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Fandom:
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Language:
Español
Stats:
Published:
2024-09-15
Updated:
2025-09-22
Words:
216,482
Chapters:
38/?
Comments:
392
Kudos:
445
Bookmarks:
22
Hits:
11,490

Ojos marrones (Con un poco de verde)

Summary:

¿Cómo encuentras a un alma gemela que aparentemente está cerca tuyo pero sin tener una sola marca en el cuerpo? El león de Max Verstappen rechazaba a cualquier beta u omega que se le arrimara y ya estaba comenzando a ser un problema para él, ira, rechazo y asco. Sabia que su ser destinado estaba cerca, pero cuando parecía encontrarlo se esfumaba.

Universo Alterno donde las personas que encuentran a su alma gemela tienen una marca en el cuerpo complementario.

Primer fanfic omegaverse de larga duración, denle una oportunidad.

Notes:

Mi cerebrito neurodivergente ha regresado con una nueva super fijación, un nuevo ship que hasta a mi me tomó por sorpresa. ¿Deportista? nunca he sido, así qué se preguntarán como me vine a interesar la situación profesional y personal de dos pilotos que empezaron bien y ahora andan valiendo vrga pero que yo defiendo con mi vida? quien sabe, así es damas y caballeros, su escritora de fanfics sin terminar favoritos ha venido esta vez a invadirles un nuevo fandom: El Chestappen.

Personalmente no me quiero tomar la historia muy enserio, QUIERO ACLARAR que nunca en mi vida he escrito para el genero Omegaverse, o bueno, tal vez sí, una vez, pero fue algo chico y despreocupado, esta vez me ha venido una idea que podría o ser un one-shot largo o una secuencia de varias partes, todavía no lo sé, lo que si se es que no les prometo mucho contenido +18 explícito, ¿por que? honestamente estoy saturada, me he dado cuenta estos últimos meses que no importa el fandom al que voltee a ver, ya no veo muchos fanfics con tramas complicadas o inocentes, está padre leer el smut, no lo niego, pero pienso que todos necesitamos leer algo light y fluff de vez en cuando, entonces me la pasaré más por el lado descriptivo de la introspección de los personajes.

Perdón por hacerles leer demasiado, me pondré a escribir ya y ustedes me comentarán si les gusta o no.

En cuanto a FIRE, ASHES AND FIRE AGAIN… no no tengo idea de cuándo actualizaré o si lo actualizaré alguna vez, lol, tengo que volverlo a leer porque ya ni me acuerdo de que trataba. lol Quien quite me anime y lo termine de repente. Puede ser.

ADVIERTO QUE ESTE FANFIC ESTARÁ ADAPTADO AL INGLÉS Y AL ESPAÑOL, AMBOS POR MI, OBVIAMENTE, POR SI VEN LA HISTORIA EN VARIOS IDIOMAS NO SE VAYAN A ESPANTAR.

Chapter 1: Capitulo 1

Chapter Text

Chapter 1: I don’t wanna play golf

 

LA LLUVIA que caía cántaros aquella noche no era ninguna preocupación para Max, su automóvil andaba velozmente por la carretera desierta donde solamente se veía dos metros delante de él, ocasionalmente también los truenos le hacían el favor de iluminar un poco el camino de vuelta a casa pero no importaba mucho, Max conocía ese camino al derecho y al revés, sus neumáticos chillaban por el desgaste y el desliz que producía la velocidad y el agua que caía, era peligroso, pero ni el olor del miedo a la muerte podían apaciguar el torbellino de ira y angustia que su león exhalaba. 

 

En la sociedad en la que vivían los alfas como él podían estar a altas horas de la noche brincando de peligro en peligro y para él no había mejor forma que distraer sus túmulos pensamientos que de esa forma, no había compañía, hobby o deporte que le funcionaran mejor que ese, el león de Max estaba enojado, enojado en verdad, frustrado y apaleado como un cachorro perdido y después de meses sin conseguir su deseado objetivo decidió que la mejor forma de evitar empeorarlo era alejándose del resto, sus compañeros alfas y betas ya estaban hartos de él, incluso más de lo que él estaba de él mismo, su olor advertía a otras castas que no se acercaran o morirían, los supresores ayudaban, si, de hecho habían incrementado sus dosis hacía una semana, pero nada aliviaba el molesto calor y el humor horroroso que se cargaba, su león estaba impaciente, dolido y solitario.

 

Max Verstappen era un alfa de 26 años, 27 años llegando el mes de septiembre, joven, alto, atlético y muy imponente. El clan o manada de este se encontraba disperso entre países bajos, Alemania y Bruselas.  Los Verstappen eran una familia numerosa (gracias a su padre mayormente) y muy poco comunicativa, su manada, a diferencia de otras castas por ejemplo la de los lobos o zorros, estaba bastante cómoda con la independencia, ellos no necesitaban de una familia de contacto para sobrevivir, más que si a caso las familias directas (madre, padre, cachorros) Max había cambiado de aires desde que cumplió la mayoría de edad, siguió trabajando en la empresa de su familia desde una considerable distancia y decidió que estaba mucho mejor así, manteniendo contacto frecuente solamente con su madre y su hermana Victoria.

 

La cosa con Max era que él había estado bastante bien, viviendo una buena vida, andando con quien se le antojaba y dándose el gusto de viajar por el mundo incluso, fue cuando cumplió 24 años que su león había estado fuera de control.

 

Los ataques de ira, las transformaciones a media noche, los celos intensos, las intensas pesadillas y los ataques de ansiedad habían estado constantemente apareciendo desde que cumplió aquel dígito, Max había acudido a los mejores doctores, haciéndose estudios, acudiendo a terapia pero nada parecía calmar aquella ira que su alfa interno demandaba.

 

-

 

-”Todo indica que tu alfa ya está listo para buscar un compañero” -Su terapeuta checaba una lista de información que él le había contado desde que comenzaron sus citas médicas. -”¿Has compartido celo con algún Omega recientemente?”

 

-Puede ser… -Dijo Max.

 

-Los estudios muestran que el cambio si conlleva reacciones biológicas, sin embargo algunos de los síntomas que presentas son comunes en los alfas que están o estuvieron en contacto con su… ¿Cómo lo digo? Con su mitad, por así decirlo.

 

-¿Quiere decir que mi alfa encontró a un candidato o candidata para enlazarse?

 

-Puede ser, no necesariamente tuviste que compartir cama con esa persona, tu bien sabes que los casos de personas que encuentran a sus almas destinadas es muy dificil, diferentes partes del mundo, diferentes tiempos, diferentes situaciones, los casos de éxito son 100 en un millón, pero viendo que no hay nada anormal en tus hormonas ni en tu estado físico me parece que es un llamado de tu alfa para que continúes en la búsqueda, seguramente algo lo movió.

 

-¿Encontré a mi alma gemela? Ni siquiera estoy en una relación en este momento. 

 

-No tuviste que hacerlo, si estuviste cerca de la otra persona en algún momento tal vez tu yo consciente no lo percibió, pero tu león muy seguramente si lo hizo.

 

-Aunque sea así, yo no tengo una marca. -Dijo Max exponiendo sus muñecas a la doctora, después su cuello -Mire, si hubiera una forma de comprobar que tengo un alma gemela sería imposible comprobarlo, yo no tengo ningún distintivo como otras personas.

 

Porque sí, las almas gemelas usualmente comparten una marca que prueba que estos están destinados de alguna forma, algún lunar, una mancha, un mechón de cabello similar, Max incluso oyó hablar de una pareja que tenía un lunar en forma de corazón en sus brazos, cuando era niño buscó por todas partes alguna marca que le permitiera identificar a su mitad cuando lo conociera, pero lamentablemente él no tenía nada en su piel que llamara la atención.

 

-Las marcas son difíciles de encontrar, algunas veces uno no le da significado a lo que tenemos hasta que lo vemos en la otra persona, lo mejor es que te tomes un tiempo para salir en la búsqueda de esta persona, tu león se va a sentir mejor de esa forma.

 

Max recuerda haber salido por última vez de ese lugar sintiéndose frustrado, definitivamente eso no era lo que quería escuchar, tenía muy poco tiempo de haber salido de la tormentosa familia Verstappen ileso, no estaba listo para renunciar a su tranquilidad con otro problema como ese.

 

-

 

Max llegó a su casa azotando la puerta, como siempre, se arrepintió del maltrato apenas lo hizo, no era culpa de nada ni nadie que se sintiera así, el solamente sentía mucha ira todo el tiempo, debido a la lluvia Max estaba un poco empapado de cuando se subió a su automóvil, se sentía como un gato callejero, poco a poco se fue desprendiendo de su ropa, la dejó tirada, no le importó, se arrimó al living room y prendió la chimenea, sus dos mascotas, Jimmy y Sassy lo veían con sus preciosos ojos verdes acurrucados desde su castillo, que se sintiera como la mierda no lo hacía un padre irresponsable y presionó el botón del dispensador de alimento para que comieran, subió las escaleras, todavía despojándose de su ropa, reloj y anillos en el comedor, zapatos en el pasillo de la recamara, estuvo así hasta que llegó al cuarto de baño, preparó la tina caliente y espero a que estuviera lista; una vez dentro se sumergió por completo para intentar lavar todos los pensamientos que pasaban por su cabeza.

 

La lluvia seguía afuera y lo único que podía ver era la espesa niebla que se estaba formando en el bosque que escondía su hogar, lejos de todos, en lo alto de las montañas, con la privacidad que sus padres se había encargado de comprar cuando decidió irse por su propio camino. Ese condominio era su guarida, su lugar privado y seguro y lo adoraba.

 

Una de las poquísimas cosas que podía agradecerle a Jos Verstappen.

 

Salió del agua con desgano y con su mal humor disipado sólo un 15 por ciento, en realidad el baño solo le había quitado el aroma a otras personas cuando había convivido con la ciudad, pasó por el espejo del lavabo y no pudo evitar quedarse viendo.

 

Su cara estaba mejor proporcionada, agradece al cielo ya no ser un cachorro y haber terminado de acomodar sus facciones para la edad que tenía, Max recordaba ser un cachorro muy rubio y tosco, sus facciones eran fuertes y aunque provenía de una raza de castas puras siempre pensó que su rostro podía tener más armonía, tal vez verse más amable, sus ojos eran de un azul eléctrico, otra cosa que no ayudaba para la búsqueda de un compañero o compañera, no tenían mucha calidez, a los omegas les asustaba, a los betas les parecía demasiado, y su piel era clara, era todo, algunas partes si, besadas por el sol, pero ninguna mancha, marca o cicatriz a la vista, nada que pudiera tomar como referencia para que su maldito león dejara de joder.

 

-

 

Rendido de este asqueroso mundo se incorporó en su extensa cama y se sentó, su cena, sushi frío de la noche anterior, debía tomarse en cuenta pasar por mejores restaurantes cuando tuviera sus arrancones de ida en la madrugada. Comía sin mucho interés mientras miraba la tele cuando su iphone comenzó a vibrar a su costado.

 

“Tu, yo y los chicos, partido de golf mañana, en el campo, di que sí por favor” -Era un mensaje de Leclerc, Charles Leclerc era su mejor amigo en aquellos días, el poco que no se tomaba mal sus actitudes ni estaba atemorizado de él en algún sentido, omega.

 

-”Odio el golf.” -Le respondió.

 

-”Te necesitamos para que seamos numero par, además tenemos una semana sin verte, Carlos y yo estamos preocupados.” CHL. 

 

-”No he muerto ni matado a nadie, he estado tranquilo.” -Max no quería darle explicaciones ya más, cualquier cosa que se relaciona con el tema de su mitad le ponía agresivo, y no quería contestarle mal al pobre omega, ya depor sí era de las pocas personas que lo aguantaba, él y Carlos no se merecían su rabia cuando solo estaban siendo amables.

 

-”¿Seguro? entonces el Monza SP2 que vimos patinando en la lluvia hace una hora no eras tu ¿no?”  - touché. 

 

-”Buenas noches Charles.” -Charles había ganado esta vez. 

 

-”Mañana en el campo a las 11. Si no vas, le daremos tus placas al tránsito.” -El omega infeliz todavía le manda un emoji lanzándole un besito y un corazón, pensándolo bien sí que se jodan Charles y Carlos.

 

-

 

No quería ir, estaba cansado, estaba harto de la situación, hacía un par de años para acá, desde que ella doctora le comento su situación que está buscando como loco, viajo a distintos países y nada, Japón, Australia, Italia, no tenía un solo indicio, si era mujer, hombre, marca, casta, nada, lo unico que sabia era que había sentido algo hace ya algunos años, pero no pudo encontrar la fuente.

 

Sabía que no era ningún omega con quien hubiera compartido celos, ni en el dia mas fertil, ni la omega mas hermosa, ni la más necesitaba había sido la elegida, su león su respondio a los estímulos, claro, biología era biología, pero su león las rechazó a todas. Kelly fue la más cercana, el lado racional de Max le decía que ella era un buen partido, sin embargo su león la percibía rancia, no le gustaba, le daba mala espina y solo sentía rechazo para con ella, duraron unos pocos años y al final Max dejó de forzarla, terminando su relación de inmediato.

 

El único recuerdo al que Max se aferraba fue en dos países, España y Estados Unidos.

 

Max rara vez viajaba por mero placer, en general eran situaciones de negocios que no podían resolverse por videollamada, su amigo Carlos Sainz había sido su compañero de negocios y socio desde que salieron de la universidad, el español adoraba viajar, le gustaba estar acompañado y disfrutar los viajes cuando los negocios acababan, a Max le costó un poco aprender de él, la cultura de trabajo en países bajos era muy diferente a la española, pero con el tiempo aprendió a seguir la corriente, el rubio no era muy afecto a las multitudes, en su juventud visitó muchos clubs y pubs, pero cuando su león se volvió muy picky, agresivo, rechazaba a aquellos cuyos olores no soportaba, parecía siempre que lo estuviera retando, la repulsión involuntaria de este hacia el exterior le molestaba, pero ya era algo con lo que había aprendido a vivir.

 

La cosa es que aún entre el tumulto Max podía distinguir perfectamente los olores, estaban en un club español a altas horas de la madrugada cuando el rubio sintió, muy cerca de él un olor destacado del resto, la esencia de cada individuo era muy difícil de descifrar con palabras, algunas veces huelen a algún sentimiento, pero ¿cómo describiría alguien que otra persona huele a hogar? ¿O a peligro? no podías ponerle un nombre, sin embargo algunos muy creativos le ponían nombres comunes a las esencias: “huele a manzana” “huele a tierra húmeda y té” “huele a canela”..

 

¿Estaba divagando ya? En fin..

 

La cosa es que su cuerpo se activó, al principio creyó que Carlos le había echado algo a su copa, sintió mucho calor, especialmente en la cara, su presión comenzó a descontrolarse, podía sentir la taquicardia aparecer como si hubiera llegado corriendo al club, temblorina, y casi lágrimas. Cuando quiso buscar a Carlos este no estaba a la vista, seguramente había ido con Charles al segundo piso, Max no había sufrido nunca un ataque de ansiedad, ni siquiera cuando vivía en el mismo techo que su padre alfa dominante recién divorciado, dejó el trago en la mesa y decidió que lo mejor era alejarse del ruido.

 

Pasó por un montón de gente y por desgracia no lograba entender nada de lo que le decían, en ese entonces Max no hablaba nada de español, llegó a la puerta del baño pero no entró. Se quedó con una mano en la puerta mientras levantaba la cabeza en modo de reconocimiento, Su león estaba percibiendo algo, un aroma, una sensación que no sabía que era, pero le calmaba, caminó más allá de los sanitarios y siguió un camino imaginario, su alfa lo aprobaba, debido al público lugar al mismo tiempo su alfa se enojaba por la contaminación de aquella esencia, Max lo detestaba, nada le daba gusto, él era buena persona, podía jurarlo, ¿pero su león? era un narcisista hijo de puta y tenía que dominar todo y no se llevaba bien ni con él mismo, por eso se preguntó ¿Quién sería la persona que estaba atrayendo a su necio y odioso león como moscas a la miel?

 

No veía nada, habían demasiadas personas, demasiados cuerpos bailando, no conocía a nadie y no hablaba el idioma, pasando unos metros más adelante estaba una ventana grande que daba a la terraza y a la plaza donde estaba el club, salió de ahí y respiró el aire fresco y salado, era mejor que estar ahí encerrado.

 

-¿Qué mierrrrrda fue eso? -Max preguntó cuando por fin su crisis había pasado, enojado con su león por ponerlo en situaciones como esas.

-” Está cerca, nos gusta ” -El alfa felino gruño por dentro, contento y alborotado, Max nunca había estado tan conflictuado antes.

 

-¿Quién nos gusta? ¿Quién está cerca? -Intento preguntar.

 

-Compañero. Cazalo. 

 

-¿¡Qué!? 

 

-¡Traelo!

 

El león rugió y no dijo ni una palabra más, Max estaba confundido, ya no tenía síntomas peligrosos excepto las ganas de vomitar, cuando se relajó y se adentra nuevamente al lugar el olor seguía ahí, y era exquisito, el aroma prácticamente borraba la esencia del resto de personas ahí,  ahora entendía, siguió la conexión del olor hasta donde la persona pudiera estar pero por desgracia no encontró a nadie, ninguna persona que hubiera causado esa reacción no podría haber sentido lo mismo que él, y en lo que el con cerniera no había nadie buscando con el mismo ahínco que él, encontró a Carlos y Charles y les preguntaron dónde había estado, Max les dijo que bebiendo, esta experiencia no la iba a contar a nadie aún.

 

Llegó al hotel con su león furioso, azotó la puerta y aventó unos cuantos adornos en el proceso, no podía controlarlo, había estado tan cerca, sin embargo no había podido encontrar al o a la dueña del olor, Max supo el significado desde aquel día, era aterrador, y fue aún peor cuando aquella doctora solo le confirmó sus sospechas. 

 

Ese fue el día en el que su estúpido león entró en huelga y se emberrinchó, ya no aceptaba a nadie que no fuera el usuario dueño de aquel olor, el alfa ya había identificado a su ser compatible y no estaba dispuesto a aceptar nada menos que eso. 

 

Claro que él no lo encontró, estaba en la otra puta parte del continente y no sabía siquiera si hablaban el mismo idioma, después de eso tuvo que dejar España, Charles y Carlos, estando en la luna de miel eterna desde que oficializaron su relación intentaron varias veces el arreglarle alguna cita, Max no se cerró en ocasiones, creyendo que su león se olvidaría de aquella vez en España si lo intentaba, pero solamente lograba ponerlo de mal humor, había hecho llorar a varios omegas en distintas ocasiones y eso solo lo hacía sentir más culpable.

 

Al final de todo, nada podía ser tan bueno para terminar dentro de las milagrosas estadísticas de las almas gemelas, probablemente la tuvo cerca esa vez, si, pero ya nada le aseguraba que lo fuera a encontrar en algún futuro.

 

Sentía a su león rasguñar el pecho cada que su negativismo lo gobernaba, a él no le importaban razones, y no le importaba Max, se acercó al cajón esperando que los supresores  ayudaran a controlar a su bestia, mañana sería otro día.

 

-

 

En otra parte, no muy lejos de ahí, otra situación muy parecida se vivía.

La tristeza que siempre sintió dentro de sí era reemplazada por la ira que su otra mitad estaba experimentando, quería verle, tenía mucho tiempo buscando, ya casi se rendía, pero no podía, no ahora que estaba tan cerca. 

 

Su cuerpo y mente querían atenderle, disipar esa tristeza, esa ira, ¿pero cómo hallarle? 

 

Los tiempos no eran como antes, sus ancestros podían transformarse y dejar salir a las bestias que dominaban los instintos, años de abuso con supresores y reguladores hormonales ya habían causado su evolución a seres individuales. No habían luchas físicas a muerte ni disputas territoriales, pero eso solo hacía que sus bestias internas fueran más insistentes a sus impulsos, la voluntad de estas era lo único que les quedaba, y la suya solo quería dejar todo de lado para llenar ese vacío, sin embargo sabía que no podía hacerlo.

 

Tenía dos semanas en esa ciudad y decidió que sería un lugar permanente por el momento.

 

Se había dado cuenta que su alma gemela había dejado de moverse por el mundo, así que solo era cuestión de tiempo para toparse por algún lugar antes de que sus bestias pudieran reconocerse.

 

Solo espera por favor, aguanta un poco más .”

 

Sergio sabía que con las lluvias no podría encontrar su olor fácilmente, a eso agregadas las altas horas de la noche, así que no tenía caso desperdiciar horas de sueño en encontrarle.

 

Mañana será un nuevo día

 

Mañana sería el día.