Chapter Text
La ciudad de Cartoon Network, CN City, en donde muchas caricaturas de la cadena conviven, nunca duerme.
Desde la cima del Edificio de vigilancia de Cartoon Network hasta el Distrito Toon Clásico, cada rincón y espacio brilla por su propia luz caricaturesca, palpiata con vida animada y una aparente inocente felicidad. Toda ley de la física y lógica podría ser olvidada por completo, tan solo variendo de cuadra en cuadra. Personajes de todas las caricaturas y de todas las épocas viven en tornison: ya sean héroes modernos, olvidados de los 90, los inolvidables y más reconocibles del 2010, canadienses provenientes de Teletoon, etceterá y etceterá.
Siempre actúa como si todo estuviera en su lugar, como si todo se encontrara totalmente en calma. Decidiendo ignorar su realidad por completo.
No saben que bajo sus pies o patas antropormoficas, hay líneas que se pudren con rencor y olvido, najo su contorno de inocencia infantil y nostalgia adulta.
[. . .]
Nadíe notó como fue que esto empezó, tal vez, pequeños errores en sus radales o inclusive poca iluminación en su propio ambiente. Tan sólo pequeños errores que si acaso los más observadores podrían llegar a verlo.
Unos de los primeros en notarlo fue, con toda lógica, Double Dee. Claro, era el más inteligente de los Eds, pero, esto no fue por mera casualidad. , el más inteligente de los Eds. Revisando las frecuencias de transmisión para uno de sus proyectos de ciencia escolar, detectó un canal oculto. No estaba en el espectro normal, pero interferiría con todos los sistemas: las cámaras, los televisores, incluso los relojes de los personajes.cámaras de cualquier lugar, televisores, semáforos, incluso, relojes de mano.
Grabó una muestra en secreto, un archivo con un nombre protocolo: INK.PNG.V92.
Justo después de la escuela, agarro su mochila y computadora, para correr hacía la calle en donde vivía Dexter. Cuando llegó y estuvo enfrente de la puerta, tocó el tiembre. Para su suerte, quién abrió fue el joven de cabellos pelirrojos, lo hizo pasar a su casa y se dirigieron al cuarto del genio.
— ¿Qué quieres, Edward? — Preguntó al chico de lentes, llamándolo por su nombre y no por su apodo, como ya era su costumbre.
— Lo que sucede es que... Creó que capte algún error de red o inclusive un virus en la transmisión — Respondío el chico de cabello negro, algo nervioso por la actitud del genio, mientras le pasaba su computadora para que él mismo lo observara.
Dexter agarro la computadora con algo de incredulidad, pues sabía bien que Double Dee aveces podia llegar a exagerar por su nerviosismo. Obervó lo captado por el joven pelinegro y se sorprenderá bastante, por decir lo poco.
—No es un virus —explicó Dexter—. Es una señal interna. Una... pulsación. Como un corazón, latiendo bajo la ciudad.
Lo reprodujo, para estar seguro, en cámara lenta. En susurros temerosos, algunos con rencor o inclusive odio, se escuchaban nombres, nombres que ya no eran usados de manera oficial, como: Al reproducirlo en cámara lenta, se escuchaban voces. Nombres. Algunos ya no se usaban. “Flapjack… Robot Jones… Megas… Miguzi…”
Todos cancelados...
Todo esto provoca algo en Dexter, curiosidad, misterio e intriga...
[. . .]
Vagó lentamente hacia un lugar en donde encontraría respuestas, el estudio abandonado del viejo moxy.
Allí, el origen digital de la señal era visible, casi como si respirar de manera lenta, constante y cansada. Detrás de un mural de los súpersónicos, había una puerta de metal oxidada, la cual, fuera de toda lógica, ocupaba una tarjeta y un código para poder entrar. Pero como sabemos, el pelirrojo es bastante inteligente por lo que al buscar de una manera detallada, encontró lo que necesitaba. La tarjeta se encontraba dentro de una caja de galletas de perro y el código era hasta obvio de saber: 11092 .
Aquella puerta cubierta de óxido y con apariencia de que está a punto de mameluco, resultó un ascensor bien cuidado a pesar de la apariencia exterior que desprendía. Subío a el y aquella cosa bajo hasta el subsuelo, más allá de cualquier cosa o cartoon, más alla del merchandising, más allá de archivos muertos y putridos.
Al llegar finalmente al fondo, las puertas se abrieron a su paso con un sílbido mecánico ciertamente aterrador, tal vez, chillante debido a lo que pronto se descubriría.
Un letrero, de cuadros negros y blancos tal como si fuese un tablero de ajedrez, muy parecido al logo de la cadena en la era Checkerboard. Pero algo era de notar; el oxido, el polvo y al parecer, demasiado viejo, era iluminado con una luz blanca proveniente de la parte superior, mencionaba la leyenda:
MÁQUINA DE TINTA - NODO CENTRAL E INICIAL.
Clasificación: ULTRA - SECRETO.
PROTOCOLO ACTIVADO DESDE EL 1 DE OCTUBRE DE 1992.
Era imposible de creer... ¿Cómo jamás lo pudo notar siendo él un genio? Entró en aquel extraño lugar, con un miedo profundo superado por la intriga y la necesidad de claves de respuestas. Dentro de aquel lugar oscuro, encontró una máquina de tinta, tubos de cristal transportando colores por aquí y por allá, humo con un olor demasiado peculiar y penetrante para incluso ser tan sólo humo, bocetos tachados, bola de papel. Una sala de edición demasiado desorganizada y la que solo una persona que perdió demasiado la mente tendría. Pero se dió rápidamente información de un detalle, aquel lugar no era solo una sala de edición, era un matadero cruel y vil.
Entre tubos de acero oxidados y cintas que transportaban merchandising de manera constante, ahí habían tanques repletos de tinta palpitante, viva pero a zu vez muerta, y con olor putrido como el de los cadáveres, en las paderes, habían televisores que transmitían clips de pilotos, aveces interrumpidos por la estática. Caminó para adentyrarse más, y al llegar a la máquina de tinta ya antes mencionada, se daba cuenta que alparecer, tenía vida, respiraciones lentas y érraticas, esperaba con detenimiento más...
Un mécanismo al parecer notó su presencia y se activaron los parlantes del techo, aquella voz que venían de esos aparatos reproductores de sonido mencionados ban con total tranquilidad, y una creatividad cínica lo siguiente:
— ¡Bienvenidos al procesador de tinta de Cartoon Network! Aquí la tinta ya creada, ¡Puede ser totalmente reciclada con otra idea mejor que la anterior!
[. . .]
Caminó un poco más por ese lugar tan lleno de vida robada, pero cuidado de alma propia. En un escritorio lleno de telarañas, encontró registros detallados de la extracción de colores, además de algo muy peculiar... Cápsulas de cristal llenas de un líquido raro que ni él pudo reconocer del todo, adentro habían personajes encerrados, sin color y arrebatados de lo que era su vida, a los cuales les robaron su voz y libertad, a los cuales les quitaron su personalidad y los cuales ahora solo eran sombfras y cascaras vacías de quiénes fueron alguna voz.
El archivo tan detallado que encontro en una carpeta de cuadros blanco y negros, relataba que:
Todo cartoon cartoon al ser creado, adquiere la chispa de la existencia. Un fragmento de alma ficticia, un fragmento de personalidad propia y consistente, una inocencia solo inquebrantable por la mente de su creador. Esto le da la capacidad de proyectar sus emociones, sus propias ideas y sus propios pensamientos y pesares. Perio, cuando el personaje es totalmente olvidado hasta inclusive por sus propios fans, cancelado o rediseñado sin respeto... esa alma no tiene por que morir. Se puede reciclar, esto se puede lograr licuandose, convirtiéndose finalmente en tinta animada. Esto con el fin de que logre más impacto, más... autenticidad.
El pelirrojo solo pudo temblar al comprender lo que esto signficaba en verdad...
Ahora sabía que, cada nuevo show que parecía brillante, colorido, tan lleno de energía e inocencia infantil... era porque alguno más tuvo que ser cancelado y drendo para poder crearlo, era porque su alma np era 100% propiedad suya...
Sabía que no ellos no eran simples diseños con líneas, formas divertidad y muchos colores. Eran restos de otra vida, otra personalidad, de otra alma.
Una voz masculina dura como la roca, cínica como el filo del cuchillo, y tan ávara como quién solo podía tener el pecado de la codicia en su ser y corazón, dictaminó en sin compasión alguna y con frialdad.
—El público exige calidad, Dexter. Y tú sabes perfectamente que no hay nada más puro... que la nostalgia barata y la inocencia interrumpida.
Y fue entonces que lo vió, al demonio de las pesadillas de todos en CN City, ese tan horrible ser de sombrero de copa y elegante, ese ser tan carente de empatía y con exceso de maldad en su alma y mente.
Desde un balcón a la alejanía, él observaba cual emperador romano en coliseo, lo observaba a él y a toda la instalación con una sonrisa siniestra, vil y cruel. No había ser más malvado que el famoso Black Hat.
—Bienvenido al futuro de la animación — Dijo, relamiéndose los dientes cual depredador asechando a otra víctima más—. Todo dibujo tiene un precio, uno muy barato y fácil de conseguir como ningún otro.
