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Samuel García Domínguez, detective

Chapter 12: Los Tritones

Summary:

Samuel deberá enfrentarse a una sociedad secreta de Las Encinas y Carla tendrá que soportar el peso de sus problemas familiares.

Notes:

Espero que disfruten este capítulo porque le tengo mucho cariño.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

P. O. V. SAMUEL

Estoy esperando que la consejera, la señora Leguizamón, me llame. No sé qué es más incómodo, sí que quiera hablar sobre Marina o que sea la ex novia de mi papá, con la cual terminó básicamente por mi culpa.

Nuestra ilustre consejera recibió una subvención para estudiar los efectos del sufrimiento en la adolescencia. Exige una audiencia con aquellos afectados por la muerte de Marina.
Iba a rechazar la sesión, pero tuve una idea.

Ingreso a su oficina y me siento frente a ella. Dejo mi morral abierto en el suelo donde ella no lo puede ver porque su escritorio lo tapa.

-¿Recuerdas cuando hablamos el año pasado justo después de la muerte de Marina?-me dice la señora Leguizamón-No tenías consuelo. Espero que este año puedas hablar de ello. Nunca aceptarás la muerte de Marina si guardas todo ese dolor dentro de ti.

-Su oficina es muy linda-digo de forma exagerada.

Miro a todos lados con cara de tonto y ella parece molesta.

-Mira, por la razón que sea, no creo que tú me tomes en serio-me dice ella-así que si prefieres hablar con alguien más…

Agarro su engrapadora y comienzo a hacer ruido con ella, lo que la irrita.

-Lo siento-le digo-eso fue grosero.

Cuando quiero dejar la engrapadora de nuevo en la mesa finjo que se me cae de la mesa.

-Lo siento-le digo.

Le agacho para recoger la engrapadora, y aprovechando que el escritorio me tapa, saco otra engrapadora igual a esta y pongo la de ella en mi morral y pongo la mía sobre el escritorio. Son iguales, del mismo tamaño y color, por lo que no se dará cuenta. Pero esta engrapadora es especial.

-Lo siento, no quise faltarle el respeto-le digo-no es usted, es la charla. No quiero curar mi dolor hablando. Quiero convertirlo en otra cosa. Como en combustible. Sé que me hará sentir mejor y no es una charla sobre lo triste que me siento.

Ahora parece que si capté su atención.

-¿Y cómo piensas encontrar…?-me dice- odio usar esta palabra, pero es la apropiada. Un cierre.

-Tendré un cierre cuando el asesino de Marina se pudra en prisión.

Eso ultimo pareció sorprenderla. Cuando termina la sesión me marcho y sonrió.

Dentro de la engrapadora que dejé hay un micrófono adentro.

********

P. O. V. OMNISCIENTE

Ricardo Sosa estaba en su clase de Las Encinas. Fingía que estaba atento a la clase de matemáticas, pero sabía que pronto la clase sería interrumpida.

Exactamente 6 minutos después llegó la secretaria de Azucena y le dijo que lo esperaban en la oficina de la subdirectora. Nervioso, se dirigió hasta allí.

Sabía que esto no era correcto, pero no tenía muchas opciones. Entró a la oficina de azucena y tomó asiento. Azucena lo miraba con cierta dureza. En ese momento la puerta se abrió y el inspector Castañeda entró.

-El inspector quiere hablar contigo, Ricardo-dijo Azucena.

-Hola Ricardo-dijo Castañeda- ¿Cómo está tu cabeza? ¿Aún con resaca?

Ricardo miró al inspector algo intimidado.

-No es nada comparado con lo que tu amigo Juan siente- dijo Castañeda- debieron colocarle un tubo en la garganta para vaciarle el estómago. Está en coma, Ricardo. Según una cámara de seguridad tu noche terminó a las 1:30 am cuando, literalmente, tiraste a tu amigo en la guardia del hospital después de que anduvieron por varios bares.

-No tuve elección-dijo Ricardo temeroso.

-Debieron apuntarte con un arma y forzarte a ir al bar-dijo Castañeda con sarcasmo-Por cierto, son menores de edad. ¿Cómo entraron a esos bares?

Ricardo no deseaba decirlo, pero no tenía otra opción.

-Tenemos identificaciones falsas-admitió el muchacho.

-Sí, tú y la mitad de los chicos de las Encinas-dijo Castañeda y le hizo una seña que Ricardo entendió como que le diera la identificación falsa.

El muchacho así lo hizo y el inspector las revisó.

-Hemos encontrado este tipo de identificaciones por todos lados-le dijo a Azucena-pero principalmente en gente de Las Encinas. Alguien de aquí las está haciendo-miró con dureza a Ricardo- debes decirme quien las falsifica. Se lo debes a tu mejor amigo que está en coma.

Ricardo luchaba consigo mismo hasta que dijo el nombre que buscaban.

-Samuel García Domínguez-dijo el muchacho.

********

P. O. V. SAMUEL

Antes que termine la clase de historia en la que estaba me llamaron diciendo que Azucena me esperaba frente a mi casillero. Esto ya se vuelve aburrido.

Cuando llego al pasillo veo a Azucena con el inspector Castañeda.

-Mandando a la caballería tan temprano –les digo-me siento halagado.

-Samuel, el inspector quiere ver tu casillero-dijo Azucena.

-Claro-les digo y pongo la llave en mi casillero-solo por casualidad ¿Qué esperan encontrar aquí? ¿a Madelaine Mcann? ¿el cadáver de Jimmy Hoffa?

-Creemos que estás creando y distribuyendo licencias de conducir falsas-me dice Castañeda con seriedad.

-Eso es nuevo-le digo sonriendo.

-Es un delito en segundo grado-me dice.

-Dios sabe que odiaría decepcionarlos, pero…

En el momento en abrí la puerta de mi casillero cayeron al suelo un montón de licencias en blanco.

-Esperen, esas no son mías-les digo asustado.

¿Qué mierda estaba pasando?

-También necesito ver tu morral-dijo Castañeda-podemos hacerlo aquí…

-¿O en la comisaría?-le digo molesto.

Toma mi morral y en mi billetera saca varias licencias e identificaciones distintas. El tipo sonríe con malicia.

-Licencia de conducir de Guzmán Nunier con tu foto, de un Samuel García de 22 años y de un estudiante de la Universidad Complutense de Madrid.

Mierda.

-Esas sí son mías-digo en voz baja.

Castañeda saca sus esposas. Yo iba a ir voluntariamente con él.

-No tiene que hacer eso-le digo.

-Tienes razón-me dice sonriendo-pero quiero hacerlo.

Es la primera vez en mi vida que quiero matar a alguien. Me pone las esposas y azucena me dice enfadada:

-No te molestes en volver a la escuela en 3 días Samuel, estás suspendido.

En ese momento, el maldito timbre sonó justo en ese momento y todos comenzaron salir de sus salones de clases.

Todos veían como el inspector Castañeda me llevaba esposado. Las risas y las bromas no se hicieron esperar. Tampoco los teléfonos filmándome y sacándome fotos.

-Mejor llama a tu papá, García.

-¿Es tu turno, no?

-Nos vemos García.

Incluso debo soportar la sonrisa burlona del idiota de Polo Benavent.

Alguien va a caer. Yo me encargaré de eso.

********

Llevo un rato en la comisaría donde me interrogaron sobre todo este asunto de las identificaciones. Está bien, yo tengo identificaciones mías que uso en mis casos a veces. Pero no las hice para nadie más ni cobro por eso. ¿y todas esas identificaciones en blanco? Alguien estaba buscando joderme y no pararé hasta descubrir quién. Y vengarme, no olvidemos la venganza.

El mejor amigo de papá y abogado de oficio Claudio Martínez entra a la sala de interrogatorios.

-¿Conoces un buen abogado?-le pregunto con humor.

-Muy gracioso, niño-me dice-y conozco a alguien que acaba de pagar tu fianza de €700.

-¿Aceptan tarjetas de crédito aquí?-le pregunto con humor y él pone los ojos en blanco- en serio Claudio, gracias.

Me pasa un café extra y lo bebo ávidamente.

-No hay problema, forma parte de mi asesoramiento legal-me dice.

-¿Podrías no decírselo a papá?-le pido.

-¿Por qué no lo llamaste?-me pregunta extrañado.

Tiene razón. Papá me sacaría de este problema rápidamente. Averiguaría quien me inculpó y lo haría pagar.

-No está en Madrid, persigue a un prófugo-le digo.

-Créeme que lo sabrá-me explica Claudio-tendrá que responder por ti si tu no vienes el próximo martes a las 9 am.

Generalmente yo me meto en problemas voluntariamente, pero esta vez soy inocente.

-¿Cómo desestimamos los cargos?-le pregunto.

Toma de su café y luego me responde:

-El de posesión será complicado. Las cosas en tu billetera no son importantes. El problema son las identificaciones.

-Estaban en blanco-le recuerdo.

-Claro-me dice despreocupado-hasta que ese chico salga del coma, lo que te ata a esto es el testimonio del otro chico.

¿Alguien dijo que yo le di las identificaciones falsas?

-¿Qué chico?-le pregunto.

-Tu compañero…Ricardo-dice Claudio señalando a un muchacho que porta el uniforme de Las Encinas.

-¿Me disculpas?-le digo a Claudio.

Me levanto rápidamente y encaro a este tipo que justo estaba saliendo. Lo tomo del brazo derecho y lo hago estrellarse contra la pared y apoyo mi antebrazo sobre su pecho para
que no escape.

-Hola Ricardo ¿Te conozco? -le pregunto-no ¿entonces por qué dijiste que te vendí una identificación?

Su expresión me demuestra que me tiene mucho miedo.

-Me dijeron que dijera eso-me dice tartamudeando.

-¿Quiénes?-le exijo.

Eso parece asustarlo aún más.

-Ni lo sueñes-me dice atemorizado- están en todos lados, me destruirán.

-Yo te destruiré aún más-le digo con rudeza.

Él mira para todos lados.

-No puedo hablar aquí-me dice susurrando.

-Mañana nos veremos en Las Encinas-le digo.

-Si me ven hablando contigo tendré problemas…-me dice alarmado.

-Será en secreto, no te preocupes-le digo y lo suelto.

Ahora debo pensar en cómo ir a Las Encinas sin que me descubran.

********

Estoy recostado en el sillón de la recepción de Investigaciones García. Sigo pensando en la humillación que sufrí hoy y pienso como borrarle esa estúpida sonrisa a Polo Benavent cuando la puerta de la oficina se abre y veo entrar a Rebe con mi morral y mis libros.

-El delincuente Samuel-me dice ella-escuché que se necesitaron tres policías para sacarte de la escuela.

Al menos alguien se lo puede tomar con humor.

-Debes ser la única que no vio mi momento de la vergüenza-le respondo.

-Tomé tus libros y tu tarea de tus profesores-me dice mi amiga

¿Qué haría sin Rebe?

-Necesito pedirte otro favor-le digo-necesito que me consigas una identificación falsa.

-No hay problema-me dice mi amiga-¿Cómo lo hago?

Pongo los ojos en blanco.

-Piensa-le digo-¿A quién recurrirías para hacer algo ilegal?

Ella se lo piensa un poco.

-Está bien-dice y se sienta junto a mí y me mira de frente- Samuel ¿me das una identificación falsa?

La mataría si no fuera porque su chiste tiene lógica.

-Averigua entre los estudiantes quien más las está haciendo-le pido.

********

P. O. V. CARLA

Nuestro chofer estaba ocupado llevando a mi madre al hospital a cuidar de mi padre, por lo que debía ir en un taxi hasta Las Encinas. No sé por qué mamá acapara a nuestro chofer si papá ya fue dado de alta. Esa situación no le hace ningún bien a ninguno de los dos, solamente es un montón de tensión entre ellos, con peligro de explotar en cualquier momento.

No es que mamá no tenga derecho a estar enfadada. Después de que papá casi muriera, todas sus indiscreciones románticas se hicieron públicas. Un importante y poderoso empresario, una elegante marquesa, sexo e infidelidad. Los ingredientes para un escándalo a nivel nacional. Ahora todos sabían lo infiel que había sido mi padre y mi madre era observada con lastima o condescendencia.

Ahora mamá bebía más que nunca. Pienso en cómo me uní a Polo y Lu en sus burlas al alcoholismo de Pilar Domínguez y ahora mi madre va por el mismo camino. Si un pobre lo hace es asqueroso, si lo hace una marquesa es glamoroso. La idea es hasta graciosa.

Ahora debo ir a Las Encinas donde todos siguen hablando de este tema. Yo seré la depositaria de las risas mal disimuladas, de los comentarios en voz baja y de los silencios abruptos cuando entro a un lugar.

Tampoco ayuda el programa de radio que el taxista está oyendo.

-¿Pueden creer las amantes de Teo Rosón? Tienes a una marquesa a tu lado y te follas a una camarera. El tipo debe estar loco.

-No lo sé, la gente de la nobleza tiene un aire de frigidez que es comprensible.

Le pediría al chofer que apague la radio, pero ya llegamos a Las Encinas. Le doy el dinero y me bajo rápidamente.

Una vez más, todas las miradas burlistas están puestas sobre mí. Ayer el tema de conversación fue el arresto de Samuel, lo que me dio un respiro, pero ahora vuelvo a ser la estrella de los chismes por aquí.

Camino por el pasillo y todos se hacen a un lado, como si quisieran darme el paso libre para poder hablar más cómodamente de mí. Pongo mi característica cara inexpresiva y camino sin prestarles atención. Cuando me acerco a mi casillero veo que están un montón de personas ahí reunidas.

-Carla, mejor no te acerques-me dice Lu apareciendo de repente.

-¿Qué sucede?-le pregunto confundida.

-Mejor vámonos-me dice algo asustada.

La curiosidad en mi es más fuerte. Esquivo a algunos estudiantes que me miran con sonrisas desagradables y burlonas y me acerco a mi casillero y veo lo que todos ven.

Alguien pegó fotos de revistas de mi padre, mi madre y de todas las amantes de papá que se habían hecho conocidas últimamente.

Los miro a todos tratando de descubrir quién fue el que hizo esto y veo a una muchacha de ultimo año que sonríe maliciosamente con dos amigas al lado suyo. Ella no se ríe en mi cara directamente y así sé que fue ella la que lo hizo.

En ese momento no me contengo y le doy una bofetada en frente de todos.

Por un instante todos guardan silencio, impactados por lo que sucedió, pero pronto esa chica me devuelve el golpe.

-¡Carla!-escucho a Lu gritar pero la ignoro.

Esta vez golpeo a esa mierda con el puño cerrado en su ojo izquierdo pero antes de caer ella me toma del cabello y así comienza una pelea que nadie trata de detener, sino que vitorean y gritan cosas desagradables.

En medio de todo el tumulto aparecen algunos profesores que tratan de separarnos.

-¡Suéltenme!-les grito pero más presión hacen para que me calme.

-¡Todos a sus salones!-escucho gritar a Azucena y ordena que nos lleven a esa perra y a mí a su oficina.

********

P. O. V. SAMUEL

Mi suspensión de tres días me prohíbe entrar al colegio, pero eso no incluye el estacionamiento ¿verdad?

Traigo mi computadora conmigo y necesito estar lo suficientemente cerca del micrófono que puse en la engrapadora de la señora Leguizamón como para poder escuchar sus conversaciones. Si ella va a hablar con los cercanos a Marina esa información podría ser muy útil para mí.

Al parecer, después de mi ha decidido llamar a Nano, pero ¿por qué? ¿Qué tenía que ver Nano con Marina? Nunca lo vi conversar siquiera.

-¿Cómo estás Fernando?-dice la mujer amablemente-espero que podamos hablar sobre la muerte de Marina.

-A decir verdad, yo no recuerdo esa semana-dice Nano algo malhumorado.

-¿No recuerdas estar en esta oficina?-le pregunta ella-Tiraste una silla contra la pared, Fernando. La última vez que nos vimos, parecía que su muerte te había afectado mucho.

-Bueno, si-dijo Nano fastidiado-estaba enojado. El mismo día que Marina Nunier murió, una niña de mi vecindario desapareció encontraron su cuerpo tres meses más tarde.
¿Dónde estaban las cámaras?

-Lo que ocurrió fue una tragedia-dice ella-la gente si se preocupa. Pero ahora quiero hablar de Marina ¿De acuerdo?

Solo espero que nadie me descubra aquí sino tendré problemas.

-¿Por qué no llama a los amigos pijos de Marina?-dijo Nano.

-Quiero que escuches esto-dijo la señora Leguizamón- es una carta que escribiste. “Arrancaste mi corazón. Puedes actuar como si lo que tuvimos no significara nada, pero no puedes prohibirme que te ame. Por el resto de tu vida, donde quiera que vayas, estaré ahí, fuera de la vista en las sombras”

¿Nano escribió algo así?

-No recuerdo haberle mandado una copia-dijo Nano conteniendo su enojo.

-Marina quería que la cambiaran de clase de deportes-explicó la consejera-tenía problemas con un chico. Me dio esta carta como prueba.

-Jamás la habría lastimado-dijo Nano con la voz quebrada-los policías ya me refregaron esas cartas en la cara ¿y?

¿Marina y Nano?

-No te traje aquí para avergonzarte-le dice ella con comprensión-te invité para hablar sobre porqué escribiste esto.

¿Por qué Marina nunca me contó que tenía algo con Nano? Yo era su mejor amigo y siempre supe de sus aventuras y amantes. ¿Por qué fue diferente con Nano?

-Iván y ella se habían separado-dijo Nano y noto por su voz que está llorando-y Marina me juró que nunca regresaría con él, pero entonces, un día, un simple chasquido de los dedos de ese idiota y de repente fue como si ya no nos conociéramos. Yo la amaba. ¿Entiende? Ella lo sintió, sé que lo hizo.

¿Por qué Marina nunca me habló de él?

Recuerdo las últimas palabras que Marina me dijo: “Tengo un secreto, uno grande” ¿Ese era su gran secreto?

********

Le mandé un mensaje a Ricardo y le dije que estaba en el estacionamiento. Él llegó algo paranoico mirando a todos lados. Entró a mi auto y se encontró con mi dura mirada.

-¿Dónde estábamos?-le digo con sarcasmo-ah sí ¿Quién me incriminó?

Él duda, pero al final habla.

-Se llaman Los Tritones-me explica- es una sociedad en Las Encinas.

-¿Por qué no he oído hablar de ellos?-pregunto pero hago una mueca-espera, esa fue una pregunta estúpida. Continúa.

-Los Tritones son tan viejos como las Encinas. Impulsan a sus miembros al éxito y la grandeza-me cuenta- seis nuevos miembros del penúltimo año son invitados por los del último año. Juan y yo íbamos a ser miembros.

-¿Quién está a cargo?-le pregunto.

-Nadie sabe con certeza quienes son los hermanos-me dice.

Esto se está volviendo muy raro.

-¿Entonces quién te invitó?-le cuestiono.

-Hace dos semanas encontré una nota en mi casillero-me dice.

-¿Lo de ir a los bares es parte del ritual para los novatos?-pregunto.

-Las llaman Las 12 tareas, son las cosas que debemos hacer para que nos acepten-me dice-las primeras no fueron tan malas. Pero el viernes, cuando abrí mi casillero, encontré una identificación falsa con mi foto. Debíamos ir a varios bares y tomar un trago en cada uno.

-Déjame adivinar-le digo con burla-¿doce?

-Juan se desmayó en el undécimo-me dice Ricardo afligido-los demás se asustaron y lo dejaron a mi cuidado. Lo subí al auto y lo llevé al hospital lo más rápido que pude.

Algo no cuadra en todo esto.

-Si todo es tan secreto ¿Cómo sabes esto? -le pregunto.

-Mi padre y mis hermanos mayores fueron tritones. Lo único que me importaba era ganarme su simpatía. Si descubren que traicioné sus secretos…digamos que estaría mejor en la cárcel. Ellos destruyen vidas. Es su objetivo-me dice asustado.

-¿Esa es tu defensa? ¿Qué seguías órdenes? No es suficiente, Ricardo-le digo fastidiado.

-Lo sé y lo siento-me dice apenado-tienes que creerme. Después de lo de Juan…su familia amenaza con demandarme. Ni con mi padre puedo hablar de ello. Me llama traidor y cobarde por lo que hice. Pero ¿Cómo puedo formar parte de un grupo que trató así la vida de mi mejor amigo? Lo que quiero es que atrapen a los tritones.

Supongo que para limpiar mi propio nombre debo desenmascarar a los tritones yo mismo.

-¿Y los otros futuros miembros?-le pregunto. Quizás ellos sean una buena manera de comenzar a investigar.

-Son los destacados-me dice-los tritones eligen a los mejores en todo. Deportes, lo académico…son los de siempre.

-Quiero sus nombres-le digo con rudeza.

Duda unos segundos y me da los nombres de los otros cuatro aspirantes. Me quedo mudo cuando el último nombre que menciona es Guzmán Nunier Ozuna.

Así que, si sigo a Guzmán, encontraré a los tritones.

Me despido de Ricardo y vuelvo a la Investigaciones García y busco entre esos costosos aparatos en los que invirtió papá. Son rastreadores con los que a veces sigue a quienes debe investigar. Regreso al colegio y coloco uno en el coche de Guzmán.

********

P. O. V. OMNISCIENTE

Luego de su pelea con la otra estudiante, Habían llamado a los padres de cada una para ver que sanciones se llevarían a cabo por lo sucedido.

La fría y tranquila Carla Rosón había cedido a su furia por primera vez ante todos sus compañeros. Carla sonrió al pensar que el día anterior Samuel había sido llevado a la comisaría esposa delante de todos. Y aunque ella no podía asegurarlo, pensaba que Samuel, siendo como es ahora, no se quedaría de brazos cruzados, sino que buscaría venganza. Carla podía respetar eso.

Su padre hablaba con Azucena mientras Beatriz esperaba afuera, en el estacionamiento. Carla dudaba que la regañaran sus padres dado que ahora tenían muchas cosas de las cuales preocuparse con el acoso de los medios de comunicación.

Vio a su padre salir de la oficina de la sub directora y fue hasta él y caminó a su lado.

-Vámonos, Carla-dijo Teo.

-¿Cuánto me dieron?-preguntó ella curiosa.

-No estás suspendida-dijo Teo- Azucena nos quiere ver el viernes para una audiencia disciplinaria. No estoy contento de que pelearas, pero me gusta que hayas defendido a tu madre.

-¿Estás orgulloso de mi?-preguntó Carla con ironía.

-Si-dijo Teo.

-Genial, puedo morir feliz-dijo Carla con sarcasmo.

-No seas insolente-dijo Teo muy molesto.

Llegaron al estacionamiento y ahí los esperaba Beatriz.

-¿Todo bien?-preguntó la marquesa.

En una especie de acuerdo tácito Carla y su padre asintieron.

********

P. O. V. SAMUEL

Llego a Investigaciones García algo apurado, dado que llego tarde a una reunión con Claudio sobre cómo será mi defensa en el asunto de las identificaciones falsas.

Llego y veo a Claudio en mi escritorio.

-Siento llegar tarde Claudio-le digo apenado.

Él solo sonrió y señaló algo detrás de mí. Giro y veo a papá con dos tazas con café en sus manos. Le da una a Claudio y me mira sonriendo esperando que le diga algo.

-Hola papá…el caso contra mí es confuso y circunstancial-le digo rápidamente.

Mira a Claudio y sonríe.

-¿Sabes lo raro?-le dice papá a su amigo-si no recuerdo mal esas fueron sus primeras palabras cuando era un bebé.

Claudio ríe y al menos estoy tranquilo que papá no luce enojado. Al menos he avanzado en el caso.

-Creo tener pistas de quien hace las identificaciones-les digo-es una sociedad secreta, Los Tritones. Ricardo me dijo que dijo que lo obligaron a entregarme. Estoy seguro de que los pusieron en mi casillero.

-El caso criminal es lo que menos nos preocupa-dice Claudio.

-Los padres de Juan demandaron-dijo papá.

-¿A nosotros?-pregunto yo enojado y sorprendido.

-Y a todos los involucrados en la salida nocturna de su hijo-me explica Claudio-cada bar al que fueron será demandado. Creen que podría valer millones. Y tú tienes un rol fundamental al ser quien supuestamente le dio la identificación falsa para que entre a los bares.

Mierda, mierda, mierda.

********

P. O. V. IGNACIO

Estaba descansando en mi oficina. Pensaba en qué hacer respecto al problema de Samu. Sé que mi hijo tenía sus identificaciones falsas para hacer esas cosas de detective que a él le gusta hacer y que yo detesto que haga. Pero estoy seguro que él no le hacía identificaciones y las vendía. Alguien le estaba tendiendo una trampa. Por ahora parecía que Samuel podría encargarse de todo ese asunto. Lo mío era ayudar a Claudio con lo de la demanda.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien entró a mi oficina.

-Teo, hola. Adelante-le digo sorprendido de verlo aquí.

-Hola Ignacio-me dice.

Noto que parece cansado. Tiene profundas ojeras y no se muestra con el imponente y altanero porte que suele tener.

-¿Cómo está todo?-le pregunto-¿Quieres tomar algo?

-Un poco de agua estará bien-me dice y sonríe- supongo que debí hacerte caso y cancelar la fiesta de navidad ¿no?

-Debes verle el lado bueno-le digo bromeando-ahora tienes una cicatriz que te recordará hacerle caso al detective la próxima vez.

Le doy el vaso con agua.

-Gracias-me dice cortésmente.

-¿Cómo lo estás pasando?-le pregunto preocupado.

El suspira. Recién noto que lleva revistas en sus manos.

-Puedo manejar el dolor de la cicatriz-me dice y me da las revistas-pero esto…

En todas las revistas aparecen en la tapa él, Beatriz y las diversas amantes que Teo tuvo.

-Estoy tratando de volver a ganar la confianza de mi familia-me dice-de verdad quiero hacer las cosas bien. Pero estas historias están separando a mi familia. Mi hija mayor que está en Australia es la única que aún me habla. No puedo culpar a Carla o a Beatriz. Yo solo…

Sé a lo que apunta Teo. Estas noticias al parecer no son falsas. Había cosas de la vida familiar de los Rosón Caleruega que eran muy precisas.

-¿Alguna idea de quien podría saber detalles tan íntimos de ti?-le pregunto.

Él se encoge de los hombros.

-Los periodistas tienen formas muy creativas de averiguar cosas-me dice algo cansado-pero habrían publicado esas historias en el momento. O quizás alguien de mi personal.

-¿Un novio o esposo celoso?-le sugiero. Dado que Teo se dedicó a ser un casanova esa opción no es loca.

-Es una posibilidad-me dice derrotado.

-Déjame ver que puedo averiguar-le prometo.

-Escúchame-me pide-mi esposa es muy frágil. No sé cuánto más de esto ella pueda soportar.

-Trabajaré rápido-le digo.

La fortaleza emocional de Beatriz siempre se puso en duda y ahora debe estar bajo más presión que nunca.

********

P.O.V. SAMUEL

Bien, ahora debo probar de alguna forma que lo de las identificaciones falsas lo hacen los tritones y no yo. Pero algo no tiene sentido. Si ellos buscan estudiantes como Guzmán,
¿Para qué tener un negocio de identificaciones falsas? Tienen más dinero del que pueden contar.

El timbre de casa sonó haciendo que Poni junto a mí se ponga en alerta.

-Vamos a ver quién es-le digo a mi perro, quien me sigue. Sé que es alguien conocido porque veo a Poni muy feliz.

Al abrir la puerta Rebe está frente a mi sonriendo.

-¿Qué noticias me traes Watson?-le digo.

A esta altura ya somos Sherlock y Watson. Ella entra a casa y se acuesta en mi sillón.

-Estaba en los vestidores hoy, después de deportes, y escuché a dos chicas hablar de ir a un club para mayores de 21 con dos identificaciones falsas que habían conseguido-me cuenta mi amiga-me hice un poco la dura y me dijeron todo.

-Básicamente intimidaste a dos tontas de las Encinas-le digo riendo.

-Aprendí del mejor-me dice golpeando mi hombro-me dijeron que hay un casillero misterioso.

Me gusta a donde va esto.

-Funciona así: pones tu nombre y €250 en el casillero 110 por la mañana-m explica Rebe-Por la tarde, aparece una licencia que dice que tienes 21 años.

¿Y nadie notó eso antes? Cualquiera que pusiera el dinero en ese casillero pudo ver a la persona que abría en cualquier momento.

-¿Estás dispuesta a poner €250 solo para ver si funciona?-le pregunto a mi amiga.

-No, estoy dispuesta a poner tú dinero solo para ver si funciona-me dice sonriendo la descarada.

********

A la mañana siguiente vengo a Las Encinas pero me aseguro de hacerlo en horas de clase así minimizo el riesgo de que me encuentren. Antes llamé a Ander y le pedí que me averiguara algo en la oficina de su madre. Según Ander, el casillero 110 no está asignado a nadie, pero evidentemente alguien sabe la combinación de su candado. Si solo hay que poner dinero en el casillero 110, debo vigilar ese casillero. Mi suspensión complica las cosas, pero no lo hace imposible.

Rebe dejará los €250 en el casillero misterioso y yo dejaré mi cámara filmando por horas. La colocaré dentro de la vitrina de trofeos y ahí nadie la notará. Edgar Allan Poe tenía razón y la mejor manera de esconder algo es dejarlo a plena vista de todos.

Ahora, debo hacer otra cosa.

********

Regreso al estacionamiento y enciendo mi computadora. El día de hoy la consejera tendrá otra entrevista con alguien que fue muy cercano a Marina.

-Gracias por venir, Iván-dijo la mujer.

-Gracias por hacerme perder un examen-dijo él sin mucho interés.

Presiento que esta conversación será muy importante. Iván fue el novio de Marina por años, aunque su relación estuvo muy lejos de ser ideal. Muchas peleas e infidelidades de Marina. Lo cierto es que su vínculo era demasiado tóxico.

Hablaron algunas trivialidades hasta que el tema volvió a ser sur elación con Marina.

-Marina murió en nuestro segundo aniversario-dijo Iván-comenzamos en el primer año que entramos a Las Encinas.

-¿Intermitentemente?-preguntó sagazmente la consejera.

-Si-dijo Iván algo molesto.

-Cuando murió ¿estaban…? -dijo ella.

-Separados, temporalmente-dijo Iván elevando la voz.

Generalmente es alguien agradable pero el tema de Marina aun lo pone sensible. En eso nos parecemos.

-¿Por qué estabas tan mal?-preguntó la consejera.

-Se suponía que iríamos a una fiesta-contó Iván-y Marina estaba enojada conmigo por algo. Ya ni recuerdo por qué. Ella me dejó plantado. Me puse triste, tomé mucho esa noche y, por tres segundos, besé a otra chica.

-¿Marina los vio?-preguntó la señora Leguizamón.

-No, pero alguien más si-dijo Iván- debes conocerlo, dicen que usted era muy cercana a su papá.

El tono insinuante de Iván parece haberle caído mal a la señora Leguizamón.

-Dejemos mi vida personal fuera de esto-dijo la mujer algo molesta.

-Claro, que no se torne personal-dijo Iván con sarcasmo.

-Suena como si culparas a Samuel-dijo la mujer.

-Él era mi amigo también-dijo Iván con rencor-y si no me hubiera delatado entonces Marina y yo estaríamos juntos. Y Marina no habría estado sola ese día. Yo habría estado allí.
Así que, en efecto, culpo a Samuel. Y me culpo a mí por ser tan estúpido. Y culpo a Marina por ser una perra esa semana.

Hay unos segundos de silencio hasta que la consejera vuelve a hablar.

-Hay otra forma de ver esto, Iván-dijo ella-si hubieran estado juntos, tú podrías haber muerto también.

-¿Y qué es lo bueno de vivir?-dijo Iván llorando.

Iván siempre era tan alegre y educado que nunca me puse a pensar en todo lo que Marina lo lastimaba. Es cierto que yo le conté a Marina del beso de Iván con esa otra chica, pero pensé que a Marina no le importaría, dado que ella siempre engañaba a Iván. De más está decir que a esa chica se le hizo el vacío en Las Encinas después de eso, así era la influencia de Marina y de sus amigas Carla, Lucrecia y Ari.

********

Por la tarde, Omar y Rebe llegan a mi casa. He estado revisando la señal del rastreador que le puse al coche y vi que ahora se está moviendo y detenido en un lugar que conozco.

-¿Quieren acompañarme a un karaoke?-les pregunto-Guzmán está allí. Si nos apuramos llegaremos a tiempo.

-Prefiero ir a un bar-dijo Rebe y sacó una identificación de su bolsillo-encontré esto en mi casillero.

Salto de la emoción le quito la identificación para verla bien. Pero mi emoción no dura mucho.

-La tinta chorrea en los bordes, falta el holograma y la foto es la del anuario-dijo algo molesto y asqueado.

-¿Y qué?-pregunta Omar sin entender.

-Que cobraron €250 por esta porquería- digo molesto-no solo me acusa falsamente, sino que también me ofenden.

********

Llegamos al bar de karaoke junto a Rebe y Omar y mis ojos inmediatamente buscan a Guzmán o a los otros aspirantes a convertirse en tritones. Aunque solo veo a cinco de ellos sentados en una misa gritándole a la persona que estaba cantando en ese momento. Quien canta es Guzmán.

Supongo que una de las 12 tareas es ir a un lugar y pasar vergüenza públicamente. Hay un chico que terminó en coma por estas cosas, pero si tenemos que escuchar a Guzmán cantar, las verdaderas víctimas somos nosotros.

Guzmán termina de cantar con un alarido que sospecho que es porque alguien le pellizcó un pezón y se escuchan abucheos a los que él responde con una reverencia. Los únicos que lo aplauden son los otros tritones.

Rebe y Omar ríen y yo recién me doy cuenta que hay un jurado que al parecer califica las actuaciones de los que se animen a cantar. Guzmán saco 0.5, 1.0 y 0.5. Creo que fueron muy piadosos con él.

Cuando Guzmán se separa de sus amigos y va a lo que creo que es el baño lo detengo.

-Necesitamos hablar-le digo sin preguntarle.

-¿Qué sucede Samu?-me dice.

-Quiero hablar contigo y el resto de los tritones-le digo sin esconder nada-quiero que los padres de Juan, el chico en coma por culpa de sus estúpidas tareas, no me demanden. Y
Quiero saber porque hicieron que me culparan a mí por lo de las identificaciones falsas. Llévame con el líder de ustedes ahora.

-No sé de qué hablas-me dice Guzmán evasivo.

-Esto no es un juego, Guzmán-le digo-hay alguien que podría morir.

Él se marcha sin responderme. Mis amigos me ven tan enojado que me invitan a sentarme y tomar algo.

-Qué bueno que no trajimos a Nadia-dijo Omar-porque se enojaría mucho al ver a Guzmán actuar como un tonto.

Si Guzmán no colabora no tengo muchas posibilidades de hablar con los tritones más viejos, quienes seguramente son los de la idea de culparme.

-Parece que tu ex amigo se arrepintió-dice Rebe y sigo su mirada y veo que Guzmán se dirige hacia nosotros.

-¿Vas a hablar?-le pregunto pero él simplemente me da un pedazo de papel y se vuelve junto a sus amigos.

Rebe y Omar me miran sin entender nada. Abro la nota y tiene algo escrito: “El gran tritón se mostrará cuando escuche tu voz”

¿De qué habla?

Entonces se escucha una voz por micrófono que retumba en todo el bar y dice:

-Seguimos con la noche de competencia de karaoke y nuestro siguiente participante es… ¡Samuel García Domínguez!

Todos comienzan a aplaudir y gritar.

-¡Qué cante! ¡que cante! ¡que cante!

-¿Qué harás Sherlock?-pregunta Rebe.

Mierda, supongo que a esto se refiere con que debo hacer que escuchen mi voz.

-Iré a cantar-les digo a mis amigos quienes me aplauden y me apoyan.

Claro que no me interesa dedicarme al canto. Soy cantante de ducha. Pero si es la forma de poder hablar con el líder de los tritones entonces será una de las cosas más sencillas que haya hecho. Sin embargo, hay una trampa. Yo solo identifiqué a los que quieren entrar a los tritones, que son los que están junto a Guzmán. Eso significa que los tritones de ultimo año no están con ellos pero deben estar aquí para verificar que ellos realicen las tareas que se les encomienda. Es decir, que mientras cante, debo estar atento al público en general, para ver si puedo identificar a los posibles tritones.

-Vamos Samuel-dijo el tipo con micrófono-no seas tímido.

-¡Que cante! ¡que cante! ¡que cante! -seguía gritando el público.

Me dirijo hasta el escenario donde veo a Guzmán y a los otros tritones que me observan detenidamente. Guzmán un poco divertido, esperando ver que tanto hago el ridículo.

Subo al escenario y le digo al tipo del micrófono qué canción voy a cantar. Él asiente y va a poner la pista es la computadora y unos segundos después se comienzan a escuchar los primeros acordes de la guitarra eléctrica y la letra en inglés aparecen en la pantalla que tengo frente a mí.

-Esto va dedicado a mis amigos los tritones-digo al micrófono y veo una sonrisa en el rostro de Guzmán.

Aunque esta canción fue cantada originalmente por una mujer, creo que es perfecta para la ocasión.

La gente me sigue aplaudiendo y Rebe y Omar me vitorean. Y comienzo a cantar:

One way or another, I'm gonna find ya
I'm gonna getcha, getcha, getcha, getcha
One way or another, I'm gonna win ya
I'm gonna getcha, getcha, getcha, getcha
One way or another, I'm gonna see ya
I'm gonna meetcha, meetcha, meetcha, meetcha
One day, maybe next week
I'm gonna meetcha, I'm gonna meetcha, I'll meetcha

Mientras canto trato de ponerle atención al público, para saber quién de ellos puede ser un tritón, pero solo veo a gente aplaudiendo y disfrutando de mi número musical.

Mientras canto, también bailo y les ofrezco un buen entretenimiento. Rebe y Omar me aplauden y Guzmán me sonríe, claramente divertido con lo que hago.

I'll walk down the mall
Stand over by the wall
Where I can see it all
Find out who ya call
Lead you to the supermarket checkout
Some specials and rat meat
Get lost in the crowd

La gente comienza a aplaudir cada vez más y algunos están bailando.

One way or another, I'm gonna getcha
I'll getcha, I'll getcha, getcha, getcha, getcha
(Where I can see it all, find out who ya call)
One way or another, I'm gonna getcha
I'll getcha, I'll getcha, getcha, getcha, getcha
(Where I can see it all, find out who ya call)
One way or another, I'm gonna getcha
I'll getcha, I'll getcha getcha, getcha, getcha
(Where I can see it all, find out who ya call)

Los del jurado me ponen las calificaciones de 10, 9.5 y 10 y termino cuando digo por última vez:

One waaaaay or another

Los aplausos no se hacen esperar. Al parecer saqué el mejor puntaje de la noche.

Así que esto hacen los adolescentes que no resuelven misterios…

Pero no todas son buenas noticias. Mientras terminaba mi canción, Guzmán y los otros tritones escaparon. Todo fue una distracción.

********

Es mi último día de suspensión y sigo investigando a los tritones, aunque he llegado a un punto en el que no tengo muchas pistas, por ahora la cámara que dejé grabando en Las Encinas es mi mejor oportunidad. Rebe recibió efectivamente su identificación, por lo que quien hace las identificaciones debe aparecer en el video abriendo el casillero 110 y cuando lo identifique llegaré hasta los tritones.

Recupero mi cámara sin que nadie me vea y luego me dirijo al estacionamiento. Es importante que hoy escuche a la consejera, dado que su conversación será con Guzmán.

Cuando salgo de las Encinas aparece Ricardo muy alterado.

-Samuel pasó algo horrible-me dice muy asustado.

-¿Qué sucedió?-le pregunto.

-Ellos se enteraron que hablé contigo-me dice-en la puerta de mi casa colgaron una rata muerta. Yo soy la rata.

Mierda, esto se puso turbio. Un chico en coma y otro amenazado. Esto está escalando demasiado.

-Está bien-le digo para tranquilizarlo-estoy muy cerca de descubrir a los tritones, no te preocupes.

Noto que se tranquiliza un poco pero aun parece asustado y se marcha.

Lo lamento por él, pero ahora mi prioridad es escuchar cierta conversación privada.

********

Otra vez en el estacionamiento me dispongo a escuchar la cita de la consejera con Guzmán. Este es el testimonio más importante que podré conseguir.

-Faltaste a nuestras últimas tres citas-dijo la consejera.

-Lo siento, estaba ocupado-dijo Guzmán-gracias por esperarme.

Y así la conversación siguió por caminos y cosas sin mucha importancia, hasta que comienzan a hablar de Marina.

-Marina ponía una cara muy graciosa cuando mamá me regañaba que me hacía reír-contaba Guzmán divertido-así que trataba de ni mirarla, pero de cierta manera, sentía que ponía esa cara. Y así es como se siente, todo el tiempo. Creo que me está mirando. Cuando hago algo, puedo sentirla y ella puede verme. Es como si nunca estuviera solo.

Sé un pesado silencio hasta que Guzmán vuelve a hablar.

-Debo sonar como un loco.

-Suenas como alguien que perdió a su hermana-dijo la señora Leguizamón con comprensión.

-Y también la cordura-dijo Guzmán tratando de reír.

-¿Hace cuánto te sientes así?-preguntó la mujer.

-Desde que dejé los medicamentos-dijo Guzmán.

-¿Tu médico los sabe?-preguntó ella-¿tuviste algún episodio?

-Dejé de tomar el antidepresivo-dijo Guzmán-sigo tomando las de siempre.

¿Qué episodios? ¿Qué tipo de medicación?

-Eso explica mucho-dijo Leguizamón- los medicamentos te calmaron. Hasta, tal vez, te prohibieron procesar por completo la muerte de tu hermana. Toda esa agitación estuvo reprimida el año pasado. Tal vez comenzó a salir a la superficie.

Hay un silencio.

-¿No estás de acuerdo?-preguntó la consejera.

-No lo sé-dijo Guzmán-creo que Marina está enojada porque no recuerdo.

-¿Empezaste a olvidar cosas de ella?-dijo Leguizamón.

-Recuerdo a Marina-aclaró Guzmán-simplemente no recuerdo que ocurrió. Recuerdo que tenía futbol esa mañana. Luego estaba en una limusina y habían pasado tres días. Y
Marina estaba muerta y todo ese tiempo entre nosotros se había ido.

¿Guzmán no recuerda el día en que Marina Murió? ¿Qué mierda puede significar? Dios, que no signifique lo que yo creo…

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No me quedó mucho tiempo como para pensar en lo que escuché de los propios labios de Guzmán. Aún estoy metido en un buen lío legal y debo entregar a los Tritones si quiero salir de él. Por suerte, el rastreador que puse en el coche de Guzmán me es muy útil y me reveló, sorprendentemente, que está ahora en Las Encinas. ¿Qué hace ahí a las 11 pm?

Bien, estoy caminando por los oscuros pasillos de mi colegio por la noche con una cámara en la mano buscando capturar a una sociedad secreta…está bien, debo creerle a papá cuando me dice que no soy un adolescente normal.

Escucho voces a lo lejos y me detengo. También veo un tenue resplandor. Me acerco lo más sigilosamente que puedo. Solo espero que esto funcione, porque si no me meteré en un problema aún más grande.

Llego hasta donde está la piscina del colegio y noto que es desde ahí que viene el resplandor y las voces. Observo detrás de las puertas y noto que hay muchas velas repartidas por el lugar, iluminando a un conjunto de personas que están junto a la piscina. Dos 12 en total y todos leva cada uno una vela en sus manos. Seis de ellos llevan túnicas azules que les llegan hasta los talones y llevan capuchas que me hace difícil verles el rostro. Los otros seis llevan túnicas iguales, pero de color marrón y están de rodillas.

Uno de los de azul se para delante de los que están de rodillas y comienza a hablar.

-Han logrado pasar las 12 tareas-dijo-y nos enorgullece poder decir que los seis novatos de este año se han convertido en nuestros hermanos. Y serán ustedes los que el próximo año deberán preparan a seis nuevos miembros. Ahora pónganse de pie porque ya no son aspirantes, sino que son nuestros hermanos tritones.

Los seis de marrón se pusieron de pie y todos dejaron sus velas en el suelo. A continuación, sucede lo que yo esperaba. Todos se quitan las capuchas y dejan sus rostros al descubierto. Comienzan a abrazarse y felicitarse. Veo que el que parece ser el líder abraza a Guzmán.

Entonces, es momento de poner en marcha la parte final del plan.

-¡Hey!-les grito y todos me miran sorprendidos-digan “homosexualidad reprimida”.

Comienzo a sacar muchas fotos a gran velocidad.

-Adiós-les digo y salgo corriendo.

-¡Atrápenlo!-gritó alguien y escucho que todos corren detrás de mí.

Apuro el paso lo más que puedo. Soy pequeño y sin mucha fuerza, pero soy veloz.

Corro y corro y al fin llego a la entrada de Las Encinas y al traspasar la puerta doblo a la derecha donde mi auto me está esperando con la puerta trasera abierta, lista para que yo entre.

Me lanzo hacia los asientos traseros y escucho a Omar gritar:

-¡Ahora Rebe!

Sin perder el tiempo Rebe pone auto en marcha y los escapamos. Miró por la ventana y veo la cara de todos los tritones molestos. La de Guzmán es particularmente graciosa.

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Llegamos a mi casa riéndonos y felicitándonos. Ciertamente, estas son las cosas que hacen divertida mi profesión.

-Como enfadamos a los pijos-dijo Omar.

-Esto fue lo mejor-dijo Rebe.

Ahora comienza la parte más tediosa, pero no por eso menos importante. Imprimo las fotografías que tomé y me alegro que en la mayoría se ve claramente el rostro de todos los tritones. Conozco a Guzmán, pero claramente puedo identificar a los otros 11. Ahora debemos ver la grabación del casillero y ver si quien abre el casillero 110 coincide con uno de los que estaba hoy en la ceremonia.

Lamentablemente pasan las horas y nadie abre ese casillero. Rebe y Omar se fueron por lo tarde que era pero yo seguí mirando la grabación, pero aun no encontraba nada.

Si nunca nadie abrió el casillero ¿Cómo pudieron saber que debían hacer la identificación falsa de Rebe?

Hasta que me doy cuenta que el casillero 110 en uno alto y es ahí cuando entendí como lo hicieron y quien fue el que inculpó.

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P. O. V. IGNACIO

Una nueva mañana de trabajo. Llegué temprano a la agencia de investigación porque Teo me pidió que nos reuniéramos temprano ya que debía ir a las Encinas.

No me gusta lo que voy a hacer, pero es para lo que me contrató Teo.

-Buenos días Ignacio-me dice.

-Buenos días Teo-le respondo.

-¿Tienes alguna novedad?-me dice el empresario.

Suspiro.

-Ya averigüé quien ha estado filtrando esa información a la prensa-le dije-y no te va a gustar.

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P. O. V. SAMUEL

Llego a la comisaría y me voy directamente al despacho de Castañeda, después de todo es el encargado del caso de las identificaciones falsas. Como su puerta está abierta entro sin golpear, y también porque eso quizás lo fastidie.

Cuando me ve sé que cumplí con mi cometido.

-Tu audiencia es recién el martes-me dice fastidiado.

-Ya que estoy aquí, podríamos cancelar eso-le digo de buen humor.

-¿En serio?-me dice irónico-¿Y por qué?

-Bueno, pensé que estarías interesado en que el verdadero delincuente asistiera-le digo-al menos por una vez. Mientras tanto, aprenderé a derretir a las mujeres con mi sonrisa y una rutina de ejercicios, según dice la revista que estoy leyendo, y esperaré a que el culpable se presente.

-No tengo tiempo para juegos-me dice Castañeda enojado.

-Y yo no tengo tiempo para alterar documentos del gobierno si estoy atascado aquí-le digo también molesto-le ofreceré un trato. Si no entrego a la persona que lastimó a Juan para las 5, prometo entrar a la corte el martes y declararme culpable de lo que sea que quieras culparme.

Esa idea parece gustarle.

-¿Cómo?-me pregunta.

Saco de mi morral el anuario de este año de Las Encinas y se lo entrego y le doy €250.

-Solo elija un nombre-le indico-Escriba en un papel el nombre de cualquier estudiante de Las Encinas que encontrará ahí y póngalo en un sobre con ese dinero y que lo dejen en el casillero 110. Al final del día ese chico tendrá una identificación y usted tendrá al culpable.

Castañeda duda un poco, pero al final elije un nombre y manda a uno de sus policías a que siga mis instrucciones.

Yo aprovecho y marco el número de Ricardo.

-Oye Ricardo, estoy en la comisaría-le digo-traerán a los verdaderos pillos esta tarde. Y descubrí quienes son los tritones, no querrás perdértelo.

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P.O.V. CARLA

Dentro de poco será mi audiencia disciplinar y debo entrar a hablar con Azucena junto con mamá y papá, pero este último aún no ha llegado.

Desde que se expusieron las infidelidades de papá el ambiente en casa ha sido irrespirable.

Espero que al menos ahora todo se tranquilice un poco, al menos por lo de la audiencia.

Esperamos sentadas afuera de la oficina de Azucena esperando que la secretaria nos avise que debemos entrar. Mamá está junto a mí con la espalda muy recta. Vinimos en su automóvil rojo porque papá dijo que debía hacer algo antes de venir.

En ese momento aparece papá y se sienta a mi lado y quedo en el medio de ellos dos.

Mamá mira a papá con preocupación, pero él no dice nada, hasta que lo hace.

-Así que, ¿Cuál era la idea? -le dice a mamá-¿Avergonzarme? ¿Destruir mi carrera? ¿Ablandar a la opinión pública para un buen divorcio?

¿De qué habla?

-Piensas en tu estatus y en el dinero antes que en lo obvio-dice mamá-¿No se te ocurrió que quería lastimarte como tú lo hiciste?

-Me seguían detectives privados-dijo papá fuera de sí.

-Solo en exteriores-respondió mamá-siempre supe de las mujeres.

¿No entienden el daño que me hacen? ¿Les importa siquiera?

-Cielos mamá, papá-digo con sarcasmo-¿Iré a vivir con la abuela?

-Escúchame-dijo papá señalando a mamá-si quieres divorciarte de mí, te dejaré sin nada. Solo conservarás ese título que no valdrá nada.

Sin pensarlo le sujeto con fuerza la muñeca mi padre.

-Le dices otra palabra y te mataré-lo amenazo apretando los dientes y frunciendo el ceño.

Por unos instantes veo que mi padre no solo está sorprendido por mi amenaza, sino también asustado.

-Yo no soporto esto más-dijo mamá llorando y se fue llorando por el pasillo dejándome sola con papá

********

P.O.V. OMNISCIENTE

Beatriz Caleruega salió a toda prisa de Las Encinas y se dirigió hacia el estacionamiento. Su automóvil caro y de color rojo estaba aparcado allí. Abrió la puerta y entró, sentándose en el asiento del conductor.

Tomaba el volante con ambas manos mientras respiraba pesadamente con la mirada fija en una pared y los ojos llorosos.

Abrió su cartera y sacó unas pastillas. Puso algunas en su mano y se las tragó.

Luego encendió el automóvil y se marchó.

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P.O.V. SAMUEL

Sigo leyendo mi revista en la oficina de Castañeda mientras él me observa fijamente.

-En la cárcel no tendrás revistas para leer-me dice para provocarme.

-Según esta revista, a las chicas no les gustan los idiotas-y miro a Castañeda con cara de sorpresa-¿Quién lo diría?

Sin embargo, no puede decir nada porque justo entra Ricardo, con su uniforme de Las Encinas, a la oficina.

-¿Ya llegó?-me pregunta emocionado.

-Acaba de hacerlo-le digo sonriendo y poniéndome de pie.

En ese momento ingresa también el oficial que Castañeda mandó a poner el dinero y el nombre en el casillero 110.

-Es como él dijo-le dice señalándome- encontré la identificación en el casillero de ese chico.

La mirada de Castañeda se aclara y me mira impresionado, pero Ricardo parece no entender.

-Proceso de eliminación-les digo-yo no lo hice.

Todos miramos a Ricardo y al fin él entiende.

-¿Yo? ¿están locos? -nos dice enojado.

-¿De qué manera explicas los €250 en tu billetera?-le digo

-Gran cosa, el dinero es mío. No prueba nada-me dice arrogante y saca su billetera.

-¿Por qué no miras con atención el billete de €100?-le digo a Castañeda-tiene un mensaje mío. Por favor léelo.

Castañeda encuentra el billete y lee mi mensaje.

-Aquí dice “Samuel García Domínguez es…”-y me mira enojado- “…más inteligente que yo”

-Oh basta, que me sonrojo-le digo guiñándole el ojo.

La cara de Ricardo muestra que ha sido derrotado y no tiene como defenderse.

-¿Es suyo el casillero donde el donde el policía puso el sobre?-me pregunta Castañeda.

-No exactamente-le respondo- el suyo es el que está debajo de ese. El casillero 110 tiene una abertura secreta en el fondo a la que se accede desde el casillero de abajo. La noche en que Juan acabó en el hospital, él y Ricardo usaron sus identificaciones falsas, compraron los tragos y disfrutaron las ganancias de su negocio de falsificación.

Entonces miro a Ricardo directamente.

-Nunca te amenazaron-les digo-culpaste a los tritones porque estabas enojado. Tu padre y tus hermanos fueron tritones, pero no estabas a su altura ¿cierto, Ricardo? Ni siquiera te invitaron a unirte a ellos. Cuando te llamaron a la oficina de Azucena pusiste las identificaciones en blanco en mi casillero por la rendija para inculparme. ¿Por qué a mí? ¿Por qué creías que la gente pensaría que yo era capaz de hacer algo así?

Ricardo baja la mirada.

-Es porque creí que llegarías hasta los tritones, pero no hasta mi-dice él con tristeza.

El oficial se lleva a Ricardo y Castañeda me mira fastidiado, porque sabe que debe retirarlos cargos contra mí.

********

Es un nuevo día en Las Encinas y nadie parece querer reírse de mí. Incluso veo a Polo Benavent escapar cuando me ve. Ya todos deben saber la verdad a esta altura.

Camino por el pasillo y me cruzo con Guzmán.

-Hola, Samu-me dice algo nerviosa.

-Hola-le digo-Guzmán yo…quería disculparme.

Levanta una ceja a modo de pregunta.

-No debí dudar de ti-le digo-sé que no formarías parte de algo que casi mata a otro chico.

-Escuché que Juan salió del coma-me dice-y que él y Ricardo tendrán problemas legales por meterse con cierto detective cantante.

-¿Detective cantante?-le digo-eso suena ridículo…

Eso lo hace reír. Es casi como nuestra vieja amistad, antes que Marina muriera. Casi.

-Solo quiero decirte que puedes estar tranquilo por mi lado-le digo-ya que no diré nada sobre los Tritones.

-¿Y quiénes son esos?-me pregunta bromeando.

Yo me rio y sigo mi camino.

¿Otro agujero en la memoria de Guzmán? Al menos se ríe de eso. Al cruzarlo en el pasillo jamás pensaría que algo anda mal. Pero lo escuché de su propia boca. ¿Cuál es tu enfermedad misteriosa, Guzmán? ¿y Qué pastillas estás tomando?

********

P. O.V. OMNISCIENTE

Una patrulla de policía frenó su patrulla en el Puente del Rey, que cruza un turbulento río. Un automóvil de color rojo estaba allí e impedía el paso de los automóviles. La puerta del conductor estaba abierta pero no se veía a nadie dentro ni por ningún lado.

El oficial volvió a la patrulla y llamó por radio a la estación.

-Aquí desde el patrullero B-05-dijo el oficial- en el puente del Puente del Rey. Hay un automóvil abandonado y un posible suicidio…

Notes:

¿En qué consistirá la extraña enfermedad de Guzmán? ¿Tendrá algo que ver con la muerte de Marina?
¿Será que Beatriz ha muerto?