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Emocionalmente Muerto

Summary:

Jack Spicer comenzará a vomitar flores de clavel blancas tan pronto como descubre que es el nuevo Dragón de metal. ¿Que hará Jack ahora que Chase Young comienza a tener interés por él? [Hanahaki AU]

Notes:

Una mañana Jack Tose petalos de clavel blancos, sin más, decide aceptar su destino y morir.

Chapter 1: El niño que vomitó flores

Chapter Text

Jack Spicer se consideraba sano. Claro que siempre lo golpeaban, humillaban y usaban, pero él siempre siguió adelante. Una mañana Jack amaneció con la garganta reseca y algo de tos, tomó unas pastillas para el resfriado y un té de limón con miel para el desayuno. A medio día la tós no se calmó, Jack acudió a un doctor. Claro, un par de pastillas más, un jarabe y unos días de reposo, y, para las 5 de la tarde de ese mismo día la tós era tan aguda que Jack sentía que escupiría los pulmnes, pero Jack tosio un pétalo blanco.

Claro que se extrañó y Jack pensó que su vista lo engañaba, pero la sensación en su garganta aun seguía, y Jack en un intento de liberarse del malestar, volvió a toser. Muy bien, más petalos blancos.

Tomó un microscopio y lo observo. Parecía un pétalo de clavel.

Jack había estado rodeado de magia desde los 14 años y creía que algo tenía que ver con el hecho de estar tosiendo pétalos blancos, por lo que no pensó en acudir a un hospital y ser un conejillo de indias.

Aún así, Jack decidió buscar los síntomas en internet. Hoy amanecí tosion flores, ¿Qué tal?

Enfermedad de Hanahaki. ¿Qué?

" Se trata de una condición ficticia en la cual el enfermo vomita y tose pétalos de flores por un amor unilateral o mejor dicho no correspondido, se puede curar sin efectos secundarios sólo cuando los sentimientos comienzan a ser mutuos."

Osea, jodete estas muerto. ¿Enfermedad de las Flores? Bueno, conocía una bruja real, un demonio heylin y un hombre inmortal que se transformaba en Dragón, ¿Por qué dudar de esto? Bueno, primer punto ya lo aceptaba. ¿Segundo punto? Ah, claro. Esperar la muerte.

Busco un poco más en la red y solo encontró fanfics raros y post en Tumblr sobre lo romántico y poético del asunto. Maldita sea. También encontró el mito o leyenda urbana de un hombre en Ucrania que murió ahogado por flores, pero no había datos claro. Unos decían Ucrania, otros sitios decían América y otros que era en Rusia.

Jack decidió dejar el asunto y tal vez esto pasaría, pero después de una semana su garganta comenzaba a arder y sentía que sus pulmones colapsarian. Su laboratorio y habitación estaban cubiertos de pétalos blancos y el lugar apestaba al dulce clavel blanco de una florería. Tampoco podía dormir bien cuando su mente se llenaba de los recuerdos de su vida y su posible e inevitable muerte.
Una vez mientras tomaba una siesta de 30 minutos casi se ahogaba, tenía que estar alerta. Y así pasaron 2 semanas, Jack construía un robot cuando la alerta Shen Gong Wu sonó.

Jack pensó en no ir, no creía soportar tanto movimiento, pero al final decidió hacer acto de presencia. Tomó sus cosas y partió.

Cuando llego al lugar, tosiendo en el camino un par de pétalos, estaban los monjes, Chase y Wuya lanzándose por el wu, sin embargo Jack dudo en hacerlo, su pecho comenzaba a quemar. Al final no tomo el wu, pero se quedó viendo como Kimiko, Chase y Wuya peleaban por el. Jack se paró junto a los monjes jalando grandes bocados de aire.

- No te ves bien, Jack.- Dijo Omi.

- E-Estoy bien... solo. - Siguio respirando Jack. - Necesito un segundo.

- Vaya, no crei que tuvieras tan mala condición física. - Se burló Raimundo.

Jack no contestó cuando tosio con fuerza cubriéndose con su chaqueta de cuero negro, dejando caer los pétalos blancos sobre la Palma de su mano. Algunos petalos tocaron el suelo y Omi los observó, el resto de pétalos los guardo Jack en el bolsillo de su chaqueta.

- ¿Estas enfermo?- Pregunto Clay, Jack tuerce los ojos.

- No te ves bien Jack, deberías irte a casa. - Le dijo Raimundo.

Omi recogió uno de los pétalos del suelo. Para ser solo un pétalo olía muy bien.

- ¡Cuidado! - Grito Clay cuando Wuya y Chase cayeron hacie ellos.

Kimiko había sido la ganadora. Chase cayó de pie, furioso. Jack lo vio y parecía que el dolor en el pecho se agravó y empezó a toser. Recuerda algunos gritos y Raimundo intentando golpear a Wuya.

Tose, Tose.

Omi detuvo a Raimundo y Kimiko golpeó a Wuya por la espalda.

Tose, Tose.

Clay intento golpear a Chase cuando este iba tras kimiko.

Tose, Tose.

Raimindo fue arrojado al suelo junto a Jack.

Tose

Jack observó a Chase caminando furioso hacia él. ¿Qué había echo él?

Tose.

Ya no había más tos y no salió ningún pétalo, pero algo obtruía su garganta, podía saborear el aroma dulce del Clavel atorado en su tráquea y el aire no llegaba a sus pulmones. Necesitaba vomitar pronto esta maldita flor. Chase rugía palabras confusas en su cara, algo sobre inútil o algo así. Sus ojos se humedecierón, la flor parecía atorada en su garganta. ¿Iba a morir? ¡Oh Dios, Iba a morir!.

No, no quería morir, tenía 17 años aún era muy joven. Jack observó como kimiko aparecía detrás de Chase y Raimundo se levantaba listo para atacar.

Sus pulmones exigían aire.

Jack levantó una mano y sintió energía en ella, y tiró de esa energia, Chase fue empujado lejos de él. Había grandes antenas de hierro en el campo de batalla y Jack en su desesperación juraría haber tirado de ellas haciendo un desastre de polvo y metal fracturado.

Su vista se desvaneció y vio acercarse a Omi.

Florece, raíz del pecado.

Jack despertó en una habitación del templo de los monjes. El sol caía por la ventanas tiñendo el lugar de naranja y solo había una escritorio con su silla al lado de la cama donde estaba acostado. Observó la mesa donde había un recipiente con petalos blancos y un hermoso Clavel. Jack confundido la tomó en sus manos. ¿Esa era su flor?

La puerta se abrió y encontró Omi acompañado del maestro Fung.

- ¿Cómo te encuentras, Jack?

- Ehmm... yo. G-Gracias.

El maestro Fung asintió.

- ¿Estas son tu flores, Jack? - Dijo Omi con curiosidad apuntando a la flor que Jack sostenía entre sus dedo. - No sabía que podías hacer eso. ¿Puedo hacerlo yo también?

- Joven monje, ¿Por qué no pones la mesa para cenar, y añade un lugar extra para nuestro invitado. - El maestro Fung señalo a Jack, por otro lado el pelirrojo estaba avergonzado y confundido.

- Oh, está bien. - Omi se dirigió a la salida. -Debiste verte Jack, hiciste plash, y todo se derrumbó y luego Ffuuush! - Omi cerró la puerta. -

El Maestro Fung observo a Jack y luego comentó, - Ah, las flores de verano son hermosas aún que ya halla pasado la primavera, ¿No lo crees? -

Jack no contestó.

- A veces las lluvias las hacen más grandes, el agua las ayuda a crecer.
Observo por la ventana el atardecer.

- Quizá llueva por la mañana.

El maestro fung le lanzo a jack un cilindro de cobre. Jack por reflejo y miedo movio la mano para cubrirse logrando cortar el cilindro por la mitad.

- Ya veo. - Recogio las piezas del suelo.

Jack abrió los ojos. -Yo no hice nada ahí. Ni siquiera entiendo que paso.

- No hiciste nada malo, Jack. ¿Qué hay de las flores?

Jack entró en pánico. -Desperté una mañana y simplemente empecé a toserlas, al principio eran solo petalos, pero ahora... ahora...

- Ahora fue una gran flor, completa.

- ¡NO QUIERO MORIR! - Dijo Jack con desespero.

- Dime, ¿Quién es el objeto de tu afecto?

Jack se sonrojo. - Es imposible. Me mataría si supiera... bueno, creo que ya lo sabe pero usted sabe, es del tipo del que no se puede hacer una declaración de amor sin que te lanze a los tigres, jaja...

- Si, Chase Young es todo un caso... - Le dijo con sonrisa pícara.

- ¿Qué puedo hacer? Crei haber aceptado la muerte pero... al estar tan cerca de ella yo... no puedo.

- Yo podría ayudarte pero a cambio, creo que hay algunas cosas que necesito que hagas por mi, Jack. - Dijo mirando el cilindro en sus manos. Jack lo miro confundido.

- ¿De verdad?

- ¿Nos quisieras acompañar a cenar?

Jack se sentó a la mesa junto a Omi y Clay. Observo su plato, era pollo con verduras y judías verdes.Todos estaban en silencio mirando a Jack, pero no con odio, sino con sorpresa, como si no supieran que decir o hacer. Excepto Omi, a el le brillaban los ojos.

- ¡Que feliz soy de tener a mi amigo Jack del lado del bien otra vez! -

Jack suspiró y comió de su pollo.

El Maestro Fung llegó y le ofreció a Jack una taza de té. Jack lo probó e hizo una cara de horror ¡Eso sabía demasiado amargo!

- Tomalo, ese té te ayudará a secar las flores que creen en tus pulmones, por eso sabe tan mal.

Jack lo bebió y luego observó a los demás monjes. -Entonces... - Dijo Jack.

- Entonces. - Le respondió kimiko. -¿Qué se siente ser un jardín andante, Jack?

- Del asco.

- Oye Jack, ¿Es cierto que tienes que hacer fotosíntesis? - Los monjes se rieron, jack sonrió.

- Idiotas.

- Jack, Jack ¿Cómo fue que lograste derribar esas torres de acero? - Cuestiono Omi con entusiasmo. Los demás pusieron atención.

- Humm... no lo sé. Dudo que realmente hubiera sido yo.

- Omi te vio hacerlo, y Omi no miente.- Dijo Clay.

- Tranquilos jóvenes monjes y Jack, si estas de acuerdo, me gustaría que te quedaras en el templo un tiempo, en lo que decidimos que hacer con esta situación. - Ofrecio Fung.

- ¡Puedes entrenar con nosotros! - Dijo Omi con entusiasmo.

- Lo haré, solo por esto... - Le respondió Jack apretando el clavel fuertemente por debajo de la mesa.

La cena continuó entre risas y Jack no sintio hostiles a los monjes. De echo tampoco diría que le estaban teniendo lástima, era casi como... si lo estuvieran respetando. ¿Realmente él había echo lo de las torres? ¿Pero cómo? Pensó Jack observando sus manos blancas y pálidas.

- Joven Jack, puede dormir con esta ropa. - Dijo el maestro fung entrando a la habitación donde había despertado y donde aparentemente dormiría, con una pijama gris. - Y este será su ropa para la semana. - Le entrego un arriendo idéntico al de los monjes. Jack se sintió abrumado. ¿Esto realmente estaba pasando? ¿No se estaba tomando esto muy en serio?

- Hmm, gracias.

- Nos vemos mañana a primera hora Jack, vendré a buscarte. - Dejo la ropa en la cama y salió de la habitación.

Jack tomó las cosas y las guardo en el pequeño armario al lado de la mesa. Jack observó el cielo nocturno y se tocó el pecho. Estaba enamorado de Chase hasta el punto de morir, y Chase seguramente ni siquiera lo noto, y si lo hizo simplemente no le importaba. Jack recordó lo que leyó en internet. "La única cura es que sus sentimientos sean correspondidos", "La enfermedad del amor unilateral, del amor no correspondido". Morir ahogado por tus sentimientos representados en flores. Si sonaba poético pero al diablo Jack Spicer estaba asustado y no tenía tiempo de ver el lado poético de su muerte.
¿Como fue que me enamoré tan pesadamente? Pensó.

- Jack, eh venido aquí con la intención de distraerte de tus pensamientos grises y que me cuentes un cuento.

Jack volteo y se encontró a Omi en pijama con un vaso de leche, un gran diccionario y su almohada. Jack rodo los ojos. Tal vez y eso ayudaría a relajarlo.

- Muy bien bola de quedo, recuéstate y te leeré la definición de las palabras que indican con la letra W.

- W de Wrande. - Dijo Omi para acomodarse en la cama de Jack.

El maestro Fung estuvo en la habitación de Jack a las 8:30. Desayuno con él ese horrible té amargo y lo llevo a meditar con el a una habitación con incienso y velas. Jack moría de sueño y por unos huevos con tocino.

- Eh investigado sobre tu enfermedad, Jack. - Le dijo el maestro fung mientras haciendo estiramientos de yoga.

- Hmm

- Que vomites Claveles blancos es... "bueno", por decirlo de alguna manera. Se le considera una planta hasta cierto punto medicinal. Por lo que no morirás intoxicado.

- Pero si ahogado. - Dijo Jack deteniendo sus movimientos. El maestro Fung le dio un pequeño golpe en las piernas para que se pusiera en posición de loto. Jack obedeció.

- Los tés que te estoy dando lograrán secar las flores así toseras menos y las posibilidades de ahogarse bajarán también, el problemas son las raíces que crecen en tu interior.

- ¿Raices? No sabía que había raíces dentro se mi.

- Concentrate, Jack. Cierra los ojos, siente las raíces en tu pecho. Identifica de dónde salen, de dónde nacen.

Jack cerró los ojos e kntento relajarse ¿Pero cómo podía hacerlo si se acababa de enterar que había raíces en su organismo? Si le hubiera pedido ayuda a Chase, ¿Lo habría ayudado? ¿Si quiera lo habria escuchado? Ahora que lo piensa, si muriera ¿Chase lo habría notado?, ¿Le habría importado? Jack sintió una punzada en su pulmón Derecho. Por supuesto que no le habría importado. ¿Por qué se había enamorado de él en primer lugar? Siempre lo trato mal, y sin embargo Jack siempre regresaba. Sintio movimiento en su pulmón, justo como le dijo el Maestro Fung.

Se movían lentamente, reaccionando a los pensamientos negativos de Jack. Y así estuvo por un buen rato, cuando cerca del medio día el maestro fung lo interrumpió.

- Jack, está bien, deja de meditar, ahora haremos algo diferente. - Jack abrió los ojos sin creer que ya había pasado tanto tiempo. Observo al Clay parado frente a él.

- Ahora trabajarás conmigo, compañero.

Ay, esto iba a doler.

Esta vez se movieron al patio del templo, el sol cálido de verano.

- Muy bien vaquero, primero debes estar firme en el suelo. ¡Firme! - Clay se acomodó en una posición medio inclinada. -Nada tiene que moverte, eres una Roca.

Jack obedeció a regañadientes. - Las rocas apestan.-

Clay lo miró mal.

- Pero a ti te quedan muy bien Clay. -

Clay suspiro, e hizo movimientos con los brazos para que Jack lo siguiera.

- A estas alturas ya debes estar consciente de lo que está sucediendo, ¿Oh no vaquero?

- Uh... Ustedes me ofrecen ayuda a mi problema y a cambio debo aceptar la tortura de mi cuerpo físico.

Clay ignoró su comentario y le pidió a Jack que se pusiera en una posición de pelea. A continuación Clay formó una enorme roca y la lanzó hacia Jack logrando que este se quitara rápidamente y gritara.

- ¡Hey! No sé supone que te quites, vaquero. Debes afrontar el problema.

- ¿¡Y como se supone que haga eso!? Me cuerpo es frágil y delicado...

Clay lo pensó. - Si, es cierto. Eres frágil. - El cowboy formó una roca más pequeñas. -Estoy seguro que puedes con esto. - La lanzo y Jack gritó, luego tosio sus flores blancas sobre el pasto. Clay se quitó el sombrero y se dio cuenta que esto podría ser más difícil de lo que pensaba.

Las lluvias de verano comenzaron tan pronto como el calor se hacía presente en el templo pasando así los días y las semanas. Clay le enseñó a Jack a desviar los ataques sin moverse de su posición, algo que le parecía mala idea, ya que el era un tipo ágil y delgado, le era más fácil esquivar los ataques evadiendo u huyendo que afrontarlos directamente, eso era más el estilo de alguien corpulento como Clay. A su forma de ver, quien debería ayudarle sería Raimundo, era más ágil, esquivo y liviano, tal vez Omi pero se le subiría el ego además todavía era muy joven. De Kimiko ni hablar. Muy agresiva.

A veces después de entrenar con Clay y meditar con el maestro Fung, a Jack se le permitía explorar algunos de los libros del templo. Jack había encontrado los poemas de Charles Baudelaire que comenzó a leer durante las noches. Tampoco se le había permitido acudir a los enfrentamientos Xiolin pues el maestro Fung siempre le encargaba algo cuando se activaba uno. Jack lava la loza
Jack deberías sembrar las flores en el jardín
Jack ayúdame a preparar la cena
Jack ven a meditar conmigo.
Y él odiaba meditar, se distraía muy fácilmente.

A veces, cuando Jack se encontraba a solas en su dormitorio y Omi decidía no hacerle compañía (Porque carajo, necesitaba compañía), pensaba sobre sus padres. No había sabido nada de ellos en un tiempo incluso desde antes de llegar al templo. También pensaba en Chase, y eso era lo peor, pensar en él hacia que su pecho doliera más, su garganta se secaba y ardía y nunca podía evitar las lágrimas. Las malditas lágrimas. Si le hubieran dicho que amar dolía tanto, el mismo se habría arrancado el corazón. Oh, bueno en realidad no.

Tosió unas cuantas flores más, con las mejillas húmedas y se quedó dormido.

Habían habido alrededor de 7 enfrentamientos a lo largo de 2 meses y medio desde que Jack estuvo con los monjes. Chase no había acudido a todos, por supuesto, pero wuya si.

Chase también había notado la falta de Spicer desde hacía tiempo, para ser exacto justo después del incidente de las torres. Al principio estuvo confundido sin embargo no le tomó la suficiente importancia ya que supuso era obra de los monjes, tal vez de Omi, pero si notó lo raro que actuaba Spicer y su ausencia lo confirmaba más.

- Wuya. - Llamo de inmediato cuando vio a la bruja llegar a él sin el dichoso wu. Estaba furiosa.

- ¡Esos malditos monjes! Tan ambicioso con esos wus, no puedo permitir que sigan ganando enfrentamiento tras enfrentamiento. Y esa inútil de Katnappe es una...

- Si es tan inútil para ti, ¿Por qué no vuelves a Spicer?

- A estado con los tontos monjes desde hace un mes o un poco más, no lo sé. No lo e visto en ningún enfrentamiento.

Chase arqueo una elegante ceja. ¿Con los monjes? ¿Por qué? Wuya noto la confusión en su rostros y sonrió.

- No lo sé. Debe estar planeando algo. - Mencionó con indiferencia mientras observaba sus uñas. - No es la primera vez que se queda con los monjes después de todo, y de todas formas sabemos que sus planes nunca resultan. No deberíamos preocuparnos por ahora.

- Tu no decides eso, bruja. ¿Y cómo es que esa información no me había sido entregada antes?

- Chase, por favor. Es Jack.

El hombre inmortal gruñó en respuesta y le dijo a Wuya que se fuera. Esta obedecía de inmediato. Una vez se aseguró de que ella se había ido, acudió a su fuente de Hui y observó a Jack en el templo, recibiendo a los monjes llegar con su wu ganado.

Traía puesto una ramera negra y unos pantalones deportivos a juego, y no un traje de monje, por lo que la descabellada idea de que Jack había sido tomado como discípulo había sido desechada. ¿Para qué lo querrían ellos de todas formas? ¿Realmente estaba planeando algo? Volvió a observar.

Los monjes ahora parecían estar probando en Wu en el patio del templo, y aparecían divertidos incluso Jack parecía ser parte de toda esa diversión, lo estaban incluyendo. También noto que el chico parecía más feliz, sin embargo podía ver una tristeza profunda en sus ojos rojos, una melancolía como si estuviera a punto de morir pronto pero reía junto a los demás con verdadera alegría. Un sentimientos realmente confuso.

Le entregaron el wu a Jack y este comenzó a usarlo torpemente en el proceso. Parecía ser el wu que suelta ráfaga de viento, completamente inútil para él, por supuesto. Cuando Jack lo activó la fuerza del aire lo tiró al suelo bruscamente y esto le hizo a Chase sonreír, por supuesto que Jack era torpe. Clay se acercó a Jack y le ayudó a ponerse de pie y parecía que le indicaba como colocarse firmemente en el suelo. Chase se sorprendió.

Tal vez debería indagar un poco más en esto. Pensó.

- Muy bien Jackie, esta es fácil. Pon tus manos en el suelo y siente en tus palmas todos esos minerales de la tierra.

- Odio ensuciarse más manos.

- Siempre las tienes sucias de aceite. - Le dijo Kimiko desde donde estaba meditando. Jack la observo molesto.

- Silencio, Jack por favor.

El pelirrojo se puso en cunclillas.

- ¿Qué sientes?

Jack estuvo tentado a decir suciedad sin embargo se resistió y se concentró en los minerales bajo las yemas de sus dedos.

- Hmm... frio, dureza, siento... algo que se mueve bajo toda esta tierra, como... liquido. No es agua... es... distinto. - Jack abrió los ojos y observó a los monjes alrededor de el. Kimiko y Raimundo sorprendidos, Omi emocionado y Clay lo veía con orgullo.

- Buen echo, vaquero.

El resto de la tarde Clay le pidió que intentara mover eso que sentía bajo el suelo, Jack no entendía por qué pero tuvo que obedecer. Estuvo por horas sin resultados hasta que la luna apareció en el cielo y Jack molesto, se sentó en el suelo donde había dejado regadas sus claveles blancas. Tosia menos flores cada vez, sin embargo aún salían flores enteras, suspiró y tomó una de sus claveles en sus manos. Mientras observaba el cielo iba arrancando una los pétalos de su flor. SU flor.

Como extrañaba sus robots, su laboratorio, el pudin de plátano, el olor a aceite... a Chase. Suspiro y tosio un par de pétalos juguetones que escaparon de sus pulmones. Extrañaba demasiado a Chase, visitarlo y si, sabía que sus visitas duraban poco antes de ser echado por sus felinos, pero Jack podía notar como Chase disfrutaba sus ocurrencias a veces.

- Ah, Chase. - Susurro melancólico.

- Spicer.

Jack se puso de pies de inmediato cuando escuchó la voz y se encontró de inmediato con los ojos de Chase Young, brillando en medio de la noche. El pelirrojo sentía como se le revolvía el estómago, se aceleró su corazón y las piernas le temblaban y aún así se puso en posición de pelea.

Chase sonrió de medio lado, jack no gritó como solía hacerlo y parecía a la defensiva lo cual era extraño.

- Creí haberte escuchado decir mi nombre, Spicer. - Dijo con una sonrisa juguetona en sus labios mientras rodeaba a Jack.

Este por su lado sabia que Chase estaba jugando al depredador.

- Sabes, Jack. - Oh, Dios. Chase lo acababa de llamar por su nombre, sintió que su corazón brincaba. - Eh notado tu ausencia estos días. ¿A que se debe? ¿Ahora eres el jardinero de los monjes?- Chase tomó uno de los claveles a los pies de Jack. Era una flor hermosa, debía admitir Chase, con una fragancia única y de un color blanco completamente uniforme.

- Suelta eso. - Dijo Jack con recelo casi arrastrando las palabras sorprendido de si mismo al hablarle así al señor de la guerra, pero ver a Chase admirando SUS flores le parecía incorrecto, asqueroso.

Esas malditas flores que le han estado causando dolor y un contacto directo con la muerte desde el primer día, eran el recordatorio de sus sentimientos por Chase.

Y él solo las observaba como algo más, simples flores que se marchitan y se olvidan. Pero las flores de Jack no se marchitan ni su aroma se acaba. - No las toques. Te prohibo que las toques, son MIS flores. - Le gritó.

El Guerrero dejó caer la flor y lo observo detenidamente para después desaparecer.

Una vez que desapareció, Jack pudo respirar nuevamente, no lo atacó, no intentó matarlo. Solo se fue. Y nervioso, asustado y con sus emociones a flor de piel, Jack vomitó claveles blancas.

Después de ese encuentro, Chase estaba convencido de que algo extraño ocurría con Spicer y comienza a espiarlo cautelosamente durante una semana. Pronto se dio cuenta que Jack siempre está rodeado de esas flores, las tiene en su habitación, a veces las está plantando en el jardín, cuando medita están ahí, y a veces cuando entrena aparecen de repente a sus pies.

También nota como al meditar siempre esta acompañado del maestro fung, y es este mismo quien le da instrucciones al dragón de la tierra para que este vaya y entrene con Spicer. Todo parecía demasiado raro así que pasada la semana, Chase Young piensa que es tiempo de hacerle una visita amistosa a Maestro Fung.

El maestro Fung se encontraba en su recámara estudiando un pergamino antiguo que trataba sobre la enfermedad de hanahaki. De ahí había sacado los tés que secaban poco a poco las flores en los pulmones, pero se daba cuenta que eso no ayudaría por siempre. Si quería que Jack se quedara con ellos, debía ayudarlo.

El trabajo fue difícil pues el pergamino estaba escrito en una lengua muerta, sin embargo hacía todo lo posible por intentar traducir lo mejor que podía, y justo estaba por terminar de traducir una cura alternativa cuando sintió otra presencia en la habitación. Dejo la pluma a un lado y suspiro con calma.

- Chase Young. Un placer tenerlo de visita ¿Desea té o café?

Chase gruñó. - Esta no es una visita social, Fung.

- Eso lamentaba. - El viejo se levantó de su silla y encaró a Chase. - ¿Esta aquí por Omi?

- Sabes por quién estoy aquí.

- Ah, claro. Te aseguro que Spicer está aquí por voluntad propia.

- ¿Qué pretenden? - Cuestiono Chase. -Y no te atrevas a mentirme, sabes bien que detecto las mentiras. - Chase mostró una mano con garras afiladas y su mirada reptiliana.

- Por supuesto. Seguro ha oído hablar de la enfermedad Hanahaki.

- Es tan antigua que pensé que solo era un mito.

- Bueno, cualquiera lo pensaría, pero me temo que es tan Real como los inmortales de 1500 años.

Chase entre cerro los ojos. No detectaba la mentira con su agudo olfato.

- Y me temo que Jack la padece.

El maestro Fung guardó silencio observando la reacción del otro hombre, este sin embargo no se inmutó en lo más mínimo.

- Ha venido a mi con la esperanza de que lo ayude, y eso estoy haciendo. - Camino hacia su escritorio y tomó una de las flores de Jack que estaban al lado de los pergaminos y se la entregó a Chade. Esta la tomo con cuidado. Era una de esas flores de las que siempre estaba rodeado Jack, se veía fresca y aún conservaba su aroma.

- Esta flor tiene más de una semana, no se marchita ni se acaba su fragancia. En realidad no parece marchitarse con nada. Si no lo ayudo pronto morirá.

Chase guardó silencio mientras escuchaba a Fung y observaba la flor en sus manos. ¿Jack muriendo de una enfermedad tan rara que se consideraba una fantasía? ¿Qué tan mala suerte debes tener?

En realidad una o dos veces llegó a leer sobre el hanahaki, y le llegó el rumor de una persona por la zona de Rusia que había muerto de eso, pero solo fueron rumores. Si lo recordaba bien... el Hanahaki es la enfermedad del amor no correspondidos.

Eso significa...

- ¿Y quién es? - pregunto Chase. El maestro Fung arqueo una ceja.

- Jack parece querer mantenerlo en privado. No me lo dijo.

- Mientes. - Gruño Chase.

- En realidad si me mencionó algo, parece que ese alguien no dudaría en lanzarlo a los tigres si llegara a enterarse. Aún que el cree que esa persona ya lo sabe.

- Y cree bien. - Chase lanzó la flor al piso y la piso con desagrado ante la marida del maestro fung.

- Parece que me interese por nada, después de todo si el bicho muere... bueno, me retiro.

Y con eso el guerrero desapareció del lugar dejando al anciano con un nudo en la garganta. Se agachó y levantó la flor aplastada del piso con tristeza y volvió a su pergamino.

" La enfermedad es rara y muy antigua, no tiene un origen exacto y a través de los años a sido olvidada y tomada como algo fantástico o imposible como las hadas o las sirenas."

Según una leyenda que encontró de unos pobladores chinos hace cientos de años, hubo unos amantes que jamás se pudieron decir lo que sentían, pero ellos sabían que era mutuos, o así lo creían hasta que uno de ellos le arranco el corazón al otro y oculto su cuerpo en un arroyo entre la maleza. El cuerpo en vez de pudrirse comenzó a vomitar flores silvestres que florecían todo el año. Desde entonces se dice que cuando uno está a punto de confesar sus sentimientos dice la frase "Siento que voy a vomitar flores".

" Esta peculiar enfermedad conocida también como la enfermedad del amor no correspondido se cree puede iniciar después de que el individuo fuera rechazado por la misma persona constantemente y durante años. O si el afectado muriera de una forma sorpresiva sin expresar sus sentimientos, renacerá con esta enfermedad hasta poder expresarlos.

Al igual, las flores que el enfermo tosiera dependerá de la clase de sentimientos que profesa. Las más populares son las rosas, el flor de cerezo, las violetas, el girasol, los claveles y las amapolas. "

Clavel blanco: conocido como la flor de las novias, representa el amor puro y sincero, la inocencia y la dulzura. Es la flor que más suave trate los pulmones junto con la flor de cerezo. "

" La infección puede ser removida o eliminada a través de una cirugía donde se deshacen de la flor desde la raíz llevándose consigo los sentimientos para siempre o en algunos casos, eliminando la capacidad de amar como daño colateral."

Jack, asustado comienza a arrancar los pétalos de su clavel.

- Si usted remueve las flores que crecen en mi no moriré. - El maestro Fung asiente. - Pero seré incapaz de volver a enamorarme.

El maestro Fung volvió a asentir mientras bebía un poco de té. No le podía contar cuando Chase estuvo esa noche con él, pero por como se comportó, amarlo era un peso que le quitaría a Jack con mucho gusto.

- Entiendo que es una decisión difícil, Jack. Y entiendo también si prefieres no hacerlo, pero debes decidir pronto, si las flores llegan a tu corazón, morirás, y a juzgar por como va avanzando la enfermedad, será más pronto de lo que crees, podrías no llegar ni al año y necesitamos encontrar a alguien con dotes mágicos para que nos ayude.

Jack, abrumado, decidió pensarlo y el maestro Fung le dio el día libre para que lo piense. El pelirrojo se queda en su habitación la mayor parte del día y no bajó a comer, ni siquiera dejó entrar a Omi cuando este fue a verlo.

Se recostado sobre la cama, estaba enamorado de Chase, eso es seguro, pero esta consciente que ni en un millón de años sería correspondido. Si, vivirá pero bajo que costó, no podría volver a enamorarse de nadie, aun que qué caso tiene de todos modos, dudaba que alguien lo amara de vuelta.

Jack tenía la culpa por enamorarse de Chase, tan inalcanzable como era, no podía aspirar a algo más real. Demonios.

- Que tal, Jack.

Jack giró su rostro para encontrarse con Wuya en su recámara, sonriendo como siempre

- Hey, Wuya.

- ¿Ahora eres un niño del bien? - Pregunto la mujer mientras comenzaba a explorar la habitación llena de flores. Jack hizo un gesto de asco.

- Diablos, no.

- Pasas mucho tiempo aquí. - La bruja tomo un plato mal trecho de metal.

- Es que me metí en un pequeño problema.

- Que extraño, era una de mis opciones, también pensé que estabas planeando algo que te salio mal.

- Wuya, necesito tu ayuda. - La mujer levantó la vista. Jack se acercó a ella y comenzó a toser, colocó una mano sobre su boca mientras lo hacía y Wuya, confundía, no sabía que hacer. Cuando Jack se detuvo, le mostró un clavel blanco en perfectas condiciones, al igual que todas lás demás flores en la habitación.

- Estoy muriendo.-

La bruja dejó caer el plato al suelo.

- Hanahaki.

- Si.

- ¿Desde cuándo?

- No le sé, unos meses.

- ¿Quién?

- ...

Al no recibir respuesta, la mujer dio un paso al frente y abrazó a Jack y no fue hasta ese momento que él se soltó a llorar. Wuya nunca fue afectuosa con él, pero ella lo consideraba casi como a un hijo y sentía cierta responsabilidad por lo que le pasara pues ella lo introdujo a todo este mundo. Wuya lo dejó llorar en sus brazos y cuando Jack se detuvo estuvieron en silencio unos minutos.

- El maestro fung puede ayudarme, solo necesita a alguien con dotes mágicos. Por favor, ayúdame.

- ¿Estas seguro de esto?

- ¿A caso tengo opción? Si no hago algo, probablemente moriré en unas semanas. Esta es mi única salida.

Wuya ni siquiera mencionó el poder confesar sus sentimientos si su única opción era morir o confesar, jack elegiría morir.

- De acuerdo.

Jack se limpió los ojos con desdén y se arrodilló y tomo el pequeño plato de metal del suelo. Era pequeño y plano. Lo tomo entre sus manos y frente a los ojos de Wuya, transformista el recipiente mal echo metálico en un broche de mariposa y se lo entrego.

- Llevo practicando esta semana a hacer eso, se ve lindo, ¿No? Creo que mi enfermedad me permite hacer esas cosas, si no estuviera muriendo, lo disfrutaría más. Iré a decirse al Maestro Fung, espera aquí.

Jack salió de la habitación y Wuya se quedo atónita viendo el broche entre sus manos. Si, se veía algo tosco pero para ser creado de la nada... Jack era... Oh Dios.

- Eres un idiota. - Dijo Wuya con cariño mientras apretaba el broche con fuerza en su mano.

El Maestro Fung le dio un té y jack se quedó dormido a los pocos minutos cuando Wuya entró a la habitación con un recipiente, agua y unas toallas limpias.

- Espero que sepa lo que hace. - Le advirtió la bruja al anciano antes de iniciar con el procedimiento.

Wuya llegó a la Ciudadela pocas horas después, cerca de la medianoche y fue en busca de Chase encontrandolo en la biblioteca rodeado de libros y pergaminos antiguos. Cuando el hombre levantó la vista hacia ella, Wuya le lanzó el broche a la mesa con una mueca de disgusto y una mano de a la cintura.

Chase tomó el broche y, aún que se veía tosco, debía admitir que era hermoso.

- ¿Ahora me vas a presumir tus alhajas inservibles?

- Me lo dio Jack.

Chase frunció el ceño. -Así que fuiste a verlo.

- Quería saber por qué te tiene tan intrigado. Ahora lo sé.- Dijo Wuya, quitándole el broche de la mano y acomodandoselo en el pelo.

- ¿Cómo?

- Nuestro dragón de metal. Es él.