Chapter Text
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Vista desde el palco.
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El día había iniciado algo lento, tuve que pasarme a mi habitación al amanecer, eso era mejor para no levantar ningún tipo de sospecha, después de un desayuno copioso y una pequeña charla con nuestros tributos, uno más entusiasta que el otro se los llevaron para el entrenamiento, su desfile era esta noche así que Carys estaba sumamente ocupada terminando detalles en el vestuario, Synaira ya estaba charlando con gente del capitolio, tanteando el terreno y ver quienes estaban interesados en los tributos del distrito siete.
Spreen y yo estábamos en el palco, donde todos los mentores, algunos técnicos y algunos encargados de los juegos, salude a todos de forma amistosa y como era de esperar con la gente del capitolio solo pude deshacerme en halagos, ya sea su comida, sus costumbres, cualquier cosa que se me ocurriera, incluso halague las grandes ideas y tan diferentes que tenían para cada juegos, me encargue de entablar conversaciones con las personas correctas, no con los otros mentores, ellos eran irrelevantes para mi en este momento, además de que éramos competencia directa.
Como era de esperar Rowan solo estaba entrenando cosas más sencillas a nivel físico, concentrado en las hierbas, animales que podría haber, entre otros, eso era inteligente si decidían mantenerse juntos, él podría encargarse de no morir envenenados, después de unas horas de lo mismo decidí dejar a los capitalinos tranquilos, hasta yo mismo ya me había fastidiado de tanta positividad y halagos estúpidos.
— Sabes... si gustas nuestros tributos podrían ser aliados — suelta de la nada Oliver, volteo a verlo, ni si quiera había notado que se me acerco.
— bueno, eso lo deciden ellos... además no sé que tanto eso nos beneficia, yo no confió en ti, ellos lo harán menos — respondo directo y sin pena, me había quedado claro que la hipocresía entre vencedores era estúpida, era mejor ser autentico desde el inicio.
— Ouch... ¿Dónde esta el dulce Roier? — bromea mientras me da un empujón sutil con el codo, noto que Spreen se desplaza lentamente hacia acá, se mantiene a una distancia prudente por si necesita intervenir, pero no pasaría, puedo con este idiota prepotente.
— Sigo aquí, pero no porque yo sea alguien amable significa que soy estúpido — me encojo de hombros mientras mi vista se enfoca en los tributos entrenando.
— Seguramente los del cuatro querrán acercarse, ya sabes tratar con la fibra sensible de tu aliado decapitado, seguro tienen esperanza de que orilles a hacer alianza, este año no tuvieron los mejores tributos, solo unos niños — señala a un par de chicos, no más de catorce años ambos.
— La edad es solo un numero, esos niños podrían ser letales... nunca juzgues un libro por su portada — me encojo de hombros, sabia que la edad si era un factor, pero no el más importante, Spreen era la viva imagen de ello, él justo gano sus juegos a esa edad.
— Mmmh solo digo... sé inteligente, los patrocinadores van a apoyar a los más fuertes, a los que les vayan a dar algún beneficio en estatus social, dos chicos jóvenes caerán rápido... piénsalo ¿si?
— No me interesa, yo no decido por mis tributos sus alianzas... no lograras nada con esta charla estúpida, sé que no te agrado del todo, crees que soy idiota, demasiado blanco, lo noto por como me ves y por como quisiste intimidarme en mi gira de la victoria, si quieres a alguien que molestar busca a otra persona, a mi no me interesan tus juegos de ego — me quedo estoico en mi lugar, no le daría la espalda o me alejaría, eso solo me haría ver débil y eso no lo iba a permitir.
— Vamos Oli, deja al chico en paz — se acerca una chica, cabello platinado que le llega hasta la cadera, ondulado, piel bronceada y ojos miel — discúlpalo, no sabe hacer amigos... Jenna, un gusto — estira su mano hacia mi.
— Lo mismo digo... soy Roier.
— Lo sé... eres bastante listo, aunque me imagino que recibiste asesoramiento — le dedica una mirada divertida a Spreen, después su atención viene a mi — sigue así, serás el nuevo vocero del capitolio, tal vez te ganes el odio de otros distritos, pero vale la pena, no querrás sufrir la alternativa — me da una caricia rápida en la mejilla — demasiado lindo y suave para esas idioteces... solo mantente alejado del cerdo de camisa celeste que esta al lado de la consola principal — me indica con un movimiento sutil de cabeza — le gustan los jóvenes, no seas tan dulce con él o tratara de propasarse.
— Oh... gracias... supongo — digo bajo sorprendido por un concejo tan... bien intencionado.
— Cuando quieras querido, entre vencedores nos apoyamos — tomo del brazo a Oliver — nos vemos más tarde... mantén los ojos bien abiertos, tal vez puedas conseguir buenos patrocinadores — me giña un ojo y se lleva al otro vencedor con ella.
Me quedo callado analizando la charla... Jenna parecía una buena chica, no mucho mayor que Spreen, tal vez veinticinco a lo mucho, fue sincera y amable, creo que seria una gran aliada si se da la ocasión, en eso siento un ligero toque en mi codo, alzo la vista y Spreen ya esta a mi lado, dejando un espacio prudente entre ambos.
— Bueno... ya conociste a Jenna... no te confíes de todo lo que diga, normalmente su ayuda tiene un precio, no digo que tenga malas intenciones, pero casi siempre espera algo a cambio, pero como vos sos... nuevo, aun tenés un tiempo de gracia — se encoje de hombros.
— Ok... es agradable — comento mientras volteo hacia la chica que ahora esta charlando con otros vencedores abiertamente.
— Lo es... ella fue mi primer garche — ante lo que escucho volteo a verlo tan rápido que siento un tendón en mi cuello tensarse.
— ¿Bromeas? — cuestiono entre incrédulo y en shock, él se ríe ligeramente.
— Sí... es mayor que yo por dos años, fue re incomodo, pero estamos en buenos términos.
— Wow... es muy bonita — digo sinceramente.
— Lo sé... sigue sin ser mi tipo, vos ya sabes... le sobraba algo arriba y le faltaba algo abajo — me rio un poco más fuerte de lo que pretendo.
— Claro, algo muy importante al parecer — le sigo la broma.
La tarde pasa mayormente de esta forma, Spreen y yo nos manemos amistosos entre nosotros, pero nada más, ni si quiera había miradas prolongadas, todo bastante... normal en la escala de una amistad, me presento a otros vencedores, los que a su criterio eran buenas personas, recibí muchos halagos sobre que estoy siendo muy astuto con mi comportamiento, que evitaría el catalogo de acompañantes con éxito, eso solo me hizo sentir aun más seguro de mi mismo.
La noche cayó con más rapidez de lo esperado, el desfile de tributos estaba por iniciar, estamos con nuestros dos chicos dándoles palabras de aliento, Carys se había lucido con los vestuarios por completo, esta vez las luces eran más sutiles porque había reflejos dorados según la iluminación, simplemente precioso, cuando se suben no tardan en abrirse las puertas, Spreen tira de mi brazo y caminamos hacia los asientos.
Él no tarda en entablar una conversación con algunos capitalinos, me imagino que los conoce de tiempo, después me presenta y me entero que fueron mis patrocinadores, claramente los salude con entusiasmo y agradecí su apoyo en los juegos, charle con ellos como si fueran amigos de hace años y eso pareció agradarles porque cuando el desfile termina me dan su tarjeta y me dicen que si necesitamos que patrocinen a nuestros tributos este año, están dispuestos.
Solo pude agradecerles infinitamente su amabilidad, caminamos rápidamente para encontrarnos con nuestros tributos, una vez ahí los felicito contento, Spreen solo los saludo con un movimiento de cabeza, somos escoltados hacia el centro de tributos, una vez ahí la cena pasa en una charla entusiasta sobre ser de los mejores vestidos de los doce distritos, nada realmente relevante, después como es de esperar las primeras en despedirse son Carys y Synaira, después nuestros tributos que parecen agotados.
— Fue muy sencillo conseguir patrocinadores — le comento a Spreen una vez ya estamos en su habitación preparándonos para acostarnos.
— Solo fue así porque vos fuiste su vencedor... les da mucho estatus social patrocinar justo a la persona que sale de los juegos, por eso los profesionales tienen muchos patrocinadores, la gente va a lo seguro — se encoje de hombros mientras se recuesta con un suspiro cansado.
— Bueno... al menos tenemos unos dispuestos a apoyarlos, debemos enseñarles bien para que no se arrepientan de ayudarlos — me recuesto de costado para verlo, él parece pensativo — ¿estas bien?
— Sí... solo pensando en lo que viene, no tengo idea de como será la arena, tal vez ahora toque desierto y eso solo lo hará mucho más complicado... pienso en nuestras probabilidades... no son muy buenas — suspira derrotado, me incorporo y paso una de mis piernas por encima, sentándome sobre su regazo, se pone tenso ante mi acción — ¿Qué haces boludito? — dice divertido relajándose.
— Abrazo para hacerte sentir mejor — lo envuelvo con mis brazos, entierro mi rostro contra su cuello donde dejo un par de besitos dulces.
— Sos un nene — pero contrario a sus palabras corresponde el abrazo con mucha fuerza, nos quedamos en esta cómoda posición por algunos minutos.
— ¿Mejor, osito? — pregunto en un murmullo, alzo el rostro para verlo a los ojos, él me observa con tanta dulzura que me hace suspirar.
— Sí... mucho mejor, lindo — uno nuestros labios en un casto beso, cierro los ojos dejándome envolver en la calidez y amor de Spreen, sus manos me acarician lentamente, recorriendo mi espalda, pero después baja a mis muslos, los presiona ligeramente sacándome otro suspiro, eso se había sentido muy bien — tengo algo para vos — susurra sobre mi boca cuando nos separamos por falta de aire, sus manos aun me sostienen con firmeza.
— ¿Qué cosa? — pregunto interesado, un cosquilleo persistente en mi estomago.
— Bueno, para poder dártelo tendrás que quitarte de encima y cerrar los ojos — pide bajito, como si fuera nuestro secreto.
— De acuerdo — hago lo que me pide, me acomodo sobre su cama y mantengo los ojos cerrados.
— Bien — lo escucho moverse por la habitación, abrir y cerrar un cajón, después la cama hundirse de nuevo, toma mi mano izquierda y ahí deja algo frio — abrí los ojos.
— Oh... ¿Qué es? — cuestiono intrigado, comienzo a manipular el oro fino en mi mano... era una cadenita y un dije — un collar — respondo mi propia pregunta.
— Sí... pero este es diferente — lo toma de mis manos, lo abre y se revela un intricado de flores, tal como mi lugar seguro en el distrito, el olor me llega a las fosas nasales, olor a bosque... el olor de casa, tenia un tallado: "Mi hogar es donde estés tú".
— Spreen — digo entrecortado — es hermoso — acaricio el dije con adoración.
— Me alegro que te guste... Carys me ayudo a conseguirlo... feliz cumpleaños Ro — alzo la vista y me lazo a abrazarlo con fuerza, sin solar mi regalo.
— Es... perfecto, tú eres perfecto, te amo — digo entre lagrimas de felicidad, lo beso intensamente dejándome llevar por mis intensas emociones.
Me pone el collar cuando nos separamos, una vez siento el frio del oro en mi cuello y pecho vuelvo a besarlo, aferrándome a él tan fuerte que creo que le duele, pero no se queja, corresponde mi efusividad, digo "te amo" cada que nos separamos por aire, él responde o con una risita dulce o un "yo te amo más", la pesadez del cansancio me alcanza, pero me aseguro de decirle de nueva cuenta cuanto lo amo, me quedo dormido usando su pecho como almohada.
Simplemente el regalo más hermoso que he recibido en mi vida y no lo digo por ser una joya cara, sino por su significado... ¿Cómo había logrado que al abrirlo oliera así? ¿se quitaría con el tiempo?, espero que no, pero aunque sucediera lo conservaría por el resto de mi vida... debía pedirle a Spreen que fuéramos pareja oficial, porque se supone que aun estamos en el estatus de: "estamos saliendo", me importa poco que solo hayamos tenido una cita, dicen que cuando lo sabes, lo sabes y claramente yo lo tengo completamente claro.