:
—Yo tampoco tengo papás.
Eso gana una mirada de Jiang Cheng y Jin Ling. Ambos, al mismo tiempo y con la misma expresión de sorpresa, observan el niño sonriente.
—Pero, ¿Hanguang-Jun? —curioso, e incapaz de comprender, Jin Ling inquiere, observando a Lan WangJi que se mantiene en silencio contemplativo.
Lan Yuan observa al mencionado y amplía la sonrisa. Lan WangJi incluso se atreve a esbozar una pequeña y fugaz mueca que no pasa desapercibida, haciendo que Jiang Cheng se sienta pasmado por tal muestra de natural afecto.
—Hanguang-Jun es mi papá —asiente, pero luego parpadea y la sonrisa se desvanece un poco—. Aunque no como los papás de A-Yi.
Eso es suficiente. Jiang Cheng no quiere que sigan hablando de papás. Da un paso hacia adelante y se sienta atrás de Jin Ling, llevándolo a su regazo. El niño exclama por la sorpresa, pero no se opone a la sujeción.
—A-Ling, dile a A-Yuan por qué estamos aquí —repentinamente, Jiang Cheng habla, observando de soslayo a Lan WangJi que lo ve con su expresión de: “sé lo que haces”, pero Jiang Cheng lo ignora a favor de contemplar cómo Jin Ling momentáneamente olvida el tema de los padres y se dedica a contarle a su amigo por qué las libélulas son lo mejor que existe sobre la tierra.
El pequeño hijo de Lan WangJi asiente a cada tanto las extasiadas explicaciones de Jin Ling, aunque en su semblante se vea con pasmosa facilidad que no está comprendiendo nada de aquel balbuceo. Jiang Cheng se contenta con dejar que Jin Ling sea él por ese efímero instante y aparta su atención de él, sin querer, posando su mirada sobre el rictus de Lan WangJi.
No ha dejado de observarlo.
De alguna forma, le molesta y le emociona que Lan WangJi lo mire de esa forma.
—¿Qué? —inquiere en voz baja.
Aprieta los labios, pero no tarda en responder—. Lo encontré.
Con esas sencillas dos palabras Lan WangJi transmitió más de lo que seguramente pretendió. Jiang Cheng comprende lo que quiere decir y eso sólo afirma que realmente no es su padre, al menos no de sangre. Vislumbra con detenimiento a Lan WangJi y por su expresión, no parece que esté esperando una respuesta, o que la conversación siga un curso posterior.
Pero Jiang Cheng se encuentra asintiendo.
—Lo imaginé. ¿Luego de la guerra, no es así?
Lan WangJi asiente. Un escueto cabeceo que exhibe su reticencia a continuar la conversación. Jiang Cheng no es idiota. No presionará más de lo necesario. Mucho ha hecho con decirle que lo encontró. No tenía necesidad de exhibir una parte de su vida íntima, y sin embargo lo hizo.
De alguna forma, lo estima.
Pero… ahora él se ve en la obligación de ceder una parte. Frunce un poco el ceño, escuchando en el fondo la infantil conversación sobre las libélulas.
—Es la primera vez que A-Ling ve un cadáver feroz —susurra en voz baja, evitando que Jin Ling escuche. Lan WangJi está atento, lo ve en sus ojos dorados enfocándose en él. Algunas veces cuesta mantenerle la mirada.
—También es la primera vez de A-Yuan.
Otra vez silencio. Aunque no es tan incómodo como el anterior.
Entonces, luego de unos segundos más, Lan WangJi continua:
—A-Yuan suele sentirse mejor luego de que toco el guqin—masculla, esta vez posando fugazmente su atención sobre su hijo, pero luego gira, viéndolo a él y agrega—, ¿tocas algún instrumento?
Niega con la cabeza y aprieta los labios. No es la especialidad de su secta, pero comprende las ventajas de realizar hechizos musicales.
—No. Pero creo que debería comenzar. A-Ling se sintió mucho mejor la última vez que tocó el guqin.
Y yo también.
Pero eso jamás lo dirá.
—Mhn. Tío Qiren afirma que la música canaliza mejor la energía espiritual y aclara la mente de pensamientos adversos para encontrar un adecuado sosiego en los sueños.
La risibilidad se manifiesta, causándole sorna.
—Y, sin embargo, aquí está Hanguang-Jun quebrantando el precepto.
Unos cuantos en realidad.
Lan WangJi asiente, para nada afectado por la señalación.
—La única regla que me veo incapaz de cumplir —afirma, solemne. Hace mucho que Jiang Cheng dejó de escuchar los balbuceos infantiles, no es consciente de cuán es su concentración en este momento—. Al alba copiaré las reglas que rompí, parado de mano.
Incrédulo, Jiang Cheng parpadea.
—Los Lan siempre llevando todo al extremo —masculla, enarcando una ceja—. Sólo está rompiendo una regla en este momento.
Lan WangJi niega con la cabeza.
—La única regla que rompo siempre tendrá que ver con A-Yuan —explica, frunciendo un poco el ceño—. Si A-Yuan quiere ver el cielo, volaremos hasta que se duerma; si quiere escuchar música, le tocaré una nana. Si quiere ver las libélulas… —mantiene la intención suspendida, Jiang Cheng agarra la punta sin animosidad— lo llevaré a ver las libélulas.
Vaya. Jiang Cheng está sorprendido por lo paternal que puede ser Lan WangJi. Pero, hay algo más que lo supera:
—No pensé que Hanguang-Jun pudiera decir más de tres frases seguidas —suena tan sincero que Lan WangJi no tiene tiempo para molestarse, en su lugar, se le queda observando, parpadeando rápidamente.
Sólo en ese momento puede apreciarse sus veintiséis inviernos. Ya no es tan joven y crédulo como antes.
Jiang Cheng se pregunta si lo fue alguna vez.
—Puedo hablar más de tres frases seguidas —afirma, su suave barítono es más profundo que la vez pasada—. Si es necesario, hablaré; si no es necesario, callaré.
Sencillo y pragmático; exasperante y apasionado. Jiang Cheng no tolera a Lan WangJi. O quizás, no tolera lo que significa Lan WangJi en su vida.
Esa madrugada, sin embargo, comprende por qué: aún continúa llevando el amuleto consigo, haciéndolo dolorosamente consciente de cuán intolerante es al pasado.
Lan WangJi nunca se molestó en ocultar el cascabel morado.
Notes:
Sacado de Google: ¿Cuál es el significado de la libélula?
Madurez y profundidad del carácter: la libélula, en casi todas las partes del mundo, simboliza el cambio en la perspectiva de la auto-realización, la madurez mental, emocional y la comprensión profunda del significado de la vida.
Chapter 17: Deconstruyendo
Summary:
Que a Jiang Cheng lo parta un rayo.
Notes:
Disculpen la tardanza, no era mi intención demorar tanto. Pero, como ya saben, muchas cosas han pasado.
El capítulo 18 está listo pero no editado, espero subirlo mañana en el transcurso. Disfruten. Agradezco en demasía sus comentarios a pesar de lo tarde que respondo.
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Deconstruyendo a WangJi
Es extraña la forma en cómo la comprensión llega a las almas más quebrantadas.
Luego de convivir un poco más con Lan WangJi, gracias a que los niños parecen haber hallado consuelo en cómo toca el guqin, Jiang Cheng ha ido comprendiendo la forma en cómo él contempla el mundo. O al menos eso es lo que piensa.
Luego del evento de las libélulas, transcurrió aproximadamente una jornada. Entre idas y venidas, Jin Guangyao marchó a la Torre Koi por unos días, con eso frustrando la posibilidad de Jiang Cheng de poder exponer el proyecto de economía. Necesita hablar con ambos líderes y poder gestionar una alianza que unirá no sólo a las sectas, sino a las ciudades aledañas.
Será un beneficio para su clan, para su secta, incluso para el territorio que protege Yunmeng Jiang.
Pero, mientras tanto, Jiang Cheng se ha dedicado a convivir con su sobrino a eso añadiéndole dos pequeñas figuras que siguen a Jin Ling para donde quiera que éste camina.
—A-Ling, A-Ling, ¿por qué eres tan llorón? —un día Lan Jingyi pregunta a su costado, sorprendentemente, Lan Sizhui suspira.
Jiang Cheng está tras ellos viéndolos convivir y enarca una ceja. Lan Jingyi realmente necesita un sello que le permita procesar la información en su mente para poder manifestarla apropiadamente.
Pero bueno, son niños.
El problema es que Jin Ling se ofusca con rapidez.
—¡No soy llorón! —grita con los mofletes enrojecidos y sus ámbares brillando a punto de derramar lágrimas de enojo.
¿Debería meterse y defender a su sobrino?
No… esos son asuntos de niños.
Cuando Wei WuXian se peleaba él nunca se metió.
Pero Wei WuXian sí se metía cuando él se peleaba…
¿Debería?
No. No.
Es un adulto, debe comportarse como tal.
—Realmente eres llorón. No terminamos de alimentar a los conejos por tu culpa —señala Lan Jingyi con retintín.
El pasillo principal de Cloud Recesses se llena con el gemido indignado de Jin Ling.
—¡No soy llorón! —chilla, el resplandor berrinchudo aumentando en sus orbes ambarinas.
Oh, no.
—Sí, lo eres~
—A-Yi, no molestes a A-Ling…
—Pero A-Yuan, ¿no puede aceptar que es llorón?
—¡Que no soy llorón!
Una vena brota en la vena de Jiang Cheng. No tiene paciencia para hacer de cuidador, mucho menos de niñero. Es un líder de secta hecho y derecho…
—Está prohibido gritar en Cloud Recesses.
Todos se sobresaltan, incluso Jiang Cheng que ya estaba preparando su mejor frase para mandarlos a callar. Gira en dirección a la voz encontrándose a Lan WangJi caminando hacia ellos desde la salida de la montaña trasera.
Así que él termino de alimentar a los conejos, eh…
Lan Sizhui y Lan Jingyi ejecutan una reverencia en cuanto lo ven, exclamando—: ¡Hanguang-Jun!
Jin Ling, cuya comprensión sobre la importancia de Lan WangJi en este mundo aún es incierta salvo que le gusta cómo toca el guqin, parpadea, observando perdido a su tío. Pero una mirada de este le indica que debe ejecutar una reverencia también si no quiere enfrentar las consecuencias.
Así que Jin Ling, menos respetuoso, obviamente, termina inclinándose hacia adelante.
Pero Lan WangJi no presta la debida atención a los niños, sino que lo observa con fijeza. Hay una extraña fijación que más que desconcertarlo, lo llena de un extraño sentimiento de inquietud por lo desconocido. Por respeto, aunque realmente le importa muy poco, termina esbozando una reverencia en dirección a Lan WangJi que este corresponde con un cabeceo.
—Los gritos se escucharon hasta el principio del pasillo —dice, luego de un silencio apenas tenso… ¿Quizás expectante? Jiang Cheng no está seguro, pero por algún motivo se siente regañado.
Bueno, fue Jing Ling quien no contuvo sus exclamaciones.
—Me disculpo —masculla en voz baja, casi ahogándose con su saliva.
Realmente le cuesta excusarse a pesar de que su sobrino tuvo la responsabilidad. ¿Por qué Jin Ling no se disculpa?
Bueno, eso no sería muy honorable de su parte…
Lan WangJi asiente y camina hasta situarse a un costado de él.
—La hora del té se cierne pronto, vayamos —susurra, y realmente Jiang Cheng tiene que decirle algo acerca de su modular porque ahora suena como una orden y la cosa no le está gustando.
Frunce el ceño, queriendo negarse, pero los tres mocosos ya están caminando hasta el salón familiar donde seguramente los sirvientes tienen los aperitivos preparados. Contiene un suspiro y comienza a caminar al lado de Lan WangJi, esta vez sí en tenso silencio.
Honestamente, es muy extraño. Lan WangJi cuando está fuera de las responsabilidades que compete a Cloud Recesses es un poco más abierto, un poco menos huraño, o quizás son ideas de Jiang Cheng… ideas donde lo enaltece. No está seguro del porqué. Realmente tampoco quiere saberlo.
—¿Has logrado dormir a tu sobrino correctamente?
La repentina pregunta detiene a Jiang Cheng. A lo lejos se esboza el salón principal y las tres figuras aguardando por ellos en el umbral. Lan WangJi se detiene a unos pasos más adelante y se gira para contemplarlo con su usual seriedad. Parpadea con rapidez, pronto comprendiendo lo que quiso decir y abre los ojos, al compás que sus labios se separan, logrando por poco reunir rápidamente los pedazos de su dignidad ante la mueca tan descarada y asiente con un cabeceo adusto.
—Debo tararearle en las noches la tonada que cantaste. He logrado algo. Ya no tiene las pesadillas tan recurrentes.
Lan WangJi tararea un “mhn” contemplativo, antes de reanudar la marcha. Jiang Cheng le sigue segundos después, con el desconcierto y la irritación creciendo por igual.
—Si Jiang Zongzhu desea, Cloud Recesses tiene muchas aulas donde se puede practicar para encontrar el instrumento adecuado.
Cuando Jiang Cheng vuelve a detenerse, Lan WangJi frunce el ceño y lo encara definitivamente. Jiang Cheng, sólo puede atinar a decirle:
—Eres realmente muy extraño, WangJi.
Ni siquiera se percata de cómo los preceptos se olvidan, la confianza cimentándose casi con violencia.
Si eso indica cómo los ojos de Lan WangJi se abren, pasmados, entonces que a Jiang Cheng lo parta un rayo.
Es bueno que algunas veces hasta él sea igual de despistado que su sobrino.
Al menos sabe que es de familia.
Chapter 18: Reminiscencias
Summary:
Inevitablemente, Jiang Cheng obtiene un pequeño fragmento del pasado.
Notes:
PIDO PERDÓN POR LA TARDANZA xd
Honestamente no diré mas, sólo excusas, estoy tratando de ponerme al día pero es muy dfícil con mi trabajo ;-;
Pero bueno espero que disfruten
Chapter Text
El Sollozo de un Sándalo
Reminiscencias
¿Quién carajo le dijo a Jiang Cheng que Lan WangJi tenía derecho a ordenarle? ¡A decirle que tomaran el té! En Yunmeng no "toman el té". Qué estupidez.
Bueno, ¿y entonces por qué carajo está sentado, disfrutando de un té que sabe más a medicina agria que a otra cosa? Al menos los tés que consumía en Lanling ostentaron tintes más aromáticos y dulces a pesar de que él no es predilecto a tal circunstancia.
Usa todo de su cuerpo para contener la mueca de desagrado que amenaza con exteriorizarse. Por suerte, al frente están los tres mocosos consumiendo la infusión, al parecer, olvidando rápidamente su pequeña escaramuza anterior.
La ventaja de ser niños, ah...
—Mierda
Repentinamente, el sosiego del salón es quebrantado por esa infame palabra.
El silencio que debería ser espeso, un silencio contemplativo que insta a la meditación, ahora es uno incómodo. Lan Qiren casi se ahoga con su té cuando atiende el insulto y rápidamente sus ojos comienzan a cazar al protagonista de tal perfidia.
Quién más si no su queridísimo sobrino, ubicado frente a él, en medio de dos cabezas Lan que ansían desaparecer.
Jiang Cheng enrojece de ira, vergüenza e indignación cuando Lan Qiren lo observa con una ceja enarcada. Jin Ling dijo una mala palabra, el mocoso es consciente de ello, pero de lo que no es consciente es de cómo su queridísimo tío está pasando vergüenza por su causa.
—Me pregunto... de dónde el Joven Maestro habrá escuchado tal infamia como para reproducirla sin un atisbo de culpa.
Por supuesto, esa es la voz de Lan Qiren, ¿quién si no?
Jiang Cheng no debería sentirse así de amedrentado, así de humillado y avergonzado, es líder de secta, cría a su sobrino, a tiempo parcial, ¡pero lo hace!, y aunado a todo eso, a pesar de que es un hombre capaz, la mirada que le otorga Lan Qiren lo hace sentir como aquellos días de aprendizaje.
Aquellos días inolvidables...
Tan ofusco Jiang Cheng se encuentra, observando, perdido, a través del hombro de Lan Qiren, evitando contemplar aquella expresión medidamente decepcionada y algo cínica, cuando de pronto, la voz de Lan WangJi rompe el mutismo anterior, de algún modo, consiguiendo hacerlo más escabroso.
—Si mal no recuerdo, el joven discípulo Lan Jingyi le dijo hace dos lunas: "vete a la mierda, escarabajo amarillo", a lo cual el Joven Maestro respondió con un berrido en forma de llanto y exigió que su tío lo consolara. Intuyo que de ahí lo aprendió, sin un atisbo de culpa...
Suave y medido, entona las palabras que sentencian a Lan Jingyi. Reporta el incidente que en su momento no ha manifestado a su superior debidamente, como quien habla del tiempo y sus advenimientos. Lan WangJi deja la taza de té aún humeante sobre la mesa de madera a su frente y dirige sus orbes dorados a Lan Qiren quien parece haber esbozado en su rictus, un curioso tono entre el carmesí ira y la magenta indignación.
—¡Jingyi!
Para cuando todos buscan con sus ojos la ubicación donde debería residir el susodicho, al costado derecho de Jin Ling, se encuentran con un punto vacío y una templada brisa crepuscular.
Los ojos se Jian Cheng salen disparados a la entrada, encontrándose con los portones de madera abiertos de par en par.
Parpadea, desconcertado, una risa amenazando con exteriorizarse.
Una risa que hacía tiempo sentía imposible de emitir.
E inevitablemente un recuerdo invade sus reminiscencias, el recuerdo de un joven alborozado, vivaz, que hizo las mismas tretas para huir de la ira de Lan Qiren. Un joven intrépido, travieso y descarado, lleno de una energía que invitaba a la calidez, a nunca desconfiar de él.
El recuerdo lo llena de calidez y sin percatarse esboza una tenue sonrisa ladina, sin pensar que alguien en el extremo derecho del recinto podría estar elucubrando el mismo pensamiento, observándolo en intenso silencio.
Chapter 19: Entrenado para odiar
Summary:
Resumen: A veces, volver a sus orígenes rectifica los errores del pasado. Al menos eso cree Jiang Cheng.
Notes:
Notas: Waos, han pasado 84 años.jpg
No tengo excusa para esto, o bueno sí(? Agradezco de corazón que no hayan dejado morir esta historia porque las notificaciones no me dejaban vivir JAJAJA okno. Lamentablemente, me metí en una relación y tuve un hijo (amo a mi hijo), pero es tan jo.di.da la vida de adulto que simplemente hay un punto de quiebre.
En serio, intenten escribir con un niño al lado que escucha Blippi y te pregunta la diferencia entre el negro y el azul y uno como: ¿?
En fin, espero poder retomar mis escritos, me siento muy emocionada por empezar actualizando con esta historia, es muy querida para mí, pese a que Jiggy es mi pj favorito me siento súper identificada con JC y por eso escribo de él(?
Manden sus oraciones para no volverme a perder asies.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
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El Sollozo de un Sándalo
Entrenado para odiar
Hay una sutil fragancia amaderada en el ambiente, Jiang Cheng gira levemente sus ojos a la esquina izquierda, tras el escritorio, hay un pequeño incienso de un esmeralda intenso, pequeños vahos rehílan de sus cuencas, dibujando un remolino nebuloso que asciende, perdiéndose en los recovecos de aquel recinto. El aroma que desprende le recuerda a la lluvia caer sobre la hierba seca, al aceite de camelia que usan para lubricar las cuerdas del guqin, y a ese vino barato que en algún pasado ingería aquel infame...
—Mhn... Lo que propone Jiang Zongzhu es por, de más, rentable para los propósitos de ambas Sectas.
La voz de Lan Qiren quebranta sus sórdidos pensamientos. Jiang Cheng parpadea, sus cárdenos se posan sobre esa oscura mirada y puede jurar que él ya sabe sobre su pequeña e inadecuada distracción. Si algo en su mirada austera puede significar algo, sería eso.
Muerde el interior de sus mejillas, y asiente, amedrentado. Está ofuscado por permitir sus pensamientos divagar, por pensar constantemente en Wei Wuxian, en Lan Wangji... consentir algún atisbo de lástima, no sólo hacia este último, si no hacia sí mismo.
Es un líder de clan, un joven inteligente, capaz: ¿por qué se permite esa clase de burdo sentimentalismo?
—Pero —continúa Lan Qiren, con un tono que le indica su claro conocimiento sobre su inaceptable distracción. Jiang Cheng endereza la espalda, los muslos sobre el cojín de lino blanco recienten el esfuerzo y aquel fútil dolor lo trae de vuelta a la realidad—, es imperativo que el concejo se reúna, de tal manera esta propuesta puede ser abarcada y aprobada en su totalidad.
Lan Qiren no se deja amedrentar por su ausencia mental, mas su mirada desaprobatoria presente le recuerda una y otra vez que aún está lejos de ser aquel líder de secta que tanto intenta pregonar.
Asiente sin decir una palabra, no es necesario. Lan Qiren tampoco se lo permite, el primero en incorporarse del cojín es él, siguiéndole un Jiang Cheng irresoluto. Al unísono, ejecutan una venia, una más torpe y la otra, más acostumbrada que resignada a la flagrante falta de respeto; y se pregunta, no sin desazón, por qué esa mirada de Lan Qiren le recuerda tanto a cómo contemplaba aquel infame Wei Wuxian.
Sólo quiere gritar.
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El frío aire de Cloud Recesses le da la bienvenida cuando las puertas de madera se deslizan, permitiéndole contemplar aquella estancia que durante una jornada lo ha acogido sin distinción. Jiang Cheng parpadea, impasible, sin emoción, sintiéndose tan desapasionado de todo.
Hay un ardor en la comisura de sus ojos.
La ansiada reunión con Lan Qiren para unir los comercios del lago, con ello hacer más fuerte su alianza y así tratar de mantener a raya la creciente rivalidad del clan Moling Su; propuestas que estuvo pensando por más de un ciclo lunar, y todo ha ido a parar a las pútridas entrañas de un cadáver feroz.
Devorado, masticado y luego expectorado de un simple escupitajo. Así se siente él actualmente. Todo por su responsabilidad.
—¿Jiang Zongzhu?
El inesperado barítono en su modular manifiesta un tinte interrogativo, hasta curioso podría decirse, pero Jiang Cheng en medio de su desesperado autoflagelamiento, fue incapaz de dilucidar las emociones tras aquel llamado.
Parpadea, endereza con toda la rectitud que le confiere su formación y gira, encarando la figura que estuvo quién sabe hacía cuánto tiempo observándolo. Níveo impoluto, al menos eso intenta manifestar; pero Jiang Cheng sabe, sabe con inquina y desazón que tras esa perfecta fachada de honradez e integridad esconde un oscuro deseo, un resabio amargo de algo que pudo tener y ya no está.
Frunce los labios, ejecuta una venia, retrocede dos pasos y gira, dispuesto a buscar su paquete e irse de aquel lugar.
Escucha como a lo lejos Lan Wangji lo vuelve a llamar. Si Jiang Cheng hubiera prestado un mínimo de atención, se habría percatado del tinte preocupado en su entonar; pero eso ya no importa. Jiang Cheng quiere alzar sobre Sandu y desaparecer en las inmensidades de aquel bruno firmamento, volver a Yunmeng Jiang, inhalar el aroma del familiar loto y tal vez así, sólo así, olvide por qué Lan Wangji le recuerda a Wei Wuxian.
Recordar porqué debe odiarlo a él, a ambos, es mucho más seguro que esos amargos sentimientos aflorando en el centro de su pecho. Aprieta los dientes, chasqueándolos, su mano se posa cuidadosamente sobre su torso, ahí, donde su Núcleo Dorado brilla intensamente, ominoso, suyo, y, aun así, indiferente a su propio espíritu.
Se cuestiona, desapasionado, si el Núcleo Dorado de aquel Jade silba al compás en una armonía que ni siquiera él es capaz de interpretar.
Lo odia.
Notes:
¡NOTA!: he estado leyendo algunos comentarios por aquí y por allá y tuve ciertos desaciertos que debo corregir, pero me da flojera lo haré luego :v
Pero antes de eso dejenme comentarles, en primer lugar consideren esto un AU, no me voy a fijar a rajatabla en el canon, por qué? porque no me serviría de nada. Estoy cogiendo cosas importantes canon para que no se pierda el IC principal de la historia y los hechos narrados históricamente como sucedieron, pero situaciones como que LWJ estuvo recluído no es tan así(? él se la pasaba buscando el alma de WWX, cumplía con sus deberes y honestamente crió a LSZ(? igual para ponerme al día con esto y no hacer un desmadre en mi propia historia me estoy volviendo a releer el libro porque eso me refresca.
Con respecto a la edad de los chicos no quise ser exacta, estan entre los 3 o 4.5, por qué? no son taaan importantes en la historia. JL sí, es importante en la vida de JC y JC es el prota principal. Quise que actuaran un poco maduritos de una vez porque si bien mi hijo que tiene 2 años habla bastante bien yo no me imagino escribiendo agugutatá porque me moriría del cringe, tons, nop.
Hubo una por ahi que checo el tema de las libelulas y bueno sorry mi dislexia asjhdas luego lo corrijo.
Otra cosa, todo esto es en esencia, desde la perspectiva de JC,de cómo YO lo veo, no me gusta que lo retraten como una tsundere, que no lo es, es un chico que creció demasiado rápido con demasiadas inseguridades y demasiada ira, creo que lo que yo quiero hacer con esta historia es tratar de redimirlo, aunque sea un poco, y que vea que a él realmente pueden amarlo por ser él, JC, y no porque en él, ven a otra persona. Ese sería un poco el plot. Drama, drama, mucho drama.
Igual espero sus sugerencias. Las amantes de JC seguro tienen diferentes perspectivas.
Si llegaste hasta aqui, felicidades! Espero actualizar la siguiente semana. Oren por mi!!
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