Chapter 1: Capítulo 0 - Piloto
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La nieve blanca y fría fue manchada por un brillante carmín, esa sensación etérea que brindaba el paisaje era rota por el hedor a sangre, la sensación de miedo y desesperación invadió el cuerpo del joven. Frente a él había una mujer sin vida, su piel pálida aún conservaba algo de calor y los ojos brillantes que se mantenían abiertos le veía atentamente. Segundos después el sonido de un disparo resonó.
El impacto terminó haciendo que los ojos grises se abrieran de golpe.
Wei Ying se sentó con la respiración agitada y varias gotas de sudor bajando por su rostro. Algo aturdido miró a su alrededor, se encontraba recostado en un lujoso sofá de una habitación desconocida, probablemente de un hotel prestigioso. Los amplios ventanales permitían el paso de la luz, mostrando un atardecer brillante de color naranjo. Dentro de las cuatro paredes todo se veía costoso y de alto valor, el espacio adquiría un aire sofisticado por lo bien que encajaban las cosas, claro sin contar las manchas de sangre y el cuerpo inerte de un hombre que se ubicaba sobre la amplia cama.
Con un profundo suspiro el joven se dejó caer de nueva cuenta sobre el sofá, recordaba haber aterrizado en la ciudad ayer por la noche, después de cinco años había regresado al lugar que lo había acogido de niño, pero resultó más duro de lo que pensó al no reconocer lo que alguna vez llamó hogar.
Después de eso decidió adelantar un poco de trabajo, pero algunos tragos y sustancias un tanto ilegales se atravesaron en su camino, por lo que no recordaba mucho de lo sucedido, aunque al ver el cadáver era claro que había logrado su objetivo, sólo que debió estar demasiado ebrio para salir de ahí y en su lugar se tiró en el mejor lugar posible.
Para añadir la cereza del pastel había despertado con un agudo dolor de cabeza, sin contar que esas tortuosas imágenes de su sueño que se repetían sin cesar en su mente. Siempre era lo mismo, nieve fría y una mujer muerta que juraba no haber visto en su vida, detestaba martirizante por culpa de otros, suficiente tenía con sus propias pesadillas para que los miedos de su compañero lo atacaran también.
Wei WuXian aseguraba que algo peor que nacer como omega en el bajo mundo era nacer con un destinado, debido a la vida que llevaba no podía darse el lujo formar un vínculo, era muy arriesgado, después de todo siempre estaba al borde de la muerte. Realmente no tenía tiempo para preocuparse por alguien ajeno, así que la mayor parte del tiempo ignoraba el hecho de que en alguna parte del mundo se encontraba la persona con la que se supone debería pasar el resto de sus días.
El repentino sonar de su móvil lo hizo bufar y restregarse las manos en el rostro varias veces, sentía que no había descansado nada, el peso en sus hombro persistía aunque había dormido bastantes horas, además de que el dolor de cabeza sólo iba en aumento y comenzaba a molestarle.
—¿Si? —contestó sin muchas ganas mientras se apretaba el puente de la nariz.
—¡WuXian será mejor que salgas de ese lugar ahora! ¡Están a punto de irse, no eches a perder esto! —rugió la voz de su hermano a través de la llamada.
—¿Dónde están? —preguntó mientras se levantaba y estiraba sus extremidades.
—Abajo, esperando por ti —la voz molesta de Jiang Cheng era más que obvia para el de ojos grises, pero decidió ignorar ese aspecto. —Eres un idiota, no tenías que adelantarte. Lluvia Carmesí debe estar subiendo al piso donde estás.
En ese preciso momento la puerta se abrió revelando una figura alta y bien vestida, el alfa entró tranquilamente, su paso era relajado y daba la sensación de estar aburrido, pero aún así mantenía cierto encanto, con lentitud se dirigió directo al cuerpo para empezar a registrar sus bolsillos.
—Ya llegó —avisó Wei Ying mientras se cercioraba que todos sus cuchillos estuvieran en su lugar.
—No tarden que aún me falta borrar la información de las cámaras.
—Lo sabemos, relájate un poco Jiang Cheng.
—¡Lo haré cuando saquen sus traseros de ahí! ¡Recuerda que aún tengo que mandar a los hermanos Wen para que limpien tu desastre! —sin más la llamada se cortó.
WuXian observaba como el alfa parecía buscar algo entre las ropas del difunto, después de unos segundos logró encontrar su objetivo. Entre los dedos del mayor se encontraba un disco duro.
—¿Listo? —cuestionó el omega, a lo que el alfa asintió.
Así ambos se encaminaron a la salida y entraron en el primer ascensor, se recargaron en lados contrarios, el alfa seguía con una postura relajada mientras que el omega recargaba su cabeza en la dura superficie de metal, parecía exhausto.
—Espero terminemos rápido con esto —comentó Wei Ying sujetando su frente debido al persistente dolor que parecía no mermar ni un poco.
El alfa lo observó por un momento. —¿Volvió a pasar?
Wei Ying bajó la mirada y se quedó en silencio un momento pero después asintió. —Ahora es más seguido. Pero esta vez fue diferente, casi podía sentir la nieve —mientras hablaba miró sus manos, podía recordar claramente la sensación entumecida que había tenido en su sueño—. ¿Es igual para ti?
El alfa asintió. —Hay ocasiones en las que incluso puedo sentir sabores.
Seguido de eso las puertas se abrieron y ambos caminaron tranquilamente mientras atravesaba la recepción, antes de salir del lugar sonrieron a la joven beta que les deseo una buena tarde.
—Supongo que conmigo no es tan intenso porque no lo conozco —murmuró mirando a la nada. Wei Ying no sabía si sentir envidia por su amigo o sentirse aliviado, en cualquiera de los casos no era momento de pensar en eso. —Debemos irnos o Jiang Cheng empezará a gritar, si llama y se entera que seguimos aquí en la zona querrá despellejarnos vivos... pero antes deberíamos pasar por algo de comer, muero de hambre, ¡ah! y quizás un poco de vino. Convenceré al amargado de He Xuan para que compre algo.
Hua Cheng notó como el más bajo adquiría su típica actitud juguetona, no entendía como WuXian era tan indiferente al hecho de haber nacido con un destinado, el alfa sólo tenía un motivo para vivir y ese era precisamente reencontrarse con su compañero, así que la actitud del omega le resultaba algo incomprensible, aunque también atribuía al hecho de que él tuvo la fortuna de conocer a su pareja cuando era tan sólo un niño. Y para ser sincero no ha dejado de pensar en su omega desde ese momento.
—Primero lo primero —le recordó el alfa—. Debemos ir por lo materiales y preparar todo para esta noche.
WuXian hizo un pequeño puchero pero al final asintió. Se conformaría con algo de comida rápida.
Un explosion resonó con fuerza en la gran ciudad. El famoso casino Corte Celestial estaba cubierto en llamas, el humo negro empezaba surgir, era tan denso que no se podía ver absolutamente nada. Las personas huían despavoridas, autoridades hacían acto de presencia tratando de mantener la calma pero era en vano.
Justo en el edificio de enfrente, sobre la cima, dos figuras miraban todo con gozo y orgullo el espectáculo que se desarrollaba.
Un hombre de ropas rojas presionó un pequeño botón y una segunda explosión detonó en el lugar. A su lado la figura más pequeña se encontraba sentada en el borde del rascacielos, mecía su pie con diversión y silbaba una melodía jocosa mientras sus ojos grises brillaban en la oscuridad de la noche. Estaba alegre debido a que las cosas habían salido mejor de lo planeado, además podría regresar temprano a descansar.
El grito se escuchó a través de sus comunicadores. —¡¿Qué creen que hacen ahí perdiendo el tiempo?! ¡Salgan ahora mismo!
—Tranquilo Jiang Cheng, aún hay tiempo para admirar la vista —contestó el omega vestido de negro. «Aún no llega la estrella principal» pensó divertido.
—¡Con una mierda! ¡Que salgan ahora mismo, no podré seguir bloqueando las cámaras de seguridad por más tiempo!
—WuXian —llamó el alfa—, WanYin tiene razón. Vámonos.
Sin más el alfa se dió la vuelta y desapareció en las sombras del lugar.
"Sólo un poco más" pensó el menor. Miraba el cuadro de enfrente con intriga, no podría descansar si no hacía esto. Los bomberos habían llegado y trataban de controlar el fuego, sólo entonces pudo divisar como un auto de notable lujo por fin aparecía, de este descendía un hombre alto y con gran porte, todo su ser gritaba alfa. Jun Wu había aparecido. "Justo a tiempo, después de tantos años el maldito no ha cambiado".
El alfa miraba con notable molestia su destruido casino, Wei Ying sonrió con sorna, esa era justo la reacción que buscaba, con una satisfacción interna se retiró. Jun Wu pareció notar una presencia ya que giró en su dirección donde el omega estaba sentado, pero para ese momento el lugar estaba vacío. Wei WuXian ya se encontraba muy lejos de su alcance.
Con una agilidad ganada por la experiencia el omega llegó hasta un auto negro que le esperaba, en el interior estaban dos alfas, ambos se miraban tranquilos.
—Eso fue peligroso —dijo el hombre con un parche en el ojo. Aunque su voz era neutra se podía oír cierta advertencia.
—Pudiste arriesgar todo el plan con tus juegos estúpidos —le riñó el alfa que iba al volante—, cuando WanYin se entere te matará.
—Ustedes están siendo amargados igual que mi Shidi —les contestó en forma de puchero, no quería que le echaran a perder esa noche, suficiente tenía con los molestos dolores de cabeza para que los demás intentaran frenar su diversión.
He Xuan se empezó a irritar por la poca importancia que mostraba WuXian. —Si continuas con esa actitud descuidada acabarás muerto un día de estos y no quiero que nos arrastres a tu tumba.
—Nada va a pasarme —murmuró Wei Ying, había aprendido de la mejor asesina como para acabar tres metros bajo tierra.
—Vámonos —sentenció Hua Cheng deteniendo la pelea entre el omega y el alfa. No estaba de humor.
El auto se puso en marcha, conduciendo por un tiempo llegaron a su destino sin ningún percance, en cuanto bajaron y llegaron a la sala de reuniones unas cuchillas volaron en dirección de Wei Ying. Ya acostumbrado a esto el omega las esquivó con relativa facilidad.
—¡Wei WuXian! Te juro que si un día no te matan allá afuera lo haré yo —bramó furioso Jiang Cheng.
—No malgastes tu saliva con él, nunca escucha —habló el mayor de todos. El alfa siguió avanzando hasta llegar a la barra y prepararse un trago. Le hacía mucha falta.
—¡Tu eres igual de suicida que él! —el omega obviamente seguía alterado—. Ustedes dos están cavando su tumba.
—Jiang Cheng no seas extremista, sabemos lo que hacemos —dijo Wei WuXian a su hermano de crianza—. Incluso si algo sale mal tú estarás para ayudarnos ¿Cierto? —una sonrisa se posó en WuXian.
—¡Ja! ¿Bromeas? Con gusto los dejaré morir... —Jiang WanYin sabía que sus palabras no eran reales, pero estaba tan molesto que no le daría el gusto a WuXian.
—Tranquilo, todo estará bien —dijo Wei WuXian, su voz parecía segura—. Pondremos en práctica todo lo que Madam Yu nos enseñó, nos vengaremos de Dragón Blanco, cobraremos nuestra deuda y gozaremos de una buena vida.
—Más te vale que tengas razón Wei WuXian, sino yo mismo te haré dormir con los peces ¿Escuchaste?
Con su típica forma de hacer bromas WuXian fingió una voz ofendida. —Que malo eres conmigo, deberías confiar más en tu hermano mayor.
—¡Hermano mayor mis bolas! Soy yo quien siempre tiene que cuidar de tu trasero —después de eso el omega se fue dejando un montón de insultos por el camino.
Cuando los gritos cesaron Wei Ying fue por una botella de su vino favorito. —Jun Wu debe estar furioso —dijo empezando a reír mientras bebía.
—Lo cual lo vuelve más peligroso —respondió He Xuan arrebatándole la botella para darle un trago, Wei WuXian le sacó la lengua al ver que el alfa no tenía intención de regresarle su vino. —Apenas llegamos ayer y ya hay bastante caos, debimos mantener bajo perfil por un tiempo —He Xuan era de las personas que preferían actuar en silencio, pero el resto de su equipo ya no podía seguir en las sombras, así que no tenía opción, además de que él también tenía un gran motivo para involucrarse con alguien tan peligroso como Jun Wu.
La voz de Hua Cheng se alzó. —... Hay que ser más cuidadosos. Especialmente tú WuXian.
—Creo que me subestiman de nuevo —dijo el omega dejándose caer en un mullido sofá. —Siempre hemos estado arriesgado el pellejo y salimos victoriosos, así que esta vez no será la excepción.
Los alfas se miraron entre ellos, el chico realmente tenía una cara gruesa, decir algo así tan a la ligera no era cualquier cosa. No cuando se trataba de Jun Wu, pero Wei WuXian era así.
—En cualquier momento podría mandar alguno de sus perros por tu cabeza —comentó He Xuan.
La palabra "perros" hizo temblar al omega, debido a eso le mandó una mirada desagradable al alfa por su comentario.
—Puedo deshacerme de ellos con facilidad, así como las veces pasadas —trató de tranquilizar a sus amigos.
—Las veces pasadas eran insignificantes, no se trataba de alguien como Dragón Blanco —le dijo con voz más dura Hua Cheng—. ¿Qué tal si esta vez manda alguno de sus discípulos?
Era bien sabido que Jun Wu no se andaba con juegos, volviéndolo de cierta forma letal, sumado a eso el alfa siempre tenía un as bajo la manga, o mejor dicho cuatro. Sus cuatro hijos adoptivos eran considerados como los Colmillos del Dragón, y en realidad casi nunca se dejaban ver, el alfa líder prefería mantenerlos alejados la mayor parte del tiempo, aún así eran muy populares en la ciudad y fuera de esta. Aún cuando estuvieron lejos escucharon rumores acerca de los aprendices de Jun Wu y todas sus proezas.
—Estaría honrado —sonrió el omega, sabía que sólo cuando el problema era grande el alfa los involucraba. Pero la verdad algo dentro de Wei Ying le excitaba sólo pensar en enfrentarse a alguno de ellos, se preguntaba quién saldría victorioso. —De hecho me gustaría tener el placer de conocerlos.
—No juegues tanto con fuego —le dijo He Xuan—. No quiero terminar arrastrado en la mierda por tu culpa.
—Lo dices como si sólo yo lo provocara. ¿Quién es el que pensó atacar el casino más importante para empezar? No fui yo... —lanzó una mirada a Hua Cheng que se hacía el desentendido—. Apuesto que Lluvia Carmesí espera que Jun Wu mande a Xie Lian por su cabeza y como buen acosador HuaHua lo recibirá encantado.
Cuando el alfa escuchó el nombre de cierto omega su mirada pareció brillar por un momento.
—WanYin tiene razón, ambos están buscando su tumba —negó He Xuan con la cabeza y decidió dejarlos a solas.
Por un rato tanto omega como alfa estuvieron en silencio. Hasta que Wei Ying lo rompió.
—Apuesto que Jiang Cheng quiere clavarme un cuchillo en este momento —comentó a la nada.
—No provoques más a WanYin, dudo que su paciencia sea infinita —le advirtió el alfa.
El omega rió fuerte. Molestar a las personas era su pasatiempo favorito sin duda.
—Como sea... —se levantó del sofá y tomó otra botella de vino—, iré con Wen Qing, quizás tenga algo nuevo que podamos usar en el siguiente trabajo.
—Entrégale esto a su hermano —el alfa le lanzó el disco duro que recién habían obtenido—, que haga una copia.
El chico de ojos grises tomó el objeto y asintió para después desaparecer por la puerta. El alfa de elegante ropa y parche negro sólo negó con la cabeza, aún le era increíble pensar en como habían terminado todos juntos, y aunque no parecía mantenían pequeñas cosas en común, todos sabían lo que era este estilo de vida, esto era lo que les había tocado y tratarían de sobrevivir a ello.
Hua Cheng hubiera deseado vivir tranquilamente con su pareja, lejos de los conflictos innecesarios. Pero en su lugar trataba de derribar asociaciones de traficantes y jugar con cuchillos.
Aún así era consciente del principal causante de sus desgracias. Jun Wu. Por eso y por muchas otras cosas más él arruinaría todo su mundo.
Chapter 2: Capítulo 1. Dragón blanco.
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El cielo de un nuevo amanecer portaba nubes grises, acompañados de un aire frío, típico de la temporada, en algunas calles la tensión era palpable, todos aquellos que habían escuchado sobre el reciente ataque parecían estar en espera de un nuevo movimiento. Para la mayoría de ciudadanos solo era otro día repleto de monotonía, pero la verdad es que una batalla estaba por comenzar.
En una mansión de gran tamaño con ventanas gigantes que permitían El Paso de la luz abundaba la tranquilidad. Sólo en una habitación se pudo captar el enojo y la frustración, el aroma cedro era fuerte, casi asfixiante, advirtiendo a quien fuera que se mantuviera alejado.
Un furioso alfa estaba detrás de su escritorio, el entrecejo fruncido y fuerte aroma demostraba su mal humor, además de que apretaba con fuerza los dientes y sus manos estaban hechas a puño, la vista no se apartaba de la pantalla que mostraba la noticia mañanera de ese día.
" Casino Corte Celestial en llamas" "Se pierde valioso lugar" "No hay rastros del culpable" "El famoso alfa empresario Jun Wu no ha hecho declaración de lo sucedido"
No importaba el canal, la noticia era la misma y eso sólo estaba en peor estado a Jun Wu. Aún recordaba cómo llegó a la escena y todo estaba en llamas. Si tan sólo tuviera frente al responsable le haría suplicar por piedad. Después de que el fuego se extinguiera había entrado para inspeccionar el lugar; en la puerta que daban al interior estaba escrita la palabra Sorpresa , apenas era legible por lo mala «por no decir horrenda» que era la caligrafía, sin contar que el hollín hacía más difícil su visibilidad. Sin duda se estaban burlando de él.
Ya era suficiente, esto tenía que acabar.
—¡Ling Wen! —llamó a su asistente personal.
Una mujer beta de buena apariencia y mirada seria entró inmediatamente a la habitación. Su vestimenta formal y tableta en mano le daban la apariencia de una alfa ejecutiva, solo por el inexistente aroma se sabia de su verdadera naturaleza. —Aquí estoy señor.
—Quiero a los culpables de rodillas y suplicando piedad —la voz del alfa era firme.
—Hacemos lo que podemos, pero realmente es como si se los hubiera tragado la tierra, no hay rastro de nada.
—Esos imbéciles se atrevieron a inmiscuirse en mis negocios —La poca información que obtuvo en realidad no reveló nada, debe ir más a fondo si quería respuestas. Parecía que por más que buscara no lograba encontrar algo, siempre era lo mismo. Incluso ya había mandado detectives para la búsqueda de información. Lo normal era conseguir rastros en unas cuantas horas pero seguía con las manos vacías. —¿Ya te aseguraste que los americanos no están involucrados? No quiero a ningún extranjero metido en esto. Ellos son míos —. Jun Wu era el líder en los distritos del norte y sur por lo que si alguien externo se entera de sus problemas podría utilizarlo en su contra.
—Señor Jun Wu le aseguro que no se inmiscuirá ninguna organización ajena.
Cada vez había más intriga por las personas que habían hecho tanto alboroto. No era la primera vez que alguien le causaba problemas, pero nunca fueron asuntos serios. Y es que sólo un tonto se metería con Dragón Blanco . Aún se preguntaba cómo habían logrado destruir uno de sus casinos, era imposible que pudieran entrar a uno de los lugares con mejor vigilancia en el país, causar terribles daños y marcharse como si nada.
—¿El cancelador? —cuestionó el alfa.
La beta se miró un tanto incómoda. —Continúa desapareciendo, creemos que lo eliminaron.
—¿El disco duro? —los ojos del alfa observaron como la mujer negaba con la cabeza dando a entender que tampoco lo habían encontrado. Eso molestaba más a Jun Wu.
Ese disco duro contenía información valiosa; como nombres de sus compradores próximos y puntos de mercancía, sin ello se verían estancados muchos de sus negocios, las exportaciones se terminarían aplazando y se perderían bastante dinero. Sin duda un dolor de cabeza.
El alfa suspiró con frustración y prefirió cambiar de tema. —¿Cómo están los Lan?
—Hoy llegan los Hermanos Jade de Berlín, tal como se esperaba tuvieron éxito con las transacciones. Los alemanes estarán de nuestro lado si las cosas se ponen complicadas.
—Por fin buenas noticias, ¿Qué hay de los otros dos? —los ojos del alfa brillaron al preguntar por los omegas.
Ling Wen miró el reloj y habló: —Los señoritos, ellos-
—¡Jun Wu! —Justo en ese momento un omega irrumpió en la habitación abriendo las puertas de par a par—¡Xie Lian se niega acompañarme a Dubai!—QingXuan agitaba su abanico de un lado a otra con expresión dramática.
—Están por llegar... —terminó de decir la beta ya algo tarde.
Después del escándalo un segundo omega entró en el despacho. Ambos con una belleza sin igual, portaban elegantes trajes de seda hechos a la medida, se notaba lo costosa que era cada prenda, el omega menor no escatimaba en pedir y claro que Jun Wu lo complacería en todo. Shi QingXuan era el encargado de mandar hacer cada diseño, al final obligaba al pobre Xie Lian a usars de igual manera, pero debía admitir lo bien que les sentaba, tenían un aire de diseño casi como si se tratara de dioses, realzando su belleza natural .
—¿No te interesa ir de viaje? — preguntó el alfa al omega de finas ropas blancas.
—No es eso, sólo que lo veo incensario. Podría seguir aquí trabajando... — respondió Xie Lian. —He estado hablando con los Jin y pudimos llegar a un acuerdo para intercambiar material.
—Eso suena bien, buen trabajo —el omega sonrió ante la textura—, pero no te preocupes por el trabajo, puedes tomarte un descanso con QingXuan —respondió el alfa tratando de persuadir al menor.
—Preferiría ir después... —Xie Lian seguía firme en su decisión. Con eso Jun Wu dejó de insistir.
El alfa miró al menor de los dos omegas. —Sólo espera un poco.
El omega con el abanico hizo un puchero al escuchar eso. —Podría ir solo...
Jun Wu negó inmediatamente, esa respuesta ya la esperaba QingXuan: —Eres menor de edad, deberás esperar a cumplir veintiún años, ya lo sabes—. Al ver la tristeza en el rostro del menor prefirió cambiar de tema. —Por qué no mejor se preparan para recibir a los Lan. Hoy llegan de su viaje, de seguro los extrañaron.
Con eso las miradas de ambos chicos brillaron de felicidad.
—¡Haré algo de comer! —gritó con entusiasmo Xie Lian para salir después con prisa del lugar.
En cuanto dijo esas palabras un escalofrío corrió la espalda de Shi QingXuan. —Xie Lian ¡aléjate de la cocina! —gritó mientras iba detrás de Xie Lian.
Una vez más la habitación quedó en paz, así como un tornado que pasó y destrozó todo para después desaparecer.
Jun Wu sonrió levemente. —Me alegra que sigan tan animados, nunca cambien... —Esos chicos eran lo único que lo hacían ser más humano.
—Los ha criado bien señor — respondió Ling Wen.
La sonrisa del alfa desapareció, de nueva cuenta, una mirada que causó terror en las personas aparecieron.
—Y por eso no dejaré que alguien arruine la paz que tanto me tomó construir —demandó Jun Wu. —Sigue buscando información.
—Si señor —con eso la beta se fue.
El alfa estuvo solo en la amplia habitación de nueva cuenta. Con muchas cosas que pensar miro la foto que estaba colocada sobre su escritorio.
En la imagen se podía apreciar un Jun Wu casi idéntico al de la actualidad, dos pequeños niños de apariencia similar, sólo que uno era más alto que el otro y poseía una sonrisa en su rostro, rondaba alrededor de los doce; mientras que el más bajo de ojos dorados y mirada seria aparentaba unos nueve o diez, con una mano sostenía un conejo blanco mientras que la otra era colocada en los hombros de un pequeño Xie Lian de sonrisa gentil, quien estaba sentado junto al menor de los cuatro, Shi Qing Xuan. Ambos omegas permanecieron en el centro sosteniendo varias flores blancas.
En ese entonces solía verles entrenar y jugar. Shi QingXuan renegaba cuando tenían que realizar alguna actividad física, mientras que los otros tres se entusiasmaban, más Xie Lian. Los Jades siempre fueron prodigiosos desde jóvenes, nunca tuvieron problemas con ellos y agradecía que los alfa cuidaran de los omegas cuando él tenía que ausentarse. Aunque en la actualidad sabía que podrían valerse perfectamente bien ellos mismos.
En sus recuerdos aún podía escuchar los golpes en su puerta a media noche, al abrirla revelaba una pequeña figura que apretaba sus pijamas con fuerza.
—Jun Wu... tengo miedo... —un Shi QingXuan de seis años estaba parado con la cabeza gacha mientras abrazaba un animal de felpa.
—¿Dónde está Xie Lian? — preguntó el adulto agachándose a la altura del menor. Ambos omegas solían dormir juntos, por lo que, si el pequeño QingXuan había acudido a él, significa que el omega mayor no estaba en la habitación.
—Él... está trastornado en el gimnasio... —dijo tímido, se suponía que no debía revelar esa información ya que tenían prohibido estar levantados después de las nueve de la noche. Pero no aguantaba estar solo.
Jun Wu no dijo nada, tomó la mano del pequeño QingXuan y caminó en búsqueda del otro omega.
En el gimnasio pudo distinguir dos figuras que luchaban cuerpo a cuerpo, ambos estaban agitados, toda su concentración estaba en la pelea, por lo que ni siquiera se habían percatado de la del alfa. Los dos niños esquivaban y atacaban con gran destreza, era obvio que se utilizaron de Xie Lian y Lan XiChen. Pararon el encuentro cuando la alta figura se les acerco. Rápidamente hicieron una reverencia mostrando respeto, algo nerviosos permanecieron con la vista hacia abajo.
—Deberían estar durmiendo —dijo el alfa.
—Nosotros... —La voz insegura de Lan XiChen fue interrumpida por la de Xie Lian.
—Le pedí a XiChen ayuda con unos movimientos, quería que fuera sorpresa. Lamentamos desobedecernos.
Los ojos de Jun Wu los observaron por un momento, su mirada se ablandó un poco. Ambos niños parecían estar en buen estado, por lo que no había de qué preocuparse, pues el único motivo por el que no les permitía entrenar a solas es que podrían lastimarse al no tener una supervisión adecuada. Aunque ya no eran esos pequeños que trajeron tiempo atrás, debían entender que los chicos empezaban a crecer, ambos tenían catorce años, entendían sus límites y sabían cuidarse bien.
En ese momento notó la ausencia de alguien.
—¿Y WangJi? —recorrió con sus ojos la habitación pero no encontró nada. Si el Lan mayor estaba ahí significa que Lan WangJi también debía rondar el lugar.
—Debe estar en el jardín —dijo XiChen.
Jun Wu soltó la mano de QingXuan y dejó a los niños y mientras iba en busca del Lan menor.
—Esperan aquí — posiblemente mientras se alejaba.
Después de unos minutos encontré los ojos dorados que tanto buscaba. Lan WangJi estaba mirando las flores mientras acariciaba un conejo blanco, el animal estaba sumamente tranquilo y dócil en sus brazos. Desde que habían plantado gencianas en el jardín el pequeño Lan WangJi siempre iba a verlas.
—WangJi no es bueno que estés aquí a estas horas, podrías enfermar.
Los ojos dorados lo miraron un momento y después el chico se levantó lentamente.
El Lan asintió: —Mn.
Jun Wu se empezaba a preocupar por el muchacho, tenía casi doce años y apenas hablaba, pero por más que buscara especialistas todos dijeron que el chico estaba en perfectas condiciones, no padecía de ningún problema, simplemente era muy serio.
Una vez de regreso en el gimnasio notó como los dos mayores habían reanudado su pelea mientras que el menor se encontraba sentado en el suelo jugando con su animal de felpa.
—Es hora de dormir —con esa corta oración los cuatro se derivaron y salieron de la habitación. Se seguro de que todos estaban en la cama y que la pequeña lámpara de Shi QingXuan se encontrara encendida. En realidad antes era muy fácil cuidar de ellos.
Ahora las cosas ya no eran tan sencillas, quisiera o no los jóvenes querían saber más del mundo que les rodeaba. Así que su mejor opción era prepararlos para lo peor, ya habían sufrido bastante, no los dejaría pasar por más desastres. Se los debio, despues de todo ellos lo terminaron salvando.
En un amplio comedor varias personas terminaban de cenar en tranquilidad.
—Gracias por todo, estuvo muy bueno —dijo XiChen con su gentil sonrisa una vez que había terminado su plato. El apuesto alfa lucía un impecable traje blanco con algunos detalles en azul claro, los ojos marrones eran amables, brindando una sensación de confianza.
—Mn —a su lado Lan WangJi asintió, el menor de los Lan al igual que el mayor portaba un traje blanco inmaculado, sus ojos ambarinos parecían fríos y su expresión seria no ayudaba. Sin duda no provocaron muchas ganas de entablar una conversación con él.
—¡Pues claro! Le prohibí a Xie Lian entrar a la cocina mientras se preparaba todo —dijo animado Shi QingXuan.
El omega nombró una cara de tristeza cuando escuchó aquello. No creía que fuera tan mal cocinero... pero si incluso Jun Wu evitaba sus platillos debía significar algo.
—Hermano XiChen respóndeme algo —dijo Shi QingXuan. —¿Es cierto que los alemanes son muy guapos?
El Lan rió suavemente. —Deberías ir tú mismo para descubrirlo. Berlín tiene puntos turísticos muy interesantes. ¿Cierto WangJi?
-Minnesota.
Los ojos de Shi QingXuan brillaron. —En ese caso. ¡Berlín allá voy!
—¿No querías ir a Dubai? — preguntó Xie Lian.
—Puedo ir a ambos, esperen a que cumpla la mayoría de edad, no me verán ni el polvo. ¿Verdad Jun Wu?
En todo ese tiempo Jun Wu no había dicho nada y sólo se limitaba a verlos interactuar, siempre hacía lo mismo. Disfrutaba observarles, notar como habían crecido y cuanto amor fraterno destilaban, era como pudiera aprender cosas nuevas con ellos, cosas que él jamás viviría.
Pero desde hace rato pudo percatarse de lo distante que estaba el menor de los Lan «más de lo usual».
—WangJi —Llamó el alfa que estaba a la cabeza de la mesa. Una vez que obtuvo la atención de los ojos dorados preguntó con voz neutra. —¿Ha tenido más sueños?
El mencionado asintió con la cabeza, la mirada de Lan WangJi se perdió por unos segundos. Las visiones de un lugar oscuro y frío lleno de perros últimamente lo atacaban más seguido.
—Ah que envidia yo también quisiera soñar con el amor de mi vida, es una pena que WangJi-Xiong sea el único de nosotros en tener un destinado —comentó el omega menor. Shi QingXuan aún era demasiado joven para entender por lo que estaba pasando el Lan, en realidad sólo sabía que Lan WangJi había nacido con la "suerte" de tener un destinado y que de vez en cuando compartían recuerdos, aunque desconocía totalmente que clase de visiones eran intercambiadas. Si supiera que las imágenes sólo estaban llenas de caos y miedo probablemente no desearía un destino con tanto entusiasmo.
XiChen trató de cambiar el rumbo de la conversación ya que no quería incomodar a su hermano y tampoco quería explicar a Shi QingXuan lo complicado que era en este momento hablar del tema.
—Señor —llamó el mayor de los Lan.
—Dime XiChen — respondió Jun Wu.
—Escuché de los problemas recientes... —la mirada de todos los presentes en la mesa se posaron en él al decir esas palabras. —¿Está todo bien?
—¿Qué problemas? —inquirió Xie Lian.
—Aparentemente alguien está causando algunos disturbios en los negocios familiares.
—¿Disturbios? —lo miró con incredulidad QingXuan.
XiChen aclaró: —La Corte Celestial fue destruida.
-¡¿What?! —gritaron los omegas. Ellos estaban ahí no habían escuchado nada de eso, se notaba que Jun Wu no había querido que se enteraran aún del pequeño incidente.
—¡Es imposible que algo le pase a la Corte Celestial ! —QingXuan seguía escéptico ante la noticia.
—Es una pena que vayan llegando y ya están enterados de esto —suspiró Jun Wu—, pero es cierto, alguien me está causando problemas.
—Debe ser alguien muy hábil para que se logre esconder —comentó QingXuan.
Jun Wu habló con voz tranquila. —También ha desaparecido una de las mejores conexiones, todo indica que es el trabajo de la misma persona—. Realmente sería una casualidad muy grande que justo al día siguiente de la desaparición del canciller con la lista de compradores se incendiara un de los puntos de reunión más importantes. Y es que en la Cortarte Celestial se llevaron acabo innumerables tratados entre organizaciones, por lo que el ingreso de dinero era grande, pero ahora lo habían perdido, aunque no sería por mucho tiempo.
—¿Es alguien conocido? —esta vez preguntó Lan WangJi. Tenían la esperanza de que fuera un grupo con el que ya hubieran lidiado en el pasado.
—No lo sabría decir con certeza WangJi... parece ser alguien totalmente nuevo, pero no se preocupen, me encargaré de encontrarlo y ponerle un alto a todo esto —dijo tranquilo el alfa.
—¿Podemos ayudarte en algo? —como siempre XiChen apoyaron su ayuda al hombre que prácticamente les había criado.
—No hace falta, ya tengo hombres trabajando... Además ustedes acaban de llegar de un largo viaje —Jun Wu se negó ante la oferta, no quería molestar a los chicos ahora que pudieron descansar un rato.
—No importa, queremos hacerlo —insistió el Lan mayor.
—Mn —apoyó WangJi.
—Nosotros también queremos ayudar—. Xie Lian esperaba algo como esto, quería probar que tanto había avanzado con su entrenamiento, hacía mucho que no tenía un trabajo como este. Estar lidiando con sus revisiones médicas, negocios, administración y acompañar a QingXuan a sus viajes lo había alejado de todo esto. —Nosotros podemos hacerlo más rápido.
-¡Si! —el chillido de Shi QingXuan resonó—. Somos los mejores ¡Tú mismo nos entrenaste!
Ver la seguridad y motivación en los chicos no le hizo tener otra opción a Jun Wu que aceptar, sin duda nunca podría negarles algo.
—De acuerdo, les mandaré el informe de la situación. Cuento con ustedes chicos —Esperaba que con los cuatro las cosas se agilizarán y pudiera quitarse este problema de encima.
Los jóvenes asintieron, juntos sintieron que pudieron resolver cualquier cosa.
—¿Qué tanta es la información con la que contamos? — preguntó Xie Lian.
—Me temo que no es mucha —dijo Jun Wu—. Tómenlo con calma, si se torna muy peligroso los quiero a los cuatro fuera de esto.
—Eso será incensario —sonrió QingXuan—. ¿Cuando te hemos fallado? — cómo preguntó seguridad. Encontrar al responsable sería un juego de niños.
Cuando QingXuan tenía trece años realizó un programa de cómputo avanzado para poder rastrear a un hombre que le había robado a Jun Wu. Ahora ese hombre estaba tres metros bajo tierra y el alfa había recuperado sus ganancias. Tenía plena confianza en que podrían resolver este problema con los ojos cerrados. —Esto será rápido.
Apenas habían pasado tres días desde que Jun Wu les había dado la información sobre la Corte Celestial pero con esfuerzo tenían algo.
—No estamos llegando a ningún maldito lado —murmuró el menor de todos mientras estaba sentado frente a varios monitores y daba vueltas en una silla giratoria.
—Lenguaje QingXuan —dijo el mayor de los Lan.
QingXuan suspiró: —Lo siento, pero... ¡Esto es frustrante!
—Sabíamos que no se transportó de algo fácil, pero tampoco pensé que realmente sería como buscar a un fantasma —comentó XiChen mientras miraba fijamente el fuego que ardía en la chimenea de la habitación.
Lo único que sabía con certeza es que había más de una persona detrás de esto, aunque las identidades, el género y la cantidad de miembros aún no eran revelados. Debían sumergirse más profundo si querían conseguir algo.
—Lo más seguro es que están recibiendo ayuda —dijo Xie Lian, tratando de justificar todo lo ocurrido.
—¡Debes estar bromeando! ¡Hemos buscado en casi todos los lados! ¡Si alguien les ayudara ya lo sabría! —QingXuan era el que más frustrado estaba, rastrear era su especialidad y junto a XiChen eran como una bomba con la tecnología. Pero aún así no lograron dar con el paradero de su enemigo, por más que buscaran en cada distrito no parecían encontrar algún resultado. Empezando con el problema de que no sabían realmente a quien estaban cazando.
—Quizás buscamos información en los lugares equivocados... —dijo Lan WangJi.
—¿Lugares equivocados? ¡Pero si pedimos ayuda a GuangYao! ¡Incluso Qi Rong no sabe nada! siempre han sido nuestras mejores fuentes de información de Ellos.
Xie Lian lo meditó por un momento. —Tal vez los Nie sepan algo.
—No dirán nada, están en zona neutra, ellos no se meten en problemas ajenos —recordó Lan WangJi.
—Pero quizás nos indiquen por dónde buscar —dijo XiChen dando un rápido vistazo a su hermano—. Iré hoy mismo a su club nocturno.
—¡Yo quiero ir! —comentó entusiasmado QingXuan.
—No puedes, aún eres menor, está prohibido —le cortó de golpe el mayor de los Lan.
QingXuan se cruzó de brazos y desvió la mirada. —Asesinar también está prohibido y aún así lo hacemos...
—Jun Wu no te dejará —dijo Lan WangJi mirándole de reojo.
—De qué sirve tanto poder si no puedo siquiera entrar a un club nocturno! —gritó el omega dando más vueltas en la silla.
Xie Lian sonrió y le acarició la cabeza. —Tranquilo, ya falta poco, incluso nosotros debemos esperar.
—Yo me quedaré aquí —comentó Lan WangJi. Así el menor no se sentiría solo, además odiaba el ambiente de los clubes, era algo irónico ya que su familia tenía varios en su poder y él solía hacerse cargo de unos cuantos.
—En ese caso ustedes siguen buscando información, Xie Lian y yo nos iremos inmediatamente —dijo Lan XiChen, el resto asintió y sin perder tiempo los mayores partieron de la residencia.
Las luces del lugar cambiaban de color al ritmo de la música, el humo hacía que la visión se tornara algo borrosa y el aroma de omegas y alfas se mezclaban en todo el lugar, era un mar de hormonas que sólo inducía al apareamiento. Lan XiChen y Xie Lian caminaban con un objetivo en mente encontrado, con Nie MingJue.
Para su suerte el alfa parecia encontrarlos a ellos.
—Pero si se trata de uno de los Jade y el Principe Xie Lian. ¿Que hacen dos de los colmillos aqui? —cuestionó con una mirada seria.
—Venimos por un favor —le dijo Lan XiChen con una sonrisa.
El Nie frunció levemente el entrecejo e inclinó la cabeza, indicando que le seguirían. Lejos del escándalo, MingJue los guió a su despacho y les ofreció asiento.
—¿Gustan algo de beber? — preguntó de forma cortés mientras él se servía un trago, pero ambos invitados se negaron educadamente. —¿En qué les puedo ayudar? ¿Algún arma en específico? —el club de MingJue además de ser muy popular y estar en un punto neutro era una fachada para la venta de armamento, todo de la mejor calidad. Dragón Blanco solía adquirir material con él, por lo que conocía muy bien a los dos jóvenes que se encontraban sentados con mirada amable y sonrisa gentil. Sabía que detrás de esas máscaras había dos asesinos letales.
—En realidad no queremos material —Xie Lian empezó a hablar—. Venimos más bien por algo de información.
En cuanto dijo esa frase MingJue negó. —Saben que eso es algo que no puedo hacer, son las reglas.
—Pero-
MingJue interrumpió al omega que apenas había intentado convencerle. —No soy un soplón y no estoy del lado de nadie, por lo que si quiero conservar a mis clientes seguiré en silencio. Saben que así son las cosas con los vendedores.
Xie Lian suspiró, esperaba justo esa clase de respuesta. XiChen se apresuró a hablar. —No queremos información de alguien, más bien de un lugar.
—¿Un lugar? —les miró algo extrañado el Nie. Su política era acerca de personas, no de lugares, por lo que quizás podría ayudar.
Lan XiChen asintió. —Tú eres el mejor en cuanto a la venta de armas, aún así sé que debe haber otros establecimientos, quizás no de alta calidad como el tuyo, pero muy factibles para otras personas que se dediquen a hacer grandes trabajos.
MingJue quiso reír, sabía lo que esos dos tramaban, sin duda Dragón Blancoera alguien de cuidado. Con diversión dio un pequeño trago y habló. —Bien pensado, ni siquiera voy a preguntar a quién persigue, me puedo hacer una idea —con esa frase simple ambos jóvenes supieron que el Nie parecía tener algo de información sobre los que estaba causando tantos problemas, después de todo no era un secreto la pérdida del casino. —Sólo hay dos establecimientos tan eficientes como el mío, podrían encontrar tantas balas para acabar con una nación o... tantos explosivos para volar fácilmente un casino prestigioso—. Los dos jóvenes miraron de forma atenta al Nie. —El primer lugar se encuentra en el oeste, distrito seis, pertenece a los Wen, pero ellos sólo venden al extranjero, nada local. Ya saben, todo lo de ellos es "exclusivo".
XiChen alzó una ceja, si no fuera tan educado habría soltado un comentario despectivo, pero hablar de otros a su espalda no era cortes, por lo que prefirió callar. Mientras tanto Xie Lian solía ignorar todo lo que tenía que ver con los Wen, esos sujetos sólo complicaban las cosas, en esos momentos estaban en paz ambos bandos, por lo que trataría de no remover las aguas.
—¿Y el segundo? — preguntó Xie Lian.
La sonrisa ladina de MingJue solo les indica que ese era el lugar que ambos buscaban. —Se encuentra al este, en LanlingJin, distrito trece, la mejor "refaccionaria" de la zona. Desde ahora les advierto, es un lugar peligroso, ni siquiera los mismos Jin adquirieron mercancia en ese lugar.
XiChen frunció el ceño. —Si no adquieren mercancía... ¿Por qué lo mantienen?
MingJue alzó los hombros mostrando desinterés. —Liang FangZun dice que a su padre le gusta tener oídos por todas partes. No sé mucho, son sus dominios, él sabe lo que hace.
Xie Lian pensó en el actual líder de la zona este; Jing GuangShan. La verdad le desagradaba bastante ese hombre, siempre parecía mandar miradas lujuriosas a cualquier omega, incluso betas, era repugnante. Aunque haya cierta distancia con Dragón Blanco , prefería que GuangYao se encargara de los negocios cuando se tratara de Jun Wu.
—¿Es todo? —el omega lucía algo emocionado por haber encontrado una buena pista.
—Es todo —de ahí en fuera ya no podía decir nada.
—Gracias por atendernos —comentó amablemente XiChen mientras se ponía de pie junto a Xie Lian.
—Fue un placer verlos por aquí —asintió alzando levemente su trago antes de beber el resto de golpe.
Ahora tenían un nuevo destino, Xie Lian llamó a QingXuan para indicarles a dónde se dirigían, el menor de los omegas investigó con rapidez la dirección y la mandó. En cuanto Lan XiChen subió al vehículo indicado al conductor el nuevo rumbo que tomarían.
Mientras más se adentraban a la zona más nerviosa se ponía el omega. A diferencia del establecimiento de los Nie que estaba ubicado en una zona bastante agradable este nuevo lugar parecía estar en medio de callesjones abandonados y departamentos que dudaba residir habitables.
—Todo se mira tan... abandonado —comentó el omega mirando a su alrededor—. ¿Cómo los Jin pueden permitir esto en uno de sus distritos?
—No lo sé, A-Yao dijo que ha intentado convencer a su padre para reparar los distritos trece y catorce, pero desde la muerte de ZiXuan las cosas han ido empeorando.
Incluso en los bajos mundos había categorías, y esta en definitiva estaba en lo más bajo que podían llegar, lo cual era extraño, ya que el distrito principal de los Jin rebosaba de lujo.
Ambos jóvenes terminaron en lo que parecía ser un taller mecánico, la fachada estaba desgastada y el interior no mejoraba mucho.
-¿Hola? —habló Xie Lian cuando se adentraron.
El sonido de una pieza metálica golpeando el suelo hizo que tanto Lan XiChen como Xie Lian sacaran un arma y apuntaran.
—Tranquilos estoy desarmado —dijo un joven beta mientras alzaba ambas manos, mostrando que en efecto no poseía nada, la sonrisa que formaba parecía de burla, logrando incomodar a los dos presentes, pero al final tanto omega como alfa bajaron las armas.
—¿Eres el dueño? —Preguntó XiChen.
El beta asintió. —Lo soy y ustedes parecen estar perdidos.
—Buscamos información —aclaró Xie Lian.
—Obviamente buscan información, no hay otro motivo para que los colmillos de Jun Wu estén aquí. Los Demonios debieron empezar a causarles problemas ¿no?
—¿Quienes? —cuestionó XiChen, aparentemente no sería difícil encontrar información. A este pájaro parecía gustarle cantar.
— Demonios . Así los conocemos por acá —dijo con simpleza el beta.
—¿Es alguien nuevo? — preguntó Xie Lian analizando cada movimiento del beta, no parecía una persona de fiar.
—Pff ¿Nuevo? —parecía que le habían contado un gran chiste al hombre—. Relativamente dan la impresión de ser nuevos, pero créanme, ellos han estado aquí desde hace mucho o al menos la mayoría. Tienen bastante tiempo causando problemas, pero nunca se metido con alguien tan importante como Jun Wu.
—¿Por qué nunca oímos a ellos? —aún habían muchas cosas inconclusas en la mente del omega.
—Sólo digamos que estuvimos arreglando cuentas fuera de aquí por un tiempo y ahora han regresado.
XiChen descubrió detalladamente el lugar, había un ligero aroma a gardenia en el ambiente. Sin ver directamente al beta comentado. —Por como hablas de ellos parece que les conoces bien —el beta se rió, parecía divertido con la situación.
—¿Sabe quién hijo? ¿Cuentas con fotografías de ellos? — preguntó el omega queriendo acabar con esto.
El beta se encogió de hombros—Ya dije demasiado, no hablo gratis, esto no es un centro de caridad.
—¿Cuánto quieres? — Inmediatamente XiChen.
—No me interesa el dinero —aclaró el beta.
El alfa suspiró al ver que no sería tan fácil como pensó. —¿Qué es lo que quieres?
—Les seré sincero, sólo hago esto por diversión, es por lo único que estoy en el negocio. Si me conviene les ayudo, así de simple. Pero la verdad no quiero ser yo quien acabe con este juego, parece que esto apenas comienza.
El comentario era más peligroso de lo que parecía, pues este era el tipo de persona que evitaba a la hora de hacer tratos, debido a que eran muy traicioneros, además de que la información podría ser falsa, pero hasta ahorita era la mejor fuente que tienen.
—Qué te parece si hacemos esto por las buenas, nosotros necesitamos información y tú la tienes —trató de convencer a Xie Lian—. Además, no nos iremos con las manos vacías —finalizó con una sonrisa, que claramente era una amenaza.
El beta rio al observar como las dos personas de enfrenten estaban totalmente en alerta. —No parece muy divertida tu propuesta.
El sonido de un disparo resonó haciendo eco en el lugar, la mejilla del beta portaba una fina línea de sangre.
—¿Esto te parece más divertido? Si no es así puedo volver a tirar del gatillo, te prometo que la siguiente bala no fallará —dijo Xie Lian con voz tranquila y sin dejar de sonreír.
El beta fingió agitar una bandera y alzó ambos manos a modo de rendición. De forma lenta se animó a un escritorio viejo, donde hurgó unos segundos, cada movimiento estaba siendo observado por las dos personas de enfrente, después de un momento sacó lo que pareció ser una cinta de casete, la colocó sobre el escritorio y se alejó.
El alfa miró la cinta frunció el ceño. —Debes de tener algo mejor —dijo XiChen tomando la cinta y guardándola entre su ropa.
El beta fingió no poder hablar y se encogió de hombros.
—Sólo dilo —exigió el alfa algo cansado por la situación.
—Realmente aunque quisiera no puedo abrir mucho la boca, ya saben como es el negocio —se excusó con una voz fingida—, pero si no quieres la cinta puedes dejarla.
Ahora dos armas apuntaban al beta. Xie Lian habló: —No estamos jugando, así que por favor no compliques las cosas.
Aún con la situación el hombre seguía tranquilo, como si supiera que ese par no le dispararía. —No me asustan sus amenazas, sé que no me matarán. Estos no son sus dominios y si mi jefe se entera de esto podría haber problemas. ¿Eso es lo que quieren?
Tanto omega como alfa se miraron, desgraciadamente el beta de enfrente tenía razón, ese hombre trabajaba para los Jin, si desaparecía GuangShan armaría un alboroto, ya tenían problemas para añadir más a la cesta. Al final bajaron sus armas y dieron media vuelta para salir del lugar.
—Si no tiene nada relevante regresaremos —sentencia el omega.
—Vuelvan cuando gusten —dijo el beta inclinando la cabeza a modo de reverencia, claro que sus gestos estaban impregnados de burla—. Por cierto, los distritos del sur han estado un poco tranquilos, hace falta algo de entretenimiento, Jun Wu debería prestar más atención a su territorio.
Xie Lian miró al Lan, ambos tenían lo mismo en mente, quizás esta era otra pista lanzada por el beta. Al final agradecieron y se marcharon de regreso al norte, debieron revisar esa cinta lo más pronto posible.
En cuanto el taller se quedó sólo el beta chasqueó la lengua y sacó su móvil para hacer una llamada de forma rápida. Al segundo timbre obtuvo respuesta.
—WuXian tengo tu pedido, además de que acabo de recibir una interesante visita... —comentó mientras sonreía y caminaba a la bóveda donde se encontró ubicado un amplio arsenal de armas—Te espero aquí pronto—murmuró antes de cortar la llamada.
En la entrada de la bóveda se encontró un omega con la mirada baja. —Xue Yang... ¿Por qué les diste tanta información?
—Diversión —dijo simple—. Ahora vuelve al trabajo.
—Déjame ver las imágenes otra vez —pidió QingXuan.
XiChen le pasó las pocas fotografías con las que contaban. Resultó que la cinta era un video del mismo taller, el cual tenía una baja calidad y la escena ocurría por la noche, según la hora de la cinta todo ocurría después de media noche y la fecha indicaba que era de hace cuatro días, justo antes del ataque a la Corte Celestial . En el video se apreciaba la entrada del lugar, segundos después llegaba una silueta, parecía tener un cabello largo y de alta estatura, pero era muy difuso para distinguir, después la persona abandonaba la toma y llegaban otras dos, al final las tres figuras se retiraron con algunas cajas, una de las figuras se detenía en la entrada y parecía señalar algo, pero después de eso la imagen se cortó.
El menor se había esforzado en capturar imágenes y hacerlas lo más claro posible, pero al ser un video con muy mala resolución no se podía hacer mucho. Solo un de los tres rostros fue posible identificar. Basándose en un registro y escáner facial lograron dar con más imágenes que aparentemente lo relacionaban, el joven de las fotos usaba visitar gran cantidad de clubes nocturnos, aunque todos estos clubes estaban encontrados de sus dominios y sólo uno pertenecía al distrito tres del norte, era precisamente donde el canciller habia sido visto por ultima vez. A pesar de todo su avance aún se desconocía la información del chico, pues siempre habían registros de datos diferentes por lo que suponían todos posiblemente ser falsos.
QingXuan analizó las imágenes por un rato más hasta que dijo. —Este de aquí apuesto que es omega —apuntó a la fotografía del joven.
—¿Cómo lo sabes? —cuestionó Xie Lian.
—¿Sexto sentido? —dijo con duda el omega menor—. Mira cuidadosamente la figura, luce muy estilizada en el video y su rostro grita omega.
—QingXuan la mayoría de imágenes ocurren dentro de un lugar oscuro y con mala iluminación, no puedes asegurar que es omega sólo porque tenga lindo rostro, podría ser una beta —suspiró Xie Lian.
—Digan lo que quieran, estoy seguro que lo es —dijo Qing Xuan mirando fijamente el retrato del joven—. Si quieres que las cosas salgan bien siempre tienes que tener un omega a un lado. Los alfas por si solos no pueden lidiar con todo, somos muy necesarios.
XiChen sonrió por el comentario y sólo asintió con la cabeza lentamente.
En todo ese rato que los chicos hablaban Lan WangJi estaba sentado mirando la fotografía algo borroso del joven, lo único que podía notar es que tenía un negro, las facciones de la cara era difusa y no parecía ser muy alto, por lo que si no era un beta debe de tratarse de un omega, tal como lo dijo QingXuan. El alfa releía la nueva información, sabía que este grupo no era nuevo en la zona, o eso había dicho el beta, además de que ya había atacado a personas importantes fuera de la ciudad, sólo que siempre eran de bajo perfil. Investigando más satisfacer que en el bajo mundo les llamaban Demonios , había muy pocas imágenes de ellos, realmente solo figuras borrosas. Aún con todo eso, era muy poca información.
Casi por instinto Lan XiChen giró en dirección de su hermano menor justo en el momento que los ojos dorados también le buscaban, como si una pequeña idea la hubiera cruzado por la cabeza al alfa.
—¿Pensaste en algo WangJi? —interrogó al alcalde.
—Mn —en cuanto respondió que todos le miraron con atención—. No podemos llegar a ellos, así que hay que hacerlos salir.
—Sabrán de inmediato que es una trampa... —dijo Xie Lian.
—Pero qué tal si la carnada fuera tan tentadora e imposible de ignorar —sonrió QingXuan—. Parecen buscar algo de nosotros, sería realmente fácil sacarlos de su escondite.
Con eso XiChen comprendió y sonrió de igual manera.
—Tienes razón... y sé cómo atraer las abejas a la miel —miró a los dos omegas y rápidamente pensó en un plan—. QingXuan ocuparé de tu creatividad... y Xie Lian prepárate para hablar con la prensa. Llamaré a Mu Qing y Feng Xin. WangJi revisa algún terreno disponible en el sur.
Cuando Xie Lian escuchó la orden dirigida a WangJi miró al mayor. —¿Seguro? Todavía no sabemos qué tan fiable es la información.
Lan XiChen le mandó una mirada tranquilizante. —Por la forma en cómo hablaba ese sujeto sé que le gustan los juegos, quizás no lo dijo de forma literal pero en realidad hay algo importante en los distritos del sur.
Ahora tenemos que pensar en un buen nombre para el nuevo casino.
Chapter 3: Capítulo 2. Demonios.
Chapter Text
He Xuan estaba apoyado en una barra mientras comía con entusiasmo las sobras del arroz frito que aún residían en la nevera. Mientras tanto Wei Ying se encontraba recostado en un sofá con un plato de comida picante en las piernas y una botella de vino. Ambos miraban el televisor sin interés realmente, el sonido burdo que emitía el aparato no terminaba de llamar la atención de ambos chicos, la luz que desprendía iluminaba tenuemente los dos rostros de la oscuridad, delineando cada facción y resaltando su aburrimiento.
De la nada un gato negro subió hasta la barra y miró a He Xuan como si le exigiera alimento, el animal se veía flaco, tenía un profundo rasguño en uno de sus ojos, la cola se movía elegantemente mientras adoptaba una postura retadora contra He Xuan. Aunque el mayor sólo lo ignoró, terminó espantando al animal para que bajara y se fuera.
—Maldita sea, ya le he dicho a Hua Cheng que mantenga este costal de pulgas lejos de mi.
—Si lo quieres fuera sácalo tú mismo —comentó WuXian.
—No soy tan idiota como tú para agarrar esa bola de pelos —contraatacó el alfa.
Wei Ying rio escandalosamente. —¿Qué dices? Pero si E-Ming es un amor.
—Ese gato es igual de endemoniado que su dueño.
—Que HuaHua no te escuche decir eso —Wei Ying se burló.
Podía ver como el animal persistía por un poco de comida. Aún le era increíble que alguien como Hua Cheng tuviera una mascota como esa, que si bien el alfa negaba en todas la ocaciones diciendo: "No es mío, sólo lo alimento". Pero al final si llegabas a tocarle un pelo a ese gato era muy probable que no salieras ileso, y siendo sinceros el animal tampoco era muy amigable, solía bufar cada que lo intentabas tocar y huía en cuanto te acercabas más de la cuenta, la única manera que se acercara era que tuvieras algo de comer o simplemente que seas Hua Cheng, ya que era por la única persona que se dejaba acariciar. Una vez que Wei Ying lo intentó por la fuerza, lo único que obtuvo fue un par de rasguños en los brazos, desde ese momento el omega prefiere mantenerse lo más lejos posible de E-Ming.
WuXian se cansó de observar la pelea de He Xuan con el animal, era obvio quien iba a ganar. Con pereza decidió seguir viendo el televisor, segundos después el programa paró un momento, revelando un corte informativo.
"Y ahora en últimas noticias el famoso empresario Jun Wu ha dado una entrevista esta mañana, pero lo más interesante es que no se ha presentado solo."
—¡He Xuan escucha, escucha! —gritó Wei Ying quitando el plato de comida y acercándose más a la pantalla mientras subía el volumen.
«Esto se pondrá interesante» pensó el de ojos grises.
En la pantalla empezaron a aparecer las imágenes de lo que parecían ser restos de la Corte Celestial.
"Como sabrán recientemente el Casino Corte Celestial se ha visto atacado, dejándolo prácticamente en ruinas. Ante esto el multimillonario Jun Wu por fin habló"
—¡Chicos! ¡Rápido! ¡Vengan ahora! —el omega gritaba sin despegar los ojos de la pantalla.
Las imágenes donde anteriormente estaba una joven mostrando el destruido casino habían sido reemplazadas por un hombre de gran porte, pero justo por detrás dos jóvenes le acompañaban.
—¿Por qué gritas tanto? —en ese momento Jiang Cheng apareció acompañado de una alfa, ambos iban con el ceño fruncido por el escándalo del menor, pero al ver la televisión quedaron mudos.
Pocos segundos después Hua Cheng también se unió, su mirada pareció brillar al observar una figura demasiado familiar en la pantalla. Hacía tanto que no le veía. En definitiva era aún más hermoso que en sus memorias.
"—¿Señor qué hará ahora con la Corte Celestial destruida?"
"—¿La remodelará o construirá otro lugar?"
"—¿Por qué los jóvenes Lan XiChen y Xie Lian han venido con usted hoy?"
"—¿Dónde están los jóvenes Lan WangJi y Shi QingXuan? ¿Se encuentran bien?"
"—¿Sabe quién es el culpable de todo esto?"
"—¡Joven Lan! ¿Está usted soltero?"
"—¡Xie Lian se ha vuelto muy hermoso! ¿Está en busca de pareja?"
Esa pregunta hizo que Hua Cheng se tensara y apretara los puños.
"—Señor Jun Wu ¿alguno de sus chicos está en busca alfa u omega? ¿O usted está en busca?"
"—¿Qué se siente saber que sus chicos son muy codiciados?"
"—¡Señor Jun Wu, explíquenos por favor!"
Un sin fin de preguntas se escuchaban, los flash de las cámaras alumbraban a las tres figuras y los micrófonos se les acercaban para escuchar sus respuestas. El alfa mayor se mantuvo en silencio con una mirada seria, los jóvenes detrás de él mantenían una leve sonrisa pero tampoco hablaron. Los hombres de seguridad hacían todo su esfuerzo para impedir que se les acercaran demasiado.
Jun Wu levantó su mano y con esa simple acción todos guardaron silencio. Se aclaró la garganta y empezó a hablar.
"—Primero que nada, me... —hizo una pausa, parecía meditar sus palabras— ...conmueve, su evidente interés por mis chicos, pero sugiero no inmiscuirse en mi vida privada y la de ellos. —Con eso todo los entrevistadores tragaron duro y supieron que estaba prohibido hacer más preguntas personales en ese momento—Por otro lado, el casino será reconstruido, si bien fue una pequeña pérdida no es irreparable, sólo es un bache en mi camino"
—¿En serio? Yo diría que esa no fue una "pequeña" pérdida —se mofó WuXian.
—Cierra la boca y deja escuchar —dijo la mujer arrojándole un cojín del sofá.
Jun Wu sonrió levemente en directo a la cámara, de tal forma que hizo a varios tensarse, inclusive aquellos que estaban tras la pantalla.
"—Mis muchachos son mayores. En esta ocasión he permitido que participen con los negocios familiares, ellos han pedido involucrarse más y yo he aceptado su petición"
—Mierda, estamos jodidos —bramó He Xuan. Si esos chicos estaban dentro de esto significaba que Jun Wu ya estaba enfurecido.
—No, la diversión apenas comienza —la sonrisa de Hua Cheng era casi tan terrorífica como la de Jun Wu, incluso más.
Jun Wu se hizo a un lado dándole espacio a los dos chicos para que se colocaran enfrente. Ambos hicieron una corta inclinación con la cabeza, XiChen fue el primero en hablar.
"—Como han escuchado, el Casino Corte Celestial será reconstruido, y no sólo eso. Hemos decidido abrir un nuevo Casino, uno aún mejor que la Corte Celestial. Y este estará ubicado en el distrito dieciocho de la zona sur"
Los murmullos no se hicieron esperar entre la gente. Ante esas palabras los dos omega que miraban el televisor gruñeron. Odiaban como esa clase de personas hablaba de tomar lugares como si fuera nada, como si todo lo que implicara algo como eso no tuviera valor. Además la zona sur era el último lugar donde tenían derecho a construir algo.
—Los voy a matar —sentenció Jiang Cheng.
—Dudo mucho que le puedas poner una mano encima —comentó algo burlesco Wei Ying—. Hace mucho que no tomas un arma ¿Por lo menos recuerdas cómo disparar?
—¿Quieres que te muestre lo bien que aun puedo disparar? —respondió mirándolo con superioridad.
Hua Cheng los silenció. —Suficiente.
Ambos omegas guardaron silencio y regresaron la vista al frente.
Ahora el omega vestido de blanco tomaba la palabra.
"—Justo como XiChen ha dicho, se construirá un nuevo Casino, el nombre se dará a conocer más adelante y no sólo eso, dentro de 30 días el lugar estará listo"
Se podían escuchar comentarios de sorpresa.
"—¿Tan rápido?"
"—Woh muero por conocerlo"
"—Algo como eso sólo es posible para la familia de Jun Wu"
El omega que sonreía en todo momento alzó la mano al igual que el alfa lo había hecho anteriormente, obteniendo el mismo resultado y continuó.
"—Por motivos de la inauguración se realizará una fiesta a lo grande, esperamos la asistencia de muchas personas..."
Esa última frase la había dicho viendo directo a la cámara. Hua Cheng podía ver el reto impregnado en esas palabras.
"—Eso es todo por el momento"
Los dos jóvenes que sonreían tranquilamente volvieron a colocarse por detrás del alfa. Así que Jun Wu volvió a recuperar la palabra.
"—Como podrán ver ya se están tomando cartas en el asunto, espero todo haya quedado claro. Sin más que decir nosotros nos retiramos"
"Esto es todo lo que el señor Jun Wu comentó, los próximos detalles serán dados los siguientes días. Hasta aquí el corto noticiero, por favor continúe disfrutando de la programación"
El corto terminó y el programa anterior volvió a dar continuidad.
—Es una trampa —afirmó He Xuan.
Hua Cheng siguió mirando atentamente la televisión. —Lo sé.
—No podemos quedarnos sin hacer nada, sería como si se burlaran de nosotros —comentó emocionado Wei Ying—. Si trabajamos juntos todo saldrá bien. Debemos aprovechar esta oportunidad, prácticamente se están colocando en charla de plata.
—¡Es un suicidio! ¡WanYin diles algo! —pidió He Xuan al Jiang.
—Temo decir que en esta ocasión concuerdo con el idiota... —suspiró resignado—. Nos están provocando, y yo detesto eso... —Algo que Jiang WanYin odiaba era perder.
He Xuan observó a la mujer. —¿Wen Qing?
La alfa encogió los hombros restándole importancia. —Hagan lo que quieran.
—Este es el fin —He Xuan se rindió antes de empezar la lucha. Sólo quedaba un camino a seguir.
—Lluvia Carmesí, tú decides —dijo Jiang WanYin.
Hua Cheng había adquirido una extraña posición de liderazgo, aunque no siempre le hacían caso. Pero en estas ocasiones donde se debían tomar decisiones importantes usualmente le escuchaban, quizás porque era el mejor planeando los ataques o tal vez se debía a que su suerte era tan buena que terminaba siempre obteniendo el mejor resultado, logrando que los demás confiaran más en sus elecciones.
—Supongo que tenemos que conseguir algunos materiales, además de necesitar un plan... —murmuró Hua Cheng una vez que tomó el camino a recorrer.
Wei WuXian no pudo contener su emoción y empezó a saltar como niño pequeño.
—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! —salió corriendo de la habitación.
Jiang WanYin puso los ojos en blanco al ver su reacción. —De seguro ya fue a buscar sus cuchillas.
Hua Cheng hizo señas con la mano para que le ignorara. —Déjalo emocionarse.
—No sería Wei WuXian si no hiciera tanto escandalo —comentó Wen Qing alejándose—.Díganme lo que ocupan más tarde, ahora tengo que ir con mi hermano.
He Xuan negó con la cabeza lentamente. —Espero se te ocurra una buena estrategia si es que no nos quieres muertos a todos.
Estaban a punto de meterse a la guarida del dragón, literalmente. Esperaba que salieran todos con vida.
—Sólo haremos una pequeña visita —murmuró Hua Cheng pensando en el bello omega que había pasado en pantalla hace unos momentos.
En un alto rascacielos una figura vestida de negro utilizaban un par de binoculares para ver a lo lejos el resplandeciente edificio de brillantes luces, diferentes tonos de azules iban y veían, se trataba de la inauguración. Después de varios días de espera podían dar inicio con su juego.
Cerca de la zona una camioneta negra se encontraba parada. —Recuerden, si se llega a perder la comunicación es momento de la retirada, no nos quedaremos más tiempo —dijo WanYin mientras revisaba que todo estuviera en su lugar.
Se escuchó la voz He Xuan a través del aparato. —Entendido.
—Si, ya entendimos, ahora si, que comience la acción —chilló por el transmisor emocionado el omega de ojos grises.
—WuXian tú eres el primero en estropear el plan siempre, esta vez no se te ocurra algo estúpido, estamos hablando de Dragón Blanco —regañó He Xuan mientras seguía observando todo el movimiento desde las alturas, el alfa iba con ropa adecuada para su trabajo, además de visibles herramientas para poder infiltrarse. —Mejor dinos si ya estás dentro del lugar.
—¿Por quién me toman? Claro que ya estoy dentro —dijo WuXian a través de su comunicador. —Y debo admitir que el lugar está mucho mejor de lo que me imaginé. ¿Podríamos no destruirlo tanto? Me gustaría quedármelo.
—Wei WuXian concéntrate —le recordó el Jiang.
El alfa vestido de rojo miró al joven que estaba al volante con una computadora en sus piernas que tecleaba sin parar. —WanYin no te alejes tanto.
—Ya sé, tendré listo el motor por si algo sale mal, estaré en dirección al sur, irán por la alcantarilla para llegar a mi. Sé lo que tengo que hacer —con su dedo apuntó a la parte de atrás en la camioneta, donde otro joven tecleaba más equipo de cómputo, todo parecía estar listo y trabajando.
—QiongLin dime que tu hermana está con el otro vehículo listo —pidió Hua Cheng.
—Sí —Afirmó con voz baja sin despegar los ojos de la pantalla.
—Entonces andando —El alfa de elegante traje descendió del vehículo—. He Xuan espera mi indicación para entrar, no queremos que te descubran, de seguro el lugar estará plagado de guardias.
Sin más tiempo que perder el alfa comenzó caminar rumbo al nuevo casino. Lanzó una mirada de aburrimiento al ver el lugar, las luces en color neón de diferentes azules resultaban demasiado llamativas, había un mar de gente tratando de entrar.
—Cloud Recesses —leyó en voz alta el alfa—. Lindo nombre. Me preguntó si el lugar será tan agradable por dentro, conociéndolos posiblemente se trata de otra elegante copia del Casino Corte Celestial. Aunque para mi gusto requieren de una remodelación.
—Lluvia Carmesí deja de perder el tiempo y entra de una buena vez, el tiempo corre —se escuchó la voz del Jiang a través de su comunicador—. He Xuan ya casi llega a su posición. Y WuXian no lo arruines.
Se escuchó la risa de Wei WuXian. Todos sabían que era un peligro estando solo, —Vamos Jiang Cheng, tú tranquilo, yo nervioso.
—Contigo nunca se puede estar tranquilo —le recordó el Jiang.
Hua Cheng escuchaba a los omegas discutir por su comunicador mientras caminaba a la entrada VIP del lugar.
—Identificación —dijo el hombre serio.
Con movimientos elegantes el alfa sacó una identificación falsa, cortesía de WanYin.
El guardia la tomó y revisó en su lista de invitados, todo parecía estar en orden, lastima que ese no fuera el hombre real. Regresó la identificación pero miró de mala gana al del traje rojo. Ese alfa no le daba buena espina, pero los jóvenes dueños le dijeron que dejara entrar a todo mundo, en realidad la seguridad no estaba tan restringida como aparentaba.
Dio el pase y Hua Cheng ingresó en el lugar. Empezó a avanzar y lo primero que divisó fue un escáner a unos metros.
—WanYin espero ya los hayas desactivado —dijo en un susurro el alfa, pero siguió con su andar, lucía muy tranquilo, como si no trajera más de un arma entre sus ropas. De hecho se sorprendía que no hubiera más hombres revisando, toda esta situación sólo hacia las cosas más obvias a los ojos del alfa. Podía notar claramente las intenciones de Dragón Blanco.
Justo como pensó al atravesar el escáner, nada sonó. Debían admitirlo, el Jiang era bastante bueno.
Cuando se adentró en el lugar debió admitir que fuera lo que fuera tenían buenos gustos, todo se veía de calidad. Pero no había tiempo para admirar la decoración, debía empezar a moverse. Según los planos que Jiang WanYin había conseguido del lugar debía haber dos zonas importantes en específico, la primera era la parte de entretenimiento, que más que casino era un mini club, un lugar para beber, con bailarines y más cosas; la habitación era especial, ya que evitaba la salida de sonido para el resto de los lugares. Después estaba la segunda zona, se trataba justamente de la zona de apuestas, más específico, los juegos de azar.
Hua Cheng llegó a la primera planta donde la música sonaba alto y diferentes aromas se mezclaban, el lugar estaba bañado en feromonas, típico de esa clase de lugares. El interior era aún más grande de lo que parecía en el exterior, el alcohol abundaba y como era de esperarse había intercambios de drogas en lugares estratégicos. Con pasos lentos se acercó a la barra y pidió un trago, disimuladamente inspeccionó el lugar. Si bien habían guardias, no le preocupaba al alfa, lo único que le hizo perder un poco su paz fue ver un hombre vestido de blanco con ojos dorados parado en una zona exclusiva.
—WuXian —dijo el alfa.
—¿Si? —se escuchó la voz del omega por el comunicador.
—¿Dónde estás? —preguntó tranquilo.
Wei WuXian contestó enseguida. —Camerinos. ¿Ya entraste?
—Si, encontrémonos en los baños del área de máquinas —dijo el alfa antes de abandonar el lugar.
En otra zona se podían ver una gran variedad de juegos azar, apuestas rápidas hechas con máquinas. Parecía que una sección de Las Vegas había sido colocado en el interior.
Con discreción el alfa entró en los baños del lugar. —WuXian estoy en la parte de los baños ¿dónde estás?
Una juguetona voz sonó desde sus espaldas. —Justo detrás de ti.
Cuando se giró pudo observar al omega que vestía una larga gabardina negra. En definitiva la infiltración de WuXian era su fuerte, casi parecía hacerlo ver como un juego de niños.
El joven de ojos grises se giró para poner seguro a la puerta y no fueran interrumpidos, era muy temprano para que hubiera algún muerto.
Los ojos grises lo escanearon de arriba a abajo. —¿No crees que el rojo es muy llamativo?
—Me queda bien —dijo con simpleza el alfa.
Wei WuXian se encogió de hombros. —Yo no he dicho que te quede mal —después de eso sonrió de lado—, hablando de ropa, mira mi traje de esta noche —comentó desatando su gabardina y revelando las exóticas prendas que portaba. —¿Me veo genial? ¿Cierto?
El alfa alzó una ceja. —¿Y yo soy el que viste llamativo?
—Es diferente, mi trabajo es llamar la atención —comentó el omega volviendo a cubrirse con la gabardina.
El alfa solo lo ignoró y fue directo al grano. De entre sus ropas sacó un pequeño frasco. —Olvidaste esto —dijo tendiéndole el objeto.
—Ah pensé que lo había guardado. Salvas mi vida.
El ceño del alfa se frunció. —¿Te das cuenta que si no lo hubiera traído estarías en problemas?
Wei Ying rio. —¿Pero lo trajiste, no?
El alfa sólo suspiró. —Asegúrate de bañar muy bien tus agujas en ese sedante. ¿Entendido?
—Lo sé, lo sé, no nací ayer. ¿Cuánto tiempo llevamos haciendo esto?
Hua Chen lo observó sin ganas de discurrir con él. —Otra cosa, en la primera sala está el menor de los Lan, iré a revisar el resto de salas y después al segundo piso de las apuestas. No lo dejes abandonar el lugar —pidió el alfa del parche en el ojo.
—Tu déjamelo a mi. Ve y busca a tu Dianxia —dijo de forma juguetona el omega.
—Diviértete —le dijo Hua Cheng—, pero no demasiado.
—También va para ti —Wei Ying le guiñó el ojo antes de dar media vuelta y salir del lugar.
—¡Ninguno de los dos se divertirá! —gritó Jiang Cheng—. ¡Pónganse a trabajar de una buena vez!
—Aburrido —murmuró Wei Ying marchándose del lugar, tenía que preparar las cosas para su actuación, después de todo era el estelar.
Hua Cheng también salió poco después de los baños, dio algunas vueltas en la sala de máquinas. Era divertido ver como algunas personas se eclipsaban con los juegos y perdían su dinero. Después de eso abandonó el lugar y fue directo al área del casino. Las mesas con juegos de azar estaban rodeadas de personas obviamente adineradas; todo se veía costoso, desde el piso de mármol pulido hasta el gran candelabro que colgaba en el lugar.
El alfa negó con la cabeza y empezó a recorrer el lugar con su único ojo. Detuvo su acción cuando pareció encontrar su objetivo.
—He Xuan, hazlo ahora —murmuró Hua Cheng sin dejar de mirar al omega.
—Sí —se escuchó la afirmación por el comunicador—. Hua Cheng modérate —pidió antes de cortar.
—No prometo nada —dijo al alfa empezando a avanzar.
Algo ansioso se acercó a un bello omega que veía una partida de dados, vestido de un hermoso traje de seda blanco, tenía un aspecto celestial. Se notaba que su traje era hecho a su medida, la verdad le quedaba perfecto. Cuando estuvo más cerca pudo detectar el aroma de flores silvestres con un toque de miel, eso fue más que suficiente para hacerlo flaquear, hacía tanto que no tenía el placer de degustar ese aroma, ahora era más dulce y maduro de lo que recordaba, su alfa interno se encontraba extasiado.
Pero en cuanto se acercó más de la cuenta una cámara comenzó a seguir todos sus movimientos muy de cerca.
Hua Cheng fingió no darse cuenta y caminó por un rato alrededor de las mesas, miraba la partida como si se tratara de la cosa más interesante del mundo, ya con un poco de tiempo extra se acercó cautelosamente al omega de ropas blancas. De cerca el aroma era aún más fuerte y seductor, una fragancia fresca, con un dulzor que lo hacía salivar. Internamente se preguntaba si el omega sería capaz de reconocerle, aunque algo le decía que no sería así, después de todo su conexión se había visto afectada hace mucho tiempo.
Recuperando la compostura Hua Cheng se aclaró la garganta y habló. —¿Sólo mirarás? —preguntó con una sonrisa.
El omega le observó e hizo una expresión incomprendida. —¿Disculpe?
—Pregunto si no va jugar también —dijo Hua Cheng.
—Oh no, mi suerte es muy mala, pero me gusta ver jugar a los demás —aclaró el chico.
Hua Cheng sonrió un poco y continuó hablando con él más bajo. —¿Te gustan mucho los juegos de azar? Pareces muy joven para ser adicto a las apuestas—el alfa miró atentamente cómo el omega parecía ocultar una sonrisa.
—Aunque no lo parezca tengo veinticinco —dijo con diversión. El hombre de rojo sonrió auténticamente al notar la sinceridad del omega, era claro que Hua Cheng sabía inclusive la fecha de nacimiento del joven de enfrente—. Yo diría que eres tú quien parece ser muy joven para estar aquí.
Hua Cheng rio levemente. —Puedo asegurar que tengo mayoría de edad, pero siendo honesto poseo menos edad que Gege. Creo que me has sorprendido, luces muy joven.
Las mejillas del omega se tiñeron de rosa al escuchar la palabra Gege, aunque no replicó ni se opuso por el rápido mote obtenido.
—Disculpa... ¿Cuál es tu nombre? —preguntó el omega.
Hua Cheng se alejó medio paso e hizo una reverencia. —No, disculpa tú mis modales, puedes llamarme San Lang —tomó la mano del omega y le dio un suave beso. Pudo sentir como el más bajo pareció temblar ligeramente.
—Mi nombre es-
—Xie Lian —dijo el alfa mirándole fijamente—. ¿Quién no reconocería a Gege? Todo mundo que posea un pizca de cerebro sabría quién eres, el mundo de los negocios conoce bien tu nombre. Aunque debo admitir que eres más hermoso en persona de lo que pensaba.
De nueva cuenta un rubor cubrió el rostro del omega, era claro que esta no era la primera vez que lo halagaban, pero no podía evitar reaccionar de esa manera con el alfa de enfrente. Aclarándose la garganta el omega habló: —No es para tanto. Mi padre es la cabeza de todo, yo sólo apoyo de vez en cuando.
—En ese caso se nota que Jun Wu es listo para inmiscuirte en sus negocios —sus palabras adquirieron algo de filo.
Xie Lian lo miró confundido. —Pareces familiarizado con mi padre... ¿Manejas algún negocio con él?
El alfa chasqueó la lengua. —Algo así.
El joven omega parecía estudiarlo con la mirada. —Lo siento, aún no logro recordar si ya nos habíamos topado antes. ¿Quizás en una reunión?
Una gentil sonrisa se posó de Hua Cheng. —No te preocupes si no me recuerdas, no soy alguien tan memorable.
Eso sorprendió al omega quien habló de inmediato. —No lo creo así—. La mirada del alfa reflejó asombro por la repentina reacción del omega, logrando que el mismo Xie Lian se diera cuenta de sus palabras. —Di-Digo, yo ah...
El alfa rio por el notable nerviosismo. —Gege es una buena persona.
Xie Lian tosió ligeramente y agitó su mano. —Para nada, sólo trató de ser honesto. Mi padre siempre dice que una persona honesta tiende a brindar una sensación más agradable.
Hua Cheng volvió a reír pero esta vez su risa fue diferente, más burlesca. Sus palabras también salieron bañadas en un potente veneno. —¿Jun Wu dijo algo como eso? Lo siento pero no logro imaginarlo.
Xie Lian lo miró de forma más seria. —¿Por qué lo dice?
—Una corazonada —. Hua Cheng se estaba divirtiendo pero sabía que la plática está yendo por un camino peligroso. —Siendo sincero no creo que él sea la persona más honesta.
El omega ahora parecía más interesado: —¿Has tratado personalmente a mi padre?
—No, pero quizás lo haga pronto —la sonrisa ladina pareció encender las alarmas en el omega ya que su mirada hacia el alfa cambió totalmente.
En ese momento dos betas se acercaron a la pareja.
—¿Todo en orden? —preguntó el hombre trajeado posando una mano delicadamente sobre el hombro de Xie Lian. Ante eso la mirada de Hua Cheng se oscureció.
—Mu Qing, Feng Xin —dijo un poco sorprendido Xie Lian—. Todo está bien aquí, vayan y revisen las otras salas.
—Pero él-
—Ahora —les interrumpió el omega con una sonrisa, con esa orden ambos hombres se retiraron.
Hua Cheng sonrió discretamente. Esta sería una noche demasiado entretenida.
El omega abandonó su sonrisa y le miró serio. —Así que... San Lang —su postura también cambió—. Tú perteneces a los Demonios... ¿no?
Bingo.
La repentina pregunta provocó un brillo en los ojos del alfa. Hua Cheng se rio bajo. —¿Demonios? ¿Qué clase de apodo es ese?
—¿Eso es un sí? —la expresión seria del omega no se había ido.
El alfa le sostuvo la mirada y después habló: —Gege hagamos algo, juguemos una partida de dados, si tú ganas te diré lo que quieras saber —dijo acercándose peligrosamente al omega.
Xie Lian se veía notablemente nervioso pero mantuvo la calma. —¿Y si tú ganas?
—Gege deberá darme algo a cambio...
Xie Lian no se veía muy seguro. —Responderé también cualquier pregunta —prefería eso a cualquier otra cosa, pero temía que el alfa se negara.
—Acepto —Hua Cheng extendió su mano.
—Prometo que diré la verdad —Xie Lian empezó a extender de igual forma su mano.
—Lo sé, confío en Gege. Es un trato —sujetó gentilmente la mano del omega, de nuevo pudo ver su temblor. Le agradaban esas reacciones que causaba en Xie Lian.
—Está bien —dijo el omega alejando su mano y pidiendo un par de dados.
Desde el punto de vista del alfa esto iba mejorando cada vez más.
Wei Ying se veía frente al espejo, estaba satisfecho con su apariencia, el traje traslúcido le sentaba de maravilla y sus ojos grises brillaban con excitación. Desde que había llegado a Cloud Recesses se sentía alerta y con una fuerte presión en su pecho, aún no había recorrido el lugar pero sabía que había algo interesante esperándole.
Con destreza bañó un par de largas agujas con el líquido que había en el pequeño frasco. Mentalmente agradecía Hua Cheng, sin esto las cosas podrían terminar muy mal. Una vez hecha su tarea empezó a recoger su cabello, no era tan largo así que fue relativamente fácil formar un moño y como adorno principal colocó las dos agujas para ajustar el peinado. Algo dudoso tomó con ambas manos un antifaz que iba a juego con su traje, el omega se preguntaba cuando sería el día que no tuviera que ocultar su identidad. Con los años empezaba a cansarse, anhelaba un poco de libertad, no tener que estar siempre alerta de que alguien lo apuñalara por la espalda, pero sabía que para eso aún faltaba tiempo, su único consuelo es que pronto podría saldar cuentas.
Unos golpes en la puerta del camerino le advirtieron que el tiempo se acababa. —Disculpe ya es hora.
Wei Ying se aclaró la voz. —Salgo en un momento.
El omega dio una corta mirada al cuerpo inconsciente del omega que se encontraba atado y amordazado en una esquina de la habitación. Sabía que duraría así por un largo rato, no había nada de qué preocuparse. Se colocó de forma rápida el antifaz y miró por última vez en el espejo, no pudo evitar sonreír con diversión.
—Llegó la hora —se dijo a sí mismo saliendo del camerino.
Repentinamente se escuchó la voz de Jiang Cheng por su comunicador. —WuXian, Aguas Negras acaba de entrar, tendrás poco más de 20 minutos. Procura no salirte de los planes.
Wei Ying bufó. —Ya lo sé.
—Ya sé que lo sabes. Ahora quiero que lo hagas.
WuXian frunció el ceño y retiró su comunicador arrojándolo a un cesto de basura con una puntería perfecta. Detestaba que le trataran como un niño ignorante. ¡Él sabía lo que hacía!
No entendía como Jiang Cheng seguía tratándole de esa manera, cuando su hermanos tenía más de dos años sin hacer algún trabajo de campo, sólo se la pasaba tras un computador, arrojando órdenes a diestra y siniestra.
Recordando su misión el omega salió del camerino. De forma tranquila empezó a seguir a un beta, este se lo comida descaradamente con la mirada, pero Wei Ying le restó importancia. Ambos llegaron a lo que suponía sería la parte inferior del escenario.
—Párate aquí, a la cuenta de tres la plataforma subirá y comenzará el espectáculo —murmuró el beta acercándose demasiado para el gusto de WuXian.
El omega lo empujó levemente con la mano para alejarlo. —Lo sé, sé lo que hago cariño—. A pesar que su voz era segura en realidad sentía su corazón acelerarse, no era la primera vez que hacía esta clase de cosas, pero extrañamente no podía calmarse.
Sin más el omega se posicionó y en un instante la plataforma ascendió, todo estaba oscuro a su alrededor, pero no duró demasiado, pronto una tenue luz lo iluminó. Sin pensarlo sus ojos se posaron en una figura alta y de traje blanco, aún en la distancia el olor a sándalo lo atravesó, jamás había percibido el aroma de un alfa con tanta facilidad, además de que un calor empezó a emerger del omega. Wei Ying maldecía por lo traicionero que se volvía su cuerpo, pero la función apenas comenzaba, sólo debía resistir.
Por un momento el omega se quedó helado. La sensación acelerada de su corazón fue suficiente para que WuXian supiera a quien se estaba enfrentando, no sólo era Lan WangJi, uno de los Hermanos Jade, parte de los colmillos del Dragón. Para los ojos grises era una amenaza aún mayor.
Recordando su arduo entrenamiento el omega salió de su estupor.
«Debe ser una broma». Pensó para sí mismo WuXian, pero aún así sonrió. «Bueno, esto será más divertido».
Después de todo, no todos los días conocías a tu destinado. Sólo se preguntaba una cosa. ¿Cómo podía tener tan mala suerte de que su destinado fuera precisamente el enemigo?
Lo único que maldecía es no haber cargado con un supresor esa noche, algo de Jiang Cheng siempre le recordaba y él ignoraba. Sentía como su cuerpo reaccionaba al alfa de enfrente. Por primera vez deseó haberle hecho caso a su hermano.
Mientras tanto Jiang Cheng parecía querer arrojar su equipo por la ventana.
—¡Ese idiota! ¡Tienen mierda en la cabeza! ¡Sólo a él se le ocurre tirar su comunicador!
El alfa de su lado quería alejarse pero era imposible. —Ahm He-He Xuan ya colocó la bomba.
Jiang WanYin respiró profundo y prefirió ignorar a su hermano, era mejor enfocarse en el resto del equipo si no quería terminar vomitando bilis. Observó muy de cerca los movimientos de sus amigos a través de las cámaras, pero algo no le daba buena espina. Todo estaba resultando demasiado... ¿fácil?
—¿He Xuan? —llamó al alfa—. Dime que ya está todo listo.
—En eso estoy —contestó—. No hay tantos hombres como pensé.
Eso sólo inquietó más al omega. —Ten cuidado, tengo un extraño presentimiento...
Chapter 4: Capítulo 3. Dragón Blanco.
Chapter Text
Desde una habitación Shi QingXuan y Lan XiChen miraban las cámaras atentamente. Tal como lo pensaron una gran cantidad de personas iba entrando en el nuevo casino, todos aparentaban ser de familias adineradas y con estatus alto, algunos eran socios de Jun Wu, otros clientes, y una minoría simples civiles disfrutando de placeres mundanos.
—Hay demasiada gente ¿Cómo sabremos a quien buscamos? —preguntó el omega mirando fijamente las pantallas.
—Lo sabremos —Respondió XiChen.
Shi QingXuan siguió revisando a cada persona que luciera sospechosa, hizo un puchero al ver lo bien sé que veía Xie Lian con su traje nuevo—Yo también quería estar abajo en el casino. Hubiera podido lucir un lindo traje como el de Xie Lian.
El alfa suspiró al escuchar las quejas. —Sabes que eres menor de edad y no puedes. Agradece que Jun Wu te permitió estar aquí.
—¡Por favor, trafican droga ahí abajo! ¿A quién le importa mi edad? —se quejó el omega. Siempre era lo mismo, detestaba ser el menor de los cuatro, sentía que siempre lo dejaban de lado. En realidad nunca fue bueno para las destrezas físicas y evitaba el combate cuerpo a cuerpo, no era malo disparando pero tampoco el mejor. Sin duda su fuerte estaba en la tecnología.
—Jun Wu dijo que hasta que cumplieras los veintiún podrías asistir, así que haz caso por favor —dijo con paciencia y la vista fija aún en las pantallas. No entendía lo desesperado que estaba el omega, tenía dieciocho, no le faltaba tanto.
De la nada hubo un momento en que las imágenes se congelaron, eso alertó a ambos.
—Ya están aquí —dijo XiChen—, rápido QingXuan, revisa anormalidades.
El omega empezó a teclear a gran velocidad pero parecía tener dificultades. —Los escáner se detuvieron un momento, algunas cámaras se han parado por completo. ¡Que mierda!
—Lenguaje —dijo el alfa sin mirarle—. ¿Por cuánto tiempo se detuvo el sistema?
—Algunas cosas sólo fueron segundos, otras siguen inservibles—El omega seguía tratando de resolver los problemas técnicos, quien fuera que estuviera detrás de esto era bueno. Pero no mejor que él...
—¿Tienes visibilidad de alguna sala?
QingXuan negó. —No, dame dos minutos.
XiChen asintió, si el omega decía dos minutos serían dos minutos.
El menor sonrió victorioso. —¡Lo tengo!—comunicó QingXuan más tranquilo—. Algunas cámaras siguen inservibles pero tengo control de la mayoría, incluidas las de WangJi-Xiong y Xie Lian.
XiChen decidió advertir a su hermano para evitar un accidente. —Le diré a WangJi que revise todas las salas —apretó un botón que permitía la comunicación con el menor de los Lan—. ¿Hermano?
—Mn —se escuchó su corta respuesta.
—Revisa cada una de las salas, creo que ya llegaron.
—Entendido.
XiChen se preguntaba cuántos se habían infiltrado, quizás los estaba subestimando un poco y les dejaron muy fácil el acceso al Casino.
—XiChen-Xiong...
El Lan miró la menor. —¿Qué ocurre?
—Creo que este hombre es uno de los que buscábamos —señaló una figura de rojo que estaba en la misma habitación que Xie Lian. A pesar de haber varias personas el hombre parecía destacar fácilmente, como si su último pensamiento fuera ocultarse.
—QingXuan no lo pierdas de vista. WangJi reúnete con Xie Lian —pidió el Lan a su hermano, pero no obtuvo respuesta—. ¿WangJi?
La comunicación se había cortado.
Lan WangJi llevaba un rato en el área del club, desde hace tiempo sentía a su alfa un poco inquieto, aunque le ignoraba y seguía concentrado en su trabajo.
Dio un último vistazo al lugar, todo parecía en orden dentro de lo normal. Estaba atento a cualquier anormalidad, se dedicaba a buscar entre las personas, aunque no sabía exactamente a quién. Había hombres con trajes extravagantes y accesorios innecesarios a la vista del Lan. Algunos rostros le eran conocidos, como los socios que solían hacer negocios con Jun Wu. Incluso había sujetos que le saludaban educadamente, a lo que Lan WangJi asentía a manera de saludo. Todo normal.
El alfa estaba parado en el extremo de la sala, vestía un elegante traje blanco y su cabello largo iba suelto pero bien peinado. Parecía tinta negra, incluso caía con gracia, además de resaltar por su vestimenta tan pulcra. Justo cuando estaba por dar un paso y abandonar el lugar, las luces del escenario se encendieron; de la parte de arriba bajó un tubo plateado hacia el centro de la plataforma que brillaba contra la luz. Entonces las luces se apagaron nuevamente y volvieron a ser encendidas segundos después, ahora revelando una sensual figura, vestía un peculiar traje negro que era transparente en su mayoría, pequeños trozos de cristal brillaban entre la tela, realmente no dejaban nada a la imaginación, un antifaz negro cubría el rostro de su portador pero se podía resaltar una sonrisa coqueta. Ni siquiera había empezado el espectáculo y todos los presentes ya parecían hipnotizados, incluyendo al alfa.
Lan WangJi se quedó estático, con los ojos puestos en el joven del escenario. No sabía si era su imaginación pero parecía que el chico también le miraba. Por instinto olfateó en su dirección, aún con tantos aromas en el ambiente pudo percibir claramente la esencia de un omega. Pero no fue lo único que el alfa notó. Este omega en especial hacía que su corazón golpeara con fuerza su pecho, además de que su alfa interno comenzó a removerse enérgicamente. Sabía que esta perdida de control sólo podía ser por un único motivo. Aún sin poder creerlo permaneció en su lugar con la vista fija en su presa.
Lan WangJi lo analizó detalladamente, el cabello del joven estaba totalmente recogido y sujetado por dos grandes agujas, a pesar de tener un antifaz puesto se notaba que su rostro era delgado, la tez era clara, casi podía imaginar su suavidad al tacto.
La música empezó y varios silbidos de la multitud estallaron. Con movimientos lentos el omega se empezó a restregarse en el tubo, descendía sensualmente una y otra vez, con un lento compás seguía el ritmo de la música. De un brinco se sujetó de la parte más alta del metal, enrollando sus largas piernas, se soltó de ambas manos y empezó hacer poses provocativas, aflojó su agarre y por un momento pareció que caería.
El Lan sintió que su aliento se cortaba.
Pero al último momento el omega volvió a sujetarse para incorporarse y sonreír; siguió danzando y mostrando su gran flexibilidad. Se agachaba meneando sus caderas de forma lenta para después levantarse y sonreír; a paso lento regresó al tubo y subió de vuelta. Después de un tiempo de danza erótica saltó de la plataforma y se dedicó a brincar de mesa en mesa, poco a poco entre baile el joven se iba acercando al Lan. Cosa que sólo ponía más en alerta al alfa, si su autocontrol no fuera tan bueno quizás desde hace mucho ya lo hubiera arrastrado a alguna habitación.
Cada que el omega se detenía en una mesa para bailar un poco, el Lan soltaba ligeros gruñidos en señal de desagrado, no quería que nadie se le acercara. En una ocasión, uno de los hombres se animó a tocar una de las piernas del omega, pero este terminó dándole una patada junto a una sonrisa. Al ver como se defendía de los hombres Lan WangJi se relajó, casi tenía ganas de sonreír.
El omega por fin estuvo más cerca de su alcance, pudo oler claramente como el aroma a manzana con un toque de picante jengibre lo envolvía. Y sólo estando más cerca divisó que detrás del antifaz negro había unos brillantes ojos grises.
El alfa sabía que su cuerpo estaba empezando a responder por la presencia de esa persona, no duraría mucho.
Los ojos dorados no tenían la intención de apartarse de la figura más pequeña, por primera vez Lan WangJi no recordó su misión.
En la sala de apuestas Xie Lian sudaba de los nervios, el alfa de enfrente ya le había ganado tres veces seguidas, pero San Lang decía ser sólo un calentamiento, que aún no empezaba el verdadero juego.
—Como puedes ver mi suerte es muy mala —dijo el omega sin querer volver a tirar los dados. No sabía cuánto tiempo duraría la bondad del alfa.
—No es eso —San Lang se colocó por detrás del omega, provocando que varios guardias enseguida se pusieron alerta—. Es sólo que Gege no sabe tirarlos.
El omega alzó una ceja. —¿Hay una forma de tirarlos? —No se lo creía, debía estar jugando con él. ¿O si había?
—Claro que la hay —sonrió el alfa—. Si Gege me permite se lo podré mostrar.
Algo vacilante el omega asintió, Xie Lian seguía muy atento a cada movimiento por parte del alfa. El omega confiaba en que XiChen y QingXuan estuviera escuchando todo por el transmisor, pero aún se le hacía extraño que no recibiera algún comentario por parte de ellos.
El hombre de rojo se aproximó aún más y le habló en forma de susurro cerca de la oreja. —Mueve de esta forma tu mano.
De nuevo sintió descargas eléctricas cuando el alfa le sujetó, agradecía ser incapaz de poder oler su aroma, jamás pensó que su defecto le salvaría de algo como esto, aunque por otra parte el omega se preguntaba qué clase de esencia tendría un personaje como San Lang, en definitiva debía ser algo fuerte y estimulante. Xie Lian no pudo evitar sonrojarse ante ese pensamiento. Sacudió su cabeza ignorando sus extrañas ideas y se dejó guiar por el más alto, sólo hasta cuando se lo indicó tiró de los dados.
Sorprendente habían caído dos seis. Seguido de eso el alfa tiró, el resultado fueron dos cincos.
—Creo que ganaste —dijo el alfa alejándose.
—Sólo porque me ayudaste San Lang —dijo desviando la mirada—. Pero aceptaré la victoria... Ahora tendrás que contestar con la verdad.
—Claro, se lo prometí a Gege, por cada partida que gane podrá hacer una pregunta y yo constaré honestamente. Al contrario, si yo gano usted contestará.
—Entonces dilo ¿Perteneces a los Demonios? —su mirada era decidida.
El alfa sonrió. —¿Si digo la verdad a esa pregunta el juego tendrá que parar?
Xie Lian lo pensó un poco. —No necesariamente.
Esto era una cuchilla de doble filo, pero correría el riesgo.
San Lang sonrió complacido. —Entonces a tu pregunta, la respuesta sería un sí. Pero personalmente preferimos evitar esa clase de apodos burdos y sin sentido.
Ambos se quedaron en silencio mirándose a los ojos.
—Has venido acompañado ¿verdad?
El alfa hizo con su dedo una señal en negación. —Gege recuerde, primero juego, luego respuestas. No sea tramposo.
Xie Lian tragó duro y le pasó los dados. En esta nueva ronda el alfa terminó victorioso. De forma lenta se lamió los labios.
—¿Cuál es tu comida favorita? —preguntó con una sonrisa el alfa.
—¿Qué? —no pudo evitar cuestionar con incredulidad. ¿Le estaba tomando el pelo?
—Tu comida favorita —repitió el alfa de forma tranquila.
—No lo sé, creo que los bollos al vapor... —aún no entendía que ganaba con esa información—. ¿Enserio desperdiciaste tu pregunta en eso?
—Yo no diría que es un desperdicio —le pasó los dados para reanudar el juego—. ¿Quieres ayuda? —preguntó ladeando la cabeza.
Xie Lian ahora sabía con toda seguridad la verdadera identidad del hombre, pero aún así aceptó, de nueva cuenta el alfa se puso detrás del omega y sujetó su mano. El omega aprovechó el momento y aspiró de forma discreta su aroma, a pesar de no poder oler su esencia percibía una ligera colonia que era agradable a su persona, algo dentro de él lo impulsaba a querer percibir la fragancia del alfa aunque fuera imposible.
Xie Lian ganó de nuevo.
—¿Cuántos más están aquí? —preguntó.
—Gege, yo te recomendaría ser más específico con tus preguntas —el alfa lucía tranquilo a pesar de todo.
Xie Lian trataba de entender las verdaderas intenciones de esta persona, parecía darle información de forma muy fácil—Me refiero aquí adentro. ¿De cuantos más se trata?
—Dos más —respondió con tranquilidad.
—¿Dos? —Eran muy pocas personas. Esperaba que sus hermanos escucharan esto y empezaran a buscarlos.
San Lang asintió, discretamente dió un vistazo a su alrededor.
—Supongo que es mi turno —jugaron una nueva partida y el alfa de traje rojo ganó.
—Gege ¿Te gusta mi aroma? —preguntó con una sonrisa de lado.
—¡¿Qué?! —Xie Lian fue tomado por sorpresa e inevitablemente se puso del color del traje de San Lang.
—Es que noté que aspirabas mi aroma cuando me acerqué a ti ¿O fue mi imaginación?... O tal vez en realidad no te agrada—el ánimo del alfa pareció decaer ante lo último dicho.
—¡No! Digo si, me refiero a que... ah mejor cambia de pregunta —el omega se sentía tan apenado de ser descubierto.
—Yo contesté lo que Gege quiso, así que Gege debe hacer lo mismo —dijo divertido el alfa por la reacción de Xie Lian.
Xie Lian desvió la mirada. —No lo sé en realidad —el alfa alzó una ceja ante esa respuesta por lo que Xie Lian se aclaró enseguida—. Es que realmente no percibo los aromas, así que no sabría decirlo.
El ceño del alfa se frunció por esa información. —¿No percibes ningún aroma? —cuestionó intrigado.
Xie Lian negó. —Ni siquiera puedo sentir el mío, desconozco totalmente a lo que huelo —. Si bien nunca se sintió mal por ese aspecto en su vida ahora sentía nerviosismo, una parte de él quería saber si su aroma era del agrado del alfa. Shi QingXuan le decía que su aroma era muy agradable por lo que siempre supuso que tenía un aroma común como cualquier omega. —¿Yo huelo mal? —preguntó en voz baja.
El alfa negó enseguida. —Gege puede estar tranquilo, tu aroma es un deleite para las personas —. Inclinándose un poco más el alfa susurro cerca de su oreja. —A mi en lo personal, me encanta.
El omega sintió su corazón palpitar con fuerza, el pinchazo de duda había desaparecido, siendo remplazado por un extraño confort debido a las palabras del alfa. Su aroma dulce delató la alegría provocada por el comentario de San Lang, cosa que no pasó inadvertida para él alfa.
En la habitación de las cámaras, Lan XiChen y QingXuan trataban de reparar sus problemas técnicos. Parecía un juego, reparaban algo cuando otra cosa se estropeaba, era frustrante. En este punto aunque tenían cierta visibilidad su comunicación era nula. Y no sólo con sus hermanos, también con algunos de los guardias.
—¿Ya lograste comunicarte con alguno? —preguntó Qing Xuan a XiChen quien trataba de hablar con Xie Lian y Lan WangJi por el transmisor.
—No, sigo sin poder recibir información de ellos, no quiero mandar a más hombres, puede alertar al enemigo.
QingXuan se sobresaltó cuando por fin pudo recuperar parte del control.
—Recuperé más cámaras, creo que falta poco para tener los comunicadores nuevamente —murmuró QingXuan. Miró en dirección a la sala de Xie Lian y notó como este se dedicaba a jugar dados con el enemigo. ¿En que estaba pensado?
QingXuan le restó importancia y desvió la vista, ahora toda su atención estaba en la pantalla de la sala de Lan WangJi. Casi se fue de espaldas al notar la escena que se desarrollaba. Un sonría burlona apareció en su rostro. Tenía nuevo material para burlarse de Lan WangJi.
XiChen siguió trabajando por un rato hasta que se percató que el omega a su lado había dejado de teclear desde hace mucho y miraba con diversión una de las pantallas que estaba en funcionamiento.
—¿Qué haces? QingXuan debemos resolver este desastre.
Qing Xuan rio bajo. —Espera un poco más, quiero ver como termina esto, nunca había visto reaccionar a WangJi-Xiong de esa forma.
—¿WangJi? —el alfa por fin miró la pantalla y notó a su hermano menor que estaba parado, tieso como una estatua y un joven bailar a su alrededor.
XiChen abrió los ojos sorprendido, por lo regular Lan WangJi hubiera alejado a quien fuese que le estuviera bailando, pero si no lo conociera tan bien sabía que en realidad quería hacer todo lo contrario.
—Lo hubieras visto cuando estaba el espectáculo en el tubo, pareció que lo pegaron con pegamento al suelo. Se veía muy concentrado mirando el show. No le conocía ese lado tan pervertido a mi Shixiong.
—¿Espectáculo en el tubo?
—Debo admitir que el chico es bueno. ¿Debería tomar clases yo también? —se preguntó QingXuan. Al ver el cuerpo del joven por la pantalla podía asegurar que tenía buena figura, incluso le resultaba familiar.
XiChen también observó al joven, y con un mal presentimiento empezó a teclear para comprobar si sus sospechas eran ciertas. Abrió un archivo con las imágenes borrosas del joven que habían obtenido hace unos días, aún no estaba seguro pero el porcentaje de probabilidad iba en aumento. —Mierda.
—Lenguaje —dijo esta vez el menor riñendo al Lan.
XiChen ignoró a QingXuan y empezó a investigar si tenía acceso con el transmisor de su hermano.
—¡QingXuan necesito comunicarme con WangJi!
Al notar el apuro del mayor el omega comenzó a trabajar, al final entre ambos lograron restablecer la comunicación con Lan WangJi.
XiChen presionó el botón del comunicador: —¡WangJi aléjate de ese joven! —gritó al comunicador—. Pertenece a los Demonios —. Apenas dijo eso la comunicación se cortó nuevamente. Empezó a desesperarse y miró a Qing Xuan. —Quédate aquí, pondré seguridad en la puerta.
Los ojos Shi QingXuan se agrandaron, antes de poder decir algo Lan XiChen ya se encontraba fuera del lugar.
Lan WangJi estaba a punto de arrastrar al omega y buscar alguna habitación, jamás en su vida había deseado poseer tanto a alguien como al dueño de esos ojos grises. Su dulce aroma sólo lo tentaba a entrar en él sin piedad. Además de que el dulzor parecía ir en aumento, el aliento del alfa comenzaba a ponerse pesado y un calor le cubría el cuerpo, pero notaba que no era el único en ese estado de excitación. El joven con antifaz también parecía respirar de forma ligeramente agitada.
Presentía que ambos habían entrado en celo por el hecho de haberse encontrado, después de todo eran destinados, sus cuerpos reaccionaron naturalmente. Su alfa interno interno solo le pedía una cosa, tomarlo. Hacerlo suyo, saciar su sed y calmar su calor.
Pero antes de siquiera poder mover una mano escuchó a su hermano por el comunicador.
—¡WangJi aléjate de ese joven! ¡Pertenece a los Demonios!
Automáticamente frunció el ceño y miró de forma amenazante al más bajo.
El de los ojos grises sonrió con sorna. —Supongo que es hora de irme —la voz melodiosa aturdió un poco al alfa. Pero el dolor en su brazo lo trajo de regreso.
El omega se había quitado las agujas que sostenían su peinado y las había clavado con destreza sobre el brazo del Lan. Ahora el cabello negro caía como cascada sobre los hombros del omega.
El efecto había surgido de inmediato, ni siquiera era capaz de articular un sonido, por lo que hacer uso de la voz sería inútil.
—No te muevas mucho, tiene un sedante muy fuerte —besó castamente la mejilla del alfa—. Encantado de conocerte.
Los guardias se empezaron a acercar rápidamente, pero antes de llegar las luces se apagaron, los gritos de pánico no se hicieron esperar. Lan WangJi sintió el aroma del omega alejarse, seguido de eso empezó a surgir un hedor a sangre. Sabía que el omega había entrado en celo, por lo que no podría hacer mucho, esa era su oportunidad para capturarlo.
Quería luchar, pero repentinamente perdió fuerza y su conciencia se desvaneció.
Xia Lian miraba atentamente al alfa.
—San Lang dejemos los juegos. ¿Qué es lo que se proponen? —algo le decía que no le contestaría su pregunta, pero valía la pena intentar.
El alfa con el parche en el ojo suspiró y miró su reloj. —Tienes razón Gege, se acabaron los juegos.
La luz del lugar se apagó totalmente, sólo los gritos de las personas se escuchaban. Xie Lian se quedó quieto en su lugar por si alguien le atacaba pero jamás ocurrió algo como esto, la mayor amenaza era que alguna de las personas del lugar lo empujara.
—¡San Lang! —gritó el omega.
El aliento caliente del alfa le rozó la oreja. —No veremos después Gege.
El omega se sobresaltó y trató de atacar pero no logró golpear absolutamente nada, su visión era nula. No podía moverse demasiado o terminaría estrellándose contra alguien.
—¡Xie Lian! ¡Xie Lian! —Eran las voces de Mu Qing y Feng Xin.
—¡Estoy bien! —anunció. Internamente se maldecía por no seguir el rastro del aroma.
QingXuan miraba todo por las pantallas, pronto solo quedó el negro. No podía comunicarse con sus hermanos y eso lo preocupaba.
—¡¿Qué está pasando?! —el omega empezó a ponerse nervioso. —XiChen estás ahí, Xie Lian, WangJi, ¡Alguien! —. Pero era inútil, la comunicación estaba muerta.
Nada de lo que intentaba funcionaba, por más que quisiera era incapaz de acceder a las cámaras y para empeorar las cosas ahora las luces se habían apagado. Sus nervios sólo lo distrajeron, nunca notó cuando la puerta de la habitación fue abierta.
La respiración de QingXuan se cortó cuando una daga le amenazó el cuello. Una voz grave resonó a sus espaldas.
—Haz un movimiento y será tu fin.
QingXuan se quedó quieto y contuvo el aliento, no podía creer que esta persona había eliminado los guardias que estaban con él; sabía que si no seguía sus indicaciones lo más seguro es que terminaría muerto esa noche. El aroma fuerte a alfa le golpeó, en definitiva no podría dar pelea, si comparaba fuerzas seguro tenía las de perder por mucho.
No terminó de pensar lo que sucedía cuando un golpe le dejó inconsciente y todo se volvió negro.
XiChen era seguido por varios hombres, pero antes de llegar a alguna de las salas las luces se fueron.
—¡Nadie se separe! —ordenó a sus hombres.
La abrumadora oscuridad no duró demasiado, pues el alfa apenas había avanzado un par de metros cuando la iluminación volvió. Pero segundos después una fuerte detonación surgió desde la sala de comandos.
—¡QingXuan! —XiChen regresó a donde había dejado al omega; en ese lugar sólo había llamas y humo que empezaban a cubrirlo todo.
El alfa empezó a dar órdenes. —¡Extingan el fuego antes de que se propague! ¡Llamen servicio médico para los heridos! ¡El resto busque a Shi QingXuan!
Fue un alivio para el Lan que el omega no se encontrara atrapado en las llamas, aunque aún debía encontrarlo para estar realmente tranquilo. En el resto de las salas todo era un caos, varias personas ya habían huido despavoridas, y lo último que quería pensar el alfa es que otra bomba fuera detonada; en definitiva no quería que volviera a pasar lo de la Corte Celestial.
—¡XiChen! —Xie Lian llegaba apresurado con dos betas siguiéndole el paso muy de cerca.
—¡Xie Lian! —un pendiente menos para el Lan—. Que bueno que estés bien, debemos buscar a QingXuan y aún falta saber qué pasó con WangJi.
El rostro de sorpresa y horror fue obvio en el omega. —¡Que no estaban vigilando QingXuan y tú juntos!
—¡Larga historia, no hay tiempo! ¡Vamos!
XiChen se dirigió a la sala donde se supone había visto por última vez a su hermano, al llegar pudo notar como varias personas ya habían huido, unos guardias parecían muertos, provocando que cuando Lan XiChen viera a su hermano inconsciente en el suelo pensara lo peor.
Cuando se acercó y notó que sólo se encontraba inconsciente soltó un suspiro de alivio, aunque el estado de Lan WangJi no era prometedor. Se veía pálido y varias gotas de sudor descendían por su rostro.
—WangJi —pero su llamado no funcionó.
—¡Joven Lan! —uno de sus hombres se acercaba a prisa—. Encontraron al joven QingXuan cerca de una salida trasera, está inconsciente pero no parece tener lecciones.
Xie Lian volvió aparecer. —Jun Wu viene para acá.
XiChen asintió. En definitiva esto no salió nada según lo planeado.
En la residencia de Jun Wu un médico se acercaba a tres figuras para dar su veredicto sobre las condiciones de Lan WangJi y Shi QingXuan.
—¿Cómo están? —preguntó Xie Lian, era el que más obvio denotaba preocupación, pero en realidad a los tres presentes les importaba mucho los resultados.
El doctor le hizo señas al omega para que se calmara. —El joven QingXuan está en perfecto estado, no hay por qué preocuparse, sólo déjenlo descansar.
Xie Lian respiró más tranquilo por la noticia.
—¿Qué hay de WangJi? —preguntó esta vez XiChen, la verdad aún parecía bastante ansioso.
En esta ocasión el médico no se vio muy seguro. —Es complicado lo que ocurre con el joven Lan. Parece que le fue aplicado un sedante demasiado fuerte, en realidad no había visto uno tan agresivo en mis treinta y seis años trabajando como médico.
—¿Tan letal es? —cuestionó Xie Lian preocupado.
El médico negó. —No se trata sólo del sedante, parece que fue aplicado en un mal momento.
XiChen frunció el ceño. —¿Cómo que un mal momento?
—El joven Lan estaba a punto de iniciar su calor cuando se le fue suministrado el sedante. La reacción de su cuerpo no fue buena, la composición del sedante es muy fuerte y sus feromonas no ayudaron mucho. Sólo terminaron causando un colapso.
Los tres presentes se quedaron en silencio. ¿Cómo podría alguien tan responsable como Lan WangJi descuidar sus ciclos de celo? Algo no terminaba de encajar.
Jun Wu habló por primera vez. —¿Estará bien?
El médico meditó sus palabras—. Quizás cuando pasen los efectos aún se sienta débil. Deberán estar al pendientes, no sabemos cómo reaccionará su cuerpo, todo depende de él —el médico pudo notar como tanto la mirada de Xie Lian como de XiChen se veían atormentadas. El los había atendido desde que eran niños, de cierta forma tenía un aprecio con ellos—. No se preocupen, el joven WangJi es un alfa fuerte, sólo asegúrense de que descanse y denle esto en caso de que sienta mal —el doctor les ofreció un pequeño frasco de píldoras.
Xie Lian no pudo evitar abrazarle. —¡Muchas gracias!
XiChen asintió y agradeció con una leve sonrisa. —Gracias, estaré al pendiente de WangJi.
El doctor les sonrió de vuelta e hizo una reverencia a los presentes para retirarse. Jun Wu asintió levemente a modo de agradecimiento.
Cuando los tres estuvieron a solas el alfa mayor les miró. —Los quiero fuera de esto —sentenció.
—¿Qué? —Xie Lian estaba descolocado por la repentina orden. —No es correcto sacar a QingXuan y a WangJi por esto.
La voz de Jun Wu resonó firme. —No hablo sólo de ellos dos, los quiero fuera a los cuatro.
—Señor... —XiChen quería hablar con él.
Jun Wu había empezado a caminar hacia su despacho. —Ya di la orden.
XiChen y Xie Lian se miraron, ni siquiera sabían que decir. Ambos se sentían inútiles.
—Yo hablaré con él —murmuró Xie Lian.
El alfa negó. —No es necesario, yo iré.
Xie Lian miró bajo. —Deberíamos asumir la responsabilidad ambos, somos los mayores.
—Este fue mi plan y fracasé, asumiré las consecuencias.
El omega tocó el hombro del Lan dándole consuelo. —XiChen todos debemos asumir nuestra responsabilidad, esto no es sólo culpa tuya. Ninguno de nosotros fue lo suficientemente precavido.
XiChen mordió su labio ahogando un gruñido, justamente por no haber contemplado este panorama ahora dos personas importantes para él se encontraban inconscientes. Lo peor es que pudo haber más muertos si esos sujetos hubieran querido.
—No te tortures más, toma un baño y más tarde pensaremos en algo ¿si?
El Lan miró al omega y exhaló. —Está bien, cuando despierten WangJi y QingXuan les daremos la noticia.
Xie Lian asintió, esperó pacientemente a que Lan XiChen entrara a su habitación. Una vez listo, y tomando un poco de coraje, tocó la puerta del Jun Wu.
—Señor necesito hablar con usted... —pidió Xie Lian.
Por un momento hubo silencio y pensó que el alfa se negaría pero al final escuchó una respuesta.
—Adelante.
Con eso las esperanzas de Xie Lian subían.
Cuando entró en la amplia oficina hizo una leve inclinación y espero a que el alfa le ofreciera asiento. En su mente sólo trataba de formar la mejor oración para hacer su pedido.
Los pensamientos del omega se vieron interrumpidos por la voz del alfa. —Xie Lian.
—¿Si, señor?
—La respuesta a tu petición es no, ya te lo había dicho.
El omega se vio afligido pero no se rindió. —Señor escúcheme por favor, necesitamos hacer esto. De otra forma los demás se sentirán muy mal... incluyéndome.
—Mi intención no es hacerlos sentir mal, pero si así me puedo evitar esta clase de accidentes así lo haré.
—Pero-
El alfa le cortó. —Ya te di mi respuesta Xie Lian. No insistas.
—Señor yo-
—No
—¡Padre!
Por largos minutos todo permaneció en silencio.
Con valor Xie Lian volvió hablar. —Sabes que QingXuan tiende a sentirse menos, quitarlo de esto sólo lo desmoronará más. Lan WangJi jamás había salido tan afectado en alguna pelea, posiblemente se sienta furioso consigo mismo y XiChen... él se siente tan culpable... pero fue culpa de todos, los subestimamos. ¡Te prometo que si nos das una segunda oportunidad esto no volverá a pasar!
Jun Wu lo observó después de escuchar todo lo dicho por el omega. —¿Por qué te empeñas tanto en llevarme la contraria? —el alfa suspiró, esa terquedad en Xie Lian a veces era de admirar pero en esta ocasiones sólo lo cansaba. —Está bien, pero ahora yo tendré que estar presente. No quiero más contratiempos.
Xie Lian se levantó de golpe y asintió, estaba notablemente más feliz, Jun Wu podía notar que el aroma del omega había dejado de ser agrio y volvía a la normalidad.
—¡Muchas gracias señor!
Jun Wu asintió. —Ve a descansar, ya es tarde, mañana puedes darle la noticia a los demás.
—Si, buenas noches.
—Buenas noches.
La oficina quedó en calma una vez que el omega se había marchado, los ojos del alfa miraron la fotografía de su escritorio y frunció el ceño. Esto había llegado muy lejos, esos Demonios pagarían un alto precio.
Chapter 5: Capítulo 4. Demonios.
Chapter Text
Hua Cheng caminaba tranquilamente, la misión de la noche estaba completada y la mejor parte es que había podido volver a ver a Xie Lian. Sabía que aún quedaban cosas por resolver, pues podía sentir como la conexión que creyó perdida entre ambos parecía renacer. Era muy débil, pero ahí estaba. En su mente recordaba su nuevo descubrimiento «y quizás uno de los factores de su conexión fallida», Xie Lian no podía percibir aromas, eso no era precisamente normal, no para un omega o alfa, menos al ser un omega puro como lo era su Dianxia. Pero ya investigaría más adelante, no por nada había regresado en busca de su omega.
Mientras avanzaba con paso tranquilo pudo llegar hasta un vehículo negro, en el cual le esperaban dos personas. En cuanto ingresó al auto pudo percibir el olor a molestia de Jiang Cheng.
—¿Me puedes explicar por qué vienes tan tranquilo? ¡Tenemos que salir de aquí ahora! —gritó en omega arrancando el motor.
El alfa lo ignoró, estaba de muy buen humor por ver a Xie Lian, pero después de un momento se percató de algo. —¿Qué pasó con He Xuan y WuXian? —se suponía que ellos saldrían e irían en el auto de Wen Qing, pero desde hace rato no tenía noticias de ambos.
Jiang Cheng apretó sus manos en el volante. —No menciones al idiota de WuXian. ¡Sólo a ese imbécil se le ocurre desechar su comunicador!
—No deberías sorprenderte, siempre hace lo que quiere—. A pesar de eso Hua Cheng podía ver preocupación en sus ojos. —¿Está bien? —preguntó, y al no obtener respuesta miró al Wen que estaba muy silencioso en la parte de atrás. Pero este se mantuvo callado con la vista oculta.
El Jiang respondió con un todo alarmantemente tranquilo. —Parece que tuvieron problemas con algo —fue lo único que dijo.
Sin más el omega pisó el acelerador, de no ser que ambos alfas están acostumbrados al estilo de conducir del Jiang quizás habrían preferido caminar. Se sentía la urgencia en el omega por llegar a la base. De hecho fueron los primeros en llegar, sólo por unos minutos, pues casi enseguida llegó otro vehículo, del cual descendió He Xuan con una cara de poco amigos, por detrás Wen Qing ayudaba a WuXian a estar de pie.
—¿Qué sucedió? —preguntó Hua Cheng mirando en dirección a He Xuan—. ¿Dónde está el chico de Jun Wu?
—Entró en celo —dijo el alfa apuntando a WuXian—. Lo encontré medio consiente en una de las salidas, tuve que dejar Shi QingXuan para sacar a este idiota antes de que su peste atrajera a alguien.
Hua Cheng suspiró pesadamente, era claro que una parte del plan no había salido según lo acordado. Pero al menos lo más importante había sido todo un éxito.
Jiang Cheng se acercó para empezar a regañar a su hermano. —¡Tú! —sin previo aviso soltó una bofetada al rostro de WuXian, pero este apenas reaccionó—. ¡Cuántas veces te he dicho que estés al pendiente de tu celo! ¡Tienes que tener siempre supresores a la mano! ¡Imagina que He Xuan no te hubiera encontrado!
Wen Qing intervino antes que el omega soltara otra ronda de insultos. —WanYin cálmate, esto no solucionará nada.
La mirada de la alfa hizo que el Jiang gruñera y se alejara en silencio, pero con una notable furia.
Wei Ying apenas era consciente de su alrededor, a pesar de que Wen Qing le había inyectado un supresor en cuanto llegó al auto. El menor aún se sentía malditamente caliente; si bien su olor se había controlado y estaba más consciente «seguramente aun podría matar a alguien», pero dentro de él habían unas profundas ganas de volver con el alfa Lan y encerrarse en una habitación hasta que su calor pasara. En definitiva tendría que ausentarse uno o dos días, se iría a su habitación y jugaría con algunos de sus juguetes, tratando de amortiguar sus sucios deseos.
Wen Qing lo sujetó con fuerza, empezó a guiarlo rumbo a su habitación para dejarlo a solas, aplicaría un segundo supresor y se iría. Apostaba lo que fuera a que este celo de WuXian sería muy fuerte, por lo que era mejor encerrarlo cuanto antes.
He Xuan se veía bien, aunque había tenido que soportar el molesto aroma del omega en lo que llegaban con la Wen. En realidad su alfa no reaccionaba con las feromonas de WuXian, era muy difícil que He Xuan reaccionara con algún aroma en general.
Después de asegurarse que todo estuviera en orden el resto del equipo se reunió; había un silencio mortal en la amplia sala donde todos se encontraban. A pesar de salir aparentemente victoriosos ninguno se veía de buen humor.
—Bu-Bueno veamos el lado bueno... —trató de animar Wen Ning.
He Xuan asintió y empezó a separar lo que tenían hasta el momento. —Como suponíamos Jun Wu no asistió al evento. Justo como dijo nuestra fuente de información, todos los colmillos estuvieron presentes, y a decir verdad no me parecieron la gran cosa, creo que la gente alardea demasiado de ellos—. O al menos con el que se enfrentó. Literalmente le dejó inconsciente con el primer golpe.
Hua Cheng interrumpió al alfa: —No hay que subestimarlos aún—. Algo le decía al alfa que quizás tuvieron suerte. —Fue demasiado fácil que hubiera pocas restricciones al entrar en el casino, la seguridad era una burla, incluso para un novato. Creo que su plan era atraparnos dentro, por eso nos permitieron entrar.
—Pues que plan tan estúpido —murmuró He Xuan.
Jiang Cheng apretó los dientes. —Si no fuera por WuXian tendríamos a uno de los colmillos justo ahora.
El omega sabía que habían perdido la oportunidad de hacer sufrir a Jun Wu, una pieza muy valiosa se había perdido. Dudaba que la siguiente vez fuera así de sencillo.
—Hay algo que no concuerda con el celo de WuXian —comentó la Wen quien había permanecido callada en todo ese rato.
—¿Qué cosa? —Jiang Cheng la miró intrigado.
—Su celo no debió haber llegado —aseguró la alfa—. Estuvo en celo poco antes de venir aquí, su próximo ciclo debió ser dentro de tres meses.
He Xuan alzó una ceja. —¿Sabes su ciclo de celo?
—Soy la médico personal de todos ustedes, sé hasta su tipo de sangre. ¿Cómo no voy a saber algo tan básico como su ciclo de celo? WuXian es regular, no es nada impresionante, sólo saca cuentas.
El alfa bufó: —Perdón si no me interesa el ciclo de otras personas.
—No me sorprendería que ni siquiera supieras tu propio ciclo —comentó burlesco Hua Cheng.
He Xuan no estaba de humor para bromas, todo tema relacionado con la palabra celo le era indiferente en este punto de su vida.
—No perderé mas mi tiempo con esto. Si no hay nada más que hacer, yo me voy—. Sin querer buscar más problemas el alfa se marchó, quería comer algo y descansar un poco.
Con uno menos en la sala el resto de integrantes continuó.
Hua Cheng habló. —Debemos hacer otro plan. WuXian estará indispuesto por un par de días, movámonos con lo que tenemos.
—Todo esto es su culpa —escupió el Jiang con coraje.
Wen Qing trató de calmarlo. —Quizás alguien le dio un afrodisíaco para iniciar su celo. Definitivamente fue provocado.
Jiang Cheng sólo ardía más al ver cómo seguían justificando el celo de WuXian. —¡No importa la causa! ¡Fue irresponsable y lo saben!
El omega pateó uno de los muebles y se marchó, de seguro iría a golpear un costal a la sala de entrenamiento o algo por el estilo. Hua Cheng negó ante la gigantesca rabieta del menor, por lo que Wen Qing le hizo una seña para que lo dejara pasar.
—Sabes que estos temas son delicados para él —murmuró la mujer.
Hua Cheng dio media vuelta con intención de marcharse también. —Está haciendo este problema más grande de lo que en realidad es.
La alfa observó como el de prendas rojas desaparecía del lugar, dejando a ambos Wen a solas. Wen Ning pudo ver la pena en los ojos de su hermana.
—Hermana...
—No es fácil para WanYin, ninguno de nosotros sabrá lo que realmente siente... —comentó en voz baja, apenas perceptible—. Sólo se preocupa por WuXian.
Wen Ning se acercó y le tomó de la mano, al mismo tiempo le brindó una pequeña sonrisa: —Entonces tendremos que apoyarle de la mejor manera que podamos.
Wen Qing no pudo evitar regresar la sonrisa y asentir. —Por el momento sólo hay que darle espacio, es lo mejor.
Wei Ying sentía todo su cuerpo arder, era insoportable. Aún con la alta dosis de supresores suministrada sentía que su deseo sexual no mermaba. Wen Qing se había negado a darle más supresores pues eran demasiados para su cuerpo, de por si los supresores que utilizaba eran muy fuertes.
El omega se retorcía entre sus sábanas y gemía mientras se frotaba arduamente, podía sentir la frescura de la tela rozar sus pezones y su miembro estimularse en cada vaivén mientras se presionaba contra el colchón. Con desespero metía y sacaba tres dedos de su interior; el lubricante natural escurría entre sus piernas, la humedad en su interior sólo parecía ir en aumento, causando un sonido acuoso cada que movía sus dedos. Este sin duda debía ser su peor celo vivido.
Y sólo culpaba a una persona, Lan WangJi.
Al notar como su estímulo parecía ser insuficiente frenó sus movimientos, con impaciencia revisó varios de sus cajones; necesitaba ayuda extra si quería sobrevivir el resto de su celo. Sus ojos se iluminaron cuando pareció encontrar lo que buscaba con tanto ahínco.
Sin perder tiempo llevó el consolador hasta su sensible entrada, que debido a su estimulación previa y humedad el juguete sexual pareció entrar realmente fácil.
—Ahhh... —gimió más alto, pero aún en su rostro había inconformidad—. Maldición.
Su omega pedía a gritos ir en busca del Lan, de su alfa.
Tratando de ignorar sus verdaderos deseos, Wei Ying continuó autocomplaciéndose. Con una mano se dedicaba a arremeter contra su entrada y con la otra estimulaba cada zona erógena a su alcance, empezando por sus duros pezones rojizos, hasta su miembro y testículos.
El omega mordió su labio con fuerza al sentir que su parte baja se tensaba, pero aún faltaba un poco más para poder correrse. Sin poder evitarlo su mente empezó a recordar nuevamente al alfa; su bello rostro, la encantadora esencia a sándalo que desprendía y sus fríos ojos ambarinos. Por un momento imaginó que era el Lan quien le sostenía, con sus fuertes brazos le envolvía y saciaba su sed. Fantaseaba con que fuera el alfa quien le penetraba, la imagen mental por un momento fue tan vivida. Eso fue más que suficiente para estallar extasiado y liberarse sobre su mano.
Su respiración era agitada, además de que su sudor bajaba por su frente. No necesitaba verse al espejo para descubrir el desastre que era, pero aún así se dio un pequeño vistazo.
En efecto, un desastre; mejillas encendidas de un fuerte rojo, cuerpo bañado en sudor e impregnado en un fuerte aroma a sexo. Lo único diferente era el brillo que había en sus ojos.
Wei Ying se recargó en la pared y se dejó caer. Soltó un pequeño suspiro al sentir la fría estructura a sus espaldas, era reconfortante debido al calor que comenzaba a surgir nuevamente.
—Voy a estar bien, no necesito de nadie. Voy a estar bien —se repitió a sí mismo mientras él fuego en su cuerpo se incrementaba nuevamente.
Horas después WuXian se encontraba pegado en la puerta, su desesperación por salir era notoria.
—¡Abran la puerta! —exigió golpeando débilmente.
Odiaba el estado en el que se encontraba, pues su fuerza era nula. Sabía que si estuviera en sus cinco sentidos podría derribarla de una patada. Pero también si estuviera en sus cinco sentidos lo último que pediría sería salir, sabía que si ponía un pie afuera iría en busca del Lan.
—Deja de hacer escándalo —dijo con tranquilidad Wen Qing al otro lado de la puerta—. ¿Quieres ocasionar un accidente? No puedes salir en ese estado.
Wei Ying volvió a golpear la puerta. —¡Cállate! ¡Debo salir! —Esta vez murmuró para sí mismo—. Debo ir con él!
Al otro lado de la puerta sólo había silencio.
El omega ya no soportaba su abrumador calor, sólo quería terminarlo, y sabía quien podría hacer que su dolor se detuviera.
—¡Déjame ir! —volvió a golpear la puerta.
No sabía cuánto tiempo duró ahí, los últimos recuerdos eran sus lágrimas cayendo y el aumento de sus jadeos.
La luz era poca, su cuerpo se sentía entumecido, además de tener una desagradable sensación.
Ni siquiera intentó levantarse, prefirió quedarse un rato más en el suelo y llorar en silencio. Todo esto era su culpa, lo primero que le dijo su madre es que debía ser cuidadoso. Pero la ignoró, ahora pagaba las consecuencias.
A su alrededor había tres cuerpos inertes y sin vida. El omega les observó con una mirada vacía.
La voz de su madre resonó en su cabeza. —A-Cheng...
—¡A-Niang! —Jiang Cheng se sentó de golpe, su respiración era irregular y tenía un frío sudor cubriéndolo. Una vez se aseguró del lugar en el que estaba se relajó y soltó el aire poco a poco. Quería eliminar esas imágenes del pasado lo antes posible, no valía la pena recordarlas.
Con el cuerpo pesado se levantó y fue directo al baño, dejando que el agua fría le relajara. Era realmente reconfortante, el agua siempre le hacía sentir mejor, sentía que sus malos recuerdos eran arrastrados lejos de él.
Una vez limpio salió y se dirigió en busca de algo para comer. En la cocina se encontraba Hua Cheng, el alfa le acercaba una lata de atún a E-Ming, quien la devoraba como si no hubiera comido nada desde hace mucho.
"Ja. Como si no robara la comida de He Xuan" pensó el Jiang mientras observaba al feo animal y tomaba la cafetera para servirse un poco del amargo líquido.
—¿Y WuXian? —preguntó de forma tosca el omega.
—Encerrado —contestó el alfa tranquilamente.
El rostro del Jiang mostró confusión. —¿Sigue ahí adentro? Ya tiene cinco días encerrado. No es normal.
Hua Cheng se encogió de hombros, pues no le importaba en absoluto el celo de WuXian. Sabía que Wen Qing estaba al pendientes, y si la alfa no había dicho nada suponía que todo estaba bien.
—Olvida a WuXian, ya tengo información para el siguiente movimiento —dijo el alfa empezando a caminar—. Nos reuniremos todos en unas horas—. Con eso Hua Cheng desapareció de la cocina.
Jiang WanYin se acercó la humeante taza a sus labios y dio un pequeño sorbo. Su mirada bajó al gato negro que justamente terminaba su lata de atún; el felino le miró mientras se lamía los bigotes para después levantarse y erguir la cola elegantemente, al igual que Hua Cheng salió del lugar con paso tranquilo. Observó un poco a la bola de pelos, en realidad los gatos no eran lo suyo, prefería a los perros, pero lamentablemente estaban vetados de ese lugar. ¿El responsable? Wei WuXian y su maldita fobia a ellos.
Dejando todo pensamiento de lado disfruto lo último de su café, con mejor estado de ánimo salió de la cocina. En su camino terminó encontrándose con Wen Qing quien parecía no haber dormido bien «lo cual era cierto ya que estuvo cuidado de WuXian».
—¿Cómo está? —preguntó con cara de pocos amigos.
Wen Qing asintió. —Bien, acabo de suministrar el último supresor, pero ya estaba tranquilo. Podría salir hoy mismo.
—Gracias... —fue lo único que dijo WanYin antes de marcharse.
A sabiendas de que Wei WuXian se encontraba ya casi recuperado podría salir tranquilo. Iría a correr un poco para despejar su mente, regresaría con el resto más tarde para escuchar el nuevo plan. Cuando salió del lugar el sol acarició su rostro gentilmente, brindándole una cálida sensación. Sin pensarlo mucho se colocó unos auriculares y empezó a correr sin rumbo fijo. Mientras avanzaba comenzó a recordar su desagradable sueño. Después la imagen de su madre llegó a su mente.
Tendría entre doce o trece años, Wei Ying estaba a su lado con la respiración agitada, ambos niños sudaban y parecían a punto de desmayarse. Justo enfrente de los menores se encontraba una mujer de imponente postura. Claramente alfa.
—Todavía no acabamos, no se relajen —siseó la mujer mientras les pasaba una toalla para que limpiaran su sudor.
—Cinco minutos, necesito cinco minutos —se quejó Wei Ying.
La alfa puso los ojos en blanco ante la petición del menor, Jiang Cheng no lo quería admitir, pero también quería un descanso. Pensó que sacándole un poco de plática a su madre obtendría algo de tiempo. —¿Saldrás esta noche?
Yu ZiYuan asintió: —No tardaré.
—¿Cuándo podremos ir? —preguntó inocentemente Wei Ying.
La alfa se burló: —Cuando no pidas cinco minutos de descanso.
Jiang Cheng observó como su madre abría una caja, de la cual sacaba algunas agujas y las guardaba cuidadosamente entre su ropa.
—A-Niang —le llamó Jiang Cheng—. ¿Realmente podremos acompañarte algún día?
La alfa le miró y con un tierno toque acarició la cabeza del menor: —Un día, cuando sean omegas fuertes. Pero desde ahora les advierto que no será fácil.
—No te preocupes, estaremos listos —asintió el Jiang mirando con seguridad a su madre.
—Sé que así será. Sólo recuerden, si quieren que sus planes salgan bien deben de hacer todo perfecto desde el inicio, no hay espacio para las equivocaciones. Organicen su equipo, piensen bien sus estrategias y no se confíen.
Ambos niños asintieron. —¡Entendido!
—Y recuerden, cada vez que salgan siempre carguen con un supresor, estos los salvarán en muchas ocasiones. Alfas y omegas somos muy susceptibles a las feromonas, en este trabajo son nuestras peores enemigas.
Wei Ying se miró confundido, siempre pensó que si peor enemigo sería un hombre armado. —¿Por qué?
Yu ZiYuan le miró. —Las feromonas nos vuelven vulnerables, hacemos cosas que no queremos hacer. No dejen que los controlen.
Jiang Cheng pensó las palabras de su madre y asintió. La mujer le miró con cariño, después observó como WuXian ya se encontraba sentado en el piso.
—Bien, ahora dejen de holgazanear y pónganse en guardia otra vez —Sentenció la mayor.
Jiang Cheng suspiró al ver que su descanso había terminado.
Medio minuto después, ambos niños estaban tendidos en el piso, sin fuerzas siquiera de mover los dedos.
—WuXian piensa antes de atacar, sigues exponiendo tu flanco izquierdo, si alguien quisiera matarte podría hacerlo en tu segundo movimiento. A-Cheng tienes que ser más rápido, olvida tus brazos, los omegas no mantienen mucho músculo, debes utilizar todo tu cuerpo. ¿Entendieron?
Los menores asintieron.
La mujer les miró un poco y después habló. —Mañana será entrenamiento con armas, más les vale rendir todo el día. Así que vayan a comer y después directo a la cama para que descansen, no los quiero encontrar otra vez vagando en la noche, especialmente tu WuXian.
Ninguno tenía fuerzas para hablar así que volvieron asentir.
—Iré a trabajar, cuando llegue los quiero ver dormidos.
La música se detuvo.
Jiang Cheng observó que había corrido más de lo esperado, se sumergió tanto en sus pensamientos que no notó el exceso de distancia que estaba tomando.
Debía volver con el resto. Aún quedaba mucho que hacer.
El rostro de Wei Ying se veía tranquilo, pero había cierta insatisfacción en su mirada.
Para su suerte su celo había terminado y podría asistir a la reunión esa tarde, lo malo es que su omega estaba realmente desanimado, incluso molesto con él. Esa sensación de incomodidad empezaba a cansar a Wei Ying, pues lo único que quería era volver a sus actividades con normalidad.
Justo cuando salía de su habitación ya listo y aseado se topó con Hua Cheng.
—Miren quien se dignó a salir de su madriguera. ¿Te tomaste tu tiempo, eh?
WuXian no estaba para bromas. —No molestes y mejor consígueme un buen trago.
Ambos fueron rumbo a su sala de reuniones, donde había una pequeña barra y diferentes licores. El alfa preparó dos tragos y le ofreció uno al omega, el cual lo bebió de forma rápida sin miramientos.
—Creo que alguien no disfrutó sus vacaciones... —murmuró Hua Cheng al notar como WuXian parecía a punto de pegarse de la botella.
Wei WuXian lo miró incrédulo. —¿Vacaciones? ¡¿Vacaciones?! ¡Créeme que esas no fueron vacaciones!
Hua Cheng le ignoró y bebió. —Wen Qing dijo que hiciste un escándalo y que querías salir.
Las mejillas del omega se encendieron, aún podía recordar cómo había lloriqueado a la Wen para que le dejara salir. Pronto el recuerdo del Lan hizo que el rostro de WuXian se pusiera serio.
—Hua Cheng... —le llamó sin verle realmente—. Lo encontré —soltó sin más.
El alfa lo miró directamente. —¿Estás seguro?
Wei WuXian sonrió de lado. —Ohh lo estoy, jamás hubiera entrado en celo de no ser así.
El alfa se llevó el vaso con líquido color bronce a los labios. —¿Entonces estaba en el casino esa noche?
Meditó lo siguiente pero al final habló, casi como si confesara un delito: —Mi destinado es Lan WangJi.
Hua Cheng tosió ligeramente su trago, se limpió la comisura de la boca y miró de forma incrédula al omega.
—¿Sorprendido? Porque yo aún lo estoy asimilado. Esto debe ser muy mala suerte.
Hua Cheng rio bajo. —Creo que es irónico, nuestros destinados están del bando contrario y quieren cortar nuestras cabezas —después de decir aquello puso una expresión más seria—. ¿Qué harás al respecto?
—¿Qué haré? Realmente nada, no hay nada que hacer, sólo seguir con el plan original. Ese alfa no detendrá mis planes y por lo que tanto he trabajado.
Hua Cheng analizó la reacción del omega, sabía que no podía ser tan indiferentemente como aparentaba. Después de todo no era cualquier persona, su conexión no podía ser ignorada así de fácil. —¿El Lan también lo sabe?
WuXian bufó. —Claro que lo sabe, debe ser muy estúpido o no tener olfato para no reconocerme.
Hua Cheng se molestó por su comentario. —Será mejor que cierres la boca.
El omega alzó una ceja y sonrió. —¿Acaso este amargo aroma es por que tu omega es incapaz de percibirte?
La mirada del alfa se volvió filosa. —Sigue hablando y terminarás sin lengua.
WuXian le mostró el dedo medio e ignoró su amenaza. —Ve a gruñir a otro lado.
—¿Qué están haciendo? —Justo en ese momento apareció He Xuan, terminado con el ambiente hostil.
—Hablando de gruñir... —murmuró WuXian—. Ya llegó mi segundo gruñón favorito.
He Xuan miró de forma cansada a Hua Cheng. —¿Quién lo dejó salir tan pronto? —preguntó apuntando al omega.
Wei WuXian sonrió con sorna. —¿Qué acaso no me extrañabas?
—No —contestó de manera contundente.
—No mientas —afirmó el omega—. Se que me aman.
Hua Cheng pareció contener una sonrisa. —Ese comentario es bastante debatible.
El omega hizo un puchero por las palabras de Hua Cheng.
—WuXian —le llamó Wen Qing apareciendo en el lugar junto a su hermano—. ¿Cómo te sientes?
—¡Por fin alguien se preocupa por mí! —chilló dramáticamente—. Estoy bien, gracias por preguntar.
Seguido de eso sintió un golpe en la cabeza, la alfa lo tenía sujeto del cuello, tenía un aura amenazante. —¡En ese caso debería matarte por ser tan irresponsable y entrar en en celo! ¡Debiste retirarte en cuanto tuviste los primeros síntomas!
Wei Ying trataba de liberarse:—¡Fue un accidente! ¡No me mates!
—Ella tiene razón.
La voz de Jiang WanYin tensó el cuerpo de Wei Ying. Aún recordaba lo molesto que parecía, incluso recordaba la bofetada que le fue dada.
—Jiang Cheng...
El omega recién llegado alzó una mano para que no hablara. —No quiero tus excusas. Eres tan irresponsable por tirar tu comunicador, no me sorprendería que terminaras consumiendo algún afrodisíaco por tu insensatez.
WuXian miró a Hua Cheng, pues era al único que le había comentado la causa de su celo. Y prefería que así se quedara. Si el resto pensaba que un afrodisiaco había sido el responsable de su celo los seguiría dejando creer eso, era más fácil de excusase con esa idea, a tener que explicar el encuentro con el Lan.
Soltó un suspiro interno cuando el alfa se mantuvo callado y fingió no prestar atención al regaño del Jiang. Extrañamente tenía una confianza única con Hua Cheng respecto a los destinados, quizás porque eran los únicos que tenían uno y podían comprender un poco lo que significaba.
—Lo siento... —fue lo único que dijo Wei Ying.
Jiang WanYin apretó los dientes y le soltó. —Que no se repita.
WuXian asintió y miró al resto. —No volverá a pasar —su mirada cayó en Hua Cheng, asintió ligeramente para agradecer por mantenerse en silencio.
El alfa le respondió de igual manera. Se aclaró la garganta para llamar la atención del resto. —Hablemos de cosas más importantes.
Todos asintieron y prestaron atención a sus siguientes palabras: —Estos días he estado investigando acerca de Dragon Blanco, en realidad después de nuestro ataque se han mantenido a raya, supongo que están muy afectados.
—Claro que van a estar afectados, les pateamos el trasero —dijo WuXian como si él no hubiera salido afectado en su encuentro—. Ni siquiera han de tener cara que mostrar en este momento.
Hua Cheng continuó. —Nuestro primer y más importante objetivo era hacernos notar y ha resultado.
—Y ahora deben estar furiosos, por lo tanto son más peligrosos, no veo la ventaja aquí —declaró Wen Qing.
—No son tan letales, relájate —dijo WuXian.
La alfa le miró con mala cara. —¿Te recuerdo quien es la que se encarga de curar todas sus heridas siempre? Eres el último que puede decir eso, después de cómo regresaste deberías de mantenerte callado o saldrás perdiendo.
Wei Ying mordió su lengua para evitar decir otro comentario, pues la mujer tenía razón. Pero se juró que no volvería a pasar.
Hua Cheng interrumpió el regaño. —Wen Qing, tienes razón, Dragón Blanco debe estar más que molesto, justamente por eso tenemos la ventaja, las personas molestas pierden su juicio y tienden a cometer más errores.
—Entonces... —He Xuan le miró intrigado—. ¿Qué es lo siguiente?
El siguiente paso a dar debía ser severamente calculador, no podían cometer errores. Dragón Blanco ya iba tras ellos, y algunos de sus miembros ya habían sido expuestos, pero aún mantenían la ventaja al tener cierta información oculta para el enemigo.
Hua Cheng sonrió. —Me enteré de que un importante socio de Jun Wu llegará a la ciudad. Estamos hablando de un extranjero.
—¿Y eso qué? —Le miró sin entender Jiang Cheng.
—Podemos utilizarlo a nuestro favor —explicó el alfa—. Si movemos los hilos correctos podríamos ponerlo en su contra, ganar aliados y hacer que Dragón Blanco pierda fuerza.
—Eso es jugar sucio —Dijo Wei Ying.
Jiang WanYin puso los ojos en blanco. —¿Y cuando hemos jugado limpio?
—Buen punto. Me encanta el plan —declaró WuXian con una sonrisa.
He Xuan miró al Hua Cheng. —¿Qué hay del joven Shi?
Hua Cheng hizo una seña para restarle importancia. —Olvídense de ese chico, la seguridad seguramente aumentará, todo Dragón Blanco estará armado hasta los dientes. No desperdiciemos tiempo en algo tan arriesgado —dijo con voz tranquila para después darle una mirada a WuXian.
La verdad con la reciente confección de Wei Ying el alfa cambió rápidamente algunos planes. Era arriesgado acercarse tan descuidadamente a sus destinados, prefería mantenerse alejado y usar otras tácticas para llegar hasta a Jun Wu. Después de todo, acercarse a uno de los colmillos significaba acercarse al resto.
Wei Ying se sentía más tranquilo al no tener que ver al Lan. Además de que su despedida fue algo... agresiva.
Una voz que no había sonado por fin surgió.
—Y... ¿Cuál es el socio de Jun Wu? —preguntó con voz suave Wen Ning.
—Hay varios rumores —Hua Cheng lucía molesto por no tener la información tan segura—. Todo se está moviendo con mucho cuidado, realmente debemos investigar un poco más.
WuXian le interrumpió. —Yo podría ir mañana con Xue Yang y sacarle el resto información que nos falta. Apuesto dos botellas de vino a que ya sabe de los los movimientos de Jun Wu.
—Aún no entiendo como esa rata consigue la información —dijo con desagrado He Xuan.
El omega se encogió de hombros. —Los Jin le dan mucho poder, es bueno para mentir y los engaños son su especialidad. ¿Qué esperabas de alguien así?
Hua Cheng miró a WuXian. —¿Te sientes bien para ir con él? —cuestionó por el hecho de que el omega apenas había terminado su celo.
Wei Ying alzó una ceja. —¿Por quién me tomas? Claro que estoy bien. Además... debo aclarar unos asuntos con él.
Jiang WanYin le miró de soslayo. —¿Es por lo del cassette?
WuXian asintió. —Se arrepentirá por eso.
—No te excedas, recuerda que es nuestro mejor contacto —le recordó Wen Qing.
Wei Ying hizo una mueca, pues la Wen tenía razón. El mejor equipo e información siempre lograban conseguirlo con Xue Yang.
—Sólo le advertiré que no vuelva hacer algo así de estúpido —dijo Wei Ying.
Hua Cheng asintió. —En ese caso cuento contigo WuXian, por mientras seguiré con los preparativos.
El primer encuentro con Dragón Blanco era sólo el inicio de todo.
Wei Ying entró sin avisar al destartalado local, tenía el tiempo medido como andar con formalidades.
—Xue Yang más te vale salir —dijo en voz alta para ir directo a un escritorio y sentarse.
Un beta con media sonrisa apareció.
—WuXian pareces infeliz. ¿En que te puedo ayudar?
El omega le lanzó una mirada seria. —Ya sabes por lo que vengo. Quiero saber del socio de Jun Wu.
Xue Yang sonrió aún más. —¿Cuál de todos?
Wei Ying jugaba con una pequeña navaja y sin verle contestó. —No finjas ser imbécil, ambos sabemos que ese papel no te queda.
—Tomaré eso como un cumplido.
WuXian suspiró. —Tómalo como quieras. Sólo habla de una buena vez.
—Lamento decir que no sé mucho.
—No te creo.
Si algo sabía WuXian es que ese beta era capaz de conseguir cualquier información, después de todo ese era su verdadero interés. La venta de armas sólo era una cortina, lo que verdaderamente hacía Xue Yang era inmiscuirse en todas partes, y después jugaba las cartas como mejor le pareciera; claro, siempre a su favor. Él era de esas personas que simplemente estaban en el negocio por diversión y entretenimiento. Su pasado parecía estar en blanco, no había información de él o alguna debilidad, además de los Jin lo protegían. Prácticamente intocable.
El beta no dejaba de sonreír en ningún momento, pero su sonrisa estaba lejos de ser confortante.
—Esto es lo que sé. Aparentemente es una persona de gran poder y arribará en la ciudad dentro de dos días. Se estará hospedando en uno de los hoteles de Jun Wu obviamente. Aunque tengo entendido que no se encontrarán ahí, creo que irá directo a la gran mansión de Dragón Blanco para hablar. Ya sabes, por precaución.
—¿De dónde es "él" exactamente?
—Italia.
WuXian no podía creer que Jun Wu se estuviera metiendo con la mafia italiana, aunque siendo honestos era una gran alianza. Si no se movían a tiempo podrían estar en graves problemas.
El beta rio al notar lo serio y pensativo que parecía el omega. —¿Qué harán con él?
WuXian sonrió levemente y guardó su navaja con la que tanto había estado jugando. —Sólo hablar.
—¿Ah sí? —dijo divertido—. En ese caso te comunico de otro rumor, se dice que a ese hombre le gustan los omegas rubios y con lindas piernas.
—¿Y dices que no tenías información?
Xue Yang le miró tranquilo. —Me agradas, sólo por eso te digo lo que tengo. Por cierto... ¿Fueron útiles los planos del nuevo casino? Vi que les fue bien e incluso le hicieron una pequeña remodelación.
WuXian se encogió de hombros, él no consideraba su asalto a Cloud Recesses un éxito, por lo que ni siquiera quería tocar el tema.
—Los planos del lugar fueron acertados, gracias. Y... Sólo una cosa antes de irme... —de un rápido movimiento tomó de la mano del beta para empujarlo al escritorio. Xue Yang quedó retenido contra la superficie, su pecho se recargaba en el escritorio mientras uno de sus brazos era torcido a su espalda, amenazando con romperse si se movía. —No vuelvas a dar información nuestra, mis colegas no están muy felices y yo tampoco.
El beta mordió su labio para evitar gritar, apenas pudo pronunciar. —Te dije todo lo que les conté a los Colmillos.
—Nunca mencionaste el cassette que les entregaste.
Xue Yang rio amargamente. —Esa perra Mo ya te lo contó. ¿Verdad?
Su agarre se hizo más fuerte, logrando hacer exclamar al beta algunos quejidos.
—Que sea la última vez.
Con esa última advertencia WuXian le soltó y le dio la espalda para marcharse sin decir más nada. Xue Yang sonrió aún más por el arranque de ira del omega.
—Tan impulsivo como siempre —murmuró una vez que estuvo solo. No sabía porque, pero ese omega le agradaba.
Justo cuando Wei Ying iba llegando a la base se encontró con He Xuan, quien iba de salida.
—He-Xiong. ¿A dónde vas con tanta prisa?
El alfa apenas le miró. —A cualquier lado mientras esté lejos de ti.
Wei Ying contuvo su risa. No entendía la actitud tan fría de He Xuan, parecía que siempre estaba de mal humor; el alfa y Jiang Cheng tenían un estado de ánimo fatal. Y eso sólo causaba que WuXian quisiera molestarles aún más, era como si provocaran a un niño pequeño a apretar un botón rojo. Realmente inevitable.
—¿Irás a buscar un lindo omega para que caliente tus sábanas? —dijo el menor para molestarle.
—Deja de decir estupideces—. El alfa avanzó aún con más prisa hacia su moto, quería huir del omega lo antes posible.
—Ahhh cierto, lo olvidaba. "Tu no te acuestas con omegas". ¿Cierto? —dijo Wei Ying con burla impregnada en cada una de sus palabras—. Aunque yo dudo que alguien quiera acostarse contigo. Eres tan frío y aburrido, debes ser igual en la cama.
El alfa chasqueó la lengua. —Y tú tienes demasiada experiencia, supongo yo.
—Claro que la tengo. ¿Sabes cuántos alfa y betas mueren por estar entre mis piernas? —dijo el omega con tono coqueto.
He Xuan sabía que WuXian estaba alardeando, lo conocía bien y sabía que los comentarios cínicos como esos eran la especialidad del omega.
—Entonces. ¿Por qué tu cama sigue sola? —preguntó el alfa mientras arrancaba la moto con intención de irse.
—Mejor solo que mal acompañando —comentó Wei Ying dando media vuelta para ingresar a la base.
He Xuan asintió lentamente. —Lo mismo digo.
Sin más, pisó el acelerador y se perdió entre las calles. Debía apresurarse y arreglar un asunto personal.
Chapter 6: Capítulo 5. Dragón Blanco.
Chapter Text
Había un ensordecedor silencio en la habitación, la luz del sol se filtraba por la ventana brindando cierta calidez, en el centro se encontraba una amplia cama donde reposaba Lan WangJi, el alfa se encontraba sentado y con una mirada seria, tenían una pesada sensación en el pecho, además de que su alfa interno estaba ansioso por salir de ahí e ir en busca de su omega.
La mirada del Lan cayó en el reloj que decoraba la pared, faltaban exactamente dos minutos para que su hermano entrara a la habitación y le diera su medicamento. Después de permanecer casi dos días inconsciente y otros dos días en un estado sumamente débil fue más que suficiente para que XiChen se volviera su sombra. No habían podido hablar adecuadamente ya que se encontraba en un estado delicado debido a su intenso celo y los efectos del sedante; simplemente un desastre. Pero ese día había amanecido mucho mejor, suponía que la droga ya había salido totalmente de su cuerpo y su celo ya había terminado hace tiempo.
Dos suaves golpes interrumpieron sus pensamientos.
—Adelante —contestó con voz clara.
Tal como lo supuso se trataba de Lan XiChen.
—WangJi —se veía claramente aliviado por notar la mejoría de su hermano—. Pensé que seguirías dormido.
—Me siento mucho mejor.
XiChen sonrió por lo dicho del menor. —Lo puedo notar.
Con movimientos elegantes sirvió un poco de agua y le entregó dos pequeñas píldoras a Lan WangJi, quien agradeció y las tomó. A pesar de que el menor de los hermanos comentó sentirse aliviado el mayor lo analizó. Podía ver confusión, un poco de molestia y «sorprendentemente» algo de emoción en los ojos ambarinos de Lan WangJi.
—¿En qué piensas? —preguntó XiChen, sabía que era la persona con la que mejor se comunicaban WangJi, por lo que no temía indagar en aquello que mantenía distraída la mente de su hermano.
Pudo percibir la vacilación en el menor, aún así XiChen no presionó y espero pacientemente alguna respuesta.
Lan WangJi se debatía en decirle o no a su hermano sobre su destinado, pero después de pensarlo un poco supuso que necesitaría la ayuda y apoyo de alguien; después de todo su pareja era el enemigo. Y si confiaba en alguien con su vida era justo la persona que tenía enfrente.
—Hermano —Lan WangJi lo miró de frente y habló con voz clara—. Tengo un problema.
—¿Problema? —XiChen se preocupó un poco. En el tiempo que Lan WangJi había estado débil no habían hablado sobre su misión fallida, sólo comentaron que todos se encontraban bien, a excepción de él, claro está. Por lo que el menor de los Lan nunca supo sobre la pequeña discusión con Jun Wu por haberlos sacado de la misión, aunque sólo fue por un momento gracias a la insistencia de Xie Lian. —Si es sobre la última misión no te preocupes, Jun Wu ha decidió apoyarnos y ahora trabajaremos todos juntos en esto. Será como en los viejos tiempos.
En vez de calmar a Lan WangJi sólo pareció preocuparlo más.
—Sólo prométeme que no dirás nada por el momento.
La petición puso algo ansioso a XiChen pero aún así asintió. —Sabes que te apoyaré en lo que sea.
Con la palabra de su hermano Lan WangJi pudo respirar aliviado y habló. —Encontré a mi destinado.
XiChen se sorprendió un poco y después de segundos reaccionó y sonrió. —Esa es una buena noticia, no encuentro el problema WangJi, con todo lo que está pasando quizás deberías dejar que las cosas se calmen y después acercarte a él —cuando terminó de hablar y miró la preocupación de su hermano supo que había algo más.
—Hermano... —no sabía cómo decirlo, pero sin encontrar la mejor manera sólo lo soltó así—. Uno de los Demonios es mi destinado...
Ahora si la cara de Lan XiChen era todo un poema, realmente no esperaba aquello, por fin comprendió el dilema interno que tenía WangJi. Después de largos minutos por fin habló. —Ya veo... ese si es un problema.
—Mn.
Lan WangJi no sabía cómo actuar debido a su nuevo descubrimiento, claramente esto cambiaba el plan.
XiChen lo miró y recordó el comportamiento anormal de su hermano durante la misión. —Supongo que es el omega del casino, ¿no? Él se infiltró y se hizo pasar por un bailarín.
—Sí. Y ahora él también sabe que yo soy su destinado.
XiChen frunció el ceño. —¿Y aún así te atacó?
—... Mn.
XiChen se restregó las manos en la cara y empezó a caminar por la habitación, la situación de su hermano no era la mejor y podía estar seguro que Lan WangJi haría lo que fuera para encontrar a ese omega.
—¿Qué harás? —cuestionó el mayor.
Los ojos dorados brillaron con intensidad, habló en un tono grave con seguridad. —Buscarlo y encontrarlo.
Lan XiChen no se sorprendió. —Lo sé... pero me refería a Jun Wu.
Lan WangJi bajó la vista. —No le diré a nadie por el momento.
—WangJi —XiChen suspiró—. Debes decirle al resto, podría ocurrir un accidente si desconocen la verdad.
Lan WangJi lo sabía, era demasiado peligroso y podría correr sangre, pero aún habían cosas que debía de arreglar y necesitaba tiempo. —Me encargaré de unos asuntos primero—aún con sus palabras XiChen parecía inseguro—. Le diré todo a Jun Wu, sólo dame unos días.
XiChen asintió. —Confió en ti y tus elecciones, sólo no te demores o podría ser demasiado tarde —Sin más se dirigió a la salida, dejaría a su hermano pensar a solas, en realidad él no podía hacer mucho más que apoyarle. No había nacido con una unión predestinada, no sabía qué cosas debía estar sintiendo su hermano en ese momento, por lo que sólo se alejaría y le observaría. Antes de irse habló por última vez. —Me alegro por ti WangJi —comentó sincero, se alegraba por él, incluso era visible la felicidad del menor para sus ojos, lo conocía tan bien, sabía que Lan WangJi encontraría alguna manera de solucionar las cosas.
—Gracias —asintió el menor.
Lan XiChen le dejó a solas, el menor de los Lan se volvió a sumergir en sus pensamientos y miró en dirección a la ventana. No pudo evitar acordarse del omega, sus audaces ojos grises y seductor aroma; mentalmente se deleitaba con la imagen, sólo anhelaba verle de frente y poder definir por fin con claridad su rostro.
¿Qué nombre tendría su destinado?
Xie Lian se encontraba en el gimnasio golpeando un pesado saco de arena, el sudor se deslizaba por su cuello blanquecino y su respiración era errática. A pesar de golpear con fuerza su mente estaba dispersa; pensaba en el joven alfa de elegante traje rojo y personalidad relajada. Repasaba la breve conversación que habían tenido, sentía que en ningún momento el alfa intentó atacarle y eso era lo que le confundía. ¿Qué tramaba ese hombre?
Su omega interno rara vez le causaba molestias, era como si siempre estuviera en un profundo sueño, pero desde que había hablando con San Lang pareció que por fin había despertado, aunque la sensación era apenas perceptible.
Xie Lian se sobresaltó al sentir una mano posándose a su hombro, por acto de reflejo lanzó un golpe.
El alfa apenas logró detener el ataque al no esperarlo, el puño de Xie Lian quedó a unos cuantos centímetros de su rostro, si hubiera reaccionado un segundo después lo más seguro es que hubiera terminado con la nariz rota.
—Lo siento —dijo el omega alejándose—. No me di cuenta de cuando llegaste.
XiChen sonrió y le restó importancia. —Fue mi culpa, no debí acercarme por la espalda para llamar tu atención... parecías muy concentrado.
Xie Lian negó. —Sólo pensaba.
—Debió ser muy importante para que bajaras la guardia y no me escucharas llegar —comentó XiChen.
El omega se sonrojó y desvió la mirada. Aún no entendía como el alfa siempre parecía leer bien a la gente, quizás eran un don especial que sólo XiChen poseía. Cuando los ojos de Xie Lian volvieron a posarse sobre el Lan pudo percatarse de que la tranquilidad había desaparecido de su rostro.
—¿Cómo se encuentra WangJi? —preguntó Xie Lian. Estos últimos días estuvo al pendiente del menor de los hermanos jade, pero sin duda el más preocupado por todo ese asunto fue Lan XiChen.
—Hoy regresó al trabajo —XiChen parecía resignado—. En cuanto se le pasó el efecto de la droga se levantó de la cama.
—Necesita descansar un poco más —dijo Xie Lian algo inseguro de que Lan WangJi empezará a trabajar de inmediato.
—Deberías decírselo tú, a mí no me hizo caso —murmuró el alfa con mirada un poco distraída—. Ya sabes como es WangJi.
XiChen pensó en su hermano y lo apurado que lucía por ponerse de pie, claramente había un motivo para ese comportamiento «o más específico, un omega».
En silencio Xie Lian reanudó su entrenamiento, de forma disimulada miró como el Lan empezaba a ajustar las vendas de sus manos. Era raro que ambos estuvieran en el gimnasio, usualmente sus tiempos nunca encajaban, pero ese día parecía ser la excepción.
Una idea cruzó la mente del omega.
—¿Por qué no entrenamos juntos? —preguntó con una sonrisa.
XiChen lo miró y asintió amablemente. —Suena bien, pero te advierto que no te dejaré ganar.
—Más te vale, de lo contrario no te lo perdonaré —dijo de forma alegre el omega para acercarse al alfa y ponerse en posición de pelea.
Ambos comenzaron una lucha cuerpo a cuerpo, aunque Xie Lian era un omega el Lan debía cuidarse de sus golpes, un descuido y podría terminar inconscientemente. Lo sabía por experiencia.
Parecía que el tiempo había regresado unos años atrás, donde ambos entrenaban la mayor parte del tiempo. En la actualidad cada uno tenía tareas que hacer, por lo que hace tiempo que no podían hacer algo así. Era agradable.
Una fuerte patada de Xie Lian fue bloqueada por el antebrazo del Lan, seguido de ese el puño del alfa se dirigió justo al rostro de Xie Lian, pero este alcanzó a esquivar el golpe. Estaba a punto de asestar un puñetazo en el estómago del alfa cuando una imagen repentina llegó a su mente.
Un incendio atroz que consumía todo a su alcance, había gritos por todas partes además de que podía sentir el aroma a madera quemada, un auténtico temor le inundó el cuerpo.
Xie Lian dio unos pasos hacia atrás con la mirada algo perdida, XiChen notó el repentino cambio en el omega por lo que paró sus ataques. Estaba a punto de hablar cuando la puerta del gimnasio se abrió de forma estrepitosa.
En el marco de la puerta se encontraba Shi QingXuan, parecía aliviado de haberlos encontrado. —Sabía que estarían aquí.
XiChen dejó de mirar al recién llegado para volver a mirar a Xie Lian, este parecía recuperarse de su pequeño trance y fingir normalidad.
—¿Qué sucede? —cuestionó Xie Lian para desviar la atención que recibía por parte del Lan.
QingXuan se apresuró a hablar. —Ya llegó la nueva información, Jun Wu espera por nosotros.
Los mayores asintieron, pero antes de moverse XiChen miró al omega y en voz baja habló. —¿Te encuentras bien?
Xie Lian sonrió y asintió. —Estoy bien, sólo me distraje.
XiChen no lo creyó pero no había tiempo para pláticas, debían ir con el resto. De forma rápida se apresuraron para arreglarse un poco e ir rumbo a la oficina de Jun Wu.
Justo cuando entraron notaron que Jun Wu no se encontraba solo, dentro del lugar estaban Lan WangJi y Ling Wen.
QingXuan fue directo a una silla y tomó asiento, estaba más que listo para lo siguiente.
—WangJi —Xie Lian sonrió. Sabía por XiChen que ya estaba bien, pero verlo de pie con su típica actitud seria y elegante porte era tranquilizante. —Te ves muy bien, me alegra que estés recuperado.
—Mn. Gracias —contestó educadamente mientras asentía.
—Tan frío como siempre —murmuró QingXuan.
XiChen sonrió levemente y observó cómo su hermano ignoraba el comentario del menor y negaba con la cabeza.
Jun Wu se aclaró ligeramente la garganta para llamar su atención. —Chicos tenemos trabajo que hacer —su mirada fue directo al menor de los Lan—. WangJi, si en algún momento necesitas un descanso no dudes en tomarlo, no quiero que te exijas demasiado.
Lan WangJi asintió. —No se preocupe señor, no descuidaré mi salud.
Con ello Jun Wu se miró complacido y asintió, después hizo señas para que todos tomaran asiento y escucharan atentamente.
—Ling Wen les explicará la nueva información que ha llegado —dijo el alfa para indicarle a la beta que comenzara hablar.
Todos prestaron suma atención a las siguientes palabras de Ling Wen. —Se ha logrado descubrir más acerca del alfa que estuvo en la sala del joven Xie Lian.
La imagen de un apuesto alfa con gabardina roja llegó a Xie Lian, inconscientemente su omega también dio un ligero salto, pero lo mantuvo a raya y siguió concentrado en la beta.
Ling Wen continuó. —La información personal es poca, el nombre con el que se le conoce en otros países en el bajo mundo es Hua Cheng, se ganó el apodo de Lluvia Carmesí hace un tiempo. Parece que él y el resto de los demonios han estado juntos por algunos años, quizás cuatro o cinco, no se sabe con exactitud, ya que es el tiempo que más problemas han causado en otras ciudades.
—Es como si se hubieran formado de la noche a la mañana —Comentó Lan XiChen.
—¿Qué hay del alfa que me atacó? —preguntó QingXuan.
La beta negó. —No se sabe aún la identidad de ese sujeto, ninguna cámara logró captar su imagen, pero en base a la información recaudada hay varios candidatos. A Hua Cheng se le ha visto con una mujer en algunas ocasiones, aunque se desconoce toda la información acerca de ella, es igual que el omega que atacó al joven WangJi, es como si ambos no existieran.
Lan WangJi bajó la mirada, sabía que buscar información de su destinado no sería fácil, si quería respuestas debía encontrarlo y sacarlas de su boca.
Xie Lian sentía una incomodidad mientras hablaban de San Lang... ¿o Hua Cheng?
—Otra de las personas relacionadas con Hua Cheng es un alguien conocido como Aguas Negras, muchos afirman que es un alfa y otros un beta, en realidad la información es escasa al igual que el resto, pero por ahora también está dentro de nuestros sospechosos.
Al notar que la beta ya no hablaba, el menor de todos alzó la voz.
—¿Eso es todo? —la "nueva información" era una burla, realmente seguir casi en las mismas. Si bien podían decir con certeza el género del tres de los integrantes y tener algunas referencias sobre su físico; no servía de nada si no sabían su ubicación.
—Ling Wen —le llamó XiChen—. ¿Crees que se escondan en nuestros dominios o alguien los está ayudando?
La beta pareció meditarlo. —El señor Jun Wu es líder de los distritos del norte y no parece que ronden muy a menudo por acá. Los distritos del sur también están bajo su cuidado desde la muerte de La Araña, pero en realidad no hay tanta vigilancia por lo que podrían moverse con mayor facilidad por esa zona. En cuanto a las otras zonas seguiremos investigando, al no ser nuestros dominios no es tan fácil pedir información.
Jun Wu habló por primera vez. —Los únicos que podrían darles asilo sin meterse en problemas son los Nie, pero para hacer lo que hacen deben de salir de zona neutra.
—Dudo mucho que los Wen o los Jin les ayuden —comentó Xie Lian.
QingXuan empezó a masajear sus sienes. —Será complicado atraparlos a todos.
—No los atraparemos a todos al mismo tiempo —aclaró Jun Wu—. Sabemos que son bastante capaces y quiero evitar accidentes.
Ante esas palabras los cuatro jóvenes presentes bajaron la vista, pues claramente con "accidentes" se refería a su última misión fallida.
—¿Cuál es el plan señor? —preguntó Xie Lian.
—Los cazaremos uno por uno.
XiChen no pudo evitar darle un vistazo a su hermano, el menor de los Lan estaba tenso, parecía que se debatía mentalmente. El mayor no le diría ni haría nada, dejaría todo en las manos de Lan WangJi, no eran sus asuntos, sólo esperaba que su hermano no se dejara llevar demasiado.
—¿Deberíamos ir personalmente en busca de información? —cuestionó QingXuan.
Jun Wu negó. —No es necesario, con lo que tenemos podemos empezar a movernos, además tenemos otros negocios de los cuales encargarnos. Más tarde les mandaré el informe del nuevo plan.
Después de hablar unas horas sobre su siguiente movimiento los cuatro jóvenes dejaron la oficina de Jun Wu. Tenían poco tiempo para prepararse, además de atender el resto de casinos y clubes, sin contar los negocios que seguían en pie con los extranjeros.
Los hermanos Lan se retiraron para ocuparse de otros asuntos, por lo que los dos omegas restantes prefirieron seguir hablando del tema en la habitación de Xie Lian.
—Si tuviéramos más información quizás tendríamos mayor ventaja —murmuró QingXuan.
Xie Lian comprendía el pensamiento del menor pero también sabía que QingXuan siempre quería comerse al mundo, por lo que cuando algo no estaba a su favor terminaba tomando medidas desesperadas.
—Con Jun Wu tomando las decisiones y guiándonos las cosas irán mejor, no hay porqué preocuparnos.
Aún así QingXuan seguía pensativo. —Estuve analizando los clubes a los que usualmente iba el omega que atacó a WangJi-Xiong. Resulta que el último club en el que fue visto dentro nuestros límites es el que está bajo las órdenes de Qi Rong.
—Eso ya lo sabemos, pedimos las cintas de las grabaciones a Qi Rong, además sabemos que se registró con una identificación falsa.
Shi QingXuan agregó. —Pero aún podríamos obtener más información si preguntamos a clientes frecuentes, de seguro vieron algo, quizás estaba acompañado y nunca lo supimos.
Xie Lian lo pensó un poco, en realidad no era mala idea ir a investigar, pero la probabilidad de conseguir buena información era muy baja, después de todo la mayoría de las personas siempre estaban bajo efectos de alcohol y drogas, sería un milagro que alguien recordara algo. Además las personas desconocía realmente a los demonios, si llegaron a ver algunos de seguro ni siquiera lo sabrían.
—Deberíamos ir a uno de los clubes y reunir más información —insistió QingXuan.
Xie Lian negó enseguida. —No, en primer lugar tú ni siquiera puedes entrar —el menor hizo un puchero pero Xie Lian lo ignoró y continuó—. En segundo lugar Jun Wu dijo que no era necesario.
—Pero-
—QingXuan ya deja ese tema, podríamos buscar información desde aquí, ir allá no nos asegura nada.
Shi QingXuan abrió la boca pero después la cerró, sabía que no conseguiría nada, por lo que sólo asintió. Admitía que parte de su insistencia era solo por querer ir a uno de esos lugares, no era un niño ingenuo, tenía dieciocho años, además de que sabía cuidarse bien. Pero si no convencía a Xie Lian sería aún más imposible convencer a alguien más, si quería hacer las cosas debía hacerlas solo.
—Esperó estés en lo correcto. Si me disculpas iré a descansar.
Xie Lian observó como el menor se marchaba. Sabía que QingXuan quería hacer más cosas para ayudar, pero no era el momento indicado, debían ser pacientes todos, incluyendolo a él.
Una vez estuvo solo empezó a divagar, una cosa llegó a la otra y terminó pensando en él alfa con brillante personalidad y mirada penetrante. Segundos después recordó la imagen del fuego abrasador.
Xie Lian trató de olvidarlo y aclarar su mente, quizás él también necesitaba un descanso. Repentinamente sintió algo cálido restregarse contra él.
—RouYe —sonrió en cuanto miró al pequeño gato blanco.
Con delicadeza tomó al animal en sus brazos y se dirigió a su cama, mientras acariciaba el sedoso pelaje empezó asentir cansancio, lentamente sus ojos fueron cerrándose y su respiración se volvió lenta.
Shi QingXuan se aseguró que todo estuviera en orden, portaba sólo lo necesario y su disfraz era perfecto «según él».
De forma silenciosa abandonó la mansión, su plan era irse por un par de horas, nadie notaría su ausencia o al menos eso esperaba. Con un poco de dinero en efectivo y la ayuda de un amigo de confianza logró conseguir un auto que lo llevara a uno de los tantos clubes que manejaba Qi Rong, más específico; donde fue visto uno de los Demonios. Era necesario que fuera sumamente cuidadoso, ya que nadie debía de saber sobre sus movimientos, en primera porque Jun Wu le regañaría y le podría limitar sus tarjetas de crédito o peor aún, lo podría sacar de la misión.
Con el pasar de los minutos el omega dio un rápido vistazo a su móvil, eran pasadas de las diez de noche, sólo contaba con dos horas para poder regresar a la casa, temía que si permanecía más tiempo fuera podrían descubrirle. Ya era muy arriesgado lo que hacía; para empezar debió bloquear momentáneamente las cámaras, sólo en lo que salía e ingresaba de la mansión, estaba seguro qué su partida pasó desapercibida, sólo XiChen podría notar la anomalía en el sistema de seguridad, pero el mayor de los Lan estaba ocupado, dudaba que estuviera al pendiente de la seguridad en ese momento.
Una vez las luces brillantes del club aparecieron ante sus ojos Shi QingXuan se preparó mentalmente. Le indicó al conductor donde estacionarse y bajó.
—No tardaré mucho, no sé vaya de aquí —murmuró al omega al hombre quien asintió obedientemente mientras recibía varios billetes.
—No se preocupe, tengo órdenes del joven Nie de esperarle — comentó el hombre al volante, sin duda un beta muy agradable.
QingXuan sonrió agradecido y se alejó, estaba nervioso, jamás había hecho algo como eso, pero simplemente no podía quedarse sin hacer nada. El simple hecho de ver las luces brillantes por fuera le emocionaba. Con una postura relajada y caminar seguro se acercó a la entrada, donde un hombre le detuvo.
—Lo siento señorita, no puede pasar sin una identificación —dijo el hombre corpulento de forma amable.
—Oh claro, que distraída soy —contestó el omega con un tono de voz más agudo de lo usual. QingXuan fingió buscar en su bolso, en realidad no contaba con una identificación falsa, pues no le había dado el tiempo de crear una, pero si contaba con bastante dinero en efectivo para un soborno.—Oh mi... esto no me puede estar pasando... ¿por qué a mi?
El guardia estaba serio, como si ya imaginara lo que le diría QingXuan.
—Creo que extravié mi identificación —dijo el omega con una preocupación fingida y algunos pucheros—. Debí dejarla en mi casa por las prisas.
El guardia bufó. —Sin identificación no hay entrada.
El omega puso su mejor cara de lastima. —No puede ser, tengo una cita importante y de seguro debe estar esperándome dentro, mi vida amorosa depende de esto. Debe haber una forma de poder arreglar esta situación.
Aún así el hombre de enfrente permaneció con su posición estoica y actitud reacia a cambiar de opinión.
QingXuan pensó en utilizar otra manera de convencerle.
—Quizás esto pueda ayudar —murmuró mostrando una gran suma de dinero.
El guardia entrecerró los ojos y le observó un momento. De forma disimulada extendió la mano, estaba a punto de tomar el dinero cuando se alejó un paso y miró con asombro al omega.
—¿Shi QingXuan?
El omega sintió que la sangre de su cuerpo se iba totalmente.
¡¿Como podría ser esto posible?! ¡Su disfraz era perfecto! ¡Su falda de lentejuelas y lindo maquillaje debió de ser suficiente!
QingXuan se quedó en silencio y después puso cara de confusión. —¿Cómo dice?
Sabía que su rostro en realidad era conocido, aún así no pensó que lo reconocerían tan fácil. Pero siendo honestos...
¡¿Quién en su sano juicio no conocería a los jóvenes que Jun Wu tomó bajo su tutela?! ¡Si no estaban en las televisoras salían en portadas de revistas de negocios! ¡Incluso en anuncios publicitarios!
—¿Realmente es usted? —el guardia aún parecía dudoso. Si bien los rasgos de la joven eran similares al conocido Shi QingXuan no podía asegurarlo, para empezar porque se trataba de una chica, pero realmente creyó que se trataba de él.
—Creo que me confunde con alguien —QingXuan trató de cambiar la conversación, estaba a nada de conseguir un pase. Sería muy malo que lo descubrieran justo en ese momento, a pesar de que Qi Rong manejaba este club al final de cuentas estaba en territorio de Jun Wu, por lo que debía rendirle cuentas a él. Varias cosas «no muy positivas» pasarían si lo descubrían. QingXuan extendió el dinero. —¿Lo tomará o no?
El hombre lo observó un poco más y tomó el dinero para darle el pase después. QingXuan sonrió para sus adentros y con alegría logró entrar en el lugar.
El sonido estridente junto con las feromonas en el aire golpearon al omega, había cuerpos restregándose por la pista de baile, las luces de alternaban para cambiar de color al ritmo de la música y había varios hombres yendo y viniendo con botellas y tragos; sin duda era mejor de lo que alguna vez se había imaginado. Siempre que podía espiaba las cámaras de los clubes de su familia pero en realidad nunca había entrado a uno y si lo hacía era antes de que abriera, solo para un chequeo rápido, por lo que este tipo de escenas era alucinante e incluso refrescante para QingXuan.
Por algunos segundos pensó en quedarse un poco más de tiempo y disfrutar del club, pero tan rápido como llegó esa idea la desechó, no tenía tiempo para eso. Una parte de él seguía ansiosa por el hecho de pensar que en cualquier momento Jun Wu lo podría descubrir.
En realidad no tardó en sentirse cómodo y pudo mezclarse con naturalidad. Mientras avanzaba recibía varios cumplidos, unos más agradables que otros. QingXuan sabía que era alguien hermoso y amaba ser elogiado a diferencia de Xie Lian, que prefería pasar desapercibido. Aún así se concentró en su cometido y sonrió coquetamente al bartender, sin duda esos eran los sujetos de los que mejor podría conseguir información.
—Hola guapo.
El bartender regresó la sonrisa e inclinó la cabeza. —Señorita. ¿Algún trago en específico que guste?
QingXuan jugó con la punta de sus cabellos castaños. —Un Cosmopolitan estará bien —respondió con una sonrisa.
Jun Wu siempre les decía que se abstuvieran de ingerir alcohol o cualquier tipo de droga, lo cual era irónico ya que parte de su negocio era la distribución de sustancias ilícitas en clubes nocturnos repletos de alcohol. Pero esa noche omitirá eso para poder encajar más en su papel.
El hombre tras la barra trabajó rápido y le entregó su bebida, QingXuan permaneció sentado y dio un pequeño sorbo.
—Disculpa si te molesto con una cosa más —dijo el omega fingiendo timidez.
—No podrías molestarme. ¿En qué otra cosa necesitas ayuda, linda?
QingXuan quiso reír por lo fácil que estaban saliendo las cosas. —En realidad soy nueva por aquí, no conozco el tipo de personas que vienen a este lugar —el bartender asintió y continuó escuchando—. Me gustaría saber un poco más de las personas que frecuentan este lugar, lo último que quiero es meterme en problemas.
El hombre rio. —Puedes estar tranquila. No pareces alguien que busca problemas.
QingXuan mordió su labio para no reír. —Que te puedo decir, en realidad soy una caja de sorpresas —de forma lenta dio otro sorbo a su trago.
El bartender le hizo una seña para que esperara en lo que atendía a otras personas, QingXuan estaba a punto de terminar su Cosmopolitan cuando el hombre regresó con él.
—Te puedo decir que este lugar es tranquilo en realidad, dentro de lo que cabe claro, la gente que viene rara vez causan algún contratiempo.
—Me imagino que te topas con diferentes personalidades siempre.
El bartender se encogió de hombros. —Son gajes del oficio.
—Deben de tener clientes estrella ¿no?
El hombre asintió y señaló una esquina del club. —Por allá se reúnen los Tian, se creen la gran cosa por estar asociados con los Jin, suelen gastar demasiado dinero y es casi de seguro que vengan cada fin de semana.
QingXuan dio un rápido vistazo, encontró varias personas con ropas llamativas y claramente costosas, todos parecían pasarla bien, había varias botellas de alcohol en su mesa, por lo que supuso que debían beber hasta ahogarse. Sin duda no era lo que estaba buscando.
—Por allá —indicó el bartender en el fondo del club—. Están los Shen, no suelen venir a menudo, pero cuando lo hacen invierten bien.
QingXuan asintió y supuso que tampoco era el tipo de persona que buscaba. Pensó que era momento de tirar su mejor carta. —Un amigo vino una vez aquí, dijo que el lugar era genial, pensé en toparme esta noche con él pero no resultó.
El bartender lo miró intrigado. —¿Un amigo?
—Si.
—¿Sólo amigo?
QingXuan sonrió. —Un omega para ser más específico —de forma rápida sacó su móvil y mostró una de las fotos que tenía del joven omega que era parte de los demonios—. Es él. ¿Lo recuerdas?
El bartender observó la difusa imagen pero aún así pareció reconocerlo ya que soltó un "ah".
—¿Entonces? —preguntó ocultando sus ansias.
—Claro que recuerdo a tu amigo, hizo un espectáculo en la pista de baile, lo mejor que mis ojos han visto —QingXuan alzó una ceja, el bartender se aclaró la voz y continuó con su relato—. Esa noche sin duda fue el centro de atención, aunque ahora que lo pienso nadie sabe de donde salió, creo que sólo vino una vez y fue relativamente hace poco. Nunca hablé con él, sólo recuerdo verlo bailar un rato y después subir a la oficina del gerente.
—¿Oficina del gerente?
El bartender indicó con la cabeza. —En la parte de arriba está la oficina, hay un cristal donde se ve este lado, siempre vigilan desde ahí.
—¿Por qué el gerente? ¿El dueño no es que vigila?
El hombre tras la barra bufó. —Ese hombre jamás está, en los seis años que llevo trabajando aquí sólo lo he visto cuatro veces y creo que es mucho.
QingXuan pensó en que debía hablar con Jun Wu para que despidiera a Qi Rong, pero ya se ocuparía de eso después.
—¿Quién es el gerente?
La expresión de bartender cambió. —No es una persona fija, este club siempre está cambiando de gerente constantemente, pero el que está a cargo en estos momentos es un hombre desagradable. Si te soy sincero el mejor consejo que puedes recibir de mí es; sin importar el motivo, no te acerques a él, si te invitan a subir tienes que negarte.
QingXuan lo miró con fingida preocupación. —¿Crees que sea el mismo que invitó a mi amigo a subir?
El hombre pensó un momento. —Es posible, pero si no mal recuerdo tu amigo se fue con otro hombre, parecía alguien importante.
"El canciller" pensó QingXuan.
—El segundo piso tiene un aislante de sonido, nadie sabe que sucede allá arriba —comentó el bartender—. Digamos que es como Las Vegas, lo que pasa en Las Vegas...
—Se queda en Las Vegas.
—Exacto.
QingXuan supo que necesitaba ir arriba.
El bartender le miró fijamente. —No quiero asustarte, pero es alguien de cuidado ese hombre.
"Yo también" contestó en su mente QingXuan.
—Amigo mío sabes mucho de este lugar.
El bartender sonrió. —Ventajas de tener tanto tiempo trabajando aquí. ¿Gustas otro Cosmopolitan?
QingXuan negó, no podía ingerir más alcohol, debía estará alerta. —Así está bien —sin pensarlo sacó un billete y lo colocó en la barra—. Quédate con el cambio.
—Gracias por tu gentileza. Si no es mucha molestia... ¿puedo saber tu nombre? El mío es-
—No lo digas —interrumpió QingXuan—. Me gusta más el misterio, no pongas las cosas tan fáciles.
Al bartender sonrió y asintió. —En ese caso me tomaré la tarea de investigar tu nombre.
—Suerte con eso.
Con una gentil sonrisa se alejó de la barra. Ahora debía hacer que lo subieran al segundo piso.
Con paso firme se adentró en la pista de baile, según el bartender el omega bailó un rato y después subió, entonces debía llamar la atención. Tratando de seguir la música QingXuan dejó que su cuerpo se moviera sensualmente, no supo en qué momento se encontraba restregándose contra otro omega, por el frente podía ver varios pares de ojos posados sobre su persona. En sus memoria llegaron los movimientos del omega que le bailó a Lan WangJi. De forma inconsciente comenzó a recrearlos y agregando nuevos movimientos.
No supo cuánto tiempo transcurrió pero una mano se posó en su hombro para llamar su atención. QingXuan miró como un hombre trajeado se acercaba a su oreja para gritarle algo.
—Señorita, se le ofrece la invitación para ir a tomar un trago al segundo piso. ¿Gusta asistir?
QingXuan hizo una cara de sorpresa y asintió animadamente. —¡Claro!
El hombre lo empezó a guiar entre la multitud, justo antes de dejar la planta baja miró al bartender que le observaba con una preocupación latente en sus ojos, pero QingXuan le sonrió, como si le dijera que todo estaría bien. Mientras iba avanzando analizaba su alrededor y al hombre que le guiaba; los pasillos eran estrechos por lo que debía moverse rápido para no ser acorralado, si se movía a tiempo podría arrebatar el arma que portaba ese hombre en su cinturón.
QingXuan fue guiado hasta una lujosa oficina, tal como dijo el bartender había un ventanal negro gigante, podía ver toda la multitud abajo en la pista, a pesar del sonido que había en el primero piso no lograba escuchar ni un poco de la música. Su nuevo amigo realmente le había dicho la verdad.
Justo en el frente del ventanal estaba una silla de cuero negra junto un escritorio de caoba de lo más ostentoso, en realidad no era tanto el gusto de QingXuan, él se iba más por la elegancia. Pero no podía esperar mucho.
En la silla se encontraba un sujeto de unos cuarenta quizás, a cada lado había un omega, ambos tenían una mirada perdida y sonrisas vacías. QingXuan supuso que debían estar drogados; ahora entendía lo que se refería el bartender con "hombre desagradable". Con una sola mirada sabía que no debía bajar la guardia.
—Señorita es un gusto que haya aceptado mi invitación. Jamás la había visto por aquí. ¿Es nueva?
QingXuan rió tontamente mientras intentaba ocultar su rostro con una mano. —Se podría decir que sí —mientras fingía ignorancia sus ojos viajaban por toda la habitación, en total habían dos guardias en el interior, cada uno portaba un arma en el cinturón.
—No te pongas tímida querida, toma asiento, en un momento te sirvo algo de beber —el hombre de la silla de cuero apartó con brusquedad al omega de su lado—. Ustedes pueden irse, ya no los necesito.
Uno de los guardias se acercó a los omegas para sacarlos de la habitación. Dejando únicamente al gerente y uno de los guardias junto a QingXuan.
Shi QingXuan veía como aquel asqueroso hombre se acercaba, por su olor sabía que se trataba de un beta al igual que el guardia. Con paso lento se sentó en un amplio sofá de piel negra que iba acorde con la decoración, su mirada estaba puesta en el hombre de enfrente.
"Si me pone una mano encima lo mato" dijo para sus adentros QingXuan.
—La verdad sólo viene buscando a alguien —murmuró el omega.
—¿A quién buscas querida? Quizás pueda ayudarte en algo —el hombre comenzó a servir dos tragos para tenderle uno a QingXuan.
—Un amigo... es un omega y es... el mejor bailarín de la ciudad diría yo. Escuché que hizo todo un espectáculo hace poco.
El gerente chasqueó la lengua y ladeó la cabeza mirando al omega. —Que curioso, mi jefe hace poco preguntó por ese omega aunque desconozco para que...
QingXuan apretó el vaso en sus manos, quizás había sido demasiado obvio, algo nervioso miró su bebida, debía estar loco para pensar en beber algo que le diera ese sujeto de enfrente.
El omega sintió como el guardia a sus espaldas empezaba a moverse, no podía verle pero sabía que estaba acercándose.
—Te digo algo hermosa —la postura del hombre cambió, logrando que el corazón de QingXuan se acelerara—. Ese omega salió de este lugar con alguien importante, poco después mi jefe lo busca y ahora una "inocente" joven también.
De un rápido movimiento el guardia apuntó a la cabeza de QingXuan, aún así el omega no se inmutó, permaneció con la mirada al frente. No sabía que tan factible sería revelar su identidad en ese momento, después de todo si se enteraban que era uno de los colmillos lo más seguro es que bajarían sus armas pero eso significaba que Jun Wu no tardarían enterarse de este pequeño accidente.
El gerente tomó con una mano el rostro de QingXuan y lo alzó para acercarlo más a él. El omega podía sentir el fétido aroma a alcohol y cigarros baratos del hombre, debía hacer algo. Estaba a punto de hablar cuando la puerta se abrió con fuerza y un disparo resonó.
Todo pasó tan rápido que lo único que vió QingXuan fue al hombre de enfrente caer de rodillas con una bala en una de sus piernas. Después de eso hubo un segundo disparo, escuchó cómo el guardia que le apuntaba con un arma caía con un golpe seco al suelo.
Estaba a punto de girar su vista cuando una voz profunda resonó a sus espaldas.
—¿Dónde está Qi Rong?
QingXuan se tensó al reconocer esa voz, jamás la podría olvidar. Podía escuchar latir su corazón latir con fuerza, el aroma fuerte del alfa sólo confirmó su peor pensamiento. Esa fragancia de café amargo sólo la había olido una vez en su vida. Era el mismo sujeto que lo había atacado en el casino. Era uno de los demonios.
—¡N-No está aquí! —el hombre enfrente de QingXuan se veía aterrado—. ¡Por favor no me mates! —suplicó el gerente, el omega notó como el beta sacó un arma de su bolsillo pero antes de tirar del gatillo una bala atravesó su frente.
QingXuan no se atrevía a moverse, ni siquiera era consiente que había dejado de respirar. Los pasos acercándose le indicaron que el alfa había entrado en la habitación. Cuando lo sintió a un lado alzó sus ojos y se topó con una profunda mirada que lo escaneaba de arriba a bajo.
Chapter 7: Capítulo 6. Demonios.
Chapter Text
He Xuan frunció el ceño al ver a la chica, por su dulce aroma sabía que se trataba de una omega, lo primero que llegó a su mente fue que esos bastardos posiblemente debieron estar acosándola, pero también asumió que ella debía ser una estúpida por inmiscuirse con personas así. La joven le veía atentamente con una expresión de horror, el alfa comprendía; después de todo, no todos los días te topabas con una escena como esta.
—No deberías aceptar bebidas de extraños —dijo el alfa de manera fría y algo tosca. En realidad tenía la intención de espantarla para que se fuera de una buena vez, lo último que quería es que ella empezara a gritar y le provocara un dolor de cabeza.
Pero la omega seguía quieta con la vista fija en él, He Xuan la sintió familiar de cierta forma, incluso su aroma le era conocido, pero no recordaba de dónde exactamente. Era raro, nunca se involucraba con omegas, prefería acostarse con betas ya que así no tendría que soportar dramas innecesarios «suficiente tenía con sus colegas», por lo que no se podía tratar de alguna de sus noches pasajeras, debía ser de algún otro lugar. Sólo que ¿de dónde?
El alfa le restó importancia y le dio la espalda para dirigirse al escritorio, debía buscar unos archivos y regresar a la base lo más antes posible. Tenía la esperanza de que el inútil de Qi Rong hubiera dejado la carpeta con la información de la última mercancía adquirida, de lo contrario seguiría con su búsqueda un tiempo más. Realmente no estaba de humor para eso, ya había recorrido tres clubs y aún no encontraba nada, si WuXian estuviera con él de seguro se estaría burlando de su mala suerte y diciendo tonterías como: "Deberíamos aprovechar y beber un poco, ya haremos el trabajo después". Y como consecuencia él terminaría haciendo todo solo mientras arrastraba a un descontrolado omega.
Agradecía que todos tuvieran cosas que hacer, así podría trabajar a solas, tal y como siempre había preferido. Estaba muy concentrado en su búsqueda, sus ojos iban y venían sobre los documentos, aún así escuchó claramente como el seguro de una pistola fue retirado. De forma lenta giró su rostro en dirección de la chica.
La joven omega se encontraba parada con el arma del hombre al que He Xuan le había disparado en la frente. A pesar de que había cierto temor y nerviosismo reflejado en sus ojos tenía una postura firme, la forma en cómo sostenía el arma era señal de que no era su primera vez apuntándole a alguien, al contrario, parecía tener cierta experiencia.
El alfa no sabía si su puntería sería tan buena como su postura y ciertamente no lo quería averiguar.
A pesar de todo, He Xuan no reaccionó, no tenía tiempo para juegos. Ambos se miraron frente a frente, el alfa estuvo a punto de hablar cuando por fin recordó dónde había visto ese rostro antes, mentalmente se regañó por no haberle disparado cuando tuvo la oportunidad. Si omitía la ropa reveladora y el maquillaje de la "chica" era más que obvio. Incluso el aroma a vainilla resultó ser más evidente en este punto.
Hubo una ligera reacción de asombro en su cara pero la supo ocultar bien. Ahora era consciente que uno de los colmillos de Jun Wu lo tenía amenazado, desde esa perspectiva las cosas se volvieron más complicadas.
—Yo soltaría el arma si fuera tú —dijo He Xuan al omega como si no supiera de quién se trataba.
—No lo creo... —la voz de omega era ligera, no tan aguda para ser del desagrado de alfa, pero sí lo suficientemente amenazante para que le fuera imposible ignorarla—. Tú... —el omega le miraba atentamente, previniendo cualquier movimiento—. Eres uno de los demonios, eres aquel que llaman Aguas Negras... Tú fuiste quien me dejó inconsciente... —No era una pregunta.
—Tuviste suerte, el plan era matarte —dijo el alfa con voz grave y alarmantemente tranquila.
Ambos se miraron directo a los ojos por unos segundos más. He Xuan permaneció inexpresivo, daba un pequeño reconocimiento al chico y a Dragón Blanco por hacer bien su tarea de investigarlos, en este punto no había mucho que hacer por lo que prefirió seguir revisando los documentos que tenía al frente. Algo le decía que el omega no dispararía.
—¿Dónde está el resto de demonios? —escuchó preguntar al joven, pero el alfa continuó aplicando la ley del hielo, cosa que solo molesto aún más al omega—. ¡Habla o disparo!
He Xuan le miró de manera fría, se preguntaba porque no había matado aún a ese chico tan molesto. —Cierra la boca.
Al no haber ninguna reacción en el alfa prosiguió con lo suyo, pero el detonar del arma seguida de un pequeño dolor en su brazo le recordó que no debió subestimar al joven. Eso pasaba cuando daba más libertades de lo que en realidad las personas se merecían.
—Te dije que dispararía —la mirada del omega era retadora.
—Tu puntería apesta —dijo el alfa cerrando una carpeta sobre el escritorio. Por fin había encontrado lo que tanto buscaba.
La bala apenas había rozado su brazo, no se preocupaba por la herida, pero no por eso el alfa estaría menos enojado. Ese estúpido omega se había atrevido a dispararle.
—Sólo quería llamar tu atención —se defendió el omega.
He Xuan no comprendía porqué ese chico seguía dándole explicaciones. —Eres un estúpido.
El omega pareció colocar una expresión ofendida. —¡No soy estúpido! ¡Tú eres un grosero!
La estupefacción se vio reflejada en He Xuan. ¡Ese omega era aún más idiota de lo que pensó! ¡Él acababa de matar a dos personas! ¡¿A quién le importaba si era grosero?!
El alfa intentó dar un paso adelante para acercarse al omega cuando un segundo disparo le alcanzó el hombro. He Xuan gruñó y tocó su herida donde la tibia sangre comenzaba a emanar.
—¿Así es como me agradeces por salvarte de esos imbéciles? —cuestionó el alfa señalando los cuerpos de los hombres muertos alrededor del omega.
—Gracias... —contestó el menor sin dejar de apuntarle—. Pero no necesitaba tu ayuda, pude haberlos acabado yo sólo.
—De haber sabido que eras tú hubiera dejado que te volaran la cabeza primero antes de matarlos —escupió He Xuan.
El omega de enfrente frunció el ceño.
—Eres un miserable... —murmuró aunque fue muy audible para He Xuan.
—Me lo dicen seguido —contestó con simpleza, una expresión tan fría y vacía se apoderó del alfa, incluso el joven de enfrente pareció dudar un instante.
He Xuan no le dio tiempo antes de tomar su arma y disparar.
En un santiamén el omega se colocó detrás del sofá de cuero para evitar una bala, mientras que He Xuan apretaba el gatillo sin dudar tres veces seguidas. Por un momento el alfa no escuchó nada, pero en cuanto bajó el arma el omega volvió a dar la cara para comenzar a dispararle, por lo que He Xuan no tuvo de otra más que refugiarse detrás del escritorio. Procurando que los documentos que buscaba no fueran dañados los metió entre su chaqueta negra.
—¡La próxima vez que me dispares apunta a un órgano vital! —gritó el alfa.
Admitía que su primer encuentro con el omega no se comparaba en nada con este.
—¡Y tú procura matarme la próxima vez que me dejes inconsciente! —respondió de la misma manera el omega.
El intercambio de disparos terminó destrozando el vidrio del ventanal que daba al club, ahora los cristales caían hechos pedazos al primer piso, en cosa de segundos la multitud empezó a gritar y dispersarse. Se podía escuchar el alboroto, He Xuan suponía que los refuerzos del omega no tardarían en llegar.
De hecho, apenas pensó en ello cuando escuchó unos pasos ingresar en la habitación junto a una nueva voz. El tono grave y aroma fuerte le advirtió que se trataba de otro alfa.
—¡QingXuan!
—¡XiChen-Xiong!
No pintaba nada bueno para He Xuan, quien seguía oculto detrás del escritorio. Un colmillo era una molestia, pero dos era un problema, si alguien más llegaba sería un suicidio.
—¡Ten cuidado! ¡Hay uno de los demonios aquí!
Esa fue la señal para la retirada.
He Xuan se movió de forma rápida y saltó justo por el ventanal que estaba hecho pedazos, escuchó algunos disparos pero no sintió dolor alguno, por lo que supuso que había logrado esquivarlos. Su caída fue estrepitosa pero aún así logró levantarse para empezar a correr, dio una corta mirada al segundo piso donde alguien se acercaba al marco y le apuntaba, apenas había alcanzado a reaccionar cuando la bala dio a un costado. Incluso con el molesto dolor He Xuan emprendió su escape, si lo atrapaban ahí sería su fin.
En cuanto salió del club se dirigió a la parte trasera, donde tenía su motocicleta esperándolo, al arrancar escuchó como varios automóviles se acercaban a la zona, para su desgracia había empezado una persecución.
La detonación de varias armas lo hizo apretar los dientes, sabía que si no los perdía terminaría muerto.
—Mierda —murmuró cuando una de las balas casi le da.
Tratando ganar distancia sobrepasó el límite de velocidad, esperaba poder meterse por un callejón para dejarlos atrás. Sin perder tiempo decidió utilizar como ruta de escape algunas calles estrechas, logrando que los automóviles que le pisaban los talones frenaran de golpe.
Sólo cuando sintió que estaba a salvo bajó la velocidad y se dirigió a la base.
Wei Ying miraba con atención los planos del lugar donde se llevaría a cabo la próxima misión. Ya que su especialidad era infiltrarse sería el primero hacer un movimiento, pero las cosas no fueron tan fáciles como pensó.
—Esto no me gusta, solo hay dos rutas de escape, si contemplamos el acceso principal de la entrada se suman tres, pero ninguna es lo suficientemente segura —murmuró el omega a Hua Cheng quien de igual forma analizaba sus múltiples opciones—. Sin contar el montón de perros guardianes que habrá para ingresar a las habitaciones, será como una misión imposible.
—Los guardias son lo de menos —dijo el alfa—, el hotel donde se hospedará el socio de Jun Wu es ciertamente inconveniente.
WuXian asintió. —Son dominios de Dragón Blanco, es obvio que no sería tan fácil —chasqueó la lengua mostrando desesperación—. Pero si no actuamos perderemos esta oportunidad tan grande.
—Podrías esperar en el bar del hotel, en esa zona se puede pasar desapercibido más fácilmente.
El omega alzó una ceja. —¿Cómo sabes que el socio de Jun Wu irá al bar del hotel en vez de quedarse en su habitación?
Hua Cheng sonrió. —Confía en mí, lo hará, todos los extranjeros mueren por darle un vistazo para juzgar el lugar, al ser socios tendrá interés en ver el tipo de lugares que maneja Jun Wu.
—Comprendo... Necesitaré una peluca si quieres que haga bien mi actuación—. Hua Cheng puso los ojos en blanco, por lo que WuXian añadió:—Es parte de mi trabajo.
—¿La ropa interior que mandaste a pedir también es parte de tu trabajo? —cuestionó el alfa, pues las excéntricas prendas que pedía el omega en cada misión siempre terminaba formando parte del clóset de WuXian, después alegaba que la ropa estaba en perfecto estado como para desecharla.
—¡Obviamente! ¡Son parte del disfraz, debo tomar en serio a mi personaje! —se excusó enseguida. Claro que se quedaría con la ropa después de la misión, pero eso no afectaba a nadie. ¿O si?
—WuXian —le llamó Hua Cheng—. Tu ya eres todo un personaje, así vistieras un costal de papas lograrías convencer a las personas de que es un atuendo de diseñador y al mismo tiempo hacer tu trabajo de encubierto —su tono de voz era plano y sin emoción, se notaba que sólo quería terminar de arreglar los detalles de su misión.
El omega fingió asombro. —Oh HuaHua ¿Acaso estás halagando mi trabajo?
Hua Cheng frunció el ceño. —Estoy lejos de halagarte.
Wei Ying sonrió con burla. —Tranquilo, enaltecer mis cualidades es normal.
—No enaltecí tus cualidades.
—Soy perfecto, lo sé.
La voz de Jiang Cheng se hizo presente. —Eres un perfecto idiota, eso es lo que eres.
WuXian le miró e hizo un puchero, giró su rostro para dar a entender que estaba ofendido. Claro que todo era una actuación como siempre que se adentraba en su papel dramático.
—WanYin —llamó el alfa al recién llegado—. Espero tengas buenas noticias.
Jiang Cheng se encogió de hombros. —No es buena, pero tampoco mala, estuve revisando el equipo de seguridad y las cámaras del hotel.
—¿Y? —preguntó WuXian.
El Jiang se acercó al plano y empezó a explicar: —El número de cámaras no es un problema, al igual que el resto de hoteles posee un número alto de vigilancia, pero nada del otro mundo. Se puede entrar fácilmente al sistema, su control está garantizado.
—Eso a mi me suena como a una buena noticia —argumentó WuXian.
Hua Cheng sabía que el Jiang no había terminado de decir el resto de información.
—¿Cuál es el problema? —cuestionó el alfa.
—Hay demasiados puntos muertos, no podría ver realmente lo que sucede y estaríamos desprotegidos por ese lado —el omega empezó hacer marcas en el plano—. Estas son las zonas donde algunas de las cámaras dejan de funcionar, estarían fuera de nuestro rango, ese es el problema.
El alfa delineó cada marca sobre el papel, su mente maquinaba para hacer que las cosas funcionaran. Sabía que el socio de Jun Wu no era un contratiempo, el verdadero problema es que alguien del equipo de seguridad los descubriera y alertara a Dragón Blanco. Para empezar; él no asistiría al lugar, ya había revelado su apariencia y no estaba de humor para usar algún disfraz «ni que fuera a ver a su omega para esforzarse tanto», así que debían ser cuidadoso de los lugares a los que se presentaban.
—Podríamos utilizar estos puntos ciegos a nuestro favor —dijo Wei Ying mientras observaba como una de las posibles rutas de escape contaba con varios puntos muertos.
Jiang Cheng no lucía tan convencido. —Eso estaba pensando, pero para garantizar nuestra seguridad me gustaría tener la visibilidad de todo.
Hua Cheng asintió. —Es un arma de doble filo, pero podría funcionar.
WuXian se encogió de hombros. —Igual sólo yo usaría esa ruta.
—Escúchame bien —amenazó Jiang Cheng—. Ni se te ocurra hacer lo de la última vez y botar tú comunicador. ¿Entiendes?
Aún que no pareciera, Jiang Cheng estaba preocupado, sabía que no tendría el control en su totalidad y eso lo incomodaba. Pero se supone que WuXian hablaría con el socio de Jun Wu, sólo si las cosas salían mal tendría que huir.
—Confía en mí, me acercaré con mis encantos y le convenceré de traicionar a Jun Wu —dijo con simpleza Wei WuXian—. Ya verás que lo tendré comiendo de la palma de mi mano.
Jiang Cheng sólo pudo formar una cara de desagrado mientras que Hua Cheng sonrió ligeramente y negó. La personalidad de Wei WuXian era única en su especie.
—WuXian sólo sigue el plan —pidió el Jiang—. Bueno, espero que a ustedes les haya ido mejor que a mi.
El alfa chasqueó la lengua. —También tenemos un problema.
—Para nuestra mala suerte contamos con pocas vías de escape... bueno cuento, ya que yo seré el único que ingresará a ese lugar —dijo WuXian observando los planos.
—He Xuan también irá contigo —le recordó Hua Cheng.
La risa algo burlona de Wei WuXian no se hizo esperar. —Después de nuestra última misión He-Xiong no querrá volver hacer equipo conmigo.
Jiang Cheng apretó los dientes del enojo. —¡Es porque eres un idiota imprudente!
—Y fastidioso —agregó Hua Cheng.
WuXian los miró mal. —Ya entendí, dejen de atacarme.
Dejando sus peleas de lado continuaron analizando cada una de sus opciones, Wei WuXian sería el único que se involucraría personalmente con el socio de Jun Wu, He Xuan sólo sería un refuerzo por si las cosas se complicaban, pero la idea principal es que pasara desapercibido y su ayuda no fuese necesaria.
—Mientras permanezcas donde pueda vigilarte en la parte del bar todo estará bien —dijo ya más tranquilo Jiang Cheng después de haber hecho varios planes de escape—. Si tienes que huir prefería que tomaras la salida que está detrás de la recepción, aunque la del bar es la más cercana también sería la más peligrosa.
—Lo sé —la voz de Wei WuXian mostraba fastidio.
—WuXian recuerda, es un alfa mayor de cuarenta, apuesto que será el hombre más elegante, no seas muy obvio.
Wei WuXian suspiró. —Lo sé, dejen de preocuparse.
—Eso es pedir demasiado —atacó Jiang con con una mirada desaprobadora—. La última vez que dijiste eso terminaste dentro de una habitación por cuatro días.
El recuerdo de ese encierro logró teñir ligeramente las mejillas de Wei Ying, inconscientemente llegaron imágenes un poco obscenas, pero las ignoró rápidamente.
Hua Cheng desvió la atención. —Aún nos falta resolver algo... ¿Qué armas llevarán?
—Las agujas son lo más fácil de encubrir, pero no sé si eso será suficiente —comentó algo pensativo Jiang Cheng.
WuXian mordió su uña. —Bueno, sólo nos queda un problema por resolver.
Justo en ese momento la puerta fue abierta revelando la figura de He Xuan; el alfa estaba ligeramente pálido, en una mano sostenía la carpeta manchada con sangre, mientras que la otra se posaba en su costado, la ropa oscura hacía menos escandalosas las manchas del carmín, pero aún así se podía apreciar la herida de su hombro, su caminar era lento pero sin dejar de ser firme.
WuXian abrió la boca. —Olvídenlo, ahora tenemos dos problemas.
—Voy por Wen Qing —dijo Jiang Cheng desapareciendo del lugar.
He Xuan tomó la primera silla para poder descansar y arrojó la carpeta sobre la mesa, en el proceso una ligera mueca se escapó de su rostro, aunque no se sabía si era de dolor o de enojo... probablemente fuera la segunda opción. He Xuan era el que más detestaba salir herido.
WuXian alargó el brazo para alcanzar los documentos que había traído el alfa, por dentro algunas de las hojas también se habían manchado ligeramente de sangre. —He-Xiong deberías tener más cuidado, ensuciaste la información ¡Tu sangre está manchando todo!
Ante su comentario el alfa frunció el ceño. —No estoy de humor para escucharte, si dices otra cosa de mal gusto usare mi última bala en ti.
—Tú nunca estás de humor, a este paso te quedarás soltero. Ah cierto, ya lo estás.
He Xuan no contestó, simplemente apuntó al omega, aunque este permaneció en su lugar con una sonrisa en el rostro. Hua Cheng suspiró mientras detenía la pelea entre esos dos. Sin mucha fuerza hizo que He Xuan bajara el brazo con el arma y lanzó una advertencia al omega.
—WuXian déjalo —su seriedad mostraba que no era tiempo para sus juegos, después se enfocó en He Xuan—. ¿Qué sucedió?
—Creo que ya lo dedujiste —contestó el alfa con voz serena, si sólo se miraba su rostro podrían pasar desapercibidas las heridas sangrantes de su cuerpo.
—Pensé que no querías llamar la atención —dijo Hua Cheng recargándose en la mesa.
—Y no quería —explicó enseguida He Xuan—, pero jamás imaginé que uno de los Colmillos estaría ahí.
Hua Cheng y Wei WuXian se tensaron al instante.
—¿Con cuál te encontraste? —cuestionó Hua Cheng.
El rostro de He Xuan se oscureció levemente. —Con el único que me podría reconocer de inmediato, Shi QingXuan.
Con esa palabras tanto Hua Cheng como Wei WuXian cambiaron su expresión y se relajaron visiblemente.
—¿Qué ocurrió exactamente? —preguntó Hua Cheng.
—No mucho. llegué por los documentos, el omega estaba en la oficina, lo ignoré y cuando menos lo pensé ya me estaba apuntado con un arma.
WuXian parecía confundido. —¿Cómo ignoraste a uno de los colmillos?
—Para empezar no lo reconocí.
—¿Cómo no lo reconociste? ¡Todo mundo sabe quiénes son!
—¡Tenía puesta una falda y maquillaje! ¡Yo que iba a saber que le gustaba vestir de mujer!
Hua Cheng volvió a detenerles antes de que se alteraran aún más. —¿Sabes qué hacía ahí?
He Xuan negó. —No es como que tuviera tiempo de preguntarle, además llegó uno de los Lan y tuve que escapar.
Wei WuXian se tensó nuevamente en un instante, el único en notarlo fue Hua Cheng, quien le dedicó una pequeña mirada para que no se precipitara.
Sin poder evitarlo WuXian preguntó: —¿Cuál de los dos Lan?
He Xuan lo pensó un poco. —Creo que fue el mayor.
—¿Crees? —el omega le miró exaltado.
—Bueno, tenía poco tiempo para irme y me importaba una mierda revisar cuál de los dos Lan me iba a plantar un tiro en la cabeza.
En ese momento Jiang Cheng regresó con Wen Qing a su lado y un botiquín siendo cargado por Wen Ning.
Gracias a eso la plática quedó en el olvido, pero la ansiedad de WuXian no mermó ni un poco, la cual se vio reflejada en su comportamiento, el omega se alejó un poco y guardó silencio mientras divagaba en sus pensamientos. Su actitud era realmente anormal, pero la herida de He Xuan tenía prioridad.
—No me pagan lo suficiente para esto —se quejó la alfa. He Xuan gruñó bajo por la brusquedad de Wen Qing al retirar la bala, pero esta le detuvo antes de que abriera la boca—. Ni se te ocurra quejarte, eso de que lleguen a la hora que se les antoje con heridas graves es un problema para mí, no recuerdo cuándo fue la última vez que dormí en paz.
Ninguno de los presentes dijo algo, si no querían salir aún más heridos de lo que He Xuan estaba debían guardar silencio. Mientras la alfa se hacía cargo de las heridas más graves, Wen Ning limpiaba los pocos rasguños que también adornaban el cuerpo de He Xuan.
Los minutos pasaron y Wen Qing terminaba de cerrar la herida del hombro, dando las últimas puntadas habló: —Ninguna de las dos balas perforó algún órgano vital pero las heridas son profundas, yo te recomendaría no asistir a la próxima misión para evitar accidentes.
Jiang Cheng hizo un ruido en forma de desagrado. —Si He Xuan no podrá acompañar a WuXian ¿Quién lo hará?
Wen Qing se escogió de hombros. —No lo sé y no me interesa, pero si este idiota va y sus heridas se vuelve abrir olvídense de mí para curarlo nuevamente.
El Jiang bufó. —Se nos acaba el tiempo y ahora tenemos que reajustar el plan.
—Incluso si He Xuan no hubiera resultado herido no podría ir, su aspecto ya es conocido para los colmillos. Sería imposible para él ingresar al hotel en primer lugar —dijo Hua Cheng tranquilamente.
WuXian estaba demasiado distraído para comentar algo, sólo hasta que sintió un golpe en la cabeza reaccionó.
Claramente se trataba de Jiang Cheng llamando su atención. —¡Di algo! ¡Es tu pellejo el que tendremos que salvar si algo pasa!
—Puedo ir solo —contestó WuXian.
—¡Claro! ¡Mandemos solo al idiota más descuidado a una misión suicida! —la ironía del Jiang fue ignoraba por WuXian. Su lucha interna con su omega requería más atención que los insultos de su hermano.
Una ligera voz se alzó. —Yo-Yo podría acompañarle—. Wen Ning terminó ofreciéndose para la misión.
Enseguida dos voces rugieron. —¡Por supuesto que no!
Wen Qing y Jiang Cheng lucían como si les hubieran contado el peor chiste de sus vidas.
—Sin ofender Wen Ning, pero jamás podrían controlar a WuXian en una misión como esa —dijo el Jiang.
—No quiero que termines muerto por su culpa —agregó Wen Qing.
WuXian puso los ojos en blanco. —Sigo aquí.
—¡Con más motivo deberías negarte a que Wen Ning te acompañe!
—Si no quieres que me acompañe podrías ir tú y dejar de gritarme —su comentario dejó en silencio al Jiang—. Ah es cierto, "tú ya no haces trabajo de campo" lo olvidé, prefieres que otros nos ensuciemos las manos.
Jiang Cheng sacó un arma de entre su ropa y disparó directo a Wei WuXian. En realidad la bala no le hizo ningún daño ya que el omega se había inclinado para evitar el disparo.
—¡¿Quieres matarme?! —le recriminó WuXian.
—¡Sí!
He Xuan dijo en voz alta: —Por favor, hazlo WanYin, nos harías un favor a todos.
WuXian hizo un puchero. —¿Por qué todos son tan malos con A-Xian?
Hua Cheng se colocó en medio con un semblante cansado. —Ya es suficiente, concentrémonos en lo más importante —su mirada cayó en el Wen—. ¿Estás seguro de querer asistir a WuXian en la misión?
El joven alfa asintió. —Lo estoy.
—Estoy en contra —dijo la Wen.
—Tampoco creo que sea lo mejor —apoyó el Jiang.
Hua Cheng suspiró. —Él no es un niño y está tan bien entrenado como cualquiera en este cuarto.
En realidad era inclusive más grande de edad que WuXian, pero la sobreprotección que recibía por parte de su hermana lo hacía parecer como un joven de quince años.
Wen Qing miró insegura a su hermano. —¿Realmente quieres hacerlo A-Ning?
—Sí —contestó tratando de mostrar mayor seguridad.
—En ese caso no me opondré —después miró a WuXian—. Si regresa con un solo rasguño lo lamentarás.
Esas fueron sus últimas palabras antes de abandonar la habitación. Wei WuXian sintió el peligro en la amenaza de la Wen, sabía que no era una broma, en ese punto temía más por Wen Qing que por el enemigo.
Jiang Cheng sabía que ya no podría hacer algo, sin Wen Qing de su lado la pelea estaba perdida. Era claro que a He Xuan y a Hua Cheng les importaba muy poco la participación del Wen y WuXian no tenía problema alguno, sumado a eso Wen Qing apoyaría a Wen Ning, no había nada que alegar en ese lugar.
He Xuan se levantó y miró al resto. —Ahí están los documentos restantes. Debe de haber algo que sirva para poder negociar con el socio de Jun Wu. Ahora, no me molesten.
El alfa se marchó dejando al resto, por lo que Jiang Cheng siguió su ejemplo sin dar ningún tipo de explicación.
Hua Cheng miró al Wen. —También deberías ir a descansar, mañana nos volveremos a reunir para explicarte el plan —su profunda mirada observó el reloj de la habitación—. Ahora todos necesitamos un respiro.
—Entendido —asintió obedientemente Wen Ning y se despidió para marcharse.
Wei WuXian dejó salir un sonoro bostezo. —Yo también me voy, no me levanten hasta que sea medio día.
Pero antes de dar un paso el alfa lo retuvo y le miró. —¿Estás bien?
El omega sabía que preguntaba por su reacción ante la mención del Lan, así que sonrió. —Estoy bien HuaHua, no te preocupes, me enfrentaré a un mafioso italiano, no a Lan WangJi.
Hua Cheng no insistió y le dejó ir, después de todo no eran sus asuntos, WuXian es el que decidiría cómo actuar con su destinado, y el omega parecía que ya había tomado su decisión al respecto.
—Sólo mantente fuera de los problemas.
Wei WuXian rio. —Mejor dile a los problemas que se mantengan lejos de mí.
A pesar de haber transcurrido un par de horas Wei Ying seguía con la vista puesta en la pantalla de su móvil. Una a una pasaba las fotografías que disponía en internet, era un poco gracioso que con solo escribir Lan WangJi en el buscador lograba obtener bastantes imágenes junto con algo de información.
Los datos del alfa eran básicos, desde el nombre de nacimiento, su edad, hasta peso y altura, sus ocupaciones todas disfrazadas con administración laboral «ya que obviamente no pondrían los verdaderos negocios familiares». Para el resto del mundo el menor de los Hermanos Jade era un alfa de negocios que atendía hoteles, casinos y clubes nocturnos al igual que el resto de su "familia".
—Lan Zhan... —dijo WuXian en voz baja mientras releía el nombre de nacimiento del alfa y admiraba más fotografías de él.
Todas las fotos sacadas eran formales, siempre vistiendo trajes inmaculados y zapatos pulidos; su mirada parecía fría y un poco aburrida, las imágenes no le hacían justicia al dorado de sus ojos en la vida real, eso lo podía asegurar Wei Ying. El omega aún tenía muy presente el aroma a sándalo del alfa junto con sus cuencas ambarinas. Se preguntaba cómo luciría alguien tan serio como Lan WangJi después de un entrenamientos, con ropa deportiva y sudor en su cuerpo, o mejor aun, sin ropa y sobre él.
Al notar como sus pensamientos se desviaron en gran medida el omega pasó de imagen y prosiguió con su investigación personal. Mientras pasaba foto tras foto su inquietud aumentaba, era como si su omega interno se convenciera cada vez más de querer acercarse a Lan Zhan.
—Debo estar loco —murmuró mientras se detenía en una fotografía del alfa.
Lan WangJi portaba un elegante traje blanco, su cabello bien peinado iba suelto y su rostro de jade miraba directo a la cámara, según la información la fotografía tenía un par de meses, aparentaba ser de las más recientes. Realmente destilaba perfección. Pero ¿Qué más podrías esperar de un alfa puro? Los discípulos de Jun Wu habían sido educados en casa con los mejores educadores, WuXian se imaginó lo estricto que debió ser el crecimiento de todos ellos, pero claramente ahora había bastantes frutos que recoger. A comparación de él y el resto de su equipo las cosas quizás no fueron así de sencillas.
—Lan Zhan, Lan WangJi... —saboreó cada letra en su boca, su omega interno se regocijaba con el simple hecho de llamar al alfa en voz alta—. Si no tuviera que matarte sin duda me acostaría contigo.
Con un pesado suspiro lanzó su móvil y frotó su rostro. No pensó que el encontrar a su destinado complicaría tanto su vida, a pesar de haberle dicho a Hua Cheng que se encontraba bien sabía que si el Lan se cruzaba en su camino quizás no podría controlar su instinto. No estaba seguro, pero tampoco correría el riesgo.
Sus ojos grises lentamente sucumbieron al cansancio y se cerraron, en sus sueños había una fuerte mirada que le seguía a todas partes y una sensación de querer escapar, sabía que si le atrapaban jamás saldría. Pero sólo en sus sueños se abandonaba a ese deseo oculto de dejarse capturar.
Chapter 8: Capítulo 7. Dragón Blanco.
Chapter Text
Xie Lian terminaba de colocar cuidadosamente una gasa sobre la mejilla de QingXuan, el menor sólo había recibido unos pocos rasguños de su enfrentamiento con Aguas Negras, nada serio o que le dejara una cicatriz permanente. Pero en ese momento QingXuan deseaba que una bala lo hubiera matado, así no tendría que enfrentar a Jun Wu.
La tensión en la habitación parecía que iba en aumento, hasta ese momento nadie había dicho nada, Jun Wu sólo esperaba pacientemente a que Xie Lian terminara de atender al omega menor; una vez que este concluyó con su tarea se alejó para colocarse a un lado del escritorio del alfa junto al mayor de los Lan. Sin duda esa era la señal de QingXuan para saber que su reprimenda comenzaría.
Shi QingXuan estaba sentado delante del escritorio de Jun Wu, mantenía la mirada baja, pero aun así sabía que el alfa de enfrente debía estarle observando con aspecto reprobatorio. Y no sólo él, pues Lan XiChen y Xie Lian se encontraban con un rostro serio, sólo faltaba Lan WangJi para que todos terminaran de mirarle con desaprobación.
—QingXuan —la voz de Jun Wu era dura a pesar de hablar con tranquilidad, lo cual demostraba que realmente estaba molesto.
El omega menor tembló en cuanto escuchó la grave voz llamándole, ni siquiera se trataba de la voz del alfa, pero el instinto de QingXuan le exigía a correr y esconderse, aunque esa no era una opción. Era hora de enfrentar las consecuencias de su plan fallido.
—Se-Señor... —su tartamudeo fue inevitable, el omega sabía que debía alzar el rostro, pero tenía demasiado miedo para verle de frente.
—¿Comprendes el peligro en el que te metiste? —cuestionó el alfa.
—Sí.
—¿Eres consciente de que rompiste más de una regla? —volvió a preguntar.
QingXuan tragó duro. —Sí... —de hecho, si hacía la cuenta había roto entre doce y quince reglas que Jun Wu tenía impuestas en la casa. Estaba seguro de que habría una sanción, y sabía que la palabra "misericordia" no estaba en el vocabulario del alfa en este momento.
—Shi QingXuan levanta el rostro mientras me hablas —exigió el alfa.
El tembloroso omega no tuvo otra opción que alzar la mirada y enfrentar a Jun Wu. De pie, a un lado del escritorio del alfa se encontraban Lan XiChen y Xie Lian, ambos con expresiones rígidas. QingXuan era consciente que ellos no le salvarían ni intentarían defenderlo del castigo que le fuera asignar Jun Wu.
El alfa suspiró, pero su molestia perduró. —Si no fuera por el guardia de seguridad que se comunicó con Ling Wen quizás no hubiéramos llegado a tiempo, tuviste demasiada suerte ¿Imaginas lo que hubiera pasado si XiChen llegara dos minutos tarde por ti?
QingXuan asintió. —Lo comprendo... lo siento mucho señor... yo... yo sólo quería ayudar, pensé que...
—¡No, no pensaste! —interrumpió el alfa con más dureza—. Y ahora por tu imprudencia el club está destruido, sin contar el escándalo del que tendré que encargarme para que esto no salga a la luz, sabes que ya tenemos muchos problemas con la prensa para agregar otro, sumado a eso, tu vida estuvo en peligro, siempre les repito que deben trabajar en equipo en esta clase de cosas, y lo primero que hiciste fue hacer todo por tu cuenta a pesar de mis indicaciones.
QingXuan no pudo soportarlo más y bajó de nueva cuenta su rostro para que no vieran el acúmulo de sus lágrimas. Su voz sonó ronca. —Lo siento...
—QingXuan, me desobedeciste deliberadamente aún sabiendo las consecuencias.
La voz del omega disminuyó hasta casi convertirse en un murmullo. —Lo sé...
—Sabes que tus acciones tendrán consecuencias, no puedo dejar pasar esto, como tu jefe y titular debo hacerme responsable de ti.
QingXuan sólo pudo asentir, en este punto su voz se había perdido. La presencia del alfa era demasiado aterradora para su omega interno, sólo deseaba que esa tortura terminara pronto.
Jun Wu volvió alzar la voz. —Te quedarás dentro de casa y meditarás sobre tus acciones. Abstente de hacerme alguna petición porque desde ahora te advierto que será negada. Dejarás por un tiempo el trabajo y sólo podrás mantener la comunicación necesaria con los chicos—. Pareció que el regaño había concluido pero el alfa volvió hablar: —Y recuerda esto QingXuan; si realmente quieres ayudar debes hacer cosas que estén a tu alcance, extralimitarse en este mundo terminará matándote, eres joven y sólo desperdiciarías tu vida en vano ¿Entiendes?
XiChen y Xie Lian empezaron a sentir un poco de pena por el menor, Shi QingXuan jamás se había metido en problemas tan serios, siempre eran cosas banales o caprichos, así que prácticamente esta era la primera vez que Jun Wu le alzaba la voz de forma tan dura.
Mientras más hablaba el alfa, el temblor en QingXuan aumentaba, Jun Wu lo estaba alejando prácticamente de todo, estaría encerrado hasta que el alfa lo considerara adecuado. Ni siquiera iba a preguntar porque estaba casi seguro que también estaba excluido de la misión. Sus lágrimas no pudieron ser contenidas por más tiempo y sólo atinó a sollozar bajo, pero el diluvio en sus ojos fue ignorado por el alfa.
—QingXuan —le llamó Jun Wu al no obtener alguna otra respuesta (además del llanto) por parte del menor—. Responde ¿Entendiste mis palabras?
El omega asintió y levantó la mirada mientras se retiraba las salinas lágrimas del rostro. —Entendí Señor.
Aún con esa apariencia algo lastimera por parte de QingXuan el alfa no flaqueó en ningún momento, su expresión se mantenía estoica. Ese era el Jun Wu que los chicos siempre querían evitar, era como si se convirtiera en otro hombre totalmente diferente al que les había criado, tan paciente y tolerante.
QingXuan apretaba la falda que aún portaba, se sentía tan pequeño, sus lágrimas no dejaban de caer, pero no podía evitarlo. No comprendía cómo su pequeño intento por ayudar había terminado armando tanto revuelo, nunca imaginó que las cosas se complicarían de esta manera. Empezando en que jamás previó la aparición de uno de los demonios.
Pero... ¿Cuándo sus planes habían salido como él lo deseaba? La respuesta es fácil. Nunca. Jamás.
Toda la tensión fue interrumpida por unos golpes en la puerta.
Jun Wu seguía tan digno como siempre. —Adelante.
Ling Wen se adentró en la oficina e hizo una corta inclinación para empezar hablar. —Señor, ya llegó más información sobre la persecución de Aguas Negras...
Shi QingXuan mordió su labio inferior y miró al mayor. El alfa alzó una mano para detener lo que estaba diciendo la beta.
—Ling Wen, espera un momento —pidió Jun Wu para después mirar al menor—. QingXuan, a partir de hoy estás fuera de la misión, nadie podrá darte información al respecto, tu castigo iniciará de inmediato, por lo que te pido que te retires.
El omega miró a Lan XiChen y Xie Lian, ambos le observaron compasivos, pero no dijeron nada, después miró a la beta, quien esquivó sus ojos, por último, a Jun Wu.
—Estamos esperando que salgas —dijo el alfa mirándole de frente.
El picor en los ojos del menor regresó así que tuvo que contenerlo, de forma rápida se levantó y asintió mientras se inclinaba. —Lo siento—dijo por última vez antes de abandonar el lugar a paso rápido.
Nadie se atrevió a decir algo durante algunos segundos, por lo que Jun Wu indicó a la beta que continuara.
Ling Wen se aclaró la garganta y prosiguió. —A pesar de que se persiguió a Aguas Negras hasta el distrito cuatro logró escapar, parece ser que se perdió el rastro en su totalidad, en cuanto a los contratiempos en el club; los muertos no resultaron ser relevantes, además de eso ya se hizo una revisión de los documentos faltantes, que aparentemente son de la última mercancía, y sobre la prensa... se está llegando a un acuerdo para que la noticia se mantenga lo más discreta posible, pero los testigos no están de nuestro lado...
Jun Wu frunció el ceño por la información, sin duda no había nada bueno.
XiChen agregó: —Las personas del club no reconocieron a QingXuan, así que no deberían saber que está involucrado.
Ling Wen explicó las pérdidas del accidente, que en general no eran muchas, pero a fin de cuentas seguían siendo pérdidas. Y una muerte frente a los espectadores era más difícil de ocultar que limpiar la sangre en la ropa.
—Estamos rodeados por la prensa, esto sólo pondrá más peso sobre nosotros —murmuró Jun Wu sujetándose el puente de la nariz mientras resoplaba.
Xie Lian no estaba seguro si lo que diría a continuación ayudaría o perjudicaría a QingXuan pero debía hacerlo. —QingXuan pensó que podría conseguir información... y ciertamente lo logró, sabemos que el antiguo gerente había hablado con los demonios.
—Ese hombre ahora está muerto gracias a Aguas Negras, lo que fuera que podríamos conseguir ya lo perdimos —Dijo Jun Wu.
XiChen también intentó ayudar indirectamente al menor. —Aunque QingXuan no hubiera ido lo más seguro es que Aguas Negras igualmente hubiera matado a esos hombres.
—Eso lo sé —Jun Wu respondió contundentemente—, pero Aguas Negras es alguien silencioso, además del revuelo que causó con QingXuan, Aguas Negras se infiltró en otros tres clubes con anterioridad y asesinó a algunos hombres.
—¿Cómo dice, Señor? —Xie Lian estaba sorprendido, no había escuchado nada aparte de lo de QingXuan—. ¿Realmente hizo eso?
Jun Wu asintió. —Como dije, es alguien silencioso, limpiar unos cuantos cuerpos en las oficinas privadas no es un problema, pero ocultar el escándalo de un tiroteo es diferente, existen testigos que no se pueden silenciar.
XiChen entendió a lo que Jun Wu se refería, él personalmente había visto cómo las personas huían formando un escándalo. La pérdida de los últimos casinos y ahora sumado el escándalo de esa noche en el club sólo manchaba más la reputación de su familia.
—Por el momento olvídense de esto —dijo Jun Wu tomando unos documentos—. Ya saben, nuestro plan está en marcha, mejor concéntrense en eso y prepárense —pidió el alfa.
—Sí Señor —XiChen y Xie Lian asintieron.
Ling Wen explicó que seguiría arreglando los últimos detalles. Todos sabían que Jun Wu se movía rápido, cuando él dijo que "tenía un plan" significaba que ya lo estaba llevando a cabo, sólo era cuestión de tiempo y todo caería en su lugar.
—¿WangJi aún no vuelve? —cuestionó Jun Wu cambiando de tema drásticamente.
XiChen negó. —No Señor.
—¿Ya te comunicaste con él?
—Tampoco Señor... —XiChen comenzaba a ponerse nervioso—, pero pensaba hacerlo después de este pequeño... incidente.
Jun Wu le miró. —En cuanto tengas noticias de él házmelo saber.
—Sí Señor.
Después de aclarar unas últimas horas todos los presentes comenzaron a retirarse. Tanto la beta como el Lan se despidieron, como era costumbre sólo Xie Lian se mantuvo en su lugar, logrando sacar un suspiro de cansancio por parte de Jun Wu.
El alfa no dijo ni una palabra y continuó inmerso en sus asuntos.
Al final Xie Lian no pudo sopórtalo más y habló: —Señor...—Jun Wu le miró en señal de advertencia, no era muy prudente intervenir, pero aun así el omega habló—. ¿Por cuánto tiempo lo mantendrá así?
El alfa se mantuvo sereno y suspiró nuevamente, el aire fue soltado de forma lenta y pausada. —QingXuan debe aprender a seguir órdenes, siempre he sido muy permisivo y he cumplido todo lo que me pide, es alguien inteligente y no le falta tanto para cumplir la mayoría de edad, ya debe saber cuándo se pueden evadir algunas normas y cuándo se deben acatar las reglas obligatoriamente.
—Pero... al final gracias a él tenemos la certeza que otro de los demonios se trata de Aguas Negras, deberíamos darle ese mérito, el realmente se esforzó— trató de convencer Xie Lian.
Jun Wu por fin ablandó un poco su mirada. —Sé que QingXuan lo hizo con las mejores intenciones, pero él no es independiente de nosotros y no se manda solo, si llegasen a capturarlo es seguro que todos terminaríamos bajo tierra.
—Aun así, alejarlo de todo no le sentará bien, él es alguien sociable, siempre quiere participar en todo lo que hacemos, si no lo hace empieza a sentirse excluido.
—Eso lo sé Xie Lian.
—¿Entonces por qué...?
—Xie Lian —le interrumpió el alfa—. QingXuan no estará solo en medio de la nada, estará monitoreado, él los tiene a ustedes.
El corazón del omega se calmó un poco y asintió. —¿Cree que podría ir hablar con QingXuan justo ahora?
Jun Wu le miró unos segundos, podía leer la súplica en los brillantes ojos del omega, al final no tuvo otra opción más que aceptar.
—Sólo un par de minutos, QingXuan necesita tiempo para sí mismo.
—Comprendo, sólo me aseguraré de que esté bien, mi intención no es justificar sus acciones —Xie Lian se veía notoriamente más tranquilo.
La amabilidad del omega era inevitable, esa era la naturaleza de Xie Lian, Jun Wu lo sabía, aunque desconocía totalmente de dónde lo había desarrollado tanto. Era claro que el alfa fue hasta cierto punto amable con ellos, pero Xie Lian era otra clase de amabilidad, casi volviéndolo inocentemente, y algo ingenuo en ciertas ocasiones.
—Xie Lian —llamó el alfa antes de que se marchara.
—¿Señor?
—Lleva un poco de té a QingXuan.
Xie Lian entendió el mensaje y asintió: —Sí Señor.
Shi QingXuan estaba hecho un ovillo en el centro de su cama, mentalmente se regañaba por precipitarse, incluso Xie Lian le había advertido y aun así ignoró cada una de sus palabras.
Quizás si hubiera matado a Aguas Negras cuando tuvo la oportunidad las cosas serían diferentes, pero no. Pensó en que podría sacarle información, en el mejor de los casos tomarlo como rehén y utilizarlo... obviamente nada salió según lo planeado.
Unos suaves golpes en su puerta junto a la gentil voz de Xie Lian lo hizo sentarse.
—Adelante —dijo QingXuan retirando el rastro de lágrimas en sus ojos.
Xie Lian parecía llevar una taza humeante entre sus manos, con una sonrisa se la tendió al menor.
QingXuan la aceptó. —No debiste molestarte tanto.
—No fue ninguna molesta, necesitas relajarte un poco, el té ayudará —dijo Xie Lian sentándose en la cama a lado de QingXuan—. Bébelo todo antes de que se enfríe.
—Sí —respondió el menor sonriendo y dejando que el suave sabor del limón con la miel inundara su boca, otorgándole una cálida sensación. QingXuan alzó la mirada y observó al mayor, con un poco de valor le habló. —Xie Lian...
—Dime QingXuan —le animó a hablar.
—No quise causar tantos problemas —murmuró mientras observaba la taza de té.
—Lo sé —Xie Lian sonrió levemente, mostrando gentileza en su acción.
—¿Crees que Jun Wu me tenga encerrado mucho tiempo?
Xie Lian suspiró. —QingXuan sabes que Jun Wu está haciendo esto a manera de castigo, lo mejor que puedes hacer es meditar en tus futuras acciones para evitar un infortunio como este, no lo pienses demasiado, sabes que no durará para siempre... sólo lo que él considere necesario.
QingXuan bajó la vista, sabía que él solo se había buscado tantos problemas, ahora debía afrontar las consecuencias.
¡Pero no quería! ¡Era horrible ser castigado! ¡Se supone que dentro de poco iniciaría la misión contra los Demonios! ¡Y ahora quedaría fuera! ¡Se quedaría como un inútil sin hacer nada!
El menor formó un puchero y miró a Xie Lian. —Convence a Jun Wu de que me incorpore en la misión, siempre te hace caso a ti.
Xie Lian negó suavemente. —Ya intenté hablar con él, pero se rehusó, lo único que puedo hacer por ti en este momento es acompañarte.
—Comprendo... y lo agradezco mucho, te prometo que no volveré hacer una locura cómo esta.
Xie Lian rio suavemente, sabía que el menor siempre tomaba elecciones precipitadas, así que no se sorprendería si en el futuro QingXuan hiciera una estupidez aún más grande, pero por ahora le daría el beneficio de la duda.
QingXuan terminó de beber su té, colocó en una pequeña mesa la taza vacía y después se recostó en la cama para mirar al mayor. Sus ojos se empezaron a entrecerrar, inconscientemente bostezó soltando un pequeño quejido, algo adorable para los ojos de Xie Lian.
—¿Podría pedirte una última cosa por hoy? —dijo en voz baja QingXuan.
—Haré lo que pueda por ti si está dentro de mis posibilidades.
El menor jaló la mano de Xie Lian para que se recostara y murmuró: —Quédate hasta que me quede dormido.
Xie Lian acarició su cabeza y asintió, se supone que no debía permanecer demasiado tiempo en la habitación de QingXuan, pero en este punto unos cuantos minutos extras no harían daño.
—Sé que no lo puedes percibir, pero tu aroma es muy relajante —dijo en QingXuan mientras restregaba su rostro en Xie Lian. Podía sentir las manos del mayor sobre su cabello, era una acción tan maternal que el menor no dudó en hacer un comentario. —Si tienes hijos serás una buena madre, de seguro serían tan bonitos como tú.
Xie Lian no sabía si reír o llorar, QingXuan siempre decía esa clase de cosas. Y no sólo a él, los hermanos Lan también llegaban a ser víctimas de sus tenaces palabras.
Sólo hasta que estuvo convencido de que QingXuan había caído en un profundo sueño se levantó, tomó la taza y abandonó la habitación.
Justo cuando salía se encontró con Lan XiChen.
—Pensé que ya estarías dormido —dijo el alfa al frenar delante de Xie Lian.
—No podría dormir sin cerciorarme de que QingXuan estuviera bien —comentó el omega.
XiChen asintió a modo de comprensión. —¿Y cómo está?
Un profundo suspiro se escapó de Xie Lian. —Por ahora bien, le coloqué un poco de sedante en el té para que durmiera tranquilo, deja que pasen los días y recienta el encierro, espero no se altere demasiado —el omega sabía que QingXuan empezaría a perder la cabeza en el tercer o cuarto día de encierro, pero no quería empezar a pensar en eso tan pronto—. ¿Qué haces tú despierto a esta hora?
XiChen bajó un poco la mirada. —WangJi no ha regresado desde que salió en la tarde.
Xie Lian se vio sorprendido. —¿Aún no vuelve? Pensé que para esta hora ya estaría de regreso, apenas se está recuperando, es muy pronto para que se exija demasiado.
Lan XiChen sabía el principal motivo de su hermano para estar tan ocupado, claro que no lo divulgaría, su hermano le había tenido la confianza para contarle algo tan importante, pero no por eso no se preocuparía por WangJi, después de todo seguía siendo su hermano menor.
—WangJi es tan obstinado que no me escucha, ya sabes cómo se pone cuando una idea le llega a la cabeza.
—Quizás debas obligarlo a que se tome un tiempo, al final todo lo malo se acumulará y terminará haciéndose daño—. Xie Lian era un experto en el tema, después de todo él también solía llevarse hasta el límite. Lo extraño es que podía reconocer eso en los demás, pero no en él mismo, sólo hasta que terminaba casi colapsando se percataba de su imprudencia. Aunque sí estaba un poco extrañado, ya que Lan WangJi nunca había sido tan descuidado con su salud.
XiChen estuvo de acuerdo con el omega. —Trataré de frenarlo un poco.
—Siempre está la opción de agregar somnífero en su té —dijo Xie Lian a modo de broma.
El alfa sonrió. —Lo tomaré en cuenta.
Sin más ambos se despidieron y continuaron su camino, mientras que XiChen esperaba pacientemente a su hermano Xie Lian regresaba la taza a su lugar.
En cuanto puso un pie en la cocina una de las encargadas lo detuvo.
—Joven Xie Lian... sabe que tiene prohibida la entrada —la beta parecía apenada, pero era una orden directa y debía obedecer.
Todos en esa casa sabían que por ningún motivo debían dejar que Xie Lian se adentrara a la zona donde se preparaban los alimentos. Todos tenían experiencias nada gratas de las pocas veces que Xie Lian se había escabullido y cocinado. Sin duda nadie quería volver a pasar por lo mismo, por ello la cocina tenía vigilancia las veinticuatro horas. Jamás pasarían de nuevo por esa tortura llamada "estofado primaveral a la Xie Lian". JAMÁS.
—Sólo quería regresar esto —dijo señalando la taza.
La beta suspiró aliviada al notar el recipiente donde hace rato había servido té a petición del omega. Se había olvidado por completo de eso, pero es que ver a Xie Lian por el área siempre la ponía tensa.
Xie Lian entregó la taza y agradeció, estaba por irse, pero recordó algo. De entre sus ropas sacó un pequeño frasco de somnífero y se lo tendió a la beta.
—Agrega siempre un poco en los tés de QingXuan, dos gotas serán más que suficiente.
La beta asintió. —Entendido.
—Ah y si WangJi llega esta noche y te pide algo de beber agrega un poco de igual manera.
—… Entendido... —repitió ya no tan segura la beta.
Xie Lian se despidió amablemente para desaparecer rumbo a su habitación. Apenas había avanzado unos cuantos metros cuando un agudo dolor en la cabeza lo hizo frenar abruptamente, esperó unos segundos para que mermara la molestia y poder seguir caminando. Mentalmente se recordaba hacer una cita con el médico lo más pronto posible, después de todo ya hacía un tiempo desde su última revisión.
Lan WangJi estaba parado en el centro de una oficina, revisaba todos los documentos pendientes que tenía. Los hoteles parecían seguir estables, pero los casinos y clubes tenían ligeras bajas por los recientes acontecimientos.
El alfa lucía visiblemente frustrado, aún quedaba bastante por hacer, pero le era imposible concentrarse, toda su mente giraba en torno a un omega de ojos grises y seductor aroma. Casi toda la noche la había pasado en vela y esa mañana había salido antes del alba, su alfa interno estaba tan ansioso que le era imposible mantener la calma un solo minuto.
Estuvo varias horas persiguiendo las pocas pistas que tenía, pero era tan frustrante ya que seguía sin nada concreto aún. Parecía que su omega era un fantasma, era incapaz de tocarlo o inclusive de verle, por lo que seguir su rastro se volvió una misión imposible. Tenía a más de un hombre registrando las zonas norte y sur con la excusa de vigilar su territorio por si alguno de los demonios aparecía, esperaba que fuera suficiente. Lan WangJi hubiera preferido buscarlo por sí mismo, pero no debía levantar demasiadas sospechas, después de todo sólo su hermano sabía de sus verdaderas intenciones.
Un mensaje hizo vibrar su móvil que reposaba en el elegante escritorio. Queriendo darse un respiro hizo los documentos de lado y leyó la pantalla.
Se trataba justo de Lan XiChen citándolo con urgencia en un restaurante.
Lan WangJi se apresuró a guardar todo y salió rumbo a un automóvil que le esperaba listo para partir. Con pocas palabras avisó al conductor de su destino mientras escribía una respuesta a XiChen diciéndole que ya iba para allá.
Al bajar del auto notó cómo un hombre con cámara en mano trataba de esconderse torpemente mientras sacaba algunas fotografías del Lan. El alfa sabía que la prensa estaba muy al pendiente de ellos por los recientes escándalos, y eso irritaba a Lan WangJi, ahora no sólo debía cuidar sus pasos de Jun Wu.
En cuanto entró al lujoso restaurante fue guiado a una mesa un tanto alejada, dando un ambiente más privado. Lan XiChen esperaba tranquilamente mientras con movimientos elegantes bebía de una humeante taza.
En cuanto el mayor observó la llegada de Lan WangJi sonrió.
—Hermano —murmuró el menor mientras tomaba asiento.
—WangJi me alegra que llegaras.
—¿Qué ocurre? —la voz de Lan WangJi se escuchaba algo ansiosa.
—Nada en especial, sólo supuse que no habías almorzado aún, así que quise invitarte a comer algo para que te despejaras un poco.
—…
Lan WangJi quería levantarse de la mesa y seguir con la búsqueda de su omega, pero jamás le podría hacer algo como eso a su hermano. Por lo que el alfa sólo suspiró con fuerza y se resignó. Comería algo rápido y después se marcharía para seguir con sus deberes.
—Vamos WangJi quita esa cara, si no cuidas de tu salud enfermarás —XiChen sonrió al ver cómo tenía éxito en su plan—. Ayer no supe en qué momento te marcharte o cuando volviste, esta mañana también te fuiste demasiado temprano, ni siquiera te tomaste el tiempo de comer algo, te digo todo esto como hermano mayor y porque me preocupo por ti... ¿Entiendes?
Lan WangJi permaneció inexpresivo pero su mirada se ablandó, no quería preocupar a su hermano. —Mn.
XiChen sonrió. —En ese caso no te quitaré mucho tiempo, ya ordené por los dos, supuse que tendrías prisa.
—Gracias —dijo el menor.
El mesero ofreció algo de beber a Lan WangJi mientras esperaban por su comida, aunque el alfa sólo pidió un poco de agua. Ambos hermanos Lan esperaron a estar de nuevo solos para hablar.
—Ya estás enterado de lo de QingXuan ¿No? —comentó XiChen.
—Me informaron esta mañana —Lan WangJi creía que Jun Wu había hecho lo correcto en retirar al omega menor de la misión. QingXuan siempre intentaba hacer más de lo que podía, usualmente era Xie Lian quien lo mantenía a raya, quizás era por su edad que el menor siempre quería estar en todo.
Lan XiChen pareció inseguro por unos segundos. —¿Cómo vas con tu búsqueda? —el segundo Lan negó en señal de no tener buenas noticias—. WangJi, el tiempo se agota.
—Lo sé... —la voz del alfa sonaba tensa.
Lan WangJi repuso su compostura y miró a su hermano; sabía que a pesar de haberlo engañado para venir al restaurante y obligado a quedarse a comer, había algo que XiChen realmente tenía que decirle, no por nada escogió una mesa tan privada y alejada del resto, además de que el restaurante era un lugar seguro y confiable para intercambiar información.
—Deberías decirle a Jun Wu —recomendó XiChen.
Lan WangJi negó. —No puedo, no aún... necesito encontrarlo primero.
—No creo que puedas hacerlo a tiempo —dijo honestamente el mayor. El rostro de XiChen cambió a uno más preocupado. —Jun Wu preguntó por ti esta mañana.
—¿Qué le dijiste? —una pequeña preocupación se apoderó de Lan WangJi.
XiChen bajó la mirada. —No mucho, él piensa que estás tratando de reponer el tiempo que estuviste indispuesto, pero me pidió que te vigilara, por tu salud más que nada.
Lan WangJi se vio más tranquilo, mientras Jun Wu no lo investigara más a fondo todo estaría bien.
—WangJi, él empezará a sospechar tarde o temprano.
—Sólo necesito esperar un poco más...
XiChen negó. —No estás entendiendo.
—Hermano, por favor...
En ese momento el camarero llegó con la comida de ambos, por lo que los hermanos Lan guardaron silencio. Una vez que la comida estuvo enfrente dejaron su plática para después, cada uno concentrado en sus propios pensamientos mientras comían. El silencio se extendió por más de treinta minutos, después de todo ambos solían evitar hablar a la hora de la comida «costumbre de la infancia que nunca perderían». Sólo cuando terminaron con sus platillos volvieron donde lo habían dejado.
—Ya sabes que Jun Wu se está movilizando —murmuró XiChen.
—Mn.
—¿Entonces?
Lan WangJi suspiró. —Aun así, no puedo decir nada.
—¿Por qué? —cuestionó el mayor—. ¿Qué es lo que te frena?
Los ojos dorados parecían algo melancólicos. Por un momento pareció que el menor se negaría a hablar, pero sorprendentemente se sinceró.
—Tengo miedo de que corra más peligro a mi lado, o que el resto no lo acepte.
XiChen analizó la respuesta del menor, era claro que el omega al ser su enemigo mortal empeoraba la situación. Pero aun así sabía que Jun Wu sería considerado, Xie Lian y Shi QingXuan apoyarían a su hermano, estaba seguro. Aunque sus palabras no podían disipar la angustia de Lan WangJi.
—Tu omega no parece alguien débil ¿Qué no recuerdas cómo te dejó la última vez?
—Sé que no es alguien débil.
—Entonces no te angusties de esta manera, no servirá de nada.
Lan WangJi frunció ligeramente el ceño. —¿Y si no soy lo suficientemente bueno para él?
XiChen casi quiso reír, no comprendía cómo un desconocido podía volver a su hermano en un hombre tan inseguro. —WangJi tu eres una gran persona y no te lo digo como tu hermano—. Aun seguía existiendo duda en los ojos ambarinos.
En ese momento nada podría aliviar las tensiones de Lan WangJi. Lo único que le quedaba era ayudarlo con su búsqueda. Si para calmar el agitado corazón de Lan WangJi debía buscar hasta debajo de las piedras para toparse con ese omega así lo haría.
—WangJi, lo encontrarás —Sólo esperaba que fuera lo más pronto posible.
—Mn.
Ambos hermanos salieron del restaurante. Mientras se dirigían a los vehículos que esperaban por ellos varias ráfagas de flash los deslumbraron. Gran cantidad de camarógrafos les apuntaba si cesar y hacían preguntas.
—¡Hermanos de Jade! —gritó una chica.
—¡Hermanos Lan por aquí! —gritaba otro joven—. ¿Se encuentran en un asunto de negocios?
—¡Lan XiChen! ¿Qué han sabido de los atentados contra las propiedades del señor Jun Wu?
Lan WangJi permaneció inexpresivo, no sabía en qué momento habían llegado todas estas personas, se supone que sólo había un hombre cuando entró al restaurante.
A todo el escándalo era claro que el segundo Lan no dirá absolutamente nada.
XiChen saludó amablemente con la mano. —Por ahora no podemos dar información del trabajo.
—¿Qué hay de sus relaciones amorosas? ¡Se dice que los dos Jades están en busca de pareja! ¿Eso es cierto?
Lan WangJi dio una pequeña mirada, pero siguió en silencio. XiChen negó por su parte. —Lamento decepcionarlos, pero no podemos contestar nada en este momento.
—¿Saldrán en la portada de la revista Forbes? ¡Hay muchos rumores sobre eso también!
—Como ya dije, no puedo dar información sobre el trabajo o cualquier otra cosa.
—¡Joven Lan WangJi! ¿Podría decirnos algunas palabras?
Lan WangJi suspiró. —Estoy algo ocupado, debo retirarme.
Sin más el alfa hizo un gesto de despedida a su hermano e ingresó en el auto, dio la indicación de partir para huir lo más pronto posible de todas esas personas.
—Si me disculpan, también tengo asuntos que atender —dijo XiChen siguiendo los pasos de su hermano.
Una vez en la tranquilidad Lan XiChen respiró aliviado y cerró sus ojos, por algunos minutos se permitió dejar su mente en blanco. Últimamente no tenía tiempo para descansar, pero no podía rendirse, no ahora que las cosas se complicaban más.
Su tranquilidad se vio interrumpida por el sonido de su móvil.
—¿Sí? —contestó el alfa sin ver la pantalla con los ojos aún cerrados. No tardó en descubrir que quien le había llamado era Ling Wen.
La voz de la beta era clara, empezó a explicar al Lan algunos cambios en el plan de Jun Wu, logrando que XiChen se alarmara.
—¿Cómo dices? —preguntó el Lan, había escuchado bien, pero necesitaba confirmar. Después de que la beta repitió la información el alfa presionó sus sienes. —Entiendo... sí, no hay ningún problema.
Con eso terminó la llamada, Lan XiChen apretó los dientes. —Esto no le gustará a WangJi.
Chapter 9: Capítulo 8. Demonios.
Chapter Text
Wei WuXian tenía rato con un puchero en su rostro, había algo que no terminaba de convencerle.
—Wen Ning se sincero ¿Me veo gordo con esta ropa? —preguntó el omega mientras hacía una sensual pose.
El Wen se sonrojó ligeramente y negó. —N-No, te ves bien.
WuXian suspiró. —Creo que el problema está en la peluca.
Hua Cheng observó al omega. —Tú la pediste, ahora la usas.
El omega acarició los largos cabellos rubios, uno de sus dedos jugaba con un mechón mientras que su mirada volvía a posarse en el espejo que había en la habitación.
—Es broma, me veo fabuloso con lo que use —dijo el omega guiñando un ojo.
He Xuan, quien se mantenía en un rincón de la habitación bufó. —Cada día tu ego crece más.
—No es eso —se defendió el omega—, soy consciente de mis capacidades y encantos.
El alfa no tenía energías ni ganas de discutir con él, suficiente era con las molestas heridas de bala para añadir más sobre sus hombros. Optando por una mejor respuesta He Xuan sólo ignoró al menor.
—Ya es hora —dijo Hua Cheng fijando su vista en el reloj—. ¿Dónde están Wen Qing y WanYin?
La voz de la Wen resonó. —Aquí estamos.
Dos figuras atravesaron el umbral de la puerta con paso firme y expresiones serias.
—WuXian —llamó la Wen tendiéndole dos finas agujas—, sólo podrás llevar estas, no nos podemos arriesgar.
Wei WuXian sonrió. —Son más que suficiente.
—Lo ideal es que no las utilices —dijo la alfa—. Son en caso de que las cosas no salgan bien con el socio de Jun Wu, están bañadas de un poderoso veneno, así que ten cuidado.
—Lo sé, lo sé —murmuró el omega—. No es mi primera vez con agujas envenenadas.
—Tampoco las desperdicies —demandó Jiang Cheng.
WuXian sonrió de lado. —¿Si las usara en ti contaría como desperdicio?
Jiang Cheng gruñó, dio un paso hacia delante con intenciones de golpear a WuXian pero Hua Cheng lo detuvo haciendo señales de que dejara al omega decir sus estupideces. Al final el Jiang tomó aire y contó hasta diez.
Todos en la habitación observaron como Wei WuXian colocaba entre sus ropas «especialmente diseñadas» las letales agujas.
El omega de ojos grises portaba un bello abrigo gris, por debajo había una ajustada prenda de color granate que cubría la parte superior, además de que un ceñido short negro y cinturón plata eran los protagónicos de la parte inferior. Para terminar unas largas botas que llegaban a mitad de muslo se encargaban de estilizar sus piernas. Sin duda era una belleza exótica, listo para conquistar a un extranjero.
Todo el conjunto brindaba una vista llamativa y el carácter del omega sólo se encargaba de reforzarlo y darle personalidad.
—Pedazo de idiota, dime que ya tomaste el inhibidor —dijo el Jiang.
—Ya lo hice —contestó WuXian alisando su falsa melena larga.
—¿Ambos tienen su comunicador? —preguntó Wen Qing mirando hacia su hermano y WuXian.
—Sí —afirmó Wen Ning. El alfa sólo esperaba que WuXian le indicara cuándo partir.
Wen Qing miró a su hermano como si quisiera agregar alguna otra cosa, pero al final sólo guardó silencio.
—Tenemos todo listo, dejen de preocuparse —dijo WuXian tomando un pequeño bolso que iba en conjunto con su atuendo.
Hua Cheng asintió y miró al Jiang, indicándole que era hora de adueñarse de las cámaras del lugar.
Después de unas cuantas amenazas por parte de Wen Qing los dos jóvenes partieron. Wen Ning iba vestido de forma un tanto más discreto que el omega; aparentaba ser una especie de chófer con el traje gris simple, mientras que WuXian reclamaba atención de manera obvia.
Antes de llegar al hotel ambos se separaron, WuXian sería el primero en infiltrarse en el lugar, lo cual fue relativamente fácil para él. Sólo cuando Jiang Cheng le informara que el alfa había llegado WuXian haría su primer movimiento.
Wen Ning se encargaría de dejar el automóvil justo donde se le había indicado; a una distancia no muy cerca del hotel como para llamar la atención, ni muy lejos para que fuera difícil llegar ahí por si algo salía mal y tenían que realizar una retirada.
Por mientras las acciones se llevaban a cabo y esperaban a su víctima a el omega se pedía un trago. Trataría de distraerse con las personas del bar, después de todo era bueno dialogando con desconocidos y obteniendo información. Realmente se sentía cómodo con el ambiente.
El bar era amplio y muy elegante, un lugar digno como todo lo que pertenecía a Jun Wu. Wei WuXian admitía que todas las propiedades del alfa siempre tenían las mejores decoraciones. Incluso las que parecían ser más "discretas" estaban elegantemente adornadas. Se notaba desde el piso de mármol pulido hasta los cristales que colgaban.
Dejando un poco la admiración de la estética por un lado el omega se acercó a la barra.
—Un Negroni por favor —pidió el omega, pero la mirada del bartender pareció dudosa, por lo que el omega sacó una identificación «obviamente falsa» de su pequeño bolso—Tengo edad suficiente.
El bartender no dijo nada y sólo comenzó a preparar su trago.
—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó Jiang Cheng a través de su comunicador—. ¡No es momento para que te pongas a beber!
—Sólo será un trago —murmuró WuXian.
—¡Siempre dices lo mismo!
Wei Ying simplemente ignoró al Jiang y prosiguió con su misión. En ese momento desprendía muy pocas feromonas, podría pasar desapercibido más fácil y su disfraz era perfecto. Un pequeño trago no podría arruinar el plan.
Los ojos grises comenzaron a escanear con más detalle la zona. Omitiendo la elegancia y el buen gusto del lugar se podían apreciar pequeñas cámaras; hasta el momento el omega había sido capaz de encontrar tres, sabía que Jiang Cheng debía estarle viendo a través de ellas justo en aquel momento.
WuXian sonrió y saludó a la cámara. Apostaba una botella de su vino favorito a que el Jiang estaría insultándole en ese preciso momento.
—Su bebida... —el hombre tras la barra interrumpió sus pensamientos.
—Gracias—. El omega tomó el vaso y dio un trago. Lo siguiente que buscó fue una víctima que pagara por su bebida. —Bingo.
Wei WuXian empezó a sacarle plática a una despampanante beta que portaba un collar glamoroso junto con un vestido negro. Después de cinco minutos la mujer ya estaba tendiéndole una tarjeta al bartender.
—Wen Ning está entrando —avisó el Jiang.
El omega miró con discreción como Wen Ning se adentraba en el lugar y se apartaba en un área más tranquila.
WuXian se empezaba a preguntar cuándo llegaría el hombre por el que tanto esperaba.
Jiang Cheng miraba las pantallas atentamente, su ceño se fruncía al ver como WuXian empezaba a pedir otro trago. Deseaba tanto golpearle la cabeza al idiota de Wei WuXian.
—Era obvio que no sería sólo uno... —dijo entre dientes con amargura.
—¿Cómo está el área? —preguntó Hua Cheng llegando al lado del omega. Su mirada empezaba a recorrer cada una de las pantallas, podía notar que todo en el bar aparentaba ser "normal".
—Ya lo notaste ¿no? Todo está inusualmente tranquilo —contestó el Jiang mientras escaneaba nuevamente los alrededores. Según la base de datos del hotel un tal Bianchi se había registrado, por lo que obviamente debía de tratarse del socio de Jun Wu.
Hua Cheng miró como algunas de las cámaras del bar aún no lograban captar todo lo que ocurría alrededor.
—¿Qué tanta visibilidad tenemos?
Jiang Cheng empezó a teclear con velocidad. —Un poco de la alberca, parte de las habitaciones, la salida trasera de recepción y algunas zonas de bar.
Hua Cheng analizó la información que le brindó el omega.
—El hombre que buscamos no está en el bar aún —murmuró el alfa—. Dile a Wen Ning que vaya a la piscina para un reconocimiento rápido, y que WuXian no se mueva de ahí por si llega nuestro objetivo.
—Entendido.
Jiang Cheng empezó hablar a través del comunicador. WuXian miró a la cámara mientras asentía de forma sutil a manera de comprensión. Wen Ning simplemente había empezado a caminar rumbo a las zonas recreativas del exterior.
A través de las pantallas el Jiang observó como WuXian se alejaba tranquilamente para ir en dirección de los baños.
—¿Ahora qué haces? —cuestionó Jiang Cheng.
—¿Tú qué crees? Voy a orinar ¿Quieres ver o qué? —respondió WuXian mientras entraba a un cubículo.
Jiang Cheng gruñó. —Si no hubieras bebido no tendrías que dejar sola el área del bar.
—Lo siento, pero mi vejiga es primero. Además, nuestro papel estelar aún no llega ¿Crees que tarde demasiado? Porque ya se me empezaron a entumir las piernas de estar sentado.
—Me importa más la mierda de E-Ming que tus piernas, así que apresúrate y regresa a tu posición.
—Que insensible eres Jiang Cheng, yo pensé que te preocupabas por mí.
Una vena saltó en la frente del omega. —¡Nadie se preocupa por ti! ¡Ahora muévete!
Jiang Cheng desactivó momentáneamente el micrófono de WuXian para no escuchar sus estupideces, sólo pedía cinco minutos de paz sin la molesta voz de WuXian. Con frustración restregó sus manos sobre su rostro y suspiró. No ganaba lo suficiente para eso.
—¿Cómo van? —preguntó He Xuan mientras se adentraba en la habitación. Aunque intentaba disimular, se notaban sus ansias al no poder participar en la misión como era costumbre. Esa era la tercera vez que iba y preguntaba por el avance de la misión.
—Aún nada —respondió el omega, sus ojos se desviaron a Hua Cheng—. Si no conseguimos nada hoy deberemos intentarlo otro día.
Hua Cheng sentía inconformidad con el asunto. —No puede ser otro día, tiene que ser hoy antes de que ese hombre hable directamente con Jun Wu.
Jiang Cheng se alejó de los monitores y empezó a estirar los brazos. —Pues deberíamos hacer otro plan por si fallamos.
—No fallaremos —dijo enseguida Hua Cheng.
—Pues yo no veo a ningún italiano rondar el lugar —los ojos de Jiang Cheng miraron fijamente al alfa de parche.
En eso He Xuan apuntó a una de las pantallas. —¿No es él?
En la imagen se apreciaba la figura de un hombre alto con porte elegante y traje inmaculado. Debido al ángulo en el que estaba sólo se podía ver su espalda a través de las cámaras, además de que otros sujetos se encargaban de obstruir la vista..
—Tiene pinta de ser un alfa italiano con gustos caros —murmuró Jiang Cheng, una parte de él se preguntaba cuándo había aparecido. El omega reactivó la comunicación de con WuXian. —Será mejor regreses tu trasero al bar ahora, tu objetivo llegó.
—¡Por fin! —exclamó WuXian con alegría.
—WuXian —llamó Hua Cheng—, acércate despacio.
—Tranquilo Hua Hua —respondió WuXian mientras se miraba en el espejo del baño.
Algo en la figura del hombre que tanto habían estado esperando llamó la atención de Hua Cheng.
—WanYin trata de buscar otro ángulo para vigilarlo de frente —pidió el Hua Cheng al Jiang.
He Xuan apuntó al hombre de la pantalla. —Está avanzando, parece que irá a una de las mesas en el fondo.
Para su mala suerte el hombre se colocó justo en el único punto muerto que tenía el bar, ahora no podría verle ni un pelo.
—No podremos vigilarlo, ese maldito eligió el peor lugar para sentarse —se quejó Jiang Cheng—. Todo queda en manos de Wen Ning y el imbécil de WuXian.
—Esto no me gusta —murmuró Hua Cheng.
—A mí tampoco —dijeron Jiang Cheng y He Xuan al unísono.
Había una sensación de intranquilidad, algo les decía que las cosas no estaban bien.
Repentinamente la mirada de Hua Cheng mostró una señal de alarma. El hombre que atendía en la barra ya lo había visto antes, sin duda era hora de la retirada.
Wei Ying estiraba un poco sus piernas, no sabía si era su imaginación, pero cada vez las sentía un poco más pesadas. El omega ignoró todo pensamiento para concentrarse de una vez por todas en su objetivo. Salió de los baños y barrió el lugar con la mirada, notó como en una zona un tanto alejada había un hombre de traje blanco y cabellos negros, no podía distinguirlo bien ya que algunos hombres lo rodeaban, pero estaba casi seguro que ese debía ser el alfa que tanto había estado esperando.
"Te tengo" pensó mientras se acercaba lentamente.
Mientras más se aproximaba más sentía un aroma penetrante, digno de un alfa puro.
—¡WuXian! —rugió la voz de Hua Cheng a través de su comunicador.
—Ya lo vi HuaHua no presiones —murmuró el omega.
—¡No, aléjate de ahí! ¡Ahora!
WuXian frenó en seco. —¿Qué?
—¡Es una trampa! ¡Vete!
Los ojos del omega volvieron a mirar al frente, en ese momento el alfa que era su objetivo giró y le miró de soslayo.
Wei WuXian se quedó paralizado por unos segundos, no podía creer como fue incapaz de reconocerlo. El mismo Jun Wu estaba justo ahí, mirándole fijamente.
La voz de Jiang Cheng lo trajo de regreso. —¡Wei WuXian muévete si no quieres morir!
El omega parpadeo y empezó a retroceder. La mayoría de personas en el bar aparentaban ignorancia de los eventos, pero aun así Wei Ying notó como algunos hombres que parecían ser de seguridad se iban acercando lentamente a él.
Obviamente la entrada principal quedaba descartada como vía de escape, su mirada regresó a Jun Wu quien parecía sonreír ligeramente de lado.
Ese simple gesto provocó cierta furia en Wei Ying, pero en ese momento su instinto le indicaba que debía huir de ahí.
Tratando de conservar la calma empezó a movilizarse.
—Jiang Cheng, dile a Wen Ning que vaya directo al auto, yo lo alcanzaré —pidió el omega a través de su comunicador.
—¡¿Cómo harás eso si ni siquiera puedes salir del bar?!
WuXian iba atravesándose entre personas para agregar mayor distancia con los guardias.
—Es mejor que maten a uno que dos, si algo le pasa Wen Qing me matará.
—¡Si no sales de ahí yo te mataré! —sentenció con el Jiang.
Wei WuXian nuevamente lanzó una mirada a Jun Wu, pues era la única amenaza real que sentía en ese lugar. Pero el alfa seguía de lo más tranquilo en su lugar, como si la presencia del omega no le incomodara.
Wei WuXian se fue alejando más y más hasta llegar a la salida del bar, pero antes de avanzar un par de guardias uniformados se atravesaron en su camino.
—Caballeros —sonrió WuXian —, realmente no tengo ánimos de asesinar a alguien.
Pero los hombres ignoraron las palabras del omega y se lanzaron a él con intenciones de retenerlo; claro que antes de que eso pasara Wei Ying había golpeado a uno de los guardias con su pequeño bolso en la cara mientras asestaba una patada al segundo hombre para poder emprender su huida.
Al principio el omega no quería llamar la atención, pretendía hacer un escape silencioso, pero en ese momento se dio cuenta que sería imposible.
Con agilidad se deshizo de la peluca rubia, dejando que su cabello negro cayera sobre sus hombros; después optó por deshacerse también del abrigo gris. WuXian se había dirigido al área del restaurante, por lo que sin pensarlo se sentó en una mesa al azar y sonrió con normalidad a las personas desconocidas.
—Yo pedirá algo con picante —comentó el omega casual.
En ese momento los hombres que le seguían pasaron a unos cuantos metros de él, lo más seguro es que seguían buscando a un joven de larga melena rubia. Cuando ambos guardias se marcharon WuXian suspiró.
—¿Quién eres? —cuestionó el hombre de la mesa.
Wei Ying sonrió. —Nadie importante —guiñó un ojo mientras arrebataba una copa y la bebía de golpe—. Buen vino —el omega se colocó de pie y abandonó el lugar.
Revisó dos veces que no hubiera sospechosos fuera del restaurante y salió.
—WuXian hay más guardias acercándose —le aviso el Jiang.
—¿Por dónde? —cuestionó el omega. En ese momento se sentía aliviado de que Jiang Cheng estuviera viendo todo por las cámaras, así podría advertirle de que dirección tomar.
—En realidad todo está repleto de hombres, espera un momento y déjame revisar.
—¿Dónde está Jun Wu? —preguntó WuXian.
—No lo veo, pero parece ser que sigue en el bar —algo en la voz del Jiang le hacía dudar—. Los puntos muertos de las cámaras no me dejan ver algunas zonas, así que no estoy seguro si Jun Wu se ha movilizado.
WuXian iba a decir algo, pero escuchó varios pasos acercándose.
—Jiang Cheng será mejor que me digas ahora por dónde irme.
—Regresa en dirección al bar —esta vez fue la voz de Hua Cheng la que sonó.
WuXian frunció el ceño. —¿Qué? Creo que no me estás entendiendo, yo quiero alejarme del bar.
La voz del alfa volvió a resonar en su oreja. —A lo que me refiero es que uses la salida del bar, por todos lados hay hombres moviéndose, y la salida más despejada es la de bar... el único problema es que no tenemos total visibilidad.
—WuXian ignora todo lo que te dijo —interrumpió Jiang Cheng—. Iremos por ti.
—¡No! —le detuvo Wei Ying—. Yo puedo salir, no vengan —lo último que quería es que sus colegas terminaran acorralados como él—. ¿Wen Ning ya salió?
—Sí —anunció Jiang Cheng—, va en dirección al auto para arrancarlo y acercarse un poco a ti.
WuXian suspiró aliviado y contempló sus opciones. —Iré por la salida del bar.
—¡No lo hagas! —advirtió Jiang Cheng—. No seas un suicida como este alfa idiota.
Wei Ying quiso reír. —Tranquilo Jiang Cheng, aún tengo las dos agujas conmigo.
Jiang Cheng tardó en contestar, pero al final estuvo de acuerdo. —Bien, pero si hay demasiados hombres te alejarás y esconderás hasta que lleguemos por ti.
—¿Esconderme? ¿Yo?
—Sólo no seas imprudente, no es momento de tus arranques de osadía —demandó el Jiang—. Pon atención; según los planos habrá un pasillo del lado izquierdo en los próximos metros, tómalo y avanza hasta la quinta puerta, te guiará a la parte del personal del bar, ahí habrá otra puerta que da al exterior, esa será tu salida.
WuXian asintió. —Comprendo.
Apenas dio unos cuantos pasos cuando la voz de Jiang Cheng volvió a sonar. —En cuanto entres por la primera puerta perderé la visión, sé cuidadoso.
—Estaré bien.
El omega avanzó, de vez en cuando se escondía para evitar ser visto. Aún había varios hombres rondando la zona. En cuanto WuXian entró por la puerta que daba a la parte del personal en el bar el omega suspiro aliviado al no haber nadie cerca. No perdió tiempo y se encaminó a la salida que daba al exterior. Casi quería gritar de felicidad, pero esta emoción se esfumó en cuanto abrió ligeramente la puerta, pues afuera, a unos cuantos metros varios hombres armados hacían guardia.
WuXian volvió a cerrar la puerta atrancándola para poder pensar en otro plan, tenía que avisarle a Jiang Cheng.
—Malas noticias, hay guardias afuera.
—También tengo malas noticias —dijo Jiang Cheng—. El sistema ya noto mi presencia y están tratando de quitarme el control de las cámaras, ya empecé a perder varias. Esto es demasiado, mandaré a Wen Ning como apoyo en lo que llegamos nosotros.
—¡Espera! —pidió el omega—. Puedo hacerlo... dame veinte.
WuXian escuchó el profundo suspiró de su hermano. —Tienes diez.
Wei WuXian empezó a buscar algo que le sirviera como arma, pero el sonido de la puerta abriéndose llamó su atención. El omega hizo un sonido de reproche.
Justo enfrente de él, un hombre (mastodonte, según Wei Ying) le miraba. Lo último que le faltaba era enfrentarse con un gorila como ese.
WuXian chasqueó la lengua en cuanto notó como el gran hombre se ponía a la defensiva.
—No quiero ensuciar mis manos —dijo el omega a modo de advertencia.
Claro que el hombre de enfrente ni siquiera dejó que terminara de hablar el omega cuando ya se había lanzado hacia él.
WuXian no era tan estúpido, claramente la fuerza bruta de ese hombre le superaba, pero aún con eso en su contra el omega se mantuvo seguro. Aún tenía un As bajo la manga.
Los ojos grises divisaron como el hombre gorila sacaba un arma de su cinturón y apuntaba en dirección de Wei Ying. Se apresuró a cubrirse entras de unos muebles; si bien el arma parecía tener un supresor puesto aun lograba provocar cierto sonido, que si alguien lo suficientemente cerca lo escuchaba se daría cuenta de que algo estaba ocurriendo. Y eso no era nada bueno para él. Necesitaba terminar con ese hombre cuanto antes.
La voz de Jiang Cheng sonó por su comunicador. —¿Qué está pasando?
—Nada, todo está en orden —respondió Wei Ying mientras sacaba una de sus agujas cubiertas de veneno.
Wei Ying salió de su escondite para aproximarse al hombre. Tomándolo de forma desprevenida el omega había logrado arrebatarle el arma arrojándola lejos. Estaba a punto de clavar la peligrosa aguja cuando el brillo de una hoja afilada lo hizo retroceder nuevamente.
El hombre al verse desarmado había sacado algo parecido a un cuchillo para atacar al omega. De nueva cuenta se lanzó al menor, cada movimiento era con intenciones de herirlo.
WuXian sentía que su cuerpo cada vez empezaba a moverse más lento, sus extremidades estaban entumidas y pesadas. Algo no estaba bien.
No queriendo alargar más la lucha Wei Ying se acercó al hombre, en el proceso el filo del cuchillo logró hacer un corte en su brazo. No era nada mortal pero no por eso dejaba de doler. A pesar de todo el omega aprovechó la proximidad y lanzó la aguja, esta terminó dando justo en el centro de la frente.
El hombre frunció el ceño, estaba a punto de retirarse el pequeño objeto cuando su cuerpo se tensó y cayó al suelo con una expresión en blanco.
WuXian presionó la herida de su brazo para detener la sangre y se acercó al cuerpo del suelo, los ojos del hombre aún seguían activos, mirando en diferentes direcciones.
—El veneno primero te paralizará, después de dos minutos morirás —comentó el omega tomando el cuchillo del suelo.
En cuanto se levantó escuchó como una de las puertas se cerraba. Sin pensarlo mucho giró con brusquedad y lanzó el cuchillo en dirección de la puerta.
Los ojos grises se abrieron sorprendidos.
Delante de él estaba Lan WangJi.
El alfa lucía tranquilo, su cabeza estaba inclinada hacia la izquierda, evitando la filosa hoja que había quedado clavada en la puerta.
Ninguno dijo nada, sólo se observaron fijamente.
De nueva cuenta la voz de Jiang Cheng surgió: —¿Ya saliste? ¿Todo bien? Ya no tengo nada de visibilidad.
WuXian suspiró sin despegar la vista del alfa, el sándalo empezaba a rodearle. —Todo bien... ya casi salgo... —lo último que quería era alarmar a Jiang Cheng. El omega sonrió en dirección al alfa—. Realmente no quiero matar a nadie —los ojos dorados miraron el cuerpo a los pies del omega, por lo que Wei Ying añadió: —Claro que no significa que no lo haré si me provocan, yo le advertí que no quería ensuciarme las manos... y la advertencia también va para ti.
WuXian observó como el alfa fruncía el ceño, lo más seguro es que estuviera molesto, pero eso era lo de menos para Wei Ying. Su vía de escape estaba siendo obstruida ahora por el alfa, para llegar a la salida debía enfrentar al Lan. Y siendo sinceros esa era la última cosa que Wei Ying deseaba hacer.
En cuanto el alfa dio un paso al frente el cuerpo de WuXian se tensó, todos sus sentidos estaban en alerta.
Con un rápido vistazo los ojos grises encontraron una rendija de ventilación, parecía estrecha para que el alfa pasara por ahí, pero amplia para que el delgado cuerpo de WuXian entrara. Además, podía divisar el arma que le había arrebatado al guardia. Con esos elementos la mente del omega maquinó un escape con rapidez.
—Oye, sé que estás molesto conmigo por lo de la última vez —dijo Wei Ying tratando de distraerlo mientras caminaba y se acercaba al arma—, pero estos son gajes del oficio ¿no?
El alfa no contestó, sólo lo siguió contemplando. El silencio del Lan sólo incrementó el nerviosismo en Wei Ying.
—¿Quién está contigo? —cuestionó la voz del Jiang.
—Nadie —respondió en automático el omega ganándose una mirada por parte del Lan.
El omega examinó al alfa, su expresión parecía inmutable, por lo que era bastante difícil para Wei Ying poder leerlo.
WuXian comentó de manera casual. —Bueno creo que es hora de irme.
—Quédate donde estás —por primera vez el Lan habló.
Su voz grave pareció resonar en el cuerpo menor. Ni siquiera era la voz del alfa, pero aun así Wei Ying fue incapaz de moverse un poco. Sus ojos volvieron a tener una batalla, ninguno de los dos se animaba a perder de vista al otro.
WuXian estuvo a punto de hablar nuevamente cuando el sonido de varios pasos le alertó. Por una fracción de segundo el alfa desvió la vista. Eso fue más que suficiente para que el omega se agachara a recoger el arma y comenzar a disparar.
Lan WangJi había reaccionado con agilidad escondiéndose fuera del alcance del omega. Y eso era justo lo que buscaba WuXian. Pues en cuanto el alfa se alejó se aproximó a la escotilla y entró por el sistema de ventilación.
Al principio su agilidad y adrenalina lo hicieron avanzar varios metros, pero mientras más se alejaba del alfa empezaba a sentir como su omega interno se removía inconforme. Sumado a eso sus piernas comenzaron a sentirse aún más débiles.
—¡¿Dónde estás?! —cuestionó Jiang Cheng.
—En el conducto de ventilación —respondió de forma jadeante el omega.
—¡¿Por qué?! ¡Estabas cerca de la salida!
WuXian gruñó. —¡Estoy intentado salvar mi vida! —Lo siguiente que escuchó fue la voz entrecortada de su hermano—. ¿Jiang Cheng? —pero nada.
Después de eso el comunicador de su oído empezó a emitir un agudo sonido que le lastimó. Por instinto el omega terminó arrancando el aparato de su oreja para lanzarlo lejos.
WuXian sentía su cabeza pesada y sus brazos temblar, en este punto era consciente que había ingerido alguna clase de sedante con efecto tardío. Se abofeteó mentalmente en ese momento, sólo a él se le ocurría beber alcohol en los dominios de su enemigo.
El omega siguió avanzando por un tiempo dentro de la ventilación, no sabía dónde estaba exactamente, pero suponía que estaba lejos de las áreas comunes ya que todo se encontraba en calma.
Wei Ying llegó hasta una habitación que parecía una oficina administrativa. Con esfuerzo el omega arrastró su cuerpo fuera de la ventila y examinó el lugar. No había ni un solo ruido, por lo que supuso debía estar a salvo, aunque sea por un momento.
Quiso dar un paso, pero sus piernas cedieron ante el peso. —Maldita sea.
WuXian agitó su cabeza al notar que su visión comenzaba a ponerse borrosa, dudaba que fuera capaz de huir, así que su única salida era mandar un mensaje a su equipo, pero con su comunicador inservible las opciones se reducían aún más. El omega trato de tranquilizarse y poner sus ideas en orden; primero arrancó parte de su ropa para cubrir su herida y detener la sangre, después trató de analizar sus opciones, pero la sensación de adormecimiento no ayudaba. Quiso ponerse de pie nuevamente, pero antes de lograrlo escuchó como los pasos de alguien se acercaban.
WuXian apenas pudo arrastrar su cuerpo debajo del escritorio, trataría de pasar desapercibido.
En cuanto la puerta fue abierta el aroma de sándalo llegó al omega. Wei Ying cubrió su boca con ambas manos para evitar que algún sonido escapara de él.
Sus ojos se cerraron con fuerza, lo único que pedía es que Lan WangJi se fuera de ahí.
—Tu aroma te delata —dijo el alfa.
El corazón de WuXian se aceleró, se suponía que con el inhibidor que tomó su aroma debía ser mínimo, fácilmente podría pasar desapercibido como un beta. Sólo había pocas razones por las cuales el alfa pudiera detectarlo aún con el inhibidor puesto.
La primera: que fuera un alfa puro «lo cual lo era». Y la segunda: que fuera su destinado «que malamente también lo era».
La mala suerte se aferró a Wei WuXian ese día.
Para empezar... ¡¿Cómo lo había encontrado tan rápido?! ¡Era peor que el juego de las escondidillas!
Wei Ying sabía que seguir oculto no tenía sentido, por lo que al final salió de su escondite, y apoyándose del escritorio logró ponerse de pie nuevamente.
Esta vez la mirada del alfa pareció dudar un momento. WuXian supuso que era por su miserable aspecto; en ese momento sus piernas y brazos temblaban, su vista estaba borrosa, el sudor se deslizaba por su rostro y su aliento era irregular.
—Si vas a matarme mejor hazlo ya —dijo WuXian mirando directo al alfa.
De nueva cuenta el omega cayó de rodillas, su cabello cubrió parcialmente su vista. Faltaba poco para que quedara inconsciente, pero aún en la bruma pudo escuchar más pasos acercándose.
—Veo que lo encontraste WangJi —esa voz sólo podía ser de una persona.
Wei Ying quiso mirar al recién llegado para rectificar sus sospechas, pero antes de lograrlo terminó cayendo en un oscuro vacío.
—¡Lo tiene! ¡Esos malditos perros lo tienen! —gritó Jiang Cheng arrojando uno de los monitores.
—WanYin cálmate —pidió Hua Cheng.
Jiang Cheng miró al alfa sin comprender la petición. —¡¿Que me calme?! ¡¿Cómo puedo calmarme?! ¡Jun Wu tiene a Wei WuXian!
He Xuan tenía la mirada baja, aún no lo podía creer. —Ese hijo de puta lo planeó cuidadosamente, necesitaba que uno de nosotros entrara para mover a todos sus hombres.
Wen Qing desprendía un aroma amargo, era clara su furia a pesar de no haber dicho nada aún.
Jiang Cheng miró al resto en la sala y se dio media vuelta con intenciones de irse, pero Hua Cheng lo detuvo bruscamente.
—¿A dónde crees que vas? —cuestionó el alfa.
—¿Qué no es obvio? Voy por mi hermano.
Hua Cheng no lo soltó. —Sólo conseguirás tu muerte.
—¡Me importa una mierda! ¡Sólo quiero salvar a WuXian! —exclamó mientras intentaba soltarse del alfa.
Wen Qing se puso delante de él omega reteniendo el paso. —Comprendo que quieras salvarlo, pero no debemos actuar sin pensar. Esto es justo lo que espera Jun Wu.
—¿Qué sugieres? ¿Esperar a que Jun Wu lo regrese en una pequeña caja hecho pedazos? ¡No tenemos tiempo! ¡Van a matarlo!
Hua Cheng suspiró y alzó la voz. —¡Ya cálmate! ¡No le harán nada a Wei WuXian! —o al menos eso esperaba el alfa.
Jiang Cheng tenía tantas ganas de golpear a todos en esa sala, no comprendía cómo podían estar tan tranquilos. Uno de los suyos había sido capturado y sólo los muertos sabrán lo que le espera.
El omega tembló en su lugar y bajó la vista. —¿Cómo estás tan seguro? —preguntó en un murmuró, pero nadie le contestó, por lo que repitió su pregunta esta vez gritando y mirando cara a cara al alfa—. ¡Responde! ¡¿Cómo estás tan seguro?!
Hua Cheng observó como los ojos de WanYin se llenaban de lágrimas. Sabía que debía confesar el pequeño secreto de WuXian para que el Jiang pudiera estar más tranquilo.
—No le harán nada porque... uno de los colmillos... —empezó a decir Hua Cheng— … es el destinado de Wei WuXian.
Jiang Cheng y He Xuan se vieron sorprendidos por esa confesión.
—¿Qué? —Parecía que el color se había drenado el rostro del Jiang.
—Lo que escuchaste —dijo Hua Cheng—. WuXian dijo que había encontrado a su destinado y que era uno de los colmillos.
El omega primero adquirió cierta incredulidad en su rostro, después enojo. —…lo preguntaré una vez y quiero la verdad —advirtió el omega—. ¿Desde cuándo el idiota de WuXian lo sabe?
—Desde el ataque al Cloud Recesses...
La mirada de Jiang Cheng se ensombreció. Wen Qing habló al notar que nadie más lo haría. —El que WuXian lo encontrara fue el motivo por el cual entró en celo, pero aun así se ha mantenido alejado con todo lo que respecta al Segundo Lan.
Hua Cheng miró a la mujer. —¿Te lo dijo él? —según el alfa él era el único que sabía sobre Lan WangJi.
—No —contestó Wen Qing—, pero lo sospeché —no diría que escuchó al omega llamar al Lan entre gemidos cuando estuvo en celo, suponía que ni el mismo Wei WuXian recordaba aquello.
—Así que el Segundo Lan... —Jiang Cheng frunció el ceño y miró a He Xuan que al principio parecía sorprendido ahora tenía un aspecto tranquilo—. ¿También lo sabías?
He Xuan negó. —Pero no me sorprende que WuXian oculte algo tan importante como eso.
Jiang Cheng apretó los dientes. Hace unos momentos atrás quería salvar el pellejo de Wei Ying, ahora lo único que quería era enterrarlo vivo. ¡¿Cómo era posible que teniendo años de conocerse no le contara de algo tan delicado con el descubrimiento de su destinado?!
Hua Cheng miraba como los puños del Jiang se volvían blancos de la fuerza ejercida.
"WuXian deseará estar muerto antes de darle la cara a WanYin" pensó el alfa.
Un suspiro se escapó, realmente deseaba que Lan WangJi pudiera proteger a WuXian, era lo único que podría mantener con vida al omega en ese peligroso lugar.
—QiongLin no tardará en llegar, debemos preguntarle lo ocurrido —murmuró Hua Cheng—. Necesitamos pensar una forma de sacar a WuXian de las garras de Jun Wu.
El golpe frío y de humedad logró que el omega volviera a cobrar conciencia.
Cuando los ojos grises se abrieron nuevamente Wei WuXian deseó estar muerto.
Dos sujetos lo retenían con fuerza, el omega estaba casi seguro que uno de esos hombres era el bartender que le había atendido. ¡¿Cómo pudo caer tan fácilmente?!
Aunque en ese momento los hombres que le sujetaban eran lo de menos, pues frente a él estaba Jun Wu. Se encontraba mirándole desde arriba con aires de superioridad, en una mano cubierta por un guante llevaba un vaso de cristal «ahora vacío», mientras que la otra mano sujetaba un arma.
—Te sugiero no hacer nada imprudente —comentó el alfa. Su voz grave causó una sensación de advertencia en Wei Ying, podía sentir el peligro emanar del alfa.
Jun Wu se aseguró de que WuXian recobrara la conciencia antes de dirigirse a su escritorio. En todo el trayecto Wei Ying no despegó sus ojos de él. No quería dejar de observarlo, sentía que debía ser muy cuidadoso. Pero su instintivo lo llevó desviar la vista a un costado, donde tres figuras más le observaban. Eran tres de los colmillos, pero sólo el de ojos dorados provocó que su aliento se entrecortara.
—Quien diría que uno de mis problemas sería un simple mocoso —dijo Jun Wu ganando la atención del omega nuevamente—. ¿Qué edad tienes? Es claro que aún eres menor de edad.
WuXian tenía una mirada seria, sus ojos parecían inyectados en sangre y su olor denotaba una furia irascible. Ni siquiera la herida de su brazo tenía tanta relevancia como el alfa de enfrente.
Por largos minutos Wei Ying permaneció en silencio, sólo hasta que se sintió sofocado por la presión en el ambiente el omega habló. —Jun Wu...—fue lo único que atinó a pronunciar.
—Entonces sí sabe hablar esta pequeña rata. Oh debo decir joven... ¿Yuandao? —Jun Wu sostenía entre sus manos la identificación falsa que había utilizado recientemente WuXian—. No, no creo que este sea tu verdadero nombre.
—Sólo un estúpido usaría su verdadero nombre —dijo el omega mirándolo directo a los ojos mientras forcejeaba de forma algo agresiva—. ¡Suéltenme de una buena vez hijos de puta!
—Que malos modales —respondió Jun Wu, su aspecto era neutral. Sabía ocultar perfectamente sus intenciones.
WuXian bufó a manera de burla. —¿Malos modales? Quítame a tus perros de encima y te mostraré unos verdaderos "malos modales".
—Niño cierra la boca, si sigues con vida es porque yo lo permito, no agotes mi paciencia —sentenció el alfa dándole una mirada severa que sólo enfureció más a WuXian—. Ahora dejarás de hacer un escándalo y responderás mis preguntas ¿Quedó claro?
WuXian hizo un análisis rápido de la situación. Si se movía con rapidez podría utilizar la última aguja que le quedaba. Sólo tendría una oportunidad.
Wei Ying dejó de resistirse y sonrió levemente. —Me encantaría hablar —claro que lo decía con un notorio tono de ironía—, pero un desgraciado como tú no lo vale y tengo cosas que hacer.
—¿Cosas que hacer? —cuestionó Jun Wu—. ¿Eres consciente de la situación en la que estás?
El omega sonrió de lado. —Lo estoy, pero creo que tú no.
Sin pensarlo dos veces dio una perfecta patada al beta de un costado, su agarre se soltó un poco, sólo lo suficiente para deshacerse del segundo hombre y sacar con velocidad la aguja de entre su ropa.
Su mirada estaba fija en un único objetivo.
Apenas logró dar dos pasos cuando sintió como era sujetado nuevamente. Una mano le había tomado el brazo. Pero era demasiado tarde.
Wei WuXian ya había lanzado la peligrosa aguja en dirección a Jun Wu.
Chapter 10: Capítulo 9. Dragón Blanco.
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Había una tensión insoportable en el ambiente, parecía que incluso respirar era una tarea imposible. Lan WangJi sujetaba firmemente el brazo del omega, sus ojos estaban puestos en el menor, pero la mirada de este seguía puesta en el frente; justo en Jun Wu.
XiChen se aproximó a su hermano. —WangJi... suéltalo...
Lan WangJi frunció el ceño, pero asintió aflojando su agarre y dando un paso atrás. Mu Qing y Feng Xin se repusieron del ataque que les había hecho el omega y lo volvieron a sujetar, esta vez llevando las manos del omega a su espalda y amarrándolas con fuerza.
Jun Wu observaba todo con mucha atención, entre sus dedos índice y medio sostenía la aguja que había retenido. Si no fuera por sus rápidos reflejos quizás hubiera estado en problemas. Debía admitir que ese joven omega se movía rápido.
—Estás muy bien entrenado —murmuró el alfa mientras jugaba con la aguja. Lo único que Jun Wu logró con su comentario fue ganarse una mirada llena de desprecio por parte del menor, por lo que agregó: —La Araña nunca mencionó nada sobre adiestrar niños, supongo que era un muy buen secreto.
La sorpresa se vio reflejada en el rostro del omega. —¿Cómo?...
Jun Wu sonrió ligeramente, parecía divertido con la situación. —¿Cómo sé que ella te entrenó? Niño, yo tengo mucho más tiempo en esto, tu ataque de agujas venenosas es casi perfecto, quizás con un poco más de velocidad y fuerza me hubieras dado. Es obvio que la única manera de que pudieras dominar esta técnica es que la misma Araña te la enseñara.
El joven omega bufó. —No creas que lo sabes todo, pude haberla aprendido por mi cuenta.
—Lo dudo mucho —dijo el alfa—. Tus movimientos corpóreos también son similares a los de ella, utilizas cada extremidad para compensar tu falta de fuerza muscular, ella hizo un muy buen trabajo contigo.
—Parece que la conocías bien... —comentó el omega con una mirada seria.
Jun Wu entrecerró los ojos. —No realmente, sólo sé lo que me es de utilidad, La Araña fue una gran asesina, única en su clase, es una lástima que Yu ZiYuan tuviera que morir, aunque ella misma se lo buscó.
El omega no ocultó su furia, se removió varias veces sin despegar la vista del alfa.
—¡No te atrevas a decir su nombre! ¡Eres la última persona que puede mencionarla! ¡Eres un maldito, te mataré, lo juro! ¡Destruiré todo tu mundo!
La paciencia de Jun Wu terminó.
—Silencio.
Su voz resonó por toda la habitación.
El joven omega dejó de hablar en ese momento, parecía aturdido por la voz del alfa, su mirada estaba perdida y con visible terror.
Xie Lian se removió en su lugar, no era la primera vez que escuchaba la voz de Jun Wu, pero su instinto omega le indicaba que debía bajar la cabeza a pesar de que las palabras no fueran dirigidas hacia él.
Incluso los hermanos Lan solían mantener cierta distancia mostrando respeto por Jun Wu. Pero por primera vez XiChen notó como su hermano luchaba consigo mismo para no hacer algo imprudente como retar a Jun Wu.
El alfa interno de Lan WangJi estaba molesto, le desagradaba en sobremanera que alguien más utilizara la voz en su omega. Aún con toda la conmoción el menor de los Lan trataba de guardar la calma, después de todo aún no había dicho su pequeño secreto al resto. Lo único que podía hacer en ese momento era apretar sus manos en forma de puños y aguantar la respiración.
Jun Wu dirigió una corta mirada al trío que permanecía en su lugar.
—Xie Lian —advirtió el alfa. Sabía que por su naturaleza el omega podría resentir lo que estaba a punto de hacer.
—Estoy bien —aclaró el omega.
Xie Lian pareció dudar por un instante, sus ojos viajaron al joven que retenían el par de betas. Sintió lástima al ver su estado, pues el menor se veía claramente aterrado. No sabía porque, pero ese omega le hacía recordar un poco a QingXuan, quizás era debido a que aparentaban tener edades similares, casi podía asegurar que el omega tenía menos de veinte.
Jun Wu se levantó lentamente de su asiento y caminó hasta quedar más cerca del menor, miró al demonio desde arriba y habló: —Te preguntaré unas cuantas cosas y tú responderás de forma obediente. ¿Comprendes?
A pesar de lo frágil que se veía el omega este solo le regresó una mirada llena de desprecio. —Antes muerto.
Jun Wu se encogió de hombros. —Eso se puede resolver.
Sin siquiera dar la orden uno de los betas sacó una cuchilla para colocarla en el cuello del demonio.
En el momento que el filo presionó sobre la blanca piel Lan WangJi tuvo el impulso de moverse. Lan XiChen ya veía venir esa acción, por lo que antes de que su hermano diera un paso hacia adelante el mayor de los Lan lo sujetó por el brazo.
—WangJi espera, piensa las cosas —aconsejó—, Jun Wu aún no consigue información, no lo matará.
La mandíbula de Lan WangJi estaba tensa y sus ojos mostraban una furia contenida.
Jun Wu observó como los hermanos Lan parecían inquietos, logrando que cierta parte del alfa se pusiera en alerta. Sentía que algo no andaba bien.
Su vista volvió a enfocarse en el omega de enfrente.
—Empezaremos otra vez, yo pregunto y tú respondes... para que veas que soy benevolente iniciaremos con una pregunta fácil. ¿Cuál es tu nombre?
El joven omega no respondió, en su lugar escupió en dirección del alfa, logrando que la saliva casi tocara los zapatos del mayor.
Jun Wu resopló. —Que niño tan infantil.
—Este niño infantil destruyó varias de tus propiedades y eliminó algunos de tus hombres, además de poder quitarte el sueño; eso es suficiente para mí —respondió toscamente el omega con evidente burla.
—Alguien como tú jamás podría quitarme el sueño —dijo con tranquilidad el alfa.
—¿En serio? ¿Por eso te tomaste la molestia de ir personalmente por nuestras cabezas? —el omega sonrió—. Admítelo, nuestra presencia te asusta, el saber que no puedes tenernos bajo tu control como al resto te molesta, más aún porque sabes que buscamos llevarte a la ruina... ¿Y sabes qué? Ya lo estamos logrando.
Las palabras del omega eran tan seguras que la mayoría en la habitación parecían sorprendidos. Pocos se atrevían a hablar de esa manera al alfa y vivido para contarlo.
Jun Wu frunció el ceño y su aroma se intensificó. —De rodillas, omega...
El joven bajó la cabeza de inmediato, sus piernas obedecieron ante las palabras del alfa. El omega terminó cayendo sobre el suelo de forma tosca. Había un visible temblor en todo su cuerpo.
Lan WangJi apretaba sus puños de forma tan fuerte que sus huesos empezaron a crujir.
—Mucho mejor —dijo Jun Wu—, ahora vuelvo a preguntar. ¿Cuál es tu nombre?
El temblor en el cuerpo menor aumentó, pero aún con la voz del alfa el omega se rehusó a decir algo.
Xie Lian apartó la mirada, sabía por experiencia que cuando un alfa usaba la voz en un omega y este hacía un esfuerzo por no doblegarse su cuerpo automáticamente perdía fuerza, mientras tanto iniciaba una batalla mental y física. En pocas palabras era doloroso resistirse.
—Tu nombre, omega.
Jun Wu estaba ligeramente asombrado como el menor seguía reacio a contestarle. Pero sabía que estaba a punto de colapsar su cuerpo. Podía ver como el menor estaba hecho un ovillo en el suelo mientras abría la boca como si quisiera tomar aire.
—Habla. ¿Dónde están tus compañeros? ¿Cuántos son?
Parecía que el menor había llegado a su límite ya que todos en la habitación escucharon con claridad un chillido. Estaba pidiendo ayuda.
Lo que nadie venía venir es que Lan WangJi perdiera lo último de su paciencia con ese llamado. En un instante se había acercado y arrojado a los betas lejos del omega.
—¡WangJi! —Gritó Xie Lian sin comprender el comportamiento del Lan.
Lan WangJi se había agachado y rodeado de forma protectora al menor, sus brazos lo sujetaron mientras que ocultaba la cara del omega en su pecho. Su instinto lo llevó a gruñir para advertir al resto que no se acercaran; su aroma ya no era controlado, en cambio inundaba todo el lugar mostrando su enojo.
Jun Wu no se movió de su lugar, había observado todo con atención. Analizaba esa faceta tan protectora del Lan. Para él era obvio lo que estaba pasando, aunque no mentiría; no se esperaba para nada este giro en los acontecimientos.
Lan WangJi sentía el pequeño cuerpo temblar, además de que un sudor frío bañaba al joven. Los ojos grises se entrecerraban, por un instante pensó que el omega perdería la conciencia, pero no. El omega seguía despierto, tratando de mirar en todas las direcciones, adquiriendo una postura de defensa, pero sin despegarse del alfa. El Lan suponía que el instinto del menor lo guiaba a confiar únicamente en él debido a ese ambiente tan hostil.
XiChen intentó acercarse pero recibió un gruñido, este le advertía que no diera un paso más. El mayor de los Lan alzó las manos e intentó hablar de forma gentil.
—WangJi, tranquilo, aléjate de él.
La única respuesta que obtuvo fue un segundo gruñido. XiChen observó como el alfa presionaba al omega más cerca de él, sabía que en ese momento su hermano era controlado por su alfa interno. Si no querían complicar más las cosas lo ideal sería no provocarle.
Xie Lian salió de su trance e intentó acercarse de igual forma. —WangJi, no le haremos nada... puedes soltarlo.
Lan WangJi miró a Xie Lian pero aun así se rehusó a soltar al omega de sus brazos.
Jun Wu suspiró y empezó a caminar de regreso a su asiento. En cuanto hizo el primer movimiento los ojos dorados del Lan se posaron en él, pues le reconocía como la mayor amenaza para su omega en ese momento.
El omega en los brazos del Lan empezaba a recuperarse, incluso intentó alejarse un poco al percatarse de la comprometedora posición en la que estaba, pero Lan WangJi no se lo permitió.
—Quédate quieto —murmuró el Lan dándole una corta mirada.
El omega giró su rostro en cualquier otra dirección que no fuera el Lan. —Aléjate un poco... tu aroma me sofoca...
A pesar de las palabras del menor Lan WangJi no se alejó ni un sólo centímetro. De forma lenta empezó a ponerse de pie, en el proceso ayudó de igual forma al omega. Poco a poco su conciencia se volvía más clara, sabía que había actuado sin pensar, pero es que le era imposible seguir soportando aquello. Si no hacía nada su alfa interno quizás hubiera reaccionado de forma aún más agresiva.
Jun Wu decidió que era momento de hablar. —WangJi.
El Lan le miró, había duda en sus ojos, pero también se podía apreciar cierta advertencia. De ser necesario el segundo Lan atacaría.
XiChen sabía que Jun Wu exigiría una explicación, por lo que intentaría ayudar a su hermano. —Señor...
Jun Wu alzó una mano en señal de silencio. —Regresen a sus lugares chicos —XiChen y Xie Lian asintieron y lentamente regresaron a su puesto, pero el menor de los Lan seguía sin moverse—. Tú también WangJi, regresa a tu lugar...
Una parte de Lan WangJi quería obedecer a su superior, pero la otra parte se negaba totalmente hacerlo.
—Te prometo que no le haré nada —dijo con simpleza el alfa.
Ante esa frase el cuerpo entero de Lan WangJi se relajó. Sabía que Jun Wu no mentía, ahora que tenía su palabra podía estar un poco más tranquilo.
El omega en los brazos del alfa se removió. —Solo haz caso y aléjate de mí.
Lan WangJi miró al omega, después notó como Mu Qing y Feng Xin se acercaban lentamente, como si pidieran su permiso. Al final se hizo a un lado, por lo que los betas no dudaron para volver a tomar al omega. Lan WangJi reprimió las ganas de gruñir y sólo regresó a su lugar.
Jun Wu observó de arriba abajo al omega, esta vez con una mirada más analítica.
Al notar la duda en el mayor el omega no dudó en hablar. —Ahora... ¿Qué harás conmigo? —preguntó con media sonrisa.
Jun Wu habló tranquilamente. —Esto cambia algunas cosas, pero no te sientas intocable.
—¿Eso es cierto? ¿No acabas de decir hace un momento que no me harías nada? ¿O acaso estabas mintiendo? —provocó con cizaña.
Los ojos dorados observaron detenidamente al alfa detrás del escritorio. Jun Wu podía sentir la mirada del menor de los Lan, pero aun así se mantuvo sereno en su lugar.
—Yo no te haré nada —afirmó Jun Wu—. Llévenselo de aquí.
Lan WangJi estaba a punto de hablar, pero XiChen tocó su hombro mientras negaba ligeramente con la cabeza. Parecía indicarle que esperara a la sentencia final de Jun Wu.
Ambos betas que sostenían al omega asintieron. Feng Xin cuestionó. —¿A dónde lo llevábamos?
Jun Wu dio una corta mirada a los tres jóvenes que esperaban a un costado, parecían ansiosos, en especial el menor.
—Pónganlo en la habitación de WangJi.
El omega se removió y giró para ver al segundo Lan. Los ojos de alfa y omega se encontraron, pero ninguno dijo nada.
Lan WangJi observó como el omega era llevado fuera de la habitación. Sabía que ahora era momento de hablar.
Una vez que el omega se fue, Jun Wu le dirigió una mirada. —WangJi, supongo que tienes algo que decir —dijo el alfa con aparente tranquilidad.
Lan WangJi asintió y se encaminó para colocarse frente al escritorio. De forma educada se inclinó y explicó.
—Señor... ese omega es mi destinado —anunció con voz firme.
Jun Wu se levantó de su lugar. —Eso ya lo sé, todos en esta habitación lo saben, lo que no entiendo es por qué no lo mencionaste antes —el alfa se presionó el puente de la nariz y suspiró. —¿Por qué? ¿Y por qué de todos los omegas en el mundo tenía que ser él precisamente?
La segunda pregunta era más una incógnita para la vida, que para Lan WangJi.
El segundo Lan alzó la mirada y respondió ante la interrogante de Jun Wu.
—Siento no haberlo dicho antes señor, no tengo excusa que valga —respondió educadamente mientras bajaba la cabeza.
Jun Wu negó ligeramente. —¿Qué intentabas hacer WangJi? ¿Tratarías de ignorar tu vínculo con ese chico? ¿Harías tu trabajo pensando que no te afectaría? Ya deberías saber que así no funcionan las cosas, la naturaleza es muy inteligente y algo caprichosa, aunque quisieras no podrías ignorar a tu omega.
Lan WangJi bajó la mirada, recordaba como por un instante pensó en encontrar antes al omega y esconderlo. ¿Pero realmente hubiera funcionado su plan? Estaba seguro que Jun Wu de todas formas descubriría su secreto tarde o temprano. Después de todo fue el mismo Jun Wu quien encontró antes a su omega que él, y eso en parte molestaba a su alfa interno.
—¿Desde cuando estás enterado? —cuestionó Jun Wu.
Lan WangJi tardó un poco en contestar pero al final habló con sinceridad: —El ataque de Cloud Recesses.
Jun Wu suspiró, seguido de eso sus ojos viajaron hasta los otros dos jóvenes que aguardaban en silencio.
Hizo un movimiento con la cabeza señalándolos y preguntó al segundo Lan. —¿Ellos lo sabían?
Lan WangJi desvió la vista, no estaba seguro si confesar que también su hermano lo sabía, pero al final fue el mismo XiChen quien habló.
—Yo sí estaba enterado señor... —explicó el mayor.
Jun Wu frunció el ceño, por lo que Lan WangJi explicó: —Yo le pedí que mantuviera el secreto hasta que lo encontrara y supiera qué hacer con él—los ojos dorados miraron a XiChen como si pidiera disculpas por involucrarlo en sus problemas—. Él intentó convencerme de decirle, pero hice caso omiso.
Una parte de Jun Wu realmente quería regañarlo, pero francamente no podía, sabía que el instinto protector del Lan lo había guiado a actuar así, además de que la forma retraída del alfa no ayudaba mucho. Jun Wu tenía muchas cosas en la cabeza, pero lo más importante para él en ese momento era saber cómo lograría utilizar al omega, ahora que sabía de su vínculo con el Lan WangJi debía proceder con cuidado. Después se tomaría el tiempo para reñir al Lan.
Por algunos minutos nadie se atrevió a decir algo, Xie Lian seguía ciertamente asombrado por los acontecimientos, y a pesar de ser «relativamente» el mayor de los tres presentes, no tenía ni una sola idea de cómo ayudar a Lan WangJi.
—Señor —llamó el omega—, ahora que sabemos la verdad ¿Qué será del omega?
Jun Wu observó a Xie Lian y después al Lan WangJi, podía ver lo tenso que estaba el alfa esperando su respuesta.
—WangJi —habló Jun Wu—, ya di mi palabra, así que no pondré una sola mano en ese omega.
Los ojos de Lan WangJi lucían agradecido, incluso no pudo evitar hacer una reverencia, haciendo más visible su gratitud. —Gracias señor.
—Pero a partir de hoy será tu responsabilidad y más te vale tenerlo bien vigilado, no quiero encontrar cuerpos de mis hombres muertos por un descuido —advirtió Jun Wu.
—Mn.
Ahora que las cosas estaban más calmadas se podía apreciar cierta emoción en el menor de los Lan, parecía como si quisiera ir corriendo en busca del omega que acababa de salir por esa puerta hace unos minutos.
—Supongo que deberías ir a darle la bienvenida —comentó Jun Wu señalando la puerta para indicarle al Lan que se retirara.
—Mn. Con su permiso —Lan WangJi se inclinó a manera de despedida.
Lan WangJi avanzó y tomó la manija de la puerta, estaba a punto de girarla cuando Jun Wu le volvió hablar.
—WangJi, toda la información que consigas de ese omega házmela saber.
—Mn —asintió obedientemente.
—Y una última cosa —la mirada de Jun Wu adquirió cierto filó—, que sea la última vez que me ocultas información.
Lan WangJi volvió asentir lentamente. —Sí... Señor.
Sin más, el segundo Lan desapareció.
Jun Wu se concentró en los otros dos jóvenes que seguían ahí.
—Xie Lian, Lan XiChen. Ustedes se encargarán de vigilarlos.
—¿A ambos? —cuestionó el omega.
—A ambos —afirmó Jun Wu. Confiaba en que Lan WangJi podría hacerse cargo de ese omega, pero para prevenir accidentes también tendría un ojo puesto en el Lan por si este terminaba sucumbiendo ante el menor.
—Esperaremos hasta que WangJi obtenga algo de información, después idearemos un segundo ataque —sentenció Jun Wu.
XiChen estaba en silencio asintiendo a todas las órdenes que le asignaban. Sólo esperaba que su hermano no hiciera ninguna locura por culpa de ese omega.
—XiChen.
El alfa salió de sus pensamientos y respondió ante el llamado de Jun Wu. —Señor.
—¿Qué tanto sabes de ese omega?
El Lan negó. —No mucho, ni siquiera WangJi sabe tanto, tenemos presente que se ha infiltrado en varios de nuestros clubes y es el asesino de varios socios nuestros, es bueno con la técnica de las agujas y aparentemente un maestro del disfraz, fue su encuentro con WangJi lo que provocó el celo de mi hermano además de que fue él quien lo hirió.
Xie Lian estaba confundido. —¿Fue él quien casi mata a WangJi?
—Sí... parece que aprovechó la guardia baja de mi hermano.
—Pero es su destinado ¿Por qué lo lastimaría?—Xie Lian no lo podía creer, siempre escuchó que la relación entre destinados era muy especial.
Jun Wu interrumpió el asombro del omega. —Es un mocoso, aún le falta madurar, no se la pondrá fácil a Lan WangJi.
—Espero WangJi tenga paciencia —murmuró Xie Lian—. No sé si es el tipo de persona que me imagino al lado de él, parecen ser totalmente opuestos.
—O quizás es justo lo que le falta a mi hermano —dijo XiChen con la vista algo perdida.
Jun Wu alzó su mano para que ambos jóvenes dejaran de hablar. —Xie Lian ve con QingXuan y cuéntale sobre los acontecimientos, debe enterarse del tipo de persona que estará viviendo aquí y así evitar accidentes.
El omega asintió. —Sí señor —con una inclinación hacia ambos se retiró.
—XiChen —llamó Jun Wu—, también quiero que sea la última vez que me ocultes algo, sé que lo más importante para ti es WangJi, pero no perdonaré algo como esto una segunda vez ¿Comprendes?
—Sí Señor, lo entiendo.
—Me alegra, una última cosa; consigue un rastreador con alarma y entrégaselo a WangJi.
XiChen volvió a asentir. —Si eso es todo procedo a retírame Señor.
Jun Wu le dio una señal mostrando su consentimiento. Una vez estuvo solo sacó su móvil de su traje y utilizó la marcación rápida. Al segundo timbre contestaron.
—Señor.
—Ling Wen necesito el jet privado, vuelo esta misma noche.
—Entendido señor, yo me encargo.
QingXuan quería morirse de lo aburrido que estaba.
Tenía más de dos horas pensando en la inmortalidad del cangrejo y de cómo su vida sería menos miserable si tan sólo tuviera su móvil u ordenador a la mano. Unos golpes en su puerta le regresaron a la actualidad de su trágica vida.
—¿Si?
—QingXuan, abre por favor —dijo una suave voz al otro lado.
—¡Xie Lian! —gritó el omega emocionado saliendo de la cama para abrir personalmente la puerta.
Al otro lado del umbral se encontraba la grácil figura de Xie Lian con una ligera sonrisa.
—¡Xie Lian! —repitió el omega aferrándose de la cintura del mayor—. ¡Pensé que ya te habías olvidado de mí!
Xie Lian rio suavemente y negó. —¿Pero qué dices? Esta mañana nos vimos.
El menor hizo un puchero y desvió la vista. —Ya hace muchas horas de eso, deberías tenerme más compasión, estar solo no es divertido, el tiempo pasa demasiado lento cuando no tienes mucho que hacer.
QingXuan se soltó del mayor y dio el espacio suficiente para que Xie Lian entrara a su habitación y cerrara la puerta. Una vez dentro ambos caminaron hasta la amplia cama que reposaba en un extremo del lugar.
—Pensé que aprovecharías este tiempo para aprender cosas nuevas —dijo el mayor de ambos.
QingXuan hizo una mueca. —Digamos que no me ha ido bien... —por no decir que todos sus intentos ni siquiera se podían considerar como intentos—. Mejor olvidémonos eso ¿Cómo van con la misión? —si sus cálculos no fallaban ya debieron de llevar a cabo la primera parte del plan.
—QingXuan...
—Lo sé, lo sé, no puedes decirme nada —comentó interrumpiendo al mayor—, pero me es inevitable preguntar.
—De hecho, si hay algo que debes saber —dijo Xie Lian adoptado una postura más seria.
QingXuan le miró sorprendido, no podía creer que le fueran a decir algo sobre la misión. Suponía que debía ser muy importante para que Jun Wu autorizara algo como esto. Sabía que sin la orden del alfa Xie Lian jamás le hubiera dicho algo, sumado a eso el hecho de que Xie Lian portara una expresión seria y casi confundida era más que intrigante para QingXuan.
El menor también le miró atentamente para demostrar su atención. Xie Lian desvió la vista hacia la ventana y suspiró.
—No me gusta tu expresión —dijo QingXuan empezando a preocuparse—. ¿Le ocurrió algo a alguien? —cuestionó con miedo.
Xie Lian regresó la vista rápidamente y sonrió de forma extraña. —Tranquilo no se trata de eso.
El menor suspiró aliviado. —Me alegra... ¿Entonces? ¿Qué te tiene tan preocupado?
—QingXuan... —Xie Lian le miró directo a los ojos—. Lo diré sin rodeos, Lan WangJi acaba de encontrar a su destinado.
La cara de Shi QingXuan permaneció sin expresión por algunos segundos, después sus ojos se abrieron grandes y seguido de eso surgió una sonrisa.
—¡Eso es excelente! ¡WangJi-Xiong encontró a su destinado! —el omega menor se levantó de la cama mientras caminaba por el lugar—. Me imagino que debe estar muy feliz, la verdad me alegro por él, yo sé que aunque parezca un alfa frío es alguien bueno.
—QingXuan.
El menor continuó hablando sin escuchar a Xie Lian. —Aunque tengo mis dudas, WangJi-Xiong es tan... "platicador", que podría espantar a su pareja —obviamente había cierta burla en sus palabras.
—QingXuan...
—O tal vez sea justo lo que necesita para desenvolverse mejor, espero que sea alguien simpático, oh cierto... —QingXuan miró por fin a Xie Lian—. ¿Ya lo conociste? ¿Es mujer? ¿Hombre? ¿Tiene buena apariencia?
Xie Lian mantenía una expresión seria. —Su destinado es hombre, parece ser más joven que WangJi; y es alguien de buen físico ciertamente, pero no sólo eso.
—No me digas que es una persona común ¿Sabes los traumas que podría pasar ese joven si se entera de lo que está metido WangJi-Xiong?
—De eso no hay que preocuparnos... después de todo su destinado es uno de los Demonios.
QingXuan asintió. —Eso es bueno, se ahorrará explicaciones y ¡¿Que dijiste?! ¡¿Uno de los demonios?! ¡¿Qué clase de broma es esta?!
—No es ninguna broma —Xie Lian comenzó a explicar—. Recién logramos atrapar a uno de los demonios, pero... resultó que se trataba del destinado de WangJi.
QingXuan estaba incrédulo, no podía creer que el destino podía ser así de cruel. No se podía imaginar los conflictos internos que podría estar teniendo Lan WangJi en ese momento. Era una locura meterse con alguien tan peligroso como lo eran esos sujetos.
Una única pregunta atravesó la mente de QingXuan. —¿Qué dijo Jun Wu?
—Él permitirá que el omega permanezca aquí, claro que debemos vigilarlo ya que sigue siendo una amenaza, pero le prometió a WangJi que no lo lastimaría.
QingXuan negó sin poder creerlo. —Esto es jugar con fuego. Apuesto que ese chico es letal, no entiendo como lo dejarán estar bajo nuestro mismo techo.
Xie Lian se levantó de su lugar y se encaminó hacia la ventana. —Es por ello que te lo estoy diciendo, de ahora en adelante debes estar alerta, aunque confío en que WangJi podrá tenerlo bajo control.
—Claro que puede, sólo debe usar su voz y listo.
Xie Lian frunció el ceño. En realidad, él odiaba la voz de los alfas, incluso si no era usada en su persona, detestaba ver como otros omegas como él terminaban sufriendo. Sabía que QingXuan hablaba desde la ignorancia, ya que el menor jamás había presenciado la voz de un alfa.
—Ese chico pudo resistirse a la voz de Jun Wu.
QingXuan se quedó en blanco. —Debes estar jugando ¡Es Jun Wu de quien hablamos!
—Lo vi con mis propios ojos, ese omega logró resistirse, sé que si Jun Wu hubiera insistido el omega se hubiera rendido, pero no lo hizo.
—¿Por qué? —Preguntó QingXuan confundido, Jun Wu no era de los que se quedaran con las manos vacías.
Los ojos de Xie Lian se ablandaron. —El chico llamó inconscientemente a WangJi... y WangJi no dudó en protegerlo, de haber continuado... la verdad no quiero imaginar lo que hubiera pasado.
QingXuan bajó la mirada. Le era difícil imaginarse a un Lan WangJi confrontando a Jun Wu, pues el Lan siempre seguía las reglas al pie de la letra. ¿Y ahora era capaz de ponerse en contra del hombre que le había criado por alguien que acababa de conocer? ¿Eso siquiera tiene sentido?
Lan WangJi miraba a las gencianas azules crecer hermosamente en el jardín. A pesar de querer ir en busca del omega había decidido primero darse un tiempo y pensar que haría con él exactamente. Sólo cuando su alfa interno pareció calmarse un poco más se encaminó rumbo a su habitación.
Al aproximarse pudo distinguir a los dos betas que estaban a cada lado de su puerta.
Mu Qing habló. —No ha hecho ni un solo ruido desde que lo ingresamos a la habitación.
Feng Xin agregó. —Los guardias han vigilado las cámaras y dijeron que las ventanas siguen cerradas, por lo que ni siquiera ha intentado escapar.
Los ojos dorados estaban fijos en la puerta. Si se concentraba podía percibir el dulce aroma del omega emanar del interior, era muy leve, casi imperceptible. —¿Retiraron todas las armas?
Feng Xin asintió. —Así es joven Lan, nos aseguramos de que no hubiera nada a su alcance, incluso bloqueamos la entrada al cuarto de baño y sigue amarrado de ambas manos.
Lan WangJi asintió, y con una sola mirada les indicó a ambos betas que se marcharan. Ahora era su turno de encargarse personalmente del omega. Por fin enfrentaría cara a cara a la persona que tanto había buscado. Y esta vez se aseguraría de no dejarlo ir.
El alfa tomó la manija de la puerta y cerró los ojos; antes de abrir tomó aire para después soltarlo lentamente.
Cuando la ambarina mirada se reveló había un brillo casi salvaje en ella.
De forma tranquila procedió a abrir la puerta, del otro lado la luz era poca y tenue, todo estaba sumergido en un silencio. En cuanto dio dos pasos al interior de su habitación pudo sentir con más fuerza la esencia del omega. Mientras se encargaba de cerrar la puerta escaneaba el lugar con la vista, aparentemente no había rastros del menor por ningún lado.
Aunque Lan WangJi no lo veía su alfa interno estaba tranquilo, podía olerlo muy cerca de él. En el centro de la habitación había unos trozos de cuerda. Se trataban de los que supuestamente estaban reteniendo las manos del omega.
La sensación de alerta hizo que Lan WangJi se lanzara hacia un lado, evitando un golpe por parte de una figura más pequeña.
—Buenos reflejos —dijo el menor tomando distancia del alfa.
—¿Cómo te soltaste? —preguntó el Lan.
El omega bufó. —¿Realmente crees que un pedazo de cuerda puede retenerme? Si es así entonces no sabes con quién estás tratando.
Lan WangJi escuchaba al omega hablar mientras se acercaba de forma lenta, aunque el menor retrocedía por cada paso que el Lan daba.
—¿Cuál es tu nombre?
El alfa notó como el menor sonreía de lado.
—Si quieres saberlo tendrás que sacármelo a la fuerza joven Lan —murmuró el menor.
Lan WangJi frunció el ceño. —Recuerda tus palabras
Sin esperar un momento más el Lan se abalanzó contra el menor, quien le esperaba listo para esquivar cualquier ataque y regresarlo.
Ahora la habitación de Lan WangJi se había vuelto el campo de batalla; mientras que el alfa luchaba por retener al omega este se empeñaba en golpearle.
—Será mejor que no me des ventaja o te arrepentirás —informó el omega lanzando una patada.
Lan WangJi sintió como la rodilla del menor había alcanzado a golpear uno de sus costados. El alfa se alejó tratando de ocultar una mueca de dolor, pero no era tan severo, las patadas de Xie Lian dolían mucho más.
—¡Lo que sea que quieran de mí no lo tendrán! —anunció el omega—. Ya lo dije antes y lo repito ahora ¡Prefiero morir antes que abrir la boca!
Lan WangJi no contestó, sólo seguía buscando un momento donde el omega bajara la guardia para sujetarlo. Y ese momento llegó.
El alfa notó como el flanco izquierdo del menor quedaba descubierto unos segundos, pero fue más que suficiente para desestabilizarlo un poco y arrinconarlo. Antes de que el puño del omega lo tocara la mano del alfa ya había tomado la muñeca del menor y había guiado el brazo a la espalda de este.
Tratando de controlar su fuerza empujó al omega para acorralarlo contra la pared. Al final el pecho del menor se veía presionado contra la fría estructura mientras su brazo era sujetado por la espalda.
Lan WangJi escuchó un leve quejido de dolor, por lo que dejó de presionar tan fuerte, pero aun así mantuvo su agarre.
—Ngh... esto es injusto, tu fuerza bruta me sobrepasa, dame unas cuchillas para estar a mano.
Lan WangJi ignoró ese comentario. —Por favor, dime tu nombre.
—Que te den, metete esa falsa caballerosidad por el trasero —bramó furioso el omega.
El alfa suspiró. —No quiero obligarte a hablar.
—Pierdes el tiempo, yo no te diré nada.
Lan WangJi dejó salir un puñado de sus feromonas.
La reacción del omega fue inmediata, el cuerpo más pequeño pareció temblar y un extraño gorgoteo se escucha en su garganta.
—Habla —pidió el Lan.
El omega negó con fuerza mientras boqueaba tratando de tomar aire. —No... lo... haré.
La voz de Lan WangJi pareció volverse más grave.
—Omega...
El alfa observó como las pupilas de los ojos grises se dilataban y el aroma a manzanas incrementó.
—Al-Alfa...
Chapter 11: Capítulo 10. Demonios.
Chapter Text
WuXian sintió como si una descarga de energía eléctrica atravesara toda su columna. La sensación de la voz de Lan WangJi era muy diferente a lo que sintió con Jun Wu.
Con Jun Wu era un sentimiento de enojo mezclado con impotencia e ira descomunal, era tan desagradable y lo único que deseaba era desobedecer a toda costa. Pero con Lan WangJi su omega interno parecía exaltado y ansioso por cumplir las peticiones del alfa.
Aún con su cuerpo en contra suyo Wei WuXian intentó resistir un poco más.
—No quiero hacer esto —escuchó decir al alfa en su oreja, la sensación cálida del aliento rozando su piel logró sacar un jadeo en WuXian. —Sólo dime tu nombre.
El omega mordió su labio inferior y negó con la cabeza desesperadamente. Sabía que si abría la boca terminaría haciendo lo que el alfa pidiera.
Wei WuXian sintió como una de las manos del mayor lo sujetaba por la cintura y lo pegaba más a su caliente cuerpo. El aroma a sándalo estaba por todas partes, las feromonas eran tan intensas que empezaban a marearle.
—Tu nombre.
Ese fue el límite, su omega interno se terminó apoderando de la situación, de forma que su cuerpo cedió.
—We-Wei... Ying...
El alfa aflojó su agarre pero no lo dejó ir. En cambio lo giró para quedar de frente; con una mano sostenía las dos del menor por encima de su cabeza mientras que con la otra alzaba el rostro para verle a la cara.
—Wei Ying —pronunció el alfa.
WuXian tembló al escuchar su nombre en los labios del Lan. Los ojos grises se concentraron en la mirada ambarina del alfa, el omega tenía la sensación de ser absorbido.
—¿Qué edad tienes? —cuestionó Lan WangJi.
WuXian no quería seguir contestado, pero fue imposible cuando volvió a sentir esa descarga por su cuerpo.
—Edad.
—Diecinueve... —dijo en voz baja. No sabía por qué sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas y su cuerpo comenzó a temblar. —Detente. No más...
Wei WuXian imaginó que debió darle demasiada lástima al Lan, pues incluso las feromonas disminuyeron considerablemente.
—Necesito de tu cooperación —dijo secamente Lan WangJi.
WuXian tenía la vista borrosa, eran demasiadas emociones por un día, su cuerpo no lo soportaría más: —Piérdete.
El menor observó al alfa mantener una postura estoica, como si hubiera ignorado su respuesta. Pero su olor decía todo lo contrario, pues había regresado a ser tan abrumador y penetrante; se sentía sofocado.
Lan WangJi estaba intentado controlarlo por medio de su aroma.
—Por eso detesto a los tipos como tú —murmuró WuXian mientras sentía como sus piernas temblaban—. Piensan que por ser alfas puros pueden doblegarnos a su antojo, son despreciables.
—Tú eres quien no hace caso.
WuXian le miró con enojo. —¿Si estuvieras en mi lugar darías información de tus compañeros así de fácil?
Lan WangJi no contestó nada, sólo se dedicó a observarle.
—Eso creí... —WuXian no sabía lo que estaba pensando ese alfa y no le interesaba realmente. Lo único que quería era escapar de ahí, pero el Lan parecía no tener intenciones de dejárselo tan fácil.
El omega rio suavemente llamando la atención del alfa.
—¿Qué? —inquirió el Lan.
WuXian negó. —Ahora sé el por qué Jun Wu me dejó a tu cargo, quiere que seas tú quien me arrincone hasta que ya no pueda más, él dijo que no me lastimaría... pero nunca dijo nada de dejar que tú lo hicieras. Maldito perro inteligente.
Lan WangJi le miró seriamente. —No quiero lastimarte.
—¿Por qué? ¿Por qué soy tú destinado? No sé si ya lo notaste, pero a mí me importa una mierda eso del destino, créeme que si pudiera te mataría en este instante, así que deja de usar eso como excusa.
WuXian observó fijamente la reacción del Lan ante sus palabras, el alfa hacía tan pocos gestos faciales que fue difícil distinguir algo. Su aroma tenía un rato siendo amargo, no sabía si su enojo era por él, por sus palabras o simplemente por las circunstancias.
—¿Qué planeas hacer conmigo? — el omega estaba un poco desesperado por lo poco comunicativo que era Lan WangJi, detestaba esos largos silencios donde el alfa sólo se dedicaba a verle—. ¿Me encerrarás en esta linda jaula de oro hasta que te sea de utilidad y luego me matarás? Si es así mejor mátame de una vez.
—No te mataré —contestó enseguida el alfa—. Nadie lo hará.
—No confío en tus palabras —respondió el omega con un tono monótono y sin mirarle—. No haré nada de lo que digas, mucho menos te daré información, y si piensas usar de nuevo tu asquerosa voz de mando para obtener algo juro que me morderé la lengua hasta arrancármela —amenazó el omega mirándole de frente.
El alfa entrecerró un poco los ojos, de ahí en fuera no hubo ningún cambio ni reacción en su persona. —Con tenerte aquí basta.
—¿Tenerme aquí? —WuXian le miró confundido, sus ojos se abrieron con sorpresa para después tornarse molestos—. Tampoco esperes que tengamos sexo, puedes irte olvidando de eso y buscar a alguien más para follar, después de todo, cualquiera con las piernas abiertas está bien para un alfa ¿no?
—Ridículo.
—¿Ridículo? Pero si no has dejado de ahogarme con tus feromonas tratando de que me rinda ante ti —dijo el menor mirándolo con molestia, casi como si le retara—. Ya te lo dije, el que seas mi destinado no me afecta en nada.
Por primera vez la expresión del alfa cambió más notoriamente. Su rostro frío e inexpresivo pareció relajarse e incluso adquirió cierto interés.
—¿Seguro? —preguntó el Lan.
Wei Ying estaba a punto de hablar nuevamente cuando sintió como la mano del alfa se metía entre su ropa y acariciaba la curvatura de su cintura para empezar a subir.
Lan WangJi se aproximó para susurrarle. —Wei Ying...
El menor quería contestar, sintió como las palabras quedaron atascadas en su garganta, y en su lugar sólo salió un extraño ruido de sus labios. Las feromonas del alfa comenzaban a rodearlo nuevamente, pero esta vez se sentían más densas, haciendo que cada bocanada de aire fuera difícil de respirar.
—Ngh...—WuXian mordió su labio para evitar soltar algún sonido extraño. —Tú... eres un maldito.
No comprendía como su cuerpo podía traicionarlo tan fácilmente. Mientras que su mente era un caos su omega interno se regocijaba extasiado al tener tanta atención por parte del alfa.
WuXian se removió en su lugar para intentar tomar distancia, pero Lan WangJi había metido una de sus piernas entre las del menor para restringir aún más sus movimientos. Sumando a eso la mano del alfa se acercaba a una zona muy sensible «por lo tanto peligrosa» de Wei Ying. El Lan se inclinaba para acercarse a su cuello, acariciaba la tersa piel con la punta de la nariz mientras inhalaba el dulce aroma del menor. Por instinto Wei Ying cerró los ojos y ladeó la cabeza, así brindaba un mejor acceso. Sentía sus mejillas arder y un calor que comenzaba a rodearlo.
No quería admitirlo, pero se sentía bien. Quizás la presencia de su destinado el afectaba más de lo que imaginó, el tenerlo tan cerca era reconfortante para su persona. Pero también era muy peligroso.
En este punto el omega respiraba con fuerza tratando de mantenerse cuerdo. No entendía como el alfa aún parecía no afectarse por su presencia, era consciente de que ambos estaban liberando feromonas a montón, incluso después de esto lo más seguro es que se impregnarían del aroma contrario y lo portarían en su piel por un tiempo.
WuXian sintió como Lan WangJi soltaba sus manos para acariciar su rostro, de haber sido momentos antes el omega lo habría empujado, pero ahora se sentía mareado y sin mucha fuerza. Los ojos grises escanearon detenidamente el rostro de enfrente. Había visto al alfa en varias imágenes de internet e incluso en persona algunas veces, pero aún le seguía sorprendido lo bien parecido que podía ser.
Wei Ying empezó a murmurar. —Lan WangJi... —llamó en voz baja—, Lan... Zhan...
Los ojos dorados se abrieron algo sorprendidos.
—Wei Ying —respondió acercándose a su rostro. Sus alientos empezaban a entremezclarse.
Wei WuXian parpadeó rápidamente tomando conciencia de lo que estaba haciendo. Sus mejillas empezaron a sentirse calientes por lo que intentó golpear al Lan para desviar la atención.
Parecía que el alfa esperaba una reacción como esa ya que le detuvo con facilidad y volvió a retenerlo contra la pared aplicando fuerza.
—Deja de luchar —pidió Lan WangJi.
—No pidas algo tan estúpido como eso —contestó el omega removiéndose—. Alfa, será mejor que duermas con los ojos abiertos si no quieres amanecer muerto.
—Mi nombre —interrumpió el Lan.
—¿Qué? —Wei Ying no entendió a lo que se refería.
El alfa explicó. —Llámame por mi nombre.
WuXian le miró incrédulo. —Acabo de amenazarte y lo único que quieres es... ¿Qué te llame por tu nombre?
—Mn.
Wei Ying no puedo evitar soltar una corta risa, sentía que su situación era tan mala como absurda. —Eres un alfa extraño.
La cabeza del Lan se ladeó mientras le seguía mirando. —¿Lo soy?
—¿Necesito repetirlo? —Wei Ying alzó una ceja, estaba a punto de sonreír por lo tonta que era la escena, incluso pensó en lanzar algún comentario burlón, pero logró evitarlo y en su lugar se abofeteó mentalmente.
"¡Wei WuXian no te distraigas con el enemigo!" Se dijo el omega volviendo a mirarle seriamente.
—Seré honesto contigo —comentó el menor—, eres consciente que no te diré nada y no sé qué más quieres de mí, pero ambos sabemos que el destino es una mierda y se ha equivocado en emparejarnos, yo tengo deudas que saldar con Jun Wu y tú no me detendrás.
El agarre del Lan aumentó. —¿De qué deuda hablas?
Los ojos grises se tornaron fríos. —De una que sólo se paga con sangre.
Lan WangJi se aproximó aún más al más pequeño. —No puedo permitirlo.
—Eso está por verse... alfa.
El aroma denotaba molestia por ambas partes, los orbes dorados y grises se enfrentaban fieramente.
WuXian era consciente del lío en el que estaba metiendo. Sabía que ese alfa de enfrente era el único motivo por el cual aún respiraba. También era su pase de entrada y salida.
Por algunos minutos ambos guardaron silencio y sólo se dedicaban a observarse, era como si su lucha de miradas fuera más importante que el resto del mundo.
Dos firmes golpes en la puerta fue el causante de que alfa y omega se alejaran.
En cuanto Lan WangJi retrocedió el cuerpo de WuXian cedió contra su peso y cayó al suelo. Wei Ying no se había percatado que su debilidad física y que en realidad lo único que le había estado manteniendo de pie era el agarre del Lan.
El omega notó como el mayor pareció querer acercarse para ayudarle, pero WuXian le dio un manotazo para que le soltara.
—Piérdete —dijo de forma agresiva.
De nueva cuenta se escuchó el llamado en la puerta. —¿WangJi? ¿Todo en orden allá adentro?
Wei Ying observó como el alfa le miraba una última vez para darle la espalda y encaminarse a la puerta.
—Te detesto —dijo el omega sin pensarlo. Su comentario logró frenar los pasos de Lan WangJi, pero este no se giró a verlo y sólo continuó caminando hasta la puerta.
WuXian se sentía cansado y sus párpados se sentían pesados, aun así pudo distinguir la figura del hermano de Lan WangJi en la puerta. Apostaba lo que fuera a que debía lucir patético ahí tirado en el suelo, pero no tenía fuerzas para levantarse y mostrar dignidad.
—Creo que no deberías presionarlo tanto —Escuchó decir al mayor de los Lan. El omega supuso que había olido todas las feromonas impregnadas en la habitación.
Wei Ying quería poner más atención a lo que ambos alfas decían, pero su conciencia se alejaba más. Lo único que recordaba era como el mayor parecía entregarle algunas cosas a Lan WangJi.
Esa fue la última imagen en la mente del omega antes de ser absorbido por una profunda oscuridad.
La lluvia era agresiva y caía como un torrente sobre la ciudad. En medio de una carretera se encontraban dos autos en mal estado, a su alrededor varios cuerpos sin vida.
Justo en el centro de todo el caos había un adolescente que sostenía con fuerza un cuerpo frío e inerte. Las gotas de lluvia que golpeaban su rostro lograban ocultar las lágrimas que salían de sus ojos.
—Por favor... no te vayas... no te puedes ir. No me puedes dejar solo.
Pero por más que el alfa suplicó el cuerpo sin vida nunca reaccionó.
He Xuan escuchó algunos pasos aproximarse, por lo que dejó que los recuerdos de su pasado se desvanecieran. Por la puerta entró Wen Qing, en sus manos portaba un botiquín con herramientas médicas.
—Si yo no vengo a revisar tus heridas no haces nada ¿verdad? —cuestionó la alfa.
—No creo que mis heridas sean lo más importante en este momento —respondió He Xuan mientras comenzaba a retirar su camisa—. Con un idiota para preocuparse basta.
—Si no te preocupas más por ti terminaremos haciéndolo nosotros, y tú lo has dicho, por ahora con uno basta, así que cuando te cite para tu revisión asistes y punto —sentenció la Wen.
He Xuan desvió la vista y asintió, jamás se atrevería a llevarle la contraria a la alfa, no si quería seguir con vida.
Wen Qing comenzó a buscar algunas gasas y vendas para cambiar las usadas por unas limpias. Mientras hacía su labor ninguno dijo alguna otra palabra. Sólo cuando las heridas de He Xuan fueron limpiadas y este volvió a ponerse su camisa hablaron.
—¿Ya descubrieron algo? —preguntó He Xuan.
Wen Qing negó. —Nada aún.
—No sé si alegrarme o preocuparme —murmuró el alfa.
—Pueden ser ambas... si lo hubieran matado ya se hubiera corrido el rumor en el bajo mundo.
He Xuan bufó. —Apuesto que todos dirían estupideces como "Jun Wu ha matado a uno de los demonios" o "Dragón Blanco por fin atacó".
—Espero Hua Cheng tenga razón y el alfa Lan lo mantenga a salvo.
Wen Qing estaba casi segura que la naturaleza de Lan WangJi no permitiría que algo le ocurriera al omega, después de todo estaba enterada de que el Lan era un alfa puro y los alfas puros solían ser muy protectores con sus parejas, ese era su instinto. Pero aun así no podía evitar preocuparse, pues la naturaleza no siempre respondía como se esperaba.
—A mí me preocupa más Dragón Blanco que Wei WuXian, te aseguro que jamás encontrarán a alguien más irritante que él —dijo con aparente indiferencia el alfa.
Wen Qing sonrió. —Confío en que WuXian podrá manejarlos y sobrevivir.
He Xuan asintió. —Yo también confió en él —el alfa observó como Wen Qing seguía con un aspecto preocupado—. ¿Cómo está tu hermano?
—No muy bien —se sinceró la Wen—. Se culpa por haberlo dejado atrás.
—Lo recuperaremos —animó He Xuan—. Ya verá que dentro de poco tendremos a WuXian de vuelta y deseará haberlo dejado donde está.
Wen Qing rio levemente. —Así será —la mujer terminó de guardar sus cosas, estaba lista para marcharse, antes de abandonar la habitación miró al alfa—. Hua Cheng y Jiang WanYin acaban de partir al club de los Nie en busca de información.
He Xuan alzó una ceja. —¿Buscar información? No creo que MingJue diga algo, si es que lo sabe claro está.
—No van con Nie MingJue.
—HuaiSang...
Wen Qing asintió. —Sabes que ese chico parece tener ojos y oídos en todas partes, si alguien sabe algo es él.
—Pero los Nie nunca dicen nada, es su política.
—No creo que Nie HuaiSang se apegue mucho a esa política —respondió algo divertida la alfa.
He Xuan comprendió que quizás «sólo quizás» podrían conseguir apoyo del Nie. Después de todo HuaiSang tenía cierta simpatía por Wei WuXian y Jiang WanYin, aunque muy pocos sabían ese secreto.
Fue ahí que el alfa por fin comprendió algo. —Espera un momento... ¿Dijiste que WanYin iría?
—Así como lo escuchas —afirmó Wen Qing—. Sabes que él haría lo que fuera por recuperar a su hermano.
—Incluso volver a las tareas de campo por lo visto...
Wen Qing asintió. —Incluso eso y más.
Jiang WanYin golpeaba su pie contra el suelo en señal de impaciencia, a su lado Hua Cheng jugaba con una copa de vino entre sus dedos. Ambos se encontraban esperando en una oficina que pertenecía a los Nie, pero aparentemente HuaiSang estaba algo ocupado para recubrirlos y eso sólo inquietaba a WanYin.
—¿Podrías calmarte? No tardará en llegar —dijo el alfa con tono cansado.
El Jiang le miró con mala cara. —Me calmaré cuando sepa algo de WuXian.
Hua Cheng no pudo evitar suspirar, no sabía cuántas veces le había dicho al omega que WuXian estaría bien. Una parte de él le decía que su amigo estaría a salvo, como alfa sabía que su instinto siempre lo llevaría a proteger a su destinado, por lo que confiaba en que Lan WangJi metería las manos al fuego por el omega de ser necesario.
—WuXian está bien, es un omega fuerte, algo despistado en algunas ocasiones, pero astuto en otras.
—Nunca sabe cuándo cerrar la boca —respondió Jiang Cheng con mala cara—. Wei WuXian es capaz de buscar su propia muerte si se lo propone.
—Pero no está solo —le recordó Hua Cheng bebiendo lo último de su copa.
—Que su destinado esté ahí no me tranquiliza en lo más mínimo.
De hecho, el saber que el destinado de Wei WuXian era Lan WangJi preocupaba más al Jiang. No confiaba en esa clase de alfas, siempre imponiéndose sobre el resto. Jiang WanYin quería recuperar a su hermano para después matarlo personalmente.
Las puertas de la habitación por fin se abrieron revelando la estilizada figura de un joven.
Nie HuaiSang, hermano menor de Nie MingJue. Era un omega apasionado por las artes y con un gusto algo excéntrico, su aroma a jazmín era delicado y fino, sin duda de clase alta.
—Lamento la tardanza, mi hermano no está esta noche en el club y yo debo de hacerme cargo —dijo el omega acercándose y tomando asiento—. ¿Les atendieron bien en mi ausencia? ¿Quieren pedir algo?
—HuaiSang dejémonos de juegos —interrumpió Jiang Cheng—. Sabes el motivo por el cual estamos aquí.
El Nie suspiró y asintió lentamente. —Desgraciadamente lo sé... es una pena, jamás imaginé que lograrían tomar a WuXian.
Jiang Cheng presionó sus manos en forma de puño, las palabras de HuaiSang no le reconfortaban. El alfa decidió interferir antes de que el menor entrara en alguna clase de crisis.
—¿Qué tanto sabes? —preguntó Hua Cheng.
—Las grandes asociaciones ya están al tanto de que Dragón Blanco acaba de capturar un pez gordo, pero sólo saben eso.
Jiang Cheng le miró fijamente. —Tú no eres esas asociaciones. ¿Qué más sabes?
Nie HuaiSang extendió un abanico y se cubrió el rostro. —La verdad no sé mucho...
El Jiang se colocó de pie con brusquedad aventando varias cosas, algunos hombres armados entraron en el lugar, HuaiSang les hizo una señal indicándoles que todo estaba bien y se retiraran.
Hua Cheng tomó al omega de brazo para calmarle. —No hagas un escándalo.
El menor respiró profundo y volvió a sentarse, después de calmarse volvió a hablar con el Nie.
—HuaiSang, es la vida de mi hermano la que peligra, dinos todo lo que sabes... por favor.
Nie HuaiSang cerró su abanico de golpe y asintió. —Se supone que no debería tomar ningún partido... Sólo porque me agradas y estoy en deuda con Wei WuXian diré lo que sé.
Hua Cheng suspiró aliviado al igual que el Jiang.
—Tu deuda estará pagada —afirmó el alfa.
—No sé si unas cuantas palabras puedan ser suficientes a cambio de lo que WuXian hizo por mí —murmuró el Nie—. Bueno, empecemos por lo importante, Wei WuXian está sano y salvo, realmente es muy poco lo que sé debido a que Jun Wu es alguien muy cauteloso, pero mis pajaritos han logrado conseguir información.
—Esas se pueden considerar excelentes noticias —comentó Hua Cheng.
—Algo así —respondió el Nie desviando la vista—. Llevaron a WuXian a la oficina principal de Dragon Blanco, aparentemente querían sacarle información.
—Él jamás les diría algo —dijo Jiang Cheng enseguida.
—A menos de que usen su voz de mando...
Los dos hombres frente al Nie se tensaron instantáneamente. El Jiang empezó a emitir un aroma de furia. —Esos malditos...
HuaiSang hizo señas con su mano para calmarle.
—Tranquilo, aun así no lograron sacarle nada por lo que tengo entendido. Él y ustedes están a salvo... por ahora —el omega prosiguió al notar que ninguno de los presentes diría algo. —Se dice que uno de los hermanos Lan detuvo a Jun Wu de seguir usando su voz en WuXian...
Con esas palabras Hua Cheng supo que su intuición fue acertada, el Lan cuidaría de WuXian. Eso tranquilizaba de sobremanera al alfa, pues se podría decir que contaban con tiempo extra.
—... Y no sólo se dice eso... —murmuró HuaiSang—. Los rumores de la mansión dicen que el menor de los Lan es... el destinado de Wei WuXian...
Jiang WanYin y Hua Cheng se dirigieron una corta mirada.
—Por su reacción deduzco que eso ustedes ya lo sabían ¿no? —más que una pregunta el Nie estaba haciendo una afirmación.
WanYin desvió el tema. —¿Qué más sabes?
—Eso es prácticamente todo, algunos aseguran que llevaron a WuXian a los aposentos de Lan WangJi y después de un rato el alfa entró. Lo que haya ocurrido ahí adentro se desconoce totalmente... pero mis fuentes también dicen que la carga de feromonas era demasiado densa, incluso fuera de la habitación.
Jiang Cheng apretó sus dientes con furia, quizás el Lan podría salvar a su hermano de los demás, pero eso no significaba que no le pusiera una mano encima. Después de todo, así eran la mayoría de alfas.
—¿Qué tan asegurada está la casa de Jun Wu? —preguntó Hua Cheng.
Nie HuaiSang ocultó su risa detrás de su abanico. —¿Estás bromeando? el Palacio del Dragón es quizás el lugar más protegido de la ciudad, si quieren entrar sólo hay dos maneras; por una invitación o amarrados y con un arma apuntando sus cabezas.
—¿Y si se quiere salir? —dijo el alfa.
HuaiSang negó. —Si tu plan es ayudar a WuXian a escapar te sugiero que lo pienses cuidadosamente, lo más seguro es que le colocaran algún rastreador, Jun Wu nunca se arriesgaría, es un hombre demasiado precavido, así que escapar es muy difícil.
—Pero no imposible —la sonrisa del alfa indicaba que ya estaba pensando en algo.
—Se me olvidaba que Lluvia Carmesí siempre consigue lo que quiere—respondió el Nie con una leve sonrisa de diversión.
Jiang Cheng miró a HuaiSang. —¿Crees que las personas que te dieron la información sean capaces de ayudar a Wei WuXian?
—Oh no, eso es imposible —se apresuró a explicar el omega—. Mis pajaritos sólo agitan sus alas por información, de ahí en fuera no mueven ni un músculo.
—¿Ni por un buen dote? —Hua Cheng parecía confiado hablando cuando se trataba de sumas de dinero, pero para su desgracia el Nie negó.
—Si fuera así de sencillo ya hubieran derrocado a Jun Wu hace mucho, ellos prefieren sus cabezas en su lugar, ya es muy arriesgado que me brinden información, pero lo hacen porque soy un Nie y nuestra política es muy estricta.
Hua Cheng se burló. —Ya veo lo estricta que es.
—No lo digas de esa forma Lluvia Carmesí, si fueran alguien más jamás daría información.
El alfa de encogió de hombros. —Daré el beneficio de la duda.
Jiang Cheng suspiró y se puso de pie, ya no tenía nada que hacer ahí.
—Gracias por la información HuaiSang, si nos disculpas tenemos un idiota que salvar.
El Nie asintió. —Cualquier cosa por uno de los Lotos del sur.
Jiang WanYin y Hua Cheng asintieron con la cabeza a manera de despedida, pero antes de abandonar el lugar la voz del Nie se volvió alzar.
—Ah, casi lo olvido. Jun Wu salió de la ciudad, no sé a dónde, pero parecía tener prisa. Quizás WuXian pueda aprovechar la situación y buscar alguna forma de contactarse con ustedes.
El Jiang le miró. —Creo que será algo complicado para mi hermano poder hacer eso, dudo que alguien de ese maldito lugar le brinde equipo o tan siquiera le dejen ir libremente de un cuarto a otro.
HuaiSang sonrió. —El palacio del Dragón no es tan hostil como aparenta, además... conozco a WuXian, posee un encanto natural, es un imán para las personas.
—Y para los problemas —sentenció el Jiang abandonando el lugar junto al alfa.
El omega sentía su cuerpo pesado, además de que su estómago dolía, lo cual le hacía recordar que no había comido nada desde hace horas.
WuXian abrió los ojos, después los cerró un momento al sentir el golpe de luz. El omega empezó a enfocar su vista para tratar de reconocer el lugar en el que se encontraba. Sólo cuando por fin recordó cómo había terminado en las garras de Dragón Blanco fue que sus sentidos se pusieron en alerta. Lo último que estaba en su memoria fue haber quedado inconsciente en el suelo delante de los hermanos Lan.
Algo ansioso escaneó el lugar; aparentemente seguía dentro de la habitación de Lan WangJi, y no sólo eso, ahora estaba tendido sobre la gran cama y dentro de las suaves sábanas. Gracias a la potente luz que se filtraba por el ventanal podía apreciaba todo con más detalle.
El cuarto era de buen gusto, pero sin cosas tan íntimas para hacerlo personal, había los muebles necesarios, sin ningún adorno extra, más bien sólo parecía una linda habitación de catálogo. Los colores eran claros, blancos en su mayoría y con algunos toques azules. Mientras más tiempo analizaba la habitación más ganas tenía de huir, para WuXian era una zona totalmente ajena a él, por lo tanto, peligrosa.
Y para empeorar la situación; justo en una esquina de la habitación estaba el alfa sentado leyendo tranquilamente un libro. Sus ojos dorados no se despegaban de las letras y su expresión era fría. Lan WangJi portaba un típico traje blanco al cual WuXian empezaba acostumbrarse a ver, su cabello como siempre bien arreglado y un aura intimidante rodeándolo. Todo el conjunto sin duda gritaba la palabra alfa.
El omega no estaba seguro si el Lan ya lo había visto despertar, así que para no correr el riesgo decidió no hacer ni un sólo ruido. Con cuidado giró su cuerpo para seguir analizando la zona.
Después de ver que todo parecía ser demasiado "normal" el menor dejó su investigación de lado. En su lugar notó como sus largas botas habían sido retiradas, dejando libre sus esbeltas piernas; el resto de su ropa seguía en su lugar, pero eso era lo último que pensaba el omega.
Con algo de nerviosismo levantó la sábana que le cubría y observó el pequeño aro de metal que abrazaba su tobillo.
—La comida no tardará en llegar, no vuelvas a dormir.
Wei Ying dio un pequeño salto al escuchar repentinamente la voz del Lan. Había olvidado por completo su presencia.
El menor se sentó en la cama y frunció el ceño. —No quiero tu comida ni nada que tenga relación contigo.
WuXian no estaba tan mal de la cabeza como para aceptar la comida de su enemigo, prefería morir antes de tomar un vaso de agua por parte del Lan. De hecho, estaba a punto de hacer un segundo comentario cuando su estómago rugió con fuerza.
El alfa le miró de forma seria pero no dijo nada, sólo volvió su atención al libro. Wei Ying sintió como sus mejillas ardían levemente, pero decidió ignorar su humillación. Necesitaba cambiar de conversación para salvar la poca cara que aún conservaba.
—¿Qué hora es?
La voz del alfa respondió con tono neutro. —Diez de la mañana.
Al notar la accesibilidad del Lan el menor prosiguió a hacer la siguiente pregunta. —¿Tú me pusiste esta cosa? —el menor apuntaba al aro de su pie.
—Mn —asintió el alfa sin verle.
—¿Qué se supone que es? ¿Una alarma? ¿Rastreador? ¿Una bomba?
Lan WangJi respondió de nuevo con voz calmada. —Una bomba no.
—¿Y todo lo demás sí? —inquirió incrédulo WuXian.
El alfa seguía concentrado en su libro. —No intentes quitártelo, romperlo o salir de la casa, lo sabré de inmediato.
Wei WuXian apretó las sábanas del coraje. No era ningún animal para estar encerrado. —¿Se supone que sólo debo aceptar lo que me digas?
—Eso es lo ideal —contestó secamente el alfa.
—¡Lo ideal sería mandarte a ti, a Jun Wu y a sus perros al infierno! ¡Eso es lo ideal! —sentenció el omega dejándose caer de golpe sobre la cama.
¡Tenía que escapar de ahí lo más rápido posible!
Lan WangJi cerró con fuerza el libro de entre sus manos y se mantuvo en su lugar. —Sólo obedece.
—Sí, cuando el sol se apague, los cerdos vuelen y el infierno se congele —dijo sin mucha energía el menor.
Wei WuXian analizó de nuevo el artefacto que aprisionaba su tobillo. Era de metal lo cual significaba que cortarlo no era una opción, además de que el material se veía de una buena calidad. Quizás si tuviera acceso a más equipo podría desactivarlo sin soltar una alarma. Pero para ello debía salir de esa habitación.
El omega respiró profundo tratando de calmarse, enseguida fue rodeado por el aroma sándalo; pues las sábanas, la cama y la habitación en general estaban impregnadas con el olor del Lan. Wei Ying olfateó discretamente su almohada, debía admitir que si era de su agrado el aroma del alfa, incluso tenía ganas de restregarse por toda la cama, pero no seguiría los deseos de su omega interno, por lo que dejó en el olvido esas ideas.
WuXian lo pensó un poco más, quizás podría utilizar al Lan para escapar, después de todo el alfa había afirmado que no planeaba dañarlo. Era muy arriesgado de su parte confiar en esas palabras, pero era lo único que tenía. Los ojos grises se posaron en la figura de Lan WangJi, el alfa lucía concentrado y desinteresado por todo lo que estuviera haciendo el omega. Wei Ying sentía que su personalidad quizás no era la mejor para interactuar con alguien tan serio como el Lan, aunque debía intentarlo si quiera salir de ahí.
—Oye alfa... —llamó WuXian, pero el Lan pareció ignorarlo mientras elegía otro libro de su estantería—. Oye, te estoy hablando.
—Guarda silencio —pidió el Lan—. La comida no tardará en llegar.
Wei Ying bufó. —Esto no es por la comida —pero el Lan continuó sin verle—. Hazme caso joven Lan.
No sabía si era su imaginación, pero una de las cejas del alfa pareció temblar, por lo que Wei Ying sonrió de lado.
—Lan WangJi —dijo WuXian sintiendo con el alfa estaba a punto de ceder—. ¡Lan Zhan!
Los ojos dorados le miraron enseguida. La respiración de omega se cortó al sentir la penetrante mirada sobre él. Aunque por dentro se felicitaba por conseguir su atención.
—No me mires así, tú eres quien me ignoraba... además dijiste que te llamara por tu nombre —murmuró el menor saliendo de la cama para empezar a estirarse, podía sentir la ardiente mirada sobre él, pero fingió indiferencia. —Quizás no lo sepas, pero puedo ser algo molesto si me lo propongo. No sé si un alfa como tú lo tolere.
—¿Un alfa como yo?
—Sí, alfas malditamente aburridos con su traje bonito que fingen ser buenas personas, sé que tienes una fachada empresarial al igual que todos en este lugar.
El omega empezó a mirar más de cerca la habitación, tomó algunas cosas y después las regresó a su lugar. Y todo era observado cuidadosamente por Lan WangJi.
—Parece que haz investigado.
—Hay algo llamado internet, es maravilloso, necesito información de la persona que tengo que matar—. A pesar de que WuXian aparentaba estar relajando en realidad tenían sus sentidos al máximo y listos para atacar de ser necesario. —Lan WangJi, nombre de nacimiento Lan Zhan, uno de los pocos Lan sobrevivientes de la masacre en la montaña GusuLan, alfa puro con sobresalientes en aparentemente todo, adoptado junto con tu hermano en la casa de Jun Wu... Me imagino lo fantástica que ha sido tu vida.
Lan WangJi no parecía impresionado por toda la información dicha, pues en efecto, con solo poner su nombre en internet podía obtener eso y quizás un poco más.
—Me siento en desventaja —dijo Lan WangJi—, de ti parece que no hay mucha información.
—Como debe de ser —WuXian sonrió de lado—. Jun Wu debe estarse revolcando al saber que no obtendrá nada de mí —comentó casual.
—El tenerte aquí es una ventaja para nosotros.
WuXian levantó una ceja. —¿Para "nosotros" o para ti?
Lan WangJi le observó seriamente. —Si permaneces aquí el resto de Demonios tratarán de recuperarte.
El omega rio suavemente. —Ellos no son tan estúpidos, no harán nada si lo creen conveniente —WuXian observó al alfa, realmente no quería hablar de sus compañeros para evitar decir algo innecesario, por lo que optó por cambiar el rumbo de la conversación—. Pero no cambies el tema... Lan Zhan, de todos en esta casa tú eres el único beneficiado, me conservarás como si fuera tu trofeo y te aprovecharas de este pobre omega ¿no es así?
Lan WangJi frunció el entrecejo. —Ridículo.
WuXian sonrió, no sabía el motivo, pero generar esos gestos en el alfa le gustaba. —¿Entonces no es así?
—No —dijo el alfa con voz contundente.
—¿No me obligarás a nada porque soy tu destinado? ¿Realmente puedo confiar en tu palabra? —WuXian sólo buscaba provocarle.
La diversión del omega se esfumó al ver lo seria y decidida que era la mirada de Lan WangJi. —Puedes confiar.
Ya no había ni un sólo rastro de diversión en el omega. —¿Cómo podría confiar en alguien que me tiene encerrado contra mi voluntad?
Lan WangJi desvió la mirada sin decir nada. Después de un momento señaló un cambio de ropa perfectamente doblada.
—Ahí tienes algo de ropa por si gustas cambiarte.
WuXian miró un pantalón de color claro junto con una camisa de seda blanca. —No creo que esto sea mi estilo.
—Después te conseguiré más.
El omega no quería que le consiguiera más ropa, lo único que buscaba era escapar... aunque si iba a tardar en llevar a cabo su plan lo ideal sería conseguir más prendas de vestir. La que el alfa le ofrecía no era fea, pero para empezar no eran sus colores en absoluto, sólo la aceptaría debido a que era mejor eso a seguir portando ropa tan reveladora en presencia de un total desconocido. Además de que ambas prendas claramente eran finas y de excelente calidad.
Una nueva idea cruzó la mente de Wei Ying.
—Está bien, aceptaré esto por ahora —soltó de la nada el omega.
Lan WangJi lo miraba fijamente, como si supiera que algo no andaba del todo bien.
WuXian le dio la espalda al alfa y sin avisar se sacó por la cabeza la camisa roja, dejando su parte superior totalmente desnuda ante los ojos del Lan. Su cabello oscuro acariciaba sus hombros, su piel blanca hacía un bello contraste y su aroma a manzanas se había esparcido un poco.
De forma disimulada giró su rostro para ver al alfa, podía sentir su mirada quemarle la piel, por lo que estaba seguro de que Lan WangJi le estaba observando en ese momento. Sin poder preverlo hubo un aumento drástico en las feromonas del alfa, pues la habitación se llenó del fuerte aroma a sándalo.
Wei Ying utilizó toda su fuerza de voluntad para mantener su control. Aparentando tranquilidad se colocó la nueva camisa, la sensación suave de la seda contra su piel fue mejor de lo que imaginó.
Después de eso el omega procedió a deslizar el short por sus piernas, pero antes de quitarlo completamente escuchó los pasos del Lan aproximándose. WuXian se giró para encararlo.
En cuanto volteo se topó con el firme pecho de Lan. El alfa le tomó bruscamente por la muñeca.
—Deja de hacer eso —advirtió Lan WangJi.
—¿Hacer qué? —preguntó con fingida inocencia Wei Ying—. ¿Cambiarme?
—Puedes ocupar el baño.
Wei Ying se sentía algo perdido por la cantidad de feromonas que le rodeaban, aun así mantuvo su poca cordura.
—Es más rápido si lo hago aquí... además estoy confiando en tus palabras, si tú dijiste que no me harías nada entonces creeré en ello... a no ser que un alfa puro como tú en realidad no tenga palabra alguna y vaya abusar de este omega.
El agarre en la muñeca del omega se incrementó, segundos después el Lan le soltó. El mayor se alejó unos cuantos metros pero continuó observándole.
WuXian fingía indiferencia mientras se terminaba de poner el pantalón. Sólo cuando estuvo totalmente vestido sintió un aroma ajeno al suyo y al del alfa en las ropas, era dulce, por lo que significaba que era de otro omega.
Inconscientemente el ceño del menor se frunció al percibir el aroma a vainilla, su omega interno gruñó un poco.
WuXian acarició la seda y miró al Lan. —Me sorprende que tengas ropa de mi media ¿A caso perteneció a alguno de tus amantes?
Lan WangJi le seguía mirando fijamente. —Ridículo.
—¿No conoces otra palabra?
Ambos se observaron en silencio, parecía que el Lan diría algo. Los suaves golpes en la puerta lo detuvieron. —Joven Lan WangJi, hemos traído lo que pidió —dijo una voz al otro lado de la puerta.
El alfa respondió sin dejar de ver al menor. —Adelante —en cuanto la puerta se abrió reveló a dos betas que cargaban con dos charolas de comida. Lan WangJi les hizo una seña a la mesa, después de que ambas dejaran las cosas el Lan asintió. —Gracias.
Con eso ambas betas se inclinaron levemente y salieron de la habitación dejando a la pareja sola nuevamente.
WuXian percibió el olor de la comida y la fragancia del té, trató de resistirse, aunque al final sus ojos se posaron en las cosas que recién habían traído. A pesar de su hambre el omega no se movió de su lugar, sólo permaneció de pie contemplado la comida.
El alfa pareció notar su resistencia. —Come.
Quizás eran enemigos, pero Wei Ying sabía que si quería escapar de ahí debía estar en su mejor estado posible, por lo que debía retractarse de sus palabras y comer un poco. Así que sin decir nada se fue directo a la mesa, claro que antes de tomar el primer trozo de pan examinó cada uno de los platillos.
WuXian se giró para ver al Lan. —¿No comerás?
—Ya lo hice, eso es para ti.
El omega alzó ambas cejas sorprendido, en realidad era bastante comida.
—¿Cómo sé que no le pusieron algo? —preguntó el menor.
Lan WangJi se aproximó y tomó un pedazo de fruta al azar para llevarlo a su boca.
Wei WuXian observó atentamente cómo la masticaba tranquilamente para después tragar. —Eso no prueba que el resto pueda tener alguna clase de sedante.
—Te doy mi palabra, no hay nada puesto en la comida.
El omega lo analizó un poco y después tomó asiento. —¿Por qué piensas que tu palabra vale tanto para mí? —inquirió mientras acercaba el primer plato y empezaba a comer. —Ante mis ojos solamente eres otro alfa que se aprovecha de la situación.
—¿Se han aprovechado de ti antes?
WuXian masticó lentamente mientras pensaba en su respuesta. —No realmente, jamás les he dado esa oportunidad... en nuestro mundo eso significaría la muerte, pero eso ya lo sabes ¿no?
—Sí, lo sé.
El omega sirvió un poco de té y bebió, el sabor le resultaba insípido, sin embargo no se quejaba. De hecho, la mayor parte de la comida tenía sabores muy suaves para su paladar.
—¿No te gustó? —preguntó el alfa al notar como Wei Ying no deja de analizar la comida.
—No está mal, es preferible esto a morir de hambre, pero yo le pondría picante, quizás más especias y en vez de beber té tomaría un poco de alcohol para olvidar mi miseria.
Pareció que sus palabras molestaron a Lan WangJi. —Eres muy joven para ingerir alcohol.
El omega no pudo evitar poner los ojos en blanco. —Soy muy joven para muchas cosas que he hecho, pero aquí estoy, siendo prisionero de un grupo altamente peligroso de asesinos y con mis manos manchadas de sangre... creo que merezco un poco de alcohol después de toda esa mierda.
El alfa cerró los ojos y suspiró. —¿Podrías cuidar un poco más tu lenguaje?
WuXian sonrió de lado. —¿Acaso mi vocabulario ofende a un alfa de tu calibre? Ja, que aburrido eres, se nota que Jun Wu los educó para ser parte de la élite, siempre siendo correctos e hipócritas ante la sociedad—. Observó como el alfa se alejó unos cuantos pasos, seguido de eso sacó un móvil de su bolsillo. Claramente Wei Ying no sabía lo que había visto el alfa, pero por su cambio de postura quizás no eran las mejores noticias.
—Quédate aquí —demandó el Lan mientras se dirigía a la puerta.
—No te prometo nada.
WuXian esperaba oír alguna amenaza, pero en su lugar sólo vio marcharse a Lan WangJi. En cuanto la puerta se cerró el omega se puso de pie y se acercó a la salida, sabía que tendría seguro, aun así intentó girar la manija. Al ver que no tendría éxito se aproximó a una de las ventanas, por fuera había varios guardias, además de que las cámaras de seguridad apuntaban justo en su dirección.
Sabía que una puerta con seguro no lo detendría, podía abrirla fácilmente y si se topaba con algunos hombres quizás lograría desarmarlos y matarlos, pero el rastreador en su tobillo era su mayor obstáculo, necesitaba tiempo para retirarlo. Debía pensar muy bien en lo que haría a continuación.
—Maldita sea —murmuró el menor dejándose caer en la cama.
Wei WuXian sabía que estaba en problemas, se sentía acabado y ni siquiera había pasado un día en ese lugar.
El omega restregó su rostro en las blancas sábanas, podía sentir la fragancia del sándalo tan fuerte que pareciera como si el alfa aún estuviera ahí. Su cuerpo se relajó al sentir el aroma «que desgraciadamente empezaba a disfrutar» y dejó que sus nervios se dispersaran un poco.
Aunque lo negara era consciente de que Lan WangJi ejercía más poder sobre él del que le gustaba admitir. Pero también sabía que ese mismo poder podría utilizarlo a su favor, sólo debía ser paciente.
Chapter 12: Capítulo 11. Dragón Blanco.
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Lan WangJi caminaba con paso firme en dirección a la sala de reuniones, estaba agradecido de poder despejarse un poco, estar tan cerca del omega era un reto extremadamente difícil para su alfa interno quien pedía tomarlo y hacerlo suyo.
En cuanto ingresó en la habitación pudo distinguir a su hermano, Lan XiChen sostenía unos documentos, parecía muy concentrado leyendo cada hoja. Al fondo se encontraba Xie Lian acompañado de «sorprendentemente» QingXuan, el menor tecleaba a gran velocidad sobre el ordenador que descansaba en una mesa.
—WangJi —llamó XiChen—. Me alegro que llegaras, siento interrumpir tu... tiempo con el omega.
Lan WangJi negó. —Trabajo es trabajo —la mirada del segundo Lan escaneó toda la zona, claramente faltaba una figura de suma importancia en el lugar. —¿Dónde está Jun Wu?
—Partió hace unas horas, volará a Japón y después a Alemania, me pidió dejarte estos informes para que te hicieras cargo... parecías muy ocupado así que decidió darte tiempo—XiChen entregó un folder mientras sonreía gentilmente.
—¿No dio motivos de su partida?
—Sólo nos dejó tareas establecidas mientras él se encarga de otro asunto, tampoco dio fecha de su regreso, así que tendremos que hacernos cargo por ahora.
Lan WangJi había estado tan ocupado atendiendo al omega que no se había enterado de la ausencia de Jun Wu. Después de que Wei Ying se desmayara el alfa lo había cuidado y había permanecido a su lado todo el tiempo, quizás su relación no era la mejor del mundo, pero aun así su alfa interno deseaba estar a su lado. Esa era su naturaleza.
Shi QingXuan se levantó con energía de su asiento. —¡WangJi-Xiong escuché que encontraste a tu destinado! ¡Y se trata de uno de los demonios! ¿Es peligroso? ¿Puedo conocerlo? ¿Está en tu cuarto?
—QingXuan, no es tiempo para eso —le recordó Xie Lian.
Shi QingXuan hizo un puchero. —No es justo, ustedes ya lo vieron.
En momentos como esos QingXuan lamentaba tanto haber estado confinado y perderse un suceso tan importante como el descubrimiento de la pareja de Lan WangJi. ¡Necesitaba conocer a la persona que logró volcar el mundo del Segundo Lan!
Los ojos dorados se fijaron en el menor. —QingXuan, tengo un favor que pedirte.
El omega se sorprendió ante esas palabras, pero asintió sonriendo. —¡Lo que sea! ¿Qué necesitas?
—Investiga acerca de Wei Ying.
XiChen miró a su hermano sorprendido. —Conseguiste su nombre por lo que veo.
—Mn —Lan WangJi no parecía tan contento—, aún necesito saber más de él.
—¿Se rehúsa a hablar? —preguntó Xie Lian.
Shi QingXuan no comprendía el problema. —Pero eres su alfa... tú puedes obligarlo.
Lan WangJi bajó la mirada. —No quiero usar mi voz en él—. Al menos no de nuevo.
El segundo Lan había visto de primera mano cómo su compañero luchaba por no decir nada. Quería información, pero no quería destrozar al omega en el intento, así que debía buscar otra forma.
Lan WangJi pareció recordar algo. —¿Jun Wu te reincorporó a la misión? —cuestionó mientras miraba fijamente a Shi QingXuan.
QingXuan rio nervioso. —Algo así...
—En vista de los últimos acontecimientos Jun Wu le ha dado permiso de participar siempre y cuando se mantenga aquí dentro de casa, aún tiene prohibido hacer tareas de campo —explicó Xie Lian con tranquilidad mientras leía otro folder lleno de informes.
Lan WangJi comprendió, aunque prefirió no decir algo al respecto. Con elegancia se situó en uno de los asientos y empezó a examinar la parte de su trabajo.
—Apuesto que extrañaban mi presencia —dijo QingXuan mientras tecleaba nuevamente sobre el ordenador.
XiChen trató de ocultar su sonrisa. —No te distraigas y haz tu trabajo —le recordó el mayor de los Lan con voz suave.
QingXuan rio. —La información es lo mío, estoy haciendo mi parte mientras investigo sobre el omega de WangJi-Xiong al mismo tiempo, dame treinta minutos y tendrás todo.
Lan XiChen miró el lustroso reloj de su muñeca. —Corre tiempo.
Sin más, las pequeñas, pero rápidas manos de QingXuan se pasearon por todo el teclado. Cada golpeteo de tecla daba la sensación de estar en una carrera. Xie Lian sonreía divertido, pues por fin podía ver un Shi QingXuan vigoroso, no como días pasado donde el omega se volvía loco y sólo contaba las horas del reloj.
Por otro lado, Lan WangJi respiraba pesadamente mientras trataba de controlar a su ansioso alfa interno. Intentaba concentrarse en los documentos de enfrente, lo cual le resultaba casi que imposible. Ni siquiera el principal problema de pérdida de mercancía que lo había llevado a esa habitación le era tan importante en ese momento.
El segundo Lan sintió como una mano se posaba en su hombro. Se trataba de su hermano obviamente, este le miraba tranquilamente y con una tenue sonrisa.
—Paciencia.
Lan WangJi no dijo nada, sólo respiró profundo y fijó su atención en las letras negras. Por lo poco que podía retener su mente en ese momento sabía que la mercancía encargada había desaparecido, esta se había extraviado, nunca llegó al punto de entrega final, por lo tanto no fue distribuida en los casinos y clubes. Eso era una pérdida para ellos ya que se estaban arriesgando a perder algunos de sus clientes.
Sumado al hecho de que Jun Wu había partido y el motivo les era desconocido, sólo sabían que debía ser algo más importante que el asunto de la mercancía perdida.
Después de lo que pareciera una eternidad para Lan WangJi, el menor de los cuatro presentes alzó los brazos en señal de victoria.
—¡Lo tengo!
XiChen miró su reloj y asintió. —Veintiséis minutos, nuevo récord, felicidades QingXuan.
—La próxima serán veinte —sentenció el menor con una sonrisa.
Xie Lian sonrió ante lo energético que lucía QingXuan, sin duda extrañaba mucho la presencia del menor. El único que no parecía tan feliz era el segundo Lan.
—QingXuan —Lan WangJi estaba ansioso—. ¿Qué descubriste?
—¿Ah? —QingXuan encontró un momento perfecto para hacerle unas cuantas bromas al serio y frío alfa—. ¿Sobre qué específicamente? ¿El trabajo o tu omega? ¿Cuál es tu mayor prioridad en este momento?
Lan WangJi frunció el ceño sin decir nada.
QingXuan no soportó más y empezó a reír. —Jamás pensé verte de esta forma WangJi-Xiong, ese omega no tiene ni veinticuatro horas aquí y ya pareces otra persona ¿En qué momento el trabajo dejó de ser tu enfoque?
—En el momento que ese omega puso un pie en este lugar —murmuró XiChen—. QingXuan no lo tortures más y dinos lo que descubriste, si queremos que WangJi se concentre en el trabajo debe estar tranquilo.
Lan WangJi permaneció callado, realmente no existían palabras que lo justificaran en ese momento.
—Si tanto insistes —QingXuan se aclaró la voz—. Hay poca información sobre Wei Ying, o también conocido como Wei WuXian, aparentemente fue acogido por los Jiang cuando era sólo un niño, no hay información antes de eso, después de la muerte de FengMian se dijo que los dos herederos Jiang fueron eliminados junto con WuXian. En realidad no hay fotografías de los niños, todo desapareció y sólo fueron dados por muertos... es por eso que cuando hicimos el escáner facial no pudimos encontrar nada, Wei WuXian está muerto... o eso aparenta.
—La Araña lo entrenó por un tiempo, cuando Jun Wu tomó la zona sur no había rastros de él, eso significa que se fue tras su muerte y apenas, después de cuatro años, ha vuelto —XiChen seguía analizando las palabras de QingXuan. —Y creo que no regresó solo. Si él está vivo eso podría significar que...
—Los hermanos Jiang también podrían estar vivos y ser parte de los demonios —terminó de decir Xie Lian.
XiChen suspiró, se pasó las manos por el cabello y dejó que su vista se concentra en un punto muerto. Hasta ahora tenían identificados a tres de los demonios y otros tres entraban dentro de los posibles sospechosos. De ser cierto significa que no eran un grupo tan pequeño como llegaron a imaginar.
—Necesitamos saber si los demonios tienen aliados.
Lan WangJi aún permanecía en silencio, cosa que preocupaba un poco a XiChen.
—¿En qué piensas WangJi?
El Segundo Lan negó, después enfocó su vista en QingXuan. —¿Puedes reunir la información y mandármela?
Shi QingXuan asintió. —Considera la información toda tuya.
—Gracias —dijo Lan WangJi
El omega hizo un gesto para restarle importancia. —Espero que ahora sí pongas atención en el trabajo —comentó con burla—, porque según lo que investigué algunos compradores están molestos por no recibir su paquete, debemos hacer algo antes de que empeoren las cosas.
Sin decir ni una palabra Lan WangJi se puso de pie y se encaminó a la salida.
—¿A dónde vas? —preguntó Xie Lian—. Tenemos que investigar sobre la mercancía perdida.
Lan WangJi era consciente de sus otras responsabilidades, pero en ese momento tenía bastantes cosas en la cabeza. Necesitaba distraerse un poco para tomar sus decisiones de forma razonable y no sucumbir ante su instinto animal.
—Iré personalmente a los centros de entrega —dijo Lan WangJi mientras seguía caminando. Según el informe las cargas se perdieron en los centros de entrega, así que debía haber algún rastro. También podría ganar tiempo antes de regresar a su recámara y enfrentar al omega. —Llegaré tarde, no me esperen para cenar.
—WangJi... —intentó llamar su atención el mayor de los Lan pero no lo logró, sólo pudo observar como la puerta se abría despidiendo la alta figura de su hermano.
XiChen no lo presionaría, por lo que hizo una señal a los otros dos omega para que le dejaran marchar.
Una vez que estuvieron a solas el Lan habló. —Yo iré con los Jin para ver si han descubierto algo más. A-Yao ofreció su ayuda, así que nos reuniremos para seguir investigando.
QingXuan chasqueó la lengua y murmuró en voz sumamente baja. —Seguir investigando... ¿Así le llaman a tener sexo ahora?
Únicamente Xie Lian pudo escuchar su comentario. El omega mayor le dio un ligero golpe para que no dijera otra cosa imprudente.
XiChen aparentemente no escuchó nada, dio algunos comentarios más antes de retirarse y dejar a los dos omegas a solas.
Xie Lian miró de mala forma al menor. —No digas esa clase de cosas QingXuan.
—Por favor, ambos sabemos que XiChen se ha metido varias veces con ese omega. ¿O crees que no huelo el aroma de rosas en su ropa? Sólo un tonto no lo notaría—. Después de su comentario QingXuan notó su error. —Lian-Ge lo siento yo...
Xie Lian alzó su mano para que dejara de hablar. —Tranquilo, sé que no era tu intención. En efecto, yo no huelo el aroma a rosas del que hablas, sin embargo, sé que entre ellos quizás hay más que una simple amistad. Pero aún con eso no deberíamos meternos en la vida de XiChen, él no es un niño y sabe lo que hace.
QingXuan asintió sin decir nada. En su interior no estaba del todo feliz, aunque eran aliados valiosos de Jun Wu confía muy poco en ellos, pero debía comportarse y no formar conflictos innecesarios. Además, Jin GuangYao nunca le había tratado mal, al contrario, siempre era muy considerado con él y el resto «especialmente XiChen», aun así sentía que algo no terminaba de encajar.
El menor observó como Xie Lian también se levantaba. —¿Tú también te vas?
Xie Lian asintió. —Me reuniré con algunos socios, veré si podemos llegar a un acuerdo y ganar un poco de tiempo en lo que recuperamos la mercancía o conseguimos una nueva.
QingXuan de veía desanimado, él hubiera deseado acompañarle en su labor. Permanecer en su hogar no era divertido, pero apenas estaba recuperando cierta libertad, sabía que estaba lejos de poner un pie fuera de esa casa.
—¿Qué haré yo?
—Tú vigilaras a nuestro nuevo invitado.
Los ojos de QingXuan se iluminaron. —Eso no suena tan mal, tengo ganas de conocerlo.
Xie Lian negó. —No me refería a eso, sólo debes asegurarte que no escape, no te quiero cercas de él. Si pasa algo debes avisarnos, no intentes resolverlo solo.
QingXuan hizo un puchero, tenía demasiada curiosidad por el omega que tenía tan confundido a Lan WangJi. Recordaba el ataque de Cloud Recesses y como el Segundo Lan había estado tan interesado en el omega que «honestamente» baila increíble en el tubo. Ahora sabía que no era el acto en sí lo que había fascinado al alfa, sino de que esa persona no era otro que su destinado.
Para QingXuan era casi cómico el hecho de que Lan WangJi siendo un alfa tan estricto consigo mismo tuviera su primer encuentro con su destinado de forma tan... exótica.
—QingXuan, hablo en serio, aléjate de la habitación donde se encuentra Wei WuXian. Ese omega es peligroso.
El menor suspiró resignado. —Lo sé, lo sé, me mantendré lejos —QingXuan no era tan estúpido, sabía que ese omega estaba muy bien entrenado. Cuando alzó la mirada notó lo inseguro que parecía Xie Lian, por lo que QingXuan trató de calmarle. —Xie Lian tranquilo, no me acercaré a él, jamás podría entrar a la habitación de WangJi-Xiong sin permiso, ya sabes cómo es él con su especio personal... no me imagino como se debe sentir ahora que tiene a alguien muy valioso dentro de esas cuatro paredes.
—Tú lo has dicho, WangJi colocó demasiada seguridad para evitar que alguien entre o salga, sólo con la autorización de él la puerta se abrirá —dijo Xie Lian mandado una mirada de advertencia al menor, debía aclararle que ni siquiera él tenía permitido la entrada de ese lugar, para que no intentara hacer alguna especie de truco.
Xie Lian se despidió del menor y partió del Palacio del Dragón. Tenía mucho trabajo que arreglar.
Jun Wu se sentía satisfecho, tenía los últimos detalles para su próxima reunión con un nuevo socio, si todo salía bien según lo acordado lograría expandir su territorio en el extranjero. Ahora su poder incrementaría considerablemente, sólo faltaba hacer unos cuantos arreglos más y todo quedaría resuelto.
Hace unas horas había aterrizado por fin en Japón y en unos minutos tendría que atender otra junta importante con uno de sus clientes recurrentes. No quería retrasarse ya que en dos días volvería a viajar, así que su intención era agilizar las cosas lo más rápido que se pudiera, no podría permanecer más del tiempo acordado, así que todo debía salir perfecto sí o sí.
—Señor —llamó Ling Wen—, el joven Lan WangJi ha mandado unos archivos.
—¿Es información sobre el omega? —cuestionó el alfa mientras leía otros documentos.
—Sí Señor... parece ser que obtuvo buenos resultados.
Jun Wu asintió complacido. —No esperaba menos de WangJi. Dame detalles generales.
Ling Wen se aclaró la garganta y empezó a leer. —Wei WuXian, nombre de nacimiento Wei Ying, omega de diecinueve años; perdió a sus padres a temprana edad, terminó con los Jiang donde lo dieron por muerto junto a los hijos de Jiang FengMian y Yu ZiYuan, parece ser que le han visto en varios lugares alternos fuera de la ciudad y... no está solo.
El alfa miró a la beta. —Ling Wen.
—¿Sí Señor?
—Revisa el archivo detalladamente y avísame si la existencia de ese omega es una gran amenaza.
El tono serio de voz del alfa alertó un poco a la beta, estaba algo sorprendida. No estaba segura de los planes que tenía Jun Wu para ese omega. Era suficientemente sorprendente que le hubiera perdonado la vida y accediera a no dañarle, pero era obvio que no lo dejaría ahí. Incluso parecía que estaba dispuesto a eliminarlo si se volvía un peligro, aunque eso iba en contra de la promesa que había hecho, y algo característico del alfa es que jamás rompía una promesa.
Jun Wu observó como Ling Wen reaccionaba con cierta confusión, provocando un suspiro de cansancio.
—Ling Wen... ¿Cuántos años llevas trabajando para mí?
La beta le miró. —Más de veinticinco años Señor.
—Ya deberías conocerme bien Ling Wen, eres de las pocas personas en las que confío y sé que tu lealtad hacia mí es fuerte —explicó Jun Wu—. Es por eso que me decepciona la idea que te estás formando, yo le di mi palabra a WangJi y no la romperé.
—Señor... entonces... ¿Qué hará con el joven?
Jun Wu le dio una corta mirada, parecía tranquilo, casi feliz. Pero era incierto saber lo que en realidad estaba sintiendo el alfa.
—Si es alguien peligroso que puede ser un obstáculo tendré que mantenerlo controlado, obligaré a WangJi a marcarlo lo más pronto posible.
Ling Wen asintió comprendiendo los planes de Jun Wu, tener a un demonio de su lado podía ser demasiado útil y Jun Wu sabía cómo sacar ventaja de la situación.
El alfa se levantó y ajustó su corbata. —Ese omega será el único que tenga permitido vivir, al resto de los demonios los quiero muertos.
Sin más, el alfa se marchó de la oficina en la que residía por el momento dejando a la beta a solas. Ling Wen se preguntaba si las cosas serían más fáciles a partir de ahora que tenían al destinado de Lan WangJi en su poder.
La elegante residencia Jin abría sus inmensas puertas a Lan XiChen, el alfa ingresaba con paso tranquilo mientras era guiado entre los pasillos hasta la habitación donde le esperaba Jin GuangYao.
Un joven que asistía en el personal le indicó la puerta por la cual entrar, aunque Lan XiChen ya la conocía.
—El amo Liang Feng-Zun le espera dentro.
Lan XiChen asintió con una ligera sonrisa en sus labios y caminó hasta quedar al frente de la puerta, sin vacilar tomó la perilla y la giró. La puerta cedió y fue abierta revelando el interior de la lujosa habitación.
El ambiente era relajado y había un aroma a rosas impregnado en el aire. XiChen se adentró mientras buscaba con la mirada la grácil figura de GuangYao.
—Pensé que ya no vendrías.
Los ojos del alfa se posaron en el joven que reposaba elegantemente sobre un largo sofá de piel. El omega tenía ropas finas y su sonrisa denotaba alegría al ver al Lan.
Lan XiChen se aclaró la garganta. —Lamento el retraso, con los recientes acontecimientos mi tiempo se ve limitado.
—Y yo lo comprendo —GuangYao palmeó un lugar junto a él—. No te quedes ahí parado, siéntate, esta también es tu casa. Si quieres algo no dudes en pedirlo.
—Gracias A-Yao.
El Lan sonrió y asintió mientras se situaba a una distancia un tanto prudente del Jin. Su fragancia dulce era algo con lo que el Lan debía tener cuidado.
GuangYao no despegaba la mirada de él, pero hasta el momento no había realizado ningún movimiento ni comentario sugerente.
—¿Lograste obtener algo? —preguntó el alfa con una sonrisa amable.
—Temo que no, la persona que haya hecho esto hizo un buen trabajo, no cometió ni un sólo error, francamente me impresiona. Al menos los registros de salida y entrega están intactos, cuando mandaron los paquetes todo estaba en orden, y cuando los recibieron también se encontraba todo en su lugar. Debió ser en la entrega secundaria cuando la robaron.
—Si eres tú quien lo dice debo creerlo —aseguró el Lan—. Desde que tu padre dejó que tomaras el control de los centros de entrega la administración ha mejorado, naciste para liderar el territorio Jin.
—Me halagan tus palabras, más porque eres justamente tú quien las dice —GuangYao sonrió, pero esta duró poco—. Lastima que mi padre no me considere un buen sucesor, para él, ZiXuan era, es y será la mejor opción.
—Pero ZiXuan no está, y solo tú podrás con la responsabilidad.
El omega se colocó de pie, con la mirada algo perdida se aproximó a una de las ventanas de la habitación. GuangYao parecía absorto en sus pensamientos.
—Tienes razón... mi hermano está muerto... —murmuró en voz baja—. Aunque mi padre no lo quiera aceptar, deberé ser yo quien limpie sus desastres.
—Confío en que lo harás bien.
GuangYao le dirigió una corta mirada al alfa, de forma lenta se acercó para sentarse a su lado. La sonrisa en su rostro parecía todo menos inocente.
—Basta de hablar de mi padre, creo que podríamos tener una conversación más... interesantes.
La mano del omega se colocó de forma discreta en el muslo del alfa, está presionó un poco y después subió. GuangYao podía sentir lo tenso que estaba Lan XiChen. Pero antes de poder dirigir su mano un poco más arriba el Lan lo detuvo.
—Debo regresar pronto, no creo que sea el momento —se excusó el alfa.
El omega suspiró y recargó su cabeza en el firme hombro de XiChen. —Eres cruel, parece que te has olvidado de mí.
XiChen sonrió ligeramente y depositó un corto beso en la frente del Jin. —Juro que no es intencional, es sólo que las cosas no han estado tan tranquilas en casa.
—¿Es por su nuevo inquilino? —GuangYao alzó el rostro para mirarle—. Entonces es cierto lo que dicen, Dragón Blanco ha tenido una cacería fructífera... ¿Se puede saber quién es?
XiChen lo meditó un poco, ante el rostro suplicante del omega terminó accediendo.
—Creo que te sorprenderás —comentó divertido.
GuangYao alzó una ceja. —¿Tú crees? Mientras no sea un lindo omega estoy tranquilo.
XiChen rio. —De hecho es un joven omega, y no lo negaré, es bonito.
—¡A-Huan! —GuangYao se alejó y dio un golpe sin mucha fuerza en el brazo del alfa.
—Tranquilo, jamás me fijaría en él —aclaró XiChen—. Empezando por el hecho de que es el destinado de mi hermano.
Jin GuangYao no ocultó su cara de sorpresa, llevó ambas manos a su boca en señal de asombro.
—Tú ganas, me has sorprendido.
—Y esa no es la mejor parte —dijo el Lan—. El chico no sólo es el destinado de WangJi, también es uno de los Demonios.
Los ojos del Jin se entrecerraron. —¿Nombre?
Lan XiChen suspiró. —Wei WuXian.
Esta vez GuangYao mantuvo una expresión en blanco, simplemente no lo podía creer.
—¿Cómo reaccionó tu hermano?
XiChen dejó que su mirada se perdiera en la nada. —Aún lo está asimilando.
—¿Y Jun Wu?
—Parece que utilizará al omega para llegar al resto de demonios, prometió no lastimarlo, así que ahora todo queda en manos de WangJi para obtener información.
Algo que preocupaba en demasía a XiChen es que Wei WuXian terminará hiriendo a su hermano. Sabía que WangJi no lastimaría al joven, pero eso no aseguraba que el omega no intentase algo, después de todo una vez hirió de gravedad a WangJi. ¿Qué podría impedírselo una segunda?
Repentinamente el móvil del alfa empezó a vibrar. Hizo una seña para que el Jin le diera un momento el alfa, se levantó de su asiento y contestó la llamada.
—Hablando de WangJi —murmuró XiChen— ¿Sí?—respondió.
—Hermano, llegué a uno de los puntos de entrega y encontraron a uno de nuestros hombres muerto no muy lejos de aquí.
—Esto significa que confiscaron el material justo antes de la entrega final —el entrecejo del alfa se frunció, no comprendía como uno de sus hombres había terminado así. Cada una de las personas encargadas de transportar mercancía debía ser altamente competente para el trabajo. Así que no se podía tratar de un simple ladrón. —Gracias por la información WangJi, volveré a casa para ver si descubro algo más junto a QingXuan con esta información ¿A qué hora regresarás?
Un largo silencio se prolongó en la otra línea.
—¿WangJi?
—Revisaré el resto de locaciones antes de volver.
XiChen miró a GuangYao quien parecía atento a él.
—WangJi, tarde o temprano tendrás que enfrentarlo ¿lo sabes?
Otro silencio.
XiChen sabía que su hermano sólo estaba alargando las cosas para permanecer más tiempo fuera de la casa y no mirar a Wei WuXian.
—Tengo que colgar, revisaré el siguiente punto. Adiós.—la llamada se cortó.
XiChen suspiró resignado, dio una corta mirada al omega y después sonrió a manera de disculpa.
—Lo lamento mucho A-Yao, es momento de retirarme.
GuangYao formó una especie de puchero mal disimulado a manera de reproche. —Podrías quedarte aquí e investigar juntos.
Lan XiChen sonrió y se acercó al Jin. —Me gustaría, pero no quiero involucrarte demasiado, con tu ayuda de ahora fue más que suficiente, lo menos que deseo es crearte un problema con tu padre.
—¿Mi padre? Creo que él es la persona que más quiere que te quedes, lo único que espera de mí es que atrape al prestigioso Lan XiChen, uno de los Jades y herederos de Jun Wu —GuangYao parecía molesto—. Para él solo soy una puta más... igual que mi madre.
XiChen tomó el rostro del Jin entre sus manos y alzó su rostro para besarle suavemente en los labios.
—No prestes atención a sus palabras A-Yao, sabes que sólo busca dañarte, no le des esa satisfacción.
GuangYao sonrió levemente y asintió. —Promete que vendrás otro día.
—Lo prometo.
Con un último beso la pareja se despidió.
XiChen tenía casi un año con esa especie de relación abierta con Jin GuangYao, formalmente no eran nada, y mantenían todo en secreto. El Lan lo hacía considerando la cantidad de enemigos que podrían perjudicar al omega por su culpa. Además de que la prensa estaría sobre ellos si se llegasen a enterar. XiChen se sentía cómodo por el momento, por lo que permanecería de esta forma por un rato más, tenía demasiadas cosas en la cabeza para agregar otra preocupación. Y A-Yao era comprensible, nunca le exigía más de lo que él alfa pudiera darle, siempre aceptaba el poco tiempo que tenían para verse y jamás preguntaba por asuntos tan privados de Dragón Blanco y la organización.
El alfa jamás llegó a imaginar que terminaría así con el Jin, pero después de la muerte de ZiXuan extrañamente ambos se habían acercado más, y cuando menos lo pensó ya se encontraba en la cama del omega. Lan XiChen tampoco descartaba la idea de que en un futuro quizás ambos pudieran formalizar oficialmente su relación, pero aún era pronto para hablar, por ahora había trabajo que hacer.
Pasaba de medianoche, el Palacio del Dragón aparentaba demasiada calma para los secretos que en realidad guardaba.
Lan WangJi se sentía exhausto, después de recorrer más de media ciudad investigando sobre la mercancía perdida el alfa sólo quería tomar un baño y dormir. Al mismo tiempo lo último que deseaba era entrar en la habitación donde estaba Wei WuXian.
Era una extraña sensación, una parte de él ansiaba ver al menor y la otra parte quería mantener una distancia muy larga. Pero no había tiempo para debates internos, era hora de enfrentar al omega.
Antes de dirigirse a su habitación el Lan llegó hasta la zona de la cocina donde una joven del servicio le atendió.
—Joven Lan —dijo la beta inclinado su cabeza—. ¿Busca algo de comer? ¿Quiere beber algo?
Lan WangJi negó. —Estoy bien, sólo quiero saber si la comida fue llevada a la hora que pedí.
—No se preocupe joven Lan —la mujer sonrió—. Cada una de las bandejas fue llevada a la hora exacta, también agregamos más condimentos y picante tal como lo pidió.
Ahora el alfa lucía más complacido. —¿Comió todo?
—La mayor parte, se quejó del té, pero al final también lo bebió —la beta lo miró nerviosa—. El único incidente fue a la hora de la primera comida... el joven intentó escapar, hirió a uno de los guardias y casi mata a otro, al final tuvieron que dispararle un sedante para tranquilizarlo, pero ya no ha intentado hacerlo, al menos se mantuvo muy tranquilo a la hora de la cena.
Lan WangJi asintió, se sentía aliviado de que Wei Ying estuviera comiendo como era debido. No sabría qué hacer si al omega se le ocurriera la brillante idea de hacer una especie de huelga de hambre, el alfa no tenía el tiempo para lidiar con algo como eso, así que el hecho de que WuXian pusiera de su parte le tranquilizaba.
Y en cuanto a su intento de escape... ya se esperaba algo como eso.
—¿Algo más?
—Sí joven Lan WangJi, la ropa que mandó a pedir estará aquí mañana mismo, el joven QingXuan se encargó de elegir exclusivamente cada prenda, creo que eso sería todo.
Lan WangJi no sabía si esa noticia era buena o mala.
—Gracias —dijo el alfa antes de marcharse rumbo a su habitación.
Mientras caminaba trataba de organizar sus ideas para saber qué haría a continuación, era muy tarde así que esperaba encontrar dormido al menor. En el mejor de los casos entraría y podría hacer sus actividades sin ningún inconveniente, de lo contrario... ya pensaría en algo.
Justo por fuera de la puerta se encontraban dos hombres armados, ambos con postura firme y listos para el ataque. El alfa apenas los miró, toda su mente sólo pensaba en una cosa en ese momento.
Lan WangJi entró directamente en la habitación, pues desde que había subido las escaleras al segundo piso pudo sentir el olor del omega, y ahora dentro de su alcoba lo percibía con más fuerza. Le gustaba que el omega empezara a impregnar con su dulce fragancia algo tan íntimo como su habitación.
Al entrar lo primero que notó fue que no había nadie, sin embargo podía escuchar el sonido de la regadera.
Lan WangJi observó cómo algunas cosas estaban desordenadas, la cama estaba deshecha y algunas prendas se encontraban en el suelo. De forma lenta el alfa se aproximó y tomó lo camisa de seda que le había entregado al omega esa mañana, algo inseguro olfateó la tela; de forma ligera aún se apreciaba el perfume me QingXuan pero en su mayoría dominaba el olor de manzana dulce y el picante del jengibre.
El sonido de una puerta abriéndose hizo que Lan WangJi desviara toda su atención al omega que emergió del baño. Los pasos de WuXian frenaron en seco cuando visualizaron al alfa.
—Estás aquí —murmuró el omega—. Pensé que no vendrías esta noche...
Lan WangJi apenas si escuchaba las palabras del menor, toda su atención estaba en la única prenda que parecía cubrir el delgado cuerpo de Wei WuXian. Con ese simple vistazo el alfa supo que debía salir de ahí.
—Sólo vine por algo, me iré en un momento —anunció Lan WangJi.
Wei WuXian, quien no se había movido de su lugar se animó a caminar, en sus manos sujetaba una toalla para secarse el cabello del cual aún escurría unas cuantas gotas.
—Espero no te moleste que tome tu ropa, pero como soy un prisionero sin muchas opciones tuve que recurrir a esto —comentó el omega sentándose al otro extremo de la habitación, muy lejos de Lan WangJi.
—Puedes tomar lo que gustes —dijo Lan WangJi desviando la vista.
Los ojos dorados querían seguir admirando al omega, quien portaba una camisa blanca del alfa que llegaba un poco por encima de la mitad de sus muslos. No sabía si el omega llevaba puesta ropa interior y claramente no era tan desvergonzado para preguntar algo como eso.
El alfa se aclaró la garganta. —Mañana te entregarán ropa para que uses libremente a tu antojo.
—Si será para mí mínimo debí haberla elegido yo ¿no te parece?
—Podrás elegir más después —dijo el Lan encaminándose al baño.
—¿Y si aún con mi nueva ropa prefiero seguir usando la tuya? —preguntó con una sonrisa de lado el omega.
Lan WangJi trató de mantener la calma y le miró seriamente. —Haz lo que desees.
Su alfa interno se sentía feliz al terne un poco de atención por parte del omega, aunque fuera una plática de ropa.
—Bien, deseo salir de aquí —declaró WuXian con una inocente sonrisa.
—Todo menos eso —los ojos del alfa le advierto que no estaba jugando.
El omega bufó. —Eres tan aburrido Lan Zhan, tu cuarto es aburrido, incluso tu ropa es aburrida ¿De casualidad tienes algo que no sea blanco, gris o azul? ¿Algo rojo o negro?
—No.
Lan WangJi no esperó algún comentario más, simplemente entró al baño y cerró la puerta colocando el seguro. Respiró profundo y soltó el aire lentamente, aún había vapor y el aroma del omega rondando el lugar.
Tratando de tranquilizarse se desvistió y entró en la regadera dejando que el agua fría le cubriera totalmente. Antes de llegar había planeado tomar una tina de agua caliente, pero con las recientes imágenes del omega portando una de sus camisas y exhibiendo sus lindas piernas la idea quedó en el olvido.
Pasó un largo rato bajo el agua, despejando su mente y calmando a su alfa interno. Una vez tranquilo salió de la regadera y empezó a retirar el exceso de agua. Agradecía que su armario estuviera dentro del mismo baño, así podría arreglarse sin presión alguna.
El Lan tomó el primer traje que vio y empezó a vestirse. Lo siguiente que haría sería elegir algo de ropa para empacarla, después se iría y pasaría la noche en uno de los tantos hoteles que administraba. No creía ser capaz de descansar si permanecía bajo el mismo techo que el omega.
Cuando volvió a salir del baño su primer instinto fue buscar a Wei Ying, quien se encontraba aún despierto y sentado en la cama. Sus ojos grises parecían querer cerrarse a pesar de que el omega luchaba continuamente para evitarlo. Ahora se veía tan asustado e inofensivo, pero Lan WangJi sabía que un descuido suyo podría ser mortal.
—Debes dormir —dijo el alfa mientras se abotonaba las mangas de la camisa.
—Intenta dormir en el lugar más peligroso de esta ciudad —murmuró el omega brindándole una mirada de reproche.
El Lan trataba de comprender la desconfianza de Wei Ying, si él estuviera en su lugar tampoco podría cerrar sus ojos. Así que para intentar ayudarlo dejó salir su un poco de su aroma para relajarlo.
—Nadie te lastimará aquí —Lan WangJi se aproximó hasta la cama.
Wei WuXian se puso en alerta y se arrinconó lo más que pudo, el alfa al notar dicha acción detuvo su movimiento.
—Tranquilo —dijo el Lan soltando aún más de su aroma—. No te haré nada.
El omega «como pocas veces» permaneció callado y sólo desvió la vista, ante eso el alfa intentó acercarse nuevamente. Parecía que liberar parte de su aroma estaba resultando, pues Wei Ying lucía más tranquilo.
Alzó una mano cuando por fin estuvo más cercas del menor, los ojos grises le miraban atentamente pero no retrocedió. De forma lenta el alfa lo empujó para que la espalda de Wei Ying tocara el colchón, después tomó una de las sábanas y cubrió el cuerpo.
—Duerme —pidió el Lan.
—¿Qué harás tú? —preguntó el omega en un murmuro.
—Ya te lo había dicho —respondió el alfa—. Me iré, regresaré mañana a primera hora.
Los ojos grises parecían a punto de cerrarse. —Tu... deberías dormir también.
Lan WangJi observó como WuXian por fin caía en un profundo sueño, el alfa esperó hasta que la respiración del omega fuera lenta y pausada. Como último, sucumbió ante su deseo de tocar la suave piel, sus nudillos acariciaron la blanca mejilla del menor, apenas era un roce para evitar despertarlo. Pero aún con ese mínimo contacto sentía la calidez del omega.
Luchando consigo mismo el alfa se alejó por fin y tomó sus cosas para partir del Palacio del Dragón.
Necesitaba distanciarse o perdería la cabeza.
Chapter 13: Capítulo 12. Demonios.
Chapter Text
Wei WuXian se encontraba recostado en la cama, su cuerpo trataba de encogerse lo mejor posible. El omega no estaba del todo bien, tenía más de una semana encerrado en esas cuatro paredes, más de una semana sumergido en malos recuerdos. Lan WangJi aparecía una o dos veces al día, intercambiaban unas cuantas palabras y después el Lan se volvía a marchar. WuXian no sabía lo que tenía tan ocupado al alfa, pero el estar solo empezaba a consumirlo, sus ataques de ansiedad le estaban complicando las cosas, cada minuto se volvía demasiado lento, no estaba seguro de poder soportarlo más tiempo.
Repentinamente la puerta fue abierta, por la cual entró una joven beta, era la que solía traer su comida, detrás de ella dos guardias le miraban advirtiéndole que no hiciera ningún movimiento.
—No quiero nada —dijo el omega al mirar cómo dejaban una bandeja sobre la mesa de la habitación, en la cual se encontraba otra bandeja llena de comida casi intacta.
La beta le miró. —Debe comer ¿Quiere que se prepare algo en específico?
WuXian apretó sus puños con fuerza. —¡Dije que no quiero nada! —se levantó de la cama pero antes de dar un paso los guardias le apuntaron con sus armas.
El omega dejó de avanzar, sabía por experiencia que las armas no contenían balas, se trataba únicamente de sedantes; sedantes que podrían dejarle inconsciente por una medió día.
—¿Dónde está Lan Zhan? —preguntó WuXian—. Exijo verlo.
—El joven Lan WangJi está muy ocupado ahora —contestó la beta.
El menor puso una mala cara. —Siempre está ocupado.
La beta mantuvo su expresión neutra. —¿Necesita algo más?
—Sí —respondió el omega—, necesito dejar esta habitación.
—Eso es imposible de cumplir, si no necesita algo más nos retiramos —sin esperar respuesta ambos guardias junto con la beta salieron de la habitación.
—¡Esperen! —Wei Ying se aproximó a la salida y comenzó a golpear la puerta—. ¡No pueden tenerme encerrado para siempre en este lugar! ¡Lan Zhan! ¡Exijo que vengas aquí! ¡Lan Zhan! ¡Lan WangJi!
Wei Ying golpeó la puerta por otro rato más, la sensación de frustración era tan grande que sus ojos empezaron a humedecerse, sus piernas perdían fuerza y su cabeza comenzaba a doler. De forma lenta se deslizó por la estructura fría de la madera hasta sentarse en el suelo.
Los ojos grises poco a poco perdían su brillo. Si no salía de ahí terminaría matándose.
Con el cuerpo pesado el omega se levantó para acercarse hasta la mesa dándole un vistazo a la comida. Todo aparentaba estar en buen estado, pero en esos momentos ni siquiera tenía apetito. De un manotazo terminó tirando la bandeja al suelo, lentamente se aproximó a la ventana, la cual estaba cubierta por unos barrotes de metal.
Su vista regresó al resto de la habitación; la mayor parte estaba destruida, algunos libros estaban maltratados con sus páginas regadas por todas partes, los muebles estaban volcados en el suelo, la ropa hecha jirones también era parte del deplorable panorama. La sensación sofocante aumentaba, podía imaginar cómo el espacio se reducía casi asfixiándolo. Un recuerdo oscuro del pasado logró por fin derribar la poca resistencia de Wei WuXian. En su mente sólo estaba esa sucia y pequeña habitación en la cual podía escuchar claramente a la bestia que se encontraba al otro lado de la puerta.
Por fin el omega ya no pudo soportarlo más y comenzó a derramar lágrimas, sus dientes se presionaban con fuerza y sus uñas se enterraban en sus palmas, el resto de su cuerpo intentaba hacerse un ovillo en una de las esquinas de la habitación, casi como si intentara esconderse.
—Sáquenme de aquí...
En este punto no lo negaría, tenía miedo. Miedo de que se aprovecharan de su debilidad y terminara complicando las cosas para sus compañeros. Además, era consciente de que si no les mandaba alguna señal de que seguía vivo lo más seguro es que harían alguna locura como ir a buscarle, lo cual le preocupaba; si eso llegase a pasar mucha sangre iba a ser derramada. Y siendo realistas Dragon Blanco tenía todas las de ganar.
No sabía con exactitud cuánto tiempo transcurrió antes de que la puerta fuera abierta nuevamente. El omega seguía en su misma posición sin intenciones de moverse, su rostro estaba oculto y sus manos presionaban débilmente sus oídos como si intentara bloquear el sonido.
Pero aún en la bruma de emociones el menor pudo escuchar a lo lejos una suave voz.
—Wei Ying.
Ante el llamado el menor alzó su rostro más rápido de lo que le hubiera gustado. Por fin se percató del aumento de sándalo en la habitación.
En ese momento tener al alfa cerca le hacía sentir un poco más tranquilo... sólo un poco.
—Dijeron que me llamabas —comentó el alfa con aparente preocupación. WuXian podía entender esa reacción, después de todo era la primera vez que exigía de forma tan desesperada ver a Lan Zhan.
WuXian se puso de pie, de forma rápida se aproximó al alfa y tomó con ambas manos temblorosas una de las del Lan. Sólo quería aferrarse a Lan WangJi y respirar su aroma para calmar a su omega interno.
—Lan Zhan... sácame de aquí... —pidió en voz baja mirándolo suplicantemente.
Observó como el alfa negaba de forma sutil. —Wei Ying, no puedo.
La garganta del omega ardía, estaba conteniendo su llanto.
—Te prometo que no intentaré nada... sólo sácame de aquí, no importa a donde elijas llevarme... te juro que enloqueceré si permanezco un minuto más aquí adentro —WuXian observó los ojos ambarinos esperando una respuesta. Esto era tan humillante, pero era su única salida para sobrevivir un poco más de tiempo en ese lugar. —Por favor...
Al final Lan WangJi suspiró resignado. —Sólo unos minutos.
El menor asintió repetidas veces mientras sentía emoción por poder abandonar su celda.
El alfa le dio unos segundos para colocarse una ropa más cálida y un calzado adecuado. Lan WangJi alzó una mano, parecía a punto de tocar el rostro del omega pero al final frenó sus intenciones y sólo tomó una de sus manos. —Andando.
En cuanto ambos salieron de la habitación el omega empezó a analizar todo a su alrededor, sólo había visto esos pasillos una única vez y fue cuando lo llevaron a la habitación de Lan Zhan. Después de avanzar un poco más el omega se sintió verdaderamente perdido, la residencia era más grande de lo que se imaginó, en cada esquina había cámaras o guardias con expresiones duras.
No sabía a donde lo llevaban pero eso era lo de menos para WuXian, mientras no fuera esa habitación todo estaría bien. Tal como imaginó, Lan WangJi no dijo ni una sola palabra en todo el transcurso del recorrido y Wei Ying tampoco se sentía de lo mejor para intentar hacer más ameno el trayecto.
Después de avanzar unos cuantos pasos por fin llegaron a su destino, o eso creía Wei Ying.
El Lan obstruía la mayor parte de la visión de WuXian, por lo que sólo cuando se hizo a un lado Wei Ying apreció más el lugar. Enfrente de él había una puerta corrediza de cristal y al otro lado se encontraba un elegante jardín.
Lan WangJi abrió la puerta corrediza y le hizo un gesto al omega para que pasara. Wei Ying entró sin dudar, de forma lenta aspiró y dejó que el aire fresco llenara sus pulmones. Casi hipnotizado se acercó a las llamativas flores azules que adornaban la mayor parte del lugar. WuXian se agachó para verlas más de cerca y con sutileza acarició uno de los pétalos.
—Que lindas, jamás había visto flores cómo estas.
—Gencianas —dijo el alfa a sus espaldas.
WuXian se giró para verlo. —¿Qué?
—Las flores son gencianas —explicó el Lan.
Wei Ying asintió a manera de comprensión. —Gencianas...
El omega se alejó un poco más y siguió contemplando su alrededor. Aún con la distancia sabía que el alfa lo seguía con la mirada, era algo de lo que el omega comenzaba a acostumbrarse. El acaparar toda la atención de Lan Zhan se empezó a volver normal para Wei Ying, después de todo el omega también le miraba de forma discreta de vez en cuando.
—No te gusta estar encerrado —dijo Lan WangJi. No era una pregunta.
WuXian le dirigió una mirada fugaz. —No... no me gusta... —el omega se acercó un poco al Lan—. Yo... lo que pasa es que yo... —WuXian se debatía si decir algo tan delicado como exponer traumas de su pasado. —Simplemente no me gusta.
Al final su desconfianza le impidió contar algo quizás no muy grato, pero el alfa tampoco parecía presionarlo para que lo dijera.
Por el rabillo del ojo pudo captar un ligero movimiento, por lo que el omega dejó de enfocarse en Lan WangJi. De entre las flores surgió una larga cola blanca, poco después se pudieron apreciar unos ojos redondos con finas pupilas.
—RouYe —dijo Lan WangJi—, es el gato de Xie Lian.
WuXian miró al felino que parecía inspeccionarlo con una mirada llena de desconfianza. El omega intentó extender la mano para acariciarle pero el animal bufó y se alejó.
—Pues su gato no parece muy amigable —murmuró el omega.
Ese gato le hacía recordar a otro felino antipático que también conocía.
—No te conoce, eso es todo.
—Creo que soy yo, los animales siempre me huyen, no importa si me conocen de un día o un año, simplemente me odian —explicó el omega sin mucho interés.
El alfa estaba a punto de decir otra cosa cuando una voz ajena se adelantó. —WangJi.
Los ojos grises viajaron hasta la entrada donde había dos figuras que cruzaban el marco de la puerta para acercarse.
—Los guardias dijeron que estabas aquí, pensamos que seguías afuera investigando lo de... —la voz del joven se calló al notar la presencia de Wei Ying.
Inconscientemente WuXian trató de colocarse por detrás del alfa, quizás era debido a su debilidad mental, por lo que instinto su omega lo guiaba a acercarse al Lan.
Seguido de eso uno de los jóvenes de enfrente se aproximó con una mirada incrédula. De un movimiento hizo a Lan WangJi a un lado y miró más de cerca al WuXian.
—¡Así que tú eres Wei WuXian! —exclamó emocionado el chico—. ¡Eres más lindo de lo que imaginé!
—Eh ¿gracias? —Los ojos grises miraron al Lan quien parecía tranquilo, por lo que el omega también intentó relajarse.
Debido a la proximidad WuXian pudo percibir que se trataba de otro omega y no sólo eso, ese chico poseía el mismo aroma de la ropa que le ofreció Lan WangJi el primer día que llegó. Inconscientemente su ceño se frunció.
—QingXuan dale espacio —pidió el otro joven que estaba un poco alejado.
El mencionado le ignoró, en su lugar caminaba alrededor de WuXian escaneándolo de arriba a abajo. El rostro de QingXuan era analítico y sólo después de su "inspección" se alejó.
Shi QingXuan le dedicó una sonrisa de alegría a Lan WangJi.
—¡Apuesto a que sus hijos serán hermosos!
—¿Qué mierda? —WuXian sintió una especie de pánico, supuso que su cara de susto fue más que obvia.
"¡Eran enemigos! ¡¿Cómo iban a pensar en tener hijos?!". Dijo mentalmente Wei WuXian dando un paso hacia atrás.
También parecía que esto era más de lo que el alfa podía soportar. De forma disimulada Lan WangJi se aclaró la garganta.
—QingXuan es suficiente —declaró el Lan.
—Xie Lian mira lo avergonzado que está WangJi-Xiong, también WuXian se mira nervioso —murmuró QingXuan acercándose al omega mayor.
Más que nervioso Wei Ying se encontraba incómodo.
Xie Lian le dio un ligero jalón y una mirada de advertencia a QingXuan para que se detuviera, después se dirigió a Wei WuXian. —No tomes en serio lo que diga QingXuan —la gentil sonrisa hizo que WuXian se relajara un poco más.
En realidad él no solía afectarse con esa clase de comentarios, pero quizás estaba tan sensible que no había podido controlar su reacción.
Después de calmarse ahora veía un tanto divertida la escena, por lo que sólo se encogió de hombros para restarle importancia. —Si me tomara en serio todo lo que dicen de mí ya estaría muerto —Wei Ying analizó al omega de enfrente, sabía que ese joven era el que tanto buscaba Hua Cheng. —Xie Lian ¿cierto?
El omega mayor mantuvo esa sonrisa gentil en el rostro pero sus ojos se volvieron más severos. —Wei WuXian.
WuXian suspiró, sabía que lo habían investigado, una parte de él se preocupaba por la información que pudieron conseguir, pero confiaba en que no fuera demasiada, después de todo él mismo se había encargado de destruir la mayor parte.
—Supongo que todos en este lugar saben quién soy.
Xie Lian rio suavemente. —En efecto.
QingXuan asintió. —Después de todo eres el omega de WangJi-Xiong.
—No lo soy —aclaró con voz firme—. No soy el omega de nadie —el rostro de Wei WuXian se volvió serio.
QingXuan le miró sorprendido pero no dijo nada, en cambio Xie Lian parecía estudiarlo cuidadosamente.
Su instinto le advertía que de los dos omegas recién llegados Xie Lian era el más peligroso. Aunque su apariencia fuera la de un ser celestial podía estar seguro de que era una de las peores amenazas en la residencia. Había investigado bien a los Colmillos para saber que Xie Lian fue el primer joven que adoptó Jun Wu y su adiestramiento en combate era de alto nivel.
Según la información que Hua Cheng había compartido con él podía estar seguro de que Xie Lian estaba carente de olfato. Quizás el Omega ni siquiera sabía que también tenía un destinado y que ese era nada más ni nada menos que su amigo.
El ambiente se empezaba a sentir algo tenso, pero casi de milagro apareció el gato blanco de Xie Lian. El animal había saltado hacia los brazos del omega donde este no dudó en tomarle. Cuando el felino divisó a Wei WuXian volvió a bufarle.
—RouYe compórtate —reprendió Xie Lian.
WuXian sonrió. —Déjalo, ya estoy acostumbrado —sin pensarlo mucho soltó—. El gato de HuaHua también me odia, aunque ese gato detesta a todo el mundo.
Wei WuXian percibió la mirada inquisidora de Xie Lian. —¿HuaHua?
El joven de ojos grises quería golpearse por decir más de cuenta. Si bien no era información realmente valiosa WuXian prefería decir lo menos posible de sus compañeros.
—¿Te refieres a Hua Cheng? —preguntó inocentemente QingXuan—. ¿No es el alfa con el que te enfrentaste Xie Lian?
Wei Ying quiso decir algo pero al final sólo volvió a cerrar la boca. A un lado suyo podía oler el sándalo, el aroma se volvía un tanto amargo pero el omega lo ignoró. Por otra parte, Xie Lian también se había callado pero no despegaba la mirada de WuXian.
QingXuan interrumpió nuevamente tratando de aligerar las cosas. —Entonces... ¿Tiene nombre el gato de Hua Cheng?
—Lo tiene, es E-Ming —Aunque Wei Ying ya no quería decir nada le era imposible mantener la boca cerrada. El joven Shi QingXuan le brindaba una sensación agradable, pero sentía que estaba olvidando algo acerca de ese chico.
"Shi QingXuan, Shi QingXuan. Un omega brillante cuando se trataba de tecnología". Se repitió mentalmente WuXian, sin embargo algo faltaba.
—Parece que Hua Cheng y tú tiene algo en común —dijo divertido QingXuan mirando a Xie Lian.
WuXian pudo percibir el ligero rubor que cubrió el rostro del omega mayor. Sonrió al saber que su amigo no parecía serle indiferente, eso era una buena noticia, pues durante muchos años había visto la desesperación del alfa para poder acercársele.
Estaba tan sumergido en sus pensamientos que apenas sintió un ligero peso sobre sus pies. Al bajar la mirada descubrió que se trataba de una esponjosa bola de pelos blanca.
—Quizás no le agrades a RouYe, pero parece que a ese pequeño sí —dijo QingXuan.
Wei WuXian se agachó para poder tomar al conejo blanco en sus brazos, el animal movía su rosada nariz mientras sus ojos rojos observaban al omega.
—Me sorprende que no huya —murmuró WuXian.
—Debe ser porque portas el aroma de WangJi-Xiong en ti —QingXuan le sonrió con diversión.
Los ojos grises se abrieron ligeramente sorprendidos, había permanecido tanto tiempo en la habitación de Lan WangJi que hasta cierto punto del aroma a sándalo ya se había hecho una costumbre olerlo, a tal grado de que era incapaz de sentirlo sobre su piel.
WuXian miró al alfa. —¿Es tuyo?
Lan WangJi parecía no querer responder, pero al final asintió. —Mn.
Wei Ying no pudo evitar reír.
—¿Uno alfa tan serio y frío como tú tiene un tierno conejo de mascota? —empezó a reír más fuerte.
Lan WangJi frunció levemente el ceño y tomó la muñeca del omega. —El tiempo se terminó, debes regresar a la habitación.
En un instante la risa de Wei Ying se cortó y en su lugar apareció una expresión llena de terror.
—¡Lan Zhan espera! ¡Fue una broma, sólo una broma! —el omega tiró de su cuerpo como si intentara escapar del agarre del Lan. Su respiración se había vuelto irregular y su aroma a miedo había aumentado drásticamente.
Lan WangJi se detuvo para mirarle, era obvio que esa reacción en el omega no era normal.
Wei Ying bajó su rostro. —N-No me lleves ahí... sólo déjame estar fuera un poco más.
Alfa y omega permanecieron en silencio sin mover ni un solo músculo.
—WangJi... —habló Xie Lian—. La comida está casi lista. ¿Por qué no lo traes con nosotros?
WuXian podía estar seguro de que el alfa se encontraba en una lucha interna.
—Vamos WangJi-Xiong, yo sé lo que es estar encerrado, y créeme no es agradable —dijo QingXuan tratando de ayudar.
Wei Ying no comprendía por que esos dos parecían apoyarlo, era la primera vez que cruzaba palabras con ambos y aún así eran amables con él. Sin importar el motivo internamente lo agradecía.
Lan WangJi miró a los tres omegas, al final no pudo decir que no.
—Está bien.
WuXian respiró aliviado, pero su paz duró poco, pues cayó en cuenta de un pequeño detalle.
Iba a sentarse a comer con todos los Colmillos reunidos... ¿Estaría Jun Wu también?
El silencio en el comedor era tan incómodo para Wei Ying que incluso temía hacer ruido al masticar.
Por unos minutos más sólo se dedicó a observar a los cuatro jóvenes que comían de forma malditamente tranquila y elegante. Jun Wu no se encontraba, lo cual era un alivio.
Lan XiChen, quien apenas había conocido de manera más cordial parecía tranquilo comiendo con una ligera sonrisa, los otros dos omega lucían un poco más alegres, aunque de igual forma permanecían en silencio, y Lan WangJi... el alfa sólo le miraba de vez en cuando, su expresión estoica permanecía inamovible.
Shi QingXuan bebió de su taza y después secó la comisura de su boca con una servilleta. —¿No tienes hambre?
WuXian desvió la mirada. —No mucha en realidad...
—Aun así deberías comer o enfermeras —comentó Xie Lian.
De nueva cuenta todo se volvió a sumergir en silencio, pero esta vez WuXian no pudo seguir soportándolo.
—¿Siempre son así? ¿O es por mi presencia?
Xie Lian le miró sin entender. —¿A qué te refieres?
—A su seriedad —explicó WuXian.
Él no estaba acostumbrado a sentarse educadamente en una mesa a comer, usualmente sus compañeros y él comían por separado, si llegaban a juntarse siempre terminaban insultándose y haciendo un escándalo.
—Está prohibido hablar mientras se come —explicó Xie Lian—, pensé que lo sabías, después de todo WangJi nunca habla cuando come. ¿No lo habías notado?
WuXian negó y miró al segundo Lan. —No solemos comer juntos... —usualmente comía solo, cuando Lan WangJi llegaba y el estaba comiendo sólo se dedicaba a observarlo y escucharle. Recordaba las pocas veces que el alfa había llegado mientras WuXian cenaba o merendaba algún bocadillo, el omega siempre empezaba a decirle un montón de estupideces con intención de fastidiar al Lan. —Pero tampoco me pidió que guardara silencio a la hora de la comida —accidentalmente dijo eso en voz alta.
Los ojos grises viajaron hasta encontrarse con la dorada vista de Lan WangJi, sin motivo alguno el omega sintió un ligero calor en su rostro, por lo que decidió concentrarse en su plato. Cuando volvió a alzar la mirada notó como los otros tres acompañantes lo miraban a él y a Lan Zhan con una ligera sonrisa.
WuXian quería desvanecerles esas ideas extrañas que se estaban formando. —Yo detestó el silencio.
—Eres alguien interesante —dijo QingXuan casi riendo—. Recuerdo la primera vez que te vi en acción.
WuXian alzó una ceja. —¿En serio?
El omega menor asintió. —¡Sí! La verdad me sorprendiste, eres ágil y pareces tener gran flexibilidad, de ser posible me gustaría que me enseñaras.
En ese punto el Wei WuXian se estaba perdiendo un poco en la plática. —Espera... ¿Enseñar qué?
—¡Bailar en el tubo, claro! —expresó con alegría QingXuan.
Lan WangJi y Xie Lian parecieron ahogarse por una fracción de segundos. WuXian al mirar esa reacción no pudo evitar soltarse a reír.
XiChen se aclaró la garganta y habló. —QingXuan termina de comer.
—Pero ya casi termino, además no todos los días compartimos la comida con uno de los Demonios —se excusó el menor.
Wei WuXian intentaba controlar su risa y de vez en cuando miraba a Lan Zhan, no sabía si era su imaginación pero las orejas del alfa estaban de un leve color rojo.
—Cuando gustes podría darte clases particulares —dijo en broma con una sonrisa ladina—, a Lan Zhan parece que le gustó mi espectáculo esa vez.
—¿Qué si le gusto? ¡Él cayó ante ti! ¡Fue increíble!
—¿En serio? —preguntó con sorna mirando al Lan que parecía no querer darle la cara, ocasionando que WuXian volviera a reír con fuerza.
Respirando de forma profunda unas cuantas veces más WuXian por fin pudo tranquilizarse. De forma divertida miró al QingXuan, como si una luz lo iluminara recordó algo.
—¿No fuiste tú quien se vistió de mujer y se encontró con He-... Aguas Negras? —cuestionó Wei WuXian.
QingXuan cubrió su rostro como si se sintiera avergonzado. —Esa misión fue un fracaso.
—¿Fracaso? —WuXian no entendía la parte del fracaso, después de todo He Xuan había llegado con dos heridas de bala ese día.
—He escuchado que también eres bueno para infiltrarte —dijo QingXuan cambiando de tema—. ¿Cómo lo logras? Por lo que sé eres menor de edad. ¿Cómo haces para engañar a la gente?
WuXian bufó divertido. —Soy un omega, la mayoría de alfas caen rendidos a los primeros ojos bonitos y lindas piernas que ven por ahí —a su lado el aroma de Lan WangJi empezaba a advertirle que no estaba de humor. El omega descubrió que el Lan siempre se ponía de malas cada vez que mencionaba a otros alfas, eso era entretenido para WuXian.
—Espera... eso quieres decir que... ¿Te has involucrado con alguna de tus víctimas? —preguntó QingXuan.
Wei WuXian era demasiado hablador por naturaleza, pero sabía que debía elegir bien sus palabras y no decir de más.
De forma aburrida chasqueó la lengua, miró a Lan WangJi discretamente. —No creo que a Lan Zhan le guste mi respuesta.
Todo el comedor se inundó con el penetrante aroma de Lan WangJi. Su aspecto seguía íntegro y recto, pero claramente esa sólo era una fachada.
—WangJi —llamó XiChen.
Los hermanos Lan se dedicaron una corta mirada, eso fue más que suficiente para que el aroma del segundo Lan volviera a disminuir.
Wei WuXian se recargó de forma perezosa en el respaldo de la silla. —Como sea, sólo existe un alfa capaz de causarme problemas y es el que está sentado a mi lado.
El omega sintió como Lan WangJi giraba para verle, pero WuXian sólo se hacía el desentendido y se concentraban en lo que fuera menos en el alfa.
Después de eso, nadie de los presentes se animó a decir alguna otra cosa. Sólo cuando estaban por terminar la comida Lan XiChen habló.
—WangJi, aún tenemos trabajo que hacer. Supongo que llevarás al joven WuXian a tus aposentos.
Wei WuXian se tensó de inmediato pero la voz de QingXuan se alzó. —¿Por qué no lo dejas con nosotros? Lian-Ge y yo podemos vigilarlo.
Lan WangJi no se veía muy convencido.
Xie Lian añadió. —No te preocupes, nosotros nos haremos cargo de él.
WuXian sentía como esos dos omegas intentaban ayudarlo nuevamente, pero también podía ser esta una oportunidad, tal vez no para escapar, pero sí para comunicarse con alguno de sus compañeros. Después de todo aunque pudiera huir de ambos omega y de los guardias aún tenía un rastreador en su tobillo.
Lan XiChen se levantó de su lugar mientras esperaba alguna respuesta por parte de su hermano. El segundo Lan también se puso de pie y miró al omega que seguía sentado en su lugar.
—No intentes nada —con esta simple frase el alfa se marchó.
Wei WuXian le observó hasta que ambos hermanos Lan desaparecieron del gran comedor. Cuando su vista regresó a los otros dos omegas notó como estos le miraban con una sonrisa.
—Ahora que sólo somos nosotros —murmuró QingXuan—. ¿Hay algo que te gustaría hacer?
—¿Aparte de escapar? No creo.
Xie Lian le sonrió nervioso. —¿Quieres más té?
—¿Más té? ¿Por quién me tomas? ¿Tu abuela?
—También tenemos jugo o agua —explicó Xie Lian alegremente.
—¿Qué no beben otra cosa? ¿Tienen vino? ¡Lo que sea que me pueda ayudar a olvidar esta patética situación de prisionero!
Xie Lian negó. —Tenemos prohibido beber, a menos de que sea algún evento especial. Jun Wu nos educó para mantener sanos nuestros cuerpos, el alcohol ingerido con frecuencia y a largo plazo puede traer problemas.
WuXian lo miró incrédulo. —¿Qué? ¿Entonces no tienen alcohol?
—¡Claro que hay alcohol! —aclaró QingXuan—. Tenemos una linda barra para preparar tragos, pero sólo se utiliza cuando algún socio de Jun Wu viene o tenemos un invitado especial.
—Bueno, yo soy un invitado especial ¿no? —El cerebro de WuXian empezó a maquinar con rapidez, un pequeño plan empezaba a tomar forma en su cabeza, pero para que funcionara necesitaba asegurarse de que alguno de los omega portara un móvil y quizás la ayuda de su fiel amigo, una botella de vino.
Wei WuXian miró cómo los dos omegas se susurraban algo, no estaba seguro de que sería, sólo esperaba que accedieran a sus planes.
Al final QingXuan le miró con una radiante sonrisa. —Wei WuXian hoy es tu día de suerte.
El omega estaba sorprendido por lo fácil que había resultado, eso quería decir que ese par también debían tener algunas intenciones ocultas. Pero se encargaría de averígualo más tarde.
Ya habían transcurrido tres horas desde que QingXuan y WuXian habían comenzado a tomar. El omega de ojos grises se las había arreglado para emborrachar a QingXuan, además de que también había empezado a fingir ebriedad, aunque la verdad es que su resistencia al alcohol era alta. Su único problema, Xie Lian.
—¡No me gusta este ángulo me veo feo! —se quejó Wei Ying mientras QingXuan intentaba tomar una fotografía con su móvil.
—¡¿Pero qué dices?! ¡Eres hermoso! —respondió el menor arrastrando las palabras.
Seguido de eso ambos omegas posaron para tomarse una selfie, los dos portaban grandes sonrisas y mejillas rosadas por el alcohol.
Xie Lian los mantenía bien vigilados y de vez en cuando reía ante las tonterías de ambos jóvenes.
—Escuché que los Jiang te rescataron —comentó Xie Lian—. ¿Es cierto?
Desde hace un rato ambos habían empezado hacerle ciertas preguntas sospechosas. Suponía que ese era el motivo por el cual habían accedido a tomar, quizás su propósito siempre fue embriagarlo para hacerlo hablar. Malamente WuXian no se emborrachaba tan fácilmente, sumado a que era bueno fingiendo demencia.
—¿Jiang? ¿Conozco a los Jiang? Espera... ¿Quiénes son los Jiang? —respondió Wei Ying mientras jugaba con su pelo y hacía gestos graciosos. Claro que ante tal resultado Xie Lian sólo pudo suspirar y darse por vencido.
WuXian sonrió para sus adentros y dejó los modales para beber directamente de la botella. Gracias a su plan había descubierto que Jun Wu tenía una colección exquisita de vinos, uno en especial se había vuelto su favorito. La Sonrisa del Emperador.
QingXuan empezó a acariciar el cabello negro de Wei WuXian. —Dinos la verdad... ¿Ya te acostaste con WangJi-Xiong?
Wei Ying terminó escupiendo todo el vino en el rostro de QingXuan.
—¡¿Qué?! ¡Claro que no! —dijo con un fuerte sonrojo WuXian.
—Está bien si no lo quieres confesar —murmuró QingXuan—, WangJi-Xiong es frío y casi nunca habla, te debe ser difícil.
WuXian bajó la vista y recordó al alfa. —Lan Zhan es muy serio y aburrido... pero es atento, aunque nunca ha intentado nada, siempre me da mi espacio.
El omega podía ver como Shi QingXuan empezaba a perder bastante el equilibro, sólo faltaba un poco más para tenerlo totalmente ahogado en alcohol. De forma disimulada vertió más vino en la copa del Shi.
—WuXian —volvió a llamarle QingXuan—. ¿Te has acostado con alguno de los demonios?
Wei WuXian frunció el ceño, no entendía porque el menor estaba tan interesado en su vida sexual.
—Jamás me metería con alguno de ellos, primero tendría que arrancarme los ojos, después perder el oído y olfato para poder siquiera compartir su cama —un escalofrío le recorrió el cuerpo. La idea era simplemente absurda, He-Xiong le mataría antes de que intentara algo, Hua Cheng era como su hermano mayor, los hermanos Wen tampoco estaban dentro de su lista, Wen Ning no era su tipo y Wen Qing era simplemente aterradora. —Ellos son mi familia —dijo en voz baja.
—Te entendemos —QingXuan miraba a la nada mientras bebía de su copa—. Nosotros somos como hermanos. ¿Verdad Lian-Ge?
Xie Lian, quien se había mantenido en silencio sonrió al menor con dulzura y asintió. —Lo somos.
Por un momento los tres que perdieron en sus pensamientos. WuXian sacudió la cabeza al notar que el alcohol empezaba hacer efecto, el tiempo de le agotaba. Tratando de hacer una mejor actuación el omega comenzó hacer pequeñas bromas, pronto terminó rodando en el suelo acompañado de QingXuan, sólo después de unos minutos el menor se paró con rapidez.
—Quiero vomitar —dijo QingXuan.
WuXian se aproximó mientras fingía caminar de forma inestable, sujetó a QingXuan con una mano mientras que la otra tentaba entre las ropas del omega.
—¡Necesítanos llevarlo al baño! —demandó WuXian pero antes de dar un paso terminó cayendo al suelo.
Xie Lian tomó a QingXuan mi miró a WuXian. —Yo lo llevaré, no creo que puedas siguiera ponerte de pie.
WuXian empezó a levantarse. —¡Claro que puedo! —pero siguiendo con su papel fingió caer nuevamente mientras cerraba los ojos y se tomaba de la cabeza—. ¿Por qué todo da vueltas?
Xie Lian suspiró. —Quédate aquí, no tardo.
WuXian empezó a murmurar cosas sin sentido y observó como el omega mayor arrastraba a QingXuan por una de las puertas que daban al baño de la habitación. Ese era el momento que tanto había esperado.
En cuanto la puerta se cerró sacó de forma rápida el móvil que había logrado arrebatarle a QingXuan, sólo necesitaba hacer una llamada. Los ojos grises giraron nuevamente en la puerta del baño, en esta se lograba escuchar las arcadas del menor. Sólo tenía tiempo reducido, así que sin pensarlo toco la pantalla.
Para su suerte «casi como si la vida le sonriera por una vez» parecía que no necesitaba de contraseña para acceder al marcador.
Fue ahí que WuXian se dio un golpe en la frente.
¡No recordaba el número de emergencia!
Se suponía que si en algún momento alguno quedara incomunicado debía llamar aún número en específico, el cual tenía un chip incapaz de rastrear. Pero la mala memoria de Wei WuXian le empezaba a jugar en contra.
Con la poca esperanza comentó a marcar el número que apenas recordaba, sólo hasta el cuarto intento por fin la llamada entró y después del primer tono fue contestada.
—¡¿WuXian?! —esa era la voz de Jiang Cheng.
Los ojos de Wei Ying se inundaron en lágrimas, podía asegurar que su hermano había estado esperando todo ese tiempo por su llamada.
—¡Soy yo! ¡Soy yo! —dijo con alegría—. Jiang Cheng no tengo mucho tiempo—. De nueva cuenta miró la puerta del baño, la cual seguía cerrada y las arcadas de QingXuan no se detenían.
—¡Tiempo te va a faltar cuando te encuentre! ¡Me ocultaste algo tan importante!
WuXian suspiró. —¡Este no es el momento para eso!
Seguido de eso la voz de Hua Cheng resonó.
—WuXian, detalles, todos te escuchamos.
—Estoy en la residencia de Jun Wu, me han tenido encerrado en una habitación y apenas he logrado salir, la seguridad es alta y tengo un rastreador puesto —explicó de forma rápida y precisa.
—¿Crees ser capaz de salir de la residencia por ti mismo?
—¿Qué no escuchaste lo que dije? ¡Es imposible! —WuXian volvió a mirar la puerta del baño. Esta seguía cerrada—En caso de que lograra salir tengo un rastreador de metal en el tobillo.
—WuXian —Habló Wen Qing—. ¿Puedes conseguir algún arma o sedantes?
Wei Ying estaba a punto de negar pero recordó los sedantes que solían tener los guardias de su habitación. —Creo que sí.
—Excelente, consigue la mayor cantidad que puedas y úsalos para escapar sin hacer tanto escándalo.
—¿Qué hay del rastreador? En cuanto salga del límite sonará una alarma y me empezarán a seguir.
De nueva cuenta se escuchó Hua Cheng. —Déjanos el rastreador a nosotros, tu única prioridad es salir de esa casa, nosotros haremos el resto. ¿Entendido?
—Sí, pero no sé cuándo podré llevarlo a cabo...
—Te daremos una señal para que inicies tu escape, la sabrás reconocer.
WuXian sonrió, sin duda ellos eran las personas en las que más confiaba. —¿En que momento planearon todo?
—¿Acaso pensaste que estábamos de brazos cruzados? Sabíamos que lograrías contactarnos —declaró Hua Cheng.
Una sensación de alivio se apoderó del menor, pero aún había cosas que resolver.
—¿Y qué pasa si-? —WuXian sintió como era jalado a la fuerza mientras le arrebataban el móvil.
Sus ojos se abrieron en señal de alarma, los hermanos Lan estaban ahí. Se había preocupado tanto por la puerta del baño que había olvidado revisar la puerta de la entrada principal.
—Si me disculpa joven WuXian, yo me haré cargo de esto ahora —dijo XiChen con una sonrisa sosteniendo el aparato.
Lan WangJi no esperó más tiempo y empezó a arrastrar al omega devuelta a su habitación.
Todos estaban en silencio esperando alguna reacción, habían escuchado como Wei WuXian había sido descubierto, pero la llamada seguía en marcha.
—Lamento decirles que el joven WuXian se ha tenido que retirar —dijo una voz al otro lado.
El Jiang apretó fuertemente los dientes, su mandíbula estaba tensa, quería maldecir a la persona del otro lado de la línea, pero Hua Cheng le hizo una señal para que no hablara.
Wen Qing y He Xuan jalaron al omega para alejarlo y evitar que hiciera algo imprudente.
—Eso es triste, le echamos mucho de menos —respondió Hua Cheng.
—No se preocupen, está en buenas manos. Wei WuXian es atendido las veinticuatro horas y se le cubren todas sus necesidades.
—Supongo que no hay recompensa por él —murmuró Hua Cheng con un tono de voz lleno de pena pero una expresión fría.
—Supone bien, ahora se ha vuelto alguien muy... valioso, así que les recomiendo no hacer nada insensato o Wei WuXian podría pagarlo.
El Jiang no pudo soportar más la furia. Con brusquedad se liberó del agarre de ambos alfas y le arrebató el móvil a Hua Cheng.
—¡Te advierto que si le ponen una mano encima lo lamentarán! —gritó WanYin.
Una ligera risa se escuchó al otro lado de la llamada. —Puedes confiar en que estará bien... después de todo es su destinado quien le cuida.
—Todos morirán —gruñó Jiang Cheng.
—Una apuesta arriesgada —dijo el hombre a través de la línea—. ¿Quién es la persona que me amenaza? ¿Podría obtener tu nombre? ¿O el miedo te prohíbe hacerlo?
El omega estaba hirviendo del coraje, Hua Cheng negaba para que se mantuviera en silencio, pero fue en vano. —Escúchame bien. Yo, Jiang WanYin, me encargaré de mandarlos al infierno.
—Estaré esperando, joven WanYin—la llamada se terminó.
WuXian fue aventado a la cama con fuerza. Si no fuera por la suavidad del colchón el golpe hubiera sido duro.
—Te dije que no intentaras nada —dijo el Lan mirándolo de forma molesta.
—¡Perdón por intentar escapar de este maldito lugar! —gritó arrojando una de las almohadas—. ¡¿Realmente creíste que me quedaría de brazos cruzados sin hacer nada?! ¡¿Qué aceptaría vivir encerrado?! ¡¿O simplemente que te aceptaría a ti?!
Pareció que las agresivas palabras del omega causaron que el Lan se calmará un poco, pues sólo suspiró y desvió la vista.
—¿Dirás de lo que hablaron?
WuXian hizo una expresión de fastidio y negó. —¿Qué harás? ¿Usar de nuevo tu voz en mí?
De un rápido movimiento el alfa aprisionó al omega contra el colchón, sus manos sostenían las muñecas de Wei Ying mientras que sus piernas ejercían presión. Sus rostros estaban cerca, demasiado cerca, tanto que Lan WangJi era capaz de oler el dulce vino en la boca contraria.
El alfa le miraba de forma intensa, WuXian se removía incómodo, además de que la presión en sus manos dolía.
Ambos se observaron por unos segundos, pero el Lan terminó alejándose.
—No usaré mi voz en ti.
Con esa última declaración el Lan se levantó y salió de la habitación.
WuXian seguía tendido en la cama con la respiración errática y un nudo en la garganta. Pero no había tiempo para llorar, ahora sabía que sus compañeros le estaban esperando.
Chapter 14: Capítulo 13. Dragón Blanco.
Chapter Text
Xie Lian suspiró aliviado una vez que pudo recostar a QingXuan en su cama, por fin había logrado que dejara de vomitar. No comprendía como el plan para emborrachar a Wei WuXian había salido tan mal, ni siquiera estaba seguro de porque accedió en primer lugar. Desde un inicio tuvo un mal presentimiento con la loca idea de QingXuan para que ingirieran alcohol.
Además de que este accidente había causado problemas mayores, todo por su descuido y no vigilar más de cerca a ese demonio. Ahora, gracias a él, Wei WuXian se había comunicado con los suyos y muy posiblemente alcanzaron a intercambiar información valiosa.
Tratando de no sentirse aún más culpable el omega se dirigió a la habitación donde le esperaban los hermanos Lan. Siendo honesto, Xie Lian no tenía ganas de dar la cara en ese instante, pero no tenía muchas opciones, después de todo él se había comprometido para cuidar al omega de WangJi, ahora enfrentaría las consecuencias de su trabajo mal realizado.
Tomando una gran bocanada de aire el omega se adentró en la habitación, en cuanto abrió la puerta pudo sentir como la mirada de ambos alfas cayeron sobre su persona.
—Ah... —Xie Lian se aclaró la garganta asegurando que su voz no flaqueara. —¿Pudieron rastrearlos?
XiChen negó. —Ya hice varios intentos pero es imposible, el número con el que se comunicó está bloqueado y no marca ninguna ubicación.
—Ya veo —el omega miró a Lan WangJi quien estaba algo alejado y con un semblante de molestia mal disimulada—. WangJi... yo... lo lamento mucho, dije que me haría cargo de él, pero ahora nos he puesto en una situación no muy grata.
Los ojos dorados le observaron unos breves segundos. —Wei Ying es muy astuto, no se hubiera quedado de brazos cruzados —el alfa no culpaba a Xie Lian, de hecho se culpaba a sí mismo. Wei WuXian era su responsabilidad, Jun Wu se lo dijo claramente. Lo más seguro es que en cuanto se entere le llamaría la atención.
XiChen fijó su vista en el omega. —Aún no puedo creer que aceptaras la idea de QingXuan.
—Yo tampoco puedo creer que me convenciera de forma tan fácil —Xie Lian no sabía si reír o llorar.
—¿Por lo menos dijo algo de utilidad? —preguntó XiChen.
Xie Lian negó. —WuXian sólo se la pasó jugando con QingXuan, a veces respondía preguntas pero sus respuestas eran algo... infantiles —el omega podía recordar cómo los menores habían reído todo el tiempo de cosas sumamente absurdas y un tanto ridículas.
La mirada de XiChen se tornó divertida. —No sé si el joven WuXian estaba actuando, pero me da la impresión de que QingXuan le agrada, quizás sea por la similitud de sus edades.
Lan WangJi se sintió levemente celoso, para él era tan complicado acercarse al omega, mientras que QingXuan aparentemente podía tratar con WuXian sin ningún problema. Y lo que más le dolía es que Wei Ying parecía más cómodo con QingXuan, a quien «literalmente» acababa de conocer.
—Ahora que lo mencionas recuerdo algo —dijo Xie Lian con una mirada analítica—. WuXian expresó que los demonios eran una familia para él, su mirada y voz cambiaron... como si estuviera triste o quizás preocupado, no lo sé la verdad.
XiChen asintió como si estuviera procesando las palabras del omega. —Eso quiere decir que su relación con el resto de demonios no es sólo laboral, hay lazos afectivos de por medio —en ese punto el alfa no se sorprendía, después de todo el mismo Jiang WanYin le había amenazado. Pero ahora podía asegurar que esa relación tan estrecha quizás no sólo la tenía con él Jiang, sino con todo su equipo. Lo cual podría complicar las cosas, ya que cuando los sentimientos estaban de por medio eso significaba que alguien terminaría lastimado.
Por largos minutos nadie dijo ni una sola palabra, como si no supiera qué acciones llevar a cabo con la nueva situación. Primero estaba la pérdida de mercancía que no había disminuido y ahora la amenaza de los demonios.
Xie Lian se removió algo inquieto en su lugar. —¿Y ahora qué? ¿Esperaremos a que Jun Wu regrese para decirle?
XiChen negó. —No podemos esperar, debemos actuar antes de que ellos lo hagan.
—Pero ni siquiera sabemos lo que hablaron con Wei WuXian —Xie Lian miró al segundo Lan—. WangJi, debemos saber que habló WuXian con el resto de demonios, de lo contrario podrían sacarnos ventaja y... —no lo dijo pero pudo ver el miedo de WangJi en sus ojos ante su silencio.
Lan WangJi se controló y colocó una mirada decidida en su rostro. —Yo me encargaré de Wei Ying, no dejaré que se lo lleven.
—¿Lo obligarás a hablar? —cuestionó el omega. Sabía que el único que podía hacer que WuXian respondiera todo sin objeción, aunque fuera a la fuerza, era por medio de Lan WangJi.
—Negociaré con él —respondió con un tono serio el Lan.
Xie Lian asintió, apenas conocía al joven, pero realmente parecía esa clase de persona con la cual se podía llegar a una especie de acuerdo. —¿Crees que acepte?
—No —dijo sinceramente el alfa—, pero lo intentaré.
XiChen miró los ojos de su hermano, lo conocía tan bien para saber que Lan WangJi seguramente ya tenía un plan en mente.
—No creo que tengamos mucho tiempo —murmuró XiChen—, los demonios están muy alterados por la ausencia del joven WuXian.
Xie Lian le miró. —XiChen, tú hablaste con ellos. ¿Qué tanto dijeron?
Lan XiChen sonrió levemente. —No mucho, omitiendo la amenaza de muerte y su intención por recuperar a Wei WuXian, ahora puedo asegurar que los hermanos Jiang siguen con vida, o al menos uno de ellos.
Los ojos del omega se abrieron ligeramente sorprendidos, esa era información nueva para él, aunque Lan WangJi no lucía asombrado. —No sé si esa noticia alegre a Jun Wu.
—Lo averiguaremos pronto —dijo con simpleza XiChen—, en cuanto pueda me comunicaré con él y le informaré toda la situación —sus ojos se posaron en el reloj de la habitación—. Ya es tarde, debemos descansar, por el momento pospondremos los daños de la mercancía y nos enfocaremos en esto hasta que Jun Wu de otra ordenen.
Lan WangJi y Xie Lian asintieron, el primero en despedirse fue el omega. Sentía su cabeza pesada y el cuerpo cansado, si no dormía lo más seguro es que terminaría colapsando en el suelo. Suponía que era debido a los recientes sucesos y el trabajo extra de los últimos días.
El omega se despidió y dejó a ambos hermanos Lan a solas. XiChen podía sentir que su hermano tenía algo que decirle, así que fue paciente y esperó a que Lan WangJi hablara.
—Hermano —llamó Lan WangJi—, tengo algo que pedirte.
—¿Tiene alguna relación con el joven WuXian?
Lan WangJi asintió. —Mn
XiChen suspiró, algo le decía que la idea que estaba teniendo su hermano quizás no era la mejor. Pero él jamás le rechazaría sin antes escuchar todo lo que Lan WangJi tuviera que decir. —Bueno WangJi, tienes mi atención.
Lo primero que hizo Lan WangJi al abrir la puerta fue buscar al omega con la vista. Wei WuXian se encontraba cerca de la ventana con la mirada algo perdida, parecía que ni siquiera había sentido la llegada del alfa, pues sólo hasta que el Lan se aclaró la garganta el omega pareció reaccionar para mirarle.
Se puso en guardia casi de forma instantánea, como si esperara un ataque por parte de Lan WangJi.
Por otra parte, el alfa permaneció tranquilo y con una expresión neutra. De forma tranquila se hizo a un lado dejando que una beta entrara y colocara una charola con té y pequeños bocadillos en la mesa. Después se retiró en silencio haciendo una corta reverencia, y sólo cuando estuvieron a solas el omega habló.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó el omega acercándose lentamente.
—Es mi habitación —Lan WangJi se acercó a la mesa y sirvió dos tazas de té, después le indicó al omega que tomara asiento.
—Desapareces la mayor parte del tiempo, creo que esta habitación es más mía que tuya ahora —comentó dando unos cuantos pasos—, un poco más de tiempo y tendrás que pedirme permiso para entrar —soltó sin pensar Wei Ying. Era esos momentos donde el Lan podía percibir que el omega parecía olvidar su situación y hacía comentarios bromistas inconscientemente, justo como ahora. —Digo... sólo pensé que no te vería hasta mañana... ya sabes, por mi pequeña llamada.
Lan WangJi sabía que intentaría provocarle, siempre jugaba con su paciencia y lo llevaba hasta el límite. El alfa se controló y sólo le observó en silencio.
El omega le miraba con desconfianza, pero aun así se aproximó para darle un vistazo a los bocadillos. En cuanto sus ojos miraron las semillas de loto sus facciones se relajaron y no dudó en tomar asiento para empezar a comer.
Lan WangJi apreció esos pequeños cambios del menor y los atesoró con cuidado. Aunque fuera de forma sumamente lenta empezaba a distinguir esas pequeñas cosas que podían aliviar la tensión del menor. Si bien, aún no lograba hacer que confiara en él, sí que podían compartir alimentos de forma "calmada".
Recordando el verdadero motivo por el cual había ido, el alfa respiró lentamente antes de mirar al joven de enfrente con una expresión severa.
—Quiero ofrecerte un trato —dijo el alfa acercándole una taza de té al omega.
Wei WuXian alzó una ceja y tomó la taza entre sus manos. —Ahora si pareces un hombre de negocios —murmuró mirándole de frente—. ¿Qué clase de trato?
—Información.
Lan WangJi miró como WuXian lo analizaba cuidadosamente, le dio su tiempo y esperó a que respondiera.
—Déjame adivinar. ¿Quieres saber lo que hablé por teléfono?
El alfa asintió. —Mn.
—¿Y que obtendría yo a cambio? —inquirió mientras se recargaba en el respaldo de la silla.
—¿Qué es lo que quieres? —los ojos de ambos adquirieron cierto filo.
—Supongo que mi libertad no está dentro de las opciones —dijo Wei Ying sin interés mientras daba un ligero sorbo al té.
—Supones bien —Lan WangJi estaba muy atento a cada reacción que le diera WuXian—, pero debe haber otra cosa que quieras.
—La muerte de Jun Wu también es una buena opción.
El ceño de Lan WangJi se frunció. —Wei Ying.
—¡Lo tengo! —dijo el menor con una sonrisa—, dame tu cuerpo Lan Zhan. ¿Esa propuesta es válida?
—…
Lan WangJi vio esa sonrisa llena de diversión en el rostro del menor y supo que sólo se trataba de otra de sus típicas bromas. Por lo que el alfa sólo bufó y apartó la vista, aunque sentía como sus orejas se calentaban ligeramente.
WuXian no dudó en reír a carcajadas al notar la reacción del alfa. —Lan Zhan eres tan inocente, te miras tan incomodo por un pequeño comentario —entre risas metió una semilla de loto en su boca para después dar otro sorbo a su té—. ¿Qué no piensas que el sexo podría ser una buena moneda de cambio?
—Deja de jugar —pidió el alfa con apariencia neutra.
El omega chasqueó la lengua al ver lo aburrido que podía ser molestar a alguien tan frío como lo era Lan WangJi. Su diversión siempre duraba poco debido a lo poco expresivo que era.
—Joven Lan, lamento decirle que no posee algo con tanto valor como para motivarme a hablar, me temo que no llegaremos a ningún acuerdo.
Ninguno dijo nada, Lan WangJi sólo miraba como el omega empezaba a entrecerrar los ojos.
—Tienes razón, no llegaremos a ningún acuerdo... —justo cuando terminó de hablar el omega cayó inconsciente sobre la mesa. Con sumo cuidado el alfa removió unos mechones de cabello para admirar el pacífico rostro. —Es por ello que debo asegurarme de que no irás a ningún lado.
Se levantó elegantemente y tomó con facilidad el cuerpo del omega. Si lo comparaba con una semana atrás podía sentirlo ligeramente más liviano. Esa era una señal para el alfa, sabía que debía estar más al pendiente de él, de lo contrario ocurrirían accidentes donde alguien terminaría lastimado.
WuXian fue colocado sobre la cama como si fuera el cristal más frágil del mundo. Por los sedantes puestos en el té Lan WangJi sabía que tardaría varias horas en despertar, pero aun si no debía confiarse.
Una vez que el omega estuvo recostado el alfa se permitió admirarlo unos segundos más. Los ojos dorados estaban anhelantes mientras observaba al menor, su alfa interno se sentía tranquilo por tenerlo ahí, pero inquieto porque sabía que su pareja la estaba pasando mal.
De forma delicada acarició una de las níveas mejillas, la piel suave y perfumada por la esencia natural del omega complacían al Lan, su respiración era pausada y su boca se mantenía un poco abierta.
Lan WangJi deseaba tanto estar al lado del omega y que este le aceptara, pero sabía que para eso había un largo camino que recorrer.
Regresando de su ensoñación el alfa sacó su móvil de entre su caso y marcó de forma rápida, al segundo tono obtuvo por fin una respuesta.
—Hermano —llamó Lan WangJi—. ¿Está listo?
—Sí, todo listo. ¿Partirás ahora mismo?
—Mn
Hubo un largo silencio en la línea, pero al final XiChen volvió hablar. —¿Estás seguro?
—Mn, sólo así podré vigilarlo.
—Confío en ti WangJi, tú ocúpate de tu omega, nosotros nos haremos cargo del resto.
Sin duda Lan WangJi sentía que su hermano era de las mejores personas que había, siempre estaba dispuesto a apoyarlo, sin importar sus decisiones y el camino que elija tomar.
—Gracias hermano.
—Una última cosa —pidió XiChen antes de cortar la llamada—, llévales flores de mi parte.
Lan WangJi cerró sus ojos y respiró profundo. —Mn.
Sin más la llamada terminó, una vez más los ojos ambarinos se fijaron en la grácil silueta que descansaba sobre la amplia cama. Sólo había una cosa de la que Lan WangJi estaba seguro; ahora que tenía a Wei Ying a su lado no lo dejaría ir tan fácilmente.
Los primeros copos de nieve comenzaban a caer, era la primera nevada del año, parecía casi mágica. La montaña no había demorado en cubrirse de un manto blanco, el frío también había aumentado, pero parecía que eso no afectaba a dos pequeños niños que se esforzaban por hacer figuras en la nieve.
—A-Huan, A-Zhan —llamó una mujer en la puerta de una pequeña pero acogedora casa—, no olviden sus bufandas.
Los dos pequeños niños dejaron lo que estaban haciendo para acercarse a su madre. La mujer les sonrió con dulzura a ambos, agachándose a su altura empezó a colocarles unas cálidas bufandas alrededor de sus cuellos. Una vez que finalizó su trabajo sonrió satisfecha. —Perfecto.
—A-Niang —llamó el mayor de los niños—. ¿Crees que A-Die venga a vernos?
La mujer sonrió dulcemente y acarició la mejilla del infante. —No lo sé, pero estoy segura que hará su mayor esfuerzo para llegar lo más pronto posible.
Los ojos marrones del menos observaron a su hermano: —WangJi cree que los hombres malos pueden llegar hasta aquí.
Con las palabras del menor pareció que el ambiente se volvió más frío, los brazos de la mujer no dudaron en envolver a ambos menores en un fuerte abrazo. —Ellos no llegarán aquí, su padre se esfuerza para mantenerlos lejos —de forma lenta se alejó y les miró con amor—, y si lo hicieran jamás dejaría que algo les pasara —ambos hermanos sintieron como su madre les daba un cálido beso en la frente. La mujer se fijó en su hijo menor quien abrazaba un conejo de felpa que ella misma había hecho. Con una gentil sonrisa le estrujó un poco. —Mejor vayan a jugar.
El menor de los niños asintió y dio media vuelta para seguir con lo suyo, antes de que el mayor hiciera lo mismo sintió como su madre le detenía.
—A-Huan, prométeme que si un día no estoy a su lado te asegurarás de cuidar a tu hermano. Recuerda que eres el mayor, necesitas ser un guía para A-Zhan.
El menor asintió, pero su mirada estaba llena de duda. —¿Te vas a ir tú también A-Niang?
La mujer negó de inmediato. —Oh no, yo siempre estaré a su lado, incluso si no me pudieran ver yo siempre les cuidaría.
—A-Die dijo que yo soy el mayor y que debo cuidar de ti y de WangJi, te prometo que yo los protegeré.
El pequeño miró como su madre asentía mientras una mirada llena de preocupación se apoderaba de ella. Lan Huan no lo comprendía, quizás sus palabras habían sido erróneas, o quizás su madre no le había entendido. Fuera o fuera, Lan Huan era el que debía mantener a salvo a su familia.
El alfa suspiró agotado, aún quedaba una llamada importante que hacer. Para su suerte esta entró rápidamente. —Señor.
—XiChen —era la voz de Jun Wu—. ¿Malas noticias?
—Me temo que sí —dijo el alfa—, todavía sigue desapareciendo mercancía y...
—¿Y?
—Ocurrió algo que teníamos imprevisto, es en relación con el omega de WangJi.
Hubo un silencio sepulcral al otro lado de la línea, aún en la distancia el Lan sentía como Jun Wu empezaba a molestarse.
—Habla.
XiChen no escatimó en detalles, contó cada una de las cosas ocurridas, desde la llamada con los demonios y su charla con uno de los Jiang, hasta las acciones que había tomado su hermano con Wei WuXian.
—¿Ya se fue WangJi?
—Sí, partió hace una hora.
—Bien, quizás su decisión fue la más acertada, yo trataré de volver cuanto antes —avisó el alfa—. Descansa XiChen, ya has hecho suficiente.
—Sí señor.
Después de la llamada XiChen por fin se permitió recostarse en su cama y cerrar sus ojos.
Estaba a punto de dormirse cuando entró un mensaje de Jin GuangYao. El alfa suspiró y decidió no abrirlo hasta la mañana, no tenía cabeza para lidiar con el omega a esas horas, sólo quería descansar. Ignorando todo a su alrededor al Lan XiChen por fin pudo dormir.
El pequeño niño corría desesperado, su visión estaba nublada por el humo, incluso empezaba a costarle respirar. Los gritos y llantos de los demás niños llegaban hasta sus oídos, de vez en cuando chocaba con alguno, ocasionando que el menor terminara en el suelo.
A pesar de aquello siempre volvía a levantarse para seguir con su búsqueda. Y es que había una desesperación dentro de él, como si tuviera la necesidad de cerciorarse de que esa persona estuviera a salvo.
La mente del pequeño sabía que debía ir a su lugar secreto, estaba seguro que ahí estaría la persona que tanto buscaba. Pero antes de dar otro paso sintió como era tomado en brazos y alejado del lugar.
—¡Bájame! ¡Debo ir por él! —gritaba el menor removiéndose y pataleando para que le bajaran.
—¡Deja de moverte! ¡La estructura va colapsar!
Seguido de eso el fuego se expandió y la casa cayó. Los ojos del pequeño niño se agrandaron, había una visible preocupación en ellos.
—¡Bájame! —pidió nuevamente el menor.
—¡Ya te dije que no!
Repentinamente varios hombres armados llegaron al lugar y empezaron a apuntarles.
—Bajen al niño —dijo uno de los hombres.
El menor no comprendía que ocurría, pero sintió como lentamente estaba siendo bajado. Su intención era correr hacia el fuego con la esperanza de encontrar a la persona que tanto buscaba, pero antes de avanzar su camino se vio obstaculizado.
—Llévenlo con el resto de los niños.
Al final el menor fue obligado a ir con más niños que estaban sueltos en llanto. Las personas que solían cuidarles estaban siendo apuntadas con armas y lo que era su hogar ahora estaba en ruinas.
Incluso con la devastadora visión el menor se rehusaba a soltar una lágrima, sus ojos estaban rojos y conteniendo su llanto mientras que su labio inferior temblaba.
Los guardias que los mantenían vigilados se hicieron a un lado para darle el paso alguien.
—Señor tenemos a los restantes —uno de los hombres armados apuntó al grupo de personas que se habían encargado de reunir.
—Mátenlos —la voz dura del hombre resonó con fuerza.
—¿Qué hay de los niños?
Por fin la mirada del hombre cayó en los niños que no dejaban de llorar y arrinconarse. El menor sintió como la mirada del hombre recién llegado se posaba en él. A pesar de todo decidió mantenerse firme y no bajar la mirada, sus ojos acuosos lo miraban desafiante.
Observó atentamente cómo el hombre se acercaba para quedar al frente de él.
—¿Cuál es tu nombre? —cuestionó con voz firme.
Por instinto el menor se encogió levemente pero después se repuso y miró hacia arriba para contestarle.
—Xie... Xie Lian.
Un atisbo de sorpresa cruzó por los ojos del mayor, quien en esta ocasión se agachó para quedar a su altura.
—¿Xie? No pensé en encontrar al sucesor de Xian Le aquí —murmuró mirándole de forma indescifrable.
—Mis padres... están muertos —comentó en voz baja el menor.
—Lo sé —respondió el mayor.
Los ojos del menor divisaron al grupo de personas que estaban siendo apuntadas con las armas. Sus cuidadores, si es que así se les podía llamar, estaban suplicando piedad.
—¿Qué les pasará? —apuntó al grupo de personas.
—Morirán.
—¿Es por qué tratan mal a los niños? —inquirió inocentemente.
El alfa entrecerró los ojos y asintió lentamente. —Sí... ¿Sabes lo que les hacen a los niños?
Xie Lian negó, sólo sabía que cuando se llevaban a uno jamás lo volvían a ver. Pero estaba seguro de que eran malas personas porque durante el tiempo que estuvo ahí siempre les gritaban e incluso golpeaban si alguno desobedecía.
Después de unos segundos el mayor se alzó y dio media vuelta. —Xie Lian sígueme.
El mayor empezó avanzar sin mirar atrás, la mirada del infante se posó en el resto de niños que lloraban, después en la casa en llamas y por último en el hombre de enfrente.
Después de avanzar una considerable distancia el alfa se giró y le miró. El menor dio unos pasos con temor pero después empezó a correr en su dirección, cuando llegó a su lado miró hacia arriba para ver al alfa.
—¿Ellos estarán bien? —preguntó refiriéndose al resto de niños.
—Sí.
—¿Lo prometes?
El hombre le miró unos segundos antes de empezar a caminar nuevamente. —Lo prometo.
Xie Lian fue guiado hasta un lindo vehículo, estaba a punto de subir cuando escuchó el estruendo de una lluvia de balas.
—Joven Xie Lian.
El omega se sentó en su cama con la respiración algo agitada, había gotas de sudor bajando por su rostro mientras algunos cabellos se pegaban en su frente. Se sentía sofocado y algo aturdido.
—Joven Xie Lian ¿Está despierto? —preguntó una voz al otro lado de la puerta.
El omega se aclaró la garganta e intentó contestar. —Estoy despierto. ¿Sucede algo?
—Sólo queríamos informarle que el doctor acaba de llegar, dijo que su cita era hoy.
Xie Lian golpeó su frente al olvidar algo tan importante como su revisión médica, ya llevaba un tiempo postergándola, no podría hacerlo por más tiempo.
—Dile que espere —pidió el omega—, lo recibiré en un momento.
—Como usted diga joven.
El omega suspiró y se levantó con prisa de la cama, pensaba en tomar una ducha rápida e ir en busca del doctor, además de poder disculparse por hacerlo esperar.
Mientras se alistaba recordaba su sueño, el cual empezaba a ser recurrente. Era extraño, usualmente no soñaba con cosas del pasado, todo debido a que su memoria estaba estancada, era como si esa parte de su infancia no existiera. Sólo mantenía recuerdos desde que había empezado a vivir con Jun Wu, por lo que esas nuevas imágenes se sentían tan ajenas a él, pero al mismo tiempo tan familiares.
Una vez estuvo listo salió rumbo a la sala de invitados donde el doctor seguramente le estaría esperando.
En cuanto llegó fue recibido por una sonrisa gentil del hombre mayor. Xie Lian claramente sonrió de igual forma, ese hombre era su médico desde que tenía memoria... literalmente, así que estaba algo ansioso por contarle los recientes sucesos.
—Disculpe la tardanza, creo que el agotamiento se fue en mi contra y me quedé dormido.
El hombre hizo un gesto con su mano para restarle importancia. —No se preocupe joven Xie Lian, sé que es alguien trabajador, descansar de vez en cuando no le caería nada mal.
El omega rio ligeramente y asintió. —Quizás deba tomarme un tiempo fuera.
—Creo que sería lo mejor —la mirada del doctor se volvió más seria—, Jun Wu me comentó sobre tus dolores de cabeza. ¿Cómo vas con eso?
—La verdad ahora son más recurrentes, incluso...
—¿Incluso? —el hombre lo animó a continuar. De forma tranquila empezó a revisar los signos vitales del menor mientras hacía varias anotaciones.
—Incluso vienen acompañados de imágenes borrosas.
El doctor sintió como si empezara a contemplar las posibles razones por las cuales el omega estaba pasando por eso.
—¿Puedes distinguir las imágenes?
—Al principio no, pero ahora las tengo más claras, también he tenido sueños —comentó el omega perdiéndose en sus recuerdos por unos segundos.
—¿Qué clase de sueños?
Xie Lian bajó la mirada. —Creo que son del día que Jun Wu me encontró, puedo ver fuego, parece que estoy buscando a alguien, después todo cae y al poco tiempo Jun Wu llega.
Si bien él no recordaba exactamente cómo fue que terminó con Jun Wu, si tenía una noción de la historia debido a que el mismo Jun Wu se la dijo. Si comparaba esa historia con su sueño podía encontrar enormes similitudes. Lo único que variaba es que en su sueño recordaba sentir un enorme miedo y ansiedad mientras buscaba a alguien.
—Joven Xie Lian —llamó su atención el doctor—, no lo puedo asegurar aún, pero creo que parte de sus memorias empiezan a volver.
—¿Puede ser eso posible? —Xie Lian había intentado por mucho tiempo recuperar esos momentos del pasado, pero aparentemente su mente había sufrido alguna clase de conmoción de gran impacto que simplemente provocó la desaparición de esos recuerdos.
Que ahora le dijeran que empezaba a recuperar esa parte que creyó pérdida le brindaba cierta emoción interna.
—Como le digo joven Xie Lian, no estoy seguro de que se trate de eso, también podría ser construcciones de su mente para rellenar esos espacios vacíos.
El omega asintió, pero no perdió las esperanzas. —Si realmente llegarán a ser mis memorias... ¿Significa que posiblemente podría recuperar el olfato?
Uno de los motivos por los cuales Xie Lian había intentado recuperar sus recuerdos es que posiblemente con ello podría despertar a su omega interno, lo cual le brindaría la oportunidad de poder percibir los aromas de otras personas.
—De ser el caso de sus recuerdos lo más seguro es que sí.
Xie Lian sonrió ilusionado pero esa sonrisa desapareció en cuestión de segundos.
—Hay algo que aún no comprendo. ¿Por qué hasta ahora empecé a recuperar mis memorias? —eso sí era un misterio, pues desde muy joven Jun Wu lo llevó con varios especialistas, pero por más intentaron jamás lograron tener éxito.
—Quizás algo lo provocó, lo más seguro es que recibió alguna clase de estímulo con el cual no había tratado.
Xie Lian se preguntaba qué cosa pudo causar todo esto, pero recientemente había ocurrido demasiados sucesos para poder elegir alguno de ellos. Al final el omega suspiró resignado.
—¿Crees que si encontrara ese incentivo mi mente podría recuperar las memorias de forma más rápida?
—No se puede asegurar algo como eso, pero es una gran posibilidad —dijo el doctor de forma alentadora—. ¿Tiene alguna idea de lo que pudo ser?
El omega negó: —No, pero lo encontraré.
—Sé que así será joven Xie Lian —de su maletín sacó dos frascos con píldoras—. Esto servirá para los dolores de cabeza y este otro son para estimular las feromonas en su cuerpo, si sus recuerdos vuelven su omega interno empezará a despertar cada vez más, con estas píldoras harán el proceso más fácil.
Xie Lian asintió e hizo una leve inclinación. —Muchas gracias por todo doctor.
—No hay nada que agradecer, si te sientes mal no dudes en contactarme.
El hombre se despidió del joven y se marchó dejando a Xie Lian solo en la habitación con el montón de pensamientos. Quizás cuando logre resolver los problemas de la mercancía desaparecida y los demonios se podría tomar un tiempo para resolver ese problema interno. Por ahora ya tenía mucho en que trabajar para añadir más peso a la cesta.
Queriendo relajarse un poco el omega salió rumbo al comedor para meterle algo a su estómago que comenzaba a quejarse. Milagrosamente se encontraba Shi QingXuan, el menor tenía una cara de pocos amigos mientras hacía ruidos de dolor como si fuera el fin de su existencia. Debía ser una muy mala resaca para que QingXuan pareciera querer morir.
—¿Cómo te encuentras? —preguntó Xie Lian tomando asiento—. ¿Ya tomaste algo para el dolor?
—¡Ya lo hice, pero siento que no ayudó en nada! —chilló el omega sujetándose la cabeza con ambas manos.
—Debiste quedarte en cama.
—No puedo estar acostado, siento que la cama da vueltas —se quejó QingXuan—. Lian-Ge la próxima vez que quiera beber como si el mundo fuera a acabarse me detienes ¿Sí?
Xie Lian rio suavemente. —Así lo haré.
—¿Cómo amaneció WuXian? Él también bebió demasiado.
Xie Lian desvió la vista, estaba claro que QingXuan aún no sabía del pequeño accidente ocurrido. Pues mientras todo se llevaba a cabo QingXuan estaba muy ocupado vomitando para posteriormente caer dormido como una piedra.
—No sé cómo esté WuXian, pero WangJi se encarga de él ahora mismo —el mayor se pensó si decirle a QingXuan. Una parte de él sabía que posiblemente terminaría culpándose, ya que fue su idea de beber hasta la muerte lo que había causado aquello. Por otra parte, si no le decía lo más seguro es que lo descubriría después.
—¿Crees que podamos ver a WuXian hoy? —cuestionó QingXuan—. Ayer le dije que hablaríamos con WangJi-Xiong para comer juntos de nuevo.
Con esas palabras Xie Lian supo que necesitaba contarle todo a QingXuan. —Bueno, en realidad ocurrió un accidente ayer por la noche...
Chapter 15: Capítulo 14. Demonios.
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El día era caluroso, había un brillante cielo de color azul, ni una sola nube parecía cruzarse. El ambiente estaba acompañado de una ligera brisa que brindaba cierta frescura.
En las orillas de la ciudad se encontraba un orfanato rebosante de energía, diversos niños corrían por el jardín, ese día sus cuidadores parecían estar de buen humor pues les habían permitido salir debido al intenso calor. No muy lejos de ahí, dos pequeños se aproximaban a la cerca que limitaba el orfanato del exterior. Los infantes estaban inclinados mirando dentro de los arbustos, un pequeño animal miraba a ambos niños con miedo; intentaba ocultarse entre arbustos buscando un poco de seguridad al mismo tiempo que mostraba sus garras y colmillos.
—Creo que no quiere nuestra ayuda —dijo en voz baja el menor de los niños.
—Pero no podemos dejarlo, está herido, debemos ayudarlo quiera o no —los brillantes ojos se veían decididos.
Una sonrisa se posó en el contrario. —Gege es tan bueno, eres un héroe.
—No soy ningún héroe San Lang, pero si puedo ayudar a un ser indefenso así lo haré —el infante se arrastró hasta alcanzar el gato que bufaba en señal de advertencia, pero aún con eso el niño lo tomó en brazos. —Mis padres me decían que las personas necesitan de la amabilidad para sobrevivir —comentó mientras acariciaba al felino logrando que este dejara de gruñir.
—Yo sólo necesito a Gege —dijo el pequeño inocentemente, el ojo color de obsidiana no se despegaba de su querido Gege.
La sonrisa de oreja a oreja del menor hizo que el corazón del más grande se estrujara conmovido.
Con cuidado le pasó el animal para que lo cargara. —Quizás un día alguien necesite de ti San Lang... ¿Qué harás si eso sucede?
El menor pareció meditar la pregunta, al final la contestó con otra. —¿Qué quieres que haga Gege?
—No se trata de lo que yo quiera —el niño buscaba un pañuelo entre su ropa para limpiar la sangre de la pata del animal—, se trata de lo que consideremos correcto.
—Entonces... ¿Qué harías tú Gege?
Con cuidado de no lastimar al gato, el mayor lo limpio lo mejor que pudo. —Yo deseo de ayudar a todos los que pueda, no hay excepción.
—Entonces, si tu sueño es ayudar a todos, mi sueño eres tú —contestó enseguida el menor. Para él no había una mejor persona que su Gege, por ello se prometía estar al lado del pequeño omega hasta el último día de su vida. Quizás aún era un niño, pero de algo estaba seguro, su Gege lo era todo hoy, mañana y siempre.
El sonar estruendoso de una campana alertó a ambos niños.
—Debemos volver Gege —murmuró el pequeño.
Ambos niños dejaron al felino entre los arbustos una vez que lograron parar el sangrado. Se tomaron de las manos para empezar a correr de regreso al orfanato antes de que alguien notara su ausencia.
Hua Cheng observó como su trago aún seguía intacto, no sabía con exactitud cuánto tiempo había estado perdido en sus pensamientos, pero recordar esos momentos era lo único que calmaba su agitado corazón. La esperanza de reencontrarse con su Gege era su motivación para seguir existiendo.
Ese omega había sido la única luz que el alfa recibió en toda su vida.
El maullido de un gato provocó que su visión se desviara. A sus pies, restregándose en sus botas negras de cuero se encontraba E-Ming; el gato negro parecía querer exigirle algo de atención y con suerte algo de comida también.
—Ya te di tu ración de hoy —murmuró el alfa acariciando brevemente la cabeza del gato—. Mejor ve a molestar a He Xuan.
El gato maulló en respuesta como si le contestara, se restregó un par de veces más antes de dar media vuelta y marcharse.
Hua Cheng se perdió nuevamente en sus pensamientos, quería creer que la situación con su omega tenía arreglo. Él haría todo lo que estuviera a su alcance para que Xie Lian estuviera sano y salvo.
Si no fuera por el vibrar de su móvil el alfa seguiría sumergido en sus recuerdos. De forma calmada contestó la llamada sin siquiera ver el número.
—¿Sí?
—Lluvia Carmesí —se escuchó al otro lado de la línea.
—Espero tengas una buena razón para llamarme —dijo Hua Cheng con cierta advertencia en su voz.
—Tengo noticias, información de última hora.
El alfa bufó con fastidio. —Habla.
Había una sensación cálida y reconfortante, podía sentir el aroma del sándalo muy cerca. Por instinto empezó a restregar su rostro contra la suave superficie mientras se quejaba. Inconscientemente aspiraba con fuerza la fragancia que le rodeaba, como si anhelara fundirse con ese aroma en particular.
—Cinco minutos más —murmuró WuXian en voz baja al sentir como su sueño se desvanecía.
Cuando sus ojos grises empezaron a abrirse fue capaz de distinguir el lugar en el que se encontraba. Se trataba del interior de un automóvil, no se podía ver nada por las ventanas debido a que los cristales estaban polarizados en su totalidad, pero sentía que estaba en movimiento. Además de eso, Wei WuXian por fin cayó en cuenta de su comprometedora posición; a su lado estaba Lan WangJi con expresión tranquila, mientras tanto el omega se encontraba recargado sobre su hombro, podía sentir el calor emanar del cuerpo del alfa y su fuerte aroma.
El rostro del omega se pintó de un leve carmín al recordar cómo había restregado su cara contra el Lan «y a saber qué tanto más había hecho mientras dormía».
De forma rápida se alejó para tomar distancia y recuperar algo de cara. Lan WangJi le miró sin hacer nada, sólo permaneció en una posición impasible.
WuXian frunció el ceño y se tomó la cabeza como si tratara de recordar cómo había llegado hasta ahí.
—¿Dónde estamos? —preguntó el omega con cierta alerta en su mirada, por instinto quiso mirar por la ventanilla pero el vidrio oscuro se lo impidió—. ¿A dónde me llevas?
—Un lugar seguro —dijo Lan WangJi colocando su vista al frente.
—¿Lugar seguro? —WuXian por fin recordó cómo había estado hablando con el alfa mientras "negociaban" y después de eso... no había nada. El omega le miró molesto. —¡Tú me engañaste! ¡Sabías que rechazaría tu propuesta! ¡¿Qué es lo que planeas?!
—Cálmate —pidió el alfa.
—¡Vete al carajo! ¡No volveré aceptar nada que provenga de ti! —la vista del omega se nubló por unos instantes, el menor sostuvo su cabeza nuevamente al sentirse levemente mareado.
—Aún hay residuos del sedante, mantente quieto —el alfa intentó tocarlo para calmarle pero el omega se apartó con brusquedad.
WuXian le lanzó una mirada de advertencia. —Aléjate de mí —seguido de eso empezó a masajear sus sienes—. Esto me pasa por confiar en alguien como tú. Esta será la última vez que te aproveches de mí.
El omega quería ocultar su desesperación, apenas se había comunicado con los suyos e ideado un plan. Pero ahora todo se iba a la basura, ni siquiera sabía a donde le llevaba.
—Wei Ying —llamó el Lan pero WuXian le ignoró, provocando que el mayor suspirara resignado—. No puedo arriesgarme y dejar que te marches.
—¿Arriesgarte? Lan Zhan temo decirte que no importa a donde me lleves, siempre intentaré alejarme de ti, yo no soy tu conejo mascota para que me mantengas en una jaula a tu antojo —su tono de voz era frío y hostil—. Haré que te arrepientas de esto.
—No te daré la oportunidad —dijo el Lan con una mirada retadora. La tensión dentro del vehículo iba en aumento.
WuXian sonrió de lado pero sus ojos eran afilados. —Te prometo que escaparé, y cuando eso pase tú serás el último en verme ¿Y sabes qué? —el omega acercó su rostro al alfa—. No podrás hacer nada.
Después de eso el omega se giró para darle la espalda, Lan WangJi no volvió a emitir algún otro ruido.
Aunque el menor se encontraba visiblemente molesto terminó relajándose en pocos minutos. A pesar de que Lan WangJi aparentaba estar ignorándolo de igual forma, en ese momento en realidad seguía muy al pendiente suyo.
WuXian sentía como el alfa liberaba su aroma para tranquilizarlo, el sándalo le envolvía poco a poco, logrando que fuera dejando su enojo en el olvido conforme pasaba el tiempo. Después de un rato sólo podía sentir como su omega interno se regocijaba al tener tan cerca al alfa. Detestaba demasiado como el Lan podía conseguir algo como eso simplemente liberando su aroma. Pero otra parte muy profunda de él gustaba de todos los intentos que el alfa siempre hacía para complacerlo o ayudarle en lo más mínimo que fuera.
Wei Ying no volvió a dormir, se mantuvo con cierta distancia de Lan Zhan «o al menos la que el automóvil le permitiera». No tenía algo para medir el tiempo, así que sólo pudo calcular un aproximado de las horas que pasaron. Su resultado fue casi dos horas de viaje restante, dos horas en las que Wei WuXian sorprendentemente permaneció en silencio. Aunque pudiera parecer que el omega estaba callado debido a su molestia, la realidad es que Wei Ying se había puesto a jugar con una botella de agua logrando distraerse lo suficiente para no dirigirle la palabra a Lan WangJi.
Una vez que el movimiento cesó WuXian dejó sus juegos de lado mientras sus sentidos se ponían alerta. No sabía lo que sucedería, así que debía estar listo para luchar de ser necesario.
Lan WangJi le miró. —Espera aquí.
Sin más el alfa abrió la puerta y bajó, el omega escuchó como los pasos se alejaban. Esperó unos segundos antes de moverse y aproximarse a la puerta, estaba a punto de abrirla cuando percibió de nueva cuenta movimiento en el exterior, esta vez parecía acercarse. Sus ojos se posaron en la manija del auto, la cual aparentemente no tenía el seguro puesto. No sabía lo que habría fuera del carro o ni el lugar en el que estaba, pero aun así se animó a tomarla. Estaba a punto de jalarla cuando la puerta se abrió, era Lan WangJi.
—Baja —pidió el alfa haciéndose a un lado.
WuXian no dudó en bajar, sus piernas le pedían a gritos algo de movilidad. El omega descendió del automóvil y dio unos cuantos pasos, se detuvo al mirar todo su alrededor; frente a él había varias escaleras que guiaban a diversas construcciones con un estilo antiguo, los árboles adornaban el lugar, además de que si levantaba la vista se podían apreciar densas nubes, las cuales le impedía la visibilidad de lo que hubiera más allá.
—Andando —Lan WangJi empezó a caminar internándose más en el lugar.
WuXian estaba sorprendido, no negaría que era de buen gusto. Aunque el silencio presente no era tanto de su agrado. El omega siguió al alfa, siempre manteniéndose a tres pasos de distancia. Por detrás estaban los guardias, pero estos no avanzaron, sólo permanecieron ahí estáticos a lado del automóvil. Mientras más caminaba y se adentraba, más sentía que conocía el lugar, a pesar de estar seguro que jamás había estado ahí antes.
WuXian empezó a analizar todo con detalle en cuanto llegó al primer salón. Había elegantes tallados de nubes en la madera, adornándola de forma exquisita y delicada. Por fin la mente del omega empezó a entender, dejó de avanzar y miró al alfa.
—Estamos en Gusu... —dijo lo suficientemente alto para que Lan WangJi escuchara.
El alfa se giró para verle y asintió. —Mn —parecía atento a la reacción del menor.
WuXian no lo podía creer, había escuchado de la famosa montaña de Gusu varias veces, la residencia del clan Lan, lugar donde habitaron por muchos años, era una de las familias más antiguas del país. Se sabía que después de la masacre la residencia de la montaña había sido totalmente destruida.
Aunque también existía un rumor, el cual decía que había sido reconstruida hace algún tiempo, pero nadie sabía si era cierto o falso, ya que el acceso a la montaña se había restringido. Lan WangJi y Lan XiChen eran prácticamente los últimos Lan con vida, así que ellos tomaban todas las decisiones sobre el lugar que por derecho y sangre les pertenecía. El omega jamás pensó que conocería la famosa montaña de Gusu en persona, siendo honesto, era más bella de lo que había escuchado. WuXian se dejó guiar por el alfa mientras procesaba la nueva información. Sólo hasta que Lan WangJi se detuvo prestó más atención a su alrededor.
—Descansarás aquí —apuntó el alfa al interior de una estancia. Esta era amplia y parecía tener lo básico.
WuXian la escaneó para después mirar al Lan. —¿Esta será mi nueva prisión?
Lan WangJi negó. —Puedes salir cuando gustes.
Los ojos grises se abrieron sorprendidos por esa noticia. —¿Lo dices en serio? ¿No tendré guardias gruñones diciéndome que me quede aquí encerrado?
—No habrá guardias —aclaró Lan WangJi.
—Espero no te arrepientas de eso —murmuró WuXian para sí mismo en voz baja—. ¿Puedo ir a donde quiera y cuando quiera?
—Mn, sólo no salgas de la montaña —anunció el alfa.
Wei Ying sonrió de lado y se dirigió a la salida, antes de marcharse dio un vistazo al Lan por si este hacía algún amago para detenerlo. Al notar que Lan WangJi permaneció inmóvil el menor no dudó en empezar a correr lejos.
Lo primero que hizo fue adentrarse entre los árboles de la residencia, no comprendía como el alfa le había permitido tanta libertad, pero no se quejaría. Después de avanzar por un tiempo terminó topándose con un gran muro de piedra, era sorprendente el tamaño tan colosal. Escalarlo sería un reto, pero eso no intimidaba al omega.
A medida que WuXian ascendía por la gran piedra pudo percatarse de dos cosas. La primera; estaba más alto de lo que imaginó, y la segunda; la piedra era demasiado resbaladiza. Ni siquiera había llegado a la mitad cuando sintió que caía, el golpe contra el suelo fue duro, pero algunos arbustos frenaron el impacto. Lo único que ocurrió fue que ganó algunos rasguños y su ropa se estropeó. Se levantó de forma lenta para asegurarse de no haberse lastimado más de la cuenta. Sus ojos se posaron de nueva cuenta sobre el gigante muro, estaba a punto de subirlo nuevamente cuando un pensamiento atravesó su mente.
Una vez que saliera... ¿Qué haría?
Estaba demasiado lejos de la ciudad, no tenía ningún arma para defenderse y ni siquiera sabía que dirección tomar. Comprendía porque Lan Zhan le había dado tanta libertad de ir a donde quisiera. ¡Realmente no había a donde ir!
Se sintió tan frustrado que sólo pudo dejarse caer nuevamente. ¿Qué se supone que haría ahora?
No comprendía cómo cada idea que tenía siempre estaba Lan WangJi para detenerlo, era como si el alfa estuviera un paso delante de él.
Cerró sus ojos resignado y dejó que su miseria se hiciera cargo de la situación. Sólo cuando sintió una mirada sobre él alzó la vista. Un par de ojos rojos le miraba fijamente, el omega se incorporó un poco para apreciar de mejor forma al pequeño conejo. WuXian estiró los brazos para alcanzarlo, pero el animal se alejó, seguía a la vista del omega aunque lejos de su alcance. El menor no se rindió e intentó nuevamente tomarlo, pero el conejo volvió alejarse, sólo lo suficiente, casi como si esperara que el omega intentara atraparlo una vez más.
Wei WuXian hizo un mohín al no poder atrapar a la pequeña criatura. Incluso parecía personal, el animal se acercaba un poco para después alejarse, casi como si se burlara del menor. Todo aquello provocó que el omega se tomara en serio su captura, sin darse cuenta había empezado a perseguir al conejo por varios metros. Varias veces tropezó, pero le restaba importancia, su único objetivo era esa bola de pelos blanca.
En todo el proceso el omega nunca notó hasta donde había avanzado y el nuevo lugar donde estaba. Había dejado los árboles atrás para llegar hasta un lindo prado, los ojos grises por fin notaron el mar de flores azules que había en el lugar, ahora reconocía que se trataba de gencianas. Ese prado tenía cuatro veces más flores que el jardín que había visto en la residencia de Jun Wu.
Se perdió un momento ante la impactante vista, regresó en sí cuando divisó al conejo no muy lejos de él. Con una sonrisa el menor se abalanzó tomando por fin al animal entre sus manos. Estaba a punto de cantar victoria cuando a unos metros pudo distinguir otro par de ojos rojos mirándole, después otro y otro.
¡Había más de una docena de conejos en el prado!
Quizás el conejo que tenían entre manos no era el que inicialmente había estado persiguiendo, pero en ese punto eso era lo de menos.
El omega avanzó admirando las flores y contando cada bola peluda que se atravesaba en su camino. Después de llegar al conejo número dieciséis WuXian se rindió y mejor optó por recostarse bajo un árbol de la zona. Mantuvo al conejo en su regazo mientras lo acariciaba, incluso algunos otros se acercaban para recostarse a su lado o subir a sus piernas de igual forma. El césped verde y tierno se sentía fresco, podía oler el suave perfume de las flores sumado con el rocío que tenían las plantas.
WuXian se permitió relajarse y cerrar sus ojos, casi estaba a punto de caer dormido cuando escuchó unos pasos aproximarse. Debido al aroma que empezaba a rodearlo ya podía adivinar de quién se trataba sin siquiera levantar la mirada.
El peso de las criaturas empezó a disminuir, por curiosidad el omega entreabrió un ojo para ver como los conejos se aproximaban al Lan, como si buscaran la atención por parte del alfa. Lan WangJi se había agachado para tomar uno de los tantos conejos que se amontonaban a sus pies, sus grandes manos tomaban al animal con gentileza para acariciarlo.
La imagen era nueva, el alfa se veía diferente, además de que no estaba tan elegante como ya estaba acostumbrado, aunque seguía siendo muy formal; tenía una camisa blanca con los primeros dos botones desabrochados y un pantalón negro de lino, nada especial si lo comparaba con los costosos trajes que le había visto usar. Aun así Lan WangJi mantenía su porte y elegancia. Sin olvidar su notable atractivo; Wei WuXian podría detestarlo, pero no era ciego, su destinado estaba para comérselo entero.
El omega cayó en cuenta que había estado mirado de manera muy obvia al Lan y que este también había clavado su vista en él.
—¿Qué? —dijo de forma agresiva Wei Ying al ver como los ojos dorados le analizaron con intriga.
—¿Qué te pasó? —preguntó Lan WangJi mirando el aspecto bastante desarreglado del omega.
Un ligero rubor cubrió a WuXian cuando recordó todo lo que sucedió antes de llegar a ese punto. —Jugué con los conejos —dijo con simpleza omitiendo la verdad de su catastrófico escape fallido.
Los ojos ámbar de alfa continuaron analizándolo, el Lan no dijo nada, casi como si supieran que el omega mentía, pero sin intenciones de insistir para obtener la verdad.
WuXian observó otro tanto al Lan, había algo que le rondaba la cabeza. —¿Cómo me encontraste?
La residencia de Gusu era muy grande, sería demasiada suerte para Lan WangJi haberlo encontrado en tan poco tiempo, había muchos otros lugares en los cuales Wei WuXian podría haber estado.
El alfa no respondió, pero fijó su mirada en un solo punto. Wei Ying lo siguió para terminar en su tobillo, lugar donde el aro metálico seguía puesto, la luz rojiza que permanecía tintineando demostraba que el aparato seguía en funcionamiento.
WuXian comprendió que fue gracias al rastreador. —Ya veo, nada se te escapa... —los ojos grises volvieron a fijarse en el alfa—. ¿Para qué me buscabas?
—Comer.
El tiempo había pasado y el omega apenas cayó en cuenta que tenía varias horas sin ingerir algo en su estómago.
WuXian adquirió una postura seria. —Después de lo que me hiciste... ¿piensas que iré a comer?
Lan WangJi bajó la mirada sin decir nada, Wei Ying no esperaba ninguna explicación o súplica por parte del alfa. Empezaba a comprender que las palabras no eran el fuerte del Lan.
El omega se puso de pie y avanzó, pasó al lado de Lan WangJi sin verlo, cinco pasos más adelante frenó para girar y encararlo.
—Espero que haya algo bueno para la cena.
Lan WangJi mantuvo inexpresivo su rostro, sin embargo sus ojos dorados parecieron brillar. Wei Ying reprimió una sonrisa al notar aquello, para él era gracioso como algo tan pequeño y sin sentido podría ser algo importante para él alfa.
Aunque el alfa aparentaba estar hecho de hielo el omega empezaba a sospechar que en realidad no era así. Quizás era momento de aprovechar esa ventaja y usarlo a su favor.
En un largo silencio llegaron hasta la parte de la residencia, el alfa hizo una seña para que WuXian detuviera sus pasos.
—Aséate, llevaré tu comida en un momento, hay ropa en tu habitación.
Wei Ying estaba a punto de reprochar, pero realmente quería quitarse toda la tierra de encima y cambiar sus prendas rasgadas. De seguro ese conjunto tan fino y notablemente costoso quedaría inservible de ahora en adelante. Aunque siendo honesto eso le daba igual, sabía que Lan Zhan tenía dinero de sobra, una camisa y pantalón rotos no le afectarían.
Sin decir nada el omega llegó hasta su estancia, se dirigió al baño mientras retiraba cada una de las prendas dejándolas en el suelo. Había una tina amplia en la cual podían entrar dos personas sin problemas, pero sólo quería tomar una ducha rápida y sin esfuerzo.
En menos de diez minutos ya estaba listo y en busca de un cambio nuevo de ropa. Tal como dijo Lan WangJi, ya había un armario con varias prendas destinadas para su uso exclusivo. WuXian sólo tomó lo primero sin darle importancia, estaba a punto de secar su cabello cuando escuchó un llamado a su puerta.
—Wei Ying —obviamente era la voz de Lan WangJi.
El omega se aproximó y abrió la puerta, del otro lado estaba Lan WangJi con una charola llena de comida. De nueva cuenta la imagen era algo extraña para WuXian, el alfa parecía tan... tan... ¿hogareño?, casi íntimo, cosa que sólo alarmaba a WuXian, más porque su omega interno lo aceptaba con facilidad.
Analizándolo a detalle no pudo evitar sorprenderse, jamás imaginó ver a uno de los prestigiosos hermanos Lan con ropas no tan formales y llevándole comida hasta su dormitorio. Si estuvieran en otro contexto quizás sería la envida de varios, pero en momento estaba lejos de ser satisfactorio.
El delicioso y tentador aroma que desprendía la charola hizo que Wei Ying olvidara todo y sólo se concentrara en su apetito que repentinamente había surgido. Lan WangJi colocó las cosas sobre una pequeña mesa y sin siquiera pedírselo el omega ya se había acercado para dar el primer bocado. Este emitió un pequeño sonido de satisfacción cuando el sabor picante inundó sus papilas gustativas haciéndolo salivar.
—¿Te gusta? —preguntó Lan WangJi.
WuXian recordó la presencia del alfa y lo miró. —Debo admitir que no está nada mal —claro que no diría lo deliciosa que estaba y que cada bocado era como ir al paraíso. Nuevo descubrimiento: Gusu tenía un mejor chef que la casa de Jun Wu.
Wei Ying decidió seguir comiendo al ver que el alfa no diría alguna otra cosa. Se había concentrado tanto en su platillo que no pudo evitar sorprenderse al sentir como Lan WangJi empezaba a secar su cabello con una toalla. El omega sabía que lentamente empezaba a bajar la guardia, a tal punto que no lo había visto colocarse detrás suyo.
Eso no era precisamente bueno, no podía descuidarse con su enemigo, eso podría costarle la vida si se tratara de alguien más. Madame Yu seguramente le reprendería por permitir que alguien lo tomara por la espalda totalmente desprevenido.
Parecía que Lan WangJi sintió como se tensaba ante su tacto, por lo que explicó. —Tu cabello está goteando, debes secarlo o enfermarás.
—Puedo hacerlo yo solo —a pesar de sus palabras el omega no hizo ningún amago por alejar al Lan.
—Estás comiendo, yo lo hago.
WuXian miró su plato y suspiró. ¿En verdad podía confiar en la amabilidad de ese alfa? ¡No, ni siquiera debía de preguntárselo! —¿Qué pretendes en realidad Lan Zhan?
El alfa se mantuvo en silencio unos instantes, pero después respondió con voz neutral. —Nada.
WuXian sintió como Lan WangJi reanudaba sus movimientos para secar su cabello, era suave y cuidadoso en cada una de sus acciones. El omega se sentía algo nervioso, pero conforme pasaban los minutos se dejó hacer y terminó aceptando la ayuda del alfa.
Para cuando el menor arrasó con todos los platos su cabello ya estaba completamente seco y cepillado. Los ojos grises se posaron en la alta figura.
—Lan Zhan... ¿Cuánto tiempo me tendrás aquí? —Wei Ying esperó alguna respuesta.
El alfa sólo recogió las cosas de la mesa, antes de marcharse le miró de soslayo. —El tiempo que sea necesario.
—¿No tienes trabajo que hacer?
—No te preocupes por eso.
WuXian rio levemente. —No lo hago —sus verdaderas preocupaciones eran muy distintas.
Jiang Cheng lanzó una cuchilla sin pensar, debido a su arranque de ira He Xuan requirió esquivar su ataque para mantenerse con vida.
Ninguno de los presentes dijo nada, sólo dejaron que el omega se desahogara. Conocían lo suficiente al Jiang para saber que ese era un muy mal momento para detenerle o tan siquiera para dirigirle la palabra.
Después de que el omega se liberó del estrés respiró profundo, pero su expresión aún seguía molesta. WanYin se apoyó del respaldo de la silla y suspiró.
—Es cierto, se lo llevaron —murmuró el omega.
Después de que Hua Cheng le informara que aparentemente Wei WuXian había sido sacado de la ciudad, el Jiang no dudó en contactarse con Nie HuaiSang, su fuente de información más confiable. Y temiendo lo peor, el Nie sólo terminó de confirmar la noticia, la peor parte es que nadie tenía con exactitud la información de hacia donde se habían llevado a su hermano.
Había supuesto que después de que descubrieron a WuXian en la llamada telefónica era muy probable que tomaran cartas en el asunto. Lo que nunca esperó fue que se movieran tan rápido y se llevaran a WuXian antes de las 24 horas.
—Lan WangJi se lo llevó fuera de la ciudad —murmuró Hua Cheng—. Unos dicen que tomaron un vuelo, otros lo niegan. Las opciones de a donde pudieron ir son varias.
—¡Eso ya lo sé! ¡No estás ayudando en nada! —gritó el omega arrojando lo primero que estuvo a su alcance.
Hua Cheng sólo agachó su cabeza para evitar el golpe. —Tu comportamiento tampoco está ayudando.
WanYin respiró con fuerza y se frotó la cara varias veces, su mirada se tornó cansada y sus ojos denotaban preocupación. —Eso también lo sé...
—Lo recuperaremos —alentó Wen Qing al omega.
—Wei-Xiong volverá con nosotros —murmuró Wen Ning en voz baja, tratando que sus palabras no sólo alentaran al Jiang, sino al resto en la sala, él incluido.
Jiang WanYin quería asentir y creer en las palabras de Wen Ning, pero en su interior seguía existiendo caos, sólo contaba los días en los que Wei WuXian seguía en peligro. Jamás se perdonaría si algo le pasara, ambos habían prometido cuidarse mutuamente cuando eran niños, no rompería su palabra.
—No importa si WuXian está lejos —dijo Hua Cheng—. Nos apegaremos al plan inicial.
—¿Estás seguro? —preguntó He Xuan—. ¿Servirá de algo con WuXian tan lejos?
—HuaiSang nos aseguró que en cuanto tenga la nueva información nos avisará, dependiendo de su localización serán los cambios y arreglos, pero el plan seguirá siendo el mismo —aseguró el alfa.
Jiang Cheng asintió y empezó a caminar en dirección a la salida. —En ese caso aún tengo mucho por hacer.
El omega esperaba que Nie HuaiSang se comunicara con ellos lo más pronto posible, así podría tener más efectividad su parte del trabajo. Con un pesado suspiro siguió con su camino, el Jiang tuvo un repentino recuerdo mientras caminaba.
Los agudos ojos de la mujer les veían severamente. —Pase lo que pase deben cuidarse entre ustedes —comentó la alfa observando a los dos jóvenes jadear mientras paraban su entrenamiento—. Es difícil confiar en las personas allá afuera, jamás deben bajar la guardia. ¿Entendieron?
Ambos jóvenes asintieron, ganándose una mirada llena de orgullo por parte Yu ZiYuan.
Jiang Cheng sabía que su madre tenía razón, pero ahora era tarde. Había fallado a sus claras instrucciones, como consecuencia Wei WuXian estaba en manos del enemigo.
WuXian tenía la vista puesta en el techo, ya habían pasado algunas horas desde que escuchó algún ruido fuera de la habitación. De la forma más silenciosa se levantó de la cama y salió fuera de esas cuatro paredes, en el exterior todo lucía más tranquilo de lo que era cuando estaba el sol, parecía que ni siquiera el viento se atrevía hacer acto de presencia por miedo a perturbar el silencio del lugar.
El omega avanzó con cuidado, no sabía con exactitud donde se encontraba la habitación de Lan WangJi, suponía que debía estar cerca de ahí, el aroma a sándalo estaba muy presente en la zona, casi como si fuera una advertencia para aquel que se atreviera a acercarse de más, o en este caso a irse. Pero eso a Wei WuXian le venía importando menos que los insultos de Jiang Cheng.
Entre sigilosos pasos el menor se alejó, su intención verdadera no era escapar de la montaña, pues estaba prácticamente en medio de la nada. Lan WangJi lo encontraría con el rastreador antes de que pudiera siquiera poner un pie fuera del bosque.
Lo que realmente quería buscar WuXian eran herramientas pequeñas que pudiera guardar y que en un futuro le fueran de ayuda.
La residencia de Gusu era tan extensa que no sabía por dónde comenzar. Primero entró a lo que parecía ser un salón de estar, era amplio, quizás tenía la función de recibir invitados o hacer eventos, no estaba seguro pues la construcción con un estilo algo antiguo lo desorientó un poco. Después terminó en un pequeño templo, había bastantes tablillas con diversos nombres. WuXian se imaginó que debían ser los nombres de las personas que perecieron en la masacre.
La personalidad del omega era curiosa, por lo que no pudo evitar preguntarse cómo fue que Lan Zhan y su hermano habían sido los únicos sobrevivientes.
Si se comparaba con él, en realidad ambos habían tenido historias un tanto similares. Dos pequeños inocentes que lo perdieron casi todo y terminaron trabajando en el bajo mundo. ¿Demasiada coincidencia? ¿No?
Al final el corazón del omega se ablandó, con la vista buscó unas varitas de incienso para encender. Si él hubiera hecho un templo lo mínimo que esperaría sería que la persona que entrara encendiera unas cuantas varitas de incienso a manera de respeto. Después de disculparse por su intromisión el omega salió y siguió con su recorrido. No había mucho que le pudiera servir, los pocos lugares que había inspeccionado estaban vacíos o con la mínima cantidad de cosas disponibles. Ni siquiera podía encontrar la cocina, empezaba a cansarse.
Su siguiente parada fue una biblioteca, esta era amplia y con diversas repisas. WuXian sabía que nadie vivía realmente en la montaña, pero aun así todo parecía estar limpio. Lo más seguro es que los hermanos Lan pagaran por limpieza y mantenimiento. Era imposible que un lugar tan grande se mantuviera en tan buen estado si no se procuraba.
Un enorme ventanal de la biblioteca mostraba gran parte de la residencia, la vista era más bonita de lo que él omega imaginó. Se preguntó si esa era la vista que Lan Zhan había tenido en su infancia antes del trágico suceso.
El omega ojeó algunos libros, unos parecían más interesantes que otros, quizás mañana se pasaría de nuevo por ahí para distraerse un poco. No sabía cuánto tiempo Lan WangJi lo mantendría dentro de la montaña, así que entretenerse con un libro no sonaba tan mala idea.
WuXian divago por un tiempo más, lo único que había logrado conseguir fue un pequeño alfiler que sostenía un puñado de hojas. Con cuidado metió su nueva arma entre su cabello para ocultarlo.
La siguiente locación que visitó el omega fue un pequeño salón, en su interior había algunos cuadros, todos estaban cubiertos por sábanas blancas, logrando ocultar su contenido. Sin poder resistirse, Wei Ying empezó a retirar algunas para mirar las elegantes pinturas que se escondían tras la tela.
Unas eran sencillos jarrones con flores, mientras que otras eran animales como composiciones complejas. Un cuadro en especial tenía un tamaño considerable, el omega se aproximó y retiró la sábana de golpe para ver la pintura que escondía.
Sus ojos grises se abrieron sorprendidos, fue imposible para él apartar la vista. Sobre el lienzo estaba el retrato de una bella mujer, su rostro era fino; tenía ojos cálidos con una nariz y labios pequeños, vestía ropas elegantes de color blanco y azul, además de que portaba una corona hecha de gencianas.
Sin saber el motivo los ojos del menor se llenaron de lágrimas, no sabía el motivo, pues él nunca la había visto... no en persona al menos. Sólo tenía una cosa clara.
Esa mujer, era la misma que WuXian había visto bañada de sangre en sus sueños.
Recordar esa imagen provocó que el menor se desestabilizara por unos segundos, como instinto de reflejo intentó tomar lo que tuviera al alcance, pero lo único que logró fue tumbar otra sábana que cubría la pintura de al lado.
Cuando los ojos de Wei Ying cayeron sobre la siguiente pintura sintió una desagradable sensación recorrerle el cuerpo, su respiración se cortó y su voz pareció perderse. No podía moverse, estaba quieto en su lugar mirando los salvajes ojos de esa bestia espantosa.
—Wei Ying.
Una mano tocó su hombro logrando que el omega pegara un ligero brinco, además de que la voz por fin le regresó, aunque fue sólo para soltar un ligero grito.
WuXian se giró para mirar los ambarinos ojos de Lan WangJi.
—Maldita sea, no hagas eso Lan Zhan —dijo en voz baja respirando de forma profunda para reponerse.
—No quise asustarse —comentó el Lan como si intentara disculparse.
—Pues fallaste —reclamó WuXian con una mirada llena de indignación.
—No deberías estar despierto.
—Tú tampoco —dijo enseguida a manera de defensa, después miró la pintura del horrendo lobo, sentía que esa bestia le miraba. Era horrendo en el sentido de que estaba tan bien hecho que parecía real. —¿Por qué tienes eso?
Lan WangJi observó la pintura que apuntaba el menor. —Mi hermano, pinta en su tiempo libre.
—Pues lo hace bien —murmuró en voz baja el omega mirando de mala forma al espantoso lobo. De forma lenta se alejó, su atención se fue al alfa, que extrañamente no le estaba mirando. Los ojos de Lan WangJi estaban puestos en la pintura de bella mujer. WuXian se acercó al cuadro para mirarlo más de cerca. —¿Quién es ella?
WuXian observó como el alfa tenía una expresión más seria de lo usual y su mirada parecía levemente aturdida. El omega pensó que Lan WangJi no diría nada, después de todo no estaba obligado hacerlo.
Estaba a punto de tomar la sábana del suelo para tapar el lienzo cuando la voz del alfa sonó.
—Mi madre.
El menor frenó sus acciones para volver a ver la pintura. —¿Tu madre? —ahora que lo pensaba podía notar un ligero parentesco entre la mujer de la pintura y el joven alfa. WuXian la analizó un poco más, sin saber el motivo dijo. —La he visto... en mis sueños.
Lan WangJi por fin le miró, parecía comprender que los sueños que llegó a tener Wei Ying con la dama de la pintura no eran precisamente los mejores. Ninguno dijo nada, sólo observaron el retrato por un rato más. El alfa fue el primero en reaccionar y tomar la sábana para cubrir la pintura.
—Es tarde, debes dormir —fue lo único que dijo Lan WangJi después de tapar por completo el cuadro.
El cansancio por fin pareció golpear al omega, WuXian sólo asintió, cuando giró volvió a ver el cuadro del lobo, por lo que no dudó en tomar otra sábana y cubrirlo con rapidez.
Lan WangJi observó sus acciones. —No te gustan los lobos.
—No me gustan los perros o cualquier cosa que parezca un perro —aclaró el omega.
"No gustar" era poco comparado con lo que en realidad sentía Wei WuXian por aquellas criaturas.
—¿Por qué? —cuestionó el Lan.
WuXian lo miró de reojo, era extraño que el alfa continuara la conversación.
El omega suspiró. —Tú tienes tus traumas, yo tengo los míos.
—Los he visto también —dijo de la nada el alfa—, tus recuerdos en mis sueños.
WuXian bajó la vista. —Entonces debes saber cuánto los detesto —cuando sus ojos volvieron a toparse con los del Lan parecía más severos—, así como yo sé que presenciaste la muerte de tu madre...
El omega podía sentir lo fríos que se habían vuelto los ojos dorados del alfa, pero no se amedrentó por ellos.
—Tú también la viste morir... —murmuró Lan WangJi.
WuXian asintió lentamente. —Es como si lo hubiera vivido, incluso puedo sentir el frío de la nieve en mi cuerpo, lo cual es gracioso porque nunca he visto la nieve caer en persona.
El silencio entre ambos creció.
Lan WangJi se aclaró la garganta de forma sutil. —Regresemos.
El alfa dio media vuelta y empezó a caminar, WuXian le siguió en silencio. Por el camino había cierta incomodidad, cosa que el omega no soportaba. A pesar de que el menor fue el que decidió dejar el tema por la paz, no pudo evitar hacer la siguiente pregunta.
—¿A tu madre le gustaban las gencianas?
Lan WangJi no detuvo su paso, ni siquiera se giró a verle, pero aun así contestó. —Eran sus flores favoritas.
—Ya veo —WuXian recordó las gencianas plantadas en la residencia de Jun Wu y el campo de conejos repleto de estas flores también—, supongo que por eso hay tantas en la colina de los conejos.
—Mn —contestó nuevamente el alfa.
Wei Ying observó al Lan, aún no podía asegurar nada, no conocía al alfa realmente, pero con los pocos días que llevaban conviviendo estaba casi seguro de que Lan Zhan se encontraba distraído y quizás un poco cabizbajo. Ver la pintura de su madre le había afectado, o al menos eso pensaba el menor.
Una vez que llegaron a la habitación de WuXian el alfa se aseguró de que el omega entrara. Desde el umbral de la puerta el menor observó como los ojos del Lan estaban algo perdidos.
El pecho de Wei Ying se removió ante aquella escena, su omega interno sabía que el alfa no estaba del todo bien y quería hacer algo para ayudarlo.
WuXian por primera vez cedió antes los caprichos de su instinto, pues tampoco le agradaba ver de esa forma al alfa.
—Lan Zhan —dijo Wei Ying queriendo obtener atención.
Claro que Lan WangJi se enfocó en él ante su llamado y esperó a que WuXian hablara.
El omega no estaba seguro de si en un futuro se podría arrepentir de contar aquello, pero ya estaba decidido a hacerlo.
—¿Sabes por qué odio a los perros?
Lan WangJi le observó y negó con sutileza. —Sólo sé que les temes... llegué a sentir tu miedo.
El omega le dio la espalda, pero no se alejó. —Cuando mis padres murieron fui secuestrado, sabían que los Jiang me buscaban, pensaban que podrían intercambiarme por algo de dinero... así que me mantenían en una habitación oscura, recuerdo claramente sus malditos perros, siempre estaban ladrando y gruñendo, me amenazaban diciendo que los soltarían si hacía algo... a veces aflojaban algunas cadenas para que se acercaran, se divertían viéndome llorar y suplicar para que los alejaran... por casi un mes estuve ahí, encerrado, con esas cosas—. Mientras hablaba su cuerpo empezaba a temblar, no sabía si era por el recuerdo, el enojo o la impotencia.
—Por eso tampoco te gusta estar encerrado —susurró el alfa acercándose un poco.
Wei Ying alejó todos esos recuerdos tratando de conservar la calma, pero su aroma amargo delataba que seguía inquieto. Sintió como una de sus manos era tomada por Lan WangJi.
El alfa lo giró para que le mirara de frente. —¿Por qué no lo mencionaste antes?
—¿Con qué propósito? ¿Para evitar que me encerraras? —WuXian le miró divertido—. No olvides que somos enemigos, no deberías tenerme tanta consideración.
—Somos destinados —declaró el Lan con voz firme mirándole a los ojos.
La voz del omega se cortó, no podía soportar la penetrante mirada, por lo que terminó desviando la vista. No sabía cómo la conversación había cambiado de rumbo.
WuXian dio un paso hacia atrás soltando el agarre del alfa. —Como sea, sólo quería aclararte los... ah... —se aclaró la garganta al notar que su voz estaba algo temblorosa—, los sueños que pudiste tener por mi culpa.
—Tú también viste los míos.
El omega se perdió nuevamente en sus recuerdos, esa sensación de asfixia y temor lo cubrió. Trató de desecharlos, sin embargo, llegó una nueva imagen. Las cuatro paredes y los perros fueron reemplazados por una mujer bañada en sangre.
WuXian sacudió la cabeza y se enfocó en Lan Zhan. —Sé lo difícil que es querer olvidar momentos desagradables de nuestro pasado, lo único que podemos hacer es soportar en silencio.
Aunque sus palabras eran una clase de apoyo «según WuXian», también terminó con una sensación de pánico interno. El aroma a sándalo empezó a rodearlo, logrando calmarle, además de que la mano del alfa había tomado la suya una vez más.
WuXian quería reír, se suponía que iba a ayudar al alfa, pero parecía que este le estaba ayudando a él.
—Wei Ying.
El omega se removió, pero esta vez Lan WangJi no le permitió alejarse tan fácilmente.
—Lan Zhan no es necesario.
De forma rápida dio un vistazo al Lan, los orbes dorados parecían estar mejor, por lo que WuXian suspiró al haber logrado su cometido de un principio. Aunque ahora era él quien sentía cierto aturdimiento.
Sin previo aviso sintió como era cargado en brazos, Lan WangJi le había tomado con aparente facilidad y había ingresado en la habitación del omega.
—¡Bájame! —exigió WuXian al no saber lo que ocurría—. ¡¿Qué es lo que estás tramando?!
El alfa permaneció en silencio y sólo bajó al omega hasta que llegó a la cama. De forma cuidadosa lo acostó y cubrió.
—Duerme.
—No era necesario todo eso —se quejó WuXian. Observó como Lan WangJi se sentaba cerca de la cama, cosa que confundió al menor. —¿Qué haces?
—No me iré hasta que te duermas.
—¿Y crees que con un acosador mirándome podré dormir? —cuestionó con ironía. Sus palabras provocaron que el Lan desviara la vista, pero no se marchó. WuXian sabía que el alfa no se iría, por lo que sólo se resignó—. Tal vez deberías cantarme algo para que pueda dormir.
Su comentario era más una especie de broma, jamás imaginó que Lan WangJi empezaría a tararear.
WuXian lo miró sorprendido, pero la cálida voz del alfa le agradaba bastante, decidió disfrutar del momento y deleitarse de la melodiosa voz del alfa. Sus ojos empezaron a pesar, de forma lenta los cerraba y abría. El aroma a sándalo también le relajaba, poco a poco iba cayendo en un profundo sueño.
Su último recuerdo era el apacible rostro de Lan Zhan con su deleitable voz resonando en la habitación.
Chapter 16: Capítulo 15. Dragón Blanco.
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Lan WangJi escuchaba los pasos del omega yendo de un lado para otro. Sus ojos estaban puestos en un folder con archivos importantes de trabajo, pero su atención verdadera era consumida por el joven de enfrente.
Ambos estaban en una pequeña habitación de la biblioteca que el alfa usaba como estudio para hacer sus deberes laborales, sin embargo el omega gustaba de pasar el rato ahí para molestar y distraer a Lan WangJi. Así habían sido los últimos cuatro días que llevaban en Gusu.
—Lan Zhan —llamó WuXian.
Lan WangJi no le miró, fingió ignorarlo mientras seguía atento al montón de hojas.
—Lan Zhan mírame —volvió a pedir.
El alfa sabía que no debía hacerlo o sucumbiría ante los deseos de Wei WuXian.
—¡Lan Zhan no me ignores! —esta vez la voz sonó algo exigente.
Lan WangJi suspiró y terminó cediendo, cuando sus ojos dorados se desviaron al menor pudo apreciar una sonrisa que denotaba victoria y satisfacción.
WuXian empezó a reír. —Te dije que podía ser muy molesto si me lo proponía.
Ciertamente el alfa no comprendía bien el humor del omega y pensaba que era infantil la mayor parte del tiempo, pero la presencia de Wei Ying estaba lejos de molestarle.
—¿Qué sucede? —preguntó con voz neutra el Lan.
—Encontré un libro que habla de tu familia —contestó el menor tumbándose de forma descuidada en un sofá que estaba a un lado del escritorio del alfa—. Dicen que los Lan se manejan por la rectitud y siempre procuran regularse a sí mismos ¿Es cierto que los crían con más de tres mil reglas?
—Mn —asintió el Lan regresando su vista a los documentos.
—¿Y tú las sigues a pesar de todo? —Interrogó con evidente curiosidad.
Lan WangJi volvió a verle. —¿A pesar de todo?
—Si, me refiero a... tú sabes... —Wei Ying balbuceó al no encontrar las palabras correctas. Al final sólo lo dijo así, sin más. —Después de la masacre tú y tu hermano se fueron ¿no?, técnicamente ya no tenían la obligación de seguir las reglas. ¿Por qué motivo seguirían tantas normas si el apellido Lan está casi extinto?
Lan WangJi bajó la vista, no sabía si el omega era consciente del peso de sus palabras, pero parecía tan inocente al hacer la pregunta, a pesar de lo incómoda que era.
—Recordar —fue lo único que dijo el Lan.
—Recordar... ¿Qué?
—La familia —murmuró Lan WangJi.
Desde su punto de vista Wei WuXian tenía un poco de razón, los hermanos Lan ya no serían educados por otros Lan que les guiaran, no estaban obligados a regirse por reglas de un clan prácticamente a punto de desaparecer. Aun así, ambos optaron por intentar seguir sus normas familiares, Jun Wu jamás se los prohibió, por lo que desde que tuvieron la primera oportunidad empezaron a dedicar parte de sus estudios y aprendizajes a todo lo que tuviera relación con el linaje Lan. Sólo así Lan XiChen y Lan WangJi soportaron el dolor de perder a sus seres queridos.
El omega permaneció callado por unos momentos, como si apenas cayeran en cuenta de lo descuidada que había sido su pregunta. Después se aclaró la garganta y fingió actuar normal.
—Entonces... ¿Aprendiste todas las reglas? ¿Las sabes de memoria?
—Mn —asintió Lan WangJi. A pesar de las incómodas preguntas el alfa estaba dispuesto a contestarle, pues le alegraba que Wei Ying sintiera curiosidad por él.
—En ese caso —WuXian le miró con una sonrisa coqueta—, ¿Las recitarías para mí?
Su cambio de voz le advirtió al alfa que se mantuviera alerta. Los últimos días el omega se había comportado relativamente bien y eso preocupaba de cierta forma a Lan WangJi. Sabía que Wei WuXian planeaba algo.
Cuando el menor notó lo tenso que estaba el alfa se echó a reír. —Es broma, me dormiría en cuanto empezaras. Mejor dime otra cosa.
—¿Qué cosa? —preguntó Lan WangJi sin comprender.
WuXian parecía levemente emocionado. —¿Cómo se ve la montaña cuando nieva? Siempre he querido ver la nieve.
—Es frío —dijo secamente el alfa.
WuXian alzó una ceja. —¿Sólo frío? Lan Zhan, eres muy malo haciendo descripciones, ¿podrías esforzarte un poco más?
—Todo está blanco.
El omega suspiró. —No tienes remedio, es una lástima que aún no sea temporada.
Lan WangJi se sintió mal al ser poco hábil para expresar sus pensamientos, pero al ver el entusiasmo de WuXian tuvo una idea.
—Te llevaré a ver la primera nevada —dijo alfa mirando al menor.
—¿En serio? —una brillante sonrisa atravesó el rostro de Wei WuXian, aunque esta desapareció tan rápido como llegó.
Lan WangJi observó cada uno de los pequeños cambios.
—Lan Zhan... —la voz de Wei Ying era seria—. Creo que no deberíamos confundir las cosas, yo sigo siendo tu rehén y en cuanto pueda me iré lejos.
—Lo sé—. Lan WangJi era consciente de que el omega no había olvidado sus intenciones de escapar. No por nada seguía con el dispositivo de rastreo puesto.
La mirada de WuXian adquirió cierta intriga. —Dime algo Lan Zhan ¿Haces todo esto sólo porque soy tu destinado? Está claro que no me conoces en realidad, ni siquiera sabes mi color favorito... pero aun así me tratas tan bien y quieres complacerme. ¿Es por esta clase de vínculo impuesto?
Los ojos dorados miraban atentamente al omega. No mentiría, sus primeros impulsos fueron hechos por su instinto, pero ahora realmente le interesaba Wei Ying y quería conocerlo de verdad.
—No.
—¿No qué? Lan Zhan, no leo mentes, habla claro —se quejó WuXian recostando su cabeza en el sofá mientras emitía sonidos de cansancio. Después se levantó y se acercó al escritorio con una sonrisa ladina. —¿O será qué haces todo esto porque soy un omega hermoso?
La proximidad, más el olor dulce del omega alteraron un poco a Lan WangJi, pero mantuvo la calma, ocultando su nerviosismo con su típica expresión neutra.
Una de las manos de WuXian se empezó a deslizar por el escritorio para poder alcanzar al alfa, pero antes de tocarlo este retrocedió.
Sin darse cuenta la habitación empezaba a llenarse por las feromonas de ambos, llamándose mutuamente.
Lan WangJi le miró con advertencia, lográndose que el omega reaccionara y se estremeciera. WuXian rio aunque parecía algo inquieto, como si notara por fin sus peligrosas acciones.
—Lan Zhan, he visto la pintura de este instrumento varias veces —el menor cambió la conversación tomando uno de los libros que estaban en el escritorio y señaló la portada. —¿Qué es?
—Un Guqin.
—¿Es una clase de instrumento típico familiar Lan?
Lan WangJi asintió. —Mn.
—Parece antiguo ¿Sabes tocarlo?
—Mn —asintió nuevamente mientras veía atentamente al menor.
WuXian sonrió con inocencia. —Deberías tocar para mí.
Lan WangJi permaneció en silencio, pero no despegó su vista.
El omega rio incómodo al ver que Lan WangJi ya no dijo nada. —Sólo si quieres, no te estoy obligando.
—Lo haré.
WuXian le miró sorprendido. —¿Eh?
—Tocaré para ti esta noche —informó Lan WangJi mientras regresaba a su trabajo.
Xie Lian suspiró por quinta vez al mirar el reloj, estaba en medio de una junta muy importante, pero parecía que no tendría fin. Los hombres de elegantes trajes sólo discutían entre ellos para ver cuál sería la elección del omega.
Se supone que harían dos propuestas de trabajo para la cadena de hoteles que estaban en poder de Jun Wu. La que resultara mayormente atractiva claramente tendría la victoria, por ello había tanta tensión en el ambiente. Debido a que el alfa aún no llegaba el omega mayor había tenido que asistir como representante, aunque no era su fuerte para ser honesto.
—Como podrá ver joven Xie, con nosotros apoyándole tendrá un aumento en el 45% de registros. Habría más personas que buscarían sus servicios—comentó uno de los hombres con una falsa sonrisa.
—Si, pero sólo serían en temporadas vacacionales... —murmuró Xie Lian con pena.
—¡Por eso le conviene nuestra oferta! —exclamó otro hombre—. Con nosotros tendría un 20% de aumento en ganancia todo el año.
—Si... pero la inversión que nosotros haríamos es mayor a la ganancia si contamos la cantidad de hoteles a los que se aplicaría —volvió a comentar Xie Lian con voz cansada. El reloj sonó marcando el fin de la sesión, otorgándole paz mental al omega. —Caballeros, es todo por hoy, mañana mismo haré el anuncio de mi elección. Gracias por su tiempo.
El omega se levantó y sonrió con gentileza para poder huir con prisa de la sala de juntas. Sentía su cabeza punzar, escuchar por casi dos horas un montón de propuestas inservibles le estaba cobrando factura. Tenía pensado mandar un correo a ambos declinando sus ofertas por lo malas que habían sido, pero eso será después, en ese momento sólo quería respirar aire fresco.
Antes de poder huir del lugar se dirigió a la oficina de Jun Wu, tenía que ordenar los documentos de los últimos acontecimientos para que el alfa supiera el motivo por el cual había rechazado las alianzas con otras empresas. Sólo le tomaría unos minutos, unos minutos realmente largos.
Mientras organizaba todo su móvil sonó, en la pantalla se leía el nombre de Lan XiChen.
Xie Lian suspiró y contestó, rogaba para no ser mandado a otra junta de ese tipo.
—XiChen —contestó el omega tratando de ocultar su cansancio.
—Xie Lian ¿Cómo terminó la junta?
El omega reprimió algún sonido que demostrara lo poco fructífera que había resultado. —Temo informar que ninguna propuesta me convenció.
—Me lo imaginé.
—Dime que ya no tengo que asistir a otra reunión —suplicó el omega.
XiChen rio ligeramente. —No, de hecho tengo una buena noticia, capturaron a uno de los hombres involucrados en el robo de nuestra mercancía, apenas lo están trasladando para interrogarlo.
Xie Lian se vio sorprendido por la repentina información, es así era una muy buena noticia.
—¿Ya le avisaste a WangJi? Creo que él había estado analizando las gráficas de las recientes pérdidas, se pondrá feliz al saber que tenemos a uno de los hombres.
—Ya le mandé mensaje, pero no ha contestado, de seguro está muy ocupado lidiando con su omega —el tono de voz del alfa se escuchaba divertido—. En realidad quería preguntarte a qué hora llegarías, sería bueno que tú intentaras hacer hablar a nuestro recién llegado.
El nuevo trabajo emocionó a Xie Lian, dándole un golpe de energía. —Me falta poco, espero regresar en menos de media hora.
—En ese caso prepararé las cosas para ti —anunció el Lan—. ¿Quieres algo en específico?
—No, trataré de convencerlo con palabras para no llegar a los extremos —comentó con alegría Xie Lian.
—Suerte con eso... —murmuró XiChen—. Todavía tengo que hablar con Jun Wu, te veo más tarde.
—Está bien, gracias por avisarme.
Ambos cortaron la llamada sin decir una palabra más.
Con nueva energía restaurada el omega sonrió, intentó agilizar las cosas para partir cuanto antes. Sonrió y dio una mirada decidida mientras continuó con su trabajo.
Estaba a punto de colocar los últimos documentos en su lugar cuando un estruendo resonó en el lugar. La estructura del edificio pareció vibrar por la fuerza de la detonación.
Xie Lian mantuvo el equilibrio sosteniéndose del escritorio, a lo lejos se empezaba a escuchar el sonido de diversos gritos. El omega no esperó ni un segundo más, abrió uno de los cajones del escritorio retirando la base falsa, sabía que Jun Wu guardaba armas en cada una de sus oficinas, esa no era la excepción.
De forma rápida tomó el arma y la ocultó entre sus ropas, en cuanto salió de la habitación varios guardias se aproximaron a él.
—¡Joven Xie Lian no es seguro estar aquí! ¡Debemos sacarlo! —informó uno de los guardias encargado exclusivamente de la seguridad del omega.
Xie Lian asintió. —¿Qué ocurrió? —preguntó el omega mientras comenzaba a avanzar.
—Alguien hizo explotar una pequeña bomba dentro de las instalaciones por la zona este, no sabemos en qué momento se infiltraron.
El omega estaba a punto de preguntar otra cosa cuando el sonido de un arma hizo eco. La bala dio justo en la frente del guardia que cubría a Xie Lian, el cuerpo del hombre cayó como peso muerto contra el suelo en segundos.
Gracias a sus reflejos el omega se movió para ocultarse de los disparos. Una lluvia de balas comenzó.
Los guardias disparaban y procuraban cubrir lo mejor posible a Xie Lian. El omega dio un vistazo a su contrincante, para su mala suerte el hombre que disparaba llevaba un pasamontañas.
Xie Lian frunció el ceño y sacó su arma. —Distráiganlo.
Los guardias acataron sus órdenes, dándole sólo un par de segundos de ventaja, pero fue más que suficiente para que Xie Lian encontrara alguna abertura y se aproximara. En cuanto salió de su escondite comenzó a disparar al mismo tiempo que avanzaba. Sus verdaderas intenciones eran acercarse para tener una lucha cuerpo a cuerpo.
A pesar de que el enemigo seguía disparando, Xie Lian no dio ningún paso hacia atrás, al contrario, se movió más rápido para impulsarse.
Sonrió en cuanto logró sujetar un brazo de su enemigo, sin dudar lanzó un golpe justo en la boca del estómago. Escuchó la detonación del arma dos veces más pero toda su concentración estaba en el hombre de enfrente. Tomó con fuerza el brazo que sostenía el arma para alzar una pierna y golpear con la rodilla. Lo siguiente que escuchó fue el hueso romperse.
El hombre del pasamontañas soltó un alarido de dolor, pero parecía que aún no se daba por vencido. Xie Lian estaba a punto de tumbarlo contra el suelo cuando empezó una nueva lluvia de balas. No le quedó otra opción al omegas más que alejarse y volverse a ocultar.
Para su sorpresa el hombre mal herido fue rescatado por más hombres que ocultaban de igual forma su rostro. Todo había sucedido demasiado rápido para analizar. El caos había llegado como una tormenta arrasando con todo a su paso, posteriormente surgió una calma abrumadora. Xie Lian estaba listo para seguir luchando, pero cuando volvió a mirar ya no había nadie. Se habían marchado sin decir algo.
El omega respiró profundo para calmar su respiración, avanzó con precaución para asegurarse de que no hubiera más peligro. No sabía quiénes eran esos hombres ni sus intenciones, pero sin duda eran enemigos.
—Joven Xie Lian, su hombro.
Xie Lian por fin notó la sangre tibia que salía de su cuerpo. Debido a la adrenalina ni siquiera había sentido el impacto, su umbral del dolor era tan alto que rara vez se daba cuenta de sus heridas.
—Revisen los daños de las demás áreas —ordenó Xie Lian mientras presionaba la herida para que dejara de sangrar.
—Joven Xie Lian —llamó uno de los guardias.
—Dejaron esto —dijo extendiendo una nota.
El omega leyó el contenido, sus ojos se abrieron ligeramente sorprendidos. Tenían que comunicarse con el resto cuanto antes.
El sonido del Guqin era relajante y armonioso, las manos de Lan WangJi se movían sobre las cuerdas con evidente destreza, denotaba elegancia y experiencia.
Alfa y omega reposaban tranquilamente en la habitación del menor, habían encendido la chimenea del lugar a petición de WuXian, quien aseguraba pasar frío por las noches. Aunque el alfa lo dudaba porque el clima en la montaña aún era cálido.
El omega estaba cerca del fuego, tenía la vista perdida a pesar de mover su cabeza al ritmo de la melodía que tocaba Lan WangJi, incluso tarareaba en voz baja. Parecía sumergido en sus pensamientos, como si por fin aceptara la presencia del alfa de tal manera que podía encerrarse en una pequeña burbuja sin temor a que el mayor fuera a herirle.
Lan WangJi no dejó de tocar en ningún momento a pesar de ver al omega, quería guardar en sus memorias estos momentos donde ambos convivían en paz, ignorando el pasado y los peligros del exterior. En ese momento sólo eran ellos dos, disfrutando del sonido de las cuerdas del guqin y la calidez del fuego.
Una vez que el alfa dejó de tocar fijó su vista en Wei Ying, esperando alguna clase de comentario.
WuXian por fin dejó de mirar las llamas y se enfocó en el Lan. Su sonrisa bañada por la luz del fuego parecía más cálida que de costumbre.
—Hermoso... —comentó WuXian, después sonrió con burla—, y la canción también.
Lan WangJi sintió sus orejas arder y sólo cerró los ojos, cosa que provocó la risa del omega.
—Tan inocente como siempre Lan Zhan —murmuró el menor—, pero en serio fue una hermosa melodía ¿Te gusta mucho esa canción? Siempre la cantas para mí y ahora tengo el deleite de escucharla en tu guqin. ¿Tienen nombre? ¿De quién es?
Lan WangJi habló con voz baja pero clara. —Yo la hice.
Los ojos grises parpadearon sorprendidos. —¿Ahora resulta que también eres compositor? Pues nada mal Lan Zhan. ¿Hay algo que no sepas hacer bien? —preguntó Wei Ying con una ceja alzada—. Apuesto que eres bueno incluso en el sexo.
—Desvergonzado—. Lan WangJi resistió a sus provocaciones, trató de controlar su respiración y no liberar su aroma, pero el omega siempre se lo ponía difícil.
WuXian rio con más fuerza. —¡Si, ese soy yo!
Lan WangJi esperó a que el omega dejara de reír para volver a hablar. —Es hora de dormir —dijo el alfa con tono frío.
—Vamos Lan Zhan sólo un poco más ¿Podrías tocar otra canción? —preguntó agitando sus pestañas y haciendo una expresión de súplica fingida.
—Mañana.
WuXian hizo un puchero. —Eres malo, ni siquiera estoy cansado ¿Por qué tenemos que dormir tan temprano?
Lan WangJi suspiró. —Necesitas dormir adecuadamente.
—Pero yo duermo bien —afirmó WuXian—. ¿No te cansas de seguir las reglas?
—No.
La respuesta había sido tan corta y contundente que el omega hizo un gesto de desagrado.
—Sabes, Gusu es un lugar tranquilo... muy tranquilo, el lugar perfecto si quisieras desaparecer de los demás ¿Por qué no te relajas un poco? —comentó WuXian recostándose sobre la alfombra del piso con la vista puesta en el techo.
El alfa sabía que con los últimos días había logrado una mejor aceptación por parte de Wei Ying. Verlo tan relajado en su presencia le alegraba, aunque aún no supiera cómo manejarlo.
Conforme pasaron los minutos, y en vista de que el alfa no contestó, el omega realizó otra pregunta.
—¿Cada cuando vienes aquí?
—No seguido —dijo honestamente el Lan.
—¿Tú y tu hermano suelen traer aquí a sus víctimas? Escuché que el paso está restringido.
Lan WangJi le miró. —Nadie viene aquí —de hecho era la primera vez que llevaba un invitado a Gusu, sin contar a los guardias y las personas de mantenimiento.
—La montaña es muy pacífica —murmuró WuXian—. ¿Alguna vez pensaste en vivir aquí? Yo sé que históricamente este es tu hogar y debiste crecer y vivir aquí... ¿Pero realmente te hubiera gustado?
El alfa no sabía bien cómo contestar, hace un tiempo pensó en residir en la montaña, pero ese era un lugar que difícilmente consideraba un hogar. Estaba tan sola y diferente a sus recuerdos que el simple hecho de ir dolía, por ello había descartado esa idea. Pero viendo al omega de enfrente, fácilmente podría pasar el resto de sus días ahí si tuviera su compañía, y claro que este no tuviera intenciones de matarlo o huir.
Sin embargo, incluso con esa imagen en su mente sabía que era imposible.
—No creo pertenecer ya a este lugar —contestó finalmente Lan WangJi en voz baja.
Wei WuXian asintió a manera de comprensión. —Yo admitiré que este lugar tiene su encanto, pero siendo honesto me volvería loco si tuviera que vivir aquí toda mi vida —los ojos grises buscaron a los dorados—, creo que es porque nuestro mundo es muy diferente ahora, estamos acostumbrados al movimiento de la ciudad, nuestro lugar está allá afuera.
Lan WangJi le miró atentamente, sabía que el omega tenía razón. Con gentileza empezó a acariciar las cuerdas del Guqin, se preguntaba si Wei Ying tenía un lugar al que considerara hogar.
—Cambiemos de tema —pidió WuXian colocando sus brazos detrás de su cabeza. Lan WangJi no contestó, pero le miró atento como si esperara una nueva pregunta por el menor, cosa que provocó una risa en WuXian. —Lan Zhan eres muy malo hablando pero un buen oyente, eso me agrada, además de hermoso eres atento, todo un alfa perfecto —sus palabras sonaban ligeramente ciertas, aunque mayormente irónicas.
—Wei Ying también es un omega perfecto —a diferencia de WuXian, el Lan estaba serio, mostrando que él no estaba jugando.
El omega se tensó como cada vez que Lan WangJi hacía esa clase de comentarios inesperados. No sabía si era por la luz naranja del fuego que hacía parecer como si un suave rojo hubiera cubierto el rostro de Wei Ying o realmente había avergonzado al omega.
Los ojos del alfa observaron como WuXian se removió incómodo mientras se aclaraba la voz.
—Bien... entonces... ¿Tocas algún otro instrumento? —preguntó WuXian como si quisiera cambiar de tema urgentemente.
Lan WangJi asintió: —Mn, piano.
La boca del omega tomó la forma de una O para enfatizar su asombro. —Increíble, recuerdo que cuando era niño intenté aprender a tocar flauta, pero al final tuve que dejarlo, tú en cambio tocas dos instrumentos, quizás un día te escuche tocar el piano.
—Quizás —la mirada ambarina parecía intrigada—. ¿Por qué dejaste la flauta?
WuXian se encogió de hombros. —No lo recuerdo bien, creo que tuve que elegir entre dedicar mi tiempo libre a practicar música o entrenar para sobrevivir... ya sabes, cosas de la vida. ¿No fue difícil para ti lidiar con todo? Tocar el guqin ya parece complicado, no me imagino aprender dos instrumentos a la vez.
—No es complicado —expresó Lan WangJi.
—Eso lo dices porque ya sabes tocarlo.
—¿Quieres aprender? —preguntó el alfa con una mirada expectante.
WuXian sonrió de lado. —¿Quieres enseñarme a tocar guqin?
Lan WangJi asintió lentamente, esperando por la respuesta del omega.
El de ojos grises permaneció callado por un momento, pero después se levantó. —Bien, te acepto como mi tutor.
Sin pedir permiso el omega se acercó hasta el alfa para sentarse a un lado de este y esperar alguna clase de instrucción.
—¿Qué me enseñarás primero... profesor Lan?
El alfa interno de Lan WangJi arañaba sus paredes rogando por salir y abalanzarse contra el menor. El Lan tuvo que respirar de forma lenta e ignorar la dulce fragancia. Tomando toda la fuerza de su autocontrol logró aclararse la garganta para hablar.
—Iniciemos con unas notas básicas —dio una breve demostración pasando sus dedos por tres cuerdas del guqin.
WuXian asintió, llevó una de sus manos al instrumento donde tiró de una de las cuerdas, provocando que el sonido hiciera eco en las cuatro paredes.
—Más suave —comentó Lan WangJi colocando su mano sobre la más pequeña para indicarle cómo tirar de las cuerdas.
El alfa había sentido vibrar el cuerpo de Wei Ying cuando sus manos se tocaron, aunque ambos trataban de ocultarlo. Era difícil estar tan cerca, sus cuerpos parecían llamarse cada vez más de forma inconsciente.
Los ojos dorados observaron como la respiración de WuXian se volvía algo pesada, pero no sólo la del omega, también estaba algo desequilibrada su propia respiración.
Bajo el toque del Lan el omega volvió a tirar de la cuerda.
—¿Qué tal ahora? —preguntó en un murmuró alzando la vista para enfrentarse con Lan WangJi.
—Más suave —repitió el alfa acercándose un poco.
De nueva cuenta el omega hizo sonar el instrumento. —¿Y ahora? —su voz apenas se escuchaba.
—Mn —Lan WangJi asintió mientras veía atentamente el bello rostro de Wei WuXian, sus facciones delicadas y brillantes ojos parecían hacer una súplica silenciosa.
El rostro del omega se alzaba como si buscara el del alfa, había llegado un punto donde sus respiraciones comenzaban a mezclarse. Ninguno parecía tener intenciones de alejarse, al contrario, la distancia cada vez se iba reduciendo más y más.
Lan WangJi miró como los ojos grises iban de sus ojos a su boca, provocando que tragara con fuerza. Estaba a punto de ceder, realmente deseaba probar los labios rojizos del omega, sólo faltaba un poco más.
Pero su anhelante unión se vio interrumpida por varios golpes apresurados en la puerta, logrando que ambos se separaran de forma abrupta.
Se escuchó una voz desde el exterior. —¡Joven Lan WangJi traigo noticias urgentes de su hermano!
Lan WangJi frunció el ceño, sabía que debía ser algo verdaderamente grave para que alguno de sus hombres interrumpiera de esa forma en las habitaciones privadas.
Dio una corta mirada al omega que estaba en silencio a un lado suyo, después se levantó y salió de la habitación, dejando solo a Wei Ying.
Su corazón estaba agitado y su mente era un caos, pero debía mantener la calma y concentrarse para atender sus responsabilidades.
Una vez que salió se dirigió a su habitación, obligó a su alfa interno a calmarse y prestó atención al hombre. Tardaron unos minutos en poder dar todos los detalles, para cuando el hombre terminó el Lan supo que debía tomar una decisión.
—¿Cuáles son sus órdenes? —preguntó el hombre después de dar toda la información.
—Preparen todo para partir inmediatamente —dijo Lan WangJi.
El hombre asintió para marcharse a gran velocidad. El alfa soltó un pesado suspiro y miró en dirección de la habitación del omega. Ahora debía hablar con Wei WuXian.
Caminó de regreso a los aposentos del joven, antes de entrar se mantuvo varios segundos fuera de la habitación pensando en lo que le diría a continuación. De forma lenta abrió la puerta e ingresó.
Wei Ying seguía justo donde la había dejado, sus ojos estaban puestos en el fino instrumento de madera que reposaba en la mesa. A pesar de que el alfa había entrado el omega no le miró.
Lan WangJi se aclaró la garganta. —Wei Ying —Los ojos grises por fin se alzaron—, debo irme de la montaña.
El rostro de WuXian era de evidente sorpresa. —¿Te irás de regreso a la ciudad?
—Mn, surgieron asuntos que debo atender.
—¿Iré contigo? —preguntó el omega.
Lan WangJi negó. —Lo mejor será que permanezcas aquí.
Ahora fue el turno del omega para fruncir el ceño y entrar en pánico. —¡No me quedaré!
—Debes hacerlo —afirmó el alfa tratando de calmarlo.
—Intentaré escapar —comentó de forma rápida, como si intentara amenazar al Lan—. ¿Volverás a la casa de Jun Wu?
Lan WangJi asintió a manera de afirmación.
WuXian desvío la mirada. —¿Me dejarás aquí por lo que hice la última vez? —cuestionó con un tono de voz bajo.
El alfa suspiró, sentía que con este distanciamiento arruinaría todo su avance que llevaba. —No es por eso.
—¿Entonces? ¿Jun Wu te lo prohibió?
—No, tampoco es eso —después de pensarlo Lan WangJi decidió decirle los motivos, quizá con eso pondría calmarlo—. Es debido a que los demonios han atacado una de nuestras instalaciones.
Wei WuXian permaneció en silencio por unos segundos tratando de digerir las palabras del Lan. Al ver aquella reacción el alfa decidió terminar de explicar la situación.
—Atacaron directamente a Xie Lian, no puedo arriesgarme y llevarte, de lo contrario podrías... —no terminó su frase pero era obvio que se refería a que el omega podría escapar.
Algo en sus palabras hizo que WuXian le mirara de forma incomprendida.
—¿Dijiste que atacaron a Xie Lian?
Lan WangJi asintió sin entender. WuXian se aproximó de forma rápida al alfa.
—¡No fueron ellos! —exclamó WuXian—. Es alguien más.
El alfa no estaba comprendiendo porque el omega decía aquellas palabras.
—Las pruebas indican que fueron ellos.
WuXian negó. —Debe haber una explicación —sus ojos grises le miraron atentamente—. Lan Zhan, te juro que digo la verdad, no sé quién podría ser, pero está intentando ocultarse haciéndose pasar por nosotros. Debes creerme.
Lan WangJi se sentía contra la espada y la pared; según la información de su hermano se trataba de los demonios, pero ahora venía Wei Ying y decía que no eran ellos.
—Lan Zhan... —llamó WuXian—. Déjame ir contigo, necesito saber quién se está haciendo pasar por uno de los míos.
El alfa le miró debatiéndose internamente, pero si WuXian tenía razón eso significaba que había alguien que no quería ser descubierto. No podía dejar pasar algo como esto.
Al final asintió en dirección del omega. —Vendrás conmigo.
Wei Ying sonrió levemente, su aroma detonaba alivio con una mezcla de alegría. Lan WangJi esperaba no estar cometiendo una equivocación.
Lan XiChen presionaba el puente de su nariz tratando de mantener la calma, habían sucedido tantas cosas en las últimas 36 horas que no sabía con cual iniciar.
El alfa estaba solo en ese momento, Xie Lian estaba descansando «porque lo obligaron», mientras que QingXuan se aseguraba de que el omega mayor no se levantara. Sabía que Jun Wu no tardaría en llegar para arreglar todo el caos provocado, pero cada minuto de espera lo consumía.
En cuanto escuchó la puerta abrirse giró aliviado, era Lan WangJi. Estaba a punto de saludar cuando notó al joven omega que entraba y se colocaba a un lado de su hermano, Wei WuXian también había llegado.
Parecía que su expresión era bastante obvia para el segundo Lan, pues este empezó a explicar.
—Hermano, lo traje porque asegura que los demonios están fuera de todo esto.
XiChen alzó una ceja miró al omega. —¿Cómo está tan seguro el joven WuXian que no se trata de sus compañeros?
Wei WuXian estaba serio. —¿Y cómo están tan seguros ustedes que son ellos?
—Los demonios son los únicos que nos han enfrentado tan directamente —explicó el Lan.
El omega bufó. —Quizás alguien más tomó valor ¿Tienes alguna clase de prueba que afirme algo?
XiChen asintió ante la pregunta, de forma lenta caminó hasta un escritorio donde tomó una nota para extenderla al menor.
—Esta nota fue dejada en el lugar donde atacaron a Xie Lian —empezó a explicar—. Su contenido es claro. "Entreguen a Wei WuXian o lo pagarán".
El rostro del omega era todo un poema, pero aún con eso WuXian negó.
—No son ellos —volvió a afirmar—, ni siquiera tiene sentido, si fueran ellos buscarían una forma de hacer un intercambio, es obvio que si matan a alguien importante como Xie Lian pondrían mi vida en riesgo, ellos no son estúpido para arriesgar algo como eso, en pocas palabras quien haya ideado este plan es un idiota.
XiChen miró a su hermano, podía ver como Lan WangJi apoyaba de forma discreta al omega. No había comentado nada respecto a lo que Wei WuXian había dicho, lo cual, antes los ojos de Lan XiChen era una forma obvia de demostrar que estaba del lado del joven.
El mayor de los Lan suspiró al ver que no obtendría ayuda por parte de su hermano. —Supongo que el joven WuXian conoce muy bien a los suyos, pero aún no podemos descartar la opción de que se trate de ellos.
Los ojos grises parecieron volverse fríos. —Apuesto mi vida a que no son ellos.
Una nueva voz se unió a la sala.
—Temo informar que las apuestas no están permitidas aquí —Jun Wu iba entrando con Ling Wen por detrás.
El ambiente se tornó hostil en cuestión de segundos.
Chapter 17: Capítulo 16. Demonios.
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Los ojos grises de Wei WuXian estaban fijos en el alfa recién llegado, era inevitable no sentir su sangre arder cada vez veía a Jun Wu.
Un suave toque en su hombro lo hizo despejar su mente, Lan WangJi estaba a su lado, con su mirada le indicaba que mantuviera la calma. El omega sabía que el Lan sólo quería evitar alguna escena desagradable, por lo que se obligó a mantenerse en su lugar y ocultar sus ganas de arrancarle la cabeza a Jun Wu. Además de que claramente estaba en desventaja.
—Creí que seguían en Gusu —dijo Jun Wu al menor de los Lan.
—Yo le pedí a WangJi que viniera —comentó XiChen—. Pensé que se agilizarían las cosas si estábamos todos reunidos.
—Ya veo —Los ojos de Jun Wu se posaron en el omega menor —. ¿Qué hace él aquí?
Wei Ying notó una mirada despectiva por parte del alfa, como si no estuviera del todo feliz con su presencia y menos cuando estaban ocupados con asuntos importantes.
—Si me dejaras ir no tendrías la necesidad de ver mi cara —murmuró el omega con rabia. ¡Él jamás pidió ser capturado para empezar!
XiChen se aclaró la garganta. —Él...
—Asegura que el incidente de Xie Lian fue provocado por alguien más —se alzó la voz de Lan WangJi.
Los ojos de Jun Wu se posaron en el segundo Lan, escudriñando con suma atención al joven alfa. Desde la perspectiva de Wei Ying parecía que Jun Wu estaba ligeramente sorprendido de que Lan WangJi hubiera hablado.
Después de esa inspección, el mayor se fijó de nueva cuenta en Wei WuXian.
—¿Eso es cierto? —preguntó el alfa—, ¿Por qué piensa eso este pequeño omega?
Wei WuXian frunció el ceño al escuchar la forma de como Jun Wu se refería a él. Su paciencia estaba rozando los límites de tolerancia.
—Conozco a los míos —aseguró Wei Ying—. Lan Zhan me dio algunos detalles del ataque, puedo asegurar que no son ellos, empezando por lo mal organizado que estaba, la persona que tramó todo es alguien inexperto, hay demasiadas fallas. Además, nosotros jamás nos cubriríamos el rostro como cobardes, puedo ser alguien que guste de usar un disfraz, pero nunca ocultaría mi cara, si mato a alguien quiero que lo último que vea sea a mi...
Los ojos grises mandaban una clase de amenaza a Jun Wu, aunque el alfa poco caso le hizo.
La habitación se sumió en un breve silencio. Inesperadamente Jun Wu sonrió, fue breve y muy disimulada. —WangJi. ¿Realmente le tienes tanta confianza para darle información?
El omega miró discretamente a Lan Zhan, este permanecía sereno, sin inmutarse por la pregunta de Jun Wu.
—Wei WuXian —llamó Jun Wu.
El menor regresó la vista al frente ante el llamado, pero su rostro tenía un notorio desagrado.
—Jun Wu... —la mirada del menor era retadora. El omega sonrió mientras se recargaba en el Lan, como si buscara provocar a Jun Wu con sus acciones. —Veo que tienes muchos problemas, eso provoca que Lan Zhan siempre está tan ocupado, aunque procura darme tiempo siempre.
WuXian sólo miró como el Lan desviaba la vista, cuando observó a Jun Wu se percató del semblante frío del alfa.
Jun Wu se dirigió al segundo Lan. —WangJi, hablamos después —seguido de eso se fijó en WuXian, quien se había vuelto a separar de Lan WangJi—. Estoy al tanto de que pudiste comunicarte con los tuyos, aparentemente aún no sabemos qué fue lo que hablaron, así que, ¿no podría ser eso más que suficiente para que ellos intentaran un ataque?—interrogó el alfa con una mirada calculadora— ¿Y si todo es parte de un plan?
WuXian bufó, él estaba seguro de que no eran sus compañeros. Hua Cheng preferiría cortarse ambos brazos antes de lastimar a su destinado, por lo tanto, tampoco permitiría que otro del equipo lo dañara de igual forma.
Cada ocasión que enfrentaban a Dragón Blanco las indicaciones de Hua Cheng eran las misma.
"Quién toque un cabello de Gege está muerto"
Wei WuXian sabía que esa amenaza no eran palabras vacías. Por ello Hua Cheng era el encargado de manejar con Xie Lian. Así evitarían accidentes indeseados.
—Lo diré una última vez —dijo el omega mirando fijamente a Jun Wu—. No. Fueron. Ellos.
Una parte de su orgullo le molestaba que alguien se hiciera pasar por su grupo. Las intenciones y propósitos del causante le importaban una mierda, pero no dejaría que alguien viniera a ensuciar su nombre con acciones tan mediocres. Los demonios habían trabajado duro para lograr lo que tenían, habían derramado lágrimas y sangre «literalmente» para llegar a donde estaban.
Jun Wu lo observó, después asintió. —Lo sé.
De nueva cuenta hubo un silencio en el lugar.
WuXian estaba incrédulo, tanto que volteó a ver a Lan WangJi, mirándolo como si preguntara: "¿Escuché bien?"
—Tal y como dijo el niño, hubo muchos errores en el ataque contra Xie Lian, por ejemplo; la desactivación de las cámaras externas, un error tan fatídico como ese sólo lo comente alguien con inexperiencia.
Todos en la sala estaban ligeramente asombrados de que Jun Wu estuviera de acuerdo con el menor. El único que seguía con cara incrédula era el omega.
WuXian tenía sus manos hechas puño, de forma lenta se aproximó más a Lan WangJi y habló en voz baja.
—¿Me dijo niño?
Todo lo que había dicho Jun Wu fue ignorado por el omega que estaba perplejo por la forma como le había hablado.
—WangJi —llamó XiChen—. ¿Por qué no llevas al joven WuXian a tu habitación? Necesitamos resolver esto.
Lan WangJi asintió, de forma delicada empujó por la parte de los hombros a WuXian, quien seguía firme mirando a Jun Wu.
—Wei Ying —el omega sintió el cálido aliento del Lan en su oreja, provocando una corriente eléctrica por toda su espalda —, vamos.
Esta vez el omega cedió ante el segundo empujón soltando un bufido y encaminándose a la salida. Sabía que aún no era el momento de cobrar su deuda, pero tarde o temprano llegaría; y lo disfrutaría sin duda alguna.
Wei Ying escuchó la puerta cerrarse a sus espaldas, una vez que salieron de la oficina se giró para mirar al Lan.
—¿No me quieren ahí porque temen que arruine sus planes? —preguntó con una sonrisa—, ¿Tanto miedo me tienen?
Lan WangJi no respondió, pero el menor pudo ver cierta diversión en los ojos dorados. No sabía en que punto había comenzado a comprender las pequeñas reacciones del Lan. Una parte interna del omega le advertía que debía tener cuidado, pues al mismo tiempo que lograba que Lan WangJi confiará en él una parte del omega también cedía al alfa. Estaba jugando con una navaja de doble fijo, aunque resultaba divertido.
Mientras ambos caminaban WuXian notó que, en efecto, se dirigían a la habitación de Lan WangJi. Los últimos días en Gusu había tenido más libertad de la que pensó, por ello regresar a su antiguo encierro le dejaba un sabor amargo en la boca.
Aprovechando el momento, el omega mediría qué tanto control tenía ahora en el alfa.
De forma rápida caminó hasta adelantarse y colocarse frente al Lan, obligándole a detener su andar.
—¿En serio me llevarás a tu habitación?
Lan WangJi asintió. —Debo hacerlo.
WuXian hizo un puchero, de forma calculadora se acercó un poco más y liberó su aroma, no demasiado, pues tampoco es que él fuera inmune al sándalo del alfa. Ya lo había comprobado en Gusu, en donde casi sucumbió ante Lan WangJi. Si no fuera por el hombre que interrumpió en ese momento el omega estaba seguro de que hubieran sucedido cosas de las que se hubiera arrepentido.
Un fugaz recuerdo del casi beso entre él y el Lan logró distraer a WuXian, pero eliminó la imagen antes de que el alfa notara su pequeño trance.
—Lan Zhan no quiero que me encierres... tú mismo dijiste que no lo harías —acusó el omega cruzándose de brazos.
El alfa frunció el ceño, pero después de unos segundos asintió. —Está bien, no te encerraré.
Los ojos grises se iluminaron y sin poder evitarlo Wei WuXian sonrió.
El omega decidió arriesgarse y acercarse un poco más. —Ahora no podrás hacer tu trabajo, deberás cuidar de mí para que no haga ninguna travesura... Lan Er-Gege.
WuXian notó como el alfa se tensó totalmente, cosa que divirtió de sobremanera al omega. Estaba a punto de soltar otro comentario ligeramente insinuante cuando una voz se sumó al lugar.
—WangJi-Xiong, WuXian, veo que ya llegaron —QingXuan iba pasando con una pequeña charola en manos.
WuXian se alejó dos pasos del alfa y giró para ver al omega recién llegado.
—QingXuan —habló Lan WangJi, su voz parecía casi aliviada. Los ojos dorados iban entre ambos omegas. —¿Xie Lian está descansando?
—Sí, aunque ya lo conoces, cuidar de si mismo no es su fuerte, ahora mismo iba para allá, llevo algo de comida para ver si lo animó un poco.
Shi QingXuan lucía muy animado, WuXian recordaba la última vez que lo vio, fue ebrio y a punto de vomitar.
—¿Se encuentra mejor? —preguntó WuXian sorprendiendo a QingXuan.
—Él está bien, si no fuera porque lo obligaron a descansar de seguro estaría en las calles buscando a la persona que lo atacó—. Aunque su voz era ligera había cierta acusación en su mirada que no se despegaba de Wei Ying.
—QingXuan —le llamó Lan WangJi. Negó en cuanto el omega le miró, advirtiéndole que no siguiera ese rumbo en la conversación.
La realidad es que WuXian le importaba poco que Shi QingXuan le juzgaba, sabía que su reacción era natural y no lo culpaba. Además, por lo único que había preguntado por Xie Lian es debido a Hua Cheng; era el destinado de un amigo suyo, si algo le pasaba a Xie Lian era casi seguro que el alfa reaccionaría muy mal.
De hecho se preguntaba cómo estaría ahora mismo con la noticia del ataque hacia Xie Lian.
—Lamento lo que le pasó —dijo WuXian sin mucho interés—, pero supongo que no es su primera herida y tampoco será la última.
—En eso tienes razón, especialmente Xie Lian, parece estar hecho de sal, su mala suerte parece no tener límites.
WuXian rio debido al comentario de QingXuan. —La verdad mi suerte tampoco es la mejor.
Lan WangJi pareció notar la buena química que regresaba haber entre ambos omegas, como si olvidaran las miradas no precisamente amigables de hace un momento.
El alfa los observó un poco más antes de tomar una decisión.
—QingXuan, lleva a Wei Ying contigo.
—¿Qué? —dijeron ambos omegas a la vez mirándolo perplejos.
El Lan explicó: —Tengo trabajo que hacer.
QingXuan comprendió y asintió, pero WuXian no parecía muy convencido. Estaba a punto de alegar cuando el alfa dio media vuelta y dio el primer paso.
—¡Lan Zhan espera! —le tomó de la mano casi con pánico, sólo después de notar sus acciones le soltó casi como si le quemara su contacto. —Yo...
WuXian no encontraba ninguna excusa decente. Lan WangJi le miraba esperando, pero conforme pasó el tiempo el alfa supo que WuXian no diría nada.
De forma tranquila dirigió su mano al rostro del omega, pero antes de tocarlo se desvió para tomar un mechón rebelde del cabello, colocándolo por detrás de su oreja.
—Iré a buscarte más tarde —aseguró Lan WangJi, después fijó su vista en el otro omega—. Nada de alcohol —sentenció antes de dar media vuelta y alejarse.
WuXian sólo veía la alta figura marcharse. De forma pesada soltó un suspiro por no haberse podido controlar. Le desesperaba como reaccionaba en presencia de Lan WangJi últimamente.
—No lo puedo creer —murmuró QingXuan quien seguía parado donde mismo—. Es la primera vez que veo a WangJi-Xiong tratar a alguien de esa forma, parece que se llevaban mucho mejor ahora.
—No tanto como deberíamos —murmuró WuXian mordiéndose la lengua para evitar decir otra cosa.
QingXuan le miró un poco antes de hacer un gesto con la cabeza para que le siguiera. WuXian suspiró y empezó a caminar, examinó al joven de enfrente de forma rápida, no parecía llevar un arma o algo por el estilo. Tal como recordaba cada cierto tramo había hombres armados. Todo en conjunto sólo provocaba que WuXian desistiera en intentar algo, sabía que no era el momento.
—¿Te divertiste en Gusu? —preguntó QingXuan mientras seguía caminando.
—Lo único divertido era molestar a Lan Zhan, el lugar es muy tranquilo, bello, pero tranquilo, la verdad casi no es mi estilo.
QingXuan emitió un sonido a manera de comprensión. —Me lo puedo imaginar, nunca he ido, pero no podría esperar otra cosa de los Lan.
WuXian alzó las cejas ligeramente. —¿Nunca has ido? ¿En serio?
QingXuan se encogió de hombros. —Es un lugar casi sagrado para los hermanos Lan.
—Pero... tú eres cercano a ellos también —murmuró Wei Ying aun sin comprender.
QingXuan le miró. —Todos tratamos de separar las cosas de nuestro pasado, sólo compartimos aquello que se relaciona actualmente.
—¿Incluso tú? —inquirió WuXian—, escuché que llegaste a esta casa siendo muy pequeño.
—Y es cierto, pero no por eso soy ignorante de mi origen —respondió con la voz ligeramente decaída—. Supongo que ustedes hacen algo similar, mantienen las cosas de grupo separadas de las personales. ¿No?
WuXian asintió, si lo pensaba con cuidado, todos tenían cosas diferentes por las que preocuparse y ninguno se metía en los asuntos del otro.
QingXuan sonrió, parecía que su ánimo regresaba. —¿Lo ves? Pero dime, ¿es Gusu tan hermoso como dicen?
—Lo es, parece casi mágico... como si nada malo pudiera suceder ahí adentro—. Y eso mismo hacía pensar a Wei Ying. No lograba imaginar un lugar tan pacifico en llamas y sumido en el caos. Si Lan WangJi tenía esos recuerdos suponía que la escena debió ser severamente traumática.
—Y... dime, WuXian... tú y WangJi-Xiong... ¿aprovecharon su tiempo a solas? —sus palabras claramente estaban llenas de doble sentido, incluso movía sus cejas de arriba hacia abajo con coquetería.
—Si te refieres a que si tuvimos sexo, la respuesta es no —dijo WuXian con simpleza—. ¿Debo recordarte bajo qué condiciones estoy aquí?
—Yo sé que eres nuestro enemigo —aclaró enseguida el menor—, pero los dos se ven tan bien juntos ¿Ni siquiera un besito? ¿Nada?
De nuevo la imagen del caso beso con el Lan llegó a la mente de WuXian. Logró mantener la calma y negó. —Nada...
QingXuan hizo un pequeño puchero. —Supongo que con tenerte aquí es suficiente para WangJi-Xiong, en todo el tiempo que lo conozco jamás lo había visto tan feliz.
Wei WuXian lo miró sin comprender. ¿Feliz? ¡Pero ese hombre parecía ser una piedra! ¿Cómo puede estar tan seguro que Lan WangJi está feliz?
El omega apenas comenzaba a entender la forma de ser del alfa, pero era porque evaluaba varios factores. Primero el aroma que emitía el Lan, las orejas rojas «que hace poco había descubierto», la intensidad de su mirada junto con el tono de su voz. Las reacciones faciales ni siquiera las consideraba porque eran nulas. Así que descifrar si Lan WangJi estaba "feliz" con un simple vistazo era difícil de creer para WuXian.
—No lo entiendo, ¿de dónde le ven lo feliz? —dijo Wei Ying derrotado.
QingXuan rio ligeramente. —Con el tiempo lo comprenderás, hay una persona que lo conoce mejor que nadie.
—Déjame adivinar, Lan XiChen.
El menor asintió. —Es su hermano mayor después de todo... los hermanos mayores siempre darán todo por el menor...
Los ojos grises observaron de nuevo ese cambio que tuvo Shi QingXuan. No comprendía lo que sucedía pero tenía la intuición de que era algo delicado. No eran sus asuntos, así que no se metería.
Pero de algo si estaba seguro, las palabras de QingXuan eran ciertas. Él consideraba a Jiang Cheng un hermano, y siempre se preocuparía por él.
—En fin... —dijo QingXuan—, ¿Crees que WangJi-Xiong es guapo?
El cambio abrupto del tema descolocó un poco a WuXian. Las preguntas de QingXuan siempre solía hacer eran un tanto incómodas, de ser alguien más de seguro no contestaría ninguna... pero era Wei Ying, aparentemente no había pregunta tan incomoda para dejarlo callado.
—La verdad es que Lan Zhan no está nada mal, es una de las personas más hermosas que conozco —dijo honestamente.
—Es el encanto Lan, dicen que todos los Lan son bien parecidos, casi como si fuera obligatorio —murmuró QingXuan como si le estuviera contando un secreto.
—En ese caso es una pena que sólo queden dos ejemplares —dijo WuXian a manera de broma, ambos rieron.
Justo después pararon frente una puerta, QingXuan se giró para encargar a Wei Ying.
—WuXian... —sus ojos se posaron de forma seria en el omega—, sé que eres alguien peligroso y que no debería confiar en ti, soy consciente que me engañaste y tomaste mi móvil para contactar a los tuyos mientras yo vomitaba...
Wei Ying desvió los ojos. —Eso...
—Déjame terminar —pidió QingXuan—, también sé que casi matas a WangJi-Xiong y posiblemente quieras matarnos a todos en este lugar... —su seriedad fue reemplazada por una sonrisa. —Pero debo admitir que me agradas bastante, seamos amigos ¿sí?
Los ojos de WuXian se abrieron sorprendidos, no esperaba algo como eso.
Debía admitir que ese joven era divertido, podía imaginar fácilmente ser su amigo. Shi QingXuan era carismático y parecía nunca quedarse sin conversación, además de poder adaptarse. En realidad, parecía una buena persona, un tanto ingenua, pero buena, a fin de cuentas.
Al final WuXian le regresó la sonrisa. —Tú también me agradas. No sé si la amistad entre un demonio y un colmillo sea lo más prudente... pero yo no soy alguien prudente, así que está bien por mí.
QingXuan sonrió aún más, parecía satisfecho con la respuesta de WuXian. —Entremos de una vez para comer estos bollos, espero te gusten, son los favoritos de Xie Lian.
El menor golpeó la superficie con sus nudillos para avisar de su llegada. Se escuchó una ligera voz del otro lado, la cual había accedido al ingreso.
Cuando la puerta se abrió WuXian no tardó en recorrer todo con la vista. Todo lucía elegante y con tonos luminosos igual que la alcoba de Lan WangJi, la única diferencia era el aroma, en vez de un fuerte sándalo había una fragante esencia de flores silvestres, un aroma fresco y dulce.
Por debajo de la ventana había una especie de sillón mullido, en el cual reposaba el omega mayor.
—¡Xie Lian! —llamó QingXuan—, deberías estar en la cama.
—QingXuan ya te dije que no me estoy muriendo, no es necesario que esté en cama todo el tiempo —respondió el mayor con una gentil sonrisa.
QingXuan entrecerró los ojos pero lo dejó pasar, se hizo a un lado para mostrar abiertamente a Wei WuXian.
—¡Traje un invitado! —el menor parecía alegre, no temía en demostrar su agrado hacia el demonio.
WuXian sintió la mirada del omega mayor posarse sobre él. Lejos de lo que pensó, Xie Lian no le miraba con molestia o rencor, al contrario parecía tranquilo con su presencia.
—¡Xie Lian también traje bollos! —QingXuan se dirigió a una pequeña mesa para colocar la comida.
WuXian pudo ver el brillo en los ojos de Xie Lian cuando escuchó la palabra "bollos", lo cual le causó cierta gracia.
—Acomódense donde gusten —dijo Xie Lian colocándose de pie para caminar rumbo a la mesa de los bollos.
WuXian lo observó durante un momento, Xie Lian tenía puestas ropas sencillas en tonos blancos, pero aun así lucía hermoso.
Se preguntaba si Hua Cheng lo odiaría por estar en la habitación del omega antes que él. Seguramente si, cuando lo volviera ver se burlaría hasta cansarse o hasta que la paciencia del alfa se acabe, lo que suceda primero.
Xie Lian tomó uno de los bollos y se lo tendió a WuXian con una sonrisa, por lo que fue recibido sin dudar.
—Escuché lo del accidente —murmuró WuXian llamando la atención de Xie Lian quien había dado la primera mordida a su bollo—, sólo quiero decirte que nadie de mi grupo fue culpable de lo que te sucedió...
Wei WuXian no quería que Xie Lian culpara a Hua Cheng, sabía lo importante que era el omega para su amigo. Internamente se había propuesto ayudar a su amigo... claro que después se cobraría el favor.
—Si no fueron los demonios... ¿Quién más pidió tu liberación? —preguntó QingXuan al ver que Xie Lian permaneció callado.
WuXian sólo se encogió de hombros mostrando desconocer la respuesta. —Sólo sé que no fueron ellos.
—Yo también creo que no fueron ellos —anunció Xie Lian—, esto fue muy diferente a la vez que me enfrenté con...
—Hua Cheng —terminó de decir WuXian—. Si te consuela, puedo asegurar que HuaHua jamás te hubiera disparado.
WuXian miró una pequeña sonrisa en el rostro de Xie Lian, por dentro se palmeó la espalda por su buena elección de palabras. Debía cuidar no decir más de la cuenta, él no era alguien para informar del vínculo especial que compartían. Ese asunto era entre Hua Cheng y Xie Lian, suficiente tenía con su propio destinado para ir a meterse a donde no le llamaban.
Además, quizás aún no era el momento de que Xie Lian supiera, las cosas estaban complicadas como para complicarlas más. Dejaría que la vida misma se encargara de ello.
El "destino" fue quien los emparejó, por lo que sería el mismo destino quien se encargaría de ese caótico desastre que estaba formado.
La puerta del lugar fue abierta con un golpe devastador. Un alfa de aroma amenazante atravesó el umbral mientras buscaba a su objetivo con la mirada, una vez que lo encontró no dudó en expresar su molestia.
—¿Es cierto? ¡Alguien lo lastimó! —cuestionó golpeando el escritorio de la oficina con ambos puños. Se pudo escuchar el crujido de la madera debido a la fuerza utilizada.
Nie HuaiSang, quien estaba al otro lado del escritorio tragó duro y asintió varias veces. Claramente sabía de quién hablaba el alfa. —Recibió una herida de bala ¡Pero está bien, no fue una herida grave! ¡Ningún órgano fue atravesado, tampoco fue en un lugar que le evitara tener movilidad! ¡Xie Lian está bien!
—¡No está bien si tiene una herida! —recriminó Hua Cheng—, ¿Tienes el nombre del responsable? Lo mataré con mis propias manos.
El omega negó, temía que Hua Cheng le arrancara la cabeza por no darle información. —¡No sé nada! ¡Lo juro!
—¡Si me estás mintiendo acabaré contigo!
—¡No es mentira! ¡Ayuda!
La voz de Jiang Cheng resonó. —Ya déjalo en paz, recuerda que él es quien más nos ha ayudado.
Hua Cheng gruñó, pero al final se alejó, debía controlar su furia, después de todo los Nie no tenían nada que ver.
—Investiga quién está detrás de esto —pidió el alfa mientras se sentaba de brazos cruzados con un aura de muerte.
Nie HuaiSang asintió. —Haré lo que pueda...
—¿Dónde está tu hermano? —inquirió Jiang Cheng aproximándose más para sentarse de igual forma.
—Está en una reunión con los Jin, tardará unas horas, por eso los cité, tengo información de WuXian.
Jiang Cheng suspiró aliviado, en cuanto recibió el mensaje del Nie supuso que era algo acerca de su hermano. Lo único malo fue que poco antes de reunirse se hizo pública la noticia de que Xie Lian estaba herido por un reciente ataque.
Con la nueva información todo se descontroló un poco, Hua Cheng estaba de un humor pésimo. Pero lo importante no era el alfa o Xie Lian.
WanYin estaba ahí por una única razón.
—¿Descubriste a dónde llevaron a WuXian?
Nie HuaiSang negó. —No, pero ya no es necesario saberlo, Wei WuXian regresó a la residencia de Jun Wu.
Hua Cheng y Jiang WanYin se dirigieron una corta mirada.
—¡Y aún hay más! —expresó el Nie—, parece que Dragón Blanco está teniendo problemas y necesita de todos sus colmillos, creo que ese es el motivo por el cual Lan WangJi regresó.
—Es una suerte que WuXian volvería con él —murmuró Hua Cheng.
WanYin puso los ojos en blanco. —De seguro ese idiota logró convencer al Lan para que lo trajera.
—Pues tuvo éxito y eso nos beneficia a nosotros —aclaró Hua Cheng.
El Jiang notó como HuaiSang parecía querer decir otra cosa. —¿Tienes algo más?
Nie HuaiSang asintió. —Logré convencer a uno de mis pajaritos para que mandara algún mensaje a WuXian, no sé si eso les sirva.
—¿En serio? —Jiang Cheng está incrédulo, lo que acababa de decir el Nie ponía las cosas totalmente a su favor. —¿Podríamos pedirle enviar algún arma o veneno?
El Nie negó enseguida. —Nada de objetos de fuera...
—¿Y qué tal de adentro? —preguntó Hua Cheng—, es obvio que Jun Wu posee varias cosas en su casa, ¿no podría acercarle algo? Quizás no un arma, pero si algún sedante, WuXian es bueno trabajando con ellos.
No era un secreto que el omega era el mejor, sabía dónde atacar para que el efecto fuera más rápido o más lento. Si colocaban el equipo adecuado en las manos de Wei WuXian era casi seguro que habría problemas.
Nie HuaiSang parecía meditar las palabras del alfa. —Tal vez pueda convencerlo, pero no aseguro nada, el mensaje es seguro de que llegue, aunque preferencia que fuese breve.
—Ya tengo el mensaje perfecto —Hua Cheng sonrió de lado.
WuXian sintió la suavidad de las sábanas bajo su piel, de forma perezosa comenzó a estirarse y abrir los ojos. Su vista terminó en un punto muerto de la habitación, se preguntaba cuándo había empezado a dormir tan bien, como si olvidara que en realidad era un prisionero en esa gran casa.
Despabilándose un poco se puso de pie y miró el reloj, eran casi las diez. Lan Zhan no estaba ahí, suponía que seguía trabajando, era la única cosa que aparentemente sabía hacer el alfa.
De forma lenta se dirigió al armario para buscar un cambio de ropa. Suponía que faltaba poco para que QingXuan llegara y lo llevara a comer algo, ese omega no se había despegado de él desde su regreso. Cosa que agradecía porque se le permitía salir; aparentemente Lan Zhan estaba cumpliendo su palabra de no "encerrarlo", dentro de lo que cabe.
Su omega interno apreciaba el esfuerzo pero no era lo suficiente para querer permanecer ahí para siempre. Tampoco negaría que su necesidad de escapar había disminuido un poco... sólo un poco.
Con un pesado suspiro terminó de colocarse la ropa, estaba por terminar de abotonar su camisa cuando escuchó dos golpes suaves en su puerta.
—Adelante —dijo en voz alta pensando que se trataba de QingXuan, pero después de unos segundos la puerta no se abrió, cosa que extraño al omega y volvió a repetir: —Adelante.
Al notar que nadie entraría se aproximó a la entrada, justo en ese momento divisó como una nota pasaba por debajo de su puerta.
WuXian la miró extrañada, ni siquiera dudó en agacharse para tomarla. El pedazo de papel estaba doblado por la mitad, por lo que no sabía que había en el interior.
Una vez que lo desdobló pudo apreciar unas breves palabras, lo primero que se leía en la tinta negra era la palabra "prepárate" y a un lado había una fecha junto con la hora. Más abajo había una cápsula pegada al papel, decía la palabra "sedante" junto con la frase "úsala bien".
Sólo con esas pocas pistas el omega sintió un alivio recorriendo todo su cuerpo, por fin había fecha para su escape.
WuXian rompió la nota en segundos, nadie podía leerla o sus planes quedarían en la ruina. Toda la información que necesitaba ya estaba en sus manos, además del ayuda extra del sedante, era muy poco pero suficiente. Siempre creyó que necesitaría luchar contra alguno de los guardias para hacerse de un poco, pero ahora eso quedaba en el olvido.
Sus ojos se posaron en el rastreador de su tobillo, confiaba en que sus compañeros se harían cargo de eso, ahora solo debía cumplir con su parte del plan.
De forma rápida se dirigió al baño y aventó los trozos al inodoro para borrar los últimos rastros de evidencia. Entre sus dedos miraba la píldora, debía cuidarla hasta que el día llegara.
El omega se dirigió hasta la estantería de libros del alfa, tomó uno en específico y lo abrió. Entre sus páginas estaba un pequeño alfiler clavado, el mismo que había logrado obtener en Gusu, ahora se sumaba la píldora a su colección.
Esperaba no tener tan mala suerte como para que Lan WangJi quisiera leer específicamente ese libro en los próximos tres días.
El silencio terminó por golpes en la puerta.
—¡WuXian! —era la voz de QingXuan al otro lado de la puerta.
—¡Ya voy! —el omega cerró el libro y lo colocó donde mismo.
En cuanto giró la puerta fue abierta revelando al menor.
—WuXian debemos apurarnos, Xie Lian espera por nosotros en el comedor, si no vamos podría pasar algo muy malo.
Wei Ying alzó una ceja. —¿Qué podría hacer? ¿Se acabaría toda la comida?
—Algo incluso peor —el rostro de Shi era casi gris—, puede intentar cocinar...
WuXian inclinó su cabeza sin comprender.
Chapter 18: Capítulo 17. Dragón Blanco.
Chapter Text
Lan WangJi puede notar la mirada de reproche en los ojos grises del omega. Su alfa interno lo considera tierno por aquella reacción, aunque su rostro no lo exprese.
—Lan Zhan no puedo creer que le pusieras ese nombre a tu conejo —regaña Wei Ying mientras acaricia las largas y blancas orejas del animal. —¿WangJi? ¿En serio?
—¿Es un mal nombre? —interroga el Lan.
—No lo digo porque tu nombre sea feo, de hecho tiene un buen significado —aclaró el omega—, pero es obvio que no te esforzaste por conseguirle un nombre propio, al menos lo hubieras hecho más divertido, ¿Qué tal pequeño A-Zhan o didi?
—Ridículo.
Está claro que alguien como Lan WangJi jamás le pondría ese nombre a un consejo. En realidad, ni siquiera iba a asignarle uno, pero QingXuan y Xie Lian habían insistido demasiado para que el Lan pudiera darle nombre a la pequeña criatura.
Al final Lan WangJi se rindió y terminó usando su mismo nombre para llamar al conejo. Además, en su defensa, tenía diecisiete años cuando le puso el nombre al pequeño animal, en ese momento parecía buena idea.
Los orbes dorados observaron como el omega acercaba su rostro a la rosada nariz del conejo mientras murmuraba diversas tonterías con referencia al "aburrido" nombre.
—A partir de hoy tú serás A-Zhan para mí —expresó WuXian sonriéndole.
Lan WangJi no dijo nada, sólo permaneció con su vista en el omega, admirando la belleza del menor y su hermosa sonrisa.
Wei WuXian por fin dejó ir al conejo, parecía satisfecho después de darle tanta atención. El omega se alejó del alfa y empezó a mirar las flores del jardín.
Los últimos días habían comenzado una especie de rutina, una donde se reunían antes del mediodía para ir al jardín y compartir un poco tiempo juntos, antes de que el alfa tuviera que retirarse nuevamente y seguir con su trabajo.
Lan WangJi había notado que poco a poco Wei Ying iba adaptándose cada vez más y más. Sumado al hecho de que Shi QingXuan y Xie Lian eran los encargados de vigilar al omega cuando el Lan no estaba.
Todo parecía demasiado perfecto para ser verdad... y por eso mismo Lan WangJi empezaba a sentir que algo no andaba del todo bien.
—Lan Zhan —llamó WuXian exigiendo su atención—. ¿En qué piensas? Pareces distraído.
Lan WangJi no contestó, su única reacción fue desviar la vista. Con eso el omega supo que no obtendría ni una respuesta.
Wei WuXian se acercó y sonrió de lado. —¿Estás pensando en mí? ¿En lo hermoso que soy?
Hubo un aumento de feromonas en el ambiente, la dulce fragancia logró embelesar al Lan, causando que liberara su aroma como respuesta.
—Vamos Lan Zhan, no mientas —ronroneó WuXian—, sé que te soy irresistible ¿O acaso estás imaginando cosas indebidas?
El omega estaba cerca, provocado deliberadamente a Lan WangJi.
—Wei Ying —advirtió el Lan tomándolo de una mano, su mirada era seria, casi peligrosa.
WuXian bufó. —Eres tan aburrido —contestó alejándose, brindando espacio al alfa para que respirara.
Lan WangJi pudo relajarse nuevamente, aún no lograba acostumbrarse a ese lado tan coqueto y desvergonzado del menor, quizás nunca lo haría, no mientras tuviera que restringirse tanto a sí mismo.
—Regresemos a la habitación —dijo el Lan mirando fijamente a WuXian.
El omega chasqueó la lengua no muy convencido. —¿Te irás ya?
—Mn, QingXuan pasará por ti más tarde.
Lan WangJi observó como la expresión de WuXian cambiaba; parecía como si estuviera en una especie de trance y se perdiera en sus pensamientos. Pero aun así el omega asintió de forma distraída y empezó a andar.
En el trayecto todo parecía normal, el omega hacía algunos comentarios burlescos queriendo terminar con el silencio, mientras tanto el alfa aguantaba sin reproches.
Una vez que llegaron a la habitación del alfa el menor entró y fue directo a la cama para dejarse caer. Lan WangJi dio un último vistazo antes de dar medio cuánta y tomar la puerta para marcharse.
—Lan Zhan —Wei Ying estaba con la mirada puesta en el techo. Lan WangJi frenó sus pasos y le miró. —Si lograra escapar... ¿volverías a buscarme?
El ceño del alfa se frunció ante esa pregunta, ese panorama desagradaba en sobremanera a su alfa interno. Perder a su omega no sería nada bueno.
—Sí —respondió el Lan sin dudar.
—Ya veo... —WuXian se incorporó y sonrió—, ¿Lastimaría tu orgullo de alfa si lograra escapar?
—No, mi orgullo no —dijo Lan WangJi. Si perdiera a Wei Ying su orgullo como alfa sería de las últimas cosas en las que pensaría.
—¿No? ¿Entonces qué? ¿Tu corazón? —dijo con burla el menor mientras reía.
Lan WangJi sólo suspiró. —Te veo más tarde.
Sin esperar alguna clase de respuesta el alfa salió de la habitación y se marchó, no sin antes verificar que los dos guardias de turno estuvieran en su posición.
Con una simple mirada les advirtió que mantuvieran bien vigilando al omega. Si algo le sucedía era obvio que alguien pagaría las consecuencias.
Lan XiChen miraba el cuerpo sin vida sobre la mesa de metal, la habitación era fría y con un olor bastante desagradable.
El sonido de la perilla girando llamó la atención del alfa, por el umbral atravesó la figura de su hermano menor.
—WangJi —dijo XiChen con una ligera sonrisa—, pensé que llegarías un poco más tarde.
El menor de los Lan no dijo nada, en cambio miró al hombre sobre la mesa. —¿Es él?
XiChen asintió. —En efecto, es uno de los que robaba parte de nuestra mercancía. No es nadie importante, pero malamente no logramos conseguir nada.
—¿Cómo ocurrió? — Lan WangJi se aproximó más al cuerpo para dar una breve inspección.
Lan XiChen empezó a explicar cómo ese hombre aparentemente guardaba una cápsula con veneno dentro de su boca. Justo cuando estaba a punto de interrogarlo el hombre se había quitado la vida.
Ahora volvían al inicio del problema, cosa que empezaba a irritarlos. Sin mencionar que Jun Wu aún no sabía los pormenores.
—Parece que la cabeza detrás de todo esto es más inteligente de lo que creímos y logró guardar bien la información, es como si supiera que terminaríamos atrapando al responsable, por eso utilizó a un hombre cualquiera —comentó XiChen acercándose un poco más al cadáver.
—Alguien con reemplazo —añadió Lan WangJi.
—Exacto —XiChen le dio un vistazo a su hermano menor—, a Jun Wu no le agradará esto.
Lan WangJi leyó el expediente que estaba sobre la mesa a lado del cuerpo. Aparentemente el difunto no mostraba señales o signos de estar coludido con algún grupo en específico, su información personal tampoco revelaba mucho. No tenía familia o amigos, sólo era otro delincuente más de las calles con hambre de dinero.
XiChen suspiró con cansancio. —El resto de organizaciones parecen estar tranquilas, por lo que es difícil saber quién lo contrató.
—¿Hay sospechosos?
El mayor de los Lan asintió. —Bastantes, pero ninguna prueba contundente, sólo especulaciones.
—Es natural, tenemos muchos enemigos.
XiChen sonrió ante el comentario de Lan WangJi, pues a pesar de la problemática su tono de voz era tranquilo.
El mayor prestó un poco más de atención; el segundo Lan tenía una expresión gélida como de costumbre, pero en sus ojos había un torbellino arrasando con todo a su paso. Y sabía que la causa no era el hombre sobre la mesa. Quizás nadie lo hubiera notado, pero para Lan XiChen eso era más que obvio, nadie conocía a WangJi como él.
—Te noto algo disperso, ¿Ocurrió algo con WuXian?
Lan WangJi se tensó enseguida por la pregunta, no podía mentir, pero tampoco quería hablar de las inquietudes que empezaban a carcomerlo.
—Hermano... —llamó Lan WangJi. —Wei Ying... él... —detuvo sus palabras. Ni siquiera sabía cómo expresar su angustia por el omega.
El alfa estaba en un punto donde no sabía si sus acciones lo llevarían a algún lado con su destinado, o al contrario, estaría provocando una separación. Temía equivocarse cada vez que daba un paso hacia WuXian, no sabía hasta donde estaba puesto el límite entre ambos. No quería arruinar lo poco que había construido.
—WangJi —XiChen le sonrió para tranquilizarlo—, sé que yo no poseo un vínculo como el que tú tienes con WuXian, pero estoy seguro que sabrás que hacer, deja que tu instinto te guíe.
Lan WangJi desvió la vista. Ese era el problema, su instinto le decía que sometiera a Wei Ying contra la cama y lo poseyera hasta que el omega se rindiera y suplicara clemencia.
XiChen alzó su mano para mirar el elegante reloj de su muñeca. —Debemos reunirnos con Jun Wu y contarle lo sucedido.
—Mn.
Ambos hermanos salieron de la habitación sin decir ni una palabra más. Era momento de ir a la oficina principal.
Jun Wu escuchaba atentamente a Ling Wen al otro lado de la llamada. Tenía poco de haber vuelto de su viaje de negocios y todo era un caos.
Dos golpes en la puerta de su oficina lograron sacarlo de sus innumerables pensamientos.
—Adelante.
La puerta se abrió dando paso a los dos hermanos Lan.
—XiChen, WangJi.
—Señor... —respondieron los Lan al unísono.
—Por sus expresiones deduzco que no traen buenas noticias.
Los hermanos se miraron entre sí y asintieron.
Lan XiChen comenzó a decir toda la información que tenían acerca del hombre que había estado robando parte de su mercancía. Contaron todo sobre su muerte y los pocos datos que obtuvieron «que en realidad eran inservibles».
Jun Wu escuchó pacientemente, de forma lenta se levantó y caminó hasta la ventana para mirar al exterior.
—Bueno, una cosa es segura —murmuró el alfa—, la persona que está detrás del robo es la misma que la del ataque a Xie Lian.
Ambos hermanos le miraron sorprendidos, claramente quería una explicación. Si Jun Wu decía algo como eso es porque tenía pruebas.
La mirada del mayor se posó en los Lan, de forma tranquila empezó a explicar:
—Ling Wen acaba de llamar, informó que lograron rastrear a los atacantes de Xie Lian. Casualmente esos sujetos se suicidaron de la misma forma una vez que los capturaron.
—Alguien se está moviendo con cuidado —dijo XiChen frunciendo el ceño mientras pensaba en todas las posibilidades. Parecía que no había llegado a ninguna conclusión por lo que suspiró y masajeó levemente sus sienes. —Creo que ahora los demonios ya no son tan importantes.
—Todo lo contrario mi querido XiChen —comentó Jun Wu—. Es justo ahora cuando debemos prestarles más atención, y para eso nosotros tenemos la delantera.
El rumbo de la plática empezaba a incomodar a Lan WangJi, sin embargo permaneció callado escuchando atentamente todo lo que decía Jun Wu.
—¿Tiene un plan, señor?
Jun Wu asintió. —Nuestro enemigo se aprovechó del revuelo que hicieron los demonios para atacar de forma cuidadosa, no quieren que sepamos quienes son, por lo que deduzco que debe ser alguien cercano, parece que son dos contra uno podemos poner el tablero a nuestro favor, sólo requerimos de las fichas adecuadas, es ahí donde entran los demonios... —la mirada de Jun Wu se fijó en Lan WangJi.
XiChen vio como su hermano se tensaba, claramente no le gustaba para nada por donde iba el plan de Jun Wu.
—Señor... —llamó el mayor de los Lan—, ¿Cuál es el plan?
Jun Wu no dijo nada, es su lugar se dirigió hasta Lan WangJi. Cuando estuvo cerca habló con su típica voz neutra.
—WangJi, quiero que marques a ese omega lo más pronto posible ¿Entendido?
Los ojos dorados se abrieron alarmados, incluso XiChen colocó una expresión de incredulidad. Ninguno de los hermanos pudo decir algo ante las palabras del mayor.
El alfa interno de Lan WangJi estaba furioso, no quería que lo obligaran a nada a él o a Wei Ying, en especial si sabía que podía terminar lastimando a su destinado. Además, el hecho de tener que utilizarlo para resolver sus problemas laborales tampoco le agradaba en lo absoluto.
—WangJi, ¿escuchaste lo que dije? —volvió a hablar Jun Wu, esta vez alzando un poco más su tono—. Necesito que marques a ese omega para hacer la primera parte del plan.
Lan WangJi bajó la mirada, se sentía contra la espada y la pared. XiChen no dudó en intentar ayudar.
—Señor... ¿Realmente necesitamos que WangJi marque al joven WuXian? No estoy seguro de que eso ayude.
Jun Wu miró lo indeciso que estaba el segundo Lan, por lo que suspiró y se dirigió a su asiento.
—Ese omega es necesario para poder manipular al resto de demonios.
—Pero si WangJi lo marca contra su voluntad podría complicar las cosas —comentó XiChen.
—Si WangJi no lo marca tendremos más problemas, imagina que nuestros enemigos se aliaran, podrían causar un gran daño —Jun Wu empezaba a perder su paciencia, era claro que no le interesaba el bienestar del omega, sólo le importaba poderlo utilizar a su favor—. Lo repetiré una vez más; Lan WangJi, marcarás a ese omega sí o sí, ¿entendido?
XiChen miró a su hermano, quien tenía los puños apretados y respiración pesada.
Al final Lan WangJi sólo asintió de forma lenta sin mirar al frente.
—Sí señor...
—Perfecto —Jun Wu se vio complacido con la respuesta—, cuanto antes mejor, una vez resuelto házmelo saber.
—Mn... —Lan WangJi asintió lentamente.
XiChen podía ver el enojo contenido de su hermano, sabía que debía sacarlo de ahí. —Si ya no hay nada más que arreglar creo que deberíamos marcharnos, aún queda mucho por hacer.
Jun Wu estuvo de acuerdo con XiChen, por lo que les hizo una señal para que se retiraran.
Los hermanos Lan hicieron una inclinación antes de dar media vuelta e irse. Una vez fuera de la oficina ambos se detuvieron, como si procesaran todo lo que había ocurrido ahí dentro.
XiChen no sabía que decir a su hermano, lo único de lo que estaba seguro es que debía apoyarlo.
—WangJi... ¿realmente lo harás?
El segundo Lan apretó la mandíbula y respiró de forma lenta. —No quiero hacerlo...
Podía ver el conflicto interno que había en su hermano, lo mejor era ayudarlo a despejar su mente distrayéndolo para que no se torturara.
—WangJi, ¿Qué te parece si entrenamos un poco? —animó XiChen, era lo único que se le ocurrió para aligerar el ambiente—. Hace mucho que no lo hacemos, como en los viejos tiempos.
Lan WangJi lo pensó, quizás necesitaba despejarse para aclarar sus ideas y tomar una decisión de lo que haría más adelante. Pues, a pesar de haber dicho que lo haría, la verdad es que dudaba poder hacerlo.
—¿Entonces? ¿Qué dices? —preguntó XiChen—, ¿Vendrás?
—Mn.
Lan WangJi se permitirá un momento para pensar, más tarde podría ver a su omega y quizás decidir qué hacer.
El rostro del omega estaba bañado en un fuerte sonrojo, Xie Lian quería que el piso se abriera y lo tragara. Además, los otros dos jóvenes no paraban de reír.
—¿Por qué te avergüenzas? —inquirió WuXian tratando de controlar su risa—, te ves bien...
Shi QingXuan miró a Xie Lian, seguido de eso puso toda su atención en WuXian. Cuando los dos omegas menores se miraron no lograron contenerse y volvieron a reír.
Xie Lian cerró los ojos con fuerza, sabía que había sido una muy mala idea. Para empezar, ¿por qué había aceptado que Shi QingXuan y Wei WuXian lo maquillaran? ¡Desde el principio sabía que eso sólo podía terminar en caos!
Pero era muy tarde, ahora que tenía puesto el horrendo maquillaje en su rostro.
—Debemos admitir que aún con eso te ves hermoso —dijo QingXuan sosteniendo su estómago de tanto reír.
—¿Puedo quitarlo ya? —preguntó pacientemente Xie Lian.
—¡No! —dijo enseguida QingXuan—, ni siquiera hemos sacado fotos.
Xie Lian no sabía si reír o llorar, prácticamente se había vuelto su payaso personal.
El mayor suspiró resignado y dirigió su mirada al montón de productos en la mesa.
—¿Desde cuándo tienes esto? —preguntó Xie Lian mirando un fino empaque color plata de... no estaba seguro de que era exactamente, pero sabía que lo tenía puesto en el rostro.
QingXuan se encogió de hombros. —No lo sé, hace poco descubrí este hobby, es divertido —el menor notó la mirada inquisitiva de los otros dos omegas—, ¿Qué? Me veo genial con maquillaje, además puede ser útil para infiltrarse —dijo moviendo las cejas y mirando fijamente a WuXian.
—¿Cómo la vez que te vestiste de mujer? —dijo Wei WuXian con una sonrisa—, sorprendiste a Aguas Negras.
Shi QingXuan se frotó el rostro, aún recordaba ese momento, pensó que nada podría salir mal... pobre iluso.
Tratando de desviar el tema QingXuan agregó. —Aguas Negras no parece ser alguien amigable.
—En efecto —dijo WuXian—, pero si te ganas su confianza puede ser un gran aliado.
Su sinceridad llamó la atención de Xie Lian y QingXuan.
—¿Es alguien leal? —preguntó QingXuan—, no creí que alguien así fuera a ser fiel a su equipo, pensé que las personas como... no sé... ah... mmm... —QingXuan se encontraba en un dilema al no poder encontrar las palabras adecuadas.
WuXian rio. —Dilo sin miedo, las personas como nosotras; personas que gustamos de usar trucos sucios y nos burlamos de nuestros enemigos.
—Sí... esa clase de personas —asintió QingXuan mientras reía incómodamente—. ¿Te llevas bien con él?
WuXian parecía estar relajado a pesar del tipo de preguntas.
—Define "llevar bien" —dijo el omega de ojos grises—. Me gusta molestarlo, como al resto de mi equipo, pero si les soy sincero, en realidad casi no lo conozco.
—¿Y estás conforme con eso? ¿No tienes miedo de que te traicionen? —preguntó Xie Lian esta vez, reflejaba evidente curiosidad.
El mayor usualmente no hacía preguntas de ese tipo, pues era consciente que podía incomodar a Wei WuXian, pero como el demonio parecía tan cómodo se había animado un poco.
—La verdad es que no —contestó WuXian—, después de todo él debe sentir lo mismo, tenemos cosas en común y es lo que nos ha mantenido juntos, o eso creo.
Xie Lian asintió mientras digería las palabras de WuXian. —Parece que los demonios tienen cualidades un tanto excéntricas.
Wei WuXian sonrió mientras se encogía de hombros. —Si lo quieres llamar así está bien por mí, yo creo que sólo somos más honestos con lo que queremos y con lo que decimos —la mirada del omega viajó al reloj que colgaba en la pared de la habitación, después se intercambió entre QingXuan y Xie Lian—. Ahora que lo recuerdo... ¿Qué piensan de HuaHua y Aguas Negras?
—¿Qué pensamos? —repitió QingXuan—, pues yo quiero la revancha con Aguas Negras, el muy maldito me subestimó y fue muy grosero.
WuXian rio con fuerza. —Suena a algo que él haría.
QingXuan respiró profundo y se relajó. —Yo no conozco a Hua Cheng, pero parece que Xie Lian está interesado en él.
El rostro del omega mayor pasó de ser pálido a rojo, además de que su expresión fue de pena e incredulidad.
—¡QingXuan! —gritó Xie Lian—, no lo digas de esa forma, se podría malinterpretar.
—Pero es la verdad... —murmuró el menor.
—¿Qué piensas de HuaHua? —preguntó Wei WuXian mirando directamente a Xie Lian.
Parecía que el corazón del mayor había empezado a palpitar con fuerza debido a la pregunta.
—Él... parecía alguien, eh, inteligente...
—¿Sólo eso? —presionó un poco más.
Xie Lian sentía un sudor frío en la palma de sus manos, no comprendía el motivo por el cual estaba tan nervioso. Para empezar sólo se había topado con Hua Cheng una sola vez. Aunque su encuentro lo recordaba muy bien.
—Vamos, se honesto —animó WuXian—, Lan Zhan y yo también somos enemigos, pero aun así admito que es guapo y sus ojos son hermosos, bueno, todo él es hermoso.
—Si es tan guapo deberías darle una oportunidad —murmuró QingXuan de manera acusadora.
WuXian frunció el ceño por el comentario de QingXuan. Por otro lado, Xie Lian suspiró de alivio al no recibir más atención.
Wei WuXian desvió la vista, parecía pensar en algo, después de unos segundos negó. —¿Y dejar que Jun Wu tome ventaja? No gracias.
QingXuan hizo un puchero al no conseguir que WuXian accediera a establecer una relación más cercana con Lan WangJi. De hecho, llevaba varios días haciendo comentarios de ese tipo.
Xie Lian notó lo inquieto que estaba Wei WuXian, suponía que era por el rumbo que había tomado la conversación.
—Hablando de Lan Zhan... —WuXian miró de nueva cuenta el reloj—, ¿Por qué no ha vuelto aún? ¿Tenía mucho trabajo?
QingXuan golpeó con suavidad uno de los costados de WuXian. —¿Ya lo extrañas?
El omega de ojos grises sonrió de lado y guiñó un ojo. —Quizás.
—Podríamos preguntar —sugirió amablemente Xie Lian.
El mayor de los omegas mandó hablar a uno de los guardias para que le informaran si sabían algo de Lan WangJi. El hombre le miró algo asombrado y levemente incómodo, pero respondió cortésmente.
Cuando Xie Lian agradeció y se dirigió a los otros dos omegas se percató que estos estaban conteniendo su risa.
—¿Qué?
Con esa simple pregunta los jóvenes empezaron a reír en voz alta.
Fue ahí que Xie Lian recordó que aún llevaba el horrendo maquillaje encima. Motivo por el cual el guardia también le había visto de manera extraña. Como siempre, su mala suerte se aferraba a él.
Después de lavar su cara y soportar las burlas de QingXuan y WuXian por fin habló.
—Me informaron que los hermanos Lan están en el gimnasio entrenando.
WuXian parecía levemente sorprendido. —¿Entrenando?
QingXuan se apresuró a ponerse de pie. —¡Vamos a verlos!
Xie Lian miró a los menores. —¿Quieren ir?
WuXian miró una vez más el reloj, una sonrisa casi imperceptible se formó en su rostro. —Suena bien.
Los hermanos Lan se movían con destreza sobre la plataforma de pelea, los dos alfas tenían sus reflejos bien entrenados, esquivaban y atacaban a gran velocidad, sus puños tenían un impacto abrumador.
No era un secreto la devastadora fuerza que ambos portaban en sus brazos. A pesar de siempre estar con elegantes trajes y buena etiqueta, la verdad es que eran alfas de temer, no por nada eran parte de los colmillos del dragón. Eran los Hermanos de Jade.
Lan WangJi esquivó el puño de su hermano apenas unos segundos antes, de haberse movido más lento lo más seguro es que hubiera terminado con una posible fractura. Y es que ninguno de los discípulos de Jun Wu dudaba en atacar, inclusive si sólo era un simple entrenamiento.
—Concéntrate —dijo XiChen sonriendo divertido.
Lan WangJi tranquilizó un poco su respiración y se preparó. Su lucha era a mano limpia, pero no por eso sería más sencilla, de hecho el entrenamiento estaba siendo un poco más intenso de lo normal. Parecía que cada uno estaba liberando de cierta forma todo tu estrés acumulado.
El sudor empezaba a descender por su piel y la ropa comenzaba a humedecerse, ambos hermanos apenas si habían tomado un descanso, aunque no parecían necesitarlo.
Lan WangJi levantó su pierna izquierda para asestar un golpe con la rodilla a XiChen, el mayor apenas tuvo tiempo de bloquearlo, sin embargo terminó absorbiendo parte del impacto.
Ambos estaban tan concentrados en su pelea que apenas si lograron escuchar la puerta del gimnasio abrirse. Sólo hasta que un silbido seguido de un aroma familiar llegó a Lan WangJi fue que este despegó los ojos de la pelea.
Fuera de la plataforma tres omegas hacían de espectadores.
—Ojos al frente Lan Zhan —dijo WuXian con un tono divertido.
Gracias a los reflejos del segundo Lan fue que logró echar su cuerpo hacia atrás. Aparentemente XiChen aún no tenía intenciones de parar su pelea, por lo que WangJi también se vio obligado a continuar.
Por alrededor de veinte minutos la pelea siguió, solamente hasta que los puños de ambos hermanos colisionaron fue que se detuvieron.
Los dos Lan tenían respiraciones erráticas, aunque aún parecían llenos de energía para seguir combatiendo.
—Así que... así es como entrenan los famosos colmillos —murmuró WuXian—. Muy entretenido.
—Y eso que aún no ves pelear a Xie Lian, él es asombroso —QingXuan lucía orgulloso al hablar de las habilidades marciales del omega mayor.
Y no era para menos, Xie Lian quizás era uno de los omegas más letales, su apariencia delicada solía engañar a sus adversarios, y sólo se percataban de su error cuando ya era muy tarde.
—No es para tanto —dijo enseguida Xie Lian—. QingXuan sería igual de bueno si también entrenara.
Shi QingXuan negó enseguida. —Mi especialidad no son las peleas, prefiero desactivar una bomba antes de luchar.
Lan XiChen y Lan WangJi habían salido de la plataforma para tomar unas toallas y quitarse el exceso de sudor.
WuXian se acercó un poco a los hermanos. —¿Por qué se ven tan bien sudados? Debería ser ilegal verse así de sexy después de un entrenamiento —parecía una protesta por el tono de voz que había utilizado.
XiChen sonrió incómodo por su comentario, dio una corta mirada a su hermano para ver lo avergonzado que lucía «aunque no lo demostrara mucho», alcanzaba a ver las orejas rojas de Lan WangJi y su postura estaba rígida. No podía imaginar lo difícil que era para su hermano el tener que lidiar con Wei WuXian y su boca suelta.
—¿Se puede saber que los trae por aquí? —preguntó educadamente XiChen.
—¿No es obvio? —WuXian alzó una ceja—, quería ver a Lan Zhan entrenar.
Xie Lian y Shi QingXuan ocultaron su sonrisa al ver como Lan WangJi parecía querer escapar, el tener tanta atención por parte de Wei WuXian lo empezaba a poner nervioso.
XiChen sonrió. —Espero haya disfrutado de la vista joven WuXian.
—Fue gratificante —afirmó Wei Ying—. De hecho, quería saber si iban a continuar entrenando.
Los hermanos Lan se miraron, XiChen asintió lentamente. —Teníamos planeado continuar por una hora más...
Wei WuXian se aproximó un poco más a Lan WangJi. —En ese caso... —sus ojos se posaron en XiChen—. ¿Te importaría si tomo tu lugar? Me gustaría tener un combate amistoso con Lan Zhan.
Los ojos ambarinos parecieron brillar, el alfa interno de Lan WangJi se removió emocionado.
XiChen pudo leer perfectamente a su hermano, por lo que asintió, con un gesto le dio a entender que le daba el espacio para hacer lo que gustase.
WuXian sonrió satisfecho por lo que volvió su vista a Lan WangJi. —¿Qué dices Lan Zhan? ¿Aceptas?
Lan WangJi lo meditó por unos segundos, si su omega quería ponerlo a prueba así sería. Además de que él también tenía curiosidad por lo hábil que podía llegar a ser Wei Ying.
—Mn.
—¡Genial! —WuXian se encaminó a la plataforma. De forma rápida se quitó los zapatos para adentrarse en el área y comenzar a estirar su cuerpo. —Creo que mi inactividad me adormeció un poco, pero daré lo mejor que tenga, no me voy a contener.
—Está bien —Lan WangJi entró de igual forma en la plataforma de pelea.
QingXuan estaba emocionado, jamás había visto a Wei WuXian pelear, así que esperaba que fuera una gran lucha. Aunque sabía que Lan WangJi cuidaría no sobrepasarse con el omega.
Xie Lian miró a XiChen, haciendo una pregunta silenciosa, no estaba seguro de dejar que esos dos se enfrentaran. Pero la sonrisa de XiChen hizo que se relajara un poco, debía confiar más en los hermanos Lan, ellos sabían lo que hacían.
—¡WuXian no te dejes vencer tan fácilmente! —animó QingXuan.
WuXian sonrió en su dirección. —¡No lo haré! —después miró a Lan WangJi—, ¿Listo?
El alfa tarareó en afirmación.
—Estupendo —sin esperar alguna indicación se lanzó contra él.
Lan WangJi esperaba ese ataque, por lo que esquivó con facilidad. Seguido de eso intentó alcanzar al omega para sujetarlo, pero este escapó. Pronto descubrió que Wei WuXian podía ser muy escurridizo si le daba la oportunidad.
—Vamos Lan Zhan, esto apenas inicia —dijo el omega.
Por la complexión delgada del omega, este era más rápido y mucho más flexible que Lan WangJi. WuXian se aproximó de forma peligrosa, en cuanto hizo el primer amago por golpear al Lan este lo detuvo.
Con una de sus manos, Lan WangJi tomó la pierna de WuXian que iba dirigido a su estómago, pensó que si ajustaba su cuerpo quizás lo podría inmovilizar. Lo que nunca imaginó es que el omega alzara la otra pierna para envolverlo. El omega giró su eje logrando desestabilizar al Lan ocasionando que ambos cayeran.
Lan WangJi sintió como el omega se colocaba sobre él, el rostro de WuXian tenía una enorme sonrisa.
—¿Fue demasiado para el gran Lan WangJi? —preguntó entre burlas WuXian.
Lan WangJi frunció el ceño, aplicando un poco de fuerza bruta logró invertir la posición para tomar el control.
—¡Qué fuerza tan monstruosa! —exclamó el omega fingiendo horror. De forma lenta levantó una de sus manos para acariciar la mejilla de jade. —Pero con esto no me ganarás.
WuXian le pateó y logró escapar de las garras de Lan WangJi, una vez que ganó distancia se levantó y sonrió. El alfa seguía observándolo desde el suelo.
—Vamos —WuXian extendió una mano para ayudarlo a levantarse, cosa que el alfa aceptó.
El omega jaló de Lan WangJi para levantarlo y al mismo tiempo acercarlo a su cuerpo. Ambos se miraron fijamente, en este punto su cercanía se volvía un estímulo para que liberaran sus feromonas mientras se envolvían en un llamado mutuo. Todos los roces que hubo durante la pelea y el penetrante aroma hacían que tanto omega como alfa se quisieran acercar aún más.
—Se olvidaron que tienen espectadores —dijo QingXuan—, en vez de una pelea parece un extraño ritual de apareamiento.
—¡QingXuan! —reprendió Xie Lian con su rostro levemente sonrojado.
La verdad es que la tensión sexual era casi palpable, incluso parecía ir en aumento. Se sentía casi incorrecto estar ahí, como si la pareja exigiera privacidad a gritos.
XiChen se aclaró la garganta. —Quizás deberíamos dejarlos.
—Sí, creo que tienes razón, ellos están... ocupados.
Shi QingXuan hizo un puchero. —Pero yo quiero ver quien gana.
Xie Lian ignoró su comentario, sólo tomó el brazo del menor y lo empezó a jalar hacia la salida. Dio un último vistazo a la pareja que seguía muy concentrada en su "lucha".
Lan WangJi escuchó la puerta del gimnasio, pero le importaba poco quien entraba o salía, toda su atención estaba al frente.
A diferencia de él, WuXian si desvió la vista.
—¿Ya se fueron tan rápido? —dijo burló el omega—, creo que los aburrimos.
Lan WangJi no respondió, en cambio se animó a acariciar uno de los cabellos rebeldes que se escapaban del omega.
WuXian dio un paso hacia atrás. —Bueno, esto aún no termina.
Una vez más el omega se lanzó con intenciones de atacar a Lan WangJi, quien estaba más que listo para enfrentarlo.
WuXian golpeó al mismo tiempo que esquivaba al Lan, a pesar de todo el omega parecía verdaderamente feliz.
—Veamos qué tan buena es tu resistencia Lan Er-Gege.
Lan WangJi sintió que su alfa interno se exaltaba, quizás se había emocionado un poco más de lo debido. Wei WuXian parecía empezar a cansarse, su respiración era sonora y el sudor empezaba a dar cierto brillo a su rostro.
—¿Cómo te fue con tu trabajo? —interrogó mientras lanzaba un golpe el cual era esquivado.
Lan WangJi recordó su plática con Jun Wu, era un mal momento para para pensar en ello. Su descuido le costó un golpe en el pecho.
—¿Descubrieron algo de los atacantes de Xie Lian? —el omega cambió de pregunta mientras esquivaba al Lan.
—Mn —por fin el alfa respondió—, están muertos.
—¿Muertos? ¿Ustedes los mataron?
Lan WangJi tomó distancia para respirar un poco y alejarse de los ataques del menor.
—No, se suicidaron —el alfa notó la curiosidad de Wei Ying por lo que explicó—. Tenían cápsulas de veneno en la boca.
Wei WuXian hizo una expresión de "o" con sus labios, se veía ligeramente sorprendido. Pero esa reacción desapareció casi de inmediato.
—Un problema menos, ¿no? —dijo WuXian mientras se acercaba de forma amenazante al Lan.
El alfa no respondió, en su lugar bloqueó cada uno de los ataques del menor. De forma ágil logró derribar a WuXian contra el suelo una vez más, debido al impacto este había cerrado los ojos con fuerza. El alfa lo veía desde arriba, se regañó mentalmente por no tener más cuidado.
Imitando las acciones pasadas del omega, el Lan extendió una mano para intentar ayudarlo a levantarse. Pero en vez de tomar la mano el omega pateó las piernas del alfa para que este también cayera.
Una vez en el suelo Wei WuXian se sentó sobre él. —No soy tan honorable como tú Lan Er-Gege, parece que aún no me conoces bien, a estas alturas deberías saber más sobre mí, me decepcionas un poco.
Lan WangJi, al igual que la vez pasada, se encargó de invertir la posición.
—¿Te decepciono? —preguntó en voz baja.
WuXian sonrió levemente. —Sólo un poco...
El alfa se aproximó más al menor. —¿Qué tanto es un poco?
Los ojos ambarinos vieron como las manos del omega se alzaban para tomarlo del rostro.
—Un poco es... sólo un poco —ronroneó bajando el rostro de Lan WangJi para que quedara más cerca del suyo.
El aire parecía volverse pesado, a esa distancia ambos sentían la respiración del contrario, las feromonas impregnaban todo su alrededor.
—Lan Zhan... —Llamó el omega en un susurro apenas audible.
Lan WangJi miró directo a los brillantes ojos, la boca de Wei Ying parecía llamarle a gritos. Quería eliminar por completo la distancia que aún conservaban. Estaba dispuesto a arriesgarse con tal de conseguir un beso.
—Lan... Zhan... —repitió WuXian al ver como el alfa se aproximaba cada vez más—. Bésame.
Con esa simple palabra el Lan se derrumbó. Sus labios atraparon los de Wei Ying en un caliente y húmedo beso.
Lan WangJi presionó al omega con fuerza, en ese momento descubrió poseer una sed casi mortal y la única fuente capaz de saciarlo era la boca de Wei WuXian. Besó, mordió y chupó los labios del menor, sentía como los brazos del omega intentaban empujarlo, pero su alfa interno había tomado el control y se negaba a ceder, su lengua se encargó de invadir la boca del omega, saqueaba todo a su paso y se imponía como el ganador dentro de la batalla que comenzaba a emerger entre ambos.
Después de largos minutos y un poco satisfecho se alejó para mirar al omega, este tomaba bocanadas grandes de aire mientras intentaba regular su respiración. Aún bajo su toque podía sentir vibrar el cuerpo de WuXian.
El omega le miró. —¿Quieres... matarme? —preguntó de forma entrecortada—, no sé si lo sepas... pero... necesito de algo llamado oxígeno para vivir...
Lan WangJi no respondió, en su lugar se inclinó para besarle una vez más. Los suaves labios tenían un sabor más dulce que la miel, era tan gratificante que deseaba hacerlo por siempre. No sabía cómo había logrado aguantar tanto tiempo sin probarlos, pero ahora que lo había hecho no los soltaría, se había vuelto adicto con una sola degustación de ellos.
De nueva cuenta sintió al omega empujar, esta vez hizo caso a los gestos y le dio algunos segundos para reponerse.
—¡Lan Zhan espera! —pidió WuXian—, ¡Por lo menos avisa!
—Otra vez.
Una vez más tomó el rostro del menor y lo alzó para encontrar sus labios y saborearlos, esta vez fue lento, delineándolos de forma suave y haciendo unas cuantas succiones. Su lengua acariciaba la del omega, esta vez no luchaban, más bien parecían presentarse. Podía sentir al omega suspirar en su boca, además de que Wei Ying le había rodeado por el cuello y lo había acercado más a él.
Lan WangJi abandonó la boca para empezar a repartir besos en la mandíbula y cuello de WuXian. Apenas era perceptible la voz del omega, pero cada suspiro o pequeño gemido era grabado en la mente del alfa. Los ojos ambarinos se alzaron para verle, las mejillas coloradas y los labios hinchados hacían que Wei Ying pareciera más apetecible a la vista. Acarició de forma lenta, se inclinó para depositar un beso en la frente del omega, después descendió y besó la punta de la nariz, prosiguió con ambas mejillas y terminó con los labios; fue pequeño pero cálido, aún mejor al sentir que el omega también regresaba el gesto.
En ese momento el alfa era incapaz de describir su sentir. Ahora caía en cuenta que jamás podría hacer algo para lastimar a su omega. Lucharía contra el mundo con tal de mantenerlo a salvo. Incluso si debía dejar todo de lado e ir con él. Lan WangJi estaba dispuesto a hacer eso y más.
—Lan Zhan... —WuXian llamó en voz baja.
El Lan emitió un sonido a manera de contestación. De forma rápida el omega invirtió las posiciones una vez más para quedar encima, se colocó sobre la pelvis de Lan WangJi mientras llevaba sus manos a su cabello para soltarlo. Los ojos dorados miraban embelesado al omega, el cabello ahora caía como cascada, además de que empezaba a frotar su trasero contra él.
Wei WuXian se inclinó, esta vez fue él quien inició el beso, cosa que Lan WangJi aceptó gustoso. Todo era tan satisfactorio en ese momento, pero aún en la bruma de su placer sintió un agudo dolor en su cuello. Por acto de reflejo llevó su mano al lugar de la molestia. Parecía que en un punto muy específico algo había sido clavado, se trataba de un pequeño alfiler.
Sus ojos se enfocaron con rapidez en el omega que seguía sobre él, había una sonrisa ladina en el rostro de Wei WuXian. Lan WangJi quiso decir algo, sintió que su cuerpo no reaccionaba, intentó moverse, pero fue imposible.
—Tranquilo, no morirás, lo puse en un lugar seguro —murmuró el omega—. Los sedantes que maneja Jun Wu son realmente impresionantes —WuXian se removió sobre el cuerpo de Lan WangJi—, temía que el efecto fuera más tardado, pero veo que todo salió mejor de lo planeado.
El omega paseó la punta de sus dedos por el pecho firme de Lan WangJi.
—Lan Zhan, confías demasiado en mí, eso me halaga, pero, asegúrate de no cometer este error una segunda vez.
Lan WangJi sentía demasiada impotencia, quería hacer algo, lo que fuera.
—Te lo dije Lan Zhan —murmuró el omega en voz baja—. Te dije que un día lograría escapar y tú no podrías hacer nada... Adiós, mi querido Lan Er-Gege.
WuXian se acercó una vez más al rostro de Lan WangJi y besó de forma suave sus labios antes de levantarse de encima de él y alejarse.
Lan WangJi sentía su cuerpo paralizado, veía como el omega se alejaba poco a poco, cada vez se hacía más y más borrosa la figura, hasta que llegó a un punto donde todo se volvió negro.
Chapter 19: Capítulo 18. Demonios.
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WuXian corrió hasta esconderse detrás de uno de los muros del jardín, su respiración era apresurada, sabía que no contaba con mucho tiempo.
Malamente se había tenido que enfrentar con uno de los guardias, que si bien, había logrado no alertar a nadie sabía que pronto descubrirían el cuerpo de ese hombre. Además de que existía una cosa que aún perturbaba al omega.
Sus ojos grises cayeron en el aro de metal que había en su tobillo, la luz seguía ahí, indicando que el aparato permanecía activo. WuXian temía que al salir de la propiedad se encendiera una especie de alarma, eso sí sería malo, estaba seguro que podrían alcanzarlo en cuestión de minutos si eso pasara. Pero confiaba en su equipo, si ellos le habían dicho que se harían cargo es porque así sería.
WuXian volvió a dar un vistazo al panorama, apenas había logrado salir por una de las ventanas de la mansión, no estaba seguro cómo cruzaría el muro del exterior pero lo intentaría. Analizando todas sus opciones sólo pudo tomar la que parecía menos arriesgada.
Cerca de una de las grandes paredes que servían como muralla para delimitar el terreno de la residencia crecían unos cuantos árboles, algunas ramas casi alcanzaban la orilla. Wei Ying era bueno para trepar, su único inconveniente es que tendría que saltar a ciegas hacia el otro lado, y realmente no sabía lo que le estaría esperando. Mientras no fueran perros todo estaba bien para Wei WuXian.
Midiendo la distancia del árbol más cercano y calculando el tiempo que le tomaría llegar y trepar, el omega esperó el momento perfecto para correr sin ser visto por los guardias externos. En este punto estaba casi seguro que Jiang Cheng había logrado infiltrarse en el sistema de las cámaras, de lo contrario los guardias habrían empezado a buscarle desde hace mucho.
Con un poco más de seguridad emprendió carrera hasta el árbol que consideró como el mejor candidato para hacer su salto a la libertad. Trepar a la parte más alta no le demoró ni un minuto, por lo que sólo faltaba aproximarse a una de las ramas lo más que pudiera y saltar hacia fuera. Cuando estuvo más cerca notó que debía ser muy cuidadoso, pues de manera disimulada había una especie de alambrado por encima del muro que seguramente tenían un alto voltaje eléctrico.
Una vez más miró la pulsera de metal que abrazaba su tobillo, esperaba que Jiang Cheng encontrara una forma de que esa cosa no sonara, no tenía ningún comunicador para saber que todo iba bien o algo había salido mal. Así que sólo le quedaba creer en las capacidades de su hermano. WuXian estaba a punto de saltar cuando recordó los ojos dorados de Lan WangJi. Esa mirada de enojo y terror que le dedicó por última vez. Extrañamente no se había sentido tan bien como llegó a pensar, incluso tenía un tinte amargo en su boca, sin mencionar lo ansioso y triste que estaba su omega interno al separarse de su alfa.
Casi como si vacilara dio un vistazo a sus espaldas donde se encontraba la gran residencia. Ahora sabía que si sus circunstancias fueran otras, sin duda le hubiera dado una oportunidad a Lan Zhan.
Pero el hubiera no existe.
De forma decidida regresó su vista al frente y tomó impulso para saltar, suplicando mentalmente que algo pudiera amortiguar un poco su caída. Wei WuXian cerró los ojos como si creyera que con eso el golpe del impacto dolería menos, cosa que no fue así.
El dolor en su costado fue lo primero en llegar, después surgió una sensación de ardor en algunas partes de piel expuesta. Al final el omega había aterrizado sobre algunos arbustos pequeños, que más que ayudar solo provocaron rasguños.
—¿Por qué a mí? —se cuestionó con un ligero quejido mientras se removía.
Su cabello estaba enredado y con algunas ramas secas, además de que una vez más había arruinado la fina ropa que Lan Zhan le había conseguido. Pero todo parecía estar en su lugar. A pesar de su dolor logró ponerse de pie, era muy arriesgado seguir ahí, su mente le gritaba que se alejara ahora que por fin había logrado salir de la guarida del dragón.
Haciendo crujir sus huesos y cerciorándose de no tener nada roto WuXian empezó alejarse. Primero dio unos cuantos pasos tratando de asegúrese que no hubiera algo que lo pudiera atacar, conforme más avanzaba iba aumentando su velocidad, llegó un punto donde empezó a correr de forma casi desesperada. Debía llegar a alguna zona pública o donde hubiera más personas, sabía que una vez ahí sería más sencillo esconderse.
Por el momento estaba en un barrio rico, el más prestigioso para ser exacto, lo cual era malo. Estaba algo aislado del resto de la sociedad, de por sí el distrito uno era un lugar muy exclusivo, debía ser cuidadoso y no llamar la atención.
WuXian tenía una idea muy clara de a qué dirección moverse, después de todo se había aprendido la dirección de Dragón Blanco desde hace mucho, aunque no era un secreto realmente, siempre supo que el saber donde dormía su enemigo le daría la ventaja. Y vaya que tenía razón.
Una gota de sudor se deslizó por la frente de Jiang WanYin, acababa de perder el control sobre las cámaras de la residencia de Jun Wu. Algo desesperado se pasó las manos por el cabello, estaba aliviado de que Wei WuXian ya hubiera salido, pero aún era poco tiempo, en cuanto lo notaran irían por él, sólo agradecía haberle dado tiempo suficiente.
Había sido muy difícil infiltrarse en el equipo de Jun Wu, su seguridad era casi impenetrable. Pero con la habilidad de Jiang Cheng «y una pequeña ayuda extra de Nie HuaiSang» había podido eludir su seguridad y tomar el control por unos minutos, más que suficiente para que WuXian arrastrara su trasero lejos de ahí.
Exhalando con exasperación le dirigió una mirada a Wen Ning. —Vamos por él.
El joven asintió sin dudar, su hermana mayor habló antes de que se levantara de su asiento. —WuXian aún está muy cerca de Jun Wu, debe alejarse más.
—No tenemos tiempo para eso —respondió el Jiang poniéndose de pie—. No llegará lejos con ese rastreador.
Wen Qing suspiró. —Prepararé el botiquín, pero espero no tener que necesitarlo, los quiero a todos enteros, iré directo a la base, los espero allá.
El omega asintió ante las palabras de la alfa, tener a alguien tan capaz como Wen Qing siempre era un alivio.
Cada segundo que pasaba ponía algo nervioso al menor. Jiang WanYin miró en dirección al reloj, sabía que Hua Cheng y He Xuan ya deberían estar en sus posiciones.
De forma rápida utilizó uno de los comunicadores para buscar alguna respuesta.
—Lluvia Carmesí dime ya que están listos.
La voz del alfa sonó tranquila. —Todo listo, ¿Ya salieron?
—Estamos a punto, ustedes cubrirán nuestras espaldas —dijo el Jiang caminando en dirección al vehículo que lo ayudaría en su misión.
—Puedes darlo por hecho, sólo recuperen a WuXian, nosotros nos divertiremos un rato.
—Nada de escándalos —pidió el omega pero ya no obtuvo respuesta.
Wen Ning ni siquiera esperó alguna indicación, en cuando el Jiang tomó asiento prendió el motor y arrancó. Estaban cerca del distrito uno, pero aun así tenían cierta prisa por llegar.
—¿WuXian está bien? —preguntó en voz baja Wen Ning.
Jiang Cheng le dio un vistazo, tardó un momento en responder pero al final habló.
—En las imágenes de la cámara parecía estar bien —no lo diría en voz alta, pero una parte de él se había tranquilizado en gran medida cuando vio a su hermano a través del monitor.
Justo a la hora que le habían indicado Jiang Cheng se había infiltrado en el sistema, para ese momento Wei WuXian ya había logrado escabullirse entre los pasillos de la mansión. El Jiang sólo había hecho algunos movimientos para que nadie notara al omega transitar por las cámaras.
—¿Con cuánto tiempo contamos?
Jiang Cheng hizo algunos cálculos mentales. —No el suficiente.
Con esa simple frase Wen Ning pisó el acelerador.
Wei Ying se sentía exhausto, el aliento le faltaba y sus piernas ya se sentían cansadas. A su alrededor pasaban algunas personas muy ajenas de lo que sucedía, todas ignoraban la pobre situación del omega.
Regresando su vista hacia atrás pudo divisar algunos hombres de Jun Wu caminar. Tal como sospechaba ya se habían percatado de su desaparición y el rastreador que aún portaba lo estaba delatando.
Víctima de la presión, el omega decidió tomar una medida algo desesperada. A una distancia algo corta había un hombre arriba de una motocicleta, este parecía una clase de repartidor. WuXian no quería quitarle su trabajo, pero en ese momento él necesitaba más de ese transporte pequeño y práctico.
El omega se acercó lo más que pudo de forma disimulada y una vez que estuvo a dos metros se dirigió de forma rápida y empujó al hombre fuera de la motocicleta. El repartidor apenas pudo procesar lo que había ocurrido.
—¡Ladrón!
WuXian no tenía tiempo para disculparse, sólo aceleró. No era un experto con las motocicletas, de hecho prefería no manejar cualquier vehículo. Sólo digamos que no era su fuerte, ya que siempre se le terminaba atravesando algo por el camino y era un "peligro" tras el volante según sus compañeros.
Pero ahora no podía dudar, apenas había avanzado unas cuantas calles cuando notó como un automóvil empezó a seguirle, después fueron dos, tres. Al final tenía cuatro autos pisándole los talones. Cuando pensó que no podía ser peor escuchó el primer disparo. No sabía si disparaban balas o sedantes, pero no se quedaría para averiguarlo.
Apenas lograba esquivar los ataques, por acto de idiotez miró a su enemigo. No era otro que Lan XiChen quien estaba apuntando en su dirección, casi sentía el impacto sobre él. Cuando escuchó la detonación sintió que era su fin, pero antes de que algo le golpeara un nuevo auto bloqueó el camino. WuXian reconocía el modelo del vehículo, de forma inconsciente sonrió e intentó acelerar para mirar al piloto.
Al frente iba Wen Ning junto con Jiang Cheng.
El Jiang había abierto una de las puertas traseras del auto y le hizo una señal para que ingresara aún con el auto en movimiento. Realmente se necesitaban nervios de acero para hacer una locura como esa y Wei WuXian era la persona perfecta para ello.
—¡Salta ya! —exigió Jiang Cheng.
WuXian no temía saltar de la moto en movimiento al interior del auto, lo que le preocupaba era el hermano de Lan Zhan que le seguía de cerca y que parecía algo «muy» molesto. Dudó por un momento antes de darle un último vistazo al Lan.
Jiang WanYin comprendió lo que inquietaba a su hermano. —¡WuXian! ¡Yo me encargo, tú salta!
Confiando en las palabras de Jiang Cheng, WuXian se acercó lo más que pudo al automóvil y saltó. Justo cuando WuXian saltó, WanYin sacó medio cuerpo del auto por la ventanilla y miró a su objetivo. Sin titubeos disparó desviando a la perfección los ataques del enemigo.
Wei WuXian podría ser bueno para infiltrarse y manejar las agujas con veneno, pero el Jiang, a pesar de no hacer trabajo de campo, era mucho mejor que él con el combate cuerpo a cuerpo y las armas de fuego.
Por cada disparo que Lan XiChen hacía, Jiang WanYin se encargaba de desviarlo. La mirada del omega se volvía retadora hacia el alfa, casi motivándolo a disparar una vez más para mostrar que podía detenerlo en cada una de esas ocasiones.
—¡No podemos seguir así! —dijo WuXian mirando como su distancia de ventaja no era mucha.
Jiang Cheng guardó su arma. —Tranquilo, ya llegaron los relevos.
En ese momento aparecieron a sus costados dos nuevos autos de un negro lustroso, eran Hua Cheng y He Xuan.
—Wen Ning —dijo Jiang WanYin—, es momento de retirarnos.
—Entendido—. El Wen presionó el motor del auto y lo forzó a acelerar lo más aceptablemente posible mientras esquivaba otros autos y evitaba calles transitadas.
Los dos autos negros sirvieron de barrera para que Wen Ning se adelantara y pudiera perderse.
WuXian sólo esperaba que sus compañeros pudieran arreglárselas bien.
—No te preocupes por ellos —WanYin pareció adivinar sus pensamientos—. Mejor piensa en tu rastreador, si no te lo quitamos esto no servirá de nada.
La mirada de WuXian se desvió a su tobillo, su hermano tenía razón, si no se quitaba eso podrían encontrarlos muy fácil. WanYin se pasó a la parte de atrás del auto y empezó a buscar algunas cosas.
—Déjame ver.
Su tono de voz era duro y frío, WuXian extendió su pierna para mostrarle. Por fin se veían después de tanto tiempo, pero Jiang Cheng parecía querer estrangularlo, ni siquiera le estaba dirigiendo la mirada.
—¿Ninguno va a saludarme o decir que me extraño? —preguntó tratando de terminar con la tensión dentro del auto.
—No —fue la corta respuesta de Jiang Cheng.
—Me alegra ver que estés bien —dijo Wen Ning con una leve sonrisa mirándolo por el retrovisor.
WuXian le sonrió de regreso. —A mí también me alegra verlos —miró al Jiang—… a ambos...
Jiang WanYin frunció el ceño pero no dijo nada, en cambio buscaba herramientas para deshacerse del rastreador de WuXian. Al ver que el tiempo pasó y no tenía intención de decir otra cosa, Wei WuXian se animó hablar nuevamente.
—Jiang Cheng yo...
—Cierra la boca o te juro que no te quitaré esto y te arrojaré fuera del auto para que te lleven de regreso —amenazó mientras resoplaba y murmuraba diversos insultos entre dientes.
Wei WuXian no pudo evitar sonreír, su hermano era el mismo. El omega era consciente que había diversas razones por las que Jiang Cheng estaba molesto con él y todas ellas eran más que válidas.
Los ojos grises vacilaron un momento debido a la visible molestia de su hermano, podía percibir el olor amargo de su enojo y ligero atisbo de felicidad.
—Lo siento... —dijo tratando de ser lo más honesto posible.
Jiang Cheng por fin logró liberar el tobillo de WuXian. —¿Por ser un dolor de muelas?
—Por no haber dicho nada...
El Jiang le miró de soslayo. —No importa, no estás obligado a decirme nada, eso lo tengo claro.
Era obvio que estaba dolido, pensaba que WuXian no le tenía la suficiente confianza para hablarle sobre algo tan importante como su destinado. Pero una parte muy profunda de él le decía que no se molestara, después de todo también mantenía oculto un muy oscuro secreto de su pasado.
Wei Ying explicó: —No quería ocultarlo... sólo creí que no era necesario decirlo, yo mismo intenté ignorarlo tantas veces.
Jiang WanYin suspiró y arrojó el aro de metal por la ventanilla. —WuXian, siempre piensas que ignorando las cosas importantes estas dejarán de existir... Si tú quieres seguir de esa forma está bien por mí, pero después no me eches nada en cara por no ayudarte, tampoco quiero que te quejes, porque eres bueno para eso ¿de acuerdo? —lo último lo dijo casi como si intentara aligerar las cosas.
La verdad es que, más que palabras hacia Wei WuXian, eran palabras que Jiang WanYin se decía a sí mismo. Pues era algo que él hacía desde hace un tiempo.
—Jiang Cheng —llamó WuXian—, no volveré a ocultarte nada.
—Sé que lo harás —lo conocía bien para saber que lo haría de nuevo, pero algo dentro de él quería creerle.
—¡Hablo en serio! —gritó con una mirada decidida—, ahora sabes la verdad sobre mi vínculo con Lan Zhan, no tengo nada que esconderte, confía una vez más en mi ¿sí?
WanYin le observó un poco y se burló levemente, con una ligera sonrisa dijo: —Siempre confiaré en ti idiota.
WuXian sonrió como hace mucho tiempo no lo hacía. Habían extrañado demasiado a Jiang Cheng, había extrañado a su hermano.
—¡Jiang Cheng! —gritó abrazándole de forma sorpresiva.
—¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Apestas a alfa!
Hua Cheng miró como aún quedaban dos vehículos persiguiéndoles. Sabía que el resto por fin habían logrado cumplir con la parte de su trabajo y ya se dirigirán a la base.
El alfa se aseguró de que aún le quedaran unas cuantas bombas de humo y suficientes cartuchos de balas.
Su objetivo principal, el cual era hacer un poco de tiempo, había resultado exitoso. Ahora sólo faltaba librarse por completo de los dos autos restantes. Debía admitir que eran muy persistentes y empezaban a molestarlo, además de que algunas balas habían lastimado la carrocería de su auto.
—Ya quiero terminar con esto —la voz de He Xuan sonó por su comunicador.
—Somos dos —respondió Hua Cheng.
En realidad estaba ligeramente decepcionado porque Xie Lian no había ido personalmente en busca de WuXian. Si su omega no estaba allí no tenía motivos para alargar el encuentro.
—Separémonos en la siguiente intersección, nos encontraremos en la zona centro —dijo Hua Cheng.
—De acuerdo.
He Xuan y Hua Cheng terminaron separándose, por lo tanto ahora sólo les perseguía uno a cada uno. Cada quien se encargaría de deshacerse de su basura correspondiente.
Hua Cheng sonrió al ver que el auto donde viajaba Lan XiChen era el que le había seguido.
—Veamos qué tan lejos llegas.
El alfa ingresó a la zona más transitada, usaría las calles concurridas a su favor y los obligaría a bajar la velocidad. Ese era terrario de Jun Wu, eso significaba que XiChen trataría de pasar desapercibido, ya que una noticia en prensa de uno de los jóvenes Lan persiguiendo a un maníaco era lo último que alguien como Jun Wu querría.
Tal como Hua Cheng intuyó el Lan bajó la velocidad, incluso habían dejado de disparar en su dirección. El alfa rio y miró al frente, sin dudar pisó el acelerador para atravesar la calle antes de que una de las luces se pusiera en rojo y les diera el paso a más autos. Cuando miró por el retrovisor se sintió satisfecho al ver como dejaba a su enemigo muy atrás y sin poder avanzar.
Sentía que las cosas habían salido mejor de lo planeado. Para cuando ingresó en la zona central tuvo un presentimiento, uno que terminó con su aura de victoria. Alguien le seguía, pero no estaba seguro de quien.
Cuando salió de la avenida principal se topó con el auto de He Xuan quien asintió con la cabeza al verle, aparentemente él también había tenido éxito. Aunque aún no terminaban.
Hua Cheng llamó por su comunicador. —Aguas Negras
—Lluvia Carmesí.
—Tenemos un invitado más —avisó una vez que identificó un auto de color plata seguirles por detrás, era diferente a los modelos que solían usar los hombres de Jun Wu.
—Yo me encargo de él —informó He Xuan.
—Bien, seré el señuelo —Hua Cheng giró bruscamente su volante para desviarse.
Realmente no iba tan rápido, su intención es que la persona que le estuviera siguiendo no dejara de hacerlo. El alfa condujo por un momento hasta ingresar en un callejón y descender. Al poco tiempo el auto plateado llegó, de este bajó una persona totalmente desconocida para Hua Cheng, podía jurar que jamás lo había visto. Además de que con un solo vistazo podía asegurar que no era nadie importante.
—Se puede saber ¿por qué me sigues?
El hombre de enfrente rio. —¿Tú eres el famoso Lluvia Carmesí? Parece que no eres la gran cosa, acorralarte fue más fácil de lo que pensé —dijo sacando un arma de su ropa para apuntarle a Hua Cheng.
Al alfa alzó una ceja. —¿Acorralarme? —en ese momento el auto de He Xuan llegó y se colocó detrás, dejando al hombre en medio de ambos—. Creo que el acorralado es otro.
El rostro del hombre se puso pálido, su mano empezó a temblar. —¡No te muevas o disparo!
Hua Cheng sonrió. —Adelante, te daré la ventaja, pero, si lo haces no tendré piedad, así que piensa bien lo que harás.
Al final una detonación resonó por todo el callejón.
Jiang WanYin golpeaba el piso con el pie, ya había transcurrido bastante tiempo y sus dos compañeros restantes aún no regresaban.
Wei WuXian ingresó a la sala principal con el cabello humedecido por su reciente ducha y su típica ropa negra.
—¡Que bien se siente regresar! —dijo con una sonrisa dejándose caer en una silla.
El Jiang frunció el ceño por el desinterés de su hermano. Wen Qing, quien también estaba en la sala junto a Jiang WanYin escaneó con la mirada a WuXian. Aparte de unos cuantos rasguños el omega estaba en perfecto estado.
—Parece que te trataron bien.
WuXian se encogió de hombros. —La verdad no me puedo quejar.
—Tuviste suerte que Lan WangJi no te marcara —dijo Wen Qing.
El rostro del omega pareció contraerse un poco, era consciente de lo afortunado que fue. Pero una parte sabía que el alfa tampoco lo hubiera lastimado.
—Él no lo haría... —dijo en voz baja.
WanYin le miró incrédulo. —¿Lo estás defendiendo?
—No es eso —dijo enseguida Wei WuXian—, sólo digo que él siempre estaba ocupado haciendo cosas más importantes, marcarme le hubiera traído problemas.
—Pero es un alfa, créeme que su instinto le hubiera pedido marcarte tarde o temprano —aclaró Wen Qing—. Si nos hubiéramos tardado un poco más en ir por ti lo más seguro es que Lan WangJi lo hubiera hecho, tu celo no tarda en llegar, el Lan no se podría controlar y tú pagarías las consecuencias.
Un escalofrío recorrió toda la espalda de WuXian al escuchar las palabras de la Wen. De manera inconsciente se llevó la mano al cuello para acariciar la zona donde usualmente se realizaban las marcas de enlazamiento.
La sala se sumió en un silencio, ninguno de los presentes parecía tener intención de decir alguna otra cosa.
El sonido de los neumáticos fue lo que terminó cortando con el tenso ambiente. Todos se levantaron para ir a la entrada y mirar a los recién llegados, por fin todos habían regresado.
Los dos autos dejaron descansar los motores, Hua Cheng bajó con gracia, aunque no parecía estar muy feliz.
Por otro lado, He Xuan parecía arrastrar un gran costal. Más de cerca se podía ver que en realidad se trataba de un cuerpo sin vida.
—¿Puedo preguntar... qué es eso? —dijo WanYin al no comprender el motivo por el cual He Xuan cargaba con el cadáver.
—Una persona, o al menos la mayor parte —respondió Hua Cheng.
El cuerpo que arrastraba He Xuan parecía faltarle media pierna y un brazo, además de que la ropa estaba rasgada y la sangre cubría casi todo.
—Lo que quiero saber es porque trajeron a esta persona, se supone que sólo se encargarían de distraer a los guardias de Jun Wu —recriminó el Jiang. Le había pedido a Hua Cheng que no hicieran tanto escándalo y un muerto significaba todo lo contrario.
—Eso es lo curioso —Hua Cheng miró a los presentes con seriedad—. Este hombre no es parte de los guardias de Jun Wu.
—Entonces... ¿Quién es y por qué lo traen aquí? —Jiang WanYin lo vio ahora aún más innecesario el traerlo.
—Eso es lo que queríamos investigar, aprovechó nuestro encuentro e intentó atacar de forma sorpresiva cuando veníamos de regreso, parecía ser alguien insignificante, no entiendo que quería de nosotros —comentó Hua Cheng—. Íbamos a interrogarlo para saber un poco de él.
WuXian se acercó. —Bueno, no sé si estén enterados, pero para hacer algo como eso necesitas que esté vivo, y ese amigo suyo —señaló el cuerpo inerte—… está más muerto que el humor de Jiang Cheng.
—Nosotros no lo matamos, él solo se mató —aclaró He Xuan.
Hua Cheng añadió: —He Xuan estaba a punto de subirlo al auto cuando de la nada empezó a convulsionar, parece que se envenenó.
—¿Cómo dices? ¿Se envenenó? —un flashback de su conversación con Lan Zhan llegó a su mente. Wei WuXian tomó de la mandíbula al cadáver y abrió su boca. Aún era pronto para asegurarlo pero casi estaba seguro de algo. —Oh no...
—¿Qué sucede? —preguntó Hua Cheng al ver su inquietud.
—Justo hoy escuché de algo como esto —dijo WuXian tratando de ordenar poner orden a sus pensamientos. Con una mirada que sólo podía significar problemas habló. —La persona detrás de esto es la misma que intentó matar a Xie Lian.
Parecía que el aura de Hua Cheng se volvía negra e incluso el aire era denso. —¿Por qué lo dices?
Wei WuXian empezó a explicar todo lo que sabía al respecto, al terminar pudo ver como Hua Cheng adquiría una mirada amenazante.
—Hay alguien que quiere a Dragón Blanco y a nosotros fuera del juego —dijo He Xuan.
—Se está aprovechando de nosotros —Jiang Cheng gruñó. Detestaba que lo trataran como un títere.
—Por ahora dejaremos a Jun Wu de lado —dijo Hua Cheng, en ese momento le preocupaba más la persona que estaba amenazando la vida de Xie Lian—. Nos enfocaremos en buscar al responsable de esto.
Todos asintieron comprendiendo la nueva situación.
Wei WuXian empezó a caminar lejos de todos.
—¿A dónde crees que vas? —WanYin lo tomó por el brazo para detenerlo—Idiota, acabamos de salvarte y ya vas en busca de problemas.
—Sólo voy a investigar un poco —se defendió WuXian—. Ahora tenemos a alguien más tratando de cortar nuestras cabezas, debemos movernos.
Hua Cheng miró el cuerpo sin vida y después a WuXian. —Irás con Xue Yang —no era una pregunta.
—Será una visita corta —respondió el omega con una sonrisa.
—Voy contigo.
Jiang WanYin no objetó, aunque siempre le inquietaba cuando esos dos trabajaban juntos. Tener dos locos vagando por las calles siempre tenía consecuencias.
El lúgubre taller estaba en completo silencio, WuXian observó que nada había cambiado durante el tiempo que estuvo ausente.
—¿Wei WuXian? —una suave voz le llamó.
Del umbral de una puerta se vio la pequeña figura de Mo XuanYu, el omega le sonrió cuando estuvo más cerca.
La mirada de WuXian se ablandó. —Tiempo sin vernos.
El omega asintió y después miró al alfa que estaba por detrás de WuXian. —Lluvia Carmesí.
—Mo —el alfa le miró sin mucho interés.
—¿Buscan equipo? —preguntó el omega.
Wei WuXian negó. —Queremos hablar con una rata escurridiza.
—Oh —Mo XuanYu no encontró más palabras que decir.
WuXian se adentró más en el lugar, tomó un tubo de metal que se encontraba en el suelo y empezó a golpear un auto viejo causando un gran alboroto. —¡Xue Yang, sal de tu escondite!
—No me estoy escondiendo —dijo una voz surgiendo de entre las sombras del lugar, WuXian dejó de hacer ruido y le miró—. Veo que el gran Wei WuXian ha logrado escapar de las garras de Jun Wu.
El omega mencionado sonrió con sorna. —¿Creíste que alguien como Jun Wu iba a retenerme por mucho tiempo?
—No —dijo enseguida el beta mirándolo con cuidado—, sabía que lograrías salir de ese lugar, pero me intriga saber si saliste ileso.
—Estoy perfectamente bien.
Los ojos de WuXian observaban con cuidado a Xue Yang, no le gustaba la mirada que le dedicaba.
—Disculpa mi atrevimiento, pero me mata la curiosidad, ¿El joven Lan te marcó?
WuXian bufó. —¿Te preocupa eso?
Xue Yang se encogió de hombros. —Sería una lástima que un omega como tú se desperdiciara de esa forma, una marca hubiera traído tu fin.
—Primero le corto al alfa lo que tenga entre las piernas antes de dejarme marcar —dijo WuXian de forma algo agresiva.
Xue Yang sonrió. —Por eso me agradas.
—Para ser un beta te preocupa mucho la marca —dijo Hua Cheng mirándole fijamente.
—Los omegas y alfas no lo comprenden —murmuró Xue Yang—, pero no vinieron para hablar de eso. ¿Qué es lo que quieren?
WuXian se recargó contra la pared mostrando cierta indiferencia. —Supongo que debes saber sobre alguien que ha estado atacado a Dragón Blanco.
El beta miró a Wei WuXian y a Hua Cheng y después asintió, en sus ojos había cierta diversión. Xue Yang le hizo un gesto a Mo XuanYu. —Tienes trabajo que hacer, vete.
Mo XuanYu asintió, se despidió de forma rápida de los otros dos presentes y desapareció.
Una vez solos Xue Yang dijo. —Son muchos los que quieren derribar a Dragón Blanco.
—Pero son pocos los que realmente hacen algo —comentó Hua Cheng.
—En eso tienes razón Lluvia Carmesí... —el beta miró a Wei WuXian—. La verdad es que alguien vino a pedir información suya.
—¿Le dijiste algo? —preguntó WuXian ligeramente alterado.
—¿No fuiste tú quien me amenazó para que no volviera abrir la boca? —dijo Xue Yang alzando una ceja.
El beta explicó que ese hombre no insistió mucho, pero que hizo varias preguntas que parecían algo insignificantes.
—Parece que los Demonios y Dragón Blanco están en aprietos —se burló Xue Yang—. Ahora la mayor parte del bajo mundo sabe que Wei WuXian es el destinado de Lan WangJi, es tan divertido ver a dos grandes organizaciones colapsar por un capricho de la naturaleza.
La forma en cómo se burlaba de WuXian claramente no agradó al omega, por lo que le mandó una mirada amenazante. —Cuida tus palabras y piensa bien lo que estás diciendo...
Xue Yang sonrió con malicia. —Eso hago.
—¿Entonces no tienes nada en concreto? —preguntó Hua Cheng. Si no conseguían nada significaba que era hora de la retirada, no quería seguir perdiendo su tiempo más en ese lugar.
—Lamentablemente no...
WuXian miró a Hua Cheng, todos sus gestos representaban un: No le creo.
Hua Cheng negó con la cabeza y dio media vuelta. Ese beta no valía la pena, por el momento.
Una vez que salieron del establecimiento WuXian habló.
—Apuesto que sí abrió su bocota.
—Probablemente —Hua Cheng no parecía muy preocupado—. Ya no podemos fiarnos de su información.
—¿De dónde sacaremos todo ahora?
Hua Cheng sonrió. —Ahora que brillaste por tu ausencia pudimos acercarnos más al joven Nie.
—¿HuaiSang? ¿En serio? —WuXian sonrió—, entonces ya sabemos a dónde ir próximamente, pero primero un descanso, necesito dormir y buscar un buen vino ¡Ah, casi lo olvido! ¡Descubrí el mejor vino del mundo!
El alfa le pareció divertí como como WuXian siempre se tomaba las cosas a la ligera, incluso en momento desalentadores siempre hacía bromas.
Hua Cheng no escuchó su parloteo realmente, sólo fingió hacerlo mientras pensaba en cosas más importantes, después miró al omega de su lado.
—WuXian...
—¿Sí? —respondió sin verle.
—¿Cómo está él?
Wei WuXian le miró, comprendía lo que el alfa estaba preguntando.
—Está bien, fue agradable conocerlo en persona, Xie Lian es alguien amable y muy tranquilo, de hecho, es muy diferente a ti, parece que todas las virtudes que te faltan él las adquirió.
La mirada del alfa se iluminó al escuchar sobre su omega. Él no necesitaba oír lo maravillosos que era Xie Lian porque ya lo sabía, pero siempre era gratificante hacerlo.
—¿Sabías que tiene un gato? Se llama RouYe.
Ahora Hua Cheng se sentía celoso de WuXian por saber tanto de Xie Lian.
Chapter 20: Capítulo 19. Dragón Blanco.
Chapter Text
La habitación estaba en silencio, poco a poco los ojos dorados se iban abriendo, Lan WangJi intentó parpadear varias veces para aclarar su vista y mirar alrededor. Pero antes siquiera de acostumbrarse a la luz recordó a su omega marcharse. La imagen de Wei Ying dándole la espalda y caminando hacia la salida lo bombardeó.
De forma rápida se sentó en la cama.
—¡Wei Ying!
Una mano lo detuvo por el hombro para evitar que se pusiera de pie.
—Tranquilo WangJi, no te precipites —Lan XiChen lo empujó para volver a recostarlo—. Aún es pronto para que le levantes.
Los ojos de Lan WangJi miraron al mayor con apuro. —Wei Ying... él...
Lan XiChen sabía por qué su hermano trataba de decir, lo peor es que incluso tenía una respuesta para ello. Pero era consciente que lastimaría a WangJi, por lo que sólo pudo desviar la vista y negar levemente con la cabeza, no podía ser tan cruel para decirlo en voz alta.
El segundo Lan entendió el mensaje, sabía que eso sucedería... pero dolía más de lo que pensó. Su alfa interno estaba destrozado, lo único que quería era levantarse y salir a buscarlo.
XiChen no estaba mejor, se sentía culpable por no haber podido detener a Wei WuXian, estuvo tan cerca y aun así no lo logró. En cuanto se enteró que el omega había escapado no dudó en buscar a Lan WangJi. Encontrarlo inconsciente en la sala de entrenamiento lo había puesto furioso.
Bajo órdenes de Jun Wu había ido en busca del omega, pero por más que lo intentó fue en vano, parecía que el resto de demonios estaban muy bien organizados.
—WangJi, lo encontraremos —dijo XiChen tratando de animar a su hermano.
Nunca esperó que Lan WangJi negara con la cabeza. —No.
El mayor lo miró sorprendido, pensó que el primero en pedir su búsqueda sería precisamente el segundo Lan. —¿No quieres traerlo de regreso?
Lan WangJi bajó la mirada. ¡Claro que quería traerlo de regreso!
Pero... ¿Qué conseguiría con eso?
Si traía a la fuerza de regreso a Wei Ying este intentaría escapar una vez más, ahora conocía lo suficiente al omega para imaginar el sinnúmero de cosas podría hacer con tal de no estar ahí. Debía intentar otra clase de movimientos si quería acercarse nuevamente a su destinado.
Además, debía admitirlo, en ese momento Wei WuXian estaba más a salvo lejos de él, de lo contrario hubiera tenido que hacer cosas en contra del omega. Y eso era algo que ya no estaba dispuesto a realizar, lo cual sólo provocaría aún más problemas.
Lan XiChen leyó en silencio la expresión de su hermano. Si bien se veía muy triste también había cierto alivio en los ojos ambarinos.
—Cuando sea el momento podrán encontrarse una vez más —XiChen le sonrió levemente—, después de todo están destinados.
Esas palabras lograron calmar un poco el convaleciente corazón de Lan WangJi.
El segundo Lan suspiró y después miró a su hermano. —¿Qué dijo Jun Wu?
La postura de XiChen pareció ponerse más rígida.
—Como imaginarás no está muy feliz —en realidad eso era poco, el alfa estaba furioso por perder una pieza tan importante como lo era Wei WuXian. Lo peor es que había sido en sus propias narices, eso era como una burla hacia él, claro que no dejaría las cosas como estaban. —Jun Wu mandó a rastrear a los demonios, aunque no hubo buenos resultados, contactará con algún socio, la verdad no ha dicho mucho de su siguiente movimiento.
Lan WangJi frunció el ceño, debía saber lo que Jun Wu planeaba, de otra forma no podría cuidar de Wei Ying. —Me preocupa.
—El joven WuXian estará bien —Lan XiChen sabía que ese omega estaría bien, después de todo no estaba solo allá afuera.
—Mn...
Lan WangJi sabía que su omega era demasiado capaz, pero aun así tenía un extraño presentimiento. El estar lejos de Wei Ying le inquietaba un poco, inconscientemente su instinto le pedía estar cerca del menor para cuidarlo.
XiChen vio como su hermano hacía un amago por levantarse por lo que le detuvo de inmediato.
—Espera un poco, lo mejor será que descanses hasta mañana. No sé de dónde consiguió WuXian un sedante tan fuerte, pero tenemos suerte es que no se hubiera excedido con la dosis.
Lan WangJi conocía las capacidades de WuXian, si lo tuviera que catalogar diría que era un experto en lo que hacía, por lo que una parte del alfa también sabía que el omega cuidó de no matarlo. Eso de cierta forma entibió su pecho, en este mundo, que su omega no quisiera matarlo ya era ganancia.
El mayor de los Lan se levantó. —Iré para avisar que despertaste, tú descansa un poco más y piensa en lo que harás.
—Hermano —Lan WangJi le detuvo—, quizás rompa algunas reglas.
XiChen sonrió levemente. —Lo sé, pero no sería la primera vez que harías algo así por ese omega.
—No será necesario que me ayudes —lo que menos quería Lan WangJi era arrastrar a su hermano nuevamente a sus problemas.
—Sabes que igual lo haré —XiChen se encaminó hasta la salida de la habitación, antes de salir dio un último vistazo—. Debo cuidar de mi hermanito —dijo dando una última sonrisa antes de retirarse por completo.
Lan WangJi trató de ocultar su vergüenza al escuchar la forma como le llamó XiChen, pero por dentro estaba agradecido de que su hermano siempre lo apoyara, incluso si sus decisiones no eran las mejores o correctas.
El alfa se perdió en sus pensamientos una vez que estuvo solo. Ahora había un sentimiento distinto, se sentía más real su pérdida, aunque trataba de decirse que todos estaría bien, que volvería a encontrarse con Wei Ying, podía sentir su ausencia casi de inmediato. Incluso el aroma dulce del omega seguía impregnado en su cama, en su cuarto y en su piel.
Lan WangJi recordó su beso, podía jurar no haberse sentido así de bien en el pasado, tan... completo. Pero todo lo bueno siempre tenía su fin, así que ahora debía soportar.
Sin embargo, el dolor en su pecho seguía sin mermar. Ahora que había estado con Wei Ying casi a diario empezaría a resentir su ausencia. Sólo se preguntaba si su omega se sentiría igual a él, o por lo menos le extrañaría, aunque fuera un poco.
—No entiendo cómo pudo hacernos esto —dijo QingXuan con un puchero picando su comida con el tenedor—. Pensé que éramos amigos.
Xie Lian no estaba tan sorprendido, después de todo WuXian estaba con ellos contra su voluntad, pero también se había acostumbrado a tenerlo ahí que se sentía extraño. Lo que no creía es que realmente hubiera logrado huir con éxito. ¡Ni siquiera se había enterado del suceso!
Todos supieron de lo ocurrido hasta que sonó la alarma y encontraron a Lan WangJi bajo los efectos de un sedante.
—Hoy vi a WangJi-Xiong por la mañana, se veía muy triste —añadió QingXuan con un rostro decaído. El té de sus manos ya se había enfriado desde hace mucho.
—También lo vi...
En efecto, Lan WangJi casi parecía estar de luto, apenas se dejaba ver.
QingXuan cambió su expresión y se levantó decidido de su lugar, su brusquedad terminó agitando un poco la mesa. —¡Ya es suficiente! ¡Vamos a buscarlo y traerle de regreso!
Xie Lian conocía esa mirada en el menor, era la misma que había puesto cuando se escapó para conseguir información y terminó encontrándose con Aguas Negras. Lo cual significaba que sólo podía terminar en problemas.
—No QingXuan —Xie Lian lo cortó de inmediato—, recuerda que tú ni siquiera puedes salir todavía, sólo complicaríamos más las cosas, no olvides que tenemos otros problemas.
Aún con esas palabras QingXuan no se rindió. —Pero no podemos dejar que WangJi-Xiong sufra tanto, debemos ayudarlo, ellos debes estar juntos, llámame loco pero estoy seguro que WuXian siente algo por WangJi-Xiong.
Xie Lian era el menos hábil en las relaciones, tanto propias como ajenas, por lo que no opinaría nada al respecto. A sus ojos Wei WuXian y Lan WangJi eran víctimas de una jugarreta del destino. Suspirando con pesar negó, incluso si apoyara la idea de QingXuan no podía simplemente salir a las calles gritando el nombre de Wei WuXian. Ni siquiera sabía por dónde empezar.
El omega mayor se tocó la frente pensativo, la verdad sí quería hacer algo para ayudar. —Déjame hablar con Jun Wu, quizás te levante alguna de las restricciones —Xie Lian revisó la herida de su hombro, le falta poco para poder regresar al trabajo, había mejorado bastante, sólo debía ser paciente—. Por ahora debemos apoyar a WangJi en lo que podamos ¿Entendido?
QingXuan asintió, no cometería el error de la vez pasada, sería paciente y trataría de ayudar en lo que pudiera.
—¿Crees que Jun Wu realmente acceda? —inquirió con algo de nerviosismo el menor.
Xie Lian lo pensó un poco; era claro que Jun Wu quería recuperar a Wei WuXian, por lo que había una gran probabilidad de que les fuera permitido inmiscuirse más a profundidad en el caso.
Antes de que el omega mayor respondiera la puerta del comedor se abrió, Lan XiChen ingresó con un rostro cansado y pasos lentos. En cuanto notó a los dos omegas cambió su expresión a una pequeña sonrisa.
—¿Mal día? —preguntó QingXuan dando un pequeño trago a su taza.
XiChen suspiró y tomó asiento en uno de los tantos lugares mientras dejaba un montón de archivos sobre la mesa. —Mucho trabajo.
Era claro que el alfa se encontraba agotado, pero conociéndolo trataría de ocultarlo y fingir que todo estaba bajo control.
En lo que servían la comida Lan XiChen inspeccionaba minuciosamente la información que tenía.
Los dos omegas no podían contener su curiosidad.
—¿Investigas algo importante? —preguntó Xie Lian tratando de ser prudente.
—¿Es sobre WuXian? —a diferencia de Xie Lian, el menor fue más directo.
XiChen elevó su mirada de los documentos para intercalar entre ambos omegas.
—No exactamente, pero sí está relacionado con WuXian —pareció meditar sus palabras—. Es más sobre los demonios, ahora que se confirmó que Jiang WanYin sigue con vida debemos ir sumando objetivos a nuestra lista —lista que de por sí ya era muy larga.
QingXuan estaba secretamente asombrado por lo hábil que había resultado Wei WuXian, después de todo logró escapar. Por esa razón sentía cada vez más intriga por los demonios y sus habilidades, quería conocerlos personalmente a cada uno de ellos, aunque por el momento sólo tenía el placer de haberse cruzado con dos; uno de ellos casi lo mata en dos ocasiones y el otro lo había emborrachado para engañarlo.
—¿Crees que Jiang WanYin sea tan genial como WuXian? —inquirió QingXuan.
Lan XiChen recordó al joven que desvió cada uno de sus disparos. Sin duda era tan letal como cualquiera de los demonios. —Es peligroso.
—Eso no me sorprende —dijo QingXuan encogiéndose de hombros—. Todos los demonios son peligrosos, pero me pregunto si sería tan amigable como lo fue WuXian, quizás podríamos intentar hablar con él.
Lan XiChen volvió a recordar la vez que habló con el Jiang por teléfono... no sonaba para nada amigable. Aunque también debía recordar las circunstancias de ese momento, era obvio que el Jiang fuera tan agresivo en aquella ocasión.
De forma silenciosa Xie Lian puso atención a toda la plática, el tema de los demonios empezaba a ser algo controversial dentro de su cabeza. Mientras más pasaba el tiempo más intrigado estaba en ellos, debido a que no habían resultado ser el típico grupo interesado en tomar su lugar en el bajo mundo.
El omega recordaba las veces que los demonios tuvieron la oportunidad de matar algunos cuantos de ellos, pero no lo hicieron. Eso significaba que debía haber algo más detrás de todo y Xie Lian lo quería descubrir.
Ahora quería saber el motivo por el cual lo hacían, algo tan banal como el dinero no podría ser. ¿Pero qué podría ser? ¿Qué los motivaba? ¿Qué era lo que realmente buscaban?
—XiChen —llamó Xie Lian—, ¿Jun Wu está en su oficina?
El alfa hizo un movimiento a manera de negación con la cabeza. —Salió para encontrarse con uno de sus socios, quizás regrese muy tarde.
El omega suspiró, debería esperar para poder hablar con él.
—¿Y WangJi-Xiong? —preguntó esta vez QingXuan.
—Trabajando....
XiChen bajó la mirada, desde el escape de WuXian su hermano estaba en una especie de trance, parecía ofuscado con sus pensamientos. Hace cuatro días Lan WangJi llenó su mente con trabajo y apenas se había aparecido por la residencia.
—El mantenerse ocupado aminora su dolor —murmuró Xie Lian—, pero no creo que le funcione por mucho tiempo.
El omega lo había visto temprano, apenas por unos segundos, se veía tan perdido, su mirada fría no tenía ningún brillo.
Esa mirada la había visto hace mucho años atrás, cuando Jun Wu recién había traído a los hermanos Lan.
—Tengo que cuidarlo más de cerca —dijo XiChen.
—Tenemos —corrigió Xie Lian—. Estamos juntos en esto, no lo olvides.
XiChen miró como los dos omegas le sonreían mostrando su apoyo, por lo que el alfa realizó el mismo gesto agradecido.
Jun Wu arribó a la residencia cerca de la media noche. No se detuvo a descansar por lo que se dirigió a su oficina para realizar unas llamadas importantes. Quizás era momento de pedir el pago de algunas deudas pendientes con sus socios de fuera. No por nada les había ayudado algunas veces, era tiempo de cobrar sus favores.
Apenas atravesó el interior de su oficina cuando miró la silueta de Xie Lian. El omega estaba recostado en uno de los sofás que había en el extremo del lugar, parecía dormir profundamente.
Jun Wu suspiró, no era la primera vez que el omega hacía eso para esperarlo, de hecho era una costumbre que tenía el joven desde que era un niño, una costumbre que no logró eliminar.
El alfa estaba a punto de salir de viaje, había un asunto muy importante que atender en la montaña de Gusu, sólo había regresado a su oficina para arreglar unos últimos detalles, jamás imaginó encontrar al pequeño Xie Lian de nueve años dormido en una de las sillas.
Algo extrañado Jun Wu lo despertó. —¿Xie Lian? ¿Qué haces aquí?
El pequeño restregó sus ojos mientras bostezaba, al mirar al alfa se incorporó y bajó la mirada apenado. —No quería estar solo...
Jun Wu suspiró. —Pero mi oficina no es un lugar para dormir.
—Estaba esperando por usted —confesó el menor en un murmuro.
El alfa ablandó su mirada, debía recordar que se trataba de un niño después de todo, pero él no tenía mucho tiempo para atenderlo, así que debía pensar en algo.
—Xie Lian ahora estoy ocupado, tengo que partir y quizás regrese dentro de dos días, pero no estarás solo, pide todo lo que necesites.
Los ojos de Xie Lian parecieron llenarse de lágrimas, pero no se quejó, sólo asintió obedientemente ante las palabras de Jun Wu.
El alfa no quería dejar al niño así. —Si te portas bien podría traerte algo.
La mirada de Xie Lian se iluminó. —¿Lo que yo quiera?
Jun Wu asintió. ¿Qué podría querer un niño?
—¿Puedes traer un amigo?
El alfa se quedó sin palabras. —¿Un amigo?
—¡Sí! —dijo de forma animada el menor—, prometo ya no pedir otra cosa.
Jun Wu lo meditó, era claro que Xie Lian quería alguien para jugar y no sentirse solo. ¿Pero de donde conseguirá un amigo para el niño?
Se escucharon dos golpes en la puerta, después la voz de Ling Wen. —Señor debemos partir ahora si queremos llegar a tiempo, el resto de hombres están listos.
Jun Wu miró una última vez al infante. —Me voy ahora, pórtate bien.
Con eso salió del lugar, no quería ver los ojos suplicantes del menor para que se quedara, por qué no haría y oír llanto no era una opción.
Una vez de camino miró a la beta. —Ling Wen, dime el estado de Gusu.
—Nuestro espía informa que el enemigo logró ingresar en la montaña —Ling Wen pasó unos documentos donde estaban fotos de rostros marcados con rojo—. Estas son las bajas registradas hasta ahora, más de la mitad de los habitantes han muerto, para cuando lleguemos quizás sólo queden unos cuantos rezagados con vida.
Jun Wu miró la fotografía de QinghengJun con una cruz de tinta roja atravesándolo. No estaba triste por su muerte, pero tampoco estaba feliz, después de todo los Lan siempre fueron aliados a los que podría recurrir en tiempos difíciles, y ahora eran ellos quienes necesitaban ayuda.
Sólo por saldar deudas es que Jun Wu metía sus manos, además de que podría salir beneficiado, la verdad desde hace mucho tenia un plan en mente acerca de los Lan, dependiendo de lo que encontrara el la montaña serían sus medidas a tomar.
Los ojos del alfa se detuvieron en la imagen de dos niños. —¿Quiénes son?
—Los hijos de QinghengJun, pero están extraviados en la montaña, parece que la madre de los niños se los llevó para esconderlos, siguen buscándolos.
—Van a matar a esos niños —murmuró Jun Wu—. Son los herederos del clan Lan, harán cualquier cosa para aniquilarlos y quedarse con todo.
Ling Wen no dijo nada, pero pudo notar la mirada del alfa, esa mirada que reflejaba estar ideando en algo. Jun Wu pensó que podría matar dos pájaros de un tiro. Se desharía de la basura en Gusu y de paso llevaría dos amigos a Xie Lian.
Sólo debía encontrar a esos niños primero.
El alfa dejó sus recuerdos en el pasado y se acercó un poco al sofá donde reposaba Xie Lian, aclaró su garganta y llamó al omega.
—Xie Lian.
Pero el omega no respondió.
—Xie Lian —repitió esta vez elevando más su voz.
Por fin el omega reaccionó levantándose con prisa.
—¡Señor! —el omega miró como Jun Wu alzaba una ceja, por lo que tosió un poco y habló—. Me quedé dormido esperándolo...
—Eso puedo notarlo —Jun Wu se dirigió a su escritorio para tomar asiento—. Te he dicho muchas veces que no lo hagas, puedes esperar al día siguiente.
Xie Lian rio nervioso, de forma tranquila se levantó para poder ir a sentarse frente al alfa. —Últimamente no logro verlo, siempre está ocupado, pensé que sería mejor esperar por usted...
El alfa le miró un momento, después asintió a manera de comprensión. Sabía que si el omega le había esperado ahí era por algo importante.
—Habla —dijo colocando todo de lado para prestarle atención, mientras más rápido lo atendiera más rápido podría regresar a su trabajo—. ¿Qué es lo que vas a pedir?
Xie Lian se sonrojó levemente. —¿Por qué piensa que pediré algo?
Jun Wu tuvo que reprimir una pequeña sonrisa. —Siempre que vienes a mí es para hacer alguna petición ¿Me equivoco?
El alfa tenía razón, por lo que Xie Lian no sabía si reír o llorar, según él siempre fue muy discreto con sus peticiones.
Pero ahora que no había marcha atrás y tenía la atención de Jun Wu, por lo que empezó: —Señor... quería hablar sobre el tema de Wei WuXian...
La mirada de Jun Wu era helada, sin duda aún seguía demasiado molesto por lo ocurrido.
—¿Qué es lo quieres saber sobre ese omega?
Xie Lian oraba para expresar bien sus palabras y que Jun Wu aceptara.
—Escuché que intentan seguirle el rastro para recuperarlo, aunque no han podido enfocarse totalmente debido al resto de cosas por atender, por ello quería ayudar personalmente para rastrearlo y... llevar conmigo a QingXuan si es que fuera posible...
Jun Wu entrecerró los ojos y se recargó en el respaldo de su silla, en ningún momento despegó los ojos del omega.
Xie Lian sintió las palmas de sus manos humedecerse, tragó de forma dura y agregó; —Yo estoy casi recuperado y ahora necesitamos más ayuda. QingXuan es el mejor para rastrear, entre los dos podríamos agilizar las cosas...
Jun Wu siguió sin dar alguna respuesta, mientras más segundos pasaban en silencio más nervioso se sentía Xie Lian.
Al final el alfa suspiró. —Está bien, te mandaré el informe qué hay de Wei WuXian y permitiré que lleves a QingXuan contigo.
Xie Lian sonrió agradecido, pero antes de decir alguna palabra el alfa agregó:
—Pero quiero que toda la información que obtengas me la entregues primero a mí —Xie Lian le miró algo confundido—. Incluso si WangJi pide algo yo seré el primero en saber todo. ¿Entendido?
Xie Lian asintió lentamente ya no tan convencido. —Entiendo señor...
Al ya no recibir otra indicación se colocó de pie para retirarse, no quería que el alfa se arrepintiera.
—Espera, una cosa más —le detuvo Jun Wu—. QingXuan solamente podrá salir mientras esté acompañado de uno de ustedes, todavía tiene prohibido abandonar la residencia solo.
—Se lo haré saber —dijo Xie Lian. Ya era una ganancia que permitiera salir a QingXuan tan fácilmente. —Gracias señor.
Jun Wu sólo asintió sin verle realmente.
Algo le decía Xie Lian que las cosas en realidad no serían tan fáciles, pero no dijo nada y sólo se salió.
XiChen veía por la ventanilla del auto de forma distraída, los colores anaranjados que marcaban el atardecer estaban por desaparecer y convertirse en un púrpura. El alfa se puso a pensar en la última vez que miró un atardecer de forma tranquila y sin preocupaciones. Sin duda fue hace mucho tiempo.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que apenas alcanzó a escuchar el sonar de su móvil, al mirar la pantalla y leer el nombre que aparecía sonrió levemente.
—A-Yao —contestó el alfa.
—¿Sigues trabajando? —preguntó de forma melosa Jin GuangYao al otro lado de la línea.
—Voy rumbo a una última reunión —contestó el alfa, logró escuchar algunas quejas por parte del Jin.
—¿Cuándo podrías darte una vuelta? Mis sábanas te echan de menos.
—¿Sólo tus sábanas? —inquirió en voz baja.
El Jin rio. —Y yo también.
XiChen reprimió una sonrisa, era consciente que había descuidado demasiado al omega, pero tenía trabajo que hacer. Si bien su relación no tenía ningún título formal el alfa siempre procuró que el omega se sintiera cómodo.
—Si acabo rápido puedo darte una visita esta noche —dijo el alfa tratando de calmar al Jin.
—¿En serio?
XiChen pudo percibir la emoción de Jin GuangYao. —Sí.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Por algunos segundos ambos permanecieron en silencio, ninguno tenía intenciones de terminar con la llamada.
Cambiando un poco el ambiente GuangYao preguntó: —Y... ¿Cómo está WangJi?
XiChen no pudo reprimir un pesado suspiro. —No muy bien, parece que se había acostumbrado demasiado a WuXian, la verdad estoy preocupado por su salud, casi no come y ha trabajado demasiado.
—Si quieres puedo ayudar —ofreció el Jin.
—No —XiChen se negó enseguida, no quería que GuangYao se involucrara en más problemas—. Tú tienes suficiente con tu padre, WangJi es mi hermano, yo me haré cargo.
—¿Qué sucederá si la situación empeora?
XiChen permaneció en silencio, ni siquiera quería contemplar ese panorama. Quería creer que todo mejoraría en el futuro y que su hermano podría encontrar a su destinado y ser feliz.
El alfa notó que había otra llamada entrante y esta se trataba nada más y nada menos que de Nie MingJue.
—A-Yao tengo otra llamada. ¿Hablamos más tarde?
—Está bien, nos vemos en la noche.
XiChen sonrió. —Hasta en la noche.
La llamada terminó y el Lan pudo atender a MingJue.
—¿Sí?
—Lan XiChen —se escuchó la voz grave del Nie—, ¿Ocupado?
—Un poco —confesó XiChen.
—¿No te gustaría pasarte por el club?
Lan XiChen frunció el ceño, sentía que la propuesta ocultaba más de lo que realmente significaba.
—La verdad es que ya tengo planes.
—Es una pena... justo acabo de escuchar que Dragón Blanco está de cacería.
La familia Nie siempre había tenido buena relación con Jun Wu y por consecuencia con los colmillos. Pero MingJue había desarrollado un mejor trato hacia los colmillos mayores, lo cual significaba cierta clase de privilegios, como material o «en algunos casos» información.
—Ya no es un secreto que Wei WuXian ha escapado por lo que veo —dijo XiChen intrigado por el rumbo que llevaba la conversación.
—Si te sirve de consuelo tengo algo para ti —se escuchó una risa burlesca—. Acabo de hacer una reservación para esta noche en mi club... insisto en que deberías darte una vuelta, se pondrá interesante.
Los ojos de XiChen se abrieron sorprendidos. —¿Qué estás tratando de decir? —el alfa ya intuía a lo que MingJue se refería.
—Ven a verlo por ti mismo.
El Lan negó con diversión. —Creo que ya dijiste demasiado.
—Yo solo estoy invitando a un buen amigo a mi club ¿Vendrás?
XiChen ni siquiera necesitó pensarlo.
—Estaré ahí con WangJi.
—Los estaré esperando —dijo Nie MingJue antes de despedirse.
XiChen ya tenía una idea de lo que podría encontrar, pero no lo creería hasta verlo con sus propios ojos.
Sin perder tiempo marcó a Lan WangJi, conociendo a su hermano menor lo mejor sería no darle tantos detalles.
Tal como esperó WangJi aceptó sin quejas, mientras fuera trabajo y tuviera que estar lejos de la residencia era mejor para el segundo Lan.
XiChen se disculpó mentalmente con GuangYao, aparentemente su cita de la noche sería cancelada.
—Tendrá que ser en otra ocasión A-Yao.
El alfa escribió un mensaje de texto rápido y lo envió antes de llegar a su última reunión y apagar el móvil.
La luna se alzaba en los cielos, justo en el centro de la ciudad las personas se reunían y hacían una larga final para ingresar en QingheNie, uno de los mejores clubs de la zona.
Sin dar un vistazo a la interminable fila, dos hermanos caminaron hasta la entrada, con una simple mirada el guardia se hizo a un lado para dejarlos entrar.
Ambos hermanos Lan dieron un paso dentro del lugar. Tal como esperaban, el ambiente estaba lleno de música y varias luces se encargaban de iluminar los alrededores.
El rostro de Lan WangJi mostraba una indiferencia total por las personas del lugar, incluso se alejaba cuando sentía que alguien tenía amagos por tocarlo o acercarse.
Había demasiada gente para poder visualizar bien el lugar, sólo se apreciaban el cúmulo de cuerpos bailando y frotándose entre ellos. En el escenario había algunos bailarines que animaban más el ambiente.
—Busquemos a MingJue primero —dijo Lan XiChen empezando a caminar rumbo a la oficina principal de los Nie.
Lan WangJi sólo asintió y le siguió por detrás, mientras más rápido terminaran con todo mejor para él.
A pesar del olor a tabaco y feromonas el alfa frenó sus pasos al sentir ese dulce aroma que tenía días carcomiéndole. Por una fracción de segundos pensó que estaba alucinando, pero el aroma era tan real que debía ser cierto y solo había una forma de averiguarlo.
Lan XiChen notó que Lan WangJi había dejado de avanzar, por lo que frenó y giró su rostro para darle un vistazo.
—¿WangJi? —XiChen miró con inquietud lo tenso que se había puesto su hermano.
Sabía que los lugares concurridos no eran el fuerte de Lan WangJi, pero la reacción se debía a otra cosa, algo más fuerte que el simple hecho de ver un cúmulo de personas desconocidas.
Sin dar una respuesta el segundo Lan se alejó dando grandes zancadas.
—¡WangJi! ¡Espera!
Lan WangJi atravesó la multitud con agilidad, su cabeza sólo podía seguir ese aroma tan familiar.
El alfa fue guiado hasta la segunda planta, ahí la música no era tan elevada y sólo se encontraban muy pocas personas, parecía ser un área exclusiva. Ignoró las miradas que le dedicaban, no porque no estuviera al nivel de la zona, si no por ser todo lo contrario. Lan WangJi se veía tan pulcro y etéreo para estar en un ambiente como ese.
Su búsqueda por fin se detuvo.
La ambarina mirada se topó con dos brillantes iris grises, el corazón del alfa golpeó con fuerza en su pecho.
El Lan siempre supo que volvería a encontrarse con Wei WuXian tarde o temprano, lo que nunca esperó es que fuera más pronto de lo pensado y justo en ese lugar.
Ni siquiera había pasado una semana y ya lo tenía frente a frente, pero no estaba solo.
Por delante estaba una mesa redonda que lo separaba del resto. Cuatro alfas estaban alrededor, entre ellos pudo reconocer a Lluvia Carmesí y Aguas Negras. Y justo en el centro de todos se encontraba sentado Wei WuXian, el omega sonreía de lado mientras guiaba un vaso de líquido rojizo a sus labios.
XiChen no tardó en darle alcance a su hermano, pero al notar lo que veía Lan WangJi se quedó sin palabras. Era más de lo que se imaginó.
Ninguno de los hermanos Lan lo podía creer. Frente a ellos había cinco demonios mirándolos fijamente.
Chapter 21: Capítulo 20. Demonios.
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WuXian sentía como su omega interno pedía a gritos lanzarse sobre Lan WangJi, habían sido pocos días lejos del Lan, pero aparentemente su organismo lo había resentido de sobremanera. Ahora que lo tenía enfrente podía sentir claramente cuán afectado estaba por su separación.
Su garganta se secó en cuanto miró a Lan WangJi acercarse; su traje inmaculado y gran atractivo seguían tal y como recordaba, además de que el sándalo estaba llamándole. Incluso necesitó beber algo para poder disimular la emoción de su omega interno.
El omega miró a sus compañeros que parecían indiferentes ante la presencia de los dos hermanos Lan, o al menos la mayoría, ya que Wen Ning, quien estaba a su lado era el único que parecía querer salir corriendo. No esperaban verlos ahí, pero tampoco estaban tan asombrados.
—Wei Ying... —la voz de Lan WangJi provocó un temblor en todo el cuerpo del menor. No sabía que había extrañado tanto escucharle, su nombre en los labios del alfa era un estímulo letal.
—Lan Zhan —WuXian sonrió en su dirección tratando de controlar a su omega interno—, también viene tu hermano. ¡Genial!
No, no era nada genial tener a los hermanos Lan ahí, en lo absoluto.
Lan WangJi no contestó, parecía estar molesto, WuXian podía oler la amargura en el alfa. Era comprensible, después de todo lo que le hizo la última vez, y ahora se volvían a encontrar, sin olvidar que estaba rodeado de otros alfas. Wei WuXian recordaba muy bien que Lan WangJi era un alfa celoso.
Había tanta tensión que la mayoría de las personas del segundo piso empezaron a alejarse, desde el primer vistazo se podría descifrar que no era un encuentro precisamente amistoso. La palabra problemas se leía en mayúsculas, una persona normal y con sano juicio la pensaría dos veces antes de acercarse a la mesa donde demonios y colmillos estaban.
XiChen se colocó a un lado de Lan WangJi, ocultó muy bien sus reacciones al igual que su hermano, incluso fue el primero en hacer un comentario. —Pensé que los demonios siempre eran muy discretos.
WuXian sonrió y se recargó en el respaldo del gran sillón de cuero, inclinó su cabeza con sutileza para apoyarse en Wen Ning.
—Digamos que nos encontramos resolviendo un asunto importante y para eso necesitamos ser más visibles —murmuró el omega mientras fingían no ver el ceño fruncido de Lan WangJi. Hasta el momento todo resultaba divertido para WuXian.
XiChen miró las manos hechas puño de su hermano, debía ser cuidadoso y no alterar tanto el ambiente. —El joven WuXian no nos ha presentado a sus compañeros.
WuXian miró a las cuatro personas que le acompañaba, se encogió de hombros restándole importancia.
—Ellos tienen boca y pueden presentarse si quieren ¿Verdad? —con una mirada llena de coquetería miró a Hua Cheng y le guiñó un ojo.
Hua Cheng se burló a su lado, podía ver como Wei WuXian sólo intentaba provocar al segundo Lan. Y lo estaba consiguiendo, pero él no estaba de humor para peleas sin sentido. Estaban ahí por otro motivo más importante que darle celos a Lan WangJi, por lo que terminaría con todo ese teatro infantil de forma rápida.
—Hua Cheng, un placer —el alfa señaló a un lado—He Xuan, él no es muy amigable— después giró al lado contrario. —Los hermanos Wen: Qing y QiongLin, ya conocen a WuXian.
La presentación fue corta, Hua Cheng sabía que ya no había mucho que ocultar, la mayoría ya empezaba a reconocerlos. Además, era tiempo de que sus nombres comenzaran a sonar por todos lados.
XiChen asintió con la cabeza. —Creo que no hace falta la nuestra, pero igual la haré, mi nombre es Lan XiChen y él es mi hermano Lan WangJi.
—Los famosos Hermanos de Jade, ejemplos a seguir y suelen evitar escándalos —Hua Cheng sonaba casi cortés, pero era más bien una clase de advertencia para que los Lan se mantuvieran a raya.
WuXian podía sentir la penetrante mirada ambarina sobre su persona, su omega interno se regodeaba satisfecho, por lo que intentó algo más osado; se aproximó más al cuerpo de Wen Ning para murmurarle algo al oído y acariciar su pecho, cosa que provocó que el Wen se sonrojara.
Parecía que esa fue la gota que derramó el vaso para que Lan WangJi diera un paso al frente.
—WangJi, espera —XiChen se atravesó para impedir que su hermano avanzara más.
WuXian miró que ambos hermanos dialogaban en voz baja, una pequeña risa se escapó de su boca al ver lo fácil que era descontrolar a Lan WangJi.
—WuXian —llamó Hua Cheng—, deja de jugar con fuego, si Lan WangJi hace algo tendrás que enfrentarlo tú solo.
El omega chasqueó la lengua al ver que la hora del entretenimiento se había terminado. —No seas amargado HuaHua, sólo me divierto un poco.
—¿Por qué no sólo admites que estás feliz de ver al Lan? —preguntó mientras bebía de una copa.
Wei WuXian eliminó todo rastro de diversión en su rostro y le miró de forma seria, fue incapaz de negar, o tan siquiera de quejarse, por lo que sólo se giró. No aceptaría tan fácilmente lo bien que se sentía el tener a Lan Zhan de frente una vez más.
Sucumbiendo un poco a sus deseos miró de reojo a Lan WangJi, el alfa parecía estar más calmado pero seguía mirándole fijamente.
El omega podía sentir como el aroma de todos los alfas se mezclaba y trataban de imponerse uno sobre otro, su cabeza empezaba a doler debido a eso. En ese punto quería escapar del desastre que él había iniciado, dejaría que sus compañeros se hicieran cargo, por lo que se levantó de su asiento con intenciones de marcharse.
—Sus feromonas están asfixiándome, lo mejor será que me vaya.
WuXian tomó la mano de Wen Ning y le jaló para que le siguiera, pretendía pasar a lado de los hermanos Lan como si nada.
Claro que no funcionó.
Justo cuando estaba cerca del alcance de Lan WangJi este le sujetó del brazo. Los ojos grises se alzaron para dirigirle una mirada.
—Será mejor que sueltes —advirtió WuXian—, somos mayoría, no lo olvides.
Lan WangJi no lo soltó ni aflojó su agarre, al contrario, ejerció más fuerza. —Wei Ying... yo...
Tal como esperaba, el alfa fue incapaz de decir otra cosa.
—Lan Zhan —repitió WuXian a manera de amenaza.
XiChen también se aproximó a su hermano. —WangJi no es el momento, suéltalo.
Después de unos segundos el alfa apretó la mandíbula, al final terminó cediendo y le soltó.
WuXian sonrió y miró a sus espaldas. —Wen Ning, vámonos.
El omega no dio ni siquiera un paso cuando el Lan ya lo tenía sujeto por la cintura y pegado a su cuerpo. Además de que había empujado con fuerza a Wen QiongLin provocando que este cayera sobre la mesa y tirara algunas cosas.
Todos reaccionaron rápidamente ante la escena, la primera en sacar su arma fue Wen Qing, la alfa miró directo a Lan WangJi, no dudaría en tirar del gatillo. Por consecuencia Lan XiChen se vio en la necesidad de sacar su arma de igual forma y apuntar a la mujer. He Xuan, quien había pretendido no estar en todo ese momento, por fin reaccionó y amenazó a XiChen.
Hua Cheng suspiró al ver como estaban las cosas, todo por culpa de Wei WuXian y sus juegos.
El ambiente estaba insoportable, parecía que si alguien se movía empezaría una lluvia de balas. Todos eran asesinos altamente entrenados, no importaba quien tirara del gatillo, era casi seguro que la bala daría en su objetivo.
—¡Armas abajo! —rugió MingJue llegando al lugar—, ¡Dije, armas abajo!
Todos los presentes dudaron un poco, pero al final hicieron caso a las palabras del Nie.
—Están en zona neutral ¡Si quieren destruirse salgan de mi territorio! —exclamó MingJue, el hombre de complexión fornida se aseguró que todas las armas estuvieran guardadas—. Alguien tendrá que pagar por eso —señaló los cristales de vasos y botellas regados en el suelo.
—Pagaremos todo —dijo Hua Cheng mientras terminaba tranquilamente el contenido de su copa.
—Nosotros lo haremos —intervino XiChen—, fue nuestra culpa —después de todo si Lan WangJi no hubiera lanzado al Wen nada se hubiera dañado.
Hua Cheng se encogió de hombros. —Como quieran.
—En ese caso quiero otra botella —dijo He Xuan, estaba molesto porque una de las botellas afectadas era la suya.
A pesar de que la tensión había disminuido considerablemente Wei WuXian seguía sin poder separarse de Lan WangJi.
—Lan Zhan... ya déjame ir...
Lan WangJi le miró, WuXian estaba a punto de quejarse pero al ver el dolor en los ojos dorados se quedó en silencio. El omega sintió que los ojos del alfa jamás habían sido tan expresivos como en ese momento.
Wei WuXian por un momento pensó en invitarlo a un lugar más privado para que hablaran, porque siendo sincero también tenía algunas cosas que decirle. El omega sentía que debía aclarar bien su "relación" con el alfa, decirle que no se metiera o realmente tendría que hacerse cargo de él y matarlo.
Antes de que abriera la boca una nueva voz se alzó.
—Tienes cinco segundos para soltar a mi hermano.
Jiang WanYin tenía el entrecejo fruncido y miraba con total desprecio a Lan WangJi.
El segundo Lan no se inmutó y apenas le dirigió una mirada, causando más molestia por parte del omega.
WanYin estaba a punto de lanzarse sobre el Lan cuando HuaiSang lo frenó mientras reía de forma nerviosa.
—Increíble, los dos Hermanos de Jade, es raro que vengan aquí, en especial el joven WangJi —el Nie se acercó a Lan WangJi—. Si me disculpa, tengo asuntos que atender con Wei WuXian —sin pedir permiso tiró del omega para sacarlo de las garras del alfa.
—HuaiSang —llamó MingJue—, ¿Qué haces?
—Eso debería preguntártelo yo, Da-Ge —respondió HuaiSang.
MingJue lo miró de forma desaprobatoria. —Hablaremos de esto más tarde.
HuaiSang escondió su terror y empezó a jalar a WuXian. —No creo que sea necesario... Debo preparar todo para el espectáculo.
Sin esperar una respuesta se alejó llevándose consigo a Wei WuXian. Hua Cheng le hizo una seña a Wen Ning para que los siguiera, y así lo hizo.
Lan WangJi estuvo a punto de seguirlos de igual forma pero Jiang WanYin se paró enfrente impidiendo que avanzara. —Ni siquiera lo pienses.
Por el fondo Hua Cheng se aclaró la garganta. —Ya que no podemos arreglar nuestros asuntos diplomáticos... ¿por qué no se quedan en la mesa?
Todos le miraron con incredulidad, como si hubiera escupido la peor broma del mundo.
—Aceptamos la invitación —respondió XiChen con una leve sonrisa.
MingJue miró al mayor de los Lan, este hizo un pequeño gesto con la cabeza, apenas una señal que fue captada por MingJue, quien asintió de igual forma.
—En ese caso me aseguraré de que se encuentren cómodos —dijo el Nie—, ¡Pero nada de peleas!
MingJue se alejó, en menos de un instante varias personas del servicio llegaron para limpiar y arreglar todo, añadieron nuevamente algunas bebidas y se marcharon.
Los hermanos Lan quedaron frente a frente contra los demonios. El primero en sentarse fue XiChen quien sonrió cortésmente; Lan WangJi, por su parte sólo miraba en la dirección que había desaparecido Wei WuXian.
—Sé que el joven Lan WangJi desea ver a WuXian —empezó a decir Hua Cheng—, no debería preocuparse, en unos minutos más lo verá y créame que será excepcional.
Lan WangJi lo miró brevemente antes de tomar asiento.
—WanYin, tú también siéntate —pidió Hua Cheng al ver que el omega seguía de pie.
El Jiang observó ambos hermanos Lan con mala cara, si no estuvieran en zona neutra desde hace mucho hubiera sacado su arma y les hubiera disparado justo en la frente.
—Por tu mirada deduzco que no te agradamos —dijo XiChen divertido al ver como el omega no ocultaba su molestia en absoluto.
—Esa es su expresión de todos los días —comentó Hua Cheng a manera de burla.
El omega le levantó el dedo medio al alfa mostrando su pésimo humor de ese momento.
El personal del club se acercó algo temeroso a la mesa para dejar las últimas bebidas, en cuanto tuvieron la oportunidad se alejaron sin mirar atrás. Nadie quería estar ahí en ese momento.
He Xuan fue el primero en tomar algo, después de eso le siguió Wen Qing.
—¿Entonces? ¿Qué trajo a los hermanos Lan aquí? —preguntó Hua Cheng llenando su copa nuevamente.
—Escuchamos un rumor, decían que habría algo esta noche, pensamos en encontrar ese algo interesante y quizás llevarlo a casa —respondió XiChen de manera tranquila.
—¿En serio? —Hua Cheng alzó una ceja—, ¿No es WuXian a quien planean llevarse? ¿Verdad? —eso lo dijo mirando fijamente a Lan WangJi.
El vaso de cristal en manos de Jiang Cheng se hizo añicos en un instante, el omega lanzó una mirada de advertencia.
—Eso lo pagarás tú —dijo Hua Cheng mirando al Jiang. El omega sólo le ignoró y giró su rostro en dirección al escenario.
He Xuan pareció notar algo entre la multitud de la planta inferior, de forma disimulada miró al Hua Cheng, quien asintió y le hizo una señal a la Wen.
Wen Qing se puso de pie y desapareció en un instante, He Xuan le siguió por detrás. Por fin había llegado el momento de trabajar.
Lan XiChen alzó una ceja, miró como dos demonios se retiraban pero no hizo nada, sólo preguntó. —¿Y qué hacen tantos demonios reunidos aquí?
—Trabajo—dijo brevemente Hua Cheng.
Hua Cheng y el Jiang; ellos se encargarían de vigilar a los dos hermanos Lan para que no se metieran en sus asuntos. Nada de esto estaba en sus planes, pero debían adaptarse a las circunstancias.
—¿Qué clase de trabajo?
Hua Cheng sonrió. —Un poco de esto y un poco de aquello —repentinamente las luces del lugar bajaron de intensidad y la música cambió—. Parece que ya es hora, espero que Lan WangJi disfrute del espectáculo.
Wei WuXian sentía su corazón palpitar con fuerza, había una emoción recorriendo cada extremidad de su piel.
Ver a Lan WangJi había sido más de lo que esperaba, su cabeza estaba hecha un caos. Parte de su instinto le pedía acercarse más al alfa, mientras que su lado más racional le recordaba que debía mantener cierta distancia. Si quería trabajar como en el pasado primero debía arreglar sus asuntos con Lan WangJi para que este no se metiera, pero ese no era el lugar ni día para ello. En su mente ya empezaba a desarrollarse un plan para esos asuntos personales.
—¿Es-estás seguro de esto? —preguntó Wen Ning con pánico en su rostro—, ¿Y si algo malo sucede?
—No ocurrirá nada, no estamos solos —respondió el omega mientras terminaba de arreglar su cabello.
—¿Y si alguno de los Lan intenta algo? —preguntó nuevamente el Wen.
WuXian no dijo nada, él confiaba en que el resto del equipo podría manejar a los Lan.
—Deja de pensar en eso, mejor dime como me veo —el omega posó de la mejor forma para lucir su traje rojo de lentejuelas—, mejor no me lo digas, sé que luzco fabuloso.
Wen Ning suspiró derrotado al ver que el omega no se detendría.
—¿WuXian estás listo? —HuaiSang llegó al cuarto donde los dos demonios esperaban—. ¡Te ves increíble! —exclamó emocionado.
WuXian sonrió mientras sentía como su ego se elevaba hasta el cielo. —Lo sé.
—Ya es hora, debes ir al escenario —dijo el Nie con algo de apuro—. Agradezco que hayas aceptado.
—No hay problema, tú ayudaste a los míos y ambos podemos salir beneficiados esta noche —Wei WuXian empezó a caminar rumbo a la salida—. Deséenme suerte, aunque no la necesito. Ah, casi lo olvido, Wen Ning prepara todo para la retirada.
El alfa asintió, aunque no estaba tan convencido aún. Pero sabía que nada podría hacer cambiar de parecer a su amigo.
WuXian se preparó, caminó hasta llegar a su posición y esperó para que anunciaran su entrada. Se cercioró que su atuendo estuviera bien arreglado y colocó la mejor sonrisa en su rostro.
—¡Damas y caballeros! —Era la voz de Nie HuaiSang. —¡El momento más esperado de la noche ha llegado! ¡Con ustedes Yiling Laozu!
Y con eso WuXian hizo su aparición delante de todos, las personas estallaron y comenzaron a vitorear a pesar de que el espectáculo ni siquiera había iniciado aún. Tenía muchos ojos sobre él, pero sólo se enfocó en buscar unos dorados. Instintivamente guio su mirada en dirección de Lan WangJi. En realidad no podía verlo debido a la lejanía, pero estaba seguro que el alfa lo estaba mirando, lo podía sentir.
WuXian esperó a que la música sonara, su omega interno estaba listo para lucirse y llamar la atención del alfa. Las luces del lugar bajaron su intensidad aunque seguían enfocando a Wei WuXian, dos largas telas caían desde el techo hasta el escenario, la música llena de sensualidad que incitaba a más de uno imaginar escenas lascivas con el omega subió de volumen. Se encargó de que todo el mundo le mirase, con movimientos seductores empezó a enredarse entre las telas para después empezar a subir por ellas. Este realizaba diversas poses y hacía demostraciones de lo extremadamente flexible que era, descendía para empezar a contonear sus caderas al ritmo de la música mientras se agachaba, de vez en cuando acariciaba sus propias piernas y guiñaba un ojo al público; tenía a todos comiendo de la palma de su mano.
El traje rojo brillaba y se amoldaba perfectamente a su figura, daba la sensación de querer quitar la pieza del menudo cuerpo con la boca para posteriormente devorar al omega. Sus movimientos no hacían otra cosa que llamar a gritos a las personas, y su presencia no podía ser ignorada aunque lo intentasen.
Pero su único interés estaba en la segunda planta, mirándole. El omega había decidido hacer bajar a Lan WangJi hasta él.
Lo haría o dejaría de llamarse Wei WuXian.
Lan WangJi presionaba la barandilla del segundo piso con fuerza, estaba visiblemente tenso y no trataba de ocultarlo.
Hua Cheng se había aproximado para recargarse mientras daba la espalda a todo el espectáculo que estaba armando el omega.
—Pareces encantado con la presentación —picó Hua Cheng con burla.
Lan WangJi no respondió, en realidad no estaba tan feliz, y Hua Cheng lo sabía.
—¿Sabías HuaiSang y WuXian tiene una muy buena relación? Hace poco él pidió un favor y nosotros otro, sólo nos estamos ayudando mutuamente —explicó el demonio a pesar de que el Lan no había dicho nada.
—¿Un favor?
Hua Cheng rio y se encogió de hombros, era una señal de que no diría nada más, en su lugar cambió el rumbo de la conversación al haber obtenido un poco de la atención de Lan WangJi. —Parece que quieres ver más de cerca. ¿Por qué no vas? No te detendré si lo haces.
Los ojos dorados miraron al alfa de parche negro y camisa roja, sin decir algo empezó a alejarse para bajar. Hua Cheng sonrió victorioso, dejaría que WuXian lo manejara, sólo si algo fuera de los planes llegara a suceder es que metería las manos. Dio una mirada corta al Jiang y le hizo con una seña que se encargara del otro Lan.
Desde arriba podía ver como Wen Qing y He Xuan se habían acercado discretamente a uno de los tantos hombres que miraban con fascinación a WuXian. Aparentemente su objetivo de esa noche había sido muy fácil de localizar. También debía dar créditos a Nie HuaiSang por haberlo puesto en charola de plata.
Hua Cheng fue testigo de cómo sus compañeros utilizaban todo el revuelo a su favor para tomar al hombre y llevárselo casi a rastras. Si MingJue los viera de seguro les reñiría, pero HuaiSang se aseguraría que su hermano nunca se enterara de esto.
El alfa caminó de forma lenta hasta salir del recinto y llegar donde sus compañeros y víctimas le esperaban.
El hombre cayó de golpe sobre el duro suelo, pareció que algo se había quebrado debido a la fuerza del impacto.
—¿Hablarás ahora? —preguntó Hua Cheng con aburrimiento.
—¡No sé de qué están hablando! ¡Yo no hice nada!
He Xuan se aproximó y mostró una fotografía del sujeto que había intentado matarlos hace unos días. —¿Lo conoces?
El hombre negó. —¡Jamás lo había visto!
Hua Cheng suspiró. —Lo preguntaremos una vez más, te sugiero que digas la verdad... —el alfa señaló a Wen Qing—. Ella odia que le hagan perder el tiempo y nosotros también.
La alfa le mandó una mirada de muerte al hombre, logrando que este empezara a temblar.
—¡Diré todo lo que sé! ¡Se los juro!
Hua Cheng sonrió y golpeó suavemente la mejilla del hombre. —Buen chico, te escuchamos.
El hombre miró a todos los presentes y después se aclaró la garganta. —Yo sí lo conocía por la oficina, pe-pero nos distanciamos desde que consiguió ese nuevo trabajo.
—¿Qué nuevo trabajo? —preguntó Hua Cheng.
—No-no lo sé, él siempre repetía que estaba cansado de su puesto y un día simplemente dejó de ir a la empresa, sólo supe que empezaría a trabajar para personas peligrosas. La última vez que lo vi nosotros estábamos bebiendo y una mujer se nos acercó...
—¿Qué más? —presionó el alfa.
El hombre tembló y negó. —Estaba muy borracho, no recuerdo mucho... pero esas personas no me daban buena espina, al poco tiempo me enteré que se lo habían llevado... pensé que lo matarían, pero resultó que sólo le habían dado un empleo, no sé qué es lo que hacía, pero ganaba mucho dinero.
—¿Recuerdas cómo era la mujer?
—No... pero, tenía tatuado el emblema del sol...
Hua Cheng miró a Wen Qing, después arrojó al hombre lejos. —Gracias por tu cooperación... —dio media vuelta al igual que sus compañeros para empezar a alejarse.
El hombre seguía en el suelo temblando, poco a poco empezó a sentir un dolor agudo en su pecho que lo llevó a la inconsciencia.
—¿Seguro que no lo quieres matar? —preguntó He Xuan.
Hua Cheng negó. —No será necesario, con el veneno que le dio Wen Qing basta, cuando despierte no recordará nada y sólo pensara que se pasó de copas, es tan fácil engañar a este tipo de personas.
Ahora tenían una nueva pista que seguir, poco a poco las cosas empezaban a tener sentido.
Jiang Cheng sentía como el Lan no dejaba de observarlo, quería gritarle que dejara de verle y de paso golpearlo, pero debía controlarse y vigilarlo de cerca. Se encontraba tan incómodo en ese momento, maldecía el haber aceptado trabajar con el resto esa noche.
De forma rápida miró al alfa, sintió náuseas al ver que este le sonreía.
Lan XiChen le miró divertido. —Así que... Jiang WanYin.
—Lan XiChen... —Jiang Cheng examinó al alfa con cuidado, no sabía si tramaba algo, pero no confiaba en él.
—Tienes buena puntería —parecía una clase de halago por su primer encuentro.
El comentario del alfa sorprendió un poco a Jiang Cheng, pero este se recuperó en segundos de su impresión y respondió con una ligera sonrisa llena de arrogancia.
—Y eso que no me estaba esforzando.
—En ese caso parece que posees un don —dijo alfa sin dejar de sonreír.
—Sí, y lo sé utilizar muy bien —Jiang Cheng empezaba a odiar segundo a segundo esa sonrisa en la cara de Lan XiChen.
—Puedo notarlo...
El omega apretó sus puños, sentía que ese alfa estaba burlándose de él. Sólo por respeto a los Nie no había empezado con una pelea, debía controlarse y no dispararle en la cara.
Jiang Cheng desde hace mucho había perdido la paciencia cuando se trataba de alfas... o de las personas en general.
Mirando a cualquier dirección que no fuera Lan XiChen, sus ojos terminaron en el primer piso donde su hermano estaba armado un espectáculo a lo grande. De vez en cuando también vigilaba a Lan WangJi, quien ya había descendido y estaba cerca del escenario.
—Te preocupa mucho WuXian, ¿verdad? —Lan XiChen también había empezado a ver a su hermano en la planta de abajo—. Puedo asegurar que mi hermano también se preocupa por él.
—No es necesario que lo haga —Jiang Cheng le importaba muy poco que Lan WangJi quisiera cuidar a Wei WuXian. No confiaba en él y punto.
El alfa cambió la expresión de su rostro, parecía algo decaído. —Ellos son destinados, jamás entenderíamos el vínculo que comparten.
Esas palabras lograron que Jiang WanYin se pusiera de malas en cuestión de segundos. Y era cierto, el omega jamás comprendería lo que su hermano sentía por ese alfa.
—A WuXian no le importa nada de eso —esas palabras, más que para el alfa, se las decía así mismo, quería creer en ello, ya que WuXian lo había dicho, pero no estaba seguro que tan cierto podría ser.
Lan XiChen le miró de lado. —Lo dices porque nunca los viste convivir juntos.
El Jiang se levantó de su lugar golpeando la mesa con sus manos. —¡Tú no conoces a mi hermano!
—Ni tú al mío...
Jiang Cheng perdió su poca paciencia y tomó del cuello de la camisa al alfa. —Quiero que se mantengan lejos de nosotros, de lo contrario nos encargaremos de ustedes, yo personalmente los mandaré tres metros bajo tierra si le tocan un solo cabello al idiota de WuXian.
El Lan tenía una expresión tranquila, incluso parecía estar aguantando las ganas de sonreír. —¿Es una amenaza? Porque estoy dispuesto a tomarla... —De forma tranquila, Lan XiChen tomó las manos del omega para que soltara su ropa. Ignorando lo enojado que estaba el Jiang agregó. —Ambos sabemos que WuXian y WangJi se encontrarán de nuevo, y uno deberá tomar un bando para salvar al otro... sólo te informo que no dejaré morir a mi hermano.
Jiang Cheng se alejó con brusquedad. —Ni yo al mío.
Lan XiChen miró al primer piso y sonrió de lado. —Entonces, que gane el mejor.
Jiang Cheng miró en la dirección del alfa, la escena de abajo hizo que gruñera molesto.
Wei WuXian había bajado del escenario para sentarse en una de las mesas que están cerca del Lan. El menor tenía envuelta la corbata de Lan WangJi en su mano mientras tiraba hacia abajo para colocarlo a su altura. Jiang Cheng podía ver claramente como su hermano estaba muy cerca del Lan y parecía estarle hablando al oído.
El Jiang empezó a bajar sin siquiera darle un último vistazo a Lan XiChen, iba empujando a toda persona que se atravesara en su camino. No entendía como Wei WuXian podía ser tan descuidado, estar cerca de Lan WangJi era una amenaza, podía mandar todo a la basura si ese alfa lo volvía a capturar.
Una vez que estuvo cerca tomó el brazo de WuXian para alejarlo del alfa. —Nos vamos.
Sorprendentemente el Lan no hizo ningún amago por seguirlos, sólo permaneció en su lugar mirando como se alejaban ambos omegas.
Una vez que se alejaron de la multitud el Jiang le miró. —¿En qué estás pensando? ¿Por qué te arriesgas demasiado? ¡Nos costó demasiado rescatarte para que tú vayas a meterte en problemas otra vez!
—Relájate, sólo estaba jugando —WuXian se soltó del agarre de su hermano y suspiró—. Había mucha gente, Lan Zhan no es un loco para intentar algo delante de tantas personas.
—No puedes confiarte, no tienes ningún arma encima ¿Con qué te defenderías si algo pasara?
WuXian quería terminar con el regaño de su hermano.
—Nada iba a pasarme, y de ser ese el caso tú estabas ahí ¿no? —el omega sonrió—. Confío en ti Jiang Cheng, sé que me ayudarás siempre.
El Jiang sólo le miró, al final sólo pudo suspirar. Wei WuXian era un caso perdido.
—Vamos —Jiang WanYin quería salir de ese lugar—. El resto debe estar esperando.
WuXian asintió y miró una última vez hacia atrás. Su omega estaba disgustado por alejarse nuevamente del alfa, sentía que cada ocasión era más complicado hacerlo, sólo esperaba poder terminar con todo una vez que lo volviera a ver.
Hua Cheng miraba un mapa de toda la ciudad, tenía que empezar a planear diversas vías de escape para su siguiente movimiento.
—Así que Rouhan está metiendo sus narices —murmuró WuXian apoyándose en la mesa—. Pensé que había decidido no tener problemas con Jun Wu por su incidente de años pasados.
—No es idiota —Hua Cheng trazó puntos estratégicos por el mapa—, está aprovechándose de nosotros para librarse de Jun Wu también.
Todos en el bajo mundo sabían de la rivalidad entre los Wen y Dragón Blanco, hace años habían tenido una dura confrontación, la cual había tenido como victoria a Jun Wu, por ese motivo los Wen terminaron cortado toda la comunicación con el resto de distritos y prefirió mantener todo entre ellos, de forma que se habían tenido que conformar con el territorio que les había dejado Dragón Blanco.
Pero todos eran conscientes que Wen Rouhan seguía con un profundo rencor hacia Dragón Blanco, quien era dueño de la zona norte; después de la muerte de La Araña también se adueñó de la zona sur. Alguien tan presuntuoso, con los Wen no lo podían aceptar, aunque no había mucho que pudieran hacer, hasta ahora.
—Wen Qing —Hua Cheng miró a la Wen, parecía pensar en algo arriesgado—, ¿Aún recuerdas la construcción del edificio principal?
—Sí, pero fue hace mucho, no me sorprendería que Rouhan haya cambiado algo —respondió honestamente.
Ella, al ser la sobrina de Wen Rouhan había tenido cierto poder en su momento, pero después de tantos problemas internos no había quedado de otra que cortar lazos con toda la familia, a excepción de su hermano claro. Se habían vuelto dos blancos, los Wen iban tras sus cabezas, en medio de su escape fuera de la ciudad se habían terminado encontrando con Hua Cheng y el resto, quienes brindaron su apoyo y desde entonces habían permanecido juntos.
—¿Creen que Jun Wu ya sepa que los culpables son los Wen? —algo le decía a WuXian que las cosas estaban un tanto extrañas.
—Quizás, recordemos que él también tiene sus propias fuentes —Hua Cheng seguía con la vista en el mapa, no conocía mucho el terreno, por lo que era complicado visualizarlo. Esta vez debían estar seguros antes de hacer algún movimiento. —HuaiSang volvió a ser de mucha ayuda, pero no podemos dejar todo en sus manos, debemos empezar a movernos.
WanYin bufó cansado. —Tan cerca que estuvimos, ahora debemos pausar todo para salvar nuestros pellejos.
Habían avanzado mucho con sus ataques a Dragón Blanco, pero con el secuestro de Wei WuXian todo se había detenido y ahora que por fin lo recuperaron tenían que volver a desviarse de su plan inicial para sacar a las personas que querían sus cabezas.
—¿Deberíamos ir por más equipo? —preguntó WuXian mientras miraba al techo sin interés alguno.
—Si queremos infiltrarnos en territorio de los Wen necesitaremos más balas —He Xuan se acercó para mirar el mapa a lado de Hua Cheng—. Necesitamos más tiempo para ordenar todo.
Hua Cheng miró a Wen Ning. —Necesito que hagas un conteo del equipo disponible, en cuanto tengas la lista hazla llegar a He Xuan para que vaya con Xue Yang por lo que falte.
—Entendido.
—Wen Qing, trata de hacer un plano con lo que recuerdes del edificio principal.
—Te advierto que no dibujo bien —aclaró la alfa antes de marcharse.
Hua Cheng miró al Jiang: —WanYin, investiga parte del personal, todo lo que consigas será de utilidad —los ojos del alfa viajaron a Wei WuXian—, y tú, no estorbes.
—¡HuaHua yo también quiero hacer algo! —WuXian estaba indignado, usualmente su trabajo era de campo, en ese momento realmente no había mucho que hacer para él, pero aun así quería distraer su mente, aunque fuera un poco.
—En cuanto WanYin consiga información podré asignarte un objetivo, por lo pronto sólo no te metas en problemas, no tenemos tiempo para salvarte una segunda vez.
El omega ya no dijo nada, tendría que esperar un poco más para empezar a trabajar. Tratando de calmarse miró la hora, lo único que logró fue que su corazón se acelerara más.
WuXian observó la inyección, no estaba seguro de lo que haría, pero debía comprobar si sus suposiciones eran ciertas. Y para ello necesitaría estar protegido por si las cosas se le salían de las manos.
Respirado un par de veces y tomando algo de valor ingirió dos supresores y después aplicó la inyección.
Algo nervioso miró la hora, aún tenía tiempo de sobra para llegar al lugar acordado, sólo faltaba alguna carnada que le cubriera en su desaparición, y ya tenía en mente a la persona ideal.
Mientras caminaba rumbo a la salida se topó "casualmente" con el conejillo de indias perfecto para su trabajo.
—Justo la persona que estaba buscando —dijo WuXian con una sonrisa.
He Xuan bufó. —Y tú eres justo la persona que estaba evitando.
El omega hizo un puchero pero no se dejó afectar realmente. Sonrió como si nada y miró al alfa.
—Vamos, no seas así, vengo hacerte una invitación.
—No, búscate a alguien más.
He Xuan no parecía querer escucharle en lo absoluto, pero no se rendiría tan fácilmente.
—¡Por favor! ¡Ni siquiera te he dicho a dónde!
—No estoy de humor WuXian.
Conociendo al alfa sólo quedaba una cosa por hacer.
—¡Yo invito! ¡Todo corre por mi cuenta! ¡Podrás pedir lo que quieras!
He Xuan lo miró con los ojos entrecerrados. —… ¿A dónde?
El omega sonrió abiertamente, había logrado su cometido. —Tú sólo sígueme, te vas a divertir.
—Presiento que nadie sabe de tu escape nocturno.
—Y así se va a quedar —dijo el omega mostrando indirectamente que quería discreción por parte de He Xuan.
—No seré tu niñero —advirtió el alfa mientras seguía a WuXian.
—No pedí que lo fueras.
—Tampoco arrastraré tu trasero si te metes en problemas.
—No pasará nada de eso, sólo serás mi compañía por un momento, ni siquiera nos veremos las caras toda la noche.
—¿Se supone que eso me debe tranquilizar? —He Xuan sabía que dejar solo a WuXian podría significar muchos problemas. Pero él no era su padre ni nada por el estilo para impedirle algo.
—Sólo hay que irnos —el omega quería partir de ahí antes de que algún otro los viera.
WuXian no era tan idiota para ir totalmente solo, pero tampoco quería preocupar al resto, en especial a Jiang Cheng. Sabía que el más apto para esta ocasión sería He Xuan.
Respiró un par de veces y se subió en el copiloto del auto, pensaba en todas las posibilidades y resultados que podría tener esa noche; uno donde todo podría empeorar y otro donde tendría la victoria, pero los porcentajes no estaban de su lado. Aun así correría el riesgo.
Chapter 22: Capítulo 21. Dragón Blanco.
Chapter Text
QingXuan talló sus ojos para aclarar su vista, tenía varias horas mirando la pantalla del monitor, necesitaba tomarse un descanso o empezaría a entrar en crisis al no obtener avances de su investigación.
Primero pensó ir en busca de Xie Lian, pero apenas salió de la habitación recordó que el omega mayor se encontraba fuera de la ciudad en una cena de trabajo muy importante acompañando a Jun Wu, por lo que su idea quedó descartada.
Resignado, empezó a caminar rumbo a la cocina, quizás un poco de comida podría animarlo. Tenía rato con un antojo, su paladar pedía a gritos algo dulce.
Mientras caminaba iba pensando en su trabajo, hace relativamente poco comenzó una búsqueda extenuante para localizar a Wei WuXian, o más bien a los demonios. Claro que decirlo y hacerlo eran dos cosas muy distintas. Hasta el momento no tenía nada en concreto, estaba asombrado de lo hábiles que eran los demonios para ocultar sus huellas, era como si nunca hubieran estado ahí, todo estaba impecable, sin un solo error, eso era algo de admirar. La mayoría de las personas solían cometer de una a tres equivocaciones, pero su enemigo no era alguien que podría clasificar como "normal".
Casi a punto de llegar a su destino QingXuan terminó topándose con Lan XiChen, quien aparentemente iba de salida.
—QingXuan —el alfa sonrió al verle—, ¿Vas a cenar?
—Sólo busco algo para picar —el omega notó lo bien arreglado que estaba el Lan—. Tú... ¿vas a algún lado?
Lan XiChen no ocultó su alegría. —He quedado con A-Yao esta noche, regresaré mañana por la mañana.
Shi QingXuan hizo una mueca casi imperceptible, no es que el Jin le desagradara o algo por el estilo. Simplemente le era difícil imaginarse a Lan XiChen con ese omega, sentía que algo no encajaba del todo. Obviamente no diría nada, después de todo era Lan XiChen quien compartía su tiempo con GuangYao, no él.
—Suerte —QingXuan no lo detendría más, por lo que lo dejó partir.
—No duermas tarde —fue lo último que dijo XiChen antes de alejarse.
El omega estuvo a punto de responder "Y tú usa condón". Pero terminó mordiendo su lengua para evitar una escena incómoda.
Fingiendo normalidad llegó hasta la cocina, una de las empleadas le saludó cortésmente. Él, a diferencia de Xie Lian, no tenía restricciones para entrar, por lo que se permitió escanear sus opciones. Tampoco es que le llamara la atención preparar algo, no tenía ese amor por la cocina como Xie Lian «aunque se le diera fatal».
Al final terminó tomando un postre que ya había, sólo lo sirvió en un lindo plato y salió al comedor.
Sentado, con un aura inquietante se encontraba Lan WangJi, al frente tenía una taza de té que parecía estar fría. Aparentemente ese día tenía la suerte de cruzarse con los hermanos Lan.
—WangJi-Xiong —QingXuan se extrañó de verlo ahí—, ¿Te molesta si te acompaño?
El alfa le miró y negó tranquilamente, dando una señal para que el omega ocupara su lugar en la mesa.
Shi QingXuan sabía que Lan WangJi no iniciaría una plática, pero estaba acostumbrado, por lo que el silencio fue algo normal. Aun así, era consciente de que temas tocar para hacer que alguien tan serio como Lan WangJi dijera por lo menos una palabra.
—¿Cómo les fue el otro día a ti y a XiChen? —preguntó mientras metía una cucharada de postre en su boca—. Escuché que llegaron tarde.
Lan WangJi le miró, pero no respondió.
—Luces mejor... ¿ocurrió algo?
El lenguaje corporal del alfa cambió completamente, como si quisiera evitar ese tema por completo.
QingXuan dio justo en el blanco, sólo tenía que presionar un poco más para que Lan WangJi hablara.
—Estoy tratando de descubrir la dirección de los demonios, creo que casi consigo algo... de ser así podríamos localizar a WuXian, ¿Quieres ayudarme? Continuaré una vez que termine con este manjar —señaló su plato con alegría.
Nunca esperó la siguiente respuesta.
—No puedo.
—¿Qué? ¿No escuchaste? ¡Es sobre WuXian!
Lan WangJi repitió. —No puedo.
—Oh vamos, estoy esforzándome, un poco de compañía me vendría bien.
Al final el alfa suspiró y agregó. —… saldré esta noche.
QingXuan lo miró sin poderlo creer.
Estaba casi seguro que Lan WangJi aceptaría, después de todo se trataba de Wei WuXian. ¿Cómo podría rechazar algo así?
—¿Acaso todos saldrán y me dejarán solo? Primero Jun Wu elige a Xie Lian para ayudarlo, después XiChen se va con GuangYao y ahora tú te vas a quien sabe donde para hacer quien sabe que cosas, ¡¿Y en dónde me dejan a mí?!
—No puedes salir.
—¡Para tu información Jun Wu ya me dio autorización de salir mientras esté acompañado! —después de decir aquellas palabras algo se activó en su mente—... Y exactamente... ¿A dónde vas tú?
Lan WangJi sólo desvió la vista, haciendo que las sospechas de QingXuan incrementaran.
—¿Alguien sabe que saldrás? —de nueva cuenta el alfa no respondió, pero la forma en cómo se tensó y sus ojos acusadores daban una negativa el omega supo la respuesta—. ¡Nadie lo sabe!
—No lo digas —pidió el alfa.
QingXuan sonrió. —No lo diré —en cuanto dijo esas palabras el alfa se relajó, pero no duró mucho tiempo—. Llévame contigo.
Lan WangJi sintió las alarmas en su cabeza, llevar a QingXuan con él no era opción viable.
—No puedo.
—¡No seas así! ¡Yo también quiero algo de acción en mi vida! ¡Te ayudaré en lo que sea, te lo prometo!
Pero Lan WangJi negó. —No puedo llevarte.
—¿Por qué? ¿Es muy malo lo que harás que no pueda haber testigos? O... —la mente del omega empezó a maquinar a toda velocidad—. WangJi-Xiong... tú...
Lan WangJi supo que era su fin.
Si tuviera que elegir entre quedarse en silencio y mentir preferiría mil veces quedarse en silencio, el mentir no era realmente algo que se le diera bien. Pero QingXuan no se lo pondría tan fácil en este punto. Lan WangJi sabía que el menor ya lo había deducido y de no ser el caso, entonces estaba cerca de lograrlo. Prefirió dejar los misterios y ser honesto.
—Me reuniré con Wei Ying.
La mandíbula de QingXuan se abrió debido al asombro. Lo sospechaba, pero escucharlo de la propia boca del Lan seguía sorprendiéndole. Sabía que debía ser algo muy importante para que el alfa se negara a trabajar en el caso de Wei WuXian, más nunca esperó que eso importante fuera otra cosa que el mismo Wei WuXian.
—¿Se lo dirás a Jun Wu? —fue la primera pregunta que se le ocurrió a QingXuan.
Lan WangJi parecía conflictuado, como si verdaderamente no tuviera respuesta alguna para esa interrogante.
Aun así, Shi QingXuan podía ver cierta emoción en el alfa, cosa que le alegró. De forma decidida miró al Lan.
—¡Llévame contigo! ¡Te ayudaré a cubrirte del resto! ¡Y no me meteré entre tú y WuXian!
A pesar de que QingXuan mostraba su total apoyo el alfa no estaba tan convencido.
—No puedes entrar a los clubes aún —fue lo último que se le ocurrió para quitarse al omega de encima.
—¡No uses eso de excusa! —QingXuan no se rendiría tan fácil—. Hagamos una cosa; yo entro al club, tú haces como si nada pasó y yo te ayudo a encubrir tu cita con WuXian. ¿No es un trato justo?
—No es una cita.
Para ser exacto, Lan WangJi ni siquiera sabía que era o si el omega se presentaría tal y como dijo.
Aún recordaba la imagen de Wei Ying en ese traje de lentejuelas color granate. Había usado todo su autocontrol para no lanzarse sobre las personas que miraban e incluso intentaban tocar a su omega.
En esa ocasión, el omega fue el que había bajado del escenario para susurrarle las palabras: "Nos vemos en dos días". Apenas había logrado escuchar el nombre del lugar y la hora cuando Jiang WanYin se había llevado lejos al omega. Pero esa promesa fue más que suficiente para hacerlo permanecer en su lugar.
Tenía la esperanza de que las palabras de WuXian no fueran una especie de broma.
—WangJi-Xiong llévame contigo... o sino comentaré casualmente que te vi salir esta noche.
Lan WangJi frunció el ceño, no le gustaba ser amenizado, pero estaba contra las cuerdas ahora. Y Shi QingXuan tenía la ventaja.
Al final sólo suspiró de forma cansada. —Está bien...
La emoción se escapó del cuerpo del menor, su sonrisa de victoria y ojos brillos lo decían todo.
—¡Iré a arreglarme! ¡No tardaré! ¡Y ni se te ocurra dejarme!
De forma rápida metió el resto del postre en su boca para posteriormente salir corriendo.
Lan WangJi sólo lo vio desaparecer, después miró el reloj de su muñeca, esperaba no llegar tarde.
XiChen respiraba lentamente el aroma a rosas de Jin GuangYao que se impregnaba en su piel, la sonrisa del Jin era de total satisfacción.
Esa tarde, el omega lo había llevado a su cama apenas había puesto un pie en la recámara. No es que se quejara, le resultaba algo divertido esa manera de ser. Sabía que GuangYao quería tiempo, por eso, cada vez que lograba abrir un espacio para el omega este no dudaba en absorberlo hasta la última gota.
—¿Te quedarás a dormir? —preguntó el omega en un ronroneo.
—Sólo si tú quieres.
GuangYao se sentó a horcajadas sobre el alfa, su desnudez fue más que visible para el Lan.
—Por mí puedes quedarte para siempre.
Lan XiChen sonrió ante tal comentario. —Me halaga tal invitación.
Ambos se miraron, había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvieron juntos que se sentía casi extraño estar así. GuangYao besó a XiChen saboreando cada parte de él y el alfa no lo detuvo.
Después de un tiempo el Jin se alejó y se colocó a un lado.
—Aún no te perdono por haberme dejado plantado el otro día.
—Te dije que fue una emergencia —XiChen sabía que GuangYao no estaba realmente enojado, pero no desaprovecharía la oportunidad para echárselo en cara.
—¿Y valió la pena?
XiChen le miró de reojo. —Fue... más de lo esperado, WangJi y yo nos encontramos con varias personas muy... singulares.
El entrecejo del omega se frunció ligeramente. —¿Singulares?
Lan XiChen asintió, no sabía bien cómo describirlo. Sentía que así había sido; los demonios parecían casi exóticos comparados con el resto. Ese día ni siquiera fue capaz de notar en que momento todos habían desaparecido del lugar.
Recordaba cada uno de sus rostros, aunque el que mejor tenía grabado era el de Jiang WanYin, quizás porque había intercambiado más palabras con él.
—¿Se volvieron a encontrar con Wei WuXian?
—Sí, y como imaginarás no estaba solo.
Aún recordaba ese momento de la noche, por un momento pensó en que tendrían que luchar. De no ser por MingJue no estaba seguro de cómo pudo terminar todo, lo más seguro es que hubieran salido con varios rasguños, después de todo eran seis contra dos.
—¿Qué hizo WangJi?
Lan XiChen suspiró, cada vez que se trataba de su hermano las cosas se complicaban.
—Lo primero que intentó hacer fue llevarse a WuXian, pero al final pudo controlarse.
—Parece que le afectó demasiado, por lo que me has dicho parece obsesionado con ese omega ¿verdad?
—Es su destinado, no tiene ojos para nadie más.
Jin GuangYao se apoyó en sus brazos y miró directo a Lan XiChen.
—¿Y tú? ¿Tienes ojos para alguien más?
Lan XiChen estuvo a punto de negar pero algo lo frenó. Realmente no estaba interesado en alguien más aparte del Jin en ese momento, pero aun así su alfa interno fue incapaz de aceptarlo. Sentía que era muy complicado hablar sobre relaciones y destino.
Al final sólo desvió la vista.
—Yo no poseo un vínculo como el de WangJi, no sé lo que es estar atado a una persona.
—… ¿Te gustaría tener un destinado?
XiChen lo pensó un poco, al final sólo negó.
—Estoy bien así.
Jin GuangYao sonrió. —También yo.
La habitación se sumergió en silencio, cada uno se perdió en su propio mar de pensamientos. Tan ajenos al contrario que apenas sintieron el tiempo pasar.
Aún quedaban bastantes horas de la noche por delante, pero parecía que su diversión nocturna no llegaría más lejos y sólo se dedicarían a descansar disfrutando de su compañía mutua.
Lan WangJi y Shi QingXuan llegaron al club que WuXian había indicado, eran casi las once de la noche cuando llegaron. Iban un poco tarde debido a que QingXuan no sabía si vestir de seda o algo más atrevido como cuero. Al final terminó descartando ambas opciones.
Shi QingXuan estaba fascinado, habían entrado en el lugar como si nada, los guardias ni siquiera le habían pedido alguna identificación. Lan WangJi sólo necesitó mostrar su rostro para que el cadenero le diera entrada libre. ¡Era increíble!
Lo mejor es que esta vez no necesito de un disfraz, solo era Shi QingXuan esa noche.
El ambiente lleno de diversos aromas y colores golpeó al omega, quien sonrió feliz ante el panorama. A su vez, Lan WangJi miraba con mucho cuidado todos los alrededores.
—¿Te dijo en qué parte iba a estar? —QingXuan gritó para poder hacerse oír sobre la música.
Lan WangJi negó, WuXian no le había dado más indicaciones, por lo que tendría que ser paciente.
El alfa se acercó a QingXuan para hablarle en el oído y evitar la molestia de alzar la voz. —No te alejes.
Aunque no eran los ambientes que Lan WangJi disfrutaba, el alfa sabía moverse. En menos de un minuto había conseguido una mesa apartada en una de las áreas exclusivas.
—¿Algo de beber? —preguntó uno de los hombres del servicio.
Shi QingXuan estuvo a punto de abrir la boca cuando el alfa se adelantó.
—Sólo agua mineral.
El omega hizo un puchero en cuanto escuchó aquello. —¿Por qué no bebemos un trago? Aprovechemos el lugar, ¿Sí?
—No.
QingXuan sintió que no serviría de nada insistir más, Lan WangJi siempre había evitado por completo el alcohol. Era un milagro que lo hubiera traído con él, aunque fue bajo un chantaje, no abusaría más del alfa.
La mirada del omega empezó a escanear el lugar, podía sentir varios pares de ojos sobre él. Aparentemente había llamado la atención de unas cuantas personas, y no era para menos, Shi QingXuan lucía hermoso. Pero aún con su bella apariencia nadie se acercaba y eso se debía a una única cosa. Lan WangJi.
—¿Por qué no vas a dar una vuelta? Yo me quedaré aquí a esperar por si aparece WuXian —su propuesta no parecía convencer al alfa, por lo que agregó: —Recuerdo que a WuXian le gustaba mucho bailar, ¿No estará en la pista?
Con eso Lan WangJi dudó, miró al omega y después al cúmulo de personas a lo lejos. No tenía muchas ganas de meterse a la pista para restregarse entre otros cuerpos sudados y con olores de dudosa procedencia. Pero la idea de encontrar a WuXian ahí era suficiente incentivo para que terminara aceptando.
—No te muevas de aquí.
—No te preocupes, no me iré a ningún lado.
Lan WangJi suspiró, esperaba que QingXuan no se metiera en problemas.
Se alejó del omega y empezó acercarse a la pista, había tantas personas que le era difícil ver con claridad. Al principio empezó a caminar por las afueras, tratando de encontrar algo. Estaba a punto de caminar al otro extremo cuando por fin percibió la fragancia que tanto buscaba.
Tal y como había dicho QingXuan, Wei WuXian estaba justo en el centro de la pista bailando, tenía un omega desconocido restregándose por un lado y un beta por el otro. Lan WangJi no esperó más tiempo, evitaba con agilidad a cada persona que se le atravesaba, su única meta era llegar hasta donde se encontraba Wei Ying.
Cuando estaba a un par de pasos el omega de ojos grises le miró, no parecía sorprendido de verlo. Más bien parecía haberlo estado esperando, una sonrisa ladina se había puesto en su rostro, tentándolo a acercarse más. Faltaban pocos para estar a su alcance cuando un joven se cruzó en el camino de Lan WangJi, por su complexión y olor se podía deducir rápidamente que era un omega. El alfa se hizo a un lado mostrando su poco interés, pero el joven se volvió a cruzar sonriéndole, parecía que no se daría por vencido tan fácilmente.
Lan WangJi estaba a punto de pedirle que se alejara cuando la figura de Wei WuXian apareció interponiéndose. El Lan sólo miró como WuXian susurraba algo en el oído del otro omega. Lo siguiente fue una expresión de horror por parte del desconocido para después alejarse. WuXian se giró y sonrió a Lan WangJi como si nada hubiera pasado. Si no estuviera tan feliz de ver al menor delante de él quizás hubiera preguntado que le había dicho al chico para que huyera de esa forma.
Un empujón de las personas provocó que ambos cuerpos chocaran entre sí, después de todo seguían dentro de la pista de baile, la música sonaba a un ritmo que Lan WangJi jamás bailaría, pero parecía que WuXian si. El omega aprovechó su cercanía y empezó a restregarse contra el alfa, el Lan no lo alejó, pero no hizo ningún amago por imitar sus movimientos como el resto en la pista. Lo único que hizo fue colocar su mano en la cintura de WuXian.
Lan WangJi jaló a WuXian para poder hacerse escuchar. —Salgamos de aquí.
WuXian hizo una mueca como si no le gustara mucho esa idea, al contrario, negó y se alejó.
Lan WangJi le volvió a tomar e insistió. —Wei Ying... hablemos.
WuXian sonrió. —Debes ser más convincente.
El omega se alejó una vez más para seguir bailando, con su mirada retaba al alfa a acercarse. Lan WangJi ya sabía que WuXian no se lo pondría tan fácil, así que debería seguir con los juegos caprichosos del menor. Era tan extraño, ya que el alfa estaba en medio de la pista inmóvil, mientras saqué el resto bailaba, Wei WuXian se acercaba de vez en cuando para frotarse inocentemente contra su cuerpo, pero tan rápido como Lan WangJi intentaba sujetarlo este se alejaba.
Llegó un punto donde Lan WangJi necesitó realmente poner de su parte para detenerlo. Pero WuXian se deshacía de su agarre, más que un baile ambos comenzaron una especie de lucha disfrazada para ver quién tendría el control sobre el otro.
El omega levantó su pierna para poder golpear con la rodilla al alfa pero este se alcanzó a mover para esquivar el golpe, en su lugar sujetó la pierna del menor y la elevó hasta su cadera. El movimiento hizo que ambos se acercaran aún más.
WuXian se lamió el labio inferior, sus ojos denotaban diversión, uno de sus brazos estaba puesto en el pecho del alfa mientras que el otro estaba a punto de lanzar un segundo golpe, pero Lan WangJi le sujetó.
El Lan giró al omega para quedar a sus espaldas mientras sujetaba una mano por detrás.
WuXian se sorprendió ligeramente pero no dejaba de sonreír. —Que buenos movimientos Lan Er-Gege.
El alfa se acercó para oler el cuello del omega, el aroma dulce era leve, suponía que WuXian estaba usando supresores. Quizás para otros alfas el olor ni siquiera era perceptible, pero para él era muy difícil pasarlo por alto.
—Wei Ying.
WuXian se presionó más contra el cuerpo de alfa. —Está bien, tú ganas Lan Zhan, hablemos.
A pesar de que el omega dijo esas palabras Lan WangJi no tuvo el valor de soltarlo, sentía que si lo hacía este escaparía, por lo que empezó a caminar sin soltarlo. Antes de salir de la pista de baile Lan WangJi frenó sus pasos y desvió su mirada, parecía dudar por algo.
Wei WuXian pudo leerlo perfectamente y dijo. —Tranquilo, alguien está cuidado de QingXuan, te prometo que no le sucederá nada.
Lan WangJi no lo pensó más y se dirigió a la salida del club, necesitaba un lugar tranquilo y seguro para poder hablar con WuXian.
Realmente quería explicarle la situación y decirle que su intención no era lastimarlo. Al contrario, en este punto su alfa interno sólo deseaba cuidar del omega. Sólo le pediría que le dejara estar a su lado para cumplirlo, incluso si no llegaban realmente a ser algo.
Pero debía esperar para saber si WuXian aceptaría, o simplemente si le escucharía para iniciar. Tenía que aprovechar esa noche y esa oportunidad de poder reunirse con el omega, era ahora o nunca.
Desde que Lan WangJi se había ido varios hombres se habían aproximado a Shi QingXuan, primero empezaron dándole ciertos cumplidos, después se habían ofrecido a invitarle algunos tragos. QingXuan realmente no los había rechazado aunque sí los había hecho suplicar para poder sentarse a su lado, todo era un simple juego para el omega.
Hace rato había perdido de vista al alfa, en cuanto el Lan puso un pie en la pista de baile dejó de verlo por el montón de personas que se amontonaban. Estaba tentado a ir de igual forma, pero tenía la sensación de ser observado y eso lo ponía en alerta.
—Aquí está su trago —uno de los hombres le ofreció una copa al omega.
QingXuan la tomó sin pensar y sonrió, a pesar de entablar conversación con los desconocidos se encontraba muy atento a sus movimientos, tenía una ligera incomodidad al estar rodeado de tres hombres extraños.
Los ojos de QingXuan miraron la bebida, meditaba en sí beberla o no a pesar de haberla aceptado.
—¿Quieres algo en específico? —preguntó uno de los hombres.
—No, está bien —QingXuan miró a sus alrededores, pero nada parecía estar fuera de lo normal.
—Eres un omega muy lindo —uno de los hombres se aproximó más al menor—. ¿Te gustan mucho estos lugares?
—La verdad casi no los frecuento —QingXuan se alejó un poco de forma disimulada y meneó su copa.
—Nosotros podríamos mostrarte mejores lugares que este...
Ese comentario hizo que las alarmas de QingXuan se pusieran en rojo, debía deshacerse de ellos cuanto antes. El omega se aclaró la garganta, iba a declinar la oferta de los hombres cuando alguien ajeno le arrebató la copa de sus manos y la echó sobre los tres hombres.
—Ups...
El sonar de esa voz fue más que reconocible para QingXuan quien se tensó en segundos, además de que el intenso aroma a grano de café se esparció por el área. Su cara no ocultó en absoluto su asombro al mirar al recién llegado.
He Xuan estaba ahí con una cara de total indiferencia.
—¡Estás loco! —uno de los hombres miró mal al alfa—. ¡Pagarás por esto!
—A llorar a otro lado —He Xuan ya no le prestaba atención a los tres hombres, era como si ninguno de ellos estuviera ahí.
QingXuan miró como esos idiotas "acorralaban" a He Xuan, era claro que no sabían con quien se estaban metiendo.
—¡Limpiaré el piso contigo!
Ni siquiera dieron un paso cuando el alfa ya había sacado un arma y les había apuntado.
—Tienen tres segundos para desaparecer de mi vista y van dos.
El rostro de los tres hombres estaba pálido y con una expresión de miedo. Apenas se disculparon y se alejaron a tropezones.
QingXuan observó como el alfa guardaba su arma para después mirarle. El omega se sobresaltó un poco al sentir que tenía toda la atención del demonio. Según recordaba esto no estaba dentro del plan en lo absoluto.
—Aguas Negras... —su postura cambió para ponerse a la defensiva.
—Relájate, no haré nada... al menos esta noche —aclaró He Xuan mientras le daba la espalda.
QingXuan no sabía que estaba haciendo ahí el demonio y no se quedaría con la duda. —¿Acompañas a WuXian?
El alfa le miró de soslayo sin dar alguna respuesta, seguido de eso empezó alejarse.
QingXuan parpadeó varias veces como si intentara analizar lo que estaba sucediendo. Sin motivo alguno empezó a seguir a He Xuan, como si olvidara que era un demonio que anteriormente ya había intentado matarlo.
—¡Espera!
—No me sigas.
—¡Espera! ¿Sabes dónde está WuXian?
El alfa no se detuvo, atravesaba el lugar con facilidad y esquivaba a las personas de manera rápida. Se notaba que estaba acostumbrado a esa clase de ambientes, no como QingXuan que frenaba consecutivamente para evitar chocar con otras personas y empujaba a la mayoría.
A pesar de su dificultad para moverse siguió a He Xuan hasta que el alfa se detuvo al llegar a la barra. Cuando miró que el omega le había seguido mostró su desagrado.
—Te dije que no me siguieras.
—Pero no has contestado mi pregunta.
—Tu pregunta es estúpida —QingXuan frunció el ceño ofendido, estaba a punto de quejarse cuando el alfa apuntó en una dirección—. Pon más atención.
QingXuan siguió la dirección que indicó el alfa y miró como Lan WangJi y Wei WuXian estaban en la pista. Desde ese lugar podía ver claramente a la pareja que parecía... ¿bailar? ¿luchar? No lo sabía.
Lo que fuera que estuvieran haciendo no duró mucho, ya que empezaron a caminar fuera. Cuando QingXuan notó que ambos se dirigían a la salida entró en pánico y tuvo la necesidad de seguirlos.
Una mano en su hombro lo detuvo abruptamente.
—Alto ahí.
—¡Se están yendo!
QingXuan miró como Lan WangJi ni siquiera se regresó por él, parecía que se había olvidado totalmente de su existencia.
¡¿Qué se supone que haría él solo en un club con uno de sus enemigos?! ¡¿Bailar?!
He Xuan lo regresó a la realidad. —Ellos tienen cosas que arreglar, déjalos.
—¡¿Y qué voy hacer yo aquí?!
—Ese no es mi problema.
El omega trataba de reprimir sus lágrimas, tenía su móvil y podía llamar para que fueran por él. Pero eso seguramente metería en problemas a Lan WangJi.
¿Realmente lo había dejado?
—¿Volverán? —preguntó con temor el omega.
—No lo sé.
La situación era todo un dilema para QingXuan, no sabía qué hacer.
He Xuan colocó un vaso de cristal con una bebida de olor fuerte delante de él. —Tómalo.
—No debería aceptar bebidas de extraños... en especial de uno que me quiere muerto.
—No te obligaré a beberlo, pero te hará falta si quieres soportar esta noche.
QingXuan miró de forma dudosa el vaso, respiró profundamente y juntó todo su valor para beber de golpe todo el contenido.
El calor en su garganta sumado con el fuerte sabor hizo que cerrara los ojos con fuerza. He Xuan no dijo nada, en su lugar bebió de igual forma su trago pero sin hacer ningún gesto.
QingXuan sentía que esa sería una noche demasiado larga.
Lan WangJi iba sujetando con fuerza al omega mientras subían por el elevador del hotel. Wei WuXian estaba relajado, y no había intentado nada desde que habían salido del club.
No sabía que podría estar planeando el omega, pero algo que había aprendido era no confiar a ciegas en él. Aunque era difícil, su instinto siempre le obligaba a bajar la guardia cuando Wei WuXian estaba cerca rondándolo.
Cuando las puertas del elevador se abrieron Lan WangJi empujó ligeramente por la espalda a WuXian, indicándole que avanzara. La obediencia del omega sólo lo alteraba minuto a minuto.
La habitación del hotel era linda y amplia, la cama tenía unas bellas sábanas blancas con bordados dorados. Había espacio suficiente para tener una pequeña sala junto con una barra de bar y su propio baño con tina para que dos personas entraran sin problemas.
WuXian silbó ante la admiración de lo costoso que lucía. —No era necesaria una habitación tan lujosa si sólo querías hablar... a menos que tus intenciones sean otras.
El omega alzó una ceja y miró al alfa tratando de obtener una respuesta. Lan WangJi sabía que WuXian intentaría provocarlo. Era Wei WuXian, claro que lo haría.
—Sólo quiero hablar —respondió soltando al omega por fin.
WuXian se dirigió al pequeño bar para servirse un trago. —Bueno, te escucho.
El omega se veía tan relajado, Lan WangJi no comprendía como podía actuar de forma tan desinteresada, como si todo lo que había ocurrido entre ellos fuera nada. No podía creer que solo él se sintiera con esa necesidad de estar junto con su pareja destinada.
Antes de decir todo lo que quería primero debía saber algo. El alfa caminó hasta el centro de la habitación pero no se sentó, permaneció de pie mirando a Wei Ying.
—¿Por qué pediste que nos viéramos?
WuXian apenas dio un sorbo y se encogió de hombros. —La verdad no lo sé, quizás sólo fue mi impulso del momento.
—Pudiste faltar.
WuXian dejó su bebida en la barra y empezó acercarse a paso lento a Lan WangJi
—Tienes razón, pude no haber venido esta noche, pero siendo sincero quería verte y comprobar algo.
El corazón del alfa se agitó al escuchar que el omega quería verle.
—¿Comprobar qué?
WuXian se acercó aún más, ambas manos se posaron lentamente sobre el pecho del alfa. Los ojos dorados observaron como estas iban descendiendo poco a poco. El omega acercó su rostro, sus iris grises brillaban con intensidad. La boca de WuXian se acercó a la oreja del Lan y sopló levemente.
Lan WangJi estaba soportando todo en silencio para no ir en contra del menor. Si quería que WuXian confiara en él debía demostrarlo.
—Lan Zhan —la melosa voz resonó muy cerca, el aliento de WuXian golpeaba su mejilla.
Ambas manos del omega están a sus costados, delineando las costuras del elegante traje. Además de que WuXian no dejaba de mirarlo. Lan WangJi realmente se estaba perdiendo en la mirada del omega.
En un instante toda su burbuja mágica se rompió, las manos de Wei WuXian habían viajado hasta la parte de atrás del cinturón donde estaba su arma.
El omega se alejó rápidamente en cuanto se hizo del objeto. Su sonrisa llena de satisfacción era más que obvia.
—La sentí mientras bailaba... ¿Siempre vas armado?
—Mn, tú también deberías —Lan WangJi permaneció sereno en su lugar.
WuXian miró el arma como si la analizara y revisó si había balas en el interior. —Confío en que puedo desarmar a mi oponente.
—Aun así necesitas llevar algo con lo que puedas defenderte siempre.
—Conmigo mismo me basta... —WuXian le miró fijamente—. ¿No usarás tu voz? Podrías ordenarme que soltara tu arma y no tendría opción.
—No usaré mi voz en ti... a menos que tú me lo pidas.
WuXian bufó y repitió la última frase del alfa. —A menos que yo te lo pida...
Ninguno dijo algo más, WuXian retiró el seguro y apuntó directamente a Lan WangJi.
El alfa no reaccionó para intentar quitársela, ni siquiera dijo algo para convencerlo de soltarla. Simplemente permaneció ahí, observando a Wei WuXian con una mirada indescifrable.
A pesar de lo desalentadora que era la escena para Lan WangJi este pudo observar que WuXian realmente no tenía intenciones de disparar, la mirada del omega estaba confundida y la mano que sostenía el arma comenzaba a temblar de forma notoria.
WuXian empezó a reír terminando con el silencio, pero no parecía feliz.
—¡Esto es increíble! ¡En todo este tiempo jamás había dudado en matar a alguien! ¡Y ahora mírame! —el omega parecía alterarse cada vez más—. ¡Soy incapaz de tirar del gatillo!
Al ver lo agitado que estaba el omega Lan WangJi intentó llamarlo. —Wei Ying...
—¡Cállate! ¡Maldita sea, todo esto es tu culpa!
Lan WangJi guardó silencio y observó como WuXian arrojaba el arma lejos, incluso arrojó algunos jarrones y muebles lejos. Después de romper algunas cosas se acercó a la barda y bebió de golpe su trago.
WuXian suspiró con la mirada baja. —No puedo matarte... —sus ojos se alzaron y buscaron al alfa—. No quiero matarte.
Lan WangJi por fin se aproximó hasta el omega, tenía ganas de abrazarlo y poder consolarle, pero no sabía si era lo correcto.
—Wei Ying, sólo quiero que estés bien...
—¿Qué esté bien? ¡¿Qué no te das cuenta de la situación?! —el omega lo encaró—. ¡Estar separados es molesto, lo detesto! ¡Pero estar juntos significa tu muerte o la mía!
Lan WangJi no sabía exactamente cómo se estaba sintiendo Wei WuXian, aunque suponía que no debía ser tan diferente a su sentir. Estaban en una situación muy difícil, desde su encuentro en Cloud Recesses todo empeoró. Aunque lo intentaran jamás podrían ignorarse y seguir con sus vidas, no ahora que se conocían.
Era como si un interruptor se hubiera encendido desde la primavera vez que cruzaron miradas. Ahora no había marcha atrás, y los dos debían tomar una decisión.
—Yo no quiero que termines afectado por lo que haga —dijo sinceramente WuXian—, pero tampoco me detendré por ti.
—Lo sé...
WuXian jaló ligeramente de sus cabellos con frustración. —¿Y estás bien con eso? ¿Lo aceptarás sin más?
—Mn... —Lan WangJi se animó a dar otro paso más cerca—, Wei Ying es libre de hacer lo que le plazca.
—Eso podría ser tu fin... —WuXian alzó su mano y acarició la quijada de Lan WangJi—. Deberás tomar un bando Lan Zhan.
—Ya lo hice...
Lan WangJi miró con seguridad al menor, desde que WuXian había escapado el alfa se tomó el tiempo para meditar. Ya había tomado una decisión.
Él elegía a Wei WuXian sobre todas las cosas.
WuXian rio suavemente. —Estás jugando sucio Lan Zhan.
Lan WangJi iba hablar pero los labios de WuXian sobre los suyos se lo impidieron. La acción lo tomó por sorpresa pero pudo seguirle fácilmente el rito del beso.
Sus lenguas no tardaron en encontrarse y acariciarse, el calor corporal y la fragancia de ambos subió. Lan WangJi tomó por instinto la cintura del omega, como si pidiera a gritos juntar más sus cuerpos.
WuXian leyó perfectamente su lenguaje corporal, incluso hizo algo aún mejor. El omega dio un ligero salto para enredar sus piernas sobre la cadera del alfa y envolver sus brazos por el cuello de Lan WangJi. Este le sujetó con fuerza y siguió besando, acariciaba cada parte de la cavidad bucal del omega y de vez en cuando metía ligeramente sus dientes para morder sus labios.
Besar a Wei Ying era aún mejor de lo que recordaba, el grácil cuerpo del menor se acoplaba bien a él, era como si hubiera nacido para sostenerlo.
Ambos se alejaron sólo lo suficiente para respirar. WuXian tenía un ligero rubor en sus mejillas mientras que Lan WangJi sentía sus orejas arder.
—Lan Zhan... no hagas que me arrepienta de haber venido hoy contigo.
Lan WangJi no respondió, en su lugar volvió a besarlo con fuerza.
Sentía que cada segundo con el omega se volvía aún más valioso. De ahora en adelante pondría su vida en total disposición de Wei WuXian.
El verdadero peligro recién iniciaba.
Chapter 23: Capítulo 22. Demonios.
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Wei WuXian sentía la habitación en llamas, las feromonas del alfa lo estaban ahogando minuto a minuto. Todo su cuerpo quemaba y la ropa que le cubría era tan incómoda que tenía ganas de arrancarla él mismo.
Sintió como era colocado lentamente sobre la cama, Lan WangJi había dejado sus labios para empezar a devorar su cuello, los colmillos del alfa mordían la pálida piel dejando notorias marcas de color rojo brillante, la respiración caliente le golpeaba haciendo que aumentara su deseo.
Pero a pesar de la intensidad del Lan este aún no había hecho nada con las prendas de ambos, por lo que WuXian decidió encargarse personalmente al ya no tolerar más la situación.
Aplicando un poco de fuerza alejó a Lan WangJi, la mirada ambarina estaba hambrienta y algo disgustada por la separación.
El omega no dio explicaciones, simplemente se aproximó y tiró de la camisa del alfa haciendo que unos cuantos botones salieran volando. Sonrió al ver que Lan WangJi también parecía emocionado por sus acciones.
WuXian tomó el cuello de la camisa a Lan WangJi. —¿Puedo quitarla por ti?
La reacción del Lan fue rápida, en menos de un segundo había vuelto a acorralar al omega debajo suyo.
El omega rio divertido por sus acciones tan apresuradas. —Un simple no era más que suficiente.
Lan WangJi no respondió el comentario de WuXian, en su lugar terminó de retirar la ropa que le cubría la parte superior, dejando todo su torso libre y para el deleite del omega.
Cuando por fin la parte de arriba estuvo totalmente desnuda Wei WuXian sintió la necesidad de humectar sus labios y tragar saliva, ver la piel de Lan WangJi era una verdadera delicia, parecía jade puro, incluso estaba tentado a pasar su lengua desde el ombligo hasta la garganta. Quería sentir la musculatura que sobresalía, ver la firmeza que tenía y degustar el sabor, pensaba que si olía bien debía saber aún mejor.
En este punto el sándalo estaba por todas partes, el aroma de WuXian también salía, pero era una mínima cantidad si se comparaba con el de Lan WangJi debido al supresor. WuXian dejó de pensar al sentir como la gran mano del alfa se posaba en su cintura y acariciaba su abdomen, de forma lenta subió para seguir su inspección por debajo de la ropa. Alfa y omega se miraban fijamente mientras se acariciaban, era como si trataran de hacer una inspección entre ambos, procuraban observar cada reacción y cambió que hubiera.
WuXian mordió su labio cuando los hábiles dedos del Lan se entretuvieron en su pezón izquierdo. Dejó escapar un largo suspiro al sentir como la estimulación se volvía cada vez más placentera.
Lo siguiente que sintió fue como su camisa era levantada, pero sin ser retirada; después la boca caliente y húmeda de Lan WangJi se apoderaba de su pezón derecho mientras la mano izquierda seguía con su labor. Podía sentir los dientes del Lan rozar su piel sensible y las succiones rudas que hacía con su boca.
—¡Ah! —se quejó al sentir como Lan WangJi tiraba con su boca del pequeño botón.
El alfa por fin dejó de torturar el pecho del omega, ahora su ataque fue dirigido a la boca del menor. WuXian lo recibió con ansias, lo abrazó por el cuello para acercarlo más a su cuerpo, sentir el calor piel contra piel hacía que su omega interno estallara de alegría.
Sin ninguna clase de pudor o miedo comenzó a acariciar la espalda del Lan, sus manos iban y venían por todas partes. Tal como imaginó, los músculos bajo su tacto se sentían fuertes y sólo aumentaban sus ganas de seguir tocando.
WuXian sintió como el alfa lo despojaba de sus pantalones con relativa facilidad. Ahora, totalmente desnudó de la cintura para abajo, surgió una emoción diferente. Su omega interno se removía como si ansiara en demasía el toque de Lan WangJi, más que querer se volvió una loca necesidad. Si su orgullo no fuera tan alto ya hubiera suplicado al alfa para que lo llenara completamente.
Su entrada ya se encontraba más que húmeda, estaba seguro que incluso el alfa podía olerlo con claridad, cosas como esas eran muy difíciles de ocultar después de todo. La punta de su pene también estaba mojada, WuXian sentía que estallaría si no hacía algo al respecto.
El omega no sentía vergüenza ante las reacciones de su cuerpo por unos cuantos besos y caricias por parte de Lan WangJi. Después de todo también podía sentir la dureza del Lan encerrada en esos pantalones de lino. Apostaba lo que fuera a que lo que se ocultaba bajo esa tela era algo bastante prometedor. Se podría decir que estaban a mano, ambos eran un desastre y estaba ansiosos. Era como si sus cuerpos agradecieran por acabar con la tensión sexual que estuvieron acumulando todo ese tiempo.
WuXian suspiró en la boca de Lan WangJi al sentir como una mano subía por sus muslos y terminaba en su trasero para amasarlo. Su instinto lo llevó a abrir más las piernas para dar un mejor acceso al alfa, no ocultó sus gemidos de satisfacción al sentir como los dedos de Lan WangJi se enredaban en su pene. La cálida palma del alfa se sentía tan grande sobre él.
El pulgar del alfa frotó la cabeza del pene hinchada y caliente del menor, esparcía la humedad del omega por todo el miembro mientras bombeaba a un ritmo lento. Pero la mano de Lan WangJi no duró mucho tiempo ahí, pues después de unos pocos movimientos pasó directamente a un área más oculta.
—Lan Zhan —WuXian con necesidad al sentir como su entrada era frotada varias veces por la zona externa.
WuXian quería tomar acción, sentía sus manos picar al no tocar a Lan WangJi, pero apenas se levantó hacia el alfa cuando una mano del Lan lo empujó con dureza contra la cama. Su mirada era de advertencia.
—No.
La voz grave de Lan WangJi no sonaba como un juego.
Wei WuXian no era una persona que solía seguir órdenes, pero el hecho de que Lan WangJi le hablara de esa forma le excitó, su omega interno tomó el control y se dejó hacer bajo las hábiles manos del alfa.
Los largos dedos de Lan WangJi lo masajeaban a un ritmo casi tortuoso. Su entrada se contraía tratando de atrapar alguno, pero antes de lograrlo el alfa siempre los alejaba, como si jugara y se burlara de él. WuXian estaba a punto de gritarle cuando sintió como por fin uno de los dedos ingresaba. Había sido de forma rápida y fácil, su cuerpo estaba cooperando muy bien.
El chapoteo empezó a escucharse cuando el alfa comenzó a meter y sacar su dedo con fuerza. Cuando el segundo dedo fue agregado WuXian intentó mover sus caderas para buscar más contacto.
—Necesitarás más que tus simples dedos —el omega jadeaba y miraba al Lan en una especie de reto.
Los dedos dentro de él se detuvieron de golpe, causando que un sonido de disgusto saliera de la boca de WuXian.
Lan WangJi lo miró fijamente. —¿En serio?
—Si no es así pruébalo...
WuXian sonreía con malicia al ver que sus provocaciones sí parecían tener efecto positivo.
Un tercer dedo entró sin aviso, los movimientos se reanudaron con un ritmo rápido. WuXian sentía sus paredes internas ser frotadas con poca delicadeza, pero no se quejaba, de hecho, le gustaba la rudeza con la que Lan WangJi estiraba su entrada.
Wei WuXian sujetó las sábanas por acto de reflejo cuando sintió como los largos dedos del alfa se doblaban en su interior para tocar una parte sensible. —¡Aghh!
Lan WangJi repitió su movimiento una y otra vez mientras veía como WuXian sólo se deshacía entre gemidos. Trataba de guardar cada una de las reacciones en su mente, su omega era simplemente hermoso.
El omega arqueaba ligeramente su espalda sin poder detener sus reacciones, sus piernas empezaban a temblar y sentía como su cuerpo y parte baja comenzaba a tensarse. Si seguía así no tardaría en venirse.
Su respiración era muy agitada en ese punto y sentía caliente su rostro, sus ojos habían empezado a empañarse debido al placer. La peor parte eran los ojos dorados que no dejaban de verle de forma tan intensa, sabía que Lan WangJi lo estaba observando en cada momento.
La sensación ardiente de su interior empezaba a esparcirse por más partes de su cuerpo. Estaba a punto de correrse.
—Más, más... —suplicó al sentir como estaba tan próxima su liberación.
Pero antes de poder lograrlo Lan WangJi se detuvo y sacó sus dedos de la entrada que se cerraba y abría suplicando por ser llenada.
—¿Qué haces? —Lan WangJi no respondió, cosa que desesperó a WuXian. El alfa se alejó un poco para observar el desastre que era el omega en ese momento. WuXian le gritó al sentirse tan frustrado. —¡No te perdonaré si te detienes ahora!
¡¿Cómo pudo parar justo en ese momento?!
La incomodidad de su cuerpo tenso al no poder liberarse y el dolor acumulado provocó que el omega quisiera golpear a Lan WangJi.
De hecho, no se quedó con las ganas. Tenía todas las intenciones de darle una patada, pero su pierna fue atrapada antes de que impactara en su objetivo. WuXian estaba por quejarse cuando fue puesto boca abajo de forma rápida. El cambio de posición le había tomado por sorpresa, hizo amagos por girarse nuevamente pero Lan WangJi se lo impidió volviéndolo a colocar boca abajo y esta vez alzó sus caderas, exponiendo de forma explícita su entrada, la cual estaba brillante debido a la humedad y con un color algo rojizo por su estimulación previa.
Entonces WuXian escuchó claramente como la cremallera del pantalón de Lan WangJi era bajada. El omega giró un poco su rostro para darle un vistazo, sus ojos se abrieron impresionados por la enorme erección del alfa en ese momento. El glande estaba sumamente rojo y empapado mientras que el resto del tallo tenía varias venas que sobresalían, por el color semi morado podía asegurar que debía ser demasiado doloroso para Lan WangJi haber soportado todo ese tiempo sin siquiera tocarse.
Al verlo un gemido de llamado se escapó inconscientemente de los labios del omega, sólo hasta que la mirada ambarina se posó sobre él terminó dándose cuenta de lo que acababa de hacer.
Los ojos de Lan WangJi se veían tan salvajes que el instinto de WuXian se dividió, una parte suplicaba por ser llenado hasta ya no poder y la otra quería huir, porque sabía que no saldría totalmente ileso. Intentó gatear hacia delante para darse un poco de tiempo, pero la mano del Lan se posó sobre su espalda y lo presionó con fuerza contra la suave cama, la otra mano del alfa sostuvo su cadera mientras sintió como el duro y caliente miembro del alfa se frotaba en su trasero.
El omega sentía la necesidad de decir algo, pero las palabras simplemente se negaron a salir. Sólo pudo jadear en respuesta y relajar su cuerpo. Le temía, pero lo deseaba, no lo podía ocultar. Esperó por un tiempo, el alfa no hacía nada, sólo se frotaba una y otra vez, por lo que giró una vez más para verle. Parecía que Lan WangJi estaba esperando esa reacción.
—No lo haré sin tu autorización.
WuXian tardó un poco en procesar esas palabras.
¿Autorización? ¡Pero si ya lo había manoseado hasta lo más profundo de su ser y lo tenía en una posición más que sugerente! ¡Era claro que tenía autorización para joderlo hasta cansarse!
Estaba impresionado, Lan WangJi podría tener un rostro indiferente, incluso algo inocente, pero la verdad es que era un maldito.
De nuevo sintió la cabeza del pene rozar su entrada, se frotaba con insistencia para luego alejarse.
—Lan Zhan... —el omega dejó salir un ronco gemido lleno de necesidad. Su paciencia estaba al límite. —¿Qué quieres que te diga? ¿Qué te deseo? ¿Qué te quiero dentro de mí hasta que me llenes y me dejes irreconocible? ¡Lan Zhan, Lan WangJi, Lan Er-Gege, sólo fóllame! ¡Yo quiero que tu- AH!
Sus palabras fueron lanzadas al olvido cuando sintió el duro miembro del Lan entrar de golpe. Necesitó respirar varias veces para poder controlarse, suponía que sólo había entrado la mitad ya que la carne palpitante y caliente seguía avanzando en su interior. La sensación de ser estirado y llenado provocó que WuXian cerrara sus ojos con fuerza para soportar la virilidad del alfa. Hasta el momento no se había quejado, pero empezaba a preocuparse al sentir que esa cosa parecía no tener fin.
—Relájate —susurró el alfa al ver que el omega no se la estaba pasando precisamente bien.
—Es t-tu culpa... por ser tan... grande —respondió entre jadeos—. Ya estoy muy lleno y no dejas de entrar, ¡AH!
Lejos de mejorar la situación, el omega sintió como la hombría que se sumergía en su interior reaccionaba. Pero Wei WuXian no se rendiría, el tomaría todo de Lan WangJi, incluso si eso le costaba no poder caminar al día siguiente.
Agradecía que su deseo y tolerancia al dolor fueran altos, de lo contrario sería muy difícil ese momento para él. Trataba de ignorar su incomodidad, pero no resultó tan fácil. Sólo cuando sintió la pelvis de Lan WangJi chocar contra su trasero pudo soltar un suspiro de alivio. El alfa se inclinó y besó la parte expuesta del hombro del omega, después empezó a arremeter a un ritmo lo suficientemente rápido para que WuXian gustara de él sin llegar a ser tan agresivo o sumamente lento.
Conforme pasaban los segundos el cuerpo del omega también reaccionaba moviéndose en busca de mayor contacto y fuerza. Pero Lan WangJi le sujetó por las caderas, como si le detuviera de ir más rápido.
—¿Te estás controlando, verdad? —WuXian se encontraba mirándolo desde abajo con su rostro de lado apoyado en la cama y ojos entrecerrados—. No lo hagas.
La vista de Lan WangJi claramente era muy diferente a la del omega. —Wei Ying...
Había un gran dilema en los ojos ambarinos, como si una lucha interna se desatara para elegir quien tomaría el mando.
—Vamos ¡Ah! —apretó las sábanas en sus puños al sentir como su próstata era rozada—. Tómame con todo lo que tengas Lan Er-Gege, olvida tu control o no dejaré que me vuelvas a tocar, quiero saber de que eres capaz.
Lan WangJi lo miró intensamente. —Recuerdas tus palabras.
WuXian sonrió, pero su sonrisa duró poco.
—¡AHH!
Un ritmo casi salvaje empezaba a consumirlo, la fuerza, profundidad y rapidez habían cambiado en segundos. Eso era lo que tanto había estado deseando.
—Así, más... ¡Ah!
El sonido de choque de pieles era lo que más resonaba en la habitación, después estaban los gemidos del omega, que sólo motivaban más al alfa.
Era llenado totalmente, las embestidas eran una delicia para el menor; juraba que ninguno de sus juguetes era tan grande o grueso como el Lan, jamás había sido llenado de esa forma, incluso estaba asombrado por lo profundo que podía llegar.
Al principio WuXian se sintió en el paraíso, pero conforme pasaba el tiempo y su interior comenzaba arder por el constante maltrato tuvo que arrepentirse de sus palabras.
—Es-Espera... Ya no, ya no puedo.
Pero nada cambió, lo único que recibió fue una leve mordida en su hombro y un apretón en su trasero. El hombre a sus espaldas era otra persona totalmente diferente al alfa de hace unos momentos.
—¡AHHG! ¡Más despacio!
WuXian sintió como sus cabellos eran recorridos a un lado mientras la lengua húmeda comenzaba a pasearse por su cuello y nuca. El cálido aliento prendió las alarmas en el omegas, a pesar de estar sumergido en un exquisito y tortuoso placer sabía cómo terminaría todo si no ponía un alto.
—La-Lan Zhan... ¿Qué estás haciendo? ¡Ah!
Lan WangJi no respondió, claramente había dejado que su lado animal tomara el control desde hace mucho y todo a petición del omega.
WuXian quería frenar todo, pero su cuerpo le traicionó. Su omega interno se reveló totalmente, al contrario, sólo incitaba más al alfa a acercarse. Lan WangJi no dejaba de penetrarlo con fuerza mientras su nudo poco a poco comenzaba a ser más obvio en el interior cálido del omega.
Un golpe duro en su interior lo llevó al olvido.
—¡AHH!
Al final fue incapaz de hacer algo y sólo se dejó llevar por su placer, todo su cuerpo se tensó para después liberarse en un fantástico estallido que le recorrió de la cabeza a la punta de los dedos. La esencia de Wei WuXian manchó las finas sábanas y su torso. Su entrada se apretó agresivamente contra Lan WangJi que permanecía firmemente profanándolo.
Entonces lo sintió. El nudo dentro de él y el aliento caliente en su nuca.
—¡Es-Espera! ¡AHH! —los ojos grises se abrieron al sentir los colmillos del alfa atravesar la tierna carne.
El dolor junto con su placer estallaron por todo su cuerpo, recién se había corrido, pero el conjunto de acciones sólo lo llevó al borde del abismo una vez más. Arrojándolo a un nuevo punto de placer.
Pudo sentir con claridad cómo el lazo empezaba a formarse, como si un pequeño hilo que envolvía su meñique viajara hasta envolver su otro extremo en el alfa. Todo se sentía con claridad, era como estar en la piel del contrario, demasiado bueno, demasiado intenso.
Su último recuerdo fue sentir el dolor del nudo totalmente hinchado, su interior ahogado en la esencia de Lan WangJi y la lengua del alfa sobre su marca recién hecha. Después de eso todo se volvió un agujero negro donde caía lentamente.
He Xuan miró la hora, pasaban de las tres de la mañana. Ya le había dado mucho tiempo a WuXian, el omega no había llamado ni enviado un mensaje. Era hora de la retirada.
El alfa había sido muy claro, si Wei WuXian no regresaba después de las tres él se iría del lugar.
—¡Aguas Negras! —gritó QingXuan apareciendo de la nada abrazándolo por el cuello—, ¡Vamos a bailar!
El omega estaba ahogado en alcohol, sus ojos ni siquiera enfocaban bien y sus movimientos eran demasiado torpes.
Cuando el alfa lo dejó beber jamás se imaginó que terminaría así, si le hubieran avisado que esto iba a pasar nunca le hubiera ofrecido ningún trago.
—Suéltame —se quitó de encima al menor a duras penas, ya que este se le aferraba como si se tratara de un pulpo.
He Xuan estaba a punto de darse un tiro en la cabeza, pero no lo podía hacer, primero debía matar a Wei WuXian.
¡Ese maldito infeliz lo había engañado! ¡De haber sabido que tendría que cuidar el pellejo de un chiquillo irritante hubiera mandado a la mierda a WuXian!
El sonar de un cristal rompiéndose le hizo regresar a la actualidad y posar su vista en la condena que estaba pagando. QingXuan estaba sobre una mesa mientras se retorcía en lo que parecía ser una especie de baile muy mal coordinado y sin una pizca de gracia.
Un hombre del personal se acercó al alfa.
—Disculpa... —el hombre tembló en cuanto sintió la pesada mirada de He Xuan sobre él—. Ten-Tendrás que reponer todo lo está rompiendo el chico...
He Xuan gruñó, sólo se haría cargo del mocoso porque WuXian había pagado una considerable suma. De lo contrario, desde hace mucho lo habría abandonado.
Wei WuXian moriría en cuanto lo viera.
El alfa decidió que era hora de irse, por lo que simplemente sacó un fajo de billetes y se lo tendió al hombre. Después caminó hasta el omega y lo tomó como si fuera un costal de papas.
—¡Ah, el mundo está de cabeza! —QingXuan empezó a reír como si su posición fuera la cosa más graciosa del mundo.
El alfa ignoró al omega y salió del recinto, una vez fuera pensó en una manera para deshacerse del chico, porque era claro que no lo podía llevar consigo. ¿Qué haría con él?
—Aguas Negras...
—Cállate —He Xuan no estaba de humor para aguantar nada. Intentaba pensar donde dejarlo sin que fuera demasiado peligroso.
—Aguas Negras...
—Que te calles.
—Quiero vomitar...
En un instante QingXuan se encontró en el suelo una vez más. Apenas tuvo el tiempo suficiente para inclinarse y empezar a regresar todo lo de su estómago. Las manos del omega aprisionaban el brazo de He Xuan buscando apoyo. El alfa sólo se separó un poco para evitar que algo de vómito le cayera encima.
Suspiró cansado al ver que las arcadas de QingXuan parecían no detenerse. Rindiéndose ante la situación empezó a dar suaves golpes en la espalda del omega mientras sujetaba parte de su cabello.
Después de largos e interminables minutos QingXuan dejó de vomitar.
—Gracias... —murmuró el omega en voz baja, parecía apenado.
—No agradezcas por cosas como estas—. He Xuan miró al chico, realmente lucía miserable.
El alfa se debatió mentalmente, al final una parte de su interior le prohibió dejarlo botado. Maldiciendo optó por llevarlo hasta su auto, lo colocó en el lado del copiloto e inclinó el asiento para que este se recostara. Aún no podía creer todo lo que estaba haciendo.
Miró su móvil, no había ninguna señal de WuXian aún, pero sabía que tarde o temprano el Lan regresaría, después de todo tenía a Shi QingXuan con él. Por lo que sólo esperarían cerca del club en el coche.
—He Xuan...
El alfa le miró, era la primera vez que el omega le llamaba por su nombre. No le molestaba, pero si le asombraba un poco.
—No eres tan malo como pensé —dijo el joven arrastrando un poco las palabras.
—No te equivoques, no soy una buena persona tampoco.
—Nunca dije que fuera buena persona, de hecho si eres alguien malo, tienes tatuajes que lo confirman, pero... eres guapo... —claramente eso último lo había dicho a causa del alcohol.
He Xuan alzó una ceja al escuchar los sin sentidos que decía el menor. —Tener tatuajes no te hace una mala persona.
—Jun Wu no nos deja tatuarnos... ¿Te cuento un secreto?
—…
—Xie Lian se tatuó una vez el tobillo, parece una linda pulsera... todos siempre lo ven como el omega perfecto, pero la verdad es que es el más rebelde de los cuatro, aunque siempre nos ayuda y nos cuida... es como mi hermano mayor...
He Xuan era consciente que la lengua de QingXuan se había aflojado demasiado para decirle todo aquello. Pensaba en si podría sacarle algo de información al menor.
Estaba a punto de preguntarle algo cuando el omega habló.
—A-Xuan
—¿Qué? —una imagen del pasado llegó a la mente de He Xuan.
"A-Xuan" Una linda joven le sonreía mientras se acariciaba el vientre y le llamaba con una voz dulce y tierna.
El alfa se descolocó por el llamado del omega, pero recobró la compostura al recordar a la persona estaba a su lado.
Shi QingXuan tenía un notable semblante de tristeza, el joven alegre de hace unos momentos se había esfumado. Sus mejillas estaban algo rojas al igual que su nariz y los ojos empezaban a cristalizarse.
—Siempre me llamaba así... A-Xuan...
—¿Xie Lian?
QingXuan negó. —No... mi hermano... — Una salina lágrima se escapó del omega.
He Xuan lo observó en silencio al no saber que decir, pues él también sentía su mente algo dispersa.
—A-Xuan... —repitió el omega.
Más lágrimas empezaron a ser derramadas, pero QingXuan no sollozó ni se quejó, sólo permaneció sereno con la vista perdida, dejando que las lágrimas fluyeran sobre su rostro.
He Xuan observó como el omega poco a poco cerraba sus ojos y caía dormido. La respiración era lenta y pausada, como si por fin pudiera descansar. Un impulso desconocido motivó al alfa a retirar las lágrimas acumuladas en las mejillas de QingXuan. La punta de sus dedos acarició la tibia piel para eliminar la humedad. Podía oler la dulce fragancia de la vainilla bañada en un tinte ligeramente amargo por la tristeza.
El alfa lo observó dormir por un tiempo indefinido, intentó pensar en el presente para no hundirse en su pasado, prefería mejor contemplar cómo las cosas habían cambiado, por ejemplo; antes le había disparado al omega de su lado y ahora lo cuidaba de su borrachera. Realmente no odiaba al chico o algo parecido, de hecho, no le importaba en lo absoluto. Pensaba en que su pésimo trato con QingXuan sólo se debía a que estaban en bandos diferentes, era claro que nunca podría llevarse de alguna forma decente sin tener que siempre estar cuidando sus espaldas. Aunque, ahora con WuXian y su escape furtivo con Lan WangJi lo dejaba pensando. Se preguntaba que tanto cambiarían las cosas con la relación de esos dos.
He Xuan salió del vehículo para fumar un cigarrillo, se dirigió más cerca de la entrada del club y esperó. Veía como las personas empezaban a salir con el pasar de los minutos. Era hora de que todos fueran a sus hogares y descansaran antes de que el dolor de cabeza les hiciera arrepentirse de todo.
Estaba a punto de terminar su segundo cigarrillo cuando pudo visualizar la figura de Lan WangJi acercándose con intenciones de entrar al lugar.
—Lan WangJi —llamó mientras tiraba la colilla y la pisaba. Los ojos dorados le observaron, sabía que lo reconocía. —Shi QingXuan no está ahí.
He Xuan miró a Lan WangJi, el Lan estaba alerta pero no parecía tener intenciones de atacar.
—¿Dónde está?
—Primero debo saber que WuXian está a salvo...
Los ojos del Lan no se le despegaron, era claro que ambas partes desconfiaban.
—Wei Ying está bien.
—¿En serio? ¿Y por qué no está contigo? ¿Lo volviste a secuestrar?
—No lo secuestré, él está durmiendo.
He Xuan le creyó, el aroma que tenía el Lan encima era una prueba de que WuXian aparentemente se había divertido a lo grande esa noche.
Hizo un movimiento de cabeza para que Lan WangJi le siguiera, empezó a caminar rumbo al coche donde había dejado a QingXuan.
Lan WangJi se relajó notablemente una vez que vio que QingXuan estaba dormido y sin un sólo rasguño, sólo un ligero aroma agrio por el vómito. El Lan lo tomó en brazos con cuidado de no despertarle. Antes de irse miró al demonio y asintió a manera de agradecimiento.
He Xuan realizó el mismo gesto y le miró alejarse.
—Bien, mi trabajo está hecho —el alfa ingresó en el vehículo y arrancó el motor. Quería llegar y dormir, había sido una noche demasiado larga.
No sabía con exactitud dónde estaba WuXian, pero no iría a buscarlo de hotel en hotel. Se conformaba con el hecho de saber que seguía vivo y lejos de las garras de Jun Wu.
Aún no era de día, de hecho era demasiado temprano para que WuXian se despertara, pero yendo en contra de todo lo estipulado los ojos grises se abrieron lentamente.
Seguí dentro de la habitación de hotel donde se había revolcado hasta la inconsciencia con Lan WangJi, pero el alfa no estaba en los alrededores, cosa que entristeció al omega interno de WuXian pero alegró a su parte racional.
Ni siquiera se había movido, pero ya podía sentir el dolor en varias partes de su cuerpo. En la punta de su nariz podía percibir aún los residuos del aroma a sexo en el lugar, pero en su mayoría estaba el sándalo. Con algo de pesadez giró su cabeza y miró una pequeña nota en la mesa de noche.
WuXian suspiró y se levantó lentamente para leer la preciosa caligrafía. Las indicaciones eran breves:
"Toma la pastilla para el dolor, regreso pronto, no te vayas"
Los ojos grises miraron como a lado de la nota estaba un vaso con agua y una pequeña pastilla. Sabía que no era píldora para dormirlo o algo así, pues Lan WangJi claramente tuvo la oportunidad de encerrarlo una vez más, pero había elegido confiar en él y dejarlo ahí... Un gran error.
—Haré caso a lo primero e ignoraré lo segundo —dijo WuXian para sí mismo.
Apenas bebió la pastilla cuando fue consciente de una calidez rodeándolo. Era como si Lan WangJi estuviera ahí. Eso hizo que WuXian pensara en otra cosa, un pequeño y minúsculo detalle.
Con apuro llevó su mano a la parte de su nuca, sintió que el aire se escapaba de sus pulmones al confirmar su temor.
La marca en su nuca era tan real como en sus recuerdos, realmente había sucedido, Lan WangJi lo había marcado.
—¡No, no, no, no! ¡Estás loco Lan Zhan!
WuXian se levantó ignorando toda la protesta de dolor que hacía su cuerpo. Aún portaba su camisa por lo que sólo la arregló de mejor forma y busco sus pantalones. Increíblemente su cuerpo estaba limpio, aunque el aroma a sándalo seguía impregnado en su piel.
Una desesperación empezaba a crecer en su pecho, esto no estaba dentro de sus planes. Mentiría si dijera que no había contemplado tener sexo con Lan WangJi, pero ser marcado en definitiva jamás cruzó su mente.
WuXian sintió que su cuerpo temblaba, su cabeza había comenzado a doler y sus manos sudaban; no se sentía muy bien en ese momento, necesitaba irse antes de empeorar.
Sorprendentemente su móvil seguía en el bolsillo trasero de su pantalón, al menos Lan WangJi no lo había tomado o algo por el estilo. Se preguntó si llamar a He Xuan para que fuera por él, pero sabía que el alfa muy posiblemente no quería verlo ni en pintura, por lo que optó por su plan b.
Marcó y esperó que su llamada fuera contestada, por un momento creyó que no le responderían cuando escuchó un "WuXian" al otro lado de la línea.
—HuaHua... ¿Estás despierto?
—Ahora lo estoy —la voz de Hua Cheng era rasposa, claramente lo había despertado. Un gruñido se escapó del alfa. —Espero tengas una buena razón para marcar a esta hora.
—Necesito un favor —la voz del omega era baja.
Hua Cheng tardó un poco en responder. —¿Qué sucede?
WuXian respiró profundamente, había comenzado a agitarse. No sabía que le ocurría y porque su cuerpo había empezado a reaccionar de esa forma apenas despertó.
—Sólo ven por mí... creo que metí la pata.
—Mándame la dirección, voy para allá.
Con eso la llamada terminó.
WuXian miró la puerta de la habitación, si Lan WangJi entraba en ese momento no sabría que decir o hacer. Sólo podía suplicar para que Hua Cheng llegara lo más pronto posible y su salud no empeorara antes de que eso ocurriera.
Hua Cheng miró a lado del copiloto, WuXian estaba pálido y varias gotas de sudor caían por su rostro.
—Te ves horrible.
El omega le dio una breve mirada. —Jiang Cheng no puede verme así.
—En eso tienes razón, apestas a alfa y pareces a punto morir.
—No entiendo porque me siento tan mal —el omega sujetaba su cabeza para intentar hacer el dolor más ameno—. Esto fue un grave error.
—En eso tienes razón, sólo a ti se te ocurre exponerte de tal manera, agradece que Lan WangJi no te arrastró de vuelta, aunque... su marca tampoco es buena señal...
—¡¿Crees que no lo sé?!
WuXian se sentía culpable por pensar en que podía manejar todo, ahora tenía que lidiar con la presencia de Lan WangJi. Era tan extraño, aún con la distancia podía sentir al alfa. Incluso con los ojos cerrados tenía una certeza total de cómo se encontraba el Lan.
Pero no todo era tan bueno, pues mientras más se alejaba peor se sentía.
A diferencia del omega que estaba molesto y algo asustado, el otro extremo de su lazo estaba más calmado, había un poco de nerviosismo, pero estaba seguro que el alfa se sentía mucho mejor que él.
Apenas llegaron Hua Cheng ayudó al omega a caminar hasta la habitación de Wen Qing, la alfa al principio les puso una mala cara, pero en cuanto miró el mal estado de WuXian los hizo pasar para examinarlo.
—Estás entrando en celo —dijo la alfa mientras aplicaba un supresor para aliviar un poco las molestias y dolores.
—¿Celo? Esto no se siente como un celo, parece que estoy muriendo, me coloqué un supresor antes de ir con Lan Zhan y falta como una semana para mi celo.
—Y justo por eso no entraste en celo de forma inmediata, pero la mordida contrarrestó tu supresor y lo adelantó —Wen Qing comenzó a inspeccionar la marca del menor, aún estaba roja y bastante hinchada, pero lucía sana—. Tu mordida está bien, parece que el Lan se tomó el tiempo de desinfectarla, la pastilla para dolor que tomaste antes ayudó un poco en tus malestares, pero no será por mucho.
Eso era un alivio, pero el omega tenía otra cosa en la mente que recién le empezaba a preocupar. —… ¿Tienes algo para evitar un embarazo?
Wen Qing suspiró, ni siquiera reñiría al menor por no haberse cuidado, eso ya era pedir demasiado viniendo de alguien como Wei WuXian. —Deberás ser más responsable de ahora en adelante.
—No me regañes, si quieres después iniciaré un tratamiento de forma decente, por ahora sólo quiero evitar arruinar mi vida.
Wen Qing sacó una pequeña píldora y se la tendió. —Las probabilidades de un embarazo no son tan altas contemplando que recién inicia tu celo, pero no hay que arriesgarnos.
El omega asintió sin quejas y la tomó, poco a poco comenzaba a sentir como el calor iba en aumento. Esos si eran síntomas de celo con los que estaba acostumbrado a lidiar.
—Alejarte de tu alfa sólo hará más doloroso todo, estás consciente de eso ¿verdad?
WuXian no respondió, claro que lo sabía. Pero en ese instante se sentía tan confundido que no sabía qué hacer. Hace unos momentos surgió una pequeña molestia, pero no era suya, el enojo que sentía era de Lan WangJi. Suponía que el alfa ya se había dado cuenta de su desaparición.
La sensación de dolor y tristeza lo embargó, era tan extraño sentir todo aquello. Apenas si podía lidiar con sus propios sentimientos y emociones. Ahora también sentía todo lo que Lan WangJi, y eso lo asustaba.
La voz de Wen Qing interrumpió su dilema interno. —¿Se lo dirás al resto?
El omega miró a la Wen, después observó a Hua Cheng que estaba en un extremo de la habitación con una postura relajada.
—Por ahora sólo ustedes dos lo sabrán, He Xuan tiene una idea pero no sabe de la marca, así que...
Wen Qing suspiró con cansancio, sin embargo no se negó antes las palabras de WuXian. —En ese caso será mejor que te encierres y te des un baño antes que alguien te vea.
El menor asintió, intentó ponerse de pie pero se tambaleó. Wen Qing le sostuvo y miró al alfa.
—Llévalo a su habitación.
Hua Cheng no perdió tiempo y lo guio hasta que WuXian pudo llegar a su cama. Su celo apenas iba iniciando, pero el omega ya se veía muy mal. En cuanto se acostó el menor cerró sus ojos, aparentaba estar sufriendo de sobremanera. El alfa se retiró al ya no poder ayudarlo, ahora todo quedaba en las manos del omega para sobrellevar su celo.
No estaba seguro de que tan malo era el hecho de que Lan WangJi lo hubiera marcado, sólo tenía la certeza de que el Lan podía hacer prácticamente lo que quisiese ahora con WuXian. Sólo esperaba que esto no empeorara las cosas.
Hua Cheng miró la hora, ya era muy tarde para volver a dormir, por lo que prefirió ir en busca de una taza de café y pensar en todos los posibles escenarios para WuXian. Estaba tan concentrado que apenas se percató de una nueva llamada entrante, al leer el nombre no dudó en contestar.
—HuaiSang.
—Lluvia Carmesí —Nie HuaiSang parecía emocionado—. Lamento molestarte a esta hora, pero me dijiste que lo hiciera si obtenía algo sobre tu encargo especial y para tu suerte por fin tengo buenas noticias.
—Te escucho —Hua Cheng no pudo evitar ponerse ligeramente ansioso.
—Me informaron que Jun Wu y Xie Lian participaron en una reunión muy importante. ¿Quieres adivinar el motivo?
Hua Cheng no necesitó pensarlo tanto para saber lo que el Nie decía. —Nosotros.
—Exacto y parece que algunos extranjeros meterán sus narices.
El alfa frunció el ceño, los extranjeros significaban un aumento en sus problemas.
—¿Esas son buenas noticias?
—Tengo todo de la siguiente reunión, será dentro de una semana, intenta adivinar el lugar —dijo el Nie sin ocultar su diversión.
Hua Cheng no estaba para juegos. —Sólo dilo.
—La reunión se llevará a cabo en el icónico y remodelado casino Corte Celestial, el que tú y tus compatriotas se encargaron de destruir.
El alfa suspiró, no le sorprendía que el casino fuera remodelado. Aun con la nueva información, que sólo significaba más trabajo.
Una idea llegó a la mente de Hua Cheng, una que hizo que la expresión del alfa cambiara a una ligera sonrisa.
—HuaiSang, creo que se que hacer, pero necesitaré un poco de ti y de tu hermano.
—¿Da-Ge? ¿Estás seguro de eso?
Hua Cheng rio ligeramente. —Está bien, necesitamos una paloma mensajera que pase desapercibida y tú sabes tratar con MingJue.
HuaiSang no entendía bien, pero ya había aceptado ayudar. Sentía que ahora las cosas se pondrían más interesantes.
Y no se equivocaba.
Chapter 24: Capítulo 23. Dragón Blanco.
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La habitación estaba vacía y la cama deshecha. Lan WangJi ya sabía que corría el riesgo al dejar a WuXian y aun así aceptó las consecuencias.
Si bien estaba algo decaído aún se sentía feliz por haber pasado la noche con él. Quizás no fue como se lo había imaginado y en definitiva estaba arrepentido por dejar que su alfa tomara el control. Pero ahora está decidido a proteger a su destinado incluso a la distancia, tendría que ser paciente y esperar para volver a verse con Wei WuXian. Sin olvidar que se había dejado llevar y terminó marcándolo, esa era su preocupación más grande y por ello tenía apuro por hablar con WuXian. En primera debía disculparse y en segunda quería aclarar que no tenía planeado lastimarlo.
Lan WangJi miró una última vez el lugar y aspiró los últimos rastros del dulce aroma que aún había en el ambiente. El alfa sentía el torbellino de emociones que inundaban al omega, no sabía lo que WuXian estaba pensado, pero aun así intentó mandar una sensación cálida para ayudar al omega y hacerle saber que estaba al pendiente de él.
Sin más cosas por hacer, Lan WangJi salió para regresar a la residencia. Si sus cálculos eran correctos Jun Wu llegaría dentro de tres o cuatro días, por lo que podría estar tranquilo al no tener que enfrentarlo tan pronto.
En cuanto llegó a su hogar tomó un baño para retirar los últimos estragos del aroma del omega, aunque su alfa interno estuviera totalmente en contra. Una vez limpio se dirigió al comedor como usualmente lo hacía, ya eran las ocho de la mañana así que sería ilógico regresar a la cama. Además de que dudaba siquiera de poder conciliar el sueño debido a los acontecimientos de su noche.
Aún tenía demasiado presente la imagen de Wei WuXian. Después de que el omega quedara inconsciente, y de que su nudo se deshiciera, se tomó el tiempo para limpiar al menor y acomodarlo correctamente en la cama. El alfa permaneció casi una hora admirándolo mientras dormía, acariciaba el fino rostro de vez en cuando y miraba brevemente la marca fresca ya limpia. Si no hubiera tenido que ir por QingXuan lo más seguro es que aún estaría observándole de forma embelesada.
Pero ese mágico momento ya había quedado en el pasado, ahora debía fingir que nada de eso sucedió y ocultar su apasionado encuentro.
Lan WangJi llegó hasta el comedor, en realidad no esperaba encontrarse con nadie, así que ver a su hermano mayor sí le sorprendió. Sabía que este había dormido con Jin GuangYao, así que imaginó que lo vería un poco más tarde, pero aparentemente se había equivocado.
—WangJi —XiChen sonrió en cuanto le miró, señaló una de las sillas para que se sentara y pudieran tomar juntos su desayuno.
—Hermano...
Tratando de relajarse un poco el segundo Lan tomó asiento, el personal llegó enseguida, le ofreció una humeante taza de té y le informó que pronto traerían su desayuno. Lan WangJi asintió y agradeció educadamente. Cuando ambos hermanos estuvieron solos intentó no delatar su eufórico estado de ánimo, pero falló.
—¿Ocurre algo?
XiChen leyó perfectamente cada una de sus reacciones, era claro que estaba sucediendo algo. Lan WangJi suspiró y le miró con una cara que decía: "Ahora no por favor".
—Pensé que regresaría más tarde —comentó Lan WangJi para cambiar el rumbo de la conversación.
XiChen suspiró, parecía cansado. —La verdad necesitaba pensar a solas, A-Yao exige bastante tiempo últimamente, pero no puedo dárselo, quizás debamos tomar un tiempo, aún no lo decido.
Lan WangJi asintió en señal de escuchar a su hermano, usualmente nunca hacía ningún comentario a la relación de XiChen, más que nada porque no eran sus asuntos y confiaba en que su hermano podría manejarlo todo.
Pero ese día no pudo evitar hacer una pregunta.
—¿Cómo logras lidiar con el trabajo y con él?
XiChen se sorprendió debido a que su hermano rara vez le hacía preguntas personales de ese tipo. Como buen hermano mayor intentó ser honesto.
—Hay prioridades en nuestra vida WangJi, debes elegir lo que creas mejor... en mi caso, creo que ahora no puedo lidiar con una relación, pero es porque mi prioridad es otra.
—¿Trabajo?
XiChen sonrió. —Mi familia.
Lan XiChen tenía demasiadas cosas en la cabeza, problemas del trabajo y ahora ayudar a su hermano que parecía estar en busca de ayuda aunque no lo dijera. Para el mayor, Lan WangJi era lo más importante en ese momento.
—¿Ahora me dirás lo que te sucede?
Lan WangJi desvió la vista, no sabía por dónde iniciar. Pero XiChen no lo presionaría, le daría el tiempo que fuera necesario.
Después de esperar unos minutos en un largo silencio llegó el desayuno de ambos, los hermanos Lan agradecieron y comenzaron a comer. XiChen miraba de vez en cuando a su hermano, parecía perdido en sus pensamientos, como si quisiera contarle algo.
Lo cual era cierto, Lan WangJi trataba de organizar sus palabras para decirle a su hermano algunas de las cosas que sucedieron anoche. Pero no sabía qué tanto decir sin terminar exponiendo a WuXian.
En ese momento una figura atravesó con velocidad la entrada del comedor, era QingXuan. El omega miraba directamente a Lan WangJi.
—¡No puedo creer lo que me hiciste WangJi-Xiong! ¡Jamás te creí capaz de algo como eso!
Lan WangJi lo miró alarmado, aparentemente QingXuan aún no notaba la presencia de Lan XiChen. El menor sólo había llegado para expresar su indignación sin revisar que había otros presentes.
—QingXuan... —Lan WangJi intentó detenerlo para evitar malos entendidos.
El rostro de Lan XiChen mostraba abiertamente su confusión por la escena. Lan WangJi debía detener al omega antes de que dijera algo más. Pero fue demasiado tarde.
—¡Nada de "QingXuan"! ¡Me dejaste en un club a media noche con Aguas Negras! ¡Aguas Negras! —Los ojos de XiChen se abrieron alarmados por aquella declaración, y fue aún pero cuando QingXuan agregó: —¡Te fuiste a quién sabe dónde con WuXian y ni siquiera me avisaste! ¡Eso nunca fue parte de nuestro trato! ¿Y sabes qué fue lo peor? ¡Terminé borracho y no recuerdo nada de lo que hice! ¡No es justo!
Lan WangJi suspiró resignado y cerró sus ojos, ya no tenía escapatoria.
La respiración de QingXuan era agitada debido a su larga queja, su cabeza aun punzaba debido a la resaca, pero eso no lo detuvo para gritarle al alfa. Sólo cuando escuchó el carraspeo a sus espaldas prestó atención a su alrededor. En cuanto vio al mayor de los Lan surgió una necesidad por huir. Miró de regreso a Lan WangJi que tenía una mirada fría, claramente molesto por su imprudencia.
—Yo... —QingXuan miró con ojos de cachorro a Lan WangJi, en voz baja susurró. —Lo siento...
El segundo Lan negó en señal de que ya no importaba, planeaba decírselo a su hermano, quizás no así. Por lo menos ahora sabía por dónde comenzar.
—QingXuan —XiChen sonrió un poco—, ¿Por qué no nos acompañas y comes algo?
El menor asintió, se dijo a sí mismo que no abriría la boca a menos que se lo pidieran, ya había causado bastantes problemas. Los hermanos Lan terminaron "tranquilamente" su desayuno, XiChen no tocó el tema, esperó pacientemente a que Lan WangJi iniciará con una explicación. Y así sucedió.
—Anoche me encontré con Wei Ying...
XiChen alzó levemente una ceja, era obvio que ya se sabía esa parte de la historia. Lan WangJi empezó a narrar cómo había acordado encontrarse con el omega, aunque no sabía que otro demonio estaría ahí. También explicó como QingXuan lo había convencido (amenazado) para acompañarlo. Claro que en su narración se omitieron algunas cosas que incluso QingXuan desconocía.
XiChen escuchaba atentamente, sólo hasta que su hermano terminó fue que habló.
—Ya veo... —la mirada del mayor se posó que el omega que estaba en silencio. —¿Qué sucedió en el tiempo que WangJi se fue?
QingXuan se encogió de hombros. —Casi no lo recuerdo, He Xuan me ofreció un trago, después bebí otro y otro... creo que vomité en cierto punto de la noche...
Lan XiChen suspiró. —Lo que hicieron fue muy arriesgado. Ambos.
Shi QingXuan y Lan WangJi asintieron ante las palabras de XiChen. Tenía razón, prácticamente habían confiado en dos demonios. El Lan había sido hipnotizado por WuXian mientras que QingXuan se había emborrachado hasta la inconsciencia con He Xuan presente.
—No volverá a suceder —dijo QingXuan aunque no estaba seguro de sus palabras. El omega miró al segundo Lan. —Y... ¿A dónde fuiste con WuXian?
Lan WangJi se tensó de inmediato, sabía que QingXuan iba a querer explicaciones de su abandono, y ahora su hermano también esperaba una respuesta de su parte.
—Fuimos a un lugar más tranquilo para hablar —no era una mentira, habían hablado... como diez minutos antes de empezar a comerse.
—Fueron a un hotel —bromeó QingXuan con una ceja alzada y una sonrisa ladina. Lan WangJi no respondió, cosa que logró formar una expresión de asombro en el omega. —¡Sí fueron a un hotel!, espera... ustedes... ¡Tuvieron sexo!
De nueva cuenta Lan WangJi no respondió, para los demás podría parecer como si quisiera conservar la duda, pero para los que lo conocían de tiempo era como si el alfa gritara "Sí" a todo pulmón.
—¡Por fin! ¡Se tardaron demasiado! —QingXuan parecía que estaba a punto de darle una tarjeta a Lan WangJi con la frase "felicidades" escrita.
XiChen intervino antes de que su hermano se fuera por la vergüenza, incluso podía ver las orejas rojas de Lan WangJi.
—QingXuan, creo que es suficiente —el alfa miró a Lan WangJi que le agradecía con la mirada.
—Un momento —QingXuan pensó en algo—, si te viste con WuXian... ¿Dónde está ahora? ¿No lo trajiste de vuelta?
Lan WangJi negó. —No lo obligaré a estar en un lugar que no quiera.
Lan XiChen ya esperaba eso, conocía bien a su hermano. Estaba seguro que WangJi cuidaría de ese omega incluso si resultara lastimado en el proceso, y esa idea no le agradaba en lo absoluto.
—Entiendo —QingXuan hizo un puchero—, de haber sabido lo hubiera saludado anoche.
—Supongo que querrán mantener en secreto el hecho de que salieron a buscarlo —XiChen miró a Shi QingXuan y Lan WangJi.
Ambos asintieron, si Jun Wu se enteraba que QingXuan había entrado a un club, cuando claramente lo tenía prohibido, lo más seguro es que volvería a ser castigado. Peor aún, si se enteraba que Lan WangJi se había encontrado con WuXian y había dejado su marca sobre él no dudaría en utilizarlo.
XiChen no diría ni una palabra, una vez tenía que elegir si estar del lado de Jun Wu o de su hermano. Era obvio que Lan WangJi tendría más peso en el asunto, siempre había sido así. Lan XiChen había prometido a su madre que cuidaría de él sin importar el costo.
El mayor de los Lan sentía que aún había cosas que Lan WangJi quería decirle, pero por ahora sería todo. Aún sin saber lo que ocurría estaba seguro de una cosa.
—Pareces feliz —XiChen casi podía ver un aura reluciente en su hermano.
El buen humor de Lan WangJi se debía a un sólo motivo y este en especial tenía nombre y apellido: Wei WuXian.
Lan WangJi no dijo nada, pero no pudo evitar alzar la comisura de su boca en lo pareciera ser el atisbo de una sonrisa.
—Estoy feliz —afirmó Lan WangJi después de beber su té.
Como no estarlo cuando había pasado la noche con su destinado y ahora compartían un lazo. Aunque no todo era color de rosas, en ese momento estaba ligeramente ansioso, podía sentir la necesidad de estar con Wei Ying, como si su omega le llamara. Pero debía conservar la calma y pensar en sus siguientes movimientos.
—¿Te dijo algo WuXian? —preguntó XiChen.
WangJi suspiró y confesó: —Fue inconclusa nuestra despedida...
De hecho sus términos no eran los mejores, pero eso aún nadie lo sabía.
Para cuando Jun Wu llegó las cosas estaban muy tranquilas en la ciudad y en la residencia, o eso parecía. Lo primero que hizo fue mandar a hablar a los hermanos Lan, debía exponer sus planes de los próximos días.
Ambos hermanos iban rumbo a la oficina del alfa, pero había algo diferente en el ambiente. XiChen miraba el rostro ligeramente pálido de su hermano, su postura era rígida y sus ojos parecían no prestar atención.
—¿WangJi? ¿Estás bien?
El segundo Lan no respondió, pero no era necesario, Lan XiChen lo leía a la perfección. Sólo había preguntado para motivar a su hermano a hablar. Hace unos días estaba feliz, pero mientras más avanzaba el tiempo la cosa empeoraba.
—Jun Wu nos espera —Lan WangJi esquivó a su hermano y apresuró sus pasos.
Sin darle tiempo a XiChen ambos llegaron hasta la oficina principal y tocaron dos veces para esperar el acceso. En cuanto entraron hicieron una leve inclinación y recibieron a Jun Wu, el alfa parecía satisfecho con ver a ambos hermanos Lan. Intercambiaron un poco de información de trabajos pendientes y las últimas noticias en ausencia del alfa.
Pronto la conversación terminó en un tema que Lan WangJi había estado evitando.
—¿Cómo ha ido la investigación de Wei WuXian?
Lan WangJi tenía un rostro estoico, su postura seguía siendo firme aún ante la mirada de Jun Wu. Su corazón latía de forma acelerada, parecía que saldría de su pecho.
—Salí a buscarlo —dijo el Lan con voz aparentemente tranquila.
XiChen le miró ligeramente asombrado por la declaración tan abierta. Nunca creyó que dirá eso, imaginaba que Lan WangJi daría respuestas generales o desviaría la plática, pero sorprendentemente no fue así. Sólo pudo permanecer en silencio y escuchar todo lo que su hermano diría.
Los ojos de Jun Wu se entrecerraron. —¿Obtuviste algo?
Lan WangJi jamás mentía, pero esta era la primera vez que la verdad se rehusaba a salir de su boca. Antes de pensarlo su voz se alzó. —No.
La respuesta era segura y sin titubeos, ahora XiChen estaba más que impresionado. Incluso para él sería difícil discernir entre la veracidad de esa palabra o el engaño. Con ello, supo que su hermano no se toma en juego el proteger al omega, sabía que la mayor amenaza de Wei WuXian estaba delante de ellos.
Jun Wu asintió. —Es una pena, sé que quieres recuperar a ese omega.
El Lan permaneció en silencio y bajó la mirada. Su rostro de dolor se hizo presente, sólo XiChen sabía que había algún secreto oculto detrás de esa cara.
—No te preocupes WangJi, pronto lo tendrás.
Las palabras de Jun Wu, sumado al tono de su voz llamaron la atención de ambos hermanos Lan.
XiChen pensó que era su momento de actuar. —¿Señor? ¿Ya tiene algo en mente?
—Así es, es por eso que los mandé a llamar.
Ambos Lan se miraron por una fracción de segundos. No sabían que tan bueno o malo era aquello. La parte negativa es que irían en contra del omega de Lan WangJi, pero la parte positiva es que podrían actuar desde adentro y cuidarlo de ser necesario, pero no era tan fácil como parecía. Debían ser muy cuidadosos.
—Organicé una reunión en el casino Corte Celestial, tendremos un poco de ayuda extra para terminar rápido con los problemas —informó el alfa mientras colocaba sobre su escritorio varios archivos sobre la próxima reunión—. Ustedes y Xie Lian me acompañarán, estarán al pendiente de los invitados, serán demasiados extranjeros en un solo lugar, necesitaré ojos por todas partes.
Los hermanos asintieron al comprender su papel en este nuevo trabajo. Ellos sólo serían vigilantes, Jun Wu se encargaría de manejar a los peces gordos.
—¿Y QingXuan? —preguntó XiChen. Si QingXuan estaba fuera de la jugada debía prepararse para el próximo drama.
—Tengo un trabajo diferente para QingXuan, pero eso será para después, nuestra prioridad será la reunión, es lo único que nos falta para obtener nuestro último recurso y así acercarnos a los demonios y cualquier otra rata que esté cerca.
Sin duda Lan WangJi debía escuchar esa reunión y para su suerte tenía un boleto en primera fila. Después de tener las últimas instrucciones ambos hermanos Lan se despidieron del alfa y salieron de la oficina.
En cuanto estuvieron fuera XiChen miró a Lan WangJi; su semblante permanecía decaído y la falsa máscara que había mostrado hace unos momentos empezaba a desmoronarse para mostrar su nerviosismo.
—WangJi, creo que nuestra posición es muy favorecedora —empezó a animar el mayor—, ya verás que todo saldrá bien.
Pero los ojos dorados seguían sumergidos en una tormenta oscura. Algo estaba carcomiendo al menor y XiChen no sabía lo que era.
—¿WangJi?
Cuando la mirada de Lan WangJi se alzó supo que su hermano estaba a punto de caer.
—Hermano, tengo algo que decirte.
XiChen asintió para alentarlo, pero antes de que hablara escuchó unos pasos acercándose. Era Ling Wen.
—Jóvenes Lan —saludó educadamente hacia ambos Lan.
Los dos alfas asintieron regresando cortésmente el saludo. En cuanto la beta se alejó XiChen miró a su hermano.
—Vayamos al jardín.
De camino ninguno dijo nada, esperaron pacientemente hasta llegar al bello lugar lleno de gencianas. Ambos Lan se acercaron un poco más a las flores, pasaron unos minutos antes de que Lan WangJi se animará a hablar.
Como siempre, las palabras no eran su fuerte, así que sólo pudo confesarse de forma honesta y directa.
—Yo... marqué a Wei Ying...
Al principio Lan XiChen no reaccionó, parecía que le había costado entender las palabras del Lan menor.
—WangJi... —eso fue lo único que pudo decir, no habían más palabras, simplemente estaba en blanco. De todo lo que se imaginó eso estaba muy lejos de su mente, siempre creyó que sería lo último que haría su hermano para lograr proteger a Wei WuXian.
Lan WangJi parecía preocupado, su rostro usualmente tranquilo mostraba una expresión de angustia y dolor. El alfa empezaba a desesperarse, jamás imaginó que su unión con el omega sería así.
—Algo no está bien —informó Lan WangJi—. Wei Ying, él... casi no lo siento, es como si nuestro lazo se debilitara.
—¿Qué?, pero la mordida es reciente.
Lan WangJi asintió. —No sé lo que está pasando —sus ojos dorados expresaron su miedo y su voz temblaba un poco—. Estoy preocupado por él.
Lan XiChen suspiró, ese no era el mejor momento. Jun Wu estaba muy alerta, no podían actuar y levantar sospechas.
—WangJi tranquilo, te ayudaré a buscarlo, por ahora debemos ser discretos. Jun Wu está aquí, no lo olvides.
Lan WangJi asintió pero aún se sentía demasiado preocupado, al principio de los días sólo sentía una desagradable sensación de lejanía. Su alfa interno exigía reunirse con su pareja, era casi doloroso. Pero esa mañana fue peor; su vínculo con WuXian era confuso, como si no obtuviera información del otro extremo, como si... no hubiera nada.
El alfa interno del segundo Lan estaba hecho un caos, el único motivo por el cual no había salido a buscarlo es que aún en la bruma podía sentir el vínculo intacto. No es como si se hubiera roto, más bien sólo se había ocultado. Era extraño, no lo comprendía.
Sólo tenía clara una cosa, necesitaba ver urgentemente a Wei WuXian.
El casino Corte Celestial estaba rebosante de la vida nocturna, personas de alta sociedad y élite entraban poco a poco en el lujoso lugar. Algunas áreas ya habían iniciado con las típicas actividades de apuesta mientras que otras parecían estar muy tranquilas.
XiChen miró una vez más a su hermano que se encontraba a su lado, lucía desorientado y con la mente muy lejos de ahí.
El mayor intentó llamar su atención. —Encárgate de la sala donde esté Jun Wu, así podrás escuchar todo. Xie Lian y yo nos ocuparemos del resto. ¿De acuerdo?
Lan WangJi asintió, esa noche debía concentrarse en su trabajo. Tendría que ignorar el dolor en su pecho y prestar toda su atención en la reunión. Cada pista y dato sería útil para mantener a salvo a su destinado. No podía darse el lujo de cometer un error.
El mayor de los Lan observó como su hermano partía en dirección de la habitación donde ya se encontraba Jun Wu recibiendo a sus invitados. Suspiró implorando para que Lan WangJi obtuviera alguna información valiosa esa noche y así pudiera estar más tranquilo.
—¿Está bien WangJi? —Xie Lian se había aproximado a XiChen, el omega notó el comportamiento tan decaído del segundo Lan, imaginaba que se debía a que Lan WangJi aún no podía recuperar a Wei WuXian.
Xie Lian tenía un poco de razón, pero no era toda la verdad. Aunque eso no se lo dirían, mucho menos XiChen. Si alguien en la residencia se enteraba del vínculo de Lan WangJi con WuXian sería porque su hermano lo diría personalmente.
—Él estará bien —trató de tranquilizarlo el alfa—, ahora hay que concentrarnos en nuestro trabajo.
El omega asintió, ambos observaron la entrada por un tiempo para analizar a las personas que iban llegando, después se dividirían y harían rondines en cada una de las áreas del casino.
Además de los rostros familiares había personas nuevas y llamativas, sin duda era fácil diferenciar a los negociantes de Jun Wu. Eso facilitaba demasiado su labor, después de todo los extranjeros siempre resaltaban a dónde fuera que llegaran.
XiChen veía a cada uno de los individuos que entraba, estaba a punto de alejarse cuando una llamada inesperada surgió. Era Nie MingJue, cada vez que ese hombre llamaba significaba problemas. XiChen contestó en seguida, implorando para que no fuera nada de lo que estaba imaginando.
—Habla XiChen —el alfa notó la mirada del Xie Lian sobre su persona, como si sintiera las malas noticias desde ese momento.
—Te tengo no muy buenas noticias —informó sin rodeos el Nie—. Me acaba de llegar información que tal vez no te agrade.
XiChen cerró los ojos con molestia al ver que esa noche empezaba a complicarse a pesar de que ni siquiera era media noche.
—¿Qué tan mala es?
—Depende, ¿Qué tan malo es que un demonio se haya infiltrado en el casino?
XiChen suspiró al escuchar aquello, cada vez que esos sujetos parecían todo terminaba en catástrofe. —Es muy malo.
—Bueno, pues te aviso que son tres.
Todo iba de mal en peor, XiChen observó a más personas entrar en el lugar. Debía pensar rápido.
—¿Sabes cuáles demonios vinieron?
—Me temo que no cuento con esta información, apenas me enteré que tenías invitados extras. Incluso a mí me sorprendió, Jun Wu fue muy discreto con la reunión, muy pocos están enterados de que Dragon Blanco estará en la Corte Celestial esta noche.
El Lan tenía dos pensamientos en ese momento. Uno en el que quería creer que Wei WuXian estaba en el lugar, así podría avisarle a su hermano y resolver su decadente estado de ánimo. Pero otra parte le recordaba que los demonios posiblemente tendrían ya todo planeado. XiChen agradecía a MingJue, de no ser por él seguirían a ciegas.
—Está bien, es mejor saber que están aquí a ser tomados por sorpresa. Gracias por la información.
MingJue le restó importancia al agradecimiento. —Ahora todo queda en los colmillos, suerte.
La llamada terminó, Xie Lian se acercó en menos de un segundo, desde que miró las expresiones de XiChen supo que había problemas.
—¿Quién era? ¿Qué sucedió?
—No hay tiempo para explicaciones, debemos separarnos, tenemos tres invitados más.
Xie Lian se sorprendió, pero asintió enseguida. —¿A quién buscamos?
XiChen le miró directamente. —Tres demonios.
La respuesta logró hacer que los ojos del omega se abrieran grandes. Pero muy en el interior surgió una nueva emoción. Su adrenalina parecía haber subido de golpe.
El alfa miró la hora e hizo un cálculo para ver el tiempo que les tomaría registrar todo el lugar.
—Revisaré las plantas inferiores, tú ve a la zona de juegos.
—¿Le avisaremos a Jun Wu?
XiChen tenía el deber de decir que sí, pero sentía que era arriesgado, primero quería asegurarse de encontrar a WuXian para avisarle antes que nadie a su hermano. Por lo que al final negó ante la pregunta.
—No, primero ubiquémoslos, si los invitados se llegan a enterar se haría un escándalo, debemos ser lo más discretos posibles.
Xie Lian entendió a lo que se refería el Lan, incluso pensaba igual. Así que sin más se despidió para separarse e ir por su camino.
—Ten cuidado —fueron las últimas palabras del omega antes de alejarse por completo y desaparecer de la vista de Lan XiChen.
El alfa no perdió el tiempo y empezó con su propia búsqueda, empezó a revisar cada una de las salas inferiores, pero todo lucía demasiado tranquilo. El ambiente de hecho era más ligero de lo usual, habían pocas personas si lo comparaba con otros días.
La zona del bar estaba en calma, podía ver meseros yendo de un lugar a otro para ofrecer bebidas a algunos jugadores. La barra empezaba a llenarse, se notaba que la noche recién iniciaba.
XiChen estuvo a punto de abandonar la sala para ir a la siguiente cuando sintió una presencia a sus espaldas. Antes de reaccionar la punta de un arma presionó su espalda baja.
—Ni un paso más Lan, o disparo.
Esa voz extrañamente la recordaba muy bien.
—Jiang WanYin... —XiChen giró lentamente su rostro para verle.
Estaba impresionado, ni siquiera lo había visto acercarse. Le sorprendía la facilidad que tenían los demonios para infiltrarse sin ser detectados. Incluso sentía cierta fascinación, como si el hecho de encontrar un reto le hiciera feliz.
—Una vez más tenemos la suerte de encontrarnos —dijo el alfa mirándolo fijamente.
—Tu concepto de suerte es muy diferente al mío.
Lan XiChen escaneó al omega, ahora no estaba bajo luces tenues y de colores como la vez pasada. Realmente podía delinear perfectamente el agraciado rostro; la piel tenía un aspecto jovial y brillante, y los rasgos estaban bien proporcionados, siendo la cereza del pastel los fieros ojos que lo mataban y enterraban vivo varias veces.
—¿Puedo saber qué hacen los demonios aquí?
—No, no puedes.
XiChen miró disimuladamente a su alrededor, parecían que el resto del casino estaba en orden y nadie notaba la escena que se estaba llevando a cabo.
Si la información de MingJue era cierta entonces debía haber más demonios por la zona. Ya había encontrado uno, faltaban dos. Se preguntaba cómo estaría Xie Lian.
—¿WuXian también vino esta noche? WangJi se pondrá feliz de ser así.
—Deja de hacer preguntas o juro que disparo.
El mencionar a su hermano parecía que había puesto muy de malas de Jiang WanYin. El tono hosco del omega, lejos de asustarle o molestarlo era divertido para Lan XiChen. Con este segundo encuentro podía ir descubriendo que la personalidad del omega era fuerte y muy agresiva. Él no hacía bromas o comentarios atrevidos como WuXian para sacarte de quicio, no, Jiang WanYin hablaba a manera de advertencia con intenciones de herir y matar.
XiChen sonrió. —En ese caso podría yo responder alguna duda si gustas.
—No tengo. Gracias.
—Tu 'gracias' parece más un 'muérete'.
—Me alegra que lo entiendas, ahora cállate y guíame hasta el centro de cámaras.
XiChen sintió que el arma se presionaba más a su cuerpo. Al final asintió y empezó a caminar, muy de cerca le seguía el omega sin dejar de apuntarle.
En realidad esto era mejor de lo que pensó, si se alejaban de las personas podría poner resistencia e invertir los papeles, sólo necesitaba estar en un lugar más privado y hacer su movimiento y listo, tendría a un demonio en sus manos.
Xie Lian sintió que por una vez en la vida su suerte no fue tan mala, o quizás sí lo era.
En cuanto ingresó a la primera sala miró la singular figura de un hombre vestido de rojo junto a la mesa de la ruleta. Parecía que estaba llamando la atención pues varias personas estaban reunidas a su alrededor mirándolo jugar.
Xie Lian se acercó de forma silenciosa, quería evitar que el alfa lo viera, pero pareció que fue imposible. La mirada oscura se posó en su figura en cuanto estuvo a unos cuantos pasos de distancia. El omega sintió una corriente recorrer su cuerpo, tenía la sensación de peligro en cada poro de su piel. Eso hizo que reaccionara de forma inconsciente y le apuntara justo en la cabeza con su arma sin importarle ser visto por el resto de personas en el lugar.
Todos se apartaron en cuanto notaron como uno de los famosos colmillos, también llamado por muchos Príncipe Heredero, amenazaba de esa forma al enigmático hombre de traje rojo.
—Te pido que no intentes nada —la voz del omega era firme pero su tono de educación seguía presente.
Hua Cheng sonrió al omega, parecía relajado a pesar de ser amenazado. —Haré todo lo que Gege quiera.
Xie Lian frunció su ceño al no ver ninguna otra reacción por parte del alfa. Recordó que estaba frente a varias personas, pero aún así permaneció apuntando con su arma. No lo dejaría escapar por nada del mundo, no otra vez.
—San La- Hua Cheng... —se corrigió en seguida mientras se acercaba más al alfa, situándose prácticamente a su lado.
—Prefiero que tú me digas San Lang.
En este punto el juego ya se había detenido y varias personas empezaban a alejarse.
—¿Y ese es tu verdadero nombre?
Xie Lian sólo estaba haciendo tiempo para saber qué hacer con el demonio. Una parte de él había deseado encontrarse con el alfa, pero lo creyó poco probable. Ahora teniéndolo de frente dudaba qué hacer con él.
—Este siempre ha sido mi nombre cuando se trata de Gege.
—Deja de burlarte de mí.
La sonrisa de Hua Cheng desapareció, su rostro era serio y su mirada intensa se posó sobre el omega, logrando que Xie Lian diera un respingo por el cambio en el ambiente.
—Jamás haría algo como eso.
Xie Lian sentía demasiado peso en cada una de las palabras de Hua Cheng, su omega interno parecía responder poco a poco. La sensación era nueva, estaba tan acostumbrado a no sentirlo que cuando se presentaba se desconocía totalmente.
—¿Por qué estás aquí?
Al igual que su primer encuentro el alfa no hizo ningún amago por atacar o siquiera por levantarse de su lugar. Hua Cheng recuperó su sonrisa, apoyó sus codos en la mesa para poder recargar su rostro en sus manos. Mostraba un aspecto divertido, cosa que ponía algo nervioso a Xie Lian.
—Te daré algunas opciones y tú intentarás adivinar —Hua Cheng alzó un dedo—. La primera; vine por ti porque quería verte, o la segunda; quería gastar algo de dinero en el casino de Jun Wu. ¿Cuál crees que es la verdadera?
Xie Lian lo contempló intentando descifrar al enigmático hombre. Sentía que se estaba burlando de él. Los ojos del omega bajaron a la mesa, en el área del alfa habían varias fichas del valor más alto, las cuales demostraban su buena suerte. De ser Xie Lian quien jugara no tendría ninguna en ese momento.
—En vez de gastar dinero parece que estás ganando —dijo refiriéndose a todo el dinero que ya había acumulado.
—Supongo que la suerte me acompaña esta noche —respondió sonriendo al omega.
No sabía por qué, pero Xie Lian sentía que ese alfa siempre dejaba alguna clase de mensaje oculto en cada una de sus oraciones. Malamente el omega aún no lograba entender ninguno.
—¿Te importaría bajar tu arma Gege? Prometo portarme bien.
—Disculpa, pero no puedo hacer eso... —Xia Lian sintió una extraña vergüenza. No sabía el motivo de esa peculiar sensación, en su lugar sólo fingió no ser afectado.
Hua Cheng se encogió de hombros como si la negativa del omega hubiera estado bien para él. —Gege no debe disculparse.
Xie Lian lo observo; la piel pálida del alfa y el cabello negro como tinta junto con su encanto natural y atrayente hacían que el omega desvariara un poco. Apenas podía notar lo feliz que estaba su omega interno por ver al alfa. Una vez más su instinto lo llevó a olfatear en dirección de Hua Cheng, pero como resultado no obtuvo nada.
—San Lang... —el omega no estaba seguro de porqué le llamó, pero antes de pensarlo el nombre ya había brotado de sus labios.
Tal como esperaba el alfa le miró de forma tranquila y con su típica sonrisa.
—¿Sí?
—Yo... —no sabía que decirle.
Ya había atrapado a uno de los demonios, pero... ¿ahora qué?
—Gege, tengo entendido que Jun Wu está aquí esta noche —Xie Lian miró al alfa escuchando atentamente sus palabras—, ¿Crees que pudiera hablar con él?
El omega lo miró incrédulo, pensaba que Hua Cheng se estaba entregando en charola de plata. Llevarlo con Jun Wu marcaría su final.
—¿Qué pasa si me opongo? —aunque no sabía porque lo estaba haciendo. Por primera vez sintió claramente como su omega se negaba a llevar al alfa delante de Jun Wu.
—Si Gege no quiere hacerlo lo aceptaré, pero debo aclarar que si no lo hago yo alguien más lo hará.
Xie Lian recordó algunas palabras de XiChen. Y es que Lluvia Carmesí no estaba solo esa noche.
—¿Te refieres a los otros dos demonios?
—Parece que Gege está enterado de que hay más de nosotros aquí... pero temo informar que el número es erróneo.
El omega se sorprendió por la nueva información, algo en su mente le decía que debía avisar a Jun Wu, pero su omega interno suplicaba por no hacerlo. Al final Xie Lian intentó hacer lo correcto omitiendo a su omega y guiándose por la razón.
—Está bien, te llevaré con él.
Xie Lian miró la sonrisa triunfante en el rostro de Hua Cheng, se preguntaba si estaba cometiendo un error. Esperaba que a XiChen le estuviera yendo mejor que a él.
Chapter 25: Capítulo 24. Demonios.
Chapter Text
Jiang Cheng empujó al alfa para que avanzara con más velocidad, por fin habían dejado el bullicio de las personas atrás, ahora estaban en zonas exclusivas del personal. Los ojos del omega vigilaban cada movimiento que hacía el Lan. Debido a corta distancia podía sentir el fuerte aroma del alfa picar en su nariz, parecía ser pino, pues la primera sensación que le daba era la de estar en medio de un bosque en las montañas. Era un aroma penetrante pero refrescante al mismo tiempo.
El omega sacudió su cabeza al ver como sus pensamientos divagaban, pero extrañamente le era difícil concentrarse. Solamente después de aspirar una gran bocanada de feromonas del alfa por fin entendió lo que el Lan había estado haciendo.
Jiang Cheng presionó su arma con fuerza al notar como el alfa había estado soltando sus feromonas a montón de forma intencional para distraerle. Era obvio que por su naturaleza el Lan tendría cierta influencia en él. Detestaba eso.
—¡Maldito! —gritó furioso al ver como su cuerpo malamente reaccionaba a las feromonas como era esperado. Después de todo seguía siendo un omega.
En ese instante Lan XiChen giró y golpeó su brazo para arrebatarle el arma. Debido a lo aturdido que estaba el omega no pudo alcanzar a esquivarlo. Pero Jiang Cheng siempre tenía un plan B.
Moviéndose ágilmente y aprovechando su tamaño más pequeño se acercó y arrebató el arma del cinturón que Lan XiChen había visto incluso antes de acercarle. XiChen mostró sorpresa por lo rápido que actuaba el Jiang, pues a pesar de haberlo distraído este había logrado emparejar la balanza una vez más. Al principio había pensado en sólo quitarle el arma al omega para tener dos en su poder y dejarlo indefenso, pero aparentemente Jiang WanYin ya tenía eso previsto.
Así que ahora sólo estaban con el arma del contrario apuntándose mutuamente.
—¡Eres un maldito, te atreviste a usar tus feromonas! —gruñó con total desagrado el omega.
XiChen le ofreció una sonrisa de falsa amabilidad. —¿No dicen que en la guerra y en el amor todo se vale?
El tono "inocente" que utilizó el alfa sólo logró enfurecer más a Jiang Cheng.
—Si quieres jugar sucio, que así sea.
—Nunca consideré jugar limpio con un demonio.
A pesar de que ambos sostenían un arma ninguno tiró del gatillo, sólo comenzaron una lucha cuerpo a cuerpo para desarmar a tu contrincante, o al menos eso parecía.
Pronto una dulce fragancia de lotos se esparció por la zona, Lan XiChen cubrió su nariz y miró al omega. El Jiang no contuvo su sonrisa de triunfo, dejando en claro que dos podrían jugar el mismo juego.
Aprovechando el revuelo, Jiang Cheng se acercó al cuerpo del contrario para atacar. Lan XiChen le tomó de la cintura para levantarlo en el aire como si con eso pudiera mantenerlo alejado. Nunca esperó que el omega utilizara sus piernas para envolverle del cuello y así tomar impulso para librarse de su agarre, de paso también arrojarlo al suelo.
El duro impacto logró que XiChen gruñera por el dolor. Ambos tomaron distancia mientras se levantaban, sus armas de fuegos habían caído y estaban lejos de los dos, pero eso parecía no importarle a ninguno.
—Tu estilo de pelea es mejor que el de WuXian —comentó el alfa con honestidad.
Jiang Cheng bufó pero se podía ver una ligera sonrisa en sus labios. —Mi hermano es un vago que no se toma en serio los entrenamientos, pero incluso él podría patear tu trasero.
XiChen recuperó la compostura y sonrió. —Sin duda saben defenderse bien.
De nueva cuenta iniciaron un intercambio de golpes, en ocasiones el Jiang se veía retenido por algún movimiento, pues la fuerza bruta del Lan lo sobrepasaba, pero no duraba mucho ya que pronto recuperaba su libertad.
Todo el espectáculo empezaba a fastidiarlo, por lo que buscó entre sus ropas y encontró una de las agujas que había guardado con tanto recelo.
Sólo esperó lo suficiente para poder lanzarla. Él no era como Wei WuXian que fingía ignorancia y se metía en un papel para acercarse a sus presas y clavar su veneno. Jiang Cheng no tenía cara para eso, él era directo e intentaba acabar con su enemigo sin ningún miramiento o engaño.
La aguja salió volando en la dirección del alfa, pero este alcanzó a esquivarla, dejando que esta se clavara e incluso agrietara la pared.
—Casi —dijo XiChen mirando al omega, como si lo motivara a lanzar otra aguja.
—La siguiente no fallará —dijo enseguida el Jiang—. Así tenga que romperte las piernas voy a clavar una aguja en tu cara.
Jiang WanYin debía de reconocer una cosa; podía ser muy hábil peleando y su puntería con armas de fuego era espléndida. Pero la técnica de agujas de su madre en realidad no era su fuerte, incluso WuXian era aún más hábil en ello. El Jiang nunca lograba precisar bien su fuerza y dirección para arrojar las agujas, por eso siempre prefería disparar con un arma antes de lanzar un cuchillo o algo parecido.
Pero si Jiang Cheng decía que la siguiente no fallaría es porque así sería.
Hua Cheng miró de reojo al bello omega que le apuntaba con su arma mientras caminaban. El simple hecho de poder respirar la fragancia de las flores silvestres que desprendía Xie Lian hacía que el ir esa noche al casino valiera la pena para el alfa, cada segundo era un paraíso efímero que disfrutaba sin pena alguna.
La última vez que supo del omega es que había sido herido, aunque ahora lucía fresco y sin ninguna señal de molestia, lo que representaba que sus heridas debían de haber sanado ya. El fino perfil de Xie Lian era perfecto, la simetría y proporciones de su rostro casi irreal. Y lo mejor para Hua Cheng es que era su destinado, el omega más hermoso del jodido mundo era su pareja por destino. No podría decir que era suyo en totalidad, pues jamás podría aprisionar al omega, pero si era lo suficientemente egoísta para presumir de su suerte por emparejarlo con él.
—San Lang... ¿podrías dejar de mirarme? —las mejillas del omega estaban ligeramente pintadas.
Y es que Hua Cheng no había disimulado en ningún momento su gusto por apreciar al omega.
El alfa rio suavemente. —¿Te incomoda Gege?
Xie Lian aclaró su garganta como si buscara ganar tiempo con ello. —No me incomoda...
Hua Cheng no puedo reprimir su sonrisa de satisfacción. Amaba lo honesto que podía ser el omega, aunque se notaba que le costaba decir tales palabras.
—Entonces continuaré mirándolo.
—Sólo creo que deberías concentrarse en cosas más... importantes...
Esta vez la mirada del alfa perdió todo rastro de diversión, como si las palabras recientes le ofendieran.
—¿Qué podría ser más importante que Gege?
Xie Lian lo miró rápidamente, parecía incrédulo por todas las cosas que Hua Cheng decía. El omega terminó bajando su arma para ocultar su rostro entre sus manos.
—San Lang deja de decir cosas así...
Hua Cheng apreció lo fácil que era poner nervioso al omega. Desde que tenía memoria Xie Lian no tenía la cara para aceptar halagos, en su infancia siempre desviaba el tema o fingía no escuchar. Le alegraba ver que ese aspecto aparentemente aún no había cambiado, el omega que conoció y del que se enamoró siempre sería el mismo ante sus ojos.
No importaba que otras cosas hubiera hecho el tiempo que estuvieron alejados, para él, Xie Lian seguía siendo Xie Lian.
—Pensé que Gege estaba acostumbrado a los cumplidos —respondió Hua Cheng con media sonrisa.
—San Lang no parece alguien que diga muchos cumplidos.
—En eso tienes razón —el alfa lejos de dar cumplidos al resto de personas, más bien las ignoraba y omitía su existencia, pues nadie era tan relevante para dar un halago. Nadie excepto el omega de su lado. —Sin embargo, Gege se los merece.
"Todos y cada uno de ellos" pensó con un brillo en su mirada.
Inconsciente ambos habían caminado lado a lado sin la necesidad de que Xie Lian le "amenazara", parecían tan cómodos, como si ya lo hubieran hecho mil veces antes.
Hua Cheng detuvo sus pasos al notar que Xie Lian se había frenado para mirarlo con curiosidad.
—San Lang... ¿Nos hemos visto antes?
El alfa sintió su pecho agitarse, el brillo en su mirada quizás le iba a delatar, pero su felicidad era incapaz de ser retenida.
—¿Por qué lo preguntas Gege?
Xie Lian abrió la boca, pero después la cerró, como si se arrepintiera. Al final negó. —Por nada... será mejor que te lleve con Jun Wu.
El omega apresuró su paso y evitó la mirada del alfa. Hua Cheng suspiró, pero le siguió fielmente.
El alfa fue guiado hasta una de las habitaciones más alejadas del casino, había varios guardias por la zona que sólo bajaban la cabeza cuando veían a Xie Lian, parecía que aún no se percataban del singular acompañante que seguía al omega. Más bien no sabían de quién se trataba.
Una vez frente a unas grandes y blancas puertas el omega se dirigió al guardia que parecía vigilar.
—Joven Xie Lian —el hombre de seguridad que esperaba fuera de la habitación se inclinó con respeto ante el omega cuando lo vio llegar.
—Necesito entrar —anunció Xie Lian.
El guardia hizo un ligero gesto como si se estuviera debatiendo mentalmente. —Joven, temo informarle que la reunión del jefe ha iniciado hace cuarenta minutos, interrumpir ahora sería una muy mala idea.
Xie Lian miró a Hua Cheng, el alfa sólo se encogió de hombros, como si el hecho de ver a Jun Wu realmente no le interesara tanto.
Pero la mirada del omega era decidida. —Es muy importante —expresó, al ver que los hombres no cedían agregó: —Vengo acompañado de Lluvia Carmesí.
En cuanto el joven dijo esas palabras Hua Cheng sintió como todos los hombres presentes posaban sus ojos sobre él y le miraban con temor, y honestamente, también asombro.
Casi como si Xie Lian hubiera dicho alguna clase de palabra maldita todos tomaron sus armas y apuntaron al alfa. Hua Cheng no reaccionó, sólo los miró como si se tratara de una mosca insignificante. Pero al contrario de él, el rostro de Xie Lian parecía tenso, de forma disimulada se acercó más al alfa.
—Vamos —presionó el omega, sus ojos se volvieron más fríos y su tono de voz se endureció—. Abran las puertas, no tengo mucho tiempo.
Esa faceta amenazante de Xie Lian fue más que suficiente para que los guardias terminaran accediendo y abrieran las puertas sin reparos.
Pronto la entrada quedó libre mostrando el interior, el omega inclinó la cabeza para indicarle al joven de saco rojo que avanzara. En cuanto ingresaron pudieron ver a lo lejos una mesa donde varias personas reposaban. Algunos reían mientras levantaban su trago mientras que otros tenían una expresión más seria, como Jun Wu.
Hua Cheng intuía que ese tipo de reuniones con personas ajenas a lo acostumbrados solían ser 2% conversaciones importantes y el otro 98% cosas sin sentido. Por la cara de pocos amigos de Jun Wu estaba seguro que ese era el caso.
El alfa no resistió sus ganas de burlarse por lo que sonrió ladinamente mientras hablaba para llamar su atención.
—Buenas noches caballeros —dijo Hua Cheng levantando la voz para que todos le vieran—. Lamento interrumpir su importante reunión.
El poco alboroto del lugar terminó por extinguirse, todos estaban concentrados en los nuevos recién llegados.
La mirada de Hua Cheng escaneó toda la zona para ver con lo que se estaría enfrentando. La amenaza más grande era Jun Wu, quien tenía una fría mirada sobre él. Las otras personas en la mesa le tenían sin cuidado, en cuanto a los guardias serían una molestia pero nada de que preocuparse. Y por último estaban los dos colmillos; además de Xie Lian, pudo ver en un extremo de la habitación estaba Lan WangJi. Pero algo le decía a Hua Cheng que esos dos no harían nada en su contra realmente.
—¿Quién es este joven? —preguntó uno de los hombres en la mesa—. Reconozco al joven Xie Lian, pero el otro...
Los puños del alfa se apretaron. Jun Wu no quitaba su mirada del de traje rojo. —Ese es-
—Hua Cheng —interrumpió—, supongo que han oído hablar de mi —lo último lo dijo con burla mirando a Jun Wu.
Hua Chen tenía entendido que la reunión de ese día era justamente sobre los demonios, por eso era obvio que todos esos hombres debieron de haber escuchado su nombre mínimo una vez. Todos los presentes le miraron sin poder creerlo, sus ojos viajaban del joven alfa hasta Jun Wu. Su comportamiento era comprensible, después de todo la reunión era para encontrar a los demonios y acabar con ellos. Nunca esperaron que llegara uno en charola de plata a presentarse esa noche.
Aún con todo el asombro, había una cosa que Hua Cheng estaba disfrutado de sobremanera, y era la expresión en el rostro de Jun Wu, la cual mostraba total desagrado al ver la cercanía entre Xie Lian y Hua Cheng.
—Xie Lian, aléjate de él —la voz grave resonó en la habitación.
Xie Lian miró a su lado, Hua Cheng pudo percibir como dudaba ante las palabras del mayor.
—Xie Lian —repitió Jun Wu.
Hua Cheng tuvo la osadía de tomar un mechón de cabello del omega para acercarlo a su rostro y oler la fragancia que desprendía. No le gustaba la dureza con la que Jun Wu le había hablado a su Gege, pero tampoco estaba ahí para causarle problemas al omega.
—Gege puede estar tranquilo, yo estaré bien —dijo en un murmuro para el omega.
Xie Lian parpadeó rápidamente como si apenas comprendiera la situación y empezó a alejarse de forma lenta hasta donde se encontraba Lan WangJi.
Hua Cheng se movió con tranquilidad por la sala y avanzó hasta llegar a la mesa donde todos estaban. El joven alfa llegó hasta un asiento vacío y recorrió la silla. —Me sentaré si no es mucha molestia.
Todos estaban en silencio y a la expectativa, esperando a que Jun Wu dijera u ordenara algo. Si las miradas mataran, Hua Cheng ya hubiera muerto desde que puso un pie en la habitación.
Jun Wu por fin habló. —Debo admitir que tienes valor para venir a interrumpir esta noche y dar la cara.
Hua Cheng no abandonó su expresión de confianza. —Sólo deseaba ver a alguien —desvió su atención a Xie Lian, quien no dejaba de verlo—, ya lo hice, así que ya me voy, pero antes quería decir algunas palabras.
La forma de actuar de Hua Cheng estaba provocando deliberadamente a Jun Wu, de hecho, parecía que eso buscaba con tanto ahínco.
Jun Wu afiló su mirada. —Ten cuidado, porque podrían ser las últimas...
Hua Cheng respondió con una sonrisa ante la obvia amenaza. —Lo dudo mucho —el alfa observó como todos en la mesa tenían alguna bebida al frente, incluido Jun Wu, aunque parecía que este no había bebido ni un poco—. No mentiré, te quiero muerto, pero ese no es un secreto, incluso todos tus socios te quieren muerto para apoderarse de tu poder.
Las palabras del joven hicieron que los rostros de todos los socios presentes parecieran escandalizados, sin embargo, Jun Wu no reaccionó ante esa provocación.
Hua Cheng agregó: —Pero alguien más me está causando problemas y creo que a ti también.
Jun Wu ya no dejó que el joven siguiera hablando. —Mi mayor problema lo tengo enfrente, pero esta noche se termina.
Un momento después el alfa ya estaba apuntando con su arma al de ropas rojas.
Hua Cheng suspiró. —Supongo que hasta aquí termina nuestra conversación.
De un jaló tomó a uno de los hombres para cubrirse cuando escuchó la detonación del arma. Una vez que se detuvieron arrojó el cuerpo lejos y se ocultó para evitar una herida. Apenas estaba pensando que movimiento hacer cuando la puerta fue abierta con agresividad y una lluvia de balas ingresó en la sala.
Eso no estaba en plan.
Hua Cheng miró en dirección de Xie Lian con preocupación, pero el omega ya estaba oculto y preparando su arma para disparar. Sonrió por las rápidas reacciones de su Gege y después regresó su atención al frente. La mesa donde estaba Jun Wu había sido volcada para protegerlo a él y a sus socios de las balas, además de que más guardias habían llegado, aunque estos caían con rapidez.
"Inútiles" pensó Hua Cheng.
Los hombres que atacaban no tenían buena puntería realmente, debían de disparar dos o tres veces para dar en un objetivo, quien haya mandado el ataque usaba personas torpes para ejecutarlo. Además de que la intromisión tan abrupta era debido a un plan hosco y casi desesperado.
Lo único que no podía dejar de pensar Hua Cheng es que aparentemente no sólo los demonios sabían de la reunión de Jun Wu esa noche. Alguien más había decidido interferir, y esa persona debía ser la misma que les había atacado en veces pasadas. Hua Cheng empezaba a irritarse más.
Mientras ocurría el intercambio de balas se preguntaba dónde estaba el maldito de He Xuan cuando le necesitaba.
Casi como si lo invocara una bomba de humo detonó en la sala. Era justo lo que había estado esperando.
No se contuvo más para salir de su escondite y entrar en acción, en el proceso desarmó a uno de los hombres y disparó a unos cuantos. Pronto detectó en su campo de visión una figura conocida que también disparó a uno de los causantes de tanto alboroto. Era He Xuan.
Hua Cheng le miró y asintió con la cabeza, seguido de eso disparó a más hombres. Cabía aclarar que solo había eso porque no quería que Xie Lian ensuciara sus manos con esa basura, de no estar el omega ahí desde hace mucho se hubiera largado.
El manto de humo poco a poco mermó, y los hombres que recién habían llegado para atacar ahora estaban muertos. Detrás de la mesa volcada había varios cuerpos sin vida, aunque extrañamente ninguno tenía ninguna herida de bala.
—Pueden agradecer después —dijo Hua Cheng.
Jun Wu miró a los dos demonios que estaban en la puerta, Hua Cheng hizo un gesto como si se despidiera para después empezar a correr lejos junto con He Xuan.
La mirada de Jun Wu fue hasta los dos colmillos de la habitación.
—Tras ellos.
Xie Lian y Lan WangJi asintieron mientras salían con rapidez del lugar.
Jiang Cheng esquivó al alfa, no podía creer lo insistente que era el Lan. Maldecía lo bueno que era para luchar, pero no esperaba menos de uno de los colmillos.
Varios hombres ingresaron en el pasillo en el cual Lan XiChen y Jiang WanYin intercambiaban golpes. Su presencia alertó tanto al alfa como al omega.
El Jiang bufó con fastidio al ver que una multitud se acercaba. —Así que llegaron tus refuerzos.
Pero la expresión del Lan era de total desconfianza. —No son mis hombres.
—¿Qué? —Jiang Cheng miró como los hombres de enfrente sacaban sus armas y comenzaban a disparar a ambos—. Lo que faltaba.
El omega necesitó olvidar su pelea para cubrirse de las balas detrás de una columna, el alfa había imitado sus acciones ocultándose junto con él.
—Parece que nos quieren muertos a los dos —susurró el alfa buscando con la mirada las armas que reposaban en el suelo—. ¿Te parece si dejamos lo nuestro para después?
—Desde ahora te aviso que no cuidaré tu trasero —aclaró el Jiang antes de lanzarse para recuperar su arma.
El omega sólo pensaba en librarse de todos los hombres para ir al centro de cámaras y terminar con su tarea.
Olvidando su pelea de hace unos segundos con el Lan empezó a disparar acertando a cada objetivo. XiChen no se quedó atrás y comenzó a derribar uno a uno.
El alfa notó como uno de los hombres se acercaba por la espalda del omega. Sin dudar alzó su arma y tiró del gatillo, el cuerpo pronto cayó al suelo sin vida. Cuando giró su cuerpo para seguir enfrentándose al resto miró como un arma ya estaba apuntándole, por un segundo pensó que no alcanzó a esquivar el ataque. Apenas parpadeó cuando una aguja ya se encontraba clavaba en la frente del hombre.
Los ojos del alfa terminaron en el omega. Jiang Cheng levantó su barbilla con indiferencia, su mirada era orgullosa.
—Te dije que no fallaría la próxima vez —quizás su objetivo había cambiado, pero la aguja había dado junto en el blanco.
XiChen no pudo evitar sonreír por su comportamiento, pero no tuvieron tiempo para hablar. Aún quedaban hombres de pie que buscaban dispararles.
Cuando XiChen se deshizo del último hombre notó que el omega ya no estaba. Ni siquiera lo pensó dos veces antes de correr al centro de cámaras. Malamente la escena que lo recibió no fue la mejor, el vigilante estaba inconsciente y todas las pantallas que mostraban las cámaras habían sido detenidas. Lo peor es que no había rastros del omega, parecía que este había borrado todo para después huir.
Jiang Cheng había conectado un virus a las máquinas, pues en una de las entradas del equipo reposaba una pequeña memoria.
El alfa se acercó y la retiró, temía que incluso con esto el servidor cayera o hubiera robado alguna otra cosa, después de todo estaban conectadas a la base de datos que tenía la información del casino e incluso otros establecimientos.
Lan XiChen presionó el puente de su nariz para respirar de forma lenta. Aún con todo lo sucedido una diminuta sonrisa apareció en su rostro. Ese omega le estaba causando dolores de cabeza.
Mientras el alfa sólo podía admirar su derrota Jiang WanYin salía exitosamente del casino y se encontraba con uno de los hermanos Wen.
Hua Cheng era seguido de cerca por He Xuan, estaban a punto de salir del casino cuando dos personas se cruzaron en su camino obligándolos a frenar sus pasos. El entrecejo fruncido del omega de enfrente le pareció tierno, pero ya no tenían tiempo para seguir ahí.
Xie Lian miraba a los dos demonios, estaba a punto de dar un paso hacia adelante, pero la mano de Lan WangJi lo frenó.
Los ojos dorados del alfa lucían aturdidos. Su voz temblorosa, incapaz de ocultar su nerviosismo resonó haciendo una única pregunta. —Wei Ying... ¿Cómo está?
Hua Cheng pensó por un momento no responderle, pero al ver cómo el Lan estaba tan desesperado al final se apiadó.
—Ha tenido días mejores —ni siquiera Hua Cheng sabía que tan mal estaba WuXian, sólo sabía que el omega en ese momento no estaba en condiciones de trabajar. Casi queriendo agrandar la herida escupió algunas palabras más a Lan WangJi. —Debiste pensar un poco antes tus acciones.
Por la mirada que le dedicó el jade supo que había entendido su mensaje. Pues era la mordida del Lan la que había causado tantos problemas, y Lan WangJi lo sabía perfectamente.
Con el tiempo prácticamente consumido Hua Cheng empezó a alejarse.
—San Lang...
La voz de Xie Lian detuvo al alfa, jamás podría ignorarlo si le llamaba de esa forma. Su expresión fue pequeña pero había un atisbo de felicidad, quería decirle al omega que todo estaría bien.
Pero antes de hablar la mirada de Hua Cheng repentinamente se volvió fría, en un instante levantó el arma y disparó sin dudar.
Xie Lian se sorprendió al ver el arma apuntar hacia él, ni siquiera pudo procesar todo lo que ocurría. Después de la detonación reaccionó. Él estaba en perfectas condiciones por lo que miró a su lado, Lan WangJi también estaba ileso, así que ambos miraron por detrás para ver cómo un hombre estaba muerto, parecía como uno de los que les habían atacado con anterioridad.
Para cuando Xie Lian y Lan WangJi regresaron la vista al frente ya no había nadie.
Hua Cheng y He Xuan ya habían escapado, ambos iban en dirección a la salida que previamente habían preparado. Suponían que el resto ya debía estar en posición para escapar.
—¿Sabes si QiongLin tuvo éxito? —preguntó Hua Cheng a He Xuan.
—Todo salió de acuerdo al plan.
Mientras todos habían estado tan preocupados por Hua Cheng, He Xuan y Jiang WanYin, un cuarto demonio se había infiltrado de forma sigilosa.
Wen Ning había utilizado un disfraz bastante convincente de bartender, donde se encargó de preparar las bebidas exclusivas de los socios de Jun Wu. Con una dosis pequeña de veneno todos quedarías fuera al igual que sus problemas.
Para sorpresa de pocos o más bien nadie Jun Wu no solía beber en sus reuniones. Y era inteligente, después de todo pudo haber terminado con los hombres que ahora se encontraban muertos en su casino.
Pero incluso si el alfa bebiera los demonios nunca intentarían envenenarlo de esa forma, les debía demasiado como para matarlo de una manera tan linda. No, Jun Wu debía pagar.
—¿WanYin ya salió?
He Xuan asintió. —Wen Qing me informó que también tuvo trabajo extra, pero lo logró.
—Ese omega es muy bueno, debería salir más a menudo.
Si Jiang Cheng se inmiscuyera en el trabajo de campo más a menudo quizás podrías avanzar más rápido en sus planes. Pero para empezar era un milagro que aceptara unirse a ellos esa noche.
—Aún no sé cómo lo convenciste para que te ayudara en todo esto —comentó He Xuan mirando a Hua Cheng.
El de saco rojo sólo se encogió de hombros. —No tenía opción.
Jiang WanYin sólo había aceptado por un único motivo, pero quizás en un futuro no sería tan fácil convencerle.
Ambos alfas salieron del casino y avanzaron hasta llegar a un vehículo negro donde les esperaban. Wen Qing estaba al volante, en cuanto los dos alfas subieron pisó el acelerador. Y así los demonios desaparecieron como si nunca hubieran estado allí esa noche.
El omega sentía como los efectos del alcohol y alguna que otra sustancia de dudosa procedencia por fin mermaban. Lo único que servía como anestesia para evitar sentir su lazo con Lan WangJi empezaba a cobrar factura. Su cuerpo no podría aguantar seguir así mucho tiempo, tampoco es que buscara una dependencia a las drogas... sólo que era lo único que ayudaba en ese momento.
Su celo más reciente había sido un infierno y después de que terminó las cosas no mejoraron, por lo que permanecer en un estado de ánimo eufórico, donde sus sentidos se vieran afectados había resultado ser la única salida.
Pero no podía estar toda su vida así. Sin embargo, el hecho de sentir una conexión con alguien más le abrumaba, quizás era por lo joven e inmaduro que era aún o sólo por un temor de su inconsciente. Realmente no estaba preparado, necesitaba la guía de alguien.
WuXian estaba pensando qué hacer cuando la puerta de su habitación fue abierta sin avisar. Sólo cuando la persona se acercó pudo percatarse que se trataba de Jiang Cheng.
El omega suspiró y se preparó para un sermón o algún regaño. Tenía tiempo evitando hablar con él y con todos.
—¿Dejarás de ahogarte en alcohol y regresarás al trabajo? ¡Date un baño, das asco! —Jiang Cheng pateó una botella vacía que estaba en el suelo, después otra y otra. Un caos sin duda—. Por tu culpa tuve que tomar tu lugar en la última misión.
Wei WuXian realmente no estaba escuchando todas sus quejas. Sus ojos estaban perdidos en algún punto muerto. Tragó duro, al final pudo tomar algo de valor antes de hablar. —Jiang Cheng... quiero ir a verla...
Jiang Cheng permaneció en silencio unos segundos, veía como una mirada indescifrable a WuXian. Al final reaccionó tal y como el de ojos grises esperaba.
—¿Estás bromeando? Tienes días desapareciendo, cuando regresas te la pasas encerrado... ¿Y en vez de trabajar y dar explicaciones quieres ir a verla?
WuXian sólo bajó la cabeza, incluso él sentía vergüenza, más por pedir aquello en el patético estado en el que estaba. —Después de eso regresaré al trabajo, lo prometo.
El Jiang gritó frustrado y le miró con molestia. Pero no duró mucho, los ojos agresivos de WanYin parecieron calmarse. Sólo después de largos minutos habló.
Negó levemente mientras miraba a su hermano. —WuXian... Eres alguien realmente imposible —WuXian sólo pudo permanecer callado para esperar algo más. Después de profundo suspiro WanYin agregó resignado. —Organizaré todo para tomar el primer vuelo disponible... ¡Pero en cuanto regresemos quiero que tu trasero se mueva y ya no pierdas el tiempo!
—Ya dije que lo prometo —asintió WuXian con una sonrisa falsa tratando de ocultar su dolor.
Wei WuXian necesitaba una voz que le consolara y alentara para tomar una decisión, él necesitaba a su hermana en ese momento más que nunca.
Chapter 26: Capítulo 25. Dragón Blanco.
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El lugar estaba algo agitado, varios niños se amontonaban y susurraban varias cosas. Xie Lian no entendía el revuelo así que decidió investigar por su propia cuenta. Mientras más se aproximaba al montón de niños mejor escuchaba cada una de las cosas que se decían.
—Ese niño da miedo —dijo una niña con rostro pálido.
Después se le sumó la voz de otro niño. —¿Ya viste que le falta un ojo?
Xie Lian atravesó la barrera de niños para llegar hasta el centro, en el cual un infante se encontraba sentado en el suelo intentando cubrirse con sus manos. La mitad de su rostro estaba cubierto de vendas y su ropa lucía algo sucia, además de estar muy ligera. El invierno comenzaba, por lo que el frío comenzaba hacer de las suyas.
—Es un fenómeno —terminó diciendo uno de los niños a manera de burla.
Podrían ser niños, pero sin duda estaban siendo muy crueles con el recién llegado. Xie Lian no lo podía tolerar, su madre siempre le dijo que debía procurar y cuidar de otros, nunca abusar de su poder. Estaba claro que los adultos de ese lugar no harían nada, ellos sólo se encargaban de que todos los niños estuvieran vivos y comieran, de ahí en fuera lo que hicieran los menores les importaba muy poco.
Xie Lian no dudó más antes de lanzarse y pararse delante del pequeño. —Déjenlo en paz.
—Sólo era un juego... —dijo uno de los niños.
Xie Lian no se lo creyó. —Él no parece divertirse, así que váyanse y déjenlo tranquilo.
Su mirada era decidida, el resto de niños lo miraron y decidieron alejarse al ver lo molesto que parecía estar Xie Lian. Era raro que él se enojara, por lo que temblaron un poco al verlo de esa forma.
Cuando todos se fueron Xie Lian giró su rostro para sonreírle al niño más pequeño. Este le observaban atentamente, la obsidiana brillante resaltaba en el pálido rostro.
—¿Estás bien? —Xie Lian se agachó para estar a su altura, pero en el proceso el menor cubrió su rostro con temor—. Tranquilo, no te haré nada.
Intentó retirar las manos del niño para verlo pero este se rehusó. Al final el mayor se rindió, no lo obligaría hacer algo que no quisiese, si el menor se negaba a mostrar su rostro entonces le daría tiempo.
Querido ganar su confianza Xia Lian le sonrió, podía ver que el cuerpo más pequeño temblaba, no sabía si era debido al frío o al miedo. Sólo para estar seguro el mayor retiró su bufanda y la enredó en el menor.
El más pequeño le dio un vistazo y notó la cálida prenda sobre él junto con la gentil sonrisa de Xie Lian.
—El rojo te queda bien —al tener la atención del pequeño niño preguntó—. ¿Cómo te llamas?
El único ojo que estaba libre del vendaje le miró, el pequeño no contestó, pero no alejó a Xie Lian, al contrario, sin decir ni una sola palabra se prendó del más grande.
Xie Lian rio por su comportamiento y acarició la pequeña cabeza. —¿Qué pasa? ¿No tienes nombre? —el menor le miró y negó lentamente—. No te preocupes, si no lo tienes yo te voy a dar uno.
Xie Lian intentó hablar con el pequeño niño para poder asignarle un nombre, quería que su nuevo nombre fuera perfecto y para ello sentía que debía saber un poco más de él. Conseguir que el menor hablara y le brindara una breve información fue todo un reto, pero al final lo logró.
—¡Lo tengo! ¡Tu nombre será...!
…
—San Lang... —murmuró Xie Lian mientras abría sus ojos con lentitud.
Un dolor agudo presionó su cabeza por lo que necesitó cerrar los ojos nuevamente, como si eso pudiera ayudar en algo. Sólo cuando el dolor disminuyó volvió a mirar a su alrededor, en ese momento logró enfocar todo con claridad, descubriendo que había un familiar rostro mirándole.
—¿QingXuan?
—Ya era hora, empezaba a preocuparte, tu siempre te levantas temprano —el omega estaba sentado en una silla a unos metros de distancia, a un lado reposaba una mesa con una charola de comida, la cual tenía menos de la mitad.
Xie Lian se estiró un poco y talló sus ojos, sentía que su dolor de cabeza persistía, su mente estaba hecha un caos en ese instante.
—Quizás estaba demasiado cansado, pero ya estoy bien —murmuró Xie Lian sentándose en su cama. Brindó una sonrisa amable a QingXuan antes de ponerse de pie. —¿Qué haces aquí?
—Venía a almorzar contigo pero parecías dormir profundamente, te hablé dos veces pero no respondiste, así que comí solo —dijo señalando la comida aún restante.
Xie Lian sonrió apenado, realmente no había escuchado a QingXuan, ni siquiera lo había sentido. —Ya veo, lo siento por no haberte acompañado.
—No importa... —respondió el menor encogiéndose de hombro. Su mirada cambió. —Xie Lian.
—¿Sí? —Xie Lian se acercó a la charola para ver lo que restaba de comida, la mayor parte ya estaba fría, pero eso no le importaba, por lo que empezó a comer.
—¿Qué soñaste? —preguntó QingXuan repentinamente.
—¿Eh? —el mayor parecía no haber comprendido su pregunta.
—¿Qué soñaste? —repitió mirándole fijamente sin despegarle los ojos de encima.
Xie Lian sintió una opresión en su pecho, además de que empezó a sentirse levemente nervioso, cosa que no comprendía. —No lo recuerdo bien.
Era cierto, no recordaba nada, pero de algo sí estaba seguro. Había despertado pensando en alguien en específico, aunque eso no se lo diría a Shi QingXuan, menos sabiendo cómo era el menor.
—¿Seguro? —QingXuan levantó una ceja, parecía darle otra oportunidad a Xie Lian.
Tratando de evitar la presión el omega metió bastante comida a su boca, sus mejillas estaban llenas y sus ojos miraban en todas las direcciones menos en QingXuan. —Si... ¿por qué preguntas?
QingXuan sonrió e hizo un gesto con la mano para minimizar el asunto. —Nada en especial, es sólo que no parabas de decir el nombre de Hua Cheng, ¿Cómo lo llamas tú? ¿San Lang?
Una tos seca empezó atacar al mayor, logrando que casi se ahogara con la comida. Inevitablemente el rostro de Xie Lian ardió en color rojo. ¿Él había hecho eso?
Después de beber té frío y lograr sobrevivir Xie Lian habló. —Qui-Quizás escuchaste mal...
QingXuan negó. —No, dijiste San Lang y de hecho lo repetiste varias veces. Algo así; San Lang, San Lang, San Lang —dijo menor repitiendo una y otra vez mientras distorsionaba su voz para que sonara como un susurro. Después de su interpretación volvió a mirar a Xie Lian para volver a preguntar. —¿Qué soñabas?
Xie Lian no sabía si reír o llorar por su mala suerte, ya que justo cuando le pasaba eso QingXuan debía estar presente.
—Ya te dije que no lo recuerdo.
Los ojos de QingXuan se entrecerraron, como si se debatiera entre creerle o no. Parecía que las palabras del más grande realmente no le convencían. Una sonrisa en los labios del menor le advirtió a Xie Lian que se preparara.
—Es eso o... ¿quieres ocultar que tuviste un sueño húmedo con él?
El rostro de Xie Lian fue todo un poema. —¡¿QingXuan, pe-pero qué dices?! ¡Claro que no!
—Xie Lian no conocía ese lado tuyo —bromeó QingXuan mientras reía con gusto por las reacciones del mayor. Sólo después de varios minutos de disfrutar torturar a Xie Lian decidió dejarlo en paz y cambiar la conversación. —No olvides que Jun Wu nos mandó hablar, ahora está haciendo llamadas importantes, parece que está de mal humor.
Claro que iba a estar de mal humor, hace dos noches los demonios se infiltraron en su casino «una vez más» y algunos de sus socios extranjeros con quienes tenía trabajos importantes estaban muertos. También gente desconocida les había atacado, causando que tuvieran que remodelar una vez más el casino, aunque el escándalo no fue tanto y pudieron cubrirlo de la prensa.
Xie Lian suspiró, el día apenas comenzaba y ya se sentía agotado. Sin olvidar ese molesto dolor de cabeza y ahora una presión en su pecho empezaba a sumarse. Pero no había tiempo para eso, tenía trabajo que hacer.
Cuando los dos omegas llegaron a la oficina de Jun Wu los hermanos Lan también habían ingresado. Lan XiChen con su típico semblante amable y Lan WangJi con ojos fríos, aunque lucía ligeramente mejor que días pasados.
Jun Wu no dio vueltas en el asunto y fue sincero de lo que harían próximamente.
La voz del alfa fue clara y concisa. —Asistirán a la próxima celebración de Wen Xu.
Los cuatro presentes se miraron, parecía que querían confirmar entre ellos si las palabras que habían escuchado eran ciertas.
QingXuan, como siempre, fue incapaz de quedarse callado, por lo que no dudó en preguntar: —¿Wen Xu? ¿No eran los Wen parte de los sospechosos? —por no decir principales.
—Y precisamente por eso necesitamos guardar apariencias y fingir ignorancia... —Jun Wu no era alguien ingenuo, desde hace mucho tenía puesto sus ojos en los Wen, pero la fortaleza de estos era ciertamente admirable. Debían ir con cuidado, a pesar de tener un acuerdo de no meterse en los problemas ajenos y no causar disturbios siempre se supo que este no duraría mucho. Todo porque a ambos bandos les gustaba mantener control, sin olvidar que los Wen gustaban extremadamente del poder.
Ante la reciente noticia los presentes asintieron, sin embargo QingXuan parecía que le habían dado la mejor noticia. —Entonces... ¿Sólo iremos al festejo como si no pasara nada?
—Sí, deben de ir los cuatro por tres motivos —el alfa los miró y levantó tres dedos—. El primero; los Wen creerán que les brindamos importancia si van todos. Segundo; necesitaré que se dividan e investiguen lo que puedan, entrarán a la mansión Wen, usen eso a su favor. Por último; confío en que los cuatro podrán ayudarse si algo sucede, pero si hay necesidad de cruzar fuego no se contengan y tampoco se arriesguen demasiado.
—Haremos todo lo necesario —dijo Xie Lian con firmeza.
—Lo sé, les entregaré información de la mansión, la lista de invitados y el itinerario, todo estará en sus manos, piensen bien y elijan qué pasos seguir.
Aunque el alfa parecía estarles dando demasiado libertad la verdad es que era un forma indirecta de presionarlos para que hicieran un buen trabajo, y los cuatro jóvenes lo sabían.
Para finalizar Jun Wu añadió: —Saldré de la ciudad esta misma noche, debo resolver el problema de la falta de paquetes, nuestros comerciantes no están felices, así que volveré dentro de una semana —informó el alfa mientras empezaba a revisar documentos en su escritorio. Parecía que en ese momento empezaba a resentir los estragos acumulados de todos los accidentes de los últimos meses. —Ya han ocurrido muchos contratiempos, si esto sigue así tendré que tomar medidas más drásticas.
Su mirada demostraba que no dudaría en iniciar un derramamiento de sangre. En todo el tiempo que Jun Wu había estado controlando la zona norte del país las cosas habían estado relativamente calmadas. Muchos no querían admitirlo, pero el alfa era bueno haciendo lo que hacía, no había masacres innecesarias y tampoco se metía en terrenos ajenos. La única excepción fue cuando se adueñó de la zona sur años atrás, pero eso fue tras la muerte de La Araña; mientras ella o Jiang FengMian vivieron jamás se inmiscuyó en sus asuntos, ambos lados se respetaban y guardaban su distancia. No eran aliados, pero tampoco enemigos, sus muertes sólo terminaron beneficiando a Jun Wu, quien era el más fuerte para controlar la zona abandonada y empezar a usarla para vender su propia mercancía y controlar el mercado. Simple y pura estrategia, acompañada con algo de suerte.
Después de entregar los últimos informes los cuatro jóvenes salieron de la oficina principal. Mientras los más grandes pensaban en cómo se dividirían el trabajo QingXuan había salido corriendo emocionado para mandar a pedir un traje debido a la ocasión.
—Será mejor que lo vigilemos —dijo XiChen—, no queremos que termine con algo tan llamativo.
Xie Lian rio nervioso, sabía que cuando se trataba de ropa el menor podía ser un poco extravagante. Y malamente siempre terminaba arrastrando a Xie Lian para que vistiera igual que él. —Iré yo a evitar que pida algo exagerado.
XiChen asintió. —Queda en tus manos.
Xie Lian se despidió y salió en búsqueda del menor dejando a los dos hermanos Lan. Ambos se dirigieron a un lugar más tranquilo para trabajar.
Lan XiChen estaba por comenzar a leer todos los documentos cuando miró como la pantalla de su móvil se iluminaba y mostraba el nombre de Jin GuangYao. El alfa se debatió por unos segundos pero al final no respondió. Sabía que no podía aplazar más tiempo su conversación, pero hacerlo por llamada no era correcto, además aún no estaba del todo seguro sobre que haría.
Cuando giró su rostro notó que Lan WangJi le miraba, aunque no dijera nada el menor de los Lan estaba dispuesto a escucharle. Pero XiChen no quería agobiarlo con sus problemas.
Lan XiChen le sonrió. —No es nada, mejor revisemos la información.
—Hermano —Lan WangJi quería ayudar, no sabía cómo, pero quería hacerlo. Su hermano lo estaba haciendo con él y con WuXian, así que quería hacer lo mismo. Aunque la situación no era la misma, los Jin incluso se podían considerar una especie de aliado, y en definitiva Jin GuangYao jamás había apuñalado a XiChen con una aguja, dos veces para ser específico.
—No te preocupes WangJi, después me encargaré de esto, ahora tenemos trabajo que hacer.
Lan WangJi no era alguien que insistiera demasiado, menos en temas como esos que apenas lograba entender. Por lo que asintió y empezó a leer la información que tenían disponible.
QingXuan giró varias veces para mostrar su lindo atuendo hecho a la medida que luciría ese día. —¿Y? ¿Cómo me veo? —las otras tres personas en la sala estaban muy concentradas alistando su equipo y detallando el plan de esa noche para mirarlo, cosa que irritó al omega—, ¡Respondan!
Por fin los tres miraron al menor, Xie Lian fue el primero en hablar. —Te miras muy hermoso QingXuan.
XiChen asintió dándole la razón. —El color ilumina tu rostro.
QingXuan sonrió complacido, después miró al único que no había dicho nada. —¿Algo que agregar WangJi-Xiong?
La expresión estoica de Lan WangJi no cambió. —Te ves bien.
QingXuan hizo una mueca al oír la manera en que el tono neutro del alfa expresaba cada palabra. —Me da depresión solamente de escucharte.
—QingXuan —reprendió Xie Lian.
—Pero gracias por el cumplido —dijo enseguida el menor ante el regaño.
XiChen sonrió al ver que QingXuan sólo intentaba aligerar el ambiente, aunque su hermano no ponía mucho de su parte. No lo culpaba, después de todo Lan WangJi nunca había sido carismático o algo parecido. Se complacía con el simple hecho de verlo mejor y que quisiera trabajar.
Ese día sería el evento de Wen Xu, así que lo mejor era que todos pusieran de su parte. Aunque teniendo a Shi QingXuan con ellos las cosas a veces se volvían ligeramente impredecibles, sólo un poco.
Xie Lian intentó calmar la emoción de QingXuan. —Recuerda que sólo iremos a la reunión por trabajo.
—¡Lo sé! ¡Pero es mi oportunidad de usar un lindo traje! ¡Y es la primera vez que salgo con todos ustedes desde hace mucho! ¡No puedo evitar ponerme feliz!
La alegría del menor era contagiosa, su energía terminó causando un par de sonrisas. Incluso el tenso ambiente que se había generado empezaba a disminuir.
—¡Miren la mejor parte! —dijo el menor mostrando un arma oculta entre la tela—, ¡No se nota!
—Es ciertamente conveniente —concordó XiChen.
Xie Lian también estaba de acuerdo. —Tu elección fue muy buena.
Feliz después de tantos halagos el menor no pudo evitar regodearse un poco. Necesitó concentrarse para poder repasar el plan. —¿Estaré en la planta principal verdad?
—Así es —XiChen le mostró una plano de los que parecía ser la mansión—. Debemos abarcar lo más que podamos, Xie Lian vigilará la parte del jardín. WangJi y yo eludiremos a los guardias internos para ingresar a las zonas exclusivas. Sólo necesitamos una pequeña prueba para poder atacar a los Wen, si la conseguimos regresaremos y la mostraremos a Jun Wu para esperar su orden de ir tras ellos.
En el bajo mundo había reglas no escritas muy estrictas para que todas las organizaciones pudieran coexistir. Una era que si una organización hacía algo para perjudicar a otra debería no ser vista, ya que si se encontraban pruebas fácilmente se habría una guerra entre ambos bandos donde únicamente ellos estarían inmiscuidos para arreglar sus asuntos y sólo uno sobreviviría. Al terminar el ganador se quedaría con todo.
Era simple, si tramabas algo debías ser cuidadoso de que nadie te descubriera, de lo contrario tu enemigo te atacaría y nadie lo detendría y tampoco recibirías ayudas. Porque realmente nadie quería meterse entre peleas ajenas y terminar arrastrado en la disputa.
Se trataba de un todo o nada, sin puntos medios, por ese motivos la mayoría de las organizaciones preferían mantenerse a raya. Sin embargo no siempre era así, algunos osados siempre buscarían más poder. Como aparentemente era el caso esta vez.
—¿Te encargaste de las cámaras? —preguntó XiChen al menor.
QingXuan sonrió orgulloso. —Claro que lo hice, para cuando lleguemos las cámaras se detendrán, nadie lo notará, sólo alguien muy listo podría ver la pequeña trampa que puse en el sistema.
El mayor de los Lan asintió complacido. —Bien, en ese caso tendremos hasta media noche antes de que se vuelvan a reanudar.
Las cosas se estaban dando bien, prácticamente tenían todo en charola de plata para terminar de investigar y resolver sus dudas.
Aún quedaban unas pocas horas de luz cuando los famosos Colmillos de Dragón Blanco arribaron a la mansión Wen.
Desde el primer momento todos los invitados supieron de su llegada, era imposible que pasaran desapercibidos. Tenían un aura casi celestial, era incluso placentero verlos, el deleite visual que pocos se podían permitir. Los hermanos Lan con trajes blancos y detalles en plata, parecía un delito el querer tocarles. Los otros dos omegas también tenían ropas finas que encajaban con su figura y enaltecían su belleza.
Wen Xu, el anfitrión y motivo de la celebración no lo pensó dos veces antes de acercarse a los legendarios colmillos.
—Pero si son los cuatro aprendices de Jun Wu, me alegro que se hayan tomado la molestia de venir en este día tan especial.
—No podríamos faltar después de esa invitación tan cortés —la voz de XiChen era amable, pero su mirada estaba lejos de serlo—. Jun Wu lamenta no poder asistir, pero envía sus felicitaciones.
—Es una pena, pero me imaginó lo ocupado que debe de estar —Wen Xu fingió descaradamente ignorancia—, escuché que ha tenido demasiados inconvenientes.
—Rumores, nada con lo que no se pueda lidiar —explicó XiChen sin caer en las provocaciones.
—Es bueno escuchar eso... —el rostro del Wen pareció contraerse al ver que el mayor de los Lan seguía sereno—. Si me disculpan debo retirarme, hay más invitados que atender.
El Wen se despidió rápidamente de los cuatro, XiChen suspiró aliviado al ver que Wen Xu los había liberado de su atención, pero su gusto duró poco al ver una silueta muy familiar acercarse. El alfa sabía que lo encontraría, pues era el principal representante de la familia Jin en ese momento, pero no estaba listo para verlo.
Jin GuangYao se acercó con una sonrisa y miró a los cuatro colmillos. —Que bueno que vinieron— saludó uno por uno, obteniendo una respuesta educada por parte del resto, sólo cuando llegó con Lan XiChen frunció el ceño—, y tú, ¿Por qué no has respondido mis llamadas?, mínimo debiste de mandar un mensaje.
XiChen intentó calmarlo al ver que el omega parecía ligeramente alterado. —A-Yao, ¿Podemos dejar esto para después?
En definitiva lo último que deseaba era dar un espectáculo en la mansión de Wen enfrente de tantas personas. Pero el Jin no se lo dejó tan fácil, este estaba dispuesto a expresar sus inconformidades en ese mismo instante.
—No, estoy molesto contigo, la última vez que te vi fue hace varios días, te fuiste demasiado rápido y después evitaste mis llamadas y mensajes, creo que merezco alguna explicación.
Xie Lian miró con nerviosismo al resto, claramente no querían estar ahí para ver cómo Jin GuangYao regañaba a XiChen. —Iré a dar una vuelta al jardín...
El omega se alejó, seguido de él QingXuan se aclaró la garganta y empezó a caminar de igual forma. —¿Ya vieron la mesa de postres?, creo que debo de hacer una degustación.
Lan WangJi no dijo nada, simplemente se alejó, prefería inspeccionar la mansión que permanecer con su hermano. Sabía que necesitaban estar a solas y él no era nadie para oponerse a aquello. XiChen suspiró y agradeció que el resto le brindara espacio, sin embargo aún no era suficiente.
—Vamos a otro lado para hablar en privado —pidió tomando la muñeca del omega y empezar a caminar hasta buscar alguna habitación a solas.
Llegaron a un lugar reservado y fuera de la vista de todo el mundo, sólo entonces el Jin cambió su mirada de molestia por una de confusión.
—XiChen —llamó tomándolo del rostro—, ¿Qué ocurre? ¿Por qué me has ignorado?
El alfa intentó buscar las palabras correctas, siempre siendo honesto. —A-Yao han sucedido muchas cosas, no puedo atender todo, ahora estoy enfocado en ayudar a WangJi y-
GuangYao le soltó con brusquedad. —¿Tu hermano? ¿En serio? ¿Sigues con eso? ¡XiChen él es un adulto! ¡Deja que haga las cosas solo!
La reacción del Jin causó un poco de confusión en el alfa.
—Pero es mi hermano y me necesita, no puedo hacerlo a un lado cuando me ha pedido ayuda —y aunque no lo hiciera XiChen debía cuidar de él. Sus ojos observaron que la expresión de molestia seguía en el omega. —Tú deberías entender lo importante que es mi hermano para mí, ¿Acaso no recuerdas lo importante que era ZiXuan para ti?
La mención de Jin ZiXuan hizo que el rostro de GuangYao se oscureciera, parecía que el nuevo rumbo de la conversación no era para nada de su agrado.
—¡ZiXuan ya no está! —expresó colérico, después agachó la mirada y disminuyó el tono de su voz—… Y aunque estuviera, mi prioridad serías tú, no él.
Algo se removió dentro de XiChen, con esas simples palabras por parte del Jin supo que no podía seguir resistiendo más.
—Creo que debemos darnos un tiempo.
Toda expresión de molestia o frustración por parte de GuangYao se extinguió, dando paso a una cara llena de pánico. —¿Qué?
—Lo que escuchaste.
—¿Po-Por qué? ¿Ya no me... quieres?
XiChen agarró de las manos al omega esta vez. Ya no había vuelta atrás, tomó valor y explicó: —A-Yao, te quiero y es justo por eso que no quiero lastimarte y mucho menos engañarte —debía ejecutar bien sus palabras para expresarse y no causar malos entendidos, tampoco buscaba lastimar al omega—. En este momento mi mayor preocupación es WangJi, ¿comprendes? —alzó delicadamente el rostro del Jin para que le viera cara a cara—, no puedo estar tranquilo a sabiendas que él no se encuentra bien.
El tono de voz de Jin GuangYao fue neutro, no había emoción alguna. —¿Es por su destinado? ¿El demonio Wei WuXian?
El alfa soltó el aire de forma pesada. —Son muchas cosas —una vez más intentó utilizar las palabras, era bueno hablando, pero el Jin se lo estaba poniendo difícil—. Tú eres un buen omega, y mereces que alguien te ponga en sus prioridades, pero en este momento yo no soy ese alguien.
Los ojos de GuangYao empezaron a humedecerse, incluso su voz se volvió ronca. —Pensé que tomarías nuestra relación más en serio, que con el tiempo me volvería alguien importante para ti.
—Y lo eres...
—¡Mentira! —el omega empujó con fuerza al Lan—, ¡Todo es mentira! ¡Siempre pones otras cosas antes que a mí! ¡Si algo le pasa a Lan WangJi te vas! ¡Si tienes que enfrentarte a los malditos demonios también te vas! ¡Por cualquier cosa te vas!
En definitiva, nada estaba saliendo según los planes de XiChen, pero debía ser paciente.
—Desde el principio acordamos que no sería fácil y ambos estuvimos de acuerdo.
GuangYao apretó sus puños, parecía altamente frustrado. —Sí, pero... creí que yo llegaría a tomar un lugar más importante... veo que me equivoqué.
—A-Yao... —XiChen hizo un intento por alcanzarlo pero el Jin le esquivó.
—Está bien, vete... pero cuando vengas a mí una vez más espero que ambos nos demos nuestro lugar —Jin GuangYao limpió sus lágrimas y miró de frente al alfa—. Anda, cuida de tu hermano.
Sin más se alejó, XiChen suspiró, antes quizás hubiera ido tras de él, pero en ese momento sabía que no podía ser así. Con esa discusión quedaba en claro que ambos tenían metas muy diferentes en ese momento.
Y XiChen lo aceptaba.
Lan WangJi miraba cada una de las personas del evento, algunas las reconocía ya que asistían a los casinos o se involucraban en negocios con Jun Wu. De forma sigilosa se fue apartando de todo el bullicio, evitar a los guardias había resultado fácil, además de que podía andar sin la preocupación de ser visto a través de las cámaras.
Pronto llegó a áreas más exclusivas, pudo ver algunos hombres vigilando y parte del personal. El Lan comenzó a idear algún plan para quitarlos del camino cuando todos parecieron recibir una señal de su comunicador. Los hombres rápidamente dejaron su lugar para empezar a correr rumbo a la fiesta.
Lan WangJi sabía que algo estaba a punto de ocurrir, lo cual significaba que el tiempo se le agotaba. Apurando sus pasos se acercó a una puerta, recordaba en los planos que era una de las oficinas que había en la mansión.
Lo normal sería que estuviera cerrada bajo llave, pero aún así probó suerte y giró la cerradura. Increíblemente cedió demostrando que estaba abierta. Si eso sorprendió al alfa lo siguiente fue aún más impresionante.
No había empujado la puerta cuando esta fue abierta de par a par. Del otro lado habían dos figuras levemente conocidas.
Dos demonios. Los hermanos Wen.
Los tres se miraron fijamente por unos segundos, seguido de eso sus armas se levantaron para apuntarse.
Lan WangJi los observó, si ellos estaban ahí significaba que había una pequeña probabilidad de que Wei WuXian también lo estuviera. Aunque lo dudaba, ahora su lazo había vuelto a la normalidad, sentía que el omega estaba lejos, pero aun así debía confirmarlo.
El clima era fresco, prácticamente estaban a la vuelta de la esquina del invierno. Xie Lian miró el jardín perfectamente ordenado, había un sin fin de rosas rojas plantadas. Los arbustos formaban un laberinto, había algunos invitados del evento que parecían pasar el tiempo mientras lo cruzaban. Xie Lia caminaba por el alrededor sin atreverse a entrar, con su mala suerte estaba seguro que podía terminar perdido.
Aunque el omega parecía estar disfrutando simplemente del paisaje la verdad es que contaba la cantidad de guardias. No eran tantos como esperaba.
Mientras más caminaba por el jardín más aumentaba la sensación de ser observado, incluso sentía que estaban siguiéndole cada vez más cerca. Tratando de fingir ignorancia siguió andando, con algo de sigilo se acercó hasta unos arbustos para esconderse y sorprender a quien fuera que siguiera sus pasos.
Esperó y esperó, pero nadie apareció. Xie Lian suspiró al creer que sus nervios le hicieron una mala jugada. Sólo cuando una mano se posó en su hombro el omega pegó un ligero brinco para reaccionar de forma agresiva levantando su puño. Su mano fue sujeta antes de que impactara en el objetivo.
—Lo siento, no quería asustarte —Hua Cheng sonrió inocentemente.
Xie Lian se alejó con brusquedad al ver al alfa. —No lo hiciste.
El alfa vestía un elegante traje negro para variar, aunque por dentro había una llamativa camisa color granate. Su aspecto era tan impactante como cada vez que Xie Lian se topaba con él.
—Gege.
—San Lang.
Hua Cheng extendió su mano pidiendo la del omega, el omega dudó si tenderla o no pero al final accedió. El más alto la tomó con delicadeza y la acercó a sus labios para dejar un casto beso en la dorso de la delgada mano.
Su acción logró acelerar los latidos del omega, aunque Xie Lian no lo podía detectar su aroma había salido mostrando cierto agrado, pero el omega desconocía eso en su totalidad.
Hua Cheng le dedicó una sonrisa que empezaban a ser muy típicas en él. —Espero no importunar tu paseo.
El omega demoró algunos segundos antes de comprender todo lo que sucedía. Hace relativamente poco había visto al alfa, pero ahora que lo tenía de frente una vez más parecía ser más consciente del tiempo que estuvieron alejados. Su omega interno, como pocas veces, estaba despierto y pedía acercarse más.
Xie Lian aclaró su garganta. —No creí encontrarte aquí...
—Tengo trabajo, además sabía que vendrías —informó tranquilamente.
Xie Lian ignoró la alegría de su omega interno. —Tú... ¿Tienes algún trato con los Wen?
Esperaba una respuesta honesta por parte de Hua Cheng como todas las veces pasadas que siempre hacía preguntas.
Efectivamente el alfa respondió. —Si te refieres a tener buena relación, la verdad es que no, ahora mismo lo que más deseo es acabar con ellos.
Sus palabras brutalmente honestas fueron escuchadas. El hecho de que Hua Cheng también tuviera problemas con los Wen no le resultó sospechoso. Pensaba que el alfa seguramente tendría varios enemigos debido a su naturaleza.
Aún así quería saber el motivo por el cual habían hecho que Hua Cheng fuera personalmente esa noche. —¿Te hicieron algo?
Hua Cheng le miraba atento, no había diversión ni nada parecido. —Han hecho muchas cosas, pero una en especial. No puedo dejar pasar el que lastimaran a una persona muy importante para mí.
—Oh —no había nada más que decir. Xie Lian desvió la vista y permaneció en silencio.
—¿Gege no quieres hacer más preguntas?
—La verdad no... —por primera vez Xie Lian sintió un desagrado interno, no sabía bien el por qué, pero su omega se había enojado en cuestión de segundos.
—¿Te importa si yo hago algunas?
Lo que realmente quería hacer Xie Lian en ese momento era dar media vuelta y dejarlo solo. Pero no podía hacer tal cosa, su educación se lo impedía, por lo que sólo pudo permanecer ahí con una fachada de falsa tranquilidad. —Trataré de responder si me es posible...
Hua Cheng aceptó complacido. —¿Gege planea algo en contra de los Wen?
Su primera pregunta fue directa, como si no temiera a la reacción del omega. Los ojos de Xie Lian lo observaron con cuidado.
—¿Me detendrás? —preguntó mirando al alfa acercarse cada vez más.
Hua Cheng sonrió muy cerca de su rostro. —Te ayudaré.
QingXuan mordió un pequeño postre que había en una de las mesas, tenía rato que había perdido de vista al resto, suponía que todos ya debían haber empezado con su parte del trabajo. El omega bufó aburrido, sabía que lo habían puesto en la parte principal del evento porque quizás era el último lugar donde ocurría algo. Había demasiadas personas, todo estaba tranquilo.
Tomó una de las tantas copas y dio un sorbo, el champagne burbujeante acarició con gracia su boca.
—Shi QingXuan.
Escuchó a sus espaldas, el joven omega giró levemente su rostro para mirar la voz que le llamaba. Intentó ocultar de la mejor forma su desagrado, pero encontrarse con alguien como Wen Chao hacía que disimular fuera muy difícil «por no decir imposible».
—¿Por qué a mí? —murmuró QingXuan en voz baja para sí mismo. Dejó su copa una vez más en la mesa y se giró totalmente para ver al alfa.
—Hace mucho que no tenía el placer de mirarte —los ojos del Wen escanearon al menor de forma insinuante, ni siquiera intentó disimular su deseo. —No cabe duda que serás igual de hermoso que Xie Lian.
—Los cumplidos son innecesarios —QingXuan intentó alejarse de forma obvia.
Wen Chao pareció no notarlo, o más bien lo ignoró, ya que dio otro paso hacia adelante. —Dime, ¿tienes prospectos?, ya estás en edad ¿cierto?
QingXuan alzó una ceja, el rumbo de la conversación no le sorprendía. Todos sabían que ese alfa era alguien sumamente promiscuo, aunque dudaba que Wen Chao pudiera acostarse con alguien sin la necesidad de pagar.
Incluso si le ofrecieran una fortuna a QingXuan, él jamás se involucraría con un alfa así.
—Estoy bien solo —declaró el omega con una sonrisa.
—Un omega nunca está bien solo, necesita de un alfa. Incluso tú y Xie Lian son controlados por alfas ¿no?
QingXuan eliminó su falso rostro de cortesía para mirarlo con dureza. —¿Qué quieres decir?
Parecía que las provocaciones del alfa habían dado sus frutos, pues este sonriera satisfecho. —Vamos ya debes saberlo, todos dicen que los Lan son quienes llevan el mando y por encima de ellos está Jun Wu, así que sólo son omegas bajo órdenes.
QingXuan respiró profundo para no sacar el arma que escondía y disparar justo en la frente del Wen.
En cambio sonrió levemente. —Que valiente por hablar sin saber —su mirada se volvió severa y su voz más fría—. Para tu información los Lan son como mis hermanos, ellos jamás se han impuesto sobre nosotros y jamás lo harán, yo respeto a Jun Wu, es como mi padre, incluso tú respetas al tuyo ¿no es así?
Wen Chao perdió el habla por unos segundos, parecía impresionado por esa faceta del omega. Después de ello rio, sus ojos mostraban cierta excitación.
—Increíble, el menor de los colmillos realmente puede ser fascinante —levantó una mano para tocar el rostro de QingXuan por la barbilla—. Si fueras mío tendrías más de lo que ya tienes. Mucho más.
—Si fuera tuyo perdería mi dignidad —QingXuan tomó la mano con brusquedad y la torció, su movimiento brusco ocasionó que la muñeca del alfa tronara—. No vuelvas a tocarme.
Wen Chao se alejó varios pasos antes de señalar con su mano sana y gritar. —¡Maldita perra! ¡Pagarás por esto!
Su escándalo empezó a atraer la mirada de todos, pronto Wen Xu apareció en la escena.
El hermano mayor de Wen Chao se interpuso antes de que algo más sucediera. —Chao no arruines mi festejo —con esas simples palabras y una mirada amenazante Wen Chao se tragó sus palabras y simplemente se alejó soltando maldiciones. Wen Xu miró a QingXuan una vez que su hermano se fue. —Lamento cualquier cosa que pudo haber dicho mi hermano.
A pesar de sus palabras el omega sentía que eran falsas, su tono hostil era muy obvio.
—No importa —QingXuan se giró en busca de su copa. Al visualizarla no dudó en alcanzarla y beber el sobrante de golpe. Si quería aguantar la noche necesitaría muchas más, de hecho quería algo más fuerte que simple champagne, sólo se controlaría porque estaba en medio del trabajo.
QingXuan recobró la compostura y siguió en su papel de vigilar el lugar. Pensaba que nada podía ser peor después de su encuentro con Wen Chao.
Pero poco tiempo después escuchó una voz que empezaba a ser cada vez más familiar para él.
—No deberías beber nada en territorio enemigo.
QingXuan sintió su piel erizarse, no había sentido al alfa acercarse a él. Sus ojos buscaron el rostro del demonio.
—¡He Xuan!
El alfa frunció el ceño. —Cállate y escucha con atención, hay dos personas que te tienen en la mira.
He Xuan señaló sutilmente en una dirección, el omega desvió sus ojos. A lo lejos observó una persona que parecía esconderse entre las sombras; su uniforme no era como el de los guardias, por el bulto en su cinturón QingXuan sabía que debía portar un arma.
—Por allá hay otro —dijo He Xuan.
En efecto había otro hombre no muy lejos. Los ojos QingXuan miraron a He Xuan confundido.
—¿Cómo sabes que es a mí?
—Eres la persona más valiosa en esta habitación justo ahora, y pusieron algo en tu bebida mientras discutías con Wen Chao.
El rostro de QingXuan palideció. —¡¿Qué?! ¡¿Por qué no dijiste nada de eso antes?! ¡Debiste decirme!
—¡Yo no sabía que serías tan idiota para beber algo a lo que le quitaste los ojos de encima!
QingXuan iba a volver a decir algo pero no encontró palabras para defenderse. Empezando con que ni siquiera debió de haber ingerido algo. Pero no todo estaba perdido, había alguien que aparentemente estaba de su lado esa noche. El omega no comprendía como He Xuan estaba ahí o siquiera porque le ayudaba, pero aceptaría.
He Xuan tomó la copa que había vaciado el menor y la olió. —No soy experto en venenos, pero lo que sea que hayan vertido parece que no lo es.
—¿Entonces qué?
El alfa se encogió de hombros. —Si quieres vivir deberás hacer caso a todo lo que diga. ¿Entendido?
QingXuan miró una vez más a los hombres que empezaban a moverse, después el alfa recién llegado. Tiempo atrás hubiera reído de sólo pensar en confiar en alguien como Aguas Negras, sin embargo en ese momento confiaba mil veces más en él que en los hombres de atrás.
El sol ni siquiera se había ocultado cuando parecía que la fiesta estaba a punto de comenzar.
Chapter 27: Capítulo 26. Demonios.
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WuXian miró la casa preparándose mentalmente para lo que sucedería.
—Recuerda, será una visita rápida, no podemos arriesgarla —dijo Jiang Cheng a su lado.
—Ya lo sé.
Ambos miraron el lugar donde habían dejado a su hermana, tenían mucho tiempo sin poner un pie en ese lugar. Desde la muerte de FengMian decidieron esconder a Jiang YanLi y mantenerla a salvo, incluso si eso significaba no poder verla más. Con la muerte de Yu ZiYuan las cosas sólo empeoraron, pero no podían darse por vencidos.
Cuando ingresaron a la casa fueron recibidos por la enfermera personal de Jiang YanLi. La chica les sonrió sorprendida por su aparición. Luo QingYang era la encargada de la primogénita Jiang desde que fue llevada a ese lugar. En todo el tiempo que estuvo cuidando de YanLi muy pocas veces habían recibido visitas, WuXian y WanYin sólo se encargaban de enviar dinero para que pudieran vivir en tranquilidad, de ahí en fuera sólo tres veces habían ido a verla, pero cada vez era peor para ellos.
—¿Cómo está? —preguntó Jiang Cheng algo inseguro.
—Bien, dentro de lo que cabe —la joven les miró como si estuviera feliz de verlos—. Me alegra que por fin hayan podido venir a verla.
Los dos lotos del sur ocultaron un gesto de dolor, si por ellos fuera estarían siempre al lado de su hermana. Pero era imposible.
—¿Cuánto tiempo estarán aquí? —preguntó QingYang.
Jiang Cheng respondió enseguida. —Sólo serán unos minutos, nos iremos esta misma noche.
La chica asintió. —Entiendo, ¿la verán ambos?
Los dos hermanos se miraron, el Jiang apuntó a WuXian. —Sólo él.
—Jiang Cheng—WuXian le llamó. —Deberías verla tú también.
QingYang pareció que también intentó animar al Jiang. —La señorita YanLi seguro se pondrá muy feliz de verlos a los dos.
A pesar de lo buena que sonaba la idea Jiang WanYin se sentía inseguro, su corazón estaba agitado. —No creo que sea necesario.
—Vamos, no quiero que te arrepientas en un futuro, ya estamos aquí —dijo WuXian—, MianMian déjanos a solas.
La chica asintió y señaló la habitación. —Ella está adentro, a esta hora usualmente lee. Si me necesitan solo llámame.
Cuando ambos estuvieron a solas WuXian miró al Jiang. —Creo que tú también debes verla.
La cara de Jiang Cheng mostraba una expresión severa. —WuXian...
—Es nuestra hermana.
Con esa última oración Jiang WanYin terminó accediendo. Juntó algo de valor y aceptó mientras respiraba profundo. Wei WuXian fue el que se animó a abrir la puerta. Del otro lado una joven de apariencia delicada leía cerca de una ventana.
En cuanto los ojos de la chica se alzaron los dos omegas sintieron su corazón derretirse.
Jiang YanLi los miró escéptica para después levantarse con tranquilidad y caminar hasta ellos para abrazarlos. Los dos jóvenes sólo pudieron esperar pacientemente escondiendo sus ansias por correr hacia ella.
—A-Xian, A-Cheng —los cálidos brazos que recordaban en sus memorias seguían intactos. Sin poder contenerse ambos regresaron el gesto cuidando de no lucir desesperados. YanLi se alejó para darles espacio y sonreírles. —Los estaba esperando.
Aún con un nudo en la garganta respondieron: —Regresamos JieJie —dijeron al unísono contendiendo sus lágrimas al verla.
Jiang YanLi seguía tan hermosa como la recordaban, sus mejillas rosadas y ojos grandes. Su rostro parecía el de una muñeca y su gentileza seguía intacta, era igual que la última vez que la vieron. Literalmente igual.
La chica regresó a su lugar y se sentó. —Mamá y papá pronto regresarán, por mientras díganme cómo les fue en la escuela.
Jiang Cheng y Wei Ying intercambiaron miradas, ambos asintieron en silencio y se acercaron.
El primero en tomar la palabra fue WuXian. —Todo está normal, no hay mucho que decir.
Jiang YanLi sonrió. —Me alegro por ustedes —sus ojos se posaron en WanYin, con delicadeza apretó la mejilla de su hermano menor. —¿Tienen hambre? ¿Quieren que les haga algo de comer?
Su voz, su calidez, toda ella era demasiado para él omega Jiang.
WanYin tomó la mano que le sostenía de la mejilla y la retiró. —Lo siento, no puedo...
—¿A-Cheng? —YanLi lo miró sin comprender.
Jiang Cheng se levantó y salió de la habitación. WuXian suspiró, pero no le recriminaba nada, él se sentía igual.
Al final también se levantó. —Tranquila JieJie, hablaré con él.
Sin mirarla salió del lugar para buscar a su hermano. Conociéndolo se dirigió al patio, justo en el estanque de loto que había en la casa. De forma silenciosa se situó a su lado, buscaba palabras de aliento, sin embargo no la encontró.
Jiang Cheng limpió sus lágrimas traicioneras. —Es más duro de lo que recordaba.
WuXian bajó la mirada. —Si no puedes está bien, yo fui quien te convenció de hacerlo.
—No me arrepiento de verla, pero no lo volveré hacer —sentenció el Jiang arrojando una piedra al estanque—. No soy tan fuerte como tú.
WuXian lo miró en silencio. Si no se sintiera tan perdido jamás hubiera pedido verla, sabía que cada vez que iban Jiang Cheng lo resentía aunque no lo admitiera.
—Sólo estaré con ella un momento —dijo el de ojos grises en voz baja.
—Esperaré aquí —Jiang Cheng ni siquiera le miró, sus ojos veían las ondas en el agua. Se veía tan perdido.
—Bien.
Wei WuXian se alejó y fue de regreso a la habitación de su hermana. Con mucho cuidado abrió la puerta, tal como esperaba YanLi están en la ventana leyendo con tranquilidad. Tomando una bocanada de aire terminó por abrir la puerta y entrar por completo.
Los ojos de Jiang YanLi lo encontraron, como resultado obtuvo una sonrisa.
—A-Xian —la chica se levantó una vez más para ir a abrazarle—, te estaba esperando, ¿Dónde está A-Cheng?, ya debería volver de la escuela.
Ahí iba de nuevo. WuXian trago el sabor amargo de su boca y pensó en algo rápidamente.
—Él... se quedó haciendo un trabajo extra...
Jiang YanLi asintió como si comprendiera sus palabras. —¿En serio?, en ese caso preparé algo para recibirlo, mamá y papá no deben tardar. ¿Qué será bueno hacer? —le cuestiono con esa sonrisa que solo ella le podía ofrecer. Era doloroso pero consolador. —¿Qué tal la sopa favorita de A-Xian?
Los ojos de WuXian se humedecieron, sin embargo se rehusó a dejar salir sus lágrimas. —Si, eso será delicioso...
YanLi parpadeó varias veces mirándolo fijamente. —A-Xian —de forma lenta se acercó para acariciar sus mejillas—, te ves... diferente. ¿Ocurre algo?
WuXian no lo soportó más, se derrumbó en los brazos de la mayor. Lo único que pudo hacer fue ocultar su rostro para que no lo viera. —¿Qué podría ocurrir?
La voz era baja, pero su debilidad duró poco, pues se incorporó una vez que estuvo satisfecho de haber abrazado a la Jiang. WuXian sonrió como si nada pasara.
—Tus ojos se ven diferentes —YanLi seguía mirándolo con curiosidad—. ¿Hay algo que quieras decirme?
El omega no comprendía cómo a pesar de todo su hermana lograba entenderlo a la perfección. Jiang YanLi sufría una clase de memoria de corto plazo, prácticamente estaba viviendo un bucle infinito, el tiempo para la chica se había detenido en su mente, solo había un momento para ella, un momento que esperaba, pero que jamás se llevaría a cabo.
Para Jiang YanLi todos los días eran el mismo día, el mismo día que todo el infierno inició. En su mente ella esperaba por sus hermanos y sus padres, cuando en la realidad ese día fue en el que su padre murió y atacaron su hogar. Parecía que el trauma había sido tan fuerte que su mente había conservado el momento justo antes de que la catástrofe los alcanzara. Simplemente no podía salir de ahí.
Incluso con todo aquello ella seguía siendo la misma, todo en ella era igual. Siempre igual.
—La verdad sí hay algo —dijo WuXian dejando todo pensamiento de lado—, pero no sé bien cómo describirlo.
Jiang YanLi era paciente, siempre lo había sido. La chica sonrió. —¿Será acaso amor?
Las mejillas de WuXian ardieron. —¿Qué dices?, claro que no —desvió la mirada, pero de forma disimulada volvió a verla—. Bueno, quizás sí hay alguien, pero es difícil.
YanLi rio suavemente por su comportamiento. —Es difícil si así lo quieres.
—No, realmente es difícil —WuXian sabía que su hermana no comprendía la magnitud del verdadero problema.
—¿Te gusta esa persona? —preguntó la chica.
WuXian estaba a punto de negar, pero fue incapaz de hacerlo. En su lugar la miró enternecido.
—No te puedo mentir a ti —su rostro se volvió más rojo. En un susurro, casi como si fuera un secreto, confesó: —Me gusta, me gusta mucho.
La mayor acarició su cabeza. —Si a XianXian le gusta no debe haber problema. Ahora, ¿tú le gustas?
—Eso creo... —Lan WangJi lo había marcado y en su última plática había dado a entender que lo elegía a él. Esperaba que mínimo eso significara que el alfa gustaba de su persona.
Jiang YanLi pareció pensar. —¿Dónde está el problema?
El omega suspiró. —Es más por las personas que nos rodean, creo que nuestra unión molestará a muchos.
Más que molestar prácticamente estaban en guerra, sabía que se derramaría sangre y alguien de los dos terminaría lastimado. Eso era lo que tanto temía y evitaba.
Incluso en ese momento, sin estupefacientes de por medio podía sentir claramente a Lan WangJi a través de su lazo. El alfa estaba bien, algo tenso y quizás levemente ¿molesto? ¿preocupado?, o lo que fuera, pero en general bien. Incluso había sentido como este mandaba una sensación cálida, como si lo buscara, pero WuXian nunca fue capaz de responder de igual forma.
—A-Xian —llamó YanLi—, si vives buscando complacer a otros jamás serás feliz. Recuerda que lo más importante es cómo te sientas tú y lo que realmente quieres.
Las dulces palabras cargadas de inocencia por parte de la Jiang fueron tomadas por WuXian. Se preguntó qué podría obtener si se esforzaba por mantener su lazo con Lan WangJi. ¿Realmente valía la pena?
El omega sabía lo que su omega interno quería, pero debía cuestionarse lo que su otro yo también deseaba. Y aparentemente ambos lados siempre llegaban al mismo lugar.
—No será tan fácil —dijo el omega bajando la vista.
—No todo en la vida es fácil, pero si luchamos por ello disfrutaremos aún más del resultado.
Por unos segundos el menor se visualizó asimismo a lado del alfa. No podía negar que deseaba ver a Lan WangJi.
—Tienes razón —aún había cosas que arreglar, pero quizás intentar estar a lado de su destinado no era mala idea. Miró a su hermana agradecido por que siempre lo escuchara. —Siempre tienes razón...
YanLi le tomó de la mano. —No te rindas A-Xian.
WuXian mordió su labio inferior para soportar su sollozo y volvió a abrazarla. Sintió como las pequeñas manos acariciaban su cabeza mientras la mayor se mecía. Habían extrañado demasiado a su hermana.
Después de un rato más WuXian se despidió y se alejó, sabía que para YanLi quizás sólo serían horas de no verse, pero él siempre contaba cada día, mes y año que pasaba sin verla.
Tal como Jiang Cheng dijo, el omega esperan por WuXian en el estanque. Parecía que en todo ese rato que estuvo con YanLi no se había movido ni un poco.
—Debemos irnos —dijo WuXian llegando a su lado.
—Es hora —Jiang Cheng le miró antes de dar media vuelta.
Luo QingYang los despidió en la puerta, aunque pidió que vinieran más seguido ambos omegas no respondieron. Sabían que pasaría mucho tiempo antes de volver a ese lugar.
El camino de regreso a tomar su vuelo fue silencioso. Extrañamente silencioso.
Jiang Cheng miró a su hermano, los ojos de WuXian parecían recuperar cierto brillo. Sin duda se veía mucho más estable.
—Te miras mejor, creo sí fue buena idea después de todo venir a verla —comentó el Jiang.
—Claro que lo fue —WuXian sonrió pero no tuvo el valor de ver a WanYin a la cara—. Creo que ya sé que hacer ahora, siento que mi mente se aclaró.
—Eso es prometedor, mientras no te metas en problemas me doy por bien servido —el tono de voz de Jiang Cheng regresó a ser algo agresivo. Parecía que poco a poco ambos volvían a la normalidad.
WuXian miró a ningún punto en particular. Si bien había cierta ligereza, aún seguían todos sus problemas ahí y debía regresar para resolverlos.
—¿Cómo crees que están los demás?
Jiang Cheng se encogió de hombros. —Seguro están bien.
He Xuan tentó el arma que escondía por si alguno de esos hombres atacaban.
—Pon atención —el alfa susurró bajo—, caminarás de forma lenta hasta una de las salidas, sólo actúa normal. ¿Entendido?
QingXuan asintió, estaba a punto de dar un paso cuando se detuvo y miró nuevamente a He Xuan. —¿Estás pidiéndome que huya?
Sus acciones sólo causaron un bufido de frustración por el alfa. Sabía que algo saldría mal de todo esto, empezaba a arrepentirse de haber hablado con él omega en primer lugar. Ni siquiera él lo comprendía.
—Estoy pidiéndote que no te entrometas, yo tengo asuntos que atender con los Wen, tú lárgate.
QingXuan sintió que simplemente era desechado. Eso lo ofendió, hace poco había puesto en su lugar a Wen Chao, en definitiva sabía defenderse bien, sin olvidar que él también estaba ahí trabajando. —Yo también tengo asuntos con los Wen.
He Xuan se restregó el rostro con una mano. —No tengo tiempo ni ganas de hacerla de niñera, así que vete.
El menor frunció el ceño, él no se consideraba alguien débil. Quizás no era el más fuerte si se comparaba con alguno de los otros tres colmillos, pero eso no significaba que fuera inofensivo.
—Puedo ser de ayuda aunque no lo creas.
—No necesito ayuda —dijo He Xuan cortándolo de golpe. Intentó empujar al omega para que se fuera, pero este puso resistencia y se giró.
—Sí, sí la necesitas —QingXuan se acercó una vez más a él.
Ambos se miraron tratando de que el contrario cediera a sus peticiones. He Xuan sabía que empezaba a perder tiempo, por lo que sentencia una vez más.
—Maldita sea ya dije que no.
QingXuan se cruzó de brazos, mostrando que aún no había cambiado de opinión. —¡Pues no me iré!
He Xuan iba a gritarle cuando sintió esa familiar sensación de peligro. Antes de pensarlo tomó al omega y lo jaló con él para ocultarse. El sonido de las detonaciones empezaron a surgir. Era increíble que el último lugar en el que pensaron que serían atacados era donde estaba iniciando todo. He Xuan dejó de lado toda su paciencia y sólo sacó su arma para comenzar a disparar. Cada que veía el brillo del cañón se escondía y esperaba para asomarse y disparar.
Las personas ya habían comenzado a escapar despavoridas. He Xuan trató de identificar a los hombres que atacaban, no parecían ser los guardias de los Wen. Seguramente siendo personas contratadas exclusivamente para hacer el trabajo sucio, después de todo Wen Xu había desaparecido antes de que comenzara el tiroteo.
El alfa miró a su lado donde estaba Shi QingXuan, cuando volvió a poner si vista al frente notó que les apuntaban.
—¡Ocúltate idiota! —gritó He Xuan empujando al menor—, ¡Está sucediendo justo lo que quería evitar! ¡Todo por tu culpa!
—¡Esto iba a pasar de todas formas! ¡No me culpes! —reprendió el omega sacando un arma de su ropa.
QingXuan empezó a disparar sin miramientos, para colmo del alfa la puntería del omega era mejor que la de él, aunque no lo quisiera admitir. Pero sin importar lo bueno que fueran, ambos tenían un límite de balas, y los dos hombres que habían visto mágicamente se habían multiplicado hasta convertirse en diez y parecía que venían más en camino.
He Xuan notó que sus intenciones verdaderamente eran matar a QingXuan, y a él ahora que se había visto inmiscuido.
—¡Debo buscar a los demás! —dijo el omega tratando de encontrar una abertura.
—¡Lo que debemos de hacer es escapar! —He Xuan miró que el menor parecía reacio a obedecerle por lo que agregó: —No te preocupes por el resto, hay más de nosotros aquí.
—¡¿Y eso debe calmarme?!
Por fin el alfa se quedó sin balas, por lo que gruñó un poco, sólo quedaba una cosa por hacer.
—Esta noche no somos enemigos —avisó He Xuan—, así que confía en que saldrán de aquí.
Después de esas palabras sacó un pequeño objeto, cuando el omega lo miró abrió sus ojos con sorpresa. —No estás pensado en lanzar eso... ¿verdad?
—Tendremos diez segundos antes de la detonación —dijo el alfa preparándose para lanzar la pequeña bomba.
—¡Estás loco!
He Xuan ni siquiera le prestó atención, simplemente arrojó la bomba y tomó de la mano al menor para empezar a alejarse.
Tal como dijo el alfa, después de diez segundos la explosión arrasó con toda la sala principal.
Los hermanos Wen miraban atentamente a Lan WangJi, no estaban seguros de cómo proceder. Era claro que no podía matarlo pues era el destinado de WuXian. Así que debían pensar en otra cosa.
Wen Qing fue la primera en hablar. —Baja el arma —no sabía si podía confiar en él, sólo por WuXian le daría una oportunidad—. Te prometo que no atacaremos, pero debemos estar seguros que tú tampoco lo harás.
De forma lenta los tres comenzaron a bajar sus armas, era un buen comienzo, prácticamente dejaban en claro que estarían en paz por lo menos en ese momento.
—¿Cómo está Wei Ying?—preguntó Lan WangJi con una mirada de urgencia.
Wen Qing sólo sintió lástima por él. —Creo que puedes hacerte una idea.
Fue muy obvio como el semblante del alfa decayó, pero pronto regresó a su postura habitual. —¿Qué hacen aquí?
La Wen alzó una ceja por la pregunta. —¿Qué haces tú aquí?
—Hermana... —Wen Ning empezó a ponerse nervioso—, se nos acaba el tiempo.
Wen Qing sabía que las palabras de su hermano menor eran ciertas. Ya habían consumido el tiempo acordado. La alfa estuvo a punto de indicar la retirada cuando una cuarta persona apareció.
—WangJi, por fin te encuentro, debemos apurarnos, ha comenzado un tiroteo, necesitamos reunirnos con QingXuan y Xie Lian —XiChen siguió los ojos dorados hasta encontrarse con los hermanos Wen, su rostro si fue de más evidente la sorpresa si se comparaba con el de Lan WangJi—. Debo admitir que esto está muy lejos de nuestros pronósticos.
—Pensamos igual —concordó Wen Qing.
XiChen la miró fijamente. —¿Por qué parece que a dónde sea que vamos hay demonios?
—Aparentemente compartimos mucho en común, pero esta noche nuestro objetivo no son ustedes —aclaró la Wen, no quería malos entendidos.
La mirada de Lan XiChen era muy analítica, parecía estudiar todo lo ocurrido. —Pensé que ustedes habían sido expulsados de la familia Wen.
—Digamos que mi querido tío no sabe que estamos aquí, y de preferencia así se debe quedar —amenazó con sutileza Wen Qing.
Ambos Lan se miraron, después XiChen preguntó. —¿Rouhan está aquí?
La pregunta casi provocó que Wen Qing riera. —Claro que no, todo esto es sólo una fachada, investigamos cada habitación pero no hay nada. Movieron todo, archivos, computadoras. Todo este espectáculo era para engañarnos.
Y todos habían caído, pensaron que podrían obtener algo esa noche pero sólo en ese momento descubrieron que estaban muy lejos de lograrlo.
—Sin una prueba estamos atados de manos —dijo XiChen a su hermano.
Wen Qing sonrió. —Suerte que nosotros no necesitamos una prueba para atacar.
XiChen por fin tuvo la suficiente curiosidad para preguntar una cosa más.—¿Qué es lo que tienen en contra de los Wen?
—Lo mismo que ustedes tienen contra ellos.
En ese momento se escuchó un gran estruendo, incluso hubo cierta vibración en las paredes. Los cuatro se estabilizaron y miraron en dirección del gran salón, pues aparentemente ahí había ocurrido todo.
—Activaron la bomba —murmuró la Wen, supuso que He Xuan había cumplido bien con ser el señuelo. Miró a los dos hermanos Lan. —Si desean pueden utilizar nuestra ruta de escape.
No había mucho tiempo para pensar, los hermanos Wen no esperarían a los Lan, por lo que empezaron a correr.
Hua Cheng esperó pacientemente a que Xie Lian dijera algo.
—¿Me ayudarás?
El alfa sonrió al ver que el omega parecía sorprendido con su propuesta. —Sólo si Gege acepta.
—¿Por qué lo harías? —los ojos de Xie Lian aún conservaba un atisbo de duda.
—Por muchas razones y a la vez por ninguna —respondió con simpleza como sólo Hua Cheng podía hacer.
El gesto de Xie Lian cambió, como si estuviera muy desconcertado, incluso lo expresó. —San Lang tus palabras son confusas.
—¿Es así? —Hua Cheng alzó una ceja divertido por las reacciones del omega—. Pensé que siempre había sido claro.
La sonrisa del alfa se esfumó, sin preguntar tomó la cintura del omega y lo presionó contra su cuerpo para ocultarse.
Varias balas empezaron a ir en su dirección, el alfa siempre procuró ocultar el cuerpo de Xie Lian con el suyo, prefería mil veces que una bala le diera a él antes que al omega.
Increíblemente el primero en sacar su arma de los dos fue Xie Lian, parecía en en cuanto Hua Cheng lo tomó se percató del ataque. Debido a la gran cantidad de arbustos que habían se dificultaba un poco ver a los objetivos, aunque eso de igual forma les beneficiaba porque ellos también estaban mejor ocultos.
Hua Cheng pronto comenzó a disparar, parecía que alfa y omega se complementaban muy bien en sus ataques a pesar de nunca haber luchado juntos. En todo lo que duró el tiroteo Hua Cheng mantuvo su mano en la cintura del omega, sujetándolo y pegándole a su cuerpo, Xie Lian ni siquiera parecía notar aquello debido a que estaba muy concentrado en acabar con su trabajo. Sólo cuando realmente necesitaron separarse para cubrir más terreno fue que Hua Cheng por fin soltó la cintura de Xie Lian.
Ambos cubrían sus espaldas en cada paso que avanzaban, pronto lograron limpiar el jardín de cualquier hombre que anteriormente estaba disparando. Xie Lian se encontraba ligeramente agitado, pero había una pequeña sonrisa en su rostro. Sólo en ese momento se percató de todo lo que había sucedido. Sus mejillas se volvieron coloradas, provocando que tosiera ligeramente para disimular.
Hua Cheng sonrió en su dirección para tranquilizarlo. Quería decir algunos elogios al omega pero una detonación a lo lejos lo interrumpió.
Xie Lian no dudó en correr al gran salón. —¡QingXuan!
Hua Cheng fue tras él, para cuando llegaron lograron ver a los hermanos Lan enfrentándose con varios hombres a lo lejos rodeados de algunas llamas. Cuando estos los vieron ni siquiera se sorprendieron de ver a Hua Cheng.
—¡QingXuan ya no está! —avisó XiChen.
—¿Qué? —había un visible miedo en Xie Lian.
Hua Cheng le tomó de la mano para llamar su atención. —Aguas Negras debía estar aquí, lo más seguro es que lo llevó con él.
Xie Lian asintió aunque seguía inquieto, pero debía concentrarse con el ataque de ese momento, por lo que regresó su atención a los pocos hombres que aún seguían atacando.
Los tres colmillos del lugar parecieron ponerse serios en ese momento y terminaron con todo. Hua Cheng admiro a lo lejos lo bien que se movía su omega, era simplemente magnífico. Sólo disparó una vez cuando alguien pareció querer sorprender a Xie Lian, cosa que Hua Cheng no permitirá.
El fuego cesó por un momento, pero parecía que habían más hombres en camino. Quien haya planeado todo realmente los quería muertos.
—Debemos irnos ya —dijo XiChen.
Xie Lian miró con preocupación a Hua Cheng, el alfa sólo le sonrió.
—Vete Gege —Xie Lian asintió lentamente, pero antes de alejarse por completo del alfa este le tomó de la mano—. Encontrémonos en el club de MingJue mañana por la noche.
—San Lang... —Xie Lian apretó el agarre de su mano, pero al final sólo aceptó—. Nada, nos vemos después.
Esas palabras eran una promesa a la que se aferrarían hasta su siguiente encuentro.
He Xuan buscó entre los autos que estaban estacionados cerca de la mansión y eligió uno al azar. Con un golpe de su puño hizo añicos el cristal de la ventanilla.
QingXuan lo miró incrédulo. —¡No puedes hacer eso!
Algunos disparos resonaron a sus espaldas, parecía que esos hombres no se rendían pues algunos incluso les habían seguido.
—Súbete de una buena vez, a menos que quieras quedarte, yo me largo —demandó el alfa entrando en el vehículo.
QingXuan miró sus dos opciones, al final eligió en la podría seguir viviendo. —¡Espérame!
Ambos entraron y el alfa arrancó.
Por algunas calles incluso unos autos les siguieron, He Xuan ya estaba cansado de la absurda persecución. Debía perderlos de una buena vez, pero decirlo era más fácil que hacerlo. Parecía que habían cubierto casi todo el perímetro para encerrarlos en territorio Wen.
—¡Esto es horrible! —gritó QingXuan sumamente agitado.
—¡No grites! ¡Así no resolverás nada! —contestó He Xuan harto de los lloriqueos del menor.
—¡Tu también estás gritando! —QingXuan gritó aún más fuerte.
—¡Lo hago porque tú lo haces! —respondió el alfa alzando de igual forma su voz aún más.
He Xuan miró su retrovisor, habían ganado un poco de distancia pero sabía que no duraría mucho tiempo, por lo que con una nueva idea detuvo el auto de forma brusca. De no ser por el cinturón del omega se hubiera golpeado la cabeza con el cristal de enfrente.
—¿Qué haces? ¿Quieres que nos atrapen?
He Xuan abrió su puerta y bajó. —Continuaremos a pie.
QingXuan imitó sus acciones. —¿A pie? ¿Y adónde iremos?
—¡Solo sígueme! —dijo el alfa mientras comenzaba a correr.
QingXuan odiaba correr, pero era eso o dejar que le dispararan. Sin más opciones siguió al alfa. Aunque no pareciera, He Xuan miraba de reojo para ver si el omega le seguía. El lugar a donde tenía planeado llegar a ocultarse no estaba lejos, así que sólo debían resistir un poco más.
QingXuan gritó con frustración—¡Debí hacerle caso a Xie Lian y entrenar para tener condición!
—No hables o te cansarás más rápido.
He Xuan lo tomó de la mano para arrastrarlo y que no se quedara atrás. El omega podría ser bueno en otras cosas, pero correr sin duda no era una de ellas.
Justo cuando llegó a su destino obligó al omega a subir por unas escaleras en lo que parecían unos departamentos. Las instalaciones eran pequeñas y básicas, un lugar perfecto para ocultarse.
—Entra, ahora —dijo el alfa una vez que abrió una puerta.
QingXuan entró casi a tropezones para dejarse caer en el suelo con respiración errática. He Xuan cerró la puerta enseguida y se asomó por la ventana para cerciorarse de que no los habían seguido. Poco a poco empezó a regular su respiración hasta normalizarla.
Giró su rostro al ver que el omega seguía muy agitado, de hecho parecía ponerse peor a cada segundo. Se preguntó si este tendría alguna especie de asma o algo por el estilo, de ser así estarían en problemas. No es como si pudiera salir en ese instante e ir a buscarle medicamento.
QingXuan lo miró como si pidiera ayuda. —Siento que quema.
—¿Qué? —He Xuan no comprendió sus palabras, por lo que se aproximó para tomarlo y llevarlo a la única cama que había en el lugar.
El pequeño departamento era simple, todo estaba pegado, sin paredes que dividieran la cocina de la sala o la habitación. La única puerta que había además de la entrada daba hacía un cuarto de baño. A pesar de su apariencia sencilla todo estaba limpio, demostrando que había cierto mantenimiento.
La base de metal de la cama crujió al tener el peso encima, QingXuan tenía las mejillas rojas y había comenzado a sudar. He Xuan por un momento creyó que su deducción del veneno había sido errónea y en verdad el omega había sido intoxicado, pero al sentir el dulce aroma salir por montones comprendió lo que sucedía.
—Ya veo —He Xuan se alejó como si QingXuan fuera una bomba radioactiva—. Parece que lo que pusieron en tu copa fue una especie de afrodisiaco.
QingXuan respiró agitado. —Malditos perros Wen, espero se pudran en el infierno esos hijos de puta.
—... —la expresión del menor sorprendido al alfa, su percepción de QingXuan mayormente era muy correcta, al torpe e idiota, pero siempre actuando como alguien criado con modales. —Lindas palabras, no pensé que alguien como tú las supiera.
—¿Tú qué sabes de mí? —QingXuan estaba más a la defensiva aparentemente.
He Xuan no quería responder, pero sentía que debía hacerlo para distraerse e ignorar el aroma a vainilla que empezaba a inundar todo. —Eres mal tomador y bailarín, pésimo corriendo, ciertamente admirable con la tecnología, tu puntería es buena y tenías un hermano que te decía A-Xuan.
El omega le miró incrédulo. —¿Cómo?
—Información básica y otra tú me la dijiste —unas cosas QingXuan las había confesado en su borrachera y otras las sabía por sus acciones. Leer al omega en realidad era muy fácil para He Xuan, era muy transparente y nunca medía sus palabras.
QingXuan cerró sus ojos con fuerza y estrujó sus ropas.
—No puedo ser... —el omega jadeo de forma sonora—, debo tomar un supresor.
He Xuan lo observó antes de buscar entre los cajones del único mueble. —Dudo que funcione, esto no es un celo.
Aún así el alfa le tendió uno de los supresores que tenía en ese lugar. Cuando se lo dio a QingXuan este lo tragó enseguida sin esperar a que el alfa le ofreciera agua. He Xuan dedujo que Wen Chao intentó convencer a QingXuan de algo, así si se llevaba al omega este no moriría, en cambio hubiera terminado delirando en compañía del Wen. Pero como QingXuan se negó había demandado que terminaran con la vida del Shi. Aquello sonaba a algo muy factible que los Wen podían hacer.
—Hace calor —QingXuan se sentó de golpe y empezó a deslizar su ropa por los estrechos hombros blancos.
He Xuan lo miró alarmado.
—Espera un momento —sabía que debía detenerlo antes de que el omega perdiera la razón—. ¿Qué crees qué haces?
—Ya no lo soporto más.
QingXuan siguió con su labor, su pecho finalmente quedó totalmente expuesto. Se veía tan bello sin una sola marca, incluso daba un aspecto de pureza.
He Xuan necesitó desviar la vista. —Sólo aguanta un poco.
Su alfa interno extrañamente estaba ansioso, cosa que tomó desprevenido a He Xuan. No estaba acostumbrado a relacionarse con omegas. Hacía mucho tiempo que su alfa no reaccionaba de esa forma, incluso estaba emocionado en ese momento.
QingXuan renegó, aparentemente se empezaba sentir peor.
—Es fácil para ti decirlo —comentó con voz entrecortada. Sus ojos buscaron a He Xuan, su aroma empezaba a llamar al alfa presente. —Me siento raro...
Las feromonas terminaron venciendo a He Xuan, quien miró en dirección de menor. Los ojos de QingXuan estaban brillantes debido a que empezaban a humedecerse, la boca de omega se encontraba entreabierta, dejando salir jadeo tras jadeo.
He Xuan gruñó y se alejó hasta la esquina, tratando de estar lo más lejos que pudiera. —¡No me mires de esa forma!
QingXuan parecía que había llegado a su límite, de forma torpe bajó de la cama pero terminó cayendo contra suelo.
El alfa trató de resistir pero su instinto lo llevó a intentar levantar al omega para ayudarlo. En cuanto estuvo lo suficientemente cerca QingXuan lo tomó del brazo.
Ambos se miraron, sus rostros estaban sumamente cerca.
—He Xuan... esta noche no somos enemigos... ¿verdad?
El alfa inhaló el montón de feromonas, gruñó molesto consigo mismo por ser incapaz de alejarse. Pero estaba más molesto por lo que estaba a punto de hacer.
Chapter 28: Capítulo 27. Dragón Blanco.
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La residencia de Jun Wu estaba hecha un caos, varios hombres salían en busca de Shi QingXuan. Mientras tanto los hermanos Lan junto a Xie Lian se reunirán para saber que hacer. Esa noche no había sido para nada como lo esperaban, pero realmente estaban bien, Lan WangJi sólo había ensuciado su traje, por lo que únicamente cambió su ropa. Xie Lian, por extraño que pareciera, estaba intacto, como si una fuerza divina lo hubiera cubierto de su mala suerte. XiChen fue el único que recibió un pequeño rasguño en su costado izquierdo, pero nada severo. El mayor de los Lan limpiaba la herida sin hacer un sólo gesto, como si no doliera aplicar alcohol en la carne viva. Una vez estuvo listo se enfocó en los otros dos jóvenes de la habitación.
Suspiró con pesar al no tener resultados de su búsqueda. —Aún no encuentran a QingXuan.
Xie Lian también lucía preocupado, pero se obligaba a sí mismo a estar sereno. El único motivo por el cual no estaba por todas las calles gritando el nombre de QingXuan era por las palabras de Hua Cheng.
—San Lang dijo que se fue con Aguas Negras, debemos confiar en que estará a salvo.
Sin embargo, sus palabras no convencieron a ninguno de los Lan, en especial a XiChen.
—Me es difícil confiar en el demonio que anteriormente intentó matar a QingXuan —el Lan empezó a caminar decidido—. Seguiremos buscando, no pudieron ir tan lejos.
Xie Lian y Lan WangJi asintieron, aún no habían comunicado nada a Jun Wu y no querían hacerlo. Estaban decididos a resolver este problema ellos mismos.
—No podemos regresar a territorio Wen, sería muy arriesgado —dijo el omega recordando lo difícil que había sido salir de ahí para empezar.
—Tampoco es seguro que sigan con los Wen —XiChen parecía pensar.
Xie Lian no estaba seguro de decir lo siguiente, pero se animó a hacerlo. —Si no lo encontramos podríamos pedir la ayuda de los demonios... yo me encontraré con San Lang mañana por la noche.
Ambos Lan le miraron sorprendidos, casi como si quisieran preguntar el por qué había accedido a tal cosa, pero no había tiempo para eso.
Al final XiChen asintió. —Bien... buscaremos nosotros, si para mañana en la noche aún no lo encontramos pediremos ayuda... —sus ojos miraron detenidamente al omega—, y en cuanto al encuentro con Hua Cheng creo que tú sabes que hacer.
Los alfas parecían preocupados por Xie Lian, pero sabían que debían confiar en las elecciones del omega, era un adulto y sabía cuidarse, aunque la ayuda nunca viene mal de vez en cuando.
Xie Lian asintió. —No sé qué tan arriesgado sea, pero creo que nos conviene.
—Después podemos hablar de eso, por ahora busquemos a QingXuan.
Así los tres salieron en busca del menor, pidiendo internamente que se encontrara sano y salvo, la noche parecía eterna en ese momento.
Shi QingXuan maldecía en su interior a los Wen, se preguntaba si esa noche la mala suerte de Xie Lian había decidido pegarse a él y olvidar al mayor por una vez en la vida.
El omega no estaba acostumbrado a esa sensación sofocante y al ardor interno en su parte baja. Tenía mucho tiempo sin sentirse así, le recordaba a su primer celo; las hormonas del omega no eran tan estables, por lo que sus celos solían ser muy difíciles de llevar, pero con guía médica había mejorado, empezando por su tratamiento anticonceptivo, que más que evitar un embarazo usaba pastillas para regular sus propias hormonas. Con el tiempo sólo necesitó usar unos supresores de alta calidad y las pastillas para que sus celos se convirtieran en una fiebre ligera.
Ahora, el no poder controlar ese fuego interno le evocaba aquellos días difíciles, su cuerpo no estaba reaccionado bien, sentía que con un pequeño toque sería desarmado en su totalidad. Además de que el aroma del alfa estaba volviéndolo loco, no recordaba que He Xuan oliera de esa forma, tan apetecible, tan satisfactorio.
—He... Xuan —jadeó el omega con la vista perdida.
El gruñido a su lado sólo le provocó aún más, en ese momento el ser enemigos había quedado en el olvido para QingXuan. Solo había un deseo desconocido motivándolo, era el mismo que lo había orillado a suplicar.
—He Xuan... por favor —rogó sin poder soltar al alfa, temía que si lo liberaba este se alejaría y lo dejaría con su agonía.
—¡No digas mi nombre de esa forma! —gritó He Xuan con un rostro que podría asustar a cualquiera.
El alfa parecía enfadado, su mirada estaba oscurecida y su cuerpo tenso, pero a pesar de todo seguía pegado al omega. Respiraba las feromonas y liberaba las propias.
—Quema —lloriqueó una vez más QingXuan pegándose al cuerpo más grande—. Por favor, lo que suceda esta noche entre los dos será un secreto, lo juro... sólo... ayúdame.
QingXuan por fin levantó el rostro para mirar al alfa, al frente suyo, a una corta distancia estaba He Xuan, mirándole de igual forma. Por un instante creyó que tendría que volver a pedírselo, pero antes de volver abrir la boca se vio acorralado contra la cama.
El metal había crujido de forma chirriante, pero eso no pareció molestar a ninguno. QingXuan estaba a la expectativa, mirando al alfa en espera de algo.
He Xuan respondió por fin con un tono hosco.
—Bien —de un simple movimiento giró al omega para ponerlo boca abajo. El alfa emitió una última advertencia. —Pero desde ahora te digo que no seré gentil.
QingXuan sintió como su cuerpo vibraba, en otro momento hubiera comenzado a quejarse y temblar de miedo. Pero el calor tan antinatural que sentía lo terminó golpeando en un estado de éxtasis. Lo único que pudo hacer fue asentir aceptando sus palabras y esperando que su calor pasara con ayuda de He Xuan.
Tal como expresó el alfa no tuvo ninguna clase de miramientos, de forma brusca levantó la cadera del menor, ni siquiera se tomó la molestia para terminar de desvestirlo, mucho menos se quitó su propia ropa. He Xuan dejó de lado la vestimenta de QingXuan amontonando casi todo en la cintura y deslizando únicamente la ropa interior hacia abajo.
QingXuan no tenía tiempo de sentirse avergonzado, cada roce que el alfa había hecho en esos pocos movimientos lograron agitarlo más. Incluso con lo rápido que estaba actuado He Xuan el menor sentía que demoraba mucho. Su parte animal suplicaba tenerlo dentro por una buena vez.
—Por favor, sólo hazlo —exigió mientras sentía como la humedad de su entrada comenzaba a gotear. Estaba sumamente caliente, no sabía en lo que se estaba metiendo, pero fuera lo que fuera lo deseaba con locura.
—Cállate —gruñó el alfa mientras sacaba su miembro de los pantalones y lo empezaba a restregar en la entrada de color rosada.
Los pliegues brillantes por la humedad se movían abriendo y cerrando el pequeño lugar. Como si el cuerpo del omega gritara por ser llenado de una buena vez.
—¡AH! —QingXuan jadeó de una forma vergonzosamente obscena cuando la punta hinchada presionó en la superficie de su entrada. Necesitó apretar las sábanas y ocultar su rostro en la almohada para tragar su grito al sentir como era llenado de forma violenta. Realmente estaba estirado, el alfa había entrado de un golpe en él, sumergiéndose con crudeza hasta que sus pieles chocaron. —Ah, Ahh —
Las rodillas del menor temblaron, pero era sujetado con una fuerza poco moderada de sus caderas para que no cayera. Una mano encajaba sus dejos en la blanda carne, asegurando algunos hematomas para después. La otra mano se había enredado en los cabellos del omega tirando de ellos. En cuanto inició el vaivén QingXuan quiso regresar el tiempo y arrepentirse de su petición. He Xuan verdaderamente lo estaba follando sin piedad alguna, no había compasión en ningún movimiento. Si bien el ardor interno y deseo por fin había sido aliviado ahora había un nuevo dolor al que era totalmente ajeno. En ese instante QingXuan supo que el alfa era más grande de lo que su pequeño cuerpo realmente podía tomar.
Incluso sus lágrimas comenzaron a brotar cuando fue incapaz de soportar los severos empujones que revolvían todo su interior. Aún así QingXuan no tuvo el valor de decir ni una palabra, incluso había cubierto su boca con ambas manos para que sus quejidos no fueran obvios, pero aparentemente había fracasado.
—Deja de llorar, tú eras quien insistió en hacer esto —la voz del alfa seguía siendo molesta, su respiración era irregular pero su ritmo no mermó.
Con eso QingXuan fue incapaz de seguir ocultando su dolor.
—No tan fuerte —suplicó reteniendo su llanto lo mejor posible—. Es mi primera vez.
Los movimientos se detuvieron de forma abrupta.
—Maldita sea —He Xuan le soltó en seguida—. Idiota.
Por primera vez no se sabía si se lo decía a QingXuan o a él mismo.
—¿Eh? —QingXuan no comprendió por qué se había detenido, solo había pedido que disminuyera su fuerza.
El alfa salió de su interior, logrando causar un vacío incómodo dentro de tembloroso cuerpo. QingXuan se giró para colocarse boca arriba y verlo de frente. Sin haberse saciado pronto el calor regresó, exigiendo atención y placer, más doloroso que antes. En ese momento el omega descubrió que, prefería sentir el dolor de ser destrozado, a el fuego interno que amenazaba por consumirlo. Pero ya no sabía si He Xuan estaba dispuesto a continuar.
Una vez más prefirió guardar su agonía y soportar lo más que pudiera. Sin embargo era obvio que no estaba bien, su respiración seguía irregular, el sudor que aparentaba ser como perlas cristalinas bajaban por su frente y sus mejillas seguían encendidas.
El peso de la mirada de He Xuan lo hizo enfocarse una vez más en el alfa, tenía sus penetrantes ojos puestos en él.
—¿En serio aceptaste que esta fuera tu primera vez? ¿Con un desconocido? —preguntó mientras miraba cómo QingXuan se removía incómodo en la cama.
El omega desvió la vista al no saber qué decir, ni siquiera tenía el valor de verle. Sentía que una parte del alfa tenía razón, al primer síntoma de molestia le había pedido que lo tomara sin importarle el resto de las cosas. Pero QingXuan estaba casi seguro que no todo era cierto, no podía imaginarse suplicándole a Wen Chao como lo había hecho con He Xuan, quizás sólo había suplicado al demonio porque su omega interno ya no lo consideraba alguien extraño, no sabía cómo calificarlo, pero sin duda era más que un simple "desconocido".
—Ngh —se quejó con una mueca de dolor cuando el ardor comenzó a aumentar—. Tienes razón... no sé porque confié en ti, pero lo hice.
Sus ojos siguieron derramando lágrima tras lágrima, empezaba a desesperarse al no poder detener su deseo.
La sensación cálida de una mano limpiando su mejilla le hizo mirar hacia arriba, He Xuan bufó y se aproximó una vez más al omega colocándose encima de él.
—Sólo deja de llorar, no soporto las lágrimas —dijo el alfa mientras se acomoda entre las piernas del omega—. Necesito que te relajes.
QingXuan mordió su labio para dejar de llorar y asintió obedientemente. El alfa levantó las piernas para colocarlas sobre sus hombros y así poder tener un mejor acceso. El menor sólo se podía dejar hacer y confiar de nueva cuenta en él. Una vez más sintió el duro miembro abrirse paso en su interior, la carne que se enterraba en él era cálida. En esta ocasión el alfa parecía ir muy lento, procurando causar la menor cantidad de incomodidad posible. Aún así QingXuan cerró sus ojos con fuerza al tener nuevamente ese dolor debido a lo sensible que estaba por el maltrato previo, insistía en que quizás los tamaños no encajaban en su totalidad.
Una vez que las pieles chocaron mostrando que ambos habían llegado al tope He Xuan jadeó bajo, como si también sufriera por estar atascado sin moverse. —No estás poniendo de tu parte, estás tenso.
—Sigue doliendo —espetó el omega respirando de forma pesada tratando de acostumbrarse, pero parecía una misión imposible. El único alivio es que el fuego interno había disminuido.
—Trata de pensar en otra cosa.
—¡No puedo! —gritó frustrado. Su parte delirante pedía que el alfa se moviera, pero su lado racional sabía que si lo hacía sólo se lastimaría.
Con el paso del tiempo parecía que el omega se resistía a cooperar, como último intento He Xuan metió una de sus manos al montón de tela que estaba amontonada, tentaba buscando algo en específico.
QingXuan gimió al sentir que su miembro era tomado, la mano del alfa era muy grande sobre él, acostumbrado a sus propias manos era una novedad que alguien más le tocara así. Poco a poco sus gemidos comenzaron a ir en aumento al sentir la sangre acumularse en la punta de su miembro mientras este era bombeado. Sus brazos se movieron para rodear al alfa del cuello, quería pegarse lo más posible a He Xuan, su omega interno lo pedía a gritos. En un momento pudo sentir la respiración ajena en su cuello, se sentía tan cohibido al tener el rostro de He Xuan cerca de su piel expuesta, pero por nada del mundo deseaba alejarlo.
—Ahh —gimió alto al sentir la lengua húmeda, el rostro del alfa había bajado un poco para lamer y morder su pecho.
Tanta estimulación hizo que QingXuan iniciara por sí solo con los movimientos de cadera, sus molestias por fin habían pasado a segundo plano, ahora realmente empezaba a disfrutar cada segundo. Todo mejoró cuando He Xuan respondió tal y como el omega lo pedía, entrando y saliendo de él a un ritmo que cada vez iba en aumento.
—Ma-Más —se atrevió a pedir el menor, creía que estaba más que listo para aumentar la fuerza y velocidad de cada estocada. —¡Ah!
He Xuan se atrevió a morder con más fuerza uno de los botones del pecho blanco, o casi blanco, ya que varias marcas rojas empezaban a aparecer en cada centímetro de piel.
El omega tomaba la cabeza del alfa metiendo sus dedos entre el cabello negro, de vez en cuando jalaba cuando sentía una mordida o un golpe duro en su entrada.
—Se siente... raro —murmuró entre jadeos cuando una tensión empezó a expandirse de su zona pélvica a casi todo su cuerpo.
He Xuan no dijo nada, sólo continuó profanando el virginal cuerpo. QingXuan quiso pedirle que se detuviera al sentir que la tensión iba en aumento, pero estaba sin habla, sólo podía liberar gemido tras gemido.
—¡AHH!
Sin aviso todo culminó, QingXuan sintió que una corriente de alto voltaje arrasaba con él. Ni siquiera se había dado cuenta que el alfa había salido de su interior para correrse fuera. En ese momento sólo disfrutaba de su propio orgasmo, saboreándolo hasta la última gota.
Era la primera experiencia de Shi QingXuan, ahora entendía la fascinación de todos por el sexo. Se sentía bien, más que bien, se sentía vivo. El inicio fue terrible, pero ahora no quería parar.
El omega poco a poco regresó en sí, su vista estaba en el techo, no supo cuánto tiempo había permanecido en el limbo. Saciado por el momento por fin sintió el peso de sus acciones, pero extrañamente aún no se arrepentía. Quizás porque el afrodisíaco seguía dentro de él haciendo estragos.
Con algo de valor buscó los ojos del demonio, este no le miraba, pero al sentir su atención también le buscó.
QingXuan sintió sus mejillas calientes, pero decidido preguntó. —¿Otra vez?
Esperó alguna respuesta pero el alfa no dijo nada, después de unos segundos He Xuan se alejó y se sentó. QingXuan se sintió ligeramente herido al pensar que le estaba rechazando, pero de un jalón el alfa lo sentó a horcajadas sobre él y le penetró sin aviso.
—He Xuan... —llamó en voz baja el menor.
No sabía si estaba a punto de cruzar los límites no establecidos, pero el omega sentía la necesidad de hacerlo. Tomando toda su osadía sujetó el rostro del alfa con ambas manos y acercó su rostro para besarlo de forma profunda. En definitiva quería que en su primera vez hubiera aunque sea un beso.
Esperó a que el alfa lo alejara, pero siendo todo lo contrario, He Xuan lo tomó por nuca y respondió, parecía querer robarle el aliento.
—No metas tanto los dientes —murmuró el alfa en su boca.
QingXuan obedeció la indicación dejándose guiar, sentía las grandes manos en su cintura levantándole para seguidamente dejarlo caer, una y otra vez sobre la dura virilidad. El omega cerró sus ojos y jadeó complacido, estaba más que dispuesto a no soltar al demonio en todo lo que restaba de la noche.
Los primeros rayos del sol tocaron la ciudad, la residencia de Jun Wu estaba en silencio.
XiChen se sentó agotado en una de las sillas del gran comedor. Esperando que Xie Lian o Lan WangJi hubieran tenido algún resultado con su búsqueda. Poco después ambos llegaron, XiChen les miró buscando alguna respuesta. —¿Lo encontraron?
Xie Lian bajó la mirada. —No
—Comienzo a preocuparme más —murmuró XiChen al ver que el tiempo transcurría y el omega seguía sin dar señales de vida.
Xie Lian miró a los dos alfas, aún les quedaba una última esperanza.
—¿Qué hay de esta noche? —preguntó Xie Lian. XiChen suspiró, no estaba convencido, pero el omega no desistió—. San Lang me pidió que fuera al club de MingJue, dijo que quería ayudar...
—¿Confías en él? —los ojos del Lan estaban fijos en Xie Lian, tratando de buscar la respuesta más honestamente posible.
Xie Lian sabía la respuesta, pero no esperó que se sintiera tan bien admitirlo. —Sí, confío en él.
—En ese caso iremos los tres —sentenció XiChen creyendo en el instinto del omega—, ya tenemos suficiente con la desaparición de QingXuan, lo mejor será cuidarnos entre nosotros. Alguien se tomó muy en serio el querernos bajo tierra.
El omega sabía que de ahora en adelante debían ir con mucho cuidado, o al menos con más cuidado de lo usual.
—Ellos son nuestra mejor ayuda para encontrar a QingXuan y también resolver lo de los Wen —había algo que rondaba la cabeza de Xie Lian—. ¿Debemos llamar a Jun Wu?
XiChen pareció pensarlo, al final negó. —Mantengamos esto en discreción, no debemos causarle más problemas innecesarios.
—¿A qué hora nos marcharemos? —preguntó Lan WangJi.
La mirada de XiChen terminó en Xie Lian. —Tú decides, creo que en este caso tú serás el más apto para tomar las decisiones.
—Supongo que deberíamos ir en cuanto abrieran el club —Xie Lian intentó ocultar sus ansias, una parte de él pedía que la noche llegara.
—Bien —XiChen revisó la hora antes de tomar una decisión en ese momento—. Utilicemos el día de hoy para seguir buscando a QingXuan, por la tarde nos prepararemos y partiremos con los Nie.
Lan WangJi y Xie Lian asintieron estando de acuerdo con sus palabras. Cada uno tomó un camino diferente y reanudaron su búsqueda.
Bajo las sábanas QingXuan se estiraba lentamente, sus piernas se sentían pesadas y el aroma a café negro con la dulzura de la vainilla estaba por todas partes. Shi QingXuan abrió los ojos un tanto desorientado, tardó varios segundos en recordar dónde estaba y cómo había terminado ahí.
La gran variedad de imágenes altamente obscenas y algo vergonzosas para el omega llegaron como una ráfaga. La primera reacción de QingXuan fue ocultarse con las sábanas hasta la cabeza, quería enterrarse vivo. Ahora que su mente estaba clara, su cuerpo saciado y libre de ese sofocante calor pudo saber con sensatez que ayer por la noche en definitiva no era él... no pudo ser él.
QingXuan renegó mentalmente de sí mismo por unos minutos antes de retirar la sábana y enfrentar la realidad. Respiró profundo, debía superar que había despertado desnudo, con un dolor de cadera y sin su virginidad.
Sus ojos reafirmaron que estaba solo en ese lugar, por el suelo estaba su ropa, que en algún punto de la noche se había terminado por ser retirada. Sin saber bien qué hacer decidió levantarse. Pronto se dio cuenta que el dolor de su cadera aumentó en el momento que aplicó fuerza para incorporarse, además de cierta humedad deslizándose entre sus piernas, simplemente desastroso. Su cuerpo había sido tratado sin piedad alguna, sería ilógico que se hubiera levantado sin ningún estrago.
El omega se envolvió en las sábanas y dio unos cuantos pasos, de preguntaba si debía arreglarse y marcharse o esperar por He Xuan, para empezar ni siquiera sabía si el alfa regresaría. Mientras tenía una lucha mental para saber qué hacer empezó a inspeccionar todo, los pocos muebles estaban algo maltratados, pero seguían cumpliendo su función a la perfección, aunque había muy pocas prendas y alguno de los cajones de la cómoda lucían como si nadie los hubiera tocado desde hace mucho.
QingXuan sabía que revisar las cosas ajenas era incorrecto, pero su curiosidad podía más con su razón moral en ese momento. De forma lenta miró cada cosa que había dentro de los cajones; había desde pequeños libros hasta pinta uñas de color rosa. El omega alzó una ceja, no entendía porque el alfa tendría algo como eso, era obvio que He Xuan jamás utilizaría un producto como ese, además de que parecía estar seco. QingXuan ojeó los libros sin interés, pensó en dejar su investigación de lado cuando un pequeño trozo de papel cayó.
Los ojos de QingXuan se abrieron sorprendidos, a pesar de que ya no era tan nítida la imagen el omega estaba seguro que se trataba de la fotografía de un ultrasonido. Varias ideas llegaron al menor, una siendo peor que la otra.
Sabía que los demonios no eran personas precisamente buenas, pero eso no le importaba, nadie era bueno en su totalidad. Aún así no podía creer que He Xuan quizás tuviera un hijo y posiblemente una pareja, la peor parte es que se había acostado con un hombre emparejado. Antes de que se alterara quiso pensar que también había otras posibilidades, pero la idea de que He Xuan tuviera un hijo le hacía un enorme peso sobre sus hombros. ¡Era una gata rompe hogares!
QingXuan negó y se dijo que también podía haber otra explicación... pero qué explicación era tan lógica como para que él tuviera todas esas cosas. Otra idea podría ser que en realidad el lugar le pertenecía a alguien más y que el alfa sólo lo había utilizado como recurso para esconderse. Eran muchas cosas que pensar.
Justo cuando QingXuan regresó todo a su lugar la puerta de la entrada se abrió. El omega se encogió por el susto.
He Xuan lo miraron con su típica frialdad. —¿Qué haces?
—Nada, nada—QingXuan quería hacerle preguntas, pero conociendo al alfa este no respondería o en el peor de los casos podría matarlo. Al final sólo apretó la sábana que le cubría y se contuvo de decir alguna imprudencia.
He Xuan parecía ignorarle, su mirada se había apartado de él en cuanto lo vio envuelto con la sábana. —Vístete, nos vamos.
—¿A dónde?
—Te dejaré en uno de los hoteles de Jun Wu, supongo que ahí podrás comunicarte con los tuyos —concluyó el alfa saliendo del lugar dejando al omega solo una vez más.
QingXuan suspiró y miró el cajón, su curiosidad le estaba matando para saber la verdad, pero no podía simplemente preguntar, debía ser más astuto.
De forma rápida se vistió y salió en busca de He Xuan, el alfa se encontraba junto a la acera, estaba recargado en un auto gris fumando. QingXuan estaba casi seguro que había robado ese vehículo, pero después de todo lo ocurrido no le recriminaría algo como eso. Sin decir algo se acercó esperando que el alfa le dirigiera la palabra, pero este apenas le miró antes de entrar en el auto. QingXuan imitó sus acciones y se adentró en la parte del copiloto, en el momento que se sentó sintió un ligero dolor, pero se contuvo de expresar alguna queja. El motor pronto se agitó y ambos partieron.
Por la mayor parte del camino había un silencio que era incómodo para QingXuan, aprovechando eso como impulso se animó a hacer la primera pregunta.
—¿Es tuyo? —inquirió el omega, pensó que quizás su pregunta no se había comprendido bien por lo que explicó—. Me refiero al lugar donde... nos ocultamos... —He Xuan no respondió, QingXuan empezó a ponerse nervioso—. Sólo dime que no irrumpimos en una propiedad ajena.
—No lo hicimos —le cortó el alfa con una voz llena de fastidio.
—¿Entonces sí es tuyo?
—Lo es, ahora deja de hablar —con eso el interior del auto volvió a estar en silencio una vez más.
Lo único que rondaba la cabeza del menor era el hecho de que las cosas que había ahí pertenecían al alfa, por lo tanto, la imagen del ultrasonido también tenía algo que ver con él.
Tal como dijo el alfa llevó al menor a uno de los tantos hoteles que estaban a nombre de Jun Wu. En cuanto el auto se detuvo el alfa hizo una seña.
—Baja —dijo con la mirada al frente.
QingXuan sentía que debía decir algo antes de irse.
—Gracias... —el alfa no dijo nada, por lo que QingXuan intentó agregar más—. Gracias por...
He Xuan le interrumpió antes de que dijera otra cosa. —No agradezcas por cosas como estas...
Aún el tono frío y algo hosco el omega siguió hablado. —Lo de anoche...
Esta vez He Xuan bufó exasperado. —Olvidemos eso, desde ahora regresamos cada quien a sus asuntos.
Ambos se miraron fijamente, QingXuan apretó la mandíbula, nunca había conocido a un alfa tan grosero, sólo quería agradecerle por haberlo ayudado, tanto con los Wen como con su otro problema. Pero ni siquiera le dejó hablar.
—Bien.
QingXuan bajó del auto y lo cerró con fuerza alejándose a grandes pasos. Pronto el auto le pasó por un lado para alejarse y terminar desapareciendo en una esquina.
El omega intentó calmarse y respirar. Miró el hotel donde estaba y entró pensado en pedir quizás una habitación para bañarse, lo necesitaba a gritos. Además de que no quería que alguno de los Lan lo olieran con el aroma de He Xuan encima, por Xie Lian no se preocupaba...
Poniendo una de sus mejores sonrisas se acercó a la lujosa recepción. En cuanto la mujer encargada le miró pudo reconocerlo, todos conocían a los jóvenes que Jun Wu protegía con tanto ahínco.
La mujer sonrió de regreso al omega. —Joven Shi QingXuan.
QingXuan asintió con la cabeza. —Hola, podrías hacer una llamada, necesito avisar que estoy aquí.
—¿No quiere hacerla usted mismo? —ofreció la mujer tendiéndole el teléfono de recepción para darle privacidad.
—No, estoy cansado —QingXuan negó y sólo tomó una pluma del mostrador para escribir un número, indicando que a ese debía de marcar—. También necesito una habitación y algo para comer, lo que sea estará bien, quizás también un postre, tomaré un baño, así que pueden entrar y dejar todo.
—Claro joven QingXuan —la mujer tomó el número para no perderlo y entregó la tarjeta de una habitación—. Nosotros avisaremos que se encuentra aquí y enviaremos su pedido cuanto antes.
QingXuan sonrió por la ayuda. —Gracias, ah casi lo olvido, pídeles que traigan algo de ropa por favor.
—Como usted diga.
El omega caminó hasta el elevador y esperó que las puertas abrieran. Cuando llegó a su habitación miró la cama, anhelaba dejarse caer y dormir, pero antes de hacer tal cosa se dirigió al baño, no podía retrasarlo más, debía eliminar la mayor cantidad de pruebas existentes.
QingXuan empezó a llenar la bella tina blanca, en lo que el agua subía comenzó a desvestirse. Algo inseguro se paró delante del espejo que había en el cuarto de baño.
Su boca casi cayó al suelo al ver su imagen. Había marcas rojas por su torso, aún dolían, podía recordar la crudeza con la que habían sido hechas. También había marcas moradas en su cadera, claramente hacían la silueta de los dedos. El omega tocó cada una de sus marcas, una parte de él se arrepentía totalmente de lo que había permitido... pero otra pequeña parte de él no lo hacía.
Recordó como He Xuan había sido un bruto salvaje al principio, pero, después de que sus lágrimas aparecieran que el alfa se había convertido en otra persona. Le había cuidado bien, no fue gentil todo el tiempo, sólo el necesario para que QingXuan se sintiera cómodo. Además de que el omega jamás había sentido tanto placer en su vida como la noche pasada. A pesar de haber dicho que fingiría que nada había sucedido, la verdad es que difícilmente podría olvidar algo como eso. Cada beso, mordida y caricia estaban más que intactas en sus memorias.
Cuando QingXuan regresó de su trance observó que el agua de la tina ya estaba lista. Cerró el grifo y se sumergió lentamente en la tibieza del agua, había colocado unas sales aromatizantes por lo que poco a poco fue perdiendo el aroma a café negro que lo perseguía. Se permitió relajarse un poco y disfrutar su baño.
Salió del cuarto de baño envuelto en una de las batas del hotel, notó que su pedido ya estaba ahí. Con algo de alegría se aproximó y revisó todo lo que le habían llevado. Había una pequeña sopa, ensalada, pasta y unos cortes de carne, pero lo que ganó su atención fue la rebanada de tarta de frambuesa, el glaseado se veía muy delicioso por lo que no pudo resistir meter uno de sus dedos y probar.
QingXuan tomó un poco de sopa y probó la pasta. Iba por la mitad de uno de los filetes cuando algunos golpes insistentes resonaron en la puerta de su habitación.
—¡QingXuan! —era la voz de Xie Lian.
QingXuan se levantó con prisa y abrió sin dudar, casi al instante la figura de al otro lado le envolvió en un abrazo. El menor se sorprendió un poco pero sonrió y regresó el gesto.
Xie Lian se apartó y comenzó a inspeccionarlo. —¿Estás bien? ¿Dónde estabas?, llamaron a la residencia y avisaron que llegaste aquí, XiChen y WangJi pronto vendrán.
—Estoy bien... —respondió arreglándose la bata para evitar exponer una de sus marcas. QingXuan aclaró su garganta. —He Xuan me llevó a un lugar seguro por la noche.
Xie Lian sonrió. —San Lang tenía razón —siempre confió en el alfa, pero ahora que podía ver que Shi QingXuan estaba delante de él sentía que ahora las palabras de Hua Cheng adquirían más peso. Recordando al alfa Xie Lian habló: —Debido al ataque de anoche saldremos más tarde al club de MingJue, deberás quedarte en la residencia.
Esperaba que QingXuan expusiera su inconformidad por no poder asistir, pero la reacción fue otra.
—Está bien.
Xie Lian lo miró preocupado—¿QingXuan? —sentía que algo le sucedía al menor—. ¿Seguro que estás bien?
QingXuan demoró un poco, pero después sonrió. —Estoy muy cansado, anoche fue... agotador.
—Debió ser difícil —Xie Lian dio unas suaves palmadas en la espalda del menor—, pero agradezco que alguien cuidara de ti.
—No tienes ni idea —murmuró QingXuan en voz muy baja.
—¿Dijiste algo?
QingXuan negó. —No, nada.
Xie Lian miró como el sol se extinguía en el horizonte y daba paso a la oscura noche. El omega estaba más tranquilo ya que QingXuan había regresado, aunque en cuanto llegaron a la residencia el menor se había encerrado en su habitación.
Algo le decía a Xie Lian que debía darse el tiempo de hablar con él, pero eso tendría que esperar un poco.
Faltaban unas horas para marcharse, Xie Lian tenía casi veinte minutos mirando algunas prendas en su cama. Él jamás pensaba tanto lo que usaría, la importancia que solía darle a la ropa era casi nula, pero esa noche estaba más nervioso, inconsciente quería lucir bien.
Resignado suspiró y se dejó caer en la cama encima de todo, le estaba dando demasiada relevancia, lo sabía. Pero no podía evitarlo.
¿Qué acaso no era una clase de cita la que tendría?
Quizás no era como las citas que tenían el resto de personas para tomar café o pasar una linda tarde. Era una para descubrir algo acerca de la persona que los quería muertos a ambos... pero cita era cita.
Con más decisión se levantó y volvió a mirar su ropa, Hua Cheng siempre vestía elegante, o al menos así lo había visto siempre, pero en esencia parecía que al alfa le gustaba vestir siempre de forma inmaculada. El porte que tenía el alfa era vistoso, no como al que estaba acostumbrado de los hermanos Lan o de Jun Wu, más bien era algo único que no cualquiera podría lucir con facilidad.
Sólo había algo que Xie Lian sabía con certeza; el rojo le sentaba de maravilla a Hua Cheng.
Chapter 29: Capítulo 28. Demonios.
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Hace un par de horas Jiang WanYin y Wei WuXian habían llegado de su viaje. Enterarse de todo lo que sucedió en su corta ausencia los sorprendió. Acababan de llegar y ya tenían trabajo que hacer.
—Apenas llegamos—se quejó WuXian tirándose en el sofá de la habitación.
Hua Cheng ni siquiera se fijó en el berrinche que estaba haciendo para no trabajar. —Deja de llorar y alístate.
—¡Pero estoy cansado!—replicó el omega ocultando su rostro entre los cojines.
Jiang WanYin había esperado de la forma más paciente posible a que su hermano dejara de actuar como un niño. Pero era suficiente. —¡Ya cállate y levántate!—gritó contenido las ganas de arrojarle una de sus cuchillas a WuXian. —Dijiste que después de ver a Jiejie trabajarías sin peros cuando volviéramos.
WuXian por fin dio la cara a sus compañeros. —¡Pero no pensé que sería tan literal!—el omega pataleó como si se tratara de un niño de tres años. —Estúpido He Xuan, si estuviera aquí no tendría que ir.
El Jiang ignoró el drama de WuXian y se giró para ver a Hua Cheng. A pesar de lo que harían esa noche el alfa lucía tranquilo, como siempre. No comprendía qué clase de don tenía ese alfa para que, incluso con las cosas más peligrosas, Hua Cheng siempre pareciera fresco y sereno. La única forma de alterarlo es que Xie Lian resultara herido o algo por el estilo, pero mientras no fuera así el alfa sólo seguiría como si caminara por un prado de flores con rocío matutino y no en medio de una guerra de balas y bombas.
Omitiendo la tranquilidad «casi indiferencia» del alfa, Jiang Cheng se preguntaba por He Xuan. —¿No ha llegado desde su incidente con los Wen?
—Llegó a mediodía pero se fue casi de inmediato, desde entonces no he sabido nada de él—respondió Hua Cheng con monotonía.
Ellos trabajaban juntos, pero tampoco eran niñeros, cada uno hacía sus cosas, y Hua Cheng era de las personas que sólo sabía lo indispensable de sus compañeros, de ahí en fuera el resto no le importaba. Por lo que claramente no estaría como madre preocupada buscando a He Xuan.
Jiang Cheng bufó analizando la situación. —En vista de que He Xuan se fue y QiongLin está en celo tendremos que ir nosotros dos—de nueva cuenta el Jiang se veía obligado a trabajar fuera de su comodidad. Con todo lo que estaba pasando ahora su presencia se hacía cada vez más necesaria. Sabía que algo así pasaría, pero no dejaba de incomodar. —Dudo que Wen Qing vaya, estará al pendiente de su hermano.
Hua Cheng asintió dándole la razón al Jiang, pero el alfa en realidad deseaba tocar otro tema más impresionante que los hermanos Wen.
—Llamé a HuaiSang para pedir un favor—la voz de Hua Cheng advertía que lo siguiente sería importante. —Me mencionó que alguien recientemente intentó embaucarlos.
Incluso WuXian, quien había fingido dormir todo ese tiempo miró al alfa incrédulo. Jiang Cheng guardó silencio unos segundos.
—¿Quién podría hacer algo así?—para empezar quién podría ser capaz de engañar a Nie HuaiSang. Ese omega era más astuto de lo que aparentaba, de hecho era escalofriante en algunas ocasiones.
Hua Cheng se encogió de hombros. —No lo dijo, sólo mencionó que si nuestros problemas terminan arrastrándolo tendría que mantener la distancia.
—¡Ese maldito quiere huir!—exclamó WanYin, conocía demasiado bien a HuaiSang para saber que era una especie de retirada. No porque el Nie tuviera miedo, todo lo contrario, era tan astuto que siempre retrocedía para evaluar a su oponente y después atacar. Pero sus acciones a veces terminaban afectando a segundas y terceras personas. —¡Ya estamos muy lejos como para que quiera retractarse!
—Quizás deberías hablar con él esta noche—recomendó Hua Cheng.
—Claro que lo haré y me va a escuchar—afirmó el Jiang decidido. Sus ojos se posaron en WuXian que había vuelto a darles la espalda mientras seguía recostado en el sofá. —¡Y tú levántate de una buena vez!
WuXian ni siquiera le dio la cara. —Estoy dormido.
Parecía que una vena estaba a punto de saltar de la frente de Jiang Cheng. —Si no te levantas estarás pero muerto.
El Jiang tomó un cojín y golpeó con fuerza a WuXian. Este sólo pudo protegerse lo mejor que pudo de los golpes que le propinaba su hermano. No recordaba que ese cojín fuera tan duro.
—¿Por qué todos son tan malos con A-Xian?—dijo WuXian rindiéndose y poniéndose de pie para evitar más golpes.
—¡Porque te lo mereces!—WanYin amenazó una vez más a WuXian. No le importaba si tenía que hacer eso toda la tarde para que se preparara, de ser necesario se volvería su sombra para evitar que ese terco omega perezoso escapara para vagar, como si olvidara todo el trabajo y el peligro al que estaban expuestos últimamente.
Hua Cheng miró a los hermanos, se preguntaba si cambiaría la percepción que todos tenían de los temidos lotos del sur si en verdad supieran el caos que podía ser. Y cuando se refería al caos se basaba en lo molesto por lo infantiles y caprichosos que eran la mayor parte del tiempo.
Jiang WanYin y Wei WuXian, dos omegas que gritaban problemas en toda su expresión. Cada uno de diferente forma, pero problemas eran problemas.
Era relativamente temprano cuando llegaron al club de los Nie. A pesar de la hora el lugar ya estaba atiborrado de personas, además de que aún quedaban bastantes afuera haciendo fila para poder entrar después. En cuanto el ruido de la música y diversos olores golpearon a los recién llegados supieron que la noche estaba por comenzar.
—Iré a buscar a Gege—informó Hua Cheng al par de omegas que asintieron.
—Yo con HuaiSang—dijo el Jiang.
—Yo voy a la barra—añadió WuXian sin mucho interés.
WanYin lo miró con mala cara en cuanto escuchó aquellas palabras de su hermano. Recordaba cómo en días pasados este se había ahogado en alcohol perdiendo prácticamente toda su razón. —WuXian, nada de alcohol.
Incluso con la terrorífica mirada de advertencia por parte del Jiang su hermano estaba sonriente. —Vamos, necesito algo de energía. No iré con HuaHua para evitar ser el tercero en discordia y tampoco me interesa lo de HuaiSang. Yo me quedaré en la barra para hacer que valga la pena esta noche.
Hua Cheng no quería perder más su tiempo escuchándolos pelear cuando sabía que un hermoso omega quizás le estaba esperando en ese momento en alguna parte del establecimiento.
—Sólo mantente cerca—pidió el alfa antes de alejarse y dejar que los omegas resolvieran entre ellos sus problemas.
—WuXian—la expresión de Jiang WanYin era seria—, ten los ojos puestos en Hua Cheng, no dejes que haga una locura.
Wei WuXian confiaba en que su compañero estaría bien, no entendía el apuro de su hermano. —Estará con Xie Lian, él puede cuidarlo.
El Jiang lo empujó del hombro para abrirse camino. —Sólo cubre su espalda.
—Si, si, lo que digas.
WuXian lo observó irse, ahora estaba sólo, las personas del club bebían y bailaban de forma tan animada como era de esperarse. De ser otra noche el omega hubiera arrasado con la barra para después lanzarse a la pista de baile. Pero no era tan irresponsable... o tal vez si.
Esquivando a varias personas llegó hasta la barra y le hizo una seña a la persona que atendía. Desde el principio notó como los ojos del bartender brillaron con interés al verlo, pero era razonable que eso sucediera, WuXian lucía espectacular como siempre.
—Un tragó, lo más fuerte que tengas—pidió sentándose en uno de los puestos libres y algo alejados del resto.
—¿Estás seguro?—el bartender lo miró con duda. —Eres un bello omega, yo podría recomendarte algo más apto para ti.
Mientras el hombre le hablaba a WuXian hizo un amago por tomarle de la mano, pero el menor la alejó. Los ojos grises se volvieron peligrosos, advirtiendo que estaba jugando con fuego.
—Te recomiendo que no me toques si no quieres morir—murmuró WuXian. —Sólo trae lo que pedí.
El bartender entendió que no tenía oportunidad de acercarse más, por lo que asintió y preparó de forma rápida el trago antes de ofrecérselo a WuXian. El omega lo tomó y no dudó en beberlo todo de golpe.
No tenía planeado emborracharse, pero necesitaba algo para relajar sus nervios. Wei WuXian no era tan estúpido como aparentaba, desde que puso un pie en ese lugar pudo sentir quien estaba ahí. Pero se dijo a sí mismo que dejaría de escapar de la realidad, debía confrontar el problema en el que él sólo se había metido.
Sintió su piel erizarse, ni siquiera debía de voltear para saber quién estaba detrás de él. Sólo hasta cuando el sándalo acarició su nariz giró para mirar al elegante alfa de intensa mirada dorada.
—Lan Zhan.
—Wei Ying.
Jiang Cheng caminó hasta una zona exclusiva, lejos de toda la música y personas, sabía que HuaiSang estaba en la oficina principal. Era el momento perfecto para enfrentarlo por querer dejarles en medio de la pelea sólo porque habían recibido un pequeño golpe. ¡En definitiva no lo permitiría!
Antes de entrar uno de los guardias lo detuvo. —El joven Nie HuaiSang está ocupado.
—No me importa—Jiang Cheng no tenía paciencia para eso. Además de que el Nie solía esconderse cuando se veía amenazado, lo creía muy capaz de fingir demencia con tal de evitar los problemas de forma directa. Pero el Jiang ya no caía en esos trucos.
Sin importarle las consecuencias se adentró a la oficina. Lo primero que miró fue a HuaiSang sentado detrás del gran escritorio.
—HuaiSang, espero no estés pensando en escapar—expresó WanYin con una voz severa. —Ya me dijeron que piensas darnos la espalda, te juro que si lo haces te perseguiré incluso en tus sueños.
Aun con todo aquello y la evidente amenaza HuaiSang no reaccionó ni cerca de lo que Jiang Cheng tenía contemplado. Más que asustado o algo por el estilo parecía nervioso.
Antes de que el Nie respondiera una voz se alzó.
—No esperaba verte esta noche, WanYin.
Lan XiChen reposaba en un sofá cerca del escritorio. Debido a la posición el Jiang no lo había notado, sólo hasta que este habló prácticamente pudo percatarse de su presencia. WanYin mostró su desagrado enseguida en cuanto lo miró.
—¿Qué hace él aquí?—preguntó apuntando al alfa que seguía tranquilamente en su lugar.
El rostro de HuaiSang estaban tan pálido que por un momento pensó que este se desmayaría. —Bueno...
Lan XiChen sonrió ligeramente, como si estuviera divertido por la situación. Casi apiadándose del Nie decidió responder en su lugar al notar que el omega no daba ninguna respuesta coherente.
—Negocios, de esto vivo, ¿ya lo olvidaste?—comentó el alfa.
Jiang Cheng le miró de mala forma al ver que él había sido quien había contestado su pregunta.
—¿Negocios?—el Jiang endureció sus facciones, realmente tenía un aspecto de molestia. —Deja tu sucio teatro, todos aquí sabemos de lo que realmente vives.
XiChen se encogió un poco de hombros como si desacreditara las palabras de Jiang Cheng. —No estoy diciendo ninguna mentira. Quizás no hablamos de prestaciones de empresas pero seguimos hablando de intercambio de dinero en base a cosas diferentes.
WanYin entrecerró los ojos y se acercó un poco al alfa. —Dilo como realmente es; a base de drogas y tráfico de armas.
—Los demonios hacen exactamente lo mismo, no son precisamente buenas personas tampoco—respondió enseguida en Lan enfrentándose a los fieros ojos del Jiang.
Nie HuaiSang podía sentir la tensión que iba en aumento, pensó que en cualquier momento iniciaría una guerra dentro de su oficina. Debía detenerlo antes de que a alguno se le acabara la paciencia. O más bien, antes de que Jiang WanYin explotara y llegara a su límite..
—Chicos creo que deberíamos calmarnos.
Su suave voz quedó opacada por la del Jiang.
—¡Por lo menos no fingimos ser buenas personas como tú y el resto de lacayos que trabajan para Jun Wu!—Jiang Cheng acortó la distancia que quedaba para sacar su arma y apuntar justo en la cabeza del alfa. —¡Matamos, robamos y engañamos! ¡Eso hacemos! ¡Pero no fue por elección!
Escupió cada palabra con coraje, detestaba como el Lan quería hacerse pasar como una buena persona, cuando no lo era. ¿Cómo podía ser bueno si había sido criado por Jun Wu? ¡Eso era imposible!
Lan XiChen miró el cañón del arma apuntarle, pero no se echó para atrás. —¿Y crees que nosotros sí tuvimos elección?
Jiang Cheng apretó sus dientes, parecía que tiraría del gatillo en cualquier momento.
—¡Ya basta!—HuaiSang se levantó de golpe, era incapaz de seguir tolerando aquella escena. Parecía que les regañaría por todo el alboroto que estaban haciendo cuando el sonido del teléfono cortó de forma tajante con todo el ambiente. Si antes el Nie parecía desmayarse, ahora parecía a punto de morir al ver que la llamada era de su hermano. Pero antes de cometer algún error miró al omega y al alfa que tenía al frente. —Tengo que hablar con Da-ge, sólo serán unos minutos... por favor no se maten, la sangre es muy difícil de limpiar.
HuaiSang los miró inseguro, pero al final salió del lugar. Jiang Cheng sabía que debía controlarse, no podía matar al Lan, estaba en zona neutra, no quería problemas con los Nie. Así que guardó su arma a regañadientes y se alejó lo más que pudo del alfas para sentarse en donde fuera. Su plan era sencillo, fingir que Lan XiChen no estaba ahí hasta que HuaiSang regresara para poder enfrentarlo y hablar más seriamente con el Nie.
Pero el Lan parecía tener otros planes, pues apenas estuvieron a solas habló. —Supongo que estás aquí acompañando a Lluvia Carmesí.
WanYin ni siquiera le miró. —No me dirijas la palabra..
—Intento mantener una conversación tranquila—respondió el Lan con insistencia.
—¡No lo hagas!—el omega realmente estaba considerando romper el tratado con los Nie con tal de poder darle un tiro al alfa.
Ninguno dijo alguna otra cosa, el ambiente verdaderamente no se prestaba para ello. Jiang Cheng escuchó un profundo suspiro por parte de XiChen después de varios minutos.
—Creo que ambos estamos del mismo lado en este punto, puedes relajarte, no planeo hacer nada—comentó el alfa con un tono de voz casi cansado.
Pero parecía que no importaba que dijera el Lan, siempre lograba provocar el enojo del omega.
El Jiang le miró después de todo, su voz fue casi lúgubre. —Nosotros no estamos del mismo lado, yo jamás estaría del lado de alguien que apoya a Jun Wu.
Ambos se miraron fijamente, mientras el omega quería aniquilar con la vista al Lan, el alfa parecía tener cierta curiosidad por el Jiang.
—Está muy claro que tú y el resto de demonios tienen deudas pendientes con Jun Wu, y no precisamente de dinero. Pero estoy intrigado. —Lan XiChen se animó a preguntar. —¿Qué fue lo que él te hizo?
El rostro de Jiang WanYin se oscureció, el omega apretó sus manos en puños, las palmas casi sangraban por la fuerza ejercida. —Arruinó mi vida.
XiChen observaba cada reacción, pero seguía sin comprender. —Sé quienes eran tus padres—comentó con cautela—, conozco el motivo de sus muertes, Jun Wu no estuvo involucrado en ninguna.
—No directamente—los ojos del Jiang estaban inyectados en sangre, miró con dureza al Lan. —Ese maldito tenía información, información que no debía de tener. ¡Pero por su culpa mi familia quedó expuesta y fue atacada! ¿Y sabes qué fue lo que hizo? ¡Tuvo el descaro de apoderarse de los distritos que les pertenecían a los Jiang!
El alfa escuchaba atentamente. —¿Qué clase de información?
—Jun Wu robó información perteneciente a mi familia, cosas que nadie debería saber. ¡Y eso llegó a manos de alguien más!—recordar aquello traía una sensación desagradable en Jiang Cheng. En su mente estaban la muerte de sus padres y el accidente de su hermana. —Estoy casi seguro de que Jun Wu vendió esa información para que alguien más hiciera el trabajo duro y él sólo llegó a tomar lo que era nuestro...
Aún recordaba el primer ataque, aquel que se robó la vida de su padre y causó tanto daño en su hermana. Tiempo después tomaron la vida de su madre, en ese punto Jiang Cheng y sus hermanos no tuvieron otra opción más que escapar y fingir sus muertes, prácticamente desaparecieron. De no ser por Hua Cheng quizás no hubieran vivido demasiado. Después de todo duraron un tiempo buscándolos, y casi los encontraron... casi.
El último recuerdo logró hacer temblar al omega, para cuando volvió a enfocarse en el alfa solo sintió más repulsión que antes.
—Todo lo que está relacionado con Jun Wu sólo me ha traído desgracias—. Sentenció Jiang Cheng recuperando la compostura y dándole la espalda al Lan en señal de no querer seguir manteniendo la conversación.
Aparentemente XiChen entendió la indirecta pues no volvió hacer algún comentario, sólo permanecieron ahí esperando por HuaiSang.
Hua Cheng veía la figura de Xie Lian en la segunda planta del club, el bello omega estaba recargado en el barandal y miraba con detenimiento a la multitud, sus ojos buscaban con desesperación a alguien. El alfa sonrió al ver que el omega había venido y que incluso parecía esperarlo.
De forma silenciosa se aproximó hasta estar a una corta distancia. —¿Espera a alguien?
Xie Lian dio un ligero brinco, Hua Cheng le divertía sorprenderlo. Quizás sólo tenía la ventaja porque el omega no podía olerlo, pero aprovecharía la oportunidad para usarlo a su favor.
—San Lang—el omega casi parecía sonreír.
El alfa lo escaneo de forma rápida, sin duda estaba precioso. —¿Te hice esperar mucho?
—La verdad vine antes para atender unos asuntos con Nie HuaiSang—admitió Xie Lian.
Hua Cheng asintió con curiosidad por aquellas palabras, se preguntaba si era el mismo asunto que HuaiSang le había dicho con anterioridad.
—¿Podría saber que clase de asuntos?—preguntó aunque no presionaría al omega si este se negaba a responder.
Para su suerte Xie Lian parecía no tener problema alguno para hablar del tema. —No sé si estés enterado de algunos problemas que tuvieron los Nie recientemente.
Hua Cheng asintió. —Sé un poco.
—MingJue es amigo de XiChen, así que pensamos ayudarlos, creemos que los Wen son culpables. Así que...
El alfa comprendió por dónde iba la cosa. —Ayudar a los Nie va de la mano con la lucha contra los Wen, entiendo—Hua Cheng sonrió con ligereza. —Supongo que nosotros también ayudaremos.
Los ojos de Xie Lian parecían brillar. —Los Demonios y Dragón Blanco—dijo el omega casi con diversión, eso causó que ambos sonrieran.
—Tendremos la ventaja contra los Wen si nos unimos—declaró Hua Cheng.
Y era cierto, los Wen no esperarían esta alianza. Justo en ese momento todo el bajo mundo sabía que los problemas que tenía Dragón Blanco contra con famosos Demonios. Una alianza quizás no era la prioridad, lo más seguro es que ni siquiera lo estaban contemplando.
El rostro de Xie Lian se volvió más serio, como si recordara el motivo por el cual él estaba ahí. —Dijiste que tenías información.
—La tengo y te cité justo hoy porque hice que nuestro blanco también estuviera aquí—anunció el alfa aproximándose.
Xie Lian retrocedió por acto de reflejo, su espalda chocó con el barandal impidiendo que se alejara más. Hua Cheng resistió para no sonreír por aquella reacción, de forma sutil se situó a un lado del omega, pero manteniendo aún la cercanía.
Queriendo saber qué tanta confianza le tenía Xie Lian se animó a levantar una mano, si él omega le detenía volvería a alejarse para darle espacio. Pero Xie Lian lo dejó proseguir, estaba rígido y no se movía, sin embargo no detenía al alfa. Hua Cheng le tomó del mentón y ladeó su rostro para que mirara una de las esquinas del club.
—En el fondo, la mujer de vestido largo que está sentada. Hay algunos hombres rodeándola—informó el alfa murmurando muy cerca de la oreja de Xie Lian.
El omega tembló un poco pero siguió sus indicaciones. Sorpréndete Xie Lian parecía tener una idea de quien se podía tratar. —Ella es...
—Xuan Ji—informó Hua Cheng. —Una aliada muy reciente de los Wen; se encarga de contratar personas para trabajos sucios y así no involucrar de forma directa a los Wen. Les ofrece dinero y todo lo necesario para trabajar. En realidad los trata como peones desechables, les entrega píldoras de veneno para que se suiciden si es que son atrapados.
Xie Lian frunció el entrecejo y la observó con más detenimiento. —Supongo que está aquí buscando más hombres.
El alfa asintió dándole la razón. —Exacto, caza carne fresca, los hombres que contratan realmente no son importantes, por lo que mueren rápido. Debieron perder muchos en el último ataque, ahora intentan recuperarlos.
—Los Wen deben tener mucho dinero para invertir en esta clase de cosas—el omega se veía totalmente en contra de las acciones que llevaba a cabo esa mujer..
Hua Cheng sabía que Xie Lian, a pesar de los negocios turbios en los que estaba metido, solía ser alguien parcialmente justo. El omega no atacaba de ser necesario, y no buscaba problemas con otros, siempre prefería resolver todo de la forma más pacífica, aunque nunca funcionaba y siempre terminaba manchando sus manos de sangre.
—Como ellos no pueden hacerlo por sí solos buscan que alguien más lo haga. Yo diría que son unos inútiles, igual que todo su equipo. De no ser por qué se esconden todo el tiempo ya estarían muertos—murmuró Hua Cheng, los Wen eran personas que nunca le agradaron, no es que el alfa fuera alguien bueno, pero su lealtad hacia las personas impotentes para él no estaba en jugo. Los Wen en cambio se podían apuñalar unos a otros por unas cuantas monedas.
Xie Lian miró a Hua Cheng. —No creo que Wen Rouhan sea un inútil, Jun Wu casi nunca hace tratos con él, aunque mentiría si dijera que tiene tiempo queriendo matarlo.
—La única ventaja de los Wen es su mayoría. Pero recuerda que la cantidad no siempre es calidad Gege.
Hua Cheng sabía que los Wen contrataban personal a diestra y siniestra, su capital se los permitía, pero a cambio la mayoría de esas personas eran poco eficientes a la hora de trabajar. Aún así era molesto tener que estar matando cucarachas todos los días.
—¿Cuál es el plan?—preguntó Xie Lian, lucía más que listo para iniciar con lo que fuera que Hua Cheng le pidiera hacer.
—Atraparla, si alguien sabe el escondite actual de los Wen es ella.
Xie Lian contó los hombres que rodeaban a la mujer, eran más de los que le gustarían.
—Parece que tiene bastante seguridad.
—La tiene, y estoy seguro que ya sabe que estamos aquí—dijo Hua Cheng, aunque seguía bastante tranquilo.
—¿Aún así atacaremos?—Xie Lian no quería causar un escándalo, prefería mantener sus peleas lejos del ojo público, además de que no quería que personas inocentes terminaran heridas.
Hua Cheng pudo ver claramente la preocupación en los ojos del omega. —No podemos desaprovechar esta oportunidad, los Wen no se quedarán de brazos cruzados después del último incidente. Ahora ellos saben que ustedes también los están cazando.
Xie Lian sólo pudo suspirar resignado. —Tienes razón, no tiene sentido fingir paz en este punto. Está claro que alguno terminará cayendo—una vez más miró a la mujer. —Supongo que tendremos que esperar, no podemos acercarnos con tanta gente cerca.
Hua Cheng le dio la razón, una sonrisa ladina asaltó al alfa. —No te preocupes Gege, la noche es joven, la acorralaremos en el momento preciso.
—San Lang, siempre eres muy optimista—dijo Xie Lian en voz baja regresándole una sonrisa más pequeña y algo tímida.
Hua Cheng lo observó embelesado; aún con las luces tenues podía apreciar la belleza que desprendía con naturalidad el omega, además de que el aroma dulce le hacía sentir realmente bien. Su alfa interno se sentía como si hubiera recuperado una parte que había perdido hace mucho tiempo.
Mientras más miraba al omega, más nervioso se ponía Xie Lian, claramente sentía la mirada del alfa sobre su persona. Hua Cheng nunca se preocupó por disimular.
Al final Xie Lian ya no pudo resistir más. —¿Qué sucede?—preguntó queriendo saber porque el alfa no dejaba de verlo.
Hua Cheng apoyó sus brazos en el barandal y recargó su rostro en su mano para seguir contemplando al omega. —Nada, Gege se ve muy hermoso.
El rostro de Xie Lian no tardó en pintarse de carmín, pero aún así logró aclararse la garganta y fingir que nada pasaba.
—San Lang también se ve bien...—su voz apenas fue audible, pero Hua Cheng escuchó con claridad cada palabra.
El alfa interno del Hua Cheng estallaba de felicidad, se complacía al ver que su destinado poco a poco se acercaba a él.
Ambos se miraron, cada uno con una infinidad de pensamientos
—San Lang—llamó el omega con una expresión indescifrable—, siento que me ocultas cosas.
Hua Cheng sintió una opresión en su pecho. —¿Por qué piensas eso?
—No lo sé...—Xie Lian desvió su mirada, causando que el alfa se pusiera ligeramente ansioso. —, a veces creo que sabes más de lo que dices.
Hua Cheng quería tomar entre sus brazos al omega para hacerle saber que todo lo que hacía siempre era pensando precisamente en su bienestar. No quería que pensara cosas erróneas.
—Juro por mi vida que jamás ocultaría algo en contra tuya.
Xie Lian sonrió. —Extrañamente te creo—su sonrisa decayó un poco, sin embargo permaneció ahí. —Pero sé que aún así guardas cosas sólo para ti... es injusto.
Hua Cheng necesitaba ser honesto para no preocupar a Xie Lian, lo sabía, pero debía ser cuidadoso. —Mis intenciones no son lastimarte, pero temo por ti.
Xie Lian lo miró con rapidez, sus ojos analizaban cada movimiento del alfa. Parecía confundido, como si aún no comprendiera del todo lo que Hua Cheng trataba de decirle.
—¿Temes por mi? ¿Entonces si es algo que me puede afectar?
Hua Cheng le miró enternecido. —Gege me pone en una situación complicada—suspiró y tomó una decisión. —No creó que sea el momento correcto de decirlo. Tenemos muchos problemas y no quiero molestarte, mejor concentraré en lo que realmente importa—miró que Xie Lian parecía a punto de protestar, por lo que se apresuró y agregó: —Te prometo que cuando todo esto acabe responderé todas tus preguntas. Por ahora sólo te pido que confíes en mí. ¿Lo harías, Gege?
Xie Lian tardó un poco en responder, cada segundo que permanecía en silencio carcomía a Hua Cheng, pero al final el omega asintió. —Lo haré.
Satisfecho, el alfa sonrió y pensó que tarde o temprano Xie Lian debía saber todo lo que había en el pasado entre ellos y lo que realmente eran. Pero no ahora, no cuando ambos tenían enemigos, menos cuando la figura paterna de su destinado también lo quería tres metros bajo tierra.
WuXian observó con detenimiento al alfa. Estaba tan impecable como siempre, su aroma seguía llamándolo como la última vez. El omega interno de Wei WuXian saltaba casi de alegría por reencontrarse una vez más con el alfa. Con su alfa.
Aunque Wei Ying realmente deseaba lanzarse en sus brazos se obligó a permanecer sentado. Sus dedos jugaban con el vaso vacío para ocultar sus nervios.
—A pasado mucho tiempo Lan Zhan—comentó con tranquilidad, esperaba que el Lan dijera algo, necesitaba escuchar su voz, pero Lan WangJi parecía que le habían cortado la lengua. Con su paciencia casi consumida el omega agregó: —¿Te quedarás toda la noche ahí parado, mirándome?, como mínimo deberías invitarme un trago.
Lan WangJi realmente parecía querer decir algo. WuXian sabía que el fuerte del Lan en definitiva no eran las palabras. Incluso le divertía verlo tan angustiado por no poder expresarse, era algo cruel, pero el alfa se lo merecía.
Sólo después de una larga espera (según WuXian), Lan WangJi por fin habló: —Yo... ¿Podemos ir a otro lugar para hablar?
El omega levantó una ceja. —¿Hablar? ¿Así como la última vez? —No pudo evitar burlarse del alfa. —¿Dónde me follaste hasta la inconsciencia y encima tuviste el descaro de marcarme sin mi consentimiento?
La cara de Lan WangJi decayó totalmente, su semblante estaba gris y sus ojos habían bajado. WuXian pensó que quizás había sonado más ofendido de lo que realmente estaba. Pero ya había dicho aquello, sólo le quedaba seguir en su papel de víctima.
Lan WangJi alzó la vista para mirarle de frente. —Lamento haber hecho aquello... no debí.
WuXian sentía la preocupación del Lan como suya, el lazo obligaba a que ambos fueran casi transparentes para el otro. Incluso, el omega pensó que realmente no necesitaba hablar con Lan WangJi, podía sentirlo a la perfección, su arrepentimiento y temor. Ahora la fría cara del alfa que antes consideraba indiferente se volvía más reveladora.
El omega suspiró. —En efecto, no debiste—. WuXian se levantó de su lugar y empezó a caminar, en el paso número cinco se dio cuenta que Lan WangJi no le seguía, por lo que giró a verle—. ¿Qué esperas? Vámonos.
Los ojos dorados le miraron, Lan WangJi obedeció, pero siguió permaneciendo a cinco pasos de distancia del omega, como si fuera incapaz de acercarse más. WuXian miró en dirección a donde se había marchado Hua Cheng, sentía que si desaparecía en realidad no se notaría su ausencia, por lo que se disculpó mentalmente con su hermano y Hua Cheng. Pero estaba decidido a arreglar y aclarar todo con Lan WangJi esa misma noche.
Chapter 30: Capítulo 29. Dragón Blanco.
Chapter Text
Lan XiChen miraba discretamente al omega que había comenzado a mover su pie contra el suelo repetidas veces, siendo una clara señal de que su paciencia estaba por agotarse. El alfa se cuestionaba si Jiang WanYin jamás se cansaba de mostrar esa expresión de enojo, aunque en ese punto comenzaba a creer que ya era algo característico del omega.
Suspiró al mirar la hora, Nie HuaiSang estaba tardando. Estaba a punto de levantarse para ir a preguntar por él cuando la puerta del lugar se abrió, la figura del Nie atravesó el umbral con rapidez y se situó con gracias detrás del escritorio. El menor parecía algo tenso pero fuera de eso no mostraba tener algún problema mayor.
Nie HuaiSang miró varias veces entre el Lan y el Jiang, después sonrió. —Gracias por no ensuciar mi piso con sangre en lo que no estuve.
Su voz realmente sonaba alegre, como si hubiera esperado un muerto, pero al ver que todo estaba en orden su expresión fue de alivio total.
Por otro lado, Jiang WanYin no parecía estar tan feliz.
—HuaiSang —su voz era fuerte, no había dicho más nada, pero era claro que tenía ganas de estrangular al Nie—. Tenemos que hablar.
HuaiSang tosió ligeramente como si tratara de desviar la atención. —Sé que quieres muchas explicaciones, pero todo esto es por un muy buen motivo, lo juro.
El Jiang frunció el ceño, XiChen esperaba alguna escena pero increíblemente esta nunca llegó.
Lan XiChen se dirigió al Nie, pensando en que quizás sí había alguna oportunidad para hacer lo que había hablado con HuaiSang antes de que el Jiang llegara, pero antes de eso debía saber si MingJue ya estaba enterado.
—¿Tu hermano dijo algo sobre el tema? —cuestionó el alfa mirando al joven detrás del escritorio.
HuaiSang asintió. —Sí, justo de eso quería hablar —el Nie sonrió con algo de nerviosismo. —De hecho me alegra que estén los dos, así no tendré que repetirlo.
Los ojos de Jiang WanYin escudriñaron a HuaiSang por aquellas palabras, XiChen pudo ver muy bien su reacción.
—¿A que te refieres?—el Jiang casi parecía advertirle al Nie de que cuidara lo que estaba a punto de decir.
HuaiSang hacía movimientos nerviosos y su sonrisa que tiraba hacia un lado está ligeramente tensa. —Creo que todos podremos salir beneficiados de esto.
No había dicho otra cosa cuando la voz de Jiang WanYin se alzó.
—No—la palabra contundente fue más que clara. —Lo que sea que estés pensando no lo haré.
El rostro de Nie HuaiSang decayó en segundos. —¿Po-Por qué?
—¡Porque me pedirás que trabaje con estos!—exclamó con molestia señalando con su dedo al alfa que estaba sentado a unos metros.
XiChen creyó que el comportamiento del omega era algo caprichoso. En base a las circunstancias era obvio que la mejor opción era unirse, pero aparentemente el orgullo de ese omega era más grande de lo que pensó.
HuaiSang intentó calmar al Jiang. —Vamos, ni siquiera he dicho de que se trata.
—¡Pero te conozco!—le recriminó el joven, su tono de voz y expresiones fueron algo divertidas para XiChen, provocando que una ligera risa se escapara de su boca, lamentablemente esta había sido lo suficientemente alta para que el sulfúrico omega Jiang le escuchara y como consecuencia le mirara aún más molesto. —¡¿De que te ríes tú?!
XiChen se mantuvo sereno, sabía que alterarse sólo provocaría una desagradable pelea. Debía ir con cautela cuando se trataba de ese omega. —Sólo creo que estás siendo un poco radical.
Jiang WanYin ladeó ligeramente su cabeza y repitió:—¿Radical?—en un par de zancadas llegó hasta el lado del alfa, XiChen apenas fue consciente cuando un arma le apuntaba justo en la cabeza. —¿Quieres que te muestre qué tan radical puedo ser?
—¡No peleen!—gritó alarmado del Nie, parecía que le daría un ataque al ver la situación entre esos dos. —Si ensucio la oficina otra vez Da-Ge me matará.
WanYin parecía no escuchar las palabras del otro omega, su expresión era dura y no apartaba los ojos del Lan.
El Jiang acercó más el arma a XiChen. —Dame una razón para no dispararte en este maldito momento.
XiChen estaba sentado, por lo que miraba desde abajo al omega. Sin duda desde ese ángulo el Jiang se veía imponente y muy terrorífico. Aún con ello el Lan se encogió de hombros.
—Si quieres disparar hazlo.
—¡No! ¡No lo hagas! —suplicó casi llorando el Nie.
Los ojos avellana de XiChen seguían firmemente puestos en WanYin. —Pero procura matarme con el primero tiro, porque si sobrevivo no dudaré en sacar mi arma también.
El dedo del omega se acercó al gatillo, como si se debatiera entre tirar de una vez o no.
—Nadie le va a disparar a nadie—interrumpió HuaiSang—, toda esa energía deberíamos gastarla en los Wen. Cuando todo esto termine pueden perseguirse todo lo que quieran, pero escúcheme un momento.
XiChen observó que Jiang WanYin parecía vacilar, sus ojos dudaban. El alfa creía tener el plan perfecto para lograr que el Jiang accediera a la propuesta que tenían planeada. —Creo que WanYin teme no poder encajar con el resto.
HuaiSang se levantó para acercarse al par que parecían a punto de matarse. —No lo provoques—pidió en voz baja.
Jiang WanYin miró indignado a XiChen. —¡Claro que no tengo miedo!—Hasta el momento no había bajado su arma, y con el comentario reciente, menos parecía querer hacerlo. —¡Tu y el resto sólo me estorbarían!
XiChen veía como el omega reaccionaba tal y como esperaba, poco a poco empezaba a comprender cómo tratar con el Jiang, su facilidad para leer a las personas jamás le había ayudado tanto como en ese momento.
El Lan suspiró mientras negaba con la cabeza—Excusas—murmuró analizando cada reacción de WanYin. —Todos sabemos que si atacamos en conjunto a los Wen podremos terminar más rápido. ¿O acaso me equivoco?
Por unos segundo el Jiang no dijo nada, poco a poco el arma fue bajada, pero WanYin seguía con expresión de furia.
—No necesito de ustedes—declaró dando media vuelta para alejarse y regresar a su lugar.
XiChen se permitió sonreír ligeramente, pensó que el orgullo de ese omega quizás sería su perdición.
Aclarando su garganta el alfa habló. —Bueno, quizás nosotros si te necesitemos—con aquella oración logró hacer que el Jiang frenara sus pasos y mirara de regreso al Lan, parecía no creer lo que acababa de escuchar. XiChen se complació por aquella reacción, era muy inteligente, así que decidió aprovechar la oportunidad y agregar más cosas. —Escuché que eres muy hábil para hackear sistemas complejos, si no me equivoco fuiste tú quien ha derrumbado nuestras cámaras y programas cada vez que los demonios atacan.
No estaba mintiendo, tener a alguien con las habilidades del Jiang ayudaría demasiado.
WanYin chasqueó la lengua. —Su seguridad es una burla.
XiChen no dijo nada al respecto por aquello, en cambio fue insistente para que el omega escuchara.
—Piénsalo WanYin—podía ver que casi lo lograba. —No es necesario que luchemos codo con codo.
Segundo a segundo el Nie sudaba más y sólo veía a alfa y omega mirarse para ver quién tendría la victoria en aquella discusión.
—Eres muy molesto—expresó el omega Jiang alejándose mientras caminaba en círculos como si pensara.
Nie HuaiSang no podía creer lo que sus ojos veía, su amigo realmente lo estaba considerando. Siempre supo que sería un trabajo muy difícil convencerle, pero nunca esperó que fuera el mismo Lan quien terminara haciendo casi todo, aunque aún era muy pronto para decirlo.
—Increíble...—HuaiSang miró al Lan. —¿Cómo supiste cómo manejarlo?
—Creo que tú mejor que nadie sabe cómo hacerlo—las palabras de XiChen lograron que el Nie se riera en voz baja. El alfa miró de reojo al Jiang, este seguía en su lucha interna, XiChen no lo presionaría, suerte que la paciencia era una de sus más grandes virtudes. —Sólo necesitamos que WanYin nos dé un empujón.
HuaiSang se burló.—Cuidado con lo que pides Lan XiChen—sus ojos miraron con gracia al loto del sur. —Él es muy capaz de empujarte, pero de un edificio.
—Lo sé—XiChen sonrió, sabía lo peligroso que era ese omega—, sin embargo, no lo hará.
Su afirmación fue tan exacta como el momento en el que Jiang WanYin se plantó delante.
—Está bien—dijo en voz baja el Jiang. Sus ojos se afilaron al ver a Lan XiChen. —Cuando todo termine tú serás el siguiente en mi lista Lan.
XiChen se preguntó si la mordida de ese omega era tan fuerte como su ladrido. Ya había perdido la cuenta del número de veces que había sido amenazado por Jiang WanYin, y presentía que aún faltaban más.
—Perfecto—declaró el alfa, ya no había más tiempo que perder en ese caso. —HuaiSang dinos lo que pensaste.
—En realidad Lluvia Carmesí inició con la idea, yo solo la pulí—declaró el Nie volviendo a su lugar una vez que todo parecía estar en luz verde para continuar con su plan.
—No seas tan modesto, sabemos que eres un genio—dijo el Jiang con fastidio—tenemos suerte de que estés de nuestro lado.
Nie HuaiSang desvió la vista. —Bueno, tampoco es como que los quiera a ustedes de enemigos. En realidad no debería tomar ningún partido—seguido de eso los ojos del Nie se volvieron fríos. —Pero los Wen me pusieron como su enemigo desde que mandaron a matar a mi hermano, eso no lo puedo permitir.
XiChen sabía que los hermanos Nie siempre se habían cuidado entre ellos, quien se atreviera a amenazarlos era casi seguro que poco después terminaría muerto. Además, Nie MingJue siempre había sido un gran amigo para él. Cuando Jun Wu comenzó a meterlo más en sus negocios le presentó a los hermanos Nie y fue justo MingJue quien se tomó el tiempo de explicarle ciertas cosas del funcionamiento. Ambos encontraron apoyo en el contrario, incluso tiempo atrás, cuando los Nie tuvieron problemas, XiChen no dudó en ofrecer su ayuda.
—¿Él está bien?—preguntó el alfa refiriéndose a MingJue.
—Claro que lo está, Lluvia Carmesí tenía razón en cuanto al tipo de personas que contratan los Wen. Son muy... deficientes diría yo—comentó HuaiSang recordando como su hermano le había llamado furioso porque se habían atrevido a emboscarlo, y su lustroso auto recién pulido había sido víctima de una lluvia de balas.
Jiang WanYin no parecía tener ganas de escuchar más acerca del hermano de HuaiSang. —Sólo explica de una vez que haremos.
—Si todo sale según lo acordado esta misma noche podremos conseguir la localización exacta de los Wen—comentó HuaiSang al demonio.
—¿Y si no?—Jiang WanYin sabía mejor que nadie que un plan siempre podía fallar.
XiChen respondió esta vez en lugar del Nie. —Tenemos cuatro planes más que nos respaldan. Si uno no sirve usaremos el siguiente.
Aunque esperaba que el plan número uno fuera un éxito y no necesitara del resto, pero eso ya lo dejaba en manos de Xie Lian y el alfa que le acompañaba esa noche.
El omega contó mentalmente al ver como otro hombre se alejaba de la mesa de Xuan Ji, este parecía ser un sujeto ordinario, Xie Lian internamente se lamentaba por las personas inocentes que escogían meterse en asuntos turbios, pero seguramente ni ellos sabían con exactitud hacia donde estaban siendo lanzados.
—Ese es el sexto hombre con el que habla—comentó a Hua Cheng quien estaba a su lado, aunque a diferencia de él no parecía tan interesado en todo lo que ocurría a su alrededor. El omega le miró con cierta duda. —San Lang, aún no lo entiendo.
Toda la atención del alfa fue absorbida por Xie Lian. Hua Cheng preguntó. —¿Qué cosa?
—¿Cómo lograste que ella viniera aquí?—Xie Lian se cuestionaba cuál era la verdadera influencia que ejercía el alfa para lograr que esa mujer estuviera ahí, porque claramente no era ninguna coincidencia.
—Nie HuaiSang—Respondió con simpleza el alfa. —Ese chico es muy listo, sólo necesitó mover algunos hilos para ponerla en mi camino, ya había hablado con él días antes, sólo fue cosa de esperar.
Xie Lian sabía que Nie MingJue era la cara de los Nie, el encargado de la mayoría de los trabajos, la fuerza bruta para ser exactos. Pero detrás de ese alfa estaba Nie HuaiSang, alguien con apariencia serena y algo distraída, pero quién realmente lo conocía sabía que era mucho más de lo que aparentaba. Prácticamente siendo la cabeza en cada uno de los movimientos que hacía su hermano mayor.
La madre de MingJue había muerto cuando era un niño, poco después su padre se juntó con otra mujer, dando la llegada de HuaiSang, desgraciadamente la familia Nie se miró afectada, provocando la muerte de los padres. Nie MingJue se hizo cargo de los negocios y de su hermano desde muy joven y hasta el momento lo había sabido llevar bien con ayuda del menor, tanto así que tenían alianzas con el mismísimo Jun Wu, aunque sus políticas usualmente se mantenían muy neutras y sólo se enfocaban en la distribución de equipo.
Según tenía entendido, MingJue usualmente consultaba con su hermano casi todo lo que se realizaba, y era la última persona que dictaba si era buena idea o no. Pero Xie Lian no creyó que Nie HuaiSang tuviera tanto alcance como para ponerles en charola de plata a su objetivo.
—Increíble, no pensé que el joven Nie fuera tan hábil.
—Si debes de cuidarte de alguno de los Nie ese es sin duda de HuaiSang—dijo Hua Cheng como si supiera que tan lejos podía llegar HuaiSang para lograr cumplir sus planes.
Xie Lian entendió a la primera a lo que el alfa se refería. Una nueva duda llegó a su mente. —¿Tratas desde hace mucho con los Nie?
—No—negó Hua Cheng con honestidad. —WuXian y WanYin son más cercanos a HuaiSang, se ayudan mutuamente.
Eso sí fue algo nuevo para Xie Lian, no sabía qué clase de relación tenían los demonios con HuaiSang, pero parecía ser una confianza bien establecida. —Supongo que tienen años conociéndose.
Su comentario era casual, pero verdaderamente quería saber más del tema. Y al parecer Hua Cheng le diría todo lo que sabía.
—Así es—la expresión del alfa era calmada, como si dar información personal de sus compañeros no fuera importante. —Tengo entendido que se conocen de años atrás, cuando eran muy jóvenes y no estaban tan involucrados en... todo esto, antes de la muerte de Yu ZiYuan. HuaiSang sufrió de un intento de secuestro para sobornar a su hermano, pero WuXian y WanYin le rescataron justo cuando le intentaron secuestrar, desde entonces HuaiSang se siente en deuda con ellos. En realidad MingJue nunca supo lo que esos dos hicieron por su hermano y aunque HuaiSang intentó decirle lo que ocurrió, tanto WuXian como WanYin no lo permitieron, quizás para no tener problemas con la madre de WanYin, no lo sé con exactitud.
En ese instante Xie Lian recordó años atrás como las noticias se habían plagado del intento de secuestro a HuaiSang, en ese entonces calculaba que el Nie tendría unos 13 o 14 años. Jamás supo quién había logrado detener el secuestro, siempre creyó que fue el mismo MingJue quien se había encargado de salvar al menor de los Nie, sólo hasta ahora se enteraba de la verdad.
—Creo que recuerdo como las noticias se llenaron del intento de secuestró del joven Nie. Duraron semanas hablando del tema—Murmuró Xie Lian, en ese entonces Nie MingJue había pedido apoyo a Lan XiChen para encargarse de las personas que se habían atrevido a lastimar a su hermano.
La mirada de Hua Cheng parecía algo nostálgica, como si recordara esos años atrás. —Yo aún no los conocía en persona, pero también supe de ese caso, fue la primera vez que escuché de los famosos lotos del sur, de ahí se ganaron su apodo.
—¿Lotos del sur?—Xie Lian no ocultó su duda.
El alfa sonrió y comenzó a explicar. —Un apodo que les puso el mismo Nie HuaiSang por salvarlo y aparentemente todos los distritos del sur comenzaron a llamarlos así. Al menos los más cercanos a ellos, aún eran muy jóvenes, pero parece que ya hacía pequeños trabajos.
Xie Lian asintió comprendiendo las palabras de Hua Cheng, pero ahora tenía más curiosidad que antes. —¿Cómo conociste a WuXian y a su hermano?
La mirada de Hua Cheng cambió, parecía más sombrío pero su voz se mantuvo gentil, como si intentara quitarle importancia al asunto.
—Esa es una larga historia—el alfa sonrió a Xie Lian. —Quizás pueda contarla en un mejor momento.
Xie Lian creyó que empezaba a exigir demasiado, en realidad no sentía que tuviera el derecho de pedir por información como esa, ni siquiera él había hablado de su pasado como para pedir ese tipo de datos al alfa.
—Si no quieres no debes hacerlo—dijo el omega queriendo mostrar que no estaba obligando a Hua Cheng a decir más de lo necesario.
Hua Cheng sonrió. —Al contrario—el alfa tocó discretamente la mano de Xie Lian, logrando hacer que su corazón se acelerara. —Deseo responder tus dudas Gege, me alegra que tengas curiosidad.
Xie Lian desvió su vista sintiéndose algo apenado por la forma tan cálida con la que Hua Cheng le trataba. No comprendía qué tenía ese alfa que le hacía querer saber más de su vida, incluso a veces él mismo tenía la necesidad de contar cosas de su pasado, o al menos las que recordaba, como si inevitablemente tuviera ese deseo de ser honesto con Hua Cheng.
Tomando valor levantó sus ojos para enfrentar la mirada obsidiana, sin embargo, el movimiento a lo lejos terminó captando su atención. Xuan Ji por fin se levantó de su lugar, era seguida por todos su hombres, aparentemente ya había terminado su trabajo esa noche.
—Se están yendo—indicó el omega mirando como se alejaban rumbo a la salida.
Hua Cheng se levantó enseguida y tendió su mano a Xie Lian. —Vamos Gege—el omega no dudó en tomarla y ser guiado entre la multitud, pero a diferencia de Xuan Ji que se retiraba por el frente, Hua Cheng lo llevó a lo que parecía ser la parte trasera—Por aquí.
Los guardias que solían custodiar las entradas se hicieron a un lado en cuanto miraron a Hua Cheng.
Xie Lian aún no comprendía bien el plan. —¿A dónde vamos?
Hua Cheng le miró sonriendo de lado. —Espero estés listo para un pequeño paseo Gege.
El omega le miró sorprendido, al final terminó sonriendo y asintió emocionado. El alfa lo terminó llevado un callejón por detrás del establecimiento de los Nie. Ahí, en medio de la oscuridad se encontraba un elegante auto esperando por ellos. Hua Cheng se acercó a la puerta del copiloto y la abrió para Xie Lian. Este agradeció el gesto y tomó su lugar, segundos después Hua Cheng también subió al auto y encendió el motor.
Xie Lian miró la sonrisa del alfa aún con la escasa iluminación del ambiente.
—No te has arrepentido, ¿verdad?—preguntó el alfa. —Si no quieres venir está bien.
Xie Lian sonrió, sentía que Hua Cheng se preocupaba más por él y su comodidad, que por su objetivo que estaba a punto de escaparse.
—No te preocupes San Lang, acordamos en hacer esto juntos.
—Si Jun Wu te escuchara decir eso seguramente me dispararía—comentó con burla Hua Cheng retirando el freno de mano.
Xie Lian sonrió, un ligero sonrojo se colocó en sus mejillas, pero aún así se permitió reír con ligereza.
Sin más, el auto aceleró y salió del lugar, logrando seguir justo a tiempo a Xuan Ji.
Lan WangJi sentía la tensión que había en el elevador. Y esta era claramente sexual, su alfa interno rasgaba desesperado, ansioso por echarse sobre el omega que estaba al otro extremo. Todo era tan diferente si se comparaba con la última vez que se vieron. A pesar de que las circunstancias eran algo similares todo se sentía tan... delicado. Delicado en el sentido que con un paso en falso todo terminaría en catástrofe.
La última vez que ambos habían estado en un elevador Lan WangJi sujetaba con fuerza a WuXian temiendo que escapara. Pero en esta ocasión ni siquiera se tocaban, el alfa estaba parado lo más lejos posible del menor, como si temiera inclusive respirar en su dirección.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron el primero en salir fue WuXian, Lan WangJi lo miró andar, no comprendía porqué actuaba de esa forma, como si no le importara hablar del tema.
El alfa siempre imaginó que cuando se reencontraran el omega le gritaría o insultaría por lo que había hecho. Esperaba quizás que le odiara, pero la forma desinteresada de Wei WuXian en realidad le estaba lastimando más que todas las posibilidades previamente contempladas.
Lan WangJi apenas salió del ascensor, pero no tuvo el valor de seguir avanzando, sólo pudo permanecer parado en su lugar, sabía cómo terminaría todo si entraba a la habitación. Realmente quería arreglar las cosas, pero Wei WuXian ni siquiera le había dirigido la palabra o mencionado algo del tema.
—Wei Ying—llamó el alfa en señal de querer hablar. Sentía a través de su lazo que el omega no estaba molesto, pero aún tenía incertidumbre de lo en verdad había entre ellos.
—Lan Zhan—interrumpió WuXian antes de que el Lan pudiera decir otra cosa—, no te odio o lo que sea que estés pensando, ahora quita esa cara y camina.
—Pero...—Lan WangJi no sabía si insistir o simplemente hacer todo a manera de Wei WuXian.
El omega suspiró. —Dejemos las cosas claras—se acercó y se paró delante del alfa. —Los dos cometimos un error. Soy consciente que te provoque aquella vez y tú te dejaste controlar fácilmente por tu instinto. Eres mi destinado y estamos enlazados ahora, no puedo lamentarme toda mi vida. Así que sólo entremos a una habitación y tengamos sexo. ¿Comprendes?
La dureza de esas palabras retumbaron con gravedad en Lan WangJi. Pensaba si esto sólo era una actitud frívola por parte del omega y verdaderamente no quería arreglar las cosas.
—No tienes que hacer esto—dijo el alfa, si WuXian sólo lo hacía por obligación o por querer conseguir otra cosa por parte de él, prefería que mejor le dijera de frente sus intenciones y terminar rápido con todo.
Wei WuXian pareció ver su duda y sentir su incomodidad por cómo se estaban dando las cosas. —Oh créeme, quiero volver a acostarme contigo.
—Primero hablemos—Lan WangJi temía que después de cumplir las peticiones del omega esté simplemente desapareciera como la última vez.
WuXian le observó un poco. —Lan Zhan, seamos honestos. Tú eres terrible hablando y yo creo que es algo innecesario hablar en este punto. Tengo todo este rato siento tu miedo y preocupación, no necesito que me digas algo que ya sé—con pasos lento se acercó hasta invadir el espacio personal del alfa. —Y la verdad no creo resistir mucho... y sé que tú tampoco, así que solo acostémonos y dejemos que nuestro lazo haga todo el trabajo arreglando nuestro desastre.
WuXian alzó una mano con intenciones de tocarle pero Lan WangJi lo detuvo. Los ojos dorados lo escanearon.
—¿Y después?—preguntó el alfa.
WuXian alzó una ceja. —¿Después qué?
—¿Te irás?—el miedo del Lan fue más que evidente.
Wei WuXian bajó la vista, con un movimiento se soltó del alfa y de manera sorpresiva le abrazó enterrando su rostro en el pecho del Lan, como si no pudiera soportar más la presión del momento.
—No Lan Zhan, no me iré—declaró el menor alejándose y dándole la espalda para comenzar a caminar una vez más. —Si quieres hablar lo haremos después de follar.
Lan WangJi estaba ofuscado por ese omega y su forma tan descarada de resolver las cosas. Aún con todas las veces que le había engañado le seguía siendo inevitable no confiar en él. Por lo que al final sólo pudo seguir por detrás a Wei WuXian para hacer todo a su manera.
El auto de Hua Cheng avanzaba con destreza entre el poco tránsito que había, debido a la hora la mayoría de las calles estaban despejadas, pero el auto de Xuan Ji que seguían justamente recorría las rutas donde más se dificultaba acercarse, además de que otros dos autos le cubrían por el frente y por detrás. Las avenidas principales aún eran transitadas, por lo que se encontraban unos autos por detrás tratando de seguirle la pista pero sin ser demasiado obvios.
—¿Hacia dónde se dirige?—preguntó a la nada Xie Lian.
El auto en el que viajaba Xuan Ji había seguido muy a la vista e incluso parecía que no tenía un destino en concreto y sólo daba vueltas.
—No te preocupes, lo averiguaremos—dijo Hua Cheng acelerando un poco y acercándose lo más prudente posible.
Por unos minutos les siguieron hasta que por fin los autos pertenecientes a Xuan Ji se desviaron. La intersección que tomaron encendió una alarma en Xie Lian.
—Esto no me gusta...—comentó el omega mirando como efectivamente se hacían realidad sus sospechas. —Están saliendo de la ciudad.
El omega miró al alfa, Hua Cheng tampoco parecía precisamente feliz, incluso estaba algo tenso.
La profunda mirada de Hua Cheng se posó de reojo el Xie Lian—Regresaremos.
Xie Lian asintió, su atención se fue al espejo del retrovisor, donde pudo ver como varios autos les seguían por detrás.
—San Lang—llamó el omega. —Tenemos compañía.
Chapter 31: Capítulo 30. Demonios.
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El vehículo claramente ya había sobrepasado el exceso de velocidad, pero Hua Cheng no se podía dar el lujo de conducir como dictaba la ley, bueno, nunca lo había hecho para empezar. Había terminado con varios autos por detrás, al alfa no le había quedado otra opción que seguir la misma ruta que había tomado Xuan Ji, aunque ella también había acelerado logrando ganar distancia. Todos iban en una carrera contra el tiempo, era claro que pronto se desataría la pelea.
Casi en cuanto estuvieron totalmente lejos de la ciudad, prácticamente en la nada y sin espectadores, varios disparos comenzaron a impactar en la parte trasera del auto, lo primero en hacerse añicos fue el cristal, mal día para no salir en un auto blindado.
—¡Gege agáchate!—exclamó el alfa pisando más el acelerador y comenzado a manejar en zigzag para esquivar de mejor manera las balas. Hua Cheng estaba molesto, de estar solo no le importaría lidiar con todo eso, pero el simple hecho de pensar en que Xie Lian podía salir herido le enfureció.
Hua Cheng tenía un conocimiento de la ruta que habían tomado, sabía que más adelante había un largo puente que cruzaba un río. Si él fuera el encargado de todo ese espectáculo pediría sin duda una emboscada en ese puente, esperaba estar equivocado «lo cual rara vez sucedía» y que estas personas no pensaran como él.
—Debemos deshacernos de esos estorbos para poder retornar, de lo contrario nos acorralarán—dijo el alfa pensado en sus posibilidades de ese momento.
Sin embargo, Xie Lian parecía tener otros planes.
—Tú conduce, yo puedo desviarlos y ganar tiempo—aseguró el omega sacando un arma de entre sus ropas.
Xie Lian retiró el seguro y bajó la ventanilla del auto con claras intenciones de asomarse y comenzar a disparar. Hua Cheng quería replicar, pero no lo hizo, confiaba en que su omega podía lidiar con aquello y cumplir sus palabras.
—Ten cuidado—pidió el alfa al ver como Xie Lian se quitaba su cinturón de seguridad. Era lo único que podía hacer, observar a su omega luchar.
Xie Lian le dio una corta mirada y sonrió. —Estaré bien.
Hua Cheng asintió y le regresó la sonrisa.—Te daré diez segundos, después voy a pisar el acelerador hasta el fondo.
—Más que suficiente.
Xie Lian cerró los ojos y respiro hondo, cuando los volvió abrir su mirada era completamente diferente. Parecía como si hubiera entrado en un modo de asalto, donde tenía un objetivo fijo y no pararía hasta derribarlo.
El omega terminó sacando la parte superior de su cuerpo por la ventanilla y disparó sin siquiera pestañear, Hua Cheng miró por el retrovisor y observó como uno de los autos se desviaba ocasionando un aparatoso accidente, aunque el resto de vehículos que resultaron intactos sólo siguieron adelante ignorado el caos.
Tal como dijo el alfa, a los diez segundos pisó el acelerador hasta el fondo. Con aquello por lo menos ganarían más tiempo para pensar en lo siguiente.
Debido a la cantidad de autos que aún les perseguían Hua Cheng supo que no había una forma de escapar si no tomaban medidas más desesperadas. Era necesario terminar con todos de un solo golpe.
—Gege, revisa en el asiento de atrás, en la parte de abajo debe haber una caja negra—pidió el alfa mientras sus ojos viajaban del espejo retrovisor al frente repetidas veces.
Aparentemente habían alcanzado el auto en el que viajaba Xuan Ji, aunque más bien el auto de ella había bajado la velocidad para encontrarlos por fin.
Xie Lian obedeció la petición de Hua Cheng, una vez encontró la caja que creía pedirle la tomó y la puso en sus piernas para abrirla. Los ojos del omega se mostraron asombrados al mirar su contenido, comprendiendo el motivo de su peso.
—Esto es...—Xie Lian no terminó de preguntar, pero no fue necesario.
Hua Cheng sonrió de lado. —Si vamos a abrir fuego lo mejor será hacerlo a lo grande.
La sonrisa del alfa duró muy poco, la diversión de Hua Cheng se esfumó al notar que un auto se había situado lado a lado de ellos, el cristal abajo y el arma sobresaliendo hicieron que la expresión del alfa cambiara en segundos.
—¡Gege abajo!
El alfa obligó al omega a inclinarse, el sonido de los disparos fue lo que terminó alertado a Xie Lian.
—¡San Lang!
Hua Cheng apretó los dientes al sentir un punzante dolor a su costado. No había duda, era momento de hacer una llamada de emergencia al resto de demonios.
WuXian miró cómo Lan WangJi abría una puerta y le daba el pase, el omega se adentró sin dudarlo al lugar. Lo primero que sus ojos divisaron fue un gran ventanal, el cual ofrecía una espléndida vista de la ciudad. Algo atraído por las luces brillantes que se filtraban caminó hasta poder tocar el cristal. Dentro de la habitación todo estaba a oscuras, WuXian no sintió la necesidad de buscar el interruptor y aparentemente el Lan tampoco.
Por detrás escuchaba como Lan WangJi cerraba la puerta, después los ligeros pasos acercándose a sus espaldas. Una parte de él quería girar y dar la cara, pero la otra parte no tenía el valor aún para enfrentarlo.
No era un secreto que Wei WuXian era una persona que hablaba mucho, pero esa noche realmente no quería abrir la boca, no para hablar del tema por lo menos, sólo quería demostrarle que esta vez también estaba intentado llevar más allá su "relación". Pero en vez de usar palabras quizás sus acciones serían más claras.
La piel del omega se erizó cuando sintió los dedos de alfa jugar con su cabello para después recorrerlo hacia un lado. Sin preguntar, sabía que Lan WangJi quería ver la marca. Poniendo de su parte el omega bajó la cabeza para dejarle una mejor vista.
—No pude sentirte algunos días. ¿Qué hiciste?—preguntó Lan WangJi acariciando la piel expuesta donde reposaba la cicatriz ya sanada de su enlace.
El tacto mandaba descargas en el cuerpo de WuXian, pero aun así respondió con voz bromista. —Si te lo digo no creo que te agrade.
—Wei Ying—Lan WangJi parecía advertirle que no jugara con eso.
El omega suspiró resignado y dijo la verdad: —Bebía como loco y quizás ingería algunas drogas, yo... tenía miedo de lo que este lazo me hacía sentir—WuXian por fin se giró para verle de frente. —Me asustaba lo que tú me hacías sentir.
Lan WangJi abrió la boca ligeramente asombrando, su mano no dudó en acariciar y acunar el rostro del menor. —¿Ya no?
Wei WuXian sonrió y negó. —Ya no.
La sensación de alegría estalló en WuXian, pero no era la suya, sino las de Lan WangJi. La emoción del alfa se sentía con claridad, ahora que lo tenía de frente todo aquello parecía aumentar. Se preguntaba si era debido a su lazo o porque estaban destinados, quizás ambos. Siempre escuchó historias de la profunda conexión que se podía desarrollar, pero sólo hasta ese instante empezaba a experimentarlo. Al principio fue abrumador, pero ahora, se volvía satisfactorio.
—No lo vuelvas hacer—pidió el alfa tomándolo de la cintura para acercarlo a su cuerpo.
—No lo haré nunca más—aseguró WuXian, tampoco era como si hubiera disfrutado ese tiempo que estuvo inconsciente de sí mismo.
Lan WangJi hizo una última petición. —Promételo.
La súplica en los ojos dorados terminó derribando a Wei WuXian.
—Lo prometo—murmuró en voz baja antes de lanzarse y besar los labios del alfa que tanto le llamaban.
La sed que ambos habían cargado durante tanto tiempo poco a poco empezaba a ser saciada, aunque estaba lejos de ser suficiente, no cuando ya se habían degustado y sabían el sabor de su pareja. Ambos querían más, mucho más. Algo que un simple beso no podría cubrir.
WuXian abrazaba por el cuello al Lan sin intenciones de alejarse, deseaba fundirse con él, juntar sus cuerpos lo más físicamente posible. Su lengua luchaba con brusquedad contra la de Lan WangJi, al principio se rehusó a dejárselo tan fácil al alfa, pero mientras más segundos transcurría, más perdía su voluntad de luchar y sólo quería dejarse hacer en las manos de su destinado.
El omega no estaba para juegos, así que intentó retirar las prendas de ambos con desesperación, volviéndolo algo torpe y descuidado. En cuanto se deshizo de su camisa alzó sus manos para abrir la de Lan WangJi, apenas aflojó la corbata y se deshizo de unos cuantos botones, solamente los necesarios para meter sus manos y sentir la piel cálida bajo sus palmas. Con más decisión bajó una de sus manos al pantalón de Lan, pero una de las manos del alfa lo tomaron impidiendo cumplir sus deseos, WuXian se alejó para verlo y preguntar con la mirada lo que ocurría. Los ojos grises observaron como este retiraba su corbata floja con la mano libre y la utilizaba para comenzar a amarrar sus manos.
WuXian quiso reclamar enseguida de aquello, pero Lan WangJi lo besó de inmediato para callar cualquier objeción. El omega sólo pudo suspirar en la cálida boca del alfa y degustar ese sabor tan característico de Lan WangJi. Apenas fue consciente de la tela apretándose y aprisionando sus muñecas.
—Ah—WuXian se sorprendió cuando fue volteado de frente al ventanal, estaba tan limpio que podía ver su reflejo y por detrás los brillantes ojos dorados de Lan WangJi.
No lo dirá en voz alta, pero le excitó de sobremanera todo lo que estaba haciendo el Lan, desde amarrarlo con la corbata hasta girarlo con brusquedad sobre el cristal. Sonrió sabiendo que Lan WangJi estaba mirando su reflejo.
—Que agresivo Lan Zhan, no me voy a ir a ningún lado—murmuró el menor con voz juguetona mientras empujaba sus caderas hasta tocar con su trasero al alfa para comenzar a restregarse. Podía sentir detrás de la tela la gran virilidad dura como piedra siendo retenida.
Por el reflejo pudo observó como el Lan se retiraba su camisa y desabotonaba sus pantalones, pero no los retiró, ocasionando que WuXian hiciera un puchero decepcionado. Su gesto duró poco al sentir la cálida mano tomado su cintura, el pulgar del alfa acariciaba la tersa piel logrando generar cierto escozor en cada parte que tocaba. No era la primera vez que Lan WangJi le acariciaba de esa forma, pero para WuXian se sentía así, y presentía que así sería siempre de ahora en adelante.
El omega soltó un gemido ahogado cuando la mano de Lan WangJi se metió a sus pantalones y comenzó a acariciarle por el frente, sólo fueron breves toques antes de que esa mano pasara a su parte posterior. Los largos dedos se sumergieron entre la división de su trasero hasta llegar a su entrada para empezar a jugar con ella y con la humedad que desprendía a montón.
WuXian mordió su labio y recargó su frente contra el cristal mientras sufría por esa estimulación que sólo eran juegos para el alfa. Sintió como su parte baja se enfriaba de forma rápida, demostrando que Lan WangJi por fin le había bajado los pantalones junto a su ropa interior de un solo tirón.
La voz grave resonó por detrás justo en su oreja. —Levanta el rostro.
WuXian negó con la cabeza, su cuerpo respingó al sentir tres dedos ingresar de forma abrupta, no le dolió, pero sí le sorprendió.
—Levanta el rostro—repitió Lan WangJi moviendo sus dedos hábilmente. —O me detendré.
WuXian gruñó bajo y alzó su rostro, lo primero que notó fue su gran sonrojo y como sus ojos grises comenzaban a lagrimear. El omega jamás se había mirado así mismo en ese estado de total éxtasis, y siendo honesto, no lucía nada mal. Su vista se movió hacia Lan WangJi, quien estaba mirándolo fijamente a través del cristal, sus ojos parecían hambrientos y todo su aroma destilaba peligro. El omega interno de WuXian estaba extasiado, llamándolo a gritos, deseando desencadenar al alfa.
—Vamos a la cama—suplicó WuXian al sentir como sus piernas comenzaban a temblar, si seguían ahí lo más probable es que terminaría colapsando contra el suelo.
Pensó que Lan WangJi quizás se opondría y lo torturaría más tiempo, pero increíblemente cedió a su petición, supuso que el alfa también debía estar ansioso. WuXian fue tomado en brazos y en un par de zancadas llegó hasta la cama para ser puesto sobre la suave superficie. El gran cuerpo del alfa se colocó sobre él, el menor levantó sus manos atadas para posarlas sobre el pecho del Lan, sus intenciones eran frenarlo.
—Nos es justo—dijo WuXian mirándolo de frente. —Aún no te quitas los pantalones.
Lan WangJi no respondió, en su lugar se alejó y terminó de desvestirse, quedando totalmente desnudo delante de Wei WuXian.
El omega se sentó y miró de arriba a abajo sin decoro alguno, el cuerpo de Lan WangJi era tan delicioso a la vista, tal y como recordaba. Realmente seguía tan grande como en aquel lujurioso recuerdo que había guardado en su mente de su primera vez con él. Era perfecto. Podría disfrutar simplemente de verle así siempre, pero en ese momento deseaba más que sólo verlo.
—¿Mejor?—preguntó el alfa.
—Mucho mejor—susurró el menor sin dejar de mirarlo.
Sabía que el alfa también le veía, ambos se observaban con detenimiento. WuXian sonrió de lado.
—¿Qué estás esperando?—la lengua del omega salió y delineó sus labios, esperando que fuera una provocación más que suficiente.
Y lo fue.
Lan WangJi volvió a colocarse sobre el omega con intenciones de devorarlo, pero Wei WuXian tenía otra cosa en mente. Tomando de forma desprevenida al alfa invirtió la posición para sentarse sobre las caderas del Lan. Su trasero se restregaba una y otra vez contra el duro miembro que se levantaba con vigor.
—Yo lo haré—demandó el omega levantándose mientras se apoyaba de sus rodillas.
Lan WangJi no dijo nada, sólo lo miraba expectante. Lo único que hizo fue tomar su propia hombría para ayudar al menor, ya que este seguía con sus manos atadas por el frente, aunque no se había quejado de ello.
WuXian respiró de forma profunda y bajó su cuerpo para comenzar a penetrarse, en el proceso le fue imposible contener sus jadeos, pero en ese momento ya no importaba si gemía, gritaba o suplicaba, sólo quería meterlo dentro de él para ser llenado. Lan WangJi le esperó con paciencia mientras su duro pene era engullido por la suave y carnosa entrada. El omega sintió cómo sus nalgas tocaban la piel del alfa, indicándole que por fin había logrado meterlo todo en su interior. Sus manos tocaron su vientre, se sentía tan lleno y ahogado de Lan WangJi, justo lo que quería.
Agradecía que, como pocas veces, había hecho caso a Wen Qing, quien le había obligado a iniciar un tratamiento. Ahora podría disfrutar esa noche sin miedos o preocupaciones.
Las palmas de WuXian se posaron en el firme abdomen de Lan WangJi para usarlo de apoyo y así comenzar a mover sus caderas. El omega jadeó de forma sonora al sentir ese duro trozo de carne remover su interior. Lan WangJi lo miraba embelesado, su prístino rostro no delataba sus acciones, sólo por sus orejas calientes y respiración irregular uno se podría dar una idea. El omega apostaba que él debería ser un desastre, mientras que Lan WangJi lucía casi inocente, aún no entendía el motivo de aquello.
WuXian aplicó más fuerza en sus movimientos para generar alguna respuesta en el alfa. La cual obtuvo casi de inmediato, ya que Lan WangJi cerró sus ojos con fuerza y gruñó bajo.
—¿Demasiado profundo?—preguntó con sorna el omega mientras sonreía victorioso. El alfa no respondió, en su lugar tomó las caderas de WuXian y empezó a marcar un nuevo ritmo y fuerza. —¡Ahh!
WuXian abrió los ojos con asombro y algo de miedo, no sabía que había hecho Lan WangJi, pero ahora sentía que el alfa había llegado aún más profundo, si es que se podía.
—¿Demasiado profundo?—preguntó esta vez el Lan volviendo a repetir su movimiento una y otra vez.
Wei WuXian sólo podía deshacerse en gemidos mientras afirmaba con la cabeza. —¡Ngh, sí! ¡Demasiado profundo!
Su respuesta sólo causó que Lan WangJi golpeará con más fuerza en su interior, el omega ya no tenía el control de la situación, pues ahora era el alfa quien lo sacudía y penetraba con tanta insistencia.
Estaba ahogado en su placer, no recordaba que fuera tan intenso la primera vez que se acostaron. Todo pensamiento quedó en el olvido cuando escuchó el impacto de su piel siendo golpeada. El ardor en su trasero sólo afirmaba lo que el alfa acaba de hacer.
—Tú...—el rostro de WuXian se cubrió de un brillante rojo, había una vergüenza nunca antes vista en su semblante, cosa que sólo provocó al alfa para que volviera a golpear la otra mejilla trasera del menor al mismo tiempo que levantaba su pelvis para penetrarlo. —¡Ahh!
Después de aquella acción el alfa no dejó de golpear y amasar el trasero de WuXian, a tal grado que ahora estaba tan rojo como su cara.
Wei WuXian ya no podía soportarlo más, comenzó a negar repetidas veces. —¡Ah! ¡Espera! ¡Lan Zhan!
Sin embargo, Lan WangJi no se detuvo, la peor parte es que el mismo omega se impulsaba para seguir siendo agredido y torturado nuevamente. A pesar de sus palabras sus acciones eran muy distintas, pues su propio cuerpo le traicionaba en busca de más toques por parte de Lan WangJi.
—Agh... es-espera... detente... Ahh
WuXian se sentía extraño, su placer era totalmente nuevo, como si fuera ajeno, pero a la vez suyo. Entonces comprendió que debía ser el placer del mismo Lan WangJi, literalmente ambos sentían el placer del otro.
—¡AH!—sus ojos grises se vieron obstruidos por sus lágrimas al sentir la cúspide de todo, una detonación interna que lo obligó a tragarse cada jadeo y sólo absorber la corriente que arrasó con él.
La sensación del nudo apretándolo y la esencia de Lan WangJi llenándolo fue más que suficiente para arrojarlo con brusquedad al vacío.
Había sido el orgasmo más deliciosamente largo de su vida, cuando WuXian recobró su conciencia notó que estaba recostado sobre el pecho del alfa mientras este le abrazaba, ambos parecían asimilar lo que acababa de ocurrir y todo lo que habían sentido.
Wei WuXian levantó su rostro para mirar a Lan WangJi, ambos se observaron sin decir nada. El omega recordó algo, por lo que se incorporó de forma lenta para no moverse demasiado, pues seguían unidos de su parte baja, y lo más seguro es que durarían así unos treinta o cuarenta minutos.
La expresión del omega fue de molestia, sus manos golpearon el pecho de Lan WangJi con indignación. —¡Si te digo que te detengas, tú te detienes!—exclamó eufórico, segundos después sus mejillas se colorearon levemente. —¡Y no vuelvas a nalguearme! ¡Es tan humillante!
Lan WangJi dejó que el omega se quejara y le golpeara, después respondió con voz tranquila. —Parecías disfrutarlo.
WuXian iba a replicar enseguida, pero se quedó con todas sus palabras en la boca al no saber qué decir, pues era cierto, le había gustado más de lo que estaba admitiendo, pero no podía darle el gusto al alfa. —¡Aun así debes ser más considerado!
El alfa le observó un poco antes de incorporarse, su movimiento causó cierto gesto de incomodidad en WuXian al sentir al nudo de su interior removerse.
—¿No lo soy?—preguntó Lan WangJi.
WuXian negó con los ojos cerrados mientras trataba de no expresar lo que realmente sentía —Ngh... no... no lo eres...
Al ya no escuchar nada más por parte de Lan WangJi abrió los ojos para buscarle, el alfa estaba mirándolo con atención, las grandes manos de Lan WangJi acariciaron el rostro de WuXian con dulzura antes de envolverlo en un abrazo protector.
—Yo cuidaré de ti—declaró en voz baja Lan WangJi depositando un tierno beso en la frente del omega.
WuXian no supo cómo responder, había quedado en blanco, lo único que pudo hacer fue ocultar su rostro en el cuello de Lan WangJi.
—Lan Zhan...
—No te vayas—suplicó el alfa sin intenciones de soltarle.
Toda tristeza y temor que cruzó por Lan WangJi fue tan clara como el agua para el omega, haciendo que su corazón doliera. WuXian quería deshacerse de esa incertidumbre que aún había entre ellos, por lo que buscó el rostro del Lan para mirarlo de frente.
El gris y dorado se contemplaron.
—No me iré, me quedaré a tu lado—concluyó WuXian antes de acercarse para besarlo.
El beso era suave y muy lento, como si con eso pudieran reparar todos los errores que cometieron en el pasado. Ahora sólo importaban ellos y ese momento.
Por largos minutos se acariciaron con gentileza, Lan WangJi respiraba de cerca el aroma de Wei WuXian y repartía pequeños besos en su cuello y rostro, desde las mejillas, su quijada, la nariz y la frente. Wei WuXian jamás se había sentido tan cómodo, la sensación cálida de su pecho no disminuía. Él no era una persona que gustara de los silencios, pero en ese momento se sentía tan bien que no quería arruinar el momento diciendo alguna tontería, sólo se dejaría consentir por su alfa. Porque, Lan WangJi era su alfa, totalmente suyo y de nadie más.
Una vez que el nudo de Lan WangJi se deshizo ambos se removieron, pero se negaron a separarse. El ambiente dulce y tierno cambió nuevamente a uno más pasional y excitante.
Wei WuXian levantó sus manos atadas para abrazar el cuello del alfa, su sonrisa estaba llena de picardía. —Lan Zhan, recuerdo que en nuestra primera vez apenas pude aguantar una ronda—sus ojos grises estaban bañados en deseo. —Esta vez te daré la revancha. Y será mejor que no me sueltes en toda la noche.
Lan WangJi ya estaba duro, el alfa colocó al omega dejando de él. —Recuerda tus palabras.
El suave vaivén entre ambos empezó a tomar velocidad, con una mano el Lan tomó las del menor y las colocó sobre su cabeza reteniéndolo con fuerza mientras que la otra lo tomaba de las caderas y le penetraba. La parte donde sus cuerpos se unían era un desastre, el lubricante natural del omega y el semen de la corrida del alfa hacían todo más resbaladizo, todo se mezclaba y producía un descarado sonido de chapoteo cada vez que ambos se movían y chocaban sus pieles.
Wei WuXian no tardó en comenzar a gemir, ser sometido por Lan WangJi se había vuelto un gusto culposo. Uno muy delicioso.
Y es porque su omega interno confiaba en él, era como si el alfa supiera hasta donde podía llegar a pesar de nunca haber aclarado reglas para tener sexo. Y eso le gustaba a Wei Ying.
Su lado masoquista lo estaba disfrutando como nunca.
—Lan Zhan, di mi nombre—rogó de forma necesitada el menor. —Usa tu voz Lan Er-Gege.
Lan WangJi gruñó bajo ante esa petición. —Wei Ying.
La corriente eléctrica que atravesó a WuXian de pies a cabeza fue mejor de lo que pensó. —Ahh, más. ¡Lan Zhan!
Esa noche el mundo podía arder y ellos no se detendrían.
Jiang Cheng terminó de escuchar cada parte del plan de HuaiSang.
—¿Crees que funcione?—el omega sentía que había algo que no estaban contemplando, además de que tenía rato con un extraño presentimiento.
—Es la mejor opción—aseguró el Nie. —El día de la subasta estará repleto de personas, es un evento importante, está claro que los Wen asistirán si quieren conservar la cara. Aunque aún estoy pensando en cómo ingresar de forma no tan notoria. Lluvia Carmesí piensa en entrar como parte de los compradores, pero no es tan sencillo.
Lan XiChen, que hasta el momento solo había hablado para hacer pequeños comentarios agregó: —Xie Lian conoce a uno de los que dirigen el evento, con algo de persuasión podríamos lograrlo—el alfa hizo un conteo de forma rápida. —Tenemos casi dos meses antes de que se lleve a cabo.
—Falta bastante tiempo—murmuró Jiang Cheng pensando en todo lo que podría pasar en ese tiempo. —Podrían ocurrir tragedias en la espera.
—Pero ahí nos aseguraremos de terminar con todo de una vez por todas—comentó el Nie.
XiChen pareció ver entre la incertidumbre de Jiang WanYin, por lo que fue directo y cuestionó al omega de frente. —¿Qué piensas?
El Jiang le miró de reojo, no quería contestarle, pero sentía que debía hacerlo o se arrepentiría. —Tengo un mal presentimiento.
Casi como si hiciera una invocación el móvil de Jiang WanYin anunció la llamada entrante de Hua Cheng. El omega casi podía asegurar que se trataba de malas noticias aún sin contestar, miró a los dos presentes de forma rápida y después respondió la llamada.
La voz de Hua Cheng sonó enseguida. —WanYin.
El omega escuchaba con claridad la agitación del fondo y los sonidos de las balas. Aquel miedo en su interior incrementó, pero antes de alarmarse por completo preguntó de forma rápida. —¿Qué ocurre?
Hua Cheng fue claro en su petición. —Llama al resto, necesitaré de su asistencia y que traigan equipo de sobra, los lacayos de los Wen están armados.
Seguido de eso más sonidos de disparos, Jiang WanYin quería hacer más preguntas, pero antes de lograrlo la llamada se cortó de forma abrupta.
—¡Espera! ¡¿Dónde estás?!—el omega intentó marcar nuevamente, pero esta vez la llamada ni siquiera entraba. —Mierda.
—¿Qué sucede?—preguntó XiChen algo tenso, entendía si preocupación, pues Xie Lian estaba acompañando a Hua Cheng en ese momento.
WanYin frunció el ceño y comenzó a idear un plan, sus ojos se posaron en el Lan y respondió. —Los están atacando—de forma rápida comenzó a marcar. —Debo contactar con los demás.
Llamó a Wen Qing y a He Xuan avisando de todo lo que necesitaban para reunirse e ir en busca de Hua Cheng. El problema llegó cuando intentó contactar con su hermano, parecía que Wei WuXian había apagado su celular, ahora no tenía forma de comunicarse con él.
—Contesta maldita sea—bramó furioso el Jiang. —¡Wei WuXian si no contestas te mataré!
Nie HuaiSang se había alejado para evitar que el Jiang se desquitara con él, sabía lo explosivo que este podía ser, lo mejor era mantener su distancia de forma considerable.
Por otra parte, XiChen veía con atención cada reacción e insulto que emitía el omega.
Lan XiChen también parecía algo tenso. —¿WuXian vino esta noche?
—Sí—bufó con molestia Jiang WanYin rindiéndose por no poder contactar con WuXian, estaba a nada de salir de la oficina para ir a buscarlo personalmente.
Lan XiChen no dijo otra palabra, en su lugar sacó su móvil y de igual forma realizó una llamada. Su rostro se tensó. —Xie Lian tampoco responde—seguido de eso volvió a marcar otro número, al no obtener respuesta miró de reojo al omega. El alfa comentó de forma cuidadosa.—El número WangJi tampoco suena— Jiang WanYin seguía sin entender porque el Lan le decía aquello, pero XiChen explicó: —Dudo que WuXian siga en el club, WangJi también vino esta noche.
La mención de Lan WangJi en el club fue más que suficiente para que el poco ánimo de Jiang WanYin decayera aún más, su postura fue rígida, el omega respondió de forma hosca. —¿Y?—el Jiang se paró de forma retadora. —Mi hermano tiene cosas que hacer, no porque ese alfa esté cerca dejará todo de lado.
Aunque ya no estaba tan seguro de esas palabras, aun así Jiang WanYin no quería pensar en aquella posibilidad que Lan XiChen no dejaba de insinuar.
El alfa suspiró. —Son destinados, no lo olvides.
—Lo sé, pero eso no cambia nada—se negaba a creer que su hermano lo había abandonado esa noche.
XiChen insistió. —Creo que su conexión es más fuerte de lo piensas. WangJi no lo ha pasado bien desde que se enlazó con WuXian.
Jiang WanYin frenó toda acción y miró de forma rápida al alfa. —¿Qué?
Lan XiChen miró a Nie HuaiSang, pero este sólo le esquivó, demostrando que no se metería en aquella conversación. El alfa miró de nueva cuenta al Jiang y habló: —Dije que no la ha pasado bien, y supongo que WuXian tampoco.
Pero eso no era lo que en verdad había llamado la atención de WanYin, sino otra cosa más importante. —¿Dijiste que se enlazó?
XiChen por fin pareció entender su error, pero ya no había marcha atrás, por lo que sólo pudo asentir. —WangJi me dijo que había marcado a WuXian—no sabía qué tan grave había sido haberle dicho al Jiang—, creí que lo sabías.
Jiang Cheng bajó la mirada y apretó sus manos en forma de puños, casi temblaba de la furia que estaba reteniendo en ese momento.
—No... no lo sabía—por fin no pudo contenerse más y explotó de coraje. —¡Ese maldito me volvió a ocultar algo tan importante! ¡Por eso estaba tan destruido aquella vez!
Jiang WanYin empezó a lanzar todo a su paso, Nie HuaiSang casi se desmayaba al ver todo el caos en la oficina, si el Jiang no lo mataba ahí lo haría su hermano.
XiChen intentó detenerlo. —WanYin, tranquilízate un poco.
Sin embargo, estaba lejos de lograrlo, Jiang WanYin quería destruirlo todo, se sentía herido y traicionado. —¡Pensé que se debía a que había pasado su celo solo! ¡Pero no! ¡El idiota estaba soportando todo en silencio! ¡Es un malnacido mentiroso, no puede confiar en mí, su hermano!
Lan XiChen se aproximó esquivando sus golpes, el Jiang estaba tan cegado que no logró escapar del Lan, quien le había retenido para que dejara de hacer tantos destrozos.
—¡Suéltame ahora mismo!
—No lo haré, tienes que tranquilizarte—Jiang WanYin estaba a punto de comenzar a pelear nuevamente cuando sintió la esencia aromática del pino, era tranquilizadora, con claras intenciones de relajarlo un poco.
El Jiang gruñó, pero dejó de removerse, XiChen soltó un suspiro aliviado de no tener que seguir luchando. De forma lenta le soltó y le miró.
—Se qué quieres una explicación, pero debemos concentrarnos en el problema actual. Xie Lian está con Hua Cheng, deberemos hacernos cargo nosotros.
Jiang WanYin bajó la mirada, lo detestaba, pero sabía que ese alfa tenía razón. Tenía que moverse, uno de sus compañeros estaba en peligro. Su hermano podía irse a la mierda en ese instante.
El sudor frío de Hua Cheng caída en gotas por su frente, necesitaba atender su herida de la que comenzaba a emanar sangre, pero su prioridad no era esa. Lo que más deseaba era sacar a Xie Lian de aquel desastroso embrollo.
Para empeorar las cosas pudo ver al frente como se aproximaban al gran puente, lugar donde, tal como imaginó, ya les esperaban.
—Nos van acorralar—dijo Xie Lian, sus ojos tenían una mezcla entre molestia y temor. El omega parecía listo para luchar en cualquier momento.
Hua Cheng intentó calmarlo. —No, no lo harán—el alfa aún tenía un último as que no había sido utilizado. —Gege sujeta el volante.
Xie Lian apenas reaccionó. —¿Qué?
Hua Cheng soltó el volante sin más mientras tomaba la caja que Xie Lian había sacado de la parte trasera. El omega reaccionó por reflejo tomando el volante.
—¡San Lang!—Xie Lian no podía creer lo que estaba sucediendo.
—Dame unos segundos Gege—Hua Cheng había comenzado a cortar y mover algunos cables que habían dentro de la pequeña, pero peligrosa caja.
Lo que cualquiera hubiera esperado en esa situación es que Hua Cheng fuera disminuyendo la velocidad para no chocar con su enemigo y que bajara de su auto para enfrentarlos, pero eso sólo sería un suicidio, no podía hacer algo tan osado combatir con hombres armados esperando por ellos, menos si había la posibilidad de que su omega pudiera salir herido, no dejaría que ninguno de esos sujetos le hicieran algo a Xie Lian, antes tenía que morir.
Hua Cheng miró cómo su trabajo estaba hecho, aunque su tiempo también estaba casi agotado. Sin dudar presionó un pequeño botón en la caja y miró una parpadeante luz roja. El alfa colocó la caja en la parte trasera del carro y tomó el volante una vez más. Estaban a nada de chocar con la barrera de vehículos de enfrente.
Xie Lian no había dicho nada, pero se veía altamente preocupado. Hua Cheng le tomó de la mano para llamar su atención.
—Necesito que confíes en mí. ¿Entendido?
El omega miró entre el frente, atrás y al alfa de su lado, al final asintió con seguridad. —Lo hago.
—Bien—Hua Cheng sonrió, después su rostro se volvió serio. —A la cuenta de tres abrirás tu puerta y saltaremos al río, el agua amortiguará la caída, no te preocupes.
Pareció que Xie Lian dudó por una fracción de segundos, pero después asintió.
Hua Cheng también comenzó a prepararse. —Uno—miró por el retrovisor, estaban a nada de rodearlos por completo. —Dos—acercó lo más posible el vehículo a la orilla del puente, dio un último vistazo al omega y asintió. —Tres.
En un instante ambos arrojaron sus cuerpos fuera del auto en movimiento y rodaron hasta caer del puente. Iban a media caída cuando el potente sonido de una explosión se hizo presente, el puente se encendió en un amenazante fuego de forma inmediata. La bomba que preparó Hua Cheng había detonado arrasando con todo a su paso. El resto de autos que estaban en el puente fueron reducidos a nada por la explosión y las grandes llamas. Algunos hombres y partes de autos también habían comenzado a caer a las aguas.
Hua Cheng apenas alcanzó a tomar al omega para pegarlo a su cuerpo y no alejarse de él una vez se sumergieran. La sensación fría cubriéndolos y la vista prácticamente bloqueada les advirtió que ya estaban dentro de las agresivas aguas del río. Lo primero que hizo el alfa fue nadar a la superficie para ayudar a su omega, Xie Lian también pareció pensar lo mismo pues terminó siendo él quien le arrastró para que tomara aire.
—¡San Lang!—llamó Xie Lian en cuanto llegaron a la superficie.
—¡Estoy aquí Gege, tranquilo!
Por algunos minutos tuvieron que luchar contra las corrientes para poder llegar a la orilla. Entre ambos lograron estabilizarse y salir del agua, sus respiraciones eran agitadas, sus ojos se encontraron para después desviarse al puente donde una gran llamarada se alzaba dejando una densa cortina de humo negro.
Hua Cheng se quejó un poco y se sentó en el suelo sosteniendo su costado. Xie Lian lo miró enseguida y se aproximó para revisarlo.
—San Lang tu herida.
El alfa podía ver la preocupación en el omega. —Está bien.
—No te muevas—Xie Lian empezó arrancar partes de su ropa para colocarla sobre el lugar del cual no dejaba de salir sangre. —Presiona aquí—Hua Cheng hizo caso a todas las indicaciones del omega sin dudar. —¿Cómo te sientes?
Hua Cheng le miró de forma tranquila. —Te dije que está bien.
El rostro de Xie Lian por fin se relajó un poco y volvió a mirar en dirección al puente. —Supongo que nos quedamos sin información.
—Olvidemos de eso—Hua Cheng observó a su alrededor, estaban técnicamente en medio de la nada, empapados en su totalidad y con el aire frío golpeándolos sin piedad, el invierno estaba cerca, por lo que el frío ambiente parecía que sólo iba a empeorar. —Estamos muy lejos de la ciudad para regresar caminando, lo mejor será buscar un lugar para pasar la noche, no sabemos si aún hay hombres de los Wen.
Xie Lian le miró y asintió.—Comprendo.
—Debemos prender fuego, no quiero que enfermes—dijo el alfa levantándose con intenciones de buscar algo de leña y quizás un par de piedras para encender una fogata.
Xie Lian le ayudó a incorporarse. —Estaré bien, aquí el que me preocupa eres tú.
Hua Cheng rió en voz baja. —He estado en peores situaciones, no te preocupes por mí, no me pasará nada.
A pesar de su tono divertido Xie Lian no se veía feliz, seguía con su mirada seria, demostrando que no le había gustado el comentario del alfa. —¿Cómo estás tan seguro?
Hua Cheng sonrió ligeramente por su reacción.—Tengo un muy buen motivo para mantenerme con vida, confía en mí Gege.
Xie Lian sólo pudo confiar en sus palabras y asentir, entre ambos lograron encontrar un lugar seguro para pasar lo que restaba de la noche, faltaban unas tres horas para el amanecer, así que podían soportarlo bien. Hua Cheng había logrado encender un pequeño fuego, que si bien no calentaba en su totalidad ayudaba a hacer más tolerable el momento.
Ambos reiteraron sus ropas extras quedando sólo con lo necesario, estaban a una distancia prudente del otro, miraban el fuego, cada quien sumergido en su propio mundo. Hua Cheng observó cómo el cuerpo de Xie Lian parecía temblar, aunque este intentaba ocultarlo.
—¿Tienes frío?
Xie Lian desvió la mirada al ser descubierto, pero confesó.—Un poco.
Hua Cheng extendió su mano para invitarlo a acercarse más a él. —Ven, acerquémonos más al fuego—aun con la poca iluminación el alfa fue capaz de ver cómo las mejillas de Xie Lian se sonrojaban. Al final el omega aceptó y se acercó un poco más a Hua Cheng y al fuego. Aunque estaban muy cerca el alfa se sentía molesto consigo mismo. —Lamento hacerte pasar por esto, de haber sabido que terminaría así...
—¿No me hubieras traído?—interrumpió Xie Lian. —No te preocupes, yo estoy bien, estoy muy bien para ser sincero. Tenía tanto tiempo sin sentir tanta emoción—dijo con una ligera sonrisa, pero esta desapareció en cuanto miró el costado de Hua Cheng. —¿Te duele?
—La herida no es tan grave Gege—y era verdad, incluso ya había dejado de sangrar, había recibido peores ataques en el pasado.
Xie Lian le miró y de forma tímida tocó sus manos, Hua Cheng no se movió, dejó que el omega hiciera lo que fuera que tuviera planeado. —San Lang también debe de tener frío...
—Esto no es nada—a diferencia del omega Hua Cheng no estaba temblando, parecía que verdaderamente no le afectaba tanto el frío, a pesar que sus manos estaban algo frías.
Xie Lian se pegó lo más que pudo al alfa, no se atrevió a mirarlo, pero dijo: —Ambos estaremos mejor así...
Hua Cheng sonrió, con mejor ánimo le rodeó y acarició su brazo para indicarle que todo estaba bien.
Para cuando Xie Lian tuvo el valor de mirarle el alfa se dio cuenta que había cierta tristeza en sus ojos. —Gege no me mires de esa forma tan lastimera, me haces sentir mal.
—Fue mi culpa—declaró Xie Lian.
Hua Cheng negó enseguida. —Claro que no.
Pero Xie Lian insistió. —Si hubiera reaccionado más rápido quizás hubiera podido disipar antes de que te atacaran.
Hua Cheng sabía que el omega realmente se estaba comenzando a culpar, todo era un caos para el alfa. Lo último que quería es que Xie Lian se sintiera mal por su culpa, él era quien había cometido un error de cálculos esa noche y ahora pagaban las consecuencias.
—No pienses más en eso—pido el alfa, pero no parecía que con eso Xie Lian fuera a olvidar todo, por lo que pensó en otra manera de distraerlo. —Creo que es el momento perfecto para una historia.
Xie Lian le miró de reojo con claro interés—¿Una historia?
El alfa asintió. —Tu querías saber cómo conocí a WuXian y a WanYin ¿no?—Xie Lian asintió varias veces, su atención estaba puesta totalmente en Hua Cheng, el alfa sonrió al mirarlo tan atentamente. Suspiró y comenzó con su relato. —Bueno, fue hace cinco años, pocos meses antes de la muerte de La Araña. De hecho, también la conocí a ella, una mujer fuerte, con un carácter muy parecido a WanYin. Y la verdad, siendo honesto... ellos me encontraron a mí.
Xie Lian mostró su rostro lleno de dudas. —¿Por qué dices eso?
—Yo recién me había hecho de mi nombre, empezaban a hablar de mí. Con eso también gané algunos enemigos—respondió Hua Cheng recordando esos tiempos tan duros. —Hubo una pelea donde terminé muy mal herido, estaba en un callejón destinado a morir, en ese momento me sentía miserable, pensé que no lograría cumplir con mi objetivo, sentí que le había fallado a la persona más importante de mi vida.
La mirada de Xie Lian decayó. —¿La persona más importante de tu vida?
Hua Cheng asintió sin notar el semblante del omega y continuó narrando. —Pero esos dos me encontraron y me llevaron para curarme, me dieron una segunda oportunidad—la mirada obsidiana brillo recordado cómo en ese entonces toda fe perdida había vuelto. —Creo que sólo por eso les tengo paciencia.
Xie Lian movió su cabeza en señal de comprender. —¿Y después?
Hua Cheng se encogió de hombros. —No hay mucho después de eso, cuanto me estabilicé me marché, sabía que debía volverme más fuerte para regresar una vez más—el alfa miró hacia el cielo y suspiró. —Les agradecí a los chicos y a Yu ZiYuan, les dije que les debía una.
—¿Cuándo volvieron a reunirse?—preguntó con curiosidad Xie Lian.
Hua Cheng le miró y permaneció callado unos segundos, sabía que de ahí en adelante la historia se volvía un poco más oscura, no sabía si era correcto contarle al omega, pero tampoco podía mentirle, así que se arriesgó.
—Nos encontramos justo después de la muerte de La Araña—declaró el alfa mirando con atención cada reacción que tendría el omega. —Ellos me buscaron y suplicaron por un refugio, se veían tan devastados, no se parecían en nada a los chicos que yo dejé... Había personas buscándolos, tardamos un poco en despistarlos y hacerlos pasar por muertos. En ese tiempo se nos unieron los hermanos Wen... Fueron días difíciles.
Xie Lian digería aquellas palabras. —Debió sentirse como... un infierno...
—Suerte que somos demonios—dijo el alfa tratando de animarlo.
El entrecejo de Xie Lian se frunció. —¿Quiénes buscaban al joven Jiang y a Wei WuXian? ¿Por qué?—esas preguntas tensaron a Hua Cheng, Xie Lian siguió hablando. —Nunca supe quién mató con exactitud a La Araña, pero supongo que deberían ser las mismas personas que les perseguían.
Hua Cheng tenía una lucha interna, debatiéndose qué tanto o no decir. —Puede que sí, puede que no—al final decidió ser honesto con el omega. —Esa pregunta deberías hacérsela mejor a Jun Wu.
Pudo sentir con claridad cómo Xie Lian daba un pequeño respingo mientras se ponía rígido en su lugar.
El omega le miró. —… Él no tuvo nada que ver en eso...
—¿En serio? ¿Entonces por qué los hombres que seguían a WuXian y a WanYin estaban bajo sus órdenes?—Hua Cheng sabía que Jun Wu seguramente le escondía muchas cosas al omega, y le molestaba que abusara de la amabilidad de Xie Lian. —Creo que Jun Wu no siempre es sincero con lo que hace.
La mirada de Xie Lian se ensombreció, el omega ya no dijo nada, provocando que Hua Cheng se arrepintiera enseguida de todo lo que acababa de decir.
—Lo siento, creo que dije de más—en definitiva aún no era el momento de decir más allá de eso.
Pero Xie Lian le miró decidido. —¿Qué te hizo él?—cuestionó de frente al alfa, sus ojos exigían respuestas. —Quiero saber el motivo de tu odio.
—Gege...—Hua Cheng sabía que no era una buena idea seguir con ese tema, debía desviarlo lo más pronto posible.
Sin embargo, Xie Lian no se lo permitió. —San Lang, se honesto conmigo, dime lo que mi padre te hizo.
Con esa última petición y con los ojos del omega sobre su persona el alfa se sintió acorralado. Al final sólo suspiró y asintió.
—Bien...
Chapter 32: Capítulo 31. Dragón Blanco.
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Xie Lian esperaba pacientemente a Hua Cheng, no lo presionaría para hablar, agradecía el simple gesto de que este en verdad fuera a sincerarse con él.
El alfa le dio una corta mirada antes de enfocarse en las llamas del fuego que poco a poco comenzaba a disminuir.
—Gege, mi infancia fue dura, mi familia no era la mejor del mundo, aunque ahora realmente no los recuerdo, incluso sus rostros son borrosos—comenzó a narrar Hua Cheng, su inicio no fue el mejor, pero no parecía afectado por las palabras que recién había dicho. —Ni siquiera tenía ganas de vivir.
Xie Lian le escuchaba atento, trataba de permanecer sereno con todo lo que estaba escuchando. El silencio se prolongó, por lo que el omega, algo temeroso insistió. —¿Luego?
—Luego todo empeoró—declaró Hua Cheng, incluso su voz pareció oscurecerse. —Tal vez no sepas, pero en aquel entonces Jun Wu mantenía una afiliación con algunas personas bastante desagradables—la forma en como Hua Cheng decía aquello demostraba su total desprecio.
Xie Lian intentó recordar todos los negocios que Jun Wu mantenía o alguna vez tuvo, y ciertamente unos sólo eran peor que otros, no podía darse una idea de cuál de todos esos era a los que Hua Cheng se refería. Incluso en la actualidad Jun Wu tenía socios a los cuales Xie Lian no gustaba ni ver en pintura.
Hua Cheng pareció ver la reacción de Xie Lian, por lo que habló: —No digo que lo que yo haga ahora sea algo bueno, pero hay una regla que sigo fielmente.
—¿Cuál es?—inquirió con bastante curiosidad el omega.
El pensar que había algo con lo que Hua Cheng no trabajara en realidad sí era curioso. Por su fama se creería que el alfa estaba dispuesto a lo que sea con tal de obtener poder y ganancias. Aunque en ese punto Xie Lian había dejado de creer en todos esos rumores que rodeaban a Hua Cheng; el alfa que tenía a su lado había demostrado ser alguien muy diferente a lo que imaginó en un principio.
—No involucro niños en mis negocios—declaró Hua Cheng mirando el fuego crepitar.
Con esa simple frase Xie Lian por fin comprendió a lo que el alfa se había referido momentos antes. Y desgraciadamente no le gustaba el rumbo por donde iban las cosas.
—Mi padre dejó el tráfico de niños hace mucho tiempo—expresión Xie Lian, le fue imposible no intentar defender a Jun Wu. Sabía que desde que lo acogió el alfa había dejado esa clase de negocios a un lado.
Hua Cheng no lo miró, seguía tan atentó a las llamas. —Eso no quita que lo haya hecho antes.
Xie Lian no podía reclamar ante eso, porque era cierto. El omega sólo pudo guardar silencio y seguir escuchando al alfa.
—Fui secuestrado, me esperaba un trágico final. El lugar donde estaba era horrible, aunque no duré mucho ahí—dijo Hua Cheng mientras tomaba un palo y removía las brasas ardientes. —Fui llevado a un albergue, oh bueno, esa era la pinta, la verdad es que parecía más bien una granja. Cuidaban a los niños para después mandarlos al matadero.
En realidad, Xie Lian ya no quería seguir escuchando su historia, algo le parecía familiar, pero el dolor en su cabeza que comenzaba a incrementar le impedía pensar más en ello.
El omega suspiró. —Comprendo...—sentía que debía sincerarse, así como Hua Cheng lo estaba haciendo. —Yo estuve un tiempo corto en un orfanato, o eso creo. No recuerdo casi nada de mi infancia.
Según sabía, Jun Wu lo había rescatado, pero verdaderamente no recordaba nada sobre el tiempo que residió en el hogar para niños, o antes de eso. Era como si sus recuerdos sólo comenzaran poco desde que inició a vivir con Jun Wu.
—Creo que es mejor así—murmuró el alfa.
Xie Lian no comprendió bien. —¿Eh?
—Nada—Hua Cheng le miró y sonrió. —El tiempo que estuve en el albergue en realidad fue bueno—la mirada obsidiana se iluminó por corto tiempo antes de que el alfa volviera a desviar su atención. —Pero sabía que no duraría mucho tiempo, así que planeé un escape.
—¿Planeabas escapar solo de ese lugar?—Xie Lian no ocultó la preocupación en su voz, imaginarse a un pequeño Hua Cheng le hacía temblar el corazón. —Eras un niño.
Hua Cheng le miró de lado y sonrió. —No iba hacerlo solo.
—¿No?—eso pareció calmar su angustia, sabía que fue años atrás, pero no podía evitar sentirlo como si fuera algo reciente. —Supongo que lo lograste.
—No exactamente—nuevamente los gestos del alfa volvían a tensarse, en este punto Xie Lian estaba seguro que lo que venía no sería nada bueno. —La noche del escape Jun Wu llegó al lugar, según sé estaba teniendo problemas con las personas que dirigían todo ese negocio. Y aparentemente su única solución fue destruir el lugar y matar a todos.
—¿A todos?—la pregunta se escapó antes de que el omega lo procesara.
—Casi todos—se corrigió enseguida Hua Cheng. —Como verás sigo vivo, aunque no fue por su misericordia—su mirada se oscureció, logrando que Xie Lian se pusiera aún más ansioso. —Yo quedé inconsciente en la parte del jardín, cuando desperté pude ver como apuntaban con sus armas a todos los del albergue para después eliminarlos. Y después...
Hua Cheng guardó silencio mientras veía fijamente al omega. Los nervios estaban consumiendo a Xie Lian.
—¿Después?—preguntó en un susurro el omega.
En esta ocasión la voz de Hua Cheng parecía melancólica, como si incluso le costara decirlo. —Vi a Jun Wu llevarse lo que más quería en el mundo. Se estaba llevando el único motivo por el cual había decidido vivir. El motivo actual del porqué aún respiro.
Xie Lian simplemente no supo que decir, su mente había viajado al limbo, como si procesar aquellas palabras fuera lo más difícil.
—No comprendo—Xie Lian se sostuvo la cabeza al sentir ese dolor nuevamente atacar, después de unos segundos fingió que todo estaba en orden. —Suenas como si Jun Wu te hubiera robado algo.
—Lo hizo—afirmó Hua Cheng mirando las últimas brasas arder. —Pero no era algo, más bien a alguien. Intentó convertirlo en... otra persona, uno más de sus títeres—el gesto de molestia del alfa se esfumó dando paso nuevamente a esa típica sonrisa burlesca—Pero no lo logró, no pudo controlarlo.
—La persona más importante para ti—comentó en voz baja el omega, se preguntaba quién sería aquella persona que había orillado a Hua Cheng hacer todo aquello, a convertirlo en la persona actual. —¿Cómo estás tan seguro que no ha cambiado?, las personas no siempre son iguales... podría decepcionarte...
—Jamás sucedería eso—Hua Cheng se veía seguro de sus palabras—Nunca me decepcionaría.
Xie Lian sintió un líquido amargo subir por su garganta, con toda su fuerza de voluntad tragó y permaneció apacible. El pensar que el alfa tenía a alguien tan importante y que prácticamente confía a ciegas en esa persona ponía mal a Xie Lian, temía que Hua Cheng pudiera salir herido. Ese alfa era bueno en verdad, fuera quien fuera esperaba nunca le traicionara.
El omega salió de sus pensamientos al sentir la mano del alfa que aún le rodeaba acariciar su brazo, como si quisiera regresarlo a la actualidad.
Hua Cheng sonrió con gentileza. —Desde ese día me propuse a ser más fuerte, quería regresar, pero no podía hacerlo siendo tan débil y patético. Me propuse a mejorar y ser digno, aunque creo que sigo sin conseguirlo, sigo cometiendo errores, sólo mira la situación en la que estamos.
Xie Lian no quería que el alfa asumiera la culpa, su trabajo ya era un peligro, cosas cómo estás siempre eran latentes, tampoco eran dioses que lo controlaban todo.
—San Lang—llamó el omega—, siempre que te refieres a ti mismo lo haces de forma tan despreciativa, no deberías hacerlo, tú eres...
Xie Lian se quedó en silencio, no sabía cómo terminar con lo que había iniciado. Tenía tanto en su cabeza, pero al mismo tiempo no tenía nada.
Hua Cheng suspiró. —Dilo con confianza, sé que buena persona no soy, no te preocupes.
—Ninguno de los dos lo somos—aseguró Xie Lian recargando su cabeza en el hombro del alfa, no sabía si estaba excediendo los límites, pero realmente quería estar un poco más cerca de Hua Cheng. —Nuestras manos están manchadas de sangre, debemos de vivir con ello.
Xie Lian agradecía lo que tenía, pero tenía un problema interno; una parte de él disfrutaba lo que hacía, pero él otro lado racional siempre le recordaba que no era del todo correcto, que en realidad no era lo que realmente deseaba.
La voz grave de Hua Cheng resonó en el ambiente. —Si tuvieras la opción de no haberte involucrado en todo esto... ¿Qué hubieras elegido?
—Yo...—Xie Lian ni siquiera tuvo que pensarlo mucho tiempo antes de responder. —Fui entrenado desde muy joven, no puedo pensar en mi vida sin hacer nada de esto...—sus ojos se desviaron con algo de temor. —Sin embargo, siento que más que luchar, siempre me ha interesado cuidar de otros. Las personas comunes tienen algo que me hace querer protegerlos.
Si bien, la mayoría de sus acciones parecían decir lo contrario, era cierto. Xie Lian siempre cuidaba mantener alejados al resto de ciudadanos, alegando que las personas inocentes no tenían nada que ver.
—¿Proteger a todas las personas comunes?—preguntó Hua Cheng.
—Todas, sin excepción—aseguró Xie Lian con una leve sonrisa, después miró al alfa. —¿Qué harías tú si pudieras elegir?
Hua Cheng respondió al instante mirándole a la cara. —Si tú quieres cuidar de las personas comunes, entonces yo me conformaría con asegurarme que tú estés bien.
El agudo dolor de cabeza incrementó, ocasionado que los ojos del omega se cerraran con fuerza intentado soportarlo. Después, una corta escena algo borrosa atacó su mente.
—Yo trataré de ayudar a todos los que pueda. No hay excepción.
—Entonces yo quiero estar con Gege para ayudarlo.
El toque en su rostro lo hizo abrir sus ojos, notando que Hua Cheng estaba sumamente cerca suyo y con una expresión de horror puro.
—¿Gege?—el rostro del alfa lucía más pálido de lo usual. —¿Estás bien? ¿Te duele algo?
Xie Lian hizo una mueca como si intentara sonreír. —Estoy bien, sólo fue un mareo.
El omega respiro profundo para intentar alejar su malestar, cuando se fijó en Hua Cheng notó que seguía muy cerca, analizándolo con detenimiento.
—San Lang...—susurró Xie Lian perdiéndose en la oscura mirada.
No comprendía por qué ese hombre parecía ser un imán para él, era como si intentara tomar una rosa roja; sabía que en el proceso se pincharía por las espinas, pero aun así seguiría intentando cortarla.
Tenerlo tan cerca sólo derribaba esas murallas que Xie Lian inconsciente ponía, era como si ese alfa pudiera atravesarlo sin esfuerzo. Estaba seguro que si no fuera por su pequeño problema olfativo estaría inundado de la fragancia de Hua Cheng. Envidiaba al resto de omegas en ese momento, deseando no estar defectuoso.
Xie Lian se armó de valor y acarició el rostro del alfa, él no era alguien que hiciera esa clase de gestos hacia otras personas, de hecho en ese momento moría de vergüenza, sentía sus mejillas arder. Pero sentía que esa sería su única oportunidad para hacer lo que tanto deseaba.
Al ver que Hua Cheng no lo detenía, el menor respiró profundo y cerró sus ojos para hacer el último movimiento. No lo pensó, sabía que si lo hacía terminaría retractándose, así que se dejó llevar y no pensó en nada más.
Pronto la tibieza de los labios ajenos terminaron colisionando con los suyos, casi podía escuchar su palpitante corazón. Hua Cheng estaba totalmente quieto, no había respondido, pero tampoco se había alejado.
Xie Lian besó al alfa inocentemente, uniendo de forma superficial sus bocas. Pensó que quizás era suficiente humillación por esa noche, así que intentó alejarse, pero la repentina mano del alfa en su nuca se lo impidió.
Los labios de Hua Cheng, que al principio no había hecho nada habían comenzado a moverse, un movimiento lento y bastante cuidadoso, envolviendo con delicadeza los de Xie Lian. El omega se dejó llevar y empezó a imitar cada movimiento que Hua Cheng realizaba. Lo que había comenzado con un inocente besó se empezaba a volver en uno más acalorado donde sus lenguas empezaban a formar parte del juego. Xie Lian jadeó de forma sonora al sentir un intruso en su cavidad bucal, este arrasaba y acariciaba todo a su paso, cada movimiento era osado y estratégicamente bien realizado, o al menos eso sentía el omega. Cuando menos lo pensó ya se encontraba situado a horcajadas sobre Hua Cheng, abrazándolo por el cuello mientras este le sujetaba de la cintura, ambos siguiendo su beso sin intenciones de detenerse.
Sólo el movimiento algo brusco del omega y la queja de dolor por parte del alfa los hizo alejarse. Xie Lian se bajó enseguida del alfa y miró la herida en el costado de este.
—¡Lo siento!—exclamó preocupado al ver que nuevamente había comenzado a sangrar.
—Estoy bien—comentó el alfa aplicando presión y frunciendo ligeramente el ceño.
Xie Lian permaneció en silencio, procesando lo que acababa de ocurrir, no siquiera podía ver a Hua Cheng a la cara, sólo la mano del alfa levantándole el rostro lo obligó a enfrentar la realidad.
La gentil sonrisa de Hua Cheng logró calmar su alocado corazón, esa clase de cosas que aparentemente sólo él alfa podía hacer.
—Debemos intentar descansar—dijo omega sin saber que más decir.
Hua Cheng sonrió. —Lo que Gege diga.
Sin aviso el alfa le robó un corto beso. Xie Lian le miró avergonzado para después recostarse y darle la espalda mientras cubría su rostro con ambas manos.
¡Hua Cheng lo volvería loco!
El alfa miraba la suave respiración de su pareja, lucía tan tranquilo que casi parecía angelical. Pero sabía que Wei WuXian estaba lejos de ser un ángel.
Lan WangJi acarició el rostro del omega, la boca de este se encontraba ligeramente abierta, causando que un hilo de saliva corriera. La imagen era tan tierna que el alfa no pudo evitar sonreír.
De forma delicada soltó las muñecas del omega y las masajeó, podía ver que algunas marcas empezaban a formarse, demostrando lo salvajes que habían sido esa noche. Lan WangJi salió de la cama dándole una última mirada y arropando con la sábana al menor. El alfa se vistió y tomó su móvil, ya habían pasado muchas horas, sabía que su hermano posiblemente había intentado contactarlo, además de que debía de asegurarse que todo estaba en orden.
El alfa dio un último vistazo y salió de la habitación, necesitaba hablar con XiChen, pero no quería irrumpir el sueño de WuXian, por lo que saldría hacer unas cuantas llamadas y después regresaría.
Mientras caminaba, Lan WangJi sintió que alguien le seguía, giró varias veces, pero siempre parecía estar todo solo, aún era de madrugada, así que no había prácticamente nada de gente. El Lan revisó una vez más su alrededor antes de buscar el contacto de su hermano y marcar. XiChen respondió justo en el segundo tono.
—WangJi—su voz denotaba preocupación—Que bueno que por fin llamas. ¿Estás con WuXian, verdad?
—Mn—que su hermano supiera que están con Wei Ying no le sorprendió en lo absoluto. —¿Qué sucede?
El suspiro pesado al otro lado de la línea le hizo prepararse para lo que fuera que XiChen dijera. —Nada bueno, atacaron a Xie Lian, él y Lluvia Carmesí están desaparecidos, no logramos encontrarlos—informó el mayor de los Lan. —Te mandaré la ubicación para encontrarnos, haz que WuXian venga, Jiang WanYin está aquí y quiere hablar con él... aunque no sé si sea lo mejor.
De nuevo, esa sensación de ser observado atacó a Lan WangJi, sus años de entrenamiento le advirtieron que verdaderamente alguien le espiaba. El alfa se mantuvo sereno y continuó con la llamada.
—Está bien, vamos para allá.
—WangJi ten cuidado—pidió XiChen, casi como si supiera que algo no andaba bien.
—Igual hermano.
Lan WangJi terminó con la llamada y permanece en su lugar. Sus verdaderos deseos eran regresar con Wei WuXian, había dejado dormido al omega, así que le preocupaba que hubiera más personas cerca. No tenía tiempo para los juegos.
—Sal de una vez—pidió el Lan con voz neutra.
Mientras esperaba algún movimiento se cercioraba que no hubiera cámaras de seguridad, lo último que deseaba era meterse en problemas legales por ser visto asesinado a alguien.
Los pasos acercándose le indicaron que su enemigo realmente había salido de su escondite; era un hombre alto, el pasamontaña de su rostro le impedía ver más allá, pero por su postura con la que sostenía el arma parecía que no estaba tan bien entrenado. Esa batalla no duraría mucho.
Tal como imaginó, el hombre se apresuró a realizar el primer movimiento. Su gran error. Lan WangJi ni siquiera le dio la oportunidad de tirar del gatillo cuando el mismo ya había disparado, sus reflejos eran mucho mejores. Pero la sensación de peligro seguía ahí, eso aun no terminaba.
Una segunda persona llegó por su espalda con claras intenciones de atacar, tenía una soga en sus manos, parecía que su intención había sido estrangular al Lan. Evitar los ataques no eran problema, con una fuerte patada el segundo hombre cayó al suelo, algunas gotas de sangre salieron de su boca debido a la fuerza del impacto, Lan WangJi le apunto sin dudar, el hombre en el suelo se rio a pesar de estar a punto de morir por uno de los Jades.
—Eres tan temible como dicen—una vez más escupió sangre—, lástima que llegaras tarde, ese omega que dejaste atrás ya debe estar muer-
El sonido de la bala resonó deteniendo toda palabra del hombre.
Lan WangJi se giró enseguida y regresó con Wei WuXian, sentía que la distancia entre ellos era demasiado grande. Su alfa interno se removía nervioso, sabía que WuXian seguía vivo, lo sentía a la perfección.
Antes de ingresar a la habitación notó que la cerradura de la puerta parecía haber sido dañada, tragando duro ingresó. La cama estaba vacía y en el suelo un hombre muerto. Los ojos ambarinos se desviaron a la puerta del baño, con pasos lentos se acercó e ingresó. Wei WuXian se encontraba dentro de la tina, el omega sonrió cuando le miró.
—Lan Zhan llegas justo a tiempo, ven acompáñame.
Lan WangJi realmente deseaba entrar en esa tina con Wei WuXian, pero no era el momento para eso.
—Tenemos trabajo—dijo el alfa en señal de que no entraría en la tina.
WuXian hizo un puchero, pero asintió comprendiendo la situación.
—Supongo que mi baño tendrá que esperar—el omega señaló—Lan Er-Gege, se bueno y pásame la bata.
Lan WangJi miró a su lado y tomó la bata color plata que colgaba, obedeciendo a la petición de WuXian se la entregó. El omega se levantó de la tina revelando su total desnudez sin pena alguna, todo su cuerpo estaba plagado de marcas y mordidas, cosa que el menor parecía lucir con orgullo. WuXian se cubrió y le guiñó un ojo antes de salir del cuarto de baño.
Una vez fuera Lan WangJi señaló el cuerpo. —Tuviste un invitado.
—Es curioso, en cuanto te fuiste me desperté, sólo tu aroma me hace dormir profundamente—confesó el omega acercándose al Lan, la mano de WuXian tomó la manga de la camisa del alfa y señaló una única gota de sangre que ensuciaba la blanca prenda. — Y por lo que veo también tuviste compañía.
—Nos estaban esperando para matarnos—comentó Lan WangJi.
—Siento lastima por ellos, tuvieron que esperar mucho tiempo, pero aun así fracasaron—era obvio que WuXian sólo se estaba burlando de esos hombres.
—Debemos ser más cuidadosos.
—Los que deben de cuidarse son ellos... —dijo el omega sin apuro. —Casi lo olvido—de forma brusca jaló el cuello de la camisa del alfa para acercarlo a su rostro. —Que sea la última vez que despierto solo en la cama después de tener sexo. ¿Entendido?
Lan WangJi asintió lentamente. —Mn.
WuXian sonrió y le besó castamente en los labios antes de alejarse comenzar a buscar su ropa regada por el suelo. —¿Y? ¿Dónde estabas?
Lan WangJi lo observó vestirse mientras respondía. —Salí para llamar a mi hermano, hay problemas. Jiang WanYin también te busca.
Wei WuXian se detuvo en seco al escuchar lo último, de forma rápida empezó a buscar como loco por toda la habitación, Lan WangJi estaba a punto de preguntarle que buscaba para ayudarle, cuando el omega encontró su móvil para revisarlo y mostrar su cara llena de miedo. —Oh no...—la cara del menor estaba pálida al ver el montón de llamadas y mensajes de muerte de su hermano. —Espero no haya pasado nada grave.
Lan WangJi no quiso preocuparlo más. —Será mejor que nos reunamos con ellos, de camino te digo lo que sé.
XiChen veía al omega Jiang dar vueltas por el estacionamiento, al otro extremo estaba He Xuan junto a, si mal no recordaba, Wen Qing, ambos con expresión fría, los demonios acababan de llegar recientemente informando que tampoco habían podido dar con los desaparecidos. Estar ahí solo con tres demonios no era para nada tranquilizante. Todos esperaban a que llegaran los últimos dos integrantes.
No pasó mucho tiempo antes de que el auto de Lan WangJi llegara al estacionamiento, el primero en bajar fue Wei WuXian.
—Ya estamos aquí.
WanYin miró con furia a WuXian en cuanto este habló. —¡Tú!—El Jiang iba con todas las intenciones de matar a su hermano. XiChen miro como Lan WangJi ponía a Wei WuXian detrás suyo con intenciones de protegerlo, el mayor de los Lan apenas reaccionó deteniendo al Jiang, sabía que si lo dejaba actuar posiblemente mataría a esos dos. —¡Eres un maldito mentiroso!—gritó WanYin intentando zafarse del agarre de Lan XiChen.
—¿Qué?—WuXian se veía tan asombrado, quizás porque aún no sabía la gravedad del asunto.
—¡Te pedí una única cosa! ¡Y ni eso pudiste hacer!—expresó con rabia el Jiang. —¡Se suponía que estarías al pendiente de Hua Cheng, pero lo primero que hiciste fue irte a follar con ese maldito alfa!
Todos podían ver cómo la mirada de Wei WuXian había decaído. —Jiang Cheng...
—¡Cállate, mierda!—Jiang WanYin bajó el tono de su voz, así como su mirada se oscureció. —También dijiste que no me ocultarías nada, pero nunca tuviste el valor de decirme que el Lan te había marcado... eres un cobarde. Un maldito cobarde desgraciado. ¡No quiero ver tu cara!
Jiang WanYin se retiró del agarre de XiChen para alejarse y caminar lejos de todos. Todos permanecieron en silencio, Lan WangJi acariciaba la espalda de WuXian mientras el omega mantenía la mirada gacha.
—Joven WuXian—XiChen sentía que debía disculparse—, lo lamento, yo fui quien le dijo que usted había sido marcado por WangJi, el decirlo no me correspondía a mí.
WuXian negó. —Él tiene razón, soy un cobarde—el omega suspiró con pesar. —Realmente quería decírselo muchas veces, pero nunca pude, sabía que se molestaría y me juzgaría.
Lan XiChen miró en la dirección en la que había partido el omega. —No conozco a WanYin, pero tengo un hermano al que quiero mucho—comentó mirando a Lan WangJi de reojo—, si le sirve de consuelo, no creo que Jiang WanYin le esté juzgando por su enlace con mi hermano, sólo se siente herido, estoy seguro que él sólo quiere cuidar de usted.
—Tus palabras son amables, pero no eliminarán mi equivocación—dijo WuXian levantando el rostro y pegándose más al cuerpo de Lan WangJi, el alfa lo rodeó de la cintura como si le brindara su apoyo.
XiChen sonrió al mirar la tranquilidad en el semblante de Lan WangJi, demostrando que estaba de mejor humor al tener a Wei WuXian a su lado. El mayor de los Lan tosió ligeramente para atraer la atención de la pareja que no dejaba de darse pequeñas miradas. —Iré a buscarlo, tenemos cosas importantes que atender, no hay tiempo para peleas innecesarias.
El alfa miró a los otros dos demonios que se habían mantenido alejados de todo el escándalo y que seguían sin intenciones de intervenir, la pareja también había comenzado a ignorar a todos los presentes, por lo que XiChen sólo pudo presionar sus sienes y pensar cómo hacer para que las cosas avanzan si tener una batalla de por medio.
Lan XiChen caminó hasta encontrarse con WanYin, el omega apenas le dio un vistazo al verlo acercarse.
—Cállate—dijo enseguida el Jiang.
—No he dicho nada.
El entrecejo del omega se profundizó más. —Aléjate de mí.
XiChen no se dejó intimidar por las palabras y permaneció firme para comenzar a hablar. —WuXian no escondió lo de su marca con mala intención. Él sólo tenía miedo.
—¡Lo sé!—gritó con frustración el omega, sus ojos estaban abatidos. —Sé que tenía miedo.
—Deberías hablar con él—recomendó el alfa, sabía que esos hermanos debían resolver sus problemas para reparar su relación. Él no solía pelear con Lan WangJi, pero era justamente porque siempre terminaban hablando las cosas. —No ahora claro está, aún tenemos dos personas desaparecidas.
Jiang WanYin lo observó en silencio por un par de segundos antes de terminar asintiendo. —Acabemos de una vez con esto.
XiChen sonrió al ver que las disputas se detendrían por el momento, quería decir una última cosa, pero el brillo familiar de una luz lejana lo alertó.
—¡WanYin!—sin avisar tomó al omega y lo empujó contra el suelo, seguido de eso empezaron a escucharse las detonaciones de varios disparos.
El alfa y omega se movieron hasta esconderse detrás de uno de los vehículos, ambos sacaron de entre sus ropas un arma y quitaron el seguro. Pareció que ambos pensaron lo mismo, ya que su primera reacción fue buscar a sus hermanos. A lo lejos Lan WangJi y Wei WuXian se protegían mutuamente y disparaban de regreso.
XiChen vio con claridad la mueca de WanYin al presenciar esa escena, pero rápidamente fue dejada. Una de las balas dio justo en el cristal provocando que este cayera en pedazos sobre Lan XiChen y Jiang WanYin.
El omega se quejó molesto. —¡Esos malditos!
XiChen se asomó y empezó a escanear la zona para ver de donde venían todos los disparos y la cantidad de hombres con los que se enfrentaban. El alfa giró para encontrarse con el Jiang.
—Recuerdo que tu puntería es buena.
WanYin lo miro con superioridad. —Mejor que la tuya sí.
XiChen terminó de contar y dijo: —Parece qué hay tres tiradores apuntándonos a nosotros—una pequeña sonrisa cruzó su rostro. —Si puedes acabar con todos al primer intento admitiré que tu puntería es mejor que la mía.
Jiang WanYin bufó con una ligera diversión. —No necesito que digas algo que ya sé.
El omega no dudó en ningún momento antes de divisar a su primer objetivo, Lan XiChen escuchó el primer disparo, ni siquiera necesito volver a dar un vistazo para notar que, efectivamente el omega había acertado el primer tiro. Después observó como el Jiang dispara otra vez y luego otra. La sonrisa por parte del omega llamó la atención del alfa, podía ver que WanYin realmente estaba disfrutando aquello.
El Jiang salió de su escondite con intenciones de acercarse al resto, el alfa iba por detrás, pero alcanzó a ver movimiento aún a lo lejos, antes de que algo sucediera el alfa levantó su arma y disparó, el sonido hizo que WanYin mirara en su dirección.
—Al parecer eran cuatro—dijo XiChen guardando su arma.
—Fue tu error al contar—le reprochó el omega.
—Aun así te faltó uno—respondió el alfa con algo de diversión.
Jiang WanYin guardó su arma de igual forma. —Jódete.
Ambos se acercaron al resto, que aparentemente también había logrado terminar rápido con sus propios problemas, XiChen miró a su hermano quien asintió en señal de estar bien, si Lan WangJi estaba tranquilo significaba que Wei WuXian también estaba bien.
He Xuan se acercó hasta el Jiang. —Uno de los autos quedó destruido por las balas, los otros tres aún pueden andar—informo como si esperara algún cambio en los planes. —¿Deberíamos buscar reemplazos?
—Se nos agota el tiempo, seguiremos usándolos mientras puedan correr—afirmó el omega evitando mirar en la dirección de WuXian.
—Pero ni siquiera sabemos en cual dirección ir— les recordó Wen Qing.
Una idea llegó a Lan XiChen, incluso se sintió mal por no haber pensado en eso mucho antes. —Tengo a la persona perfecta para ayudarnos a rastrearlos.
—XiChen-Xiong—dijo QingXuan al salir de la residencia, la llamada repentina del Lan a esa hora le había indicado que nada bueno sucedía. —Llamaste de la nada, ¿Todos están bien?, no recibí ninguna noticia suya en toda la noche.
XiChen intentó calmarlo. —QingXuan no tenemos tiempo.
Los ojos del omega menor se desviaron más al fondo, delineando una figura bastante conocida a lado de Lan WangJi. —¡WuXian!
WuXian sonrió divertido y asintió. —Cuanto tiempo QingXuan.
Momentos después el omega notó que no solo WuXian acompañaba a los hermanos Lan, sino que había otros tres demonios. Los ojos de Shi QingXuan chocaron durante unos segundos con los de He Xuan, su estómago pareció formar un nudo, simplemente no entendía nada. —¡¿Qué hacen ellos aquí?!
—QingXuan necesitamos que rastrees a Xie Lian y a Hua Cheng—dijo Lan XiChen interrumpiendo todo pensamiento del menor. —No logramos dar con su paradero, ya buscamos en toda la ciudad pero no tenemos ni un solo rastro.
QingXuan escuchó con atención. —¿Y ya buscaron fuera de la ciudad?—la reacción de todos le demostró al menor que no lo habían hecho. —¿Por qué a nadie se le ocurrió?—el omega suspiró—, dame un par de minutos.
—Sube al auto, investigas de camino. No sabemos cómo se encuentran, pueden estar en problemas, debemos avanzar ya.
QingXuan asintió, estaba ansioso por saber todo lo que había ocurrido esa noche para que los demonios se vieran obligados a trabajar con ellos.
Xie Lian sentía la calidez rodearle, y no era otra cosa que el brazo de San Lang envolviéndole de forma protectora, la reacción natural del omega fue intentar sumergirse aún más en el abrazo para restregarse en el alfa, de forma inconsciente llevó su rostro al cuello el alfa e inhaló, la leve fragancia fue más que confortante.
—Hueles bien—murmuró el omega algo adormilado.
El cuerpo entero de Hua Cheng se tensó enseguida. —¿Qué?
Xie Lian abrió los ojos alarmados por las palabras desvergonzadas que había dicho, lo único que pudo hacer fue alejarse aún más y fingir demencia. —Na-Nada.
Pero Hua Cheng no lo dejó escapar tan fácil. —¿Gege dijo que olía bien?—su voz era esperanzadora. —¿Puedes olerme?
—Yo...—Xie Lian quería ocultar su rostro por la vergüenza, pero pareció darse cuenta de lo que el alfa se refería, por lo que una vez más intentó percibir su aroma. —Eso parece, es muy ligero, pero sí—el aroma apenas era una caricia en la punta de su nariz, pero en definitiva ahí estaba. —¡Puedo olerte San Lang!
—¿A qué huelo?—preguntó con latente emoción.
El omega ignoró su vergüenza e inhaló con fuerza intentando percibirlo con más claridad—Es como chocolate amargo, creo, quizás un toque de...
—¿De?—el alfa parecía ansioso, pero esperaba a que el omega dijera algo.
Xie Lian se sintió un poco mal. —No lo sé... no lo percibo bien.
El omega también deseaba poder sentirlo de mejor forma, pero las notas algo amargas con toque dulce y fuerte del chocolate apenas las percibía, no entendía cómo, pero verdaderamente lo podía oler.
—Está bien, no hay prisa—Hua Cheng sonrió y le acarició la mejilla—, te daré un obsequio cuando lo descubras.
La cara de Xie Lian jamás había estado tan roja como en ese momento, pero su omega interno rebosaba de felicidad.
Chapter 33: Capítulo 32. Demonios.
Chapter Text
Jiang WanYin miraba con rabia el auto que iba por el frente. Auto en el cual viajaba Wei WuXian junto a Lan WangJi. Los dos vehículos color plata contrastaban con el negro mate que conducía Wen Qing.
Los tres demonios dentro del auto no emitían ni un sonido, aunque tampoco es que fueran muy conversadores entre ellos, He Xuan estaba ubicando en la parte trasera ignorando al resto, Wen Qing no apartaba los ojos de frente y Jiang Cheng... sólo mataba a su hermano en sus pensamientos una y otra vez.
El omega notó que sus compañeros no parecían tan sorprendidos por todo aquello, así que no dudó en preguntar. —Ustedes también lo sabían, ¿verdad?
En realidad, ni siquiera lo tenía que preguntar, era obvio, como siempre, él era al que dejaban siempre al final. No era la primera vez que le hacían algo como eso, ya estaba harto.
—No—respondió He Xuan—, pero no me sorprende.
El alfa no estaba impresionado, después de todo él mismo llevó a WuXian a encontrarse con Lan WangJi, pero eso no se lo diría a WanYin, no si quería conservar su cabeza en su lugar.
Jiang WanYin miró a la alfa de su lado. —Tu sí, ¿cierto?
—Sí—Wen Qing no se sentía intimidada por lo explosivo que podía ser el Jiang, así que fue honesta con lo que sabía. —Hua Cheng lo trajo a mí en un lamentable estado.
Jiang WanYin apretó los dientes al escuchar aquello. —Entonces ese maldito también lo sabe—gruñó con frustración. —Siempre soy el último en enterarme.
—Si a alguien tienes que reclamarle es a WuXian, no a nosotros—dijo Wen Qing para no seguir escuchando las quejas del omega.
El auto una vez más se sumió en silencio, WanYin miró por la ventanilla dejando de lado su molestia. La vista era desolada, ya habían salido de la ciudad, por lo que toda civilización había quedado atrás, sólo había algunos árboles y la carretera que parecía no tener fin.
—Espero que ese niño los encuentre—comentó en voz baja Wen Qing.
Todo estaba en manos de QingXuan, quien con su habilidad de rastreo aparentemente había podido dar con la última dirección que arrojó el móvil y auto de los desaparecidos.
Ni siquiera había parado el auto, pero ya veían una ligera cortina de humo, característico de un fuego a punto de morir. Después de avanzar más la respuesta salió a la luz, el puente que atravesaba el río estaba en caos, aún ardían ciertas cosas, pero lo que más preocupaba es que les impedían el paso.
—Se detuvieron—acusó el Jiang mirando como los autos de enfrente frenaban, revelando las figuras que salían de estos.
Los tres demonios imitaron esas acciones y se aproximaron para hacer una inspección más de cerca. Había restos de cuerpos calcinados y destrozos de las partes de autos por todas partes, el fuerte aroma y densidad del humo también estaban por toda la zona.
—Hasta aquí llegaba el rastreo del auto de Hua Cheng antes de desaparecer—informó QingXuan en señal de ya no poder hacer más nada. —Y por lo que veo hubo una fuerte explosión, lástima por todas las víctimas, espero hayan tenido una buena vida, porque de seguro están ardiendo en el infierno.
—Tú no eres creyente—dijo XiChen mirando con extrañeza al menor.
—No lo soy, pero me gustaría creer que están sufriendo.
Jiang Cheng chasqueó la lengua por todo lo que decía ese chico, era la primera a vez que se relacionaba con él de cierta forma. A primera instancia sólo le pareció infantil y torpe, pero sí había encontrado el rastro de Hua Cheng y era parte de los colmillos sólo podía significar que era más de lo que aparentaba.
Además, tener la apariencia de un idiota no té hacía precisamente uno, un claro ejemplo era su hermano. Era en realidad alguien muy inteligente, pero tan incorregible y problemático en otras cosas. De hecho, QingXuan efectivamente le recordaba un poco al hiperactivo de WuXian, que en ese momento no deseaba ni ver en pintura.
Todos esos pensamientos orillaron a Jiang WanYin a mirar a WuXian, quien estaba muy cerca de Lan WangJi, casi colgaba del brazo del alfa, ocasionando que el rostro de Jiang sólo se frunciera más en una extraña mueca.
Pudo ver como su hermano se acercaba a la orilla del puente y miraba hacia abajo. —HuaHua lo hizo, le encanta el fuego. Es un loco.
—¿No te mordiste la lengua?—preguntó a lo lejos Wen Qing, recordándole que él era igual de temerario e imprudente que Hua Cheng.
—Lo más seguro es que saltaron al río para no ser consumidos por las llamas—agregó XiChen acercándose de igual forma a la orilla. —Deberemos avanzar más y buscarlos a pie. Lo mejor será separarnos, con eso cubriremos más terreno.
Todos asintieron en señal de apoyar la idea del Lan mayor, listos para iniciar con su búsqueda.
—Esperemos ambos estén bien—dijo QingXuan con evidente preocupación.
He Xuan le dio un vistazo, pero no dijo nada, después regresó su atención a la alfa de su lado. —¿Traes el botiquín de ser necesario?
Wen Qing asintió mientras iba en dirección al auto justo para sacar un maletín con todo lo primordial. No sabía en qué estado los encontrarían, así que era mejor llevarlo encima.
—Saben que siempre lo cargo—señaló a los tres demonios presentes—, de no ser por mí hubieran muerto todos ustedes hace mucho tiempo. Me deben sus patéticas vidas.
Ninguno dijo nada, porque era cierto, cada uno llegó a necesitar de ella y no eran heridas pequeñas las que tenía que tratar, verdaderamente eran cosas de vida o muerte.
WuXian miró a Lan WangJi mientras apuntaba discretamente a la Wen. —Es un amor, ¿verdad?
Wen Qing lo miró de mala forma y amenazó. —WuXian deja de perder el tiempo y muévete.
El rostro del omega palideció y poco asintió. —Ya voy, ya voy—en ese instante los ojos de Wei WuXian y los de Jiang WanYin se cruzaron, pero WuXian simplemente dio la vuelta y tomó del brazo al alfa para arrastrarlo lejos. —¡Lan Zhan, vamos por aquí!
Jiang WanYin solamente pudo ver en silencio como se marchaba su hermano.
—Sólo acéptalo—dijo Wen Qing a su lado. —Ya está enlazado, no hay nada que hacer.
—Nos traerá más problemas—alegó enseguida WanYin.
He Xuan se acercó para preguntar. —¿Y qué sugieres? ¿Alejarlo de Lan?
Wen Qing negó enseguida ante las palabras dichas por He Xuan. —Eso sólo lo perjudicaría—la alfa miró a la pareja, podía notar que en sólo una noche habían afianzado en gran medida su vínculo. Simplemente impresionante, cosas que sólo los destinados podían hacer. —No aguantarían la separación por tanto tiempo.
Jiang WanYin bufó con fastidio y se alejó para estar solo, aprovecharía para despejar su mente mientras buscaba a su compañero. Lo mejor sería mantenerse lejos de WuXian por el momento, o en verdad le rompería las piernas por sus imprudencias.
Hua Cheng miró al omega de su lado, el rostro de Xie Lian no lucía normal, el color rosado en sus mejillas era algo intenso y tenía una ligera capa de sudor, sin duda no era una buena señal. Pero él tampoco estaba mejor, la herida de su costado cada vez se volvía más difícil de ignorar.
—Debemos parar a descansar, no puedes hacer mucho esfuerzo—dijo Xie Lian buscando un lugar donde pudieran sentarse.
—Te dije que estaba bien Gege—Hua Cheng le sonrió para intentar calmarlo.
—San Lang, una herida de bala no es cualquier cosa—respondió enseguida el omega mostrando que no estaba conforme con las palabras de Hua Cheng. Xie Lian alzó la mirada al cielo, era muy temprano y los rayos del sol apenas comenzaban a calentarlo. —Todos deben de estar buscándonos.
Hua Cheng asintió dándole la razón, presentía que pronto todo terminaría. —Así es.
El alfa podía ver temor en los ojos de Xie Lian, lo que menos quería era preocuparlo, así que Hua Cheng intentaba mostrarse estable.
—Desearía hacer más por ti—dijo en voz baja Xie Lian, no había duda que el omega seguía sintiendo una pequeña culpa, pues aseguraba que de haber reaccionado a tiempo Hua Cheng seguiría ileso.
—No te preocupes—el alfa tiró de la mano de Xie Lian para acercarlo más a él—, lo más seguro es que Wen Qing viene con ellos, es la mejor médica que conozco, arreglará este desastre rápido.
Además de que quería que la alfa revisara a Xie Lian. El omega no lo podía engañar, no se veía muy saludable y eso si inquietaba a Hua Cheng.
Xie Lian sonrió con calidez. —Si San Lang confía en ella entonces yo también.
Hua Cheng acarició el rostro del omega, adorando cada parte de él. Se sentía embelesado. Las mejillas de Xie Lian se volvieron aún más rosas e intentó alejarse para ocultar su vergüenza.
—Aún estamos lejos, necesitamos acercarnos más a la carretera—comentó el omega con un notable nerviosismo.
Hua Cheng sonrió enternecido por esa reacción así que asintió, no sin antes agregar: —Necesitaré de tu ayuda para seguir caminando Gege.
Su voz lastimera era obviamente fingida, pero alguien tan noble como Xie Lian no hará caso a eso.
El omega se acercó. —No hay problema, apóyate en mí.
Hua Cheng obedeció y se recargó sólo un poco en Xie Lian, cuando estuvo lo suficientemente cerca le habló: —Gege ven, acércate más.
Xie Lian lo miró confundido. —¿San Lang?
Hua Cheng acercó su rostro al de Xie Lian, pudo ver como los ojos del omega se abrían grandes para después cerrarse con fuerza. Aun así Xie Lian no se alejó, permaneció en su lugar, el alfa sólo sonrió por todo aquello. Hua Cheng inclinó su cabeza y juntó su frente con la de Xie Lian, tal como temía, habían indicios de fiebre.
—¿Cómo te sientes?—preguntó el alfa, creía que el omega había enfermado debido a la exposición del frío en la noche.
—Estoy bien, no soy yo el que está herido—murmuró Xie Lian alejándose un poco, sólo lo suficiente para que sus respiraciones no se mezclaran.
Hua Cheng se prometía que sería la última vez que arriesgaría de esa forma a Xie Lian.
El alfa hacía de lado las hierbas y arbustos de su camino, aún no entendía cómo él y sus compañeros parecían imanes que atraían problema.
El sonido de la rama crujiendo a sus espaldas lo hicieron girar, por detrás estaba Shi QingXuan. Ambos se observaron por unos segundos.
He Xuan le miró mal. —¿Qué?
—Nada, nada...—agregó el menor sin moverse de su lugar.
El alfa frunció el ceño, pero no dijo nada, simplemente continuó caminando, apenas dio unos cuantos pasos cuando notó que el omega también avanzó.
He Xuan giró una vez más y le miró amenazante. —No me sigas.
—No lo hago—respondió en seguida QingXuan—, casualmente estoy buscando en la misma dirección, eso es todo.
He Xuan chasqueó la lengua, al final decidió ignorarlo y seguir avanzando, creyó que si fingía no notar su existencia éste verdaderamente desaparecería.
Claro que eso no fue así, ya que el menor no tardó en comenzar hablar una vez más, terminando con la poca paz del lugar.
—¿Por qué dejaron ir solos a Xie Lian y a Hua Cheng?—He Xuan no le miró, pero eso no le impidió al omega hacer una nueva pregunta. —¿Sabes a quién estaban siguiendo?
El alfa se tocó el entrecejo, ya había olvidado lo desesperante que podía ser ese omega. Parecía que no tenía fin, pues seguía haciendo más y más preguntas. Y la verdad ni siquiera sabía nada del tema.
—¿A qué hora se dieron cuenta que habían desaparecido?—si no le ponía un alto a QingXuan este jamás se detendría. —¿Por qué-?
—¿Quieres callarte?—He Xuan llegó a su límite por lo que le interrumpió encarándolo. —Sé igual o menos que tú de todo esto. No hagas preguntas porque no sé las respuestas.
El omega infló las mejillas mostrándose ofendido. —Sólo intento tener una conversación.
—Pues no lo intentes—expresó en alfa con cansancio dándole la espalda para comenzar a alejarse.
Ese omega era sumamente frustrante para He Xuan, lo peor es que su alfa interno en realidad no parecía rechazarlo, pero ya tenía suficiente con haberse involucrado una vez con él, lo mejor sería mantener distancia y fingir que nada había ocurrido.
Un golpe seco en su cabeza hizo que He Xuan frenara sus pasos, parecía que le habían arrojado algo. Sin poder creerlo se giró y miró el zapato de Shi QingXuan en el suelo, seguido de eso notó al omega acercándose con mala cara.
—¿Qué hay de malo contigo?—cuestionó QingXuan de mala forma mientras volvía a tomar su calzado del suelo para colocárselo. —¿Por qué estás a la defensiva todo el tiempo? ¡Eres muy grosero conmigo!
He Xuan era varios centímetros más alto que QingXuan, por lo que sólo veía hacia abajo, dejando que el omega se quejara, sólo cuando este se calló fue que respondió con voz indiferente.
—No entiendo por qué debería tratarte bien—sus ojos se volvieron fríos. —Tú y yo no somos nada.
QingXuan abrió la boca, pero no dijo nada, después de unos segundos bajó la vista y murmuró. —Pensé que...
—¿Qué?—He Xuan le interrumpió. —¿Qué por haber tenido sexo cambiaría algo?
El rostro del menor se pintó de un fuerte rojo, parecía asombrado. —... No iba a decir nada acerca de eso.
He Xuan se quedó helado, para empezar, él tampoco sabía porque había sacado ese tema. Aunque siendo honesto era lo que realmente pensaba, incluso si no lo quería admitir.
QingXuan levantó sus ojos, su expresión era seria. —Sólo creí que como estamos del mismo lado ahora deberíamos llevarnos mejor.
He Xuan le miró de arriba abajo y asintió. —Bien, entonces ya no digas nada de esa noche.
—No lo hago, tú lo haces—dijo enseguida QingXuan.
El alfa se tocó la cabeza desesperado. —¡Entonces sólo olvídalo!
—¡No me grites, tú empezaste con todo!—QingXuan colocó sus manos en su cintura, el omega también parecía alterarse. —¡Ni siquiera quería recordar la vez que nos acostamos, aún me duele la cadera!
El tono de voz de QingXuan parecía de reclamo, lo cual terminó por consumir la poca paciencia de He Xuan, provocando que este gritara indignado de la misma forma.
—¡Tú me pediste que los hiciera!
—¡Pero fuiste un bruto salvaje!—le regañó el menor casi como si quisiera golpearlo.
He Xuan sabía que se había excedido, pero no todo era su culpa. —¡No sabía que eras virgen!
El entrecejo de QingXuan se profundizó más. —¡Aunque no hubiera sido, fuiste muy cruel al principio! ¡Me arrepiento totalmente de haber tenido mi primera vez contigo!
He Xuan ya no podía seguir soportando la situación. —¡Ya deja de hablar de eso!
—¡Fuiste tú quien lo mencionó primero!—se defendió el menor.
—¡Y ahora te digo que lo olvides!—exigió el alfa.
QingXuan le dio la espalda. —¡Bien!
He Xuan imitó su gesto. —¡Bien!
Una tercera voz se sumó a la escena. —¿Todo en orden?
—¡Sí!—dijeron al unísono alfa y omega.
He Xuan se tensó al ver a Wei WuXian y a Lan WangJi acercarse.
—WangJi-Xiong, WuXian...—QingXuan también lucía tenso, provocando que He Xuan bufara por su mala actuación—, pensé que estarían buscando por otro lado...
WuXian sonrió. —Lo hacíamos, pero sus gritos que parecían de dos animales a punto de matarse nos hicieron venir.
Shi QingXuan y He Xuan se miraron discretamente, el menor se removió incómodo. —Ya veo... nosotros sólo... opinábamos del clima...
He Xuan se golpeó la frente y se alejó sin querer ser partícipe de ese circo barato. Ya tenía suficiente humillación por ese día.
—He Xuan—escuchó la voz de WuXian a sus espaldas.
—¿Qué quieres?—respondió de forma tosca sin verle mientras seguía caminando.
—No te conviene que me trates mal.
El tono jocoso del menor le obligó a frenar para encararlo. —¿Me estás amenazando?
WuXian levantó ambas manos mostrando que no estaba ahí con intenciones hostiles. —Tranquilo—después señaló con su cabeza en dirección donde estaba Lan WangJi y Shi QingXuan a unos metros. —Parece que te llevas bien con QingXuan, no sabía que fueran tan cercanos.
—No lo somos—aclaró enseguida el alfa mientras se daba la vuelta con intenciones de huir, no le gustaba por dónde iban las cosas.
Escuchó la risa burlona de WuXian a sus espaldas. —¿Por eso te acostaste con él?—He Xuan se detuvo nuevamente para ver con rapidez al omega, WuXian tenía una postura relajada. —Era en serio que escuchamos sus gritos. Jamás creí que serías capaz de algo así, pensé que HuaHua y yo éramos los únicos jugando con fuego.
El rostro del alfa se oscureció, de unas cuantas zancadas llegó hasta el frente de WuXian y lo tomó del cuello de la camisa. —Cállate—los ojos del alfa eran feroces—, ni una palabra de esto a nadie.
A pesar de todo WuXian seguía sonriendo, el omega colocó sus manos sobre las del alfa y las apartó. —Será mejor que des cinco pasos hacia atrás, Lan Zhan se está molestando. No quiero tener que separarlos de una pelea.
Al oír aquello He Xuan dio un vistazo al Lan, quien efectivamente le observaba con una expresión de advertencia.
He Xuan soltó a WuXian. —Sólo cierra tu boca—después de alejarse un poco agregó. —Yo no le dije a nadie de la vez que te acompañé para que te acostaras con Lan WangJi, que de seguro ese fue el día que te marcó.
WuXian suspiró, seguía sin parecer preocupado. —No te equivoques He Xuan, a mí no me importa que se enteren de eso ahora, en cambio tú...—ese comportamiento burlesco sólo enfureció más a He Xuan. Wei WuXian pareció ceder ante sus ataques y sólo se encogió de hombros, como si decidiera por fin dejar de molestar al alfa. —Sólo iba a pedir que trataras bien a QingXuan, me agrada.
—Te tuvo como prisionero—le recordó el alfa sin poder creer que WuXian simpatizaba con aquel omega.
—Y a ti te disparó y aun así tuvieron sexo—agregó el omega con simpleza. —Además, hizo que ese infierno fuera más pasajero.
He Xuan suspiró con frustración al ver que todo se le estaba saliendo de control. Que Wei WuXian, y posiblemente también Lan WangJi, supiera de su noche con Shi QingXuan no le agradaba. —Esto debe ser una broma.
—Oye—le llamó WuXian—, él es alguien importante para Lan Zhan, y no quiero tener que elegir.
He Xuan le miró de lado. —¿Por qué? ¿Lo elegirías a él?
—¿Debo responder?—era obvio cuál sería la elección de WuXian entre Lan WangJi y He Xuan. —Sólo intenta ser más lindo con QingXuan, en realidad es muy sensible. Si le das la oportunidad verás que es una muy buena persona. Ya te acostaste con él, no pierdes nada, dijiste que no te metías con omega, pero míralo.
He Xuan no comprendía a dónde quería llegar Wei WuXian con todo aquello, por lo que sólo giró su rostro. —Fuera de mi vista.
Escuchó como los pasos de WuXian comenzaban a alejarse. —Como digas—el omega señaló una dirección al azar—, Lan Zhan hay que buscar por otro lado, ellos ya están buscando aquí.
Después de eso la pareja se alejó dejando a Shi QingXuan y a He Xuan a solas. Por unos segundos ninguno dijo nada, pero como era de esperarse, el menor terminó abriendo la boca.
—Ellos...—QingXuan no formuló la pregunta, pero el alfa comprendió.
—Lo saben—respondió He Xuan con obviedad.
El rostro del menor palideció. —¡No puede ser!—después miró al alfa con enojo. —¡Todo esto es tu culpa!
—¡Tú...!—He Xuan estaba a punto de gritarle una vez más, pero se contuvo al saber que no era el lugar, no quería que alguien más aparte de aquellos dos los descubriese. —Sólo dejemos esto de lado.
He Xuan comenzó a avanzar, por detrás escuchaba los pasos del omega, esta vez no dijo nada, dejaría que le siguiera, pero no pasó ni un minuto cuando percibió que QingXuan había dejado de moverse.
Algo confundido el alfa giró para buscarlo, QingXuan estaba por detrás parado con la vista baja.
—He Xuan...—llamó en un susurro el menor.
El alfa cerró los ojos resignado. —¿Ahora que?
—Lo que dije hace rato... no es cierto...—dijo con evidente vergüenza QingXuan, el alfa se acercó al no comprender bien a qué se refería, no necesitó preguntar, pues el omega siguió hablando. —No me arrepiento de haberme acostado contigo...—He Xuan se sorprendió por la repentina revelación, no sabía qué decir, pero QingXuan parecía encargarse de rellenar el silencio. —Sé que no fue lo ideal y las circunstancias nos orillaron a eso... pero me pongo a pensar en la suerte que tuve de que fueras tú y no alguien como Wen Chao... gracias por cuidarme...
He Xuan tuvo el deseo de acariciar el cabello del omega, pero le faltó valor para levantar su mano, por lo que sólo negó.
—No, yo debí haberme ido, pero sucumbí a mi instinto—He Xuan debía confesar que en ese momento le fue irresistible no dejar que su alfa interno tomara el control, ni siquiera pensó tanto en el joven al principio. —No me trates como un héroe, porque no lo soy.
—Pudo haber sido peor—comentó QingXuan.
—Te recuerdo que no dejabas de llorar—dijo el alfa, como si mostrara que tampoco fue precisamente bueno. El gesto de He Xuan cambió ligeramente a una expresión más irónica. —Aunque las últimas lágrimas no creo que hayan sido precisamente de dolor...
El rostro de QingXuan se cubrió totalmente de rojo, casi parecía salir humo de sus orejas. El menor levantó el rostro y le miró acusadoramente. —¡Tú también lo estabas disfrutando! ¡Me dejaste marcas por todo el cuerpo!
Shi QingXuan tiró del cuello de su camisa para mostrar algunas marcas que seguían prácticamente frescas, el color había dejado de ser rojizo para tornarse de un tono violeta. También se podían ver pequeñas marcas de dientes, sólo se veía una fracción de la piel, pero era claro que el resto debía estar igual o peor.
He Xuan reprimió una sonrisa de burla y admiró el caos que había dejado sobre QingXuan, mirando lo alterado que estaba el menor se le ocurrió algo para alterarlo aún más. —Se ve bien.
—¡No te burles de mí!—gritó QingXuan empujándolo mientras avanzaba con intenciones de dejarlo atrás.
He Xuan por fin se permitió sonreír con sutileza una vez que quedó a solas, ese omega era un idiota a sus ojos, pero también admiraba su fuerza, Shi QingXuan tenía una manera muy única de defenderse. El alfa no dijo nada y sólo comenzó a seguir al omega para asegurarse de que no terminara tropezando con alguna piedra, porque estaba seguro que QingXuan y su poca condición física terminarían causando problemas. Pudo ver como el menor le lanzaba miradas de vez en cuando, era muy malo disimulado.
Tiempo después, desde atrás notó como Shi QingXuan se detenía, los ojos del menor se abrieron grandes.
El siguiente grito fue alto y claro. —¡Acá están!
En pocos minutos todos se reunieron, suspiraron aliviados de que Xie Lian y Hua Cheng seguían con vida y casi intactos.
—¡Xie Lian!—QingXuan se colgaba del cuello el omega mientras dejaba escapar algunas lágrimas de alegría.
El omega mayor le sonreía con dulzura. —QingXuan tranquilo, no quiero tumbar a San Lang.
Xie Lian así servía de apoyo para el alfa, parecía no querer separarse de Hua Cheng en realidad, pero debía hacerlo para que lo revisaran.
—Está bien, seguro está preocupado por ti—susurró el alfa alejándose poco.
La voz de WuXian se alzó. —Nosotros también nos preocupamos por ti HuaHua.
Hua Cheng miró lo cercanos que estaba WuXian del Lan, por lo que alzó una ceja. —Dudo que anoche siquiera te acordaras de nosotros.
WuXian sonrió divertido. —Eso está en el pasado, lo importante es el presente.
El alfa bufó por la falta de vergüenza de su compañero. —Que te jodan.
—¿Es un premio o castigo?—respondió WuXian recargándose en Lan WangJi.
El ambiente del lugar parecía ligeramente divertido junto con una pizca de incomodidad. Wen Qing se atravesó para llegar hasta el alfa y revisarlo.
Los ojos de la Wen inspeccionaron la herida, parecía que todo estaría bien. —La detención de sangrado es correcta—miró a Xie Lian y a Hua Cheng. —Buen trabajo.
Mientras la alfa se encargaba de atender a Hua Cheng el resto de colmillos se habían alejado para hablar entre ellos. Ahora que habían encontrado a los desaparecidos parecía que ambas partes volvían a tomar cierta distancia, no era hostil, pero si había duda de lo siguiente que harían.
WuXian y Lan WangJi de lanzaban miradas a la lejanía, eran los únicos que parecían tranquilos respecto a todo.
—¿Te derribaste por una herida de bala HuaHua?—preguntó WuXian con sorna. —Te creí más fuerte.
—Tu cállate—le respondió el alfa sin verle. —¿Quieres que te recuerde el motivo por el cual este problema es más grande de lo que inicialmente debía de ser?—con su cabeza señaló en la dirección de los colmillos. —Te daré una pista, el alfa de por allá y tu ausencia de anoche tienen que ver en esto.
Claramente WuXian intentó defender lo indefendible. —Estaba arreglando unos asuntos—después le miró acusadoramente. —Tú deberías comprender.
Sí, Hua Cheng comprendía, sabía la importancia de su destinado, él más que nadie entendía la prioridad de Wei WuXian en ese momento.
Aun así no pudo evitar querer molestarle. —¿No habías dicho que no te importaba tener un destinado?—el alfa sonrió—, ¿Qué pasó con eso?
WuXian se cruzó de brazos. —Tengo derecho a cambiar de parecer.
—Sólo dejada de causar problemas—le pidió Hua Cheng, todo lo que WuXian había hecho, como acercarse a Lan WangJi en secreto pudo haber terminado de una forma peor que con su enlazamiento. Por ejemplo, pudo haber sido secuestrado una segunda vez.
—No te preocupes, ahora que arreglé mi enlace con Lan Zhan todo estará mejor—anunció el menor. Hua Cheng se sorprendió por lo liberar que decía esas palabras, dándole a entender que todos ya sabían de su mordida. Eso causó que buscara a Jiang WanYin, quien estaba a unos cuantos metros dándole la espalda a todos. Era obvio que estaba molesto, pero WuXian ni siquiera lo notaba, ya que seguía hablando. —HuaHua eres tú quien aún debe arreglar sus asuntos.
Hua Cheng buscó a Xie Lian, el omega hablaba con los hermanos Lan y con QingXuan, pero pareció sentir su mirada ya que giró en su dirección.
Hua Cheng sonrió a Xie Lian mientras respondía a WuXian. —Eso intento.
—Pues no parece funcionar—le recriminó Wei WuXian, el omega estaba empecinado en provocar al alfa.
Y lo había logrado, Hua Cheng le miró mal, estaba muy cansado para soportar a ese omega.
Antes de decir algo Wen Qing les gritó. —Ya dejen de hablar ustedes dos, parecen niños—con brusquedad presionó la herida del alfa, provocándole un gesto de incomodidad. —¡Ni se te ocurra quejarte!—En seguida miró a WuXian que estaba a punto de burlarse. —¡Y tú mantén la boca cerrada!
—Si WuXian ya cállate—agregó He Xuan cansado de la misma forma.
WuXian hizo un puchero al ver que todos le miraban mal. —Iré con mi alfa a buscar consuelo, porque aquí todos parecen estar en mi contra.
Jiang WanYin, quien había estado a una considerable distancia, no logró seguir conteniendo más tiempo su enojo. La manera de actuar de su hermano simplemente era absurda.
Con su última gota de paciencia evaporándose, el Jiang sacó su arma y apuntó de WuXian, no titubeó en tirar del gatillo.
El estruendo del disparo llamó la atención de todos con brusquedad. La bala había pasado a un lado de Wei WuXian, asustándolo por el repentino ataque.
WuXian miró a su hermano con incredulidad. —¡¿Qué te ocurre?!
Todos se habían agrupado mirado a Jiang WanYin como si estuviera loco, dando el aspecto como si todos estuvieran en su contra.
El omega apretó su arma, pero la guardó y gritó con enojo. —¡Eres un idiota!
Sin más dio media vuelta y se marchó.
Todos se quedaron en silencio mientras lo veían alejarse.
Hua Cheng miró a WuXian. —Oh genial ya lo hiciste enojar de nuevo.
—¡Yo no hice nada!—dijo el omega sin comprender el motivo de tal arrebato tan repentino.
He Xuan lo señaló. —Ve tras él.
—¿Quieres que ahora sí me mate?—WuXian era consciente que si se plantaba en ese instante delante de su hermano este ahora definitivamente sí le dispararía y no fallaría.
He Xuan se encogió de hombros. —Un idiota menos el en mundo no sería tan malo.
—No iré—dijo enseguida WuXian.
Sabía que alguien debía ir tras Jiang Cheng, pero ninguno de sus compañeros lo haría, pues según ellos WuXian debía arreglar ese desastre él solo, pero el omega no se sentía listo, por lo que debía convencer a alguien más. Lan WangJi no podía ser, ya que el Jiang posiblemente le dispararía de igual forma.
Sus ojos grises se posaron en todos los presentes, deteniéndose en uno en específico. Con una sonrisa llena de malos presagios se acercó a Lan XiChen, recordaba que el hermano de Lan WangJi ya había podido calmarlo una vez, así que seguramente podría hacerlo una segunda.
—Cuñado, creo que eres el más apto para ir por él, sólo asegúrate que no haga algo como ponchar las llantas de los autos—pidió WuXian casi rogando. —Te aseguro que no te hará nada... creo, bueno quizás sí, sólo mantén tú distancia y no lo provoques.
WuXian observó como Lan XiChen lo miraba a él y a Lan WangJi, al final el mayor de los Lan dejó salir un poco de aire y asintió resignado.
—Está bien.
El omega suspiró aliviado al ver que Lan XiChen si le ayudaría. Pronto sólo lo vio alejarse por el mismo rumbo que se había marchado WanYin.
—Lo enviaste a su propia muerte—sentenció Wen Qing.
WuXian sintió la mirada de Lan WangJi, tenía obvias razones para preocuparse, pero el omega le sonrió intentando tranquilizarlo. —Jiang Cheng no le hará nada... estoy casi seguro...
—¿Crees que haya sido buena idea?—preguntó He Xuan.
—No...—respondió con honestidad WuXian—, regresaré con Lan Zhan sólo para mantenerme vivo más tiempo.
—Mientras más lo evites más te odiará—dijo Hua Cheng incorporándose una vez que estuvo vendado.
WuXian bajó su mirada y admitió. —No es fácil darle la cara a Jiang Cheng.
¿Cómo podría hacerlo después de todo lo que le había hecho?
—¡Estúpido WuXian!—gritó el Jiang pateando todo lo que estaba a su alcance.
En cuanto llegó al puente pudo escuchar una voz a sus espaldas.
—WanYin.
Jiang WanYin ignoró por completo al alfa recién llegado y siguió bramando todo lo que pensaba.
—¡Todavía tiene el cinismo de ir tras ese alfa!
Lan XiChen se mantenía a una distancia prudente tal y como le había recomendado Wei WuXian. —Yo creo que es... comprensible.
Jiang WanYin pateó lo que parecía ser un brazo carbonizado. —¡Me oculta las cosas y quiere actuar como si nada pasara!—el omega miró al alfa. —¡Ni siquiera se disculpó!
—Estoy seguro que en algún punto lo hará—aclaró el Lan, como si en realidad el omega le estuviera escuchando.
—¡Es tan sinvergüenza y descarado!—el Jiang sacó su arma y comenzó a disparar a cualquier punto hasta descargar el arma por completo para después arrojarla lejos.
XiChen sólo se quedó en su lugar observándolo. No pudo evitar tensarse en cuanto el omega le miró y caminó en su dirección.
El omega extendió su mano. —Tus llaves
—¿Perdón?—XiChen lucía consternado.
—¡Que me des tus llaves!—repitió sin paciencia el omega.
—No puedes llevarte mi auto—el tono de voz de XiChen era cuidadoso.
—¡Entonces conduce!—gritó el omega dirigiéndose al auto del alfa para subir azotando la puerta.
Increíblemente XiChen le siguió y subió al sitio para encender el motor.
Con una mirada de soslayo preguntó. —¿Hacia dónde?
—No me impronta, sólo sácame de aquí—miró de forma firme al alfa. —¿Traes dinero encima?
El ceño del Lan se frunció un poco. —¿Dinero?
—Debes de traer, eres asquerosamente rico—comentó sin mucha importancia—, si no quieres darme dinero igual puedo robar.
XiChen sonrió un poco mientras empezaba a conducir. —No es necesario robar nada—le miró de forma rápida antes de concentrarse en la carretera. —¿Qué necesitas?
—Algo para beber.
Jiang WanYin sentía que necesitaba un trago o terminaría haciendo una locura.
Chapter 34: Capítulo 33. Dragón Blanco.
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Todos miraban alrededor buscando alguna señal de vida, pero la falta de uno de los vehículos sólo los orillaba a pensar en una única opción.
QingXuan lucía incrédulo. —¿Se fueron? ¿XiChen-Xiong se fue?
—Eso parece—afirmó Xie Lian al no ver a Lan XiChen por ningún lado.
Wei WuXian se había agachado en forma de cuclillas para examinar algo en el suelo. —Aquí están los casquillos de las balas—apuntó hacia los pedazos de metal regados por todas partes, después se levantó y observó sus alrededores, una sonrisa se posó en el rostro del menor—, y no veo sangre, así que en definitiva no lo mató.
Aunque era una buena noticia seguía sin ser tan tranquilizadora, QingXuan casi había entrado en crisis cuando escuchó los disparos, ya se imaginaba encontrar a un XiChen muerto y lleno de sangre o algo así. El que WuXian se lo tomara tan a la ligera le inquietaba. Ahora caía en cuenta que Jiang WanYin, en definitiva, no era ni una décima parte de lo amistoso que era Wei WuXian, de hecho, le daba miedo a QingXuan, parecía haber demasiada amargura en un cuerpo tan pequeño.
—Debemos regresar y hacer una nueva recopilación—recomendó Xie Lian al ver que su trabajo aun no terminaba. Sentía su cabeza doler, además de una opresión en el pecho, sin mencionar que su omega interno estaba demasiado inquieto, pero prefería mantener las apariencias y actuar con firmeza.
WuXian realizó un sonido expresando su inconformidad. —Necesito vacaciones.
Sin explicaciones el omega comenzó a caminar en dirección al auto de Lan WangJi, parecía que era muy en serio que Wei WuXian se iría con el alfa. Por otro lado, Lan WangJi lucía satisfecho, y tenía razones de sobra para estarlo, el no separarse de su omega claramente lo tenía de buenas.
—WuXian—llamó Hua Cheng al verlo irse, el demonio no parecía tener intenciones de detenerlo en lo absoluto. —No hagas nada imprudente, ya tenemos mucho que hacer para que pongas más trabajo sobre la mesa.
WuXian le sonrió de lado mientras le guiñaba un ojo. —No te preocupes, Lan Zhan me cuida.
Hua suspiró bajo, Xie Lian, quien era el más cercano al alfa intentó tranquilizarlo. —WangJi lo mantendrá a raya.
Detrás de ellos se escuchó un bufido bañado en un tinte de burla. —Espero que el segundo Lan esté preparado, porque no aceptamos devoluciones—murmuró He Xuan no muy lejos del resto.
—¡Te escuché!—gritó Wei WuXian antes de subirse al auto con total indignación.
He Xuan sólo hizo una mueca. —¡Qué bueno!
—¡No finjas que no me vas a extrañar!
—¡Nadie te quiere!
—¡A ti nadie te quiere!
El intercambio de palabras fue breve e infantil, aunque nadie se atrevió a detenerlos. Después de todo no había mucho que hacer cuando WuXian se proponía molestar a alguien, en especial si ese alguien era He Xuan y su poca paciencia.
Wen Qing ya no pudo seguir presenciado tanta ridiculez junta, por lo que empezó a caminar directo al auto negro. —Vámonos, aún tengo que revisar a A-Ning—con una mirada severa amenazó a Hua Cheng. —Y tú tienes que descansar, no eres inmortal.
He Xuan le siguió por detrás a la alfa, aunque miró de reojo a QingXuan, el omega sintió un nudo en la garganta al no poder decir algo, pero se sintió extrañamente feliz cuando el alfa hizo un rápido gesto como si se despidiera de él.
En su lugar, Shi QingXuan no fue para nada discreto, pues sonrió con alegría y agitó su mano de forma enérgica. Una vez que el menor terminó de despedirse notó que los únicos que seguían ahí de pie eran Xie Lian y Hua Cheng.
No debías ser muy listo para saber que un tercero estaba de sobra. Además de que alfa y omega no dejaban de observarse de una forma demasiado... ¿cariñosa? ¿cursi?
QingXuan tosió querido sonar casual. —Bueno... yo iré subiendo al auto también...
Xie Lian asintió en dirección al menor. —Voy en un momento.
—Sí... lo que tú digas—asintió QingXuan despidiéndose de forma rápida.
El omega subió a la parte trasera del vehículo de Lan WangJi, pero en cuanto lo hizo se arrepintió. Había escapado de una pareja para llegar con otra, y la situación no era muy diferente.
El ver como Lan WangJi acaricia el cabello de WuXian mientras el omega le dirigía sonrisas coquetas no era lo que QingXuan deseaba ver. Pero tampoco quería estar allí parado con Xie Lian y Hua Cheng.
—¿Por qué a mí?—susurró para sí mismo el menor cerrando los ojos con pesar.
Aunque no negaría que de vez en cuando los miraba con curiosidad, de hecho, estaba pegado a la ventana espiando lo mejor posible a Xie Lian quien hablaba con Hua Cheng. No podía escuchar, pero podía verlos con claridad, y por sus movimientos corporales parecían decir cosas importantes.
Xie Lian tenía una expresión de desasosiego en su rostro. —San Lang...—el omega estaba serio, su intranquilidad era más que obvia. —Prométeme que descansarás.
Hua Cheng sonrió y asintió. —Lo prometo, pero tú deberás hacer lo mismo, Wen Qing dijo que debes reposar.
—Eso te lo dijo a ti—respondió con diversión. Tener la palabra del alfa en verdad lo tranquilizaba. Xie Lian se sintió complacido, pero aún estaba algo inquieto. —Entonces... ¿Nos vemos después?—el omega suplicaba que su separación no fuera tan extensa, realmente tenía muchas ganas de tomarse un tiempo y conversar con el alfa, conocer a Hua Cheng en verdad.
Para su alivio el alfa asintió y declaró con seguridad. —Nos vemos después.
Xie Lian sentía que debía decir algo, pero no sabía qué, así que sólo le sonrió e hizo un gesto con la cabeza para despedirse. Le era insuficiente, sin embargo ese había sido su actuar de forma inconsciente.
Apenas le dio la espalda al alfa cuando escuchó la voz de Hua Cheng llamándole.
—Gege.
Xie Lian giró más rápido de lo deseado. —¿Sí?
Había una palpable esperanza, quería quizás hacer algo más, pero todo pensamiento se esfumó en el momento que sintió las manos de Hua Cheng sujetarlo por el rostro para besarlo.
Xie Lian respondió de forma natural, como si ya lo hubiera presentido con antelación, y más que sorprenderle, le calmaba. La gentileza del alfa al besarle fue más que suficiente para saciar a su agitado corazón y convertirlo en una promesa, la cual decía de forma silenciosa que todo estaría bien.
Si bien ellos se encerraron en una burbuja romántica, el resto no se sentía igual. QingXuan casi había pegado el rostro al cristal en cuanto los miró besarse, de hecho se tallaba los ojos como si aún no lo creyera.
—No puede ser—el omega seguía impactado. —¿Se están besando? ¿Se están besando verdad?
Quería asegurarse de que no era una alucinación lo que estaba mirando.
Y para su suerte Wei WuXian sólo confirmó lo obvio. —Se están besando.
QingXuan sentía su rostro ligeramente avergonzado por ver ese lado de Xie Lian, pues para él, el mayor siempre había sido alguien puro e inocente... demasiado.
A pesar de la distancia, QingXuan pudo ver que Hua Cheng parecía susurrarle algo a Xie Lian, provocando que el rostro del omega sólo se volviera de color rojo brillante, además de cubrirse con sus manos.
Justo cuando pensó que jamás se separarían, Xie Lian se alejó del alfa y se acercó al auto para subir en silencio.
Lan WangJi miró por el retrovisor a ambos omegas en la parte de atrás, pero no dijo nada, en su lugar encendió el motor y retiró el freno de mano para marcharse por fin, pensando en que después enviaría a alguien para limpiar todo ese desastre.
QingXuan estaba ansioso por hablar con el mayor, pero dudaba que este dijera algo, más al saber que Wei WuXian estaba ahí escuchando. Incluso con más aspectos negativos de su lado el menor se acercó hasta Xie Lian y preguntó en voz baja.
—¿Y? ¿Qué te dijo?
Xie Lian desvió su rostro sin el valor de mirar a QingXuan a la cara. —Nada...
—Oh por favor, después de semejante beso no te pudo haber dicho "nada".
Xie Lian ocultó su rostro entre sus manos y sólo se volvió más reacio para realizar algún comentario. En definitiva no dirá en voz alta aquellas palabras que susurró Hua Cheng en su oído... jamás.
QingXuan hizo un puchero, sin embargo se rindió, una vez más tomó su distancia al otro extremo del asiento del auto y miró por la ventanilla. De vez en cuando veía a Xie Lian con una extraña sonrisa en el rostro o a Lan WangJi sujetar la mano de Wei WuXian mientras conducía.
El omega se burló para sus adentros, nada estaba saliendo como lo había pensado. —Jun Wu los matará a ustedes dos.
Aquel comentario tenía la intención de ser burlesco para molestar a sus superiores. Lo que nunca esperó fue que Wei WuXian se girara para verle mientras le sonreía con sorna.
—¿Seguro que sólo a ellos?—su pregunta estaba llena de una sugerencia que delataba la mala posición en la que en verdad se encontraba Shi QingXuan.
No debía olvidar que WuXian sabía su secreto, volviéndolo una amenaza, más por el hecho de que Xie Lian aún no lo sabía, pero el mayor estaba tan perdido en sus pensamientos que penas notó las palabras amenazantes de WuXian, mucho menos se percató del nerviosismo de QingXuan.
—¡¿Qué-Qué es eso?! ¡¿Vieron ese oso?!—gritó QingXuan al querer desviar el tema de una forma terrible.
Su exclamación por fin trajo a Xie Lian de regreso, el mayor lo miró confundido. —No hay osos en esta región QingXuan.
—Oh, quizás vi mal y era un perro... uno muy grande—murmuró intentando arreglar su desastre.
El rostro de WuXian palideció. —¡¿Un perro?!
—No hay ningún perro—acotó enseguida Lan WangJi terminado con el escándalo.
El resto del camino fue un tanto más tranquilo, entre los descarados coqueteos de Wei WuXian al alfa y la plática simple de QingXuan el tiempo pasó. Xie Lian había permanecido en silencio, además de que se sentía totalmente exhausto.
El alfa se encargó de llevar a QingXuan y a Xie Lian a la residencia de Jun Wu, sin embargo este no bajó del auto.
—¿No se quedarán?—preguntó Xie Lian al ver que la pareja estaba a punto de irse.
Lan WangJi negó, no pondría a Wei WuXian al alcance de Jun Wu, era muy peligroso meterlo a la residencia. En su lugar el alfa dijo: —Si mi hermano llega-
QingXuan le interrumpió. —Te avisaremos, tranquilo—con una sonrisa se despidió de ambos. —Nos vemos luego.
Así los dos omegas miraron el auto color plata marcharse. Ambos se dirigieron al interior de su hogar, apenas habían puesto un pie en la casa cuando el omega mayor frenó de golpe mientras se sostenía de las paredes.
QingXuan lo miró alarmado. —¿Xie Lian? ¿Te sientes bien?—con apuro intentó ayudarlo, pero en cuanto lo tocó no pudo evitar asustarse. —¡Estás hirviendo!
—Estoy bien, sólo necesito descansar—dijo en voz baja Xie Lian haciendo amagos por alejarse y caminar.
Ni siquiera había dado un paso cuando Xie Lian cayó sobre el suelo de manera inconsciente.
—¡Xie Lian!—QingXuan entró en pánico, por lo que empezó a pedir ayuda de forma desesperada. —¡Rápido alguien venga!—En cuanto el personal llegó el omega dio la primera orden. —¡Llama al doctor, dile que es Xie Lian!
Shi QingXuan se mantuvo a lado del omega mientras esperaban al médico, con ayuda habían subido a Xie Lian a su habitación y lo habían acomodado en la cama. Sólo cuando su médico de confianza llegó a la residencia fue que dejó a Xie Lian, estaba nervioso, ni siquiera se había acordado de informar a los Lan, todo lo que podía pensar era en el estado de Xie Lian y como este extrañamente había caído inconsciente.
Una vez que miró al doctor se acercó para preguntar por la condición del omega mayor. —¿Cómo está?
El doctor suspiró, parecía no tener las mejores noticias. —Tiene una fiebre muy alta y su cuerpo parece rechazar el medicamento.
—¿Cómo que rechaza el medicamento?—QingXuan comenzó a preocuparse aún más. —¿Estará bien?
—Estos no son síntomas de alguna enfermedad—explicó el hombre. —Estos malestares son reacciones de su propio cuerpo, me temo que desconozco el motivo.
QingXuan frunció el ceño al no comprender bien la situación, después de unas cuantas preguntas más supo que en realidad no había mucho que hacer, todo quedaba en manos del mismo Xie Lian y su fortaleza.
—Está bien, gracias por venir—murmuró QingXuan con ojos humedecidos, era inevitable no sentirse triste.
—Si empeora no duden en llamarme—dijo el hombre mostrando que estaría ahí sin importar la hora o el día.
QingXuan lo acompañó a la salida, en cuanto pudo regresó al lado de Xie Lian; sus mejillas se veían algo rojas por la fiebre, pero el resto de su cara estaba mortalmente pálida, además de encontrarse bañado de una fina capa de sudor y su cuerpo temblaba.
El menor jamás lo había visto de esa forma, para él Xie Lian era su mayor referente de fuerza, así que verlo en ese estado tan vulnerable le ocasionaba punzadas de dolor en su pecho.
—Xie Lian—el menor le sujetó de la mano. —¿Qué te ocurre?
Habían tenido peores noches y jamás se había puesto tan grave, de hecho casi no enfermaba, así que nada tenía sentido para el menor.
QingXuan ocultó su rostro entre las sábanas suplicando para que Xie Lian despertara pronto.
XiChen miró como el omega de su lado daba otro trago de forma directa a la botella. Era la segunda que abría y aparentemente era sólo el comienzo.
—Frena—dijo el Jiang mientras veía hacia el frente.
—No puedo parar aquí—indicó el alfa esperando que WanYin comprendiera y no le obligara a hacer algo tan osado como frenar en medio bulevar.
Jiang WanYin apuntó uno de los rascacielos. —Necesito llegar a ese edificio.
XiChen le miró confundido, ese omega tenía ideas demasiado extrañas según el alfa. —¿Para qué?
WanYin chasqueó la lengua. —¿Quieres dejar de hacer tantas preguntas?
XiChen suspiró. Ese omega era único en su especie sin duda.
Ingeniándoselas logró acercarse hasta el edificio, ni siquiera había terminado de aparcar cuando el omega ya se había bajado del auto. XiChen ni siquiera intentó gritarle para detenerlo, sabía que no lo escucharía, así que prefirió apurar sus movimientos para seguirle el ritmo.
A pesar de que Jiang WanYin ya estaba ligeramente ebrio logró evitar la seguridad del lugar casi como si fuera un juego. XiChen estaba impresionado, en su mente hacía comentarios halagadores al omega y su destreza.
Mientras más subían Lan XiChen dedujo hacia dónde se dirigían. La azotea.
—¿Por qué estamos aquí?—preguntó en cuanto el frío viento le golpeó.
El Jiang le miró de reojo. —No importa eso, sólo necesito un lugar alto, me ayuda a pensar—el omega se sentó cerca del borde y bebió largo y tendido. Después gruñó con evidente molestia. —Maldito mentiroso, espero te encuentres un perro rabioso Wei WuXian. ¡Y yo no estaré ahí para espantarlo por ti!
XiChen miró al omega un poco más, al final decidió sentarse a su lado, aunque mantenía cierta distancia. No pudo evitar recordar las palabras de HuaiSang.
"—Cuidado con lo que pides Lan XiChen—sus ojos miraron con gracia al loto del sur. —Él es muy capaz de empujarte, pero de un edificio"
Lan XiChen prefería mantener su distancia y así vivir un poco más.
A pesar de que WanYin no había dejado de insultar a WuXian, XiChen sentía que todas esas palabras de odio no eran tan verdaderas.
El alfa sonrió y miró al omega. —Creo que nos parecemos, Jiang WanYin.
El Jiang comenzó a ahogarse un poco con su bebida antes de mirarlo escandalizado. —¿Bebiste? ¿O por qué dices estupideces?—se podía escuchar como sus palabras comenzaban a arrastrarse un poco. —Se supone que el que está tomando aquí soy yo
XiChen sonrió ignorando lo que acababa de decir el omega. —Piénsalo un poco, intentas proteger a WuXian aun sabiendo que este posiblemente hará una locura y no te escuchará—el alfa suspiró y miró como WanYin bajaba la vista, mostrando que verdaderamente le estaba prestando atención, así que prosiguió. —WangJi hace exactamente lo mismo, a veces quisiera dejarlo solo para que viera el verdadero peligro de sus decisiones.
Y más con sus últimas elecciones, donde se arriesgaba sin importarle nada más que Wei WuXian. XiChen no odiaba a ese omega, pero el hecho de que su hermano se arriesgara tanto tampoco le agradaba.
—¡Sí, como aquella vez de niños!—gritó el omega con frustración, el Lan no comprendió, pero no hubo necesidad de preguntar debido a que el Jiang continuó por si solo—, le dije que era mala idea meternos a aquel taller mecánico. ¡Pero él insistió y al final nos terminó persiguiendo una jauría de perros! ¡Lo hubiera dejado atrás en vez de arrastrar su trasero para que aprendiera la lección!
XiChen sonrió ante el relato. Todo era tan irónico, no podía creer que la personas que quizás le comprendía de mejor forma fuera el que consideró uno de sus enemigos. Aunque ya no lo eran en ese preciso momento, o eso quería creer el Lan.
—Pero no podemos hacer eso, dejarlos atrás—murmuró el alfa. —WangJi siempre fue muy terco desde niño, últimamente ha sido muy imprudente desde que conoció a WuXian, quisiera simplemente dejarlo, pero es mi hermano y no puedo ignorarlo a sabiendas que necesitará apoyo—Lan XiChen miró directamente a los ojos del Jiang. —Y estoy seguro que tú tampoco puedes ignorar al tuyo... Tú comprendes a la perfección el valor que tiene mi hermano para mí y yo sé lo importante que es WuXian para ti.
Jiang WanYin apartó la vista. —Hablas demasiado—esta vez la voz de omega se ablandó—, pero tienes razón.
XiChen miró el cielo, tenía la sensación de estar muy lejos de sus problemas en ese instante. Quizás subir al edificio también lo había ayudado a él.
El alfa pensó en su hermano, en como siempre estuvo para él y como seguiría ayudándolo. Aunque WangJi ya no le consultara las cosas como en el pasado. —Cada vez me necesita menos—dijo pensando en voz alta—, el joven WuXian se apoderó de él, casi lo desconozco.
WanYin hizo un sonido de desagrado al escuchar el nombre de Wei WuXian. —Ese miserable, es un infeliz, maldito...
La voz ahogada del Jiang hizo que el alfa le mirara, los ojos de WanYin parecían tan perdidos.
Lan XiChen se preocupó un poco. —¿WanYin?
El omega no le miró, sólo siguió hablando. —Pero... no puedo odiarlo...
—Lo sé—concordó XiChen con una ligera sonrisa.
Esta vez la voz del Jiang se escuchó más rota que antes. —La verdad es que, todas esas veces que insulto a mi hermano por no decirme las cosas, todas esas palabras las pienso en mí mismo. Yo soy el cobarde que nunca ha podido contarle nada. Yo soy quien teme ver su reacción.
—¿De qué hablas?—Ahora Lan XiChen se sentía tan perdido en la conversación. Estaba seguro que había algo que le faltaba saber.
WanYin apenas le dio un vistazo. —Nada, olvídalo.
—¿Estás seguro?
El omega se veía tan aturdido, provocando que XiChen intentara ayudarlo.
—¡Dije que lo olvides!—exclamó el omega empujándole un poco mientras volvía a beber. El sonido de su garganta aclarándose le indicaba al Lan que el alcohol era fuerte. La mirada del Jiang sobre su persona cambió a una más agresiva. —Un alfa no lo entendería, todo es su culpa, yo ni siquiera sabía lo que pasaba.
En ese punto XiChen ya no quería comprender lo que decía el omega, en cambio toda su atención se desvió a lo peligroso que se estaba tornando el ambiente.
—WanYin creo que deberías dejar de beber—el alfa intentó quitarle la botella, pero el omega se escabulló poniéndose de pie y parándose más cerca del borde. El alfa abrió los ojos preocupado. —¡WanYin espera, aléjate de la orilla!
Jiang WanYin se tambaleaba un poco, pero seguía reacio a seguir la petición del Lan. —¡No me digas que hacer! ¡Crees que por ser alfa te debo hacer caso!
XiChen se sentía frustrado, estaba claro que el alcohol sólo complicaba las cosas, y conociendo al Jiang debía de tratarlo con paciencia y ser persuasivo. —¡No, sólo quiero evitar que caigas!
—¡No te creo! ¡Después intentarás controlarme! ¡Y yo no podré hacer nada porque soy omega!—gritó desesperado el omega alejándose aún más de XiChen.
El alfa podía ver que faltaban pocos centímetros para que el Jiang cayera, si eso sucedía era claro que no sobreviviría.
—¡No haré nada de eso!—XiChen levantó sus manos en señal de paz, era un intento por hacer que el omega confiara en él. —¡Ahora ven hacia acá o te caerás!
—¡Yo puedo matarte, así como los maté a ellos!—gritó aún más fuerte dando un paso más hacia atrás.
Fue más que suficiente para desequilibrarlo y hacerlo tambalear.
—¡WanYin!
Lan XiChen apenas tuvo el tiempo suficiente para tomarlo del brazo y tirar de él en su dirección. La botella cayó estrellándose, mientras que el alfa había logrado evitar una tragedia.
Debido a la rapidez y fuerza ambos terminaron sobre el duro suelo, el alfa sostenía al omega, quien estaba encima de él.
—¿Estás bien?—preguntó XiChen buscando el rostro de WanYin.
La vista que recibió fue más de lo que pensó, los ojos del omega estaban inundados de lágrimas, además de que el cuerpo temblaba sin parar.
—Yo no quería...—dijo entre su llanto.
El instinto del Lan lo llevó a querer consolarlo, liberó un poco de su aroma y acarició la cabeza del menor.
—Tranquilo, ya pasó—se sorprendió al ver que el omega no le rechazaba, al contrario, se pegaba más a él mientras lloraba. XiChen se sintió conmovido, no comprendía nada, pero no era necesario, sabía que ese joven necesitaba apoyo, así que se lo brindó. —Todo estará bien.
La cabeza de WanYin se movió de forma negativa. —Jamás estará bien.
XiChen no dijo nada más, en su lugar sólo dio más palmadas en la espalda del Jiang mientras se sentaba de mejor forma para soportar el peso del omega.
Sólo después de unos minutos el llanto se detuvo, Jiang WanYin tenía las mejillas rojas, quizás por el llanto o por el alcohol... o la vergüenza.
El omega se alejó un poco mientras limpiaba los últimos restos de sus lágrimas. Aún parecía estar bajo los efectos del alcohol, ya que sus ojos seguían dispersos.
—No le digas a nadie que me viste llorar o lo lamentarás—amenazó en voz baja, era claro que lo haría pagar las consecuencias si decidía abrir la boca.
XiChen sonrió al ver que el omega parecía volver a ser el mismo. —De mí no saldrá ni una sola palabra—su cuerpo se tensó al sentir como Jiang WanYin hundía el rostro en su cuello y aspiraba su aroma. —Yo...
Lan XiChen no sabía qué hacer, se debatía entre sí alejarlo o permanecer quieto. Intentó hacer lo primero, pero la voz del omega lo frenó.
—No te muevas—el omega frotó su nariz sobre la piel del alfa, aspirando con más fuerza en la zona del cuello. —Tu aroma... es...—WanYin se acercó aún más— ... bueno...
XiChen tragó duro, apenas se había percatado de que el aroma del omega también había comenzado a salir. La elegante fragancia de flor de loto le acariciaba la nariz, era dulce, pero sutil, además de que a su alfa interno le agradaba bastante de igual forma.
—El tuyo igual...—dijo de manera inconsciente olfateando más de cerca al omega.
También quería oler su cuello, ya que solía ser el lugar donde más fuerte se acumulaba la esencia de las personas, pero antes de lograrlo el omega lo alejó con una mano.
Ambos se miraron, parecían perdidos y sin saber cómo proceder.
Lan XiChen podía ver el ceño fruncido del omega, además de que los labios de este parecían temblar. La respiración de WanYin era pesada y amenazante.
—Te odio—declaró el Jiang.
Después todo se detuvo.
Los labios del omega se posaron sobre los suyos, XiChen abrió los ojos sorprendido, la humedad de la boca y el aroma le desorientaron.
Sólo fueron unos segundos antes de que el omega se alejara y le viera con una mirada más que aterradora. En un instante el Jiang le empujó hacia el suelo para levantarse y salir corriendo.
—¡WanYin espera!
XiChen quería seguirlo y preguntar qué había sido aquello, pero estaba tan aturdido que ni siquiera pudo levantarse sin trastabillar varias veces.
Para cuando salió del edificio ya había perdido la pista del Jiang. XiChen se sostuvo la cabeza reflejando su confusión.
¿Qué acababa de ocurrir?
En una elegante habitación de hotel, varías extremidades desnudas se envolvían mientras dos cuerpos descansaban de forma acurrucada.
Lan WangJi veía al omega que reposaba en su pecho, la punta de sus dedos jugaba con la curvatura de la cintura del menor mientras que el omega trazaba líneas imaginarias en su pecho.
—Me duele todo el cuerpo Lan Er-Gege—se quejó WuXian con un puchero.
Lan WangJi le alzó el rostro para besarlo de forma corta, pero dulce. —Tú lo pediste.
WuXian infló sus mejillas como si se tratara de un crío. —Pero pensé que tendrías compasión, aún estoy sensible de la ronda de ayer.
El alfa acarició con su pulgar los rojos e hinchados labios de WuXian por los besos previos. El cabello negro estaba más rebelde de lo usual y por los hombros se podían ver algunas de las nuevas marcas que habían añadido a la colección.
—Eres hermoso—murmuró el Lan embelesado sin querer apartar sus ojos del menor.
Wei WuXian sonrió encantado. —Deja de adularme con cosas que ya sé.
El alfa hizo un diminuto gesto como si sonriera, sin esperar más jaló al omega para besarlo de forma más insistente. Era tan curioso, tenerlo de cerca calmaba su corazón, pero también lo aceleraba. Sentir la felicidad del omega como suya, y viceversa, era mejor de lo que alguna vez imaginó.
WuXian suspiró cual joven enamorado y se dejó caer sobre Lan WangJi, el alfa lo abrazó con fuerza de la cintura, como si buscara pegarlo más a su cuerpo... si es que fuera posible.
—¿Lo notaste, verdad?—preguntó WuXian levantado su mirada para observarlo de frente. —Lo de HuaHua y Xie Lian.
Lan WangJi asintió. —Mn.
Sabía a lo que su omega se refería, Lan WangJi ahora era consciente que aquellos dos también eran destinados.
—Hua Cheng ha buscado la forma de acercarse a Xie Lian por mucho tiempo—dijo el omega como si recordara algo.
Lan WangJi lo miró curioso. —¿Desde cuándo lo supo él?
WuXian parecía pensarlo. —No estoy seguro, creo que se conocieron de niños—la mirada del omega se llenó de lástima. —Pero no sirve de nada si Xie Lian no lo puede sentir.
—¿No se lo dirá?—cuestionó el Lan.
No quería meterse en relaciones ajenas, apenas si había podido arreglar la propia con el omega, pero tampoco deseaba que Xie Lian fuera herido.
—HuaHua espera el momento adecuado—la mirada de WuXian decayó ligeramente. —Debe ser triste que tu pareja no te reconozca. Supongo que nosotros tuvimos suerte, aunque no fue el mejor inicio tampoco.
WuXian hacía una obvia referencia a las confrontaciones del pasado, donde ambos habían resultado heridos, en ese tiempo en verdad pensaban que las cosas jamás se resolverían.
Lan WangJi sintió ese miedo en WuXian, por lo que dejó salir su aroma para calmarlo, no quería que se preocupara por cosas del pasado, ahora ambos estaban juntos y no dejaría que nadie los separara.
—Eso ya no importa—dijo el Lan depositando un beso en la coronilla del menor.
Estuvieron en silencio por unos momentos antes de que WuXian volviera a hablar.
—¿Cuándo regresa Jun Wu?
Lan WangJi se tensó ante la pregunta, sabía que estaban tranquilos porque Jun Wu se encontraba fuera de la ciudad, pero en cuanto regresara toda la paz se desvanecería.
—En un par de días—respondió el alfa intentando mantener la calma.
WuXian se incorporó sentándose a horcajadas sobre él. Era una deleitable vista de la que gozaba Lan WangJi en ese instante.
El omega sonrió de lado. —¿Qué le dirás para poder escaparte todas las noches conmigo? Apuesto que te hará preguntas.
Las manos de Wei WuXian se pasaban por todo el abdomen del Lan, tentado a su antojo.
—Ya pensaré en algo—respondió el alfa llevando sus manos a las caderas del menor para después descender más y guiarlas al esponjoso trasero donde estrujó con gusto.
WuXian gimió levemente mientras reía divertido. —¿Realmente buscarás una excusa todos los días?—el omega se inclinó para acercarse a los labios del Lan. —¿Tanto te gusta el sexo?
Lan WangJi lo miró sin vacilación. —Todos los días son todos los días.
El omega volvió a reír, pero esta vez no parecía tan divertido, de hecho lucía preocupado.
—Cuando dije que debíamos hacerlo todos los días no era tan en serio, lo dije jugando por lo caliente que estaba en ese momento. No creo que mi pobre cuerpo pueda resistir tu intensidad a diario.
Lan WangJi sabía que WuXian intentaba retractarse de sus palabras de hace unas horas, pero no se lo dejaría así de fácil.
De forma rápida giró los cuerpos para invertir la posición y así quedar sobre el menor.
—Puedes y lo harás—demandó Lan WangJi.
WuXian le abrazó por el cuello y sonrió. —En ese caso tendrás que entrenarme para poder seguirte el ritmo Lan Er-Gege.
Lan WangJi se fue directo a devorar los labios de Wei WuXian, degustar al omega se había vuelto su actividad favorita, aún lo sentía como un sueño.
En medio del apasionado y caliente beso se escuchó el sonar de un móvil, por la tonada escandalosa y burda se supo enseguida que se trataba del de Wei WuXian.
—Ignóralo—susurró el omega sin querer dejar de besar al Lan.
Pero la llamada persistió, logrando que Lan WangJi cortará el beso y le mirará.
—No se detendrá—dijo el alfa estirando el brazo para pasarle el móvil sin ver la pantalla. —Parece ser importante—comentó por la insistencia de este, además de que no quería repetir lo de la última vez, donde dos de sus compañeros casi murieron.
WuXian bufó y terminó aceptando el aparato. —¿Quién me molesta a esta hora?—de forma rápida besó los labios del alfa—Dame un segundo. —WuXian se sentó en la cama y miró con extrañes, sin embargo aún no atendía la llamada. —Que raro.
—¿Qué cosa?—preguntó el Lan.
—Este número...—WuXian por fin respondió. —¿Mo?
Lan WangJi le observó con detenimiento, la expresión de WuXian viajó de confusión a terror. Incluso pudo sentir a través de su lazo un creciente e incontrolable miedo, alarmando en seguida al alfa.
—Mierda, voy para allá—dijo el omega para seguidamente colgar y salir de un salto fuera de la cama con intenciones de buscar sus ropas regadas por el suelo.
—¿Qué sucede?—Lan WangJi esperaba ansioso alguna explicación.
—¡Rápido, no hay tiempo!—gritó WuXian vistiéndose a toda prisa. —¡Necesito que me lleves al distrito trece!
Lan WangJi seguía sin entender, aunque también había comenzado a vestirse. —¿Por qué?
—¡No hay tiempo para explicaciones!—el omega le miró con desesperación. —¡¿Lo harás o me voy sin ti?!
Lan WangJi sólo asintió. —Vamos.
Con eso ambos se alistaron y salieron de la habitación, terminando con su romántico momento.
Chapter 35: Capítulo 34. Demonios.
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El dolor de cabeza apenas emergente iba en aumento, la embriaguez de Jiang WanYin había terminado para dar comienzo a una desagradable resaca. Su mente estaba envuelta en un desastroso lío, pensaba en los acontecimientos de las últimas horas y todo lo que había hecho.
¡Para empezar no sabía cómo había terminado de esa forma!
Se había excedido totalmente, el alcohol sólo terminó por empeorar todo. Era consciente que había abierto la boca de más, contando cosas que nadie debía de saber, cosas que estaban enterradas en lo profundo de su pasado. Pero se sintió bien sacarlo, aunque no lo admitiría. Estaba tranquilo, pues podía asegurar que XiChen en realidad no había comprendido nada de todo aquello que dijo. Y era mejor así.
Jiang WanYin suspiró con pesar. «Lan XiChen». Repitió el nombre en su mente varías veces.
¿En qué estaba pensando cuando decidió besar a Lan XiChen?
No lo sabía, sólo recordaba como se sintió tan seguro y reconfortante en ese momento, el Lan le había hecho sentir tan tranquilo, no recordaba haber sido consolado de esa manera, tan paciente y cálida. Además de que el fuerte aroma a bosque y la frescura del pino le había sentado de maravilla, usualmente no tenía ninguna predilección por aromas en específico, pero su omega interno aceptaba de buena forma el de Lan XiChen, como si no lo sintiera de un enemigo, quizás porque el alfa se había comportado de manera protectora en el momento más oportuno y cuando Jiang WanYin más lo necesitaba.
¡Pero eso no justificaba lo que hizo!
Su omega interno actuó por sí solo y antes de pensarlo ya estaba besando alfa, en cuanto notó su osadía no pudo hacer otra cosa que no fuera huir. No podría ver a ese alfa a la cara, de preferencia no quería encontrarlo nunca más.
Después de pasar algunas horas vagando por la ciudad por fin había llegado con el resto para descansar, o ese era su plan. Plan que aparentemente no lograría cumplirse.
En cuanto el Jiang puso un pie en el lugar se encontró con He Xuan, este estaba inquieto y se le había acercado con rapidez en cuanto le vio.
—¿Dónde estabas? Tenemos rato tratando de contactarte—expresó el alfa de mala forma.
Debido a eso el omega se dio un golpe mental al notar que había dejado su móvil en el auto de Lan XiChen. Por su escape no había tenido tiempo de ir por el, y obviamente no iría a pedírselo, prefería conseguir otro, ya tenían varios equipos de respaldo, no había nada de que preocuparse.
Jiang WanYin se tocó la cabeza al sentir como el dolor aumentaba. Intentó ignorar al alfa para seguir de paso como si He Xuan no existiera. —Ahora no, tengo resaca.
—Es importante—dijo el alfa a sus espaldas con insistencia.
El omega dejó salir un gruñido mostrando su disgusto. Se merecía un descanso, no quería más trabajo por lo que restaba de ese día y quizás de los próximos dos. —¿En serio? ¿No puedo tener ni un día de paz?
—Olvídate de eso, WuXian te busca—anunció He Xuan mirándolo fijamente, parecía a punto de decir otra cosa, pero el Jiang se adelantó y le interrumpió.
—Ese imbécil puede irse al carajo, tiene a su alfa para que le cuide el trasero—declaró con evidente enojo en su voz.
¿WuXian cree que todo sería cuando él quisiera? ¡Pues no! ¡Si quería hablar con él debería esforzarse! ¡Ni siquiera había ido a buscarlo en persona, no tenía descaro alguno!
WanYin avanzó dando pasos fuertes sin intenciones de seguir escuchando, pero la voz de He Xuan volvió a alzarse, esta vez para dejarlo helado.
—Es sobre tu hermana.
Jiang WanYin frenó de golpe, el dolor de su cabeza quedó en el olvido, dándole paso a un temor que sólo iba en aumento. —¿Qué dijiste?
—No sé muchos detalles, ve al taller de Xue Yang, allá está WuXian. Parece que les hicieron llegar algo...—explicó el alfa de forma rápida y simple.
—¡¿Por qué no empezaste por ahí?!—gritó el omega antes de salir corriendo.
De todas las cosas que podían ocurrir, en definitiva esta era la peor, ya lo había perdido casi todo. No podía perder también a Jiang YanLi. No a su hermana.
Jiang WanYin llegó lo más rápido que pudo al distrito trece, ni siquiera avisó su llegada, simplemente entró en el taller.
En el interior estaba Mo XuanYu junto a Wei WuXian y Lan WangJi, en cuanto miró a su hermano pudo ver su preocupación, y no era para menos, él también estaba asustado. Incluso temía preguntar lo que sucedía, pero sabía que debía de hacerlo.
Lo que más llamaba la atención era el sobre amarillo en las manos de WuXian. Por lo menos tenía una idea de por dónde comenzar.
—He Xuan dijo que mandaron algo y...—Jiang WanYin sintió el nudo en su garganta, pero continuó—... que tenía que ver con JieJie...
WuXian asintió y le tendió el sobre amarillo, el Jiang lo miró con duda, intentando oculta su temblor dio un vistazo. Lo que había en el interior no era tan malo como llegó a imaginar, pero tampoco era precisamente lo mejor.
—Estas fotos...—WanYin las examinó con cuidado—Somos nosotros...
El Jiang no estaba comprendiendo bien la situación, a primera instancia sólo parecían ser él y WuXian abordando un avión, pero mientras más lo examinaba mejor comprendía.
Esas fotos eran del día que habían ido a ver a YanLi.
—También estaba esto—WuXian tendió un mapa, el cual tenía marcada la ciudad donde residía la Jiang.
El mensaje era claro, alguien sabía dónde estaba ubicada Jiang YanLi.
—Debemos ir por ella—dijo WanYin al comprender por fin el peso del problema.
Pero a pesar de todo Wei WuXian no le apoyó de inmediato como esperaba, y es que el omega de ojos grises sentía que algo seguía sin encajar.
—¿Qué tal si es una trampa?—preguntó WuXian.
—¿Y si no lo es?—contraatacó enseguida Jiang WanYin comenzando a alterarse. —¿Y si ya saben dónde está?—su voz se apagó un poco al contemplar una nueva idea que le hacía doler el pecho. —¿Y si... y si realmente la tienen ya?
WuXian bajó la mirada y apretó los puños, el omega tomó de nueva cuenta todo lo que les habían mandado y lo colocó sobre el escritorio para examinarlo una vez más.
Las fotos eran pocas y sólo estaban ellos dos antes de subir al avión. En el mapa estaba marcada la ciudad donde residía Jiang YanLi, pero la marcación era ambigua, como si en realidad no supiera con exactitud en qué zona estaba.
—Lo que nos mandaron no revela mucho—dijo más tranquilo Wei WuXian. —Creo que si en verdad la tuvieran nos habrían mandado más que simples fotos de nosotros.
Con eso todos comprendía lo que significaba "más que simples fotos". Parecía que alguien los quería a ellos y sólo estaba utilizando a la chica, o esa era la idea de WuXian, pero malamente era incapaz de afirmarlo.
Jiang WanYin frunció el ceño y miró a Mo XuanYu. —¿Por qué mandaron esto aquí? ¿Quién te lo dio?
—Yo estaba en la parte trasera cuando escuché que alguien llamó, cuando salí ya estaba aquí el sobre. Intenté ver por las cámaras, pero parece que se detuvieron por un momento—explicó con nerviosismo el omega tembloroso. —En cuanto vi las fotos opté por llamarles.
Jiang WanYin se sintió peor por no haber tenido su móvil a la mano. Por otro lado, Wei WuXian lucía pensativo.
—No saben nuestra ubicación actual, así que la mandaron a un lugar que recurrimos muy seguido—porque claramente visitaban el taller de Xue Yang cada pocos días para conseguir material y demás cosas.
Había muchos aspectos que considerar antes de decidir qué hacer. Por una parte; podrían ir ellos personalmente y asegurarse de que YanLi estuviera a salvo, aunque eso era evidente que no sería así de fácil, y lo que menos querían era exponer a su hermana. Sin olvidar que seguía ese latente miedo de que en verdad la tuvieran en la mira, y que sólo era cuestión de tiempo para que la capturaran de verdad, y teniendo a la mayor de los Jiang prácticamente tendrían a los dos lotos del sur en sus manos. Porque no había nada que ellos no hicieran por su querida hermana.
—WuXian, no quiero perder a mi JieJie por una simple corazonada tuya—murmuró Jiang WanYin con un tono sombrío.
El Jiang ya había perdido demasiado en esa vida, otra muerte de sus seres queridos lo lanzaría por un abismo.
WuXian miró al suelo, su voz también estaba inestable, quizás más que la del Jiang. —¿Y crees que yo quiero que algo le pase?
Wei WuXian se sentía tan impotente, ni siquiera podía terminar de formular un plan por la presión de sentir que YanLi estaba en peligro. Estaba a punto de entrar en crisis, pero la sensación de calidez por parte de Lan WangJi le permitió conservar su mente clara y serena.
El menor pensó un poco y habló para decir todo lo que creía su hermano. —Escucha, parece que saben la ciudad donde está, pero quizás aún no la encuentran—Aunque tampoco les faltaba tanto para eso, en un par de días fácilmente podrían hallarla. Si bien sus palabras no eran las más consoladoras no se permitió flaquear y continuó hablando. —Estas fotos son de nosotros antes de partir, lo más seguro es que investigaron el vuelo que tomamos para descubrir la ciudad. Si vamos y no la tienen sólo estaríamos revelando de forma abierta su ubicación, además de que no conocemos a nuestro enemigo.
Esa era la parte más peligrosa, el no saber quién estaba detrás de todo aquello. Les era desconocido lo que su enemigo buscaba, pero si querían meterse con Jiang YanLi era evidente que no querían nada bueno. Además, ¿quién buscaba a los lotos del sur para cosas buenas?
WanYin no lo admitiría, pero su hermano tenía razón. Cada vez que se trataba de YanLi intentaban no precipitarse y calcular todo con sumo cuidado para cometer la menor cantidad de errores posibles.
Para el Jiang sólo había una única salida donde las dos partes podrían seguir seguras y sin exponerse de forma deliberada. —Mandemos a alguien—sugirió WanYin al sentirse contra la espada y la pared. —Nosotros no podemos asistir, lo más seguro es que nos están vigilando.
WuXian sintió el toque del Lan en su hombro, mostrándole que le estaba apoyando en silencio. —Tampoco tiene que ser alguien tan cercano a nosotros o sería obvio, y terminaríamos arrastrando a más personas en todo esto.
Sentía que mandar a Lan WangJi, o incluso pedir la ayuda de cualquiera de los colmillos no sería tan eficiente, además de que ellos tenían sus propios problemas aparte.
Jiang WanYin ya sabía eso, de hecho ya tenía a una persona en mente. —¿Hua Cheng no tenía alguien trabajando para él por fuera?
—Yin Yu—murmuró WuXian, sin embargo el omega parecía inconforme. —Intenté contactar con él hace poco, lo último que supe es que estaba al otro lado del mundo, tardaría demasiado en llegar por ella.
Tampoco es como si tuvieran tiempo de sobra, al ver que cada vez se reducían más sus opciones, Jiang WanYin no lo soportó más: —Tendremos que ir nosotros mismos.
WuXian terminó por asentir. —Apuesto que nos estarán esperando.
Pero era la única opción que les quedaba, Jiang YanLi no tenía demasiado tiempo para que siguieran pensando, debían comenzar a moverse ya. La situación no era la mejor para irse, de hecho, era el peor momento para separarse del resto de los demonios, pero no podían pedir más ayuda, tenían a varios tras sus cabezas.
Mo XuanYu, quien se había mantenido un poco alejado, se aproximó algo inseguro. —Creo que yo podría ayudarlos.
Jiang WanYin lo miró enseguida, su mirada era crítica. —¿Qué podrías hacer tú?
—Conozco a alguien que podría moverse por fuera y no está tan lejos de ese lugar. ¿Qué necesitan con exactitud?—cuestionó XuanYu.
Wei WuXian y Jiang WanYin se miraron por unos momentos. Conocían a Mo XuanYu desde hace bastante tiempo, si ese omega había podido guardar el secreto de que ambos seguían con vida durante todo el tiempo que se les creyó muertos, quizás, sólo quizás; era la salvación que buscaban en ese momento.
Ambos hermanos se miraron por unos segundos más y asintieron en señal de aceptar la ayuda.
—Mo, debes de saber que pondremos lo más valioso de Jiang Cheng y mío en tus manos. ¿Comprendes el peso que tomarás?—dijo WuXian con una mirada seria y algo escalofriante.
Mo XuanYu no flaqueó y asintió decidido. —Comprendo, me haré responsable. Ustedes me acercaron a este trabajo, siempre estaré del lado de los demonios—enunció el omega sin importarle que el Lan estuviera ahí.
Jiang WanYin recordaba aquellos años donde recién conocieron al joven, en ese entonces aparentemente había sido desterrado del distrito principal de los Jin, los rumores decían que Jin GuangShan lo había echado, no sabía a profundidad los detalles, pero no se sorprendía viniendo de alguien tan desagradablemente como GuangShan. Los demonios lo presentaron con Xue Yang, quien sin mucho interés había aceptado que se uniera al negocio, y sorprendentemente ya tenía más de cuatro años ahí.
WuXian se aproximó al chico. —Necesitamos que protejan a nuestra hermana a toda costa.
WanYin miró a XuanYu. —De preferencia que la saquen del país, que la lleven a un lugar seguro.
Mo XuanYu asintió comprendiendo. —No les fallaré—sacó un móvil de su bolsillo, lo primero que hizo fue cambiar el chip que tenía e intercambiarlo por otro. —Haré una llamada rápida.
—¿A quién?—cuestionó el Jiang al sentirse un poco inseguro de que alguien más supiera. —Recuerda que debemos ser discretos con todo esto.
—Lo sé, les prometo que es alguien de fiar—aseguró el omega marcado un número que aparentemente sabía de memoria.
WanYin decidió confiar y no insistió más. Mo XuanYu esperó a que su llamada fuera respondida, lo cual ocurrió después del cuarto tono. Una pequeña sonrisa se formó en el omega.
—Hola, hermano—murmuró en voz baja mientras miraba a los tres presentes. —¿Recuerdas que dijiste que haría cualquier cosa que te pidiera?—preguntó removiéndose un poco y fijando sus ojos en los legendarios lotos del sur. —Pues necesito un favor.
Después de aquella llamada Mo XuanYu les aseguró que les estaría avisando en un par de horas si su contacto había logrado poner a salvo a su hermana. Le habían entregado la ubicación exacta a de YanLi, ahora lo único que les quedaba era esperar y prácticamente suplicar con que todo saliera bien.
Entre todo ese intercambio Lan WangJi había recibido de igual forma una llamada, el alfa se había alejado para responder, cuando WuXian lo miró de regreso supo que no tenía buenas noticias por la sensación intranquila que sentía en el Lan.
—Debo volver, Xie Lian no se encuentra bien—Informó Lan WangJi tratando de ocultar su preocupación.
—Eso no le gustará a HuaHua—murmuró WuXian al pensar que Hua Cheng se pondría de malas al saber que su omega había enfermado. —Está bien, yo tengo asuntos que arreglar—WuXian le dio un corto beso en los labios antes de darle espacio. —Mantenme informado.
—Mn, tú igual—Lan WangJi no parecía feliz de apartarse del omega, tenía un extraño presentimiento que lo dejaba intranquilo, pero sabía que cada uno tenía sus propios problemas, no podían estar siempre juntos. —Cuídate.
WuXian asintió, no se engañaría, él también sentía que no debía dejarlo irse. Su omega estaba inquieto rasgando por dentro intentando hacer algo para detenerlo, pero el omega lo mantuvo a raya y sólo lo vio partir.
Una vez solo notó que Jiang WanYin no estaba tan lejos de ahí, ambos hermanos se miraron, el Jiang dio media vuelta con intenciones de irse.
—Jiang Cheng espera—WuXian caminó persiguiendo a WanYin. —¿Podemos hablar?
Jiang WanYin bufó. —¿Ahora si quieres hablar?—el omega incluso pareció apresurar más su paso. —¿No crees que te tardaste?
WuXian dejó de seguirlo, en su lugar alzó la voz y habló fuerte. —¡Lo lamento!
Jiang WanYin se detuvo de igual forma y le miró con molestia. —No quiero tus disculpas, ya no.
A pesar de sus palabras no se movió, como si esperara que WuXian dijera algo más, pero al ver que su hermano sólo había bajado la cabeza decidió tranquilizarse, no era momento de estar peleados, en realidad debían arreglar todo su problema fraternal antes de que empeorara.
—Volvamos a la base—sugirió Jiang WanYin tratando de mostrarse más amable, aunque su expresión de enojo no ayudaba mucho.
—Espera—WuXian tenía otra idea en mente. —¿No quieres ir a beber algo?
El alcohol era lo último que Jiang WanYin quería ver, bueno no, había algo más que en definitiva no quería ver, más bien alguien.
—...No...—a pesar de su rechazo el omega optó por darle una oportunidad a WuXian—, pero podría acompañarte.
Con eso ambos hermanos salieron en busca de algo para que WuXian bebiera. Después se sentaron en un lugar tranquilo, al principio ninguno dijo nada, el silencio era incómodo. Sólo después de que WuXian diera algunos tragos a la bebida y que esta le pudiera bajar los nervios fue que por fin habló.
—Sé que dijiste que no quieres palabras de disculpas, pero en verdad las mereces, fui un idiota—murmuró sin ver al Jiang.
WuXian podría ser un sinvergüenza descarado la mayor parte del tiempo, pero también reconocía cuando había cometido errores y las personas se merecían una disculpa, quizás su cobardía por enfrentar a su hermano no había ayudado, pero ya no estaba dispuesto a seguir huyendo.
WanYin suspiró. —En eso estamos de acuerdo. No puedo creer que lo hicieras de nuevo. ¡En verdad te había creído!
Las palabras del Jiang sólo hicieron sentir peor de lo que ya estaba WuXian. —Es que...
—¡No quiero tus excusas!—Expresó el Jiang girando su rostro para evitar por completo al WuXian.
Wei WuXian apretó la botella de cristal que estaba en sus manos. —¡Por eso nunca te digo nada!—gritó levantándose de su lugar. —¡Ni siquiera quieres escuchar! ¡Siempre tomas a mal todo lo que hago!
Jiang WanYin lo miró de forma acusadora. —¡Porque lo haces mal!
—¡Ya lo sé!—WuXian se tocó el rostro con frustración, su voz bajó a ser casi un susurro. —Lo sé...—se obligó a tranquilizarse una vez más y decidido se plantó delante de Jiang WanYin, quizás no le quería escuchar, pero aun así se aseguró de decir todo lo que quería. —Nunca quise mentirte, las cosas se me salieron de control y...
El Jiang rió de forma irónica. —WuXian, siempre se te salen las cosas de control. ¡No finjas sorpresa!
WuXian era consciente de eso, sin embargo, en cada ocasión siempre creía que algo podría cambiar. Hasta el momento no había sido así.
—No pensé que podía acabar de esa forma...—confesó cabizbajo.
—Es que tú nunca piensas—extrañamente el Jiang estaba más tranquilo a pesar de lo toscas que eran sus palabras. —Crees que las cosas son tan sencillas y sólo las ignoras. Cuando menos lo esperas tienes el agua en el cuello y yo soy quien tiene que ayudarte con tu desastre—la sensación de traición por parte de su hermano le sabía mal. —Debería de merecer algo después de todos estos años arreglando tus errores. ¿Pero en su lugar que recibo? ¡Engaños y mentiras de mi hermano! ¿Qué pensabas que iba hacer al enterarme de tu lazo con Lan WangJi? ¿Repudiarte? ¿Darte la espalda acaso? ¿Por quién me tomas? ... eres mi hermano...
WuXian se sentó de nueva cuenta, ahora comprendía más que nunca que jamás debió haber ocultado eso a Jiang Cheng, habían pasado por mucho, debió haber sabido que su hermano no era alguien malvado que le alejaría por un error. Incluso se atrevía a decir que WanYin era de las personas que más paciencia le tenía, desde niños aguantaba sus bromas pesadas y nunca le recriminaba por sus locas ideas que la mayor parte terminaban en fracasos, al contrario, siempre estaba ahí para él.
Los ojos grises miraban con atención el líquido de la botella, como si fuera lo más interesante del lugar: —No sabía cómo decirlo, no es como si pudiera llegar y contarte que me había acostado con Lan Zhan y que nos enlazamos... yo ni siquiera lo quería aceptar—dijo con honestidad el omega, esperando ser escuchado. Al ver que WanYin no dijo nada enseguida decidió proseguir. —Estaba tan asustado en ese momento... en verdad, lo siento. Si te lo hubiera dicho quizás no hubiera tenido la necesidad de ver a JieJie y su ubicación seguiría secreta—mientras más hablaba más crecía su temor. —¡Todo esto es mi culpa!
Sin poder evitarlo sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales caían en grandes gotas. Jiang WanYin lo miró, sus ojos también se habían cristalizado, pero se rehusó a llorar, ya lo había hecho hace poco, era muy pronto para hacerlo de nuevo.
—Quizás tengas razón y sea tu culpa—dijo el Jiang—, pero ya no hay nada que hacer, más que salvarla. Así que límpiate la cara.
WuXian le miró mientras eliminaba los rastros de humedad. —Jiang Cheng... lo siento, en verdad.
WanYin suspiró con pesar. —Está bien, entre los dos saldremos de esta, somos hermanos y para eso estamos.
Wei WuXian sintió como poco a poco la amargura e inquietud eran reemplazadas por tranquilidad, si estuviera seguro que el Jiang no le golpearía lo hubiera abrazado.
Por fin, después de tanto, WuXian sonrió levemente. —Gracias...—con una de sus manos alcanzó la del Jiang. —Mi enlace con Lan Zhan no cambia nuestro plan inicial, lo prometo.
Jiang WanYin no dijo nada, WuXian lo soltó mientras daba un largo trago de la botella.
—WuXian—llamó WanYin con voz seria.
—¿Sí?
Jiang WanYin le miró a los ojos. —¿Te forzó?—su pregunta confundió un poco a WuXian, por lo que volvió a preguntar. —¿Lan WangJi te obligó a acostarte con él?
Los ojos grises se abrieron casi horrorizados. —Claro que no me obligó a acostarme con él—el omega desvió la vista. —La verdad yo lo cité para encontrarnos en aquella ocasión.
Jiang WanYin bufó mientras se golpeaba en la frente. —Increíble, más idiota no pudiste ser—una vez más le obligó a mirarle. —¿Te mordió porque tú se lo pediste?
Está vez WuXian se removió incómodo, cosa que fue obvia para Jiang WanYin. —No exactamente...
Desde ahí Jiang WangJi ya empezaba a molestarse al tener una idea de lo que le diría su hermano. —Si vuelves a mentirme esta vez no te perdonaré—advirtió en forma de amenaza. —WuXian, ¿te mordió a la fuerza?
Wei WuXian alzó las manos como si intentara calmar a una bestia, aunque esta en realidad ni siquiera había reaccionado aún.
—Fue por instinto—dijo como si fuera la mejor respuesta y validara las acciones del alfa.
Jiang WanYin frunció el ceño y se levantó. —Voy a matarlo.
WuXian se preocupó, sabía que su hermano no estaba jugando, por lo que se apresuró a tomarlo del brazo y así impedir que avanzara.
—¡No, detente ahí!—de un tirón le obligó a sentarse nuevamente. —¡¿Quieres matarme a mí de paso?! ¡Recuerda que estamos enlazados!
—¡Pero te forzó!—gritó indignado Jiang WanYin, y no era para menos.
—¡Eso ya no importa!—expresó con la misma energía WuXian, su cuerpo temblaba ligeramente. —En ese momento no pensé las cosas, lo provoqué y ambos nos dejamos llevar. Admito que los dos cometimos un error, pero lo aceptamos y ahora estamos bien.
Jiang WanYin le miró unos segundos, no confiaba en ese alfa, pero si su hermano estaba tan empecinado en defenderlo tendría que soportarlo. Rindiéndose dejó de poner resistencia y abandonó la idea de ir a castrar a Lan WangJi... por ahora.
WanYin dio un último vistazo a su hermano, algo inseguro hizo una última pregunta. —¿En verdad estás bien con él?
—Lo estoy—respondió WuXian mientras sonreía de forma inconsciente. —Es mi destinado después de todo.
El Jiang podía ver como su hermano cambiaba cada vez que se trataba de Lan WangJi, volviéndose alguien diferente a lo que imaginaba. Para WanYin era incomprensible el sentimiento de WuXian, pero se debía a que él no había nacido con un destinado, no sabía lo que era estar con la persona que la naturaleza había escogido para ti. No, él estaba solo.
—No sé cómo te sientes, pero jamás te había visto así—dijo el Jiang al ver que su hermano no dejaba de sonreír como estúpido.
—¿Así cómo?—preguntó WuXian confundido.
Jiang WanYin se encogió de hombros. —No lo sé, tan... ¿brillante? ¿reluciente?—WanYin miró de frente a WuXian y suspiró. —... Tan feliz...
WuXian abrió la boca pero la cerró enseguida y sólo sonrió sin más. —Lan Zhan, él...
—No digas su nombre, aún quiero matarlo—interrumpió con un gesto de odio.
Wei WuXian rio con burla. —¿Y cómo quieres que le diga? ¿Lan Er-Gege?
—¡No lo menciones de preferencia!—gritó exasperado el Jiang.
WuXian rio aún más fuerte, después de unos segundos de diversión por fin guardó silencio y miró al frente a ningún punto en específico. —Me siento feliz a su lado.
—Más le vale que te haga feliz—declaró WanYin tajantemente.
Si ese alfa no cuidaba de su hermano no era digno de él. Wei WuXian era todo un reto, le daba desconfianza que Lan WangJi no pudiera lidiar con su revoltoso hermano y en el proceso le lastimara.
—¿Qué sabes de Lan XiChen?—preguntó de la nada WuXian.
Jiang WanYin se desorientó por unos segundos. —¿Qué? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? ¿Alguien lo mencionó para empezar? ¿Por qué hablas de él?
Wei WuXian ladeó la cabeza sin entender todas esas preguntas. —Por nada en específico, como Xie Lian está delicado pensé que tú sabrías algo ya que estuviste varias horas con Lan XiChen.
—Ah—Jiang WanYin se removió en su lugar y aclaró su garganta. —No sé nada al respecto.
—¿Y que hicieron todo ese tiempo?—cuestionó con curiosidad y algo de miedo. —Lan Zhan estaba preocupado por él, yo le dije que no le harías nada... ¿No le hiciste nada... verdad?
Jiang WanYin le miró mal, pero al recordar todo lo que había ocurrido con XiChen abandonó su molestia y la intercambió por incomodidad. —No le hice nada...
WuXian no reprimió su suspiro de tranquilidad. —Que alivio, por un momento creí que me quedaría sin cuñado.
WanYin se tensó, trató de no demostrarlo. —Que exagerado.
Wei WuXian le golpeó con ligereza en su costado. —No exagero, te conozco bien para saber que eres muy capaz de dispararle sólo porque parpadeó más veces de las que tenía permitido.
Jiang WanYin gruñó y lo empujó para alejarlo. —Él está bien, ya te dije que no le hice nada.
Ya no quería hablar sobre Lan XiChen, no lo soportaría más tiempo. Casi como si el destino estuviera de su lado WuXian cambió el tema.
—¿Deberíamos volver con el resto?—preguntó colocándose de pie.
El Jiang imitó sus acciones, había pensado que su hermano se iría con Lan WangJi, pero aparentemente no era así. —¿No te irás con tu alfa?
WuXian negó. —Me aseguraré primero de que JieJie está bien—los ojos grises miraron el cielo con nubes densas, el invierno estaba por llegar. —Por ahora no hay mucho que hacer, deberemos ser pacientes.
Ninguno de ellos estaría tranquilo hasta tener buenas noticias de Jiang YanLi, la espera les mataba, pero debían ser fuertes y resistir.
Ambos hermanos partieron, el camino fue silencioso, pero cómodo, esa sensación tan pacífica por haber arreglado aparentemente todo, tenían bastante tiempo de no sentirse así entre ambos. Era más que agradable, por unos instantes se remontaron al pasado, cuando todo estaba bien y sólo debían cuidarse de que Yu ZiYuan no los atrapara en sus travesuras.
Lo primero que hicieron fue buscar a Hua Cheng en cuanto llegaron con el resto.
—¿Dónde está HuaHua?—preguntó WuXian a Wen Qing. —Tenemos cosas que arreglar.
La Wen les detuvo para que no intentaran ir a la habitación del alfa. —Temo informarles que no está en las mejores condiciones justo ahora.
—¿Qué le ocurre?—preguntó con curiosidad esta vez WanYin. —Dijiste que el daño del disparo era mínimo.
—No es por esa herida—declaró Wen Qing. —Cayó inconsciente casi en cuanto llegamos.
Wei WuXian frunció el ceño, recordó que Xie Lian también se encontraba aparentemente en mal estado. Era demasiada coincidencia, parecía ser algo más.
—Xie Lian también está mal—murmuró WuXian. —¿Qué les sucede?
—No soy una experta con los destinados—comentó Wen Qing. —Médicamente no hay nada incorrecto, pero parece que el haber permanecido tanto tiempo separados y reunirse por un tiempo prolongado provocó una reacción, quizás su parte interna lo resintió más con la separación—la alfa notó la preocupación en ambos omegas por lo que aclaró enseguida. —No se preocupen, calculo que serán dos o tres días en los cuales ambos estarán asimilando todo.
—¿Dos o tres días?—repitió WuXian sorprendido. Eran mucho tiempo, tenían a alguien siguiéndoles de cerca como para enfermar o algo por el estilo.
—Cuando conociste a Lan WangJi por primera vez tuviste un celo sumamente doloroso y largo—le recordó la Wen, como si le mostrara que no podía presionar los cuerpos, debían tomárselo con calma o sólo empeorarían todo. —Cada cuerpo reacciona diferente. Lo normal sería que entraran en celo, pero como no es su primer encuentro quizás no sea así.
La resaca de WanYin pareció regresar con aún más fuerza, el omega se sostuvo la cabeza, tantas cosas ocurriendo en tan poco tiempo estaban por consumirlo. —Todo se complica cada vez más.
Wen Qing les dio un vistazo a ambos, por el estado tranquilo de los omegas supuso que su problema había tenido alguna clase de solución. —¿Cómo les fue?
WuXian se encogió de hombros. —No hay mucho que hacer, conseguimos que alguien la moviera, nos avisarán en un par de horas como van las cosas—el omega suspiró. —¿Cómo está Wen Ning?
—Ya se encuentra bien, está haciendo una lista de las personas involucradas en el ataque de Hua Cheng y el joven Xie Lian. Debemos ir tachando a los peones eliminados.
Con el último incidente se podía saber que Xuan Ji por lo menos ya estaba fuera del juego. Dudaban que esa loca pudiera sobrevivir después de aquella explosión, aunque dar una segunda revisión no estaría de más.
—¿Dónde está He Xuan?—preguntó el Jiang.
La Wen negó al no tener una respuesta. —Tiene rato de haber salido.
WanYin presionó sus sienes por su dolor de cabeza. —¿No te dijo a dónde?
—No soy su madre—le recordó la alfa con desinterés.
—Supongo que volverá después—Tampoco es como si el Jiang estuviera tan al pendiente de todos sus compañeros, pero sentía que no era adecuado estar fuera, aunque en ese momento él era el último que podía reclamar después de haberse ido a beber sin decir nada. —Últimamente lo he visto muy distraído.
—Quizás sólo necesita pensar—dijo WuXian.
—¿Pensar en qué?—Jiang WanYin alzó una ceja. —Estamos siendo perseguidos y más de media ciudad nos quiere muertos.
WuXian sonrió y se llevó ambas manos al pecho. —Los asuntos del corazón no pueden esperar.
—¿Asuntos del corazón? ¿Qué babosadas estás diciendo esta vez?—WanYin pensó que su hermano sólo estaba haciendo un espectáculo dramático para variar. —El hecho de que tú estés enamorado no significa que todo el mundo esté igual.
—Yo no estoy enamorado—respondió enseguida WuXian deshaciéndose de su sonrisa. —Sólo acepté a mi destinado y admito que me gusta acostarme con él, Lan Zhan y yo somos muy compatibles en la cama, eso es todo.
—Información que no quería saber—dijo WanYin tapándose los oídos con el temor de que WuXian dijera más cosas, pero no fue así, Wei WuXian sólo sonrió con diversión una última vez antes de irse. El Jiang negó. —Es más idiota de lo pensé.
—A veces creo que no puede superarse a sí mismo, pero increíblemente lo logra—afirmó la Wen. —No sé si asombrarme o preocuparme, quizás debería hacer ambas.
WanYin sentía que debía ir a su habitación y tirarse ya en la cama o su cabeza en verdad explotaría. —Necesito dormir o esta resaca me matará.
—Sólo a ti se te ocurre beber estos días—reprendió la alfa. —Espero que mínimo haya valido la pena.
Jiang WanYin le dio una corta mirada y se preguntó mentalmente:
¿Valió la pena?
El omega prefirió no buscar la respuesta a esa pregunta.
Hua Cheng giraba varias veces sobre su cama, tenía una sensación sofocante y algo dolorosa, casi podía oler el humo y ver las cenizas. Una parte de su inconsciente sabía que estaba seguro, pero la otra parte repetía la escena de años atrás. El momento donde lo había perdido todo.
—Gege.
El sudor frío, junto con el dolor en su pecho aumentaban sus delirios, su alfa interno suplicaba ir en busca de Xie Lian, pero su cuerpo estaba tan débil en ese momento que sólo volvió caer en la inconsciencia, reviviendo en sus sueños el peor momento de su vida.
—Gege, no te vayas...
Chapter 36: Capítulo 35. Dragón Blanco.
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Las personas malas lo habían separado a la fuerza de su familia, el pobre niño lloraba y luchaba por zafarse del agarre e ir en busca de sus progenitores.
—¡Mamá! ¡Papá!—gritó de forma desgarradora suplicando ser escuchado.
—Llévenlo con el resto—dijo uno de los hombres ya harto de escucharlo llorar.
—¡No!—el infante se rehusaba a dejar el lugar sin sus padres, sentía que si se iba jamás los volvería a ver. Y no se equivocaba. —¡Mamá! ¡Papá! ¡Ayuda!
Todo se derrumba, ya no está en ese lugar, ahora se ven las paredes de madera y escucha a más niños a su alrededor.
—Tranquilo, ya estás a salvo—dijo una mujer que no parecía tan amable, pero en definitiva si era una mejor opción que los sujetos que lo habían llevado ahí.
—Mis papás—murmuró bajo el menor.
—Olvídate de ellos, ya no están aquí.
Aunque intentó no llorar fracasó, él quería a sus papás.
De nueva cuenta todo se torna borroso, ahora no hay hombres malos, ni mujeres despiadadas. Sólo otro niño enfrente suyo que le hace sentir seguro.
—Gege, nos iremos de aquí—asegura el pequeño de adelante.
La sensación alegre dura poco para ser reemplazada por un incendio atroz, ahora lo único que grita es un nombre.
—¡San Lang!—grita con desesperación intentando correr hacia las llamas, pero no llega tan lejos antes de ser retenido. —¡San Lang!
El rojo del fuego se transforma en un rojo de sangre, incluso es capaz de percibir el olor metálico, la lluvia de balas es todo lo que escucha.
Siente que una mano le cubre los ojos, y una voz peligrosa susurra en su oído.
—Xie Lian a partir de ahora yo cuidaré de ti—una parte de él le dice que no confíe, pero su lado más inocente quiere pensar que en verdad alguien intenta ayudarlo. Él es sólo un niño, así que elige lo que cree ser más correcto. —Te mantendré a salvo.
Xie Lian le cree.
Para cuando la mano se quita de su rostro todo vuelve a cambiar. Ahora, delante suyo, un hombre amordazado se queja sin parar, sus ojos están inyectados en sangre y mira con desesperación al menor. Xie Lian lo reconoce, él es uno de los que mató a sus padres.
Esa peligrosa voz se cuela en su cabeza, resonando una y otra vez.
—Toma el arma—dice incentivándolo a apuntar al hombre de enfrente. —Es uno de los que mató a tus padres ¿no?—esa voz severa no se rinde y sigue sondando en su cabeza. —Entonces haz justicia y toma el arma.
Xie Lian no está seguro de lo que está a punto de hacer, pero toma el arma con manos temblorosas, más no es capaz de mirarlo y aparta la vista cerrando sus ojos con fuerza.
—No cierres los ojos y míralo—reprende esa voz que cada vez se vuelve más familiar. —Recuerda a tus padres, ¿acaso esa persona tuvo compasión?
Xie Lian niega, esa persona no tuvo compasión, ni de él siendo un niño inocente, ni de sus padres, que eran personas nobles y justas. No tuvo compasión de nada.
"¿Por qué él debería tener compasión?" Se pregunta levantado el arma, su mano ha dejado de temblar y su mirada cambia.
—Xie Lian, dispara.
Xie Lian lo hace.
El omega se sentó de forma rápida sobre la cama con respiración entrecortada, el sudor está por todo su rostro. Siente esa pesadilla tan vivida, y lo peor es que está seguro que no fue un sueño.
Xie Lian se toma de la cabeza y resiste las ganas de gritar, para empezar, siente que ha perdido su voz, es incapaz de decir algo. Todo se queda acumulado como un doloroso nudo en su garganta, uno que amenaza con apretarse más hasta sofocarlo. Todas esas imágenes tan vívidas no dejan de repetirse. Xie Lian sabe lo que es en verdad, está aterrado de admitirlo, pero es consciente que debe de hacerlo.
El omega recuerda algo en específico. Algo que se vuelve casi vital para lograr mantener la compostura. Aún con todo el caos estaba seguro de una cosa.
Debía ver a Hua Cheng
La puerta de su habitación se abrió, dándole paso a Shi QingXuan, que no duda en ir corriendo a su lado.
—¡Xie Lian despertaste!—el menor lo abraza con desesperación y lágrimas en sus ojos. —¡Estaba tan asustado, no respondías!
Xie Lian aún se siente mareado, pero oculta toda incomodidad y le sonríe mientras le regresa el abrazo. QingXuan parecía haberlo pasado muy mal, el mayor se sintió apenado por hacerle sufrir.
—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?—pregunta cuando por fin junta la energía suficiente para hablar.
La respuesta le sorprendió.
—Cuatro días.
Xie Lian no puede creer todo el tiempo que pasó prácticamente fuera de si, él sólo lo sintió como un largo sueño... pero no tan largo. Ahora estaba despierto y es consciente que tiene muchas cosas que hacer, y preguntas que responder. Incluso ignora el dolor en su cuerpo e intenta ponerse de pie.
—No te levantes aún, debo llamar al doctor.
Shi QingXuan lo detiene mientras sale de la habitación para hacer la llamada. Xie Lian se mantiene acostado con la vista en el techo, hay algo diferente ahora que despertó.
El omega inhala lentamente, alcanzado a percibir el aroma de las flores silvestres, su aroma. Después de tanto tiempo Xie Lian puede percibirse a sí mismo. No es tan fuerte, pero ahí está sin duda, de forma clara, incluso es capaz de detectar las notas de vainilla pertenecientes a QingXuan, supuso que se debía a que el menor estuvo bastante tiempo a su lado cuidándolo.
Xie Lian siente la humedad en su rostro, no se da cuenta que había comenzado a llorar. Su omega interno está ansioso y suplica ir en busca de su alfa, pero es muy pronto para eso.
Para cuando Shi QingXuan regresa ya está más tranquilo, el menor le ofrece una charola de comida, alegando que necesitaba reponer fuerza. Xie Lian le sonrió como si nada sucediera mientras comía, QingXuan le dice que más tarde llegará el doctor, cosa que alivia a Xie Lian, debido a que tiene algunas preguntas que hacerle.
—¿Jun Wu no ha regresado?—pregunta Xie Lian cuando termina de comer.
QingXuan niega. —No, aún no le hemos dicho nada de... todo esto.
Todos estaban en una posición altamente delicada. Incluso los mismos demonios también se habían mantenido tranquilos. Las demás organizaciones parecían atentas, esperando cualquier indicio para moverse y en su mayoría perjudicar a la cabeza, en este caso al mismísimo Dragón Blanco. Parecía que ya no era un secreto el hecho de que estaban pasando por momentos difíciles.
—Es lo mejor—murmuró Xie Lian siendo consciente que de ahora en adelante todo cambiaría. —¿Dónde están los Lan?
—Acaban de irse, XiChen-Xiong iba atender unas juntas pendientes y WangJi-Xiong revisará algunos establecimientos, creo qué hay problemas con algunos pagos—comunica QingXuan dejado salir un suspiro. —El trabajo se nos acumuló un poco por todos estos días.
Xie Lian intenta no sentirse mal por no haber ayudado, y al contrario sólo causar más problemas. Sin embargo, siente que gracias a eso una venda blanca se ha caído de sus ojos.
—¿Qué sucede?—preguntó Xie Lian al sentir la mirada insistente de QingXuan sobre él.
El menor sonríe y vuelve a abrazarlo. —En serio me alegro que hayas despertado.
Obligado por QingXuan, Xie Lian descansó más tiempo, mientras estaba recostado pensaba en lo siguiente que debía hacer. No podía llegar con la menos vacías, habían muchas cosas inconclusas.
Horas después el doctor por fin llegó, su sonrisa fue amable como cada una de las veces que atendía a Xie Lian.
—¿Cómo te encuentras?—preguntó mientras hacía un chequeo rápido.
—La verdad me siento mucho mejor—confiesa el omega mientras está sentado en la cama.
El doctor lo mira con detenimiento. —¿Dolores de cabeza? ¿Mareo?
Xie Lian negó con la cabeza. —Nada, en verdad me siento bien...—el omega juega con sus manos algo inquieto y por fin habla: —De hecho... quería consultar algo con usted.
El hombre le mira un instante antes de tomar asiento delante de él. —¿En qué te puedo ayudar?
—Usted tiene muchos años como médico, debe de tener mucho conocimiento—comienza a decir el omega tentado el terreno.
El doctor ríe por el comentario. —Si lo que intentas decirme es viejo no es necesario que endulces tus palabras.
—Lo siento, no era mi intención—responde de forma rápida el omega con un deje de vergüenza. En verdad no intentaba decir aquello de esa manera. —Lo que quiero decir es, ¿qué tanto se podría afectar la relación entre los destinados?
Al final decide soltar la pregunta de una buena vez, la verdad no había otra forma de decirlo. Conociendo su suerte sólo podría empeorar todo, lo mejor era ser sincero y así no habría malos entendidos.
—¿Los destinados?—repite el doctor con curiosidad, sus gestos indican que es un tema complicado, pero aun así Xie Lian espera alguna respuesta pacientemente. —Incluso con la ciencia hay mucho que desconocemos de esta parte, la naturaleza actúa de una forma ciertamente extraña.
—Pero debe de saber algo—insiste nuevamente Xie Lian. —¿Qué tanta influencia hay entre las personas destinadas?
El doctor suelta un suspiro, es comprensible, ya que parecía que los destinados y su intensa conexión seguía siendo un enigma para todos. Sin embargo, sí había algunas cosas que se lograron descubrir con el transcurso del tiempo.
—Los destinados pasan por varias fases y dependiendo de su edad al encontrarse es la gravedad con la que llegan a reaccionar—empieza a explicar el doctor. —Por ejemplo, en una edad donde alfa y omega interno se encuentren despiertos lo más natural es que entren en celo de forma sincronizada con su primer encuentro. De otra manera, si uno está dormido jamás habría reacción física alguna, se reconocerán por el aroma, pero sus cuerpos aún no lo sabrían.
Xie Lian comprende y asiente, inevitablemente recuerda a Lan WangJi y Wei WuXian, pues ese había sido el caso de ambos. Pero no era el de Xie Lian.
Esta vez el omega decide ser más específico. —¿Y si fuera de niños?
El doctor se toca el mentón y lo piensa. —Muy pocas personas se topan con su destinado a tan temprana edad.
Prácticamente sólo el 0.01% de la población encontraba a su destinado. Ahora, encontrarlo durante la infancia se reducía aún más, por lo que los casos de estudio en verdad eran muy pocos, casi nulos.
Xie Lian se tensa. —Pero podría pasar...
—Sí, podría pasar—afirma el doctor causando un alivio en Xie Lian. —Alfa y omega siempre se reconocerán, es instinto.
Aquello provoca que el corazón del Xie Lian lata con fuerza, pero al mismo tiempo siente una melancolía interna. Por qué sabe que no es así de sencillo.
—No creo que siempre se reconozcan...—murmura el omega intentando no sonar tan triste, pero... ¿Cómo no estarlo cuando fue incapaz de reconocer a su destinado incluso estando prácticamente a su lado?
—Claro que sí, tarde o temprano la naturaleza termina haciendo de las suyas—esta vez las palabras del doctor cambian, siendo más curiosas. —¿Por qué el repentino interés?
Xie Lian entra nuevamente en un debate interno, siente que no debe decirlo, pero al mismo tiempo cree que eso facilitará las cosas y podría hacer más preguntas que lo ayuden a guiarlo.
—Usted me conoce desde que soy un niño—susurra el omega removiéndose en su lugar.
El hombre asiente. —Claro, curé todas tus heridas cuando te metías en problemas. Aún lo hago.
Ambos ríen un poco al recordar esos tiempos donde Xie Lian buscaba problemas cada vez que tenía la oportunidad, siempre con la intención de demostrar lo bueno que era en todo lo que había aprendido, y más que nada provocar que Jun Wu lo volteara a ver. El omega siempre buscó mostrar todas sus habilidades, incluso si en el proceso rompía algunas reglas. Aunque eso fue hace bastantes años atrás.
—Y lo agradezco—dice Xie Lian recuperando la compostura, su expresión de alegría cambia para volverse más seria. —Recuerdo que usted había dicho que debido a un trauma mi omega interno se había apartado, además de que mis recuerdos se vieron bloqueados a manera de protección, pero, si los recuperaba quizás había probabilidad de que mi omega también reavivara y con ello...
No terminó de decir nada, pero el doctor comprendió, incluso terminó la oración por él. —Tu olfato regresaría, aunque sólo eran suposiciones hipotéticas, jamás encontramos algún estímulo que resultara.
Xie Lian siente sus mejillas arder, con la mirada gacha responde. —Yo... creo que encontré la solución.
Por unos segundos todo es silencio, hasta que el hombre pregunta. —¿Así? ¿Cuál?
—Creo que tengo un destinado—dice Xie Lian alzando la vista para analizar su reacción.
Extrañamente el doctor responde de forma tranquila. —¿Por qué lo dices?
Es ahí como Xie Lian sabe que no debe decir demasiado, pero sí lo suficiente para obtener respuestas.
—Hace poco conocí a alguien, bueno, creo que más bien nos reencontramos—empieza a narrar tratando de no ser tan obvio a quien se refiere. —Desde ese día empecé a tener sueños, a veces los recordaba y otras veces no. Pero ahora...
El doctor lo mira con detenimiento, como si esta nueva revelación en verdad no fuera una noticia tan feliz. —¿Recordaste todo?
Xie Lian asiente. —Sí...
—¿Tu olfato...?
—Apenas huelo, es muy suave todo, pero en definitiva está regresando—afirma el omega esperando algún diagnóstico.
El doctor tarda un poco, al final sonríe. —Eso es una buena noticia—sus ojos escudriñan al omega. —¿Quién es?
—¿Eh?—Xie Lian se hace el desentendido tratando de fingir ignorancia.
—Tu destinado, ¿Quién es?—vuelve a preguntar el doctor.
El omega sabe que debe de dar una respuesta, pero claramente no dirá el nombre de Hua Cheng. —Quizás no lo conozca...
—Quizás sí—afirma el hombre de forma tranquila. —Tengo mucho tiempo en este negocio, seguro que el nombre me suena.
Ese doctor no era un ignorante de los negocios que manejaban, era el médico personal de Jun Wu y de los cuatro colmillos, sabía a la perfección a lo que se dedicaban, después de todo él curó bastantes de sus heridas, y las lesiones de bala y cuchillas tan recurrentes sólo pueden significar una cosa.
Xie Lian frunce el ceño cuando siente que algo no anda bien. —¿Cómo sabe que está involucrado en esto?
—Una corazonada—responde el doctor, al final este le sonríe queriendo tranquilizarlo. —Entiendo, no es necesario que lo diga, respeto tu privacidad—Xie Lian suspira aliviado de que su interrogatorio concluya, el doctor por fin se levanta de su asiento. —Me alegra que estés mejor Xie Lian y que por fin encuentres una solución a tu problema de hace años.
A pesar de su incomodidad por el corto diálogo Xie Lian en verdad se siente más agradecido de que el hombre le hubiera respondido algunas de sus dudas, sin olvidar que había estado al pendiente de su cuidado esos días que estuvo inconsciente. —Gracias por ayudarme.
—Es un placer—el doctor parece buscar algo en su botiquín, sacando un pequeño frasco con píldoras. —Toma, sigue bebiéndolas si te sientes mal.
Xie Lian las toma, pero su mirada es insegura. —Ahora que sé el motivo de todo, ¿no sería mejor retirar el medicamento?
—Sólo es por si tienes algún malestar, si lo crees innecesario no lo bebas—los ojos del doctor parecen añadir cierto filo. —Pero apuesto que tu padre estaría más tranquilo a sabiendas que cuidas de tu salud.
La mención de Jun Wu le provoca un dolor en la boca del estómago a Xie Lian, pero el omega sigue sereno con una leve sonrisa.
—Oh, casi lo olvido...—dice Xie Lian mirando fijamente al doctor. —Podría no mencionarle nada de esto a mi... al señor Jun Wu, no quiero preocuparlo ahora que no está aquí, tiene muchos negocios que atender, mis malestares no son importantes.
Después de sus últimos sueños, Xie Lian comienza a desconfiar de la mayoría, porque sabe que ha sido engañado todo ese tiempo, aunque aún desconoce hasta qué punto. Una parte de él confía en el hombre de enfrente porque fue quien le atendió desde niño, pero la otra parte sabe que esa persona en realidad no es de fiar. Sin embargo, decide darle una última oportunidad para saber de qué lado está esa persona, si es una víctima más o, al contrario, alguien que realizó todo aun conociendo la verdad.
—No se preocupe, esto será entre médico paciente...—asegura el doctor antes de despedirse.
Xie Lian le sonríe una última vez. —Nuevamente gracias.
Una vez a solas Xie Lian toma una decisión, el omega sabe el lugar donde debe ir, también reconoce que eso no asegura nada. Pero es su mejor alternativa, el único problema es que nadie debe de saber. Mientras menos personas lo sepan mejor.
Una vez que el sol se oculta, el omega se pone de pie y estira su cuerpo, siente la tensión en sus músculos por haber estado tanto tiempo en cama, aplicando un poco de fuerza escucha crujir sus huesos. Siente alivio, casi como si se quitara un peso menos de encima. Es rápido y se alista con todo lo necesario, espera no recurrir a la violencia, pero sabía que podría pasar.
Los hermanos Lan siguen fuera atendiendo el trabajo, no debe preocuparse por ellos, su único inconveniente es Shi QingXuan, el menor seguramente se interpondrá en su camino o incluso le propondría acompañarlo. Pero aún era muy pronto para que QingXuan, o cualquiera, supiera de sus intenciones. Sabía que lo que encontraría no sería nada bueno, pero aun guardaba la esperanza de que quizás, sólo quizás, no sería tan malo, o al menos las personas que le importaban no iban a resultar envueltas y heridas en todo aquello. Era una mínima esperanza, pero seguía ahí.
El omega cuidó de no hacer ni un solo ruido, pero justo antes de llegar a la entrada principal una voz lo sorprendió por la espalda.
—¿A dónde crees que vas?—dijo QingXuan, su mirada era de desaprobación rotunda—¡Acabas prácticamente de despertarte!
Xie Lian no supo si reír o llorar, sentía que QingXuan extrañamente se había vuelto el mayor, mientras que él huía de su hogar cual quinceañero. Se preguntaba en qué momento los papeles se invirtieron.
—Lo siento QingXuan, debo investigar algo—atinó a decir Xie Lian sin intenciones de frenar sus pasos
—¿Investigar qué?—QingXuan pareció leer los movimientos del mayor, ya que se acercó de forma rápida para pararse frente a Xie Lian y así interponerse en su camino.
Xie Lian suspiró al ver que no sería tan fácil. —Algo...—el mayor le tocó la cabeza como solía hacer desde niños y le sonrió. —Si todo sale bien regresaré en unas horas.
Pero lejos de lograr calmar al menor, este frunció el ceño y le sujetó con fuerza el brazo, parecía ser capaz de golpearlo con tal de no dejarlo ir.
La mirada de Xie Lian se enserió. —No estás intentando detenerme, ¿verdad?—el agarre en su brazo se hizo más fuerte, provocando que el mayor lanzará una advertencia. —QingXuan, no puedes ganarme en una pelea.
Shi QingXuan tembló un poco reconociendo su debilidad, por primera vez Xie Lian percibió el tinte amargo en el aroma a vainilla, demostrando que el menor se sentía triste al no poder hacer nada al respecto.
—¡No puedes irte así sin decir nada!—gritó desesperado QingXuan. —¿Y si te pasa algo y no sabemos a dónde ir por ti?—su labio temblaba y sus ojos estaban brillosos por las lágrimas contenidas. Xie Lian sintió su corazón doler ante tal vista, pero aun así no caería a esas súplicas, pues reconocía que lo mejor era dejarlo fuera de eso.
—Estaré bien—aseguró Xie Lian jalándolo para darle un corto abrazo.
QingXuan lo presionó con fuerza. —Acabas de ser perseguido por hombres de los Wen y casi mueres en una explosión con Lluvia Carmesí, su relación prohibida de amantes apenas inicia. ¡Está claro que no te puedes ir!
—¿Qué?—Xie Lian prefirió ignorar todo aquello, en especial la parte de "relación prohibida de amantes''. —QingXuan esto es importante, debo hacerlo... de otro modo más gente morirá.
QingXuan levantó la vista, sus ojos rojos le miraron atentos, en un murmuro habló: —No quiero perder otro hermano...
El corazón de Xie Lian se encogió, con su mirada intentó transmitirle seguridad.
—No lo perderás, lo prometo.
Xie Lian a veces olvidaba que QingXuan todavía era un joven de dieciocho años al cual le faltaban muchas cosas que madurar. Seguía siendo expresivo, demostrando sus miedos y preocupaciones, así como sus alegrías y seguridades. Quizás era el más inocente, por ser el menor siempre se le protegió ante todo, y ahora parecía ser el primero en afectarse ante cualquier cosa.
QingXuan se apartó mientras asentía, su mirada cambió a una más decidida. —¿Qué necesitas? ¿Puedo ayudarte?
—No...—dijo de forma tajante Xie Lian, debía dejarle en claro que no quería a nadie más ayudándolo en esta ocasión. —Quiero hacer esto solo, lo necesito.
Shi QingXuan hizo un gesto de dolor, pero no volvió a insistir, en su lugar cambió de pregunta. —Lian-Ge... ¿Estás bien?
Xie Lian se sorprendió un poco, su sonrisa fue sincera esta vez. —Sí, no te preocupes. Llámame si lo necesitas.
Shi QingXuan sólo lo observó partir, la opresión en su pecho seguía presente, pero decidió confiar en Xie Lian, creyendo que algo bueno saldría de todo aquello.
Lan XiChen veía a un punto muerto, tenía días con su alfa interno bastante inquieto. No se iba a engañar, sabía perfectamente a qué se debía, su motivó en especial tenía nombre, apellido y un fuerte carácter.
El recuerdo de Jiang WanYin lo perseguía por el día con sus memorias y en la noche mediante los sueños. Era lo suficientemente mayor para ser consciente y aceptar que ese omega le había llamado la atención, al principio creyó que se debía a su afinidad, ya que extrañamente su compatibilidad era buena, pero después del último acontecimiento descubrió que no sólo era la parte mental, sino que sus cuerpos, o al menos su alfa interno, lucía más que cómodo con el Jiang, algo extraño sin duda.
Aún no comprendía por que Jiang WanYin lo había besado, pero de no haberlo hecho quizás nunca hubiera descubierto su gusto hacia este. Era demasiado pronto y en realidad no conocía al omega, pero estaba decidido a intentar acercársele. Total, ¿qué más podría ocurrir?
Ansiaba volver a verlo y respirar la fragancia de los lotos, pero reconoció que no era así de sencillo, quizás el omega primero le dispararía antes de poder acercarse a tres pasos de distancia. También había algo en lo que no dejaba de pensar, y esa era en la plática algo peculiar, no comprendió la mayoría, pero no debía ser muy inteligente para descubrir que algo malo le había ocurrido a ese chico. Lan XiChen quería saber más de él, sólo esperaba que el Jiang le diera el permiso de hacerlo.
—¿Qué opina joven Lan?—interrumpió la voz de uno de los comerciantes todo el pensamiento Lan XiChen.
XiChen parpadeó de forma rápida. —¿Sobre qué?
Los hombres se miraron entre sí. —La propuesta de inversión...
Lan XiChen se regañó mentalmente por haberse distraído en la reunión, pero tampoco se culpaba, ya era demasiado tarde y tenía todo el día yendo de reunión tras reunión, además de que pensar en Jiang WanYin era mil veces mejor que prestarle atención a esos hombres que querían tomarlo como a un idiota, como si no notara el lavado de dinero que hacían y la forma como evitaban pagar ciertos impuestos. El Lan no había nacido ayer, todo aquello lo sabía como si se tratara de la palma de su mano, porque claramente ellos hacían lo mismo, pero mejor y sin error alguno.
—Oh—el alfa recuperó su compostura y sonrió gentilmente. —Me gustaría leer el informe con más calma, para mañana tendré una respuesta no se preocupen caballeros.
—No hay prisa joven—dijo uno de los hombres entre risas—Se nota qué hay algo más importante en su mente que esta junta—sus palabras insinuantes le desagradaron a XiChen, pero no lo demostró. —¿Será acaso una cosa interesante?, por ejemplo... ¿un omega?
Lan XiChen les mando una mirada de advertencia, sabía que esos sujetos sólo querían indagar en su vida privada para en un futuro intentar usarlo en su contra. Era normal, no era la primera vez que sucedía, pero no por eso era aceptable. Además, la forma como había dicho la palabra "omega" no le agradó, pues su tono estaba lleno de morbo y era despectivo, como si se tratara de algún objeto cualquiera.
El alfa escuchó a más hombres de la sala reír, si no fuera por negocios quizás ya se hubiera marchado, aunque empezaba a creer que ni siquiera aceptaría el trato.
—Mis relaciones y el trabajo siempre se mantienen separadas—dijo el Lan colocándose de pie sin intenciones de permanecer un minuto más en esa habitación. —Tengo mucho trabajo, si me disculpan debo retirarme.
Todos los hombres se despidieron aceptando su retirada. —Esperamos que mañana pueda decidir y aceptar nuestra propuesta.
Lan XiChen les dio un último vistazo. —Claro.
El alfa salió del elegante edificio y subió al auto que ya estaba listo para partir, por fin había terminado con sus deberes, por lo que ya podría regresar a la residencia y ver cómo estaba el resto; no sabía nada de Xie Lian, confía en que QingXuan lo cuidaba, pero debía seguir al pendiente por cualquier cosa. XiChen suspiró y miró la hora, suponía que Lan WangJi seguía haciendo su parte del trabajo, tampoco le esperaba, ya que quizás se iría a un hotel para pasar la noche con WuXian, aunque los últimos días si había estado durmiendo en la residencia con ellos.
Lan XiChen miró por la ventanilla, su mente lo llevó a recordar unos fieros ojos junto a un deleitable aroma. El alfa sonrió y negó divertido al ver todos los estragos que causaba Jiang WanYin en su persona. Literalmente sólo necesitó de un beso para quedar cautivado.
Lan WangJi tenía una mirada helada, estaba de mal humor ya que aún no había podido encontrarse con su omega, encima de eso debía estar haciéndose cargo de los atrasos en los pagos, lo único bueno es que iría a dos lugares más después de ese, de ahí podría llamar a WuXian. Los recientes días no habían podido encontrarse, pero seguían en constante comunicación, ambas partes gustaban de mandarse mensajes un tanto cursis o incluso algo calientes, en especial Wei WuXian, quien no dudaba en mandar fotos provocativas a Lan WangJi en los momentos menos esperados.
El alfa veía al montón de gente en el club, su predilección seguía siendo trabajar con la menor cantidad de gente posible, aunque también debía realizar actividades como esta, donde necesitaba enfrentarse al gentío del lugar.
Incluso con la gran cantidad de personas Lan WangJi reconoció a alguien en específico, y parecía que este le miró de igual forma, ya que se acercó de manera discreta.
—Lan WangJi—dijo el alfa de ropa negra.
—He Xuan—respondió el Lan. —¿Está aquí-?
—No—le interrumpió He Xuan sin dejarlo hablar, porque claramente ya sabía lo que este iba a preguntarle. —Wei WuXian no está aquí, sigue pendiente del problema de su hermana.
Lan WangJi asintió, ya lo suponía debido a que no sentía a WuXian cerca, pero nunca estaba de más preguntar. Era el único motivo por el cual se había acercado a He Xuan, ahora ya no tenía nada que decir, y no es como si el otro alfa luciera con intenciones de iniciar una conversación amistosa, sin embargo, sí parecía querer decir algunas cosas.
—¿Los Wen han intentado algo con ustedes?
Lan WangJi negó. —Todo está muy tranquilo, demasiado.
—Tengo un mal presentimiento—dijo He Xuan mirando entre las personas.
Lan WangJi no lo diría, pero su alfa interno también estaba demasiado agitado, sentía que algo no andaba bien. Y había algo en específico que le preocupaba más que nada.
He Xuan miró de reojo al Lan. —No podemos bajar la guardia.
El Lan estuvo de acuerdo, incluso recientemente se sentía vigilado. Miró la hora y supo que era momento de retirarse al siguiente establecimiento.
—Bueno, tú pareces estar trabajando, no te interrumpiré más—dijo He Xuan antes de dar media vuelta y alejarse.
Los ojos dorados observaron a He Xuan dirigirse a la barra, esa había sido una muy extraña y breve conversación para Lan WangJi, jamás pensó cruzarse de forma tan pacífica con cualquiera de los demonios.
El Lan estaba a punto de retirarse cuando sintió de nuevo una mirada sobre él, inconscientemente tentó el arma de su cinturón, estaba más que listo para sacarla en cualquier momento, sin embargo no fue necesario, pues todo se mantuvo en orden. Aun sintiendo la amenaza, Lan WangJi prosiguió con su trabajo.
Xie Lian miró el desolado lugar, todo estaba limpio y en perfecto estado, pero aun así daba la sensación de estar en abandono. Se encontraba en un área casi desolada del distrito uno, muy pocos conocían esa ubicación, y las personas que lo hacían era porque claramente estaban en malos pasos, o al menos sus manos no estaban del todo limpias.
Xie Lian esperó en el recibidor con paciencia, sólo cuando miro esa figura familiar se puso de pie.
—Joven Xie Lian—dijo el beta de enfrente.
Xie Lian entrecerró los ojos. —Señor Mei NianQing
El hombre le sonrió mientras le miraba con curiosidad. —Es extraño que vengas a visitarme, hace mucho que no veía tu rostro. ¿Qué haces por aquí?
Xie Lian quería saltarse toda esa falsa cordialidad, ya que si alguien buscaba a NianQing solamente debía deberse a una cosa. —Sabes la razón por la cual he venido.
El beta se rio un poco y le miró. —Parece que la venda por fin se ha caído de tus ojos.
—Necesito revisar los expedientes de algunos trabajos de Jun Wu—declaró Xie Lian en voz alta, sabía que cualquier cosa que Jun Wu había hecho en el pasado se encontraba guardado en ese lugar. —Sé que tú eres el encargado de cada uno de sus registros.
Mei NianQing tenía una apariencia tranquila, era una persona grande que aparentaba ser más joven, pero Xie Lian tenía años conociendo su existencia y sabiendo su trabajo, después de todo el mismo Jun Wu los había presentado en algún punto de su vida. No creyó que sería tan útil como ahora.
NianQing se cruzó de brazos. —¿Y por qué crees que te dejaría verlos?
—¿Debo tomarlos a la fuerza?—cuestiono Xie Lian con un tono de voz bajo, suplicaba no utilizar la fuerza bruta, pero si el beta no cooperaba no tendría otra opción.
NianQing rio nuevamente mientras levantó ambas manos. —Yo no soy un perro guardián, ven, acompáñame.
Xie Lian suspiró aliviado al ver que irían por el camino fácil, lo peor que hubiera pasado es que NianQing hubiera dado la alarma, pero aparentemente ese no sería el caso. El omega lo siguió hasta un gran cuarto donde los archiveros se extendían por todo el lugar.
El beta señaló el montón de documentos. —¿Por dónde quieres iniciar?
Chapter 37: Capítulo 36. Demonios.
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El extraño humo se esparcía con rapidez por toda la zona, su peculiar aroma de ginseng delataba el mal augurio que le acompañaba. Fuera de la fábrica abandonada una tormenta caía sin aviso, el viento parecía gritar y el agua golpeaba con fuerza. Los dos jóvenes omegas ocultos en los conductos de ventilación jadeaban desesperados, sabían que debían escapar cuanto antes o terminarían muertos, esos malditos perros parecían sabuesos siguiendo su aroma. Los ajetreados pasos en su dirección les avisaban que su tiempo límite estaba por terminarse.
—Están cerca—dijo Jiang WanYin entre jadeos, su rostro tenía un ligero rubor y varias gotas de sudor caían por su frente.
Wei WuXian, quien estaba a unos metros, buscaba algo con desesperación entre sus ropas.
—Maldita sea—se quejó pasándose una mano por el cabello. —No traje ningún supresor.
WuXian sintió algo ser lanzado en su dirección, el omega reaccionó tomándolo por acto de reflejo. Era una jeringa, el color del contenido le indicaba que se trataba de un supresor inyectable, lo más rápido con lo que podían contar para bajar ese incómodo calor que empezaba a crecer. El omega miró a su hermano que tenía el ceño fruncido.
Jiang WanYin le reprendió. —¿Por qué nunca haces lo que te dicen?, siempre debes de traer más de un supresor.
Eso decía su madre, las palabras de Yu ZiYuan resonaron en su mente:
"Como omegas deben cargar con más de un supresor siempre, esto es vital si quieren tener éxito y evitar problemas".
Esas palabras le perseguirían por el resto de su vida, Jiang WanYin atesoraba cada lección que su madre les había brindado, ahora que estaban solos debían ser más fuertes y aferrarse a esos aprendizajes para poder sobrevivir.
El sonido cada vez estaba más cerca, los sujetos que les perseguían los atraparían en poco tiempo si no se movían.
—Ya vienen, tendremos que separarnos—dijo WanYin mientras se apoyaba disimuladamente en la estructura de metal para no caer. Estaba claro que no podrían salir juntos o todo se arruinaría.
Wei WuXian aplicó la inyección sin dudar de forma rápida, en cuanto lo hizo miró a su hermano y preguntó: —¿Nos encontraremos con Hua Cheng?
Jiang WanYin asintió con seguridad. —Ahí estaré.
Ambos omegas se miraron una última vez antes de tomar caminos por separado, Jiang WanYin sentía su respiración agitarse más, su cuerpo le pedía parar, pero debía darle más tiempo a su hermano, no podía detenerse, no ahora.
—¡Jiang Cheng!
El omega pegó un pequeño brinco por la sorpresa, su hermano estaba casi encima suyo intentando mostrarle una imagen del móvil.
—Mira que linda se ve—dijo WuXian colocando la pantalla delante de su rostro.
En la imagen se podía apreciar a una joven con la mirada algo perdida, pero tenía una expresión dulce y tenue sonrisa. Jiang YanLi estaba sana y salva, aparentemente el contacto de Mo XuanYu había cumplido con lo acordado, y no solamente eso, sino que había logrado sacar a las dos chicas y aún las mantenía bajo su protección por cualquier cosa. El hecho de que también Luo QingYang estuviera con la joven Jiang calmaba en sobremanera a los dos lotos del sur.
—Me alegra que las sacaran a tiempo—murmura WanYin admirado a su bella hermana por unos segundos más.
A pesar de que Jiang YanLi estaba a salvo, Wei WuXian aún se sentía preocupado. —Igual no es seguro, XuanYu dice que los siguen intentando rastrear, quien sea que la busque no se ha rendido.
WanYin frunció el ceño, debían descubrir quien amenazaba a su hermana o jamás podrían estar en paz. Pero no era tan sencillo, la persona que planeó todo aquello pareció tener cuidado de no cometer ni un error. Esa situación estaba agotándolos, no podían pasar toda su vida jugando al gato y al ratón.
—Me pregunto si está mejor lejos de nosotros—dijo en voz baja WuXian soltando un suspiro.
Jiang WanYin comprendía a lo que se refería su hermano, y es que desde hace un tiempo cualquier parte parecía ser un campo minado, pues con un pequeño pinchazo una explosión gigantesca detonaba y arrasaba con todo.
—En este punto creo que cualquier lugar es peligroso para ella—concordó WanYin.
WuXian le miró de reojo y con mucho cuidado preguntó. —¿Crees que deberíamos tráela?
El Jiang incluso lo meditó por unos segundos, pero la idea seguía sin convencerle. Si bien, YanLi no estaba del todo segura, tampoco era como si a su lado lo estuviera más, no en ese momento por lo menos.
—Las cosas están un poco turbias, primero resolvamos todo y después decidimos donde es mejor dejarla.
WuXian asintió comprendiendo aquellas palabras, no quería exponer a YanLi, pero mentiría si dijera que no la quería traer con ellos. Le hacía ilusión convivir con su JieJie así como en el pasado, antes de que todo cayera sobre sus cabezas y se vieran orillados a tomar duras decisiones.
—Jiang Cheng...—susurró Wei WuXian aún con los ojos puestos en la foto de YanLi. —¿Crees que algún día volvamos a ser la familia que éramos antes? ¿Crees que... ella mejore?
Jiang WanYin abrió la boca, pero la volvió a cerrar, no tenía una respuesta para eso, porque también se preguntaba lo mismo día con día. Quería saber si llegaría a un punto donde superarían todo y volverían a tener la paz que sentían años atrás. Pero algo dentro de él le decía que era casi un imposible.
—No lo sé—terminó respondiendo WanYin, había un nudo en su garganta que se negaba a irse—, pero eso es lo que más deseo.
Ambos hermanos quedaron en silencio, el único ruido perceptible fueron los pasos a sus espaldas. WuXian giró su cabeza para descubrir al recién llegado.
Claro que el omega no perdió ni un segundo para empezar con sus provocaciones molestas. —Al fin te dignas a salir, creí que nunca volvería a verte la cara.
—Cállate, eres la última persona que quiero escuchar.
Hua Cheng no se veía de humor, había estado inconsistente recordando tantas cosas, tanto buenas como malas, que a pesar de estar acostado varios días sentía un agotamiento mental. Su alfa interno tampoco estaba de humor, había una necesidad extraña en su interior consumiéndolo por completo, era casi asfixiante. El alfa apenas sabía de los recientes acontecimientos, Wen Qing le platicó lo más vital para mantenerlo al tanto en cuanto recuperó la consciencia, las intenciones de la Wen eran dejarlo en cama por más días a pesar de estar consiente, pero estaba claro que Hua Cheng no le haría caso.
—¿Wen Qing dejó que te levantaras?—cuestionó WanYin tratando de impedir un conflicto, tampoco estaba de ánimos para escucharlos discutir a aquellos dos.
Hua Cheng miró hacia un lado. —... sí.
—No, no lo hizo—WuXian tenía una mueca de diversión, era obvio que la alfa todavía no le daba la autorización de andar por ahí como si nada, no después de que estuvo inconsciente durante cuatro días.
—No tengo tiempo para estar acostado en una cama—se quejó Hua Cheng.
—¿Y si estuvieras acostado en una cama con Xie Lian?—picó con burla WuXian. —Apuesto que ahí sí tendrías tiempo de sobra.
Hua Cheng le miró de forma acusadora, señaló a WuXian y preguntó al Jiang. —¿Por qué está aquí?, pensé que estaría con el Lan.
WuXian hizo un puchero, pero no por las palabras de Hua Cheng, sino por recordar a Lan WangJi, al cual no tenían tiempo para ver.
—Quizás Lan WangJi ya se cansó de él—dijo WanYin para fastidiar a su hermano, quien no tardó en pegar un brinco de inmediato.
—¡Claro que no es eso! Él tiene trabajo y yo sigo con lo de mi JieJie, no se puede todo en esta vida—en ese momento el móvil de WuXian sonó en un chirriante timbre anunciando un mensaje, por su enorme sonrisa los dos presentes pudieron predecir de quien se trataba. —Y hablando de mi hermoso alfa.
Wei WuXian no perdió el tiempo para comenzar a leer en su mente el mensaje de Lan WangJi, parecía que automáticamente el ambiente alrededor del omega se había pintado de color rosa con algunos corazones.
Jiang WanYin sintió náuseas con solamente verlo, poniendo los ojos en blanco empujó a su hermano. —Agh lárgate a otro lado si vas a mandarte mensajitos cursis, no quiero ver tu cara con esa asquerosa sonrisa.
WuXian rio y le miró con burla, el omega alzó una ceja. —¿Quién dice que son mensajes cursis?
Su insinuante mirada pervertida sólo provocó arcadas aún más grandes en Jiang WanYin. —Que asco.
Hua Cheng se alejó de ambos omegas. —Necesito un trago.
Wei WuXian se levantó con bastante energía de su lugar. —Me voy, debo mandar un mensaje de buenas noches a Lan Zhan y eso no lo pueden presenciar los niños.
El omega guiñó un ojo y salió corriendo antes de que su hermano le arrojara algo a la cabeza.
WanYin se golpeó la frente con frustración. —¡Es imposible!
El descaro de Wei WuXian no tenía límites, era obvio que el omega sabía lo que pensaba Jiang WanYin del Lan; para empezar, tenía un poco de desprecio al alfa por haber marcado a WuXian sin que este le diera su permiso, además de que por él Wei WuXian le llegó a mentir más de una vez. En pocas palabras no le agradaba en lo absoluto.
Pero era la pareja de su hermano, no había nada que pudiera hacer, más que soportarlo. Lo único que le tranquilizaba era ver lo feliz que estaba WuXian y que Lan WangJi parecía preocuparse bastante por el omega revoltoso. Confiaba en que el alfa sabría cómo tratar y hacer feliz a su hermano, de lo contrario Jiang WanYin debería tomar cartas en el asunto.
—Sólo ríndete—dijo Hua Cheng al ver el rostro lleno de molestia por parte del Jiang. Queriendo distraer su mente preguntó: —¿Dónde está He Xuan?
WanYin se encogió de hombros. —Salió, apenas si le hemos visto la sombra estos días.
—En cuanto regrese nos reuniremos para acordar lo siguiente, con los colmillos de nuestro lado será más fácil sacar a Jun Wu de la movida, y todavía nos queda un asunto pendiente con los Wen.
El alfa lucía tranquilo mientras bebía vino en una copa. WanYin entrecerró los ojos, el omega no era como el resto, que aparentemente, ya creían casi a ciegas en las personas que en un principio intentaron matarlos.
No, Jiang WanYin no podía fiarse de ellos así de fácil.
—¿En verdad confías en esos sujetos?—preguntó el omega.
Hua Cheng lo miró y asintió sin dudar. —Sí, lo hago.
El lugar rebosaba de vida, estaba en su mejor punto de la noche, todos bailaban al ritmo de la música y bebían como si no hubiera un mañana. Las luces cambiaban de color y los aromas mezclados sólo incitaban a una cosa: sexo.
He Xuan estaba en la barra, bebía de forma tranquila, quería distraer su mente, lo necesitaba. Los últimos días se la pasaba fuera, bebía un poco e incluso observaba algunas betas del lugar con intenciones de calmar a su alfa interno, aunque al final nunca lograba concretar nada. Parecía que la falta de aroma le incomodaba, cuando en el pasado eso nunca fue ningún impedimento, de hecho lo agradecía.
Pero ahora era diferente, su alfa parecía buscar un aroma en específico. El de un omega.
He Xuan apretó sus puños cuando una voz molesta llegó a su mente. Intentó ignorarla, pero persistía sin rendirse. Esa noche había estado a punto de preguntarle a Lan WangJi sobre QingXuan, pero se contuvo al notar la estupidez que estaba a punto de cometer. Agradecía de que el Lan se marchó de forma rápida, así podría seguir disfrutando de su noche.
—¿Quieres compañía?
El alfa giró su cabeza para ver a un joven menudo, tenía una apariencia jovial y su piel bronceada era linda. El aroma dulce de las fresas le indicó que se trataba de un omega.
He Xuan estuvo a punto de negarse, pero al darle un segundo vistazo creyó que quizás ese joven era justo lo que necesitaba para apaciguar a su alfa. Se quedó callado, logrando que el omega lo tomara como sí para sentarse a su lado.
—¿Me dirás tu nombre?—cuestionó el chico.
—No es necesario—dijo He Xuan haciendo un gesto para que le sirvieran un trago al omega.
El joven sonrió gustoso en cuando le ofrecieron la bebida, no parecía molesto de no conseguir el nombre por parte del demonio.
—¿Quieres saber el mío?—volvió a preguntar una vez que dejó de beber.
—La verdad no.
El omega permaneció con su sonrisa, era obvio que él también buscaba algo de He Xuan. De hecho, fue más directo.
—Bien, ¿será en tu casa o en la mía?
He Xuan le miró de reojo. —En la tuya.
El joven terminó de beber y se puso de pie extendiendo su mano al alfa. He Xuan también terminó de beber antes de incorporarse. No tomó la mano del omega, pero le siguió de cerca. Su roma no le provocaba nada realmente, sin embargo, estaba decidido a sacar de su mente las notas de vainilla que persistían en llevarlo a una noche en específico.
Alfa y omega salieron del club, por fuera reinaba la noche y muy pocas personas transitaban. En cuanto salieron, He Xuan captó algo de movimiento, no sería tan extraño si fuera de día, pero a esas horas sí que era poco usual que un grupo de personas se reunieran no muy lejos de ahí, en lo que parecía ser un lugar más discreto.
Lo más extraño es que He Xuan pareció reconocer a una de las personas, o al menos su voz se le hizo ligeramente conocida.
—¿Vendrás o no?—preguntó el omega jalándolo de su brazo al ver que se había detenido.
He Xuan le dio un vistazo. —Tendrás que conseguir a alguien más para follar esta noche.
El omega lo miró incrédulo. —¿Qué?
He Xuan se zafó del agarre del omega para empezar a alejarse. —Largo.
Parecía que el joven no se rendiría tan fácilmente ya que comenzó a seguirlo. —Pero...
He Xuan le miró mal, si ese omega le seguía seguro terminaría muerto. —Dije largo.
Esta vez He Xuan liberó un poco de su aroma para advertirle que se mantuviera a raya. El omega frunció el ceño con molestia.
—Tampoco eres para tanto—bramó dando media vuelta. —Que asco de alfa.
He Xuan no le importó nada lo que dijo el chico, sólo se aseguró de que se alejara lo suficiente antes de ir en dirección donde había escuchado tanto alboroto.
Dos establecimientos después del club había una calle algo angosta y solitaria. Varios carros se encontraban encendidos con los motores listos para partir. Fuera de ellos un grupo de personas hablaban con inquietud, por la falta de aroma He Xuan supo enseguida que se trataba de algunos betas.
El alfa se acercó de forma lenta y permaneció en un lugar oculto, no podía ver mucho, pero si lo suficiente. Si bien no reconocía a la mayoría había una voz algo familiar, aunque aún no recordaba de donde, ya que al mismo tiempo sentía que nunca había escuchado a esa persona. Su instinto le decía que esos sujetos no estaban ahí con buenas intenciones.
—¡¿Cómo que no lo hiciste?!—gritó esa voz ligeramente conocida.
La siguiente voz que se alzó fue totalmente ajena para He Xuan, pero aun así escuchó atento.
—Se dio cuenta, no pude hacer nada. Él es... aterrador...
—¡Tienes un sedante que puede derribar a un elefante! ¡¿A qué mierda le tienes miedo?!—la agresiva voz cada vez se escuchaba más alterada. —¡Dame eso! ¡Son unos inútiles, tendré que hacer todo el trabajo yo solo!
—Pero ya se ha ido...
Lo siguiente dejó helado a He Xuan.
—¡¿Y qué esperan para ir detrás del Lan?!
He Xuan abrió sus ojos con asombro. Debía salir de ahí y avisar a alguien sobre aquello. No habían especificado a cuál de los Lan se referían, pero parecía que la respuesta era obvia; sólo uno de los Lan había pasado por la zona esa noche y era Lan WangJi.
El alfa estaba por dar media vuelta cuando sintió un fuerte golpe en la cabeza que lo aturdió. He Xuan sacudió la cabeza tratando de concentrarse, su instinto lo llevó a atacar, sin embargo su oponente parecía esperarlo, incluso conocía sus movimientos, ya que los esquivó con facilidad para colocarse por detrás del alfa, apenas dio un paso cuando sintió un punzante dolor en su costado que lo llevó a arrodillarse. Había un cuchillo enterrado hasta la guarda, la sangre tibia no tardó en salir para comenzar a extenderse por su camisa.
—No te muevas o el veneno irá más rápido.
El alfa levantó la vista para delinear el rostro de su atacante. He Xuan mostró molestia cuando reconoció a la persona que acaba de apuñalarlo por la espalda. —Tú...
—Sí, yo...—el cuchillo fue retirado con brusquedad del cuerpo del alfa—Aguas Negras, no debiste estar aquí.
He Xuan quiso responder, pero no pudo, todo se volvió borroso, en un par de segundos el alfa se sintió entumecido y después no hubo más nada.
La típica sensación cálida era reemplazada por un frío incómodo. De la nada todo se volvía borroso, esa clara conexión entre él y su alfa estaba decayendo, tanto que se sentía desaparecer. El corazón del omega se aceleró y su omega interno saltó lleno de miedo. Lo estaba sintiendo, su destinado no estaba bien.
—¡Lan Zhan!—WuXian se sentó de forma brusca en su cama respirando con fuerza, en su pecho había una opresión, sentía que su lazo menguaba, siendo una clara señal de problemas. —Lan Zhan... no, no, no, no.
Lo primero que hizo fue intentar llamarle, pero el desvió de llamada sólo terminó incrementando su preocupación. Se levantó rápidamente para salir con la desesperación de buscar al Lan. Su omega interno sabía que necesitaba de su ayuda. No comprendía qué pasaba, hace unas horas habían hablado como de costumbre y todo estaba en orden. Lan WangJi le dijo que iba en camino a la residencia de Jun Wu, pero aparentemente nunca llegó.
Debido a todo el ruido provocado por sus pasos el resto salió para encontrarse con él. Le miraron con curiosidad y preocupación al ver lo pálido de su rostro.
—¿Qué te pasa?—preguntó WanYin acercándose a su hermano mientras lo sostenía de los hombros para frenar un poco sus movimientos.
—Algo no anda bien—dijo WuXian con voz ronca, parecía a punto de llorar. —Casi no siento a Lan Zhan.
Hua Cheng, quien había llegado pocos segundos antes, escuchó todo. En cuanto WuXian hizo el primer amago por alejarse el alfa le retuvo.
—¿A dónde vas?
—¡Debo ir a buscarlo!—gritó desesperado al ver que todos parecían querer detenerlo.
—WuXian tranquilízate, no sabes ni siquiera a dónde ir, vas a desperdiciar tiempo—dijo Hua Cheng impidiendo que saliera. —Contactemos a los colmillos y veamos si saben algo al respecto, por mientras busquemos por los lugares donde debió de estar, quizás alguien vió algo.
Con eso por fin logró apaciguar al omega y ganar un poco de tiempo. Pero Hua Cheng sentía que las malas noticias apenas iniciaban.
Los dos lotos del sur salieron del club, WanYin veía a su hermano de forma disimulada, tenía una apariencia decadente, se veía aturdido y a cada minuto empeoraba más.
Una vez fuera se reunieron con Hua Cheng, que apenas terminaba de cortar una llamada.
—Lan XiChen ya tiene a varios hombres buscando a Lan WangJi, parece que encontraron el vehículo donde viajaba el Lan volcado de camino a la residencia y algunos de sus hombres muertos—informó el alfa mirando a WuXian, el menor negaba ante las noticias, parecía que ya no quería seguir escuchando nada de lo que salía de la boca de Hua Cheng.
En menos de un segundo una nueva llamada entró, era Wen Qing. Hua Cheng se alejó para contestar, Jiang WanYin miró de nuevo a WuXian, esta vez le tocó por la espalda para intentar consolarlo.
—WuXian...
—Esto sintió él...—murmuró el omega en voz baja.
Jiang WanYin no comprendió. —¿A qué te refieres?
Los ojos grises se llenaron de lágrimas. —Cuando nos enlazamos, yo hice de todo para no sentirlo... esto debió sentir él, nuestro vínculo debilitado... me acostumbré tan rápido a tener su presencia que ahora... siento que duele el no tenerlo, me asusta no saber cómo está. Lan Zhan debió sentir algo parecido...
Esos días del pasado WuXian había estado tan drogado que apenas si recordaba algo, mientras él estaba mentalmente inconsciente Lan WangJi había estado ansioso al no sentirlo, ahora el escenario cambiaba, dejando a un Wei WuXian a la deriva por no sentir a su pareja. Aunque la situación obviamente no era la misma, empezando por el hecho de que en ese entonces el omega quería ocultarse de Lan WangJi, por consecuencia el alfa sabía que WuXian se alejaba por elección y estaba bien de cierta forma. En este caso había un tercero involucrado, el cual se había llevado al Lan y amenazaba la vida de ambos.
—Vamos a encontrarlo entre todos, no morirá—dijo WanYin rodeando a WuXian con un brazo.
—Jiang Cheng... Tengo miedo... —WuXian se encontraba tan sensible que aceptó el gesto compasivo de su hermano como si se tratara de un pequeño niño asustado en busca de refugio.
El Jiang se alejó un poco para mirar a su hermano a la cara. Sabía que Lan WangJi era alguien importante para WuXian, pero ahora parecía tener más visibilidad de esa unión entre ambos. Si alguien lastimaba al Lan lastimaría a Wei WuXian. Y eso no lo podía permitir Jiang WanYin.
—Quizás ya podamos llamar a He Xuan para pedir más ayuda—intentó animar WanYin marcando nuevamente el número de su compañero, pero una vez más no recibió respuesta. El omega chasqueó la lengua, no era normal que He Xuan hiciera eso, solía salir a menudo, pero siempre respondía, aunque en todo lo que iba de la noche no había dado señales de vida. —No logro contactar con él.
—Y no lo lograrás—dijo Hua Cheng acercándose con una cara llena de más malas noticias. —Encontraron a He Xuan apuñalado, perdió mucha sangre y está inconsciente, parece que es a causa de un veneno. Los hermanos Wen acaban de ir a su encuentro.
Ambos omegas lo miraron asombrados. Lan WangJi había desaparecido y ahora He Xuan estaba herido. Esa noche sólo iba de mal en peor.
—¿Quién pudo herir a He Xuan?—se preguntó el Jiang, ese alfa no era alguien descuidado. En definitiva sólo había una explicación lógica, debieron tomarlo por sorpresa.
Hua Cheng también parecía meditar al respecto. —De haber querido lo hubieran matado.
—O quizás pensaron que sí moriría—susurró WuXian con la mirada baja. —¿Qué está pasando?
Hua Cheng suspiró. —No lo sé, pero lo resolveremos. Los Wen se encargarán de He Xuan, en cuanto a Lan WangJi...—el alfa miró al Jiang buscando algo.
—Tengo el equipo intentado rastrear a Lan WangJi, debo conseguir algo, quien sea que se lo haya llevado debió cometer algún error—aseguró el omega, pero siendo honesto sabía que su técnica de rastreo no era la mejor ni la más rápida. Sin embargo pensó en alguien que tenía una gran fama y hace poco lo había visto trabajar. —Shi QingXuan, ese chico puede rastrearlo más rápido.
Hua Cheng asintió. —Lan XiChen de seguro ya les dijo al resto, lo mejor será encontrarnos en algún lugar para juntar todo lo que tenemos.
El alfa sabía que el tiempo se les agotaba, también estaba algo ansioso al no tener ninguna respuesta de Xie Lian. Quien sea que decidió atacar lo había hecho en su momento más vulnerable.
Los tres presentes se encaminaron y subieron a un auto, Hua Cheng iba al volante, recién habían avanzado un poco cuando el móvil de Wei WuXian sonó. El omega lo tomó con desesperación, pero al ver la pantalla su rostro perdió lo último se sangre que tenía.
—¿Quién es?—preguntó su hermano.
El miedo en WuXian era más que evidente, esas últimas horas el omega se había vuelto un libro abierto revelando todas sus emociones con un simple gesto.
—WuXian, ¿quién es?—repitió más nervioso el Jiang al ver que su hermano sólo miraba la pantalla.
—Mo...—susurró en voz baja.
Jiang WanYin le miró alarmado. —JieJie...
WuXian no perdió más tiempo y respondió. —¿Mo? ¿Qué ocurre? ¿Es sobre mi JieJie? ¿Está herida? ¿Se la llevaron?
El omega le bombardeó con preguntas a XuanYu, pues que algo le sucediera a Jiang YanLi sería la gota que derramaría el vaso para que WuXian entrara en crisis. Tenía un compañero casi al borde de la muerte, su destinado estaba desaparecido y ahora su hermana...
Milagrosamente la respuesta de Mo XuanYu fue negativa. —No, ella está bien.
WuXian suspiró aliviado, tal acción causó que Jiang WanYin se relajara también. Sin embargo, algo andaba raro al otro lado de la línea. Para empezar escuchaba bastante movimiento y algunos jadeos de cansancio.
—¿Te encuentras bien?—preguntó WuXian con temor, todo empeoró cuando escuchó el sonar de un disparo al otro lado. —¡¿Mo?!
Jiang WanYin y Hua Cheng lo miraron esperando algo, parecía que incluso ellos habían alcanzado a ir la detonación.
—¿Qué está pasando WuXian?—preguntó con apuro Hua Cheng.
El sonar de la respiración agitada al otro lado de la llamada aumentó, además de que hubo un quejido por parte de Mo XuanYu. —Escucha, no tengo tanto tiempo—el omega jadeaba fuertemente. —Él tiene al segundo Lan.
WuXian sentía que no podía procesar absolutamente nada. —¡¿Quién lo tiene?!—un segundo disparo sonó. —¡Mo!
Ya no escuchó a Mo XuanYu, en su lugar apareció otra voz.
—Se acabó el juego rata escurridiza.
Tres disparos consecutivos y con ello la llamada concluyó.
—¡Mo!—WuXian miró a Hua Cheng. —¡Cambia de dirección, debemos ir al taller de Xue Yang!
El chirrido de las llantas y el olor a neumático quemado surgieron en cuanto el auto de Hua Cheng llegó al viejo taller mecánico.
Parecía estar solo, no había ni una sola persona rondando por el lugar. La entrada estaba un poco destruida y había algunos rastros de balas, los casquillos yacían sobre el suelo mientras que las paredes tenían la pinta de haber sido víctimas de un ataque. El primero en entrar corriendo fue We WuXian, el interior estaba hecho un caos, por el suelo y algunas mesas se podían ver manchas de sangre. Sin duda hubo un enfrentamiento en ese lugar.
—¡Mo!—gritó WuXian esperando alguna respuesta, pero sólo escuchó su eco resonar.
Hua Cheng revisó algunas de las habitaciones donde solían guardar el equipo, pero no había nada de armamento, habían saqueado el lugar por completo. Los lotos del sur recorrían todo con la vista, por fin, detrás de un estante polvoriento WuXian miró algo. Se alcanzaban a ver el calzado de alguien.
—¡Mo!—gritó el omega mientras corría en su dirección.
En cuanto llegó se situó a su lado, el cuerpo del joven estaba frío y tenía varias heridas de bala, tres en específico se ubicaban en el centro de su pecho. Los ojos seguían abiertos y tenían una expresión de miedo. En su mano aún reposaba parte de su móvil que parecía estar destruido a la mitad por un disparo.
—Mo...—WuXian temblaba a su lado, sabía que llegaría tarde, pero encontrarlo en ese estado seguía siendo impactante.
Aunque quisieran ninguno de ellos podía hacer algo, era demasiado tarde. Lo único que pudo hacer el omega fue cerrar los ojos del joven y bajar la cabeza lamentando todo en silencio.
Jiang WanYin se aproximó a sus espaldas de forma lenta. —Él...
—Está muerto...—concluyó WuXian tallando sus ojos. —¡Maldición!
Mo XuanYu les había ayudado desde hace tiempo, y ahora recientemente con lo de su hermana, todo para que el omega muriera. Y estaban seguros que había terminado de esa forma por haberlos ayudado. Una vida inocente se había perdido. El joven que varias veces les recibió con una sonrisa y amabilidad, aquel que ocultó su secreto y demostró su fidelidad incluso hasta el final se había ido. Un aliado para algunos y un amigo para otros.
Hua Cheng veía a los dos omegas en silencio, se mantenía un tanto alejado, su instinto le decía que se estuviera alerta, algo no andaba del todo bien. El alfa siguió inspeccionando la zona, en el suelo había algunos botes tirados, al igual que un innumerable de cosas. Con su pie golpeó uno de los botes, su ligereza indicaba que estaba vacío, de forma lenta el bote giró revelando su etiqueta. Una sorpresa se vio reflejada en la mirada del alfa al reconocer de lo que se trataba, parecía que ese había sido el motivo del extraño olor en el ambiente.
—¡Salgan de aquí! ¡Ahora!—gritó Hua Cheng yendo hacia los dos hermanos para jalarlos.
—¡Espera, Mo!—WuXian intentó regresar por el cuerpo inerte, pero el alfa se lo impidió.
—¡No hay tiempo!
Casi como si el alfa lo invocara se escuchó un chasquido en el interior, segundos después una explosión cubrió el lugar.
Hua Cheng empujó a los omegas por detrás del auto para cubrirse, los tres se agacharon cubriendo sus cabezas y miraron el fuego alzarse. Una vez que la parte más fuerte pasó salieron para dar un vistazo.
—Sabían que vendríamos...—dijo Hua Cheng mirando las llamas.
—En verdad buscan eliminarnos—susurró WanYin.
WuXian sólo pensaba en cómo habían usado el cuerpo de Mo XuanYu como cebo para hacerlos entrar. Era simplemente despreciable.
Hua Cheng frunció el ceño. —Ya no tenemos nada que hacer aquí.
—¿Ahora a dónde?—preguntó el Jiang.
—Al club de los Nie—sentenció el alfa. —Nos esperan Lan XiChen y Shi QingXuan ahí.
Ambos omegas asintieron, cada uno con absorto en sus pensamientos.
Nie HuaiSang veía asombrado la escena de enfrente. La última vez había tenido a XiChen y a WanYin ahí en la oficina, pero ahora estaban dos de los colmillos, los lotos del sur y Lluvia Carmesí, la parte más interesante es que ninguno parecía tener intenciones de matarse.
Nie MingJue también estaba en la oficina, el alfa suspiró con cansancio al ver que aparentemente ahora su establecimiento se había vuelto el punto de reunión de ambos grupos, lo cual no era precisamente bueno, ya que donde estaba ellos era seguro que habría problemas.
—Ya comenzaron a moverse—dijo Hua Cheng, se sentía inquieto al saber que ya les estaban dando caza y Xie Lian estaba solo allá afuera, no es como si fuera un indefenso omega, pero con los recientes ataques sin duda era el peor momento para andar solo. En cuanto Shi QingXuan le dijo que el omega había salido desde hace varias horas sintió temor. Pero no debía precipitarse, curiosamente su alfa interno le decía que todo estaba bien, que su omega estaba sano y salvo.
—Lo hicieron rápido y sin dejar rastros, lo de He Xuan, Lan WangJi, Mo y la explosión...—comentó Jiang WanYin recordando cómo incluso habían intentado acabar con ellos hace unas horas. El omega sentía una fuerte mirada sobre él, pero se rehusaba a girar su rostro en aquella dirección, en su lugar permaneció con una apariencia indiferente enfocándose únicamente en sus dos compañeros.
—Aún no entiendo—QingXuan caminaba de un lado a otro tratando de pensar. —Si sus intenciones es terminar con todos... ¿Por qué apuñalarían a He Xuan y se irían sin importarles si estaba vivo o muerto?, además secuestraron a WangJi-Xiong, pero aún no lo matan... o...
En ese momento el omega guardó silencio, el ambiente de la habitación se volvió bastante tenso, inconscientemente todos los pares de ojos se dirigieron hacia WuXian, quien estaba peligrosamente callado en un extremo de la habitación.
Wei WuXian sintió las miradas y declaró. —Lan Zhan sigue vivo...
Él podía sentirlo, Lan WangJi aún permanecía con vida. Su conexión era muy débil y algo difusa, pero no había desaparecido, no aún por lo menos.
—Si me permiten—HuaiSang alzó la voz para llamar la atención de todos. —Yo creo que el responsable es alguien que alguno de ustedes conoce. Pero parece que tiene más empeño en matar a unos que a otros.
—¿Qué quieres decir?—inquirió QingXuan.
HuaiSang se explicó: —Digo, parece que fue muy cuidadoso en su momento para tomar a Lan WangJi, pero no tanto con He Xuan, quizás lo dejó atrás pensando que moriría, si en verdad lo quisiera muerto lo hubiera matado, o al contrario, si lo quisiera para algo en específico se lo hubiera llevado con vida, así como lo hizo con el segundo Lan. Hay algo raro en todo esto... pero no me hagan caso, yo no sé nada...
Las palabras del Nie tenían sentido, aunque aún falta descifrar lo de la explosión, estaba la posibilidad de que ya lo tuvieran planeado para eliminar las pocas pruebas que quedaban y el cuerpo de Mo, y no tanto para matar a los demonios. Tal vez en verdad había sido una muy mala coincidencia, o quizás no.
WanYin lo miró confundido. —¿Quién podría ser?
—Fue Xue Yang—declaró WuXian con una mirada mortal, su rostro se veía oscurecido y su lenguaje corporal avisaba que estaba a la defensiva.
El Jiang se sorprendió por la declaración. —¿Cómo lo-?
No pudo terminar la pregunta ya que el sonar de un móvil le interrumpió.
—Es Wen Qing—avisó Hua Cheng, el alfa demoró unos cuantos segundos hablando antes de finalizar la llamada y mirar a todos para dar la siguiente noticia: —He Xuan está empeorando.
Chapter 38: Capítulo 37. Dragón Blanco.
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Shi QingXuan sentía un temor emergente que sólo se avivó más después de las palabras de Hua Cheng. La noticia de que He Xuan estaba empeorando la había sentido como un golpe en la boca del estómago. La parte racional decía que no debía preocuparse tanto por ese alfa, pero su omega interno no hacía otra cosa más que expresar angustia.
Todos en el lugar tenían posturas tensas y rostros ensombrecidos. Sentirse acorralados no era para nada agradable, en especial cuando eran las dos organizaciones más fuertes las que tenían la soga al cuello.
—WuXian—Jiang WanYin le miró fijamente. —¿Cómo sabes que fue él?
Todos dirigieron su atención a Wei WuXian, pues este hace poco había prácticamente asegurado que el culpable no era otro que Xue Yang.
—Oí su maldita voz al otro lado de la línea—aseveró con una mirada llena de furia, el omega apretó la mandíbula al recordar ese momento, al principio creyó haber escuchado mal, pero mientras más lo pensaba, más seguro estaba. —¡Ese hijo de puta mató a Mo XuanYu y se llevó a Lan Zhan!
—De seguro también apuñaló a He Xuan—murmuró Hua Cheng. —Wen Qing dijo que el veneno en su sangre no es común, sólo alguien como Xue Yang podría encontrar algo tan poco usual como eso.
Desde que Shi QingXuan se enteró de todo lo que estaba pasando sentía un temor casi palpable. Lan WangJi, a quien consideraba como un hermano había desaparecido, y He Xuan... ese alfa estaba al borde de la muerte.
—¿Se salvará?—preguntó con voz temblorosa QingXuan. El omega quería creer con todo su ser que el alfa lucharía y no moriría. Intentado elevar más su voz volvió a preguntar. —¿He Xuan se salvará?
Hua Cheng suspiró, lucía cansado, tal vez su cuerpo aún estaba demasiado resentido por todo, sumado con el estrés sólo empeoraba. —Necesitamos un antídoto, pero no es tan fácil, Wen Qing tiene que fabricarlo.
Shi QingXuan no sabía mucho de venenos o cualquier cosa con referencia al área médica, pero había escuchado de las habilidades de Wen Qing. —¿Podrá hacerlo?
—Claro que puede—dijo Hua Cheng como si ese no fuera el verdadero problema. —Lo que me preocupa es el tiempo con el que cuenta.
Casi como si una luz iluminara a QingXuan, el omega miró esperanzado a Lan XiChen, había recordado algo que podía ser bastante útil,
—BanYue—dijo al alfa en un murmuro. Lan XiChen comprendió enseguida y asintió. QingXuan no demoró ni un segundo más en levantar su voz. —Nosotros conocemos a alguien experta en venenos, quizás podría ser de ayuda.
BanYue era conocida por manejar infinidad de venenos, y si alguien conocía todos esos componentes como la palma de su mano era ella. La chica se volvió prácticamente una especie de prodigio, ya que era muy joven aún, pero muchos la contrataban para sus servicios, uno de esos era Jun Wu, quien la conoció gracias a Xie Lian. El omega la recomendó después de rescatarla hace dos años en un altercado de una organización que la explotaba para la elaboración de fuertes sedantes y diversas toxinas.
Después de eso la chica se vio refugiada bajo la protección de Xie Lian, quien intentó conseguirle una vida lo más tranquila posible, aunque eso no se pudo cumplir del todo. Ya que una vez dentro del bajo mundo era muy complicado salir.
—Cualquier ayuda es bien recibida—expresó Hua Cheng, mostrándose dispuesto a confiar en el apoyo brindado por QingXuan y XiChen.
—Deberemos ir hasta donde se encuentra He Xuan—dijo XiChen algo inseguro, pues no sabía si los demonios estarían dispuestos a revelar la ubicación de su compañero malherido, en especial si este se encontraba en su escondite. Lugar que ellos buscaron por mucho tiempo sin éxito.
—No hay problema—aseguró Hua Cheng. —El tiempo corre, les daremos la ubicación de nuestro hogar para que lleven a esa persona de la que hablan.
Ambos colmillos asistieron, era hora de ponerse en marcha.
—Intentaré reunir algo de información para ustedes—les dijo HuaiSang antes de que todos se marcharan.
Shi QingXuan siguió a Lan XiChen hasta su auto, su plan era ir en busca de BanYue para después ir con los demonios que les estarían esperando. Con el tiempo en su contra debían apurarse, además de que aún faltaba contactarse con la joven, sin mencionar que seguían sin saber absolutamente nada de Xie Lian.
—¿Te ha respondido?—preguntó el Lan mientras encendía el motor, su pregunta no especificó a quién se refería, pero no fue necesario.
QingXuan negó bajando la mirada. —No, le estoy dejando mensajes de todo lo que estamos haciendo y las ubicaciones, pero sigue sin enviar alguna señal.
XiChen suspiró resignado. —Debemos confiar en él, el rastreador que le colocaste no se ha movido de donde mismo.
—Me pregunto qué hará ahí—susurró el omega, no reconocía las coordenadas, y cuando investigaba parecía no haber nada en la zona, pero no era tan idiota para creérselo, sabía que algo se ocultaba, y por eso mismo Xie Lian había tenido tanta urgencia al marcharse. Lo único que no comprendía es que era precisamente eso lo que había obligado a Xie Lian a alejarse justo en esta situación.
—Apuesto que nos lo dirá después—dijo XiChen más tranquilo, el alfa también tenía cierta sospecha del lugar donde podría estar Xie Lian, y no le gustaba para nada a donde lo guiaban sus pensamientos.
—Más le vale—QingXuan sacó su móvil y empezó a buscar entre sus contactos. —Ahora debo llamar a BanYue.
El omega esperó paciente al otro lado de la línea, después de tres tonos obtuvo una respuesta. La voz de la chica era suave y se escuchaba sorprendida por la repentina llamada, después de todo era Xie Lian quien siempre la contactaba cuando requerían de su ayuda en algo.
—BanYue—dijo QingXuan con voz energética. —Tiempo sin saber de ti—el omega miró a Lan y asintió, mostrando que la chica parecía estar dispuesta a darles una mano incluso sin saber aún del problema. —Sí, tienes razón, estamos en problemas y requerimos de tu ayuda ahora más que nunca.
Lan XiChen miró el lugar que marcaba el fin de su camino, hasta ahí llegaba la ubicación que Hua Cheng les había entregado y la verdad es que todo lucía muy... normal.
Un lugar algo grande, pero no demasiado para no llamar la atención, algunos coches en el exterior, todo simplemente común. Pero podía adivinar que el interior debía ser ciertamente más entretenido. Siempre imaginó que se ubican en la zona sur, pero descubrir que estaban en el distrito quince fue más sorprendente. ¿Cómo es que nunca lograron encontrarlos?
En cuanto los tres recién llegados bajaron del auto dos figuras salieron para recibirles. Eran Wen Qing y Jiang WanYin.
QingXuan se hizo a un lado revelando la figura de la pequeña joven. —Ella es BanYue, puede ayudar con el veneno de He Xuan.
Wen Qing entrecerró sus ojos y le dio una mirada de arriba a abajo, después de lo que parecía ser su aprobación asintió y dio media vuelta. —Sígueme.
BanYue miró con algo de inseguridad a la alfa, pero la postura confiada del Shi y el Lan le tranquilizaron.
Jiang WanYin llamó a los dos restantes y les hizo un movimiento de cabeza. —Ustedes por acá.
Ambos comenzaron a seguir al loto, el Jiang parecía querer evitar mirar a uno de los dos en específico, pero con ese duro carácter lo mejor sería no preguntar y permanecer con la duda. Mientras avanzaban QingXuan miraba con intriga las antenas discretamente colocadas alrededor del lugar, estas claramente tenían una función, y no era para mejorar la recepción de internet, eso podía asegurarlo.
—Con razón nunca pude encontrarlos—dijo el menor dejando ver su asombro. —Las antenas del lugar evitaban el rastreo por vía satelital, y no solo eso, de seguro también evitan cualquier otra forma de rastreo, como una barrera, quien tuvo esta idea fue muy brillante, además casi no se notan.
WanYin le miró de reojo, se le podía ver una pequeña sonrisa de satisfacción por las palabras de QingXuan. —También debo de reconocer lo bueno que eres, tardé dos días enteros en desviarte.
Shi QingXuan rio, se sentía halagado de que alguien tan bueno como Jiang WanYin le reconociera su trabajo, sabía que aún le faltaba bastante que aprender, era bueno, pero podía ser mejor. A pesar de que ambos tenían edades similares, la verdad es que el Jiang tenía mucha más experiencia vivida que él, desde infiltrarse hasta esconderse, como si toda su vida se la hubiera pasado haciendo eso. Por otra parte, QingXuan siempre se tomaba casi todo como un juego, ahora veía que el estar tan protegido por parte de Jun Wu le empezaba a perjudicar. Aquellos tiempos donde hacía sistemas de rastreo por diversión para atrapar a los enemigos de Jun Wu no se parecían en nada a lo que ahora estaba viviendo.
El lugar por dentro se encontraba ordenado y tenía un buen estilo, era diferente a lo que estaban acostumbrados los colmillos, pero no por eso era menos atractivo, casi parecía tener la esencia de los demonios impregnada en la zona, todo con colores obscuros y vistosos tapices.
—Me imaginaba este lugar diferente—confesó QingXuan.
El Jiang le miró alzando una ceja. —¿Te imaginabas que vivíamos en un basurero o en las alcantarillas?
QingXuan desvió la vista. —No... o no tan así...
Jiang WanYin terminó guiándolos hasta una oficina donde se encontraban Hua Cheng y Wei WuXian, este último tenía un rostro pálido y la mirada perdida, su aspecto tan lamentable casi asustaba, de no ser por su fuerza de voluntad quizás ya hubiera estado en el suelo inconsciente. QingXuan se sintió mal por WuXian, casi no lo reconocía, esa era otra persona diferente para él.
—Ya están aquí—avisó el Jiang dejándoles pasar.
—Bien...—dijo Hua Cheng, su mirada se vio desilusionada al notar que cierto omega seguía sin aparecer. —¿Xie Lian?
Lan XiChen negó. —No responde.
Hua Cheng suspiró con notorio pesar, sin embargo, recobró la compostura y su mirada se volvió más seria. —Estuvimos investigando en la última zona donde vieron a Lan WangJi, parece que esperaron para atacar en un lugar sin cámaras y cuidaron no dejar testigos.
Shi QingXuan ya sabía eso, pues fue el primero en revisar las cámaras de la ruta para descubrir algo, pero tal como dijo Hua Cheng; no había nada disponible. —Intenté rastrearlo por su móvil, creemos que lo tomaron porque no lo encontramos en ninguna parte del vehículo en el que viajaba, aunque parece que previeron eso, quizás el responsable posee algún equipo para evitar su rastreo, pero aún hay formas de conseguirlo.
Con eso último los ojos grises de WuXian volvieron a brillar. —¿Tienes alguna idea?
—La vía fácil sería por medio de una llamada, me tomaría quizás dos minutos tener su localización exacta.
WanYin bufó ante la propuesta. —¿Y cómo logramos eso? ¿Le diremos que llame para rastrearlo?, no creo que Xue Yang sea tan idiota.
El punto de Jiang WanYin era válido, sonaba casi imposible conseguir algo como lo que el Shi dijo.
—¿Tienes una mejor idea?—le cuestionó Lan XiChen ante su rotundo rechazo por el planteamiento de QingXuan.
WanYin le dirigió una mirada fría al Lan, parecía que con solamente oírlo se había puesto de malas, sus ojos tuvieron una breve lucha por unos segundos antes de que el omega terminara girando el rostro.
QingXuan tragó duro al sentir la tensión entre alfa y omega, lo último que necesitaban era pelear entre ellos, estuvo a punto de dar una nueva propuesta cuando un chirriante sonido se alzó. Todos buscaron la dirección donde provenía el ruido, descubriendo que se trataba de Wei WuXian, el omega miraba con ojos grandes la pantalla de su móvil.
—Es el número de Lan Zhan...—dijo incrédulo.
La boca de Jiang WanYin se abrió por la sorpresa. —Bueno, Xue Yang sí es muy idiota para llamar.
QingXuan no perdió el tiempo y comenzó a buscar equipo para iniciar con su búsqueda, el Jiang también se agilizo ofreciéndole todo lo que podía al menor.
WuXian tragó duro y miró a todos antes de contestar, sus manos sudaban y su corazón palpitaba a gran velocidad. En cuanto descolgó la llamada esa voz tan familiar habló.
—Wei WuXian.
El nombrado sintió el coraje subir por su garganta, no sabía que estaba tan enojado hasta que escuchó ese tono burlón del beta al otro lado de la línea. —Hijo de puta—escupió sin retener su coraje. —¿Dónde te escondes maldita rata?
La risa sólo le provocaba más, pero sabía que esa era la intención de Xue Yang, así jugaba él.
—¿Por qué la prisa?—dijo el beta tranquilo. —El joven Lan está bien... por ahora.
—¡Si lo tocas te mato!—gritó colérico WuXian al no soportar esas evidentes burlas.
Xue Yang volvió a reír: —¿Es así?—inquirió con sorna. —Por como yo lo veo tengo tu vida y la de Lan WangJi en mis manos. No estás en posición de amenazarme Wei WuXian.
Todo el cuerpo de WuXian temblaba del coraje y su respiración se volvía irregular. —Cuando te encuentre lo lamentarás.
—Estás tan cegado por tu lazo que te vuelves tan predecible—dijo Xue Yang soltando un suspiro.
Wei WuXian deseaba tenerlo enfrente para matarlo con sus propias manos. El apretón de WanYin en su hombro le hizo recobrar la calma y recuperar un poco la compostura. QingXuan se veía concentrado mirando la pantalla buscando el lugar de donde salía esa llamada, sólo necesitaba un poco más de tiempo y lo lograría.
Tragando su coraje WuXian preguntó: —¿Por qué haces esto?
—No lo comprenderías—respondió Xue Yang en un tono taciturno. —WuXian, ¿quieres recuperar al Lan?, sigue mis órdenes y podrás volver a verlo.
La expresión de Wei WuXian advirtió a todos en la habitación que no haría nada de lo que ese beta pidiera.
—¿Seguir tus órdenes?—repitió con ironía WuXian. —Puedes irte a la mierda.
La voz de Xue Yang fue clara. —Entonces despídete de Lan WangJi.
—¡Espera!
Los ojos grises se veían aterrados, pero la llamada ya se había terminado. WuXian arrojó el móvil con coraje mientras emitía insultos hacia el beta.
—QingXuan—le llamó XiChen preguntándole con la mirada si había obtenido algo.
Shi QingXuan emitió una especie de quejido. —No alcancé a rastrear bien la zona, el perímetro aún es muy grande. Tengo el cuadrante exacto donde podría estar, pero incluso con eso tardaríamos todo un día buscando, incluso dos si nos ponen trabas, yo... no creo que tengamos tanto tiempo...—Shi QingXuan se sintió terriblemente mal al ver que aún le había faltado tiempo para completar su trabajo, de haberse movido más rápido quizás si lo hubiera logrado. —Lo lamento.
Lan XiChen le hizo un gesto para que no se preocupara, no había sido culpa de QingXuan, la llamada fue muy breve para lo que necesitaban, y posiblemente sería difícil volver a conseguir otra. QingXuan intentó revisar las coordenadas nuevamente, pero la línea de rastreo ya no estaba disponible.
—Incluso si supiéramos dónde está en este instante no serviría de nada, tenemos que acorralarlo y pensar en varias alternativas para cambiar la jugada a nuestro favor—dijo Hua Cheng. —Debemos esperar.
—¿Esperar?—le miró con recelo Wuxian. —¡¿Esperar qué?!
—WuXian no podemos ir sólo así—explicó el alfa. —Todos sabemos lo peligroso que es ese beta, no estamos seguros de que cosas nos encontraremos o si ya se movilizó. Primero debemos ubicarlo bien y en base a eso trazar un plan, no quiero que nadie resulte herido ni mucho menos muerto por apresurarnos. Nosotros tenemos las de perder.
La boca de Wei WuXian estaba abierta, pero ninguna palabra salía, el omega dio varios pasos hacia atrás mientras negaba con la cabeza. —¿Me estás pidiendo que espere de brazos cruzados mientras siento mi lazo con Lan Zhan deshacerse?
Hua Cheng se tocó las sienes, respirando lento intentó acercarse al omega. —WuXian, escucha, sé lo que sientes y-
—¡No, no lo sabes!—gritó irascible, su aroma agrio demostraba lo sensible que estaba en ese momento. —¡Tú no estás enlazado, no sabes lo que estoy sintiendo!
Todos en la habitación se quedaron en silencio, era verdad, los únicos enlazados eran Wei WuXian y Lan Wangji, de ahí en fuera nadie tenía ni una idea por lo que esos dos debían estar pasando en ese preciso instante.
Hua Cheng bajó la vista, su mirada denotaba el reflejo de un dolor lejano. —Pero conozco el miedo de perder a la persona que amas...
QingXuan veía todo como un espectador más, ni el hermano de Wuxian, ni Lan XiChen parecían dispuestos a meterse en esa plática, quizás porque ninguno de ellos compartía un lazo con alguien, tampoco sabían nada de destinados, así que estarían hablando desde la ignorancia, y quizás en vez de arreglar algo sólo lo empeoraría.
Wei WuXian no le respondió, en su lugar dio media vuelta mostrando que estaba dispuesto a irse, incluso si iba en contra del resto. —Me marcho.
Hua Cheng frunció el ceño. —¿No escuchaste nada de lo que dije?
—Joven WuXian, yo también estoy preocupado por mi hermano—esta vez intentó convencerle Lan XiChen. —Pero Hua Cheng tiene razón, un mal movimiento puede terminar con su vida y con la de WangJi.
Sin embargo, Wei WuXian ya no escuchaba de razones, WanYin intentó retenerle del brazo para evitar que su hermano cometiera una locura.
—¡Idiota detente!
Wei WuXian reaccionó esquivando su agarre y lanzado un golpe, Jiang WanYin apenas alcanzó a esquivarlo, detuvo todo movimiento en cuanto WuXian sacó su arma. Parecía delirar, incluso su agarre no era el correcto, ese no era su hermano, era su instinto de omega tomando el mando, luchando para ir en busca de su alfa.
Nadie se movía, incluso respirar se volvía difícil.
—¡Wei WuXian!—llamó más desesperado Jiang WanYin.
QingXuan miró a todos, sabía que si no lo detenían Wei WuXian terminaría muerto. WuXian les amenazó para que no se movieran, poco a poco retrocedió, estaba por salir de la habitación.
Hua Cheng llegó a su límite. —WuXian alto ahí.
Wei Wuxian frenó de golpe, sus ojos estaban inyectados en sangre, lo miraba preguntado si en verdad acababa de hacer eso.
Lan XiChen volteó a ver a los otros dos omegas de la habitación, Jiang WanYin tenía las manos hechas puño, pero no dijo nada; por otro lado, QingXuan tenían una expresión en blanco, y esta se debía a que era su primera vez presenciado la voz de un alfa, aunque no había sido dirigida a él pudo sentir esa presión sobre su cuerpo, su omega le pedía por naturaleza bajar la cabeza.
—¡No te atrevas a usar tu asquerosa voz en mí!—gritó con histeria el omega, sus ojos se habían llenado de lágrimas y su postura flaqueó. —Ninguno de ustedes puede saber lo que estoy sintiendo, así que... así que...
La voz de Wuxian terminó por romperse al mismo tiempo que este caía de rodillas en el piso, sus sollozos empezaron a fluir haciendo temblar el menudo cuerpo que parecía hacerse más pequeño.
—WuXian—habló Hua Cheng queriendo acercarse.
Wei WuXian se abrazó más fuerte a sí mismo y negó. —No me toques...
El alfa retrocedió de inmediato, parecía reconocer su error. Miró de soslayo al Jiang y lo señaló. —WanYin, llévatelo.
Todos veían que WuXian no estaba en condición de seguir con aquello, lo mejor sería encerrarlo antes de que no pudieran controlarlo.
Lan XiChen observó como WanYin se llevaba en silencio a WuXian, todavía estaba impresionado de lo que acababa de ocurrir, él jamás había utilizado su voz en nadie, supuso que Lluvia Carmesí debió estar bastante desesperado para recurrir a esa última medida.
—Creo que WuXian tiene razones suficientes para actuar así—dijo QingXuan. —Quizás deberíamos movernos ya.
XiChen negó. —No, si nos precipitamos podrían usar a WangJi como rehén y amenazarnos, necesitamos un plan que asegure nuestra victoria. No arriesgaré a mi hermano.
—Pero-
Hua Cheng le interrumpió. —Ya dijo que no niño.
QingXuan se sintió frustrado ya que ni siquiera le dejaron hablar. No quería estar ahí, se sentía incómodo, podía ver que ese momento era cuando más apoyo requería Wei WuXian. Además, también tenía otro pendiente que le rondaba la cabeza desde que llegó.
Los dos alfas de la habitación comenzaron a hablar en voz baja, QingXuan permaneció en silencio, sintiendo cómo era absorbido por sus pensamientos. La puerta abriéndose una vez más le hizo levantar la mirada, descubriendo a un joven alfa al cual no reconocía. Este entró a pasos rápido y dijo unas cortas palabras a Hua Cheng, el omega no alcanzó a escuchar, pero por la forma en cómo se relajaron sus hombros pudo saber que debía ser algo bueno, por fin una buena noticia para variar.
—Lograron aplicar un antídoto al veneno a tiempo—informó el alfa mirando a Lan XiChen y a Shi QingXuan como si les agradeciera.
Con esa noticia QingXuan sintió que el gran peso de sus hombros disminuía. Observó cómo el joven estaba por irse una vez más, pero el omega fue incapaz de quedarse en su lugar al ver esa nueva oportunidad.
—Disculpa—le retuvo QingXuan.
El alfa le miró nervioso. —¿Sí?
—Me preguntaba si... —podía sentir la mirada de los otros dos alfas por detrás suyo, pero eso no le importó. —¿Podría ver a He Xuan?
El joven se sorprendió un poco y miró a Hua Cheng, el alfa le dio un corto asentimiento. —Llévalo para que lo vea QiongLin.
QingXuan miró como el joven, que ahora reconocía como Wen QiongLin, le sonrió. —Ven conmigo.
Shi QingXuan miró el cuerpo débil del alfa sobre la cama, este tenía los ojos cerrados y su respiración era lenta, de no ser por la máquina de oxígeno lo más probable es que ya estaría muerto.
—He Xuan...—susurró el omega acercándose más y tocando una de sus manos, podía sentir lo heladas que estaban y su pálido color.
No sabía que estaba tan preocupado por él, sólo mirando ahí se dio cuenta de cómo sentía a su omega ansioso y triste. QingXuan notó una gota húmeda sobre su mano, ni siquiera se había dado cuenta el momento en el que sus lágrimas salieron, sólo cuando estas cayeron sobre las manos entrelazadas fue que por fin las percibió.
El omega se limpió con rapidez el rostro y miró al alfa frunciendo el ceño. —Eres un alfa tonto, mira lo que me haces hacer, si tan sólo hubieras sido más cuidadoso no estaría llorando, y tú... y tú...
Una vez más sus ojos se empañaron, pero se rehusó a soltar más lágrimas por ese alfa cruel.
—Él estará bien—dijo una voz a sus espaldas, se trataba de Wen Qing, quien se acercó para revisar los signos vitales de He Xuan. —Trajiste a BanYue en el momento exacto, reconoció el veneno casi de inmediato y supo cómo tratarlo. Él te debe la vida.
QingXuan negó. —No me debe nada, estamos a mano.
—¿A mano? ¿Te ha ayudado antes?—preguntó un tanto curiosa la Wen.
QingXuan soltó una pequeña risa. —Varias veces la verdad...
El omega recordó cada escenario donde se llegó a encontrar con He Xuan, uno más desastroso que otro. Pero en la mayoría era el alfa quien siempre terminaba arrastrando su trasero lejos de los problemas, como la vez que se emborrachó y vomitó, o cuando los persiguieron los Wen... o cuando le suplicó para que se acostaran. En definitiva salvarle la vida debía de cubrir todas esas deudas... ¿verdad?
—Qué curioso—dijo Wen Qing—He Xuan no es los que suele ayudar a las personas, debes agradarle bastante.
—Yo creo que sólo no me odia tanto como al resto.
—Eso ya es ganancia—dijo la Wen. —No te preocupes, se pondrá bien, pronto lo tendremos por aquí quejándose de todo el mundo.
QingXuan sonrió. —Eso espero.
El omega miró a Wen Qing, a pesar de que estaba a cierta distancia de él y su tono de voz era neutro, le daba una sensación cálida, casi maternal, supuso que era una forma de la Wen para indicarle que todo estaría bien. Verla ahí, atendiendo a He Xuan podía comprobar que entre los demonios, a pesar de lo intensos que podían ser, seguían tratándose como una especie de familia. No era muy diferente a él junto con sus hermanos adoptivos.
Pero si le sorprendía cual afectado estaba por He Xuan, verlo ahí inconsciente le hizo darse cuenta de muchas cosas. Aún era un niño, debía de admitirlo, aunque no le gustaba ser tratado así, emocionalmente seguía siendo muy ingenuo, pero... reconocía que sentía algo por ese alfa.
Si él, siendo casi un extraño para He Xuan, estaba tan preocupado, no quería imaginarse cómo debía de estar Wei WuXian, quien tenía un destinado al cual estaba enlazado. Si él estuviera en su lugar lo más probable es que estaría igual o incluso más destruido. Sabía que no había tiempo que perder.
Hua Cheng tenía razón, debían ser precavidos, pero Wei WuXian también había acertado en el hecho de que ninguno de esos dos soportaría tanto tiempo esa situación. Con una idea en mente QingXuan dejó la habitación de He Xuan y fue en busca de WuXian. Quizás no era el mejor plan, pero sentía que podía funcionar, además, esta vez no lo haría él solo.
Encontrar la habitación de WuXian había sido fácil, seguir su aroma agrio lo terminó llevado a una puerta con un seguro puesto desde fuera. Agradecía que nadie estuviera vigilado, aunque también de seguro nadie esperaba que alguien llegara a abrir esa puerta.
Tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible retiró el seguro, de forma lenta abrió la puerta para dar un vistazo al interior. Por dentro se podía apreciar la figura de WuXian, quien estaba sentado en el suelo recargándose en su cama. Este le miró de inmediato cuando escuchó la puerta abrirse, incluso se colocó de pie, su postura cambió, casi como si estuviera listo para luchar.
—WuXian...—llamó QingXuan tratando de hablar, pero en cuanto lo hizo el omega le empujó por el hombro para alejarlo de la entrada.
—A un lado.
—No pienso detenerte—aclaró QingXuan alzando ambas manos en señal de paz, WuXian entrecerró los ojos, notando que el Shi efectivamente no lo detendría, dio media vuelta dispuesto a marcharse. QingXuan levantó la voz: —Vas por él.
WuXian no detuvo su paso, pero sí respondió. —No puedo quedarme sentado como el resto a esperar su muerte y la mía.
Que uno de los destinados muriera no significaba que el otro también tuviera que morir, pero al ser tanto dolor muy pocos lograban sobrevivir, y es que incluso sus ganas de luchar se desvanecían, volviendolos una especie de muerto viviente al cual no le quedaba prácticamente nada.
—Estás yendo a tu propia muerte— dijo QingXuan para buscar alguna reacción.
Wei WuXian por fin se detuvo, su cabeza bajó y en un murmullo respondió: —Lo sé
El menor no podía decirle a Wei WuXian que hacer o qué no hacer por su destinado, pero si podía brindar su apoyo a cualquier elección que presentara WuXian, ya que no sólo hablan de Lan WangJi como pareja de WuXian, sino que era el alfa que consideraba como a un hermano. A diferencia de Lan XiChen, que daba un paso asegurando el siguiente, Shi QingXuan no revisaría el peligro, se aseguraría de tener una estrategia, que funcionara era otra cosa muy diferente.
QingXuan decidió que era momento de cambiar de pregunta. —¿Lo amas?
WuXian tardó un poco en responder. —Es mi destinado, estamos enlazados.
—No te pregunté eso—dijo enseguida QingXuan, queriendo motivar a WuXian prefirió sincerarse él primero. —Sabes, He Xuan y yo no estamos destinados, mucho menos compartimos un lazo, ni siquiera sé qué clase de relación tenemos. Pero, aun así... me duele verlo en tan mal estado. No quiero ni imaginarme como te has de sentir ahora.
Wei WuXian tembló, de forma lenta se giró para verle de frente, sus ojos grises estaban inmersos de dolor.
—QingXuan, amo a Lan Zhan, no puedo dejarlo morir. Prefiero intentar salvarlo que no hacer nada... no quiero una vida si no es con él... yo... sé que no lo conseguiré si lo pierdo...
Con eso Wei WuXian dejaba en claro que si Lan WangJi moría, él también lo haría.
Shi QingXuan se apresuró para envolverlo en un abrazo. —WangJi-Xiong no va a morir—sentenció con voz firme para calmar al contrario. —Yo te ayudaré a salvarlo.
QingXuan preparó todo, el equipo estaba más que listo, ambos omegas habían salido y conseguido un auto, de hecho, habían tomado prestado el de He Xuan. Mientras no le ocurriera nada todo estaría bien. Al principio creyó que sería complicado salir sin ser visto por el resto de demonios, pero WuXian era alguien verdaderamente escurridizo, ahora comprendía porqué él usualmente hacía el papel de infiltrado. Incluso había tomado armas y demás cosas, pensaba que debía pedirle consejos más a futuro.
QingXuan tendió su móvil a Wuxian, esperando que Xue Yang respondiera la llamada.
—Sólo necesito que hables un poco más con él, yo terminaré de rastrearlo—informó preparándose para hacer su trabajo, esta vez lo lograría.
WuXian asintió y comenzó a marcar, cada timbre se volvió malditamente largo para ambos, pero después de dos intentos la llamada fue respondida, aunque sólo hubo silencio del otro lado de la línea. QingXuan inició en ese momento, sintiendo la adrenalina intentó localizar el centro de donde salía nuevamente la llamada.
Wei WuXian se animó a hablar. —Xue Yang
Por un instante ambos creyeron que nadie respondería, pero esa peculiar voz respondió. —WuXian...
Wei WuXian no le dejó hablar más, en seguida preguntó. —¿Qué quieres que haga?
La molesta risa hizo erizar la piel de QingXuan, no recordaba haber visto a ese beta alguna vez en persona, pero con sólo oírlo sabía que era alguien peligroso y para nada fiable.
—Parece que sabes que camino tomar, bien—Xue Yang se escuchaba más que satisfecho. —Sólo debes cumplir dos pequeñas cosas para volver a ver a tu querido Lan.
WuXian miró a QingXuan. —¿Cuáles?
Las palabras del beta dejaron sorprendidos a ambos omegas.
Xue Yang declaró: —Mata a Hua Cheng y a Xie Lian.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, quiero que los mates—afirmó Xue Yang casi con coraje en su voz.
—¿Por qué?—WuXian quería mandarlo a la mierda, pero sabía que debía hacer que la llamada durara todo lo que pudiera.
—No más preguntas, sólo hazlo, cuando lo cumplas podrás reunirte con tu querido Lan Zhan, de lo contrario...
—No le hagas nada, sabré si lo matas.
—Todo depende de ti—sentenció el beta con burla. —Hasta entonces WuXian.
Con eso la llamada finalizó, WuXian miró con total desprecio el móvil, como si pudiera ver la cara del mismísimo Xue Yang en persona.
—Maldita rata—los ojos grises viajaron hasta QingXuan. —¿Lo tienes?
QingXuan sonrió victorioso. —Lo tengo.
Sin más el auto se encendió y arrancó a gran velocidad.
Lan XiChen veía como el omega estaba a punto de arrancarse el cabello de un jalón, Jiang WanYin no dejaba de gritar e insultar a los desaparecidos.
—¡No lo puedo creer! ¡Se fueron los dos más idiotas a una misión suicida!
Por detrás Hua Cheng se apretaba el puente de la nariz mientras negaba una y otra vez, Xichen se preguntaba si así era siempre cada vez que alguno hacía algo que claramente el resto le decía no hacer. Porque era obvio que algo como esto no debía de ser la primera vez que pasaba.
—¡Les dimos tantas razones para no ir!—WanYin miró acusadoramente a Lan XiChen. —¡¿Por qué no vigilaste a QingXuan?!
Lan XiChen tragó duro al ver como el omega se acercaba de forma amenazante. —Nunca creí que haría algo como eso. Además, ¿no eras tú quien custodiaba a WuXian?
Jiang WanYin renegó, sin embargo retrocedió dos pasos al verse acorralado. Lan XiChen le miró esperando alguna otra queja, pero el omega simplemente le dio la espalda.
XiChen suspiró aliviado, en ese momento pensaba en las medidas altamente arriesgadas que debía estar tomando QingXuan, pero también reconocía que el menor usualmente se movía cuando tenía un plan «que la mayor parte del tiempo nunca resultaba», pero quizás ese sí saldría bien... o al menos eso deseaba.
La vibración en su bolsillo lo hizo revisar su móvil, descubriendo algo.
—QingXuan nos dejó una pista—dijo Xichen mirando el mensaje que acababa de llegarle, era una ubicación y esta era en el cuadrante que Qingxuan había podido rastrear con anterioridad. —Algo debe de planear.
—Ahora en verdad no tenemos tiempo—emitió Hua Cheng empezando a buscar sus armas. — Tenemos que partir de inmediato antes de que alguno muera.
Lan XiChen y Jiang WanYin asintieron, al final habían terminado haciendo lo que Wei WuXian quiso desde un principio.
El lugar se veía deteriorado, tenía aspecto de un viejo almacén, no había nadie rondando la zona, aunque aun así los omegas estaban en alerta, sabían que no debían confiarse. Bebiendo un inhibidor de aroma e inyectándose un supresor se alistaron para entrar en acción.
Ambos bajaron y se acercaron con sigilo, WuXian iba por delante, cerciorándose de despejar el camino de ser necesario, sin olvidar de que entre los dos él era el mejor luchando.
—No veo a nadie—murmuró QingXuan sintiéndose nervioso.
—Yo tampoco... y eso no me gusta...—Algo que todos sabían es que mientras más silencioso era un lugar, más peligroso se volvía.
Entrando por el conducto de aire, los dos omegas avanzaron hasta el interior, revisaban en cada sección, pero no encontraron a Lan WangJi. Por dentro pudieron ver a los primeros hombres, por su aroma se notaba que eran alfa, parecían vigilar unas enormes puertas.
Siendo esa la señal de que debían esconder algo ahí adentro, los omega supieron que por fin encontraron lo que tanto deseaban. Contando los alfas que había en el lugar se dividieron, repartiéndose cinco y cinco. Su plan para enfrentarlos fue simple, mientras WuXian se acercaba para una lucha de corta distancia, QingXuan lo cubriría desde atrás disparando algunos sedantes que habían saqueado del material de Wen Qing.
—¿Listo?—preguntó WuXian.
QingXuan asintió seguro. —Listo.
Una chispa de adrenalina se veía en ambos pares de ojos, unos más salvajes que otros.
Wei WuXian no dudó en salir de su escondite, de forma ágil sacó un par de agujas y las clavó justo en la frente de dos de los hombres. Apenas giró su rostro cuando un disparo resonó, provocando que un hombre cayese con brusquedad sobre el suelo a un par de metros, indicándole que QingXuan también había iniciado su labor de cuidar su espalda.
Shi QingXuan veía con asombro cada movimiento que realizaba Wei WuXian, la única vez que lo vio luchar fue entrenado con Lan WangJi, pero era muy diferente a verlo en acción y con una notoria sed asesina.
Hombre tras hombre fue cayendo, al final diez cuerpos estaban esparcidos por el suelo, los omegas se acercaron y se dieron una corta sonrisa. Una vez que miraron al frente sus expresiones volvieron a ser más serias.
Entre los dos empujaron las puertas para revelar el interior. Del otro lado todo se veía oscuro y había olor a humedad, no parecía haber aroma de alfa por la zona, por lo tanto estaban únicamente ellos dos.
—¿Crees que en verdad esté aquí?—preguntó WuXian.
—Aquí es donde marcaba la ubicación.
QingXuan no creía que aquel beta pudiera haberse movido tan rápido a otra área, todo estaba bajo vigilancia, así que sería una movida algo arriesgada de su parte.
El menor quiso sugerir buscar en otra sección del almacén, pero el dolor de un pinchazo en su pierna le impidió decir cualquier cosa, sólo fue audible una queja baja y el sonido de su cuerpo cayendo contra el suelo.
WuXian giró para verle en cuanto le escuchó. —¡QingXuan!
Shi QingXuan empezaba a sentir la vista borrosa, pero aun así miró una silueta por detrás de Wei WuXian. Abrió la boca queriendo advertirle, pero fue imposible, sólo pudo ver como WuXian también terminaba cayendo contra el suelo.
Después esa voz que anteriormente había escuchado por llamada. —No eres el único que puede jugar con venenos y sedantes WuXian.
QingXuan apenas miró los pasos ajenos acercarse.
—Los omegas y alfas se fían tanto por el aroma que no se dan cuenta del resto de peligros—dijo el beta con pena. —Son tan predecibles.
—Xue Yang...—murmuró WuXian intentando levantarse sin éxito.
Segundos después ambos omegas terminaron por caer en la inconsciencia.
Chapter 39: Capítulo 38. Demonios.
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Jiang WanYin pisaba el acelerador casi hasta el fondo, quería ahorcar a su hermano cuando lo viera. Lo había dejado solo cinco minutos, literalmente, y en ese tiempo el maldito había escapado, pero no fue tiempo más tarde cuando notó su ausencia junto con la de Shi QingXuan.
La forma de actuar de aquellos dos era tan estúpida, casi como si compartieran la única neurona funcional de su cerebro, prácticamente iban directo a su muerte, por ello no comprendía porqué aun así aquel par se había marchado. Tenían todas las de perder. ¿Por qué lo harían?
Sólo había una respuesta: ¡Por idiotas!
Jiang WanYin ajustó su comunicador para escuchar mejor.
—Xue Yang—dijo HuaiSang al otro lado de la línea. —Un beta con muchos problemas mentales, detesta a los destinados.
Se escuchó la voz de Hua Cheng a través del pequeño aparato. —¿Por qué?
—Tenía una obsesión por un omega, Xiao XingChen creo se llamaba, no estoy seguro—comentó el Nie como si platicara una historia antigua y no la vida de un sujeto que posiblemente mataría a Wei WuXian y Shi QingXuan si es que no llegaban a tiempo.
—¿Llamaba?—esta vez fue la voz de XiChen, había un tinte de preocupación.
—Sí, llamaba, tiempo pasado—confirmó el Nie soltando un suspiro. —XingChen rechazó a Xue Yang porque tenía a su destinado, incluso se enlazaron y esperaban un hijo—la voz de HuaiSang disminuyó, advirtiendo el cambio en la historia—, Xue Yang no lo soportó y decidió matar al alfa. Lástima que nunca esperó lo siguiente.
Jiang WanYin no podía saber con certeza el tipo de conexión que manejaban los destinados, pero era obvio que todo había terminado en catástrofe. —¿Qué ocurrió?
—Como estaban enlazados el omega no lo soportó y terminó muriendo, fue como Romeo y Julieta... o algo así. Muy romántico, pero trágico—el Nie pareció desviarse un poco.
—HuaiSang concéntrate—dijo Hua Cheng empezado a comprender un poco más la situación y a lo que se estaban enfrentado.
—Ah sí, claro—HuaiSang terminó de relatar la información encontrada de años atrás. —Después de la muerte del omega Xue Yang enloqueció... más de lo que ya estaba. Y con ello agarró un profundo odio hacia los destinados.
XiChen palideció. —¿Crees que sea por eso que tomó a WangJi?
—No lo sé... —respondió HuaiSang como si estuviera pensando. —Pero sí es una gran excusa para empezar por ahí. Sé de varios betas que tienen cierto odio hacia alfas y omegas, yo creo que es envidia.
Jiang WanYin apretó el volante de sus manos. —Sea lo que sea debemos ir por ellos—el omega soltó un bufido de frustración. —Ahora en vez de salvar a uno deberemos salvar a tres.
—Hay que apurarnos, aún están bastante lejos—anunció Hua Cheng acelerando aún más su auto que iba a la cabeza del resto. —Gracias por la información HuaiSang.
—Es un placer, ahora todo está en sus manos—murmuró Nie HuaiSang terminando la llamada.
Jiang WanYin miró el auto color negro al frente, en el cual viajaban Hua Cheng y Wen Qing. Dando un vistazo al retrovisor divisó el auto color plata de Lan XiChen. Inconscientemente chasqueó la lengua en señal de inconformidad, causando que su copiloto le mirara.
—¿Sucede algo?—cuestionó Wen QiongLin al verlo tan molesto.
WanYin negó. —Nada, sólo quería pedirte que cuando veas a WuXian lo sujetes para que pueda golpearlo como saco de boxeo.
El Wen sonrió nervioso, sabía que Jiang WanYin podía parecer amenazante, y bueno... lo era. Pero todo siempre lo hacía con el fin de cuidar de su hermano y las personas que consideraba importantes. Aunque en el proceso podría asustar un poco.
En medio del silencio la voz de Lan XiChen sonó una vez más. —Tendremos que desviarnos en la siguiente intersección.
WanYin miró la pantalla donde se marcaba la última ubicación que mandó Shi QingXuan, la cual indicaba el rumbo en otra dirección. —Pero la ubicación que mandó QingXuan es más adelante aún.
—Ya no están ahí—avisó el Lan.
El Jiang frunció el ceño ante aquello. —¿Cómo lo sabes?
—QingXuan activó un segundo rastreador, y este indica otra dirección, de seguro lo trae puesto, de hecho también pidió otra cosa en su último mensaje...
Jiang WanYin gruñó y comenzó a maldecir al par de desaparecidos. —¡Esos dos están pidiendo pero su muerte a gritos!
—¿Estás seguro que no es una trampa?—cuestionó Hua Cheng.
Lan XiChen suspiró. —Quiero creer que QingXuan tiene un plan.
—Noticia de última hora. ¡Nosotros somos su plan!—gritó colérico el omega. —De seguro pensaban en encontrar a Xue Yang para llegar hasta él y abrir fuego—dijo de mala forma WanYin. —Eso no es un plan, es una estupidez. Se supone que aquellos dos son astutos. ¡Pero están actuando como un par de imbéciles!
Jiang WanYin reconocía que su hermano era muy hábil en muchas cosas, pero le faltaba demasiada sensatez y lógica en otras áreas, en especial cuando se trataba de medir acciones que involucraban a la vida o la muerte.
—Deja de gritar, me lastimas el oído —se quejó Hua Cheng.
Jiang WanYin lo ignoró, en su lugar miró por unos segundos al auto color plata. —Oye Lan, ¿Por qué no mencionaste que tú tenías una segunda dirección de rastreo?
La voz de XiChen explicó. —Estaba esperando que dejara de moverse el segundo dispositivo.
—Pero avisar con anticipo también hubiera servido—aseveró Jiang WanYin.
Al otro lado de la línea se escuchó como si hubiera una pequeña burla. —Lo tendré en mente para la próxima vez.
Jiang WanYin miró el auto unos segundos más antes de responder entre dientes. —No habrá próxima vez.
—Con la pésima suerte que tienen nuestros hermanos yo lo dudo—susurró XiChen.
Jiang WanYin estaba más que listo para debatir, pero la voz de Wen Qing lo frenó.
—¿Podrían dejar su plática para después?
Wen QiongLin miró a un lado de la ventanilla, un con voz algo temblorosa habló. —Se-Se pasaron la intersección...
Jiang WanYin notó como, efectivamente, olvidó tomar la desviación de la carretera, todo por estar tan ofuscado en su conversación «pelea».
—¡Esto es tu culpa!—expresó con rabia.
Ni siquiera dijo un nombre, pero todos sabían a la perfección a quien se estaba refiriendo.
—Yo te lo dije con anticipación—dijo XiChen de forma tranquila.
—¡Tú!—WanYin apretó más el volante.
—Están peor que un matrimonio—se quejó Wen Qing.
Hua Cheng tampoco pudo seguir escuchando su extraña pelea. —Voy a cortar la llamada.
Ya estaba muy ocupado pensando en un plan para salvar a Wei WuXian y al resto como para preocuparse por Lan XiChen y Jiang WanYin. Dejaría que esos dos arreglaran las cosas a su manera, mientras el Jiang no matara a nadie todo estaba bien.
—Tranquilo, más adelante hay un retorno—dijo XiChen dándole pacíficamente una solución.
Jiang WanYin gruñó exasperado. —Fue tu culpa...—sentenció antes de retirarse el comunicador y arrojarlo a la guantera.
El Wen que estaba a su lado lo observó en silencio. No era un secreto para nadie lo fácil que era hacer enojar al omega, pero increíblemente el Lan tenía alguna clase de don para irritarlo más rápido de lo normal y al mismo tiempo calmarlo.
—Ese alfa piensa que tiene la razón en todo—dijo WanYin imaginando que arrollaba a Lan XiChen con su auto una y otra vez.
—Creo que el joven Lan sólo intenta ayudar—murmuró QiongLin intentando calmarle.
El Jiang le miró de reojo. —Eres muy ingenuo para ver lo que en verdad es.
Wen QiongLin ladeó la cabeza confundido. —¿Lo-Lo que en verdad es?
—Un maldito desgraciado—declaró girando el volante con agresividad haciendo chirriar las llantas para retomar el camino correcto.
El dolor insistente en su cabeza iba a en aumento, sus extremidades estaban algo entumecidas y la sensación casi inexistente de su lazo le advirtió que debía estar aún bajo los efectos de alguna clase de droga.
Una voz se escuchaba a lo lejos.
—WuXian.
El omega sacudió la cabeza tratando de enfocarse. De nuevo esa voz.
—WuXian.
Esta vez sus ojos grises por fin se abrieron, su cabeza giró en dirección del sonido, encontrando un rostro familiar. —QingXuan...
Shi QingXuan suspiró. —Que alivio, por fin despertaste.
Wei WuXian terminó por ajustar su vista para escanear la zona. Ambos omegas se encontraban amarrados de manos, la cuerda elevaba sus extremidades, causando que la circulación fuera escasa, además de que la áspera soga lastimaba brutalmente su piel. En otro extremo de la habitación había una tercera figura, esta tenía cadenas en manos y pies, aunque se encontraba puesto en una silla de manera inconsciente. Se trataba de Lan WangJi.
—¡Lan Zhan!—gritó angustiado WuXian.
—Es inútil, ya lo llamé cientos de veces, pero no despierta—dijo QingXuan en voz baja.
Su mirada lo escudriñó de arriba a abajo, la ropa del alfa estaba maltratada y sucia, tenía algunos rasguños, aunque nada grave. El omega soltó el aire al ver que estaba relativamente bien.
WuXian intentó soltarse, pero aún se sentía demasiado torpe por los residuos de sedante en su cuerpo. —Maldición.
—Tal como lo suponíamos—murmuró QingXuan—, nos trajeron a otro lugar.
—Necesito despertar a Lan Zhan—dijo WuXian con urgencia intentando deshacer las ataduras de sus manos.
Ambos se removieron tratando de soltar las cuerdas, pero estaban estratégicamente bien amarradas, sin olvidar que sus cuerpos aún estaban levemente sedados. Mientras forcejeaban las puertas de la habitación se abrieron, dando paso a varios hombres.
—Tranquilos, no hay prisa, la fiesta apenas comienza—dijo una burlesca voz a sus espaldas.
WuXian frunció el ceño al ver a Xue Yang, tenía tantas ganas de estrangularlo con sus propias manos. Su instinto lo llevó a mirar a Lan WangJi, quien seguía inconsciente.
Xue Yang pareció notar sus acciones. —El querido Lan WangJi sigue con vida... pero no por mucho—comentó con un deje de diversión. —Está fuertemente sedado, es un alfa peligroso, así que me vi en la necesidad de tomar medidas desesperadas.
WuXian se removió inquieto. —Hijo de perra...
Más que ofender, Xue Yang sonrió satisfecho, se notaba que estaba disfrutando toda aquella situación.
—Sí, lo soy—afirmó el beta dándoles un vistazo a ambos omegas. —Me alegra que los dos estén despiertos, creo que también es hora de despertar a nuestro querido jade, muero por ver su reacción cuando los mire.
Con un gesto de su cabeza algunos hombres que acompañaban a Xue Yang se acercaron a WuXian y a QingXuan para bajar sus brazos. Las manos seguían apresadas, aunque ahora ya no estaban siendo forzados a alzarlas, poco a poco sintieron su sangre circular una vez más. Wei WuXian quiso dar un paso, pero varias armas lo amenazaron.
Xue Yang negó con su dedo. —Quieto WuXian. Sé un buen omega o tu querido Lan pagará las consecuencias.
El beta se aproximó hasta al alfa y de forma tosca inyectó algo en su cuello. WuXian se sentía intranquilo, pero debía ser paciente para salvaguardar la seguridad de Lan WangJi.
—Esto sólo es un juego para ti—susurró WuXian con la vista clavada en Xue Yang.
—¿Eso crees?—Xue Yang ladeó la cabeza, segundos después se soltó a reír. —Sí, tienes razón, es tan divertido. Son como libros abiertos para mí, dejándose llevar por sus impulsos—poco a poco comenzó a acercarse a los omegas. —Sabía que no harías nada de lo que te ordené y sólo intentarías venir por él, aunque sí me sorprendí de ver al joven Shi QingXuan contigo, esperaba más siendo honesto, esta trampa era muy obvia para alguien de su... calibre.
Shi QingXuan y Wei WuXian intercambiaron una mirada. Debían ser cautelosos y procurar no abrir de más la boca.
Xue Yang se posicionó entre los jóvenes. —Mientras nuestro joven Lan despierta díganme... ¿Son muy amigos ahora? ¿No intentaban matarse hace poco?
WuXian bufó, sabía la clase de juegos sucios que le gustaba hacer a Xue Yang, así que, sin otra mejor opción respondió ante sus palabras. —Las cosas cambiaron, tanto que ahora tú te has vuelto mi enemigo.
La ceja del beta se alzó, su rostro parecía incrédulo. —¿Tu enemigo? ¿Sólo por qué tomé a Lan WangJi como rehén?
La mirada de Wei WuXian se enserió y sus ojos adquirieron bastante filo. —Apuñalaste a He Xuan y mataste a Mo. Eres mi enemigo.
—Ellos se metieron en mi camino—dijo enseguida Xue Yang como si fuera una excusa válida. El beta se acercó a Wei WuXian, tomándolo del mentón le obligó alzar el rostro. —WuXian siempre tuve altas expectativas en ti, pero lamentablemente no eras muy diferente a cualquier omega.
Wei WuXian sintió como el agarre en su cara se hacía más fuerte y tosco. Estaba a punto de hablar cuando un grave gruñido se escuchó al fondo.
Xue Yang giró enseguida y sonrió con emoción. —Oh parece que ya está despertado.
Wei WuXian buscó enseguida los ojos dorados, se veían tan aturdidos. También podía percibir como su lazo poco a poco comenzaba a tomar mayor estabilidad. Como si con el simple hecho de verse ayudara y les diera fuerza.
—¡Lan Zhan!—gritó sin poder contenerse.
—Wei Ying...—la vista del alfa término en el otro omega—QingXuan... —la voz de Lan WangJi se escuchó algo rasposa, como si su garganta estuviera seca. Los ojos dorados adquirieron filo en cuanto fue consciente de la situación.
Xue Yang chasqueó los dedos, obligando a que sus hombres apuntaran más de cerca a los dos omegas, mostrándose como una clara amenaza ante Lan WangJi. —Si yo fuera tú procuraría no hacer nada, joven Lan. Un movimiento en falso, o si intentas usar tu voz, y yo personalmente le quitaré la vida a estos dos omegas.
Lan WangJi se tensó, viéndose acorralado no tuvo más opción que permanecer a raya. WuXian se quejó al ver cómo los usaban descaradamente para amenazar a Lan WangJi. Los ojos grises intentaron apaciguar al Lan, incluso trató de mandarle una sensación cálida a través de su lazo ahora que empezaba a restablecerse. Como si le dijera que todo estaría bien, o bueno, eso quería creer.
WuXian miró directamente a Xue Yang. —¿Qué es lo que en verdad quieres conseguir con todo esto?
Xue Yang caminó un poco en círculos, se veía inquieto. —No importa, no tienes que saberlo—aseguró el beta empezado a andar alrededor de WuXian, le veía mientras negaba repetidas veces. —Tú tenías tanto potencial—sus ojos pasaron al cuello de WuXian, donde con breves movimientos descubrió la marca en la nuca. —Y mira como terminaste, todo por esta marca.
Wei WuXian rio suavemente por lo absurdo que se estaba volviendo todo. Ya que obviamente Xue Yang hacía todo aquello por algo más personal.
—¿Esto es porque me enlacé?—cuestionó mirando a Xue Yang sin dejar de sonreír. —¿Causaste tantos problemas por algo que no te incumbe?
Xue Yang detuvo sus pasos y se posó delante del omega. Su sonrisa rígida y pupilas dilatadas le advirtieron a WuXian que el beta estaba más loco que una cabra. Y no en el buen sentido, sino que se estaban volviendo alguien verdaderamente peligroso.
—¿Algo que no me incumbe?—Xue Yang bajó la vista, al principio se rio, pero segundos después guardó silencio y elevó el rostro, mostrando lo inestable que se encontraba. —Los alfas y omegas... los destinados... ¡Todos son unos idiotas! ¡Ni siquiera comprenden lo que significa! ¡Ignoran el peligro! ¡Desperdician sus vidas! ¡Podrían tener más! ¡Mucho más!
WuXian miró a QingXuan, quien también lucía confundido por las palabras de Xue Yang. Que un beta reaccionara de aquella forma era ciertamente extraño para ellos. Después de todo era incapaz de sentir en carne propia la unión de un lazo o la sensación de poseer un destinado. Por ese motivo Wei WuXian se molestó aún más, hablar sin haber experimentado algo antes era un grave error, y él lo sabía por experiencia.
—Tú eres quien no entiende nada—dijo WuXian de forma dura. —¿Cómo puedes hablar de los destinados sin tener uno?
Xue Yang le sonrió de forma alarmantemente tranquila. —Sé más que tú de esto WuXian, lo comprendo mejor que ningún otro—sus ojos se oscurecían en señal de amenaza. —Todo siempre termina mal... pera que me creas yo te lo voy mostrar.
Wei WuXian sintió un horrible escalofrío en todo su cuerpo, de forma disimulada miró en dirección de Lan WangJi, el alfa ya se veía más despierto y sus ojos no se separaban de Xue Yang y Wei WuXian. Por unos breves segundos alfa y omega se miraron, tratando de ganar un poco de seguridad mutuamente.
Xue Yang observó su intercambio de miradas y sonrió. De forma lenta acarició un mechón de cabello de WuXian.
—Dicen que el sexo entre destinados que comparten un lazo es el mejor... aunque eso ya lo sabes ¿no?—dijo con burla tirando un poco más fuerte del cabello. Xue Yang se colocó por detrás de WuXian y le tomó de la mandíbula para obligarlo a mirar directamente a Lan WangJi. El omega percibió el aliento caliente de Xue Yang en su oreja. —Pueden sentirlo todo, su deseo y placer, prácticamente son uno solo...
WuXian intentó mantenerse tranquilo, aunque era una tarea difícil, en especial cuando podía sentir con claridad cómo Lan WangJi se molestaba cada vez más segundo a segundo. Con su mirada trataba de decirle que todo estaría bien, que sólo debían ser pacientes. No importaba lo que le hicieran, podría soportarlo.
Xue Yang soltó con brusquedad a WuXian alejándose unos cuantos pasos. Elevando más su voz agregó: —Pero no sólo el placer puede ser transmitido... el dolor del otro también se siente casi real cuando alcanza niveles altos... ¿lo sabías WuXian?
El omega lo miró con desagrado, no respondió nada, sólo permaneció en silencio, matándolo en su mente una y otra vez.
Xue Yang parecía satisfecho con el comportamiento de WuXian. —Por ejemplo; si hago esto.
En un abrir y cerrar de ojos el beta plantó un golpe en el rostro de Wei WuXian. La fuerza le había obligado a girar al rostro y el sabor metálico pronto llegó a lengua. Aparentemente su labio se había partido por el golpe.
—¡Wei Ying!—gritó Lan WangJi. En cuanto el alfa hizo el primer amago para forzar las cadenas el resto de hombres en la sala no dudaron en acercar más sus armas a los omega. Con ello el alfa volvió a frenar. Su única opción era permanecer tranquilo en la silla.
Complacido con todo el revuelo que había causado un simple golpe, el beta se alejó del omega. —El dolor no es tan alto, lo único que de seguro sientes es el enojo de Lan WangJi ¿no?, pero no es como si él hubiera sentido ese golpe—comentó Xue Yang yendo en dirección al Lan.
Efectivamente, Wei WuXian sentía claramente cómo Lan WangJi estaba más que furioso. El omega no se quejó a pesar del dolor, en su lugar escupió la sangre acumulada en su boca con fuerza.
Xue Yang se posó a un lado del alfa. —Por otro lado—desde atrás sacó un arma y apuntó a Lan WangJi. —Si hago esto.
Wei WuXian sintió su corazón agitarse con temor.
Ambos omegas gritaron desesperados. —¡No!
Pero el sonido del disparo fue más que claro, la detonación retumbó en toda la zona.
Los ojos grises notaron como la mancha de sangre empezaba a expandirse en el torso de Lan WangJi. Lo siguiente fue un agudo dolor en su pecho, obligándolo a caer de rodillas contra el piso. Sentía que le faltaba el aire, boqueaba veces para regular su respiración, pero era casi imposible. Wei WuXian jamás se había sentido así en su vida.
Xue Yang se aproximó de forma lenta al omega que estaba en el suelo. El beta se puso en cuclillas para examinar más de cerca a WuXian. —¿Lo sientes, verdad? La amenaza de que uno de los dos podría morir—con la punta de su arma recorrió algunos cabellos del omega para ver de mejor forma la expresión en su rostro. —¿Es muy doloroso? ¿Insoportable? Dímelo.
WuXian ni siquiera podía emitir una palabra, sólo sentía como su lazo comenzaba a estirarse, a tal punto que sabía que este terminaría rompiéndose si no hacía algo.
—Sólo mírate, tan indefenso... y eso que el sedante obstruye su conexión, de otra forma sería el doble de doloroso—Xue Yang volvió a colocarse de pie, con un empujón obligó a WuXian a poner la cabeza contra el suelo. —Cuando supe de tu marca me decepcioné demasiado, pensé que eras un omega diferente.
—¡WuXian!—llamó QingXuan desesperado por ver todo aquello. Había estado en un pequeño estado de shock desde que había escuchado el disparo, y apenas había regresado su mente a la actualidad, siendo consciente del terrible panorama.
Xue Yang ni siquiera miró QingXuan, estaba más concentrado en ver a WuXian temblar de miedo. —Sólo eres otra puta más dispuesta abrir sus piernas cuando su alfa se lo pide—con la suela de su zapato mantuvo a Wei WuXian en el suelo. —Eres débil, ahora más que nunca.
Todos los hombres en la sala se pusieron en alerta al ver a Lan WangJi removerse. La sangre salía de la comisura de su boca y su rostro era pálido.
Aun así Lan WangJi dijo fuerte y claro. —No. Lo. Toques.
Xue Yang sonrió de lado, su mano se enganchó en el cabello de WuXian para obligarlo a levantar el rostro. —Hagamos una apuesta, ¿Crees que si mató a Lan WangJi sobrevivirás?—cuestionó acercando su rostro al de Wei WuXian. —¿O debería matarte primero a ti y dejar que Lan WangJi presencie tu muerte?, de igual forma va a morir.
Xue Yang soltó al omega y caminó como si en verdad pensara que hacer con ellos.
—¡Ya lo tengo!—anunció con emoción. —Mataré primero al joven QingXuan, después te torturaré a ti para hacer enojar a Lan WangJi hasta que me ruegue para que lo mate, y así... sólo quedarías tú... sin nadie.
Wei WuXian alzó el rostro y de forma lenta intentó levantarse. Su pecho aún dolía, pero se rehusaba a seguir permitiendo que ese beta le pisoteara.
Xue Yang le sonrió a WuXian como si hubiera resuelto un gran crucigrama. —Si sobrevives después de eso yo personalmente me haré cargo de ti, hablaré a tu nombre para que puedas seguir viviendo. ¿Te gusta mi plan WuXian? ¿Les gusta?
Xue Yang miró a todos los presentes, sus hombres parecían nerviosos, aunque no dijeron nada. Lan WangJi seguía en la silla, su rostro cada vez más pálido, incluso se notaba que comenzaba a costarle respirar, Wei WuXian no estaba mejor, a pesar de no poseer una herida como la del alfa, sí que tenía un aspecto similar.
—¡Eres un bastardo hijo de puta!—gritó QingXuan en dirección de Xue Yang, como si no le importara en lo más mínimo su situación actual. —¡Lo pagarás caro! ¡No te saldrás con la tuya, yo mismo té mataré!
Su declaración provocó que Xue Yang le dedicara un poco más de atención.
—Cállate perra—el beta lo examinó de arriba a abajo. —Te mataré primero.
QingXuan le miró sin acobardarse, al contrario, lucía seguro. —Inténtalo, te reto a hacerlo.
Xue Yang ahora parecía más divertido, como si la actitud de Shi QingXuan hubiera refrescado el ambiente para él. —Me gusta tu espíritu... Lástima que tendrás que morir.
Shi QingXuan le sonrió de regreso. —Voy a disfrutar acabar contigo.
Xue Yang jugó con el arma en sus manos, listo para decir algún comentario tenaz, pero antes de hacerlo se escuchó un revuelo fuera de la habitación. La expresión del beta cambió y miró enseguida al par de omegas; ambos con sonrisas ladinas.
El fuerte golpe en la puerta retumbó por toda la zona, una vez abierta de par a par varias figuras ingresaron. Los hombres de Xue Yang no dudaron en levantar sus armas, aunque inconscientemente se juntaron un poco más intentando cubrirse de los recién llegados.
Xue Yang dio dos pasos hacia atrás. —Ya veo, llegaron los refuerzos.
WuXian entrecerró los ojos ante la escena, sabía que estaría en problemas, pero valía la pena si con ello aseguraba la seguridad de Lan WangJi.
Xue Yang rio y empezó a aplaudir. —El gran Dragón Blanco ha venido personalmente por dos de sus crías, increíble. ¡El único e inigualable Jun Wu!
Los ojos grises de WuXian delinearon la figura del alfa de prístino traje, ni una maldita arruga tenía en la tela y su rostro era más que tranquilo. Sus hombres habían comenzado a rodear a los de Xue Yang, siendo casi el doble en número y seguramente había más de donde habían salido esos.
Wei WuXian suspiró; Shi QingXuan había tenido razón, Jun Wu había llegado a la ciudad, nunca pensó que diría algo así, pero ese malnacido había llegado en el mejor momento.
Era la apuesta más arriesgada que había hecho Wei WuXian en toda su vida, pero si quería salvar a Lan WangJi de forma rápida y asegurando su victoria ese era el único modo.
Los ojos de Jun Wu viajaron por todo el lugar, como si evaluara la situación. Al finalizar miró a Xue Yang. —No tengo tiempo para tus juegos.
En cuanto dijo esas palabras todos sus hombres apuntaron sin dudar.
Xue Yang chasqueó la lengua al ver como todo había cambiado en su contra. Si bien aún podía usar a sus rehenes, le valían mejor vivos que muertos si es que deseaba escapar. —Ahora entiendo porque todos te quieren muerto, eres ciertamente molesto.
Jun Wu no respondió nada ante la evidente provocación, en su lugar caminó un par de pasos más. —Sólo ríndete.
El beta retrocedió más, era obvio que la presencia de Jun Wu podía ser bastante intimidante. Xue Yang negó. —No planeo morir hoy, lo siento.
Sacó un pequeño control de entre sus ropas, al segundo siguiente una fuerte detonación se escuchó en el lugar. La luz de la habitación se extinguió y el intercambio de balas se inició.
Los hombres de Jun Wu no dudaron en atacar a los de Xue Yang, la primera reacción de Wei WuXian y Shi QingXuan fue tirarse al suelo. Ambos intentaban soltarse de las manos, debían ser cuidadosos, debido a que estaban en zona de fuego, además de que el lugar estaba casi a oscuras, apenas se lograba diferenciar una figura de la otra. Pronto el olor ferroso a sangre se profundizó más, indicando que posiblemente varios ya habían perdido la vida en el tiroteo.
Entre los estruendos de los disparos se alcanzó a escuchar la voz de Lan WangJi. —¡Wei Ying!
—¡Lan Zhan!—respondió WuXian queriendo ir en su búsqueda. Apenas logró incorporarse cuando sintió un tirón que le tapaba la boca y lo guiaba lejos de todo el alboroto.
—Tú te vienes conmigo—susurró Xue Yang arrastrándolo en la oscuridad.
Por fuera de la habitación había más disparos, los corredores estaban en caos, algunas linternas tintineaban y la mayor parte de la iluminación era muy difusa, quizás la bomba de Xue Yang había afectado en gran medida al generador de electricidad. Mientras el beta lo guiaba entre pasillos el omega luchaba por soltarse las manos, desde hace rato por fin había logrado aflojar el amarre, solamente necesitaba un poco más de tiempo para conseguirlo.
Xue Yang empezaba a desesperarse al ver que casi todo el lugar estaba repleto de hombres de Jun Wu, obstruyendo cada vía de escape. Al final ambos entraron en una nueva sala, Xue Yang se acercó hasta la puerta de emergencia, pero aparentemente estaba sellada. Justo cuando iba a regresar sus pasos una figura se interpuso.
Jun Wu sostenía un arma y apuntaba a Xue Yang. Los ojos tenían un aura asesina, su esencia de alfa salía a relucir, logrando intimidar al beta. —Deja de huir, prometo que te mataré con un tiro, rápido y sin dolor.
—Que oferta tan tentadora, pero debo de declinar—respondió Xue Yang apuntando con su arma Wei WuXian. —Un paso más y le disparo—al ver que tenía ventaja en ese momento se atrevió a burlarse. —Me pregunto cuánto dolor sentirá Lan WangJi una vez que WuXian de su último aliento. ¿Te arriesgarías a perder a uno de tus Jades?
Los ojos de Jun Wu se entrecerraron, sorprendentemente guardó su arma de un limpio movimiento, sin embargos sus siguientes palabras sólo alertaron a Xue Yang. —Vas a morir.
El beta negó. —Tú vas a morir.
Xue Yang dejó de apuntar a WuXian para redireccionar el arma a Jun Wu. Los ojos de WuXian se abrieron grandes cuando escuchó el disparo, pero delante suyo el alfa seguía impecable y tranquilo. Desde detrás una figura surgió, era QingXuan, rostro frío y ojos llenos de molestia. Girando un poco su rostro, WuXian notó que su flanco estaba manchado de sangre, sangre de Xue Yang.
El beta seguía sosteniendo el arma, pero su mano temblaba, su cara tenía incredulidad pintada por todas partes. En su cuello una herida lateral sangraba en gran medida, siendo el resultado de un profundo rasguño de la bala. Era obvio que QingXuan no quería matarlo enseguida, de ser así hubiera atinado a la cabeza, ya que tenía una gran puntería como para fallar de aquella forma. La primera reacción de Xue Yang claramente fue detener el sangrado sujetando su cuello. En ese instante WuXian por fin pudo deshacer el amarre de sus muñecas para soltarse y golpearle, incluso logró arrebatar el arma del beta. Con una certera patada estampó el cuerpo contra el muro de concreto, Xue Yang se quejó tosiendo una gran bocanada de sangre.
WuXian le miraba desde arriba, poco después QingXuan se colocó a su lado. Los dos veían la desesperación en los ojos del beta, pues la sangre comenzaba a ahogarlo, su cuerpo se sacudía con violencia en una súplica por ayuda.
—¿En verdad creíste que vendríamos con las manos vacías?—murmuró WuXian. —¿Qué nos tragamos tu cuento?, fuiste muy cuidadoso antes, no harías algo como eso.
QingXuan levantó su arma y disparó en una de las piernas, obteniendo una queja por parte de Xue Yang. —Pagarás por lo que hiciste.
Un segundo disparo, pero esta vez fue de WuXian, quien le dio en el estómago. —Mataste a Mo...
En ese punto Xue Yang se encontraba al borde de la muerte, sintiendo como sus heridas, que en un principio eran cálidas por la sangre, se volvían frías como el suelo donde estaba recostado. Había perdido la voz, sólo le quedaba la expresividad de sus ojos inyectados en sangre, los cuales mostraron su desesperación y sufrimiento.
De nuevo un disparo. QingXuan había acertado en su hombro, su voz de ultratumba dijo: —Lastimaste a WangJi-Xiong y a WuXian—con ojos llenos de rencor concluyó. —Y casi matas a He Xuan...
Un último disparo en el centro de la frente fue más que suficiente para que Xue Yang dejara de respirar para siempre. Los omegas se miraron al confirmar que el corazón de Xue Yang por fin se había detenido. Ese mal sueño había concluido... o eso parecía.
La voz de Jun Wu se alzó a espaldas de los menores. —Fue un idiota por no aceptar mi propuesta.
Wei WuXian sintió una nueva amenaza, sus ojos estaban fijos en el alfa, pero parecía que a este le importaba menos que el omega estuviera ahí, sosteniendo un arma cargada. El demonio estaba en una especie de debate mental para saber qué hacer, aunque no fue necesario pensarlo demasiado, ya que su cuerpo reaccionó solo.
—Lan Zhan...—WuXian salió corriendo en busca del alfa, su omega interno se lo pedía a gritos, el dolor en su pecho seguía persistente y sin intenciones de disminuir, no al menos que se asegurara de que todo iba a estar bien.
Cuando salió aún había algo de movimiento, los cuerpos de personas desconocidas estaban regados por todas partes, en su mayoría siendo los hombres de Xue Yang. A Wei WuXian no le interesaba nada de eso, en su mente había una única cosa que quería hacer y esa era ver a Lan WangJi. Avanzando un poco más llegó hasta el alfa, el cual se ubicaba fuera de la habitación donde lo había visto por última vez, este estaba sentado en el suelo sosteniendo su costado y con ojos cerrados. Para sorpresa de WuXian no se encontraba solo, ya que dos figuras familiares estaban ahí, y eso no supo si lo alivió o le preocupó más.
—¡Lan Zhan!—antes de cualquier cosa el menor se agachó a la altura del Lan, Wen Qing, quien aparentemente lo había ayudado de manera provisional con su herida les dio espacio.
Los ojos dorados se abrieron al escuchar la voz del omega, ambos juntaron sus frentes y se permitieron respirar de forma lenta. Con eso, el intenso dolor que carcomía a WuXian disminuyó considerablemente.
—¡WuXian idiota!—dijo Jiang WanYin a sus espaldas.
Ahora más tranquilo, Wei WuXian se enfocó en los otros dos presentes, los miraba con confusión y nerviosismo. —¡¿Qué hacen ustedes aquí?!
—¡Salvándote!—expresó el Jiang listo para golpearlo.
WuXian negó repetidas veces. —¡QingXuan les dejó un mensaje pidiendo que esperaran un kilómetro lejos de donde marcaba la ubicación!
—¡¿Creíste que nos quedaríamos allá sabiendo que estaban solos?!—Uno de los ojos de Jiang WanYin se cerró en una especie de tic nervioso mientras veía a su hermano. —¡Pero de haber sabido que Shi QingXuan traería a los hombres de Jun Wu no hubiéramos venido! ¡Esta será la última vez que intentaré salvar tu trasero!
WuXian ignoró los gritos de su hermano, en su lugar miró en todas las direcciones posibles. —¡Debemos irnos!
El omega susurró algunas palabras en el oído a Lan WangJi para preguntarle si podía levantarse, el alfa asintió y de forma lenta logró colocarse de pie, aunque su pequeño gesto le indicó que debía de ser doloroso, incluso Wei WuXian casi podía sentir su incomodidad como propia.
Apenas logró enderezarse Lan WangJi cuando tres personas más llegaron, se trataba de Hua Cheng junto a Wen QiongLin y Lan XiChen. El mayor de los Lan se apresuró a llegar junto a Lan WangJi para ayudarle a WuXian y servir como apoyo a su hermano, se veía preocupado, pero también aliviado de que no hubiera resultado en algo peor.
—¿Dónde está Xue Yang?—preguntó Hua Cheng en cuanto su mirada se posó en WuXian.
—¡Muerto, ahora vámonos!—gritó un poco más desesperado WuXian.
Lan XiChen recorrió el lugar con la mirada. —¿Dónde está QingXuan?
En ese instante se escuchó una ligera voz. —¡WuXian!—QingXuan se acercaba corriendo, detuvo sus pasos de forma abrupta en cuanto notó la multitud. —¡¿Qué hacen ellos aquí?!
—¡Eso les pregunté yo!—respondió WuXian.
—¡No hay tiempo, deben irse!—informó QingXuan con notoria preocupación.
Antes de que alguno diera un paso más los hombres de Jun Wu llegaron, lo primero que hicieron fue rodear a los demonios, alejándolos de los tres colmillos, el único que permaneció en su lugar fue Wei WuXian, pues Lan WangJi le abrazaba de la cintura en una clara señal de que no permitiría que los separaran.
El resto de demonios se puso en alerta y sacaron sus armas, listos para abrir fuego en cualquier instante.
Los pasos acercándose hicieron que todos giraran la cabeza en una dirección.
—No pensé que esto sería así de sencillo—dijo Jun Wu acercándose y mirando con fascinación a los cuatro demonios. —Tal vez es mi día de suerte.
—Señor...—Llamó XiChen con intenciones de hablar, pero el alfa levantó la mano para callarlo, incluso hizo que sus hombres les apuntaran con armas de igual forma para mantenerlos fuera del asunto.
Jun Wu regresó su atención a su objetivo principal. —Les agradezco que me ahorren el trabajo de buscarlos—una imperceptible sonrisa se posó en su rostro. —Cuatro menos—su mirada se desvió por unos segundos a WuXian. —Bueno, cinco.
Wei WuXian frunció el ceño. —Maldito...
Parecía dispuesto a soltarse de Lan WangJi, pero una de las armas se acercó tocando su pecho, obligándole a retroceder.
—Tú no te muevas—dijo Jun Wu. —WangJi será mejor que lo mantengas a raya si no quieres que lo seden.
—Wei Ying...—aún en su debilidad Lan WangJi intentó rodear con su cuerpo a Wei WuXian, como si intentara cubrirlo de las amenazantes armas formando un escudo.
Jun Wu les dejó de lado, con voz firme indicó. —Apunten.
—¡Señor espere!—gritó esta vez QingXuan, incluso ejerció fuerza para intentar atravesar a los hombres de Jun Wu, pero fue inútil.
Jun Wu veía fijamente a Hua Cheng, casi parecía querer arrancarle la cabeza él mismo.
Hua Cheng por su parte no se dejó intimidar, incluso levantó el rostro y sonrió con sorna, casi como si supiera que Jun Wu le tenía un rencor diferente al del resto.
Debido a su silenciosa burla, Jun Wu sacó su arma y le apuntó. Hua Cheng agudizó su mirada sin decir nada, no es como si alguno de ellos fuera a suplicar, no era su estilo.
Se escuchó un pequeño click, siendo el seguro retirado del arma de Jun Wu. Todos estaban en silencio, como si no pudieran creerlo.
Un segundo después la detonación se escuchó, pero a diferencia de lo esperado el arma de Jun Wu cayó al suelo.
—¡Xie Lian!—gritó con emoción QingXuan.
Todos giraron buscando al nombrado, el cual tenía una mirada seria y veía fijamente a Jun Wu. El omega caminó con paso decidido hasta posarse delante de Hua Cheng, su postura era desafiantemente ante el alfa de elegante traje y mirada reprobatoria.
Hua Cheng sólo podía concentrarse en el omega de enfrente suyo. Su aroma denotaba molestia, pero no con él. —Gege.
Xie Lian le dedicó una corta mirada acompañada de una breve sonrisa. —Lamento la tardanza San Lang.
Sólo bastó ese corto intercambio de palabras para que Jun Wu se mostrara molesto.
—Xie Lian—llamó de forma dura. —Hazte a un lado.
El omega miró al frente, su voz fue clara.
—No—con más seguridad se aproximó a Hua Cheng. —No dejaré que mates a mi destinado.
Chapter 40: Capítulo 39. Dragón Blanco.
Chapter Text
QingXuan nunca se había alegrado tanto de ver a Xie Lian, fue muy acertado enviarle la dirección del lugar para que pudiera llegar. Y vaya que lo había hecho en el mejor momento.
Sin embargo, la situación aún dejaba mucho que desear. Enterarse que Xie Lian era el destinado de Hua Cheng lo había dejado prácticamente sin habla y no sabía qué tan bueno o malo era todo aquello. Reconocía que llevar a Jun Wu había sido muy arriesgado, pero seguía teniendo confianza en que el omega mayor lo resolvería, incluso con su reciente noticia, Xie Lian seguía bastante seguro. Era por el único que Jun Wu se pensaría las cosas dos veces antes de hacer algo.
—Xie Lian—dijo Jun Wu con el entrecejo fruncido y sin dejar de verle. Sentía gran desagrado al ver como Xie Lian se interponía y protegía con su propio cuerpo a aquel alfa.
El mayor temor de Jun Wu se estaba volviendo realidad.
Xie Lian tenía el rostro levantado, estaba dispuesto a iniciar una batalla de ser necesario. Había andado por el mundo tantos años con una venda en los ojos, pero ya no más. —No te conviene decir nada.
Su tono de voz mordaz resaltaba su parte letal que procuraba mantener a raya todo el tiempo, pero ese no era el caso ese día. La frialdad con la que se enfrentaba a sus enemigos estaba directamente dirigida a Jun Wu en ese momento. Y Jun Wu lo reconocía a la percepción. Él había criado a Xie Lian. Sabía cuando el omega estaba más que dispuesto a derramar sangre.
Jun Wu analizó la situación una vez más. Hasta un imbécil podría ver cómo habían cambiado las cosas. Desde la inquietud de Lan XiChen y Shi QingXuan al ver como los demás estaban en peligro, la forma en cómo Lan WangJi se aferraba al demonio protegiéndolo a pesar de estar gravemente herido, y Xie Lian dispuesto a recibir la misma cantidad de balas que el resto de demonios si es que Jun Wu diera la orden de atacar.
El alfa suspiró profundamente. —Así que así serán las cosas...
—Así debieron ser desde un principio—aclaró Xie Lian con desdén.
Mientras Jun Wu parecía hacer la mejor elección de su siguiente movimiento, un grito desesperado se escuchó.
—¡Lan Zhan!—el rostro pálido de Wei WuXian veía con temor a Lan WangJi, quien había caído al suelo semiinconsciente. —Necesita atención médica.
Lan XiChen se les acercó, su preocupación por su hermano era casi palpable. Pero aún con el estado de Lan WangJi las armas no habían bajado.
Xie Lian apretó los puños al ver que Jun Wu ni siquiera había dado una mirada al Lan. —¿En verdad lo dejarás morir?
Jun Wu miró un poco más a Xie Lian antes de ver por breves segundos a Lan WangJi. Casi como si estuviera acorralado, el alfa hizo un gesto con la mano obligando a todos sus hombres a bajar sus armas al mismo tiempo que desalojaron la zona.
—Hablaremos más tarde—dijo Jun Wu dando media vuelta y marchándose sin decir alguna otra cosa.
Xie Lian dejó de sentir esa presión sobre sus hombros y se permitió soltar el aire que tenía guardado. Su vista siempre estuvo en dirección de Jun Wu, asegurándose de que se marchara del lugar, no podía descuidarse, no ahora después de tanto.
Varios pasos agitados y rodeando a Lan WangJi le hicieron por fin desviar su atención. Xie Lian le miró a lo lejos pidiendo que el Lan soportara un poco más.
El omega suspiró y decidió que era momento de irse. Nada se resolvería mientras no encarara a Jun Wu. Estaba a punto de alejarse cuando esa voz le llamó.
—Gege—Hua Cheng le detuvo de la mano, su mirada exigía respuestas. —Tú...
Xie Lian le dio un ligero apretón a su agarre y sonrió. —Te prometo que hablaremos, pero no ahora—desviado sus ojos se topó con Lan XiChen. —Regresaré a la residencia, aún tengo cosas que arreglar.
Su tono de voz había sido lo suficientemente alto para que el mayor de los Lan le escuchara, logrando que se acercara con evidente intriga.
—Xie Lian—la voz de Lan XiChen tembló por un momento. —¿Qué descubriste?
Xie Lian no pudo sostener la mirada, por lo que terminó bajando la vista y negó. —No creo que sea el momento—recuperando valor alzó su rostro y declaró: —Pero no podemos volver con Jun Wu.
Lan XiChen lucía dispuesto a decir algo más, pero al final sólo asintió.
—Comprendo—la atención del Lan se fue a su hermano, el cual Wen Qing atendía en ese instante por la situación, aunque no era lo más óptimo. —WangJi necesita un lugar tranquilo para descansar...
No podían llegar simplemente a un hospital con heridas de bala, e ir a la residencia de Jun Wu tampoco era una opción viable. Sabían que Wei WuXian no se separaría del alfa, así que lo mejor sería mantenerlo alejado de Jun Wu.
—Tráiganlo con nosotros—dijo Hua Cheng eliminando una preocupación en los colmillos. —Ustedes salvaron a uno de los nuestros, ahora nos toca devolver el favor.
Gracias a BanYue, He Xuan había logrado salvarse, y no sólo eso, esa chica incluso se había ofrecido a cuidar del demonio inconsciente mientras el resto iba por el par de omegas y Lan WangJi.
—Lo mejor será que todos ustedes vengan—declaró Hua Cheng, prácticamente abriendo las puertas de su hogar a las personas que tiempo atrás les buscaron con desesperación para eliminarles. Aunque sentía que de ahora en adelante las cosas darían un giró abismal y su futuro incierto empezaba a tomar forma.
Xie Lian le sonrió al alfa por su ayuda, el omega tenía tantas ganas de abrazarlo y olvidar todo. Sólo perderse con el alfa y dejar que el mundo siguiera su camino.
Pero finalmente lo único que hizo fue dar un paso hacia atrás y decir: —Tengo que hablar con Jun Wu...
La expresión de Hua Cheng le mostraba cuán en desacuerdo estaba ante aquello. —No es seguro.
—Estaré bien—aseguró Xie Lian. Si alguien podía enfrentar y recriminarle todo a Jun Wu era él. Tratando de tranquilizar al alfa añadió. —Nos podemos encontrar después en otro lugar—con ambas manos tomó el rostro de Hua Cheng y en una súplica habló. —San Lang confía en mí.
—En quien no confío es en él—Hua Cheng tenía más de mil motivos para negarse rotundamente. Sin embargo, él jamás desconfiaría del omega, aunque eso tampoco significaba que le dejaría ir así como así. —Si en dos horas no has vuelto iré a buscarte.
Al ver como el alfa terminó aceptando el omega sólo pudo sentirse más aliviado. Incluso las palabras del alfa le tranquilizaba un poco. —Está bien.
—Te esperaré en el territorio Nie, te haré llegar la ubicación—dijo Hua Cheng aún infeliz de apartarse una vez más de Xie Lian.
Xie Lian sentía la ligera amargura en el aroma de Hua Cheng, por lo que intentado calmarle le abrazó. Él también necesitaba sentirlo para tomar fuerzas. —Ahí estaré. Lo prometo.
El omega se alejó y llamó a Lan XiChen antes de retirarse. —XiChen cuida de QingXuan, no creo que esté listo para saber lo que descubrí...
Los ojos avellana del alfa parecían sumergirse en una tormenta poco a poco. —¿Así que es cierto?
Xie Lian le dio la espalda incapaz de seguir con aquella conversación.
—Lo lamento...—susurró el omega. Él podía comprender con exactitud el sentimiento de Lan XiChen, y no era nada agradable, en lo absoluto. —Te enviaré un documento con toda la información, creo que tú serás el más apto para poder manejar con eso.
Xie Lian no esperó más nada, simplemente se alejó, preparándose mentalmente para enfrentar la verdadera tormenta.
El omega miró la gran mansión, se sentía casi ajeno a ella. No mentiría, tenía miedo de poner un pie dentro de ese lugar.
Todos los recuerdos que había hecho en ese lugar se desvanecían, filtrándose entre sus dedos como arena de desierto; tan caliente y seca, consumiendo y acabando con la vida.
Sin acobardarse ingresó, los guardias del lugar estaban en su lugar como siempre, casi parecía que nada había sucedido. Todo en su lugar, pero curiosamente la soledad resaltaba en cada sala más que nunca.
Conociendo de memoria el camino a la oficina de Jun Wu el omega subió. Permaneció parado por unos segundos al otro lado de la puerta, sus manos apretaban un gran número de archivos, los cuales sujetaba con recelo. Se preguntaba si tocar la puerta o no, incluso con cosas tan banales como esas se sentía confundido. Y lo detestaba. Detestaba que a pesar de todo una parte de él siguiera teniendo consideración en alguien como Jun Wu.
—¿Te quedarás todo el rato allá afuera?—dijo la voz del alfa al otro lado. —Pasa Xie Lian.
El omega apretó la mandíbula, se obligó a mantenerse sereno y entró en la oficina. Los ojos del alfa y omega chocaron, ninguno dijo nada, pero estaba claro que había comenzado una lucha silenciosa.
Xie Lian se aproximó, pensó en cómo iniciar, pero al final supo que no había una buena manera de hacerlo más que siendo directo. Podría comenzar con el hecho de que Jun Wu no se sorprendió como esperaba cuando anunció que Hua Cheng era su destinado.
—¿Ya lo sabías, verdad?—dijo el omega sin reparos presionando los documentos. —Todo este tiempo... siempre fuiste consciente de que yo tenía un destinado.
Jun Wu, quien estaba sentado en su silla, se levantó y caminó tranquilamente hacia Xie Lian.
—Tenía la sospecha—confesó el alfa. —Cuando me enteré que era ese joven supe que era mi fin. No quería admitirlo, pero esos demonios están logrando que me enoje de verdad.
Xie Lian frunció el ceño, preguntándose desde cuándo lo sabía. —El doctor te lo dijo, ¿cierto?
Jun Wu se recargó en el escritorio, su postura firme y ojos fríos, como si no importara el estado tan alarmado de Xie Lian.
—Ese hombre me es fiel a mí, y así como él tengo más—el alfa se irguió más, mostrándose imponente y declaró: —Yo ya sabía que WangJi había marcado a WuXian, sé que todos ustedes se han visto para trabajar juntos y más. Nadie da un paso sin que yo lo sepa.
Xie Lian bajó la vista, quería evitarlo, pero le recordaba a sus tiempos de infancia donde sólo era un niño diminuto enfrente de Jun Wu. Sacado a relucir todo su valor volvió a hacerle frente al alfa. —¿Eso crees?
Jun Wu emitió una clase de sonido como si fuera una burla. —Te lo puedo asegurar.
—Entonces... ¿Por qué...?—Xie Lian quería saber por qué hasta ahora decidía intervenir si ya sabía que ellos y los demonios estaban juntándose y no precisamente para matarse.
Jun Wu suspiró, el sonido ligero, como si se tratara de alguien inocente.
—En verdad quería llevar las cosas en paz Xie Lian, intenté dejar con vida al destinado de WangJi e incluso consideré hacerlo con el tuyo... —el alfa rio un poco y negó con la cabeza. —Pero me di cuenta que es imposible... Cuando te interpusiste hoy, sólo confirmé que no funcionaría, debo eliminarlos ahora que aún hay tiempo, tú no estás enlazado, podrás sobrevivir, eres fuerte. Me desharé del resto, en cuanto al de WangJi... lo mantendremos encerrado. Todo regresará a la normalidad.
Escuchar cada palabra hizo hervir la sangre de Xie Lian. Esa forma de decir aquello le recordaba todas esas cosas por las cuales había decidido ponerle fin a todo.
Xie Lian dio un paso más cerca del alfa. —No pondrás la mano en ninguno de ellos.
—Xie Lian—la voz de Jun Wu se endureció debido a la postura retadora que había utilizado el menor. —Deberías de saber ya que nadie puede prohibirme nada.
—Sólo estoy dando una advertencia—aseveró Xie Lian mirándolo de frente.
El tono de voz y mirada desafiante pareció no gustarle para nada al alfa, casi como si empezara a sobrepasar el límite de lo que él le tenía permitido.
—¿Me amenazas?—Jun Wu se aproximó al omega, sólo estando a un paso de distancia. —Que insolente eres.
—Yo ya no te debo nada de respeto—dijo Xie Lian en voz alta. —Menos a alguien tan despreciable como tú.
El golpe en su mejilla fue tan rápido que ni siquiera lo había visto venir. La bofetada incluso fue capaz de mandarlo al suelo. Estaba un poco sorprendido, era la primera vez en toda su vida que Jun Wu le golpeaba directamente.
Xie Lian se tocó la mejilla sintiendo el ardor, pero su enojo era mucho más intenso que eso. Debido a la caída todos los documentos de sus manos se habían regado por el suelo.
—Después de todo lo que hice por ti—murmuró el alfa mirándole desde arriba.
Aún tirado en el suelo Xie Lian se burló, su risa era ligera y suave, además de que su vista seguía fija en el suelo.
—¿Lo que hiciste por mí?—repitió Xie Lian tomando algunas hojas al azar y apretándolas en sus manos. —¿Quieres que te recuerde lo que hiciste por mí?
De forma lenta se levantó, sus ojos seguían pegados al suelo, incapaz de enfrentarse con la realidad. El cuerpo de Xie Lian tembló, no sabía si era debido al miedo o furia, quizás ambas.
—La muerte de mis padres, y ese lugar... Yo estaba destinado a morir, venderían mis órganos o quizás hubiera terminado como esclavo sexual por ser omega.
Los horribles recuerdos de su infancia cayeron como ráfagas sobre él, la bilis en su garganta aumentó al saber que el responsable de todo estaba delante suyo.
—Yo te rescaté—declaró Jun Wu.
—¡Mentira!—gritó Xie Lian llegando a su límite. —¡Tú mandaste a matar a mis padres, por ti terminé en ese lugar en primer lugar! ¡Mis manos se llenaron de sangre por tu causa! ¡Decías que no querías que me metiera en todo esto, pero era falso!—la voz de Xie Lian se volvió rasposa, parecía que se rompería en cualquier instante. —Si no querías que me volviera un asesino... ¿Por qué me obligaste a tomar el arma ese día?...—por fin, después de tanto fijó su mirada en Jun Wu. —¿Por qué yo?...
Quería una explicación; ¿Por qué la vida lo había orillado a eso? ¿Qué mal había cometido para merecer eso?
Jun Wu seguía imperturbable, como si la crisis del omega de enfrente no fuera la gran cosa.
—Cuando te vi aquel día me vi a mí mismo, no tenías nada, estaba destrozado, pero seguías firme, luchando—dijo Jun Wu como si también recordara esos días de tiempo atrás. —Tú y yo somos iguales Xie Lian.
—¡No!—Xie Lian negó rechazando esa idea. —No somos iguales.
El omega no era como Jun Wu, no podían ser igual, jamás... ¿o sí lo era? ¿qué era lo que en realidad lo diferenciaba de ese monstruo?, ambos tenían sangre en sus manos, y quizás arruinaron las vidas de cientos, no, miles.
Xie Lian sintió sus ojos humedecerse, su garganta hecha un nudo. Tragando todo aventó las hojas aplastadas al aire.
—Ahí está todo...—murmuró Xie Lian con voz de ultratumba. —La masacre en Gusu... tú fingiste ser su aliado, pero llegaste tarde de forma deliberada, incluso mataste a los últimos sobrevivientes para quédate con los hermanos Lan y así en un futuro controlarlos de igual forma.
Cuando Xie Lian leyó cada informe se sintió como un idiota, uno al que le habían visto la cara por muchos años. Y que de no ser por su encuentro con los demonios y Hua Cheng lo más seguro es que seguiría ignorando la verdad, siendo ese fiel títere de Jun Wu.
—Te asociaste con los Jiang, pero en cuanto ganaron fuerza los inculpaste y expusiste todas sus debilidades. ¡Dejaste que otros los mataran, pero siempre fue esa tu intención! ¡Jamás te importó en verdad sus muertes! ¡Incluso perseguiste a sus hijos para asegurarte que murieran!—acusó el omega apretando sus puños, no se quedaría callado, expondría la verdad. Xie Lian bajó la voz y sonrió. —Pero vaya sorpresa debiste de llevarte al ver que seguían con vida, y no sólo eso, regresaron para tomar lo que les pertenece y sedientos de venganza...
No se imaginaba cuántas familias se arruinaron por Jun Wu, personas que iban por el mundo pidiendo justicia de lo que ese alfa les había arrebatado.
—Tantas vidas inocentes afectadas por tu culpa, también... también mataste a toda la familia de QingXuan, cuando ya no quisieron seguir tus órdenes tú... eliminaste a sus padres... su hermano—por fin una lágrima descendió por el rostro de Xie Lian al recordar el dolor de QingXuan como suyo. —¿Recuerdas cómo QingXuan lloraba de niño llamando a su familia? ¡Todo por ti!
El omega negó desesperado y dio varios pasos hacia atrás. Jun Wu en verdad había jugado con ellos. Utilizándolos a su antojo.
—Siempre nos regañabas por meternos en tu trabajando, pero al mismo tiempo nos obligabas a ver cómo matabas a otros, nos ponías enfrente para que su sangre nos manchara... Tú nos destruiste...
Después de tanto Jun Wu se atrevió a hablar, pero su respuesta sólo enfureció más a Xie Lian.
—Yo les di fuerza, por mí son lo que son, los salvé a todos ustedes.
—¡Tú no nos salvaste!—corrigió enseguida Xie Lian. —¡Tú nos tomaste a la fuerza!
Descaradamente Jun Wu sonrió.
—Y ahora se han vuelto invencibles—su mirada casi estaba llena de orgullo. —Tú te has vuelto una verdadera devastación para esta ciudad.
Los ojos de Xie Lian se abrieron grandes, estaba enmudecido, porque sabía que una parte de eso era cierto. Él se había vuelto una amenaza.
Jun Wu caminó de regreso a su asiento. —Siempre procuré su seguridad, porque un día ustedes deberán hacerse cargo. Y tú liderarás todo Xie Lian, quieras o no.
Xie Lian seguía escuchando, su mirada estaba perdida, notaban que las intenciones de Jun Wu siempre fueron volverlo como él. Y malamente el maldito lo había logrado.
—¿Liderar todo?—cuestionó es un susurro. Sus ojos se enfocaron en el alfa. —¿En verdad crees que soy como tú? ¿Qué me gusta asesinar? ¿Qué disfruto de destruir vidas?
—Es por un bien mayor—explicó el alfa con voz tranquila, parecía un profesor explicándole a un niño el ciclo de la vida al ver qué un lobo devoraba un venado. —Si nosotros no mantenemos un equilibrio todo caerá en caos—los ojos de Jun Wu escanearon al omega de arriba a abajo, satisfecho de ver el tipo de persona que había creado. —Esto es para lo que naciste, para eso te crié.
Xie Lian retrocedió hasta la puerta, quería huir lejos, notó como su mano temblaba en señal de miedo, ni siquiera era capaz de sostener la cerradura.
Pero el saber que había personas allá afuera esperándolo le hizo poner los pies sobre la tierra. Tomando una gran bocanada de aire seleccionó todos esos recuerdos falsos construidos por Jun Wu y los eliminó.
Ese alfa se había vuelto su enemigo.
—A partir de hoy dejo este lugar, ya no es más mi hogar y tú ya no eres nada mío—declaró firmemente sin titubeos.
—Yo te creé Xie Lian—dijo Jun Wu entrecerrando los ojos. —Siempre habrá algo de mí en ti, y lo sabes.
Xie Lian le dio la espalda y abrió la puerta. —La próxima vez que nos veamos uno de los dos morirá.
Su último vistazo fue de Jun Wu asintiendo. —Si así lo quieres.
Xie Lian salió para no mirar hacia atrás.
No sabía que planeaba el alfa, pero era claro que Jun Wu tenía algo. Jamás daba un paso al frente sin prever otros diez pasos más.
Xie Lian se encaminó hacia la salida, ni siquiera se molestaría en tomar algo de esa casa. Nada le pertenecía. Y no quería nada... o bueno...
Estaba dudando en algo cuando dos betas se cruzaron delante de él. Xie Lian frunció el ceño, extrañamente no se sentía amenazado. —¿Se interpondrán en mi camino?
Mu Qing y Feng Xin se miraron entre ellos, lejos de querer luchar ambos se hicieron a un lado en silencio.
Xie Lian abrió la boca, pero no dijo nada. Sólo siguió adelante. Después de tres pasos frenó y regresó la mirada a ambos betas.
—¿Puedo pedirles un favor?
Los dos asintieron solemnemente.
Lan XiChen miró a su hermano que finalmente estaba fuera de peligro y descansando; Lan WangJi reposaba en la cama de Wei WuXian, dormido y con el omega a su lado.
Con la vida del segundo Lan fuera de peligro se permitió relajarse un poco. Incluso reconocía que él mismo, o más bien, todos, también necesitaban tomarse unas horas para descansar y despejarse. Sabían que esto aún no terminaba, así que lo mejor sería tomar esos pequeños momentos donde nadie quería matarlos para dormir o alimentarse bien.
—Les mostraré dónde pueden quedarse ustedes—dijo el Jiang comenzado a caminar esperando que los dos restantes le siguieran por detrás.
Shi QingXuan soltó una pequeña risa apenas audible para el Lan. Parecía divertido, aunque la situación estaba lejos de ser agradable para empezar.
—No lo puedo creer, meses atrás buscábamos sus cabezas y ahora ellos nos dan un lugar donde dormir—comentó sin poder creerlo. El omega esperaba algún comentario por parte de Lan XiChen, pero el alfa tenía una mirada distraída. —¿XiChen-Xiong?
Lan XiChen parpadeó regresando a la realidad y miró al menor. —Lo lamento QingXuan, ¿dijiste algo?
QingXuan infló las mejillas y negó. —Ya nada...
Jiang WanYin señaló una puerta y la abrió mostrando una habitación sencilla con una cama de una plaza. Mirando a QingXuan dijo: —Tú puedes quedarte aquí, WuXian dejó algunas cosas que puedes usar si es que quieres cambiar tu ropa.
QingXuan miró como sus prendas estaban sucias, quizás un baño le sentaría muy bien.
—Gracias por las molestias—el omega se despidió e ingresó en la habitación cerrando la puerta.
En el pasillo alfa y omega restantes se miraron. Jiang WanYin giró con rapidez para darle la espalda al Lan.
—Ven—ordenó con voz fuerte mientras avanzaba. Un par de puertas después abrió otra habitación exactamente igual a la pasada. —Tú te quedarás aquí.
Lan XiChen asintió lentamente. —Gracias.
Sin ver a su alrededor se adentró, estaba por cerrar la puerta cuando el pie de Jiang WanYin se lo impidió.
El entrecejo del omega estaba evidentemente fruncido. —Oye... ¿Estás bien?
XiChen se sorprendió un poco por la repentina pregunta. Sin saber la respuesta sólo asintió en automático. —Sí... bien...
Jiang WanYin no dijo más, sólo se giró dejándolo a solas. Lan XiChen le observó perderse entre el pasillo, después cerró la puerta y se sentó en la cama.
De forma indecisa jugó con el móvil entre sus manos, tomando valor para abrir el último correo que Xie Lian le había mandado. Después de suspirar y pensarlo un poco deslizó la pantalla y abrió el archivo. Sabía que lo que leería no sería nada de su agrado, pero tenía que descubrir la verdad tarde o temprano.
Shi QingXuan giraba varias veces sobre la cama, le era imposible pegar los ojos. ¿Cómo podría dormir después de un día con tanta adrenalina?
Frustrado se levantó y salió de la habitación, al principio caminó sin saber a dónde dirigirse. El lugar estaba a oscuras y frío, contrastado con la calidad de las mantas que lo cubrían hace unos minutos. Inconscientemente sus pasos los llevaron hasta la habitación de He Xuan. El omega dudó un poco, aún con indecisión entró y miró al alfa; su respiración suave, mostrando cómo su pecho subía y baja lentamente. Su piel había recuperado más color, incluso sus manos ya no estaban tan heladas.
—Deberías estar descansando—dijo una voz asustando por unos segundos al omega.
QingXuan miró a Wen Qing, quien había estado en la habitación aparentemente desde el principio. —Ah, sólo quería verlo un momento...
Wen Qing se acercó levantando una ceja, sus ojos se posaron en la mano de QingXuan, la cual sostenía la del alfa inconsciente. Shi QingXuan se sintió juzgado, por lo que soltó al alfa de inmediato.
—No planeas apuñalarlo mientras duerme, ¿verdad?—cuestiono Wen Qing casi como si se burlara del pequeño omega. —Esa muerte sería muy simple.
—¡No, no quiero matarlo!—apuró a decir QingXuan. Su voz de preocupación le sorprendió incluso a él mismo.
Wen Qing sonrió un poco. —Estoy cansada—con la cabeza señaló a He Xuan. —¿Lo vigilarías por mí?
Shi QingXuan sintió una pequeña emoción mezclada con sorpresa, por lo que asintió varias veces. —Claro-Claro...
La alfa asintió y caminó hasta la puerta para marcharse. —Mi habitación está en el siguiente pasillo, primera puerta, mano izquierda. Aunque no creo que necesites de mi ayuda—dijo dando un último vistazo. —Si despierta no dejes que se levante.
—Entendido...
Shi QingXuan miró al alfa una vez que se quedó a solas con él. Suspirando se sentó en la cama, pensando que posiblemente He Xuan no iría a verlo si es que él resultara herido, pero eso no le importaba al omega. Ese alfa era un bruto salvaje que no reconocía la educación y amabilidad, sin embargo, no era una mala persona.
Con el pasar del tiempo QingXuan empezó a sentir los estragos de su cansancio, uno que otro bostezo se le escapó. De forma lenta se recostó en la cama al lado del alfa, siempre mirándolo dormir.
—He Xuan...—llamó en voz baja. —Descansa...
Con eso los ojos de Shi QingXuan se cerraron para caer en un profundo sueño. Sintiendo la calidez de un lado y el aroma a café negro rodeándolo.
Hua Cheng caminaba por la habitación de un lado a otro, dando la apariencia de ser un animal enjaulado. Apenas había transcurrido una hora que Xie Lian se había marchado, pero ya le urgía ir en su búsqueda. Lo único que le mantenía ahí era que le había dado su palabra al omega, él confiaba en Xie Lian y esperaría a que regresara tal y como prometió.
Estaba más que dispuesto a aventarse por la ventana si tenía que esperar un segundo más. Así que cuando escuchó algunos golpes en la puerta casi llegó de un salto para abrirla.
Del otro lado la figura de Xie Lian le esperaba.
—Gege.
—San Lang...—Xie Lian le miró ahí, parado, esperando por él.
El omega sintió un golpe de seguridad, sin resistirlo corrió a sus brazos y comenzó a llorar. Todo lo que había soportado en silencio por fin lo dejaba salir.
Hua Cheng le sostuvo con fuerza rodeándolo sin dudar. Dando algunos pasos hacia atrás los adentro a ambos y cerró la puerta.
—Tranquilo, aquí estoy—dijo Hua Cheng sintiendo los temblores en el cuerpo de Xie Lian.
El omega ocultaba su rostro en el pecho del alfa, sus lágrimas ya habían humedecido la ropa. —Él... Él los mató, él arruinó mi vida. Me volví un monstruo como él.
—Eso no es cierto—Hua Cheng le abrazó aún más fuerte, Xie Lian sentía que era más difícil respirar, pero no quería romper el abrazo, al contrario, deseaba que Hua Cheng le presionara casi hasta doler. —No eres como él.
—San Lang—llamó en voz baja. —No me sueltes.
Sintió como un corto beso se posaba en su coronilla, la voz de Hua Cheng sonó, dándole seguridad. —Jamás.
El alfa se encargó de liberar su aroma, relajando a Xie Lian, logrando que su omega interno se tranquilizara. Era increíble cómo por fin podía sentir los efectos que tenía el aroma de Hua Cheng sobre él.
—Ya estás a salvo—dijo el alfa guiándolos hasta un sofá para que se sentaran, aunque en ningún momento dejaron de abrazarse. —No dejaré que nada te pase Gege, lo prometo.
Xie Lian le creyó. Con Hua Cheng a su lado sentía que tenía la fuerza para seguir adelante. Poco a poco su llanto se calmó, las manos del alfa dejaban algunas caricias en su espalda como consuelo y constantemente lo envolvía con sus feromonas.
Cuando se repuso, el omega se alejó un poco. Un suspiró lastimero se escapó de su boca. —Estuve tan cegado todo ese tiempo...
La mano del alfa le caricia rostro, Hua Cheng le obligó a mirarle para dejarle una pequeña sonrisa.
En ese instante Xie Lian se sintió profundamente avergonzado. Nunca le dio alguna explicación al alfa y sólo había llegado arrojándose a sus brazos mientras lloraba como un niño pequeño. Ni siquiera habían tocado el tema de su conexión como destinados. Hua Cheng simplemente estaba ahí, esperando por él y apoyándole.
Si fuera otro momento lo más seguro es que el omega ya se hubiera bajado del regazo de Hua Cheng. Porque, efectivamente, estaba encima del alfa. Pero sentía que no era necesario, además de que no quería.
Aclarando su voz Xie Lian habló: —La-Lamento tanto no haberte reconocido antes.
—Eso no importa—el alfa acunó el rostro del Xie Lian entre sus manos, sus pulgares acariciaban las mejillas pintadas de un leve rojo. —Ahora estás aquí, y sabes lo que somos. Yo siempre esperaré por ti Gege, eres la persona más importante en mi vida, tú y sólo tú.
Xie Lian sentía que se le iba el aliento. —San Lang...
El omega tomó la ropa de Hua Cheng y lo jaló hacia él para besarlo. Sentía que lo necesitaba más que nunca.
Desde el principio sus bocas húmedas y hambrientas se unían y reclamaban pidiendo cada vez más. El beso incluso les sabía distinto ahora que ambos conocían lo que en realidad eran.
Xie Lian se abrazó del cuello del alfa, pegando sus pechos y dejando que ambos aromas se mezclaran a la perfección. Sus lenguas jugaban entre ellos y el sonido del beso era audible. Hua Cheng le rodeaba y tocaba su espalda y muslos repetidas veces. Las manos del omega bajaron temblorosamente hasta la camisa del alfa, deseoso de tocar un poco más.
Una parte de Xie Lian estaba asustado por las acciones que estaba llevando a cabo, ya que era la primera vez que se sentía ansioso por estar con alguien, pero su omega interno rebosaba de felicidad.
Su instinto y poca paciencia lo llevaron a abrir la camisa de Hua Cheng con más brusquedad al ver que era muy torpe para ir deshaciendo botón tras botón. Ahora no sólo sus manos temblaban, sino todo su cuerpo.
Hua Cheng se separó un poco del omega sosteniéndolo de los hombros. —Gege espera.
—No, no quiero esperar—respondió con voz entrecortada, pero al darle un segundo vistazo al alfa se frenó y con inseguridad agregó: —A menos que tú no quieras...
Hua Cheng sonrió y le besó la frente. —Créeme, quiero estar contigo—dijo seguro y con una sonrisa divertida, sin embargo, su mirada era más tranquila y cálida—, pero no necesitas apresurarte.
Xie Lian se sintió avergonzado al ser atrapado en su inseguridad. Queriendo desviar la atención miró la venda que envolvía el abdomen de Hua Cheng. —¿Cómo está tu herida?
—Wen Qing es la mejor médico, te puedo asegurar que esta herida será parte del pasado en poco tiempo—contestó como si nada, su expresión cambió con toque de picardía. —Sí lo que te preocupa es mi desempeño en cama por esto, puedo asegurarte que no habrá ningún problema.
Xie Lian sintió humo salir de sus orejas, no tenía cara para verle de frente. Necesitaba defenderse de alguna forma. —Igual deberíamos ir lento, no quiero que te lastimes...
Hua Cheng rio bajo, de un tirón le obligó a recostarse sobre él mientras le rodeaba en un abrazo. —Iremos al ritmo que tú quieras.
Armándose de valor el omega hundió su cara en el cuello del alfa y suspiró con fuerza. Poder olerlo era lo mejor del mundo.
—Tu aroma—murmuró mientras seguía degustando de la esencia de Hua Cheng. —Me gusta.
—¿Qué hueles?—interrogó el alfa.
Xie Lian percibió como el aroma se tornaba más agradable, demostrando que Hua Cheng estaba feliz.
—Es fuerte, chocolate amargo—empezó a describir cada nota que percibía—, pero, la menta lo suaviza un poco, es refrescante al mismo tiempo—una vez más tomó una bocanada del aroma del alfa. —Me encanta.
Hua Cheng sonrió, sus brazos fuertes cuidaban a Xie Lian como si se tratara de un fino cristal.
—Por fin...—murmuró el alfa. —Por fin te encontré Gege.
La garganta de Xie Lian se oprimió, sintiendo un gran nudo formarse. Era una mezcla extraña entre tristeza y felicidad.
—Me encontraste—concordó el omega evitando soltar alguna lágrima. —Gracias por no rendirte.
La voz de Hua Cheng sonó clara en su oído. —Mi vida entera te pertenece, te sería fiel incluso después de la muerte. Así me tomara más de ochocientos años, te buscaría sin parar.
El calor en el pecho de Xie Lian aumentó, esa nueva sensación era tan abrumadora, pero increíblemente confortante.
Alzando el rostro miró al alfa y buscó sus labios. Un beso muy suave, como si ambos se tocaran con temor de que el otro volviera a desaparecer. Pero no, ahí estaban los dos, juntos.
Perteneciéndose el uno al otro.
Lan XiChen seguía sentado sobre la cama apretando con furia el móvil entre sus manos. Había leído hasta la última página, siendo todo tan... desgarrador.
Los archivos que Xie Lian le había mandado revelaban mucho más de lo que llegó a imaginar. Era simplemente horrible.
El alfa sentía una presión en su pecho, como si el techo se le fuera a caer encima. Rindiéndose decidió ponerse de pie, en vez de intentar dormir salió de la habitación. No había muchas opciones de hacia dónde ir, pero necesitaba aire fresco.
La idea de estar en un lugar alto para respirar y dejar fluir su mente pareció altamente atractiva. Ya lo había hecho una vez y había comprobado que sí funcionaba, por lo que más decidido subió hasta encontrar una puerta que diera a la azotea de la casa. No era tan alto como un rascacielos, pero serviría para pasar ese momento.
Con pasos suaves llegó hasta una orilla y se sentó. En la soledad su mente se vio acorralada, repasaba cada memoria de su pasado y disimuladamente ocultaba su tristeza.
No transcurrió mucho tiempo antes de que una voz conocida apareciera.
—Así que estabas bien...—dijo Jiang WanYin observándolo con recelo y acercándose lentamente. —Si esa es tu cara de estar bien no quiero ni imaginarme la de tristeza.
El comentario irónico terminó causando una pequeña sonrisa en Lan XiChen. Sabía que debía verse pésimo.
—Bueno, la verdad podría estar mejor—respondió con honestidad. Sus ojos notaron como el omega se sentaba no muy lejos de él, causando un extraño sentimiento dentro de Lan XiChen. —Intenté seguir tus pasos y buscar un lugar alto para relajarme, en verdad funciona.
Miró a la lejanía las luces de la noche y el poco ruido que había, fácilmente podría perderse entre callejones y huir para no mirar atrás nunca más. Pero el saber que aún tenía a personas contando con él le detenía, en especial Lan WangJi. Su hermano.
Jiang WanYin veía al Lan con detenimiento, con facilidad sabía que no era un gran momento para XiChen.
—No preguntaré qué te ocurre—dijo el omega con voz tranquila. —Con sólo verte puedo notar que no debe ser nada bueno.
Lan XiChen suspiró y alzó la mirada al cielo, el vapor de su aliento era visible, mostrando el frío que hacía. Aunque no estaba afectado, por experiencia recordaba haber estado en lugares aún más fríos que ese.
En su mente estaba un blanco Gusu, repleto de nieve, tan frío que su nariz se pintaba de rojo y sus dedos dolían. Pero jamás sintió un frío verdadero, pues el calor de su familia le abrigó día con día. Hasta que esa llama que mantenía la calidez se extinguió. Esos recuerdos que creía ilusiones le recordaban la verdad.
—Acabo de confirmar mis sospechas de años atrás, las cuales me dicen que Jun Wu mató a mi madre para llevarnos a mí y a WangJi con él—declaró Lan XiChen en un desesperado intento por desahogarse. Quizás lo hacía con Jiang WanYin porque el omega lo había hecho de igual forma en su momento. Pero ahora era el turno del alfa para expresar el pesar de su corazón. —Siempre creí que sólo era un mal sueño, pero aparentemente no.
Jiang WanYin asintió lentamente y murmuró: —Todo lo que toca Jun Wu lo destruye—ambos estaban de acuerdo en eso, pero no volvieron a decir nada. Era un ambiente silencioso hasta que WanYin preguntó con precaución. —¿Tu hermano lo sabe?
Lan XiChen negó enseguida. —WangJi era muy pequeño, no creo que recuerde...
Una parte interna de Lan XiChen pedía a gritos decirle a alguien todo lo que sabía, no podía cargar con todo él solo. Y aparentemente el omega de su lado estaba dispuesto a escuchar. Aún con ese rostro poco amigable sus acciones decían abiertamente que podía confiar en él.
Y así lo hizo Lan XiChen, eligió confiar en Jiang WanYin.
—El día de la masacre mi madre nos escondió en una de las cuevas de la montaña, ella salió por un momento y escuchamos su grito—empezó a relatar mirando las luces lejanas y brillantes. —Eché un vistazo y vi a alguien apuntarle con un arma, mi primera reacción fue tapar los ojos de WangJi para que no viera. Pero yo...
Su voz se vio ahogada con el recuerdo de la nieve blanca manchándose de carmín y los ojos llenos de miedo de su madre.
WanYin terminó por él. —Tú viste cómo moría...
XiChen cerró los ojos y asintió. —Sí...
Una única lágrima cayó. Sólo una.
—Jamás vi bien quién había tirado del gatillo, pero una parte dentro de mí siempre lo supo. —dijo el Lan sintiendo culpa por haber sido tan fácilmente engañado. Pensar en todos los peligros que habían corrido él y su hermano sólo por caprichos de un hombre. —Jun Wu llegó a la cueva y nos obligó a salir, aunque intenté que WangJi no viera el cuerpo de mi madre fue imposible... no se puede ocultar la sangre sobre la nieve.
Jiang WanYin escuchó cada palabra y asintió. No dijo nada del tema, únicamente preguntó: —¿Se lo dirás?
Sabía que se refería a Lan WangJi. Aunque el mayor de los Lan no quisiera debía de hacerlo. Ese asunto los involucraba a ambos, era su madre, merecía saberlo.
—Sí—XiChen apretó sus manos sintiendo enojo. —Él siente respeto por Jun Wu porque piensa que nos salvó, pero...
—Jun Wu está muy lejos de ser un salvador—le interrumpió Jiang WanYin comprendiendo la molestia de Lan XiChen.
El alfa asintió. —Demasiado.
Los alientos de ambos se veían como vapor volando en el ambiente, a cada segundo se sentía con mayor fuerza el frío.
—Yo jamás vi la muerte de mis padres—dijo de la nada el Jiang. —La primera vez regresaba del instituto con WuXian, JieJie nos había prometido hacernos sopa de raíz de loto. Estábamos emocionados, pero cuando llegamos ya no había nada...—su rostro se vio oscurecido por el recuerdo. —Mi madre logró salvar a mi hermana, aunque terminó gravemente herida y JieJie aún mantiene secuelas... Y mi padre... mi padre se había ido con la explosión.
Lan XiChen se podía imaginar al pequeño Jiang WanYin de trece años viendo como su hogar caía a pedazos y una de las personas más importantes en su vida se desvanecía mientras que las otras terminaban gravemente heridas. El alfa había leído el informe de la muerte de los Jiang, sabía lo que había ocurrido y cómo incluso fueron tras los últimos sobrevivientes para arrasar con todos.
A diferencia del Jiang, Lan XiChen era un niño de ocho años cuando perdió a su madre, tenía siente cuando vio por última vez a su padre.
Esa escena le hizo sonreír por una milésima de segundo.
—Recuerdo la última vez que vi a mi padre—dijo el alfa. —Nos había prometido a WangJi y a mí un paseo cuando regresara, pero nunca volvió...—esa felicidad efímera de hacer unos instantes se desvanecía dejando solamente dolor. —Mi hermano ya ni siquiera recuerda su rostro.
Jiang WanYin le miró de lado. —¿Esto es acaso una competencia de quien ha sufrido más?
XiChen sonrió y negó levemente. Ese omega en verdad no tenía tacto. —Si lo fuera desearía que ninguno de los dos ganara.
Jiang WanYin seguía con la vista en el Lan, parecía tener curiosidad. —¿Cómo era tu madre?
XiChen le miró con calma mientras mentalmente juntaba los recuerdos de la mujer más llegó a amar. —Era amable, muy gentil y le gustaba molestar a WangJi. Su voz siempre fue suave, la mujer más buena que he conocido en mi vida—su voz al hablar de su madre incluso se volvía cálida. Recordarla podía ser doloroso, pero al mismo tiempo le hacía feliz, sabiendo que de cierta forma ella aún vivía en él. —Hizo lo imposible por mantenernos a salvo.
Esa mujer había sido valiente, mantuvo su pequeña familia junta durante el año que su padre no estuvo e incluso después de enterarse de su muerte luchó por sus hijos.
—Pues lo logró—dijo WanYin. —Ambos siguen vivos y uno de ellos encontró a su destinado, yo digo que estaría feliz por ustedes—los ojos del alfa y omega se encontraron, ambos mirándose en silencio. Quizás la presión del momento fue mayor para el omega ya que apartó la mirada y añadió: —Mi madre era completamente diferente a la tuya.
—He escuchado mucho de la famosa Araña—comentó XiChen interesado en oír más de la madre de ese asesino tan letal. Por sus capacidades apostaba lo que fuera a que debió ser una gran mentora.
—Créeme que todos esos rumores son ciertos—concordó el omega recargándose en sus brazos mientras inclinaba su cuerpo hacia atrás. Su mirada brilló ante la mención de su madre. —Era feroz, orgullosa, muy inteligente y no se doblegaba ante nadie.
Lan XiChen estaba seguro que esa descripción también encajaba a la perfección con otro Jiang. —Como tú.
Jiang WanYin le miró por unos segundos antes de desviar el rostro, Lan XiChen estaba casi seguro que miró un pequeño sonrojo, pero no lo presionaría, en su lugar, esperó en silencio a que el omega procediera.
La voz de WanYin se aclaró y continuó. —Ella no era una persona muy afectiva, tenía una forma muy peculiar para mostrar su cariño... A mis ojos era invencible—el Jiang bajó la mirada. —Pero la verdad es que no lo era...
Lan XiChen entendió a lo que se refería. Él también llegó a creer de niño que su padre era alguien capaz de vencer a quien fuera. Pero la realidad fue más dolorosa de lo que pensaba.
WanYin suspiró. —Un día salió a un trabajo, estaba en sus últimas cuando volvió, jamás la había visto así—contó como si aún a pesar de los años no lo pudiera creer. —Nos obligó a escapar mientras nos daba tiempo... esa fue la última vez que la vi...
Aquello le indicaba a Lan XiChen que La Araña murió en el tiempo que Jun Wu los mandó a cazar. Y ella, como toda madre, dio su vida antes de que tocaran a sus hijos.
Jiang WanYin se quejó, quizás sorprendiéndose de todo lo que le había dicho al Lan... otra vez. El omega empezó a buscar algo entre sus ropas, sacando un pequeño recipiente que parecía contener posiblemente ron o alguna clase de licor.
El omega observó un poco el envase debatiendo en si beber o no. Al final lo abrió y se lo tendió al Lan.
—¿Quieres?—ofreció sin verlo. —No sé si mezclar alcohol sea lo ideal—esa era una clara referencia a la última vez que Jiang WanYin había bebido delante del alfa—, pero creo que lo necesitas... bueno, necesitamos.
Lan XiChen estaba a punto de rechazar, sabía que no era resistente al alcohol, pero ver al omega intentando ayudarle le hizo imposible decir que no, así que al final asintió.
—Si así lo crees lo tomaré.
El alfa extendió la mano, en el momento que lo tomó sus dedos se rozaron con los del omega, quien parecía huirle, ya que se alejó como si Lan XiChen le hubiera quemado. Por su parte, el alfa, al contrario, deseó que el contacto fuera más prolongado.
XiChen miró el alcohol por un momento y a su acompañante. Ahora aseguraba que salir a tomar un poco de aire había sido una muy buena elección.
Sin dudar dio un trago y sintió el ardor en su garganta quemar en todo el trayecto hasta su estómago. Por su naturaleza apenas hizo un pequeño gesto.
—¿Fuerte?—preguntó con burla el Jiang arrebatándoselo de la mano para beber de igual forma.
Lan XiChen asintió aún aturdido, ni siquiera preguntaría que acababa de beber. —Algo.
Jiang WanYin sonrió. —Lo mejor para olvidar las penas.
Una vez más le tendió el licor, XiChen volvió a aceptarlo. Quizás beber sólo jamás le hubiera ayudado, pero hacerlo con alguien que comprendía su sentir y varios aspectos era... confortante.
Una experiencia nueva... y le gustaba... mucho.
Después de su tercer trago se sintió adormilado, el sabor que en un principio era fuerte había pasado a ser una leve molestia. Suponía que quizás ya había entrado a un estado de ebriedad, pero estaba demasiado ido para sobrepensarlo.
De la nada la ciudad ya no estaba delante suyo, en su lugar había blanca nieve y una gran tormenta cayendo sobre él. Era como esas ventiscas de las cuales su madre siempre le advirtió alejarse, ya que una vez que entrabas era seguro que te perderías. Y efectivamente.
Se sentía perdido y abrumado.
El tacto en su mano le hizo girar su rostro, encontrándose con Jiang WanYin que le veía consternado.
—¿Estás bien?
En el momento que el alfa escuchó esa voz la tormenta se detuvo. Sólo veía el rostro del omega y copos de nieve adornando su alrededor.
Una vez más regresó a la ciudad, sintiendo como era sujetado para no perderse.
Su mirada fue más intensa sobre el omega, agradeciendo en silencio por ese momento. Aunque Jiang WanYin seguía evidentemente confundido.
—¿Qué?—dijo el omega al percatarse que XiChen no dejaba de verlo.
El alfa sonrió y negó. —Nada—miró como el Jiang seguía sosteniendo su mano. —Tú compañía me hizo bien.
WanYin le soltó, pero fue de forma lenta e insegura. —Tú lo hiciste cuando yo lo necesitaba, sólo te regreso el favor...
—Y lo aprecio.
Los ojos del omega de enfrente se volvían sinceros, siendo un gancho que se prendaba de Lan XiChen, haciéndole imposible no dejar de verle. Las mejillas de WanYin eran teñidas en un color más intenso, pero habiendo tantos factores como el frío, alcohol o la vergüenza, el alfa sólo lo contempló en silencio.
WanYin seguía reacio a verle por tiempos prolongados. —¿Siempre eres así?
El alfa ladeó la cabeza confundido. —¿Así como?
—Tan... correcto—emitió el omega con una mueca.
XiChen parpadeo varias veces, al final soltó una ligera risa no tan propia de él. WanYin se asombró por esa actitud tan despreocupada del Lan.
El alfa se calmó lo mejor que pudo y respondió. —Eso creo—una duda le asaltó: —¿Te molesta?
WanYin desvió su rostro y negó con suavidad. —No, sólo es raro.
—Supongo que no estás acostumbrado, eso es todo—emitió XiChen acercándose un poco al omega para percibir el aroma a flor de loto.
El Jiang bufó con burla. —¿Tú crees que con aquellos idiotas hay tiempo de ser educado?—preguntó apuntando al interior de la casa refiriéndose a todos sus compañeros. —Aunque lo intentara sé que fallaría, me pides un imposible. En especial si se trata de WuXian.
XiChen sonrió al ver cómo Jiang WanYin se refería al resto de demonios con irritación, pero sabía con claridad que se preocupaba por todos, en especial por Wei WuXian.
Otra cosa que tenían en común. Ambos seguían cuidando desde la sombra a sus hermanos y así sería hasta el fin de sus vidas.
Embelesado miró el perfil del omega, siendo bello y elegante a la vez. Este bebía lo último de lo que quedaba de licor. Para dos había sido relativamente poco, pero para alguien que nunca bebía como Lan XiChen había sido más que suficiente para entorpecerlo bastante.
Incluso su lengua se soltó aún más de lo normal.
—Creo que me gustas, WanYin.
Como un dejavú, el omega de su lado se comenzó a ahogar con el último trago. Recordándole esa misma escena tiempo atrás en un alto edificio.
Jiang WanYin lo miró alarmado. —Ah, ya entendí, fue mucho alcohol para ti...
Lan XiChen no se inmutó ante esas palabras, estaba muy ofuscado en el omega pensando en una única cosa.
—Quiero hacer algo...—dijo el alfa acercándose al Jiang.
Jiang WanYin sudó frío. —¿E-El qué?
Lan XiChen estaba a un par de centímetros de su rostro. —Pero no quiero que esta vez salgas corriendo.
Los ojos de omega se abrieron grandes. —Acércate más y te quebraré las piernas—a pesar de sus palabras no retrocedió al ver como Lan XiChen seguía acercándose peligrosamente cada vez más. —Hablo en serio...
Con la punta de sus narices rozándose XiChen dijo unas últimas palabras. —Correré el riesgo...
En un último empujón sus bocas chocaron. Jiang WanYin se tensó al instante, el alfa sintió el cuerpo rígido bajo su tacto, por lo que le sujetó de la nuca y dejó salir más de su aroma para tranquilizarlo. Supo que había funcionado cuando recibió una contestación en su beso.
Labios fríos y lenguas calientes, sus alientos con el tinte del licor impregnado. Movimientos largos pero seguros. Ambos acoplados a la perfección.
XiChen se sintió complacido por poder degustar al Jiang una vez más. Aunque duró muy poco antes de sentir un golpe en estómago y el aroma a loto alejarse.
WanYin le veía con el entrecejo fruncido, respiración entrecortada y un rostro completamente rojo, con una mano tapaba su boca, incapaz de creer lo ocurrido. —Estás loco...
Con eso dio media vuelta dejando en total soledad a un ebrio Lan XiChen.
El alfa se recostó y sostuvo su cabeza, no podía dejar de sonreír, lo más seguro es que le duraría la sonrisa un par de horas, o quizás toda la vida.
—Fue bueno mientras duró.
En definitiva había valido la pena arriesgar su vida de esa forma.
Chapter 41: Capítulo 40. Demonios.
Chapter Text
El menudo cuerpo que descansaba encima suyo por fin estaba totalmente relajado, haciéndole saber que Xie Lian por fin había caído dormido. Hua Cheng se sintió aliviado al ver que su omega podía relajarse un poco y descansar, habían pasado varias horas antes de que Xie Lian se rindiera al sueño. Pero no lo culpaba, sus vidas eran complicadas, aunque, por lo menos ahora se tenían el uno al otro.
Durado un par de horas hablaron de todo y nada, compartiendo de vez en cuando un par de besos y caricias que al final el mismo omega se encargaba de ponerle un alto, segundos después se comportaba como si estuviera más que avergonzado y decia cualquier cosa al azar o comenzar a disculparse con el alfa por no haberlo reconocido antes. Hua Cheng siempre le restaba importancia, asegurando que confiaba en que tarde o temprano volverían a estar juntos como lo que en verdad eran.
El alfa estaba recostado en el sofá con Xie Lian encima suyo, ni siquiera notaron cuando ambos se habían acomodado de esa forma tan perfecta, aunque no podría ser la ideal para dormir y descansar como era debido. Hua Cheng le miró dormir por un tiempo más hasta que decidió alzarlo con suavidad para llevarlo a la cama de la habitación. Aún faltaban unas horas para el amanecer, así que podría deleitarse de observarle dormir más tiempo. Simplemente hermoso.
Xie Lian hizo una pequeña mueca entre sueños en cuanto Hua Cheng le soltó para acomodarlo en la cama.
—San Lang—su llamado con temor fue apenas audible, pero no pasó desapercibido para Hua Cheng.
El alfa no tardó en acomodarse a su lado y abrazarle. —Aquí estoy Gege.
Con esas pocas palabras la expresión de Xie Lian volvió a tener paz. Hua Cheng inhaló con fuerza el aroma del omega, percibiendo cada nota floral como el paraíso. Se sentía tan dichoso al saber que lo último que sus ojos mirarían antes de dormir sería el bello rostro de su destinado. La persona que tanto había estado esperando.
El alfa sonrió por naturaleza, dejando un corto beso, apenas un roce en los labios de Xie Lian, fue que decidió dormir un poco antes de volver a su trabajo e idear algún nuevo plan para evitar volver a separarse del joven omega.
El sol aún no salía, pero ya era perceptible ese pequeño halo de luz en el horizonte. El clima era sumamente frío debido a la temporada, sólo un loco dejaría la calidez de su cama para ir a un establecimiento abandonado a esperar a una persona que jamás había visto en persona.
Y casualmente no sólo era un loco, sino dos. Los lotos del sur.
Jiang WanYin miró el vapor salir de su boca, su mente estaba perdida, repasando su noche. Repetía varias veces su conversación con Lan XiChen, pero justo cuando llegaba a la parte del beso sentía como su mente se atrofiaba y hacía un cortocircuito. Ese alfa era irritante, y para empeorar todo, malamente era incapaz de matarlo. O quizás sólo le faltaba un motivo más fuerte para hacerlo...
Con los colmillos estando en su hogar, ahora era casi imposible evitar al Lan, lo que más detestaba era cuando tenía que aguantar esa horrible sonrisa que hacía el alfa como si nada hubiera pasado.
Era despreciable.
—¡Jiang Cheng!—gritó WuXian desesperado al ver que su hermano estaba muy disperso para prestarle atención. Con un puchero le reclamó. —No es normal que estés tan distraído.
WanYin sacudió su cabeza intentando despejarse, dando un vistazo a su hermano respondió de la única forma que se le podía responder a alguien como Wei WuXian.
—Es muy temprano para soportar esto, ¿cómo puedes tener tanta energía?—emitió el Jiang con una mueca. La excesiva energía de WuXian no era nada del otro mundo, pero había algo que en definitiva no terminaba de encajar. —Para empezar, ¿cómo pudiste despertar a esta hora?
WuXian sonrió. —Fácil, no dormí—respondió con simpleza. —Estuve al pendiente de Lan Zhan toda la noche.
La imagen de un Wei WuXian revisando la herida y respiración de Lan WangJi durante toda la noche le causó cierto peso en el corazón al Jiang. Era obvio que su hermano no concilió el sueño así de fácil teniendo a su destinado en tan mal estado. Sabía que el Lan estaba fuera del peligro de morir, pero no por eso la herida de la bala dejaría de ser menos escandalosa,
WuXian levantó la vista al cielo, la sonrisa que hace un momento estaba en su rostro desapareció, siendo intercambiaba por una expresión más seria. El omega te tocó su pecho y apretó los labios. Jiang WanYin le observó en silencio, algo no estaba del todo bien, pero tampoco debía ser tan grave ya que WuXian seguía tranquilo.
—¿Qué te ocurre?—preguntó finalmente el Jiang para no ser carcomido por la duda.
La postura de WuXian era tensa y en sus ojos se veía reflejado algo de temor. —Antes de venir me topé con Lan XiChen—su voz era baja—, dijo que quería hablar con Lan Zhan.
Jiang WanYin no comprendió. —¿Y el problema está en...?
WuXian posó las dos manos sobre su pecho y respondió: —Lan Zhan está molesto y... triste.
El Jiang comprendió. —Oh.
Ese cambio de ánimo en su hermano se debía directamente a Lan WangJi. Incluso podía hacerse una idea del motivo por el cual Lan WangJi podría estar reaccionando de esa forma. Lo más seguro es que Lan XiChen había decidido contarle de una vez por todas lo que había descubierto de Jun Wu.
Era increíble como los hermanos Lan siempre parecían contarse todo. Para WanYin era algo envidiable, secretamente admiraba su relación. Sin embargo, ver cómo él y WuXian tenían su estilo de llevar las cosas también le hacía sonreír de vez en cuando. A pesar de todas las peleas estaban ahí, lado a lado, apoyándose.
El Jiang observó un poco más a su hermano. Wei WuXian tenía un brillo diferente, ahora era capaz de verlo, e incluso empezaba a causarle cierta intriga.
—WuXian—llamó tomando algo de valor para emitir la interrogante que cada vez le hacía sentirse más curioso ante la relación de Wei WuXian y Lan WangJi. —¿Qué se siente estar enlazado?
La pregunta fue tan repentina que WuXian permaneció en silencio varios segundos. Su expresión era evidentemente de sorpresa. —¿Por qué lo preguntas?
Jiang WanYin se encogió de hombros como si no le importara tanto, o al menos esa era la impresión que deseaba dar.
—Te desvives prácticamente por ese alfa y ni siquiera tienen tanto de conocerse—se fijó en su hermano esperando una respuesta. —¿Es tan fuerte tener un destinado?
La mayor parte del tiempo Wei WuXian respondía rápido, o en su defecto hacía bromas, pero en esta ocasión demoró varios segundos, como si meditara bien sus palabras.
Al final suspiró y negó. —Ni siquiera yo lo entiendo, sólo sé que quiero estar a su lado—confesó con voz cansada al ver que no había respuesta lógica para lo que sentía por Lan WangJi. —Desde que nos enlazamos es como si una parte de Lan Zhan siempre estuviera conmigo, lo siento; sus emociones son tan fáciles de entender, casi como si fueran mías...—el Jiang volvió a ver ese inusual brillo en los ojos de WuXian como cada vez que tenía algo que ver con el Lan. Wei WuXian sonrió y rio con diversión. —Creo que no tiene sentido lo que dije.
Jiang WanYin le miraba serio, sentía que las palabras de WuXian tenían más sentido de lo parecía. —Quizás sí lo tenga.
Le gustara o no, Lan WangJi había llegado de forma salvaje a la vida de su hermano, haciéndolo sentir un tanto aislado, pero seguía confiado en él. Quizás ese alfa lo monopolizaba casi todo el tiempo, más no era un verdadero obstáculo. Ahora comprendía que sin importar que, Wei WuXian seguiría siendo su hermano.
—Jiang Cheng—WuXian se removió en su lugar. —Me iré con Lan Zhan a Gusu—dijo haciendo que el Jiang le mirara enseguida, WuXian siguió hablando. —Estaremos ahí hasta que sus heridas mejoren.
Prácticamente sólo le estaba avisando, pues aparentemente la elección ya estaba más que tomada.
—¿Qué? ¿Cuándo decidieron hacer eso?—preguntó WanYin inseguro.
—Esta mañana antes de venir para acá—dijo WuXian sonriendo con sutileza.
Jiang WanYin quiso decir "no" de inmediato, pero nada salió de sus labios. La verdad no había un verdadero motivo para detenerlos. Admirando el panorama, no es como si haciéndolos permanecer en la ciudad todos estarían más a salvo.
Finalmente sólo se atrevió a hacer una pregunta. —¿Están seguros?
WuXian incluso parecía un poco emocionado. —Queremos un momento para nosotros, las cosas no están bien y él debe descansar, teniéndolo aquí sólo provocará que quiera ayudar, debo alejarlo y asegurarme de que se recupere bien.
La forma de hablar de ese Wei WuXian era más madura de lo que estaba acostumbrado WanYin, ya que usualmente era él quien le recordaba a su imprudente hermano que no se excediera.
—¿Qué hay de Jun Wu?—preguntó enseguida WanYin.
El rostro de WuXian decayó, sus ojos se incendiaron en llamas.
—Ambos sabemos que es cuestión de tiempo antes de que nos encuentre—murmuró con voz fría. —¿Te diste cuenta, verdad?, en cuanto ellos llegaron con nosotros Jun Wu supo nuestra ubicación. Lan Zhan se despertó preocupado diciendo que era peligroso que permaneciera ahí con nosotros y que podría ser rastreado...—WuXian le lanzó una mirada acusadora a su hermano. —Pero eso es algo que tú y Hua Cheng ya sabían...
Efectivamente, tanto Hua Cheng, como Jiang WanYin supieron que en cuanto alguno de los colmillos pusiera un pie en su hogar todos quedarían expuestos. Aun así, ambos estuvieron de acuerdo, habían durado demasiado tiempo escondiéndose. En este punto el Jiang no creía que Jun Wu simplemente aparecería ahí declarando la guerra. No, él era demasiado sofisticado para hacer tal alboroto, no era un idiota, ese alfa estaba planeando algo, pero... ¿Qué?
—No importa donde estemos, si él lo quisiera ya nos hubiera atacado—dijo Jiang WanYin pensativo. —Ahora que ha perdido a los colmillos, me pregunto qué hará sin sus mejores asesinos.
WuXian se encogió de hombros. —No sé lo que trae entre manos, pero no debe tardar en moverse—un suspiro lleno de frustración escapó de su boca. —Quiero fingir por un momento que tengo una vida tranquila con mi alfa.
El Jiang no necesitaba ver a su hermano para notar la preocupación que mantenía por Lan WangJi. El alfa claramente ya estaba fuera de peligro, es disparo que había recibido no tardaría tanto en sanar, además de que Lan WangJi tampoco era alguien débil. Pero aún con todo eso Wei WuXian seguía alterado, se notaba que sus sentidos estaban en alerta. Y no era para menos, ya que estuvo a punto de morir. WanYin empezó a estar de acuerdo en que aquellos dos se alejaran por un par de días. Pocos sabían la ubicación de Gusu, la única amenaza real de encontrarlos era Jun Wu.
—Sólo mantente en comunicación—respondió WanYin querido demostrar apoyo a WuXian. —Ya pasaste por mucho, tomate un tiempo. Yo seguiré trabajando con el resto, aún quedan muchas cosas que arreglar. HuaiSang dijo que Xue Yang parecía tener contacto con alguien más, aún está investigando más detalles.
Debido a la mención del difunto beta, los ojos de WuXian se entrecerraron, su voz aún guardaba rencor. —Xue Yang... el maldito en verdad lo estaba disfrutando. Ese loco, me pregunto a cuántos mató para terminar así.
A diferencia de WuXian, Jiang WanYin ya no le tenía importancia al beta. Sí, los engañó y lastimó, pero ya estaba muerto, no malgastaría su tiempo hablando de un cadáver.
—Te recuerdo que nosotros tampoco somos personas inocentes, nuestras manos han acabado con varías vidas—dijo el Jiang sin interés. —Y el número sólo aumentará.
WuXian le miró de lado y sonrió, una extraña risa salió del omega. Su rostro abatido era reemplazado por uno de alegría.
—El enemigo debería de cuidarse ahora que has regresado a tu antiguo yo.
Jiang WanYin alzó una ceja. —¿Mi antiguo yo?
WuXian asintió repetidas veces. —Sí, cuando me acompañabas a misiones y aplastábamos a todos. ¿Ya lo olvidaste? ¡Éramos los mejores! ¡Los lotos del sur contra el mundo!
Al ver la alegría de su hermano y la emoción con la que relataba aquellos tiempos, Jiang WanYin mostró una pequeña sonrisa. —Quizás es tiempo de volver.
Ambos hermanos miraron como los primeros rayos del sol comenzaban a tocar la ciudad. Su calidez se sentía como un alivio al frío ambiente. Siendo como la primera caricia que deseas recibir en el día.
—El invierno ya está aquí—murmuró WuXian perdido en sus pensamientos. —Y parece que será muy frío este año.
Jiang WanYin concordó con sus palabras, él no era de las personas que gustaban de las temporadas frías, lo suyo era el verano y ambientes cálidos, además de que el frío le hacía sentirse un poco cabizbajo en ocasiones.
El Jiang sintió un pequeño empujón a su costado, por lo que miró con molestia a su hermano.
WuXian tenía una sonrisa ladina en el rostro. —Será mejor que consigas a alguien que te abrace para que puedas entrar en calor.
WanYin bufó exasperado al ver que sólo se trataba de una estupidez más de Wei WuXian. —No necesito que nadie me abrace.
—Claro que sí, a todo mundo le gusta que lo abracen—dijo enseguida WuXian con intenciones de seguir molestándole.
Jiang WanYin frunció el ceño. —A mí no.
—¿En serio?
Wei WuXian se lanzó y envolvió en un fuerte abrazo a su hermano. Tal como era esperado, Jiang WanYin empezó a luchar para quitárselo de encima.
—¡Suéltame ahora mismo!—exigió sin dejar de removerse. —¡Te voy a quebrar las piernas si no me sueltas!
Al ver que Wei WuXian solamente reía con más fuerza sin dejar de aferrarse a él, optó por darle un golpe lo suficientemente fuerte para que le soltara.
En cuanto WuXian sintió el dolor en su estómago deshizo su abrazo y se alejó. —¡Ah, está bien!
Jiang WanYin lo escuchó quejarse un poco más, secretamente sonreía y negaba por lo idiota que era su hermano.
En un instante todo se sumió en silencio y ambos omegas fijaron su atención a un punto en particular.
—Ya llegó—dijo WanYin.
Los pasos acercándose y la figura surgiendo a lo lejos confirmaron sus palabras. Estaban un poco sorprendidos, incluso les hacía dudar si debían seguir con todo aquello.
—Cuando Mo te llamó hermano no pensé que sería tan literal—dijo WuXian en voz alta.
Jiang WanYin no se quedó atrás y también habló: —Te creíamos tres metros bajo tierra, Jin ZiXuan.
Frente al par de omegas había un joven alfa, una mirada un tanto arrogante, pero sabiendo que esa era la persona que había estado cuidando de Jiang YanLi los últimos días suponían que debía ser un aliado.
—Hasta hace poco se creía que los lotos del sur también estaban en el otro mundo, pero henos aquí, más vivos que nunca—respondió el Jin mirándolos de igual forma con cierto interés.
—No estamos aquí para hablar de cómo regresamos de la muerte—aclaró WanYin cortantemente. —Supongo que debemos darte las gracias por haber cuidado de nuestra hermana.
Jin ZiXuan bajó la vista por unos segundos. —Era una deuda que tenía con XuanYu y ahora por fin la saldé, aunque... creo que fue muy tarde.
Ninguno de los dos omegas sabía con exactitud el tipo de relación de hermanos que manejaban Mo XuanYu y Jin ZiXuan, después de todo uno era el hijo favorito que heredaría el negocio, pero trágicamente había muerto hace más de un año, o eso se creía. En cambio, el otro fue el hijo bastardo que nunca pudo llenar las expectativas de su padre y por ello fue expulsado del negocio y arrojado a su suerte.
Aún con eso, ambos omegas creyeron ver un genuino sentimiento de melancolía en ZiXuan ante la muerte de su hermano.
—Sentimos tú perdida—dijo WuXian queriendo dar su más sentido pésame, pues para él Mo XuanYu fue un gran aliado e incluso un amigo.
ZiXuan negó con molestia. —Es por este motivo que me alejé de todo esto, quería evitar más muertes, pero parece que es imposible.
WanYin sintió lástima, pero sabía que era un error pensar como el Jin. —Una vez dentro no se puede salir, sólo sobrevivir—queriendo acabar con el decadente ambiente agregó: —Dijiste que tenías algo para nosotros.
—Así es, como XuanYu ya no está me comunicaré con ustedes de ahora en adelante—informó el alfa de forma seria.
Los dos lotos se sentían más tranquilos ahora que conocían de frente a la persona que les ayudaba, y mejor aún el hecho que pudieran tener mayor contacto. Pues era la vida de su hermana la que estaba en riesgo.
—Gracias por seguir con esto a pesar de todo—dijo con honestidad WanYin.
Después de la muerte de Mo XuanYu se sorprendió de recibir una llamada por parte del Jin. Al principio creyó que quizás dejaría de apoyarlos, ya que la persona por la que se había inmiscuido en primer lugar había muerto, pero sorprendentemente no fue así. Al contrario, aseguró que debían verse las caras y hablar algunas cosas.
—Le prometí a mi hermano que lo haría hasta que el peligro pasara, yo mantendré mi palabra incluso con su muerte—dijo ZiXuan solemnemente.
WuXian estaba inusualmente callado y mirándolo con recelo. —Espero siga sana y salva.
Jin ZiXuan le miró mal debido a su comentario. —No me subestimen, mi trabajo ha sido impecable hasta ahora—el alfa sacó una fotografía de entre su ropa y se las tendió. —¿Reconocen a esta persona?
Ambos hermanos la miraron con detenimiento, sin embargo terminaron negando. —No.
—Ha estado muy insistente siguiendo nuestro rastro. No sé por cuánto tiempo podremos seguir evitándolo—advirtió el Jin.
WuXian se burló. —¿No que tu trabajo es impecable?
ZiXuan pareció preferir ignorarle. —Se los digo para evitar desgracias.
Mientras Jin ZiXuan y Wei WuXian tenían una especie de lucha de miradas, Jiang WanYin analizaba la situación.
—¿Qué tanto se ha acercado a ustedes?—inquirió el Jiang.
—Demasiado, aunque siempre logro evitarlo, tenía planeado matarlo, pero algo me dijo que no sería buena idea—comentó el Jin esperando alguna respuesta por parte de los omegas ante su sugerencia.
WanYin pensó un poco en las palabras de ZiXuan, al final encontró lógico lo que decía. —La verdad es que podríamos capturarlo y hacerle un par de preguntas.
No era seguro que obtuvieran alguna respuesta en concreto, pero tampoco podían descartar la idea. Jiang WanYin estaba harto de ir a ciegas, quería más información de su enemigo. Sin embargo, que le blanco fuera su hermana no le gustaba en lo más mínimo.
Al ver la pelea interna de su hermano Wei WuXian preguntó. —¿Qué piensas Jiang Cheng?
El silencio prolongado del Jiang ponía tensos a los otros dos presentes.
Jin ZiXuan creyó prudente hablar. —En este punto cualquier idea es mejor que hacer nada. El lugar donde se encuentra ahora es muy seguro, pero sé que en una semana lo podrían descubrir y otra vez tendré que movilizarla—el alfa hizo una mueca. —Siendo honesto, no creo que tantos viajes la ayuden.
Jiang WanYin era consciente que la salud de su hermana no estaba a su favor para seguir huyendo. Sintiéndose acorralado miró a WuXian.
—Creo que es hora—dijo el Jiang obteniendo una expresión de asombro por parte de Wei WuXian. Con la decisión ya tomada miró a ZiXuan. —Trae a JieJie antes de que la encuentren.
Jin ZiXuan asintió, aunque seguía habiendo duda en su rostro. —¿Seguro?
Por última vez, Jiang WanYin lo pensó, pero seguía viendo eso como su mejor vía. El omega añadió: —Espera un par de días, si ocurre algo avísanos.
—Entendido—dijo ZiXuan aceptando la decisión de los omegas. —Vendré antes de tiempo si consigo más información.
Ambos omegas asintieron.
—Bien—WanYin vio de frente al alfa, aún no podía creer la ayuda por parte de esa persona. —ZiXuan... gracias.
Jin ZiXuan no respondió, sólo asintió levemente antes de dar media vuelta y alejarse.
Jiang WanYin estaba un poco impresionado, Wei WuXian no mintió. Realmente él y Lan WangJi se alistaron para irse ese mismo día. Antes de medio día el alfa y omega ya tenían todo lo necesario arriba de un auto y apuntó de partir por lo que serían un par de días.
—Recuerda llamar idiota—advirtió WanYin.
WuXian sólo rodó los ojos. —Ya te dije que sí.
La atención de Jiang WanYin pasó al Lan que estaba por detrás de WuXian. Con una mirada amenazante declaró mirado fijamente a los ojos dorados. —Más te vale que lo cuides.
—Jiang Cheng ya basta—interrumpió WuXian antes de que otra cosa sucediera. —Regresaré para ver a JieJie.
WanYin asintió conforme con eso. —Hasta entonces.
Lan XiChen, quien también estaba ahí, les sonrió. —Tengan cuidado.
La pareja dio unas últimas palabras antes de subir en el auto y arrancar. Sólo cuando estuvieron lejos de su vista fue que WanYin se permitió suspirar, pidiendo que su hermano estuviera sano y salvo.
Ahí de pie, Jiang WanYin sentía la presencia del alfa cerca suyo, causando que su cuerpo se tensara al instante, sin siquiera mirar sabía que Lan XiChen estaba unos metros detrás de él, esperándolo. Decidido a ignorarlo empezó a alejarse sin verlo.
Pero claramente no sería así de sencillo, pues apenas dio un par de pasos cuando escuchó al alfa llamarle.
—WanYin espera...
—No.
WanYin apresuró su paso intentando ganar más distancia, aunque no funcionó ya que XiChen le seguía de cerca como una pulga molesta apegándose a él.
—¿Irás con HuaiSang?—preguntó el alfa.
De forma tajante el Jiang respondió: —Eso no te incumbe.
Sus frías palabras no fueron suficientes para ahuyentar a Lan XiChen. Incluso el alfa respondió. —En este punto ambos sabemos que sí y mucho.
WanYin bufó con cansancio y se giró para encararlo. —¿Qué quieres?
Si ese alfa hacía alguna mención a lo sucedido la noche pasada lo golpearía y se alejaría. O eso se dijo el omega mientras esperaba alguna respuesta por parte de Lan XiChen.
La sonrisa de XiChen le irritó. —En vista de que nuestros hermanos no están, y el resto de nuestros compañeros parecen indispuestos, supongo que nosotros debemos de hacernos cargo.
—No hay ningún nosotros en esto—aclaró enseguida Jiang WanYin.
El omega comenzó a notar que el alfa le ignoraba muy a menudo cuando le convenía. XiChen hizo como si no hubiera escuchado nada y dijo: —Andar solos es muy arriesgado, creo ya vimos todo lo que puede suceder—refiriéndose al último incidente donde sus hermanos habían sido involucrados, y todo inició porque tanto Lan WangJi como He Xuan están solos en ese momento. Con todo a su favor Lan XiChen insistió: —¿Qué dices?
WanYin seguía mirándolo con desprecio, sabía que ese maldito alfa tenía razón. Y él no quería ser la causa de otro incidente.
Al final renegó pero terminó asintiendo. —Bien...—sus ojos adquirieron filo. —Pero yo conduzco.
Lan XiChen sonrió. —Adelante.
Hua Cheng despertó cuando la luz del sol era brillante e iluminaba toda la habitación. A su lado Xie Lian le abrazaba aún dormido, su rostro reflejaba paz y su aroma era sumamente relajante para el alfa. Tenerlo ahí era tan reconfortante para su corazón, por la noche había durado horas mirándolo dormir y ahora que había despertado quería hacer exactamente lo mismo. Perderse en su mundo llamado Xie Lian.
No pasó mucho tiempo antes de que el omega se removiera en su lugar y empezara a abrir los ojos. Su mirada perdida y gestos adormilados fueron más que tiernos ante Hua Cheng.
—San Lang...—dijo Xie Lian como si aún no entendiera dónde estaba. —Buenos días...
Hua Cheng le sonrió y tomando desprevenido al omega le robó un beso.
—Buenos días Gege—con un gesto de inocencia preguntó: —¿Pudiste descansar?
Los ojos de Xie Lian se habían abierto grandes ante el repentino beso matutino, su rostro se sonrojó tal como esperaba el alfa. Aunque no sabía si se debía exactamente a su beso o a su posición extremadamente cerca, o tal vez eran ambas.
Evitando mirar a Hua Cheng desvió la vista y asintió. —Dormí muy bien... ¿Y tú?
—Claro, cómo no hacerlo si estás a mi lado—dijo el alfa buscando sus labios para besarle una vez más.
Quizás había presionado demasiado al omega, pues este se alejó rápidamente.
—¡Tengo hambre!—gritó Xie Lian sin verle, después de eso el omega empezó a remover las sábanas de la cama y a buscar entre los muebles de forma desesperada. —¿Dónde está?, lo vi por aquí.
Hua Cheng seguía tranquilamente recostado en la cama apoyándose de un brazo mirando a su omega hacer un caos por la habitación.
—Gege—llamó con diversión.
Xie Lian frenó sus acciones de forma brusca. —¡Sí!
Aguantando su risa señaló. —Tu mano.
Xie Lian se fijó como su mano sujetaba el móvil con fuerza... justo lo que estaba buscando.
—Ah—el omega se aclaró la garganta tratando de sonar más natural. —Gracias...
Hua Cheng permaneció con su sonrisa y observó cómo Xie Lian miraba el aparato. Con un único vistazo supo que algo había sucedido.
—¿Noticias?—cuestionó el alfa sentándose en la cama.
Xie Lian tenía el ceño fruncido. Seguía muy atento a su pantalla leyendo un mensaje. —XiChen dijo que irá con los Nie, está acompañado de Jiang WanYin, creo que tienen algo—por fin miró a Hua Cheng de frente. —Hay trabajo que hacer.
Hua Cheng asintió poniéndose de pie. —Le diré a WanYin que nos veamos en algún punto.
—¿Por qué tardan tanto?—se quejó Jiang WanYin desesperado al ver que Hua Cheng aún no llegaba, tenía casi una hora de retraso. ¡Una hora!
Si no llegaba terminaría por arrojarse del puente donde estaban parados esperando.
Para empeorar las cosas tenía a Lan XiChen a un lado suyo que no dejaba de verle. ¡Estuvo casi una hora sintiendo esa mirada sobre él!
—WanYin—llamó Lan XiChen después de tanto tiempo, aunque el omega hubiera preferido que siguiera en silencio.
—¿Qué?—respondió de forma brusca. La amable sonrisa de XiChen le daba mala espina.
—Ya hay confianza ¿no?—dijo el alfa de forma tranquila.
Jiang WanYin no sabía por dónde iban las cosas, pero seguramente no era nada bueno. Así que negó rotundamente. —No, no la hay.
La voz del alfa disminuyó, pero fue audible aún para el omega. —Anoche parecía haberla...
Aquello hizo hervir la sangre de Jiang WanYin, quien le miró con desprecio. —¡Olvida eso!, yo no estaba en mis cinco sentidos... en ninguna de las dos ocasiones...—su voz pareció temblar ya que inevitablemente recordó los pequeños deslices que tuvo con el Lan. —Créeme que de haberlo estado no habría pasado nada de eso.
La expresión de Lan XiChen pasó a ser indescifrable para WanYin, aunque tampoco es como si fuera a preguntar.
—¿Tanto te desagradó la idea de besarme?—preguntó directamente el alfa.
Ahora Jiang WanYin en verdad quería arrojarse del puente. —¡Sí!
XiChen se mantuvo serio unos segundos, poco después esa sonrisa típica en su rostro regresó. —A mí no me desagrada la idea de besarte.
El omega lo miró incrédulo y parpadeo varias veces. Ese tono de voz y gesto... ¡Y esa maldita sonrisa!
—¿Estás coqueteando?—dijo WanYin casi asustado. Ver que XiChen sólo mantenía su expresión confirmó sus sospechas. —¡No lo hagas! ¡Es asqueroso!
Lo siguiente qué pasó es que Lan XiChen soltó una pequeña risa. Sus ojos no se despegaban del omega. Y esa mirada sólo hacía poner a Jiang WanYin con la piel de gallina, decidido a ignorarlo le dio la espalda para no tener que verlo, lo mejor era ignorarlo.
XiChen suspiró. —Eres fascinante A-Cheng.
El cuerpo del omega se tensó, de hecho tardó varios segundos en procesar lo que había escuchado.
Con una mirada de muerte preguntó. —¿Cómo me llamaste?
XiChen seguía en su lugar, su postura era tranquila, como si tener a un mortal omega delante suyo no fuera nada. —¿Es tu nombre de nacimiento, no?
WanYin lo miró directamente a la cara. —¿Quién te dio permiso de llamarme así?
—Si te incomoda puedes decirme A-Huan para estar a mano—dijo el alfa gentilmente. Su tono amable no hizo otra cosa más que terminar de enfurecer al Jiang.
—¡No haré eso!—expresó indignado el omega conteniendo las ganas de dispararle. De hecho, si tuviera algo no tan mortal que arrojarle lo haría. Desesperado comenzó a caminar lejos, en cuanto sintió los pasos del alfa detrás suyo le gritó: —¡Y aléjate de mí!
Dos figuras se cruzaron en el camino de Jiang WanYin impidiéndole avanzar.
—Es muy temprano para hacer rabietas—dijo Hua Cheng notando el pésimo humor que portaba el omega.
Los puños de WanYin se apretaron. —Tú... Ya pasa de medio día y llegan tarde. ¡Una hora tarde!
—Gege debía de comer algo, no lo iba a malpasar—se excusó Hua Cheng poniéndose en alerta por si el Jiang elegía lanzarse una aguja. Para su suerte eso no pasó.
Xie Lian, quien estaba al lado del alfa se disculpó. —Lamento la demora, San Lang no me dijo que íbamos tarde.
Hua Cheng captó la mirada acusadora del omega por no haberle dicho que iban con retraso, y en su lugar le convenció de ir a comer algo primero. Era obvio que de haber sabido que ya les estaban esperando se hubiera negado rotundamente. Aunque los bollos al vapor recién hechos estuvieron muy buenos.
Jiang WanYin contó hasta diez, en el número ocho se convenció que ninguno de esos alfas idiotas valían la pena. —Ya no importa.
Hua Cheng les hizo una señal para ir a un lugar más apartado y hablar.
—¿Y bien?—inquirió el alfa una vez que aseguró la zona. —¿Qué les dijo HuaiSang?
WanYin se recargó en una de las paredes y empezó a narrar todo lo que había intercambiado con el Nie. —Él asegura que Xue Yang se contactaba con alguien más, aún no hay pruebas sólidas, pero para mí la palabra de HuaiSang es suficiente, ¿cuándo se ha equivocado en sus deducciones?
Hua Cheng no se vio sorprendido en nada. —¿Algo más relevante?
El Jiang entrecerró los ojos y le miró con recelo. —Habló de una idea que tú le planteaste, dijo que todo va tal y como acordaron. Que honestamente yo aún veo muchas fallas.
Lan XiChen se aclaró la voz e interrumpió sutilmente. —En el camino se pueden ir cubriendo algunas cosas—dijo en referencia al plan en el cual estaba en desacuerdo Jiang WanYin. Sus ojos se posaron en el omega al lado de Hua Cheng. —Xie Lian necesitaremos de uno de tus contactos.
El omega mencionado le miró extrañado al no saber a quién se referían con exactitud, pero asintió. —No hay problema.
Hua Cheng se mostró satisfecho. —Perfecto.
Jiang WanYin puso los ojos en blanco al ver la calma con la que lo tomaba el alfa. Sus nervios siempre estaban a tope cuando se trataba de Wei WuXian o Hua Cheng. Ese par llamaban a la muerte a gritos, la única diferencia es que uno nunca se salía con la suya, mientras que el otro tenía una suerte sobrehumana para eludir los problemas.
—Ah, casi lo olvido, ahora tendremos un descuento del quince por ciento en la compra de equipo con los Nie—dijo sin interés WanYin recordando las palabras de HuaiSang.
—En general son buenas noticias—Hua Cheng no tuvo que pensarlo tanto, saber que ahora tenían un nuevo distribuidor de equipo era bueno. Antes sólo se habían mantenido alejados para evitar cruzarse con los colmillos, pero ahora todo eso era innecesario. —Con los Wen desaparecidos y sin saber de Jun Wu lo mejor será actuar discretamente. Seguiremos investigando de forma disimulada y sin llamar la atención.
WanYin se burló. —Tranquilo, la única persona que podría hacer un escándalo en la ciudad está de camino a Gusu, allá lo único que puede hacer es espantar a los animales.
Sin decir el nombre Hua Cheng supo de quién hablaba el Jiang. Le sorprendió un poco, aunque tampoco era algo del otro mundo. Quizás ese era el último lugar donde los buscarían.
—¿Cuándo se fue WuXian?
—Hace un par de horas.
La mirada de Hua Cheng se desvió, con un gesto muy disimulado puso en alerta a Jiang WanYin, quien captó el mensaje de inmediato.
—Aprovechemos que está distraído y movámonos en silencio—indicó el alfa empezando a retirarse. Era todo por ahora. —Nos vemos después.
Xie Lian sonrió para despedirse. —Tengan cuidado.
XiChen le regresó el gesto. —Ustedes igual.
Hua Cheng y Xie Lian se fueron por un lado mientras que Jiang WanYin y Lan XiChen partieron por otro.
El Lan subió al auto en silencio y miró al omega que tomaba el lugar del conductor. Tal como acordó, Jiang WanYin era quien conducía, lo gracioso es que al final habían tomado el auto de Lan XiChen para ir y no el del demonio.
WanYin quería evitar mirar al Lan, quizás con eso podrían ir en silencio el resto del camino. Malamente su plan era algo deficiente con Lan XiChen, y es que el alfa era buen hablador y siempre lograba hacer que el omega respondiera. No era el mismo tipo de hablador que WuXian, era más cordial y refinado, pero igual de irritante según Jiang WanYin.
—Tratan a WuXian como un niño—dijo Lan XiChen.
—Es un niño—respondió en seguida WanYin. No había fuerza divina que pudiera defender a Wei WuXian y su comportamiento infantil. —Y un niño muy molesto, trabaja con él por más de un año y sabrás de lo hablamos.
WanYin prendió el motor y tomó la primera salida para ir de regreso.
XiChen levantó las manos en señal de paz. —Sólo creo que no puede ser tan malo, ha demostrado ser muy bueno en su trabajo y no por nada es uno de ustedes.
—Que sea un buen asesino no le quita lo infantil e idiota—murmuró recordando todos los problemas en los que se llegó a meter por culpa de WuXian, unos peor que otros, pero problemas eran problemas a fin de cuentas.
Lan XiChen no volvió a insistir, sólo observó en silencio por la ventana. De vez en cuando Jiang WanYin daba pequeños vistazos, siempre cuidando de no ser atrapado.
Habían avanzado un poco por las calles de la ciudad cuando el omega miró por el espejo. Chasqueó la lengua con molestia ya que su regreso no sería tan tranquilo como deseaba.
—Maldito Hua Cheng, tenía razón—se quejó WanYin acelerando un poco. En cuanto miró la pequeña señal del alfa en el puente supo que alguien les observaba. Lo más seguro es que el enemigo esperó que se separaran para acercarse, ya que dos demonios y dos colmillos juntos sólo significaba problemas para el oponente.
Aparentemente Lan XiChen también los había notado ya. —Dos autos nos siguen.
—¿De verdad?, pensé que era una caravana—dijo con ironía el Jiang. —¿Reconoces el modelo de los autos o a quienes pertenecen?
XiChen movió la cabeza en señal de negación. —No, pero son pésimos para disimular y sólo alguien contrataría a alguien tan ineficaz.
Compartieron una mirada rápida antes de decir al unísono: —Wen.
Jiang WanYin en verdad tenía nula energía para preocuparse por esos problemas. —Tengo que perderlos.
Lo ideal para el omega era escabullirse entre alguna de las calles y dejarlos por detrás. Su único inconveniente es que no estaba tan acostumbrado a las rutas, usualmente él no salía y las veces que apoyaba en el vehículo ya tenía una ruta trazada, no es como si supiera de memoria todas las calles, en especial de zonas que no eran suyas. En ese momento oscilaban entre el territorio de los Nie y el de Jun Wu, seguían dentro de zona neutra, pero eso no le importaba en lo más mínimo a los Wen.
El sonar de un disparo le tomó desprevenidamente, era pleno día y varias personas transitaban, claramente él no deseaba abrir fuego en ese lugar.
—¿En serio? ¿Justo ahora?—se quejó WanYin, empezaba a estresarse al ver que las calles estaban algo llenas por lo que su velocidad debía ser moderada o causaría un accidente. Un segundo disparo terminó por destruir uno de sus espejos laterales. —Hua Cheng dijo que fuéramos discretos, pero si siguen disparando también haré lo mismo.
—Estás tomando calles más transitadas—dijo XiChen mirando hacia atrás para ver la distancia a la que aún se mantenían de su enemigo.
Jiang WanYin no quería escuchar reclamos por parte del alfa, no era el momento. —Perdón por no ser un buen mapa y saber cuáles calles están libres.
—Gira a la derecha—dijo el alfa.
WanYin estaba a punto de negarse al no saber a dónde se dirigiría con exactitud, pero XiChen tomó el volante y lo hizo girar de forma brusca. La calle siguiente era más libre, sin embargo seguía deambulando demasiada gente.
—Izquierda—pidió el Lan, esta vez WanYin acotó la indicación de inmediato. —Otra vez izquierda.
A pesar de que las rutas de Lan XiChen eran buenas los dos autos persistían por detrás. El omega quería aumentar la velocidad, pero al ir conduciendo prácticamente a ciegas sin saber que cruce habría por delante le frenaba un poco. Era ahora que se regañaba por no haber salido más a menudo.
—Nos están alcanzando—dijo XiChen. Alfa y omega se miraron. —Cambiemos de lugar.
WanYin le miró alarmado. —¿Ahora?
—Sí, ahora, vamos—presionó el alfa.
Jiang WanYin verificó que hubieran ganado buena distancia, así podrían cambiar sin la necesidad de frenar en su totalidad el auto. Aun renegando dejó de pisar el acelerador y con el auto aún me movimiento se cruzó al lado del alfa. Debajo suyo sentía como XiChen también cambiaba a su lado para tomar el control.
En cuanto el Lan sostuvo el volante la velocidad cambió, el motor respondió a su dueño y las calles con vehículos transeúntes eran esquivados como si se tratara de un juego.
—Eres bueno...—murmuró WanYin al ver lo rápido que habían vuelto a recobrar distancia. Se notaba que Lan XiChen conocía esas calles como la palma de su mano.
—Gracias—respondió el alfa mirando hacia atrás para ver qué tan lejos estaban ahora. —Subiremos un poco más la velocidad. ¿Con perderlos basta?
WanYin asintió. —Sí, no tengo ganas de ensuciarme las manos con esa basura.
Lan XiChen le sonrió una última vez antes de mirar al frente y poner un rostro más serio. En cuestión de segundos los autos detrás suyo quedaron en el olvido. Sólo cuando estuvieron seguros de por fin haberlos perdido fue que el alfa se metió por un callejón y apagó el motor. Ambos esperarían un poco antes de volver a reanudar su camino de regreso.
Sólo cuando el motor se calló el omega fue consciente de su respiración algo pesada por la emoción y su sonrisa. No quería admitirlo, pero se había divertido.
—Idiotas—dijo el omega sin dejar de sonreír para ver la hora en su móvil. —Quizás esto sea un tiempo récord.
Después de decir aquello fue consciente de cómo Lan XiChen le miraba entretenido. Recobrando seriedad deshizo su sonrisa y aclaró su voz, aunque no tenía nada que decir.
—Acabo de recordar algo—comentó XiChen sin dejar de verle.
Jiang WanYin intentó disimular su intriga. —¿Qué cosa?
—Abre la guantera—pidió el alfa señalando el compartimento delante del omega.
El Jiang le miró inquisitivamente, pero no tenía ningún motivó verdadero para negarse, por lo que terminó accediendo y abrió la guantera. Ladeó la cabeza al ver el interior, el arma guardada fue lo primero que llamó su atención, por lo que la tomó con una mano y la evaluó.
—¿Una Beretta M9?—el omega revisó si estaba cargada, no se sorprendió notar que efectivamente lo estaba. Con destreza sacó y metió el cartucho para después retirar el seguro. —Alcance de cincuenta metros, extraíble de doble hilera y quince cartuchos. Creo que esto sólo sirve para calentar, personalmente me gustan las cosas un poco más... grandes.
Para cuando miró al alfa se percató que este tenía esa molesta sonrisa en su cara.
XiChen señaló la guantera una vez más. —Vuelve a revisar.
Jiang WanYin le miró con extrañeza, sólo dando un segundo vistazo por fin cayó en cuenta de lo que se trataba. Dentro de la guantera también estaba el móvil que una vez había dejado en el auto.
—Oh...—no había otra que decir, ni siquiera se acordaba ya de eso.
—Había olvidado devolvértelo—dijo XiChen con algo de vergüenza mientras observaba el otro móvil que cargaba el Jiang. —Pero creo que ya no es necesario.
WanYin ya no necesitaba de ese aparato, así que ni siquiera intentó tomarlo. —Prefiero quedarme con el arma.
XiChen rio disimuladamente. —¿Aunque sea pequeña y no de tu tipo?
Jiang WanYin se acomodó de lado y con evidente diversión preguntó. —¿Cuál crees que es mi tipo?
XiChen le miró con cuidado durante unos segundos antes de responder. —Tal vez prefieras un RPG-7 en tus manos, pero...—el alfa le escaneó de nuevo, WanYin se sintió expuesto por una fracción de segundo, apenas supo ocultar su nerviosismo. Lan XiChen sonrió. —Creo que un M16 va más contigo.
Jiang WanYin dejó salir su sonrisa ante el breve análisis del alfa, quizás debía darle una estrellita.
—Nada mal Lan—murmuró el omega dándole satisfacción al alfa de lo cerca que estuvo. —Aunque prefiero la clásica AK-47, menos exacta que el M16, pero le tengo más aprecio.
XiChen le miró curioso. —Así que es por sentimentalismo.
—Fue la primera arma que me enseñó a usar mi madre—confesó el omega sintiendo nostalgia de recordar esos momentos.
—Inició por lo grande—dijo el alfa sorprendido.
WanYin sonrió orgulloso acercándose un poco. —Bueno, no ganas la Segunda Guerra Mundial con una Beretta M9.
El omega seguía jugando con el arma en sus manos, como si no fuera peligroso maniobrar con el seguro fuera.
XiChen siguió las acciones del omega y también se acercó. En voz baja murmuró: —Touché.
Jiang WanYin se perdió por unos instantes de los ojos color avellana, el aroma a bosque y pino fresco le llamaba. Sus ojos dejaron los del alfa y bajaron un poco a la boca, sintiendo la propia secarse y el deseo de su omega interno por besar a Lan XiChen.
Su mente traicionera sólo le recordaba lo bien que se sentía ser besado por el alfa, sólo necesitaba un incentivo más para sucumbir. Y así fue. La mano de Lan XiChen envolviendo la suya le derribó.
El alfa le jaló con fuerza mientras que WanYin se colocaba encima suyo para tocar su rostro y comenzar a besarlo desenfrenadamente. El aroma sofocante cargado de feromonas y las grandes manos sujetándolo por la cintura lo fueron todo. Motivándole aún más a lamer, chupar y morder la boca ajena. Ni siquiera el espacio tan reducido e incómodo era un impedimento en ese instante.
En un principio sentía que ambos se exploraban con cuidado, pero en menos de un segundo empezó a perder el control; la lengua del alfa había tomado el mando orillándolo a seguir el demandante ritmo del beso. Jiang WanYin se molestó por no ser capaz de luchar contra Lan XiChen y su hábil lengua, pero estaba lo suficientemente complacido como para seguir sus exigencias.
Su paladar era acariciado y sus labios empezaban a doler de lo agresivo que se tornaba el beso segundo a segundo, muy poco aire se alcanzaba a filtrar entre sus bocas, aunque en ese instante al omega no le importaba en lo más mínimo quedar inconsciente por falta de oxígeno. Incluso su voz era tragada por Lan XiChen.
Por un instante casi se olvidó de todo, sin embargo algo lo trajo de regreso. Jiang WanYin se tensó cuando sintió como las manos dejaban su cintura para acariciar sus piernas. El tacto sobre su cuerpo le recordó lo que estaban haciendo. Entrando en razón rompió con el beso.
—¡Alto!—demandó alejándose y respirando agitadamente, con molestia bufó. —Maldita sea.
Apurado bajó del alfa y se dirigió a su lado, estaba a punto de tomar la manija y salir del auto cuando escuchó el seguro de la puerta ponerse. Tal como esperaba la puerta no se abrió. Desesperado miró al alfa, reprochando por lo que acaba de hacer.
XiChen estaba en su lugar de forma tranquila arreglándose la ropa. —No es necesario que huyas.
WanYin apretó los dientes y se sentó sin verle. —Sólo olvida esto y vámonos...
Pasaron los segundos y el auto no se encendió, además de que el alfa le llamó. —WanYin...
No importaba lo que fuera a decir, Jiang WanYin no quería escuchar. En un movimiento tomó el arma con la que había estado jugando y le apuntó.
—Cállate y conduce—amenazó aún sin verle. —Quiero regresar a casa.
Lan XiChen no dijo nada. Sólo encendió el auto y condujo en silencio.
Hua Cheng miró por el retrovisor al auto que les seguía, no había atacado, pero se rehusaba a dejarlos en paz. Ya cansado de la situación se aseguró que la avenida que había tomado estuviera libre y sin testigos.
—Creo que ya estamos lo suficientemente lejos.
El alfa buscó algo debajo de su asiento, al tener el pequeño objeto simplemente lo aventó por la ventana para que quedara por detrás.
Xie Lian apenas dio un vistazo cuando el auto que les seguía explotó y empezó a volar en el aire. La detonación había sido tan fuerte que incluso les rebasó, el vehículo giró en los aires y pasó por encima del auto de Hua Cheng, metros más adelante se estrelló en el suelo obstruyendo el camino.
A pesar de todo Hua Cheng ya estaba preparado, quemando un poco las llantas derrapó sobre el pavimento y frenó antes de chocar.
Xie Lian estaba afianzado del cinturón de seguridad, tratando de ocultar su nerviosismo por el escandaloso accidente habló: —Pensé que no querías llamar demasiado la atención.
—Lo intenté Gege—dijo Hua Cheng sonriendo inocentemente.
Xie Lian no sabía si reír o llorar.
Ambos bajaron del auto y se acercaron al vehículo deshecho, en el interior se podía ver dos personas.
—¿Los reconoces?—preguntó Hua Cheng en dirección del omega.
Xie Lian negó. —Temo que no.
El alfa supuso que si Xie Lian no los reconocía en lo absoluto era muy poco probable que se tratara de alguna treta de Jun Wu. Acercándose más revisó con cuidado a los dos hombres, después de un rápido chequeo el veredicto fue sólo uno.
—Muertos.
—¿Por el accidente?—inquirió Xie Lian acercándose un poco más.
Hua Cheng negó. —No—abriendo la boca del sujeto se podía apreciar un color oscuro pintado en sus encías y parte de sus muelas. —Veneno.
Xie Lian frunció el ceño ante aquello. Con la pista del veneno se volvía más obvio el responsable detrás que todo. —¿No se han dado cuenta que mandar a sus hombres es inútil?
—No puedes esperar mucho razonamiento de personas como los Wen—dijo Hua Cheng incorporándose y haciendo una señal para ir en dirección a su auto. —Volvamos al hotel.
Xie Lian le siguió en silencio, mientras iban de regreso el omega no podía dejar de pensar en Lan XiChen y Jiang WanYin, ya que si a ellos les siguieron era muy probable que a los otros dos también.
—Me preocupan—murmuró el omega mirando por la ventana. Ni siquiera explicó a qué se refería, pero Hua Cheng entendió con solamente darle un vistazo.
El alfa tomó una de las manos de Xie Lian y la besó para tranquilizarlo. —Estarán bien, siempre y cuando el Lan no juegue con la paciencia de WanYin.
Xie Lian evitó verle, Hua Cheng sabía que estaba avergonzado por su gesto. Y honestamente, amaba ese tipo de relaciones en él.
—¿Y si alguien también los siguió a ellos?—insistió Xie Lian.
Hua Cheng sonrió. —Pues que idiotas—entrelazando sus manos y liberando un poco de su aroma agregó: —Gege, ellos estarán bien, tranquilo.
Xie Lian no volvió a tocar el tema, debía confiar en su alfa y en los otros dos. Además, no es como si fueran personas inofensivas.
Para cuando llegaron al hotel la luz del día comenzaba a tornarse naranja, indicando que se aproximaba el atardecer.
—¿Quieres que pida algo para cenar?—preguntó Hua Cheng en cuanto entraron a su habitación.
Xie Lian pareció pensarlo un poco. —Podría intentar cocinarte algo.
Una emoción interna surgió en el alfa. —¿De verdad?
—¡Claro!
Al ver la emoción en Xie Lian, Hua Cheng sólo terminó por asentir. —En ese caso será para mí un honor comer algo hecho por tus manos.
Xie Lian se sonrojó bastante, pero no respondió, en su lugar fue directo al área que fungía como cocina. La habitación de hospedaje estaba perfectamente equipada para cocinar, así que sólo necesitaron unas cuantas cosas para iniciar.
Apenas había transcurrido una hora cuando Xie Lian miró a Hua Cheng con pesar.
—Quizás si deberíamos pedir algo...—murmuró avergonzado mientras observaba el contenido del recipiente. Su rostro se alarmó cuando miró al alfa tomar un bocado. —¡No lo comas!
Estaba listo para verlo caer al suelo o algo por el estilo, pero en su lugar Hua Cheng dio un segundo bocado.
—No está mal, probablemente con una pizca de sal terminaría de estar listo—comentó con una sonrisa sin dejar de comer.
—¿Tú crees?
Xie Lian se acercó para comer del mismo recipiente que Hua Cheng. El alfa veía como el omega lucía satisfecho con su creación. Se veía tan feliz que no pudo evitar darle un corto beso en la mejilla.
El omega dio un ligero respingo y elevó la mirada hacia Hua Cheng, parecía querer meterse en alguna de las ollas para esconderse. El alfa estaba más que dispuesto a dejarlo en paz para que siguiera comiendo, pero el repentino actuar del omega lo tomó desprevenido. Xie Lian le había tomado del rostro con ambas manos para bajarlo a su altura y así besarle en los labios.
Notando la iniciativa en el omega decidió profundizar con el beso; metiendo su lengua y devorando la boca ajena. Sus manos me movieron en automático a la cintura del joven para envolverlo al mismo tiempo que lo levantaba y lo colocaba sobre la mesa.
En ese punto la respiración de Xie Lian había cambiado y sus mejillas estaban más encendidas que antes.
Ambos le apartaron un poco, Hua Cheng acarició con su pulgar los labios húmedos e hinchados de Xie Lian por el reciente beso.
—Se enfría la cena Gege—murmuró el alfa, pero tampoco parecía muy dispuesto a alejarse.
El rostro de Xie Lian se vio aún más rojo... si es que se podía. Pero incluso con esa vergüenza la mirada del omega era decidida.
—Olvida la cena—sentenció Xie Lian jalándolo nuevamente para besarle una vez más de forma desesperada.
Ahora la comida estaba en el olvido y Hua Cheng había encontrado algo más delicioso que devorar esa noche.
La opresión en su pecho le dificultaba respirar, pero el agradable aroma le obligaba a seguir permaneciendo en la misma posición. Sólo hasta que el cuerpo entumecido del alfa reclamó fue que He Xuan se movió. El pequeño quejido fue más que suficiente para que el alfa terminara por despertar y mirar a su alrededor.
Estaba en su habitación y en una de sus manos se ubicaba una intravenosa, pero eso era lo de menos. Lo que más le sorprendió fue ver a cierto omega dormido encima suyo. Shi QingXuan descansaba recostado sobre su pecho, su expresión era tensa y parecía murmurar en voz muy baja, casi imperceptible.
He Xuan se preguntaba si levantarse o permanecer ahí. Antes de tomar una decisión una voz familiar se alzó.
—Acaba de dormirse, no lo despiertes—dijo Wen Qing recién llegando a la habitación.
He Xuan escaneó con detenimiento al omega, se veía un poco pálido y bastante cansado. —¿Cuánto lleva aquí?
—Casi desde que te encontramos, deberías agradecerle, fue por los colmillos que logramos salvar tu pellejo—dijo la alfa revisando de forma rápida a He Xuan. —Ayer durmió aquí y ahora también estuvo todo el día esperando a que despertaras.
El alfa escuchaba detalladamente cada palabra de la Wen, sus ojos sólo podían posarse en el omega, pensando en los motivos por los que había hecho todo eso.
—No te levantes—le advirtió Wen Qing. —Dejaré la intravenosa por esta noche para estar seguros, si todo va bien mañana la retiraré.
He Xuan asintió y la dejó hacer su trabajo, la mujer no dijo mucho más, simplemente salió de la habitación, no sin antes mirar de forma divertida a He Xuan, cosa que le irritó un poco. Apenas despertaba y ya tenía que aguantar burlas, y ni siquiera sabía con exactitud de qué se reía esa loca mujer.
En silencio volvió a mirar a QingXuan, su bello rostro seguía tenso, después la voz del menor empezó a subir de tono a pesar de que seguía dormido.
He Xuan se acercó un poco para escucharle, era un murmullo, pero fue lo suficientemente claro para el alfa.
—Hermano... no... no te vayas...—pidió QingXuan apretando la camisa del alfa. —Tengo miedo...
El instinto de He Xuan le guio a acariciar la cabeza del joven al mismo tiempo que liberaba su aroma. Con voz cálida el alfa habló: —Todo estará bien.
Aún en medio de sus sueños, el omega se pegó más a He Xuan buscando un refugio. El alfa le miró antes de rendirse y abrazarle. El resto de su noche se la pasó velando el sueño de Shi QingXuan.
Chapter 42: Capítulo 41. Dragón Blanco.
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Las manos del omega se aferraban con fuerza al alfa, destilando deseo y necesidad de más, mucho más.
Xie Lian apenas se dio cuenta de su entorno, así como del desastre de las ollas regadas por el suelo. Dejando atrás la encimera del área de cocina pasaron directo a la cama, donde ahora era presionado contra las frescas sábanas mientras sentía cómo su vida se iba en un beso.
La boca de Hua Cheng era mortal, pero el resto de su tacto era gentil, tanto que temía que fuera a parar en algún punto. Los brazos de Xie Lian abrazaron con más fuerza al alfa cuando sintió que se alejaba. El omega no quería detenerse, no ahora que estaban en ese punto. Jamás se había sentido así en su vida, su mente estaba llena de pensamientos vergonzosamente indecorosos sobre el hombre que tenía encima suyo.
Era difícil respirar, pero valía la pena perder la vida con tal de ser besado más tiempo por Hua Cheng.
—No... no te detengas... —suplicó Xie Lian en voz baja. Estaba tan deseoso que su vergüenza fue minimizada, mientras tuviera al alfa no habría arrepentimientos en sus acciones.
En medio de la placentera bruma pudo ver esa sonrisa ladina en el rostro de Hua Cheng. Esa sonrisa que sólo significaba problemas... problemas que Xie Lian estaba dispuesto a afrontar con gozo.
Las manos colándose entre su ropa le hicieron respingar durante el beso, sus ojos se cerraron con fuerza al no poder creer cuánto disfrutaba de ser acariciado de esa forma por Hua Cheng. Su piel quemaba por donde el alfa tocaba, el extraño cosquilleo en la zona baja de su vientre era nuevo, pero placentero. La parte de arriba de su ropa había sido retirada sin darse cuenta, y no faltaba tanto para que la parte de abajo sufriera lo mismo.
Aferrándose a la camisa de Hua Cheng anheló poder quitar de igual forma la prenda, pero no era tan desvergonzado para arrancársela, no quería parecer desesperado. La batalla mental le llevó a aflojar su agarre para volverse temeroso y lleno de dudas. En ese instante Hua Cheng le miró.
—¿Qué pasa?—cuestionó al ver como Xie Lian perdía valor. —¿Te estás arrepintiendo?
Xie Lian abrió sus ojos buscando con urgencia al alfa, lo último que quería era malos entendidos entre ellos. Habían pasado por tanto para que al final un problema por falta de comunicación lo arruinara.
Sentía sumamente caliente la cara, apostaba lo que fuera a que debía ser de un color rojo brillante. Si tuviera un espejo enfrente terminaría por perder su valor y ocultarse entre las sábanas al ver su apariencia. Lo mejor era fingir ignorancia e intentar ocultar su nerviosismo.
Sin importarle su vergüenza Xie Lian sonrió y negó. —Lo lamento, la verdad no sé qué hacer.
Hua Cheng lo observó y con una expresión llena de dulzura tomó la mano del omega y la besó. —No te preocupes, sólo trata de sentirte cómodo, haré lo que tú quieras.
Esas palabras cálidas le hicieron recuperar parte de su confianza, aunque la vergüenza también persistía.
—¿Lo que yo quiera?—murmuró Xie Lian aún con duda.
—Así es—asintió el alfa dejando un segundo beso en su mano. —¿Deseas que haga algo en especial?
Xie Lian desvió la vista de inmediato, haciendo evidente que en efecto había algo que quería, pero no encontraba las palabras para pedirlo.
Hua Cheng esperó, al ver que el omega necesitaba un ligero empujón volvió a insistir. —Gege, sé sincero.
Tragando duro y mirado a cualquier otro lado menos al alfa Xie Lian habló: —Quita...—sus palabras se vieron ahogadas por sus nervios, pero sin rendirse aclaró su garganta e intentó una vez más. —Quítala también...
Su petición fue un murmuró rápido y apenas entendible, sin embargo, Hua Cheng había captado el mensaje, ocasionado que sonriera más y su aroma se esparciera por toda la habitación.
El alfa se sacó la camisa en pocos movimientos, pero no sólo eso, sus pantalones y ropa interior también fueron retirados, dejándolo en una completa desnudez delante de Xie Lian.
—¿Así?—preguntó inocentemente esperando una reacción por parte del omega.
Xie Lian tardó varios segundos en procesar lo que había ocurrido, momentos después ocultó su rostro detrás de sus manos para evitar mirar al alfa.
—¡Yo me refería a la camisa!—explicó algo avergonzado al no esperar aquello.
La risa ronca y profunda del alfa se alzó. —Gege no especificó, yo entendí la ropa en general.
Xie Lian seguía evitando su mirada, prefería observar cualquier cosa en la habitación. Aunque secretamente deseaba apreciar más el cuerpo de Hua Cheng.
—Sí, pero yo, bueno tú, es que...—sin más palabras por decir terminó rindiéndose. —¡San Lang!
De un tirón el omega jaló las sábanas para cubrirse hasta la cabeza. Sentía que había arruinado todo y sólo quería que la tierra lo tragara. Se visualizaba de forma patética y decepcionando a Hua Cheng por su inexperiencia e inmadurez de ese momento, pero le era imposible reunir valor para darle la cara.
Xie Lian se encontraba feliz de estar con Hua Cheng, por ello aún no comprendía que era lo que le hacía dudar. Quizás era sólo el hecho de ser algo nuevo. Sabía que, aunque el alfa no le presionara ambos estaban en una especie de límite, llamándose mutuamente por el anhelo de estar juntos como destinados.
—Gege, tranquilo—dijo Hua Cheng pacientemente, dejando que Xie Lian decidiera si parar o continuar.
Sus acciones sutiles motivaron a Xie Lian a sacar la cabeza de entre las sábanas, solamente bastó un vistazo para convencerse de que todo estaría bien, siempre y cuando fuera Hua Cheng con quien estuviera. En un último impulso de valor tiró del alfa para acercarlo a su rostro y besarlo con fervor. Deseando fundirse en uno solo y olvidar todo a su alrededor.
Hua Cheng respondió con el mismo entusiasmo, degustando de Xie Lian sin restricciones. Las grandes manos una vez más comenzaron a recorrer el delicado cuerpo, casi como si temiera a romperlo. Xie Lian cerraba sus ojos para no ver cómo reaccionaba ante el estímulo, casi se desconocía por completo, no sabía que con un simple roce sus pezones se pondrían tan duros o que sus hombros tendrían un tenue color rosado. Cuando sus piernas blancas quedaron al aire sintió una fuerte corriente eléctrica, y es que Hua Cheng las había acariciado por toda la longitud, sintiendo un agradable cosquilleo, pero al mismo tiempo ese amenazante calor donde sus pieles expuestas se encontraban.
Xie Lian dejó salir fuertes exhalaciones, intentando no perder la cordura con cada caricia y beso. Sus ojos se posaron en Hua Cheng, quien se alejó bastante para contemplarlo. El primer impulso del omega era cubrirse, sin embargo, fue detenido antes de lograrlo. Hua Cheng le sonrió desde arriba y lo empezó delinear con su mirada de arriba hacia abajo, casi como si luciera sorprendido tomó una de las piernas de Xie Lian y la levantó para mostrar el tatuaje negro que resaltaba en la nívea piel.
—Muy lindo... —dijo el alfa besando el tobillo, justo por encima del tatuaje que le envolvía.
Casi a dueto, el brazo del alfa que sostenía la pierna del omega era decorado de igual forma por un salvaje tatuaje ilegible, que curiosamente, Xie Lian apenas descubría. —Tú también tienes uno...
Mirándolo con más detalle, también descubrió una venda blanca cubriéndole parte del torso al alfa, suponía que era la herida de bala de días atrás. Por el tiempo que llevaba sabía que estaba casi cerrada, pero eso no significaba que ya no hubiera peligro de lastimarse.
Hua Cheng no respondió, en su lugar fue dejando besos por la pálida pierna, descendiendo cada vez más y más. Xie Lian pronto descubrió lo sensible que era en la parte interna de sus muslos, cada mordida o beso húmedo le hacía tirar de las sábanas para callar sus gemidos ahogados que amenazaban con salir.
—San Lang...—jadeó con desesperación, deseaba más, su omega interno exigía más.
Su timbre de voz fue suficiente indicativo para que Hua Cheng cumpliera su petición. Dejando una de las delgadas piernas sobre su hombro, el alfa se acercó un poco más.
—Dime si algo no te gusta—pidió mirándole directamente.
Xie Lian asintió cansado de esperar, pero Hua Cheng se mantuvo donde mismo, sin moverse.
—Gege—llamó una vez más. —Promete que lo dirás.
Fue hasta entonces que pudo ver como Hua Cheng también estaba ansioso. Enternecido sonrió y deseando apaciguar al alfa respondió: —Lo haré, confío en San Lang.
Xie Lian echó la cabeza hacia atrás al sentir como una mano le acariciaba su entrepierna sin pudor. En otra situación su primer instinto hubiera sido lanzar una patada, pero justo ahora lo único que hacía era abrir más sus piernas inconscientemente. Mordía su labio inferior tratando de ser silencioso y conservar lo último de cara que le quedaba.
No podría soportarlo por mucho tiempo. En especial cuando los largos dedos comenzaron a frotarse fuera de su húmeda y pegajosa entrada, la cual tenía rato liberando lubricante natural por el estado de éxtasis en el que estaba entrando. Xie Lian tenía la vista puesta en el techo, sintiéndose tan abochornado, pero al mismo tiempo tan feliz. Tuvo que morder con más fuerza su labio en el momento que sintió como un dedo se sumergía en su suave carne, acariciando y tentado a su paso. Su desplazamiento fue suave y lento, muy cuidadoso, procurando que no sintiera incomodidad. Y no la sentía, de hecho, quería más.
Cumpliendo su deseo un segundo dedo se adentró, la presión que ejercían ambos empezaba a causar cada vez más estragos en Xie Lian. La sensación se incrementó cuando estos se curvaron hacia arriba aún dentro de él, acariciando un sensible punto que no había sido tocado.
—Ahh...
Xie Lian se llevó una de sus manos a la boca al escucharse a sí mismo gemir en voz alta. Esa faceta suya era nueva y apenas la exploraba, era muy pronto para aceptar ese lado tan... desvergonzado...
—Hermoso sonido—escuchó decir a Hua Cheng, aunque no le miró, prefería no verlo... aún. —Hazlo otra vez.
Xie Lian cerró los ojos con fuerza y negó repetidas veces. Su respiración se volvió más pesada al sentir como esos dedos dentro suyo comenzaban a torturarlo, tocando ese lugar una y otra vez. Parecía que Hua Cheng aprendía rápido, ya que con cada gesto o acción que demostrara mayor placer para el omega, era casi aprendida de memoria por el alfa para usarlos a su favor.
—Vamos—susurró Hua Cheng inclinándose hasta alcanzar uno de los erectos pezones colorados del omega. —Hazlo para mí.
La caliente boca del alfa engulló la pequeña protuberancia para succionar y morder a su antojo, la lengua jugueteaba de vez en cuando y sus dientes tiraban el pezón, todo para provocar deliberadamente a Xie Lian.
Fue más de lo que podía soportar, así que sin guardarlo más tiempo dejó salir su voz tal y como pidió Hua Cheng.
—¡Ahh, San Lang!—Xie Lian enredó sus dedos en el cabello del alfa para tirar un poco de las hebras buscando alivio.
No lo veía, pero sentía la malévola sonrisa del alfa contra su piel. Justo cuando pensó que sería arrojado al mayor placer de su vida todo frenó. Desde los agresivos besos en su pecho, hasta los dedos de su entrada. Por fin sus ojos buscaron a Hua Cheng buscando una explicación. Y vaya que la encontró.
Hua Cheng se había acomodado de mejor forma entre sus piernas, evidenciando sus intenciones. No supo de dónde lo sacó, pero en una de sus manos estaba la envoltura de un profiláctico. Con algo de pena prefirió no ver como se lo colocaba, presentía que era mejor no ver lo que se supone debía entrar en él. Ya había dado un corto vistazo antes y la verdad... estaba impresionado, eso es todo lo que diría.
—Gege—la mirada de ambos se conectó. —Sólo dilo y me detendré.
Xie Lian asintió mientras tomaba una bocanada de aire. En cuanto sintió como la punta caliente deslizarse comenzó a exhalar. Sus manos se apresaron a las sábanas, intentaba no tensar su cuerpo mientras deseaba que la incomodad pasara pronto. No era tan doloroso como imaginó, aunque quizás su umbral alto al dolor le ayudaba en ese momento. De igual forma, que Hua Cheng avanzara lento y con paciencia le hacía más fácil asimilar todo.
Lo que sí era totalmente nuevo era esa sensación de ser llenado, incluso guió una de sus manos a su vientre, el sentirse abierto hasta más no poder también era como una espada de doble filo. Algo extraño, pero no le disgustaba, de hecho, su omega interno rebosaba de deseo y satisfacción.
—Ahh—una corta exclamación salió de su boca al sentir como sus cuerpos chocaban por fin, mostrando que habían completado con éxito la primera parte.
—¿Todo bien?—preguntó Hua Cheng analizándolo desde arriba.
Xie Lian tenía la intención de responder, pero por alguna extraña razón sentía que su voz se había ido. Por lo que sólo asintió mientras abría la boca varias veces intentando decir algo.
Su cuerpo se tensó cuando sintió la mano de Hua Cheng acariciar su abdomen, bajando lentamente.
—Gege me estás apretando, relájate.
Xie Lian sentía como sus mejillas quemaban, no sabía con exactitud cómo relajarse. Iba a preguntar lo que se suponía debía hacer ahora, pero lo único que salió de su garganta fue un obsceno gemido debido a la fricción que realizó el alfa al entrar y salir de él sin aviso. No había sido brusco, pero sí sorpresivo.
Lo peor es que después de ese vinieron más, no tardaron tanto en encontrar un ritmo bastante placentero, al menos para Xie Lian, quien increíblemente estaba disfrutando de sobremanera sentir el duro miembro entrar una y otra vez en él. A veces llegando a la mitad, otras siendo más suave y otra con mayor velocidad. Pero las veces que más gritaba era cuando lo sentía llegar hasta el fondo, cuando estaba a tope, lleno en su totalidad.
—¡Ahh!
Xie Lian ya no era tan consciente de sí mismo, incluso lo último de su vergüenza se había ido. Sólo podía gritar y responder con gozo a cada embestida, ni siquiera el sonido de sus cuerpos chocando le importaba.
—¡San Lang!—llamó cuando finalmente encontró de nuevo su voz. Su vientre estaba tenso y un cosquilleo, que al principio fue agradable, ahora iba en aumento hasta el punto de volverlo loco. Sus piernas no reaccionaban y sus brazos se sujetaban de lo que tuviera al alcance. —Yo... voy a... ahh—sus lágrimas no le dejaban ver con claridad el rostro del alfa, pero si delineaba una borrosa sonrisa.
—Hazlo Gege—animó Hua Cheng agregando más fuerza y profundidad a cada empuje.
Xie Lian lloriqueó en voz alta sucumbiendo ante las palabras del alfa, su interior se apretó contra la dura virilidad, dejando que esa abrumadora y explosiva sensación le recorriera de pies a cabeza. Sintió como manchaba a ambos, y como Hua Cheng salía de su interior. Después de eso todo se volvió casi irreal. Prácticamente entró al limbo por un par de segundos que se sintieron tan infinitos y a la vez tan insuficientes.
Tardó varios segundos en que Xie Lian pudiera aclarar su mente dispersa, jamás se había sentido de esa forma, la sangre dentro de su cuerpo circulaba con más velocidad y su acelerado corazón no paraba de latir con fuerza. Por un momento sintió perder la fuerza en sus extremidades y entumecido en su zona baja. A su lado Hua Cheng también controlaba su respiración, además de que no había dejado de observarlo, haciendo que Xie Lian sintiera un deje de vergüenza al pensar que quizás lo vio hacer gestos un tanto raros hace unos instantes mientras tenía su orgasmo.
El alfa le dedicó una sonrisa mientras hacía de lado algunos mechones de cabello que se pegaban a la frente de Xie Lian. El omega no sabía qué decir, pero estaba tranquilo, honestamente sentía que no había necesidad. Ambos se habían sentido plenos y felices, que era lo que importaba.
Xie Lian posó su mano sobre la de Hua Cheng, tirando de esta lo acercó para poder darle un beso, uno simple, pero cargado de sentimientos. Quería mostrarle que estaba feliz, muy feliz, extremadamente feliz.
Contemplándose con luz difusa, disfrutaron de ese agradable silencio. Los dos recostados de lado mirándose frente a frente, tan cerca que sus narices chocaban, pero tan lejos para desear ser uno solo.
Después de un par de minutos Hua Cheng se levantó, con cortos movimientos se retiró el condón haciendo un nudo y arrojándolo fuera de la cama.
Ver aquella acción hizo que Xie Lian pensara en algo; si habían usado protección... ¿por qué se salió?
No lo pensó tanto antes de que de su boca saliera un: —¿Por qué...?
Claro que no tuvo el valor ni la cara de terminarla, pero ya era muy tarde.
—¿Por qué, qué?—preguntó de regreso el alfa al no comprender.
Xie Lian se alentó a sí mismo, ya habían hecho muchas cosas en ese punto de la noche. Así que una pequeña pregunta no hará mal a nadie.
—¿Por qué te saliste?—dijo rápidamente y en voz baja. Tragando duro comentó: —Tenías condón...
Pasaron los segundos, pero no había nada por parte del alfa. Cuando el omega levantó la mirada divisó la expresión de asombro de Hua Cheng.
El alfa parpadeó un par de veces, y con rostro serio respondió con honestidad. —No sabía si querías que anudara dentro de ti.
—Oh...—Xie Lian tuvo el impulso de decir que estaba bien, que quería que lo anudara incluso si estaba usando condón. Sabía que el nudo tardaría más en deshacerse si se quedaba dentro, pero no le importaba, más porque sabía que el alfa lo disfrutaría.
Pero aún queriendo decirle todo eso no pudo, sólo prevaleció el silencio prolongándose más y más.
Para su suerte, Hua Cheng tenía un don para leerlo a la perfección. —Si no te molesta me quedaré dentro la próxima vez.
Xie Lian se sintió feliz, desviando la vista asintió estado de acuerdo. —Hazlo... No me molesta...
Hua Cheng emitió un sonido cantarín de felicidad. —En ese caso...
Con una sonrisa, que estaba lejos de ser inocente, mostró una tira de condones listos para usar. Debían ser unos seis o siente, si no es que más...
—...
Xie Lian no supo si reír o llorar. ¿Realmente podrían utilizarlos todos esa noche?
Sólo había una forma de averiguarlo...
Hua Cheng le tomó al ver que no se había negado, recostándolo de lado y posicionándose por detrás empezó a provocarlo. Xie Lian sentía por su espalda la calidez del alfa, además de que escuchaba el sonido de esos empaques siendo rasgados.
—¡Es-Espera! ¿No es muy rápido? ¿Estás bien?
Xie Lian se dejó hacer, aunque una parte suya pretendiera resistirse, la verdad es que también deseaba hacerlo de nuevo. Sin embargo, recordaba la herida de Hua Cheng, que si bien el vendaje seguía pulcro sin indicios de que la herida se hubiera abierto, estaba la posibilidad de que le molestara al alfa.
—Gege—susurró Hua Cheng en su oreja desde atrás—, jamás estuve mejor.
Dejando una suave mordida en la piel expuesta comenzó a juguetear con la entrada de Xie Lian, provocándole sin parar, presionando un poco para después alejarse.
—Agh...
Xie Lian ladeó la cabeza para exponer su cuello, dejándolo al alcance del alfa, su nuca picaba con intensidad. Deseando terminar con su rotura empujó sus caderas hacia atrás buscando mayor contacto, Hua Cheng había levantado una de sus piernas para sumergirse de una sola estocada en su interior, por la nueva postura sintió que perdía en aliento con el primer empuje.
Sólo bastaron un par de embestidas más para que Xie Lian volviera a tener ese lamentable aspecto suplicante y deseoso por ser llenado.
—¿Quieres que pare?—preguntó Hua Cheng en un ronroneo ronco en su oreja.
Xie Lian negó. —¡No! ¡Ahh! ¡No pares!
Se estaba volviendo loco, su próstata era masacrada con habilidad, cada parte de su cuerpo estaba en llamas, sediento del alfa llamado... —¡San Lang!
Una de las manos de Hua Cheng le tomó de la mandíbula para alzar su rostro. —Tan hermoso...
Xie Lian gimió con más fuerza, deseando que la noche nunca terminara.
Podía oír el montón de pasos allá afuera, además de los disparos y gritos de clemencia. El pequeño niño oculto en el armario se abrazó con miedo mientras cerraba los ojos y buscaba mayor refugio en su hermano. Todo el escándalo no parecía tener fin, en cierto punto, el mayor de los dos niños se removió liberándose el agarre de más pequeño. Haciéndole un gesto para que no hablara susurró en voz sumamente baja, apenas audible.
—QingXuan, no importa lo que escuches, no salgas.
Shi QingXuan negó siendo presa del pánico, las lágrimas bañaban su rostro y su llanto cada vez era más notorio. —No me dejes solo.
—No te pasará nada—dijo el mayor dándole un último abrazo. —Lo juro.
—No... no te vayas... tengo miedo...—QingXuan se aferró a la ropa con todas sus fuerzas mientras suplicaba sin parar: —Quédate conmigo.
—No puedo—su hermano por fin se soltó de su agarre y mientras limpiaba en rostro rojo y húmedo sonrió. —Pero no es necesario, pase lo que pase yo seguiré a tu lado.
Sólo cuando las quejas de Shi QingXuan pararon y su llanto se controló fue que Shi WuDu se alejó dejándolo sólo en aquel armario. No pasó mucho tiempo antes de que se escucharan más disparos.
En su desesperación tapó sus oídos y suplicaba en voz baja que su hermano regresara.
—Vuelve, por favor, tengo miedo...—murmuró con voz ronca deseando jamás haber dejado ir a Shi WuDu.
Una vez que el ruido cesó, QingXuan esperó largos minutos que parecían interminables. De forma lenta abrió la puerta y miró cuidadosamente por la ranura, casi todo estaba hecho un caos, su casa estaba totalmente destrozada y las manchas de la sangre fresca brillaban en las paredes.
Cada paso del pequeño era absorbido por la mullida alfombra, llegando a una de las puertas tuvo la sensación de peligro. Su instinto le decía que no la abriera, que mejor diera media vuelta y escapara, pero no lo hizo. Casi hipnotizado tomó la perilla y la giró.
Como si no fuera la primera vez que lo viera, podría asegurar que el cuerpo que encontraría en el suelo sería el de su hermano Shi WuDu.
Pero su miedo aumentó cuando observó que la figura de la cual se comenzaba a formar un charco de sangre no era su hermano. Esa persona de ahí no era Shi WuDu, era...
—¡He Xuan!
QingXuan tocó su pecho sintiendo los latidos acelerados de su corazón, con temor miró a su alrededor sólo para descubrir que He Xuan no estaba en la cama. El omega se sentó de golpe y miró a todas direcciones alarmado.
En ese instante una puerta de la habitación se abrió mostrando al alfa que tanto buscaba.
He Xuan frunció el ceño cuando le miró. —¿Por qué gritas?
Shi QingXuan estaba sin habla, el alfa estaba de pie y lucía bastante recuperado.
—Estás despierto...—el menor parpadeó varias veces para cerciorarse que no era una clase de sueño. Recordando las palabras de Wen Qing se apresuró a levantarse. —¿Qué haces fuera de la cama?, vamos, vuelve a recostarte.
Un bufido bajo se escapó de He Xuan, quien negaba. —Ya estuve mucho tiempo ahí.
Aun así, QingXuan permaneció insistente. —Pero Wen Qing dijo...
He Xuan le interrumpió antes de que prosiguiera con su sermón: —Ya me revisó, no hay necesidad de tenerme ahí como un inválido—dijo el alfa intentando quitarse al exigente omega de encima.
Shi QingXuan se molestó al ver la poca importancia que He Xuan le daba a su salud, que ya estuviera mejor no significaba que podía andar por ahí como si nada. Aún había residuos de veneno en su organismo, debían seguir atentos a cualquier cambio que pudiera presentar. Pero claro que todo eso era irrelevante para el testarudo alfa.
—Casi mueres...—le recriminó indignado el omega.
—Tú lo has dicho, casi—dijo He Xuan suspirando con cansancio al ver que tendría que aguantar todas las quejas del menor. Pero se lo debía, después de todo seguía vivo gracias a él. —Wen Qing dijo que ustedes trajeron a alguien para ayudarme con el veneno... gracias.
La mente de Shi QingXuan se quedó en blanco al ver que el alfa estaba agradeciéndole por una vez en la vida. Eso no era muy propio de He Xuan, o al menos no lo esperaba, ya que muy pocas veces era amable con él.
—No es nada—respondió QingXuan sintiendo una emoción vivaz surgir de su interior. —Yo... me alegro de que ya estés bien...
He Xuan estaba a una distancia prudente, parecía dudar si acercarse o mantenerse donde mismo. Bajando un poco sus defensas el alfa se relajó y dio un paso hacia adelante.
—También dijo que estuviste aquí estos días—sin verle murmuró. —No debiste tomarte tantas molestias.
Quizás antes se hubiera ofendido por ese comentario, pero internamente sabía que el alfa intentaba agradecer a su manera, aunque se le diera mal y sus palabras resultaran tan toscas como piedra áspera.
QingXuan se encogió de hombros. —Sólo quería asegurarme que estuvieras bien.
Ambos se observaron en silencio, sintiéndose tan cerca y a la vez tan lejos. Había preguntas atrapadas en ambos lados, deseando alguna clase de respuesta que mínimo les sirviera de confort en ese momento. Con el paso de cada segundo se vieron orillados a esperar que uno cayera. Increíblemente He Xuan pareció tomar la iniciativa a pesar de su carácter taciturno.
—¿Por qué?—cuestionó sin despegar los ojos del menor. —¿Por qué alguien como tú se preocuparía por alguien como yo?
QingXuan pensaba en todas las respuestas que tenía esa pregunta. La más simple; le gustaba.
Fuera para bien o para mal, debía admitir que ese alfa estaba atascado en su mente y solamente recordar su casi muerte le desahuciaba el corazón. Que le gustara una persona así era una locura, igual pensaba que era un tanto insuficiente su sentimiento, técnicamente le podían gustar varias personas, ¿no?... Entonces... ¿Cuál era la diferencia en ese alfa?
—No lo sé...—dijo finalmente desviando la vista. —Sentí que debía hacerlo.
Pudo escuchar los pasos del alfa acercarse a él, mientras observaba el suelo notó los zapatos de He Xuan aparecer en su rango visual, indicando que estaba peligrosamente enfrente suyo.
—¿Sentías que debías hacerlo?—repitió He Xuan exigiendo más.
Su voz hacía cosquillas en la nuca del menor, debido a su cercanía se escuchaba más profunda, además de tener un tono intimidante, pero excitante al mismo tiempo.
Temeroso y sin poder engañarlo, Shi QingXuan corrigió. —Yo quería hacerlo...
Enfrentándose cara a cara se observaron, QingXuan elevó su rostro, dos ojos conectaron con los de He Xuan. Ambos se acercaban inconscientemente, pronto sus respiraciones empezaron a mezclarse debido a su proximidad. Quizás faltaban dos o tres centímetros para que sus bocas se encontraran.
QingXuan no comprendía porque el alfa no se alejaba. Justo a un milímetro de distancia el omega pensó un poco más las cosas y retrocedió.
—Creo que debería irme...—dijo el menor deseando que el alfa le detuviera. Pero este no respondió, en su lugar se hizo a un lado para darle espacio de retirarse.
Shi QingXuan miró al suelo sintiendo pena, lentamente se aproximó a la salida, siempre con la esperanza de escuchar su nombre. Su mano tomó la perilla, más no logró girarla, sólo veía como temblaba sin parar. No quería irse, aún había bastantes cosas que deseaba decir.
Dando un vistazo miró al alfa que seguía donde mismo.
—He Xuan...—llamó sin poder contenerse. El alfa le observó de inmediato, ver ese brillo en sus ojos motivó a QingXuan. —Yo...
Sabía que era arriesgado, pero... ¿Por qué no intentarlo?
Tomando impulso corrió hasta el alfa para subirse sobre él y comenzar a besarlo. Debido al imprevisto movimiento terminó empujando a He Xuan contra la cama, el omega estaba a horcajadas sobre él besándolo con ahínco. La mejor parte fue cuando el alfa devolvió el beso al mismo tiempo que le sujetaba por la cintura. Su agarre hizo que varios recuerdos martillaran la mente de QingXuan. Recuerdos de una ardiente noche entre ambos y un lugar que escondía ominosos secretos.
QingXuan había dejado que su omega interno tomara el control por unos segundos, dejándose llevar por una desenfrenada pasión. En un instante las posiciones se intercambiaron, haciendo que QingXuan se viera prisionero debajo de He Xuan, sus pequeños brazos se envolvían en el cuello del alfa mientras sus lenguas se enredaban con osadía.
El menor se sentía feliz, pero a la vez confundido. Alejándose un poco interrumpió el beso para preguntar con voz ahogada. —¿Esto está mal?
—¿Mal?—repitió He Xuan descendiendo a su cuello para chupar con fuerza dejando una vibrante marca carmín. —Tal vez...
QingXuan jadeó con gozo. —No te conozco, no sé nada de ti.
—No necesitas saber—dijo enseguida el alfa mientras hacía una segunda marca.
—Pero... ah... Tengo preguntas...
Shi QingXuan quería arrancarse la ropa y pedirle al alfa que le llenara de marcas por completo.
Una de las manos de He Xuan tomó uno de los muslos del omega para hacer que le envolviera la cadera. —¿Qué clase de preguntas?
Shi QingXuan suspiró deseando más. ¿Por dónde podría comenzar a preguntar?
Podría preguntar si le gustaba, si sentía algo por él, o quizás sobre esa noche juntos, si se arrepentía, incluso sobre ese lugar y algunas de las cosas que había dentro. Fue inevitable para Shi QingXuan no recordar aquello, y malamente, antes de pensarlo preguntó a medio beso:
—¿Tienes hijos?
La reacción de He Xuan fue más que esperada. El alfa se alejó perplejo. —¿Qué?
Shi QingXuan se golpeó mentalmente, de todo el millón de preguntas que tenía terminó por hacer esa. ¡Lo había arruinado!
—Es que...—el omega buscó una rápida forma de explicarse ante la intensa mirada que le dedicaba el demonio. —Aquella vez que estuvimos juntos yo... tal vez encontré algo en ese lugar...
He Xuan terminó por apartarse, sus ojos eran sombríos y totalmente reprobatorios. —¿Revisaste mis cosas?
Shi QingXuan sentía que iban de mal en peor.
—En mi defensa no sabía que eran tuyas—dijo excusándose de inmediato. Aunque pensándolo un poco, incluso si supiera que pertenecían al alfa quizás aun así hubiera echado una mirada. —La verdad no entendí la mitad de lo que tenías guardado.
He Xuan bufó con exasperación y se pasó las manos por el rostro, se notaba que la mención de todo aquello no le estaba sentado para nada bien. Negando con lentitud miró al omega.
—Sabes...—el alfa dio un paso más hacia atrás—, hay cosas que es mejor jamás decirlas.
Shi QingXuan apretó la sábana entre sus manos y bajó la vista. —Tampoco te estoy obligando a que digas algo, sólo quería saber si estabas dispuesto a contarme un poco de ti.
—¿Y si no?—cuestionó con voz dura He Xuan. —¿Qué harás si no quiero decirte nada?
El menor tragó el nudo de su garganta y se puso de pie, con lo último de su valentía miró de frente al demonio.
—Pues, lo acepto—aun con miedo tomó su dignidad antes de que fuera tarde. —Pero no podría acercarme tanto a ti, es peligroso para mí.
QingXuan suplicaba en sus adentros que He Xuan le diera algún indicio de que estaría dispuesto a confiar en él, que lo que sea que hubiera entre ellos era sólo el comienzo de algo más grande.
Pero no fue así.
—Tienes razón—dijo He Xuan mirándolo de frente y con una expresión tan severa que provocó un fuerte pinchazo en el corazón del omega. —Es peligroso que te acerques.
Shi QingXuan ocultó su rostro para que no viera sus lágrimas, sin decir otra cosa salió a prisa de la habitación.
Al final todo había sido una muy mala idea.
El delicioso aroma de la comida llegó hasta el omega que reposaba en la cama, su sueño poco a poco se iba desvaneciendo debido al insistente ruido de su estómago. Xie Lian entreabrió los ojos y se estiró un poco para despabilarse, el dolor en ciertas partes de su cuerpo casi le hicieron soltar un quejido, pero no era algo tan severo, estaba tan impuesto al dolor que le parecía bastante pasable el momento. Aunque la incomodidad de ese instante era un tanto diferente a la que había sentido antes, era un dolor nuevo acompañado de agotamiento, pero al mismo tiempo se sentía satisfecho.
El lado tibio a su lado indicaba que Hua Cheng no tenía tanto de haberse levantado. Pensó en ir a buscarlo al área de la cocina, pero estaba tan cómodo enterrado en las sábanas que prefirió restregarse un poco contra la superficie.
Lentamente se sentó, provocando que la tela que le cubría cayera, mostrando el pecho blanco lleno de marcas rojas y mordidas escandalosas. Xie Lian casi se atragantó con su saliva al ver el espectáculo que era su cuerpo. No recordaba en qué punto de la noche fueron dejadas todas esas marcas. La punta de sus dedos tocó con cuidado la piel amoratada y sensible, había un picor excitante, acompañado de imágenes cada vez que veía esos rastros de su intensa noche.
Incluso con ese nuevo panorama, había algo que resaltaba aún más, y es que en uno de sus dedos había un fino anillo puesto. Impresionado, estiró el brazo para analizarlo con más cuidado; tenía un diseño sofisticado, la persona encargada debía poseer un don, simplemente encantador.
El revoloteo en el corazón del omega aumentó, sentía que esa pequeña pieza era más de lo que aparentaba. Ahora siendo incapaz de ocultar su emoción llamó al alfa, su omega interno se regocijaba y exigía ver a Hua Cheng.
—¿San Lang?—llamó Xie Lian con voz dulce.
Justo en ese instante el alfa apareció en su rango de visión cargando con una gran charola de comida.
—Gege—dijo Hua Cheng acercándose a la cama. Con una sonrisa y un corto beso saludó al omega mientras le ofrecía los alimentos que parecían estar recién hechos. —Estaba a punto de despertarte para que comieras algo. Me preocupé al ver que no despertabas.
—¿Qué hora es?—preguntó al no ver un reloj cerca, por la luz que entraba sabía que debía de pasar de las diez u once de la mañana, pero no estaba seguro.
—Son las dos de la tarde—informó con tranquilidad Hua Cheng.
Los ojos de Xie Lian se abrieron sorprendidos, no esperaba que pasara de medio día. —Dormí bastante...
Estaba impresionado, jamás dormía hasta tarde, pero empezaba a creer que la presencia de Hua Cheng tenía algo que ver. Pues el día anterior que durmió con él también había despertado más tarde de lo usual, pero... no tanto como ahora.
Hua Cheng mantuvo su habitual sonrisa y le besó la mejilla. —Es comprensible, terminaste cansado, nos fuimos a dormir cuando estaba por salir el sol.
Xie Lian sintió el vapor salir de la vergüenza, incluso él aún no creía que pasaron casi toda la noche haciéndolo, si no fuera porque lo acababa de vivir en carne propia pensaría que eso era imposible.
—Vamos, come que se enfría—dijo Hua Cheng sacándolo de su vergonzoso trance.
—Gracias—sonrió amablemente. —No eran necesarias tantas molestias.
Miró como todo estaba recién hecho, él se hubiera conformado con algo a domicilio o incluso con sobras de lo que fuera.
Hua Cheng sonrió. —Ya que Gege me alimentó anoche creí que era mi turno de hacer lo mismo.
Xie Lian le miró con extrañeza, al principio no comprendió, pues en realidad apenas probaron un bocado de su maravilloso estofado; vida celestial, dejando prácticamente todo en la olla.
El omega agitó su mano. —Pero ni siquiera cenamos.
Hua Cheng se mantuvo en silencio con una extraña sonrisa en los labios, Xie Lian tardó unos segundos más en captar lo que acababa de pasar. Con sólo ver la diversión en el joven alfa entendió el verdadero mensaje oculto en esas palabras. Su rostro hirvió al comprender el descaro de Hua Cheng.
—...
Xie Lian no sabía de dónde surgía tanta confianza en el alfa para decir palabras tan atrevidas y vergonzosas como esas.
El omega cubrió con una mano su rostro, sin saber si reír o llorar.
La risa jovial de Hua Cheng le hizo dar un vistazo, el alfa se veía tan guapo y relajado como siempre. Incluso con todo lo que le hacía hacer o decir era incapaz de enojarse por esa actitud, podría decir que le gustaba más.
—¿Cómo te sientes?—preguntó haciéndoles señas para que comiera.
Xie Lian se aclaró la garganta. —Estoy bien...
Ambos se sonrieron, en una agradable paz, Xie Lian empezó a comer todo lo que Hua Cheng le había dado. El sabor era agradable, internamente se preguntaba si el alfa había preparado todo, porque de ser así había salido muy bien. Iba por la mitad cuando su vista cayó en el anillo de su dedo.
—Por cierto—dijo Xie Lian dejando de comer, con intriga mostró la pieza de su mano. —Esto es...
—Un obsequio—aclaró el alfa.
Xie Lian recordó una escena de días atrás, donde apenas descubría su conexión con el alfa. Cuando su omega interno comenzaba a despertar y sentía levemente ese adictivo aroma.
"—Está bien, no hay prisa—Hua Cheng sonrió y le acarició la mejilla—, te daré un obsequio cuando lo descubras"
—Oh...—así que era eso, se dijo a sí mismo.
Xie Lian respiró profundamente saboreando cada nota de aroma en el ambiente, sintiendo como estaban mezcladas las feromonas de ambos. Tan compatibles, hechas para entrelazarse.
—¿Te gusta?—inquirió el alfa, se podía ver esa curiosidad en sus ojos.
Xie Lian sonrió. —Me gusta—aunque no sabía porque esperaba que Hua Cheng dijera otra cosa respecto al anillo. Después de todo, la mayoría de las personas que se obsequiaban anillos significaba algo más íntimo. —¿Debería tomar esto como una clase de propuesta?
Pensó en voz alta, al escucharse y notar su descuido se tensó, miró con apuro a Hua Cheng, quien seguía sereno en su lugar.
—¡No!, digo, lo que quise decir es... ¡No es lo que crees!—empezó a decir Xie Lian como si el alfa le hubiera exigido alguna clase de explicación por sus palabras.
Hua Cheng rio un poco y tomó la mano que portaba el fino anillo. Sin despegar la mirada del omega depositó un beso en su mano.
—Será lo que tú quieras que sea—aseguró el alfa. —Un juramento de lealtad por la eternidad de mí hacia ti si así lo deseas.
El corazón desbocado del omega estaba a punto de detenerse. Hua Cheng era único.
Lan XiChen esperaba en la sala de estar, tarde o temprano tenía que cruzarse con Jiang WanYin, se quedaría en ese lugar así tardara todo el día en verlo.
Para su suerte sólo necesitó esperar un par de horas antes de toparse con el omega, quien hizo una mueca en cuanto lo miró, evidenciando su poca disponibilidad para entablar una conversación con el alfa. Jiang WanYin simplemente apresuró su caminar y pasó de largo para ir directo a su habitación, dejando por detrás y con las palabras en la boca a Lan XiChen, aunque este no desistió tan fácil, en su lugar le siguió de cerca por detrás.
—WanYin.
Quería hablar, no eran niños para comportarse así, o bueno, al menos no él.
Lan XiChen no tuvo oportunidad de decir otra cosa, ya que el omega entró en su habitación y azotó la puerta en su cara. Haciendo evidente que no le escucharía en lo más mínimo. Incluso si comenzaba a hablar solo desde la puerta creía muy capaz al menor de ponerse unos auriculares para no escucharle.
El alfa suspiró con pesar y recargó la frente sobre la puerta. Debería intentarlo después, aunque, ¿qué tanto debería insistir?
—No lo presiones—escuchó decir una voz a sus espaldas. Se trataba de Wen Qing. —Él es muy desconfiado de las personas, mejor déjalo respirar un poco.
La alfa estaba del otro lado del pasillo observado a XiChen, quizás había notado como Jiang WanYin le evitaba a toda costa. El Lan miró una última vez la puerta del omega antes de alejarse en dirección a la Wen.
—Si logras tener paciencia podrás conocerlo mejor—dijo Wen Qing sin moverse de su lugar. Su postura era desinteresada, como si el asunto entre ellos no le importara tanto, aunque de ser así no se hubiera molestado en decirle todo aquello a XiChen.
—No parece la clase de chico que tenga la iniciativa de hablar—comentó el Lan, dudaba que WanYin dijera algo si no se le preguntaba de frente.
Wen Qing se burló. —No la tiene—disimuladamente miró en dirección a la habitación del omega. —Pero si lo observas bien sabrás cuándo acercarte y cuándo retroceder.
Lan XiChen sonrió. —Lo conoces bien.
Pensar que había personas que se preocupaban con WanYin le tranquilizaba de cierta forma.
—Sólo lo conozco más que tú—dijo con simpleza Wen Qing, soltando un suspiro agregó: —Aunque incluso con eso no es suficiente, me gustaría ayudarlo más, pero él mismo puso límites... quizás tú seas la excepción y te deje cruzarlos.
Los ojos de la Wen analizaron a Lan XiChen, como si descifrara algo que ignoraba totalmente el Lan, algo importante. En silencio siguió su camino dejando a un pensativo Lan XiChen en su lugar. Analizando una y otra vez la situación, pues tampoco deseaba forzar en algo a Jiang WanYin.
—Lan XiChen—llamó la alfa antes de retirarse por completo. —No lo traiciones, porque si llegas a lastimarlo te va a salir caro.
En ese punto Lan XiChen se sentía incapaz de hacer algo en contra del Jiang o de cualquier otro demonio.
—Comprendo...—sus ojos avellana miraron hacia el suelo, con honestidad murmuró. —La verdad nunca tuve el deseo de herir intencionalmente a alguno de ustedes.
—Seguías órdenes, es comprensible—dijo por último Wen Qing. —Pero ahora eres libre, piensa bien lo que harás.
XiChen miró la habitación de WanYin de nuevo. Su instinto le decía que todo saldría bien, tarde o temprano lograría que WanYin le escuchara. Y después...
Eso lo decidiría el destino.
Chapter 43: Capítulo 42. Demonios.
Chapter Text
Era más de media noche y se supone que Wei WuXian debería estar durmiendo, pero mirar a Lan WangJi se lo impedía. WuXian acarició el elegante rostro de jade intentado apaciguar su sueño, que evidentemente no debía ser muy agradable.
Él mismo había estado soñado repetidas veces la muerte de la madre de Lan WangJi, así que podía imaginarse que era lo que tanto perturbaba al Lan. Desde que Lan XiChen habló con Lan WangJi pudo sentir a través de su lazo todas las emociones del alfa hechas un caos. Había intentado ayudarlo varias veces, pero sólo lograba apaciguarlo por ciertos momentos. Por las noches era cuando su miedo y desesperación más se intensificaba, aunque la apariencia de Lan WangJi era mayormente calmada, su subconsciente seguía torturándolo, cuando preguntaba al día siguiente sobre su sueño el alfa sólo negaba y pedía dejar el tema para después.
Tocó el entrecejo de Lan WangJi para deshacerse de su tenso gesto. Iba aplicar un poco más de fuerza a su tacto cuando los ojos ambarinos se abrieron.
WuXian sonrió algo apenado. —Lo siento, no era mi intención despertarte.
Lan WangJi le envolvió en un abrazo para acercarlo más a él. —¿No puedes dormir?
—Eres tú quien no parece tener sueños agradables...—susurró poniendo una mirada seria.
El omega suspiró, había tantas cosas que le impedían descansar como quería. Empezando por el hecho que desde que llegaron a la montaña Lan WangJi había estado presentando esas repetidas pesadillas que incluso atacaban a WuXian. No sabía si era un problema de antes, pero ahora que compartían la cama y un vínculo se volvía más evidente.
También había otro asunto; y es que Wei WuXian tenía rato pensando en una cosa, en su relación con el alfa para ser específico. Intentaba recordar si alguna vez le había dicho lo que sentía por él, hablar de verdad sobre lo que Lan WangJi significaba en su vida. ¿Le había dicho cuánto le quería?
Wei WuXian miró a Lan WangJi, su omega interno pensó que no había mejor momento que ese. Estaban solos y necesitaban algo para apaciguar sus mentes y corazones.
—Lan Zhan...—su voz aún sonaba un tanto insegura.
Alentándole, el alfa dio a entender que le escuchaba. —Mn.
—Creo que no te lo había dicho aún, y quizás después de todo lo que ha pasó es muy obvio, pero...—sin dudar Wei WuXian declaró: —Te amo.
Lan WangJi se quedó en silencio observándolo. El omega se sintió un poco ansioso, era la primera vez que exteriorizaba con palabras sus emociones. Pero aún sentía que faltaba más. Y si por algo conocían a Wei WuXian, es que nunca se guardaba lo que pensaba, así que comenzó a dar rienda suelta a su boca.
—Al principio creí que era sólo mi conexión contigo como mi destinado lo que me hacía sentir así, sin embargo...—una sonrisa encantadora se escapó de WuXian. —Sé que aunque no fueras mi destinado de alguna otra forma te hubiera conocido. Eres una gran persona, una muy buena en realidad, y en verdad te quiero agradecer por estar a mi lado. Lamento que nuestro inicio no fuera el de un cuento de hadas, pero haré que el resto sí lo sea. Tú lo vales Lan Zhan... En verdad gracias, y lo siento por como se dieron las cosas.
Por fin obtuvo una respuesta por parte del alfa, quien le apretó a tal grado que casi dolía respirar. Ambos corazones latían a mil por hora.
—Entre nosotros no es necesario decir gracias o lo siento—Lan WangJi aspiró el dulce aroma que destilaba el omega. —Wei Ying, lo eres todo para mí.
Wei WuXian no pudo sostenerle la vista, por lo que terminó ocultando su rostro en el cuello del alfa. Sintiendo esa seguridad que sólo Lan WangJi le podía brindar.
—Lan Zhan, eres realmente increíble—con ambas manos tomó el rostro del Lan y le miró de frente, asegurándose de que este le escuchara—, o en otras palabras; te adoro, te amo, te deseo. No puedo estar sin ti... Lo que sea que tú quieras que sea, lo será... Aparte de ti, no deseo a nadie que no seas tú. Tienes que ser tú...
Lan WangJi tomó una de las manos de WuXian y repitió: —Te adoro...
—Sí...—asintió con emoción el omega sintiendo sus ojos nublarse por las lágrimas.
—Te amo, te deseo...—dijo Lan WangJi con voz ronca acercándose a sus labios.
El omega se sentía eufórico. —¡Sí!
—No puedo estar sin ti, aparte de ti, no deseo a nadie que no seas tú... ¡Tienes que ser tú!
En este punto las lágrimas de Wei WuXian ya estaban sobre su rostro, sin decir alguna otra cosa se lanzó para besar a Lan WangJi, demostrándole en un único beso todo lo que le hacía sentir.
Todo encajaba a la perfección, no había ningún sentimiento de error, se sentía tan bien y tan correcto. Su honestidad era como un cálido fuego alimentado a sus corazones. Ellos podrían darlo todo con tal que seguir juntos, deseando formar un futuro. Su beso lento y constante terminó, ambos se miraban a los ojos expresando lo que en palabras había faltado. Wei WuXian sonrió como nunca y abrazó al Lan, pidiendo al destino que no se lo quitara nunca.
Algo llevó al omega a mirar por la ventana de la habitación, sus ojos grises se abrieron con asombro, en un instante WuXian estuvo fuera de la cama y pegado a la ventana.
—¡Mira, está nevando!—WuXian veía los copos caer y como lentamente una fina capa blanca empezaba a esparcirse.
Lan WangJi le alcanzó, con cariño colocó una manta sobre los hombros del menor. —Abrígate, no quiero que enfermes.
WuXian sujetó la cálida tela antes de sugerir: —Mañana podríamos hacer hombres de nieve.
El rostro de Lan WangJi era tan etéreo como la nieve que caía, tenía una belleza única y expresión fría, pero sus ojos dorados jamás habían brillado tanto en su vida, representando un fuego ardiente y vivaz que jamás se apagaría mientras tuviera a ese omega a su lado.
—Mn—el alfa asintió y rodeó WuXian para trasmitirle más calor mientras veían la nieve caer.
Por primera vez WuXian vio la nieve. Y su primera nevada había sido al lado de Lan WangJi.
Las caras eran borrosas y el hedor del ambiente era nauseabundo, había una combinación de perfume dulzón, suciedad, sangre y feromonas. El omega rogaba para que todo se detuviera, pero su lucha fue insuficiente y su súplica pasó como una plegaria que nadie escuchó.
—No...—gritó con más fuerza—¡No!
Lo único que obtuvo en respuesta fue una fuerte bofetada. — Cállate omega.
La voz le paralizó, después sintió un duro golpe duro en la boca de su estómago, el cual le hizo boquear con desesperación en busca de aire. Al final sus lágrimas salinas siguieron fluyendo, pero ahora su cuerpo fue incapaz de responder, incluso su energía se vio drenada, dejando que por primera vez el omega se rindiera.
Ese infierno se hizo más grande, en algún punto Jiang WanYin dejó de sentir, no había nada; ni sonido, dolor, pensamientos, absolutamente nada. Incluso su voluntad de vivir le había abandonado.
El omega despertó tomando una gran bocanada de aire, sentía la boca pastosa y el sudor de su cuerpo era frío.
Alejando los fantasmas de su pasado, Jiang WanYin se levantó de la cama mientras tallaba sus ojos, se preguntaba si Lan XiChen estaría detrás de su puerta como los días pasados o si por fin se había rendido. El omega decidió alistarse rápidamente para descubrirlo. La sorpresa de su rostro fue más que obvia cuando notó que el alfa, que siempre le esperaba, no estaba ahí con una cara suplicante.
WanYin frunció el ceño, incluso sentía que algo faltaba. Ignorado cada uno de sus pensamientos se dirigió al comedor, era temprano, así que no esperaba a nadie en la cocina, pero al ver eso ojos color avellana supo que se había adelantado al pensar que podría tener una mañana tranquila.
Esperaba que el alfa dijera algo en cuanto puso un pie en la estancia, pero en su lugar ocurrió algo aún más sorprendente; Lan XiChen no dijo nada, sólo seguía en su lugar bebiendo una taza humeante.
Era extraño, hace un par de días Lan XiChen estuvo muy insistente detrás suyo, pero de la nada había dejado de perseguirlo, simplemente estaba ahí, mirándolo desde lejos.
Jiang WanYin negó diciendo para sus adentros que no debía preocuparse de más por esa persona, no tenía nada que ver con él y así era mejor. Aunque lo repitió varias veces sus ojos inevitablemente siguieron buscando a XiChen, que mágicamente había desaparecido de su vista. El omega miró hacia todas direcciones, pero había perdido al Lan en su totalidad. Con un bufido lleno de exasperación se sirvió una taza de café negro, pero ni siquiera el amargo sabor le ayudó a aclarar su mente esa mañana.
Inconscientemente comenzó a recorrer cada pasillo en busca del alfa, Jiang WanYin estaba moviéndose por instinto y a petición de su omega interno, ya que su mente seguía negándose, incluso en ese instante que caminaba estaba en una lucha interna entre su inconsciente y su razón.
WanYin llegó hasta una terraza, dio una rápida mirada desde el marco descubriendo que no había nadie. Rendido suspiró y dio media vuelta para irse. Justo cuando giraba sintió un agradable aroma a pino, pero fue demasiado tarde cuando lo notó, ya que terminó chocando con la alta figura del alfa.
—¿Buscas a alguien?—preguntó calmadamente XiChen.
WanYin dio un paso hacia atrás para ganar distancia y «honestamente» algo de seguridad. —No...
XiChen sonrió mientras cerraba los ojos y negaba. —Primero dices que me aleje y cuando lo hago me buscas. ¿A qué estamos jugando?
—No estaba buscándote—dijo el omega apretando los dientes.
—Ahora estás en negación y regresamos a donde mismo, ¿me evitarás por siempre?—el alfa avanzó para salir por la terraza, dejando a WanYin por detrás aún parado en el marco de la entrada.
—Sí... —a pesar de su respuesta el omega permaneció donde mismo, y no mostraba señales de irse en ese instante.
Lan XiChen fijó su vista en la ciudad mientras se apoyaba del borde. —No te creí del tipo de persona que huía.
—No huyo—dijo enseguida el omega mostrándose un tanto agresivo. Detestaba que le dijeran que huía. ¡No era un cobarde!
Él sólo... estaba evitando generar un problema aún más grande... sí, eso era justo lo que hacía... o eso quería creer.
XiChen ladeó el rostro con diversión. —¿No has huido de mí todos estos días?
Jiang WanYin se tragó sus palabras al saber que el alfa tenía razón. No tenía caso mentir, hasta un ciego podría ver que le había estado huyendo todo ese tiempo, pero al mismo tiempo sentía a su omega interno buscar inconscientemente a XiChen. Y ahora estaban allí, hablando de cosas que no quería hablar.
Todavía con su debate interno, el omega caminó hasta colocarse al lado del Lan y suspiró.
—¿Qué es lo que en realidad quieres, Lan XiChen?—cuestionó con cansancio. Ya no tenía humor para correr y evitarlo. Ese alfa quería hablar, bueno, le escucharía.
—Para empezar, quiero que dejes de verme como tu enemigo o alguna clase de amenaza—dijo el alfa tranquilamente.
WanYin frunció el ceño, pero no se sentía verdaderamente molesto, de hecho, su cuerpo estaba relajado, mostrando que entraba en una especie de confianza cuando tenía a XiChen cerca, pero eso por supuesto que no lo diría.
—Lo que veo en ti es a un alfa sumamente irritante—comentó WanYin con un tono irónico y algo malhumorado.
XiChen sonrió. —Para ti todo el mundo es irritante, pero me alegra estar un peldaño más arriba de lo creía.
Esas contestaciones cargadas con humor, pero aún con una pizca de gentileza desestabilizaba a Jiang WanYin la mayor parte del tiempo.
—Estás buscando tu muerte Lan—advirtió el omega.
Como siempre, Lan XiChen le ignoró y se acercó, siendo un poco más osado sonrió. —Si a cambio obtengo unos minutos a solas contigo lo acepto.
De nuevo ese tono de voz y su sonrisa que hacía poner los pelos de punta al Jiang.
—¿Ya te había dicho que estás loco?—recriminó WanYin reteniendo una pequeña sonrisa que amenazaba con salir.
XiChen observó el perfil del omega, tan hermoso como siempre. —Sí, ya me lo habías dicho. Puedes decirlo de nuevo si esto te hace sentir mejor.
Jiang WanYin esquivó la mirada del alfa, sabía abiertamente que Lan XiChen tenía una clase de interés en él «que aún no lograba comprender», pero lo mejor sería terminar con todo eso. —Deja de ser tan aferrado. ¿Por qué no puedes simplemente olvidar lo que sea que ocurrió alguna vez?
Las palabras de WanYin eran un claro rechazo, más no se sentían honestas. Después de todo, el omega seguía parado a su lado, evitando y negando cualquier cosa que viniera de Lan XiChen, pero al mismo tiempo esperaba que el alfa insistiera más.
—Jiang WanYin, ni tú ni yo estamos dispuestos a olvidar nada, así que... ¿Por qué no sólo admites que te gusta pasar tiempo conmigo?—preguntó directamente XiChen.
Esa era otra cosa que se le complicaba a Jiang WanYin, lo franco que era Lan XiChen sobre sus emociones y sus intenciones con él le abrumaba. El omega usualmente prefería la honestidad directa, pero viniendo de ese alfa prefería por encima la discreción. En conclusión, desearía que no fuera tan abierto sobre su interés hacia su persona. Simplemente no sabía cómo manejarlo, jamás había tenido una experiencia así.
WanYin bufó. —¿Se podría saber de dónde sacaste esa absurda idea?
—Tomando en cuenta que sigo vivo después de haberte besado un par de veces, supongo que algo entre nosotros debe de haber—tarareó el alfa mirándolo de reojo.
—No hay nada entre nosotros—rectificó Jiang WanYin desviando la vista.
Había un extraño sentimiento de vergüenza inundándole. Por cosas como esa detestaba aún más a Lan XiChen, no comprendía porque ese alfa le afectaba tanto. Inesperadamente, sintió como XiChen le tomaba de la mano. El omega quería darle un golpe y exigirle que le dejara ir, pero al final sólo guardó silencio, sintiendo su piel arder por el toque del alfa.
—¿Entonces por qué te has sonrojado y evitas mirarme a la cara?—preguntó el alfa.
WanYin se sintió un poco acorralado, aun así se rehusó a mirarle. —¡No lo hago!
—Lo haces—afirmó XiChen sin soltarle.
El omega bajó la vista sintiendo su cuerpo temblar. Era tan injusto no poder controlarse y eso le frustraba más que nunca. —¿Por qué eres así conmigo?
—Porque me gustas Jiang WanYin—de nuevo esa brutal sinceridad por parte de Lan XiChen. —Y quiero pensar que no te soy indiferente.
WanYin sentía un gran nudo en su garganta. No había hecho nada especial por Lan XiChen, la mayor parte del tiempo lo amenazaba, así que seguía sin comprender qué era lo que hacía que ese alfa fuera tan insistente. ¿Qué tenía de especial para ganarse la atención de alguien tan molesto como él?
—¿Por qué te gustaría?—terminó de preguntar el omega en busca de una respuesta válida que explicara ese embrollo sentimental en cual «quisiera o no» se estaba involucrando.
Porque sí, aunque lo negara, WanYin sabía que Lan XiChen se había acercado a él como nadie lo había hecho. Y eso le asustaba.
La mano del alfa le tomó del mentón para alzar su rostro y obligarlo a mirar directo a los ojos. Jiang WanYin tragó duró, pues sabía que Lan XiChen estaba a punto de soltarle una bomba llena de sentimentalismo de la cual nunca sabía cómo lidiar.
—Jamás me sentí tan afín a alguien—susurró XiChen con una ligera sonrisa, parecía observar con fascinación al omega—, tus ideales de proteger a los que amas, tu fuerza y seguridad. Incluso tu orgullo y carácter son únicos en ti. Eres ese alguien que jamás creí conocer, pero agradezco haberlo hecho.
Jiang WanYin sólo pudo mantenerse en silencio. No esperaba que las palabras de XiChen en verdad le lograran acelerar el corazón con tanta fuerza. Pero ahí estaba, sintiendo ese rítmico bombeo en el pecho.
Aún con el silencio que pudo desanimar a varios, Lan XiChen continuó hablando. Esta vez se acercó más al rostro de WanYin, con delicadeza acarició la fina mandíbula y los altos pómulos. —Estoy seguro que si la naturaleza me hubiera puesto un destinado en mi camino ese hubieras sido tú.
Con esa declaración Jiang WanYin se quedó en blanco. Sólo podía ver como Lan XiChen acortaba la distancia entre ellos. Si no se movía sería demasiado tarde.
Por fortuna «y bastante fuerza de voluntad» terminó dando un paso hacia atrás.
—No—dijo con voz fría apartando la vista.
Escuchó con claridad un profundo suspiro por parte de XiChen. —¿Por qué?
WanYin cerró los ojos con pesar. —No es tan fácil de entender.
Las manos de XiChen, las cuales nunca le soltaron, comenzaron a entrelazarse. Sus dedos se tocaron como si se conocieran a la perfección.
Con voz tranquila el alfa susurró en el oído el Jiang. —Eso nunca lo sabrás si no me lo explicas.
Por primera vez Jiang WanYin sintió que podía confiar plenamente en alguien, su omega interno se sentía seguro. Pero incluso con eso, sus inseguridades lo seguían jalando para alejarse de XiChen.
WanYin negó sin saber con exactitud qué hacer. Su instinto, mente, cuerpo y corazón tenían ideas muy diferentes entre sí.
—Hay cosas que se deben de mantener en secreto—concluyó el omega queriendo poner fin a todo. —Y los secretos sólo terminan apartando a las personas...
Lo sabía por experiencia, tuvo tantos problemas con WuXian por los secretos, y aunque todo se había "resuelto", aún quedaban detalles inconclusos.
Una parte de WanYin sabía que no sólo lo hacía por él, sino por el alfa, pues en verdad creía que merecía algo más, algo menos... dañado.
WanYin pestañeó varias veces intentando desaparecer esas lágrimas que amenazaban por salir. Tomando aire empujó al alfa. —Lan XiChen, será mejor que no te metas, no quiero arrastrarte en mis problemas, no... no es justo para ti, tú ya tienes tus asuntos.
¿Cómo podría hacerle eso al Lan? ¿O a cualquier otra persona? No, mientras menos supieran era mejor...
Sin embargo, XiChen no se iría así de fácil, lo sabía.
El alfa volvió a recuperar su cercanía con el Jiang, tomando su mano con fuerza y con una mirada suplicante pedía que no se fuera.
—El peso entre dos siempre es más ligero. Puedes confiar en mí...—dijo XiChen sintiendo las manos de WanYin temblar. —¿Qué pasa?—insistió, su siguiente pregunta hizo que el omega se sintiera alarmado. —¿Qué te hicieron?
La mirada de WanYin estaba puesta en el suelo, el aire a su alrededor se volvió denso, todo su cuerpo estaba rígido, el rumbo de la conversación se tornó peligroso.
Con voz lúgubre WanYin preguntó: —¿Por qué asumes que me hicieron algo?
—Porque tú lo dijiste—dijo XiChen como si también le pesara responder. —Aquel día en el edificio, dijiste que intentaría controlarte por ser omega...—sus palabras se sentían altamente cuidadosas. —No quiero asumir cosas, pero...
XiChen guardó silencio, como si fuera incapaz de continuar con lo que fuera que estaba a punto de decir. En ese punto el omega sintió que todo se había ido a la mierda.
Jiang WanYin quiso estrellar su cabeza contra el suelo. El día en el edificio fue su peor error, su primer acercamiento más "íntimo" con ese alfa. Y lo que más temía se había vuelto realidad. La mayor parte de ese momento lo recordaba, pero tenía algunas lagunas mentales en blanco, varias veces se convenció de que no debía ser nada importante.
Gran error, ese día había abierto la boca de más y ahora no había forma de ocultarlo.
Lan XiChen no era un estúpido y el omega apostaba lo que fuera a que ya debía de haber atado los hilos de todo ese desastre.
—Di lo que piensas, anda—presionó WanYin sintiendo que ya no tenía caso ocultarlo delante del alfa, de hecho, quería gritárselo en su cara para que se alejara. —¡Dilo!
XiChen suspiró. —Te obligaron a hacer cosas que tú no querías...
WanYin comenzó a reír, aunque su risa estaba muerta, se notaba a leguas que el alfa no lo quería decir en voz alta, y no porque no supiera, sino por el peso que llevarían sus palabras. Pero Jiang WanYin le ayudaría y lo diría por él.
Su risa cesó y su expresión se volvió de ira pura. —¿Obligarme a hacer cosas? ¡Hicieron más que eso! ¡Me jodieron la vida! ¡Abusaron de mí, eso fue lo que hicieron!
El omega se alejó para recargarse en el borde del balcón, tomaba fuertes bocanadas de aire, no podía creer que se lo había dicho. Debía estará demente para gritarle eso en la cara a Lan XiChen. Aunque en ese momento también sintió que la incomodidad que usualmente presionaba su pecho ya no estaba. Casi como si confesárselo a alguien más le hubiera quitado algún peso de encima.
WanYin giró su rostro, notó que Lan XiChen seguía donde mismo, su rostro era neutro y sus ojos se veían un poco más oscuros de lo usual.
—No saldré huyendo si es lo que esperas—comentó el alfa mirando fijamente al Jiang.
Las manos del omega se apretaron y abrieron varias veces intentando liberar su estrés. WanYin elevó la mirada observando las nubes densas que cubrían el cielo.
—Te contaré una historia—dijo WanYin en voz alarmantemente baja: —Hace cuatro años... dos hermanos lo habían perdido todo; su hogar, su familia y todo lo que les hacía felices. Buscaron ayuda, pero no fue tan fácil, porque hombres malos les perseguían, tenían la misión de matarlos... y casi lo lograban.
El silencio se prolongó, por lo que XiChen tuvo la necesidad de preguntar: —¿Y luego?
Jiang WanYin le miró por una fracción de segundos antes de continuar: —Hubo una misión muy peligrosa, había un gas con feromonas para iniciar el celo—las imágenes del pasado llegaron a su mente, con toda la fortaleza de su ser las hizo a un lado y prosiguió. —Uno de los hermanos era un idiota y olvidó su supresor... pero el otro no, malamente sólo cargaba uno encima, ese fue su primer error... Tenía dos opciones; tomar el supresor él o se lo daba a su hermano—WanYin por fin se enfrentó directamente al Lan, y sólo para preguntar: —¿Puedes adivinar que eligió?
Pudo ver con claridad cómo XiChen apretaba la mandíbula, después de unos segundos el alfa respondió: —Se lo dio a su hermano.
—Correcto, se la dio a su hermano—asintió WanYin sintiendo sus ojos picar y su garganta cerrarse. —Todo se complicó y terminaron por separarse, el hermano sin el supresor naturalmente entró en celo, lo uso a su favor para servir de anzuelo, el pobre creyó que podría vencer a los alfas que le seguían en su patético y lamentable estado—WanYin rio y desvió la vista para poder dejar que una a una sus lágrimas salieran. —Fue un iluso e idiota.
Inútilmente retiraba sus lágrimas una y otra vez, Jiang WanYin seguía intentando mantener esa dura cara que mostraba la mayor parte del tiempo. No podía caer de rodillas frente a XiChen y lucir tan patético, aún debía mantener su orgullo.
Una última vez limpió su rostro de forma tosca. —Pero estaba bien, su hermano había podido escapar y era lo que importaba—una expresión de desaprobación inundó a WanYin. —El pobre deseó haberle hecho caso a su madre; siempre debía cargar con más de un supresor, no debía subestimar al enemigo y jamás debías rendirte tan rápido.
Jiang WanYin respiró profundo, su vista se perdió a la nada, pensando en toda la maldad que se escondía allá afuera y la cantidad de personas inocentes que eran víctimas de todas esas circunstancias. Por experiencia propia sabía que después de eso ya nada podría ser lo mismo, jamás regresaría a ser la persona de días atrás, todo se había ido... No, se lo habían arrebatado.
WanYin apretó sus ojos recordando todo, casi volviendo a sentir el miedo, el dolor y la desesperación entremezclados. Su voz rasposa y sofocada dijo: —Tres sujetos abusaron de un chico de quince años, no pudieron guardar esa mierda dentro de sus pantalones, todo porque un omega entró en un estúpido celo inducido. Usaron su asquerosa voz para someterlo, se turnaron para tomarlo una y otra vez hasta saciarse. Lo insultaron y golpearon, pensaron que moriría. Pero no fue así, aunque... lo hubiera deseado en ese momento.
Esos hombres, se suponen pertenecían a Jun Wu, su misión era cerciorarse que los herederos Jiang estuvieran enterrados en el subsuelo, y si no era así, entonces tenía la misión de acabarlos. Pero esos malnacidos habían hecho algo peor, algo que hacía ver a la muerte como una gran opción. Y malamente WanYin había sido la víctima involucrada.
XiChen dio un paso en su dirección. —WanYin, yo...
Jiang WanYin le hizo un gesto para que se callara en ese instante. —No digas nada... no lo hagas... No hay palabras de aliento para esto. Y no las necesito, eso ya quedó atrás.
Sus palabras eran fuertes y su tono de voz duro, pero el resto de su cuerpo no paraba de temblar, sus ojos reflejaban un dolor sumamente profundo, tanto que incluso XiChen tuvo el deseo de abrazarlo para aliviar por lo menos un poco de esa agonía silenciosa que pedía a gritos algo de ayuda.
Sabiendo que podría ser peligroso, Lan XiChen se animó a envolver al omega en un fuerte abrazo, como si lo cuidara y protegiera de todo allá afuera, su instinto alfa intentaba hacerle saber que estaba ahí para él. Lo más sorprendente es que Jiang WanYin no rechazó su gesto, tampoco le regresó el abrazo, pero no se alejó, se dejó consolar mientras lloraba cual niño pequeño asustado.
—¿Quiénes fueron?—preguntó XiChen con la mirada más fría que WanYin jamás le había visto tener.
El omega negó.—Eso ya no importa, yo mismo me encargué de sus muertes—una media sonrisa se apoderó de WanYin. —Los bastardos suplicaron hasta el último momento de sus miserables vidas.
Recordaba haber despertado medio muerto en ese lugar, había un gran charco de sangre debajo suyo, pensó que ya había pasado a mejor vida, pero las dos personas que le miraba y llamaban fueron su salvación y su segunda oportunidad.
Los hermanos Wen lograron traerlo de regreso y con ello consiguió obtener una venganza contra esos hombres. Pero Jiang WanYin ya lo había hecho personal, no sólo quería a los responsables de sus desgracias, quería a la cabeza que había iniciado con todo. Quería a Jun Wu muerto.
—Estoy roto... Lan Huan—dijo WanYin ahogado en llanto—, todo por culpa de los alfas, así que no me pidas que confíe ciegamente en ti, porque no lo haré.
WanYin se soltó por fin del abrazo del Lan y le dio la espalda, pedía que XiChen entendiera de una vez por todas, que lo que sea que estaba surgiendo entre ellos no podía ser. Simplemente no podía.
—Alguien demasiado herido sólo te traerá problemas, así que olvídalo—pidió sin verle. —Yo no puedo gustarte, no tengo nada que ofrecer.
Entonces sintió esa relajante fragancia, el bosque refrescante le rodeaba, XiChen estaba por detrás muy cerca suyo. Su cuerpo pedía refugiarse en él como hace unos momentos, pero WanYin no tenía la cara para aquello. Dio un pequeño brinco de sorpresa al sentir las dos manos del alfa posarse en sus hombros, incluso percibía con claridad la respiración de XiChen por detrás de la cabeza.
La voz serena y gentil de Lan XiChen llegó para calmar su corazón. —No tienes que ofrecerme nada—aseguró el alfa en un murmuro, casi como si pensara con cuidado sus siguientes palabras agregó: —Sé que no confiarás ciegamente en mí, pero te demostraré que sólo quiero ayudar...—XiChen le giró obligándolo a mirar de frente—, a cambio, permíteme seguir a tu lado, en verdad deseo conocerte más, saber lo que en verdad piensas y anhelas. Y si me es posible cumplirlo para ti.
Los ojos del omega le analizaron, como si buscara cualquier señal de engaño para rechazarlo con seguridad. Pero no lo encontró, tanto su omega interno como su corazón parecían creer ciegamente en esas palabras, sólo faltaba convencer a su mente para aceptar cualquier cosa que le pidiera del Lan.
WanYin permitió que el alfa limpiara sus lágrimas. Negó con diversión al observar a XiChen. —¿Por qué eres tan ridículamente cursi?
XiChen dejó un beso en el entrecejo del omega. —A-Cheng lo merece.
—Lan Huan...
Jiang WanYin inhaló el deleitable aroma al mismo tiempo que se acercaba al elegante rostro. Quizás, sólo quizás podría confiar... sólo...
Sólo...
Repentinamente sonaron unos pasos apurados acompañados de una voz. —Al fin los encuentro, Wen Qing dijo que acaba de... —QingXuan se quedó mudo al ver como alfa y omega estaban sumamente cerca. —Interrumpí... ¿verdad?
WanYin recobró la compostura y se alejó del alfa. El omega negó mientras se aclaraba la voz. —No, no lo hiciste.
Los ojos de QingXuan miraban a cualquier dirección menos a los dos presentes, queriendo apaciguar la incomodidad habló del motivo por el cual había aparecido en primer lugar. —Parece que alguien llegó, no sé quién, pero... Yo sólo venía a avisar porque me dijo Wen Qing ... y... mejor me retiro...
El joven omega salió casi corriendo y sin mirar atrás. Jiang WanYin bufó, con paso decidido avanza a un lado de XiChen ignorándolo y dispuesto a dejarle ahí.
—WanYin espera—pidió XiChen tomándolo de la mano.
El omega miró sus dedos entrelazados y apreció la calidez del tacto ajeno por unos segundos antes de apartarse. —No hables más del tema. No ahora.
Jiang WanYin empezó a caminar en dirección a la sala de estar, donde supuestamente alguien le esperaba. Podía escuchar los pasos de XiChen por detrás suyo siguiéndole muy rápido y de cerca, pero con toda su energía drenada no tuvo ni siquiera la fuerza de exigirle que se fuera, así que sólo le dejó perseguirle en silencio.
El omega observó a la persona que le esperaba, siendo honesto no planeaba topárselo aún.
—Pensé que tardarías un poco más en venir—dijo el Jiang mirando a ZiXuan acercarse.
—Sucedieron cosas y no pude esperar—respondió con simpleza ZiXuan. —Yo...
El alfa guardó silencio de forma brusca, sus ojos estaban llenos de sorpresa.
WanYin siguió la dirección de los ojos de ZiXuan, descubriendo que estaban puestos en el alfa de sus espaldas. Lan XiChen tenía la expresión de haber visto un fantasma. El omega intercambió su mirada entre ambos alfas repetidas veces, confundido por sus reacciones por fin preguntó: —¿Se conocen?
Hua Cheng soltó un suspiro por quinta vez mientras veía a su omega ordenar unos archivos. La expresión de Xie Lian mostraba concentración y molestia en algunas ocasiones. El alfa se ofreció a ayudarlo un par de veces a organizar todo el montón de hojas, pero el omega se negaba siempre mientras le agradecía con una encantadora sonrisa.
Mientras Xie Lian trabajaba, la mirada de Hua Cheng comenzó a recorrer la poca piel expuesta que había a su alcance. Si se fijaba con atención podía ver algunas marcas que había dejado en el omega, su color entremezclado con rojo y púrpura sin duda era vistoso, pero la ropa se encargaba de disimularlo, aunque sabía que por debajo se podría trazar un extenso mapa con todas las huellas que dejó a su paso.
La atención de ambos se vio interrumpida cuando el móvil de Xie Lian empezó a sonar, el omega respondió con tranquilidad al ver el nombre de pantalla.
—¿XiChen?—pronunció con una leve sonrisa.
Hua Cheng soltó otro suspiro al ver como su omega por fin se daba un respiro y dejaba de ver el montón de documentos. Todo cambió cuando la expresión de Xie Lian se transformó totalmente en sorpresa e incredulidad.
—¿Qué? ¿Estás seguro?—el omega se enfocó en seguida en Hua Cheng, su ceño estaba fruncido. —¿Alguien más lo sabe?
Hua Cheng se puso en alerta y esperó paciente, debía preguntarle a Xie Lian que ocurría.
—Te veré en un rato—finalizó Xie Lian antes de terminar la llamada.
El alfa había cambiado su postura a una más firme, dando a entender que esto se había vuelto serio. —¿Qué sucede Gege?
La expresión de Xie Lian era tensa, con ojos agudos preguntó. —¿Tú sabías que Jin ZiXuan seguía con vida?
La pregunta directa e inesperada descolocó a Hua Cheng. Sentía que un nuevo problema estaba a punto de comenzar.
—No...—respondió con honestidad. —Pero hacerse el muerto en este mundo no es nada nuevo.
Después de todo, la mayoría de los demonios no existían según los registros.
Xie Lian se tocó la cabeza confundido. —¿Qué razón tendría alguien como Jin ZiXuan para fingir su propia muerte?
Hua Cheng le tomó de la mano para mostrar su apoyo. —Eso deberás preguntárselo en persona.
Xie Lian asintió mientras se levantaba de su lugar y empezaba a tomar todos los archivos. Era momento de reunirse con el resto del equipo.
El omega estaba recostado mientras escuchaba la melodía del guqin, sólo cuando el silencio llegó abrió los ojos para enfocarse en el alfa de su lado.
—¿Cómo está tu herida?—preguntó WuXian mirando en dirección del firme torso del Lan.
—Mejor—dijo tranquilamente Lan WangJi.
Wei WuXian se aproximó más e hizo un gesto para que se quitara la camisa.
—Déjame revisar—pidió dando un vistazo a los vendajes correctamente colocados. Todo se veía en orden. —No puedo creer que aún con esto puedas hacerme rogar piedad. ¿De dónde sacas la fuerza?
Pensó que con esa herida Lan WangJi dejaría pausadas sus actividades sexuales por un tiempo. Pero el maldito siempre encontraba la forma de que ambos se enrollaran, y el peor caso es que era WuXian quien terminaba en un estado lamentable y no el Lan.
—También lo disfrutas—dijo con voz neutra Lan WangJi. —Despierto a tu lado cada mañana como tú lo pediste.
La única norma que Wei WuXian le exigía al alfa cada vez que se acostaban era que nunca debía dejarlo sólo al despertar, de ahí en fuera Lan WangJi podía hacer y deshacer con él y su cuerpo las veces, formas y lugares donde quisiera.
WuXian bufó con diversión y negó. —Necesitaste un disparo para no dejarme sólo en la cama después de tener sexo. De haber sabido te hubiera disparado yo mismo antes.
Lan WangJi le miró fijamente. —Pensé que no podías dispararme.
WuXian sonrió y le abrazó del cuello, se envolvía de forma seductora, incluso su voz se volvió un tono más meloso.
—Si es por una buena causa, como mantenerte a mi lado después de hacerme gritar tu nombre hasta quedarme sin voz, creo que vale la pena—respondió de manera bastante sugerente.
La mirada dorada se centró en el menor, parecía que nunca se apartaría del bello rostro.
—¿En verdad me dispararías?—preguntó el Lan rodeándolo por la cintura.
WuXian cambió su sonrisa de coquetería por una mirada llena de ternura, era obvio que ambos sabían la respuesta a esa pregunta.
—Sabes que no—con su pulgar acarició los tersos labios de Lan WangJi. —Incluso cuando te odiaba era incapaz de lastimarte.
Lan WangJi le sujetó de la mano para que dejara de jugar. La mirada ambarina se intensificó.
—Me sedaste—le recordó el alfa. —Dos veces.
—Y tú me secuestraste—dijo enseguida WuXian para estar a la par. Ambos se habían lastimado de cierta forma, pero ahora preferían arrancarse su propio brazo antes de dañar a su pareja. —¿Qué se supone que les diremos a nuestros futuros hijos? ¿Qué casi mato a su padre en un par de ocasiones mientras que él me secuestró y usó su voz en mi para saber mi nombre?
Wei WuXian rio al ver los escasos gestos de Lan WangJi a sus palabras, sabía que reaccionaría de esa forma. Pero fue mejor de lo que imaginó.
—¿Nuestros hijos?—cuestionó Lan WangJi como si hubiera escuchado mal.
—Sí... nuestros hijos...—dijo con seguridad el menor mostrando una sonrisa. —¿No quieres un pequeño Lan?
—No pensé que tú quisieras—Lan WangJi parecía ir con cuidado con sus palabras.
WuXian desvió sus ojos a la blanca nieve del exterior y se encogió de hombros. —La verdad nunca me emocionó formar una familia, sólo deseaba mantener a salvo los pedazos de la que aún me queda—el gris se enfocó rápidamente en el dorado. —Claro que eso fue antes de conocerte...
Sin previo aviso, Wei WuXian aplicó fuerza para tumbar al Lan en el suelo, con cuidado de no lastimarlo se posicionó sobre él. Usualmente cuando hacía esa clase de cosas era para buscar alguna gratificación sexual, pero en ese instante sólo deseaba ser escuchado, ambos estaban tranquilos observándose.
—Estos días aquí me hicieron darme cuenta de varias cosas, entre ellas que quiero un futuro a tu lado con un pequeño tú... pero sé que eso ahora es casi imposible, por eso deseo terminar con todo esto para después planificar el resto de mis días en paz a tu lado—dijo WuXian acercándose un poco a los labios de Lan WangJi, pero sin llegar a besarlo. —¿Qué dices? ¿Te gusta la idea?
El alfa asintió atento al menor. —Mn, me gusta.
WuXian sonrió y se levantó enseguida. —¡Perfecto, porque ya debemos de regresar!—el omega le tendió una mano a Lan WangJi para ayudarlo a levantarse—Jiang Cheng me avisó que mañana llegará mi JieJie—WuXian suspiró con la vista perdida. —Estos días han sido como un sueño, pero debemos volver.
Su mágica burbuja había llegado a su fin.
Chapter 44: Capítulo 43. Dragón Blanco.
Chapter Text
—¡JieJie!—gritó Wei WuXian saltando sobre Jiang YanLi para darle un abrazo.
Estaba tan feliz de ver a su hermana sana y salva que resultó inevitable no lanzarse sobre ella para mostrar su emoción. Si cerraba los ojos podía visualizar sus días del pasado, cuando todo estaba en orden, era feliz y no debía cuidar su espalda las veinticuatro horas del día.
—A-Xian, tranquilo, no me iré a ningún lado—dijo la chica regresando el gesto con una sonrisa. Los ojos de YanLi se posaron en el joven detrás de su hermano. —¿Quién es? ¿Un amigo de la escuela?
WuXian deshizo su abrazo y dio un paso atrás para acercarse a Lan WangJi. De forma automática envolvió un brazo del alfa, se prensó tan fuerte que incluso entre varios jamás podrían soltarlo.
—Algo así—WuXian sonrió, se veía emocionado y un poco conmovido. —Lan Zhan, ella es YanLi, mi hermana.
El alfa asintió educadamente en dirección de la Jiang. —Lan WangJi.
Wei WuXian ya le había hablado de ella varias veces y de su caso especial. Sabía que, aunque se presentara la chica quizás le olvidaría en unos cuantos minutos una vez que se alejaran.
—JieJie, él es mi novio y futuro padre de mis hijos—declaró WuXian en voz alta delante de todos.
Jiang WanYin, quien estaba cerca de ahí empezó a toser creyendo haber escuchado mal. Sólo alguien tan sinvergüenza como Wei WuXian podría declarar aquello de forma tan natural y sin temor de las reacciones. Lan WangJi se mantuvo en silencio sintiendo sus orejas arder, la mirada de YanLi era de total sorpresa, esta iba del omega al alfa repetidas veces.
—Aún eres muy joven para hablar de niños, apenas tienes tres—dijo YanLi pensando que esta sería alguna broma de su hermano menor.
Y es que para ella no había otra explicación, pues en su mente sus hermanos seguían siendo muy pequeños para pensar en hijos y esa clase de responsabilidades.
WuXian tragó el nudo de su garganta ocultando su tristeza mientras hacía un puchero inflando sus mejillas. —Pero XianXian crecerá grande y fuerte como tú.
YanLi sonrió con ternura y se fijó en el alfa. —Joven Lan, le encargo a este pequeño.
Sin poder negarse, Lan WangJi asintió. —Mn, lo cuidaré con mi vida.
Incluso si la chica no hacía tal petición él estaba más que decidido a proteger a su omega.
Aunque el momento era emotivo y sentimental, pero no todos en ese instante tenían el mismo sentimiento. Al otro extremo de la habitación dos alfas se veían atentamente.
Lan XiChen tenía varias preguntas para ZiXuan, apenas habían podido hablar la vez pasada, ya que el Jin alegó estar algo apresurado y se había retirado después de hablar con WanYin. Pero ahora no tenía excusa o algo que le ayudara.
—Te creímos muerto...—murmuró Lan XiChen mirado de reojo a ZiXuan.
—Ese era el plan—el Jin suspiró y miró al suelo. —Lamento si mi ausencia causó problemas.
Más que causar problemas estaba en declive, todo por el actual líder y su ineptitud. Lan XiChen había sido un testigo de cómo el territorio Jin se salía de control, GuangYao apenas lograba mantenerlo a raya, pero con la poca ayuda de su padre se volvía insuficiente, causando pérdidas en la mayor parte de sus negocios y motivando a otros para hacer una inflación en todo lo que se traficaba por la zona.
—El territorio de los Jin está decayendo—dijo XiChen desviando la vista.
—Lo sé—ZiXuan parecía lamentarse un poco, pero no lo suficientemente. —Siento no ser de ayuda.
Sus palabras mostraban que, a pesar de la difícil situación no tenía ni la más mínima intención de volver y ayudar.
XiChen no le juzgaría, pero sí tenía curiosidad el motivo por el cual alguien como ZiXuan, teniendo el favoritismo de su padre y prácticamente todo en la palma de su mano, había elegido alejarse de la forma más abrupta. —¿Por qué lo hiciste?
El Jin se encogió de hombros: —Muchos motivos y a la vez ninguno.
—A-Yao hace lo que puede, pero...—Lan XiChen sabía que ni con todo el intento GuangYao lograría tener un mayor estatus ante los ojos de su padre por ser un omega, por lo tanto su poder y mando era reducido.
—Déjame adivinar, GuangShan es poco cooperativo—terminó de decir ZiXuan, era como si ya se esperara aquello.
XiChen suspiró: —Tu padre...
—Él no es mi padre—declaró tajantemente ZiXuan—, ya no...—parecía que su paciencia para hablar del tema había llegado al límite. —Oye, sé que tienes muchas preguntas, pero ahora no es el momento, estoy en algo importante.
Los ojos de XiChen se desviaron a la joven que era abordaba ávidamente por Wei WuXian. —¿Cuidas a la joven Jiang?
—La joven YanLi es alguien inocente que se ha visto involucrada en todo esto—dijo ZiXuan mirado de igual forma a la chica. —Además, se lo prometí a mi hermano.
Lan XiChen tenía poco de haberse enterado de la espantosa muerte de Mo XuanYu, el hijo repudiado de GuangShan, nunca pensó que XuanYu y ZiXuan fueran cercanos, pero aparentemente tenían una relación más estrecha de lo que pensó, tanto así que Mo XuanYu fue de las pocas personas que sabían de la existencia de Jin ZiXuan. Podía imaginarse lo duro que debió de ser enterarse de la muerte de su hermano, el Lan tenía casi como misión proteger a Lan WangJi, no sabría cómo sentirse si este llegara a morir y no lo quería saber.
—Escuché lo qué pasó... lo lamento—dijo XiChen con su más sincero pésame.
Los puños de ZiXuan se apretaron llenos de rabia. —Era de las pocas personas que sabía la verdad...—se notaba que el alfa mantenía una fachada de dureza y orgullo, pero en el interior había un genuino dolor. —Debo irme, nos vemos después.
Lan XiChen sintió pena, en un último esfuerzo le llamó. —ZiXuan, nos alegra que sigas vivo.
El intento de sonrisa de ZiXuan se convirtió en una extraña mueca, claramente Lan XiChen había dicho esas palabras con honestidad, pero el Jin quizás no lo tomó del mismo modo.
—Vida, muerte, conceptos difíciles de entender que no sirven de nada si no eres feliz—aseguró ZiXuan alejándose.
XiChen estaba sorprendido, en el pasado ZiXuan jamás hubiera dicho palabras tan... ¿profundas?, en su trabajo hablar de vida y muerte era literal y no una analogía de la vida y existencialismos. —¿Desde cuándo te cuestionas los conceptos de vida y muerte?
—Desde que me creyeron abono para plantas—responde el Jin acercándose hasta Jiang WanYin, el cual parecía a punto de ahorcar a WuXian por la sarta de tonterías que decía sin pudor.
Con una corta mirada ZiXuan dio a entender que su estancia ahí había concluido.
—Es hora que me vaya, hay una persona allá afuera que debo encontrar—dijo el Jin mirando a WanYin.
ZiXuan había tomado como parte de su trabajo encontrar a la persona que se había aferrado a seguirles la pista a él, junto con la joven Jiang y su enfermera personal.
Jiang WanYin asintió complacido. —Todo tuyo.
ZiXuan se acercó hasta YanLi e hizo un pequeño gesto a manera de despedida. —Señorita YanLi.
La joven Jiang ladeó la cabeza y sonrió amablemente. —¿Lo conozco?—sus ojos lo analizaban con curiosidad—¿Joven...?
—ZiXuan—dijo el Jin con una pequeña sonrisa.
Sin poder ser de otra manera YanLi asintió con educación, su energía pareció avivarse. —Un placer.
Jin ZiXuan había perdido la cuenta de las veces que se había presentado ante ella. En otras circunstancias quizás estaría irritado, pero mirando la amabilidad que irradiaban los ojos de Jiang YanLi le fue imposible. Al principio soportó debido a que era su trabajo, pero ahora sentía podría hacerlo por gusto propio con tan de la chica le dedicara una cálida mirada .
Lan XiChen mantuvo su distancia observando como Jin ZiXuan se marchaba después de una corta despedida con la joven Jiang. Segundos después sintió que alguien se ubicaba a su lado. Con sólo percibir el aroma supo de quién se trataba.
—¿Te dijo algo?—preguntó Xie Lian al Lan mirando en la dirección que ZiXuan se había ido.
XiChen negó. —Muy poco, tiene sus motivos, pero prefiere ser discreto y no revelarlos.
—Se comprende—concordó Xie Lian, sentía que era muy pronto para que alguien tan reservado y algo taciturno como ZiXuan contara sus intenciones como su supuesta muerte. Deseando dejar eso de lado el omega prefirió enfocarse en otra cosa. —Cambiando de tema, reuní la información sobre la familia Shi...
Xie Lian se ganó la total atención de XiChen, ambos sabían lo que significaba aquello. Los ojos del alfa viajaron hasta el folder que Xie Lian sostenía con fuerza.
—Sólo falta él por saberlo—dijo el Lan pensado en un animado y radiante omega, al cual últimamente apenas veía.
Xie Lian bajó la vista, recordando la imagen de QingXuan de ese día. En cuanto llegó a lugar de los demonios, su primer instinto fue buscar al menor, podía imaginar a QingXuan lanzándose sobre sus brazos y quejándose de cualquier cosa, pero cuando llegó este apenas le sonrió.
—Lo encontré algo triste. ¿Crees que sea buena idea decírselo ahora?—preguntó Xie Lian algo inseguro. Su plan era decirle casi en cuanto llegara, pero al verlo tan apagado decidió preguntar al resto.
Xie Lian sabía la verdad de su pasado al igual que los Lan, el único que conocía muy poco de la historia era Shi QingXuan. Y lo peor es que ahora sabía con más exactitud todo lo que había sido afectado el pobre chico.
Incluso si fuera doloroso sabían que debían hacérselo saber. XiChen suspiró: —Mientras más pronto mejor.
Ambos asintieron y se encaminaron para buscar al omega menor, no fue difícil encontrarlo, este estaba en la habitación que le habían asignado; se encontraba tirado en la cama mirando al techo, su móvil tenía puesto el reproductor de música en aleatorio y a un volumen bastante alto, como si no quisiera escuchar cualquier cosa que ocurriera fuera de esas cuatro paredes.
Xie Lian había tocado su puerta, pero al no obtener respuesta decidió entrar de todas formas y dar un vistazo. QingXuan ni siquiera había notado a los recién llegados que le miraban desde el umbral.
—QingXuan debemos hablar—pidió Xie Lian deseando llamar su atención.
El menor por fin les observó y frunció el ceño, presentía que no traían buenas noticias. QingXuan pausó la música y se sentó. —Por sus caras presiento que es algo malo...
Lan XiChen y Xie Lian se mantuvieron en silencio, de forma lenta ingresaron, el omega mayor se sentó a un lado de QingXuan, pensaba en cómo iniciar aquella conversación.
—QingXuan, sabes que volver con Jun Wu es peligroso—empezó a decir Xie Lian con el mayor tacto posible. —Pero no sólo es por lo que está ocurriendo ahora.
—¿Qué quieres decir?—preguntó QingXuan casi con temor de saber más.
—Hay más motivos por los cuales ahora debemos mantener distancia, y esto viene de años atrás—dijo Xie Lian extendiéndole el folder con varias hojas, su peso era formidable. Sea lo que sea que hubiera dentro debía ser importante. —Es momento también de que sepas la verdad...
—La... ¿verdad?—fuera lo que fuera hizo que el omega interno de QingXuan temblara. —¿Qué es...?
—Todo lo que necesitas saber está aquí—Xie Lian colocó en sus manos el folder que tanto había cargado con recelo.
XiChen le tocó del hombro y sonrió gentilmente. —Te dejaremos a solas para que leas con calma, si necesitas de nosotros no dudes en llamarnos, sabes que siempre estaremos para ti...
El menor asintió despacio, esperó a que sus mayores salieran de la habitación para poner toda su atención en el folder que Xie Lian le había entregado. QingXuan vaciló varias veces antes de abrirlo y comenzar a leer.
Se sintió sorprendido al ver que los informes se trataban de su familia, de muchos años atrás, cuando él ni siquiera había nacido, pero lo más impactante era la relación que tenían con Jun Wu, pues narraba cómo desde antes su familia trabajó bajo las órdenes del alfa, siendo como cazadores nocturnos, los cuales terminaban sin dudar con el objetivo que Jun Wu les asignara, sólo debía dar un nombre y ellos se encargaría.
Pero después de años de servicio aparentemente habían decidido poner fin. Sus lágrimas cayeron al ver como Jun Wu había terminado con todos sin dudar, sabía que ese alfa no era un santo, pero en sus recuerdos de niño era casi como un héroe, lo llegó a considerar como un padre. Siendo honesto no recordaba a sus padres biológicos con exactitud, su único recuerdo lleno de brumas era con su hermano.
El omega se limpió con tosquedad la cara y prefirió leer más acerca de su familia. QingXuan sentía que dejaba de respirar, había un listado de todas las personas que Jun Wu mandó a matar, pero lo que más le sorprendió fue encontrar un apellido en específico ahí.
Las hojas salieron volando por todo el lugar, QingXuan estaba sentado en el suelo con los ojos abiertos llenos de incredulidad y temor. Estaba impactado al leer el reporte del último trabajo que hicieron sus padres bajo el nombre de Jun Wu. Con un sentimiento extraño buscó esa hoja que relataba ese último trabajo, de forma torpe la dobló en cuatro y la ocultó entre su ropa, no lo pensó tanto antes de levantarse y salir corriendo en busca de He Xuan.
Suplicó no toparse en su camino con nadie, ya que no deseaba dar explicaciones de más. De hecho, no sabía por qué únicamente quería decirle todo a He Xuan. Era cierto que estaba un poco involucrado, pero ya no había nada que hacer, al contrario, podría arruinar más lo que les quedaba de "relación", si es que podía llamar así al rechazo que el alfa le había dado.
QingXuan tocó con agresividad la puerta de He Xuan dos veces, al no tener respuesta entró, estaba decidido a decirle todo. Para su sorpresa no había nadie en el interior, incluso revisó el pequeño baño que había, pero también estaba vacío. Sin saber a dónde dirigirse prefirió sentarse en la cama y esperar.
En su mente repasaba todo lo que le diría, su omega interno negaba, temiendo que con esto último He Xuan lo odiara de forma definitiva.
Apenas escuchó la puerta abrirse alzó la mirada, He Xuan había frenado en seco en cuanto le vio.
—¿Qué haces aquí?—cuestionó el alfa con el ceño fruncido.
QingXuan se colocó de pie. —Necesito hablar contigo.
El alfa lo escudriñó un poco, pero negó casi de inmediato. —Yo no creo que sea un buen momento.
He Xuan le tomó del brazo con intenciones de jalarlo y empujarlo fuera. QingXuan se removió con agresividad y le miró decidido.
—No me iré hasta que me escuches—declaró lleno de decidió plantándose delante suyo. Tomando una gran bocanada de aire alzó la voz y explicó: —Es importante... es sobre tu familia...
Los ojos de He Xuan se entrecerraron, por fin desistió en correr al menor, ahora estaba intrigado por lo que Shi QingXuan fuera a decirle.
El alfa tomó asiento en la única silla de la habitación, haciendo un ademán a QingXuan para que se ubicara en su cama. El menor sacó la hoja que había doblado y se la tendió antes de sentarse en la esquina de la cama.
Antes de que He Xuan preguntara algo o tan siquiera leyera el contenido QingXuan comenzó a narrar todo. Desde como sus padres habían trabajado para para Jun Wu y como ese maldito había sido el mismo responsable de sus muertes y la de su hermano, también de la última misión de sus padres donde pedían exterminar a varias familias, entre ellas los He.
El alfa se había quedado en silencio todo ese tiempo, escuchando atentamente al omega, leyó una única vez la hoja que le había dado QingXuan y sólo cuando este se calló habló haciendo solamente una pregunta.
—¿Por qué me dices todo esto?—He Xuan estaba más tranquilo de lo que el omega creyó, pero esa frialdad aparentemente le estaba doliendo más.
Para He Xuan sólo había una cosa que no terminaba de entender, y era él porque Shi QingXuan quería contarle que sus padres fueron los responsables de dejarlo huérfano y solo a temprana edad. ¿Qué era lo que deseaba conseguir con eso? Claramente ninguno regresaría de la muerte, ahora sabía con exactitud los responsables de primera mano, pero ya estaban todos muertos. Desde hace mucho sabía que las personas que los mataron estaban bajo órdenes de Jun Wu, así que su furia estaba dirigida hacia ese alfa, no hacia los difuntos padres de Shi QingXuan, que claramente pagaron las consecuencias de aliarse con alguien como lo era Jun Wu.
QingXuan bajó la mirada y se encogió de hombros, la verdad tampoco lo comprendía con claridad. Con esto sentía que su lejanía con el alfa aumentaba. —No lo sé, sólo... no quiero ocultarte nada.
He Xuan frunció el ceño, con cortes tajantes partió la hoja y la tiró. —No debería importarte... nosotros no somos nada.
QingXuan apretó los dientes con coraje, en verdad quería creer que esas contestaciones tan hirientes sólo eran una especie de defensa del alfa, pero ese maldito se lo ponía difícil. Maldecía el momento en el que comenzó a enamorarse de He Xuan.
—¡Ese es el problema!—gritó el omega sin soportarlo mientras comenzaba a llorar, sentía que había regresado a sus años de infancia donde lloraba por prácticamente todo. Sorbiendo sus mocos se sinceró para aliviar un poco la presión en su pecho. —Yo sí quiero acercarme más a ti, no me importa el peligro... Me gustas...
Ambos se quedaron en silencio observándose, QingXuan estaba tan avergonzado de escucharse a sí mismo decir aquello en voz alta. Pero sinceramente se sentía bien.
—Ya lo dije—repitió una vez más. —¡Me gustas!
El omega se levantó, provocando que He Xuan hiciera lo mismo, la única diferencia es que el alfa tenía las manos alzadas como si intentara protegerse del histérico omega que caminaba en su dirección.
QingXuan comenzó a desahogarse golpeando repetidas veces el pecho de He Xuan, una y otra vez con ojos llorosos y rojos. —Tú, un maldito alfa desgraciado, el cual hizo añicos mi corazón y tomó todo de mí en una noche. Tú... te has llevado más de lo que pensé.
Mientras más hablaba Shi QingXuan menos se resistía He Xuan a sus frenéticos golpes, al contrario, había bajado los brazos y sólo le observaba sin queja alguna.
La fuerza de QingXuan disminuyó, y su llanto incrementó, estaba exasperado el silencio. —¡Vamos di algo! ¡Ódiame! ¡Recházame! ¡Sólo responde!—su voz se terminó quebrado. —Hazlo, estoy listo...
Lejos de lo que esperaba, lo único que recibió fue un corto abrazó de He Xuan con la intención de calmar su llanto. —Sabes que no me gustan las lágrimas.
QingXuan le miró entre sus pestañas, dejando de aquellas manos limpiaran la humedad de sus mejillas. —Idiota...
He Xuan dio unas cuantas palmadas en su espalda, sólo cuando estuvo seguro que el llanto excesivo de QingXuan había parado fue que dio un paso hacia atrás para mirarle de mejor forma a la cara. La repentina lejanía hizo que el omega se encogiera un poco, casi como si sintiera más frío el ambiente. La mano de He Xuan le tomó por el mentón y le hizo levantar el rostro. He Xuan mantenía ese semblante serio y antipático, pero ahora había algo diferente.
—¿Quieres que sea sincero contigo?—preguntó con seriedad el alfa.
QingXuan procesó sus palabras, creyó haber escuchado mal, pero no tenía el valor de hacer que el alfa repitiera sus palabras. Su corazón se aceleró al pensar que por primera vez He Xuan tenía intenciones de abrirse con él, incluso con todo lo que le había dicho el alfa estaba intentando mostrarle más de sí mismo al menor.
A sabiendas de que posiblemente conocería un pasado doloroso para el alfa aceptó, QingXuan asintió lentamente, pero su voz denotaba seguridad. —Sí...
Ya no había marcha atrás, esto era lo que tanto había estado pidiendo.
—De acuerdo—He Xuan le tomó de la mano y se encaminó hacia la salida.
QingXuan ladeó la cabeza confundido. —¿Eh?
—Ven conmigo—dijo el alfa sin mirarle.
Antes de salir de la casa ambos se toparon con Wei WuXian y Lan WangJi. He Xuan miró amenazante a WuXian para prohibirle abrir la boca, mientras que QingXuan le sonrió un poco a Lan WangJi para que no se preocupara, ya después daría explicaciones, ahora sólo deseaba saber hacia dónde irían.
Desde que QingXuan miró el lugar le fue inevitable sentir un escalofrío en todo su cuerpo, además de que las imágenes de esa peculiar noche le asaltaron, su corazón se aceleró y su respiración se cortó. He Xuan le llevó a ese viejo departamento donde se habían acostado, lugar donde su perspectiva del alfa cambió de forma casi radical, ya que a partir de esa noche la mayoría de sus pensamientos siempre iban dirigidos al alfa.
Miró de reojo al alfa, quien avanzó hasta el interior de la habitación. He Xuan suspiró pesadamente.
—¿Por qué me trajiste aquí?—preguntó el menor observando cómo todo parecía estar exactamente igual a la última vez que estuvo ahí.
—Tú querías respuestas—respondió en voz baja He Xuan. Se hizo a un lado apoyándose en la pared con brazos cruzados, pero sus ojos estaban fijos en QingXuan, atentos a cualquier cosa que dijera o hiciera el menor. Motivándolo más el alfa agregó: —Adelante, pregunta.
En ese punto, Shi QingXuan tenía un sin número de dudas, al igual que siempre, todo era un misterio cuando se trataba de ese alfa, ni siquiera terminaba de comprender su actuar. Varias veces se mostraba sumamente frío y cortante, pero en otras era más amable e incluso mostraba interés en su persona. También tomaba mucho en cuenta esos detalles que aparentemente el alfa hacía con pocos, casi nadie de hecho. El ver que tenía intenciones de abrirse y contarle lo que quisiera le hacía sentir que una pequeña llama de esperanza comenzaba a crecer.
QingXuan meditó por donde podría iniciar, pero era claro que sus opciones se reducían al estar aquí, pues en su mente recordaba un gran detalle que le había carcomido hasta la consciencia.
Aún inseguro caminó hasta el mueble viejo de la habitación, miró en dirección del alfa cuanto abrió ese cajón que recordaba con claridad, debía estar convencido de que He Xuan no se molestaría, pero al ver que el alfa seguida donde mismo sin intenciones de detenerle, aún sabido lo que podría encontrar, QingXuan ganó más confianza y buscó ese trozo de papel.
—Encontré esto aquella vez...—dijo tendiéndole el ultrasonido. —Habla sobre eso.
He Xuan no lo tomó y no parecía tener intenciones de hacerlo, sólo se mantuvo en silencio mirado la imagen borrosa, parecía que no diría nada.
QingXuan volvió a guardar el ultrasonido de donde lo había tomado. Sabía desde el principio que debía ser muy duro para He Xuan, jamás debió preguntar. —Sabes que olvídalo, no es necesario.
—Sí lo es—interrumpió He Xuan por fin reaccionando.
El alfa suspiró y abrió un nuevo cajón, uno que QingXuan no había examinado, ahí entre algunos objetos el alfa sacó una vieja fotografía y se la mostró a QingXuan.
Con su curiosidad más avivada, el menor tomó la fotografía y la analizó con cuidado. No estaba tan sorprendido, pero no por eso eliminaba ese deje de incomodidad de su interior.
—¿Quién es ella?—señaló a la joven que salía en la fotografía.
En la imagen había una chica con una linda sonrisa, parecía tener entre dieciséis o diecisiete. Extrañamente había algo familiar, pero QingXuan no estaba seguro de que.
—Ella es...—las cejas del alfa temblaron y su respiración se volvió más pesada—, ella era...—se corrigió, dejando en evidencia que la chica ya no vivía. —Ella era mi destinada...—confesó por fin He Xuan con voz dolorosamente baja.
QingXuan le miró anonadado, de todas las respuestas no veía venir eso. ¿He Xuan tuvo destinada? ¿Era eso cierto?, y lo más importante: ¿Cómo pudo seguir adelante después de una pérdida como esa?
—Tu... destinada...—repitió sin creerlo. —Pero como...
Casi todas las historias que sabía sobre destinados en las cuales uno moría por lo regular el otro seguía sus pasos poco después. He Xuan debía ser verdaderamente fuerte para haberlo perdido todo y seguir adelante, desde sus padres, un hijo y su destinada.
El alfa suspiró y desvió la vista, su postura había flaqueado, se veía tan vulnerable antes los ojos de QingXuan, pero no lo presionó, le dio su tiempo al demonio para que respirara y narrara todo con calma.
—Después de la muerte de mis padres me comencé a criar en las calles. Ella vivía en una zona marginada igual que yo—comenzó a decir He Xuan mirando la foto de la chica con pesar. —Nos conocimos en nuestra adolescencia, tuvimos un celo inmediato, lo que resultó en un embarazo. Yo no la marqué, esperaba poder casarme con ella y después hacerlo.
Con esas palabras una de las dudas de QingXuan desapareció. —Si no la marcaste, eso significa que cuando ella murió...
Él no lo sintió tan vívidamente, no al menos como debería. QingXuan pudo apreciar de primera mano la reacción de los destinados cuando estaban al borde de la muerte con Wei WuXian y Lan WangJi, ellos al compartir un vínculo se volvían susceptibles a varias cosas, como emociones e incluso, en ocasiones raras malestares o sensaciones físicas. Eso era algo que sólo los destinados con un vínculo podían experimentar.
Pero ahora, no quería imaginarse qué hubiera sucedido si He Xuan hubiera marcado a la chica. De haber sido ese el caso lo más seguro es que no viviría, esa charla nunca hubiera surgido y en pocas palabras jamás lo hubiera conocido.
Para su suerte, el hubiera no existe.
He Xuan dejó de observar la foto, como si todo su valor por fin se deshiciera en pedazos. Su voz que usualmente era neutra tembló y su aroma se tornó un poco agrio. —A pesar de no haberla marcado pude sentir como algo desaparecía, no me dolió ni sentí miedo, sólo... vacío.
El menor no encontró palabras para lamentarse en su nombre, simplemente seguía procesando todo.
—¿El ultrasonido era de tu hijo?—cuestionó en voz baja, se notaba su temor al hacer la pregunta. No sabía cómo reaccionaría He Xuan y eso le preocupaba. Era obvio que sí, pero debía saberlo por su boca.
El alfa asintió mientras le miraba. —Empecé a trabajar, apenas podíamos mantenernos. Yo no tenía familia y los padres de ella estaban metidos en malos pasos—respondió relatando esos días tormentosos que aún le perseguían. —Creímos que si nos alejábamos de todos estaríamos bien... pero no fue así.
QingXuan comprendió, ella había muerto por culpa de otros, con sólo verla en la foto podía asegurar que era alguien inocente.
Todo el cuerpo de He Xuan se tensó, su mirada se volvió severa. —Ella no tenía nada que ver en las disputas de sus padres, pero terminó afectada.
—La persona que la mató...—ni siquiera debía de preguntarlo para saber con certeza quien había propiciado un fatídico final para esa chica.
—La familia de ella intentó robarle a Jun Wu—dijo He Xuan con amargura—, puedes adivinar cómo terminó eso.
QingXuan bufó para sus adentro, robarle a Jun Wu era un suicidio, no conocía a nadie que hubiera logrado salirse con la suya. No importaba el tiempo que tardara, Jun Wu lo encontraría y le haría arrepentirse.
—¿No intentaron escapar?—preguntó QingXuan. Siendo honesto, sabía que era inútil, él mismo había ayudado a rastrear gente, incluso el personal más inepto del Jun Wu siempre lograba encontrar sus blancos.
—Lo hicieron, pero fueron encontrados—respondió el alfa, su contestación no fue para nada una sorpresa para QingXuan. —No sé cómo, pero Jun Wu los rastreó a todos, no hubo nadie de su familia que sobreviviera. Todo por dinero y el maldito LSD.
Algo hizo clic en la cabeza de QingXuan cuando escuchó la última frase. Un sudor frío recorrió toda su columna vertebral.
—¿Qué?—toda la sangre del menor parecía esfumarse. —¿Lo que robaron a Jun Wu fue LSD?
He Xuan le miró sin comprender reacción tan ansiosa. —Así es.
Los ojos de QingXuan se abrieron tan grandes que casi parecían salirse de sus cuencas, su corazón había comenzado a bombear rítmicamente y su respiración se volvió pesada. —No puede ser...
Su evidente estado agitado llamó la atención de He Xuan, quien le tocó del hombro preocupado al ver lo errática que se estaba tornando su respiración. Algo le estaba pasando al omega.
—¿QingXuan?—llamó He Xuan deseando preguntar qué le ocurría.
QingXuan se alejó del toque del alfa casi como si le quemara, su cabeza negaba deseando que todo fuera una pesadilla. Su voz ahogada apenas fue entendible: —Yo... fue mi culpa.
He Xuan lo miró con atención, no comprendía por qué Shi QingXuan decía eso.
—¿Tu culpa?—El alfa creyó que posiblemente había sido demasiada información para QingXuan y ahora entremezclaba todo. —Eras un niño cuando ocurrió todo eso.
Tenía razón, en ese entonces QingXuan rondaba los trece, lamentablemente desconocía desde que edad el omega empezó a trabajar para Jun Wu. El alfa quería tocarlo para calmarle, pero Shi QingXuan una vez más retrocedió huyéndole.
Como si se tratara de ráfagas, el omega recordó esos años atrás, cuando comenzaba a trabajar para Jun Wu. Claro que la chica le iba a resultar familiar. ¡Ya la había visto antes!
—No, no lo entiendes—por fin sintió la necesidad de explicarse mejor, debía decírselo. —Yo... hice varios trabajos para Jun Wu, entre ellos rastreo. Recuerdo el caso del LSD, dijeron que habían intercambiado la mercancía por una copia y planeaban exportar la original para embaucar a Jun Wu.
Por fin He Xuan empezó a comprender, desistió en tocar al omega, su cuerpo se puso rígido y su mirada cambió, observando incrédulamente a Shi QingXuan.
—Tú...—su voz dura hizo que un profundo dolor se instalara en el pecho del menor.
El omega no tenía el valor de verle a la cara, con voz arrepentida declaró fuertemente lo que ambos sabían, pero no se animaban a decir: —Yo investigué a cada miembro de la familia y di su ubicación... fue por mí que encontraron y mataron a cada una de esas personas... fue por mí culpa.
Con esas palabras dichas He Xuan por fin se alejó más. QingXuan sentía sus ojos picar, había un nudo que empezaba a formarse en su garganta. En ese entonces hacía ciegamente lo que Jun Wu pidiera, si el alfa le decía que investigara a toda una familia así lo haría, sin importarle si había personas inocentes de por medio.
QingXuan miró con arrepentimiento a He Xuan. ¿Cuántas veces más estaría involucrado en el sufrimiento de ese alfa?
—He Xuan yo no tenía idea, yo jamás...—él jamás habría trabajado para Jun Wu en un inicio de haber sabido la verdad. Pero ya era tarde, muchas vidas se habían perdido gracias a él. Y entre ellas estaba la destinada se He Xuan.
—Cállate—pidió el alfa con una mirada aturdida.
Shi QingXuan sentía que no podía guardarse nada, quería explicar y aclarar todo. Había cometido un error que le había costado bastante al alfa. —Yo...
—¡Guarda silencio por una maldita vez!—gritó He Xuan llegando a su límite, el alfa se sostenía la cabeza y evitaba mirar al menor.
QingXuan se sentía tan diminuto en ese instante, sólo pudo abrazarse a sí mismo y murmurar bajo: —En verdad lo siento...
El omega sintió su cuerpo temblar cuando el alfa por fin le observó, esos ojos mostraban un caos, uno que no sabía si tenía solución.
He Xuan le dio la espalda y se encaminó a la salida. —Quédate aquí.
QingXuan se sentía inquieto por esa petición, no sabía qué era lo que planeaba.
—Espera—el omega quería detenerlo, pero no sabía cómo. —¿A dónde vas?
QingXuan caminó detrás de él, sin embargo He Xuan se giró con agresividad y repitió: —¡Espera aquí!—su voz había sobresaltado a QingXuan, quien obedientemente se quedó parado en su lugar sin amagos de avanzar, todo su cuerpo temblaba con un miedo casi palpable. He Xuan respiró profundo, estaba sorprendido de haber usado su voz, él no solía hacerlo, pero simplemente no pudo controlarse, parecía conflictuado en sí acercarse al joven omega o ignorarlo, lo único que sabía es que estaba arrepentido por gritarle: —Lo lamento, yo no, yo... necesito pensar.
Y así, sin más, Shi QingXuan se quedó solo en esa pequeña y asfixiante habitación. El peso de su cuerpo se volvió insoportable, por lo que cayó de rodillas para llorar y lamentarse.
¿Realmente lo de ellos era imposible?
Siempre cuando creía que por fin comenzaban a avanzar retrocedían diez pasos. Quizás debiera rendirse por una vez, sus vidas estaban hechas para que jamás pudieran tener ninguna clase de relación. Era simplemente doloroso.
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Bea_Goldwitch on Chapter 44 Sat 19 Jul 2025 10:24PM UTC
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