Chapter Text
Fiddelford observó los planes, una mezcla inmensa entre fascinación por la gran cantidad de variables, mundos, dimensiones, todo. Ya no era ciencia ficción. Estaban al alcance de dos nerds de instituto, dos inadaptados sociales o mejor dicho dos grandes amigos reunidos por el destino nuevamente.
Stanford observó cómo su amigo estaba contemplando todo con mucho entusiasmo, una sonrisa se le dibujó en el rostro de orgullo por su trabajo que podría ser un cambio en el mundo científico y dejar su nombre para la posteridad como pionero de los viajes interdimensionales e interplanetarios sin necesidad de usar cohetes de ningún tipo. Al menos en la Tierra.
McGucket tenía fascinación y miedo a partes iguales; fascinación por todo lo que está por venir, pero a su vez los miedos de todo lo que está por venir. ¿Será acaso que están jugando en un terreno peligroso, desconocido y emocionante? La adrenalina comenzaba a recorrer su cuerpo. Era una sensación gratificante, casi adictiva en algunos aspectos.
Un portal interdimensional era lo que recorría la mente de ambas mentes brillantes, pero las emociones eran similares y muy opuestas a su vez. Alegría. Felicidad. Satisfacción. Orgullo. Adrenalina. La parte hormonal de sus respectivos cerebros brindando estímulos que podrían resultar peligrosos como adictivos.
“¿Qué me dices amigo? ¿Hay algo más que comentar?” Con un tono de orgullo, alegría y expectativas sobre su compañero de experimentos.
“Es complicado, primero debo asimilar todo este contenido que está frente a mis ojos, pellizcarme y ver si es un sueño, una pesadilla o es real.” Le costaba creer lo que tenía en mente y que tan bueno sería. Además de pensar en los puntos en contra que también poseían.
El campesino decidió irse al cuarto asignado, era algo complicado. Stanford lo observaba marcharse sosteniéndose la cabeza y tambaleándose, su pierna tenía ese tic de moverlo demasiado. Seguía sin comprender si era positivo o negativo ese movimiento. Como los perros al mover su cola de felicidad.
“Supongo que estará bien, al menos dijo que estaba dentro.” Lo dijo en un tono casi preocupado.
‘Más le vale ayudar, sino tendré que hacerle una visita y si debo destruirlo emocionalmente no será mucho inconveniente para mí, espero no pasarme. No sé cuántos Mcgucket hay por esta dimensión’ pensaba Bill a espaldas de Ford.
Stanford se puso a ordenar sus papeles, guardarlos nuevamente y ver si tenía alguna llamada perdida de su hermano. El ser triangular estaba flotando a su alrededor con una sonrisa. Ford lo observa con algo de duda.
“¿Te pudiste materializar?” Pregunto al verlo flotar, recordando que hace escasas horas le dijo que no podía.
“No estoy materializado, estoy dentro de ti cabeza representado aquí en tu mundo. Una alucinación o una ilusión posiblemente de mí, ¿Qué crees que está flotando a tu alrededor?”
“¿Estás como una alucinación para hablar conmigo o por el cansancio que tengo de los días sin dormir para hacer todos estos planes y corregir los detalles?” Mientras se rascaba la barbilla y haciendo un gesto pensativo mirándolo girar a su alrededor.
“¿Cuál es la diferencia? ¿Acaso te estás oyendo lo que me estás preguntando?” En un tono divertido y burlón hacia su persona.
Palmea su propia frente con su mano enguantada.
“Tienes razón… supongo que una taza de café me serviría para dormir.”
“Claaaroooo Sixer, bebé cafeína para dormir, seguro es tu mejor idea. Una cosa es una siesta y otra es una noche de sueño. Aun así, tranquilo, estaré en tus sueños para charlar, nada ni nadie puede impedirlo.” Parpadea su ojo intentando hacer un guiño. Sin embargo, se tomó como un parpadeo normal.
“Tch, veré primero si mi hermano me habló, como haré con mis sobrinos. Sería muy peligroso teniéndolos correteando por doquier.” frotándose la sien y luego el puente de la nariz, la fatiga estaba haciendo estragos. Caminaba hacia el teléfono. Oprime el botón para escuchar los. Tres mensajes, solamente tres mensajes.
_ Buenas noches señor Pines, queremos hacerle un pedido de invento, necesitamos un aparato rastreador casi indetectable por detectores de metales, creemos que… _
“Borrar.” mientras bostezaba. “Búsquense arreglar sus problemas, ahora estoy en algo más importante.” Oprimió el botón de eliminar el mensaje del servicio de investigación y espionaje de los estados unidos de Norteamérica. “Siguiente.” Oprime el botón y oye el siguiente audio.
_ Gracias por querer hacerse cargo de nuestros nietos, sus padres están pasando por un tema del cual necesitamos que ellos no estén en su casa. Mientras más tiempo esté con ustedes mejor. _
“¿Shermie? Qué raro… seguro que Stan me pasó mi número. Tch, bueno si, luego veo con quién dejarlos. O vigilarlos a que estén tranquilos. No quiero que se lastimen, pero no quiero que rompan algo. Son niños aun así.”
Pasa al siguiente mensaje
_ Le pase tu número a Shermie…_
“Ya me di cuenta Stan”
“¿Estás hablando con las grabaciones?” Entre risas por parte de Bill.
“Ya, cállate, estoy cansado.” Suspira y sigue oyendo el mensaje.
_… estaré ahí la semana siguiente, parece que papá me quiere decir algo, espero que sea bueno. _ Esa última parte fue en un tono de preocupación.
“¿Qué habrá pasado?” Con una cierta preocupación por su hermano. “Ojalá no sea nada grave, ahora se peleó con papá por algo. Espero que no sea eso.”
“O te vas a dormir o poseo tu cuerpo y me pongo a hacer cosas, o revisaré tus recuerdos. Si no descansas no podrás terminar de pulir los detalles del gran invento.”
“Tienes razón, ¿Podrías dejar de regañarme por todo?” En un tono apagado y entre bostezos.
“¿Qué tal si me apoderó ahora y revisar todos tus recuerdos? Tal vez encuentre uno de algún amor fallido.” Sonríe y en un tono de amenaza y broma pesada.
“Ya me voy, ya me voy.” Aumenta la velocidad del paso y se arroja a la cama y duerme con toda la ropa y los anteojos puestos, no es la primera vez, por eso partes de estos son sujetas con cinta adhesiva.
Mientras Ford dormía en su cama. McGucket encendió la computadora portátil que trajo y se puso a anotar sus lo que recordaba, los posibles problemas que podría haber en el proyecto. Mientras la computadora simula debido a las probabilidades de éxito y fracaso. Agarró el banjo y empezó a tocar. Aclara su garganta, bebé agua y canta
“La pizarra llena de fórmulas sin fin,
Pero la cuna lejos de mí.
Ella me hablaba y yo no escuché
Persiguiendo teorías que no la abracé.
Mis noches eran números sin error,
Mientras yo huía del amor.
Mi hijo dibujó un sol sin papá,
Y yo no lo vi pasar.
Resolvía ecuaciones sin error,
Mientras perdía su calor.
La ciencia me aplaudió en su honor
Y dónde vivo reina silencio y dolor.
Hoy se mucho del universo allá
Pero de mi hogar… nada ya.
La inteligencia no llena el sillón,
Cuando falta un corazón”
Una lágrima brota de su ojo, recorre su mejilla y cae sobre su banjo. Sin embargo, sigue cantando otro tema. En la amplia habitación resonaba el eco de su voz, el rasgueo de las cuerdas, con la voz quebrada.
“Cruzó pasillos de vidrio y de metal
El eco me llama a investigar.
Pero no hay risas, ni pan, ni voz
Solo mi pantalla y mi reloj.
Camino túneles de cristal,
Entre éxitos, sin hogar.
La ciencia me llama sin parar,
Pero nadie me espera en mi hogar.
A veces el éxito te encierra más
Que cualquier oscuridad.
Un premio no vale una cena,
Con quién te espera en la mesa.”
Con angustia en su corazón, saca una foto vieja de su mujer con su hijo. Ni siquiera él estaba en la foto.
“Lo siento… no tuve el coraje. Espero que esto sea lo que me ayude a sentirme quien soy, que me den un nuevo propósito. Quiero cambiar, pero no sé cómo. Ojalá que lo próximo que vean sea un Fiddelford Mcgucket, exitoso inventor y que el día de mañana quieran seguir viendo a un viejo como yo. Espero que no sea tan tarde cuando ese día llegue o si es que llega”
Le da un cálido beso a la imagen. Dejó sus pertenencias en su maleta, lo acomodo bajo su cama y posó su cabeza en la almohada, sus ojos vidriosos con lágrimas derramadas y otras amenazando con derramarse se cierran dejándose llevar por el cansancio físico del viaje, mental de todo lo visto, emocional por todo lo vivido y el futuro que vendrá.
Bill estuvo observando todo desde las sombras. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro arqueando su ojo haciendo una mueca como si estuviera planeando algo divertido para él mismo.
‘Vaya, parece que he encontrado otro juguete nuevo. Quién diría que el mentalmente destruido viejo del pueblo tendría un pasado jugoso para jugar. Quiero ver qué me traerán los otros tres que vengan. Espero que no me decepcionen, Stanley, Estrella Fugaz y Pino. Espero mucho de ustedes. Más les vale a estos hacer las cosas rápidamente, incluso si debo usar gente para transportar todo. ¿Qué hay de malo alguna que otra manipulación de gente y destrucción de mente? Aunque creo que debería darle la idea a Seis dedos y que él decida qué hará con sus mentes. Yo prefiero destruirlas y oírlas gritar, pero lo mejor se hace esperar. Cómo yo’ piensa para sí mismo imaginándose toda la situación.
Luego de ver a los dos durmiendo, Bill se pone a viajar por el pueblo, recuerda que los leñadores tienen una fuerza inversamente proporcional a su inteligencia. Así que ellos serían los indicados para mover los materiales. Intentar hacer todo antes que Stanley pudiera entrometerse en sus planes, de nuevo. Él no sería igual a la variante que perdió contra un mono apenas desarrollado en su cabeza. Él es la variante victoriosa.
Anotando todo lo que se necesita para construir el portal desde los materiales hasta la mano de obra descartable. Usaría a Fiddelford para hacer algo similar a lo que tiene en su computadora portátil, pero más potente. Un portal requiere megatones de potencia para su uso y que pueda ser utilizado y a su vez que tenga poco tiempo de recarga son cosas que hay que tener en mente. Aunque deba ser sobre explotado durante días, haciendo que Bill se meta en su mente a darle pesadillas. Revisar un poco sus pensamientos y jugar con ellos.
Todo parece ir lentamente de acuerdo al plan que Bill tenía en mente. Tal vez el tema de los tiempos sea una pequeña molestia. Sin embargo, eso es algo que ya lo venía manejando. Tal vez darle algo más de tiempo, faltaba tiempo para el verano, un mes para ser exactos. Retrasarlo un mes no sería tan malo. Mantenerlos tranquilos a todos y que no se revelen los monos era algo que Bill pensaba, sino el juego perdería su gracia. Actuar más tranquilo era algo que podía fingir, de cualquier manera si se aburría podría traumar gente, devorar sus pesadillas, oír la orquesta de algunos gritos de pánico.
Tiempo era lo que sobraba hasta cierto punto. Sin mencionar que no podría huir lejos por el campo de la rareza que siempre cubre Colorado. No importa donde vaya, siempre que va de mundo en mundo, dimensión en dimensión, siempre aparecía donde la concentración de anomalías y rarezas era muy alta, siempre era en un estado de Colorado, Oregón.
Para peor siempre tenía ese escudo que impedía salir a otro lugar del mundo. Si quería destruir el mundo, debía convencer a Stanford que lo haga. Sin embargo, ¿para que molestarse? con el portal y dentro de la cabeza de Ford podría salir, o al menos lo intentaría. Si el plan fracasaba, siempre podría convencerlo de que algo lo impedía. No era difícil convencerlo dada a su naturaleza incrédula y curiosa. El hambre de curiosidad y conocimiento no tenía límites y depende la situación y con quién, podría ser peligroso. Junto a Bill Chipper cerca, era muy peligroso.
Una vez los preparativos hechos mentalmente, registrado los archivos de toda la gente que habita el pueblo, gente que puede ser fácilmente atraída al pueblo y ser de utilidad. Decide meterse en la cabeza de Stanford mientras dormía.
“¿Qué tal Fordsy? ¿Soñabas algo interesante? Jah, lo dudo, no estaba yo en el sueño. Ahora que lo estoy si es un sueño interesante” liberando carcajadas al aire ante su propia broma.
Ford estaba soñando con los planos y el trabajo.
“Oh, lo siento. Estaba viendo cómo hacer algunas ecuaciones, siguen siendo complicadas. Incluso Stanley podría ayudarnos, pero no sé si los niños se interpondrían, principalmente porque son niños y requieren atención y esas cosas de niños. No sé si sea buena idea dejarlos por la casa del horror a la cual yo no pude dormir por todo lo que sucedió o que caminen en el bosque con las criaturas que viven allí. No creo que sea buena idea, ni que Stanley esté de acuerdo con eso.”
“Bla, bla, bla. Y si le dices ¿Qué se tomen un tiempo? Podemos usar a los leñadores que nos ayuden, obviamente tú con tu maquinaria lo dejarías en un lugar, los leñadores lo traerían y luego tú nuevamente con tus máquinas podrías bajarlo”
“No había prisa para armarlo?”
“¿Yo lo dije?” Señalando se a si mismo con una sonrisa burlesca.
“Creo que sí.” intentando hacer memoria “o al menos recuerdo que querías conseguirlo lo más pronto posible o algo así.”
Bill mueve su cabeza de izquierda a derecha y soltando un suspiro.
“Fordsy, Fordsy, Fordsy. No es así. Dije que sería una gran idea poder tenerlo, pero ¿Qué sentido tiene apurarnos y que todo salga mal? Además tenemos un mes ahora para hacerlo. Qué más da, sin mencionar que ahora Stanley cuando venga tendrá menos trabajo y le puedes ir contando como va, ¿Quién sabe? Tal vez pueda vivir su gran aventura que dejaron estancada desde que eran pequeños.”
“Te refieres a…” antes que Ford pudiera completar su propia frase, Bill interrumpió
“Viajar por los mundos con su barco. El Stan o’ wars…” mientras hace un barco en su mente con una cúpula, velas y el dispositivo del portal en el barco para poder viajar “... Buscar aventuras, tesoros y demás cosas. ¿Qué dices?”
“No sé cómo agradecer todo esto.” Stanford intentando buscar las palabras adecuadas de agradecimiento.
“Tranquilo, todo a su debido tiempo. Una vez hayamos hecho esto será algo increíble y sin precedentes para tu raza. Serías Stanford, el genio que logró el viaje interplanetario e interdimensional sin ayuda de nadie, ni el estado, políticos, empresas, ni nadie. Que esos insectos vengan arrastrándose para que les des algunas migajas de tu éxito. Todos querrán un poco del gran Sixer.” En un tono lleno de confianza y emoción, él sabía que Ford se dejaba endulzar el oído con bastante facilidad.
“Sería un logro muy grande y mi nombre quedaría en los anales de la historia, como todos los grandes científicos que hicieron de todo para que nuestra sociedad llegará a lo que es hoy. Sin embargo,…” estaba dudando y buscando las palabras adecuadas.
“Tch” chasqueando su lengua “déjame adivinar. ¿Preocupado por tu grupo cercano? Eso de familia y amigos ¿no?” Preguntó casi con un tono de fastidio.
“Son una parte importante para esto. Si no fuera por mi compañero Fiddelford, no podríamos obtener la energía infinita. Si no fuera por Stanley…”
“Ya no necesitas su ayuda en estos momentos.”
“No voy a decirle que no venga, sin mencionar que ya lo invite y acepte sus peticiones. Si le digo que no venga…”
‘Cierto’ pensó para sí mismo Bill ‘dejarlo afuera a estas alturas sería peligroso, que idiota fui, bueno… hasta un ser como yo puede equivocarse, y será la última vez. La próxima estaré más metido en el detalle de lo que suceda.’
“Entendido, entendido. Que venga. Además nunca sobran manos para la aventura.”
“Si, tienes razón.” Apretando el puño en señal de confianza, una mueca de sonrisa demostrando seguridad y una mirada determinada y algo desafiante. “Por cierto amigo…”
“Déjame adivinar. ¿Quieres jugar un ajedrez interdimensional con piezas astrales de mi parte y piezas personalizadas para ti? O ¿Quieres también con seres interdimensionales?” preguntó Bill Chipper con una sonrisa en su rostro mientras las piezas se iban armando.
“Quiero ver quiénes serían mis familiares como piezas” en un tono de curiosidad y algo de morbo.
Con un chasquido puso a Stanford como el rey, a Fiddelford como reina, los alfiles fueron Dipper, el caballo Mabel, las torres Stanley y los peones eran seres de los cuales Ford no comprendía del todo por qué fueron puestos de peones. Simplemente estaban ahí como piezas las cuales podrían ser fácilmente sacrificables.
“Vaya, es… curioso ver todo esto. ¿Tienen una explicación?” Preguntó con curiosidad.
“¿Crees que te la diría?” En un tono de chiste y burla.
“Creo que prefiero que sean criaturas interdimensionales. Sería incómodo perder algunas de mis fichas.”
“Descuida, como mucho oirías algún gemido de dolor.”
“Eso no es mejor, cámbialas.” dijo mientras se imaginaba perder piezas y oírlos sufrir.
Un nuevo chasquido los cambió por otros seres, la reina era el Oráculo, el alfil es Axolotl, los caballos se volvieron unicornios, las torres eran grandes bebés con un reloj en la cabeza, bastante rechonchos y de manitas pequeñas. Los peones eran cambia formas.
“Wow.” En un tono de impresión por las criaturas, algunas conocidas por él, otras no tuvo la oportunidad de conocerlas. Sostiene cada una de las piezas y las observa detenidamente.
“¿Te gustan? Es el lado de la luz y yo tengo el lado de la oscuridad.”
“Así que yo tengo las blancas?” Preguntó con curiosidad.
“¿Acabas de hacer una referencia racista?” Jugando un poco con Stanford. “Decir que la luz son blancas es un poco racista de tu parte. Aún a sabiendas las cosas que han hecho los blancos a lo largo de la historia. ¿Debería traer escenas de lo que han hecho?” En un tono más pícaro y burlándose de la situación.
“Por favor no, no lo hagas. Además no quería sonar racista. Solo que así están puestas por lo general las piezas, en blancas y negras. Menos mal que nadie nos ve, sino… “
“Descubrirán que eres un racista, ¿no?” Soltando una carcajada divertida ante la situación y el enrojecimiento ante el momento incómodo de Ford.
“BASTA, NO SOY RACISTA!!!” cubriendo su rostro con sus propias manos.
“Jajaja, da igual quien comience. Señor Kkk.”
No responde, solo sigue tapando su rostro. Luego de unos momentos, sostiene las manos las figuras. Comenzando por los peones.
“Son muy detallados y realistas, seguramente sufrirá una metamorfosis cuando llegue a cambiarse de otra pieza, ¿Qué forma tendría?” deja la pieza en su lugar con un cierto escalofrío, recordar el momento que encontró a la criatura en un huevo y apenas vio la taza, se volvió exactamente igual. Las múltiples posibilidades de transformación que se le vino a la mente, seguido de una paranoia por saber quién sería real y quién sería Formy.
Levanta la siguiente pieza, el bebé del tiempo. La ve y el reloj de arena de la frente brilla, no sabe porque la posición la torre, pero era curioso que un bebé de tales proporciones. Al tomar la pieza del unicornio lo observa con recelo y recordando un momento que le trajo dolor de cabeza.
“Tch.” Chasqueando la lengua y haciendo una mueca “estos seres son difíciles de tratar, un gran dolor en el trasero. Tienen estándares muy altos, la pureza de corazón. Nunca son claros y además ¿de qué hablan cuando se trata de eso?, pureza de corazón es teóricamente improbable conseguirlo. Ojalá no verlos por una larga temporada.”
Bill solo se quedó observándolo y observando sus recuerdos que él podía ver y Ford no se daba cuenta de la pantalla a su espalda que demostraba sus recuerdos de las distintas fichas. La siguiente en sujetar fue el alfil.
“Curioso, un ajolote. ¿Lo conoces?”
“Pfff, para nada” haciendo un gesto con las manos “y tú ¿Te has topado con él?” Observándolo fijamente.
“Habré soñado con ellos dos.” Sosteniendo a la reina.
Por la pantalla aparecían las dos figuras al detalle, del tamaño exacto que median.
“Recuerdo algunas cosas, pero son vagos sueños, no recuerdo nada muy bien, pero algunos dicen que los ajolotes son como dioses en algunas culturas, sus propiedades regenerativas son impresionantes pudiendo regenerar incluso el corazón, médula espinal y el cerebro, no abandonan su etapa larval. Es lo que todo el mundo quiere conseguir, la juventud eterna, además de la inmortalidad.”
“Interesante.” Fingiendo interés por lo que Stanford decía “y tú ¿Qué elegirías? ¿Juventud eterna, inmortalidad o ambas?”
“Es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, es difícil decidir, pero supongo que ambas me gustarían. Ser joven y no tener algunos dolores que se van acrecentando con la edad. Ser inmortal y tener los conocimientos de todo el mundo, sería doloroso perder a quienes más quieres, pero no sé bien que elegir en el momento que me ocurra. Sin embargo, ambas me llaman la atención.”
“Curioso.” Sonríe observándolo más fijamente, en un momento recuerda algunas de las piezas que tiene en su repisa de los lugares que fue destruyendo en el pasado no muy lejano. “¿Terminaste de disociar en voz alta y podemos comenzar nuestra partida?”
“Oh, cierto. Lo siento. Es que me llamaron mucho la atención. Están geniales las piezas. Ya, comenzamos.”
“No vale introducir piezas de afuera del tablero eh, no valen esas trampas.”
“Y ¿Cómo podría hacer algo así?” Preguntó con curiosidad.
“Por nada, solo te advierto.” Mientras movía la primera ficha. “Si no comienzas tú, comenzaré yo.”
Las partidas eran bastante reñidas, algunas las ganaba Bill con mucha ventaja y otras Ford, pero de manera más ajustada. De vez en cuando una sensación rara le recorría la yema de los dedos. Un escalofrío, se le erizaban los cabellos del cuello y se le ponía la piel de pollito, pero decidía ignorar esas advertencia. Era más entretenida una batalla de estrategia con Bill que paranoia por unas simples fichas de ajedrez.
La noche transcurría, Ford seguía durmiendo plácidamente, mientras en su mente seguía jugando con Bill. Nunca se percató de cuánto tiempo había transcurrido, solo que no había tenido un amigo que comparta sus mismas aficiones por los juegos y le sea un reto intelectual.
Fiddelford se despertó con el sol de la mañana, acostumbrado a despertar apenas veía el sol. Se pone su ropa más informal, su bata de trabajo, zapatos de laboratorio y baja hasta la cocina. Aún le cuesta creer donde estaba, hace una semana estaba en un departamento de mala muerte a punto de irse al basurero y ahora está con su viejo amigo Stanford, y encima le dio permiso a quedarse en una habitación. Muele café usando un lado del palo de amasar y un cuenco de madera. Él estaba acostumbrado a moler su propio café. El olor a café recién molido por sus propias manos, un cubo de Rubik y su banjo era la triada de los pequeños placeres de la vida que lo acompañaron desde muy temprana edad. Vierte el polvo del cuenco a la cafetera y vierte algo de agua. Mientras se prepara busca algo de pan y lo tuesta en una sartén en el fuego. El aroma a café se hace presente llenando toda la cocina. El pan tostado apenas quemado. Se sirve y se sienta en una silla observando los asientos vacíos, baja la mirada algo triste y llena de angustia.
“... Un premio no vale una cena, con quién te espera en la mesa…”
Sorbe su café, muerde el pan crocante y una vez terminó, lava lo que utilizó. El aroma a café lentamente va invadiendo la casa hasta llegar al hall principal, el laboratorio e incluso la habitación de Ford.
Mientras tanto en el sueño.
‘Maldición, he perdido muchos de mis peones, me mato a mis alfiles, me queda la reina, perdí a mis alfiles para salvar a mi rey. Tengo dos bebés del tiempo, un unicornio y a mí oráculo.’ Ford esperaba al siguiente movimiento.
Bill pasa a asesinar al oráculo y Ford estaba entre la espada y la pared, hasta que el aroma a café lo empieza a llamar.
“¿Puedes sentir eso?” Preguntó con curiosidad ante el aroma fuerte de un café recién hecho a la mañana. Un aroma fuerte que llena el pecho y le deja salir un suspiro de placer, un aroma hipnotizante como los cantos de sirenas.
“Solo siento el olor de tu derrota.” Bill se cruza de brazos con una sonrisa llena de confianza.
“Si así huele mi derrota, es un agradable olor. Supongo que deberíamos dejarlo para otro momento.” Ford se despierta con la caricia del olor a café en la cafetera que se está terminando de hacer, listo y preparado para su consumo.
Stanford se sirve una taza de café y se dirige a su estudio, Fidds está con su maleta, observa las fotos de su mujer con su pequeño, dibujos de su hijo en el primario. Los primeros eran de los tres juntos, pero cada vez había detalles que cambiaban, una madre con el ceño que se iba frunciendo y un papá que parecía con trazos más débiles y alejado de los otros dos. Ahora solo es él solo, el último dibujo es Fiddelford solo y abajo ya no dice ‘papá’ simplemente dice ‘McGucket’. Más lágrimas vuelven a brotar, abraza sus dibujos con fuerza.
“Ojalá fuera más fuerte, no solo un cobarde. Los decepcioné, espero que cuando me vean, sea alguien que estén orgullosos de mí.”
Un golpeteo suena en la puerta.
“¿Puedo pasar?” Una voz se oye del otro lado de la puerta.
“Si, si, espera un segundo. Estoy ocupado.” Guarda con rapidez todo en su maleta y lo deja debajo de su cama. Se limpia las lágrimas con la bata. “Ya puedes pasar.”
“¿Interrumpo algo?” Entra lentamente Stanford. “Buenas noticias, parece que estamos sobrados de tiempo, así que podemos empezar con algunas preparaciones. Y por cierto si quieres darte una ducha…” ‘y te hace falta’ Stanford lo pensó para sí mismo, no se había dado cuenta ni sabía hace cuánto tiempo Fiddelford no se daba un baño “... Puedes usar el baño de las visitas, hay un lugar de lavandería si lo necesitas. Encontrarás productos de limpieza ya sea corporal en el baño como para la ropa. Puedo prestarte batas de laboratorio como batas para después de ducharte.”
“Gracias… lo necesitaba… tal vez lo necesite.” Lo dijo algo cabizbajo y fingiendo una sonrisa.
“Perfecto. Luego necesito tu inteligencia, hacer algo similar con tu computadora portátil hacerlo, pero a una escala mucho más grande.” Con una sonrisa y levantando el pulgar en señal de aprobación se retira de la habitación y va hasta su propio estudio.
“Si, gracias por confiar en mí. Ford” una sonrisa algo melancólica y triste, una mezcla de emociones le recorren el cuerpo y la mente, recordar esos momentos del pasado le hizo sentir cosas desde la alegría con su hijo hasta una angustia por abandonarlos.
Mientras Fiddelford seguía en su habitación buscando sus prendas para darse un baño. Stanford llama a Stanley.
“Hey Stanley, tengo buenas noticias.” En un tono confiado.
“Conseguiste una pareja igual de loca que tú” en un tono de burla a su hermano.
“¿Eres estúpido?” Como si estuviera ofendido.
“Tienes razón, no hay nadie tan nerd que acepte estar con alguien que solo tiene ojitos para la ciencia.”
“Si, confirmo, eres estúpido. Puedo cortar si quieres.”
“Tú me llamaste, así que si quieres cortar no tengo problemas. Los gemelos vendrán con un poco de retraso, hubo inconvenientes así que deberán estar un mes o un poco más allá, luego vendrán.”
“Es espectacular entonces.”
“¿Qué dices?” Algo molesto.
“No quise decir eso, osea una lástima por los niños, pero que bien porque está dentro de los plazos acordados.”
“Y eso ¿por qué?” En un tono de sospecha.
“Porque los cálculos certifican que al final estamos adelantados de tiempo, ya que tengo la mano de obra, los planos y los materiales que nos tardarían semanas, ya está todo.”
“Ajam.” En un tono de desconfianza. “Y esto paso en ¿cuánto? ¿12 horas?”
“Confía en mí.”
“¿Que ocultas hermano? Pareces muy sospechoso.”
“No estés paranoico. Confía en mí, en qué corregí mis cálculos y hablé con mi compañero y logramos hacer grandes avances con la planificación.”
“Hermano, escúchate un poco. En menos de 12 horas cambió todo a tener un mes de tiempo. EN 12 HORAS, pasaste de estás apurado a tener UN MES, OSEA UN MES.”
“Así suele funcionar la ciencia, un simple cambio de variables puede ahorrar meses de planificación, recursos y demás. Sin mencionar que no dormí pensando en todo lo que había que hacer.”
“Siempre trabajando hasta tarde. Bueno, si tú lo dices, tu eres el cerebrito y yo soy los puños”
“Gracias por confiar en mí Stan.”
“Aun así es más probable que yo encuentre una pareja antes que tú…”
Stanford decide cortar la llamada.
“Idiota”
Camina hasta su escritorio y anota todo lo que soñó, desde la planificación, el armado de un barco que le gustaría hacer en algún momento para navegar por el espacio interdimensional y planetario. La mano de obra y en dónde se pondrá el portal.
Un dorito flotante aparece por la espalda sobando haciendo casi un masaje en la espalda de Stanford.
“¿Y Seis dedos? ¿Cómo va todo?”
“De maravilla, ya estoy ansioso por construirlo todo.” En un tono de excitación y emoción sin control.
“Yo también estoy muy ansioso, pero todo a su tiempo. Dejemos que todo se marine con tiempo. Mientras mejor se maneja todo, más sabroso es.”
“Si, cuando te esfuerzas mucho y al final da sus frutos es algo que emociona a cualquiera.”
“Todo a su tiempo y disfrutar del momento también. Morir y no disfrutar también sería un desperdicio.”
“Si, por eso debo trabajar más para minimizar daños.”
“Cómo quieras, eres libre de hacer lo que quieras siempre que no te desconcentres de lo importante. El portal.”
“Nunca olvidaría el potencial mayor logro de mi vida y la humanidad.”
“Perfecto.” Una mueca de sonrisa se dibuja en el rostro de Bill mientras sigue masajeando sus hombros.
“¿No es una situación rara?”
“Solo es raro si lo mencionas.”
“Emmmm ¿ok?” Sin saber qué hacer ni decir, trata de centrar su mente en los papeles de la mesa lleno de planes y planificación al portal.