Chapter Text
-Bal'a dash(saludos) soy Kael Hoja roja. – al levantar la frente, la tabernera *pandaren vio a un *elfo de sangre, que le sonreía y tenía una cesta entre los brazos – tengo un encargo para usted señorita Wen.
-Oh, gracias joven – le devolvió la sonrisa. Recibió la cesta rozando las manos del joven, noto que no tenía guantes. Puso a un costado la cesta, saco una bolsa de monedas de su cinturón para pagarle. – joven Kael…
-oh – Kael salto en su sitio, miro hacia la derecha, al no ver a nadie, bajo la mirada hacia abajo, se encontró con un cachorro pandaren. – Bal'a dash, chico. – saludo y se puso en cuclillas para estar a la altura del niño, le sonrió y extendió su mano al ver que le hacía señas para darle algo, el niño de dio unos caramelos en formas de flores. – y ¿Esto de que es? – el niño no dijo nada durante un rato. La señorita Wen se sentía un poco avergonzada al ver la timidez extrema del niño.
- ¡GRACIAS! – exclamo el niño cerrando sus ojos y apretando sus manos con fuerza - ¡GRACIAS POR SALVARME! – se podía ver como sus mejillas se tornaban rosadas. Varios huéspedes de la taberna que bebían o comían en las mesas voltearon su mirada hacia el niño, varios reían al ver lo que ocurría. Wen quería marcharse hacia la cocina. – so so solo quería decir e e eso.- abrió los ojos tímidamente.
- de nada pequeño – Kael puso su mano en la cabeza del niño. – gracias por agradecerme. – le devolvió la sonrisa. El niño salió corriendo de la habitación con la cara muy roja. – jajaja, que niño.
- ¡Liu! – llamo Wen al niño, al ver que este no se despidió de manera adecuado con el elfo de sangre, pero el niño ya había salido de la taberna, varios huéspedes seguían riendo ante el espectaculo. - disculpa si mi sobrino de incómodo. – se disculpó Wen.
- no se preocupes, no me incomodo en absoluto.
- toma tu pago – le extendió una bolsita. Kael lo tomo, luego comenzó a contar el dinero, al terminar de contar asintió agradecido. Wen espero a que el elfo de sangre terminara de guardar su dinero en su mochila para poder despedirlo, pero el joven miro hacia el tablero de solicitudes.
- señorita, quisiera una habitación.
- eh … si… si… Espere un momento. – Wen cogió una llave de una caja de madera. - ¡Yu! – llamo hacia la cocina, allí aparecía una joven Pandarem con una flor azul atado en su cabello. Wen le alcanzo la llave. – lleva al señor a una habitación.
- si, señorita Wen. – realizo una reverencia a su jefa, miro a Kael, lo saludo con una reverencia y una sonrisa. – sígame por favor.
-Guiame. -siguió a la joven por un pasillo iluminado por farolillos amarillos hasta ver unas escaleras que le llevaron al segundo piso de la taberna. Tenía varios cuartos, Yu lo guio hasta el última puerta del pasillo.
-sabes tenemos muchos huespedes en estos últimos días.- comenzó hablar Yu.- bueno, tenemos mas huéspedes desde que la Horda y la Alianza llegaron a Pandaria. – le miro con una sonrisa muy viva.- el mundo es muy grande. ¿Cierto?
-si, y muy hermoso. -Kael contesto con calidez.
-usted debe de ser un gran aventurero. -Yu miraba al frente. - ¿eres un héroe? - pregunto mientras abría la puerta y le entregaba la llave. Al entrar Kael vio una habitación de suaves colores amarillos y verdes. Una cama con una mesita de noche. Además, tenía una gran ventana abierta que ventilaba y dejaba que entrara luz a la habitación.
- si – Kael respondió cansado, la respuesta sorprendió a Yu, mas no le dio importancia.
-puede llamarme si desea algo. Solo tiene tocar la campanita que está en la mesita junto a su cama.- se despidió con una reverencia y salió de la habitación.
Cuando Yu salió de la habitación, Kael dejo su mochila sobre la mesita y se dejo caer sobre la cama. El techo tenía unas lámparas amarillas con dibujos de flores. Kael dejo escapar un suspiro que tenia guardado.
-héroe, ah, solo lo tome enserio un poco cuando el señor regente me pidió mi apoyo para ayudar a los Sin´dorei- se puso las manos en el rostro.- solo allí comenzó mi trabajo de heroe, quiero volver a ser un aventurero anónimo. Me canse de ser una celebridad. – exclamó, arrojo uno de los cojines de la cama contra la pared, se paro para recógelo y nuevamente arrojarlo esta vez contra la cama. Dio un largo suspiro, para mantenerse calmado y con la mente serena, se quitó la ropa, tomo un baño y se metió a la cama. – no voy a esperar a que el sol duerma, faltan como 10 horas para eso.
Y durmió.