Chapter 1: Prólogo
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La noche había bajado la temperatura, el aire fresco era un alivio para cualquier aldeano luego de haber trabajado bajo el sol de verano durante el día, Konoha disfrutaba de un tiempo de paz como nunca antes, parecían días muy lejanos aquellos que fueron llenos de guerra, sobre todo cuando los niños podían salir a las calles a jugar con tranquilidad en vez de pasar por largas horas de entrenamientos y misiones nocturnas.
Definitivamente el mundo había conseguido el descanso que necesitaba luego de tanto dolor y pérdida y eso se reflejaba en el rostro de todos, había más sonrisas, más alegría en el aire y aunque muchos aún cargaban con fantasmas del pasado, no eran lo suficientemente grandes como para robarles la calma.
O por lo menos así era para la mayoría, porque todos habían sufrido a causa de la guerra, pero había quienes habían perdido aún mucho antes de aquello, había aún personas que parecían haber nacido bajo algún tipo de estrella destinada al dolor. Sasuke Uchiha era tristemente la mejor prueba de aquello.
Si lo pensaba detenidamente, toda su vida parecía una burla, una cruel ironía que iba en aumento con el paso de los años, había una venganza de la cual no estaba seguro haber conseguido algo, había asesinado a Itachi solo para descubrir que su hermano había sido el villano de una historia mal contada y entonces, cambió de objetivo, quería castigar a aquellos que habían orillado a su hermano a tomar decisiones tan radicales cuando en realidad quien sentía que era merecedor del mayor de los castigos era él mismo.
La burla no terminaba ahí, porque en el proceso había hecho tantas cosas de las cuales sentía tanta vergüenza, tantos crímenes y errores pero, tal vez, lo más grave fue haber despreciado el amor de las personas que iban tras de él, el cariño de Sakura, la preocupación de Kakashi y sobre todo el amor de Naruto.
Le había costado mucho entenderlo y un poco más aceptar, que por muy asfixiante que fuera el decirlo en voz alta, le correspondía.
Lo amaba de una manera que no era fácil entender ni aceptar, porque se suponía que el amor no debía ser así, no debía de ser doloroso ni agotador pero esas dos palabras eran justo lo que describía a la perfección los años de constante anhelo y persecución que ellos habían protagonizado.
Y al final ahí estaban, sabiendo que el uno no podía existir sin el otro.
Pero de nuevo, la ironía le escupía en la cara y se reía de él porque a pesar de tantas cosas vividas, nunca se había sentido tan desolado, humillado y herido como ahora y de nuevo, el único culpable era él mismo.
Había rechazado su propia naturaleza desde que tuvo uso de razón, había nacido con un orgullo alto, un carácter obstinado y siendo un niño no estaba dispuesto a doblegarse ante ninguna ley o tradición, aún cuando había nacido en una de las familias más tradicionales de Konoha siendo un omega, el único omega masculino en muchos años.
Y ahora, siendo adulto, todo aquello que había rechazado, aquello que había perdido, era lo mismo que más añoraba, aquello que le hacía falta a ambos, lo único de lo que ya no era capaz.
Chapter 2: Libertad
Notes:
Disfruta la lectura! Estaré subiendo los capítulos pronto para ponerme al día con los que ya están arriba en la plataforma naranja. :)
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La libertad se sentía... abrumadora.
La había deseado, aún sabiendo lo que conllevaba y ahora que la tenía era difícil saber que hacer con ella. Habían sido dos años, le habían parecido de hecho pocos considerando la gravedad de sus crímenes, pero ante la intervención de personas que ahora eran consideradas héroes de la aldea, dos años en prisión habían sido su sentencia.
Por supuesto que después de esos dos años venían las citas semanales con los consejeros de libertad, los informes al Hokage, las inspecciones sorpresa a su hogar y la lista larga de misiones a las cuales no podía negarse, eran su forma de retribuir a la aldea el daño que había causado, pero aún con todo eso a Sasuke le parecía extraña la sensación de salir de su celda, de ver la luz de sol y sentirla sobre su piel.
-¿Dos años encerrado te frieron el cerebro?
La irritante voz de Naruto le hizo al fin apartar la mirada de su propia mano, la había estirado para sentir el sol y la había observado un largo tiempo sin darse cuenta, dirigió entonces su mirada al dueño de la voz ronca y molesta pero antes de poder contestar cualquier cosa sintió su garganta secarse.
Naruto le estaba sonriendo, esa sonrisa grande que parecía calentar aún más que el sol que había estado sintiendo segundos atrás sobre la palma de su mano.
-Eres libre Sasuke, al fin saliste, deberías verte más feliz, podemos ir a celebrarlo yendo a comer a...
-Quiero ir a casa
Le cortó la frase, no quería arruinarle la felicidad de la celebración pero luego de dos años de encierro al fin reconoció que había algo que deseaba, un baño caliente y luego tal vez solo escucharlo hablar a él mientras compartían un almuerzo casero.
-Aunque supongo que no tengo una
Completó la frase ante el silencio de su acompañante, sin embargo éste volvió a sonreir.
-Que tonto, claro que la tienes, estuve dos años preparando esto.
No pudo evitar sonreir, casi de manera imperceptible, como solo a él le quedaba pero definitivamente feliz de lo que escuchaba.
El camino a casa de Naruto fue tranquilo, habían caminado por calles poco concurridas, no era tonto, sabía el porque habían tomado ese camino, podía que Naruto y personas cercanas como Sakura y Kakashi le hubieran perdonado pero el resto de Konoha tenía muchos motivos para guardarle rencor, evitar el contacto con otros aldeanos era la forma de Naruto de protegerlo. No es como que Sasuke no estuviera preparado para escuchar reclamos o insultos, sabía que los merecía, pero aún así agradecía el gesto, en ese momento solo quería estar con él.
Al llegar a casa, Sasuke sintió un deja vú, nunca había estado en ese departamento y sin embargo se le hacía familiar, Naruto había hablado tanto de ese espacio cuando iba a visitarlo a prisión que prácticamente sentía que llevaba tiempo viviendo ahí.
-¿Y bien, qué te parece?
Sasuke miró alrededor, pero lejos de impresionarse por los muebles o las alfombras, su vista se quedó pegada a una vieja fotografía que conocía bien, la imagen del antiguo equipo 7 enmarcada en la pared le hizo sonreir de nueva cuenta.
-Aceptable, honestamente creí que habría botes vacíos de ramen sobre la mesa
-Es que limpié ayer para ti
-Me conmueves
El sarcasmo en sus palabras salía de forma natural, tanto que cualquiera podría pensar que Sasuke realmente estaba completamente desinteresado en la atención de Naruto, pero no él, en su lugar, el futuro Hokage comenzó a reir como si hubiera estado conteniendo la risa desde hacía rato, en respuesta Sasuke sonrió de una forma más amplia, una manera que solo se permitía con pocas personas.
-Ven te enseño donde está el baño
El agua tibia sobre su piel fue un alivio, poder lavar su cabello de una forma apropiada le dio una sensación de libertad mucho más grande que el haber perdido las esposas con las que era trasladado dentro de la prisión y ante el regocijo del momento, sin percatarse y después de mucho tiempo, su aroma natural fue expuesto, el baño se inundó de una fragancia a té verde.
A Sasuke a veces le parecía ajeno su propio aroma. Después de tantos años suprimiendo cualquier rastro que lo delatara como un omega le hacía olvidar a él mismo que lo era.
Nunca había estado contento con la revelación de su segundo género, únicamente le había traído problemas, le había hecho ser subestimado y al mismo tiempo le había hecho esforzarse el doble a comparación de cualquier otro.
Cuando era un niño y estudiaba en la academia todos elogiaban sus increíbles habilidades, como si hubiese nacido sabiendo pelear y lanzar kunais, la realidad era que mientras que todos los demás niños descansaban después de clases, él continuaba entrenando hasta que su cuerpo colapsara, no podía permitirse fallar, no podía permitirse debilidad, no dejaría que el ser un omega dictara su destino, costara lo que costara.
El pensamiento le hizo llevar una mano a su abdomen y bajarla lentamente pero antes de que la punta de sus dedos tocara el recuerdo de su sacrificio se detuvo, no había necesidad de recordar.
Cuando salió del baño escuchó una voz femenina venir de la sala del departamento, no había necesidad de preguntar quien era la visita, era obvio.
-¡Bienvenido, Sasuke!
La voz animada de Sakura le recibió apenas puso un pie en el área y pronto la tenía con los brazos rodeándole el torso, pensó en todas las veces que la había apartado, que la había humillado y lastimado y por un momento se sintió indigno de recibir el cariño que se le ofrecía, sin embargo, levantar la mirada fue lo único que hizo falta para que el pensamiento se disipara, sus ojos se habían topado con los azules de Naruto, le sonreía y le alentaba silenciosamente a aceptar aquel abrazo, entonces lo hizo, abrazó de regreso el cuerpo femenino que tenía pegado al suyo, fue un contacto torpe pero para ambos era suficiente, ambos sabían que era mucho más de lo que Sasuke había ofrecido en años.
Después de aquello, los tres compartieron un almuerzo en el departamento, quería decir que era como regresar a la época en que eran unos recién graduados, pero la verdad es que era mejor, en aquel entonces, por mucho que se esforzara por aparentar felicidad, por dentro seguía sintiendo un odio abrasador que envolvía su corazón, después de tantos años, después de tanto dolor y guerra, ahora al fin se sentía en paz.
-No puedes ser un ermitaño siempre y resguardarte aquí, por hoy lo dejaré pasar porque acabas de salir del encierro, pero a la siguiente tendrás que aceptar reunirte con todos, no aceptaré un no por respuesta.
Tanto Sasuke como Naruto creyeron en esa amenaza, sabían de sobra que su amiga tenía de sobra la fuerza como para cargar a cada uno de ellos bajo cada brazo y llevarlos a donde quisiera.
-Iré, lo prometo.
Sakura se marchó satisfecha al escucharlo y de nuevo ambos quedaron a solas en el lugar. Los términos sobre en qué punto estaban parados no eran claros, luego de haber combatido dos años atrás, luego de haber sido encerrado por dos años, habían hablado de ellos, habían confesado sus sentimientos y no habían puesto nombre a nada, era difícil formalizar una relación cuando una de las partes estaba encerrada en prisión.
No habían compartido besos, ni caricias, no se habían tomado de las manos, ni jurado amor de ninguna manera, ¿acaso era necesario siquiera?, luego de haber pasado por tanto, ¿era necesario todo aquello?
La respuesta estuvo clara cuando Naruto se le acercó invadiendo por completo su espacio personal, Naruto era un alfa, Sasuke era un omega, lo normal habría sido que su instinto le hiciera retroceder un paso ante la presencia de un alfa, pero Sasuke había perdido cualquier instinto de omega hacía mucho, se mantuvo firme, mirando directamente el azul de los ojos que tenía frente de él.
-Estás aqui.
No era un "te amo", pero para Sasuke significaba lo mismo, estar ahí era lo que Naruto siempre había querido de él, era lo que él había deseado por años y se había negado por perseguir sus ambiciones, pero ahora, estaba ahí, ambos lo estaban.
Fue Sasuke quien terminó por eliminar la distancia que los separaba, siempre había sido mejor con las acciones que con las palabras y aunque en ese momento sus actos también eran nuevos, quería intentarlo.
La necesidad de besar a un alfa, de tocarlo y ser tocado, una necesidad primitiva que él había enterrado en el sitio más profundo de su interior, estaba dispuesto a dejarla salir si era con él, con la persona que había dado todo por traerlo de regreso.
Aún con la inexperiencia presente, la tarde se les va en atenciones al cuerpo del otro, las formas y los aromas que habían conocido por batallas eran redescubiertas desde una nueva perspectiva, una más íntima y personal que había estado siempre destinada a ser compartida únicamente entre ellos.
Cuando la noche cae y la luna se muestra en su forma completa a lo alto en el cielo, ambos quedan rendidos sobre la cama, sus cuerpos desnudos descansando uno junto al otro en una armonía silenciosa. Al parecer las emociones del día traían a Sasuke más agotado de lo que había previsto y fue el primero en cerrar los ojos y dejar que el sueño se llevara su conciencia, Naruto se quedó entonces mirándole dormir, la forma en que su pecho subía y bajaba lentamente con su respiración, acomodó suavemente algunos mechones de cabello que le cubrían el rostro y luego bajó la mirada hasta encontrar algo que había robado su atención momentos atrás mientras cubría de besos aquella piel.
Naruto sabía de sobra que las marcas y cicatrices sobre el cuerpo de un ninja a veces eran imposibles de contar, su cuerpo propio era ejemplo de aquello, no era de extrañar que el cuerpo de Sasuke estuviese en las mismas condiciones, sin embargo, esa cicatriz era mucho más grande que cualquier otra, la tocó con la punta de sus dedos, estaba en su vientre, unos centímetros más abajo del ombligo, a primera instancia parecía haber sido hecha con un arma blanca, un kunai tal vez, era una línea gruesa horizontal y alrededor había ramificaciones que se expandían en todas direcciones, como si un rayo hubiese impactado en ese lugar.
Sasuke se removió ligeramente entre sueños y Naruto retiró la mano para luego cubrir el cuerpo de ambos con las sábanas, la vida había sido dura con ambos, se había burlado de ellos una y otra vez, los había puesto a prueba sin descanso, pero ahora, ahora estaban juntos para enfrentar cualquier cosa que intentara derrumbarlos.
Chapter 3: Anhelo
Notes:
Muchas gracias a todos los que están leyendo mi historia!
Espero que disfruten el capítulo!
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Si lo pensaba detenidamente, no había abandonado la prisión, por lo menos no del todo, únicamente había expandido el territorio que lo contenía, aunque honestamente, no estaba enojado por la revelación, solo hizo nota mental de la situación al estar parado frente al actual Hokage.
La mañana después de su liberación se sentía fuera de lugar, veinticuatro horas antes había despertado en su celda de siempre, ahora lo hacía en una cama de sábanas blancas con rayos de sol filtrándose por la ventana y posándose en su mejilla.
Se sentó en la cama y miró alrededor de la habitación, no había muchas cosas además de lo esencial, recordó que a diferencia suya, Naruto había nacido y crecido sin conocer una familia, debía de estar acostumbrado a la vida austera, no le molestaba, nunca había sido alguien de muchas pertenencias tampoco, o por lo menos lo había dejado de ser luego de la muerte de su clan.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido estridente que venía de la cocina y la inconfundible voz de Naruto quejándose de alguna tontería.
Al salir de la habitación lo encontró en medio de una batalla contra la sartén que expulsaba gotas de aceite hirviendo en todas direcciones.
-¡No te acerques! ¡Está fuera de control!
La mueca de disgusto en su rostro fue incontrolable, solo ese sujeto era capaz de armar un escenario como ese a esas horas de la mañana, vaya futuro Hokage.
Con movimientos lentos se acercó a la estufa y bajó la intensidad del fuego hasta que el aceite dejó de salpicar.
-No se porqué me sorprendo de que no puedas ni siquiera preparar un par de huevos fritos.
-¡Se como se hace, solo no se controlar el aceite!
Sasuke no admitiría nunca que a pesar de lo ridículo de la situación, estaba realmente feliz de tener un despertar como ese, en su lugar rodó los ojos y se dio la vuelta.
-Más te vale no quemarlos, me gustan en término medio.
No se quedó para escuchar cualquier queja en forma de gritos, en su lugar, se dirigió a tomar un baño y a cambiarse de ropa.
Una vez que ambos estuvieron en la mesa tuvo que admitir que a pesar de todo, la comida tenía un buen sabor, tal vez Naruto no era tan mal cocinero o simplemente era que estaba disfrutando de desayunar sentados en la misma mesa, lo que fuera, lo hacía feliz.
-¿Estás listo?, él te está esperando.
Honestamente, no. No se sentía listo para mirar de frente a Kakashi, no porque fuera el nuevo Hokage, sino porque era su antiguo maestro, quien le había enseñado el manejo del Chidori y a quien le había fallado como alumno, sin embargo sabía que el momento llegaría.
El camino hacia la torre del Hokage fue interesante, las personas más despistadas le sonreían al pasar caminando junto al gran héroe de la aldea, los que claramente reconocían su identidad murmuraban sin dejar de verlo pero sin atreverse a acercarse, era molesto pero también era una reacción a la que estaba acostumbrado, fingir que no se daba cuenta cuando todos hablaban a su espalda era algo que había hecho desde que era un niño, Naruto por su parte, estaba demasiado animado hablando de mil y un cosas que habían cambiado en Konoha y que quería enseñarle apenas hubiera la oportunidad.
El edificio del Hokage era muy parecido al anterior, muchas cosas habían cambiado considerando que la aldea había sido arrasada en un ataque terrorista por parte de un miembro de Akatsuki, no había estado ahí pero había escuchado que el daño había sido monumental y podía notarlo al ver apenas unos cuantos edificios antiguos aún en pie, prácticamente toda la aldea era nueva.
Lo que definitivamente no había cambiado era su gente, reconoció cada rostro al entrar al edificio y caminar por sus pasillos, o por lo menos casi todos.
-Yui, ¿te escapaste de Shikamaru de nuevo?
Había una niña de tal vez dos o tres años enfrente de Sasuke, lo miraba fijamente con sus grandes ojos negros, justo como cualquier niño miraría a alguien desconocido. Naruto se había agachado para igual la altura de la niña al hablarle, Sasuke por su parte analizaba detenidamente la forma de sus ojos y por supuesto, el color platino de su cabello. Sintió una punzada en su pecho, un sentimiento que nunca había experimentado y que no supo identificar en ese momento.
-Hija de Kakashi supongo.
Habló al fin, lo recordaba, Naruto le había contado en una de sus visitas a prisión, que su antiguo maestro y ahora Hokage se había casado con Iruka apenas unas semanas luego de la gran guerra, también recordaba cuando le dieron la noticia del nacimiento de la niña, pero verla ahí de frente le hacía darse cuenta del tiempo que había estado aislado.
-Por Dios, vas a hacer que me despidan un día de estos, ¿por qué todas las personas del sexo femenino con las que me relaciono son así de tercas?
La voz cansada de Shikamaru les llegó por detrás, se abrió camino entre ellos hasta llegar con la pequeña a quien tomó en sus brazos.
-Le quité la vista dos segundos y desapareció, realmente tiene talento para ser una ninja cuando crezca, vamos, el Hokage los espera y bienvenido de vuelta, Sasuke.
Shikamaru Nara trabajaba como algún tipo de asistente para el Hokage aunque todos sabían que él estaba ahí para aprender y tomar el lugar de consejero en el momento en que Naruto relevara al sexto.
-Naruto y Sasuke Uchiha están aquí.
Anunció apenas puso un pie dentro de la oficina del Hokage.
-Y Yui llegó a su límite de aburrimiento, la llevaré de regreso con Iruka, dile adiós a papá.
Sasuke miró a la niña mover una mano en señal de despedida y la forma en que Kakashi se acercó para darle un abrazo rápido antes de verla marchar en brazos de Shikamaru.
-Yo creí que había pagado mi cuota de niños inquietos luego de ustedes pero apenas Yui aprendió a caminar y se volvió imposible tenerla en un solo lugar.
Kakashi Hatake no parecía haber envejecido, o por lo menos lo que dejaba ver de su rostro, su voz sonaba igual que antes y continuaba moviéndose a su propio ritmo.
-¿Qué tal tu primera noche libre?
Sasuke esperó a verlo tomar asiento detrás de su escritorio antes de hablar.
-Estuvo bien.
Kakashi soltó un suspiro imperceptible ante la falta de palabras de su antiguo alumno, aunque claro, él siempre había sido así.
-Supongo que te explicaron los términos de tu liberación, si tienes alguna duda puedes...
-Una vez a la semana me reporto con el consejero, una vez al mes contigo, no tengo permitido salir de la aldea o acercarme al antiguo territorio Uchiha sin una escolta designada por el Hokage, se me asignarán misiones y recibiré un pago por ellas, los movimientos de dinero que realice serán monitoreados y recibiré inspecciones sorpresas en casa.
Si, definitivamente la prisión había expandido sus muros, cada movimiento que hiciera sería registrado y evaluado, ¿podía culparlos? Había abandonado la aldea, había cometido crímenes, había participado en actos terroristas, no, no podía culparlos.
-¿Tienes alguna queja con eso?
-No, sería ingenuo de parte de Konoha no ser precavidos conmigo, sin embargo puedo decírtelo a ti directamente, no está en mis planes irme o atacar de nuevo este lugar, quiero protegerlo, si necesitan ponerme una correa para probar mi lealtad, está bien, la llevaré.
Podía sentir la mirada fija de Naruto sobre él, posiblemente sus palabras se habían escuchado más agresivas de lo que hubiese planeado, pero quería dejar en claro cuales eran sus intenciones.
-Espero que pronto dejes de sentirte con una correa en el cuello, a decir verdad todos están felices de tenerte de vuelta, por lo pronto será bueno para ti comenzar a familiarizarte con la aldea de nuevo, aún necesitamos manos para el levantamiento de algunas zonas en ruinas.
Kakashi le extendió un pergamino, los datos de a donde debía dirigirse estaban ahí.
-Un miembro ANBU te acompañará durante el día, Sasuke, realmente me da gusto verte aquí.
Sasuke miró al miembro de ANBU que ya lo esperaba junto a la puerta, la clásica máscara blanca con rostro de animal cubría su identidad.
-Naruto, tú quédate, tenemos asuntos que discutir.
Intercambió una mirada con Naruto, de alguna manera se sintió más confiado para marcharse luego de eso, suponía que era algún tipo de reacción biológica, había compartido intimidad con él, no se habían marcado pero el vínculo entre ellos era claro, odiaba admitirlo, pero todo en él, su mente, su alma, su cuerpo, todo había aceptado a Naruto como su alfa.
Las indicaciones en el pergamino eran claras y sencillas, en el límite sur de la aldea aún había una zona deshabitada, se habían encontrado trampas ninja, explosivos y sellos que se activaban ante el más mínimo movimiento, era una zona que claramente había sido testigo de la guerra y que ahora urgía ser rehabilitada, la aldea se estaba expandiendo después de todo, su función ahí era localizar cualquier peligro y neutralizarlo antes de que el equipo de construcción entrara con herramientas para trabajar.
Al llegar a la zona pudo notar dos cosas, que estaba en peor estado del que esperaba y que un par de trabajadores estaban por cometer un grave error.
-¡Alto!
Gritó mientras se apresuraba a detener al par de hombres que estaban a punto de levantar un tronco.
-Es una trampa de armas, si lo mueven una lluvia de kunais saldrá disparada hacia ustedes
-Tú debes ser Sasuke Uchiha, nos dijeron que vendrías a ayudar hoy con este tema, gracias por la advertencia.
Un hombre joven, posiblemente de su misma edad se acercó a él y le extendió la mano para saludarlo, correspondió al gesto pensando que debía de ser del grupo de personas despistadas que no sabía quien era en realidad.
-Mi nombre es Ren, Ren Hyuga, estoy a cargo del equipo de construcción.
¿Hyuga?, claramente no tenía los ojos perlados de ese clan, un matrimonio político suponía, Ren era un alfa, se notaba enseguida, para su edad y no ser un ninja, posiblemente nadie en su familia lo era, por lo que al casarse con alguien del clan Hyuga lo más lógico era que él adoptara el apellido del clan, los Hyuga no dejarían que alguien de su linaje rechazara la seguridad y beneficios que le daba su nombre por casarse con alguien "inferior".
-Contamos contigo Sasuke, indícanos que hacer y mis hombres se pondrán a trabajar.
Bueno, el chisme de relaciones nunca había sido su fuerte, él estaba ahí para trabajar de todas formas y se enfocaría en eso.
El día se fue bastante rápido, el trabajo era pesado pero no insoportable, si alguien tenía un problema con su presencia no se lo hicieron saber, en su lugar todos cooperaban obedientemente con sus órdenes y las de Ren, tal vez lo único que le incomodaba era la presencia de aquel ANBU, quien se había mantenido en completo silencio y apartado de todos, simplemente siguiendo cada movimiento y acción de Sasuke, tendría que acostumbrarse a él, posiblemente lo tendría bastante tiempo cerca de ahora en adelante.
Cuando el sol comenzó a ocultarse y todos comenzaron a prepararse para marcharse, Sasuke escuchó una voz inconfundible que se acercaba hacia su posición.
-¡Sasukeeee, oooooi!
Naruto llegaba con su típica sonrisa mientras movía una mano en el aire.
-Te escuché desde hace un kilómetro atrás, no era necesario tanto grito.
No era afectuoso, pero era su forma de saludarle.
-Terminó el día de trabajo, hora de ir a casa, podemos pasar a cenar algo antes a Ichiraku, tienes que ver su nuevo local, es más grande y ampliaron su menú.
Sasuke dejó a Naruto hablando mientras miraba alrededor, el ANBU ya no estaba y el grupo de trabajadores se alejaba en una dirección opuesta, suponía que ahora que Naruto estaba ahí no necesitaba supervisión de nadie más.
-Bien, tendrás que invitarme, te recuerdo que aún no tengo dinero.
Debía admitir que el sabor del ramen de Ichiraku le supo a uno de los mejores platillos que había probado en su vida, la última vez que había comido algo de ahí era apenas un chiquillo, había sido antes de irse de la aldea, no tenía idea de cuanto lo extrañaba.
Volver a casa con Naruto también fue agradable, como siempre su acompañante hablaba sin encontrar final de su capacidad comunicativa y si él hubiese sido un poco más expresivo también le hubiese contado de principio a fin todo lo que había hecho, en su lugar se atrevió a tomar una de las manos ajenas mientras caminaban.
Agradeció que no hubo comentarios ni mucho alboroto ante la acción, Naruto había callado un par de segundos al sentir su mano ser tomada pero había vuelto a hablar mientras deslizaba sus dedos entre los contrarios para afianzar el agarre, se sentía como si andar tomados de las manos era algo que habían hecho desde siempre, se sentía correcto.
El baño que tomó al llegar a casa también fue un nuevo descubrimiento, llevaba demasiado tiempo sin recordar como era tener el cuerpo cansado por un día de trabajo para luego relajarse en agua tibia.
-Pareces bastante cómodo con esto.
Mencionó mientras se señalaba el brazo prostético que tenía, había salido de bañarse e intentaba secarse el cabello con un movimiento algo torpe, Naruto tenía uno igual pero mientras que él parecía completamente natural al moverlo, para Sasuke era diferente, no se sentía del todo cómodo con un miembro extraño unido a su cuerpo.
-Tuve más oportunidades de practicar con él.
Respondió mientras se acercaba a él para tomar la toalla de manos de Sasuke y hacerle tomar asiento en la cama para luego proceder a secarle el cabello.
Era cierto, Naruto había recibido la prótesis en el hospital, había recibido numerosas sesiones de fisioterapia para adaptarse, él por su parte recibió la suya tiempo después, cuando todos estaban solo un poco más seguros de que darle un brazo nuevo no significaría armarlo con más posibilidades de escapar, tampoco hubo mucha terapia para recuperar la movilidad, le habían explicado que hacer para acostumbrarse a él y eso había sido todo.
-Kakashi, ¿qué quería hablar contigo?
Preguntó mientras cerraba los ojos dejando que Naruto secara su cabello, la atención comenzaba a relajarlo.
-Darme indicaciones, me está preparando para cuando tome su lugar como Hokage, también quería decirme que tengo que hablar con el consejo en un mes, detesto hablar con esos ancianos.
-Es parte del trabajo del Hokage, es tu sueño, viene incluido.
-Bueno, aún le quedan algunos años a Kakashi en el puesto, debería poder saltarme las reuniones aburridas con ellos mientras tanto, pero al parecer quieren verme específicamente a mi.
Quién lo diría, el niño que fue la burla de su generación en la academia ahora era solicitado por el mismísimo consejo para discutir temas de su futura promoción a Hokage, las vueltas que daba la vida, estaba orgulloso de él, de ser su amigo, rival y de ser su omega.
-Como sea, ¿recuerdas que Sakura te amenazó con la reunión de todos?, se hará al finalizar la semana así que prepárate, no podrás escaparte de esta.
-Ahh... Comienzo a extrañar la prisión.
La semana pasó con prisa, la nueva rutina no era difícil de cumplir, después de ese primer día había comenzado a levantarse más temprano, salir a entrenar con Naruto quien se la había unido sin saber si era por hacerle compañía o por la costumbre de rivalizar en todo, un baño y un desayuno antes de irse a la zona en construcción.
El trabajar entre personas que no eran ninjas le estaba ayudando más de lo que quisiera admitir, era obvia su falta de habilidades para relacionarse en general, hacerlo con gente que además no tenían nada que ver con su el mundo ninja parecía darle una nueva perspectiva acerca de la comunidad, la forma en que buscaban solucionar sus problemas sin optar por un camino de violencia, uno que se estaba esforzando por aprender, ese tipo de cosas le ayudaban a comprender un poco más acerca del anhelo de Naruto de proteger a toda la aldea.
Por otro lado, tener que convivir con los rostros de su pasado, ver de frente a las personas con las que había crecido y fingir que todo estaba bien entre ellos aun cuando los había despreciado sin cansancio, no, eso era una cosa completamente distinta.
-Esta reunión es ridícula
Mencionó cuando ya se encontraba camino al punto de encuentro junto con Naruto.
-Ehhh, ¿miedo de ver a tus antiguos compañeros?, quién diría que te volviste un cachorro asustadizo.
Por supuesto que sabía que Naruto lo estaba molestando a propósito y por supuesto que cedió, no era su intención hacerlo pero para cuando se dio cuenta ya estaba corriendo en una competencia con el hombre rubio para probar... honestamente no sabía lo que intentaba probar, pero la rivalidad entre ellos estaba grabada con fuego en su sangre.
En las afueras de un restaurante de carne, Shikamaru Nara y Choji Akimichi compartían el tiempo mientras uno de ellos iba ya por su segundo cigarro.
-¿Qué acaso esos de ahi no son?...
Shikamaru no necesitó escuchar la pregunta de su amigo completa, dio una última calada a antes de apagar el cigarrillo y ver como Naruto se caía completamente de cara enfrente de él y a Sasuke simplemente deteniéndose frente a ellos con la elegancia de siempre.
-Sakura estaba a punto de salir a buscarlos, ya entren antes de que comience a romper mesas.
El numeroso grupo de amigos había pedido una sala privada y al entrar una ola de gritos y saludos recibió a Sasuke, no estaba cómodo pero hizo lo posible por mantenerse cortés.
La mesa estaba llena aunque no estaba seguro de quienes se suponían que debían estar presentes, identificó a los más obvios, Sakura e Ino sentadas juntas, Choji que había entrado de nuevo con él y Naruto y que ahora ya estaba sentado poniendo carne en la parrilla.
Rock Lee y Tenten estaban en el otro extremo de la mesa y frente a ellos Kiba y Shino.
-¿Por que aún no entra Shikamaru?
Preguntó Ino con la voz mandona de siempre.
-Está esperando a Temari, estaba regresando de una misión.
Justo siendo el tema principal de la plática Shikamaru y Temari entraron al salón tomados de la mano, Sasuke los miró discretamente, recordó que Naruto le habló sobre su boda hacía ya casi un año atrás.
Una nueva punzada en su pecho, parecida a la que había sentido al ver a la hija de Kakashi, se llevó una mano al hombro izquierdo intentando relajarse.
-¿Ahora si estamos todos?
Escuchó a Sakura preguntar mientras recorría la mesa con la mirada.
-¿En dónde están Sai y Hinata?
-Sai está en una misión, lo llamaron de último momento.
Contestó esta vez Ino.
-Hinata no viene, está ocupada.
Informó Kiba.
-¿De nuevo? Ya nunca sale con nosotros
Se quejó TenTen haciendo que Temari enseguida tomara la palabra.
-Es normal, tiene dos hijos que cuidar ahora.
-Bueno, no se puede hacer nada con eso, hagamos el brindis entonces, por el regreso de Sasuke y los nuevos comienzos.
Escuchó la respuesta de Naruto e incluso levantó la bebida que le habían servido en un intento de integrarse al momento aunque la verdad, su mente estaba en otro sitio, se sentía ajeno a ese lugar, a esas personas, los conocía, había crecido con la mayoría de ellos y aún así, todos parecían estar en una página completamente diferente.
Escuchó las pláticas de a su alrededor, Ino habló sobre su futura boda con Sai, Shino hablaba sobre la capacitación que tomaba para convertirse en profesor de la academia y TenTen sobre una tienda de armas ninjas recién abierta.
-La chica Hyuga...
Preguntó en voz baja hacia Naruto quien enseguida le prestó atención.
-¿Hinata? Se casó hace año y medio con el jefe de construcción, debes conocerlo, trabajas con él.
Así que Ren se había casado con la princesa del clan Hyuga, que interesante, el hombre le agradaba pero de nuevo, no era nada especial, ¿qué estaba pensando Hiashi Hyuga al dejar que su hija mayor se casara con él? Sin embargo, Ren parecía feliz, le había escuchado hablar un par de veces de su maravillosa esposa, de sus gemelos de un año, ¿era posible tener una vida tan tranquila al casarse con la heredera de un clan tan problemático?
¿Podía él aspirar a algo así?...
Miró a Naruto quien ya se había integrado de nuevo a la plática, una mano suya bajó directamente a su vientre. Ahhh Así que era eso, anhelo.
Sin embargo, uno no vive de sueños y anhelos, sobre todo cuando sabes desde el inicio que no puedes alcanzarlos.
El aire se sintió más denso y la cabeza le dio vueltas, las memorias que más quería enterrar pasaban una tras de otras en recuerdos dolorosos. Se puso de pie y salió del restaurante sin importarle las voces que lo llamaban.
El aire fresco de la noche le ayudó a calmarse, escuchó pasos acercándose y supo enseguida de quien se trataba, el aroma lo delataba.
No estaba seguro de si tenía sentido, pero para él, Naruto olía a un día soleado y a la brisa de viento fresco en los campos de flores. Naruto era el sol.
-No me pidas volver ahí, cumplí, ya vine, puedo marcharme ahora
Naruto no respondió enseguida, en su lugar le pasó un brazo por encima de los hombros.
-Quiero comer dangos.
Así, sin más, ambos comenzaron a alejarse del restaurante. ¿Debía decir algo?, ¿disculparse?, ¿regresar?
-¿Por qué no dices nada?, ¿qué es lo que quieres haga? Es difícil estar sentado ahí y fingir que somos amigos, son casi unos desconocidos para mi, se que tú los quieres pero yo... pero yo
Sasuke estalló en un discurso que ni él sabía que tenía guardado y llegó a un punto en que simplemente no sabía que más soltar.
-No espero que hagas nada. Sasuke... gracias por el esfuerzo, en serio, pero no tienes que hacerlo por ellos, por Sakura, ni siquiera por mi, si vas a hacer algo que sea porque así lo quieres tú. No voy a obligarte a ser alguien que no eres.
Las palabras de Naruto lo calmaron, el ruido en su cabeza se apagó por un momento, ¿pero hasta cuando?, en algún momento Naruto iba a darse cuenta de lo que realmente significaba aceptarlo como realmente era, lo que no sabía es si él estaba listo para afrontar las consecuencias.
Chapter 4: Nuevo Yo
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-Tomemos un descanso, hora de comer
La voz de Ren, el jefe de construcción hizo que Sasuke levantara la mirada, llevaba ya tres semanas trabajando con el equipo, había comenzado como un trabajo para asegurar que no hubiera trampas ninjas en el área y ahora también había estado ayudando directamente en la construcción, no era como si supiera mucho del tema pero aprendía rápido y estaba seguro que no le asignarían misiones reales hasta que no probara que no era un peligro para nadie.
Tomó asiento en solitario y tomó uno de los onigiris que había llevado para comer, miraba al resto del equipo comiendo juntos más adelante y luego vio al miembro de ANBU que lo custodiaba, como siempre a la distancia, sin interrumpir a nadie.
-La gran jefa está aquí.
Regresó la mirada hacia las voces y vio como Hinata Hyuga aparecía llevando con ella un par de paquetes de comida envueltos.
Podía notar el cariño del personal hacia la mujer en como la saludaban y ella les correspondía con una sonrisa, la vio acercarse a su esposo y darle uno de los paquetes mientras intercambiaban algunas palabras. Ren se veía diferente con ella cerca, más relajado, ¿Naruto se vería así para los demás cuando estaba con él?
La plática entre la pareja se vio interrumpida cuando un trabajador se acercó a habló con Ren y aprovechando el momento, Hinata comenzó a caminar acercándose esta vez a él, cuando la tuvo más cerca pudo sentir el aroma a lavanda que desprendía, se veía más madura y con mucha más confianza de la que le recordaba.
-Traje un almuerzo también para ti.
La miró extenderle el paquete y lo tomó extrañado, era raro, ellos no eran amigos, la mujer siempre le había sido indiferente en sus años de estudiantes aunque admitía que no le desagradaba como muchas otras personas.
De todas formas le pareció sospechoso, hasta donde recordaba, Naruto había sido el primer amor de esa mujer, uno no correspondido pero cualquiera con ojos podía ver el amor que ella profesaba por el niño escandaloso e imprudente que era en aquel entonces Naruto Uzumaki, y ahora, quien estaba con él, era Sasuke.
-Puedo escuchar tu cerebro funcionando, no le des tantas vueltas, Ren me contó que apenas comes algo.
La sonrisa de la mujer era cálida y Sasuke supo solo con verla que no podía tener intenciones ocultas.
-Gracias, lo aprecio.
Contestó más que nada por cortesía y eso pareció ser suficiente para que la mujer se marchara por donde había llegado, de todas formas, había sido agradable que alguien al fin lo tratara de manera normal y no como alguna clase de hijo pródigo que había regresado arrastrándose herido y humillado a la aldea.
Las últimas tres semanas habían sido una montaña rusa de emociones y descubrimientos.
Una parte de él estaba frustrada, no estaba hecho para permanecer quieto tanto tiempo y aunque no le molestaba, la vida tranquila de la construcción comenzaba a fastidiarlo, otra parte de él se mantenía comprometido en demostrar que había cambiado, que no quedaba rastro del joven sediento de venganza que había sido en el pasado.
Y por supuesto, la parte que más estaba causando estragos en él era la que había decidió tener una relación romántica con Naruto, no era sólo el hecho de comprometerse emocionalmente con alguien, que de por si ya era un área completamente nueva para él, era también un redescubrimiento de si mismo, del omega que había enterrado y con el que ahora intentaba hacer las paces.
Entender y aceptar por primera vez que deseaba sentirse seguro y saber que esa necesidad iba vinculada estrechamente a la idea de tener un alfa, era para él, ceder un poco del control, un poco de si.
Naruto le había dicho que no quería que fuese alguien que no era y quería aferrarse a eso, porque no podía mentirse a si mismo, estaba disfrutando el sentirse respaldado por la persona que había decidido amar, el sexo era grandioso y agradecía la paz, pero, ser el omega que todos esperaban que fuera, el que llevara el almuerzo al medio día a su alfa como hacía Hinata, el que se quedaba en casa cuidando un hijo como Iruka, él no podía ser eso, sobre todo aquello último.
Nunca sería capaz.
Así que se aferraría a esa promesa, confiaría en que merecía ser amado por quien era y no por el género con el que había nacido.
-Estoy en casa
Anunció cuando el día al fin había llegado a su fin y entró al departamento.
-¡Sasuke, Sasuke! Tengo noticias, Kakashi dio permiso para que tengas una misión, te enviarán a Sunagakure
-La aldea de la arena, ¿para qué me necesitan?
Le emocionaba por supuesto la simple idea de tener algo más de movimiento, pero sabía que la aldea de la arena era un aliado de Konoha, ya con eso sabía que su papel ahí no sería tan activo como quisiera, ¿hacer una escolta a algún señor feudal?, dudaba que hubiese alguno que aceptase ser escoltado por él, ¿llevar algún documento importante?, prefería quedarse en la construcción entonces.
-No sé los detalles, Kakashi te los dará mañana, quiere verte en su oficina temprano.
La sonrisa de Naruto le contagió un poco de entusiasmo y sintió su cuerpo entero relajarse, ni siquiera sabía que estaba tan tenso, una maravilla más de tener un alfa suponía.
La mañana siguiente se dirigió hacia la torre del Hokage apenas estuvo de pie, Naruto no lo acompañó esta vez pues tenía sus propias responsabilidades que cumplir, por eso al entrar al edificio y ser recibido por el pequeño cuerpo de la hija de Kakashi quien se había estrellado en su pierna lo dejó aturdido, mucho más cuando la pequeña comenzó a llorar.
Recordó a Naruto agachándose para estar a la altura de la niña la primera vez que la conoció e imitó la postura sin saber si debía abrazarla, darle palmadas en la cabeza o que acción realizar.
-Yui
La llamó al recordar su nombre y la pequeña dirigió su atención hacia él aún entre sollozos.
-Está bien, ¿no te lastimaste verdad? No hay porque llorar
Su voz sonó tan suave que dudó por un momento que fuese la suya y sobre todo, se sorprendió cuando llevó una mano al cabello de la niña y lo acomodó detrás de su oreja, lo hizo con una delicadeza y ternura que no sabía que poseía, sin embargo la pequeña paró de llorar enseguida y se acercó más a él con los brazos extendidos, una fuerza desconocida le llevó a abrir los brazos para recibirla pero antes de que eso ocurriera, Shikamaru Nara había llegado.
-Ahí estás pequeña kunoichi
Cambiando por completo de ánimo, Yui soltó una risa infantil mientras era elevada en brazos del líder del clan Nara.
-No se donde aprendió a manipular así a la gente pero ese era su llanto de voy a convertirte en mi esclavo, no caigas.
Sasuke volvió a ponerse de pie, la niña se veía feliz, sin rastro alguno de lágrimas y lejos de enfadarse, elevó los labios ligeramente en una sonrisa.
-Estoy muy seguro que de Iruka no lo aprendió
-Tienes un punto
Shikamaru comenzó a caminar con la niña en brazos hacia la oficina del Hokage, Sasuke los siguió un paso atrás hasta llegar.
-Sasuke Uchiha está aquí.
Anunció Shikamaru mientras bajaba a Yui quien enseguida comenzó a ir de un lado a otro en la oficina jugando ella sola.
-Me dijeron que has hecho un buen trabajo en la construcción.
Kakashi habló al fin y comenzó a prestar atención.
-Me gustaría que continuaras apoyándolos pero antes tendré que pedirte que vayas a Sunagakure, hay un asunto en el que puedes ayudar ahí, encontraron una antigua base de Orochimaru cerca de la aldea y necesitan a alguien que sepa lidiar con eso mientras la revisan y clasifican las cosas que encuentren ahí.
Recordaba la base, solo había estado ahí una vez pero era claro el porqué lo mandaban a él.
-Aunque la base esté en territorio de la arena, todo lo que tenga que ver con Orochimaru sigue siendo jurisdicción de Konoha, ve ahí, ayúdales a entrar y si ves algo que sea de interés para nuestra aldea, tráelo.
Recibió el pergamino con las órdenes de la misión justo en el momento en que la puerta de la oficina volvía a abrirse dejando ver a la esposa de Shikamaru.
-Temari irá contigo, espero que puedan llevarse bien.
Claro, no podían enviarlo sin una niñera que mantuviera un ojo sobre él, era consciente de que la asignada era lo suficientemente capaz e inteligente para vigilarlo sin necesidad de ser una molestia en su camino.
Sus pensamientos fueron cortados cuando Yui se acercó a él tomándolo de una mano, miró hacia abajo y le sonrió discretamente a la niña.
-Cumplirá tres años en poco tiempo, espero que puedas asistir, le agradas.
Volvió a mirar a Kakashi intentando recuperar su porte serio, sin embargo no perdió la delicadeza con la que soltó la mano de la niña y le dio una caricia en el cabello antes de dirigirse hacia Temari.
-Nos vemos en la entrada de la aldea en una hora.
Para lo que le habían solicitado calculaba que se tardarían una semana en terminar con el tiempo de viaje incluido, la base cerca de Sunagakure no era muy grande según recordaba, lo más tardado sería registrar lo que había dentro. Al terminar de empacar lo necesario se encaminó a hacia el punto de encuentro, Temari ya se encontraba ahí, no hubo saludos afectuosos ni mucho cruce de palabras, simplemente se pusieron en marcha.
-Vayamos por el oeste, el nuevo camino es más rápido y seguro.
Después de un tiempo caminando Temari al fin habló señalando el nuevo sendero.
-No conocías este camino ¿cierto?, tendrá apenas medio año desde que lo habilitaron, el esposo de Hinata estuvo trabajando en nuevos caminos hacia otras aldeas, le ha facilitado la vida a muchas personas.
Así que esto era trabajo de Ren, por lo que podía ver, ese hombre había trabajado en muchos proyectos que habían mejorado las condiciones de Konoha en muchas áreas, no era un alfa muy sorprendente y aún así había acumulado una lista interesante de logros.
El camino a Sunagakure fue realizado en la mitad de tiempo en que se hacía antes y después de día y medio al fin estaban llegando a la entrada de la aldea.
El calor era más fuerte que en Konoha y el viento golpeaba en el rostro con pequeños granos de arena, Temari le extendió una tela y le enseñó a colocarla en la cabeza para protegerse.
-El viento está especialmente fuerte hoy, no te lo quites hasta estar adentro.
Pasaron por el puesto de seguridad de la entrada, en donde un par de shinobis saludaron alegremente a la mujer que iba con él, era cierto, ella era prácticamente la princesa de Suna, una diplomática y estratega eficiente y una hábil shinobi, el clan Nara había conseguido un aliado poderoso con ese matrimonio, definitivamente todo Sunagakure estaría dispuesta a apoyarlos ante cualquier inconveniente.
El camino hacia la torre del Kazekage no era muy largo, sin embargo, había diversas cosas que robaron la atención de Sasuke, lo primero era el claro atraso en infraestructura que había en la aldea a comparación de Konoha, eso no le sorprendía mucho, Suna era una capital mucho más joven que la aldea de la hoja, mucho más pequeña y con menos recursos, sin embargo, la segunda cosa que llamó su atención con fascinación, fueron los omegas.
Konoha era una aldea conservadora y tradicional, si no fuese por el período de guerra posiblemente los omegas no hubieran tenido la oportunidad de ser shinobis, eran considerados más pequeños, débiles y en proporción, eran menos a comparación con la población alfa y beta, los omegas de Konoha eran... como Hinata Hyuga, silenciosos, hogareños, sumisos y lo que estaba viendo en Suna, era todo lo contrario.
Comenzando por el hecho de que habían claramente más omegas en las calles, incluso muchos más que alfas se atrevía a calcular y claramente no estaba viendo a los omegas discretos de su aldea, aquí los omegas vestían con ropas reveladoras, prendas que mostraban el abdomen, la piel tostada por el sol del desierto, caminaban con libertad siendo shinobis o aldeanos comunes, tenían maquillajes vistosos y joyas que adornaban orejas, labios y ombligos.
Si lo pensaba, incluso los guardias que les habían abierto las puertas de la aldea eran omegas, era fácil de detectar, Konoha jamás pondría a un par de omegas a cuidar las puertas, ni siquiera aunque fueran nivel jounin.
-El choque cultural parece que te golpeó fuerte
La voz de su acompañante al fin le hizo prestar atención al camino por el que iban.
-No te culpo, me pasó lo mismo cuando me mudé a Konoha, honestamente agradezco que el clan Nara sea menos tradicional, muchas veces me sentí sofocada con la forma en que viven los omegas en la aldea de la hoja, sin ofender.
Estaba intrigado, quería saber más pero su destino estaba ya frente a ellos. La oficina del Kazekage era amplia, parecía que Gaara tenía mucho más orden al trabajar que Kakashi, quien se llenaba de papeles por revisar en su escritorio y hacía parecer el lugar más pequeño de lo que era.
-¡Ahí está!
Kankuro, el hermano de Temari, se acercó enseguida para abrazar a la mujer afectuosamente, Gaara también dejó su puesto detrás de su escritorio para acercarse a su hermana y envolverla en un abrazo.
-Bienvenida
La delicadeza con la que el Kazekage acarició una mejilla de la mujer le hizo recordar a su propio hermano, todas las veces que recibió un empujón en la frente de su parte como muestra de afecto, había veces que volvía a doler su pérdida y la mentira, era un duelo que aún no estaba completado, lo sabía bien y decidía mantenerlo de esa manera.
-Bienvenido a Sunagakure, Sasuke Uchiha, agradezco tu participación en esta misión.
El Kazekage habló con el tono falso de profesionalismo que Sasuke sabía identificar de cualquier alto mando, mucho más de un alfa, lo curioso, es que el Kazekage, Gaara, era un omega, posiblemente el omega más conocido y deseado de todo el país del viento.
Escuchó indicaciones de la misión y partió con Temari, su primera parada fue hacia la antigua casa de la mujer, la que aún era de sus hermanos, dejaron ahí bolsas de viaje y enseguida se marcharon hacia su verdadero objetivo.
La base que Orochimaru tenía en ese territorio no era la gran cosa, sin embargo sabía bien que el lugar contenía pasillos que no llevaban a ningún sitio, puertas selladas de manera especial y bitácoras ocultas con anotaciones de los muchos experimentos que el hombre realizaba.
El trabajo no era pesado, pero como había previsto fue largo tener que verificar cada anotación, cada investigación, cada habitación. Pasaron tres días en la tarea, tenían ayuda de algunos otros ninjas de la aldea, curiosamente, otros dos omegas.
-Hoy cenaremos fuera, para celebrar que casi terminamos la misión.
Era el fin de su tercer día de trabajo, atardecía mientras estaban camino al hogar del Kazekage para un merecido baño, Sasuke quería quedarse ahí y salir únicamente al día siguiente para terminar el trabajo, sin embargo, seguía intrigado por saber más de Suna y el papel de los omegas en esa aldea, así que accedió al plan.
El restaurante al que Temari le llevó era sencillo pero agradable, al entrar al salón asignado se encontró no solo con los shinobis que trabajan con ellos en la base, Kankuro y Gaara también estaban ahí, todos parecían platicar entre bebidas y comida, el ambiente era bueno a pesar de que él no era exactamente una persona sociable.
El único sitio disponible para sentarse fue a un lado del Kazekage, no le incomodaba pero no sabía si era una coincidencia o si habían dejado ese asiento libre específicamente para que él estuviese sentado junto al único ninja que podía llegar a hacerle frente en caso de algún incidente.
-¿Has estado disfrutado tu estadía en Suna?
Gaara le sirvió una copa de sake mientras hablaba, cada quien parecía inmerso en su propia conversación, así que mantuvo la voz únicamente con el volumen necesario para hablar en privado con él.
-Es una aldea interesante, hay muchas cosas que desconocía de aquí.
-De los omegas de aquí, supongo.
Su silencio habló por él, el Kazekage sonrió discretamente mientras servía su propia copa.
-Kankuro apostaba que Temari se regresaría antes de que su mes de adaptación terminara, las costumbres de Konoha son un tema serio al que no estamos acostumbrados aquí.
-¿Mes de adaptación?
Su pregunta hizo que Gaara le mirara antes de que probara algo de comida.
-Respeto mucho la tradición de Konoha, son una aldea antigua de mucho poder y recursos, apreciamos nuestra alianza, pero las cosas aquí son diferentes. Los omegas no son protegidos como muñecas de porcelana, son venerados por su fuerza, su capacidad de adaptación, su resistencia, aquí los omegas tienen la última palabra y cuando alguno va a casarse con alguien de afuera, se pide un mes de adaptación. Somos conscientes de lo diferente que es para otros omegas fuera de nuestra aldea, así que si después de ese mes quieren volver a casa, hacemos todo lo posible para traerlos de regreso, jamás les daríamos la espalda, Temari no fue la excepción, sin embargo, claro que mi hermana siempre ha sido una mujer de decisiones firmes.
Sunagakure era realmente muy diferente a Konoha, se imaginó de niño creciendo ahí, tal vez las cosas hubieran sido muy diferentes para él, no con respecto a su hermano y lo que hizo, pero si sobre los sacrificios que Sasuke había hecho años atrás, si no hubiese pensado que ser un omega lo hacía débil, si hubiera aceptado esa parte de si mismo como una fortaleza y no como algo que lo humillaba a él y a sus objetivos.
La noche siguió su curso tranquila, se había retirado del lugar luego de comer y beber algunas copas, quería descansar, sin embargo tuvo que renunciar a la idea cuando el reloj marcó las tres de la mañana y él continuaba dando vueltas en la cama que le habían prestado.
La habitación de huéspedes en la casa del Kazekage estaba en el segundo piso, tenía un balcón pequeño al cual salió para tomar aire, estaba helado, a comparación de los días calurosos del desierto, las noches eran frías. Miró la luna, estaba casi llena e iluminaba casi toda la aldea, era exactamente la misma fase que tenía años atrás, la noche que aún le atormentaba en momentos como ese.
Intentó concentrarse en otra cosa, lo que fuera, miró hacia abajo únicamente para ver como de la puerta principal de la casa salía un sujeto, recordó haberlo visto durante la cena, no estaba en su mesa, estaba en la de enfrente y se había dado cuenta de la forma en que miraba a Gaara, ¿sería posible?
Miró ahora hacia arriba, al tercer piso de la casa, justo en dirección al balcón de la habitación principal, la que sabía le pertenecía al Kazekage y ahí lo encontró, el cabello desordenado, su piel pálida casi brillando con la luz de la luna, el torso desnudo, sus miradas se cruzaron un momento, le pareció ver una sonrisa en sus labios antes de verlo entrar de regreso a su habitación.
Definitivamente los omegas de Sunagakure eran muy diferentes a lo que él conocía, los admiró en secreto, por su libertad, su fuerza, su capacidad de tomar lo que él consideraba como una falla y convertirlo en fuerza.
El regreso a Konoha sucedió como predijo luego de una semana, Temari parecía mucho más relajada luego de haber pasado esos días en su hogar natal, con sus hermanos y las personas con las que había crecido, por lo que la escuchó platicar de cosas triviales mientras iban por el sendero que llevaba a su propia aldea.
-¿Cómo fue?...
Se atrevió a preguntar cuando ya se encontraban a pocos minutos de visualizar las puertas de entrada de la aldea.
-¿Cómo fue para ti ser una shinobi y ser una omega?
Su voz sonó baja, con duda, como si la pregunta fuera parte de un tabú, Temari pareció pensarlo antes de hablar.
-No se si tengo la respuesta que necesitas, como pudiste notar, la percepción que se tiene de los omegas en Suna es totalmente diferente a Konoha, entrenar para ser ninja desde pequeña fue algo natural, algo que se esperaba de mi y de cualquier otro omega en la aldea, pero puedo decirte como fue pasar de ser una omega respetada en Suna a ser "la esposa del alfa líder del clan Nara", se sintió como si Konoha me robara algo importante, me hiciera pequeña e invisible, pero como dije antes, el clan de Shikamaru no es muy tradicional en ese aspecto, él y otros miembros de la familia me dieron el respaldo que necesitaba para seguir creyendo en mí misma aún cuando la tradición de la aldea quisiera reducirme a un papel irrelevante.
Pequeño, invisible, irrelevante, podía entenderlo, se había sentido así cuando era un niño, cuando se había manifestado como un omega en una familia llena de alfas, en aquel entonces Itachi le había sostenido, le había dado la confianza que necesitaba para demostrar que tenía el mismo derecho que cualquiera de dejar huella.
-Deberías hablar con Naruto de cómo te sientes, tener un alfa no significa que debas someterte a él y desaparecer bajo su sombra, se trata de tener a alguien que te respalde, que potencie tu propia fuerza.
Decirlo era mucho más fácil que hacerlo, confiar, permitir a alguien entrar, ceder, eran cosas a las que había renunciado mucho tiempo atrás, cosas que no estaba seguro poder recuperar nunca, pero tal vez valdría la pena intentar, si era con él, con la persona que le había dado motivos para creer.
-¡Bienvenido a casa!
Cuando al fin había regresado al departamento que compartían sintió que un peso sobre sus hombros se desvaneció, no sabía si había sido el viaje, si era que había que tenido que pasar horas frente a Kakashi dando informes sobre la misión o simplemente era el efecto de volver a casa con una persona a la que amaba, que había esperado su regreso, pero el mundo le pareció más llevadero.
Naruto le sonrió con la misma felicidad de siempre, estudió su rostro un momento, cada curva, cada sombra, sus ojos azules, el cabello dorado que caía sobre su frente, todo de él provocaba que algo en su interior se removiera, no habló, no sintió la necesidad de hacerlo, en su lugar se acercó a él, tomó su rostro entre ambas manos, acarició sus mejillas lentamente y se inclinó para besarlo, le besó lento, con calma, simplemente porque quería y podía, porque ese viaje le había recordado que no estaba prohibido anhelar y pedir, porque nunca había dejado que alguien le dijera que podía hacer y que no y no pensaba dejar que pasara ahora, tenía que confiar en él, en su palabra, en que era digno de amor aún con todos los pecados de su pasado.
Se dejó llevar y le entregó todo lo que tenía, todo lo que era y lo que nunca sería, sólo podía confiarle a él su cuerpo y corazón.
La mañana siguiente se levantó con un ánimo renovado, más descansado y más dispuesto a aceptar una nueva faceta de su vida.
-Te veo en la tarde en lo de Kakashi, tengo que reunirme con el consejo.
Naruto se despidió dejando un beso en su mejilla, le correspondió con una sonrisa atípica de él.
-Suerte con los ancianos.
Salió unos minutos después, se dirigió hacia la construcción para reintegrarse a la obra, la primera zona que le habían asignado estaba por ser terminada y pronto recibirían indicaciones para el nuevo proyecto.
Al llegar se sorprendió de ver a Hinata en el sitio, la vio sentada revisando algunos papeles en la caseta que Ren usaba de oficina a un lado de la construcción, a su lado un par de niños jugaban tambaleándose en pasos recién aprendidos, eran gemelos, sus ojos tan blancos como los de cualquier Hyuga.
-Sasuke está de regreso
Escuchó a uno de los trabajadores nombrarlo y pronto estaba ya reunido con el resto para comenzar el trabajo.
El día pasa sin inconvenientes, afinaban los últimos detalles para dejar el área limpia, retirando herramientas de construcción y verificando que todo estuviera en orden.
A la hora del almuerzo no se sorprendió de encontrar una caja de almuerzo para él proveniente de Hinata, ella era ese tipo de mujer.
Se sentó cerca de un árbol a comer, cerca del sitio en donde los gemelos jugaban, los miró sin interrumpirlos aunque pronto llamó la atención de uno de los niños quien se acercó con curiosidad, motivando así a su hermano quien le siguió hasta quedar cerca de Sasuke.
No sabía que hacer, nunca había interactuando con niños de esa edad, Yui era un poco más grande, hablaba, corría y saltaba de aquí para allá, los gemelos en cambio apenas caminaban tambaleándose, su vocabulario era extremadamente limitado considerando que apenas tenían un año, aún así no se sentía incómodo, solo como un inexperto.
Tomo a uno de los gemelos y lo sentó entre sus piernas, el segundo se acercó por su cuenta sentándose a un lado de su hermano, los alimentó con el arroz que la madre de los niños había preparado, eran extrañamente tranquilos, suponía que habían heredado el carácter de sus padres.
-Ara... no imaginé encontrarme con esto
Hinata se había acercado y tomado asiento a un lado de él.
-No son muy sociables con los adultos, les agradas
-Pasó lo mismo con la hija de Kakashi
-Entonces es algo que se te da natural, los niños sienten esas cosas
Honestamente lo dudaba, pero de nuevo, no se sentía incómodo con los gemelos entre sus piernas así que los dejó quedarse ahí.
La compañía de Hinata era bien recibida también, era tranquila y se sorprendió cuando la escuchó hablar sobre planes de su esposo para el trabajo y no de su hogar e hijos, tal vez él también tenía muy arraigada la costumbre de lo que se suponía que era un omega y lo que se esperaba de uno.
-Tal vez Ren deba solicitar permiso para trabajar en el antiguo territorio Uchiha, sería agradable verlo de pie de nuevo.
El comentario le salió natural mientras escuchaba a la mujer hablar acerca de futuros proyectos.
-¿Estás interesado en volver a ese territorio?
La pregunta le hizo replantearse lo que había dicho, ¿quería volver?, era el lugar en donde su familia había sido asesinada, ya no cargaba odio por la situación pero aún dolía, además, el terreno era demasiado grande solo para él, ¿debía llevar a Naruto con él?, para empezar ¿Naruto estaría interesado siquiera en mudarse ahí?
-Si... Me gustaría volver algún día.
Aún así, aún con todos los pensamientos sin respuesta, dijo que si, porque era verdad, le gustaba vivir con Naruto por supuesto, pero si lo pensaba detalladamente, si hubiese tenido una casa propia al salir de prisión, hubiera preferido ir ahí, él solo, no tenía porque significar una ruptura en su relación, más bien era retomar algo de control sobre algo, su propio espacio.
-Algún día supongo, a futuro... Más importante que eso, creo que la reconstrucción del puerto de Degarashi debería ser prioridad, sus exportaciones e importaciones por medio marítimo son una ventaja para todo el país y por lo que escuché el trabajo está muy atrasado ahí.
Al volver a hablar dirigió el tema de regreso a temas de trabajo, escuchó como algunos trabajadores le habían hecho el comentario a Ren pero él no había dado una respuesta aún acerca del tema.
-El puerto de Degarashi ¿eh?, en el país del Té...
Hinata pareció meditarlo, sin embargo todo se acabó cuando le dirigió una sonrisa, se puso de pie y tomó a los gemelos.
-Será mejor que te apresures, no querrás llegar tarde a la celebración de Yui
Sin duda, Hinata Hyuga era una mujer peculiar y misteriosa.
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Se sentía un poco fuera de lugar, un evento social más en el cual participar, pero suponía que podía aguantar ya que la niña le agradaba, se alisó un poco la ropa e ingresó al sitio con una caja de regalo en brazos.
Kakashi e Iruka se habían mudado a una casa que colindaba con una parte del bosque, era de hecho una zona bastante campirana, algunos agricultores y ganaderos vivían por ahí, sin embargo, el lugar parecía completamente algo que iba con su antiguo maestro.
La casa por su parte era amplia, tradicional, con puertas corredizas y pisos de madera, amplios jardines y un estanque de peces que demostraba el esmero con el que había sido cuidado.
-¡Sasuke!
La pequeña Yui corrió hacia él apenas dio un paso en el sitio y ya más acostumbrado se inclinó para igualar la altura de la niña y poder darle su regalo.
-Es una muñeca de Sunagakure, tiene el cabello como el tuyo. Feliz cumpleaños, Yui
Explicó aunque no tenía idea si la niña de tres años entendía lo que decía, igual y debió gustarle ya que lo abrazó entre risas y saltos antes de irse con sus papás a mostrarles su nuevo juguete.
-Se te da bien, ¿eh?
La voz de Naruto le hizo darse cuenta que había estado sonriendo mientras miraba a la pequeña, le miró a él en su lugar.
-No comiences tú también.
Murmuró mientras lo miraba sonreír de una manera diferente a la que estaba acostumbrado, una manera más forzada, menos Naruto.
-¿Sucedió algo?
Se aventuró a preguntar, porque era obvio que algo pasaba y no le gustaba no estar enterado.
-No, que va... Ven, vamos con Sakura, te ha estado esperando
La evasiva fue clara, sin embargo la dejaría pasar, lo que fuera, le daría tiempo de pensarlo.
La tarde se le va a todos entre pláticas, comida y risas, la idea de que Naruto oculta algo se desliza al fondo de sus pensamientos como agua entre sus dedos, le deja de dar importancia y se dedica a pasarla lo mejor que puede, Yui lo busca un par de veces para que la levantara en brazos y la ayudara a bajar globos que estaban colgados muy altos para ella, la sensación de pertenecer a algo, una comunidad, una familia, lo envuelve cálidamente y eso es todo lo que necesita en ese momento.
Para cuando van de camino a casa la noche ya está sobre Konoha, está de buen humor, toma la mano de Naruto con más confianza, disfruta del aire revolviendole el cabello y se siente decepcionado de que el trayecto no fuese tan largo para seguir disfrutando del momento.
Sin embargo, Naruto ha vuelto a poner esa mirada desconocida, intentando aparentar que todo estaba bajo control cuando claramente algo perturbaba sus pensamientos.
-Oye, Sasuke
Habló al fin cuando ya estaban en casa, únicamente acompañándose mutuamente.
-Tú y yo, ¿deberíamos casarnos?
Y ahí, en medio del camino entre la sala y el comedor, Sasuke se paralizó, ¿estaba escuchando bien?
-...¿qué?
Se atrevió a preguntar cuando su cerebro al fin mandó la orden de mover los labios, Naruto se le acercó tomándolo de las manos.
-Lo estuve pensando toda la tarde, mientras te miraba con Yui en los brazos, deberíamos casarnos, formar nuestra propia familia, tener a nuestros propios hijos.
Por primera vez no pudo sostenerle la mirada, no era capaz de ver el azul de sus ojos, miró sus manos unidas un momento, en silencio, sin saber si reírse, gritar, huir, lo que fuera menos estar ahí teniendo esa conversación.
Se quedó sin aliento, no estaba seguro de si una persona podía sentir su corazón deteniéndose, pero eso era lo más cercano a lo que estaba experimentando, su pecho se llenó de un vacío insoportable, retiró las manos y dio un paso hacia atrás.
-No
Respondió al fin cuando encontró su voz, baja pero firme, preparado para enfrentarse al final de todo y darle la bienvenida de regreso a la soledad.
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Después de un mes entero de vivir juntos, Naruto siente que al fin ha alcanzado algún tipo de balance en su vida, uno que no sabía que había estado buscando.
Los días en que perseguía a Sasuke sin descanso, las largas y duras batallas, la pérdida de amigos, todo el dolor y la melancolía, todo cobraba sentido cada mañana cuando abría los ojos y se encontraba con él aún abrazado a su cuerpo, con el aroma a té verde inundando la habitación y con la luz del sol filtrándose por la ventana para caer gentilmente sobre su piel blanca.
Había valido la pena, todo estaba al fin en el lugar en que debía estar.
-¿Cuándo vas a dejar de aparecer con esa cara de tarado?
-Se llama cara de luna de miel y tú también la pones cuando hablas de Temari
-Temari y yo no somos así
Shikamaru podía decir lo que quisiera pero para Naruto no pasaba desapercibido el leve sonrojo que habían aparecido en sus mejillas apenas habían nombrado a su esposa.
-Ya concéntrate, tienes que ir a la reunión con el consejo y si lo arruinas a mi me van a molestar
Por supuesto, él aún no era Hokage, el puesto seguiría siendo ocupado por Kakashi unos años más pero era sabido por toda la aldea que él sería el siguiente en ser nombrado, por lo cual había comenzado a recibir la capacitación necesaria para el puesto, era raro tener designado al siguiente Hokage con tanta anticipación y el consejo parecía estar aprovechando eso para llenarlo de lecciones, avisos, recordatorios, presentarle a señores feudales, a involucrarlo en absolutamente todo lo necesario para que en su momento, pudiera desempeñar el papel a la perfección.
-Shikamaru Nara, Uzumaki Naruto, tomen asiento por favor, estamos por comenzar.
La sala de reuniones era tan fría y estéril como siempre, todo lo que se hablaba en ese lugar era sumamente calculado, no había sitio para el error y la duda, todo tenía un propósito y a Naruto le mareaba tener que pasar largas horas en medio de eso, sin embargo, su sueño, ser Hokage, venía con este tipo de carga incluido y él estaba dispuesto a sobrellevarlo.
La reunión se extendió tocando diferentes puntos, la política no era el fuerte de Naruto sin embargo, la presencia de Shikamaru le ayudaba a calmar la inquietud de no entender del todo los puntos tratados.
-Como último punto a tratar, Naruto, háblanos acerca de ti, ¿has escogido a un omega para contraer nupcias?
La pregunta tomó por sorpresa a ambos jóvenes, se dirigieron una mirada rápida antes de que Naruto mirara directamente al consejo.
-¿Es eso algo relevante a tratar en esta reunión?
El consejo guardó silencio un momento hasta que la vieja Koharu tomó la palabra.
-El consejo ha acordado que para tomar el lugar de Hokage, debes tener a un omega contigo para producir a un heredero.
-Espera, espera, espera... ¿Desde cuándo esto es un requisito? Hasta donde recuerdo, la vieja Tsunade nunca se casó ni tuvo herederos y...
-Agradecemos enormemente el trabajo de Tsunade como la quinta Hokage, sin embargo, no podemos ocultar que su gestión estuvo llena de incidentes, muchos de ellos derivados de la imagen que proyectaba, una mujer alfa sin un omega que la acompañe, la desconfianza que generó entre los señores feudales y demás benefactores de la aldea impactó negativamente en muchos aspectos.
-No puedo permitir que hablen así de la vieja Tsunade, ella es una heroína de guerra, todo lo que hizo siempre fue por el bienestar de nuestra aldea, ¿que tiene eso que ver con su vida personal?, ¿qué tiene eso que ver con la mía?
El aire se sentía más denso en la sala de reuniones, Naruto había alzado un poco la voz pero la presión de la mano de Shikamaru sobre una de sus piernas por debajo de la mesa para contenerlo le había ayudado a mantener un poco la calma.
-Entendemos lo que dices, y repetimos que esto no es un asunto de nosotros, pero dependemos del apoyo político de figuras más grandes y ellos apuestan por la tradición, Hatake Kakashi asumió el puesto estando casado con un omega y tuvo una hija con él, esa es la línea que necesitamos seguir.
-Naruto es el gran héroe de la cuarta guerra, estoy seguro que los señores feudales sabrán respetar sus decisiones personales.
-Si crees que ellos estarán conformes con no seguir sus reglas por simple gratitud, entonces te falta aún mucho que aprender, Shikamaru Nara.
Y era cierto, la política era un mundo mucho más complicado que el de los shinobis.
-Si nos permiten, hemos preparado una lista de omegas femeninos y masculinos que pueden cumplir el papel, nos queda claro que no es lo que alguien espera de un matrimonio pero tienes que entender que ya no eres solo una persona más de la aldea, se esperan muchas cosas de ti, y la elección de un omega es una de ellas.
Ojalá fuese una broma, sin embargo, el folder con perfiles impresos de cada candidato a ser su omega estaba siendo entregado en manos de Shikamaru.
-No hay necesidad, tengo un omega.
La mirada de todos se posó sobre él, Shikamaru incluido. No era estúpido, sabía que a pesar de todo, decir que el omega que tenía a su lado era Sasuke Uchiha, era un movimiento arriesgado, el consejo definitivamente no aceptaría fácilmente como omega del futuro Hokage a quien fue un traidor.
-¿Quién..
-Un par de meses, luego de eso me casaré con mi omega, no tienen nada de qué preocuparse.
Estaba siendo impulsivo, lo sabía, a estas alturas ya no debería actuar como el mocoso ingenuo que aseguraba poder dominar el Rasengan en una semana, sin embargo, ¿qué otra opción tenía?, si no lo hacía de esta manera, los muros en contra de su relación con Sasuke se levantarían cada vez más altos y ahora su puesto como futuro Hokage, el sueño de toda su vida, también estaba en una posición delicada.
No iba a permitir que le arrebataran por lo que había trabajado tanto.
-¿Cuál es tu plan, genio?, porque tú aseguraste que estarías en el altar diciendo el "si, acepto" en dos meses, pero yo estoy bastante seguro que Sasuke va a darte un puñetazo cuando le digas que tiene que vestirse de blanco y jurarte lealtad como su alfa.
La reunión había terminado y por supuesto Shikamaru tenía ya un regaño listo.
-No creas que no lo pensé, pero necesitaba quitármelos de encima para poder pensar... ¿Hay alguna manera de que cambien de opinión?
Shikamaru suspiró sonoramente mientras se alejaba un poco para encender un cigarro, Naruto lo miró expectante, anhelando que pusiera a trabajar ese gran cerebro suyo para solucionar el asunto.
-La única manera es que alguien del consejo se oponga, entonces llevarían el asunto a ser reconsiderado y como pudiste ver, ellos no van a dar el brazo a torcer así que será mejor que vayas buscando un anillo para Sasuke.
Oh Dios... estaba tan jodido.
El resto del día se le va entre libros y documentos, aunque si es sincero no logra concentrarse en nada de lo que está leyendo, lo único que da vueltas en su cabeza es la forma en que le dirá a Sasuke que tenían que casarse en dos meses para que su sueño de ser Hokage no se terminara, ¿lo aceptaría o se reiría en su cara?
Desde que eran unos niños en la academia, cuando no eran amigos pero eran capaces de reconocer la existencia del otro, él supo, al igual que toda su clase, que Sasuke Uchiha no era exactamente un omega tradicional.
Era más fuerte y hábil que cualquier otro niño sin importar si era alfa, beta u omega, también era más rápido y destacaba en el arte ninja, Sasuke se había encargado a base de esfuerzo y trabajo duro que nadie recordara que era un omega, no había alfa ni beta que pudiera menospreciarlo en ese sentido y si alguien se atrevía, Sasuke se aseguraba de demostrarle que a pesar de su segundo género, él era superior en todos los demás sentidos.
A Naruto nunca le había importado, para él, Sasuke era su rival, la meta a alcanzar, que fuera un omega le daba completamente igual en aquella época y cuando se convirtieron en un equipo, la cosa no fue distinta, la rivalidad entre ellos, la necesidad de que el otro reconociera su valía eclipsaba cualquier otra cosa.
Ni siquiera cuando todo había terminado y visitaba a Sasuke en prisión, el hecho de que él fuera un alfa y el otro un omega no era algo en lo que pensara, nunca había sido importante, nunca había sido relevante, hasta que lo fue.
Era ridículo, pero la verdad era que, la situación había tomado peso y sentido hasta la primera noche que habían compartido como una pareja real, cuando había visto su cuerpo desnudo y lo había recorrido en besos y mordidas, cuando su propia anatomía había encajado en la contraria a la perfección y se había embriagado por primera vez con su aroma a té verde.
Se recostó sobre la mesa en donde fingía trabajar, no estaba de humor para siquiera intentar comprender los documentos que le habían dado para revisar, en su lugar se fijó en la carpeta que tenía a un lado, aquella que le habían entregado a Shikamaru y que éste le había dejado en su escritorio para revisarla.
La tomó con cuidado y la abrió para comenzar a ver el contenido, como le habían dicho, estaba lleno de perfiles de candidatos, cada hoja era un informe con el nombre del omega, su fotografía y una descripción extensa en como beneficiaría a toda la aldea una alianza matrimonial con cada uno.
Razones como beneficio económico, adquisición de tierras, de poder militar, Kekkei Genkai que podrían heredar futuros hijos, todo estaba cuidadosamente detallado en cada página.
Se fijó específicamente en uno de los candidatos, no porque le interesara realmente, era porque se preguntaba si estaba consciente que era parte de esa lista y si estaba de acuerdo con esto.
-Sabaku no Gaara...
El nombre de su amigo salió en un susurro mientras miraba en la fotografía su cabello rojo y los ojos que nunca había podido definir si eran verdes o azules.
No lo soportó más, cerró la carpeta con prisa y se levantó, estaba ya algo atrasado de todas formas para ir a la fiesta de cumpleaños de Yui.
Cuando llegó al sitio y miró a la pequeña niña junto con Kakashi e Iruka se preguntó si el consejo también había tenido esa plática con su antiguo maestro.
Kakashi parecía amar profundamente a su familia, no podía ni siquiera imaginarse que su relación había sido algo orquestado con fotos de candidatos en una carpeta como estaban intentando hacer con él.
Cuando vio a Sasuke llegar, su corazón se agitó un poco, no sabía si era la emoción de siempre al mirarlo o si estaba nervioso de hablar con él por toda la situación. Intentó ocultarlo, intentó sonreír como siempre aunque era consciente de la forma en que Sasuke lo miraba, como estudiando su rostro en busca de algo que estuviese fuera de lugar.
-¡Sasuke, Sasuke!, ayúdame a bajar los goblos
Y sin embargo, cuando la pequeña Yui se acercó, pronunciando mal las palabras y extendiendo los brazos hacia el omega para ser elevada, Naruto descubrió algo, Sasuke estaba sonriendo y su aroma a té verde se volvía más dulce ante cada interacción con la niña.
Naruto los miró fijamente entonces, vio a Sasuke levantarla y ayudarle a bajar un par de globos, le vió bajar hasta la altura de la niña para ayudarla a arreglar su vestido y luego ayudarla a recoger su cabello platino en una coleta para que no le molestara al jugar, vio una dulzura y suavidad en Sasuke que no conocía, vio al omega al que nunca le había prestado atención y pensó que tal vez no todo estaba perdido.
Ellos se amaban, nunca había sido pronunciado en voz alta, pero estaba seguro que ambos eran conscientes de ese hecho, lo sabía por la forma en que Sasuke le sonreía en las mañanas, cuando aún estaba algo adormilado y se le olvidaba poner esa expresión de indiferencia, lo sabía por cómo se aseguraba de dejarle el último de los dangos, por la forma en que apoyaba su peso en su hombro cuando estaban en el sofá, por cada una de las pequeñas cosas que Sasuke hacía y que sabía sería incapaz de hacer con alguien más.
Y él, ni siquiera podía poner en palabras lo que sentía por él, por la risa ronca que Sasuke soltaba cuando decía algo tonto, por su manía de perderse al mirar a un punto fijo por la ventana, por su extraña costumbre de colocar las almohadas de la cama en un orden en específico para poder dormir, por el placer incomparable que sentía cuando besaba sus labios, todo lo que Sasuke hacía, todo lo que decía, todo lo que era, lo amaba con tanta intensidad que parecía fuera de la realidad.
Cuando volvían a casa, Sasuke sostuvo su mano, lo había hecho antes pero esta vez era diferente, la tomó con seguridad, entrelazando sus dedos y caminando sin prisas, su rostro se veía más sereno que de costumbre, como si acabara de tener un día maravilloso.
Quería creer que Sasuke estaba imaginándose su vida a su lado, que tenían una familia como la de Kakashi e Iruka, que tenían uno o dos hijos, con la piel tan blanca como la de Sasuke y los ojos tan azules como los suyos.
Fue tal vez ese pensamiento o el hecho que antes de entrar a casa fue el mismo Sasuke quien se acercó y dejó un beso en su mejilla lo que le dio el valor de dar el paso que necesitaba dar, por ellos, por su sueño.
Y sin embargo, todo se fue al caño en el momento en que Sasuke retrocedió dos pasos y dijo un claro "no" ante su propuesta de matrimonio.
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Los siguientes minutos, Sasuke los vive contradictoriamente en cámara rápida y al mismo tiempo en cámara lenta. Las palabras que habían comenzado suaves se convirtieron pronto en voces alteradas.
No podía culpar a Naruto, su rostro reflejaba todo el desconcierto que estaba experimentando y ojalá pudiera hacer algo para cambiar la situación pero la realidad era que había llegado la hora de enfrentar las consecuencias más duras de sus actos.
-Explícame por qué no
Naruto le había pedido aún intentando mantener algo de compostura, él no estaba muy seguro de guardar alguna.
-Tú explícame por qué quieres hacer esto, llevamos apenas un mes viviendo juntos
-Viviendo juntos, un mes si. ¿Pero los dos años que pasaste en prisión, todo el tiempo que estuve detrás de ti?
-Nunca te pedí que fueras por mi, te dije hasta el cansancio que me dejaras en paz pero no vamos a discutir eso ahora, estamos hablando de tu idea ridícula de querer casarnos
-¿Ridícula?, ¿así es como ves nuestra relación?
Poco a poco las cosas comenzaban a calentarse más de lo que Sasuke creía ser capaz de manejar, ¿pelear como ninjas con Naruto? claro, eso sabía hacerlo, ¿pelear como pareja? No, definitivamente eso no era algo que pudiera controlar.
-No me refiero a eso y lo sabes
-¿A qué te refieres entonces, Sasuke? Porque honestamente no te entiendo.
Y por supuesto que no lo haría, ni el mismo Sasuke estaba seguro de entender sus propios pensamientos y sentimientos.
-¿Por qué te altera tanto la idea de dar el siguiente paso?, somos adultos, hemos vivido muchas más cosas que cualquier otra pareja, nos amamos, ¿por qué no podemos simplemente casarnos?
-No estoy hecho para eso, Naruto. Ser... ser
-¿Ser mi omega?, ¿es eso?
-No te atrevas
¿En qué momento habían tocado ese punto? El peor de todos, el único que tenía el poder de reducir a Sasuke a nada.
-Sabes que no lo digo en ese sentido, que seas un omega nunca fue algo que me importara porque sobre eso yo veía a mi amigo, a mi rival, pero esto es diferente, estamos hablando de nosotros, de nuestra relación. Eres un omega y...
-Y tú eres un maldito alfa, uno igual a los demás
No podía quedarse ahí a escuchar más, no podía, ni quería presenciar como la imagen que se había armado de Naruto se derrumbaba delante de sus ojos. Sus pies se movieron solos para caminar hacia la puerta del departamento.
-¿Qué pasó con eso de "No voy a obligarte a ser alguien que no eres"?
-Y sin embargo es lo que eres.
El golpe de la puerta al cerrarse no fue suficiente para acallar el peso de las últimas palabras que le había escuchado decir, mucho menos para opacar el dolor punzante que persistía en su pecho.
Estaba intentándolo, en serio lo hacía. Cumplir con misiones muy por debajo de lo que era capaz de hacer, llevar una vida tranquila en la aldea, cumplir con cada requisito que le era impuesto, pero al parecer nada de eso era relevante, nada de eso valía tanto como lo que todo Konoha esperaba de un omega, Naruto incluido.
Casarse... No es que no se lo hubiera planteado, pero por más vueltas que le daba, la respuesta siempre era la misma, no podía hacerlo, en el fondo sabía que su relación con Naruto tenía una fecha de caducidad marcada, solo no se esperaba que fuese tan pronto, quería seguir viviendo en la ilusión que se había creado aunque fuera solo un poco más.
-¿Eh? Sasuke Uchiha, ¿qué es lo que haces aquí a esta hora?
Ren Hyuga se detuvo cuando se lo encontró sentado en una explanada, mirando hacia la aldea, él por otro lado, parecía haber estado corriendo.
-Podría decir lo mismo, es tarde para salir a correr
Ren sonrió con la misma amabilidad de siempre
-Lo es, tampoco lo hago por gusto, pero me casé con una kunoichi, me siento un vago cuando Hinata se levanta a entrenar al amanecer y luego se encarga de la casa, los gemelos y va a misiones, no puedo quedarme atrás y decir que estoy cansado por haber estado trabajando todo el día, así que salgo a correr por las noches.
Ciertamente, ser el esposo de la princesa de los Hyuga no debía ser fácil y aún así, ambos hacían parecer el matrimonio como algo llevadero.
-¿Discutiste con el gran héroe?
-¿Quién llama así a ese idiota?
-Mucha más gente de la que te imaginas
La risa de Ren le ayudó a sentirse un poco menos irritado, un poco menos adolorido en el interior.
-Si... algo así.
-Ven a casa entonces, está cerca, cenemos algo, las penas se pasan mejor si las compartes con un amigo.
Amigo... En todo ese tiempo solo había considerado a Sakura y a Naruto como sus amigos, fue de hecho bastante reconfortante saber que Ren lo veía como uno.
La casa, verdaderamente estaba cerca, lo cual era raro considerando que el territorio de los Hyuga estaba en un lugar completamente diferente, era una casa grande, tradicional, le recordó vagamente a su propio hogar de la infancia.
-¿Sasuke?
La voz suave de Hinata fue lo primero en escuchar cuando cruzó la entrada, la mujer estaba con el cabello recogido en un listón, se veía hogareña y claramente confundida de encontrárselo en su entrada.
-Sasuke no tenía donde pasar la noche.
Hinata no hizo más preguntas, parecía entender todo con esa simple frase, le sonrió enseguida con la dulzura típica en ella.
-Deben tener hambre, Ren, ve a tomar un baño, el agua está caliente ahora, Sasuke acompáñame, te serviré algo de cenar.
Se sentía un intruso en esa escena familiar, sobre todo cuando vio a Ren dejar un beso en la mejilla de su esposa para retirarse hacia su baño, él siguió en silencio a Hinata. Se notaba su eficiencia en el hogar, la forma en que rápidamente llenó la mesa con comida y té.
-Adelante, por favor
Le indicó para que pudiera tomar el alimento que quisiera mientras ella tomaba asiento en la mesa sin prestarle atención en realidad, en lugar de eso había sacado un tejido ya en curso y se puso a trabajar en silencio.
-¿Vas a preguntarme qué pasó?
-¿Quieres contármelo?
-No realmente
-Entonces no
Sonrió aliviado de escucharla, Hinata era una mujer de decisiones sabias, sabía cuándo presionar y cuándo no y eso provocó que Sasuke se relajara más.
-Está realmente molesto conmigo
Dijo sin saber exactamente porqué, Hinata levantó la mirada para prestarle atención.
-¿Tiene razón de estar enojado?
-Supongo.. tal vez, si
-Deberían hablarlo
-Lo hicimos, hablamos
-¿Hablaron o discutieron?
-¿Hay diferencia?
-La hay, una gran diferencia, si crees que hiciste algo mal, deberías disculparte, si pelearon porque no pudieron estar de acuerdo en algo, deberías explicarle tu posición y escuchar la suya, es difícil sobre todo porque los dos son shinobis, están acostumbrados a tener un ganador, pero esto no es el campo de batalla, no se trata de encontrar al ganador y al perdedor.
Después de aquello Hinata regresó su mirada a su tejido, tenía un aura de madurez adquirida por experiencia.
-Tu eres una kunoichi también
-Lo soy, y por eso se lo difícil que es, cuando recién me casé con Ren y discutíamos, entraba en modo defensa enseguida, fue él quien me enseñó que no éramos enemigos pero si un equipo, ahora lo recuerdo y es divertido, pero en serio se como te sientes, en su momento también fue duro para mi.
Ren y Hinata discutiendo, era algo difícil de imaginar, ambos eran tranquilos, amables, parecían encajar como dos piezas de engranaje y sin embargo, ahí estaba Hinata confesando que las piezas de ese engranaje habían tenido que ser limadas hasta que cazaran a la perfección.
-Bien, hora de comer
Ren apareció luego de un rato, con el cabello aún húmedo y enseguida tomó lugar junto a su esposa para comenzar a cenar
-Asegúrate de comer bien Sasuke, hay que estar fuertes para comenzar nuestro siguiente proyecto, dentro de poco comenzaremos la reconstrucción del puente Degarashi en el país del Té, espero que puedas seguir apoyándonos como hasta ahora.
Sasuke no contestó enseguida, en su lugar miró hacia Hinata, el puerto Degarashi era el proyecto que él había mencionado como un comentario casual y sin importancia, hasta donde sabía no figuraba como prioritario, pero ahora, después de haberlo comentado con ella, resultaba que era oficialmente el siguiente trabajo de la compañía de construcción.
Mientras miraba el perfil sonriente de esa mujer pensó que estaba comenzando a entender su dinámica, la princesa Hyuga había resultado mucho más lista de lo que todos creían, tenía su respeto.
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A pesar de todo, Sasuke había dormido tranquilo, la cama de la habitación de invitados en casa de Hinata y Ren era bastante cómoda, hablar brevemente con Hinata, cenar con Ren, escucharlo hablar sobre las construcciones y su familia le habían ayudado a despejar un poco sus pensamientos.
Lo había pensado detenidamente antes de irse a dormir, tomaría el consejo que le habían dado, hablaría con Naruto, intentaría explicarle lo que pasaba, le diría lo que se sintiera listo para confesar.
Abrió los ojos en cuanto sintió la presencia de dos personas a su lado, sin embargo no esperaba toparse de frente con dos pares de ojos blancos perla mirándole fijamente. Los gemelos, Renji y Reiji estaban quietos y parados justo frente a él.
-Buenos días
Les dijo más para romper el momento incómodo de despertar con dos infantes observándote fijamente que por otra cosa.
-Ara... ¿por qué están molestando a Sasuke?
Hinata apareció enseguida para tomar a los gemelos en brazos.
-Buenos días, Sasuke, lamento que los niños te hayan despertado, desde que caminan por su cuenta se volvieron expertos en explorar.
-Está bien, no me molesta.
Agradecía inmensamente la discreción de ese hogar, Hinata no se metía en temas que no quería hablar y Ren era experto para hacerle despejar la mente, por primera vez se sintió cómodo con más personas que no fueran Naruto y Sakura.
Luego de una despedida rápida se puso en camino a casa, pensó que tenía tiempo de tomar un baño, cambiarse de ropa y pasar por la oficina de Naruto para hablar con él, sin embargo, los planes cambiaron cuando entró al espacio que compartían y lo encontró sentado en la sala, se veía cansado, con marcas bajo los ojos de haber pasado la noche en vela.
-¿En dónde estabas?
No era un reclamo, era una pregunta de preocupación genuina, Sasuke se sintió culpable.
-Escucha, anoche dije cosas que no debí mencionar nunca, perdóname, estaba fuera de mi y crucé la línea
No le había dado tiempo de responder, había comenzado a disculparse enseguida, se acercó a él con calma y tomó por primera vez el camino más pacífico para resolver un conflicto, lo abrazó.
Naruto enmudeció, era evidente la falta de costumbre en ambos para expresarse de esa manera, sin embargo, el abrazo fue correspondido de forma inmediata.
-No huí de la aldea ni pensé en hacerlo, si eso es lo que te preocupa, pasé la noche en casa de Hinata y Ren, vengo de ahí.
Naruto le escuchó, parecía sentirse menos tenso cuando escuchó que había estado toda la noche en Konoha, con gente de confianza.
-Lamento haber reaccionado tan mal, yo...
-Espera, fui yo quien estuvo mal, tenías razón, prometí no obligarte a ser algo que no eres, solo, olvidemos lo que pasó anoche ¿si?
No era exactamente lo que había planeado, no habían tenido la larga y dura charla para la que se había mentalizado, y sin embargo, por ahora quería conformarse con eso, quería extender un poco más el momento, todo lo que pudiera, porque al final, cuando la bomba de tiempo estallara, sabía que no habría vuelta atrás.
Pero en ese momento, aún con la sala ligeramente oscura por ser tan temprano en la mañana, Sasuke simplemente quería disfrutar de tener y estar entre los brazos del alfa a quien amaba.
Notes:
Esta vez vimos un poco de los pensamientos de Naruto, de como se siente y como ha comenzado a tener más responsabilidades. Mientras escribía la escena de su discusión con Sasuke me dio harto coraje que Naruto sea tan patán, me tuve que recordar a mi misma que no es que sea una mala persona, pero lo están poniendo en una posición delicada también y reaccionó de forma humana.
Aún así, Sasuke aún no la está pasando tan mal como lo hará en el futuro.
Chapter Text
Las calles de Konoha estaban aún desiertas a esas horas de la mañana cuando un par de figuras se encaminaban hacia los campos de entrenamiento.
Sakura disfrutaba de la paz mañanera para correr algunos kilómetros, Sasuke no tanto, la calma de esas horas deberían ser para dormir, sin embargo, la vida de shinobi rara vez le permitía dormir hasta tarde.
El último mes había estado saliendo a entrenar con Naruto, pero luego de su última discusión, las cosas estaban aún algo tensas, incluso después de que ambos se disculparan e intentarán retomar la normalidad, la verdad era que la incomodidad era palpable en el aire.
Asi que cuando Sakura se ofreció a salir a correr con él aceptó enseguida, por el momento, tener un poco de espacio entre Naruto y él sonaba a lo más sensato.
-Escuché que te hiciste amigo de los Hyuga — Mencionó la mujer mientras comenzaban un trote suave.
-No de todos ellos, pero Hinata y su esposo han sido agradables, Ren es un buen jefe — Contestó con franqueza, la pareja había resultado un buen apoyo, no se metían de más, no le exigían explicaciones que no quería dar, solo estaban ahi, apoyándolo.
-¿Dejarás de ser shinobi para dedicarte a la construcción?— Resultaba divertido hasta cierto punto, imaginar a Sasuke fuera del mundo ninja, era algo impensable
-Por supuesto que no, pero no recibo tantas misiones como quisiera y trabajar en las construcciones asegura un pago y no me viene mal el dinero.
Sakura lo miró un momento y pareció meditar sus siguientes palabras, al final simplemente las soltó.
-Naruto recibe un pago considerable, podrías pedirle apoyo si lo necesitas, es tu alfa después de todo, se es que es un tonto muchas veces pero si le explicas entenderá que es parte de su responsabilidad.
Ahh, por supuesto, su amiga era exactamente como lo eran todos en Konoha, casados con la idea del alfa proveedor, pero para él era un no absoluto.
Ahora que podía concentrarse en recordar a su hermano no por la tragedia, tenia la oportunidad de repasar los momentos buenos que pasaron juntos, los entrenamientos, los consejos.
-Escucha Sasuke, vas a escuchar muchas veces que necesitas a un alfa a tu lado, para protegerte, para cuidarte, para proveerte, pero no se trata de que lo necesites, tú serás capaz de hacer todas esas cosas y si algún día decides tener a un alfa a tu lado, será por elección, no por necesidad.
Extrañaba a Itachi, él había sido el único que se había preocupado por enseñarle a mantenerse a flote siendo un omega en un mundo dominado por alfas.
-¿O es que acaso tienen algún problema? — Ante el silencio de Sasuke, la mujer volvió a preguntar, esta vez la interrogación provocó un largo suspiro que preocupó a Sakura.
-Naruto quiere que nos casemos, le dije que no.
Sasuke tardó un par de segundos en darse cuenta que su amiga se había detenido, la miró, estaba con una expresión de asombro en todo el rostro y no podía definir si era sorpresa porque saber que Naruto le había propuesto matrimonio o porque se había negado.
-¿Pero por qué?, Mira, ustedes siempre han hecho las cosas a su manera y está bien pero ¿por qué negarse?, se han estado persiguiendo por años y ahora que pueden estar juntos... Lo siento, no debería meterme.
Se veía realmente contrariada, frustrada, y por primera vez, Sasuke no quiso apartarla y pedirle que lo dejara en paz, al final de cuentas, sentía que estaba perdido y algo de dirección no estaba mal.
-No.. dilo, quiero escuchar lo que piensas
Sakura lo miró fijamente apenas unos segundos antes de romper con la distancia que los separaba y ponerse frente a él.
-¿Es que acaso tú tienes idea de lo que fue para él?, correr detrás de ti por tanto tiempo, aún cuando todos le decían que te dejara de lado, que eras un traidor y que habías elegido tu camino, él nunca te abandonó, siempre fuiste el motivo de sus pensamientos, de su desespero, lo vi en ataques de pánico, sin poder respirar y temblando porque no sabía que más hacer para salvarte, para traerte de regreso... él... el shinobi más fuerte, nuestro futuro Hokage, deshecho porque una vez más decidiste alejarte dos pasos cuando él se acercaba uno.
Dolía, sabía que no tenía el derecho, pero se permitió sentir el dolor de la culpa al escucharla, al verla limpiarse furiosamente las lágrimas de las mejillas.
-Aún... ¿aún estás enojada conmigo por todo eso?
-¡Claro que aún estoy enojada contigo!... No es fácil perdonarte Sasuke, intentaste matarme, me llamaste una molestia cuando te amaba, y luego, simplemente regresas, así, sin más... te quiero, eres mi amigo, pero, aún estoy aprendiendo a perdonarte. —Sakura se limpió nuevamente el rostro y respiró profundamente, miró a Sasuke directamente a los ojos, sabiendo que lo que iba a decir tenía que ir cargado de toda su determinación y valor.
-Tienes que dejar de jugar, sé un adulto y hazte responsable de él como él lo ha hecho siempre de ti. Si no quieres estar con él con el compromiso que conlleva entonces termina todo de una vez, y si quieres permanecer a su lado, entonces basta de hacerlo esperar.
La escuchó atentamente, aceptó cada palabra, cada lágrima, cargó con la consecuencia de sus actos, con el resultado de haber llevado hasta el límite a las personas a las que consideraba su familia, y aunque dolía, lo tomó todo, porque sabía que lo merecía tanto como Sakura merecía reclamar todo aquello.
Sin embargo, ¿podía aceptarlo?, ¿estaba realmente dispuesto a aceptar lo que Naruto quería y esperaba de él?, ¿en dónde quedaba él entonces?, como persona, como hombre, como omega, ¿eso era lo único que podía hacer?, ¿ofrecer absoluta obediencia sin importar sus propios anhelos?
-Yo realmente lamento haberte lastimado tanto, Sakura.
Por el momento, eso era lo único que podía hacer, porque ella lo merecía a la misma magnitud que Naruto, una disculpa.
Sakura le sonrió aún con las pestañas húmedas y terminó de romper la distancia entre ellos para abrazarlo.
-Perdón por gritarte... Solo.. quiero que sean felices... ambos.
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La siguiente parada luego de aquel momento con Sakura, era el trabajo en la construcción.
Luego de enterarse que el siguiente gran proyecto era el puente Degarashi, un proyecto que él había propuesto a Hinata, le habían extendido una invitación para participar ello, invitación que rechazó.
No le había mentido a Sakura, no pensaba dejar de ser un shinobi para dedicarse a la construcción, sin embargo, había encontrado un pasatiempo interesante en ella, era casi terapeútico ayudar a levantar partes de la aldea cuando él había participado en la destrucción de otros lugares, sentía que expiaba un poco de sus pecados con cada muro levantado.
Pero el puente requería de mucho más tiempo y distancia, había que viajar indefinidamente hacia el país del Té y luego de escuchar a Sakura, le quedaba claro que espacio y tiempo entre él y Naruto era algo que estaba fuera de discusión, no pensaba empeorar las cosas cuando al fin alguien le había dado algo de rumbo sobre que hacer. Y para ser honestos, tampoco sabía si le darían el permiso para salir de la aldea con ese motivo, era consciente que aún era vigilado por un miembro de ANBU a la distancia
-Si cambias de parecer, tienes un lugar en el proyecto. — Le había dicho Ren mientras lo mandaba a ayudar en trabajos más pequeños alrededor de la aldea, no eran la gran cosa pero, le daban el tiempo suficiente para dedicarse a otros temas.
Volvió a casa temprano, mucho antes de la hora habitual en que Naruto solía aparecer, llevaba una bolsa de compras en manos con ingredientes para preparar ramen, se tomó un tiempo para poner en orden la casa, no era la gran cosa, casi todo estaba en su lugar pero limpió diligentemente así como colocó un florero con lirios en la mesa, encendió incienso aromático y luego se puso manos a la obra con la comida.
No era fan del ramen como Naruto, sin embargo, hacía esto por él, tal vez, tenía que ceder un poco, hacerse responsable como le había dicho Sakura, hacer las paces con el omega en su interior y tomar un rol más... tradicional.
Se trataba de abrazar una nueva faceta, no de negar todo lo demás que él sabía que era, Itachi le había dicho que si algún día tenía a un alfa a su lado debía que ser por elección y él estaba eligiendo esto ahora. Esta era su elección.
La casa parecía la misma y a la vez una diferente, un lugar más cálido, más hogareño y Sasuke sintió un pinchazo de orgullo de haberlo conseguido con tan poco, el sentimiento incrementó cuando Naruto llegó y su rostro siempre expresivo demostró lo mucho que le gustaba el pequeño cambio.
-La cena está lista, ven a comer.
Le pidió intentando que su voz sonara más a suavidad que a orden, Naruto le miró en silencio y sonrió tímidamente antes de seguirlo hasta la mesa.
-¿Cocinaste ramen? — La sonrisa se hizo más amplia y con ello el sentimiento de orgullo en el pecho de Sasuke creció.
-Nunca dije que no supiera hacerlo y se que es tu favorito así que si, preparé ramen... para ti.
La frase fue muriendo en sus labios al sentirse de repente avergonzado por mostrar por primera vez en su vida una actitud como aquella.
Naruto en su lugar comenzó a comer, la felicidad en su rostro parecía solo crecer, alagó el platillo como si hubiese sido el mejor ramen de toda su vida, Sasuke sabía que exageraba y aún así, se permitió disfrutar de los cumplidos, del calorcito agradable en su pecho.
Cuando la cena se terminó, envió a Naruto a tomar un baño mientras él se dedicaba a limpiar y poner en orden. Miró fijamente el vaso de cristal en sus manos mientras el agua de la llave se llevaba la espuma con la que lo había lavado, este tipo de vida era la que estaba eligiendo, era su elección, suya.
Cuando entró a la habitación principal encontró a Naruto secándose el cabello, se acercó en silencio y le hizo sentar en la cama para él continuar con la tarea, por alguna razón recordó a sus yo de años atrás, cuando estaban en medio de su misión en el país de Las Olas, cuando aprendían apenas a concentrar el chakra en los pies para caminar por los árboles, recordó la forma en que regresaron luego del entrenamiento, apoyándose en el otro, felices del cansancio y aún sin estar dispuestos a parar la competencia. Sonrió.
-¿Estás bien? Estás muy callado
Naruto levantó la mirada hasta que encontró la suya, pasó sus dedos por el cabello rubio, le gustaba cómo se sentía en sus yemas, le hacían sonreír un poco más, miró sus ojos azules, seguían siendo los mismos que le miraban con desafío en sus recuerdos pero había algo más, cariño, devoción, amor.
Se inclinó hasta atrapar los labios ajenos con los suyos, el beso fue lento al igual que sus movimientos, se trepó con cuidado en el regazo contrario y suspiró entre sus bocas al sentir las manos contrarias sujetándolo de las caderas, acercándolo más al cuerpo que tenía debajo suyo.
Las cosas escalaron con prisa, la ropa fue desapareciendo del camino para dejar que sus cuerpos se encontraran en caricias y besos, se movieron en más de una posición por la cama simplemente entregados al momento.
Los labios de Naruto recorriendo su cuerpo se sentían a gloria y pecado, no pudo evitar arquear la espalda cuando bajó hasta su ombligo, rodeándolo de besos húmedos y mordidas gentiles, sin embargo, cuando bajaron hasta su cicatriz el éxtasis fue remplazado por ansiedad, sus manos buscaron con prisa tomar el rostro ajeno de las mejillas y dirigirlo con cuidado hasta que alcanzara su altura, volvió a besarlo, esta vez con una pasión diferente, con más hambre, más necesidad.
-Te elijo a ti...
Murmuró apenas audible, sin saber si lo había dicho para su amante o para si mismo, como un mantra que intentaba grabarse en la piel a base del toque ardiente en su cuerpo; Naruto pareció escucharlo de todas formas porque enseguida regresó a hundirse en su cuerpo y el empuje de sus caderas se volvió más profundo, más certero, más primitivo.
Sasuke arañó con una mano su espalda, con la otra se sostuvo de las sábanas bajo su cuerpo, de igual manera no hubo forma de detener la ola de placer que rompió por todo su cuerpo llevándolo al orgasmo.
Los minutos pasaron, ellos permanecieron abrazados con las respiraciones aún agitadas, sus pechos subiendo y bajando en sincronía mientras mantenían sus manos unidas con dedos entrelazados.
-Te amo...
Le escuchó decir la frase que nunca se decían pero que ambos sabían era una realidad entre ellos. Se apretó un poco más a su cuerpo, refugiándose en su calor.
- Y yo a ti...
Respondió igual de bajo, como si al hablar más alto estuviesen rompiendo alguna regla no dicha.
Podía acostumbrarse a esto, a los días tranquilos y a las noches de intimidad, podía hacerlo, era su elección después de todo.
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Renji y Reiji Hyuga habían encontrado un nuevo amigo de juegos, tenían apenas poco más de un año pero eran niños bastante activos, les gustaba explorar en los jardines de su hogar, jugar alrededor del gran estanque de peces koi y su actividad favorita nueva era tomar a Sasuke, cada uno de una mano, y hacerlo partícipe de sus recorridos.
Sasuke llevaba media semana yendo a casa de Hyuga Hinata. Ren había partido para la nueva construcción y le había dejado encargado un proyecto especial, la remodelación de su propio jardín interior, aunque concentrarse en el trabajo resultaba complicado cuando los gemelos se le acercaban en cada oportunidad pidiendo su atención.
Le agradaban, eran pequeños y apenas hablaban pero encontraba una paz placentera al convivir con ellos.
-Tienes que dejar de hacer lo que los gemelos quieran, así nunca vas a terminar el trabajo.
Hinata se acercó con una tetera y dos tazas mientras él les mostraba los peces a los niños que parecían prestar extrema atención a lo que Sasuke dijera.
-Ven a tomar un poco de té, está recién hecho.
Se sentaron a la orilla del jardín mientras miraban a los gemelos aun jugando alrededor, el clima estaba agradable y de nuevo Sasuke se preguntó si estaba haciendo las cosas como esperaban que las hiciera.
-Últimamente, te ves algo bajo de energía, ¿todo está bien?
Hinata, siempre perspicaz, le habló con un tono tan maternal que lo desarmó enseguida.
-Tú... ¿eres feliz con tu vida?, esto es... ¿lo que siempre quisiste?
Los últimos días, Sasuke había hecho todo lo que estaba en sus manos por ser el omega que se suponía debía ser, una persona más hogareña, más dedicado al cuidado de su casa y de su familia, en este caso de su pareja.
Recordaba las lecciones de la academia que había tenido que tomar junto al resto de los omegas, esa donde les habían remarcado cuál era su lugar, cuáles eran sus obligaciones. La época de guerra en la que había nacido había obligado a la aldea a aceptar que los omegas también se convirtieran en shinobis, hacían falta manos en la batalla, y aún así, les habían dejado en claro que después de la pelea, ellos tenían la obligación de volver a casa, mantenerla a flote, complacer a un alfa, criar hijos.
Había huido durante toda su vida que lo encasillaran en ese estereotipo pero ahora que vivían en un ambiente de paz, era lo único a lo que podía aspirar. Y él lo aceptó, eligió esto porque era lo más justo para Naruto y la relación que intentaban tener.
Aunque fuera incapaz de darle aquello, en todo lo demás, tenía que intentarlo... sin importar que tan vacío le hiciera sentir.
-No de la manera que esperé, pero si.
Sasuke la miró expectante, aún sediento de comprender que era lo que hacía tan diferente a Hinata Hyuga de él. La mujer le sonrió con dulzura, la misma que usaba para explicarle algo a sus pequeños hijos.
-A veces, necesitas renunciar al camino que creíste correcto para llegar a la meta, lo importante es no perderse en el proceso.
Y sin embargo, en los últimos días, Sasuke se había sentido completamente desorientado.
-¿Vale la pena? — Su voz sonó baja, su vista se mantuvo pegada a la taza de té en sus manos. Hinata entonces miró hacia los gemelos, quienes caminaban con pasos tambaleantes.
-Valió completamente la pena — Contestó segura de sus palabras, su voz sonaba igual de suave pero Sasuke podía sentir el peso y la firmeza con la que la mujer había hablado.
-Pero Sasuke... ¿estás seguro de haberte trazado la meta correcta?
Era la meta correcta, ¿no?, desear una vida tranquila junto a la persona que amaba, el camino tenía que valer la pena también para él, y aunque lo pensó, fue incapaz de responder en voz alta.
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El resto de la semana fue lento, cumplió algunas misiones de bajo rango, continuó trabajando en la remodelación del jardín de los Hyuga, siguió con su rutina de ejercicio con Sakura y se dedicó a ser el omega que debía ser en casa.
Naruto se veía más cómodo, sonreía más, le había contado durante la cena del jueves, que una profesora de la academia ninja, una mujer beta que llevaba cada semana el informe a Kakashi sobre como se desarrollaban los nuevos estudiantes, le había dicho: "se nota que tienes un omega en casa", no supo si se refería al hecho de que Naruto ya no salía sin desayunar, o a que ahora se llevaba un almuerzo cada día en una caja de bento, o si era alusión a que la apariencia de Naruto ahora se veía mucho más cuidada, o si era que sus feromonas ahora iban mezcladas con las suyas, lo que fuera, a Naruto le había hecho feliz el comentario, se lo había contado con tal felicidad que Sasuke únicamente pudo sonreír, aunque por dentro, el hueco que había estado sintiendo en la boca del estómago, se sintió más grande.
Como fuese, era algo bueno, ¿cierto?, estaba haciendo un buen papel y los demás comenzaban a notarlo.
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-Sasuke, tengo un favor que pedirte
Kakashi le había mandado a llamar el sábado en la mañana, supo que no se trataba de una misión enseguida, era realmente un favor especial.
-Tengo el día lleno de reuniones, Shikamaru debe venir conmigo a cada una e Iruka es uno de los vigilantes del examen chunin de este año, pasará todo el día en eso. Por favor, cuida de Yui.
No pudo negarse, en primera porque era un favor directo de Kakashi, en segunda, porque Yui lo miraba fijamente esperando a su respuesta.
Sin embargo, cuidar de Yui no fue especialmente difícil, era inquieta pero nada que no pudiera manejar, la había llevado de la mano por la aldea, le había comprado un peluche y la había trepado a sus hombros cuando estuvo cansada.
-¿Cuántos años tiene tu hija? — Le preguntó la mujer que vendía dangos cuando se detuvieron a comprar, Sasuke dudó un momento.
-Tiene tres... Pero no es mi hija, solo la estoy cuidando.
-Entonces harás un buen trabajo cuando tengas a los tuyos — La mujer fue amable, pero igual no pudo evitar sentir una punzada de dolor atravesarle el pecho.
Había ya oscurecido cuando Iruka apareció en la puerta de su hogar, Yui dormía en la cama de la habitación principal así que le hizo pasar para que pudiera tomar a la niña.
-No sabes cuanto te agradezco, nos salvaste hoy, Sasuke.
-No fue nada. — Contestó de forma simple, de todas formas Iruka volvió a sonreírle.
-Naruto tiene un excelente omega a su lado, estoy seguro que lo harán bien cuando tengan a los suyos. — Le vio marchar, apenas y pudo cerrar la puerta antes de que sus piernas perdieran la fuerza, se sentó en el piso, espalda apoyada aún en la puerta, ¿por qué todos estaban tan empeñados en recordarle eso?, dolía, era una punzada que comenzaba en el pecho y se expandía por todo su cuerpo.
Sintió sus ojos humedecerse, pero se negó a darse el permiso de soltar cualquier lágrima, Naruto regresaría en cualquier momento y se negaba a mostrarse así, vulnerable, roto, vacío.
En su lugar, cuando Naruto llegó a casa esa noche, encontró a Sasuke leyendo un libro en la sala, el olor a comida recién preparada inundaba el hogar, ingresó igual de feliz como siempre, ajeno a cualquier otra cosa que no fuera la imagen del omega perfecto que Sasuke le había dado durante toda esa semana.
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Con el inicio de una nueva semana, Sasuke se prometió a si mismo sacudirse las dudas, había sido difícil adaptarse, pero no imposible. Estaba seguro que hacía todo lo que estaba en sus manos para hacerse responsable de su relación con Naruto, justo como Sakura le había dicho, estaba poniendo todo de si.
Sin embargo, había un tema aún pendiente.
Él, había dicho con toda seguridad y apenas una semana atrás, que no deseaba casarse, habían tenido una discusión sobre eso, sin embargo, sabiendo ahora que quien debía cambiar era él, consideró de nuevo la propuesta, tal vez si era tiempo de hacer todo oficial.
Aún había temas que necesitaba hablar con Naruto, sin embargo, quería sacar a colación el tema del matrimonio, ya de lo demás se encargaría sobre la marcha, si tan solo fuera igual de fácil pensarlo a hacerlo.
No podía simplemente un día despertar a Naruto y decir, "ey, lo reconsideré, siempre si quiero casarme", por esa razón, el martes, cuando se vio con tiempo libre durante su día, se encaminó hacia la torre del Hokage.
No pensaba decirlo ahí, pero creyó que sería buena idea pasar y pedirle a Naruto que no se atrasara en llegar a casa esa noche porque había algo importante que quería hablar.
-¿Reunión con el consejo? — Una kunoichi de rango chunin que se encargaba de recepcionar a la gente, le había avisado que Naruto no se encontraba disponible en ese momento, le pareció raro que no le contara sobre su reunión con el consejo, los ancianos no te mandaban a llamar de un momento para otro, les gustaba el protocolo, la reunión se debió planear con tiempo pero Naruto no se lo había contado aún cuando siempre se esmeraba en decirle absolutamente todo lo que hacía durante su día.
-Puedes esperarlo en su oficina, la reunión debe estar por terminar
Agradeció y se dirigió a la oficina, era pequeña, ubicada en el segundo piso, en donde recibía lecciones de política y relaciones con la finalidad de prepararlo para su futuro puesto.
La oficina estaba hasta cierto punto ordenada, era el escritorio el que era un desastre lleno de papeles y pergaminos. Tomó asiento en la silla principal, no estaba prestando especial atención en nada hasta que sus ojos se toparon con la antigua foto del equipo siete, el equipo que habían formado con ellos dos y Sakura, liderados por Kakashi.
Sonrió levemente ante la imagen, Sakura se veía tan feliz en esa fotografía mientras que él y Naruto no habían tratado de ocultar su disgusto, recordó el día que los agruparon como equipo, cuando Naruto había terminado atado a un tronco por Kakashi y él había roto las reglas para ofrecerle algo de comida.
Hasta ahora seguía preguntándose si lo había hecho realmente por un sentido de protección y empatía por alguien de su equipo o si una parte de él lo había traicionado al ver en problemas al chico que siempre había sido algún tipo de amigo a la distancia.
Puede que nunca lo dijera, que era algo que se llevaría a la tumba, sin embargo, él tenía grabado a Naruto en la mente desde niños. Había deseado tantas noches el poder acercarse a él, preguntarle si la falta de una familia dejaría de doler en algún momento, si tenía alguna manera de hacer más llevaderos los días especiales en donde todos celebraban con sus familias pero ellos la pasaban solos, o si había una forma de sentirse más valiente en medio de una tormenta cuando eras únicamente un niño viviendo a solas con apenas un poco de dinero al mes para subsistir.
Sasuke nunca lo diría, pero aunque nunca se atrevió a preguntarle nada de eso a Naruto, saber que había alguien más que compartía su soledad, le hacía sentir extrañamente acompañado.
Extendió una mano para tomar la fotografía, sin embargo, su atención fue atrapada antes por el folder que había a un lado del marco de madera. Recitaba con una caligrafía bien cuidada el título "Candidatos Omega", su mano se desvió de su objetivo para tomar el folder, lo abrió con cuidado y deseo fuertemente no haberlo hecho.
Página tras página, foto tras foto, palabra por palabra, sentía que el hueco en la boca de su estómago se hacía cada vez más grande, más insoportable.
La puerta de la oficina se abrió y Sasuke, aunque con todas las ganas de huir de ahí, se obligó a permanecer, a enfrentar el camino que había elegido.
Notes:
Yo se que dije que Sasuke iba a sufrir en esta historia pero la que más está sufriendo soy yo.
Esta no es la "canción del capítulo" pero como tengo déficit de atención necesito poner una sola canción en un bucle infinito mientras escribo para poder concentrarme, lo que escuché esta vez fue "Never tear us apart" de Paloma Faith y luego si me gustó como tema musical para la parte sensual de Naruto y Sasuke.
Muchas gracias por leer hasta aquí!
Rebee on Chapter 2 Tue 09 Sep 2025 07:40PM UTC
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