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Si algo no esperaba ver Hagakure Tooru era observar al villano que la secuestró darle atención médica, todavía recuerda lo que había pasado en lo que supuestamente era una pequeña redada en una clínica clandestina, redada que se convirtió en batalla campal cuando la mitad de la yakuza local empezó a usar sus armas y quirks cuando todo se puso más desesperado.
Pero si algo era más humillante no era que uno de los yakuzas le haya dado un tiro en la pierna, si no que el doctor del cual sospechaban era la cabeza del hospital la introdujo en un vehículo y se la llevó lejos del sitio, si su reloj interno no le falla estuvo 30 minutos en el carro trasladándose a otro sitio, su asistente el cual no podía identificar por la máscara y el gorro de cirugía ayudó al sospechoso principal a cargarla hacia una casa suburbana comun, ahi entro en una habitación que obviamente también servía para hacer prácticas médicas si la pulcritud de las paredes pintadas de blanco y las varias herramientas médicas eran señal de algo.
La tenía inmovilizada en lo que parecía una sencilla cama de hospital mientras tomaba la pierna herida delicadamente, contándole el proceso de cómo extraía la bala, de que tenía suerte que no había tocado ninguna arteria importante, el tiempo de recuperación estimado como si fuera el médico de un hospital atendiendo y no un villano involucrado en una trama de hospitales clandestinos que atienden a villanos en al menos 3 prefecturas.
“¿Sabes que igual vas a ir a prisión no?” Tooru intentó decir con toda la autoridad que podía estando en la posición en la que estaba.
Vio al sospechoso quitarse su máscara y gorro de cirugía quedando expuestas sus pecas en forma de diamante y el pelo verde alborotado concordando con la ficha del sospechoso principal Izuku Midoriya.
Hagakure intento recordar la información básica, Izuku Midoriya, 28 años, pelo verde, ojos verdes con un brillo de inteligencia como si ocultaran un chiste que nadie sabe, sin quirk, padres desconocidos solo un formulario de adopción por parte de Inko Midoriya una mujer fallecida hace 4 años por una enfermedad, graduado con honores de la universidad de tokio, especializado en tratamiento en personas con quirks mutantes.
Midoriya lo único que hizo fue encogerse de hombros como si no le importara eso “te coloque la vacuna antitetánica, te daria los medicamentos que necesitas para tu recuperación pero se que no los tomarás pensando que te voy a drogar o algo asi, asi que cuando te libere por favor ve directamente al hospital e insisto que por favor no coloques peso en la pierna, no queremos que la sutura se abra”
“¿Cuando vaya al hospital?” Hagakure se sentía un poco irritada con toda la situación “¿Crees que puedes dispararme, secuestrarme y simplemente soltarme pensando que no te vamos a arrestar?”
Midoriya con toda la paciencia del mundo se acercó a su lado sentado arrastrando un taburete hacia ella, con su cara cansada empezó a hablar con un tono parecido al que debe de usar con sus pacientes problemáticos “Primero, yo no fui quien te disparo, ustedes entraron en mi clínica justo cuando realizaba una operación de urgencia al oyabun, tienen suerte que ya había terminado, Segundo el secuestro no fue idea mía, ellos querían un rehén para escapar con el paciente sin problemas, yo los convencí de que ya estábamos a salvo así que me trajeron a casa donde aproveche y te saque la bala.”
Izuku se levantó del taburete dirigiéndose a otro lado de la habitación donde tenía una maleta de mano en el suelo, recogiendo y colocándola en el hombro, la maleta junto a su bata blanca dando una apariencia más de un doctor común que le supervillano que sospechaban que era.
“La parte de arrestar la veo difícil, verás justamente había planeado” Midoriya lanzó una mirada al cielo como si buscara una palabra muy específica. “Viajar, dejemos en que iba a viajar y sinceramente no veo como soy un villano, lo único que hago es seguir mi juramento y ayudar a las personas heridas que llegan a mi puerta”.
“atender criminales sin notificar a las autoridades, planificar golpes a bandas rivales y lavado de dinero no es algo que un doctor hace” Hagakure decía con autoridad mientras intentaba zafarse de sus ataduras.
“Lo de atender criminales es gracioso” empezó a contar riendo un poco mientras agarraba varios instrumentos y los empacaba “eso empezó conmigo atendiendo a un esbirro herido por un tiroteo, él le dijo a sus amigos, sus amigos me empezaron a visitar, les dije que necesitaba un sitio y me consiguieron un edificio en una zona neutral, como la cantidad de pacientes aumentaba decidí pedir donaciones para mantener el local abierto, lo de las bandas rivales era más acabar con células del clan del rechazo a criaturas que se meten con mis pacientes”.
Tooru Hagakure iba a decir más hasta que exploto una de las paredes del consultorio,Izuku sin inmutarse extendio su mano a la pared, sus ojos cambiaron de color al amarillo del sol, los escombros se quedaron quietos incluso la mismisima explosion parecia detenida en el tiempo, Hagakure se lo quedo mirando con los ojos bien abiertos, lo que pensaron que era un doctor con un negocio para tratar a villanos se acaba de convertir en la posible caza de un colaborador de All for One.
Izuku observó la cara de sorprendida de la heroína “Ya no me importa si saben que en verdad tengo un poder o no, disfrute mucho de estar aqui, la discriminacion por no tener eso que graciosamente llaman Quirk es grande, pero tambien conoci a personas muy buenas que siempre recordaré” dijo en un extraño tono de añoranza, haciendo gesto parecido a abofetear el aire la pared explotó hacia afuera.
Con un chasquido de sus dedos las esposas que detenían a Hagakure se abrieron dejándola libre de movimiento, antes de que Hagakure hiciera algo, Izuku extendió una mano hacia ella y la hizo flotar a una silla de ruedas. “Por favor recuerda nada de apoyar peso en esa pierna”, la última vez que Hagakure vio a Midoriya fue flotando desde el segundo piso de la casa para enfrentarse a sus amigos.
Izuku suspiro, sabía que lo encontraron más pronto de lo que esperaba, revisando su reloj digital notó que faltaban 5 minutos para las 11 pm, estirando el cuello un poco se preparó para entretener a Bakugo y lo que supone son su nueva pandilla sí la presencia de Pinky y Red Riot indicaban algo.
Bakugo tenía una cara de confusión pero cuando cambió a ira Izuku reconoció fácilmente al que se hace llamar King Explosion Murder en público sin un ápice de vergüenza. “Kacchan ¿Como estas?”.
“‘¡DEKU!” Bakugo gritó y Midoriya no pudo evitar revirar los ojos ante la forma en la que todavía usa el apodo que le puso de niño. “¡¿DESDE CUANDO TIENES QUIRK MALDITO?!”.
“siempre gritas Kacchan, eso nunca dejará de ser molesto” Izuku el cansancio mental del turno de 14 horas en la clinica saliendo de su boca mientras pronunciaba las palabras “para serte sincero esto no es un quirk, son habilidades que siempre he tenido desde que nací”.
“¡MENTIROSO!” Bakugo decía como intentando convencerse de algo bueno si no le creía era asunto de él, Izuku revisó el reloj viendo que todavía le restaban 3 minutos para que vinieran a buscarlo.
“Es verdad, lo que pasa es que nunca mostré interés en ser héroe sobre todo al verte, cuando vi tu actitud lo unico que pense fue que si la gente consideraba esto un héroe prefiero serle alguien verdaderamente útil a la sociedad, asi que decidi ser doctor” Izuku dijo con tono arrogante intentando enfurecer a Bakugo para realizar un ataque, viendo la forma en la que echaba espuma por la boca estaba funcionando, solo falta un poco más “Aparte a diferencia de ti yo estoy seguro que soy la persona más poderosa de este planeta y no necesito ninguna clasificación señor número 15”.
Eso fue suficiente para que Bakugo se lanzará gritando maldiciones nuevas y antiguas a Izuku, justo lo que necesitaba para hacer un agarre telekinetico lanzándolo contra la casa del vecino, cuando Bakugo se estrelló destruyendo la entrada de la casa Izuku casi sintió satisfacción. Bakugo era un pesado desde niño así como el vecino no tenía respeto ciudadano colocando música hasta altas horas de la noche justamente en sus días libres cuando podía dormir.
Vio a Crimson Riot dar un grito de batalla mientras se lanzaba contra él, usando un agarre telekinetico lo sostuvo en el aire a mitad de salto, con otro agarro el ácido que le había lanzado Pinky por su flanco paralizando la totalidad del líquido en el aire, con una orden mental le tiró el ácido a Crimson Riot. Activando su desplazamiento espacial apareció frente a Pinky en un destello agarrando su forma física entera con su telekinesis veía como Crimson Riot humeaba un poco por el ácido sorprendido de que Pinky usará un ácido de tanta potencia contra él, con un agarre telekinetico sencillo tomo a Crimson Riot lanzándolo a la fuente de agua del parque cercano en una parábola esperando que las quemaduras no fueran graves.
“¡¿QUÉ HICISTE CON TOORU?!” Izuku solo suspiro cansado ante la pregunta de la heroína que tenía de frente. “Nada malo, está en mi casa, la herida está cerrada pero por favor llevala al hospital para que le receten sus medicamentos, ah y recuerdale que no use la pierna para que no salten las costuras”. Antes de que la heroína contestara Izuku la arrojó con su telekinesis hacia su consultorio esperando que se quedara allí, revisando la hora veía que le faltaba un minuto, que frustrante que el tiempo pase lento cuando necesitas que vaya rápido.
Usando de nuevo su desplazamiento espacial se desplazó hacia un lado evitando el ataque de Kacchan, si la cara de Bakugo le indicaba algo era que estaba muy molesto por eso.
Escupiendo a un lado de la carretera Bakugo por fin se detuvo a hablar un poco “puedes volar, tienes poderes telequinéticos, ¿Qué más te dio All for One?”. Izuku se sorprendió, cuando Kacchan hablaba con ese tono frío de furia contenida sabía que se venía la violencia.
Intentando quemar más tiempo Izuku contesto desinteresadamente “Nah, nunca he hecho tratos con el Rey demonio, de donde soy originalmente no es raro tener más de una habilidad” era la verdad solo estaba a 30 segundos de irse de aqui asi que no le importaba ya que pensara nadie, desde que murió su madre lo único a lo que se dedicó con fervor era a sus hospitales clandestinos y a formar los doctores del inframundo criminal que lo reemplazarían, sabía que los estaba dejando en buenas manos, si los héroes querían desmantelarlos pasarían unas buenas décadas intentando desmantelar toda la operación.
“¡¿EN SERIO CREES QUE ME TRAGARE LA MIERDA ESA DE QUE ERES DE OTRO MUNDO, PIENSAS QUE ERES UNA ESPECIE DE ALIEN O ALGO?!”. Izuku quedó perplejo por la conclusión a la que llegó Bakugo.
“Claro que no Kacchan” contesto Izuku divertido por las palabras de Bakugo “Es más simple que eso soy de otra dimensión”
“¡AHORA TE MANDARE AL INFIERNO ENTONCES!” decía Bakugo mientras activaba el guantelete que almacenaba su sudor lanzando una enorme explosion hacia Izuku confiando en su victoria.
Los movimientos de Izuku fueron simples con mover una sola mano señalando su dedo hacia arriba toda la explosion que liberó Bakugo subió como un pilar luminoso al cielo, mientras Bakugo miraba con estupefacción hacia donde fue su explosion, Izuku respondió al ataque moviendo las manos causando que los guantes de Bakugo se rompieran usando los pedazos para crear un bloque sólido del material sobre las manos de Bakugo para contener sus explosiones, antes de que hiciera algo más el reloj de Izuku hizo un pitido simple indicando la nueva hora y con ello el aire cerca de Izuku empezó a vibrar.
Lo que Bakugo vio no lo olvidaría ni en el final de sus días, las descripciones que le dio a la policia posterior al incidente fueron específicas pero en ese momento lo que se materializó al lado de Izuku era amenazador, una armadura plateada con un brillo verde que en la oscuridad que emanaba una sensación de poder abrumador.
Izuku mientras tanto vio que eran las 11pm y sonrió “Siempre a tiempo” le dio una pequeña palmada al hombro, vio que la mirada de su compañero pasaba rápidamente de él a Bakugo. “El no importa, vámonos, quiero ver El Arsenal que tanto presumes y ver que tan paradisiaca es la isla de Pandora”.
Izuku lanzó a Bakugo en la misma parábola que había arrojado a Red Riot esperando a que cayera en la misma fuente, con un asentimiento de su cabeza hacia el Caballero de Plata este le colocó un dispositivo en el pecho que empezó a envolverlo con un capullo dejando en la oscuridad todo, para cuando volvió la luz estaba en una hermosa isla en el océano pacifico.