Chapter 1: Darkness My Sorrow
Chapter Text
No importa que tan cliché sea el juego, yo jugare hasta el final.
Pero no me satisfago con un escenario escrito por un escritor de tercera clase
Adiós, la ropa manchada ya no es permitida
Yo solo quería una manera para matar el tiempo
“En un sueño enfermizo de la muerte” …
¿Quién fue el que dijo eso?
Este mundo es una jaula de pájaros, un color despintado
Aunque yo lo lamente, no puedo salir de esta prisión
Pero ahora, la oscuridad es mi tristeza
Todavía no he perdido el control
Así que, mientras me rio de este inconveniente
Busquemos en todo el cielo y en la tierra
(Gravedad)
En la oscuridad, la sombra de un sombrero baila ligeramente
Aunque me canse de la noche y me quite mis esposas
Ese chico que esta de acuerdo con Kierkegaard también está aquí
Wow oh (la mejor vista que vale mas que la obra maestra de 10 mil millones)
Dejemos ya de perder el tiempo
¿Por qué de todas las personas, es él el que tiene el llavero en su mano?
En el momento que chocamos, el que tiene el control soy yo.
Yo manipulare incluso el peso de esta vida acortada
La oscuridad solitaria, es mi tristeza
Una vez abierto por la llave
Prefiero caer que regresar a estar solo
Mirando esta jaula destruida que soy
(Gravedad)
Lentamente yo canto, “No es malo para nada”
Aunque me siento atrapado, no hay espacio para sentimientos
Yo me presiono a mi mismo al limite y tiño todo de negro
Este mundo es una jaula de pájaros, un color despintado
Aunque yo lo lamento, no puedo salir de esta prisión
Pero ahora, la oscuridad es mi tristeza
Todavía no he perdido el control
Así que, mientras me rio de este inconveniente
Busquemos en todo el cielo y la tierra
(Gravedad)
En la oscuridad, la sombra de un sombrero baila ligeramente.
Chuuya Nakahara (CV. Kisho Taniyama)
Chapter 2: UNO
Chapter Text
Todo en esta misión es un desastre, estoy molesto, muy molesto; me atrevo a afirmar que esta es la misión más molesta que he tenido que llevar a cabo desde que el desperdicio de vendas abandono la Port Mafia.
Desde que me abandono.
En el momento en que el jefe me dio la orden acepté sin rechistar como siempre, no le di importancia al venir solo a otra ciudad, no seria digno de ser un ejecutivo si no soy capaz de concretar una misión así, después de todo mi sangre pertenece a la mafia, soy un esclavo más y derroto a sus enemigos como un esclavo.
Bien me cansó y fastidio de esquivar ataques, al parecer no hay nadie digno con quien luchar, es momento de que la gravedad las aplaste, porque si, todo el bando enemigo lo conforman mujeres.
Una nueva mafia, una de solo mujeres, me rió ante la idea un tanto absurda, no tiene nada de malo que hombres y mujeres colaboremos con un fin; lo que si tiene de malo es querer meterse en nuestro territorio.
Detengo las balas, se las devuelvo, asesinando a todas ahí, era un grupo reducido, lo que me extraña es no haberme topado con ningún usuario de alguna habilidad.
Según los informes Femme Fatale tenia grandes usuarias de habilidades, aunque la gran mayoría desconocidas.
Recorro el camino de destrucción y cadáveres que he dejado, no quedo nadie vivo, no soy gran fan de la tortura así que tuvieron suerte de cierta forma, de haber sido yo el que viniese.
Saco mi teléfono, y marco en automático, de inmediato recibo respuesta.
-Boss, el trabajo está hecho.
-Tal como lo esperaba de ti Chuuya-kun… no hay nada mejor que destruir una organización enemiga.
-No quedo nadie vivo.
-Muy bien, cuando regreses a Yokohama envíame un informe detallado y además como recompensa por tu excelente trabajo tomate una semana de descanso.
-Entiendo…
Cortamos la comunicación.
Lo mejor es que me retire de este lugar.
Camino con tranquilidad saliendo del desastre, me detengo al oír un ruido, no hay sobrevivientes lo acabo de revisar, de inmediato me pongo a la defensiva.
Con la vista vuelvo a recorrer el lugar, escucho un ruido a mi derecha, el aura roja envuelve mi cuerpo activando mi habilidad, es lo mejor de momento, para evitar inconvenientes, asesinare a quien sea….
Uso la gravedad y saco de su escondite a una pequeña niña, por su apariencia deduzco que esta entre los seis u ocho años, tiene un osito de felpa entre sus manos, esta llorando, maldición, soy mafioso, pero tengo cierta debilidad con los niños; me acerco a ella y le distingo mejor, sus ojos brillantes de color rosa y cabello rosa claro.
-Eh…. ¿Quién eres? – sigue derramando lágrimas en silencio.
-Si…Simone – logra decirme entre hipidos.
-Muy bien Simone, eres demasiado pequeña para estar aquí – su vista se posa en los ojos de la menor – de hecho, es demasiado sospechoso, descuida no soy fan de la tortura…
En el momento en que la toque, dispuesto a terminar con su vida de una, sus ojos adquirieron cierto toque rojizo, oscuro y con sed de sangre.
Me sorprendí aprovecho ese momento, una luz cegadora nos rodeó, me sentí mareado y débil, por lo que desactive mi habilidad, solo vislumbre su sonrisa, una sonrisa macabra que no es la de un niño ni siquiera Q es así, antes de perder el conocimiento, logre verla alejarse y tomar la mano de otra mujer, sin embargo, no las distinguí.
.
.
Al despertar aún es de noche, todo sigue igual, reviso mi celular y veo la hora solo pasaron unos minutos desde el ataque, o lo que sea que haya sucedido, ya que al no sentir dolor de nada deduzco que no he sufrido daño alguno.
Con cuidado me levanto, siento la ropa algo extraña, mi ropa es a medida, aunque lo suficientemente flexible para permitirme libertad de movimiento a la hora de una batalla, pero ahora en mi pecho aprieta, bajo mi mirada y noto el abultamiento evidente, los botones están casi a reventar.
Llevo sus manos al pecho, aun enfundadas en los guantes, si antes ya lucían estéticas ahora lo eran más, delicadas, manos de fémina, ese pensamiento retumbo en su cabeza haciendo un clic.
Manos de fémina….
Pechos prominentes…
-¡NO! – soltó un grito, que salió agudo.
Voz más suave….
-Esto no me puede pasar a mi – siguió tanteando su cuerpo – soy un hombre, no una mujer, joder.
Cintura más estrecha…
Más curvas…
Ahora era una mujer…
Chapter 3: DOS
Chapter Text
Soy una mujer…
Soy una mujer…
Ese pensamiento retumba en mi mente, no, no, no, me niego a creerlo.
¿Qué diablos voy a hacer?
Es toda mi culpa, he sido descuidado, demasiado confiado, tal y como siempre decía el imbécil desperdicio de vendas.
Mi primer impulso es volver a hablarle al jefe, pero me detengo a tiempo, no puedo decir que falle, que por un descuido ahora soy una mujer, respiro, inhalo y exhalo profundamente tratando de calmarme.
Mente fría Chuuya, mantén el enfoque, eres el ejecutivo más poderoso no te puedes derrumbar por nimiedades, ahora bien, los hechos, soy una mujer, no, bueno tengo cuerpo de mujer, no me hirieron, asesine a los peones así que antes de otro movimiento en contra de la Port Mafia tendrán que reagruparse, por tanto, has ganado y concretado la misión con éxito. Tendrás una semana de descanso, nadie nunca te interrumpe en esa semana…
-Una habilidad me afecto – comienzo a reír por la verdad obvia – él me puede ayudar, su poder no tiene excepción.
Mucho más animado, he encontrado la solución, comienzo a retirarme por fin del campo de batalla, debo prepararme para el regreso.
.
.
Hace unas horas atrás estaba tan seguro de mi decisión, en estos últimos quince minutos he tomado mi celular unas treinta sin animarme a llamarle.
Veo su nombre en la pantalla.
Caballa.
Me rió un poco, nunca he cambiado su nombre en mis contactos; lanzo el celular en la cama y me acuesto, observando el techo como si fuese lo más interesante.
-Rogarle ayuda a quien me abandono – mi voz es baja – después de todo no será tan fácil anular esta habilidad, debo dejar mi orgullo de lado, dejar mi odio… porque si lo odio, lo odio por dejarme sin decir nada, por solo usarme….
No hay opción, me levanto y busco en mi maleta algo que me pueda quedar, saco un pantalón oscuro, una playera y una chamarra con capucha, absolutamente nadie debe reconocerme por error, hasta que hable con la caballa suicida en persona.
.
.
.
No llegue a mi casa, me fui directo a un hotel de lujo, pague en efectivo incluido un extra para que no hubiese registro de mi estadía; la ventaja de los hoteles de lujo es que tenían boutiques dentro, en cuanto deje mis cosas en la habitación baje para comprarme ropa, solo una mudada no necesitare más, hoy mismo iré a la Agencia.
Suelto un suspiro, esto será complicado, como se supone que sabre que cosas usar.
Me quedo de pie en la entrada de una de las tiendas, el nombre es The Kooples; es una marca francesa, vi esa marca en mis pequeñas vacaciones en Paris con Ane-san.
-Muy bien Chuuya no puedes estar tan perdido – me doy animo a mí mismo – otras veces has ido con Ane-san de compras, esto debe ser similar…
Ingreso a la tienda.
La recorro a paso lento observando los escaparates, meditando sobre lo que será bueno, creo que en verdad luzco perdido o indeciso, ya que una dependienta se me acerca con una amable sonrisa.
-Disculpe señorita, ¿puedo ayudarle en algo?
-Etto – me sonrojo un momento – si por favor – no puedo hacerlo solo – vera… no tengo nada de ropa – explico rápido aún con más vergüenza – y necesito un atuendo…
-Ya veo – sonríe de forma discreta - ¿formal o informal?
-Algo casual solamente.
-Entiendo tengo unas opciones que pueden ser adecuadas sígame por favor – me guía a una pequeña sala frente a los probadores – toma asiento, por favor, iré por prendas, ¿talla chica o extra chica?
-No lo sé – me sorprendo, y busco una excusa para evitar más preguntas innecesarias – suelo usar ropa a medida, así que, no sé qué talla puedo ser.
-Entiendo, entonces por favor póngase de pie señorita – saca una cinta métrica – le tomare sus medidas.
Solo me dejo hacer, veo como toma nota, de cada una de mis medidas, totalmente satisfecha, me deja de nuevo solo, me acomodo dispuesto a esperar, después de unos quince minutos regresa con una variedad de prendas.
Me pruebo uno a uno los atuendos, al final me decido por una falda negra circular con un poco de vuelo, una blusa blanca que deja al descubierto mis hombros, uso medias, unos zapatos de un tacón bajo e incluso me compre un sombrero, me rió negando al ver mi apariencia en el espejo; lo único que mantengo de mi yo masculino es mi gargantilla; la acaricio recordando un poco mi pasado, y a esa persona que he tratado de olvidar, tal como él lo hizo conmigo.
Salgo del probador.
-Me lo llevo todo – la dependienta asiente feliz.
-Se ve muy bien señorita.
-Gracias – respondo, recordando las enseñanzas y el actuar de Ane-san – me lo llevare puesto.
-Claro no hay problema – toma la ropa que traía puesta, y la empaca – puede pasar a pagar.
No digo más, solo agradezco, tengo prisa en solucionar este problema, pago y salgo de la tienda, me lo pienso un momento en si dejar mi ropa de hombre en el hotel o llevármela; al final decido llevarla, porque en él momento en que Dazai me toque seré hombre de nuevo.
.
.
Y aquí estoy parado frente a la puerta con un letrero simple que me indica que estoy en el lugar correcto; Agencia Armada de Detectives.
Me armo de valor y aparto mi orgullo.
Toco con suavidad la puerta.
De inmediato me abren, frente a mi está el tipo rubio de lentes, actual compañero del desperdicio de vendas, luce molesto, y es obvio, hacer equipo con Dazai es sumamente estresante.
-Disculpe – trato de sonar lo más amable que puedo, no quiero que sospechen nada, y de ser posible que ni se enteren – estoy buscando a Osamu Dazai…
-Eso mismo quisiera saber yo – me responde algo brusco el rubio – ¿en donde diablos se metió otra vez? – ajusta sus lentes – pase, no sería ideal dejar a una señorita fuera – se aparta permitiéndome pasar – mocoso – llama al hombre tigre – ve por Dazai.
-Pero Kunikida-san no tengo idea de a donde fue Dazai-san – el chico no sabe ni como excusarse.
-Seguramente de nuevo se lanzó al río solo vez a buscarlo y tráelo, dile que una señorita lo busca – me observa de forma interrogante.
-Para que cometamos suicidio doble – respondo, seguro que con eso vendrá más rápido.
El resto de los detectives se sorprende sobremanera y me observan como si estuviera loco, con la dignidad que muestra siempre Ane-san me comporto, mantengo mi rostro serio y altivo.
Si he de ser mujer, planeo ser como Ane-san, de ninguna manera seré una mujer débil… aunque eso no será necesario soy hombre, el desperdicio de vendas anulara el poder y todo normal.
Me ofrecen asiento y té, acepto ambos, muchos no apartan su mirada de mí, ya se, creen que estoy completamente loco.
Estoy por terminar mi té cuando una escandalosa voz interrumpe la calma momentánea de la sala.
-Oh díganme que Atsushi-kun no me mintió – se dirige a sus compañeros – que no fue solo una treta de Kunikida-kun para que viniera hasta aquí….
-Dazai-san ya le dije que es verdad – jadea un poco el chico tigre.
-Entonces, ¿en donde esta la bella dama que se suicidara conmigo? – me busca de manera sobre actuada, en cuanto me ve se arrodilla ante mi y me toma la mano – oh, eres preciosa, tus bellas manos son perfectas para que me estrangules.
Respira Chuuya, no puedes golpearlo, tu mismo fuiste el de la idea, todo es por tu bien, solo aguanta.
-Claro que si o si gustas ambos podríamos tomar veneno – le digo con sarcasmo – tal y como Romeo y Julieta.
-Pero que romántica – exclama más emocionado – por fin he conseguido mi ideal – ahora molesta a su compañero – y ha sido más rápido que Kunikida-kun.
El rubio se molesta y comienza a insultarlo mientras lo estrangula.
-Pero antes necesito un favor – los interrumpo.
-Por supuesto lo que desee la bella dama – sonríe, por un momento juro que divisó un brillo malicioso en su oscura mirada.
-A solas…
-Oh, pero que atrevida eres Chuuya – canturrea burlándose.
El maldito lo descubrió.
El muy bastardo lo sabe.
No lo soporto, le lanzo una patada que el esquiva.
-Chuchu eso no lo hacen las señoritas, se te puede ver la ropa interior.
Se ríe.
Lo disfruta.
Como siempre encuentra la manera de humillarme.
Chapter 4: TRES
Chapter Text
-Maldito bastardo – le gruño, le lanzo otro golpe – defiéndete…
Golpes, patadas, todos los esquiva, se mueve por los escritorios esquivando mis ataques, sus compañeros nos observan extrañados, excepto por un chico de cabello oscuro que come dulces sobre un escritorio.
Cuando estoy por golpear el rostro de Dazai empujan al chico tigre, con lo cual queda a centímetros de mi puño, por suerte me detuve a tiempo.
-Por favor señorita si nos explican podríamos ayudarle – coloca sus manos frente de sí.
-Idiota – observo a Dazai que ya se puso tras el chico – se útil e inutiliza este poder.
-Oh Chuuya pero si así estas mejor, siempre haz sido como una mujer incluso en lo pequeñito.
-Te voy a matar – un aura roja envuelve mi cuerpo, bueno al menos mi poder no fue afectado.
-Dazai-san por favor deje de hacer esos comentarios, por favor señorita cálmese….
-Muy bien ya me aburrieron – el que hasta hace un momento no prestaba atención a nada, se nos acerca – señor sombrero elegante por si no lo has notado Dazai ya te tocó y sigues siendo una señorita.
Oh no, no, no, me niego.
Estoy en shock, me toco el cuerpo y en efecto sigo siendo mujer.
-No, no, no, me niego – cubro mi rostro con las manos, creo que incluso puedo llegar a llorar.
-Mi poder no tiene excepciones – dice molesto la caballa suicida.
-No, no las tiene.
-Ranpo-san podría explicar lo que sucede…
-Claro que un gran detective como yo podría explicar algo así Atsushi-kun – sonríe y abre otra bolsa de frituras – pero creo que será mejor si él señor sombrero elegante lo explica.
Vuelve a su lugar.
-Tu bastardo – tomo del cuello de la camisa a Dazai, actuó con rapidez que no puede escapar – si no me eres útil no veo porque deba dejarte vivir.
Saco la navaja de mi pierna que es en donde la llevaba oculta bajo la falda, la coloco en el cuello de mi rival.
-Vamos Chuchu hazlo – sonríe y se empuja un poco más en el filo, provocándose un leve corte, con lo cual un pequeño hilillo de sangre brota – por fin moriré y a manos de una bella dama, al menos en apariencia – su tono tiene burla – después puedes suicidarte y así moriremos juntos como un par de apasionados amantes.
-Me das asco imbécil – le doy un puñetazo en el rostro y lo suelto.
-Eres blando Chuuya – canturrea.
-Entonces… ella es… Nakahara Chuuya de la Port Mafia – sorprendido afirma el rubio de lentes.
-Toda la razón Kunikida-kun.
-Nakahara-san – el albino me acerca una silla – tome asiento por favor…
Respiro, no quiero derrumbarme frente al enemigo, sin importar si estamos en tregua siguen siendo enemigo; dejo caer mi peso en la silla.
Permanezco en silencio, debatiéndome si decir lo que sucede o intentar arreglarlo yo mismo, ya que el plan A fallo estrepitosamente.
-Creo que es mejor que me marche – estoy por tomar mis cosas, pero una voz grave me interrumpe.
- ¿Qué es todo este escándalo? – ahí frente a mi esta el presidente de la agencia.
Su fría mirada se posa en mí.
-Chuuya estaba por decirnos – quiero asesinar a Dazai, y me arrepiento de no haberlo hecho hace unos instantes.
-No mientas desperdicio humano – me levanto – yo estaba por irme.
-De acuerdo – Fukuzawa, de rostro impasible, me acorrala – hablare con Mori-sensei sobre el revuelo que provocaste en la agencia y como casi provocas que la tregua termine – se gira con tranquilidad.
-No – aprieto mis puños – el boss no sabe nada de esto… y planeaba que Dazai pudiera deshacerlo sin necesidad de hacerlo más grande, ya falle una vez no puedo volver a fallar.
Él mayor se detiene, y asiente sin siquiera mirarme, pero me da a entender que no dirá nada si me explico.
-Estaba en una misión – comienzo antes de arrepentirme – fui en solitario, un nuevo grupo quería invadir el territorio de la Port Mafia, así que me enviaron a mi para terminar con todas, y así lo hice pero – busco un cigarrillo en el pequeño bolso que compre para la ocasión, lo enciendo – cuando estaba por marcharme del lugar me tope con una pequeña niña – observo a Dazai y niega, sabiendo perfectamente mi debilidad por los niños – me pareció sospechoso – le doy una calada a mi cigarrillo – me acerque para matarla de forma rápida… cuando ella me toco, un resplandor nos invadió, perdí el conocimiento, al despertar yo ya era una chica.
-Oh esto es impresionante – exclama la doctora de la agencia – deberíamos hacerle estudios – sonríe de forma tétrica.
Dazai coloca su mano en el mentón, analiza la información que acabo de proporcionar.
-Así que dejaste tu orgullo y viniste a buscarme – asiento – tuviste un error en tu misión por tu poca inteligencia, sigues confiando demasiado en tu poder Chuchu.
-Fue un maldito error, era una niña pequeña, maldición – mi enojo provoca un leve daño en el suelo.
-Por favor calma Nakahara-san; yo entiendo que no quisiese lastimar a una niña – los demás apoyan al chico con un asentimiento de cabeza.
El jefe de ellos que había permanecido en silencio, se gira y de nuevo solo me observa a mí.
-¿Qué planeas hacer?
-La verdad es que no lo sé, tengo una semana de descanso y quiero solucionarlo antes de que deba presentarme al trabajo – en cuanto termino de decir aquello sonrió, se me ha ocurrido una idea, quizás sea una locura, pero a tiempos desesperados medidas desesperadas – los quiero contratar para que resuelvan este caso en menos de una semana, el dinero no es problema.
-No podemos aceptar dinero de la mafia – alega de inmediato el rubio.
Ignoro esa queja y solo observo al presidente, nuestro duelo de miradas permanece por un par de minutos.
-De acuerdo – cede, yo sonrió más que feliz – además debemos averiguar porque la habilidad de Dazai no funciono – el nombrado chasquea la lengua con molestia – esta misión será la prioridad de todos, deben esforzarse al máximo.
Sin más se retira, no les dejo paso a ninguna replica.
Chapter 5: CUATRO
Chapter Text
-Quiero absoluta discreción, como ya mencioné el precio no será problema.
-Que engreído eres chibi….
-Cállate imbécil.
-Esto será un dolor de cabeza, mi itinerario ha sido destrozado.
Entre quejas uno a uno se va recomponiendo, volviendo a sus actividades, hasta que, siento una penetrante mirada en mi persona, al ver al dueño de esa mirada me percato que se trata de la doctora de la agencia, la cual sonríe de forma macabra.
-Debo revisarte Chuuya-kun – se me acerca, su voz me provoca un escalofrío.
-Oye Dazai – me acerco lento al castaño – esa doctora… ¿es confiable?
-Claro Chuuya – canturrea sonriente – no tengas miedo Yosano te tratara estupendamente. – da palmaditas en mi hombro y me empuja hacia la doctora.
La doctora avanza, yo la sigo, con duda lo admito, me recuerda un poco al jefe, y prefiero evitar que me atienda.
Entramos al consultorio, me quedo de pie a la espera de que me diga algo, de momento todo luce normal.
-Desnúdate – me sonrojo por lo dicho, logro atrapar la tela que me lanza, al extenderla noto que es una bata – debo revisar adecuadamente tu cuerpo.
Observo en donde podría desnudarme, pero al ver que la doctora no se movía comencé a quitarme la ropa.
-Juro que matare a esa pequeña mocosa – maldigo en voz baja.
-Oh – suelta una risa en cuanto me quito la blusa y coloco la bata – pero si no traes sostén…
-¿Eh? ¿Sostén? – me quito la falda y resto de ropa.
-Si sostén – se desabrocha su propia blusa - ¿ves? – me sonrojo y asiento.
-Ya entendí.
-¿Por qué el sonrojo Nakahara Chuuya-kun?, eres un mafioso, seguramente virgen ya no eres – se coloca guantes – acomódate en la camilla.
-No es que sea virgen – murmuro – Ane-san siempre me enseño a respetar a las damas.
Me descubre el vientre.
-Pero si tu ropa interior es de hombre, eso esta muy mal señorita – coloca un gel en mi abdomen – te haré un ultrasonido, veremos qué tan femenino eres.
No respondo, tan solo observo, revisa mis órganos, al parecer todo normal, una vez que termina, me limpia y me deja levantarme.
-Tal parece que todo esta en perfecto orden, eres una mujer muy sana.
-Gracias – comienzo a vestirme – espera, ¿qué?
-Lo que oíste, eres una mujer completamente sana, tienes los órganos femeninos bien desarrollados.
-Soy un hombre, joder – mascullo molesto.
-En estos instantes eres una señorita – su tono se vuelve un tanto macabro – oh… podemos comprobar si eres señorita… tan solo debes abrir esas piernas.
-Nooo – cierro mis piernas con fuerza.
Ambos nos giramos al escuchar una estridente risa, yo se bien a quien pertenece, lo voy a matar, estuvo espiando; nos dirigimos a donde proviene el sonido de su risa, Yosano y yo nos miramos un momento, sonreímos y nos tronamos las manos, al unisonó le damos un puñetazo en el rostro.
-No debes violar la privacidad de mis pacientes, Dazai.
-¡Imbécil, pervertido desperdicio de vendas, te matare! – estoy furioso.
-Dazai-san – se asoma el Atsushi-kun - ¿Qué hace aquí? La doctora dijo que revisaría a Nakahara-san.
-Lo sé, Atsushi-kun, por eso vine a revisar también a Chuuya – sonríe – y está muy sanita.
-¡Maldito! – aprieto mis puños.
-Oh, Chuuya sigues teniendo un vocabulario pésimo.
Me acerco y le lanzo una patada, obviamente el idiota la esquiva.
-Chuuya que lencería tan poco apropiada para una dama…
-Olvídalo imbécil no te seguiré dando el gusto de seguir molestándome.
Paso de él y me cruzo de brazos.
.
.
Después del ajetreo en el consultorio, regresamos con el resto, el rubio que ya ubico bien como Kunikida saco su agenda y nos observó.
-Yosano…
-Todo de maravilla con la señorita, tiene un excelente estado de salud.
-Bien – comenzó a apuntar - ¿su habilidad?
-Perfecta.
-Ya tengo lista la estrategia para este caso – comienza a explicar – ya que estarás libre una semana de la mafia lo mejor sería que te quedases con alguno de la agencia, podría ser Kyoka ya que fue tu compañera…
-Subordinada – aclaro – pero si a ambos de alguna forma nos entrenó Ane-san.
-No me interrumpa señorita Nakahara – no lo golpeo porque a diferencia de Dazai el hombre lo dice con respeto, sin rastro de burla – como decía podrías quedarte con Kyoka pero ella ya se queda con el mocoso – se ajusta los lentes – la única opción es Yosano.
Al escuchar el nombre de la doctora un escalofrió me recorrió, ni de chiste me quedo a solas con la pervertida versión femenina del jefe.
-No es necesario, puedo quedarme en mi hotel – aclaro rápido.
-O el señor sombrero elegante puede quedarse con Dazai…
.
.
.
Y así es como terminamos la caballa y yo juntos, claro no es como si fuese la primera vez que compartimos habitación, en la mafia durante un tiempo llegamos a compartir habitación en algunas misiones en conjunto fuera de la ciudad.
Llevo mi maleta, estamos frente a su departamento, algo bastante sencillo nada que ver con mi pent house.
-Oh petit mafia perdona que esto no este a tu altura, pero veras, ya no soy un ejecutivo – se ríe, abre la puerta – aunque en realidad tu altura no es mucha.
-Bastardo – observo el lugar – sigues siendo un caos.
Hay muchas cosas en desorden.
-Esto da asco, ¿alguna vez limpias?
-Claro, cuando voy a traer a una linda chica para un acostón, pero justo ahora no traigo a ninguna linda chica.
-Idiota – dejo mi maleta a un lado – solo dime en donde están los artículos de limpieza, no puedo dormir entre tanta porquería.
-Claro – sonríe.
Me guía al armario de la limpieza, luego se vota en el sillón.
No tiene caso que discuta, siempre es así, nunca ayuda en nada, me concentro el limpiar el lugar, ni siquiera me percato del tiempo que pasa, solo veo que ya anocheció, Dazai no está por ningún lado, le resto importancia, me doy una ducha, vaya que la necesito.
Por suerte traigo lo necesario para mi necesitada ducha relajante, al salir busco una playera y unos bóxer, mi pijama básicamente; aún no hay rastro de Dazai, me seco el cabello y voy a la cocina; no tiene nada para comer.
-Este idiota no cambia en nada, me sorprende que aún no muera – saco mi celular – bueno, hierva mala nunca muere – niego, ordeno una pizza.
En cuanto llega pago, ceno en solitario, estoy acostumbrado, me lo pienso un rato al final decido dejarle el resto al despojo de vendas, me lavo los dientes, estoy agotado, esto es un desastre, me tumbo en la cama.
-Al diablo que Dazai duerma en el sofá – aspiro el aroma en su almohada, tan único – maldita sea Chuuya te juraste no volver a caer… - me regaño a mí mismo.
Me pongo boca arriba, observando el techo, recordando, aquellos días pasados, en donde era mucho más ingenuo, le creí, le di mi corazón y el solo lo desecho, sin mirar atrás, sin contemplaciones…
Mis cavilaciones se ven interrumpidas por el ruido de la puerta, un golpe sordo se escucha, me levanto, tomo mi cuchillo, salgo alerta, todo esta oscuro, escucho unas risitas; muy bien prendo la luz y ahí lo veo, al desperdicio de vendas besuqueándose con una zorra, aprieto con más fuerza mi arma, por esto me ha dejado limpiando solo, como si fuese su sirvienta.
-Osamu Dazai ahora si te mato – le lanzo el cuchillo, él lo esquiva y empuja a la zorra - ¿Qué diablos te crees?
-Oh, Chuuya me había olvidado de ti – observa a la chica que esta sorprendida.
-¿Tienes pareja? – la mujer se ofende como si tuviese dignidad, me cruzo de brazos y sonrió con superioridad – me marchó, idiota.
Y así se va su zorra.
-Me acabas de arruinar mi diversión por tus estúpidos celos – comienza a acusarme.
-¿Celos? ¿de que diablos tendré celos? – me rio histérico – estoy molesto porque me dejaste limpiando como si fuese tu sirvienta y, ¿todo para qué? para irte de mujeriego, ¡ahhh!, nunca cambias idiota.
-Ay por favor, ya supéralo Nakahara – su mirada se torna fría, tal como lo era antes.
-No tengo que superar nada – me lanza el cuchillo y lo tomo.
-Admítelo, aún no me superas, nunca lo has hecho, aunque sabes que nunca fuiste realmente importante…
-Claro que lo sé imbécil… siempre disfrutas humillándome, pero no soy estúpido, aunque siempre quieres hacerme quedar como uno – me acerco y lo tomo del cuello de la camisa – sin ti me fue mucho mejor…
-Claro, claro, por eso me acabas de montar una escena.
-No te hice ninguna escena… siempre he sabido que no significo nada para ti, solo una herramienta más para concretar tus planes – mis ojos comienzan a humedecerse, maldición, esto es humillante, todas las emociones comienzan a desbordarse, emociones reprimidas por años – solo por eso me utilizaste para que yo nunca pusiese peros…
-Pues claro Nakahara, nadie podría querer a un enano gruñón tsundere.
-Me marchó, tengo dignidad Osamu – me giro y comienzo a buscar un pantalón.
-Pues vete porque no tolero ver tu horrible rostro – sonríe en cuanto me ve con maleta en mano y ya vestido – ve como siempre a llorar con Kouyou o mejor aún a embriagarte, pequeño borracho adicto al vino – no respondo, si lo hago lo golpeare – deduzco que no has estado con nadie más después de mí, y todo es porque a nadie le puedes interesar, y mucho menos me puedes superar…
Antes de que me siga insultando, me giro le doy un buen puñetazo, y luego una patada, mis ojos están llenos de lágrimas.
-Cállate maldito bastardo y déjame ser feliz…
Me marcho, a mitad de la noche, dando un portazo.
Siempre tan hiriente.
Y tú Chuuya siempre tan patético ante él.
Chapter 6: CINCO
Chapter Text
Camino por la solitaria noche, con lagrimas corriendo por mi rostro, soy tan patético.
Me molesto conmigo mismo, me siento tan frustrado; llego a un parque y pateo una banca, que rompo obviamente.
-Nunca debí haber vuelto a Yokohama – musito, me siento en los columpios – pero amo tanto esta ciudad… la Port Mafia es mi familia, mi hogar… y a la familia no se le abandona, no como él lo hizo – lloro amargamente, mi alma es un desierto, y duele, duele mucho.
Me seco las lagrimas con coraje, me levanto, sigo avanzando a mi hogar, saco un cigarrillo, comienzo a fumar para intentar tranquilizarme.
Casi esta por amanecer cuando llego a mi casa, un pent-house en una zona exclusiva y resguardada por la Port Mafia. Activo mi poder, con el mismo hago que mi equipaje flote, conozco de memoria la seguridad del lugar, así que evitarla no será difícil, mi habilidad me da mucha ventaja, por suerte me puse también una sudadera con capucha, cubro mi cabello con la misma, gracias a la sombra que proyecta sobre mi rostro tampoco se me distingue.
Avanzo, sin dudar ni un segundo, camino por el lateral del edificio, inutilizo un par de cámaras, me oculto de algunos de mis hombres, hasta que por fin llego a mi piso, por el techo camino hasta por fin ingresar a mi espacio.
Dejo la maleta en la entrada, me quito los zapatos, el pantalón, la sudadera; solo me quedo en bóxer y playera, busco una botella de vino y una copa, me la sirvo, estoy por beber; su voz, sobreviene en mi mente, retumba una y otra vez, su mirada fría y la sonrisa burlona, llamándome de forma despectiva e hiriente.
<< Pequeño borracho adicto al vino >>
<< Pequeño borracho adicto al vino >>
Se repite una y otra vez.
Me enervo, frunzo mi ceño y aviento la copa de vino estrellándose en la pared frente a mí, el líquido carmesí mancha el blanco impoluto, no me importa, por esta vez tampoco me importa haber desperdiciado un buen vino.
-En un rato debo ir a la agencia, no te daré el maldito gusto de verme con resaca….
.
.
.
Como siempre que estoy en mi casa, me levanto temprano, desperezándome me dirijo al baño, mi rostro esta hinchado, me dormí llorando, las hormonas femeninas, si eso es.
Lavo mi rostro, tomo una tolla fría y me la coloco, eso ayudara a desinflamarlo, tras lavarme los dientes busco en mi closet ropa deportiva que me pueda poner, correr siempre me desestresa, debo seguir adelante, continuar con mi vida, con la rutina.
Todo mi conjunto deportivo es en color negro, salgo tal como ingrese, una vez fuera estiro, coloco mis audífonos al ritmo de Audioslave comienzo a trotar.
Conforme avanza el tiempo aumento la velocidad, así como el ritmo de la música, de rock avanzo a heavy metal, mis emociones están a tope, el ejercicio me sirve de liberación no pienso volver a quebrarme ante Dazai, no puedo matarlo porque aún puede ser útil para deshacer esto, solo por eso no lo asesino lento.
Termino mi recorrido de siempre, hice un poco más de lo habitual, que fue necesario, mis músculos están más relajados, bebo agua, estiro para enfriar, siento algunas miradas en mí, observo a mi alrededor, lo notó, hay hombre viéndome; oh no…. Es porque soy mujer y con el vestuario, se adapta a mi silueta; me ruborizo, todo se marca muy bien.
-¡¿Qué mierda ven?, pervertidos?!
La furia emana de mis poros, es momento de ir a casa.
Con la misma estrategia de la madrugada entro a mi hogar, como si fuese un ladrón o ladrona, me rió, intentare tomarme esta situación con un poco de humor.
Un batido proteico, una ración de fruta, mi desayuno de hoy; al terminar limpio todo, incluido los cristales de la copa de he desperdiciado, un sacrilegio es lo que cometí, la culpa me invade, ni cuando asesino me pasa… pero he desperdiciado valioso vino por culpa de un imbécil sin valor, un indigno de ser humano como su habilidad, suelto una carcajada, vaya que le queda su habilidad, idiota sin corazón.
Me baño, relajándome un buen rato.
Y lo complicado es… que ropa puedo usar.
Saco ropa, pronto acumulo una montaña, me he probado básicamente como diez atuendos, si no son los senos son las nalgas, maldición, o no me cierra o me aprieta de más. Por fin, encuentro algo medianamente decente, una playera negra, pantalón negro, con el calzado no tengo problema, peino mi cabello en una coleta baja que cae por mi hombro, me coloco mi sombrero, un estilo entre casual y urbano, me gusta como se ve en el espejo.
Guardo mi cartera, celular y llaves, es lo único que necesitare.
.
.
.
Ya estoy en la agencia, esperando; por suerte el desperdicio de vendas yo ha llegado, una colegiala me ha dado una taza de té; agradecí, aunque ha comenzado a incomodarme su mirada.
-¿Qué sucede? – trato de controlar mi tono de voz.
-Es solo que…. te me haces muy bonita – me sonríe – Yosano-san debería llevarla de compras para que use ropa bonita…
-Tch… - me cruzo de brazos – no lo necesito, pronto regresare a la normalidad.
-Ranpo…
-El señor sombrero elegante debe comprarse ropa de mujer – come unas rosquillas – la necesitara, será más tardado de lo que cree.
-Lo dicho, iremos de compras – sonríe – necesitaremos quien nos ayude a cargar las bolsas – a los miembros de la agencia les recorrió un escalofrió en general, dudo que la doctora sea peor que Ane-san, así que sonrió con burla.
-No es necesario – me quito el sombrero para que se vea mi sonrisa superior – usare mi habilidad para que carguemos con las compras, dudo mucho que seas peor que Ane-san.
Todos dejan salir un suspiro.
El ambiente se torna relajado.
Hasta que llega el ser más despreciable.
-Tan puntual como siempre petit mafia – se burla.
-Oye Dazai – Kunikida se levanta y acerca al castaño – explica, ¿Por qué diablos la señorita llego sola?, lo primordial para tu miserable existencia – comienza a golpearlo, eso sin duda me hace sentir mejor.
-Bueno – me levanto – vayámonos de compras – me re coloco el sombrero.
-Oh, es tan asombrosa – el rubio de pecas me admira.
-Un momento – nos detiene el rubio de lentes – aunque Yosano y usted se sepan defender, como castigo ante sus faltas Dazai irá con ustedes – lo empuja a nosotros, me tenso – se útil maldito suicida.
-Me parece bien – la doctora me guiña el ojo – él cargara las compras.
-No – lloriquea – Kunikida tengo que hacer mis informes – intenta persuadirlo.
-Yo mismo los haré, ahora disfruta las compras – se acomoda los anteojos, regresa a su lugar para seguir tecleando.
-Atsushi-kun también debería venir….
-¿Eh? ¿yo por qué Dazai-san?
-Olvídalo, no metas al mocoso en tu trabajo.
Sin mas remedio y a pesar de sus excusas, el imbécil nos acompaña.
No usare mi habilidad para ayudarlo a cargar, que se joda, es el inicio de mi venganza por hacerme desperdiciar una copa de vino.
Llegamos al centro comercial, caminamos tranquilos.
-Qué vergüenza – comienza de nuevo a parlotear – que me vean con alguien como tú, chibi.
-Silencio, mula de carga.
-No pudiste dejar el ridículo sombrero.
-¿Y darte gusto? – enarco una ceja – jamás.
-Primero a la tienda de lencería – nos interrumpe Yosano – no puedes ir por la vida sin lencería adecuada…
-Ya uso ropa interior, sabe.
-De hombre, por lo tanto, no traes sostén, descuida compraremos lencería bonita y fina.
No me dejo objetar nada, y ni puedo objetarlo.
En la tienda, me ayuda con lo de mis tallas, analizamos con cuidado las prendas y funcionalidad, sin olvidar materiales, texturas, formas, practicidad; años yendo de compras con Ane-san me hacen sentir tan cómodo en esta situación.
Al principio el incordio de voz de Dazai no paraba, pero tras ser ignorado rotundamente se quedo callado, ocasionalmente coqueteando con cuanta mujer se dejase; después de dos horas en la tienda de lencería nos disponemos a pagar, en agradecimiento por el buen rato que me ha hecho pasar Yosano le pago un par de prendas.
-Siempre tan derrochador – empieza mientras le vamos cargando de bolsas – es acaso un complejo por tu escasez de estatura – se ríe.
-Maldita caballa – gruño, lo cargo con todas mis bolsas, Yosano también.
-Que no se te caiga nada Dazai.
Sonreímos, durante las siguientes horas vamos tienda tras tiendas, compro diversidad de blusas, faldas, vestidos, pantalones, ropa deportiva, zapatos de tacón bajo, es obvio que el escuálido de Dazai ya no podía con más.
-Chuuya… Yosano – ahí va de nuevo – ya no puedo más… tengo hambre…
-Las mulas de carga no hablan.
-Pero si aún no terminamos…
-Yosano – sonrió al ver una tienda que conozco bien, tantas veces con Ane-san – entremos ahí, yo invito.
Los ojos de la doctora brillaron de emoción.
-Hecho, Dazai después de esta te invitó algo de comer.
-Trato hecho…
Es una tienda exclusiva, de diseñador; recorremos los pasillos, Dazai solo se tumba en la pequeña sala que tienen.
-Este debes comprártelo Nakahara – me muestra un vestido negro elegante.
-Me gusta – sonrió.
-Chuuuyaaaa – canturrea – ese vestido es para una dama de verdad no para ti…
-Silencio imbécil.
-¿Qué escándalo de mal gusto? – escucho una voz que conozco bien, mi sangre se hela – tenías que ser tu…. Un momento, dijiste Chuuya.
Me busca con la mirada, estoy paralizado, con la boca abierta, Ane-san está aquí también, de la impresión se me cae el vestido de las manos, nuestras miradas se conectan, maldigo una y otra vez a Osamu Dazai.
Chapter 7: SEIS
Chapter Text
-Maldita seas caballa – mascullo, muy, pero que muy molesto.
-Oh, por dios – Ane-san cubre su boca con la manga de su kimono – si eres mi Chuuya…
Se acerca, no parpadea, como siempre se recobra enseguida, me observa el rostro, lo toma con firmeza, pero sin dañarme, girándolo de un lado a otro analizándome, luego recorre mi cuerpo con la mirada, por un momento observa a la doctora; en definitiva, ambas tienen la misma mirada, de mujeres fuertes e independientes.
-Eres una señorita…
-Jajaja – la risa escandalosa de Dazai la interrumpe, ella frunce el ceño – Chuuya una señorita, no sabía que tenías un excelente sentido del humor Ane-san.
De inmediato con la velocidad y precisión de siempre, Ane-san desenvaina su katana y la acerca al cuello de Dazai.
-Osamu Dazai no tientes tu suerte, no con mi Chuuya – le dice frío – ahora es una flor de la oscuridad, pero por eso mismo siempre debe mantenerse alejada de ti, tu eres corrosivo para cualquiera…
Él aludido alza las manos en señal de paz, pero no retira su sonrisa burlona.
-Descuida Ane-san, no me interesa tu bella flor – ella guarda la espada, sonríe levemente.
-Espero que así sea – se gira de nuevo a mi – me has herido Chuuya – su mirada muestra tristeza – vienes con alguien de la agencia a comprar ropa, en lugar de recurrir a mí, ¿Por qué?
-Lo siento tanto Ane-san, en verdad – me retiro el sombrero, hago una reverencia – no quería defraudarte ni defraudar a la Port Mafia, esto, ha sido por mi culpa, por un error que cometí….
-Oh, Chuuya, tu nunca me defraudas – se acerca y me abraza, sus abrazos son escasos, pero siempre en el momento preciso – eres lo más especial que tengo en la Port Mafia y en mi vida, ahora eres una bella flor como mi querida Kyouka, debo enseñarte muchas cosas que no te enseñe antes – sonríe y acaricia mi rostro – tan bello como siempre.
Sonrió, lo necesitaba, sus palabras me reconfortan, siempre lo hace, ella siempre ha estado conmigo desde que la conocí, ella hizo de mi quien soy, me educo tan firme y amorosa como una madre.
Y lo más importante, ella sabe lo que sufrí por su abandono.
-Bueno, Ane-san, en historia resumida, un usuario me cambio de sexo, la caballa imbécil – señalo a Dazai – no lo pudo deshacer…
-Mi poder no tiene excepciones – dice ya más serio – así que estamos investigando.
-Nakahara nos contrató – constata Yosano – se supone que tenemos solo esta semana para resolverlo y que Dazai use su anulación, pero, Ranpo asegura que necesitará guardarropa, así que asumo que será mucho más complicado de lo que parece.
-Y eso nos lleva a este encuentro fortuito – asegura – te ayudare en todo mi querida – el brillo en su mirada lo dice todo, esta feliz con esto – incluso juntos le explicaremos a Ougai, creo que tu ameritas una colaboración con la Agencia Armada de Detectives si es necesario.
Después de esa charla breve, significativa y en donde todo quedo descubierto, Ane-san, Yosano y yo seguimos con las compras, Kouyou me hizo comprarme tacones altos, incluso me aseguro que me tendría una sorpresa especial para unos días, Dazai casi muere por cargar tanto, algunos hombres de Ane-san tuvieron que ayudarlo; sin duda esas mujeres son unos monstruos de las compras.
.
.
.
Después de las compras Yosano se llevo a Dazai a comer, mientras que Ane-san y yo nos fuimos a mi hogar, yo mismo cocinaría algo para ambos.
Con la sola mirada de ella nadie se atreve a preguntar, utilizo mi poder para subir la gran cantidad de bolsas, dentro de mi casa, dejo todo en la sala.
-¿Como diablos voy a guardar todo esto? – gruño, cayendo en cuenta que de por si la habitación que tengo por closet esta atiborrado.
-Bueno, supongo que nos excedimos un poco – se ríe.
Su risa sincera me contagia y me suelto a reír.
-De acuerdo primero preparare algo de comer – sonrió tranquilo, me dirijo a la cocina.
Estoy revisando los ingredientes que tengo, escucho sus pasos.
-Tú no eres descuidado.
-No, no lo soy…
Esta tanteando el terreno.
-Así, que, ¿Qué sucedió?
Suelto un suspiro, coloco los ingredientes sobre la barra.
-Era una niña, una jodida niña…
-Entiendo – me sonríe, pero esta vez lo hace con ternura - aunque somos flores de la oscuridad, tu sigues siendo demasiado bueno…
-No lo soy…
-Lo eres, jamás dañarías a un niño si puedes evitarlo, eso fue lo que te ató a la Port Mafia, eso y el despreciable de Osamu Dazai.
No replico, porque en el fondo se que es verdad, todo es verdad.
-La Port Mafia es mi familia ahora, daría mi vida por la organización, soy un esclavo de la misma.
-Lo sé, y eso no te quita tu humanidad, tu bondad, tienes un don con los niños – sonríe – serias un excelente padre o madre…
Me sonrojo, lo siento, siento mi rostro arder.
-Ane-san no digas esas cosas – comienzo a cocinar – porque siento que te gusta que sea una mujer…
-Oh, me has atrapado, esto me encanta.
-Lo sabía – niego riéndome – aunque se que me quieres como soy, sin duda el que sea mujer te hace estallar de felicidad.
-Sí y por eso – su voz se torna seria – aléjate lo más que puedas de Dazai, él es tan indigno de ti, siempre te utiliza y desecha, siempre te menosprecia, no te valora lo suficiente.
-Lo sé – suelto unas lágrimas, siempre lloro por ese bastardo, como lo odio – lo tengo más que presente, créeme, no soy el mismo ingenuo de antes.
-Me alegra escuchar eso.
Quedamos en un silencio agradable, ella solo me observa cocinar, preparo algo muy tradicional, ella me ayuda colocando los platos, comemos tranquilos, alaba mi cocina, como siempre, tanto tiempo valiéndome solo me hizo aprender a cocinar, además no es por ser pretencioso pero mi paladar es exquisito.
-Hice Kinpura de zanahoria.
-Siempre tan atenta conmigo – lo disfruta – por cierto, señorita, nada de hablar con palabras altisonantes como acostumbrabas, ahora eres una dama y como tal debes comportarte – me reprende – te enseñare nuevos modales, tu entrenamiento empezara cuanto antes…
Chapter 8: SIETE
Chapter Text
Y tal como me amenazo, o mejor dicho me advirtió, mi nuevo entrenamiento comenzó.
Un entrenamiento brutal, doloroso y en ciertos momentos humillantes.
Los tacones son un verdadero infierno a veces, ahora respeto mucho más a las mujeres; la ropa no fue problema, mi rutina de ejercicio tampoco, ni la de lucha, sigo siendo el mejor en artes marciales.
Respetamos mi semana de descanso así que ni siquiera me acerco al edificio de la Port Mafia; voy a la agencia, ahí me la paso la mayor parte del tiempo.
Todos me han tratado sorprendentemente bien, mi único incordio es la caballa inútil, siempre molestándome, vagueando y coqueteando. Después de la desastrosa noche en su casa no hemos estado a solas, lo evito.
Ahora estoy en la agencia trabajando en mi computadora tratando de investigar sobre los usuarios de Femme Fatale, al menos los que conocemos, tecleo concentrado, mi cabello está atado en una cola alta con mechones sueltos, uso lentes; mi concentración es demasiada que no me doy cuenta hasta que es tarde.
-Oh… chibi cuidado esos accesos son demasiados para tu diminuto cerebro – su voz burlona se escucha en mi oído, siento su respiración.
-Maldito cabrón de mierda – gruño y me separo.
-Cuida el vocabulario, no querrás que Ane-san te regañe – sigue burlándose, se aparta rápido evitando el golpe.
-Dazai basta – lo reprende su actual compañero – a una señorita no debes incordiarla así, te estas propasando eso no es ideal…
Me sonrojo por lo dicho, aún no me acostumbro a lo de señorita, dudo que lo haga, carajo soy hombre.
-Chuuya no es una señorita, es un perro…. – expresa con calma, se bota en el sillón – mi perro.
Saco mi cuchillo que ahora escondo en mi pierna derecha, se lo lanzo dispuesto a que lo apuñale, lo esquiva así que queda incrustado en el sofá de la agencia, los demás agentes se sorprenden, Dazai lo toma y me lo devuelve.
-Demasiado lento – sonríe, yo lo atrapo – predecible.
-Tch, imbécil, te asesinare de forma dolorosa cuando dejes de ser útil…
Me veo interrumpido por la tonada de mi móvil, una tonada particular que reconozco de inmediato, la del jefe.
-Boss – respondo intentando controlar el tono de voz, estoy pálido – entiendo, iré de inmediato…
Cuelgo, o bueno él me cuelga.
Mis ojos se encuentran directamente con los oscuros de Dazai.
-Debo ir a la Port Mafia, el jefe solicita mi presencia.
-Una misión – confirma Dazai, solo asiento.
Comienzo a guardar mis cosas y empacarlas en mi bolso.
-Mierda – mascullo peleando con las cosas - ¿Qué diablos le diré a Mori?
-Parece que la babosa tiene problemas – sonríe.
-Dazai – el jefe de la agencia nos interrumpe – acompaña a Nakahara.
El rostro del desperdicio de vendajes me da risa, es obvio que lo que menos quiere es ver a Mori-san.
.
.
.
Y aquí estamos, en el auto estacionados frente al edificio central de Port Mafia.
Mi atuendo es simple, de hecho, no pase a cambiarme a mi hogar, lo que menos quiero es que Dazai sepa en donde esta mi nuevo hogar, así que solo visto un enterizo negro, blusa blanca, chaqueta negra, unas zapatillas blancas con punta negra y un bolso blanco con negro, por supuesto llevo mi sombrero.
Suelto un suspiro de resignación, me recompongo mostrando un rostro altivo e indiferente como el de Ane-san, bajo del auto, el inútil me sigue.
Antes de que algunos hombres cuestionen, Ane-san ya me espera en el recibidor, con su sola presencia basta para evadir cuestionamientos y que nuestro paso sea despejado.
-Gracias por esto Ane-san.
-Te dije que te acompañaría – sonríe discreta – lo que no entiendo es, ¿Qué hace este incordio aquí?
-Me obligaron a venir Ane-san – sonríe – la babosa no tiene el suficiente intelecto para explicar su situación, por eso yo he venido a informar.
-Bastardo inútil.
Gruño, Ane-san me da con un abanico en la cabeza, o bueno el sombrero.
-Te dije que nada de vocabulario vulgar, eres una dama, querida; así que compórtate como tal – Dazai está por carcajearse, pero la mirada de advertencia que le lanza es suficiente para que se abstenga de las burlas.
El camino se me hizo más corto de lo habitual, estamos los tres frente a la puerta del privado de Mori, Kouyou les ordeno a los guardias abrir, le obedecieron de inmediato.
-Boss – me adelanto, me inclino frente a su escritorio antes de que me acobarde – ya estoy aquí tal como lo solicito…
-¿Chuuya-kun? – se sorprende, o bueno, finge hacerlo ya que su sonrisa me demuestra que él ya lo sabía.
-Rintaro, Chuuya es preciosa, quiero que juegue conmigo – comienza Elise a revolotear a mi alrededor, me levanto y le acaricio el cabello.
Mi jefe simplemente disfruta de la vista.
-Y Dazai-kun, ¿a qué debo el honor?
-Simple, explicar lo que esté petit no puede – se mantiene inexpresivo – una habilidad lo transformo así, no puedo anularla…
-Oh, Chuuya-kun – me observa – que lastima, pero de lo malo lo bueno – su sonrisa me provoca un escalofrió.
Esto no me agrada, con desespero busco la mirada de Ane-san.
Ella percibe mi temor, de inmediato interviene.
-La habilidad de Chuuya sigue intacta, solo es un cambio de género, pero como bien sabes Ougai las mujeres en la mafia somos especialmente letales – sonríe – y Chuuya lo es aún más, digna del ejecutivo que es.
-Entiendo perfectamente – suspira – bueno, Dazai-kun, ¿Cuál es el plan a seguir?
-Simple Mori-san, la agencia y sobre todo yo estamos tratando en descubrir que usuario afecto a chibi, lo atraparemos y lo desharé.
-Bien, entonces Port Mafia y la Agencia Armada de Detectives trabajara en conjunto para restaurar a nuestro ejecutivo – se levanta de su asiento, dirigiéndose al ventanal – Chuuya-kun o bueno ahora debo llamarte Chuuya-chan – cruza sus manos detrás de su espalda – seguirás con tus funciones, así que te tengo una misión por eso te llame.
-Por supuesto, jefe – acepto tranquilo, no me fue tan mal, pero aún tengo un mal presentimiento - ¿Cuál es la misión?
-Algo simple, han estado interfiriendo en la recepción de unas mercancías, debes darles una lección, Lagarto Negro te acompañara, hoy en la noche debes llevar a cabo el trabajo en el puerto.
-Entiendo, si no tiene nada más me retiro, boss – me inclino nuevamente.
-Oh, adelante Chuuya-chan, pronto sabrás más de mis planes – sonríe – Kouyou quédate un momento más, debo hablar contigo…
Por un breve instante observo a Ane-san, ella me devuelve la mirada, dándome a entender que confié en ella, ya me dirá lo que planea el jefe.
Así que sin más me retiro, Dazai me sigue.
Chapter 9: OCHO
Chapter Text
Tal como se lo prometí a mi querido Chuuya, lo apoyaría siempre en todo, así que estoy con mi rostro lo más inexpresivo que puedo mantenerlo, dispuesta a escuchar con atención a Ougai Mori; sé muy bien que sus palabras siempre tienen un trasfondo más profundo de lo que deja ver, el hecho de que se tomara tan bien y sonriente que Chuuya sea una mujer me da muy mala espina.
-Kouyou-kun – mi vista se posa en Ougai, que está frente a su gran ventanal admirando Yokohama – el cambio de Chuuya-chan puede sernos muy beneficioso…
-¿Qué pretendes?, Ougai – me acerco colocándome a su lado.
-Oh, Kouyou-kun siempre tan perceptiva – sonríe – pretendo que Chuuya beneficie a la Port Mafia como siempre lo ha hecho, su trabajo y lealtad son impecables.
-Lo sé, yo he sido su mentora.
-Y por eso sé que incluso siendo mujer no traerá problemas sino todo lo contrario muchos beneficios, más de los que siendo hombre…
-Ni se te ocurra – lo interrumpo, la luz de alarma se ha activado, no permitiré eso.
Chuuya de todos los miembros de Port Mafia es él que merece la felicidad, él ni siquiera debió pertenecer a esta oscuridad, Dazai lo arrastro hasta el fondo con él para luego abandonarlo, ahora no permitiré que le corten las alas para siempre.
-Pero si aún no te explico nada – finges inocencia que no tienes.
-Chuuya no es algo para que trates Ougai, sabes que por él y por Kyouka haré lo que sea – mi voz es firme.
-Lo sé, tan inflexible como siempre – me observa – siempre he querido que Dazai-kun regrese y sea mi mano derecha.
-Ese puede ser Chuuya, el ejecutivo más poderoso además es listo.
-Oh, pero no tanto como Dazai-kun.
-Pero es leal, a diferencia del traidor.
-Eso no basta – camina, lo sigo con la mirada, se sienta en su escritorio – tengo un plan infalible para que regrese – abre un cajón en el escritorio y saca tres fotografías – son tres jefes de poderosas mafias en el mundo, la italiana la Cosa Nostra, La Bratva de Rusia y la mafia Albanesa – los señala a cada uno – buscan prometida para una alianza eficaz.
-No – los observa – Chuuya no es simple carne de intercambio, además como eso traerá de vuelta a Dazai.
-Simple – sonríe – Chuuya jamás desacatara una orden su lealtad es inquebrantable, pero Dazai-kun no es así, el ama a Chuuya-chan pero no se ha dado cuenta así que en cuanto sepa que perderá a nuestro ejecutivo moverá sus piezas en el tablero.
.
.
.
Salimos del edificio de Port Mafia, el bastardo viene a mi lado, no le hablo.
-Así que petit volverá a la acción – se burla.
-Idiota, aún puedo matarte – gruño y le lanzo una patada – tu muerte será un favor para el mundo y para las mujeres.
-Oh, mi chibi esta celoso – canturrea – aunque ahora eres mujer me sigues siendo indiferente – se me acerca demasiado, me empuja contra la pared – pero si gustas puedo recordarte viejos tiempos, será un favor por el viejo compañerismo – me susurra.
Mi rostro arde, no de pena sino de ira, esta cruzando el límite maldito bastardo hijo de puta.
-Ni sueñes en tocarme bastardo inútil – con un movimiento preciso, veloz, me lo quito de encima, lo tumbo al suelo boca abajo, le piso la espalda enterrándole el tacón – dame un motivo para no perforarte el pulmón…
-Que aún me necesita señorita Chuuuuyaaaa – canturrea divertido.
-Eres un maldito con suerte – me separo.
No lo espero, es mejor que me marche ahora, o en verdad perderé mi poco autocontrol restante y lo asesinare.
Me marcho, por suerte no me sigue.
Es el mismo imbécil de siempre, nunca cambiara, ahora estoy seguro de eso.
Sigo siendo solo un objeto de burla.
Lo odio o al menos de eso quiero autoconvencerme, pero fallo.
Por fin en la tranquilidad de mi hogar, me pongo ropa cómoda, debo descansar tengo trabajo después de todo…
Busco una copa, tomare una copa de vino para relajarme y tomar una siesta, olvidarme de Osamu Dazai, tomo la botella, estoy por servirla cuando el sonido del timbre me interrumpe.
Chasqueo molesto por la interrupción, voy a donde esta la pantalla del intercomunicador, reviso es solo un chico de correo, lleva una caja roja con letras doradas, observo con más atención la imagen, reconozco esas letras.
Sonrió, últimamente, desde hace un año cada cierto tiempo recibo estos paquetes.
Abro la puerta.
-¿Nakahara Chuuya? – pregunta de inmediato, asiento – perfecto solo necesito su firma – me da la ya tan conocida tableta y firmo, me entrega mi caja – que tenga un excelente día.
Cierro la puerta y abro el paquete.
Bellas rosas rojas, un buen vino, macarrones franceses.
Busco una nota, algo que me indique quien me manda estos preciosos arreglos florales.
Encuentro una, es pequeña, papel negro letras doradas.
“Quiero siempre verte sonreír, que el reflejo de la felicidad se noté en tus ojos tan bellos como el mar; deseo alejar las miradas tristes de ti, te veo y solo quiero hacerte saber que siempre te amare, aunque no pueda acercarme a ti”
La guardo junto a las demás, sea quien seas, me estas ganando con estos detalles.
Sonrió, tomo la botella y la guardo.
Ahora si me sirvo una copa, la disfruto con calma, me siento en el sofá bebiendo el vino y comiendo los macarrones.
Todo muy tranquilo, hasta que la puerta de mi casa se abre de forma abrupta, me coloco en posición de combate de inmediato, aunque me relajo enseguida al notar la figura ataviada en un kimono.
-Ane-san, ¿Qué sucede? – ella jamás pierde la compostura.
-Chuuya – me abraza – lo siento…
-¿Eh? – esto me descoloca aún más – tranquila Ane-san – le correspondo por un momento el abrazo, me separo, al ver su rostro me quedo sorprendido, luce abatido – te serviré una copa de vino…
-Gracias querida – se sienta en el sillón.
Voy por la copa y la botella.
De regreso me siento a su lado, le sirvo, ella mantiene su vista en el arreglo frente a ella, sonríe, pero la felicidad no llega a su mirada.
-¿Qué sucede? – le entrego la copa.
Bebe un poco, me observa fijamente.
-Ougai planea comprometerte – suelta sin más.
Siento que me falta aire.
-¿Qué? – creo que no escuche bien, si debe ser eso.
-Lo que oíste, trate de convencerlo de que es una locura, pero tiene muy metida la idea… - aprieta con fuerza su mano libre.
-Dime Ane-san, ¿es un castigo por mi error? – bebo lo que resta de mi copa.
Quiero embriagarme para olvidar este mal trago, lo único que me lo impide es mi responsabilidad con mi trabajo.
-No cariño, de hecho, Mori está más que complacido con él hecho de que ahora eres mujer – asiento, esto se torna cada vez peor – busca formar una alianza matrimonial con alguna gran mafia.
-Maldita sea no soy un objeto – exploto, molesto, herido.
-Lo sé – afirma – llegue a un trato con él.
-Gracias Ane-san, tú nunca me fallas.
Una pequeña sonrisa adorna su bello rostro.
-Ya te lo he dicho haré lo que sea por ti.
-Lo sé, y yo por ti.
-Regresando al tema, él trato es que antes de que Ougai haga algún trato, tu los conocerás, tendrás citas, si no te enamoras de alguno no te obligara a nada – su vista se posa en mi – y aún si no cumple con el trato, yo misma te ayudare a salir de la Port Mafia.
Chapter 10: NUEVE
Chapter Text
El resto del día lo pasa Ane-san conmigo, explicando brevemente sobre quienes serán mis futuras citas, al parecer el jefe se mueve rápido en sus planes, en una semana estarán arribando a Yokohama.
Se fue casi entrada la noche, la soledad y silencio de mi hogar comienzan a sentirse asfixiantes como nunca antes, he perdido la cuenta de cuantos cigarrillos llevo; sus palabras retumban en mi cabeza una y otra vez. Ane-san que están fiel a Port Mafia, a Ougai Mori nuestro jefe; incluso ella me ha demostrado que su amor por mi y Kyouka es más grande, ha insinuado que de ser necesario asesinaríamos al jefe; ni en mis mas locos sueños hubiese planteado un escenario como este.
Observo la hora, apago el celular que me resta, es hora de comenzar a vestirme.
Por suerte el atuendo que es igual al que siempre uso para trabajar me queda perfecto, su versión femenina, Ane-san me indico que usara tacones.
Observo mi reflejo en el espejo, me coloco mi sombrero y el abrigo en mis hombros.
-Espero que romper huesos me ayude con la frustración – sonrió y salgo.
Subo a mi motocicleta, la adrenalina de la velocidad, el aire golpeando mi rostro, es una gran distracción.
Llego al punto de encuentro, ya está Lagarto Negro.
-En todos mis años en la mafia nunca me espere ver algo así – con voz tranquila Hirotsu me sonríe.
-Ni yo lo esperaba, pero, es lo que hay.
-Nakahara-san, se ve bien – Tachihara desvía la mirada, y se rasca la cabeza, en claro gesto de nerviosismo.
-Gracias, Tachihara – le sonrió – muy bien, ¿Qué sabemos?
-Es un grupo nuevo, una simple pandilla que busca hacerse un nombre – frunzo el ceño.
-Entonces, no veo el punto de mi presencia en este lugar, Hirotsu.
-Son muchos, ya que se aliaron con otras dos bandas más y el jefe quiere probar algo.
Muy bien es una prueba de Mori-san para comprobar mis poderes estoy seguro.
-Como es lógico dado a su rango Nakahara-san estamos a sus órdenes – Hirotsu le da la última calada a su cigarrillo.
Les doy un par de instrucciones, todo es simple, una misión simple, son cuarenta hombres, perfecto, lucho sin necesidad de usar gran parte de mi poder, pero sin duda se ven muy sorprendidos por mi apariencia, y para que negarlo me gusta esta reacción.
-Muy buen trabajo chicos – los felicito – ¿quieren ir a beber?, yo invito.
-No se si sea correcto Nakahara-san…
Gin se mantiene en silencio, aunque asiente.
-No le veo problema, aceptamos la invitación – dice finalmente Hirotsu.
.
.
.
Se bien la ubicación de la misión de chibi, así que ya estoy esperando.
Siempre es puntual así que no tardará en llegar.
Sonrió, mis predicciones nunca fallan; ahí está, reuniéndose con Lagarto Negro.
-Ni como mujer cambia su horrible sentido de la moda, perchero – murmuro, observo por los binoculares.
Frunzo el ceño, ese pelirrojo ridículo de bandita en la nariz, come con la mirada al chibico, ¿Cuándo le di permiso de hacerlo?
-Parece que tendré que investigar al pelirrojo ridículo.
Analizo toda la matanza, trabajo impecable, rápido y preciso, su poder no ha menguado en nada ni se ha visto reducido, así que la habilidad tal como lo dijo Yosano solo afecta su género.
Sigo al chibi sin que se de cuenta, por el rumbo que está tomando se a donde se dirige, a su bar favorito, siempre acostumbra a premiar a sus compañeros, seguro que termina borracho.
Comienzo a reír al imaginarlo ebrio en su cuerpo de mujer, hasta que algo hace click. Tachihara, ya recordé el nombre del idiota; siempre esta babeando tras de Chuuya, ahora tendrá paso libre.
De eso nada, o dejo de ser Osamu Dazai.
Chapter 11: DIEZ
Chapter Text
Llegamos al bar, nos instalamos en un lugar apartado y exclusivo, pedimos nuestras copas, como siempre pido vino, Hirotsu y Tachihara whisky, mientras que Gin un coctel suave, que es lo único con alcohol que beberá durante la noche.
-Esto es agradable – sonrio con sinceridad, degusto mi vino – estar con los compañeros disfrutando de un par de copas después de un trabajo bien hecho.
-Sin duda lo es – Hirotsu enciende un cigarrillo – así como los cigarrillos se disfrutan más después de un buen trabajo.
Gin asiente, es tan callada, aún más que su hermano.
Tachihara luce nervioso, no sé si es porque lo intimide, supuse que ahora que tengo apariencia femenina se mostraría más cómodo, menos intimidado o algo, pero al parecer me equivoque.
-Tachihara – intento que mi voz salga suave – tu eres relativamente nuevo, anda cuéntanos algo de ti – le sonrió, se atraganta un poco con su bebida y tose.
-Eres un desastre chico – le dice suave Hirotsu, palmeándole la espalda.
Gin suelta una risita suave.
-Parece que a Tachihara le dan nervios las mujeres – Gin se acerca al nombrado – entonces por eso actúas así conmigo siempre evadiéndome.
-Tu no eres precisamente una dama – le responde sonrojado.
-Gin es muy linda…
-Oh Chuuya-san, no digas esas cosas – desvía la vista y se sonroja.
-Solo digo la verdad – bebo otra copa, quiero olvidar todo.
-Bueno, ahora eres muy bonita también.
-¿Ah? – bajo la mirada – gracias…
Me apeno, sé que estoy sonrojado.
-Tachihara, las salidas con Chuuya-san son agradables porque convivimos como iguales – asiento ante las palabras del mayor, quizás yo tenga un rango mayor, pero respeto a Hirotsu por su larga trayectoria – no hay nadie más confiable y a su vez justo que Nakahara – le da una calada a su cigarro – así que relájate.
-Entiendo, lamento mi comportamiento – se atisba un rastro de sonrisa.
-Descuida, entiendo que muchos quieran respetar las formas – bebo otra copa más, ya llevo dos, aunque amo el vino mi tolerancia al alcohol es pésima, así que ya esta haciendo estragos en mi cuerpo, me siento más relajado.
Charlamos durante el resto de la noche, bebemos, estoy tan mareado, siento mis movimientos lentos, en algún punto Hirotsu se ha retirado así que solo estamos, Gin, Tachihara y yo.
-Gin… - mi voz suena pastosa – háblale a Ryunosuke… que venga por….
-N..no es necesario Chuuya-san – siento el toque de Tachihara en mi brazo – si gusta puedo llevarla, a ambas, no he bebido mucho…
Con esfuerzo levanto mi vista a él, le sonrió.
-Gracias, Tachiiii – arrastro un poco la lengua.
-Carga a Chuuya-san – le indica Gin.
-Gin, toma mi billetera y paga – extiendo mis brazos a Tachihara para que me cargue, después de aventarle la billetera a Gin.
Espero…
.
.
.
Lo sabía Chuuya ya está borracha, aunque aún no tanto.
Hirotsu se marcha, me dirige una sonrisa antes de retirarse.
El chibi continúa bebiendo, cuando es obvio que ya no aguanta más, veo a Gin sacar su celular, seguro le hablara a Akutagawa, pero al parecer hay un cambio de planes.
Me paro de inmediato al ver a la babosa extendiendo los brazos hacia el idiota, él sonríe, está por tomarlo.
Le aprieto el brazo con fuerza.
-Ni se te ocurra tocar al perchero…
-¿Eh? – se sorprende.
-Dazai-san…
-Hola Gin, querida – sonrió – yo me haré cargo de chibico, andando pueden retirarse – agito mi mano despidiéndola.
-Pero, no creo que sea correcto… - observo al pelirrojo con la mirada más fría que tengo.
-Descuida Tachihara, Dazai-san es de fiar, además creo que Chuuya-san y él están trabajando juntos… de nuevo.
-Muy cierto Gin – cargo a chibi.
Se acurruca en mi pecho, aun sonriendo.
-Nos retiramos – Gin me entrega la billetera de chibico.
Estoy casi en la salida, cuando lo escucho suspirar.
-Eres cálido… - murmura.
Tengo un extraño sentimiento invadiendo mi pecho, niego, solo me engaño solo, sé de qué se trata… Chibico cae dormido, comienza a roncar bajo.
-Tu nunca cambias, pequeño borracho adicto al vino.
.
.
.
Me remuevo, la luz que se filtra es lo que me despierta.
-Ughh, mierda – me duele la cabeza – maldita resaca – me cubro el rostro con la almohada intentando volver a dormir.
Pero esta no es mi almohada, la huelo, no, en definitiva, no lo es.
-¿Qué mierda paso anoche? – me reviso, suelto un suspiro de alivio, no estoy desnuda – bueno al parecer no tuve sexo, menos mal…
Un momento, yo conozco esta habitación, este olor tan familiar.
Maldita sea.
Quiero salir corriendo, me levanto rápido, lo cual es pésima idea ya que mi estomago y la vida quieren hacerme más miserable, corro al baño a vaciar el contenido del mismo.
-Oh… pero si chibico ya se despertó – su maldita voz taladra mi cabeza, estoy recargado en el inodoro.
-¿Qué mierda hago aquí? – no me muevo, no tengo ganas, la resaca me está matando.
-Se supone que soy tu niñera, babosa tonta – se encoge de hombros
-Ughh – me levanto – tengo una jodida resaca de los mil infiernos, me largo, tu eres lo peor para la resaca, maldito imbécil – busco mis cosas.
Ya estoy listo, odio ver su maldita sonrisa burlona.
-Que sepas que no eres mi niñera…
-Cierto, soy tu dueño, tú eres mi perro.
-Maldito – le lanzo un libro que me encuentro, como siempre lo esquiva.
Estoy mas que dispuesta a golpearlo si vuelve a abrir su estúpida boca, pero antes de que articule algo, mi celular suena, es el jefe.
Rápido lo respondo.
-Boss – la caballa idiota se acerca para oír mejor, lo empujo tratando de alejarlo, solo me gano que se arrime más a mí.
-Chuuya-chan, debes estar en el aeropuerto internacional de Haneda al mediodía; ahí recibiras a Dante Alighieri, jefe de la Cosa Nostra…
Sin más me cuelga, yo me quedo estático en mi lugar.
Mierda, ya comenzaran a llegar.
Algo en mi expresión debió descolocar a Dazai porque se aparta y me observa serio.
Mi celular suena alertándome de un mensaje, reviso y es del jefe, una foto de Dante Alighieri.
-Bueno es guapo – murmuro – bien caballa me largo debo estar presentable.
Salgo del lugar, pero unos asquerosos pasos me siguen.
-Y una mierda, tu no irás conmigo…
-Pues si iré babosa – me ignora y me adelanta – ya se dónde vives por cierto…
-¡Ahhhh! – grito lleno de frustración – eres un demonio.
.
.
.
Nunca de los nunca vale la pena discutir con Dazai, estoy en el aeropuerto justo a tiempo, con él sentado a mi lado, llevo gafas oscuras, mi ropa de trabajo, ya que estoy trabajando, eso es para mí esto.
Anuncian la llegada del vuelo, camino a donde esperan los demás familiares de algunos pasajeros, y ahí lo veo.
Alto, castaño, con ropa a medida, y ese porte serio.
Sonríe al verme, se acerca.
-Chuuuyaaaa – ya empezó el impertinente - ¿quién es él? ¿Por qué vienes a buscarlo?
-Cállate idiota…
Mascullo justo a tiempo antes de que llegue a mí.
Sonríe, me retiro las gafas oscuras.
-Nakahara Chuuya – su voz es grave, agradable, la modula a la perfección – un placer conocer a tan bella dama – toma mi mano enguantada y la besa.
Me sonrojo.
Joder, es sexy y elegante.
Chapter 12: ONCE
Chapter Text
-Puagh – una voz insoportable rompe el momento – Chuuya una dama… que buena broma – se ríe fuerte.
-Silencio – siseo, trato de controlarme.
-Yo no fui el que dijo la broma – se limpia las lagrimas que se le salieron ante el ataque de risa.
-No es ninguna broma – la voz sería de Dante corta la interacción – es obvio que no eres capaz de apreciar una belleza como la que tenemos frente a nosotros – le dirige una mirada de superioridad a Dazai – tan solo con verte me doy cuenta del tipo de persona que eres… tan carente de clase…
De inmediato la caballa se torna serio, su mirada se torna tan vacía y oscura.
Y sonríe.
Maldición las alarmas suenan en mi mente, algo planea, como siempre para avergonzarme.
-Bueno… luego no digas que no te lo advertí – sonríe divertido – después de todo conozco a chibico desde los quince…
-Silencio – frunzo el ceño – ni se te ocurra continuar caballa apestosa.
-Pequeña babosa, ya tan rápido te estas enojando, si solo digo la verdad, o es que, ¿acaso tu minúsculo cerebro no lo recuerda?
-No quiero recordar, el día en que mi vida se convirtió un infierno por tener que soportarte – aprieto mis manos en puños – joder…
Gruño, ya que el dolor de cabeza está volviendo a mí.
-No me interesa lo que tengas que decir – lo corta Dante, me toma con cuidado del brazo - ¿estás bien?
-Es solo la resaca del petit adicto al vino – resta importancia Dazai.
-Solo es un dolor de cabeza – le sonrió, o al menos lo intento – pero vamos se hace tarde.
-Te pido de la manera más cortes posible – le sostiene la mirada a Dazai – que dejes de incordiar a mi futura prometida – me sonríe.
Oh por dios, lo dijo, le dijo a la caballa sobre los planes.
Un momento… eso significa, que le gusto.
Siento mis mejillas arder, estoy sonrojado.
-Prometida, eh… - siento la gélida mirada de Dazai en mí, es tal como la que tenía en los tiempos de Port Mafia.
Como antes de que conociera a Sakunosuke Oda…
.
.
.
El trayecto de regreso a Yokohama es tranquilo, demasiado tranquilo que asusta.
Dazai está muy callado y quieto.
Trato de concentrarme en conducir, así lo hago, Dante observa el paisaje a nuestro alrededor, cuando divisamos lo que es la entrada a Yokohama, me observa.
-Debemos ir primero con Mori – asiento.
-Entiendo.
-Nuestro acompañante no parece ser miembro de Port Mafia.
Aprieto el volante, me temía justo eso.
-No, no lo es – murmuro incomodo – pero es de fiar.
.
.
.
Así que por eso la babosa no quería que viniera.
Se iba a encontrar con un amante.
Aunque por fuera no demuestro sentimiento, sino todo lo contrario, me muestro como hace años que no lo hacía; analizo la situación, no puedo solo creerle a este tipo con mal sentido de la moda, así como así.
No puede ser amante de Chuuya ya que al parecer solo conoce al chibi femenino, si fuese amante de antes del petit es obvio que se referiría a él como lo que es, un hombre. Segundo Mori-san le envió al perchero la foto del hombre eso confirma que no se conocían; así que solo existe una posibilidad.
-Chuuya realmente eres tonto – exclamo interrumpiendo su charla.
-¿Eh?...
-Perchero tonto, el sombrero ahora si se comió tu cerebro – es obvio que Mori está detrás de todo.
-Idiota, te recuerdo que no soy telepata, así que explícate, o es que ya estas totalmente loco suicida estúpido.
-Chibico tonto, eres solo un perro que sigue ordenes – agito mi mano restándole importancia.
Tengo que hablar con Mori, descubrir al cien por ciento sus planes.
-¡Y una mierda, no me vuelvas a decir perro!
-Te recuerdo que perdiste la apuesta, así que eso te hizo mi perro de por vida…
No discutimos más ya que llegamos a la sede de Port Mafia.
-Bueno chibico, me despido tengo algo que hacer importantísimo.
Bajo del coche con una sonrisa, de las más falsas que tengo.
Me marcho, tengo que investigar a Dante Alighieri, entrar a los sistemas de Port Mafia y descubrir lo que planea Mori.
O mejor dicho descubrir el resto de su plan.
.
.
.
La llegada a la oficina de Mori-san fue sin interrupciones, dentro esta también Ane-san, la cual me dio un casi imperceptible asentimiento.
-Boss – me presento ante el jefe – Ane-san…
-Bienvenido Chuuya-chan – sonríe – Dante Alighieri, líder de la Cosa Nostra, es un placer tenerlo con nosotros.
-Agradezco la invitación – asiente cordial – bella dama – hace una reverencia ante Ane-san, lo cual le encanta.
-He dispuesto un departamento dentro del mismo condominio que habita Chuuya-chan, además de que es necesario que establezcamos ciertos lineamientos para que esto funcione de manera adecuada, y que no represente alguna fractura en nuestros tratos futuros.
-Lo entiendo bien y me parece adecuado – sonríe – como bien sabe estoy en busca de pareja, alguien que este al tanto de lo que es la mafia, alguien confiable y que pueda defenderse ante cualquier amenaza.
-Y es por eso que mi Chuuya es la mejor opción – Ane-san le observa seria – es una bella flor letal, su sangre es mafia.
-Kouyou-kun tiene toda la razón – sonríe y juega con su bisturí – y es muy leal, digno de un ejecutivo.
-Su belleza es la que me llevo a aceptar esto – confirma Dante.
-Seamos directos – al parecer Ane-san es la que dirigirá esta entrevista, yo solo permanezco callado – existen otros dos aspirantes a la mano de Chuuya, por lo cual solo Chuuya decidirá con quien se queda – sonríe – un mes será más que suficiente para que conquisten su corazón, no entregare mi más preciada joya a cualquiera por muy educado o poderoso que sea, creo que no es necesario que recalque el hecho de que están en territorio de Port Mafia – se ríe bajito.
-Entiendo y acepto los términos.
-Me parece perfecto Alighieri-kun, entonces Chuuya-chan llévalo a su departamento, es el E-810.
-Entiendo Boss…
Antes de que salgamos de la oficina, escucho la voz del jefe.
-Quiero informes detallados Chuuya-kun….
No respondo, simplemente salimos de ahí.
-Bueno eso fue incomodo en cierta medida.
-Debe serlo supongo – él me sonríe – aunque, hay algo que me intriga.
-¿Eh? ¿Qué es?
Suelta una risa, la cual es agradable, nada que ver con la de la caballa apestosa.
-¿Por qué no tienes pareja?
-Uh, eso – bajo la mirada, suspiro – por culpa de Osamu Dazai, el ser más impertinente del universo.
-¿Tu ex?
-Si algo así….
Murmuro incomodo, por suerte el capta mi estado de animo y no pregunta más.
Llegamos al edificio en donde vivo, la recepcionista ya había recibido ordenes previas así que en cuanto me ve llegar, entrega el código de acceso y la llave electrónica.
El equipaje lo traen unos guardias; lo llevo al departamento.
-Bueno he cumplido – coloco mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón – te dejaré descansar, cualquier cosa, puedes encontrarme en el siguiente piso.
-Gracias Chuuya – se acerca y me besa la mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios, me sonrojo - ¿te gustaría ir conmigo a cenar?
-Eh… si…si claro – mierda me puso nervioso – a las nueve, ¿está bien?
-Lo que la dama desee.
Asiento, me doy la vuelta y me dirijo al ascensor de nuevo, esta vez para ir a mi hogar, una vez dentro de la seguridad de mi hogar me permito gritar.
-¡Tengo una cita! ¿Qué mierda me pondré?
Chapter 13: DOCE
Chapter Text
Joder Chuuya no puedes actuar como una colegiala virgen en su primera cita, mente fría, eres un ejecutivo de Port Mafia has manejado peores situaciones, tu vida corre riesgo todo el tiempo una cita no es nada.
-Necesito una copa de vino – camino directo a mi colección.
Busco una copa y me sirvo, degusto el magnifico sabor, al menos esto me relajará un poco y disminuirá la tensión de mi cabeza.
Saco mi celular, y reviso los contactos, me detengo un momento en Higuchi y luego en Gin, ¿será que ellas puedan ayudarme?, supongo que sí, así que decido llamarle primero a Higuchi, contesta de inmediato, pero no podrá ayudarme, tiene misión con Akutagawa, le agradezco antes de colgar.
Me acomodo en mi cómodo sillón, y le marco a Gin, para mi mala suerte tampoco esta disponible, al parecer Lagarto Negro se ocupará de una pequeña banda de ladrones.
-Maldición, no conozco a ninguna otra mujer que sea de fiar…
Un momento, aún tengo una opción.
Busco en mi celular, por suerte tengo su número, le marco, responde al segundo tono.
-Yosano, ¿estas libre esta tarde?
.
.
.
Regreso a la Agencia, desde ahí me pondré a investigar sobre Mori.
Al ingresar todos están apurados, al parecer abra una reunión.
-Dazai-san, me alegra que vinieras – me sonríe Atsushi.
-Justo estaba por enviar al mocoso a buscarte.
-Vaya, vaya, díganme, ¿Cuál es la urgencia? – les sonrió, avanzo a mi escritorio – bueno da igual, tengo algo mucho más importante – agito mi mano restándole importancia.
-Nada de eso desperdicio de vendas – Kunikida se acerca molesto - ¿y en donde dejaste a Nakahara-san?
-Oh, el perchero tiene trabajo en Port Mafia – hago una mueca – así que vine a investigar, no te puedes quejar Kunikida-kun – canturreo su nombre – estoy trabajando arduamente en el caso.
-Precisamente la reunión es sobre el caso – se ajusta los lentes.
-Ya llegaron nuestros invitados – anuncia Kenji alegremente, lo normal.
Observo a los recién llegados, Akutagawa y su asistente, como siempre mi ex alumno luce molesto, al dirigir su vista a Atsushi-kun el menor se estremece, baja la vista y se apega más a mí; le palmeo la cabeza.
-Calma Atsushi-kun, Akutagawa trae ordenes de no atacar – le sonrió – bueno parece que es inevitable que me quiten de mi precioso tiempo…
Antes de que pueda decir algo que irrite aún más a Kunikida, Naomi nos interrumpe anunciando que ya esta disponible la sala de reuniones, hace pasar a los mafiosos, los demás lo seguimos, acomodándonos en nuestros sitios a excepción de Kunikida y el presidente.
-Muy bien, comienza Kunikida.
-Hace dos noches Port Mafia sufrió un ataque – su vista se dirige a Akutagawa que asiente en silencio – un grupo armado robo un cargamento de la mafia…
-Armas que venían directamente desde Europa – informa Akutagawa – un regalo de un líder.
-Así es – bostezo dando a notar mi aburrimiento, esto no nos incumbe – lo importante a destacar es que fue realizado por un grupo exclusivamente conformado por mujeres.
-Así que ya hicieron su segundo movimiento – Akutagawa asiente.
-Hoy recibiremos otro embarque, así que Lagarto Negro, Akutagawa-senpai y yo estaremos en el puerto a las diez en punto.
-Enviaremos a dos elementos de la Agencia – continúa explicando Kunikida, esto no me agrada no tengo ganas de ir con Port Mafia.
-Estoy ocupado – respondo – estoy seguro que Akutagawa y Lagarto Negro podrán con ellas.
-Dazai irás junto con Atsushi – dice serio el jefe, solo suspiro, ya no tengo opción de negarme.
-¿Por qué siempre yo? – gimotea Atsushi.
-Porque Akutagawa y tu son un buen equipo – sonrió, al menos me divertiré con este par – muy bien ahí estaremos – me levanto – ahora si a seguir con mi investigación…
Estoy por irme, cuando el celular de Yosano suena, ella responde de inmediato, sonríe y asiente, confirma; observa a Kyouka y Naomi, en cuanto cuelga se dirige a ellas.
-¿Qué harán esta noche?
-Nada – responden ambas.
-Perfecto, me acompañaran a arreglar a alguien para una cita.
Frunzo el ceño, no me gusta como va esto, se quién es ese alguien.
-Fantástico – aplaude Naomi – llevare maquillaje.
-¿Una amiga tuya?
-Algo así – sonríe – de hecho, creo que tú la conoces mejor…
-Debe de ser Nakahara-san – responde Higuchi – es una lástima que no esté libre también.
-Supongo que después podremos hacer pijamada de chicas, aunque Junichirou me extrañe – abraza a su hermano y comienza a acariciarle el pecho.
-Nao…Naomi, aquí no – gimotea nervioso.
-Muy bien basta ustedes dos, esto no es ideal.
Es mejor que me salga a investigar, así que el chibi tendrá una cita.
Que babosa sin cerebro, solo siguiendo ordenes cual perro, pero, su dueño soy yo así que debo arreglar todo esto.
.
.
.
Estoy nervioso, no me gusta realmente trabajar con Akutagawa, aunque nos estemos conociendo más y llevándonos un poco mejor, aún a veces me dirige miradas intimidantes, y no es agradable terminar herido por Rashoumon.
Después de la junta me puse a reanudar mi tarea con los informes pendientes, de vez en cuanto observo como Dazai-san teclea en su computadora sin prestar atención a nada más, me sobresalto levemente al escuchar el tono de un mensaje entrante en mi celular, lo tomo y reviso, parpadeo un par de veces, no puede ser, esto es una alucinación.
Akutagawa me esta invitando a un café, me sonrojo.
-Buenas noticias Atsushi-kun – veo a Dazai-san sonreírme, o mejor dicho reírse de mi.
-N..no, no es nada Dazai-san.
-Oh claro, por eso estas nervioso y sonrojado, ¿me pregunto qué será?
-Quizás cierto mafioso – dice Ranpo-san mientras abre una paleta.
-No…no es nada de eso – miento, aunque se que ese par no me cree.
Me levanto abruptamente para huir, y pues para reunirme con Akutagawa también.
-Kunikida-san termine mis informes – tomo los papeles y los dejo en su escritorio – iré a almorzar…
-Oye mocoso aún no es hora – me riñe Kunikida pero lo ignoro.
-¡Cuidado con los perros rabiosos Atsushi-kun! – grita Dazai, con tono de burla.
Corro para salir y alejarme de la Agencia sin mirar atrás, una vez que estoy a dos cuadras de la Agencia saco de nuevo mi celular, reviso la dirección de la cafetería, tengo quince minutos para llegar, así que me apresuro, me pregunto, ¿Qué querrá Akutagawa?.
.
.
.
Tras la confirmación de Yosano de que vendría a ayudarme decido darme una larga ducha relajante, decido no pensar mucho en las cosas, solo que debo ser honesto con cada uno de los hombres que salga, y decirles la verdad de mi condición, ya que no planeo quedarme como mujer.
Salgo de la tina, seco mi cuerpo me coloco un bikini negro y una playera grande en color blanco que me cubre la ropa interior, decido secar mi cabello con la toalla, en eso estoy hasta que escucho el timbre, observo la hora, que puntual, salgo a abrir.
Me sorprendo, no solo esta Yosano, sino también Kyouka y Naomi, si mal no recuerdo así se llama la colegiala de la Agencia.
-¿Eh? – Yosano me aparta de la puerta - ¿Qué hacen ellas aquí?
-No es obvio – responde mientras las otras dos la siguen, Kyouka me sonríe – nos ayudaran…
Chapter 14: TRECE
Chapter Text
Mierda, mierda, esto siento que será locura.
Cierro la puerta tras ellas.
-Um, bueno bienvenidas – me remuevo un poco incomodo - ¿algo que quieran de tomar?
-Chocolate caliente – la mirada de Kyouka se suaviza y sonrió.
-A la orden pequeña hermana menor – le acaricio el cabello, me sobresalta el grito de la colegiala, que toma además unas fotos - ¿Qué mierda?
-Lucen tan bien juntas, dan tanta ternura…
-Déjala, siempre es así – asiento.
-Bueno, siéntanse en casa – camino a la cocina.
Escucho como ellas comienzan a acomodar sus cosas, las tres traían consigo maletas pequeñas, creo que esta llamada de auxilio se acaba de convertir en una pijamada, una pijamada con el enemigo….
-¡Ahhh! – grito desesperado, me revuelvo el cabello – cada vez me comporto más como una chica, joder…
Calma Chuuya, calma, tu puedes con esto, me animo, mientras preparo tazas de chocolate caliente, saco varios pastelillos que se que le gustan a Kyouka, siempre he sentido gran aprecio por ella desde que se unió a Port Mafia, incluso llegue a sentir pena por el hecho de que se haya visto envuelta en la oscuridad, muchas veces pensé en sacarla de esto, pero al final no podía, soy un ejecutivo y aquello seria visto como un acto de traición. Sin embargo, ahora soy feliz porque ella pudo ir a la luz, una a la que ya no tengo derecho.
Termino con las tazas, uso mi poder para llevar todo a la sala.
-Vaya que son rápidas – sonrió y con cuidado dejo todo en la mesita de centro – ya se cambiaron…
-Claro, tenemos una misión importante – sonríe Yosano colocando sus manos en la cadera.
-¿Hah? – enarco la ceja – oye no creo que necesite tanto – me cruzo de brazos ofendido.
-Ya veremos Nakahara…
-Oh mira Yosano – la colegiala nos interrumpe, no le presto mucha atención hasta que mi vista enfoca el bote que trae en la mano – Chuuya-chan tiene la mascarilla super cara que te comenté, es una marca de lujo - ¿Cuándo diablos fue al baño?
-Vaya – sonríe Yosano, me aparta para llegar a la otra pelinegra – creo que no necesitaras tanto – revisa el bote – ósea que desde siempre te cuidas.
-No tiene nada de malo – murmuro sonrojado.
-Eres increíble.
-Naomi tiene razón, Chuuya siempre es increíble – Kyouka sonríe al ver las galletas en forma de conejo – y sus postres son los mejores – les muestra una galleta antes de comerla.
-Planeaba enviarte unas, pero con todo esto se me ha pasado – me encojó de hombros.
-Si no estuviera tan enamorada de Junichirou, podrías gustarme, bueno tu yo hombre.
-¿Eh?, gracias, supongo.
-Bueno, ¿y cual es el problema exactamente?
-Tengo una cita esta noche.
-No veo el problema, ya has tenido citas antes, ¿no?
-No es tan simple Yosano – me siento en el sofá – claro que he tenido citas, pero yo era hombre, usualmente yo compro flores, reservo en un buen restaurant y esas cosas…
-Entiendo – Naomi se sienta a mi lado – necesitas ayuda para prepararte como una chica.
-Así es – suspiro y tomo mi taza de chocolate – lo que necesito es vino – frunzo el ceño.
-De eso nada, según me dijo Dazai eres poco tolerante al alcohol a pesar de tu ferviente amor por el vino caro.
-Maldita caballa boca floja.
-Muy bien – aplaude – manos a la obra, Naomi se encargará del maquillaje, Kyouka del cabello y yo de la ropa, a trabajar chicas, esto es una misión importante.
.
.
.
Por fin llego totalmente agitado a la cafetería, vaya todo se ve tan caro, como cuando lleve a Kyouka a ese restaurant elegante que me dejo en la ruina.
Busco al mafioso entre los clientes, lo encuentro en una mesa apartada, esta solo; suelto un suspiro, nervioso entro.
-Hola – murmuro cuando llego a su lado.
-Siéntate – como siempre dando órdenes.
Frunzo el ceño, y me cruzo de brazos.
-Siéntate – repite con la misma voz cortante – no planeo pelear aquí.
-Esta bien, pero, no me das ordenes – tomo asiento frente a él, estoy muy incómodo – entonces…
-¿Quieres algo? – me interrumpe.
Niego.
-Solo agua – con hojear rápidamente la carta no me puedo permitir tal lujo.
Suspira.
Llama a la mesera, ordena dos cafés y dos rebanadas de pastel de mousse de higos.
-Yo pago – me observa – yo te cite aquí después de todo.
-¿Quién eres y que le hiciste a Akutagawa? – lo señalo, esto no es normal - ¿estas enfermo? – me acerco y le toco la frente para revisarle la temperatura.
-Idiota – gruñe y me golpea con Rashoumon en la cabeza, tose un poco.
-¡Oye! – me quejo y masajeo en donde me dio el golpe – solo me preocupo por ti – se me escapa, me sonrojo lo sé.
Él también se sonroja, aunque trate de ocultarlo cubriéndose fingiendo una tos.
Nos dejan el pedido en la mesa, toma un sorbo de café.
-Entonces…. – murmuro nervioso, y decido probar el pastel.
-Solo quiero hablar contigo, Atsushi…
Dejo caer mi cuchara.
-¿Sabes mi nombre? – sonrió.
-Claro que sí, no soy idiota como tú.
-Pues como nunca me llamas por mi nombre… - murmuro y giro mi rostro.
-De acuerdo tratare de llamarte más por tu nombre – cede un poco, giro mi rostro para verlo, sonrió y asiento.
Él me sonríe, es una sonrisa pequeña, pero, por dios, Akutagawa está sonriéndome.
Creo que ya he muerto, me debió haber asesinado cuando llegue.
-He muerto, ¿verdad?, me asesinaste cuando llegue.
-Oye Jinko ya deja de decir idioteces, ¿como es que Dazai-san te prefirió a ti?
-Bueno es que estas muy raro, y ahora hasta me sonreíste, nunca lo habías hecho y me gusta – me explico nervioso, soltando lo último sin querer.
-Así que, te gusto - sonríe confiado.
-Yo…yo no dije eso – ahora tartamudeo.
-¿Por eso estas tan nervioso? – enarca una ceja – por nuestra cita.
-¿EH? ¿Cita? – mi cerebro hizo cortocircuito.
Ya no puedo procesar nada, acaba de decir cita, si, estoy muerto, muerto, nadie encontrara mi cadáver.
-Si, una cita Jinko tonto – me observa fijamente – no estas muerto ya te lo dije.
-Entonces dime porque yo no entiendo nada.
-¿Qué es tan difícil de entender? – frunce el ceño – te he invitado a una cita, y es porque me gustas y sé que te gusto.
Abro la boca sin articular palabra, ya no puedo.
Se acerca a mi y me besa, no logro corresponder, pero es que estoy en shock, siempre creí que me seguía odiando, y yo de masoquista estúpido me enamore, pero a él también le gusto. Antes de que se separe, le correspondo, aunque soy torpe en esto, bueno en general soy torpe en casi todo, pero es que, este es mi primer beso.
-También me gustas – murmuro en cuanto nos separamos.
.
.
.
Después de explicarle a las tres que mi cita sería con un italiano recién llegado a Yokohama, que probablemente iríamos a un restaurant lujoso y que en realidad no lo conozco, Yosano se pierde en mi closet recién renovado con ropa femenina buscando algo que pueda usar sin que sea tan formal para que se adapte bien.
Naomi fue por todos los productos de cuidado facial que poseo y comenzó a darme prácticamente un spa en casa, suspiro relajado, esto es agradable, suelo hacerlo con Ane-san seguido, una vez al mes por lo menos de forma intensiva como ahora, porque claro tengo rutina de día y de noche.
-Te hare algo natural que resalte tus rasgos – sonríe y guiña un ojo.
-Yo debo esperar a ver la ropa – murmura Kyouka - ¿cómo ha estado Ane-san?
-Bien, igual que siempre – sonrió – te parece si en una de estas tardes vamos a ese restaurant que tanto te gusta.
-Si – sus ojos brillan con emoción.
Naomi, me quita la mascarilla, comienza a preparar mi piel con un hidratante.
-Kyouka en mi habitación tengo una pequeña bolsa con maquillaje ve por ella…
La mirada de Naomi es de sorpresa, pero emoción.
-Oh, que emocionante, ya quiero verlo – aplaude – siento que será caro como todo lo que hay aquí.
Suelto una risa.
-Lo es, a veces en misiones he tenido que maquillarme y hacer cosas…
-Wow, que emocionante, sabes creía que los de la mafia solo asesinaban y hacían cosas horribles, pero – acaricia un mechón de su cabello – me agradas.
-¿Hah?, gracias…
Yosano y Kyouka regresan, la doctora trae un vestido negro con cuello halter, y unas zapatillas igual en negro.
-¿Eso no es demasiado?
-Claro que no, debes impresionar – sonríe y me entrega el vestido – ve a ponértelo ya.
Decido no discutir, voy al baño y me cambio, es un vestido totalmente negro, largo, que se adapta bien a mi figura con una abertura en mi pierna derecha que llega por encima de la rodilla, las zapatillas son elegantes y delicadas; salgo algo avergonzado.
-En definitiva, es demasiado.
-Es perfecto.
-Toma asiento por favor – me insta Naomi.
Me acomodo, comienza a maquillarme, siento como Kyouka comienza a trenzar mi cabello.
-Hemos terminado – dicen al unisonó.
Naomi me pasa un espejo pequeño, es algo irreal, bueno no tanto, incluso en mi cuerpo normal me he visto en la necesidad de infiltrarme disfrazado de mujer, pero, aun así, ahora que soy una mujer es tan extraño.
-A tu chico le encantara – bromea Yosano.
-No es mi nada, es cuestión de negocios – gruño sonrojado.
.
.
.
Después de la extraña confesión de Ryunosuke, llegamos al acuerdo de que nos conoceríamos más iríamos a un ritmo lento, y sobre todo discreto ya que por nuestras líneas de trabajo sería complicado de otra forma.
Me acompaño parte del camino hacia mi hogar, al llegar recuerdo que Kyouka no estaría aquí que estoy solo, decido descansar y dormir un rato, por lo que dijo antes Nakahara-san ese grupo suele dar problemas suficientes.
Me pongo mi pijama, programo mi despertador y me acuesto.
Solo fue una siesta, estoy con el tiempo justo, me preparo para la misión.
Mi celular comienza a sonar, respondo nervioso, es Dazai-san, al parecer ya está afuera esperándome.
-Dazai-san – saludo algo agitado por las prisas.
-Vamos Atsushi-kun, esto será interesante – sonríe – y te recuerdo debes mantenerte muy alerta, asiento a lo que me dice – no queremos que tu también te hagas una dama – lo ultimo lo dice con burla.
-Dazai-san, ¿puedo preguntarle algo?
-Ya lo hiciste – sonríe, hago un puchero – está bien Atsushi-kun pregunta.
-¿Como es que Nakahara-san y tu lograron hacer tan buen equipo?
-Oh, oh Atsushi-kun, la curiosidad mato al gato – se burla – pero te lo diré, es simple, Chuuya es solo fuerza yo el cerebro, ya sabes los perros no piensan solo siguen ordenes de sus dueños…
-No creo que sea adecuado que lo nombre de esa forma – frunzo el ceño.
-Ya, ya, no importa – agita su mano – llegamos, ahí están ya nuestros compañeros.
Nos acercamos a los mafiosos.
Ryunosuke revisa la hora en su reloj.
-Faltan cinco minutos para que llegue la carga…
-Akutagawa-senpai, Lagarto Negro ya está en sus posiciones…
-Bien solo queda esperar.
-Vaya Akutagawa, te has vuelto más paciente – sonríe Dazai – les recuerdo que si ven a alguna niña no se le acerquen, de lo contrario pueden quedar como el chibi.
-Entiendo.
Permanecemos en silencio unos segundos cuando una explosión se escucha, un resplandor rompe la oscuridad de la noche.
-Vaya, que entrada tan aparatosa – Ryunosuke activa a Rashoumon.
-Comienza la acción – tararea Dazai-san.
Agudizo mis sentidos de tigre lo más que puedo, escucho detonaciones nuevamente, Ryunosuke logra cubrirnos con Rashoumon y su vacío.
-¡Cuidado! – grita Dazai-san por lo que logro esquivar una bala, aunque no por completo ya que me da en el brazo – alerta al máximo, tienen distintos tipos de armas.
Una y otra vez arremeten contra nosotros balas y pequeñas bombas, retrocedemos hasta ocultarnos necesito sacar la bala de mi brazo para que la regeneración del tigre haga su efecto, Dazai analiza la situación.
-Jinko, quédate quieto – esto no me gusta, Rashoumon tomo una forma puntiaguda y delgada – Rashoumon sacara eso.
-¿Qué? – gimoteo, pero antes de que me niegue, Rashoumon ya actuó, si bien me hizo un poco más grande la herida logro sacar la bala.
-Eso fue una Veresk – murmura Higuchi.
-No entiendo, ¿tu entiendes? – observo a Akutagawa, Dazai-san le da ordenes al equipo de Lagarto Negro, al parecer tienen problemas con un atacante de fuerza sobre humana.
-Es un arma rusa – explica Higuchi.
-¿Como puedes estar segura?
-Higuchi es muy buena con las armas.
Dazai se gira a vernos.
-Atsushi-kun veo que tu herida ya cerro, muy bien este es el plan – nos observa – nuestro atacante es solo una mujer - todos nos sorprendemos – Akutagawa iras en la retaguardia serás el apoyo de Atsushi-kun que usara sus poderes de hombre tigre para desarmar al enemigo, Higuchi y yo les cubriremos la espalda.
- Tigre lunar. Medio humano, medio bestia – activo mi poder.
Salgo impulsado de nuestro escondite, Akutagawa usa a Rashoumon para seguirme, en cuanto salimos a la vista varios proyectiles nos atacan, esquivo unos, otros son cortados por Rashoumon, avanzo, sin notar aún del todo a nuestra atacante.
-¡Jinko! A tu derecha – por fin la noto, está ahí parada con un rifle, una luz brilla y el rifle es sustituido por otra arma.
No reacciono a tiempo, solo siento el impacto en mí, lanzándome hacia atrás, Akutagawa reacciona enviando a Rashoumon a atraparme, me recupero, y avanzo por la tela, tomo impulso dispuesto a arremeter contra ella, la cual sonríe.
-Adiós gatito – me dice, antes de aparecer una granada en su mano y lanzárnosla.
-¡Akutagawa! – grito esperando que le de tiempo de activar el vacío.
-Rashoumon, ruptura espacial.
Y lo logra, salvándonos de la explosión, pero ella ya no está, en su lugar caen del cielo dos jóvenes mujeres.
-Veo que sobrevivieron a Svetlana – sonríe una – digno del Tigre blanco y el perro rabioso, pero… nadie es inmune a Simone – sonríe.
La chica de cabello rosa se mueve con rapidez y agilidad, lanzándose contra mí, pienso que me dará un golpe, pero me equivoco, solo me toca y una gran luz nos ciega.
-Nos vemos después – escucho lejana la voz de la primera mujer.
-¡Jinko!
Chapter 15: CATORCE
Chapter Text
Lo último que escucho es la voz de Akutagawa llamándome, es entonces que todo se vuelve negro.
Siento unas manos que me mueven, varias voces llamándome, comienzo a abrir mis ojos solando un gemido, eso seguro, aunque no suena muy como yo, sino que es más agudo.
-Por fin despertó – es Akutagawa le sonrió, con mis brazos flexionados me apoyo dispuesto a sentarme.
Están Dazai-san y los miembros de Port Mafia a mi alrededor.
-¿Qué sucedió? – parpadeo, me congelo esa no es mi voz, es mucho más suave – Dazai-san…. ¿Qué me pasa? – mis ojos comienzan a humedecerse.
-Oh Atsushi-kun, calma – me sonríe de forma cálida – veras, te atacaron – asiento – al parecer la niña que menciono el perchero no es tan niña… así que ahora eres… una mujer…
Esas palabras de Dazai-san me hacen llorar, si siendo hombre soy un llorón ahora puedo serlo más, ¿no?; aunque, a Kyouka-chan o a Yosano-san nunca las he visto llorar mucho.
.
.
.
Tomo mi bolso de noche, es pequeño, pero con el espacio suficiente para mis móviles, cartera y llaves, observo a las chicas.
-Es tarde, bueno no tan tarde – muerdo ligeramente mi labio – pueden quedarse – suspiro.
Ellas sonríen, y chocan sus puños de forma juguetona.
-Las pijamadas en casa de Chuuya-ni son la mejores…
-Solo existe una regla invaluable e inviolable – las observo serio – lo sabes bien Kyouka…
-Lo sé, no te preocupes nadie tocará tu vino, Yasha Shirayuki será su guardián.
-Esa es mi chica – sonrió, le doy un beso en la mejilla, suena el timbre – bueno, ya llego….
Ellas me desean suerte, me despido, y abro la puerta.
-Hola – sonrió.
-Hola – me sonríe, toma mi mano deposita un suave beso en el dorso – es realmente bella señorita Nakahara, no sé cuáles son tus favoritas, así que me fui un poco por lo cliché – me entrega un precioso ramo de rosas rojas, que estoy seguro compiten con mi sonrojo.
-Gracias es muy bello – me giro, ahí están las espías cómplices, niego sonriendo, Naomi empuja a Kyouka para que tome el ramo y pueda irme a mi cita – vámonos.
Me ofrece el brazo, lo tomo, antes en misiones en las cuales la caballa estúpida y yo nos infiltrábamos como pareja solíamos andar así.
-Bueno, no conozco Yokohama así que guíame.
-De acuerdo – saco de mi bolso las llaves de mi auto y se las muestro – iremos a mi restaurant francés favorito.
.
Casi quiero matarme, se me olvido el pequeño gran detalle de que aquí conocen a Chuuya Nakahara un joven hombre que tiene suficiente dinero para derrocharlo en un vino sumamente caro, una cena ridículamente cara en soledad; y ahora soy Nakahara Chuuya una mujer…
Intento guardar compostura y no asesinarlos, solo quiero mi jodida mesa favorita que siempre me reservan.
-Y una mierda – gruño, ni siquiera nos quieren dejar entrar sin una reserva – yo nunca necesito reserva – frunzo el ceño.
Dante sonríe maravillado.
-Señorita por favor cálmese, somos un local respetable, necesita una reserva.
Rebusco en mi bolso, saco mi cartera, le muestro mi identificación oficial.
-Nakahara Chuuya – espeto muy molesto, saco mi identificación falsa actual – Nakahara Chuuya, somos lo mismo – me observan confundidos, antes de que abra la boca lo interrumpo – si preguntas te mato, solo dame mi puta mesa ahora y tu mejor vino.
Nos guían a mi mesa.
Nunca antes me habían servido el vino tan rápido, le doy un sorbo, ahora que me relajo, me doy cuenta de lo que hice frente a Dante, mierda lo arruiné, no ha dicho palabra.
-Siento mucho la escena – bajo la mirada apenado.
-No, no, por favor, no te disculpes – se ríe – me encanto ver esa parte de ti….
-¿Hah? – levanto mi vista, mis ojos se abren de la sorpresa - ¿en verdad? – asiente, me sonrojo – suelo ser así a menudo – confieso.
-Eso es fantástico, quiero una mujer fuerte como pareja no a alguien sumiso y manejable.
-Gracias, Ane-san es también ese tipo de mujer…
-¿La ejecutiva del kimono?
-Si, ella, la mujer más fuerte que conozco.
-Algo me dice que tú eres incluso más fuerte – acaricia mi rostro.
No se que hacer, acuna mi mejilla, nos vamos acercando, no; él se acerca a mí, me va a besar, joder es obvio… me siento nervioso, pero ansioso a la vez, quiero este beso…
Estamos a solo unos milímetros.
-¡Chuuyaaaaaaaaaa!
Chapter 16: QUINCE
Chapter Text
-Y una mierda Dazai – gruño, esa voz es inconfundible, Dante frunce el ceño.
La caballa estúpida llega a la mesa, trae consigo a…. ¿una chica? Llorando, y a Akutagawa.
-¿Qué mierda paso?
-Ese no es vocabulario para una señorita – comienza a burlarse – aunque la única señorita presente es Atsushi-kun…
-Por favor, Dazai-san, no diga eso – chilla.
-Espera – observo con detenimiento a la chica, no hay duda – ¿tu mascota tigre?
-Nakahara-san, no soy una mascota… aunque tampoco soy mujer…
-Ahora estamos en el mismo barco, así que si eres mujer – le digo - ¿Cómo diablos paso? – antes de que Dazai diga algo, observo a Akutagawa – rápido un informe verbal breve.
-En la misión de hoy, Jinko y yo estábamos al frente del combate cuando estábamos por capturar a una de las mujeres, aparecieron otras entre ellas una chica de cabello rosa, toco a Jinko y … - tose breve con un ligero sonrojo – ahí está el resultado.
-Joder – murmuro, me sirvo otra copa de vino y la bebo – un momento… ¿Cómo sabían que estaba aquí?
-Oh mi pequeño perchero, que no se te olvide que conozco todos tus movimientos – una sonrisa maliciosa asoma en su rostro mientras le dirige la mirada a Dante – absolutamente todos…
No puedo evitar mi sonrojo, se bien a que se refiere el muy maldito sin vergüenza.
-Muy bien, muy bien – intento relajarme - ¿Qué se supone que haga yo?
-Simple hazte cargo de Atsushi-kun – frunzo el ceño.
-Escucha se y entiendo que el niño no tiene la culpa de toda tu mierda e inutilidad, pero, estoy en una cita.
-Entiendo que con tu pequeño cerebro de babosa no lo comprendas, pero, déjame explicarte – observa a Atsushi – las únicas opciones ahora mismo somos Akutagawa, tú y yo; Akutagawa solo piensa en asesinarlo así que está descartado, yo pues como sabrás solo hay un motivo por el que convivo con una mujer en mi casa y no queremos que Atsushi-kun descubra mis encantos – sonríe.
-Y una mierda, no te atrevas a tocar al pobre – gruño y lo apunto con un tenedor, el alza las manos.
-Oh Chuuya siempre tan celoso – con mi habilidad impulso el tenedor para apuñalarlo, el bastardo lo esquiva – lentoooo – canturrea – ahora bien, regresando al tema, Yosano no es una opción – afirmo, esa doctora es tan espeluznante a veces como Mori, o incluso el chico tigre es demasiado inocente para su compañía – Naomi tampoco es tan buena opción y Kyouka es una niña…oh y sobre todo las tres están en tu casa, así que te toca llevarte a Atsushi.
-Yo…yo puedo irme a casa…. No quiero molestar a Nakahara-san – murmura, lo observo sus ojos están anegados en lágrimas.
-Mierda, Dante esto está siendo un maldito caos y juro que lo siento – muerdo mi labio – pero no puedo dejar – dudo un momento – a la pobre chica, esos dos que vez ahí no saben cómo lidiar con una chica.
-Descuida – se levanta y saca una silla – siéntese joven dama por favor – le dice a Atsushi – creo que un vaso de agua le vendrá bien… - sonríe amable, es un caballero.
-Todo un caballero – sonrió y jugueteo un poco con mi cabello.
-No es nada, digamos que los italianos sabemos tratar a las mujeres…
-Tengo fascinación por los poemas italianos.
Dazai comienza a hacer muecas de asco.
-Bueno nos vamos, cuídate Atsushi-kun y no dejes que el chibico te induzca al vicio del alcohol.
Se despide con la mano, sale del lugar y Akutagawa detrás de él, pero no se me escapan las miradas que le da a Atsushi, ya después hablare con Akutagawa.
Suelto un suspiro - ¿ya cenaste?
-¿Eh? A si, si – tartamudea un poco – y en realidad tampoco sabría cómo comportarme en un lugar tan elegante y caro.
Mi mirada y sonrisa se suavizan.
-Eso no será problema – Dante con una seña llama a un mesero, le ordena un platillo a Atsushi – yo invito, es de mala educación que solo nos veas cenar a nosotros.
-Bueno – se muerde el labio – está bien…
.
.
.
-Dazai-san se lo que está haciendo – comienza a toser.
-No sé de qué hablas – comienzo a canturrear la canción del suicidio.
Ya estamos en la salida del restaurant, después de toda la escena que armamos.
-Está utilizando a Jinko para arruinar la cita de Nakahara-san…
-¿Desde cuándo me interesa con quien salga chibi? – suelto una risa.
-No lo sé, quizás desde siempre – murmura, entrecierro los ojos, ¿desde cuándo Akutagawa cuestiona lo que hago?
Me detengo y lo observo, provocando que él también se detenga.
-¿Desde cuándo?
-No entiendo – me observa.
-Creo que desde hace muy poco, ¿no?, Akutagawa-kun… - él frunce el ceño – desde hace poco sales con Atsushi-kun – una sonrisa burlona adorna mi rostro, mientras él se sonroja, finge un ataque de tos.
-No sé de qué hablas – murmura.
-No tiene sentido que me mientas, pero descuida no diré nada… si tú tampoco dices nada.
-No planeo traicionar a Nakahara-san, no soy como tu…
Me encojo de hombros.
-No te estoy diciendo que lo hagas – comienzo a caminar dejándolo atrás, despidiéndome con la mano – solo piénsalo Akutagawa-kun…
.
.
.
El chico tigre estuvo nervioso durante la cena, Dante para ser un líder mafioso de nada más y nada menos que la Cosa Nostra fue muy amable y cordial, no es del tipo retorcido como el jefe.
Así que ahora vamos de regreso a los departamentos, Atsushi solo esta callado, angustiado y confundido, puedo verlo, además así me sentí yo.
Suelto un suspiro, mientras conduzco.
-Escucha, Atsushi-kun; esto es difícil lo sé, pero… tratare de ayudarte, ¿de acuerdo? – desvió por un momento mi atención del camino.
-De acuerdo – asiente – Muchas gracias Nakahara-san…
-Chuuya, solo Chuuya.
Suelto un profundo suspiro.
-Dante siento mucho toda esta situación…
-Descuida, es parte del trabajo, somos mafia veinticuatro siete – se ríe suave.
-¿Mafia? – Atsushi se sorprende, abre los ojos y observa a Dante, el cual asiente.
-Mafia, la Cosa Nostra, ¿te suena?
-N…no – niega enseguida - ¿eso de que parte de Japón es o es nueva en Yokohama?
-Oh, pequeño detective – me carcajeo – eres algo ingenuo, ¿no?
Se sonroja y baja la vista.
-Pequeña lección breve, La Cosa Nostra es italiana – le digo rápido – y antes de que se lo debas decir a tu Agencia, te diré Dante está aquí solo por cuestiones personales.
-¿Agencia? – enarca una ceja.
-Aunque parezca una pobre chica indefensa e ingenua, es parte de la Agencia Armada de Detectives y – muerdo mi labio – es bueno luchando – decido no decirle sobre la habilidad de Atsushi, ya que eso es una cuestión personal.
-No vengo a dar problemas – le sonríe amable – ni a negocios, es un asunto meramente personal como dijo la bella dama presente.
Me sonrojo, por suerte ya llegamos.
-Eres un adulador nato.
-Así somos los italianos – se encoge de hombros.
-No te creo – bajo del auto, él baja y le abre la puerta a Atsushi – he estado en Italia muchas veces.
-Oh, ¿enserio?
-Por supuesto, en negociaciones de Port Mafia con ustedes, claro a ti no te conocía solo a tus subordinados.
-Vaya, debí haber tratado con Port Mafia antes.
-Ummm, - vuelvo a morder mi labio con intensidad – Dante, antes de seguir con todo esto debemos hablar…
.
.
.
-Kouyou-kun – observo a Ougai, ya que se supone que era mi noche libre, así que su llamado debe de ser por causa relevante.
-Dime – mi mirada esta fija en él.
-Surgió un imprevisto – sonríe.
-Un imprevisto… que requiere de mi presencia – enarco mi ceja – me intriga, debo admitirlo.
-Si, solo puedo confiar en ti para esto, además… sé que así lo querrías.
-Tiene que ver con el pretendiente de Chuuya – afirmo, él asiente.
-Lev Nikoláievich Tolstói, está por arribar a Yokohama – informa, me sorprendo, aunque lo disimulo, reconozco ese nombre
– El jefe de la Bratva… Ougai ese es un hombre de cuidado, creo que es él que mayores problemas podría causarnos.
-Lo sé Kouyou-kun, aún no se bien en que consiste su habilidad, pero se rumora que siempre le da ventaja en la guerra, y me refiero a guerra de cualquier tipo.
Se levanta de su escritorio, dirigiéndose al ventanal, observando Yokohama iluminada por las luces, una vista hermosa.
-Es por eso que te llamé a ti para recibirlo y traerlo aquí, tendremos una reunión informal, así lo solicitó por eso es que me aviso de su llegada antes de lo previsto.
-Entiendo, solo dame la dirección e iré…
Así lo hace, me da las coordenadas a las que me dirigiré, al parecer uso sus propios medios para llegar, mostrándose totalmente diferente a Dante Alighieri.
Con un gesto me despido de Ougai, salgo de su oficina en silencio, si esté hombre es siquiera la mitad de talentoso que Dostoyevski o Dazai, sin duda será un gran aliado o un gran enemigo. Así que en todo momento debo permanecer alerta.
Chapter 17: DIECISEIS
Notes:
Disculpen las faltas ortográficas, gracias por leer.
Twitter: Harumi Yarumi@EireYarumi.
Instagram: Harumi Yarumi.
Chapter Text
Después de indicarle a Atsushi el número y piso de mi departamento, me quedo con Dante frente a su puerta, lo observo, lo cierto es que es un tipo agradable y no quiero que esto termine mal; bajo la vista un momento, si no quiero que esto termine mal debo hablar con la verdad, me repito en mi mente dándome fuerzas.
Levanto la vista, lo observo directo a los ojos.
-Eres alguien muy amable y agradable – comienzo con firmeza, no dando a denotar en mi voz los nervios – al menos así lo has sido conmigo, y lo cierto es que me agradas…
-Gracias, bella dama – toma mi mano y la besa.
-Por favor déjame terminar – cierro mis ojos un segundo, lo veo asentir – debo confesarte algo que me carcome el alma, algo que no me parece justo seguir ocultando – se mantiene en silencio en espera de que continúe, así lo hago – lo cierto es que yo no soy una mujer…
Su rostro se refleja gran sorpresa y conmoción; me apresuro a continuar con mi explicación.
-Originalmente soy hombre, una habilidad me golpeo y es que me vi atrapado en ser una mujer, y lo digo enserio, ahora soy una mujer – me ruborizo – una doctora me realizo un chequeo.
-¿Quieres quedarte así? – su tono es bajo.
-No, joder no lo sé – bajo la mirada – esto es demasiado confuso, no fue mi idea tener citas, yo solo… fue un maldito error – siento humedad en mi rostro sin levantar la mirada me paso la mano en mi rostro para limpiar las lágrimas – yo solo quería regresar a ser él de siempre, se supone que el idiota de Dazai lo solucionaría, pero no fue así – me desbordo – y luego al jefe se le ocurrió esto, no tuve opción, no quiero mentirte, podemos ser amigos si es que aún deseas mantener alguna relación conmigo…
Su mano alza mi rostro con un suave toque.
-Dime algo Chuuya – su voz es mas suave de lo normal – ¿Cuál es tu orientación sexual?
Me sorprendo, logra ruborizarme, desvió levemente la mirada un rato, luego vuelvo a observarlo.
-Soy bisexual – confieso.
Él sonríe - entonces no tenemos nada de qué preocuparnos.
Y me besa, es un beso suave, se siente bien, se siente real, coloco mis manos alrededor de su cuello parándome de puntillas, el se inclina hacia mí, aferrándose a mi cintura, no tengo idea de cuanto demoramos, pero al separarnos jadeo por la falta de aire, mis labios se sienten hinchados.
-Me agradas mucho Chuuya Nakahara – acomoda un mechón de cabello tras mi oreja – y no me interesa si vuelves a ser un hombre, sé que no cambiará la persona que eres…
Tras escuchar esas palabras algo en mi pecho se llena de calidez.
.
.
.
Arribo al lugar en el que será el aterrizaje del jefe de la Bratva, traigo a un escuadrón de solo cinco hombres conmigo, debo estar alerta pero tampoco dar a denotar algún tipo de temor.
En menos de cinco minutos ya se escuchan las hélices de un helicóptero, permanezco impasible, paciente a que el aterrizaje se lleve a cabo, todo va bien. Del transporte bajan unos cuantos hombres, asumo sus guardias, y por último baja él.
Un hombre imponente, de porte serio, frío, impasible e inexpresivo.
Es alto, viste un elegante traje en color gris claro, su cabello es largo de un tono platinado atado en una coleta baja con un lazo rojo que contrasta, sus ojos tienen un tono rojizo, es apuesto sin duda.
Se acerca, un hombre seguro de sí, pero hay algo más, lo notó su mirada es un tanto vacía quizás con un toque de nostalgia, un poco como la que solía tener Dazai en sus tiempos de la mafia, esto no me agrada, si ese tipo es ligeramente parecido a Osamu Dazai no lo quiero cerca de Chuuya.
-Ozaki Kouyou – su voz es suave, aterciopelada – una bella mujer letal, ejecutiva de Port Mafia, me es un honor el hecho de que viniese a recibirme.
Sonríe levemente; así que esta bien informado, un punto a tomar en cuenta.
-Lev Nikoláievich Tolstói – sonrió – un placer conocer al líder de la Bratva.
-Créeme el placer es mío – toma mi mano derecha y deposita un beso en el dorso de la misma – Port Mafia es una asociación sumamente interesante y sus mujeres son de una belleza sin igual…
-No tenia informes de que el jefe de la Bratva fuese un adulador – le sonrió.
-No lo soy, solo reconozco la verdad, ahora Kouyou – ladea la cabeza ligeramente – será mejor que nos vayamos, no me agrada ser impuntual, aunque se trate de una reunión informal, debemos detallar un par de asuntos.
Enarco la ceja, me ha hablado directamente por mi nombre.
-Vamos – camino hacia el coche, lo cierto es que no me agrada este hombre.
Aunque parezca en extremo apático de su entorno, sé que ya ha analizado a cada uno de nosotros.
Me detengo frente al auto, uno de mis hombres ya tiene la puerta abierta.
-Adelante querida, las damas primero.
Decido aceptar su sugerencia, ingresando al auto siento su mirada de muerto fija en mi y en cada uno de mis movimientos, en cuanto ingreso, él lo hace tras de mí.
El viaje a la sede es en silencio.
Mantiene su rostro aburrido, decido arriesgarme y cuestionar algo que me carcome.
-¿A que se debe la premura del viaje? – voy sin rodeos, si él ya se atrevió a llamarme sin más por mi nombre puedo cuestionar libremente.
Sonríe.
-Solo a una pequeña cuestión, puede que no sea tan importante, pero… - permanece en silencio unos segundos – eso lo decidiré después de ver cara a cara a Ougai Mori.
.
.
.
Me siento tan incomodo, solo sirvo para causar molestias, he arruinado la cita de Nakahara-san, suelto un suspiro lleno de pesimismo, ingreso al ascensor cuando mi celular anuncia un mensaje, sonrió al ver quien me lo envió.
Al parecer Ryu no es tan rudo y tosco una vez que lo conoces.
Le respondo con rapidez, informándole que ya estoy llegando al departamento de su superior.
Guardo de nuevo mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón; observo a mi alrededor, vaya, es tan distinto a los cuartos de la agencia, aquí todo se ve caro y elegante, ¿será así todas las casas de los mafiosos?; si es así entiendo porque eligen trabajar para la mafia.
Busco el departamento de Nakahara-san, al llegar respiro hondo y toco la puerta.
Escucho pasos dentro, los reconozco, son las chicas de la agencia.
Los suaves pasos de Kyouka-chan son los que se acercan, ella me abrirá.
Al abrir la puerta sus ojos muestran confusión, frunce el ceño.
-Kyouka-chan… - murmuro.
-¿Atsushi? – suelto un gemido lastimero y asiento.
-Nakahara-san ya viene, me dijo que me adelantara…
Ella se aparta de la puerta permitiéndome el paso.
Si antes creí que el edificio era caro, ahora que estoy dentro del hogar de Nakahara-san puedo ver que es demasiado caro, ni toda mi vida trabajando me harán poder comprarme algo de aquí.
-Chuuya te ayudara, Atsushi – Kyouka me toma de la mano – no tengas miedo.
-No veo porque me ayudaría.
-Porque Chuuya es bueno – responde con tranquilidad.
De todas las respuestas jamás me hubiese esperado algo así.
.
.
.
Con el corazón bombeando con fuerza en mi pecho, piernas temblorosas, me dirijo a mi departamento; creo que, esto no es tan mala idea.
¿Acaso podré volver a abrir mi corazón?
Sonrió levemente, porque en parte me da emoción e intriga conocer a los otros dos.
Llego a mi departamento, busco en el interior a las chicas, suelto una risa fuerte al ver al pobre gatito de la agencia rodeado por tres de los seres más peligrosos del universo, aplicándole mascarillas y peinándolo.
-Chicas no abrumen al niño…
-Miren quien regreso, ¿Qué tal te fue?
-Bastante bien, hasta que la momia inútil nos interrumpió.
-Lo siento – se apresura a disculparse Atsushi.
-No es tu culpa, solo es culpa del bastardo de Dazai.
-Bueno al menos la interrupción ha servido de algo - Yosano se encoge de hombros.
-¿Hah? – enarco la ceja - ¿para qué?
-Simple – sonríe – para que no terminaras encamado en la primera cita.
Me sonrojo y desvió la mirada.
-Eso no iba a pasar.
-Claro que no – Kyouka me apoya – Ane-san nos ha dado pláticas sobre eso.
-Kyouka no digas más.
-Oh, ¿tienes una hermana mayor? – se acerca Naomi muy emocionada – por cierto, tuvimos que prestarle a Atsushi ropa tuya, espero no te moleste…
-Si, tengo a mi hermana mayor – observo a Atsushi que ya está de pie frente a mí, con mascarilla en su rostro, la bata de dormir le queda más corta, aunque ayuda que Atsushi tenga menos pecho que yo – no, no me molesta, de hecho, tendremos que ir de compras mañana.
-¿Qué? – gimotea – no tengo dinero Nakahara-san…
-Chuuya – le corto y observo a Kyouka.
-Atsushi siempre es estafado por Dazai – aclara Yosano antes siquiera de que Kyoua responda.
-Ese imbécil no cambia – gruño – iremos y ya, yo pagare, Kyouka tú también vendrás vi un kimono precioso que estoy seguro te queda.
El ver la sonrisa y los ojos emocionados de Kyouka son suficientes para mí; dejo a las chicas para poder ponerme cómodo.
.
.
.
Por fin llegamos a la sede, voy frente a Tolstói, avanzando hasta llegar a la oficina de Ougai, abro la puerta.
-Ougai - hago una ligera reverencia para demostrar respeto.
-Kouyou-kun siempre tan eficiente – sonríe – me alegra que llegases sin contratiempos Tolstói-kun…
-Podría jurar que no sería tan de su agrado mi adelanto – sonríe y se sienta – pero agradezco la recepción fue agradable – me recorre con la vista, como evaluándome, lo cual me enerva.
-Por supuesto, Kouyou-kun es encantadora y excepcional.
Tomo asiento sin cambiar de expresión, decido analizar a Ougai, es obvio que esto es una lucha de intelecto.
Hirotsu ingresa con un juego de té y algunos postres, me asombra no ver a Elise por ningún lado, lo que significa que a Tolstói debemos tratarlo con cuidado.
-Kouyou-kun, haces los honores.
-Por supuesto, boss – me levanto y sirvo el té, de forma minuciosa y perfecta, como si estuviésemos en una ceremonia de té formal.
-Excepcional – aplaude el ruso – lo que me lleva a cuestionar – ladea la cabeza - ¿Por qué si esta esta mujer excepcional e implacable, me ofreces como prometido a un varón?
Un escalofrío recorre mi cuerpo, a pesar de siempre mantener la calma esto no va bien por ningún lado, mis hombros se tensan; observo a Ougai, aunque mantiene su sonrisa en sus ojos destella la duda, sin duda pensando como proseguir y analizando al hombre frente a él.
-Bueno ahora mimo Chuuya-kun es una mujer, muy bella debo agregar – revisa en sus papeles y saca un sobre – además de ejecutiva, muy poderosa, su habilidad es excepcional…
Del sobre saca varias fotos de Chuuya en su estado actual, nuestro invitado las toma en silencio las observa un buen rato.
-Me agrada lo que veo – sorbe un poco de té – magnifico té – sonríe.
-Chuuya tiene modales excepcionales – comento con calma – pero tampoco es débil, yo no estoy a disposición de ningún hombre.
-¿Aún si fuese una orden? – enarca una ceja.
-Kouyou-kun está en una situación excepcional.
-Sigo ordenes, soy leal a Port Mafia pero – sorbo de mi té y sonrió – no soy como los demás y Ougai lo sabe.
-Entiendo, dime Ougai Mori, ¿Qué sucede si Nakahara Chuya regresa a su normalidad?
-Lo hará si se anula esa habilidad o si se asesina al usuario – se gira a apreciar la vista – aunque si se le ordena Chuuya Nakahara se mantendrá como mujer, es él miembro más leal y confiable de Port Mafia.
-Y es por eso que ofreciste el compromiso, porque, aunque nos casemos no te traicionara.
-Precisamente – se dirige de nuevo al frente, entrelaza sus manos y apoya su rostro – Tolstói-kun, todo esto ya lo sabías y aun así viniste.
-Me interesan los retos – se encoge de hombros – y Chuuya Nakahara parece todo un reto.
-Lo es, no te arrepentirás….
Cierro los ojos un momento, fingiendo una leve tos.
-Pareces un chico confiado…
-Creo que soy mayor que tú…
-Precisamente por eso deberías saber que a una dama no se le interrumpe – respondo mordaz – así que proseguiré – abro los ojos, observo su sonrisa burlona y luego a Ougai – ambos hablan como si Chuuya ya lo hubiese aceptado, así mismo hablan de ordenes pero, no es así de simple, si Chuuya no te acepta nada se llevara a cabo, aún si esto conlleva a una guerra entre la Bratva y Port Mafia – me pongo de pie – soy fiel a la mafia, soy fiel a Ougai Mori porque él hizo de la mafia un lugar mejor pero… si es necesario yo misma acabare con Ougai Mori y me aliaré a un demonio para vencerte en tu juego Lev Nikoláievich Tolstói.
Chapter 18: DIECISIETE
Chapter Text
Lo que paso a ser una gran pijamada de mujeres termino con un Atsushi algo aterrorizado y respetando aún más a las féminas, aunque no lo admita en voz alta fue agradable.
Me despierto antes que todas, comienzo con mi rutina de ejercicios; al regresar comienzo a preparar el desayuno, la primera en despertar es Kyouka.
-Buenos días – le sonrió, se está frotando el ojo.
-Chuu – sonríe y me abraza, le acaricio el cabello.
-¿Me ayudas?
-Por supuesto – le entrego unos tapetes – ve poniendo la mesa.
La cafetera ya está haciendo su trabajo, continúo preparando lo demás, Kyouka ya casi termina de preparar la mesa, las siguientes en despertar son Yosano y Atsushi.
-Kyouka-chan estamos en el cielo – murmura el chico – huele delicioso, nunca he olido comida tan rica…
-Chuu es el mejor cocinando ya te había dicho.
Con mi habilidad coloco todo en la mesa.
-Alguien vaya por Naomi…
-No es necesario, ya estoy aquí – sonríe – oh todo parece esa comida elegante que se ve en internet.
- Hice pan escargot como postre matutino.
Naomi le tomo muchas fotos a la mesa, estoy por comenzar a desayunar cuando toque de mi puerta me interrumpe, conozco bien esa forma de tocar.
-Ya vuelvo, comiencen sin mi – me levanto, ellas asienten.
Me dirijo a la puerta, no me aviso que vendría, usualmente me avisa para que desayunemos juntos.
-Ane-san, ¿Qué sucedió?
.
.
.
Nunca me esperé una llamada como la que recibí.
No de esa persona.
Es de madrugada, así que solo la espero vestido con un pantalón de dormir y un vaso de oyuwari, ya que es una noche fría.
-Dazai – sus pasos son silenciosos.
-Nunca espere que me llamaras – sonrió – Kuouyou.
Ella examina el lugar, y me examina a mí.
-Las cosas que uno hace por amor – sonríe.
-Ponte cómoda – sonrió - ¿un trago?
-Sabes bien que no es una visita social – toma asiento, me encojo de hombros.
-Bueno, entonces te escucho.
-Ha llegado Lev Nikoláievich Tolstói a Yokohama – así que Mori está jugando con fuego, sonrió para mis adentros – sé que sabes quién es, y sabes que es un hombre peligroso.
-Lo vi un par de veces en mis negociaciones con Bratva en mis tiempos de ejecutivos – le informo – su padre aún estaba en el poder.
-Es uno de los pretendientes de Chuuya, él sabe la verdad sobre el cambio de genero – no me sorprende en absoluto – lo que no me gusta es que piensa en Chuuya como una herramienta más, está muy seguro de poder hacerse con mi muchacho….
-Y viniste por ayuda – la observo, ella mantiene su rostro inexpresivo, solo sus ojos demuestran su ansiedad, su miedo – escucha Kouyou no es que me interese el chibi, pero tampoco planeo que Tolstói gané un juego que comenzó hace años.
Ella se pone de pie en silencio, cuando estoy seguro de que se marcha, me observa directo a los ojos.
-No has cambiado, la oscuridad dentro de ti es algo que de lo que nunca podrás separarte – sonríe – sigues autoengañándote, el genio es un idiota con respecto a los sentimientos – me sorprendo por lo dicho – lo amas y lo perderás… ya le hiciste demasiado daño.
Esa fue su última palabra, se marcha tal y como llego, de manera intempestiva y a la vez efímera.
Realmente ese hombre debió alertarla, ¿Qué percibiste Ozaki Kouyou?
La conozco y no se deja amedrentar por poco, además es experimentada en tratar con hombres peligrosos, algo más debió percibir para venir a pedirme ayuda precisamente a mí; comienzo a reír con amargura.
Y tuvo razón en lo que dijo, solo me autoengaño, no me gusta ver a chibi con alguien más, él es mío y fue mi error dejarlo atrás.
.
.
.
-Tu pretendiente de Rusia llego – anuncia ingresando.
-Espera, ¿Qué?
-Sí, Tolstói se adelantó y llego – informa – no me agrada.
-Lo conozco, aunque solo lo vi una vez, Dazai es él que trato con él.
-Es un demonio como Dazai – avanza – sabe lo de la habilidad que te afecto….
-Hola chicas – noto el ceño fruncido de Ane-san – verás Ane-san ellas me han estado ayudando.
Ella alza una mano para callarme, obedezco de inmediato.
-Ane-san – sonríe Kyouka, lo cual me ayuda ya que de inmediato Ane-san se relaja y sonríe.
-Mi querida Kyouka – se acerca, la nombrada se levanta y la abraza.
La tensión en el lugar parece disminuir, me permito respirar.
-Ane-san toma asiento ya te sirvo.
-Gracias – sigue charlando a gusto con Kyouka, incluso integran a Yosano y Naomi.
La más joven permitiéndose admirar libremente a Ane-san.
-Listo, podemos continuar – tomo asiento nuevamente – entonces el ruso se adelantó – murmuro – ¿cómo supo lo de la habilidad?
-Parte de su propia habilidad – confirma ella.
-Entiendo… por cierto ya le dije la verdad a Dante.
-¿Como lo tomo?
-Muy bien – sonrió – de hecho, ahora Atsushi, el chico tigre de la agencia – señalo al nombrado – está en mí misma situación.
-Hola, señora – oh, error, eso solo hace que el gesto de Ane-san sea más hosco.
-Tu – frunce el ceño, sus labios se aprietan en una línea recta – Akutagawa ya ha tardado en asesinarte.
-Ane-san por favor, el chico ya está lo suficientemente asustado – trato de mediar un poco – y sabes que fue lo mejor para Kyouka aunque estemos lejos de ella.
Ella suspira aceptando su derrota, y Atsushi mantiene la vista al suelo incómodo.
-Solo por ti querido – observa a Atsushi – bueno chico tigre has mantenido a salvo a mi Kyouka, así que… gracias.
El nombrado abre los ojos sorprendido y levanta la mirada, sonrió, porque se que las palabras de Ane-san son sinceras.
.
.
.
Después del desayuno y las gracias por parte de Kouyou-san, todo fue mejor, es una mujer que da miedo, pero solo se preocupa por sus seres queridos, como una madre supongo.
El sonido de un texto entrante me alerto, realmente esto ha sido tan confuso, ser ahora una chica, Nakahara-san es extrañamente alguien muy amable, nunca lo imagine así en la vida cotidiana.
Reviso mi celular sonrió al instante.
<< ¿Como estas? >>
Dos palabras y ya hace que mi mundo tiemble de emoción, lo cierto es que nunca creí que algo así fuese posible.
Le respondo de inmediato, comento que al parecer me quedaré en el departamento de Nakahara-san, por lo que promete venir a visitarme.
-Atsushi – la voz de Kyouka me sobresalta.
-S..si – pego mi celular a mi pecho.
-Ya nos vamos, Chuuya nos espera.
-Cla…claro …
-Ane-san también irá – Kyouka sonríe – Yosano y Naomi ya se fueron a la agencia.
-Entiendo – suspiro – Kyouka-chan….
-¿Si?
-¿En verdad ya no tengo que temerle a Koyou-san?
-Ya no Atsushi – me toma la mano y llevándome a la sala.
-Veo que te quedo bien la ropa – Chuuya me sonríe – vamos conduciré yo.
-Esta vez yo elegiré la ropa – informa Kouyou-san, no me atrevo a decir nada, tan solo los sigo.
-Ane-san también iremos a la tienda de kimonos, Kyouka necesita uno nuevo.
-Por supuesto – sonríe cubriéndose la sonrisa con la manga del kimono, abre la puerta – Akutagawa, ¿Qué haces aquí?
Me sonrojo al instante y bajo la mirada, Chuuya-san me guiño el ojo.
-Oh… Ryu nos acompañara por cualquier cosa, después de todo un grupo de mujeres bellas necesita seguridad.
-Chuuya me pidió que lo acompañara – Ryu miente con facilidad, pero el nombrado no lo desmiente, así que me alivia.
-Entonces al auto.
Subimos al elegante auto de Chuuya-san, Ryu se sienta a mi lado, discretamente nos tomamos de la mano.
A decir verdad, su toque me hace sentir bien, con más calma y confianza.
Llegamos a un centro comercial que no conocía, pero todo se ve caro, muy caro.
-Este lugar es caro… - murmuro.
-Descuida dije que yo invitaba – Chuuya-san sonríe – además Ryu también invita – me guiña un ojo.
-Así que se trata de eso – la mayor sonríe – Ryunosuke no diremos nada, solo mantén tu trabajo impecable como siempre, lo que hagas con tu vida privada no es relevante.
-N…no… no es lo que parece – me sonrojo y miro al piso.
-Jinko – me toma la mano – si es, Kouyou-san y Chuuya no dirán nada, ellas son confiables y Kyouka también.
-Yo ayude a Akutagawa – sonríe orgullosa Kyouka.
-¡Kyouka-chan!
-Parece que el chico tigre es realmente tímido, tal como dijiste Chuuya.
-Te dije que no es como Dazai – entra a una tienda.
Si antes creía que Yosano-san da miedo cuando va de compras, es porque no conocía a estos monstruos.
Podría morir en cualquier momento, por probarme tanta ropa, soportar sus miradas críticas, ver ceros muchos ceros en las cuentas, ni con lo que gano en todo el año podría pagar todo esto, y ellos están frescos, me sorprende también la dinámica de Chuuya y Ryu, él es tan calmado y pacientemente espera a las mayores, no parece ni agotado ni aburrido.
Incluso Kyouka es un monstruo de las compras.
Me desplomo en un sillón mientras Kyouka se prueba unos kimonos.
-Moriré… sin haber comido un último plato de Chazuke – murmuro.
-No aguantas nada Jinko – se sienta a mi lado – todavía falta mucho camino.
-¿Qué? – me recompongo asustado - ¿cómo es que aguantas?
-Años de practica – se encoge de hombros.
-Son aterradoras – coloca una pequeña bolsa en mi regazo - ¿Qué es?
-Algo que vi para ti – desvía la mirada y se sonroja.
Con cuidado abro la bolsa, envuelto en un delicado papel esta un paquete, al retirarlo observo un hermoso tocado para el cabello.
-Esto… es hermoso…
-Bueno me alegra que te guste, lo necesitaras.
-Pero, ¿para qué?
-Para el kimono que te encargue, Jinko idiota – tose tratando de ocultar su sonrojo.
-Ryu… - lo observo con ojos abiertos y llorosos, no creí que él fuera un hombre detallista.
No me lo pienso, solo lo abrazo.
-No tenías que hacerlo, pero gracias – envuelvo mis brazos en su cuello – muchas gracias – nos observamos a los ojos, se acerca a mí, lento, suave. Es el momento, nos besamos.
Un simple gesto, algo cotidiano, pero que nunca antes lo había imaginado, es agradable, toda esta locura ya no se siente tan mal, siento que tengo el apoyo de muchas personas nuevas en mi vida, personas que son importantes…
Chapter 19: DIECIOCHO
Chapter Text
Ane-san, Kyouka y yo estamos escondidas en los probadores observando a Akutagawa con Atsushi, sonreímos al verlos besarse.
-Misión cumplida – murmura Kyouka.
-Vaya que si – sonrió.
-Por suerte Dazai se marchó antes de echar a perder a Akutagawa.
-He tratado de que Akutagawa cambie muchas cosas que el bastardo dejo mal – frunzo el ceño.
-Chuuya, ahora eres una dama, modera tu vocabulario – me golpea en la cabeza con un abanico.
-Lo siento Ane-san.
-Muy bien, ya que tenemos todo y un guardarropa decente para el chico tigre vayamos por zapatos.
-Muy bien, Kyouka necesita unos zapatos para el vestido nuevo – sonrió, soy el primero en salir – disculpen la interrupción, pero ya vamos a pagar.
Ambos se sobresaltan separándose en el acto, totalmente sonrojados.
-Yo…yo….
-Ey, calma, no diremos nada.
-Bueno – murmura.
-Todo listo, enviaran todo a tu casa.
-Gracias, ane-san.
Salimos de la tienda a probarnos zapatos, observo a Atsushi que solo se queja de que esta hambrienta y cansado.
-Ya casi terminamos, solo necesito un par de zapatillas – lo observo – Akutagawa porque no vas haciendo la reserva al restaurant de siempre.
-Entendido – saca su celular y marca.
-Gracias, Chuuya-san es muy bueno.
-Lo somos muchacho – le sonríe Ane-san – Chuuya querido, Ougai se comunicó conmigo – me tenso – Tolstói te invito a una cita – frunce el ceño – debes llevar traje tradicional.
-¿Qué? – enarco una ceja - ¿me está diciendo como vestir? – aprieto mis manos en puños.
-Una sugerencia sin derecho a réplica – gruñe – es una cita en una casa de té, quiere conocer las tradiciones, así que espera que le des una guía…
-Que contrate una jodida guía turística – alzo un poco la voz – ane-san no iré.
Ella suspira y teclea un mensaje.
De inmediato suena mi celular, un mensaje entrante, es él jefe; al abrirlo suelto un jadeo ofendido.
<>
-No tengo alternativa – aprieto mi celular, rompiéndolo.
-Yo te preparare – coloca una mano en mi hombro – solo velo como una misión más, puedes hacerlo muchacho – me sonríe.
-Gracias ane-san.
-Esta lista la reservación – tose ligeramente Akutagawa.
-Bien vamos, me llevare estos – muestro unas zapatillas tacón de aguja en dorado – Ryu, ¿hoy podrías quedarte con Atsushi?
-Tengo trabajo – niega – pero Gin esta libre.
-Perfecto, me comunicaré con ella.
-No es necesario, me iré a los cuartos de la Agencia con Kyouka-chan – sonríe.
-No, de momento no lo creo conveniente ni seguro – le corto de inmediato, utilizo un tono autoritario, como cuando le doy órdenes a mi escuadrón en Port Mafia.
-De acuerdo – responde sin más opciones.
.
.
.
Estoy en la Agencia tarareando mientras envió un mensaje a Akutagawa.
Responde, de mala gana, pero lo hace y eso es lo que importa.
-Una cita, ¿eh? – murmuro para mí.
-¿Qué diablos murmuras? – gruñe Kunikida - ponte a trabajar…
-Eso hago, Ku-ni-ki-da-kun – deletreo su nombre para irritarlo más – así que me voy – me levanto de inmediato – tengo que seguir investigando.
-Claro, investigar – se carcajea Ranpo, mientras abre una paleta.
-Vez Ranpo me apoya – observo fijamente al nombrado, estoy seguro que por un momento en mis ojos esta ese brillo carmesí que tanto aterrorizo en el pasado.
-Solo déjalo ir Kunikida – agita la mano restándole importancia, es obvio que algo no está del todo bien con el instinto de preservación del mejor detective de la agencia – el presidente le ha dado prioridad a este caso.
De mala gana Kunikida no dice más.
Así que me marcho, es necesario vigilar.
Y así es como llegue a una habitación frente al edificio residencial de Chuuya, observo como se prepara para su cita, debe ser muy importante si Kouyou es quien lo está alistando; es hermoso… tan etéreo, no importa si chibi es hombre o mujer siempre es hermoso, lo supe desde que lo vi, esos ojos azules son únicos, tan llenos de vida, ningún hombre se le resistiría a la mujer que saldrá por esa puerta.
Ataviado en un kimono negro con camelias rojas bordadas se levanta, maquilada y el tocado, yo se lo di, fue una broma al principio o mejor dicho un gesto oculto en una broma.
-Tendré que seguirte chibi – tarareo.
.
.
.
-Te vez tan perfecta – ane-san coloca el espejo frente a mí.
-Me parezco a ti – murmuro.
-Un poco, sí – sonríe – lástima que es para ver a alguien desagradable.
-No me lo recuerdes más – ajusto el cuchillo oculto en mi pierna – la peineta también tiene suficiente filo para ser un arma.
-Aunque no lo necesites – me entrega una sombrilla parecida a la suya, pero en negro que combina perfectamente con mi atuendo – un obsequio de mi parte…
Enarco la ceja, examino la sombrilla y ahí esta una katana reluciente, el filo es impecable.
-Es perfecta – sonrió – no siempre uso mi habilidad, lo sabes bien, a veces son tan patéticos que es innecesario.
-Lo sé, eres el diamante en bruto que me entrego para ser resguardado y pulido.
Me muerdo el labio nervioso, quiero decirle tantas cosas, pero a la vez me da pena, me decido.
-Eres como una madre para mí – lo suelto, ella se sorprende, y por primera vez se sonroja.
Siento el tirón, ella me atrae hacia si, envolviéndome en un cálido abrazo.
-Kyouka y tú son los hijos que no tuve – murmura – y que quizás no tenga.
-Ane-san…
-Shhh, no digas más, no ahora…
La abrazo, es necesario con la locura que ha sido este tiempo.
En cuanto me suelta, observo como con rapidez se seca un par de lágrimas.
-Bueno es hora de que vayas a ese encuentro – se recompone – un chofer te llevara.
-¿Qué?.
-Descuida, sé que prefieres manejar y dado mi aversión hacia tu pretendiente, yo he hecho los preparativos, Akutagawa será tu chofer hoy.
-¿Enserio? – niego – no puedo creer que aceptara algo así.
-Eres más importante de lo que crees para ese chico.
-Sí, supongo que si – tomo mis cosas – bueno es mejor ser puntuales, ¿será en tu casa de té?
-Por supuesto, quizás él sea un bastardo inteligente, pero – sonríe – estará en nuestro territorio, no debemos bajar la guardia, no después de una amenaza tan directa.
-Entiendo – salgo directamente, sé que Ane-san me esperara.
Llego al estacionamiento, ahí me espera Akutagawa con su atuendo habitual.
-Gracias por lo de esta noche.
-No, es nada, fue una orden – tose un poco, o bueno, finge hacerlo para ocultar el sonrojo en sus mejillas.
El viaje en el auto es tranquilo, el silencio es reconfortante, muy cómodo cuando se trata de Akutagawa.
-Suerte – me dice antes de que yo ingrese.
-Gracias, confió en ti.
Llegue con veinte minutos de anticipación, voy directo a la sala esperar de Kouyou, un jardín privado con su propio estanque, comienzo a preparar todo para la ceremonia, incluso tocare el shamisen, los turistas siempre relacionan ese instrumento con las geishas.
Una campanilla que tenía programada me indica que es hora, me acomodo en mi lugar, el rostro semi inclinado hacia abajo las manos en mi regazo.
Escucho unos pasos resonando por el pasillo, es obvio que una de las chicas lo acompaña, no levanto la vista, permanezco impasible, atento a cualquier sonido por más mínimo que sea, el deslizar de la puerta me avisa que ya está aquí.
-Nakahara Chuuya, uno de los ejecutivos de Port Mafia – su voz grave con un destello de burla – un placer por fin tenerte ante mi presencia…
Es entonces que me permito elevar mi rostro, mis ojos azules se encuentran directamente con los suyos un tono rojizo, como rubíes.
Chapter 20: DIECINUEVE
Chapter Text
Mierda, es un bastardo atractivo y sexy, lo admito, pero no frente a él, solo en mi mente.
-Un placer – le dedico una semi sonrisa discreta - Lev Nikoláievich Tolstói jefe de la Bratva.
-Alguien está bien informado – se burla.
-Por supuesto – con un gesto de mi mano le indico su lugar – aunque, no es algo realmente impresionante, después de todo en nuestro mundo, ¿Quién no conoce al líder de una de las mafias más grandes del planeta?
-Me alaga tu comentario – se acomoda en el lugar – no es para tanto, Port Mafia se ha posicionado muy bien estos años, desde que Ougai Mori ascendió al poder…
-Boss, siempre busca lo mejor para la corporación – comienzo a servirle té, justo como me enseñó Ane-san, es un arte, una ceremonia – además debo al menos saber los nombres de los candidatos a mi mano.
-Preciosa y mordaz – sonríe tomando un poco de su té – me disculpo, lo más adecuado es precioso y mordaz.
-Como gustes, ahora mismo soy una mujer completamente – le guiño el ojo.
-Eso parece – con un par de sus dedos empuja mi mentón hacia arriba, examinando mi rostro – me gusta lo que veo, no es un rostro vulgar, ni uno simple con facciones asiáticas – bastardo, es tan imbécil – una verdadera joya exótica. Lo admito Ougai Mori sabe jugar bien sus cartas.
Observo con atención sus movimientos, saca su celular y marca a un número.
-Hola, Ougai, estoy dentro – cuelga con una sonrisa.
Enarco una ceja.
-Mi presencia aquí no significaba que estuviese de acuerdo con todo – explica más tranquilo – primero debía conocerte, y me agrada lo que he visto, me convenciste Chuuya.
-No me agradas – suelto sin más, a lo que él se ríe.
-Una fiera… me pregunto, ¿Qué tan leal eres a Port Mafia?
-Daria mi vida por Port Mafia – aseguro con firmeza.
-Veo – tararea – eso lo hace más interesante.
-Nada puedes ofrecerme que sea suficiente para traicionarlos.
-No planeo que los traiciones, no me mal entiendas – se queda en silencio un momento admirando el paisaje – quiero una esposa, una mujer fuerte con alguna habilidad aún más fuerte y especial…. ¿Por qué no tocas una poco de música?
-No puedes ser claro, ¿verdad?.
Me levanto y tomo el instrumento, me acomodo y comienzo a tocar.
-Podría ser claro, pero… aún no es el momento.
.
.
.
Así que el jefe de la mafia rusa, una rata rusa más.
Es tan repugnante ver a mi perro servirle a otro, que no es su amo, sin duda tengo que interrumpir esa cita.
Aunque aún no es el momento, Tolstoi no es como los demás, los rusos solo dan problemas, Mori solo complica las cosas.
Me reacomodo en mi posición, sé que él me ha visto, solo fueron un par de segundos, su mirada se topó con la mía, sin duda un rival formidable, y quizás mi mayor competencia, pero no ganara.
-Ane-san será una excelente aliada…
.
.
.
-Bueno, ya que nos conocimos y has aceptado ser parte de esto – acomodo el instrumento a un lado, me levanto – nos veremos luego Tolstoi.
Sonríe mientras me observa marchar.
Se que mi actuación es de alguien seguro de sí mismo, pero lo cierto es que no puedo respirar hasta estar fuera, a salvo, Akutagawa esta recargado en el auto con brazos cruzados.
-Fue rápido – me abre la puerta.
-Es un bastardo con el ego hasta el cielo.
Sonríe, aunque finge toser.
-Entonces, simplemente no pasará nada más – cierra la puerta y va a su lugar.
-Tendremos un par de citas más – niego – está dentro, además, él sabe que en realidad soy hombre.
Frunce el ceño.
-No se supone que no deberían saber algo así – murmura, medio gruñendo – es sospechoso.
-Lo sé, demasiado listo, Ane-san ya me lo había advertido – me relajo en mi asiento – sabe prácticamente todo y quizás mucho más de lo que sabemos tu y yo…
-Chuuya-san, no me gusta esta situación… es demasiado peligrosa.
-Nadie sabe de Atsushi.
-No lo digo solo por él.
-Lo sé, aunque sabes que puedo cuidarme perfectamente – le sonrió de lado – sobreviví a Dazai.
-No es lo mismo.
-Sabes cómo fue para mí – cierro los ojos rememorando el pasado, el momento en el que supe que se había ido, dejándome atrás – el dolor, el odio, todas esas emociones que permitieron a Arahabaki ser más fuerte… le permitieron controlarme.
El silencio se instala en el auto, de forma incomoda, el aire tenso, pesado y asfixiante, por suerte no duro mucho, lo cierto es que nadie en Port Mafia quería recordar aquello.
-Llegamos…
-¿Vienes? – estoy por bajar.
-No estoy muy seguro… - enarco una ceja, lo observo y comienzo a reír por su sonrojo - ¿Qué diablos te da pena?
-Ahora eres una chica – murmura.
-¿Hah? – frunzo el ceño - ¿y eso que tiene?
-Me vas a matar – suspira – Kouyou-san me advirtió, que ahora no es correcto, cosas de señoritas…
-Y una mierda, sigo siendo hombre – pateo el asiento – así que baja, además hay una bella señorita inocente esperando por ti – me burlo un poco.
Su sonrojo es adorable, nunca me cansare de avergonzar a Akutagawa, un placer privado sin duda.
-Basta – gruñe – bajare, de acuerdo, solo que conste que es porque me obligas.
-Si, claro, es toda mi culpa.
Subimos hasta mi piso con tranquilidad, la compañía silenciosa de Akutagawa siempre es agradable, abro la puerta de mi hogar, realmente no esperaba encontrarme con una escena así.
-¿Qué mierda pasa? – Atsushi está llorando tumbado en el sofá de mi living hecho un ovillo.
-Eso es lo que quiero saber – se para a mi lado Kyouka, observando al hombre tigre – solo fui a mi cuarto en la agencia a buscar unas cosas y cuando regrese ya estaba llorando, gimoteando y murmurando algo como que se morirá.
-Jinko, ¿Qué sucede? – se acerca - ¿te atacaron?
El nombrado alza la mirada y niega, sus ojos llorosos, se agarra el vientre.
Observo a la chica hecha bola, mi mente hace clic, he convivido mucho con chicas, además en la oveja había algunas que realmente lo sufrían en esos días.
-Creo que ya sé que tiene… Atsushi – trato de que mi voz suene amable y calmada – dime, ¿estas sangrando?
Suelta un gimoteo y asiente – Chuuya-san, lo siento, yo...yo… creo que manche el sillón y las sabanas….
-Descuida, no hay problema no es tu culpa.
-Llamaré a un médico – murmura Akutagawa sacando su celular.
-Alto – lo detengo con mi mano – no será necesario, confía en mí.
-Me limpie… pero no dejo de sangrar y duele – llora – voy a morir…
-Oh, no cariño, no morirás… es algo normal.
-¿Normal?
-Si, completamente normal, ya lo verás…
Chapter 21: VEINTE
Chapter Text
-Chuuya-san – gimotea - ¿Cómo puede ser normal sangrar y doler?
-Bueno, es normal para cualquier mujer – sonrió observando a Kyouka, ella sonríe, lo ha entendido – si es una mujer sana sucede cada mes sin falta… a mí ya me paso.
-Oh… entonces Jinko solo esta menstruando – suelta Akutagawa.
Kyouka se ha ido por unas píldoras para cólicos menstruales, un vaso de agua y un pequeño neceser de emergencia.
-¿Menstruando? – murmura confundida.
-Así es Akutagawa – sonrió – la menstruación es algo normal en las mujeres, ¿Cómo lo explico? – murmuro.
-Pasa desde que son adolescentes, Gin se pone de mal humor y le molesta – confirma Akutagawa.
-Entonces no moriré – susurra, acomodándose para tomar las píldoras que le ofrece Kyouka.
-Eres tan dramático – le dice tranquilamente Kyouka.
-Lo es, ahora entiendo porque te llevas bien con el bastardo – comienzo a reír bajo – no, no morirás
-Ahora – saco del neceser unas toallas femeninas – de momento creo que deberías empezar con estas – se las entrego y las observa confundido – ve con Kyouka al baño ella te explicara, yo buscare ropa limpia para que te cambies, te la llevare al baño.
-Preparare té – Akutagawa se escabulle a la cocina.
-Cobarde – le digo divertido.
-Chuuya-san…
-Sí, dime.
-¿Como es que sabe tanto de mujeres? – parpadea y baja la mirada - ¿eres un mujeriego como Dazai-san?
-Joder no – gruño – he convivido mucho con mujeres y Ane-san ha sido mi maestra.
-Oh, entiendo…
Kyouka le toma la mano y lo lleva al baño, me apresuro a buscarle ropa limpia para que este cómodo.
-Chuuya – Akutagawa me detiene antes de que llegue al baño – gracias.
-No me agradezcas, sabes que no me importa.
-Lo sé, pero – me observa directamente, frunce el ceño – siempre te esfuerzas por todos, tanto que terminas olvidándote de ti.
-Es lo menos que puedo hacer – avanzo – alguien que no es humano, que ni siquiera debería existir – murmuro para mí – una existencia de algo que no debió ser, una anomalía…
Antes de que siquiera pueda responderme toco a la puerta, Kyouka es la que entreabre.
-Toma, la ropa limpia, las esperamos en la sala, el té ya está listo.
.
.
.
Le doy un sorbo a mi vaso de whisky, lo cierto es que hace mucho que no vengo a un lugar así, y mucho menos que yo mismo lo pago; aunque hoy es necesario, sobre todo con mi invitada especial, incluso he llegado antes, sé que vendrá dada su posición no rechazará mi invitación.
Y mis predicciones siempre acertadas.
Ingresa al local con su imponente figura, ataviada en un elegante kimono negro.
-Osamu – se detiene frente a mi mesa.
-Kouyou, toma asiento, por favor.
-Hace mucho que no te veía arreglado propiamente – sonríe acomodándose – ¿acaso soy la responsable de tal honor?
-Sí, podría decirse – sonrió.
Se acercan a tomar su pedido, ella ordena una copa de vino.
-Habla – exige en cuanto desaparece el mesero.
-He analizado tu oferta – ella le da un sorbo a su copa – acepto.
-Ya veo – sonríe – quiero que quede algo claro – su rostro se torna serio – no apruebo ninguna relación tuya con Chuuya.
-No necesito tu aprobación, Chuuya y yo tenemos historia – termino mi trago – en donde hubo fuego cenizas quedan.
-Lo destrozaste – me corta de inmediato – pudiste haberlo hecho feliz, pero eso solo fueron breves momentos opacados con el terrible sentimiento que le causaste, tanto dolor, tanta soledad…
Sus palabras me calan profundamente, siempre creí que le haría daño, pero nunca fui realmente consciente de ello hasta ahora.
-Soy diferente ahora.
-Tu eres oscuridad, Osamu – cierra los ojos – pero podrías ser la única oportunidad de Chuuya.
-Descuida Kouyou, trabajaremos bien juntos – sonrió – una alianza que nadie descubrirá.
-Como muestra de nuestra alianza te daré un consejo – se levanta – se sinceró con él…
Se marcha tal como llego.
.
.
.
Estoy con un pijama cómodo sentado en el balcón fumando un poco, ha sido una larga noche, las estrellas en el cielo me recuerdan tantas cosas, tantas noches en solitario; el tiempo que pase siendo interrogado, todo lo que podía ver eran las estrellas.
-Gracias – observo a Akutagawa sentarse a mi lado, también se ha puesto su pijama.
-No es nada – apago el cigarrillo – el chico tigre me agrada.
-Tiene ese don – se encoge de hombros.
-Tú también…
-Sabes que no es así, solo, solo es distinto para las personas a las que aprecio.
-Cierto, tu eres un amargado, si un emo amargado.
Suelta una risita.
-Aún no hay pistas sobre el enemigo – suspiro – todo esto me tiene exhausto.
-No mucho, solo que al parecer buscan convertir a sus enemigos en mujeres.
-¿Ah? Están locas, eso no tiene nada de beneficioso.
Se encoge de hombros.
-Tu cita, ¿Cómo fue?
-Ughh, es detestable, peor que Dazai cuando estaba en la mafia.
-Y aunque Dazai-san era “desagradable”, te enamoraste de él.
-O diablos cállate – le doy un golpe con una almohada – nadie lo sabe, solo olvídate de eso.
-Bueno, Dazai-san no lo olvida – me giro de golpe y lo observo.
-¿Qué quiere ese caballa de mierda?
-Quiere reconquistarte – suelta sin más, mientras que mi mente piensa en todos los motivos ocultos para que Dazai actúe así.
-Solo te quiere a ti – responde.
-Y una mierda… el me abandono primero – bebo mi vino – exploto mi auto… me trataron como traidor por su culpa.
-Bueno, solo te estoy dando una pequeña advertencia…
-La cual te está costando algo, ¿cierto?
-Sí, probablemente divulgue sobre mi relación con Jinko.
-No lo hará – se levanta – aprecia al chico como para exponerlo.
-Sí, supongo – baja la mirada
-Ryu, no necesitas su aprobación, eres uno de los mejores – le doy un apretón suave en el hombro – anda vayamos a dormir.
Chapter 22: VEINTIUNO
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Mi departamento es amplio, es un pent-house pero ahora mismo está lleno, me detengo y detengo a Akutagawa.
-Ryu…
-¿Qué sucede?
-Tú habitación está ocupada, lo siento.
-Descuida Chuuya, puedo dormir en el sofá.
-No, solo ven a dormir conmigo – él se sonroja un poco.
-No puedo – comienza a toser.
-Es una noche fría, aunque tengo buena calefacción, será perjudicial para tu salud.
-No dormiré contigo, ahora también eres una señorita.
Frunzo el ceño molesto, de acuerdo testarudo tendré que hacer algo que no me gusta.
-Y una mierda, no soy una señorita, soy un hombre y soy tu superior – abro la puerta de mi habitación – así que es una orden, dormirás en mi cama.
Me meto en la cama, acurrucándome entre las suaves almohadas, abrazo mi oveja de felpa, me da vergüenza, solo pocos lo saben, y confió en Ryunnosuke…
-Aún lo conservas – se acomoda a mi lado.
-Cállate es muy suave y estoy acostumbrado.
-Y te lo regalo Dazai-san.
-Mierda sí, me lo regalo – respondo rápido - es lo único que me recuerda aquel breve instante de mi felicidad, ¿Qué se supone que debo hacer? – se que he perdido los estribos, pero estoy alterado - ¿Tirarlo? ¿destruirlo? – mis ojos se humedecen – no puedo… - me aferro al peluche escondiendo mi rostro en él.
-También quiero que lo olvides – susurra, coloca su mano en mi espalda frotándola con suavidad.
-Me arruinó dejándome vacío – sollozo – era mejor cuando no conocía nada más que el valor de ser utilizado como arma, sus mentiras me ilusionaron me hicieron sentir humano.
-Dazai-san es demasiado bueno con las palabras – murmura amargamente – te dice lo que quieres escuchar, lo que necesitas escuchar con tal de conseguir los resultados que desea… es un dulce veneno.
Me giro, lo abrazo acurrucándome en su cuerpo, no es nada sexual, es simplemente una muestra de cariño fraternal, el consuelo de dos seres utilizados y desechados por una persona sin escrúpulos, sin remordimientos por habernos arrastrado a la oscuridad de su vida, de su mundo, para luego huir de esa oscuridad dejándonos botados como basura, como herramientas rotas e inútiles.
.
.
.
-Kyouka-chan – susurro - ¿ya te dormiste?
-No – se sienta en la cama - ¿aún te duele?
-¿Eh? – parpadeo – no, no es eso, es solo que…
-Atsushi, aunque la mafia del puerto tiene su lado oscuro siguen siendo personas – se acerca y comienza a acariciarme el cabello, es raro, ella es menor pero siempre sabe cómo actuar – Akutagawa no es la excepción…
-¿Como sabias que Akutagawa me inquietaba?
-Eres alguien bastante transparente – sonríe – los miembros de la agencia no se opondrán, créeme, me aceptaron a mí.
-No es lo mismo – juego con mis manos nervioso – tu no querías hacer lo que hiciste, tú te integraste a nosotros como Dazai-san.
-Mis manos están llenas de sangre, yo estaba vacía, yo quería morir… - se queda callada un momento, no sé qué decir – tú me salvaste, pero, los de la mafia tampoco es que fueran malos… es solo que Akutagawa no tuvo el mejor ejemplo.
-Dazai-san…
-Créeme en la mafia circulaban muchos rumores del demonio prodigio.
-Amo a Ryu – me sonrojo.
-Él te quiere también – sonríe – además no es tan malo, solo un poco arisco como un gato desconfiado.
Suelto una risita, porque, sÍ, así es.
-Toda la razón Kyouka-chan.
-Bueno, ya terminé de peinarte, ahora si a dormir – se acuesta – Chuuya-nii me dijo que nada de sexo en su casa, así que duérmete.
-¡Kyouka-chan! – chillo y me acuesto sonrojada – yo ni he pensado en eso… apenas fue mi primer beso.
-Bueno, solo te advierto.
Cubro mi rostro con la almohada, no puedo más.
.
.
.
Como siempre me levanto temprano a mi rutina de ejercicio, los demás están durmiendo, así que trato de no hacer mucho ruido ayudándome de mi habilidad, estoy por salir cuando un ruido me sobresalta, de inmediato me pongo en guardia.
-Hola chibi…
-Mierda Dazai – susurro agarrándolo del cuello - ¿Qué diablos quieres?
-Que me sigas – sonríe.
-Y una mierda, no voy a ningún lado.
-¿No? – enarca la ceja – pero si ya ibas a correr.
-No voy a ningún lado contigo - lo suelto y salgo de mi casa corriendo.
No es mi intención continuar con una discusión que se tornara en pelea, no es mi intención caer de nuevo, ceder…
Pero claro es un bastardo testarudo, que siempre debe tener la razón; contrario a lo que la mayoría piensa esta en bastante buena forma y es ágil, así que me sigue.
Llego a una pequeña área verde, es un parque, por la hora no hay mucha gente en él, así que voy a una zona cubierta con árboles, me detengo con los brazos cruzados.
-Habla… te escuchare y después me dejaras en paz, a menos que tengas algo para solucionar mi problema.
-Escucha Chuuya – se acerca con calma, con su mano acaricia mi rostro – lo siento…
-Mientes – lo observo a los ojos – tu siempre mientes, solo di lo que quieras de mi y vete… eso es lo que haces, utilizas a las personas y luego las desechas, te vas….
-Está vez es verdad – acuna mi rostro suavemente y me besa.
Un beso suave, no está lleno de lujuria como en el pasado, aquél pasado en el que la pasión nos arrastro a una espiral de dolor y de soledad al menos para mí.
No puedo evitarlo, mi corazón late frenético, mi piel, mis labios añoraban este contacto, el calor de sus labios, sus manos en mi cintura, atrayéndome más hacia sí, no importa si soy hombre o mujer nuestros cuerpos se amoldan perfectamente, nuestra compatibilidad es perfecta.
Y los recuerdos se agolpan en mi mente, palabras dulces que quería oír luego ser sustituidas con burlas, con abandono; siempre dejándome atrás por alguien más, nunca fui suficiente, lo empujo; no me di cuenta de que mi rostro anegado en lágrimas, solo me percato por mi visión borrosa.
-No, no de nuevo – su rostro luce sorprendido – no lo entiendes, ¿cierto? – mi voz se está elevando un poco – todo el dolor que causaste, no basta con un lo siento, no basta con palabras dulces y suaves caricias…
-Chuuya – su voz es suave – chibi, es verdad, lo siento, y sé… sé que no basta – titubea.
-No lo entenderías Osamu – mi voz se quiebra y el llanto es incontrolable – lo que yo sentí, lo que viví….
-Explícame, chibi, por favor – acuna mi rostro, limpiando las lagrimas que corren por mis mejillas con sus dedos.
-Sabes que odio la traición y tu me traicionaste, me dejaste atrás y eso provoco que me tacharán de traidor – me aparto con fuerza – me costó lagrimas de sangre llegar hasta donde estoy actualmente y ahora vienes queriendo retomar una ¿relación?... oh mierda, ni siquiera podría llamarlo relación.
-Sí éramos….
-No, joder, no sé ni porque de repente tu interés en mi – ahora comienzo a molestarme - ¿es por que soy mujer? – lo golpeo en el rostro con un puñetazo – siempre me dijiste cosas horribles cuando te ibas con mujeres.
-Lo sé y me arrepiento – su voz se eleva – sabes que estar en la mafia sacó lo peor de mí y te lastime por ello, estoy arrepentido, el arrepentimiento es lo que no me dejaba acercarme a ti… no tiene nada que ver con que seas mujer…
-Muy bien te lo diré – aflojo mi agarre de él – te diré como me sentí – suelto una risa amarga – me sentí totalmente humillado. A raíz de ese incidente, perdí la paz perpetua que conlleva la autocoherencia…
Sin fuerzas, así es como me siento, decido soltarlo, activo mi habilidad y antes de que pudiera alcanzarme me marchó de ahí, necesito estar solo, necesito pensar, me duele el pecho como si me estrujaran fuertemente el corazón.
Notes:
Muy bien, gracias a los que esperaron he vuelto, me quedé sin equipo y por eso no había podido actualizar, además mi vida a sido un caos...
Gracias por leer, comenten sí les gusta o lo que quieran y... en compensación haré un maratón de capítulos, 6 capítulos de está historia.
Chapter 23: VEINTIDOS
Notes:
He aquí uno de los seis capítulos que estaré subiendo como parte de la especie de maratón.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
No vuelvo mi rostro atrás, solo necesito pensar, es tan asfixiante, hasta hace poco mi vida había encontrado un rumbo, quizás un tanto solitaria, pero todo estaba en calma, ahora todo ha cambiado incluso yo cambie.
No planeaba llegar hasta aquí, pero mis pasos así lo quisieron, la brisa marina golpea mi rostro, el silencio me reconforta por vez primera, hace mucho que no estaba aquí.
-Hola, Randou – cierro mis ojos un momento – hace mucho que no venía, lo siento… es solo que – trago el nudo en mi garganta – había estado muy ocupado, y ahora mi vida se desmorona en grandes pedazos, creo que sigo siendo el mismo niño impulsivo de cuando te conocí – suelto una risa amarga – bueno ahora soy una niña…
Me siento sobre la lápida, como es mi costumbre.
-Hace años cuando me cuestionaba mi existencia, también llegue a cuestionar mi cuerpo, siempre que me veía frente al espejo, especialmente tras conocerlo a él… Dazai Osamu el hombre que cambio mi vida y sigue revolucionando todo, alterando mi mundo, yo solo ya no sé qué hacer… era una misión simple, me confié porque soy idiota, ahora soy moneda de cambio, hay alguien a quien no conozco que me hace sentir especial y Osamu, ahora Osamu vuelve a mí, me confiesa su amor, una confesión que esperaba hace más de cuatro años, una confesión que ahora no tiene significado, no mientras yo esté así.
Mi patético dialogo con una lápida sirven de desahogo.
Cuando el sol calienta más en mi rostro decido que es hora de volver, no quiero preocupar innecesariamente a nadie.
.
En cuanto abro la puerta veo a la figura de Ryu esperándome.
-¿Sucedió algo?
-Eso es lo que me pregunto…
-No es nada, solo fui a correr – lo paso, para ir directo a la cocina, aunque escucho sus pasos tras de mí.
-Ya, claro, por eso tu rostro está rojo e inflamado por el llanto…
Me detengo en el umbral de la puerta de la cocina.
-¿Lo escuchaste?
-No, pero solo Dazai-san puede descontrolarte así.
-Me ha confesado su amor – susurro – el bastardo de nuevo está trastornando mi vida como un huracán de forma intempestiva.
-Aún lo amas.
-Por supuesto… pero ya es tarde, no puedo, simplemente no puedo volver a confiar en él.
-Es lo mejor…
Ambos nos quedamos en silencio al escuchar la puerta de la habitación en donde Kyouka y el chico tigre se quedaron.
-Buen día, Chuuya-san – murmura somnoliento Atsushi – Ryu…
- Buen día, Chuuya – Kyouka me abraza.
-Buen día – les sonrió – ya estoy haciendo el desayuno, Ryu preparo el café.
-Gracias – le sonríe Atsushi.
-No es nada – gira su rostro sonrojado.
-Oh, dios, se aman tanto – le tomo una foto a Akutagawa – Gin enloquecerá por esto.
-Ni se te ocurra – intenta quitarme el celular con Rashoumon – lento – lo esquivo.
-A veces eres tan infantil…
-Soy joven – le guiño el ojo.
El desayuno transcurre sin muchos percances solo bromas, que han servido para olvidar un poco mi amargura, ojalá siempre estuviera la casa así de llena.
.
.
.
Pronto el siguiente llegará, ahora mismo Ougai y yo estamos tomando el té, planificando las citas de Chuuya, bueno los horarios en los que compartirá con cada uno de ellos.
-No podemos favorecer a ninguno.
-Efectivamente Kouyou-kun, es por lo que tu planearas las citas.
-¿Qué somos? Casamenteras – le doy un sorbo a mi té, reviso nuevamente los papeles desperdigados en el escritorio.
-Bueno precisamente eso es lo que estamos concertando para nuestra querida Chuuya-chan – toma un par de papeles – omiai, como en el antiguo Japón, a fin de establecer el mejor vínculo que acrecenté nuestro poder.
-Oh, cállate, has traído a una serpiente a nuestro territorio.
-Bueno a veces debemos hacer atrocidades por el bien de la organización.
-Rintarou solo es un tonto.
-Elise-chan no seas cruel.
-Lo mereces – comienzo a acomodar y agrupar los papeles por persona – creo que debemos suspender las misiones en campo de Chuuya, para que tenga más tiempo.
-Concedido, enviaremos a Akutagawa en su lugar.
-Yo puedo tomar algunas – murmuro – las que requieren un ejecutivo.
-No, tu debes encargarte de preparar las omiai.
-Algunas misiones requieren la presencia de un ejecutivo.
-Puede ir él… - observo a Ougai.
-¿Le dirás?
-Supongo que no queda más remedio…
.
.
.
Los sueños son un palacio, el palacio de los humanos; el reflejo de su subconsciente, aquello que resguarda sus anhelos, sus deseos, sus preocupaciones.
El palacio en el que habita su alma.
Muy pronto arribare al puerto de Yokohama, sé lo que me espera, aunque tengo un objetivo específico, sé bien que es un corazón herido, sus sueños no mienten.
.
Por fin estoy pisando suelo japonés, es un día agradable, una ciudad agradable.
Aun no aviso de mi llegada, prefiero conocer un poco el lugar por mi cuenta, recorrer sus calles y quizás un encuentro fortuito sea lo mejor.
Una ciudad colorida, con habitantes agradables, comida deliciosa, y sus parques coloridos, al fin puedo conocer el Yamashita Park, tal como lo esperaba la he encontrado, preciosos ojos, aunque llenos de dolor, de soledad, el anhelo de su alma se refleja.
El viento sopla, provocando que su vibrante cabello se mueva frente a su rostro, no puedo evitarlo, le tomo una foto.
.
.
.
El sonido del obturador de una cámara me alerta, frunzo el ceño.
-Me tomaste una foto – acuso al hombre frente a mí, aún no puedo apreciar su rostro ya que la cámara le cubre.
-Mil disculpas, señorita – baja la cámara y me regala una sonrisa, oh mierda, es quizás uno de los hombres más atractivos que he visto en mi puta vida – no pude evitarlo, te veías realmente hermosa y efímera.
-Gracias – me sonrojo – aunque no creo que realmente sea cierto.
-Lo es, yo no miento – toma mi mano enguantada y me besa el dorso.
Un atuendo simple y casual, todo de negro, guantes negros, un parche en uno de sus ojos, el cabello negro y su ojo visible de un tono dorado, tiene la mirada de un animal salvaje, como un lobo, mierda es incluso más alto que Dazai y en definitiva más caliente, todo en esté hombre me gusta.
-Muchos me han dicho lo mismo… y al final no es así.
-Bueno, si me permites puedo demostrarlo.
-¿Qué? – jadeo.
-No soy de aquí, acabo de llegar… y me gustaría que fueras mi acompañante.
-No te conozco.
- Ismail Kadaré, un placer.
-Nakahara Chuuya – su nombre me suena, aunque mi mente en estos momentos no conecta muy bien, esté hombre me está nublando el juicio, quizás solo quizás no sea tan malo ser mujer.
- Entonces, Nakahara Chuuya, ¿podrías ser mi guía turística?
-Solo Chuuya – sonrió – y será un placer.
Comenzamos a recorrer el parque Yamashita admirando el colorido, Ismail es agradable y atento, todo un caballero, me toma varias fotos y nos tomamos un par juntos, sé que no lo conozco y no debería bajar la guardia, pero, solo quiero disfrutar, quiero ser Chuuya, no el ejecutivo de Port mafia, no Arahabaki, no el usuario A5158, solo Chuuya…
Notes:
Espero les guste, y... bueno el nuevo personaje es importante, básicamente usare el físico de uno de mis amores, Mitsutada Shokudaikiri de Touken Ranbu, si no lo conocen se pierden de lo bueno.
Aquí dejo una imagen: https://www.pinterest.es/pin/603271312589443203/
Chapter 24: VEINTITRES
Notes:
Muchas gracias por seguir leyendo, soy una terrible persona, pero... no soy muy humana no me da la vida es solo eso, así que aquí un capítulo más.
Chapter Text
Tenemos todos los papeles en orden, después de horas he conseguido planificar un horario decente y adecuado.
-Muy bien – me levanto – entonces me marchó…
Me veo interrumpida por la puerta que se abre de forma abrupta.
-Una explicación ahora – su mirada fija en Ougai.
-Te dije que era mala idea.
-Oh, nuestro querido rey ha llegado – sonríe sin temor.
-Mi hermanito no es una moneda de cambio – la amenaza está en el aire, ninguno de los dos hace algún movimiento aún, coloco mi mano en la empuñadura de mi sombrilla – dame una razón para dejarte vivir, y permitirte seguir jugando con tus peones.
-Chuuya-chan acepto, estos peones son importantes para tu hermanito y, por último, pero, no menos importante Kouyou-kun está presente, ¿crees que no intervendrá?
-Creo que Ozaki tiene muy en orden sus prioridades – sonríe.
Carraspeo para interrumpir la charla.
-Las tengo, así que déjame explicar todo…
.
.
.
-Entonces, estás son las mejores crepas de la ciudad – sonríe observando su crepa.
-Lo son, traigo a mi hermanita a menudo – camino hacia una banca.
- Te creo – le muerde un pedazo – muy rica, pero…
-Pero – trago el pedazo que recién mordí - ¿Qué?
-Pensaba que debería probar más sabores para poder estar seguro – pasa su dedo por la comisura de mis labios, abro los ojos al ver un poco de crema, me sonrojo; se lo lleva a su boca.
-Delicioso – creo que estoy más rojo que antes.
Mierda, mierda, ahora soy una colegiala, continúo comiendo, intentando disimular mi sonrojo.
Una vez que terminamos de comer, nos quedamos apreciando el paisaje por unos minutos en completo silencio, aunque, es cómodo, estoy acostumbrado al silencio, este silencio es distinto, porque siento su compañía, su mano enguantada envuelve la mía por completo, es obvia la diferencia de tamaños, es agradable.
Con delicadeza siento la suavidad de un pañuelo en mi pómulo.
-No llores – susurra – eres demasiado bonita para llorar.
-Lo siento – no me había percatado de que estaba llorando, pero es que, está acción de nuestras manos entrelazadas, me recuerda esos breves instantes de felicidad a su lado, cuando el tiempo se detenía para nosotros – no pretendía hacerlo, ni siquiera me percate de ello.
-Descuida – se levanta sin soltar mi mano, halándome hacia sí para que me ponga de pie – vamos.
-¿Eh? ¿A dónde?
- A un lugar más privado.
-Apenas nos conocemos – suelto sin pensar, a lo que él se ríe.
- No me refería a esa privacidad, aunque quizás en un futuro.
No hablo más, solo siento mi rostro arder, lo sigo.
Se mete en una cafetería, es pequeña, y casi vacía, llegamos a la mesa más apartada.
Ambos pedimos un café de momento.
-Chuuya, te dije que yo no miento – asiento, un tanto desconcertado por el cambio en el ambiente – es por lo que seré sincero contigo.
- No estoy comprendiendo, esto es desconcertante.
-Soy Ismaíl Kadaré, no te mentí en eso, ni en nada en realidad – suspira – jefe de la mafia albanesa.
Su ojo esta clavado en mí, mi expresión debe alertarlo ya que de inmediato toma mi mano.
-Me engañaste – siseo.
-No lo hice, simplemente no te dije quien era, escucha por favor – analizó nuestra platica y es cierto no me dijo más que su nombre, y yo no pregunte – nuestro encuentro fue casual, te reconocí, pero yo no quería conocer al Chuuya Nakahara ejecutivo de Port Mafia, yo quería conocer al verdadero Chuuya para saber realmente si valía la pena… nosotros mostramos distintas facetas, utilizamos una máscara en nuestro trabajo porque sabemos que eso podría significar vivir o morir, así que… necesitaba saber cómo eras realmente, sin deberes, lealtades, ni compromisos y funcionó. Eres una chica increíble.
-No lo soy – murmuro – agradezco está sinceridad, lo hago, créeme significa demasiado.
-Me alegra, escucharlo – con un gesto le habla al mesero - ¿ordenamos?
-Sí – le sonrió.
Durante la comida ignoro el constante vibrar de mi celular personal, no quiero arruinar el momento, y dado que no es el de trabajo todo puede esperar, algo me dice que ya tengo un favorito.
.
.
.
Envió mensajes a chibi, aunque no responde, nunca sucede esto.
Me preocupa un poco, solo un poco; dado los acontecimientos recientes, he reconocido esa mirada perdida, el brillo de sus ojos demostraron el dolor por todo nuestro pasado; no me arrepiento de alejarme, yo era lo peor para Chuuya en ese instante.
Una y otra vez lo intento, incluso le marco, aunque es en vano, manda directo a buzón, lo cierto es que estoy comenzando a enojarme; no debo dejar que mis emociones me controlen, de lo contrario arruinare más las cosas.
Camino por mi habitación pensando en donde podría estar ese chibi.
-Aunque probablemente si lo veo me rompa un par de costillas – murmuro para mi – muy bien está decidido, alguien más debe hacer el trabajo.
Aunque está molesto, responde al segundo timbre.
-Akutagawa-kun, tengo una misión muy importante, una que solo tú puedes realizar – escucho la respuesta reacia del menor – escucha Akutagawa, no lo hagas por mí, sino por Chuuya, solo necesito saber que está a salvo y Arahabaki bajo control.
No tenía sentido darle rodeos al asunto, mi preocupación era real, y solo por eso Akutagawa hizo a un lado su molestia conmigo y decidió seguir mis ordenes, para comenzar a buscar a Chuuya, decidí enviarlo al lugar en donde se encuentra la tumba de Randou-san.
.
.
.
-Fue un día agradable – caminamos por las calles nocturnas de Yokohama - ¿tienes trabajo?
-Día libre – sonrió – así que no debemos preocuparnos por la noche.
-Eso es bueno – saca un cigarrillo y me ofrece uno, lo acepto – entonces… Chuuya, ¿algo más que desees hacer?
Esa pregunta me saco un poco de pensamientos, la forma en que me observo, aunque era una pregunta casual, se sintió más personal. Con todo el caos en mi vida, necesito un cambio, algo que siempre he deseado, pero no me animaba.
-Sí – le sostengo la mirada – quiero hacerme un tatuaje…
-Entonces, vamos, yo invito.
Chapter 25: VEINTICUATRO
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Aunque aún no me había animado a hacerme un tatuaje, ya había estado indagando durante suficiente tiempo para saber con quién ir, así que dirigí el camino a ese lugar.
-Parece un buen lugar.
-Es el mejor estudio.
-Entonces, ¿ya decidiste que es lo que quieres?
-Sí, quiero algo que vaya en la cadera.
-Sexy – susurra en mi oído – digno de ti.
Siento mi rostro arder.
-Vamos dentro, que esto será tardado.
-Tenemos toda la noche – toma mi mano – aunque será más de una sesión, te acompañare a todas.
Al principio no querían atendernos, puesto que no tenía cita y el lugar estaba algo concurrido, hasta que use un poco de mi carta de presentación como ejecutivo de Port Mafia.
-Este es el diseño – le muestro la imagen – en la cadera.
-Pasa…
Entramos a un pequeño cuarto, me quito de inmediato los pantalones y me preparo.
-Lindas piernas.
-Gracias – le guiño un ojo – cuando quieras.
-Te tomo la palabra.
Comienzan a trabajar en mi piel, la aguja es solo un leve dolor
-Tardará más de lo previsto, por si gustas hacerlo en más de una sesión.
-El tiempo no es problema, tenemos toda la noche…
-El dinero tampoco es problema, te pagaremos un extra – sonríe y me acaricia suavemente mi pierna expuesta.
-Cuidado con lo que tocas – sonrió.
-Manos quietas – alza las manos.
-Mejor – suspiro, cierro los ojos y me relajo.
No sé en qué momento me dormí, pero lo que me despertó fue el sentir como un líquido frío tocaba mi piel.
-Terminamos – explica el tatuador sin interrumpir su trabajo.
-Gracias… - observo el trabajo en mi piel y me encanta – quedo perfecto.
Quien me ayuda a levantarme es Ismaíl.
Sale junto al tatuador mientras me recoloco la ropa, no puedo dejar de sonreír y ver mi tatuaje, el rojo contrasta perfectamente contra lo blanco de mi piel, cubre además pequeñas cicatrices.
-Estoy listo – me acerco a Ismail.
-Entonces vamos, te acompaño a casa.
-No soy una dama en apuros.
-Lo sé, pero si eres una compañía agradable – toma mi mano, caminamos tranquilos – me recuerdas a alguien más…
Me detengo, doy un paso más sin soltar su mano, solo quiero colocarme frente a él.
-Te gusta alguien – mis ojos están fijos en su rostro, noto el leve cambio que se deja ver, es mínimo, pero tantos años con Osamu y con Mori me han hecho perspicaz.
-Sí…
.
.
.
Digno de un ejecutivo de la mafia, Nakahara Chuuya es perspicaz.
-Digamos que conozco bien mi posición y mis ventajas – saco un cigarrillo - ¿te molesta?
-En absoluto – se encoge de hombros.
- ¿Gustas? – enciendo mi cigarrillo, a lo que asiente con una sonrisa, le paso uno y ella lo enciende con el mío – ella es una mujer fuerte, mordaz y decidida, nadie está en su liga y yo tengo deberes que atender.
- Eres el jefe, nadie debería obligarte a nada.
-La mafia albanesa es una asociación de costumbres, la familia y los clanes tienen un gran peso…necesito un heredero.
-Es absurdo – suspira – Mori no tiene hijos, y no los tendrá – murmura – nadie lo cuestiona, es una de las reglas de la mafia, nadie cuestiona las órdenes del jefe.
-En un futuro quizás deba aplicar esa – suelto una risa.
-Sí nos casamos eso haremos – su voz adquiere un tono juguetón.
-Trato hecho – le tomo la mano y acerco hacia mí, su espalda choca levemente con mi pecho, coloco mis manos alrededor de su cintura – al que se oponga le daremos una muerte cruel y despiadada, tú serás mi guardaespaldas y mano derecha.
- Soy esclavo de Port Mafia, mi lealtad está con ellos, son mi familia.
-No te estoy pidiendo que los traiciones – murmura al oído de Chuuya – este matrimonio sería la alianza definitiva y el primer paso para cambiar muchas cosas arcaicas de mi asociación.
-Suena bien – ladea ligeramente su rostro hacia el mío – aunque, no me es muy grato estar con alguien que no me ama.
-Para eso estoy aquí, para conocernos – lo beso.
.
.
.
-Dazai-san – sonrió al ver a Chuuya coqueteando con alguien más – Chuuya-san se encuentra bien, solo está paseando por la ciudad…
-Bien hecho Akutagawa-kun, ahora envíame una foto… - no lo pienso simplemente le cuelgo.
-Era Dazai-san.
-Sí… solo le dije lo que necesitaba saber…
-Pero, Nakahara-san se puede molestar si se entera.
-No le dije exactamente en donde se encuentra Chuuya-san ni con quien esta, solo sabe que está a salvo.
-Eres muy considerado con los que te importan.
-Creías que era alguien sin corazón.
-Lo siento.
-No es tu culpa Jinko – le limpio con una servilleta la mejilla – es la imagen que debo proyectar siempre, así es en la mafia, no debemos mostrar el lado humano.
-Entiendo.
-Ahora me conocerás realmente.
Me acerco lentamente y le robo un beso, se sonroja.
-Aku…Akutagawa – murmura – estamos en público.
-No importa, en estos momentos nadie sabe que eres una chica; y puedes decirme por mi nombre.
-Es demasiado raro.
-Entonces, ¿Por qué no me llamas por mi nombre?
-No tientes tu suerte Jinko – uso a Rashoumon colocándolo en su garganta, a lo que él palidece y suelto una risita – es broma -hago desaparecer a Rashoumon.
-No fue divertido – hace un puchero.
-Entonces me dirás Ryunnosuke o Ryu – le beso la mejilla – entiendes Atsushi.
-¿Eh?
-Me gusta cómo te sorprendes.
Notes:
Yo sé que fue corto, pero necesario, el próximo será más largo y en menos tiempo (espero).
Chapter 26: VEINTICINCO
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
No puedo creerlo, creo que se me saldrá el corazón o quizás he muerto y no me di cuenta, Akutagawa me ha llamado por mi nombre.
-Tierra a Atsushi – su mano se mueve frente a mi rostro, le detengo.
-Akuta…
-Shh, te dije que es Ryunnosuke – murmura acercándose a mí.
-Ryu, Ryu – lo repito un par de veces saboreando el momento – me llamaste por mi nombre.
-Acostúmbrate, aunque – tose un poco – solo será en privado.
-No me importa, eso es increíble – sonrió ampliamente.
Ahora mi helado sabe mejor que antes.
-Sé que es pronto, pero quiero decírselo a mi hermana y que te conozca.
-¿Gin-chan? – trago duro.
-¿De que la conoces?
-Es una larga historia, hace unos meses cuando… cuando – murmuro incomodo – creíamos que era tu novia.
Nunca creí ver está faceta de Ryu, pero se está riendo, es algo bajito pero sincero.
-¿Mi novia? ¿Enserio?
-Yaaa… no te rías, al principio no creíamos eso, solo la buscábamos porque era un encargo.
-Espera – me corta de golpe y deja de sonreír, frunciendo el ceño - ¿Cómo que la buscaban por encargo?
-No era por nada malo, de hecho, no sabíamos que era de la Port Mafia y mucho menos tu hermana – me apresuro a explicar – solo, que un ex miembro de la agencia la vio a lo lejos y quería entregarle una carta de amor…
-Lo matare.
-Nada de eso, no fue nada malo, Gin es muy linda y lo rechazó amablemente, ahí fue cuando nos dijo que era tu hermana pequeña.
-Entiendo – suspira – Gin es mi única familia, todo lo que tengo, aunque ella sabe defenderse muy bien, no quiero perderla.
-Entiendo, ahora también me tienes a mi y yo te apoyare siempre…
.
.
.
Suspiro cerrando la puerta tras de mí, deslizándome por ella hasta sentarme en el piso.
No puedo creerlo, fue demasiado fácil confiar en él, se sentía sincero.
-Me gusta – susurro para mi mismo, tocando suavemente mis labios, comienzo a sonreír – él me comprende.
Sabe lo que es vivir el desamor, un amor no correspondido.
Cierro los ojos.
Dazai me confeso su amor, se veía tan sincero, pero no puedo creerle tan fácil.
Paso unos minutos disfrutando del silencio de mi casa, aunque no debería haber tanto silencio, se supone que Atsushi y por tanto Akutagawa deberían estar en su casa, sin muchas ganas se levanta quitándose los zapatos.
Revisa la hora, es demasiado tarde para que estén despiertos.
Camina sin hacer ruido, llegando a la habitación de Atsushi, está entreabierta, aprovecha para asegurarse que esté ahí, sonríe al ver la imagen, Ryunnosuke y Atsushi durmiendo juntos abrazados, les toma una foto y se retira a su habitación.
Me dejo caer en la cama, quitándome la ropa, solo me quedo en ropa interior, suena mi celular con una notificación, aunque decido ignorarlo, solo quiero descansar…
.
.
.
Chibi sigue sin responder, esto me obliga a tomar medidas drásticas, así que me meto a su casa, sus viejos hábitos nunca cambian.
Está como siempre, una estrella de mar durmiendo, abarcando toda la cama, roncando y babeando, sonrió ante esa imagen poco femenina.
Estoy por irme, al menos sé que está bien y no hay rastros de llanto en su rostro.
Aunque claro, últimamente las cosas no me salen tan bien.
Chuuya se despierta, con el cabello alborotado, la sabana se desliza de su cuerpo dejando a la vista todo.
-¿Qué mierda? – frunce el ceño.
- Es muy temprano para maldecir chibi y que bien te vez.
-¿Eh? – me lanza una almohada – nada que no hayas visto antes.
-Corrección, antes no tenías senos.
-¡Oh, mierda, largo… fuera! – sigue aventando cojines.
Alzo las manos y retrocedo.
-Te espero en la sala, debemos habar…
-No hay nada que hablar – murmura, aunque sé que se está vistiendo.
No pasan ni cinco minutos cuando Chuuya sale de su habitación con una gran playera cubriéndolo, pantalón flojo y el cabello atado una coleta desordenada.
-Habla – se coloca frente a mi con los brazos cruzados y rostro serio.
- Lo siento – suspiro – por todo.
-Eso ya lo habías dicho, es algo inusual en ti, pedir perdón y ser repetitivo.
-Déjame explicar – me observa por un momento y se deja caer en el sillón, es el indicativo de que me va a escuchar – he sido un completo imbécil contigo siempre, pero te amo, sé que quizás no me creas, solo dame otra oportunidad.
-Ya te di suficientes oportunidades – suelta un suspiro.
-Chibi, por favor – le tomo la mano y me arrodillo – la última, prometo no fallar, dejare de ser un idiota – me observa fijamente, su mirada denota total sorpresa – dejaré de huir, no quiero perderte, no quiero volver a perder lo realmente importante para mí.
-No puedo, no creo ser capaz de soportar de nuevo…
-Chuuya – murmuro, veo sus ojos, se están humedeciendo, no quiero eso – soy débil, soy un imbécil, siempre lo he sabido y por eso me cuesta tanto olvidarte – me levanto para poder acunar su rostro entre mis manos – tu siempre has sido el más fuerte de los dos, no solo físicamente, sino emocionalmente – le beso la frente – pudiste soportar las perdidas una y otra vez de quienes amaste, en cambio yo… nunca he podido gestionar bien el dolor, no, la perdida… y hui, te deje atrás, a mi tesoro más preciado, el dueño de mi corazón – lo beso, al principio de forma suave, esperando su rechazo al ver que no lo hace profundizó más, siento las lagrimas correr por su rostro, sin detener el beso las limpio – te amo – susurro sobre sus labios antes de separarme un poco para observarlo.
-Te odio – su voz tiembla – pero me odio más a mí, por seguir amándote, por volver a confiar, una y otra vez.
- Está vez no te defraudare.
Lo vuelvo a besar, una, dos, tres veces…
-Es tú última oportunidad Osamu – ahora es él quién me jala hacia sí y me besa.
-Lo sé – sonrió.
-Pero – se levanta – estás a prueba como los otros tres – posa sus manos en jarra sobre su cadera – así que esfuérzate.
.
.
.
-Atsushi – toma mi mano, me sonrojo fuertemente - ¿quieres quedarte en mi casa?
-¿Eh? – pensé que no podía ponerme más rojo pero, sé que lo hago – ¡¿Por qué?! ¡¿para qué?!
-Tranquilo – me cubre la boca con suavidad – ahora escucha – con delicadeza toma mi rostro y me observa – no me pienso aprovechar de ti, puedes dormir en mi habitación y yo en la sala, sólo que es tarde y creo que Chuuya necesita un tiempo a solas.
-Oh, lo entiendo – suelto un suspiro.
-Además estás en tu periodo menstrual, no creo que tu primera vez sea muy cómoda en esas circunstancias.
-¡Ryunnosuke! – grito de forma aguda.
-Tu fuiste el mal pensado – sonríe de lado, toma mi mano y me jala para que avancemos – ahora deja de llamar tanto la atención.
-¿Y de quien es la culpa?
-Solo tuya, gatito; tú fuiste el que pensó en obscenidades.
-No lo hice – frunzo el ceño, pero, lo cierto es que sí lo hice.
-Claro, claro, por eso te pusiste tan rojo como el cabello de Kouyou-san.
-Oh, cállate – suelto un gruñido bajito y no hablo más.
Caminamos por un rato más, Ryu ya había solicitado un auto a la mafia, así que llegamos rápido a su casa.
Era más sencilla que la de Chuuya-san, aunque más elegante y espaciosa que mi cuarto de la ADA.
-Adelante – me dijo al abrir la puerta, se hizo a un lado – Gin, estamos en casa.
-Bienvenidos – se asoma al recibidor y nos sonríe – hola Atsushi.
-¿Cómo? – parpadeo.
-Ryu me envió un mensaje, ya preparé la cena para tres y te conseguí un pijama.
-Oh… muchas gracias.
Quería llorar de emoción, no esperaba que fuera tan bien con la hermana de Ryu, con mi cuñada.
-Le agradas – murmura en mi oído.
-¿Enserio?
-Por supuesto.
-¡Ey, tortolos! – se escucha el grito de Gin - ¡a cenar!
Ambos nos sonrojamos y fuimos a la cocina, esto es agradable nunca creí merecer algo así.
Notes:
Hola y mil disculpas por mi demora, pero ya los retomaré, no me encontraba bien, bueno sigo sin estarlo, pero al menos ahora tengo ánimos por escribir, tiempo tengo poco pero, daré mi mejor esfuerzo.
Sus comentarios me animan de lo contrario no sabré si les gusta.
Chapter 27: VEINTISEIS
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
A raíz de esa charla con Osamu en la que limamos ciertas asperezas, en la que decidí volver a confiar, quizás sea un error, incluso esto provocará la decepción de Ane-san, en el corazón no se manda, y él mío le ha pertenecido a Osamu desde hace tanto tiempo, aunque sé a ciencia cierta que si está vez me vuelve a fallar no podré más, ya no.
Hasta ahora él único que sabe sobre esto es Ryunnosuke, él nos vio y escucho por accidente, ya que fue él primero en despertarse, confió en él, solo se preocupa por mí, y logré convencerlo de guardar el secreto, aún es demasiado pronto.
Atsushi ya no cohabita conmigo, sino que se fue con Ryu, les di la charla sexual, era mi deber como mayor, sus rostros sonrojados fueron lo mejor, a decir verdad, tanto que de acordarme comienzo a sonreír.
-Él que solo se ríe de sus maldades se acuerda – niego tomando el tazón de palomitas.
-No es nada – Osamu está recargado con los brazos cruzados en el marco de la puerta - ¿ya elegiste la película?
-Ya – intenta robarme un beso cuando paso por su lado – chibi…
-Nada, mejor trae las bebidas – dejo el tazón en la mesa de centro y me acomodo en el sillón.
-Eres un chibi tan cruel – comienza a dramatizar haciendo pucheros, pero trae las bebidas.
Hoy es noche de cine, era una vieja costumbre que hemos decidido retomar, como parte de nuestras “citas secretas”.
-Chibi – se acomoda en el sillón empujándome, para que quede justo entre sus piernas, no me quejo, siempre es cómodo ese contacto, silenciando mi habilidad, así que me recuesto en su pecho.
-¿Umm?
-¿Cuándo dejaras de salir con otros y les diremos que regresamos?
-Aún no regresamos – le doy iniciar a la película.
-Chuuya – comienza a quejarse.
-Escucha, esto son citas como cualquier otra – suelto un suspiro – además no es seguro aún… aún podrías dejarme – murmuro casi inaudible.
-No te volveré a dejar nunca – susurra a mi oído.
Me estremezco, quiero creer, pero me juré a mi mismo que está vez sería más cauteloso.
-Demuéstralo, no pidas mi confianza ciega, no cuando ya la has roto tantas veces – dejo el control remoto en la mesa – ahora solo guarda silencio y disfrutemos de la película.
.
.
.
Los celos me carcomen por dentro, aunque sé que si actuó impulsivo y dejo que mis instintos dominen, lo perderé.
Es una película de terror, a veces Chuuya disfruta verlas, de las viejas, una que ya hemos visto, él siempre la disfruta, sin embargo creo que a estado demasiado estresado y con mucho trabajo, ya que a media película escucho sus ronquidos.
Observo su rostro apacible, está comenzando a babear y siempre se ve adorable, aún ahora como mujer, incluso se ve más pequeño.
Le beso con suavidad la frente, con cuidado me deslizo para librarme de él, lo cargo para llevarlo a la cama.
Lo deposito con suavidad, sinceramente es algo pesado, lo cubro con las mantas, me doy media vuelta para irme al cuarto de invitados, cuando siento que algo me detiene por la ropa, es la mano de chibi.
-No – murmura dormido – no me dejes… no te vayas… Osamu – su voz se escucha rota, duele verle vulnerable.
-Shhh, no me iré – susurro – ahora suéltame para poder meterme a la cama.
Su agarre se afloja, me meto a la cama abrazándolo, no duermo bien mientras estoy solo, y aunque he tardado tiempo en aceptarlo solo duermo bien con Chuuya entre mis brazos, así que no pasa mucho cuando pierdo consciencia.
.
.
.
Gin es muy agradable, pasamos la cena con muchas risas, no creí que me aceptará tan fácilmente.
-Gracias por la cena Gin – Ryu se levanta y comienza a recoger los platos, me levanto de inmediato para ayudarlo.
-De eso nada – Gin me toma de la mano – siéntate.
-Puedo solo Jinko – se va por con los trastes a la cocina.
-Pero…
-Eres nuestro invitado, además Ryu y yo tenemos nuestros métodos, si yo cocino él lava los platos sucios – sonríe – toma asiento, hablemos un poco en lo que Ryu termina.
Me siento de nuevo, nervioso otra vez, se siente como una especie de interrogatorio, aunque Gin luce como una chica dulce y normal sé que es parte de Lagarto Negro y es muy letal, así que es inevitable, los Akutagawa son personas peligrosas.
-No es un interrogatorio – suelta una risita – no estés tan tenso.
-Ah… lo siento – brinco un poco.
-Me alegra que por fin se sincerará contigo – suelta – mi hermano es peculiar, pero es un buen hombre, aunque suene algo raro.
- Lo es – confirmo sin dudar.
-Tuvimos una vida difícil, no existe el bien y el mal a secas, solo las diversas situaciones nos llevaron a este estilo de vida, pero todos tenemos matices… y Ryu lo hizo por mí, por darme un lugar seguro, porque estábamos perdidos y necesitaba un rumbo…
-Lo entiendo – respondo con firmeza – al principio pensaba que era alguien cruel y sin sentimientos, pero a raíz de todo lo que hemos enfrentado me fui dando cuenta que no es así – sonrió – me enamore de Ryu sin siquiera notarlo.
Gin suelta una risa emocionada.
-Oh Ryu, tu novio es tan tierno.
-Lo es, aunque es un poco tonto.
-Oye – trae el postre – no lo soy.
-Lo eres, e ingenuo.
-No es cierto.
-Yo creo que sí, al menos por lo que Kyouka me ha dicho.
-Kyouka-chan debería dejar de divulgar información – murmuro.
-Anda ya – se sienta frente a nosotros – come el postre, para que podamos descansar.
-Sobre eso – sonríe de forma maliciosa Gin – Atsushi dormirá conmigo, Chuuya-san me dio instrucciones, nada de sexo pre matrimonial.
-¿Qué? – grito, Ryunosuke comienza a toser atorado.
-Gin…
-Oh vamos, Ryu eres un hombre adulto, es obvio que no van a estar quietos… y Chuuya-san me dijo que era una orden como ejecutivo.
-Esto es demasiado – murmura.
-Habla con Chuuya-san, mañana – suelta una risa.
-Lo estás disfrutando demasiado.
-Lo hago, sí y mucho – come su postre tranquila.
-Que sepas que cuando te toqué será peor.
Entre muchos comentarios y quejas terminamos, Gin me lleva a su habitación y me da una pijama, todo es tan femenino, que siempre me sorprende por su ropa de Port Mafia, pasados unos minutos Ryu toca la puerta con suavidad.
-Adelante – ambos estamos en pijama.
-Jinko que sepas que no intentes nada con mi hermana.
-¿Eh? – parpadeo sorprendido.
-En realidad eres un hombre… - aclara.
-Oye, me ofendes, comparto habitación con Kyouka-chan – me cruzó de brazos.
-Y yo puedo cortarle la garganta – lo dice de forma tan tranquila, que me separo y me escondo tras de Ryunosuke.
-¿En qué familia me metí? – murmuro pálido.
Ambos sueltan una risa.
-Solo era broma – aclara Ryu, se gira y me besa la frente.
-Oh por dios – empujó a Ryu – ustedes son terribles, mis nervios quedarán arruinados.
-Jinko acostúmbrate, ya no te dañaremos.
-De hecho, mi hermano siempre dará su vida por ti o por mí, sin dudar… él es así.
Asiente de forma solemne.
-Ahora los dejo descansar.
-Son tan perfectos, ambos – mis ojos se humedecen.
-No llores – me besa.
Es suave y lento al principio, pero se hace más intenso, escucho la suave risa de Gin, y sí, el destino es cruel, suelto un gemido, es débil, pero ambos lo escucharon.
-Alto ahí hormonales – sentimos el golpe de una almohada – Ryunosuke fuera.
-Ya me retiro – alza las manos y se va.
- Trágame tierra – cubro mi rostro.
Después de la vergüenza Gin acomoda un futón para mi al lado de su cama, dormimos tranquilos. Nunca creí que la vida cotidiana de los Akutagawa fuese tan doméstica, la casa es linda y acogedora, incluso tienen plantas.
Estoy tan relajado, que poco a poco cierro los ojos sumiéndome en la oscuridad, sin darme cuenta me dormí.
.
.
.
Todo está oscuro, lo cierto es que se han movido poco desde que todo comenzó, pero poco a poco se van insertando en la sociedad japonesa, específicamente en Yokohama, en donde los usuarios de habilidades abundan, y sobre usuarios con habilidades muy particulares.
-No hay avances – una chica de cabello rosa se sienta frente a ella.
-Calma, ya están solucionando las cosas – sonríe, recostándose en el sillón.
-Umm, quiero salir más, este departamento es demasiado pequeño y lúgubre – hace un mohín, mientras que la mayor bebe de su vodka.
-No debemos llamar la atención y a ti te tienen ubicada.
-Tienen ubicada a una niña y a una mujer – sonríe – no a una adolescente.
-Escucha bien tu impaciencia puede resultar fatal, así que no hagas estupideces.
-Si no me explicas lo haré – murmura molesta.
-Debemos esperar, causaremos desastre sí, al parecer la Mafia del Puerto no es gran cosa – sonríe – pero sobre todo aún no comienzan a moverse los hilos para que generen esos productos valiosos, sobre todo el contenedor de un dios…
Notes:
Un poquito de descanso al corazón con esté capítulo ya que aún sufren por el curso de bungo.
Chapter 28: VEINTISIETE
Notes:
Bueno gracias por leer si aún siguen aquí, lamento la tardanza pero, mi vida un caos y sinceramente esto será complicado espero sigan apoyando.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Me despierto abruptamente ante el movimiento y el dolor de una patada, chibi siempre tan agresivo, aunque no es eso, una vez mas espabilado percibo sus quejidos, son bajos, es una pesadilla, aunque usualmente Chuuya no tiene sueños.
-Chuuya despierta – lo remuevo con suavidad – chuu… chibi – mi voz es suave.
-No – gimotea – Arahabaki… no – sus palabras son confusas, cargadas de dolor y miedo.
Se remueve, no me escucha, es como si estuviese en un trance, no es la primera vez que ocurre, Arahabaki disfruta de hacerlo sufrir, mi tacto siempre ha servido para acallarlo; ahora no. ¿Qué es diferente? ¿Por qué no funciona? Muchas preguntas se agolpan, no le veo sentido, mi habilidad no tiene excepciones… a menos que sea Arahabaki él que esté interfiriendo.
Observó a Chuuya, tratando de calmarlo, su habilidad no sé activa ya que no hay ese halo rojo propio de la misma.
-Chibi, despierta, vamos cariño tú puedes – susurro, suave.
Se remueve en la cama, aprieta las sabanas con fuerza, hasta que abre los ojos de forma abrupta, sentándose, agitado y sudoroso.
-Shhh… calma, ya paso – le acaricio la espalda con suavidad – fue una pesadilla – digo más para mí, que, para él, a lo que niega.
-No, no lo fue – intenta respirar suave para calmarse, me observa – no fue una pesadilla, era demasiado… demasiado vívido.
-¿Quieres explicarlo? – tomo el vaso de agua que siempre coloca en el buró al lado de la cama.
Asiente, bebe un poco de agua, quedándose en silencio un momento, no lo presionó, es mejor así, sé que necesita tiempo.
-Fue Arahabaki – comienza a murmurar – no es un sueño… creo, creo que intenta advertirme algo, era demasiado real.
-Dudo que Arahabaki le tema a algo.
-No lo sé – me entrega el vaso – pero era real, y yo sí tenía miedo, era angustiante.
-De acuerdo, te creo, pero estamos juntos ahora y no hay nada peor para nuestros enemigos que ser nuestros enemigos.
Suelta una risa, un poco cansada, pero se ríe.
-Promételo – nuestras miradas se sostienen – júrame, que no me dejarás atrás, te voy a necesitar, pase lo que pase seguiremos luchando juntos, te confió mi vida.
-Sabes que siempre seremos compañeros – le tomo la mano – está vez no te dejaré.
.
Después de esa charla nos acomodamos nuevamente para retomar el descanso, el agotamiento era demasiado que Chuuya pronto empezó a roncar, como un pequeño gato o mejor dicho perrito.
Analizó lo que me dijo, es extraño que Arahabaki lo esté previniendo, los acontecimientos recientes en Yokohama, él hecho de que Chuuya y Atsushi fuesen convertidos en mujeres, algo dentro de mí me dice que está conectado todo de alguna manera.
.
.
.
-¿Y bien? – la habitación a oscuras, observa a su compañera trabajar.
-Todo marcha según el plan – se sienta sobre la cama y observa a su líder – pronto los productos estarán en producción.
-Perfecto – sonríe – ninguno se lo imagina, ni siquiera el tan temido demonio prodigio.
-No te confíes, unir al Doble Negro puede ser muy contraproducente – se levanta, camina hasta quedar frente a ella – él peor error de sus enemigos es precisamente ser sus enemigos… - coloca su pálida mano sobre su mejilla derecha acariciándole suavemente – no quiero perderte…
.
.
.
Me remuevo en el futón, un olor delicioso llega a mis fosas nasales.
-Chazuke – murmuro, creo que, hasta babeo, me despierto - ¿en donde estoy? – parpadeo un poco confundido.
-La bella durmiente despertó – escuchó la suave voz de Gin en la puerta, parpadeo, cierto estoy en casa de Ryu – ven a desayunar, Ryunnosuke terminó de cocinar – cierra la puerta tras de sí.
-Que raro es esto – suelto un suspiro, me levanto, comienzo a acomodar y guardar el futón con las sábanas – pero simplemente se siente como sí así debiera ser; sin duda puedo acostumbrarme.
Sonriente llegó a la cocina, los hermanos ya están bebiendo una taza de té.
-¿Café o té? – Ryu me pregunta con una suave sonrisa.
-Café, por favor – selecciona una taza diferente a las de ellos – gracias – tomo asiento en la barra de la cocina justo frente a mi café.
-¿Dormiste bien? – asiento mientras pruebo el café - ¿seguro? O…
-No – lo corta Gin – no va a dormir en tu habitación, en tu cama – Ryu comienza a fruncir el ceño – hasta que Chuuya-san te de permiso – suelta una risita.
-Somos adultos funcionales – refunfuña.
-Eso es… cuestionable en realidad – su mirada furiosa se posa en mí, solo levanto las manos – lo siento, pero, esa obsesión con Dazai-san…
-Touché – Gin me señala con una cuchara – le doy un punto.
-Oye, se supone que tu hermano soy yo – la acusa – y no tengo una obsesión.
-Si, claro – respondemos al unisonó.
-Bien, no hay chazuke para jinko – deja a un lado el tazón que me estaba sirviendo.
-No, eso no es justo – me quejó – no puedes hacer eso.
-Puedo – se sienta y comienza a comer.
-Cuanta crueldad – no responde.
Gin solo niega, se levanta y me sirve.
-Come – ella se acomoda y comienza a comer.
-Muchas gracias – la abrazo.
Ella me da palmaditas en la cabeza – igual me lo quedó yo.
De pronto siento a Rashomon envolverme, sufro un micro infarto estoy seguro, aunque la habilidad solo me coloca al lado de Ryunossuke.
-Mio…
.
.
.
Después del desayuno junto a Dazai, tras haber pasado una noche juntos, de la pesadilla que no se siente como tal, no me siento muy a gusto como para un día de trabajo, mi mente está dispersa, afortunadamente no tengo ninguna misión, tan solo llenar aburridos informes.
Suelto un suspiro, cansado, así me siento.
No me concentro en absoluto con estos papeles, arrugó uno.
-Mierda, odio esto – mascullo, busco mis cigarrillos.
-Chuuya – la puerta se abre de forma abrupta, sobresaltándome, alzo la vista.
-Ane-san – la observó, luce, un poco, extraña - ¿todo bien?
-Sí – titubea, es una fracción de segundo, pero lo noto – me disculpo por mis formas, pero es importante.
Mierda, está mintiendo, y esto me pone nervioso, ¿me habré olvidado de alguna misión importante?
-Joder, olvide una misión, ¿cierto?
-Chuuya – se acerca, me quita los cigarrillos de la mano – no, no te olvidaste y cuida el vocabulario – me reprende – aunque sí, tienes una misión.
-No estoy entendiendo mucho – toma asiento frente a mí.
-Te vez fatal, cariño.
-Gracias, pase una mala noche.
-Bueno, tenemos que solucionar eso, y necesitas un outfit.
-No quiero una cita – me quejo – no hoy.
-No tenemos opción, es…
-Una orden – cansado la interrumpo.
-Precisamente, y mi prisa es porque tenemos solo un par de horas.
-Espera, ¿Qué? ¿Por qué?
-Porque ha habido ciertos cambios, tendrás una misión que no estaba planeada, así que todo el horario se modificó.
Respiro profundamente.
Solo espero que sea con alguien agradable.
Mientras no sea el ruso hijo de puta.
Salimos del edificio de Port Mafia, no sin que yo le envíe un mensaje a Dazai, si queremos retomar nuestra relación lo mejor es ser honestos.
-Ane-san, no quiero ir de compras.
-Entendido, entonces vamos a tu casa.
-¿Sabes a donde me llevara?
-No, solo me informaron que usaras ropa cómoda, deportiva de preferencia – frunce el ceño revisando el celular.
-No suena mucho como una cita – no quiero chofer, no estoy de humor, así que mejor yo mismo me encargare de manejar.
El trayecto en auto se torna silencioso, tan solo la música de fondo, estoy pensando si debería contarle sobre mi relación / no relación con Osamu.
-Ane-san – ella gira su rostro hacia mí – debo decirte algo.
-Habla, sabes que puedes decirme lo que quieras.
-Hable con Dazai – aprovecho el alto del semáforo para ver su rostro, es fugaz, pero notó el desagrado - ¿Qué te dijo?
-Se disculpo… queremos retomarlo.
-¿Tan rápido? – alzó un poco la voz.
-No,no, está vez no, lo juro… solo que poco a poco queremos intentar retomar nuestra relación – ingreso a mi edificio, es un estacionamiento subterráneo, veo mi sitio, estaciono el auto – tú lo sabes, no lo he olvidado, mi corazón es suyo… es mi alma gemela – siento humedecerse mis ojos – pero tengo miedo, no quiero sufrir de nuevo – mi voz se quiebra – no lo voy a soportar, aunque tampoco soporto estar lejos de él…
-Oh, Chuuya cariño – con suavidad seca mi rostro con un pañuelo – no me agrada, era alguien horrible que sin duda te hizo daño y no me gusta reconocerlo, pero la luz le hizo bien… quizás ahora sea el indicado…
Notes:
Sus comentarios me ayudan mucho, me interesa terminar está historia y todas las demás así que comenten, reclamen, lo que gusten.

naty hernandez (Guest) on Chapter 1 Sat 20 Mar 2021 09:33PM UTC
Comment Actions
Yarumi_Eire on Chapter 1 Thu 20 May 2021 04:29AM UTC
Comment Actions
Anonymousartwork1 on Chapter 2 Tue 31 Oct 2023 12:58AM UTC
Comment Actions
Yarumi_Eire on Chapter 2 Mon 06 Nov 2023 06:20PM UTC
Comment Actions
Naty (Guest) on Chapter 4 Sun 21 Mar 2021 05:31AM UTC
Comment Actions
Yarumi_Eire on Chapter 4 Thu 20 May 2021 04:29AM UTC
Comment Actions