Chapter Text
La guerra había terminado, no con los resultados esperados, desgraciadamente los guerreros de la esperanza junto con su Diosa habían perdido.
Chronos resultó ser más fuerte que ellos unidos, el mundo ahora sería destruido y ni siquiera el dios Zeus, Poseidón o Artemisa podrían evitarlo.
Llegaron con su ayuda muy tarde, de esa misma manera fueron eliminados.
-Nissan.- llamó el caballero de Andrómeda a su amado hermano, quien yacía sin vida en el suelo.
No solo él, Pegaso, queriendo proteger a su Diosa, recibió una flecha en el pecho que atravesó incluso a Saori, quien no pudo evitar ver con horror la muerte de cada uno de sus caballeros minutos antes.
-No ganarás.- habló otra voz que Shun no pudo reconocer. - ¿Cómo pudiste matar a los cielos del Trinisset? No solo sufrirá este mundo, sino que sufrirá todo el universo y ni siquiera tú, Chronos, podrás evitarlo, todo por una estúpida venganza.
Shun no podía ver quién era ya que su cuerpo estaba cubierto por una gran capa al igual que por su estado todo estaba borroso.
—Pensé que estabas muerto —exclamó el Dios con voz enojada al ver que el pequeño de la capa podía interferir en su batalla.
El extraño se quitó la máscara y reveló unos lindos, pero fríos ojos naranjas, y una llama de ese tono más claro apareció en su frente.
Muy puro.
Demasiado puro.
El padre de Zeus, Poseidón y Hades pensó con temor.
-Lo siento, pero será mejor que me devuelvas lo que robaste.- Se acerca a una pequeña lápida y de su cuerpo salieron inmensas llamas anaranjadas que envolvieron todo a su paso.
El caballero de cabello esmeralda sintió una gran paz, su cuerpo parecía más ligero aunque sus heridas no habían sanado, o eso creía, sentía esas extrañas llamas, algo que ni siquiera sentía con la Diosa Atenea, ese poder era todo lo contrario al cosmos.
Era acogedor y daba la sensación de estar en casa, de aceptación infinita, muy diferente del cosmos.
- ¡No lo permitiré! - exclamó el Dios con gran furia mientras de sus manos flotaban 21 objetos, algunos anillos con alas, otros de diferentes estilos y unos chupetes. - ¿Eh?
Los objetos flotaban alrededor del misterioso joven que se giró para mirar en dirección al único caballero vivo.
-Ya no queda tiempo.- sonrió tristemente ignorando al Dios que quería matarlo en ese momento, incluso miró con mucha atención los 21 objetos que comenzaban a brillar.- Voy a resetear todo, solo tú podrás recordar todo menos quién soy yo. Cuida a tu gente, no permitas que posean las joyas de Trinissete y así evitarás que esto vuelva a suceder.
Shun quería saber por qué le decían eso, pero entonces los objetos que flotaban alrededor de la persona que lo rescató y atacó a Chronos, sin ninguna dificultad comenzaron a brillar con gran intensidad, cubriendo por completo todo a su alrededor.
-Buena suerte, Caballero de la Esperanza.- susurró el joven que aparentaba 17 años y tenía el cabello castaño antigravedad. Sus ojos naranjas ahora eran de color chocolate.
-¡Nooooo!
El padre de Zeus y Hades exclamó que había perdido otra vez.
-Te daré una oportunidad, esto no está permitido pero por tu noble corazón he decidido darle una oportunidad a los caballeros de Atenea. A ti, Shun de Andrómeda.- fue lo último que susurró al ver unos anillos y chupetes flotando sobre él. Sonrió tristemente a los objetos que comenzaron a brillar con más fuerza con muchos colores: rojo, azul rey, amarillo, índigo, morado, verde limón y naranja de calidad.
Todo empezaría de nuevo.
Pero...
¿Cuánto costó?
Chapter 2: Ese día
Notes:
No sé si sabía, pero dejé de escribir porque un ideota está robando datos de muchas historias de esta plataforma, me encabrone tanto que ya no quise/quiero seguir mis historias, pero este capítulo ya lo tenía desde hace años al igual que otros, pero... Odio que roben para alimentar a las IA, pero bueno
Espero seguir continuando mis demás historias.
Chapter Text
Cuando esa luz logró cubrirlo por completo, no sintió que se hiciera añicos, lo que sintió fue su cuerpo flotando en un vacío, no recordaba al principio que estaba haciendo ni como llego a ese lugar.
No sentía nada.
Pero después de unos segundos, sintió que yacía en un lugar cómodo, como si estuviera muy bien protegido. No se había sentido así en años desde la guerra. Su cuerpo aún se sentía entumecido, pero no sentía tanto dolor como minutos antes. Intentó abrir los ojos, pero los sentía demasiado pesados, su cuerpo ardía y no era por estar entre las llamas del lugar donde luchaban. El olor no era el que recordaba. Intentó abrir los ojos una vez más, pero seguía siendo imposible. Casi se perdería en la inconsciencia si no fuera por el toque de alguien.
Eran manos, pero estas eran bpequeñas, que rozaban su frente con una delicadeza que provocaba una nostalgia olvidada hacía muchos años.
— Tiene demasiada fiebre -, dijo una voz preocupada, que a la vez se le hacía familiar y distante a la vez. Infantil, sí, pero Shun jamás olvidaría el tono que usaba esa persona en su infancia, pues era la fuente de su nostalgia cada vez que miraba las habitaciones de la mansión Kido.
" ¿ Hermano?"
El pensamiento fué rápido del hombre de pelo verde fue abrir los ojos y comprobar si era cierto, si no era una ilusión, dada su cercana muerte. Con las pocas fuerzas que le quedaban, quién sabe dónde, abrió los ojos con suavidad y parpadeó. La luz lo incomodaba, pero quería ver qué estaba pasando realmente, los cerro con pesar.
—Esta vez Jabu realmente fue demasiado lejos, dejarlo solo en el bosque en plena lluvia—dijo otra voz igualmente familiar, pero era imposible, ¿verdad?
Todos murieron viejos, pero no mayores de 26 años, incluso la guerra había hecho sus voces más opacas, frías, a diferencia de éstas.
— Me pregunto por qué odia tanto a Shun. No le ha hecho nada malo; de hecho, nunca lo hace por voluntad propia -. intervino otra voz a lo lejos, indignada por lo que estaba sucediendo.
"¿Esas voces, Shiryo y Hyoga ?""
—¡Aquí está el agua, con unos cubitos de hielo! -, exclamó otra voz. Parecía un poco agitada porque nunca había enfermado, y ver al niño más pequeño, de pelo verdoso en cama, le preocupaba y le molestaba mucho, pues era el más pequeño del grupo y el más tranquilo, así que tenía que soportar las tonterías de Jabu.
La forma en que el fiel perro de la señorita Kido lo trataba lo enfurecía muchísimo. Shun era incapaz de dañar a otros y perdonaba con facilidad; era un chico difícil de enfadar, dada su personalidad.
-ch-chicos- Shun intentó pronunciar unas palabras más, con gran dificultad, aunque todavía le costaba, finalmente abrió los ojos, quería saber si no había caído en la locura.
Quiere saber si esto es real, volver a ver los rostros de sus hermanos, que compartieron risas, locuras y hasta la tristeza de las grandes guerras que han padecido.
—Shun, acuéstate —ordenó Ikki en voz baja, preocupado porque la fiebre de su único pariente estaba empeorando. No se perdonaría perderlo también.
Shun no sabía si era real o no; sus hermanos estaban allí, con aspecto de niños pequeños antes de ser enviados a un entrenamiento infernal. Sus ojos se pusieron vidriosos, sabiendo perfectamente que esto no era un sueño ni un delirio provocado por la derrota. Había viajado en el tiempo.
Él quiere llorar, por fin, aquí puede hacerlo, abrazar a quien sea y la persona más cercana a él, ha resultado ser Ikki, lo abrazó fuertemente.
— Ni-ssan yo -, intentó decir las palabras que no pudo pronunciar en ese momento, debido a las circunstancias, queriendo disculparse con ellos. Murieron por su debilidad, por su incompetencia, por tener un corazón blando o ser débil.
— Shhh -, dijo Ikki suavemente, acunando a su hermano en sus brazos para consolarlo. No sabía qué le estaba pasando para que reaccionara así, pero tal vez su hermano había tenido una pesadilla, así que decidió acunarlo en sus brazos hasta que se calmara.
Eso siempre funcionó, desde que era un bebé.
— Lo siento, perdóname, por favor -, suplicaba el niño entre sollozos. El sueño empezaba a apoderarse de él, y los brazos de su hermano lo protegían. Quería llorar más, pero al mismo tiempo, sabía que nada malo pasaría si cerraba los ojos para descansar. Por ahora, todo estaría bien.
Los demás niños no entendieron por qué el más pequeño se disculpó, no era su culpa que Jabu jugara sucio con él.
-Tranquilo Shun, nadie te culpa de nada.- le animó Seiya, viendo como poco a poco los sollozos de su amigo se calmaban.
Y sin saberlo, el Seiya de aquel entonces quiso decirle esas palabras antes de morir, pero no pudo.
+++++++++++++++
Los días habían pasado muy rápido, Shun finalmente se había dado cuenta que había regresado al tiempo o mejor dicho esa persona con capa lo había devuelto a su infancia.
Fue lo mejor, ya que le dio más tiempo para ordenar sus pensamientos, y aunque al principio no se dio cuenta de que sus acciones preocupaban a sus hermanos, Shun a veces se alejaba de ellos, con expresión neutral, y a veces se perdía en sus pensamientos mientras miraba el cielo cuando creía que nadie lo veía. Y todo esto desde que se recuperó.
Fue otro día, entrenando y regañados por Tatsumi. Después, llegó la hora del descanso.
Se quedó en un lugar remoto para ordenar sus pensamientos mejor. Lo recordaba todo: sus batallas con los dioses anteriores, el collar que lo anclaba al Hades que tenía en sus manos; pero en esos momentos, su hermano pensó que era un recuerdo de su madre fallecida.
Se dio cuenta de algo después de despertarse.
Vio las caras preocupadas de sus hermanos y las miradas que le estaban dando al siguiente caballero Unicornio, y se dio cuenta de que estaban culpando al hombre rubio por su comportamiento actual.
Se acercó a ellos, fingiendo ser el mismo niño inocente que debería haber sido entonces, para que sus hermanos dejaran de matar a Jabu con la mirada. No era culpa suya ser un niño malcriado. Sabe que cambiará para mejor en el futuro. Por ahora, no puede hacer nada para cambiar el futuro, no hasta que haya aclarado por completo sus pensamientos y recuerdos.
—Serás mi caballo, Seiya —ordenó una chica de pelo corto, vestida con ropa de montar y sosteniendo un látigo.
Oh, casi olvidó la actitud despreciable que tuvo su Diosa en su infancia, debido a esa actitud tonta logró que algunos de los presentes murieran a una edad muy temprana por culpa del Sr. Kido que era su abuelo, esos niños solo revivieron por venganza.
Ikki puso a su hermano detrás de él, para protegerlo en caso de que la niña malcriada se atreviera a tocar a su hermano pequeño, no era su propia voluntad ser adoptados en ese estúpido lugar.
A pesar de que estaba detrás de Ikki, asomó un poco la cabeza cuando vio como su amigo de cabello castaño se negaba a obedecer la orden de la chica de cabello morado, convirtiendo a Jabu en su caballo por elección del tonto lamebotas.
Cuando Saori se aburrió de su amigo, lo dejó tirado en el suelo, ignorando los raspones en sus rodillas y brazos.
"Esa estúpida", maldijo su hermano mayor. Odiaba a Jabu por cómo trataba a su hermano menor, pero sintió compasión al ver la rapidez con la que actuaba el karma.
Shun negó con la cabeza ante lo que estaba sucediendo; sabía que esto sucedería tarde o temprano. Soltó la camisa de su hermano y sacó una botellita de alcohol, bolitas de algodón y curitas de su chaqueta amarilla.
Ignorando como Jabu intento escapar, este solo curó las heridas de su amigo mientras los demás lo miraban sorprendidos, claro excepto Ikki, Shiryu, Hyoga y Seiya quienes conocían el amable corazón de su amigo.
—¿Por qué estás así?", preguntó Jabu mientras el chico le curaba las heridas de las rodillas. — No te he tratado bien, y aún así...
Shun simplemente tarareó mientras tocaba la piel de su amigo con el hisopo con alcohol y sin mirarlo a la cara respondió.
—Hay veces que ni yo mismo me entiendo -, empezó Shun, apartando la mirada, consciente de que sus ojos estaban completamente vacíos en ese momento; posiblemente recordando sus días de guerra. — No me gusta ver a la gente sufrir así -, fue todo lo que dijo antes de ponerse unas curitas en las rodillas y los brazos para levantarse y sacudirse la suciedad de entre los pantalones.
—Si sigues así no durarás mucho en un mundo tan inmundo—susurro para que sólo el peliverde pueda oír.
Shun se giró para mirarlo, esta vez era una expresión sincera ya desde que llegó al pasado, Jabu pudo sentir sus mejillas calentarse al ver esa sonrisa pura y amorosa.
El más pequeño le había sonreído cálidamente, esa sonrisa no solo lo hizo sonrojar a él, los demás niños quienes miraban todo también sintieron sus mejillas calentarse y a Ikki enojarse sin razón.
— No te preocupes, no moriré tan fácilmente -. respondió, aún sonriendo, sabiendo que Jabu nunca lo hizo por voluntad propia. Quería que el peliverde supiera defenderse en el futuro.
La atmósfera entre todos ellos se había vuelto un poco cálida, pero la estruendosa voz de Tatsumi hizo que algunos de ellos se estremecieran porque los castigos que impartía eran tortuosos e inhumanos.
- ¿Por qué tomaste el botiquín de primeros auxilios sin mi permiso?- preguntó enojado mientras caminaba enojado hacia Shun.
-¡Yo lo saqué!-, intervino su hermano, de pie frente a su único pariente. Shun, que apenas se recuperaba de la fiebre que había tenido, no soportaría los golpes del hombre calvo.
Tatsumi agarra el brazo de su hermano, Shun quiere interferir pero Jabu lo detiene cubriéndole la boca.
Lo único que podía ver era a su hermano siendo arrastrado a la sala de "disciplina" y sonriéndole tranquilizadoramente para no preocuparlo.
Faltaban unos meses para que los llevaran a sus campos de entrenamiento, y él no sabía si ir a la Isla de Andrómeda o a la Isla de la Reina de la Muerte. No quería que su hermano volviera a su camino equivocado, pero también tenía que descubrir qué era el Trinissete.
—Lo siento -, dijo alguien de repente, sacándolo de sus pensamientos.
—¿Por qué? - preguntó el más joven, sin entender por qué Jabu de repente se disculpaba con él.
—Por la forma en la que te he tratado, solo quería que fueras más independiente de tu hermano, y supieras defenderte—, explicó, viendo que todos lo miraban con sorpresa, pues pensaban que Jabu odiaba mucho a Shun.
Y aunque la disculpa era sincera, Shun tenía la mente en otra parte, obligando una vez más sin querer a Ikki a salvar el pellejo. Sin saber que Tatsumi era un psicópata a la hora de castigarlos, tuvo que pensar en algo. No había otra opción; Jabu y los demás que lo disculpen, pero ya no era el mismo niño ingenuo. Si podía ayudar, lo haría como fuera, sin importar lo que pasara.
Incluso si para lograrlo se necesita desviar la atención hacia otras partes.
— No te preocupes, no te guardo rencor. Agradezco tu preocupación. ¿Qué tal si empezamos de nuevo? ¿De acuerdo? -, sugirió. Sonrió suavemente, dando a entender que no tenía segundas intenciones.
El contrario simplemente abrió los ojos sorprendido de que el menor no lo odiara ni le guardara ningún tipo de rencor.
-Si.- Aceptó felizmente al ver que podía empezar de nuevo y proteger al menor ya que sabía que al ser tan compasivo Tatsumi y los demás abusarían de su noble corazón.
Después de esto, todos decidieron jugar al escondite para entretener al menor, cuya preocupación por su hermano mayor era evidente. Todos sabían dónde estaba Ikki: aquella habitación apodada la cámara de tortura.
Lo que nadie sabía era que con el pretexto de jugar al escondite, Shun decidió ir a ver a su hermano, sin importarle en absoluto lo que su intervención pudiera provocar en el futuro.
Si lo enviaron al pasado fue para cambiarlo.
Y eso lo haría.
Él cambiará algunos acontecimientos para que sus hermanos puedan disfrutar un poco de la infancia que les fue arrebatada a tan temprana edad, solo para seguir cargando con muchas tareas en el futuro y la muerte de sus seres queridos.
Era necesario recordarles que todavía son niños con estrellas destinados a transitar por muchas situaciones complicadas.
.
.
.
.
.
.
.
.
El destino nos ha dado un nuevo comienzo.
Ese niño cuyo corazón ahora reside en el dolor y el sufrimiento mientras ve a sus hermanos morir ante sus ojos.
Y
El dolor que siguió sólo cesará cuando vea si puede salvarlos.
La historia continuará, pero se producirá un gran cambio para que puedan convertirse en los jóvenes que estaban destinados a ser.
Así también impedir la resurrección del Dios del tiempo sería su misión actual.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Chapter 3: Cosmos
Notes:
En ocasiones pondré situaciones que pasaron en la línea original de Shun como recuerdos fugaces al principio de algunos capítulos.
Chapter Text
>>
Las voces infantiles se despedían con una gran sonrisa mientras los mayores solamente podían sonreír forzosamente al no querer ir a su destino. Un chico de cabellos castaños los miraba con una sonrisa feliz.
— Sabes, cuando éramos niños en algún momento genuino quise saber que era ir a estudiar, no somos idiotas porque de alguna manera nuestros maestros nos instruyeron para no ser tontos. Era una escuela o primaria lo que quería experimental, también sin estar al borde de la muerte o que Tatsumi nos tratará mal.
Seiya le dijo a su hermano una vez, recordando cómo Miho despedía a los niños para que fueran temprano a la escuela, todos aunque algunos de mala gana, iban.
Shun, quien estaba en aquel orfanato en que Seiya y Seika crecieron antes de ir a la fundación, miraba aquel brillo en los ojos de su amigo, Mitsubasa fue un hombre cruel al arrebatarles sus familias e infancia.
Una pequeña niña tiro de su pantalón, era muy pequeña para ir a la guardería por lo que ellos quedaron en jugar unas horas para no aburrirse. Ambos jóvenes caminaron al patio a jugar una pequeña partida de fútbol con ellos.
—Tambien he anhelado eso. - Shun respondió después de un prolongado silencio, pues no había encontrado las palabras correctas para intentar hacer que Seiya no se sintiera tonto en soñar con eso.
El también lo hace, e incluso cuando estudia sin que ellos se hayan enterado, anhela vivir una vida normal.
—Lo hice de pequeño. Ser una persona ordinaria sin estar enlazado en guerras de Dioses o caballeros. — En algún momento siento que tú estarías más feliz en los clubes de deportes. Y quizás por eso fueras una persona que se duerme en clases al gastar energías.
De alguna manera se imaginó esa situación con una sonrisa, el soñar un tal vez no mataba a nadie.
—¡Oye! -, le respondió con una expresión ofendida. Sabía que Shun solamente se burlaba de una de tantas que le había hecho y también para despejarse un momento de lo en ocasiones anhelaba al ver a personas de su edad disfrutar sin estar atados a guerras griegas.
Sabe que en una situación hipotéticamente hablando, quizás su actitud fuera así, le gusta el fútbol y cuando no había alguna lucha el despertarse cada día le costaba.
Había ocasiones de por estar jugando o platicando con personas al azar olvidaba comprar lo necesario, e incluso las notas que Miho le daba los perdía.
El caballero de andrómeda, miro como Seiya intentó buscar algún argumento para defenderse, pero se detuvo y guardo silencio al no tener nada. Los niños fueron llamados por Miho para que fuera a comer, solo eran Seiya y él.
Lo miro unos segundos más y el castaño no cambiaba de expresión, no pudo más, Shun soltó una risa al ver que Seiya era único a su manera. El caballero de pegaso siempre le alegraba con una broma o motivaba con charlas.
En cuanto Seiya no dijo nada al ver las burlas de Shun, solamente sonrió complacido de saber que pudo levantarle el ánimo de su hermano, quien aunque no se le notará; pero al conocerse de pequeños lo conoce también y sabe que el de cabellos esmeraldas estaba de bajos ánimos desde hace varias semanas.
Shun lo intuía, él lo presentía.
Algo grande se avecinaba. Quizás una nueva guerra o problemas menores, probablemente habrán caídos y no se podrá hacer nada más... Al ser jóvenes siempre irán al campo de batalla, para luchar por Athena y un mañana de paz con sus seres amados.
No importaba si morían en lo que se avecinan, solo deseaban que sus hermanos y Athena estuvieran bien..
<<
Los pasillos de la Mansión Kido los recordaba diferente a lo que fue su tiempo, y aunque tiene el presentimiento de que está cerca no sabe cuánto más tardará, no sabe cómo está Ikki por culpa de Tatsumi.
—¿Dónde estará esa habitación? Espero que mi hermano este bien. - se preguntaba el pequeño peliverde mientras seguía caminando por un pasillo del cual le resultaba familiar. — Al parecer estoy cerca. - camino de manera sigilosa, no quería dar a conocer su presencia a Tatsumi o su hermano. Llegó a una puerta por el ruido sutil de la voz la cual pudo reconocer al instante.
Toco el pomo de la puerta y la hizo girar, movió la puerta con mucho cuidado y siempre hizo un chirrido, pero Shun no se asustó por eso, si no a los gritos de su hermano. Tatsumi fue muy inteligente al poner esa habitación aprueba de ruido. Era por eso que en los pasillos no escuchaba nada, había olvidado que tan cruel fueron los adultos y Saori en su infancia, que si no fuera porque ya había perdonado solamente a ella en esos momentos no sabría que más hacer.
—Este lugar no es de su propiedad, por eso mismo está prohibido tomar medicina o algo de esta mansión, está mal robar lo que no les pertenece. - Tatsumi repelió fuerte y con eso mismo azotó la espalda desnuda de Ikki, la sangre brotaba, pero el menor solo podía morderse la lengua.
El hombre mayor tenía el corazón de piedra, pues seguía dándole azotea sin mostrar misericordia al menor quien en esos momentos temblaba del dolor.
"¡¿Nissan?!"
Fue lo primero que pensé Shun, mientras veía la escena frente a sus ojos. Los ojos azules del menor perdían el brillo inocente que poseía a pesar de todo lo que ha vivido, Tatsumi seguía dándole azotes al mayor, ahora comprende bien aquel odió de Ikki después de que regreso con su armadura.
Ese hombre calvo fue un ser despiadado para unos niños como ellos, solo por hablar, reír o llorar este hombre les hacía valer nada.
Ikki. Su hermano mayor antes de ir a isla de la reina muerte, este lo dejo moribundo. El cuerpo de Shun se sentía raro, en su pecho un rencor del cual creyó haber enterrado salía a flote, las imágenes de su infancia, las guerras y todo pasaba por la cabeza del pequeño, haciéndole querer vomitar.
Pero antes de sucumbir al odio, un recuerdo del pasado solo hizo que un resplandor rodeará su cuerpo, este era sutil, pero poderoso.
>>>
El caballero del Fénix pensaba en como hablar un tema que lo molestaba desde hace tiempo, al parecer solo Shun ha quedado viviendo en la mansión Kido, donde el imbécil pelón está.
—No puedo perdonar la forma en que Tatsumi nos trataba cuando éramos niños -. Inicio hablar de una vez Ikki, de la nada se le hizo raro a Shun aún así calló, pero con sinceridad a su hermano mientras miraban el mar.
Quien se acomodaba para sentarse en la arena, Ikki profirió quedarse de pie mientras miraba el cielo teñirse de colores.
No lo contradijo las palabras dichas por Ikki, no hubo perdón o al menos no había razón para que lo trataran así en su infancia.
Eran solo niños y a diferencia de lo que piensa su hermano, el rencor lo guardo en alguna parte de su corazón ahora que lo ve más estresado al considerarse inútil al no tener armadura o Cosmo.
Y aunque tiene sus responsabilidades, en ocasiones ayuda para que Saori tenga menos carga para algunas cosas en las que puede ayudar.
—Nissan -. Hablo el caballero de andrómeda mientras pensaba en que responder, al igual que sus demás hermanos, Ikki era diferente. Él no necesitaba palabras de lastima o consuelo, pero también sabe que el rencor fue que lo hizo cambiar. — Tienes razón. No justifico sus acciones, pero incluso él ya sabe que lo hizo estuvo muy mal. Y supuestamente lo hizo para que el señor Mitsubasa lo reconociera.
Menciono mientras observo que el cielo comienza a tornarse de un naranja cálido a oscuro también.
Ikki simplemente le sonrió sinceramente mientras la luz del crepúsculo se oscurecía lentamente dando el paso al anochecer.
—Eres demasiado blando, Shun. - reconoció el mayor, pero ese era el problema y aún no se lo dice directamente. - Shun, en ocasiones está bien sentir enojo, no rencor como el que yo tuve; esa noche en el torneo... Por poco y lo asesinaba, recuerda que esta bien el proteger o dañar, pero no por malicia, recuerda que aún con tu corazón puro lo sentirás.
El sol ya se había ocultado, en el cielo oscuro brillaban intensamente las estrellas del firmamento, era hermoso.
—Si algún día sientes que perderás tu humanidad, recuerda las palabras que tú junto a Seiya y los demás me dijeron. Cómo tú hermano mayor te lo digo, no porque algún día sucumba a la oscuridad, es porque deseo que te dejes llevar por la ira y también para que te alejes de ese imbécil.
Lanzó un gruñido mientras recordaba al calvo, Saori era muy sensata al momento de mandar a otro lugar a Tatsumi cuando Ikki estaba presente.
Shun entendía muy bien a lo que Ikki quería llegar, pero sonrió suavemente. Ya había pedido permiso para ir a los dormitorios en el lugar donde está estudiando, pero si seguía habiendo guerras era mejor quedarse en la mansión, pero por el mismo le hará caso a Ikki, el casi nunca le ordena algo.
—Sabes, me lo espero más de Seiya u otro de los chicos, pero hermano. Sé que eres el más sensato al usar tu cosmo o poder, no olvides que el poder de un caballero a un ser común es grande la diferencia.
—Entiendo, Nissan. - acepto las palabras del mayor con una pequeña sonrisa, la luz de la luna los iluminaban. - Por cierto.
—¿Que sucede? - Ikki pregunto al ver un brillo travieso en los ojos de su hermano. Sabe muy bien que su conversación empezó porque no le gustaba que Tatsumi estuviera cerca de Shun, pero también había algo más que se negaba a mencionar el porque ahora charla con su pequeño hermano.
Y todo se debía a las palabras de Saori. Incluso el balbuceó de burlas en Tatsumi fue porque habla ahora con Shun.
—Saori-san te lo ha dicho, ¿Cierto? - pregunto el menor. - lo supuse después de que mencionaste lo del poder de los caballeros.
—Lo se, incluso en lugares en donde estudias encontrarás a personas igual o peores que Tatsumi, no te manches por gente así.
El menor sonrió y no dijo nada más.
"pero tengo en mis manos la sangre otro tipo de personas, hermano entiendo tu punto y aún así seguiré matando a personas quienes estén de lado de otros Dioses corruptos."
Fue el pensamiento de Shun mientras seguía sonriendo esperando no dañar algún día a personas así. Ikki de alguna manera entendió la mirada de su hermano, pero mientras esté con vida evitará que esa ocasión llegue.
<<<
Una gran luz de tonos rosa pálido y oscuro rodeaba al pequeño cuerpo del niño, quien solo sentía una extraña sensación en su ser.
Un sentimiento comparable al momento en el que recuerda haber visto a sus amigos y familiares siendo asesinados por Chronos. El deseo de dejar que su ira invadan sus pensamientos y los temores de Ikki de su tiempo se hagan realidad.
No puede pensar con claridad.
Mientras tanto en otro lugar.
A diferencia de Japón, en ese lugar ya era tarde, el cielo tornado en colores suaves envolvía la isla andrómeda. Un hombre de cabellos rubio que vestía ropas antiguas miraba el mar donde yacía la armadura de Andrómeda, curioso por tener el presentimiento de que algo grande sucedería, se sentó en uno de los bordes del acantilado, vio como las olas del mar golpeaban las fuertes rocas y el cielo se nublaba, cubriendo el atardecer cálido de hace unos momentos antes.
"¿Qué está sucediendo?"
Fue el pensamiento del mayor, siendo testigos en como un cosmo envolvía la caja de Pandora la cual cuidaba de la armadura de Andrómeda, la caja se abrió, de ella salieron ambas cadenas de protección y defensa, ambas se alzaron como si tuvieran vida propia y se marcharon a un destino que Albiores desconocía.
El mayor no fue el único en presenciar tal acto.
— ¡Maestro Albiore! -, exclamó una pequeña niña rubia, señalando las cadenas que conducían a un lugar desconocido para ambos. Alterada por lo que sus ojos miraban - ¿Dónde van las cadenas de la armadura deAndrómeda? -, preguntó, al ver por primera vez que la armadura, que nadie ha merecido poseer, se mueve por si sola a un destino que ellos desconocen.
- No lo sé, June -, respondió con sinceridad el maestro de la pequeña guerrera. - Pero de una cosa estoy seguro: ya ha encontrado un dueño digno de portala.
Fue lo único que dijo mientras observaba las olas del mar continuando golpear las roca, pero la energía que sintió de desvaneció.
- ¿Crees que el dueño de la armadura de andrómeda esté en peligro? - pregunto, viendo cómo las aguas del mar se calmaban en un abrir y cerrar de ojos, como si nada hubiera pasado.
- Posiblemente - fue su respuesta, mientras se dirigían hacia el campo de entrenamiento de sus demás discípulos.
Faltaban algunos meses para que viniera un niño a entrenar.
Mientras tanto, Ikki se mordió el labio para no gritar y que su hermano lo oyera por accidente. Conoce a Shun como a nadie más y no desea que su pequeño hermano se culpe por la paliza que le está dando Tatsumi; no quiere volver a ver esa mirada.
Esa mirada que tenía los días que se le pasó la fiebre y miraba a la nada, no quiere que Shun lo vuelva a ser.
—¡No dijiste nada! ¡Sabes que no debes tocar nada en esta mansión! —empezó a desafiarlo, aumentando la fuerza de sus azotes.
No sentía una pequeña presencia que lo observaba todo sin hacer ruido. Ni siquiera cuando una energía fucsia lo envolvió y su cabello se erizó como si hubiera viento en la habitación sin las ventanas abiertas.
Tatsumi estaba a punto de atacar de nuevo, pero unas cadenas bañadas en un cosmos cálido, pero abrumador emergieron de las ventanas, rompiéndolas.
— Defensa rodante -, susurró Shun; su flequillo ocultaba su expresión, pero en su voz había una furia contenida.
Las cadenas rodearon a Ikki e hicieron que Tatsumi cayera a sus pies, viendo como el chico más joven era rodeado por las cadenas y desatado desde esa altura.
"¿Qué es esto? Tatsumi planea atarme con cadenas... No, está sensación es diferente, siento que están calientes, pero no me queman. Es como si algo me rodeara como una manta o algo así.
Esta sensación es muy diferente a las torturas de Tatsumi, algo está pasando. "
El futuro Caballero Fénix pensó mientras intentaba abrir los ojos, lo que vio fue algo asombroso.
Unas cadenas lo rodeaban pero sin hacerle daño, esas cadenas tenían un brillo color fucsia a su alrededor.
—Duerme un poco más, hermano —susurró una suave voz que, incapaz de mantenerse despierto por más tiempo, no pudo identificar a quien pertenecía esa voz al estar sumido en su dolor.
—¡¿Pero?! ¡¿Qué demonios?! —dijo Tatsumi al ver cómo el hermano menor, el más pequeño de todos los que el Sr. Kido había adoptado, estaba rodeado por ese poder desconocido.
— Nissan -, murmuró en un hilo de voz, Shun mientras las cadenas le entregaban el cuerpo de Ikki con una delicadeza desconocida para esas armas mortales, pero conscientes de que era alguien amado a su dueño. Colocó la cabeza de su hermano en su regazo, por un momento recordó que ese hombre era común, pero su hermano lo seguía siendo también.-Descansa. Has sufrido mucho por mi culpa —Dijo mientras acariciaba las mejillas de su hermano, y pequeñas gotas de sus lágrimas cayeron sobre el rostro del hermano mayor.
Las cadenas solo rodeaban a los hermanos, y Shun se sorprendió al darse cuenta de que acababa de invocar sus cadenas inconscientemente. Extendió una mano para tocar a las dos, defensa y ofensiva, quienes se acercaron a él como lo habían hecho en su tiempo.
"¿Pero? ¿No deberías estar en la Isla Andrómeda?"
Pregunto a través de su cosmos y simplemente se movieron uno hacia el otro, creando un sonido que Shun pudo entender.
— Ya veo -, dijo el más joven con una leve sonrisa, como si realmente les hubiera entendido. - Gracias. Regresen, esperen a que yo regrese por ustedes. Saben que Ikki es lo mas valioso para mí y perdonen mi futura demora. - mencionó viéndolas obedecer y salir de la habitación.
Tatsumi no dijo nada, en shock, pues ningún niño debería tener el control total del cosmos. Y menos ese niño, a quien no le gusta pelear.
— ¿Qué pasa? -El Sr. Kido entró en la habitación al oír que se rompían algunas ventanas y que algunos niños decían que el niño menor se había perdido.
—Cadenas. Robadas. Rotas. Abrillantadas. —balbuceó incoherentemente la mano derecha del Kido.
Y para Shun ver ese estado no le asustó y nada, que agradezca que no lo ha dañado de verdad. No sabe cuántos enemigos han muerto por su cosmo y cadenas.
El señor mayor, sin comprender, vio cómo un niño de pelo verde protegía a su hermano con un abrazo para que nadie se acercara. También vio cómo un pequeño cosmos los cuidaba a ambos.
— El señor Tatsumi golpeó a mi hermano, y de repente aparecieron unas cadenas para protegerlo. Me parece injusto que ni siquiera nos den un botiquín de primeros auxilios, ya que fue su nieta quien nos causó las heridas -, comenzó Shun, mientras usaba su cosmos para curar las heridas de su hermano.
De algo servía sus experiencias de su futuro.
— Cuidado con lo que dices, mocoso. Si no fuera por el Sr. Kido, todavía estarías en el orfanato -, replicó el hombre calvo, completamente recuperado, sosteniendo el látigo en una mano. —Esto te enseñará a respetar a tus mayores -. Con una mano, intentó golpear al menor, pero no contó con que el golpe fue repelido por el cosmos.
Y está vez no fue para nada amigable, pero tampoco mortal.
— Nunca pedimos esto. Prefiero volver al orfanato y estar con mis hermanos que estar aquí y ser maltratados. A Seiya le arrebataron a su hermana mayor, Seika. ¿Crees que es lo correcto? - Su cosmos se volvió cada vez más agresivo, y los utensilios de porcelana y cristal fueron destruidos.
Tanto Tatsumi como el Sr. Kido guardaron silencio, uno por miedo y el otro sabiendo que el menor tenía razón. Era egoísta elegir solo a unos pocos niños para cargar con el peso del mundo solo porque eran los elegidos para luchar por el amor y la justicia.
Mientras tanto, Shun intentaba calmarse. No podía dejarse manipular por sus emociones y dañar a otros en el procedimiento, eso se lo guardara a Chronos o Hades en un futuro.
—¿Quién te enseñó a manejar el cosmos? — preguntó el anciano, al ver cómo el joven ya estaba desatando agresivamente tal poder.
—Si se lo digo, no me creerá —respondió con seriedad el niño más pequeño, asegurándose de que su hermano no se despertara de inmediato.
El hombre sólo suavizó su mirada al ver como el menor desconfiaba de él, y por supuesto, no lo culpó en absoluto.
— Lo que he visto todo en mi vida es mucho por contar, así que creo que lo imposible es posible -, respondió con una suave sonrisa que hizo que Shun quisiera confiar en él.
Después de todo, reconoció a Saori como la diosa Atenea y no dudará en creer en ella.
Aunque le tiene un poco de rencor por lo que Ikki tuvo que cargar en su tiempo, pero necesita ayuda para evitar las próximas tragedias. Eso sí, ese viejo no es de fiar completamente.
Dark20 on Chapter 2 Sat 19 Jul 2025 09:28PM UTC
Comment Actions
Dark20 on Chapter 3 Sun 03 Aug 2025 08:49PM UTC
Last Edited Sun 03 Aug 2025 08:49PM UTC
Comment Actions
YukiSantos on Chapter 3 Wed 13 Aug 2025 06:12AM UTC
Comment Actions
YukiSantos on Chapter 3 Wed 13 Aug 2025 06:13AM UTC
Comment Actions
Dark20 on Chapter 3 Wed 03 Sep 2025 01:44AM UTC
Comment Actions