Work Text:
Afuera la noche es tranquila, el interior de la cabaña es cálido, iluminado por algunas velas y la chimenea en medio del todo.
John acurrucado sobre el sofá, con un sarape tendido en el regazo y su diario en mano.
Al fondo la música suena, un viejo fonógrafo qué consiguió Javier de quien sabe dónde, pero que desde que llego, nunca dejó de sonar.
De pronto, como si leyera sus pensamientos, Javier aparece a sus espaldas, lo siente inclinarse y envolver los brazos alrededor del cuello de John, apoyando el mentón sobre su hombro.
—¿Qué haces?
Pregunta, la respiración contra su cuello le hace sentir escalofríos, John cierra el cuaderno y lo deja descansar sobre su regazo, estirando su brazo para alcanzar el rostro de Javier y acariciar su mejilla.
—No es nada, solo trabajo — dice con simpleza, Javier se burla y se aleja antes de responder:
—Eso es algo – John hace rodar los ojos, estirando una mano tratando de alcanzar al hombre más bajo y cuando lo hace tira de él, arrastrándolo hasta su lugar en el sofá y el diario termina en el suelo.
Con Javier sobre él, John pasa sus manos por su espalda baja y las sujeta ahí para evitar que se escape, enterrando el rostro contra el costado de su cuello.
—¿Sabes? – Javier comienza, las caricias en la espalda de John se detienen haciendo que el hombre lo mire —Hay algo que he querido hacer, amorcito
John lo mira, el calor subiendo por su rostro, ¿alguna vez llegará a acostumbrarse a los apodos?
Se acerca y le planta un beso en la mejilla, luego otro más cerca de la comisura de sus labios.
—¿De verdad? – murmura de manera distraída, continuando con su labor de besar amorosamente el rostro del moreno, la suave risita que escapa de Javier lo hace vibrar de todas las formas correctas —¿Y qué sería eso?
Javier le devuelve la mirada, casi dudando de sus palabras, John ve la forma en que se muerde el labio, como si pensara, su curiosidad aumentando.
El hombre más bajo se inclina y le da un beso casto, se mantiene cerca, tan cerca que John puede sentir sus narices rosándose al igual que los labios cuando Javier parece decidido a decir lo que ha estado en su mente.
—Quiero bailar contigo
Oh, dulce tonto. Javier lo mira con timidez, algo que John tiene la oportunidad de ver muy pocas veces y claro que no puede evitar la sonrisa que brota de él.
—Entonces guiame, vaquero
Javier no necesita que se lo digan dos veces, antes de que John puede reaccionar el moreno ya está de pie frente a él tendiéndole la mano que John toma sin muchos rodeos.
Los arrastra al centro más despejado de la cabaña, ambos con una mano entrelazada y la otra en sus espaldas, comienzan a mecerse suavemente al ritmo que Javier marca.
Javier se presiona contra su calidez y John se lo permite, su mano se deslizando hasta su espalda baja para reafirmar su agarre, el menor vuelve a mirarlo y John lo besa.
Sus corazones latiendo fuertemente dentro de sus pechos, estruendosos. Un marcado contraste con ligera balada que suena desde el reproductor.
Javier se acerca más, apoyando la cabeza contra el hombro de John mientras continúan meciéndose, la mano que continúa en la espalda del más alto se arruga contra su camisa.
Javier se presiona contra su calidez y John se lo permite, la mano se desliza hasta su espalda baja para reafirmar su agarre, el menor vuelve a mirarlo y John lo besa.
Ellos continúan, colmandose de adoraciones y suaves caricias mientras giran y se mecen por la habitación hasta que la música se detiene y la noche aún es larga sobre sus espaldas.