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Una vida con drama extra

Summary:

Miranda Carter recibió la carta para Ilvermony pero... su padre decidió mudarlos a Londres.

Notes:

Porque no podía dejar de pensar en esta historia, una que medite cuando me puse a ver la serie de ER Urgencias.
John Carter es el padre de un niño mágico, un niño mágico cuya extrañeza no le pareció tan extraña con su ritmo de trabajo.

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Intro

Chapter Text

Ella nació en África un día de lluvia. 

Su madre es un tipo de mestizo entre nativo y una italiana. 

Su padre era americano. 

Ambos se conocieron en medio de una gran campaña medica que los grandes países traían al empobrecido áfrica. 

Hubo mucho drama de por medio antes de su nacimiento. 

Existe la sombra de un hijo no nato antes de ella. 

Con su cabello algo rizado, su piel bronceada, unos rasgos aun no definidos, era una niña hermosa según sus padres. 

Ella era una niña que no lloro al nacer. 

Ella era una niña que apenas sonreía los primeros tres años. 

Pero era sana, sus padres, ambos médicos, tuvieron que lidiar con el silencio de su hija de la mejor manera.

La sombra nostálgica se levantó hasta que tuvo 4 años.  

En esa casa en medio de la nada con enfermedad y conflicto alrededor, Miranda Carter se animó a ver esto como una segunda y extraña oportunidad.

Miranda Carter comenzó a vivir. 

Pero las tensiones políticas del país ponían en peligro el trabajo de voluntariado.

Fue en ese momento que también se enteró que su padre era un conocido dueño de una herencia... una herencia que en américa prosperaba.

De alguna manera la pequeña familia supo que esto era del conocimiento de algunos guerrilleros, que tal vez intentarían acercarse para que apoyaran la causa, que no hay buenos ni malos... solo personas hambrientas de poder con un posible "donador" que pueden controlar si encuentran la manera de obligarlo... y esto, puso una tensión fatal en el matrimonio Carter. 

John quería marcharse, establecerse de nuevo en américa, regresar a la seguridad de Chicago donde siempre tendría las puertas abiertas en Urgencias. 

Kem se resistía, no deseaba dejar su trabajo a medias.

Con su ingenio más despierto, Miranda se dio cuenta de que los dramas solo aumentaban constantemente en esa pequeña casa en la comunidad de Kisangani.

Ella tenía la conciencia de un adulto, podía ver las señales, aun cuando juega con nativos... aprende cosas curiosas de esa cultura... finge ser un niño... ve la infelicidad mal oculta de sus padres entre las comidas... por las noches... en cada momento en que coincidían. 

Se da cuenta que su padre es de noble corazón que no desea la infelicidad, pero le preocupa su futuro.

Su madre es terca, buena, valiente... pero inconsciente de que tan peligroso era para ellos continuar viviendo en ese pueblo.  

Cuando tiene 5 años, Miranda es casi secuestrada por un mal hombre. 

-No puedes llevártela- Kem explota en esa cena, en una noche lluviosa, maltrecha, enojada pero muy feroz ante la idea de separarse de su hija cuando la idea es presentada. 

- ¡Esto ya no es sostenible! ¡Casi se llevan a Miranda, Kem! ¿no puedes ver eso? - su padre igualmente firme, exaltado, pero siempre siendo educado defiende la idea con mayor fuerza porque no era mentira, fue horrible para todos. 

La ahora niña escucha todo detrás de su delgada puerta, levantada por un mal sueño... por su muerte... se sienta en el suelo solo a escuchar. 

Su padre pierde, su madre se indigna y se enfoca en el trabajo... esta última, para pelear por ella, la ignora bastante. 

Era tan noche, su papá está en medio de una de sus tantas anécdotas en cierta sala de urgencias, cuando decide no ser tan ignorante del problema -Mamá se va a quedar ¿verdad? - 

Una de esas sonrisas nerviosas, acariciando su cabello y con esos ojos llenos de adoración - ¿Quedar? no vamos a ir a ningún lado- le susurra. 

Nada impresionada de su esquiva respuesta, se acomoda en la cama con un suspiro -Casi fui secuestrada...-

-Hija no...-

-Papá, soy consciente que estuve en peligro-

Su progenitor cuya sonrisa ya es tensa, solo se tensa más, la mira largamente en silencio hasta que nota que no, no va a engañarla -Eres muy inteligente- felicita su agudeza con soltura sin sospechar en nada su madurez -Seguro serás un buen médico- 

Miranda se da cuenta que intenta distraerla, por lo que no dice nada de una profesión que está segura no encaja con su futuro, no importa si sus padres no dejan de enseñarle pequeñas cosas... solo le regresa el gesto sin alegría.

-Solo tienes 5 años, no debes preocuparte por esto- John finalmente expresa rendido. 

-Te está haciendo infeliz- no evita decirlo, porque puede que ame a esta madre... pero su actitud reciente no la esta impresionando... su terquedad los está poniendo en peligro.

-Estaré bien, soy un papá fuerte y tu mamá... seguro se nos unirá- promete falsamente, porque simplemente, ocurre lo contrario. 

Su madre solo se aleja más emocionalmente desde entonces. 

Su padre tiene mucha paciencia y amor a ella. 

Miranda nota que la comunidad está cambiando, que sus "amigos" se están marchando y cumple 9 años viendo muy cercas una guerra civil. 

No era igual de su casi secuestro. 

Era un adulto mental, tiene que tener algo de fortaleza esto, pero aun, ver tanta sangre lejos de algo médico, fue horrible, espantoso, le trajo pesadillas.

Le recordó su muerte. 

Esto fue una llamada de atención, una última advertencia donde su padre... donde John... finalmente acepta que nada va a cambiar. 

Aun le dieron una invitación a Kem, su madre, para regresar a américa, restablecerse como médicos en ese lugar... vivir para ellos. 

Fue rechazado.

Era el trabajo de su vida, su madre era terca, valiente y cree que esto fue pasajero, que esto no volverá a suceder aun cuando fue obvio... que iban por la familia Carter en específico. 

Miranda suele olvidar que su padre proviene de una familia rica, hasta que al cumplir 10 años ve como mueve sus influencias tan rápido para lograr un doloroso divorcio... una custodia completa... una mudanza de emergencia... todo agilizado con el poder de su dinero y demostrando, que tan implacable es cuando prioriza a su hija y su seguridad. 

Si fuera otro niño, tal vez, hubiera visto la injusticia, hubiera creído las palabras de su madre de que era tan injusto que le quitaran sus derechos... que solo es otra cosa de los ricos pisoteando a los pobres... que podía pedir quedarse en África con ella... pero no se dejó convencer porque simplemente, aún tiene pesadillas de su reciente casi muerte y es muy consciente que le dieron tantas oportunidades para priorizarlos.

Kem ama más su carrera que su hijo. 

Kem no acepta que es en parte su culpa esta fractura.

No se va a dejar manipular para boicotear el esfuerzo de su padre, porque puede ver que le duele hacerle eso pero que no les ha dado opciones. 

Estaban en medio del vuelo cuando Miranda nota la tristeza absoluta de John, tomando su mano, una que a veces olvida que es tan pequeña, hace que la mire... le ofrece una sonrisa indulgente -No es tu culpa- le dice con certeza, con realidad y verdad. 

Su ahora padre le regresa el gesto, pero son sus ojos apagados que no se iluminan, seguramente arrepentido de que todo termine de esa manera y que sigue amando a su esposa ahora abandonada en áfrica. 

Miranda cree que el tiempo lo cura todo.

Se establecen en un departamento de un edificio muy bien ubicado en Chicago que parece pertenecer a la familia de su padre.

Miranda no había pensado en su edad real hasta que se da cuenta que fue inscrita a un colegio.

Es consciente que la vida estudiantil es muy larga, que la ha evitado por su vida en áfrica y que su padre esta emocionado que vaya a iniciar.

No puede negarle la felicidad, por lo que, con paciencia, entereza, se obliga a adaptarse a su vida alegre de estudiante. 

Tiene once años, en medio de una adaptación como aceptación de su realidad cuando recibe una carta muy sospechosa. 

La primera de esas cartas la quemo.

La segunda la rompió para tirarla. 

La tercera frunció el ceño y la volvió a quemar.

La cuarta su padre la recibió, arqueo la ceja y la uso como una broma que llevo a su trabajo en urgencias. 

En la quinta ya vino un extraño para explicarles que no era una carta falsa, que era real y habían confiscado la que su padre tenía en el pizarrón de urgencias. 

Tiene once años cuando su realidad vuelve a torcerse muy lejos de los problemas maritales de sus padres... divorcios... mudanza... escuela llena de niños idiotas... porque ahora resulta, que, entre todo ese drama de su etapa infantil, ahora hay que añadirle que parece ser un ¿mago? y el colegio de ¿Ilvermorny? tiene un espacio en el que está contemplada obligatoriamente por las leyes del ¿mundo mágico americano?  a darle. 

John Carter tiene una pequeña conmoción.

Miranda Carter se le hace familiar el nombre, pero ahora en lo único que piensa es que quiere vacaciones. 

 

 

 

 

 

Chapter 2: Emprender

Chapter Text

Un auto se estaciona delante de una hilera de casas iguales.

Con unos lentes de sol puestos encima, muy inadecuados considerando el clima de Londres, con una enorme maleta sobre el hombro... cabello rizado apenas sostenido con una pinza... ojos vivaces... pendientes largos en sus orejas... una adolescente apenas en crecimiento no evita silbar impresionada de lo anticuado que se observa la arquitectura de toda la calle... el silencio... era el distrito de Islington, calle Grimmauld Place con una placa desgastada con el numero 13 enmarcado. 

Miranda Carter admira su nuevo hogar. 

No evita comparar cuan diferente es todo... no solo el aire... la gente... el acento... las calles... las leyes... se siente todo tan antiguo como controlado... silencioso... correcto y elegante... era tan distinto a la vida que se acostumbró en el caótico Chicago... por lo que leyó, al menos el transporte es mejor, espera.  

Una risa apenada, su padre, John Carter, médico de urgencias actualmente desempleado... con un pesado abrigo... un traje... afeitado... con cabello recortado y algunas canas... se para a su lado igualmente observando en una pose bastante lánguida... también tiene un enorme bolso sobre el hombro -Sé que no es mucho, pero es nuestro- le ofrece avergonzado. 

- ¿Herencia de una tía abuela? - repite lo dicho oficialmente, aunque no tan lejano, es consciente que la familia Carter es grande y no los conoce a todos, mucho menos, su historia. 

-Si, lamento que parezca vieja- 

Entiende su renuencia, sus ganas de recompensarla hasta el punto de ofrecer comprar todo nuevo, para un adolescente normal, ser arrancado de su vida en América seguramente seria motivo para odiarlo, pero no lo hace, porque lo entiende... aun cuando ha olvidado gran parte de su primera experiencia... tiene ya una vida como un adulto, hay tantas cosas sucediéndole a su padre que decidir mudarse era la opción sana... le ofrece una sonrisa indulgente -Sabes que no me quejare- asegura. 

Carter está cansado, agotado, baja sus hombros para darle un medio abrazo -Tienes todo el derecho de estar enojada- le insiste, tal vez, ha hablado con alguno de sus amigos con hijos adolescentes que le aconsejan, de vez en cuando, como manejar un niño de su edad. 

Acomodándose en ese abrazo parental, mira directamente esos ojos -No me pongas al mismo nivel que los hijos de Luka- le advierte.

-Pero ellos tienen razón- se evidencia con descaro, medio en broma, pero verdad, John aprieta su agarre con paciencia, esperando una explosión.

Pero Miranda resopla un tanto molesta, pero predecible considerando como son esos hijos con la que suelen compararla siempre, Luka es un médico colega de su padre... su mejor amigo en esa sala de urgencias... que, aunque ya no comparten el mismo trabajo, nunca han dejado de comunicarse e intercambiar algunos fines de semanas juntos... odia esos niños -Lo tienen, pero yo entiendo... no voy a hacerte esto más difícil de lo que ya es para ti- 

-Realmente eres una buena chica- halaga como siempre su padre, pero en sus ojos hay tristeza.

-Sé qué crees que no te tengo confianza...- advierte con ese tono de mando que siempre ha sido una ley entre ambos, porque puede olvidar tanto, pero su lado maternal siempre sale cuando su progenitor, que ha vivido demasiado a su lado en una comunidad mágica que los aparta y la ha criado lo mejor que puede, comienza a subestimarse o castigarse -Pero lo hago, sé que nos mudamos por seguridad-

John Carter la despeina como un niño, pero no dice nada.

La adolescente sabe sus motivos reales más allá de amenazas a la familia millonaria, cree que le escondió la verdad, pero no.

Su madre ha vuelto a buscarla, con intenciones de luchar la custodia... llevársela... no vino sola, trajo un marido con historial bélico en ese pueblo en el que nació... era preocupante... su padre prefirió mudarse que darle oportunidad de quitársela. 

-Entonces ¿Mañana iremos de compras? - su padre casualmente planea guiándola a través de esa banqueta, subir las escalinatas siempre buscando en su bolso hasta que con un "aja" ha sacado un montón de llaves, los temas delicados dejados de lado -Nuestras pertenencias tardaran algo en llegar- admite con una risita nerviosa al abrir la puerta con un crujido audible en esa calle silenciosa. 

No era derrochadora, aun cuando sabe que hay un cheque mensual por parte de esa extensa familia Carter que apenas trata actualmente, Miranda se pone al lado de su padre... silba observando la oscuridad penetrante de un largo corredor además del fuerte aroma a encerrado o humedad que golpea sus fosas nasales -Bueno, hay que ver cómo está la casa primero- aconseja estornudando ante el polvo en el rancio aire.  

John igualmente estornuda con fuerza -Seguro habrá demasiados hongos- 

Adivinando que pronto vendrán las excusas de salud, algo valido considerando su carrera médica, pero sin ganas de ahora viajar a un hotel para pasar el tiempo hasta que limpien lo básico... Miranda empuja a su padre dentro cerrando la puerta -Mindy puede arreglarlo- con un tronido de sus dedos, hay un crujido que hace saltar al mayor... ante ambos en ese corredor apretado con papel tapiz arruinado... un elfo domestico con impresionantes ojos esmeralda le regresan la mirada.

-Dios, nunca me acostumbrare a esto-John dramatiza con una sonrisa torcida.

Lo sabe, apenas han pasado 4 años desde que se metieron en ese lío, aun ahora no entiende muchas cosas, pero ha recibido ayuda para adaptarse aun cuando es firme en no desear una carrera mágica en su futuro... niega... prefiere no pensar en sus problemas que seguramente tendrá cuando tenga que elegir a que dedicarse en esa nueva vida -Mindy no solo puede ayudarnos con algunas cosas de la mudanza...- levanta su dedo, no puede decirle que tiene todo el servicio, no cuando seguramente ya tiene contratado a alguien para hacerlo por el lado no maj, pero al menos las cosas que urgen -Sino que puede limpiarnos al menos una habitación para esta noche-

Vestido con algo digno pero humilde, con sus manos pequeñas siempre apretadas delante, observa a ambos con una sonrisa cariñosa... atenta -Mindy esta para servir al padre del amo-

Arruga su nariz en disgusto -No me llames así- castiga como siempre, pero puede verlo en esos ojos, no se corregirá porque está en su naturaleza ser servicial... una lucha constante que sabe, en el MACUSA, están intentando resolverlo... pero algo tan antiguo es difícil que se modifique porque a algunos les incomode (o les recuerde el pasado no maj de persecución) -Pero bueno, supongo que puedes empezar, esta será nuestra nueva casa- dejando su maleta en la polvorienta alfombra, hace una dramática bienvenida.

Ansiosa, Mindy desaparece en un chasquido.  

Carter mayor pasa su mano detrás de su nuca con muchos pensamientos, incomodo siempre con la idea de una criatura, elfo doméstico, atado a su hija por alguna cosa mágica que ha intentado entender - ¿Es legal que nos siguiera? - lanza un tanto preocupado, porque ha leído varias cosas de ese mundo, lo suficiente para saber que siempre hay burocracia en todos lados. 

Aun en ese corredor, se encoge de hombros un tanto perdida, Miranda es sincera, no vio esos detalles, siempre ha sido mala con la burocracia (en esta vida y la pasada) ... con su padre en caos que seguramente no pensó en eso tampoco. 

-Dios, dime que no acabamos de introducir una criatura de forma ilegal a otro país- John Carter golpea con fuerza su frente. 

-Supongo que no estaría mal los problemas normales de adolescentes ahora ¿no? - ríe con gracia Miranda. 

La mirada poco impresionada de su padre por su ingenio se la merecía. 

El timbre suena, algo siniestro que hace eco en las viejas ¿bocinas? de la casa.

Ambos Carter se tensan, luego miran la puerta con un aire seco.

Por ¿la rendija del correo? entra una ¿carta? sin resistencia volando directamente a manos de la adolescente.

-Supongo que nos cayó la ley- canturrea Miranda leyendo el remitente junto con el sello elegante, comparando, se sorprende que todo parece ser hecho a mano... en el MACUSA... todo esta taquigrafiado, algo aún muy atrás de lo digital del mundo no maj -Es grosero que no te consideren- no evita murmurar cuando lee el destinatario, directo a una menor de edad que, aunque mágica, tenía un padre. 

John ve el momento exacto en que abre el sobre - Según tu amigo, Londres es más renuente a los no maj ¿no? -

Zumba en afirmación, su único amigo de Ilvermony fue amable en decirle pequeños detalles, que lo hizo con ese aire desdeñoso, pero seguramente fue lo máximo que puede ser considerado - Todavía es grosero que no te mencionen, literalmente... ignoran a mi tutor- agita el pergamino insultado por omitir a su todavía muy vivo padre. 

John toma el papel para darle su apropiada lectura.

Con los brazos cruzados, el ceño fruncido, Miranda mira la profundidad del corredor, en el fondo ya hay algo de luz, Mindy es excelente en su trabajo.

-Tienes razón, en ningún lado solicitan mi asistencia a esa aparente reunión- triste, el Carter mayor niega decepcionado -Al menos te ofrecen un tutor magico- intenta ver el lado positivo, aun cuando la tensión de sus hombros es evidente. 

La carta era una formalidad muy exacta del justo momento en que Mindy fue invocada, una solicitud para comparecer ante el aparente departamento de control mágica por el ingreso ilegal de un elfo domestico atado a un menor de edad... un niño mágico... no sabe que estarán pensando, como eligieron enviar una carta tan carente de personalidad, pero muy pasivo-agresivo y sin ganas de involucrar al tutor ¿muggle? en el negocio. 

-Ahora soy un muggle- ríe un poco John seguramente leyendo demasiadas veces esa frase donde lo señalan como inadecuado para el trámite. 

Dejando de lado que al menos, esa sociedad está bien informada de los magos que entran a su país, que seguramente le facilitaran bastante el trámite de inscripción a su único colegio... y aunque espeluznante... era normal, en América eran igual de adelantados en datos aun cuando no cruzaron por medios mágicos, claro, su sociedad puede estar atrapada en los ochenta, pero eso era inevitable considerando que la magia no se lleva bien con lo digital - ¿En eso te enfocaras? - pone su mano en la cadera enojada. 

-No te enojes, Miranda- levanta sus manos pacificadores. 

- ¿No querías que me enojara? - arquea la ceja insolente la adolescente. 

- ¿Quieres que te acompañe? - Carter ofrece gentilmente. 

Dejando su lado la molestia de tal desaire, niega porque no es razonable -No, si desean no involucrarte es por algo-

- ¿De verdad? Aún tengo derechos como tu padre, puedo forzar mi camino- John puede parecer amable, pero si es necesario, por su hija, abrirá ese camino aun cuando enfrentara a otra sociedad mágica que por lo que se enteraron, era más cerrada y anticuada. 

Ríe, ya nada enojada, golpea el costado de su progenitor - Estaré bien, papá, además, el horario es igual a tu entrevista- 

-Puedo atrasarlo- John no está nada cómodo con la idea de su hija adolescente, con un extraño, enfrentando burocracia de otro país. 

-Sé que está vacante es por recomendación, no puedes hacerle eso a tu amiga- advierte con seriedad impropia. 

Elizabeth Corday era una cirujana establecida en Londres, una conocida de esa sala de emergencias que tiene años ejerciendo en ese país, era el contacto que utilizo su padre para tener un trabajo seguro después de la mudanza... no ocupan el dinero... pero aun es su vocación. 

-Mindy ira conmigo, no solo estaré con un extraño- añade la adolescente con un guiño. 

-Supongo que puedo aprobar eso- acepta con un suspiro cansado, John al menos sabe que la magia es vinculante... que la protegerán. 

-Parece que me van a lavar el cerebro y me venderán- siguen de pie en ese apretado corredor, sin ganas de sentarse ni de entrar más profundo en esa vieja casa. 

-No juegues con eso, sabes, que la maldad puede venir de cualquier lado... sea mágico o no- John no olvida su tiempo como voluntario en África, mucho menos, los últimos años antes del divorcio. 

-Lo siento- es sincera, Miranda a veces tiene un humor demasiado negro para el gusto de cualquiera -Pero, estaré bien... además... me pagaste clases de defensa personal, si es como América, no se esperarán que rompa la nariz antes de sacar la verita- mueve las cejas ante tal pequeña inversión.

-Bien, pero quiero que lleves tu celular- advierte su padre con seriedad. 

-Por supuesto, aun cuando no servirá en lugares cargados de magia- no evita sonar sarcástica, Miranda ama su móvil, pero es tan inútil en ese mundo. 

-Solo, llévalo- 

Un crujido, el emocionado elfo domestico aparece ante ellos asustándolos un poco -Señores, ya están sus habitaciones y prepare algo ligero para cenar- expresa en ese tono ansioso, emocionado, realmente le gusta servir. 

Ambos Carter observan largamente, hasta que la menor se agacha para acariciar esa cabeza calva -Si, Mindy vale la pena el desgaste- 

XXXXX

Era demasiado temprano en la mañana.

La habitación tiene la mayoría de sus muebles de los años 40, con un tapiz obviamente mejorado por la mano mágica de Mindy. 

En medio de una cama tipo princesa, Miranda parpadea somnolienta y desorientada hasta que recuerda donde estaban, con un largo bostezo... se pone de pie con sus sandalias... se limpia los ojos... aun cuando es ligero, puede sentir la magia de su elfo vibrando en el aire, seguramente limpiando a profundidad según sus estándares exigentes para ambos humanos... con otro largo bostezo, toma su ropa... que ya está bien doblada en el mueble antiguo, se da un vistazo al enorme espejo, abre la puerta de su baño para intentar lavarse la cara... pero el agua no baja. 

-Lo siento, Mindy está trabajando en eso- su elfo adivinando su molestia, porque nunca la llamaría para eso, se aparece fuera de su baño nerviosamente.

Aun adormilada, afirma, pero puede ver el cuenco de agua flotar hasta el fregadero -Gracias, por favor, dime que dormiste algo-

- ¡Claro señora! -

Bosteza, sin ganas de corregirla ahora, Miranda se lava con cuidado su rostro.

La criatura sigue de pie -Mindy ya ha preparado el desayuno... Mindy también quito las arrugas de la ropa de su papá... cambie el tapiz de la recepción... Mindy espera que en dos o tres días la nueva casa este perfecta- enumera con una verdadera emoción, casi un reto personal que se ha tomado... igualmente, una costumbre de decir sus actividades como lo hacía con sus anteriores dueños. 

Un poco más despierta, con el cepillo de dientes en la boca, mira a su inesperado ¿sirviente? ¿amigo? - ¿Ya elegiste tu propia habitación? -

-Si, señora, Mindy tomo la habitación de invitados en la planta baja-

-Mindy- advierte leyendo muy bien el intento de mentira. 

El elfo baja las orejas en castigo.

-Sabes que debes tener una vida digna, que puedes servir, pero igual descansar, Mindy-

-Lo siento, mi señora-

Toma un largo aliento al enjuagarse la boca, al escupir, se levanta para mirarla -Atente a los horarios- le repite, porque estableció al menos una agenda para que siguiera, alguien no acostumbrada a eso, lucha constantemente con su naturaleza sumisa que avanzar poco a poco llevara años -Quiero que tomes la habitación de la primera planta- no era orden, pero casi al ser necesario para que tenga un lugar donde descansar fijo.

Conociendo a su elfo, viviría feliz debajo de las escaleras. 

-Por supuesto, mi señora- Mindy afirma obediente. 

Niega, pero esta agradecida, su amable criatura mágica hizo un inventario nocturno de toda la casa... hay demasiados muebles... ¿joyería?... ¿pinturas?... toda una vida de una tía abuela que nunca conoció... su padre seguramente ya tiene todo en sus manos para hacer planes, hablaron de eso durante la noche... hay una fuerte creencia que la historia en una casa da poder, que si desea hacer seguro ese hogar era mejor dejar la mayoría de las pertenencias... solo restaurarlo con la magia de Mindy

Si no le confiscan a su elfo, todo ser hará a su voluntad ahorrándoles restauradores. 

Hacer una casa segura atada a la historia de su pariente desconocido tal vez no era mala idea, ya que iba al ministerio, preguntaría por las normativas mágicas del hogar. 

Miranda sale de su habitación, el corredor era igualmente apretado, pero justo... hay retratos de paisajes a lo largo, jarrones de aspecto caro.

Viste unos jeans ajustados, unas zapatillas, adivinando que el clima será como el día anterior... una sudadera simple... una trenza apretada... unos aretes cortos... una bolsa pequeña.

-Supongo que las compras serán canceladas- John ya la espera en la planta baja, admirando el entorno con un aire critico... seguramente sorprendido de la rapidez del elfo de levantar el desastre abandonado que tenía el entorno.

-Si, no será necesario si quiero hacer brujería en el lugar-

-No lo digas de esa manera, me dan ganas de acusarte con la inquisición- 

-Luego dices que yo soy la malvada-

-Yo soy médico, tengo derecho a tener humor negro- 

Gira los ojos para viajar al comedor, una cosa enorme con una mesa firme, el desayuno ya está servido y cálido - ¿Te espero para practicar? - pide la adolescente con un bocado ya en la boca. 

-Si, no quiero que pierdas tu condición- John mastica sin humor. 

Zumba divertida sabiendo que odia el ejercicio -Si yo sufro, tú sufres-

-La defensa es para ti, no para mi- la apunta con el tenedor lleno de panques. 

-Papá, al menos quiero que un paciente no tenga la facilidad de golpearte- le recuerda, porque no fue una, sino más de dos veces ver a su padre con la nariz rota porque no fue rápido en reaccionar en esa sala de urgencias. 

Mastica lentamente, John recuerda, suspira rendido -Bien, si, espérame- 

-Preguntare por las cosas magicas del hogar-

-Solo asegúrate, que si funcione mi computadora y celular-

-Si, papá, solo... ser más cómodo y seguro-

-Eres bastante paranoica-

-Me inscribiste en clases de defensa- le recuerda sin gracia, una cosa aprendida en los veranos del Ilvermony. 

-SOMOS paranoicos- corrige alegremente John.

No hay nada que decir al respecto, la hija de esa relación sabe que ese miedo que tenía antes ahora es el motivo que los hizo mudarse.  

-Ya que estoy en modo burocrático, investigare la inscripción a este ¿Hogwarts? con ese tutor asignado por el ministerio- expresa en voz alta rompiendo el cómodo silencio, un plan sabio, Miranda se felicita por informarse más de lo poco que logro conseguir antes de la mudanza. 

-Eres toda una adulta- el Carter mayor se limpia una lagrima imaginaria.

Ya era, pero no lo dice al girarle los ojos con insolencia Miranda. 

El timbre suena de nuevo, menos espeluznante que la noche anterior, anunciando al único invitado que esperaban ese día.

El tutor mágico asignado por el ministerio. 

Ambos Carter se observan largamente al ponerse de pie. 

Su padre abre la puerta, bajo el marco, con un aire lleno de misterio como desdén... lo notable no solo era su nariz ganchuda o ese corte de cabello estricto... ni la vestimenta negra... eran esos ojos brillando en soberbia, arquea la ceja - Busco a la señorita Miranda Carter, de parte del ministerio de magia sobre un viaje a uno de nuestros departamentos- asegura en un tono grave, cansado como aburrido y bien aprendido. 

Para ser algo seguramente preparado con prisa, porque no olvida que el oficio llego tan tarde el día anterior, ambos Carter admiran su puntualidad. 

-Mi nombre es John Carter, soy su padre-

Un ojo agudo, pero nada mostrado en su rostro -Soy el profesor Severus Snape- 

- ¿Profesor? ¿Como profesor de este Hogwarts? -

-Es Hogwarts, no este Hogwarts...- el hombre le corrige, seguramente escuchando su tono de manera grosera -Pero si, soy profesor del colegio- confirma.

- ¿Tiene alguna identificación? - John cuestiona.

El hombre arruga su ceño como si lo considerara una rareza.

-Está bien papá...- ríe Miranda viendo ese comportamiento como otro dato de que no, no manejan ese tipo de formalidades al menos no los docentes, se para en ese corredor apretado, al lado de su sospechoso padre - ¿Me puede orientar en la inscripción? -

Un suspiro sufrido, el hombre agita su capa para darle espacio a su lado -Tengo un objetivo, si desea ver los detalles de su inscripción lo haremos al final de esto- corta sin ganas de alargar su sufrimiento, menos, en la escalinata de una casa muggle. 

Ambos Carter se despiden, la adolescente suspira cansada al seguir al hombre.

Grimmauld Place parece más animado que el día anterior.

El docente parece tropezar un poco, como si se diera cuenta de algo, antes de continuar en una de las aparentemente calles olvidadas

Miranda toma el brazo en una orden apenas amable, duda, pero lo hace... el acto de aparecer era algo innecesario, pero cierra los ojos.

La primera impresión de la sociedad mágica es que es innecesariamente incomodo sus accesos al ministerio.

Meter los pies en una taza de baño será una anécdota para contar a su padre. 

Nota también, que la moda es demasiado anticuada y no solo era un hombre raro. 

Y el ministerio era una cosa asombrosa de mármol negro con una fuente que seguramente da un mensaje, uno que se pierde en la extranjera. 

Miranda secretamente espera, que toda la sociedad de Londres no sea de esa manera y que solo sea una pizca de inadaptados. 

Comparar va a ser el pan de todos los primeros días. 

Chapter 3: Ministerio

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Al llegar a Londres se dio cuenta sutilmente que hay ciertas reservas con su nacionalidad.

Nada extraordinario, pero identifican su tono... sus modos... es como si no pudiera infiltrarse disimuladamente. 

Espera que eso se diluya con el tiempo. 

Pero en el lado mágico no son muy discretos al reconocerle como extranjera con objetivo en el ministerio.

-Los americanos siempre rompen las reglas-

-Tenia que ser americano-

-Ellos y sus ideas- 

-Mira esa vestimenta, tan muggle-

Son cosas que ha alcanzado a atrapar conforme camina a lo largo de un corredor después de pasar a la recepción. 

Dejando de lado sus susurros, caminando por ese corredor donde hay infinitas puertas, Miranda zumba cansada de solo pasar los primeros filtros... aun observa de ves en cuando sus zapatos, arruga su nariz del sentimiento de agua de un retrete por donde cruzaron ¿era necesario? vio que había maneras más amables de viajar... pero niega al enfocarse en sus prioridades que van más allá de comparativas constantes con el MACUSA -¿Es grave lo que hice?-

Su ¿tutor? tan serio como apático poco dispuesto a conversar le arquea la ceja... sin dejar de caminar por ese apretado corredor donde hay ecos de ¿maquinas de escribir? funcionando -Fuiste tan negligente para traer una criatura sin documentar a un país extranjero- insulta con ese aire de grandeza que ha notado, le gusta usar. 

Arruga su nariz, nada afectada por la manera en que lo dijo, a fin de cuentas, tiene razón... la joven Carter controla sus propias emociones al mirar al fondo, una puerta donde finalmente alcanza a leer el departamento objetivo -Entonces, ¿es grave?- insiste en su cuestión, necesitaba entender si debe prepararse mejor de lo que hizo y lamenta haber subestimado esa citación... pero no deseaba preocupar a su padre.

-Eres un menor de edad, no serán duros- Severus finalmente expresa con desdén, tal vez esperaba una explosión emocional... una discusión. 

La puerta se abre antes de que su ingenio replique, Miranda tiene que agacharse cuando un ¿avión de papel? vuela por encima de su cabeza amenazante... su tutor poco dispuesto a esperar que se acostumbre al caos, solo ingresa con esa grandiosa forma de mover su capa... el departamento era un enorme cuarto con tantos escritorios apilados... muchas cosas volando alrededor... un enorme reloj al fondo... voces que van entre murmullos o gritos... y a veces, si uno se esfuerza, había animales brincando entre los lugares... una vez fue al MACUSA, sabe que existe esa manera de los magos de trabajar ajenos al desastre, pero al menos tenían orden. 

La puerta se cierra de golpe a sus espaldas. 

Snape se para como una estatua firme a su lado pero evidentemente, no tiene ganas de anunciar su llegada. 

La adolescente observa el caos, luego a su supuesto tutor, volviendo su rostro de nuevo... toma la decisión de silbar fuerte... algo agudo que hace eco por encima del ruido atrayendo la atención de todos poco a poco... cansada y normalizando su aliento... levanta la mano nada impresionada -Vengo por un oficio, una convocatoria... -empieza con un suspiro - ¿Alguien tiene idea a quien dirigirme? la recepcionista no ayudo en nada- finaliza sin ganas de ocultar su descontento por el servicio que ha recibido hasta ahora. 

El tutor a su lado se ha cruzado de brazos, obviamente la esta fulminando desaprobador por la manera en que llamo la atención.

Pero la joven Carter se mantiene firme conforme el ruido se vuelve a reanudar indiferente en darle orientación.

-Nuestro contacto ya sabe que estamos aquí- arrastrando las palabras, Severus alega con un chasquido bajo... seguramente maldiciendo el comportamiento impropio de un niño... sin temor a equivocarse, un americano con necesidad de atención. 

-¿Y no se molesto en avisarme?- Miranda no evita soltar sin ser amable. 

-Ese comportamiento no te llevara a nada- castiga como si predijera que será un problema en el futuro. 

Un tanto frustrada, Miranda se encoge de hombros -¿Ahora soy yo el problema?- murmura de mal humor. 

Seguramente deseaba decir más, desaprobarla, castigarla, pero al final, ese hombre de negro asignado tutor solo suelta un suspiro fingiendo un dolor de cabeza frustrante. 

Pero tenia la razón, con el silencio de nuevo instalado en ambos aun delante de la puerta cerrada, con el desastre reanudado de ese enorme departamento, una mujer mayor con una ¿túnica? ¿capa? ¿vestido? ¿algo? esas modas que ha visto constantemente tropieza entre los escritorios desde el fondo... esquivando sin ver... siempre atenta a su tabla de trabajo... llega enfrente de ellos con ojos agudos -Eres la niña americana que trajo un elfo- 

-Miranda Carter, no niña americana- en un acto que seguramente será recordado como rebelde, levanta la mano indiferente.

Esos ojos se ven aburridos, la trabajadora evidentemente no se siente culpable, solo anota algo en su tabla -Eres el representante asignado por Hogwarts- ahora observa al mayor con un poco... solo un poco... más de respeto. 

-Si, el profesor Severus Snape- 

Otra tacha en su tabla, un sonido reflexivo -Bien, soy la asignada del caso del departamento de control mágico... Amelia Croll- ofrece no por cortesía, era un protocolo básico al dar la espalda para caminar.

El profesor la sigue sin dudar.

Miranda gira los ojos pero igualmente les da alcance. 

-El proceso es simple... -Amelia empieza aun caminando en ese corredor de escritorios, agachándose en el momento justo de una bola de papel con una costumbre de años -porque fue un elfo domestico y no otra cosa- puntualiza al saltar lejos de un ¿gato? corriendo a lo largo. 

La adolescente, solo por las practicas que su padre le metió, es capaz de evitar la mayoría de los obstáculos con destreza cansada.  

Severus parece menos amable al simplemente usar encantamientos repelentes que tuercen aviones... hacen gritar a los animales... sin importarle que pueda o no interrumpir medios de comunicación, nadie parece regañarlo tampoco por ser más agresivo. 

Llegan a una puerta, que la trabajadora abre al enfocarlos con firmeza.

Ambos entran viendo lo apretado que parece todo, un cubículo, con imágenes colgadas... papeles apenas ordenados... un aroma a café viejo en el aire.

Miranda cree que necesita una ventilación en algún lado. 

Amelia lidera de nuevo al sentarse al otro lado del escritorio... soltar la tabla... cerrar la puerta a sus espaldas con el agitar de su varita... los invita a sentar en esas sillas viejas al dejarse caer sin gracia -La alerta nos anuncio de tu entrada más temprano al país...- evidencia con naturalidad, tan casual de tener filtros mágicos en las fronteras no maj -No es extraño que un nacido muggle sea inconsciente de la documentación de entrada al país, para eso Hogwarts se encarga en el caso de ser un menor de edad...- explica bastante sus palabras, tal vez, el profesor no fue asignado tan a las prisas como se pensó -Pero al involucrar a una criatura mágica, dependiendo de su nivel en nuestros estándares... es necesario llenar una serie de documentos así como inspeccionar la criatura- 

Miranda, haciendo una mueca por la dureza de la silla, afirma resignada a la burocracia. 

Amelia saca unos archivos de uno de sus cajones, parece una lista compleja -Dime, señorita Carter ¿Como llego ese elfo a sus salas?-

Es razonable la pregunta, decide, la adolescente incomoda zumba -Fue un accidente- 

-¿Accidente?- incrédulo, Severus sisea a su lado. 

Amelia parece pensar lo mismo. 

Se encoge de hombros sin encogerse avergonzada o culpable  -No se como se maneje aquí, pero en América existen un sin fin de lugares con historial de linajes abandonados... para sobrevivir... las criaturas atadas han optado por atarse a un mago dispuesto a recibirlos...- explica sin pestañear, en voz alta suena raro, pero es lo que el MACUSA le informo cuando ocurrió el asunto -Mindy es eso, un elfo que pertenecía a una casa antigua ya extinta- 

Un bufido impropio del trabajador al anotar negando con la cabeza -Supongo que es natural...- murmura de mala gana -pero impropio... nunca pasaría eso aquí- añade desdeñosa. 

Miranda no se toma personal el comentario innecesario. 

Severus parece aburrido. 

-¿Nombre de la familia?- la trabajadora levanta la mirada expectante.

La joven inclina la cabeza recordando su propio proceso legal ante el MACUSA -Halliwell-

Un parpadeo de ambos manos.

La nacida no maj arquea la ceja. 

-Una familia de Hechiceros...- niega casi divertida, apática, Amelia suena tan aburrida y poco impresionada. 

Miranda arruga su ceño, mira a su tutor... pero poco dispuesto a funcionar como tal... solo se mantiene como una estatua imperturbable a su lado -¿Es algo malo?- no evita cuestionar. 

-Apenas cuenta como linaje, es una cosa matriarcal que no tiene significado en Londres- es la trabajadora quien añade sin mirarla. 

Un poco ofendida en nombre de esa casa, porque se informo, leyó algunas cosas interesantes, fue triste saber que desaparecieron por tecnicismos hace dos generaciones... actualmente eran no maj... pero se mantiene para si misma su resentimiento, era incorrecto y como esperaba, los estándares del Londres mágico eran distintos al americano.  

-Estudiaste en el Ilvermony ¿verdad?- continua con el interrogatorio de forma pasiva/aburrida. 

Ahorrándose su sarcasmo de "hay otra opción" Miranda afirma secamente. 

Amelia tararea ausente al escribir largamente, cuando termina levanta la mirada al adulto -¿Profesor?-

Snape parpadea al enfocarse con seriedad -Por el tiempo que nos dio este incidente...- gruñe en disgusto, confirmando la mala gana de actuar como tutor en un proceso en el ministerio cuando existe otro tramite obligatorio vigente para los que controlan a los menores de edad entrando al país -Se tiene contemplado terminar la investigación académica para el final de la semana- 

La adolescente hace un sonido abortivo por tal dato apenas entregado y solo, porque le están preguntando ¿No necesitan su permiso? ¿el de su padre? aun en el MACUSA informan de cualquier proceso mágico pero parece, que es distinto en Londres... supone... debió sospecharlo desde el momento en que ignoran la patria potestad de John y una citación sin tiempo de ajuste. 

Antes de expresar su disgusto por no darle una pista de los procesos que al parecer tiene vigentes desde que piso el país... la trabajadora agita su varita abriendo varios cajones con un ruido molesto... cuando parece encontrar lo que buscaba, una hoja vuela rápidamente en el montón en el que ya trabaja con diligencia -Asumiendo que tu mudanza es permanente- murmura -Estarás contemplada en el siguiente periodo escolar- finaliza como alguien que sabe.

Miranda arquea la ceja porque simplemente están dándole datos que no sabia ¿No hay folletos con información a extranjeros? ¿Un aviso cordial cuando cruzan la frontera? toma un aliento, prefiriendo mantener su disgusto para si misma.

Severus esta completamente aburrido.

-Puedo trabajar con eso...- expresa Amelia con un zumbido apreciativo -confió en que Hogwarts me envié los datos para agregar a mi expediente...- puntualiza, el mayor afirma resuelto -Señorita Carter...- ahora la enfoca con seriedad -Un elfo domestico puede no ser una criatura peligrosa para cruzar nuestras fronteras sin documentación...- su tono era un castigo suave, como si fuera normal ese tipo de faltas menores -Sin embargo, en Londres simboliza magia antigua... linaje... y no es natural que este atado a un nacido muggle sin las salas pertinentes...- toma un largo suspiro cansado -Necesitare seguir monitoreando como enraíza esa magia desde ahora- 

Arrugando su nariz confundida, la ahora joven arquea la ceja dudosa -¿Necesitare un permiso para que Mindy tome la casa en la que nos mudamos?- era un pobre resumen de su plan, pero era su oportunidad de aclararlo. 

Amelia la mira en blanco antes de suspirar -Mi jurisdicción es el ingreso de la criatura, lo que quieras hacer con él no es de nuestro interés- espanta con verdadero desinterés. 

Admirando tal falta de seguimiento como de interés, Miranda no se estaba quejando al ahorrarse tramites que esta segura existen en el MACUSA... ellos si tienen controlado las áreas mágicas... también tienen protocolos en zonas residenciales no maj... su amigo le dijo, que fue la razón por la que lo encontraron. 

La burócrata esta concentrada en sus papeles sin levantar la mirada.

La adolescente se aburre de comparar y piensa con ausencia si le estará yendo bien en su entrevista de trabajo a su papá. 

-¿Tu plan es que se quede a cargo de la casa con tu padre muggle?- su "tutor" rompe el silencio, con voz barítona, baja pero audible, sin romper su postra mira de reojo con un aire extraño. 

Arquea la ceja, pero se encoge de hombros -Si este Hogwarts...-

-Es Hogwarts, no este-

Miranda espanta desinteresada la corrección -Es tipo internado, si, mi plan es que se quede en casa con papá- 

Un arqueo poderoso de ceja, juicioso, aun dándole un vistazo altivo de reojo, Severus resopla -En América te permitieron tal irresponsabilidad- 

-No es irresponsable, Mindy trabaja muy bien con Papá- no entiende que tiene de malo, la adolescente confía demasiado en este elfo... además... su padre era algo negligente con su salud y como medico, era irónico que se saltara comidas cuando nadie lo vigila. 

Snape parece pensar lo contrario por cualquier razón.

Sin detener gira los ojos exasperada -Papá ha sabido lidiar con las rarezas del mundo mágico- tiene el impulso de aclarar, aun cuando muere por decir que también se ha adaptado a todas las peculiaridades que simplemente brotan en esa sociedad apartada de los no maj. 

El negro hombre arquea la ceja despectivo, niega cansado de cualquier mentalidad que traiga al respecto... murmura en voz baja algo y mira al frente fingiendo que no fue el que empezó el intercambio.

Miranda se pregunta si esto va a ser su vida ahora, acostumbrarse a la sociedad mágica de América fue difícil, ahora parece que Londres tiene sus propias rarezas, negando para si misma toma un largo aliento al enfocarse en otras prioridades... Amelia parece estar muy concentrada escribiendo... zumba -Entonces, tengo una investigación por parte de Hogwarts- omite el "este" solo por cortesía que no promete recordar en el futuro. 

-Esos ojos negros la enfocan sin gracia -Todo menor de edad entra bajo la jurisdicción de Hogwarts- da como un pobre resumen.

-¿Pensaban avisarme?- suena ofendida, porque Miranda recuerda que le pregunto antes de ese viaje... bajo el marco de su puerta en Grimmauld Place... era educado ahorrarle el repensar en el interrogatorio que estaba planeando hacer para su proceso y así, no darle mas trabajo a su papá. 

Aburrido, dándole una mirada de ser un adolescente tonto, Severus Snape resopla sin honrarla con una respuesta. 

Ajena a la conversación, Amelia interrumpe al detener su escritura, agitar su varita para guardar todo lo que no ocupa, mirando a ambos con una fatiga innecesaria... de fondo hay un ruido de un pájaro seguramente del caos que existe afuera del cubículo... cruzando sus dedos zumba -Bien, he completado el registro... - empieza -Se mantendrá el monitoreo durante al menos seis meses, después, ya no será necesario... - informa -Ahora ¿Podrías convocar al elfo?- finalmente solicita. 

Miranda llama a la criatura.

En un crujido, Mindy aparece.

-Burlo las salas con facilidad...- Amelia anota tal cosa con un claro gesto de sorpresa e impresión.

-¿Es malo?-

-Solo, curioso... el ministerio tiene fuertes salas, pero...- la burócrata murmura algo inentendible antes de enfocar a la nerviosa criatura -Tiene ropa limpia... un buen aspecto... - suena incrédulo como si fuera un error que estuviera presentable cuando en su naturaleza vestir cosas sucias es normal -¿Es un elfo libre?-

-NO, Mindy no es un elfo libre- escandalizada, la criatura salta a la defensiva. 

Acostumbrada a sus explosiones emocionales cuando se insinúa la libertad, Miranda acaricia la cabeza calva en un consuelo necesario que los adultos observan en blanco... era natural en esa cultura rechazar lo que consideran, un insulto a su servicial costumbre, la magia de los magos es vital para subsistir y creen, por sabrá dios cuantas generaciones, que ser libres es sinónimo de ser desechados -No lo es, pero me gusta que este limpia... cómoda- explica cuando esta segura el llanto ha pasado la parte escandalosa. 

Amelia zumba algo inentendible, aun observando a la criatura limpia como tranquila -Supongo que es algo Americano-

Gira los ojos sin detenerse por la manera en que desestimo su respuesta, va entendiendo que esas palabras... esa comparativa de nacionalidad... va a ser una constante de ahora en adelante, espera que no lo sea, porque soportarlo va a ser difícil. 

XXXXX

Ha decidido que los magos en genera no tienen ningún sentido del peligro en sus construcciones.  

¿Tienen siquiera ingenieros civiles? ¿Arquitectos? ¿Algo de conocimientos de construcciones seguras? ¿Una mínima empatía para los que vienen de una sociedad sin magia? 

Desde que entro a ese mundo se ha topado con una variedad de obstáculos diversos. 

En el MACUSA un escritorio la iba a atropellar cuando ¿huía? de su dueño en uno de los corredores principales cuando hizo su primer contacto hace años... luego en el Browns mágico con sus criaturas territoriales, los muñecos vudú vivientes y otras cosas que casi golpea por accidente... finalizando con el Ilvermony con sus corredores cambiantes, sus estatuas caprichosas y la brujería en las paredes... cada cosa sin advertencia, sin consideraciones para los no acostumbrados... todo con un aire casual como si estuvieran obligados a evitarlos. 

Su padre lo encontraba divertido.

La amargura de Miranda se hizo notable en ese entonces. 

En Londres es notable tal similitud, de nuevo no deja de pensar, que es algo de los magos. 

Puede que no tenga mucho con que comparar, literalmente va llegando.

Pero ha sumergido sus pies en un inodoro para empezar.

Con una recepción caótica, un extraño interrogatorio y una bruja revisando groseramente su varita.

Luego más profundo en el ministerio con sus papeles volando, sus corredores angostos sin nombre, su ascensor loco y personas que apenas les miran. 

Después ese departamento con animales corriendo y retando su habilidad de esquivar. 

Para terminar en ese punto, donde Miranda se encuentra de pie torpemente en un corredor oscuro y frio porque el ascensor decidió retarle de nuevo... pero esta vez, el ¿profesor? Snape no fue muy rápido cuando le cerraron las puertas en la cara separándolos.

Su lógica es volver por el camino, apretar el botón que recuerda es el piso, pero fue expulsada de la cabina sin opción... cerraron la vieja reja a sus espaldas... y la dejaron en medio de la nada con un aire helado que empieza a ser natural en ese ambiente del ministerio... torpemente, se ha quedado viendo la cosa ese largo momento de reflexión.

-Maldita sea- suspira con tristeza al apretar de nuevo el botón para llamarlo de regreso.

Al observar las cadenas viejas con resignación, se pregunta en un giro de pensamientos satíricos lejos de las costumbres mágicas que hasta ahora ha anotado... si ese profesor esta haciendo el intento de localizarla... espera de todo corazón que sea de esa manera, porque desea informarse mejor de este Hogwarts.

Toma un largo aliento, observa por encima de su hombro notando las sombras del corredor.

¿Habrá fantasmas? todo edificio antiguo lleno de magia lo hace. 

Ha perdido un poco el miedo a lo paranormal. 

Pero como un nacido no maj, tiene un debido respeto a tales cosas. 

¿Puede convocar a Mindy? Puede, seria un justo medio de transporte, pero seguramente esta ocupada con la casa nueva... llenarla de su magia para convertirla en su hogar... ¿Pondrá salas? ¿Cosas mágicas? tal vez, le dio libertad solo que considerara siempre a su padre en la ecuación... además, termino muy estresada con la reunión con Amelia, para ser una trabajadora de criaturas mágicas carece de tacto con ellas. 

Un fuerte ruido viene del elevador atrayéndola de nuevo a mirarle con suspicacia ¿Es seguro usarlo? la cosa parece tan vieja... la adolescente comienza a divagar de nuevo en la costumbre mágica de adoptar cosas no mágicas que pueden soportar la energía mágica.

Escucha pasos firmes. 

Miranda mira de nuevo por encima de su hombro notando al fondo dos personas brotando de algún lado. 

Se ven en su propio mundo, alegando con gestos exagerados era un hombre pelirrojo con lentes, largo y ropa de aspecto humilde propia de un mago... a su lado un chico, aparentemente de su edad, con lentes y algo sonriente aun cuando hay una tensión ligera en sus hombros... es el primero en notarla, con agudeza le mira provocando que el mayor se detuviera.  

-¿Hola?- la extranjera tiene el impulso de saludar solo para romper la incomodidad.

Un gesto paternal sonriente, el mayor cuando acorta la distancia regresa el saludo -Esperando la vieja cosa ¿no?- pide conversacional, señalando el ascensor que sigue trabajando pero sin aires de llegar. 

-Si, se ha tardado para siempre- acepta con un largo suspiro.

Un vistazo agudo al buscar alrededor como si apenas se diera cuenta que no hay nadie más, cuando la enfoca tiene un ceño dudoso como preocupado -¿Estas perdida?- adivina. 

-No creo, solo, el ascensor me lanzo en el piso que no era y dejo atrás a mi guía- Miranda desestima, porque sabe a que piso va, por lo tanto, no entra en ese rango de extravió ¿verdad?

El pelirrojo fulmina la cosa vieja con un rencor absoluto, tal vez, viejas rencillas antes de enfocarla con una sonrisa parental -Soy Arthur Weasley, trabajo aquí para saber... que siempre pasa- añade con un girar de ojos divertido. 

-¿Han pensado cambiarlo?- regresa la joven al tomar la mano ofrecida -Soy, Miranda Carter- aclara con un tono alegre. 

-Dudo que lo hagan, con tantos recortes no priorizaran esto- murmura de mal genio respondiendo, antes de tomar al adolescente aislado para ponerlo a la vista de la joven -Este de aquí, es Harry Potter- suelta sin contemplaciones. 

-¡Señor Weasley!- escandalizado, el de lentes le da un vistazo agudo antes de querer hundirse en el suelo, evita mirarle. 

Arqueando la ceja curiosa de tal reacción, Carter inclina su cabeza con genuina curiosidad. 

-No te preocupes... es extranjera para saber cualquier cosa-

-¿Esta queriendo ser ofensivo?- secamente, Miranda se cruza de brazos abandonando su comportamiento casual. 

Enrojece avergonzado, el mayor agita sus manos soltando al angustiado chico -No, no, solo... bueno... - 

-¿Necesito saber algo?- la extranjera cuestiona sinceramente preocupada, no se informo de la comunidad antes de la mudanza... con lo sucedido tampoco se ha dado el tiempo de indagar... pero ambos parecen intercambiar miradas conspiradoras que la hacen entrecerrar sus ojos acusador. 

-No, bueno, es Harry Potter- nerviosamente el mayor señala como un anzuelo porque era obvio que no se referia a eso cuando la acuso de no saber.

El de lentes vuelve a golpearse la frente impresionado de ser usado como distracción. 

Por su parte Miranda golpea el suelo con su pie exasperada, aun cuando siente muy en el fondo que algo debería sonar familiar, gira los ojos -¿Eres importante?- lanza directamente al chico. 

-No me siento importante- admite secamente el nombrado Harry. 

-¿De verdad no sabes quien es Harry Potter? Estoy seguro que en América no son tan ignorantes- Arthur parece escandalizado e insistente aun cuando en definitiva no era el punto. 

-De nuevo ¿esta tratando de ser ofensivo?- muerde impaciente la adolescente, dejando de lado que aparentemente esta delante de una celebridad.

El mayor enrojece furioso con un tartamudeo de querer arreglar sus palabras.

El adolescente parece bastante divertido como ¿aliviado? por cualquier razón.

Miranda gira los ojos antes de enfocarse en algo principal -¿Como supo que yo era extranjera? y exactamente de América- cuestiona sospechosa, porque siente que todos saben demasiado de si misma... seguramente es una cosa mágica... pero aun desea saber. 

Menos angustiado, Arthur se endereza aun la sombra rojiza en sus mejillas -Oh, bueno...- pasa sus dedos por su cabello atrapado ¿No debía decirlo? pero al mirar a todos lados, se inclina como si fuera a decirle un secreto -El ministerio tiene un protocolo cuando un mago entra por medios muggles...-susurra con un aire cansado -Esperábamos limpiar cualquier desastre que suelen ocasionarse en esos lados...- se encoge de hombros con muchas historias que insinúan esas emergencias -Pero al ser un nacido muggle, es obvio que fue algo innecesario...- suelta una risa alegre -Bienvenida a Londres, por supuesto- finaliza con una radiante sonrisa. 

Enterándose de más detalles de un proceso que al parecer existe, asi como un buen control a pesar de todo, sin ganas de corregir e insertar el titulo "no maj"... Miranda se relaja un tanto cansada de ese señor.

-Eres de América- Harry expresa interesado atrayendo su mirada -Es muy lejos- cojo añade. 

Abandonando la idea de estar aun de pie en un corredor oscuro con el eco de un ascensor viejo de fondo, Miranda ríe un poco cortes -Y hasta ahorita, he llegado a la conclusión que es algo de magos trabajar en el caos- dice innecesariamente.

Un parpadeo esmeralda, el adolescente parece reflexionar antes de soltar una carcajada relajado -Si, lo he notado- añade con una sonrisa genial. 

Arthur mira entre ambos con una sonrisa extraña. 

Antes de continuar el peculiar intercambio, el ascensor finalmente llega. 

-Señorita Carter...- una voz truena en ese corredor haciendo saltar a varios. 

Enderezándose cual militar, Miranda se gira con sorpresa como alegría de ser salvada de socializar -Dios, finalmente ¡Pensé que me iba a abandonar!- canturrea sin pretender ser educada, tenia hambre y ya se quería marchar. 

Un fulminar por su osado tono al encantar el ascensor, dando un paso fuera, el docente se detiene de soltar cualquier tipo de venenoso comentario cuando se da cuenta que no esta sola... si fuera posible... su gesto se agria más -Weasley... Potter- este ultimo lo escupe con mayor resentimiento. 

Y graciosamente, Miranda nota que el chico igualmente se transforma en algo menos amable. 

-Oh, Snape- el único ajeno era el mayor pelirrojo cuya sonrisa gentil choca con el ambiente -¿Eres el tutor asignado?- levanta sus cejas sorprendido.

-Si porque ningún adolescente, aun extranjero, no pueden evitar meterse en problemas- el austero docente escupe furioso al lanzarle un gesto de desagrado absoluto. 

Un poco sorprendida de su arranque de disgusto poco sutil, Miranda era consciente de que lo hacia de mala gana, no se deja intimidar al cruzar los brazos... mirar el ascensor esperando... luego al adulto ceñudo -En mi defensa, nadie se molesta en informar al lado no maj sobre los cruces mágicos- regresa airada. 

Esos ojos oscuros son asesinos.

Miranda levanta las manos pacificador -no se que lo puso de tan mal humor, pero no se desquite conmigo- expresa consolador haciendo una mueca porque obviamente solo empeorara el temperamento del mayor ya enojado por cualquier detonante.

-No seas tan duro, Snape...- Arthur interviene amable ajeno por completo al ambiente hostil -Es raro el nacido muggle que este enterado de las legalidades del cruce de continentes-

Ambos adolescentes miran largamente al pelirrojo sonriente, no por el pedazo de dato que muchos no saben sobre leyes mágicas que parece nadie se molesta en divulgar para evitar repeticiones... sino porque reafirma lo ignorante que esta del disgustado docente. 

Como si fuera a tener un dolor de cabeza, el pelinegro se masajea el puente de su nariz con verdadera exasperación -Es mejor irnos Señorita Carter...- ordena ignorando a ambos -Aun tengo que tratar su ignorancia sobre Hogwarts- 

-En serio no es mi culpa, todo se arreglaría con folletos o una bonita pagina web- Miranda esta lejos de comportarse u ofenderse por su tono al seguirlo resignada. 

Severus mira a los que quedan en el corredor, antes de que reacciones esta quitando lo que sea detenía el ascensor de cumplir los llamados en otros pisos -Pueden esperar el ascensor- exclama engreído al cerrar la vieja reja haciendo que efectivamente, los otros se quedaran en ese corredor.

-De verdad los odia ¿no?- Miranda no evita señalar con el rechinar de la cosa ¿bajando? ¿subiendo? pisos.

Snape le da un vistazo de disgusto pero no niega nada. 

Decidiendo que no quiere saber sobre dramas, porque esta segura se enterara cuando ingrese... si es que lo hace... a ese colegio, mirando largamente el brillo de cada piso -Espero no se desquite con mi papá, no merece el estrés- alega no con advertencia, más como una solicitud.

El docente le vuelve a mirar con una ceja arqueada, pero resopla nada interesado en conversar. 

Miranda empieza a cuestionarse si fue prudente solo mudarse sin investigar más sobre la sociedad mágica británica... era muy tarde para castigarse... por lo que guardando lo dicho por esos dos... por la actitud del profesor... cuando termine todo ese "principio" de su vida en ese país, comenzara a informarse.

Suena un buen plan. 

XXXXX

 

Chapter 4: Tropiezos

Chapter Text

Miranda como John fueron informados de los procesos que automáticamente hace este Hogwarts cuando detecta un niño mágico de edad escolar estableciéndose en el país... un evento tan raro, aparentemente, que naturalmente se hubieran dado cuenta durante las inscripciones, se hubiera enviado a alguien en ese momento... pero como tuvo un problema legal ante el ministerio... la descubrieron antes de tiempo.

No entiende mucho, aun su padre arqueo la ceja, pero cuando existe un proceso de aspecto legal... el colegio tiene la responsabilidad de ser el representante de cualquier niño nacido muggle ¿Porque? no lo expresa bien ¿Los padres muggles? hizo un sonido ahogado indiferente... el interrogatorio no avanzaba demasiado en el ámbito de entender tales acciones. 

Severus Snape no era una persona de paciencia demostrando, una vez más, sus pocas ganas de cooperar. 

El trio inesperado, de un medico cansado pero alegre de su entrevista.

Una adolescente algo rendida como dispuesta a dejar la conversación a cargo de los adultos. 

Finalmente, un mago frío que parece dispuesto a ignorar el ultimo incidente del ministerio... que esa ira que tenia se lavo en el camino... y aunque se duda que sea por cumplir la solicitud de la menor, no ha sido más grosero de lo normal con el muggle. 

Todos sentados alrededor de una mesa de aspecto antiguo, rodeado de muebles de otra época, todo ya limpio... con un aroma fresco de una ventilación hecha... el elfo domestico ha hecho un excelente trabajo y se nota que se distrajo trayendo una nueva vida a la que fue una casa abandonada... han aparecido bebidas para todos... un café cargado para el padre... un refresco frio para el hijo... una taza de té para el invitado. 

John se desajusta la corbata finalmente, se relaja en el asiento y tiene ese gesto pensativo de todo lo que ha aprendido hasta el momento... el asunto del ministerio ya ha sido cerrado hace bastante... obviamente han llegado a un punto muerto sobre la razón en que Hogwarts se ha involucrado en un proceso del gobierno como si fuera algo aparte... zumba reflexivo hasta soltar un suspiro  -Entonces...- empieza tentativamente, una sonrisa nerviosa -Este Hogwarts ya considera a Mira para el siguiente año escolar- 

Severus tiene ese tic irritado, seguramente deseando corregir la manera en que se refiere al colegio, pero entonces solo suspira negando resignado a su falta de cortesía -Como dije...- arrastra las palabras -El colegio ya considera a la señorita Carter dentro del siguiente periodo escolar- cede a responder, sorbiendo un poco su taza... mira el contenido como si le sorprendiera el sabor... luego limpia su gesto con el mismo aburrimiento de siempre. 

Rascando su nuca incomodo, el doctor Carter ofrece otro pequeño desplante divertido -Solo quería confirmar- alegremente asegura un tanto extrañado.

Miranda resopla pero no dice nada, era natural sentir esa desconfianza, los magos han demostrado que carecen de algunos procesos básicos a la hora de inscribir hijos al nivel escolar... Ilvermony era lo mismo... apenas les pidieron una firma de autorización o alguna otra cosa pequeña... pero en cuanto a documentos o archivos del alumno, no pedían nada, actuaban como si ya tuvieran todo. 

-Como sabe, Hogwarts es el colegio más adaptable pero aun puede rechazar e inscribirla en otra escuela- casual, el docente sugiere repentinamente, casi parecía que tenia opciones. 

-¿Hay más escuelas mágicas?- John tiene ese tono interesado, después de todo, es descubrir otra parte de ese mundo en el que se estaban acostumbrando en América... ahora... en otro país es ampliar ese conocimiento.

Por lo que la adolescente, que también se castiga nuevamente por no informarse a tiempo de la mudanza se inclina sobre la mesa interesada. 

Severus no parpadea, arquea la ceja, pero se ahorra su veneno con un suspiro -Instituto Durmstrang en el norte, pero dudo que su hija pase los filtros...- da como un pobre resumen, omitiendo que filtros, agita su mano desinteresado -Beauxbatons en Francia...- zumba tranquilo como seco -En el norte de áfrica o pequeñas escuelas dispertas en el continente- finaliza. 

Ambos anfitriones esperan más, pero no hay nada, esa visita solo disfruta su té desinteresado en añadir algo que hacia parecer extenso... con un suspiro triste del mayor, la menor gira los ojos exasperada -Sabe, es un triste respaldo informático- añade esta ultima. 

Esos ojos negros la fulminan, su padre resopla divertido ganándose igualmente un vistazo agudo. 

-Supongo que nos quedamos en donde ya tienen la mitad del proceso- John canturrea alegre como cansado, mirando a su hija que afirma sin ganas de meterse en una búsqueda extensa de opciones escolares mágicas cuando al parecer, se están quedando sin tiempo para el próximo periodo escolar y sin mucha información de las otras opciones -Entonces ¿Los pagos?- continua sobre el asunto. 

Con otro largo suspiro resignado, mirando el reloj funcional sobre la puerta, seguramente piensa que ya esta tardando demasiado en eso, pero toma un sorbo de su té con más gusto al enfocarlos de nuevo -Me imagino que abrió una bóveda en América- expresa al colocar la taza en un tintineo.

-Si, lo hice- su padre arruga la nariz en el recuerdo. 

La adolescente igualmente hace una mueca porque tratar con los duendes no fue amable, tampoco estaban dispuestos a explicarles detalles del funcionamiento económico o beneficios para montos que su padre estaba considerando ingresar... al final... decidieron que fuera una bóveda básica con solo lo justo porque simplemente, no les dan la seguridad de crecimiento que buscaban. 

Un ligero brillo de comprensión, nadie tiene buenos momentos con los duendes, toma un suspiro al sacar algo de su bolsillo... pasarlo al muggle... luego mirarle -Los pagos se descontaran de su bóveda, solo debe autorizarlo ante gringotts- aconseja secamente. 

Ambos Carter vuelven a realizar un gesto por la futura visita al banco mágico.

Igualmente observan el costo del año escolar expresado en el papel en un gesto ¿elegante? ¿educado? ¿raro?... era una bonita caligrafía... con el sello del colegio... y un monto similar al que gastaban en Ilvermony... solo que no hay útiles incluidos, ni visitas programadas, era algo muy seco como formal que hace a ambos Carter parpadear dos veces por si acaso. 

-Se espera que la señorita Carter sea convocada para un examen de diagnostico, ya que la escuela americana trata distintos temas así como niveles educativos- Severus se pone de pie, obviamente deseoso de marcharse antes de que existan más preguntas -Igualmente, como ya aceptaron seguir con el tramite, la lista de útiles así como algunas observaciones le estarán llegando las próxima semana...- 

John se ha puesto de pie un tanto apurado -Ya se va- pide perdido, deseoso de obtener más información cuando tiene la oportunidad.

El docente levanta su nariz con soltura -Tengo pendientes que realizar...- asegura escueto -Pero si tiene más dudas, puede enviar una lechuza al colegio- espanta al mirarles largamente -¿Tienen lechuza?- arquea la ceja.

-Bueno, supongo que es buen momento para comprarla- John suspira con tristeza, en américa usan halcones... unos que no era opción gastar cuando no hay tiempo para cuidar un animal... pero con el elfo asume será más fácil.

-Excelente- se gira desganado, el profesor camina unos pasos antes de detenerse... los Carter que iban detrás, intercambiando miradas frustradas por el corte, tuvieron que chocar entre ellos por el repentino paro.... ese ojo negro lo mira por encima del hombro -Y cualquier cosa mala que escuchen sobre Hogwarts, no disuada su decisión de continuar el proceso... seria un desperdicio de tiempo- añade esto ultimo como si le doliera más la inversión de su valioso tiempo que todo lo demás. 

-¿Dicen cosas malas?- Miranda abre sus ojos confundida, de nuevo, castigándose por no informarse bien.

-¿Hay cosas malas sobre la escuela?- John igualmente arruga su ceño por la actitud misteriosa del docente.

Severus Snape resopla pero no dice ni aclara nada, solo continua su viaje a la puerta... los Carter intentaron varias veces obtener respuesta sin mucho éxito... al verlo salir, bajar las escaleras, caminar a lo largo de la calle hasta perderse durante esa noche de luna llena.

-Bueno eso es raro- Miranda asegura secamente.

Su padre afirma cansado -Bien, cuéntame como te fue y mañana... investigamos- 

XXXXX

Mindy ha traído vida suficiente vida a la casa. 

Miranda no deja de ver la vivacidad del papel tapiz la mañana siguiente. 

Vestida con algo simple para el hogar, con unas sandalias vistosas... su pelo un desastre rizado... no deja de admirar el trabajo asombroso del elfo domestico a lo largo de ese corredor... que decir su habitación, cuyos muebles viejos se ven como nuevos... la conexión es notable, siente la magia donde no había, sonríe aliviada como tranquila... al menos, confía en que el trauma del día anterior ya este superado. 

-Sigo sin entender como funciona todo tan rápido- su padre en pijama brota de otra habitación, admirando igualmente el trabajo... uno ya notable la noche anterior, pero que ahora, con luz y sin invitados, podían detenerse a simplemente inspeccionar con un aire sorpresivo -Nos ahorra bastante drama como tiempo- añade igualmente relajado de quitar un pendiente que contaba entre los tantos de la mudanza. 

-La magia son cosas misteriosas- moviendo sus dedos en un espanto fingido, la adolescente responde finalmente la interrogante del mayor... uno que le gira los ojos divertido de su intento de broma.

-Bien, tengo tiempo para ayudarte a buscar información del lado mágico- Su padre levanta su puño con firmeza, el misterio de Hogwarts era necesario saber así como las mareas de la sociedad mágica... un periódico era necesario para empezar porque dudan, exista una página web con lo básico. 

-¿Tienes tiempo?- Miranda inclina su cabeza, aun de pie en ese corredor del segundo piso. 

-Mi turno no empieza hasta la tarde-noche- afirma el médico, confirmando lo dicho durante la noche. 

-¿Tan rápido?- sorprendida pregunta la hija, si, era consciente que le fue bien en la entrevista, pero no esperaba que su ingreso fuera tan ágil cuando van llegando y los documentos como extranjero seguro apenas son validos para cualquier trabajo honesto. 

-Mis contactos son buenos- John guiñe su ojo confiado. 

Miranda le da un vistazo dudoso.

Un largo suspiro, un medio abrazo lleno de ese sentimiento pacifico y consolador -Todo es legal...- le asegura más serio -No tienes que preocuparte...- suspira feliz -Además, ya has hecho cosas peores... como meter criaturas de forma ilegal a otro país- finaliza cantando.

-¿Nunca lo vas a olvidar?- 

-No, es tu primer crimen adolescente- asegura limpiando una lagrima dramática. 

La joven no se suelta del abrazo pero gira los ojos con fuerza por su broma -En serio, es un trabajo de ambos-

-Tu eres el mágico-

La adolescente resopla por su audacia, pero con una sonrisa niega cansada -Pero tenemos un problema que hasta ahora, razono-

Parados en ese corredor, John mira a su hija con una ceja arqueada.

-¿Como llegamos a la parte mágica?- con una sonrisa falsa, la adolescente cuestiona al aire.

Su padre parpadea -¿No sabes?-

-No soy una brújula mágica, papá- responde secamente la joven frustrada. 

Un gesto contemplativo del mayor -¿De verdad?-

Miranda le lanza un vistazo árido.

Una risa fuerte, John niega con gracia -Entonces estamos perdidos-

Con un dedo en su barbilla, se emociona ante una solución -Podemos enviar una lechuza-

-¿Con que Lechuza?- regresa John resoplando. 

-El teléfono no es opción- Miranda se cruza de brazos frustrada. 

-¿No hay una agenda mágica vigente?- el médico arruga su nariz, es algo bastante anticuado en el mundo no maj considerando los avances... pero nunca falla ¿verdad? cuando es obvio que están desfasados las comunidades mágicas. 

Negando, porque si existe ese tipo de cosas, igualmente están en puntos mágicos -Podemos tocar puertas hasta encontrar a alguien mágico- idea sarcásticamente. 

-Siempre podemos romper una ley mágica para que vuelvan a venir a nosotros- John añade con fluidez. 

Ambos Carter se miran en esa lluvia de ideas tontas, antes de quedarse callados... pensativos... luego simplemente sueltan una carcajada alegre por la ridícula situación que no pensaron en el momento fuera un problema.

-Mindy puede ayudar- su elfo aparece delante de ellos con soltura como confianza. 

XXXXX

Ambos Carter ya están arreglados para el día. 

Sentados en la reformada sala, observan el reloj de la pared con un aire anticipado. 

El médico aprieta los labios, saca su móvil, garabatea algo, luego se remueve en su lugar incomodo de ser consciente que en ese momento ya han pasado dos horas desde que el elfo domestico desapareció con un propósito, era revelador saber que existe un vecino mágico, uno al que la criatura parecía dispuesta intentar contactar con la finalidad de ayudar a sus maestros. 

Miranda ha estado leyendo una historia desde su propio móvil, una cosa de ultimo modelo que extraña bastante cuando esta en la parte mágica de su vida... toma un largo aliento cuando es evidente que del otro lado, en ese sofá único su padre sigue observando todos los relojes que tiene en la mano... rendida baja sus hombros -Papá, me pones nerviosa- finalmente expresa. 

  John hace una mueca, pero zumba intranquilo -¿Estas segura que Mindy esta bien?-

-Bueno, espero que lo este- la adolescente expresa insegura dejando su teléfono en la mesa cercana. 

El mayor pasa su mano por el cabello tomando un largo aliento -Hay que comprar un televisor- intenta distraerse con los pendientes evidentes del hogar, fuera de la restauración y la limpieza, hay cosas que hay que actualizar entre los electrodomésticos. 

Miranda hace un sonido reflexivo -También un microondas-

-Una cafetera- suspira John -No es que no me guste el café de Mindy, pero, simplemente... hay algo en el café de cafetera que me agrada más- divaga graciosamente. 

Ambos se meten en una conversación larga sobre su nueva casa, las habitaciones que han descubierto, la modificación del viejo estudio que han encontrado... el plan de un cuarto de juego... uno de cine... el jardín que ha sido recortado por la magia, pero que necesita una actualización... fingiendo que no abandonaron bastante cosas en casa, fingiendo que no hay un pendiente de maletas por recibir, ni una madre siendo evitada o una mudanza tempestuosa... enfocándose en la actualidad así como la novedad mágica del mundo que esperan se abra pronto. 

Cuando se cumplen las tres horas de divagaciones variadas, hay un fuerte crujido justo en el pasillo que da a la puerta... varios gritos retumban con fuerza... ambos Carter se han puesto de pie con un aire preocupado, más cuando se nota que el caos solo se fortalece con la queja airada de Mindy... su padre le da un desplante de mantenerse al margen, pero Miranda lo persigue con un florero en la mano por si acaso... cuando llegan a ese corredor, notan que hay gente forcejeando.

Gente con ropa anticuada muy obvio que son mágicos por la manera ridícula en la que están acomodados, casi parece que cayeron de arriba y al ser angosto... se atoraron. 

John ha agarrado un paraguas de algún lado, lo mantiene en alto y se aclara la garganta con toda la fachada del medico de urgencias que es -¿Que sucede aquí?- levanta la voz con firmeza, ojos críticos y severo haciendo que todo el ruido cese. 

Mindy ha estado llorando en todo momento con frases apenas entendibles, el grupo se esta esforzando por desenredarse en ese apretado corredor... Miranda con el florero entrecierra sus ojos algo tensa porque no entiende nada, pero lo poco, es que desconfían de ellos, que su elfo invadió propiedad privada supuestamente protegida, que hay alguna historia de conspiración sucediendo.

John se esta impacientando cuando es obvio que lo vuelven a ignorar. 

Es entonces que un hechizo brilla desde la punta de la varita de uno de los desconocidos golpeando el pecho de su padre, empujándolo con fuerza sobre su hija haciendo que soltara el florero que se rompe en el suelo... el paraguas igualmente cae sin fuerza... gritando incrédula carga el cuerpo flojo de su pariente evitando que se lastime.

Los recién llegados solo explotan en quejas airadas como excusas del perpetrador.  

En América era imperdonable atacar a un no maj, en américa era un castigo severo el irrumpir en un hogar sin salas... si... su elfo trajo problemas, pero era con buenas intenciones y nadie llega atacando cuando bien pudieron hablar... Miranda mira el rostro tranquilo de su padre, su respiración pausada, esta dormido pero la intención no se pierde en ella... haciendo que se encienda furiosa -¡Mindy somételos!- nunca ordena, pero lo hace. 

Todos se congelan cuando la magia del elfo domestico hace su grandiosa aparición.

Las criaturas mágicas son poderosas, aun los subestimados elfos, aun con el rastro de llanto... aun con la culpa en su pequeño rostro... su mano se mantiene en alto capaz de hacer que cuatro adultos, magos, se congelen en ese apretado corredor sin oportunidad... la magia de la casa, una tan reciente, tan nueva, vibra en intención con la raíz de su dueño molesto. 

Miranda aun en el suelo, aun con su padre en el regazo, toma unas necesitadas respiraciones porque la violencia no resuelve nada... va llegando al país como para meterse en más problemas... se obliga a aplacar ese temperamento que sabe heredo de su madre en esa vida... niega cansada -Atacaron a un no maj, eso viola cualquier ley en el mundo- empieza en tono controlado. 

-¿Como puede ser un muggle?- el atacante asegura airado e incrédulo. 

El color de los magos desaparece como si la idea de un no maj no fuera considerada, que ahora el desmayado no hubiera tenido oportunidad ante la magia... intercambian miradas entre ellos en una cosa incomoda como insegura, evidentemente, no estaban preparados para esto menos, con la reacción del más hostil entre ellos. 

-Además no hay elfo que sirva a un muggle... ¡Violaron la privacidad de nuestra casa!- continua el anciano con ojo mágico en un gruñido firme. 

-¡Moody!- el pelirrojo del grupo, uno que es familiar para la extranjera fulmina asilenciando al perpetrador, cansado como avergonzado, la mira largamente -Nos conocimos en el ministerio...- confirma sus sospechas, un día antes, por culpa de un ascensor loco, se habían topado ligeramente.

Pero la adolescente estaba lejos de sentir empatía por un extraño que apenas conoció, no cuando atacaron sin investigar sus motivos... por lo que solo arquea la ceja silente de que continue porque su paciencia es infinita, según su padre.

La única mujer del grupo, cuyo cabello paso del rosa al azul oscuro tiene una discusión en siseos con el atacante que no es otro que un hombre mayor con varias prótesis... un hombre moreno, con ropa tradicional de otro país toma un aliento, le lanza un vistazo al pelirrojo en una silente conversación, antes de mirarle de nuevo con seriedad -Entendemos su preocupación, igualmente somos consciente de la excesiva reacción de nuestro colega...- empieza en tono diplomático -Pero debe entender, que aquí en Londres, que un elfo entre a un hogar fuertemente custodiado... una mansión ancestral... pone nervioso a cualquiera...- explica muy consciente de su estado extranjero.

Tal vez identificando no solo el acento, sino la manera en que llaman a los no mágicos. 

-¿Es pretexto para atacar a un no maj?- La adolescente es implacable en insertar groseramente, si su cabello se ha erizado más con la magia del ambiente latente... con su elfo a su lado como un arma dispuesta a ser usada... sus ojos brillan aun con la furia de su insolencia. 

-Señorita Carter...- el pelirrojo que conoció en el ministerio llama con amabilidad con una buena memoria sobre su nombre, aun congelado... ofrece una sonrisa paternal -En verdad lamentamos este inconveniente, nuestro amigo no lo hizo con mala intención... ¿que le parece hablar más cómodamente? explicarnos no quitara nuestros errores, pero al menos, resolveremos este mal entendido- 

Miranda se eriza ante la manera en que suena minimizar su acto, pero entiende que también hicieron mal... pero no se culpara... tampoco culpara la buena intención del elfo domestico... ellos solo querían conocer los puntos mágicos, empezar a adaptarse, conocer, pero no lo dice al mirar a Mindy -Puedes soltarlos, pero mantente cerca- ordena sin pretender ser amable. 

Los magos son soltados con un suspiro de alivio pero no se acercan, se mantienen al margen. 

La única mujer parece encargarse del paranoico. 

¿Puede demandarlos? piensa con gracia, antes de negar ese pensamiento cansado, intentar levantarse para acomodar a su padre es difícil, puede tener algún tipo de entrenamiento... tal vez necesite ser constante... pero se esfuerza en no aparentar la falta de fuerza al estirarlo cómodamente. 

-Podríamos ayudar-

-No, puedo sola- muerde aun con ira reprimida, le lanza su mejor mirada de disgusto al poner el brazo de John sobre su hombro -Mindy, preocúpate por los invitados- aclara cuando ve la intención de la criatura en apoyarla con el peso muerto, sigue sin confiar... no desea ser sutil con lo que puede ser una grosería...  con un sorbo de moquillo del elfo, se mantiene alerta ante los magos desconocidos. 

Arrastrar a John dentro será una memoria imborrable, por alguna razón le hace recordar aquel incidente cuando vivían en África... niega... revivir sus viejos o nuevos traumas no la ayudarían en ese momento... escucha el grupo a sus espaldas, siseando cualquier cosa, Mindy igualmente es una presencia consoladora a su lado... cuando llega al primer sillón, acomoda a su padre con un suspiro de alivio, tratar de animarlo es imposible, no sin magia... no iba a enfrentar esto sin su apoyo, por lo que rendida mira al pelirrojo.

No es que confié en él, le enerva que tenga ese aspecto amable... parental... pero, le dará la cortesía. 

-¿Puedes despertarlo?- no implora, mantiene un tono neutro al pararse aun lado del inconsciente. 

El pelirrojo acepta dando un paso delante, bajo la mirada atenta del elfo y el adolescente, con el grupo que lo acompaña callado como tenso, saca su varita lanzando un encantamiento básico que lava a John lentamente.

Su padre se agita fuera del sueño inducido con un jadeo, apretando el agarre del sofá... mirando alrededor un tanto desorientado como alerta... mira a los extraños con dureza... luego a su hija con alivio y al elfo con gratitud... se relaja con un suspiro -No volvamos a hacer esto- asegura medio bromeando, medio en serio, masajeando el puente de la nariz con insistencia en sensaciones tan anormales que nunca había experimentado.

Miranda se sienta en el reposabrazos tensa, puede tener la sensación de una vida pasada, una madurez fuera de su edad... pero respeta a su padre, su prudencia como inteligencia en situaciones difíciles... por lo que con un apretón en su brazo le señala que tiene la palabra cuando esos magos parecen no abrir la tentativa conversación.

-No entiendo mucho de leyes mágicas, pero esto, puede ser demandado- John finalmente se endereza, dejando de lado su inquietud como descubrimientos médicos, levanta su mano, con la actitud de un líder que fue en tantas eventualidades de urgencias, silenciando cualquier queja airada -Sin embargo, también comprendo que Mindy los puso nerviosos... aun cuando actuaron de manera excesiva sin siquiera permitir el explicarnos- 

Un largo suspiro, el moreno da un paso delante -Realmente nos disculpamos por eso-

-Pero eso no resuelve el daño ¿verdad? Por mi hija estoy bien, pero siendo otra persona ¿Le hubieran permitido la cortesía? o ¿Solo hubieran borrado y acomodado mis memorias?- era amable naturalmente, pero también implacable, el medico es consciente de todo lo que pudo haber pasado y aunque en América se lucha contra el abuso contra los no maj, aun existe, lo leyeron en la historia a lo largo de su adaptación mágica... es muy pronto para tener una idea de Londres, pero hasta el momento, no han sido amables menos, con la manera en que lo atacaron. 

-Es un poco exagerado.... ¿No deberíamos mandar a la niña a otro lado?- la mujer se interrumpe, luego frunce el ceño mirando a la adolescente como si apenas considerara que tiene la edad para ser excluida de cosas serias. 

Pero Miranda le lanza la mejor mirada de "inténtalo" que puede reunir. 

John toma un largo suspiro -Lo lamento, pero prefiero que mi hija este presente... después de todo... ya esta muy involucrada- asegura con fatiga. 

Un resoplido irritado del anciano irritado -¿Piensan amenazarnos? Ustedes usaron un elfo para infiltrarse ¡En un momento como este!- alega airado con una intención que se pierde para los extranjeros. 

-No estoy interesado en amenazarlos, pero, sus acciones tienen consecuencias- el mayor de los Carter expresa seriamente, levantando su dedo y ojos inflexibles. 

-Usted no esta mejor- asegura el anciano acusador. 

El conocido del ministerio niega algo cansado, de pie suelta un largo suspiro paciente -No vamos a llegar a nada si seguimos a la defensiva...-

-Pero Arthur- protesta el anciano de prótesis. 

-Hicimos mal, pero ellos también- ahora la mujer pasa de un color apagado a uno furioso, evidentemente, no le agrada el tipo de actitud que tienen. 

Niega -Soy Arthur Weasley, conocí a su hija en el ministerio el día de ayer...- empieza con el principio, con una sonrisa resuelta, un mensaje de paz que pasa por encima de toda las minas que su padre ha puesto con su actitud -Me acompañan Shacklebolt Kingsley ...- señala al moreno que se inclina neutral -Nymphadora Tonks...- ahora a la mujer con un puchero y rojizo cabello -Finalmente, Alastor Moody- 

-Diría que es un placer, pero no es el caso- su padre suelta un suspiro - Soy el Doctor John Carter...- usando el titulo por el que es reconocido, uno que hace a varios saltar por cualquier razón, pero continua -Mi hija Miranda y nuestro elfo, Mindy- señala a cada uno con el debido respeto, continuando ese drama de presentación muy tardía, atrasando el conflicto. 

Vuelven a intercambiar miradas los magos, aun de pie, sin cortesías y bajo la mirada de un elfo agudo. 

Miranda se siente en medio de un campo de batalla latente.  

-Como hemos dicho, su elfo domestico apareció en medio de una compleja reunión...- Arthur, siendo el aparentemente más diplomático como firme a pesar de su aspecto bonachón esta dispuesto a explicar -Dudo que lo sepan, ya que me di cuenta el otro día...- asegura señalando a la adolescente que arquea la ceja -Bajo nuestra protección tenemos a Harry Potter...- usan ese nombre como si fuera suficiente pretexto.

Pero ambos americanos pierden ese sentido de importancia. 

Aun cuando el atacante parece asfixiándose con el aire y amonestando con el único ojo sano. 

-De verdad no saben- Tonks silba al recibir nada como reacción. 

-América nunca se metió en nuestros asuntos, menos con lo sucedido con Gellert Grindelwald- añade Kingsley en voz queda, pero claro para todos. 

Miranda reconoce ese nombre, leyó de ese mago en Ilvermony, lo que hizo en esos años ¿40? ¿50? casi en medio de la segunda guerra mundial no maj... hizo que se levantara un acuerdo... hizo que el MACUSA implementara leyes estrictas pero también disipo otras absurdas... pero se obliga a enfocarse en el problema actual que repasar lo aprendido en historia. 

-Mi hija menciono a este Harry Potter, ¿Una celebridad?- arquea la ceja su padre. 

De nuevo todos intercambian miradas. 

-Bueno, hace unos años... Londres estuvo en una guerra...- Arthur comienza dudoso, como si contar la historia en un resumen no fuera esperado, arruga su ceño con una vergonzosa pausa -¿De verdad no saben de Harry Potter? ¿Voldemort?- se enfoca realmente confundido. 

Miranda hace un sonido de claridad por el ultimo nombre, de ahí comienza a conectar -Ya recordé, historia mágica moderna... - menciona al aire, luego arruga su nariz como un gesto desdeñoso al recordar una línea del libro cuando finalizo la mención del conflicto de otros países -¿De verdad tratan al único sobreviviente de una matanza como héroe? Era un bebé- 

Ofendidos, luego, confundidos, el grupo de magos de nuevo intercambian miradas incomodas como si la idea apenas fuera plantada en voz alta. 

-¿Conociste a una figura histórica?- John no evita cuestionar divertido. 

-Bueno, en el libro apenas lo mencionaron...- continua la hija mirando al mayor de los Carter con un encoger de hombros -Además... por respeto y como menor de edad, omitieron el nombre...- asegura ausente, negando un tanto confundida que hayan sido muy reservados en su país pero no en ese lugar -Pero por su actitud ayer y hoy, asumo que el chico era ese niño...- inclina la cabeza forzando su mente a acordarse de la cara sin mucho éxito -Aunque, dudo que desee la fama- 

-Bueno, Harry es humilde- Arthur suspira esquivo. 

Su padre parece que va a tener un dolor de cabeza, observa la hora, considerando que será su primer día de trabajo deben cortar el drama pronto -Yo no deseo problemas, así como ustedes...- empieza tentativamente al mirar a su hijo en una consideración -Por lo que este incidente, tal vez es mejor olvidarlo...-

-¿Papá?- Miranda no evita enojarse por tal injusticia. 

-Mira, ya no deseo más drama- su progenitor asegura cansado, evidentemente, no solo es eso, ha sido una temporada difícil como para agregar otros detalles a la ya cadena que traen consigo -Pero deben entender, no solo no somos conscientes de este niño Potter...- continua fijo a los magos en una clara conclusión -Sino que nuestro propósito no era malvado... solo somos dos personas que se han mudado de otro país, que deseábamos comenzar a conocer la parte mágica pero desgraciadamente, nadie nos ha informado sobre como llegar- finalmente expresa el motivo de tal mal entendido. 

-Estuvieron en el ministerio- acusa el de ojo mágico en resistencia de lo que cree, es una conspiración más grande. 

-No por gusto, fue una convocatoria por Mindy- Miranda regresa con un fulminar odioso que es respondido con ese ojo loco. 

-Hogwart debió asignar un tutor- ahora la mujer apunta en tono reflexivo, observando al pelirrojo que es el único respaldo de la historia cuya veracidad dudan. 

-Era Snape, no es muy amable con nadie y seguramente, no se presto para ser guía- Arthur expresa provocando que el grupo de magos hagan una mueca, casi entendiendo todo con el conocimiento de quien fue asignado por el colegio.

-Supongo que podemos confirmarlo más tarde- cede el moreno mago evitando que el anciano insista.

Miranda se eriza ofendida.

Pero John la tranquiliza tomando su mano -No nos interesa si desean confirmar, por ahora, solo deseamos que nos den una dirección para continuar conociendo el lado mágico de Londres- guía de nuevo la conversación a su objetivo principal.

Weasley se ilumina con intención -Tengo hijos de la edad de la jovencita Miranda...- empieza conversacional, casual, fingiendo que no hay un camino espinoso recién sembrado entre ellos.

-¡Arthur!- el paranoico anciano protesta.

-No podemos desconfiar de todos ¡Yo creo en su historia!- el pelirrojo espanta desinteresado en continuar con un comportamiento tan incorrecto, empieza a ver a los dos como personas necesitadas... extranjeros intentando encajar... esta en su naturaleza ser amable.

-Pero Harry- susurra poco sutil Tonks con su cabello cambiando a un azul eléctrico.

-Ya se conocieron, seguro ya debió de contarles a todos del encuentro- Arthur esta lejos de ser disuadido, mira a ambos Carter con una sonrisa consoladora -podemos ayudarlos a encontrar el camino al callejón Diagon- ofrece con la finalidad de una sonrisa amistosa. 

Los magos miran largamente al único optimista. 

-Prefiero solo la dirección, sinceramente, no deseo su guía- quería sonar grosera, Miranda sigue enojada e ignora la advertencia de su padre... el pelirrojo se desinfla... la única mujer le envía un gesto fulminante... el aire gruñón del anciano solo crece... y el moreno solo suelta un largo suspiro resignado. 

-Mira, se buena- John expresa en voz alta. 

-No voy a pasear con ellos como si no hubiera pasado nada, te atacaron... eso no lo olvidare pronto- si, en esa vida es rencorosa, otra cualidad de su madre que heredo a través de la sangre y supero la sabiduría de una vida pasada ya borrosa -Y no estoy interesada en involucrarme con sus dramas tampoco- añade airada.  

Los adultos británicos le lanzan una mirada de descontento e infeliz, evidentemente, su comportamiento puede ser catalogado como fuera de lugar... rebelde... según sus estándares. 

Su padre la tranquiliza acariciando su brazo, pero luego observa a los hombres -Creo que es mejor para todos continuar por nuestra parte... si puede darnos la dirección... llegaremos...- se pone de pie, hace una mueca como si tuviera un dolor fantasma justamente en el lugar del encantamiento.

-En serio, lo lamento, puedo ayudar- Arthur ofrece, pero es negado.

-No, esto me servirá de experiencia... como dije... soy doctor y sinceramente, la magia actuando con un cuerpo humano parece un estudio oportuno de hacer- John asegura con una sonrisa alegre aun cuando sus ojos brillan en descontento.

El Weasley toma un largo suspiro, Miranda le ha pasado un papel para que escriba... se distrae bastante con el bolígrafo, pero se obliga a escribir una larga explicación de lo que se debe hacer para cruzar al lado mágico de Londres... todo bajo un silencio incomodo donde los invitados nunca se les ha ofrecido asiento. 

John suspira aun de pie, cuando le pasan el papel, arquea la ceja al leer ligeramente el contenido, pero solo suelta un largo suspiro agradecido -Agradezco el dato- expresa con una sonrisa pequeña.

Miranda zumba -Mindy ¿Puedes acompañarlos?- era grosero, lo sabe, manera de correrlos, pero ninguno la castiga aun cuando el anciano... el atacante... bufa irritado -Y no es tu culpa- le insiste al ver el arrepentimiento del pobre elfo que parece oscilar entre el llanto y la miseria absoluta. 

Arthur se nota abatido, pero suelta una larga exhalación lleno de pena por no resolver lo que considera una grave falta de su parte -Espero que esta impresión no perdure, que podamos hacer las paces- indica como una despedida amarga. 

Para la adolescente no hay respuesta para eso, aun cuando fue un error de calculo de ellos, también es una muestra de lo ignorantes que son sobre cualquier problemática que exista en esa sociedad a la que planean ingresar... intercambia una mirada con su padre, más seguros de tener que hacer su propio estudio cuando evidentemente, sus últimos contactos han dado pistas preocupantes. 

Mindy se remueve cuando los Carter no tienen otra cosa que decir. 

Los magos sueltan distintos suspiros, pero comprenden al simplemente marcharse en un ambiente silente. 

Al escuchar la magia del elfo haciendo lo suyo, Miranda mira a su padre seriamente -No debimos haberlos dejado ir tan fácil- asegura con el ceño fruncido, el descontento evidente y aun estresada... algo notable en el desastre de su cabello rizado. 

Una pequeña risa, más relajada, sincera, llena de cariño, John se deja caer en su asiento con una larga exhalación y una mueca del dolor fantasma... baja sus hombros rendido -Mira, no necesitamos más problemas- 

-Te lastimaron ¡Si fuera de otra manera!- vuelve a encenderse, con el mero recuerdo, con su propia impotencia... se jactaban de entrenar lo mínimo de disciplina... pero en ese momento, no sirvió de mucho y le ha dejado una sensación bastante desagradable en su pecho. 

Le recordó sus ultimas vivencias en esa comunidad de África. 

Entiende, su padre no ha dejado de notar cual impotente es contra la cada vez más extensa sociedad mágica, en América apenas comenzaba a entender... ahora... es notable que tan atrás están, quizás, otro tipo de costumbres como leyes cosas que no consideraron a profundidad en la mudanza -Mira, solo, por ahora, déjalo ser... no parecen malas personas...-

-Ese anciano-

-Bueno, al menos los otros tres parecían honestos- el doctor se burla indiferente.

Miranda ve la fatiga de su padre, superando su temperamento, tomando necesitadas respiraciones -Bien, donde son los puntos-

-No vas a ir sin mi-

Gira los ojos, pero considerando el incidente reciente, si, no va a ir sola -Mañana será, aun cuando pienso... estarás muy cansado- 

-Sabes que no tengo problemas con eso- miente, John le pesa el cambio, la mudanza, la huida, pero engaña muy bien a su hija... o ella se deja engañar para permitirle avanzar juntos en ese nuevo mundo. 

En un crujido repentino Mindy se une con disculpas efusivas con los que considera sus amos... pasan el resto del día consolándole... reafirmando que no fue su culpa... que lo hizo con un buen motivo... cuando queda todo lo mejor superado que se puede, se enfocan en el hogar, cuando John se marcha al hospital donde ejercerá... la adolescente descansa con muchos pensamientos dispersos.

XXXXX

La mesa aun estaba muy ocupada cuando regresaron con un ambiente muerto, Arthur ha ofrecido una sonrisa consecuente a Molly... pero ha tomado el asiento principal para comentar con el resto de los miembros lo que acababa de suceder... cuando todo se ha dicho, es evidente que hay distintas muecas como fatiga por el error cometido contra un muggle. 

-Bueno, supongo, que no tendremos buenos vecinos- un cansado Sirius rompe el silencio.

-¿Vecinos?- Tonks arruga su ceño, al haber sido guiados mágicamente desconocen que tan cercanos eran los Carter. 

-Kreacher dice que son del numero 13- ahora es Molly quien informa con una mano sobre el hombro de su esposo. 

El grupo que visito la casa muggle se miran, luego sueltan un largo suspiro. 

-Creo que Severus debió de haberlo sabido- Arthur saca como conjetura, después de todo, fue su guía.

-Tiene demasiados asuntos que resolver...- el director, que hasta ese momento estaba en un silencio considerable excusa fácilmente -Pero puedo respaldar su historia, Hogwarts ya tiene considerada a la señorita Carter para el siguiente año escolar... y es una nacida muggle- confirma con perfecta memoria de ese proceso que descubrieron recientemente. 

De nuevo, esos que visitaron, que cometieron ese gran error, se sumen en vergüenza como una mueca profunda por no recibir datos importantes que pudieron evitar el gran mal entendido... pero nadie le dirá nada al anciano director... aun cuando hubiera sido educado una advertencia de un nuevo vecino mágico antes. 

Canuto evidentemente desea decir algo, sobre la manera en que omiten la responsabilidad de Snape del asunto... Arthur solo se siente cansado... el encuentro le dejo algo amargo, también se sintió bastante mal por ellos... recién llegados, atrapados en un nuevo mundo sin recibir amabilidad de nadie. 

-Debimos haber borrado sus memorias-

-Moody, uno es un futuro alumno de Hogwarts- Dumbledore amonesta no con verdadera intención, solo fatiga como decepción. 

-Y actuamos precipitadamente- Arthur añade tristemente. 

Chapter 5: Siguiente Adapto I

Chapter Text

Miranda ha sido despertada por un elegante halcón en el marco de su ventana una mañana después del incidente lleno de injusticia... con el cabello revuelto... con los ojos aun pesados... aun desorientada de la habitación demasiado rosada en la que ahora reside... bosteza con pereza... entonces, hay un segundo sonido de otro animal... una lechuza... que parece fulminar al ave extranjera.

Pero la adolescente sigue en su cama, conectando con el mundo físico para importarle.

Tuvo pesadillas, unas con esos idiotas magos secuestrando a su padre... otras con su madre junto a ese hombre presentándose en su vida tranquila en chicago... finalmente, una combinación de ambas con el paisaje de África como lo dejo... una sensación horrenda queda en su pecho somnoliento. 

El ruido fuerte la hace brincar.

Miranda finalmente con los ojos claros enfoca la ventana -¡Ey no peleen!- asegura preocupada al quitarse las cobijas, saltar fuera de la cama y abrirla de golpe entrometiéndose en el camino del agresivo búho evitando apenas un rasguño feo, negando al apartarse, con las manos en la cadera, con una pijama ridícula y su cabello salvaje, niega cansada de tal despertar -No seas abusivo...- señala a la lechuza gris muy bonita y cuidada -Si, te mira feo pero no te esta haciendo nada...- continua -¡Y es un halcón puede matarte si quiere!- añade esto ultimo, tuvo que aprender los tipos que existen, sus costumbres alimenticias como necesidades... porque aun cuando nunca fue tentada en adquirir uno... en América es lo que usan. 

Pero esa inteligente ave de aspecto adorable la fulmina.

Por su parte, el animal extranjera se infla pretensioso, como si le dijera "yo soy elegante, tu eres el salvaje" que obviamente ofende. 

Girando los ojos, levanta el dedo entre ambas impidiendo represalias -Vamos, tranquilízate...- acaricia las plumas exaltadas de la lechuza, una que intenta picarla pero lo evita otra vez, negando -Mindy...- llama tranquilamente, el elfo no duda en responder -Puedes atender a ambos invitados... aun cuando creo, uno viene de paso pero bien puedes tomarte algo por el enojo ¿no?- sonríe alentadora.

El búho se infla considerando su invitación saltando al brazo ofrecido de Mindy.

El halcón ¿resopla? pero toma el hombro contrario del elfo.  

Miranda bosteza una ultima vez, observa lo dejado en el afeitar de su ventana.

El primero era un sobre con distintos sellos, no le sorprende ver el remitente, a pesar de no haber pasado alguna dirección siempre confía en que su amigo, el único que considera del Ilvermony... con diversos contactos en el MACUSA... encuentre su camino a su nueva casa, no le asusta, solo le divierte al tomarla junto con el otro sobre, cuyo remitente le sorprende un poco ya que no lo esperaba hasta entrada la semana. 

Niega cansada. 

Miranda decide empezar por su amigo. 

Como miembro de la familia Graves, con un gran historial en los distintos departamentos de seguridad que existen en el MACUSA, tiene un sello reforzado con magia protectora... un tanto paranoico pero esperado... con un largo suspiro resignado, Miranda lame su pulgar y lo coloca en el centro provocando un hilo de magia que brilla en el sobre... en segundos, se abre como una pequeña caja fuerte. 

Son dos cartas. 

La primera, puede reconocer su perfecta letra como caligrafía de su amigo, parece hecho por una maquina, pero no lo es, ha compartido suficientes apuntes para saberlo, sin embargo, sigue sorprendiéndole... no evita sonreír un poco, lo extrañara bastante... cuando empieza, es un saludo formal, seco, el contenido es un intento de relato de su verano que parece más un reporte de clases, puede notar su esfuerzo, sus ganas de conectar y lo aprecia. 

Graves es tan anormal como ella.

La razón por la que son tan amigos, hasta el punto en que parece que la distancia no importara, es un frente unido contra los adolescentes normales. 

La segunda hoja contiene datos inesperados. 

Un toque cordial a su puerta que no escucha la primera vez, ni la segunda, a la tercera su padre se asoma lentamente por un pequeño espacio.. con ojeras pronunciadas... la bata de medico... John arquea la ceja al buscarla hasta encontrarla cerca de esa ventana bajo la luz de esa mañana -¿Hija?- llama cuando es evidente, que no le prestaron atención. 

Un brinco, parpadeando, Miranda lo enfoca -Lo siento papá, no te escuche- suspira al bajar la carta, arquear la ceja juiciosa -¿Como seguiste? ¿aun te duele?- prioriza su estado, considerando cuanto funcionaron los analgésicos para el dolor fantasma de un hechizo.

John Carter tararea -Estoy bien, son secuelas que espero se disipen... uno podría esperar que fuera un golpe normal con una puerta- desestima tranquilamente al ingresar a la habitación.

-¡Debimos haberlos denunciado!-

-Tranquila, prefiero no hacer enemigos mágicos-

-Hacer justicia no es hacer enemigos-

Una risa cansada, John acaricia su cabello dando un pequeño beso en su cabeza para tranquilizar ese temperamento audaz -¿Que te tiene tan concentrada para no escuchar la puerta?- cuestiona en un intento de llevar la conversación lejos de las secuelas de un interesante encuentro con otros magos de Londres en su casa la noche pasada. 

Miranda le da su mejor mirada de "sé que me estas distrayendo" pero suelta un largo aliento obligándose a relajar, aun tiene el ceño fruncido, pero ahora es con los papeles que aun tiene en su mano -Recibí algo de correo- cede a contestar. 

-¿Son las aves que cuida Mindy?- su padre cuestiona con algo de diversión abierta, siempre le ha parecido gracioso el tipo de medios de comunicación mágico... igualmente, le sorprende mucho que encuentren a sus objetivos cuando no hay dirección publica en sus propios documentos... lo vio cuando ese ministerio les mando ese oficio tan pronto llegaron... y ahora, adivina el único amigo que ha conocido de la escuela... solo agradecía que su ex esposa no fuera consciente de esa parte de la vida de su hija, seria molesto no poder escapar. 

-Si, ¿No se han matado?- Miranda ofrece una sonrisa seca. 

Su padre resopla, pero se invita a sentar en la cama con un largo suspiro cansado -Bueno, el búho tenia la intención pero el halcón es más rápido- 

Gira los ojos porque imagina la escena -Pobre Mindy-

-Pobre de los floreros de la tía abuela- Carter mayor corrige alegre.

-Bueno, al menos tenemos pretexto para cambiarlos- acepta de buena gana la adolescente, hay muchas cosas de la casa que no le terminan de agradar no importa que tan limpio este... aunque era el trabajo duro de su elfo, estar atrapada en otra época sigue sin ser agradable. 

-No me gustan los floreros- John seguramente tiene otra larga lista de cosas que no le agradan, aun cuando todo esta perfecto.... en buen estado... dignos de una reliquia bien conservada... arruga la nariz porque no era igual a su casa de Chicago. 

-No, tampoco, tal vez algo más ¿minimalista?-

-¿No le afecta a Mindy?-

Miranda se encoge de hombros -Sé que dije otra cosa, la historia de la casa... su contenido... es importante para la estabilidad del elfo, pero estoy segura, podemos llegar a un punto neutro...- murmura no tan segura, por la mirada de su padre, igualmente nota su postura -Lo investigare con Mindy, porque seriamente, quiero otro papel tapiz aunque sea- baja sus hombros rendida, otro pendiente para su verano -Pero dejando todo eso de lado ¿Como te fue?- 

John arquea la ceja, pero suelta un largo suspiro lleno de tristeza -Admito que es distinto, demasiado, de urgencias... o de Chicago...- mueve su mano como si eso fuera suficiente para aclarar que fue un gran choque cultural como profesional empezar un trabajo nuevo al otro lado del mundo, no era su primera adaptación, lo hizo bien en África, pero a comparación de este ultimo donde solo hay carencia sin un estándar que seguir, Londres tiene una manera de trabajar muy distinto -Corday al menos es como recordaba- asegura débilmente. 

-¿Te fue tan mal?-

-Solo personas muy competitivas como nacionalistas, Corday jura que es mejor que antes- casualmente, John se encoge de hombros. 

Supone que es justo obtener resistencia, si, ha sido constante desde que llegaron, una cosa que los nativos no dejan de demostrar, pero espera con el tiempo se acostumbren ambas partes -Espero me vaya mejor con los niños de aquí- murmura en voz alta, porque ha tenido contactos con magos, pero no con adolescentes, ¿es igual que en américa? ¿tendrá que evitar constantemente las hormonas? arruga la nariz de solo saber, que no tiene a su buen amigo que funcionaba como escudo la mayoría de las veces. 

Con una sonrisa pequeña, el medico agita su cabeza con un aire curioso, orgulloso -Eres como nosotros, Mira, capaz de adaptarte... lo fuiste cuando nos mudamos la primera vez... lo serás ahora- suena convincente, optimista, es despues de todo el testigo fiel de sus ajustes constantes para la vida que han llevado hasta ahora. 

Aun cuando su padre desconoce que tan profundo se ha adaptado, una vida antes, una vida ahora, afirma porque no le queda de otra que fluir.

Acechando el papel de sus manos, John Carter sonríe con picardía -¿Capaz de encontrarte aun con un mar en medio?- suelta bromeando, ligero, cariñoso y algo renuente, sabe es la edad natural para empezar ciertas cosas, igualmente frunce el ceño seguramente reflexionando si debe dar la platica o buscar apoyo femenino de su amiga Corday -¿Me tengo que preocupar?- finalmente cuestiona con seriedad medio fingida.  

Miranda tiene la insolencia de girar los ojos -No, no te preocupes, no tenemos esa intención-

-¿De verdad? Porque ese niño te busco, Mira, y por lo que veo, escribió bastante- el medico señala lo obvio. 

La adolescente resopla con paciencia, solo tiende la primera parte de la carta que ya leyó, su padre duda en tomar lo ofrecido -No es nada comprometedor...- le asegura hasta que es agarrado con ligereza -Es su intento de relatar su verano... - describe ligeramente, sonriendo por su intento.

El Carter mayor pasa un vistazo general arqueando la ceja con un silbido impresionado, abandona cualquier preocupación por la vida amorosa de su retoño -En serio, su letra es perfecta- felicita, ya la había visto antes, en los otros veranos, pero no tan cercas y sinceramente, ha mejorado hasta el punto, que no vería la diferencia entre una maquina de escribir con eso. 

-¿Verdad que si? -

Una risa con verdadera gracia, leyendo con cuidado, suspira largamente -Los Graves suenan como un problema- tiene un gesto sombrío, tal vez comprende sobre expectativas... responsabilidades... cargas que los mayores de una familia ponen sobre los hombros de los más jóvenes con la esperanza de que cumplan. 

Miranda se estira para palmear su mano -Sé que si necesita ayuda, la pedirá, le dije antes de irme...- le informa con un aire de compromiso, de lealtad -Es mi amigo, no lo voy a dejar solo aun cuando estoy segura es capaz de cumplir eso y más-  

-Realmente te gusta-

Riendo sin gracia, la joven baja sus hombros rendida -No es como crees...- le recuerda sin titubear ni nerviosismo -Lo digo porque lo conozco bien, además...- agita la segunda hoja, la que aun tenia en sus manos -Esto es evidencia de que es bastante competente en las áreas que creo, son oportunas para la herencia de una familia como lo es Graves- 

John parpadea, pero toma la segunda parte con cuidado como sospecha. 

La joven Carter se acomoda con un suspiro reflexivo esperando que el gesto de su progenitor se ilumine en comprensión como sorpresa. 

-¿Realmente hizo esto?- cuestiona el medico al levantar su vista a su retoño. 

-Si, su familia no fue feliz ya que removió algunas conexiones ya bastante oxidadas- Miranda se angustia un poco por esto, los Graves tienen ligeras raíces en Londres... bajo otro nombre... por lo que entiende, con sospechas de cargos en esa guerra mágica de Voldemort... advierte que no es una investigación neutral, que evidentemente están inclinados en contra de ¿Dumbledore? por lo que no es muy confiable. 

John suelta un largo suspiro entre cansado como frustrado, da un vistazo de nuevo a la carta, luego levanta su vista a ella un tanto incrédulo -¿Hace este tipo de investigaciones? ¿con tan poco tiempo? ¿Realmente tiene trece?-

-Acaba de cumplir los 15, papá, te quedaste muy atrás... es de mi edad-

-¿No tienes trece?- ríe sin calor, John obviamente esta inquieto por lo escrito -Pero dejando las bromas de lado, esta escuela... Hogwarts... suena a un problema grave, tengan o no inclinaciones, lo dicho por esta familia es para considerar...- expresa ordenando sus prioridades -¿Que les costaba al profesor ser claro?...- gruñe, porque las insinuaciones de opciones, su actitud obviamente era por una razón - ¿A todos los magos que nos hemos topado?- agita dramáticamente sus manos. 

-Nadie hablara sobre su mal gobierno, papá, aun en américa nos gusta fingir que todo esta bien- Miranda no duda al acomodarse en ese sillón pensativa -Quiero darles el beneficio de la duda de todas maneras, además, ya estoy contada como alumno de este Hogwarts- 

-Mira, aun cuando no son imparciales los informantes...- el medico de urgencias empieza, la mira directamente con la inquietud nueva sembrada en su corazón -Este colegio parece tener problemas año con año, y aun cuando es exagerado culpar a un niño... parecen seguir a ese personaje histórico Potter- no era broma, era serio. 

Lo comprende, seguramente esta pensando en otras opciones, Miranda entonces saca el sobre de Hogwarts para ser visto por esos ojos agudos -Llego antes de lo esperado...- suspira al entregarlo a esas manos firmes pero pálidas -Debimos tomar la palabra del profesor cuando nos hizo la invitación a buscar otras opciones- añade secamente, de nuevo, maldiciendo a ese tutor amargado. 

-En estas ocasiones, odio a la magia- murmura John con tristeza.

-Podemos rezar porque este año no sea caótico, tal vez, aprovechemos para estudiar las opciones que dio el profesor Snape...- no era nada bien planteado, al menos tiene nombres, Miranda esta dispuesta a cursar ese año en ese Hogwarts pero de ser necesario, de ver que nada mejora y aligerar las preocupaciones de John... cambiarse de colegio en el siguiente. 

No dudo en hacerlo cuando su padre lo necesito, abandonar Ilvermony. 

Tampoco lo hará con Hogwarts. 

El medico le da esa mirada culpable, seguramente recordando las conversaciones que tuvo con esos amigos suyos de Chicago... lamentar tener que modificar la vida de su hija tantas veces en una edad difícil... pero no dice nada al soltar otro largo suspiro -Puedo trabajar con esto, aunque espero, no sea necesario... necesitas más amigos de tu edad- le aconseja sabiamente.

Miranda no añade nada más a las normales angustias de su padre, entiende que es una adolescente retraída... que solo ha hablado de un solo amigo esos años... los demás entran como conocidos... y los hijos de Lukas no los tolera más que por obligación.  

Rompiendo el sello, el medico hace los honores sin verdadera emoción, había sido agradable enterarse que estaban en proceso... que tenia un problema menos... pero resulta que fueron bastante optimistas, otra prueba más del error de la mudanza tempestuosa sin hacer las correspondientes investigaciones.

Pero ambos no se culparan.

Miranda no será tan malvada para eso. 

Carter saca el primero de tantos papeles, arquea la ceja cuando suelta un largo suspiro -Para mi, es una receta de cocina bastante tonta- expresa secamente al regresar la carta a su dueño original. 

Protección contra los no maj, se da cuenta la adolescente, pero no lo dice al simplemente zumbar -La primera carta, es una bienvenida... y una confirmación de mi proceso como alumno oficial- describe ligeramente la intención, el elegante sello del colegio, la firma del director -Añaden la fecha del examen de diagnostico dentro de dos semanas- 

John no detiene un suspiro sufrido por la confirmación de su ingreso al colegio. 

Miranda continua leyendo rápidamente -La segunda es una lista de útiles y recomendaciones...- cuenta con un torcer de boca, suena muy estricto la parte del uniforme, sobre todo cuando dan el nombre de la tienda en especifico, también de los libros y la parte de la mascota obligatoria -El tercero es un permiso para los viajes del año a un pueblo cercano- indica con un resoplido.

-Bueno, ese ultimo si lo puedo leer- John añade secamente al asomarse.

-Y la cuarta es la interesante, una disculpa sincera... no solo del profesor Snape, sino del director mismo por no ser los anfitriones que deberían- describe con admiración como algo confundida, para ser algo estándar, suena muy personal y casi parece saber más de lo que escribieron. 

Su padre se eriza, entrecierra sus ojos porque también, puede leerlo desde su posición -¿Conoce a los magos que me atacaron?- expresa en voz alta las insinuaciones. 

La adolescente muerde su mejilla con insistencia, porque aunque no lo expresan claramente, tendría que ser un tonto para no ver las pistas... no mencionan exactamente como, pero lo saben, niega frustrada -Quiero creer que solo es la cortesía estándar para un extranjero ignorado...- suena idiota, pero mira a los ojos de su progenitor -Que se sienten culpables al permitirse no dar información completa- afirma entusiasta. 

John casi gira los ojos, se pone de pie, acaricia el cabello de su hija de nuevo -Seria demasiada coincidencia que nuestros "amigables" vecinos tengan contacto directo con ese colegio ¿verdad?- arregla para sonar más convincente -Además, puede que ese profesor Snape sea conocido por todo los niños en curso... suena a un personaje inolvidable para todos- canturrea. 

Si, de esa manera es más creíble, Miranda se pone de pie, estirándose con otro bostezo -Bien, hare mis respuestas correspondientes- planea, porque no solo es agradecerle a su amigo, es contarle como fue su viaje y su experiencia hasta el momento. 

John baja sus hombros mirando a su hija en todo momento, preocupado, pero dispuesto a darle la oportunidad de tomar sus decisiones aun cuando suena peligroso ese colegio... espera no sean tan negligentes como los describieron esos parientes del amigo... niega al estirarse a si mismo, fingir que nada esta mal y que no tiene una mala impresión de la parte mágica de Londres -Descansare un poco, me despiertas para el viaje a ese callejón Diagon- 

XXXXX

Ha estado trabajando en el jardín después de despedir a las dos tercas aves que parecían dispuestas a continuar su extraña rivalidad... piensa con ausencia que el halcón tendrá un gran viaje intercontinental... que será mejor planear opciones si mantiene el contacto con Graves... aun le mando su numero de móvil, por si desea explorar la tecnología en algún momento del verano.

Aun cuando un ave será necesario cuando empiecen las clases.

Vestida con unos jeans desgastados con una camisa algo grande como rota, con su cabello apenas sostenido por un moño desordenado, la adolescente tiene manchas de tierra donde sea cuando ingresa a la cocina... una cosa rustica propia y antigua... la magia de Mindy mantiene todo limpio, el aroma a comida igualmente empieza a ser notable, tal vez, pueda cambiar el espacio personal de su padre y ella, pero si no desea afectar esa magia, las áreas comunes seguirán igual. 

Su elfo se sintió culpable, lograr que saliera de su autocastigo fue difícil de nuevo, pero la tranquilizo, al menos, actualizar electrodomésticos y añadir algo de la personalidad de los nuevos inquilinos no afectan en nada... un dato nuevo que innova lo que ya sabia... un vaso de agua la saca de sus pensamientos, Miranda sonríe agradecida por el gesto dado de algún lado. 

Tomando un gran trago, lavándose las manos, ingresa mirando la hora, ya era algo tarde... ir a la segunda planta... recorrer el largo corredor rumbo a la ultima de las puertas, donde al abrir se encuentra con el aroma de tinta, papel y el más nuevo, café. 

-¿Ese trabajo no lo hace tu administrador?- Miranda entra invitándose a ese estudio, igual que el resto de la casa, muebles viejos pero limpios con un hermoso ventanal que ilumina bastante... aun no hay cosas personales... los libros siguen sin llegar... pero será agradable aun cuando todo se quedara igual por una condena mágica. 

Con una sonrisa cariñosa, observándola sentarse, su padre se encoge de hombros -Aun tengo que supervisar de vez en cuando- 

Lo entiende, por lo que le han dicho, es su padre la parte responsable de las inversiones medicas que existen en Chicago... es el motivo por el que la asociación Carter se involucro en la parte de la salud... por lo que tiene que dejar el asunto en paz, solo inclina la cabeza cuando lo ve regresar al enfoque con un ceño fruncido en uno de esos papeles, luego verlo comparar con algo en su computadora -¿Van mal?- pide tentativamente. 

-Solo algunas malas inversiones, tal vez, necesitaremos una investigación de fondos- expresa con intención, con un ceño fruncido, tal vez lamentando tener las manos llenas para añadirle más trabajo... no se molesta en pensar que su hija tal vez no le entiende.

Pero lo hace, Miranda puede olvidar mucho, pero no tanto para no comprender como funciona la administración que su padre vigila constantemente y lo grave que debe ser, para tal vez, contratar un auditor que vigile de cercas los gastos de los hospitales que patrocina 

Con un largo suspiro, dando un vistazo al viejo reloj de pared, John tararea -Supongo que es la hora ¿verdad?-

-No es necesario ir hoy, ¿sabes?- Miranda tiene el impulso de aclarar, más al ver las profundas ojeras de su progenitor... tal vez no durmió lo suficiente... tal vez, como ella, pensó demasiado lo aprendido en las cartas... la finalidad de ir a ese colegio... repensar era algo propio de los Carter después de todo. 

Al ponerse de pie, John se estira en un crujiente bostezo, niega ajeno a la fatiga que demuestra -Quiero al menos tranquilizar mi mente si veo esta sociedad más pronto que tarde- sonríe lánguido como divertido, si, repensar es algo propio de un medico de urgencias. 

-Procuremos no tardar...-

-Mira, vamos a ver los duendes... eso no es fácil- saliendo de la oficina, John le da un medio abrazo un tanto divertido de su intento de ser rápidos, si, probablemente tendrán que hacer varios viajes... más con una latente lista de útiles pendiente por surtir... pero si desea que al menos el pago de ese año este cubierto antes, era mejor arreglar el asunto de la bóveda. 

Y sea mágico o no, un banco es burocracia larga como difícil de trabajar rápido. 

Bajando las escaleras, la adolescente hace un puchero real porque eso suena tedioso -Podemos hacer lo de gringotts otro día... la cuota vence más tarde este mes- le recuerda al llegar a la primera planta. 

-Me sentiría más cómodo con que ese pago quede resuelto, aun cuando Hogwarts no suena amable- John es una persona que le gusta realizar los pagos importantes pronto, era parte de su naturaleza no ser moroso.

No va a ganar, se da cuenta la joven, por lo que rendida, suelta un largo suspiro -Bien, entonces, hacemos ese tramite primero... cambiemos algo de dinero... compremos periódicos y regresamos a casa... yo hago la lectura, tu duermes un poco antes de irte-  

John resopla al tomar su abrigo, no era tan fresco, pero el clima de Londres sigue siendo algo. 

-Mindy la limpiara- el elfo aparece en medio de la sala con una sonrisa consecuente, más tranquila, con menos culpa por traer invasores, truena los dedos quitando la tierra y el polvo de la ropa o rostro de su maestra.

Miranda como John se miran divertidos, porque ambos eran capaces de salir de esa manera. 

-Volveremos pronto, Mindy- promete la adolescente, tal vez comprarle un dulce de regreso suena agradable. 

XXXXX

En la calle Charing Cross, bastante lejos de donde estaban, en una aventura en taxi, los Carter miran el papel... para luego observar la dirección una vez más... solo porque el médico ha tenido el impulso de irse, de hacer pendientes que recuerda con fuerza, que su hija se ha colgado de su brazo para mantenerlo en el lugar... es la evidencia perfecta que están en el lugar correcto.

Los encantamiento anti gente no maj es muy obvia. 

Y el letrero de un bar llamado "Caldero Chorreante" es su objetivo escrito en una letra bastante fea de ese señor ¿Weasley?.

John suelta un largo suspiro al espantar el nuevo intento de repudio mágico -Debería traer una libreta- 

-¿Para que?- su hija arquea la ceja, aferrada a ese brazo, caminando más cerca de la puerta, mira a su padre con absoluta duda de su comentario ligero. 

-Para anotar los pendientes que esta cosa me hace recordar-

Miranda en toda su gracia divertida, gira los ojos por la ocurrencia de su padre. 

-Deberíamos ir al cine- el medico intenta de nuevo cambiar de dirección. 

-Papá, concentración- llama con gracia la adolescente cruzando finalmente la puerta de aspecto viejo. 

El aroma a alcohol, grasa y el eco de platicas variadas los reciben en ese espacio con muebles que parecen sacados de un museo además de muy desgastados... hay tantos retratos colgados de la pared cuya pintura se ve vieja... ventanas que no deberían estar ahí... mesas con varias personas que no dudan en voltear a mirarles... los Carter como uno dan un paso dentro. 

Según la nota, pueden pedir apoyo a un hombre llamado Tom. 

Las miradas no los abandonan en todo momento en que viajan a la barra, una cosa sucia como gruesa que al igual que el resto, ha existido demasiado tiempo injusto, ahí hay un hombre de aspecto raro... limpiando un vaso de vidrio con un paño dudoso... les mira como si supiera -Supongo que son los americanos- 

-Uh- su padre como ella dicen estúpidamente algo nervioso, porque lo ha dicho, como si todos supieran.

¿Quien los exhibió? ¿Fue el ministerio? tal vez el incidente de Mindy es más grave... ¿fue ese profesor? tal vez se vino a quejar airadamente de ellos... ¿Alguno de esos magos atacantes? algún tipo de disculpa... o hasta solo con su aspecto... con su presencia gritan americano que todos los nativos los reconocen.

Ha sido un constante recuerdo que no están en casa, que los miran, que los critican... sutil... o no tan sutil... en el lado no maj... en el lado mágico... hay tantas opciones que los Carter no dejan de analizar en ese lapso tan pequeño de tiempo bajo la atenta mirada del mago.    

-El director Dumbledore me advirtió de ustedes, soy Tom- finalmente asegura con un triste suspiro, dejar la taza, ofrecer un gesto con gracia, para lanzar una de disgusto a espalda de los forasteros, tal vez, disuadiendo a las miradas que se enfoquen en sus asuntos.

-¿El director de Hogwarts?- es su padre quien cuestiona tal cosa.

Miranda se pregunta si ese director no tiene cosas importantes que hacer, porque recuerda al de Ilvermony, apenas se involucraba al nivel de sus vidas. 

Parpadeando, el hombre afirma -Si, creo que el profesor Snape no hizo un buen trabajo ¿verdad?- ríe como si fuera una ocurrencia tardía -Pero síganme, la parte que les interesa esta de este lado...- asegura con un suspiro cansado.

-Por un momento pensamos que era nuestra fachada la que nos exhibió-bromea John al seguirlo, actuando tan cordial como jovial... alejándose de las miradas que persistían en sus espaldas -Desde que llegamos, creo que todos saben que no somos de aquí- añade sondeando. 

Una risa de quien atrapa una broma, resopla con gracia -No soy muy consciente de las modas muggles para decirte, pero admito... que tu acento te delata- revela con un encoger de hombros -Además, conozco a la mayoría de la gente... tengo buena memoria...- agrega con soltura -Ustedes son nuevos, sinceramente, no tenemos muchas inmigraciones y debo decirte, que nueva sangre viene bien-  

Los Carter intercambian miradas, pero antes de sondear más al aparente mago amigable, ya están delante de una pared de ladrillo de aspecto viejo... de hecho, el entorno se ve tan sospechoso si no supieran de la sociedad mágica y sus inclinaciones por elegir los peores lugares para esconderse... Tom les da instrucciones aparentemente fáciles. 

Miranda, quien había sacado su varita con la intención de ser usada de ser el caso, realiza los pasos bajo la mirada del tendero... el ladrillo se retira en un espacio misterioso... el aire golpea el rostro de los extranjeros trayendo aromas como humedad... esta lloviendo, era raro, pero el agua es real cuando fuera de ese ¿bar? esta despejado.

Y todo parece una imagen pintoresca de otra época.

-Creo que el clima, no es agradable- John es quien bromea, ignorando sus ganas de darse la vuelta y entrar al cine de nuevo.  

-Si, ha estado así estos días- natural responde Tom -Pero tengo un paraguas, no se preocupe, Dumbledore adivinaba que visitarían más pronto que tarde... y que seria en medio de la lluvia- asegura al entregar una cosa grande que los cubrirá a ambos en un aire casual como espeluznante. 

John es el primero en cruzar el ¿umbral? con el paraguas otorgado abierto en su mano, admirando el entorno que aunque sombrío, por la carga de nubes tempestuosas, varios magos miran... pero siguen su camino.

-Les aconsejo evitar ese lado...- Tom señala una parte oscura de la calle a la adolescente que afirma obediente -Pueden volver con las mismas instrucciones que les di- finaliza cuando se empieza a cerrar la pared. 

-Ha sido el más amable hasta ahora- John le comenta casualmente cuando se pone bajo la seguridad de la sombrilla, caminan unos pasos tranquilos con la lluvia mojando sus zapatos ligeramente... inspeccionando el entorno de las tiendas con fachadas anticuadas, algunas cosas en los exhibidores, botes de basura mal apilados, calles algo accidentadas -En Chicago no era tan, ¿anticuado?-

Ríe por sus palabras amables, han pasado por lugares que exhiben la fecha de apertura con orgullo, siglos ya bien escritos en los libros... bromea internamente... Miranda, aun mirando el camino, nada interesada en juzgar la calle, se encoge de hombros -La historia del lugar, ayuda a las salas mágicas, papá- le recuerda, es similar a los elfos... el motivo por el que su casa mantendrá gran parte de las cosas olvidadas de una tía abuela que nunca conoció. 

John hace un sonido de haber escuchado, pero esta más interesado en la exhibición de una tienda de ¿ropa? -Creo que deberíamos ubicar las tiendas que tu lista recomendó...-

Niega sin dudar, la hija le da un desplante de reojo a su distraído progenitor -Prefiero hacerlo en otro momento, hoy solo iremos a Gringotts- le señala, prefiere aferrarse al plan de visita ligeramente planeado antes. 

El medico se gira para mirarle con un ¿puchero? fingido -Pero Mira...-

-Papá, tienes un turno nocturno que cubrir, me sentiría cómoda si fueras descansado-

-Eres demasiado estricta con tu padre- una voz interrumpe toscamente. 

Ambos Carter saltan, casi soltando el paraguas, para mirar a sus espaldas a quien aparentemente les ha estado siguiendo... con una ceja arqueada... un gesto de completa sobriedad... con esa vestimenta oscura... su cabello igualmente combinado... les mira con su nariz de gancho levantada -Buenas tardes, Carter- saluda dramático. 

Miranda soltando su postura, fulmina al docente sin miedo a las represalias en su vida escolar -Profesor Snape...-

Pero su padre interrumpe, bajo la lluvia, le da un vistazo severo al supuesto tutor y primer contacto directo con esa comunidad mágica -Sabe, nos hubiera gustado que nos diera algunas advertencias más claras antes de dejar a mi hija bajo el cargo de este Hogwarts- 

-No es este, Hogwarts, es Hogwarts...- le corrige con ese tono desinteresado -¿Advertencias? asumo, que han investigado ¿no?...- lanza con ojos brillando inteligentes, ambos afirman -No les hice recomendaciones de no creer los rumores- arrastra las palabras, no tiene paraguas, pero obviamente la lluvia no lo toca... aun en medio de la calle... entre tiendas viejas y sin muchos compradores... se mantiene firme delante de los extranjeros. 

-Mi contacto puede no ser imparcial, pero, fue claro que el colegio no es muy seguro ni ahora, ni antes- Papá esta dispuesto a actuar como el líder de una investigación que aunque pensaban hacer, les dieron en manos del amigo adolescente en otro continente. 

Un resoplido, Severus mira alrededor como si buscara algo, luego el cielo antes de volver a ellos -Aunque interesado en sus contactos...- muerde agudo -Estoy algo ocupado... creo que ustedes pueden hacer su propio criterio...- desestima dando una gran vuelta para rodear a los Carter -Señorita Carter la veo en su examen, señor Carter confié en que al menos, su hija estará en el lugar más seguro del mundo mágico- desestima sin ganas de dar claridad ni corregir sus sospechas. 

-Pensar que será mi profesor-

John solo suspira asimilando esa ¿coincidencia?, niegan al enfocarse -Vamos al banco, creo... que si me esta pesando el día- 

-Te dije, pero estas aferrado a venir cuando pudimos hacerlo otro día-

Su papá le da una sonrisa seca en respuesta al castigo.

Bajo la lluvia del Callejón Diagon, ambos Carter siguen su camino al edificio que asumen es su destino. 

Ajenos por completo al tipo de personas que atrajeron desde su ingreso y como, la presencia ¿accidental? del docente disuadió de seguir sus asuntos lejos de los forasteros.

 

 

 

 

Chapter 6: Siguiente Adapto II

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Desde que hicieron todo los procesos para que Hogwarts cobrara la cuota, trasladar su titulo de propiedad de la bóveda americana a la británica... permitir el rebaje del año escolar por parte de Hogwarts... así como intentar, de nuevo, establecer un mejor conocimiento del funcionamiento de Gringotts, algo inútil porque no existe la paciencia entre los duendes... no han vuelto al Callejón Diagon. 

No es porque los Carter no tengan interés en aprender por si mismo las mareas de la nueva sociedad, ampliar mejor los aspectos de las pistas atrapadas por los magos con los que han tenido contacto... y Graves... sino porque han llegado los restos de la mudanza, igualmente, un citatorio sospechosamente legal que el mayor ha decidido tratar lejos de los ojos de su hija, retrayéndose en su oficina en asuntos variados e impidiendo los viajes a conocer. 

La excusa oficial, es las auditorias que sabe realmente existen en los hospitales de Chicago que se patrocina por la asociación... también la adaptación en su nuevo empleo cuyo choque cultural sigue existiendo... pero, Miranda no es tan tonta, puede notar las pistas no tan obvias que su padre intenta ocultar, tal vez este entrando en otro proceso de pelea legal por su custodia y con su escape del país, seguramente hay complejidades que su madre esta abusando. 

El dinero lo puede todo, pero también, es un gran obstáculo si su madre decide actuar como victima. 

Miranda suspira con tristeza recostada en el sofá del antiguo salón repensando en tantas eventualidades o pendientes, vestida con ropa cómoda como holgada, con su cabello suelto en rizos incontenibles... tiene una pequeña bocina funcionando en música que apenas presta atención.

Ha levantado el jardín, encontró una fuente, quedo bonito (aunque cree, es cosa de Mindy).

Ha encajado los muebles recién llegados entre lo antiguo... acomodo los libros... colgó las fotos adecuadas en el corredor como en el salón y la recepción. 

Aun queda pendiente las habitaciones sobrantes, tiene la esperanza, que su padre le ayude con el cine en casa... el estudio compartido... uno para invitados. 

Cuando el reloj marca cierta hora, la adolescente suelta un suspiro, se levanta, apaga la música y toma su bolso previamente preparado que cuelga cercas... mira una ultima vez las escaleras adivinando que ha olvidado el día, que seguramente estará haciendo lo que sea hace encerrado en su oficina... toma un largo aliento decidiendo no agitarlo ni angustiarlo cuando es lo suficientemente grande para hacer el viaje sola -Volveré pronto, si pregunta, dile que es el día de mi examen-

Mindy que aparece en un chasquido muy consciente de sus planes, afirma obediente al acompañarla a la puerta tan servicial como amable.

-Solo asegúrate que coma y duerma bien, que no se preocupe, traigo el teléfono- esto ultimo no sirve de mucho consuelo en la parte mágica, pero al menos en su viaje es un gran apoyo con sus mapas como consejos de transporte que ha encontrado.... igualmente ha cargado algo de efectivo tanto no maj, como mágico.

-Si no aparece para la cena- Mindy ofrece con su propia angustia por dejarla sola cuando son tan nuevos en ese país. 

Ríe al girarse, ya en la puerta, mira al elfo con gentileza -Si, tienes el permiso de rastrearme- ofrece viendo como se ilumina en tranquilidad, tal vez, también disuada a  John a no molestarse demasiado por no avisarle de su viaje ni recordarle su examen. 

El elfo se ilumina. 

El viento de Londres es tan distinto a Chicago. 

Según su móvil, la parada cercana esta al sur, por lo que afirmando, ajusta su bolsa bajando las escaleras... por un momento se congela... no ha avanzado casi nada, aun puede ver su puerta, pero siente esa sensación de ser observada... entrecierra sus ojos muy consciente de la magia, es entonces cuando recuerda un detalle que noto cuando llegaron... no hay numero 12... entre el 11 y el 13... un hueco sospechoso ¿Serán esos vecinos que Mindy contacto? niega, no desea abrirle esa herida a la sentimental criatura, se encoge de hombros desinteresada... decide que tiene prioridades. 

Dos viajes en autobús, unas cuantas calles a pie, con un aire cansado, llega al bar donde Tom apenas le da una mirada, pero le indica amablemente el área de chimeneas... Miranda no cuestiona si sabe su intención, si es consciente de su examen, si esta bien que viaje sin su padre... solo niega al tomar lo que asume son polvos, entra en el sucio espacio sin miramientos y llama la dirección que amablemente le recomendaron en esa carta de Hogwarts (una que trae en su bolso por si acaso). 

Tropieza fuera de la chimenea. 

-Oh, ¿un estudiante?- una dama rubia con ropa de aspecto antiguo, arquea la ceja con una bandeja entre sus manos, un local algo vacío... todos miran descaradamente. 

Aun agotada de un viaje largo en trasporte no maj, luego el mareo normal de la chimenea, Miranda sonríe nerviosa al sacudirse la ropa... dar un paso fuera... mirando alrededor y fingiendo que no se siente incomoda como insegura en un espacio nuevo -Es el local ¿Tres escobas?- aun cuando esta segura lo dijo, no esta de más confirmar ¿verdad?

Hay una sonrisa comprensiva en la señora.

-Esta bien, Madame Rosmerta...- una voz cansada, femenina, asegura brotando de algún lado del fondo del local cuyo aspecto... ya siendo apenas analizado... es enorme, con dos plantas... tantas mesas... y un aire tan saturado de olores que lo vuelve ¿hogareño?.

-Oh, Profesora Mcgonagall ¿Es el nuevo estudiante?- la identificada ¿Madame? se aparta del camino. 

Una bruja con ropa tan propia de la cultura, en un verde esmeralda, con ojos profundos y sabios... un sombrero de pico... se acerca con soltura, una sonrisa afable para luego observar a la otra mujer -Si, creo haberte comentado...- confirma ser la informante de su llegada -Una inmigración desde América-  

-¿Nos van a invadir?- un borracho dice de algún lado. 

-¿No tienen escuela allá?- otro irritado murmura de mal genio. 

-No sean groseros- Rosmerta castiga en voz alta fulminante -Lo lamento, solo están tomados- 

La profesora toma un largo suspiro de descontento al entorno que encoge a uno que otro cercano, luego mira a la adolescente con algo amable para entonces, parpadear cuando se percata de un gran inconveniente -¿Tu padre? ¿Tutor?- cuestiona finalmente mirando a la chimenea, como si esta se fuera a encender para responder la pregunta. 

Miranda no evita arquear la ceja, pero se encoge de hombros indiferente -Vine sola- ofrece lo evidente, ajustando su bolsa, quitándose esos lentes de sol que en algún punto paso a ser una bonita diadema para guardarlo, perdiéndose por completo el intercambio de los adultos. 

-¿Hiciste un viaje completamente sola?- la profesora exclama en voz controlada pero escandalizada -Es bastante lejos en la parte muggle...- dice para si misma, como si supiera de donde viene exactamente y el tipo de aventura que acaba de soportar -Al menos uno de tus padres debió venir, no importa si son muggle- levanta su dedo con dureza. 

-Por la actitud del ministerio, esperaba el mismo trato a papá de Hogwarts- la adolescente no evita señalar sin pretender ser amable, arquea la ceja sin intimidarse por las miradas de ambas damas... el gesto del resto de los entrometidos... solo inclina la cabeza -Además, papá paso por un turno nocturno pesado, sinceramente, prefiero que duerma a que me este esperando- añade con un encogimiento desinteresado, sin ganas de ser explicita a sus razones.

La docente parpadea como si la cosa dicha le hubiera golpeado inesperadamente. 

Rosmerta resopla divertida cuando obviamente han dejado sin palabras al estricto profesor, da un paso delante aun con las manos ocupadas... aun con ¿comensales? entrometidos alrededor... la analiza con una pequeña sonrisa jovial -Tienes actitud, pero niña... ¿Tú madre?- era menos juiciosa, más curiosa. 

Miranda zumba sin gracia -No esta en este cuadro- ofrece en un pobre resumen de su drama. 

Madame hace un sonido apreciativo, en la cultura mágica el divorcio es inaudito... un padre soltero peor... aun en américa... se cree que es más propio de la gente no maj, pero no dice nada al simplemente golpear su cabeza con cariño... darle una palmada al docente aun congelado... y marcharse con un ultimo saludo de "suerte" a su propio negocio, espantando de paso a los chismosos que aun mantenían una oreja en el asunto. 

Un aclarar de garganta avergonzada -Supongo que no hemos dado la mejor de las imágenes- asegura con un tono bajo, parece no solo referirse al acto del ministerio, solo se endereza con mayor suavidad como comprensión -Lamento mi dureza- ofrece sinceramente -Pero eres demasiado joven para hacer esto sola, más si este es un nuevo país- agrega en voz queda.

Miranda se ajusta de nuevo su bolso, se deja guiar finalmente fuera del local -En américa se espera un grado de independencia a mi edad- no era mentira, Ilvermony alentaba el realizar ciertos procesos por si mismos.

-Supongo que es admirable su enfoque, sin embargo, en este momento... no estamos en una buena situación, pudo ser peligroso para una niña viajar sola- La docente parece dispuesta a explicarse.

-Yo escuche algunas cosas...- empieza tentativamente, esos ojos brillan como si también estuviera enterada del grado de información que puede tener, Miranda traga - ¿Realmente esta feo el asunto?-

-No puedo decirte nada...- suspira la docente con la mano en la manija de esa enorme puerta de madera que va fuera de ese ¿bar? -lamentablemente, debo dejar que tu misma hagas tu criterio-

¿Cuántas personas le recomendaran eso? ¿No pueden al menos darle explicaciones generales? ¿Porque siente que sabe cosas? bueno, esto ultimo seguramente tiene nombre... el Profesor Snape... adivina que informo de lo que su padre dijo en ese pequeño encuentro en el Callejón... ¿no pueden ser directos?... la adolescente niega un tanto frustrada de tanto rodeo, pero sus pensamientos se aplacan cuando abren la puerta. 

El pueblo que puede ver era pintoresco, más que el propio Callejón Diagon, se nota la antigüedad de sus calles... de sus fachadas... de su gente... la magia en el aire era más notable que todos los lugares que ha visitado desde que llego... y es evidente, que su historia mágica es más larga que en américa.... que Chicago. 

-¿Impresionante?- la docente parece algo orgullosa al salir del local.

Ríe al aceptar, simplemente mirando alrededor e imaginándose en esos paseos por los que su padre ya firmo, también hay suficiente paz... casi parece mentira todo lo que Graves le advirtió... todas las actitudes sospechosa de los magos que hasta ahora ha conocido -Es más agradable que el Callejón- admite. 

El docente afirma con gracia, permitiendo caminar lento para que observe, al llegar al borde del pueblo hay un anticuado carruaje esperando.

-Es algo peculiar que elijan estas criaturas para el transporte- no evita comentar la adolescente, porque aun cuando no son cosas regulares de donde viene... ha leído lo suficiente por culpa de Graves... entiende las razones de poder verlos. 

Y la docente casi tropieza al subir, pero al acomodarse tiene ese gesto afligido, solo niega sin preguntar -El director considero prudente hacerlos útiles- era una excusa tonta, lo sabe al apretar sus labios en completa vergüenza... son una mala fortuna en la mayoría de las comunidades... los thestral no son agradables a la vista aun cuando es raro quien los pueda ver... y lo sabe, quizás, hasta ahora cuestiona. 

El viaje a través del bosque es lento. 

Miranda se esta aburriendo de ver los enormes árboles o la oscuridad asfixiante.

El docente ha comenzado a relatar la agenda para el día, que no solo es el examen de diagnostico, sino una prueba de ubicación para saber su ¿casa?... igualmente, le informa que dependiendo del resultado, le darán trabajo de verano para ponerse, de ser necesario, al corriente de las materias faltantes... Ilvermony tiene un enfoque distinto, le dice, mientras que en Londres, tienen algo más general.

-Y todo esto, añadirle que tendrás que presentar TIMO como el resto de tus compañeros- 

No evita hacer una mueca ante la seriedad de las expectativas, Miranda sinceramente no estudio ni para ese examen de ubicación, ahora esperan que se ponga al corriente... que enfrente esos exámenes que no existen en la escuela de la que viene -Supongo que tendré mucho trabajo en manos- añade tristemente, aun cuando piensa cambiar de colegio de ser necesario, es responsable, su padre invierte en sus estudios para no hacer el intento.

No es de las personas que se agobian con la perfección, solo busca el pase, pero aun hace lo necesario para eso.

Mcgonagall no resopla, pero sonríe un poco -Cuéntame, en que casa estuviste en Ilvermony- abre la conversación lejos de las expectativas -Según tengo entendido, se inspiraron en la selección de Hogwarts y en sus casas- ofrece en un pedazo de historia que todos saben.

También es la señal de lo antiguo que es Hogwarts en comparación al colegio americano. 

Una cosa que Miranda había olvidado hasta el momento, pero no lo expresa al zumbar con su mano en la barbilla... ignorando la vista del bosque fuera... con el traqueteo del carruaje... la tarde calentando más... recuerda ese día, cuando llego al Ilvermony... recuerda las emociones nerviosas como desubicadas que sentía... resopla al pensar en el nudo de bruja que tiene guardado ¿puede usarlo en su nuevo uniforme? no porque sea leal, sino, porque es el inicio de su vida como mago -Pukwudgie- 

La docente tiene un brillo en sus ojos -Dicen que esa casa favorece a los sanadores- 

Acepta con una sonrisa propia -Papá estaba emocionado con la idea- bromea en esa lejana memoria, el deseo de ambos padres de que sea medico parece reflejarse en las selección de su casa mágica... pero sigue sin interesarle ese ramo, la idea de que vidas dependan de ella es algo aterrador. 

-¿De verdad?-

-Mi papá es medico- 

-Oh, cierto, había escuchado de eso-

Asume que fue el profesor Snape de nuevo la causa de la información que ya circula en esa sociedad mágica, Miranda estaba por hacer sus propias preguntas cuando se distrae por la ventana... el bromoso bosque estaba disminuyendo... pronto, puede ver la hermosa imagen de un castillo antiguo en la cima de lo que parece una colina... hay un enorme lago, mucha humedad, pero por ahora admite, que es muy diferente al Ilvermony. 

XXXXX

Los jardines de Hogwarts son enormes.

La puerta del castillo es tan alta. 

Miranda no ha dejado de observar el entorno en constante comparativas. 

No es que su antigua escuela fuera menos imponente, pero es tan distinto y admirable.  

-Entonces, es la nueva alumna- una voz las aborda tan pronto cruzan el umbral.

Mcgonagall se ha puesto delante de la distraída niña, con un aire tenso como protector resopla -Es la señorita Carter, Umbridge- 

La presentada ¿Umbridge? olfatea airada, con una vestimenta muy rosada, con zapatos de tacón, maquillaje que no le queda y un perfume empalagoso... le da un vistazo al docente, para luego enfocarse absolutamente en la adolescente -Venir vestida de esa manera...- castiga con desaprobación absoluta.

Miranda arquea la ceja, si, puede no ser su mejor ropa, pero era decente y muy no maj.

-Pero supongo que esperaba demasiado de una pobre niña que, no solo es nacida muggle...- continua la señora de rosa con un aire casi lamentable -sino que viene de una escuela bastante inadecuada- niega como si viera un triste trabajo de años -Te aconsejo que aprendas las buenas costumbres-

-¿Como juzgar sin saber?- Miranda no evita soltar con una ceja arqueada nada impresionada -Por lo que entiendo, Ilvermony es tan buena como Hogwarts- arrastra las palabras sin piedad ni respeto. 

La señora se pone roja seguramente queriendo replicar o castigar su actitud insolente.

Pero Mcgonagall ya esta en su camino de nuevo -Umbridge tenemos asuntos que atender, si nos disculpas...- puntualiza al tomar el hombro de la chica para empujarla en el camino, cuando caminan bastante suelta un largo suspiro -Muy ingeniosa, pero, es mejor que controles tu temperamento... es incorrecto ser grosera con los adultos-

-Si son groseros, seré grosera- 

Un suspiro sufrido de alguien que ve un futuro rebelde en la escuela -Solo, al menos contrólate con esa señora... será una sombra constante en el colegio, enviada directamente por el ministerio...- expresa sin entrar a fondo, si tal vez tenga que ver con las mareas políticas -y no deseo, que tengas más malas experiencias en el Londres mágico- esta sinceramente preocupada. 

Se suaviza por su amabilidad, pero no dice mentiras -Un enviado del ministerio...- repite inquieta -Realmente el colegio y el ministerio son dependencias independientes ¿no?- no era extraño, el Ilvermony también cuenta con ciertas libertades, pero aun tiene un trabajo en conjunto con el MACUSA en cierto grado.

En Londres suena distinto, autónomo y actualmente en disputa. 

Mcgonagall hace un sonido reflexivo sin agregar más. 

Casi gira los ojos, Miranda se esta cansando de la manera en que evitan el tema -¿Que periódicos manejan aquí?-

Han subido unas escaleras, están en la segunda planta rumbo a cualquier lado, el jardín se ve bastante bonito y el bosque a lo lejos de ilumina por un sol ya cálido -¿Disculpa?- pide muy confundida el docente. 

Analizando el corredor silencioso, imaginando que tan lleno estará cuando empiecen las clases, la extranjera ordena sus intenciones ya que realmente no ha buscado fuentes de información oficiales desde que llegaron... es su única visita al callejón terminaron ya muy cansados con los duendes para buscar... se enfoca en la bruja -Sé que están sucediendo cosas...- admite sin miramientos -Y quiero saber con certeza, que cosas, ya que al parecer... el ministerio y el colegio tienen pique... además que ninguno es claro- hace un pobre resumen, sin mencionar el rosado encuentro que es otra enorme pista.

Un largo suspiro sufrido como dudoso, han llegado delante de una puerta, puede escuchar gente al otro lado, Mcgonagall parece pensar seriamente -Tengo entendido que tienes informantes...- vuelve a demostrar cuanto sabe, de nuevo, por ese intento de tutor ante el ministerio -El único periódico mágico no es muy... adecuado para ser considerado una fuente confiable de información... esta inclinado a favor del ministerio- añade con tristeza como fatiga.  

-¿De verdad? no tienen revistas opcionales... otros medios impresos- Miranda insiste, porque en américa hay una variedad de fuentes de información, aun cuando siempre hay amarillismo.... favoritismo... pero al menos le dan un dato general que no suele tomar con mucha confianza, pero es lo mejor si no desea saber lo mínimo de la sociedad mágica. 

La docente suelta un suspiro contrariada sin como defenderse. 

Ambas están con torpeza de pie delante de la puerta cuando esta se abre en un crujido audible, brota un anciano... uno cuya vestimenta era curiosa... con unos ojos agudos las fija, una sonrisa cálida ilumina su arrugado rostro -Lamento interrumpirlas...- asegura antes que nada.

-No hay problema, director- la profesora desestima.

Incrédula por tener al alto funcionario del colegio presente, controla sus emociones y abandona cualquier actitud sobre enterarse que no existe un medio impreso confiable, ofrece una sonrisa cuando ambos adultos la observan -Soy Miranda Carter, algo que seguro, ya sabe- 

Una risa nada culpable, el anciano afirma -En efecto, he escuchado bastante de ti...- su tono es inocente, pero son sus ojos que brillan audaces, como si supiera de más y fuera igualmente divertido, luego todo se apaga con cierta timidez -Realmente me disculpo por la actitud del Profesor Snape...- añade arrepentido -Como han dicho, soy el Director Albus Dumbledore- 

La adolescente vuelve a cuestionarse la seriedad del asunto para que el mismo director, un personaje importante en las mareas políticas según la pequeña investigación de Graves este ahí presente perdiendo el tiempo... ¿no tiene cosas serias que tratar? ¿difamaciones que luchar?... niega al aceptar la mano ofrecida en un apretón firme. 

Una risa vibrante, apartando no solo su mano, sino del camino, invita a entrar dando un vistazo a Mcgonagall con la que intercambia un vistazo -¿Sorbete de limón?- saca de su ropa un pequeño sobre o bolsita, mostrando varias cosas de color vibrante verde. 

La adolescente no evita arrugar la nariz, apenas admirando el salón al que la han ingresado, se queda de pie torpemente negando con la cabeza -No gracias, no soy fanática de los dulces mágicos- añade innecesariamente, culpen a su creciente nerviosismo... la idea del examen ya la esta alcanzando después de toda su aventura de traslado.

El director, un personaje alto en la jerarquía del colegio expresa verdadera sorpresa al retirar su oferta -¿De verdad?- cuestiona en voz alta, la docente parece girar los ojos al cerrar la puerta. 

Miranda le da un vistazo al entorno, pupitres alineados, libreros apenas ocupados, un escritorio antiguo, un pizarrón de tiza y adornos estándar de un salón de clase mágico... ventanas que dan luz... un aroma a encerrado o papel con tinta -He tenido algunas malas experiencias...- revela con un arrugar de nariz del mero recuerdo -Es desagradable las sorpresas o las cosas que se mueven...- niega -Por lo que decidí, solo comer dulces no maj... además, son más ricos- finaliza al sonreír expectante. 

-Supongo que hay malas anécdotas- el director comprende con un suspiro -Dejando de lado las comparativas o el debate... es mejor comenzar- el anciano señala la silla con educación, mientras camina al escritorio.

La idea del examen hace cosas desagradables en su estomago, la adolescente se remueve más nerviosa. 

-Bien, como te hemos informado por carta... y confió en que Minerva haya añadido lo suyo- el anciano continua con un pequeño gesto reflexivo, la docente se ha instalado a su lado como un guardián -Te haremos un examen de diagnostico para entender su nivel académico, claro, no pensamos hacerte retroceder...- aclara con una sonrisa parental -Pero nos da una idea de donde trabajar y tal vez, darte algo de trabajo extra para que estes a la par de tus compañeros de año- 

Un resumen de lo ya dicho, ahora en otras palabras, Miranda afirma en las partes correctas. 

-Espero que se haya preparado-

-Es un examen de diagnostico, el punto es saber cuanto sé ¿no?-

Un gesto sorprendido pero educado, el anciano aprueba su postura aun cuando Mcgonagall dio un pequeño brinco descontento... agitando su varita, varios papeles vuelan a su lugar -Te daremos una hora por cada materia.. siéntete libre de pedir permisos, tampoco te preocupes por la cena y el viaje, Hogwarts se hará cargo- asegura confiado como consciente de que viene sola. 

Miranda decide que el señor sabe cosas, pero no lo profundiza al mirar la primera hoja de su examen.

Odia herbología. 

XXXXX

Era la hora de la cena en el vacío gran salón.

Dumbledore abandono el examen en algún momento, pero ha regresado para ver la selección. 

La joven Carter admira el entorno con tranquilidad mientras el banco con el sombrero espera con paciencia. 

Hay algo distinto en la joven, admite, no solo es una vena rebelde que jura Minerva existe y que será un problema, sino la manera en que se sostiene ante los adultos... no los ve con respeto, tampoco de forma grosera, simplemente como un igual que puede tratar con la libertad de expresarse... era peculiar, Albus admite que fue refrescante toparse con alguien que no esta intimidado ni asombrado con su fama. 

-Alguien debería apurarla- la voz de Severus es aburrida como cansada.

El director observa a su viejo amigo, el peso de la guerra ha comenzado a sombrear su ya opaca personalidad. 

-Tenle paciencia, después de todo lo que le hiciste pasar- Minerva castiga con rencor, no olvida que les hizo la vida difícil a unos extranjeros en no ser el guía adecuado... en provocar de manera indirecta ese incidente escandaloso donde Moody actuó de manera inadecuada con brusca ante un muggle. 

-No era mi trabajo, ya era suficiente con serle de apoyo ante el ministerio...- Snape no muestra arrepentimiento, solo se sienta en ese comedor con los brazos cruzados e indiferente... aunque sus agudos ojos vigilan los movimientos de la niña que ahora esta en medio de ese gran salón admirando el techo -Además, es culpa de ese elfo que rompió salas antiguas y de Moody con su paranoia- arrastra las palabras. 

La mención de tal descuido es una vergüenza para Dumbledore, pero no lo expresa al suspirar, levantando la mano para evitar una larga discusión -¿Su padre?- pide aun cuando sabe la respuesta. 

-Dice que no quiso preocuparlo, que trabaja turno nocturno...- un largo suspiro de parte de la docente, como si la idea de alguien tan joven arriesgándose para ahorrarle trabajo a sus padres fuera entre adorable e inquietante -Entiendo lo que vio Moody, lo que Arthur jura...- agrega cansada, recordando los sucesos que al ser contados le horrorizaron -Pero temo que la meta en problemas, más con ese enviado del ministerio- escupe furiosa. 

-¿Enviado del ministerio?-

-El tentativo nuevo profesor- Albus explica, ignorando el gesto pesado del pocionista por la amarga idea de otro año siendo rechazado para el puesto -Al parecer nuestra jovencita tuvo un encuentro con ella, será difícil que la deje ir considerando... que tan elitista es Umbridge- acepta con seriedad, como pesadez. 

-Ilvermony es considerado entre los puristas, como una escuela de traidores- Snape añade. 

Lo sabe, la escuela americana se inspiro en Hogwarts para muchas de sus bases, sin embargo, la fundación fue de la mano de un muggle, su historia evoluciono hasta borrar el elitismo que existe en Londres aún, Dumbledore se marchita ante el choque definitivo que la niña encontrara entre los estudiantes... con el ministerio -Tenemos que confiar en que la jovencita venga dispuesta a compartir muchas de sus costumbres entre los niños- 

-Estas dejando demasiado en un niño- Minerva regaña. 

Una risa de alguien que sabe, pero Albus comprende que en las mareas de los niños, solo otro niño puede afectar años de adoctrinamiento -Hemos dejado una muy mala impresión e imagen en los recién llegados- cambia el tema a una misma zona, pero distinta línea.

Era la razón por la que agilizo el movimiento de inscripción, enviaron la carta de confirmación antes de tiempo... igualmente se aseguro de incluir la lista de útiles cuando no lo han soltado para los demás... añadiendo una carta de disculpas sinceras hecho a mano... se ha enterado que ya dudan de su decisión, que han aprendido lo mal que va Hogwarts en proteger a sus hijos, en la muerte de Diggory y su lucha contra el ministerio... admira que no intenten detenerlo, porque parecen saber, los caminos de la magia.  

Hay muchos padres muggles que solo saben lo justo.

Pero aparentemente, John Carter es distinto al entender la sociedad mágica en la que su hija, se ha involucrado. 

Demuestra que John Carter era un buen padre que se involucra demasiado en la sociedad mágica

-Fue una muy mala suerte, a la próxima, considera otro profesor como tutor... y mantener a Moody lejos- Minerva asegura sarcástica, ganándose un resoplido nada avergonzado del pocionista. 

-Es mejor terminar todo, se esta haciendo tarde y... no es seguro para alguien como ella, tenga o no, un guardaespaldas, Albus- Severus no es una persona amable, apenas le interesa el entorno, pero evidentemente respeta a los Carter lo suficiente para dar el mínimo apoyo e interés.

Dumbledore sospecha que están en el lado correcto del pocionista simplemente, por haber hecho que Moody y compañía volvieran con el orgullo golpeado... avergonzados... humillados... además, que ese elfo ha estado evitando que Molly haga algún tipo de contacto amistoso al ser vecinos (sin divulgar la dirección, pero lo suficiente para intentar saldar lo que sienten los Weasley, como deuda) -¿Minerva?- concede. 

Arrugando su nariz descontenta por cortar el animo de una niña curiosa en su gran salón, toma un gran suspiro al ponerse de pie... colocar su varita en la garganta para un ligero aumento de volumen, algo innecesario considerando el eco ya existente -Señorita Carter, es hora de su asignación de casa- 

XXXXX

Casi arrastra los pies. 

Era ya tarde, con su cabello más revuelto, con una postura llena de fatiga... al menos se ha ahorrado el transporte no maj al ser custodiada por un mago adulto con habilidades de aparición... lo que no entiende, es porque tiene que ser el mismo hombre amargado que obviamente no hace bien su trabajo de guía, pero no lo expresa al solo mantener ese silencio con el que han viajado. 

Intento varias veces interrogarlo, continuar el asunto de la fama de Hogwarts pero Severus Snape parecía menos amable que la ultima vez. 

¿Porque lo volvieron a asignar si obviamente odia el trabajo? 

Miranda solo espera que sea más apto como maestro que como guía. 

Han llegado a ese callejón donde se aparecieron la primera vez del ministerio. 

Caminan por el tranquilo Grimmauld Place con un enorme bostezo de parte del adolescente. 

Con su móvil en mano, ha enviado el ultimo de tantos mensajes desde que salió de la parte mágica a su angustiado padre.

Severus Snape le ha dado varias miradas al teléfono, pero no ha preguntado nada, ya se puede ver la casa con las luces encendidas -Los resultados estarán en el transcurso de la semana...- rompe con ese tono apático e indiferente -Considerando el tiempo que te queda hasta el inicio del plazo...- asegura firme -Solo te daremos un temario que necesitaras saber al empezar el nuevo curso-

-Eso suena mejor que estudiar demasiado- aprovecha para romper el silencio con un largo suspiro.

-Espero que no seas tan vaga- Snape castiga con rapidez. 

Ríe, porque suena divertido que ofensivo la manera aguda de responderle, Miranda agita su mano -Hare el esfuerzo, pero aprendí... que matarse estudiando tampoco es saludable- 

Un bufido de alguien que desaprueba su manera de pensar, pero que no esta tan interesado en profundizar -Ilvermony es distinto a Hogwarts, debes considerarlo al iniciar-

Era un consejo, uno escondido entre espinas de una mala personalidad, la joven Carter acepta sus palabras al detenerse por completo delante de su puerta -Gracias por el viaje- asegura con una pequeña sonrisa.

El docente resopla, da un vistazo agudo, como si deseara decir más, antes de solo negar cansado... la puerta de su casa se ha abierto, John se ha asomado con un gesto preocupado como agradecido... el mago tiene la cortesía de darle una inclinación de cabeza en saludo, para girarse con gracia y regresar por donde vino.

-El drama es lo suyo- Miranda no evita señalar provocando un resoplido -Y no encontré datos importantes además que, el ministerio insertara a uno de los suyos en el colegio-

John frunce el ceño al verla acercarse hasta entrar en la cálida casa - ¿Lucha de poder? ¿Control? ¿Espionaje?- enumera como un interesante programa policiaco, niega al seguirla profundamente en la cocina -Suena a problemas- respira dudoso.

Dejándose caer en el comedor, se encoge de hombros omitiendo la parte del enfrentamiento -Creo que me fue bien en el examen- gira la conversación drásticamente con una mueca de todo lo que tuvo que responder -Y usan plumas de tinta- niega frustrada, dejo malas manchas al inicio, al final ya le pudo formar palabras sin entintarse tanto los dedos. 

El medico se sienta, toma su mano, seguramente desea decir algo, tal vez regresar al asunto del enviado del ministerio... de su aventura... de su día, pero solo suelta un largo suspiro -Me siento como un mal padre- ofrece con una torpeza cansada -Perdona por olvidar el día-  

Miranda niega nada molesta por lo que puede ser considerado, negligencia -No te preocupes...- regresa el apretón con firmeza, comprensión -Además, te hubieras aburrido bastante o peor... no hubieras dormido lo suficiente para el trabajo-

-Mira...-

-Papá, ya tienes demasiado que hacer para añadir, acompañarme en mi examen-

John seguro quiere seguir luchando, pero solo se desinfla -Eres un buen hijo- felicita como otras veces -Pero prometo, acompañarte al callejón... realmente, quiero leer esos libros que vi en los escaparates- mueve las cejas entusiasta, libros, era lo que le gustaba, más con tantas cosas mágicas o mitos que se conocen en el lado no maj, que fueron reales en el otro lado. 

Afirma, no hay prisa para cumplir esos viajes, razona, tampoco lo va a presionar... Miranda ve que hay problemas sucediendo fuera de su vista... que tienen agotado a su padre, pero no lo dice al palmear esa mano.

-Por cierto, Corday me recomendó unas clases de verano ¿te interesan?-

-¿Clases de que?- suena interesada, tampoco expresa que tanto deberá ponerse al corriente de ser el caso, de estar atrasada en algunos temas mágicos de Londres. 

-Hay un centro deportivo cerca, ya que al parecer nuestros momentos... de repasar lo ya aprendido- Carter bromea, considerando que han abandonado la pretensión de practicar por si mismos esas clases de defensa que se pagaron antes de mudarse -Iré a ver las clases mañana, ¿Me acompañas?-

-Si, papá, tal vez, aprender otra cosa nos hará bien- 

-Entonces, explícame con lujo de detalle... tu aventura-

 

Notes:

Aprovechando la inspiración como el tiempo.
¿Que casa será el equivalente de Pukwudgie?

Chapter 7: El otro lado I

Chapter Text

Vivir en el cuartel general de la Orden del Fenix no era nada emocionante ni tan interesante como Harry había previsto.

Lo único memorable fue aquel escandalo una noche después de quedar exonerado del intento de expulsión del ministerio. 

Harry recuerda haber estado amontonado en las escaleras intentando escuchar con las orejas extensibles de los gemelos, estaban apenas escuchando un sermón de Hermione cuando un fuerte golpe retumbo por toda la casa haciendo vibrar las paredes... agitar los groseros retratos... aun las luces parpadearon como si amenazaran con irse... el grupo se había puesto de pie alerta viendo como los adultos salían como hormigas con las varitas en alto.

Kreacher, el feo elfo de la casa había aparecido en medio de la sala, visible desde su posición, con su rostro contorsionado en ira como incredibilidad... la señora Weasley corrió a las escaleras junto con Sirius justo cuando otro temblor agito la casa moviendo algunos retratos que cayeron al suelo en un golpe sordo, aun la pintura de Walburga se abrió para gritar añadiendo más caos a todo.

Harry como todos pensó lo peor. 

Pero los adolescentes no vieron nada cuando fueron empujados por el corredor imposibilitando la vista al salón, entre quejas airadas... miedo... Potter solo intento resistirse un poco mientras Sirius lo tomaba del hombro obligándolo a caminar con mucha fuerza en su agarre... otro temblor, las luces se apagaron unos aterradores segundos hasta volver en un silbido ¿eléctrico? ¿mágico? con el eco de la antigua matriarca en el fondo... los encerraron en la habitación hasta que todo termino. 

Al día siguiente evitaron las preguntas pero susurraban en voz queda con un aire de culpa e incredibilidad.

Y al segundo día, la señora Weasley preparo un apetitoso postre que no puso en la mesa... cuando todos terminaron, solo le lanzo una mirada a su esposo... a Sirius... tomo la enorme vasija entre sus manos con la seguridad en sus pasos, saliendo sin decirle nada a sus hijos por más que preguntaron... volvió a los pocos minutos con el gesto pellizcado, aun con la charola entre manos y un susurro furioso a Arthur. 

¿Que paso? Harry paso las noches haciendo teorías de conspiración con sus amigos. 

Pero con el tiempo, la rutina de limpieza excesiva y el silencio, hizo que ese incidente fuera olvidado un poco... le exasperaba que los adultos los marginaban... que ellos supieran que paso en ese entonces o en general... que el director vaya en momentos en que no se de cuenta... que todos estén haciendo algo mientras él solo limpia.

El ministerio intento expulsarlo.

Un dementor lo ataco. 

Aun tiene pesadillas de ese panteón... de Cedric. 

Sus amigos no comprenden en nada, están cómodos con dejar todo en ese aire misterioso, enfocarse en el siguiente año. 

Niega un tanto frustrado de tanto pensar, baja de la silla en la que estaba sacudiendo encima de uno de los roperos.

-¡Han llegado las cartas de Hogwarts!- expreso Ron agitando dos sobres, entregando uno al de lentes -Pensé que se habían olvidado, normalmente llegan antes- suspira dramáticamente sin ser mentira, el inicio del colegio estaba cercas, apenas les dará tiempo de resurtir algunas cosas como conseguir los nuevos libros que seguramente les solicitaran. 

Sacudiendo sus manos, con el sobre bajo el brazo, se acerca a la ventana mirando un poco la hora, su amigo le da una mirada burlona pero no dice nada al enfocarse en las cartas que abren casi a la par, eran dos pergaminos como siempre, uno con la nota habitual que le recordaba la fecha del inicio del curso mientras que en el otro le enlistaba los libros que iba a necesitar. 

-Hay solo dos libros nuevos- suspira tranquilo, aun cuando los títulos solicitados suenan un poco sosos para lo que asume, es la clase de defensa.

Un crujido resuena en la habitación. 

Fred y George han aparecido al lado del joven de lentes que, al estar ya acostumbrado al abuso de su recién adquirido permiso de aparición, ya no se sorprende, ni grita, ni salta ante su acto de magia libre que sinceramente, envidia un poco.

-Nos gustaría saber quien ha elegido el libro de Slinkhard- canturrea ¿Fred? al recargar su peso completamente en Harry.

-Significa nuevo maestro de defensa- apoya el otro hermano con una sonrisa alegre. 

-Ya era hora ¿no?- dramático, mira a Potter como si supiera más.  

-Veras, hace unas semanas...-continua el otro.

-Con ayuda de las orejas extensibles...- añade el gemelo.

-Escuchamos a nuestros papás diciendo que Dumbledore le estaba costando encontrar un remplazo para esa materia- finaliza ese hermano con un suspiro largo. 

-Lo cual no es raro ¿Quien quiere arriesgar su vida por una plaza escolar?- finaliza ¿George? ¿Fred? parado uno al lado del otro porque por supuesto, en las divagaciones soltaron al de lentes, entrando a uno de esos debates que excluyen al resto con una facilidad asombrosa. 

Ron estaba misteriosamente callado haciendo que se interrumpiera el debate sobre el nuevo docente. 

Antes de que los gemelos se enfoquen en el menor de sus hermanos, el reloj resuena en la habitación. congelando a todo el mundo... las sonrisas de un gato malvado se extienden en los pelirrojos... el de lentes palidece como si adivinara, que estará en medio de las siguientes bromas. 

Y en efecto, ¿Fred? sonríe enorme, con muchos dientes e intención... da un vistazo al reloj apagándose, la hora y mueve las cejas divertido al observar a Potter -Oh, pusiste alarma- canturrea. 

Erizándose como un gato atrapado, Harry niega con fuerza -No lo hice- asegura dando un paso cerca de la pared, negándose a mirar al dúo que seguramente tienen esa burla en su estela al acercarse depredadores... Ron, secretamente suspira aliviado cuando su silencio sospechoso es olvidado. 

-Claro que lo hiciste, es la hora ¿no?- George ahora se cuelga del hombro del de lentes que agita su cabeza en una negativa agresiva que ninguno de los pelirrojos cree, provocando más su actitud burlona -No tienes que ocultarlo, aprobamos el interés...- acaricia su cabeza como un perro. 

-Una chica misteriosa que te encuentras en el ministerio...- continua dramáticamente el otro gemelo al colocarse del otro lado igualmente, tocando su cabello como mascota. 

-¡No es eso!- asegura ajustando sus lentes, intentando alejarse, pero el peso de ambos mellizos lo mantiene en su lugar -¡Fue un error!- exclama con sinceridad, una que admite, es débil, porque recuerda haber hablado en voz baja sobre no pasarse del tiempo, acabar para poder ver por la ventana, y enrojece maldiciendo a la casa que seguramente escucho para humillarlo. 

-Una niña americana...-

-Con una mirada dura...-

-Un andar bastante regio...-

-Y seguramente tiene un acento divertido- 

-Pero no te preocupes, seguramente la veras en Hogwarts- ambos gemelos dicen al unisonó. 

-Puede ir a otra escuela- Harry protesta con una debilidad que hace resoplar hasta a Ron. 

-Nah, no hay nada más genial que Hogwarts- ese trio de Weasley afirman como si no existieran otras opciones.

-Entonces ¿Que hace la chica?- Fred se recuesta en el marco de la ventana observando. 

-Se viste divertido- añade George repasando las otras tantas veces que la han visto de otra ventana. 

Harry resopla, se siente un poco culpable de que todos vigilen el andar de una chica que seguramente no los puede ver por la magia ancestral, se rinde a acercarse e ignora las miradas burlonas -Tal vez este practicando algún deporte- murmura inseguro.

-¿Hay más deportes que el quidditch?- Ron cuestiona estúpidamente.

Harry casi gira los ojos.

Los gemelos resoplan. 

Pero no dicen nada porque la chica comienza a venir de la parte baja de la calle, para Potter no es ropa divertida, se ve bastante cómoda y deportiva... siempre anda sola... a veces con lo que asume es su Padre... pero en su mayoría, viene silenciosa con unos audífonos notables, alguna vez se los vio a su primo ¿Que tipo de música escuchara?

-¿Que tipo de deporte practica?- Fred murmura realmente intrigado, más cuando notan que en su espalda trae una bolsa bastante rara. 

-Seguramente es aburrido, no hay nada divertido en deportes muggle- asegura George desestimando como siempre, lo que no conoce. 

Harry casi gira los ojos pero no argumenta nada, pero sabe que existe una variedad de deportes que no involucran pelotas, solo suspira con tristeza. 

-¿Un corazón roto?-

-No, solo, ella puede salir... yo no- responde sin vergüenza, sin duda, solo la verdad, al observar como desaparece en algún punto del camino... sospechan que son vecinos... pero los mayores se niegan a confirmarlo, de hecho, actúan bastante raro con el asunto -Ella tiene una vida fuera del mundo mágico- expresarlo suena mal, casi traidor, pero nunca había pensado en la posibilidad de hacer una vida que no involucrara la magia hasta ahora. 

Ella parece feliz. 

Parece completa. 

Aun cuando entendió viene de otro país, encajando en una comunidad mágica nueva... no se ve infeliz. 

¿Que encontrara diferente? sabe que américa es diferente, aunque ¿Que puede saber Harry? no ve televisión cuando esta con los Dursley, se aparta sin ganas de integrarse, no es que la actitud de sus tíos sea buena, pero ¿Siquiera ha intentado conocer gente fuera de su casa? no, no lo ha hecho, porque siempre espera el inicio de Hogwarts. 

Harry Potter finalmente cuestiona su lugar en el mundo. 

Los Weasley tienen ese silencio incomodo a sus espaldas, el peso de sus miradas solo se rompe cuando un sonido metálico pequeño parece retumbar en el suelo... una placa... de prefecto... brilla altivamente ante los ojos del cuarteto, es Ron quien rompe al recogerlo con apuro, pero era tarde, los gemelos hacen un escandalo... Harry siente un feo apretar en su pecho... las chicas entran igualmente perturbadas que sea Ron Weasley quien reciba un papel tan importante, cuando ha pasado sus últimos años quejándose de cualquier trabajo escolar. 

XXXXX

Vestido como un médico respetable, John Carter miró el reloj en ese salón de descanso. 

En Chelsea and Westminster Hospital. Emergencias era un zumbido distinto a Chicago.

Turnos de catorce horas. Cultura de “tea breaks” y burocracia obsesiva.

Chelsea and Westminster Hospital no era County General.

Las luces eran más tenues, las batas más largas y los pacientes… extrañamente pacientes.

—No hay sangre —murmuró, ajustando su bata al recargarse en uno de los estantes con más té que café, suspira con tristeza mirando su bebida... una taza horrible... una bebida horrible... Mindy hace cosas mejores, tal vez considere, comenzar a traer su propio café -No hay nadie llorando...- continua sabiendo que ya no esta solo, sigue mirando el fondo, sigue comparando sabores -Nadie gritando “¡shock en la cortina uno!”- suena dramático, pero en África era un caos... Chicago era un caos más moderno... y ahí, ahí es un caos educado. 

—Bienvenido al Reino Unido —dijo una voz a su lado.

Corday sonreía, apoyada en el marco de la puerta como si no hubiera pasado una década desde que compartieron salas repletas y madrugadas interminables en Chicago. Llevaba su bata británica con elegancia: sobria, funcional… y visiblemente aburrida.

—¿No extrañas el caos? — levanto su taza, la abandono en el fregadero, rindiéndose a tomar la cosa que se supone era café. 

Su vieja amiga, una cuyo contacto apenas valía pero le hizo un gran favor, le da una sonrisa alegre y nostálgica, seguramente recuerda su propia estancia en Chicago —Admito que al principio, lo extrañaba bastante...- suspira con una tristeza absoluta, enviudo, cambio sus aires, regreso a su patria y busco su propio lugar cuando ya no se sentía tan británica en ese entonces -Pero hay cosas positivas...- asegura más optimista -Aquí no tenemos demandas millonarias cada semana, y los residentes no se desmayan por no dormir en tres días. Ganamos menos, sí, pero al menos no morimos jóvenes-

John supone que es equilibrio.

-¿Aun te resiente la diferencia de cultura?-

-Seria raro que en tan poco tiempo deje de quejarme sobre manejar del lado equivocado y el sabor horrible de su café- regresa sarcástico pero bromeando, Carter apenas tiene tiempo para aceptar su nueva vida, eso sin añadir, la parte mágica que le preocupa demasiado pero del que no tiene información confiable... necesita programar una salida a esa parte del mundo, pero simplemente, no se ajusta y Miranda, es demasiado amable en no presionarlo ni exigirle nada. 

Luka tenia razón, se gano la lotería con su hija y sus nulas ganas de ser un dramático adolescente normal. 

Corday tiene la audacia de girar los ojos -Al menos, ya te estas acomodando, escucho menos a mis colegas quejarse del americano- mueve sus cejas con gracia. 

Carter se sienta en la silla, observa de nuevo el reloj -Me tomó veinte minutos entender cómo llenar la hoja de ingreso...- se queja con gracia -Y debo decir, que esperaba todo menos una inducción sobre cómo ofrecer té al paciente-

—Hospitalidad ante todo —bromeó Corday -¿Como le va a tu hija?- se sienta en la silla con una taza de té. 

John arruga su nariz a la bebida, pero prefiere tomar asiento sin nada que beber -Mira se esta ajustando, tomo las clases que recomendaste... se supone que también participo, pero bueno, aquí estoy- admite con tristeza, pero saliendo del hospital, ya no resintiendo los cambios de horario... ajustándose a lo relajado que esta todo en su nuevo trabajo (en comparación a Chicago)... tiene trabajo en monitorear las inversiones medicas en EU, necesita buscar nuevos flujos donde la riqueza Carter pueda ser útil y luchar con su familia... pagar la deuda de sacarlo de América tan repentinamente era necesario. 

Su padre y madre le exigen que sea más presente, ya que es la segunda vez, que mueven sus influencias para mudarlo de emergencia (En África... en chicago). 

Corday se ahoga un poco con su bebida incrédula -¿Esta viajando sola?-

Parpadea con un encoger de hombros -Mira es terca, no quiere ser una molestia la mayoría del tiempo... y es muy consciente que tengo trabajo- murmura casi sonando a excusa barata -Dice que solo necesita el celular para navegar y algo de efectivo para sobrevivir- omite la parte de Mindy monitoreando en el caso de emergencias, ese elfo es el seguro más grande que le permite respirar cómodamente.

Pero Corday no lo sabe, no sabe la parte mágica de su vida, solo lo mira con larga consideración como si comparara el tiempo de su propia hija adolescente hace unos años -Es muy valiente al embarcarse sola en el transporte de otro país- no era insulto, era verdadero asombro. 

-Luka dice que me gane la lotería- expresa ese pensamiento que tuvo hace unos momentos con una sonrisa nerviosa pero orgullo. 

-Necesito conocer a tu hija- asegura su ahora colega. 

John le parece una buena idea. 

-¿Como va con tu ex?-

Y aquí, el medico forastero hace una mueca del recuerdo de ese pequeño problema legal cuyo aviso de su abogado le entrego, por un medio bastante rustico, hace unas pocas semanas impidiendo bastante sus planes de turista en la parte mágica como quería -Parece que por ahora, ha detenido la búsqueda- 

XXXXX

Era muy noche cuando John Carter vuelve a su ahora hogar.

Ya no siente extraño la pintoresca fachada, se espanta el escalofrío del frio distinto a Chicago con facilidad, al abrir con su llave... aun cuando seguramente Mindy le puede hacer el favor... zumba con gracia al colgar su abrigo en ese apretado corredor que es el recibidor, nota el carcaj y el arco que sabe usa Miranda... ¿El suyo? considerando que se inscribió, seguramente ya fue guardado entra las tantas cosas deportivas que incursa pero no termina. 

El papel tapiz brilla nuevo... la alfombra vieja ya es una costumbre limpia... la pequeña mesa con algunos retratos de ellos con un plato donde coloca su llavero... se adentra con un gran bostezo, oliendo el aire la comida que pronto será servida... cuando llega al salón se detiene con una ceja arqueada -¿No tenemos un estudio para esto? ya sabes, estudiar- bromea con gracia. 

Su adorada hija, Miranda esta sentada en ese enorme sofá de dos plazas, rodeada de una pila de libros que parecen sacados de algún museo exotérico... John recuerda haberlos comprado, en una visita fugaz a ese callejón diagon... se recarga en el muro con los brazos cruzados y una sonrisa cariñosa como orgullosa, puede que Hogwarts sea una mala noticia, pero verla comprometida en sus estudios hace vibrar su corazón de padre. 

Un suspiro sufrido digno adolescente, con el cabello alborotado, una ropa demasiado grande pero limpia, con unos lentes para la vista cansada puestos de manera desordenada... se endereza de donde escribía con un crujir de espalda impropio para alguien de su edad, pero le da una sonrisa cansada -Me agrada más el salón, además, tienes todo acaparado y las otras habitaciones aun no les tenemos un destino-

-Tienes un importante punto- suspira sufridamente Carter, la idea de meter personas a remodelar esta fuera de cuestión considerando a Mindy... sus muebles de Chicago están por acomodar... tiene bastantes libros... se deja caer en el sofá con una sonrisa de disculpas. 

-Puedo decirle a Mindy, pero ya sabes, prefiero que se enfoque en mantener a esos magos lejos de mi puerta-

John niega divertido, asombrado del rencor de su hija, pero no intenta disuadirla de ceder, aun tiene el dolor fantasma de ese hechizo, algo que no dice, pero es un buen recuerdo para dejarle las decisiones de ese lado al que sabe —¿Ese libro se movió solo o fue mi imaginación? —preguntó repentinamente, desviando sus pensamientos y señalando uno de los tomos.

Mira observa largamente como si intentara fulminar la cosa —Adivinación para el Estudiante Indeciso, primera edición —presenta con la intención de un ser vivo —Se retuerce si no estás segura de querer leerlo...- niega al acomodar unos papeles, ignorando la cosa -Pero lo que he visto, además del temario de lo que me he perdido al parecer 2 años... hubiera elegido otra por optativa- 

Carter no sabe la dificultades mágicas, pero supone que si era cuestionable, aun cuando la palabra "adivinación" no debería combinarse con frases serias -¿Porque lo elegiste?- inclina la cabeza curioso.

-Porque las otras materias no son mejor, escogí esa... y ¿Aritmancia?- arruga la nariz, tal vez comparando las materias que llevo en ese colegio Ilvermony con el nuevo temario de Hogwarts -al menos la ultima son matemáticas- suena agradecida cuando los números no es del agrado de nadie.

Pero Carter sabe que su hija ama las matemáticas, era muy buena, pudo verlo una vez que la inscribió en uno de esos campamentos con los hijos de Luka —¿Y qué tal el resto?- empuja el tema interesado, necesita ponerse al corriente, ama tener ese tipo de comunicación aun cuando siente, Mira es reservada en cosas para no preocuparlo (era muy considerada). 

-No estoy tan mal, solo, identificar modismos... porque al parecer... todo se pronuncia diferente aquí- gira los ojos dramática, Mira parece haberse topado constantemente con algunos interesantes obstáculos en su estudio para encajar en la educación mágica británica -Extraño a Ilvermorny-

—¿En serio? Me parecía que vivías quejándote del uniforme- señala divertido el mayor.

—Me quejaba porque era incómodo...- nieva arrugando la nariz como el mocoso que es -Además, en mi visita a Hogwarts aunque lindo e impresionante... parece diseñado por un arquitecto gótico con complejo de laberinto...- asegura con un suspiro lleno de drama -Tantas escaleras y uno sin condición-

-Estoy seguro tienes mejor condición que cualquier mago- John no era un padre gallina, ni ciego, pero sabe que su hija tiene rutinas... caminatas... cuando se inscribieron a deportes, cumplía con los horarios (y lo arrastraba a hacer lo mínimo)... siempre ha pensado, que Mira tiene hambre de conocimientos de actividades. 

(Y lo es, Mira tiene nociones de una anterior vida con muchas necesidades, además de haberse quedado con las ganas de practicar tantos deportes).

Su hija ríe, algo simple, divertido y se encoge de hombros humilde -Extrañare a Graves...- expresa como si eso fuera lo más importante del cambio de escuela, no es queja, no es para que se sienta culpable, es solo algo que reflexiona si hacia la diferencia en su vida estudiantil -Me servía de escudo la mayoría de las veces- bromea. 

John sospecha, siempre le ha parecido que hay algo, sin embargo, sabe de una mirada enamorada, de acciones de adolescentes normales cuando caen flechados... ha visto a los hijo de Luka... muchas historia en urgencias... para saber, que en Mira no es eso, es algo más complejo como inocente. 

—¿Sabías que tienen una clase de Cuidado de Criaturas Mágicas con criaturas reales?...- su hija agarra esa carta que llego de Hogwarts después de su examen de diagnostico, una cosa pesada con una lechuza irritada que parecía buscar algo cuando llego (el halcón) 

—¿Eso es legal?- cuestiona dudoso John, no sabe como funciona las leyes mágicas con la preservación de las criaturas (esa parte de libros no la ha alcanzado a leer, tal vez es hora de hacerlo). 

—En Escocia aparentemente sí-

-¿Y a ti te llaman por un elfo?-

Mira ve lo irónico del asunto, mientras sus hijos tratan con animales vivos, ella es cuestionada por Mindy... solo agita su mano en el aire murmurando "bienvenidos al Londres mágico" de manera dramática suya... entonces, le lanza un folleto rustico, demasiado antiguo con un diseño que seguro usaron en la época industrial sobre “Encantamientos del Siglo XIV y su Aplicación Moderna”.

John arquea la ceja dudoso. 

—En Ilvermorny teníamos “Encantamientos Aplicados a Problemas Urbanos”...- empieza explicando su sarcástica hija, ya recostada en el sillón y rendida a seguir trabajando por ahora, su mirada es lejana. 

Zumba fingiendo que entiende el punto, uno que parece no llegar a finalizar, pero seriamente no lo hace, John se esfuerza sin embargo, siempre se queda atrás en algo... suspira leyendo el folleto cuyas palabras elegantes son notables —Entonces ¿Y los profesores?- guía la conversación lejos de materias. 

-Es muy pronto para decirlo, solo hemos conocido a Snape...- aquí resopla un poco, el guía y tutor asignado para los procesos del ministerio por Mindy, un personaje nada amable como poco social -Mcgonagall, ella parece estricta pero no lo sabre hasta que me de clases...- se encoge de hombros, su hija sonríe, seguro tuvo una mejor imagen de ella que del primero -Y finalmente, el director, un personaje, te digo... se ve bastante amigable para ser todo lo que el profeta dice- arruga su nariz ante esto ultimo.

Carter suelta un suspiro observando esa pila de periódicos que contra todo consejo, compraron. 

Y si, aun ellos que apenas saben del flujo social y político, notan el descarado menosprecio como propaganda negativa no solo a Hogwarts... también al chico Potter ¿no deberían demandar los tutores? era un menor de edad siendo expuesto y eso era penalizado en américa... pero igual notaron, sus ganas de minimizar el incidente del niño muerto en el final de ese dudoso torneo de magos hecho en el periodo pasado. 

Si, los Carter pueden no saber mucho, pero cuando hay conspiraciones lo saben. 

Miranda se ha puesto de pie -Me recomiendan leer un libro que se centra en Hogwarts-

-¿Necesitamos ir al callejón?-

Un gesto arrepentido, tal vez no esperaba salir con un pendiente que empieza a ser urgente -No quiero molestarte...- admite suavemente sin mirarle, pero la mano de su padre le consuela y comprende -Pero si, la mayoría lo reciclare... además no tengo porque comprar cosas nuevas solo para encajar...- aquí gira los ojos exasperada, como si hubiera leído varias veces la lista de útiles y haya decidido que se mantendrá en el estándar que ya tiene de su anterior colegio -Solo comprar la mencionada lechuza, Graves propuso usar el halcón pero simplemente me lo imagino causando una guerra civil entre las aves nativas- 

Si, Carter se imagina eso al recordar ese pequeño evento con dos pájaros bastante orgullosos, aun cuando fue Mindy quien trato directamente con ese problema -Por cierto, tenemos una pequeña reunión con Corday y su hija-

-Solo espero que no sean como los hijos de Luka-

-Es más grande, al menos, no es un adolescente completa- le consuela torpemente John. 

XXXXX

Elizabeth Corday había esperado una pequeña cena, un gesto casual como amistoso, una reconexión que aunque no sentía tan necesaria, se siente nostálgica... era un pequeño restaurante honesto... se había puesto ropa casual y estaban en medio de una comida donde los Carter demostraban que son bastante sociales, su hija, Ella Greene  había estado silenciosa... hasta que simplemente hizo una pregunta inesperada.

-Entonces ¿Son los extranjeros con un elfo bastante poderoso?-

La comida, algo británico, se quedo a medio camino rumbo a la boca de la más joven. 

John se ahogo con el agua.

Puede no ser un adolescente, ser más adulto joven que inexperta, pero sonreía malvada como divertida de haber ocasionado la reacción que esperaba, señalando con su tenedor zumba con gracia -Fue bastante bueno el tipo de caos que ocasionaron...  no solo al ministerio... sino a sus simpáticos vecinos mágicos- expresa con mucho conocimiento del asunto. 

Erizándose por tal imprudencia, Elizabeth le lanza un gesto fulminante a su hija que agita su mano desinteresada como descuidada -Hemos hablado de tu comportamiento- sisea en voz queda para mirar alrededor con sutileza, al menos las otras mesas están más interesadas en sus propias cosas que en lo que dicen -Lo lamento, Ella suele no ser muy... educada con estos temas- ofrece a sus invitados.

La hija que tuvo con Mark Greene bufa sin gracia, metiendo un bocado sin saborear. 

-Sabes, un aviso- Carter se limpia la boca, como parte de su ropa al haber luchado por respirar en medio de un trago de agua -O una pista, uno sabe que no puede simplemente preguntar- añade como si pensara mejor su queja. 

-Entonces, ¿Hija mágica?- Corday sonríe con ironía, porque la casualidad... descubierta de manera poco sutil por parte de su rebelde descendencia... no se pierde.

-Si, como la tuya, al parecer- John regresa con algo como el alivio, quizás, viendo un posible aliado con quien platicar algo que asume... lo come por dentro. 

-¿Eres amigo de esos vecinos mágicos?- es Miranda quien pide lentamente. 

-Uh, no sé ¿Seré tu enemiga si digo que si?- Ella arquea la ceja medio jugando, pero en su gesto hay solemnidad.

Elizabeth arquea la ceja juiciosa porque hasta Carter ha reservado su gesto -¿Que esta pasando?- cuestiona impaciente cuando solo se alarga el silencio, no hay conversaciones alegres sobre el secreto que ahora comparten... no hay comparaciones... ni bromas... parece que todo se apaga con el temperamento de la hija de su ¿conocido? 

John es quien se pasa la mano detrás de la nuca con nerviosismo -¿Sabes del dolor que he tenido en el pecho?-

-¡Dijiste que ya estabas bien!- Miranda se gira con fuerza. 

-Estoy bien, nada preocupante...- asegura sonriente, bromista, levanta sus palmas ante el gesto retador de su  descendencia -Bueno, esos vecinos mágicos, me lanzaron uno de sus hechizos directo en el pecho- ofrece como quien ofrece una galleta inocente. 

Elizabeth abre la boca incrédula. 

-¡Fue un accidente!- Ella explota levantando sus palmas, algunos de otras mesas miran, por lo que se obliga a apagarse con un siseo -Solo un accidente- reafirma leal. 

-¿Un accidente?...- ahora es Miranda, puede ser joven, pero esa voluntad suya y temperamento es el de un volcán al inclinarse sobre la mesa acechadora -¿Atacar a un no maj desarmado es accidente?-

-Dijo que estaba con un paraguas- su hija excusa, demostrando que lo escucho de alguien involucrado.

-Si, porque un paraguas es más peligroso que una jodida varita- la hija de John alega peligrosa. 

-Bueno, tranquilícense- Elizabeth sabe que la conversación no va como seguramente su hija tenia planeado -Ella, solo, deja de excusarlos... sabes que atacar un muggle es penalizado- intenta recordarle, puede no ser tan adepta a ese mundo anticuado, pero se encargo de leer lo básico de leyes cuando empezó a involucrarse. 

-Bueno, un elfo no debería violar la casa de un mago solo porque sí- Ella gruñe al cruzarse de brazos negando a mirar a nadie, obviamente, confía en sus motivos y en la persona que le paso ese rumor.

-Creo que es mejor dejarlo así- John suspira con tristeza, observador y diplomático que sabe si continuaban, ambas hijas volátiles arruinarían no solo una cena. 

Corday afirma al ponerse de pie -Lamento esto, supongo, que podemos hablarlo después-

-Claro- John anima a Miranda a levantarse -No te preocupes, yo pago la cuenta- ofrece como un pequeño gesto. 

Elizabeth suspira pero acepta, Ella camina a su lado, cuando salen al exterior mira con una ceja arqueada en silenciosa cuestión.

-Mi amiga no es la malvada, ellos... seguramente la provocaron-

-Sabes que esta amiga tuya no te cuenta todo ¿verdad?-

-Ella es una hufflepuff, la lealtad...-

-Su lealtad no puede ser solo contigo, Ella...- interrumpe Corday con fuerza, con mando, puede ver el enojo rebelde pero al menos ha madurado un poco en eso, antes de suspirar, llegar a su coche -además... deja de definir a la gente por esas casas tuyas- le repite como tantas veces ha hecho. 

-Solo, no entiendes-

Y duele que se lo diga, siempre se lo dice, nunca entenderá, ese mundo donde su hija se metió... la ha apartado en áreas que no esperaba... con los años pensó superarlo, pero siempre le ha hecho sentir como si no tuviera poder de decisión sobre cualquier cosa de su mágica hija -Solo considera, que debió de haber un escenario completo... Ella... porque puedo no conocer a Miranda, pero si conozco a John y nunca ha sido una persona que merezca ser atacado- no era mentira.

Pueden haber pasado años de no tratarse.

Años de vivir distancias.

Pero John fue una vez un colega bastante suave como diplomático que no merece cualquier mal trato. 

Ella resopla pero no dice nada.

Corday supone que tendrá una platica interesante con John. 

 

 

Chapter 8: Al otro lado II

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-Lamento la actitud de mi hija, seguramente quiso ser divertida...-

-Y la mía lamenta arruinar la cena- 

Ambos médicos se miran largamente como si desearan decir tanto de todo lo descubierto durante su intento de conectar ambas familias... pero se quedan cortos... sus pensamientos atorados... y es que todo parece tan absurdo como anormal o hasta predecible para expresarlo en ese momento. 

Es John Carter quien rompe el momento al observar el reloj de la sala de descanso, casi las nueve de la noche, agita su cabeza al caminar directamente a la cafetera... una cuyo café esta cálido... horrible... pero haber olvidado su termo en el taxi fue tonto, seguramente su hija lo regañara por hacerlo de nuevo ¿Cuantos lleva perdidos? -Sabes...- empieza lejos de sus inocentes divagaciones, siendo el valiente de tocar el enorme elefante figurativo que existe entre los únicos presentes -Mira realmente esta muy avergonzada de haber reaccionado como lo hizo-

Con un largo suspiro de parte de la Doctora Corday quien se pasea al otro lado de la cocineta para buscar un sobre de té con un movimiento fácil -Entiendo que fue grave lo que te paso, sinceramente, es adorable que sea así de protectora- suena a broma, pero real, un adolescente es difícil de controlar y lo sabe, por lo que no juzga tan duro. 

La taza ridícula de eligió en esta ocasión humea, da un amargo sorbo sin omitir la mueca y el disgusto, entonces afirma -No fue una buena experiencia, aunque admito... que si... nuestro elfo hizo algo un poco ilegal, pero no sabíamos que estuvieran tan nerviosos para no dejarnos explicar- agita su mano un tanto cansado de esa tonta situación -¿Quien es tu informante?-   

Corday esta sentada con una taza, a diferencia de John, esta por terminar su turno, solo toma un largo suspiro cansada -Le gusta que le llamen Tonks, tiene un complejo con su nombre- contesta sin miramientos. 

La chica que cambia el color de cabello, recuerda muy bien John.

-Ella realmente es leal, demasiado, tanto para no ver más allá de su amistad...- Elizzabeth continua como si hubiera notado pequeñas cosas que le disgustaban, apretando con firmeza los labios con una cuchara mueve ausente su té -Pensó que seria divertido salir con el tema, minimizo el daño que pudieron hacerte...- resopla enojada, tal vez, tuvo una pequeña discusión en casa con su hija -No mide las consecuencias de sus actos, no cuando se trata de la magia- 

John adivina que hay más sucediendo, puede notar la amargura en su porte, todos tienen problemas, piensa al mantenerse de pie con su horrible taza de café.

Elizzabeth entonces lo mira largamente -Dime John ¿Sabes el tipo de problemas que hay en esa comunidad? Ella tiene años sin decirme nada, y por como lo mencionaste... sobre que estaban nerviosos... eres más consciente que yo en el tema- suelta con un largo peso encima de sus hombros. 

Mira el fondo de su café negro, se mueve de un pie a otro ordenando sus palabras -Bueno...- se aclara la garganta -No se que te pueda servir, considerando que apenas vamos llegando...- quiere bromear, pero la mirada seria que le dedican apagan su ingenio -Existe una guerra sucia entre el ministerio y Hogwarts, que por lo que entiendo, son dos bandos con demasiado peso en la comunidad...- es un pobre resumen, lo sabe, pero su colega frunce más su ceño -Y en la casa, donde mi elfo decidió meterse con buenas intenciones, repito...- murmura con un largo suspiro -Al parecer tienen a este niño, Harry Potter, figura publica usado como símbolo y ahora, siendo desacreditado por el ministerio y protegido por lo que sé, por este director de nombre divertido...- agita su mano -Hubo un niño muerto el año pasado en un torneo, el posible retorno de un mago oscuro y el esfuerzo por controlar la imagen publica de ambos-

Si, se quedo corto.

Si, le falta información. 

La dijo sin orden, pero es lo que tiene. 

-Aunque Mira y yo no seguimos ajustándonos con esta información, las fuentes no son confiables- añade rápidamente el antes forastero cortando la pequeña pausa incomoda.  

Elizzabeth tiene sus labios apretados, horrorizada suelta un largo suspiro incrédulo -Sabes más que yo-

-No tienes que sentirte culpable...-

Su colega niega con diversión amarga -No me siento culpable, me siento cansada... y un tanto defraudada...- Corday siente que fracaso como madre -Sabes más que yo, siendo un recién llegado... lo intente, Carter, intente demasiado sin embargo, no fue suficiente- 

Por un momento el eco del hospital es lo único que se escucha. 

Tentativamente se sienta, mira un poco más el reloj, luego se enfoca - En américa no es tan distinto, tuve que esforzarme demasiado para no desconectarme de mi hija... y debo aceptar... que ayudo bastante que ella se resistiera tanto a esa sociedad...- resopla, John recuerda el inicio, las cartas con quejas, las comparaciones culturales, todo con un aire nostálgico divertido -Pero debo decir, que "No Maj" suena con mas dignidad que muggle- bromea. 

Una sonrisa real, Corday resopla —¿“No-Maj”? Suena como una app para evitar impuestos- señala sarcástica, su té frio como abandonado y muy agradecida por el intento de aligerar sus culpas. 

—Muggle suena como una enfermedad de la piel- contradice astutamente John. 

Elizzabeth muestra una sonrisa insípida —Touche- 

Su sonrisa pretensiosa se disipa un poco -Yo tengo algunos periódicos, no son imparciales... tal vez exagerados... y mentirosos, pero al menos te ayudara a saber, como esta esa comunidad de magos - ofrece.

Esa colega, algo despeinada, divertidamente afirma en silencio -Agradecería el gesto-

Se pregunta si puede hacer algo más para ayudarle, Carter siente un grave sentido de deuda considerando que le dio la oportunidad de una entrevista en ese hospital.... que fue su superior alguna vez... pero solo se quedan con torpeza en un silencio reflexivo.

—¿Alguna vez pensaste que criarías a alguien que… pudiera hacer levitar cucharas cuando se enoja? — Elizzabeth rompe con un tono ausente, aun mirando su taza ya fría de té.

John deseaba decirle que nunca vio a su hija haciendo magia antes de la carta en Ilvermony, que tal vez se lo perdió con las situaciones que vivieron en áfrica... ahora piensa, que puede que esa magia haya salvado a Miranda de las complejidades que sufrió antes de decidir mudarse y divorciarse tempestuosamente -No, la verdad, no se me paso por la mente- es sincero al dejar su taza de horrible café vacío -nunca pensé tener una conversación seria que tuviera "adivinación" en medio...- recuerda el otro día con burla -Que decir, de encontrarme con las fantasías que leí de niño, fueron realidad en ese lado- añade jugando, después de todo ¿El rey Arturo? ¿fantasmas? ¿hadas? ¿vampiros? criaturas que vio enumeradas en una de las tantas ocasiones que leyó sus libros. 

Corday aun esta fija en su taza menos optimista —Cuando tenía cinco años...- empieza -Se abrían o cerraban puertas cuando hacia un berrinche...- bufa con una risa pequeña -Pensé que me volvería loca ¿sabes? casi llame a un sacerdote para hacer limpia...- agita su mano alegremente -Entonces, cuando cumplió 11 llego esta mujer salida de una novela gótica... me entrego una carta con apariencia antigua... y entonces, resulta que existe otro mundo ¡como si no fuera suficiente con uno!- 

-En América igual llego este hombre raro, al menos un poco más moderno que aquí...- ofrece en otra comparativa fugaz, risueño, John nunca olvidara a Severus Snape pronto -Y aunque no sirvió mucho, por una falta grave de desactualización, en américa intentaron darme orientación... me inscribieron a un programada de adaptación... junto con una bonita visita a la calle mágica más popular del momento- 

-Me hubiera gustado eso...- Corday interrumpe sin mirarlo confirmando otra diferencia -Solo me mandaron esa introducción, la carta... una vista de ese callejón... y me hicieron sentir fatal, casi debía estar agradecida por conocer algo que esta fuera de nuestro alcance... con los años no se hizo fácil- niega casi en un recuerdo de esa experiencia —Como si nuestros genes fueran una molestia —

Supone que tuvo suerte, otra diferencia más para anotar mentalmente sobre las comunidades, tal vez necesite escribirlo y quizás, publicarlo alguna vez en el futuro... resopla ante tal cosa... analiza la tristeza de su colega, baja los hombros rendido al percatarse de algo importante - En ese entonces ¿Te sentiste apartada?- 

Elizzabeth abre la boca, la cierra -Todo el tiempo- se rinde a decir -Un verano simplemente dejo de invitarme a comprar sus útiles... luego otro verano solo avisaba que se quedaría con un amigo... entonces, empezó a estudiar para ser parte de ese ministerio suyo...- cuenta con pesadez, como alivio, tener alguien con quien quejarse es liberador para una madre soltera -Me convertí en espectadora de su vida...- ríe amarga -Dejo de hablarme de cosas, no por crueldad, simplemente porque "nunca entiendo"- levanta sus dedos en comillas, como una excusa que ha escuchado constantemente. 

John de nuevo se siente agradecida del comportamiento de su hija, porque a pesar de que si, esa sociedad los aparta aun como padres de niños mágicos... ambos lucharon para que las distancias no crecieran... aun ahora sigue leyendo libros mágicos por aburrimiento -Aun no es tarde, Corday- aconseja optimista -Ella, es joven, puede ya tener un pie más allá en ese mundo, pero, puedes intentarlo-

-Supongo...- no suena tan convencida -Por ahora, si estoy queriendo leer esos periódicos que tienes- 

-Por supuesto, sabes, que si tu hija no te cuenta algo... yo te puedo informar- John le guiñe un ojo confabulador. 

Corday resopla divertida —¿Y si Miranda también se aleja? —preguntó finalmente en un giro de seriedad nuevamente —¿Si entra tan de lleno en ese mundo, y como Ella, comienzas a no ser suficiente?- tantea con preocupación sincera, como alguien que, ya esta en ese problema. 

John siempre ha visto ese problema, uno que parece agregarse con los dramas que ya tiene como Carter -Tendré que ser perseverante, constante y ofrecerle más cariño...- enumera viendo el fondo de su taza vacía -Porque eso sí, lo tenemos los muggles

—O los No-Maj.- Corday añade alegremente usando igualmente, el titulo extranjero. 

—Especialmente los No-Maj- mueve las cejas con gracia. 

Ambos rieron, más suave esta vez.

XXXXX

Con un nudo de bruja dibujado en el suelo de madera, pero el entorno propio del gran salón de Hogwarts, Miranda estaba sentada en un viejo taburete vestida con un uniforme sin color... un sombrero pesado... con un aroma a viejo... con la calidez de un vivo... esta sobre su cabeza con la intención de acomodarla en una de las tantas casas que se adapten a sus cualidades más fuertes.

Pero ella fue un adulto con una vida, ahora es un niño con distintas experiencias. 

Un aclarar de garganta retumba en su cabeza, Miranda brinca, aprieta el borde de ese banco pero resiste cuando siente la magia en esa vieja —¡Oh…! Vaya, vaya… esto es interesante. Muy interesante…-una pausa larga —Mente adulta en cuerpo joven... - su secreto dicho parece casi gritado, la hace nerviosa, pero la cosa solo ríe -Es una de las mentes más integradas que he visto, debo decir... divertido... - continua con su inspección con ese aire emocionado de alguien que había estado tan aburrido hasta ahora -No un simple disfraz, no una máscara… más bien… una fusión. Curioso... será difícil colocarte-

Miranda jadea al despertarse de ese horrible sueño.

Era un recuerdo reciente, ahora integrando cosas de su pasado, ese momento después de su examen... con solo tres testigos adultos... le asusto... hizo que le gustara más el evento en Ilvermony, al menos era menos invasivo y no la hacia sentirse analizada ni recordar que tan vieja es... ¿Hay niños haciendo eso tan pequeños? ¿no es algo tonto hacerlo a los 11? uno sabe que cambia, fue un adulto... aun ahora... hay mucha de su nueva personalidad evolucionando de lo que fue... nadie es el mismo después de tantos años. 

Bajando sus hombros controla su respiración.

El sombrero seleccionador es un idiota. 

Desde que arruino esa cena no deja de pensar en las pistas que ha notado del cambio de su comportamiento, alentado por esa vieja tela que la puso en una casa de Hogwarts... admite que si... es distinta... en lo explosiva que se esta volviendo... no es que fuera injusto... no se arrepiente del todo porque fue protegiendo a su amable padre... pero aun es curioso, digno de analizar y detenerse a reflexionar... dejándose caer en la cama mira el techo con un largo suspiro.

Ser adolescente la esta alcanzando.

La influencia de la sangre tampoco puede ignorarla.

Su personalidad esta gran parte dirigida por su vida anterior, pero supone que es justo que agarre matices... es parte de la evolución y el cambio... Miranda no teme en nada sus decisiones, solo espera no ser imprudente... claro, si los adolescentes ayudaran seria más fácil... comienza a dormitar con eso en mente, pero su alarma suena con fuerza desde el tocador.

Chasquea los dientes al sentarse, mirando acusador su móvil.

Era el esperado día para iniciar Hogwarts. 

¿Porque pasa tan rápido el tiempo? 

Cierto, tuvo demasiado entre manos como para apreciar realmente los días. 

¿No puede estudiar en línea? no esta la opción. 

Gira los ojos rendida a pausar toda su rutina de verano.

Ahora solo marcha a la ropa ya doblada la noche anterior, se mete a su baño para ducharse, alistarse... su cabello sigue siendo un lío rizado, parece que se han definido más los últimos años... las cremas que usa son una combinación entre muggle y mágica... admite que en su anterior vida era menos cuidadosa con eso, pero ahora, ha prometido ser saludable en todos los términos aun cuando odia todavía el maquillaje. 

Se ha puesto unos jeans, unos buenos tenis, una playera neutral amarilla... al brotar a su habitación, una que sigue siendo un poco anticuada, ya tiene toda su personalidad en los muebles, claro, solo lo electrónico se queda... lo demás ya esta empacado ceremoniosamente... toma sus lentes de sol del mueble cercano, una pequeña bolsa donde trae lo básico (un móvil que estará apagado demasiado tiempo) y al abrir su puerta, su padre le ofrece una sonrisa indulgente obviamente esperándola con mucha paciencia. 

Negando Miranda le da un abrazo -Hubieras dormido más- le castiga. 

Apartandose, John aun huele a hospital, se ha cambiado de ropa, pero esas ojeras, ese entusiasmo de haber estado despierto toda la noche lo delata... solo se encoge de hombros con un agitar de mano -¿Y perderme tu esperado viaje? Odiaría no tener otro detalle del que burlarme más tarde- admite dramáticamente, era una costumbre ya, comparar su vida antes con la de ahora.

-Papá, ya haces demasiado- caminando por ese corredor de la segunda planta, con el aroma de las comidas que siempre hace Mindy, niega al apuntarle en la cara... no era mentira... si no fuera por su monitoreo, ese señor que se dice padre ya hubiera muerto de descuido (y por esa razón ha dejado al elfo a cargo de su cuidado, no solo de los magos con intenciones que puedan o no intentar hacer su camino a la casa... sino de que coma y duerma bien). 

-Hija, no hicimos nuestro ultimo viaje al callejón por mi...- John lamenta tranquilo, culpable con un largo suspiro de esos planes que cancelaron -ahora no solo tendrás que comprar en ese pueblo del colegio lo que te falta, sino, que adoptaste ese halcón que seguro hará una revolución contra las lechuzas-

Miranda no puede discutir lo ultimo, el halcón, donación de Graves, cuyo nombre es Gaspar, llego hace algunos días pretencioso con una carta cediendo el derecho... la cosa es caprichosa e inteligente... pero no olvida como trato a la lechuza de Hogwarts en esa pequeña coincidencia, tuvo que hablar seriamente sobre limites o al menos, de no provocar a las otras aves... si alguien hubiera visto la escena, se burlaría por la seriedad en la que estaba mirando al animal -No se puede hacer nada- agita su mano.

John suelta un suspiro al llegar a la primera planta, ahí esta una maleta grande en color azul celeste con tantas calcomanías como fuera legalmente posible poner... el halcón ya estaba en su jaula resignado... se detiene a admirar la vida de su hija metida en esa cosa para tantos meses -¿Lista para el esperado día?- muy tarde para preguntarlo.

-No- la adolescente igualmente observa su maleta, una cuya profundidad mágica hace posible que meses de ropa y cosas sean transportadas sin pesar demasiado.

Recuerda cuando fue a comprarla en esa tienda en Chicago, un consejo dado por su guía mago cuando iba a empezar el año en Ilvermony... como era un nacido no maj... como tal vez haría viajes por medios no mágicos... le dieron la opción de usar una maleta adaptada, no un baúl ni una cosa anticuada, una maleta que pasaría con facilidad los filtros en los aeropuertos... su padre compro dos, y si, las han usado en sus vacaciones que han tenido. 

Carter ríe palmeando su hombro ya acostumbrado a las despedidas -Bueno, al menos ahora tengo compañía- era el primer año con un elfo en casa. 

-Mindy ya sabe que debe cuidarte-

-¿Quien es el padre aquí?-

-Me siento más cómoda saber, que respetas tus horarios-

Si fuera posible, su papá solo gira los ojos con gracia cariñosa -Vamos, el taxi espera- 

XXXXX

La estación de Kings Cross se encuentra en el barrio de Camden, un poco apartado del centro de Londres. 

Pintoresco, con fachada antigua bastante elegante, ambos Carter bajan del taxi con un silbido apreciativo.

-Debo admitir, que tienen estilo- John es quien rompe alegremente. 

-Gaspar ama la atención- Miranda lamenta al ver cuantas miradas de juicio le dan los transeúntes que los notan. 

-Al menos tenemos los permisos, por si hay alguien preguntando- bromea en voz alta su padre, provocando que varios... obviamente chismosos... escuchen -Supongo que son más elegantes, pero sigue existiendo la gente entrometida-

-Bueno, no los puedes juzgar, tenemos un ave muy exótica revoloteando como diva en su jaula- Miranda asegura divertida al arrastrar su maleta, su padre carga a la nueva mascota que le lanza una mirada muy inteligente muy ofendida -Lo siento Gaspar, solo, es la verdad- un ave no debería resoplar pero lo hace. 

Dentro es peor. 

Pero al menos la gente ya no mira tanto.

La alerta de que hay magia haciendo ese efecto llega cuando su padre se interesa más en el reloj que en el ave que trae en su propia mano... Miranda tiene que tomarlo del brazo para enfocarlo en la intención de buscar la entrada a la parte mágica de la estación.

-Dios, me marea mis ganas de mirar un punto de la pared-

Su hija resopla, saca el pergamino con instrucciones dadas hace bastante tiempo, junto con el temario recuerda con ausencia, arquea la ceja al caminar lentamente... levanta la vista para ver los números de estación... luego a su padre con una sonrisa indulgente -Dice que es en una columna... en medio de estas dos estaciones- ofrece en el momento en que ven a una pareja atravesar dicho muro. 

John que había estado distraído por los hechizo repelentes se perdió el espectáculo, solo se enfoca, con Gaspar aburrido en su jaula, para arquear la ceja un tanto dudoso -No me digas que hay que lanzarse como un loco a la pared-

-Lamento decirte que si-

-Espero nadie me vea, sino, seguro me reportan a psiquiatría-

-Y por esa razón, tienes tantas ganas de ver un punto en la pared... tu honor quedara salvado, padre-

John gira los ojos divertido pero igualmente agradecido, tal vez no se quejara mucho de los hechizos anti no maj demasiado si le salvan de ser grabado o juzgado por las personas educadas... ambos se toman de las manos de todas maneras... y sin dudar, caminan directo a la pared... una que se desvanece como una cortina fresca que cambia el aire al cruzarla -Los magos y sus dramas-

Resopla sin ofenderse, ha notado ese patrón y no hay como defenderse, pero ambos Carter se quedan callados cuando el silbato del tren resuena con fuerza en un eco que silencia todo... el sonido de la maquina llena el espacio... otro anden más lleno, con gente obviamente mágica o no tan mágica, con baúles o jaulas llenas... algunos les dan una mirada juiciosa... otros los ignoran... y los pocos no maj que reconocen a otro tienen la decencia de saludarlos. 

Muchos miran su maleta.

Otros el halcón (y esta vez no para considerar hablar o no a protección de animales).

Y obviamente saben que son extranjeros ¿Todos en esa comunidad son chismosos? Miranda comienza a considerar ese dicho que nunca pensó aplicar en la comunidad mágica de Londres... pero encaja...  sobre "pueblo chico, infierno grande" aun cuando duda sean un pueblo... que este chico... sin embargo, todos parecen saber de todos. 

-Antes de apagar tu celular, quiero fotos de adentro- John finalmente habla con ese tono de admiración sin adulterar aun atento a la maquina digna de una postal. 

-Si, papá- su hija ríe para comenzar a caminar entre la multitud. 

Hay demasiado bullicio, aun falta una buena media hora pero la gente comienza a amontonarse en las puertas a lo largo de la maquina, ve poco personal guiando, ve a algunos magos con hijos guiando a los perdidos... el calor de las personas amortigua bastante el clima. 

Miranda no tiene a nadie que buscar entre los jóvenes con sus familias por lo que los pasa de largo, solo se ajusta un poco más la correa de su pequeña bolsa... el nerviosismo comienza a apretarse feo en el estomago... puede ser algo madura, intentar en fluir con todo el drama pero ciertamente, el primer día escolar en otra sociedad... cultura... si la marea bastante.

-Hay un perro con la gente que nos ataco-

Parpadea un tanto confundida por el comentario casi casual de su mayor -¿Perdón?- sisea.

Una risa de alguien que nota su error, John aprieta su hombro donde mantiene el control -Esa gente esta ahí, con muchos jóvenes debo decir y actuando tan sospechosos... aun cuando intentan disimular- explica paciente, aun caminando entre la gente. 

Miranda no los busca, pero escucha a un perro, resopla sin ganas de ubicarlos, aun amarga de su manera de salirse con la suya... tampoco tiene ganas de conocer a los niños que seguro tienen en Hogwarts, espera que no la busquen considerando como son los adolescentes de sociales y, pues, conoció a Harry Potter en el ministerio.

-No debes resentirte con los niños, es problema de los adultos- aconseja sabiamente John con una sonrisa que sabe, cuan madura puede ser su hija.

-No pensaba sostenerle nada a los niños...- suspira Miranda casi como si no fuera un adolescente también, su padre resopla divertido -Pero estaría más cómoda con que no me hablaran- añade sin pretender amabilidad, ambos se detienen en una de las tantas puertas a lo largo del tren, se miran largamente -Me escribes- señala innecesariamente, siempre intercambian letra. 

Un fuerte abrazo, pasando parte del equipaje que el mayor tenia, son evitados por otros grupos... por otros chicos despidiéndose igual... cuando se apartan el medico sonríe tenuemente, casi pareciera ver la imagen superpuesta de la pequeña que alguna vez fue -Preferiría un mensaje cada noche, pero supongo que es muy ambicioso... te dolerá la mano- ríe consecuente, casi triste que los móviles no funcionen dentro de campos fuertes de magia - Cuídate mucho y haz amigos- 

Resopla ante su consejo constante cada inicio de año escolar, Miranda solo suspira al ver su verdadera preocupación de no hacer el esfuerzo... que sus amistades solo son con aquellos niños que son hijos de los colegas de su padre... Graves... nadie constante, nadie memorable -Soy sociable....- murmura con un puchero al apartarse, pero esa mirada le dice todo -Bien, tratare de hacer algún amigo que funcione de escudo social- 

-Uno pensaría que con tu actitud alegre, serias el centro de todo circulo-

-Es un don complejo- Miranda bromea al acomodar su equipaje para fácil ascenso... pero duda... más al ver a ese ojo mágico en el fondo, junto con un perro negro y cuya mirada coincide... ella no duda en entrecerrar sus ojos, luego mirar a su padre con angustia.

John acaricia el cabello de su preocupada hija -Estaré bien- asegura aun cuando, no ha visto que esos magos han comenzado a caminar lejos del anden -Tienes a Mindy sobre mi, no lo olvides- le recuerda con sincera diversión.

Miranda sabe que es innecesario, que si, puso al elfo encima de su padre no solo para sus horarios, se obliga a relajar su postura, darle un ultimo abrazo... una sonrisa... para apartarse, mirar las escaleras que suben a ese tren con algo de inseguridad normal de un adolescente... pero lo espanta con la madurez de una vida pasada... Gaspar revolotea impaciente, era momento de subir. 

XXXXX

Dentro las risas son fuertes. 

Al lado de otros niños en ese apretado corredor, también están inseguros... perdidos... pero a comparación de Miranda... tienen el pretexto de ser tal vez, primer año...  acepta que se siente un tanto ajena al murmullo de ese largo corredor nada agrandado por magia... también ve a tantos reencontrándose emocionados... era un poco grosero que nadie los orientara, pero con un largo suspiro de resignación... saca su móvil para tomar una foto de su primera impresión. 

La mayoría no se da cuenta.

Pero los que están de pie a su lado parpadean -¿Eso es un teléfono?- con su cabello rojo en un desastre largo, ojos bastante serios y una ceja arqueada.

Afirmando un tanto cansada al ver la batería ya afectada por la magia, tiene que apagarlo antes de dañarlo definitivamente... su padre se tendrá que conformar con una sola foto.

-Eres muy grande para ser un primer año- el mismo chico cuestiona inflexible. 

-Me mude recientemente-  Miranda espanta con fatiga natural, son apartados por un grosero adolescente... uno que no voltea a disculparte, solo va a abrazar a otro grupo que casualmente pasaba delante.

-Bienvenidos, primeros ingresos ¿verdad?- finalmente una chica se detiene delante del cada vez más grande grupo que empieza a tapar el corredor, con una sonrisa nerviosa se aclara la garganta como si esa consideración o guía fuera su iniciativa y nada programado por el colegio -Solo tomen un lugar en cualquiera de los compartimientos... se hará un aviso una o dos horas antes de llegar para cambiarse a los uniformes... primeros años irán por un lado, los mayores seguirán al resto del grupo- ofrece con torpeza, una sonrisa y se va rápidamente. 

-Bueno, supongo que fue amable- el mismo niño pelirrojo resopla impaciente. 

-Si, lo fue, sobre todo porque no soy un primer año- Miranda tiene el impulso de confirmar, el resto de los niños se remueven incomodo... la mayor del grupo frunce el ceño al mirarse rodeada ¿quieren que rompa las filas? ¿que se mueva? ¿porque se convirtió en líder de los perdidos? cierto, son niños pequeños y era mejor quedarse cerca de la que parece saber que hace... casi gira los ojos al suspirar.

-Soy Daniel Page- ofrece su mano como un adulto pequeño. 

Resopla ante su formalidad, supone algo británico -Miranda Carter- estrecha la mano, notando cuan aliviado esta de no reaccionar ¿como quería que actuara? decidiendo que no es su problema, Gaspar revolotea enojado e impaciente -Bueno niños, suerte en su año escolar... si tienen dudas, busquen a un chico mayor que si sepa que hacer- aconseja al comenzar a caminar, el tren da el ultimo aviso. 

No avanza demasiado al fondo cuando es interceptada por un dúo de pelirrojos con sonrisas malvadas, con sus manos en la cadera se miran entre ellos... luego sobre el hombro... a los lados... y de nuevo a ella con un brillo lleno de una gracia -Mira quien tenemos aquí-

Miranda gruñe, el resto de los niños dudan en pasarla de largo, pero lo hacen, aun ese pequeño Page resopla desinteresado, intenta rodearlos... pero su camino es cubierto por uno de ellos, confirmando que si, es con ella la conversación... impaciente con la mano en la cadera, Gaspar enojado, golpea el pie el suelo -¿Los conozco?-

-Bueno, tu no... pero nosotros si- uno dice divertido. 

La joven gruñe, puede ver algo en sus rasgos, pero prefiere no ubicarlos por el bien de su corto temperamento, solo entrecierra sus ojos cuando esos dos siguen como obstáculos cuando el tren, obviamente ya va a andar para ese largo viaje -¿Acosadores?-

Un parpadeo confundido, como si la palabra fuera algo nueva o tal vez, nada usada, luego abre la boca el que obviamente es más inteligente -¿Que? ¡No!- 

-Solo somos fanáticos- añade al recomponerse del shock. 

-Si, no cualquiera trae un elfo a otro continente- canturrea su hermano con una sonrisa malvada compuesta. 

Con un largo suspiro sufrido porque duda que sea todo por esos ojos brillantes, el tren empieza a andar -No tengo el tiempo para sus juegos, no los conozco... y no tengo la intención de hacerlo... si continúan, Gaspar les picara la cabeza- como si supiera, el ave en si se agita con violencia en su jaula provocando que ambos chicos salten fuera del camino -Excelente, espero no verlos pronto- se despide sin ganas de profundizar la rareza ni saber sus nombres.

Muchos susurran por el obvio desaire a un dúo aparentemente popular, las puertas semi abiertas con ojos juiciosos no les presta atención... Miranda intenta caminar rápido analizando compartimientos con apenas una mirada... deseaba un lugar solo, pero duda que lo encuentre considerando cuantos otros chicos se apuran también a encontrar donde pasar el viaje... ¿no tienen asignados? ¿no hay un orden? ¿porque no esta nada agrandado por magia?... en el Ilvermony son carruajes, supone, que es algo del nivel educativo. 

Ya esta llegando al final cuando otro grupo tapa su camino atrayendo de nuevo miradas de tantos. 

-Tu eres la forastera...- un rubio con un aire pretencioso levanta su nariz con dignidad -

Miranda mira al techo por paciencia, Gaspar se agita de nuevo pero a comparación de antes, solo los hace dudar, considerando que es un grupo más grande por lo que tienen valor -Dios, ¿No me van a dejar llegar a sentarme?- pide en voz alta sin importarle si molesta a alguien. 

-¿Si quiera sabes tu lugar? estas hablando ante Draco Malfoy- una niña alega desde el costado del rubio. 

Un girar de ojos por tal comentario, el tren sigue avanzando, el entorno mira de nuevo -Solo quiero viajar tranquila-

-Bueno, tenemos la intención de que al menos... sepas donde estas ubicada...- el presentado Draco tiene una sonrisa con mala intención y esos ojos, brillan como si hubiera encontrado algo con que jugar -Los Americanos son bastante laxos con sus nacidos muggles- obviamente quería decir otra cosa.

Miranda arquea la ceja cuando las risas estallan en ese grupo, se esta perdiendo un chiste, lo sabe, pero solo vuelve a entornar los ojos con un resoplido... entonces finge mirar más atrás -Oh, dios mío...- señala casi dejando caer la jaula, el grupo voltea engañados, aprovecha para empujar a la niña presuntuosa fuera del camino, correr sin escuchar lo que tengan que decir... con su maleta no tan bromosa, Gaspar bien sujeto, se mete al primer cubículo sin intención de pasar más tiempo en ese corredor -Lo siento, pero... creo que ya entre a este lugar ¿puedo sentarme?- sonríe alegre, sin vergüenza y cansada. 

El grupo idiota no viene... ni el dúo de pelirrojos... la americana ignora a los ocupantes, coloca su maleta en su lugar (tampoco agrandado), acomoda a Gaspar cercas (monitorearlo)... guarda su celular en la bolsa, saca un pequeño cuaderno y decide, ponerse a garabatear un largo momento.

Escucha el murmullo de los otros ocupantes, sobre rumores... el profeta... Harry Potter.

Lamenta no tener música para escuchar.

Dormita un largo momento.

Lee un libro que sabe su padre le ha metido entre sus cosas (que sea de primeros auxilios lo delata).

Alguien pasa a vender dulces, algo que rechaza, los otros ocupantes si compran y tiene que saltar fuera del lugar de una rana de chocolate. 

El día avanza, el paisaje cambia, la gente va o viene pero al menos... no los que molestaron al principio. 

Miranda no se esfuerza por integrarse, ni por hablar, se mete en el libro en una parte interesante de reanimar... lo malo es que se nota que necesita practicar si desea aprender realmente... ¿algún niño desearía ser su chivo expiatorio?... resopla, no, no iba a arriesgarse ni mucho menos, tener que socializar, solo se limitara a leer e imaginar. 

Llega el momento de colocarse el uniforme. 

No le gusta mucho el color, pero supone, debe conformarse... al menos, es mejor que Ilvermony. 

XXXXX

 

 

Chapter 9: Caos escolar I

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El anden al que hay llegado es más rustico, descendiendo del tren, apartándose del camino de otros desesperados que obviamente saben a donde van... Miranda se detiene solo a analizar de nuevo el lugar... era anticuado, demasiado, la magia vibra fuerte en el aire y el murmullo es intenso entre los jóvenes que pasan de largo tan desinteresados en la que no encaja.

Hay alguien llamando a los primeros años aparte, asume, no debe seguirlos. 

Al menos es como dijo ese intento de guía (una adolescente que tuvo iniciativa) al principio de todo. 

Es un poco descuidado ignorar a la extranjera, pero supone que tienen mejores cosas que hacer que darle trato especial, no necesita más punteros en su nueva vida escolar... por lo que toma una larga respiración, sin más resentimiento y tomaba ese consejo que le dieron, seguir a los demás.

Siente el peso de las miradas de otros, tal vez los hostigosos del inicio de esa travesía, prefiere caminar rápido... agarrando bien su maleta y Gaspar... para no darle la oportunidad de tener otro intento de ¿intimidarla? a esos tontos, esquivando algunos obstáculos vivientes (grupos de niños que caminan demasiado lento) llega a la puerta de ese anden con un largo suspiro cansado, se detiene solo a admirar de nuevo el pintoresco paisaje nocturno.  

El frio afuera era peor, el uniforme era cálido por magia, pero se aferra al abrigo con un escalofrío. 

¿Cuanto tardara en acostumbrarse? todos parecen muy cómodos con el clima, en Chicago era tan extremo también, pero aquí parece una perpetua humedad con aires fríos.  

La calle se abría amplia a casas apenas iluminadas en el fondo, la piedra adornaba los caminos que se abrían diversos... si mira la estación de tren, aun con la noche... era digno de otra postal menos impresionante que King Cross, Miranda niega cuando Gaspar grita enojado por su falta de movimiento -Voy, no te enojes- suspira al simplemente enfocarse. 

De nuevo no tiene la mala suerte de ser abordada. 

Solo mira como hay una centenar de carruajes alineados en la calle, tan dignos de un museo, nota que los chicos suben constantemente... de nuevo... no hay nada asignado... Miranda suspira adaptándose al caos del flujo... sin intimidarse... con la vergüenza de ser la nueva superada... inspecciona la larga fila considerando usar la ultima tal vez. 

Los Thestral se agitan ajenos, nadie les presta atención. 

Miranda asume que nadie es capaz de ver la tétrica elección del colegio para los carruajes, era lo mejor... por lo que con otro suspiro resignado... duda tener un espacio para si misma, considera que compartirá con extraños... se detiene ante un pensamiento espontaneó ¿No se supone que compartió su cabina del tren? ¿Donde están esos niños? no es que fuera a ser amigos, ni recuerda sus rostros, solo es una divagación al azar.

Resopla al reanudar su andar, no se dio cuenta cuando esos compañeros de viaje desaparecieron del radar... su padre seguro estaría muy decepcionado de su falta de interés de intentar al menos ser más amable con los niños. 

Estaba pensando en excusas para darle a John en su primera carta, cuando nota... con un ceño fruncido porque es un obstáculo en su camino libre a los carruajes más lejanos... un chico viendo fijamente a los caballos tétricos como una estatua tensa.

Es igualmente curioso como todos parecen mirarlo, susurrar e ignorarlo.

¿Es un paria? ¿Discriminado? cuando se acerca, viendo su perfil, es entonces que lo reconoce y entiende. 

Es el afamado Harry Potter, actualmente odiado por el ministerio y la farándula. 

Miranda estaba tentada en pasarlo de largo... no eran conocidos, ni amigos y sus problemas no eran de ella... solo son dos personas que se encontraron en el ministerio, cuyo adulto fue parte del grupo responsable que daño a su padre... merecía ser ignorado, pero al verlo tan pálido como algo asustado le hizo suspirar, no era tan malvada.

-No los veas tanto, no te castigues así-

Harry por supuesto que salta entre atrapado o asustado, gira para verla con sus ojos abiertos... un ligero sudor frío... abre la boca, la cierra, parece querer decir demasiado y el entorno... adolescentes nada discretos... susurran al ver como dos anormales, una por extranjera el otro por "Mentiroso", tienen contacto directo. 

Sonriendo consoladora, como bastante impaciente entorna los ojos -No estas loco, son pocos los capaces de verlos, pero existen- continua adivinando que simplemente ese cerebro adolescente esta frito. 

El joven se ajusta los lentes, desvía la mirada con un ligero enrojecer de vergüenza -Entonces, puedes verlos- 

La extranjera entiende, seguro ningún adulto se ha molestado en hablar con el chico, ¿Alguien ha tratado las consecuencias de ver morir un compañero de torneo?, no, los magos, aun americanos, no creen en la psiquiatría y ella no iba a intentar ser el apoyo de un desconocido -Son criaturas mágicas, deberías buscarlas... se llaman thestral- ofrece resuelto al mirar al caballo descarnado de nuevo.

-Tú... eres Revenclaw- suena tan triste, cansado, tal vez no era lo que deseaba decir... pero lo dice, Harry la mira.

Resopla ante sus prioridades, pero solo se encoge de hombros al apartarse -Suerte- es lo único que dice en voz alta ignorando su llamado, nota que se acuerda de su nombre, pero sinceramente no le interesa alargar el intercambio... con un Gaspar adormilado, su maleta en la mano, se sube en el carruaje más lejano con un largo suspiro... observa a los ocupantes con la ceja arqueada -Hola- saluda al decidir mirar por la ventana sin prestar atención si le respondieron. 

Un día desperdiciado solo en viajar ¿No hay otros medios de transporte menos tediosos? 

Cuando empezó a moverse el carruaje, decidió tomar una siesta. 

XXXXX

Hogwarts es distinto a su día de visita. 

Con un gran bostezo, dejando a Gaspar y su maleta donde alguien le indico, sigue a la multitud mirando alrededor. 

El vestíbulo, una cosa antigua que bajo el sol no era tan intimidante, ahora resplandecía con la luz de las antorchas en un eco de pisadas de cada alumno que avanzaba en platicas amenas.

-¡Oye!- 

Miranda sigue caminando sin prestar atención a quien sea grita por encima del murmullo.

-¡Oye!- 

Miranda camina más rápido porque sospecha que es a ella a quien le hablan.

-¡Te estoy hablando!-

Ser detenida es grosero, resopla, pero lo hace entre la multitud que mira de nuevo, arquea la ceja -Tenia la esperanza que no fuera conmigo- es sincera al enfrentar al chico que mantiene su mano sobre su hombro.

Abre la boca, la cierra, un pelirrojo enrojece furiosamente al apartar su agarre como si quemara.

-Lo sentimos, solo, Ron no tiene ninguna pizca de sutileza- una niña sonríe nerviosa al pararse al lado del pelirrojo.

-Nadie, de hecho- Miranda asegura secamente, más al lanzar desplantes a los curiosos del entorno. 

La niña, con cabello rizado, sonrisa brillante y vibrante de curiosidad reservada, se aclara la garganta emocionada por cualquier razón y extiende su mano diplomática -Soy Hermione Granger... este de aquí, Ron Weasley... y Harry Potter- presenta con soltura, aun cuando este ultimo va llegando con un aire angustiado, evidentemente, no quería hacer ese intercambio en ese momento.  

Reuniendo su paciencia, un poco más cansada a causa de su siesta en un incomodo carruaje, toma esa mano en un apretón firme -Miranda Carter- ofrece, aun cuando sospecha, lo saben. 

Soltando, Granger mantiene su sonrisa -Hemos escuchado mucho de ti-

Harry hace un sonido ahogado, Ron parece divertido. 

La extranjera solo arquea la ceja -¿De verdad?- pide muy cansada como acusadora, porque no es el primer contacto que ha tenido.... están esos pelirrojos repetidos que intentaron tratarla como un viejo amigo en el tren... luego ese rubio con su sequito.

Otra confirmación de que esa gente no se puede mantener callada ¿no hay discreción en ese ministerio? ¿una ley que ampare los procesos que llevan a cabo? supone que es justo, si son capaces de enlodar y usar la imagen de un menor de edad ¿Porque tendrían consideración con la forastera? al menos, no la publicaron en ese periódico suyo. 

Por su parte, esa chica parece notar su error en la manera de hablar, solo se remueve incomoda -Yo, bueno...escuchamos de Harry...- evitar mirarla solo es más acusador. 

La extranjera entrecierra sus ojos con suspicacia.

Agarrando el brazo de la niña y el pelirrojo, Potter es ahora quien se aparta sin una mirada arrastrando a sus amigos silenciosos -Creo que es mejor irnos...- dice en voz alta ya unos pasos lejos -Suerte- le regresa la cortesía perdiéndose entre la multitud cada vez más escasa. 

-Eso fue bastante sospechoso- una rubia se para a su lado en otro con comportamiento familiar. 

-¿Tu quien eres?- Miranda fulmina de nuevo ya cansada de las actitudes casuales de los adolescentes alrededor. 

Un parpadeo perezoso, aun mirando el camino a esas grandes puertas donde ya muchos han cruzado, tiene esa sonrisa serena -Soy Luna Lovegood...- ofrece en paz, sin ofenderse por su tono - Somos de la misma casa, aunque, de distinto año- complementa cómoda. 

-¿Todos me van a hablar como si nos conociéramos?-

-No lo sé, la gente es muy rara- la rubia expresa con naturalidad peculiar. 

Deteniendo sus ganas de señalar que es la más rara hasta ahora, Miranda solo mira al techo por más paciencia. 

-Sabes, tu eres distinta... no solo por ser de otro continente... uno sabe que América tiene sus propios nargles...- expresa con esa intención de ser seria pero fallando, más cuando tiene esa mirada soñadora aun al frente -Tienes esa mirada de saber más... que no encajas con tu edad-

Miranda bufa impresionada pero manteniendo la mascara de indiferencia frustrada, ha notado que la gente mágica se da cuenta de la antigüedad de sus ojos... más de lo que padre ha notado en esos años de vida... Graves fue el más directo y parece que esta Lovegood lo expresa como si fuera una ocurrencia no un hecho... elige no delatarse ni prestarse a conversar al solo empezar a andar.

-Sabes, en américa tienen unos animales peculiares...-

-¿Me vas a seguir?-

-Bueno, estamos en la misma casa... y perdí a Ginny- contesta resuelta, sin vergüenza ni duda. 

No sabe de quien habla, pero la sombra rubia no entiende de indirectas al mantenerse a su lado, Miranda niega al cruzar la gran puerta... de nuevo nota la diferencia del gran salón... vestido de gala, más lleno, cálido con aroma a cera quemada... en el fondo, una enorme mesa con maestros que no conoce aunque nota a los que si con un aire ajeno... analiza las cuatro casas donde parecen encajar todos los alumnos con un aire alegre -Entonces, nuestra mesa es la azul- 

-Si, te va a gustar-

Lo duda, más cuando nota otro tipo de miradas viniendo de ese lugar, sobre todo dirigidas a la rubia sonriente de su lado. 

Miranda saca conjeturas conforme más se acercan, parece abrirse espacio, no hay tampoco reglas para sentarse a lo largo... no hay diferencia de edad... el peso de cada ojo, aun de otras mesas es evidente ¿están aburridos? ¿no tienen a un Potter que juzgar? ¿un director que acusar? ¿una vida aparte de ella y la rara?... niega al suspirar y sentarse con un largo suspiro por supuesto, que Luna toma su lado alegre.

Luna ha estado platicando de todo y de nada. 

Por lo que entiende, vendrán los primeros años como una exhibición que sabe, también hicieron en Ilvermony, Miranda se pregunta si la comida tardara... sinceramente desea algo de cenar considerando que solo se alimento de lonches que preparo dentro de su bolsa... entonces mirando un poco a la rubia un año menor, arquea la ceja notando con aburrimiento algo más peculiar que ella -Son lindos tus aretes- tiene el impulso de felicitar.

Luna se ilumina deteniendo sus divagaciones con verdadera gratitud, algunos resoplan alrededor.

Las puertas se abren y finalmente, empieza otra costumbre de Hogwarts. 

Si la canción que dice el sombrero inquieta a muchos, no le interesa, Miranda va llegando y si todo va mal, se cambiara de colegio en el siguiente año. 

XXXX

La cena fue abundante.

Demasiado. 

Miranda con el peso de su estomago arrastra los pies todo el largo camino a la torre, Luna actúa como su guía impuesta por iniciativa... y porque los prefectos parecen preferir hablar con los primeros años... puede ver al pelirrojo pequeño ¿Page? electo en esa casa, pero sabiamente elige ignorarla... los demás van en su mundo... ¿La rubia no tiene un grupo de amigos aparte de esa mencionada Ginny?... suspira resignada a haber obtenido una sombra, además, también funciona como escudo porque nadie se acerca a saludar a la forastera.  

-¿Hay que subir escaleras?- ve al grupo de adelante amontonarse en unas escaleras de caracol como el final de un innecesario viaje. 

-Si, no son tantas- la entusiasta de Luna responde jovial. 

-Acabo de comer, me dolerá el estomago- lamenta Miranda con los hombros bajos. 

-Bien te puede hacer falta- uno se inserta groseramente, estaban en la parte posterior del enorme grupo amontonados en las escaleras... entre las sombras de ese corredor... con la noche muy clara entre los ventanales... suspira con gracia pequeña. 

-Pensé que no me ibas a hablar- Miranda señala al pequeño que se ha separado de su grupo de primer año. 

El pelirrojo se encoge de hombros poco empático, como un adulto amargado en pequeño -Daniel Page- ofrece. 

-Luna Lovegood- responde con una sonrisa más cálida, como si tener alguien con quien hablar en su casa fuera un gusto real... una novedad... que todos miren no ayuda a la rareza.  

-Interesantes aretes- Daniel puntualiza con un tono muerto. 

-¡Verdad que si! eres la tercera persona que los observa con buenos ojos- la rubia se vuelve a iluminar con gracia. 

-Te estas arrepintiendo de hablarme ¿verdad?- la forastera avanza en esa enorme fila para subir, dando un gesto divertido al pelirrojo que observa como Luna ha entrado en una fase de frenesí hablando de como eligió el tema de sus aretes como un proyecto de vida. 

-Si- Daniel hace una mueca sin moverse.

Eran dos antisociales abrumados por Luna. 

Miranda tiene el descaro de reírse de su sufrimiento. 

Pasa un largo momento incomodo de lentitud, han decidido quedarse al final.

Daniel es una sombra silenciosa poco habladora, Miranda pone apenas atención al resto de los alumnos que quedan y Luna sigue hablando por ambos... ya nadie los juzga por la compañía... a nadie le interesa la forastera o la rara y el pelirrojo... todos están demasiado cansados y llenos de comida para dramatizar tan tarde, están cansados, fue un día de viaje y promete una semana de adaptación.

Al final de esa apretada escalera de caracol hay una puerta sin pomo o cerradura, con una aldaba de bronce en forma de un águila... el propósito es obvio... era lo mismo el Ilvermony... cuando la rubia explica el funcionamiento, ya que los prefectos los abandonaron, a los nuevos los llena de incredibilidad. 

-¿Tengo que pensar una respuesta para cada pregunta que se le ocurra a la cosa para entrar?- es Miranda quien dice incrédulo cuando la respuesta de la rubia, abre paso a la calidez de la sala común. 

-Si, por eso estas en revenclaw- Luna responde con obviedad. 

-No, estoy en revenclaw porque ese sombrero es un idiota- la extranjera dice en definitiva con seriedad. 

Luna le da un gesto escandalizado ya sea por insultar el sabio pedazo de tela o por creer que eligió mal. 

Daniel solo resopla divertido. 

La sala común de Revenclaw era hermosa al menos. 

Su padre estará alegre de saber que consiguió dos acosadores en su casa de Hogwarts y que si se esfuerza un poquito, pueden evolucionar a compañeros y en el futuro... ser amigos... todo esto también depende, de como le va en el año y si toda la mala fama de ese colegio no la empuja al extranjero a estudiar. 

 

Chapter 10: Caos Escolar II

Chapter Text

-¿Te levantas temprano?-

Vestida deportiva Miranda se detiene de golpe, observa con una ceja arqueada quien espera en esa sala común que aun siente como una exhibición histórica... los retratos siguen dormidos... la calidez dentro es distinta de afuera... resopla al acercarse habiendo querido ir directo a lavarse, inclina la cabeza impresionada de su compromiso cuando apenas van a empezar las clases -Y tu, Pequeño Page ¿No es muy temprano para estudiar?- le regresa con soltura. 

-No me llames de esa manera- se eriza como un gato esponjado entre mullidos cojines azules. 

-Lo siento, es que te vez adorable- la adolescente tiene una sonrisa descarada sin vergüenza ni pena. 

-¿Eres una anciana? hablas como mi abuela- resopla el primer año ofendido, pero atento al libro que tiene abierto entre manos... bastante capaz de hacer dos cosas, otra habilidad fascinante. 

Aun bombeando energía a causa de su larga caminata por corredores vacíos, Miranda bufa ante tal comentario acertado... se enfoca en cuantos libros hay exhibidos, no los noto anoche, menos más temprano... los marcos, el aroma constante de tinta y papel... se nota cuanto de esto representan a los elegidos en esa casa, bufa, en Ilvermony era similar pero distinto de alguna manera.

-¿Es algo americano?-

Parpadeando ante tal repentina pregunta con el sonido de una hoja siendo cambiada, Miranda se enfoca en el primer año aun atento a su estudio... sumido entre cojines... bastante cómodo como si perteneciera... inclina la cabeza bastante confundida de su intento de pregunta. 

Daniel tiene la audacia de suspirar por paciencia -Eso de hacer ejercicio, ¿Es algo de los magos americanos?- 

Arquea la ceja, puede ser un tono incorrecto, pero Carter no se lo toma personal, no siente malicia solo sincera curiosidad mal expresada.... se encoge de hombros -Dudo que tenga que ver con mi nacionalidad y menos, con magos- responde agitando su mano desinteresada -Es solo por salud- ofrece omitiendo la parte de su padre medico, de su verano en clases de arco y todos sus otros intentos de disciplina. 

En esa vida será saludable, aun cuando no encuentra algo constante... un deporte que le guste lo suficiente para continuar... tomo la decisión de en esa oportunidad, aprovechar lo ofrecido por su padre, obtener una buena rutina y no incurrir en arruinar su cuerpo de nuevo. 

-Los magos no hacen ejercicio- Daniel le da una mirada templada. 

No evita reír, no sarcástica ni desestimando su comentario, solo niega con paciencia al comprender la curiosidad del chico, tal vez viene de un ambiente no maj... pero Miranda no esta acostumbrada a solicitar su linaje cuando apenas se están conociendo-Lo sé, prefiero ser yo misma... no solo un mago- 

Daniel la mira con larga consideración -Eres rara-

-Es muy pronto para decirlo ¿no?- Miranda arquea la ceja con gracia.

Pero Daniel bufa, seguro deseaba decir más, tal vez hasta como Graves o Luna, entienden que hay algo peculiar en la forastera... solo se enfoca en su libro con un largo suspiro -Es el primer día, aun puedo ignorarte- 

Carter ríe en voz baja por tal amenaza dicha casual, de nuevo, no se lo toma personal -Estas a tiempo, sálvate- 

Otro resoplido audible, pero Page ya ha terminado de socializar. 

Miranda tararea al marcharse rumbo a las escaleras, directo a su habitación asignada anoche en las prisas.

Era amplio, con cuatro camas con sus respectivos muebles básicos encajados en ese espacio... tira sus tenis bajo la cama, una elegante con dosel azul... toma su ropa ya preparada con antelación... se marcha al baño con un silbido rítmico... en Ilvermony compartía... Karen, Fatima, Giselle... personas que considero compañeras, no amigas... ¿ahora? se encuentra sola. 

Mientras se baña piensa en los eventos de anoche. 

Como cuando Luna la dejo para irse con su año, Miranda fue abordada por un prefecto mayor que le explica su situación especial... o no tan especial... solo que al entrar al quinto año, cuando ya todos tienen un historial desde primero, era un evento anormal que desajustaba los números... era más fácil darle una habitación sola, que incomodar a otras niñas para recibirla.

Cuando sale preparada con su uniforme, va a su mochila, una cosa de color arena con tantas bolsas, sale al corredor donde ya hay varios saliendo... Miranda saluda a algunas personas solo por cortesía, una que muchos dan una mirada rara para continuar con sus vidas... no le molesta viajar sola, tampoco que todos parecen apartarse aun en ese nuevo día, solo bosteza en grande cuando llega a la sala común. 

-¡Buen día Carter!-

-Hola, Lovegood- 

-¿Te puedo acompañar?-

-¿Ahora si pides permiso?-

-Bueno, me dijeron que es educado-

Resopla, no sabe quien se lo dijo, pero seguro fue con mala intención por la manera en que ahora evita mirarla, solo niega, es demasiado pronto para involucrarse en las dinámicas de su tentativa conocida... o en su dramas... solo bosteza otro poco... afirma su compañía, para comenzar a caminar afuera... ignora como la rubia se ha iluminado ¿esperaba rechazo? no lo quiere adivinar al solo bajar las largas escaleras de caracol. 

-Eres de despertar temprano-

-¿Page?- adivina Carter.

-Si, me lo encontré más temprano- confirma Luna su informante -¿Te ejercitas?- pide aun cuando seguro sabe. 

Miranda casi gira los ojos, pero no se lo toma personal, la curiosidad era normal -¿Es tan raro?-

Luna hace un sonido en consideración -Para alguien que no practica quidditch, si- 

El corredor ha cambiado, hay demasiados chicos arrastrando los pies, otros bostezando, la forastera apenas en mirada ahora y era agradable -Durante el verano hago deportes, me inscribo a cualquier curso que parezca interesante...- ofrece como un pequeño dato general suyo -No quiero perder la poca condición, por si deseo, volver a hacerlo este verano- agita su mano sin ganas de profundizar cuantas disciplinas ha intentado y abandonado.

Ahora se aseguro de cargar su arco y flechas, tiene pensado tantear sus horarios durante la semana, adaptarse para encajar al menos algo de practica de eso... no quiere dejarlo como las otras cosas que ha intentado... su padre seguramente lo olvidara, pero era medico, tiene excusa, ella era una adolescente con tiempo, lo iba aprovechar. 

Han bajado escaleras constantes, la cantidad de niños de otras casas aumenta, luego estaban los primeros años que veían todo con entusiasmo infantil... Miranda no duda en señalar donde esta el comedor cuando uno se ve bastante perdido. 

Sera una bonita mañana adivina. 

-Me agrada tu mochila- Luna rompe el silencio tan cerca de las enormes puertas del gran salón. 

La forastera puede oler la comida ¿será tan buena como la noche anterior?, pero le da una sonrisa a la rubia por el halago... agitando su mochila que parece sobresalir por su color... o por sus llaveros (todos de viajes que su padre parece obsesionado en regalarle) -La compre durante mi primer año, resistente y amplia- ofrece innecesariamente. 

El gran salón de nuevo es distinto a la ceremonia, con niños ya sentados en las grandes mesas, con algunos profesores cómodamente desayunando... el murmullo hace eco.

-Quiero presentarte a Ginny, pero, creo que no le agradas mucho-

El giro de la conversación la sorprendió un poco, pero aun de pie bajo el gran marco del gran salón, Miranda gira para arquear una ceja por su comentario dicho en ese tono decepcionado casi desinteresado que ha empezado a aprender tiene esa rubia -Ni conozco a esa Ginny- asegura sin un dejo de incredibilidad. 

Luna se encoge grandiosamente de hombros -Ella parece conocerte- 

-Como muchos por aquí- espeta secamente, Miranda cree que de verdad, hay mucha gente rara en Londres... pero entiende su inseguridad aun en esa postura aburrida... esa conocida mira la mesa roja luego la azul como si estuviera en una compleja toma de decisiones -No me debes lealtad, Lovegood, apenas nos conocemos- le recuerda.

La rubia la mira algo herida por cualquier razón.

Pero Carter agita su mano desinteresada, ofreciendo una pequeña sonrisa -Puedes ir con tu amiga- alienta.

-Pero...-

-No me voy a ofender, Lovegood, tampoco eres mi asignada guía turística ni compartimos año... tengo que aprender a navegar por mi misma- ofrece en una lógica respuesta, le da un gesto severo, serio a esa pequeña que parece tener un sentido del deber bastante fuerte con alguien que apenas conoce -Tienes una vida que no me involucra, y si esta Ginny no quiere conocerme, tampoco te sientas responsable de sus traumas...-

-No esta traumada, solo algo enamorada-

-Lo que sea...- la forastera agita de nuevo su mano sin gracia -El punto es, que vayas con tu amiga... puedo desayunar sola- 

Un suspiro sin gracia, pero esos ojos soñadores abandonan su duda al afirmar -Bien-

-Suerte en tu primer día- despide con otra sonrisa casual, Miranda camina a la mesa sin otro vistazo en general. 

Eligiendo un gran pedazo solo de esa mesa asignada, al sentarse con un gran bostezo, agitando su cabello apenas sostenido por una pinza con algo de humedad aun aferrado... observa como sus platos aparecen con un suave "plop" y un pequeño buffet delante bien sincronizado... en Ilvermony era realizar solicitudes una noche antes, para que en la mañana solo lo justo apareciera... ¿Que harán ahí con la comida que sobra?, no lo sabe, tampoco le interesa mucho al servirse algo de papas en gajo, un pedazo de tostada y arruga su nariz cuando ve un jugo raro como única opción. 

-El jugo de calabaza esta bueno- Page aparece de alguna manera, un primer año que se sienta lejos de los suyos como si tuvieran años de conocerse... su propio plato como alimentos aparecen. 

-Pensé que te ibas a apartar de mi rareza-

Daniel se encoge de hombros indiferente de su tentativa amenaza más temprano.

Gira los ojos, volviendo al enfoque de su bebida -No creo querer probarlo, menos como desayuno- admite regresando al triste tema, ella es más de pan con café... o una tostada bien preparada con jugo de naranja... tiene media comida en la boca en ese momento, arrugando su nariz ante la bebida ofrecida, demasiado dulce y extraña. 

-¿Que toman en América?- Daniel cuestiona de nuevo mencionando su nacionalidad como algo curioso. 

-Jugo de varios sabores y chocolate frio o caliente- es sincera en admitirlo, suspira resignada al sabor raro del jugo de calabaza -¿Podemos hacer sugerencias?- 

-Claro que puede- una voz aguda se inserta con una gracia de practica, un ¿profesor? con varios pergaminos levitando a su costado, se detiene delante con una sonrisa apacible -Puede poner la sugerencia en el plato, para que los elfos lo consideren como una opción- explica con mejor detalle.

Miranda suspira aliviada, mirando al docente e ignorando como todos miran el intercambio ¿es raro? no le interesa preguntar -Eso es bueno, sinceramente, no creo poder desayunar o comer con solo esto como opción- bromea. 

-¿No te gustan las cosas dulces?- el mayor arquea la ceja, como si considerara una rareza que alguien sea capaz de despreciar el jugo de calabaza. 

-Todo en exceso es malo- diplomáticamente ofrece la forastera. 

Una risa vibrante, el pequeño docente afirma -Excelente respuesta- felicita por cualquier razón -Soy tu jefe de casa, Filius Flitwick y también, tu maestro de encantamientos- añade con un guiño, al agitar distinto su varita para sacar dos pergaminos que caen en manos de una extranjera y un primer año curioso -Vi que cambiaste tus optativas, de adivinación a criaturas mágicas a ultimo momento-

-Si, lamento eso, intente ponerme al corriente... pero sinceramente, no me veo como una adivina digna- Miranda compro esos libros, seriamente lo intento, pero al final se dio por vencida yendo por la opción aparentemente fácil. 

-Eso es más un don que una capacidad de aprender, si me lo preguntan, pero eso es criterio de todos- Filius se encoge de hombros con gracia -Se ha integrado en un año difícil, señorita Carter- ofrece muy consciente de su nombre y situación.

-Me han dicho- acepta la forastera. 

-Ilvermony tiene un buen nivel académico, seguro no fue difícil ¿verdad?- 

-Solo aprender a diferenciar términos, los modismos de aquí no son los mismos de allá-

-Suena interesante- Filius acepta con un brillo lleno de curiosidad por los choques culturales, pero se apaga al mirar más allá, a todos los alumnos aun con falta de horario -Bueno, bienvenidos a Hogwarts señorita Carter y Señor Page- se despide muy educado en saberse ambos nombres al continuar con la entrega de horarios. 

-¿Porque le hablas así a un maestro?- el primer año interrumpe con un tono incrédulo.  

-¿Así como?- parpadea sinceramente confundida de su cuestión. 

Daniel abre la boca, luego la cierra con un suspiro... antes de cualquier intento de conversar... el rugido de varias lechuzas hacen eco por todo el gran salón en una entrada espectacular... Bajaron hacia las mesas del comedor y
 llevaron cartas y paquetes a sus destinatarios rociando algo de agua por doquier indicando una lluvia ligera fuera.

Miranda no esperaba más que el profeta entregado por una lechuza estándar, Gaspar no se prestaría para algo tan bajo... solo le dio algo de su desayuno, una caricia ligera en la cabeza del ave para verla marcharse un poco contenta... siente el peso de la mirada del primer año -Puedo dártelo cuando termine, aunque debo advertirte, no son muy imparciales en sus notas- 

Page resopla pero seguro, como cualquiera ajeno a la sociedad mágica, no sabe los dramas que existen entre Hogwarts y el ministerio... con Harry Potter en medio... pero no será ella quien se lo diga, solo mira los titulares, lee la pequeña sección de historietas.

-¿Quien es ese Harry Potter?- Daniel rompe el silencio, obviamente, leyendo el titular de la pagina que ve desde su posición. 

-Esta en quinto año, en gryffindor- Miranda explica sin dejar de reír por una historieta en movimiento, debe admitir, que dejando de lado las conspiraciones... eran buenas sus pequeños relatos con malos dibujos. 

-¿Esta aquí?- el primer año pide incrédulo, seguro no escucho los rumores que andaban en el tren. 

-Si, debería ser ilegal que publicaran de un menor de edad... pero si, esta en hogwarts- Carter explica con un largo bostezo, se pone de pie, ajusta su mochila y ofrece su periódico al pelirrojo reflexivo -Buena suerte en tus clases- ofrece al levantar dos dedos sobre su frente como despedida insolente. 

Desea lavarse los dientes por lo que debe ubicar un buen baño para hacerlo. 

Mira un poco su horario de clases caminando rumbo a la puerta, tiene un tiempo muerto después de herbología 

-¿No es nuestra forastera favorita?-

-Esa cuya ave usa de arma-

Miranda se detiene enfrente de la puerta, se pregunta si puede golpear a esos dos y fingir que fue un accidente, pero niega hacer un problema así de grave en el primer día... solo se cruza de brazos... ajusta su mochila... mira sin impresionar a esos dos pelirrojos mayores con sus mismas sonrisas de mierda que tenían en el tren -Ahora que quieren, les dije que no los conozco ni quiero conocer- muerde sin piedad. 

-Uy, un comentario bastante cruel-

-Para personas inocentes que apenas conoces- 

-Si me tocan, Gaspar puede vengarme-

Ambos retroceden en su plan al levantar ambas manos -Los americanos son agresivos- dicen en perfecta sincronía. 

-No, Miranda es agresiva...- se llama a si misma, señalándose -Y Miranda se esta cansando de la gente que parece conocerla por cualquier razón que no sabe- continua hablando en tercera persona. 

Ese dúo tienen un intercambio de miradas, antes de enfocarla -Suponemos que es justo tu incomodidad...- empieza uno.

-Pero era innecesario la amenaza con tu halcón de caza- termina el otro con un arrugar de nariz. 

-Disculpas no van a recibir de mi- Miranda suspira con tristeza, varios dan un vistazo al pasarla de largo -Ahora, si me disculpan... tengo cosas que hacer...- da un paso, pero uno de esos pelirrojos vuelve a cubrir su camino... ella le da su mejor mirada de amenaza.

-Solo, queremos presentarnos...- expresa saltando de su postura de obstáculo, levanta la mano, luego se inclina dramáticamente en un saludo anticuado -Fred...-

El otro lo sigue a los segundos -George...-

-Weasley- ambos se enderezan al mismo tiempo con una sonrisa grandiosa. 

Era una confirmación, sabe de ese apellido, también era consciente de hijos en Hogwarts, ahora puede verlo, Miranda aprieta los labios en disgusto... pero suelta un largo suspiro recordando las palabras de su amable padre y su propia madurez... no guardar rencor a los niños de los problemas de los adultos -Bien, no me interesa ser su objeto de juego-

Camina lejos, pero ambos parecen seguirla sin importar si aprieta el paso. 

-Sabes... queremos levantar un negocio...- tentativamente uno se pone a su lado aun cuando obviamente lucha con la velocidad de sus pasos. 

-Pero nos falta una buena estructura de negocio...- ese otro hermano se instala al otro lado, igualmente, con una respiración pesada. 

-Y los americanos son buenos en los negocios- grandiosamente ambos alegan de nuevo en buena sincronía. 

-No generalicen- Miranda se siente ofendida al subir unas escaleras. 

-Pero seguro tendrás algún conocimiento útil- esos pelirrojos la observan como si fuera su esperanza, aun cuando seguramente no era su intención ni objetivo de abordarla tanto en el tren como en la salida del gran salón... seguro ocultan bien.

Duda que sea la razón real del acercamiento, Miranda solo se gira para enfrentarlos de nuevo -No tengo conocimientos de nada de negocios, mi padre es médico... puedo ayudarles con eso... pero de negocios no- miente, seguro John puede saber algo, es después de todo algo Carter tener un ojo para los negocios... inversiones... pero no estaba por aceptar nada de extraños raros y acosadores. 

Esos pelirrojos se desinflan. 

-Bien, si me disculpan, tengo cosas que hacer- Miranda se marcha sin mirar atrás ni notar cuantos han visto ese nuevo desaire a personas aparentemente populares... solo tiene en mente ¿Donde estaba el baño más cercano? 

XXXXX

El aula de Historia de la Magia olía a papel viejo, humedad y algo de tinta. 

Hay una pizarra, un escritorio y un librero de aspecto viejo.

Los bancos están alineados bajo la luz tenue de ventanas opacas ¿nadie las limpia? 

Miranda no duda en ingresar al interior sin mirar el entorno, tampoco presta atención a los otros alumnos que evidentemente la miran... pero no se animan a hablarle... solo elige uno de los bancos cerca del centro, ajusta su mochila en el suelo, saca una de sus tantas libretas y una pluma mágica... espera con paciencia que se inicie.

-¿Es eso una pluma muggle?-

No demuestra la mueca ante la manera de invitarse a su lado, reconoce ese cabello espeso ¿Hermione Granger? con su actitud rara... su presentación en medio de tanta gente antes de la ceremonia... ahora tan casual al sacar sus propias cosas para escribir y mirarla como si fueran amigas... suspira, recordando a John, detiene de morderla, solo toma un gran suspiro al mirar su utensilio de escritura -Supongo que parece una pluma...- omite la parte de "muggle" odia el termino -Pero es mágica, esta creada para encajar en la sociedad no maj- ofrece. 

Granger hace un gesto reflexivo lleno de asombro, como si eso apenas lo considerara.

-¿Vamos a actuar como si no hubiera sido rara la presentación de ayer?-

Parpadeando, la nativa enrojece al recordar el pequeño evento de la noche anterior -Lo siento, solo... pensé que seria bueno hablarte ¿sabes?-

-Eso no explica sus actitudes-

Hermione abre la boca, la cierra, evidentemente sus excusas son nulas. 

-Tus amigos se sentaron en otro lugar- señala Miranda que en efecto, en esa aula cada vez más llena, esos dos chicos que la acompañaron en la vergüenza de la noche... se están sentando en la parte de atrás y fingen, muy mal, que no están mirándolas. 

Saltando en su lugar para girarse, la gryffindor comprueba sus palabras y lanza el mejor de los gestos furiosos a esos cobardes.

Carter deseaba correrla, señalar los errores de sus mayores... del ataque de su padre por proteger a ese Potter... pero se muerde el labio al enfocarse en su pluma... tiene que recordarse el consejo de John y su propia sabiduría... esos niños no saben... no iba a desquitarse con ellos... y ¿no era preocupante que tenga que recordárselo tantas veces?... realmente su temperamento es corto apenas detenido por su "madurez".  

Cuando la hora marca el inicio, un fantasma brota de una de las paredes con una túnica anticuada... un aspecto viejo... se presenta como Cuthbert Binns en ese tono monótono que parece aburrir a todos en la sala.

-¿Esta clase la da un fantasma?- tiene que preguntar aun cuando empieza a ser obvio conforme se abre el tema de la ¿Guerra de gigantes?. 

Hermione, que había empezado a anotar con un murmullo enojado a sus amigos, se detiene... la mira largamente -¿No es normal?-

-Claro que no, los fantasmas no tienen una buena noción de tiempo... seguramente enseña un temario nada actualizado- ofrece con seguridad o torpeza, Miranda es la nueva, apenas esta llegando, pero esta segura eso es un punto que debe preocupar a los niños ¡La historia sirve para aprender de los errores! ¿que van a aprender si no se ha actualizado? puede que los últimos años son calmados de grandes eventos, pero, debe haber algo que añadir ¿no?

-¡Verdad que si!- otro, un revenclaw que obviamente escuchaba salta de su lugar llamando la atención de todos los que se acomodaban para ¿dormir? -Yo siempre digo que esto debería ser reportado- levanta su dedo bastante alentado de los que miran. 

-¿Sucede algo?- el fantasma no levanta la voz, solo parpadea como si saliera de un sueño. 

De pronto, Miranda, que solo quiere aprender y comparar la historia que sabe... ya que se esforzó por ponerse al corriente (porque no es lo mismo la historia de Estados Unidos a la de Londres)... se encontraba en medio de un debate acalorado donde los Revenclaw (menos una niña Cho Chang) realmente estaban preocupados por su educación mientras que los Gryffindor (excepto Granger) querían la comodidad que un fantasma ofrecía. 

-¡Levantaremos firmas!- el mismo niño ¿Terry Boot? anuncio sin dar lugar a la discusión. 

Es como si todos necesitaran la distracción de temas más serios. 

Mientras tanto, Binns intento y fallo en aplacar los ánimos. 

XXXXX

Con un suspiro intranquilo, Miranda se lava las manos en una ida al baño rumbo a su clase de ¿Herbología? 

Echando un poco de agua a su rostro con un largo suspiro, observa su reflejo en el espejo.

Tiene años de no recordar como era antes de nacer en esa vida. 

Tiene años de no pensar en esa familia que ya no recuerda. 

Ahora solo puede ver los rasgos de John... los ojos y cabello de Kem.

¿Porque lo piensa? seguramente esta nostálgica ¿Cuando es su periodo? es cerca si se vuelve tan melancólica.

Negando el enfocarse en sus cambios de humor de nuevo, se ajusta su mochila para ir rumbo a la siguiente clase... al menos perdió al grupo que intento formarse a su alrededor, noto también que apartaron a Granger con intención y le  daban miradas sospechosas a Potter y Weasley... Miranda no tenia ganas de involucrarse en nada de sus dramas, menos en la logística de solicitar firmas a los otros alumnos en la búsqueda de remplazar a un fantasma. 

-¿Carter?-

La extranjera casi hace una mueca por notar, que recargado en el muro delante de la puerta de ese baño, era ese niño que alentó la pequeña revolución en clase de historia... suspira resignada de no haber espantado a todos de ese pequeño grupo conspirador -¿Si?- 

-Soy Terry Boot- se presenta formalmente.

-Miranda Carter- regresa aun cuando ambos, lo saben. 

Comenzando a caminar en ese corredor con tantos chicos corriendo, la extranjera se pregunta si el silencio se romperá en algún momento... no esta interesada en el interrogatorio estándar que siempre hace uno cuando conoce a alguien nuevo... tampoco desea que piensen que son amigos, más que solo compañeros de clase... pero tampoco será grosera, su padre seguro la regañara.

-No deberías juntarte tanto con Granger y compañía- 

Carter arquea la ceja con juicio por ese aparente consejo dado por ¿buena voluntad? ¿empatía a la forastera?.

-No se si lo sepas, aunque vi que recibiste el profeta temprano...- murmura muy observador como al pendiente de la recién llegada al quinto año - Juntarte con ellos significa problemas- expresa con seguridad. 

-Entonces ¿no le crees?- 

-¡Claro que no! y tampoco deberías-

Sintiendo el aire de la mañana aun, pronto calentara más, observa con gracia el enorme jardín y agita su mano desinteresada en la explosión emocional del chico -No te enojes...- se burla con una sonrisa jovial -Solo estaba preguntando- desestima manteniendo la línea de su interés al mínimo -Pero no voy a limitar mis interacciones por rumores, Boot, aunque agradezco tu preocupación- era sincera.

No es que fuera a realizar amistades como un ser social, pero, aun en Ilvermony veía la ventaja de tener "conocidos" en todos lados... Graves le decía que era estrategia.

El chico parpadea como si hubiera esperado otra cosa ¿Que? no lo sabe al solo resoplar.

-Ahora, cuéntame cosas interesantes que hayan sucedido estos años-

-¿De verdad?- Terry suena incrédulo, tal vez esperaba un cierre a la platica... una distancia educada... silencio. 

Pero Miranda aun cuando no lo quiera, es un ser social, su padre se burlaba de esa capacidad de hablar con naturalidad con cualquiera pero apenas aprenderse nombres -Todos se conocen desde el principio... Leí los periódicos... pero si quiero encajar, necesito tener detalles- ofrece diplomática, aun cuando esta segura, si todo va mal, se cambiara de escuela. 

Boot tiene la insolencia de girar los ojos -No te voy a relatar cuatro años-

-Solo eventos canónicos-

-¿Eventos canónicos?- 

-Si, ya sabes, eventos relevantes que cambian el giro de alguna trama-

Un parpadeo, casi un tropiezo en ese césped bien recordado, ya se puede ver el invernadero con tantos chicos amontonados en la puerta -Eres rara-

-No eres el primero que lo dice, me ofende muchísimo-

Terry resopla pero obviamente, se divierte. 

-Y aquí tenemos a la forastera-

Miranda arruga su nariz al enfocarse en ese camino de piedra, se puede ver una excelente imagen de postal desde ese punto... pero sobre todo.... al grupo de ¿Sltytherin? que tapan el camino con sus sonrisas insolentes... los recuerda del tren -Tenia la esperanza que se olvidaran de mi- admite en voz alta. 

El rubio ¿Malfoy? arquea la ceja, luego le da una mirada a Terry Boot -Supongo que las sangre sucias están unidos ¿no?- ofrece en voz alta, su grupo como varios slytherin ríen... mientras los revenclaw fulminan pero no les interesa unirse en ese frente como lo hicieron contra Binns. 

Miranda detiene a Boot de hacer algo que pueda meterlos en problemas, con su brazo extendido parpadea al repasar lo dicho un tanto confundida -¿Eso era un insulto?- pide claramente. 

-¿Que? ¿En América son tontos?- Malfoy empuja con una sonrisa feroz, otra vez los adolescentes ríen. 

Carter resopla con un girar de ojos -No, solo ¿Sangre sucia es un insulto?... - su sonrisa es una mierda que hace callar a varios con duda -Les falta ingenio, ¿Quieres pelear conmigo niño?- arquea la ceja con gracia, si, estar cerca de su periodo la vuelve más volátil y esos pequeños tontos no saben. 

-No sabes con quien te estas metiendo- el rubio da un paso amenazante -Mi padre sabrá de tu comportamiento, forastera- 

Deteniendo de morder al pobre hijo de papi, un bostezo, un gesto aburrido y una sonrisa insolente -Es muy temprano para dramas y guerra... Malfoy... limítate a tu vida, yo me limitare a la mía- sisea en voz clara pero sin un gramo de miedo ¿Que puede temer? ¿una expulsión? no era un adolescente normal que teme ser expulsada de la escuela... si será un problema... probablemente perderá el año... pero sinceramente, hay cosas peores que volver a empezar. 

-¿Que sucede?- el profesor, una mujer regordeta ha salido finalmente del invernadero, abriéndose paso entre los chicos.

-Malfoy esta buscando pelea- Miranda apunta sin titubear al grupo escandalizado de Slytherin -Me llamaron sangre sucia, aunque no sea... si aquí sea un insulto- añade inocente.

El color interesante rojo en ese rubio fue divino para los ojos malvados de la extranjera.

Todos parecen dar un paso atrás, mientras los slytherin intentan inventar excusas.

-¡Como te atreves a decir eso señor Malfoy!- pero el docente escupe furioso al plantarse delante del acobardado niño.

La profesora los alienta a entrar al invernadero, mientras se lleva al grupo de serpientes con murmullos enojados con dirección al castillo... Draco le lanza el mejor gesto vengativo que tiene a la forastera que saluda descaradamente.

-Esto te causara problemas- una niña asegura dudosa. 

Miranda resopla porque lo sabe, los adolescentes son así de tontos.  

-No pensé que fueras a acusarlo- otro niño susurra en voz queda. 

-Su padre es importante- Terry suspira con tristeza, parece dudar mantenerse a su lado. 

La forastera gira los ojos pero desestima sus comentarios, solo toma asiento soportando la mirada de todos ¿Que esperaban? ¿Que siguiera el juego inocente? ¿Que alentara el comportamiento abusivo? si, puede ser un problema para su paz mental.

-Tienen más variedad de plantas- dice en voz alta critica. 

Boot resopla -¿Que ven en Ilvermony?-

-En su mayoría, plantas de climas secos pero nada tan... ¿vivo?- la forastera admite, lo vio en los libros... es una materia en la que también tuvo que ponerse al corriente... pero verlo en persona era interesante, se anima a acercarse a los plantíos dispersos alrededor ignorando el gesto amenazante de las serpientes. 

XXXXX

-¡Gaspar que hiciste!- Miranda exclama fulminando a la pretenciosa ave parada en lo más alto de esa torre, las lechuzas están agitadas... obviamente ya lo odian tan rápido... niega frustrada al mirar a la victima de un zarpazo feo en el brazo -¿Estas bien?- llama tentativamente. 

-No hizo nada, solo... lo siento- el chico balbucea con lagrimas en sus ojos de dolor. 

-Sabes que no debes disculparte cuando eres la victima- asegura la extranjera mirando la herida, no era profundo, pero desagradable... ser hija de un medico le enseña a traer vendas en la mochila... unas que saca con cuidado -Hay que lavarte, pero al menos esto detendrá el sangrado... no acostumbro a traer desinfectante ni pociones- lamenta lo ultimo, algo que considera empezar a cargar porque su temperamento ha elegido enemigos entre las serpientes. 

Graves seguro puede ayudarle en métodos de seguridad a su alrededor, una carta que tuvo que hacer en herbología para enviar junto con la de su padre... al menos... considerando como las lechuzas están agitadas, mantendrán a Gaspar ocupado y lejos de la guerra entre especies. 

-Fue mi culpa, me acerque emocionado... lo asuste- el niño balbucea excusas. 

Miranda resopla al mantener la gasa en ese sangrado -Aguarda, te acompañare a la enfermería-

-No es necesario-

-Mi ave te causo esa herida, obvio que es necesario- suspira Miranda al entrecerrar sus ojos, Gaspar insolente le regresa el gesto de alguna manera, ata las cartas en su pata... le da instrucciones... lo ve marcharse con un aire cansado -Soy Miranda Carter- ofrece aun cuando esta segura, no hay nadie en ese colegio que no sepa su nombre. 

-Soy Neville Longbottom- 

-Bien, Longbottom...- casi tropieza con el difícil apellido -Vamos a la enfermería- 

Ser regañada por la enfermera era esperado, pero Miranda soporto con gracia y aprovecho, para pedir pociones para el periodo... la magia tiene sus ventajas, una de esas, es el control del sangrado. 

XXXXX

-Escuche que hiciste enemigos- Page se invita a su lado esa noche en el comedor. 

Vestida con algo deportivo, al haber estado practicando con su arco y flecha cerca del bosque prohibido, disfrutando su soledad en su tiempo libre... Miranda le da un gesto nada impresionado al primer año que parece cómodo con apartarse de los niños de su edad -¿De verdad?- expresa sin humor.

-También que tu halcón casi mata a un gryffindor- ahora Luna se sienta al otro lado con ese gesto soñador como cansado de su primer día escolar. 

-¿De verdad todo se sabe aquí?- no evita agitar sus manos la extranjera, pero ¿que esperaba? en Ilvermony también eran tan chismosos. 

-Puedes competir con ese niño Potter- Daniel añade alegre.

-Es bueno perder en esa competencia- canturrea Miranda, muy consciente que entre los rumores evidentes... las miradas acusadoras... era más fuerte el caso de Harry Jodido Potter y su pelea a gritos con la profesora de defensas. 

-Ginny no quiere sentarse conmigo-

-Y te dije que no me debes lealtad, Lovegood- 

-¿Porque nos miran raro los Gryffindor?- el primer año cuestiona mirando dicha casa donde hay varios susurros obviamente molestos... aun Potter suena más... pero es obvio que Carter no se queda tan atrás en su primer día de clases. 

-¿No supiste? Carter provoco una pequeña revolución en historia de la magia- es Luna quien contesta picando su cena con un aire ausente. 

-Eso ni siquiera fui yo, Boot es el que planteo todo- Miranda se defiende, porque puede que haya hecho una queja al aire... una valida observación sobre una clase dada por un fantasma... pero no estaba prestándose para ese tipo de movimiento contra Binns. 

-En serio, Carter ¿América es así de divertido?- no suena jovial, solo sarcástico, para ser un primer año, Daniel era bastante acido. 

-Yo creo que Carter atrae los nargles- 

Decide, al lanzarle una mirada fulminante al mocoso... luego uno cansado a Luna... y solo por si acaso, uno enojado al ajeno Terry Boot sentado con sus amigos muy lejos de ella... que en ese primer día de clases, donde solo hubo presentaciones y amenazas con sus exámenes que dirigirán su futuro adulto... que en Hogwarts son dramáticos. 

 

 

 

 

Chapter 11: Caos Escolar III

Chapter Text

“Primer día: Tengo dos sombras inesperadas que siento, es el nacimiento de un club de marginados... admito que provoque una revolución académica en una clase, en mi defensa ¡Los fantasmas no deberían impartir una materia!.... alenté un enemigo rico, fue su culpa, no mía y admito, no tienen ingenio para insultar ¿Sangre sucia? bueno, la sangre no es limpia del todo ¿verdad?... Gaspar hizo de las suyas como temía, no contra las lechuzas, ataco a un niño curioso ¡No hay demandas!.... Papá diría que estoy progresando, sigo firme en que si todo va mal, me cambio de colegio.”

Finaliza su pequeño resumen con una sonrisa satisfecha. 

Ha decidido armar un pequeño resumen de sus días hasta que regrese Graves, no es que no pueda usar una lechuza del colegio, pero sinceramente, Miranda siente su desprecio por ser la dueña del halcón desagradable que seguro les hace la vida difícil... guardando sus plumas de colores (porque los usa para darle personalidad a su carta en un intento de quitarle seriedad)... Miranda se pone de pie con un crujido de su espalda, había estado intentando escribir varias maneras de abrir su primer día, aunque dio un pobre resumen de los sucesos.

Si fuera una adolescente normal no daría pistas de sus problemas juveniles, tal vez mentiría sobre perfección y amistad, pero FUE un adulto, aun cuando tiene juventud... cambios hormonales... el desliz de una personalidad explosiva golpeando la experiencia... omitir nunca termina bien... John merece saber la verdad aun cuando en ocasiones, no sea agradable. 

Zumbando una canción inexistente alrededor de su habitación preparando lo ultimo en su mochila, ignorando sus libros dispersos en otra cama que no es suya... recogiendo su cabello húmedo en una pinza grande... finaliza con un agitar de su varita para recoger antes de que un elfo venga a hacerlo... si la música es de cierta película ¿noventera? es casualidad. 

Miranda al salir de su habitación, cerrando, encuentra el corredor algo vacío... aun siente tan irreal... un tanto impersonal... espera esas emociones sean suplidos por normalidad, pronto, caminando rumbo a las escaleras... dando los buenos días a personas groseras que no contestan... ajusta su mochila al encontrarse en la cálida sala común. 

-¿Saliste con esta lluvia?- es el saludo que la recibe antes de salir. 

-¿Estudias con esta lluvia?- Carter le regresa sin filtro, una sonrisa descarada al brotar al castillo.

Daniel Page resopla al comenzar a bajar por las escaleras de caracol. 

-Eres muy joven para estar de mal humor tan temprano, pequeño Page-

-¡Deja de llamarme así!-

-Buenos días- Luna, que parece haber esperado al lado de las escaleras los mira con ese aire soñador -Los Nargles están de buen humor hoy- añade. 

-¡Verdad que si!- Miranda acepta alegremente caminando como lo describió en su carta... un trio de inadaptados que ni siquiera son del mismo año escolar. 

-Ni sabes que son los Nargles- Daniel suspira como un adulto muy cansado. 

-A tu edad, debes ser mas feliz... pequeño Page- castiga la extranjera sin ganas de cuestionar las cosas en las que cree la rubia. 

Daniel Page la fulmina, Luna suelta una risita pequeña pero feliz. 

Caminar por los corredores de un enorme castillo, de nuevo, compara con su vieja escuela americana, el caos adolescente es lo mismo... sea mágico o no... ama que la ignoren, que nadie recuerde que existe un quinto año encajándose en su colegio... se pregunta, ausentemente si todo estará bien en casa.  

La frialdad húmeda aun se aferra al aire, Luna platica amenamente con Daniel sobre cualquier cosa rara.

Miranda no deja de pensar en las tareas que ya debe empezar a hacer si desea tener al menos el domingo libre, en su padre... si Mindy esta haciendo un trabajo en mantenerlo sano... antes de su elfo, John solía adelgazar bastante por descuidado... en Graves, su único amigo que seguramente hará su rutina ajeno al mundo social... cuando llegan a la enorme puerta del comedor, ya tiene una agenda programada para al menos, ese día. 

Con paso firme, atrás de ella, Daniel tiene uno de esos suspiros dramáticos -Entonces, me estas diciendo que todo este tiempo que tiene en el colegio... Harry Potter ha estado en medio de drama y favoritismo- expresa pragmático como seco. 

Miranda resopla ante lo asertivo que se escucha todo, pero no lo dice al mirar por encima de su hombro, al parecer, han estado discutiendo sobre ese niño Potter... Page tiene buena cabeza si quiere escuchar más allá de rumores que el profeta o los niños de la edad dicen... que mejor que otro mayor, que aunque rara, parece ser algo imparcial.

-No creo que haya favoritismo- Luna tiene esa pequeña arruga en su ceño mirando directamente al primero. 

-Me dijiste que le dieron puntos de la casa por romper reglas en su primer año- Daniel se cruza de brazos arqueando la ceja como un adulto en pequeño. 

-Fue por buenas razones- la rubia afirma, aun cuando por su propia edad, no estaba presente en ese incidente. 

-En el segundo año lo felicitaron por meterse en asuntos que obviamente eran para adultos- continua el pelirrojo implacable, varios le sacan la vuelta y Miranda se pregunta porque esta esperándolos cuando obviamente no priorizan el desayunar. 

-Nadie parecía dispuesto a hacer nada- Lovegood continua en la defensa de su caso. 

-En el tercero también se involucro en sucesos alrededor de este convicto Black y dementores- puntualiza el primer año secamente. 

-Bueno, ahí no te puedo decir nada- débilmente acepta la rara revenclaw. 

-Y en el cuarto termino en medio de un torneo donde su edad, no era valida- niega cansado en un resumen pobre de todo lo que ha escuchado desde la torre de su casa. 

-Fue una trampa esto ultimo- Luna arruga su nariz ofendida. 

-Bien, bien, no vamos a pelear por un león rebelde- Carter corta el aire como si con esto, cortara la tensión en ambos chicos... no le gusta actuar como diplomática... pero seria triste si sus tentativos ¿compañeros? pelearan por un niño que ni los topa. 

Lovegood resopla y Page gira los ojos impaciente. 

-Entonces ¿Desayunas con nosotros? o te vas con tu amiga que me odia-

-No te odia, solo, esta enamorada-

-Y eso no responde nada, porque dile... que no tengo esos gustos-

Luna parpadea como si no entendiera, pero Daniel enrojece porque SI entiende a pesar de la edad. 

-Tu no deberías de ser el que reaccione- regaña Miranda un tanto divertida. 

Decidiendo que es mejor la ignorancia, la rubia ofrece una sonrisa soñadora pero llena de disculpas -Los veo en la cena- agita su mano para apartarse saltando a la mesa roja. 

-Entonces ¿Te odian?-

-Dos días en la escuela, dos meses en Londres y ya tengo todo un drama... soy especial- Miranda agita su mano con un dramatismo burlón. 

Page gira los ojos pisoteando directo a la mesa azul, en el lugar con menos gente... la extranjera burbujea con un zumbido casi alegre... el desayuno aparece tan pronto se sientan ¡Hay chocolate o café! -¿Como te fue en tu primer día?- pide conversacional como educada la mayor. 

-La profesora de defensa es insoportable- admite el primer año con un verdadero gesto ausente, picoteando su huevo con el tenedor y murmurando en voz baja sobre cualquier injusticia que haya experimentado. 

-¿En el primer día?- Miranda levanta ambas cejas con curiosidad.

El quinto año puede ya tener tarea como expectativa, pero en primer año realmente es sobre adaptación e introducción ¿no? no tienen porque ser tan exigentes o tan evidentes con solo un día de historial ¿verdad?

-¿Cuando tienes defensa?-

-Es mi ultima clase-

-Suerte- 

XXXXX

Los calabozos tienen ese aire frio como antinatural de estar bajo tierra, Miranda aprieta el agarre en su mochila con un gesto reflexivo... Seguro son bastante dramáticos como tradicionales, digno de una película de terror clásica... No es que Ilvermony fuera menos tradicional, aun los gatos negros abundaban alrededor del colegio, pero al menos esperaba mejor ventilación considerando el tipo de materia que iba a tener. 

Pociones. 

Bajando las escaleras con otro escalofrió de frio, la extranjera nota con un aire de admiración el numero de antorchas que adornan lo largo de la helada pared, el aroma a mezcla de hierbas quemadas, vinagre y un toque metálico comenzaba a flotar junto con la humedad -Realmente merece una mejor ventilación- asegura al llegar al final de los interminables escalones.

Muchos de sus compañeros de casa, que se empezaron a agrupar alrededor o seguirla... no por amistad, solo porque iban a donde mismo... parecían marchitarse, encorvarse o susurrar sobre "mejor que el año pasado" "espero no volar el caldero otra vez" "Si el profesor Snape me vuelve a mirar como lo hizo, llorare" que desconcertaban a la forastera, después de todo no tiene nociones de la clase de otros años, pero supone que como adivino, el que fue su tutor ante un proceso burocrático... era un personaje "entrañable" para la comunidad adolescente en general. 

Carter arrastra los pies conforme el grupo parece disminuir la velocidad, también han comenzado a callarse cuando se topan con alumnos de la casa con la que compartirán la clase, ha contado que al menos hay 3 aulas vacias a lo largo de ese calabozo... unas 2 goteras preocupantes... y una grave mancha sospechosa en una de las paredes más grandes en el camino, esta segura la magia debe facilitar el mantenimiento de las instalaciones ¿Porque no lo hacen? parpadea al ajustar su vista -Espero que haya mas luz adentro del salón- expresa en voz alta al detenerse. 

-Mira que tenemos aquí...- una voz la aborda como otra gran sombra en ese enorme calabozo helado -La chismosa se presenta como si nada, ¿No te da vergüenza forastera?- Draco Malfoy parece querer continuar el antagonismo del día anterior. 

-¿Rencoroso?- Miranda arquea la ceja sin inmutarse, solo inclina la cabeza y nota, cuantos miran el espectáculo ¿Tampoco la van a ayudar hoy? supone que es predecible, la parte pragmática los entiende, no la conocen, no hay lealtad para la nueva, no se van a meter el problemas por un extraño. 

-Deberías al menos mantenerte callada-

-¿En el hecho que no saben insultar?- Carter da una sonrisa de mierda, si, su temperamento es un problema. 

Hay una pequeña tos que parece una risa de alguien en el fondo, el grupo de serpientes entrecierran sus ojos como si calcularan la manera adecuada de hacerse respetar-Carter, es mejor que cambies tu actitud- finalmente es el rubio, el líder innato de esa tontería quien amenaza con la certeza de ser escuchado. 

Un girar de ojos por paciencia en los cielos nublados de Londres, Miranda decide ser el adulto en esa tentativa intimidación con un objetivo que no puede entender, mira directamente al rubio sin un atisbo de diversión adolescente -Mira Malfoy, no entiendo tu fijación en hacerme "ver"...- remarca las comillas con su mano libre -mi lugar, literalmente voy llegando- no era mentira, sentía que era demasiado pronto para los dramas. 

¿Donde estaba Graves cuando se le necesita? Cierto, a un continente de distancia. 

Draco enrojece ya sea por vergüenza o por pensar en algo inteligente que responder.

-Nosotros somos los que mandamos aquí, Carter- otro del grupo responde en un tono de ser la realidad que no ve. 

-¿Aquí donde? ¿El calabozo?- arquea la ceja la extranjera en tono de burla. 

-Son mazmorras- uno corrige desde algún lado muy fuera del contexto del problema. 

-¿No es lo mismo?- suspira sin gracia la forastera. 

-Mira Carter, soy prefecto y puedo castigarte- amenaza el rubio mostrando su ¿placa? 

Inclina la cabeza adivinando que eso causara problemas, que por el gesto pretencioso es una palanca muy efectiva para intimidar... pero solo se encoge de hombros indiferente... como ya iba pensando, es demasiado pronto para su lealtad a eso de la dinámica de casas... no le interesa los puntos ni ganar una copa vacía al final del año escolar -Supongo que puedo vivir castigada- sonríe mordazmente. 

Esa no era la repuesta que esperaban, porque el grupo parpadea confundido. 

Antes de que el intento de intimidación continue, la puerta se abre de golpe haciendo saltar a varios, con una gracia felina lleno de drama sombrío, el que fue su tutor brota del aula con la cabeza en alto... mira el grupo como gusanos por encima de su nariz curiosa -¿Que esta pasando aquí?- sisea aun cuando seguramente adivina que situación hay al ver al grupo de serpientes aun rodeando a la forastera. 

-Un intento de ponerme en mi lugar de nuevo- Miranda responde fluidamente sin parpadear a la imagen del adulto. 

Todas las serpientes voltean a verla de nuevo acusadores ¿pensaron que no diría? ¿no aprendieron el día anterior? ella no iba a jugar a los dramas adolescentes... a los problemas de patio escolar... levanta dos dedos en símbolo de una paz que no siente. 

Un poblada ceja se levanta con la entereza de la impaciencia, un encanto demostrado durante su asesoría o falta de ella a los extranjeros... luego simplemente se enfoca en el rubio enrojecido -¿Malfoy?- pide monótono. 

-Ella miente-Peinando su cabello con gracia, asegura con un aire de grandeza que varios apoyan en esa casa esmeralda. 

-Carter, tan pronto causando problemas ¿No hiciste suficiente en traer un elfo sin los permisos a otro continente?- Severus sisea con desdén así como dando un pedazo de información que nadie necesitaba o que causa burlas abiertas de las serpientes y un suspiro colectivo de las águilas. 

Miranda adivina que se esta perdiendo por completo una dinámica en ese momento, solo inclina su cabeza con una curiosidad que supera su sed de justicia -No entiendo que tiene que ver una cosa con otra, el chico literal me...-

-Es mejor que te dedicas a estudiar, Carter...- corta el profesor con una gracia mortal, sus ojos son implacables y si no fuera por su aura de mal humor, seguro el grupo intimidador se reiría de su miseria -Ilvermony no es lo mismo que Hogwarts, aquí, no somos laxos- puntualiza sin piedad. 

Impresionada por la manera mordaz de tratarle, la joven transferida se endereza sin dejarse impresionar -Supongo- 

-Todos es mejor que se acomoden, hemos perdido preciosos minutos de estudio... gracias a Carter-

-Y no olvide a Malfoy-

-5 puntos menos a Revenclaw- 

Miranda tenia ganas de agitar su mano con obvio desinterés por el rebaje de puntos cuando no hizo nada tan impresiónate pero se contuvo.

Escuchando el eco de bancos arrastrarse, un silencio impuesto por la obvia aspereza como aparente favoritismo del docente pocionista, era una prueba de la personalidad de Severus Snape... que realmente es un personaje implacable como despectivo... espera que solo sea la primera impresión, que durante la clase sea profesional... con eso en mente e ignorando los intentos de las serpientes de burlarse porque no hay castigo como el otro día, Miranda se enfoca en estudiar. 

Si varios Revenclaw le lanzan gestos de ser una bomba peligrosa, no era su problema. 

La copa de las casas no era su meta. 

XXXXX

-Ey Carter no te funciono-

-Carter eres una chismosa-

-Parece que no sabe, que nuestro jefe de casa nunca nos hará nada-

Con un agitar de su varita con una gracia indiferente, Miranda amortigua los intentos de intimidación o provocación, aunque tentador ser castigada... era demasiado pronto... solo denle dos semanas para que considere ser reportada a la oficina del director, su padre seguro entenderá el posible llamado... arruga su nariz ante esto ultimo, aunque la sinceridad es importante en su relación, no desea complicarle más su horario con una visita a Hogwarts... John merece un descanso de los dramas adolescentes.

Solo por eso, soportara hasta donde pueda, después, bueno, espera que su padre este mejor adaptado al clima, su trabajo y Londres en general para entonces.   

Caminando más rápido al exterior, sabiendo que la sombra de las serpientes le pisa los talones, Miranda brota en la dirección que espera sea la correcta para su siguiente clase... al menos es al aire libre... aunque las nubes cargadas, el viento agresivo y un poco más frío duda que sea una buena opción ¡Tiene falda! es molesto. 

Puede ver un pedazo de cabaña encajada en el borde, según su horario, es el lugar. 

El grupo de Draco parece se ha distraído con una presa mejor, Harry Potter.

-No debes de ser tan valiente-

-Si, mejor cuida lo que dices ¡No podemos perder la copa de las casas!-

-¿Ahora si me hablan?- Miranda nada impresionada fulmina al grupo de niñas de su casa que tuvieron el valor de abordarla con ese tipo de actitud -Mejor se hubieran metido antes del problema, nos evitaríamos dramas y un rebaje de puntos- les señala sin impresionar. 

Un respingo ofendido, la chica de ascendencia ¿china? ¿japones? algo de por aquellos lados, toma un necesitado respiro... no se ve muy saludable... tiene bolsa debajo de los ojos y evidentemente sufrió algún tipo de estrés -Supongo que no nos escuchamos bien...- mas diplomática sonríe forzada -Lo lamentamos, solo, olvidamos que... bueno, no eres de aquí- ofrece lo obvio.  

-Creo que debiste estar en Gryffindor- Terry, que igual que todos parecen escoger ese momento para hablarle, añade como si fuera una grosería divertida. 

Si, hay historia, se da cuenta Miranda al girar los ojos.

No solo era rivalidad de casas, era costumbres arraigadas por el convivio.

Tampoco deja de notar que mencionan a un tal ¿Hagrid?

-Entonces manos a la obra...- la maestra aplaude para llamar la atención, aplacar las burlas y mirarlos con una mesa llena de ramitas  - ¿Quién puede decirme cómo se llaman estas cosas? - empieza sobre el asunto, sin introducciones aburridas ni explicaciones extensas. 

Miranda levanta la mano, porque lo sabe, no porque lo quisiera, Graves le gustaba bastante ese tipo de temas -En América se llaman abolarios... - empieza cuando le dan el visto bueno para hablar -aunque aquí son Bowtruckles- esta difícil la pronunciación. 

¿Hermione Granger? se desinfla en su lugar al lado de sus dos amigos. 

Todos la miran. 

¿Que? hizo algo mal. 

-Excelente ¡10 puntos para revenclaw! añadir el nombre americano fue un plus- la profesora asegura brillante. 

Que Harry Potter exija el paradero de ese mencionado Hagrid arruina por completo el ambiente. 

XXXXX

Umbridge era un tanto rara, la recuerda cuando vino a su examen de diagnostico y "selección" de casa, al acomodarse en su asiento... feliz de no tener la sombra de slytherin en esta clase ni del dramático Gryffindor... toma asiento en las primeras filas con la intención de aprender que tiene que ofrecer Londres en ese tema, en Ilvermony se dividía en teórico y practico... ¿Como sea la experiencia en Hogwarts? ¿Tendrá que considerar realmente hacer amigos de su año? necesita datos para aprender a maniobrar en ese colegio que parece tener dinámicas que se pierden en ella.

Al menos tiene tiempo, van empezando. 

La profesora se presenta con esa gracia arrogante que demostró en la cena de apertura, agito su varita anotando el temario del año escolar con esa sonrisa pequeña como dulce... caminando entre los pasillos de los chicos con esa mirada intensa como si buscara algo... Miranda no le presto atención al sacar sus herramientas de trabajo.

-Señorita Carter ¿Que es eso que tiene en la mano?-

Parpadeando fuera de escribir el temario en un pergamino anticuado, Miranda levanta la vista para ver a la profesora Umbridge de pie al lado de su escritorio... su sonrisa era melosa... pero esos ojos eran de absoluto desprecio fijo en su herramienta de escritura -Es una pluma- contesta neutral apenas curiosa de su interés.

Todos miran, de nuevo. 

Con un sonido negativo, la rosada profesora suelta un suspiro decepcionado -No, no, las plumas son como eso...- señala a la compañera al otro lado del camino, donde una pluma de ave es utilizado como instrumento de escritura con todo y su tinta -Eso que tienes, NO es una pluma- insiste con ese tono de que es idiota pero es paciente para decirlo. 

-Es mas eficiente- Miranda responde sin dudar, porque era la verdad.

Pero considerando el sonido abordado de varios, no era otra vez la respuesta correcta. 

-¿Donde esta su pergamino?- ahora puntualiza con ese gesto contenido de educación fingida. 

-Las libretas son mejor para organizar apuntes- de nuevo responde con facilidad, le gusta más tener todo organizado que un montón de pergaminos sueltos en su mochila -Y más ecológico- añade tardíamente.

Un dedo levantado casi en su cara, un sonido negativo en un castigo "dulce", Umbridge agita su varita deteniendo la pizarra y se endereza con arrogancia -Debí ver lo perdida que esta en las buenas costumbres desde que te comportaste como una rebelde en nuestro pequeño encuentro en ese evento innecesario que hicieron por consideración a ti...-

Miranda arquea la ceja con gracia, ahora resulta que un examen de diagnostico y una selección privada fue un gasto inútil.  

-Pero esto es Hogwarts, querida niña, Londres mágico... - continua con esa arrogancia de tener la razón, de ser la agradable educadora de señalarle una gran diferencia universal - allá en América son laxos, aquí la tradición es primordial- habla como si fueran salvajes, hasta arruga la nariz mostrando sus desagradables dientes -Si quieres adaptarte mejor, es mejor que respetes lo básico... señorita Carter-

Iba a resoplar, seguro lo haría, pero la joven extranjera es aguda ante la estrategia puesta por la idiota rosada, como secretamente la nombrara, observa que el resto de los mocosos cobardes no dirán nada y hasta varios están de acuerdo en que su anormalidad no era adecuada... ¡Solo es una maldita pluma y libreta! ¡es cosas no maj! pero parecen tomarlo como ofensa cultural en ese momento... hace un puchero real llamando una pequeña lagrima -Pero profesora, es un recuerdo de mi madre- finge dramáticamente -¿Esta pidiendo que no use un recuerdo de mi madre?- añade al borde del llanto.

Su madre seguro esta en algún lado del mundo haciendo cualquier cosa que hace, pero ESO no necesita saberlo nadie. 

Si varios le dan una mirada, más aquellos que compartieron sus clases el día anterior, que saben que ESO no es un recuerdo maternal... al menos tienen la gracia de mantener sus bocas cerradas... si no ayudan, que no se involucren tampoco. 

Umbridge abre la boca.

-Pensé que eran amables... que me harían olvidar el vacío que deja su recuerdo... mi madre, mi madre esta en cada letra... en cada hora de estudio ¿Me quitara eso?- Miranda reflexionara si desea ser actriz al final de esto, aplaude su ingenio ¡Ahora como saldrá la anciana rosada de esto! (fingiendo que no es una anciana que recuerda una vida pasada  y ahora presente). 

-Lo lamento querida...-

-Mi madre sangre pura, amante de los no maj... trabajo tanto en esta herencia que ahora no puedo usar- interrumpe Miranda echándose a llorar... recordando cada momento triste de su anterior vida y porque no, de esta también.

Umbridge no sabe que hacer, agita su varita, trae una taza de té y se disculpa. 

Miranda ha ganado la batalla por ahora. 

XXXXX

Segundo día: La mañana fue húmeda ¿llovió con ustedes? Aun tengo mi grupo de inadaptados junto a mi, ¿te dije que uno es un primer año? ¿la otra es un año menor? espero hacer un buen conocido de mi año, siento que me estoy perdiendo una dinámica importante entre las casas y dramas adolescentes más allá del afamado Harry potter... el cual te confirmo, no hemos hecho más contacto que la torpe presentación la noche en que llegamos ¿si te dije? si no, bueno, ya lo sabes, no paso a más. 

Practique el arco ¡me corte con la cuerda! sigo caminando por las mañanas, espero estes haciendo lo mínimo. 

En cuanto a mis clases, ya tengo bastante tarea, muchos se están tomando en serio eso del quinto año decidiremos el futuro, no hay mucho que mencionar... solo que hay un claro favoritismo en Pociones, el grupo de idiotas intento "ponerme" en mi lugar de nuevo, los acuse pero no les hicieron nada... no te angusties, se cuidarme sola, si escala, te pediré ayuda.... y mi maestra de defensa, una dama rosada que te conté encontrarme cuando fue mi examen de diagnostico, es una obvia racista, es implacable y nada profesional, tuve que fingir que mis plumas y libretas son herencia de mi madre muerta ¡no me desmientas si esto escala tambien!

Espero que comas bien, saluda a Mindy, te extraño. 

XXXXX

No es que su hija fuera ruidosa, pero, su ausencia hace que todo ese anticuado hogar se sienta pesado sobre sus cansados hombros. 

John Carter ha tenido una noche de buen sueño, se sienta en el sofá y finge que no se asfixia con la soledad al leer periódicos "normales" y los mágicos con un aire bastante adaptado. 

Un crujido en el aire que lo hace saltar, el elfo aparece delante con un nerviosismo más casual -¿Desea su desayuno, amo John?- 

-Un café negro esta bien-

-La ama Miranda dice que solo café no es sano, que es el médico titulado para saberlo-

John resopla con gracia, olvidando que su adorable hija dejo a la criatura con graves instrucciones ¡era el padre! y si lo rechaza, seguro se lo tomara personal o en el peor de los casos se lastimara... Miranda no lo hizo con esa intención, lo sabe... pero ha aprendido que los elfos domésticos son lamentables en cierto grado, eran tan serviciales, generaciones de adoctrinamiento y dependencia que piensan el rechazo es por su culpa... no de sus amos... por lo que ofrece una sonrisa indulgente -Veo, supongo que algo ligero esta bien- cede.

El reloj de la pared marcaba la hora, era demasiado temprano para salir, su horario empieza más tarde ¿que hacer? puede acomodar mejor los muebles... apoyarse con Mindy para cambiar las habitaciones algo abandonadas ¡Hacer finalmente su habitación de entretenimiento!... pero resopla viendo a la nada, tiene que trabajar en los negocios de la familia... ver los resultados de las auditorias hechas a los hospitales patrocinados en américa... asegurar más inversiones seguras... mantener el legado vivo. 

John esta pagando los favores con creces.

-Señor, esto llego- Mindy aparece en otro crujido ofreciendo un sobre formal. 

Tribunal de Familia de Illinois brillaba con tantos sellos oficiales brillaba como otro clavo a su ataúd de responsabilidades.

-Existiendo los correos electrónicos- intenta burlarse, pero el elfo ya se ha ido y el aire no entiende su humor. 

El documento era más formal que los anteriores intentos que le han llegado desde la mudanza, dejando en claro nuevamente que Kem ha solicitado una nueva audiencia sobre la patria potestad de Miranda.... pero ahora afirmando negligencia paternal ¿como? no sabe con que pruebas si tienen años sin contacto... luego inestabilidad laboral, aquí resopla John ante la ironía porque en África no era muy estable tampoco... finalmente la acusación que esperaba, el traslado de la menor sin consentimiento de la madre y los uso de sus influencias para apartarla.

El recuerda las peleas, recuerda muy bien como se rompió todo y aunque si, uso sus influencias, era por seguridad de Miranda. 

Al menos Kem no sabía que estaban en Londres.

¿Cuando llegara la próxima carta de Miranda? Gaspar seguro esta haciendo su viaje intercontinental ¿Los magos no tienen consideración por sus animales? al menos ese halcón es terco y fuerte. 

-El desayuno esta listo- Mindy aparece de nuevo interrumpiendo sus pensamientos.

John Carter tiene mucho entre manos y solo espera, que su hija sobreviva a ese Hogwarts. 

 

 

Notes:

Uno corto para abrir esto, aunque me duelen los dedos, eso me pasa por escribir tanto.
Y tengo problemas si empiezo otro proyecto con otros tanto inconclusos, pero no sé si les suceda, pero tengo bloqueo en los demás... menos en Kourin... y al parecer en este nuevo.