Chapter 1: Capítulo I
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Érase una vez en un reino llamado Camelot, donde la magia mostraba apenas su valor, había un Rey erizo llamado Arturo Primero, el cual un poderoso hechicero profetizó acerca del futuro de su reinado y sus próximas conquistas de sus herederos.
Pero justo en el momento dónde el hechicero reveló parte de la profecía a la vista de todos, un heredero del linaje del Rey Arturo lograría cambiar el mundo que conocían y unir mucho más allá de las estrellas.
Desde entonces, todos los herederos del Rey Arturo I y el mago Merlín han convivido de forma tal que, en cada Reinado, fueron acompañados por un descendiente de la magia.
Y así, pronto se volvió una leyenda que llegó a todos lados del Reino de Camelot, pero que poco a poco fue decayendo en su importancia, o al menos hasta ese momento.
Con los primeros rayos del sol atravesando los huecos que las ramas daban entre sí filtrando el color impactando con el bosque, el galope de caballos hizo temblar la tierra mostrando cómo corrían hasta llegar a una pradera llena de plantas de lavanda donde los aparentes tres jinetes se detuvieron.
A la cabeza, estaba un erizo azul vestido con ropajes informales y con una espada en su costado, fue el primero en asumir el liderazgo del caballo de pelaje marrón con los pelos de tintes negros. A diferencia de sus otros dos acompañantes que tenían caballos de tintes negros o blancos completos.
—Por ser hoy tu coronación, ¿No deberías estar listo desde ya? Futuro Rey. —completó una eriza de pelaje fucsia junto a una vestimenta de vestido con un pantalón para montar.
—Vamos, si hemos paseado no fue para recordar mis futuras responsabilidades—pronunció el erizo azul por el campo tomando la delantera.
—¿Entonces a qué se debe el honor de esta salida? —se animó a preguntar un erizo verde de ojos dorados junto a una vestimenta de la realeza y sosteniendo un paso firme en el corcel blanco.
—Solo quiero pasar el tiempo con mis hermanos, al convertirme en Rey no podré gozar de esta libertad.
—Ves el ser gobernante como un castigo. —dijo su única hermana presente siguiéndole el paso llegando a su lado. —Pero eso te abrirá muchas posibilidades de cambiar las cosas por aquí.
—Es correcto. —se aventuró a decir su otro hermano al otro costado. —Quizás el derecho a nombrar una nueva corte o-
—O el derecho a decidir de forma justa para todos. —interrumpió la eriza. —Otros reinos tienen los mismos problemas, aquí podríamos hacerlo diferente y mejor.
—¿Qué buscas decir hermana? —interrogó confundido el erizo azul.
—Su real majestad, con todo el respeto, ¡Cabeza hueca! Me refiero a nuestro pueblo, nuestros antepasados solo se dedican a expandir el reino de Camelot, pero ¿Qué pasa con los demás? Con las mujeres, los niños, los ancianos, no solo son guerras por ganar hermano, es más que eso. Nuestros padres ya no están y es tu deber brindarle seguridad a los demás.
—Sonia, nuestro hermano Sonic sabrá que hacer al respecto, si no, tú hubieras sido la Reina para hablar de los problemas de los pueblerinos.
—Manic. —lo llamó en bajo el azul con seriedad. —No todo son comodidades en el castillo, ella tiene razón, pero quisiera tener convicción que tiene, yo solo quería no ser el mayor.
—Es tu deber hermano, fuéramos como Manic al nacer el último príncipe para importarse vagamente por asuntos del Reino.
—O quizás está llena de envidia al no tener los privilegios de un Rey. —contestó el de ojos dorados con notable alteza.
—Sí fuera Reina todo cambiaría por aquí. —susurró enfadada la eriza. —¿Qué dice la hechicera Nimue por tu coronación?
—Ella no vendrá, pero dijo que debía tener cuidado. Pero ya sabes, son solo suposiciones. —habló Sonic restando importancia. —Cosa de magos.
—Deberías ser un poco más responsable hermano-
—Princesa Sonia dejé de preocuparse.
De un fuerte tirón la eriza logró que su caballo tomara la delantera a sus dos hermanos, siendo Manic el primero en responder con el mismo gesto corriendo detrás de ella dejando irónicamente al hermano mayor atrás quien los observó con un rostro que mostraba más su incertidumbre que una posible seguridad.
El castillo era el sitio más lujoso de todo el reino de Camelot, contrastando con el pueblo que parecía ahogarse en la miseria lentamente como si una fuerte oleada de veneno infectara todo, destruyendo familias, sueños y esperanzas de prosperar, que se traducía a una gran depresión.
Pero la coronación del príncipe Arturo, o conocido más con su seudónimo "Sonic", podía simbolizar algún cambio a beneficio masivo. Debido a que su juventud prometía más que los sólidos pensamientos de los antiguos Reyes, como piedras que ordenaban sin más interés en el pueblo.
Sonic caminaba con ímpetu en medio de todos los sirvientes y eso era lo que él mostraba, su seguridad, o al menos así lo hizo antes de adentrándose a su recámara donde soltó un suspiro cansado, lo que demostraba que sus aspectos sociales no eran iguales cuando se trataba de aparentar ser un Rey. No era tan culto como su hermana Sonia y tampoco muy aristocrático como su hermano Manic.
Él fue más un joven nacido del viento que sopla en el campo de batalla y vivía por su propia libertad, a veces envidiaba a las aves, ellas volaban y él parecía un canario encerrado en una jaula de oro.
—Es hora Príncipe Sonic, todos lo están esperando. —pronunció una sirvienta tocando su puerta.
—He de salir pronto.
Sonic veía el manto de Rey, la tela fina de color carmesí y el bordado de pelaje blanco, podía haber estado vestido con los mejores ropajes y no poder ser merecedor de aquella reliquia. Finalmente lo tomó con la misma convicción suficiente de verse por un espejo y tratar de sonreír y convencerse a sí mismo que sería el próximo gobernante de Möbius.
Pero los Reyes no eran exclusivos del reino de Camelot o cualquier otro reino.
La galaxia exterior se regía muy diferente a lo que un joven planeta tierra aún tenía conocimiento, ¿Qué eran esas estrellas que adornaban el cielo por las noches? ¿Simples adornos? O... naves que iban de planeta a planeta hasta llegar a la base de todo un control regido por unos entes diferentes a lo que se podría imaginar.
El linaje Doom.
El terror de todas las civilizaciones.
Alienígenas que soltados en cualquier superficie lograban destrozos magistrales dignos para conquistar el territorio que fuera, al mando del Rey Shadow, un ente diferente a todos los demás, manteniendo una figura de autoridad heredada del gran "Black Doom", al mismo que no se veía como uno de los alienígenas, si no un ser libre pensante, pero que carecía de valores.
Para Shadow, la alegría era un sentimiento que obtenía cuando se lograba apoderarse de otro planeta donde la sonrisa se apoderaba de su rostro al sentir el poder recorrer su cuerpo. Pero un Rey, de su altura, no era nada, sin un heredero.
"—Shadow no lo aceptaría jamás, pero esto beneficiará al linaje. Y a mí, por supuesto."
Otro ente poco parecido veía por los hologramas las imágenes de muchas figuras distintas a las que alguna vez podría haber visto. Pero entre ellas destacaba solo una, la Princesa Sonia de Camelot, un reino en el desconocido sistema solar, y sobre todo planeta que mostraba una pobre civilización que estaba celebrando lo que sería una sucesión.
"—Es perfecta."
El choque de las luces que viajaban con fuerza por las atmósferas del espacio exterior se veía como simples meteoritos, pero aquellas cápsulas de menos tamaño tenían una dirección definida. Y esa era "La tierra".
—En el día de hoy, el reino de Camelot es testigo de la sucesión del joven Arturo segundo, el sucesor directo de nuestra antigua figura, que descansa en paz.
El erizo de pelaje azul se hincó enfrente del reverendo de la Iglesia que sostenía una corona en sus manos y la extendía en lo más alto enseñándoles a todos los presentes.
…
El espectáculo en el cielo podrían verlo obreros trabajando en los campos que se detuvieron a verlo, incluso a los pueblerinos que estaban fuera del castillo esperando por el acto hasta el momento dónde por el reflejo de sus ojos había objetos extraños cayendo desde el cielo.
...
—Es un honor coronar a nuestro Rey Arturo.
Y en el preciso momento donde el erizo azul inclinaba su cabeza para recibir la corona en su cabeza y el nuevo peso en sus hombros siendo visto por sus dos hermanos desde la primera fila, ambos vestidos elegantes para la ocasión, el tradicional vestido verde esmeralda que portaba su hermana junto a las vestimentas reales de su hermano que acompañan en tonalidades claras.
Los ojos de la eriza se dirigieron a él diciendo indirectamente que era hora de portar aquella responsabilidad y cuando regresó su vista a la corona rindió su cabeza.
Hasta el momento de escuchar como la tierra había temblado de repente, tal fue la impresión que las ventanas llegaron a romperse alarmando a los presentes. Sonic se alzó entonces con sorpresa y todos los caballeros desenfundaron sus espaldas ante tal amenaza.
Las puertas reales fueron abiertas desde afuera sorprendiendo más a todos donde varios pueblerinos invadieron el salón corriendo por sus vidas.
—¡Están atacando Camelot!
—¡Protejan a todos! —ordenó Sonic en alto.
Los caballeros obedecieron al instante y desplegaron sus fuerzas saliendo del reino acudiendo al llamado de todos los pueblerinos que seguían afuera gritando entre masas.
—¡¿Qué está pasando hermano?! —gritó Manic llegando junto a Sonia con el erizo azul.
—Otro reino debe habernos atacado aprovechando este día. —pronunció Sonic con seguridad regresando la vista con el arzobispo. —Debe de ocultar la corona y protegerla de todos los que la busquen.
—¡Sonic! —exclamó Sonia.
Giró su rostro solo para observar una criatura deforme ante sus ojos y similar a un animal de cuentos ingresar al salón, entonces Sonic frunció el ceño con extrañeza, la criatura gritaba con fiereza y se movía de forma diferente a lo que había visto antes.
Pero no contó con que una a una iba llegando más, pero entrando al salón otro singular espécimen hacía su entrada, un ente con una cola que se movía, la forma escalaba entre mezcla de muchos animales que haya presenciado antes, pero lo que más llamaba su atención era su mirada, el iris era dorado con la esclerótica completamente negra.
—¡Princesa Sonia! —llamó en alto el ente.
La facilidad con la que había hablado y ser comprendido por todos logró desconcertar a los presentes, pero más al trío de hermanos, y más a la eriza llamada la cual sintió el miedo aparecer y sentir su completa inseguridad.
Sonic había visto al ente desde lo más lejos y como se aproximaba buscando a su hermana, entonces por reflejo la tomó de la muñeca junto a su hermano escapando del salón por detrás para entrar al castillo dejando a los caballeros restantes luchar.
—¡¿Qué son esas criaturas?! —preguntó Sonia aún alarmada.
Ellos corrían por los pasillos subiendo a la torre más alta donde al ingresar a una recámara Sonic trancó la puerta con maderas y un mueble viejo mientras su hermana se asomaba por la ventana descubierta viendo como había aquellas cápsulas extrañas afuera de su castillo de donde habían salido aquellas criaturas que estaban invadiéndolos.
—"¡Princesa Sonia!"
El reclamo ajeno había puesto sus púas de punta y abrazarse a sí misma.
—Me buscan, ¡Me buscan a mí! ¡¿Por qué razón?!
El erizo azul estaba tratando de hallar soluciones, desde escaparse por el bosque, enfrentarlos, todos los caminos que se traducía a fracasar una y mil veces. Hasta ver a sus dos hermanos asustados esperando que él tome el liderazgo. Estaban masacrando a los caballeros y lo podía escuchar desde la torre.
—"Princesa Sonia".
Y el mismo llamado de antes fue lo que le hizo pensar en una idea. Una que sería una perdición para él, pero una salvación para su hermana.
—Sonia, vienen por ti, y desconozco el motivo, pero de algo he de estar seguro, no voy a entregarte, aunque destruyan todo este castillo. —pronunció con firmeza tomando a su hermana de los hombros. —Pero arriesgarnos de tal forma a huir solos... prefiero tomar otra posición.
—¿Qué buscas decir hermano? —preguntó Manic.
—Haré algo que solo un verdadero Rey haría y lo que un hermano mayor haría por sus hermanos.
Los rostros confundidos se mezclaban con pizcas de extrañeza y miedo al sentir como tropas enemigas se acercaban. Y en ese momento Sonic observó a su hermana fijamente a lo que ella parpadeó y luego bajó la vista para ver su atuendo.
El ente de colores llamativos como lo eran el celeste y rojo pisaba el castillo y que había visto a los pueblerinos huir aterrados de él y de sus secuaces seguía llegando por un largo camino mientras su atención se concentraba en cada fémina que sus ojos veían y descarta molesto al verlas.
Sus opciones no llegaban por la cual había pisado ese castillo en primer lugar y su frustración se iba viendo cada vez más notoria negando a seguir su camino.
—¡¿Dónde está la Princesa Sonia?!
Su enojo fue tal que destruyó mesas de los invitados de un solo golpe.
—Me ha de estar buscándome.
Una voz resonó en el salón y cuando el ente se volteó ahí observó la silueta de lo que ante sus ojos eran los ropajes de una mujer. Un vestido verde como el que había visto anteriormente, así mismo como una cobertura protegía la cabeza y la mitad del rostro de la nueva silueta.
Sus ojos verdes eran lo único que destacaba de su rostro pálido, aquella figura se acercaba con pasos lentos, a tal punto de desesperarlo y acercarlo con su cola para tenerla frente a frente.
—Princesa Sonia. —dijo examinando a la mujer por todos lados. —No creí que-
—No quiero más destrucciones a mi reino.
Incluso su voz podía escucharse en un leve susurro que el ente tenía fortuna de escuchar ante la corta cercanía.
—No fue cortés, pero debe de venir con nosotros a un lugar lejos de aquí, ha sido escogida específicamente para nuestro sitio.
La extrañeza de los ojos verdes se hizo presente.
—¿A qué clase de fosa? ¿O es acaso otro reino?
El ente dudó en responder, pero pronto todas las criaturas los rodearon alarmando a la que sería la Princesa Sonia.
—Eso ya estará por verlo.
Pronto la tomaron con fuerza para llevársela consigo, ni todos los caballeros ni los pocos pueblerinos habían visto tal cosa antes, incluso escondidos Manic y la que era la verdadera Princesa con la vestimenta de su hermano mayor quería salir para ir detrás de su hermano si no hubiera sido detenida por el erizo verde.
—Sonic dijo que regresaría. —mencionó Manic abrazándola desde atrás.
—Hermano. —sostuvo con un jadeo callado para seguir ocultos.
La espada oculta debajo de los ropajes que simulaban ser solo listones de adorno acompañados del velo que protegía al que sería Sonic que no sabía que estaba ocurriendo ni a donde lo estaban llevando, lo único es que su deber era luchar para regresar a su reino.
Pero tal vez estaba equivocado si pensaba que solo sería un secuestro a otro reino.
Fue arrojado con fuerza dentro de una celda en una de esas cápsulas y después de casi caer se sostuvo de las barras de metal para ver al ente que lo trajo.
—No se preocupe Princesa Sonia, llegaremos en poco tiempo, puede ponerse cómoda. —aseguró el otro con un gesto revelando una sonrisa.
—¿No tengo el derecho de saber ni él nombre de los que atacaron mi reino?
—Eclipse the Darklight, miembro del linaje Doom, pronto podrá conocer más acerca de nosotros, Princesa.
Al alejarse y ver a otros alienígenas bastó con una sola mirada que se quedarán resguardando la celda, fue cuando Sonic se quitó la tela que cubría su boca para respirar libremente por fin.
El sentimiento de desconfianza e incertidumbre lo estaba comiendo, esa fue la decisión más arriesgada que pudo haber tomado, pero era para salvar a su hermana de la misma situación y confiaba que el reino de Camelot estaría seguro en sus manos hasta su regreso.
—¿Qué es este sitio inhóspito?
Cuando se adentró más a la celda logró ver con mucha dificultad siluetas que estaban sentadas, otras paradas, pero todas en la parte más honda, entonces se aventuró a caminar casi tomando su espada oculta para avanzar si no fuera porque una silueta se movió a él con rapidez.
Otra criatura extraña, pero está siendo la silueta de una mujer, la piel colorada por completo de pigmento verde con un torso y cintura delgados, al contrario de los muslos que eran notablemente más anchos, ella poseía cuatro extremidades que usaba como brazos, así como un solo ojo el cual era de tintes rojos.
Sonic dio un paso atrás espantado, los sonidos que salían de la boca de la criatura lo iban confundiendo, no comprendía el lenguaje ni los sonidos raros que salían y fue cuando se acercó a él dando una completa vuelta examinándolo.
Estaba casi temblando al ver que su tamaño era más alto que él, de hecho, parecía como un insecto comparado a todas las figuras raras que estaban dentro.
Entonces la criatura se movió a otro costado de la celda pronunciando más acerca de ese lenguaje que no comprendía.
—¿Qué criatura eres? —interrogó en alto confundido.
Entonces de repente una silueta que en seguida encendió todo su cuerpo de un brillo que además de aterrarlo logró también una fascinación, aquella tenía el cuerpo y su vestimenta entre colores púrpuras y negros, sus ojos parecían dos faros de luz blanca, algo que jamás había visto antes y una honda que se movía como los rayos del sol simulaban ser su cabellera de un color fucsia claro.
—Eres una mujer de un planeta diferente. —escuchó de su parte y por el tono femenino sabía que era otra mujer.
—¿Tú logras entenderme? —preguntó entre aliviado y sorprendido.
—Logró entender a todas las que están aquí, puedo hablar sus lenguas y comprender que tenemos el mismo deseo, escapar de aquí.
—¿En qué parte del reino estamos?
—Este no es un reino como tal, estamos viajando al planeta de los Black.
—¿"Planeta"? ¿Qué es eso?
—¿No tienes conocimiento de lo que es un planeta? ¿De dónde vienes?
—Soy... soy la Princesa Sonia del reino de Camelot.
—Una Princesa… —la alíen se inclina ante ella—. Me presento, soy Venus. Un placer su majestad.
Sonic frunció el ceño extrañado por la reverencia y también notó como ella se movió para señalar la pequeña ventana que tenían a su costado, abrió la ventana y le enseñó lo que se veía afuera. Y cuando se asomó su sorpresa fue tal que solo abrir los ojos no fue suficiente, casi quedaba paralizado.
Era un vacío interminable, solo objetos brillantes a los lejos como puntos, aquellas que se parecían a las estrellas vistas de noche, pero eso parecía un pedazo del cielo oscuro extendido como un inmenso manto sin fin.
—¿En dónde he de encontrarnos?
—En el espacio exterior Princesa.
Sonic pasó saliva. Aquel nombre sonaba intimidante y no sabía la razón de ese miedo creciente.
—Nadie aquí creía en eso, pero después de pasar tiempo no es extraño ya. No teníamos visita de una fémina nueva en mucho tiempo.
—¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué hay criaturas extrañas? Incluso usted-
—Todas somos mujeres, para que logres entenderme, todas venimos de diferentes partes y por eso somos distintas. Ellas no pueden comunicarse entre sí y yo lo hago posible. Yo también fui raptada como todas por el mismo motivo.
—¿Eres una especie de líder?
—No, todas aquí tratamos de cuidarnos de las alimañas que son esas criaturas que debiste ver, otros alienígenas. Yo vengo de un planeta que ahora pertenece al linaje de los Blacks Arms, también fui una Princesa, mi planeta era el B216, del reino Mad'la.
—¿Y qué pasó? ¿También te atacaron?
—Por desgracia, y no puedo hacer mucha encerrada, mis poderes no son suficientes para escapar.
—Oh, he de comprender, eres una hechicera. —completó con una ligera sonrisa.
—Sí eso te ayuda a entender.
—¿Qué me pasará? ¿Por qué me han traído aquí?
La mirada de la otra silueta bajó al igual que todo el brillo que irradiaba alarmando al erizo azul que buscó acercarse para verla de cerca hasta notar como este se movía como si respirara con dificultad, entonces bajó hasta su altura para notar esta se cubría a sí misma.
—¿Puedo ayudar? ¿Qué pasa?
—Solo busca escapar de aquí, como todas. No quieres saber para qué llegaste con nosotras.
Pronto las criaturas se acercaron a la otra silueta, había infinidad de todo, los colores que jamás hubiera imaginado, formas, tamaños distintos, todos se reunieron alrededor de la silueta con la que había hablado anteriormente y se juntaban entre sí.
Sonic no comprendía la acción, incluso estaba comenzando a creer que se trataba de un sueño. Entre los cuatro espacios, ellas integran dos completos, y él fue el único que se sentó en el otro vacío de enfrente apoyándose en una pared de metal, usaba su pose básica para sentarse aun si eso deformaba el vestido de su hermano.
Había sonidos extraños entre los alíen, pero parecía que había alguna comunicación de la cual él no era parte. Pero trataba de hallar formas de salir de la celda, romper los barrotes, luchar con esos "alienígenas", ¿Qué tan extenso sería el espacio? ¿Seguirán cerca de su reino?
Había perdido la noción del tiempo cuando cayó dormido sentado y solo.
En el mando de control, otro ente diferente estaba sentado en un trono hecho de una piedra especial que brillaba por sus colores dignos de magna de lava. Aquel solo estaba con un rostro inexpresivo al notar hologramas de lo que parecía ser una guerra entre dos razas.
Al lugar llegó Eclipse, quien se acercó con una sonrisa decidida colocándose enfrente quitando el holograma llamando la atención del otro, este que poseía colores oscuros en su cuerpo al igual que rojos con ojos diferentes a los de Eclipse, estos eran... más humanos. En su mayoría al menos.
Pero la diferencia más notoria era que el Rey portaba una corona, y al ver al ente inmediatamente soltaron a hablar un lenguaje completamente diferente al de los otros alienígenas, donde parecía que todo sonido del exterior era omitido, un sonido silencio se enlazaba entre los dos y solo existía una vía de comunicación.
Aunque sí para los miembros externos parecieran solo gruñidos o gestos inentendibles.
—¿Ha ocurrido un problema Eclipse? —preguntó el Rey.
—Su majestad Shadow, me he dado la libertad de llevar a cabo una expedición a otro planeta.
—¿Sin mi autorización?
—Oh no, hermano, fue por un motivo especial.
El rostro del ente soltó otra sonrisa mientras el Rey tenía el rostro lleno de arrogancia y lo demostraba en el sólido desinterés con el que podía ver a su "hermano".
—Habla, estoy ocupado viendo que otro planeta quiero conquistar. —respondió hostil. —No quiero perder tiempo, ya se han dejado las próximas Black Arms en las cámaras de incubación y no perderé tiempo para seguir mis conquistas.
—He visitado un planeta distinto su majestad, desde el descenso de nuestra entidad Black Doom y tu ascenso al trono, necesitamos la siguiente línea en nuestro linaje.
—He dejado claro que ese tema no me interesa en lo absoluto.
—¡Es nuestro linaje!
—Parece que estás contradiciendo mi voluntad Eclipse. Y tú eres mi segundo comando, no pudiste desobedecer mi orden.
—He traído a la mujer adecuada, una Princesa, ella posee sangre real de un linaje propio, además, las terrícolas son las mujeres más fértiles que existen en todos los planetas. Ella tendrá al descendiente que necesitamos.
Aquellas palabras captaron momentáneamente la atención del Rey, se incorporó de su lugar con el rostro serio. Se dirigió al frente de su hermano cruzando los brazos por detrás de su espalda, estaba molesto y mucho.
—Mi voluntad es clara, la conquista del universo —enfatizó alzando la voz— restablecer a nuestra raza de guerreros... ¡¿Y tú crees que me interesa encontrar a una mujer?!
Su hermano se mantuvo erguido sin mostrar temor de sus palabras. Una sonrisa adornó su rostro seguido de una risa.
—¿Vas a despreciar el regalo que he buscado por tanto tiempo para ti, mi Rey? Su majestad, mis intenciones no son más que complacerte... por eso he buscado a la mujer apta para ti, aquella que será digna de permanecer a tu lado en las conquistas y la reconstrucción de nuestro reino.
Shadow chasqueo la lengua, paso de él mientras caminaba hasta una de las ventanas que daban vista a la oscuridad del espacio. Eclipse se voltea para seguir con el tema, no debe desistir, su hermano en ocasiones era recio y testarudo, pero encontraría la forma de convencerlo.
—Solo quiero agradarte —se acerca con pasos lentos— eres la única familia que me queda y lo que más deseo es que tengas todo aquello que sueñas a tu alcance —su sonrisa se ensancha— al menos intenta pasar una noche con ella, permíteme prepararla para ti y te prometo que no te vas a arrepentir.
Shadow lo mira, en sus ojos se puede leer la negación ante los deseos de su hermano.
—Si de ese modo vas a dejar de molestar con ese tema, lo haré —lo señala— y no quiero más expediciones sin mi autorización, ahora vete, tengo mucho trabajo que hacer.
Eclipse no podía estar más que feliz. Shadow hizo además sacándolo de ese lugar, tenía asuntos más importantes que requerían de su concentración.
—¡Su majestad, no te vas a arrepentir! —hace una reverencia para después marcharse.
"Claro que no lo harás Shadow."
Con la respuesta afirmativa del Rey, Eclipse se propone preparar a esa chica terrícola, todo debía ser perfecto.
Chapter 2: Capítulo II
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Sonic se despertó al escuchar una especie de grito, sus ojos esmeraldas se enfocaron en las chicas con las que estaba encarcelado. Varias criaturas negras entraron a la celda para envolverlas en tentáculos negros y viscosos, una a una las iba sacando de ese lugar. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando se dio cuenta de que se habían detenido.
—Llegamos —menciona Venus alertando a todas las demás mujeres— estamos en su planeta.
Sonic se llenó de pánico. Una de esas criaturas se paró frente a él mientras sus tentáculos lo rodeaban, un quejido escapó de los labios del erizo al verse privado. Otra criatura se acercó y se le quedó viendo al monstruo que lo mantenía cautivo, con un asentimiento emprendió una caminata lenta y pausada con dirección a un castillo.
Sonic lo pudo ver, era un lugar desértico y con mucho calor, rocas negras y rojas eran el atractivo de ese mundo, por delante una especie de fortaleza se alzaba con ímpetu. Pasaron una entrada custodiada por más criaturas, pero eran diferentes a las primeras que vio, con alas y más grandes. Llegaron a una nueva celda, más grande. Allí las dejaron a todas incluyéndolo. Las chicas temblaron al verse nuevamente privadas de su libertad y se abrazaban unas a otras.
Sonic se sentó en espera, la roca era incómoda y los zapatos de su hermana comenzaban a ser molestos. La celda se abre de golpe y provoca que las chicas se espanten y retrocedan hasta chocar con la pared.
Eclipse entró con una amplia sonrisa mientras empezó a reírse al ver a todas esas féminas temerle. Su atención no era para ellas, era para la terrícola, la Princesa Sonia.
—¡Princesa Sonia! —la llama con el tono burlón.
Sonic se levanta, con una mano en su espalda toma la espada escondida. Eclipse lleva su mano para agarrarla, pero en un momento la espada toca su pecho, con una mirada desconcertante mira a la Princesa quien empuña esa arma.
—¿Por qué me trajiste? ¡¿Y a ellas también?! —su voz tiembla al hacer la pregunta.
Eclipse se ríe, la espada que Sonic mantenía con amenaza en su pecho se quiebra cuan hoja seca.
—Sus armas obsoletas no son rivales para los Black Arms —con orgullo menciona.
Sonic deja caer el mango de lo que quedaba de la espada, su rostro palidece y retrocede tan solo unos pasos, un grito escapa de su boca cuando siente que algo se enrolla alrededor de él y una punta de lanza amenaza su cuello, Eclipse lo ha inmovilizado.
—No más distracciones Princesa, se hace tarde —se dispone a salir.
Sonic intenta soltarse, sus pies retroceden, pero es inútil no puede hacer mucho, el velo que cubría sus púas cae al suelo mientras entre protestas lo sacan de esa celda para llevárselo a quien sabe dónde. La líder de las chicas, lo mira irse, sostiene el velo y lo abraza.
Sonic temblaba y respiraba agitado, lo llevaron lejos de las demás, buscaba en todas las direcciones alguna salida. Eclipse apretaba cada vez más su agarre y el dolor era insoportable hasta que llegaron a una puerta, la cual se abrió, sin perder el tiempo entraron. Una fuerte luz provocó que Sonic cerrara los ojos y luego su cuerpo fue lanzado al suelo.
Gimió de dolor mientras volvió a abrir la vista, esa habitación era diferente, de un color blanco marfil, tenía varios compartimentos, una especie de cama rocosa y en el centro un cráter con algo viscoso que parecía tener vida propia.
Unos pasos desviaron su atención para darse cuenta de que otras chicas con cadenas en sus tobillos estaban detrás del alíen con sus rostros bajos.
—La presentación es esta noche y yo me haré cargo de afinar los detalles —truena los dedos.
Las esclavas se acercan a Sonic, con cuidado comienzan a quitarle el vestido. Sonic las aleja con insistencia y les pide que se detengan, las chicas en su desesperó intentan comunicarse en su idioma natal, cosa que Sonic no entiende y fracasan en querer decirle que será más fácil si coopera. A este punto Eclipse ya está cansado de la actitud tan rebelde de la Princesa, se acerca y conocer el pudor procede a arrancarle el vestido hasta dejarlo únicamente con el camisón.
Lo toma del mentón y se acerca para hablarle.
—¡Basta! ¡No toleraré más de tus caprichos! ¡Por tu bien es mejor que cooperes! —lo suelta con el rostro irritado.
Las chicas rápidamente se colocan alrededor de Sonic para quitarle la última prenda, Sonic les gruñe, las iba a alejar, pero una de ellas sujeta su rostro. La tristeza es tan notoria y aunque no hablen el mismo idioma Sonic pudo sentir que ella solo estaba intentando protegerlo de más maltratos. Su mirada esmeralda se paseó por los brazos de la esclava y vio lo que parecían cicatrices y golpes, nuevamente la observó y la chica cerró los ojos.
Su resistencia decayó como la última prenda de su cuerpo, se encogió cuando se dio cuenta de que estaba en sus pormenores frente a desconocidos que lo mantenían cautivo. La chica, tomo suavemente su mano para guiarlo a esa especie de cráter.
Sonic al estar más cerca se percató de que el líquido era transparente y emitía un calor agradable. La chica sumergió su mano, como mostrándole que no había peligro, sin señales de querer seguir oponiéndose entró al líquido y lo sintió tan familiar. Pese a su composición viscosa, al entrar en contacto era como el agua tibia de su mundo. Las esclavas empezaron a limpiar su cabeza, cara y brazos, tomaron unos objetos extraños de los cuales extrajeron otros líquidos oscuros. Los colocaron en su cabeza y aquello se convirtió en espuma oscura. Después de aplicarle otros líquidos y acicalarlo, lo ayudaron a salir.
Por instinto Sonic se cubrió con sus manos, una tela lo envolvió y las chicas volvieron al trabajo, secando cada parte de su cuerpo.
Eclipse aplaudió mientras uno de los Black Arms se acerca con un cofre negro, lo abre y saca una tela negra.
—¡Intacto y perfecto! —celebra.
Una chica se acerca con el rostro bajo y toma la tela, vuelve a Sonic. Este no tiene la menor idea de lo que es esa tela y la chica se muestra nerviosa.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no se lo pones? —Eclipse enuncia provocando que la chica tiemble.
Sonic sujeta la tela y la examina buscando alguna abertura, cuando la encuentra se la coloca y una vergüenza inunda su rostro. La tela simula un vestido con cola larga por detrás y corta por delante con aberturas a los costados con lazos de oro que deben ajustarse, la única parte donde está cubierto es a los costados de los pechos y encima hay nuevamente más lazos de oro, los brazos también tienen caídas de más tela.
Las manos habilidosas de las chicas comienzan a ajustarlo hasta que resaltan la figura de la Princesa, pero en la parte del pecho ni por más ajustes que hicieran la tela seguía flácida.
Eclipse lo mira con extrañeza, recordaba que la Princesa era un poco pronunciada de ese lugar.
—Planos... ajústenlo no quiero que su majestad se moleste por la ausencia de senos.
Sonic se sonrojó de la vergüenza al escuchar aquello, debía admitir que una mujer con busto modesto si lo llenaría, pero él...
Adornaron su cabeza con piedras rojas y negras brillantes, le colocaron pulseras doradas en las muñecas y tobillos, lo dejaron descalzo. Lo maquillaron, usualmente como lo hacía su hermana cuando tenía algún evento importante. Siendo sincero Sonic desconocía porque estaban haciendo todo eso, pero en su interior estaba tranquilo de que no lo estuviera sufriendo su hermana.
Eclipse festejó cuando vio terminado el trabajo de las esclavas, volvió a acercarse a Sonic y jalarlo, pero el erizo se resistió, una vez más trono los dedos y sintió como sus manos y pies pesaban más de lo normal, las pulseras brillaban y por más que lucho por levantarse no pudo.
Con una mano Eclipse lo levantó y se burló descaradamente de él.
—Débil.
Lo cargó sobre su hombro y lo sacó de allí, lo último que vio fue a las chicas negando y abrazándose entre ellas.
Volvieron a caminar por largos pasillos y la temperatura descendió de manera brusca. El frío envolvió las piernas de Sonic que para su mala suerte eran las más expuestas en ese vestido. El ente se detuvo, abrió una enorme puerta negra y se adentró. Sentó en el suelo a la Princesa mientras el peso en sus extremidades continuaba y lo mantenía quieto.
Sonic observó a su alrededor, una habitación tan oscura y hermosa como la obsidiana, unas piedras brillaban muy sutilmente en matices blancos y rojos. Y una cortina oscura mantenía oculta una parte de la habitación.
Eclipse lo dejó allí para correr hasta esa cortina, susurró algunas palabras que Sonic no comprendió, hizo una reverencia para luego salir de la habitación sin antes dedicarle una curiosa mirada a la Princesa.
Sonic quedó solo en ese lugar, se colocó en alerta sin conocer a qué se enfrentaría y para qué estaba allí. El sonido de unos pasos lo hizo prestar atención al fondo de la habitación, una silueta comenzaba a formarse en la oscuridad que predominaba la habitación. Respiraba artificialmente con el terror llenando cada parte de su ser y los nervios destrozando su pecho.
Un golpe en seco se escuchó delante de él y con asombro, dos ojos rojos lo vieron fijamente. Una criatura muy similar a la forma de un erizo negro apareció ante él, con el porte tétrico y la mirada cargada en un ego que se respiraba Sonic pudo palpar en su estado vulnerable. Un erizo negro con detalles rojos, quizás si le quitarán ese aire de terror podría decir que era apuesto.
Esos ojos rojos lo inspeccionaron, caminó alrededor de él sin quitarle la vista de encima. Sonic tuvo un mal presentimiento, en su interior algo le decía que debía escapar, que estaba en peligro, el erizo se detuvo detrás de la Princesa. Se agachó por detrás mientras su mano toco la cabeza de Sonic.
Un jadeo cargado de temor fue lo que obtuvo de Sonic quien se avergonzó ante ello, pero la mano de ese erizo seguía acariciando su cabello. Tomo una de las piedras que adornaban su cabeza. Lo que siguió después dejó atónito a Sonic, escuchó como masticaba lo que le habían colocado. El peso que lo retenía desapareció como magia y solo dejó sus extremidades resentidas, el erizo negro lo cargó por la cintura como si fuera un saco y caminó al interior de la habitación, dejando detrás las cortinas.
Sonic se percató de que aquella extraña habitación, la cama volvía a repetirse en esta y cayó en la conclusión que posiblemente eran los lugares que usaban para descansar. Fue lanzado sin cuidado a esta y cuando su espalda toco la roca, pudo sentir algo más suave que la seda con la que dormía. Se incorporó hasta quedar sentado y un calor agradable le quitó la pesadez del frío que había en el ambiente.
La criatura obsidiana lo vio extrañado, como si no esperará una reacción como esa, se detuvo un momento para analizarlo. Esa Princesa tenía un color inusual, ese azul pavo que pocas veces había visto durante sus conquistas combinadas con ese par de ojos verdes muy parecidos a las piedras que devoraba, la chica parecía muy delicada, frágil, que no aguantaría para lo que fue seleccionada.
Pero ese no era problema del Rey, solo quería quitarse de encima la tonta idea de su hermano.
Se montó en la cama con cautela, hace mucho tiempo que no volvía a pasar por esa situación por lo que estaba un poco oxidado. Agarro sin cuidado la pierna de Sonic y lo jaló haciendo que se recueste, seguido de ello se colocó entre sus piernas las cuales estaban más descubiertas, pero la tela cubría la parte que requería mayor atención.
Sonic no comprendía a que estaba jugando ese chico, y se sonrojó cuando vio que la mano del otro empezó a subirle la tela revelando la parte interna de sus muslos. Se incorporó tomando y alejando la mano del erizo de su regazo.
—¡¿Qué haces?! —le preguntó con demasiada vergüenza que estaba seguro el rojo de su cara era idéntico al de las púas de la criatura.
El erizo alzó una ceja, volvió a sujetar la tela, pero nuevamente Sonic alejó su mano.
—¡No! —le grita.
Los ojos rojos lo vieron con advertencia, no hacía falta ser considerado, quería quitarse a su hermano de encima. Tomo una pierna de Sonic y lo hizo girar sobre hasta quedar boca abajo, sujetó la tela de la parte trasera y la subió revelando una colita azul.
A este punto Sonic tuvo la ligera sospecha de lo que estaba intentando hacer ese chico, con impulso le pego con su cabeza y aunque también lo dejó un poco mareado logró salir de su agarre, pero sus extremidades aún le dolían por lo que cayó de bruces al suelo con la respiración agitada.
—No debiste hacer eso...
Cuando escuchó la voz de ese ser, volteo lentamente y sintió que moriría cuando lo vio a pocos centímetros de él. Iba a correr, pero las manos del erizo lo sostuvieron evitando su plan. Sonic comenzó a forcejear contra él para liberarse de lo que fuera lo que quisiera hacerle, la tela de ese vestido era tan resbaladiza que le provocaba frustración.
—Qué inquieta... —se quejó—. ¡Ya basta!
Sonic volteo a verlo y negó.
—¡Jamás! —lo encaró.
—¿Quién te crees que eres para responder sin mi autorización?
Juntando todas sus fuerzas Sonic se soltó de las manos del erizo, pero al mismo tiempo lo sujetó de la cola de la prenda.
—¡Soy una Princesa! —por un momento su voz tembló—. ¡No puedes tratarme como una esclava!
Aquellas palabras provocaron una sonrisa engreída en el oscuro.
—Tal título no tiene valor frente a mí —con sus garras se aferra a la tela y comienza a acercarlo—. Nadie es superior a mí... ¡Estás frente al Rey de todo el universo! Soy Shadow y eres parte de mi tesoro real.
Sonic se jaló y la tela se rasgó liberándolo, se incorporó en busca de escapar. Un grito escapó de sus labios cuando fue apresado contra la pared más cercana. Shadow sujetó sus manos a la altura de su cabeza y atrapó su cuello.
—Para ser una Princesa eres escurridiza —Shadow se acercó a su rostro sin dejar de verlo.
Sonic no necesitaba pensar tanto, impulsó su rodilla y le pegó en sus partes más sensibles, provocando que lo soltará. Shadow maldijo mientras volteaba a ver a esa Princesa, no era una presa fácil, no era como las otras chicas que su hermano conseguía. Por un momento le pareció divertida la idea de jugar con ella hasta finalmente cansarla y de ese modo...
Someterla.
Pasaron algunas horas.
Shadow estaba sorprendido, demasiado intrigado por esa chica. Sonic aún tenía fuerzas y escapaba de sus manos tan habilidosamente. El vestido de Sonic estaba hecho un desastre, sus garras lo habían descosido y arruinado tal punto de que lo único que lo cubría eran los pocos retazos que aún se mantenían pegados a su cuerpo.
Tuvo que recurrir a la inmovilización con esos anillos dorados y lo dejó sentado en el suelo, pero ya estaba aburrido de estar jugando. La puerta principal de la habitación se abrió y mostró a su hermano.
—¡Su majestad! —Eclipse observa la habitación y se llena de emoción cuando ve el desastre causado.
Shadow se incorpora con el rostro irritado.
—Sáquenla de mi vista —ordena a los alienígenas que acompañan a Eclipse.
Uno de los lacayos carga a Sonic y lo saca de ese lugar.
—¡En unas horas sabremos si la oviposición es positiva! —su hermano estaba más feliz de lo normal.
—Será un fracaso —agrega Shadow.
—Pero veo que te divertiste mucho con ella... —hace énfasis en la destrucción de la mayoría de cosas.
—Ni siquiera la toque.
El rostro de Eclipse decayó ante la noticia.
—Pero ella...
—No pasó nada, ella se rehusó —menciona desganado—. ¿De dónde sacaste a esa mujer? Es irrespetuosa y rebelde... no parece una Princesa como dijiste.
—Ella es una Princesa... su majestad no tenía idea que ella-
—Ya te di el gusto, ahora no insistas más. Quiero estar solo —exige dándose la vuelta.
Eclipse no comprende que es lo que sucedió, pero en su rostro se puede ver la rabia que le provocó el que su hermano no haya disfrutado de la chica que eligió. Se da la vuelta y camina fuera de ese lugar.
Sonic se removía entre los brazos de los alienígenas. Sintió un fuerte tirón de sus púas y sus ojos se enfocaron en el chico.
—Tal parece que no conoces modales —menciona irritado—, no te preocupes los vas a aprender... —lo suelta sin cuidado—. ¡Llévenla con las otras y no tendrá las raciones de dos días!
Los Black Arms obedecen, y después de unos minutos dejan a Sonic en la celda de las demás chicas. Se incorpora mientras las mira y puede percibir una tristeza en ellas. La líder se acerca viéndolo con dolor.
—¿Qué es este lugar? ¡¿Por qué me enviaron con ese tipo?! —grita con la respiración agitada—. Él me quiso...
—Princesa ese es el motivo por el cual estamos aquí...
Sonic guarda silencio.
—¿No lo has comprendido? Ellos necesitan mujeres para procrear hijos... su raza está en decadencia, es por eso que nosotras...
Sonic no puede con la noticia, sus piernas tambalean hasta caer sentado en el suelo.
—¿Para esto te querían hermana? Para ser una esclava... —en su mente se repetían aquellas palabras.
—Esto no es posible...
—Es la realidad, nosotras seremos las encargadas de engendrar a la siguiente generación...
En esa noche Sonic se hace una promesa que cambiaría el transcurso de su vida.
Desde los comienzos del reinado del poderoso Black Doom, había dos seres que cargaban con la genética y el poder que su linaje y raza poseían. Uno sería el futuro soberano y el otro solo seguiría los órdenes de su hermano sin objeción alguna.
Shadow fue esa clase de príncipe que nacía y tenía solo una convicción, ser fuerte, ser el próximo gran conquistador de planetas sin importarle la atención que recibía de nuestro padre, él era el hijo favorecido de sus consejos y pronto Shadow se convirtió en una calca de lo que fue el gran Black Doom.
En cambio, yo no importaba el esfuerzo, ni la ganas de superarlo, simplemente no nací con el talento necesario para combatir con él, mi futuro Rey. Y cuando nuestro padre murió por causas dudosas, Shadow ascendió al poder.
Quién debe ponerse al frente de las decisiones, quién paga los errores y él que se encarga de que el Rey esté seguro, soy yo. Sin embargo, es Shadow el dueño de todos esos méritos.
Y yo, solo soy su "mano derecha" ni siquiera me llama hermano.
Eclipse Doom.

Después de los días donde Sonic no logró comer nada y el ayuno intermitente ya lo estaba por matar gracias a los cólicos de su estómago, estaba en la celda con las demás mujeres extraterrestres que para ese paso ya lo acogieron como una más de ellas.
Claro, ni siquiera ellas sospechaban que verdaderamente no era la Princesa Sonia.
—¿Qué se supone que haremos aquí? ¡Tenemos que escapar!
Habló Sonic en alto chocando sus brazos frustrados en contra de la ventana.
—No hay forma, las Black Arms cuidan toda la nave, y aunque los derrotemos entre todas está la mano derecha del Rey. —explicó la única alíen que lo entendía. —Y el Rey nos mataría.
—¡De él puedo encargarme yo! —respondió en una posición moviendo su espada con seguridad.
La alíen lo miró con confusión a lo que él abrió los ojos con sorpresa y bajó la postura optando por una más femenina copiando a su hermana cuando estaba de pie, con las manos abajo cruzadas y erguida.
—En mi planeta nos enseñan a combatir por cualquier motivo. Je.
La alíen ocultó más su brillo cuando en la entrada escucharon pasos.
—¿Por qué razón vienen ahora? —interrogó Sonic con extrañeza en su mirada tomando con más fuerza la espada.
Y afuera, Eclipse estaba caminando molesto mientras las Black Arms esperaban por sus órdenes de pie en una sola fila.
—Todavía no hay acercamientos, debo actuar con rapidez y solo hay una forma. —Pronunció siguiendo en su caminata hablando con las manos. —Y ese heredero tiene que aparecer lo más pronto posible.
Se detuvo por unos instantes para con su mirada fría ver las celdas de las mujeres.
—Sería una pena que tenga que forzarlos.
Y las Black Arms se movilizaron de forma que llegaron a las celdas para mover la puerta con fuerza y hacer que las alíen se fueran en masa al costado contrario en lo que el erizo azul y la alíen que estaba con él anteriormente de igual forma se pusieron a la defensiva.
—Princesa Sonia.
La voz de Eclipse logró que a Sonic se le erizará la piel y el pulso temblará al sostener la espada. Teniendo en su pensamiento que no saldría de ese sitio.
—La necesitamos en un banquete con nuestro Rey Shadow. Tenemos que prepararla, así que será mejor que no nos cause problemas, ya vio el castigo que se le dio.
—¡Jamás!
Por su lado Eclipse soltó una carcajada cerrando los ojos y cuando los abrió sintió el puño de la Princesa impactar en su rostro, algo que solo lo hizo retroceder un paso, pero fue suficiente para llenarlo de ira al instante.
—¡Mujer terca, ya verás que no debes faltarme el respeto!
—¡No pienso salir otra vez para ver a su Rey!
—¡¿Le he preguntado?! ¡Tomen a la Princesa!
Pronto las Black Arms se dirigieron al erizo azul quien buscó defenderse, incluso dañar a uno de los alíen con su espada de muerte y moverse para esquivar los agarres de otros.
Estaba adelante de todas las extraterrestres protegiéndolo con la espada de las Black Arms hasta el momento dónde Eclipse se unió ya molesto y gruñendo para tomar a Sonic, quien gracias al vestido que usaba de su hermana piso la tela de mala forma haciéndolo caer.
—¡Inútil vestido!
Eclipse llegó y tomó al erizo azul con fuerza para llevárselo.
—¡Suficiente Princesa, ya nos trajiste muchos problemas!
—¡No!
Las alíen fueron impedidas de avanzar gracias a las Black Arms que no fueron heridas por Sonic, mientras Eclipse se lo llevaba dejando a sus compañeras solas buscando atravesar la barrera que estás criaturas hacían.
Volvieron a llevar a Sonic al mismo sitio de la primera vez para limpiarlo, él estaba buscando la forma de escapar, pero ahora tenía guardias a cada lugar al que iba por orden de Eclipse.
Aparecer en esas aguas viscosas de nuevo, ser preparado por otro vestido, todo se volvería a repetir. Pero no importaba cuántas veces lo envíen a esa habitación, jamás, dejaría que él tal "Rey Shadow" se acercase.
Ahora mismo, el vestido negro largo con abertura en la pierna derecha que ajustaron para buscar destacar la figura que no poseía y el detalle de una tela roja que partía de su cuello y caía por sus brazos logró que Sonic se preguntará, que harían esa noche para llevar un conjunto más elegante que el de hace unos días.
Eclipse abrió la puerta trayendo en sus manos la que era una corona, una que, en vez de tener el ímpetu de su grandeza hacia la parte de arriba, esa parecía más una de las clásicas diademas que su hermana usaba.
Con la única diferencia que tenía caídas de joyas rubíes a los costados, Eclipse señaló la corona y las mujeres que lo atendían se lo colocaron en su cabeza, y por su fuera poco, de nuevo le colocaron joyas encima, siendo estas todas esmeraldas.
—Está lista Princesa, ahora acompáñeme.
Eclipse le señaló salir de la habitación y él a pesar de mirarlo con desconfianza se movió para caminar a la par del ser por los pasillos de su castillo llegando así a lo que sería un inmenso salón que tenía las decoraciones de rocas y pequeños pozos de lava a los costados denotando así un fuerte calor.
Pero quizás lo que más le llamó la atención fue la piedra de volcán en medio con una pequeña roca en una punta de la mesa así una mesa como conocía en su reino. Acompañado de una fuente de lava al medio.
Y luego contempló como el trono de Shadow estaba hasta la otra punta de la mesa y él tenía una roca simulando una silla enfrente suya.
—Princesa vaya a sentarse, en un momento daremos inicio al banquete.
Sonic volteó a verlo con disgusto y pronto Eclipse le dio un empujón para qué avanzará, si no fuera porque estuviera descalzo hubiera caído al estar con otro tipo de zapatilla.
—Saludé al Rey. —ordenó Eclipse antes de irse.
El erizo azul caminó a la mesa mostrando una falsa seguridad y antes de sentarse se colocó a un costado para dar una leve reverencia. Shadow lo miró con seriedad dando la orden con la mano para que se levantara.
Fue a sentarse y no lograba ver la silueta del Rey con mucha facilidad gracias al centro de mesa que con su humo veía a penas los costados de Shadow.
Con incomodidad se movía mucho al no quedar nunca satisfecho en una pose. Observó a todos lados esperando por el "banquete" o si alguien más aparecía.
Había un silencio entre los dos y una visión incompleta que no ayuda a fortalecer una posible conversión y menos gracias a los altercados de cuando se conocieron por primera vez.
—Querido Rey, hemos preparado el plato real para su majestad y para la invitada también. —anunció Eclipse apareciendo de nuevo.
Extraterrestres mujeres invadieron la sala para soltar platillos sobre la mesa, y aunque Sonic pudiera imaginarse de todo, la realidad fue que hasta creyó que se trataba de una broma cuando vio que piedras preciosas escogidas por clase eran servidas para él.
—¿Qué? ¿Quieren qué coma piedras? ¡Están locos! —exclamó en alto y Eclipse fue a él sonriendo ante el Rey.
—Debe comenzar a considerar que ya no está en su planeta natal, aquí hay normas diferentes y debe seguirlas si quiere sobrevivir.
Sonic lo miró extrañado y luego al plato que estaba debajo de él, rubíes. Si en su planeta solo eran adornos de la alta sociedad, aquí eran al parecer su comida por excelencia.
Y su estómago volvió a doler con más fuerza al no haber comido absolutamente nada desde su llegada a ese "planeta". Finalmente renunció y tomó la primera piedra para primero observarla y luego moverse de costado para ver como el Rey degustaba con facilidad de las que estaban en su lado.
—Peor será si muero de hambre.
Abrió la boca y mordió la piedra, grande fue sorpresa cuando está se rompió con facilidad en su boca sorprendiéndolo al instante y antes de escupido por completo, el sabor dulce lo confundió al instante.
Comenzó a masticarlo y pronto su sabor se asemejaba a los dulces que tenía en el Reino, como una especie de azúcar que se deshacía al entrar en contacto con la saliva. Y fue dando con diferentes sabores mientras más piedras probaba en el proceso.
Desde lejos estaba Eclipse sonriendo y luego encargó a las Black Arms traer un objeto a la mesa. Ellos llegaron casi al instante con lo que sería un jarrón negro de acabado brillante, así como otros dos con lo que serían dos colores de arena.
—Para sellar el banquete. Tanto mi Rey como nuestra invitada deben verter estas dos clases de arena en este jarrón y así poder entrelazar las dos razas en una completa armonía.
—¿Una especie de tratado? —preguntó Sonic mientras seguía comiendo de las piedras.
En cambio, Shadow fulminó con la mirada a su hermano justo en el momento cuando observó los objetos, pero se quedó callado solo levantándose de su asiento siendo el primero en llegar al medio de la mesa rodeándolo.
—Princesa Sonia. —llamó Eclipse volteando a ver al erizo.
Él los miró extraño, pero se levantó y a paso tímido avanzó manteniéndose a la guardia.
El ente bicolor le dio a cada uno los dos tipos de arena, una siendo rojiza sostenida por Sonic siendo cubierta principal del suelo del planeta de esos seres y la otra parecía de un color más melocotón, casi como la de las costas de los mares de la tierra, pero de un color más vivo, que sostenía el Rey.
—Aquí tienen costumbres extrañas. —susurró Sonic siendo escuchado por Shadow quien lo miró de reojo.
Eclipse dejo el jarrón negro encima de la mesa y pronto Shadow comenzó a depositar su frasco en este mientras Sonic le seguía la acción sin comprender. Entonces veía como los dos colores se iban mezclando hasta llegar al final. El jarrón fue recogido por la mano derecha del Rey y también agitado con fuerza hasta sellarlo con lo que sería un poco de la lava del centro de mesa.
—Princesa Sonia, la llevarán a la que pasará a ser su nueva habitación, ya no tendrá que convivir con las demás mujeres.
—¿Qué? ¡Pero-!
—Sin refutar. —lo calló mandándolo directo con las Black Arms que lo escoltaron para salir del salón.
Eclipse se quedó viéndolo con una sonrisa que se extendía con maldad, pero pronto fue Shadow quien se acercó para hacerlo darse la vuelta y luego sentir como este le había dado un buen golpe que lo hizo caer observándolo con asombro.
—¡Te he dicho que no quiero intromisiones en mi vida! —exclamó furioso el Rey. —¡¿Y te atreves a casarme?!
—Majestad, hermano. —pronunció levantándose. —Lo hice por nuestro Reino, necesitas de esa Princesa para equilibrar nuestro linaje otra vez.
—¡Cómo puedes seguir metiéndote!
—¡Es también mi Reino!
—¡No, yo soy el Rey Shadow, yo controlo todo! Y tú me volviste a desobedecer, eso tendría un castigo muy elevado y lo sabes.
Eclipse abrió los ojos sorprendidos y antes de hablar Shadow lo calló colocando su mano en alto.
—Pero por ser tus intenciones beneficiosas es que dejo pasar esta falta de respeto Eclipse, esa mujer me molesta, pero disgusta, no dejaré que se salga con la suya, aunque deba pelear con ella mil veces más. ¿Quién se cree que es cómo para no obedecerme?
—Esa... es una actitud favorable majestad. La Princesa viene con un carácter muy particular, he investigado acerca de su Reino llamado Camelot y su vida allá, nuestros espías me han servido de mucho.
—Quiero saber cómo puedo controlar a una mujer así.
—Bueno, las costumbres de los terrícolas son muy diferentes a las nuestras, incluso más que todas las extraterrestres que hayan pisado este planeta. Al parecer, los hombres deben mostrar heroísmo, pero también debilidad para que sus mujeres crean en ellos.
—Eso jamás Eclipse, yo no soy débil ni mucho menos un héroe, ella va a ser sometida si es necesario.
—Bueno, usted tiene la palabra Majestad, pero sin dudas sería más sencillo si tan solo puede controlar un poco su temperamento, después de todo, ella ya eliminó a una de nuestras Black Arms e hirió a otros más.
El rostro de Shadow se vio levemente sorprendido, nunca había tenido un caso así antes, las Black Arms eran máquinas de guerra después de todo. Pero después de recordar el comportamiento del intento de su primera noche, tenía mucho sentido.
—¿Qué sugieres?
Chapter 3: Capítulo III
Summary:
Por favor.
¡Reproduce la canción!
Y espero que disfrutes la historia 😸.
Chapter Text
Sonic fue llevado a una habitación diferente, esta incluso desde la entrada tenía un marco que era piedra esculpida y apenas ingresar y ver que el sitio era una calca de la anterior habitación, pero más espacioso es que se alarmó y busco irse, pero fue demasiado tarde, las Black Arms lo encerraron empujándolo hacia adentro y cerrando la puerta bloqueándola ellos mismos.
No importaba cuando la golpeara con los puños ni forcejeara no había movimiento a su favor.
—Por Caos, si viene aquí juro que en esta oportunidad voy a matarlo. —dijo avanzando entre toda la habitación.
Sonic se movió con ansiedad quitándose la corona de la cabeza y arrojándola al intento de cama y botando así todas las piedras que cayeron al suelo. Luego comenzó a ver objetos que usaría para defenderse en caso de tener que volver a pelear con Shadow.
El tiempo que esperó logró ponerlo nervioso y todo ruido que escuchaba afuera hacía que se pusiera más ansioso y manteniéndose en una esquina de la habitación.
De pronto la puerta se abrió y ahí su corazón casi se sale de su cuerpo, y la silueta de Shadow avanzó con total soberbia en el andar y ya adentro cerraron la puerta detrás de él, y comenzó a avanzar a su dirección.
—¡Aléjese, no pienso repetirlo!
Y el azabache lo miró incrédulo, casi como si fuera a burlarse de inmediato, puesto que Sonic estaba a nada de escapar para saltar sobre la cama para escapar.
Y ni apenas Shadow se acercó Sonic se fue encima de la cama para quedar arriba y tomar de una roca que había cerca.
—¡Atrás!
Su comportamiento había logrado que el propio Shadow soltara una carcajada que hizo que Sonic frunciera el ceño.
—No voy a perder el tiempo, he venido aquí con intenciones claras, y mientras más se rehúse más voy a insistir.
—¡No importa, todas las veces que venga aquí, absolutamente en todas, no dejaré que se acerque a mí!
—Hmmp... Tengo asuntos más importantes de los cuales debo ocuparme.
Shadow se movió para sentarse al borde la que sería la cama dándole la espalda a Sonic, quien seguía aterrado vigilándolo que no buscará darse la vuelta. El moreno se quitó la capa más superficial del traje y pronto comenzó una nueva actividad.
—¿Qué intenta hacer?
El Rey entonces tomó de un holograma parecido al que tenía en su mando de control para seguir observando civilizaciones de los planetas ricos en recursos, dignos de ser invadidos.
Sonic buscó bajar de la cama y seguir viendo como era completamente ignorado por el Rey.
—Quédese quieta, no me gustan las interrupciones.
—¡No puede pedirme algo así, me tiene secuestrada! ¡Es un ser malvado!
El azabache se dio la vuelta para verlo con seriedad.
—Dije que quiero silencio, mujer irritante. Si valora un poco su vida sea obediente.
—¡Jamás! —se rehusó en alto.
Shadow estaba desencadenado en furia, tanto que su semblante lo demostraba, pero antes de levantarse se detuvo y solo ignoró el gesto para darse la vuelta y seguir en sus asuntos.
—Tiene la oportunidad de descansar en un mejor sitio, aprovéchela, yo no tengo deseos de estar con usted hoy.
"Tiene que ser una vil mentira" Pensó Sonic.
Aun así, logró sentarse lejos del sitio del Shadow en toda la cama protegiéndose a sí mismo mientras observaba fijamente toda acción que hiciera el moreno.
—¿No piensa descansar?
—¿Y dejar que haga conmigo algo impensable? Nunca.
Logró que el propio azabache soltarse con frustración un gruñido que solo terminó por alertar más al azul.
—Por eso detesto esta parte de mi linaje, tengo que soportarla ahora para siempre.
—¿Pa... para siempre? —señaló Sonic con sorpresa bajando sus orejas de repente. —¡Yo no quiero quedarme aquí el resto de mi vida, soy una Princesa!
—¡Y yo soy el Rey Shadow, tampoco quiero tenerla en mi presencia, pero ahora me pertenece!
—Un verdadero Rey no toma a los demás como posesiones valiosas ¡Yo no soy suya y nunca lo voy a ser! ¡Es un Rey cruel, se aprovecha de todas nosotras para expandir más a los suyos!
El moreno la miró de reojo buscando ignorarla, pero pronto soltó un "Hmmp" en alto.
—Sabrá usted de manejar un Reino. Es solo una simple Princesa, su única ocupación es sonreír y cambiar de vestido en cada gala.
Sonic se enojó a tal grado de golpear la cama con fuerza y respirar rápido.
—¡Yo sí puedo manejar un imperio!
—No vaya a hacer que vuelva a reírme.
Sonic se fue en contra suyo con fuerza por detrás logrando que Shadow cayera al suelo mientras que el erizo azul aun con el vestido puesto se movía con dificultad para levantarse gracias a lo apretado que estaba.
—¡Su crueldad será pagada!
—¡Silencio mujer!
Sonic se mantuvo lejos de acabar mientras que con su mirada demostraba su enojo a lo que el Rey correspondió el gesto para levantarse y limpiar su traje.
—Nunca había conocido dicha insolencia personificada, ¡Pero usted me lleva al límite! ¡No puede simplemente obedecer una orden, aunque la beneficie!
—¡No confío en ninguno de ustedes sucias criaturas! ¡Intento aprovecharse de mí y eso es imperdonable!
—¡Es mi obligación para tener herederos! ¿O piensa qué podemos multiplicarnos como si nada? ¡Mi raza está en extinción!
—No a costa de la libertad. —pronunció bajando las orejas. —Y eso es lo que les quita a todas.
Shadow no pronunció palabra alguna, decidió mantenerse al margen y seguir con su búsqueda en el holograma, al igual que Sonic solo pudo irse a un rincón de la cama para sentarse solo con el rostro igual de melancólico que proyectaba desde su llegada a ese sitio.
Pasaron alrededor de dos semanas, pero mentiría si estuvieron seguro del tiempo. En su estancia, perdió la noción del tiempo. Aún seguía pensando en la poca suerte que tenía de seguir con vida, pero la falta de alimentos comenzaban a afectarlo, pese a que las piedras que comía lo ayudaban, no eran suficiente.
Sus ojos miraban con total desagrado y repulsión la amplia cantidad de insectos que servían las esclavas. Después de ese extraño ritual de la arena se ha visto obligado a pasar más tiempo al lado del Rey, incluso quedándose en la nueva habitación que le asignaron. Todos los días es lo mismo, se despierta en la cama con ayuda de alguna chica, lo visten y arreglan con esas esmeraldas sobre su cabeza, tiene la libertad de salir a explorar a sus alrededores, pero en compañía de las Black Arms, el almuerzo lo toma solo y es por la tarde que comienzan a prepararlo.
Tiene entendido que por petición del Rey le aplican las mejores fragancias, le colocan otras gemas, ropas y lo envían a la cena para posteriormente terminar encerrado junto a él en la habitación y que no pase nada porque ninguno mueve un solo músculo.
El lugar estaba en completo silencio, solo se escuchaba los ligeros bocados que el Rey le daba a su comida que, aunque era extraño, consistían en varias gemas de colores. Era muy desolador solo verlo comer y también el hecho de que no hablaran, desde ese día Shadow se limitaba a contestarle, era como si solo fuera un adorno para él. Para Sonic no representaba un problema, la verdadera razón de su disgusto era el hecho de ser tratado como un simple objeto de acompañamiento.
—¿De nuevo dejarás la comida? —la estrepitosa voz de Shadow hace que salga de su entumecimiento.
Levanta la mirada hasta él.
—Sé considerada, es difícil encontrar comida en este planeta y no voy a permitir que sea desperdiciada.
Sonic se avergüenza, es como si su madre estuviera regañándolo por no comer sus vegetales. Ya no soportaba esa rutina.
—Preferiría que ellas lo coman. —menciona sin atreverse a verlo, no quería imaginar si le mencionaba que aquello no era apetitoso ante sus ojos— prefiero esas gemas que probé el otro día.
Shadow se sorprende, carraspea y al instante entran las esclavas.
—Desde hoy ella comerá lo mismo que me sirvan a mí. Limpien y traigan otro plato.
Las chicas se apresuran a recoger todo hasta que la mesa queda vacía. Una regresa con un plato para la Princesa y se retira. Sonic admira la cantidad de gemas y se sorprende, lentamente comienza a comer. Sin pensarlo levanta la mirada y se da cuenta de que Shadow lo mira fijamente, como si estuviera estudiándolo.
Sonic le sostiene la mirada hasta que el Rey se incorpora sin decirle nada más. Antes de salir de la habitación se detiene.
—Solo te lo diré una vez, tienes permitido tener a una chica a tu lado, se encargará de cumplir todas tus órdenes y será la responsable de rendirme cuentas sobre ti. Elige a una —terminando se retira para seguir en su investigación.
Sonic se sorprende, se siente mal al saber que tiene que elegir a una sola chica y más con la responsabilidad que le impone ese erizo. Las gemas sabían bien, pero no lo satisfacían por mucho tiempo, no quería admitirlo, pero comenzaba a desesperarse.
Unas Blacks Arms entran listos para escoltarlo a la habitación.
Cierran las puertas detrás de él, Sonic camina por la habitación, una luz captura su atención, se acerca y ve a Shadow observando un mapa. A diferencia de los que ha visto ese es enorme con varios puntos brillantes en varios colores.
El Rey estaba parado viendo fijamente los puntos marcados en el mapa y aparte hacía anotaciones en unos libros. Sonic se acerca a la cama para sentarse, se quita la corona sin cuidado y la lanza, aquella no era la primera vez que veía ese mapa, Shadow siempre lo cargaba con él a donde quiera que fuera. Lo que le pareció curioso era esa piedra en donde hacía anotaciones, era nueva.
Shadow se incorpora para ir a la cama a lo que Sonic se aleja, listo para defenderse, pero su confusión es mayor cuando mira que el otro solo toma una piedra negra y mira las esmeraldas que pertenecían a la corona, recoge algunas para luego volver a alejarse.
—¿Por qué? —Sonic estaba harto de su actitud, de ser tratado como un objeto.
Shadow lo ignora vilmente, mete una gema a sus labios y sigue viendo el mapa.
—¿Qué sentido tiene que me obliguen a estar contigo? —le pregunta con ira—. ¿Tratarme como uno de tus objetos?
Un fuerte suspiro escapa de los labios del Rey, su mirada exasperada se enfoca en las esmeraldas del chico. Se incorpora con ese porte autoritario y dominante.
—¡Eres tan irritante mujer! —se queja cerrando los ojos—. Te quejas de cualquier cosa, no entiendo qué quieres.
—¡Quiero la libertad! ¡No ser objeto de seres abominables que nos secuestran en contra de nuestra voluntad!
Para Shadow esa mujer había atravesado sus límites.
—¡Qué parte de que mi raza está en extinción no entiendes!
A lo que Sonic se alza aún más.
—¿Nosotras debemos cargar con el peso de salvarlos a costa de nuestras vidas? —lo encara—. ¿Por qué debemos permitir eso? ¡No tenemos ninguna obligación! ¡Es más tienen muy merecido que estén al borde del colapso!
Shadow lo mira con sorpresa luego su rostro se contrae hasta mostrar la furia que la provocaron esas palabras.
—¡Mujer irrespetuosa, insolente y torpe! —le da la espalda—. No sé en qué estaba pensando Eclipse cuando te trajo...
Sonic lo mira muy molesto.
—¿Cómo te atreves a decir que está bien la extinción de una raza? ¡Cuando ni siquiera sabes todos los esfuerzos que he hecho por mantenerla! —Shadow vuelve a confrontarlo—. Tienes idea de la cantidad de intentos que tuvimos que hacer para encontrar la manera mejor viable para subsistir... la cantidad de planetas que hemos buscado con el deseo de encontrar uno en el que podamos desarrollarnos sin temor a quitarle su vitalidad.
Sonic vio como el Rey se iba acercando y por cada paso que daba él retrocedía.
—¿Tienes idea de lo denigrante que es traer a esas mujeres porque mi raza no es capaz de generar sus propios medios para una gestación adecuada? —los ojos del Rey brillaban intensamente con cada palabra que salía de sus labios.
Sonic chocó contra la cama y Shadow sujetó sus manos mientras la admiraba, una sonrisa de burla se enmarca en su rostro.
—Tienes suerte de ser elegida para mí, de lo contrario no durarías ni siquiera un ciclo lunar —la suelta y se retira.
Sonic se sienta, se percata que el Rey toma todas sus cosas y se dirige a la salida, antes de siquiera lanzarle más preguntas, le contesta.
—No requiero de tus visitas, haz lo que quieras, no tengo tiempo para perder contigo.
Sin darle tiempo a defenderse sale de esa habitación, dejándolo solo. Sonic maldice su suerte.
Cuando despertó, se dio cuenta de que las esclavas le habían llevado de esas mismas gemas. Siendo su hambre más fuerte que su deseo de resistencia, comió algunas. Le sorprendió que los Black Arms no lo escoltaran fuera de la habitación, por lo que decidió ir a visitar a las otras mujeres. Se acerca a los barrotes para verlas y nota que la líder se acerca.
—Luces distinta —le dice fijándose en que su cuerpo está un poco más delgado y el color de sus mejillas es más pálido.
—Ya no puedo con esto... ese Rey es tan cruel con todos —Sonic tiembla— nos retiene en contra de nuestra voluntad con la esperanza de ser...
La líder toca su rostro decaído.
—Pero tú eres diferente, no eres como nosotras... —en sus palabras intenta calmarla.
—¡Soy el preciado objeto de ese Rey! —expresa con exasperación—. ¡¿Cuál es la diferencia?!
—El equivalente en tu mundo es... que eres su esposa —revela la líder.
Sonic abrió los ojos con sorpresa.
—¿Qué dices?
—El ritual de la arena, es un acto de compromiso, lazos unidos por cada grano de arena imposibles de separar.
En ese momento Sonic comprendió por qué desde ese día lo habían obligado a pasar más tiempo con Shadow. Se sintió como un tonto al no percibir las intenciones por las que era presentado cada noche para él.
—Cómo no me di cuenta... —se reprocha.
—En tu planeta es diferente, pero acá tiene un estatus como el Rey. Todos te obedecen y tu función es traer al futuro heredero.
Sonic sintió que el tiempo se detenía, él no era capaz de tener un heredero, no era una mujer y en momento qué todos se enterasen...
—Qué destino más cruel...
Pasó un tiempo después de aquel secuestro ocurrido en la coronación, los hermanos del Rey estaban más que preocupados al no tener respuestas de su hermano.
—¡Pero no pudieron llevárselo tan lejos! —Sonia mencionaba con furia—. El príncipe tiene que estar cerca, no pudo desaparecer de la nada —ella no podía con tanta desesperación.
Manic sostuvo a su hermana.
—Querida hermana, tranquila. Sonic es fuerte.
Una mariposa blanca vuela alrededor del salón.
Sus más leales caballeros le informaron de todos sus esfuerzos, buscaron en todo el reino y más allá de este, pero no hubo respuesta. La familia comenzaba a perder la fe en encontrarlo con vida.
—¡Sus majestades! —un caballero se inclina ante ellos—. No es el momento apropiado, pero solicitan ver al príncipe Sonic.
—Decidle que el príncipe está indispuesto... ¿Quién desea ver a mi hermano en esta situación?
La mariposa se detiene unos pasos detrás del caballero y un destello los deja ciegos. Ante ellos una dama cubierta del rostro aparece, los caballeros creyendo que se trata de una nueva emboscada desenfundan sus armas y se acercan para defender a los Reyes.
—¡Calma no hace falta! —una voz melódica resuena por el salón seguido ella descubre su rostro.
Sonia la mira e inmediatamente sonríe.
—Es usted mi señora... ¡Es Nimue!
Los caballeros bajan las armas y se inclinan ante ella.
—Por favor no se inclinen. Lo siento tanto por entrar de esta manera, pero estoy buscando a vuestro hermano.
Sonia se acerca con los ojos llorosos.
—Pequeña Princesa, ¿Qué es lo que agobia tu corazón?
—Mi señora, el príncipe Sonic fue raptado.
El rostro de Nimue se muestra perplejo.
—Mi querido Arturo... —susurra llevando una mano a su pecho—. Se lo advertí, le dije que algo pasaría el día de su coronación —menciona.—Y cómo es terco no me hizo caso alguno.
—¿Qué dice mi señora? —Sonia no comprende.
—Hace unos meses recibí la visita de vuestro hermano. Cuando vino a mí le advertí que tuviera cuidado porque veía que algo grande se aproximaba... no imaginé que su secuestro era el destino predestinado, más no me creyó.
Manic se quedó escondido detrás de un caballero, no comprendía por qué todos estaban tan encantados de ver a esa dama.
—¿Quién es ella? ¿Es una Princesa?
—Su majestad, su nombre es Nimue, ella es conocida por ser el ser mágico más poderoso que se ha conocido, la apodan la dama del lago... el príncipe Sonic la encontró cuando era un niño y desde entonces ella lo visita —el caballero se detiene brevemente—. Hace algunos meses que no la veíamos hasta el día de hoy... ella puede ver lo que nosotros no...
Manic se sorprende, él no la conocía y no recuerda haber escuchado hablar a Sonic de ella. Sonia la puso al día con toda la situación ocurrida y no pudo evitar llorar de la impotencia.
—No puedo creer lo que me dices —Nimue suspira levemente—. Mi querido amigo Sonic.
—¡Señorita! ¡Dama del lago! —Manic se aproxima hasta ella y hace una reverencia—. Por favor atiende mi llamado...
Ella mira al chico.
—Es mi hermano menor, disculpa su insolencia —Sonia mira con reproche a Manic.
Al chico no le importó.
—He escuchado de ti... señorita te pido por favor, si existe una manera en la que podamos saber sobre mi hermano Sonic —le pide con desesperación— te lo imploro.
Nimue lo vio con ternura. Mueve sus manos formando una bola de cristal brillante. Manic se impresiona al igual que Sonia, ambos se acercan, pero no logran ver nada más que unos reflejos de colores.
—Por la magia de Merlín, te imploro que me muestres en dónde está el príncipe Arturo.
Nimue observó como la imagen le mostraba con claridad un rostro conocido, en un lugar inhóspito y desolado Sonic admiraba el paisaje. Se vio un poco sorprendida al ver que su amigo estaba vestido como una dama, usando vestido y accesorios.
—¿Señorita puedes ver en dónde está? —Manic le pregunta con esperanza.
Nimue intenta ubicarlo, pero al hacerlo la imagen de Sonic desaparece, aquello que tiene raptado a Sonic no es como ella, es distinto.
—El príncipe se encuentra con vida —le responde con una sonrisa, que al mismo tiempo se borra—, más no puedo decir con certeza en qué lugar se encuentra.
Los hermanos sintieron alivio al escuchar que Sonic estaba con vida, pero al igual que la dama volvieron a sentir la tristeza de no poder ubicarlo.
—Confiemos en el príncipe, si algo reconozco de Sonic, es que siempre sabe lo que está haciendo —les da palabras de ánimos y reconfortantes. Manic abraza a Sonia.
—Si no es mucho pedir, me gustaría quedarme con vosotros en espera del regreso de su hermano.
—Quédate dama del lago, por favor pide lo que necesites.
Nimue les sonríe, aunque internamente seguía cuestionándose sobre Sonic.
“Sea lo que estés haciendo, por favor sé precavido Arturo... ”
Los paisajes en su reino eran reconfortantes, montar los caballos junto a sus hermanos era de sus actividades favoritas y en ese momento sintió la nostalgia de recrear esas sensaciones que le provocaban. Sonic pasó la mayor parte del día investigando ese lugar gracias a que el Rey le quitó a las Black Arms.
Salió a lo que suponía era el patio real y se topó con ese desierto que evocaba sensaciones de perdida. Por cualquier lugar que fuera, era el mismo panorama, arena y rocas. Se sentó a pensar en alguna manera para escapar y liberar a esas chicas de ese tormento, pero las pocas fuerzas que le quedaban lo hicieron flaquear. No estaba seguro si resistiría, ya que la falta de comida persistía y sabiendo que el Rey estaba furioso con él, era más seguro que lo dejaría morir.
Persistía un debate interno después de que habló con la líder, estaba molesto, ya que ni siquiera sabía que lo habían casado con ese Rey.
—¿Cómo me pides que saque ventaja de esto?... —menciona abrazando sus piernas.
La líder le contó de la historia de los Black Arms, una raza increíblemente fuerte y luchadora. Eran los alíen más respetados en el universo y los que desarrollaron maneras propias para moverse a otros planetas. Sin embargo, después de la muerte del Rey Black Doom, la raza decayó. Las mujeres que se encargaban de los nacimientos perecieron sin saber una razón en concreto, llevándolos a la extinción. Su planeta también se vio afectado, el reino que alguna vez fue glorioso se convirtió en tan solo un recuerdo.
Ella le explicó a Sonic cómo funcionaban las costumbres en ese lugar y entonces comprendió por qué Shadow le dijo que tenía suerte de haber sido elegido para él, suponiendo que es mujer. Al mismo tiempo, la líder le dijo que nadie desafía los Black Arms, nadie como él.
Analizando su actitud, se dio cuenta de que quizás no llegaría a nada. Tenía que actuar de otra manera, si él era la esposa del Rey tenía una ventaja. Estar cerca de ese Rey.
Sonic entonces empezó a plantearse la idea de hacer lo que fuera necesario para hacer cambiar de opinión a Shadow, convencerlo de no seguir con los secuestros y de encontrar otra forma para restablecer su raza para salvar a las futuras chicas.
Tenía un pequeño problema y sería que el Rey lo estaba evitando, a pesar de seguir el protocolo no llegaban a nada. Sin muchas fuerzas se levanta para regresar a la habitación, aún debía cumplir con el protocolo.
La misma historia se repetía, fue arreglado y presentado ante el Rey, en esa ocasión tuvo suerte, ya que Shadow accedió a quedarse con él.
En silencio observaba al Rey leer lo que si conocía como libros. Shadow estaba parado frente a un ventanal el cual dejaba apreciar parte de algunas estrellas de colores. Desde que lo dejaron con él, Sonic se recostó en la cama, ya no tenía tantas fuerzas como quería.
—Es una bendición que estés callada —escucha la voz de Shadow.
Sus ojos, aunque están fijos en él no logran verlo con claridad y sus labios no tienen las fuerzas para contestar.
—¿Qué sucede? ¿Ya te entregaste a tu destino?
Aunque Sonic escuchaba, no podía hacer nada más que permanecer en silencio. Shadow encontró algo inusual en su comportamiento, ella no era sumisa de eso estaba seguro y sus provocaciones no estaban siendo aceptadas.
Con fastidio y creyendo que era una nueva burla se acerca hasta ella y la sujeta de los brazos hasta mecerla, pero lo que ve lo hace sentirse extraño.
El cuerpo de la chica estaba frío y pálido, apenas pesaba no como recordaba las primeras veces en las que la pudo pulsar.
—¿Qué te pasa mujer? —le pregunta meneándola.
No hay respuesta por parte de ella.
—¿Princesa Sonia? —la recostó y llevó su mano hasta su muñeca, el pulso estaba débil.
Había algo de lo que Sonic no estaba enterado y era que, Shadow en secreto investigaba la información de su planeta. Algo así como un medio para poder manipularla y someterla.
—Nuestro alimento no es suficiente... —susurra al comprender su bajo peso—. Lo que faltaba —masculla entre dientes.
Sonic había pasado varios días a su lado, era notorio que su comida no estaba brindándole los nutrientes necesarios y eso no le serviría a Shadow.
Su raza tenía una ley, y aunque odiase en ese momento el hecho de que estaba casado. Él era un hombre de ley.
—¡Eclipse! —sus gritos hicieron que los guardias entrarán a la habitación.
Inmediatamente su hermano corrió a su llamado.
—¡Su majestad! —se inclina ligeramente, su mirada rápidamente se enfoca en la mujer en la cama—. ¿Qué sucede?
Shadow camina con decisión.
—¡Ve a su planeta y recolecta todo lo que se considere como alimento!
—¿Mi Rey estás...?
—¡Tú me metiste en este embrollo! ¡Si se muere será tú culpa!
Eclipse se asombra, así que esa mujer estaba muriendo. Acata las órdenes y sale corriendo de esa habitación.
—"Más te vale que le des un hijo a mi Rey después de esto mujer" —menciona Eclipse enojado caminando.
Chapter 4: Capítulo IV
Notes:
Canción que nos inspiró a escribir este capítulo: ...ready for it — Taylor Swift 🖤
Chapter Text
Sonic estaba recostado en la cama de la habitación real mientras Shadow estaba de pie a la expectativa esperando a las mujeres alíen que entraban con bandejas llenas de comida terrícola, como lo eran platillos que solían comer los miembros de linajes superiores, y alimentos simples en otros platos.
Su apariencia pálida y cansada hizo que la alienígena que lo acompañaba siempre se sentara a su costado y le diera de comer ella, puesto que el cobalto no tenía fuerza ni para sostener una simple cuchara.
De repente sentir el líquido cálido y espeso de lo que era sopa blanca, logró que se sintiera mejor al instante haciendo que incluso sonriera al volver a sentir sus alimentos una vez más.
Shadow suspir visiblemente ms tranquilo y mand afuera a las otras alien que trajeron la comida.
—Así que todo el tiempo fue esto. Mujer dramática.
La alienígena escuchó el comentario del monarca, pero no dijo más y siguió alimentando al erizo azul, que hasta logró sentarse de mejor forma para seguir comiendo.
—Ya puedes retirarte, ella lo hará sola.
La orden del Rey logró que la alíen volteara verlo extrañada, pero pronto sintió como la mano de Sonic se levantó para tomar de la propia cuchara sonriéndole para que se vaya tranquila no sin antes ver como el Rey se acercaba a la cama y luego las puertas se cerraran enfrente suyo siendo escoltada por las Black Arms.
Adentro, Shadow observó como la debilidad aún era palpable, pero ya no alarmante como antes, incluso que su "esposa" había logrado comer sola y ya se estaba terminando todo lo que trajeron de su bandeja.
—Esa clase de alimentos han sido analizados y me sorprende la cantidad de energía y propiedades que poseen.
El cobalto seguía comiendo mientras miraba con sus ojos abiertos llenando sus mejillas de comida.
—Eclipse trajo alimentos de diferentes partes del planeta tierra y espero eso sí sea suficiente para que no vuelvas a alarmar a todos.
—Soy una Princesa y jamás he comido lo que ustedes, era eso o que muriese.
—Hubiera sido mejor lo segundo.
—¡¿Qué?!
Con sus pocas fuerzas el erizo se sentó en la cama a lo que el Rey mostraba un semblante más despreocupado.
—Ahora no hagas ruido, quiero concentrarme en mis asuntos mujer.
Sonic frunció el ceño y siguió comiendo ignorando al otro ser quien volvía a sentarse en la orilla de la parte final de la cama para seguir con sus hologramas y revisando más acerca de sus posibles conquistas.
El erizo azul al paso al que iba terminó su bandeja y comenzaba a sentirse mejor, inclusive, ahora estaba sentada a la expectativa de salir y regresar con las mujeres, pero llevaba una bata negra de tela resbaladiza, y cambiarse sonaba muy mala idea viendo que Shadow seguía en la habitación.
Pronto su curiosidad lo llevó a ver que el Rey del planeta estaba luchando por armar lo que serían estrategias en un holograma y su frustración se hacía notar en todo el ambiente gracias a sus gruñidos e incongruencias al aire.
Se acercó desde atrás avanzando con sus cuatro extremidades y observar lo que eran modelos de los ejércitos y puntos claves en los aviones y como Shadow cambiaba todo y lo eliminaba de inmediato para rehacer su trabajo.
Eso le hizo recordar cuando marcaban en sus mapas y usaban figuras pesadas para armar las estrategias en las guerras y como su padre le enseñó los caminos más factibles para llevarlos a la victoria antes de su muerte.
—Eso está mal. —anunció desde atrás acercándose y observando el holograma.
—Te dije que no quiero interrupciones. Estoy ocupado.
—Bueno, sería más sencillo para usted "Majestad" que arme mejor sus tropas. —Contestó Sonic aun fingiendo un tono más agudo, pero cargado de sarcasmo puro.
—Así? ¿Desde cuándo una mujer arma estrategias de guerra?
Sonic volteó a verlo molesto, y entonces se sentó al lado de Shadow quién volteaba a verlo con extrañeza y luego observaba del holograma y señalaba con su dedo.
—Ve eso? El terreno es desértico, como este planeta, entonces hacer que las tropas se enfrenten de la forma tradicional no funciona, morirán con mayor facilidad.
La sombra azotó el Frío.
—Pero sí aprovecha el tiempo, puede hacer que las tropas roden a los enemigos, desde las distancias de arriba de las montañas.
El moreno vio el holograma y como el erizo azul movía sus manos explicando y luego a su rostro que parecía feliz hablando de ese tema, lo que lo hizo extrañarse de inmediato.
—También funcionaría usar una pequeña parte del ejército abajo mientras los demás están distribuidos en las alturas, así el enemigo no podrá escapar.
—Olvidas que el terreno es muy grande, por lo que hay caminos entre las montañas que pueden hacer que ellos escapen y la idea es que aproveche de las tormentas de arena, si vamos a las alturas, el ejército caerá.
—Pero entonces tendrían que resguardarse en los espacios donde la corriente chocara y va a impedir lastimarlos de gran forma. Bajan de las alturas y luego se esconden.
El rostro de Sonic le entusiasmaba, pero sabía que el orgullo del Rey le hizo levantarse de pronto apagando el holograma alertándolo, lo que significa un rechazo al instante.
—No sabes de lo que hablas.
—¿Disculpa? —Sonic logró ponerse enfrente de él. —Le he brindado mi ayuda, ¿Y me reclama? ¡¿Es tan capaz de hacerlo?!
—Yo soy el Rey, y-
—¡Y no sabías cómo planificar una estrategia! ¡Vaya Rey!
—Estoy siendo demasiado tolerante contigo Princesa, te metes en mis asuntos, tengo que mover a mis hombres para traerte comida y soportar que ¡No cumples tus obligaciones!
—¡No puedo obligarme!
—¡Claro que sí podría!
Los dos se acercaron quedando frente a frente y los semblantes enojados y de repente la puerta se abrió y entró Eclipse solo para observar cómo los dos seres estaban frente a frente.
—Majestad-
—¡Fuera! —exclamó Shadow moviéndose para verlo.
Eclipse no dijo más y salió esperando afuera mientras escuchaba a través de la puerta la conversación del par.
—Haré que tú seas la que venga a mí.
—¡En sus sueños y mis pesadillas rogaría por usted!
—Eso lo veremos Princesa Sonia.
Shadow se fue enfadado de la habitación mientras Sonic se cruzaba de brazos frunciendo el ceño y antes que el moreno saliera, el cobalto se animó a gritarle.
—¡Suerte con sus aviones Rey Sombra!
Finalmente, el contrario salió y Sonic se sentó frustrado en la orilla de la cama quedando en silencio, mientras afuera Shadow cerraba con fuerza y luego miraba a Eclipse quien esperaba por él a un costado.
—Veo que tiene aún problemas de majestad.
—Esa mujer es el peor reto que pudo darme los dioses, pero ya verás que no se saldrá con la suya.
— ¿Y no sería más sencillo que la someta directamente? Este juego... Nuestra raza-
—¡Silencio! Nadie me dice como debo proceder Eclipse.
El rostro enojado de Shadow hizo que el ser contrario asintiera bajando la cabeza.
—Además, ya tengo una estrategia para nuestro siguiente planeta. —dijo observando de reojo la habitación. —Y pronto, mi "esposa" me dará un hijo.
—¡Eso es lo que tanto esperamos, majestad! —sostuvo Eclipse con una sonrisa en alto.
Y luego Shadow se fue primero haciendo que la sonrisa de Eclipse se tornase en una más perversa moviendo su cola como un látigo y retornando por la dirección opuesta.
—Lo que tanto esperamos, Sombra.
Sonic había terminado de vestirse con ayuda de sus sirvientas con los ropajes reales que ahora eran parte de su vestimenta oficial como "Reina consorte", y la mayor parte eran confecciones diseñadas para las anteriores reinas, donde los tonos oscuros predominaban, así como los estilos donde las partes de arriba eran cubiertas hasta el cuello con aperturas en la zona de los pechos y las caídas eran largas con ligeras aperturas en las piernas y caminaba descalzo.
Ahora mismo estaba caminando por los pasillos reales del castillo que ardía en calor gracias a las erupciones volcánicas que había en cada esquina, caminó hasta llegar a los calabozos donde estaban Black Arms en las entradas de las celdas y se divisó en la que estaban las alíen con las que llegaron al planeta.
—Ahh... A-Abran la puerta. —sostuvo parándose enfrente de los guardias.
Estos no respondieron, pero se movieron para que entrara a la celda donde detrás de él cerraron la puerta y ya adentro vio como todos seguían ocupando solo una sola esquina y una pared juntas. Incluida a su amiga que siempre estaba reunida de todos los demás alíen.
—Luces mejor. —esa era la voz de la alienígena que estaba sentada. —Ese alimento te ha hecho bien.
—Haré lo posible para que sean tratadas mejor, ahora que soy... " La Reina " pueda entonces hacer algo.
—Es gratificante tu ánimo Princesa Sonia, pero eso es imposible.
—No, claro que no. —se acercó con una sonrisa a la otra extendiendo sus manos para apoyarlas encima de las suyas. —Todo va a mejorar, se los prometo.
—La única forma que suceda es que todos escapemos de aquí Princesa, antes de que ocurra otra catástrofe aquí. Ellos esperan a la siguiente generación de sus seres, y ninguna de nosotras quiere participar en esto.
—Sí hablo con el Rey... ¡Ah, será como hablar con una pared! De por sí tengo varios problemas con él.
— ¿No te ha obligado a tener a su hijo? —preguntó con notable sorpresa alzando sus ojos brillantes.
—No insiste, ya él luchó con él antes, pero su silencio me hace pensar lo peor. ¿Qué debería hacer? Yo también deseo escapar y volver a mi Reino.
—No habrá forma si se encuentran distantes, pero si lograse que él cambie a costa de sus encantos, todo podrá mejorar.
—¡¿Estás diciendo qué me entregué a él?! —exclamó en alto con las mejillas rojas y levantándose de repente. —¡Jamás!
—No Princesa, solo debe comportarse como su esposa.
—¿Qué?
—Detener que le gusta algo cuando realmente no, y usar el beneficio que nos da para nosotras y buscar escapar de aquí.
—Ahora que lo pienso... tiene sentido.
"¿Sonia pensaría así? Como soy 《ella》me correspondería hacerlo."
—Espero que funcione, él es muy egocéntrico y ¡A veces deseo agarrarlo del cuello y solo usar mi espada-!
Sonic soltó un suspiro rendido mientras que la otra alienígena lo miraba confundida.
—Haré todo lo que esté en mis manos, por... nosotras. Tú estarás conmigo, ¿Verdad?
—No la dejaré sola Princesa, solo debe pedir mi presencia.
Sonic ascendiendo y antes de levantarse, el único pensamiento que rondaba su cabeza era lo que podría hacer en adelante para llevar una relación cordial y amena con su "esposo" y al mismo tiempo, la tarea más ardua, ni todas las batallas ni entrenamientos para ser Rey se comparaba a fingir que estimaba a Shadow.
Y no sabía que estaría haciendo el Rey ahora mismo.
A la noche siguiente, Sonic fue preparado para el Rey, en esta ocasión las esclavas sostenían varios vestidos para que eligiera. La Princesa estaba desconcertada, aunque el plan de su amiga tenía sentido, era su propia lucha interna (y de orgullo) que lo obligaba a desertar de su objetivo.
Sin muchos ánimos eligieron un vestido gris, se sentó para que le pusieran esas piedras verdes en la corona y un sutil maquillaje, las esclavas salieron de la habitación dejando sola a la Princesa. Sonic se levanta del improvisado taburete, con un fuerte suspiro y dándose ánimos así mismo decide que es momento de poner en marcha ese plan.
Aunque realmente no tiene idea de cómo acercarse al Rey, ya que parece una criatura tan distante para su gusto.
Las Black Arms lo escoltan a la siguiente habitación que comparte con el Rey y abren las puertas dejándolo entrar, la suave brisa detrás le hace saber que está encerrado por las próximas horas en ese lugar.
Camina hasta la cama, pero se sorprende cuando se encuentra solo en la habitación. No puede evitar sentirse extrañado por el retraso, camine al gran ventanal que se extiende por la habitación hasta sentarse en la orilla.
El firmamento oscuro brillaba con luces de varios colores, parecían pequeñas hadas en la distancia, muy parecidas a las de su amiga Nimue, un suspiro de nostalgia invade su pecho. No recordaba cuánto tiempo había pasado en ese lugar y cada día se sentía más triste.
Unos pasos lo alertaron y volvió la vista hacia atrás, el Rey entró a la habitación con una sonrisa y viendo la pantalla. Sonic no se quitó de su lugar, al contrario, se aferró más a él.
Shadow ignoró vilmente a la Princesa y se sentó en la cama, dejó varias cosas que iba cargando. Desplegó la pantalla y vio con satisfacción el logro que cometió.
—Luce muy encantada —susurra Sonic abrazando sus piernas.
Las orejas del Rey se remueven al escuchar esas palabras.
—Cuando las cosas se dan como lo quiero es más fácil complacerme —le contesta con claro doble sentido.
—No siempre tendremos lo que queremos y aceptarlo es un acto de humildad.
Sombra permaneció en silencio.
—Si fueras más sumisa, sería más fácil para ambos. —menciona con el ceño fruncido— siempre a la contraria, siempre quejándote, no entiendo.
—Si la tiranía fuera distinta, yo sería diferente.
Shadow se incorpora, se encamina para quedar frente a ella y cruza los brazos sobre su pecho.
Sonic se estaba preparando para una discusión, pero lo que el Rey hizo lo dejó sin palabras.
— ¿Cómo quieres que te trate entonces?
Sonic lo vio sin creerlo, se incorporó asustado. El Rey Shadow le habló con una calma tan alarmante.
—¿Eres el Rey?
Shadow lo mira con confusión.
—¿Qué pregunta es esa?
Sonic camina alrededor del Rey.
—Ya detente mujer —Shadow reniega—. ¿Acaso siempre quieres pasar peleando? —la confronta.
—Eres extraño... —Sonic murmura.
El Rey no puede creer lo que escucha, solo por esa noche no quiere pelear, nada puede perturbarlo. Se aleja nuevamente de ella para ir a la cama y sentarse. Saca su piedra y comienza a leer.
Sonic queda muy confundido con el comportamiento de ese erizo. Sus ojos se enfocan en las manos del Rey, este deja la piedra en la cama y toma un objeto muy parecido a las botellas de vino que solía beber con su hermana. Se sirve en un cuenco negro y bebe de golpe luego vuelve a tomar la piedra para seguir leyendo.
— ¿Quieres hacer algo para complacerme? Siéntate en la cama sin hacer ruido.
Una protesta iba a salir de sus labios, pero se detuvo cuando recordó el plan de su amiga. Si quería salvarlas a todas, debía ceder el control tan solo un poco para después convencerlo. Con pasos y un tanto inseguros lento camina hasta llegar al otro extremo de la cama, con delicadeza se sienta dándole la espalda al Rey.
Shadow se vio de alguna manera impresionado, una discreta sonrisa apareció en sus labios, volvió a servirse de esa bebida.
—Puedo saber el porqué de su buen ánimo —le pregunta sin verlo.
—Salí victorioso —le contesta sin dejar de ver su mapa.
Sonic se voltea lentamente mientras mira la piedra en la mano del Rey, sus ojos se pasean en las formaciones y se percata que efectivamente usó la que le recomendó. Una sensación de curiosidad inundó su pecho ante esa imagen.
—Y decía que no sabía nada de la guerra —murmura con una sonrisa nerviosa.
—Es una cuestión de suerte para ti, es claro que mi ingenio tuvo que ver. —Shadow le recalca dejando de lado la piedra.
Sonic vuelve la vista hacía y con ofensa bufa.
—Se dice gracias.
Engreído el príncipe se recuesta en la cama, sus ojos se desvían al rostro de Sonic quien miraba la botella.
—¿Quieres probar?
Sonic se percata de que ha sido descubierto.
—No... solo me causa curiosidad que es familiar el aroma.
—¿Te acuerdas de algo?
—A una bebida que se llama vino, en mi reino... —la voz de Sonic tembló cuando recordó una de las actividades que tenía con su hermana—. Me gustaba...
Shadow se percató del ligero flaqueo en la voz de la Princesa, se incorpora mientras toma el cuenco en donde estaba bebiendo, sirve una pequeña porción y se la acerca. Sonic lo mira confundido.
—Bébelo —le ordena— sí... te recuerda a ese vino —menciona con un poco de vacilación la última palabra— quizás sea igual.
Sonic titubea por unos segundos luego niega, pero su inconsciente le seguía grabando que debía apegarse al plan.
“ Todo sea por un bien mayor...”
Acepta el cuenco, sus ojos observan el líquido levemente corinto, con cautela lo acerca a sus labios y el aroma a frutas lo hacen suspirar. Bebé el contenido y queda fascinado del sabor picante y embriagador de aquella bebida, estaba encantado de encontrar algo que fuera idéntico a lo que consumía con su hermana y una sonrisa se escapó de sus labios.
Mientras Sonic pensaba, Shadow observaba la escena con detenimiento. Esa noche había trazado un plan para hacer que esa Princesa sucumbiera de alguna u otra forma, todas las noches se dedicaba a leer parte de las costumbres terrícolas y encontró una muy interesante, la cual creyó no tendría efecto tan pronto. Su plan estaba escalando lentamente, pero le aseguraba el éxito.
—¿Es igual? —le pregunta alejando la vista de la Princesa.
—Un poco más amargo, pero es delicioso... no pensé que existiera algo así en este lugar.
Shadow le sirve otro poco, a lo que Sonic acepta y después de unas cuantas copas más, el rostro de Sonic está sonrosado.
—Creo que has bebido suficiente. —Shadow con mucha precaución lo sujeta de los hombros y lo ayuda a recostarse.
Sonic sonríe tontamente y se acomoda en la cama.
—Eso no ha sido nada, puedo soportar más...
—Para ser una Princesa tienes mucha tolerancia a esta bebida.
Sonic se acomodó para dormir.
—Es porque me gusta mucho...
Shadow se recostó de lado mientras lo observaba, llevo uno de sus dedos para quitarle algunas de las gemas de su corona y comerlas.
—Es raro que hagas eso —susurra Sonic.
La sombra se detiene brevemente.
—¿Te molesta Princesa?
A lo que Sonic suelta un quejido en negación.
—¿Por qué?
—Es una de nuestras tradiciones, el equivalente en tu planeta... —le contesta mientras sigue quitándole más gemas—. Es un acto de... cortejo hacia el Rey.
—No quiero cortarjarte... —se queja abriendo los ojos y viéndolo con la mirada cansada.
La sombra le sostiene la mirada.
—Me da terror pensar que las viene porque se parecen a mis ojos.
Aquellas palabras provocaron unas carcajadas en el Rey.
—No cabe duda de que estás muy intoxicada para pensar en eso Princesa.
Sonic desvía la mirada.
—Entonces, ¿por qué verde...?
—Me recuerda a mi hogar cuando era próspero... supongo que me gusta ese color —guarda silencio por un momento—. Además, cuando te vi fue una sorpresa, tus ojos no son como los de las otras mujeres. Hijo...especiales.
Sonic queda en silencio, las palabras de ese Rey le causaron una sensación de intriga, quizás si no estuviera bajo la influencia de esa bebida las palabras lo habrían avergonzado. El sueño comenzó a ganar terreno, sus párpados se cierran hasta que su conciencia se desvanece.
Shadow continuaba viendo a la Princesa dándose cuenta de que los tirantes de su vestido se habían bajado sutilmente, casi llevando la mano hasta el hombro de ella para sujetar la tela, pero se detiene.
Si quiere que ella se rinda tiene que jugar de otra manera, no pelear con ella, tiene que ser de otra forma más sutil.
Según el proceso de cortejo de los terrícolas.
—Eres tan extraña... —le susurra acomodándole el tirante y acostándose sobre su mano para observarla, aquella mujer era un enigma que le estaba costando entender.
Se incorpora de la cama dispuesta a abandonar esa habitación para dejar que la Princesa durmiera. Salió en dirección a su habitación, el silencio era lo único que lo acompañaba hasta que encontró la puerta. Faltaba mucho para el amanecer y quería concentrarse en algo más. Gracias a su hermano, logró obtener varía información del planeta del que trajo a la Princesa. Se acerca a su silla especial y saca de un cofre una variedad de rocas de colores, toma una y de ella se despliega la información que había reunido.
Un pequeño punto en el espacio, solitario en ese complejo sistema de anillos con órbitas, se llamaba Tierra. La curiosidad era mayor al ver como esa Princesa dependía exclusivamente de los alimentos que ese planeta generaba y decidió investigar. Un complejo sistema de minerales y otros componentes provenientes del suelo eran los que generaban aquellas frutas y hortalizas que sustentaban el cuerpo de un terrícola.
Shadow analizaba punto por punto, era muy intrigante ver la cantidad de producción que poseía ese planeta, sus ojos se enfocaron en una roca verde. Con la suavidad tomada. En aquella piedra estaba grabando datos que consideraba que podrían servirle para doblegar a la Princesa, un conjunto de relaciones sobre cortejos.
Desplegó la información al lado de la otra piedra, había encontrado un detalle que le hizo sonreír, según una historia había algunas frutas que funcionaban como cortejo, la fruta del dragón era una de ellas. Una sonrisa acaricia sus labios, quizás aquella era la muestra que necesitaba la Princesa para entender su posición. De nuevo se desplaza a una nueva información, sobre animales. Seres que crecían en libertad y los utilizaban para la producción de varios insumos vitales.
Al igual que esa historia, había un grupo selecto que destacaba. Las parejas monógamas, aquellas que se enlazan por toda la eternidad. Esa información era muy parecida a su ritual en donde se unía a la Princesa, tal y como su tradición siempre ha sido.
Aquella que no puede romperse por ninguna circunstancia.
Shadow comenzó a grabar más datos en esa roca, poco a poco formaría los planos para hacer caer a esa mujer.
Sonic se despertó de golpe, respiraba agitado. Se percató de que se había quedado dormido en la habitación que compartía con el Rey. Un agudo dolor de cabeza lo hace fruncir el rostro.
—" Tonto ” —se regañó mentalmente al ver que pudo más su cansancio que su voluntad de resistencia.
Fue un descubierto muy grande el haber bebido ese líquido con Shadow, lo hizo bajar demasiado la guardia. Con cuidado se incorpora de la cama y revisa que todo esté en orden, se mantiene perplejo cuando se percata de que no hay nada diferente. Esta tan confundido, si anoche estaba indispuesto era el momento perfecto para que el Rey cometiera ese acto que tanto proclamaba, pero no había rastros de nada.
Sonic se sintió tan confundido con ello, aun así, estaba agradecido de que ese Rey no haya hecho nada con él.
El rostro de Sonic se mostró estupefacto con la noticia que acababa de recibir.
—¿Qué? —menciona viendo a su amiga.
—El Rey ha pedido que te preparemos para una salida al exterior —le vuelve a repetir.
Sonic la mira confundida y no tan convencido.
—Seguramente quiere deshacerse de mí —susurra rascándose la nariz.
Una leve preocupación se adueña de su rostro ante ello, quizás para su mala suerte, ese Rey ya se había dado cuenta de que era un chico.
El extraterrestre niega.
—Pidió que preparemos unas mudadas para la reina consorte, si me dejas elegir algunas para ti...
Sonic asiente, prefiere que alguien más se ocupe de los vestuarios. La alienígena se retira a buscar la ropa y deja sola a la reina, la cual parece estar muy pensativa con la solicitud del Rey, solo espera que nada malo vaya a pasar.
Unas horas más tarde, el Rey Shadow aparece frente a la habitación de la Princesa, los guardias la abren y muestran a la esclava designada para Sonic sosteniendo lo que parece ser el equivalente a una maleta. Sus ojos escanean la habitación en busca de la Princesa y la encuentra saliendo de otra habitación. Porta un vestido color vino con detalles dorados y la característica corona adornada con las gemas verdes. Una sonrisa discreta se forma en sus labios y antes de que Sonic pueda preguntar sobre su invitación, le ordena a la esclava llevarse esa maleta.
—Ven. —le dice a Sonic y procede a caminar fuera de ese lugar.
—Diez cuidados Princesa. —la alien le pide.
Sonic le sonríe y asiente, sin más demora camina por detrás del Rey. Salen a la entrada principal mientras una extraña nave los espera, de ella baja Eclipse con una sonrisa triunfal.
Shadow se detiene mientras habla en su lengua con los Black Arms. El hermano del Rey se coloca a un lado de Sonic y se ríe.
—Más te vale no intentar nada que pueda perjudicar al Rey o me encargaré de hacerte sufrir —amenaza a la Princesa— agradece que te ha tenido paciencia.
Sonic le hace un mal gesto, trata de alejarse, pero la mano del alien lo detiene. Hay algo que no le agrada de ese chico y Sonic no sabe que es exactamente, pero una vibración oscura se desprende de él y le provoca temor.
-Eclipse. —la voz de Shadow hace que lo suelte— lo dejo en tus manos —menciona acercándose a la Princesa y tomándola de un brazo.
Sonic sintió alivio cuando llegó Shadow y sin oponerse se dejó guiar por el Rey, ya que era eso o seguir escuchando al otro hermano. Ambos suben a la nave y esta se cierra, Sonic se impresiona cuando ve el interior, hay muchas luces de colores y formas. Shadow lo suelta y se acomoda en una especie de silla, de nuevo se extiende un teclado frente a él y comienza a marcar algunos puntos. Sonic permanece retirado y un poco asustado ante aquello, a dónde lo llevaba y por qué lo hacía.
De repente sentí una vibración, esa cosa estaba en movimiento. Después de unos minutos la vibración terminó hasta que solo quedó un ligero sonido. Sonic inspeccionó por delante y grande fue su sorpresa cuando vio el exterior. Grandes dunas se mostraron en ese desierto tan imponente y letal. Se sintió tan minúsculo al ver ese sitio, no esperaba que su final fuera tan macabro, estaba seguro de que no soportaría si el Rey elegía abandonarlo.
Shadow notó un ligero temblor en la mano de la Princesa, su rostro la apreció por unos segundos. El príncipe maniobró por unos minutos más hasta que divisó lo que había marcado en el tablero.
Varias montañas de diferentes tonalidades rojas empezaban a alzarse, bajo la velocidad mientras llegaban al final de la ruta.
—En dónde estamos? —pregunta Sonic al ver que se incorpora y camina a la salida, con su mano toca un mecanismo y abre la puerta—. No iré contigo —le dice sentándose en el suelo y poniendo resistencia.
Shadow voltea a verlo, alza una ceja y sonríe con altanería. Se acerca hasta él y lo carga como un saco.
—¡Bájame! ¡No quiero ir! —le grita mientras se remueve en busca de liberarse.
Shadow baja por una roca plana, frente a él hay una entrada. Sin soltar a la Princesa ingresa.
—¡Basta! ¡Si vas a acabar conmigo hazlo de una vez! —Sonic se desespera al verso envuelto en esa situación, un chillido escapada de sus labios cuando el príncipe lo deja en el suelo, en algo que tiene un aroma muy parecido al romero, abre los ojos y se encuentra rodeado de vegetación.
Shadow se cruza de brazos mientras una sonrisa burlona aparece en sus labios.
—Qué dramático —el Rey no puede evitar burlarse.
La Princesa, aún muy consternada observa a su alrededor. Hay varias plantas con muchas formas y colores, el aroma que desprenden es tan suave y armonioso. Aquel lugar se encuentra cubierto por vegetación muy parecida a las suculentas de su reino, solo que en una versión grande.
—¿Qué es este lugar?
—Una parte del reino al que solo la nobleza tiene acceso —le contesta el príncipe.
Sonic voltea a verlo, se incorpora.
—Y para qué me has traído?
—Eso es algo que no necesitas saber...
Sonic chasquea la lengua, se abraza a sí mismo. Shadow se adelanta unos pasos para seguir el camino. El otro no muy convencido lo sigue por detrás sin entender qué hace allí.
—" Son muy raros ". —piensa, pero no puede evitar ver las plantas. Una sonrisa es el resultado de su interacción, ya que hace mucho que no veía algo parecido. Un nuevo camino se forma como un puente al costado de la cueva, bajo de sus pues fluye un líquido muy parecido al agua. Sonic se detiene a observar y se percata de que es fluorescente, por delante hay lo que se asemejan a las lagunas de su reino, pero hay una diferencia muy notable, ya que lava es lo que albergan.
Sonic se encuentra sorprendido de ver aquello, era tan majestuoso como tenebroso, solo imagina el hecho de que caiga a la lava lo hace aferrarse a la pared rocosa de la cueva. Sin más en qué entretenerse, sigue a Shadow hasta llegar a lo que parece ser una casa hecha con piedras.
Frente a ellos está la entrada, el príncipe se acerca y pasa una mano sobre la roca, la entrada se abre lentamente mostrando una habitación muy parecida a la de ellos en el palacio. Sonic ingresa observando el lugar, a su derecha hay una mesa más pequeña de la que está en el palacio; a su izquierda unas rocas con una abertura muy similar a las chimeneas y por delante la cama.
—¿Es una casa de campo? —sin poder evitarlo pregunta en voz alta y al darse cuenta se tapa la boca.
—En equivalente a tu mundo, sí... —luego se ríe con ironía. —Deja de temblar.
Sonic se sorprende, así que el Rey lo había llevado a una casa de campo.
—Pues si me hubiera dicho desde un principio...
Shadow se sienta en una de las rocas.
—Si me quisiera deshacer de ti, créeme ya lo hubiera hecho —le contesta sin darle mucha importancia.
Sonic se ofende al escuchar la certeza del Rey, se incorpora hasta salir de la casa y quedarse sentado fuera. No puede evitar reprocharse por sentirse como un tonto por sus ocurrencias, estando en ese lugar se percata de que hay más vegetación. Se encamina hacia ella para observarla. Las recuerda, esas plantas se las llevaron como regalo para uno de su cumpleaños, según su padre sobrevivían a temperaturas monstruosas y con poca agua.
Era curioso ver algo tan parecido en ese lugar y considerando las limitaciones, consideró un milagro el hecho de que estuvieran vivas. Un pequeño camino con botones de suculentas lo hizo alejarse hasta llegar a una bajada que justo daba con ese líquido que vio. Con un presentimiento toca el agua y siente la frescura, pese a que es viscosa. No hace falta más para que decida meter sus pies en ese líquido, tenía que relajarse.
Extrañaba mucho su hogar, era evidente. La soledad comenzaba a llenarle la cabeza de pensamientos pesimistas y poco tolerantes, solo deseaba ver a sus hermanos nuevamente y correr por los pastizales como el alma libre que era. Sin percatarse el Rey lo siguió para ver a dónde iba y grande fue la sorpresa para Shadow de que la Princesa buscase el sitio en el que tenía planeado estar un rato con ella.
Con una canasta improvisada, intenta relajarse para que no eche a perder el plan que tan minuciosamente creó. Antes de hablarle, se mantuvo observando sus acciones. La Princesa había cambiado, ya no se mostraba tan brusca con él, al menos no tanto.
Para el Rey, la Princesa era un espécimen único, con esa rebeldía que escapaba de su cuerpo, esa seguridad que demostraba y la valentía que derrochaba al no mostrarle miedo, al menos a su persona. Era extraña, pero más que eso curiosa y eso le gustaba a Shadow. El poder desarticularlos secretos de la chica para después doblegarla y someterla, ya que era lo único que conoció. Y era curioso el método que los terrícolas usaban para lograr una cúpula.
Sonic voltea de reojo al sentir una mirada sobre él, se sorprende al ver al Rey sosteniendo algo en su brazo. Sin demora Shadow retoma la compostura y se acerca un poco más a él hasta sentarse.
—Veo una gran preferencia por los líquidos fríos —menciona Shadow dejando la canasta en el suelo.
Sonic saca sus pies del agua y abraza sus piernas.
—Solo me relaja —susurra, su mirada se enfoca en el Rey quien abre la canasta y saca algunas de las frutas de su planeta, las va colocando de manera ordenada y hasta estética—. Creí que se habían acabado —menciona con una pizca de sorpresa.
—Ordené que fueron por más —le contesta sin demora.
Sonic se sorprende, lo mira con los ojos abiertos y la sorpresa lo hace lucir adorable.
—Pensé que no...
—Es claro que nuestro alimento no suple a tu cuerpo, por lo cual debo velar porque recibes los nutrientes necesarios para subsistir.
Un pequeño sonrojo se apodera de las mejillas de Sonic, quien desvía la mirada, su corazón tarde más rápido.
—Princesa Sonia sé que para nadie es una sorpresa que ambos no... nos llevemos bien —Shadow toma una manzana y la pela con una cuchilla para después cortarla en trozos en un plato. —¿Así lo hacen en su planeta verdad?
Sonic suelta un suspiro en respuesta y disipa su mente.
—Es un gran acto reconocer que efectivamente no hay relación entre ambos.
—Pero debes saber que estamos enlazados y aunque no lo quieras, tú y yo estamos unidos más allá de cualquier otra ley, por lo que retrasar lo inevitable solo es una pérdida de tiempo —le ofrece el plato.
—Pues no creo que nadie en mi posición lo acepte tan fácilmente —lo encara Sonic con un rostro de sorpresa al ver el plato.
—Podría ser más fácil para ambos, después de todo... eres afortunada a diferencia de las otras.
—Pero pueden existir otros métodos para ayudar a tu raza. —susurra Sonic con tristeza.
Shadow lo escucha y se sorprende.
—¿Qué dices?
—Que deben existir otros métodos... unos menos letales, quizás solo necesitan investigar más para encontrar el adecuado —intenta persuadirlo mientras acepta la fruta.
Shadow guarda silencio, su mirada se enfoca en la de la Princesa.
—¿Quieres decir qué, si encontraras otro método que no las involucre, aceptarías nuestra unión?
La cara de Sonic no tenía precio, estaba avergonzado de esas palabras, claro que no lo aceptaría, aun así, pues era evidente que no podría darle lo que buscaba, sin embargo, si con esa mentira ayudaría a los demás, estaba dispuesto a hacerlo y en el proceso tal vez podría buscar a alguien para el Rey.
—Si eso creo... —susurra con mucha pena, ya que también esa unión representaba algo impuro en su mundo.
Shadow no puede evitar sonreír.
—Entonces te permitiré conocer nuestro pasado y si encuentras una solución, entonces...
—Te aceptaré como mi... ¿Esposo? —agrega Sonic con una pizca de repulsión.
Shadow duda un momento de esa palabra.
—Supongo que es el equivalente en tu mundo.
Sonic está desahuciado, pero no hay vuelta atrás en su decisión. Tratando de olvidar su evidente falta de ética voltea a ver las demás frutas. El Rey había tomado una gran variedad y no pudo evitar ver las frutas de dragón. Tomo una y la abrió para comenzar a comerla.
—Es curioso que la llamen el fruto del dragón —menciona al ver como Sonic come el interior de esa fruta.
—Supongo que es debido a su inusual forma… Es decir, la piel de los dragones es muy parecida.
Shadow no puede evitar verso lleno de intriga, había leído algo sobre esas criaturas.
—Esas inmensas criaturas, me serían útiles para conquistar planetas.
Sonic desvía la mirada. Shadow ve que aquello ha causado un efecto contrario en la Princesa, pensando en desviar ese tema, lleva su mano por encima de la arena. Un extraño aroma llega a la nariz de Sonic quien regresó la vista al Rey, grande es su sorpresa cuando lo ve que con su mano va elevando lentamente un objeto al rojo vivo. Presta y atención se percata de que algunas gotas de lava caen a la arena roja y que Shadow procede a tomarla y con sus manos comienza a darle una forma.
—¿Qué haces? ¡Te vas a quemar! —Sonic se aterra al ver como la lava escurre por sus palmas.
A lo que el Rey lo mira un tanto divertido.
—Quemar? —pregunta con un toque de burla.
Poco a poco va afinando la forma y después de unos minutos se detiene. El objeto brilla al rojo vivo y lentamente se va apagando hasta que forma una transparencia.
—¡Es un cisne! —la Princesa se acerca y lo toca ligeramente—. Es vidrio... increíble —lo toma entre sus manos para apreciarlo mejor.
Shadow se muestra orgulloso y una sonrisa se forma en sus labios.
—¿Estás bien? —Sonic mantiene su vista fija en sus manos.
A lo que Shadow no comprende su pregunta, extiende su mano ante él y se da cuenta de que no hay heridas.
—¿Por qué debería ser lo contrario?
Sonic se asombra.
—Puedes controlar la lava...
—Los terrícolas no pueden.
—¡Eso nos ha de quemar, claro que no!
Shadow ahora comprende su preocupación, aunque no quiere demostrarlo le causa gracia.
—Esto lo aprendí hace relativamente muy poco, además leí algo sobre esos pájaros.
Sonic se queda un momento en silencio.
—Hasta tienen una leyenda, se dice que en un pueblo estaban inculpando a una Princesa de una muerte que no cometió, las pruebas apuntaban a ella y la decisión de asesinarla era más que clara. Un día, un misterioso caballero llegó navegando en uno de esos pájaros gigantes, desafió en un combate a muerte a los que acusaban a la Princesa y ganó, demostró lo equivocados que estaban y la salvó —hace una pausa mientras mira el cisne—. La Princesa quedó cautivada con él, tanto que decidió unirse y tener a sus herederos, pero una condición fue impuesta, la Princesa en ningún momento debía preguntar por el nombre y origen del caballero, de lo contrario él se marcharía para nunca volver.
Sonic queda sorprendido, había escuchado esa historia cuando era pequeño.
—La Princesa no soportó saber que sus hijos no tenían el apellido de su padre y un día le preguntó cuál era, allí el caballero se marchó. El cisne que una vez lo llevó volvió por él y juntos se marcharon dejando a la Princesa —completo Sonic con un toque de tristeza.
—Animales llenos de plumas que son considerados como un arquetipo de las uniones celestiales.
—Los cisnes... —murmura la Princesa.
Shadow luego vuelve a colocar su mano y crea otra figura. Sonic se siente atraído por esa habilidad tan particular del príncipe.
—¡Un caballo! —no puede ocultar su emoción al sujetar la pieza, por un momento la tristeza inunda su corazón al recordar los paseos matutinos junto a sus hermanos.
Para Shadow la tristeza no pasó desapercibida, pero decidió ignorarla. La Princesa debe olvidar su antiguo planeta y de nada le sirve reconfortarla.
—Sobre tu pregunta anterior, visitaremos más seguido este lugar —le menciona sin darle mayor detalle.
Los ojos de Sonic se enfocaron en los de él, aunque se opusiera siempre sería obligado, así que aun teniendo en mente su plan decidido actuar diferente.
—De acuerdo... lo tendré presente.
Posó una sencilla sonrisa en su rostro antes de seguir con la velada logrando inclusive que en un diminuto gesto similar a una sonrisa se pasara por el rostro del Rey.
Chapter 5: Capítulo V
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Después de la salida, los próximos días habían significado una unión más próxima entre el matrimonio, como lo era pasar más tiempo compartiendo pláticas en lo que sería su propia recámara por las noches y también en la sala de control de Shadow. Y aunque los dos individuos mostraban por fin mantener una relación cordial...
Era el hermano del Rey él que no parecía estar muy contento de cómo ahora la "Princesa Sonia" se la pasaba con toda naturalidad entre los pasillos a la sala donde platicaba muy a gusto con su hermano, pero más extraño aún, las libertades que ahora poseía. Acababa de observar como la eriza salió de aquella sala y miró la sonrisa que se acomodaba en su rostro con recelo.
Eclipse ingresó a la sala mientras su Rey ahora estaba de pie observando por los hologramas que las piedras les enseñaban de más planetas alrededor suyo. Pero Shadow ni se inmutó de la presencia de su hermano por lo que el contrario decidió colocarse al lado del Rey.
—Majestad, hermano, quería hablar con usted sobre un asunto muy importante. —se apresuró a decir por lo que el azabache recién volteó a verlo.
—¿Qué sucedió?
—¿Cómo ha avanzado el proceso con la Princesa? La he estado viendo muy cercana a usted majestad.
El rostro de Eclipse podía notar como su mirada se afilaba cuando veía a su hermano reaccionar ante el nombre de su esposa.
—No ha ocurrido, Eclipse.
Esa simple respuesta hizo que el ser de inquietante mirada frunciera el ceño mirándolo molesto.
—¿Cómo es posible su Majestad? La mujer lleva viéndolo todas las noches y hasta pasa tiempo aquí dentro.
En cambio, Shadow con su mirada fría y llena de seriedad parecía no importarle la situación en la que el otro ser se encontraba.
—Ese es mi asunto Eclipse.
—Pero es nuestra raza hermano. —aseguró dándole la vuelta por detrás al azabache para colocarse en el otro lado. —Sabes que estamos en serios problemas y tu heredero es lo único que va a salvarnos de la extinción, piense en eso Majestad.
Shadow iba a responder, pero el sonido inquietante de una de sus pantallas colocándose en rojo llamó la atención del par, el Rey movió los hologramas y fue cuando notó que una nave extraña había ingresado a su atmósfera, está era de un tamaño considerable, pero no dejaba de ser inquietante la forma tan abrupta de su llegada.
—¿Una nave? —preguntó Eclipse asombrado. —No habíamos tenido la visita de una en años.
Y luego notaron que de la nave iban cayendo alienígenas de formas humanoides alargados que impactaban con el desierto dejando sus huellas en la arena rojiza. Todo gracias a sus monitores de seguridad que los estaba alertando de lo que sería un posible ataque.
—¡Quieren invadirnos! —aseguró Shadow en alto. —De seguro buscan mudarse a este planeta, no son muchos, pero igual vamos a exterminarlos a todos.
—¡Iré por las Black Arms!
Eclipse salió de la sala con rapidez dejando a Shadow observando por el holograma antes de que también saliera del sitio. Por los pasillos, la nave impactando en el suelo logró que se sintiera un sólido temblor en el castillo alertando a todos los que se encontraban dentro.
Incluido Sonic quien iba de camino a las celdas de las alíen, pero luego logró observar por una pared con una ventana por donde salía parte de la lava el exterior y como había más criaturas extrañas fuera del castillo y como se iban acercando con intenciones claras de ingresar.
—Princesa Sonia.
Escuchó detrás de él y fue cuando vio a Shadow cargando lo que sería una espada de gran tamaño y con los picos afilados de tonalidad oscura.
—¿Qué sucede afuera? —interrogó con preocupación y está aumento cuando sintieron otro temblor.
—Nos están tratando de invadir, pero ya nos encargaremos de eso, nuestra raza siempre está lista para este tipo de combates.
Para Sonic, las invasiones y las guerras eran motivo de pánico en el reino e incertidumbre de saber si las tropas podrían soportar los ataques. Pero al ver el rostro tan sereno de Shadow, parecía no ser un tema para alarmarse como en Camelot.
—¿Qué hay de usted? ¿También irá?
—Así es, y su deber es quedarse dentro y no salir. Vaya con las demás alienígenas del castillo a las celdas y no salga.
—¿Qué? ¡Pe-Pero puedo ayudar! Ya vió que puedo defenderme con mucha valentía.
—¡Te ordeno que te quedes! Ese no es territorio para alguien como tú, te repito, vas a quedarte aquí.
El de tez morena la pasó de lado con molestia avanzando con la gran espada para salir del castillo sintiendo la mirada de la eriza detrás de él, pero sin voltear aún decidió irse. Por su lado, el de tez azul observó por la ventana como las Black Arms se habrían de enfrentar con los nuevos extraterrestres que llegaron dejando muchos cuerpos muertos en batalla.
Y lejos de hacerle caso al azabache se fueron corriendo por su espada a su habitación, romper parte del vestido en la parte baja y correr por los pasillos ya vacíos para salir del castillo observando como los encuentros seguían y como el erizo azabache junto a su hermano eran los que más eliminaban a las nuevas criaturas.
Shadow los golpeaba primero y luego partía sus cuerpos con ayuda de aquella espada haciendo que los cuerpos cayeran al suelo, por su parte, Sonic se dio la vuelta por todo el desierto y se aproximó a pelear con los otros alíen imitando la fuerza con la que el Rey usaba su espada para eliminar a ese tipo de seres.
Y con mucha habilidad se metió en medio de las Black Arms que al notarlo solo mostraron su extrañeza siguiendo con el enfrentamiento. Y a la cabeza, Eclipse estaba encargado de destruir la nave mientras Shadow se enfrentaba a más de los alíen que no parecían cesar en sus apariciones.
La explosión de la nave hizo que Shadow se cubriera y en cuanto la arena levantada cesó, miró como su esposa estaba en medio del campo de batalla peleando al lado de las Black Arms. Entonces soltando un fuerte gruñido se fue directo a su sitio.
—¡Te dije que te quedarás en el castillo!
Soltó con enojo peleando al igual que ella destruyendo a los alíen.
—¡Yo jamás dije que lo haría! —contestó el de pelaje azul con una sonrisa.
Y Shadow frunció el ceño y continuó observando el panorama, su ejército los supera en número, pero los de su planeta sabían defenderse y dar una pelea decente, podía ver cómo los cuerpos caían de los dos bandos, y eso hacía que se irritara más. De repente, el erizo azul se volteó para ver un alíen detrás de Shadow amenazando su vida.
—¡Cuidado!
Y fue cuando empujó al azabache para matar a la criatura con su espada y ver como Shadow lo miraba sorprendido. Y luego como aún había varias en el campo aprovechándose de todo el polvo levantado para atacar a las Black Arms.
—Vete ya mujer, esto es peligroso. —repitió Shadow con molestia.
—¡Acabo de salvarte la vida, no me iré!
El azabache lo miró visiblemente avergonzado y luego con enfado soltó un golpe al suelo que quebró este en dos mitades haciendo que los alíen enfrente suyo sean levantados por unos segundos, en los cuales el moreno aprovechó para lanzarse en contra de ellos y acabarlos con su espada y usar la lava del interior del magna salga a quemar al resto. Así terminando con todos los extraterrestres enemigos que habían llegado.
Todo mientras Sonic lo veía desde atrás asombrado por la escena, era claro que no por nada Shadow era su Rey. De nuevo en el suelo y con la lava descendiendo el moreno volteó a verlo logrando que el azul se paralizará de momento ante la mirada del contrario quien lo veía con seguridad.
Al menos, antes de que un extraterrestre de gran tamaño haya aparecido detrás de Sonic a punto de herirlo con lo que era una lanza con la punta incendiada en fuego que el azabache se movió con rapidez para quitar al azul.
Sonic a penas se daba vuelta cuando la mano de Shadow lo empujó con tal fuerza que lo alejó haciéndolo caer al suelo donde miró como la lanza se introdujo en el costado del hombro del azabache con fuerza que lo hizo gruñir dejándolo inmóvil.
—¡Shadow! —exclamó Sonic levantándose.
Y justo a tiempo, Eclipse llegó para eliminar al otro alíen con sus poderes y luego tomar la lanza en el hombro de Shadow.
—Sácala. —le ordenó su Rey con dificultad.
Y el otro ser no dudó en ningún momento cuando sacó está notando como el humo salía de la herida al quemarle la piel. Haciendo que Shadow se arrodille en el suelo tomándose de la herida donde su sangre viscosa salía del lugar.
—Shadow. —pronunció Sonic llegando y bajando a su altura.
—¿Princesa? ¿Qué hace afuera? —interrogó Eclipse confundido.
—Te dije que debías quedarte... adentro.
De repente Shadow cayó al suelo inconsciente alarmando a Sonic y a Eclipse quienes se acercaron para ver como el Rey apenas respiraba.
—¡¿Qué le pasa?! —fue la pregunta de Sonic bajando para tomar a Shadow de un costado.
El ente contrario examinó la lanza la cual en su punta parecía haber tenido una especie de líquido blanquecino el cual se fundió en el metal y logró que el ente abriese los ojos consternados.
—Traía veneno.
—¿Qué? ¡Entonces debemos de buscar ayuda!
Sonic estaba a punto de levantarse, pero el ente lo detuvo tomándolo con fuerza del brazo.
—No. —alzó la voz. —Sí esa lanza traía veneno entonces aquí no podremos ayudarlo.
—¡¿Qué dices?! —el azul se liberó del agarre soltando su brazo de lado. —¡Es su hermano y no quiere ayudarlo!
—Silencio mujer, me refiero que la única forma de sacar el veneno de su cuerpo es que lo llevemos a una cueva muy lejos del castillo, dentro de ella hay un pozo con lava negra, la cual tiene la habilidad de curarnos de cualquier tipo de herida, incluso de expulsar el veneno del cuerpo.
—¿Y por qué no tienen esa 'dichosa lava' aquí?
—¡Todas las veces que se quiso traer termina llegando convertida en roca! No podemos sacarla de esa cueva que es dónde se ha de formar.
El rostro afligido de Sonic mirando ahora a Shadow mostraba la culpabilidad que sentía al ver al Rey en ese estado.
—¿Y cómo llegará allá?
—Las Black Arms lo van a escoltar en una nave, llegarán en una hora. Pero es necesario mantenerlo vigilado, porque... si llegase a morir, no podremos hacer nada.
El creciente silencio en el ambiente inmediatamente lo volvió más pesado hasta que el azul miró de nuevo al ente.
—Iré con él, soy... soy su esposa. Está en mi código tener que acompañarlo, es una muestra de honor de dónde vengo.
—De ser ese modo, me quedaré para resguardar el castillo de otra amenaza, hasta que Shadow regrese estaré a cargo.
Eclipse se movió del sitio cargando a su hermano en la espalda y teniendo a la Princesa Sonia detrás de él.
—¿Cómo sabré que se recuperó?
—La herida tendrá que desaparecer, pueden pasar horas o hasta días si es demasiado profunda. —contestó el ente ingresando al castillo.
Las Black Arms que sobrevivieron comenzaron a cercar el castillo y otras de acompañar a Sonic en la pequeña nave que se encargaría de llevar al Rey. Así mismo, el de pelajes azules observó cómo es que Eclipse estaba en la sala de control mientras la nave estaba a punto de despegar y también su atrevimiento —a pensamientos de Sonic— de sentarse en el trono.
Lo que le hizo fruncir el ceño al azul quien solo pasaba cerca para irse a la nave, donde las Black Arms estaban dentro al igual que azabache recostado en la parte de en medio de una cama como la que usaba en su habitación. Y Sonic se ponía a su lado sentado dando por iniciado todo el viaje.
Sonic estaba sumido en sus pensamientos, quizás fue imprudente al tratar de ayudar. Un quejido escapó de los labios del príncipe, sus ojos se enfocaron en él.
—Shadow... —susurra su nombre.
Eleva su mirada al frente de la nave y se percata de que están volando sobre una extensión de montañas, lo más interesante es que las montañas tienen distintas tonalidades rojas, verdes y blancas. Quizás si ese viaje fuera por otra ocasión disfrutaría del paisaje, pero no es hasta que siente un tacto tibio en su mano.
Sonic vuelve su atención a Shadow quien esté acurrucado con su mano deslizándose en busca de la de Sonic. Sus dedos tocan la suavidad de la palma de la Princesa y es allí que Sonic se percata de lo mal que se encuentra el Rey, ya que su temperatura se encuentra elevada.
—¡Shadow! —lo llama mientras lo revisa con la vista—. ¡¿Cuánto falta?! —le pregunta a su amiga.
La alienígena emite algunos sonidos con los cuales se comunica con los Black Arms, uno de los soldados hace unos ademanes.
—Estamos llegando a la entrada Princesa Sonia —le contesta.
Dejando el desierto de las montañas de colores, se comienzan a ver unas rocas de color negro brillante. Unos picos enormes se muestran imponentes y peligrosos como si protegieran algún invaluable tesoro. La nave redujo su velocidad hasta que llegaron a una planicie para terminar el recorrido.
—Princesa Sonia, hemos llegado —su amiga se acerca para informarle.
Los Black Arms se acercan a su Rey y lo sujetan. Bajan de la nave y Sonic se sorprende al ver un camino muy similar a las gradas de su reino. El ascenso se encuentra iluminado por unas bolas de color dorado que resaltan sobre todo el valle oscuro.
—Este camino nos llevará al lugar en donde debemos dejar al Rey.
Los Black Arms no pierden el tiempo transportan con cuidado al erizo. Sonic va por detrás con su amiga. Las gradas siguen en ascenso, como si no tuvieran fin y el ambiente es tan desolado y tenebroso.
—¿No tienen fin? —Sonic no quiere sonar desesperado, pero es imposible.
—Solo unos minutos más Princesa y estaremos en la cúspide.
Sonic suspira, se apresura a seguir. Después de unos minutos que parecieron eternos, una pequeña capilla se dejaba apreciar. Terminaron de ascender y la vista al valle era increíble, muy parecida a los de los bosques de la tierra con la diferencia de que aquellas eran rocas.
Una piedra se movió de la entrada mientras un Black Arms se acercó a las chicas, emitió unos sonidos mientras movía sus manos. La amiga de Sonic asintió y se dirigió a ella.
—Princesa Sonia, debemos ingresar, te explicaré lo que tienes que hacer para ayudar a al Rey.
Sonic se muestra nervioso, pero sin dudarlo asiente. La culpabilidad lo iba carcomiendo cada vez más, sin duda alguna no empatizaba con las acciones de Shadow o todo el sistema en aquel sitio, pero, en Camelot, lo que hicieron por él era una muestra de valía y tenía que ser contestada con agradecimiento de cualquier forma.
Caminan a la entrada para ingresar y lo primero que notan es un pasillo largo iluminado por rocas doradas más pequeñas, unas líneas en el suelo también lo iluminan.
—Por aquí —le pide.
Varias figuras sin mucho sentido adornaban ese lugar. Dos puertas blancas se abren y muestran al Rey recostado en una cama. Una piscina (al menos así dedujo Sonic) adornaba ese lugar, con el líquido negro que se removía y un aroma muy parecido al café tostado, pero que era sin duda alguna más intenso.
—Guiaré a la Princesa y saldré —les menciona los soldados.
Quedan solas, la alíen se acerca a una mesa en donde hay varios cuencos, toma uno para posteriormente dirigirse a la piscina y sacar un poco de ese líquido.
—El equivalente a tu mundo es... magma. Con esto —la alíen toma un poco de ese líquido y lo coloca en la herida del Rey— las toxinas del envenenamiento irán eliminándose hasta que el Rey esté bien —dicho esto le acerca el cuenco para que lo haga ella.
Sonic duda por un momento, ya que no sabe si ese líquido le hará daño.
—Tranquila, no pasa nada —la toca con su mano remojada.
Sonic solo puede sentir una sensación tibia. Sintiéndose seguro toma el cuenco y acerca su mano para colocarle más al Rey.
—Es necesario colocarlo cada hora para ir erradicando lentamente las partículas, solo la reina puede acompañar al Rey en este lugar. Si necesita mi ayuda estaré esperando afuera —hace una reverencia para después salir de ese sitio.
Sonic ve como las puertas se abren y cierran dejándolo con un Shadow malherido.
Un estruendo lo hizo despertarse de golpe, sin querer se había quedado dormido después que atendió al Rey por varias horas. Se incorporó del suelo y camino con los rastros de sueño aun en su rostro. Sintió como si el tiempo se hubiera detenido, ya que, al ver la cama, Shadow no estaba en ella.
—¡Shadow! —gritó preocupado y buscándolo alrededor.
Sus ojos se detienen cuando ve un rastro rojizo en el suelo hasta que llegó a la piscina.
—No... —sin demora corre hasta la orilla, pero no logra ver nada—. ¡Shadow! —lo llama y ve una púa del Rey.
Sin pensarlo se lanza a la piscina, la sensación del líquido en su piel es viscosa y húmeda. Con mucha dificultad se acerca al Rey, lo sujeta entre sus brazos. Regresa a la orilla y lo recarga al borde en donde el líquido es menos profundo. La respiración de Sonic se encuentra agitada y su cuerpo tembloroso, se regaña por quedarse dormido y descuidar al Rey. Un movimiento lo hace regresar su atención al Rey quien se recarga sobre sus codos en la orilla.
—¿Shadow? —por un momento se sintió tranquilo de verlo moverse.
Como un susurro armonioso los ojos de Shadow se enfocaron en la Princesa a lo que Sonic se sintió intrigado. Los iris rojos que imponían misterio y respeto se encontraban perdidos dándole una apariencia vulnerable.
Shadow se arrastra hasta él, con cuidado Sonic lo recibe entre sus brazos y puede sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Shadow al sentir el cuerpo de la Princesa no puede evitar suspirar, con dificultad se incorpora quedando frente a frente. Su mirada se enfoca en ella, con detenimiento la analiza como si fuera la primera vez que la admira.
—Shadow... —la Princesa no comprende que le pasa al Rey y se da cuenta de que algo no anda bien con él cuando es su mano la que se coloca en su mejilla.
Sin poder evitarlo, una vergüenza adorna su rostro. Con un dedo, Shadow acaricia el contorno de su mejilla y lo guía hasta detenerse en el mentón. Una idea fugaz acarició sus pensamientos, Sonic había leído en alguno de sus libros favoritos que hay sensaciones que te hacen volar por los cielos, que producen felicidad y otras, que simplemente lo dejaron sin aliento.
En toda su vida nunca creyó que en algún momento viviría lo que le ocurrió y menos con alguien que empezaba a conocer, pero de algo estaba seguro, quizás el Rey era un hombre sin mucha paciencia y serio por no decir que tenía un carácter difícil de corroer. Sin embargo, más allá de esa fachada los labios de Shadow eran tan suaves como los pétalos de una rosa.
No supo cuánto tiempo estuvo así, pero sintió como el Rey volvía a recostarse sobre él.
El rostro de Sonic se sonrojó al punto de creer que también estaba enfermo, un cosquilleo quedó impregnado en sus labios y en su pecho había un descontrol con sus latidos. Con mucha vergüenza bajó la mirada, solo para encontrarse que el Rey se había desmayado de nuevo y su temperatura volvía a ser la misma que al principio.
—Sha... dow —intenta llamarlo, pero se siente tan impresionado que apenas procesa sus palabras.
En su mente se formaban tantas preguntas:
¿Por qué Shadow se había lanzado a ese líquido?
¿Era porque de nuevo tenía la temperatura elevada?
Sonic suspiro abatido con el conflicto interno de lo que ocurrió, no entendía nada de ese lugar o lo que fuera Shadow. Sostuvo al Rey entre sus brazos mientras se acomodaba para recostarlo sobre sus piernas.
—Quizás necesitaba una dosis extra —susurra acomodando la cabeza del erizo en su regazo y dejando que su cuerpo se hunda en ese líquido—, pero por qué... —en sus labios aún persistía la sensación de sus labios y la culpa lo destrozaba.
En su reino, el estar con alguien de su mismo género era visto como algo impuro y maldito, iba contra la naturaleza. Desde siempre se ha visto mal, pero Sonic suspiró al darse cuenta de algo imposible.
Le había agradado ese tipo de contacto. Se culpó por ceder ante ello, estaba mal. Para sus hermanos era el tipo correcto y admirable, pero en ese momento Sonic se sintió tan pequeño que, sin poder evitarlo, unas silenciosas lágrimas cayeron de sus ojos hasta fusionarse con el líquido de la piscina.
Eclipse se encontraba en la sala del castillo sentado en el trono que había pasado de generación en generación, pero nunca llegaría a él y esta era la situación perfecta para saber lo que sentía dejar que el poder al encontrarse sentado ahí le emanaba.
El centro de control, el sitio donde su hermano Shadow veía lo que hacían todos, donde tomaba decisiones importantes y sintiéndose como todo un Rey al ordenar sus peticiones, deseos que no podían ser objetados. Pero ahora, ese mismo Rey se debatía entre la vida y la muerte muy lejos de ahí, y Eclipse no tuviera la necesidad de que siguiese vivo, la idea de la cueva no se le hubiese pasado por la cabeza.
Y todo lo que podía pensar, fue cuando vio a su hermano inconsciente siendo llevado a la nave por las Black Arms y el rostro afligido de su "esposa" acompañándolo.
"Míralo… él era tan perfecto, tan brillante. Siempre él. Siempre su voz llenando las habitaciones, su sombra cubriéndolo todo, dejándome apenas un rincón de penumbra donde debo ahogarme en mi propio resentimiento. Desde infantes, ¿No fue siempre así? ¿No era él el favorito, el que recibía las alabanzas y las miradas de orgullo de nuestro padre?
¿Y yo? Yo era el otro. La nota disonante en la melodía perfecta de su existencia. No importaba cuánto me esforzará, cuánto tratará de superarlo. Siempre había algo en él, un brillo maldito, una facilidad de ser el número uno, su talento en contra de mi trabajo duro, como si el mundo estuviera hecho a su medida. Yo era el espectador de su espectáculo y él la estrella que todos amaban ver una y otra vez.
¿Estaban ciegos?
¿Qué tenía Shadow que tanto les gustaba? Si para mí no mostraba ser especial ni mucho menos llamativo, de todos nuestros ancestros, él era el Rey más inferior, incluso sin parecerse mucho a todos nosotros por su sangre diferente.
Eclipse se levantó del trono y observó los alrededores, al estar Shadow todo el tiempo en el sitio no podía darse el lujo de quedarse a observar cómo era el lugar siendo minucioso. Y lo que vio fueron todos los Reyes que pasaron antes de él, los alienígenas que imponían respeto y miedo con sus figuras tan grandes y llamativas.
Como Shadow gracias a los genes de su madre había demostrado ser una especie distinta. Y como Eclipse era como sus antepasados, pero de una forma menos intimidante, algo que siempre su padre le hizo notar.
No es justo.
He pasado años observándolo, aprendiendo sus debilidades, esperando el momento en que su reino tenga una grieta, un pequeño resquicio por donde pueda deslizarme y arrancarle todo lo que ama.
Porque no quiero simplemente vencerlo.
¡Quiero despojarlo de lo que no se merece! ¡Quiero que sienta la asfixia del vacío y el peso del fracaso!
Tal y como me he sentido yo.
Su reino se va a desmoronar. Haré que su confianza se erosione, que sus propios logros se vuelvan en su contra. Y mientras sea el siervo fiel que él conozca, por la espalda es cuando lo atacaré, justo como lo hice con nuestro padre hace años, porque si él no estaba convencido de mi grandeza, entonces mejor que sea lo último que vea antes de morir y lo mismo le pasará a Shadow.
Lo miraré a los ojos, él me suplicará y será como revivir la fatídica noche en la que nuestro antiguo Rey dejó de respirar...
—Padre, ¿se siente bien? O ¿prefiere que busque ayuda? —pregunté con tono bajo alzando una de las bandejas con rocas preciosas la cual él no había ni tocado de su costado.
Y él en su agonía me miraba débilmente con sus ojos mientras yo veía como el imponente Black Doom se le iba la vida con cada segundo.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué, Eclipse?
Yo lo miré fingiendo sorpresa dejando la bandeja de lado para colocarme enfrente de su cama.
—No comprendo padre, ¿A qué se refiere?
—¡Maldito engendro! —exclamó tratando de moverse, pero sin lograr avances. —¡Tú me hiciste esto!
—¿Yo? Pero si me he dedicado a cuidarlo, en cambio, ¿Qué hace su hijo favorito? Con suerte y pasa a verlo unos momentos al día.
—No quieras excusarte... Eclipse. Las piedras traídas desde lejos, ¡Ja! ¿Cómo no me di cuenta de que me estabas envenenando poco a poco?
Y entonces mi mentira se vio expuesta. Pero para el punto donde nos encontrábamos, poco o nada aportaba que lo supiera.
—Pero ¿de qué sirve hijo? Shadow será el Rey... y tu mentira no llegará lejos.
Hasta pena me causaba verlo escupiendo lo que decía por qué ya no le quedaban fuerzas de seguir ni de moverse.
—Él al igual que las Black Arms piensan que enfermó, pongámoslo en el sentido que se enteran de que esas piedras fueron las causantes, yo soy solo un pobre hijo que no sabía que daños traerían, lo que me ponen en la situación de que yo no tengo la culpa.
—La envidia que le tienes a Shadow ha llegado muy lejos, a tal punto de deshacerte de mí... Jamás lo creería viniendo de ti, mi propio hijo.
—¡Porque jamás ha creído en mí! Ni para lo bueno o malo, pero ya lo estás viendo padre, puedo ser igual o peor que tú y Shadow. Esto solo fue una minúscula parte de quién puedo ser.
En cambio, a él le faltaba el aire, su cuerpo se agitó muy rápido y entonces, cerró los ojos para siempre. Por fuera de asustarme, solo alcé los ojos sorprendidos y poco a poco comencé a sonreír.
—No se preocupe padre, yo cuidaré de Shadow.
Eclipse se quedó en silencio, respirando hondo hasta regresar la vista a la pantalla donde estaban las cámaras alrededor de todo el Reino y volver al trono donde su vista comenzó a relajarse y se dejó llevar al extenderse con comodidad una vez más.
Tengo grandes sorpresas para ti, querido hermano.
Chapter 6: Capítulo VI
Notes:
Holi
Espero que estén disfrutando de la historia 💙.
Nos gustaría saber qué piensan de ella hasta este capítulo 😺.
Chapter Text
Habían transcurrido tres días después del incidente con el Rey.
Sonic se encontraba sentado en la orilla de la cama observando al erizo oscuro. Después de aquel momento confuso, Sonic sacó al Rey de la piscina y lo volvió a acomodar en la cama, tal y como su amiga le indicó volvió a aplicar ese líquido en la herida hasta que cerró.
Un bostezo escapa de sus labios, pues no se había permitido descansar en ese lapso de tiempo. El temor de que Shadow volviera a ir a la piscina le causaba temor y prefirió cuidarlo, aunque eso implica no dormir. Shadow no había despertado en ese tiempo, cada hora medía su temperatura y se sintió tranquilo al sentir que volvía a ser regular.
Solo necesitaba que el Rey despertará para descansar, quizás necesitaría varios días para reponer las fuerzas, pero un quejido lo hace prestar atención. El Rey se incorporó recargándose sobre sus codos y viendo alrededor.
—¿Qué pasó? ¿En dónde estoy? —se pregunta creyendo que está solo.
—Shadow —la voz de la Princesa provoca que el Rey vuelva la vista por delante y la mira con confusión—. Menos mal esta despierto.
El oscuro no comprende sus palabras y desvía la mirada hasta el vestido de la chica, está sucio, desaliñado y roto de un costado, casi puede ver más allá del muslo. Desvía la mirada intentando recordar qué fue lo que ocurrió y un ligero ardor lo hace ver su hombro.
—Fuiste herido por uno de los enemigos, ellos usaron veneno —Sonic explica—, Eclipse dijo que al traerte a este lugar mejorarías y era verdad.
Shadow devuelve la vista, su rostro permanece expectante ante la información. Cómo era posible que lo envenenaran y que su hermano supiera de la existencia de ese lugar. Sus ojos se pasearon alrededor viendo las piedras negras y la piscina con el líquido. Una duda le hizo fruncir el rostro, cómo era posible que él no supiera de ese territorio si se suponía que ya había explorado en su totalidad ese planeta y más importante...
Si Eclipse conocía ese lugar por qué nunca lo mencionó cuando su padre el Rey Black Doom enfermó. Qué curioso.
—Creo recordar lo que sucedió —se sienta llevando una mano a su hombro, toca una tela y se percata que el pedazo que le falta a Sonic se encuentra como paño sobre la zona que estaba herida—. Debiste obedecerme Princesa Sonia.
—¡No podía dejar que pelearan solos, eran demasiados enemigos!
—Pero por tu imprudencia ellos casi te lastiman —le recuerda viéndola fijamente.
Sonic se avergüenza, pues es claro que aún tiene un conflicto con lo que sucedió días atrás.
—No fue mi intención, debí estar más atenta...
Shadow no menciona más palabras, se sienta en la cama, sus ojos siguen analizando el rostro de la Princesa y se da cuenta de que luce cansada y demacrada.
—Por tu apariencia deduzco que has sido tú la responsable de mis cuidados —menciona con voz suave y un tono levemente agradecido.
Sonic eleva la mirada y asiente.
—Era lo menos que podía hacer, tenías mucha temperatura.
—¿Cuánto tiempo estuve aquí?
—Tres días...
Shadow sigue pensando en ese lugar, a su mente no llega una respuesta lógica de cómo su hermano encontró ese lugar y no se lo mencionó.
—Debemos regresar al palacio, aún no podemos confiarnos de los enemigos —dice poniéndose de pie.
Sonic se acerca y lo detiene.
—Aún no te has recuperado del todo, necesitas descansar.
—Princesa Sonia, nuestra raza se especializa en la regeneración, no debes preocuparte —coloca una mano sobre el hombro de la Princesa luego lo eleva hasta el mentón de la misma—. Eres tú quien necesita recuperarse.
El rostro de Sonic vuelve a sonrojarse, con suavidad se aleja del Rey.
—No... no se preocupe por mí —sus nervios eran evidentes y fue algo que no pasó desapercibido por Shadow.
Después de unas horas, Shadow volvió a pisar el suelo de su palacio. Sus guerreros lo esperaban y celebraron al ver que el Rey estaba a salvo. Eclipse también lo esperaba al verlo caminar por la entrada, corrió para salir a su encuentro.
—¡Su majestad! ¡Es grato tenerlo de vuelta! —vociferó con emoción, pero de su rostro se borró la felicidad al ver como el Rey lo miraba con reproche.
Sonic iba caminando con su amiga, el sueño le estaba ganando.
—Llévenla a descansar, no quiero que la despierten hasta que se encuentre completamente recuperada. Todo lo que necesite debe ser llevado sin objeción —ordena a las Black Arms que las escoltaban.
Sonic cruza la mirada con él y una diminuta sonrisa se forma en sus labios. Eclipse se sorprende de ese comportamiento, con cautela vuelve a hablarle a su hermano.
—Shadow, la Princesa...
—¿Cómo supiste de ese lugar? —le pregunta sin discreción—. Cómo lo encontraste y por qué no me informaste sobre ello —por más que intentó ocultar su malestar le fue imposible.
El alíen quedó en blanco cuando escuchó la voz molesta del Rey.
—Mi señor, yo...
—¡Pudimos salvar al Rey! ¡Eclipse en qué estabas pensando al ocultarlo!
El alíen baja la mirada y se tensa.
—Recién lo encontré... no conocía de su existencia —le confiesa—. No había tenido la oportunidad de decirte, ya que los enemigos nos atacaron. Fue en mi última expedición que lo encontré.
Shadow se cruza de brazos.
—A partir de hoy, quiero los reportes de tus expediciones sin importar la hora. Tengo que saber todo, absolutamente todo lo que ocurre —se detiene mientras se da la vuelta—. De encontrar un lugar como ese antes... nuestro padre estaría aún con nosotros.
Eclipse eleva el rostro, hay una pequeña tristeza en la voz de su hermano y eso lo hace repudiarlo.
—También lo extraño —miente dándose la vuelta—. Mis disculpas su majestad no volverá a suceder.
Shadow suelta un pesado suspiro.
... Unas horas más tarde...
—Su majestad —la amiga de Sonic se encontraba escoltando la entrada a la habitación de la Princesa.
Shadow llegó sin anunciarse.
—¿Cómo se encuentra?
—Está muy agotada, nos encargamos de su aseo y alimentarla. Está profundamente dormida.
Shadow escuchaba con atención.
—Retírate —le ordena caminando a la puerta—. Que nadie nos moleste.
La chica hace una reverencia y se aleja del lugar.
Shadow ingresa, cierra con suavidad la puerta. La habitación estaba en completo silencio, solo sus pasos producían un ligero sonido. Llegó a la cama y vio a la Princesa, la chica estaba abrazando una almohada, su rostro se mostraba imperturbable.
Shadow observó la tranquilidad que emanaba la imagen de la Princesa, lucía tan inocente con ese vestido blanco. El Rey soltó un suspiro, esa chica era un dolor de cabeza. Su mirada se desvió a las repisas que estaban a un costado y se sorprendió. El cisne y el caballo estaban colocados en ese lugar. Se agacha para tomar el cisne y verlo detalladamente, una sonrisa adorna su rostro al percatarse de que un listón celeste adornaba el cuello de esa ave, su mirada se desvió al caballo y vio como varias piedras verdes se encontraba alrededor de ese animal.
Dejó el cisne y tomó el caballo, recordó por unos momentos las charlas que tuvo con ella. Solía montar en caballo en las praderas verdes y pastosas, de seguro las gemas le recordaban eso. Volvió a colocar en su lugar las piedras y el caballo para enfocarse de nuevo en ella.
Llevo su mano hasta las púas azules y desaliñadas, eran suaves al tacto. Luego su dedo delineó la circunferencia de su rostro y se detuvo bajo el mentón.
—Princesa Sonia —le susurró queriendo percatarse de que tan profundo era su descanso.
Sin respuesta por parte de ella, concluyó que el cansancio era mayor. Permitiéndose disfrutar de la tranquilidad que los rodeaba, se recostó a su lado. Tal vez no se lo había dicho, pero estaba muy agradecido por cuidarlo. Pese a su situación, la Princesa no dudó en salir a la batalla, en luchar por protegerlo a él, un Rey que consideraba injusto según las palabras de la fémina y hasta se encargó de atenderlo en su estado vulnerable para que al final también usará parte de su ropa para protegerle la herida.
Sin poder evitarlo, su mano se deslizó hasta la de ella y fue su sorpresa cuando la Princesa correspondió estrechándola. En el pecho de Shadow se formó un sentimiento tan pleno y único, muy pocas veces habían tenido contacto de ese tipo y en ese instante parecía tan natural que sus manos estuvieran agarradas.
Siendo sincero tenía que agradecerle, pero las palabras no serían suficientes, al menos eso sentía él. Estando bajo esa neblina de lavanda que lo reconfortaba, tuvo una idea. Le agradecería a la chica de una manera especial.
Un suspiro escapa de sus labios, Sonic al final había despertado. Se sienta sobre la cama mientras restriega sus ojos. Una sonrisa cansada adorna su rostro al sentirse plenamente con energías. Poco a poco abre sus ojos y lo que encuentra lo sorprende.
Un delicado aroma inunda la habitación, varios ramos de diferentes flores se unen a su despertar. Su rostro sigue impresionado cuando se levanta y nota que toda la habitación albergaba varios tipos de flores.
—Princesa Sonia —su amiga ingresa y hace una reverencia.
Sonic vuelve su atención a ella y señala las flores.
—Es un presente del Rey —le contesta también maravillada—. Ha sido él mismo quien decoró vuestra habitación.
Esas palabras atrajeron su atención.
—¿Por qué?
—Para su raza... regalar flores significan: agradecimiento, admiración y.… Un paso que indica que comienza a amarla.
Sonic se sorprende, sus mejillas se sonrojan. Su mirada pasea en cada ramo hasta que llega a la repisa, camina hasta ella y sin evitarlo sonríe.
Le había dejado la imagen de una mariposa de cristal.
—Princesa ¿Qué es eso?
Sonic la toma entre sus manos y sonríe con fascinación.
—Se llama mariposa y... me recuerda a una amiga que estimo mucho —le cuenta con una sonrisa—. Se llama Nimue.
Sonic pensó en esa hechicera que sin quererlo recordó gracias a la imagen de la mariposa.
Sonic estaba sentado en el suelo, en sus manos descansaba la mariposa de cristal, la cual le recordaba mucho a alguien. Las flores que el Rey le dio como regalo aún seguían tan vivas como el primer día. Coloca la pieza de cristal junto a las otras y se incorpora. Él sabía que no hacía falta ser tan inteligente para deducir las intenciones con las que fueron enviadas y más cuando su amiga le dijo los significados. Quizás el Rey se sentía en deuda por cuidarlo en esos días que estuvo indispuesto.
Después de un merecido descanso, Sonic se sentía con toda la energía repuesta. El sonido de la puerta lo hace voltear la vista por detrás y ve a su amiga unirse.
—Princesa Sonia —saluda con una reverencia.
—Venus —se acerca a ella.
—Esta noche el Rey ha solicitado que la preparemos —informa viéndola.
Sonic se sorprende, después de tantos días en los que no veía a Shadow, una pequeña emoción se formaba en su pecho.
—No ha pedido que la preparemos especialmente para su encuentro.
Sonic no pudo evitar preguntarse qué significaba eso y su rostro se mostró serio.
—¿Princesa le sucede algo?
—No, es solo que estaba pensando... —sus ojos se desvían a las flores—. El Rey me ha enviado estos obsequios, pero yo aún no me he disculpado por la imprudencia que cometí.
La alíen piensa.
—Bueno podría prepararle algo especial, quizás con eso el corazón del Rey vibre con la misma intensidad de agradecimiento que le mostró.
Sonic piensa, en ese lugar no hay tantas cosas para regalar y tampoco es que tenga un poder como el de Shadow. Qué podría regalarle.
—Si me permite dar mi opinión, creo que sería algo especial que nuestra Princesa preparé algo con sus propias manos para el Rey o quizás una comida especial.
—¡Venus me acabas de dar una idea! —Sonic truena los dedos—. ¡Hay algo que estoy seguro... segura que podría gustarle!
—¿Dime Princesa qué necesitas?
—¡Quiero ir a donde tienen los alimentos que traen de mi planeta!
—Por favor permíteme informarles a los guardias —Venus hace otra reverencia y se retira para hablar con los guardias de la entrada y después de unos minutos vuelve con ella—. Nos escoltarán hasta el almacén.
La Princesa sonríe y la toma del brazo mientras camina apresuradamente.
El rostro de Sonic se mantuvo lleno de impresión ante lo que veían sus ojos. Una habitación con estanterías pegadas a la pared que contenían una generosa cantidad de alimentos. Dos esclavas estaban limpiando cada fruta y verdura con delicadeza.
—Princesa este es el almacén, pero me temo que estas dos chicas deberán ayudarla, ya que el Rey no desea que esté cansada antes de su reunión.
—¿En serio?
—Sí.
—Creo que me vendría bien un poco de ayuda.
Venus asiente, se acerca a los guardias y les comunica los deseos de la Princesa.
—Ahora Princesa puedes decirme qué es lo que deseas cocinar.
Sonic ingresa al almacén en busca de los ingredientes, revisa minuciosamente cada apartado. Las esclavas caminan detrás de ella para ayudarla a sostener lo que agarrara.
Se detiene cuando observa varios troncos verdes, una sonrisa se forma, ya que reconoce que es caña de azúcar, la sujeta y una de las chicas extiende sus manos.
—Ella tiene que cargarlo —menciona Venus.
Sonic se lo entrega con suavidad, luego vuelve a buscar otras frutas y se las va entregando a sus ayudantes. Después de unos minutos se dirigen a la cocina, no puede evitar mostrarse llena de sorpresa cuando mira el lugar que denominaban como cocina. Hay varias salidas de vapor, rocas planas que perfectamente funcionan como mesas y en las paredes hay aberturas en donde se siente el calor de la lava.
—En este lugar tienen una gran fascinación por la lava.
Se adentra acercándose a la mesa en donde descansan sus ingredientes.
—Venus —Sonic llama a su amiga.
—Dime Princesa.
—¡Vamos a necesitar trabajar por muchas horas!
Dicho esto, Sonic corrió en busca de unos cuencos, pronto comenzaría con su tarea.
Unas horas más tarde, el sudor pasaba por su frente, en su reino al ser el príncipe de la corona no estaba obligado a participar en ninguna clase de trabajos manuales. Todo llegaba a él sin esfuerzo alguno.
Y esta tarea, de alguna forma le hizo sentirse orgulloso de él mismo.
El rostro de Sonic sostenía una amplia sonrisa mientras terminaba de darle las últimas vueltas al dulce.
—Trece... —susurra colocando el dulce en un improvisado gancho.
Varios dulces colgaban en la cocina listos para el gran paso final, cortarlos y formar las barbas.
—Necesito algo para cortar —menciona atrayendo la atención de las sirvientas quienes se vieron fijamente.
—Princesa me temo que no podemos usar algo como eso...
—¡Una espada bastará!
—Me temo que solo los guerreros tienen una...
Sonic buscaba entre los rincones esperando encontrar algo y si, efectivamente encontró.
—No es una espada, pero me va a ayudar.
Aquel objeto era muy similar a una hoz. Se acerca para empezar a cortar los dulces.
—Necesito algo para colocarlos...
Una de las chicas, se apresura a encontrar una base. Sonic corta los lazos y los va envolviendo hasta formar unas bolitas, poco a poco va sacando varias.
Después de unas horas extras de esfuerzo, se sintió complacido. Había logrado fabricar los dulces que tanto amaba en su reino y aunque no tenía las herramientas necesarias pudo hacerlos sin mayor demora.
Con el rostro cubierto de harina, improviso una cajita con tela negra como envoltorio. Colocó cuidadosamente los dulces y les colocó pequeñas piedras comestibles verdes y rojas.
—Princesa, lucen maravillosas. —su amiga la elogia—. A su majestad le gustarán.
Sonic le sonríe y no puede evitar avergonzarse.
—Sí... los de él son un poco diferentes —menciona como si no fuera más que obvio.
—¿Qué haremos con el resto?
—Me gustaría compartir con las demás chicas y a quien desee probarlos.
Venus le devuelve la sonrisa.
—Claro su majestad, me permite llevárselos...
—Venus por favor... diles que está es mi promesa. Que pronto las liberaré de su cruel destino y que por favor degusten estos dulces que hice pensando en ellas...
—Entendido.
Sonic también les dio a las chicas que lo ayudaron, decidió cargar un cuenco y salió por los pasillos mientras se detenía a darle a quien se apareciera.
Algunos guardias lo vieron muy confundidos, ya que no estaban seguros de que estaba haciendo la esposa de su Rey. Aun así, no podían negarse a los pedidos de ella, tomaron los dulces y los degustaron.
Sonic regreso a la cocina por más y más, hasta que se acabaron, llevaba los últimos y justo en su camino apareció quien en ningún momento se cruzó en su mente.
—Eclipse —susurra viéndolo con rencor.
El hermano de Shadow estaba allí, parado con el rostro lleno de sorpresa.
—¿Así que tú eres la responsable de este descontrol? —la acusa viéndola retadoramente.
Sonic bufa.
—¿Qué descontrol puede ser esto? ¡Estoy dándoles algunos dulces a su gente... es una muestra de respeto!
El rostro de Eclipse se frunce.
—¿Qué tonterías dices? ¿Desde cuándo te has atribuido la responsabilidad de la caridad?
Sonic lo mira fijamente.
—Soy la consorte...
—Y cómo tal, es tu deber darle hijos a mi hermano —recalca—. ¡No andar por el palacio dando dulces porque se te ocurrió esa brillante idea!
Eclipse gruñe con molestia, pero luego una sonrisa de burla se forma en su rostro.
—Creo que te lo repetiré, únicamente estás con mi hermano por tu capacidad de darle un heredero, ni creas que te tiene por algo más —se acerca con pasos lentos hasta colocarse a su lado—. Si sigues insistiendo en no cumplir tu deber, voy a tener que tomar otras alternativas... —toma uno de los dulces—. Recuerda que solo eres una mujer más del montón que tenemos a bordo —con una risa se aleja de Sonic.
El erizo se mostró atónito ante sus palabras, lentamente volteo a verlo y sintió un sentimiento de impotencia, pero no sé quedaría así.
—Mandes a quien mandes... El Rey siempre me preferirá a mí —le contesta— porque, aunque interfieras, él es el único que insiste en mantenerme a su lado —con una reverencia de burla— y si su palabra es tenerme solo a mí, no puedes hacer nada.
Sonic se aleja corriendo, pero con una sonrisa en su rostro al saber que nada podría cambiar.
Eclipse lo observa irse, maldijo al darse cuenta de que esa chica era consciente de que su hermano la preferiría. Con una rabia incomprensible se apresura a alcanzarla, al estar cerca la sujeta del hombro y la confronta.
—¡Te crees muy valiente para contestarme! —su agarre incrementa causándole un moretón a la fémina.
Sonic lo mira sin inmutarse a pesar del dolor y no es hasta que escuchan un carraspeó que Eclipse suelta a la Princesa.
—¿Qué significa esto? —el Rey Shadow se encontró con la peculiar escena en que su hermano le gritaba a la chica, corrección a su consorte.
—Su majestad... —Eclipse se ve descubierto.
Shadow se acerca hasta colocarse frente a la chica.
—Princesa retírate —ordena con seriedad.
A lo que Sonic asiente, un pequeño quejido sale de su boca y lleva su mano hasta su hombro. Shadow lo ve por el rabillo del ojo y se percata de una pequeña oscuridad en la zona.
—No lo repetiré —le dice a Sonic, a lo que el erizo hace una reverencia y se marcha.
Están solos con su hermano y vuelve su atención a él.
—No es lo que piensas, ella me provocó...
—¿Y es tu deber dejarle marcas? —lo confronta—. No recuerdo haberte dicho que podías tratarla como al resto.
—¡Ella se burló de mí!
—¡Algo hiciste para provocarla!
Eclipse se quedó callado.
—¿Qué dices?
—La conozco mejor que tú y ella no responde tan agresivamente a menos que la provoques.
Eclipse se muestra incrédulo.
—Te lo advierto, no quiero ver qué la sometes ni que intentes faltarle el respeto. Te recuerdo que es mi consorte y como tal, tú debes respetarla como si fuera yo mismo —lo amenaza.
El alíen no puede creer lo que escucha, con amargura maldice el momento en que llevó a la chica con su hermano, y más al ver la clase de libertades que ahora poseía.
—¡Eclipse! —Shadow cruza sus brazos por detrás.
Muy molesto y tratando de soportar su rabieta hace una reverencia.
—Entendido su majestad.
Shadow lo mira con desdén y sin más camina de regreso en busca de la Princesa.
Si Shadow pudiera ver a través de los ojos de Eclipse estaría seguro de que lo que había en ellos era un tormentoso dolor y rencor.
Sonic estaba en su habitación preparándose para la noche. Se encontraba frente a una piedra que simulaba un espejo. Su hombro se veía realmente mal y aunque intento cubrirlo con algo, era imposible.
Venus llegó a la habitación y la vio muy preocupada.
—Oh no Princesa, se ha lastimado.
—No he sido yo... fue el hermano del Rey.
Venus la vio con tristeza.
—Menos mal llegó el Rey, si no cosa distinta sería...
—Tranquila Princesa, tengo una idea.
Venus tomo una tela y la envolvió en esa zona cubriéndola, con cuidado hizo un moño y quedó perfecto con el vestido.
—Así el Rey no se dará cuenta —le menciona, luego se da la vuelta y toma algo— traje su presente.
Sonic le sonríe, lo sujeta y sonríe.
—El Rey ha pedido que la llevemos a otro lugar.
—¿Eh, está noche no estará aquí?
—Me temo que hizo un cambio de planes...
Sonic asiente, sin demora se apresura a colocarse a su lado. Ambos salen de la habitación, pasan varios pasillos hasta llegar a uno nuevo. Ingresan a una habitación distinta al resto.
Cubierta solo por vidrios con un estilo de cúpula y con varias flores cubriendo el ambiente. Sonic no pudo evitar suspirar al aspirar el aroma dulce de las plantas.
—El Rey me ha pedido que la deje aquí —Venus hace una reverencia.
A lo que Sonic asiente y se despide de ella.
Al estar solo voltea al frente y camina hasta llegar al fondo. El horizonte parece una de las obras de arte que adornaban su habitación en la tierra.
El cielo nocturno estaba cubierto por varias estrellas y algunos planetas eran simplemente hermosos. Las luces brillaban en colores que aún no conocía, pero que eran tan únicos.
—Wow... —menciona acercando su mano hasta el vidrio y sintió el frío que estaba.
—Princesa Sonia.
Volteo por detrás y se encontró con el Rey quien se encontraba parado y observándola con detenimiento. Sonic noto como no portaba las prendas que usualmente usaba y solo la corona que resaltaba su estatus de soberano estaba presente.
Shadow se acerca hasta colocarse a su lado mientras admiraba el panorama cósmico, luego señaló un grupo de estrellas en colores rosas.
—Se llaman galaxias —agrega viéndola.
Sonic le sostiene la mirada.
—Vienes de una de ellas... —termina volviendo la vista al frente.
Sonic lo imita.
—Es increíble saberlo —menciona con una sonrisa.
Shadow la observa con detalle y nota que uno de sus hombros está cubierto por tela. Alza su mano esperando que ella la acepte.
Sonic lo mira y sin demora corresponde. El Rey lo guía al centro de esa habitación mientras toman asiento en unos cojines. Las plantas seguían presentes en ese lugar y los cubrían alrededor, algunos platillos esperaban por ellos para ser degustados.
—Es muy bonito —menciona Sonic.
—Es grato saber que te gusta Princesa.
—Es verdad, hice algo que me gustaría que pueda degustar —Sonic se muestra un poco avergonzado, acerca su presente al Rey.
Shadow eleva una ceja al ver una caja negra cubierta con tela, la sujeta y abre.
—¿Así que esto es lo que tanto revuelo causo? —le pregunta al ver los dulces decorados con piedras verdes y rojas.
Toma un dulce y lo admira, es muy similar a las decoraciones de su ropa. Lleva uno a sus labios para degustarlo y al derretirse en su boca no puede evitar suspirar. Sonic lo miraba con atención, esperando una respuesta a sus dulces. Shadow cubre sus labios mientras desvía la mirada.
—Son más que exquisitos... espectaculares —agrega viéndola.
Sonic sonríe encantado al saber que le han gustado.
—Es un agradecimiento por las flores... espero que le haya agradado lo suficiente.
Shadow recordó su presente y una sensación de calor invadió su pecho.
—Más que eso... —murmura.
Ambos se vieron a los ojos mientras la tensión crecía. Un ligero temblor invadió las manos de Sonic quien tuvo que tomar un pedazo de su vestido para apretarlo y tratar de liberarlo.
—Princesa Sonia... —Shadow iba a hablar, pero unos destellos lo hicieron volver la vista al panorama.
—¡Una lluvia de estrellas fugaces! —Sonic se apresuró a mencionar cuando vio como el cielo se iluminaba por todas esas estrellas.
Shadow se sorprendió al verlo muy concentrado en ese momento, luego quedó confundido cuando Sonic cerro los ojos y junto sus manos.
Cuando Sonic abrió los ojos se percató de que Shadow lo miraba con atención.
—Es una tradición... cuando pasa algo como eso se pide un deseo con todo el corazón —explica muy avergonzado.
A lo que Shadow lo imita. Sonic queda estupefacto al verlo hacer lo mismo. Es como si fuera uno de ellos...
—Lo que deseo es que, te quedes para siempre conmigo —dice en voz alta mientras abre los ojos y lo mira.
—¡¿Eh?! ¡No tienes que decirlo! —se avergüenza—. ¡Así no se va a cumplir!
Shadow se ríe.
—Estamos unidos, es imposible que no te quedes a mi lado —agrega recostándose—. Ven aquí.
Sonic se recuesta junto a él, luego siente como Shadow coloca su mano sobre el moño.
—Te pido una disculpa por el comportamiento de Eclipse, no te volverá a hacer daño —le menciona deshaciendo el moño— me ocuparé de que no te vuelva a tocar.
—No es necesario...
Shadow mira el moretón y aunque su rostro trate de disimular se muestra muy molesto, pero la mano de la Princesa lo distrae.
—No me duele, en serio —trata de calmarlo.
Shadow suelta un suspiro y luego su mano sube a la mejilla de la Princesa. Su piel es tan suave y tersa. La misma tensión que sintieron con anterioridad vuelve a estar presente.
—Princesa Sonia...
El erizo lo mira con toda la atención. No entiende como, pero sus rostros se van acercando y son sus frentes las que quedan juntas.
—Eres de los seres más bonitos que he visto —agrega el Rey.
Sonic abrió los ojos cuando siente algo tibio contra sus labios. Un calor indescriptible se adueña de su pecho mientras en ese momento, corresponde a lo que sus instintos le pedían.
Ambos se alejan con los rostros sonrojados, Shadow es quien desvía la mirada mientras vuelve a comer de los dulces que la Princesa le hizo.
Sonic lleva una mano a sus labios y por primera vez es consciente de que le ha gustado mucho esa sensación.
No dijeron nada más y sin darse cuenta se quedaron dormidos viendo las estrellas.
Chapter 7: Capítulo VII
Chapter Text
Mentiría si después de aquel beso se sentía igual, sin duda alguna mucho había cambiado ahora, podía pasar horas pensando en lo que había ocurrido, contándole a Venus, pasando tiempo con las mujeres alíen de esas celdas y sobre todo, mirar lo que Shadow llamaba "galaxia" mientras pensaba en él.
En su Reino, vivir romances como esos eran prohibidos y castigados severamente, nunca se puso a pensar mucho en ellos, puesto que creyó que jamás vivirá uno así, pero el mismo se sintió diferente, quizás, extraño ante el beso, el cosquilleo en su ser le hizo entender que tal vez, y solo tal vez, era amor lo que estaba sintiendo.
—¿Es posible que me haya enamorado de Shadow, Venus?
Él estaba apoyado en la pared con las piernas dobladas, incluso, ya se había acostumbrado a la presión que le exige los vestidos que le colocan todos los días, pero la alíen que con su brillo servía como farol en medio de la oscura celda lo miró casi dedicándole una sonrisa.
—Me siento mal. —completo Sonic bajando la vista. —Porque es como si les estuviera fallando a todas, aunque si yo... tratará de convencerlo, sería distinto.
No era cierto, aún sentía esa incomodidad de ser un hombre fingiendo ser una mujer enamorándose del Rey que decía ser su esposo, porque sabía que ese engaño no daría buenos resultados. Y menos si él pensaba en Shadow, sería como si le arrancaran el corazón con brutalidad al momento de irse.
—Princesa, todo lo que ha dicho, solo demuestra que el Rey Shadow también está enamorado de usted.
Sonic abrió los ojos con sorpresa al voltear a verla.
—Puede decirme que no lo quiere, pero cuando la veo, su rostro se inunda de felicidad al pensar en el gobernante.
—Pero está mal.
Los motivos sobraban, Venus no lo sabía, nadie lo sabía, no tendrían por qué, todo dependía de él, pero no contaba con involucrarse con Shadow de tal forma que se haya cuestionado toda su vida en el tiempo que estuvo en ese "planeta".
Sus hermanos lo esperaban, tenía un reino que lo esperaba. Y Shadow creía que estaba casado con una Princesa, no con otro —casi— Rey y esa era la parte que le estremecía y le decía que no debía quedarse. Aun si lo deseaba.
—No tiene por qué recriminarse, si logra hacer cambios en el Rey a favor de todas nosotras entonces, no está mal.
Se quedó en silencio pensando acerca de aquellas palabras y cómo lograron resonar en su cabeza con un eco tan profundo que solo podía ser comparado con gritos internos.
Se preguntaba, ¿Sería cierto? ¿Shadow también estaría enamorado de él? Bueno, ¿De ella?
Shadow se encontraba en su trono del centro de mando mientras observaba por unos hologramas acerca de los paisajes del Reino de Camelot, aquel sitio del planeta tierra que eran verdaderamente hermosos y denotaban naturaleza espléndida; lagos de agua cristalina, césped verde de las praderas junto a los bosques llenos de árboles frondosos.
De pronto al sitio llegó Eclipse sin anunciar su llegada, quien al ver que Shadow seguía con la vista enfrente de las imágenes, no tardó en presentarse cerca de él con un rostro serio y poco inusual cuando conversaba con su hermano mayor.
—¿Qué ocurre Eclipse?
—Solo había llegado para informarme acerca de la planificación de las nuevas eclosiones de las Black Arms, pero veo que se está más interesado en algo más.
Su tono que adrede funcionaba como una aguja que pinchaba a cada instante logró que el gobernante levantara el ceño exhausto.
—No tienes por qué decirme que ver o no, además. —volteó a verlo. —Quedé muy resentido por el asunto de tu encuentro con mi esposa.
—Majestad, ya lo he dicho, se sobrepasó de tal forma que no pude controlarme y según nuestras normas, la consorte no tiene derecho a faltar el respeto a la familia real de ninguna forma.
—Yo la conozco, no responde si no existe una confrontación, cómo también sé que te gusta intimidar a nuestros inferiores, y su carácter... especial, la hace reaccionar de esa forma.
—La está defendiendo de nuevo. —señaló molesto. —¡Esa mujer ha llegado solo para afectar nuestra relación majestad! Antes no existían estas disputas, pero desde su llegada ha comenzado a cambiar, la deja hacer lo que desea, incluso se ha vuelto más flexible en todo aspecto. ¿Qué ocurre?
—Eso no te incumbe, mis asuntos son personales y yo sé por qué es que debe pasar así.
—Antes estaba dispuesto a manipular a la mujer, pero ahora incluso parece que se ha olvidado que lo hacía para traer a un heredero, hasta ahora no ha existido que ella vaya al laboratorio para el monitoreo.
—¡Eclipse! Ese asunto es entre la Princesa y tu gobernante, no permito que vuelvas a mencionarlo.
—¿Acaso ha generado sentimientos hacía la terrícola? ¡¿Por qué es tan importante ahora?!
Shadow no contestó, su rostro enfadado se hizo notar, pero antes de explotar, se limitó a solo ignorar el comentario moviendo el rostro con desdén y con su mano despachar a su hermano.
—Vete, ya tomaré una decisión con respecto a las nuevas eclosiones, quiero estar solo.
—Majestad-
—Eclipse te he dado una orden. —amenazó viéndolo con el ceño fruncido. —Si te necesito, voy a llamarte.
Eclipse asintió rendido y con una reverencia final se despidió del lugar hasta salir donde dejó salir toda su frustración finalmente en fuertes gruñidos y miradas furtivas a su hermano pronunciando incoherencias en alto. Respiraba hondo para calmarse y seguir manteniendo la compostura para seguir su camino debido a que las Black Arms que escoltaban la puerta lo estaban observando.
"Esa maldita mujer."
Estresado, Shadow seguía en ese trono con los ojos cerrados, pero con igual de preocupado que antes, todo se iba pensando en la Princesa Sonia y como efectivamente, él mismo había notado las dinámicas que se alteraron en su palacio. Él, que era el gran Rey, un gobernante poderoso, había caído ante la tentación de la Princesa Sonia.
¿Qué le había hecho para que le hiciera cuestionar seriamente sus primeras intenciones? Ahora que solo pasaba tiempo con la mujer, con ella, solo con ella. Ansiaba como nunca tenerla cerca de nuevo, pero no era propio de un Rey actuar de esa forma, como si estuviera a los pies de la Princesa.
De repente, abrió los ojos y con una voz firme llamó a una de las Black Arms que escoltaban la puerta dando así una orden.
Sonic permanecía en la celda aún en compañía de las alíen y apoyándose junto a su amiga estaba en la pared con la mirada perdida en la galaxia y los miles de puntos que eran las llamadas estrellas, las cuales en su planeta eran las encargadas de adornar el cielo por las noches.
—Princesa Sonia. —llamó de repente Venus al ver una Black Arms desde afuera.
Logró sacarlo de sus pensamientos y se aproximó a la puerta cerrada junto a su amiga. El ser emitió los sonidos singulares que el erizo no logró descifrar, pero su amiga sí.
—El Rey desea verla. —comunicó Venus.
Sintió como los latidos de su pecho incrementaron de tal forma que podía jurar haberse puesto rojo al instante.
—Debe ir con él. —pronunció la alíen.
—Lo sé, pero no sé por qué solicita mi presencia. No nos hemos visto en un par de días después... de lo que ya sabes.
—Lo sabrá cuando lo vea.
Sonic afirmó y entonces salió de la celda con naturalidad para él y le siguió el paso al ser de ese planeta todo el recorrido por el castillo hasta llegar al salón principal. En el trayecto junto sus manos con ansiedad buscando calmarse, pero ni él entendía del todo por qué reaccionaba de esa manera, no era propio en él.
Las puertas se abrieron para su entrada y notó como Shadow estaba de espaldas, pero de pie, con aquella postura que usaba un magnate de su clase, las muñecas cruzadas hacían atrás, firme y con la cabeza en alto. Al adentrarse en el salón logró que él se diera la vuelta para verlo.
—Shadow... —salió de su boca al instante. —¡Diré!, Su majestad.
—Princesa Sonia. —contestó acercándose con insistencia para tenerla enfrente suyo.
—Ha deseado verme... ¿Por qué razón? —preguntó, aunque en realidad el motivo no tenía importancia, le bastaba solo con el llamado.
—Quería... quería saber cómo se encontraba, anteriormente no he podido verla por mis ocupaciones.
Sonic sonrió bajando la cabeza y sintió como Shadow no paraba de mirarlo a lo que al alzar la cabeza el gobernante fingió aclarar la voz.
—He estado bien, permanecí con las mujeres del palacio en sus celdas y, su compañía ha sido muy grata.
El azabache asintió.
—¿Y usted majestad?
—He podido estar mejor, pero sigo cargando con muchos problemas ahora, incluido Eclipse.
Sonic frunció el ceño.
—¿Ha peleado con su hermano?
Podía entenderlo, Eclipse no le agradaba en lo absoluto y que el propio Shadow tuviera disputas con él, no le ayudaba en tratar de aceptarlo.
—Una pequeña molestia que tengo, pero no es extraño viniendo de él.
Shadow fue a sentarse a su trono rendido mientras Sonic se apoyaba en la piedra que estaba diseñada para apoyar los brazos.
—Puedo ayudarlo si desea, puede contarme lo que le pasó y entonces hallar una solución. Dar consejos es un buen don mío. —sonrió.
La voz de Sonic logró tranquilizar a Shadow, aun si el erizo azul ya se había acostumbrado a fingir aquel tono delicado, lo que le decía era cierto. Sus hermanos solían recurrir a él cuando se encontraban enfrentando problemas, por muy extraño que pareciera viniendo de un hombre tan despreocupado como él.
—Eclipse siempre ha sido muy extraño, a veces pensaba que no existía ser que le agrade, nuestro padre le reprochaba seguido su actuar, aun si nunca se atrevió a contestar, podía adivinar que puede que desarrolle alguna especie de rechazo a la familia.
Sonic se sentó en el costado del trono mientras observaba a Shadow dándose la vuelta y como él estaba con la mirada pérdida al frente.
—Cuando me volví Rey, creí que podría tener una mejor relación con él, se volvió mi mano derecha después de todo, y a pesar de que nunca hemos sido seres que demuestren afecto, es mi hermano. Por eso mismo, que él comience a rechazar mis nuevos comportamientos me genera malestar.
—¿A qué se refiere?
—Los métodos de eclosión de mi raza han comenzado a resultar un tanto... preocupantes. Y sobre todo, desaprueba nuestro matrimonio.
—Él me trajo para usted, no lo comprendo.
Aunque lo que más le sorprendía era el hecho qué el propio Rey había comenzado a cuestionarse lo que llevaban realizando por siglos enteros.
—Eclipse se preocupa por nuestra descendencia, más que yo, y por eso mismo es que llegaste Princesa, pero mucho ha cambiado y el hecho de tener un heredero nunca fue mi prioridad, pero por mi raza estaba dispuesto a hacerlo.
—¿Y qué piensa ahora? —se animó a preguntar con un tono cauteloso.
Shadow volteó a verlo y colocó su mano encima de la del erizo azul.
—Cuando se sienta preparada, Princesa.
Sonic estaba atónito, antes hubiera creído que diría algo completamente distinto, incluso seguía pareciendo como un sueño el hecho qué Shadow haya cambiado de opinión con respecto a cómo debía ser su relación.
Rápidamente buscó contestar, aunque el semblante molesto y estresado que irradiaba Shadow le hizo quedarse con las palabras en la boca y mejor buscar otra solución, una que sea más factible para el momento.
—¿No quiere mejor despejar su mente, Majestad?
El azabache lo observó confundido y pronto Sonic sonrió colocándose de pie con rapidez captando la atención del Rey.
—En mi Reino, hay un evento donde todos los nobles participan en bailes dentro del castillo después de un banquete, y suelen alegrarse esa noche y liberar sus pesares.
—¿Insinúas que eso podría ayudarme? Aquí no hay dichos "bailes".
—Yo puedo enseñarle su majestad.
Lo cierto era que, en aquellos eventos, Sonic solo había bailado con nobles mujeres de otros reinos, y tanto como debía enseñarle a Shadow, él debía recordar cómo era que las mujeres bailaban.
En el rostro de Shadow se veía aún extrañado, pero se logró ver como asintió aceptando la petición del erizo azul quien se emocionó, aunque logró disimularlo.
—De acuerdo.
Shadow se colocó enfrente suyo con la misma posición firme con la que lo encontró al ingresar al salón.
—¿Qué debo realizar?
Sonic le sonrió soltando una leve risa.
—Solo debes seguirme, copiar todo lo que haga hasta que usted mismo se dará cuenta de que es sencillo de realizar Majestad.
El sonido de los pasos de Sonic logra integrar a Shadow. El eco de pasos resuena sobre el suelo de piedra, la mirada atenta del alíen logra que Sonic sintiera nervios, pero al mismo tiempo le enseñaba sonrisas ante cualquier paso que los nobles solían realizar.
—Comienzas con delicadeza, y después de un tiempo adquieres el ritmo más fuerte.
—Mi especie no baila. Nosotros... registramos el movimiento, lo analizamos.
—No lo analices, tampoco lo pienses mucho. Toma mi mano y tal vez, sientas lo mismo que yo.
Sonic le extiende la mano. Shadow lo observa, luego la toma con solemnidad. Sonic guía el primer paso, un avance elegante. Shadow tropieza levemente, sus piernas articuladas con torpeza. Pero el erizo no lo suelta.
—No bailas con los pies. Bailas con tu voluntad y tu sentir.
Shadow asiente, sus ojos brillan, y esta vez, responde con un movimiento más fluido. Paso a paso, entran en sincronía. La danza medieval, solemne y medida, toma una nueva forma. Incluso Sonic, le había enseñado cómo realizar los giros y las reverencias. Gestos de su planeta natal, una fusión de respeto y entrega.
La parte más difícil para ambos fue cuando Sonic se acercó y colocó los brazos de Shadow alrededor suyo, para que lo tome de la cintura y junten ambos sus manos.
—Cuando las parejas se han formado, suelen compartir dúos juntos. —le dijo con el rostro notablemente aún muy nervioso.
El propio Shadow se encontraba a la expectativa y comenzaba a sentir esa clase de emociones que le habían estado cambiando el humor con frecuencia últimamente, cuando sus emociones están sin control y solo piensa en la Princesa, y ahora que volvían a estar juntos...
El silencio inunda el salón.
Y solo un sonido húmedo es el que se escucha, los dos vuelven a mirarse como si se volvieran a extrañar, como si aquel beso nuevo no hubiera sido suficiente, entre su complicidad se acercaron y una sonrisa se coló en el rostro del azabache.
Un momento perfecto, buscado ser arruinado por otra presencia.
Eclipse había regresado al salón y cuando observó a ambas siluetas compartir aquellos movimientos juntos de pie balanceándose en un baile lento, no pudo ocultar su desagrado.
Sonic nota a Eclipse observándolos desde la entrada con desdén, su rostro sorprendido, pero rápidamente captando un fuerte rechazo no se hizo esperar, y fue cuando el erizo imitó el gesto mientras seguía en compañía de Shadow apoyándose en su hombro.
Entonces Eclipse se marcha enfadado y Sonic puede volver a observar a Shadow con una sonrisa sincera en medio del relajado baile.
El ente menor se ocultó detrás de la pared de la entrada y seguía atónito por la escena que sus ojos presenciaron, entonces todo cobró sentido; el comportamiento de su hermano, su temperamento en contra suya, había perdido el control en Shadow y eso lo estaba preocupando, su crisis incrementó de tal forma que pensar en cómo la eriza lo había observado lo llenó de ira otra vez.
Por fuera de todo, Shadow seguía igual de feliz, sereno y con nueva compañía. Y él estaba solo, como siempre.
Dentro del salón, los dos se detuvieron y ahora descansaban juntos, con Shadow sentado de nuevo en su trono mientras tenía al erizo a su lado sentado a su lado en el mismo sitio donde estaba.
—No había creído que algo tan sencillo podría ser muy grato de realizar. —comentó Shadow observando al azul.
—¿Se siente mucho mejor?
—Me llegué a sentir muy cómodo y relajado. Fue acertada tu petición.
Sonic sonrió y pronto en su rostro sintió la mano cálida del azabache acariciarle bajo el mentón logrando cerrar los ojos disfrutando del agarre.
Hoy, dos mundos han hablado… sin palabras.
"Sí permite hacer cambios en favor de nosotras, entonces no está mal."
—Majestad. —pronunció con tono más débil abriendo los ojos y bajando la mano del mayor. —Tal vez... vaya a realizar una petición un poco incoherente para usted, pero quisiera que las mujeres alíen-
—No puedo permitir que salgan en libertad.
Sonic se calló de inmediato al ver el rostro del mayor cuando le quitó la mano de repente, igual se animó a hablar.
—Entonces que tengan un mejor trato, un mejor sitio para estar. No me parece ni me parecerá justo que permanezcan en esas celdas, si son importantes para usted y su raza deberían vivir en otra parte del palacio.
Shadow lo escuchó atento, pero en su rostro podía notarse la duda y casi el rechazo de lo que decía Sonic, tanto que el erizo estaba seguro de que la negación estaba cerca.
—Lo podría considerar.
Entonces el rostro de Sonic se alzó en sorpresa observando como Shadow lo miraba con tranquilidad y una sonrisa se apoderó de su rostro al instante.
—¿Me permitirá ayudarlo? —preguntó Sonic emocionado.
—¿Qué es lo que deseas Princesa?
—Llevarlas a una gran habitación, un sitio solo para ellas, donde podrán descansar a gusto, disponer de comida y permitirles ver otro ambiente de este castillo.
—Sonia-
—Sus Black Arms pueden vigilarlas, sé que piensa en eso, pero quiero verlas fuera de esas celdas, es un lugar... horrible.
"Al menos hasta poder liberarlas."
—Shadow, por favor.
Sonic se aproximó cerca de él para observar sus ojos y entonces con su mirada tratar de comunicar los mismos deseos que él tenía a Shadow, este lo miraba aún no convencido, pero con los ojos de su esposa puestos encima de él de tal forma que lo estaban hipnotizando, finalmente asintió.
—De acuerdo Princesa, puedes hacerte cargo de ellas.
Sonic sonrió con emoción y se aproximó para brindarle un abrazo efusivo al alíen cayendo encima de sus piernas donde el gobernante lo sujetó también con fuerza.
—Gracias Shadow. —pronunció en medio del abrazo para luego ambos compartir una caricia juntando sus narices.
Sus manos detenían el pomo de las puertas de la habitación. Sonic sonreía con emoción al escuchar algunos sonidos del interior, ya no podía esperar, debía ver con sus propios ojos lo que le pidió al Rey. Sin más preámbulo abrió las puertas y grande fue su sorpresa al ver aquella enorme habitación con todas las chicas retenidas.
—Princesa Sonia —la voz de Venus se escucha a su costado mientras voltea a verla—. La habitación se preparó según sus instrucciones.
Sonic volvió la vista al frente y vio a todas las chicas que la miraban con esperanza y admiración.
Había una fuente que simulaba un pequeño río en el centro cubierto con varias flores, las divisiones de las habitaciones de cada una de ellas y mesas en dónde había varios platillos. El lugar era tan limpio y sereno, no como las celdas feas y poco cómodas, Sonic caminó al frente de ellas y no pudo evitar sentirse tranquilo.
—Ellas están muy agradecidas y confían plenamente en que nuestra reina hará cambiar de opinión al Rey... reescribirá la historia tal y como lo prometió.
Sonic asiente.
—Por favor, disfrútenlo —les pide— muy pronto cada una volverá a su planeta.
Venus emula varios sonidos y frases a lo que Sonic asume que se está comunicando en el lenguaje de cada una de ellas. Las chicas asienten y hacen una reverencia.
—Su majestad consorte me temo que debemos irnos —su amiga le pide.
Sonic la mira sin comprender y con confusión.
—Recuerda que el Rey dijo que por la tarde lo acompañaría a otro lugar.
—¡Es verdad! Con todos los preparativos de las chicas casi se me olvida...
—Entonces debemos ir a preparar su equipaje.
Sonic asiente, sujetando de la mano a Venus caminan en dirección a su habitación.
—Permítame elegir su ropa Princesa, si gusta descanse mientras busco las mejores piezas.
Sonic no menciona nada más y deja en manos de su amiga la elección. Al quedarse solo en ese lugar busca con la mirada sus figuras de cristal, se acerca con cautela mientras observa otros objetos que se han unido, en especial un libro.
Lo toma para luego dirigirse a la cama y sentarse, lo abre y ve sus apuntes. En el tiempo que no pasaba al lado del Rey, empezó a investigar un poco más sobre los Black Arms e hizo una serie de anotaciones. Se enfocó principalmente en su reproducción, lo cual era un total acertijo, ya que no encontraba otro ambiente que cumpliera con las condiciones adecuadas para la eclosión de los huevos. Buscó cualquier información que fuera útil, pero no encontró ninguna salida.
Volvió la vista a las figuras de cristal y pensó que no podía darse por vencido.
Si encontraba la manera de que la raza de Shadow ya no usara a las chicas, podría ser la salvación para las futuras generaciones. Pronto se puso de pie, aún tenía tiempo antes de ir con el Rey así que decidió ir a la habitación en dónde guardaban toda la información.
Dejó su habitación y caminó por los pasillos mientras sostenía el libro entre sus brazos. Al llegar los guardias le abrieron sin demora y pudo ingresar.
Conocía poco de esa extraña magia que usaban, Shadow la llamaba tecnología, pero para él no era más que magia. Se dirigió a la gran pantalla y con su mano se deslizó por los archivos, abrió aquel libro y comenzó a escribir.
Shadow le proporcionó información con imágenes, ya que Sonic no podía leer su lengua y aunque para él fue más fácil, a Sonic le resultó sumamente difícil deducir la información con esas imágenes. Aun así, no sé rindió y siguió en busca de una solución. Sonic fácilmente podía pasar horas metido en ese lugar y no era hasta que Shadow lo buscaba para pedirle que descansará.
Siguió anotando lo poco que comprendía y pasando imagen tras imagen hasta que un sonido lo hizo volver la vista por detrás y su mirada se afiló. Cerró su cuaderno y salió de la base de datos que estaba estudiando.
Eclipse estaba ante él y su rostro demostró mucho más de lo que intentaba ocultar.
—Princesa Sonia —masculla casi mordiéndose los labios por la rabia de verla allí.
Sonic no le quitó la vista y abrazó su libro.
—Es increíble que alguien como TÚ tenga acceso a información tan valiosa —escupe con claro recelo y frustración.
—Vuestro Rey me ha permitido buscar una solución a la problemática que existe.
El alíen roda los ojos.
—Creo que Shadow te ha dado muchas libertades... es claro que no hay otra solución más que solo traer mujeres.
Sonic refuta.
—No siempre será así...
—¿Eso piensas Princesa? ¿Crees que un ser con tu intelecto va a encontrar una solución alternativa? —le pregunta con burla— por favor, es claro que solo eres útil por tu capacidad de darle descendencia al Rey... aunque Shadow no lo vea así.
Sonic gruñe.
—El simple hecho de ser mujer y poder procrear no me hace menos que su raza... al contrario conozco colegas que son mejores que un hombre.
Eclipse se ríe.
—No son más que simples máquinas reproductoras —se acerca hasta quedar frente a Sonic— aunque...
Sonic siente como la mano del alíen sujeta su mentón y lo aprieta ligeramente.
—Creo que empiezo a entender la fascinación que mi hermano tiene hacia ti... —su voz se ve cargada de un tono lleno de envidia y deseo que provoca en Sonic un escalofrío, ya que Eclipse se acerca a su orejita y le susurra—. Quizás debí presentarle a otra chica y dejarte para mí... puede que mi suerte cambie muy pronto.
La suelta sin cuidado y la mira de pies a cabeza.
—Te veré después, Princesa Sonia —entre risas siniestras se aleja de ese lugar.
Sonic por primera vez se sintió indefenso ante los comentarios de Eclipse haciendo que el rencor creciera dentro suyo.
Venus bajaba las pertenencias de la Princesa mientras veía como los guardias las llevaban al interior de la cueva.
—¿Princesa Sonia se encuentra bien?
Sonic quien veía el inmenso desierto volvió en sí cuando escuchó la voz de su amiga.
—Perdón Venus, solo estoy muy preocupada por las chicas...
—Tranquila, las chicas están bien no debe preocuparse.
Sonic la mira con tristeza.
—Y si no hay una solución para su situación, quedaré como una mentirosa Venus...
La alíen la observa con ternura.
—La encontrará, estoy segura. Ahora por favor, olvídese de los problemas y disfrute este momento con el Rey. Su majestad lo ha preparado desde hace unas semanas y si la nota triste puede que se sienta mal.
Sonic asiente y abraza a la chica.
—Te veré después Venus... cuida de todas en mi ausencia.
—Cómo ordene mi Princesa.
Venus sube a la nave y los Black Arms también, despegan y dejan solo a Sonic en la entrada. El azul no puede evitarlo, pero ese encuentro con Eclipse despertó algo en su interior, una especie de presentimiento o mal augurio. Despejando su mente, se volvió a la entrada, debía parecer normal, ya que Shadow lo esperaba. Comenzó a caminar en dirección a la "cabaña de campo".
Sus ojos se enfocaron en las paredes de la cueva, era curioso, pero no recordaba que fueran brillantes, al acercarse más a la cabaña también se dio cuenta de que había más flores de las que recordaba. Corrió un poco más rápido hasta que llegó a la entrada de la cabaña, allí se detuvo.
Sus ojos se enfocaron en el horizonte, aquel lugar se veía tan lleno de vida y un aroma muy familiar lo hizo preguntarse qué era lo que Shadow había preparado. Siguiendo un camino al costado de la cabaña se dio cuenta de que algo raro se encontraba allí.
Varios arbustos con flores adornaban su camino hasta una nueva fase, como si fuera una isla lo guiaban hasta ese apartado en dónde descansaba un árbol de cerezos. Sonic se mostró lleno de asombro, aquel árbol era muy parecido a los de su mundo. Se acerca y cuando lo toca, lo descubre.
Sabe que es de su mundo.
—Princesa Sonia —Shadow aparece detrás del árbol, no portaba su corona y ni esa capa de Rey, estaba vestido de una "manera normal", quizás más como un terrícola.
—Rey Shadow... ¿Qué significa esto? —le pregunta sin salir de su impresión—. Este árbol se parece mucho...
Shadow sonríe, con cuidado se acerca para tomar sus manos.
—Es de tu mundo, encontré una manera de traerlo y hacer que perduré lo suficiente para que lo observes.
Sonic se sonroja.
—Las flores...
—Todo es de tu mundo... quizás después de todo este lugar sea compatible con ellos y pensé que te gustaría tener una parte de tu mundo aquí.
Sonic no puede creerlo, Shadow había preparado ese lugar para él.
—Es fantástico... debe disculparme, ya que no tengo palabras para describir lo que siento en este momento.
Shadow lo atrae a su pecho para abrazarlo.
—Quizás el verte de este modo es suficiente para saber que te ha gustado.
Algunas flores de tonalidades rosadas se desprenden mientras caen sobre el agua de ese lugar y un suave viento las empuja. Shadow no suelta a su querida Princesa y hasta sonríe cuando la chica lo rodea con sus brazos.
—Princesa Sonia... —susurra cerrando los ojos.
¡Oh el gran Rey Shadow estaba siendo vulnerable ante una mujer!
Si tan solo su padre lo viera... Pero a él no le importaba en lo absoluto.
Shadow había sido el tipo de príncipe que obtenía todo lo que quería. Era el hijo favorito del Rey porque siempre demostró determinación y lealtad a su padre. Era el heredero definitivo para la gran raza de los Black Arms.
Su madre fue una terrícola y quizás, solo gracias a ese detalle se podía dar el lujo de sentir aquellos sentimientos humanos.
Desde joven demostró que, aunque no era parecido a su hermano, era mejor, más cruel, más despiadado y, sobre todo, mucho más inteligente para conquistar planetas.
Obtuvo riqueza y poder de una manera impresionante, lo que convenció a su padre de que él sería el próximo Rey al momento de su muerte, la cual llegó muy pronto.
Shadow ascendió como Rey y aunque era un guerrero perfecto pronto se dio cuenta de que reinar era muy diferente de conquistar. Entiendo que ser un guerrero no era igual que ser un Rey.
Su planeta se vio envuelto en una crisis que los hizo abandonarlo, su raza poco a poco iba disminuyendo hasta llegar peligrosamente a la extinción. De no ser por los estudios de su padre, jamás hubiera encontrado el modo de salvarlos, aunque eso implicará sacrificios inesperados.
Logró restablecer a su raza y encontró un lugar en donde podía subsistir.
Eclipse era su hermano y mano derecha, el que siempre lo apoyó pese a su actitud. Nunca lo dejó de lado, peleó a muerte con él para obtener la salvación y era lo más importante, aunque sus acciones demostrarán lo contrario.
En su interior era obvio que amaba a su hermano y se preocupaba por él aunque a veces era un ser necio. En especial con el tema de los herederos.
Shadow peleaba con él debido a que Eclipse siempre escogía alguna chica y la mandaba a sus aposentos. El Rey sin medirse las enviaba de regreso a las celdas.
Shadow no tenía ningún interés en estar con una mujer, su mente era solo para las guerras y las conquistas. Pensó que quizás no existía alguien con la suficiente capacidad de atraer su atención.
Esa situación siguió por mucho tiempo hasta que llegó la Princesa.
El Rey quedó intrigado en la primera noche, esa chica era tan difícil de dominar.
Más inquieta que una tormenta galáctica, más escandalosa que las lluvias de diamantes de los planetas y más indomable que el mismo agujero negro que alguna vez conoció.
Ella era tan inquebrantable y tenaz, incapaz de dejarse manipular por él.
Era un reto que Shadow tenía que superar de cualquier forma.
Y esa forma era distinta a la que creyó.
Entre sus brazos estaba esa misma Princesa, su espíritu era dócil y armonioso.
Shadow nunca creyó que su juego se volviera en contra y menos que una mujer lo haría evaluar sus decisiones de tal manera que lo había hecho cambiar.
Creyó que estaba ganando, pero jamás pensó que se ganaría el corazón de ella y ella de él.
Él era un ser cruel y frío, pero la terrícola había sacado algo que en el fondo que, era una especie de dulzura que le hizo querer tenerla a su lado para siempre y que ella fuera feliz en su mundo.
La Princesa era un regalo claramente, pero jamás pensó que ese regalo sería el causante de que pensara en las flores favoritas y en cómo hacerla sonreír cuando la notaba preocupada.
Era una criatura excepcional, tan pura, tan viva, tan... ella.
Su reina era la respuesta que por años buscaba, era la conquista en la que mejor pudo jugar sus cartas y era el refugio que añoraba desde pequeño. Con sus manos sujetó el rostro de su esposa y juntó sus frentes.
En ese momento supo lo que debía decir.
"No puedo estar más agradecido por tenerte entre mis brazos. Eres el ser más perfecto que ha existido. Eres la esperanza de un futuro mejor. Eres la luz del día y el calor de la noche. Eres la estrella más brillante y la más bonita que se ha conocido jamás. Eres el amor hecho en persona y la lealtad es tu manto. Eres mi reina, mi esposa y mi amor... no podría pedirle más al universo que estar el resto de mis días contigo. No quiero nada más que esto, verte sonreír en mis brazos y poder decirte estás palabras que nacen desde lo más profundo de mi ser... me has demostrado que hay otra manera de actuar y quiero seguir haciéndolo desde el amor que irradias y me das a mí.
Princesa Sonia, estoy profundamente enamorado de ti, mi alma es tuya y te seguirá hasta los confines del universo solo para descansar en tu pecho y saber que estoy en los brazos correctos".
Sonic quedó en silencio, sus ojos brillaban como estrellas en la noche. Aquellas palabras fueran claras, sinceras y bonitas.
Sus ojos se enfocaron en los de Shadow y sintió que su amor era correcto. No había ley alguna que los separará, era simplemente amor.
Amor libre y real.
Acercó sus labios hasta los del Rey y lo besó sintiéndose plenamente convencido de que no era un pecado, era solo amor. Cuando se separan una sonrisa ilumina sus rostros y sus narices se rozan.
—Eres mi reina —le repite Shadow.
—Eres mi Rey... —Sonic al fin puede ceder y llamarlo de ese modo.
Ambos se alejan sin soltarse de las manos. Sonic siente que Shadow coloca sus manos sobre sus sienes y junta sus frentes. Un calor agradable emana de la piel del Rey y se transfiere a él.
—Nuestra conexión va más allá de lo físico, nuestra raza comparte algo único y especial. Puedo escuchar a todos los Black Arms, sus deseos y miedos... con un pensamiento puedo atraerlos... tenemos una mente colmena —sus ojos se fijan en los de su reina—. Y ahora eres parte de ella.
Sonic lo escuchaba atentamente, luego observa como el Rey se retira, sujeta sus manos y besa sus nudillos.
—Lo que hice te permite escucharme y sentir mis emociones, sin importar la distancia... puedes hablar conmigo sin mover tus labios...
—Shadow... —Sonic se sintió abrumado cuando sintió todo aquello que Shadow no expresaba con tanta libertad, abrió sus ojos con impresión cuando muchas más palabras de ternura llenaron su mente, sus ojos se llenan de lágrimas y lo abraza—. Gracias...
Ambos se sonríen mientras el viento continúa soplando sobre ellos dejando el panorama de una pareja finalmente.
PlumaEterna on Chapter 5 Thu 11 Sep 2025 04:18PM UTC
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Lizzie_Neko_Hearts on Chapter 5 Sun 14 Sep 2025 11:24PM UTC
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MilayaShokolad on Chapter 6 Wed 17 Sep 2025 07:32PM UTC
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