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Under the influence

Summary:

Una noche entre amigos puede transformarse en algo más cuando la tensión de años y un poco de marihuana se mezclan.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Work Text:

El humo en la habitación es denso, algo caluroso, pero no los ahoga, de hecho, siente que les da un tipo de ambiente a toda la situación. Ronaldo se ríe, mucho más risueño de lo normal, luego de un comentario propio que no llega a entender del todo debido a la neblina mental que está atravesando en esos momentos. Él también sabe que está teniendo una sonrisa tonta adornando su rostro, solo que no puede evitarla y tampoco quiere hacerlo porque está contento y disfrutando de todo esto.

 

El mayor se estira un tanto para alcanzar el cannabis de la mesita de la sala, sosteniendo el Bong entre sus piernas, y con las manos colocando los trozos de cogollo en la cazoleta. Levanta el objeto para ver si la cantidad de agua en la base sigue estando lo suficientemente llena, al parecer lo está, pues se gira con una cara orgullosa y le guiña el ojo para afirmarle que está todo okey. Kaká continúa sonriendo.

 

Ronaldo se incorporó hace no mucho a la plantilla del Milan, después de lo sucedido en el Real Madrid, y a pesar de las controversias, varios clubes ofertaron para ficharlo. Él supo de inmediato sobre el interés de su club por el delantero, así que no dudó ni un segundo antes de tomar el móvil y llamar a Ronaldo para convencerlo de que venga a los rossoneros; por suerte costó poco y nada hacer que aquello ocurriese. Kaká adoraba ser compañero suyo en la selección, era de las cosas que más echaba de menos cuando las fechas de la FIFA terminaban. Siempre se iba con el deseo de poder pasar más tiempo con el otro, así que ahora también tenerlo compartiendo el equipo, lo tenía totalmente eufórico.

 

Ronaldo toma el encendedor entre sus dedos, acercando su boca a la boquilla del tubo y comienza a prender la hierba de la cazoleta, inhalando con suavidad hasta que la cámara se va llenando de humo. Kaká observa atento todo el movimiento realizado por el otro, sin poder apartar los ojos de cada mínima acción que se produzca. Cuando termina de hacer lo suyo, empuja con sutileza con el codo su costado para que tome el Bong, lo cual hace.

 

La plantilla había organizado una salida entre varios para salir y divertirse, él estaba seguro en su totalidad que Ronaldo asistiría, era casi imposible que se pierda una fiesta, menos teniendo en cuenta que se trata de una salida en Italia, con todo lo que conlleva. Lo que ninguno esperó es que a último minuto optara por quedarse y avisar que ese día prefería no asistir. Kaká tampoco iba a ir independiente de otras decisiones, pero Ronaldo lo llamó, informándole sobre esto y, sabiendo que estaba libre, lo terminó invitando a su casa para pasar el rato. Aceptó de inmediato.

 

Así que todo este rato se trató de ellos dos solos, un encuentro entre colegas charlando sobre lo que pasaba en el ambiente del fútbol, la familia, cenar y ver alguna serie mientras fumaban hierba de manera recreativa. Kaká es casi de no beber, mucho menos de consumir sustancias, a excepción de muy contadas ocasiones fumar cigarros o marihuana... Lo curioso es que desde la llegada del mayor, ya incluso probó tres maneras distintas de consumir, estaba siendo más “liberal” que nunca, llevándose las burlas de Andrea y Maldini en repetidas ocasiones.

 

Kaká debe reconocer que la presencia de Ronaldo provoca una especie de revolución en todo él.

 

Es difícil de explicar, desde que se hicieron cercanos en el Mundial del 2002 es casi automático la forma en cómo actúa un poco fuera de su molde. No es que cambie su manera de ser por el otro, Kaká sigue siendo el mismo en espíritu y alma, con la misma educación y moral de toda su vida, pero siempre ha habido una parte rebelde de sí, que supo reprimir de distintos modos... Modos que parecen ser aplacados estando con Ronaldo, como sí tuviera el valor de enseñar sin tanto recelo esa cosa suya.

 

Kaká termina de inhalar el humo, sin embargo, la inevitable tos se hace presente. Lo chupo mal, y Ronaldo no deja de reírse a su lado mientras lo golpea en la espalda para que se le pase. Luego de unos momentos se recupera, pero el mayor llegó a retorcerse de la risa, así que se echa exhausto sobre el sillón en el que están, dejando la cabeza un poco colgada sobre el respaldo y diciendo lo increíble que es que sea un novato en varias cosas. Kaká le da un golpe en el brazo, volteando los ojos y fingiendo enojo, para después imitar el movimiento del otro, con la diferencia de que posa su cabeza en el hombro del mayor y deja una de sus piernas por encima de la derecha del otro.

 

Todo cae en silencio, solo acompañados por el ruido de la televisión. Ronaldo da un par de encendidos más al Bong antes de dejarla sobre el suelo y concentrarse en la pantalla. Kaká se da cuenta, que esta manera de consumición, le pega con más rapidez a medida que pasan los minutos, pero aún está lo suficiente alerta y consciente de todo.

 

Van por la mitad del segundo episodio, es una serie policial, de esas que intentan seguir un poco el humor de los ochenta, pero que a día de hoy queda algo extraño. Ambos van comentando de a ratos, Ronaldo suelta comentarios taimados, y él se ríe encantado por el ingenio del mayor, es algo que siempre le gustó del otro. El menor continúa medio recostado sobre el delantero, pero ninguno se ha quejado así que supone que está bien.

 

Es al inicio del tercer episodio que la mente de Kaká se desconcentra en cierta medida de la televisión, tal vez porque la hierba está haciendo más efecto o solamente no está interesándose lo suficiente, pero sus ojos van recorriendo la habitación sin enfocarse en ningún punto específico. Mira la decoración, es llamativo ver como puede identificar el gusto de Ronaldo en este nuevo hogar con los cuadros que están puestos, el lugar de los muebles y las fotos que eligió poner en cada uno. A Kaká le gusta reconocer estas pequeñas cosas del mayor, cosas que tal vez la mayoría no tenga en cuenta, pero él sí. O es lo que le gusta creer para sentirse más cercano.

 

Luego de merodear visualmente el sitio, quiere levantarse para ir a buscar agua, fumar le seca la garganta, así que apoya la mano entre el hueco de ambas piernas de Ronaldo con la idea de poder impulsarse, una acción inconsciente y sin segundas intenciones, pero el repentino suspiro ahogado que siente cerca de su oreja es suficiente para dejarlo quieto en su sitio. Debido a que está posicionado demasiado cerca del otro, no es difícil notar como su respiración cambio a una más rítmica, tensa y desordenada; lo puede sentir estresado a su lado.

 

Entonces es cuando su mirada capta el movimiento de brazo que Ronaldo intenta pasar desapercibido: su mano izquierda cae encima de su muslo y aprieta la zona como si intentara rascarse alguna picazón... Pero Kaká pestañea una, dos e incluso tres veces con lentitud hasta que sus ojos enfocan con claridad la acción que realiza el mayor con sus dedos. El delantero arrastra el pulgar por encima de sus pantalones cortos de gimnasia de forma ascendente y descendente, mientras que el índice trata de hacerlo circular.

 

No es difícil notar la erección que comienza a marcarse por aquel sector del short y Kaká debe tragar con fuerza para no quedarse paralizado.

 

Ronaldo estaba prácticamente masturbándose a escasos centímetros suyos.

 

La reacción común debería ser tratar de alejarse o hacerse el desentendido, un empalmamiento repentino le podría pasar a cualquier hombre en situaciones que inclusive no desean, teniendo en cuenta que han estado fumando, las posibilidades serían aún más grandes que en un entorno o contexto más normales. El tema es que Kaká no puede apartar los ojos, con la boca del estómago revuelta en nervios y anticipación, cosquilleándole todo el cuerpo desde la cabeza a la punta de los pies.

 

Es intrincado definir el tipo de relación que acontece entre él y Ronaldo, desde que conectaron hace años en la selección, todo se ha tratado de cariño, respeto y admiración entre ambos. Empero, siempre existieron esos extraños instantes, donde una mirada perduraron más tiempo, sonrisas pícaras y cómplices, reojos cuando pensaban que el otro no observaba, abrazos o pequeños toques que, tal vez, no deberían tener entre ellos.

 

Pero los tuvieron, y cada vez que se encuentran es más arduo ocultarlo e ignorar esa atmósfera tan delicada que susurra implosionar ante el más mínimo ipso facto.

 

Trata de analizar qué fue lo que pudo ocasionar esto, acostumbrado a su mente sobre pensante tratando de hallar una respuesta a todo. Reflexiona en  lo que sucedió desde que llegó, pero no notó nada antes, Ronaldo actuó como siempre. Tampoco podría tratarse de alguna escena en la serie porque no se mostró ninguna escena picante en lo que llevan visto. Por lo tanto, no puede evitar concluir que se trata de su presencia y cercanía lo que ha hecho que el mayor esté así.

 

Siente su pecho agitarse.

 

—Perdón Ronaldo, me quería acomodar mejor —dice en una verbalización sofocada, sacando su mano de ese sitio, pero posicionándola en la otra pierna. Puede jurar que siente como el otro retiene el aire en sus pulmones—. ¿Te molesta?

 

—Sabes que no, en mi casa puedes hacer lo que quieras, Kakazito. —Por el rabillo puede verlo friccionando con más fuerza la tela del pantalón e inconscientemente se relame los labios—. Fuiste mi consentido desde que te conocí, ¿no?

 

Kaká no puede evitar sobresaltarse y decirle que no diga aquello porque puede aprovecharse, tratando de hacer resonar la gracia en su tono. Hacerla pasar por sus bromas de siempre. La risa del mayor le retumba a espaldas.

 

—Por mí, puedes aprovecharte de todo lo que desees.

 

Si su corazón pudiese salir de su tórax en ese mismo instante, está seguro de que hubiese sucedido. El repiqueteo incesante le provocó hasta un mareo, sin querer aprieta la carne de Ronaldo entre sus dedos, ocasionando un jadeo fuerte del otro y que su propio estómago se retuerza con intensidad.

 

Fue el ídolo de Kaká toda su adolescencia, luego su colega, posteriormente su amigo, y llegar a ser parte de la intimidad del otro lo llevó a convivir con emociones que siempre trató de enterrar, de ahogarlas y que no se hagan presentes. Pero él se pregunta, con sinceridad, cuánto tiempo más puede aguantar de toda esta maraña subyacente sin sentir que no muere por el otro en el sentido más figurado de la expresión.

 

Quizás hasta literal.

 

No responde nada, solo mueve su mano, palpando el muslo de Ronaldo. Entonces, éste, abre con más amplitud sus piernas, como indicando que, tal como dijo hace unos segundos, puede hacer lo que quiera. Entonces no hay duda de lo anterior, Nazario se estaba excitando por su presencia.

 

Kaká no duda en inclinarse a más cercanía, adyacente al calor que le brinda Ronaldo. Un calor muy diferente a cualquiera que haya experimentado, se siente templado a su lado, como si le diese la regulación exacta a su esencia. Supone que el otro siente lo mismo, al advertir los labios del mayor presionando en un beso sobre su cabeza y acariciar con su extremidad libre su brazo, aprisionándolo más junto a sí.

 

Es posible que haber estado drogándose hizo que termine por soltarse, de darle esa valía para apagar el miedo o las dudas que le surgen. También, a lo mejor, fueron demasiados los sentimientos que han estado resguardados estos años, que ahora reflotan sin esfuerzo.

 

Su mano vuelve a cambiar de sitio, posándola por encima de la de Ronaldo, la acaricia con sutilidad por un instante para proceder a apartarla con rapidez, dejando que finalmente aterrice arriba del miembro del otro. Kaká puede sentir como salta en su palma, incluso si la tela aún es un impedimento para el contacto directo. Delinea el falo con tranquilidad, pasando bien sus dedos por cada relieve que nota desde la base hasta el prepucio, donde tira un poco de él, viendo como la cabeza se asoma. Ronaldo se exalta tras aquello.

 

Pasan muy pocos minutos para percibir como la polla del mayor se va endureciendo en su mano, como el glande va sobresaliendo sin ayuda debido a la fogosidad del momento. Kaká se curva sobre sí mismo, comenzando a notar como su propio pene está reaccionando, buscando un poco de fricción en algún sitio.

 

Ronaldo suelta un suspiro cargado, luego de estar dando caricias circulares a la cabeza, una mancha se filtra por el pantalón, siendo las gotas de pre semen las que están goteando por la hendidura y traspasando el short. Un trago muy fuerte se escucha de su parte, lo que le provoca una vergüenza irrevocable, con el calor subiendo por todo su rostro. Ha estado salivando como un perro en celo sin darse cuenta.

 

Se vuelve acomodar, casi sentándose arriba del más bajo, y al parecer éste obtiene un ángulo interesante, pues siente el aliento del otro cerca de su nuca.

 

—Hueles tan bien, Kaká —le dice con la voz ronca, rozando su nariz contra su piel, antes de empezar a arrastrar sus dientes o dejar besos por toda esa parte—. Siempre tienes un olor rico. —La pronunciación de eso le envía una vibración inmediata en todo su cuerpo, viajando hasta su vientre bajo e impactando en sus partes bajas. Un respingo lo aborda cuando las yemas de unos dedos le frotan la zona de su cadera, escalando por lo costados de su cintura.

 

Se alza hacia esos toques sin evitarlo, deseoso por sentir más.

 

Kaká vuelve a apretar el miembro de Ronaldo y éste suelta un quejido angustioso—. Está muy duro —expone con la voz ahogada por la lujuria. Se sorprende él mismo por como suena.

 

Ronaldo lleva la palma por sus abdominales, jugando por ese sitio, repartiendo un par de rasguños sin llegar a lastimarlo—. Sácalo, gato*...

 

La utilización de esa palabra le saca un gemido. Había escuchado múltiples de veces ese calificativo, pero que se la digan en este momento y que sea específicamente Ronaldo provoca una revolución dentro de sí. Sin embargo, la petición resuena y no puede evitar titubear... Kaká nunca ha tocado un pene ajeno al suyo, y nunca hubiera hecho esto con otro hombre de no ser porque se trata del mayor. Decir que sería cruzar un límite sería absurdo, porque estuvo manoseando al otro todo este rato, ha estado fantaseando con esto internamente demasiados años... Solo que le cuesta.

 

Lo más probable es que Nazario se haya percatado de que algo sucedió, y decide continuar con sus suaves caricias. Lo recorre totalmente, esta vez llegando a sus pectorales y redondeando sus pezones, exhalando pequeños jadeos cuando machaca con dulzura las puntas. La temperatura sube cada vez peor, su mente no logra concentrarse, abrumado, y Ronaldo lleva su mano hasta sus jeans vaqueros, desprendiendo el botón con facilidad.

 

No tarda en meterse dentro de sus calzones y tomar directo su miembro para comenzar a bombear. Ni siquiera tiene un lapso para sobresaltarse porque lo único que puede hacer es tratar de no deshacerse por completo ante el mayor. Debe hacer acopio de su fuerza para no deslizarse por el sillón, el pecho se le va salir y esta descolocado; es posible que toda su sangre se haya trasladado de repente a su falo por la desestabilización que le supone en estos momentos.

 

—Kaká —dice, llamándolo—. Kaká, mírame.

 

Kaká lo mira después de todo este rato y son tres segundos los que transcurren para que finalmente los dos se unan en un apasionado beso. El choque de labios es intenso, desesperado y él debe reacomodarse una vez más para poder alcanzar la boca de Ronaldo mejor. Se mordisquean, succionan y todo es saliva y resoplos.

 

Y la piel del menor parece arder a fuego vivo con cada pequeño toque que recibe, la mano de Ronaldo es grande y abarca muchas porciones de él. Kaká necesita más de todo, tocar y que lo toquen, que Ronaldo recorra y continúe con esa combustión hasta fundirlos a ambos. Cree que es imposible parar a estas alturas.

 

La piel se le enchina, el movimiento ha llevado que termine recostado en el sofá, con un pie reclinado sobre este y el otro apoyado en el piso. Ronaldo entre sus piernas, posicionado por sobre suyo. Puede afirmar que ya es adicto a los besos del mayor, que podría pasar horas probando los labios de este hombre. Hay una peligrosa sensación de no retorno, Kaká sabe que no va poder recomponerse de esto.

 

Por fin se anima y estira su brazo entre ambos cuerpos, aproximándose hasta el elástico de los pantalones grises del delantero, colando la mano dentro. La polla cae pesada entre sus dedos, notando el grosor con mucha más atención ahora que no hay una tela de por medio; el glande es suave y continúa goteando. Todavía está pegajoso, resbaladizo y palpita en sus dedos, un simple jalón es suficiente para notar como Ronaldo vibra encima de él e intenta dar una embestida al hueco de su extremidad. Es obvio que jamás ha masturbado a nadie, pero entiende que la mecánica es la misma que utiliza cuando se trata de sí mismo, así que da unas sacudidas preliminares, permitiendo que el preseminal se extienda hasta abajo para no hacer daño con la sequedad, y comienza con el bombeo. Sus barridas abarcan cada vez más piel, yendo y viniendo, aumentando de a poco el ritmo; Kaká se siente asfixiado al notar como enloquece a Ronaldo con la cadencia inicial, escalando poco a poco a compases desbocados y fieros. Ver como se nota deseoso de más, acrecentando la velocidad, saber que puede desarmarlo con su toque, que puede satisfacerlo como a Ronaldo le gusta, lo tiene en un limbo de lujuria muy alto.

 

Busca sus labios y se los besa mientras lo masturba, acogiendo los gemidos de Ronaldo en su boca y dejándolos morir dentro de ella, respirándolo como si fuese su oxígeno y él pudiese otorgarle el suyo. Bombea con fuerza su erección, restringiéndole la separación a Ronaldo cuando pasa su brazo libre por su nuca, para abrazarlo mientras lo devora a besos, necesitado de su cercanía como si él también hubiera esperado todos estos años para reclamar la piel y el corazón del otro, tal cual pasa en estos instantes.

 

—¿Por qué te pusiste así? —pregunta, aunque sabe la respuesta, entre medio de los besos. Quiere escuchar al otro decirlo—. Mira lo húmedo que estás, Ronnie...

 

Exhala un gruñido, dando suaves empujones con sus caderas. Ha cortado el intercambio de sus labios para comenzar a descender hacia el cuello, donde ladea la cabeza para darle un mejor acceso. — No sabía que te gustaba hablar de esta forma, Kakazito.

 

Es claro que a él mismo le sorprende, Kaká no es hablador en sus encuentros casuales, le resulta incómodo. Hasta con sus exs parejas fue así, no se pone a pensar demasiado, no es enrevesado llegar a una simple conclusión.

 

—Es porque se trata de ti, fenómeno.

 

Ronaldo se ríe con cariño contra su dermis, el aire caliente rebotándole, haciendo que una crepitante electricidad le atraviese desde el estómago a la cabeza, dejándole los pelos de punta en cada sector de su cuerpo. Está extasiado.

 

El descenso continúa por su pecho, cortado brevemente para sacarse la camiseta y quedar con el torso desnudo. Ronaldo juega unos minutos con sus aureolas, mordiendo, apenas estirando los pezones y chupando, sin tener idea de los tirones de excitación que podría recibir de allí, pero él se bordea en busca de más, soltando un quejido cuando el mayor se separa para merodear más abajo.

 

—Te gusta, gatinho... —Ronaldo raspa con sus dientes el hueso de su cadera, él solo puede suspirar. El mayor enrolla el dobladillo de su calzoncillos, como queriendo pedir permiso para terminar de sacarle la ropa; él de inmediato levanta levemente sus caderas para darle el espacio de quitarle los jeans y ropa interior en un hábil movimiento. Es inédito que no sienta pena de estar en su desnudez absoluta, pero la mirada del mayor cargado de calor mientras lo recorre, hace que se incendie cual papel en la hoguera. Sonríe de lado, pícaro—. Eres realmente lindo de pies a cabeza, ¿no?

 

—Cállate y sácate la remera —le dice, irónicamente avergonzado esta vez, le cuesta manejar elogios 'lindos'. Nazario acata la orden—. Además ya nos hemos visto sin nada varias veces en las duchas —replica con obviedad, procurando que sus ojos no dejen pasar ningún detalle del mayor. Es un deleite poder mirar a esta proximidad al otro.

 

Ronaldo hace un puchero. — Sí, ya sé, pero es diferente —contesta. Toma su pierna izquierda, dejando un camino de besos por su extremidad, haciendo una pequeña parada por sus muslos y proseguir para quedar en el mismo sitio antes de que lo dejara sin prendas—. Ahora estás para , Kaká.

 

Kaká agita sus pestañas. Su corazón late desbocado.

 

El delantero hace que se acomode, para que su cabeza se recueste sobre el brazo del sillón para estar más cómodo, y el otro se hunde de inmediato cerca de su ingle sin muchas vueltas. No tarda en cerrar los ojos y echarse hacia atrás, entrecortando un gemido, luego de que diera unos tres tirones sobre su polla, salivándola para llevársela dentro de su boca. Se muerde el labio inferior, sintiendo como envuelve el falo con su lengua, enroscándose por la longitud; subiendo y bajando, notando como Ronaldo intenta con su garganta recoger la punta del glande, soltando cuando está a punto de ahogarse.

 

Se encuentra, honestamente, anonadado. Si se hacía una idea del mayor habiendo estado con otros hombres, sólo se imaginaba a éste haciendo la parte "activa" de alguna forma... no este tipo de cosas, pero juzgando la manera en la que está manejando la mamada, es claro que lo habrá hecho varias veces. Una punzada de celos arde en el centro del pecho.

 

El oral sigue, dejando ser los gemidos guturales que se escapan de él. Ronaldo se detiene un par de veces para colmatarlo a besos húmedos, para dejarse caer por su miembro, haciendo una garganta profunda que hace desbordar saliva que cae por la pelvis del menor. Es demasiado sucio, los ruidos obscenos no hacen más que calentarlo a un nivel impensado.

 

En cierto punto sus piernas comenzaron a temblar por la neblina de placer que bloquea cualquier coherencia en su mente, inundándolo a corrientes eléctricas. Está cerca del orgasmo, por lo que le advierte a Ronaldo, jalando de su cabello corto; éste entiende de inmediato y toma un poco de distancia, reemplazando su boca por su mano para hacerlo terminar. No faltaba mucho, la tensión en su vientre bajo es indicativo de esto y cierra los ojos ante la sensación, tan indescriptible como placentera, deshojándole de cualquier pensamiento que le permita describir el cúmulo de emociones que le atraviesa.

 

No es consciente de mucho luego de la descarga, debe recoger aire a resoplidos, drenado totalmente por el orgasmo. Es posible que hayan sido muy pocas las veces que se corrió con esta intensidad y lo tiene flotando.

 

Habrá pasado un rato hasta que puede enfocar su mirada de nuevo, se lleva las manos cerca del estómago, para notar que los restos de semen cayeron encima suyo. Su iris busca a Ronaldo, y lo ve, sentado en el sillón, masturbándose con mucha calma mientras no deja de observarlo. Kaká se da cuenta de que el mayor no acabó por hacerlo llegar a él, no puede evitar sentirse mal, por lo que se ofrece alguna forma de ayudarlo, aunque no tenga las fuerzas después de lo sucedido.

 

Ronaldo le sonríe cariñosamente, acercándose para darle un beso en los labios que recibe con ansias. Sin dudas se hizo adicto a ellos.

 

—Ya me ayudas ahora, no necesitas moverte bebê —pronuncia, dejando un último beso. Kaká asiente, percibiendo el cosquilleo apabullante en la boca del estómago, como un millón de mariposas revoloteando en su interior tras escuchar el apodo.

 

Mira cada movimiento con atención, interesado y curioso, pues Ronaldo recogió los restos de semen entre su palma para esparcirlo por el interior de sus muslos. Piensa que es algo asqueroso pero no dice nada, el otro se arrodilla muy cerca de él, bajándose lo más que puede su pantalón y lo mira desde su altura. —La próxima lo vamos hacer correctamente —dice, guiñándole un ojo. Agarra sus dos piernas, juntándolas, haciendo que el hueco de los poplíteos, la parte trasera de las rodillas, queden recargados en el hombro derecho de Ronaldo. Hala un tanto más hacia él, quedando casi pegados; Kaká traga saliva, por enésima vez esa noche, cuando ve que Ronaldo mete la polla entre medio de sus muslos y le indica que apriete un poco y trate de mantenerlos firmes.

 

Tal vez peca de ignorante en estos temas, pero no creía siquiera que era posible hacer algo así. Si no fuera porque su orgasmo fue reciente, estaría seguro que se pondría duro de nuevo, e incluso así puede sentir como se mueve con interés por la imagen que se está proyectando encima suyo: Ronaldo se desliza en suaves estocadas, gracias a su líquido preseminal y su corrida, soltando gruñidos espesos cuando él oprime sus músculos, haciendo más irregular el movimiento. El pene del mayor está caliente, totalmente rígido y el ritmo de las arremetidas empiezan a ser más rápidas.

 

—Siempre me has puesto así, Kaká —dice con la voz rasposa, más grave que nunca, haciendo referencia a su pregunta pasada—. Desde que te conocí... Soñaba con tenerte para mí, hacerte mío. —Las embestidas de hacen más desordenadas, con el chapoteo de la bolas de Ronaldo chocando en la piel de sus muslos. Su mente se encuentra dividida, entre escuchando las palabras e hipnotizado por lo que el moreno está haciendo con su cuerpo—. Creo que también lo sabes... en todas las cosas que hago... las considero solo para estar contigo, porque quiero estar a tu lado.

 

La confesión entrecortada y repentina de Ronaldo seguramente sería lo último que hubiera esperado ahora, más teniendo en cuenta que él no pudo ordenar un pensamiento hilado estando tan excitado, pero le impacta. En una fuerza tal que las burbujas de calor en su pecho parecen explotar en una candidez que no puede explicar ni comparar con las más lógicas palabras que pudiese hallar. Nunca sintió así, esa emoción de saber que esto que los ha estado rodeando por años no es relativo ni una suposición, no es ningún quizás, si no que es compartido, que ambos sentían igual.

 

Ronaldo no dura mucho, da unos golpes finales, fuertes, pidiendo que apriete su piernas lo más que pueda hasta que finalmente las tiras blancas brotan de la punta, enchastrando todavía más el torso de Kaká. El astro suelta unos jadeos cuando libera sus piernas, el vuelve a la posición anterior, abierto de estas para que Ronaldo pueda recostarse encima de él y recomponerse.

 

Nadie pronuncia nada, los capítulos de la serie siguen en reproducción y es lo único que se escucha de fondo. Kaká lo abraza, con el corazón todavía retumbando en sus oídos y deja unos suaves besos sobre la cabeza del mayor. Por suerte, el leve frío que hace es disminuido por la temperatura de ambos cuerpos, unidos en sintonía.

 

Hay muchas cosas que hablar, que aclarar, que pensar, saber que harán... Pero una de las manos de Ronaldo busca su extremidad, hasta que la encuentra, y hace que sus dedos se entrelacen en un agarre tan firme que pareciera responder todo lo que su consciencia estaba explorando.

 

Mueve su pie hacia delante, sin querer patea el Bong olvidado hace rato, haciendo que el ruido suene por demás fuerte. Ambos se ríen.

 

Suspira con fuerza. —Te adoro.

 

—Yo también te adoro,  —responde Ronaldo. Kaká no puede ocultar la sonrisa de su cara.

 

Notes:

Gato/a, gatinho/a en Brasil es una forma de llamar lindo o guapo a un chico o chica.
Mô es una forma cariñosa de decir amor.

Espero que le haya gustado hermanas 🙏 por favor HAGAN más de la shipp o me tendré q mword