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Pense que... [Venti x Aether]

Summary:

a veces, las apariencias engañan...

Notes:

escrito con insomnio a las 4 de la madrugada, por favor, no esperen mucho ;;

Chapter Text

—Aether, hueles bien —comento repentinamente Venti recostado contra la mesa, el bardo le había pedido acompañarle hasta el bar con el fin de relajarse tras un largo día en el festival, Paimon, su compañera de viaje se había quedado en el buen cazador con Sarah ante su negativa de tener que soportar al bardo de pacotilla.

—Gracias, supongo —sus dedos se aferraron en la jarra con sidra de manzana que le dieron “órdenes del maestro Diluc” le había dicho Charles cuando se había negado a darle vino a pesar de las obvias quejas de Venti —quizás, ya has bebido demasiado…

—Vamos, ni si quiera soy un mortal —ronroneo el de ojos verdes, su mejilla apoyada contra la mesa —no deberías preocuparte de eso~

—aun así, no tienes el Mora para pagar más —le restregó, una expresión agria se formo en el rostro juvenil del arconte que rápidamente se relajó.

—tu ganas, esta ronda y nos vamos~

—está bien…

 

Dicho y hecho, Venti termino su jarra y dejando el dinero a Charles se marcharon, el bardo, como el mismo dijo, no se veía afectado por el alcohol, su hablar y caminata eran normales a pesar de haberse terminado tres botellas enteras de vino diente de león.
Cosa distinta para él, se siente mareado, asfixiado y por sobre todo, caliente.
Se siente horriblemente caliente en ese momento, jadea en busca de aire sintiéndose sofocado, su cuerpo cada vez más pesado cayendo a un costado del bardo quien lo sujeta fuertemente.

 

—no te ves muy bien —comenta el contrario hundiendo su nariz entre sus cabellos, un ronroneo profundo escapo de sus labios —aunque hueles tan bien Aether —la voz del arconte fue extrañamente profunda a pesar de su infantil aspecto —quizás, deba llevarte donde te estas hospedando ¿no crees, viajero? —una mano se presiono en su cintura a la vez que podía sentir el cálido aliento del bardo rosar su mejilla.

La posada donde actualmente se quedaba estaba cercana a la entrada de la ciudad, al ingresar la recepcionista de turno los saludo cortésmente, Venti tanteo sus bolsillos hasta dar con su llave mostrándola cortésmente, la chica señalo amablemente la dirección permitiendo que el bardo se lo llevara.
Todo el tiempo se aferro a Venti, su nariz se detuvo en el tenue aroma que desprendía, era dulce, extremadamente dulce al borde de ser empalagoso. Se apego tanto como pudo al bardo sin terminar de entenderlo hasta que entraron al cuarto.
Hubo un clic interno al momento que la puerta se cerró tras de ellos.

 

—V-Venti, gracias por traerme —se aleja, pero la mano que sujeta su cintura no se suelta, los delgados dedos se clavan en su piel expuesta. —V-Venti?

—oh, mi querido viajero —los brazos de Venti le rodean descaradamente mientras su nariz se hunde en su garganta —pensé que solo era tu aspecto, pero tu aroma también es cautivante.

—N-Necesito que te vayan, por favor Venti —se siente morir, su respiración se acelera y su pulso se dispara peligrosamente, sus manos se clavan en las prendas del bardo.

—incluso habías pedido un cuarto específico para una rutina~

 

Jadeo al sentir los labios del otro sobre su piel, besos húmedos que se esparcían por su cuello hasta su mentón, las manos del bardo se deslizaron por su espalda adentrándose en su pantalón y masajeando su trasero descaradamente dejando que la humedad se esparciera más.
Golpeo los hombros de Venti, pero no había caso, termino recostado boca arriba mientras el contrario sonreía pícaramente retirando su capa y dejándola a un lado en la cama.

 

—déjame adivinar mi querido viajero ¿no te lo esperabas? —las manos picaras del bardo se arrastraron por su vientre acariciando la piel expuesta, subiendo hasta el borde de su top y metiéndose bajo este, dedos finos presionando sus pezones —nadie se lo espera, e-he. Tengo casi tres mil años mi querido Aether, eh aprendido a controlar mis feromonas~

—p-pero…

—también me tomaste por sorpresa, pero te confiaste —finalmente su top fue completamente levantado, sus pezones al aire mientras Venti se encargaba de jugar con ellos —pensaste que no me enteraría, que era un beta y no sentiría tu aroma, pero lo hice y me encanta, lo amo tanto como las manzanas o el vino —canturreo encorvándose y tomando entre sus labios el pezón derecho.

 

gimió profundamente, su cordura se perdía lentamente entre caricias y besos, sus manos se aferraron a las sabanas mientras el calor aumentaba y su raciocinio se perdía en calor del celo.

No sabe cuanto tiempo paso, pero fue tortuoso para su cuerpo, Venti era sin dudas un alfa cruel, jugando y burlándose de él, paseando sus dedos con descaro por su entrada, jugando con su miembro y apretando para que no se corriera, besando cerca de su glándula y enterrando levemente sus dientes sin penetrar la piel.
Se vio rogando por él, llamándolo entre lagrimas viendo como el otro no paraba de marcar su piel mientras se restregaba contra su cuerpo, su mancha goteaba y humedecía las sabanas bajo suyo, sus prendas habían volado hace mucho, completamente expuesto al arconte.

 

—Aether —Venti se incorporó sentándose entre sus piernas, su miembro vestido rozando con su entrada —puedo saber algo?

—e-eh? —como pudo se enfocó en el arconte, el tono verde de sus trenzas se intensificaba junto al de su mirada.

—sobre Morax —los delgados dedos presionaron su glande, presionando levemente en la uretra haciendo que su cuerpo se estremezca —debo saber si a intentado algo, puede parecer tan inocente pero ese viejo dragón es en verdad digno de desconfianza.

—¿Z-Zhongli?

—así se hace llamar…como sea —el arconte retiro su mano rápidamente, tirando de sus piernas, abriéndolas de par en par mientras miraba atentamente su entrada —se que no te a hecho nada, ese viejo dragón tiene un gusto por apestar a sus parejas aunque sean de una sola noche, no hay rastros de su aroma así que…—Venti beso su vientre mientras desabrochaba su corsé y pantalones, una marca anemo se formo levemente en la zona donde los labios del arconte habían besado —me tomare el tiempo de marcarte como mío~

 

Sus ojos se agrandaron y un vacío se genero en su estómago, el miembro de Venti era igual de engañoso que el propio arconte, hinchado y rojo, podría jurar que era quizás el doble del suyo y tanto él como el arconte compartían estaturas.
Es un alfa, se recuerda, pero aun así se siente aterrado.

El bardo tararea felizmente mientras guía la punta hasta su entrada, presionando el glande para humedecerse, gimió angustiado ante aquello, su cuerpo se tenso y sus ojos no se apartaban de ahí.

 

—Vamos mi querido viajero, necesito que te relajes o dolerá —alentó mientras una de sus manos acariciaba su piel empezando por la marca anemo en su vientre —se un buen omega y recíbeme —susurro el pelinegro mientras se acercaba a sus labios.

 

El beso fue hambriento, Venti había tomado su miembro y había comenzado a masajear cubriendo su uretra y asegurándose de evitar cualquier rastro de semen. Trato de apartarse cuando el arconte se presionó, pero este lo detuvo, una mano clavándolo con fuerza contra la cama mientras continuaba, las lagrimas escurrieron de sus ojos mientras podía sentir como el alfa de adentraba centímetro por centímetro hasta enfundarse por completo dentro.

 

—eres tan cálido —jadea Venti poniendo su frente en su pecho, el aroma dulce se intensifico en el cuarto —puedo jurar que te estas amoldando a mí, ah, eres un encanto totalmente~

—A-Alfa…D-Duele —balbucea, los ojos verdes brillan fuertemente ante sus palabras y una sonrisa picara nace entre los labios.

—oh, mi dulce omega esta necesitado ¿es eso? —usando sus brazos, Venti se incorporo levemente para estar cara a cara, un leve movimiento de caderas hizo que el miembro del alfa se moviera dentro suyo —quieres que continúe ¿verdad? Quieres que te monte y te llene, es eso ¿cierto?¿quieres mis cachorros dentro tuyo?

 

Incapaz de responder solo logro asentir, puede jurar que el destello en los ojos del arconte se intensifico antes de verde empujado hacia atrás con fuerza.
Las estocadas del arconte eran casi animales, las manos delgadas que normalmente vería sosteniendo una jarra de vino y tocando el arpa ahora se clavaban en su piel con saña mientras lo envestía.
Era incapaz de guardar su voz, sus manos tiraban de las telas de la cama buscando algo a lo que aferrarse, sus piernas se balanceaban en el aire mientras el alfa continuaba.
Todo el cuarto se hundió en sonidos húmedos y gemidos llorosos, el aroma dulce de Venti había cubierto todo el cuarto y ahora sus sentidos se habían adormecido sin remedio alguno.

La cama crujía bajo ellos y podría jurar que hubo un par de golpeas a la puerta pero no importa, no puede pensar en algo que no sea al arconte empujando su miembro por su entrada haciendo que su mancha se escurra por sus muslos, el sonido húmedo llegando a sus oídos.

Abrió los ojos de horror y sorpresa al sentirlo, el nudo de Venti golpeando su entrada buscando clavarse dentro, trato de incorporarse, pero el alfa lo había empujado, el arconte había sido lo suficientemente salvaje como para apresarlo contra la cama mientras penetraba, como sus manos fueron sujetas por el bardo y como el nudo se finalmente se adentró.
gimió y lloro sintiendo la hinchazón y dureza que los unía, como el bardo continúo moviendo sus caderas mientras jadeaba, mejillas rojas, como los caninos salían a relucir mientras daba los últimos golpes.
Apretando su cuerpo con el suyo Venti termino por correrse, una cantidad casi absurda de semilla lo lleno hasta al borde.
Su cabeza cayo rendida en la almohada mientras sentía el semen cálido comenzar a inundar sus entrañas, como lentamente retomaba su cordura, trato de soltarse, pero el agarre en sus manos fue firme casi como grilletes.

 

—Aether —llamo Venti, su voz era profunda y algo ronca, los ojos brillantes del arconte lo miraron fijamente —mi viajero, lo siento por esto —dijo y antes de poder si quiera formular una pregunta se vio empujado nuevamente, un gemido de sorpresa escapo de sus labios cuando el bardo volvió a embestirlo con dificultad.

—E-Espe- Agh!

 

Venti se sentía como un animal en ese momento, su nudo no había bajado y continuaba embistiendo, todo su cuerpo se movía al son del arconte. Solo logro ver como este se acercaba peligrosamente a su cuello y como todo se nublo repentinamente.

 

.:OoO:.

 

Gruño agotado, su cuerpo se sentía completamente cansado, tres infernales días de su celo, siente su vientre hinchado y puede jurar que incluso una leve barriga se había formado, se movió levemente sintiendo los dos brazos del culpable envolverlo con más fuerza, una respiración calmada a su espalda.

 

—…Venti —llamo, pero nada, el arconte solo hundió más su rostro en su espalda —Venti —volvió a intentar y nada, tomo una respiración profunda —Barbatos, despierta —casi grita, pero su voz es ronca y apenas puede levantar la voz.

El arconte anemo pestañeo adormilado, una sonrisa suave adorna su rostro.

—buenos días~

—nada de buenos días ¿eres un arconte o un animal? —gruñe molesto, el bardo solo sonríe pícaro tomando asiento a su lado, el ni siquiera puede incorporarse en la capa.

—si quieres que sea un animal…

—¡no! Ugh, no puedo moverme —se queja dejándose caer —todo me duele y, ah, ni si quiera se si Paimon está bien…

—debe estar con la dueña de la posada —comento el arconte calmado, su mano acariciaba tranquilamente su vientre, gruño ante eso.

—¡Deja de hacer eso! —se queja y el bardo solo ríe continuando, una mirada picara retándolo a detenerlo, pero sabe que no puede por que apenas puede mover un dedo —más vale que no…

—¿quedes en cinta? —Venti comento calmadamente, su mano continúo acariciando su vientre con una sonrisa leve —no te preocupes viajero, aunque me encantaría que cargaras mis cachorros se que no es el momento, una ventaja de que sea un arconte ¿no crees?

—si puedes deshacerte de la marca de apareamiento quizás y lo tome como algo bueno —gruñe, pero Venti solo suelta una sonora carcajada dejando caer a su lado.

—eso es imposible querido Viajero, por que soy caprichoso y no quiero que alguien más te tenga —beso su mejilla —no quiero otro estúpido alfa rodeándote, buscando tu atención, solo ten ojos para mi ¿bien? —otro beso y el bardo se alejó calmadamente.

 

—ugh…—soltó un profundo quejido, ahogándose en las sabanas sabiendo que de ahora solo serian grandes problemas con su, ahora, alfa.