Chapter Text
Nota 1. Hora 00:29 am
Cuando dejó la mafia, comprendió también que debía dejar a todas las personas que lo involucraron. No es como si hubiera algo más que sus dos amigos y el bar Lupin que pudiera llegar a extrañar.
Lo comprendió, lo hizo, no es como si extrañara la mafia, no lo hace, definitivamente no. Pero que haya comprendido el peso de sus decisiones no significa que fuera fácil aceptar como una de las pocas personas con la que llegó a formar un vínculo dentro de la mafia, pasara por su lado como si nunca lo hubiera conocido.
Un desconocido. Una palabra que le deja un sabor amargo en la boca.
Nakahara Chuuya. Un ejecutivo, un antiguo compañero y un antiguo amante.
Chuuya pasaba por su lado como si no hubieran compartido una historia, como si no se hubieran visto en sus momentos más vulnerables y habiendo consolado mutuamente, como si los besos y los abrazos compartidos en esas noches hayan sido solo algún sueño lejano fabricado por su mente.
Era un hipócrita, lo sabía, pero se sentía como si Chuuya lo hubiera abandonado y seguido con su vida, cuando había sido él quien lo dejó atrás sin alguna explicación. No una carta, ni un mensaje, ni siquiera una llamada, solo había tomado sus escasas pertenencias y había abandonado aquel lugar que lo hacía querer morir un poco más cada día.
-
-
Estaba bien, se dijo a sí mismo, el capítulo donde Chuuya y él eran protagonistas había concluido y ahora debían seguir por sus caminos, por separado.
Nota 2. Hora 19:59 pm
Se dijo a sí mismo que era lo correcto, que Chuuya era un capítulo cerrado en su vida, él lo entendía, su cerebro lo hacía, pero su corazón era otra historia.
Encontrarse con Chuuya no fue uno de sus aviones cuando aceptó acompañar a su nuevo protegido a patrullar las calles de Yokohama, no cree que el pelirrojo lo haya notado pero él sí lo hizo, basto que solo entrara en su campo de visión para que el órgano que pensó que ya no podía sentir diera un salto, haciendo que se detuviera en su caminata por el aturdimiento. Pensó que su pequeño problema había pasado desapercibido, pero cuando no lo hizo y Atsushi le preguntó la causa de su nerviosismo arrepentido solo le resto importancia y siguió caminando…. pero incluso ahora puede recordar el calor que sintió en sus orejas.
Estúpido Chuuya.
Estupido por creer que Dazai no lo notaría entre todas las personas cuando caminaba por las calles con una mirada que gritaba “mírame” y él solo era una persona.
Lo odia, odia que verlo lo haga extrañarlo.
Nota 3. Hora 3:33 am
Fue hoy. Fue la primera vez en cuatro años que estuvimos tan cerca, Chuuya lo miro como un insecto, estaba bien, era un traidor y si había algo que odiaba el pelirrojo eran a aquellos que le daban la espalda y lo dejaban atrás.
Para él, mirarlo a los ojos le quitó el aliento, cuando su mirada azulada lo observó fue como mirar el mar, un mar que amenazaba con olas tan grandes que hasta el mejor surfista no podría contra ellas, pero para Dazai era su único deseo incluso si se ahogaba en el intento. Otro rasgo que no pudo evitar mirar fueron las pecas de su rostro, quería tocarlos, como también quería arrancar ese sombrero de su cabeza y que le obstruía la vista de la cabellera rojiza, se preguntó si seguía siendo tan suave como lo recordaba, si Chuuya lo golpearía si hundía su cara en ella, lo ansiaba tanto que tener los brazos encadenados lo ponía de mal humor. Algo que debió verse reflejado en su cara, si la sonrisa ganadora de su compañero (ex compañero pero mientras viva nunca lo llamará así) que le daba como si finalmente sus palabras lo hubieran afectado y hubiera ganado la pelea fuera una señal. Era injusto, su sonrisa arrogante también era linda, pero él no podía hacer nada porque... porque era solo prisionero.
Fue un poco vergonzoso recordar que esta no era solo una reunión con Chuuya, y que mirarlo como un tonto no era lo que debía hacer. Tenía una misión, Atsushi.
Nota 4 horas 2.34 am
Hoy Chuuya uso corrupción. Es hermoso en todas las formas posibles pero, tengo miedo.
Miedo de que algún día no pueda llegar a tiempo y suceda algo que…
No me gusta pensar en eso.
No puedo dejar que Chuuya se ultima vez.
Nota 5 hora 8.30 am
Era frustrante. ¿Por qué no podía acercarse a Chuuya si estaban en tregua?, esta podría ser su oportunidad de hacer que el pelirrojo deje de fingir no verlo cada vez que se cruzaban en las calles. Él estaba ahí maldita sea, no era un fantasma y estaba seguro de que Chuuya solo lo hacía para burlarse.
La sonrisa en la cara de Chuuya que tenía cuando pensaba que Dazai no lo miraba solo afirmaba sus sospechas. Bien, dos podían jugar este juego.
Nota 6 hora 1:19 am
Iba a ponerle fin a este juego del gato y el ratón, Chuuya podía ser muy escurridizo cuando quiere, escapando de él cuando está a punto de agarrarlo, fingiendo no escuchar cuando lo llama. Pero todo hombre tiene su límite y Dazai llegó al suyo.
La gota que derramó el vaso fue ver como Chuuya le habló a Kunikida, con esa sonrisa, con ese tono de voz. No tenía problemas para hablar con sus compañeros de trabajo pero tenía problemas para hablar con él. Fue suficiente, Chuuya puede intentar escapar todo lo que quiera pero se olvida que Dazai es un cazador por naturaleza.