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Dia De Union (Con un pronostico de Brujas y Angeles por el camino).

Summary:

“El día finalmente había llegado, el final de todo, con una unión, una etapa terminaba, y una nueva empezaba, dos mundos se unieran, los seres que no pertenecen a este mundo se irían, y finalmente, Kris, Ralsei y todo este fragmento en particular obtendrían su paz…”

—¿Verdad Bern?

—Lambda, no hables a los espectadores, es de mala educación

—Quizás tengas razón, pero hey, no puedes culparme por dudar ¿Verdad?

Bernkastel Volvió a Observar al vacío —No se de que me hablas

— *giggle* *giggle*

— *giggle* *giggle*

—¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!

Notes:

Espero les agrade, toda crítica es bienvenida.

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Cuando las cabaras lloran.

Chapter Text

Ralsei lo sabía. Desde el inicio, había intuido que no podría contener su emoción al verse en el espejo, usando el hermoso vestido que había confeccionado para sí mismo tiempo atrás, cuando se perdía en sus fantasías con un día que nunca pensó que llegaría, o al menos no así.

Dio una vuelta para verse mejor en el gran conjunto de espejos, en busca de cualquier imperfección. El vestido tenía toques de encaje en rosa, verde y dorado, junto a un lazo rosado que rodeaba su cintura y se cerraba en un moño adorable. Le recordaba a lo que había visto en los kimonos japoneses de los animes que Berdly le había recomendado, y de los que ahora era (discretamente) un gran fan.

—En verdad es perfecto —susurró para sí mismo, deteniéndose a mirarse.

Lo único que faltaba en su conjunto era la tiara del príncipe oscuro. Según Queen, es necesario que la tenga y que, ahora que ha crecido un poco más, organice mejor el mundo oscuro, sus tierras y su corte.

Esta ceremonia era el último paso antes de establecer una conexión cordial con el mundo de la luz, después de todos los eventos de la profecía.

La tiara estaba sobre un elegante mueble de abedul oscuro con tonos azulados. Era principalmente plateada y tenía un intrincado diseño de espirales y puntas que incrustaban pequeñas joyas de todos los tipos y tamaños: a la izquierda, joyas del mundo de la luz, de colores variados; a la derecha, joyas del mundo oscuro, en tonos más apagados; y en el centro, todas se unían formando, junto al metal plateado, la runa delta. Era verdaderamente hermosa y sería el símbolo del nuevo comienzo del mundo oscuro.

—Kris... —dijo, sonriendo cálidamente.

Fue sacado de sus pensamientos al escuchar ligeros golpes en la puerta y, luego, cómo esta se abría.

—¡Susie! —dijo emocionado, caminando rápido pero con cuidado para darle un abrazo.

—Eh, cuidado, enano. El traje es nuevo. No sé si lo sepas, pero un amigo mío se casa hoy —respondió la chica monstruo de dos metros y medio, riendo mientras le acariciaba un poco la cabeza.

—Eh, je, je, perdona, no he podido evitarlo. Pero, Susie, ya te lo he dicho: técnicamente no es una boda, es...

—Un ritual mágico para unir dos mundos con magia del ángel y blah, blah, blah —respondió Susie, haciendo comillas con los dedos y con un tono sarcástico—. Es una boda nerd, no importa lo que digas. Parece lo que pasa en los viejos cuentos, cuando el matrimonio entre un humano y un monstruo terminó la guerra en nuestro mundo hace como chorrocientos mil años.

—Ay, Susie, lo digo porque aún me da vergüenza —Ralsei rió por lo bajo, desviando la mirada.

En repuesta ella desvió la mirada unos segundos, considerando qué iba a decir.

—¿Y? —respondió en el tono más calmado que pudo, mientras colocaba una de sus grandes manos suavemente sobre su hombro.

—Y también mucho miedo... —Su voz se quebró ligeramente—. Es que muchas cosas están cambiando de golpe, hay nuevas responsabilidades después de este día, y me siento tan… como si no lo mereciera —su voz se fue apagando poco a poco, volviéndose más pequeño, y sus ojos se humedecían.

—Hey, hey, ya lo hablamos antes, Rals. Tu terapeuta nos lo dijo, sobre lidiar con ese tipo de ideas —dijo, sacando su pañuelo para limpiar las lágrimas del pelaje blanco del bebé llorón que tenía delante, mientras le hacía subir el rostro para mirarle—. Además, arruinarás tu maquillaje.

—L-Lo s...

Ralsei estuvo a punto de disculparse, pero recordó cómo una de las primeras cosas con las que la terapia le había ayudado fue a no pedir disculpas por las cosas más básicas. Se recompuso, tomando unas respiraciones más calmadas, mientras Susie acariciaba su espalda.

—Tienes razón. Seguro que a Elanina y Elanino no les gustaría eso, je, je —su tono se volvió más calmado.

—Venga, así se habla. Ven, sentémonos; quizás sea bueno hablar más sobre eso antes de la ceremonia. Aún queda bastante tiempo.

Sentados en el sillón que tenía la gran habitación, con un ventanal desde el que era posible ver buena parte del mundo oscuro, ambos amigos conversaron lo mejor que pudieron.

Pasaron los minutos, y finalmente la charla comenzó.

—Entonces, ¿aún tienes problemas procesando todo lo que ocurrió? Honestamente, si te digo la verdad, yo también sueño mucho con eso, ¿sabes? Los últimos días de ese año en el mundo oscuro fueron muy agitados —Susie dijo eso con un tono de melancolía y alivio. Entonces dio un suspiro y se recostó en el espaldar del sofá, con los ojos cerrados y las manos detrás del cuello.

—En parte sí, supongo. Creo que eso es algo que todos tenemos en común... Pero es extraño. Es como si, aunque sé que ya no pasará, siento como si en cualquier momento todo fuera a volver atrás, como si toda mi felicidad fuera un castillo de cristal… que fácilmente puede romperse en cualquier momento. Uno que tal vez no merezca.

A diferencia de Susie, Ralsei se había inclinado hacia delante, apoyando sus codos sobre sus rodillas, mirando al frente, a ninguna parte.

Susie reflexionó sobre sus palabras: “Hacen falta más de dos mil ladrillos para construir una torre, pero solo quitar unos cuantos para derribarla”. Si lo pensaba, era cierto. Aunque no era arquitecta, estaba segura de que incluso la Gran Muralla China se caería si quitabas unos cuantos bloques de sitios estratégicos.

—Bueno, puede tener algo de verdad eso... —respondió Susie luego de unos segundos de reflexión, captando la atención de Ralsei—. Pero, antes de que su acompañante pudiera responder, continuó—: Digo, ¿y qué si es verdad? Si lo piensas bien, un día después de que termináramos con la profecía y salváramos el puto mundo, Kris o yo pudimos ser arrollados por un auto y morir.

—¡Susieeee! —dijo Ralsei entre risillas, dándole un golpe amigable en las costillas, causando que el gran reptil reaccionara riendo. Lo cierto era que ambos se habían acostumbrado al tipo de humor del otro con el tiempo de convivencia.

Riendo, Susie continuó, esta vez pasando su musculoso brazo sobre el hombro de Ralsei y acomodándose en una postura similar.

—Pero lo cierto es que es verdad. En todo momento puede pasar algo que cambie tu vida. De por sí, mientras venía aquí, Noelle casi es arrollada por la camioneta de un loco.

—¿¡Qué!? —interrumpió Ralsei, sorprendido, volteando a mirar a Susie de una forma que le resultó involuntariamente cómica.

—He, he, calma, colega. Dije “casi”. Al final, el tipo fue detenido por Undyne.

—Ho... —respondió aliviado.

—En fin, lo que te decía... Es imposible controlarlo todo. Y si algo aprendí es que los malos finales para las cosas siempre están a la vuelta de la esquina, pero no vale la pena detener tu vida por ellos. En el mejor de los casos, solo puedes mirar dos veces antes de cruzar y esperar lo mejor. Al fin y al cabo, si miras, tienes más chances de ver si el tipo loco de la camioneta viene hacia ti o si hay un asesino serial desquiciado, fan de Machacasangre 3, al otro lado de la acera.

—Wow, eso es muy sabio.

—Oye, los libros de Gerson son bastante buenos, sacas buenas cosas de ellos... Entonces, ¿sientes que al cruzar la carretera viene el tipo loco que le gusta arrollar ciervos o que, al otro lado, está el asesino serial que le gusta comer carne de cabra?

—Bueno... es un “miedo”, claramente... Pero es una caja del gato. No sabes lo que hay dentro hasta que no la abres —Ralsei sonrió cálidamente, estando ahora más en calma.

—¡Así se habla, tonto! —dijo ella, acariciando el pelaje de su cabeza con fuerza, pero con cuidado de no tocar los cuernos rosas del chico; sabía que ese derecho era de Kris exclusivamente.

—¡Oye! Vas a arruinar mi peinado —respondió riendo, pero sin poder alejarse del afecto.

La puerta volvió a sonar, sacando a ambos de sus pensamientos.

—Debe de ser Noelle. Le pedí que viniera a darte un chequeo al vestido antes de la gran hora —exclamó, emocionada.

Cuando Noelle entró al cuarto, saludó a Susie con un ligero pico en la mejilla antes de ir con Ralsei para darle un abrazo rápido.

—¿Cómo está el señor príncipe? —preguntó animada.

—Bueno, parece que tengo que arreglarme un poco más —respondió con una risa tímida—. Je, je...

Varios minutos pasaron. Susie había empezado a leer un libro mientras Noelle daba los toques finales al vestido, peina los mechones blancos, ligeramente rosados más largos de , de su melena apenas distinguibles del tono del resto de su pelaje  y corregía su maquillaje frente al espejo con una gracia y sin afectar su porte elegante y vestido azul marino simple pero hermoso. 

—Y dime, ¿cómo está Kris? —preguntó Noelle en un tono amistoso.

—Bueno, está bien. Tuvo problemas para dormir anoche, aunque yo también los tuve . respondió él mientras se miraba en el espejo.

—Kris espera mucho este momento también. Es el momento de ustedes, disfrútalo al máximo, Kris lo hará también… Además, de verdad que necesitará un descanso cuando termine con su “séquito” —. Dijo Noelle con su tono normalmente animado flanqueando un momento en algo que solo podrías describir como incomodidad.

Ralsei no respondió. En su lugar, solo asintió y emitió un leve sonido de aprobación.

“El séquito de Kris”, era como habían empezado a llamarle al ángel una vez que encontró un cuerpo que habitar, el que él mismo había diseñado al llegar a este mundo originalmente, y a las dos acompañantes que trajo consigo, quienes (hasta donde sabían) hicieron posible este final… indirectamente.

—Aunque parecen niñas, esas dos brujas son aterradoras —. Comentó Susie sin levantar la vista de su libro—. Pero me alegra que vinieran, aun si causaron problemas al inicio.

—Sí, son aterradoras. Es una mezcla rara… parecen niñas inocentes, pero están más que dispuestas a empujarte al infierno por diversión —. Respondió Noelle, deteniéndose un momento y suspirando.

—Supongo que por eso las llaman brujas —concluyó Susie.

Todos en la habitación estuvieron de acuerdo.