Actions

Work Header

Voluntad de Fuego

Summary:

La vida como la conocía desapareció, ahora su título, nombre no valen nada en esta tierra. La princesa que fue educada por los mas capacidades maestros deberá sobrevivir en esta era donde la guerra es el pan de cada día.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: Tierra desconocida

Chapter Text

Flechas y estallidos perforan el ambiente en medio de un mar embravecido, la flota enemiga intercepta la embarcación de los hijos de la princesa Rhaenyra que viajan de Rocadragón hacia Essos donde serían acogidos por el Príncipe de Pentos. 

Niños en medio de una guerra, su hermano mayor, el Príncipe Heredero al Trono, Jacaerys en lomos de su dragón, Vermax protegía a sus hermanos mientras luchaba contra la Triarquía aliada de los verdes junto a su hermana la Princesa Rhaeryn en su dragona escarlata, Vhaeryx. 

 

El barco donde iban los pequeños Aegon y Viserys comenzó a hundirse, Aegon pudo huir a lomos de Borrasca, más su hermano Viserys quedó en la embarcación, la Princesa Rhaeryn en su dragona. descendió en picada e intentó acercarse para subir al pequeño Viserys con ella y escapar pero una rafaga de flechas le impidió siquiera acercarse, Vhaeryx rugio de dolor cuando algunos proyectiles impactaron a su costado provocando que sangrara, y a la chica una flecha impacta en su hombro y pierna. -¡Aguanta, mi niña! cálmate- susurró la princesa con dolor apretando las riendas para mantener el control. Aquellas palabras siendo más para sí misma

 

Fue entonces cuando vio a Vermax caer sobre un navío en llamas, y a Jacaerys, su hermano valiente y orgulloso morir por una lluvia de flechas.

-¡JACE!-el grito de Rhaeryn fue desgarrador

Pero qué destino cruel e impredecible. El dolor, la furia y las explosiones de la batalla, obligaron a Vhaeryx subir a lo más alto, surcar los cielos con sus alas ensangrentadas para proteger a su jinete. La princesa apenas podía mantener los ojos abiertos, cada aleteo se sentía como un latigazo a su cuerpo herido. El mar debajo de ellas parecía no tener fin hasta que finalmente tras horas de un vuelo agonizante, Vhaeryx divisó una costa lejana. la majestuosa dragona escarlata de ojos dorados exhausta y moribunda descendió en picada hacia tierra firme. 

El brutal aterrizaje hizo temblar el suelo por el impacto. 

 

Rhaeryn rodó de su montura hacia la arena, cayendo sobre las piedras, aquel golpe le quitó el aliento.  Cuando el dolor se desvaneció un poco, se levantó tambaleando y vio a su dragón desplomado, apenas y podía percibir su respiración, la sangre salía de sus heridas profundas aun con las flechas en su cuerpo, intentó hacer presión mas fue inútil su esfuerzo. Los ojos dorados de Vhaeryx que alguna vez fueron fieros ahora la veían con ternura antes de cerrarlos para siempre. 

-no…no, no, no me dejes linda- sollozo Rhaeryn, apoyando su frente contra la gran cabeza de su dragón, acariciando sus escamas escarlatas parecidas a las de Caraxes y Meleys. Su fiel compañera se había ido y con ella toda esperanza de volver con su familia. 

 

Las lágrimas corrían por su rostro, la soledad se sintió más pesada, había perdido a su compañera de nacimiento, a su hermano mayor, no había protegido a sus hermanos menores como se lo prometió a su madre. Aun con el corazón destrozado, sabía que no podía quedarse ahí, así que se obligó a levantarse. Revisó sus heridas, tenía una flecha en su hombro derecho y en su pierna derecha así que las retiró, la de la pierna le costó más debido que se había incrustado más profundo. Vendo su pierna y brazo con trozos de tela de su vestido para caminar, notó que le dolía el costado izquierdo, dedujo que tenía alguna costilla rota.

Despidiéndose de su amiga, comenzó su travesía hacia el bosque que se alzaba frente a ella. 

Avanzó, tambaleando cada paso que daba era un latigazo a su frágil cuerpo, en la espesura del bosque lo único que le acompañaba es el eco de sus pérdidas, el recuerdo de su gran familia, hermanos, hermanas, su madre, su padre, lo que era su vida. su dragón. Recordaba los vuelos con sus hermanos, las carreras que hacían para ver quien era el más rápido de sus dragones desde el Desembarco del Rey hasta Rocadragón. El dolor en sus costillas aumentaba con cada paso que daba, había avanzado un buen tramo, se sentó en las raíces que sobresalen de un árbol a descansar, no tenía agua ni alimento, podría cazar tenía su espada que su padre, El príncipe Canalla le había mandado hacer como regalo. Entre las raíces del árbol había un espacio lo suficiente para meterse y dormir ya estaba oscureciendo. Al caer la noche, el dolor de estómago era insoportable, nunca en su vida había pasado por hambre, siempre que quería comer, la servidumbre le preparaba lo que quería, cualquier orden suya se cumplía de inmediato pero ahora no estaba en la seguridad de Rocadragón, estaba sola en una tierra lejana a su hogar sin la certeza de si podría regresar. La capa le ayudó a mantenerse tibia durante la noche, rezaba que su muerte fuera indolora o que alguien la encontrara al despertar. 

 

A la luz del nuevo día, la Princesa débil continuó con su camino, se hizo con un palo que usa de bastón para poder caminar. 

Como si los dioses hubieran escuchado sus plegarias y se apiadaron de ella, a lo lejos pudo escuchar lo que parecía ser el ruido de un río, siguió el sonido, cuando el ruido fue más fuerte, camino más rápido aunque eso provocará que su herida sangre más, dejando un rastro detrás de sus pisadas. Llegó a la orilla del río, empezó a tomar el agua con desesperación, un alivio la reconforto de inmediato, lavó su rostro y sus heridas, la pierna le seguía sangrando, sus vendajes improvisados ensangrentados los cambio y rasgó otra parte de su vestido, aplico mas fuerza para poder seguir caminando. 

El río estaba en una parte clara del bosque, miró a sus alrededores más no reconoció el lugar, intentó pescar con la espada mas no consiguió atrapar nada y ocasionó que cayera al agua lastimándose más. Gritó de frustración, de dolor lloró, después de calmarse salió del río empapada, estuvo el resto del día caminando sin tener un rumbo fijo, encontró algunas frutas con las cuales pudo saciar su hambre. 

Con el paso de las horas, su cuerpo perdía fuerza, todo daba vueltas y sus piernas flaquearon y cayó al suelo, intentó volver a pararse pero todo dolía, respirar dolía, su corazón dolía, su cuerpo llegó al límite, la visión se le nubló, los árboles se convirtieron en sombras danzantes y el silencio del bosque la arrullo dejándose llevar por la que esperaba su muerte tranquila o despertar en su habitación con su familia de este mal sueño. 










El sol apenas salía cuando el sonido de hojas pisoteadas por un grupo de hombres con ropas de batalla patrullan la zona, un emblema extraño bordado en la espalda encuentran una rastro de sangre que siguen. El líder del escuadrón detiene al grupo al ver un cuerpo desvanecido en la hierba. 

-Señor, podría ser una trampa de los Uchiha- 

-vigilan el perímetro, manténgase alerta-ordenó y se acercó con cautela. 

Se sorprendió al ver a la joven, ensangrentada, de cabellos plateados que brillaban débilmente bajo la luz de la mañana. Sus ropas estaban desgarradas y manchadas de barro, sus ojos cerrados, su respiración apenas perceptible.

-No parecer ser de algún clan conocido-dijo otro, entre desconcierto y desconfianza 

-Sus rasgos son finos, no parece ser campesina, debe ser hija de algún noble-opinó otro 

-Qué hacemos? La dejamos aquí?- 

-La llevaremos al campamento, si es hija de alguien importante podrían pagarnos por haberla salvado-

 

Algunos desconfiaban llevar a una desconocida al campamento pero la autoridad de su capitán es indiscutible, la levantaron con cuidado y emprendieron el camino de regreso. 

El campamento se divisaba a los lejos gracias a la muralla de madera que creó el jefe del clan, centinelas dieron aviso a su llegada y abrieron las puertas dándoles la bienvenida al escuadrón. 

Apenas cruzaron las puertas, el capitán del escuadrón se dirigió hacia la tienda más grande, donde esperaba Hashirama Senju, el jefe del clan. 

Al ingresar a la tienda se encontraban los hermanos Senju. 

-Jefe- saludo y reverencia -tengo que reportar que se ha encontrado una forastera durante el patrullaje de hoy- 

-¿Forastera?-

-La mujer fue encontrada a una milla del valle- 

-Llévanos por favor- ordenó Hashirama

 

El capitán llevó al Senju mayor y el menor los siguió hacia el área de atención médica donde la joven era atendida con recelo por los curanderos. 

El hombre de cabello oscuro escuchó el reporte con atención. Su expresión lejos de endurecerse se suavizó, un rasgo característico de él al ver a la chica en tales condiciones. 

-Que tan mal esta- 

-Está al borde de la muerte, sus heridas son profundas y ha perdido mucha sangre, Tiene fiebre hay que estabilizar de inmediato- el curandero finalizó pero sentía que no le decía todo.

-Habla- orden Tobirama

-En este estado no creo que vaya a sobrevivir-sentenció el hombre

 -Haga todo lo que esté en sus manos, por favor-pidió el pelinegro, el curandero asintió inclinándose con respeto. 

El Senju se retiró de la tienda confiando en las capaces manos de los curanderos. 

-Cualquier cambio en su estado lo notifican de inmediato- después de dicha orden, el albino salió de la tienda siguiendo a su hermano. 

Hashirama Senju, jefe de su clan conocido por ser humilde, bondadoso con un profundo sentido de lealtad, portador de un gran carisma y habilidad en negociaciones lo que le ha conseguido aliados formidables.  

Y su contraparte, su hermano menor y mano derecha, Tobirama Senju. Conocido por ser estoico y sereno devoto a su clan, es el lado pragmático y lógico de su hermano mayor. 

 

-Pobre joven, me sorprende que aun siga con vida- 

-No escuchaste lo que dijo el médico, no es probable que sobreviva, hermano- 

-No está mal tener esperanza, además necesito que vayas al punto donde la encontraron, tal vez haya alguna pista de a qué clan pertenece- 

-¿Eres consciente de que sea una trampa?- 

-Por favor, si viste como esta la chica, además ningún clan pondría en riesgo a un miembro de su rama principal quien hiciera eso sería ejecutado de inmediato, Tobirama- 




Como ordeno su hermano mayor, Tobirama Senju junto al escuadrón que encontraron a la joven salieron del campamento. 

Mientras tanto en el área médica, mantenían en constante vigilancia los signos vitales de la chica. Habían detenido el sangrado y curado sus heridas, sería una larga recuperación solo esperaba que despertara para notificar al jefe. 

Al paso de unas horas el escuadrón de Tobirama regresó, su hermano fue al encuentro para informar. 

-Hermano, solo se encontró esta arma y rastros de sangre que se pierden en el río-informo-Nadie sobrevive sola en este bosque con heridas tan graves-

Hashirama suspiro ante la acostumbrada desconfianza de su hermano

-Como sea es una superviviente, una vida y mientras este aqui estará bajo nuestro cuidado y protección- 

Chapter 2: Extraña

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

El ruido de pasos y el murmullo de conversaciones hizo que Rhaeryn abriera los ojos lentamente, desorientada sentía su cabeza estallar. La manta áspera que la cubría no se comparaba a las sábanas de suaves en las que solía dormir, la sensación de tener la garganta seca fue lo que hizo incorporarse con dificultad, se percato los vendajes que cubrían su cuerpo, el olor a hierbas era fuerte, sin embargo le dio un alivio. Extraño. 

Sintió que tenía algo en la cara, cuando lo tocó era una especie de tubo delgado que estaba pegado en su nariz e iba conectado a una bolsa, intentó sacarlo pero lo que sintió fue un dolor en su fosa nasal, esa cosa estaba dentro de su nariz. 

 

-Yo no haría eso si fuera tu- un hombre de unos 50 años más o menos, que ella no reconoció estaba frente a ella. La joven se tensó -Tranquila, estás a salvo aquí, soy el líder de la brigada médica, me presento soy Nobu, y usted señorita es?- La princesa se agradeció internamente por poner atención a las clases de los Maestres en lenguas de más allá del mar, recordó las historias de los viajes que le contaba de su abuelo, Corlys Velaryon sobre las tierras occidentales. 

-Soy Rhaeryn- en voz baja reveló su nombre

-Recuerdas como llegaste aqui?-

La albina negó con la cabeza, no estaba segura de si sería buena idea revelar dicha información. 

 

El doctor iba a preguntar pero una mujer se acercó y le susurro. 

-Bien señorita Rhaeryn, el jefe del clan desea verla- 

Dicho esto unas mujeres se acercaron para prepararla, le quitaron con cuidado el tubo de su nariz que fue un dolor infernal que hizo que sangrara un poco. 

Le dieron y vistieron con una muda de ropa muy sencilla a los vestidos, peinados y joyas que solía usar. Su forma de vestir gritaba su título de Princesa en Poniente. Ahí fue cuando instintivamente llevó su mano hacia su cuello y no sintió su collar de acero valyrio que su padre Leanor le obsequió la última vez que lo vio, dicha joya le perteneció a su tía Laena. 

-Tranquila tus pertenencias el jefe del clan te las entregará- dijo Nobu

El camino fue un tramo extenso, Rhaeryn observaba el entorno, las viviendas sencillas de madera, no había niños corriendo, ni jugando, le pareció extraño. 

Al llegar a una tienda grande, dos hombres los esperaban, uno castaño y otro albino, Nobu se reverencio ante ellos pero Rhaeryn no lo hizo, a la única que reverenciaria sería a su madre como Reina de los siete reinos.

 -Vaya así que despertaste, creímos que no lo lograrías, yo soy Hashirama Senju y estas en el recinto del clan Senju, ¿Cual es tu nombre?- 

-Rhaeryn- respondió cortantemente

-Este es mi hermano Tobirama Senju y juntos te damos la bienvenida- dijo sonriente, abrazando a su hermano por los hombro 

 

Vaya que este hombre es muy alegre-pensó, la expresión del albino le dio a entender que no estaba de acuerdo con la decisión. 

-Bueno Rhaeryn cuéntanos ¿De donde eres?-El cambio de alegre a serio le recordó ligeramente a su abuelo, el Rey Viserys, un hombre calmado pero cuando se ponía serio daba un poco de miedo. 

-Navegaba para proteger a mis hermanos de la guerra civil pero la embarcación fue atacada y naufragamos y termine aqui, no se si mis hermanos están vivos- relató la joven, sin revelar demasiado esperando que no cuestionen nada 

-Tus hermanos?- 

-Si, mis hermanos menores que apenas tienen 9 años, Viserys y Aegon, se que mi hermano mayor Jacaerys está muerto- aquella revelación supuso que despertaría la lástima de los presentes, y funcionó, porque la expresión de Hashirama fue de tristeza e incluso vio una lágrimas asomarse en sus ojos, el otro solo desvió la mirada. 

-Esos nombres no son comunes- finalmente habló el albino

-No, yo provengo de una tierra lejana de aquí y como dije están en guerra- 

-Nosotros también estamos en guerra y quiero esto termine- suspiro -también hemos perdido hermanos por culpa de estos conflictos pero se que se puede llegar a un acuerdo, mi sueño, bueno lo compartía con mi buen amigo de algún crear un lugar donde todos viviéramos en paz, juntos conviviendo, se que mi amigo también quiere lo mismo- 

-Es un sueño muy bonito, pero hay que ser realistas no todos están dispuestos a cooperar por mantener la paz- La princesa no pudo evitar recordar a la Reina Viuda Alicent Hightower, esa serpiente venenosa, como olvidar sus tratos y comentarios pasivos-agresivos hacia ellos, las miradas de desdén hacia su madre, y los susurros que corrían por la Fortaleza Roja. Incluso cuando tuvo el atrevimiento de querer comprometer a su hijo Aemond con ella, según para ¨mantener la familia unida y un próspero Reino¨, pero ni bien su abuelo murió, planeó la usurpación de su madre para coronar a Aegon. 

Tan solo de recordar a esa mujer hacía que su estómago se revolviera. No pudo evitar enojarse.

 

Las doncellas y Maestres siempre le han dicho que es muy expresiva, y por la expresión de aquellos hombres que la miraban, se obligó a sonreír. 

Agradeció que el jefe del clan tuviera reuniones e iban a estar ocupados, estaba libre por el momento, le asignaron una habitación cerca del área médica, le devolvieron las pertenencias que tenía, pero su espada no, según el albino cuyo nombre no recuerda, quedaría confiscada haciéndole entender que no confía en ella. Precavido, aunque debía admitir que ambos hermanos son atractivos. 






En la habitación asignada creyó que sería para ella sola, pero no la compartía con 3 mujeres más. La habitación pequeña cuenta con lo justo y necesario, las camas sencillas, solo una almohada, 4 cómodas para cada una donde poner sus pertenencias. 

Su cama asignada junto a la ventana fue perfecta para ella, guardo lo que tenía en la cómoda, su vestido destrozado vería si podría arreglarlo. Su collar no fue devuelto, tendría que pedirle a Hashirama que lo regrese. 

 

-Hola, eres nueva aquí verdad?- le hablo la chica, se veía joven, lucía de su edad

-Si, es mi primer día aqui- respondió

-Que bueno, temía ser la única novata, soy Shizu y tú?- 

-Rhaeryn- respondió, la chica le sonrió amablemente, gesto que hizo que la Princesa dejará de sentirse tensa, es un buen inicio- 

-Así que eres tú a la que encontraron fuera del recinto?- habló otra mujer, un poco más mayor

 

Rhaeryn solo asintió dándole la razón. 

-Debió ser difícil haber estado sola afuera a merced de los enemigos- compadeció Shizu

-Me sorprende que sigas viva después del estado en el que te trajeron- pauso -De hecho creímos que no pasarías la noche, aunque el Líder Senju te haya estabilizado y curado, tu cuerpo tardó en recomponerse por sí solo- explicó la mujer

 

La joven observó bien a la mujer, recordó entonces que fue la misma con la que habló con el médico cuando despertó. 

-Cómo es que los Uchiha no te atacaron, ellos no dejan sobrevivientes- Aquel cuestionamiento comenzaba hacerla enfadar, nunca en su vida fue tratada así, debería ordenar que le cortaran la lengua por tal falta de respeto. 

 

-¿Qué insinúa?- intenta mantenerse serena

-¿A qué clan perteneces? Forastera- 

-A ninguno de aqui- 

- ¿Esperas que te crea?, acaso eres parte de ese clan maligno!-La mujer se acercó -Ahí está esa mirada, He visto ojos como los tuyos, fríos, asesinos. Los mismos que tenían a los que mataron a mis hijos!- 

 

La princesa Rhaeryn no entendía nada de aquello, pero el tono de la mujer encendió su propia ira. 

-¿Quién crees que eres para hablarme así? Cuida tus palabras mujer o- su rostro giró bruscamente, el sonido del golpe resonó, cayó al suelo, Shizu se sorprendió por la bofetada, se agacho rápidamente a revisar a la albina, la mejilla roja y el labio reventado sangrando

 

-Señora Nao, que le sucede?- le recrimina la acción, la mujer de más edad solo respiraba agitadamente

-No se atreva a dar un paso más, serás castigada por tal atrevimiento!- 

-Oye, tranquila Rhaeryn- La joven Shizu intentaba calmar la situación  

Nao la miró con desdén

-¿Quien te crees tu para dar tales órdenes?, aquí no eres nadie, solo una extraña lejos de donde pertenece, recuérdalo bien- sin decir más salió del lugar 

-Debería cortarle las manos por haber tenido la osadía de-

-BASTA- Rhaeryn, aún en el suelo, apretó las manos sobre las rodillas, respirando con dificultad.-Aquí nadie cortara ni castigará a nadie, ven déjame curarte-

 

El silencio reinó en la habitación. Ya había ganado una enemiga.

Notes:

Actualizado segundo capitulo
Perdonen la tardanza

Nos leemos pronto, espero y les guste

Notes:

¡hola!, soy nueva en esta plataforma, ya tenia tiempo de querer hacer de unir mis series favoritas como es Naruto antes de la Fundación de Konoha y la Casa del Dragón pero no sabia como. Aparte que mi personaje favorito es Tobirama Senju y consulta dejar mi aporte con este fanfic.
Espero que les guste la historia y nos leemos pronto!