Work Text:
Desde que François le dio de beber por primera vez rechaza cada invitación que le hace Yo y Magma, en cambio, cuando se lo pido yo parece estar más dispuesto, no tengo que insistir, solo debo decirlo y me responde con un: "Si me lo pide mi Señor, no tengo razón para rehusarme".
Solo quiero volver a verlo borracho. ¿Por qué es tan serio?
Y ahí está, actuando raro y diciendo cosas al azar sobre Tsukasa y su Señor luego de un sorbo. Es gracioso, pero para Kinro no parece serlo. Es otro que es muy serio siempre.
—¡Ginro! ¡Maldito! ¿Cómo pudiste? —Me regaña —. ¡Llévalo a descansar!
Y no tengo más opción que llevarlo a cuestas hasta las habitaciones. Es más pesado de lo que creí, parece tan sencillo cuando es él quien me lleva cargado.
—Necesito entrenar más —. Me digo a mí mismo y lo acuesto con dificultad en la cama.
—¿M-mi Señor? —Entreabre los ojos.
—¡Aaah! ¡Matsukaze! Ya estas bien. Descansa. Ya me voy.
Pero sujeta mi muñeca.
—¿Matsukaze?
—No se vaya, mi Señor —. Se sienta mientras frota su frente.
Desde que nos contó la historia de su Señor, me siento mal cada que se refiere a mí como mi Señor. Al principio era divertido poder sacar provecho de ello, pero el pensamiento de "quiero que me vea por quién soy" se ha hecho cada vez más presente en mi mente.
Hay silencio.
Somos solo nosotros dos.
—Eeeh, Matsukaze —. Lo miro—. Y-yo no...
Me reflejo en sus ojos. En medio de la oscuridad brillan y cae una lágrima tras otra.
—Mi Señor, lo lamento —. Solloza—. No pude protegerlo.
—Matsukaze yo no so— Me interrumpe apretando ligeramente mis manos mientras las alza y su cabeza se apoya en ellas.
Se me hace difícil respirar, estoy nervioso, no sé a dónde mirar, trato de zafarme, pero sus ojos se encuentran con los míos y quedo paralizado. Me mira fijamente y sonríe levemente, apenas se le nota, y su mano recoge mi cabello por detrás de mi oreja dejando expuestos mis dos ojos. Me abraza. Matsukaze llora apoyado en mi hombro.
—¿Ma-Matsukaze? ¿¡Qué haces!?
Se separa y su cabello me roza el cuello. Siento un hormigueo.
—Mi Señor... —Susurra.
Apoya su cabeza en mi pecho y aprieta de mi ropa.
—Mi Señor —. Vuelve a decir.
El nudo en su garganta por el llanto se hace cada vez más notorio, sus lágrimas caen en mis manos y la tristeza me invade a mí también. Me vuelvo a sentir mal, y pienso en el despreciable Ginro que todos creen que soy. Quiero ser sincero con Matsukaze.
—Matsukaze... si eres consciente que yo no soy tu Señor, ¿cierto?
—Completamente seguro, mi Señor —. Demora en responder.
—¿Entonces por qué sigues llamándome así? Yo no soy aquel señor por el cuál diste tu vida. ¿Tanto me parezco a él? Realmente lo dudo. Tu señor es admirable, en cambio yo...
—¡No diga eso, mi Señor!
Matsukaze se separa de mí. Parece molesto.
—Y-yo no puedo reemplazar a tu Señor —. Lo digo con duda, como si realmente deseara ser ese señor que tanto quiere —. Deberías decirme solo Ginro.
—No puedo hacer eso, mi Señor.
—¡Sí puedes! ¡Yo no soy como ese señor por el cual diste tu vida! —Vuelvo a decir y las lágrimas ahora salen de mí —. Deberías haberlo visto ya. Lo único que he hecho desde que nos conocimos ha sido aprovecharme de ti, ¡lo reconozco! No merezco tu amabilidad.
—Mi señor, por favor, no llore...
Toma mis manos con sutileza.
—¡No me digas así! ¡Me hace sentir patético! Tal y como todos piensan que soy —. Lo último lo digo para mí mismo. Siento un apretón.
—Esa no era mi intención mi Se- Ginro-sama.
La voz de Matsukaze es sueve, pero se quiebra en cada palabra.
—Mi Señor, yo no tengo problema en hacer lo que me pide, lo hago con gusto, es todo un honor poder satisfacerlo.
—¡Porque crees que soy él! —. Continúo llorando —. Sigues aferrado a la idea que yo soy tu Señor. ¿Qué ves en mí que te recuerda tanto a él?
—Físicamente son idénticos, estoy seguro de que ya sabe eso —. No tarda en responder. Asiento y sigue hablando. —. Su altura, como cae su cabello por delante de su ojo izquierdo... hasta su olor y la forma de sus manos son cercanas a las de mi Señor. Pero no es solo eso, a pesar de que los demás no lleguen a verlo, su determinación, y fuerza es lo que más me recuerdan a mi Señor.
Siento una presión en el pecho.
¿Determinación? ¿Fuerza? No soy más que un cobarde.
—¡Qué cosas dices Matsukaze! Y-yo no soy él y lo sabes. Vives aferrado a un señor que ya no está. ¡Yo no soy un reemplazo! ¡Tus sentimientos son hacia tu Señor, no conmigo! ¡Debes dejarlo ir o dejarme ir!
Hay silencio.
Y las manos de Matsukaze se separan de las mías lentamente... su mirada se impregna en la mía y me doy cuenta de que dije algo que no debí. Algo sube por mi garganta y me dificulta respirar, no puedo hablar e intentándolo lo más que puedo me dirijo a Matsukaze.
—Ma-Matsukaze y-yo no-
—Mis sentimientos por usted y mi Señor son distintos —. Me interrumpe —. Es cierto que no hay día que no piense en mi Señor; cuando lo veo a usted su recuerdo me invade y no puedo evitar sentir que nuevamente lo tengo a mi lado aun sabiendo que no es así. Ha sido un proceso largo, pero puedo decir que el fantasma de mi Señor es cada vez más traslúcido, ahora estoy para usted Ginro-sama —. Me mira con delicadeza y limpia con cuidado el rastro de llanto en mi mejilla.
—¿Te estás olvidando de tu Señor?
—Jamás lo haría. Mi Señor fue una gran parte de mi vida y tiene un espacio importante en mi corazón... solo que al día de hoy tengo a otra persona que me ha hecho ver que hay un mundo más grande de lo que había en la isla.
—¿Senku?
Matsukaze suelta una risita. Soy un idiota.
—Hablo de usted, Ginro-sama —. Su mirada es suave y con sus dedos acaricia mis nudillos. Desvía su mirada y baja la cabeza avergonzado —. El día que nos vimos por primera vez en la isla fue una esperanza para mí, no solo porque me libré de esa piedra, si no que, de cierta manera, el legado de mi Señor seguía ahí, pero no me malinterprete, la convivencia con usted es lo que realmente me ha dado motivos para seguir. No me equivoqué en seguirle a usted y al resto —. Toma una pausa y mirándome a los ojos dice: —Soy todo suyo, mi señor Ginro.
¿Cómo debo reaccionar ante esas palabras? ¿Cómo debo sentirme?
Las palabras no salen de mi boca y tiemblo... no, es Matsukaze.
—Sea el Ginro que usted desee porque ese es el Ginro-sama que mis ojos contemplarán y admirarán, no importa si los demás no vean su valía, confíe en que yo lo haré.
—Matsukaze...
—Creo que me precipité en hablar. Olvide lo que le dije, por favor.
—Matsukaze —, ahora yo acomodo su cabello. Es la primera vez que lo toco, es algo áspero, pero podría tenerlo entre mis dedos hasta cansarme —gracias. Hay veces en las que me odio y siento que me detestan, hubo un tiempo donde llegué a pensar que hasta mi propio hermano no me quería y— las lágrimas volvían y se hacían potentes.
—Mi señor Ginro, no diga eso, Kinro-sama y yo somos las personas que más lo adoramos y vemos todo el potencial que lleva consigo, somos quienes más confiamos en usted. Yo confió en ti, Ginro.
Era la primera vez que Matsukaze me hablaba de manera informal, así que no puedo evitar estallar en risa.
—¿¡Ginro-sama!? ¿Qué pasó?
—Nada Matsukaze, solo es la primera vez que me hablas con informalidad.
—Fui descortés, no debí.
—Para nada, más bien fue aliviante. ¿Ves que si puedes decirme solo Ginro?
—Lo intenté, pero por favor deje de reírse.
—Te salió muy natural.
—No volveré a llamarlo de esa manera.
—¡Vamos hombre, no es para tanto! —Le doy unas palmadas en el brazo.
Matsukaze sonríe.
—Ha vuelto a ser el mismo de siempre.
FIN
Heisy (Guest) Wed 23 Apr 2025 03:49PM UTC
Comment Actions
TulipisaGarden Thu 24 Apr 2025 05:49AM UTC
Comment Actions
ACU!!! (Guest) Thu 24 Apr 2025 08:07PM UTC
Comment Actions
Stellar_777 Fri 25 Apr 2025 02:02AM UTC
Comment Actions