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— ¿Para que hacen eso? —
El niño pequeño ni siquiera noto cuando dijo aquellas palabras en voz alta, su mirada fija en un gran pastel que unos cocineros estaban terminando en el pueblo, decorado cual si fuera una obra de arte.
Sus palabras, lamentablemente, sí llegaron a oídos de una mujer cerca de él, quien en vez de tomar ofensa por la pregunta, rio enternecida.
— Es para el cumpleaños de la hija de nuestra vecina, pequeño —
—. . .¿Para qué necesitan un pastel? —
Aquello pareció tomar a la mujer por sorpresa, aunque él no entendió porqué.
— Pues. . .porque en los cumpleaños se come pastel, es la mejor parte de estos —
Larcade tenia otra cosa que decir, pero viendo la mirada de absoluta confusión (y un brillo raro que no entendía) en el rostro de la amable señora, decidió cerrar la boca y asentir como si hubiera entendido todo. Al final, logro volver a casa con una rebanada del pastel de prueba que habían hecho.
Mientras lo comía sentado en la ventana, sus pensamientos volvieron a él.
Padre nunca me ha dado un pastel para mi cumpleaños. . .
Tan pronto como aquello llego a su mente, sacudió la cabeza con fuerza. ¡Su padre estaba ocupado! ¡Habían muchas cosas que hacer para sus planes! Obviamente no tenia tiempo de recordar algo tan banal como cocinar un pastel especifico una vez al año.
(Evito con todas sus fuerzas pensar en el hecho de que Zeref solo le había deseado un feliz cumpleaños una vez.)
Otro mordisco al pastel que le dieron. No entendía, todos parecían tratar ese pastel como algo importante, ¿sabría distinto a otros? El que le dieron sabia igual que cualquier otro pastel . . .
. . .Bueno, era una rebanada del pastel de prueba, quizás de ahí que no supiera distinto al real, le faltaba esa parte especial.
Miro en dirección a la cocina entonces.
No faltaba mucho para su cumpleaños, ¡tal vez podría prepararse su propio pastel especial!
|°|
Finalmente era el día.
Prácticamente salto de su cama, emocionado como no lo había estado por un cumpleaños en su vida. El reloj todavía marcaba que era temprano, pero eso no le importaba, al contrario, ¡significa que tendría más tiempo para preparar su pastel!
Ni bien termino de ponerse su ropa, y sin preocuparse por los zapatos, corrió para encontrar la cocina vacía.
Perfecto, nadie lo molestaría cocinando.
Empezó a buscar las cosas que sabia que necesitaría para cocinar un pastel.
Harina, huevos, uno de esos platos gordos de metal. . .
. . . .
¿Qué más?
El pequeño no pudo evitar gruñir, ¿Porqué cocinar era tan complicado?
Con un banquito, se las arreglo para subirse al mueble donde estaban los libros de cocina, seguro que alguno diría como cocinar un pastel.
. . . .
Después de que se le cayeran todos los libros, y uno en la cabeza, ¡logro encontrar el que buscaba!
Con las instrucciones a mano, y tras mover el banquito por toda la cocina (y un accidente con la harina que seguro le tocaría limpiar después), su pastel de cumpleaños estaba listo. Con todo el cuidado del mundo, lo coloco en la mesa. Ya arreglaría su desastre después, por ahora quería probar su obra culinaria. (Que para él era una obra maestra, pese a claramente solo ser el mejor intento de cocinar de un niño.)
Se sentó en la mesa un momento, sintiendo que faltaba algo. . . .hm, tal vez solo era él.
Sabe que lo más educado seria partir un pedazo, pero tenia hambre ya a este punto (tal vez debería haber desayunado mientras horneaba...), asi que agarro un pedazo con el tenedor y a disfrutar.
. . .
Sabia. . bien. No estaba crudo, ni quemado, y el lustre no había quedado demasiado empalagoso. Pero no había nada de especial en el sabor de ese pastel, si lo hubiera comprado o preparado cualquier otro día, habría sido lo mismo. ¿Hizo algo mal? ¿Sera que eso que sentía que faltaba era lo que le daba el sabor especial?
Bufo, ahora iba a tener que esperar otro año antes de probarlo de nuevo . . .
Bueno, al menos tengo algo de pastel que regalarle a mi padre, seguro le gustara.
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El pastel del siguiente año tampoco supo distinto. ¿Quizás debería intentar con un sabor diferente?
Tomaría ejemplos de sabores de la pastelería del pueblo luego.
|°|
En su tercer intento fue que se dio cuenta que era lo que faltaba. ¡Velas de cumpleaños!
Sin embargo, tras encenderlas y apagarlas, el pastel seguía sabiendo igual que cualquier otro. ¿Otra vez le había faltado algo?
. . .La cuarta seria la vencida.
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No importa que cambiara del orden, del sabor o lo que hiciera antes de comer el pastel, seguía sabiendo tal y como todos los pasteles de ese sabor.
Empezaba a creer que el "pastel de cumpleaños es especial" era solo una excusa de los adultos para preparar algo dulce, y que los otros niños fingían que era más delicioso solo para poder comer un pastel asegurado al año.
Bueno, le había empezado a gustar la tradición de comerse un pastel durante su cumpleaños, así que simplemente compraría uno cada año. No eran especiales, pero pastel es pastel.
|°|
— ¿Qué haces, August? —
Había notado al mago preparando algo en la cocina (no pudo evitar notar que mucho más limpio que sus anteriores intentos de preparar pasteles, pero en su defensa, había sido un niño entonces). La vista era rara de por si, el mayor en ropas comunes, un delantal y su largo cabello recogido en un moño. . .Casi quería tirarle una bata en la cara o algo para que se viera más normal, era casi perturbador el cambio completo de apariencia.
Y no puede negar que el brinco que pego ante su voz fue chistoso.
— ¿No tenias que ayudar a Invel hoy, Larcade? —
— Me estoy escondiendo aquí, ahora no evites la pregunta —
Ver al mago bufar era algo que no sucedía todos los días, como desearía no ser el único en la cocina, el resto seguro no le creería.
— Horneo, si me disculpas, prefiero hacerlo solo. —
— Amigo mío, no estoy ciego, veo que horneas, pregunto para qué —
August simplemente lo señalo con la cuchara de madera y luego la puerta.
— Fuera, o le diré a Invel que te estas escondiendo aquí. —
— . . .la traición nunca viene de tus enemigos —
No le quedo remedio más que retirarse con una sonrisa e ir a buscar escondite en cualquier otro sitio.
Usualmente, el resto le dejaba solo durante su cumpleaños, la mayor cortesía que le podían regalar.
Así que vaya sorpresa se llevo al ser despertado por golpes en su puerta.
Aun en cama, y con parpados pesados, atino apenas a sentarse y arreglarse un poco el cabello mientras murmuraba un permiso para pasar. ¿Quién podría ser?
— ¿Lo desperté? —
¿August?
Abrió los ojos de golpe. Efectivamente, ahí estaba el mago. Con un pastel de cumpleaños y velas encendidas. La sorpresa probablemente fue obvia en su rostro, si la sonrisa torcida en la cara del otro hombre era algo a tomar en cuenta.
— ¿. . .preparaste eso para mi? —
— Perdona que tuviera que echarte de la cocina ayer, no quería arruinar la sorpresa —
Inconscientemente se movió un poco en la cama, dando espacio al mayor para que se sentara a su lado. No podía ocultar su sonrisa ante el regalo, era la primera vez que él no tenia nada que ver en su propio pastel de cumpleaños.
Una vez estuvo en rango de soplar las velas, no dudo en hacerlo, ganando una risa por parte de August.
— ¿Tan rápido pediste el deseo? —
Parpadeo. Parpadeo
— ¿Deseo? —
—. . .¿Si sabes que debes pedir un deseo cuando soplas las velas, no? —
. . . oh
Eso era lo que se le olvidaba.
—. . .si dijera que lo sabia ¿me creerías? —
Su compañero simplemente suspiro, probablemente tratando de no reírse de él mientras volvía a prender las velas.
— Anda, esta vez pídelo —
No necesito pensar mucho en su deseo. Por supuesto que era para su padre.
Una vez las flamas se apagaron, August partió un pequeño pedazo del pastel para él. Era raro, no hacer todo esto por su cuenta como todos estos años.
No se le ocurrió preguntar por el sabor antes de llevárselo a la boca, se veía tan apetitoso por si solo.
Oh, malditos dioses
¡Era delicioso!
Solo de llevárselo a la boca sintió un pequeño calor en su pecho, y mientras el pastel en sí se derretía en su boca, pudo sentir pequeñas lagrimas en sus ojos.
— ¿Larcade? —
— Dioses- ¡te quedo increíble, August! Tienes que darme la receta, creo que es mi nuevo sabor favorito! —
Estaba casi seguro que ya había probado ese tipo de pastel antes, pero el del mago era especial en una manera en que no podía explicarlo, ni siquiera podía detener las lagrimas mientras comía, aunque no sentía ninguna clase de tristeza.
Pretendió no notar la tristeza en la sonrisa del otro hombre mientras le veía disfrutar su regalo.
— ¿Puedes guardarle un trozo grande a mi padre? ¡¡Estoy seguro que le encantara!! —
— Es tu pastel, Larcade, haz con él lo que gustes —
Que no le de aliento, o va a terminar comiéndose la mitad de un tirón y regalándole la mitad a su padre luego.
August se llevo el pastel a la cocina para cortar la parte para Zeref mientras él se cambiaba a ropas decentes para continuar su día, aunque la verdad, no sabia que hacer por el resto de este. Después de todo, no había forma de superar el regalo que August le había hecho tan temprano en la mañana. Probablemente estaría pensando en ese pastel hasta la noche.
Va a tener que poner a prueba su fortaleza y auto-control para no terminar comiéndolo todo de un tirón y que le dure al menos el resto de la semana, y ya había puesto mucha fuerza de voluntad en no pedir una segunda tajada antes de siquiera desayunar.
Una vez ya se veía presentable, salió rumbo directo a buscar a August. Durante la ducha se rompió su resistencia a pedirle un favor.
Para su suerte, le encontró saliendo de la cocina (menos mal, no quería tener que buscarlo por todo el sitio).
— Ey, August, ¿Puedo . . .pedirte algo? —
— Adelante —
Pudo sentir la vergüenza empezando a tirar de su pecho antes de abrir la boca, pero ya era muy tarde para eso.
—. . .¿Puedes volver a preparar ese pastel, el año que viene? —
Hubo silencio por parte del hombre, y Larcade sintió algo de preocupación. ¿Se había excedido, esperando más de un regalo?
La sonrisa del mayor calmo su preocupación tan pronto como llego.
— Por supuesto —
Ahora era su turno de sonreír.
— . .gracias, me muero por comerlo de nuevo —