Chapter 1: I
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Endgame.
— No tienes que hacer esto, Steve... hay otras cosas que podrían darle sentido a tu vida
— No, amigo —sonriéndole con dulzura— tú y yo sabemos mejor que nadie que el tiempo que perdemos, ya no se puede recuperar
— Capitán, creo que es algo exagerado... e injusto —comentó algo incómodo, para luego mirar al mejor amigo del Capitán —para todos
— El plan era derrotar a Thanos, ese plan ya se cumplió... yo no pertenezco a este tiempo, jamás lo hice, ahora comprendo eso —exhala por la nariz— es tiempo de volver a donde pertenezco
— El plan sólo era devolver las gemas al momento exacto cuando las obtuvimos, no quedarse en ese tiempo— agregó Banner unos metros más atrás.
— ¿Y qué más puedo hacer? —inhala para darse fuerzas y toma unos segundos de valor— Tony ya no está en este tiempo, ni siquiera en este mundo... ya nada me ata aquí — mirando a los tres hombres que trataban de convencerlo— ni siquiera ustedes, discúlpenme.
James suspiró rendido, comenzaba a darse cuenta de que en verdad no lograría convencer a su mejor amigo, lo conocía muy bien y sabía que Steve era muy radical en cuanto tomaba una decisión. La muerte de Tony había sido dolorosa para muchos, incluso para él, hace tantos años que deseaba hablar con él, pedirle perdón por todo el dolor que le causó y encontrar redención, pero el tiempo no se lo permitió.
Pero para Steve el sacrifico de Tony Stark era irreparable.
— ¿Y qué harás por allá? —consultó Sam
— Tratar de adaptarme, vivir el día a día, quizás busque a Peggy y... — su mirada se mueve hacia el lago, buscando claridad — trate de formar una familia con ella, vivir esa vida que Tony siempre me aconsejo —el dolor quebró su voz. Porque hace muchos años su plan era ese, pero al lado del genio Stark, de nadie más.
— Pero —insistió veloz Sam —eso no está bien, no puede tratar de olvidar a Stark a través de la Agente Carter, eso no es correcto y tampoco... —lo mira con cierta compasión— es justo, ni para ella ni para usted.
— Sam tiene razón, Steve —comenta Banner— te lo digo de la experiencia personal, yo trate de olvidar a Nat, hui lejos de ella, la deje sola y cuando volví... fui un cobarde, no hable —exhala por la nariz— y cuando quise hacerlo, ya fue muy tarde —sube la mirada decidido— huir no soluciona las cosas.
— Al menos tengo que tratar —responde seguro— Peggy siempre estuvo para mí y cuando caí a ese iceberg ella estaba dispuesta a esperarme y yo estaba más que seguro de lo que sentía por ella, de que quería pasar el resto de mi vida a su lado, hasta que... —se detiene dudoso, su propio cerebro le da las respuestas verdaderas.
— Hasta que despertaste en este tiempo y conociste a Tony —concluyó su amigo. Steve sonrió con desgana, Bucky siempre sabía que pasaba por su mente, y más importante aún, por su corazón.
— Ya es una decisión tomada y no cambiarían nada, aunque lo intenten —trata de endurecer su voz— Tony está muerto —muy firme— tiene una esposa y una hija que lo lloraran por siempre, yo soy el que sobra aquí —se voltea hacia la máquina y confirma que tomó la decisión correcta— estoy listo.
Era momento de marcharse de este lugar, por lo que tomó el maletín con las gemas y se preparó para el gran salto, pero en cuanto iba a dar el siguiente paso, su corazón le dijo que habia una última cosa por hacer, algo que hace muchos años habia decidido y era momento de realizar.
— Hay algo que debo hacer antes de irme —comenta de espaldas a los tres hombres, para finalmente dejar el maletín nuevamente en el suelo y tomar el escudo del Capitan América apoyado en la máquina— creo que esto... —se voltea hacía Sam— es tuyo.
— ¿Qué? —acusa sumamente sorprendido— no, por supuesto que no —retrocediendo unos pasos— ese escudo es suyo, Howard Stark lo hizo para usted y, además, lo necesitarás para— Steve sube su mano en señal de que guarde silencio.
— Este escudo fue hecho para el Capitán América y cuando vuelva a mi época, solo seré Steve Rogers —sonriéndole con orgullo— nadie más que tú puede usarlo, por favor... acéptalo —acercándolo a él— sería un honor para mí que lo llevaras —Sam miró de reojo a James y este le sonrió con aprobación.
— Muchas gracias —tomándolo— Steve... y buen viaje —estira su mano, pero el soldado lo funde en un abrazo. Había tomado una muy buena decisión.
— Gracias —responde con orgullo, para voltear hacía a Banner— cuídate y no olvides lo que conversamos, es momento de comenzar una nueva vida.
— Ya lo estoy haciendo —sonriéndole— por eso miro al futuro y no al pasado —lo mira con compresión para finalmente abrazarlo— pero es tu vida y ya tienes el derecho de comenzar a vivirla por ti y no por los otros.
— Gracias por entender —dándole una pequeña palmada en la espalda— adiós, Bruce
— Adiós, Steve
Y al instante, el ambiente se volvió tenso, porque todos sabían que este era el momento más complicado para todos, en especial para dos amigos, que en verdad eran hermanos y lo seguirían siendo sin importar que, eso ambos lo sabían, pero despedirse nunca sería fácil, aunque los reconfortaba saber que esta vez sí tendrían derecho a un último adiós, las cosas ya no serían como lo fueron antes.
— Creo que ahora por fin los papeles se intercambian —acercándose— tú te quedas y yo me voy
— Pues ya era hora —comenta entre risas— no puedo estar siempre cuidándote la espalda
— Creí que yo te la cuidaba a ti —soltando una risa— cuídate, amigo —estrechándolo con suma fuerza
— Tu también, hermano —su voz se quiebra sin poder evitarlo. Steve siente su corazón partirse en dos, pero ya era momento de pensar en él y sabía que Bucky no quería volver al pasado, sentía que ya no encajaba en ese mundo.
— Y no hagas nada estúpido mientras vuelvo —dice Steve con aires de burla
— ¿Cómo podría? Si te llevas toda la estupidez contigo —responde James— algo me dice que nos volveremos a ver, de eso estoy seguro...
— Estoy seguro de eso, te buscare en cada tiempo que este... y en cada uno de ellos siempre serás mi hermano —Bucky le sonríe con lágrimas contenidas, mientras Steve volteaba hacia la máquina
— Todo listo —comenta Banner detrás de la consola
— Preparado —tomando las gemas y el martillo —y háganme un favor —los tres lo miran— cuiden a Morgan, no permitan que nada le suceda... y no dejen a Pepper sola, podría necesitarlos.
— Cuenta con eso —responde Sam levantando la mano despidiéndose
— Quizás nos vemos... en algunos años más
Los circuitos se encienden, las últimas sonrisas son regalas al otro y en menos de cinco segundos, el Capitán América desaparece rumbo al pasado. El silencio reinó por casi un minuto, mientras los motores de la máquina se apagaban.
— ¿Crees que estará bien? —pregunta Sam a Bucky
— ¿Cómo podría saberlo? —cuestiona el ex soldado del invierno con un claro semblante de duda.
— Está cometiendo el mismo error que Tony cometió hace años —agrega Banner con calma —renunciando a aquello que más ama, por dolor, por despecho, por miedo a estar solo... —ambos lo miran— la verdad... —exhala rendido— aún con todo el respeto y aprecio que le tengo a Pepper, Tony jamás la amó —los dos hombres lo miraban algo sorprendidos por su sinceridad, pero entendiendo su punto —tal vez sí la quiso y mucho, pero nunca al nivel de como amo a Steve —la máquina se apaga —pero sus egos, sus rencillas, malentendidos y peleas que no les correspondía librar —mira de reojo a Bucky, cosa que puso incomodó al hombre, aún era un tema muy delicado— los terminó alejando... —mira hacia el cielo— a veces a quien más amas, no es la persona con quien estás destinado a estar...
Aunque no era su primera vez viajando entre el tiempo, la sensación seguía causándole cierto malestar, aunque quizás era el dolor emergente que apuñalaba su pecho, el de saber cómo rápidamente se alejaba de esa época que le había traído tantos dolores, como también las más grandes satisfacciones.
Y como si pasara frente a una literal línea de tiempo, todo volvió a él, la primera vez que lo vio, la primera vez que discutieron entre ellos, la primera vez que pelearon codo a codo, el terror que sintió cuando lo vio cruzar el portal y no volver, el verlo precipitarse al suelo y como no reaccionaba, como su amistad fue creciendo y como pasó a algo más, esa noche, que parecía tan igual que las demás, pero que lo cambió todo, cuando Tony le confesó que lo enloquecía, que detestaba tenerlo cerca y aborrecía aún más cuando se iba, que odiaba el olor de su Champú, que lo enfurecía el cómo le sonreía y que sentía el mayor vacío del mundo cuando no lo miraba directamente a los ojos, con esos bellísimos y resplandecientes ojos azulados.
Luego lo beso, y por alguna extraña razón, Steve no opuso resistencia, al contrario, terminó tomando el control de la situación, dominando por completo el beso algo torpe y tímido de Tony, para que se transformará en un beso incandescente y necesitado. Luego de eso, se distanciaron durante meses, algo incómodos el tenerse cerca, no sabían cómo actuar o que decirse, terminando incluso a abordarlo como un error de una noche de copas, además, cada uno tendría que enfrentar sus propios fantasmas del pasado.
Pero las cosas cambiaron, un evento volcó sus sentimientos de manera sustancial. Steve sintió como el corazón se le detuvo cuando vio la mansión Stark desaparecer por completo, atacada por terroristas y como el famoso Iron Man se daba casi por muerto, quiso ir a buscarlo, ofrecerse una y mil veces, incluso como intercambio de rehén, pero SHIELD no se lo permitió y muy en el fondo, si le preguntaban, no sabría cómo justificarlo. La culpa lo dominó cuando padeció la preocupación de Pepper, llegando incluso a pensar que algo pasaba entre ellos, lo que lo hizo sentir tan ajeno, pero lo importante ahora era encontrar a Tony, no le importaba si volvía a Pepper y no a él, lo importante es que estuviera a salvo.
Cuando reapareció y supo todo lo que el Mandarín le habia hecho a Pepper y a Tony, la ira lo dominó, al igual que la desolación absoluta de confirmar para sus temores que Tony sentía algo muy fuerte por Pepper, sino, no hubiera hecho todo lo posible por mantenerla a salvo. Pero buscando que sus inseguridades no los volvieran a separar, al menos como colegas y posibles amigos, si es que Tony aún lo consideraba como un amigo, decidió acompañarlo incluso a su operación y apoyarlo en su recuperación, pero cuando estuvieron solos en la habitación, Steve lo supo. Lo amaba, como jamás nunca había amado a nadie y ya no podía callarlo, por lo que terminó confesándolo, aún con el dolor de pensar que el ingeniero no le correspondía, y que ya estaba en una relación con Pepper, después de todo, su preocupación desbordada confusión.
Pero Tony se lo dejó más que claro, a quien amaba era a él, lo amaba como loco y si había estado actuando tan extraño estos últimos meses, es porque estaba seguro de que moriría, la ansiedad post Nueva York lo estaba matando, no podía lidiar con eso, no era tan fuerte como él y mucho menos podía con la idea de saber que no volvería a verlo. Está vez fue oficial, sin dudas, sin remordimientos, sin vacilaciones. El beso lo confirmó.
El Capitán lo atribuyó quizás como uno de los momentos más felices de su vida. Tony y él, por fin habían aceptado lo que sentían.
Los meses pasaron, procurando dejar la relación en secreto, para no generar conflictos, pero todos en la sede lo notaron, no eran para nada discretos y mucho menos pasaban desapercibidas todas sus salidas y coqueteos.
Pero quizás el segundo momento más importante, fue cuando Tony y él se entregaron al otro, en cuerpo y alma; esperaron meses, lo planearon con sumo cuidado y solo tuvieron como objetivo el disfrutar estar el uno al lado del otro.
Parecía que todo estaría perfecto, por mucho tiempo más, incluso planeaban hacer su relación pública, pero el destino tenía otros planes.
Chapter 2: II
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El que Pepper siguiera presente en la vida de Tony, a veces era una situación difícil de controlar, más cuando Steve partía a largas misiones y su novio y Pepper se quedaban en la oficina hasta altas horas de la madrugada. Steve incluso llegó a dudar de la fidelidad de Tony, su pasado lo condenaba.
Ahora se arrepentía tanto de haber dudado de él.
Pero Tony siempre se encargaba de aclararle que Pepper solo era una persona sumamente importante en su vida, una querida amiga, nada más, pero a Steve le costó entenderlo, las fotografías de farándula vendiendo historias de que el soltero más codiciado de América había sido conquistado por su asistente, no ayudaban en nada a calmar sus miedos; Tony siempre le repetía que entre ellos no había mentiras, no hasta que le sucedió a él.
Esa misión, Steve se fue molesto, ver a Pepper revoloteando siempre tan cerca de Tony lo ponía mal, y más porque habían atrasado nuevamente la decisión de hacer pública su relación; pero esa misión fue diferente, Bucky reapareció y la vida de Steve volvió a cambiar por completo, y eso por supuesto, afectó su relación con Tony.
Aunque logró salvar a SHIELD, la imagen de Bucky vivo y en esta época lo cambiaba todo, había alguien de su tiempo aquí, alguien que quizás lograba entenderlo, pero se sintió tan miserable, debía ocultárselo a Tony, se decía a sí mismo que era por el bien de él, pero ni el mismo se lo creía. Tony no tardó en notarlo extraño, y aunque lo buscaba, el Capitán lo rechazaba, lo que orillo a Tony a encerrarse en su trabajo, su único escape. Así nació Ultrón.
Steve estaba molesto, decepcionado de Tony, desilusionado de que actuará sin consultarlo con ellos y sobre todo a él, pero Nat le recordó sus errores. No podía juzgar a Tony, cuando él mismo le guardaba horribles secretos a la persona que supuestamente más amaba. Steve estaba entre la espada y la pared, a veces su doble moralidad era engañosa.
En cambio, Tony estaba al borde del abismo, pues una visión horrible se depositó en sus sueños o más bien, en sus pesadillas. Steve inerte, frío, muerto en el suelo, descansando en sus brazos y él llorándolo hasta la locura; esa simple imagen llevaba torturándolo por semanas, sumándole además los rechazos de Steve y ahora su enojo para con él, Tony estaba seguro, lo estaba perdiendo. Jamás estaría al nivel de moralidad intachable del Gran Capitán América, su propio padre se lo repetía todo el tiempo; a quién quería engañar, el jamás fue un superhéroe y muchos menos, una buena persona digna de Steve.
Cuando Sokovia cayó hacia la tierra, Tony lo supo, su momento había llegado, moriría fingiendo ser algo que no era, un héroe, pero al menos Steve estaba vivo, y quizás al morir sería capaz de perdonar todo lo que le había hecho, las veces que le habia fallado y se lograría sentir medianamente orgulloso del "Genio Stark", alguien digno de su admiración. Pero los ruegos desde tierra, Steve suplicándole que volviera, que lo necesitaba, que lo amaba, le hicieron recuperar la esperanza.
Esa noche, entre lágrimas, Tony le contó sus mayores miedos, sus pesadillas, el terror de verlo muerto, la desilusión de jamás estar a su altura y de fingir algo que no era. Steve se sentía tan miserable, si Tony supiera que él le estaba pagando aún mucho peor, lo perdería para siempre, no sólo por la verdad cruel, sino por su silencio. Sin mentiras, así le había dicho Tony a él, y de cierta forma, él incluso lo había orillado a la construcción de Ultrón.
Pero la verdad lucha por salir a brote, la culpa, el remordimiento y nula abnegación torturaban sus mentes. Incluso Pepper se había ido del lado de Tony, alegando que el Stark enaltecía demasiado al Capitán y que este al fin y al cabo era un simple mortal, como todos los demás, también fallaba, también hacía cosas horribles, también mentía. El tiempo le daría la razón.
Los acuerdos de Sokovia, la muerte de Peggy y la reaparición de Bucky sentaron un precedente entre los dos. No compartían la misma opinión respecto a los acuerdos y la aparición de la sobrina, que revoloteaba por doquier al Capitán, ponía los pelos en punta al Stark, el cual jamás supo del nefasto beso entre el Capitán América y Sharon Carter, el soldado aún se cuestionaba porque habia hecho algo tan estúpido, justificándolo con la pérdida de Peggy y el dolor que ambos sentían, pensando que el beso era la única forma de apaciguar su dolor, habia caído demasiado bajo. Pero la gota que rebalsó el vaso fue cuando Steve actuó en contra de todo lo que juraba defender, la ley, SHIELD e incluso el propio Stark.
Tony se aferraba la idea de que Steve lo hacía solo porque Bucky era su amigo, y no porque había deseos ocultos detrás, los celos podían ser un peligroso enemigo, primero era Sharon Carter y ahora era James Barnes. Después de todo, había una historia entre ellos dos, una historia que Tony desconocía, porque Steve jamás la compartió con él y el jamás tuvo el valor de preguntar, quizás habían pasado cosas muy importantes y profundas entre ellos, historias que él no podía remplazar, aun con todo el amor que le podía dar al Capitán.
No importaba que pasara, su mente y ansiedad siempre le decían que no importa que hiciera o cuanto diera por él o por la humanidad, nunca sería suficiente para Steve, a veces incluso se cuestionaba si en verdad peleaba y pertenecía a los Vengadores para ser una mejor persona, un héroe o para ganar el respeto y admiración de Steve. Y los últimos acontecimientos se lo confirmaban, Steve jamás sería capaz de hacer algo como lo que estaba haciendo por Bucky, por él. Ya para el final, el último obstáculo se presentó como un enemigo que los hizo incluso batallar entre ellos; Tony sólo quería hacerlo entrar en razón y Steve solo quería proteger a su amigo.
Bucky le preguntó por Tony y Steve le contó, no podía mentirle, y para su sorpresa, su amigo le rogó que no arruinaría su vida por él. Hace años había renunciado a todo, incluso a la mujer que amaba por hacer lo correcto, ahora estaba renunciando a todo lo que creía correcto, estaba traicionando al hombre de su vida, por algo incorrecto. Pero Steve sentía que estaba en deuda con su amigo y, además, de cierta forma, el terror más oculto de Steve florecía.
Él no pertenecía a este mundo, él no había nacido para esta época y de cierta forma, su corazón le decía que jamás podría hacer feliz a Tony, el Stark merecía algo mucho mejor que un viejo de más de 100 años, merecía ser feliz, formar una familia y una vida normal, y el claramente jamás podría darle eso, no importa cuánto lo deseara y lo amara; quizás herirlo y separarse de él sería la mejor forma de salvarlo de él, de una vida infeliz a su lado, sería el verdadero acto de amor, poner la felicidad y bienestar de Tony sobre la suya, ya estaba acostumbrado a hacer eso. Le confesó que siempre se había sentido sólo y que ahora que él hacia vuelto, era lo único que lo ataba a ese pasado, su pasado, su tiempo, el lugar al que realmente pertenecía. Cuán estúpido había sido.
Pero Bucky le confesó una verdad que lo marcaría para siempre, si quedó congelado en ese iceberg era porque ese era su destino, este era su tiempo, no el pasado al cual ya no podía volver, y lo más importante, jamás estuvo solo, Los Vengadores lo habían acogido y Tony le había dado un hogar, pero cuando Steve lo entendió, ya fue muy tarde.
Lo supo, en cuanto vio el rostro de Tony desfigurarse por culpa de esa maldita grabación, supo que lo había perdido, y cuando este le preguntó si lo sabía, y el respondió que sí, era oficial. Steve había matado a Tony en vida.
Las reglas justas, quizás para algunos, es que Tony y Bucky se enfrentarán solos, hasta que uno quedara en pie. Pero Steve no lo permitiría, sabía que Tony no pararía hasta matarlo, tenía el derecho moral y divino para hacerlo, sin importar el contexto que rodeaba a Bucky en ese tiempo, él había asesinado a sus padres. Pero no podía permitirlo, no podía dejar que Bucky muriera, era su amigo, ya lo había perdido una vez, no volvería a hacerlo y, además, no permitirá que su amado Tony fuera consumido por la venganza. Ese no era él.
Además, sabía que sí intervenía, Bucky no mataría a Tony, la idea sólo era noquearlo y luego huir. Pero cuando el primer golpe de parte de Tony hacía él llegó, Steve sintió al fin cómo su corazón se partía en dos, más cuando Tony le dijo: no me importa, el asesino a mi madre.
No había nada más que hacer, Steve perdió control de su mente y su cuerpo, una ira incontrolable emergió de él y no supo en qué momento, estaba con el escudo enterrado en el pecho de Tony. Las lágrimas abundaban en los ojos del Stark, desde su perspectiva, el que alguna vez había pensado era el amor de su vida, había intentado asesinarlo.
Steve sintió tanto remordimiento, quiso decirle algo, pero ya había tomado un camino, cualquiera cosa que dijera, no serviría para nada. Tony lo entendió, no lo había escogido a él.
Chapter 3: III
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Y así, dos años pasaron, ni siquiera la carta que le envió, sirvió. Steve se dormía cada noche sujetando ese viejo teléfono, con la esperanza de escucharlo sonar y que la voz de su amado lo estuviera esperando en la otra línea, pero eso jamás pasó.
Y una noche cualquiera, mientras descansaba con el resto del equipo en un bar de mala muerte en Noruega, vio la noticia a todo su esplendor. Aún en otro idioma, había tres palabras que lo esclarecían todo, y, además, las imágenes decían más que mil palabras.
Tony Stark. Pepper Potts. Matrimonio. La imagen de la pareja mostrando el anillo de compromiso a miles de reporteros, se repetía como bucle en su cabeza. Todos los miraron, sabían lo que significa esto para él, no quiso dar explicaciones, sólo salió rápido por la puerta, hacia calle helada, Nat lo siguió a distancia, y se acercó a él, solo cuando lo vio caer a la fría nieve, llorando desconsolado.
A las semanas, el teléfono sonó, Steve estaba inerte viendo las noticias, Nueva York nuevamente estaba bajo ataque, y lo que más lo aterraba es que se daba por desaparecido a Tony. Solo rogaba que no estuviera en esa nave, pero la llamada de Bruce, le confirmó su mayor temor.
¡Chasquido! Todos, o más bien, casi todos comenzaron a desaparecer a su alrededor. Thanos había ganado. Y mientras Steve permaneció impávido a un costado del cuerpo sin vida de Visión, una alarma de su corazón le rogaba averiguar, debía saber si Tony había desaparecido.
Pepper entró a la sala un día, envuelta en un mar de lágrimas, había recibido un mensaje de Tony, estaba sumamente delgado y se despedía de ella. Steve le rogó a la nueva arribada, Capitana Marvel, que fuera por él, aunque la mujer no conocía a Steve, no demoró en notarlo, el desespero del Capitán se debía a otro sentimiento, muy distinto a la camaradería.
La nave descendió frente a ellos, y cuando lo vio bajar, Steve sintió que la vida que le volvió al cuerpo. Corrió tan veloz, a todo lo que dieron sus pies, por un momento, pensó incluso en besarlo, pero las rencillas del pasado lo detuvieron. Tony estaba mal, no sólo físicamente, sino mentalmente, no paraba de repetir: perdí al niño, perdí al niño. Steve le insistía que habían perdido todos; en esa milésima de segundo, las escenas del pasado volvieron, Tony lo soltó errático y abrazo a quien sería su futura esposa. Steve se alejó veloz del lugar, no quería ver eso.
— Hace años te dije que estoy iba a pasar —comentó molesto— fue una visión, no lo creía
— Tony necesito que pienses —argumento Steve
— Y yo te necesite —Tony lo miró fijamente y Steve sintió el hielo recorrer su espalda— tiempo pasado, eso le gana —Steve sabía que no habla de lo acontecido con Thanos. No, claro que no —lo que necesito... —parándose entre tambaleos— es afeitarme —comienza a sacarse la aguja del suero— y creo recordarles que les dije a todos, cuando aún estaban aquí, que teníamos que colocar una barrera, pero tu insististe que eso afectaría nuestra valiosa libertad
— Y eso no funcionó —Steve recordaba todo lo sucedido con Ultrón
— Te dije que nos vencerían y tu dijiste que nos vencerían juntos —su voz comenzaba a acelerarse— que estaríamos juntos... —guarda silencio— como equipo y como... —Steve exhalo nervioso, Tony volvía a los fantasmas del pasado— ¿Y qué crees, Cap? Ellos nos vencieron y no estuviste ahí —su voz se quiebra. Comenzaba a desvariar— necesitamos sangre nueva... — caminando hacia Steve— no estas viejas momias —lo apunta con el dedo— no tengo nada para ti, Cap —comenzando a sacar todo el rencor acumulado de estos últimos años— no tengo coordenadas, ni indicios, ni estrategias, ni opciones... —susurrando— ni siquiera amor por ti —algo que sólo Steve logro escuchar— cero, nada... mucho menos confianza en ti —Steve sólo podía tragar en seco, eso disminuía las ganas incontrolables de llorar— ¡Mentiroso! —se saca el panel del pecho y lo coloca en su mano— toma esto, es lo último que no me has quitado, si llegas a encontrar a Thanos, póntelo y luego escóndete... es lo mejor que sabes hacer— el Capitán sentía el dolor tan latente, jamás pensó escuchar a Tony, su Tony hablarle así. Pero el hombre desvaneciéndose en suelo, lo volvió en sí, el terror de verlo en esas condiciones.
— ¡Tony! —dijo ajetreado
— Estoy bien, bien... —jadeando— bien... —cae inconsciente al suelo
— Tony... reacciona —comentó con desespero— por favor —lo acerca a él— perdóname, por favor —abrazándolo. Pepper y los demás lo miraban en silencio, rodeados de un ambiente tenso e incómodo.
— Hay que llevarlo a la enfermería —comenta Rhodes— déjame ayudarte
— No, yo lo haré —tomándolo entre sus brazos— esto es mi culpa —recarga la cabeza de Tony en su pecho y se lo lleva de ahí.
Pepper lo sigue algo confundida e incómoda, no sabía muy bien el cómo actuar, por lo que Rhodes decide acompañarla. Nat trata de hablar con Steve, pero este no deseaba hablar, aún está demasiado dolido con las palabras de Tony, además, la mirada que Pepper le mandaba desde la sala de enfermería, no calmaba sus culpas.
— Bruce le dio un sedante, estará inconsciente un par de días, pero estará bien —comenta Rhodes. Steve supiera aliviado.
— Ustedes lo cuidan y yo los mantendré al tanto de todo —agrega la Capitana Marvel caminando por el pasillo
— ¿A dónde vas? —pregunta Steve
— A matar a Thanos —responde. Steve iba a seguirla, pero Pepper se le adelanta
— Steve... ¿Puedo hablar contigo? —el hombre mira de reojo a Nat
— Si, claro —alejándose de los demás
— Necesito pedirte un favor
— Si, dime
— Thanos hizo algo más que horrible y merece sufrir por todo el dolor que ha causado, pero... —mira hacia la camilla donde Tony descansa— para mí es mucho más personal, porque en el momento en que hirió a Tony, es como si me lo hubiera hecho a mi... —suspira— y si no fuera por mí condición, los acompañaría para matarlo con mis propias manos— comentó con rabia acumulada, cosa que lo sorprendió, no se imaginaba a una mujer tan serena como Pepper hablando así, en verdad amaba a Tony.
— No digas eso —respondió Steve— Tony te necesita aquí, a su lado —tratando de sonar seguro— además, no necesitas súper fuerza o capacidades únicas... para cuidarlo —mirando hacia la cama— tu condición no define quién eres.
— La verdad, no me refería a eso —algo incomoda. Steve la miró confundido— estoy embarazada —el Capitán sintió como él mundo se le venía encima, lo que provocó el reaccionar de manera muy lenta y poco obvia.
— Fe...lici...dades —completamente estupefacto
— No sé si sea algo para celebrar, sobre todo con tanta gente sufriendo —dice acomplejada— por ahora, sólo quiero que Tony se recupere y que se haga justicia... por eso te lo pido —toma sus manos— acaba con ese maldito y tráele paz a Tony —inhala decidida— se lo que él significa para ti —Steve palidece— y se también que puedo estar causándote muchísimo dolor al decirte esto, pero sé que tú mejor que nadie me entiende y no hay nadie que se preocupe por Tony como yo, tanto como tu...
— Pepper, yo... —sumamente incómodo
— No tienes que decir nada —contestó— Tony está tratando de sanar sus heridas, déjalo intentarlo y de paso, trata de sanarlas tú también —mirándolo con compasión— sólo procura, aunque sea darle algo de justicia a él y a millones de personas y luego... déjalo ir —suplicante mientras juega quizás su última carta— por favor, déjalo ser feliz, déjame tratar de hacerlo feliz con esta nueva familia que vamos a formar y busca también hacerlo tu —Steve tenía demasiadas ideas y dudas en su cabeza, a la vez que millones de sentimientos estrujaban su corazón.
— Steve, es hora de irnos —comentó Nat apareciendo
— Eh... sí —respondió dubitativo— Pepper... —la mira detenidamente
— Prométemelo, por favor... —mirándolo con súplica— hazme este favor —su mirada vuelve hacia Tony en la cama y Steve imita su acción, ambos observaban a la persona que más amaban en el mundo, pero los dos no podían ganar— a los dos... —el Capitán exhala lentamente por la nariz. Se había rendido.
— Te lo prometo —respondió fingiendo seguridad
— Muchas gracias —lo abraza— y cuídate mucho, por favor... —soltándolo— adiós —viéndolo caminar hacia Nat
— Estas cometiendo un gigantesco error —agrega Nat caminando a su lado— el peor error de tu vida
— Yo sé lo que hago —contestó a secas. Sabía muy bien que eso no era verdad.
— Eso es lo peor —rebatió ella— no lo sabes.
Cinco años después.
No asistió al parto, no asistió al matrimonio, no asistió a los cumpleaños, nunca volvió a mencionar su nombre, jamás volvió a ver su rostro, ni siquiera en fotografías, se aisló lo más que pudo, estaba luchando para cumplir su promesa, al menos tenía que cumplir una. Le habia hecho muchas promesas a Tony, que permanecería a su lado, que jamás lo dejaría solo, que formarían una familia, que envejecerían juntos; ninguna de esas había sido capaz de cumplirla. Tenía que al menos cumplir una promesa en su nombre, se lo debía y muy en el fondo, las dudas del pasado resultaban ser ciertas, el jamás podría darle la vida que se merecía y soñaba a Tony, Pepper sí.
Tony también se preocupó de desaparecer, cedió el control de la empresa a una directiva, seguía siendo el dueño, pero prefirió una vida alejada, oculta en una cabaña, junto a su esposa y su pequeña hijita. Pero el regreso de Scott Lang trajo esperanza en ellos, la posibilidad de volver todo atrás, aunque eso implicaba romper su promesa; debía volver a ver a Tony.
Chapter 4: IV
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En cuanto lo vio bajarse del auto, Tony lo sintió, aún con su hija en brazos, su corazón latía con la misma intensidad desde que lo vio por última vez, hace cinco años. Como lo había extrañado.
Steve por su parte, sólo sentía culpa, lo único que pensaba su mente es que Tony lo odiaba cada vez que lo miraba y ahora que no se habían visto en tanto tiempo, estaba casi seguro de que sólo lanzaría odio y recelo por sus ojos. Cuán equivocado estaba, Tony no era así, y mucho menos con él.
La conversación tampoco fue sencilla, Steve trataba de mirarlo con objetividad y profesionalismo, pero le era imposible, había extrañado cada centímetro de él, y viendo que rechazaba la idea cada cinco segundos, se aseguraba de guardar cada detalle de él en su mente, rostro, ojos, piel, manos, cabello, sonrisa, piernas, torso, labios... absolutamente todo, porque estaba seguro de que no volvería a verlo jamás.
— Mami dijo que viniera salvarte —comentó la pequeña abrazándolo
— Estoy salvado —respondió con dulzura
Aún con el dolor que le causaba verlo con una criatura de otra en sus brazos, el verlo tan feliz y calmo con su hija generaba suma tranquilidad en él, al menos Tony era feliz, y era más que claro que había logrado superarlo y quizás si estaba cumpliendo su promesa de dejarlo ser feliz. Ojalá el pudiera hacer lo mismo.
— ¿Quién es el, papi? —preguntó la niña mirando a Steve. Le parecía conocido.
— Él es Steve Rogers —respondió Tony con naturalidad— es un... viejo amigo —con cierto dolor disfrazado de nostalgia —también es el Capitán América...
— ¡¿En serio?! —preguntó entusiasmada mientras iba repasándolo con la mirada— ¡Papá me lee tus historietas todas las noches! —agregó— y hemos visto todas tus películas
Steve no pudo evitarlo, miró emocionado y sorprendido a Tony, el cual evitó su mirada, lo que provocó que el pecho de Steve subiera y bajara rápidamente de la emoción, y Nat sólo le sonreía, lo sabía, estos dos aún se amaban, con la misma intensidad de hace años. Steve observó con todo el amor del mundo a Tony, lo recordaba, aún lo hacía, cada noche, aunque fuera a través de sus películas y el cúmulo de ilusiones dormidas se removían dentro de él. El fuego volvió a encenderse a mil centígrados.
Esa misma noche, Tony trataba de borrar su visita de hoy de su mente, pero la emoción de Morgan de conocer por fin al Capitán América, las preguntas de duda de Pepper y la fotografía de Peter, lo hacían dudar ¿En verdad había tomado la decisión correcta? ¿Cuál? ¿La de no ayudarlos? ¿O la que tomó hace cinco años atrás? Cuando lo dejó ir.
Pero el sistema avisándole que el prototipo era viable, lo volvió en sí, y luego el ver a Morgan sentada en la escalera, se convenció. Ahora había cometido un error, debía ayudarlos, pero eso no cambiaba el pasado, había tomado la decisión correcta y la prueba de eso descansaba ahora en una cama con una hermosa sonrisa.
— ¿Esta noche no hay cómic del Capitán América? —preguntó aun con entusiasmo la niña
— ¿No te bastó con conocerlo hoy? —arropándola
— ¿Eran muy buenos amigos? —preguntó con curiosidad. Tony demoró en reaccionar
— Si, muy buenos amigos... muy cercanos —con la vista pegada en las mantas de su hija
— ¿Y porque ya no se hablan? —Tony suspira. Su hija habia sacado la misma curiosidad casi hiriente que el poseía.
— Es que... a veces los amigos se pelean, se mienten y no es fácil perdonar y aun si después lo haces... ya nada vuelve a ser lo mismo —comenta con desgana
— ¿Y acaso no lo extrañabas? —no había duda, Morgan en verdad era su hija.
— Claro que sí... a veces más de lo que podría admitir —se da cuenta que habla de más— pero eso ya es pasado y no se puede cambiar
— ¿Lo quieres? —pregunta con total ingenuidad
Tony guarda silencio por casi un minuto— sí, aún lo quiero... y dudo mucho que alguna vez deje de quererlo.
Tony volvió, volvió a él, le devolvió su escudo y le dejó claro que confiaba en él ¿Acaso por fin lo había perdonado? Se moría por saberlo, pero en este momento había cosas mucho más importantes. Había un plan, había que seguirlo y seguramente, todo saldría bien, debía salir bien.
La noche previa al gran evento, Steve no podía dormir, así que se paseó por los pasillos de la sede, solo para encontrarse con un Tony despierto y bañado por la bellísima luz de la luna. Se veía tan hermoso, tan sereno, tan inalcanzable, pero esta vez no huyó.
— ¿Sin poder dormir? —preguntó parándose a su lado
— No, muchas cosas en qué pensar —respondió sin mirarlo
— Así que... ¿Le lees mis cómics a Morgan? ¿Les haces ver mis películas? —pregunta curioso— ¿Crees que es algo apto para una niña de su edad?
— Morgan es mucho más inteligente que yo, incluso más que yo a su misma edad —lo mira de reojo— además ella insistió
— Al menos me agrada saber que pudo conocerme— bajando la mirada con cierta pena
— Era la única forma que tenía, ya que no fuiste al parto, ni a ninguno de sus cumpleaños... y eso que te mandé invitaciones por medio de Bruce —Steve sintio el reclamo disfrazado de indiferencia en sus palabras
— Si, lo sé – respondió arrepentido —pero tenía mis razones
— Bueno, de seguro debes tenerlas —agregó con cierta tosquedad— como siempre...
— Tony... lo lamento tanto —volteándose por completo hacia él
— ¿Por qué? —aún sin mirarlo
— Por todo, por absolutamente todo lo que te hice, por mentirte, por dejarte solo, por fallarte de esta manera, por no ser capaz de cumplir mis promesas, por no protegerte y… por no permanecer a tu lado
— Tienes una imagen demasiado elevada de ti, Capitán —respondió
— Quizás incluso más que tú —agregó con una sonrisa tímida— pero... —suspira— es cierto, demasiadas cosas pasaron, algunas a las cuales no pudimos ponerle reparo, pero aquí seguimos... después de todo y por eso —da unos pasos hacia él— te pido Perdón...
— Creo... —lo mira directamente a los ojos— que ya es muy tarde para esta conversación, ya ha pasado demasiado tiempo... tu cambiaste, yo cambie —suelta los brazos cruzados— ya no somos los mismos de antes, cada uno tomó su camino y debemos vivir con nuestras decisiones por el resto de nuestras vidas —le sonríe con su mayor esfuerzo— lo único que nos queda es hacer algo por aquellos que se fueron y por los que aún están sufriendo... y quizás por fin pueda transformarme en un héroe digno de admiración
— Ya lo eres, Tony... —responde— para mí lo eres, y estoy seguro de que para tu hija también
— Y es por ella que hago todo esto —su voz no muestra duda— quiero que demostrarle que las injusticias si pueden repararse... y todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, una oportunidad para recuperar el tiempo perdido y volver a empezar...
— Tony... ¿Y nosotros? ¿Tenemos esa segunda oportunidad? —cierra los ojos unos segundos para ordenar sus ideas— me refiero, hay algo que...
—No, Steve —responde veloz— no me hagas esto, por favor... para nosotros es diferente, porque no existe un nosotros —tratando de cortar cualquier posible confusión, aun cuando su corazón es su máximo traidor.
— Lo siento, pero debo hacerlo... si algo me sucede mañana
Tony lo interrumpe sobre la marcha— nada te va a suceder —responde firme— yo no lo permitiría
— Pero si sucede, no puedo irme sin hacerte saber esto —inhala con determinación— Yo aún Te Amo... con la misma intensidad desde el día que te conocí, y creo que muchísimo más ahora— se acerca varios pasos a él— cada día sin ti ha sido el más duro y difícil de mi vida, siento miedo y dolor cada vez que no te tengo cerca, me arrepiento tanto de dejarte en ir, en tantas ocasiones y lamento tanto haberte fallado de todas las formas posibles en las que se le puede fallar a alguien...
— No digas nada más, por favor —se aproxima a él
— Tony... —su voz tiembla. Hace años que no lo tenía tan cerca, sólo a centímetros
— Debes dormir... mañana tenemos un gran día —sube ambas manos y las coloca en las mejillas de Steve— mañana acaba todo, y tú y yo... volveremos con nuestras vidas habituales, así debe ser —acerca sus rostros— ahora, ve a descansar —besa su frente— buenas noches —comenzando a alejarse.
— ¡Espera! —sujeta su mano con fuerza— no me dejes...
— Adiós, Steve... —yéndose por el pasillo
Steve solo lo vio partir, después de todo, no tenía nada que ofrecerle, incluso su amor no se comparaba con la vida que tenía al lado de Pepper y la felicidad que le daba Morgan, y muy en el fondo, hace años Tony le habia pedido que no lo dejara y el no cumplió eso, ahora solo se estaba devolviendo su karma.
La mañana llegó y sorprendió a Steve de la forma más inesperada, su teléfono no paraba de sonar, debía estar en la plataforma en unos minutos, pero decidió contestar de igual forma.
— ¿Alo?
— ¿Habló con el Capitán América? —preguntó una voz dudosa
— Si, con él... —algo confundido por la formalidad— ¿Quién habla?
— Soy yo, Morgan... la hija de Iron Man— respondió con orgullo. Steve se quedó helado
— Hola, pequeña... ¿Quieres hablar con tu padre?
— No, quiero hablar con usted —Steve sonrió, era como estar hablando con un adulto
— Claro, dime —aún confundido
— Necesito que me haga una promesa —dijo la niña. Steve sintió un escalofrío, la última vez que hizo una promesa, se condenó al máximo dolor.
— Claro, el que quieras —tratando de sonar seguro
— Necesito que traiga de vuelta a mi papá, con su familia... a salvo —comentó con suma angustia— necesito que me jure que no dejará que nada malo le pase —Steve tembló— que lo protegerá como si se tratara de la persona que más ama en el mundo —Steve estaba más que conmovido por las palabras de la pequeña— por favor... él es mi felicidad
Y Steve sintio el valor volver a él, su motivación por triunfar escaló a lugares impensados— Morgan, te prometo que protegeré a tu padre sin importar que se presente —muy seguro— no dejaré que nada le suceda y lo regresare a su familia, a su lugar feliz...
— Muchas gracias —respondió feliz— y mucha suerte —corta
Aún en la plataforma, Steve no podía dejar de pensar en esa llamada, trató de darse seguridad, dio las indicaciones y órdenes, aun después de todos estos años, no perdía el toque para inspirar y generar valentía en sus colegas, quizás la llamada habia incrementado eso. La sonrisa de confianza que le brindó Tony lo lleno de fuerza y convicción; harían esto juntos. La máquina se encendió, Nat se despidió, y justo cuando todos comenzaban a desaparecer, Tony tomó su mano con velocidad y urgencia.
— No te separes de mí —suplicó con la mirada
— Jamás —respondió Steve, estrechando su mano y desapareciendo juntos.
Chapter 5: V
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El plan A no había funcionado, por lo que recurrieron al plan B.
Steve admitió que lo sobrecogió el volver a Peggy, pero el impacto no fue el mismo, quizás el sentimiento ya no era el mismo, en cambio, a Tony si le afectó sobremanera el ver a su padre. Y cuando estaban a punto de volver a su época, el soldado notó como las lágrimas caían por el rostro del ingeniero.
— Tony... —comentó acercándose a él
— Perdón —secándose rápido las lágrimas— tengo algo en el ojo
— Es normal que reacciones así —agregó. Tony estalla en una risa algo atolondrada.
—Que irónico —terminando de secarse los vestigios de lágrimas— toda mi vida pensé que mi padre no me amaba, que siempre se preocupaba más por otros— lo mira —que tu eras su única preocupación— Steve traga en seco— pasó años buscándote, incluso después que yo naciera, a veces desaparecía semanas enteras, por el simple que hecho que alguien le había dicho que rastrearon tu nave... murió sin descansar jamás de buscarte y yo —vuelve a llorar— no hacía otra cosa más que envidiarte, nací rodeado de tu fama, de tu recuerdo, de tu gloria y pensando que él te quería mucho más de lo que me quería a mí... a veces pensando que te odiaba por eso... que patético.
— No digas eso...
— Y mírame ahora, lo patético aún no se me quita —lo mira fijamente con la mirada impregnada en lágrimas— sufriendo cada día por no tenerte cerca, extrañándote hasta desfallecer, viviendo en una agonía diaria, que ni siquiera Morgan puede curar... —sus palabras lo quiebran, porque su hija es su mayor felicidad, pero eso no puede desaparecer sus sentimientos. Inhala con conflicto, para terminar acercándose a Steve— Te Amo, Steve... te amo con locura, con desespero, con necesidad, con urgencia, con deseo... muero cada día sin ti.
— Tony... —Steve lo abraza de manera anhelada
— No me dejes —lo mira entre sus brazos— quédate conmigo, ámame como ayer, ámame como hoy y no me dejes jamás de amar mañana...
—No lo haría jamás —sujetando sus mejillas— eres el amor de mi vida y te amare en cada tiempo y espacio...
Casi no alcanzo a terminar su oración, porque Tony se abalanzó sobre sus labios. Siete años, siete malditos años sin poder acariciarse, abrazarse, contenerse, estrecharse y sobre todo besarse, extrañaba tanto sus besos, que ni siquiera la necesidad de aire, les permitía separarse. Ya no importaba el lugar, la hora, la premura de lo que los esperaba, en ese preciso momento, sólo eran los dos, sin ataduras, sin miedos y sin vidas ajenas esperándolos; en este momento, solo eran dos personas enamoradas, amándose con locura y desenfreno.
Había funcionado, a un costo demasiado alto, Nat ya no estaba, pero esos millones de ser vivos alrededor de la galaxia, habían vuelto, se había hecho por fin justicia. Steve miró de reojo a Tony, no habían tenido tiempo de conversar lo que pasó durante su viaje y tampoco lo tendrían, porque en menos de cinco segundos, todo explotó.
Thanos golpeaba demasiado fuerte, era tan difícil de derrotar y parecía que las energías flaqueaban, pero cuando lo vio golpear a Tony como si fuera un simple pedazo de basura, una fuerza inexistente brotó de él, y no se dio cuenta como ni en qué momento, el martillo se levantó ante él. Tony lo había perdonado, Tony lo había aceptado nuevamente, por fin era digno.
Los portales abriéndose, todos luchando a su lado, codo a codo, ver a Tony sumamente feliz de tener a Peter entre sus brazos, lo llenaba de tranquilidad; había cumplido su promesa, le había traído paz a Tony. Solo le faltaba cumplir una más, y luego de eso, ya no tendría más miedo, no le importaría cómo, pero lucharía por Tony, aunque tuviera que esperarlo algunos años, para que Morgan creciera y lo pudiera entender, no le importaba, estaría con Tony hasta el fin de sus días.
Un segundo, solo un segundo de distracción, solo un segundo que lo perdido de vista, estaba apoyando a Thor, sabía que la Capitana Marvel estaba controlando a Thanos, todo saldría bien, por eso se volteó. Y cuando volvió, ahí estaba; Tony tenía puesto el guantelete.
— ¡No! —grito aterrado corriendo hacia él— ¡Tony, no lo hagas!
Fue demasiado tarde, el chasquido resonó en todo el lugar, provocando una onda expansiva que votó a Steve varios metros más allá; Thanos desapareció y con él, todas las esperanzas y anhelos de Steve. Lo vio ponerse de pie y caminar con suma dificultad hacía unos escombros, el primero en llegar fue Rhodes, Steve se puso de pie, tenía que verlo, tenía que estar cerca de él.
Peter llegó al segundo, llorando a todo lo que daban sus pulmones y Steve estaba próximo a llegar, cuando una tercera persona apareció, Pepper. Steve se detuvo de lleno, sintiéndose sumamente ajeno a la escena, una vez más, siempre sobraba, su sentido común gritaba que no podía estar ahí, no tenía ningún derecho.
Pepper se hinco frente a él, le sonrió con todo el amor que le había crecido todos estos años y él le respondió con una sonrisa de agradecimiento, por toda la felicidad que le había dado en todos estos años.
— Tony, estaremos bien... puedes descansar ahora —entre llantos
Tony le sonrió una última vez y cambio de rumbo su mirada, para cruzarla una última vez con su soldado más amado. Regalándole una última y bellísima sonrisa.
Durante el funeral, Steve no habló con nadie, no compartió con nadie, no quería hacerlo, no quería estar aquí, incluso a veces sentía que no quería estar vivió ¿Cómo podría seguir aquí? Si su Tony estaba muerto. Pero entonces vio a Happy y a la pequeña Morgan sentados en una banca, había una conversación pendiente que tener, por lo que se acercó al hombre y le pidió unos minutos con la niña, este se levantó y los dejó solos.
— Hola, pequeña —sentándose a su lado
— Hola, Capitán —respondió abrazada a sus piernas
— Oí que tu padre te dejó un video... para despedirse —algo adolorido en sus comentarios
— Si, lo dejo preparado por si algo malo pasaba... —dice con la voz baja— supongo que así podré verlo todos los días —sube la mirada hacia el cielo— ¿Cree que este allá arriba? En el cielo, junto a la tía Nat... — vuelve la mirada hacía él.
— Si, pequeña —mirando hacia el cielo— creo que ambos se están haciendo compañía allá —Morgan imita su acción, volviendo a mirar al cielo.
— De seguro papá inventara algo para poder bajar y venir a verme todos los días— mirando fijamente el cielo azul.
Steve sintio el dolor dominarlo, junto con la culpa, pero no podía llorar, no frente a la niña— lo lamento tanto, pequeña... —baja la mirada hacia el suelo— te hice una promesa y no pude cumplirla
— Descuide... —contestó con dulzura— sé que hizo su mayor esfuerzo
— ¿Cómo estas tan segura de eso?
— Mamá me lo dijo —Steve se sorprendió— además, no podrías salvarlo de sus propias decisiones —lo mira a los ojos— papá tomó esa decisión, él decidió salvar a millones a costa de su propia felicidad... y la de mamá... y la mía —Steve estabas más que sorprendido. Morgan en verdad era la hija de Tony.
— Tu padre fue un héroe —agregó Steve— siempre pensó que jamás llegaría a serlo, y al fin lo logró, un digno héroe de admiración —mirando el lago a la distancia— al final si fue capaz de sacrificarse por otros... —recordando discursos de antaño.
— Morgan —dice Pepper desde la escalera— tu tío Bruce se va y quiere despedirse, ve con él...
— Si, mamá —mira a Steve— adiós, tío Steve... —regalándole una última sonrisa, antes de irse. Steve lo vio al instante, era la viva imagen de Tony.
— Adiós... hermosa —parándose
Pepper se acercó a él entre dudas— ¿Cómo estás? —parándose a su lado
— La verdadera pregunta importante aquí es cómo estás tú —comenta Steve
— No, yo quiero saber cómo estas tú... es tiempo que de una buena vez acepté que nunca fui la única que se preocupaba y se desvivía por Tony —Steve solo la miro
Steve suspiró con incomodidad— no puedo mentirte, me siento más que fatal... —responde con honestidad
— Te comprendo mejor que nadie —responde ella— créeme qué si...
— Ahora lo importante es que Morgan este bien —agrega Steve volteándose hacia el lago
— Ella estará bien, es igual de fuerte que su padre —se apoya en el barandal— me contó de la promesa que le hiciste —mirándolo
— Si, y a mí me dijo que le comentaste todo lo que trate de protegerlo durante la batalla —endereza la espalda— muchas gracias...
— De nada, supongo... —suspira— aunque la verdad, soy yo la que debería darte las gracias...
— ¿Por qué?
— Por amarlo como lo hiciste —contestó con cierta pena
— Pepper, no es necesario... en serio
— Si, lo es... —insiste— no me malentiendas, lo que estoy tratando de hacer es pedirte disculpas, porque independiente de todas las cosas que pasaron entre ustedes, yo me aferré a él como un bote salvavidas y lo peor de todo, es que fui muy egoísta, solo pensé en mi felicidad, no en la de él... —lo mira fijamente— y está más que claro que su felicidad era a tu lado y no al mío.
— No puedes decir eso
— Lo sé, Morgan es maravillosa y cualquier camino que no la contemple, al menos para mí, es horrible y estoy segura de que también lo sería para Tony —vuelve a suspirar— pero la verdad sigue siendo esa, por muy dolorosa que sea.
— Ya ni siquiera sé qué decirte
— No necesitas hacerlo, pero —mete su mano en el bolsillo de su abrigo— yo sí necesito hacer esto —saca una caja pequeña— esto te lo entrego porque, a pesar de todo, amaba a Tony Stark con cada fibra de mi ser y quiero respetar su memoria... y el amor implica buscar su felicidad, ya sea conmigo o sin mi —su voz se quiera— aunque sea demasiado tarde, espero que al menos esto repare todo el daño que les hice —se lo pasa— espero que alguna vez puedas perdonarme y que te vaya bien en la vida... —volteándose hacia la casa
— No hay nada que perdonar, descuida... —comenta Steve— y Pepper... —esta se voltea a verlo— gracias...
La mujer solo le sonríe — adiós... —entrando a la casa
Chapter 6: VI
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Steve se alejó de la cabaña, con suerte se despidió de todos, la verdad es que necesitaba estar solo, se subió al auto y condujo bastante lejos hasta llegar a su antiguo departamento en Brooklyn; ahí, llenándose de valor, abrió la caja y sintió cómo las emociones volvían a él en fracción de segundos. Dentro de la caja había dos anillos de plata, simples pero muy bellos y debajo de la pequeña almohadilla que los sujetaba, había un reproductor Stark, los conocía muy bien, Fury los usaba para encargarle misiones.
Lo sacó y lo dejó sobre la mesa de centro, para luego solo observarlo por varios minutos, debatiéndose en si debía reproducirlo, pero con el miedo de volver a ver a Tony y lo que esto provocaría en él. Inhalo con la mayor de las fuerzas y presionó el botón. Tony emergió como un holograma.
— Hola... —dijo una voz tan conocida
— Hola —respondió por inercia
— Compre estos anillos hace muchos años, tenía pensado dártelos para tu cumpleaños, pero los Acuerdos de Sokovia llegaron y no pudimos hacer mucho más... —suspira— en verdad llegue a creer que nos casaríamos y viviríamos felices para siempre —ríe con culpa— pero ahora todo es tan diferente, por eso quería que los tuvieras, después de todo... siempre te pertenecieron a ti —Steve solo lo observaba, casi como en un trance mientras el genio terminaba sentándose en una silla— ahora, lo que quería decirte y espero con todo mi corazón que si algo me sucede, esto llegue a tus manos... —sonriéndole— anhelo que Pepper pueda hacerme este último favor y de paso pueda perdonarme por no corresponderle como ella se lo merecía
El genio tomó una gran bocanada de aire por la boca, para finalmente suspirar pausadamente, esta sería la primera vez en su vida que hablaría desde el fondo de su corazón, sobre todo con Steve, la verdad es que siempre había querido exteriorizar todos sus sentimientos y temores, pero estos mismos eran los que lo detenían, o quizás era su ego, sin contar que cada vez que siquiera miraba al soldado, su voluntad flaqueaba. Este medio era mucho más seguro, porque no implicaba enfrentarlo cara a cara, y de paso, dejaba marcado su sello; su tecnología era la mejor forma de demostrar y hacerle saber a los demás cuanto en realidad los amaba.
— Steve... —el soldado logra sentir en fracción de segundos como la piel se le eriza de solo escuchar como menciona su nombre —mi amado Steve... luego de terminar el video para Morgan, recordé nuestra conversación de anoche, cuando me decías que si algo te llegaba a suceder, querías dejarme en claro que me amabas, igual o incluso más que el primer día —sonríe a todo su esplendor— bueno, esta es mi forma de expresarte lo mismo, y si lo estás viendo, es porque lamentablemente algo si me sucedió... —su voz amenaza con quebrarse— pero no quiero que desfallezcas por esto, no quiero que sufras y mucho menos, que te sientas culpable por no cuidarme o por no cumplirle la promesa a Morgan —el semblante de Steve cambia a sorpresa— no creas que no escuche eso o que no lo descubriría, no olvides que yo cree todo el sistema de seguridad de esta sede —comenta entre risas mientras Steve sólo sonríe—, pero desvarío, como siempre... mi punto es que si algo llegó a pasar, ten más por seguro que fue por decisión mía, esas mismas decisiones malditas del pasado, que siempre lo único que hicieron fue hacerte sufrir y espero exista espacio en tu corazón para poder perdonarme —una pausa larga se hace presente— fui tan egocéntrico, tan rencoroso, tan visceral, que a veces en verdad pensé que no te merecía...
— No, Tony... —respondió veloz, pensando por un segundo que estaba hablando con él
— Pero luego me di cuenta que solo eras un humano igual que yo, cometiendo un sin número de errores y guiándote solo por tus convicciones —sus ojos comienzan a brillar— eso es lo que más admiro de ti y también... —exhala risueño— lo que más amo de ti —Steve solo recién se percata que unas lágrimas caían por su rostro— el punto, mi amado Steve... es que no hay verdad más grande que esta —su mirada se vuelve fija y profunda— fuiste, eres y siempre serás el amor de mi vida... y espero encontrarte en todas las vidas que vengan y en todos los posibles futuros que el destino ponga ante mí —las miradas de ambos se cruzan— pero ahora quiero que recuerdes nuestra vieja conversación, desacelera, vive el día a día y ten esa vida calmada de la que siempre hablamos... quizás nos encontremos en uno de los muchos caminos de la vida, ya lo hicimos una vez... no veo porque no pueda volver a suceder —suelta una risa con culpa— no lograras deshacerte de mí tan fácil —Steve ríe por la nariz— soy tu karma, tu castigo... tu destino —la pausa se vuelve pesada, dando a entender que este sería el definitivo adiós, por lo Steve solo observa, lo contempla, sintiendo por un momento que nuevamente lo tiene enfrente— Te Amo, jamás lo olvides... —la transmisión se corta.
Y ahora así estaba, sentando en un bar en pleno Manhattan, un nueve de mayo de 1950. La guerra había terminado hace cinco años y el mundo parecía que por fin se volvía a llenar de paz. Steve no podía dejar de pensar en las cosas que vendrían, que él sabía que sucederían y que no podía cambiar.
Tomó el último sorbo de su cerveza y se levantó veloz, iba a tarde para cenar con Peggy y su marido. Resultó que sus planes no salieron como él pensó, después de todo Bruce tenía razón, no era correcto voltear al pasado, y muy en el fondo se sintió aliviado de que fuera así, no hubiera sido justo engañar a Peggy así y tratar de revivir sentimientos que claramente ya no estaban ahí.
Por supuesto que sólo ella sabía que había vuelto, así quería mantenerlo, no estaba dispuesto a pasar nuevamente por la sobre exposición de tiempos pasados, era lo mejor permanecer en anonimato y mucho menos deseaba que él gobierno lo encontrará y lo obligará a volver a la guerra, ya había tenido suficiente. Pero en cuanto vio al invitado cruzó el umbral de la puerta, se dio cuenta que no sería posible mantener el secreto por mucho más tiempo.
— ¡No lo puedo creer! —expreso casi al borde de las lágrimas— te creí muerto, te busqué por tantos años, esto... no puede ser cierto —abrazándolo— ¿Cómo es posible que esté aquí? —mirando a Peggy buscando respuestas— te estrellaste con el mismísimo hielo ártico —su voz detonaba euforia— ¿Por qué jamás me dijiste que estabas vivo?
— Perdóname, Howard... en verdad —abrazando a su amigo— discúlpame —en verdad lo sentía
— Eres el mayor idiota del mundo —estrechándolo con fuerza— este es el mejor regalo que me pudieron dar, decir que estoy feliz... es poco —soltándolo para admirarlo con detención, tenía que reconfirmar que lo que veía era verdad— tantos esfuerzos, no fueron en vano —secándose las lágrimas— supongo que al menos me dirás cómo sobreviviste... —completamente entusiasmado
— No puedo, disculpa... —apenado
— ¿Que? ¿Cómo qué no? —confundido— esto es enorme, espera a que todo el mundo lo sepa y...
Peggy lo interrumpe— no, Howard... nadie lo puede saber —su voz demandaba urgencia
— ¿Por qué no? —intrigado— el mundo querrá ver el gran regreso del Gran Capitán América... —sonriendo ampliamente
— Por favor, Howard —súplica Steve— quiero vivir mi vida en paz, tranquilo... solo como Steve Rogers y no podré hacer eso si todo el mundo sabe que estoy vivo, en especial nuestro gobierno... —exhala rendido, mientras Howard lo mira fijamente por algunos segundos, hasta que el imita su acción con un suspiro
— Está bien amigo, lo que sea por ti —le responde con seguridad— te ayudaré a mantener oculto, cuenta con eso...
— Muchas gracias – contesta Steve abrazándolo del hombro. Ahora se daba cuenta que el que Howard supiera la verdad era lo mejor, él tenía los medios económicos y tecnológicos para mantenerlo oculto, y además, Howard era su amigo y no podía engañarlo así y hacerlo vivir el resto de su vida con el dolor de su pérdida
— Eso está mucho mejor —agrega sonriente — ahora tomen asiento, mi esposo no tarda en llegar para que podamos cenar juntos —metiéndose a la cocina
Howard lo seguía observando entusiasmado, cuestionándose si en algún momento despertaría de este sueño, lo que provocaba una sonrisa tímida en Steve— al menos puedes decirme hace cuánto estas aquí —pregunta emocionado— ósea, sé que no quieres darme detalles y lo respeto, pero al menos dime cuando llegaste...
Steve lo acepta— llegué hace cuatro meses y enseguida busqué a Peggy —sube la mirada con nostalgia— casi se desmaya cuando me vio y bueno, acortando la historia... heme aquí
El genio demora unos segundos en reaccionar o más bien, en ordenar sus palabras, sabía que tenía el talento para hablar sin filtro y todo este tema era claramente delicado— ¿Y cómo estas con todo esto? —mirando de reojo a Peggy en la cocina— me refiero... —toce en seco— ¿No te incomoda?
Steve suspira lentamente— no te mentiré... en un comienzo no fue nada fácil, no era solo asimilar que está vivo y de vuelta con ella, sino que ella ya tenía una vida trazada que no se podía cambiar —frunciendo el ceño incómodo— nos tomó casi un mes asimilarlo, adaptarnos a la realidad, aceptarla y… aclarar nuestros sentimientos —sonríe con nostalgia— después de todo, ella siempre será mi chica... aunque ahora solo seamos buenos amigos
Howard nuevamente busca las palabras, lo que más quiere es no sonar invasivo y mucho menos tocar una fibra sensible— pero ustedes estaban...
El soldado comprende su punto— sí, pero ella conoció al verdadero amor de su vida, William es un gran hombre, a la altura de Peggy... —mirándola moverse por la cocina— y estoy muy feliz por eso —concluye con una sonrisa
— ¿Ya no sientes nada por ella? —Steve se muestra esquivo con la mirada— ¿Hay otra persona? ¿Es eso? —Howard capta la duda en la mirada de su amigo, lo que provocaba una larga exhalación en Steve
No podía decirlo, porque era sumamente difícil de explicar, pero tampoco quería negarlo, porque sentía que estaba traicionando algo sagrado— es... complicado
El genio lo capta al instante— de acuerdo, no insisto... pero claramente pasaste de una relación complicada con Peggy, a algo que claramente te afecta aún más... —negando con desgana—, pero de igual forma, te admiro —Steve lo mira sorprendido— por tu madurez, el que puedas estar aquí enfrentando esto, y tratando de avanzar hacia el futuro... —ríe entre dientes— supongo que ya no somos esos jóvenes trabajando para el ejército —tomando la copa de vino— salud por eso...
Steve toma su copa y le sonríe agradecido, claramente ambos estaban en otra época, ya estaban más maduros, eran unos adultos tomando decisiones —salud, amigo...
— Y qué bueno tenerte de vuelta —tomando un sorbo de la copa, cuando alguien toca la puerta— y hablando de avanzar al futuro... —poniéndose de pie
— ¿Escuche la puerta? —consulta asomándose por la puerta de la cocina
— Yo voy —agrega Howard
— No puede que sea William, tiene como entrar —su mirada se clava al instante en el soldado— Steve, vete al pasillo ya mismo... —comenzando a asustarse, Steve demora en reaccionar
— No, no es William —responde seguro— y no hay nada que temer, descuiden —el solado y la agente comparten una mirada confundidos— esta es la persona más confiable y maravillosa del mundo —abre la puerta— hola hermosa... —tomando su mano y besándola— pensé que otra vez que ibas a dejar plantado y con el corazón roto
— No empieces —comenta risueña la mujer— y esa vez te lo merecías...
Howard ahoga una risa casi infantil— amigos míos... —dice orgulloso tomando su mano y dándose vuelta a los presentes— les presento a María Carbonell —cerrando la puerta detrás de ellos
— Un gusto —trata de responder Peggy con cortesía, pero angustiada por la presencia de Steve en el lugar ¿Cómo reaccionaría? Steve solo permanecía firme y estoico, no quería evidenciarse.
— El gusto es mío —respondió cordial la mujer, quien posó al instante la mirada en Steve
— Es un placer —agrega algo incómodo Steve. No esperaba presentaciones y no estaba dispuesto a dar más explicaciones
La mirada de la mujer se volvió algo demandante hacía Steve— ¿Él no se parece a…? —manteniendo la mirada. Steve y Peggy entraron en pánico al instante, pero Howard fue más veloz
— Amigos —interrumpió— hay una noticia muy importante que quiero compartir con ustedes — acercando la mano de ella a su pecho— con mis dos mejores amigos... mi familia —el comentario tuvo efecto de inmediato en los dos, se sintieron halagados, pero permanecían alertas— María y yo... nos vamos a casar
Peggy se quedó helada, no esperaba ni en un millón de años escuchar al mismísimo Howard Stark decir que se comprometía y que sentaría cabeza, era imposible, pero la mirada y sobre todo las sonrisas que los dos atolondrados mantenían, confirmaban que era cierto. Mientras que Steve lo comprendió en ese preciso momento, su motivo estaba justo al frente.
Demorando unos segundos en reaccionar, hasta que estalla en alegría—¡Felicidades! —grito feliz— ¡Me alegro tanto por ti, Howard! —se acerca veloz a ellos— ¡Por los dos! —los abraza— ¡Muchas Felicitaciones! —toma las manos de María— ¡Por fin alguien que logró atraparlo!
— ¡Oye! —acusó molesto Howard
— Pues de hecho... fue él quien tuvo que rogarme por meses —riendo avergonzada
Howard exhalo rendido— amor... ponte de mi lado, por favor —ambas mujeres sueltan una risa más sonora
Viendo a los tres celebrar, viendo la alegría plena de un momento perfecto, Steve lo supo, algo lo había enviado aquí, a este preciso momento de la historia, un momento que no cambiaría el mundo, apenas un segundo dentro de la infinidad del cosmos, pero estaba precisamente ahí para entender porque su destino era volver a su época. Era su deber, debía cambiarlo todo, evitar que todo lo horrible y doloroso sucediera, evitar que la tragedia tocará la puerta de personas buenas y justas. El flujo de la línea del tiempo podía irse al carajo, había gente que merecía ser feliz y el estaría ahí para lograr eso.
Tenía que hacerlo, comenzaría por buscar a Bucky, ahora sí sabía de antemano que estaba vivo y lo salvaría de las garras de HYDRA, le daría la vida que siempre se mereció y de paso volvería a reencontrarse con él. Advertiría a Peggy de las infiltraciones de HYDRA al gobierno, evitando muchas muertes, salvaría a Janet Van Dyne del mundo cuántico, evitaría que los Kree se llevaran a Carol Danvers, dándole a la tierra la gran defensora que siempre debió tener y lo más importante, con todo esto podría salvar a Howard y María de sus muertes horribles. Por fin lo había entendido.
Avanzada la cena, Steve y Peggy dejaron los temores de lado, al parecer la agradable y encantadora mujer no había reconocido al invitado estrella y si lo había hecho, era extremadamente respetuosa y disimulada, era claro que no diría nada; quedaba claro porque Howard estaba loco por ella y tenía razón, era la mujer más confiable del mundo. En un momento inesperado, María y Steve se quedaron solos en la mesa, las miradas volvieron y la mujer decidió indagar.
— Disculpa si recién te observe tanto, es que te pareces mucho al Capitán América —sonriendo con dulzura— ¿Te lo habían dicho antes?
Steve palideció unos segundos— algunas veces —respondió tratando de ocultar la incomodidad mientras tomaba más vino
— Ya debes estar acostumbrado, supongo... —sonríe de lado— pero descuida, no volveré a repetirlo... con nadie —le guiña un ojo. Steve sintio la calma volver a él— y cuéntame ¿Dónde conociste a Howard y Peggy? —era claro que todos debían manejar la misma historia y Steve agradeció eso
— En el trabajo, fui soldado, pero por una lesión me dieron la jubilación anticipada...
— Entiendo... —captando cual era el discurso, pero ahora sí quiso saber un poco más del hombre— ¿Y estas casado? —la incomodidad y sobre todo el dolor, atacan el rostro de Steve— disculpa... perdón si te incomoda la pregunta... —muy apenada— es que como vi el anillo en tu dedo —señalando— supuse que si... —Steve instintivamente mira su mano y suspira, a veces olvida que se lo había puesto. Era una promesa que se había hecho, jamás sacárselo.
Steve da un largo suspiro— sí, estuve casado... hace algunos años —respondió con melancolía
La mujer nota al instante el dolor en su voz y en su rostro— disculpa, en verdad —muy afectada— no quise hacerte sentir mal...
— Descuida —le sonríe con dulzura— no son malos recuerdos, al contrario —subiendo la mirada mientras trata de dibujar un semblante más positivo— fueron los años más felices de mi vida...
María sonríe encantada— ¿La amaste mucho? —preguntó con total ingenuidad. Steve no quiso contradecirla
— Aún la amo —respondió con seguridad— y creo que la amaré en esta vida y en todas las que siguen...
— Que hermoso escuchar eso —respondió con admiración –, debió ser más que afortunada de poder ser amada de esa forma... —tomando la mano de Steve— espero que la vida te dé la oportunidad de volver a encontrarla...
— Muchas gracias... yo también —contestó agradecido
Chapter 7: VII
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Los siguientes años, Steve los dedico a viajar.
Empezó siguiendo rastros solo por instinto, hasta que encontró una instalación abandonada en Rumania, un viejo laboratorio que contenía documentos sobre un asesino al servicio de HYDRA, un tal "soldado del invierno", fue su primera esperanza de que tal vez su amigo si seguía con vida y si podía evitar su horrible futuro, estaba dispuesto a correr el riesgo. Para el siguiente paso, logró encontrar una base operativa, a la cual se infiltró, consiguió la información que necesitaba y de paso, la destruyó, sin sospechar que HYDRA se preparaba para su siguiente ataque, el objetivo no era otro que el Presidente de USA.
Sus acciones comenzaron a salvar vidas, aun cuando sus objetivos en un comienzo eran otros, fue comprendiendo que quizás esto también era lo correcto y al mismo tiempo que necesario; viajó de un rastro a rastro a otro, destruyendo una por una las células de HYDRA, sin embargo a veces sentía que aun con todo su esfuerzo, no lograba los cambios sustanciales para que el mundo fuera diferente, mejor, más seguro; por cada instalación de HYDRA que destruía, muchas más aparecían y el riesgo jamás parecía disminuir.
Y de paso, estaba quebrantando el juramento que se hizo al llegar, el alejarse del campo de batalla y de la violencia, es como si el destino le confirmara que no servía para otra cosa que no fuera luchar, era un soldado, había sido creado con ese único motivo, no podía ser otra cosa, no podía cambiar y mucho menos, podía elegir ser solo Steve Rogers.
Recordó cuando en ese futuro, que ahora era su pasado, pensó en abandonar todo y vivir una vida normal al lado de un ser maravilloso, tantas veces que Tony se lo propuso, pero el seguía fiel a su juramento de defender lo justo, de que siempre habría un campo de batalla y que el mundo siempre necesitaría al Capitán América, pero Tony lo sentenció con una frase que hasta el día de hoy lo perseguía: El mundo no necesita al Capitán América, tú lo necesitas... porque no eres capaz de ser nada más.
Ahora, como un nómada que viaja por el mundo haciendo justicia y buscando a su hermano perdido, comenzaba a aceptar su destino, era un soldado y por tanto, debía actuar como tal. Al paso de los años, casi diez para ser exacto, la esperanza pareció abandonarlo y los rastros se hacían cada vez más escasos, hasta que una nueva pista lo enviaba a Rusia, o lo que alguna vez fue Rusia, hoy conocido como Unión Soviética. Y logrando usar los contactos y recursos económicos y tecnológicos de Peggy y Howard logró infiltrarse a la mismísima URSS, cerca de la frontera de Bielorrusia, en plena Guerra Fría; no saldría de ahí sin Bucky.
En cuanto vio la camilla con un hombre claramente abatido por las torturas constantes, atado y a merced de científicos que seguían experimentando con él, una ira incontrolable lo consumió, una que hace muchos años no sentía, no quizás desde que se enfrentó a Thanos y cuando este trató de matar a Tony, y siguiendo el mismo parámetro, la valentía lo domino y en menos de cinco minutos, sacó de su camino a cada guardia y ser humano presente, para encontrarse de frente a James Barnes, Bucky, su hermano... el cual si apenas respiraba.
Howard lo estaba esperando en el punto de extracción con un su nuevo jet, un prototipo inigualable, casi imperceptible e insonoro, que cualquiera de la URSS, mataría por tener. Lo trasladaron de vuelta los Estados Unidos y trataron de curar todas sus heridas, al menos las físicas, porque era obvio que las mentales y psicológicas, que los traumas que aparecerían y se mostrarían en el hombre una vez despertara, serían un problema y dolor inimaginables.
El hombre pasó casi ocho meses en coma y cuando por fin despertó, con suerte lograba recordar su nombre, quien era, donde habia nacido y lo que más torturaba al soldado, quien era Steve; para el cabo de un año y medio, los doctores ya prácticamente ya se habían rendido. Habían logrado que James abandonara sus conductas violentas y su sed insaciable por asesinar a quien se cruzara en su camino, pero su mente se negaba a volver, por lo que la única opción era liberarlo, bajo vigilancia claro y dejarlo vivir en paz.
Pero Steve se negaba a dejarlo deambular por ahí sin su protección y sin su compañía, eran muchos riesgos a considerar, el gobierno estadounidense podía encontrarlo y tratar de usarlo, HYDRA obviamente querría recuperarlo y Steve no podía aceptar perder otra vez a su hermano, pero nada parecía resultar, ninguna técnica o tratamiento, simplemente Bucky ya no estaba en ese cuerpo.
Y así, el último día, cuando se decidió darlo de alta, Steve ofreció ser su guardaespaldas personal y acompañarlo a donde fuera, y cuando el hombre confundido consulto porque estaba dispuesto a seguir a un hombre sin futuro, sin lazos y con un pasado tan horrible, Steve le dio la respuesta definitiva que hizo volver un pequeño, pero vital recuerdo.
— Porque estoy contigo hasta el final de la línea...
— Steve...
Los recuerdos fueron volviendo, uno a uno, algunos más bellos que otros, pero ahí estaban, se rehusaban a irse y era algo que James comenzaba a agradecer sobremanera, había más que dolor, muerte y sufrimiento en su vida y en su mente, había sido feliz, había tenido una familia, había sido amado, no estaba solo y por primera vez en muchos años, se sentía parte de algo, no una simple arma. Steve, Peggy, Howard, William y María lo recibieron en su vida como uno más.
Pero algunos recuerdos negativos sirvieron mucho para remediar errores y de paso, prevenir horribles acontecimientos. Su testimonio, bajo protección, bastó para descubrir los nuevos intentos de asesinato, futuros objetivos, los planes de HYDRA y salvar a la naciente Industrias Stark, que algunos años ayudaría a la formación de SHIELD, de las infiltraciones más recónditas; cortando el problema de raíz. Cuando Steve vio como Howard sacaba a Obadiah Stane de su empresa y de su vida, se permitió sentir esperanza por primera vez en muchos años, si estaba logrando un cambio.
Luego de eso, ambos amigos decidieron su destino, tenían habilidades y poderes extraordinarios y podían usarlos para el bien, para ayudar a otros, por lo que su viaje de redención comenzó. Realizando trabajos extremadamente secretos, por su cuenta y con el apoyo siempre de Peggy y Howard, para ayudar al mayor número de personas y pueblos, pueblos tan inimaginables como Wakanda.
Un trabajo los llevó a salvar a la esposa del Rey de un intento de asesinato, ganándose su confianza y el privilegio de ser los primeros extranjeros en pisar tierras Wakandianas, lo que los llevo a descubrir un país mucho más avanzado y próspero de lo que el mundo veía. Esto sorprendió a Steve, porque según la información que el manejaba, los avances tecnológicos más sorprendentes llegarían décadas después, con el nacimiento de la Princesa Shuri, pero al parecer, hasta eso también estaba cambiando en esta línea temporal, porque sus avances seguían siendo impresionantes, considerando que estaban en plena década de los "60".
Aun cuando solo ellos podían entrar a Wakanda cuando lo desearan, lograron que el Rey aceptara acercamientos con occidente y tratados científicos con Industrias Stark, siempre con el respeto a su tecnología y costumbres por delante, cosa que a Howard le costó comprender en un comienzo, pero termino aceptando. En menos de un año, Wakanda comenzaba a abrirse al mundo y entregaba apoyo y progreso a miles de países en vías de desarrollo, a través de sus avances tecnológicos. Steve sentía que por fin había dejado el manto del Capitán América atrás, para pasar a ser un protector del mundo, entre las sombras.
Los años siguieron avanzando y todo parecía indicar que seguiría mejorando sustancialmente, Bucky y él viajaban con regularidad, completando misiones y generando cambios, pero James comenzó a sospechar, es como si Steve siempre estuviera un paso adelante, como si siempre supiera que iba a pasar antes de cualquier suceso y con el claro objetivo de cambiarlo. Al principio lo tomo como una mera coincidencia, pero los últimos meses ya era demasiado notorio, por lo que terminó confrontándolo, sabía que Steve a él no podía mentirle.
Y la verdad afloro sola, tal vez estaba desesperado porque aunque uno solo lo supiera, que lo comprendiera, que lo escuchara y no seguir cargando con esta cruz el solo, sumándole además que eran demasiadas cosas que habían pasado por su vida y simplemente no podía obviarlas. Los años congelados, su desconcierto al despertar, Los Vengadores, Loki, HYDRA, el soldado del invierno, las incontables peleas, la división del equipo, Thanos, un chasquido, cinco años, una batalla sin precedentes... otro chasquido y un viaje en el tiempo vuelta al pasado.
James estaba más que vislumbrado, eran demasiadas cosas por procesar, desde magos a extraterrestres, pero una cosa se clavó en su cabeza como una espina, El Soldado del Invierno, una parte de él rogaba saber qué hubiera pasado con él si Steve no lo rescataba a tiempo, necesitaba saber, tenía el derecho a saber, y aunque el soldado se negó en un comienzo, terminó aceptando revelar la verdad del futuro más horrible y el pecado más doloroso para Bucky: la muerte de Howard y María Stark.
En cuanto Bucky escucho el cómo asesinó a los que ahora consideraba sus más cercanos amigos, su cuerpo por poco pierde todo el valor y su mente toda la esperanza de un mundo mejor; solo por azares del destino y la decisión de Steve de volver, posiblemente habían evitado su mayor error y culpa. Pero Steve trato de hacerle entender él por qué seguían haciendo todo esto, el soldado quería cambiar el pasado, mejorar la vida de un sinfín de personas y evitar los dolores más grandes de muchos.
Logró convencerlo, y de paso poder seguir averiguando más de ese futuro tan extraño y avanzado, de sus compañeros Los Vengadores y del hijo de Howard y María, ahora que sabía que en apenas unos años, sus amigos tendrían un hijo, lo emocionaba sin control, pero cada vez que tocaba el tema con Steve, este evadía el tema, es como si fuera un tema demasiado doloroso. Sabía que el hombre había muerto por el chasquido ante Thanos, pero no mucho más y Steve no estaba dispuesto a compartir más información sobre eso, casi como si no existiera y tampoco mostraba ningún tipo de emoción por el posible próximo nacimiento del hijo de sus amigos y del que fue su compañero de combate años atrás.
Para Steve era mucho más que eso, pero era demasiado complicado para explicar, incluso más que las líneas temporales y viajes en el tiempo. Las sospechas de que algo extraño sucedió entre Steve y el famoso Tony Stark, atacaban a Bucky.
Para los meses de invierno y cerca de Navidad de 1968, los dos hombres se encontraban en Londres, rastreando a unos posibles sobrevivientes de HYDRA, en una instalación que creían deshabitada, pero que los registros de experimentos y archivos que alcanzaron a rescatar, demostraban que HYDRA al sentirse desprotegido por la pérdida del Soldado del Invierno, comenzaron a tratar de copiar nuevamente el suero del súper soldado, pero lograron el efecto contrario, un suero que inhabilita las habilidades, en otras palabras, elimina al suero de la sangre de quien lo posee.
Las dudas atacaron a Steve ¿Por qué HYDRA querría hacer algo así? ¿Había sido un accidente o este era su objetivo desde un comienzo? Y la idea de ya no tener el suero en su cuerpo, lo hizo cuestionarse ¿Sería bueno ya no ser más un súper soldado? ¿Valdría la pena ser un ser humano normal otra vez? Todas esas preguntas recorrían su mente al leer todos los documentos, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una fuerte explosión que lo torno todo en la más absoluta oscuridad; para cuando despertó, estaba atado a una camilla y cientos de hombres con trajes especiales lo rodeaban, el terror lo domino; HYDRA había logrado capturarlo.
James solo vio el helicóptero elevarse y alejarse con el cuerpo de Steve colgando de una cuerda, y aunque trato de seguirlos, apenas si logró escapar del ejército de HYDRA que lo estaba casando; habían subestimado a HYDRA y ahora estaban pagando las consecuencias, pero no podía permitir que lo tomaran a él también como prisionero, se prometió no volver a caer en sus garras nunca más y si lo apresaban, tanto el cómo Steve no tendrían escapatoria.
Volvió lo más rápido posible a los Estados Unidos para pedir ayuda, Peggy y Howard viendo que no podrían hacer mucho más, aún con todo su alcance y tecnología, pidieron ayuda a un matrimonio amigo, los Pym-Van Dyne. Dos mentes brillantes que habían logrado crear una fórmula imposible que les permitía encogerse a niveles incluso subatómicos y por tanto, ser indetectables; Bucky lo recordó, años después un hombre tomaría el manto Hank Pym como Ant-man, junto con la hija del matrimonio.
Su ayuda fue indispensable para encontrar nuevamente a Steve, después de meses de búsqueda y poder rastrearlo hasta Groenlandia, donde HYDRA llevaba experimentando con él hasta límites insospechados, quizás solo el suero de super soldado que corría por sus venas fue lo que lo mantuvo con vida, aunque para el Capitán fue el aferrarse a sus recuerdos, a los más bellos y preciados, con tal de no perder la mente, pero eso le dio acceso a HYDRA y lo usaron en su contra. La imagen de Tony falleciendo una y otra vez se repetía en su mente como un bucle, recordándole todas sus promesas inconclusas y rotas. Todo después se fue a negro, no había nada en su mente, nada en su memoria, nada en su cabeza, solo silencio, absoluto silencio ¿En verdad todo se había ido?
Una pequeña luz en la oscuridad lo hizo volver— hola, amor... ¿Cómo dormiste? —preguntó un voz que sonaba tan conocida y Steve sintio unas ganas incontrolables de llorar, como extrañaba escuchar esa voz— despierta dormilón... o llegaremos tarde —ríe entre dientes— y sabes que al pirata no le gusta que lleguemos tarde —deposita un beso corto en sus labios y Steve siente el calor hasta el fondo de su corazón.
— Tony... —rogó su voz con urgencia— quédate conmigo...
— Aquí me quedaré, no iré a ningún lado... —respondió acariciando su mejilla— pero tu necesitas despertar, aun no es nuestro momento... —vuelve a besarlo— despierta Steve, despierta...
Steve sintio como algo lo jalaba con suma fuerza o más bien, como algo lo jalaba lejos de Tony, otra vez— Tony... espérame
— Steve, vuelve... hermano —rogaba una voz al lado de la camilla— vuelve, por favor...
La luz se hizo, sus ojos se abrieron y una persona muy conocida apareció ante él, pero aun cuando estaba tan feliz de verlo, su corazón se estrujo al descubrir que no era Tony quien lo esperaba al abrir los ojos. James limpio rápido las lágrimas que caían por su rostro, por un momento en verdad temió lo peor.
— Por un momento... —exhala— estuviste muy cerca... —Steve solo mantuvo la mirada— pero ya estas bien y a salvo, eso es lo único que importa —notando como ahora las lágrimas caían por el rostro de Steve— ¿Qué pasa? —secándolas con delicadeza— ya estas bien, no volverán a lastimarte... —pero Steve no respondía a sus comentarios, su mirada estaba perdida en la distancia o quizás en la memoria, y James lo comprendió en ese momento— ¿Usaron algo que amabas para torturarte? —el soldado asintió— lo sé... es horrible—exhala por la nariz— en mi caso usaron los recuerdos de mi madre y su muerte en... el accidente —sintiendo escalofríos al recordarlo, pero viendo como más lágrimas caían por el rostro de Steve— usaron a Tony Stark... ¿No es cierto?
Steve cerro los ojos y las lágrimas brotaron sin control, en completo silencio, la culpa seguía tan latente, el dolor seguía vivo y negándose a abandonarlo, y más ahora que HYDRA había revivido todo, desde lo más horrible hasta lo más bello. James lo conocía y sabía muy bien qué tipo de sentimientos rodeaban toda esta situación y entendía mejor que nadie que si Steve se guardaba todo esto, lo terminaría matando, tenía sacarlo de una buena vez.
— Debes sacarlo... todo el dolor, toda la culpa, todo el remordimiento —inhala por la nariz— todo el amor que aun sientes por él... —Steve volvió a abrir los ojos— sácalo o terminara consumiéndote —la mirada de Steve estaba perdida— a tal punto... que por no querer sufrir más, suprimirás todos los recuerdos, buenos y malos... olvidando todo lo que fuiste, todo lo que eres y todo lo que viviste... —el miedo se traduce en sudor frío que recorre la espalda de Steve— ahí es cuando ellos realmente habrán ganado y te transformaran en lo que ellos quieren...
La boca de Steve se abrió lentamente— no puedo... no quiero olvidarlo —otra lágrima cayó— si lo olvido, si mi mente borra cada momento que pasamos juntos... no podré seguir viviendo
Bucky tomo su mano— entonces cuéntamelo todo, lo único que haré será escucharte... no importa que, no tengas miedo... no te juzgare, jamás podría hacerlo
Realmente era una historia hermosa, pero igualmente desgarradora, más cuando comprendía que él también tenía parte de la culpa en su separación, él había sido el motivo por el cual Tony y Steve se distanciaron; deseo por unos segundos que Tony lo hubiera asesinado cuando tuvo oportunidad, que Steve no hubiera intervenido, que Steve no lo hubiera escogido a él, sobre el amor de su vida o al menos, que esa caída del tren realmente lo hubiera matado hace tantos años, tantas cosas podrían haber sido diferente ¿Cómo se calmaba la culpa que empezaba a crecer en él? Una culpa que lo acusaba de asesinar a sus mejores amigos, de causar dolor a un joven inocente y de separar a una pareja que realmente se amaba.
Y lo que más lo carcomía en este momento, es que ahora que Steve había logrado salvarlo y cambiar el destino siquiera antes de que todo sucediera, igualmente su amigo no podría estar con Tony y seguramente tendría que verlo crecer, mientras él iba envejeciendo, sin sumar que nunca nadie jamás podría comprender el grado de amor que compartían, solo pensar en la reacción de Howard, o María, o Peggy al saber que Steve había sido pareja de Tony Stark, lo aterraba y de paso le partía el alma, esto podía afectar la vida de tantas personas. La vida podía ser en verdad muy cruel.
Pero cuando la recuperación fue avanzando, la sorpresa llegó para todos, al parecer el suero original que hizo el Doctor Erskine era mucho más fuerte y certero que todos sus intentos de copia. Los estudios y exámenes que le hicieron a Steve arrojaron resultados impensables, y junto con la investigación hecha por el matrimonio Pym-Van Dyne, a base de los documentos rescatados en la base de Groenlandia, encontraron que HYDRA tenía planes bastantes específicos con Steve.
Al parecer se habían percatado que alguien venía frustrando sus planes hace años y sus sospechas los llevaron a descubrir que el mismísimo Capitán América no había muerto luego de estrellarse contra el hielo, y si no podían recuperar al Soldado del Invierno, se quedarían con su mejor trofeo. El Gran Héroe de USA. Sin embargo, no alcanzaron a completar sus planes para transformarlo en su siguiente soldado, porque justo en el momento en que estuvieron a punto de borra todos sus recuerdos, inyectándole su propia versión del suero, llegaron a su rescate y HYDRA perdió su mejor carta. Pero por muy horrible que fue la experiencia y los intentos de la organización, el destino parecía querer ponerse al fin del lado de Steve.
Los exámenes arrojaban que el suero experimental que usaron con la esperanza de doblegarlo tuvo un efecto contraproducente, provocando que las células de Steve se regeneraran a un nivel impensable, mucho más rápido que antes, dándole mayor resistencia, mejores habilidades y haciéndolo envejecer más lento. Es como si hubieras tomado un super soldado y lo transformaras en un super hombre; y aunque todos los demás estaban felices de que los planes de HYDRA no funcionaran y que Steve tuviera aun mejores habilidades y resistencia, el soldado no podía dejar de mirarse a sí mismo como un experimento, nuevamente como una rata de laboratorio, como hace años Tony lo había llamado.
Y todo esto volvió su pelea contra HYDRA mucho más personal, no solo habían experimentado por años con su mejor amigo, destruyeron la vida de miles de personas, lo aprisionaron, lo torturaron y experimentaron con él, sino que y lo más grave, es que se habían metido con sus recuerdos, con sus memorias del pasado y su relación con Tony, habían tratado de arrebatarle lo más preciado que le quedaba en la vida, y eso sí que no podía permitirlo ni perdonarlo. Había llegado el momento de acabar con HYDRA de una buena vez.
Y un mes exacto después de hacerse ese juramento, y pese a las indicaciones médicas y la negativa de muchos, decidió actuar; solo dos personas lo apoyaron, Bucky viajó con él hasta el último, para enfrentar el desafío final y Howard les brindó hasta el último avance tecnológico disponible para ayudarlos, además de encargarse del apoyo aéreo. Ahora mismo se encontraba de pie sobre los escombros de la base central de HYDRA, con todas las armas y bases de datos ardiendo y a un costado del cuerpo sin vida del Doctor Armin Zola. HYDRA había muerto
Después de eso, por fin pudieron descansar, el siguiente viaje fue solo de relajo y distracción, aceptando que no habría más batallas, más luchas que enfrentar ni más enemigos que destruir, por primera vez en mucho tiempo se sentían libres y en paz. Tanta a decir verdad, que Steve incluso olvidó días y fechas, las cuales fueron devueltas a él como un balde de agua fría a través de una carta de Peggy; la realidad lo golpeaba y de la peor forma, había considerado este momento por algún tiempo, pero siempre lo obvio o mejor dicho, lo ignoro, casi negándose a que pasaría, pero había cosas en la línea del tiempo que seguían intactas.
"Por último, te comento las últimas buenas nuevas, María está embarazada, dicen que será un varón muy sano y nacerá para fines de mayo; Howard insiste que vuelvan y estén presentes para el parto"
29/05/1970. Este era sin duda el día más extraño que jamás haya vivido. Estaba frente a una sala llena de bebés, y en medio de todas las cunas, había una que no podía dejar de observar. Anthony Edward Stark. Ahí estaba, el hombre al que hace muchos años amo más que a su propia vida ¿Y que aún seguía amando? era ahora un pequeño y frágil bebé. Le costó imaginar que ese era el hombre al cual conoció y con el cual vivió momentos impagables, por lo que por ahora sólo procuro observarlo, para tratar de procesar el momento más surreal de su vida.
María se veía más que feliz, era un niño hermoso, y Howard tenía el ego tan alto por su hermoso retoño, que podía tocar las nubes; todo el mundo quería conocerlo, todo el mundo quería verlo sonreír, todos querían tenerlo en brazos, todos menos Steve. Se sentía tan extraño, tan raro, casi como si fuera un enfermo, un depravado solo con estar cerca del bebé, era tan confuso todo este momento, su corazón le rogaba fingir calma y trataba de ordenar sus pensamientos, todo mientras Bucky le lanzaba miradas de compasión, no podía siquiera imaginar la tortura que estaba pasando su amigo.
Pero la recién nombrada madre noto al instante la confusión y el distanciamiento del soldado, quizás lo asimilo por su nula cercanía con niños y por todos los eventos recientes que lo habían dejado herido y desorientado; sabía que Steve había recordado cosas horribles durante los meses de tortura y que al parecer todos estaban relacionados con ese antiguo y doloroso amor del cual hablaron años atrás, y pensando que el hombre necesitaba algo de felicidad y hermosura en su vida, decidido actuar.
— ¿Qué espera el joven? ¿Una invitación? —preguntó con burla mirando al soldado— ven, tómalo...
Steve palideció— no, no creo que sea necesario —retrocediendo varios metros más allá
— Si, lo es —ordenó con demanda, mientras su hijo descansaba en sus brazos— Tony pensara que no lo quieres... —el bebé al instante comenzó a llorar— ¿Ves?
Steve temblaba sin control, más porque el llanto del pequeño disminuía, estaba prácticamente atado de manos— esta... bien —acercándose entre titubeos— ven aquí... —tomándolo con delicadeza— hola... — y como si se tratara de arte de magia, en menos de un segundo el pequeño dejó de llorar
— Vaya —comentó sorprendida María— parece que el bebé tiene un favorito... —todos ríen, todos menos Steve. Estaba tan incómodo y avergonzado ¿Qué demonios estaba haciendo ahí?
— No creo que sea eso... —comentó entre tartamudeos— solo es muy pequeño y... —mueve la mano y el bebé en un acto casi instintivo, tomó su dedo con mucha fuerza. Steve no pudo negarlo, sintió un escalofrío recorrer toda su espina dorsal y volvió la mirada al pequeño— Tony... —el bebé reaccionó al instante al tacto y a su voz, con una risa fuerte y clara, mientras se negaba a soltar el dedo de Steve. El soldado solo lo admiro por largos segundos, era tan frágil, tan pequeño, tan indefenso y un nuevo sentimiento comenzó a aflorar— bienvenido... —el hombre no se percata en qué momento su rostro se empaña con algunas lágrimas, las cuales sorprenden a todos, sabían que el ex Capitán no era de mostrar sentimientos de esta forma— yo soy Steve Rogers... —el bebé lo mira fijamente— y te prometo que voy a cuidarte por el resto de mi vida —comenta en un susurro— nada jamás te sucederá, nunca más... y procuraré que vuelvas a tu lugar feliz —citando una promesa muy parecida a la que le hizo a la hija del bebé que ahora sujetaba en sus brazos, para después besar la frente del bebé y vislumbrarse otra vez con la risa del pequeño— lo juro...
— Vaya, vaya... —dice Howard— ya se con quien dejaré al bebé cuando quiera estar solo con María —entre risas
Y así, los años fueron pasando y el pequeño Tony comenzó a crecer con rapidez y mucha energía, de temprana edad comenzó a mostrar talento para construir cosas, no cabía duda de que sería un genio, igual a su padre. Pero ahora era diferente, ahora Howard no pasaba meses fuera de casa buscando a su mejor amigo, ahora cenaba cada noche con su hijo, le leía historietas del Capitán América, jugaba con él todas las tardes después de la escuela y aunque Steve ya había aceptado su destino en este mundo, el cual era cuidar a Tony a una distancia prudente y después cerciorarse que ahora sí tendría su vida feliz al lado de su esposa y su hija no pudo evitar seguir presente en su vida.
Y ciertas actividades se volvieron rutina, como ir todos los sábados a los partidos de béisbol, los campamentos de cada verano y las maratones de películas de ciencia ficción. Tony por fin crecía con una familia completa y feliz; esta definitivamente había sido una muy buena decisión. Cualquier cosa que implicara que Tony fuera feliz, estaba bien para él y le bastaba para ser feliz también.
Chapter 8: VIII
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El niño no tardó en notar que el Capitán América y Steve, el mejor amigo de su padre, eran la misma persona. Su astucia e inteligencia no estaba ahí por nada, además, su madre siempre le leía las historietas del Capitán América y las similitudes entre los dos hombres eran impresionantes, desde su forma de actuar, de hablar, sus discursos sobre moralidad e incluso las cosas que defendían con ahincó; y por alguna extraña razón, el joven Stark sentía como si conociera al hombre... hace tanto tiempo.
Un día no muy particular, mientras Steve y él practicaban béisbol, sacó a relucir su intelecto. La verdad, no era muy aficionado a los deportes, pero le gustaba pasar largas horas conversando con Steve, no lo hacía sentir solo como un niño sin opinión.
— Así que... —lanzando la bola— eres el Capitán América —comentó el pequeño de 12 años. Steve no reacciono y la bola golpeó directo en su pecho, por supuesto que no le dolió.
— ¿Quién te lo dijo? —pregunto veloz— digo...
— Nadie lo hizo, yo solo me di cuenta —respondió con una gran sonrisa— no olvides que soy un niño genio, al menos eso dice mamá —caminando hacia la escalera que daba a la casa
Steve rio por lo bajo— vaya, tengo que dejar de subestimarte —comentó
— Creí que no lo hacías —señalándole la escalera para que se sentara a su lado
— Bueno, si —respondió tomando la pelota en el piso— y aunque no creas, pensaba algún día decírtelo, cuando tuvieras edad para comprenderlo...
— Ya entiendo cómo funciona la composición de un átomo y su implicancia en la energía radioactiva y crees que no lograre entender esto... —con orgullo en la voz
— Ya, está bien... ya entendí —respondió algo sobrepasado, mientras se sentaba a su lado— tampoco te subas tanto el ego, podría traerte problemas en el futuro, créeme... —riendo para sí mismo con su propio comentario.
Tony asintió, pero ahora que tenía lo que quería, no perdería la oportunidad— está bien, pero cuéntame —su voz denotaba emoción— ¿En verdad te colocaron un suero que te convirtió en super soldado? ¿En verdad eras así de delgado? ¿Es cierto que el tío James fue secuestrado por HYDRA? ¿Y es verdad que...
Steve lo detuvo— calma, calma... —contesta Steve— terminarás atorándote —entre risas— ya se, mira esto... —buscando en su chaqueta— esto te comprobará que todo es cierto —saca una fotografía y se la pasa— Peggy guardaba esa fotografía en su escritorio
— ¡Genial! —tomándola o más bien, arrebatándosela de las manos— ¡Eras un debilucho! —mirando fijamente la fotografía, mientras suelta una risa cargada de burla
— Se amable —agregó Steve
— Que increíble —comparando al de la foto y al hombre que tenía enfrente, era como estar al lado de un superhéroe— ¿Puedo quedármela? —sus bellos ojos pardos rogaron y Steve le sonrió con cariño
Suspiro rendido— está bien, es tuya...
— Estupendo, gracias... —volviendo a mirar la fotografía— quizás algún día yo también pueda inyectarme algo así, convertirme en superhéroe y proteger a las personas, salvar vidas y ser my famoso
El terror trato de dominar a Steve, pero este procuro calmarse, no podía mostrar reacciones demasiado evidentes, sin embargo, el miedo de ver ahora a este pequeño Tony convirtiéndose en Iron Man, un hombre que siempre estaba dispuesto a sacrificarse por los demás, así lo demostró en cada batalla, era una realidad que claramente quería negar. Si estaba cambiando todo el mundo y alterando la línea del tiempo, era precisamente para que Tony no tuviera que pelear ninguna batalla, para que no volviera a sufrir, a siquiera pensar en sacrificarse por otros y pudiera vivir feliz y a salvo el resto de su vida... al lado de su familia. Era la vida que se merecía, la que se había ganado.
Steve negó unos segundos, para terminar exhalando algo incómodo— no, no será necesario... — responde con tranquilidad— tu ya eres perfecto como eres, eres un niño inteligente y feliz, no necesitas más...
— ¿Acaso tu no lo eras feliz cuando te pusieron el suero? —preguntó Tony. Steve se quedó unos segundos en silencio.
— No puedo mentirte, Tony... —removiendo el cabello del pequeño— no, no era feliz y pensé que al hacerlo, lo sería... porque estaba convencido que estaba haciendo un bien, que estaba protegiendo a muchas vidas inocentes y que estaba ayudando a mi país, que podía hacer algo mucho más grande con mi vida...
— Pero... —indaga Tony
Steve vuelve a suspirar— pero cuando entre a ese mundo, me di cuenta de que las guerras a nadie traen paz o felicidad, las batallas siempre son oscuras y crueles... y —sube la mirada hacia el cielo—, siempre hay un costo muy duro que tienes que pagar.
Tony lo comprende en ese momento— ¿Viste a mucha gente morir?
Steve baja la mirada— si... —su voz se acongoja— demasiados
El pequeño se intriga de sobremanera, estaba comenzando a conocer una faceta que no sabía del Capitán América y sobre todo, estaba aprendiendo más sobre el pasado de Steve, ese que siempre quiso conocer, pero que no sabía cómo preguntar. Por una extraña razón, sintio esta sensación tan conocida, como si ya la hubiera vivido tiempo atrás.
— ¿Dentro de esos fallecidos... había gente que querías? —consultó el pequeño con algo de incomodidad
Steve ahora inhala por nariz con cierta sonoridad— sí, y no solo que quise... sino también que amé mucho —la imagen de Nat y… de su amado Tony volaron por sus recuerdos
Y fue en ese momento que Tony encontró el valor para preguntar algo por lo cual se moría de ganas por saber— ¿Así la perdiste a ella? —señalando el anillo en el dedo de Steve
El soldado sintió un escalofrío recorrer su espalda, esta conversación cada vez se volvía más personal y sobre todo, más riesgosa— no... —sin mirarlo— falleció en otras circunstancias...
La voz de Steve se quebró por algunos segundos y Tony se dio cuenta, había tocado un hilo muy sensible y sintiéndose algo culpable por eso, lo abrazo con ahincó, para hacerle saber que no estaba solo, pero esa fue la gota que rebalsó el vaso para Steve. El gesto había sido hermoso y claramente cargado de cariño, pero para él fue una bomba, una que lo hacía sentir como el ser humano más repulsivo y asqueroso del mundo; Tony solo era un niño, un niño maravilloso que no tenía idea lo que significó para Steve en otra vida.
Y Tony al ver que el silencio se volvía algo tenso, decidió continuar— ¿La amabas? —pregunto curioso
Steve sintió como las lágrimas amenazaban sus ojos y el dolor apretaba su garganta— muchísimo... —no era solo el dolor del recuerdo lo que lo atormentaba y lo hacía sentirse débil y a punto de quebrarse, también era toda esta situación. Es que ya apenas podía soportarla.
Y lo impensado ocurrió, el joven Stark dibujó una sonrisa más que maravillosa, una que Steve no capto hasta que el pequeño le hablo— vaya, eso es genial —Steve subió lo mirada algo confundido— cada vez que veo a mama y papa, o a la tía Peggy y el tío William, trato de convencerme que el amor si existe, aunque no seas capaz de explicarlo claramente con palabras o que no sean capaz enseñártelo en la escuela... y mucho menos poder verlo como algo cuantificable— ríe poco convencido— supongo que solo puedes sentirlo... para comprenderlo —el argumento del niño dejo atónito a Steve ¿Cómo es que alguien tan joven podía verlo de esa forma?— creo que para mí es más fácil entender cómo funciona un motor... —le sonríe
Steve sintió como el valor volvía a él, quizás tener esta conversación no tenía que ser tan dolorosa, podían ser solo dos personas, dos amigos, intercambiando opiniones sobre un tema, un tema tan complejo y hermoso... como el amor.
— Es que eso no se enseña, uno lo descubre... —sonríe con nostalgia mirando hacia el cielo— y cuando lo haces, es más que maravilloso... —tratando de solo quedarse con los momentos hermosos, esos eran mejores para recordar.
Tony suelta risa por la nariz— Steve, el romántico empedernido... —comenta el niño quitándose el guante de beisbol— jamás pensé que serías uno de esos...
— ¿Y cómo crees que sería entonces? —curioso
— Un soldado... un super soldado —argumento con naturalidad. Eso lastimo un poco a Steve, en verdad a veces esa era la única imagen que el mundo tenía de él ¿En verdad no podía ser algo más que eso? Pero Tony continuó con su postulado— y claro... un superhéroe —le sonríe orgulloso— mi superhéroe... —eso volvió la sonrisa a Steve. Siempre sabía que decir para hacerlo volver a sonreír, no importaba en que tiempo o línea temporal.
— En verdad es una desventaja hablar con un niño genio —agrega rendido. Tony lo golpea con el guante, no le gustaba que lo llamaran niño, él sabía que no era igual que otros niños de su edad, él era mucho más maduro y sabio, al menos eso decía su madre.
Y una duda asolo la mente de Tony, viendo que el pasado lastimaba a Steve— y... ¿Por qué no buscas descubrirlo de nuevo? —consulta— no creo que ella quisiera que estuvieras solo el resto de tu vida...
Steve niega— no es tan sencillo, Tony —responde con melancolía— uno no busca el amor, llega a uno y a veces de maneras inesperadas, incontrolables y muchas veces, sumamente dolorosas...
— Y si es tan doloroso ¿Para qué enamorarnos? ¿No sería mejor quedarse solo?
— Uno no puede privarse de cosas maravillosas, solo por el miedo al dolor ¿No lo crees?
— Cierto —comprende el pequeño— entonces supongo que la razón por la que no lo buscas y tampoco llega a ti es porque tu turno ya llegó y se fue... —se da cuenta que quizás hablo demás— perdón, no quise...
Steve inhala con pesar— descuida, está bien... —lo mira con dulzura— tienes razón, yo ya no puedo volver a vivir o experimentar ese tipo de amor, mi turno ya pasó —sonríe con tristeza
Tony vuelve a sentir tristeza por su amigo— qué pena... —agrega el niño— me hubiera gustado conocerla... —sonriendo con ilusión— si fue tu esposa, estoy seguro de que tiene que haber sido incluso más genial que tu... —mirándolo con burla
Steve solo negó entre risas, para luego inhalar— único —responde— esa es la palabra que describe mejor lo que vivimos, lo que era... y lo que siempre seguirá siendo— pasándole la bola de beisbol al niño
— ¡Amén! —comento con ironía
— No seas irrespetuoso con Dios, Tony... —agregó firme
— ¿Que? —consulto fingiendo sorpresa— no dije nada malo... —mira al cielo— además dudo que algo así exista —indicó seguro— si no puedes verlo, no creo que sea verdad... —Steve lo miró fijamente— es como creer en leyendas o mitos, estoy seguro de que en unos milenios más la humanidad dejara de creer en esas tonterías, al igual que nuestros antepasados dejaron de creer en los dioses griegos o nórdicos... —concluyó con orgullo
Steve rio entre dientes— no escupas hacía el cielo, podrías llevarte una gran sorpresa... —sintiendo la nostalgia al recordar a Thor
— ¡Ay! —reclamo— ya suenas como mi maldita maestra... —haciendo un puchero
— Lenguaje
Lo dijo demasiado rápido, pero la escena volvió en fracción de segundos, es como si se saboteara y se auto atacara así mismo a cada instante, pero lo que no pudo siquiera esperar o imaginar, sucedió. El joven Stark lo miró fijamente, su mirada mostraba confusión y duda, como si algo hubiera pasado también por su mente, y haciendo uso de su personalidad, no lo callo.
— ¿No es la primera vez que me dices eso, no? —consultó.
El terror ahora sí que dominó a Steve, porque sabía perfectamente que jamás se lo había dicho, porque se había preocupado todos estos años de no hacer ninguna referencia al pasado, por más pequeña e imperceptible que pudiera ser, pero ahí estaba. Tony... ¿Lo recordaba?
Tony ríe incomodo— es que juraría que ya me lo dijiste hace un tiempo atrás... con el mismo tono de voz —tratando de recordar— o fue un deja vu... o significa que me llamas la atención por mi forma de hablar más de lo que deberías —riendo con calma
Steve no podía parar de sudar, de temblar, de sentir una absoluta desolación y una incontrolable culpa, pero tenía que decir algo, debía hacerlo. Para su suerte, María llego para salvarlo.
— ¡Tony! —grito desde adentro de la casa— ¡Peggy y Janet ya llegaron por ti!
— ¡Voy! —respondió aun algo confundido— bueno, tengo que irme... —lo mira fijamente— siempre es genial conversar contigo, Steve...
— Igualmente, pequeño —le sonríe tratando de fingir seguridad
— Cuídate y nos vemos para la siguiente práctica —parándose y encaminándose hacia la casa— ah... y gracias
— ¿Por qué? —con temblor en la voz
— Por confiar en mí —le sonríe con orgullo— ¿Eso no hace amigos?
Steve sentía la garganta cerrada, pero se pone de pie para sentirse más firme— por supuesto... —sonriéndole de lado
Tony se para en el último escalón— ¿Mejores amigos? —Steve solo asiente y Tony sonríe agradecido— super... —volteándose hacia la casa
— Maldita sea... —susurra sumamente sobrepasado dándose vuelta en el mismo lugar
— Y por lo que más quieras... cuida tu lenguaje —agrega el Stark en el umbral de la puerta— me la debías... —guiñándole el ojo y sacándole la lengua, para después entrar corriendo a la casa.
No, ya no podía soportarlo, esto lo estaba matando, era una tortura incontrolable que ni siquiera el con su super resistencia, podía sobrellevar; el suero no había vuelto super resistente a su corazón. Y todas las coincidencias, la conversaciones, la confianza, aunque eran maravillosas, provocaban estragos en él y de paso, lo hacían sentir como un miserable. Pero para la perspectiva de James, sus razones no eran suficientes.
— No lo entiendo —comenta— viniste a esta época para escapar de lo que sentías y ahora quieres volver a huir —algo molesto
— No voy a dejar este tiempo, solo necesito alejarme un tiempo... de él —sintiendo el dolor en todo su cuerpo
Bucky frunce el ceño— le prometiste que lo cuidarías, siempre... —replicó— ¿Vas a romper esa promesa también? —sabía que ese punto era delicado, pero necesitaba que entrara en razón
Steve se enfureció, notando que ese era el objetivo de su hermano— ¡No pienso romper mi promesa! Voy a mantenerla cueste lo que cueste, pero... —su voz se quiebra— entiéndeme a mi —su respiración comenzaba a agitarse— cada vez que lo miro, cada vez que estoy cerca de él, cada vez que me dice algo similar, recuerdo a Tony, a mi Tony y… me siento como un enfermo, como un depravado —carraspea— ¡Demonios! ¡Solo es un niño! —perdiendo el control de su voz
Bucky duda unos segundos, pero finalmente termina consultándolo— pero ese era tu plan... esperar que creciera y luego... —tratando de indagar con la mirada
— ¡¿Qué?! —grito aterrado— ¡Por supuesto que no! ¡Eso es enfermo! —acelerado— Tony es hijo de mi mejor amigo y eso, junto con todo lo que vivimos en el pasado, son las principales razones por la que rechace ser su padrino y tú tuviste que aceptarlo...
James hace una mueca de disgusto— cosa que no me hizo mucha gracia —respondió incómodo— teniendo en cuenta que en otra línea temporal, soy responsable de la muerte de sus padres —sintiendo el dolor en su pecho.
Bucky a veces se preguntaba si tu futuro estaba tan lineado enfrente de ti, que incluso eras capaz de sentir los sentimientos aun conectados con un evento que podía pasar o que debía pasar, como un punto incorregible en el tiempo, aun cuando hicieras el mayor esfuerzo por cambiarlo ¿Existía el riesgo de que volviera a ser el Soldado del Invierno? ¿Era un peligro para sus amigos? ¿Realmente tendría que asesinar a Howard y María sin poder oponer resistencia? ¿Ese era su destino?
Y lo que más lo atormentaba ¿Era un riesgo para Tony? ¿Podía terminar lastimando a su ahijado? El solo imaginar la idea de lastimar a ese niño maravilloso, le provocaba ganas de vomitar; amaba a Tony de una forma que no podía explicar y no estaba dispuesto a lastimarlo, de ninguna forma, menos cuando sabía cómo lo había herido en la otra línea temporal, sin oportunidad de un perdón. Prefería morir.
Steve lo miro con compasión, esto era demasiado para los dos y debían ser la fortaleza del otro— no te preocupes por aquello, eso ya lo evitamos, en teoría... —ese comentario no calmo las dudas y temores de Bucky— ahora necesito evitar que en un futuro pueda cometer una estupidez
James prefirió sacarse la duda de inmediato— ¿O sea, aunque crezca, no intentaras nada con él?
El rostro de Steve se desfiguro— ¡No! ¡Jamás! —muy seguro— ¡El destino de Tony es ser padre de Morgan! ¡Es casarse con Pepper! ¡Es vivir una vida normal! ¡No estar conmigo! ¡No pienso interferir en su vida otra vez!
— No te entiendo, Steve... te juro que no lo hago —pasa su mano por su nuca— el destino te trajo a este tiempo con un propósito, para salvar vidas, para cambiar injusticias y creo firmemente también y sobre todo para que pudieras volver a estar cerca de él... —su mirada se endurece— y cuando la vida te está dando la oportunidad, la rechazas... —con la voz firme.
— ¿Y qué quieres que haga? —entre risas nerviosas— esperar que cumpla la mayoría de edad, abalanzarme sobre él, decirle que vengo del futuro, que se las cosas horribles que pasaran, que le he estado mintiendo toda su vida... —su voz amenaza con quebrarse— decirle que lo amo, que lo he amado desde hace más de 80 años y que lo crie como mi sobrino, solo para meterme en su vida... —se atraganta de lo rápido que habla— ¿Cómo crees que reaccionaría? ¡Lo mataría saber la verdad! ¡Y volvería causarle dolor! Algo que es justamente lo que no quiero... —traga en seco— ¿Acaso crees que Howard lo aceptaría? ¿O María? ¿O Peggy? No, por supuesto que no —niega veloz— además, el Tony de este tiempo no se fijaría en mí, jamás... son circunstancias y contextos sumamente diferentes —exhala lentamente— todo esto me confirma que aunque lo amo, no estamos destinados a estar juntos... —concluye rendido
Y James al fin comprende el punto de todo esto— supongo... que tienes razón, pero al final la última decisión siempre la tendrá Tony, no olvides que una vez decidiste por él, sin tomar su opinión en consideración y todo terminó muy mal... —Steve evita su mirada porque muy en el fondo de su corazón sabe que tiene razón— él también tiene derecho a decidir por sí mismo — suspirando rendido— pero es tu decisión... no la acepto, pero la comprendo y hace años te prometí que jamás te juzgaría —Steve exhala al mismo tiempo que él, para después ver a James subir los brazos en modo de consulta— ¿Y entonces? ¿Qué harás? y más importante... ¿Qué le dirás?
Steve ya llevaba desarrollando su discurso desde algunos días, desde su última conversación en la práctica de béisbol— le diré que no soporto todo lo que sucede en oriente y lo que rodea a la Guerra Fría... igualmente no es mentira —endereza la espalda—, ya es tiempo de que haga algo... pase mucho tiempo quieto, dejando vidas inocentes a la deriva... —exhala rendido—, y después de todo, esto es lo único que soy... un soldado.
Bucky siente el dolor en su voz, y aunque no acepta nada de su discurso, solo puede hacer una cosa— yo voy contigo... —firme
— No, Bucky... —responde con la calma que vuelve— no puedes abandonarlo tú también, no puedes dejarlo solo...
— Y no puedo dejarte a ti solo... —mirándolo fijamente— además, no te estoy preguntando...—le sonríe— y será menos notorio si vamos juntos, no pensara que solo tú quieres huir de él —con naturalidad en su voz—, tanto Tony como los demás saben que vamos juntos a las misiones... y a todas partes —Steve sonríe rendido
— Está bien...
Pero el dolor amenazó con salir y lo hizo a través de una pregunta— ¿Cuándo volveremos?
Steve negó— eso no lo sé... —caminando hacia la puerta—, pero debemos estar en los momentos justos y precisos, todavía hay cosas muy importantes que pasarán en esta década y debemos estar ahí... para evitarlas.
— ¿Cómo cuáles?
— Debemos evitar que Janet se pierda en el mundo cuántico en el '87 y evitar que se lleven a Carol en el '89... —suspira— quizás volvamos antes del '91
Bucky exhalo muy pausadamente, era demasiado tiempo— en verdad es mucho tiempo... esto causará estragos en todos, en él sobre todo... —Steve no lo miro— en ti también... y en mi —vuelve a suspirar— ¿Dijiste '91? —Steve asintió— ¿Es el año en que... asesino Howard y María? —pregunta sumamente preocupado
— Si... aunque cambiamos el pasado, debemos asegurarnos de que no pase nada en esa fecha —tomando las llaves
La voz de James se volvió temblorosa— ¿En verdad me quieres cerca de ellos ese día? — sumamente incómodo— ¿No crees que sería peligroso? ¿O en cierta forma, morboso? —su corazón latía sin control.
Steve lo mira por algunos segundos— ¿Ahora me entiendes? —abriendo la puerta— ¿Enfrentarse a tus más oscuros errores?
— Si, creo que al fin comienzo a comprender...
Chapter 9: IX
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La noticia no les había caído para nada bien a los tres matrimonios amigos, Steve lo había soltado como un balde de agua fría, casi como si no le importara en absoluto lo que esto podría implicar. Peggy se miraba de reojo con su esposo tratando encontrar las preguntas correctas, Hank y Janet habían quedado a mitad de la conversación, Howard trataba de entender sus razones y María estaba sumamente preocupada, esta noticia afectaría mucho a su pequeño. Sabia mejor que nadie, lo cercano que era con su Bucky, era su padrino y lo estimaba muchísimo, pero sobre todo lo preocupaba el cómo reaccionaría al saber que Steve se marcharía; lo idolatraba, era su mayor héroe, era su amigo.
— ¿Qué quieres que te diga? —expreso Peggy entre exhalaciones— no comprendo mucho tus razones, las de ambos... pero las acepto —carraspea— o al menos lo intento, créanme...
William carraspea igualmente y decide intervenir— bueno, es su vida... no podemos pedirles que renuncien a lo que son y sobre todo... a lo que quieren
— Si es lo que quieren, por mi... —agregó Hank, mirando a su esposa, la cual termina asintiendo— para Janet y mi... no hay problema —sonríe con desgana, es como si todos no quisieran enfrentar la realidad, solo suavizarla— y se lo explicaremos a Hope, cuenten con eso... —entendiendo que su hija de seis años podría hacer preguntas.
Howard tosió incómodo— los ayudare en lo que necesiten, como en los viejos tiempos...
Pero María no estaba dispuesta a fingir que nada estaba pasando, por lo que fue la única en hablar con la verdad— oigan, alto... todos —expresó con cierta molestia en la voz— al parecer todos están olvidando algo muy importante —los mira esperando su aprobación— ¿Qué hay de Tony? Esto le partirá el corazón... —Steve sintio al instante la culpa presionar su pecho— no me malentiendas, Steve —tratando de sonar calma— acepto tus razones, pero no las comparto en lo absoluto, lo siento... —dirige la mirada a James— tu eres su padrino, se supone que deberías estar siempre a su lado, sabes mejor que nadie cuanto Tony te quiere... —vuelve la mirada a Steve— y tu... —el ambiente se tensa un poco— eres demasiado especial para él, te ve como su amigo, su mejor amigo... siempre lo repite y se lo dice a todo el mundo —su mirada se llena de miedo— no está pasando por un buen momento con la escuela, los niños lo aíslan y lo tratan diferente porque está comenzando a saltarse ramos y años... —Howard trago en seco, él había vivido lo mismo cuando era pequeño. La inteligencia generaba admiración, pero también envidia y aislamiento— y todo esto, esta noticia... —prosiguió María— no lo ayudar... él es demasiado cercano a ti —tratando de convencerlo. No quería ver a su pequeño con el corazón roto por tener que separarse de dos de las personas a quienes más quería y admiraba.
Steve miro de reojo a Bucky, que seguía con la mirada baja, esto también lo estaba matando. El ex Capitán suspiró con lentitud— créeme que lo entiendo, María... y fue lo primero que pensamos cuando tomamos esta decisión —carraspea—, pero tengo que hacer esto, es necesario... —sube la mirada con decisión— incluso para él —ese comentario deja a todos los presentes con la incógnita más a flor de piel, cada segundo comprendía menos los motivos de los dos hombres, en especial de Steve.
— Lo que trata de decir, Steve... —agrega veloz Bucky— es que es nuestro deber hacer algo al respecto, es lo que venimos haciendo hace años... —mira a su amigo, sabe que no le gusta que diga esto, pero ahora era un buen argumento— es lo que somos, somos soldados... y debemos actuar como tales —trata de sonreír— y estamos seguros de que Tony lo entenderá, es un niño más que inteligente y maduro
Janet interrumpe con cierta timidez— pero para Tony ustedes no son soldados, tú eres su Padrino y tu su amigo... eso vale más que cualquier batalla o guerra —inhala para darse fuerzas— y si los pierde, no los llorará como soldados que dieron sus vidas por su país o como héroes que se sacrificaron para salvar al mundo... él lo verá como una perdida personal e irresponsable.
Steve recordó al instante la imagen de Morgan llorando a su padre; el mundo había perdido al Gran Iron Man, pero ella había perdido a su padre... el universo perdió al héroe y ella al hombre ¿Él a quien había perdido?
— Yo mismo se lo diré y haré que entienda —sentenció Steve
— ¿Y cuándo se van? —pregunta William tratando de calmar el ambiente
— Mañana —responde acongojado Bucky
Hank abre los ojos sumamente sorprendido— ¿Tan pronto?
— ¿Por qué? —insiste Janet. Ahora sí que todo esto resultaba muy extraño, es casi como si los hombres huyeran de algo, pero tuvo miedo de mencionar aquello; jamás sería capaz de dudar de ellos.
Steve la mira fijamente— hay muchas cosas que planificar, para que, al momento de actuar, no haya errores —la mujer lo mira con confusión— en unos años más, lo entenderás... lo prometo
Peggy miró a Steve con detención, a pesar de que los sentimientos habían cambiado, seguía doliéndole mucho el separarse de él; traía horribles recuerdos y miedos— ¿Y cuándo vuelven?
Bucky titubea unos segundos— eso no lo sabemos
El ambiente vuelve a volverse tenso, bañado en silencio sepulcral e ínfimo y Steve ya no puede soportar la incomodidad, necesitaba irse lo más pronto posible— lo mejor será que hable ahora con Tony —parándose
— ¿Necesitas que te acompañe? —consultó Bucky— creo que también debería hablar con él
Steve asintió— sí, pero dame unos minutos primero, por favor... —su amigo comprendió sus razones— vengo enseguida —encaminándose hacia la habitación del pequeño.
Volver a despedirse, volver a separarse de él, volver a hacerle daño ¿Cuánto tiempo más tendría que seguir repitiéndose esta tortura? Solo quería que Tony fuera feliz, pero de una forma u otra, él siempre era el que terminaba hiriéndolo, más que ningún otro. Golpeo la puerta y entro con delicadeza, no quería asustarlo, para su suerte, el pequeño estaba armando un robot bastante avanzado para la época. Eso siempre lo llenaba de orgullo y tranquilidad; saber que el futuro de Tony ahora sí podría labrarse hacía la felicidad, lo llenaba de esperanza, aunque él tuviera que verlo de lejos.
— Permiso... ¿Tierra llamando a Tony? —abriendo la puerta con lentitud
— ¡Steve! —comentó feliz el pequeño parándose— ¿Vienes a desarmar todos mis inventos? —consultó entre bromas.
— No, esta vez no —respondió entre risas— la verdad, necesito hablar contigo... —comenzando a sentir el peso en su voz
— ¿Conmigo? ¿Sobre qué? —dando vuelta la silla del escritorio para sentarse frente a su amigo.
— Bueno... —algo incómodo. Decirlo sonaba mucho más fácil que hacerlo, por lo que tuvo que buscar una salida rápida— por cierto, supe que te vas a la Universidad el próximo mes, MIT, becas y reconocimientos... vaya, que genial —sonriendo con orgullo
— Ah, sí... estupendo —comentó con desgana
— Pues no lo parece...
Tony exhala algo acomplejado— supongo que no, solo será lo mismo que siempre, solo y sin amigos, o rodeado de idiotas queriendo obtener algo...
— Lenguaje —comentó riendo por la nariz, lo que provocó una sonrisa en el niño. Se estaba volviendo su palabra secreta ¿Tal vez? — pero no lo pienses así, es una gran oportunidad, y también un gran honor, tus padres están orgullosos... yo lo estoy
— ¿Lo estás? —con ilusión y brillo en sus ojos
— Claro, siempre te lo he dicho —vuelve a desordenar su cabello como siempre lo hacía— estas destinado para grandes cosas
— Si, supongo que tienes razón —sonríe tratando de darse ganas— siempre la tienes
— Ojalá siempre fuera así... —comento con honestidad
— ¿E iras a verme? —mirándolo fijamente— mis padres tienen autorización para ir a verme cada semana... si hablo con la Universidad, de seguro te dejaran a ti también —sumamente entusiasmado— no pienso interrumpir el entrenamiento de beisbol... —presentándolo como un gran argumento
— Pues la verdad, Tony... —el corazón comenzaba a presionarle el pecho fuertemente— temo que no podré
— ¿Por qué?
Steve buscaba las palabras menor fuertes o posiblemente hirientes— nos surgió algo con Bucky... y debemos partir al oriente —debatiéndose en si debía seguir mirándolo fijamente o no
El temor lo dominó en menos de cinco segundos— ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué? —su voz comenzaba a acelerarse, mientras se ponía de pie
— Calma, déjame explicarte —haciendo que vuelva a sentarse— veras... tu mejor que nadie sabe las cosas horribles que están pasando en Vietnam, en Corea, en China... —sentándose en la orilla de la cama— y ya es momento de que alguien haga algo
— Pero... ¿Por qué tu? —su voz se quiebra
— Porque... —otra vez afrontando la realidad de lo que realmente era— soy el Capitán América, soy un soldado... es lo que hago
— No —responde firme mientras vuelve a ponerse de pie— para los demás serás eso, pero para mí... solo eres Steve —unas lágrimas amenazan con salir— eres mi mejor amigo... mi único amigo —la primera lágrima cae— no quiero quedarme solo... —volteándose para no dejarlo ver como llora
Steve lo hace voltear hacia él y comienza a secar sus lágrimas— está bien... —secando sus lágrimas— si quieres llorar, hazlo... no lo ocultes, no tiene nada de malo y créeme que también me duele separarme de ti, no te imaginas cuanto, pero es algo que debo hacer —más lágrimas caen por el rostro del pequeño— quizás ahora no lo entiendes, pero en unos años más, te darás cuenta de que te estoy haciendo un favor...
A Tony le dolieron inmensamente las palabras de Steve ¿Cómo podría estar haciéndole un favor al dejarlo solo? — ¿Cuándo volverás? —buscando un consuelo o esperanza.
— Eso... no lo sé —responde con tristeza—, pero te prometo que será cuando menos te lo esperas, y por supuesto que tratare de venir para tu titulación
Tony lo miró fijamente, con esos bellísimos ojos pardos mientras sentía que su mundo se venía abajo— ¿Por qué siento que no te volveré a ver? —bajando la mirada enrojecida— como si esta no fuera la primera vez... que nos tenemos que separar —y Steve sintio esas palabras como una daga— te voy a extrañar mucho... —acto seguido, lo abraza con urgencia y necesidad. Estaba perdiendo a su más grande amigo.
— Yo también, amigo... —lo abraza con sumo cariño— todo estará bien, ya verás... —el niño lo suelta y se seca las lágrimas con cierta brusquedad— ya se... —saca un juego de llaves de su pantalón— estas son las llaves de mi viejo departamento en Brooklyn —mira alrededor de la habitación— creo que ya no te caben más inventos en este lugar... —agrega entre risas
Tony mantiene la mirada apenada, pero procura responder— papa dice que aún no puede darme un laboratorio en la empresa, no hasta que este titulado, por eso tengo que guardarlo todo aquí... —comenzando a notar todo el desastre que tenía en la habitación. Quizás en un futuro, si tenía un laboratorio más acorde, lograría ser más organizado.
— Pues ya no más —responde— puedes usar mi departamento como bodega, incluso como laboratorio, y así, cada vez que quieras estar solo, trabajar o simplemente descansar, puedes escaparte por allá —baja la voz— solo no le digas a tus padres, para que puedas tener un espacio solo para ti...
— ¡Muchas gracias, Steve! —vuelve a abrazarlo con cariño y admiración
Steve a veces en verdad no podía comprender cómo funcionaba el amor, como todos los sentimientos que tuvo y que aún sentía por Tony, ahora se habían transformado en camaradería, paternidad y amistad.
Steve lo toma de ambos brazos y lo mira fijamente— ahora, tienes que prometerme algo
— Por supuesto —responde firme
— Promete que te alejaras de la maldad, que no harás cosas peligrosas o estúpidas solo por agradar, que te alejaras de los vicios, por lo menos hasta que tengas edad legal y puedas decidir por ti mismo... —le sonríe con súplica oculta— promete que serás un buen muchacho
— Lo prometo —responde dulcemente— solo quiero ser un héroe tan grande como tu
— Ya lo eres —acariciando su cabeza— al menos para mí...
— Y para mí también... —agrega James apareciendo tras la puerta
El joven Stark corre veloz a su Padrino y lo abraza— ¡Te voy a extrañar muchísimo! —volviendo a sentir la pena presionar su garganta
Bucky corresponde el abrazo con suma fuerza, esto partía su alma en dos— y yo a ti, mi pequeño campeón... —sin soltarlo— para mi eres mi super héroe favorito —mira de reojo a Steve— incluso más que ese el rubio idiota... —los tres sueltan una risa cómplice
— Ya veo quien le enseñó ese lenguaje a Tony... —se pone de pie— siempre has sido la mala influencia... —viendo como Tony suelta a Bucky un poco más calmado
— ¿Acaso tu no? —consultó fingiendo ofensa
— Steve jamás podría ser una mala influencia para mi o para nadie —agrega seguro el Stark— Steve no miente y Steve jamás falla...
Los dos amigos se miraron con culpa cómplice, justo lo que estaban haciendo ahora, era mentir— nadie es perfecto Tony, ni siquiera yo... es bueno que sepas eso desde ya —se arrodilla frente a él —cuídate ¿Sí?
—Tu igual, los dos... —mirando de reojo a Bucky a sus espaldas, para finalmente volver la mirada a Steve— y no te olvides de mí, por favor...
Steve se pone de pie y le regala la última sonrisa— jamás...
Chapter 10: X
Chapter Text
Bucky se quedó con él toda la noche, mientras Steve solo lloraba en silencio, esta había sido sin dudas, la decisión más difícil que había tomado en muchísimo tiempo, tal vez incluso más difícil que cuando lo abandono en Siberia, cuando le hizo la promesa a Pepper o cuando decidió volver a este tiempo. Pero su sentido común le seguía diciendo que estaba haciendo lo correcto, Tony merecía crecer rodeado solo de gente normal, personas completamente sinceras con él y que no pudieran hacerle daño o ponerlo en riesgo, y él claramente no entraba en esa categoría.
Steve seguía secando las lágrimas que caían por su rostro mientras miraba a Nueva York a través del balcón del departamento de James, buscando que la ciudad que lo vio crecer, le diera fortaleza para los años que venían. Pero su amigo no estaba dispuesto a dar este asunto por terminado, no sin dar una última opinión
— Tony no es un niño normal... así que es imposible que solo esté rodeado de gente común y, además, nunca has sido más sincero con él, que, durante todo este tiempo... —parado debajo del umbral de la ventana del balcón— todo lo que has hecho en la última década, ha sido por él y eso está basado en sentimientos completamente sinceros y puros —Steve no le respondió, solo siguió mirando fijamente a la nada.
A la mañana siguiente, ambos abordaron un jet Stark, con un rumbo muy lejano.
1987.
Aunque Steve había tratado de mantener comunicación con Tony vía cartas por los siguientes años, al parecer el joven poco a poco había comenzado a perder el interés en la comunicación, Steve podía sentir la molestia en sus últimas cartas y más cuando dejó de enviarlas. Y lo que había sepultado su comunicación, y posiblemente su relación para siempre fue cuando Steve rompió nuevamente una promesa, no estuvo presente en su titulación en la Universidad ni tampoco a las que le siguieron, con sus posgrados y doctorados en conjunto. Tony estaba seguro de que Steve se había olvidado de él.
Sin embargo, la verdad era otra, Steve no quiso jamás romper otra promesa más, tenía muy presente su titulación, es más, se moría de ganas por ir, pero Bucky y él no fueron los únicos ausentes durante esa fecha especial. Un misil de prueba soviético se había salido de ruta y el matrimonio Pym-Van Dyne no encontró mejor opción que tomar el asunto en sus propias manos, lo que significó adelantar los planes de Steve y Bucky.
Janet sobrevivió, así como todas las vidas en riesgo durante el inminente ataque, quedando solo con algunas heridas, al igual que Hank, heridas que los obligaron a permanecer hospitalizados y faltar a la titulación de Tony, cosa que al menos no molesto al joven, en lo absoluto, estaba tan tranquilo de saber que estaban a salvo. Pero cuando él, sus padres y todos los demás consultaron el cómo habían sobrevivido, ninguno podía explicarlo, solo recuerdan un fuerte estruendo, un destello y cuando despertaron, estaban en el hospital; los médicos dijeron que aparecieron a las afueras del establecimiento, pero jamás supieron quien los salvó o los trajo.
Unas semanas después de eso, Steve trato de comunicarse con Tony y tratar de dar una explicación que sonara medianamente decente, pero no obtuvo ninguna respuesta por parte de él. Y cuando llamo a Howard y María, para saber cómo estaban, de paso escuchar algo de Hank y Janet, y, sobre todo, ver la posibilidad de hablar con Tony, pero lo único que escuchó cuando su madre le dijo a Tony que era Steve, fue dolor y despecho.
— Dile que estoy muerto... —para luego azotar la puerta de su habitación
Steve sintió el corazón desfallecer, mientras que María daba un largo suspiro por el teléfono— perdón, Steve... será un genio, pero sigue un adolescente algo hormonal
El soldado comprendió y no quiso insistir más— está bien, mándales mis saludos a Hank y Janet... espero que su pierna sane pronto —corta.
Lo que el soldado no sospechaba, es que Howard estaba de pie al lado de su esposa, escuchando toda la conversación muy atento— ¿Qué dices entonces? —pregunta el hombre viendo que su esposa ya había colgado
La mujer dudó unos segundos— jamás le dije que Janet tenía una pierna rota... —lo mira con cierto miedo
— Esto es muy extraño, María... —exhala el hombre— mis investigaciones comienzan a arrojar cosas impensables e increíbles —baja la voz— el que Janet y Hank hayan podido sobrevivir...
— Requiere de alguien con mucha fuerza y resistencia —complemento
— Y que sepa exactamente qué va a suceder y en qué momento... —el matrimonio se miró con miedo
Howard comenzaba a sospechar, al parecer Steve sabia más de lo que ellos creían, y eso se veía no solo en el rescate del matrimonio, sino también en sus misiones anteriores, es como si Steve siempre estuviera un paso adelante. Y sus sospechas fueron confirmadas, dos años después, cuando un joven funcionario llamado Nick Fury, le informo que una piloto había sido expuesta a una explosión cósmica, sobreviviendo y siendo salvada por dos hombres misteriosos, que el radar había alcanzado a captar, ahora la mujer pertenecía a sus líneas y estaba bajo su resguardo. El magnate Stark no iba a descansar hasta saber que escondían.
Y el temible año llego, 1991. Faltaban dos meses para el 16 de diciembre.
Durante esos dos años, oficialmente no hubo ningún contacto entre ellos, ni uno solo, ni siquiera una mísera llamada o saludo entre terceros, es más, hasta las llamadas con Peggy y Howard se había hecho algo distantes y tensas; Steve sentía que estaba comenzando a perder a todas las personas por las que se preocupaba y amaba, estaba perdiendo su confianza, su cercanía y lo peor, el cariño que estos podían sentir por él. Todo por haber decidido irse, o más bien haber huido, con el objetivo de protegerlos desde la distancia y el anonimato; estaba volviendo a sacrificar su felicidad por otros ¿Ese era su destino? ¿En verdad no había momentos de felicidad para él, sin un sacrificio de por medio?
Ahora debían actuar rápido y comenzar a investigar cualquier evento extraño, por lo mismo no avisaron su llegada, dudando que cambiara en algo que supieran que estaban de vuelta, solo se dedicaron a seguir a Howard y María, e identificar cualquier posible enemigo. Pero esa noche, Steve estaba cansado, decidió pasar rápidamente a su viejo departamento, a buscar algo de ropa y darse una ducha rápida, pero había olvidado que hace casi nueve años, le había dado su espacio a otra persona.
De la sorpresa, paso al terror, al descubrir su departamento hecho un desastre, las mesas volteadas, circuitos por doquier, grandes máquinas rotas o más bien, destruidas, botellas de whisky esparcidas por el suelo y un inconsciente joven en medio del lugar.
— ¡Tony! —grito aterrado— ¡Reacciona! —tomándolo entre sus brazos— ¡Despierta! ¡Por favor! —moviéndolo casi con brusquedad— ¡Por favor! —las lágrimas amenazaban con brotar
— Steve... —dijo en un susurro el joven— Steve... —abriendo lentamente los ojos— ¿Volviste?
— Sí, aquí estoy... —acurrucándolo
— ¿No me vas a dejar solo? ¿Verdad? —su voz estaba quebrada y su rostro desecho.
— No, te lo prometo... —arrepintiéndose al instante de sus palabras. Ya no tenía moral para decir esto.
— ¿Me lo prometes? —una lágrima solitaria cayó por su ojo izquierdo— ni siquiera pudiste cumplir tus promesas pasadas
Steve trago en seco con nerviosismo— perdóname, por favor... —abrazándolo. Ya había olvidado cuántas veces en su vida le había pedido perdón.
El silencio reinó por algunos segundos, hasta que el joven se atrevió a hablar— ¿Por qué? —comenzando a llorar— ¿Por qué me mentiste? —Steve sintio un escalofrío recorrer su espalda
— ¿De qué hablas? —preguntó con ingenuidad medianamente fingida.
— ¿Cuándo ibas a decírmelo? —lo mira los ojos— ¿Cuándo el mundo se fuera al carajo? —se ahoga entre sus hipos y el alcohol fermenta hasta por su piel
El soldado comprende que luego habría tiempo de tener esta conversación— debemos ir al Hospital —tratando de tomarlo en brazos— estas muy mal, luego podremos hablar y...
— ¡No me toques! —parándose — ¡Y no me sigas mintiendo! —se tambaleaba de un lado a otro
— Tony... al menos siéntate, por favor —suplicó con calma
— ¡Cállate! ¡No quiero escucharte! —tapando sus oídos— ¡¿Creíste que jamás me iba a enterar?! —sus ojos ardían de enrojecimiento— ¡¿Cuándo me ibas a decir que no eres de esta época?! ¡¿Qué me has estado mintiendo toda mi vida?! —la respiración de Steve estaba sumamente agitada— ¡¿Quién es el verdadero dueño de ese anillo?! —señalando la mano del soldado. Steve palideció— sí, lo sé todo...
¿Qué podía decir? Nada, absolutamente nada podía ayudar amenguar lo que estaba pasando y el terror hizo que a las respuestas les costaran aparecer— Tony... ¿Cómo? —el titubeo en su voz era más que notorio
Tony inhalo fuertemente por la nariz, necesitaba calmarse— escuche a mi padre y a la tía Peggy, ellos sospechaban que tú y el tío James estaban en algo raro, y descubrieron que no eran de esta época... o algo así —le costaba ordenar las ideas y recuerdos, estaba tan confundido— la cosa es que terminaron descubriendo que venias del futuro y por eso sabías todo lo que iba a pasar —Steve sintio como todo su mundo comenzaba desmoronarse lentamente a su alrededor, sus mentiras habían sido descubiertas. Les había fallado a todos, en especial a Tony, que lo miraba con sumo dolor— entonces vine aquí... —mirando el departamento— buscando algo que les probara que no eres un mentiroso y… que realmente eres quien has dicho ser todo este tiempo —vuelve a llorar dándose cuenta de que eso ya no era cierto—, y encontré esto... —toma algo tirado en medio de todos los escombros y basura— ¿Esto te es familiar? —mostrando el reproductor Stark
Steve se puso de pie al instante y el terror lo control en absoluto— Tony... dame eso, por favor —acercándose
Retrocede unos metros— ¡No te acerques! —elevando el objeto con su mano derecha— ¡O te juro que lo romperé en mil pedazos
— ¡No! ¡Por favor! —la primera lágrima cae— ¡Te lo imploro! Es... lo único que me queda —inhala con fuerza— de él...
Tony no pudo evitar sorprenderse por su reacción ¿Tan importante era esto para él? — no más mentiras —entre hipos— ¡Quiero la verdad! —bajando levemente la mano— ¿Es cierto que vienes del futuro? —Steve demora unos segundos, pero termina asintiendo apenado — ¡Quiero oírlo! —exigió.
— ¡Si! —respondió con la mirada baja
— ¿Es cierto que sabes todo lo que va a pasar? —continuo
— Si...
Y las preguntas comienzan a tornarse más y más complicadas y personales— ¿Él... que aparece en esta cosa, el video... soy yo? —su voz temblaba. Steve guardó silencio por casi minuto, incapaz de dar respuesta— por favor, no me mientas más...
— Si, eres tú —no era capaz de mirarlo a los ojos, por lo que entierra el mentón en el pecho.
Y la pregunta del millón se hace presente— ¿Ese anillo? —señalando nuevamente el objeto en el dedo anular de Steve— ¿Es el par de esta caja? —tomándola del piso
Steve exhala con suma pesadez— si...
Tony demora unos segundos en reaccionar, y aunque no puede articular palabras o ideas, si puede notar una sola cosa, su corazón late como jamás lo había hecho, como si esto ya lo supiera y más importante aún, como si esta noticia lo reconfortara a niveles impensados ¿Por qué? Aun entre todo el dolor, escuchar eso... lo llenaba de felicidad.
Pero uno de los pasajes del video lo ataca y el miedo vuelve a él— ¿No sobrevivo... en el futuro? —con la voz aterrada
— No —las lágrimas recorrían sin para su rostro— pero...
— ¿Pero?
Steve inhala para darse fuerzas— es por lo que estoy haciendo todo esto —tratando de excusarse— porque quiero cambiar el futuro, o al menos este futuro... o esta línea de tiempo— tratando de sonar claro y preciso, mientras que por fin tiene el valor de mirarlo a los ojos
Pero Tony no logra comprenderlo, o más bien, procesarlo, es que eran demasiadas cosas a la vez— no... entiendo —su cabeza estaba más que bloqueada
— Ya no puedo hacer nada por la línea de tiempo que deje atrás, pero si puedo salvar estar, si puedo evitar muertes injustas y sumamente dolorosas, eventos atroces y... —comenzando a darse cuenta de que tal vez hablo de más, pero necesitaba que entendiera porque estaba haciendo todo esto, que sus intenciones eran buenas, aun cuando quizás los medios y/o métodos no eran los mejores.
— ¿Cómo cuáles? —quiso indagar. Ahora él también quería saber.
— No, Tony... no puedo —arrepintiéndose de sus palabras
— ¡Ya cambiaste todo! ¡Merezco saberlo! —exigió furioso
Steve se sobresaltó por su grito y respondió casi interrumpiéndolo— la muerte de Bucky, la desaparición de Janet, el secuestro de Carol, la muerte de... —niega moviendo la cabeza— no puedo... —sintiendo las lágrimas quemar sus ojos
— ¿La muerte de quién? —pregunto asustado— ¡¿De quién?! —insistió fúrico
— La muerte de... Howard y María Stark
Y fue en ese momento que Tony soltó todo lo que tenía en sus manos, la impresión y el terror, lo habían dominado, junto con unas nauseas casi incontrolables y un temblor general; jamás en toda su vida había sentido un terror de este nivel, el solo imaginar a sus padres muertos y sentía que la vida se le acababa. Steve noto la reacción de absoluto terror y trato de enmendar sus palabras o buscar darle calma, pero fue peor.
— Pero ya lo evitamos o estamos a punto... —dándose cuenta de que quizás pudo haber escogido mejores palabras.
— ¡A punto! —colérico— ¡¿Cómo me puedes decir que estas a punto de evitar la muerte de mis padres?! —su respiración estaba descontrolada— ¡¿Qué mierda es todo esto?! —retrocediendo algunos pasos, tratando de encontrar significado a todo esto— ni... siquiera sé si te conozco —se arrodilla en el piso y el dolor lo domina— yo creí... —lo mira empañado en lágrimas— que eras cercano a mi... porque me querías —negando entre hipos adoloridos
— ¡Claro que lo hago! —acusó aproximándose a él. Podía soportar muchas cosas, pero menos que Tony creyera que no lo quería, que no se preocupaba por él, que no lo estimaba... que no lo amaba.
— ¡No lo haces! —le grito— ¡Me abandonaste! ¡Me prometiste que jamás me dejarías solo! ¡Que siempre estarías para mí! —entierra su mentón en el pecho— y lo único que hiciste... fue huir y romper tus promesas
— ¡¿Y qué querías que hiciera?! —grito fuera de sí. Tony se quedó mudo mirándolo— ¡Te amado en mi pasado, en mi presente y en mi futuro! —ahogándose en sus propias lágrimas— ¡Te he besado! ¡Te he llorado! ¡Te he deseado! ¡Te he sufrido! ¡Te he extrañado! —lo mira fijamente y el joven siente sus piernas temblar— ¡Te vi morir! ¡Te vi nacer! ¡Te vi crecer!
Steve hizo una pausa para tratar de buscar calma, pero no podía hallarla, menos cuando sentía que ya todo estaba perdido, solo podía seguir mirando a Tony, observándolo con detalle, nada más. Pero el joven vivía su propio infierno, aun cuando estaba tan dolido y herido por todo lo que había descubierto, sentía la vida volver a él cada vez que Steve lo miraba, y ahora que el hombre era sincero, quizás por primera vez en su vida y le dejaba claro todos los sentimientos que tenía por él, su corazón con suerte podía controlar la arritmia.
— ¡Esto no es fácil para mí! Por favor, trata de entenderme... —se arrodilla frente a él— eres la persona a la cual más he amado en mi vida, eres... el amor de mi vida, pero —trata de darse fuerzas y solo las consigue si sigue mirándolo fijamente—, no era fácil para mi verte, me sentía como un enfermo, como un depravado, casi como si estuviera deseando un niño... —respira con calma— por favor, no me malentiendas, durante todo este tiempo, te vi solo con los ojos que corresponden, como un niño dulce e inteligente, un niño maravilloso... y mi amor traspaso hacia el cariño fraternal, casi paterno, pero... en el fondo, sigues siendo el hombre al que amo, al que ame o al menos, algún día lo serás —baja la cabeza rendido— por eso, me hui...
Tony se quedó absolutamente mudo, se había quedado sin palabras, estaba desecho, atormentado, su ego le gritaba que continuara, que lo hiriera profundamente, pero no podía; tenía razones de sobra para no querer hacerlo, razones que recién ahora podía comenzar a comprender, más ahora que Steve le confirmaba la verdad y volvía a él casi nueve años después, cuando lo abandonó siendo un niño de tan solo 12 años.
Su mente solo logró vislumbrar una duda.
Chapter 11: XI
Chapter Text
— ¿Cuándo?
— ¿Qué cosa? —preguntó Steve subiendo la mirada
Tony inhalo para volver a darse fuerzas— ¿Cuándo... fallecerán mis padres? —preguntó con terror
Steve dudo en responder, o más bien, tenía miedo de la reacción del Stark, pero ya no podía dar marcha atrás— el 16 de diciembre de este año...
Tony tembló y el sudor bajo por todo su cuerpo— pero para eso... faltan dos meses —su voz estaba cargada de angustia
— Estarán bien... —Steve quiso darle calma— nos encargamos de cambiar ese futuro —algo dudoso en sus palabras— Bucky y yo...
— ¿Cómo? —insistió Tony. Steve muerde nervioso sus labios
— Nos ocupamos... de su asesino —le seguía doliendo el mentirle, pero de cierta forma era cierto
Tony sintio el escalofrío, porque le daba miedo pensar en esas cosas, pero necesitaba calmarse—¿Lo asesinaron?
— Si...
El joven sintio tranquilidad, pero ¿Cómo podía sentir calma porque habían asesinado a alguien? Alguien que asesinara a tus padres, refuto su sentido común, eso es bueno. Pero su corazón le seguía diciendo que era malo celebrar la muerte de otra persona, por muy malas que fueran sus intenciones. Su debate moral, junto con todos los sentimientos a flor de piel, no ayudaban en nada.
— Entonces... ¿Por qué volviste? —mordiendo las palabras. Quería saber, se moría de ganas por saber porque Steve había vuelto ¿Había sido por... él?
— Para vigilar de cerca de Howard y María, quiero... queremos asegurarnos de que ambos estarán a salvo ese día, que no habrá nada extraño o peligroso cerca de ellos durante esas fechas —con seguridad en su voz
El Stark sonrió con desgana, claro que su corazón ya sabía la respuesta ¿Por qué esperaba que fuera diferente? Él jamás sería el motivo de Steve. Pero un sentimiento se removió dentro de él, como si una voz dormida le dijera que eso no era cierto, que había mucho más por saber, que todo aun no estaba dicho.
— Entiendo... —comenzando a ponerse de pie— y yo pensando que volviste... por mi —Steve sintio como el corazón se le detiene por una milésima de segundo, pero se obligó a borrar cualquier ilusión dormida
— Yo... —pero como si de suerte se tratara, el teléfono comenzó a sonar
— Contesta —masculló— de seguro es para ti... —encaminándose a la cocina incapaz de mirarlo
Steve demoro unos momentos en reaccionar, hasta el respirar se volvía cada vez más pesado, y con mucha más razón con toda la basura y alcohol que los rodeaba. Comenzó a buscar entre todo el caos el teléfono, lo tomo con premura, aún agitado por todo lo que se habían gritado el uno al otro, y contestó.
— ¿Alo? —tratando de fingir normalidad
— Steve, tienes que venir a Industrias Stark —comentó firme la voz de James— ahora —exigió
Steve sintio la bilis quemar su esófago, en verdad este no era un buen momento para un llamada así, y mucho menos, para salir huyendo... otra vez— Bucky... no puedo —mira de reojo a Tony que abría otra botella—, tengo un problema y...
— Ya lo saben —apresuro— lo saben todo... —la vida del ex Capitán América oficialmente se había ido al carajo.
Inhalo una última vez todo el ambiente tenso del lugar, para darse fuerzas para ir a enfrentar el otro ambiente tenso que lo esperaba en el otro lugar. Tenía que ir hablar con ellos, tenía que explicarles, y aunque sabía que Tony merecía explicaciones también, lo otro se podría volver aún más complicado y riesgoso, más cuando aún había vidas en riesgo. Además, Tony no estaba en condiciones para hablar con claridad.
— Voy para allá —sentenció, para luego cortar. Al elevar la mirada, se encontró a Tony tomando sin parar de la botella— Tony, por favor, para... —acercándose— beber no te ayudará en nada —detestaba saber que podía ser la razón por la cual Tony comenzó a beber. Sabía el efecto que el alcohol provocaba en él— me prometiste que no beberías
— ¿No todos cumplimos nuestras promesas? ¿O sí? —apoyándose en la pared para no caer
Steve sentía el resentimiento cargado en su voz— no porque yo no cumpla las mías —le quita la botella—, significa que tu hagas lo mismo —molesto
— ¿Y porque no? —tratando de quitarle la botella— después de todo, siempre quise parecerme a ti... ahora lo hago
— Y yo quería que fueras mejor —deja la botella sobre el mesón sobrepasado— no me quedare a ver cómo te destruyes a ti mismo... —mirándolo con severidad
— Lárgate —expresó con hosquedad— es lo único que sabes hacer —volteándose
Diferentes palabras, mismos sentimientos. Tony le había dicho hace años lo mismo— toma esto, es lo último que no me has quitado, si llegas a encontrar a Thanos, póntelo y luego escóndete... es lo mejor que sabes hacer...
Esta era la prueba definitiva, la que necesitaba para confirmarse a sí mismo que esto era imposible, que Tony y él no estaban destinados a estar juntos y que todo lo que habían pasado en la otra línea temporal, había sido solo un error, un gigantesco... y bellísimo error; ahora quedaba enterrado en ese futuro que ahora era su pasado.
— No volverás a saber de mí, descuida... —caminando hacia la puerta
— Espero que al menos si cumplas eso —volviendo a beber un gran trago sin mirarlo.
Y cuando la puerta se cerró, Tony volvió a desfallecer al suelo, al igual que hace años cuando se fue y lo dejo solo, pero este momento estaba cargado de un sentimiento tan diferente. Algo dentro de él le decía que no podía volver a dejarlo ir, lo relacionaba con la última vez que se vieron hace nueve años, pero no, sus recuerdos no calzaban.
Una voz sumamente oculta y hasta cierto punto incomprendida, le decía que esto era un sentimiento mucho más profundo y mucho más antiguo... ¿Cómo era eso posible? Y arrastrándose de vuelta a la sala de estar, el reproductor apareció nuevamente en su campo de vista. Quizás la respuesta estaba ahí, solo que estaba muy dolido para asimilarla; volvió a encender el video.
— Hola... compre estos anillos hace muchos años, tenía pensado dártelos para tu cumpleaños, pero los Acuerdos de Sokovia llegaron y no pudimos hacer mucho más... en verdad llegue a creer que nos casaríamos y viviríamos felices para siempre, pero ahora todo es tan diferente, por eso quería que los tuvieras, después de todo... siempre te pertenecieron a ti...
El otro Tony Stark sonaba tan seguro de sus palabras. Y su mano acercó la caja del anillo, para solo quedarse en el suelo, contemplándola; como un tesoro invaluable.
A las afueras del departamento, Steve solo salió lo más rápido de ahí, tratando de secar cualquier vestigio de lágrimas; quería olvidar todo, quería enterrar todo lo que sentía, aun con todo el dolor que le provocaba, Tony estaba ahogándose en su propia miseria, y por más que quisiera salvarlo o ayudarlo, no podía hacer nada más, no podía darle nada, no podía ofrecerle nada; nada que no terminara hiriendo a cualquier de los dos.
Por tanto, todo estaba decidido, en cuanto se cerciorará que Howard y María estarían bien y a salvo, se iría, y esta vez muy lejos y solo, incluso sin Bucky; tenía que mantenerse lo más alejado de Tony, era la única forma en que el joven estaría bien, feliz y a salvo. Y él también, en cuanto más distancia pusiera, más felices serían ambos.
En cuanto cruzó la puerta de la oficina, el miedo llegó hasta los dedos de sus pies, los tres matrimonios amigos, a los cuales consideraba su familia, lo esperaban con una mirada fría y distante, se sentía como el peor delincuente, caminando para escuchar su sentencia final. Bucky estaba sentado frente al escritorio, como el segundo condenado.
— Siéntate, Steve —señalo Peggy
— Así estoy bien, descuida... —parándose detrás de la silla
Howard inhalo por la boca— Steve... nos es muy difícil decir todo esto o tratar de explicarlo, pero —tratando de encontrar las palabras
— Es verdad, absolutamente todo —responde firme. Casi parecía de nuevo un soldado, ya no estaba dispuesto a seguir mintiendo.
— Steve, calma... —comentó Bucky parándose
Hank fue el primero en reaccionar y acercarse a él. Steve estaba preparado para todo, ya había vuelto a matar a Tony en vida, podía recibir cualquier golpe o recriminación, por más dolorosa que fuera, la culpa ya lo había matado a él, por lo que ningún golpe dolería, al contrario, lo recibiría con altura de mira, era su karma y castigo; era lo justo.
— ¿Es cierto? —pregunta Hank mirándolo fijamente— ¿Es cierto que lo sabían todo? ¿Es cierto que hicieron todo eso?
— Sí —respondió Steve
James sintio el terror dominarlo, no quería malentendidos y mucho menos que ambos hombres se fueran a los golpes, o, mejor dicho, que Hank golpeara a Steve, porque sabía que Steve no opondría resistencia, notaba la actitud de su amigo, Steve estaba completamente estoico, casi incapaz de sentir algo. Hace años que no lo veía así, no desde que HYDRA lo había capturado y torturado, su mirada estaba ida y apagada; Steve se había rendido.
— Déjame explicarte, Hank... por favor —agregó Bucky acercándose a los dos hombres
— Steve... —dijo Hank mirándolo fijamente— ¡Muchas gracias! —lo abraza con fuerza y Steve se queda perplejo— ¡Muchísimas gracias! —mira a James— ¡A los dos! —lo suelta— yo... no me imagino mi vida sin Janet, no hubiera podido, no habría...—su voz se quiebra, por lo que su esposa toma su mano para darle fuerzas— sé que Hope también estará muy agradecida —Janet se acerca a Steve
— Jamás podré pagarles lo que hicieron —sonriéndoles sumamente agradecida
¿En verdad esto estaba pasando? ¿En verdad todos estaban asumiendo la situación con tanta tranquilidad y altura de mira? Los amigos se miraban incrédulos y sobrepasados, estaban tan acostumbrados a actuar en las sombras, que recibir agradecimientos y gratificación por su trabajo y esfuerzo, por su sacrificio, se sentía sumamente extraño, y hasta cierto punto incómodo.
— De nada, supongo... —responde Bucky entre risas incómodas— aunque la verdad, todo lo hizo Steve... —lo mira con orgullo— incluso a mí me salvó, hace muchos años... —suspira— si no fuera por él, habría hecho cosas horribles, cosas irreparables y que... me perseguirían por el resto de mi vida —comenzando a darse cuenta de que las mentiras ya no pueden contenerse y todos merecen saber la verdad, también se había cansado de mentir.
Steve lo mira con preocupación— Bucky, está bien... —agrega
El soldado niega— no, hermano... no más mentiras —lo mira con calma— ellos merecen saber la verdad y… yo merezco ser libre de la culpa —Steve siente esas palabras tan personales— entre más personas lo sepan, más podremos evitarlo... —se acerca a Howard y María— necesito hacerlo —se para delante de ellos— perdónenme, por favor...
— No hay nada que perdonar —responde con dulzura María— lo que hicieron es más que admirable y sumamente heroico... estamos en deuda —mirando a su esposo que le sonríe con calma.
— No, no me refiero a eso —inhala decidido— en la línea temporal de la que viene Steve, este año... ustedes sufren un accidente —la pareja se mira con cierta temor— y las autoridades le dicen a Tony que fue solo mala suerte... —la madre siente el escalofrío en la piel al pensar en dejar a Tony solo— pero esa no es la verdad... ustedes fueron asesinados, por órdenes de HYDRA —sube la mirada algo temblorosa— y quien los asesina... soy yo —Steve inhala con suma pausa, una de las más horribles y grandes verdades había sido revelada.
El matrimonio palidece en menos de un segundo— ¿De qué mierda estás hablando? —preguntó aterrado Howard
— Perdónenme, por favor... —libera entre hipos acongojados.
Por supuesto que no era él quien había hecho eso, porque era parte del futuro, de aquel futuro que luchaban por cambiar, sus manos técnicamente no estaban manchadas con su sangre, pero él lo sentía, como si su destino siguiera conectado a ese momento, a ese dolor y lo peor, a HYDRA.
Steve se acerca a su amigo y lo abraza por el hombro, no iba a dejarlo solo a enfrentar esto— en mi línea temporal, yo quedo congelado en el hielo y Bucky es secuestrado por Hydra... - mirando al matrimonio— ellos lo torturan durante años, décadas y terminan transformándolo en una máquina de matar —inhala, recordando cómo lo encontró hace años— lo envían a realizar todos sus trabajos sucios, y uno de ellos, causó su muerte...
— Perdónenme... por favor —las primeras lágrimas caían por el rostro de James; de alguna forma, buscar el perdón, también era liberar de la culpa a su otro yo; quizás este sentimiento llegue a él.
María permaneció unos segundos quieta, hasta que se acercó a él con calma— no tienes nada que perdonar —lo abraza con delicadeza— no fuiste tú, ni en la otra línea temporal y ni en esta —acariciando el rostro del hombre—, te obligaron... —lo mira con dulzura— además, lograron evitar que pasara, y no solo eso... Steve te salvo —le sonríe al ex Capitán— es un doble premio... y ahora eres el padrino de mi hijo —sonríe con orgullo— llevas años haciendo demasiado por nosotros, por eso no hay que disculpar...
— Muchas gracias —responde con relajo Bucky. Al final las voces se habían apagado; era libre.
— Descuida —dice Howard colocando su mano en el hombro de Bucky— todo es más que entendible, aunque... —suspira— espero que esto no haya afectado a Tony —mira a Steve— al Tony de tu línea temporal —no era su misma línea, pero seguía siendo su hijo y no soportaba la idea de que su pequeño sufriera, y sin ellos presente. Bucky volteo a ver a Steve con cierta preocupación, como si el mango de la culpa pasara a otro.
Steve exhalo por la nariz— la verdad es que si —responde con congoja— y de la peor forma... —su mirada duda en conectarse con los padres— yo lo traicione, yo le falle, yo lo abandone... yo le mentí
— No, Steve —interrumpe Bucky
— Es la verdad —sus ojos subieron, mostrando cansancio y agotamiento, ya no quería enfrentar nada más, solo quería descansar, pero esto se los debía— cuando supe que Bucky estaba vivo, lo apoye a él y terminé fallándole a Tony —su voz tiembla— yo lo lastime, lo herí, lo golpee... —María se sorprende— no cumplí ninguna de mis promesas...
Y fue justo en ese momento que la madre Stark logró acallar sus dudas. Ahora sí que estaba más segura de toda la verdad y casi una década después, comenzaba a comprender las razones de Steve y, sobre todo, los motivos por los cuales Steve hacía todo esto. Y no podía negarlo, estaba más que orgullosa, agradecida y más que nada, feliz.
— Fuimos los dos —réplica Bucky— estábamos desesperados y completamente bloqueados por la ira y el dolor —sube la mirada con firmeza, como si por algunos segundos el otro James tomara su cuerpo y su mente para dar sus explicaciones tardías y sus disculpas— Tony tenía derecho a matarme y yo debía aceptar mi castigo como un hombre, pero solo fui un cobarde —mira a Steve con cierta cizaña— solo hui, en vez de enfrentarlo... —Steve sintio la motivación de sus palabras directo a él, Bucky no era estúpido, sabía que venía de hablar con Tony y que las cosas no habían salido nada en bien, en lo absoluto, eso explicaba la mirada distante de Steve— nada justifica lo que le hicimos...
El tercer matrimonio solo había permanecido estático, mirando, observando y analizando todo lo que estaba pasando; para William esto era difícil de asimilar, pero de algo estaba seguro, jamás se había sentido tan seguro en toda su vida, ese par de soldados y grandes amigos eran más dignos de admirar hoy, que ningún día anterior. Y confirmo que no era el único que compartía ese sentimiento, su esposa solo sonreía agradecida, para luego acercarse a Steve y fundirlo en un gran abrazo, de esos que solo ellos podían darse. William solo sonrió calmo, amaba y respetaba profundamente la cercanía y amistad de Steve y Peggy.
Soltándolo lentamente, para luego solo mirarlo— supe desde el día en que te vi volver, que jamás me decepcionarías y que serías mi más grande orgullo...
Steve le sonríe con sumo cariño— no estaba dispuesto a fallarte otra vez... —mira a William— aunque ya no seas mi chica... —exhalo con tranquilidad, mientras William le respondía con una sonrisa. María solo seguía atenta la escena, esto solo confirmaba aún más sus hipótesis.
— Todos estos años estuvieron cuidando nuestras espaldas, entre las sombras... —lo mira fingiendo molestia— mintiéndome en mi propia cara... —frunciendo el ceño, mientras los dos soldados ahogan una risa— por ahora eso será lo único que no les perdonaré...
— A veces... —comenta William desde más atrás— realizamos cosas incorrectas, defendemos lo correcto —mirando a su esposa entre sonrisas— todos cometemos errores, incluso los super humanos, como ustedes —los dos vuelven a reír.
El ambiente se volvía cada vez más y más calmo, jamás pensó que las cosas saldrían tan bien y que todos los aceptarían de la mejor forma, al parecer si habían hecho algo bueno después de todo; todos esos años de dolor y soledad, todo sacrificio no había sido en vano. Imagino por un momento que las cosas hubieran podido suceder de la misma forma con Tony, pero con él las cosas era sumamente más diferentes, más complicadas y con verdades aún mucho más difíciles de asimilar. Verdades que tal vez el resto tampoco lograría comprender, aun cuando tratara de explicar que todo lo hizo por Tony.
Peggy volvió a su modo agente en pocos segundos, debía aprovechar la instancia ahora que la tenía— Steve... necesitamos saber si queda algo más en el tintero, si aún hay alguien que corre riesgo... o una horrible situación que podamos evitar, salvar más vidas inocentes
— Quizás en unos años más —responde— salvar a un joven científico de una exposición gamma, pero para eso falta... —mirando a Peggy— por ahora, solo me quedare hasta que pase el 16 de diciembre, luego de eso... me iré —el postulado sorprendió a James, este no le había mencionado nada de esto, y mucho menos cuando concluyó— solo... —mirando fijamente a su amigo, el cual cambió el semblante de sorpresa a molestia. Ahora sí que estaba más que seguro que es lo que había pasado.
— ¿Te irás? —pregunta Janet— ¿De nuevo? Pero si acabas de llegar
— Ya no tengo nada más que hacer aquí —mirando de reojo a James, que lo fulminaba la mirada. Estaba fúrico.
Y María decidió intervenir— ¿Estás huyendo... otra vez? —pregunto. La incomodidad lo atacó, hace años que no podía escapar de la astucia de María, era claro de dónde la había sacado Tony.
— No, solo quiero estar por fin en paz —exhala por la nariz— y darle paz a los que me rodean... —mira a Bucky— y eso solo lo obtendrán, si me alejo de ellos... —James volteó la mirada, no estaba dispuesto a seguir mirándolo
— No comprendo mucho ese racionamiento —agrega Hank— son motivos muy parecidos a los que nos diste hace años... y terminamos sin saber de ustedes por mucho tiempo
La duda atacó a Howard de inmediato— ¿Qué hay de Tony? —pregunta con rapidez— pregunto mucho por ti en estos años, hasta que un día... se detuvo —mira a su esposa— podemos notar cuán molesto contigo... incluso se ha distanciado de nosotros —su voz se tornó apagada, a veces ya no sabía cómo afrontar a su hijo— creo que sería bueno que hablaras con él... —su mirada estaba cargada de súplica
Steve exhalo, si solo supieran cómo terminó su última conversación— Quizás lo haga... —comenta—, pero Tony ya es un hombre, un profesional con futuro, no necesita a un vejestorio como yo cerca... entre más lejos esté, más rápido se olvidará de mí y más feliz será... —Steve escucho el bufido de James a cierta distancia
— Sigo sin entender tus motivos —volvió a agregar Hank
— El tiempo me dará la razón, ya verán...
Alguien golpea la puerta y corta el ambiente tenso entre todos— permiso... —abriendo con lentitud— Sr. Stark, Nick Fury y Carol Danvers ya llegaron
El rostro de Howard se iluminó por completo, era obvio que en un comienzo había llamado a estar personas con otros motivos, para que dieran testimonio de lo que pasó durante el ataque a la piloto, pero ahora que todo estaba aclarado, podía presentarles a quien salvaron su vida.
— Hazlos pasar —agrega feliz Howard. El hombre abre la puerta y ambos entran— queridos amigos —caminando hacia los recién arribados—, quiero indicarles antes que todo, que lo que conversemos aquí es estrictamente confidencial y ruego contar con su discreción...
— Por supuesto —respondieron ambos en tono marcial
Acto seguido, el Stark se voltea con la más grande sonrisa de orgullo a los dos hombres de la noche— quiero presentarles a estos dos soldados... ellos fueron los hombres que te salvaron – mirando a Steve y Bucky— ellos evitaron que te llevaran lejos de casa...
La mujer movió la mirada de un lado a otro sumamente confundida, pero en cuanto los miro fijamente, los recuerdos comenzaron a volver. Por supuesto que eran ellos— muchas gracias... —comento algo sobrepasada por las emociones— de verdad, les debo mi vida, mi futuro... y la felicidad de los que amo —acercándose a Bucky y dándole la mano con mucha fuerza— es un honor solo poder estar en frente del Capitán América y el héroe de guerra James Barnes... —Bucky rio algo incomodo
— Howard... —agrego algo molesta Peggy— se suponía que mantendrías el secreto —mirándolo fijamente
El hombre sonríe con cero culpa— ¿Qué? Solo dije la verdad, odio mentir... —guiñándole un ojo, por lo que la mujer exhala rendida
Carol ahora se acercó a Steve y le dio la mano con extra-fuerza, aún no podía controlar su energía y el exsoldado pudo sentirse identificado con eso, los primeros meses como el Super Soldado fueron bastante complicados, sobre todo para acostumbrarse a la nueva realidad.
— Descuida, era nuestro deber... —sonriéndole
La mujer vuelve a la mirada a Howard— lo que sí, Sr. Stark... no logro comprender lo último —acercándose a él— ¿A qué se refiere que evitaron que me llevaran lejos de casa?
— Steve... —dice Howard— ¿Por qué no le explicas?
— Creo que James y tu pueden hacerlo... —comenta María— necesito hablar con Steve —tomándolo del brazo— solo unos minutos... —llevándoselo a los ventanales de la oficina— Steve, aunque me enteré de toda la verdad hace poco, hay algunas verdades que siempre supe, que descubría sola y creo que sabes muy bien de lo que hablo —Steve recordó cuando la mujer descubrió su verdadera identidad hace años— siempre supe que eras el Capitán América y... — suspira con suma calma— y ahora me doy cuenta, que de alguna forma... siempre supe que amabas con toda el alma a mi hijo.
Chapter 12: XII
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— Claro... —tratando de no mostrar duda— lo vi crecer, es un niño muy especial y... —María lo interrumpe
— Ya no es un niño, Steve —agrego —y tu muy bien sabes que no hablo de eso —sube su mano y acaricia la mejilla de Steve— no sabes la felicidad que me da saber que alguien... ama de esa manera a mi bebe —sonriendo con calma— y no hace falta que me lo digas... lo veo en tus ojos
Steve trago en seco, su sentido común le gritaba sin parar que negara todo, una y mil veces, que buscará la mejor forma de evitar toda esta situación, pero su corazón se negaba a mentir, a negar algo tan hermoso, por lo que lo único que pudo salir de su boca fue una pregunta— ¿Cómo estas tan segura?
— Una persona enamorada... —mira a Howard a la distancia con dulzura— puede detectar a otro enamorado cuando lo tiene enfrente —vuelve la mirada él y Steve siente el temblor recorrer todo su cuerpo— ¿Por él es que has hecho todo esto?
Y la verdad salió a la luz, ya no podía ocultarlo, su amor luchaba por ser reconocido por el mundo— si... —respondió apenado y entre suspiros. Finalmente inhalo con fuerza por la boca, para declarar su realidad— lo amo, María... —su voz temblaba, estaba tan asustado— lo amo como jamás he amado a nadie, lo he amado en el futuro, en el pasado...
— Y en el presente —comentó ella— ¿No es así?
Su sentido común recupera el control— es diferente ahora... —negando con la cabeza baja
— ¿En qué se diferencia esta vez?
Steve la mira fijamente, buscando las palabras más claras y concisas para dejar en claro sus motivos, no quería más malentendidos— la vida se ha encargado de dejarme en claro que no podemos estar juntos, simplemente no está destinado... —inhala— y, además, Tony es una persona increíble, única y sumamente maravillosa, el merece algo mucho mejor que yo, merece a alguien que lo ame con honestidad, que lo haga valer por lo que es, alguien que lo haga feliz...
La madre sonrió con orgullo— acabas de describirte a ti mismo
— No, yo no soy esa persona —responde firme— lo dañe muchas veces en el pasado, y también ahora, no soy digno de él... —su voz comenzaba a apagarse
— No hay nadie más digno para él, que tu... y cualquier cosa que pasase en ese futuro, ya lo cambiaste, ya no volverás a lastimarlo
— No puedo cambiar su destino, él tiene un futuro diferente —evade su mirada, cargada de dolor
— No entiendo, Steve... ¿De qué hablas?
Steve duda unos segundos en seguir diciendo la verdad ¿Podía afectar el destino de Tony si lo revelaba? ¿Cómo saberlo? — Tony ya tiene una vida predestinada, y no puedo quitarle eso —suspira con pesar. María demora unos segundos en hacer la conexión.
— ¿En el futuro... tiene un hijo? —pregunta algo esperanzada
Steve sonríe con nostalgia— sí, una niña... —mira hacia la ventana— su nombre es Morgan y es una niña hermosa, encantadora, dulce, inteligente, digna hija de Tony y... —ríe entre dientes ante el recuerdo— fanática del Capitán América —vuelve a mirar a María— no puedo quitarle eso...
La mujer sonrió a todo su esplendor, no podía ocultarlo, la sola idea de tener una nieta de su único hijo, la enloquecía de felicidad; siempre había soñado con tener la casa otra vez llena de niños y sobre todo si eran de Tony. Pero aquí la situación era diferente, se presentaba un debate ante ese futuro posiblemente ya destinado, y lo que realmente quería ella, Steve y sobre todo... Tony.
— ¿Lo ves? —sonríe rendido— ni tú puedes negarte a esa maravillosa idea, y no te culpo... —negando con lentitud— por eso quiero irme —mete sus manos en sus bolsillos— Morgan es una niña increíble, y cualquier camino que no la incluya, no vale la pena...
María entendía su punto, y la verdad, era difícil de refutar— Steve... —quería decir algo más, pero ninguna palabra salía de su boca
— ¡Oigan! —grito Howard— ¿Qué tanto cuchichean por allá? —mirándolos— vengan, que Nick quiere conocer al Gran Capitán América
Steve le sonrió a Howard y vuelve la mirada a María— es lo mejor, querida... ya una vez sacrificó toda su felicidad en nombre de todo el universo, ahora es mi turno de devolver el favor y dejarlo ser feliz... —la decisión ya estaba tomada, nada podía hacerse, por lo que solo se encamino hacia ellos.
María no supo cómo actuar, se había quedado sin argumentos, solo un racionamiento emergió— pero esa fue su decisión... ahora no lo estas dejando decidir —viéndolo hablar con el agente— y posiblemente te sorprendería saber lo que él quiere —ella conoce a su hijo. Hace años que lo sospechaba.
Dos semanas pasaron con rapidez, durante esos días, Steve y Bucky seguían al matrimonio como una sombra, en verdad parecía que nada iba a suceder, pero no se quedarían tranquilos, hasta cerciorarse. Y durante ese tiempo, James con suerte cruzo palabra con Steve, decir que estaba molesto con él era poco, la verdad estaba decepcionado, más cuando el exsoldado le termino contando toda la conversación que se sostuvo entre él y el Stark; las señales estaban ahí, solo que Steve se negaba a verlas. Y la gota que rebalso el vaso fue cuando su mejor amigo, su hermano, le dijo que se fuera solo, que era lo mejor y que si quería pasar el resto de su vida solo y miserable, él lo aceptaba.
— No me quedare viendo cómo te destruyes... —mismas palabras, mismas sensaciones, mismos sentimientos. Estaba convencido que estaba haciendo lo correcto, entonces ¿Por qué dolía tanto?
Bucky le permitió quedarse en su viejo departamento, Steve no quería quitarle su departamento a Tony, no quería verlo y James no opuso resistencia, al menos solo sería por un tiempo, hasta que Steve se fuera definitivamente... de su vida; pero el destino siempre parecía jugar en su contra. Una tarde, a James le tocaba el turno de cuidar al matrimonio Stark, así que se dirigió a la casa de estos, para montar guardia, mientras Steve preparaba todo para su próximo viaje y único viaje, la verdad no tenía tantas cosas, no era de aferrarse al pasado, al parecer, en todos los sentidos. Minutos después, descansaba en el sofá del departamento de su amigo, cuando el timbre de la puerta sonando, lo extraño, no esperaba visitas y nadie sabía que estaba ahí.
— ¿Sí? —dijo abriendo sin preocupación
— Hola... —dijo el joven con timidez
— Tony... —Steve palideció en menos de un segundo— ¿Qué haces aquí?
— Este departamento aparece a nombre del tío James en los registros Stark —respondió dudoso— ¿Puedo pasar? —Steve demoró en reaccionar
— Si, claro —haciéndole el ademán de que ingresara
— Gracias —respondió entrando con la cabeza baja
Steve cerró la puerta, y dudo en voltear hacia el Stark, su solo aroma lo enloquecía y ya comenzaba a hacerse la idea de que no volvería a verlo, pareciera que nunca le resultan las cosas que planeaba, al menos las que rodeaban a Tony. El silencio siguió reinando por algunos eternos segundos, hasta que uno se atrevió a romper el hielo.
— ¿En algún minuto vas a mirarme? ¿No? —preguntó a sus espaldas
— Si... —respondió entre carraspeos— disculpa... —se voltea hacia él— hola
— Hola —con neutralidad en su voz.
Y el silencio vuelve a hacerse presente, por lo que el joven aprovecha para hacer una revisión rápida del departamento, encontrándose con un bolso a medio terminar en medio de la sala; el dolor lo atacó al instante, pero no lo demostró, ya había herido lo suficiente su ego y dignidad en los últimos días. Era momento de tratar de cerrar etapas.
— Veo que ya estas preparando todo para el gran viaje... —Steve no lo miro— mama me lo dijo —una tibia sonrisa se dibuja en su rostro— supongo que esa promesa si la cumplirás...
— Tony... —exhala más que rendido— no lo entiendo, ¿Qué haces aquí?
— Descuida —respondió veloz— te prometo que seré breve, sé que no quieres verme más... —Steve quiso refutar, pero no emergió ninguna palabra de su boca— primero, vine a devolverte tu departamento —saca las llaves de su chaqueta— o más bien, las llaves... —las estira hacia él— lo dejé tal como estaba, y disculpa las condiciones en las que lo encontraste —Steve las toma con cierto temor— no era un buen día... —carraspea incómodo
— Gracias —observándolas. Si alguna vez volvía a su departamento, Tony ya no estaría ahí, eso lo desoló, pero no podía demostrarlo— ¿Algo más? —tratando de fingir desinterés.
A Tony le dolió el tono en que lo presentó, como si realmente no le importara en absoluto que volvieran a separarse, y una parte de él, esa voz que le decía que no se rindiera, que este era su momento de actuar, le rogaba que no creyera ninguna palabra que Steve fingía, porque no eran ciertas, no eran sus verdaderos sentimientos, y él también lo sabía, lo sentía, pero ya estaba cansado del mismo escenario, de decir hola, adiós y no volver a verlo... solo venía a una cosa muy puntual, y luego de eso, buscaría seguir con su vida.
— Si... —tratando de sacar fuerzas de donde ya no le quedaban— Steve... —lo mira fijamente y Steve trata de mantenerle la vista— Te Amo... —sus ojos no parpadeaban, mantenían la mirada fija en la del exsoldado, dejando claro que no había duda en él.
Steve quedó completamente estupefacto— ¿Qué? —fue lo único que soltó por casi un minuto— ¿De qué rayos estás hablando? —comenzando a molestarse— Tony... ¿A qué juego estas jugando?
— A ningún juego —firme
Steve tartamudeo buscando ordenar sus ideas— hace unas semanas me dijiste que no me conocías, que solo era un mentiroso y... —irritado— ¿Qué es lo que quieres?
— Te quiero a ti —prosiguió. Steve no pudo evitar temblar, añoraba de sobremanera que Tony le hablara así, que parecía casi irreal; por un momento, imaginó que tenía a su Tony, el de su línea temporal, frente a él.
— Creo... que estas confundido —toce para tratar de disimular su nerviosismo
— No, no lo estoy —muy seguro— jamás he estado más seguro de algo, en toda mi vida —inhala con fuerza— la verdad, en un comienzo solo te veía como mi mejor amigo... mi único amigo —sonríe con nostalgia— desde pequeño, así te observaban mis ojos, pero... en cuanto te fuiste, algo cambió —Steve trago en seco sumamente nervioso— te extrañaba de sobremanera, a veces, era tan incontrolable... que sentía que iba a morir —lo mira con cierto enojo— tú no puedes imaginar lo que sufrí estos nueve años... lejos de ti —vuelve a inhalar, pero esta vez por la boca, deseando mucha más seguridad— así que me aislé, me endurecí, me aleje de todos... pensando que solo cuando volvieras —su voz se quiebra— volvería a vivir... —hace una pausa para tratar de mostrarse débil— hasta que un día me di cuenta que no volverías, que te habías ido para siempre, que me habías olvidado y que... no cumplirías tus promesas —la primera lagrima cae, pero el joven la seca con brusquedad— fue en ese momento que me di cuenta que lo que sentía por ti no era cariño, no era amistad... era amor —sonriendo con timidez y un naciente sonrojo— era como si llevara años... amándote, como si este sentimiento hubiera nacido junto conmigo—tocando el centro de su pecho— y cuando vi ese video y el anillo... —sacando la caja de su chaqueta y dejándola sobre el mesón a un costado de la puerta—, lo confirme, esa es la única verdad...
¿Tony lo amaba? ¿El sentimiento había nacido con él? ¿Esta persona que estaba en frente compartía los mismos sentimientos que el Tony de su línea temporal? ¿Cómo era eso posible? Eran tantas preguntas, tantos sentimientos, tantas confusiones dentro de él, haciendo estragos, gritándose a unos a otros, pero no podía ponerles atención, con suerte escucharlos, su corazón latía tan fuerte, que no lograba escuchar nada más. Su parte más romántica y casi animal, pedía una cosa, una sola, pero su sentido común se aseguró de acallarla.
— ¿Qué quieres que te responda? —forzando el desinterés a niveles impensados
Tony volvió a sentir el dolor, pero es como si ya estuviera más anestesiado, además él solo venía a algo muy puntual y no dudaría en explicarlo, su dignidad estaba al debe— nada —muy tranquilo— no vengo esperando una respuesta, solo quería que lo supieras...
Steve exhalo molestó— no me ayuda para nada el saberlo —respondió con cierta efusividad
— Y a mí no me ayuda seguir guardándolo —suspira— solo me enferma y deprime, y no quiero volver a terminar como ese día que me encontraste, ya entendí que el alcohol no es la respuesta o mucho menos la salida... gracias por ese consejo, supongo —Steve iba a decir algo, pero Tony prosiguió—, en fin, espero que me creas, y sino... bueno, ya es tu problema —sonríe con la mayor falsedad posible— solo quería que lo supieras antes de irme, quiero quedar en paz...
— ¿Irte? —esa pregunta la hizo su corazón, controlando al sentido común— ¿A dónde?
— Iré a estudiar un Doctorado de Ingeniería Mecánica Avanzada en la Universidad de Oslo, en Noruega...
El terror lo domino, y ambos lo notaron— ¿Noruega? —sorprendido y con la preocupación de que Tony estuviera alejado de su familia o en peligro. Este no era claramente el destino que él tenía planeado para Tony— ¿Tan lejos?
— Bueno... —cargando su voz con ironía— todos tenemos derecho de alejarnos... para olvidar —mirándolo con culpa— Noruega es mi forma... —las manos de Steve tiemblan y Tony lo nota. Hay un debate sobre cómo actuar dentro de él ¿Seguir su corazón o proteger lo último de dignidad que le queda?
— Bueno... —baja la cabeza, casi enterrándola en su pecho— que tengas buen viaje...
— ¿Es todo lo que me dirás? —pregunto Tony algo molesto, esperaba algo más de resistencia.
— No puedo decirte nada más... —con tosquedad. Se estaba quedando sin energía, no podría seguir fingiendo un poco mas
Tony exhalo rendido, ya no había nada más que hacer— está bien, entiendo las razones por las cuales lo haces —Steve sube levemente la mirada— se lo de Morgan... —Steve tiembla por completo— ¿Es por ella que no puedes? —Steve asiente entre dudas— comprendo... —vuelve a inhalar. Al parecer funcionaba para darle fuerzas— solo quiero decirte que agradezco esa consideración que tienes, pero... no es necesario que lo hagas —cierra los ojos para ordenar sus ideas—, no malinterpretes mis palabras, por favor... pero siento que ya has cambiado demasiado el futuro, no tienes garantía alguna de que eso realmente llegue a suceder —Steve abre la boca sorprendido— y para ser honesto... —sonríe con gusto— cuando supe que podría tener una hija, la idea me fascino —Steve esquivo su mirada dolido—, pero, luego caí en la cuenta de que eso sucederá en un futuro que claramente ya no será el mío... —exhala— y además, me tranquiliza de gran manera el saber que ella está bien y a salvo con su madre en esa época, me hubiera partido el alma enterarme que ella falleció y yo seguía vivo —su mirada se vuelve firme y segura— eso jamás me lo hubiera perdonado, y te prometo que haría lo que fuera en esta línea temporal, incluso daría hasta mi propia vida... —esas palabras aterraron al exsoldado, son las mismas motivaciones que tuvo Tony en el futuro— para que ella naciera y tuviera una vida tranquila y longeva... pero este no es el caso
Y aún dolido por sus palabras, y porque Tony demostraba que aún estaba dispuesto a morir por los que ama, quiso refutar—pero... —agrego— igual fue privada de vivir, de compartir con su padre...
— Como yo lo hice con mi padre en esa línea temporal —comenta— es lo mismo
— No, tu disfrutaste a tu padre... al menos por algunos años
— ¿Disfrutarlo? —preguntó entre risas— mama me dijo que el día que conocieron a la piloto que salvaron, el tío James y tú les contaron toda lo que sucedía en la otra línea temporal y como transcurrieron las vidas de todo, incluyendo la mia... —sonríe con cierta ilusión— y así supe que en la otra línea temporal, tu quedas congelado en el hielo y despiertas en mi época, comenzamos un grupo de Superhéroes que salvan al mundo, incluso al universo... —riendo algo avergonzado—, pero como mi vida fue complicada por la muerte de mis padres a manos de este asesino y HYDRA —el miedo se mostró en los ojos de Steve ¿María y Howard no le habían dicho que quien los asesinaba en ese otro futuro, era Bucky?— y también porque... mi padre pasó casi toda su vida buscándote, que jamás viví y compartí realmente con él... hasta que fue mi tarde —estableciendo su punto— es en esta línea temporal que logré disfrutarlo en verdad —lo mira con orgullo e infinito amor— gracias a ti...
Steve entró en pánico en cuestión de segundos— creo... —caminando hacia la puerta— que es mejor que te vayas —entre tartamudeos— vete, por favor... —abre la puerta— no hay nada más que hablar, todo ya está más que aclarado entre nosotros... —su voz se quiebra— porque no hay un nosotros —lo mira una última vez— y nunca lo habrá... solo fue hermoso sueño, nada más —volviendo a bajar la mirada
Tony suspira más que rendido, ya no podía hacer nada más— está bien... —caminando hacia la puerta, pero deteniéndose en el umbral— Steve... —lo mira fijamente— yo ya di el primer y gran paso... el resto dependía de ti —se acerca a él— cuídate, por favor... —lo observa unos segundos, para finalmente besarlo en la mejilla. El tacto enciende una brasa extinta en ambos— adiós... —la puerta se cierra con fuerza.
Chapter 13: XIII
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Tony se asustó de sobremanera, el portazo que le dio Steve a la puerta frente a su cara casi hace que se le vaya la respiración; ni siquiera alcanzo a cruzar el umbral. Steve seguía sujetando firmemente la puerta, con la mirada baja y la respiración agitada, era más que claro, estaba muy molesto.
— ¿Quién rayos te crees, niñito? —mascando cada palabra— ¿Quién mierda te crees que eres? – levanta la mirada. Sus ojos hervían en rabia y enojo
— Creo... que lo mejor —comenzando a temblar—, será que me vaya
Steve sostuvo firmemente la mano sobre la madera de la puerta— te apareces aquí, en mi único espacio libre, me vienes a dar discursos de falsa moral ¿Y pretendes que yo no reaccione?
— No quise ofenderte, Steve... solo —Steve vuelve a golpear la puerta
— ¡Cállate! —grito fuera de sí— ¡No te soporto más! —Tony comenzó a retroceder asustado— ¡No tienes idea por lo que he pasado! ¡No tienes idea lo que he vivido! ¡Lo que he visto! —acercándose lentamente—, para que vengas a decirme en buenas palabras... que sólo soy un cobarde
— ¿Acaso... no lo eres? —preguntó Tony tragando en seco, con mitad de osadía y mitad de ingenuidad
— ¡Ya basta! —mirándolo fijamente— ¡Te voy a decir de una buena vez todo lo que odio de ti!
Tony sintió que la garganta se le cerraba y las ganas de comenzar a llorar llegaban a quemarlo ¿En verdad había sido buena idea venir? Jamás pensó en ver a Steve tan descontrolado.
— Odio tu maldito ego, odio tu narcisismo, odio tu sarcasmo imbécil, odio tu estúpida forma de afrontar cuando las cosas se vuelven complicadas —Tony choca con la pared a sus espaldas. Está atrapado, sin salida y con un Steve que cada segundo que pasaba, lo aterraba aún más— odio tu obsesión con el café, odio tu perfeccionismo, odio que no puedas... recordar las fechas importantes —Tony comenzó a relajar los hombros muy lentamente, pero su cuerpo seguía tenso— odio tu falta de responsabilidad, odio tu maldita manía de almacenar chatarra, odio que siempre pierdas las llaves de todo... —acerca su rostro hacia el de Tony, y este comienza a temblar aún más— odio que siempre quieras tener la razón, odio que siempre terminas convenciéndome... odio que no puedas dormir con la puerta cerrada, odio que comas tanta azúcar, odio que nunca planificas nada, odio que siempre dejes los zapatos en la puerta... —levanta su mano y acaricia la mejilla de Tony, el cual queda completamente congelado— odio tu piel, odio tus ojos... — susurra mientras continúa admirándolo con detalle— odio tu sonrisa... —moviendo lentamente sus dedos por el rostro de Tony— odio tus labios... —pasa sutilmente sus dedos por los labios de Tony y éste cierra los ojos ante el tacto, completamente hipnotizado— odio que te separaran de mí, odio cada segundo que no te tengo cerca, odio lo incontrolable que es extrañarte... —su voz se quiebra y Tony siente como su palpitar se descontrola— odio tanto, pero tanto... el no poder tocarte como quiero, el no poder recorrerte como quiero, el no poder poseerte como quiero... —cierra los ojos unos segundos, buscando calmar todo lo que lo domina— el odio que siento es tan grande, que a veces siento que bloquea todo el amor que siento por ti, Tony... —ambos soltaron lágrimas, casi al unísono—, pero lo que más odio, es que pese a todo lo que lucho, por alejarte, por dañarte, por odiarte... no puedo
— Steve... —dijo en una súplica Tony mientras abría lentamente los ojos
Steve solo se abalanzó sobre él, con urgencia y necesidad, devorando sus labios y aprisionándolo contra la pared; ya no le importaba nada más, ni los miedos, ni los riesgos, ni los posibles cambios en la línea temporal, ya había dejado pasar este momento demasiadas veces y ya estaba siendo tiempo de rendirse a sus sentimientos, a sus deseos, a sus anhelos y dejar de cuestionarse todo. En este momento, solo eran Tony y él.
El joven por su lado, por poco sintio que perdía la cordura, hace mucho que suplicaba por un momento así, que era irreal estar por fin viviéndolo. Aunque trataba de tomar el control de la situación, Steve lo dominaba por completo, claramente él estaba más desesperado y necesitado que él y esa confirmación, lo enloquecía aún más. Las ganas y necesidad de respirar aumentaban, pero el deseo de no separarse jamás casi pausaba la necesidad humana básica.
Steve profundizó el beso, pero estaba vez haciéndolo pausado y calmo, ahora quería disfrutar cada centímetro, cada sensación, cada sabor, había olvidado lo bien que besaba Tony; era casi increíble pensar que había besado a ambas versiones de él y las sensaciones que provocaba seguían siendo exactamente las mismas, aunque ahora explotaban en todos sus poros.
Cuando el soldado separo solo unos centímetros su boca de la de su amado, el joven emitió un leve gemido, en parte por la pasión y excitación del momento, y porque en el fondo, no quería sentirlo distante y en esos pocos segundos, lo volvió a sentir a kilómetros de él. Esto, enloqueció a Steve, recordó las veces que lo hizo suyo, completa y absolutamente suyo y acompañado de ese sutil gemido, quiso tomar absoluto control de la situación.
Atrapo los brazos del joven y los subió por sobre la cabeza de este, pegando aún más su cuerpo al de él, apretando un torso contra el otro, frotando cada centímetro de su piel con la del otro y comenzando a sentir que el autocontrol los estaba abandonando.
— Steve... Steve —jadeaba el joven— te amo... tanto —susurrándole en el oído, para luego morder su lóbulo derecho. Steve sintio el escalofrío más gratificante subir por su espalda
— Tony... —besándolo nuevamente— Te Amo... Te Amo... Te Amo —comenzó susurrándole y terminó casi gritándolo ahogadamente. Tony solo soltó un par de lagrimas
El beso siguió profundizándose y elevándose de intensidad y el joven Stark necesitaba sacar todo lo que tenía acumulado, todo lo que había callado y todo lo que, por alguna razón, seguía naciendo de él, como un sentimiento eterno, que estaba con él... incluso antes de tener conciencia de él.
— Te deseo, te deseo muchísimo —mordió suavemente el mentón de Steve— por favor...
— Tony... —comenzando a besar su cuello— no quiero lastimarte, no quiero... herirte
— Steve —casi rogando— quiero... que seas el primero —lo mira desbordando amor— quiero que seas el único —completamente decidido— no quiero a nadie más... —Steve sonrió agradecido y nostálgico
— Tony —dándole besos por el rostro— tu fuiste el primero en mi vida... —Tony lo miró sorprendido— en la otra línea temporal, tu fuiste la primera persona a quien me entregue... —Tony sintio como la garganta se seguía cerrando ante el nudo de emociones
— Y por eso quiero que tu seas ahora el primero, por favor... —besando el cuello del rubio, con deseo y lujuria.
Steve sentía que comenzaba a flaquear ¿Esto era correcto? consultó por milésimas de segundo su sentido común— ¿Estás seguro? —pregunto con duda
— Te lo dije... —besándolo con delicadeza— jamás he estado más seguro de algo... en toda mi vida —sonriéndole como solo a él lo hacía
Y cierta culpa apareció— pero... me gustaría que fuera especial —haciendo una leve pausa—, tú te preocupaste de que nuestra primera vez fuera... tan hermosa, tan íntima, tan especial —besa risueño la punta de la nariz de Tony
El acto genera una risa atolondrada en el joven— y ahora lo es... —responde manteniendo la sonrisa— es hermoso estar contigo, es íntimo por fin poder estar a solas y es especial poder compartir esto contigo y solo contigo... —acaricia el rostro de Steve— quiero que seas el primero y el único —pasando su mano por el cabello del rubio— y ojalá... por el resto de mi vida
Steve sintio como el corazón presionaba fuertemente sus pulmones, acortando su capacidad de respirar, la emoción de lo que estaba sintiendo en este momento, lo dominó por completo. Y aunque había una duda rondándolo y criticando cada cosa que sucedía, su corazón le rogaba acallar todo esto, y por primera vez en muchísimo tiempo... solo dejarse llevar por el amor.
— Te amo —dijo veloz Steve, mientras lo levantaba con suma facilidad.
Tony rodeo el cuello del solado con sus brazos, para sostenerse bien, mientras rodeaba el abdomen y espalda de Steve con sus piernas, casi colgándose de él, pero la firmeza que Steve le daba al agarre, no lo hacía temblar en absoluto. Pero en cuanto Steve lo bajo hacia el sillón, el temblor si se hizo presente y de manera muy vivaz; Steve no tardo en notarlo.
— ¿Estas bien? —mirándolo con preocupación
— Estoy... nervioso —su voz mostraba el mismo temblor que su cuerpo— ansioso y...
— No haré nada que no quieras —acariciando su rostro
— Esta bien... —tragando entre nervios
— Cierra los ojos —susurro Steve acercándose a él
— Pero... quiero verte —reclamo tímidamente
— Y lo harás... —beso su frente— pero para que primero puedas ver, debes sentir... e irónicamente, esa es la mejor forma de ver a alguien... —besa su cuello— de conocerlo... —besa sus labios— de disfrutarlo... —Tony trato de disminuir el temblor y cerró los ojos— todo estará bien —Tony inhalo por la boca con fuerza y Steve volvió a besarlo.
— ¿Confías en mí?
— Confió —respondió apretando los ojos
— Estoy aquí... contigo —metiéndome suavemente sus manos debajo de la camisa del joven— no iré a ningún lado, solo somos tú y yo...
— Tu... y yo... —repitió el joven consumido por los nervios y la excitación. Las manos de Steve estaban algo heladas, pero su caricia se sentía angelical
— Amo tu dulzura... —sacándole la chaqueta con calma— amo tu calor... —comenzando a subir su camisa— amo tu esencia —sus manos llegan hasta los pectorales del joven y Tony ahogó un gemido. Estaba demasiado sensible al tacto— no te contengas, por favor... —rogó con una voz ronca, decir que los gemidos del Stark lo enloquecían era poco.
Tony inclinó la cabeza hacia atrás cuando Steve comenzó a recorrer su pecho, primero con sus manos, luego con sus labios, depositando una marca en cada centímetro. Y sin que Tony se diera cuenta, le arrebató la camisa. Toda, absolutamente toda su piel ardía, y las caricias de Steve la encandecían aún más, por lo que no quería quedarse atrás, él también quería provocar lo mismo en Steve.
— Yo... también... quiero —jadeo con dificultad. Steve sonrió con ahínco, se veía tan frágil, pero a la vez, tan dispuesto
— Está bien —dijo entre pequeñas risas.
Tony estiro sus manos hacia él, con los ojos aun cerrados, buscando el torso del solado; Steve tomó ambas manos del joven y las guió hacia su pecho, Tony podía sentir lo rápido que latía el corazón de Steve y cómo su respiración estaba agitada; él también estaba sumamente nervioso y ansioso. Lentamente comenzó a meter sus manos debajo de la camisa del Capitán y esté reacción al tacto, sus manos estaban heladas, lo que generó cierta cosquilla.
— ¿Estas bien? —preguntó Tony con los ojos cerrados
— Si... —respondió entre risas— tus manos están algo heladas...
— Perdón – contestó con cierta culpa. Steve volvió a reír
— Descuida, mientras avanzamos... te aseguro que todo el frio se ira —Tony esta vez recorrió su torso con parsimonia y deseo. Steve tenía razón, con los ojos cerrados, la sensación se acrecentaba; así y sin mucho cuidado, sacó la camisa del solado— vaya... —dijo sonriente— no me esperaba tanta osadía
— ¿Acaso te molesto? —preguntó Tony con una sonrisa picarona
— Nada de ti me molesta —comenzando a bajar hacia él— y menos, si tomas la iniciativa...
— En ese caso —Tony jalo veloz de él y lo beso con sumo deseo— no... me malinterpretes, Capitán —dijo entre jadeos— me encanta como nos descubrimos el uno al otro —comenzando a moverse— pero si sigo esperando, me volveré loco... —volviéndolo a besar y cambiando de posición. Ahora él quería estar arriba.
Chapter 14: XIV
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El joven comenzó a moverse con cierta torpeza, era completamente inexperto en esta área, aun con el coeficiente intelectual que poseía, pero el deseo y, sobre todo, el amor que sentía por Steve, lo guiaban. En un comienzo, el Capitán quiso oponer cierta resistencia, no quería que Tony se dejara llevar por completo y poder terminar hiriéndolo, pero los movimientos del joven eran casi imposibles de controlar, más cuando lo hacía sobre él. Steve soltó un gruñido bastante ronco, sus fuerzas estaban cediendo y Tony sintio el hormigueo más exquisito en su estómago, su piel estaba en punta y los quejidos que le soltaba su amado, solo lo descontrolaban más; comenzó a moverse con aun más intensidad.
— ¡Oh! ¡Tony! —replicaba Steve entre jadeos— ¡No creo... que resista más!
— No... lo hagas —comentó con lujuria— no te contengas, no me lastimaras, estoy seguro... —sus bellísimos ojos pardos ardían de deseo
Y Steve ya no lo soportó más— ¡Tu ganas! —Steve se sentó con rapidez, nexo a Tony y comenzó a desabrochar el pantalón del joven— siempre... terminas convenciéndome —comentó entre besos
— Me bendigo a mí mismo... por ese poder —agregó entre risas. Él tampoco quiso quedarse atrás e imitó la acción de Steve, le sorprendió lo rápido que ganaba experiencia; en menos de un minuto, ambos estaban en ropa interior.
— Te amo... —repitió por milésima vez el joven. Ya había olvidado cuantas veces lo había dicho
— Yo también... te amo —volviendo a morder el cuello de Tony, con algo de brusquedad
— Cuidado —dijo entre risas— no creo que quieras dejar evidencias o marcas... —abrazándolo y entrelazando sus piernas con las de el
— Por mi —sintiendo como el roce se acrecentaba— te marcaria cada espacio... para que todos supieran que eres el amor de mi vida
— No necesitas hacerlo —acercando la cabeza de Steve y apoyándola en su pecho mientras se movían con lentitud— ya lo eres... —volviendo a temblar
— Estas temblando... —agregó mirándolo con dulzura
— Estoy bien, solo estoy muy nervioso... —besando su frente
— Te iré preparando, poco a poco... ¿De acuerdo? —el joven solo asintió.
Steve fue probando poco a poco el terreno, buscando la mejor forma y el perfecto ángulo, la primera vez siempre era la más complicada y más porque no tenía la suficiente lubricación a la mano. Cuando su mano extendió el alcance y la profundidad, el joven soltó el gemido más hermoso que hubiera escuchado jamás, Steve podía sentir con lujo de detalles como todo su cuerpo temblaba y palpitaba; el cuerpo de Tony a su merced y los sonidos tan lastimeros y lujuriosos que le regalaba, no lo ayudaban a tratar de ir lento.
— ¿Estas listo? —preguntó Steve.
Tony trago en seco para darse valor— lo estoy... —depositando un largo beso en sus labios
— Avísame... si quieres que pare —besando los hombros del joven
— Descuida... —comenzando a desprenderse de todo, incluso de sus miedos
— Ahí... voy —con suma calma y lentitud.
Tony cerró los ojos y dejo que la sensación lo dominara y entrará en él; aun con la lentitud y delicadeza, su cuerpo reaccionó al instante y con un leve quejido confirmó todo lo que estaba empezando a sentir, pero era un dolor extraño, en un principio incomodo, pero por alguna razón se sentía tan bien, era tan satisfactorio, tan íntimo. Steve continuo, y esta vez Tony lo abrazó con fuerza, casi apretándolo, mientras unas lágrimas caían por su rostro.
— ¡Tony! —expresó preocupado aun con la excitación a flor de piel
— Estoy... bien —abrazándolo y aun con los ojos cerrados— sigue, por favor —rogó sumamente excitado. Steve dudo unos segundos, pero obedeció. Muy en el fondo, sabía que atrasarlo solo lo haría peor, y la idea es que ambos lo disfrutaran, por lo que volvió a moverse con lentitud— ¡Ah! —grito Tony con satisfacción, Steve iba a volver a preguntar, pero el joven lo callo con un beso— sigue... más, por favor —separando sus labios entre lapsos.
Steve se dio cuenta que a él también le estaba doliendo, y que a veces, hacerlo solo de una vez, facilitaba las cosas. Así que beso con todas sus fuerzas al joven, y cuando lo tenía controlado y distraído, lanzó la primera estocada, de un solo golpe y sin aviso; lo que no esperaba, es que ambos soltarían un gemido al unísono. Pero se sintio tan bien, dolió e incómodo los primeros segundos, pero las sensaciones posteriores lo calmaron todo.
El Capitán estaba algo extrañado, técnicamente ya no era virgen, pero todo lo que le estaba pasando ahora, se sentía como la primera vez ¿Acaso los viajes en el tiempo eliminan las sensaciones? ¿Cómo saberlo? De lo que único que estaba seguro es que se sentía tan hermoso y maravilloso, como la primera vez.
El vaivén comenzó con lentitud, con parsimonia, muy diferente a como había comenzado su beso, ambos querían procurar no herir al otro, solo querían disfrutar cada segundo, pero conforme la excitación y la necesidad del otro aumentaba, sus acciones subían de intensidad.
Tony se negaba a soltar a Steve, lo abrazaba cada vez con más fuerza, necesitaba sentirlo extremadamente cerca, incluso en la posición en la que estaban, mientras que entre subidas y bajadas, buscaba siempre sus labios con urgencia.
Steve aumento las estocadas, era oficial, su autocontrol lo había abandonado, ahora solo era un simple hombre, que disfrutaba la sensación más placentera junto al ser que más amaba en el mundo. Tony resintió el cambio, y los quejidos aumentaron de sonoridad, esto enloqueció al Capitán aún más, así que decidió no ocultar los suyos; el solo escuchar como Steve le gruñía en el oído, abría los poros del genio hasta límites insospechados.
— Steve... Steve —su voz se entrecortaba entre los saltos— más, por favor... más...
— Tony... —apretando los dientes— me enloqueces... —busca sus labios entre sus hebras de cabello mojado— eres mi persona favorita
— Y tú la... mia —resintiendo la última estocada— eres el... mejor —sonriendo con deseo
— No más que... tu —jadeando con cansancio— aumentare... la velocidad —dijo entre risas
— ¡Si, por favor! —grito casi fuera de sí
Steve obedeció las súplicas de su amado y subió la intensidad, pero no gradualmente, sino de un solo golpe, ya no quería medirse, quería llegar al clímax sin perderse ningún solo detalle. Los gritos de ambos ya no eran discretos, ahora eran sonoros y con eco, y poco les importaba que alguien los escuchara; por años habían vivido bajo el margen de los otros, temiendo el qué dirán y como consecuencia, la vida los había separado, les había arrebatado la oportunidad de estar con el otro y les negó una vida próspera, pero ahora no importaba nada de eso.
— Steve... creo... —sus gemidos rebotaban en los oídos del soldado— no puedo más, creo que... me voy... me —sus brazos rodearon por completo el cuello del Capitán
— Yo también —muerde con cierta osadía la clavícula del joven— estoy llegando a mi límite —Tony busca su mirada en medio de la excitación
— Terminemos juntos, por favor... —rogo Tony volviéndolo a besar.
Steve solo asintió, estrecho con todas sus fuerzas al joven y cuando depositaba un último beso, sintio la adrenalina recorrer su espalda, estrujar su estómago y expulsar todo lo que se había guardado durante décadas. Anhelos, deseos, fantasías y, sobre todo, amor.
Tony solo elevo la cabeza hacia el cielo, cuando sintio como ambos se estremecían, Steve dentro de él y Tony sobre él. El clímax explotó de su mejor forma, separados solo por segundos y no disminuyendo su ímpetu, hasta varios minutos después.
Ambos apoyaron sus frentes en la del otro, envueltos en sudor y cansancio, se miraban fijamente, cansados, agradecidos, conmovidos, enamorados. Soltaron sonrisas más que risueñas, para finiquitarlo con un beso. Cuando volvió a bajar la intensidad del beso, Steve jalo a Tony hacia él, y se recostaron sobre el sofá, dejando que el joven descansara su cabeza en su pecho, aun jadeante y errático, pero sumamente feliz; acercó una manta que estaba a la distancia, procuro tapar a Tony y beso la cabeza de este, mientras el Stark aun trataba de controlar su respiración, para luego, subir la cabeza hacia él.
— Gracias... —respirando aún con cierta dificultad por la boca
— ¿Por qué? —preguntó algo sorprendido el Capitán
— Por escogerme a mí... —Steve lo acercó aún más a él
— Mi amor, te escogería en esta vida y en todas las que siguen —le da un beso corto
— Steve...
— Si, mi amor... —sonriéndole a todo lo ancho
— Huye conmigo —comentó sin pensarlo
— ¿Cómo? —pregunto confundido— no entiendo
— Ven conmigo a Oslo o a donde sea —acomodándose para poder mirarlo fijamente— huye conmigo y formemos una vida juntos
— ¿Hablas en serio? —completamente sorprendido
— Lo repetiré hasta cansarme... —inhala con fuerza— nunca había estado tan seguro de algo en toda mi vida
— Pero... no quiero que vivas huyendo, no quiero que vivas en las sombras —acariciando su rostro— Tony, mereces una vida perfecta y...
— Y sé que la tendré si estoy a tu lado —acostándose sobre él— por favor, deja de decidir por mí —Steve subió ambas cejas— se porque lo hacías, pero ya no quiero que lo hagas nunca más —exhala— te amo y esa es la única verdad, y quiero que me dejes decidir ahora a mí, que tomes mi opinión en cuenta, que no decidas por mi lo que crees que es mejor, lo que piensas que me hará más feliz, porque no lo sabes, o mejor dicho, te niegas a ver la realidad de que mi felicidad... está a tu lado —Steve sintio como su garganta se comprime, Tony lo había dejado sin palabras— te pido por favor que jamás pienses que no me mereces o que eres menos que yo, que soy demasiado para ti y por eso no podemos estar juntos —acaricia su rostro— por años creí que jamás estaría a tu altura, que jamás alcanzaría al gran Capitán América —Steve quiere hablar, pero Tony coloca su dedo en los labios del soldado—, pero con el tiempo descubrí que no quería estar a tu altura, sino que quería estar a tu lado... no quería ser tu igual, sino caminar de tu mano —suspira risueño— soy muy joven aun, pero de algo si estoy seguro... sé lo que es el amor, porque hace muchos años me hablaste de él —sonríe con nostalgia— me dijiste que el amor no se enseña, se descubre... y que llega a uno de maneras inesperadas, incontrolables y muchas veces dolorosas, pero aun así... no debíamos privarnos del derecho de vivirlo, solo por el miedo al dolor —Steve comprendía por fin, que hace años, sus propias palabras lo habían condenado— además... —acerca su rostro al de él— me dejaste claro que tú ya no podías volver a descubrir el amor, porque tu turno ya había pasado... —le da un beso rápido— y ahora comprendo que tu turno o mejor dicho, nuestro turno no paso, solo cambio de tiempo... —los ojos de Steve comienzan a humedecerse— este amor que siento por ti es mucho más grande que yo, es como si hubiera venido al mundo con él... como si llevara décadas y décadas amándote —una idea cruzo la mente de Steve, pero este la negó al instante, era imposible que esté Tony y el otro estuvieran conectados ¿O sí?— porque aun después de todo lo que ha sucedido, lo que habías vivido con esa persona... o sea yo —sonriendo con dicha— era...
— Único —dijeron al unísono
— Si, esa era la palabra perfecta que describía lo que vivimos, lo que era... y lo que sigue siendo... aún hoy en día —volviendo a apoyar su cabeza en el torso de Steve. Las similitudes eran tantas, que llegaban a extrañarlo de sobremanera, pero ese definitivamente no era el punto ahora.
— Tony... —inhalando con decisión— te seguiré hasta el fin del mundo... —una escurridiza lágrima cae
Chapter 15: XV
Chapter Text
— ¿Hablas en serio? —pregunto con esperanza
— Jamás... —lo besa con lentitud— he estado más seguro de algo en toda mi vida —Tony sintio las ganas de llorar de felicidad subiendo por su garganta
— ¡Steve! —grito feliz— ¡Gracias! ¡Gracias! —abrazándolo con energía— ¡Te Amo! —grito fuera de sí
— Tranquilo, tranquilo... —sonriéndole a todo el ancho— pero no lo haremos así —Tony detuvo sus acciones
— ¿De qué hablas? —confundido
— No quiero huir, no quiero seguir viviendo bajo las sombras o negando lo que somos —acariciando el hombro del joven— esto es lo que somos, así que quiero hacer las cosas bien esta vez...
— No entiendo —subiendo la mirada hacia él
— Me refiero a que hablaré con Howard y María... —Tony abrió los ojos más que sorprendido
— ¿Qué? —acomodándose a su lado
— Lo que escuchaste —comenzando a sentarse— quiero hablar con ellos, ser honesto —Tony imita su acción y se sienta a su lado— explicarles las razones y dejarles más que claro lo mucho que te amo... —acariciando la mejilla del joven
— ¿Y qué pasa si no lo aceptan?
— Ese ya será su problema —suspira— sí, me dolería mucho perder la relación con ellos y más aún que tú la perdieras con ellos, pero no podemos ocultar lo que somos y lo que sentimos... —le sonríe— no es ser egoísta, es buscar nuestra felicidad, y la mía está a tu lado, sin importar lo que piense en el mundo... incluso tus padres —Tony trago en seco
— No... sé que decir —anonadado— aunque si admito que me da miedo su reacción
— Es obvio, pero no podemos dar marcha atrás —lo mira fijamente— ¿Quieres hacerlo tu?
— Jamás —respondió firme— me enfrentaría al mundo entero, solo para estar contigo —Steve lo miró con amor y dulzura
— Además... algo me dice que tenemos una aliada —comenta entre risas
— ¿A si?
— Si... —inhala— María lo sospecha... —Tony palideció— ya veo de donde sacaste la astucia —haciéndole un poco de cosquillas para relajarlo, cosa que provocaba una bellísima risa en el Stark— y sí, me lo comentó hace algunos días, me dijo que estaba más que feliz de saber que alguien amaba a su bebé, como yo lo hacía... —deposita un corto beso en sus labios
— ¿Mi madre... lo sabe? —perplejo
— Eso me dio a entender, y que también sospecha de tus sentimientos hacia mí... —un sonrojo aparece en sus mejillas, cosa que derrite de amor al joven Stark— incluso... —sonriendo algo avergonzado— me dijo que debía luchar por ti, por nuestro... amor
Tony lo mira con sorpresa y después con ofensa— hasta mi madre tiene que intervenir para que te des cuenta —comenta algo molesto— en serio eres terrible
Steve suelta una risa entre dientes— perdón... —abrazándolo— sabes muy bien que no era una situación fácil, nunca lo fue y creo que nunca lo será... hay demasiadas diferencias entre nosotros, que ponen un contrapeso a todos nuestros sentimientos —su voz se tensa— empezando por la diferencia de edad, es que ni siquiera soy de tu misma línea temporal y...
El joven Stark pone un dedo en los labios del hombre para callarlo— pues para ser un hombre de más de cien años, no te ves nada mal... —soltando una risa coqueta
Steve ríe por lo bajo— pues si realmente luciera como alguien de cien años, no estarías conmigo...
Tony lo miró ofendido— ¿Me estás diciendo superficial? ¿Crees que me fije en ti por tus grandes pectorales? ¿Tu altura magistral? ¿Por tu gran amigo de allá bajo?
Steve abrió la boca y los ojos ampliamente sorprendido— ¡Anthony Edward Stark! ¡¿Qué clase de conversación es esta?! —haciéndole cosquillas con gran ahincó
El joven trata de huir, pero no alejarse de él, ni siquiera un centímetro— ¡Tu preguntaste! y, además, los pantalones que usas no ayudan en nada a tu trasero... —acurrucándose nuevamente a su lado
Y ahí estaba otra vez, otra similitud con su línea temporal ¿Qué era esto? ¿Una mera coincidencia? ¿O una mala jugada del destino? — fuese como fuese... y volviendo al inicio de nuestra sana conversación —volviendo a hacerle cosquillas— son muchas cosas las que se interponía en nuestro camino y… yo solo quería lo mejor para ti —abrazándolo con necesidad.
— Y tú lo eres —respondiendo al abrazo— recuerda lo que te acabo de decir
— Si, lo sé —responde— y para comprobarte que digo la verdad... —se levanta hacía el mesón cerca de la puerta, donde todo había empezado hace algunas horas.
Tony voltea levemente la mirada hacia otro lado, le provoca vergüenza ver a Steve desnudo, aun después de lo que acaba de pasar; sus mejillas comenzaban a sonrojarse, pero cuando vio que era lo que el hombre tomaba con gran emoción, el sonrojo se disparó en todo su cuerpo ¿Acaso Steve le daría...?
— Quiero que lo lleves puesto —acercándose de vuelta hacía él— y que jamás te lo saques, como yo tampoco lo he hecho... desde que llegué a este tiempo, no me lo he sacado bajo ningún pretexto, ni siquiera cuando HYDRA me capturo unos meses antes de que nacieras... —se arrodilla ante él— que esto pruebe que te amo y que quiero pasar cada día del resto de mi vida... a tu lado —abre la caja y muestra el anillo— es el par, el igual de este —mostrando su mano con orgullo— ¿Quisieras usarlo? Como prueba de que nada jamás logrará separarnos...
— Steve... —las lágrimas afloraron en sus ojos y nudo apretó su garganta— pero ese anillo le pertenece al otro... Tony —esas palabras le dolieron, no supo muy bien porque
— Le pertenecen a Tony Stark, el amor de mi vida... y tú eres los dos —tomando su mano con delicadeza— es una prueba de que, en cada universo, de que en cada línea temporal... debemos estar juntos
Tony soltó las lágrimas acumuladas— sí, sí quiero...
— Gracias, mi amor... —comenzando a colocar el anillo y depositando un dulce beso en su mano —prométeme que jamás te lo sacaras
— Jamás —admirando el anillo— al igual que tu... —Steve se acercó y lo beso con emoción. Era su forma de decir que tampoco lo haría.
— En cuanto pase el 16 de diciembre, hablaremos con tus padres y haremos pública nuestra relación...
El miedo se asomó— ¿Revelaras que el Capitán América está vivo? —preguntó con curiosidad
— No —respondió— no quiero a la prensa y mucho menos al gobierno persiguiéndome por doquier, solo quiero que seamos tú y yo... pero si lo trasparentaré con nuestros cercanos, es lo que se merecen, no más mentiras... —lo mira fijamente— si es lo que quieres por supuesto —Tony sonrió feliz. Le encantaba que ahora tomará su opinión en cuenta
— Por supuesto, prefiero el anonimato —respondió. Steve se sorprendió, el Tony de su tiempo era todo menos discreto— aunque, el que salgas con el hijo del Gran Howard Stark no pasara muy desapercibido —Steve ríe
— Bueno, es un riesgo que estoy dispuesto a tomar —sentándose a su lado
Qué momento más perfecto, más íntimo, más especial; hace años que soñaba con un momento así con Tony, al menos con el Tony que se transformaría en el hombre de su vida. El debate de que había entregado su amor y su cuerpo al joven, que hace años vio crecer, lo seguía carcomiendo por dentro, porque jamás lo vio con esos ojos cuando era el niño más maravilloso del mundo, su amor era netamente fraternal y paternal.
Pero olvido que un día ese niño crecería y sería capaz de tomar sus propias decisiones, hoy lo había escogido a él, por el resto de su vida, eso le generaba mucha calma, porque de cierta forma sentía que no había forzado nada, Tony vino a él con sus propios sentimientos, sin embargo, la pregunta de cuándo habían aflorado estos sentimientos en el joven, lo consumía un poco.
Tony le dijo en un momento que sentía que llevaba amándolo años, décadas incluso ¿En verdad estaba conectado con su Tony? ¿Sus sentimientos habían traspasado el tiempo y el espacio? ¿Eso era posible? Quizás, después de todo... los sentimientos que él tenía por Tony no se habían desvanecido en el viaje en el tiempo, se quedaron con él hasta este momento.
— Steve... —sentándose a su lado
— ¿Sí? – viendo como el joven apoyaba su cabeza en su hombro
— Creo... —algo tímido— que deberíamos ordenar o mi padrino se dará cuenta —mirando el departamento.
Steve estalla en una risa— cierto... —contesta aun jocoso—o a ese viejo cascarrabias podría darle un ataque— sonriéndole— mejor la próxima vez... lo hacemos en mi departamento —comenzando a pararse, para que no se notara su claro sonrojo
— ¿La próxima? —pregunto esperanzado— o sea, que... ¿Habrá más? —parándose
Steve rio con cierta vergüenza— ¿Acaso no quieres? —preguntó con picardía
— ¡Yo feliz! —acercándose a él y tomándolo del cuello— por mí que fuera cada día...
Steve vuelve a reír, mientras el joven deposita un corto beso en sus labios— tengo mucho que enseñarte, no es tan fácil como crees —dándole un beso en la frente, para luego voltearse y tomar su ropa— aunque la primera vez, fuiste tú el que me enseño todo...
— ¿En serio? —tapándose con la manta— ¿O sea que ya había... vivido experiencias previas? —algo apenado
Steve nota la culpa en su voz, por lo que actúa rápido— no, mi amor —lo toma de las mejillas y lo besa— la primera vez que estuviste conmigo, fue tu primera vez... al menos con un hombre —algo incómodo
La tristeza se asoma por sus ojos— lo siento... —respondió tímido
— ¿Por qué? —sorprendido
— Porque sé que hubieras querido que si fuera el primero —bajando la cabeza
— No hagas eso, no decidas por mi —Tony le sonrió— aunque hubieras sido el primero, o el segundo o el tercero, no me importa... con tal de ser el único en tu vida —besa su frente otra vez, amaba hacerlo— y en tu corazón, me basta...
— Lo eres, de eso si no hay duda —contesto feliz
— Además —vuelve a reír— la primera vez que lo hicimos, estabas tan entusiasmado... qué estudiaste todo sobre eso —Tony se sonroja— querías saber absolutamente todo —lo mira con dulzura— tu siempre eres así, buscas la solución y si no la hay...
— La invento —respondió seguro
— Exacto —lo besa pausadamente
El beso se extendió varios minutos, algo en su interior quería prolongar lo que vivieron hace muy poco, era como revivir en la piel lo más hermoso que hasta ahora había vivido— soñé con un momento así hace solo unos días... —abrazándolo— se sintió tan real, tan verdadero, casi como ahora... —lo mira entre sus brazos— y me llamabas de una forma tan hermosa, como si siempre me hubieras llamado así
— ¿Como? —preguntó risueño Steve
— Beloved... —volviendo a acurrucarse en sus brazos
Y otro recuerdo volvió como una ráfaga— jamás me mentirías, ¿Verdad? ¿Permanecerás a mi lado siempre? Beloved...
Acallo todos esos recuerdos, no tenía tiempo para ellos, solo quería disfrutar este momento, así que solo lo fundió en sus brazos por largos minutos, pero a Tony comenzaba a avergonzarle el seguir completamente desnudos y más aún, que su padrino lo encontrara en una posición así. Estimaba y admiraba demasiado a James, o Bucky, como le decía Steve, era un hombre íntegro, de plena confianza y Tony estaba más que seguro que lo quería como nadie. Estaba presente en cada cumpleaños, en cada celebración, en cada enfermedad, en cada accidente, a veces sentía que confiaba más en él, que en sus padres. Así que la sola idea de que su padrino lo encontrara en esta situación, y más aún con su mejor amigo, lo aterraba; no quería decepcionarlo, aunque algo le decía que lo entendería, pero la vergüenza no se la quitaría por años.
Así, los días fueron pasando, Tony se pasaba cada tarde después del trabajo en Industria Stark al departamento de Steve, y el exsoldado había hecho un trato con James para organizar las vigilias a los Stark, Steve lo haría durante el día y Bucky en la noche. Su amigo no tardó en darse cuenta, y en cuanto pudo le saco la verdad, casi a golpes.
— Si, es verdad... estamos juntos —con una sonrisa embobada
James lo abrazo con suma fuerza y extrema felicidad— ¡Por fin! ¡Estoy tan feliz! —sin soltarlo e incluso elevándolo del piso— ¡Todo valió la pena! ¡Absolutamente todo! —lo suelta y lo sujeta de un hombro con fuerza— ahora procura hacerlo feliz, porque si no lo haces... ¡Te mataré! —le jala la oreja— ¡¿Entendido?!
Steve sintio la seriedad entre su broma— más que claro... —el hombre lo suelta y le sonríe con sumo orgullo
— Ahora solo se vienen cosas hermosas, para ustedes dos y para todos... —inhala con alegría— ahora el futuro será diferente y mucho más prometedor, estoy seguro de eso... —dibuja una sonrisa burlona— aunque... ¿Tendré que darles mi departamento para que hagan sus cochinadas?
Steve ahogo una risa— no, descuida... Tony no quiere que nos veamos más en tu departamento —comenta calmo— no quiere faltarte el respeto o mucho menos, decepcionarte por que está saliendo con el mejor amigo de su padrino —Bucky se sorprende ante su comentario— no quiere que pienses mal de él o cambies tu opinión sobre él
Bucky estaba más que sorprendido y agradecido, le causaba mucha dulzura que Tony también considerara su opinión en todo esto, en verdad el joven era el más feliz de que Bucky fuera su padrino, y para el solado era todo un honor serlo. Al parecer, por fin, estaba dejando su oscuro pasado atrás.
Tony por su lado, brincaba por doquier y sonreía cada cinco segundos, su madre también lo supo, era su bebé, sabia cuando estaba feliz, nunca había sido muy bueno para ocultar sus sentimientos y emociones, y si a eso le sumabas la sonrisa que también le regalaba cada mañana Steve, todas sus sospechas eran más que confirmadas. Esto la tranquilizaba de gran manera, su hijo había encontrado alguien que lo amaba más allá de toda lógica y tiempo.
Y así, el 15 de diciembre llegó, Steve y Tony descansaban sobre la cama, había sido un día agotador para ambos en sus respectivos trabajos y esa noche no quisieron hacer nada, les bastaba con estar al lado del otro, abrazándose y mirándose por horas ¿Cómo se podía ser tan feliz? Es que casi parecía irreal. Tony dormitaba en su pecho, mientras Steve acariciaba el cabello del joven, podía pasar el resto de su vida, solo mirándolo.
— Eres... tan hermoso —comentó Steve casi en un trance
— ¿Y eso a que viene? —preguntó risueño
— No lo sé —entre risas —solo quería que lo supieras— besando su frente
— ¿Eso fue lo que te enamoro? —pregunto
Steve rio, tenía que ser honesto— pues la verdad, la primera vez que nos conocimos... no nos llevamos muy bien —el joven lo miró con curiosidad— teníamos diferentes formas de ver y afrontar las cosas, pero hacíamos un gran equipo... —le sonríe con orgullo— ganábamos juntos... y debíamos perder juntos también
Tony sintio la tensión en la última frase, pero prefirió no preguntar— ¿Y quienes estaban en el equipo? ¿Cómo se hacían llamar? ¿Cómo reaccionó el mundo al saber que tenían un grupo de héroes salvando el mundo? —comenzando a entusiasmarse
Steve solo negó entre risas— pues, junto con Tony y yo... éramos seis en total, aunque al final... terminamos siendo miles —su memoria vuela a grandes batallas— pero esa es otra historia, dentro de los seis originales había un Dios Asgardiano, su nombre es Thor
— ¡Thor! —acusó veloz— ¡¿Como el Dios Nórdico?
— Si... —el semblante de sorpresa no desapareció del rostro del joven— hace años te dije que no escupieras al cielo, porque podrías llevarte una sorpresa... —Tony frunció el ceño algo molesto, por lo que Steve solo continuó entre pequeñas risas— también un brillante científico que, por un error de cálculo, fue expuesto a una gran cantidad de radiación gamma
— Eso tuvo que matarlo...
Steve negó con cierta pena— no lo hizo, pero lo transformó en un superhombre... verde
— ¿Verde? —cuestionó Tony— ¿De verdad? —Steve asintió— ¿Y ha tenido que vivir toda su vida como una criatura verde?
— Con los años aprendiendo a controlar la dualidad entre el hombre y el monstruo...
— Como Dr. Jekyll y Mister Hyde... —dando un gran ejemplo
Steve rio por lo bajo— sí, algo así... —acomodándose mejor en la cama
— ¿O sea que todos eran superhéroes? —consultó— con grandes habilidades y poderes indescriptibles... —una duda cruzó su mente— no había personas normales ¿Verdad? ¿Entonces como termine yo metido en todo ese lote?
El ex Capitán soltó una risa mucho más fuerte— pues tu nunca has sido una persona normal... —tocando su cabeza con un dedo— esa mente es un tesoro mundial... que creó una armadura inimaginable que te transformó en el mayor protector de toda la tierra... —con mucho orgullo
— ¡¿Soy un superhéroe?! —grito feliz— ¡¿Y cree un traje indestructible?! —sumamente emocionado— ¡Esto es genial! ¿Podía volar? ¿Lanzar rayos? ¿Levantar cosas superiores a mi peso?
— Calma, calma... —comenta Steve— te va a dar algo... —dándole un corto beso
— Pues dar un beso no ayuda a calmarme, sabes muy bien lo que provocan tus besos en mi —con cierta picardía en su voz
Steve siente el sonrojo en su rostro— no cambies el tema... —sonriéndole— solo quiero que entiendas que a pesar de no tener superpoderes como yo o ser un Dios nórdico o ser expuesto a alta radiación, serás capaz de hacer cosas impensables y de salvar y mejorar la vida de muchísimas personas... —acaricia su rostro— incluyendo mía
Tony le sonríe con vergüenza— bueno, supongo que para eso falta entonces... pero saber que poder hacer cosas increíbles solo con mi inteligencia, me llena de esperanza para un futuro brillante —lo mira fijamente— para los dos...
— Así será...
— Entonces... ¿Yo era el único técnicamente humano en… esta banda? —ríe por la nariz— ¿Acaso también tocábamos en conciertos?
— Ese era más tu estilo... —comentó riendo— y no, no eras el único humano normal, por así decirlo, dentro de la banda —inhala— había un arquero, el hombre con la mejor puntería del mundo...
— ¿Cómo Legolas? —pregunto
Steve solo obvio la referencia que el otro Tony también había acertado— sí, justamente...
— ¿Y quién era el sexto?
Y la mirada de Steve se perdió en hermosos y dolorosos recuerdos, hace tan tiempo que no hablaba de... ella, que ya había olvidado lo mucho que dolía — la última integrante era una mujer, y era el ser humano más valiente que jamás haya pisado la tierra
— ¿Más que tú? —consultó sorprendido— después de todo, tú te sacrificaste en el hielo...
Steve lo miró fijamente— sí, pero ella por querer traer de vuelta a los que amaba y proteger a los que aún permanecían en este mundo, se sacrificó por todo el universo...
Una parte de él quiso decirle que Tony había hecho exactamente lo mismo, pero sintió miedo, terror de que a este Tony también se le metiera esa idea en la cabeza, o comprendiera que, en el debido momento, él también debería hacer lo mismo y probar que era igual de valiente y digno que el otro Tony, pero eso Steve ya lo sabía, por tanto, no estaba dispuesto a revivir la historia, no soportaría ese dolor una segunda vez.
Tony vio la mirada atribulada de Steve y comenzó a comprender— ¿Eran muy cercanos? ¿Amigos tal vez? —Steve asintió con pesar— ¿Y cuál era su nombre?
Steve inhalo con lentitud— Natasha Romanoff... fue una gran amiga, siempre protegiendo mi espalda y velando por mi felicidad —lo mira— y la tuya... y la de todos dentro del equipo —carraspea— ella era el alma del grupo... —comenzando tal vez a comprender porque se sacrificó para conseguir la gema del alma
Tony le sonrió con dulzura— una mujer sumamente admirable... igual que todos en el equipo —sentándose con rapidez— Los Vengadores realmente eran los héroes que el mundo necesitaba... —poniéndose de pie— gracias por contarme sobre ellos —su voz sonaba calma y más esperanzadora— no quiero cambiar de tema, pero tengo hambre... —encaminándose a la cocina— ¿Quieres algo?
Pero Steve no escucho lo último que dijo Tony, se había quedado a mitad de camino en la conversación, el joven Stark mencionaba el nombre de Los Vengadores, pero el jamás lo dijo, jamás lo mencionó. No, esto ya no podía ser una coincidencia, eran demasiadas las similitudes y las cosas que salían de él sin nunca haber sido mencionadas; tenía que saber o la duda lo terminaría carcomiendo.
Se puso de pie y lo siguió a la cocina— Tony... —asomándose por la puerta
— ¿Si? —preparando algo para comer para los dos — quedaron algunas de las donas que compre ayer... ¿Quieres? —mirándolo con tranquilidad, pero viendo que Steve mantiene fija la mirada— ¿Beloved?
— Tony —exhala— jamás te dije que el equipo se llamaba Los Vengadores
Tony quedó a mitad de camino, y ambas miradas se cruzaron con firmeza— ¿En serio? —extrañado— juraría que si... —riendo mientras vuelve a preparar la bandeja— ¿Si no cómo lo sabría?
Steve detiene las acciones de Tony y toma sus manos— exacto ¿Cómo las sabrías? —traga en seco— ¿Cómo sabes todas esas cosas? —el joven lo mira confundido— me refiero ¿Cómo sabes nombres o eventos tan significativos? ¿Cómo conoces frases o momentos íntimos que pasaron entre... el otro Tony y yo? —comenzando a dudar si ahora debería seguir con las preguntas, se podría prestar para malentendidos
— ¿De qué hablas? —sumamente confundido— no entiendo...
Steve exhala, ya se había metido en esto, no podía echar pie atrás— ¿Cómo sabes el nombre de los Vengadores? ¿Cómo sabes frases o bromas que Tony solo me decía a mí? —lo mira fijamente con cierta tensión— ¿Cómo sabes que Tony me llamaba Beloved? —su mirada pasa a la preocupación— eso es algo que solo... Tony y yo sabíamos —concluye con exhalación nerviosa
Tony mostro duda en todo su rostro— no... lo sé, Steve —responde entre tartamudeos— solo lo sé... vienen a mí y las digo, no tiene gran importancia —busca la mirada de Steve, que voltea de un lado a otro algo sobrepasada— ¿Para ti si?
El hombre asiente con lentitud— el otro día dijiste que sentías que llevabas amándome desde hace años, décadas... —inhala— como si el amor que sientes por mi... hubiera nacido contigo —el joven comienza a comprender su punto y sus dudas
— ¿Me estas tratando de decir que el amor que siento por ti... viene desde el otro Tony? —su voz se carga en dolor y Steve no responde— ¿En verdad me amas a mí? ¿O lo sigues amando a él? —esas preguntas estaban tan mal formuladas, pero fue lo primero que salió de su boca, siquiera antes de pensarlas correctamente
— Eso... no tiene sentido
— Pues tampoco tiene sentido lo que tu estas diciendo —expresó algo ofuscado— es como si yo fuera una copia del otro Tony... un reciclaje —su voz amenaza con quebrarse— ¿Soy tu segunda oportunidad con... tu Tony?
— ¿Que? —acusó sorprendido— no, Tony... por supuesto que no —el joven suelta sus manos dolido— yo te amo y esa es la única verdad... estaba hablando estupideces, no me escuches por favor —rogó con la mirada y la voz
Y la mirada del joven se clava en la suya— si el día de mañana, por arte de magia o lo que sea... el Tony de tu línea temporal apareciera aquí —su voz se endurece— ¿Te irías con él o te quedarías conmigo?
Sepulcral silencio. Nada, absolutamente nada salió de su boca, se había quedado sin argumentos o respuestas, porque en el fondo jamás se había cuestionado eso y porque no esperaba tener siquiera que debatirlo ¿Qué podía decir? y la duda lo domino, si eso llegara a pasar, por muy irreal que sonara ¿Qué debería hacer? Se suponía que eran la misma persona, pero a veces eran tan similares y en otras tan distintos; las líneas temporales tal vez provocaban esas bifurcaciones. Si eso sucedía... alguien saldría herido y sacrificado.
— No tienes respuesta... —insistió el joven sumamente dolido— o quizás si la tienes, pero no quieres compartirla conmigo, porque sabes que me lastimara —inhala con fuerza— porque no soy tu primera opción
— No digas estupideces, Tony... —sintiéndose algo sobrepasado por toda esta situación— ¿Acaso te estas escuchando? Me estas preguntando si escogería a un Tony sobre el otro y olvidas que son la misma persona... —con firmeza en su voz— la persona a quien amo...
— Pero a él lo amaste primero que a mí... —ya ni el comprendía sus propias palabras
— ¿Me estás haciendo una escena de celos con alguien que es literalmente tu? —pregunto molesto— suenas como un adolescente... —calla al instante, había tocado un fibra muy delicada
— Pues tal vez soy muy joven para ti... —pasando a su lado y encaminándose hacía la sala— solo un niño para tu ojos
— Eso no es cierto, Tony —siguiéndolo
El joven sentía el enojo y la confusión consumiéndolo— ¿Es que como no me di cuenta de esto antes? —se voltea a mirarlo— ¿Qué podría ofrecerte un niño hormonal como yo contra el Gran Tony Stark de los Vengadores?
— Pues suenas como un adolescente hormonal —cuestiona— ambos sabíamos que esto no sería fácil, que tendríamos muchos obstáculos en frente y uno de esos era la diferencia de edad y de línea temporal —se acerca a él—, pero, aun así, estoy contigo aquí... y mi decisión sigue siendo la misma
— ¿A si? —su voz amenazaba con quebrarse— ¿Y qué puedo ofrecerte yo en comparación con él? Él es un genio, de seguro dueño de la empresa familiar, exitoso, un adonis, con mucha más experiencia que yo en todo... y mucho más maduro —una lágrima fugaz cae por su rostro, dándose cuenta de que suena tan patético al competir con... el mismo— yo solo soy un adolescente hormonal ¿Qué más puedo ofrecer?
Steve se pone de pie frente a él— solo una cosa... la única cosa que me basta y me sobra a mi —acaricia su rostro y seca las lágrimas— amor... nada más —el joven iba a refutar, pero Steve habló primero— no necesito al genio, no quiero al genio, ni al superhéroe, ni al con más experiencia o al más maduro... solo te quiero a ti —lo mira fijamente— con todas tus virtudes y defectos... —sujeta su rostro— de la misma forma que tú me aceptaste y perdonaste todos mis errores, fallos y mentiras...
El joven ahogó un llanto repentino y lo fundió en un abrazo— Steve, perdón... es que tengo tanto miedo de perderte, de no estar a la altura, de no poder igualar lo que viviste en la otra línea temporal... tengo terror de no ser suficiente
— No lo eres, jamás lo serás... —estrechándolo dulcemente— no necesito que hagas nada más que ser tú mismo, es así como te amo... —busca su mirada— y perdóname tu también, por hablar de más y hacer preguntas estúpidas —lo mira fijamente— desde ahora no hablaremos más de ese futuro... que ahora es mi pasado— acerca su rostro al joven— tu eres mi presente y voy a vivirlo y gozarlo cada día, como si fuera el último
Y Tony sintio la calma volver a él, junto la tranquilidad y la seguridad que Steve le daba, aún era muy inexperto en el amor y en las relaciones, y de no tener ninguna experiencia previa, pasó a tener una relación más que complicada y con una historia sumamente enredada, eso podía terminar asustando a cualquiera y haciéndolo reaccionar mal, ahora incluso llegaba a reírse de haber sentido celos de sí mismo, en verdad algunas veces llegaba a ser un inmaduro e infantil; estaba aprendiendo y cada día era una nueva enseñanza, para construir una relación de pareja, después de todo, jamás sería siempre calmo y sin problemas. Steve tenía razón, el pasado ya no debía preocuparlos, lo único que importaba ahora era el presente que se labraba frente a ellos y el futuro que comenzarían a construir, tendrían que trabajar en esto todos los días, juntos.
El exsoldado lo comprendió, era momento de dejar su pasado a atrás, había sido sumamente valioso y lo atesoraría por siempre, a cada persona que estuvo en él, incluido el Tony de esa línea temporal, pero su vida, su presente y su futuro estaban justo aquí, con todos sus amigos y, sobre todo, con este maravilloso ser que ahora depositaba un hermoso beso en sus labios.
— Quisiera... —comentó con cierta timidez— tal vez... —pero todo el ambiente fue cortado por el teléfono que comenzaba a resonar con fuerza— ¿En serio? —agregó molesto
La llamada se cortó y cuando quisieron retomar lo que empezaron, el teléfono volvió a resonar, una y otra vez, al parecer era importante — debo contestar —volteándose y soltando el abrazo
— No... —dijo con suplica— una noche, solo una noche para mí... —sujetándolo
— Todas las noches son solo para ti —riendo con picardía
— Y me gustaría que los días también lo fueran —haciendo una mueca de disgusto
— Solo un minuto —tomando el teléfono— quizás no sea nada... —depositando un corto beso en sus labios, para luego contestar— ¿Alo?
— Steve... —hablaron del otro lado. Reconoció la voz al instante
— Hola Bucky ¿Qué tal van las cosas? —volteándose hacía Tony
— Paso algo —respondió
— ¿Qué pasó? —enderezando la espalda. Tony se acercó a él y Steve cambio el teléfono a su otra oreja, para que el joven pudiera escuchar
— Apareció un paquete en la casa de Howard y María —firme
— ¿Un paquete? —con cierto temor en su voz. Tony comenzó a sudar frío— ¡No lo abran! —comento con desespero— podría ser una bomba o algo peor, no hagan...
— Ya lo abrimos —interrumpió
— ¿Qué? ¿Por qué? —con preocupación— ¿Qué es?
El silencio reina unos segundos— solo tenía un mensaje... —continúa— el apellido Stark en rojo y tachado... con sangre
Chapter 16: XVI
Chapter Text
— ¿Sangre? —preguntó aterrado— ¿Cómo que sangre? —le quita el teléfono a Steve— ¿Dónde están mis padres? ¡¿Están bien?!
— ¿Tony?... —dice Bucky sorprendido— Steve... ¿Qué hiciste? —dándose cuenta de que el joven estaba escuchando
— Padrino, por favor —rogó el Stark— no piense mal, yo le puedo explicar, pero después... —Tony el miedo recorriendo su piel, el que su padrino descubriera su relación con Steve, su mejor amigo, lo hacía preocuparse sin control ¿Se molestaría con él? ¿O con Steve? ¿Ya no lo estimaría o respetaría como antes?
James el miedo en la voz del joven— tranquilo, campeón —comentó con dulzura, para luego dar una larga inhalación— ya lo sé todo... —Tony mira aterrado a Steve— el idiota que tienes al lado no es bueno para disimular —Steve ríe nervioso, pero el terror no desaparece del joven
— ¿Está molesto conmigo? —preguntó con timidez— ¿Acaso esto cambia la imagen que tiene de mí? —la opinión que James tenía de él era muy importante para Tony
— No, campeón... —responde firme— ni esto ni nada cambiaría la opinión que tengo de ti o mucho menos, mi estima hacía ti... —sonríe con nostalgia— desde el día que te vi nacer, mi única preocupación es que estés a salvo y que seas feliz... —ríe— y sé que ese bruto, de alguna forma... te hace feliz —eleva la voz— porque si no lo hace ¡Yo mismo lo matare! —Steve rio por la nariz avergonzado— así que descuida... tienes mi apoyo hasta el final, sin importar que suceda...
Tony sintió el relajo y la calma y eso se vio reflejado en como Tony sintio el relajo y la calma y eso se vio reflejado en cómo sus hombros comenzaban a soltar el miedo— muchas... gracias —quería estar feliz, pero no era el momento—, pero... ¡Mis padres!
— Están bien, yo estoy con ellos —respondió— pero claramente es una amenaza...
— Por favor quédese con ellos, no hay mejor persona para cuidar a mis padres que usted... —confirmó con convicción.
La tensión se asomó en ambos amigos, en especial en James, no quería seguir mintiéndole a Tony y le aterraba la reacción del muchacho si descubriera la verdad, cosa que también seguía torturando a Steve. Había una verdad más que aún no era revelada.
Steve vuelve a tomar el teléfono— quédate allá, yo voy en unos minutos... —cuelga— debo apurarme... —parándose y comenzando a ponerse los zapatos
Tony lo siguió con la mirada— Steve... —dijo preocupado el joven— no lo entiendo... —confundido— tu dijiste que el hombre estaba muerto, que no tenía nada que preocuparme... —Steve bajó la cabeza rendido.
— Eso... no es tan así —respondió incómodo
— ¡¿Cómo?! —siguiéndolo mientras se acerca al perchero a tomar su chaqueta— ¡Steve! ¡Tú me dijiste que se habían encargado del asesino! —comenzando a asustarse— entonces... ¿Si va a pasar?
— No... —respondió— no lo sé —Tony abrió los ojos aterrado— el hombre que les hizo eso ya está neutralizado, no existe, no puede hacerles daño... pero eso no quita que HYDRA no mantenga sus ojos en Howard y María —sube la mirada— y quiera eliminarlos... en especial a Howard —colocándose la chaqueta— de seguro, encontraron otra forma
— Pero... HYDRA —tratando de ordenar sus ideas— ¡Ya no existe! ¡Tú te encargaste de eliminarla!
— Pues al parecer, lograron sobrevivir y en verdad, fue Howard quien logró acabar con ellos... yo solo combatí, él fue quien creó la estrategia y las armas para hacerlo —respondió— quizás esa sea la razón por la cual quieren eliminarlo
— ¡No! —grito aterrado— ¡Steve! ¡No! ¡Te lo suplico! —acercándose a él y tomándolo desesperado del pecho— ¡No puede pasar! ¡No quiero que pase! —las primeras lágrimas comenzaron a caer
— Y no pasara —tomando sus manos sobre su propio pecho— sé que te hecho muchas promesas en esta vida y en las otras, y muchas de ellas no las he cumplido... —inhala para darse fuerzas— pero te prometo, te juro... que nada les pasara
— Steve... —comienza a llorar desconsolado mientras lo abraza. El exsoldado lo rodea con amor y pena, le partía el alma verlo así y esto le confirmaba que no volvería a defraudarlo, no más, no cometería ese error otra vez.
— Te lo prometo, nada les pasara... —toma a Tony de las mejillas y lo mira fijamente— es una promesa— los ojos de Tony desbordaban lagrimas— ahora... necesito que te quedes aquí —dándole un beso en la frente y encaminándose a la puerta.
— ¿Estás seguro?
— Si... —buscando las llaves— todo el mundo piensa que estas en Oslo, y es mejor que lo crean así —volteándose a tomar las llaves de la motocicleta— si te ven cerca de tus padres, te tomaran como un objetivo más —su voz se endurece— y eso sí que no lo permitiré
— ¿Y qué hago entonces? —pregunta con ansiedad
— Quédate en este departamento —en frente de la puerta— no abras la puerta a nadie, este departamento no existe en ningún registro fuera de los Stark... así que no pueden rastrearte aquí —abre un gabinete que está al lado de la puerta— si algo pasa, si sientes un ruido extraño o escuchas gente haciendo preguntas —saca un objeto pequeño, parecido a un dedal— aprietas el botón de esto —pasándoselo— y vendré de inmediato
Tony observa con detalle el objeto, le sorprendía su tamaño— ¿Seguro que funcionara?
— Por supuesto, tú lo creaste —responde orgulloso— ocúltate, sabes dónde está la habitación de seguridad ¿Verdad? —el joven asiente— perfecto, en cuanto sienta que es seguro y que tus padres están a salvo, volveré...
— ¿Y eso cuándo será?
— Nos vemos mañana en la noche —tomando la perilla de la puerta
— Steve... —sujetándolo de la chaqueta— tengo miedo
— No lo tengas —respondió firme— tus padres estarán bien, te prometo que los defenderé con mi vida...
— ¡No! —grito angustiado— me refiero... —apenado— sálvalos, por favor... pero te lo suplico —sus ojos vuelven a humedecerse— no te expongas, no quiero perderte... no puedo perderte —lo mira fijamente— si algo te pasa... mi vida ya no tendría sentido —Steve terror al escuchar esas palabras
— Nada me pasará —lo abraza con fuerza— todo estará bien... —sube la cabeza del joven— te amo...
— Te amo... —respondió
— Mantente oculto —besándolo— y cuídate, tú sabes cómo... —sonríe— te enseñe bien
— Por supuesto —viéndolo abrir la puerta y salir
Steve partió veloz hacia la casa del matrimonio, la verdad, odiaba separarse de Tony, pero llevarlo allá solo sería exponerlo, y, además, solo la familia sabía que Tony seguía en Estados Unidos, el resto pensaba que ya estaba instalado en Oslo; hasta había salido publicado en el diario "Joven Genio Stark parte hoy a Oslo".
Una vez en la casa, revisaron hasta los últimos detalles, puertas, ventanas, cobertizos y espacios reducidos, y aunque todo parecía indicar que estarían bien, Peggy los llamo, no estaba dispuesta a correr riesgos. Como su amiga y agente del gobierno, ordenó que el matrimonio se trasladara a las oficinas de Industrias Stark, no había lugar más seguro que ese; al llegar, Hank y Janet los estaban esperando, con traje incluido, listos para combatir, incluso el agente Fury y la soldado, recién nombrada Capitana Marvel, estaban presentes.
El objetivo era simple y claro, proteger a los Stark a toda costa; María rogó tener a Tony cerca, pero Steve y Bucky terminaron convenciéndolos que era lo mejor que estuviera en otro lugar, alejado y a salvo del peligro, el matrimonio lo aceptó a regañadientes. El 16 de diciembre llegó y avanzó veloz, las horas pasaban y todos permanecían en el mismo lugar, la oficina principal y privada de Howard, estaba reforzada y completamente hermética.
Steve permanencia estático y alerta, revisando cada centímetro y posible flanco débil, pero Peggy interrumpió sus observaciones con cierta timidez— Steve... tengo algo para ti —el hombre volteó hacía ella y William apareció con una funda circular, su corazón le dijo al instante lo que era— creo que esto te pertenece... —William abre la funda y deja ver el Escudo del América.
El hombre dudo unos segundos— ¿Como? ¿No debería haber quedado sepultado en el hielo? —el matrimonio se observa con complicidad
— Pues cuando apareciste en nuestro hogar y nos dejaste en claro que no deseabas volver a ser el Capitán América, lo aceptamos... —indicó William—, pero teníamos la leve sospecha de que, en cualquier momento, podrías querer recuperar el manto, sobre todo si la vida de los que amabas se veía en riesgo —los tres miran a Howard que revisa las cámaras y a María que habla con Janet— así que empezamos a buscarlo...
— Nos tomó años, a decir verdad... —agrega Peggy— lo encontramos cerca del lugar de colisión unos años antes de que Tony naciera... —algo apenada a recordar todo lo que sufrió al verlo desaparecer en el hielo—, pero nunca estuvimos muy seguros de si debíamos decirte que lo habíamos recuperado o si lo querías de vuelta...
— Hasta ahora —extendiéndole la funda, pero sin tocar el escudo, sabía que no era digno— es tuyo...
La duda siguió dominándolo— no... lo es —exhala— llevo años sin portarlo, con suerte recuerdo su peso... —mirando la funda— tanto físico como sentimental, además de la carga y la responsabilidad que implica llevarlo
— Quizás lo recuerdes si lo portas una vez más, una última vez... —comentó orgullosa Peggy— la situación lo amerita
Steve exhala lentamente, hasta tomarlo con delicadeza, decir que había extrañado a su compañero de infinitas batallas, era poco; el vínculo que este escudo y él tenían era único, además de que representaba la responsabilidad de proteger a toda la humanidad. Ahora solo quería usarlo una vez más para proteger a los que amaba.
Amarrándolo a su brazo derecho y comenzando a cargarlo con orgullo— en verdad si te queda... —indicó William— y nos extrañó que no lo trajeras contigo desde la otra línea temporal
— Es que ya no me pertenecía, renuncie a él junto con el manto del Capitán América... —sonríe con orgullo— un muy buen hombre es el que lo carga ahora y es igual, o incluso más digno que yo...
— Bueno, ser el Capitán América es una idea, no una persona... —agrega Howard apareciendo— pero el escudo fue hecho para ti, tu fuiste su primer portador y fue un regalo —ríe por lo bajo— así que no se de donde sacaste el derecho de regalarlo sin mi permiso —con cierta molestia fingida
— Y el material con que lo hiciste es robado... —argumenta Steve seguro
Howard frunce el ceño— legalmente yo no lo robe... yo lo recupere, que es muy diferente —carraspea— y ladrón que roba a ladrón, tiene mil años de perdón
Peggy ríe— ya suenas como mi abuela...
— ¿No que eran cien años y no mil? —consulta William
— Para mí las leyes de la moral no aplican igual... —muy confiado
Steve ríe entre dientes— en verdad no tienes remedio...
— Y tú no olvides el juramento que hicimos —expresa firmemente el Stark— no vuelvas a quebrantarlo ¿De acuerdo? —el exsoldado asiente, tenía que respetar el pacto que años atrás habían hecho él y Howard. Para Peggy y William no fue tan claro lo último que hablaron, pues no tenían idea de que juramento hablaban.
— Sea como sea... es bueno tener de vuelta al América —agrega Peggy— aunque sea para una última batalla
— Gracias, es bueno volver... —les sonríe a todos— no los defraudare y... —mira fijamente al matrimonio— gracias por recuperar a un viejo amigo y colega... —sujetando firmemente el escudo
— Gracias a ti por cuidarnos todos estos años —responde William
Y una duda que tenía enterrada hace años afloro— ¿El escudo estaba solo? —la pregunta desorienta a los tres amigos— me refiero... ¿No había nada cerca del escudo? ¿Señales de vida humana? —no sabía cómo hacer la pregunta sin llamar la atención o levantar sospechas
— No, no había nada ni nadie cerca del escudo —respondió Peggy aun confundida
Steve suspiró aliviado— que bueno...
Los tres volvieron a mirarse confundidos, hasta que Hank apareció entre ellos— iremos a una nueva ronda, no se separen... —mira a Howard— y no hagas nada imprudente, por favor... — el hombre asintió algo irritado.
Luego habría tiempo para repasar temores de antaño, ahora había que volver a la urgencia del momento, por lo que Hank y Janet, salieron una vez más por las rendijas más pequeñas para vigilar el perímetro externo, repasaban cada flanco débil del lugar y sus posibles lugares de ataque, desde las alturas era mucho más fácil; parecía que nada sucedería. Pero cerca de las ocho de la noche, fue un gran acierto que lo hicieran, por que lograron divisar al convoy acercándose a toda velocidad, estrellándose con la puerta principal del recinto y disparando a diestra y siniestra. HYDRA había movido las primeras piezas del ajedrez.
El ataque fue en completo descontrolado en energía, pero preciso en estrategia, es como si llevaran meses estudiando los puntos débiles y el cómo atravesarlos. En pocos minutos, estaban golpeando la puerta de la oficina, el matrimonio estaba rodeado por cada sector y el temor los consumía, en especial a María, después de todo ella era solo una simple humana, rodeada de las personas más fuertes y valientes de la tierra; su mente solo rogaba que la vida le diera una oportunidad más de volver a ver su hijo.
Howard seguía los ataques desde las cámaras en su escritorio, pero sin separarse jamás de su esposa, notaba el terror y la tensión en ella, más cuando los golpes a la puerta, en un intento por derribarla se hacían más y más ensordecedores. María miro a todos los presentes, las imágenes de la puerta eran claras, era un grupo demasiado grande, con un solo objetivo, acabar con ellos.
— La puerta no resistirá mucho más —comentó Peggy mirando a su esposo de reojo ¿Podría acabar todo aquí mismo?
William la miro fijamente— no importa que pase... no me arrepiento de nada —la mujer lo miró con cierto temor, ambos eran agentes, soldados y debían estar preparados para todo, pero quizás decir adiós a los que amas, no era algo para lo que te preparas
— Yo tampoco... —responde firme— has sido la mejor decisión de mi vida —se sonríen con agradecimiento
María logró escuchar la conversación de sus amigos y no pudo evitar que el miedo la dominara, no solo por la posibilidad de poder morir y no volver a ver a su hijo, ni el futuro que le podía esperar si ellos fallecían ¿Tony estaría a salvo si ellos fallecieran? ¿HYDRA ira tras él? ¿Cómo saberlo? Sino también porque estaba arrastrando a muchos de los que amaba al máximo peligro, solo por mantenerlos a salvos a ellos dos. Odiaba sentirse como una carga y mirar a su esposo, era lo único que le daba fuerzas.
— Howard... —jalando su camisa con miedo, mientras se mantenía oculta detrás del gran escritorio— Howard... —el hombre seguía con la mirada fija en la puerta, sin poder tomar mucha atención en su esposa, por lo que la mujer tuvo que recorrer a su encanto para devolverlo a ella, aunque fuera solo un segundo— amore mío... —el hombre volteó al instante a ella y la miró fijamente, el terror abordaba los ojos de ambos— te amo... muchísimo —las lágrimas amenazaron con salir
Howard entró en pánico— no, amore mío... —suplicándole con la mirada y la voz— no hagas eso, no te despidas... no aún —la abraza— saldremos de esto. volveremos a ver a Tony, veremos a nuestros nietos crecer... y envejeceremos juntos —la toma del rostro— es una promesa —besa su frente, mientras la mujer ahoga unos sollozos.
La puerta explota y al instante un pelotón completo de hombres armados entra al lugar, ahora batalla estaba a solo metros de ellos. Ambos Capitanes, como si lo hubieran ensayado, atacaron en primera línea, logrando reprimir la primera oleada, pero el número de atacantes era prácticamente desorbitante y algo que sorprendió mucho a los presentes era que atacaban casi de manera robotizada, como si ni siquiera tuvieran control de su cuerpo ¿Acaso estaban conscientes? ¿Sabían lo que estaban haciendo?
James fue el siguiente en atacar, mientras su retaguardia era protegida por Peggy y William, con su viejo entrenamiento de la milicia, disparos siempre efectivos y batalla cuerpo a cuerpo, si la situación lo ameritaba. En cuanto a los ataques del matrimonio Pin – Van, los atacantes ni siquiera los veían venir, eran imperceptibles y sumamente bien calculados, se notaba todos los años que venían combatiendo codo a codo.
Howard y María se sentían tan inútiles tras la última línea, pero poco más podían hacer, jamás habían sido personas de guerra o batalla, lo suyo era el intelecto. Nick Fury era su último bastión de protección, estoico y con reflejos impresionantes para alguien de su edad, era punto fijo. Y como si de un rayo de esperanza se tratara, el último hombre cayó al suelo inconsciente o muerto, poco importaba en este momento; al parecer al fin estaban a salvo.
— ¿Son todos? —pregunto algo cansado William mirando para todos lados. Solo recibió un asentir de James.
A Bucky le costó en un comienzo poder enfocarse y mantenerse estable, los horrores del pasado y las torturas lo amenazaban, más cuando al atacar a uno de los hombres, notó su mirada perdida y ausente, era más que claro que los soldados estaban siendo dominados y controlados a distancia, sin ninguna opción de oponer resistencia, un claro modus operandi de HYDRA. Y la culpa volvió a él por algunos minutos, si Steve no hubiera estado para salvarlo, él hubiera encabezado las líneas de este ataque y ahora mismo, hubiera atacado a las personas que más amaba.
En un momento, Hank y Janet volvieron a salir, habían logrado neutralizar al pelotón y debían asegurarse de que ningún nuevo convoy aparecería por ahí, Steve comenzaba por fin a calmarse, el ataque había sido aún más grande de lo que pensaba, HYDRA había encausado todo su arsenal contra el matrimonio y las industrias Stark, querían venganza; y harían lo que fuera para conseguirla. Y esa misión, ingreso de la mano con un solitario soldado y una bazuca, apuntada directo al matrimonio.
— ¡Abajo! —grito William tomando a su esposa y lanzándose lejos
— ¡Cierren los ojos! —grito veloz Carol hacia el matrimonio
James fue el primero en reaccionar, corriendo hacia el matrimonio y abalanzándose sobre ellos, esta era su oportunidad de cambiar el curso de la historia, de redimirse y de evitar su más horrible pecado. Steve viendo la vida de los Stark y de su mejor amigo en peligro, no lo pensó mucho y se interpuso en el trayecto del misil, listo para cualquier consecuencia y preparado para un nuevo sacrificio, ese siempre era su destino, había hecho una promesa y la había a cumplir, cueste lo que cueste.
— Lo siento, Tony... —se dijo para sí mismo en fracción de segundos en medio del trayecto del misil. Cumpliría una promesa, a la par que rompía otra, una vez más.
Pero la nueva Capitana no permitirá eso, junto sus manos y expulso todo su poder, a los 360°, desintegrando al hombre y su arma, y lanzando varios metros más allá a Steve; fue riesgoso, más porque aún no lograba controlar sus poderes, pero había funcionado. Hank y Janet volvieron al instante, el resplandor fue más que notorio desde las afueras, pero al parecer todo el mundo estaba a salvo y el sonido de las sirenas acercándose, generó cierta calma, la ayuda y los refuerzos por fin llegaban, aunque quizás no en el mejor momento.
James se levantó con cuidado, había protegido al matrimonio con su propio cuerpo, dispuesto a todo por ellos— ¿Está bien? —revisándolos detalladamente
María lo miró sumamente sobrepasada por todo lo que había sucedido— salvaste nuestras vidas... —las lágrimas cayeron y el hombre no supo qué decir o cómo reaccionar.
Carol se acercó veloz al Capitán y lo ayudo a pararse, admiraba a Steve y no permitiría que una persona como él perdiera la vida, además, sabía lo que importante que era el héroe para el hijo de los Stark, la misma Sra. Stark lo había mencionado un par de veces junto con la Agente Carter y ella por supuesto, decidió guardar silencio, no estaba ahí para opinar. Fury se levantó algo aturdido y busco de inmediato a su jefa, Peggy y William también estaban a salvo.
— ¿Todos están bien? —preguntó Steve mirando para todos lados. Algunos respondieron y otros asintieron. Eso en verdad estuvo más que cerca, por lo que decidió voltear a la persona a la cual le debía la vida— gracias... —acercándose a Carol con sumo agradecimiento
— De nada, Capitán —respondió firme— estaba en deuda con usted... —el hombre solo le respondió con una sonrisa agradecida
— ¡María! ¡Estás herida! —grito aterrado Howard. Todos voltearon preocupados
— Estoy bien, amore mío... —sonriéndole— solo es un rasguño —mostrándole la herida superficial en el brazo
— Eso fue intenso —comentó William
— Demasiado diría yo... —respondió Janet— afuera está todo bajo control y la ayuda está por llegar, aunque no se si es a tiempo... —riendo algo nerviosa
— Cualquier ayuda sirve y no quiero cantar victoria antes de tiempo —respondió el Capitán— hace falta... —algo comenzó a sonar en su chaqueta. Demoro solo unos segundos en reaccionar para sacarlo angustiado, su transmisor estaba sonando y eso solo podía significar una cosa— ¡Tony! —grito aterrado
— ¡¿Qué pasa?! —grito desesperado Howard
Todo se cerró a su alrededor, las puertas, ventanas y salidas de escape. La habitación había vuelto a entrar en modo seguro y el proyector gigante de la oficina se encendió.
— Capitán... —dijo una voz conocida— ¿Esta seguro que salvó al Stark correcto?
Chapter 17: XVII
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Tony seguía sentado en el sofá, había estado un par de horas en la habitación de seguridad, pero cuando las horas fueron pasando y la noche se acercaba, decidió salir. Tenía el transmisor fijo en sus manos y miraba a su alrededor más de lo que podía controlar, aunque estaba asustado por su propia seguridad, su preocupación máxima eran sus padres y su padrino... y Steve, pensar solo la idea de que alguien lastimara a sus padres o a su padrino lo aterraba, pero solo imaginar que Steve hiciera algo demasiado arriesgado para protegerlos, que implicara el sacrificarse, le provocaba nauseas.
Miro una última vez el transmisor, sorprendido de que algo tan pequeño, pudiera generar un llamado de auxilio a kilómetros de distancia ¿En verdad él era capaz de crear algo así en el futuro? Recordó la última conversación con Steve y como el fantasma del otro Tony seguía rondándolo, y aunque creía fielmente en las palabras de Steve, no podía dejar de sentir miedo ¿Si el otro Tony apareciera... quien saldría sacrificado? Su parte más negativa estaba segura de que sería él, tenía todas las de perder, pero había algo dentro de él, una voz que le seguía diciendo que no se rindiera, que estaban muy cerca. No lograba comprender a qué se refería.
Las horas siguieron pasando y parecía que seguiría la incertidumbre bañada en falsa calma, pero la puerta siendo golpeada con fuerza, lo aterro, se puso de pie de manera muy acelerada y sujetando el transmisor con fuerza. Quiso preguntar, pero se contuvo, se suponía que no estaba ahí, así que calló; pero una voz sumamente familiar lo calmo.
— ¡Tony! ¡Beloved! —gritaron desde afuera— ¡¿Estas bien?!
— ¡Steve! —dijo acelerado corriendo hacia la puerta
— ¡¿Estas bien?! —preguntó el soldado cruzando el umbral de la puerta
— Si, estoy bien —abrazándolo— pero... —lo mira— ¿Qué te pasó? —viéndolo algo magullado y con un corte en el rostro— ¡Estás herido!
— Estoy bien, tranquilo... —cerrando la puerta— el ataque estuvo algo duro, pero salió todo bien
— ¡¿Ataque?! —su rostro palideció— ¡Mis padres! ¿Cómo están? ¿Qué pasó? ¿Y el tío James? Tengo... —Steve lo sujetó de las mejillas
— Tranquilo, beloved... —hablándole con calma— ellos están bien, atacaron las Industrias Stark, pero la chica nueva, Carol, nos salvó... las heridas son producto de eso —sonriéndole— ellos están bien, a salvo y Bucky esta con ellos, cuidándolos...
Su rostro se relajó al instante— que alivio... —suspiro con calma— entonces... ¿Por qué estás aquí? —mirándolo fijamente
— Estaba preocupado por ti, pensé que podrían venir por ti... —sacándose la chaqueta para sacudirla
Eso lo extraño un poco— pero tú mismo me dijiste que eso era poco probable, que todo el mundo pensaba que yo estaría en Oslo —algo confundido— además, no entiendo porque golpeaste la puerta, pudiste llegar y entrar —la situación era algo inusual y la duda que Steve le presentó por algunos unos segundos, lo acrecentó.
— Es que no quería asustarte, además... quería asegurarme que no le abrirías a cualquiera —suspira— estaba preocupado, entiéndeme...
Tony se siente algo apenado— sí, perdón... es que aún estoy algo nervioso —respondió el joven entre titubeos— ¿Y ahora qué hacemos?
— Nos vamos —respondió veloz
— ¿A dónde? —preguntó el joven— ¿Con mis padres? —se moría de ganas por verlos, no estaría tranquilo hasta cerciorarse que estaban bien con sus propios ojos
— No —con una voz dura
— ¿No? —consultó extrañado— me dijiste que en cuanto pasara el peligro, vendrías por mí y me llevarías con ellos...
— Si, pero los planes cambiaron —algo brusco en su hablar— tenemos que irnos, los dos solos... —se acerca a él con urgencia— recuerda que queríamos huir, esta es nuestra única oportunidad
— ¿Huir? —retrocede unos pasos preocupado— ¿Qué hay de lo que acordamos? ¿Acaso no hablaríamos con mis padres? Esta vez haríamos las cosas bien... no más mentiras
— Pues cambie de opinión —respondió de manera tosca— quiero estar contigo, y no estoy dispuesto a que otros se interpongan entre nosotros, menos tus padres, por eso debemos huir... y esta es la única oportunidad que tenemos
— Pero... ¿Y mis padres? —insistiendo— ¿Ya están a salvo? ¿Ya no corren peligro?
El exsoldado comenzaba a irritarse— bueno... sí, supongo —chasqueando la lengua
— ¿Supones? —comenzando a molestarse— me prometiste que los protegerías, incluso con tu propia vida y que no te separarías de ellos hasta que realmente estuvieran a salvo... —el dolor asomo por su rostro— ¿Era mentira? —mirándolo fijamente— ¿Romperás tu promesa otra vez?
— ¡Tony, basta! —grito furioso— deja de sacarme en cara lo que dije o no dije... ahora solo quiero largarme de aquí contigo, quiero estar contigo... los dos solos —lo toma de la mano— vámonos, ya tengo todo listo —avanza un par pasos, pero Tony se detiene de golpe
El joven clava la mirada en un lugar en específico— ¿Dónde está tu anillo? —preguntó el joven completamente inerte. Su mirada estaba endurecida y su respiración agitada, algo muy extraño estaba pasando aquí y todos sus sentidos gritaban alerta.
— ¿Qué? —preguntó molesto. Tony mantuvo la mirada juzgadora sobre él y luego sobre su mano— sí, cierto... me lastimaron durante la batalla y lo perdí —sin darle mucha importancia
— ¿Lo perdiste? —pregunto completamente estupefacto
— Si, pero no te preocupes... —le sonríe— compraré otro, igual al tuyo... —le estira la mano— vamos, beloved...
Y su sentido común toma absoluto control de la situación, porque todas las señales estaban ahí y su ingenio no estaba de adorno, la respuesta era más que clara— ¿Quién eres? —preguntó con cierto temor
El hombre se quedó helado ante su pregunta, fingiendo ofensa en un comienzo, pero luego cierta molestia— ¿De qué rayos estás hablando?
— ¿Quién eres? —prosiguió tratando de obtener seguridad— tú no eres... mi Steve —retrocediendo algunos pasos, su cerebro seguía gritándole que debía poner distancia con... este hombre.
— Tony... —mirándolo fijamente— toda esta situación te tiene sobrepasado, lo entiendo... pero verás que en cuanto nos vayamos juntos, todo se aclarara —acercándose a él entre risas incómodas— creo que estas algo confundido, es todo...
— ¡No lo estoy! —grito firme— ¡Y no te acerques! —retrocediendo más— Steve jamás se sacaría su anillo, en ninguna circunstancia... y él me prometió que protegería a mis padres sin importar que, incluso con su vida... —sintiendo el temor en sus palabras— Steve jamás rompería una promesa —muy seguro
Bajo la mirada unos segundos, hasta que finalmente elevó todo el rostro— ¿Acaso ya no lo ha hecho antes? —la cara de Steve mostró una sonrisa sumamente extraña y jamás vista
Y fue cuando sus sospechas se volvieron realidad, este... sujeto que estaba frente a él, no era su Steve— ¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué te pareces a Steve?! —su mirada estaba cargada de terror ¿Cómo era posible esto?
— Solo digamos... que soy su versión mejorada —caminando lentamente hacia Tony— la versión que tú siempre has deseado... —el joven choca con la pared a sus espaldas, estaba atrapado frente a un hombre que era idéntico a Steve y que posiblemente debía tener sus mismas habilidades. El silencio reinó unos segundos, hasta que el hombre volvió a estirar su mano— ¿Vamos?
— Yo no voy a ningún lado contigo... —responde seguro, sube la mano y aprieta el transmisor— Steve no tardará en llegar
— No dudo que lo haga —ríe por la nariz— pero como siempre... llegará tarde —toma con fuerza a Tony de los brazos
— ¡Suéltame! —tratando de zafarse de su agarre, pero el hombre lo aprisiona más sobre la pared— ¡Quítate! —lo golpea en el estómago y corre en dirección a la puerta
El hombre se recupera en cuestión de segundos del ataque, su super resistencia puede con todo y un golpe de esos no es contendiente, porque lo que se abalanza sobre el joven Stark y lo sujeta firmemente por la espalda. El muchacho lucha entre medio de sus brazos, ejerciendo fuerzas igualmente con sus piernas, votando mesas, lámparas y demás por el departamento, pero todo parece en vano, por lo que aplica su última recurso y lo golpea con la parte trasera de la cabeza en su rostro, lo que permite que lo suelte.
Sin embargo, el golpe lo deja algo mareado, él no tiene la contextura física para resistir la del hombre con las mismas características de Steve. Se apoya en el suelo, mientras trata de gatear a la salida, viendo de reojo como el hombre seca un poco de sangre que cae por su nariz, al parecer si le había provocado cierto daño. Y cuando Tony trata de ponerse de pie, el hombre logra sujetarlo de las piernas y hacerlo caer al piso, para terminar, colocándose sobre él.
— ¿Vas a algún lado, beloved? —Tony siente asco al escuchar a ese hombre repetir el apodo que era exclusivo de Steve y él— porque de aquí saldrás solo conmigo... —lo sujeta del cuello con fuerza para levantarlo del piso y luego azotarlo con la pared, viendo como una fotografía cae de la mesa que destruyó con su fuerza— vaya... que interesante —descubriendo que era la foto que Peggy tenía mientras seguía sujetando a Tony del cuello, con menor fuerza que antes— con que aún existe esta fotografía... —vuelve a mirar a Tony que trataba de recuperar el aliento después de ese ataque— perdón, a veces puedo ser algo tosco... te acostumbraras
— Púdrete... —escupe molesto Tony, mientras trata de golpearlo en la entrepierna
— ¡Vaya! —sorprendido— diste buena batalla, lo admito... —vuelve a apretar su cuello, pero esta vez con otra intención, algo más lasciva, para mirar fijamente al joven Stark— supongo que el exsoldado te enseño bien... —sujeta los brazos del joven con su mano suelta, para subirlas sobre su cabeza—, pero no te enseño todo... —lo golpea fuerte y directamente en la boca del estómago.
Tony siente el dolor más intenso del mundo, ese golpe había estado cargado con extra de cizaña y al instante su cerebro se bloqueó por completo, perdiendo lentamente el conocimiento y el control de su cuerpo, cayendo sin poder evitarlo en los brazos de ese falso Steve. El hombre atrajo al joven hacia él, lo pego a su pecho y olfateo su cabello con sumo deseo, en verdad lo enloquecía; lo volteo y acaricio su rostro con pausa, había anhelado hacer esto por tantos años, que pensó que jamás lograría hacerlo. Acercó su rostro a Tony, y pensó unos segundos en besarlo, pero se detuvo, lo deseaba con ahínco, sin embargo, no quería hacerlo así, quería que, al momento de poseerlo, fuera consciente y que Tony lo deseara de igual forma.
— Eres tan hermoso... —volviendo a acariciarlo— te deseo como jamás nadie lo ha hecho, y te prometo que cumpliré todas tus fantasías... —besa la frente del joven— esta si es una promesa que si se concretara —ve la foto en el suelo y la toma con cierta nostalgia, había olvidado como era antes, pero ese sentimiento no era el importante ahora, por lo solo la utiliza para dejar claro su mensaje— él no intervendrá en nuestro futuro, el futuro que realmente nos correspondía a los dos... —toma al joven en sus brazos y se encamina a la puerta— solo seremos tú y yo... por toda la eternidad —dejando la fotografía clavada a un costado del umbral.
Chapter 18: XVIII
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— ¡¿Qué hiciste?! —gritó fuera de sí Steve
— Solo tome lo que por derecho era mío... —respondió el hombre en la pantalla— o más bien, mi súper soldado lo hizo... —mostrando un reloj en la pantalla— ya debe haber realizado el trabajo y no tardará en llegar —al instante Steve mira la puerta, considerando el ir lo más rápido posible— eso no servirá... ya es muy tarde
— ¿Quién eres? —pregunto agitado Howard
— Stark... —volteando hacia él— un gusto conocerlo cara a cara —ríe— entre comillas, claro —carraspea— mi nombre es Armin Zola, Doctor y ayudante del Doctor Johann Schmidt
— Eso es imposible —comentó Peggy— usted falleció en 1970
— Cierto, mi cuerpo pereció... pero mi mente era muy valiosa para HYDRA y no se darían el lujo de perderla, así que mi mente fue transferida a esta super computador y así he llevado el liderazgo de HYDRA todos estos años
— ¡Yo destruí HYDRA! ¡Ya no existe! —grito Steve
— Al menos oficialmente no, pero hemos logrado resurgir entre las cenizas, dar grandes avances en la historia y la tecnología mundial, adelantar grandes eventos y sucesos... y tomar lo que nos corresponde —su mirada se fija en James— mi querido soldado del invierno, es un gusto verte —Bucky endurece su mirada— es una pena el cómo terminaron las cosas entre nosotros, teniendo en cuenta el magnífico equipo que hacíamos
— ¡¿Qué fue lo que hiciste?! —insistió Steve— ¡¿Dónde está Tony?! —Howard y María miraron aterrados al soldado
— ¡¿Qué le hiciste a mi hijo?! —grito furiosa la madre
— No, mi tierna dama —responde el hombre con cortesía— la pregunta correcta es que le hizo el Capitán América a su hijo —ambos padres vuelven la mirada a Steve— si él hubiera dejado correr la línea temporal como corresponde, en vez de alterarla... su hijo tendría una vida diferente, quizás no muy larga, pero al menos medianamente feliz... —mira a Steve— pero el ex Capitán América volvió a escoger a su mejor amigo, sobre el joven Stark —Bucky apretó las manos conteniendo la rabia que comenzaba a dominarlo— si hubiera dejado al soldado del invierno en mis manos, nada le estaría pasando a su hijo... bueno, salvo llorar la muerte de sus padres —soltando una risa algo maniaca— así que... tuve que buscar supersoldados con lo que tenía a la mano —su rostro se endurece— me despojaron del soldado del invierno, luego trate de tener al mismísimo Capitán América, pero también me lo negaron, lo que incluso me llevo a mi muerte... así que tomé mi tercera opción —ríe con ahincó— el Gran Anthony Edward Stark
— ¡Hijo de Perra! —grito furioso Steve
— ¡Que lenguaje, Capitán! —comentó entre risas— guardemos la compostura, por favor, además... ¿Qué otra opción me dejabas? —subiendo una ceja— le estabas negando al mundo a su gran salvador, el Gran Iron Man... —todos se miran confundidos— ¿Acaso no les dijiste que en la otra línea temporal dejas morir a Tony Stark? —los tres matrimonios cargan la mirada en Steve— lo dejaste morir, lo dejaste sacrificarse, cuando claramente era su deber... y lo separaste de su familia, de su esposa y de su hija... —sonríe de lado— porque si no estaba a tu lado, no estaría con nadie más ¿Verdad? —Steve sentía la bilis quemar su esófago, mientras todos los demás trataban de comprender lo que Zola decía, salvo María que comenzaba a comprender un poco más la historia de ese pasado tan doloroso— y ahora por tu maldito egoísmo, estas repitiendo la formula... así que tenía que tomar cartas en el asunto —suena una alarma que resuena bastante fuerte por los altavoces— vaya, parece que ya llegaron y comenzaron desde ya con los trabajos...
— ¡¿Qué quieres con mi hijo?! —vociferó Howard
El hombre sonrió por varios segundos, estaba disfrutando esto de una manera impresionante—solo que pueda transformarse en quien merece ser, toda su vida lo han limitado, le han negado su verdadera naturaleza, le han mentido, lo han engañado, han escogido a otros sobre él... —chasquea la lengua— Howard escogió a Steve sobre Tony, Steve escogió a Bucky sobre Tony y así la lista podría seguir... nunca nadie se ha detenido a preguntarle lo que él quiere
— ¿Y acaso tu sí? —pregunto Bucky— ¿Acaso lo hiciste conmigo? —voltea a todos los hombres muertos en la sala— ¿O con ellos? ¿Acaso les diste la oportunidad?
— Contigo fue diferente, mi querido soldado del invierno —respondió— a ti te transforme en lo que yo necesitaba, en cambio a Tony le daré lo que siempre ha querido, gloria, reconocimiento, grandeza, satisfacción con el mismo, un propósito y sobre todo... una vida al lado del único ser al que más ha amado —mira al Capitán América— Steve Rogers... —Howard voltea la vista hacia Steve y el hombre eleva ambas cejas en fingida sorpresa— ¿No lo sabías? —le pregunta al padre, para después explotar en una sonora carcajada— veo que aun eres incapaz de enfrentar a tus miedos, aun no puedes dejar de decir mentiras... —mira al Stark— tu hijo es la razón por la que Steve volvió a esta línea temporal, la razón porque permaneció cerca de ustedes, la razón porque hizo todo esto... —encendiendo y apagando las luces de la gran sala para aclarar s punto— porque solo lo quiere para él y no está dispuesto a compartirlo con el mundo... tan así que hasta ya lo deshonró... ya lo hizo hombre —vuelve a reír con malicia— entre comillas, por supuesto —al instante, la respiración de Howard comenzó agitarse. Steve solo bajó su cabeza apenado y avergonzando— ¿Quién diría que el hijo del Gran Howard Stark... era un desviado? —sonríe— y todo por culpa del Gran Capitán América...
— Cállate... —masculló Steve— no tienes idea de lo que estás hablando... —subiendo la mirada— ¿Dónde está Tony?
El hombre celebra su pregunta, con una mueca de burla— justo iba a mostrártelo, no impacientes... —respondió— quiero que todos vean como lentamente irá naciendo el Gran y mejorado Iron Man
La pantalla se apaga por unos segundos, para luego dividirse en dos, mostrando una ventana y detrás de ella, personas con traje clínicos, máquinas por doquier y una camilla ocupada; el silencio reinó unos segundos, hasta que unos forcejeos se vieron a través del cristal y los gritos de dolor detuvieron la respiración de muchos en la oficina.
— ¡Tony! —grito aterrado Steve
— ¡Déjalo! —gritó su madre comenzando a llorar— ¡Por favor, déjalo! —los gritos de su hijo no cesaban— te lo imploro... —la mujer sentía como su corazón se partía en mil pedazos, cada grito de dolor de su hijo, lo sentía como propio. Jamás debió permitir que Tony estuviera lejos de ella, se sentía tan culpable
— ¡Maldito infeliz! —la voz de Bucky trataba de contener la rabia, pero era imposible controlarlo, hace años que no sentía unas ganas tan incontrolables de matar, pero por Tony, estaba dispuesto a asesinar a quien fuera que se cruzara en su camino.
Howard permanecía impávido, se negaba a creer lo que sus ojos veían— ¿Qué es lo que quieres? —pregunto fingiendo calma— puedo darte todo lo que pidas, dinero, armas... de última tecnología —su voz se quiebra y su esposa toma su mano con sumo dolor— Industrias Stark, todo mi dinero, los códigos del arsenal nuclear, puedo hackear a todo el mundo por ti y dejar que vuelva a la edad de piedra —todos los miraron sorprendidos— incluso mi miserable vida... pero te lo imploro, por favor... deja a mi muchacho —las primeras lágrimas caen y su mujer lo abraza. Era la segunda vez que veía a Howard llorar, la primera fue... cuando Tony nació.
— Eso me conmovió, Stark... en verdad que si —los gritos prosiguen y ambos padres cierran los ojos aterrados. María apretaba con fuerza la mano de su esposo— pero nada de lo que me ofrezcas, vale lo que ya tengo en esa camilla... —sonriendo ufano.
Y James interrumpió de manera veloz, estaba dispuesto a lo que sea, por ver a Tony libre y a salvo— espera... puedo volver, solo dime donde están y volverá a HYDRA... —Steve lo miró con terror, sintiendo como su corazón se partía en dos... después de mucho tiempo—seré nuevamente el soldado del invierno, asesinare a quienes me pidas... solo por ti —sin ninguna duda en su voz— pero deja a mi ahijado en paz...
Zola no pudo evitar sorprenderse, no esperaba una propuesta así y era bastante tentativa, era mucho más fácil volver a controlar una mente que ya estaba dañada— ¿Harías eso por él?
— Sin siquiera dudarlo —respondió James. Todos ahogaron un suspiro de terror.
— ¿Y qué harás antes de eso? —pregunto— ¿Le contaras que eres el responsable de la muerte de sus padres? —Bucky tembló— ¿Acaso buscas redimirte de tus pecados? ¿Salvar tu alma de la condena eterna? —ríe con suma maldad— no, mi querido ex soldado del invierno... ya no me interesan vejestorios como tu
Y Steve comprendió cuál era la única opción y la más razonable, además que no implicaba perder a las dos personas que más quería y amaba en el mundo— ¿Qué hay de mí? —James lo miró con terror, esa no era ni siquiera un opción, él debía ser el sacrificado, no Steve, no Tony— puedo ser parte de las filas de HYDRA, seré tu soldado más leal... ¿No quisieras tener al Gran Capitán América entre tus líneas? —inhala con seguridad— yo a cambio de Tony... —se escucha un grito desgarrador— por favor...
Pero el hombre solo dibuja una sonrisa de triunfo— no, no es necesario... —contestó con desinterés— con el que ya tengo, me basta... —sonríe con calma— además, en cuanto terminen de colocar toda la metralla suficiente en el pecho del joven Stark y borre cada momento de su vida, Superior Iron Man nacerá... —ríe con entusiasmo— y ten por seguro que al primero que mandare a matar será a ti, Capitán América —mira a James— luego al padrino... —mira a Howard y María— y por último a sus padres... y cuando haya despedazado los cuerpos de estos, le devolveré su mente... solo para que se dé cuenta de todas las atrocidades que ha cometido y como asesino a los que más amaba con sus propias manos... —inhala feliz— en ese momento, me pertenecerá para siempre, libre y sin ataduras... —Steve sintio como las náuseas abundaban su boca, mientras que María comenzaba a llorar desconsoladamente, y Howard la abrazaba, tratando de mantenerse firme.
— ¡Steve! —grito una voz lejana entre dolores insoportables
— Tony... —dijo Steve mientras su voz se partía y las primeras lágrimas caían— te lo imploro, por favor... —cae de rodillas completamente rendido— déjalo ir, te lo suplico... —comenzando a aumentar el llanto y cómo las fuerzas lo abandonaban— ¡Déjalo ir! —entre balbuceos. Este dolor, esta preocupación y desolación no la sentía desde que vio... al otro Tony fallecer y la sola idea de que esa historia se repitiera, lo carcomía hasta niveles insospechados.
El hombre sonreía a todo lo que daba la anchura de la pantalla— ¿Quién diría que algún día podría ser testigo de la rendición absoluta del Capitán América? —suelta una carcajada sumamente diabólica— supongo que el suero del Super Soldado no hizo indestructible tu corazón... —se escucha un último grito de dolor— supongo que incluso los super soldados tienen una debilidad —mirando fijamente al soldado— y disfrutare como no tienes idea el hacerlo sufrir a él... y a ti
— Por favor... —dijo una voz entre susurros— ayúdenme... — y completamente sobrepasado por los dolores y torturas impartidas, Tony perdió el conocimiento
— Al fin se rindió —dijo seguro— y creo que mis hombres ya terminaron su labor —las puertas y ventanas de la oficina se volvieron a abrir; la habitación salió de modo seguro— disfrute su nueva vida, Capitán... por lo menos hasta que mi nuevo super soldado llegue por usted —sonríe victorioso— adiós... —la llamada se corta
— ¡¡NO!! —grito fuera de si Howard— ¡Espera! —se arrodilla y abraza desconsolado a su esposa
— ¡Maldición! —grito Steve— ¡Malditos! ¡Hijos de perra! —tirando el escudo a lo lejos e incrustándolo en una pared— ¡Malditos! ¡Malditos! ¡¡MALDITOS!! —toma el escritorio y lo destruye en mil pedazos — ¡¡¡AH!!! —con la cólera inundando su corazón y el dolor brotando en lágrimas— ¡TONY!
Chapter 19: XIX
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El pecho ardía demasiado, se sentía hirviendo, magullado y muy tirante, como si algo extraño estuviera en medio de todo su torso, trataba de abrir los ojos, pero aún se sentía muy mareado, además, el lugar estaba bastante oscuro, era imposible saber con certeza donde estaba. Sintio ruidos a su alrededor, pequeños pasos que se acercaban y cuando comenzó a abrir más los ojos, la calma volvió a él, Steve estaba ahí, a su lado, quizás ya lo había salvado del tormento de hace algunos momentos, pero la suspicacia volvió. Su corazón le gritaba que reaccionara, ese no era su Steve.
— Al fin despiertas, beloved... —comentó el hombre— admito que me partió el alma verte sufrir tanto, pero valió la pena, cada cosa que pasaremos ahora... valdrá la pena —tomando su mano
— ¿Dónde... estoy? —tratando de moverse— ¿Qué es... esto? —dándose cuenta de que está amarrado a la cama
— Si, disculpa por eso —agregó— tuvimos que sujetarte bien, es más que nada para que no te dañes a ti mismo o quieras escapar —su voz se tensa—, que te fueras lejos, eso jamás lo soportaría... me moriría de la pena, pero muy pronto te soltaremos, en cuanto el proceso se termine
— ¿Proceso? —repitió algo aturdido, sintiendo un dolor agudo en el pecho la tratar de subir la cabeza— ¿Qué me hicieron?
— Solo fue el primer paso, para cuando terminemos... todo el dolor que alguna vez sentiste, lo olvidarás por completo —sonriendo— y al fin podremos vivir esta vida que tanto hemos soñado
Completamente confundido— ¿Qué mierda estas diciendo? —tratando de mover los brazos
— Lenguaje —respondió. Tony palideció, sonaba igual a Steve, se veía igual a Steve, pero no era él ¿Qué es lo que estaba sucediendo?
— ¿Quién eres? —consultó la duda que lo carcomía
— Soy Steve —respondió seguro— ¿No me digas que olvidaste eso? —riendo con gracia
— ¿Quién eres... en realidad? —insistió con rabia contenida
— Soy Steven Grant Rogers, nací el 4 de julio de 1918, mi padre es Joseph Rogers, mi madre es Sarah Rogers, nacido y criado en el hermoso Brooklyn... —vuelve a sonreír— ¿Quieres que siga?
— No lo entiendo... —dijo confundido el joven
— Déjame explicártelo mejor —acerca una silla y se sienta a su lado— yo soy el verdadero Steve Rogers, al menos el de esta línea temporal —Tony permaneció en silencio tratando de mantener la concentración, aún estaba algo adormilado por el dolor y de seguro todas las drogas que le suministraron— yo fui el que salvó a esas miles de almas, quien se sacrificó por la libertad, por América... y terminó congelado en el hielo —exhala por la nariz con cierta pena— perdiendo todo lo que más amaba, todo lo que defendía, todo lo que alguna vez creí justo —mira hacia otro lado— hasta que HYDRA me encontró, o mejor dicho... me salvo
¿Él Steve de esta línea temporal? ¿Eso era posible? Su mente buscaba ordenar ideas y momentos, conectar todo lo que Steve le había dicho, pero los tiempos y circunstancias no calzaban.
El hombre prosiguió— se habían dado cuenta que alguien quería arruinar sus planes, que alguien sabía mucho de ellos, todo lo que hacían, sus métodos, sus ataques, hasta el funcionamiento más interno, ahí fue cuando rastrearon a el falso Steve y se dieron cuenta que estaba vivo, que no había muerto en el hielo y cuando perdieron al soldado del invierno, confirmaron sus sospechas de que este hombre que venía arruinando sus planes desde hace años... no era el Capitán América que habían enfrentado años atrás, así que, empezaron a buscar una respuesta a la incógnita, y dentro del hielo que se suponía no debía haber nada... me hallaron...
Su voz se detiene, como si el hombre volviera analizar todo lo que había pasado y cómo es que su vida había acabado en este lugar y con esta gente, con una organización que se suponía debía odiar, perseguir y tratar de destruir a toda costa.
— No me malinterpretes, en cuanto supe quiénes eran los que me habían salvado, quise escapar, dar aviso al gobierno de todos su planes... y volver con Peggy —lo mira con pena— bueno, en ese tiempo creí que ella era el amor de mi vida —toma la mano de Tony— pero en unos de mis muchos intentos de escape, después de todas sus torturas, de todos sus intentos de controlarme, de doblegarme, volví al mundo... a mi tierra natal, América —inhala con fuerza— ¿Y qué fue lo que me encontré? —se pone de pie algo molesto— que un idiota se estaba haciendo pasar por mí, que estaba viviendo mi vida y que... me había arrebatado todo lo que por derecho, era mío —Tony traga en seco, sabía que habla de su Steve— pero no, no era un farsante, un impostor, era yo... una versión mía, pero de otra línea temporal —suspira sobrepasado— que se había devuelto a esta línea para recuperar la vida que había perdido.
Eran tantas, pero tantas preguntas que lo atacaban, que no sabía cómo ordenarlas, como expresarlas, además de los miedos a las mentiras que comenzaban a alimentar la desconfianza, pero no quería eso, se negaba a siquiera dudar de Steve, era justamente lo que este hombre quería y no se dejaría doblegar tan fácil; su padrino se lo había mencionado una vez, cuando pregunto que le había hecho HYDRA, y este le dijo que ellos buscaban tus recuerdos más hermosos y hacerte dudar de ellos y los sentimientos que los rodean. No iba a permitir que eso pasara.
— Pero... —comento con algo de miedo— creí que... Steve había salido de ese iceberg por sí solo, o sea... que él había vuelto a ese preciso momento en el tiempo, para no afectar la línea temporal —tratando de ordenar sus palabras, pero dándose cuenta de que ya habían cambiado con creces la línea temporal, aunque no quisieran.
— No —respondió el hombre— su plan era volver un tiempo después, encontrar a Peggy y casarse con ella —con cierta rabia en la voz.
Y en cuanto dijo eso, Tony sintio un dolor estomacal, pensado que, si su tía Peggy no hubiera estado casada con el tío William, jamás habría podido estar con Steve y que quizás hubiera tenido que crecer viéndolo al lado de otra persona y con el dolor de un amor no correspondido ¿En verdad las cosas se habían alineado tan bien para que los dos pudieran estar juntos? ¿En verdad era una mera casualidad o había algo más? Esa voz interna le decía que había algo mucho más grande debajo de todo esto.
— El plan llegar aquí y vivir una vida tranquila, oculto en las sombras, mientras el verdadero Steve seguía en el hielo, congelado, completamente destrozado y solo, para despertar abrumado en un futuro que no conocía, sin amigos, sin familia y listo y dispuesto para volver a ser el Capitán América, logrando así... jamás afectar la línea temporal y sin tener que volver él a ser jamás el Capitán América
Tony dudo casi un minuto, no podía creer algo así ¿Steve se podía hacer algo así a si mismo? ¿Estaba bien? ¿Estaba mal? La línea era muy delgada. Y la conversación que tuvieron hace horas afloró nuevamente ¿Steve podía dejar a su propio yo sufrir para ser feliz? ¿Eso era egoísta? Y si el otro Tony apareciera en esta línea temporal... ¿Él estaría dispuesto a sacarlo de su camino para poder estar con Steve? ¿Dañaría a su otro yo... solo para ser feliz? ¿Era capaz de hacerse eso a si mismo? ¿Eso era egoísmo?
La continua exposición del hombre, lo volvió a la realidad— pero decidió no hacer eso, cambió todo... absolutamente todo —voltea a ver a Tony— todo con tal de recuperarte...
— Eso... no es tan así —respondió el joven entre titubeos
— Bueno, otras razones de peso tendrán, pero esa es la principal verdad, aunque el jamás te la diga de frente —comentó— esa es la gran diferencia entre yo y él... yo jamás te mentiría, no soy como él —acercándose nuevamente y mirándolo detenidamente— y la verdad, si lo analizo con detalle, agradezco tanto que haya hecho todo lo que hizo y que se diera como trabajo cambiar la línea temporal —sonriendo a todo lo ancho— porque si no, jamás hubiera tenido la oportunidad de conocerte, o más bien, de llegar a saber lo que íbamos a sentir el uno por el otro —Tony comenzó a temblar de miedo— no temas, es algo bueno, de verdad —se sienta— veras, cuando caí en la cuenta que no podría recuperar mi vida, me rendí y HYDRA volvió a encontrarme, me ofreció una nueva vida y aunque al principio opuse resistencia, me di cuenta que el mal era algo que no se podía controlar, porque era parte de cada uno, incluso de los más puros y honestos... como el propio Steve Rogers, capaz de sacrificar a su otro yo, por su felicidad egoísta —Tony sintio un nudo en la garganta. Recordó lo que Steve le había dicho hace algunos días "no es ser egoísta, es pensar en nuestra propia felicidad".
— Steve... no es así —respondió con timidez
— Todos los somos en el fondo, dispuesto a lo que sea por ser felices... aunque sea por un corto momento —acomodándose en la silla— yo lo descubrí de la peor forma, cuando mi propio yo... me traiciono —sonríe con rabia— ¿Por qué? Porque te quería solo para él, no estaba dispuesto a compartirte con nadie más, menos consigo mismo
— Eso no tiene ningún sentido —refuto Tony.
Pero con el miedo latente, era la duda de lo seguía persiguiendo respecto al otro Tony; él ahora solo quería a Steve para él y si el otro apareciera, pelearía por Steve, no se atrevería a perderlo tan fácil y menos con otro Tony... ¿Eso lo convertía en lo mismo que esté Steve? ¿Era una mala persona? ¿Podía terminar transformándose en un ser lleno de celos, odio y resentimiento? Estaba tan asustado y no sabía si le temía más a ese hombre o a sus propios sentimientos.
El hombre lo miró fijamente, notando el debate que se formaba dentro del joven— quizás no tenga mucho sentido todo lo que digo, pero de algo si estoy seguro... —toma la mano de Tony y la acerca a su boca— somos idénticos él y yo... matamos a inocentes, con la excusa de las órdenes o la libertad, perseguimos metas inalcanzables, mentimos para encubrir verdades horribles y sumamente dolorosas... —besa la mano de Tony— y no estamos dispuesto a renunciar a ti —se pone de pie— en ninguna circunstancia, pero al final... solo uno de los dos podrá tenerte —haciendo una mueca de disgusto— y si lo tomamos por las leyes cósmicas de la línea temporal... yo soy tu Steve, no él —Tony sintio las ganas de llorar apretando su garganta. Ahí estaba la verdad que no quería escuchar— él tuvo su Tony y su historia de amor con él... pero su Tony está muerto y se vino a esta línea buscando un reemplazo —lo mira con cizaña— eso eres para él, un reemplazo del verdadero Tony, del Tony al cual el amo y… al cual sigue amando hasta hoy en día
— Cállate... —comentó el joven conteniendo las lágrimas— eso no es cierto...
— Claro que lo es —indicó seguro— él debió aceptar su destino y quedarse allá con el fantasma de su Tony, pero en cambio vino a mi línea temporal... a robar al mío —le sonríe— de seguro está buscando cómo transformarte, como hacerte parecer más a él, para que no le sea tan difícil el poder amarte... —el joven voltea la mirada incapaz de seguir viéndolo— ¿Ya te contó historias del otro Tony? ¿Las cosas increíbles que logró hacer? ¿Te dijo que tú también podrías lograr hacer cosas así? —el corazón de Tony aullaba en dolor, pero eso no era cierto, solo eran sus técnicas de tortura que su padrino le menciono, no debía caer ante ellas— ¿Ya te comparo con él? —la primera lágrima cayó— yo jamás haría eso... ¿Sabes porque? —secando su lágrima— porque para mí no existe otro Tony... más que tu
El joven no lo miro en ningún momento, pero si le soltó un intento de defensa— estas completamente loco —el hombre se separa de él
— Tal vez... —acercándose a un mesón— pero mi locura es idéntica a la que tiene tu Steve —enmarcando cada sílaba
Y la valentía se hizo presente— ¡Steve no es así! —grito Tony
— Eso lo veremos —tomando un control y volviendo a él— por mientras ¿Por qué no vez algo que logramos rescatar de su mente? Es cuando logramos aprisionarlo —acercándose a las bisagras de la cama— pensó que queríamos doblegarlo, unirlo a nuestras filas —ríe— qué estúpido, ya me tenían a mi... no lo necesitaban en absoluto, solo querían su memoria, todo lo que sabía que pasaría en un futuro posible y de paso, retirarle el suero del super soldado —haciendo una mueca de disgusto— con un super soldado bastaba, dos eran demasiados —agachándose para subir las bisagras de la cama—, pero el experimento no salió como planeamos y le terminó entregando más longevidad, más resistencia al paso de los años y una juventud más tardía —subiendo la cama— cosa que ahora aprovecha para pasar cada minuto que tiene pegado a ti —con su voz cargada de molestia—, pero no me importa, en cuanto tuve acceso a esas memorias... —lo mira fijamente— descubrí nuestra verdad, todo lo que vivimos, todo lo que nos amamos, las veces que nos entregamos al otro... y aunque nunca te había visto, el amor hacia ti nació sin control... —termina de subir la cama— es como si este amor hubiera nacido conmigo
Eran sus mismas palabras, exactamente las mismas palabras que le dijo a su Steve cuando le trato de explicar porque lo amaba y hace cuanto tenía este sentimiento. Cada segundo que pasaba se confirmaba más y más que se parecía mucho a este hombre, como si fuera la versión de él ¿En verdad este hombre era el Steve que le correspondía a él? ¿Era porque ambos estaban igual de trastornados con su amor? Por qué en el fondo este hombre y él... eran iguales ¿Era su destino? Dos personas tan trastornadas como ellos dos al parecer debían estar juntas.
Eso podría explicar porque jamás se sintió a la altura de su Steve, porque en realidad nunca fue una buena persona, toda su vida estuvo fingiendo ser alguien que no era y dejaba claro también porque su Steve, jamás fue suyo en verdad... siempre le perteneció al otro Tony; su destino es ser dominado por el odio y el resentimiento y ser la versión trastornada de Tony Stark, al lado del Steve supersoldado, ambos luchando juntos por HYDRA. No había nada más para su futuro.
El hombre se para a su lado— y ahora por fin te tengo, frente a frente, a pasos de cumplir nuestro verdadero destino, el de estar juntos... y dominar HYDRA y todo el mundo —sonriéndole con orgullo— él sería capaz de sacrificarte por el bien del mundo, ya lo hizo una vez... en cambio yo te daría el mundo o lo volvería cenizas... si tú me lo pidieras, o si alguien se atreviera a siquiera a dañarte —acaricia su rostro— y ahora me siento mucho más realizado cuando termino siendo el único dueño de tu corazón —mira el pecho del joven— literalmente...
— ¿De qué hablas? —pregunta Tony dirigiendo su mirada hacia su propio torso. Algo brillaba, aún en toda la oscuridad, tenía un color celeste intenso y tardó solo unos segundos para darse cuenta de que era el motivo de su dolor— ¡¿Qué es eso?! —aterrado
— Es tu nuevo corazón, lo que nos permitirá estar juntos para siempre y… alejarte para siempre de él —comento— o, mejor dicho, lo que evita que tu corazón muera... —alejándose— en el futuro, tu alter ego de superhéroe... Iron Man, nace producto de un secuestro, lo que terminó con tu corazón rodeado de metralla y para evitar que te matara, creaste eso —señalando lo que estaba en tu pecho— nosotros solo adelantamos el proceso varios años
— ¡Estas enfermo! —grito aterrado— ¡Sácame esto! —tratando de zafarse de las ataduras
— ¡No te muevas! —grito preocupado— aún es solo un prototipo, no tenemos tu intelecto y al parecer nuestros científicos se excedieron con la cantidad de metralla, así que no tenemos completo control de todas... —Tony sintio un nudo horrible en la garganta—, pero yo sí, o al menos de tu corazón —sube el control y aprieta un botón.
Tony da un grito ahogado de dolor, era el dolor más insoportable del mundo y sentía como su corazón se estrujaba ¿Buscaba destruir su corazón? ¿dejarlo sin emociones ni sentidos? ¿Así sería más fácil controlarlo y poder transformarlo en lo que al parecer estaba destinado?
— ¿Qué... es esto? —jadeando
— Soy el nuevo dueño de tu corazón, Tony Stark... —vuelve a apretar el botón y Tony siente el dolor intenso recorrer su pecho. La máquina de control de signos cardiacos vuelve a dispararse— cada vez que me desafíes, que me trates mal, que me desprecies, bastará con apretar este botón y la metralla se acerca nuevamente a tu corazón —sonríe con triunfo— esto claro hasta que te rindas y aceptes... que soy el único dueño de tu corazón —vuelve a apretar y Tony grita por todo lo ancho
— Basta... por favor —unas lágrimas de dolor caían, mezclándose con el sudor naciente
— Descuida, no lo haré más —acercándose a un televisor frente a la cama— aunque no lo creas, me parte el alma verte sufrir, pero es para que entiendas la profundidad de lo que siento y lo que tomará para que nuestros caminos queden sellados de una vez y para siempre —prende el televisor— y esto es para que entiendas que tu Steve no es tan santo como toda tu vida te hicieron creer —el televisor chicharrea unos segundos, hasta que muestra una imagen, o mejor dicho un video— esto lo rescatamos de la memoria de él, para que veas lo que le hizo a su Tony en ese futuro que busca enterrar... lo mucho que lo hirió —inhala— y como trato de matarte...
— ¿Ma... tarme? —comentó entre jadeos de dolor
— Tal vez mis ojos cambien a un color rojo cuando entró en acción —apretando el botón de reproducción— pero el azul de los ojos de tu Steve siempre estuvo empañado...
Chapter 20: XX
Chapter Text
Steve aún tenía la respiración agitada, sus manos le ardían por culpa de los golpes de rabia que estrello contra la pared, la cual se había llevado la peor parte, con un enorme agujero en el centro. Peggy estaba sentada junto a María, abrazándola y conteniéndola, la mujer no podía parar de llorar, sentía tanto miedo, tanto odio, tanta preocupación y tanta culpa, jamás debió aceptar dejar a Tony solo; si algo le pasaba a su bebe, no soportaría seguir viviendo, no podría.
Y el ver a su esposo tampoco le entregaba calma, Howard se paseaba de un lugar a otro como un león enjaulado, considerando cada posible forma de salvar a su hijo, incluso el prototipo experimental del suero del súper soldado que habían creado estaba dispuesto a inyectárselo y correr los riesgos de los efectos secundarios, con tal de salvar a Tony.
Nick y William revisaban el sistema de seguridad, viendo la posibilidad de rastrear la llamada o detectar el lugar de origen, mientras que Bucky examinaba los cuerpos y la culpa lo carcomía, reconoció el rostro de unos cuantos hombres, había sido capturado con ellos, había sido torturado con ellos, había luchado con ellos, conocía sus historias, sus traumas y, sobre todo, sus horribles gritos de dolor, que compartieron muchos años juntos. Le partía el alma ver a otros sumamente jóvenes, quizás de la misma edad que Tony ¿Así podría terminar su ahijado? Negó esa idea al instante, no lo permitiría.
Se cercioro de buscar cualquier indicio o pista, se sentía tan inútil, nunca había añorado tanto poder recobrar la memoria de ese pasado tan horrible, viviría nuevamente ese infierno, una y mil veces, con tal de que Tony no sufriera, solo era un niño y merecía completa y absoluta felicidad; habían hecho todo esto para evitar que Howard y María fallecieran, para que sus pecados del pasado no se repitieran, pero el precio a pagar había sido otro, otra vez habían fallado.
Carol había salido a recorrer los alrededores, a grandes distancias, debían identificar cualquier lugar de inicio, de donde salieron, si aterrizaron en algún lugar lejano o si venían de una instalación cercana, mientras Hank le explicaba todo lo acontecido a las autoridades, quizás ellos podrían tener más información. Janet, por su parte, decidió preocuparse por el joven Rogers, como ella siempre gentilmente lo llamaba, debía apoyarlo, estaba en deuda con él.
— Mi joven Rogers —colocando su mano con calma en el hombro de este— estará bien, ya verás... —Steve la mira, sus ojos estaban rojos de ira y dolor— es un muchacho fuerte y le enseñaste mucho —le sonríe con dulzura— además, él sabe lo más importante
— ¿Qué cosa? —pregunta con desgana
— Que sin importar lo que pase —responde segura— tú irás por él, siempre...
Steve sonríe agradecido y sube su mano para colocarla sobre la de ella— gracias —contesta con cierta tranquilidad— no descansaré hasta encontrarlo
— Se que lo harás —agregó
— Es inútil... —comenta agobiado William— la señal está más que codificada —estirando el cuello —, estos malditos son unos genios —mira a su esposa— no hay mucho más que podamos hacer, al menos desde aquí
— Entiendo —responde Peggy, mirando de reojo a María que sollozaba en sus brazos. La situación no se veía para nada bien— ¿Qué otra opción tenemos? —mira a Nick
— Podemos rastrear la llamada —responde el agente— pero eso puede demorar
— ¿Cuánto? —pregunto Peggy
— Días... —mira de reojo a Howard, que sigue paseándose de un lado a otro— tal vez, semanas —suspira— lo lamento, pero aún no tenemos la tecnología para eso, al menos no como ellos...
— No puede ser que esa sea nuestra única opción —comento algo molesto William
Howard detiene sus pasos listo para ofrecer su idea, era estúpida, era apresurada y sumamente riesgosa, pero era su hijo y estaba dispuesto a lo que fuera por él, pero James fue más veloz— no la es, existe otra... —sacándole la insignia de HYDRA a unos soldados— conozco ese lugar —Steve voltea a verlo —es un laboratorio muy antiguo de HYDRA, lo reconocí por el viejo laboratorio... y también logré identificar a uno de los científicos —carraspea nervioso
— ¿Cómo estas tan seguro? —pregunta Janet
— Porque estuve ahí muchos años —la mira— fue uno de los lugares donde... me torturaron —la mujer traga en seco nerviosa— y estos dos hombres —señalándolos— son soldados de un batallón francés que HYDRA interceptó y destruyó, ellos fueron los únicos sobrevivientes... —todos lo miran fijamente— fuimos compañeros de celda, así que conozco muy bien sus rostros... y sus gritos
Howard sintio la bilis quemar su boca— malditos bastardos... —mirando a todos los soldados muertos— algunos son apenas unos niños, no más grandes que mi Tony... —y un recuerdo veloz cruzó su mente, algo que Zola había mencionado y su mirada se fue directo a Steve, que seguía fijo mirando a James.
— Si es que mi memoria no me falla... —prosiguió— al menos no por completo —exhala rendido— porque no puedo recordar la ubicación exacta... —mira a Steve con pesar— al tratar de recuperar la cordura, el cerebro suprime los recuerdos traumáticos, mi mente bloqueó todos esos lugares horribles, así que no puedo saber a ciencia cierta donde están —Peggy hace una mueca de desilusión— sin embargo, existe una forma de que recupere la memoria... —se acerca a Steve— cuando necesitaban utilizarme para repetir un trabajo específico, sometían a mi mente, a mis recuerdos para volver... —traga en seco— y servía, por lo tanto, si mi cerebro es expuesto a la misma presión, a la misma tortura a la que ellos me hicieron pasar, estoy casi seguro que los recuerdos volverán
— ¿Qué? —preguntó Steve atónito
— ¡¿Estás loco?! —pregunto molesto William— eso es completamente estúpido
— No, no lo es —respondió seguro— y por ahora, es la única opción que tenemos —toma la mano de Steve y le pasa la insignia de HYDRA— debemos acabar con ellos a como dé lugar, Tony es lo único que importa ahora...
— No discutiré estos contigo, Bucky —contesto firme
El hombre frunció el ceño— pues tenemos que hacerlo, y hacerlo ahora mismo—refuto
— No sabes lo que arriesgas— agregó Janet —podrías perder tu mente para siempre, podrías volver a ser el soldado del invierno, olvidarnos a todos o incluso... no sobrevivir —acercándose a él— es muy arriesgado
— Es una opción —sin titubeos en su voz— Tony es mi ahijado, es mi deber como su padrino el protegerlo y no me importa el riesgo que corra... —inhala decidido— además, tengo una deuda que pagar —su mirada se va hacia María, que lo mira con terror
— ¿Y qué pasa si tenemos éxito? —preguntó William— si salvamos a Tony, pero tu mente se pierde... ¿Qué crees que pensará él? ¿Crees que él estará de acuerdo con lo que has hecho? —mira a los demás— ¿Crees que nosotros aceptaremos algo así? —su voz se endurece— no cuentes conmigo para eso, en absoluto
James lo mira fijamente, le partía el alma dar esta respuesta, pero tenía que hacerlo— pues ninguna de sus opiniones me importa ahora mismo, lo siento... pero es la verdad —tratando de fingir calma— y en cuanto a Tony, él no debe entrometerse en esto, es mi decisión —insiste Bucky— es muy joven y es mi deber salvarlo
— No decidas por él —hablo Steve desde el error propio— yo también lo hice en el pasado, y lo pagué muy caro —Howard endureció aún más la mirada cuando Steve pronunció esas palabras
— Y tu... —indico ya algo molesto— deja por un maldito momento de tu vida escogerme a mí sobre él —mordiendo cada palabra— ahora es su turno de que alguien lo escoja, yo ya viví... él es el que debe ser salvado, no yo —acercándose a él con respiración agitada.
— No a costa de tu mente, Bucky —dijo firme Steve— además, el dolor que le causarías a Tony sería irreparable, el saber que sacrificaste todo por él —destruye la insignia algo irritado— no me malinterpretes, pero no eres el único que quiere acabar con HYDRA —inhala decidido— este tema ya está fuera de discusión
Pero para James eso fue la gota que rebalsó el vaso— ¡Eres increíble! —sumamente molesto— ¿Cómo puedes decir eso? ¿Por qué siempre yo? —mirándolo fijamente— ¡¿Hasta cuándo me seguirás escogiendo a mi sobre él?! —le grita fuera de sí. La culpa lo estaba matando.
Steve endureció el rostro furioso— ¡Nunca he escogido a uno sobre el otro! ¡Sabes que jamás podría! ¡Y tú sabes muy bien por qué! —le gritó de vuelta. No podía, no podía escoger entre los dos, era amores completamente diferentes, pero eran el centro de su vida, su existencia giraba en torno que James y Tony estuvieran a salvo. Prefería morir una y mil veces, antes que verlos a alguno de los dos... sufrir.
— Por favor, no discutan entre ustedes —agrega Janet— no sacamos nada con hacerlo —colocándose entre medio de los dos— y es justo lo que ellos quieren, además... —Howard se acerca a los tres y el silencio reina por largos segundos— Howard... ¿Qué sucede? —pregunta la mujer en un susurro
El hombre permanece fijo y estático mirando a solo uno de ellos, solo a Steve— ¿Es cierto? —pregunta con la respiración agitada.
Steve traga en seco— Howard... —tratando de encontrar las palabras entre dudas
— Respóndeme... —inhalando con fuerza— ¿Es cierto lo que dijo Zola? —cargándole con una mirada de sumo dolor y enojo.
El exsoldado inhalo buscando calma— sí, es cierto... —bajando su cabeza apenado, pero sin separar su mirada del hombre, no mostraría vergüenza o arrepentimiento, no podía. Este era el momento de dejar las mentiras atrás—, pero no como tú crees —el padre siente la acidez quemar todo su cuerpo— Howard... —elevando la mirada decidido— Yo Amo a Tony... —sin titubear— y el me ama a mi... esa es la única verdad —todo su cuerpo temblaba, pero buscaba ocultarlo.
El hombre solo aumentaba la sonoridad de sus inhalaciones, la ira comenzaba a dominarlo— ¿Te... —tragando en seco— ¿Te... acostaste con él? —con cierto asco en sus palabras
Steve le sostuvo la mirada por largos segundos, no había mejores palabras para explicar la situación, más que la verdad— Sí —firme.
Los demás no pueden evitar sorprenderse, nadie se esperaba una respuesta así y el ambiente se vuelve extremadamente tenso, aun entre toda la urgencia e incertidumbre que rodeaba el secuestro de Tony, ahora había que sumarle que Steve... y Tony mantenían una relación secreta ¿Cómo era eso posible? Hank se encargó de sacar a los policías del lugar, ya había suficiente gente presente, sumar más mirones era mucho más riesgoso y les rogó discreción a los hombres o se encargaría de usar todas las influencias de su industria, para secarlos en la cárcel.
Nick fingió seguir trabajando, esto no le incumbía, era un tema personal de la familia, mientras que Janet seguía atenta la conversación, y de alguna forma, una parte de ella le decía que ya sabía esto, ya lo sospechaba de alguna forma, pero el contexto la preocupaba un poco, así que decidió no juzgar antes de tiempo, un hombre como Steve Rogers, que era capaz de salvar miles y miles de vidas, a costa de su seguridad y su felicidad, debía tener una razón, tenía que existir.
Y en cuanto la afirmación fue dicha, William volteó al instante hacía Peggy, necesitaba saber la reacción de su esposa antes de considerar siquiera la suya, y es que esta situación era tan extraña como delicada. La agente respiraba sumamente agitada, quizás casi a la misma velocidad que Howard, y aunque quería mirar a María para ver su reacción, su vista no podía despegarse de Steve, repitiéndose la misma pregunta, una y otra vez ¿Qué fue lo que hiciste, Steve?
El rostro de Howard se desfiguró de manera alarmante— ¡Maldito depravado! —grita fuera de sí, mientras intenta abalanzarse sobre él, pero Bucky lo detiene— ¡Eres un enfermo! ¡Pervertiste a mi niño! —tratando de zafarse del agarre— ¡Y ahora lo tienen secuestrado por tu culpa! —las lágrimas caían por su rostro.
La culpa lo inundaba, le había fallado a su hijo, no lo había defendido cuando era pequeño y tampoco ahora ¿Qué clase de padre era? ¿En quién podía confiar ahora? Y su mente le gritaba una y mil veces, maldiciéndolo por dejar entrar a Steve en sus vidas.
— Howard, las cosas no son así —su voz se quiebra, mientras trataba de darse a entender— yo siempre he amado a Tony, incluso en la otra línea temporal... —ninguna explicación valdría. El hombre tenía el derecho moral y divino a reaccionar así, quizás igual de la misma forma que reaccionó Tony cuando supo la verdad respecto a la muerte de sus padres.
— ¡Lo viste nacer! ¡Lo viste crecer! ¡Te deje entrar a mi casa! ¡Te di mi confianza! —terriblemente angustiado, apenas si podía ordenar sus ideas— ¡Lo bañaste! ¡Dormiste con él en todos nuestros campamentos! ¡Eras su héroe! ¡Su mejor amigo! —furioso soltando lagrimas sin parar— ¡¿Hace cuantos años vienes abusando de él?!
— ¡No! —grito aterrado Steve— ¡Yo jamás lo toque! ¡Te juro por Dios!
— ¡Voy a matarte! —su voz se quiebra y se suelta del agarre de James— ¡Terminare esto yo solo! —se voltea en su lugar y busca una pared— ¡Me colocare el suero del súper soldado y te matare con mis propias manos! —acercándose a la pared— ¡Aunque me cueste la vida! —completamente fuera de sí.
James lo siguió aterrado, no podía permitir que cometiera una estupidez, mientras que Steve lloraba en silencio ¿Qué más podía hacer? Howard no escucharía razones, estaba nublado por el dolor y la ira, y la verdad, es que ya no tenía energía ni fortaleza para nada, toda la verdad se había revelado, Tony estaba secuestrado y en pocos días sería transformado en una máquina de matar o… terminaría muerto. Solo quería salvarlo, luego recibiría todos los castigos necesarios, incluso la muerte si era requerida; al parecer el sueño que habían tenido con Tony, el de hablar con sus padres y vivir sus vidas juntos para siempre... había sido solo eso, un hermoso sueño.
Howard estaba abriendo la caja fuerte, mientras James trataba de calmarlo— por favor, Howard... escúchanos primero
— ¡Cállate! —grito— ¡¿Acaso tú también sabías de toda esta mierda?! ¡También abusaste de él! —la caja fuerte se abre y el suero aparece en el rango de vista ambos
— ¡No! —grito James tomándolo primero. El hombre forcejea con James para quitárselo, mientras Hank entraba nuevamente a la sala y sin comprender mucho lo que sucedía, solo fue a ayudar al soldado
— ¡Howard, detente! —expreso Hank— lo que sea que este pasando, esta no es la solución y… sabes lo riesgos que tiene esta cosa —sujetándolo
— ¡No me importa! —grito— ¡Voy a matar a ese maldito violador! —escupiendo hacia Steve
— ¡Ya basta! —grito Mary poniéndose de pie— Howard, basta... —Peggy la suelta poco a poco, siendo recién capaz de mirarla, su reacción la aterraba— Hank, suéltalo... por favor —mirando a los hombres— él no hará ninguna estupidez, no hasta que me escuche...
Tanto Hank como James lo sueltan, pero se mantienen cerca de él ante cualquier eventualidad— María... —susurro el hombre viendo a su mujer dando el primer paso hacía él— ¿Qué...? —y su mente hace la conexión, era un genio y podía descifrar en cuestión de segundos— ¿Tu... lo sabías? —aterrado
La mujer camina con lentitud hacía él, tenía que calmarlo, no asustarlo más— no hables más, por favor... solo escucha —inhala con gran ahínco— las cosas no son como tú crees —su voz no titubea— Steve lo ama y nuestro pequeño lo ama a él —se para frente a él— esa es la única verdad que importa... —la mujer toma una de las manos de su esposo, mientras que con la otra acaricia su rostro— sé que es difícil de comprender o asimilar, pero él jamás lo toco, de ninguna de las formas que puedas temer y mucho menos, se aprovechó de él de ninguna forma, ni una sola vez... —exhala apenada— de hecho, esa fue la principal razón por la que se fue todos estos años y porque siempre lo rechazó —mira a Steve con cierto dolor, la verdad tenía que salir— porque cada vez que lo veía... recordaba a su Tony
Y Howard comprendió— ¿Te metiste con Tony en la otra línea temporal? —mirándolo fijamente— ¿Hace cuantos años vienes haciendo esto?
— No, Howard... —su mujer lo obligó a mirarla otra vez— ellos se amaban en ese futuro... Tony lo decidió
— Pero Zola dijo que Tony tenía una esposa y una hija... —su voz se quiebra, añorando una nieta— ¿También le quito eso? —soltando unas lagrimas
— Es una historia muy larga y complicada... —indico entre suspiros.
Steve mantenía la mirada fija en la escena, sin comprender como María sabía tanto, él le había adelantado algo, pero busco no darle mucho detalles para dejarlo claro que no podía tener nada con Tony, pero la mirada cómplice que se lanzaron María y James, dando entender que luego habría tiempo para que Howard supiera toda la verdad, le dio la respuesta. Bucky le había contado absolutamente todo a la mujer, y no supo si sentir alivio o temor.
Y la mujer decidió por todos los medios hacer entender lo que sucedía a su esposo— pero el amor que ambos sentían por el otro fue más grande... es como si hubiera sobrepasado las líneas del tiempo y espacio, y hubiera reencarnado en nuestro hijo
Steve contuvo el aliento ¿Esa era la respuesta? ¿Eso explicaba porque Tony sabía tantas cosas? ¿Explicaba porque dijo que sentía que lo amaba incluso antes de nacer? Que este amor... había nacido con él ¿Este Tony era una reencarnación del otro Tony? ¿Eso era posible? Porque en algunas cosas eran tan diferentes y en otras tan similares. Y algo extraño sucedió, se percató que ya no llamaba al Tony de la otra línea temporal... su Tony ¿Ya no lo era? ¿Este hermoso y encantador joven Tony Stark era ahora su Tony? ¿Prefería a este que al otro? Estaba tan confundido.
Y Steve salió de sus debates al notar la mirada de ambos padres fija en él— y aun si lo... toco —Steve tiembla— fue con el consentimiento de Tony, porque este así lo quería y cuando ya tenía la mayoría de edad... ellos no han hecho nada malo, solo amarse —sonríe con pesar— y mucho menos, Steve puede o debe ser culpable de lo que HYDRA está haciendo —mira con suma dulzura a su esposo— lamento que hayas tenido que enterarte así, y lamento muchísimo no habértelo dicho antes, pero era sumamente complicado de explicar... —inhala por la boca buscando calma— Steve luchó por contener su amor, negarlo sin importar el sufrimiento... por muchísimos años, pero al amor no se le pueden colocar barreras... —deposita un corto beso en sus labios— tú y yo lo sabemos mejor que nadie... —coloca su frente sobre la de él— recuerda lo mucho que tuvimos que luchar para poder estar juntos —exhala— por favor, trata de entenderlo
El pecho de Howard aún subía y bajaba de agitación, estaba tan molesto, tan dolido, tan confundido, pero era increíble la calma que su mujer le entregaba, siempre había bromeado que María era su cable a tierra, mientras él se perdía en las nubes o se dejaba llevar por sus emociones, pero ahora comprendía que era realmente cierto. Solo faltaba una cosa para estar en completa paz, su hijo.
Y viendo la escena, Steve decidió que era momento de hablar, de defender su palabra y la honra de Tony, sin importar las consecuencias— con Tony queríamos decírselos, íbamos a esperar que este día pasara y les diríamos toda la verdad, era una promesa —endereza la espalda con firmeza— no más mentiras, no más engaños... —su voz no tiembla— Tony y yo nos amamos, y queremos pasar el resto de nuestras vidas juntos... —se acerca unos metros a ellos y Howard se mantiene tenso, pero no a la defensiva. Tenía que intentarlo, ya lo había perdido una vez, no podía pasar por aquello otra vez, añoraba, soñaba, rogaba envejecer al lado de Tony— por favor, déjame estar a su lado... —mirando fijamente a Howard— déjame probarte que soy digno de él, que puedo hacerlo feliz... soy capaz de dar mi vida por él, una y mil veces, sin siquiera dudarlo —sus ojos estaban fijos e intensos.
Y ahí estaba, la misma mirada de decisión que vio hace años, cuando un escuincle y debilucho joven le asegura al Dr. Erskine y a él que podía soportar el experimento, que era digno, que él podía ser el héroe que el mundo necesitaba y que estaba dispuesto a todo por cumplir con la carga y el juramento del Capitán América.
Howard guardó silencio por casi un minuto, mientras mantenía la mirada fija en su esposa, buscando calma y claridad, para luego tomar una gran bocanada de aire— tráeme a mi hijo de vuelta —sentenció de manera firme— tráelo a su madre y a mí, sano y salvo... —subiendo el dedo en señal de advertencia— solo así me probaras que eres digno de él... —concluyó de manera definitiva.
Y Steve sintió la esperanza volver a él— lo haré, lo juro —muy firme— muchas gracias... Howard —le sonríe a María— a los dos...
La mujer sonríe con orgullo al soldado y luego a su esposo, estaba mucho más calmada al saber que su esposo había vuelto a la cordura y que la situación estaba, por ahora, medianamente controlada. Por su lado, los demás trataban de procesar igualmente todo lo acontecido, Hank había llegado algo tarde a la discusión, pero pudo comprender medianamente lo que pasaba, y con la mirada que le envió su esposa, entendió que las cosas estaban bien y que ella después le explicaría mejor. William seguía mirando a Peggy que, aunque estaba más calmada, seguía tan confundida y no podía contener todas las dudas que la dominaban, pero la situación por fin se calmó y no quería echarle más leña al fuego. Luego hablaría con Steve.
— James... —indicó Peggy señalando el suero en su mano.
El hombre captó su ruego y lo estrelló en el suelo para luego pisarlo, la situación quedaba hasta ahí y la mujer suspiró aliviada, no quería eso cerca de Howard ni de nadie; después de todo, solo había una única verdad, algo que a pesar de todo lo que escucho, no cambiaba su punto de vista. Steve era el único digno del suero.
Y Steve al ver el suero destruido en el suelo, cuestionándose como Howard había conseguido la fórmula y la tecnología para replicarlo, una idea brotó en su mente— creo que tenemos otra opción... —volteando a Bucky— no apoyo para nada tu idea, pero se cómo podemos conseguir lo que queremos, sin herirte —su amigo lo mira confundido— debemos contactar a un viejo amigo, un Rey de una tierra ancestral, con tecnología inigualable... y sumamente avanzada
Chapter 21: XXI
Chapter Text
No, no era posible lo que estaba viendo, sus ojos lo traicionaban, de seguro lo habían drogado hasta límites insospechados para que pudiera tragarse toda esa basura, toda esa farsa, toda esa mentira, no era posible que quien saliera en ese video... asesinando a sus padres, fuera su padrino, no, se negaba a creerlo.
— Esta es la verdad, al menos una de ellas... —pausando el video
— Eso... es mentira —masculló Tony
— Beloved, quítate la venda que por tantos años han tratado de amarrarte a los ojos, buscando mantener ignorante y dócil —vuelve la mirada a la pantalla— esta es la verdad... —señalando el momento exacto en Bucky estrangulaba a María— en la línea temporal de donde tu Steve viene, James, tu padrino... asesina fríamente a tus padres —Tony tiembla sin control— asesina a tu mama —mirándolo con confusión— ¿No sientes nada al ver esto?
Tony guardó silencio por algunos minutos, incapaz de procesar lo que veía, es que ni siquiera podía abrir los ojos— ese no es mi padrino, al menos, no el que yo conozco... —exhala con dificultad— mi Steve.... —remarcando las palabras con ahincó— él cambió el futuro y si ese es el destino que cambio, estoy agradecido de eso... —baja la cabeza hacia atrás agotado. El pecho aun le ardía.
El hombre niega— me sorprende lo que dices... —chasqueando la lengua— más porque este momento, tuvo un efecto horrible en el verdadero Tony de... tu Steve —mascando cada palabra, para recalcarle que ese hombre no era su Steve, él lo era. Aprieta un botón del control y comienza a avanzar el vídeo— déjame mostrarte a lo que me refiero... —buscando en la pantalla— Steve te mintió, te oculto la verdad... sobre la muerte de tus padres y su asesino —aprieta un botón y comienza a reproducirse
— ¿Lo sabias? —Tony reconoció de inmediato de quien era esa voz, era su voz y también era la voz que escuchaba en su cabeza cada vez que pensaba en Steve ¿Porque? Y ahora veía que era él quien preguntaba con ojos cargados de dolor a un Capitán América acomplejado— ¡No me mientas, Rogers! ¡¿Lo sabias?! —mordiendo cada palabra. El soldado calló unos segundos.
— Sí... —respondió fingiendo seguridad. Ambos Stark, el de esa línea temporal y él mismo, hicieron una mueca de sorpresa, pero, sobre todo, de sumo dolor. El amor de su vida sabÍa cómo y quién había asesinado a sus padres, y lo callo, lo oculto, a él.
La pelea comenzó y Tony no lograba procesar lo que pasaba, si aún no podía comprender el asesinato de sus padres, el ver la escena en que su padrino y el amor de su vida lo molían a golpes, dos contra uno, dos súper soldados contra un hombre ya era demasiado.
— Lo siento, Tony... —jadeando— pero él es mi amigo
— ¿Acaso yo no era el amor de tu vida? —preguntó el Stark derrotado.
Tony soltó unas lágrimas desolado, pensado que no podría imaginar cómo sufrió el... otro Tony, pero por alguna extraña razón, el dolor estaba fijo en su pecho, y no era producto del reactor. No, lo sentía propio, como si algo dentro de él le dijera que también era su dolor.
— Siempre escogiendo a Bucky... sobre ti —comenta el hombre con la mirada fija en la pantalla
Pero la gota que rebalsó el vaso fue ver a Steve sobre él, golpeándolo, hiriéndolo, atacándolo sin control alguno; era otra persona, a sus ojos, parecía un monstruo. Tony soltó un grito ahogado, en el segundo que vio a Steve, a su Steve enterrándole el escudo en el pecho, el escudo que su padre le había hecho y que le había obsequiado, el escudo que representaba su valentía, su entrega y su ética intachable, que ahora y en ese preciso momento, yacía incrustado en su pecho; era como si Steve le hubiera roto el corazón en mil pedazos, justo cuando el escudo había entrado en su armadura, directo al centro del torso. Este Steve tenía razón, su Steve... había tratado de asesinarlo.
— Cómo vez... —volviendo a encender las luces, pero dejando la imagen del escudo incrustado fijo en la pantalla— yo no miento, al menos no a ti —caminando hacia el— tu "padrino"... —acentuando las comillas con sus dedos— es el responsable de la muerte de tus padres y… tu Steve —mordiendo las palabras— no es más que un mentiroso...
— Cállate —volteando la vista hacia la otra pared
— Traidor —acentuando las palabras
— Cállate... —sin mirarlo
— Asesino —parándose a su lado
— ¡Que te calles! —grito fuera de sí
— Tu a mí no me gritas —sentenció apretando el control con sus manos en la espalda. Tony vuelve a chillar de dolor— quién debería gritar de dolor aquí, soy yo —firme— te muestro imágenes que te evidencian el verdadero rostro de los que te rodean y dicen amarte... ¿Y me dices a mí que me calle? —ofendido— ¿A qué nivel han llegado estas personas para tenerte controlado? —pregunta confundido— no lo entiendo... —volviendo a sentarse— por eso quiero darte todo esto... —encendiendo unas luces y mostrando una brillante armadura plateada— todo lo que siempre has merecido —inhala feliz— reconocimiento, valor, admiración, fuerza... y sobre todo, darte lo que siempre has querido —le sonríe ufano— a mi... —acaricia el rostro de Tony— es la prueba contundente que él no es tu Steve, yo lo soy... y nuestro destino es estar juntos sometiendo al mundo a nuestra voluntad... ¿Qué más podrías pedir? —Tony no lo mira— mírame... —el joven sigue con la mirada fija en la pared— que me mires... —endureciendo sus palabras— ¡Mírame! —grita mientras aprieta el botón con todas sus fuerzas y Tony se retuerce en la cama, haciendo que el controlado de signos vitales se dispare a niveles impensados.
El joven buscaba recobrar el aliento entre movimientos pocos notorios, aunque trata de no mostrar dolor, es imposible, cada segundo que pasa, siente como esas malditas metrallas se acercan más y más a su corazón; en verdad, era insoportable. Pero no le daría el gusto de que disfrute el cómo se retuerce de dolor, así que inhala una última vez y lo mira con detención.
— Púdrete —respondió Tony girando su mirada hacia él. Las lágrimas de dolor caían por su rostro
— Oh no, beloved... —secando sus lágrimas— no llores, me parte el alma verte llorar —muy preocupado— todo el dolor que tu sientes, también lo siento yo... nuestra conexión es muy fuerte —sonríe con triunfo y espera una respuesta del joven, pero nada emerge— entonces... ¿Qué piensas ahora de lo que te mostré? ¿Aún crees que ese estúpido es mejor que yo?
Tony cierra los ojos e inhala con fuerza— podrán pasar millones de años... —exhalando con rapidez— y jamás serás igual de bueno que él... —el rostro del hombre se desfigura— jamás estarás a su altura, jamás me harás sentir lo que él me hace sentir, jamás me enloquecerás como él lo hace y jamás te amare... como lo amo a él —con la voz cargada en firmeza— y aun con todo lo horrible que sale en esa pantalla, mi corazón me dice que hay una explicación para todo, yo sé que él me las dará —endurece su mirada— por tanto, no me interesan ni preocupan tus palabras, tus amenazas ni tus torturas estúpidas... —inhala— solo eres una mala copia de él.
El hombre no movió un solo músculo, sus ojos permanecían estáticos, su rostro impávido, su boca inerte, pero sus pómulos se movían con brusquedad, le había afectado lo que escucho, claro que sí, no podía negarlo, pero no lo mostraría jamás; sin importar el cómo y el cuándo, le arrancaría a ese estúpido imbécil del corazón a Tony, aunque tenga que arrancarle a su amado el mismísimo corazón.
Inhala buscando calma— entiendo tu frustración, beloved... —parándose— y descuida, tengo otros métodos para asegurarme que él no interfiera —abriendo las puertas de la habitación— si no puedo arruinar la imagen que tienes de él, y si incluso no puedo sacarlo de tu corazón... —sonríe— solo lo sacaré de tu vida, de nuestras vidas... —Tony siente el mayor escalofrío recorrer su espalda— lo asesinare con mis propias manos y justo frente a ti
— ¡No! —grito consumido por el terror
— Esa es la única opción que me queda —suspira— mis superiores quieren freírte el cerebro, hasta que olvides todo, luego hacerte asesinar a tus padres, a tu padrino, a todos los que amas... —endurece la mirada y Tony siente el nudo en la garganta— incluso al mismísimo Capitán América —las náuseas comprimen el estómago del joven—, pero buscare hasta la última instancia que eso no suceda, no porque me preocupe por ellos... —suelta una risa medianamente maníaca— solo me preocupo por ti y por lo mismo... no quiero que te enloquezcas al saber que asesinaste a tu familia y mucho menos que te ensucies las manos con sangre sin valor como la de Barnes o Rogers... —sonríe— te hare venir a nuestro lado, solo con mi amor...
Tony trago en seco asustado— estas desquiciado —entre jadeos
— Tal vez —ignorando lo que dice el joven—, pero si lo asesino yo mismo, con mis propias manos y justo frente a ti, solo así... —mirándolo fijamente— su recuerdo se irá de tu mente —sonriendo ampliamente— y después, el dolor de extrañarlo, de necesitarlo, de querer estar con él... te hará caer en mis brazos —sus ojos rojos brillaban con ahincó— lo verás siempre a él en mí y el deseo será incontrolable... —muerde su labio con lujuria— te hará entregarte a mi... y podré poseerte como he añorado todos estos años, te prometo que así será...
Tony siente el asco en su boca y el escalofrío a flor de piel, prefería morir antes de que ese hombre siquiera intentara tocarlo, la sola idea lo desquiciaba, pero podría llegar un momento en que se cansara, en que no tuviera energías para defenderse u oponer resistencia, o peor, podría llegar el momento que su mente se perdiera y no se diera cuenta lo que estaba haciendo, ya sea por sus torturas inagotables o por la necesidad de estar con Steve ¿Podía ser su amor y deseo de estar con Steve, su condena? Lo que implicara hacerlo caer tarde o temprano en las garras de este falso Steve.
Y lo peor ¿Qué pasaba si perdía la esperanza? Si se terminaba transformando en un soldado que asesinaba personas sin poder oponer resistencia, y la imagen de su padrino en la otra línea temporal voló por sus recuerdos, comprendiendo que pese a todo el dolor que estaba viviendo el otro Tony en ese momento, el hombre no pudo oponer resistencia a lo que hacía. Y luchar unos contra otros, no cambiaría lo que sucedió o borraría el dolor, pero ahora sí, ahora sí habían cambiado ese futuro para sus padres, pero... condenándolo a él, tal vez.
El hombre levanta el control a la altura de su rostro— y lo mejor de todo... —continuando con su discurso— es que el vendrá a mi... lo tendré justo donde lo quiero —aprieta el botón, mientras los espasmos controlan al Stark— te aseguro que el dolor de verlo morir frente a ti... —viendo como Tony jadeaba agotado, imaginándose que muy pronto lo vería jadear así... por él — te hará olvidarlo de inmediato
Tony chillaba de dolor— no, por favor... —con sumo dolor— déjalo en paz, ya me tienes a mi... no lo lastimes —las lágrimas caían por su rostro con preocupación, no quería ver a Steve muerto, no podía. Prefería sufrir él por toda la eternidad— te lo suplico...
— Muy pronto suplicaras por mi —vuelve a apretar el botón y Tony siente como empieza a perder las fuerzas— ¡Hombres! —a los segundos, varios soldados de HYDRA aparecen por la puerta— llévenlo a la sala especial y asegúrense de tener todo listo para cuando el Capitán América llegue... —los hombres se adentran en la habitación y empujan la camilla hacia afuera— me encargare de ese usurpador de una vez y para siempre... —viendo como un agotado Tony pasaba a su lado— y al fin... solo seremos tú y yo —aprieta el botón una vez más y el Stark pierde el conocimiento.
Chapter 22: XXII
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No tenía razón estar ahí, él mejor que nadie sabía que Tony no estaba ahí, pero algo en su interior le decía que debía ir a ese lugar. Su departamento estaba intacto, igual como lo habían dejado Tony y él ayer ¿Acaso Tony no opuso resistencia? Sabía que el joven no le abriría la puerta a nadie, solo a él, entonces, sí lograron entrar ¿Por qué Tony no lucho? Algo muy extraño estaba pasando aquí. De pronto, su mente hizo recuerdo de lo que Zola dijo, que su super soldado había ido por Tony ¿Acaso Zola tenía otro super soldado? Y la respuesta se presentó de forma curiosa, la lámpara estaba en otra mesa. Alguien había ordenado todo el lugar.
Estaba tratando de organizar sus ideas y posibilidades, cuando noto algo extraño en la pared contigua a la puerta, era una fotografía y no cualquiera, esa fotografía se la había dado Steve a Tony hace muchos años, los meses previos antes de que partiera, cuando dejo de verlo por casi nueve años. Era la fotografía que Peggy tenía y le devolvió: eras un debilucho; recordó las palabras de Tony cuando la vio, y sonrió a todo lo ancho, siempre había sido una persona sin filtro, solo decía lo primero que le venía a la mente. Rogaba que esto no le trajera más dolor en manos de esos malditos. HYDRA ¿Cuántas veces esos imbéciles buscarían destruir su vida y de los que ama?
La fotografía estaba clavada a la pared, por una navaja corta y con el emblema de HYDRA, justo a la altura de su cara; era un claro mensaje a él. Saco con fuerza la navaja y tomo la fotografía, para percatarse que había algo atrás escrito al reverso, algo que claramente el no escribió. Lo leyó con calma, pero la reacción provocó tensión en sus músculos. En eso, James entró veloz.
— ¡Oye! —dijo entre jadeos— te estamos esperando... —algo cansado por subir todas las escaleras muy rápido— Nick consiguió un piloto, algo joven a mi gusto, pero es de confianza y sabe pilotar los aviones prototipos de Howard —viendo que Steve no lo miraba y tenía la vista fija en la fotografía— ¿Qué es eso? —acercándose
— Nada —respondió raudo
— Si, claro —le quita la fotografía
— ¡Bucky! —tratando de recuperarla
— Pregunte... ¿Qué... —leyendo la fotografía— ¿Quién dejo esto?
— Ellos, claramente —respondió firme
— Si, pero... —volviendo a leer— supongo que no harás caso ¿O sí? —la duda en los ojos de Steve lo aterro— punk...
— No, descuida... —le quita la fotografía— vamos —caminando hacia la puerta
— Steve... —lo detiene en el umbral de la puerta— prométeme que no lo harás... —Steve sostuvo la mirada— júramelo
— Esta bien... —respondió a regañadientes— vamos —cerrando la puerta y bajando por las escaleras. La respuesta no tranquilizó en absoluto a James, pero qué más podía hacer, más que seguirlo y asegurarse que no hiciera nada estúpido.
En industrias Stark, Carol preparaba todos los últimos detalles del avión, la verdad nunca había visto un avión de estas características, en verdad Howard Stark era un genio; se hubiera llevado bien con Lawson o, mejor dicho, Mar-Vell, aunque de seguro habrían discutido muchísimo. Ese recuerdo le generó cierta nostalgia, en verdad, aun la extrañaba y aunque el Capitán la había salvado, según él, de un futuro alejada de su gente y su planeta, viviendo engañada muchos años, le hubiera gustado que ella también se salvara, en verdad era una persona excepcional. El matrimonio subiendo al avión, la devolvió a su trabajo.
— Aún no lo entiendo —comentó Howard— ¿Por qué también debemos ir nosotros? —mirando a Peggy— deberíamos quedarnos contigo y seguir rastreando la llamada... algo tiene que salir de eso —angustiado
— Ese es el plan B —contesto Peggy— ustedes van al plan A
Steve apareció en la puerta de la avión con James— además... vamos al lugar quizás más seguro del mundo... y quiero, y necesito que estén a salvo, ellos los protegerán - Howard lo miro algo incrédulo y dudoso, aún una parte de él le decía que no podía confiar del todo en Steve y mucho menos poder perdonarlo. Pero su hijo era capaz de lo que sea, incluso hacer una tregua con el hombre— y por si no fuera poco... —sonríe algo tímido, queriendo alivianar el ambiente tenso— siempre quisiste conocer el lugar exacto de donde provenía el material de esto —subiendo el escudo— ahora lo sabrás —el Stark no pudo evitar sorprenderse, el soldado picaba su curiosidad científica— ¿Recuerdas Wakanda?
Howard asintió— ¿Los que hicieron negocios con Industrias Stark a través de ti porque juraron jamás dejarme entrar? A pesar de que ahora sí están más abiertos al mundo...
— Ellos mismos —aclaró Steve— ahora si lo harán, como gesto de buena fe y porque Industrias Stark a sido su principal soporte en el exterior... —Howard dudo, la verdad hace tiempo que poco sabía de esos movimientos, ahora estaban bajo la tutela de su nuevo socio Morgan Potts, y su muy brillante sobrina. Steve siguió su discurso— solo... no te robes ninguna muestra —queriendo no sonar demandante, pero sabía que los Wakandianos eran sensibles con sus tesoros y sobre todo, con su tecnología. Howard iba a hablar, pero Steve le gano— y tampoco tomar prestado, conozco los términos tuyos y de Tony... —manteniendo la sonrisa con compasión— y la excusa que es por un fin científico, no te la crees ni tu... —sintiendo por momentos la confianza que añoraba.
— De acuerdo... —respondió el hombre fingiendo desinterés, para después encaminarse a los asientos del avión
— ¿Seguro que podrán ayudarnos? —preguntó la madre acomplejada— ni la tecnología de Howard logró rastrearlos
— Estas personas cuentan con la mejor tecnología del mundo, y aunque aún no nace su mayor contribuyente y científica... están bastantes avanzados, ellos nos ayudarán a acceder a esos recuerdos de Bucky y encontrar el escondite de HYDRA, sin herirlo... —mirando a su amigo
— Todo saldrá bien, ya verás... —agrega James
— Todo listo, Capitán —dice Carol apareciendo— solo falta el piloto
— Creí que tu serias la piloto —añadió Mary
— Quisiera, pero el Sr. Stark dice que ésta avión es muy avanzada, solo unos pocos saben pilotarla... —comento no muy convencida— Fury iría por él
— Aquí estamos —entrando acompañado de un joven— Capitán, le presentó al Cabo James Rhodes —el joven estira nervioso la mano hacia Steve— que no te engañe su edad, es el más capacitado para volar esta cosa...
— Es un honor conocerlo, Capitán América —agitando fuertemente su mano.
Steve sonrió feliz, le tenía una gran estima a Rhodes, sabía lo cercano que era para el otro Tony y el gran amigo que había sido, sobre todo en los momentos más complicados. El Stark una vez le contó cómo se conocieron, cuando Tony recién comenzaba con la creación de armas; para eso, faltaban algunos años, y la verdad, esperaba que jamás llegarán. Podía hacer algo mejor con su vida e inteligencia, que armas.
— El honor es mío, James... puedes llamarme Steve —le responde con calma— ¿Sabes... porque estamos aquí? —pregunto algo preocupado
— Por supuesto —respondió con voz marcial— ya me dieron los detalles de la misión, pilotar... fuera de eso, yo no he visto nada, señor —en posición firme. Steve había olvidado, que cuando él fue muy joven, había sonado y hablado igual que este soldado.
— Gracias —contesta, viendo como Carol se para a su lado— ella es la Capitana Carol Danvers, será tu copiloto —la mujer estira la mano hacia él— que tampoco te engañe tus ojos, es quizás la más fuerte de esta habitación, literalmente... —riendo entre dientes
La mujer lo repaso de pies a cabeza— bien, niñito... —agregó— encendamos esta cosa de una buena vez, ya tengo las coordenadas
— Agradecería que me llamara James o Rhodes... Capitana —firme— gracias —encaminándose hacia la sala de control
— Lo que me faltaba —se quejó siguiéndolo a regañadientes— recibiendo órdenes de un Cabo
Steve sonrió, pensar que, por algunos años, estos dos habían sido pareja, aunque no resultó al cien por ciento, Carol suele tener un carácter bastante fuerte; igual que Tony. Su corazón se estrechó al solo pensar en él.
— Los mantendré informados de todo —indicó Peggy acercándose— cuídense y avísenos si encuentran algo... —su voz sonaba extremadamente dura— debemos atacar juntos y coordinados, si los sobrepasamos... lograremos vencerlos —inhala manteniendo una mirada firme— y recuperar a Tony, por favor...
Steve la conocía muy bien, sabía cuándo estaba molesta, después de todo... les había dado una explicación a los padres, y de cierta forma, por la historia que ambos compartían, ella merecía una respuesta también— Peggy... respecto a todo lo que sucedió recién, lo que escuchaste y...
La Agente sube la mano en señal de que guarde silencio— ¿Lo amas?
Steve sintió la tensión en su pregunta— más que a mi vida...
— Eso me basta... —respondió firme— y si el vino a ti y no lo forzaste a nada, lo aceptaré —lo mira fijamente—, pero me tomará tiempo comprenderlo por completo —ve que James se acerca— sin embargo, de algo si estoy segura... no quiero más mentiras —mirándolos a ambos— no importa cuando dolorosa sea, la verdad siempre por delante ¿De acuerdo?
— De acuerdo —respondió Bucky
— Lo prometo —contestó Steve— y gracias...
La mujer sonríe con nostalgia— supongo que ahora encontraste a… tu chico —ambos ríen por la nariz, para luego volver a mirarse— ruego que lo encuentres y lo traigas a casa sano y salvo... y que seas inmensamente feliz, como lo soy yo ahora... —viendo a William entrar con Nick
— Así será, estoy seguro de eso...
— ¿Listos para partir? —preguntó William— en esta avión van todas nuestras esperanzas y lo mejores héroes que el mundo ha visto... —mirando con orgullo a Steve y James. Hace solo momentos su esposa y él habían decidido su postura ante todo esto.
Y Steve sintió el relajo en sus hombros, quizás había esperanzas para todos— muchas gracias... por su confianza —mira a James— vamos de una buena vez... —adentrándose a la avión
William, Peggy y Nick salieron de la avión y se quedaron en el hangar viendo como la avión despegaba y se alejaba con rumbo a Wakanda. El agente dudo unos segundos, pero finalmente decidió hablar— quizás ahora... —comenta entre titubeos— considere mi iniciativa, Directora —mirándola.
La mujer le sonrió con calma— algún día...
El avión volaba a una velocidad casi estratosférica, todos estaban sumamente sorprendidos del ingenio del Stark, el cual no podía evitar sonreír del orgullo, quizás si podía dar su pequeño grano de ayuda para salvar a su hijo, y de paso, tratar de olvidar cómo perdió la fe y casi la cordura hace algunas horas, cuando pensó en inyectarse el suero experimental para intentar matar al mismísimo... Capitán América. Aún que estaba feliz de saber que evitaron su error y de paso, destruyeron ese maldito suero, el cual solo era un riesgo tenerlo cerca, la culpa lo seguía rondando, al igual que la confusión y la incertidumbre.
Estaba tan desesperado y consternado, no podía creer lo que había escuchado y tratar de comprender que Tony, su pequeño, su retoño, su propio hijo estaba enamorado de Steve Rogers, el Capitán América... su amigo y que este sentía lo mismo, era tan extraño y lo otro, eso otro, pensar en eso, era incluso peor. Pero sus dudas y críticas fueron acalladas cuando vio al hombre con una pequeña brújula en su mano y una fotografía en ella; la recordaba, claro que lo hacía, hace años la había visto pero con una imagen de Peggy Carter, pero ahora, ahora tenía una foto de su hijo ¿Qué podía pensar realmente?
Y cuando el avión sobrevolaba el océano pacífico, la Capitana quedó más sorprendida, el "niño" como ya le gustaba decirle, tenía una capacidad y habilidad para pilotear increíble, había sido una grata sorpresa. En casi una hora, ya estaban sobrevolando el lugar, con autorización y séquito real esperándolos.
— Bienvenidos a Wakanda —dijo Steve a los demás. Howard observó maravillado— aquí vive un viejo amigo... y un futuro gran Rey —comentó feliz
El avión descendió con cautela, justo en frente del Rey y su guardia real. Steve fue el primero en acercarse a él, dándole un grato abrazo, que sorprendió a varios; no era común que un extranjero tocará al Rey con tanta naturalidad, pero el hombre le debía su vida, la de su esposa y en otra misión posterior, también la de su hermano. Estaba atareado en deudas con el Capitán.
— Es un gusto verlo, Capitán —dijo el Rey— y mostrarle como siempre, mi eterna gratitud, a nombre mia... —volteándose hacia atrás— de mi esposa, mi hijo y… respecto a nuestro último encuentro, a nombre de mi hermano y mi pequeño sobrino, N'Jadaka —el niño le sonrió feliz a Steve— más conocido, como Erik... —revoloteando el cabello del niño
— Todo un honor poder conocerlo, Príncipe Erik... y muchísimas gracias por recibirnos, Rey T'Chaka —respondió Steve
— Recordara a mi esposa... —la mujer se acerca a su lado— Ramonda... y mi hijo, T'Challa... —Steve le da la mano al niño. Algún día y si el cambio en la línea se lo permitía, serian grandes amigos.
— Un placer verlos otra vez —responde, para voltearse a los demás— le presentó a Howard y María Stark —el matrimonio se acerca
— Mis amigos —dice el Rey con calma— síganme, ya todo está listo... les prometo que encontraremos a su hijo —mira a James— sin que nadie salga lastimado
Chapter 23: XXIII
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James ya estaba acostado sobre una gran camilla, seguía sorprendido de lo amplio, bello y sumamente avanzando que era el lugar, aunque había hecho varias de las misiones que unieron a Steve con Wakanda, solo había visto lo superficial, jamás le dejaron entrar a los lugares más privados y restringidos, y con quien más había tenido contacto era con el Rey, a su esposa la vio solo un par de veces y el hijo, siempre le sonreía al pasar, se veía que era un joven agradable; por su lado, Howard estaba a punto del colapso nervioso, jamás imaginó estar presenciando un lugar como este, se escapaba a cualquier realidad efímera que podía siquiera concebir.
— Este es nuestro scanner —comentó el científico a un costado del Rey— nos permite traspasar imágenes cerebrales y concretarlas en la vida real —mostrando una pantalla— aquí... —coloca ambas manos en los costados de la cabeza del ex soldado— lo que necesito que hagas ahora, es que te concentres, visualiza en tu mente cualquier recuerdo de ellos, aunque sea vago, no importa... eso nos direccionara al lugar correcto dentro de tu subconsciente y tendremos acceso a los recuerdos, y más importante aún, a las coordenadas de estos...
— ¿No le dolerá, cierto? —preguntó la madre del Stark preocupada. James sonrió agradecido, la mujer dependía de sus memorias, tenía a su hijo desaparecido y seguía preocupada de él.
— No, descuide —sonrió el científico— solo tendremos que inducirlo en sueños, que duerma... así será más fácil acceder a los recuerdos —mira a Steve— sin embargo, hay dos cosas importantes que deben saber —inhala— la primera, esto demorara... aunque nuestra tecnología es avanzada, nada se soluciona de manera rápida, y a la mente le gusta jugar trampas, así que —mira a los padres— tendrán que hacerse la idea de esperar
— ¿Cuánto? —preguntó el padre
— Un día, a lo más dos —respondió— lo lamento, pero es todo lo que podemos hacer —mira a James que mantenía la mirada fija en el hombre— por eso, pídele a tu cerebro que coopere, dales acceso a los lugares más recónditos de tu mente, quizás traiga imágenes dolorosas, pero es necesario... entre más coopere tu subconsciente, más pronto terminaremos
Los padres se miraron con complicidad con Steve, dos días era mucho para ellos, pero por ahora era su única opción, además, debían tener fe de que Peggy tendría mejor suerte con el plan B, y Hank y Janet estaban en estos momentos con el plan C; buscando en viejas instalaciones nazis que HYDRA solía utilizar. Los tres asintieron, estaban dispuestos a aceptar el tiempo de espera y sus posibles consecuencias.
— Perfecto, lo segundo... —mira a James— luego del proceso, quedaras sumamente débil, tu mente quedara trastocada y deberás descansar varios días, no lo tomes a la ligera... ¿De acuerdo? —el exsoldado asintió— perfecto, comencemos... —encaminándose a la consola— si lo desean, pueden retirarse en cualquier momento, como les dije... esto puede demorar —encendiendo la máquina— alguien tendrá que hacer la guardia de esta noche
— Yo la haré —respondió rápido Steve— ustedes necesitan descansar por hoy – mirando al matrimonio; los padres dudaron unos segundos, pero terminaron aceptando, estos últimos días habían sido más que agotadores y estresantes.
— Perfecto —indicó el hombre— todos los recuerdos, por muy efímeros que sean... saldrán en esta pantalla —mostrándosela a Steve— debes estar atento en todo momento a ella, y en cuanto descubras algo singular y que nos sirva, solo presiona este botón y nos avisas —comenta seguro— ahí podrán identificar de qué se trata y comenzar a planear el ataque —concluye
— Muchas gracias —respondió Steve firme
Así, las horas fueron pasando y los presentes fueron testigos de los recuerdos de James, sus primeros pasos, la escuela, como conoció a Steve y muchas cosas más; con el paso del tiempo, el cansancio comenzó a vencer a los padres del joven y la escolta los guío a sus habitaciones, para que pudieran descansar, debían estar muy atentos para mañana, porque era más que claro que esta noche, no conseguirían nada. Así, Steve se quedó solo con James y la máquina funcionando.
Las noches en Wakanda eran aún más hermosas que sus días, en verdad era un país hermoso y estaba tan feliz de haber evitado la tragedia del Rey y su hermano; una vez escuchó a T'Challa mencionarlo, y desde ese momento, jamás se lo pudo sacar de la mente. En cuanto supo que podía evitar el terrible asesinato del hermano del Rey, y de paso salvar a su pequeño hijo de una vida llena de miserias y dolor, lo hizo, ganándose así la gratitud eterna de todo el pueblo Wakandiano.
Siguió atento los recuerdos, pero solo eran de su infancia, era claro que harían un viaje por toda su vida, así que en verdad tomaría tiempo. Esto lo agobiaba, no quería seguir esperando, quería encontrarlos rápido, quería asesinarlos a todos, quería... volver a ver a Tony, solo quería estrecharlo en sus brazos y no soltarlo más. Dio un suspiro pausado, mientras aun miraba la pantalla, y entonces, recordó la foto, la bendita foto. La sacó del bolsillo de su chaqueta, la vio y volvió a leer lo que estaba escrito, sabía que estaba mal, pero si ellos planteaban las cosas así, no tenía más opciones.
¿Lo quieres vivo y a tu lado? Ven solo... y veremos quién es realmente digno de él.
La frase de la fotografía se repetía una y mil veces en su cabeza, con eco sonoro y era claro que debía seguir lo ahí dispuesto, al pie de la letra. No se atrevería a poner la vida de Tony en riesgo, no de nuevo, por lo que su corazón rogó que las imágenes necesarias aparecieran ahora, en este preciso momento en que estaba solo y podía actuar con varias horas de anticipación, antes de que alguien lo siguiera y arruinara todo, además y muy en el fondo, no quería poner a nadie más en peligro; Tony estaba en riesgo por su culpa, por sus errores, y nadie debía pagar por eso, ni siquiera Tony, así que salvarlo solo dependía de él. Y mientras exhalaba, se acercó a la camilla y tomó con suma fuerza la mano de su mejor amigo, suplicándole que lo ayudara, una última vez.
— Por favor, hermano... —bajando su cabeza rendido— ayúdame, muéstrame lo que necesito
El ruego fue escuchado, porque al instante que lo hizo, los recuerdos más dolorosos de Bucky aparecieron, generando ciertos espasmos y quejas en el exsoldado, no era fácil recordar todo eso, por tanto, Steve no soltó su mano, quería hacerle saber que seguía a su lado y de paso, ver que más le mostraba. Torturas, máquinas, electrochoque, gritos y mucho dolor, pero dentro de eso, espacios, lugares, pasillos, montañas, ríos congelados y acantilados gigantescos. Siberia. Ahí estaban, era exactamente el mismo lugar que Zola les mostró y estaba oculto varios kilómetros bajo tierra, entre glaciares y picos, encerrados como ratas.
— Los tengo —dijo feliz
Soltó el agarre firme con su amigo, y al instante las imágenes volvieron a su adolescencia, el contacto había obtenido resultado. Vio la consola, estaba frente a el botón para detener todo y dar aviso, pero la advertencia en la fotografía, lo atacó ferozmente; no, no podía, esta vez, debía actuar solo. Así que dejó a James aún conectado a la máquina, buscó su viejo traje, se armó de su siempre fiel escudo y se escabulló entre los pasillos, rumbo al hangar donde estaba guardado el jet especial de Howard.
Estaba abriendo los comandos, mientras se preguntaba cómo lo pilotearía, no estaba capacitado para eso y caía la posibilidad de que se dieran cuenta, aunque al menos, debía intentarlo, pero sus acciones fueron interrumpidas por una presencia sumamente inesperada.
— Capitán —dijo una voz firme— ¿A dónde va? —el joven piloto se acercó rápido a él
— Rhodes... —comento algo molesto. Su plan de pasar desapercibido ya no había dado resultado— tengo que usar el jet, por favor... no le digas a nadie —el Cabo lo miró con confusión
— Pero, Capitán —agregó— no podrá pilotarlo, no está capacitado y créame... no es para nada fácil hacerlo —Steve bajó la cabeza rendida— pero yo puedo ayudarlo —con sumo interés— solo dígame las coordenadas y lo llevaré allá de inmediato —encaminándose hacia el avión— solo tendría que avisarle a la Capitana Danvers, para que sea mi copiloto y...
— ¡No! —dijo más fuerte de lo que quiso— a lo que me refiero, es que... —exhalo rendido— James, seré muy honesto contigo —enderezando su postura— ya sé dónde está Tony, pero debo ir solo —el joven subió una ceja sorprendido— sino lo hago, lo asesinaran y por eso debo salir sin ser visto, ni siquiera debería estar hablando contigo —mueve los ojos con nerviosismo— de seguro, tendré que noquearte para que no me detengas
El Cabo se sorprendió ante su comentario— bueno, en efecto —respondió el joven— esto va en contra de todas las reglas
— Lo que estamos haciendo aquí y ahora ya va en contra de todas las reglas —indicó, para luego buscar fortaleza en sus palabras— Tony no es solo el hijo de Howard y María... es el amor de mi vida —el soldado abrió los ojos claramente sorprendido— y por eso, debo ir a salvarlo... —sonrió con nostalgia— sé que es romper las reglas, pero Tony me ha enseñado a cómo romperlas, sin culpa —su mirada estaba cargada con necesidad— y... —se acerca al joven— quizás no me lo creas, pero en unos años más... Tony y tu serán grandes amigos —la extrañeza se mostró en el rostro del soldado—, llegarás a conocerlo incluso más que yo y él confiara en ti, más que en cualquier otra persona —muy firme— por eso, te pido que me ayudes, guarda mi secreto y déjame me ir en silencio... —sus ojos rogaban compresión.
El Cabo lo considero unos segundos, mientras trataba de entender todo lo dicho, era mucho que procesar en pocos segundos, hasta que finalmente inhalo firme— no, no puedo dejarlo ir —respondió seguro. Steve sintio los músculos de la espalda tensarse— pero puedo llevarlo hasta allá —el Capitán se quedó mudo— usted es mi superior, creo que en todo lo que me dice y si me lo pide, yo obedezco —muy seguro— suba, encenderé los motores de inmediato
Steve sonrió agradecido y todavía algo sorprendido, por suerte había caído en buenas manos— Rhodes, muchas gracias —adentrándose al jet
En los siguientes treinta minutos, ya sobrevolaban Europa del este y se acercaban cada vez más a Siberia y al escondite de HYDRA, Steve estaba sumido en los nervios, pero con un objetivo claro; lo que no sabía, es que haría con Rhodes, una vez que llegaran al lugar. La respuesta le fue dada por el propio soldado, lo acompañaría hasta las mismas entrañas del lugar, cosa que, en cierta forma, era de gran ayuda, infiltrarse en un escondite enemigo, solo y sin ayuda no era para nada la mejor opción, pero el miedo de que lo vieran con un aliado, y no cumpliendo las advertencias, lo preocupaba. Pero ya estaba ahí, no podía dar marcha atrás.
El sitio estaba desprotegido, no había guardias por ningún lado, lo que implicaba que estaba abandonado o que los esperaban con una trampa. La activación de las alarmas, cuando cruzaban el tercer pasillo, confirmó las sospechas de Steve, más cuando una gigantesca muralla apareció entre los dos y los separó; ahora no solo estaba solo, sino que había arrastrado a Rhodes al lugar más peligroso del mundo, en verdad no aprendía de sus errores.
— Capitán... —dijo una voz a las espaldas de Steve— es un placer por fin conocerme...
Chapter 24: XXIV
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— ¿Quién eres? —preguntó Steve volteándose de un lado a otro
— Que inocencia la mía, creí que reconocería mi voz —respondió desde las sombras— después de todo, tenemos la misma voz, los mis ojos, el mismo rostro... el mismo espíritu —suelta una risa leve— y los mismos gustos...
Steve camina algunos pasos, quiere encontrar la pared que lo separó de Rhodes— déjate de rodeos y muestra la cara, maldito cobarde... —logra palpar la muralla, aunque no logra verla. En verdad reinaba la absoluta penumbra— ¿Quién eres? ¿Dónde está Rhodes?
— Primera regla obvia del espionaje, no se muestra el rostro de inmediato a tus enemigos... eso te da ventaja sobre ellos —ríe— y de paso, lo hace más entretenido... —Steve se pega a la pared— ¿Qué pasa, Capitán? ¿Asustado? ¿O aún no lo descubre? Se supone que tenemos el mismo nivel de inteligencia y estrategia, sabe que no mostraré mi rostro... no hasta que lo haga más interesante —Steve trata de agudizar la vista, pero es inútil. El espacio es amplio y su oscuridad densa— y en cuanto al soldadito de plomo, descuide... de seguro le encontraré un uso —hace una pausa— claro, a menos que los hombres de HYDRA ya lo hayan eliminado
Steve tembló levemente— ¡Maldito! —se volteó a la pared— ¡Rhodes! ¡¿Me oyes?! ¡James! —grito golpeando la pared
— Calma, Capitán... —contesta con paciencia— es inútil cualquier intento de salir de aquí o si quiera buscar que un sonido traspase estas paredes, esta ionizada y completamente aislada... así que estaremos solos, por un largo rato —hace un chasquido con la lengua e inhala con pausa— debo decir, que estoy algo decepcionado de usted, Capitán... —Steve vuelve a voltearse hacia la voz— le pedí una y solo una cosa, venir completamente solo y veo que ni siquiera esa promesa puede cumplir... —exhala con desgana— que pena, temo que jamás será un hombre de palabra, como el juramento bien lo dice...
Steve trago en seco ¿Cómo era posible que este hombre supiera sobre el juramento del escudo? Es algo que habían hecho Howard y él, absolutamente solos, ni siquiera Peggy sabia sobre eso.
— ¿Cómo iba? —se pregunta con retórica— ah, sí... "Juro dedicar mi vida a los colores que defiende este escudo, con el cual salvare y protegeré vidas inocentes, haré justicia donde no esté presente, cumpliré mis órdenes y promesas hasta con mi último aliento y..," —haciendo el ademán para que el Capitán complete la última parte
— "Y jamás faltare a mi palabra... —dice a secas— este es el juramento eterno del Capitán América"
— Del Capitán América... —repite con ironía— que hermosas... y vacías palabras —mordiendo la última frase
— ¿Cómo sabes eso? —pregunta irritado— eso es algo que solo Howard y yo sabemos...
— Todo a su tiempo, Capitán... todo a su tiempo
— ¡Déjate de juegos! —grita Steve— ¡¿Dónde está Tony?! ¡¿Qué piensas hacer con James?!
— ¿Así que se llama James? —pregunta con curiosidad— qué ironía... otra vez, un James interponiéndose entre tu y el hermoso Tony —Steve aprieta los puños— ¿También escogerás a este sobre él? Como ya hiciste la vez pasada... —el soldado calló por algunos segundos— tu silencio te delata, pero para calmar tus culpas, debo informarte que el joven Stark ya está al tanto de tu traición y la de su amado padrino en la otra línea temporal... —Steve sintio un nudo en el estómago— así es, le mostré todo... cuando Bucky asesinó a sus padres, la reacción del Tony de ese tiempo y... claro, cuando trataste de asesinarlo —Steve fijó la vista en la nada— seguro quieres saber cómo reaccionó, te mueres por saberlo... —algunas luces se prenden— dejaré que él mismo te lo diga
La habitación se ilumina por completo, lo que provoca que Steve cierre los ojos unos segundos, la luz lo encandila, pero al recobrar la visión, una gran pantalla se hace presente ante él y solo segundos después aparece la imagen de otra habitación, en ella el soldado por fin vio, su amado Tony. Estaba encadenado a una pared, su pecho estaba herido y justo en el centro, el reactor que lo mantenía con vida brillaba fluorescente. El terror se apoderó de él.
— ¡Tony! ¡¿Me escuchas?! —grito fuera de si
El joven permaneció impávido unos segundos, haciendo que Steve imaginara lo peor, rogando, suplicando que sus temores no se hicieran realidad, pero en cuanto esos hermosos ojos pardos comenzaron a abrirse, poco a poco, sintio que la esperanza volvía a él.
— ¿Steve? —preguntó con cansancio, entre cerrando los ojos ante la luz. Había estado inconsciente y la oscuridad siempre lo rodeó, hasta ahora.
— ¡Aquí estoy! —respondió firme
— No... —expresó con suma pena— ¡¿Qué haces aquí?! —gritó con terror— ¡Vete! ¡Largo de aquí!
— ¡No pienso irme sin ti! —mirándolo con urgencia
— ¡Lárgate! ¡Imbécil! —grito furioso— ¡Vete! ¡Por favor! —algunas lágrimas emergieron
El otro hombre rodó los ojos molesto— no soporto tanta cursilería... —presionando el botón
Steve sintio un ruido seco, como un botón pequeño siendo presionado y al segundo después, Tony se retorció hasta el último centímetro, ahogando un grito que terminó en jadeos, solo cuando el botón dejó de ser pulsado.
— ¡Ya basta! —grito Steve— ¡Déjalo!
— Tienes que entender... —respondió el hombre— que el que da las órdenes aquí soy yo —vuelve a presionar y Tony se retuerce aún más— además, ahora el dueño de su corazón... también soy yo.
Steve comienza a recorrer el lugar, buscando una salida, pero el lugar es impenetrable, casi parece un bunker a prueba de todo— ¡¿Por qué no sales y das la cara?! ¡Maldito cobarde!
— ¿Cobarde? —preguntó el hombre sorprendido— ¿Me estas llamando a mi cobarde?
— Aprisionas a Tony, me separas de Rhodes, nos dejas sin comunicación, completamente aislado y observas todo desde tu sala de control... —musita enojado— en vez de enfrentar las cosas, como un hombre —Steve localiza la cámara por donde el hombre lo está observando— al menos yo tengo el valor de venir aquí y enfrentar todo los retos solo... no como tú, rata cobarde —mirando fijamente la cámara
— No, Steve... —dice entre jadeos el Stark— vete, por favor...
— Descuida, beloved... —responde el aludido. Steve sintió la tensión en la espalda ¿Beloved? Solo él lo llamaba así y su sentido común le gritaba una respuesta que se negaba a creer— ¿Quieres retarme? —suelta una risa maliciosa— me llamas rata cobarde por no estar frente a ti, que cortesía... —exhalando por la nariz— yo no lo llamo cobardía... yo lo llamo estrategia, algo que claramente tu no traes en este momento y que me permite estar mejor preparado, literalmente... sobre ti —se escucha un ruido hueco, unas compuertas abriéndose a sus espaldas— verás, Capitán... —un extraño humo negro comienza a salir de los conductos de ventilación— todos estos años al servicio de HYDRA, además de ese tiempo que te tuvimos bajo nuestro control, en un intento inútil de quitarte el suero del Super Soldado, nos permitieron investigar... y descubrir importantes avances —Steve ve como el gas poco a poco lo rodea— y aunque tuvo un efecto contraproducente en ti, provocando que tus células envejezcan a un ritmo más lento, lo que te ha facilitado permanecer joven, aun después de todas las décadas que llevas retornado a esta línea temporal... —el soldado trata de aguantar la respiración, pero comienza a ser insoportable— también nos permitió descubrir, que el suero flaquea ante cierta enzima química, llámalo una debilidad... —Steve comienza a toser— y al estar en estado gaseoso, su alcance es aún más efectivo y drástico...
El gas ingresa sin prisa ni permiso en sus pulmones, inundándolo por completo, cayendo de rodillas en el piso ante la intoxicación, la garganta le ardía, el estómago se estrujaba sin control, la vista se nublaba y apenas si podía respirar ¿Cómo era esto posible? Y aun entre todo el dolor, busca una salida o, mejor dicho, una forma de cruzar a la otra sala, donde estaba Tony, pero ninguna respuesta se hacía presente, por lo que lo único que pudo hacer es mantener la mirada fija en la cámara, retando al hombre sin miedo, pero con incertidumbre rodeándolo.
— No, descuida... no tienes nada que preocuparte, este gas no causara tu muerte —ríe pausadamente— no soy tan patético y cobarde... —recalcando la palabra— de matarte con un simple gas, no... quiero que sea algo más majestuoso, digno de nosotros dos, pero si debo asegurarme que la pelea sea justa y como sé que no eres una persona de palabra, tengo que reducir tus capacidades al mínimo —Steve suelta el escudo— por eso el gas que te rodea, este inhibe todos los avances y poderes que te entrega el suero, logrando así, que pierdas todas tus habilidades, salvo la musculatura... cosa que no te servirá mucho, a decir verdad... —inhala con dicha— ahora, este es un gas aún experimental... así que lo más seguro, es que sus efectos solo sean transitorios, aun trabajamos en uno permanente, que estoy más que seguro... te devolverá a ser el escuincle baboso que eras antes, pero por ahora este nos servirá... —los conductos de ventilación comienzan a cerrarse— quizás recuperes tus habilidades en unas horas más, pero temo que para ese entonces... ya estarás muerto
— Steve... —repetía en voz baja el joven— respóndeme, por favor —su voz estaba gastada y seca, cada descarga provocaba un dolor aún más agudo que el anterior— Steve... háblame, por favor... —las lágrimas caían sin control por su rostro. Estaba aterrado.
El soldado seguía tosiendo, el gas se había evaporado por completo, pero sus efectos comenzaron a acrecentarse, cansancio, fatiga, agotamiento y dificultad en la visión; todos los problemas que lo acarreaban en su adolescencia volvían a él en oleadas gigantescas. La preocupación fue notoria cuando las heridas provocadas hace algunas horas, producto del ataque a Industrias Stark, comenzaron a abrirse; esto podría complicarse gravemente.
— Estoy bien... —tratando de fingir seguridad— no necesito nada de eso para vencerte —se pone de pie— ¿Ahora si darás la cara cobarde?
— De hecho —respondió a secas— estoy a tus espaldas
Steve volteo veloz y la realidad lo golpeó instantáneamente, era imposible, increíble y completamente impensado, un hombre exactamente igual a él estaba parado a sus espaldas. Tenía el mismo rostro, el mismo porte, los mis ojos solo que rojos ¿Cómo era eso posible? Tembló ante el terror y la incertidumbre, y su cuerpo, inmóvil en parte por la inhabilitación del suero y, por otro lado, por el miedo y la confusión absoluta, tardó más de lo acostumbrado en reaccionar, lo que tuvo consecuencias letales.
— ¿Sorprendido? —pregunto mostrando una gran sonrisa— porque yo estoy recién comenzando...
El hombre levantó una gran lanza y en menos de un segundo, la incrustó de lleno en el centro del pecho del Capitán América. Fue efímero, pero sumamente doloroso, Steve ni siquiera alcanzó a emitir un sonido, solo fue el dolor punzante lo que lo dominó y la sangre emergiendo a borbotones por la profunda y gran herida que se abría.
— ¡¡¡NOOOO!!! —gritó aterrado el joven Stark. La pantalla se lo mostró en primer plano.
Chapter 25: XXV
Chapter Text
— ¡Capitán! ¡Capitán! —gritaba Rhodes
Seguía golpeando una y otra vez la pared que los había separado, pero era inútil, no se escuchaba nada y no había forma de derribarla, estaba analizando cualquier punto débil de esta, cuando escuchó ruidos a los pasillos a su espalda, debía huir de ahí o no podría ayudar al Capitán. Corrió por el pasillo que le seguía, tratando de esquivar a cualquier guardia y procurando mantenerse en los puntos ciegos de las cámaras; tenía que encontrar el centro de comunicaciones y mandar una señal de ayuda, esperaba que alguien pudiera responder.
La suerte estuvo de su lado, porque la encontró a pocos metros, con escasos guardias, así que no lo pensó mucho, a pesar de que tenía un arma, quería hacer esto lo menos ruidoso posible, por lo que saco un extintor de la pared, quitó el seguro y encendió el objeto. La humareda encegueció a sus enemigos, lo que aprovechó para golpearlos con el propio extintor, dejándolos completamente inconscientes y la sala para el solo; marcó de inmediato la señal de Wakanda.
— ¡Aquí el Cabo Rhodes! ¿Me escuchan? —dijo con potencia, pero entre susurros— ¡Aquí Rhodes! ¡Enviando señal de auxilio a través de la línea segura! ¿Me copian? —el chicharreo fue su único respuesta— maldita sea... —masculló— ¡Aquí Rhodes! ¡Por favor! ¡El Capitán está en peligro! ¡Nos separaron y!... —la señal se conecta
— ¡Aquí la Capitana Danvers! —respondieron del otro— ¡Aquí estoy niño! ¡¿Dónde diablos estas metido?! —grito molesta
— ¡Capitana! ¡Necesitamos ayuda! —respondió con esperanza— ¡Nuestra posición es 79° 40'35.8" N 96°54'49.4" E —indicó veloz— nos separaron al Capitán y a mí, no sé dónde está y en qué condiciones —se escuchan ruidos a lo lejos— ¡Necesitamos apoyo!
— ¡Voy por ti niño! —responde Danvers— solo procura... —se escucha que unas puertas se abren y los primeros disparos aparecen— ¡Niño! —unos gritos en ruso se acercan a su señal
— ¡Salve al Capitán! —gritaba Rhodes— ¡Salve al Joven Stark! —mientras disparaba— ¡Vengan malditos! —la señal se corta
— ¡Niño! ¡Niño! —gritaba Danvers— ¡James! —no hubo respuesta— ¡Maldita sea! —saliendo de la habitación
Los primeros rayos del sol lo golpeaban, y aun entre la somnolencia y el dolor, sus ojos se extrañaron por estar solo en la habitación, se suponía que Steve estaría a su lado, qué le diría que ya había encontrado algo, pero no, no había nadie. De la preocupación, pasó al terror instantáneo.
— ¿Steve? —pregunto tratando de moverse— ¿Steve? ¿Dónde estás, punk? —sintiendo un dolor agudo en la cabeza
— Calma, no debe moverse —respondió una voz a sus espaldas
— ¿Quién es? —pregunto volteando la cabeza
El silencio se hizo unos segundos, pero obtuvo respuesta— soy el príncipe T'Challa —contestó el joven parándose a su lado
— ¿Qué hace aquí? ¿Dónde está Steve? —preguntó con velocidad
— No lo sé... —dijo con timidez— cuando entre, usted estaba solo —lo mira con cierta compasión— estaba gritando mucho, parecían gritos de sumo dolor y por eso vine... —baja la cabeza arrepentido— perdón, no quise molestar y...
Bucky se sorprende gratamente— no, tranquilo... —le responde con una sonrisa— gracias... por no dejarme solo —el joven le responde con una sonrisa más que feliz
Y el silencio vuelve al ambiente, dando algo de tensión al lugar, pero el joven decide quebrarlo— eres americano ¿No? —Bucky se sorprende ante la pregunta— me refiero... es que recuerdo haberlo visto un par de veces, y aunque siempre quise hablarle, nunca me atreví... y tampoco es que me dejaran —agregó algo incomodo— asi que tuve que guardarme mi curiosidad para mi —con total honestidad
— ¿Curiosidad? —repitió James levantando una ceja
— Yo...jamás había visto a alguien con su color de piel, salvo por el Capitán América —dijo con total honestidad— mi padre jamás me ha dejado salir de Wakanda, teme que pueda sucederme algo... —suspira— dice que el mundo no está preparado para personas con... nuestro color de piel —lo mira fijamente— a pesar de que Wakanda es un país medianamente respetado en el mundo, al menos en los últimos años...
Bucky vuelve a subir una ceja extrañado, para luego exhalar con pesar— bueno, lamentablemente tiene cierta razón —comenzando a sentarse—, pero espero que algún día eso ya no sea así, quiero creer que con todo lo que hemos hecho con Steve, logramos hacer un cambio... hacer el mundo más seguro y decente —el joven Príncipe lo miró con cierta admiración, era una respuesta más que acertada, y cuando lo vio moviéndose para tratar de sentarse, decidió ayudarlo— y si no te deja salir, muy en el fondo lo hace porque te ama y quiere protegerte...
El Príncipe sonríe— puede que tenga razón... —se acerca al mesón para apagar el scanner—, pero mi primo, N'Jadaka, viene de tu país, dice que a pesar de todo, es un gran lugar para vivir para personas como nosotros —todo el sistema de la máquina se detiene
— No existen personas como ustedes o como yo —respondió James— solo personas... —lo mira fijamente— somos iguales, tú y yo... sin importar donde nacimos o nuestro color de piel —sonríe— bueno, al menos eso decía mi madre... —riendo con nostalgia— y lo creo firmemente... —aunque la cabeza le dolía mucho, conversar con el joven Príncipe calmaba sus dolores, tal vez extrañaba las conversaciones cotidianas sobre el mundo y sus problemas.
El joven vuelve a caminar hacia él y la curiosidad lo domina— ¿Dónde está ella? —preguntó con ingenuidad— la menciono mucho en sus sueños...
James guarda silencio con cierta incomodidad— falleció, hace muchos años atrás... —respondió con tranquilidad. T'Challa bajo la mirada avergonzado
— Perdón, no quise... — acusando torpeza— mi padre siempre dice que hablo demás
— No, descuide —contesta— no tiene nada de malo preguntar, solo averiguando cosas... se avanza en esta vida —poniéndose de pie
— ¿La extrañas? —Bucky detuvo todas sus acciones— perdón... —dijo avergonzado— es que como dije, la mencionó mucho entre sus gritos, a ella y también al Capitán...
El soldado exhalo con pausa— era una madre sin igual, la mejor del mundo... y éramos muy cercanos, del mismo modo que lo soy con Steve... —le responde entre ciertos titubeos— por eso tengo miedo a perderlo, como la perdí a ella...
— ¿En el accidente? —siguió consultando. James lo miró sorprendido— lo mismo de antes... —dijo con cierta sonrisa de vergüenza— incluso llegó a soltar algunas lágrimas —mueve los ojos en señal de nerviosismo— sujete su mano para que se sintiera tranquilo, espero no le moleste, pero mi madre dice que siempre funciona cuando alguien tiene tristeza en su corazón —sonriendo de lado con timidez. Bucky lo miro sumamente extrañado, pero también agradecido, había sido un gesto desinteresado y sumamente encantador de su parte, y lo que también le sorprendió fue que era casi como estar hablando con un adulto, era muy maduro para su edad.
— Bueno, muchas gracias por eso... otra vez —volvió a sonreírle. El Príncipe sonrió con calma
— Espero jamás tener que perder a alguien que amo... —comentó con total honestidad y temor
El comentario dejo algo sorprendido al soldado, a la vez que notaba el miedo en su voz— la muerte es parte de la vida, pero entiendo a lo que te refieres... —se acerca a él— tienes miedo de perderlos sin haber disfrutado lo suficiente con ellos...
— Si, eso creo... —afirmando
— Es el miedo que todos tenemos, por eso buscamos pasar cada minuto que podemos con ellos, para formar cada día más recuerdos y poder irnos al final en paz...
Las respuestas del hombre seguían fascinándolo, le hablaba con normalidad, no lo trataba como un Príncipe y lo más increíble, no le negaba comentarios que pudieran afectarlo, hablaba con él con completa honestidad. Probablemente era la conversación más sincera que jamás haya tenido en su vida, porque siempre se le pedía callar o salir de la habitación cuando se tocaban temas importantes, delicados o relacionados con la muerte o el dolor. Siempre encerrado en una burbuja.
Y quiso indagar un poco más— ¿Por eso no quieres que muera el Capitán o el joven Stark? También lo mencionaste mucho... —Bucky no dejaba de sonreír con sorpresa, el joven siempre sabía qué preguntar, o más bien, que preguntar para descolocarlo y no entendía muy bien porque seguía respondiendo todas sus preguntas, es como si en el fondo no le molestara.
— No, no quiero... aun me queda mucho tiempo que vivir al lado de ese idiota y... Tony —inhala fuertemente por la nariz— tengo mucho que enmendar con mi pasado y él es la única razón por la que sigo vivo —el niño se sorprendió— Howard y María son sus padres, pero Tony también es mi ahijado y es mi deber protegerlo, a toda costa... incluso con mi propia vida.
T'Challa se quedó absolutamente mudo, jamás había escuchado a alguien hablar con tanta seguridad y sentimiento de sacrificio, era más que admirable; para ser la primera persona no Wakandiana con la que hablaba, habia sido una muy grata sorpresa. Quiso seguir hablando, sin embargo, los padres del joven Stark entraron a la sala, algo acelerados, pero con tranquilidad.
— Disculpa —dijo Howard— dormimos más de lo que debíamos —con pena en la voz— los últimos días no han sido los mejores
— Descuiden, lo necesitaban —mirándolos bajar por la escalera— ¿Han visto a Steve?
— Creí que estaría contigo — María mostró sorpresa en su voz— ¿Dónde está? —mirando a su esposo
— Cuando yo entré, ya no estaba —agregó el Príncipe
— Pero... —dijo Howard cuando las puertas se abrieron
— ¡El Capitán Rogers se llevó al niño! ¡Están en Siberia, incomunicados y atrapados!
— ¡Que! —grito aterrado Bucky— ¡¿Qué mierda hizo ese idiota?! —se da cuenta que T'Challa está presente— perdón, digo... —volteándose sumamente molesto
— ¡Por Dios! ¿Qué fue lo que hizo? —preguntó aterrada la Stark casi al unísono
— ¿Se llevó el jet? —Danvers le asintió a Howard— maldita sea... —con furia contenida
— Howard, el Príncipe... —agregó María mirando de reojo a T'Challa
— Tenemos que ir por ellos, tenemos que ir a Siberia y... —vociferaba James, pero un dolor agudo cruzo su mente— hay que... —comenzando a marearse— están en el... —su vista se nubla— no... quiero... que —no logra controlar su cuerpo y cae hacia el suelo en cuestión de segundos
— ¡James! —grito asustada María acercándose a él
— ¡Señor! ¡Señor! —grito T'Challa arrodillándose a su lado
— Steve... Tony... —repetía entre quejidos— tengo... que... —comenzando a sudar sin control
— ¡¿Qué le pasa?! —preguntó Howard con terror
— Su mente está aún muy débil —comentó el Príncipe— le tomará horas, quizás días recuperarse por completo —mirándolo con preocupación— señor, tiene que calmarse... por favor —toma la mano de James— cálmese, por favor... —el soldado comenzaba a retorcerse de dolor
— Ayúdenme, por favor —mirando a T'Challa— sálvenlos...
—Suficiente —sentenció Danvers— yo iré por ellos, avisen a Fury y traten de alcanzarme allá...
Chapter 26: XXVI
Chapter Text
— ¡Steve! ¡Steve! —gritaba fuera de si Tony— ¡Mírame! ¡Por favor! —no habia respuesta del otro lado de la pantalla— ¡¿Qué hiciste maldito?!
— Solo lo que hacía falta —responde el hombre sin soltar la lanza— era una piedra que debía sacar de mi camino y tenía que hacerlo yo mismo —se incorpora en su puesto— solo así podremos estar juntos, beloved... —le sonríe con suma malicia hacia la pantalla
— ¡Maldito! —vociferaba con ahincó, pero su mirada se fue directo al Capitán— Steve... mírame... —llorando sin control
— Estoy... bien —tratando de erguir la cabeza— tranquilo... —sentía el palpitar de la lanza cruzando su torso
— En verdad eres duro, Capitán —comenta entre risas— lo admito... —comenzando a caminar— pero no será suficiente —inhala con decisión—, para que quieras quedarte con mi amado Tony, tienes que esforzarte más y hasta ahora veo que haces apenas lo justo —tomando el escudo del Capitán— como te extrañaba viejo amigo, pero tienes un diferente peso —moviendo el escudo— ya no eres mío... —exhala con pena mientras mira a Steve que trataba de moverse— es otra cosa más que este impostor me arrebato —mira la pantalla— por eso, tenemos que estar juntos... —le guiña un ojo a Tony— eres lo único que este imbécil no me va a quitar... —se voltea hacía Steve— debiste quedarte en tu línea, debiste quedarte con tu Tony muerto y no venir a robar el mío...
El Capitán buscaba calmar sus respiraciones, para no hiperventilarse, tenía que recuperar el control de su cuerpo, rogar porque el suero lo ayudará a sanar sus heridas, sí que es que seguía activo, pero al mismo tiempo no apartaba la vista de aquel hombre, lo miraba fijamente, no podía dejarse sorprender por otro ataque y no le mostraría miedo o duda, o mucho menos le haría pensar que había ganado, eso jamás.
— Él no es tuyo... —dijo en un hilo de voz
— ¡Claro que lo es! —detestaba que le siguieran diciendo que Tony no era suyo, HYDRA lo decía, Tony lo decía y ahora este maldito lo repetía— ¡Tú tuviste tu Tony! ¡Y no supiste protegerlo! ¡No dejaré que me quites el mío! —escupió molesto
Steve lo desafío con la mirada— di lo que quieras... —ahoga una gran bocanada de aire— nada cambiará la verdad —sintiéndose algo mareado.
El hombre frunce el ceño, mientras mira su escudo una vez más, podía renunciar a este, pero no a Tony, eso jamás. Suelta el escudo y este cae sonoro al suelo— pero hay cosas que si se pueden mejorar —abre un gabinete a sus espaldas— este es mi propio mejor amigo, el verdadero escudo del Capitán HYDRA —sacando el suyo propio— y con este mismo tomaré el puesto que me corresponde, lo que por derecho es... mío —recalcando sus palabras— como héroe del mundo y al lado de Anthony Stark, como el nuevo Superior Iron Man... —Steve tocé sangre— ese es nuestro destino —voltea hacía Tony— ¿No es cierto, beloved? —Tony esquiva su mirada— sabes que es cierto... —sonriendo con certeza
— Eso... jamás —levantándose del piso—, jamás serás un héroe, jamás serás aceptado por la gente y te dejare algo muy claro... —respirando agitadamente— no permitiré que vuelvas a acercarte a él —se hinca en su rodilla izquierda— él no es tuyo ni mío... ni de nadie —toma la lanza con ambas manos— él no es de tu propiedad y jamás lo será... —inhala con fuerza y sin miedo o dudas, se retira la lanza del pecho y la arroja lejos— todo... —ahogando el dolor y volviendo a caer al piso, pero no se rendiría, no podía, tenía una razón demasiado fuerte para seguir peleando— todo lo que sale de tu boca son mentiras, si... —jadea adolorido— si fuera verdad que lo amaras, no lo tendrías aquí en contra de su voluntad... —se arrodilla— y mucho menos, tendrías que hacer todas estas trampas para disminuirme y poder controlarme... —le sonríe— esta es la única forma en la que podrías vencerme —el hombre lo mira fulminante— eso demuestra quien es el cobarde aquí...
— Imbécil —musito el soldado— maldito bastardo... —acercándose a Steve
— Y estas muy equivocado si piensas que ese es su destino.... —volviendo a toser sangre
El hombre se detiene y le vuelve a sonreír con calma, había tocado justo el tema central a tratar— claro que lo es, tu tuviste tu Tony, tu destino, tu futuro... en tu línea temporal—sonriendo ufano— por tanto, él es mi Tony, mi destino y yo soy su futuro... esta es nuestra línea temporal y él lo sabe, y lo mejor de todo, ya lo acepto...
Ambos hombre elevan la mirada al joven, que baja la cabeza entre lágrimas acomplejadas— Tony... —susurro Steve rogando que este le negara lo que escuchó ¿El joven se había rendido? Se negaba a aceptar eso
Y el otro soldado sonrió— él sabe que yo soy su Steve... el que le corresponde —rodeando a Steve— y que tu solo estas con él porque te recuerda a tu Tony, él sabe muy bien en su corazón que es solo el reemplazo del otro Tony —Steve clava la mirada fija en Tony y el joven no es capaz de mirarlo— él sabe que si tuvieras la oportunidad de recuperar a tu Tony o que si éste apareciera en esta línea temporal, tu escogerías a ese Tony... y lo dejarías a él en la absoluta miseria y eso... —sonriendo de lado— lo llevaría a su única opción... yo —Tony sigue soltando lágrimas de culpa y dolor, no podía negar que estaba de acuerdo con él— el amor que siente por ti... será su condena
— ¿En verdad crees eso, Tony? —pregunto entre jadeos agotados— ¿En verdad crees que él es tu Steve? —el joven no lo miro— ¡Mírame! —rogó con urgencia— ¡Tony!
— Steve... —soltó el joven entre hipos de llanto— no se si tú eres mi Steve... —el Capitán lo miró fijamente con desesperación— pero de algo si estoy seguro, yo no soy... tu Tony —enterrando la cabeza sumamente avergonzado.
Y Steve sintio un dolor incluso más fuerte que el de lanza que había sido incrustada en su pecho— no... puedes pensar eso
El hombre se aleja— no solo lo piensa, lo acepta... ¿Y sabes porque? —sintiéndose victorioso— porque por primera vez en su vida le están diciendo la verdad, no más mentiras... —endereza la espalda— yo no miento, esa es la gran diferencia entre tú y yo... —una mirada de compasión aparece a los escasos segundos— a veces me cuesta creer que seamos la misma persona —aprieta un botón, el cual Steve no comprende mucho lo que hace.
Por lo cual, solo endureció la mirada, mientras se sentaba con dificultad— no lo somos, solo eres un invento de HYDRA —tratando de que el odio le diera fuerzas
— ¿Invento? —preguntó intrigado— ¿Aún crees que soy una creación? ¿Una farsa?... en verdad eres idiota —riendo entre dientes—, pero no, no soy un invento, yo soy real, soy de carne y hueso —mirándolo fijamente— soy tu, pero el de esta época, aquel a que abandonaste en ese hielo para pudrirse por tantas décadas y para que despertara en un lugar extraño, haciendo tu trabajo, para que viera que todos los que conoció estaban muertos y que aquel que estaba destinado a amar, le pertenecía a otro —endurece la mirada— a ti...
Steve se sorprende medianamente, la verdad de cierta forma lo sabia, lo sospechaba, sobre todo cuando Peggy le devolvió su escudo, pero una parte de él quiso negarlo, como si no fuera real y como si su vuelta al pasado, hubiera solucionado todo. Respiro por la boca con suma dificultad, tratando de encontrar fuerzas donde ya no le quedaban y decidió ser sincero— te equivocas...—respondió agotado— yo no te deje ahí, yo te busque... —la sangre seguía saliendo por su herida y saborizaba su boca a hierro— por años, incluso con Bucky, pero jamás te encontré... —exhala— llegamos a la idea de cómo yo habia vuelto a este tiempo, él de este habia desaparecido... me equivoque —su voz muestra temblor— perdón... —elevó su mirada y la clavó en el otro soldado, no buscando simpatía o redención, pero si una pizca de una humanidad; el otro hombre mostró un claro semblante de asombro
— Tu... —su voz por primera vez se suavizó— me... —pero su ceño se endurece de inmediato, casi lo había hecho flaquear— no me interesan tus disculpas, no me interesan tus excusas baratas, no creo nada de lo que sale de tu boca... —masculló con ira contenida— mi felicidad depende de que tú ya no puedas interrumpir nuestros planes, los míos y los de Tony —voltea hacia la pantalla— cierto, lo habia olvidado, beloved... —apretando nuevamente el botón de hace algunos minutos— perdón por silenciarte, pero tenía que hablar a solas con el Capitán, temas más personales entre Steves... y no aptos para tu edad —mirando de reojo al otro Steve. Sabía que el tema de la edad era un área sensible para ambos— pero como ya terminamos los temas delicados, creo que podemos pasar al evento principal —su voz se tensa— ya me entretuve lo suficiente, así que el Capitán... ya no nos sirve —el joven sintio un eterno escalofrío recorrer su espalda.
Tony no podía quitar la vista de la pantalla, durante todos esos eternos minutos, solo mantuvo la mirada en la herida, no pudo escuchar nada de lo que conversaron, pero eso no era de importancia para él en estos momentos, el observar esa maldita herida lo tenía al borde del colapso, era impresionante el cómo la sangre salía y el verlo toser, lo estaba llenando de terror; y cuando Steve se quitó la lanza, las lágrimas brotaron nuevamente por sus ojos, su esperanza flaqueaba y la voz que siempre le decía que siguiera luchando por Steve, se apagaba cada vez más, como si lo estuviera abandonando, para que aceptara que su realidad era clara, él no era su Steve, él no era su Tony y su destino ya estaba marcado ¿En verdad estaba siendo pesimista? ¿Siempre lo había sido? ¿O simplemente ya no quería luchar más? ¿Había perdido la fe?
Pero en cuanto el audio volvio, y logro escuchar sus voces, o en específico a aquel lunático mencionando la sola de idea de deshacerse de Steve, el coraje le volvió al cuerpo, tal vez él no era su Steve ni el su Tony, pero si había una verdad absoluta, lo amaba con locura y no permitiría que sufriera y mucho menos que falleciera por su culpa; su destino estaba marcado, pero no el de Steve, éste todavía podía, debía vivir y ser feliz, aunque fuera sin él. Y sin pensarlo, comenzó a forcejear sus amarres, al principio de manera torpe, pero ante la desesperación, subió la intensidad, llegando incluso a lastimarse a sí mismo, aunque solo se dio cuenta cuando la sangre comenzó a brotar por sus muñecas.
El otro Steve sintió el ruido de las cadenas y volteó a verlo— no, beloved... —comentó con voz preocupada— no te lastimes, no intentes nada... ya voy para allá —mira a Steve— la verdad es que todo esto ya se volvió aburrido —voltea nuevamente hacia Tony— ¿No crees? —el terror apareció en su mirada cuando vio a Tony liberarse de una de las amarras— ¡¿Qué haces?!
— ¡Déjalo en paz! —gritó iracundo el joven Stark— ¡Maldito! —escupió— ¡Podrás torturarme, quebrarme e incluso matarme! ¡Pero jamás te dejaré que lo lastimes! —viendo como la sangre corría por su brazo, pero sin darle importancia— ¡Te juro que te matare yo mismo! —decreto mientras trata de liberarse del otro brazo
El hombre mostró el dolor absoluto en su mirada— no... puedes decirme eso, no a mí—mirándolo fijamente— no después de todo lo que he hecho por ti... por nosotros —aprieta el botón y Tony se retuerce en su lugar— ¡Te hare pagar por tu desobediencia!
El hombre lo presiente en menos de un segundo, una ráfaga de viento acercándose a él, lo que le dio la reacción oportuna de agacharse de inmediato, justo cuando el escudo pasaba sobre su cabeza; Steve aun en su condición, le lanzó furioso y sin tapujos el escudo, con la intención de matarlo, pero el hombre tenía los mismo reflejos que él o incluso mejorados. El esfuerzo lo agotó, la sangre salió aún más veloz y ante el dolor, buscó apoyarse en la pared a sus espaldas, rogando recuperar el aliento.
— Otro que necesita entender de obediencia —responde molesto— y lo hare con tu propio escudo —tomando el escudo de Steve que se había incrustado en la pared contigua— ya no eres de mi interés y ya no te interpondrás más en mis planes... —le lanza el escudo— esquiva esto, maldito...
Steve esta vez sí que no puede evitar gritar, su propio escudo se incrusta en él, entre su pecho y su brazo izquierdo, ahora sí que el dolor lo habia dominado y el terror comenzaba a hacerse presente, porque sentía como su respiración se entrecortaba, su vista se nublaba y los colores del escudo se tenían por completo de la sangre del Gran Capitán América; los espasmos se hacían notar, el hormigueo en las extremidades quemaba y la conciencia comenzaba a irse.
Subió la mirada, en un comienzo hacia el hombre, cargado de ira, pero dándose cuenta de que su vida comenzaba a extinguirse, no iba a perder el tiempo mirando a ese maldito, así que la subió hacia la pantalla, para encontrarse con un Tony que ya ni siquiera gritaba, su mirada estaba impregnada en miedo y dolor, ya no podía moverse, su peor pesadilla se estaba haciendo realidad. Steve, con sus últimas fuerzas y alientos, le sonrió.
— Te Amo... —dijo entre agobios bañados en sangre— y te amare en esta y en cualquiera de las otras vidas que vengan... —Tony lloraba entre hipos— te perdí en la otra vida y parece que también te perderé en esta... —lo mira fijamente con sumo dolor—, pero como siempre, te buscare y... —tose con gran sonoridad— te encontrare, igual que antes —las lágrimas caen por su rostro— perdóname por no liberarte de tu sufrimiento, de nuevo... no pude cumplir mis promesas, pero al menos prométeme que no te rendirás, que seguirás luchando, sin importar lo que venga... —Tony le asintió entre hipos— tu... siempre serás mi Tony....
Esas últimas palabras lo quebraron en absoluto. Steve se lo estaba confirmando y se sintió tan maldito por dudar de aquello— Te Amo... —expresó entre sollozos incontenibles, queriendo asegurarle que lo amaba, sin importar espacio ni tiempo.
— No es un adiós, beloved... —susurro comenzando a cerrar los ojos— solo es... un hasta luego —sus hermosos ojos azules se cerraron entre dolor, lágrimas y sangre, pero acompañados de una hermosa sonrisa, agradecida de tanto amor.
Chapter 27: XXVII
Chapter Text
Danvers sobrevolaba el medio oriente, en pocos minutos cruzaría la frontera de Rusia y entraría por fin en aires cercanos a Siberia; ni siquiera lo habia pensado cuando tomó la decisión, solo decidió actuar y ya, más cuando vio la urgencia de los Stark, pero sobre todo por el otro soldado, amigo del Capitán Rogers. Había sonado tan desesperado, tan necesitado y recordó de inmediato al Cabo Rhodes, el niño, como ella le decía, estaba rodeado, completamente solo y sin apoyo, y, aun así, en medio del caos, le rogó que salvara al Capitán y al joven Stark, aun en sus condiciones, no perdía de vista su misión; sonrió orgullosa al recordar eso, era claro que se convertiría en un gran soldado y también, en un gran hombre.
En Wakanda, los doctores por fin habían logrado controlar a James, su mente aún se encontraba muy atribulada y no era momento para más emociones, María y T'Challa no se separaban de su lado, la mujer estaba al borde de la angustia, pero debía mantenerse serena y calma, sobre todo si estaba presente el Príncipe, un joven que la verdad no tenía porqué estar ahí, pero por alguna razón, se negaba a soltar la mano de James. Cuando el médico finalmente se quitó los guantes, decidió preguntar.
— ¿Cómo esta?
— Sedado, temporalmente —respondió— debemos esperar que su mente se calme, como dije... es un procedimiento invasivo y doloroso, si no se toma las restricciones correspondientes, su mente se podría ver gravemente afectada, incluso podría olvidar quien es... —mira al joven Príncipe— majestad, con todo respeto, pero usted no debería estar aquí, el Rey se enfadara si... —el Príncipe lo interrumpe
— Este es el único lugar donde debo estar —sin titubeos y sin mirarlo. Tanto la madre como el médico se sorprendieron, justo cuando Howard cortaba comunicación con USA
— ¿Qué dijo Peggy? —consultó su esposa
— Que están tratando de conseguir la autorización para ingresar aviones y personal militar estadounidense en espacio aéreo ruso... —suspira— pero no es fácil, los rumores dicen que en unas semanas más recién se firmará la disolución de la URSS... la caída del muro aún no es suficiente, así que por el momento, estamos por las nuestras —se rasca la cabeza nervioso— de igual forma, oficialmente hablando, mostró su molestia por enviar a dos soldados americanos a suelo ruso, una de ellos con la capacidad de destruir un estadio completo... y el otro, acompañando a un super soldado que supuestamente está muerto
María sintio la tensión en sus palabras ¿El Gobierno había averiguado que Steve seguía vivo? — ¿Y extra oficialmente?
— Nos apoyó —sonríe con desgana— es más, dijo que nos enviaría refuerzos con importante información, ya deben venir en camino, si es que ya no están aquí...
— ¿Qué tipo de refuerzos? —justo en ese momento, las puertas se abrieron y en compañía del Rey, venía el matrimonio Pym-Van Dyne.
— ¡Janet! —dijo la mujer corriendo a los brazos de su amiga— no sabes cuanta falta me has hecho...
Su amiga la estrechó con fuerza— descuida, ya estoy aquí —le comento con dulzura
— Majestad —comentó Howard— sé que nos estamos excediendo, pero en verdad le agradezco el que dejara a nuestros amigos entrar
— No fue nada, Señor Stark —agrego— como dije, estoy en deuda con el Capitán Rogers y hare cualquier cosa por devolver el favor —sonriendo con neutralidad— es un placer... —su vista se posa en su hijo de pie frente al soldado inconsciente
— ¿Cómo esta? —pregunta Hank mirando a James
— Débil, mentalmente hablando, pero estable —dice el magnate Stark.
Su ego no quería aceptarlo, pero estaba sumamente preocupado por James y también por Steve, ambos estaban corriendo los máximos riesgos para salvar a su hijo y dar pie su palabra. La culpa se asomó por ahí, porque en el fondo sabía que no solo lo hacían por cumplirle a él, sino y más importante aún, porque se preocupaban y amaban a Tony sin tapujos y por él, estaban dispuestos a todo, incluso a morir; quizás había sido algo duro, tal vez.
Pero su sentido común no tenía tiempo para arrepentimientos, ellos también tenían asuntos que atender— Peggy dijo que traían información ¿De qué clase?
— No te gustara mucho lo que escucharas —abre un maletín y saca unas imágenes satelitales— moví algunos de mis inventos más avanzados en Tecnologías Pym —con orgullo, mientras Howard rueda los ojos entre risas, amaba la rivalidad que crecía entre ambos— y encontramos que no es cualquier fortaleza —estirando los mapas— está fuertemente fortificada, imperceptible por radar, pero con un radar propio, capaz de interceptar hasta la más mínima señal —mira a su esposa, quien se para a su lado
— Incluso una señal microscópica como la que dejan nuestros trajes —agregó Janet
— ¿Cómo es eso posible? —preguntó María— se supone que los trajes son imperceptibles
— Pues estos sujetos son muy hábiles, o, mejor dicho, Armin Zola es el genio detrás de todo esto —responde Hank— es como si supieran nuestros movimientos antes de tiempo o conocieran nuestros métodos de ataque de memoria...
— Adelantar grandes eventos y sucesos... dar avances en la historia y la tecnología mundial —citó María
— ¿De qué hablas? —preguntó confundida Janet
— Es lo que dijo Zola... —la astucia se hacía presente— nos dijo su plan, solo que no lo comprendimos —los mira a todos— cuando nos habló en la oficina sabía toda la historia de Steve y… la del Tony de la otra línea temporal ¿Como podría? —todos negaron confundidos, excepto Janet que comprendió su punto
— ¡Porque tuvieron acceso a los recuerdos de Steve! —acusó veloz
— ¡Exacto! —voltea hacia James— como nosotros acabamos de hacer con James... —mira a su esposo— cuando secuestraron a Steve usaron sus recuerdos en su contra, para tratar de dominarlo...
— Y de seguro ahí descubrieron todo lo que iba a pasar en el futuro, los eventos importantes y sus protagonistas —agrega Hank, para luego mirar a su esposa—, los avances tecnológicos como nuestros trajes y... —mirando fijamente al matrimonio Stark— y los sucesos horribles... como su asesinato
— Por eso atacaron en la misma fecha —indica Howard—, porque sabían que Steve y James buscarían evitarlo a toda costa, lo que implicaría...
— Dejar a Tony solo... —acertó la madre— se los dimos todo en bandeja de plata —exhala rendida ¿Cómo no lo había notado antes? Todos habían estado tan felices de recuperar a Steve años atrás, que jamás consideraron los detalles de su secuestro.
— Llevaban años planeándolo... —dice Howard mirando a James en la camilla— siempre estuvieron un paso adelante que nosotros, o mejor dichos, décadas de ventaja —vuelve la mirada a las imágenes satelitales— lo que también explicaría porque su tecnología es tan avanzada... —mirando la fortaleza
Hank asiente con pesar— por tanto, acércanos en nuestros trajes, sería completamente inútil, además que lo protege un escudo prácticamente impenetrable... —señalándolo
Y una duda lo abordó— ¿Entonces como Steve y Rhodes lograron entrar? —consultó Howard mirando a Hank
— La verdad... —el matrimonio se miró con complicidad— los dejaron... —suspira— fue una trampa, los estaban esperando... por eso pudieron aterrizar —mostrando las fotografías satelitales— querían a Steve en ese lugar... —María tragó en seco con pavor y Howard sintió la culpa dominarlo— las oscilaciones de energía muestran que el escudo se desactivo por algunos minutos, todo fue parte de su plan...
— ¿Steve no sabía eso? —indicó Janet
— Yo creo que si —agrego T'Challa apareciendo detrás de todos los adultos— cuando entre al salón anoche, encontré esta fotografía sobre una silla —se la pasa a Howard— es una amenaza y el que sale ahí, es el Capitán —el matrimonio Stark la lee en voz alta
— ¡Maldita sea! —dijo furioso Howard— Steve cayó redondo en la trampa...
— Y arrastró a Rhodes con él —agregó Janet
— Solo quiere rescatar a Tony, como todos nosotros —dijo María de manera firme mirando a su esposo, el cual ocultó la vista hacía otro lado— nos estamos quedando sin tiempo... debemos hacer algo —deja la fotografía sobre la mesa, para mirar al joven— gracias, su majestad —sonriéndole con dulzura
— T'Challa —dijo su padre un poco alejado. El joven supo al instante que estaba en problemas
— Bueno, Carol no es una humana normal... —prosiguió Howard— ¿Hay chances de que ella si pueda atacar un lugar como este?
— No... lo sabemos —contestó Hank— como les digo, ese escudo no es normal —saca otras fotografías— estos son registros de hace dos años, cuando los chinos lanzaron bombas sobre ese sector, bombas de alto calibre —el matrimonio Stark observa detalladamente— todo a su alrededor quedó completamente destruido, excepto la fortaleza... —señalándola— completamente intacta —suspira—, además de que Carol aún no sabe dominar sus poderes por completo, le falta entrenamiento y sobre todo resistencia...
— ¿Cómo sabes eso? —preguntó Janet, sorprendida de las propias palabras de su esposo
— Porque hace casi un año que con Fury la estamos tratando de ayudar, enseñándole a canalizar sus poderes y evitar que estos terminen consumiéndola... —vuelve a mirar el mapa— aún le falta mucho que aprender
Unos metros más alejados, el Rey mantenía la mirada severa en su hijo— ¿Qué estás haciendo aquí? —el Príncipe ocultaba la mirada— ¿Y qué hacías anoche en el salón de ciencias? —su voz demandaba honestidad
— Solo... quería ayudar —respondió el joven— estaba gritando y llorando —indico como claro argumento
— Eso no es excusa —respondió firme— tú eres el príncipe y futuro heredero, no puedes andar por ahí exhibiéndote y mucho menos, poniéndote en riesgo...
El joven elevó la voz— pero tenía que ayudarlo, no podía dejarlo solo —insistió seguro
— Esa no es tu responsabilidad, él no es Wakandiano —decreto
— ¡Tú los estas ayudando! —reclamo sorprendiéndose de su valor para elevarle la voz, jamás había tenido razón o motivo para hacerlo, pero ahora sentía la seguridad para hacerlo— y… ellos no son Wakandianos
— Es diferente... —exhalo— yo soy el Rey y les debía un favor... enorme
— Pues eso está mal —prosiguió— no se supone que debamos ayudar solo a los Wakandianos o porque debemos pagar una deuda —recuerda lo que le menciono el soldado— no importa donde nacimos o nuestro color de piel, todos somos personas y somos iguales... —su padre se sorprendió por su comentario— no lo ayudo porque le deba un favor, le ayudo porque es lo correcto... —el Rey enmudeció, la mirada de su hijo no mostraba ninguna duda, como si por primera vez se sintiera seguro de sí mismo y con un motivo por el cual luchar.
En el centro de la sala, los matrimonios seguían debatiendo lo complicada que estaba la situación— o sea... ¿Qué mandamos a Carol sola a enfrentarse a algo que desconoce y con un poder que aún no sabe manejar? —reclamo María
— Algo así... —expreso Hank acomplejado
— Técnicamente no la mandamos —indicó Howard— fue decisión de ella... —suspiro, pero su esposa le mantuvo la mirada, el comentario había estado demás— no pudimos siquiera detenerla, ya habia emprendido vuelo —sonrió con desgana buscando aprobación— es valiente, aunque algo imprudente —mira de reojo a Bucky recostado en la cama y las emociones lo dominan— me recuerda a alguien...
— ¡Hay que hacer algo! —insistió María— ¡Ya hay tres vida en riesgo! ¡No podemos permitir que haya una cuarta!
— La única forma para poder ayudarla, es llegar allá sin ser detectados... pero Steve y Rhodes se llevaron el jet y no existe otro con las mismas capacidades y habilidades —comentó Janet cruzándose de brazos
— Eso no es cierto —habló el Rey a sus espaldas— nosotros tenemos un jet que comparte casi las mismas similitudes con el jet que los trajo aquí, es un prototipo impulsado por el vibranium... pero incapaz de ser detectado, incluso por el más poderoso radar
Howard lo miró sorprendido— pero, majestad... —con nerviosismo— ya ha hecho demasiado por nosotros, no tendríamos como pagarle y...
El hombre levanta la mano en señal de que guarde silencio— no los ayudo porque me deban un favor —mira de reojo a su hijo con orgullo— los ayudo... porque es lo correcto
Chapter 28: XXVIII
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— Veamos si esta vez funciono... —acercándose al cuerpo de Steve— nadie puede sobrevivir a tales heridas, ni siquiera el propio y Gran Capitan América —coloca dos dedos en la yugular del soldado, para revisar su pulso— bueno, parece que al fin es verdad —sin sentir ningún palpito tras sus yemas— finalmente... estamos solos, beloved... —sumamente feliz.
Tony enterró el mentón en su pecho, sumamente adormecido por el dolor, era tanto que ya no podía respirar, ya no podía gritar, ya no podía... vivir. Su vida se habia acabado, su vida ya no tenía sentido ¿Para qué seguir viviendo? Si Steve ya no estaría con él, ya no lo vería sonreír, ya no lo podría mirar a los ojos, ya no lo podría tocar, ni acariciar, ni besar, ni recorrer cada espacio de su cuerpo y de su mente, ya no habia nada, solo vacío; era tan grande, que llegaba a ser agobiante, asfixiante y completamente devastador.
Incluso, por unos segundos, pensó en darse por vencido, entregarse a HYDRA, ellos le daban la opción de olvidar, de borrar todo el dolor y el sufrimiento y ese era su destino ¿Cierto? ¿Este Steve era su única opción? pero su conciencia se negó, sobre su propio dolor. No, si hacia eso, entonces Steve habia muerto en vano, su sacrificio no servía para nada, era olvidar todo lo que le habia entregado y rechazar, negar sus últimas palabras; le habia prometido, le habia jurado que no se rendiría, que seguiría luchando hasta el final. Steve habia dado todo por borrar su sufrimiento y él no iba a permitir que muriera en vano, jamás. Su mirada se elevó con decisión.
— No te deprimas, ya voy para allá —comentó feliz— podrás unirte a mí en cuerpo y alma... —abriendo la compuerta que daba a la siguiente habitación, donde Tony estaba cautivo— y lo que más espero, es en cuerpo... —sonriéndole con lujuria— me muero por ser tu primer y único hombre... —pasándose los dedos por los labios, quería besarlo, marcarlo, morderlo, quería poseerlo de todas las formas posibles.
Tony, aun herido, trató de liberarse del otro amarre en su muñeca, pero este parecía estar más atado que el anterior, aun así no se rendiría, menos cuando veía al hombre acercarse a él con ojos incandescentes y rojos, y aun cuando sus opciones se acaban por completo.
El hombre se encaminó a pocos metros, y antes de que propiciará el siguiente movimiento, Tony aun herido, lo sujeto fuerte del cuello con la mano liberada y sangrante.
— No... te me acerques —apretando el cuello del hombre— no te atrevas a tocarme —musito con voz contenida— lo único que me produces, es asco... —el hombre endureció la mirada, aunque no deformó su rostro, la presión que ejercía sobre su garganta era molesta, pero inofensiva, no cuando tienes el suero del super soldado corriendo por tus venas
— Adelante, me fascina el sadomasoquismo —acercándose más a Tony— así que, si quieres tortúrarme, golpearme... lo aceptare dichoso —el joven titubea y finalmente lo suelta— ¿Te rindes?
— Estas enfermo...
— Procura curarme con tu amor entonces —toma la muñeca libre de Tony con brusquedad— y yo te daré lo que más quieres, todos los días... por el resto de nuestras vidas —acercando sus labios al rostro de Tony— deseo, pasión y... —lame el lóbulo izquierdo del joven— locura... —vuelve a mirarlo— te daré las noches más intensas de tu vida... —rozando sus labios y provocando que Tony cerrara los ojos, completamente asqueado de su presencia— ahora, dime lo que sientes —pegando su cuerpo al de él, la excitación lo estaba comenzando a dominar.
Tony inhalo con fuerza y sonoridad— ¿Quieres... que te lo diga? —las náuseas presionan su estómago cuando el hombre besaba su cuello entre pausas lujuriosas— para eso tienes que mirarme... —el hombre sonríe ufano y vuelve su mirada hacia la de Tony— TE ODIO...
Esta vez, el rostro del hombre sí que se desfiguró por completo, absolutamente superado por las palabras de Tony. Había hecho esto, todo esto, por él, solo por él ¿Y así es como le pagaba? Se habia condenado, habia renunciado a las cosas más sagradas, habia mentido, engañado, incluso asesinado, habia eliminando cada posible obstáculo, todo por él, para que ellos por fin pudieran estar juntos, y cuando finalmente sucedía, cuando ya no habia nadie más que se pudiera interponer en su amor, Tony era el principal enemigo de este, arruinando todo lo que más amo, para siempre.
A lo lejos, unos pasillos más allá, un joven Cabo, comenzaba a perder la conciencia, las torturas con electricidad directa a la espalda no eran su especialidad. Estos tipos estaban entrenados para infligir dolor, para torturar sin compasión y para no dudar, en ninguna circunstancia o súplica, aunque claro, él no les habia dado ese placer, solo habia emitido pocas preguntas ¿Dónde está el Capitan? ¿Dónde está el joven Stark? Porque sin importar que, él iba a cumplir su misión. Solo rogaba que si la Capitana Danvers, lograba aparecer, rescatara a los dos cautivos, él era una pieza prescindible en el tablero, ellos no.
Pero al parecer, las cosas no salen como se planea, porque a los minutos después, Carol aterrizaba a las afueras del complejo, dispuesta todo. Sabía que no podía actuar aun con completa autonomía, Fury y Pym le estaban tratando de enseñar a controlarse, enseñándole a dirigir un poder que ni ella y mucho menos ellos, podían comprender, y la única que podía, la Kree Mar Vell, habia muerto, sin poder siquiera enseñarle lo básico, o, aunque sea, explicarle el origen de todo esa potestad cósmica.
Detectó rápidamente el escudo, no pasaba desapercibido y su grosor era más que impresionante, lo que la llevó a evaluar la situación por varios minutos, aunque no era lo ideal, porque sabía que estaba actuando contra reloj. Descendió montaña abajo, pensando así, que la parte más frágil de los cimientos, le daría una mejor perspectiva de ataque o una posible forma de entrar, pero sus planes fueron truncados, porque a los pocos segundos, le estaban disparando, habían detectado su posición casi de manera inmediata.
Repelió los ataque sin problemas, pero el número no dejaba de ser menor, además que sus propios ataques no infringían el menor daño, el escudo era prácticamente impenetrable. Sobrevoló el lugar, una vez más, para alejarse del rango de ataque y poder observar mejor desde el ángulo superior, pero las fuerzas le fallaban, a veces era difícil poder controlar todo ese poder.
Traspaso el ala derecha, cuando un sonido potente y diáfano perforó hasta sus huesos, eran gritos, altísimos gritos de dolor y usando el sol a su favor, para esconderse en su propia sombra, detectó el origen y a su dueño; era el niño, siendo electrocutado sin piedad, todo a través de una pequeña ventana, que dejaba ver el espectáculo en primer plano. No comprendió muy bien porqué, pero un calor incontrolable se apoderó de ella, acompañado de un ira sin contención, la que dio paso a un poder inimaginable; en cuestión de segundos, su cuerpo expulso la energía más potente, jamás liberada, estrellándose de lleno, contra el escudo.
De vuelta en la sala ionizada, y completamente ajenos a lo que pasaba en el exterior, puesto que estaban muchos metros bajo tierra, el Capitán HYDRA aun no podía dar cabida a lo que habia escuchado, su corazón se negaba a creerlo, pero su sentido común, si es que aún le quedaba, le decía que era verdad, que debía aceptar la realidad que él siempre supo y negó, que esto era lo que le esperaba si actuaba así y que muy en el fondo, la felicidad, la alegría y sobre todo, el amor, no eran regalos dados para personas como él.
Pero un tercer actor ingresó en su disyuntiva, no solo su sentido común, no solo su corazón, sino que también, su orgullo, su ego, se hicieron presentes y de los tres, era el más herido, el más dolido y lo que lo hacia el más peligroso era que fuera el más incontrolable y el más impredecible. Su respiración estaba sumamente agitada, sus ojos desorbitados y sus palmas mostraban el claro temor, el evidente nerviosismo y el agobiante rechazo.
— Yo... —retrocediendo unos pasos— yo creí... que después de todo lo que habia hecho... —lo mira fijamente— por ti... —inhala con cierta dificultad— las cosas serían diferentes...
— Nada es diferente y nada nunca cambiará —dijo Tony fríamente— no significas nada para mí, no hay forma de que alguna vez llegues a importarme y no importa cuánto me tortures, cuanto me lastimes o cuantos seres amados... me arrebates, nada cambiará lo que siento por ti —respirando sonoramente por la nariz— y lo único que siento por ti, es asco y odio...
Su mirada se enrojeció— te borrare todo —vociferó molesto—, borraré cada recuerdo de ti, te haré otra persona, dejaré que HYDRA te controle, aun cuando yo no lo quería, para que entiendas mi dolor y… por fin puedas amarme
— Hazlo —respondió seguro— no tengo miedo, porque si lo haces, de algo estaré seguro... no seré yo el que está a tu lado, como bien dices... seré otra persona —hace una pausa larga— y jamás serás él... —fulminándolo con la mirada— tú no eres mi Steve...
El hombre se volteó para no verlo, alejándose unos metros, un odio irascible creía en él, un odio impensable, porque crecía hacia una persona que jamás pensó, hacia Tony, era un mezcla de amor necesitado, obsesión y odio irrefutable. Su mente por fin lo comenzaba a comprender, todo era claro al fin, era mejor ser temido que amado, y él era una persona que siempre lograba lo que quería, de una forma y otra.
— Yo trate... —respirando entrecortado— te juro que yo trate de que esto se diera por las buenas, de que te entregaras a mí de manera completa, pero ya me doy cuenta de que no es así... —endereza la espalda— ya me doy cuenta que la única forma de lograr las cosas que quieres en la vida, es a la manera de HYDRA —se voltea hacia Tony— y eso es por la fuerza —sumamente decidido— así que si no logro poseerte con tu consentimiento, lo haré sin este... —caminando hacia él— aunque tenga que tomarte ahora y para siempre a la fuerza —Tony trata de atacarlo con el brazo suelto, pero este lo sujeta sumamente fuerte, haciendo al joven gritar de dolor— me alegra saber que si sientes algo... —dijo furioso— y espera hasta que te haga sentir de verdad, porque el placer solo será para mí... —con la otra mano, sujeta el cuello de Tony— para ti solo habrá dolor —lo besa a la fuerza, pero Tony lo muerde, haciendo que se aleje— no aprendes... ¿No es cierto?
— No soy bueno siguiendo órdenes —respondiendo Tony sin miedo
— Lamentablemente para ti —toma nuevamente su brazo suelto y lo amarra a la pared, con bastante firmeza, dejándolo nuevamente a su merced— tu primera vez no será hermosa y me asegurare que lo recuerdes muy bien —muerde el cuello de Tony y este grita de dolor
Y pese a sus ataques y sus forcejeos, el Stark no está dispuesto a quedarse callado, no más— no serás mi primera vez —el hombre se detuvo y lo miró con ira— porque ya la tuve... y muchas más después de esa y todas fueron con Steve
El hombre endureció el rostro, para volver a ahorcar a Tony, casi sin control y estaba a punto de reclamarle, cuando una voz le habló a sus espaldas— creo que te dije muy claramente... —entre jadeos— que no te acercaras a él...
Chapter 29: XXIX
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Estaba solo, y habia momentáneamente recuperado la conciencia, aunque la sedación seguía presente y el dolor en la cabeza era punzante, le habían repetido, una y otra vez, que era peligroso, que corría un gran riesgo el siquiera moverse, pero es que no podía controlarlo, y es que no solo quería, necesitaba saber que Steve y Tony estaban bien y a salvo, y aun en su mente atribulada, habia escuchado cuando el Rey de Wakanda les habia ofrecido el jet prototipo a Hank y Janet, y como estos partirían a su rescate, incluso habia escuchado los ruegos de Howard, él quería ir con ellos, pero María logro convencerlo, poco y nada podían hacer ellos, no eran soldados o personas con capacidades únicas.
Cuando vio que no habia moros en la costa, Bucky se puso de pie, pese a las indicaciones y se encaminó como pudo al hangar, tenía que alcanzar como fuera ese avión y abordarlo, no dejaría a Hank y Janet ir solos a ese inminente peligro, y, además, Steve era su amigo y Tony su ahijado, tenía el derecho, además del deber moral y divino para intervenir, y no le importaba que opinaran los demás.
El lugar era un caos, era primera vez que esa cosa volaría y era preciso calcular todo, aun cuando el tiempo no estuviera a su favor, Hank se paseaba por todos lados, revisando cada detalle, mientras que su esposa ya estaba adentro, preparada y lista para el despegue; James elevo la vista y vio en el mirador del hangar al matrimonio Stark y al Rey, sería difícil meterse sin ser visto, pero no imposible, la altura daba cierta ventaja. Se ocultaba tras algunas cajas de municiones y en cuanto vio una ventana de oportunidad, quiso correr sin mirar atrás, pero una mano lo jalo de vuelta a su escondite.
— ¡¿Qué crees que está haciendo?! —acusó James entre susurros coléricos
— No puede hacer esto... —respondió con urgencia— es muy peligroso y usted no se encuentra en condiciones para siquiera estar de pie —Bucky exhalo tratando de mantener la calma. La situación comenzaba a superarlo
— Majestad, por favor... —su sentido común le rogaba que entendiera que el Príncipe era muy joven— usted es muy niño y no entiende...
El joven lo detuvo al instante— ¡No soy un niño! —acusó— y por favor, no me diga majestad, solo soy... T'Challa —lo mira fijamente— y claro que lo entiendo, se perfectamente en que posición se encuentra, pero entiéndame a mi —se arrepiente de decirlo— me refiero... —carraspea— aún esta convaleciente y es sumamente riesgoso —hace una pausa algo larga— y… no quiero que le pase nada —con la mirada baja, pero aun sujetando el brazo de James, el cual exhalo con alivio.
— T'Challa... —rompiendo el silencio incomodo— gracias —le sonríe sin miedos y el joven queda estupefacto— hace mucho que no veía a alguien que no me conocía, preocuparse tanto por mi... —toma la mano del Príncipe y la sujeta para hacer entender su punto—, pero esto es algo que debo hacer, tengo una promesa que cumplir... —su mirada no mostraba duda.
El joven relajo la vista, no podría convencerlo— pero prométame... que volverá —mirándolo fijamente— que regresara a salvo
Bucky volvió a sonreír— te lo prometo —asintiendo con dulzura mientras aprieta su mano. Otra promesa más que cumplir— ahora déjeme ir... —soltando su mano con lentitud, hasta que alguien aparece por detrás
— ¿Qué hacen? —preguntó Erik a sus espaldas
— ¿Qué haces aquí? —preguntó aterrado el Príncipe. Bucky frunció el ceño, ahora jamás podría irse
— ¿Qué hacen ustedes aquí? —insistió mirándolos
— Él... —titubeo T'Challa— él necesita subir a ese avión —James lo fulmino con la mirada— yo lo ayudo y tu... —mirando a su primo
— Y yo también —respondió con tranquilidad— no sería la primera vez que me meto en problemas por tu culpa —con una gran sonrisa. T'Challa le sonrió agradecido a su primo— bueno, siempre le quise a robar a mi tío esas armas —señalándolas— ¿Vamos? —encaminándose hacia el medio del hangar. El Príncipe iba a seguirlo, pero James lo sujeta del brazo
— T'Challa... —el joven lo mira mientras el hombre se pone de pie— muchas gracias y cuídate tú también —revuelve el cabello del príncipe
— Usted también, Sr. Barnes —asiente feliz
— Dime Bucky... —no lo pensó, solo salió de él y la sorpresa lo atrapo. Ni siquiera le dijo llámame James, no, Bucky, solo le permitía a una persona llamarlo así y ese era a Steve, ni siquiera a Tony, pero por alguna razón, el joven Príncipe le daba esa confianza, única e inesperada.
— Adiós... Bucky —respondió el Príncipe corriendo detrás de su primo
Erik amaba meterse en problemas, era la mejor forma de llamar la atención y pasar las tardes de aburrimiento, aunque en el fondo era un buen muchacho, solo le gustaba hacer travesuras y aunque algunas veces las empezaba T'Challa, siempre terminaba echándose la culpa él, después de todo, su primo era el futuro Rey, debía ser una imagen intachable de joven, pero cuando las cosas se complicaban, siempre se quedaba con él, hasta el final. Y justo cuando estaba tomando el arma de sus cajas, su primo llegaba para imitarlo y sin siquiera decirlo, solo mirándose, supieron que debían hacer.
Se apuntaron mutuamente y fingieron atacarse, obviamente sin ponerse en peligro y el grito de la Reina fue lo primero que se escuchó. Al instante, el Rey bajaba del mirador y los guardias corrían hacia los jóvenes Príncipes para detenerlos, la distracción habia dado frutos y Bucky pudo correr sin ser detectado, justo cuando la compuerta del Jet comenzaba a cerrarse y a despegar, alcanzando por breves momentos, agradecerle con una lejana mirada y sonrisa al Príncipe que caía al suelo, rodeado de guardias, pero feliz de que... Bucky pudo abordar.
Hank y Janet pilotaban el Jet, que a decir verdad, estaba casi a la altura que el de Howard, claro que con algunos inconvenientes, pero nada que alguien como ellos y su experiencia, no pudieran manejar, y sin siquiera notar la tercera presencia, oculta detrás de los asientos; Bucky le rogaba a su mente que se mantuviera firme y estable, sabía que estaba débil, sabía que estaba vacilante y los recuerdos, sobre todo los más horribles, lo atormentaban, pero ahora debía ser fuerte, Tony estaba en peligro y haría lo que fuera para salvarlo, tenía una vieja deuda que pagar y una nueva promesa que cumplir. Y en menos de lo esperado, el Jet ya sobrevolaba Siberia y se acercaba al objetivo.
Mientras que en las inmediaciones de HYDRA se vivía un caos, el escudo habia caído, junto con toda la pared sur, era impensable y supuestamente imposible, ninguna fuerza sobre la faz de esta tierra podía destruir ese escudo y ahora, esta mujer de cabellos dorados, que sobrevolaba colérica los cielos e ingresaba por los escombros, lo habia logrado y era más que claro que tenía solo un objetivo, salvar al joven cabo Rhodes, que jadeaba más que agotado, aun sujeto por sus torturadores, pero con un espíritu inquebrantable.
La Capitana entraba al sector derrumbado con presencia y decisión, derrotando a cuanto enemigo se le cruzara, su único objetivo por ahora era llegar al Cabo Rhodes, el cual seguía siendo torturado por un último hombre, que sabía que el soldado era su última carta. No despegó en ningún momento el pasador de corriente al pecho del Cabo, el cual aguantaba el dolor con gran valentía, jamás se dejaría ver vencido y esto llenó de coraje y determinación a Danvers, que, en menos de un segundo, carbonizo a su contrincante, para finalmente correr hacia James y liberarlo, el joven soldado habia perdido momentáneamente la conciencia.
— ¡Hey! —gritaba moviéndolo en sus brazos— ¡Vamos! ¡Reacciona! ¡Niño! —sus ojos seguían cerrados— ¡Rhodes! —quizás sus movimientos eran algo rudos, pero necesitaba que despertara— ¡James! —un sonido extraño la alerto, por lo que elevo su mirada al escuchar las turbinas de un Jet. Este aterrizaba entre los escombros, justo al lado de su posición— ¡Soldado! ¡Reaccione! —grito con liderazgo.
El Cabo abrió lentamente los ojos— no... grite, Capitana —dijo con una voz cansada
La mujer exhala agradecida— y tu no me asustes... —respondió ella con una gran sonrisa— que bueno tenerlo de vuelta, Cabo... —ayudándolo a sentarse— debo admitir que resiste los golpes como todo un campeón
— Se hace lo que se puede —responde agotado viendo al matrimonio correr hacia él
— ¡James! —grito Janet— ¡¿Estás bien?!
— ¡¿Qué demonios viniste hacer aquí?! —pregunto molesto Hank
— Lo mismo que ustedes... —viendo al soldado Barnes aparecer detrás del matrimonio.
Ambos siguen su mirada y encuentran al hombre— ¡James! —acusó molesta Janet— ¡No puedes estar aquí!
— Pues ya estoy aquí y no pueden mandarme de vuelta... —respondió firme
Hank exhalo rendido— ¿Por qué nadie obedece lo que decimos?
— ¿Dónde está Steve? —preguntó el ex soldado del invierno
— Nos… separaron —respondió con timidez el Cabo— pero si encontramos el computador central, sabremos donde están, además... —su mente recuerda con terror— ¡Capitana! —mirando a Danvers— ¡Usaron el Jet para rastrearnos! ¡Saben que venimos de Wakanda! —mira al matrimonio— ¡Enviaron un misil hace solo unos segundos!
— ¡¿Qué?! —grito aterrada Janet— ¡Maldita sea! —abriendo su comunicador— ¡María! ¡Howard! —nadie responde— ¡Alguien conteste!
— ¡No hay tiempo! —dijo veloz Danvers— ¡Yo voy por el! —los mira— ya saben que hacer... —abriéndose camino
— Nosotros los buscaremos... —respondió Hank— ¡Ahora ve! —exigió
— ¡María contesta! —insista Janet— ¡Maldición!
— Rhodes... —agrega la Capitana— tienes prohibido morir, es una orden —sonríe— porque no estaré para salvarte la siguiente
El soldado le responde con una tímida sonrisa, mientras la ve elevarse por los cielos a toda velocidad, ahora sí que tendría que romper todas las barreras y límites de sus poderes, porque si no, esto podría acabar muy mal.
A miles de kilómetros de ahí, María Stark discutía a todo lo ancho con su amiga Peggy Carter, porque a peor momento, el gobierno de los Estados Unidos habia aprobado la orden de atacar y destruir las inmediaciones de HYDRA, de inmediato.
Chapter 30: XXX
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Se dividieron, así era la mejor forma de actuar, el matrimonio buscaría la computadora central, les daría una mejor vista del lugar y de paso acceder a cualquier plan extra que presentara HYDRA, mientras que el Cabo Rhodes, quien se negó a descansar pese a sus heridas y Bucky buscaban a los cautivos, igualmente separados, debían recorrer el mayor espacio posible, en el menor tiempo.
La suerte estuvo de su lado, porque la computadora se postró justo frente a ellos, Janet en pocos segundos, ya buscaba infiltrarse al sistema y rastrear a los jóvenes, al paso que también veía la posibilidad de desactivar el misil que iba dirigido a Wakanda, si es que Carol no alcanzaba a llegar. Pero su sorpresa fue peor, incluso más aterradora de lo que pensó.
— ¡Los misiles ya están programados! —grito mirando a su esposo
— ¡¿Enviarán más a Wakanda?! —acusó aterrado
— ¡No a Wakanda! —desesperada— ¡A occidente! ¡A Estados Unidos! —buscando la señal— ¡A Nueva York! —la imagen de una joven Hope estudiando tranquilamente, sin sospechar lo que se avecina, helo la sangre de Janet— ¡Nuestra hija está ahí!
— ¡Junto con casi 8 millones de personas! —activo el intercomunicador— ¡Howard! ¡Contesta, pero ya! —sin respuesta— ¡Trata de comunicarte con Peggy! ¡Con el Pentágono! ¡Con quien sea! —mirando a su esposa— ¡Maldita sea! ¡Que alguien conteste! —gritaba Hank, mientras su esposa trataba de desactivar los misiles programados.
Pero en Wakanda, María Stark tenía sus propios problemas y discusiones, mientras el Rey y su esposo observaban detalladamente las imágenes satelitales, María trataba de ganar tiempo, tenía que haber alguna solución.
— ¡Tienes que detenerlo! ¡Como sea! —gritaba la Stark
— ¡No puedo, María! —respondió Carter— ¡Son órdenes desde arriba! ¡De la misma oficina oval!
— ¿Y porque ahora cambian de parecer? —pregunto acelerada— hace algunas horas no nos querían dar su apoyo, decían que era asunto nuestro —interferencia se escucha, como el intento de otra señal entrando— no me digas que es porque se enteraron de que Steve está metido en esto...
— No, nada que ver —respondió Peggy— por suerte no se dieron cuenta que Steve sigue vivo... —aliviada
— Yo creo saber porque —respondió Howard— las imágenes satelitales muestran que su armamento esta programado, con dirección hacia occidente, a los Estados Unidos —con cierto temor en su voz
— ¡¿Qué?! —grito Peggy— ¡Si ustedes ya saben eso, con más razón el Presidente! ¡Por eso el ataque!
— ¡Howard! —otra señal interfiere— ¡Ataque! ¡Casa! ¡Programado! —la señal se cortaba— ¡Estados Unidos! ¡Nueva York! —repetía incansablemente Hank— ¡Nosotros! ¡Detenerlo!
— ¡Maldita sea! —expreso Howard tomando el intercomunicador— ¡Peggy! Se que suena horrible, pero dales más tiempo, yo sé que Hank y Janet lo detendrán, está la vida de su hija también en riesgo, danos una oportunidad —su voz demandaba urgencia
— Amiga, te lo ruego... —suplico al borde las lágrimas la madre— ¡Mi hijo! ¡Todos siguen ahí! —inhala— ¡Convéncelos de que ellos serán capaces de detenerlos! ¡Los mejores y más poderosos seres humanos están en ese lugar! ¡Ellos pueden con esto! ¡Tienes que hacer lo que haga falta! —la señal se corta
Peggy Carter se queda con el micrófono en las manos, mientras su esposo la mira fijamente, el cual logra darse cuenta, ella habia tomado una decisión y a él no le queda otra opción que apoyarla en todo. La mujer prácticamente corrió por los pasillos de la Casa Blanca y al tratar de ingresar a la oficina oval, un guardia trató de detenerla, William sin saber muy bien qué hacer, empujó al soldado y a cualquiera que se cruzara por el camino de su esposa, permitiéndole entrar, sabía que si había alguien que podía convencer al Presidente, era su mujer; y pese a las amenazas y gritos de todos los hombres presentes, una mujer habia irrumpido la oficina oval y sin permiso.
— ¡Señor presidente! —expreso firme Peggy mientras golpeaba la mesa— ¡Cancele el ataque ahora!
— ¡¿Qué es esta altanería, por Dios?! —gritó el General
— No le estoy dando una orden, Señor Presidente —aun con firmeza— jamás me atrevería a eso, y sé muy bien que hay grandes riesgos de un ataque hacia suelo norteamericano —Nick Fury entró justo detrás de ella, viendo como William aún forcejeaba con algunos agentes, y solo admiración apareció en su rango de vista, en verdad era una mujer sumamente valiente—, pero le ruego que confíe en nuestro equipo —mirándolo fijamente— tengo a los mejores hombres y mujeres en el lugar, un equipo de élite que estoy más que segura que podrá detener esto y con el mínimo de bajas estadounidenses —inhala— le pido que tenga fe...
— La fe no nos salvara, Carter —insistió el General.
El presidente se puso de pie y todos guardaron silencio— ¿Quiénes son este grupo de élite? —preguntó
— Los Vengadores, Sr. presidente —respondió Nick Fury detrás de Peggy Carter. William sonrió zafándose del último hombre.
En Wakanda, siquiera el minuto habia pasado, esperando noticias de Carter, cuando otra señal interfirió de manera abrupta y mucho más escandalosa. La Stark por poco y se desmaya, es que no podía dar crédito a lo que escuchaba.
— ¡Salgan de ahí ya! —gritaba Danvers— ¡El misil está a muy pocos kilómetros! ¡Rápido! —viéndolo a distancia— ¡Yo voy tras él, pero no sé si logre interceptarlo!
Lo único que sintio fue como su esposo la arrastraba del lugar, el Rey daba a órdenes por doquier, mientras arrastraba a su hijo para correr en cuestión de segundos al búnker, mientras las señales de alarma sonaban en toda la capital. T'Challa estaba abrazado a su madre, viendo como su primo Erik hacia lo mismo en los brazos de su padre, y la conversación que tuvo con... Bucky volvió a su mente ¿Este podía ser el final? Su miedo de perder a los que amaba se volvía realidad. Y si Bucky sobrevivía y cumplía su promesa ¿Él tambien podría hacerlo?
Pero en cuanto las Dora Milaje se preparaban para cerrar el bunker, el Rey detuvo todas sus acciones y se negó a entrar, su pueblo no alcanzaría a ocultarse, no a la misma rapidez que la de él y su familia, y se negaba a refugiarse, mientras su gente perecía, por lo que tuvo que actuar como Rey y tomar una decisión.
Miro a la distancia a su hijo con orgullo— cuando seas Rey... lo entenderás —lo siguiente fue la puerta cerrándose y los gritos ensordecedores de su hermano, su esposa y su hijo tratando de alcanzarlo, mezclados con las sirenas y alarmas inundando el lugar.
Howard abrazaba a su esposa, quien no podía contener las lágrimas, ante los gritos de dolor del joven Príncipe y la Reina, por su esposo y su pueblo; el Stark se preguntaba y culpaba por todo esto ¿A cuánta gente habia arrastrado al sufrimiento por querer salvar a su hijo? ¿Acaso estaba siendo egoísta? ¿Toda la gente de un país moriría por su egoísmo? ¿Toda la gente de Nueva York estaba en riesgo por pensar solo en la seguridad de su hijo? Algunos dirían que la vida de su hijo no valía la de millones, pero para él, la vida de Tony era invaluable.
Estaba tan cerca, kilómetros, metros, centímetros, casi podía tocarlo, pero parecía que cada vez se alejaba más y más, sería inútil su esfuerzo, todo a su paso sería destruido, pero el escuchar las alarmas y gritos de miles de personas a sus pies, aterradas y desesperadas ante el inminente riesgo, fue lo que la llenó de fuerzas y valor, y entonces recordó, ese mismo incremento de poder que sintio recorrer en ella cuando escucho a Rhodes gritar, sufrir, prácticamente agonizar y la energía afloro sola, un poder que ni ella misma lograba explicar. Y sin percatarse cuando y como lo hizo, se encontró sujetando el artefacto de destrucción en sus espaldas y elevándose miles y miles de kilómetros, incluso más allá de la exosfera.
Los minutos se volvieron eternos, esperando el inminente estruendo y explosión, pero nada sucedió, nada aconteció y los presentes se miraban incrédulos y tan confundidos, algo muy extraño, y quizás hasta esperanzador había ocurrido. El Rey volviendo a abrir el búnker, para recibir a su hijo envuelto en lágrimas, confirmó lo impensado y más increíble, el misil habia sido interceptado y destruido, Wakanda estaba a salvo.
Carol habia vuelto apenas volando, herida, pero a salvo, y mientras María y la Reina la abrazaban sumamente agradecidas y el Rey y su pueblo celebran, Howard les avisaba a Hank y Janet, mientras preguntaba si habían logrado detener los otros misiles, los cuales estaban a pocos minutos de ser disparados de manera automática. Los minutos que pasaban no les entregaban calma, sino más desesperación y angustia, es como si al final solo quedará una opción.
— No pueden hacer nada, ya es muy tarde —el rostro de Zola se dibuja en la pantalla del computador— ¡Mi mente y mi sistema son indestructibles en todos sus niveles! —y esa confirmación, la hizo tomar una decisión. La mirada que Janet le lanzó a su esposo fue clara y concisa.
— ¡No! —gritó Hank— ¡Y es mi última palabra!
— ¡No estoy pidiendo tu permiso! —tomando su controlador— ¡Es la única forma! —Hank toma la mano de su esposa con desesperación
— ¡Ya lo habíamos hablado! ¡Encogerse a ese nivel es sumamente peligroso! —mirándola fijamente
— ¡No permitiré que esas cosas caigan en la misma ciudad donde está mi hija!
— ¡Pues también es mi hija! ¡Y no puedes decidir por los dos! —la voz de Hank se quiebra— ¡Recuerda lo que dijo Steve! ¡Esto ya paso una vez! —las primeras lágrimas caen— ¡No quiero perderte! ¡No puedo perderte!
— Hank... —acariciando su rostro— ¡No hay tiempo para esto! —su esposo sube la mirada decidido
— ¡Pero si para esto! —toma su propio controlador
— ¡¿Qué crees que haces?! —grito aterrada
— ¡No te dejaré hacerlo sola! —contestó— ¡Pase lo que pase, iremos juntos!
— ¡¿Estás loco?! ¡¿Qué hay de Hope?! —insistió— ¡No puede quedarse sola!
— ¡No lo estará! —respondió— yo sé que si vamos juntos, volveremos... juntos —acaricia el rostro de su esposa— ¡Estamos juntos en esto! —Janet soltó sus propias lágrimas
— ¡Hasta el final! —respondió su esposa consumida por el terror
Ambos se miran y al mismo tiempo, presionan su controlador, reduciéndose al máximo nivel molecular, mientras Zola gritaba con desespero y comenzaba la secuencia de autodestrucción. Niveles mucho más abajo, Rhodes encontraba unas celdas, pero no con el prisionero que esperaba, sino con dos jóvenes, una mujer y un hombre, de cabello pelirrojo y platinado, respectivamente.
Chapter 31: XXXI
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— ¿Quiénes son ustedes? —preguntó Rhodes levantando su arma inconscientemente
— ¡Por favor! ¡No dispare! —grito el hombre— ¡Mi hermana! ¡Ayúdela! —sujetando la reja— le inyectaron algo y… no reacciona —su voz se quebró— por favor, sáquela de aquí... —su mirada suplicaba piedad— solo a ella, se lo ruego —se arrodilla sujetándose de la reja
Rhodes dudo unos segundos, no tenía tiempo para esto, estaba todo en contra y su misión era claramente otra, pero el hombre se veía desesperado, además de demacrado y débil, la mujer por su lado estaba desmayada en el suelo o esa idea daba, era peligroso siquiera estar cerca de ellos, pero las súplicas del hombre y las condiciones de la celda, hacían pensar lo contrario. Se acercó con cierto resquemor al panel y abrió la celda, no hubo respuesta de la mujer, por lo que se aventuró a entrar y se arrodillo frente a ella, para moverla con delicadeza.
— Oye ¿Estás bien? —preguntó el Cabo. Sus ojos comenzaron lentamente a abrirse— ¿Puedes escucharme?
— Pietro... —dijo en un hilo de voz
— ¡Aquí estoy, Wanda! —respondió el hombre— estoy bien... ¿Te sientes bien? —Rhodes permaneció en silencio— por favor —volvió a suplicar— sé que no tengo derecho a pedirle esto, y que quizás no está aquí por esto, pero por favor, le ruego... —se escuchan unas lágrimas— saqué a mi hermana de este infierno...
— No... —dijo la mujer— no me iré... sin ti —tratando de ponerse de pie
Rhodes sostiene a la chica y no puede parar de preguntarse qué cosas horribles pasaban en este lugar para que estos dos jóvenes estuvieran así ¿Acaso Tony Stark terminaría igual que ellos? Y pensando justamente en eso y sin desvincularse de su misión principal, decidió actuar, además, necesitaba ayuda.
— Descuida —sujetando a la joven de los brazos— voy a sacarte de aquí —la mujer abrió los ojos sorprendida— a los dos —pasa uno de los brazos de la chica detrás de su cuello y la saca de la celda— no te muevas —dejándola apoyada en la pared y encaminándose hacia el otro panel— ven, amigo... eres libre
Pietro demoró unos segundos en reaccionar, era imposible que esto estuviera pasando, por algunos momentos habia pensando que jamás dejaría este lugar de horror y mucho menos, junto a su hermana, pero ahí estaban, los dos fuera de sus jaulas y sin celadores y soldados a su alrededor. Su primera acción, casi instantánea, fue correr hacia su hermana y abrazarla, quería cerciorarse de que estaba bien, de que estaba a salvo, quería sentirla cerca de él y como buen hermano mayor, quería asegurarle que todo estaría bien a partir de ahora. Cabe mencionar, que si no fuera por la urgencia del momento y los aún adormilados reflejos de Rhodes, hubiera jurado que el joven se movió en cuestión de centésimas, pero prefirió obviarlo.
— Estás bien, estas a salvo... —dejándola llorar en su pecho— estamos juntos ahora y nadie nos separara —la toma del rostro— es una promesa
— Debemos irnos —interrumpió Rhodes— este lugar no es seguro y además necesito que... —se escuchan ruidos en el pasillo— ¡Detrás mío! —colocando a los hermanos tras su espalda
Tres hombres aparecen por el pasillo, soldados que seguían órdenes a ciegas, y aun cuando seguía adolorido por las heridas infringidas en la tortura, Rhodes respondió con fuego cruzado, cubriendo en todo momento a los hermanos, sabía de sobra que esta no era su misión, pero no podía dejarlos desamparados y menos en esas condiciones. Un hombre cayó al instante abatido, el segundo se refugió herido detrás de unas cajas y el tercero, prácticamente desapareció del radar del Cabo, el cual, se separó unos metros de los hermanos y logró dispararle al segundo hombre, justo mientras escuchaba al tercer hombre abalanzarse sobre Pietro y golpearlo duramente contra el suelo, para ir directamente hacia Wanda.
Era claro que quería matarlos, pero el Cabo fue más rápido, y aun sin balas, logró posicionarse frente a la hermana y levantar al hombre, para luego azotarlo sin control contra la celda, cayendo inmediatamente muerto al suelo, mientras que él claramente agotado se arrodillaba en el piso. Wanda fue la primera en reaccionar y ayudarlo a levantarse, estaba tan agradecida, prácticamente habia salvado su vida por segunda vez.
— Muchas gracias —dijo abrazándolo— muchísimas gracias
— Descuida —respondió entre jadeos— ¿Estas bien? ¿No te hizo nada? —revisándola
— No —comentó entre lágrimas
— ¿Qué hay de tu hermano? —volteándose hacia él
— Pietro... —acercándose hacía él
— Estoy bien, tranquila —sentándose— no fue nada... —mira a Rhodes— gracias —el soldado lo ayuda ponerse de pie— jamás podremos pagarte por todo lo que ha hecho
— No fue nada —contestó—, lo importante ahora es sacarlos de aquí —mira a Wanda— a los dos, pero... —carraspea— sé que no tengo moral para pedirles nada y que solo quieren dejar este lugar de horror, pero... —sube la mirada— estoy aquí con una misión, debo salvar a un persona, un joven que tienen prisionero —inhala— si quieren irse, pueden hacerlo... solo sigan los escombros y encontraran la salida, pueden esperarnos en el avión si así lo desean, pero yo debo seguir con mi misión —con firmeza— y me separaron de mi compañero, no puedo dejarlo solo... —ambos hermanos se miran con determinación
— Lo ayudaremos —respondió Pietro— cuente con eso
James se sorprendió de su respuesta, estaban heridos, torturados, de seguro serían perseguidos y claramente solo quería salir de este lugar, pero ahora estaban dispuestos a ayudarlo, sin importar los riesgos. Eran unas personas sumamente admirables.
— Muchas gracias —con una enorme sonrisa, para luego exhalar buscando calmar el dolor— ustedes deben conocer este lugar mucho mejor que yo —con cierta timidez— estoy buscando un lugar oculto, cerrado con una gran puerta de metal sólido, a un costado de un largo pasillo, con pocas luces —los hermanos se miran— sé que no es mucho, pero es lo que más recuerdo, antes que me capturarán —mostrando las heridas en su pecho— o quizás han visto a quien busco, un joven de cabello castaño, ojos pardos y piel algo tostada —buscando en la mirada de los hermanos— o sino, a mi compañero, el Capitán Steve Rogers, es un...
— ¿El Capitán América? —interrumpió Pietro. Rhodes se arrepintió al instante de mencionarlo, se supone que nadie debía saber que Steve está vivo
— Si... él —algo dubitativo
— Nos hicieron ver todas sus películas —prosiguió Pietro— querían que lo odiáramos, que entendiéramos que era el enemigo, pero... lo único que generó en nosotros fue admiración —mira a Wanda— bueno, hasta que el aparecía... —con cierto temor en la voz
— ¿Él... quién?
— El verdadero Steve Rogers o… así se llama a si mismo —comentó Wanda— aquí lo conocen con otro nombre, Capitán HYDRA —traga en seco— ha sido una de las personas que más nos ha lastimado estando aquí dentro
— Pues yo busco al verdadero, al original, al único Capitán América —responde Rhodes— vine con él y le prometí que lo ayudaría, que no lo dejaría solo y que salvaríamos al joven Stark, no puedo fallarle...
Pietro dibujó una amplia sonrisa— con más razón te ayudaremos —indico seguro— yo encantado de ayudar y salvar a mi héroe de la infancia, la única imagen buena que alguna vez vi en este lugar —permitiéndose tener esperanza por primera vez en su vida.
— Y creo que se dónde pueden estar —agregó Wanda— es el lugar favorito de ese psicópata, pasa horas al día encerrado ahí y siempre habla de su gran amor —comenzando a caminar— es por aquí... —corriendo por el pasillo
— Muchas gracias —responde Rhodes siguiéndolos
Pasillos más abajo, un soldado recorría las instalaciones que alguna vez fueron su prisión, porque jamás podría llamarlas su hogar, eran los recuerdos más dolorosos de su vida, algunos que de hecho no podía siquiera controlar y que seguían atormentando su aún atribulada memoria. Pero en este momento, eran sus piernas las que se movían solas, cargadas por la desesperación, tanto así, que ni siquiera se percató que mientras corría, dejaba una estela de lágrimas a su paso, no solo por su pasado atroz, sino por su necesidad urgente de salvar a su ahijado y encontrar a su hermano. Solo rogaba por una señal, una ínfima.
Chapter 32: XXXII
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— Beloved... levántate, por favor —rogo una voz en la completa oscuridad— hiciste una promesa, no la rompas...
— ¿Quien...? —susurro muy bajo
Una risa risueña se escuchó— soy yo ¿Quién más? —respondiendo con retórica— te esperado todo este tiempo, puedo esperar un poco más... —Steve siente una caricia en su mejilla y el tacto es más que angelical— muero de ganas por volver a estar contigo, pero le hiciste una promesa... al otro Tony —exhalando por la nariz— no permitas que sufra...
— Tony... ¿Eres tú? —abriendo los ojos lentamente y viendo al Tony de su línea temporal frente a él en medio de una densa oscuridad— ¿Cómo...?
El hombre se acerca y deposita un corto beso en sus labios, pero la reacción inerte del Capitán lo desconcierta un poco— es una larga historia, una que te contare con lujo de detalles... cuando nos encontremos otra vez —sonriendo de lado mientras vuelve a acariciar su rostro— pero el otro Tony te necesita, es un niño inocente y no merece pasar por todo ese infierno...
Esa palabra, esa simplemente palabra lo torturaba: niño— ¿Me has estado esperando? —consultó confundido
— Claro que sí... y seguiré esperándote aquí —responde tranquilo— falta muy poco para que se cumpla nuestro deseo de estar juntos, para siempre... —mirándolo fijamente— en cuanto el otro Tony esté a salvo, volveré por ti... y todo será como siempre debió ser —comenzando a alejarse— nosotros juntos... en la vida que nos corresponde
— Tony...
Steve quería decir tantas cosas, preguntar muchísimo más, pero el hombre comenzó a alejarse una vez más y lo pudo sentir con claridad, su corazón se partía en dos. Su alma sentía como se fragmentaba entre dos espacio-tiempo, entre su pasado en esa línea temporal y… la nueva; llegado el momento, tendría que escoger una. Pero los gritos de Tony lo volvieron a realidad, no estaba muerto, no aún, y por tanto, no se había rendido, tenía una última batalla que dar, por lo que se puso de pie una vez más y cruzó la compuerta con sus últimos alientos.
El joven Anthony Stark por poco y pierde la cordura, porque aquello que se mostraba frente a él y su captor, en medio de jadeos y heridas agonizantes, no podía ser real, lo habia sentido, lo habia visto cerrar esos hermosos ojos azulados, pero ahí estaba, a espaldas de HYDRA, firme y sin titubeos. Su captor detuvo la acción de ahorcar a Tony, el cual en cuanto sintio la liberación, volvió a respirar, aún incrédulo de lo que veía, pero con las fuerzas suficientes para tratar de hablar.
— ¡Steve! —fue lo único que soltó su cerebro, bloqueado por las emociones.
Y Steve sintió la energía y las fuerzas volver a él en cuanto escucho esa hermosa voz, esa bellísima voz, viniendo del hombre a quien más amaba y hasta los miedos o dudas se fueron, lo abandonaron. Tony lo revivía de todas las formas posibles.
Cualquier acción siguiente que HYDRA hubiera pensado, fue interrumpida por Steve que aun sin fuerza, se abalanzó por la espalda hacia él y con ambos brazos comenzó a estrangular a su oponente, sin medir límites o riesgos y tratando siempre de mantenerse alejado de sus posibles defensas y ataques, tenía a HYDRA sujetado justamente en su punto ciego.
El hombre luchaba, mostraba todas sus cartas, pero era inútil, Steve lo tenía bloqueado y la presión por no poder respirar, comenzaba a desesperarlo, si no hacia algo pronto, perdería rápidamente el control de la situación. Tony siguió la acción con gran ahínco y sin querer quedarse atrás, volvió a forcejear sus ataduras, sin preocuparse de las heridas auto infligidas, más aún cuando el hombre logró zafarse del agarre de Steve y respondió el ataque, cayendo al suelo y continuando su lucha ahí.
El joven Stark sentía la sangre correr por sus antebrazos y el dolor calándole hasta lo más profundo, pero no se rendiría, tenía que ayudar a Steve, tenía que salvarlo a como diera lugar; pero la sorpresa llegó desde otro lado, cuando todo el lugar retumbó con un gran estruendo, acompañado de un ruido ensordecedor, escombros pequeños cayendo y la activación de las alarmas; su cerebro hizo la conexión al instante, alguien habia llegado, alguien estaba atacando el lugar, quizás habia venido por ellos, a rescatarlos y así, sin miedos, comenzó a gritar.
— ¡Ayuda! ¡Estamos aquí! ¡Alguien! ¡Quien sea! ¡Aquí! —tratando de chocar sus ataduras con la pared de metal que lo sujetaba, pero el sonido era ínfimo comparado con las alarmas agudas que resonaban por todas las paredes.
Steve por su lado, si apenas lograba mantenerse en pie, aferrado a su escudo, el cual en este momento era su único aliado y lo que lo defendía de los ataques incesantes de HYDRA, el hombre estaba colérico, es que simplemente no lograba procesar lo que estaba ocurriendo ¿Cuántas veces tendría que herir y debilitar a este hombre para que se rindiera, para que dé una vez por todas se muriera? ¿De qué mierda estaba hecho ese suero que le colocaron? ¿Cómo es que resistía todos los golpes que le llegaban? ¿Qué era lo que lo hacía levantarse, aun cuando estaba agonizando en el suelo?
Y como si lo hubiera preguntado en voz alta, su respuesta llegó de inmediato; Steve lo atacaba y caía agotado y su mirada automáticamente volvía a Tony, lo que fuera de debilitarlo, lo fortalecía y lo hacía, una vez más, levantarse. Su vieja frase retumbó en su mente con gran eco: Podría hacer esto todo el día. Un sentimiento de arrepentimiento voló por ahí, pero se aseguró de enterrarlo.
— Debo admitirlo... —sonriendo— en verdad eres difícil de matar —deteniendo el ataque de Steve con su escudo— bueno, estas hecho del mismo material que yo, no es de extrañar que rendirte no esté en tu vocabulario y... —volteándose a ver al joven— mucho menos cuando tienes una razón muy de peso para hacerlo, necesitas tu remplazo de Tony para ser feliz... —con malicia en la voz, Steve obvio sus palabras, no tenía tiempo para dudas—, pero hasta yo me estoy cansando de esto...
Le arrebata el escudo a Steve y sin demorar mucho, plantó una patada directa en su rostro, la cabeza del soldado dio vueltas sin parar y este cayó prácticamente inconsciente al piso, con las energías casi acabadas, pero aún no contento con eso, prosiguió a pisarlo en el cuello, quería herirlo, quería humillarlo.
Tony ahogó un grito, ya incapaz de seguir viendo, esto era su culpa, él estaba arrastrando a Steve a esto, él lo estaba obligando a seguir luchando, a no rendirse, él como siempre, era culpable de todas las cosas horribles que le pasaban a los que amaba y lo rodeaban. Y la duda volvió, lo estaba haciendo arriesgar todo... por alguien que no era su destino.
— Basta... por favor —tratando de contener las lágrimas— déjalo en paz... —mirando a HYDRA —déjalo que se vaya de aquí, pero por favor, te lo imploro, basta... —bajando la mirada
— No me inculpes a mí, beloved... —secándose la sangre— él es el cabeza dura que no quiere irse, que no acepta que perdió... a su Tony y que yo soy tu Steve —viendo como Steve trata de ponerse nuevamente de pie— míralo, ahí lo tienes de nuevo...
— Steve, basta... —suplico Tony— vete, aun puedes salir de aquí —mirándolo fijamente— ya fue suficiente, ya probaste lo que tenías que probar —las lágrimas caían por su rostro— cumpliste tu promesa... ahora vete y no mires atrás —el joven inhala dolor contenido— acepta que yo no soy tu Tony, eso te liberará de tu culpa por no poder salvarlo a… él y trata de vivir una vida feliz, por favor —lo mira con dolor— este no es tu destino, es el mío...
HYDRA sonríe ufano— dile porque, beloved... tiene que escucharlo venir de ti
Tony ahogo sollozos— porque él es... —sintiendo el dolor en sus palabras, no quería aceptarlo. Para él solo existía un Steve, pero tenía que liberarlo de la culpa y sus promesas, y la única forma era rompiéndole el corazón.
— Ni se te ocurra decirlo... —Steve más inconsciente que despierto, se pone de pie— yo... hice una promesa —mirándolo fijamente— y la cumpliré, aunque me cuesta la vida —subiendo los brazos en posición de combate— y tu... —sin despegar la mirada de su amado— me hiciste una promesa, que jamás te rendirías... sin importar lo que suceda —frunciendo el ceño— ¿Acaso piensas romper tu promesa?
Tony soltó las últimas lágrimas— no... —respondió— pero necesito que tu seas tu libre, que vivas...
Steve le sonrió con nostalgia— no decidas por mi... —Tony se quedó sin argumentos
— Suficiente de tanta charla —agrega HYDRA— es hora de darles una lección de realidad a ustedes dos —se acerca al vacilante Steve— duerme ya... —propinándole un golpe directo a la herida sangrante. Steve vuelve al piso agotado— y esta lección es en especial... —volteándose a Tony— para ti —caminando hacia él—, ya me canse de tantos rodeos y cursilerías —parándose ante él— me muero por tomarte aquí y ahora... —sonriendo con lujuria— y hacerlo frente a él tiene una gran plusvalía, él comprende su lugar en nuestra relación y tu... —recorriéndolo con la mirada— entiendes quién es tu único y verdadero dueño —baja las manos y rompe con suma fuerza el botón y la cremallera del pantalón de Tony— además... no te imaginas lo que me calienta que él lo vea —soltando una risa ufana, mientras mira de reojo a Steve, que aún trata de ponerse de pie— ahora, ven conmigo...
HYDRA comienza a abrir el pantalón del joven, para luego comenzar a recorrerlo con ahincó, lo deseaba con desespero y obsesión, mientras que el Stark forcejea sin éxitos y quedándose prácticamente sin energías, pareciera que este hombre en verdad triunfaría, lo quebraría de todas las formas posibles, y Tony se negaba a mirar a Steve, no quería siquiera verlo cuando esto pasara y mucho menos, hacerlo sentir culpable, eso jamás, esto tenía que acabar pronto, aunque no sabía si acabaría bien para él; hasta que su captor ataco su cuello con lujuria y deseo.
Y fue en ese preciso momento, que el joven Stark vio su única oportunidad, dejándolo recorrer su cuello y parte de su pecho con sus repulsivos labios, aguantando la sensación de asco que le provocaba, todo para tenerlo a su merced y en el ángulo perfecto, justo para atacar con su mandíbula y toda su fuerza, la oreja del Capitán HYDRA. La mordida fue fulminante y cargada de los más ruines sentimientos que se puede tener por un ser humano, la fuerza que aplicaba en su presión era inimaginable y sorprendente, sobre todo para el joven Stark, incapaz de creer que él podía realizar un acto de tal calaña. Pero para HYDRA era todo lo contrario, ni siquiera habia dejado espacio para la sorpresa, solo habia lugar para una cosa, dolor, angustiante dolor y nada más, por lo que su reacción fue muy lenta.
— ¡Suéltame! —aullaba— ¡Maldito infeliz! ¡Suéltame! —moviéndose de un lado a otro, tratando de alejarse de Tony, pero su mordida no disminuía, al contrario, solo acrecentaba en fuerza y odio— ¡Que me sueltes! —el hombre propina un golpe directo en el estómago de Tony para que lo suelte, pero no funciona— ¡Puto bastardo! —lo golpea en el rostro y esta vez si logra liberarse— ¡Eres un enfermo! —lo vuelve a golpear— ¡Animal! —los golpes caían en el rostro de Tony, mezclando la sangre de sus propias heridas con la que habia emergido a borbotones de la oreja palpitante de HYDRA— ¡Hijo de perra! —dejando de golpearlo
Hydra se llevó al instante ambas manos a la oreja, quería palpar el mismo el impacto que su ataque habia dejado, porque sin duda, era el dolor más desesperante que jamás hubiera sentido. Trataba de sostener los pedazos que colgaban, además de detener la hemorragia latente, todo mientras miraba con odio al joven Stark, el cual no paraba de sangrar, llegando incluso a toser, pero sin bajar nunca su mirada desafiante, dejándole claramente un mensaje.
— Si... me vuelves a tocar —jadeando —será otra cosa la que te sacaré a mordiscos— escupiendo le sangre— ¡Bastardo malparido!
Y la ira lo domino— ¡Ya me tienes harto! —grito fuera de si— ¡No te soporto más! —colérico— ¡Me aburriste! —escupiendo por doquier— ¡Sí no eres para mí! —jadeando frente a él— ¡No serás de nadie! —rompe la camiseta del joven y dirige su mano hacia el reactor en su pecho— ¡Ahora sentirás lo que yo siento! —Tony comenzó a sentir el dolor recorrer su torso— ¡Sabrás lo que es que te arranquen el corazón sin tapujos! —jalando más y más fuerte el reactor hacia afuera— ¡Grita! ¡Quiero escucharte gritar! —vociferaba— ¡Quiero saber si sientes algo! ¡Veamos si realmente eres humano! —Tony comenzaba a gritar— ¡Muérete de una buena vez! —arranca el reactor sin miedo del pecho de Tony y luego voltea hacía Steve— ¡Y tu mira en primera plana como se muere! ¡Otra vez! ¡Y de nuevo no lograrás salvarlo! ¡Hijo de Perra!
Steve podía ver la escena, a medias, a decir verdad, ya era tanta la sangre que habia perdido, que la vista le falla, pero claramente oía los gritos de ese maldito y los alaridos de dolor de Tony, en especial el último, el cual hizo eco en todo el lugar. Y aun con toda en contra, sus piernas nuevamente comenzaron a moverse solas.
— Eso es lo que yo sentí... —regocijándose de los gritos de Tony— es lo que yo he sentido todo este tiempo —mirando el reactor en su mano— así se siente la desolación absoluta —le sonríe y lanza lejos el reactor— te veré en el infierno, beloved... —remarcando esa última palabra.
Decir que dolía era poco, porque los paros cardiacos comenzaban a atacarlo sin tregua, la metralla se acercaba más y más a su corazón, y así mismo, lo acercaba a su muerte; es que ya no podía pensar nada, solo sentir los espasmos, como su cuerpo se movía y retorcía solo. Y nuevamente, lo impensado sucedió, porque Steve se lanzó sobre el hombre, botándolo al piso y comenzando a ahorcarlo, sin reparos ni dudas, HYDRA luchaba, resistía, forcejeaba, pero era prácticamente inútil, Steve estaba fuera de sí.
Pero incluso cuando atacó nuevamente su herida abierta, logrando que dejara de ahorcarlo, el soldado no disminuyó el ataque y casi con una fuerza sobre humana, sacada más que nada de su voluntad, del amor que le imploraba defender a Tony, no del suero que claramente lo habia abandonado, levantó al hombre hacia el techo, para luego azotarlo contra el piso, con toda la cólera del mundo; HYDRA escupió toda la sangre posible por su boca, mientras sus huesos se partían en efímero sonido. Steve con sus últimas fuerzas, toma el escudo del aludido, que estaba a un costado de él y lo coloca sobre el pecho del falso Steve.
— Solo existe un Steve Rogers... —entre jadeos— y este no eres tú —eleva el escudo con ambas manos y lo entierra directo en el pecho del hombre, logrando que este libre un grito arrollador que se escucha casi a mil kilómetros.
Chapter 33: XXXIII
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No despegaba la mirada de él, quería que lo viera, quería que supiera que era él quien le estaba arrebatando la vida, no otro y por momentos sentía que estaba fallándole a todos los valores que una vez juró defender, pero esta situación era un evento aislado, en este momento no era El Capitán América, era Steve Rogers defendiendo al amor de su vida.
HYDRA jadeada de manera incesante, pero entre más respiraba, más sangre entraba a sus pulmones, lo sabía, lo podía sentir. Steve aun sujetaba el escudo, quería cerciorarse que lo habia herido profundamente, que lo habia herido mortalmente, pero su propio cansancio era mayor, incluso más que su deseo de querer destruir al hombre que le quería arrebatar aquello que más amaba; jamás imaginó que a la persona que más podría odiar en toda su vida, sería a el mismo.
Cayó a un costado del hombre, casi moribundo, era más que claro que estos eran sus últimos momentos, pero no se daría por vencido, no hasta que cumpliera su promesa y Tony fuera libre. El joven seguía sufriendo un ataque cardiaco tras otro, el dolor era incontrolable, pero solo tenía fuerzas para observar a Steve, quería que sobreviviera, que se fuera lejos de ahí, aun sin él, verlo a salvo sería el mejor regalo antes de partir, porque era obvio que, en cuestión de minutos, la metralla llegaría a su corazón y el final se haría presente.
Pero Steve tenía otros planes, lo supo cuando lo vio rebuscar entre los bolsillos de HYDRA, quien seguía impávido en el suelo y con el escudo enterrado en todo su pecho; Steve buscaba con desespero el control de las cadenas que ataban a Tony, no se iría de este mundo sin liberarlo y con sus últimas fuerzas, halló el objeto y lo apretó, para ver como Tony caía con sonoridad y torpeza al suelo, era libre. El joven seguía sufriendo nuevos paros cardiacos, ahora estirado en el suelo, uno más fuerte que el otro, pero no se rendiría, habia hecho una promesa, por lo que se volteó sobre sí mismo y con una necesidad sobrehumana, comenzó a arrastrarse por el piso hacia el reactor, aún cuando las fuerzas le fallaban.
Se detuvo solo un segundo, quería y necesitaba cruzar su mirada con la de Steve, el cual le sonreía a todo lo ancho, feliz de verlo una última vez, aunque no fuera en las mejores condiciones.
— Adiós... —dijo en un hilo de voz— beloved...
Tony no se conformaría con eso, no, claro que no, pese al llanto desconsolado y sonoro que salía de él, siguió arrastrándose para llegar al rector, si podía llegar, sabía que podía y si lo lograba volver a colocarlo en su lugar, quizás podría salvar a Steve, pero la verdad era clara... su cuerpo ya no le respondía, adormecido completamente por los dolores cardíacos. ¿Acaso así terminaría la vida de ambos? ¿Envueltos en la peor pesadilla? ¿Incapaces siquiera de poder tocarse, aunque sea una última vez? Y de irse... ¿Lo harían juntos? ¿Steve lo estaría esperando en el mismo lugar?
— No, por favor —tratando de arrastrarse— no te vayas... —dijo de manera ahogada
— Espero... —sonriéndole con calma— haber cumplido, aunque sea una promesa... —lo mira fijamente— te escogería en esta y en mil vidas más...
El joven Stark completamente bloqueado por el dolor, solo pudo atinar a una sola acción, estirar su mano, a todo lo que le permitían sus heridas y músculos agotados, buscando alcanzar la de Steve, que copiaba su acción, solo quería sentirlo cerca... una última vez. Eran cortos metros, que se sentían como cientos de kilómetros.
— Te... Amo... —soltó en un suspiro. Los ojos de Steve Rogers se cerraban para siempre.
A pocos metros de ahí, Bucky corría por los pasillos con ahínco, las alarmas no paraban de sonar y la desesperación ya lo superaba, es que no podía comprender cómo es que aún no los encontraba ¿Cuan grande podía ser este lugar? Trato nuevamente de comunicarse con los demás, solo recibía interferencia y la última vez que habia escuchado algo, no habia sido muy alentador. Hank y Janet habían informado que HYDRA enviaría misiles a Nueva York, pero que harían lo que hiciera falta para detenerlos, Bucky solo rogó que no hicieran algo estúpido. Por unos segundos, cuando los escucho, dudo en seguir buscando y ayudarlos, pero tenía una misión por hacer y no daría marcha atrás, ya no podía.
La fe ya comenzaba a abandonarlo, porque era claro que no encontraría nada, pero sus oídos fueron más rápidos, escucharon algo, ínfimo y lejano, aunque claro, era un sonido en todo ese caos. Se detuvo para localizar su origen y entonces, lo volvió a oír y esta vez mucho más fuerte, era un grito, un grito de dolor y reconoció al instante a su dueño ¡Era Steve! No habia dudas, ni una sola y volviendo a correr, se guío por los sonidos que crecían más y más conforme avanzaba, llegando incluso a captar un golpe, como si algo hubiera caído al suelo en gran estruendo. Así, a casi cien metros de donde estaba, encontró una enorme y gruesa puerta de metal, era impresionante su grosor, era claro que estaba hecha para resistir, pero eso no detuvo a Bucky, era hora de hacer valer el suero del super soldado y aquel brazo metalico.
El joven Stark maldecía y aullaba de dolor, su corazón sufría de todas las formas posibles, tanto física como emocionalmente, ya habia visto cerrar esos hermosos ojos azulados dos veces, en tan pocos minutos, era demasiado, incluso para él. Pero siguió, no se rindió, se arrastró aún más hacia el reactor, ya casi podía tomarlo y un sentimiento de angustia lo consumió, se escuchaban ruidos afuera, como si la puerta estuviera siendo forzada, y aunque quería relacionarlo con buenas noticias, su sentido común no lo veía así, cualquier cosa extraña se veía como un potencial riesgo, porque lo que le suplicó a su cuerpo resistencia, sacando fuerzas de donde ya no tenía y continuó hacia el reactor. Sin embargo, todo se detuvo, su tobillo izquierdo fue sujetado con fuerza y cuando Tony volteo a ver, el terror se adueñó de él; el maldito hijo de perra aún estaba vivo.
— Tu... vienes conmigo —su pecho aún tenía el escudo incrustado y apenas podía darse vuelta en su eje, pero jalaba con ahínco al joven— nos iremos juntos al infierno —baja su mano izquierda hasta su bota y saca un cuchillo— ¡Te perforaré hasta aburrirme! —grito jalando al joven hacia él.
Sin soltar a Tony y aun sujetando el cuchillo, inhalo con determinación, se arrodillo y se arrancó sin miedos y con mucho dolor el escudo de su propio pecho, dejando la sangre salir, era claro que ya nada le importaba y no se iría de este mundo sin el bastardo que lo habia hundido en el abismo más miserable y patético en el que podía caer su vida.
— ¡MUERE! —grito bajando el cuchillo hacia su amado
Tony no tuvo otra opción, más que gritar y cerrar los ojos consumido por el miedo y el pavor de ver su vida extinguirse en un abrir y cerrar de ojos; su existencia habia llegado hasta aquí y no la habia disfrutado como él quería y sentía que merecía, llena de sueños y anhelos, reconocimientos, descubrimientos, inventos y, sobre todo, de la mano de Steve; no, eso ya no sería para él.
Pero no se escuchó nada más, no sintio nada, hasta un grito ahogado y golpes huecos; así que tuvo el valor de abrir los ojos y presenciar la escena menos imaginada, el hombre estaba siendo ahorcado con todas las fuerzas del mundo, mientras forcejeaba claramente sin éxitos; Tony estaba a las espaldas de HYDRA, sin poder dar crédito a lo que veía, es que ni siquiera lograba entender lo que estaba pasando. El rostro de su padrino se asomó por detrás del cuerpo de HYDRA.
— No te atrevas a tocar a mi ahijado —con una voz cargada en ira.
HYDRA reconoció el rostro al instante y el dolor lo domino— Bucky... —tratando de hablar, pero sintiendo la asfixia— her... mano... —imploraba con el máximo dolor posible. El hombre al cual por años había considerado su única familia, el hombre en quien confiaba más que en sí mismo, el James de su propia línea temporal... lo estaba asesinando— per... doname... —suplicaba mirando a su mejor amigo. Continuó forcejeando una última vez, pero las heridas infringidas por Steve le pasaban la cuenta, y sin preverlo, su cuello crujió, se partió a la mitad y su cuerpo se soltó por completo.
HYDRA habia muerto.
Bucky no sintio ningún respeto a este hombre, aun cuando era prácticamente idéntico a Steve, a su amigo Steve, pero en cuando abrió la puerta y vio a Steve tirado en el suelo y a su ahijado forcejeando con un hombre, que lo amenazaba con un arma, no pensó nada más con lógica. Fueron sus emociones lo que lo movieron y lo hicieron levantar a ese hombre, casi un metro sobre el suelo y comenzar a ahorcarlo, solo notando su parecido a su amigo cuando ya lo tenía entre sus manos, pero no le dio importancia, sabía perfectamente que este hombre no era su amigo, su hermano, Steve Rogers.
El cuerpo cayó sin compasión al suelo, estrellándose sonoramente contra el cemento y dejando claro que esto por fin habia acabado. Bucky miró a Tony, quien aún estaba estupefacto, sin dar crédito a todo lo que habia pasado en menos de un segundo, y tanta era su sorpresa, que ni siquiera se habia percatado que habia llegado al rector y lo tenía en su mano. Le demoró solo unos segundos en acercarlo a sí mismo y colocarlo con fuerza y dolor, no sabía si lo habia hecho de la manera correcta, ni los riesgos que corría al hacerlo sin consideraciones extras, pero en cuanto los dolores comenzaron a menguar, supo que habia dado resultado.
— ¡Tony! —acercándose dominado por la preocupación— ¿Estás bien? —revisándolo. Claramente no lo estaba, pero su atención se desvió cuando el joven clavó la vista en otra persona.
James imitó su acción y corrió al instante hacía el hombre, descansando la cabeza de su amigo en sus piernas, mientras revisaba su pulso con desespero y angustia, pero no habia nada, busco su palpito en sus brazos y pecho, revisó su respiración, pero era inútil, por más que revisaba y como los minutos se extendían en angustia, pudo entender al final, que habia llegado tarde; Steve se habia ido. Bucky elevo su mirada aterrada hacia Tony para confirmarlo, mientras sus propias lágrimas caían sobre el rostro impávido del que siempre sería su mejor amigo.
Su ahijado lo miraba con una respiración entrecortada, mientras aún trataba de controlar los dolores cardíacos y Bucky enterraba la cabeza sobre la de Steve, incapaz de creer lo que acaba de suceder. El joven Stark, aun con sus pocas fuerzas, se arrastró una vez más y se lanzó sobre el pecho de su amado, para ahora sí, poder llorar sin control ni consuelo, Steve se habia ido, habia... muerto, y cumpliendo su promesa, lo habia salvado a él y a los que amaba, a un costo que, para Tony, era demasiado alto, sobre todo para él.
Steve lo habia perdido a él en la otra línea temporal y ahora le tocaba a él perderlo. Era su realidad, por muy cruel e injusta que sonara, ya no importaba a que Tony escogiera o si el realmente era su Steve, la verdad era muy cruel, ellos no estaban destinado para estar juntos y la vida se encargaba de restregárselos claramente en la cara, otra vez.
Chapter 34: XXXIV
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El silencio comenzaba a notarse cada vez más, era agobiante y asfixiante, porque ahora sus lágrimas se volvieron calmadas y profundas, ya no habia valor para siquiera emitir un sonido. James no sabía que le dolía más, si la pérdida de su mejor amigo o el ver a su amado ahijado llorar sin control, le partía el alma verlo así, no podía imaginar lo que estaría pasando por el corazón y la mente del joven, quizás culpándose, quizás desfalleciendo, aunque claro, sin arrepentimientos.
Aunque la verdad, lo que más sentía el ex soldado del invierno, era rabia, rabia de que por fin parecía que las cosas irían bien, que todas las verdades se sabían y que Steve y Tony por fin podían estar juntos, vivir ese amor tan pleno y puro que sentían uno por el otro, pero sin siquiera planificarlo o imaginarlo, ahora estaban así, llorando sobre un cuerpo inerte.
Tony si apenas lograba respirar, el dolor era mayor, incluso mucho más que el que sintio cuando le quitaron el reactor, no, este dolor era incontrolable y profundo; su llanto mojaba el pecho de su amado Steve y sus manos se negaban a soltar las de él, estaba tan frío, tan rígido, tan lejano, y comenzaba a darse cuenta, que si no fuera por la promesa que le hizo a Steve, hubiera preferido no tomar el reactor y morir a su lado, quería hacerlo, deseaba hacerlo, pero su palabra pesaba más, y al mismo tiempo, de no cumplirla, implicaba que Steve habia muerto en vano.
Una presencia interrumpió el lugar, Rhodes y dos desconocidos se hacían presentes por la puerta principal; su primera reacción fue asombro, la escena era aterradora y tan confusa, más porque ya hacían dos cuerpos en el suelo, completamente inmóviles e iguales. Aunque los hermanos habían seguido a Rhodes, para ayudarlo y porque muy en el fondo se sentían en deuda con él, era casi como un ángel que habia llegado a salvarlos, en cuanto entraron a esa sala de horrores, se percataron al instante que habían llegado demasiado tarde.
Wanda estaba, de cierta forma, feliz y agradecida de que ese horrible hombre estuviera muerto y que, al parecer, su muerte habia sido todo menos pacífica, él se lo habia buscado y sentía que por fin se traía justicia a todos los inocentes que asesinó bajo su mano y su mando. Pietro por su lado, tenía la mirada fija en el otro hombre, el que yacía muerto y en brazos del que claramente debía ser su amigo; reconoció de inmediato al fallecido, era su héroe, el Capitán América, por alguna razón, se sintio decepcionado de el mismo, en verdad pensó que podría ayudarlo.
El Cabo Rhodes se apoyó en la pared, incapaz de creer lo que veía, habia fallado en su misión, habia decepcionado a todos y en especial, le habia fallado a su más grande héroe, se sentía tan culpable, si no se hubiera separado de él, si hubiera sido más valiente y más fuerte, quizás todo esto se pudiera haber evitado, pero esa no era la realidad, era la que tenía en frente, y los llantos desconsolados del joven Stark lo confirmaban, haciéndole a Rhodes recordar las propias palabras del Capitán: Tony es el amor de mi vida y era claro que el sentimiento era recíproco, porque el joven desfallecía en su pecho.
"Aunque no me lo creas, en algunos años más, Tony y tu serán grandes amigos" ¿Eso era cierto? ¿Acaso el Capitán podía predecir el futuro? ¿O sabía el destino que podría correr en este lugar y le estaba pidiendo que se hiciera cargo del joven Stark? sea como fuera, de algo estaba seguro, a partir de ahora, no dejaría solo jamás al Stark, lo apoyaría y cuidaría, era una deuda eterna que tendría con el Capitán.
La hermana estaba pendiente en el hombre que sujetaba la cabeza del recién fallecido y sobre todo, en el joven desconsolado sobre su pecho, podía sentir su dolor en lo más profundo, su ira, su angustia, su culpa y la inminente soledad que iba creciendo dentro de él, todo eso podía sentir, era una de las maldiciones de sus nuevos dones dados por HYDRA. Parecía que la escena se quedaría así algunos minutos más, pero fue Wanda quien decidió moverse, se acero a los hombres y se arrodillo frente a ellos, Tony fue el primero en elevar la mirada, enrojecida y cargada de confusión ante esta mujer desconocida.
Pero Wanda ignoró la mirada de todos, elevo su mano y comenzó a pasar su palma por el rostro de Steve, dejando ver un destello rojo escarlata florecer, ambos hombres nexos a Steve se sorprendieron y Bucky temió unos segundos, pero Tony sujeto su mano, quería saber a dónde llevaba todo esto. La mujer siguió la acción por casi un minuto, con sus ojos cerrados y un semblante calmo, para luego abrirlos con lentitud.
— Sus pensamientos y recuerdos están enfocados y fuertemente conectados... especialmente en ustedes dos —comentó Wanda. Tanto el padrino como el ahijado se miraron y el silencio reinó por algunos segundos, hasta que la mujer los miró fijamente— él... aún sigue ahí —Tony abrió los ojos de manera casi desorbitante y al segundo siguiente, le suplicó con la mirada— creo... que puedo... —acerco ambas manos hacia la cabeza y pecho de Steve y el destello rojo volvió a emerger, solo que de manera más potente. Un minuto eterno paso, hasta que la mujer continuó indagando— ¿Qué significa para ti? —mirando a James. Había algo que le decía que debía preguntar esto.
El soldado inhalo con fuerza— es mi... hermano —respondió con ruego. Wanda cambió la mirada hacia Tony, preguntando lo mismo
— Es mi vida —contestó con total honestidad y seguridad
Wanda sonrió con calma y a los pocos segundos, un destello rojo recorrió todo el cuerpo de Steve, dejando a todos los presentes anonadados, en especial a Pietro, que era incapaz de creer hasta dónde podían llegar estos nuevos "poderes" que HYDRA habia implantado en ellos, sobre todo en su hermana.
— Su mente está a salvo —comenta Wanda— debemos llevarlo para su sanación y quizás... —mirando a Tony fijamente— logre sobrevivir.
Aun con todo en contra y con el riesgo que todo esto implicaba, Hank y Janet lo lograron, destruyeron a Zola, deshabilitaron los misiles que se dirigían a Estados Unidos y lo más importante, lograron volver del mundo cuántico, sanos y salvos. En cuanto volvieron a su espacio-tiempo y se vieron uno frente al otro, no pudieron contener las emociones y las fundieron en un abrazo, la historia no se iba a repetir esta vez y Hope crecería a salvo y con ambos padres. Habían hecho prácticamente lo imposible, dando un resultado sumamente inesperado y ambos estaban de regreso; sentían tanto orgullo por el otro y de ellos mismos, como pareja y como equipo.
Pero la secuencia de autodestrucción los devolvió ahora si a la realidad, debían salir de inmediato de ahí o todo lo que hicieron, habrá sido en vano; trataron de dar aviso, pero nadie respondió por los intercomunicadores, y tampoco podían usar la computadora para rastrear a Tony o Steve, por lo que solo habia una opción, volver a la nave y rogar que ellos estuvieran allá, quizás arriba del jet tendrían mejor visión del lugar y lograrían encontrarlos.
Bucky ya habia tomado a Steve en sus brazos, apenas un segundo después de que la joven habia dicho que habia una posibilidad, una ínfima y escasa, no le importaba, y la mirada de decisión que le envió su ahijado se lo confirmó, Tony estaba dispuesto a aferrarse a esa esperanza, aun cuando su final pudiera ser aún más desoldador, no le importaba, Steve podía salvarse, Steve... debía salvarse.
Pietro estaba orgulloso de su hermana, sabía la gentileza de la que era capaz y muy en el fondo, también lo hacía como agradecimiento, tenían una deuda que pagar y quizás esta acción, ayudaría a saldarla, por lo que él tampoco se quedaría atrás, debía ayudar y, además, tenía una razón de peso, podría salvar a su gran héroe. Se acercó a James y le ofreció su ayuda de inmediato.
— Yo puedo llevarlo más rápido —mirándolo fijamente— confíe en mí...
James miró algo incrédulo a Tony, pero en cuanto este le asintió, le cedió a su amigo y para sorpresa de todos, sus dichos eran ciertos, porque el joven desapareció de su vista en cosa de centésimas. Pero no habia tiempo para sorprenderse, por lo que Bucky tomó a su ahijado en brazos, que se encontraba igualmente herido y salió raudo por el pasillo, seguido por Rhodes, que ayudaba a Wanda, habia quedado algo agotada después de todo lo sucedido.
Cumplió lo dicho, fue el primero en llegar al avión, aunque la verdad, habia dos ¿Cómo saber cuál era la de ellos? Era difícil, así que solo se guió por su intuición y terminó escogiendo la más moderna, o sea, la de Howard. La verdad no le costó tanto llegar como pensó, solo debía seguir el perceptible olor a humo y la luz natural que se filtraba por los escombros, hace tanto que no veía al sol, que por poco y se desmaya, pero no lo haría, no hasta ver al Capitán sano y salvo. Un aleteo a sus espaldas lo sobresaltó, más cuando de donde no habia nadie, emergió una mujer con alas, seguida de un hombre que también apareció de la nada.
— ¿Quién eres tú? —preguntó Hank angustiado, viendo como aun sostenía al Capitán en sus brazos
— ¡Steve! —dijo Janet corriendo hacia el joven— ¡¿Qué pasó?! —grito aterrada ayudando a Pietro a dejar al Capitán en unos asientos
— Lo atacaron, pero mi hermana alcanzó a salvarlo... —mira a Janet— debe recibir atención de inmediato o...
— No tiene pulso —acusó con angustia mirando a su esposo
— ¡¿Quién eres tú?! —insistió Hank. El acento marcado del joven no le daba confianza, teniendo en consideración donde estaban
— Soy Pietro Maximoff —respondió colocándose de pie— el Cabo James Rhodes salvó mi vida y la de mi hermana —la tensión corporal de Hank disminuyó notablemente
— ¿Dónde está Tony? —preguntó el científico
Y como si lo hubiera invocado, un grupo emergió desde un pasillo— aquí... —dijo una voz a sus espaldas.
Hank se volteó al segundo— ¡Pequeño! —grito aprisionándolo en sus brazos— ¡Estás a salvo! —al borde las lágrimas
— Estoy... bien —respondió el joven Stark. Por fin se sentía a salvo, pero no tranquilo
— ¡Debemos irnos ya! —grito Janet— ¡Steve está muy mal! ¡Y esto no demora en estallar! —viendo a los demás que llegaban a la avión
Sus palabras fueron premonitorias, porque a los pocos segundos, la secuencia de autodestrucción llegaba a su fin y todas las instalaciones HYDRA desaparecían en una gran explosión, con ellos incluidos.
Chapter 35: XXXV
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La llamarada ingreso veloz, botando incluso a Bucky y Hank al suelo, por poco y son alcanzados por el fuego, Rhodes ya estaba encendiendo el motor, Janet sería su copiloto, rogando que sus pocos conocimientos de pilotaje no le fallaran ahora, ante una nave tan moderna. El fuego se infiltro por el pasillo del avión, y Tony solo atino a posicionarse sobre Steve, no permitirá que el fuego lo alcanzara, pero para sorpresa de todos, la joven Maximoff volvió a lucirse, dejando explotar todo su poder y formando una barrera en contra del fuego.
— ¡Wanda! —grito aterrado su hermano
— ¡James! —expreso Hank poniéndose de pie— ¡Tenemos que irnos ya!
— No... creo que resista más —agregó Wanda usando todas sus fuerzas para contener el fuego.
Bucky trataba de cerrar la compuerta del avión, era difícil entre tanto fuego y humo, pero para su suerte, Rhodes logró despegar aun entre todo el caos, dándole la oportunidad ahora si de sellar el avión, mientras Wanda caía agotada y de rodillas al suelo, siendo Hank quien alcanza a sostenerla, acto que es agradecido por la propia joven y su hermano.
— ¡No lograremos escapar de la explosión! —grito Rhodes viendo lo inminente— ¡Los controles se sobrecalientan y la onda expansiva nos alcanza! —Janet lo miró con terror. No podía ser que acabara aquí, cuando estaban tan cerca de la salida.
— Descuida, niño... —dijo una voz por el comunicador— yo me encargo
El jet se elevó a gran altitud y velocidad, escapando así de todos los riesgos y dejando las instalaciones destruidas de HYDRA atrás y en el pasado. Janet aun no comprendía muy bien lo que pasaba, solo que estaban a salvo, y Rhodes no dejaba de sonreír, jamás habia estado tan feliz de oír una voz en toda su vida.
— Ya te debo dos salvadas... —comentó feliz el cabo.
Se escuchó una risa por el otro lado— luego veré como me las pagas... —respondió ella. Janet solo sonrió, agradecida y también feliz por los jóvenes tórtolos.
— Vamos camino a Wakanda... —agregó Janet por el altavoz del jet— llegaremos muy pronto, lo prometo
Carol llevaba a toda velocidad el jet, sometiéndolo al máximo de su resistencia, sabía que era un riesgo, pero no habia tiempo de hacer análisis de peligros. Hank trataba con lo poco que tenía cerrar las heridas de Steve y de paso, conectarlo a oxígeno, pero el hombre no reaccionaba, ni siquiera tenía pulso, pero Tony insistía que seguía ahí, y la chica pelirroja, también lo corroboraba; decidió entregarse a la esperanza. James, por su lado decidió hacer algo que necesitaba con urgencia, fundir a su ahijado en un abrazo, necesitaba sentirlo a salvo, Tony solo correspondió la acción con calma y agradecimiento, aunque ambos tenían una conversación pendiente.
— Pensé que te perdería —comentaba conteniendo las lágrimas
— Estoy bien, padrino... —liberando todos los miedos acumulados— admito que tuve mucho miedo, pero traté de mantenerme firme —lo mira— recordé todo lo que me enseñaste y me dijiste sobre HYDRA y sus torturas... —James traga en seco— el cómo usan tus recuerdos en tu contra y buscan destruirlos —exhala— por lo que me aferre a los más hermosos y bellos... y eso me mantuvo firme, aunque hubo momentos en los que flaquee
— Es inevitable, campeón... —susurrándole con pesar— pero estoy orgulloso de ti... —su mirada se dirige a Steve— y de él...
— Steve me defendió... en todo momento —con suma preocupación y culpa en su voz
— Tu mejor que nadie sabes que él haría cualquier cosa por ti —respondió secando las lágrimas que caían por el rostro del joven, pero noto la duda en su mirada— ¿Qué sucede, pequeño?
El joven exhaló con suma pausa— tengo la sensación de que... —vuelve a mirar a Steve por largos segundos— él no quiere quedarse aquí, que hay alguien esperándolo en otra parte... —repasando todo lo que dijo HYDRA y las dudas que lo atacaban una vez más
James lo miro confundido— ¿De qué hablas?
El joven negó veloz— nada, estoy muy cansado, herido y sobrepasado por todo lo que pasó... —tratando de borrar ideas y voces de confusión— lo único que importa es que Steve se salve y viva feliz... aunque sea sin mí —sintiendo la carga en sus palabras. Steve podía salvarse, pero seguía siendo de alguien más, y cuando James lo interrogó con la mirada, el joven busco cambiar de tema a algo que también lo tenía preocupado— mis padres... ¿Están...? ¿Cómo están? —rogando una respuesta
— Están bien y desesperados por verte —respondió. Tony liberó el más largo suspiro de alivio y James entendió que era mejor prepararlo antes de la llegada— hay... algo que debes saber —Tony volvió a mirarlo— ellos lo saben... —el joven subió una ceja— saben lo que sucede entre Steve y tú —el joven tragó en seco y su mirada se tiñó en preocupación— descuida, lo aceptaron... —ríe incomodo— o algo así, María ya lo sabía y lo acepto sin dudar —sonriendo con calma, para después hacer una mueca— a Howard le demorara un poco más, tú sabes... para el sigues siendo su pequeño —Tony solo sonrió— y hay ciertos aspectos de su relación que lo incomodan... —tratando de encontrar las palabras
El joven exhaló rendido, ahí estaba otra vez, más dudas, más complicaciones, más obstáculos, su edad, las diferencias físicas y mentales, las diferentes líneas temporales y… otro Tony, era demasiado para él; ya ni siquiera sabía a quién escoger o a quien escuchar, a su corazón o a su sentido común, si debía dejar a Steve decidir o rendirse y dejarlo descansar en paz. Y buscando acallar sus confusiones y tratando de enterrar todo lo horrible que había sucedido en tan poco tiempo, un recuerdo, un video y una verdad que HYDRA le reveló, apareció; su mirada se clavó en su padrino, necesitaba sacarlo.
— Yo... también se algo —comentó dubitativo— ese hombre, el que asesinaste —Bucky asiente— era el Steve de esta línea temporal, el que quedó congelado...
El soldado se sorprende y comienza a atar cabos respecto a todo lo que había ocurrido ¿Cómo era eso posible? Se suponía que el Steve de esta línea no existía o que jamás existió, a esa conclusión llegaron con Steve cuando lo buscaron años atras, pero le era difícil entenderlo, eran demasiadas variantes por considerar cuando se alteraba las líneas temporales, además, Peggy había dicho que cuando recuperaron el escudo, no había presencia o registro de vida humana ¿Entonces como lo habían hecho? Su mente estaba muy atribulada aún por el scanner y ahora lo estaría aún más.
— Y él... me contó toda la verdad, una verdad muy dura de asimilar —Bucky traga en seco comenzando a sospechar de que se trataría toda esta conversación. Era momento de afrontar su mayor pecado— todos los acontecimientos de la línea temporal pasada y... —lo mira fijamente buscando hablar con calma— la muerte de mis padres... —Bucky tiembla con terror. Tony demora unos segundos en hablar— y quien fue su asesino...
Silencio sepulcral, absoluto silencio y una tensión que jamás había existido entre ellos, porque se suponía que entre ellos no existían secretos, que James era la persona en la cual Tony podía confiar incluso más que sus padres. Pero ahora ahí estaba, mirándolo fijamente, esperando una respuesta por parte de su padrino.
— Tony... —inhalo por la boca— cualquier cosa que diga, no cambiará lo que sucedió y… aunque técnicamente no fui yo quien lo hice, el otro Bucky si —su mirada se va hacía Steve— y si él no hubiera cambiado el destino, ahora estarías llorando a tu padres y yo hubiera completado mi misión...
El joven solo lo observó por algunos segundos, para después sonreír— quiero que sepas que no me importa el pasado o lo ocurrido —con voz calmada— eres mi padrino, mi amigo... y es lo único que me importa
Bucky ahora sí soltó todas las lágrimas acumuladas, acompañadas de todas las culpas, pesadillas y torturas; ya no había más mentiras. Y esta vez sí que se fundió en un abrazo necesitado, es como si se hubiera sacado una mochila gigantesca de la espalda y por fin podía liberar a sus demonios más horribles. Tony era una muchacho único y tan especial, no podía explicar con palabras lo que significa para él y lo agradecido que estaba por su gratitud y comprensión.
— Desde el momento en que te vi nacer... —agrego Bucky— sabía que tenías un corazón que no te cabía en el pecho —su mirada baja al reactor en su torso— y también uno muy fuerte, porque es capaz de resistirlo todo... —tocando el reactor con su dedo— todo estará bien, ya lo veras —lo vuelve a abrazar
Una tercera presencia aparece— ya hice todo lo que pude —dijo Hank a sus espaldas— el resto dependerá de él... —mirando de reojo a Steve que seguía inerte en los asientos— y de esa joven, que aun... le lanza esos rayos rojos —algo confundido
— Gracias, Hank... —respondió Bucky, viendo como Tony se acercaba a Steve
El joven se arrodilló a un lado de su amado y tomo su mano, Wanda seguía pasando sus manos sobre la mente del soldado, buscando e indagando, quería cerciorarse que el Capitán seguía ahí. Tony solo la observaba y luego a Steve, repetía esa acción una y otra vez, como si estuviera rogando que este solo se despertara de la nada, pero no era tan fácil, las cosas no funcionaban así, aun cuando todo lo que habia vivido en… este día, si es que seguía siendo el mismo día, lo habia llevado más allá de sus pesadillas más horrible.
Fue secuestrado, torturado, casi violado y asesinado por un hombre que no es que solo luciera como Steve, era él. Un hombre perdido, agobiado, enfermo y desesperado, y aún pese a todo el dolor que les provoco y que prácticamente le habia arrebatado a Steve, sentía pena por él, preguntándose quizás que tuvo que haber pasado para que terminara cayendo tan bajo, y también la pregunta ¿Cómo hubieran sido sus vidas si el curso de la historia no se hubiera alterado?
¿Ese hombre seguiría congelado? Mientras que él lloraba a sus padres y se sumergía en su propio mundo, dando paso a los años, hasta que los Vengadores aparecían y toda la historia... se repetía. Y de ser así, este Steve volvería al pasado, para volver a alterarlo todo o si respetaría su idea original de no alterar nada ¿Se conocerían? ¿Se enamorarían? ¿Este Steve se hubiera casado con Peggy? Eran tantas preguntas, tantas dudas, tantos miedos e incertidumbres ¿Era su destino repetir esta historia una y otra vez, sin tener la oportunidad jamás de estar juntos? ¿Ahora le tocaba a él llorarlo o perderlo? ¿O ya lo había perdido porque el Steve de esta línea había muerto?
Inseguridad, esa era su mayor problema ahora, pero de algo estaba convencido, esto no era su culpa y mucho menos de Steve, el cual si buscó al Steve de esta línea temporal, por años y jamás lo encontró, llegando a la conclusión que simplemente se habia desvanecido, ante la llegada de un nuevo Steve; no tenía cómo saber lo que iba a suceder y las reglas dentro del tiempo son tan difíciles de manejar y entender, y mucho menos lo hizo para deshacerse de él... y quedarse aquí reviviendo su historia con el joven Stark ¿Revivir o remplazar?
Y aun en toda la oscuridad del avión, el reactor brillaba con suma fuerza, reflejándole que todo lo vivido fue cierto y recordándole que estaría atado a eso, quizás para siempre y esa fue la gota que rebalsó el vaso, eran demasiadas emociones y dudas, y ahora que se sentía medianamente a salvo, por fin pudo sacar todos sus miedos y dolores, en un llanto continuo pero silencioso, íntimo y profundo, tanto que a veces le daba miedo abrir los ojos, con la posibilidad de volver está ahí, en ese lugar de horror y sufrimiento.
Wanda habia detenido sus acciones y solo lo miraba, podía sentir todo su dolor y miedo, ese joven habia pasado en un día, quizás todo el dolor que ellos venían sufriendo por años, solo que ella si seguía al lado de la persona que más amaba, su hermano, en cambio, este joven se sucumbía más y más en la soledad y la oscuridad, que horrible manera de enfrentarse al futuro.
— Con... todo lo que ha pasado—dijo entre sollozos—, no tuve tiempo para agradecerte —sube la mirada— muchas gracias... por lo que estás haciendo —le sonríe a medias—, no puedo entender lo que sucede, pero de alguna forma, está funcionando y jamás podré pagarte por todo esto
— Yo... —mira a su hermano que está en un rincón pensativo— nosotros somos los que deberíamos decir gracias —sonriendo de lado— si el Cabo Rhodes no hubiera aparecido, seguiríamos en esa celda... o hubiéramos muerto en la explosión
Tony suelta una risa culposa— al menos mi secuestro trajo una cosa buena... —comento con esperanza, mientras volvía a clavar la vista en Steve
Wanda le sonrió con pesar— él estará bien... —responde ella— sus recuerdos se niegan a irse...
Y la duda lo carcome— ¿Qué recuerdos? —pregunto veloz— ¿Los de su pasado? O mejor dicho... ¿Los de su futuro en la otra línea temporal? —la mujer asiente, había visto toda su vida al conectarse con Steve, pero no entendió el impacto de sus palabras en el joven. Steve se negaba a separarse de los recuerdos... de su pasado, no su presente; los recuerdos del otro Tony, no de él.
La mujer continúa hablando— es como si estuviera luchando contra su propio cuerpo, solo para resistir... un poco más —Tony suelta unas lágrimas— dame tu mano —exige con dulzura y el joven la obedece— el sigue aquí y tú también puedes sentirlo... —colocando su mano y la de Tony sobre el pecho de Steve— cierra los ojos y podrás verlo, déjame guiarte...
Los primeros segundos solo habia oscuridad y silencio, vacío, pero Tony rogó por una señal y poco a poco, el lugar desértico se fue llenado de luz y formas, no muy claras y concisas, pero que claramente querían representar algo. Y frente a él, Steve, con su uniforme de los cuarenta, tan cerca de él, pero incapaz de poder tocarlo. ¿Pero era él quien estaba a su lado? Su mente le dio la respuesta de inmediato, ese hombre se veía mucho mayor que él, por tanto no era él, era el otro Tony de la otra línea temporal ¿Acaso esto era una señal? ¿Una confirmación de sus mayores miedos y dudas? ¿Sería testigo de los recuerdos de Steve y Tony?
Y fue ahí cuando el joven lo vio, pudo ver toda la vida de Steve en la otra línea temporal, cuando despertó luego de estar congelado, su confusión, su miedo, su angustia de estar en un lugar que no conocía ni entendía; la primera vez que se vieron, la primera que discutieron, la primera vez que pelearon codo a codo, como equipo, como colegas, como amigos... vivió en carne propia la angustia de Steve cuando lo vio elevarse en los cielos de Nueva York con el misil, su preocupación y miedo; su primer beso, los meses separados, su primera vez juntos, sus primeras peleas, Ultron, Sokovia, el regreso de James, las mentiras, los engaños, las desconfianzas, los tratados, un aeropuerto, un video y una verdad horrible.
Una pelea entre tres, dos años separados, un teléfono y una carta, el regreso de Banner, extraterrestres otra vez, Wakanda, un chasquido, un video de despedida dirigido para Pepper, su llegaba con Carol, el dolor de ver a Tony débil y lo peor, sin confianza hacia él, su culpa, su remordimiento, su amor. Cinco años después, un matrimonio, un nacimiento, una vida, cosas que Steve no compartió con él, hasta que Scott apareció, el volver a verse después de cinco años, el sentirse tan cerca y tan lejos del otro, el regreso de su escudo, su conversación la noche previa, su beso en los '70, su promesa de que estarían juntos otra vez, la llegada de Thanos, los portales abriéndose y luchando otra vez, codo a codo. El chasquido y su dolor agobiante de ver a su amado morir, sin poder cumplir todos los sueños que alguna vez pensaron. La máquina y el regreso a su época.
Ahí estaba todo, absolutamente todo y le confirmaba que lo que vivió Steve en la otra línea temporal era gigantesco e invaluable, eran recuerdos hermosos y dolorosos, pero que significaban la vida para el Capitán; arrebatarle eso sería matarlo. Y comprendió porque Steve lo amaba con tal desespero, al otro Tony, porque su historia era imposible de igualar, eran demasiados momentos que compartieron juntos y que fortalecían su amor. Se sintió tan ajeno a todo eso, aun cuando los dos Stark compartían los mismos sentimientos y deseos por Steve.
Pero un último recuerdo apareció, uno que revolvió todo el cúmulo de ilusiones que buscaba sepultar, un recuerdo que no podía ser presentado ante él solo porque sí, debía tener una importancia y significado muy especial para Steve. Es como si todos los recuerdos hubieran avanzado hasta su nacimiento, y aquella promesa.
— Yo soy Steve Rogers —le dijo al bebe en sus brazos— y voy a cuidarte por el resto de mi vida, es una promesa...
Chapter 36: XXXVI
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La imagen fue tan clara, incluso pudo sentir su cercanía y como él, aun siendo un bebe, lo reconoció como alguien indispensable en su vida, y una promesa real y eterna los unía. Justo después de eso, las imágenes se desvanecieron y el túnel que habia frente a él, se esfumo; abrió los ojos, aun sobrepasado por todo lo que vio y sintio, pero agradecido por tan hermosa e única oportunidad. Wanda solo le sonreía, feliz de que pudiera ver lo mismo que ella, y fue ahí que Tony lo entendió, ya habían perdido la oportunidad de estar juntos Steve y el otro Tony, la historia no se repetiría, esta vez, el destino ni la vida se interpondrían entre ellos. Los recuerdos de ellos también eran importantes para Steve.
Y así, en pocos minutos, Wakanda se asomó al sur, mientras la noche se hacía presente, bajo un bellísimo cielo estrellado. El Jet aterrizó en el hangar, y aunque Tony se negaba a separarse de Steve, en cuanto las puertas del avión se abrieron y dos personas agobiadas se mostraron ante él, la necesidad fue más, dando paso a la corrida más desesperante de su vida y el abrazo más necesitado. Sus padres corrieron en igual medida hacia él, agradecidos de todo lo que la vida les estaba devolviendo.
— ¡Mi amor! —dijo su madre ahogada en llantos — ¡Mi vida! ¡Estás a salvo! —abrazándolo hasta más no poder— ¡No puedo creerlo! ¡Te amo tanto! —entre balbuceos
— Mi pequeño, no te imaginas cuanto te extrañe —decía el padre rodeando a su esposa y a su hijo en un inmenso abrazo. Este era el momento más feliz de su vida y no lo borraría jamás de su memoria.
Pero la escena fue interrumpida cuando Hank y Pietro bajaban a Steve del Jet, en ese momento, Tony volvió a Steve y esta vez no se separaría en ningún momento de él. El Rey, acompañado de algunos médicos, guiaron rápido al soldado y todos los que lo seguían hacia la sala de operaciones, no habia tiempo que perder. En cuanto Steve fue conectado a controlador cardiaco, la realidad se hizo presente, no habia pulso marcándose, no habia nada, y aunque los minutos se extendieron, para darle tiempo a los médicos a tratar de buscar alguna solución, la realidad era incorregible; Steve llevaba casi una hora muerto, y viendo lo inminente de la situación, lo primero que hizo Tony fue correr a su lado y tomar su mano, suplicándole que aún no se rindiera.
— Por favor, beloved... —arrodillado frente a él— lo vi todo, tus recuerdos, los recuerdos que compartes con él... —comentó adolorido—, pero también nuestros recuerdos... sé que sigues ahí, por favor... sigue mi voz —se inclina sobre él y le besa la frente.
Su madre indago una última mirada con los médicos, quienes negaron con lástima, por lo que decidió avanzar con lentitud hacia él para no asustarlo— hijo mío, no... hay nada que hacer —comentó colocando su mano en su hombro— déjalo descansar... déjalo irse —soltando unas lágrimas contenidas.
— No, mama... yo sé que sigue ahí —mirándola con ojos más que hinchados— mi corazón me lo dice —mira a Steve— mi vida, por favor... tenemos tantos sueños, tantos planes juntos —su voz se quiebra— sé que él te está llamando, sé que quieres volver con él... sé que no puedo igualar lo que pasaron juntos y que no tengo nada para ofrecerte comparado con él... —ambos padres se miraron más que confundidos, no comprendían a que se refería su hijo—, pero por favor, no lo escuches... —besa su mano— yo sigo aquí, siénteme, yo te estoy esperando... —ahogándose en sus lágrimas— no puede vencernos otra vez el destino, no puedo perderte yo ahora, nosotros sí debemos estar juntos, lo sé... —enterrando su cabeza en el pecho del hombre— recuerda, nuestro amor resistió incluso a través del tiempo...
Quizás no tenía que ser su reemplazo, quizás no tenía que ser igual al otro Tony, pero si podía ser la segunda oportunidad que el tiempo les estaba dando, que si su amor no pudo ser en la otra línea temporal, si podía hacerse realidad aquí; y quizás, sus sentimientos si estaban conectados con el otro Tony, como Steve lo pensó, quizás su amor reencarnó en él y por eso es capaz de recordar cosas de la otra línea, quizás si hay esperanza para ellos, la historia tenía que ser diferente ahora.
— Lo lamento, joven Stark —dijo el médico frente a él— el Sr. Rogers lleva al menos una hora fallecido, no hay actividad cardiaca ni tampoco cerebral —cierra los ojos con calma— está muerto... —inhalo para darse fuerzas, odiaba dar este tipo de noticias— y lo único que puede darle calma, es dejarlo ir.
Y esas fueron las palabras que hicieron a Tony estallar, gritar a todo lo que su corazón le permitía, era tanto el dolor, que por momentos pareciera que la metralla se acercaba a su corazón, aun con el reactor en su pecho. Su Steve estaba muerto. Y ya preso absolutamente del dolor, su mente y su cuerpo se bloquearon, negándose a la realidad y haciéndolo caer de inmediato inconsciente al piso, sobrepasado por todo lo acontecido. Algo lo arrastró a la oscuridad absoluta, como si lo estuviera llamando.
— ¡Tony! —grito aterrada su madre sosteniéndolo
— Por favor, se lo suplico... —comentó Howard entre llantos— debe haber algo que se pueda hacer —sumamente angustiado por ver a su hijo llorar de esa manera y desolado por perder a… un amigo.
— No, temo que no... —inhala con pesar— debemos declarar su muerte
María lloró mientras abrazaba a su pequeño, aterrada por su reacción, por el cómo afrontaría está perdida, por su futuro doloroso y también por el propio, porque habia perdido a un gran amigo. Howard se acercó al cuerpo de Steve y acaricio su rostro, mientras las lágrimas caían por sus mejillas, ahora sí que la culpa lo habia dominado por completo, él le habia exigido a Steve que trajera a su hijo de vuelta, y solo así probaría que era digno de su pequeño. Pero el ver a su hijo llorar y sufrir de esa forma, y ver hasta donde estuvo dispuesto a llegar Steve por liberarlo, comprobó que la palabra de Steve era cierta; ellos se amaban más allá de toda lógica y tiempo.
— Cumpliste tu promesa, amigo... —mirándolo fijamente mientras sus lágrimas mojaban el rostro inerte del Capitán— puedes irte en paz... y gracias por amarlo como lo hiciste.
Las horas fueron pasando y con eso la sensación de angustia, pero no el dolor, el dolor no disminuía, y creo que jamás lo haría. Tony descansaba en una cama, inmerso en su subconsciente atribulado en dolor, mientras María dormía a su lado, incapaz de separarse de su hijo, mientras que Howard solo los observaba, aun llorando incrédulo por la muerte de Steve, es que simplemente no podía aceptarla, a la vez que su cerebro planificaba y pensaba cómo ayudar a su hijo cuando despertara y tuviera que enfrentar a la horrible realidad, no solo por la muerte de Steve, sino el cómo sacarle esa cosa de su pecho y que volviera a ser el joven de antes.
Wanda y Pietro por su lado, en cuanto bajaron del Jet quisieron acompañarlos, no querían separarse de ellos, mucho menos de Rhodes, el cual asimismo fue rápidamente llevado a enfermería, sus heridas igual eran serias de tratar. Pero en cuanto vieron el cielo estrellados sobre ellos, se perdieron en su inmensidad, es que de todos los años que llevaban aprisionados en HYDRA, jamás tuvieron la oportunidad de ver el cielo y su maravillas, y solo en ese momento, pudieron abrazarse y llorar en paz; por fin eran libres.
Pero habia alguien que faltaba en toda esta escena, y debido a todo lo acontecido con Tony y Steve, las heridas de Rhodes, el agotamiento de Carol y los hermanos, que también debieron recibir atención médica, nadie percato su ausencia, nadie, excepto un joven Príncipe que lo buscaba con desespero, le habia prometido que volvería, y comenzaba a aterrarle la idea de que no pudo... sobrevivir. Cuando los minutos de búsqueda, se transformaron en horas, decidió preguntar.
— Señora Van-Dyne —le dijo el Príncipe— disculpe, pero... ¿Ha visto a... Bucky? —con cierta vergüenza en su voz.
La mujer se sorprendió por la pregunta, no solo porque era obvio que Bucky estaba con Tony, sino por la confianza con la que el joven llamaba al soldado, hasta donde ella recordaba, solo a Steve le dejaba llamarlo así.
— James debe estar con Tony... —respondió. El joven negó— entonces... —inhala conteniendo las lágrimas— con Steve, despidiéndose... —el dolor seguía muy presente.
— No, no está —insistió— ya lo he buscado por todas partes y no aparece —y solo ahí Janet hizo la conexión. Era verdad, hace muchas horas que no veía al soldado, y justo en ese momento, su esposo apareció.
— Janet ¿Has visto a James? —preguntó— Howard lo está buscando y no lo encuentra... —las alarmas de la mujer se encendieron
— ¿Cómo es que nadie va a saber de él? —agregó preocupada— hace horas que llegamos...
Entonces el joven Príncipe lo recuerda, él estaba presente cuando el Jet aterrizó y todo el mundo descendió en medio del caos y la angustia, todos menos el soldado, y fue ahí que decidió volver al inicio, al Jet. Corrió, seguido por el matrimonio, pero no a la misma velocidad que la de un joven de 17 años, que, por alguna razón que él mismo desconocía, estaba sumido en la más absoluta preocupación, justo cuando el Jet se mostraba ante él. Lo abrió con velocidad y entró entre jadeos, buscando en plena oscuridad, hasta que, en un rincón recóndito, estaba el soldado, tirado boca abajo y sin reacciones.
— ¡Bucky! —dijo veloz el joven arrodillándose a su lado— ¡Reaccione! —tratando de moverlo— ¡Ayuda! —grito a todo lo que dieron sus pulmones— ¡Ayuda! ¡Por favor! —ni siquiera se dio cuenta cuando algunas lágrimas efímeras bajaban por su rostro.
El matrimonio en cuanto llegó, lo sacó de ese lugar y lo llevó a la enfermería, junto con los otros, dejando una preocupación más en el aire, porque se corría el riesgo que al despertar Bucky, pudiera haber un daño irreparable en su mente y peor aún, en su memoria. El medico habia dicho que luego de usar el scanner de recuerdos, su mente quedaría trastocada y que debía hacer reposo, o podría tener consecuencias atroces, pero el hombre no obedeció y se fue al lugar más peligroso del mundo, y se enfrentó a sus mayores miedos y dolores, su mente resistió hasta donde pudo, hasta que finalmente se bloqueó y se desvaneció en el Jet, justo cuando aterrizaban y el mundo corría por Steve.
Todos se sentían tan culpables, habían olvidado por completo a James, inmersos en su preocupación por Tony y su dolor por la partida de Steve, y eso era lo que más los preocupaba, que el soldado también tendría que enfrentarse a la horrible realidad en cuanto despertara. El que cargaba con el mayor sentimiento de culpa, era el joven Príncipe, él lo habia ayudado, él lo habia dejado escapar y subirse a ese Jet, en vez de hacerlo entrar en razón y pensar en su salud, ahora podía olvidar, incluso quien era, todo por su irresponsabilidad.
La madrugada comenzaba a hacerse presente, y casi todo el mundo dormía, T'Challa seguía castigado, así que no pudo quedarse al lado de Bucky como quiso, pero otros sí aprovecharon la protección de la oscuridad, para actuar. Wanda y Pietro estaban más que felices del trato que habían recibido de todo el mundo en cuanto llegaron, no habia nadie que no los trata con menor cortesía que el anterior, pero para la hermana, aun habia un tema pendiente. En cuanto Rhodes les aviso, que pese a sus esfuerzo, el Capitán no lo habia logrado, se sintio tan culpable, sobre todo por haberle dado falsas esperanzas al joven Stark, pero muy en el fondo, se negaba a creerlo, ella lo sintio, el aún estaba ahí y de algo estaba segura, no se daría por vencida hasta comprobarlo.
Pietro la ayudó a escabullirse sin ser vistos, incluso por las cámaras, luego se fueron a la morgue y sacaron el cuerpo de Steve en una camilla, estaba frío e inmóvil y con órdenes de ser criogenizado, Howard lo había solicitado, no quería hacerle un funeral a Steve mientras Tony seguía dormido, su hijo jamás se lo perdonaría, merecían una despedida y un cierre, y por eso mismo decidieron congelarlo, ya había pasado por ello una vez, a Steve no le importaría repetir el proceso una vez más ya estando muerto y esta fue la única opción para que su cuerpo resistiera el pasar de los días.
Y a pesar de que todo el mundo ya habia decidido sobre que hacer y cómo reaccionar, para Wanda esto no había terminado, ella aún lo sentía ahí, su mente seguía intacta y por momentos, incluso llegó a escuchar una voz, una voz que le suplicaba ser salvada. Luego de eso, se metieron a la habitación donde el joven Stark estaba hospitalizado, y con gran preocupación, sobre todo para no despertar a los padres, sacaron al joven en su camilla y lo llevaron varias pisos mas abajo, ocultos de todos, donde Steve los esperaba. Los colocaron uno al lado del otro y Wanda se posiciono entre medio.
— ¿Estás segura de que funcionara? —preguntó su hermano. Jamás habían hecho algo así
— Yo sé que va a funcionar —colando sus manos en las cabezas de ambos— Steve sigue ahí
Chapter 37: XXXVII
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Una semana después.
Aunque sus ojos estaban cerrados, el brillo del lugar molestaba y de cierta forma, incomodaba, ruidos lejanos, sonido de vaivenes marcados por una máquina ¿Un controlador de pulsos? Olor a limpieza y esterilización, una textura delgada y algo rígida estaba rozando su cuerpo y podía comprobarlo con sus propias manos; sábanas.
¿Dónde estaba? Fue la primera pregunta que se hizo mientras abría los ojos con lentitud y dolor ¿Es un hospital? ¿Qué hago en el hospital? ¿Qué día es? ¿Qué hora? ¿Qué hice ayer? ¿O la semana pasada? ¿O hace un mes? Trataba de recordar lo último que vio, pero nada venía a su mente y entonces, la peor pregunta apareció en su cabeza ¿Quién... soy? Mi nombre, mi nombre, mi nombre, repetía su cerebro con urgencia ¿Cuál es mi nombre? La desesperación comenzó a dominarlo, y sin saber mucho el qué hacer, volteó la mirada de un lado a otro, hasta que una presencia apareció. Un joven de tez morena dormía de manera incómoda en un sillón, no supo porque, pero sonrió.
¿Por qué sonreía ante este joven? ¿Lo conocía? ¿Por qué se sentía a salvo cerca de él? ¿Era su amigo? ¿Su hermano? ¿Quién era y porqué estaba ahí? Sintió calma, pese a la desinformación absoluta que lo rodeaba. Entonces, el joven se movió con algo de brusquedad y comenzó a abrir los ojos, el hombre recostado sintio algo de temor ¿Cómo lo enfrentaría? ¿Qué le diría? ¿Qué noticias le tendría? ¿Acaso él sabía quién era? Pero para su propia sorpresa, el joven le sonrió a todo lo ancho y dijo una sola palabra.
— Bucky... —de manera calma
Y eso bastó, todo volvió a él, absolutamente todo, incluso lo acontecido hace años y también lo ocurrido hace solo... ¿Unos días? ¿Cuánto habia pasado? Y su mente se aterro.
— ¡Steve! ¡Tony! —grito. Su controlador de signos se disparó
— Calma, calma... —dijo el joven acercándose a él
— ¡¿Dónde están?! ¡¿Cómo están?! —la cabeza comenzó a aullar de dolor, eran demasiadas emociones al despertar
— Debes descansar, por favor —suplico.
Los médicos entraron— majestad, salga de aquí por favor —comenta el doctor— debemos sedarlo nuevamente —tomando el suero del hombre
— ¡No! —grito aterrado James— ¡Necesito saber si están bien! —mira al Príncipe angustiado— por favor... —rogó moviendo la mirada entre los doctores y el joven— no quiero dormir, tengo miedo de no despertar esta vez... —suplicando
— Todo estará bien... —le indico el medico inyectando el sedante— le prometo que cuando vuelva a despertar, las cosas serán mejor...
Todo volvió, todas las veces que HYDRA lo torturó, le inyectó drogas hasta aburrirse, los electroshock, los asesinatos, las pesadillas, los gritos y el miedo inminente de que esta vez no despertaría y si lo hacía, no habia garantía de si recordase, de si volvería siendo él mismo otra vez. En este momento, es como si hubiera alcanzado a recobrar la memoria, al menos por algunos segundos, solo porque... T'Challa estaba ahí ¿Por qué?
— No... me dejes —sujeto la mano del joven Príncipe— por favor, tengo miedo —sollozo.
T'Challa se quedó estático— descuide, no iré a ningún lado —sentándose a su lado— lo prometo... —viendo como lentamente los ojos de Bucky volvían a cerrarse y acariciaba el dorso de su mano con preocupación.
En el salón del Rey, Peggy Carter habilitaba las últimas conexiones, en breves momento entraría en comunicación con el presidente de USA y el Rey T'Chaka no paraba de repasar sus respuesta o posibles preguntas, esta era una oportunidad única para su reino y su pueblo y no la desaprovecharía, era momento de que el mundo conociera a Wakanda. Por su lado, los hermanos temblaban de entusiasmo y duda, se les venía ante ellos una gran chance y tenían miedo de que su pasado pudiera perjudicarlos; justo cuando Wanda arreglaba por enésima vez el pelo de su hermano, la conexión entró y el hombre más poderoso del mundo, se mostró ante ellos.
— Muy buenos días, Sr. presidente —dijo Peggy con voz marcial
— Buenos días a usted, Capitana Carter —con orgullo. Su vista se posó al instante en el Rey— Su Majestad —continuó el hombre— es un verdadero honor el poder conocerlo, espero la oportunidad cuando pueda ser cara a cara —sonriéndole
— Sr. presidente —poniéndose de pie— el honor es mío y también espero expectante ese encuentro —la Reina se pone de pie— le presento a mi esposa y Reina de toda Wakanda, Ramonda —la mujer hizo una reverencia— y... —viendo el puesto vacío a su lado— mis disculpas, mi hijo no se encuentra presente —carraspea nervioso—, pero creo que es mejor, no son conversaciones que un joven Príncipe debe presenciar
El presidente le sonrió— descuide —respondió— mis hijos con suerte dicen buenos días —comentó con total honestidad—, pero creo firmemente que esta instancia nos beneficiara a ambos —se pone de pie— me gustaría comunicarle el deseo de todo el pueblo americano de hacer a Wakanda una aliada, una amiga y un socio comercial, financiero, científico y cultural... —su voz estaba cargada de felicidad— tenemos mucho que aprender uno del otro...
El Rey sonrió más que satisfecho— muchísimas gracias —respondió— espero muy pronto la instancia para que podamos firmar nuestros acuerdos y de paso... dejarlo invitado a visitar mi reino y a su gente
— Encantando, así será —indicó— y de igual manera, me gustaría comunicarle una iniciativa que habíamos desechado hace algunos años, pero debido a todo lo acontecido en las últimas semanas y el cómo esto terminó involucrando involuntariamente a su reino, el cual terminó siendo testigo de los increíbles seres humanos que conformarán esta iniciativa, decidimos aprobarla —un hombre se para a su lado— les presento al Agente Nick Fury —el hombre hace una reverencia— el será encargado a partir de ahora de la iniciativa "Vengadores" —Peggy sonríe orgullosa, Nick se habia salido con la suya—, por supuesto que contara con la dirección de la Capitana Carter y estaríamos orgullosos de contar con su apoyo igualmente
— Cuente con eso —respondió firme el Rey— y por eso mismo, queríamos presentarle este caso a usted —los hermanos se acercan al Rey— le presento a los hermanos Wanda y Pietro Maximoff —se colocan frente al monitor— ellos fueron de gran ayuda para que la misión diera resultado, salvando vidas inocentes y… pese a su pasado en HYDRA, que fue siempre en contra de su voluntad, prestaron su apoyo incondicional y por eso solicitan su acreditación...
El presidente callo unos segundos, mientras los hermanos tragaban en seco sumamente nerviosos— estoy muy al tanto de su caso —comentó el hombre— la Capitana Carter me comunico todo su pasado y las horribles experiencias que vivieron dentro de HYDRA.
Peggy habia llegado a Wakanda apenas ayer y en cuanto llegó, quiso saber sobre los hermanos salvados por Rhodes. Ahí, Pietro les contó la verdad de su origen y el dolor que todo esto implicó, todo había comenzado justamente cuando a fines de los '60 y antes del comienzo de los '70, el ahora fallecido Steve Rogers, el de la otra lineal temporal, fue secuestrado por HYDRA y estuvo a su merced por varios meses, hasta que finalmente pudo ser rescatado. Durante esos meses y dentro las torturas aplicadas, HYDRA logró tener acceso a todos los recuerdos del soldado y por tanto, averiguar que incluso procedía de otra linea temporal, así estuvieron al tanto de todos los acontecimientos venideros, incluidos el año de nacimiento de los mellizos, la muerte de sus padres y el comienzo de la experimentación con sus cuerpos y mentes, y el como a futuro, estos se convertirían en sus soldados más poderosos.
Pero para eso faltaba mucho, y esperar no estaba dentro de las planificaciones a largo plazo de HYDRA, por tanto, Zola decidió adelantarse los acontecimiento, y aunque Steve y Barnes detuvieron muchos de ellos, al final hubo que sí pudieron apresurar y ese fue, el nacimiento de los hermanos. Originalmente los mellizos nacerían a fines de la década del '80, pero ellos secuestraron a sus padres, retiraron sus genes y los crearon a ellos de manera artificial, matando a sus padres en el proceso. A diferencia de la otra línea temporal, ellos en esta línea, habían sido experimentos de HYDRA desde su nacimiento, jamás pudiendo escapar de sus redes y viviendo hasta ahora, hasta sus 16 años, bajo su yugo absoluto y como las ratas mas exclusivas de su laboratorio. Esa... era su horrible historia.
El presidente continuó su postulado— y créanme cuando les digo que en verdad lamento tanto todo el dolor por el que pasaron —con pesar en su voz— y sé que no hay forma de remediarlo, pero espero que esto si pueda ayudarlos —Nick le pasa unos documentos— estos son sus indultos oficiales firmados, declarando que cualquier acción que hubieran hecho bajo el nombre de HYDRA, fue en contra de su voluntad y... —tomando otro documento— estos son sus papeles oficiales de residencia estadounidense —les sonríe con orgullo— a partir de ahora, son ciudadanos americanos, con todos sus derechos y libres... para hacer lo que deseen —ríe— dentro del marco de la ley, por supuesto
Wanda y Pietro se abrazaron más que agradecidos y liberados, por primera vez en sus vidas iban a poder decidir por ellos mismos, por primera vez iban a poder conocer el mundo, por primera vez en sus vidas, eran libres; el dolor, el sufrimiento, la soledad y el miedo, por fin habían quedado en el pasado.
Otra semana después.
En una sala bastante interna del hospital, entre medio de máquinas y sueros, un joven Stark aún permanecía conectado a un respirador, su corazón se habia rendido al dolor y no tenía la fuerza suficiente para siquiera respirar por sí solo. Su mente se habia mantenido ajena a todo lo acontecido en estas dos semanas, pero el último momento continuaba latente en sus recuerdos, Steve estaba muerto y esa horrible verdad, tampoco le daba la fuerza para seguir viviendo, sabía que tenía una promesa pendiente, pero es que era tan difícil cumplirla ¿Cómo seguir, cuando se ha perdido toda esperanza?
Además, su mente buscaba y exigía respuestas, él lo había sentido, algo lo jalo a la completa oscuridad cuando el doctor le dijo que debía dejar ir a Steve, justo en ese momento, algo lo arrastró y de cierta forma, lo seguía manteniendo en esta oscuridad absoluta, haciéndole repetir su último recuerdo, una y otra vez ¿Porque? Es que ya ni siquiera tenía control de su cuerpo, porque podía sentir cómo se iba desconectando más y más de él. Y lo último que vio antes de que caer ante este limbo, fue a Wanda reaccionado a su dolor, es como si aún estuviera conectado a ella, sobre todo cuando la escucho decirle a su hermano; es hora.
Y dejándose llevar, su conciencia voló mucho más allá, pero un lugar previamente conocido apareció ante él, era ese espacio donde se encontró con Steve y su pasado, aquel que Wanda le enseñó ¿Por qué estaba ahí? ¿Acaso volvería a ver todo de nuevo? ¿Había algo que no reconoció o dejo pasar? ¿Wanda quería mostrarle algo? ¿Algo que le confirmara sus mayores temores?; luego de eso, todo se volvió difuso.
— ¿Estoy... muerto? —consultó, siendo capaz de escuchar su propia voz en medio de la oscuridad
— No... no lo estas —respondió una voz singular. Se escucha muy conocida y casi idéntica... a la suya
— ¿Quién eres? — pregunto alterado
— Abre los ojos y lo descubrirás...
El joven calló unos segundos— tengo miedo de abrirlos... y ver el túnel hacia la luz
Una risa ahogada se escuchó con eco por todo el vació— no existe el famoso túnel hacia la luz, es una invención de los religiosos... nada aparece ante ti cuando mueres
— ¿Cómo estas tan seguro?
El silencio se vuelve pesado e incómodo— porque lo viví en carne propia... la muerte a la cual tanto le temes
Y fue ahí que el joven lo comprendió, quien estaba frente a él no era nadie más que el... otro Tony, de la otra línea temporal— ¿Eres... el otro? —abriendo lentamente los ojos y viendo al hombre parado frente a él. El terror lo consumió, era el mismo hombre que estaba con Steve en sus recuerdos y el mismo que vio conectado con él en este espacio; eran ciertos todos sus miedos.
— Así es... —sonrió con tranquilidad— soy el Tony de la otra línea temporal... —el joven tembló con pavor— no puedo negar que moría de ganas de conocer a mi otro yo... —soltando una risa corta, pero el joven permaneció callado— ¿No esperabas verme? ¿Verdad?
El joven negó, para luego inhalar buscando valor— ¿Qué quieres de mí? —su voz mostraba su temblor absoluto
— Darte las gracias, supongo...
— ¿Supones? —consulto algo irritado — ¿Porque?
— Pues por amar a Steve de la forma en que lo haces... —el joven sintio el escalofrío en toda la piel— confirma mi teoría de que en cualquier línea de tiempo o universo, Steve y yo nos amamos... es nuestro destino
Esas palabras: nuestro destino, lo hacían aullar de dolor. Él sobraba en esa frase— ¿Y qué haces aquí? —sostiene la última exhalación
— Esperando... —respondió con calma
Su respiración comenzó a agitarse, él ya sabía la respuesta de esa afirmación— ¿Estás esperando a Steve? —el joven clavó la mirada fija en el otro Tony, y cuando este asintió, sus hombros cayeron derrotados— ¿Has estado esperándolo todo este tiempo? ¿Todos estos años? —tratando de controlar las lágrimas que amenazaban por salir
— Así es, desde que fallecí... lo he estado esperando aquí —contestó con pesar.
¿Todo estos años? ¿Todo ese tiempo? ¿Tanto lo amaba? ¿Estaba dispuesto a eso por Steve? ¿Él también podía ser capaz de hacer eso? Y nuevo sentimiento apareció, admiración. Admiraba al otro Tony, su amor era increíblemente más fuerte que el de él, no podía igualar eso y quizás por eso Steve no despertaba, por eso quizás prefería fallecer, porque las diferencias entre un Tony y el otro eran muy grandes, abismales. Él era el tercero en discordia en esta historia.
El otro Tony continuó hablando al ver el rostro atribulado y confundido del joven— cuando use el guantelete y se confirmó mi destino, entendí que no podría estar con Steve como siempre... habíamos soñado —exhala—, pero una parte de mi se negó a esa verdad y cuando hice el chasquido, le roge a las gemas que me permitieran volver a ver a Steve... una vez más —concluye con pesar, para hacerle entender cuál era su posición al joven Stark.
El joven soltó unas lágrimas escurridizas, pero las seco con brusquedad— ¿Entonces... no soy una reencarnación tuya? —el hombre negó— ¿Ni un reciclaje de tus sentimientos? ¿Soy una persona completamente diferente a ti? —quería responderse la duda que lo atacó cuando Steve fue declarado muerto ¿Entonces él no era su segunda oportunidad? ¿Steve solo podía estar con el Tony de esa línea temporal?
— Si y no... —responde con lentitud, mientras el joven acusaba una mirada algo molesta— si eres diferente a mí, aun cuando seamos la misma persona —algo confundido por sus propias palabras, esto era muy difícil de explicar y más de entender—, pero no eres un reencarnación mia, tú tienes tu línea temporal... y yo la mia...
— ¿Cómo una variante dentro del espacio-tiempo?
El hombre sonrió orgulloso, el ingenio y la inteligencia si seguían siendo cualidades de ambos— sí, algo así...
— ¿Y cómo es que puedo tener recuerdos de la otra línea? De tu línea...
— Eso no lo sé con exactitud, aun no puedo comprender muy bien todo esto... —exhala— cuando fallecí, todo se volvió oscuridad absoluta y vague por este espacio por mucho tiempo, reviviendo una y otra vez mis recuerdos, los de Steve... nuestros recuerdos —el joven bajo la mirada apenado, esa palabra le dolía tanto— hasta que un día, volvió la luz... y presencie algo increíble
— ¿Que?
— Tu nacimiento —responde firme. El joven ahoga un respiro— y nuevos recuerdos comenzaron a emerger... con Steve, pero estos no me pertenecían —lo mira fijamente— yo solo podía ser un espectador... pero ya no era míos, o mejor dicho, nuestros... eran tuyos y de él —su voz se carga de pena y Tony siente el estómago revolverse ¿De esperanza o miedo?— podía ver a Steve a través de tus memorias y experiencias, pero no podía estar con él... así que continúe esperándolo y durante ese tiempo, trate de meter nuestros recuerdos en ti...
El joven resolvió la lógica de esto en un segundo— para que Steve supiera que tu seguías vivo, o al menos que seguías aquí de alguna forma...
El hombre sonríe encantado— esperándolo...
Eso explicaba muchas cosas, y también las confirmaba, ya no podía negarlas— ¿Y ahora has venido por él? ¿Te lo llevarás contigo? —su voz se quiebra— ¿Por eso Wanda aun lo siente? Porque tú lo estas esperando...
— Si, ese es mi plan... y sería lo justo, al menos para mi
Y esta vez sí que el joven estalló en llantos, todo era cierto, absolutamente todas sus dudas, miedos, recelos y angustias eran ciertas, su corazón siempre lo supo y haberse autoconvencido de que no era cierto, de que estaba malinterpretando todo, había sido su peor error y el mayor dolor que se habia infligido a sí mismo, como una daga en una herida que jamás dejaría de sangrar.
— Entonces... —sollozando— él jamás fue ni será... mi Steve —tapando su rostro para que no se notara las incontables lágrimas que salían de sus ojos y de su corazón
El hombre sintio la desolación en la voz del joven, reconoció la muerte en vida en su cuerpo y la resignación en su alma y sintió tanta pena por él— lamento tanto que tener que causarte este dolor... y no lo hare sin considerar todo primero
El joven subió la mirada sobrepasado— ¿De qué hablas?
— No me llevaré a Steve conmigo... no si tú me lo pides —inhala con lentitud— si tú me dices que no puedes vivir con Steve, que quieres y necesitas que se quede contigo, respetare tu decisión y me iré... sin oponer resistencia
Tembló por eternos segundos— ¿Por qué harías eso?
Le sonríe de lado— porque nadie me dio a mí la opción de decidir, Steve y yo tuvimos que acatarnos a los problemas y acciones de otros, lo que nos terminó separando... jamás pudimos decidir por nosotros, sin que hubiera gente lastimada de por medio —lo mira fijamente— ahora si quisiera tener esa opción, y sobre todo... que tú la tengas
— Pero... sí hago eso, no te estoy dejando opción a ti —buscando controlar su respiración— y de igual forma saldrá alguien lastimado, tu...
El otro Tony se sintio tan halagado, aun cuando el joven estaba enfrentando su mayor dolor y quizás la decisión más importante de su vida, consideraba el dolor de otros. No pudo evitar sonreír con nostalgia y recordar algo que hace mucho tiempo Steve le había dicho, y que resultó no ser cierto al final: no eres capaz de sacrificarte por otros. El destino había probado lo contrario, al igual que él comprobó que sus pensamientos iniciales de Steve no eran correctos; lo que hacía especial a Steve definitivamente no venía de una botella.
Steve. Steve. Steve. Se moría de ganas de verlo una vez más, las veces pasadas solo se pudo conectar a él a través de recuerdos, tener un ínfimo contacto, pero no era lo mismo; quizás ahora sí podría cumplir ese anhelo, aquello que les pidió a las gemas hace tantos años. Pero primero necesitaba saber que pensaba el joven Tony.
— Agradezco que pienses en mí, pero como dije... —inhala por la boca— quiero darte la opción que ni Steve ni yo tuvimos... —le sonríe— quiero tu opinión, no voy a tomar una decisión por ti
Lo mismo que le había pedido a Steve todos estos años, que no decidiera por él, que tomara su opinión en cuenta y ahora la opción se presentaba ante él, ahora él tenía que tomar una decisión. Todo su cuerpo gritaba y exigía cosas tan distantes y diferentes, que era muy difícil escucharlas todas a la vez, por lo que junto sus manos, con la idea de llevarlas hacia su corazón y que este le diera la respuesta correcta, pero sintió algo frío entre sus dedos.
El anillo. El anillo que el Tony que ahora tenía en frente le habia comprado a Steve hace tanto tiempo, con la esperanza de comprometerse y vivir una vida feliz por muchos años, juntos. Ahí estaba la respuesta que necesitaba, no la quería, pero era la verdad; ni ese anillo ni Steve eran suyos, le pertenecían a otro y sabía mejor que nadie que el amor no podía forzarse, no podía contenerse y que atarse a alguien por necesidad, no era la salida.
Este amor será tu condena, se lo había dicho el tal Capitán HYDRA y ahora lo comprendía; al principio habia pensado que era porque estaba dispuesto a llegar a los límites más impensados para poder estar con Steve, con su Steve, pero a lo que realmente HYDRA se refería, era que este amor lo haría pasar por el dolor más grande de su vida. Y ya no podía seguir atándolo a él, ya no podía seguir necesitando a Steve con esta urgencia, era momento de olvidar y dar un paso al costado; debía dejar que Steve fuera feliz al lado de quien realmente amaba. Y además, si decidía por él, si forzaba las cosas, no era más diferente que el Capitán HYDRA que trato de mantenerlo a su lado en contra de su voluntad; no podía ser como él, tenía que demostrar que era mejor que él, que aunque tal vez ese Steve si era el que le correspondía, de acuerdo a su linea temporal, Tony no era igual a él, no se dejaría obnubilar por el amor.
Inhalo fuerte y lentamente por la nariz con los ojos cerrados, para finalmente abrirlos con una exhalación más prolongada— puedes llevarlo contigo... —sentenció firme— él es tu Steve...
El hombre se quedó helado, claro que no esperaba esa respuesta, no la considero ni por un segundo— ¿Qué? —fue lo primero que salió— ¿Hablas en serio? —el joven se limitó solo a asentir— ¿Estás dispuesto a dejarlo ir? ¿A perderlo?... ¿Porque?
El joven le regaló una hermosa sonrisa con ojos inundados en lágrimas— porque lo amo... —exhalo con la voz quebrada— y solo anhelo que sea feliz... —vuelve a inhalar—y sé que a tu lado lo será, es lo que él siempre ha soñado y esperado... —más lágrimas caen— el amor es buscar la felicidad del otro, aunque eso sea conmigo... o sin mi —traga en seco— y estoy dispuesto a pasar por ese dolor... además, se la debo —sonríe sin ganas— el arriesgo todo por mí, pero no porque me amara realmente... sino porque no quería repetir sus errores del pasado conmigo —lo mira fijamente— en el fondo siempre supe que si iba a mi rescate no era por ser yo... sino era para expiar sus culpas del pasado y evitar que la historia se repitiera, ya que jamás se pudo perdonar por dejarte morir...
El silencio reinó por casi un minuto, solo los sollozos del joven se escuchaban en toda la inmensidad— no sé qué decir... —confesó estupefacto— no pensé que esa sería tu respuesta...
Estaba más que sorprendido. Cuando él se sacrificó por el universo, le suplico a las gemas que lo dejaran ver a Steve una vez más y se condenó a quedarse en este lugar a esperarlo, por su necesidad casi sobrehumana de estar con Steve, pero este otro Tony, este joven y supuestamente inmaduro muchacho le estaba dando una lección que jamás espero. Estaba dispuesto a perder a Steve, de no tener ningun momento más con él y renunciar a su necesidad de estar con él, y vivir solo de sus recuerdos, en el nombre de la felicidad de Steve y del amor que profundamente le profesaba.
— Yo tampoco... —confirmó con honestidad—, pero es lo correcto y lo justo —le sonríe— tú lo esperaste todo este tiempo aquí, te lo mereces más que nadie... —oculta unas lágrimas— yo jamás podría ser capaz de hacer algo como esto... —señalando el lugar
Lo estás haciendo justo ahora, se respondió a sí mismo el otro Tony. Él se habia quedado en ese lugar por su propia necesidad de ver a Steve, en cambio este Tony estaba renunciando a su necesidad de estar con Steve, porque este fuera feliz; eso era mucho más grande que lo que él estuvo haciendo todo este tiempo.
— ¿En verdad crees eso? —preguntó con nerviosismo
El joven asintió con lentitud— sí, solo quiero que sea feliz, nada más... —baja la cabeza y su mirada se posa en el anillo en su mano— lo que me recuerda... —comenzando a quitárselo— Steve me lo dio, pero te pertenece a ti —estirándoselo— después de todo, fue hecho para ustedes... —el otro Tony lo recibe muy lentamente— el jamás se lo quitó, supongo que eso te confirmará lo mucho que te ama y lo mucho que te lleva esperando... —soltando más lágrimas en medio de una voz entrecortada
— Gracias... —admirando el anillo
— Quisiera... —ahogando un sollozo sonoro— si pudiera, quisiera pedirte un favor
— Por supuesto —respondió seguro
— Como sé que no volveré a verlo, que no podré despedirme de él, porque al despertar... él seguirá muerto y se habrá ido contigo —sonriendo falsamente—, solo puedo pedirte que lo ames mucho y… que lo cuides —estalla en llantos y el otro Tony comienza a llorar, sobrepasado por todas las emociones— se merece ser amado con toda la intensidad del mundo... —sube la mirada— prométeme que lo amaras hasta el final...
El hombre seca unas lágrimas, pero más caen— lo haré, te lo prometo... gracias —sonriendo con orgullo— en verdad eres un persona admirable, quizás incluso mejor persona que yo —expresa con culpa— supongo que haber crecido al lado de Steve te hizo más sabio y maduro que lo que yo jamás seré...
El joven ahoga una suspiro— bueno, no fue solo él... fue también crecer con mis padres y su infinito amor, con la protección y cariño de mi padrino James... —el otro Tony no pudo sentir cierto resquemor al escuchar el nombre de James y lo importante que era para este Tony. La vida tenía tantas vueltas— y con la ayuda de Peggy, Janet, Hank y William... crecí con mucho amor a mi alrededor
— Por eso sabes y comprendes mucho más el amor que yo... —con tristeza en su voz— quizás si hubiera tenido aunque sea la mitad de amor que tu tuviste, hubiera sido una mejor persona... alguien más digno y menos rencoroso
— Lo eres... —respondió seguro el joven— no tengas duda de eso —mirándolo fijamente— lo único que veo ante mí es a una persona digna de admiración
— Yo también... —sonríe con más alegría— somos la misma persona, después de todo...
Ambos sueltan risas cómplices— eso es un pensamiento alentador...
— ¿A si?
— Si, porque implica que en cada línea de tiempo y universo... —bajando los hombros con pesar, pero mucho más tranquilo
— Estamos destinados a amar a Steve —afirma seguro.
El joven asiente con pesar, viendo como el lugar comienza poco a poco a llenarse de luz— supongo... que ya es tiempo —viendo un destello escarlata a la distancia ¿Wanda?
Mirando a su alrededor— sí, las gemas vienen a cumplir su mandato... —exhala por la nariz— gracias, Tony... —estira su mano— fue un honor el haberte conocido
El joven responde la acción y estrecha su mano— lo mismo digo... —sintiendo un pequeño escalofrío— cuídate... y cuídalo, por favor
— Cuenta con eso —soltando su mano y viendo como la oscuridad ya está casi completamente disipada
El joven cierra los ojos, preparándose para lo inevitable, asimilando la realidad que lo esperara al abrir los ojos y la fortaleza que tendría que conseguir de donde fuera necesario— adiós, beloved... —soltó entre sollozos acongojados.
Y esa simple frase sentenció su decisión— ¡Tony! —gritó perdiéndolo de vista en medio de tanta luz— ¡Tony! ¡Espera!
El silencio reinó por algunos segundos, hasta que una voz se escuchó a la distancia— ¡¿Qué?! —gritaron desde muy lejos
— ¡Perdóname! —respondió— ¡Él es tu Steve!
Y luego de eso... todo se llenó de luz, y el silencio volvió.
Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años... tiempo. ¿Cómo saber cuánto habia transcurrido? Era imposible, pero lo único que podía corroborar es que su cuerpo se negaba a seguir durmiendo, quería luz, quería aire propio, quería volver a sentirse vivo, así que sus ojos se obligaron, pese a su dolor, a abrirse, rogándole que aceptara su realidad y el camino que debía seguir por el resto de sus días.
Lo primero que vio fue el techo, blanco y elevado muchos metros más allá, sentía las sábanas, las agujas y podía escuchar su máquina de pulso, su vaivén era lento y pausado, su corazón mostraba con hechos su poca fuerza. Movió con lentitud la cabeza, aun todo le dolía y el mundo se daba vueltas, pero el tirón en su pecho le recordó su propia realidad, lo supo en cuanto lo volvió a ver; el reactor brillaba a todo su esplendor, aunque se veía un poco más limpio ¿Nuevo, quizás? ¿Eso era lo que lo mantenía con vida? ¿Entonces la metralla no se habia ido? Bastaba con sacarlo de ahí y podría irse al más allá, pero no tenía el valor para hacerlo, además, debía afrontar sus decisiones; no habia sido un sueño. Y una promesa seguía en pie.
Sobrepasado por el peso de sus propias acciones, volteo la mirada, incapaz de seguir viendo su karma para toda la vida, pero algo inesperado lo sorprendió. Al abrir los ojos para enfrentar su nueva realidad, terminó encontrándose con otra camilla ocupada a pocos metros de él.
Chapter 38: XXXVIII
Chapter Text
— Hola, Capipaleta...
Esa voz, claro que la conocía y el solo escucharla le hizo abrir los ojos, pero no encontró nada a su alrededor, solo oscuridad, densa y profunda oscuridad. Lo siguiente fue terror, miedo absoluto ¿Estaba muerto?
— ¡Tony! —grito desesperado— ¡Tony! ¡¿Dónde estás?! —volteando de un lugar a otro— por favor... —sintiendo que corría pero no avanza a ningún lugar— ¡Quien sea! —un nudo en su garganta lo acongoja— solo necesito saber si Tony está bien... por favor
El eco de su voz en el silencio sepulcral es quebrado— ¿No es a mí a quien buscas? ¿Verdad? —preguntaron con cierto dolor en su voz
¿Podía su corazón detenerse una vez más? Porque era justo lo que habia sentido en este momento— ¿Tony? —se volteó y lo vio de pie ante él. Era tan claro y real, que por poco siente la cabeza estallar— ¿Como? —fue lo único que salió de su boca— ¿Qué? ¿Cómo es que...?
El hombre le sonrió con sumo amor— he estado aquí... esperándote —se acerca a él y estira sus manos— todos estos años, desde que fuimos separados después de la batalla con Thanos... después del chasquido —toma ambas manos del soldado, sintiendo el escalofrío más gratificante al poder volver a tocarlo como realmente quería— no sabes cuanto he soñado y anhelado este momento
Steve estaba tan confundido— ¿Como?
— Cuando realice el chasquido... le pedí a las gemas una cosa más —suelta una de sus manos y acaricia el rostro del hombre— que me permitieran verte una vez más... —exhala encantado— y finalmente mi deseo se cumplió, por fin puedo volverte a ver, tocarte... —lo mira fijamente— la espera valió la pena —algunas lágrimas aparecen— porque al fin podré hacer esto... —se acerca al Capitán, pero el hombre retrocede unos centímetros sobrepasado por todo lo que estaba pasando— ¿Steve?
El hombre inhalaba con rapidez— ¿En verdad eres tú? —Tony asintió— ¿Estás muerto?... —sus pupilas se agrandan— ¿Estoy muerto?
— Estamos... en un limbo, por así decirlo —sonríe de lado— y ahora si podremos estar juntos para siempre... —vuelve a acercarse a él, pero Steve interrumpe su acción
— ¿De qué hablas?
Tony exhala algo cansando, esto no estaba saliendo como siempre lo soñó— que ahora que estas aquí, podremos irnos juntos y comenzar esa vida... que se nos fue negada —sonriendo muy feliz
Pero Steve solo tenía una duda en su mente— ¿Y qué hay de él? ¿Él está bien? ¿Está a salvo? —su voz demandaba urgencia— ¿Qué sucederá con Tony?
— Yo... soy Tony —respondió algo confundido
— No, hablo de mi Tony... —esa respuesta salió sin control de su boca, fue una respuesta desde el corazón, y la mirada de infinito dolor en el hombre frente a él, le confirmó que habia hablado de más— me refiero... —carraspea
— Él está bien y a salvo... —respondió conteniendo las exhalaciones pesadas— lo rescataste y te expiaste de todos tus pecados y errores... —lo mira fijamente— ¿Eso es lo que te preocupa?
Steve lo miró sumamente confundido y algo ofendido— ¿De qué hablas? —frunciendo el ceño— no hice todo esto ni llegue a este punto... para expiar mis culpas o pecados
—¿Entonces porque lo hiciste? —preguntó con miedo
El hombre lo dudo unos segundos, pero tenía que ser honesto— porque le hice una promesa...
— Igual que a mí... —acusó molesto— de estar juntos para siempre ¿Ya lo olvidaste?
Steve exhala acomplejado— claro que no... y hubiera dado lo que fuera por cumplirla...
— ¿Pero?
— Pero ya es muy tarde...
— ¿No te iras conmigo? —preguntó aterrado
— No puedo... —su voz se quiebra— Tony, te ame más que a mi vida... y fuiste la mayor felicidad que pude conocer —sube una mano y acaricia la mejilla del hombre con lentitud— y antes de todo esto, si hubiera tenido la oportunidad, te habría seguido hasta aquí y el más allá... —inhala con suma lentitud, sentía el cómo su corazón se parte en dos— pero eres parte de ese futuro, que ahora es mi pasado... —lo mira fijamente— ahora hay otra persona
— ¡Esa otra persona soy yo! —expresó con dolor y angustia— ¡Somos la misma persona! ¡Lo amas para remplazarme a mí! ¡Nuestros recuerdos son aún más importantes y profundos! —sacando todas los sentimientos que no le pudo expresar al otro Tony, después de todo su relación era con Steve.
— Son la misma persona, pero son muy diferentes... —suspira con pesar— y no busque jamás reemplazarte, tú eres irremplazable... —Tony suelta lagrimas con asombro, aun cuando Steve estaba rompiendo su corazón, trataba de no herirlo— al igual que nuestros recuerdos lo son, pero ninguno de los dos es más importante que el otro, ambos son igual de esenciales en mi vida, ambos son recuerdos profundos que representan los mejores momentos de mi existencia...
— Pero ahora solo existe uno... —agrega entre llantos silenciosos
Steve seca sus lágrimas con dolor, notando como caen las lágrimas por su propio rostro— tu eres mi pasado, el más hermoso pasado... pero él es mi futuro —inhala con decisión— lo amo... él es mi Tony y no voy a perderlo, como te perdí a ti...
Esas palabras dolieron hasta el infinito de su alma— pero ahora te estoy dando la oportunidad de recuperarme y aún así la niegas... ¿Cómo volver al pasado ayudará a tu futuro?
Steve se mueva rápidamente y lo abraza con ahínco, necesitaba contenerlo y hacerlo sentir a salvo, al mismo tiempo que las palabras que le dijo Banner hace tantos años volvían a su mente: no podía seguir huyendo, tenía que afrontar la realidad y esta era que el Tony que alguna vez conoció, estaba muerto. Esto solo era el recuerdo que ambos se rehusaban a soltar.
— Tu mereces descansar y yo merezco seguir adelante... —lo mira— este es el último perdón que te doy en la vida... —besa su frente— perdóname por hacerte esperar todos estos años en vano, pero es momento que avancemos y nos liberemos de aquellos sentimientos que nos perjudicaron y separaron —acaricia el rostro del hombre con ambas manos—, para dar paso a la conservación de los momentos hermosos y bellos que vivimos... solo con esos me quedare, lo malo lo sepulte contigo hace años...
Tony estalló en un llanto explosivo y sumamente doloroso, mientras Steve lo volvió a envolver en sus brazos, consolándolo y dándole la calma que siempre solía darle solo con tocarlo— te amo tanto, Steve...
— Y yo a ti, Tony... —llorando con calma— y que te quede claro esto, porque solo te pertenece a ti... sin importar que pase en este futuro que se presenta ante mi... —le sonríe con dulzura— tu fuiste a la primera persona a la cual ame en toda mi vida... muchas gracias por eso
Tony demora unos segundos en reaccionar, para terminar estrechándolo con mucha fuerza— en el fondo sabía que esta sería tu respuesta, lo venía esperando hace mucho tiempo y la verdad... ya estoy cansado de estar aquí —separándose de él— solo quiero descansar, quiero paz... y pense que aqui la encontraría, supongo que me equivoque... otra vez, aferrándome al pasado... —lo mira fijamente— espero poder ir a un lugar hermoso después de aquí
Steve soltó más lágrimas de sumo dolor, esta era la decisión más difícil de su vida— sé que así será, el cielo te estará esperando... —se acerca a él— eres un héroe, eres el ser humano más digno de admiración y eres la persona más maravillosa que jamás conocí —lo mira por largos segundos— y hay muchas personas esperándote más allá...
— Quiero creer eso, tal vez mis padres... —inhala— tal vez Nat... —sonríe con más calma— nunca creí en el más allá, quizás por eso me dio miedo morir y preferí quedarme aquí esperando, pero tu seguridad... me da confianza —exhala— como siempre...
Steve lo sigue observando, contemplándolo, diciéndole adiós a los momentos más hermosos de su vida, para luego depositar un beso en sus labios, era la despedida y el último momento que se merecían. Era momento de dar un cierre— gracias por amarme como lo hiciste... y gracias por respetar mi decisión
Tony solo correspondió el beso con ternura, para luego sonreírle una última vez; por momentos estuvo tan tentado de contarle su conversación con el otro Tony y sobre todo, la decisión de este, pero prefirió callar. Necesitaba confirmar por palabras de Steve que la decisión de ambos era la misma, que ambos se amaban, así que al final, esto habia sido más una prueba que un último intento de llevarse a Steve con él. El otro Tony estaba dispuesto a renunciar a él por amor, y Steve estaba dispuesto a renunciar a su gran amor, por su Tony; esa era la única verdad, no lo había escogido a él, era su decisión y debe respetarla.
— Bueno, tu respetaste mi decisión hace años en la batalla final... cuando realice el chasquido —exhala con pesar— aun cuando no pregunte tu opinión, ahora si lo hago... —acaricia su rostro— y me entrega calma y tranquilidad el saber que esta vez no te quedaras solo... —su voz se quiebra— quizás ahora por fin comprendas porque volviste a este tiempo, dejando tu futuro en el pasado...
— Espero que si... —viendo como poco a poco la luz comienza a rodearlos— ¿Qué sucede? —algo asustado
— Es mi momento, debo irme... —ambos se miran y sujetan sus manos con fuerza— ¿Puedes hacer una última promesa?
Steve lo mira con lágrimas contenidas— por supuesto que sí... —tragando en seco con la voz entrecortada
— Promete que serás muy feliz... desacelera, vive el día a día y procura tener esa vida calmada y plena de la que te hable —comenzando a desvanecerse— esa será la mejor forma de honrarme...
— Lo prometo —sintiendo como sus manos se separan— cumpliré esa promesa, lo juro... —sintiendo las lágrimas caer sin control por su rostro
Tony le guiña un ojo— al final las gemas si cumplieron mi deseo, pude verte... una última vez —desapareciendo lentamente
Steve espero el peso caer con él al suelo, pero solo fue su cuerpo el que cayó sobrepasado por las emociones del momento, pero todo lo demás, las culpas, las dudas, los fantasmas, las pesadillas y las voces, todo absolutamente se fue y se acalló. Al fin si se cumplió lo que más anhelada, Tony por fin podría descansar y todo lo malo se desvanecería, para dejar solo los recuerdos bellísimos de ese futuro... irremplazable, que ahora sí era su pasado. Luego de eso, la luz lo abrazó, un destello escarlata lo envolvió y lo contuvo una última vez, como un último adiós.
Silencio. Absoluto silencio ¿Qué vendría después?
Solo sensaciones, pequeñas y efímeras sensaciones. ¿Viento? No, era una delgada brisa ¿El sol? No, eran luces ¿Sábanas? Una cama ¿Dolores? Muchísimos ¿Pero qué más? Tenía que haber más. Un sonido. Un pitido ínfimo, pero bastante notorio y sobre todo, una presencia, no estaba solo en espacio que no lograba comprender o procesar.
Un controlador de signos vitales se disparó, un joven contenía la respiración, porque no habia ninguna duda, era él.
Lo observo por varios minutos, indagando, suplicando que esto no fuera un sueño o que solo lo habían puesto ahí para que él pudiera despedirse, sin embargo, la respuesta llegó a él, y a través del sonido más hermoso que alguna vez habia escuchado, o al menos hasta ahora. Un vaivén, dos vaivenes, tres vaivenes... el controlador de signos vitales al lado de la camilla marcaba un pulso, mucho más lento y pausado que el de él, pero Tony estaba seguro de que era lo más hermoso que jamás podría siquiera imaginar. Steve tenía pulso.
Las lágrimas afloraron de manera inmediata, y su sentido común lo seguía atacando, diciéndole que era su subconsciente traicionándolo, y atándolo a una verdad inventada, pero su corazón no le mentía, jamás se atrevería a mentirle con algo así ¿Cómo era eso posible? ¿El otro Tony les dejaría despedirse? No, respondió de inmediato una parte de él, eso no era posible, habían llegado a un acuerdo, él renunció a Steve para que este pudiera ser feliz... ¿Entonces porque el hombre estaba... vivo a su lado? ¿Acaso... él era su felicidad?
Y lo último que dijo el otro Tony, volvió a él— ¡Él es tu Steve! —¿Había cambiado de parecer? ¿Había abandonado sus sueños para darle felicidad a él? ¿Se había vuelto a sacrificar? ¿Steve lo había escogido a él? Su cabeza daba vueltas y vueltas más que confundido y atribulado.
Volvió la vista a Steve, para seguir autoconvenciéndose que lo que veía, era real; se veía tan herido, tan magullado, tan débil y frágil, pero a la vez, se veía tan hermoso, lo sentía tan cerca de él, solo quería ponerse de pie y correr hacia él, para abrazarlo, pero su cuerpo estaba agotado. ¿Cuánto tendría que esperar para poder tocarlo? ¿Para poder comprobar que era cierto? Entonces lo impensable, sucedió.
El Capitán sintio como su corazón rogaba volver a la realidad, necesitaba ver a alguien, necesitaba cerciorarse que estaba bien, necesitaba sentirlo cerca de él, lo necesitaba a él, además podía escuchar con fuerza la voz de una mujer que repetía una y otra vez: Steve sigue ahí. Sus ojos se abrieron, con cierto temor y desconcierto, confundidos de todo lo que lo rodeaba y extrañados de todos los ruidos que atacaban su cerebro. Pero hubo un solo sonido que sí reconoció de inmediato.
— Steve... —dijo entre susurros acongojados
Y volteó la mirada hacia él, hacia el ser que más habia amado en toda su vida, y todas las emociones del mundo lo dominaron, alegría, dolor, relajo, terror, confusión, rabia, pero sobre todo, amor.
— Tony... —respondió en un hilo de voz. Sus ojos botaban lágrimas por doquier
— ¿Estas... bien? —preguntaron los dos al mismo tiempo, dibujando la sonrisa más hermosa que alguna vez pudieron expresar.
Tony cerró los ojos, solo por unos segundos, uno, porque quería confirmar que esto no era un sueño, y que, al volver abrir los ojos, Steve, su Steve, seguiría ahí, a su lado, justo como debía ser, y dos, porque necesitaba contener sus emociones, habia tantas cosas que decir, pero sus emociones lo bloqueaban tanto, que apenas si le salía la voz.
— Pensé... —soltando más lágrimas— pensé que te perdería...
El soldado le sonrió con dulzura— tal vez por algunas horas... —inhala con dolor— lo hiciste —mirándolo fijamente— pero yo hice una promesa, de que viviría el resto de mi vida junto a ti...
Tony no podía parar de sonreír, era su nueva actividad favorita, pero una duda lo ataco— pero... el otro Tony —comentó con tristeza— ¿Qué pasó con él? —el miedo se asomó en sus ojos— ¿Solo vienes a despedirte?
— ¿El otro Tony? —pregunto primeramente confundido, pero la respuesta no tardó en aparecer ante él— ¿Hablaste con él? ¿Lo viste? —el joven asintió mientras cerraba los ojos y más lágrimas caían— ¿Qué te dijo? —preguntó con terror
— Me dijo que llevaba esperándote todos estos años y que estaba listo para que te fueras con él... —abrió los ojos enrojecidos— y yo lo acepte —su voz se quiebra
Los ojos de Steve se desorbitan— ¿Qué? ¿De que estas hablando? —su pulso comenzó a acelerarse
— Me pregunto mi opinión, ya que a ustedes dos jamás les dieron la oportunidad de decidir... —inhala por la boca— y cuando supe todo lo que ustedes pasaron en la otra línea, todos sus momentos inigualables y... todo el tiempo que él llevaba esperándote —vuelve a cerrar los ojos ante las lágrimas incontrolables— me di cuenta de que siempre fue cierto todo lo que temí, no puedo equiparar todo lo que vivieron en el futuro y mucho menos, puedo igualar todo lo que él estaba dispuesto a hacer por ti... y que tú jamás fuiste mi Steve... —el soldado sintió el dolor en el pecho— eres de él... —abriendo los ojos con lentitud— así que le dije que aceptaba que te fueras con él... —más lágrimas caían y empapaban la almohada— Te Amo, Steve... y solo quiero que seas feliz, y yo sé que él podrá hacerte inmensamente feliz —cerrando los ojos nuevamente, preparándose para la dolorosa despedida
Steve habia quedado completamente anonadado, paralogizado y sin palabras ¿Porque el otro Tony no le menciono que habia conversado con su Tony? ¿Él joven estaba dispuesto a renunciar a él por su felicidad? No podía comprender nada de lo que estaba pasando, pero de algo si estaba seguro, esta no sería su última palabra.
— ¿Tu renunciaste a mi... por mi felicidad? —preguntó con respiración entrecortada
El joven abrió lentamente los ojos— sí, yo...
— ¿Y cómo no entiendes que mi felicidad es estar a tu lado? —Tony se quedó mudo y con la mirada estática— no decidas por mi... no sin antes considerar mi opinión —expresó con firmeza— ¿Porque sigues negando aquello? Deja de pensar que no me mereces, que jamás podrás igual mi historia con el otro Tony... —¿Otro? se preguntó internamente el joven ¿Así lo llamaba ahora?— y que nunca podrás hacer lo mismo que él fue capaz de hacer por mi... —le sonríe lentamente— porque justo ahora me acabas de demostrar que tu amor es incluso más grande que el de él o el mío... estabas dispuesto a sacrificar todo por mi... estabas dispuesto a renunciar a mi... —unas lágrimas caen— recuerda lo que me dijiste la primera vez que estuvimos juntos —inhala con ahínco— no quiero estar a tu altura, quiero estar a tu lado, no quiero ser tu igual...
— Sino caminar de tu mano... —soltó entre sollozos, para luego tratar de controlar su respiración— pero no soy él, no soy una reencarnación de él y tampoco...
— Su reemplazo, lo sé... —respondió seguro— jamás te vi o te vere como su remplazo, él es él y tú eres tú... —exhala con mayor tranquilidad— nuestro turno no paso, solo cambio de tiempo...
— ¿Nuestro? —preguntó con cierta esperanza
Steve sonrió a todo lo ancho— el otro Tony habló conmigo y me dijo que estuvo esperándome todo este tiempo, pero él merecía descansar y yo... ya habia hecho una elección hace mucho tiempo, solo que jamás me di cuenta —lo mira fijamente— Tony... llegue hasta aquí e hice todo esto no porque buscara expiar mis culpas, errores o porque quería revivir lo que viví con el... contigo
— ¿Entonces porque lo hiciste? —su controlador de signos vitales reflejaba lo acelerado que estaba su pulso. Necesitaba oírlo de él.
— Porque Te Amo, y te escogería en esta y en mil vidas más... —soltando lágrimas de felicidad— tu eres mi Tony...
El joven soltó las primeras lágrimas de felicidad, sus miedos se disipaban y se quedaban muy atrás— y tú eres... mi Steve —riendo entre llantos ahogados, mientras lo miraba con infinito amor— gracias por cumplir tu promesa... junto con todas las demás
— Igual que tú —respondió Steve con cansancio— gracias... por no rendirte, por seguir luchando hasta el final y también... por estar dispuesto a todo por mi
— Te la debía... —sonríe con culpa— arriesgaste hasta tu propia vida por mantener vivos a mis padres y a mi —exhala— era lo mínimo que podía hacer...
Steve ríe algo nervioso— en ese caso, prometamos no volver a llegar a ese extremo por el otro... —Tony suelta una risa cómplice— no si antes consultar nuestra opinión, sé que queremos que el otro esté bien y a salvo, pero si continuamos arriesgando todo... perderemos al otro y nuestra felicidad no estará completa, no si... no está el otro presente —concluye feliz.
— Entendido, promesa... —respondió entre cortas exhalaciones
— Además, todo lo que acabamos de pasar me confirma algo... —agregó con cierto dolor en el pecho
— ¿Que?
— Que ya pasamos todas las pruebas suficientes para probar que merecemos estar juntos... —sus ojos brillaban de orgullo y satisfacción, mientras Tony le regalaba la sonrisa más bella del mundo— te sentí a mi lado, en todo momento... tu dolor, tu angustia, tu sufrimiento y sobre todo, tu amor... jamás me abandonó
— ¿Cómo? —preguntó con confusión— ¿Cómo sucedió? —inhala con firmeza— tu corazón se detuvo, no tenías pulso y… cuando llegamos a Wakanda, los médicos lo dijeron, llevabas casi una hora... —hace una pausa con temor— muerto... —en un susurro efímero
— Ni... yo puedo explicarlo muy bien —subiendo la mirada hacia el techo— solo recuerdo que todo se fue a una oscuridad absoluta, fría y tan distante, pero por alguna extraña razón... no podía irme, no habia ninguna luz para guiarme —ríe algo incómodo— por un momento llegué a pensar que no tendría descanso eterno —vuelve a mirarlo con suma dulzura— pero te escuche... —Tony sonríe— escuche tu voz, tus lágrimas, sentí tu dolor y agonía... y me rehusé a irme —exhala— no iba a permitir que el destino volviera a separarnos...
— Nunca más... —lo mira fijamente. Vuelve a inhalar con pausa— ¿Y luego que paso? ¿Ahí te encontraste con el otro Tony? —su voz se carga en culpa y dolor— ¿Él está bien?
Steve cierra los ojos para ordenar todos sus recuerdos y sensaciones— vagué mucho tiempo por toda la oscuridad, se sintio como meses y años eternos, pero aún no era posible despertar —prosiguió— y luego sentí algo recorriendo todo mi cuerpo... y la voz de una mujer, que me pedía que no me rindiera, que aun habia gente esperándome aquí —cierra los ojos— y me aferre a eso, a esa fuerza, a esa energía... —lo mira fijamente— luego de eso, Tony apareció y me ofreció ir me con él, pero no pude... yo ya tenía a mi Tony —sonriéndole con gran ahínco, pero el joven aún sigue preocupado por el otro Tony—, le costó entenderlo en un comienzo, pero finalmente aceptó que era momento de avanzar y que debía afrontar su miedo a la muerte, y que quedarse esperando eternamente por mí, solo lo torturaba...
— Él merecía descansar más que nadie en el mundo... —agregó el joven con pesar
Steve asintió— así es... al menos pudo cumplir su último deseo, el poder verme una última vez —una lágrima escurridiza cae— y por fin pudimos tener la despedida que se nos fue negada años atrás... para poder avanzar hacia mi nuevo futuro y dejar ese hermoso pasado atrás, como recuerdos sumamente valiosos y con la esperanza de hacer nuevos... contigo —sonríe ampliamente— y de paso, buscar cumplir la última promesa que le hice... —cerrando los ojos
Tony dudo uno segundos, pero terminó preguntando igualmente— ¿Y cuál sería esa promesa?
— De ser feliz, de vivir el día a día... y tener una vida plena —le responde con calma, mientras Tony siente la paz por fin llegar a él— y por eso me quede aquí... y después de todo eso, la luz volvió a mí y sentí que mi cuerpo me respondía una vez más —abriendo los ojos con calma— solo tengo imágenes, fracciones de instantes efímeros, un destello rojo incandescente y unos segundos antes de volver, una mujer que repetía con seguridad; Steve sigue ahí...
El joven sonrió sumamente agradecido— Wanda... —agregó— fue ella, ella te salvó, ella té mantuvo con vida, ella protegió tus recuerdos y tu mente —inhala con lentitud— ella siempre me dijo que seguías ahí, por eso jamás perdí la esperanza, aun cuando me dijeron que tu cuerpo... habia fallecido —exhala— y fue ella también... —lo mira calmadamente— quien me mostró todo, absolutamente todo lo que viviste en la otra línea temporal, tus dolores, tus miedos y.... toda su hermosa historia con Tony
Steve abrió los ojos sorprendido, asombrado por el poder de la mujer, pero también con cierto temor que su Tony volviera a los miedos del pasado, pero no fue así, todo lo acontecido en ese último tiempo le había dado la madurez y sensatez para comprender toda su historia pasada, la importancia de esta y como de cierta forma, esta habia definido también la vida de ellos.
— Pude vivir en carne propia todos sus momentos, los buenos y los malos, los fuertes y los decisivos... —conteniendo la siguiente exhalación— y por fin pude ver la realidad, no solo valorar y respetar sus momentos, sino también aprender de estos y estar sumamente agradecido por ellos... —Steve lo mira fijamente— el otro Tony deseo volver a verte, y aunque su deseo se cumplió de cierta forma cuando se despidió de ti, parte de sus recuerdos y anhelos reencarnaron en mí, el me mostró muchos de sus momentos no solo para probarte que seguía aquí, sino también para que yo comprendiera que el hombre que estaba a mi lado era el amor de mi vida, que estábamos destinados a amarnos en esta y en cualquier otra línea que se presentara antes nosotros... que en cualquiera otro universo, siempre va a existir un Tony Stark que ame a un Steve Rogers...
— Y un Steve Rogers... que ame infinitamente a un Tony Stark
Sonríe con incalculable paz— por tanto, ya no son solo tus recuerdos con él, también son nuestros... después de todo, somos la misma persona y ambos te amamos con la misma intensidad —hace una pausa con orgullo— todo lo que pasó en ese futuro que ahora es tu pasado, también es nuestra historia... —sonríe con cierta vergüenza— y se reinventa desde el momento que nací y me hiciste la primera promesa...
Steve muestra un claro sonrojo— que te cuidaría por el resto de mi vida...
Tony asiente— él me mostró eso y mucho más, el me señalo el camino y me hizo nacer con este amor, él me obsequió eso y ahora... me da una oportunidad de estar contigo, y por eso estaré eternamente agradecido con él... —sube la mirada hacia el techo— es la persona más digna de admiración de todo el universo, un héroe... nuestro héroe
La mirada de Steve estaba fija en ese hermoso joven, al cual amaba tanto y en este momento, lo hacía sentirse infinitamente orgulloso, al igual que el otro Tony; ambos eran personas inigualables e irremplazables— gracias, Tony... —susurra cerrando un momento los ojos, pero una queja lo vuelve a la realidad, el joven en la otra camilla se movía con cierto dolor— ¿Estas bien? —pregunto algo angustiado
— Si... —exhalo rendido— solo es esta cosa... —mirando el reactor en su pecho— claramente no está cumpliendo al cien por ciento su función, porque el dolor siempre termina volviendo —su voz comienza a apagarse— ahora tendré que vivir con esto el resto de mi vida... —cerrando los ojos— tal vez nunca pueda volver a ser él de antes y mi cuerpo ya no sea tan...
— Eres hermoso, sin importar que —respondió veloz Steve—, porque lo que te hace bello está dentro de ti y ese reactor... es la prueba de toda la luz que tiene tu corazón —sonríe orgulloso— siempre has tenido el corazón más fuerte y grande del mundo, lo sé mejor que nadie...
El joven suspira— espero que ese pensamiento me ayude a olvidar todo lo que pasó durante estos últimos días...
Y Steve rogó saber que habia pasado— ¿Que pasó con él? —refiriéndose a HYDRA y otro miedo asomo, uno mucho más terrible— ¿Te hizo algo? ¿Trato de... propasarte contigo? —su respiración se volvió errática, siquiera imaginar que ese hombre habia tocado a Tony, le hacía sentir la ira dominandolo.
— No —respondió veloz el joven— trato, pero al final no pudo... —inhala fuertemente— y aunque quizás no me hizo.... eso, sí me hizo sufrir de todas las formas posibles —traga en seco— me secuestro, me hizo creer que eras tú, me engaño, me manipulo, jugo con mi mente, con mis recuerdos, con mis miedos y dudas... me mostró verdades horribles —mira a Steve y siente la bilis quemar su esófago— me torturo... física y psicológicamente —vuelve a inhalar buscando fortaleza— me hizo padecer el verte sufrir y morir, e incluso cuando lo atacaste con el escudo, no se rindió y... trato de matarme —Steve inhalo con terror—, pero mi padrino llegó antes... —mira a Steve— él fue quien lo asesinó, frente a mí y justo antes de que me matara... le rompió el cuello —con cierta tristeza en su voz, mientras trata de ordenar sus emociones— ahora la verdad no se si sentir pena por él... solo era una mente atormentada por HYDRA —cierra los ojos— y su amor hacía mí lo terminó condenando, quizás de la misma forma que me hubiera pasado a mi... si no hubiera sabido controlar mi necesidad de estar a tu lado...
Era el mismo tema que habían conversado con el otro Tony, sobre aquella necesidad de querer estar con el otro, que lo obligó a quedarse condenado en un limbo eterno, en vez de afrontar que su destino ya era otro, y que merecía descansar al final. Quizás a ese otro Steve le faltó alguien que supiera escucharlo, consolarlo y hacerle entender cualquier era la realidad; la culpa amenazaba con volver después de todo. Al final, Tony y él habían alterado la línea temporal, pero ya no podía dar marcha atrás, habían decidido, habían actuado y esta vez no les importaba ser egoísta, el mundo no había pensado en ellos antes y no habia tomado su opinión en cuenta; eso tenía que cambiar.
Pero la voz de Tony lo volvió a la realidad— y... —haciendo una pausa— para rematar, sus hombres pusieron metralla en mi pecho —cerrando los ojos con dolor— y me condenaron a vivir con esta cosa... —mira el reactor— para toda mi vida
Steve guardó silencio por casi un minuto, en verdad era muchísimo lo que había experimentado y soportado Tony, llegándose incluso a cuestionar cuánto más tendría que sufrir para por fin poder estar juntos ¿Había aún una última prueba que pasar? ¿O habia otra cosa más que resistir, para probar que merecían estar juntos? Se negó al instante a esa idea, no podían haber pasado por el mismísimo infierno, solo para caer aún en el abismo, no. La vida por fin les estaba dando la oportunidad, y decidió aferrarse a esa idea.
— Se que demorara tiempo, pero sé que nuestras heridas sanarán... —lo mira fijamente— tanto las externas como internas, tanto las físicas como las mentales —le sonríe con calma— mientras estemos juntos, todo el dolor quedará en el pasado...
Tony le dibuja una hermosa sonrisa— será difícil, pero no tendré miedo... no mientras caminemos juntos de aquí en adelante —comienza a estirar la mano hacia él e inhalando con rapidez— Te Amo, Steven Grant Rogers...
— Y yo Te Amo a ti... —copiando su acción con cierto dolor— Anthony Edward Stark...
Sus yemas se rozan por algunos segundos, pero sin duda ese efímero toque era el contacto físico más anhelado y necesitado, porque para sus corazones atribulados, no solo era un rose de sus extremidades, no, lo habían sentido como si el otro hubiera llegado hasta las puertas de su corazón, encontrando la única verdad, estaba abierta y con el nombre del otro marcado, porque a hace muchos años, incluso a través del tiempo, sus corazones tenían un solo dueño.
Chapter 39: XXXIX
Chapter Text
Aún era muy temprano, no alcanzaban a ser las seis de la mañana, pero cuando una enfermera entro a la habitación para hacer su control matutino, todo se volvió caos.
Ahora todo el mundo corría de un lugar a otro en cuanto escucharon el grito de la madre del Stark resonando en cada pared y pasillo; su hijo no estaba en la habitación, ni siquiera estaba la camilla. Se habia quedado dormida solo unas horas, o eso creía, en el sillón a un costado de la cama, mientras que Howard se fue a trabajar toda la noche en un laboratorio que el Rey le facilitó; tenía que encontrar la forma de quitar ese reactor del pecho de su hijo y buscaría como sea el salvarlo de ese dolor. Quizás con la tecnología que tenían en este país, podría encontrar algo que lo ayudara.
Pero los guardias entrando rápido al laboratorio, informándole lo acontecido, lo sacó de su concentración y lo hizo volver rápido al lugar y en cuanto vio la habitación vacía y a su esposa llorando con desesperación y culpa por perderlo tan solo unas horas de vista, todo lo aterrorizo.
— ¡No lo sé! —repetía por milésima vez la mujer— ¡Ayer estaba justo aquí! —expresaba fuera de sí— ¡Y cuando abrí los ojos esta mañana, no estaba aquí! ¡Ni siquiera la camilla! —su esposo la abrazó con contención— ¡Howard! ¡¿Dónde está?! —llorando sin control en sus brazos, hasta que una idea pasa por su mente—y si no lo soporto... —su rostro se desfigura— ¡¿Qué pasa si no soporto el seguir viviendo sin Steve?! —ahoga un grito— ¡Dios mio, por favor no!
— Tranquila, amore mío... —buscando calmarla— yo sé que está bien, mi corazón me lo dice —la sujeta del rostro— lo encontraremos, ya verás... —la mujer solo volvió a llorar con más dolor. Ya no podía seguir soportando estas incertidumbres, eran demasiadas emociones a la vez ¿Porque Tony no podía solo estar a salvo y ya? ¿Tan difícil era pedir que su hijo estuviera bien? No pedía nada más.
Howard miró a la líder de la Dora Milaje— ¿Tienen cámaras de seguridad? —consulto— ¿Alguna posibilidad de que alguien hubiera sacado su camilla durante la noche? —sintiendo el terror en sus palabras. El solo pensar que un solo parásito de HYDRA sobrevivió y volvió a llevarse a su hijo, le provocaba náuseas.
— Si, y las revisamos todas —indica la mujer—, pero no hay nada en ellas... —mira a la mujer que trataba de detener sus llantos— la camilla estaba ahí y al segundo después... ya no —tratando de hacerse entender
— ¿Que? —preguntaron ambos padres estupefactos
— La camilla literalmente desapareció de la vista de la cámara...
— ¿Qué sucede? —pregunto Peggy entrando acompañada de su esposo
— ¿Dónde está Tony? —cuestionó el hombre viendo el lugar vacío
— No... sabemos —respondió angustiada María— nadie sabe nada... —comenzando a sentirse mareada, eran demasiadas emociones en una sola noche— mi bebe... —se sujeta fuertemente de Howard
— María... —dijo veloz Peggy— siéntate, por favor... —viendo como su esposo acercaba una silla
— No, no quiero más lástima —respondió firme— ¡Solo quiero a mi hijo! ¡Maldita sea! —grito furiosa. Todos guardaron silencio sorprendidos por su reacción— ¡Quiero a mi bebe a salvo y a mi lado! ¡Nada más! —soltando lagrimas— ¡¿Porque no pueden darle un solo momento de paz a mi hijo?!
El tercer matrimonio se hizo presente, pero no venían solos— Howard, María... creo que ya sabemos que pasa —se voltean y los gemelos aparecen detrás de ellos sumamente aterrados, habían hecho esto sin permiso de nadie, seguidos solo por una corazonada de Wanda y ahora arriesgaban perder toda la confianza que les habían obsequiado.
— ¡¿Dónde está Tony?! —exigió la madre
Los gemelos se miraron con complicidad— esta con Steve... —pero esas palabras no calmaron a los padres, pensando lo peor se miraron para casi ahogar un grito, pero Wanda fue más veloz— síganme, por favor... y prometo que les explicare todo —su hermano tomó su mano— solo quería salvarlos... a los dos —saliendo del lugar y rogando que hubiera funcionado
Todos se miraron sumamente confundidos, pero no esperaron más palabras o cuestionarios, solo querían saber qué diablos estaba pasando y encontrar al joven Stark. Siguieron a los gemelos entre exhalaciones de extrema preocupación y dudas, hasta que la joven se detuvo frente a una puerta y comenzó a abrirla con lentitud.
—Tony esta adentro... —dejando entrar a los padres que prácticamente corrieron hacia la habitación
Y en cuanto la madre vio a su bebe despierto y sonriendo, sintió la felicidad volver a ella de manera dramática, pero eso no fue suficiente, al instante sus emociones se desbordaron en cuanto noto la camilla a un costado de su hijo y a un hombre igualmente sonriente. El matrimonio Stark contuvo la respiración sumamente sorprendidos.
— ¿Steve? —preguntó la mujer completamente paralizada
— Hola... —respondió el soldado con una voz ronca y cansada
Ambos padres miraron ambas camillas, completamente confundidos y anonadados ¿Esto realmente estaba pasando? ¿Estaban soñando? Y si lo era ¿Cómo era posible? Y confirmaron que estaban siendo testigos de la misma escena cuando los demás entraron apresurados en cuanto escucharon a la Stark mencionar el nombre del Capitán. Hank y Janet ahogaron un grito, William sonrió agradecido y Peggy por poco se desmaya.
— ¡Steve! —grito la agente— ¡Estás vivo! —las lágrimas comenzaron a caer sin control
— Si, aquí sigo... —respondió aun con dolor.
Habían estado conversando demasiado con Tony y su cuerpo seguía en extremo dañado, el cansancio era notorio, pero la felicidad también buscaba hacerse un espacio. El volver a ver a todas las personas que consideraba su familia más cercana, su círculo más íntimo y descubrir la felicidad en sus rostros al verlo con vida, le trajo infinita paz y calma, ya no habia más resquemores y dolores que curar.
— ¡Mi amor! ¡Mi bebe! —expresó feliz María corriendo hacia Tony, seguida por un tambaleante Howard, que aún no lograba procesar todo lo que estaba pasando— ¡Pensé que te habia perdido! —abrazándolo— ¡Pensé que habías decidido seguir a Steve y…! —mira al Capitán— perdón...
Tony sonrió con calma— estoy bien, mamá... —los mira a ambos— y ver que ambos están a salvo me da mucha más fuerza
Howard soltó algunas lágrimas— mi pequeño... —acaricia el rostro de su hijo— te amo tanto... —suelta una risa— no vuelvas a hacerme pasar por este susto, por favor... —deposita un beso en la frente de Tony, el cual suelta más lágrimas con él.
— Y yo los amo a ustedes... —exhala entre pequeños sollozos
— ¡Eres un tonto! —acusó molesta Peggy abrazando a Steve— ¡¿Porque no puedes seguir una maldita orden?! ¡Casi me matas del susto! —secando algunas lágrimas escurridizas
Steve ríe ante sus comentarios— no soy bueno siguiendo órdenes... —mirando de reojo a Tony en la otra camilla
— Si, ya veo de quien lo aprendiste... —comenta William detrás de su esposa— no te imaginas lo feliz que estamos de tenerte otra vez con nosotros... —sonriendo ampliamente
— Gracias... —responde con tranquilidad, volviendo a ver a Tony que recibía una abrazo de Hank y un beso de Janet.
Este Tony, su Tony, estaba rodeado de personas que lo amaban y eso lo llenaba de infinita felicidad, él no tendría que pasar por todo el dolor que pasó el otro Tony, él sería feliz, el viviría nuevos y mejores días, y lo mejor, a su lado, para siempre.
Hank se encamina hacia Steve— en verdad solo existe un Steve Rogers... —colocando su mano sobre la del hombre— eres el hombre más valiente que he conocido... o el más estúpido —ambos sueltan una risa
— Mi joven Rogers... —comentó dulcemente acariciando su rostro— gracias por traer a nuestro Tony de vuelta... y gracias por quedarte aquí con nosotros
— Ahora ambos están a salvo... no necesitamos nada más —agregó William.
Justo en ese momento, otra persona aparece a un costado de la camilla, un padre sumamente atribulado, pero con un sentimiento gigantesco de gratitud que necesitaba expresarle a su amigo, además de una decisión que debía comunicarle con claro orgullo.
Howard soltó unas lágrimas efímeras— cumpliste tu promesa, viejo amigo... —mirándolo con nada más que orgullo— creo que agradecerte no es suficiente —inhala— estuviste dispuesto a todo por él y te enfrentaste a la mismísima muerte... por mi pequeño, eso jamás lo olvidaré
— Y lo haría una y mil veces más... —respondió Steve, pero Tony lo fulmino con la mirada— siempre y cuando no arriesgue mi vida —todos sueltan una risa cómplice
— Solo quiero decirte que no me opondré, en absoluto —toma su mano— soy el ser humano más feliz del mundo al saber que mi hijo esta con el mejor hombre que el mundo pudo dar... —Steve y Tony se miraron con sumo amor— el saber que es amado con esa intensidad me entrega muchísima tranquilidad... y yo sé que él te ama de la misma forma —mira a su hijo y luego a su esposa— una persona enamorada reconoce a otro enamorado cuando lo tiene en frente —María sonrió con orgullo. Claro que seguía amando a este hombre con la misma intensidad e incluso más.
Acto seguido, se acercó al Capitán con calma— muchas gracias... —agregó la Stark con lágrimas contenidas, mientras besaba la frente de Steve— por devolverme la vida... —voltea a ver a su hijo
Steve le sonríe ampliamente— él es mi vida, también —respondió con seguridad
— Y tú la mía... —contestó Tony, para luego notar a dos personas ocultas entre la puerta— pero si realmente hay que agradecerle a alguien... es a ellos —mirando fijamente a los gemelos— ustedes salvaron mi vida y permitieron que siguiera al lado de Steve, y eso jamás podré pagárselos...
Todos voltearon hacia los gemelos, los cuales durante todo momento estuvieron absortos en la escena y sus reacciones, es que simplemente no podían creer que realmente habia funcionado. Pietro no paraba de voltear hacia su hermana, incapaz de procesar el alcance de los nuevos poderes de Wanda, la cual por su parte, contenía las lágrimas de emoción; toda su vida se habia convencido de que nunca podría hacer algo bueno por aunque sea una sola persona, y rogaba que en cada misión que los enviaban, alguien encontrara la forma de matarla y así liberarla de su dolor y al mundo del riesgo de sus poderes. Pero esto era completamente diferente a lo que jamás pensó o esperó.
— ¿Ustedes hicieron todo esto? —pregunto Peggy conteniendo la respiración— ¿Ese es el verdadero alcance de tus poderes?
— ¿Cómo lograron hacerlo? —preguntó Hank estupefacto
Wanda dudo unos segundos, pero terminó respondiendo con timidez— solo fue un impulso... aunque tuve grandes razones —mirando a Tony— cuando lo vi llorando con tanto desespero y dolor, sentí mucha pena y desolación, además... —mira a su hermano— el Capitán América es el héroe favorito de Pietro... —el joven esconde la mirada algo avergonzado— nos hicieron ver todas sus películas, con el objetivo que lo odiáramos y termináramos uniéndonos por completo a los lineamientos de HYDRA, pero lo único que hicieron fue hacernos nacer una inexistente esperanza y la ilusión de que aún podría hacerse el bien en el mundo... —mira fijamente a Steve— esas fueron mis dos principales razones... —inhala— y la tercera, porque era lo correcto...
Steve los habia inspirado, Steve les habia dado esperanza aun dentro de ese lugar de horror y pesadillas, la imagen de Steve los mantuvo firmes e incorruptibles ¿Acaso tenía que sumar otra razón para justificar aún más de porque lo amaba? Se preguntó Tony con retórica, y la respuesta era no, claro que no, pero confirmaba y aumentaba el amor que sentía por este maravilloso hombre.
¿Hacer algo sin siquiera estar presente? ¿Influir en la vida de personas que siquiera lo conocían? ¿Inspirar a otros solo con sus actos? ¿Él era capaz de eso? Su respuesta fue dada por el mismísimo Howard Stark— ese es el principal deber del Capitán América... inspirar y dar esperanza a otros —lo mira con orgullo—, pero es el hombre detrás del escudo... quien logra eso —concluye.
Todos estos años creyendo que no había hecho ningún cambio sustancial, que no lograba generar los cambios que esperaba y deseaba, al parecer siempre estuvo equivocado— no sé qué decir... —comentó sobrepasado
— Yo solo quiero saber cómo lo hicieron —indicó William— ¿Poder mantener a alguien con el nivel de heridas de Steve con vida? ¿Puedes hacerlo a voluntad?
Los hermanos y en especial Pietro dudaron unos segundos, temiendo que habían salido de las garras de HYDRA, para caer en las manos de los estadounidenses, pero la agente Carter acercándose a ellos y fundiéndolos en un abrazo necesitado, disipó todas las dudas.
— Muchas gracias —conteniendo las lágrimas— en verdad... —soltándolos— ahora siento que todo lo que hicimos por ustedes no es suficiente...
Pietro respondió veloz— claro que no, es muchísimo y jamás podremos pagarles por habernos liberado
Janet sonrió con dulzura— al parecer ambos valoramos lo que hicimos por el otro... pero yo aun me pregunto el como
Wanda busco la mirada de su hermano, quien le asintió con seguridad— ni yo lo comprendo muy bien, solo sentí que algo no calzaba con su muerte... —comenta con cierta incomodidad— escuchaba una voz que me rogaba que lo salvara, que Steve seguía ahí... y que tenía una decisión que tomar antes del final, mis poderes prácticamente se activaron solos... y hace dos semanas, antes de que Steve fuera criogenizado, conecte las mentes de Steve y Tony, esperando que aquella voz que me llamaba lograra su cometido y hoy obtuve su respuesta... —exhala por la nariz con lentitud— así que sacamos a Steve de la criogenización y los trajimos aquí, a la misma sala donde lo conectamos a Tony la primera vez y... —mira a su hermano
—Yo saque la camilla del joven Stark hace solo unas horas... —mirando a María con cierta vergüenza— perdón por no avisarle, pero era una situación de suma urgencia y debíamos actuar ya...
Maria solo sonrió agradecida, mientras Howard habló— eso explica porque las cámaras no captaron nada... —agregó más calmo
Pero la pareja protagonista se miró con complicidad, porque solo podía significar una cosa. El otro Tony se habia conectado con Wanda y le suplicaba que le ayudará a cumplir su último deseo, aquel que les pidió a las gemas, y Steve sabía la razón de porque esto pudo suceder.
— El poder de Wanda viene de la gema de la mente... —indicó Steve, todos voltearon a verlo— y como la decisión que debía tomar estaba conectada con las gemas, tus poderes respondieron... —Tony lo miró fijamente, comprendiendo al fin porque todo habia ocurrido de esta manera y como nuevamente el otro Tony demostraba porque era el héroe que el universo debía honrar para siempre.
— ¿Así lo mantuviste con vida? —insistió Janet, aun algo confundida por la explicación de Steve ¿Gemas? ¿Qué gemas?
Wanda asintió— solo seguí la voz, luego busque mantener conectados los recuerdos de Steve y me di cuenta de que estos seguían intactos... negándose a irse —exhala— solo los aislé y los mantuve firmes, por así decirlo... hasta que la decisión fuera tomada —mirando a Tony, el cual comprendió a que se refería, Wanda había comprendido los deseos del otro Tony— disculpen si les causamos más dolor y preocupación...
Howard exhalo— no hay nada que perdonar, ustedes salvaron sus vidas...
— Y estamos eternamente agradecidos por eso —agregó Hank
— Nos devolvieron a Steve, y con eso... la esperanza —afirmó William— ahora las cosas serán mejor para todos, incluyéndolos... —mirando fijamente a los gemelos
Tony y Steve se miraban con calma y suma paz ¿Al fin las cosas estaban saliendo bien? ¿Al fin si podrían ser felices sin mayores impedimentos u obstáculos? Decidieron creer en las reacciones de todos y en sus palabras. Hank y Janet comprendían al fin todo lo que había pasado y no podían estar más felices por el hombre que salvó sus vidas años atrás y tambien por el joven que ayudaron a criar, Howard y María por fin podían sentir la felicidad volver a sus vidas, su hijo está bien, a salvo y era amado como nadie en el mundo, además de tener una familia que se preocupaba por él y con un futuro próspero delante de todos. William sonreía agradecido, a la vez que volteaba a ver a su esposa, hace tantos años que no la veía tan feliz, y Peggy por su parte, los miraba con sumo amor, agradecida de que el que fue alguna vez su gran amor, por fin podía ser feliz.
Pero faltaba una persona más que en toda esa hermosa escena— ahora... —agregó Carter— creo que hay alguien más que merece saber lo que está pasando, que amerita paz y tranquilidad... —todos se miraron con complicidad, casi olvidaban una presencia en medio de toda esta felicidad, otra vez.
Dentro del mismo hospital, pero pisos más arriba, el ex soldado del invierno seguía internado, pero con grandes avances, y aunque el Príncipe se habia metido en grandes problemas con sus padres, en especial con el Rey, por no presentarse en la reunión con el presidente de USA, el joven habia cumplido su promesa y no se habia separado de Bucky y no habia soltado jamás su mano; quería permanecer a su lado... por mucho tiempo y comenzaba a intrigarle esta necesidad casi asfixiante ¿Porque? Jamás se había sentido de esta manera y mientras lo observaba descansar, rogando entre pensamientos que volviera a despertar, para volver a ver sus hermosos ojos azulados y el que pudiera regalarle otra vez una bellísima sonrisa, una presencia los interrumpió.
Justo en ese momento, la Capitana Carter entró— buenos días, su majestad —saludándolo con suma cortesía— como siempre... no se separa de él —sonriéndole— muchas gracias por eso
El Príncipe le respondió con una grata sonrisa— le hice una promesa... —responde muy seguro
— Gracias por cumplirla... —respondió volviendo la vista al hombre sobre la camilla— ¿Como esta?
T'Challa suspira— a veces despierta, ayer lo hizo y duró varios minutos conciente, las pesadillas ya no son tantas, a veces me habla, incluso me reconoce, así que jamás suelto su mano y le cuento cosas sobre mi país o recuerdos bellos que tuvo... —Carter lo miró intrigada— quizás hace algunos días revise sus memorias sin autorización... —rie incomodo— solo quería saber más de él, quería estar preparado en caso de que volviera a despertar gritando o llorando, o sin saber quien era, a veces es mejor escuchar y conocer nuestra historia desde la mirada de otros, nos da perspectiva y tambien la tranquilidad de que no estamos solos, de que alguien más que conoce nuestra historia y que esta a nuestra lado, sin juzgarnos... —concluyó orgulloso.
Carter sonrió complacida, en verdad este joven Príncipe se convertiría en un gran hombre y en un gran Rey, y además, mostraba una genuina preocupación por James, una que llamaba altamente su atención— excelentes palabras, majestad... ni yo podria haberlas expresado mejor —sonriendole una vez más, para después volverse hacía James— oye, galán... —comenzando a acariciar su rostro— despierta, que hay alguien que quiere verte —los segundos pasaron, hasta casi convertirse en largos minutos, pero finalmente, sus ojos comenzaron lentamente a abrirse— hola, guapo... —el hombre le sonrió.
— Hola... —respondió con voz ronca
— Es un gusto verlo despierto... otra vez —comentó T'Challa al otro lado.
Bucky le sonrió a todo lo ancho— gracias... —mirándolo fijamente— por no separarte de mí... por no dejarme solo —el joven solo le sonrió, pero contuvo la respiración sumamente nervioso— a veces escuchaba tu voz, aun cuando no podía despertar y era lo único que me daba calma... no me molestaría escuchar otra de tus historias —guiñandole un ojo
El joven Príncipe por fin soltó la siguiente exhalación— es un placer para mí... permanecer a su lado —respondió con timidez, y el controlador de signos vitales de James se disparó, su mente lo atacó con suma fuerza.
Al instante volvió la mirada a Peggy— ¿Dónde... —tratando de hablar y moverse.
— No, tranquilo... —agregó la mujer con preocupación— no hagas movimientos bruscos, por favor...
— Su mente aún sigue muy dañada, recuerde... —agregó T'Challa— por favor... —sujetando su mano con fuerza y el soldado al instante se calmó; en verdad su voz tenía efectos en Bucky y eso sorprendió a Peggy, el joven tenía un impacto muy inusual en su viejo amigo.
— Peggy... —rogó James— ¿Está... bien?
— Tranquilo... —sonriendole encantada— tengo la respuesta aquí mismo... —se voltea y María entra con Tony en una silla de ruedas
— ¡Tony! —dijo veloz tratando de sentarse, pero el dolor fue más, obligándolo a recostarse. El Príncipe lo ayudo.
— Calma, padrino... —María mueve la silla a un costado de la camilla— todo está bien...
Bucky siguió rogando con la mirada— ¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Steve? —su voz amenazó con quebrarse
Tony sonrió a todo lo ancho— nuestro Steve está bien... logró sobrevivir —conteniendo las lágrimas— Wanda y Tony lo salvaron... —el hombre abrió los ojos sumamente sorprendido— y… él se negó a dejarnos, ya sabes lo testarudo que es... —soltando una risa cargada de nostalgia— ahora al fin podremos ser felices... y todo el horrible pasado, quedó atrás.
Y solo eso basto para que todas sus emociones se soltaran, Steve estaba vivo, su amigo estaba a salvo y también Tony, las lágrimas cayeron por su rostro, y Tony imito su acción, sobrepasado por todo lo que habían pasado en tan poco tiempo. Y haciendo un gran esfuerzo, el joven se levantó de la silla y se fundió en un abrazo con su padrino, envueltos en las más sinceras y tranquilas lágrimas que jamás pudieron soñar; la pesadilla por fin se habia acabado. Eran libres.
Cinco meses después.
A las afueras de un hangar de aviones de la fuerza aérea, en Washington D.C., un Cabo veía a una mujer de cabellera dorada dar las últimas indicaciones a sus subalternos, tenía que dejarles suficientemente clara sus funciones y no quería ninguna de sus aviones en pésimas condiciones cuando volviera. Pero para Rhodes toda esta escena tenía otro tinte, uno no tan feliz.
— Ya te vas ¿Verdad? —viéndola voltear hacia él.
La mujer lo miró fijamente— sí, Fury dice que los satélites notaron algo extraño cerca de Saturno, solo iré a ver que sucede... —carraspea algo nerviosa
— ¿Y… cuánto tardarás? —pregunto algo nervioso
— No lo sé —se para frente a él— espero que no mucho... tengo un pendiente muy importante que hacer al volver
Rhodes la miró extrañado— ¿A si? ¿Qué? —Carol lo jalo del brazo y con cierta torpeza lo beso en la mejilla— cuando vuelva... te lo diré —Rhodes quedó helado, solo reaccionado para llevar su mano hacia su rostro con lentitud.
— En ese caso... —estirando la mano hacia ella— adiós... —sonriendo ampliamente
Carol estrecho su mano— adiós... —elevándose poco a poco, pero sin soltar su mano, una parte de ella se negaba a soltarlo, el niño tenía generaba una atracción hacía ella más fuerte que la misma gravedad— después te llevare a volar... —yéndose
—Cuídate, por favor... —susurro Rhodes viéndola irse.
En esa misma ciudad, algunos kilómetros más allá, Peggy Carter y Nick Fury daban por fin inicio a la iniciativa "Vengadores", bajo el control y jurisdicción de la nueva institución; SHIELD. En Boston, en una casa algo alejada de los suburbios, Howard y María se estaban instalando en su nuevo hogar, la verdad era que después de todo lo acontecido, habían decidido dejar Nueva York y vivir en un lugar más tranquilo, incluso habían cedido el control de Industrias Stark, claro que solo temporalmente, Morgan Potts era el hombre ideal para el puesto, mucho más confiable que su ex viejo socio y amigo, Obadiah Stane, que ahora incluso estaba en la cárcel. Todo marcharía con nuevos aires, hasta que un joven Stark estuviera listo y preparado para su nueva función, una que no podía esperar para dirigir. Por su lado, Hank y Janet decidieron darse una pausa al fin y se arrancaron varios meses con su hija Hope a Europa, era momento de estar solos en familia y comenzar a fortalecer esos recuerdos olvidados o enterrados por sus responsabilidades; ahora podían ser una familia normal.
Bucky por su lado, ya llevaba tres meses en Wakanda, luego de recuperarse y de que las heridas de Steve estuvieran más sanas y estables, decidieron que era momento de volver a USA y dejar de abusar de la hospitalidad del Rey y su gente. La verdad, todos estaban contentos de volver, ya seas a sus respectivas familias y hogares, los gemelos se preparaban para su nueva vida, bajo la tutela y cuidado de Steve y Tony, mientras que el Rey agradecía todo lo que habían hecho por Wakanda, todo era agradecimiento y felicidad, excepto para un joven príncipe.
— ¿Volveré a verlo? —preguntó con timidez acercándose a James
Bucky lo miró fijamente, por alguna razón le dolía separarse de él, habia sido un mes de recuperación algo dolorosa, un mes en que ni un solo día, el Príncipe se separó de él, ni un solo día donde lo dejó solo y todo un mes, donde habían llegado a conocerse como jamás pensaron. Sin siquiera pensarlo o cuestionarlo, T'Challa compartió costumbres y secretos de su pueblo con James, le enseño como hablar, como saludar, como expresarse en su idioma, le habló sobre su niñez y sus sueños, y compartió aspectos de sí mismo que ni el conocía. Y por su lado, Bucky redescubrió lo que es conectar genuinamente con alguien, lo que es hablar desde lo más banal, hasta lo más profundo y oscuro, al parecer el Príncipe había visto fracciones de su vida, pero escucharlas ahora de él, de su propia boca, lo afectaron de sobremanera, pero no lo hicieron compadecerlo, sino admirarlo, y Bucky había olvidado lo que era ser un sujeto digno de admiración, alguien a quien aspirar. T'Challa había despertado un aspecto de sí mismo que creía estaba muerto y olvidado.
— Mentiría si dijera que no espero que ese momento llegue —respondió con una sonrisa agradecida— algo me dice que si... —el silencio tensa un poco el ambiente— jamás podré pagarle o dejar de agradecerle todo lo que hizo por mi... majestad
T'Challa sonrió con timidez, aunque resintió la formalidad, durante el último mes solo habían sido T'Challa y Bucky— no fue mucho lo que hice... a decir verdad
Bucky soltó una exhalación corta— es porque no logra dimensionarlo, aún... —coloca su mano en el hombro del joven— será un gran Rey, de eso no tengo duda... —inhala con cierto dolor— se convertirás en un gran líder, dirigirá a su pueblo con gran sabiduría y vivirá una vida rodeado de personas que lo amaran... incondicionalmente —lo mira fijamente— creo firmemente eso...
T'Challa traga en seco— me gustaría... —endereza la espalda— en dos semanas es mi cumpleaños y celebraré mi mayoría de edad y mi entrega oficial de responsabilidades reales... —sus ojos se mueven con nerviosismo— sería muy importante para mí que... usted pudiera asistir, por favor...
Los Reyes, que permanecía unos metros más atrás observando la escena, se miraron con sorpresa, no esperaban esa acción en su hijo, pero viendo que no existía duda en su mirada, asintieron hacía Bucky que buscaba su aprobación sin que el Príncipe lo notara. No podían negarle nada a su hijo en una fecha tan crucial, y si quería contar con sus nuevas amistades americanas en esta ceremonia, no se opondrían.
— Sería un honor... —sonriéndole con sumo orgullo— muchas gracias...
El joven no lo piensa mucho y se abalanza hacía él en un gran abrazo, el cual Bucky al comienzo no sabe cómo procesar, pero termina permitiéndolo ante las sonrisas aprobatorias de los demás y por que de cierta forma, no quiero dar término a aquel acto, uno que se convertiría en un hermoso y nuevo recuerdo. Era claro que no podría sacarse al joven Príncipe de su vida, y el futuro le terminaría dando la razón; dejar que la paz que le entregaba, lo inundara, fue de las mejores cosas que le hubieran pasado en la vida, es como si durante esa acción, todas las voces se hubiera silenciado.
Pero esa visita formal a un cumpleaños se terminó extendiendo por los siguientes tres meses, el Rey le habia pedido de manera personal que entrenara junto a su guardia real, ya que al saber por boca de su propio hijo todas las misiones que había realizado el soldado y cuantas vidas habia salvado, el Rey había quedado más que fascinado; al parecer, producto de las infantas conversaciones que tuvo con T'Challa sobre los logros que habia obtenido, de la mano de Steve, el Príncipe se había encargado de transformar a Bucky en toda una celebridad dentro Wakanda, por donde caminara la gente lo reconocía y lo saludaba, señalándolo como un gran héroe, algo que James pensó que jamás sería. Pero sentirse tan aceptado, casi aclamado, lo hizo sentirse vivo una vez mas, alguien útil y que por fin era parte de algo más que él, sus costumbres, sus tradiciones, su lenguaje, su comida, poco a poco comenzaron a ser parte de su ser; y en cuanto más entrenaba, a la par muchas veces del Príncipe, comenzó a darse cuenta que quizás, Wakanda no era lo único que se estaba robando su corazón.
Mientras que, en un viejo departamento de Brooklyn, un joven Stark preparaba el almuerzo para su aún convaleciente pareja y sus dos invitados de honor, llevaban todo este tiempo ayudándolos en su proceso de adaptación, para que se pudieran instalar en su nuevo país y al fin pudieran comenzar una nueva vida, tal vez incluso estudiar, crecer, conocer más gente, sentirse parte de algo. Steve por su lado, aun no podía levantarse de la silla de ruedas, sus heridas habían sanado, aunque no del todo y su cuerpo aun resentía los estragos del suero experimental de HYDRA y al mismo tiempo, su mente seguía sobrepasada por todo lo acontecido. Jamás se imaginó que volvería a verse así mismo tan lastimado, herido y enfermo, pensó que ese pasado en verdad había quedado tan atrás, pero su corazón siempre le respondía que esas heridas, estas cicatrices y el estar en esta silla de ruedas, eran un recordatorio de la decisión más importante de su vida. Pero para Tony, la silla era perfecta, porque implicaba no podía escapar de él.
— Creo que ya no es necesario que lo repita, Sr. Rogers —insistió Wanda— ya me lo dejó más que claro en Wakanda, se lo mucho que esta agradecido de mi... —mira a su hermano— de los dos, pero hicimos lo que debíamos hacer y estamos felices con los resultados —viendo como Tony tarareaba en la cocina
— Es que no puedo y por favor —los mira ambos— díganme, Steve, los formalismos no son necesarios entre nosotros —Wanda le sonríe con timidez— ustedes salvaron mi vida... una vida con Tony y eso jamás se los podré pagar
— Bueno, nosotros también teníamos una deuda que pagar, el Cabo Rodhes salvó nuestras vidas y usted y el joven Stark eran su misión, ayudarlo a terminarla era lo mínimo que podíamos hacer... —responde Pietro— considérela saldada... —ríe algo nervioso
— Además, ganamos nuestra libertad y una nueva vida —agregó Wanda— y estamos felices de poder ayudar a la Srta. Peggy y al Cabo Rhodes con la iniciativa "Vengadores" —toma la mano de su hermano— sé que ayudaremos a mucha gente, con aquellos... poderes que pensamos que solo serian un maleficio
— Se que así será —toma la mano de ambos hermanos sobre la mesa— y recuérdenlo siempre, este siempre será su hogar y… en cuanto Tony y yo encontremos un hogar definitivo —sonríe agradecido— este departamento será suyo, cuenten con eso... —los hermanos estrechan la mano de Steve con ahínco. En verdad su héroe era aún más grande que en las películas.
Tony sirvió el almuerzo y comieron con gran felicidad, era una escena que se venía repitiendo hace mucho, los hermanos sentían que por fin tenían un hogar y una familia a la cual pertenecer y la pareja agradecía cada momento que compartían con sus salvadores. Para la tarde, ya estaban nuevamente solos y Steve observaba el atardecer desde el balcón, inhalando el aire y agradeciendo por estos momentos, esos momentos que muchos consideran tan insignificantes, pero que son los que atesorarás para siempre, y su mente no podía dejar volver al momento que lo inició todo. La muerte de un Tony y el nacimiento de otro.
— Perdido en el tiempo, viejo... —comentó entre risas mientras se acercaba a él— o pensando como asesinarme para poder levantarte de esa silla —abrazándolo por la espalda
Steve sonrió ante el tacto— tienes suerte que sigo amarrado a esto —indicó— o el que no podría levantarse, serias tu... —agregó con algo de picardía.
Tony fingió asombro y ofensa— perdón... ¿Pero acaso se me esta insinuando, Sr. Rogers? —rodeando la silla
— Tal vez... —contestó algo avergonzado
— ¿Dónde quedó el puro e impoluto Capitán América? —sentándose sobre él, pero tratando de no hacerle daño
— Sabes muy bien que contigo no soy el Capitán América... ni un soldado, ni un héroe de guerra, ni un superhéroe o un vengador —acaricia el rostro de su amado— contigo... solo soy Steve Rogers —exhala risueño
— Mi Steve Rogers —responde besando su frente
— Y tu mi Tony... —lo mira fijamente por largos segundos
— ¿Qué sucede, beloved? —pregunta algo extrañado por su mirada intensa
— Es que a veces aún me cuesta asimilar que todo esto esté realmente pasando, es tan perfecto, que por momentos pienso que es un sueño o una ilusión cruel del destino... —exhala— que aun sigo atrapado en ese limbo...
Tony acerca su rostro al de él— nuestro pasado no fue fácil y nunca lo será... y nuestro destino no está escrito aún, pero esa es la mejor parte —deposita un corto beso en sus labios— podemos escribirlo juntos... hacer nuevos y mejores recuerdos
— ¿Cuándo te volviste tan sabio? —consultó con aires de broma
— Tu sacas lo mejor de mí... —apoya su frente en la él— me vuelves más fuerte, más valiente, más seguro, más digno y sabio...
— Y tú me vuelves invencible... —acaricia su rostro con lentitud— ese día, cuando todo se volvió sumamente peligroso y tu vida corrió peligro... —conteniendo la siguiente exhalación— no fue el suero de súpersoldado lo que me dio fuerzas de seguir combatiendo, de seguir luchando, de seguir aferrado a mis promesas y recuerdos, fuiste tu... —sonriendo con amplitud— tú me vuelves un superhombre... es por ti que soy especial
Tony contuvo las lágrimas— Steve... —dijo risueño volviendo a besarlo con mayor lentitud, pero sintiendo el palpitar de ambos crear una sinfonía entre sus pechos— sé que no podemos hacer nada aun, porque el viejo tiene que recuperarse bien... —comenta entre risas, que aumentan cuando Steve le hace algunas cosquillas—, pero sé cómo hacerte saber que nuestra conexión va más allá de lo físico...
El joven se baja de él, para luego rodearlo y tomar la silla, para encaminarla a la habitación, la misma donde dormían cada noche juntos y donde meses antes habían compartido caricias e infinitos besos acongojados. Cuando coloco la silla al costado del lado de Steve, Tony lo ayudó a recostarse, para luego ver cómo el joven se recostaba a su lado, como cada noche, pero sin comprender de qué se trataba todo esto.
— ¿Y ahora qué? —consultó intrigado
— A veces me gusta quedarme despierto en la noche... observandote
— ¿Te gusta verme dormir, pervertido? —consultó Steve elevando una ceja
Tony rio por lo bajo— quizás, pero es más una contemplación, me gusta memorizar cada espacio y marca de tu rostro, cada arruga, cada cicatriz, cada textura... —acariciando su rostro— es un ejercicio que hago...
— ¿Y que busca obtener con ese experimento, mi joven científico? —solo disfrutando su tacto
— Que sí puedo reconocer tu rostro sin importar el espacio o tiempo, que puedo estar en completa oscuridad o rodeado de gente, o incluso en un limbo eterno, pero si te presentas ante mí, tu rostro siempre será reconocible, para mis manos... —acercándose más a él— para mis labios... —dandole un tierno beso— para mi corazón... —tomando la mano de Steve y llevándola a su pecho...
Steve estaba absorto en las palabras de Tony, porque debía ser lo más hermoso y romántico que jamás hubiera escuchado, pero cuando posó su mano en el pecho de su amado, algo nuevo llamó su atención— ¿Qué es esto? —sin dejar de tocar su pecho
Tony comenzó a arrodillarse a su lado, para terminar dudando uno segundos— no quería mostrarlo antes, porque tenía miedo de que trajera malos recuerdos, a ambos, pero después de todo es mi cuerpo y dijiste que sin importar que, seguía siendo hermoso para ti...
— Siempre lo será, sin importar que —respondió seguro
El joven exhaló algo sobrepasado, para finalmente comenzar a subir su camiseta y dejar que viera a lo que se refería. Un nuevo reactor estaba en medio de su pecho, su color era de un azul cobalto intenso, pero se veía mejor terminado y las cicatrices alrededor de él se veían cada vez más sanas.
— ¿Qué es esto? —acercándose y queriendo tocarlo— ¿Puedo? —el joven asintió y Steve toco el nuevo reactor con lentitud, era tan parecido al que el otro Tony tenía años atrás
— Es mi nuevo corazón —toma la mano de Steve que estaba sobre el objeto— nuestro... —el hombre lo miró algo extrañado— mi padre empezó a trabajar en nuevo reactor desde que me salvaron de HYDRA, pero como una mente brillante no es suficiente, dos si podrían resolverlo... —sonríe con orgullo— lo hicimos juntos, como padre e hijo... e incluso pudimos crear lo que creo, es un nuevo elemento —Steve abrió los ojos intensamente sorprendido— esto me permitiría seguir viviendo sin problemas y sin esos dolores horribles... que me atacan cada noche
Steve recordó como las últimas semanas los dolores aumentaban considerablemente y como aquello lo tenía tan preocupado, pero parecía que ahora esa horrible pesadilla también se acababa— ¿Es seguro? —se arrepintió de su pregunta al instante— por supuesto que lo es, las dos mentes más grandes del mundo lo crearon, claro que es seguro... —sintiendo el corazón de Tony palpitar— tu corazón está a salvo...
— Y feliz... —sonrió encantado— aunque usamos partes del escudo para lograrlo —Steve subió una ceja— el vibranium es un muy buen conductor e imán, y papá no pudo tomar muestras prestadas desde Wakanda, así que usamos lo que teníamos a mano... —Steve rio por la nariz, los Stark y sus métodos para conseguir sus avances tecnológicos— perdón... —agregó con timidez
Steve negó entre risas— está bien, estoy feliz de saber que hay algo de mi dentro de ti... —carraspea— aun cuando Howard lo hizo
— El escudo es tuyo, junto con mi corazón... —sin soltar la mano de Steve sobre el reactor— y ahora hay una parte de ti que también lo protege
Steve toma veloz la mano del joven y la acerca a su pecho— pues mi corazón también tiene la respuesta... —Tony siente su palpitar acelerado— es completamente tuyo...
Tony lo besa con ahincó y deseo, lo necesitaba con urgencia, y aunque su parte más desinhibida le rogaba volver a entregarse a Steve en cuerpo y alma, las heridas de ambos los detenían, pero aun si sus cuerpos no estuvieran aptos para la unión, su almas podían seguir atrayéndose y fundiéndose una con la otra, cada vez con más compenetración. Al final, sus almas estaban conectadas a un nivel mucho más profundo, tanto, que pareciera que sus cuerpos solo sobraran para su completa unión de almas.
Steve inhala con rapidez y urgencia— quiero... —contiene la exhalación— quiero formar un hogar contigo, una familia, una vida... quiero vivir cada momento de lo que me queda de existencia —su voz tiembla— a tu lado... quiero que lo último que vea antes de dormir sea tu rostro y en cuanto los abra al día siguiente, sea lo mismo... que sigas ahí siempre
— Así será, beloved... —comenzando a recostarse sobre él
— Y cuando llegue el momento de partir... —acercándolo a su cuerpo— quiero que sea sujetando tu mano... —cerrando los ojos— para que me guíes a la otra vida —acariciando el torso desnudo del joven— para volver a encontrarte en esa y en las que sigue... —abre los ojos con lentitud— tu eres mi destino en cada línea temporal...
Tony comienza a besar las cicatrices del hombre en su rostro— no importa lo que suceda o venga —acercando su rostro a de él— yo siempre volveré a ti... —lo besa con calma y tranquilidad. Porque eso es lo que se siente al comenzar a vivir al lado del ser amado.
Chapter 40: XL
Chapter Text
10 años después.
— Despierta, dormilón... —dijo entre susurros un exsoldado— ya se nos está haciendo tarde —besa su nariz y el acto es respondido con la más bella sonrisa
— ¿En verdad debo ir a trabajar? —comentó entre quejas matutinas
— Si quieres comida en la mesa, si... —respondió
— ¡No es justo! —tapándose con las mantas
— Vamos, arriba —haciéndole cosquillas— además hoy es importante, nos mostraran que tan avanzada esta la torre Stark —se acerca a su oído— ¿Seguro que no quieres ver cómo va tu gran construcción?
Tony levantó la manta y lo considero unos segundos— esta... bien —respondió entre quejas—, pero solo porque picas mi curiosidad y porque muy pronto será nuestro hogar —comenzando a levantarse— si contamos que tu antiguo departamento ya pasó a manos de Wanda y Pietro
— Bueno, se lo habíamos prometido —metiéndose al baño— voy a bañarme...
— ¡Ni sueñes que lo harás sin mí! —siguiéndolo
Octubre pegaba con un gran frío, bastante sorpresivo, a decir verdad, pero era de esperarse eso en Nueva York, y el nuevo milenio le sentaba muy bien a la ciudad que nunca duerme, le daba nuevos aires y quizás... nuevas sorpresas. La ducha tomó más tiempo de lo esperado, y entre caricias y besos apasionados, el baño terminó nuevamente empapado, como siempre ocurría durante cada mañana, prácticamente se habia vuelto una costumbre; pero esta mañana los terminó retrasando más de lo habitual, aun después de todo este tiempo juntos, aun no podían resistirse a la tentación de sus cuerpos.
En cuanto llegaron a la naciente torre Stark, Tony lo tuvo que admitir, estaba quedando aún mejor de lo que jamás pudo soñar y Steve por su lado, revivía viejos recuerdos, ya prácticamente olvidados, pero que, a pesar de todo, eran muy apreciados. Recorrieron el lugar por varias horas, hasta que quedaron solos y Tony aprovechó para encerrarse en su laboratorio, quería distraerse un poco y de paso trabajar en algo que hace mucho lo tenía atrapado, mientras que Steve recorría el lugar y aprendía a usar el I.A., era un prototipo de JARVIS, pero bastante eficiente.
Cuando dio la noche, Steve preparo la cena en la nueva cocina y fue a buscar a Tony, desde ya tenía que marcar las reglas respecto a las altas horas en el laboratorio, definitivamente esa historia sí que no se repetiría, pero en cuanto vio en lo trabaja, comenzó a entender porqué estaba tan obsesionado con todo esto y esta vez, él estaba para guiarlo.
— Aún es un proyecto en blanco —comento—, pero creo que voy por buen camino —dejando las herramientas en la mesa— cuando quede listo, será más que un robot —dándole un beso corto a Steve que está a sus espaldas abrazándolo— será un protector para toda la humanidad...
Ciertos miedos asomaron en Steve, un error del pasado que podía reaparecer, ya que en los últimos años Tony comenzaba a demostrar una inteligencia fuera de este mundo, capaz de grandes hazañas y eventos, pero también, crecía en él un deseo de ayudar más y más, de crear cosas que mejoraran la vida de las personas y sobre todo, que ayudaran a proteger el mundo. Hace años que la iniciativa "Vengadores" traía grandes resultados, haciendo el mundo más seguro, más equitativo y abierto nuevos superhéroes, como Tony gustaba llamarlos, por lo que él también quería darse su pequeño aporte, y cada nuevo invento iría en pos de ayudar a los protectores de la tierra.
Y aunque había sido un error en el pasado, esta vez se podía corregir— es una gran idea, beloved... —exhala con cierto pesar— pero debemos tener cuidado con él, porque en la línea temporal pasada —carraspea— no termina muy bien... —Tony lo mira algo confundido— si quieres mi opinión, no le des tanta libertad de conciencia y mejor déjalo en manos de alguien de confianza
A Tony le sorprendieron sus palabras, pero las tomo de la mejor forma— por supuesto, beloved... recuerda que yo tambien vivi esos recuerdos —Steve sonrió, a veces olvidaba que Tony tuvo acceso a ese pasado—, pero tomare tu consejo, tú eres el que sabe —removiéndose en sus brazos— y tengo al perfecto candidato para ese trabajo —sonríe orgulloso— JARVIS
— Señor Stark —respondió el I.A.
Steve lo miró más tranquilo y Tony continuó con su postulado— él será quien lo guíe, será una parte de él, aunque no toda —mira su proyecto en la pantalla de su nueva computadora— y cuando quede listo, será el mejor... el protector que el mundo necesita
— En ese caso —abrazándolo con más fuerza— te doy un consejo —Tony vuelve la mirada— un nombre... —le sonríe— Visión.
Luego llegó la cena y la charla de horas se hizo tan amena, era tan fácil perderse en sus conversaciones, en planes, sueños y metas, pero habia una idea que siempre salía ansiosa de la mente de Tony: formar una familia. Es lo que su corazón más anhelaba, y aunque quizás aún no estaban preparados, el solo imaginarlo lo llenaba de emoción y felicidad; para calmar eso, Steve activó los altavoces y coloco música. Sabía lo mucho que disfrutaba Tony escuchar música mientras cenaban juntos, pero esa noche en particular quiso hacer algo más, cuando una canción en particular sonó por la radio.
— Beloved... —dijo rodando la mesa
— ¿Que? —pregunto Tony viéndolo acercarse con lentitud a él— ¿Aun tienes hambre? —consultó— ¿O quieres otra cosa acaso? ¿Postre, tal vez? —agregó con picardía
Steve sonrió encantado, pero continuó con su plan— es otra cosa la que quiero ahora... —estira su mano y Tony la tomo calmo— amo mucho esta canción y desde la primera vez que la escuche... supe que representaba lo que siento por ti y lo que he sentido por ti —haciendo que se parara de la silla y lo siguiera— en cada línea temporal...
Hace años esas palabras hubieran dañado profundamente a Tony, pero ahora esto era diferente, porque tanto Steve como él sabían que lo que habían vivido en otra línea temporal también era su historia, nuestra historia, por tanto, no debía sentirse apenado o seguir buscando compararse con el otro Tony, no eran la misma persona ni la reencarnación del otro, pero compartían los mismos sentimientos; además, hace años Steve lo habia escogido a él, eso era lo único que necesitaba saber.
El joven reconoció a los cantantes al instante— ¿Esos no son Lionel Richie y Diana Ross? —Steve asintió— creo que la he escuchado...
— Es de una película de principio de los años ochenta... —abrazándolo— se llama "Endless Love"
Tony lo miró confundido— jamás la vi...
Steve niega entre risas— bueno, tampoco es que me acuerde mucho de la historia... —ríe con culpa
— Siempre has tenido memoria de ardilla... —indicó entre risas, Steve lo acercó más a él y Tony soltó un leve quejido— que brusco...
— Te lo buscaste —comenzando a moverse con él entre sus brazos
— ¿Qué haces? —preguntó intrigado
— ¿Qué crees? —cuestionó con retórica— quiero bailar contigo...
Tony ahogó una sonrisa vergonzosa— ¿No deberías preguntarme primero si quiero bailar contigo? —ocultando su rostro avergonzado en su pecho
Steve levantó una ceja— ¿Acaso quiere que siga todo los pasos del cortejo, Joven Stark? —consultó con una sonrisa ufana
— Si... digo —carraspea— cállate... —enterrando la cabeza aún más en su pecho— además, no necesitas cortejarme... —siguiendo el ritmo lento de la canción— ya me tienes completamente enamorado... —su rostro ardía en vergüenza ¿Porque? Se supone que ya no debería reaccionar como un adolescente hormonal
Steve subió el rostro para que lo mirara fijamente con esos bellísimos ojos pardos que lo enloquecían— y yo... quiero compartir todo mi amor contigo, nadie más lo hará... —cantaba entre susurros Steve mientras continuaba moviéndose y sin despegar jamás su mirada del joven— y tus ojos... me dicen cuanto te importo —el rostro del joven estaba teñido del más hermoso sonrojo— oh sí, tú siempre serás... mi amor eterno —depositando un corto beso en sus labios.
Tony se sentía en las nubes, volando miles de kilómetros sobre la tierra, divisando constelaciones y planetas bellísimos y lejanos, porque hasta ahora en su vida, jamás habia vivido un momento tan romántico y simple con su Steve, como este. Lo hizo bailar, cuando el detesta bailar y le canto entre susurros, caricias y besos, fue tan íntimo y especial, que parecía irreal y lo peor de todo, lo hacía flaquear, solo como él lograba hacerlo.
— En verdad... eres un romántico empedernido —comentó avergonzado
Steve solo rio, mientras le daba una vuelta— por siempre, te sostendré cerca de mis brazos... —estrechándolo a él una vez más— no puedo resistirme a tus encantos... —depositando un tierno beso en su nariz— y amor... seré un tonto por ti, estoy seguro, sabes que no me importa...
Tony soltó una risa encantadora— eres mi tonto... —descansando su cabeza en medio de su cuello, mientras el baile continuaba
— Porque tu... significas el mundo para mi —su voz se quiebra por un segundo y Tony siente el nudo en la garganta— yo sé que encontré en ti.... mi amor eterno
Esta vez fue el joven quien lo beso con lentitud y eterno amor, y así continuaron bailando entre las penumbras de la nueva torre y su futuro hogar, esperando aún mejores días.
Noviembre llegó y con él, la nueva asistente personal, recién titulada, Pepper Potts, había tomado todas las enseñanzas de su tío Morgan Potts, y ahora que este estaba a punto de jubilarse, para entregarle oficialmente Industrias Stark a Tony, dejó a su sobrina como su mano derecha, sabía que ella lograría enseñarle todo aquello que el joven Stark quizás quisiera obviar, como bien le aclaro Howard tambien; Tony sera el cerebro y Pepper los numeros. Y cuando Steve la conoció se dio cuenta que era igual que la de la otra linea temporal, hermosa, inteligente y con un alto sentido de la responsabilidad, lo que si no se esperaba era que cayera casi de inmediato rendida en los encantos del nuevo y joven guardaespaldas de Tony, llamado Happy Hogan. Steve se extrañó tanto ante esta unión, porque jamás se hubiera siquiera imaginado una unión entre ellos, y aunque a Tony bromeó sobre su esposa en la otra linea temporal, al final lo olvidó con rapidez, al parecer, esta línea temporal tenía grandes sorpresas; y una de ellas llegó de la forma menos pensada, sobre todo para Steve.
Se encontraba organizando documentos en la nueva torre Stark, aun cuando ya se habia retirado y no tenía más misiones de rescate, servía de apoyo para entrenar nuevos reclutas para la iniciativa y procuraba seguir de cerca eventos con posibles consecuencias devastadoras, pero como si Tony lo sospechara o lo supiera desde antes, un horrible error fue evitado sin querer, tal vez, por su amado. Cuando entro al laboratorio para dejarle una cafetera y donas que Tony le habia solicitado, su sorpresa fue gigante, pues encontró a un joven científico trabajando a la par con Tony, hablaban claramente en un lenguaje que Steve no comprendía, pero al hombre, o en este caso, al joven adulto, claro que lo reconocía.
— Gracias, beloved... —comentó el joven recibiendo la bandeja, pero notando la vista clavada de su amado en el tercer presente, decidiendo resolver su clara duda— por cierto, te presento al brillante científico Robert Bruce Banner... —girándose hacia el hombre— saluda, cerebrito... —indicó Tony sonriente
Steve mantenía la mirada fija en el hombre— hola, un gusto... —estirando su mano, acto que el exsoldado demoró en responder, para finalmente estrechar su mano con confusión y asombro
— El gusto es mío, Dr. Banner... —aún algo sobrepasado por volver... a verlo.
— Por favor, llámeme, Bruce —respondió con una cálida sonrisa— y es un gusto conocer al gran Steve Rogers, un honor...
Steve volvió la mirada a su pareja con cierto resquemor— ups, se me fue... —ríe con culpa— solo se lo dije porque confió plenamente en él —colocando su mano en el joven científico— es de las pocas personas con las cuales puedo conversar sobre ciencia y tecnología sin que se quede dormido... —dándole una mirada acusatoria a Steve, el cual fingió no ofenderse— además, Fury me lo recomendó ampliamente... —argumento con orgullo— es una eminencia en la bioquímica y en la experimentación con rayos gammas... —lo mira— estamos pensando en hacer algunos experimentos, quizás en unos años más...
El terror dominó los ojos de Steve— ¡No! —acusó veloz. Los dos jóvenes lo miraron— digo... ¿Experimentar con rayos gamma? ¿Eso no es peligroso? —su voz mostraba suma urgencia
Ambos genios se miraron— pues de hecho, hay un comité del ejército interesado en que realice esos tipos de experimentos —indicó Bruce. Steve empezó a sudar frío, pero Tony le devolvió la esperanza
— Si, pero Fury lo sacó de ese proyecto y lo mandó a trabajar conmigo... —respondió seguro— Tía Peggy no quiere trabajos con radiación por ahora, más si es para tratar de replicar el suero del super soldado... —Steve bajó la mirada algo incomodo— así que está buscando usar las influencias de SHIELD para cancelar cualquier proyecto de esa índole y así el cerebrito quedó bajo mi tutela —abrazándolo por el hombro— sé que seremos grandes amigos... y estará más a gusto conmigo, que con un montón de soldados aburridos —Steve lo fulmino con la mirada— bueno, tú eres un super soldado... eso te da puntos
Steve solo negó entre risas, pero mucho más calmado, el saber que ahora Bruce si estaría a salvo y que ese terrible futuro no se daría, le entregaba una tranquilidad impagable, más al saber que Tony compartiría con alguien tan inteligente como él, pero mucho más centrado; lo ayudaría a mantener los pies en la tierra y quizás, terminar a Visión como el gran protector de la tierra. Pero lo que lo tenía más encantado y feliz era volver a ver a Bruce, decir que lo habia extrañado era poco; pero la mayor sorpresa llegaría una semana después.
Tony y Bruce seguían trabajando a puertas cerradas en el laboratorio, mientras él supervisaba los trabajos de los Vengadores en Wakanda, con la ayuda de Bucky, él cual prácticamente ya vivía allá desde hace algunos años, y era más que obvio que no se movería de ahí, tenía razones de sobra. Pero JARVIS interrumpió su concentración y trabajo.
— Sr. Rogers —indico el I.A.— tenemos visitas...
— ¿Quién es? —consultó cerrando los documentos en la computadora
— Agente de SHIELD —respondió
— ¡Steve! —grito desde el laboratorio Tony— ¡Atiéndelos tú! ¡Y si es el pirata! ¡Dile que estoy terminando los planos de la base lunar para que se vaya para allá y deje de joderme un día! —se escucha una puerta cerrándose
El exsoldado rio agotado— ¡Lenguaje! —indicó colocándose de pie
Lo que no sabía es que Tony no habia vuelto al laboratorio, sino que se quedó escondido en las escaleras, quería ver esto en primer plano— Tony... —susurro Bruce— Tony... ¿Qué hacemos aquí?
El joven le exigió que guardara silencio— calla, quiero ver este momento con lujo de detalles... —le habla a un reloj en su muñeca— JARVIS... ¿Tienes activado el sistema de grabación?
— Si, joven Stark —respondió
— Silencio —indicó Tony
Steve solo se quedó esperando cerca del ascensor algo malhumorado, no es que no le gustara ver a Fury, pero las veces que venía, traía más y más trabajo para él y más exigencias para Tony, a veces olvidaban que aún estaba aprendiendo sobre sus propios conocimientos y avances. Pero en cuanto las puertas del ascensor se abrieron, todo su debate mental se detuvo y su corazón se aceleró de manera exponencial, porque le parecía imposible que esto fuera real.
— Oh, hola... —comentó la joven algo sorprendida— disculpe, estoy buscando al Sr. Anthony Stark —leyendo los documentos en su carpeta— me dijeron que podría consultar algunas cosas con él y quizás apoyarlo en su próximo proyecto —Steve mantenía la mirada fija en ella— perdón, ni siquiera me presente... —carraspea nerviosa— mi nombre es...
— Nat... —dijo en susurro acongojado—¿Eres tú? —sintiendo el nudo en la garganta
La mujer se extrañó ante su comentario— pues sí, aunque no muchos me llaman así... —rio algo incomoda— mi nombre es Natasha Romanoff y soy una nueva agente de SHIELD, un gusto... —estirando su mano con calma— si lo prefiere, puede llamarme Nat...
Steve se quedó inmóvil, estático, anonadado y estupefacto, realmente se habia convencido que jamás volvería a verla, pero ahí estaba, más joven, más inocente, pero igualmente hermosa y encantadora. Era ella, no habia ninguna duda, y su sentido común, no queriendo quedar como un maleducado, estrecho su mano con firmeza, sintiendo el mismo escalofrío que sintio años atrás. Su mejor amiga estaba ahí, de vuelta, con él.
— Steve Rogers, un placer...—ni siquiera se dio cuenta que le dijo su verdadero nombre, pero no le importaba, no tenía secretos con ellas
— Si, lo sé... Sr. Rogers —agregó firme— el Sr. Fury me adelanto toda su situación y descuide, su situación está a salvo conmigo... —responde segura— puedo guardar su secreto, cuente con eso
Él sabía mejor que nadie que eso era cierto— gracias, sé que así será...
Tony los miraba desde lejos— mira quien habla de romper las reglas, tanto el pirata como él las quebró en cuestión de minutos... —indicó fingiendo molestia—, pero bueno, con esa sonrisa de felicidad que tiene Steve, me doy por pagado... —susurro feliz— me alegra que hayas vuelto a encontrar a tu querida Nat...
Desde que Steve la habia mencionado hace años y como la seguía mencionando con el pasar del tiempo, Tony comprendido que después de él, con quien más habia formado un vínculo en los antiguos Vengadores, era con la Agente Romanoff y por eso, todos estos años, se dedicó a buscarla y asegurarse que realmente existía en esta línea. Cuando la encontró, aún seguía siendo una niña y vivía con una familia adoptiva, junto con la ayuda de Peggy y William, logró trasladar a ella y a su hermana menor, Yelena, a un lugar seguro, donde terminaron creciendo juntas y protegidas siempre bajo el amparo de SHIELD. Y así, ahora con 18 años recién cumplidos, empezaba una próspera carrera en la agencia, mientras su hermana aún cursaba la preparatoria.
— Oye... —agregó entre susurros Bruce— ¿Quién es ella? —pregunto embobado— es... hermosa —sin poder dejar de mirarla
Tony lo miró con una sonrisa pícara— mira, quien lo diría... —golpeándolo con el hombro— el genio Bruce Banner tiene corazoncito... —agregó entre risas
Bruce trató de ocultar el sonrojo claro en su rostro— solo digo lo obvio... —volviendo la vista a la agente que seguía a Steve por el vestíbulo— ¿Acaso dime que no la encuentras hermosa? —Tony los siguió con la mirada
— Si, por supuesto, pero...
Bruce comprendido al instante— sí, pero tu solo tienes ojos para tu Steve, me lo has dicho mil veces... —respondió entre exhalaciones cargadas de obviedad
— Tampoco es para que lo digas así... —respondió algo avergonzado—, como sea, puedes intentar hablarle —Bruce iba a refutar, pero Tony fue más veloz— y descuida, seguirá mucho tiempo por aquí... porque le pedí a Fury que la nombrara la asistente personal de Steve —concluye orgulloso
— ¿Que? —pregunto el exsoldado, que acababa de escuchar las mismas palabras desde Natasha
— Lo que escucho, Sr. Rogers... —respondió firme— fui asignada como apoyo para el siguiente proyecto del Sr. Stark —abriendo la carpeta— y como los objetivos de la misión son apoyo, orientación, análisis y soporte táctico al supervisor principal del proyecto Vengadores, aquí me encuentro —pasándole el documento a Steve— ahí está todo indicado...
— Pero el supervisor del proyecto Vengadores soy yo, no Tony... —leyendo el papel con cuidado
La mujer dibuja una cara de sorpresa— en ese caso, usted es mi misión... —le sonríe con calma— yo soy su nueva asistente
Steve estaba tan encantado como confundido, pero cuando escucho unos susurros a lo lejos, la respuesta llegó de inmediato, el suero le daba la capacidad de escuchar con gran nitidez— Tony... —volteando hacia la escalera
El joven ahogó un grito— ¡Corre, Bruce! ¡La misión fracasó! —el científico lo siguió algo confundido— ¡JARVIS aborta misión! —ahora sí que la puerta del laboratorio se cerró
Steve volvió la vista a la mujer que lo miraba algo confundida— ¿No está de acuerdo con mi designación? —consulto— puedo entregarle un perfil que le indicará todas mis habilidades... —buscándolo— estoy altamente capacitada para el trabajo, que no lo engañe mi edad —pasándoselo, pero Steve ni siquiera lo lee, sabe perfectamente de lo que era capaz— y si aún no se siente a gusto con el apoyo de una mujer, tenemos otros agentes que estarán encantados de ayudarlo... —volviendo a buscar más papeles en su carpeta— le recomiendo al agente Barton, es igual de joven que yo, pero altamente capacitado... —sacando el documento y entregándoselo— puedo llamarlo y estará aquí en menos de cinco minutos y, si no...
El exsoldado detuvo todas sus acciones y tomó ambas manos de la joven con calma— descuida, estoy más que encantado y feliz que seas mi asistente... —la mujer comenzó a dibujar una amplia sonrisa en su rostro— se lo que capaz que eres, y no me importa ni tu edad ni tu género, podría confiar mi vida y la de los que amo en tus manos... sin siquiera dudarlo —la joven agente se quedó sin palabras y sintiéndose por primera vez en su vida, realmente validada
— Muchas gracias, Sr. Rogers... —respondió feliz— no lo defraudare, cuente con eso
— Dime Steve... por favor —volviendo estirar su mano hacia ella— sé que seremos grandes amigos
La mujer imito su acción— espero que así sea... —sonriéndole de lado
— Y me gustaría pedirte un primer favor —indicó
— El que requiera —respondió segura
— ¿Puedes llamar al agente Barton también? —consultó— me gustaría tener asesoría de ambos y algo me dice que trabajan muy bien juntos
La agente quedó nuevamente estupefacta, es como si este hombre, este super soldado, la conociera tan bien ¿Cómo era eso posible? — claro que sí, él es prácticamente mi otra mitad...
— Se que así es... —sonrió sumamente feliz. Se sentía tan dichoso.
Tony sonreía frente al monitor del computador— bien, Capipaleta... —susurro encantado— me alegra darte pedazos de tu pasado otra vez...
Bruce lo miro confundido— Tony... como no tengo idea de que hablas ¿Podemos volver a trabajar? —indicando la mesa
— Esta bien —respondió seguro— así también te sacas a la hermosa pelirroja de la cabeza...
— No quiero hablar de Nat... —se da cuenta de sus palabras
— Ya hasta te aprendiste su nombre —respondió entre burlas— el cerebrito ya está enamorado... —siguiéndolo por el laboratorio
— Eres insoportable...
Tony rio— gracias, me lo dicen a diario... —comenzando a trabajar— estas muy tenso, cerebrito... necesitas soltar tensión...
Para fin de mes, Tony y Bruce ya tenían su proyecto casi terminado, y Nat y Clint pasaban grandes horas en la torre Stark, trabajando o simplemente disfrutando con Steve, el cual volvía a sentirse útil después de mucho tiempo. La iniciativa avanzaba a pasos agigantados y todo parecía indicar que más jóvenes, con grandes deseos de ayudar y servir, seguirían ingresando a sus filas. Incluso Hank y Janet, que habían dejado sus días héroes atrás, habían comenzado a entrenar a Hope como su sucesora, y quizás comenzar a buscar a un compañero que la apoyara; según lo que le habia mencionado Hank, ya tenía un posible candidato en San Francisco.
Pero la noticia más increíble llegó a fines de mes, cuando Nick Fury se presentó ante ellos con una invitación— admito que no me hizo mucha gracia cuando me lo pidieron, pero... —comentó entre exhalaciones algo cansadas— si Rhodes y Danvers me lo piden, no me queda de otra —estirando una carta— la invitación a su matrimonio, entregada por el propio padrino —no muy convencido de su nueva labor
Tony la recibió— gracias y descuida, sé que serás el mejor padrino de bodas —entre risas, que Fury no compartió— en fin... ¿Cómo está la Tía Peggy?
— La Capitana Carter está bien, aunque ya esta retirada, se niega a dejar SHIELD, dice que la sacaran muerta de ahí... —comenta entre risas incómodas— pero está bastante orgullosa de nuestros avances, como bien debe saber usted Capitán Rogers... —mirando al exsoldado— es más, Wanda y Pietro fueron designados como nuevos líderes de escuadrón y comienzan a entrenar a nuevos prospectos y… cada día llegan más —orgulloso— estos jóvenes salvarán al mundo.
— Así será —indicó Steve igualmente orgulloso
Al instante, Nick busco cambiar de tema, porque odiaba los silencios muertos y porque habia una pregunta que lo rondaba hace tiempo— ¿Y qué hay de la iniciativa internacional? ¿Qué han sabido de James Barnes? —pregunto intrigado
La pareja se miró con complicidad— pues sigue en Wakanda... mantengo contacto con él cada semana y superviso sus avances con normalidad—comentó con cierta vergüenza Steve— se niega a abandonar la iniciativa internacional, les ha ido muy bien, han hecho grandes avances de compenetración cultural y de respeto a la diversidad y... —exhala— la verdad... creo que no se moverá de ahí —tose algo incómodo, no había mucha verdad en eso, porque ciertos rumores estaban rodando.
— Al parecer... encontró un gran motivo para quedarse allá —comentó orgulloso Tony, lo que hizo que Steve le pegara un codazo incómodo— aunque no quiera admitirlo... —insistió escondiendo una sonrisa mientras tomaba un poco más de vino— por ahora, es feliz y hace a otro feliz también —le sonríe a Steve— eso es lo único que importa... —Steve rodó los ojos mientras volvía a beber también.
Fury no habia llegado a líder de SHIELD por mandato divino, era obvio por qué y no lo hacían para nada sutil, así que decidió insistir, quería la verdad— oí que el príncipe T'Challa rechazó una posible unión con la hija de un presidente vecino —argumento.
Steve casi se atraganto con el vino— bueno... —tosiendo— sus razones deberán tener —limpiándose la boca
Tony sonrió de lado— yo creo que una sola —agregó con cizaña el joven Tony
Y Nick perdió la paciencia— ¿Pueden parar con los secretitos? —comentó molesto— sé muy bien que James y T'Challa son pareja —Steve esquivo la mirada— no olviden que la iniciativa "Vengadores" empezó en Wakanda —mirándolos fijamente— no es necesario que lo oculten, y no es como que ellos traten de hacerlo muy sutil, sobre todo en los últimos años...
— Bueno, si... —respondió Steve algo acomplejado—, pero lo mejor es mantenerlo oculto, al menos por un tiempo —inhala— para Bucky no ha sido nada fácil todo esto, los primeros años fueron muy complicados, solitarios y cargados en resignación y aunque lo negó por muchos tiempo, al final... sus sentimientos le ganaron —exhala—, pero eso no disminuyó las dificultades, porque el tener que ocultar, mentir... era algo que Bucky no estaba dispuesto a hacer, pero al final el amor pudo más —mira a Tony— no se puede luchar contra ello... —le sonríe con timidez
— T'Challa siempre fue muy evidente y sincero con sus sentimientos —argumento Tony— cuando uno es joven y se enamora de verdad —apoya el rostro en su mano mirando fijamente a su pareja— poco se puede hacer en contra de eso...
— Supongo, no soy un experto en el amor... —indico—, pero creo que esto en la cultura Wakandiana eso no debe ser tan fácil de aceptar —dijo Fury— por eso, deben mantenerlo oculto...
— Así fue por un tiempo, pero al final la verdad siempre sale a flote... por ahora algunos lo saben y es mejor que así se quede, por lo menos hasta que T'Challa sea Rey... —afirma Tony muy seguro, se habían vuelto buenos amigos en el último tiempo con T'Challa e iba a ayudarlo en todo lo que estuviera a su alcance, además, de cierta forma, se sentía muy identificado con él. Ambos amaban a dos vejestorios aburridos con gran ahincó— o que abdique...
—¿Renunciaría a ser Rey, por James? —pregunto sorprendido Fury
— Al menos eso fue lo último que supimos hace un par de meses... —responde algo dudoso Steve— Bucky aun no lo acepta del todo, no esta de acuerdo que T'Challa renunciara a todo por él, pero esa decisión no le corresponde a él... —mira a Tony
— Es una decisión exclusiva de T'Challa y él está dispuesto a correr el riesgo —comenta sin titubeos— mi padrino no puede decidir por él...
Steve exhala— en el fondo... están dispuestos a lo que sea —toma la mano de Tony— por estar juntos
— Vaya, eso sí que es amor —agregó Fury, para finalmente exhalar con pesar— en verdad espero que puedan ser felices, se lo merecen... si es que han luchado tanto
— Lo serán —aprobó Tony— sus padres ya lo saben todo y los apoyan sin rodeos... y, además, viene un segundo hijo en camino, una Princesa... que también puede optar al trono y no olvidemos a Erik, su primo... él también sería un gran líder y T'Challa sería el más feliz si él fuera Rey —sonrió con decisión. Steve solo exhalo, Tony aun seguía siendo más ingenuo respecto a eso, sonaba igual que T'Challa, y su creencia que la política podía resolverse de esta forma, pero la realidad era mucho más complicada, y al parecer solo Bucky y él podían ver eso— ellos merecen estar juntos y yo sé que lo lograran... además, tienen nuestro apoyo, aunque no sea si sea de mucha ayuda —ahoga una risa
Steve sonríe con un leve sonrojo— creo que tuvieron al mejor ejemplo... —comento algo avergonzado.
— Pues a mi parecer la historia se está repitiendo... —mirando a Steve— hasta en eso los amigos se parecen —exhala rendido, mientras Steve le mantiene la sonrisa a Tony. Tony solo le respondió con una sonrisa algo picarona.
Nick rodos los ojos— sí, no hace falta ni mencionarlo... —tose— ahora... —hace una pausa algo incómoda— a lo que yo realmente venía, además de entregarles la invitación, era a comentarles algo... un tanto delicado —ambos hombres lo miran— por favor, que no les extrañe lo que les diré, pero es que se trata de una situación difícil y... triste, muy triste —exhalo con pesar— hace dos meses, una pareja de agentes de SHIELD, falleció en un accidente... un accidente automovilístico —sube la mirada— y dejaron a un pequeño, un bebe de apenas meses de vida solo y sin familia... —inhala con decisión— nosotros como SHIELD queremos apoyarlos, fueron nuestros agentes por muchos años y de los mejores, pero no tenemos cómo y... si no hacemos algo, el pequeño irá a parar a un orfanato —su mirada se endurece— y no podemos permitir eso
— Que terrible —dice Steve acongojado— pero... ¿Cómo podríamos ayudarte nosotros?
Fury lo piensa unos segundos, y luego habla— haciéndose cargo del bebe —indico seguro. Steve abrió los ojos desorbitados y Tony ahogó un respiro— al principio mis superiores pensaron en Rhodes y Danvers, ya que ellos son pareja y muy pronto contraerán nupcias, pero ellos son soldados activos y la idea es que el pequeño crezca en un lugar tranquilo, en un hogar normal... —los mira— y por eso la Capitana Carter pensó en ustedes
— ¿Normal? —acusó Steve— nosotros... no somos una pareja muy normal que digamos —comentó, para luego voltear hacia Tony que lo miro algo confundido— me refiero... —carraspea— para los cánones establecidos por la sociedad... ¿Cómo podríamos ser una familia normal para él?
A Tony le dolió su comentario, pero desde cierto punto de vista, tenía razón— tenemos una historia muy complicada y una realidad aún algo difícil de aceptar por muchos, es más... Steve se supone que ni siquiera está vivo... —exhalo rendido.
Nick también comprendía sus razones, pero estaba seguro de algo— aquí no se trata de que, si el niño crezca con lo establecido, como una mamá y un papá, como dicta la maldita sociedad retrograda... —argumento— no... esas son doctrinas estúpidas, la realidad no se parece en nada a lo que los libros enseñan como... "normal" —acentuando las comillas con los dedos— aquí lo que importa es que ese bebe inocente crezca en un lugar tranquilo, sin riesgos y... rodeado de amor —sonríe con orgullo— y yo sé que ustedes podrán entregarle todo eso y más...
— Nick... nosotros... —trato de hablar Steve
— Se que no es fácil de procesar, menos asimilar y no vendría a ustedes si no estuviera seguro de que son una gran opción —su mirada se vuelve firme— desde el primer día que los conocí y fui testigo de su historia, de cómo se amaban, de hasta donde estaban dispuestos a arriesgar por el otro e incluso, cuando supe toda su historia en la otra línea temporal, no solo guarde silencio por respeto y por compromiso a mi cláusula de confidencialidad —endereza la espalda— lo hice también por admiración, porque jamás pensé que se podría amar de esa manera y con ese nivel de entrega...
La pareja se mira claramente sorprendida por las palabras del agente, jamás se imaginaron al mismísimo Nick Fury hablar así, sobre todo Steve, el solo imaginar al otro Nick hablando así, le parecía de lo más inverosímil, casi rodeando lo ridículo, pero ahí estaba, sacando todas sus armas de convenimiento. Casi las mismas que uso para convencerlos la primera vez de pelear juntos, en honor al Agente Coulson, pero ahora no era por un riesgo inminente o una guerra interestelar, ahora era para un tipo diferente de proyecto o iniciativa: una familia.
— Como dije, no soy un experto en el amor y dudo que algún día lo sea... —mira la invitación de bodas sobre la mesa— mi vida gira en torno a mi trabajo, pero sí creo saber reconocer el amor en otros, lo sea cuando veo a James y Carol, o a la Capitana Carter y al Agente William, y sobre todo lo sé cuándo los veo a ustedes dos... —su mirada se relaja— y algo dentro de mí me dice que ustedes son los indicados para este trabajo, ese niño necesita mucho amor...
— No sé qué decir... —agregó Tony estupefacto— me dejas sin palabras —entre tartamudeos
—Solo piénsenlo —prosiguió— si no quieren o no se siente capaces para asumir esta responsabilidad o si interfiere con sus planes o proyectos, por supuesto que lo entenderé... jamás podría forzarlos a algo que no quieran y mucho entregaría a ese niño si no están completamente seguros —se pone de pie— en fin, estamos en contacto... y avísenme qué decisión toman, no importa cuál sea —caminando hacia la puerta— y no lo olviden... —apretando el botón del ascensor— ya pasaron por todas las pruebas que la vida les puso y creo que ya probaron de manera más que suficiente de lo que capaces que son —entrando al ascensor— y de la capacidad de amar que poseen... —las puertas se cierran.
Steve estaba confundido, extrañado y tan sorprendido ¿Un bebe? ¿Por qué los habían considerado a ellos? Eran dos hombres viviendo juntos, comenzado proyectos individuales y colectivos, y además, eran hombres que, aunque la verdad les doliera, tenían una diferencia de edad substancial y con un pasado difícil y complicado, sin contar con los prejuicios de la sociedad, y más aún... él ni siquiera estaba legalmente vivo; con todo eso a cuestas ¿Cómo podrían criar a un bebe?
El exsoldado miro a su pareja, el cual se habia quedado pegado en cuanto escuchó la palabra bebe ¡Un bebe! Soñaba tanto comenzar una familia con Steve, era de sus anhelos más grandes y ahora que la vida le ponía enfrente la posibilidad, no sabía muy bien como sentirse o si quiera el cómo reaccionar.
— Tony... —susurro Steve
— Un bebe... —repitió en trance— un pobre niño sin nadie y con un pasado horrible —lo mira sumamente confundido— ¿Cómo podríamos hacernos cargo de algo así? —su voz se cargó de miedo— ni... siquiera he podido quitar la metralla de mi pecho —exhalo volviendo la mirada al reactor que venía cambiando cada año— si no soy capaz de eso... ¿Cómo podría con algo así? —sus ojos se mueven con rapidez— esto ya es otra cosa ¿O no? —le pregunto
— No... sé que decirte —exclamó con honestidad— no me esperaba algo así y no sé cómo tomarlo, no sé cómo afrontarlo y no sé si me sienta capaz de responsabilizarme... también
— No te culpo... —respondió Tony con pesar— me siento de la misma forma, y aunque es mi gran deseo formar una familia contigo, una vida a tu lado, no sé cómo reaccionar ante esto... —exhala con lentitud, hasta unos recuerdos cruzan su mente— además, en teoría yo ya tengo una hija —traga en seco— ¿No es así? —Steve lo mira con cierto temor— y la deje... sola —se pone de pie con pesar.
Aunque no eran la misma persona, al tomar los recuerdos del otro Tony como propios también, el pasado también se volvía su pasado, y en el último tiempo no podía dejar de pensar en todas esas cosas que pasaron en la otra línea temporal y si estas también podían repetirse ¿Para bien o para mal? Y ese temor creció aún más cuando una conversación que tuvo con su asistente Pepper Potts el día de ayer, volvió a su mente.
— ¿Sabías que Pepper está embarazada?
Ahora sí que el terror dominó el rostro de Steve— ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? —se levanta de la silla
Tony exhala— ella misma me lo dijo, ayer... —caminando hacia el gran ventanal de la torre— no quise decírtelo porque aún lo estoy procesando y... —voltea a verlo— porque no quería ver esa mirada de terror en tu rostro —Steve trata de disimular— sí, justo esa... —volteándose a ver la ciudad
Steve camina con lentitud hacía él— es porque me preocupa tu reacción... —parándose a sus espaldas
El silencio reina algunos segundos— cuando Wanda me mostró todos los recuerdos de la otra línea temporal, nuestros recuerdos del pasado... —mirando fijamente a la nada— también logré ver a Morgan —sonríe con nostalgia— en verdad es una niña encantadora, dulce, bellísima... —Steve siente la culpa amenazarlo—, y de alguna forma sentí que también la amaba... es parte de mi en teoría —traga en seco—, pero cuando Pepper me dijo que estaba embarazada de Happy, la duda me dominó... —voltea a ver a Steve— ¿Qué pasa si Morgan nace de esa unión? ¿Significa que nunca fue mi hija realmente? ¿Qué realmente solo es hija de Pepper? ¿En todas las líneas temporales? —inhala— o... ¿Significa que jamás existirá mientras yo no me una con Pepper?
Un sentimiento muy pasado y enterrado apareció en Steve, culpa, duda y celos, pensó que jamás volvería a sentirlos, pero ahí estaban y necesitaba exteriorizarlos, habían prometido nunca mentirse, sin importar que— ¿Te arrepientes de eso? —su voz se tensa— ¿O de esto? —parándose a su lado
— ¿De dejarla sola? —consultó Tony— pues... sola no está, esta con su madre, eso me calma y tengo la certeza de que esta en mundo más seguro, desde que Tony se sacrificó por el universo y sobre todo por ella...
— ¿Pero? —pregunto con miedo
— Pero siempre será una espina en mí el saber cómo habría sido una vida con ella...
Steve sintió el dolor azolarlo— Tony, tu...
Tony sonríe con calma— o más bien... —exhala— el cómo habría sido mi vida con un hijo y... —se voltea y se para en frente de Steve— no, jamás me arrepentiría de lo nuestro —lo toma del rostro y comienza a acariciar su mejilla con cariño— te lo dije hace muchos años, jamás habia estado tan seguro de algo en toda mi vida —sonríe con sumo amor— solo son dudas que me rodean, como estoy seguro que también debe pasarte a ti... y no tiene nada de malo —ríe con culpa— tendremos que vivir el resto de nuestras vidas con las decisiones que tomamos —Steve estaba tan sorprendido, Tony cada día se volvía más sabio— además, ella está viva y crecerá a salvo... eso es lo único que importa —cierra los ojos buscando tranquilidad— tu eres mi vida ahora... —comenta con cierta pena— por muy egoísta que eso suene y solo me lamento por el... quizás, es todo —concluye algo atribulado.
Steve lo abraza con urgencia— sé que tomamos la decisión correcta, mi corazón me lo asegura —comentó firme— te lo dije hace años también, no es ser egoísta, es pensar en nuestra felicidad...
— Pero... ¿Ahora sí sabremos tomar la decisión correcta? —pregunto entre sus brazos
— No lo sé... —responde— siempre te dije que quería formar un vida contigo y que tú siempre serías mi familia
— ¿Una... que puede hacerse más grande? —cuestiono Tony
Steve solo calló y continuó con su amado en sus brazos, tratando de buscar claridad, pero algo que le dijo el otro Tony lo atacaba sin cesar: ¿Cómo volver al pasado ayudaría a tu futuro? Este era su presente y estaba creando su futuro, dejando el otro futuro como su pasado, esa había sido su elección y estaba seguro de que era la correcta. Pero aun sentía que le faltaba una respuesta a la última incógnita que el otro Tony le había presentado: quizás ahora por fin comprenderás porqué volviste a este tiempo, dejando tu futuro en el pasado...
Algo dentro de él le decía que por primera vez en muchos años, la respuesta estaba muy cerca y era mucho más sencilla de lo que llevaba pensando todos estos años.
Una semana pasó, en la cual sus mentes seguían demasiado confundidas, a veces Tony se emocionaba solo con pensarlo, pero luego el terror lo dominaba, mientras que a Steve lo atormentaba su pasado y el inminente paso del tiempo, que obviamente, en un futuro se haría notar entre Tony y él; ese era actualmente, su mayor temor ¿De tener un hijo? ¿Parecería su padre o su maldito abuelo? Y después su propio sentido común le respondía con otra pregunta ¿En serio esa era su única preocupación ahora? ¿Su apariencia física? Por favor, Steve. Había cosas mucho más importantes que pensar a la hora de considerar criar a un niño.
Y una mañana no muy particular, la incertidumbre lo domino y decidió que era momento de sacarse la espina clavada en su mente— beloved... —comentó abrazándolo por detrás mientras este cocinaba
— ¿Si? —respondió ajeno el joven
— ¿Podrías llamar a Fury? —enterrando su cabeza en el cuello del joven
La respiración de Tony comenzó a agitarse— ¿Para que necesitas al pirata? —sin mirarlo. Steve demoró en responder— ¿Steve?
— Yo... —comienza a temblar— quisiera...
Tony se gira dentro de sus brazos y se queda atentamente mirándolo— ¿Qué sucede? —lo sospechaba, pero quería que Steve lo dijera. Se moría de ganas, pero jamás lo presionaría.
— Solo quisiera... conocerlo —eleva la mirada con timidez— conozcamos al bebe primero y… luego podremos saber qué decisión tomar —lo mira fijamente— quiero saber que siento en cuanto lo veo...
Tony sintió las lágrimas quemar sus ojos, pero no dijo nada, absolutamente nada, solo lo abrazo nuevamente y deposito un corto beso en sus labios; por ahora, eso era suficiente, no podían ilusionarse. Por lo que acordaron una cita con Fury y se prepararon para cualquier resultado. Y cuando el día acordado llegó, la pareja sentía las emociones a flor de piel y eso los confundía y aterraba al mismo tiempo, no querían hacerse falsas esperanzas, así que trataron de fingir calma, sobre todo cuanto Fury entró a Industrias Stark, acompañado de Nat, quién era la encargada de traer al bebe, después de todo, él no era mucho de niños; ingresaron a la sala principal de la nueva torre Stark, donde Steve y Tony los esperaban con ansias.
— Steve, Tony... —dijo Fury parándose delante de ellos, seguido por una muy sonriente Nat— les presento a Peter Parker —señalando al bebe
La agente se acercó con timidez a ellos— hey, pequeño... —susurro la mujer acariciando su rostro— hay unas personas que quieren conocerte —él bebe abrió sus hermosos ojos y los miró fijamente.
La chispa fue instantánea, Tony en cuanto lo vio, sintio como si lo hubiera conocido desde siempre, toda una vida, es como si ese niño fuera parte de él, y confirmó ese sentimiento, cuando lo tomo en brazos, era todo lo que siempre habia soñado y más, tan así, que no supo en qué momento, las lágrimas comenzaron a dominarlo.
— Hola... —él bebe se aferró a Tony con fuerza e incluso trató de trepar por su torso— ¿Cómo estas, arañita? —fue el primer apodo que se le vino al verlo moverse y tratar de trepar, pese a ser tan pequeño, era increíblemente despierto y curioso, además de encantador y hermoso.
Steve, por su lado, comprendió por fin en ese momento, porque el destino les habia mandado esta última prueba, él bebe del que hablaban no era otro que Peter Parker, por eso la conexión con Tony fue inmediata, él sabía mejor que nadie el vínculo tan único que los habia unido en el pasado y que claramente seguía intacto en esta línea; después de todo, el universo entero se habia salvado gracias a que Tony vio una fotografía de Peter Parker.
Pero en cuanto Tony volteó hacia él con él bebe en sus brazos, su mundo se derrumbó por completo— mira arañita, él es Steve Rogers...
El aludido retrocedió algo asustado, después de todo él tampoco había sido mucho de niños, ni con los de Clint ni con Morgan. La recordó un solo segundo y la promesa inconclusa de hace décadas lo atormento, le había jurado que devolvería a su padre a su familia, a su lugar feliz y no lo había cumplido; si decidía hacerse cargo de este pequeño ¿Realmente sería capaz de cumplirle todas sus promesas? ¿El niño se sentiría orgulloso de él? ¿Podría defraudarlo? Eran demasiados miedos y dudas.
Sin embargo, Tony las calló todas con una sola acción y una frase definitiva— si no lo tomas, Peter pensara que no quieres conocerlo...
La misma frase que María le había dicho años atrás cuando Tony nació, pero ahora el sentimiento era completamente diferente, por lo que terminó tomándolo con delicadeza y algo de miedo— hola, Peter... —el pequeño sonrió y Steve lo supo— yo soy Steve Rogers, y te prometo que voy a cuidarte por el resto de mi vida... —comenta en un susurro— nada jamás te sucederá y… procuraré que tengas un lugar feliz a donde siempre puedas volver... —mira a Tony con sumo amor— a tus padres...
Tony se acerca a ellos y los abraza— a tu familia...
— Lo juro... —comentó besando la frente del pequeño, que soltó una risa más que feliz.
Nick sonrió orgulloso, había tomado la decisión correcta, sabía que podía confiar en ellos y el verlos así, confirmaba que de alguna forma u otra, siempre tenía razón en sus... iniciativas. Nat por su lado, soltó algunas lágrimas encantada por la escena, pero también algo trastocada, por alguno inusual motivo, sentía una paz infinita al ver a Steve feliz, como si llevara tantos años rogando porque este maravilloso hombre fuera feliz, y sobre todo, al lado de Tony Stark.
Steve por su lado, se fundió en el abrazo de tres, sobrepasado por haber realizado la misma promesa una vez más, la misma que le hizo a Tony hace años, y sobre todo, la misma que le había hecho a Morgan, y que no pudo cumplir. Ahora sí podría tener la oportunidad.
Navidad.
La torre estaba por fin terminada, brillaba en adornos y regalos, todo el mundo vestía sus mejores galas, Howard y Mary habían viajado desde Boston y se quedarían toda una semana, conociendo el nuevo hogar de su hijo y Steve. Howard estaba maravillado por la tecnología tan avanzada del lugar, además de orgulloso, era claro que su pequeño sería más grande e inteligente que él, y lo confirmaba aún más cuando el colega de proyecto de Tony, Bruce Banner le explicaba los alcances de su nueva creación: Visión.
Inteligente, veloz, resistente, fuerte, con la capacidad de volar, razonar, servicial, con una moral intachable y el protector perfecto para la tierra; y en cuanto lo vio conversar tan ameno con Wanda, lo comprobó, aunque no dejaba de sorprenderle el cómo un robot, podía actuar de esa manera. Y aunque quería seguir conversando respecto a este impresionante evento con el joven Bruce, tanto Howard como el científico fueron separados; Nat arrastró a Bruce al bar, después de todo ya tenía suficiente de ciencia en el trabajo y esta era su segunda cita oficial, podían hacer algo más entretenido, mientras que María obligaba a su esposo a que la ayudara a organizar todos los regalos desparramados por la sala, al menos, el Agente Barton se ofreció para asistirlos, junto con su novia.
Peggy y William discutían con Hank y Janet todos los preparativos para la fiesta de año nuevo, además porque sería la fecha en que Carol y James se casarían; la pareja de tortolos no se separaba en ningún momento y aunque a veces discutían, sobre todo debido al temperamento algo desafiante de Danvers, el ahora Coronel, siempre lograba calmarla y sacarle una tímida sonrisa, como lo venía haciendo hace ya casi diez años, a estas alturas, que la mujer haya aceptado casarse con él después de tanto tiempo, era más que suficiente; y justo después, para rematar el acto, Happy y Pepper aparecían por el ascensor, la mujer venía con la últimas noticias, un hermoso niño nacería en abril.
En el otro costado del vestíbulo, Nick, Pietro, Hope y el nuevo arribado comentaban la llega de los nuevos miembros al equipo— son buenos reclutas, pero les falta un poco de convicción —indicó Hope muy segura
El recién arribado decidió intervenir— yo creo que para su edad, están bastante bien...
Hope lo fulmino con la mirada— ¿Quién te dio permiso de opinar?
Pietro ahogó una risa y Nick exhalo rendido— Hope... no seas tan dura con él —comentó con calma— recuerda que fue tu padre el que escogió a Scott como su sucesor...
— Pues no estoy muy segura de sí tomó la decisión correcta... —mirándolo de reojo
Pero para sorpresa de todos, el hombre se lo tomaba con bastante calma— yo creo que te molesta que yo haya sido escogido como Ant-man y no tu... —el silencio se hizo entre los cuatro— yo le dije a Hank que quería ser The Wasp, pero no me dejo —argumento— al parecer el color de las alas no combinan con mis ojos... —asintió con una media sonrisa
— Eres increíble... —expreso Hope alejándose
Scott sonrió con triunfo— disculpen, iré a ver qué hay de nuevo en el mesón de comida... —yéndose
Nick rio entre dientes— estos dos van a terminar juntos, lo sé... —algo cansado de tener que ser siempre el Dr. Corazón— creo que tendremos que intervenir nosotros y darles una ayuda... ¿Qué dices? —volteándose hacia Pietro, pero notando que el hombre tiene la mirada fija en otra parte, o mejor dicho, en otras personas— y hablando de otros que terminaran juntos...
El gemelo frunció el ceño— eso jamás... te lo aseguro —clavando la vista en como su hermana sonreía al lado de esa... cosa
— Querido niño... —colocando su mano en el hombro— no puedes evitar que tu hermana se enamore de alguien
— Eso... no es alguien —indicó molesto Pietro— es un robot
— Técnicamente no lo es... —argumento— y además, dime la verdad... ¿Alguna vez la habías visto tan feliz? —el silencio volvió a reinar por casi un minuto, hasta que Pietro suspiro rendido— creo que eso es un no... —el joven negó— solo déjala ser feliz...
Y el joven dibujó una sonrisa algo maliciosa— en verdad eres el Dr. Corazón... —Nick tenso la mandíbula— ven, cupido... asegurémonos que Hope no mate a Scott —comenzando a caminar
— Yo y mi gran boca... —exhala rendido al Director de SHIELD.
En la cocina, Bucky y T'Challa terminaban los detalles de la cena, habían viajado desde Wakanda para pasar navidad con ellos, celebración que era algo llamativa para el Príncipe, ya que en sus tierras no se celebraban estas festividades, pero estaba encantado de poder conocer nuevas tradiciones, ya que muy pronto este país sería su nuevo hogar. Su primo, el futuro Rey de Wakanda, lo había nombrado su mano derecha para dirigir un proyecto que hace años tenían en mente ambos Príncipes, uno que empezaría en este lugar y que implicaba abrir por completo la tecnología y recursos de Wakanda a sus hermanos con dificultades y problemas en el mundo.
Hace un año, habían decidido hacer pública su relación, una que llevaba sus altos y bajos desde hace casi cinco años. Cuando James decidió establecerse de manera permanente en Wakanda, haciéndose cargo de la iniciativa internacional, lo hizo con un solo objetivo, quería estar cerca de T'Challa, esa era su única intención y aunque sabía que jamás podrían estar juntos, se conformaba con permanecer a su lado y cuidarlo. Pero una noche, hace cinco años, entre medio de copas y risas, celebrando un cumpleaños más de Bucky, T'Challa se le declaro e incluso lo beso, James lo rechazó al instante, sobre todo porque no quería aprovecharse de su condición, pero al final, sus anhelos y deseos fueron más y terminó cediendo ante aquel Príncipe que lo tenía desde un par de años, completamente embrujado. Todo se guardó bajo la más absoluta discreción, y ahí fue donde Steve y Tony jugaron un papel crucial, sirviendo de cómplices y testigos, e incluso de excusa, para cuando los nuevos enamorados querían huir aunque sea por un par de días de sus responsabilidades y sobre todo, de su amarga realidad.
Pero los años fueron pasando y el amor fue creciendo, y conforme eso sucedía, la vergüenza cada vez era menos un problema, tambien el miedo y el deseo de vivir libremente y sin tapujos, se volvía una necesidad; así que decidieron ser sinceros, primero con los Reyes, luego con el resto de la familia e finalmente con el Consejo y fue ahí que descubrieron la realidad. Los padres del Príncipe lo apoyaban, es más, lo sabían desde hace un tiempo, la felicidad que irradiaba su hijo cada dia que pasaba, no podía pasar desapercibida, así que no tenían más opción que aceptarlo y ser felices por su hijo, además ellos mejor que nadie sabían la calidad de hombre que era James; para su tío y primo fue incluso menos difícil, y para el resto de familia, no hubo más opción que acatar.
El miedo se hizo presente cuando la verdad llegó al Consejo, y aunque este no tenía jurisdicción para impedirles estar juntos, sí dejaron claro que al final del día, al enfrentar las necesidades de su pueblo, Wakanda necesitaba un Rey y sobre todo, un heredero, y ante esa situación y bajo su perspectiva, T'Challa era la unica opcion, y ademas porque su hermana aun no nacía, y fue en ese momento que el Príncipe tuvo que tomar una decisión. Wakanda o James.
Bucky por supuesto que no estaba dispuesto a arruinar la vida del T'Challa, sus planes, sus sueños y por lo que se había preparado todos estos años, así que una noche y sin dar previo aviso, ni tampoco una explicación y mucho menos una despedida acorde, tomo sus cosas en secreto y se fue en medio de la noche, sin decirle a nadie, mucho menos a T'Challa, era lo mejor para el joven; sabía que lo odiaría, pero estaba seguro que en un par de meses, T'Challa lo olvidaría, seguiría con su vida y terminaría entendiendolo, esto no había sido nada más que un error, un hermoso y doloroso error.
Y en cuanto arribó a USA hace algunos meses, procuro seguir con su vida normal y tratar de enterrar los años hermosos de su vida a su lado, pero Steve esta vez fue su conciencia, al hacerle ver que estaba cometiendo los mismos errores que él cometió con Tony; estaba decidiendo por él, pero James insistia que había tomado la decisión correcta, él en el fondo jamás sería digno de un Príncipe, menos de un Rey, su historial estaba demasiado manchado, y él no habia nacido ni para gobernar, ni para dirigir y mucho menos para proveer, siquiera amar.
Pero Steve sabía siempre como desarmarlo— pero si naciste para proteger, para cuidar, para luchar por aquellos que amas... —le sonríe con calma— dices que eres incapaz de amar y de recibir amor, pero llevas años haciéndolo, conmigo y sobre todo, con Tony... ¿Porque T'Challa es diferente?
Tony tomó la mano de su padrino y la apretó con fuerza— eres digno de amar, y sobre todo... eres alguien por quien vale la pena luchar, lo sé más que nadie...
Pero contra todo pronóstico o posibilidad, un día cualquiera, cuando Steve y él revisaban documentos de la iniciativa, el ascensor se abrió y el joven Príncipe apareció ante ellos envuelto en lágrimas de rabia contenida, dolor angustiante, pero sobre todo amor incontrolable por el exsoldado del invierno. Bucky sintió por un momento que se desmayaría en cuanto lo vio correr o más bien abalanzarse hacía él y fundirlo en un abrazo extremadamente necesitado.
— ¡No vuelvas jamás a irte sin darme una explicación! —exclamó entre sollozos— ¡Al menos ten la decencia de decirme en la cara que ya no me amas! —Bucky estaba completamente congelado— ¡Dime porque te fuiste!
— T'Challa, yo... —sintiendo sus piernas flaquear
— ¡Solo dímelo! —exigió soltando lagrimas por doquier— ¿Ya no me amas?
— No es eso... —incapaz de soltarlo— no puedo dejar que renuncies a todo por mi, es tu vida, tus sueños, tu pueblo... —no quería decirlo, pero en el fondo sabía que él no valía la pena aquel esfuerzo, aun cuando Steve y Tony trataban de convencerlo de lo contrario— por eso me fui, y es lo mejor... —su voz rogaba algo, pero su cuerpo suplicaba no soltarlo, era la dicotomía hecha persona
— Pues yo no me iré hasta que me digas que no me amas... —sentenció firme y Bucky tembló aterrado— dime que no me amas, y regresaré a Wakanda, me olvidare de ti y te prometo que jamás volveré a importunarte...
James titubeo— T'Challa, por favor... no se trata de eso... —esquivando su mirada
— ¡Dilo! ¡¿Me amas o no?! —suplico con desespero, obligandolo a que lo mirara
Y el soldado lo fundió en un abrazo desesperado— ¡Claro que te amo! —soltó entre sollozos— ¡Te amo más que a mi vida! —lo sujeta del rostro— por eso me fui, no te merezco y no puedo...
Pero el resto del discurso fue interrumpido por un beso incontrolable, que claramente fue correspondido con la misma intensidad, todo mientras Steve salía del lugar para darles su espacio para poder conversar en mayor calma— tu eres mi vida... no existe nada más allá de eso —mirándolo fijamente— por eso abdique
— ¡¿Que?! —acusó sorprendido y molesto— ¡T'Challa! ¡¿Qué hiciste?!
— Lo que debí hacer hace años... —acaricia su rostro— yo jamás quise el trono, jamás quise ser Rey y siempre te lo dije, desde el primer momento en que te conoci —inhala firme— esas eran las imposiciones de mi padre y de mi pueblo... —vuelve a besarlo— y siempre seguirán siendo mi pueblo, mis padres y mi reino, pero yo no soy el Rey que ellos merecen, el Rey que ellos necesitan... Erik sí y yo sé que él será el adecuado para ese trabajo y para tan grande honor —la mirada de James estaba cargada en duda, pena y culpa— yo solo quiero ser feliz... y sé que a tu lado lo seré, estoy seguro de eso... —James sintió el dolor apretar su garganta— tu vales mas que mil coronas, James Barnes... tu me haces digno de amar...
Bucky solo lo fundió en un nuevo abrazo y en nuevo beso, mucho más necesitado que el anterior, otra vez habia huido, pero esta vez el resultado no había sido el mismo, esta vez alguien había luchado por él, alguien lo había arriesgado todo por él, esta vez alguien lo habia escogido no porque era lo correcto, o porque era su hermano o amigo, no ahora lo habían escogido por que lo amaban, y ese alguien quería pasar el resto de su vida a su lado. Por primera vez en su vida, se sintió digno de algo hermoso.
Metros más allá, escondidos en la escalera, otra pareja era testigo en primer plano de todo lo que pasaba— bueno, esto prueba una vez más que con ustedes... definitivamente somos los jóvenes los que tenemos que tomar la iniciativa —indicó empujándolo
Steve solo rodo los ojos— no empieces con tu tonteras... —el joven iba a refutar, pero Steve lo calló con un beso. Era más sencillo terminar las discusiones así.
Ahora, en el presente, el exsoldado del invierno y el ex heredero preparaban la cena, pero también discutían los preparativos y era claro que las diferencias respecto a los platillos principales solo podrían terminar de una forma, de la misma forma en que siempre los problemas son resueltos.
— Te dije que habia sido mucho sal —comento T'Challa— ahora esta incomible... —algo molesto
— ¿Acaso me estás haciendo reclamos? —pregunto Bucky— porque si vas a estar con pucheros y rabietas, te quedas sin regalo... —terminando de servir
Su curiosidad lo dominó— ¿A sí? —preguntó con una gran sonrisa— ¿Es que acaso es un gran regalo?
James sonrió ufano— ni siquiera te lo imaginas —respondió sin mirarlo
— Sorpréndeme... —le susurro con clara coquetería
— Bien... —lo acerca a él y comienza a susurrarle muy bajo en el oído izquierdo.
T'Challa queda boquiabierto al instante— ¡Eres un sucio! —acusó golpeándolo— pervertido...
— Bueno, si no quieres... —indignado— no importa —se sienta para estar más cómodo mientras sirve la comida
— ¿Y quién dijo que no quiero? —tomándolo del mentón— solo establecí un punto... — abrazándolo y recorriendo todo su pecho con sus manos
James cierra los ojos ante el tacto— y después quien es el pervertido... —acercándose a su rostro
— Tu... siempre eres tu
— Solo porque tu sacas lo más salvaje de mi —apoyando su frente en la de T'Challa
— Es lo que más me gusta... —se acerca con lentitud, hasta que besándolo con calma.
— Yo digo que a estas alturas, dejemos la cena, pidamos algo a domicilio y digamos que lo hicimos nosotros... —Bucky sonríe ante su ocurrencia— así nos da tiempo de que me des un adelanto de mi regalo...
Bucky volvió a reír— lo siento, pero en occidente los regalos se abren después de las doce... —agregó risueño. T'Challa lo golpeó en el brazo y Bucky lo acercó más a él, para terminar besándolo muy apasionadamente.
Alguien tose a sus espaldas— ¿Interrumpo? —preguntó el ex Capitán América— ¿O necesitan que les preste un cuarto? —sonriendo de lado
— Ni que estuviéramos haciendo algo malo —respondió Bucky— además, que no se te olvide que tu primera vez con Tony fue en mi sofá... —Steve esquiva la mirada sumamente avergonzado
— ¡¿En serio?! —acusa sorprendido el Príncipe— ahora tengo algo con lo cual chantajear a Tony, genial...
— Bueno, tenía que establecer un punto aunque sea... con ustedes nunca se sabe —aclaro Steve— en fin... ¿Pueden pasar a la mesa? Tony y yo queremos hacer un anuncio
— ¿Y la cena? —pregunto T'Challa
— Puede esperar... —comenzando a empujarlos hacia el comedor— vengan... y quédense aquí —parándolos al lado de Howard y María.
— ¿Sabes acaso de que se trata? —susurro el Príncipe
— Ni... idea —contestó Bucky— seguro alguna de sus cochinadas... —el Príncipe ahogó una risa, y Steve solo los miro fingiendo ofensa.
— Familia... —dijo en voz alta Steve mientras golpeaba una copa con un cuchillo— agradecemos enormemente que vengan a pasar esta importante fecha al nuevo hogar que estamos formando Tony y yo... —con una amplia sonrisa— y por lo mismo, porque ustedes representan nuestro hogar y aquellos que más amamos —mirándolos a todos que les devuelven gratas sonrisas— es que queremos anunciarles algo y... presentarles —volteándose hacia el pasillo— al nuevo integrante de la familia —estirando la mano, la cual es recibida por Tony, quien aparece con un bulto en las manos— familia, les presento... a Peter
Tony sonríe con la mayor felicidad del mundo— nuestro hijo —agregó. La mitad se quedó en completo silencio ante la gran sorpresa y la otra ahogó un grito, completamente sobrepasados por lo que habían logrado escuchar, y que ahora podían ver y confirmar.
—Peter... mi arañita —besando su frente— Bienvenido a la familia Rogers-Stark.
Steve los abrazo a ambos y sintió la calma volver a él después de tanto tiempo, porque finalmente pudo cumplir sus dos promesas inconclusas, a Morgan, porque habia devuelto a Tony a su familia y a su lugar feliz... y al otro Tony, sobre vivir aquella vida plena y simple.
Al fin habia comprendió porque habia vuelto a esta época, dejando el futuro en su pasado. Había vuelto para ser feliz.
Fin.
LiliKurenai01 on Chapter 1 Tue 03 Dec 2024 02:52PM UTC
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